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La Comunidad impulsa la prevención de incendios en las urbanizaciones enclavadas en terreno

forestal. Se prohíben las barbacoas en terreno forestal durante todo el año, incluso en las áreas
recreativas. El 54,60% de la superficie de la Comunidad de Madrid está calificada como terreno
forestal.

El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto del Plan de Protección Civil por Incendios
Forestales de la Comunidad de Madrid, con el que regula el uso del fuego y las medidas de
prevención durante la temporada estival de máximo riesgo de incendios forestales en la región.

La principal novedad que incluye el decreto es el impulso a la prevención y la planificación en la


respuesta a los incendios en urbanizaciones y municipios que estén enclavados en zonas
forestales.

Así, en el caso de los municipios, se establecen las funciones básicas de los Planes de emergencia
de ámbito local y el contenido mínimo que deben tener respecto al riesgo de incendio forestal.
Además, se fija un plazo para la redacción de estos planes, que será de un año desde la aprobación
del decreto del INFOMA para aquellos municipios incluidos en Zonas de Alto Riesgo.

En el caso de las urbanizaciones enclavadas en terreno forestal, se especificanquiénes son los


sujetos obligados y qué obligaciones deben cumplir y se establece un plazo de dos años desde la
aprobación del decreto para la elaboración de Planes de autoprotección en estas zonas.

Se ha redactado un nuevo decreto

El nuevo decreto del INFOMA se ha redactado siguiendo las indicaciones de la Directriz Básica de
Planificación de Protección Civil ante Emergencias por Incendios Forestales, aprobada por el
Consejo de Ministros del Gobierno de España en el año 2013.

Con este decreto, se adaptan las circunstancias, organizativas y de conocimiento adquirido, con el
objetivo de garantizar una respuesta más eficaz y eficiente y una mejor coordinación de los
recursos públicos y privados ante las emergencias por incendios forestales en la Comunidad de
Madrid.
El documento declara las zonas de alto riesgo de incendios forestales de la región, según lo
establecido en la Ley 43/2003 de Montes. Esto afecta fundamentalmente al terreno forestal, con
una extensión total de 438.799,48 hectáreas, el 54,60% de la extensión de la Comunidad de
Madrid. De este total, 266.799,48 hectáreas son superficie forestal arbolada, es decir, un 33,24%
de la superficie de la región.

Las medidas preventivas recogidas en el nuevo decreto del INFOMA también se extienden a una
franja de 400 metros de anchura desde el límite de la superficie forestal que, aunque no esté
catalogada como tal, tiene el mismo nivel de protección y que actúa como faja de seguridad para
evitar que se produzcan acciones susceptibles de originar fuego en la cercanía de los terrenos
forestales.

Usos agrícolas

El decreto prohíbe totalmente el uso de barbacoas en los terrenos forestales de la Comunidad


durante todo el año, incluso en las áreas recreativas que cuentan con instalaciones para ello.

De la misma manera, y con el mismo objetivo de prevenir incendios en terrenos forestales, la


norma recoge medidas preventivas obligatorias para la maquinaria usada en terreno agrícola, sin
la necesidad de solicitar autorización.

Se recoge también la normativa para solicitar los permisos que autorizan ahumadores apícolas y
las medidas de prevención específicas para su utilización.

La normativa contra incendios forestales añade también medidas restrictivas, que pueden ser
reguladas atendiendo a los factores de riesgo que se registren en cada época, y que afectan al
disfrute de los ciudadanos de los espacios naturales y montes de la Comunidad de la Comunidad
para evitar incendios. Así, se recoge la posibilidad de suspender todas las autorizaciones o de
restringir la circulación de personas o los accesos rodados a los montes.

Cómo prevenir incendios forestales en


urbanizaciones
Protege tu urbanización de los incendios forestales. Editado un manual que
recomienda las especies de plantas que deben dejarse en estas franjas de
protección y las que deben evitarse (porque son demasiado inflamables),
los árboles que habría que mantener o cortar en función de las sus
características y, por último, cómo podría prevenirse la erosión. También
hace otra recomendación importante, repetir los desbroces de forma
bianual para mantener la franja limpia de nueva vegetación.

¿Qué es una franja perimetral de protección?


Es una franja de terreno, con al menos 25 metros de ancho, que rodea el
perímetro de urbanizaciones y otros núcleos de población que están
situados en terrenos forestales o en un radio de menos de 500 metros.
De acuerdo con su funcionalidad, la franja debe ser una zona de baja
combustibilidad, que no arda con facilidad, y debe presentar un estrato
arbustivo moderado, que evite a la propagación del fuego en las copas,
favoreciendo la seguridad de las personas y de sus bienes en caso
de incendio forestal. Al mismo tiempo, estas zonas también deben
dificultar que un incendio originado en un núcleo urbano se extienda a los
bosques de los alrededores y sea un gran incendio forestal.

Estudios del CREAF


Desde el año 2015 ambas entidades han colaborado estudiando la dinámica
y el mantenimiento de las franjas que se abren en torno a las casas en las
urbanizaciones. De la mano de Josep Maria Espelta, investigador del
CREAF, siguen qué efecto ecológico ha tenido la apertura de este espacio
en la vegetación remanente y cómo se puede evitar la erosión del
suelo. Para realizar este seguimiento, se ha establecido una red de
parcelas experimentales permanentes en 12 urbanizaciones de la
provincia de Barcelona.

¿Por qué necesitamos estas franjas?


Los bosques ocupan más superficie ahora que en el siglo XX y esto se
traduce en un alto riesgo de incendios forestales en núcleos
rodeados por bosques. ¿Y a qué se debe esto? Básicamente a dos
factores, en primer lugar al abandono de los cultivos y al descenso en
la gestión de los bosques debido a la baja rentabilidad de los productos
forestales (se utilizan otros materiales) y, en segundo lugar, a
que las urbanizaciones se han expandido porque la gente quiere vivir
en zonas tranquilas y con naturaleza, entre otros. Dicen que una imagen
vale más que mil palabras y aquí tiene la comparación de dos ortoimágenes
de un fragmento de Collserola de los años 1956 y 2018 (ICGC).

Vegetación, podas y erosión: ¿cómo lo hacemos?

Las especies que hay que mantener en estas zonas son aquellas que, por
un lado, conservan las hojas verdes todo el año y tienen un contenido de
agua más elevado y, por otro, presentan una estructura compacta, generan
pocos restos finos y necesitan más calor para encenderse. A su vez, para
asegurar el éxito de la franja también deberían controlarse la presencia
de todas aquellas especies inflamables. ¿Cuáles podrían ser? Las que
contengan aceites esenciales o compuestos orgánicos volátiles como la
lavanda y el cantueso, o también otros como las estepas y los brezos.

Menos densidad
En las franjas también debe reducirse la densidad de los árboles. Los que
se quedan, como tienen más espacio libre y más luz, tenderán a crecer
hasta cerrar el techo del bosque otra vez, y este sombreado contribuirá a
controlar el crecimiento del sotobosque. Aún así, cada especie de árbol
tiene una respuesta diferente y, como el objetivo es que exista la
mínima continuidad entre las copas, es necesario conocer cuáles tienen
un crecimiento más lento —como la encina.

Pero el crecimiento de estos árboles, aunque sea más lento, no se


detiene. Tanto es así que al cabo de un año o, en el mejor de los casos a
los dos años, ya se alcanzan valores superiores a los umbrales
máximos establecidos por la normativa y es necesario realizar una nueva
actuación en la zona. De hecho, si la poda no se hace siguiendo de forma
escrupulosa estos criterios, al poco tiempo —incluso de sólo seis meses—
los arbustos ya pueden superar el umbral establecido por la ley y es
necesaria una nueva actuación.

Y cuando las franjas se han ejecutado sobre terrenos con bastante


pendiente, ¿el suelo se erosiona más? Eso mismo se preguntó nuestro
equipo y detectó indicios de erosión en el 80% de las franjas, aunque
en el 60% de los casos sólo se trataba de una erosión moderada. Las
pérdidas más importantes eran aquellas en las que las copas de los árboles
recubrían menos del 35% de superficie. Por ello, en parcelas con una fuerte
pendiente, dejar que las copas ocupen más del 50% ayuda a reducir que
estas zonas se erosionen. Sin embargo, se recomienda talar los árboles que
se encuentran en cabeceras y márgenes que pueden destabilizar el terreno.

Alba Gimbert: Protege tu urbanización de los incendios


forestales
Graduada en Biologia i Màster en Patrimoni Cultural i Natural per la
Universitat de Girona. Científica renaixentista i eterna aprenent amb ganes
d’explorar els apassionants móns de la comunicació, l’educació i la
divulgació del patrimoni natural.

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