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“La práctica de pensar la práctica” en definición de Paulo Freire y el

porqué de elaborar y gestionar un proyecto socioeducativo. Añadiría una


frase que leí una vez que permite establecer una gran diferencia cuando
agregamos a “proyecto” la palabra “socioeducativa”: “Cuidado, contiene
sueños”

-¿Dónde estamos? Y de dónde venimos… Porque nos define y nos orienta


dentro de una organización que tiene una visión y una meta estratégica de
la que somos y debemos sentirnos parte tanto como ejecutores como
agentes de cambio proactivo y donde entran en juego la representación y
la imagen de infancia que tiene cada actor involucrado: familia,
educadores y comunidad.

-¿Quiénes somos? El centro define sus peculiaridades en cuanto a


organización y funcionamiento, expresa las necesidades propias y reafirma
su identidad como equipo que trasciende la individualidad, lo que asegura
su continuidad en el futuro.

-¿Qué hacemos y para quiénes? Un Centro de Atención a la Primera


Infancia que planifica y conoce la importancia del contexto para el
desarrollo del niño, puede también comprender las representaciones que
cada familia ha elaborado respecto a sus hijos, si previamente ha
trabajado esos aspectos conceptuales a la interna del equipo. Muchas
veces, las desinteligencias o desacuerdos entre Centro y familia provienen
del hecho de tener distinta representación de la infancia.

Potenciar la participación activa de la familia en el proceso educativo de


sus hijos e hijas, tanto en el contexto familiar como en la institución
educativa es una oportunidad de trabajo inclusivo que favorece la
perdurabilidad de las intervenciones.

-¿Hacia dónde queremos ir? ¿Cuáles son nuestros objetivos? Favorecer el


desarrollo integral de los niños y niñas de 0 a 2 años, desde una
perspectiva socioeducativa y biopsicosocial inclusiva, desde un enfoque
de derecho a través de acciones que garanticen la atención con
estrategias pedagógicas significativas, entre ellas el juego, el arte, la
creatividad, la expresión corporal, la promoción de vida y alimentación
saludables, la generación de ambientes adecuados, seguros y acogedores
integradores de las familias en el proceso y sumando a las redes sociales.

-¿Cuáles serán nuestras prioridades para movernos en la dirección


deseada? Disponer de la suficiente flexibilidad en los miembros y en la
organización para realizar ajustes en los objetivos una vez implantado el
proceso. La rigidez o resistencia al cambio dificulta el éxito de la
planificación porque siempre se producen cambios imprevistos. La
planificación reduce la incertidumbre, pero no la hace desaparecer.

-¿Cómo llegaremos? ¿Quiénes lo haremos? Implicación total del equipo.


La elaboración del Proyecto de centro implica el desarrollo de un
procedimiento articulado de reflexión de todos los integrantes que evite la
improvisación, la rutina, el individualismo y la inercia.

Debe ser un vehículo para sistematizar y reflexionar sobre la propia acción


educativa, que acoja los aportes de los distintos actores además de
concebirse como un instrumento de trabajo, pues a través de él sus
responsables pueden analizar sus prácticas, realizar planificaciones
compartidas y valorarlas en común. Y, ¿por qué hablamos de
responsables?... Siempre decimos que la información es poder, pero
cuando en un proyecto se democratiza ésta está también delegando
responsabilidad e implica el empoderamiento de sus miembros en cuanto
al lograr el cumplimiento de objetivos que les son comunes.

-¿Cómo mediremos el desempeño logrado? Establecer parámetros que


midan de manera fiable tanto de manera cualificable como cuantificables.
Incorporar la evaluación de otros agentes que midan nuestro
cumplimiento de los objetivos (supervisores y familias). Y, ¿cómo
revertiremos las debilidades y amenazas transformando las crisis en
oportunidades? Este proceso también debe ser planificado, saber qué
habrá emergentes e imprevistos permite y exige que se generen ámbitos
de reflexión y de reorientación por parte del equipo.

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