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Fundamentos de Gestión Forestal Smoke Emissions

Emisiones de humo en las quemas prescritas

Las quemas prescritas son una de las herramientas más eficaces y efectivas en la gestión de masa
forestal. Hoy en día son más necesarias que nunca por la acumulación de combustible, la falta de
gestión en los bosques, el cambio climático y son un escenario donde es factible controlar y
minimizar el impacto de las emisiones generadas sobre la salud de las personas.

Las quemas prescritas pueden definirse como el uso controlado del fuego para reducir la vegetación
bajo unas condiciones específicas que permiten fijar la intensidad de fuego y la cantidad de
combustible vegetal a eliminar según un objetivo propuesto. Son utilizadas, para favorecer
determinados hábitats y la biodiversidad asociada, eliminar formaciones arbustivas de forma
selectiva y así reducir el riesgo de incendios forestales.

La sociedad actual está preocupada, y con razón, por las emisiones de gases contaminantes a la
atmósfera dada la situación general del planeta. Esto ha llevado a la criminalización de cualquier
actividad contaminante y a su rechazo por parte de la sociedad. Por ello, es importante informarse
sobre los orígenes de las emisiones contaminantes, ver cuáles se deben limitar mediante legislación
y cuáles se pueden y deben gestionar para evitar daños mayores.

Este segundo caso es el que nos ocupa en este texto, pues una quema prescrita es una actividad
que nos permite gestionar las partes del territorio que de forma estratégica convenga, con un
impacto positivo y necesario sobre la masa forestal, generando oportunidades para la extinción de
incendios forestales y pudiendo limitar sus consecuencias contaminantes controlando el sitio, el
momento y la magnitud en que se llevan a cabo.

En un contexto donde los efectos del cambio climático son innegables y siendo conscientes que en
los últimos 30 años ha habido un gran abandono de las actividades económicas en zonas forestales,
se plantea la urgente necesidad de gestionar una masa forestal cada vez más seca y menos sana,
situándonos en un escenario más peligroso.

Haciendo un análisis coste-beneficio de las distintas alternativas de gestión forestal, está claro que la
emisión de humos y la inhalación, son elementos no deseados, y el hecho de provocar una quema
prescrita, que los genere, conlleva aspectos negativos, pero analicemos también sus 2 alternativas
principales:
- La no-gestión de masa forestal (inmovilismo), que lo que genera es sencillamente una posposición
del problema, puesto que cuando llegue un incendio forestal se van a generar de golpe unas
emisiones mucho mayores puesto que muy probablemente el incendio quemará en alta intensidad
por las condiciones atmosféricas y de disponibilidad de combustible, eliminando todos los estratos
del bosque, generando muchos problemas añadidos como la erosión del territorio, las pérdidas
económicas, de fauna y flora, la generación de situaciones de peligro por falta de visibilidad en
infraestructuras de transporte, y desgraciadamente en los últimos años hay varios casos de pérdidas
de vidas humanas en grandes incendios forestales.

- Por otro lado, tenemos la gestión de la masa forestal, ya sea para su aprovechamiento económico

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Fundamentos de Gestión Forestal Smoke Emissions

o para generar otras actividades en zonas ahora ocupadas por bosque. Cabe destacar, que ninguna
de estas opciones está exenta de contaminar, dado que la maquinaria de la que disponemos
funciona con combustibles fósiles, aunque esto no quiere decir que sea una mala alternativa, ya que
de hecho es complementaria con la de las quemas, aunque esta tenga un mayor coste económico o
sea complicado de llevar a cabo por la geografía abrupta de muchos montes de la península ibérica.

Una vez entendido que la no-actuación, no es una opción, se analiza a continuación más
características de las quemas prescritas y sus emisiones:

Hay que destacar que el balance de CO 2 liberado en una quema prescrita es menor que el CO 2
captado por los individuos que persisten arraigados tras la quema y crecen vigorosos en situación de
menos competencia por el agua y en suelos mejor fertilizados por las cenizas y del CO 2. Además los
bosques jóvenes captan, en muchas ocasiones, más cantidad de CO2 que los bosques maduros.

A pesar de que es cierto que se conoce que la inhalación de humos en una quema prescrita es
nociva para la salud, hay que tener en cuenta que se puede controlar la posición del personal
actuante, se puede garantizar que estén dotados de los EPI adecuados y monitorizar las condiciones
atmosféricas, para realizar la quema minimizando la exposición a los humos, manteniendo unas
condiciones de fuego controladas para evitar riesgos y hacerlo bajo condiciones atmosféricas
favorables, cosa que en un incendio forestal no sería posible (episodios climáticos extremos,
incertidumbre, prisas, secuestro de medios de extinción en salvamentos, población en zona
peligrosa…).

Hoy en día se tienen herramientas y modelos predictivos suficientemente precisos: Landis-II,


BlueSky, BenMap... que permiten analizar las emisiones, el flujo de las mismas y el impacto sobre
población, para realizar las quemas prescritas en esos días en que las condiciones atmosféricas son
óptimas para la disipación de humos y evitar así que afecten negativamente a núcleos de población.
Con la regulación de quemas prescritas y fuego técnico, podemos elegir de forma planificada: qué
quemar, en qué momento, y en qué ubicación, de forma que se elimine el combustible del que un
gran incendio forestal se beneficiaría.

Juli Pausas expone en uno de sus artículos que el calor y el humo de un incendio de baja intensidad
pueden favorecer la floración de algunas especies mediterráneas, además de incentivar la
reproducción de especies serótinas.

También se ha comprobado en el último año que poner trabas administrativas a los trabajadores del
campo no son más que medidas de propaganda que prácticamente no conllevan mejoras en las
emisiones de humo y que además generan grandes dificultades para un sector ya de por sí
castigado.
Estoy seguro que a pesar que el proposito del legislador no es ocasionar un abandono aún mayor de
la actividad primària en el campo, esto es lo que está ocasionando esta norma, de modo que desde
mi humilde punto de vista los invito a alejar el punto de vista, limitar las actividades realmente
contaminantes a gran escala, y permitir que la contaminación de pequeñas actuaciones nos
protejan y prevengan de un gran incendio forestal que sin duda acabará llegando, con mayor o
menor intensidad y impacto sobre la salud de las personas, en función del trabajo hecho
previamente.

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