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PRI

Partido Revolucionario Institucional


ORIGEN:
Fue un partido creado en 1929 por Plutarco Elías Calles, que surgió con el
propósito de implantar una vida civilizada que asegurara el ascenso al poder.
Por la ausencia de una autoridad central reconocida y una gran dispersión de
poder, el Partido tuvo como primer propósito agrupar a los revolucionarios y
evitar que la presidencia se decidiera por las armas o grupos que se
impusieran, todo esto debido al asesinato del presidente Álvaro Obregón en
1928, quien iba a comenzar su segundo mandato sobre el país, existieron
muchas especulaciones acerca de su asesinato, como por ejemplo que Calles
iba a ser el principal beneficiado por su fallecimiento, esto debido a que
cuando vio el cuerpo de Obregón, lo primero que dijo fue: “ ¿Querías ser
presidente? Tal por cual, pues no llegaste”. Sin embargo todas las acusaciones
sobre relaciones entre el presidente, los cromistas y León Toral se basaron en
suposiciones y creencias, y no pudo establecerse una conexión real entre los
acusados de conspiración y planificación del magnicidio. 1

El 22 de noviembre de 1928, un pequeño grupo de políticos afines a Plutarco


Elías Calles se reunieron en la casa de Luis L. León, en la calle Londres 156 de
la Ciudad de México, para iniciar los trabajos de organización del PNR,
fungiendo como primer presidente del comité directivo Plutarco Elías Calles,
como secretario general Luis L. León y el general Manuel Pérez Treviño como
tesorero.

El 5 de enero de 1929 se convocó a una convención, que se llevaría a cabo el


4 de marzo del mismo año en la ciudad de Querétaro, con la intención de
formalizar los estatutos de la nueva organización y presentar al candidato
presidencial del Partido Nacional Revolucionario. En 1929, el PNR surge como
un partido de corrientes, de fuerzas políticas distintas pero afines.

Durante los primeros años del partido, se tenía un carácter netamente


socialista, que iba en contra de los elementos de centro derecha y extrema
derecha que estaban proliferando en el país a raíz de los movimientos fascistas
en Europa. El creador del Partido Nacional Revolucionario (PNR) fue el
expresidente de México, General Plutarco Elías Calles, quien llamó a la
necesidad de pasar de la “época de los caudillos a la época de las
instituciones”. La propuesta se fundó en la idea de crear un frente popular
revolucionario, capaz de dar instituciones sólidas a México y convocar a la
mayoría de los dirigentes de aquella época.

La misión del PRI es ser vanguardia en la transformación democrática de


México, desde una posición ideológica que supone la responsabilidad de
interpretar los principios y propósitos de la Revolución, en el siglo XXI; es decir,
en la definición del Estado y en el programa que se espera impulsar para el
gobierno.

Asumimos que la Revolución, si bien establece el origen del Partido, no


necesariamente resuelve su futuro, puesto que este es una tarea que define la
ciudadanía. Cada generación de priistas, en su búsqueda por ganar espacios
políticos, pretende ganar el respaldo social a través del discurso, las
propuestas, los consensos, el debate y la acción política. Por ello, es necesario
definir cuáles son los componentes y alcances de la revolución de hoy.

De cara a graves rezagos y nuevos desafíos, enriquecimos y actualizamos


nuestra Declaración de Principios, conciliando las aspiraciones históricas de los
mexicanos con las exigencias del siglo XXI. Sólo así lograremos mantener
vigentes los valores fundamentales del Partido, en el contexto de una nueva
realidad nacional e internacional, marcada por el cambio.

Con esa convicción, los principios del PRI del siglo XXI constituyen un sólido
puente que concilia tradición y modernidad, libertad individual y derechos
sociales, competencia política y cooperación institucional, Estado eficaz y
mercados competitivos, crecimiento económico y equidad social,
aprovechamiento racional de nuestros recursos naturales y protección del
medio ambiente, y globalización e identidad nacional.

En la Declaración de Principios modificada, el Partido se pronuncia de manera


clara y decidida en favor de la honestidad, la transparencia y la rendición de 2
cuentas, y por el combate a la corrupción. De igual modo, reafirmamos nuestro
compromiso con el respeto y promoción de los Derechos Humanos, el debido
proceso y el derecho a la información, como elementos para potenciar el
protagonismo de la ciudadanía en el México de hoy.

Su ideología se sustenta en los principios ideológicos de la Revolución


Mexicana, que plantea como postulados fundamentales el nacionalismo, las
libertades, la democracia y la justicia social. Con base en ellos el partido
promueve el ejercicio del poder hacia el desarrollo económico, político, social y
cultural de México, y sostiene una tendencia ideológica que lo vincula a la
corriente social demócrata de los partidos políticos contemporáneos.

El distintivo del Partido a la postre serían tres bandas verticales de color verde,
blanco y rojo, como la bandera nacional en un acto de reivindicación ideológica,
y sobre ellas las letras del PNR: símbolo emblemático del nacionalismo
revolucionario que se ha conservado hasta nuestros días.

el PNR se constituyó en 1929 con dos objetivos centrales: crear un espacio


político que reuniera a los diversos líderes regionales salidos de la Revolución
en un solo proyecto de nación; y segundo, que en ese espacio político se
transformara la lucha armada en debate político. Con la creación del PNR, don
Plutarco Elías Calles solucionó un problema político inmediato e insoslayable, y
al mismo tiempo, sentó las bases de la institucionalización de la Revolución
Mexicana”

El PNR “no era un partido de clase. Tampoco un partido ideológico. Era plural.
Su afán más que restar, fue sumar. Sumar a todos los que compartían sus muy
amplios principios y programa”, por ello en sus filas lo mismo era posible
encontrar a campesinos, obreros, empresarios e incluso hacendados.
En diciembre de 1937 el Presidente Lázaro Cárdenas, acompañado de su
Secretario de Gobernación, don Ignacio García Téllez, “exponiéndoles con toda
claridad la necesidad de transformarlo y de introducir reformas fundamentales
para lograr una más sólida alianza entre obreros, campesinos, soldados y
burócratas”.Desde el primero de septiembre de 1935 el general Cárdenas ya
había anunciado la necesidad de modificar la estructura del Partido. El PNR
había cumplido su misión histórica al unificar bajo una dirección centralizada
las diferentes agrupaciones revolucionarias regionales permitiendo de esta
manera, que de la era de los caudillos se pasara a la era de las instituciones.
Era momento de la consolidación de la alianza obrerocampesino-popular-militar
para darle una fuerza orgánica, en palabras de don Emilio Portes Gil, al Partido
de la Revolución.

De tal suerte, el 30 de marzo de 1938, 400 delegados representantes de


organizaciones campesinas, obreras, militares y de contingentes populares, se
dieron cita en las inmediaciones del Palacio de Bellas Artes, para suscribir un
Pacto de Unión y Solidaridad que daría lugar a la transformación del PNR,
cambiando su nombre al del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), y
adoptando con ello el lema: Por una democracia de los trabajadores. Hay
registros de que al momento de tratar de reestructurar al Partido, existieron
propuestas para que la nueva organización se denominara “Partido Socialista
Mexicano”, siendo uno de sus objetivos la preparación de la nación para la
implantación de una democracia de trabajadores para llegar a la instauración
de un “régimen socialista”.

En su declaración de Principios el naciente Partido aceptó sin reserva alguna el


sistema democrático de gobierno; mantuvo el reconocimiento de la lucha de
clases como inherente al régimen capitalista; la lucha por la colectivización de
la agricultura; el apoyo a la clase obrera y el derecho a la huelga; el combate
contra el fascismo o cualquier otra forma de opresión; la intervención del
Estado en la economía; la imposición de un programa educativo oficial a las
escuelas particulares; la no intervención y la autodeterminación de los pueblos
como principios rectores del derecho internacional; la igualdad político-social de
la mujer; la garantía de la libertad para los indígenas; el establecimiento de un
Seguro Social; el control de los precios; y el fomento de la construcción de
habitaciones populares

Después de las presidencias de Luis I. Rodríguez, don Heriberto Jara, y el


licenciado Antonio Villalobos, al frente del PRM, se abriría un nuevo capítulo en
la vida institucional de la Revolución. La Convocatoria a la Segunda
Convención del PRM, constituiría la base sobre la cual los revolucionarios
definirían el nuevo rumbo que habría de seguir el Partido. Los convencionistas
perremeístas fueron citados en el Teatro Metropólitan el 18 de enero de 1946,
con el objeto de evaluar una reestructuración del Partido, y por unanimidad
acordaron que ésta se convirtiera en una Convención Constitutiva con el fin de
fundar al nuevo instrumento político de la Revolución. Los convencionistas
entonces “dieron por terminada la misión histórica del PRM” y aprobaron el 19
de enero de 1946 el surgimiento de un nuevo Partido, el Partido Revolucionario
Institucional (PRI), bajo el lema de Democracia y justicia social
El nuevo Partido se definía a sí mismo como “una asociación nacional,
integrada por obreros y campesinos organizados, por trabajadores
independientes, empelados públicos, cooperativistas, artesanos, estudiantes,
profesionales, comerciantes en pequeño y demás elementos afines en
tendencias e intereses, que aceptaban los principios de la Revolución
Mexicana, considerando a las mujeres exactamente en las mismas condiciones
que los hombres”.23 Sus dos objetivos fundamentales serían: alcanzar el poder
público por la vía democrática y dentro de la ley; y unificar a los sectores
revolucionarios para la conquista de sus derechos y la mejor satisfacción de
sus necesidades e intereses.

IDEOLOGÍA RESPECTO A CIERTOS TEMAS


El código moral que no da cabida al aborto presupone, como puede verse,
errores conceptuales y, sobre todo, no permite resolver los problemas reales
que la gente tiene que enfrentar. Si en cambio hacemos nuestro un código
de conducta o una legislación que permita el aborto, no de manera
indiscriminada o fácil (para nadie es un gusto abortar, supongo. No es algo
que se haga por placer, sino para salir al paso de una situación
problemática), se evitan esos errores y permite resolver multitud de
dificultades y complicaciones inmediatas, aunque a no dudarlo enfrentamos
el gran problema de destruir un producto de nuestra especie que es
potencialmente un ser humano más. Yo creo que si la destrucción se opera
cuando el ser en cuestión ni siquiera produce su propia sangre, dicha
destrucción no puede, aunque dolorosa en más de un sentido, tener
prioridad por encima de cualquier otra consideración. En otras palabras,
hay cosas más importantes en las vidas de los humanos que eso. Por
ejemplo, el sufrimiento de seres humanos ya constituidos. Los problemas
de los humanos vivos son, pienso, más dignos de tomarse en cuenta que los
problemas de los prospectos de seres humanos. Un código moral que
respete estas jerarquías es, pues, preferible.

https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/pri-votara-a-favor-de-la-
despenalizacion-del-aborto-7246752.html

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