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Estructura:

Anecdota/Historia:
En esta sección, relato una historia, apelo al público, y empiezo a crear una base emocional
hacia el tema. A la gente más analítica ya me la camelo después con datos concisos.

Introducción corta:
Digo quien soy, que hago, y que quiero conseguir.

Desarrollo + Desenlace:
Directo al grano. Datos, argumentos, ataques (no muy violentos) hacia Irán y Arabia
Saudita + pequeña conclusión y declaraciones finales.

Contexto:
Soy un reportero de guerra que está hablando en la asamblea de las Naciones Unidas
para captar la atención de los representantes de los países, instando a que estabilicen el
país.

Discurso:

Señor presidente, sus excelencias, señores y señoras. En el momento de la


institución de las Naciones Unidas, este edificio y los ideales que se defendían
eran toda una promesa para la comunidad internacional. Este edificio
simbolizaba el fin de la agresión. Durante muchas décadas, las Naciones Unidas
han luchado por proporcionar estabilidad y seguridad a aquellos que lo
necesitaban.

Y por eso vengo hoy a presentarles mi queja y plegaria para que ustedes, las
Naciones Unidas, puedan continuar con su cometido.

En un día como hoy, del año 2015, me encontraba llegando a Adén en una
pequeña lancha motora. La ciudad había presenciado una de las escaramuzas
más violentas y decisivas de la guerra civil. En ese momento estuvo controlada
por las fuerzas de la coalición musulmana sunní, y parecía ser que Adén podría
convertirse en un centro decisivo para los combatientes pro-Hadi. En nuestro
descenso hacia Adén desde Eritrea, vimos el paso de helicópteros y aviones de
combate en dirección Adén, y me pregunté que podría esperarnos una vez
llegásemos. Una hora más tarde, estábamos siendo escoltados por las fuerzas
saudíes hasta el puerto Yemení, y la ciudad emanaba un aire a suciedad y
pólvora. Nada más atracar, me reuní con mi compañero Ahmad, y fuimos a
visitar uno de los edificios recientemente bombardeados. En el viaje hasta el
centro de la urbe, vi por primera vez el horror que se había desatado en Yemen.

La pobreza se extendía por todas las calles, sucias de mugrienta gente y


deprimentes desperdicios. Los niños andaban cabizbajos, sucios y descalzos,
hacia ninguna dirección en particular. La multitud de gentes que se encontraban
en aquel sitio era realmente desesperanzadora, parecía que Adén se había
convertido en una vía de escape para aquellos pocos que tuvieran suficientes
bienes. La situación era pésima, y el tráfico no nos facilitó llegar a nuestro
destino.

Hacia el público

Fue en este momento cuando empecé a comprender qué me podría esperar en


los próximos meses de reportaje. Lo que descubrí aquel día me generó
preguntas incontestables por aquel entonces. ¿Por qué no está hablando de la
guerra civil?, ¿Por qué no había ningún organismo importante tomando parte en
limitar la destrucción?, ¿Qué había causado esta incógnita internacional?

Mientras me formulaba estás preguntas llegamos al edificio en cuestión. Había 3


combatientes supervivientes del bombardeo. Estaban arrastrando cuerpos de
los que no tuvieron la suerte de salir a tiempo del edificio. Amontonados,
pasaban desapercibidos e ignorados por los transeúntes. Era una gente que
sabía lo que era el sufrimiento, asumiendo que cualquier día podrían ser ellos los
siguientes. Gente, que lucha por la supervivencia día a día bajo las repulsivas
condiciones superpuestas a ellos. Gente, que incapaz de decidir su propio futuro,
son obligados a elegir bandos.

De estas personas, muchas son tan solo niños, que son obligados a luchar por
ambas partes por igual.

Aquel día, expuestos los cuerpos carbonizados al sol y al calor de la acera, pude
ver la realidad que viven los ciudadanos Yemeníes.

Termina primera parte, pausa

Comienza la intro del personaje

Muy buenas miembros de la ONU. Me llamo Eduardo de Luque (o el nombre de


un corresponsal de guerra). He sido corresponsal durante la última década de
varios canales de información de todo el mundo. Hoy vengo a exponerles el
creciente problema en Yemen, e instarles a que ustedes, y las naciones a las que
representan, actúen para frenar la crisis humanitaria de Yemen, y facilitar
estabilidad para los ciudadanos.

Desde el año 2014, el país de Yemen ha sido el escenario de la mayor crisis


humanitaria que sigue hasta la actualidad. La organización mundial de la salud
ha confirmado que este año, más de 20 millones de personas han necesitado
asistencia médica de un sistema sanitario colapsado. En los últimos años, se han
desplazado a más 1.8 millones de ciudadanos Yemeníes fuera del país, familias
dejando atrás hogares vacíos. Padres que jamás volverán a ver a sus hijos. Niños
asustados sin conocimiento de qué les esperará una vez salgan del país.

Esto es en lo que se ha convertido Yemen queridos diplomáticos y


representantes . Esto es lo que están causando ambos lados de la guerra. Se ha
alegado si esta guerra es de ideales políticos entre Yemen del sur y Yemen del
norte, si vendrá del odio de los chiitas y los sunnitas, pero esto no podría estar
más lejos de la realidad.

Yemen se ha convertido tan solo en el campo de tiro de los saudíes e iraníes, y los
yemeníes, no son ahora más que sus soldaditos de juguete, donde libran sus
batallas en terrenos ajenos. Cada uno financia copiosamente al lado que
prefieren que gane, prolongando el sufrimiento de los yemeníes.

Este conflicto no es nada más que un pretexto por parte de los países de Irán y
Arabia Saudita. Un pretexto que no es nada más que una mentira descarada a
toda la comunidad internacional. Cada uno financia y proporciona armas a cada
bando de la guerra. Tan solo en el último año, las fuerzas estadounidenses han
incautado innumerables suministros de guerra y armamento para los rebeldes
hutíes, cortesía de Irán. Entre los más alarmantes envíos, se encuentra la
intercepción de un pequeño barco pesquero con más de 3000 rifles de asalto,
cientos de ametralladoras,y docenas de misiles antitanques. Por parte de los
sauditas, la ONU ha contabilizado la cantidad de ataques aéreos desde el inicio
del conflicto. Se ha confirmado, que hay una media de 600 ataques aéreos por
mes. Que se traduce a justo por debajo de 58 . 000 ataques aéreos en lo que
llevamos del conflicto.

Y esto se ha de acabar. No podemos permitir que continúen haciendo un juego


de las vidas de los ciudadanos Yemeníes. El momento de actuar es el de ahora, y
hemos de frenar la masacre en la que se ha convertido la vida en Yemen, por el
bien de Yemen, el de sus habitantes, y el de defender y reforzar los ideales de la
ONU.
Muchas gracias por su tiempo, sus excelencias.

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