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La importancia del trabajo en la vida del hombre

Todavía recuerdo el saludo que me daba mi abuelo Pedro. Poseía un pequeño negocio en
la cochera de su casa.
A los 88 años y con cataratas en los ojos, levantaba su mano derecha y con gruesa y
potente voz al verme pasar decía: ¡Adiós hijo!
El negocio del abuelo carecía de muchas cosas, excepto de amor y dedicación. Es posible
que la expectativa diaria de atender clientes le provocara más vida que una inyección de
vitamina B.
Fue importante para el abuelo la existencia de su negocio pues le daba sensación de
importancia, era útil para la familia. Al revisar su inventario posiblemente se olvidaba de
los dolores de piernas que le aquejaban.
He llegado a pensar que la longevidad de mi abuelo, en cierta forma se debió al trabajo. Él
tuvo gallinas, una lechería, ferretería y en sus últimos años de vida, una pequeña tienda.
Mi abuelo Pedro poseía el impulso realizador que le ayudaba a vivir. Creo que su secreto y
el de otras personas como él, es el espíritu de servicio para sus semejantes.

El trabajo proporciona el sustento diario.


Gobernaba un antiguo país asiático un rey con fama de justo. En cierta ocasión reunió a
los sabios del reino y les dijo: “Quiero que reunáis todos los conocimientos de la época.
Haced un compendio de la sabiduría de nuestro tiempo, para beneficio de la posteridad”
Los sabios se dispusieron a trabajar. Pasaron los meses y después de arduo trabajo, le
presentaron al rey 12 gruesos tomos. En ellos estaba concentrada la sabiduría de la época.
Contemplando los hermosos libros, el rey los apreció cálidamente. Al final, sin embargo,
les comentó:
--“El lo que deseaba, sin embargo, creo que no son prácticos para las generaciones
futuras. Haced algo más compacto y sencillo, al alcance de todos
Transcurridos varios meses, los sabios volvieron a presentarse ante el Rey.
--“Señor, aquí tenéis el resumen de la sabiduría de tu reino y de todos los tiempos”. Acto
seguido le entregaron un grueso volumen con portadas de piel y letras en oro.
El rey quedó admirado ante el trabajo de sus sabios, sin embargo, dijo: “quisiera algo más
sencillo. Algo que todo súbdito lea y aproveche”
El trabajo de los sabios se hizo más intenso. Condensaron un folleto, el cual también fue
rechazado.
Hasta que por fin después de meses de agotador trabajo, se presentaron ante el rey, con
una sola hoja de papel. “Señor, aquí tenéis la suma de la sabiduría de todos los tiempos”.
¿¡Cuál era el contenido?! “NO HAY COMIDA GRATIS!”
Este relato no ilustra el gran beneficio del trabajo. Le permite al hombre ganar el sustento
y vivir con dignidad.

El trabajo bien realizado mantiene abierta la mente del hombre.


En cierta ocasión le preguntaron al gerente de una empresa: ¿Cuántas personas
trabajando en su negocio?
A lo que el gerente respondió: aproximadamente la mitad.
Se acepta que la mente del hombre funciona adecuadamente cuando se le mantiene
abierta. En cierta forma, es semejante a un paracaídas. Funciona bien cuando se abre.
Hubo una época en que los gobernantes de Constantinopla, capital del famoso imperio
Romano de Oriente

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