Está en la página 1de 24

1

FORTALECIENDO LA JUSTICIA DE PAZ EN EL PERÚ

¿Reconocimiento de autonomía cultural a comunidades campesinas y nativas y


organizaciones comunales o sujeción al ordenamiento jurídico-positivo nacional?

Ponencia presentada en el Congreso de Antropología Jurídica en Quito del 16 al 20 de Agosto del


2004

J. María Elena Guerra Cerrón


Fiscal Superior Civil
Ministerio Público-Perú

1 Introducción
Presentar esta ponencia no resulta una tarea fácil, por el contrario es un gran desafío. Ocupando
un cargo en la Magistratura, como Fiscal del Ministerio Público1 y siendo, entre mis principales
funciones la de defender la legalidad (entendida como observancia y respeto a la ley y tutela a los
derechos fundamentales), no puedo tener una actitud pasiva frente a la percepción de los
ciudadanos respecto a que el Sistema de Justicia Formal es ineficiente.

De otro lado, frente a muchos acontecimientos ocurridos en el Perú, que han sido calificados como
un “retorno a la barbarie” o que han denominado a los actores como “terroristas”, “vándalos” o
“turbas” y que de alguna manera han sido atribuidos a comunidades campesinas (indígenas), mis
escasos conocimientos de Justicia Comunal y Derecho Indígena han tenido que ser
necesariamente ampliados para entender tales acontecimientos.

Todo ello, a su vez, ha sido contrastado con una instancia del Poder Judicial, que aún siendo una
instancia judicial, es singular porque aplica una justicia comunal hasta cierto punto y también una
justicia casi formal.

Esa instancia singular es la Justicia de Paz, que no es precisamente un reconocimiento absoluto


de autonomía cultural de base a las comunidades campesinas y nativas y otras formas de
organización comunal. Las organizaciones comunales tienen su propia justicia, esto es, sus
normas comunitarias: la Justicia Comunal o Justicia Comunitaria o como dice Peña Jumpa, en
relación a la comunidad Aymara, Poder Judicial Comunal o Justicia Popular como la denomina
Hans Jürgen Brandt.

Actualmente coexisten Jueces de Paz, Rondas Campesinas, Autoridades-representantes de


Comunidades Campesinas y Nativas e incluso Defensores Comunitarios con facultades
jurisdiccionales constitucionales o facultades concedidas por su comunidad. Esta coexistencia no
siempre es pacífica, ya que algunas veces hay interferencias entre las acciones jurisdiccionales
de estas organizaciones comunales.

El Juez de Paz, en principio, es un conciliador pero también ejerce función jurisdiccional estatal. La
sentencia que pronuncie será según “su leal saber y entender”, debidamente motivada, no siendo
obligatorio fundamentarla jurídicamente, esto es, no está obligado a observar la norma jurídica-
positiva.

1
Desde 1998 ejercí función jurisdiccional como Juez de Primera Instancia de la Corte Superior de Justicia
de Lima. En julio del 2003 el Consejo Nacional de la Magistratura del Perú me nombró Fiscal Superior Civil
del Ministerio Público.
2

A riesgo de adelantar mi preferencia por la Justicia de Paz afirmo que ésta es el “eslabón” entre la
Justicia Comunal y la Justicia Formal. Propende a garantizar el equilibrio necesario para la
convivencia en una sociedad en la que si bien todos somos iguales, tenemos culturas, lenguas y
tradiciones diferentes que deben ser tomadas en cuenta y respetadas.

De ello surge un problema cuando algunos magistrados formales2 no quieren admitir que más allá
de la norma positiva existe un código de vida en cada comunidad y se entiende a la Justicia
Comunal y también a la Justicia de Paz como una interferencia en la competencia jurisdiccional.3

Entonces es imperativo que la Magistratura tome conciencia que en el Estado peruano no es sólo
un gran pueblo sino que contiene varios pueblos internos.

2 Perú: país multicultural

El Perú como otros países de Latinoamérica presenta diversidad en lo geográfico-ecológico, y son


pluriculturales, pluriétnicos y plurilingüistas4. Para un significativo número de ciudadanos e incluso
magistrados pareciera que lo dicho es un tema novedoso, una corriente nueva, sin embargo
ignoran que ello ha sido así desde la desaparición del Imperio Incaico. Lo que sucede es que en
las últimas décadas se ha volcado la atención a su “reconocimiento” legislativo. Hoy en nuestra
Constitución Política en el artículo 2º inciso 19) se establece que el Estado reconoce y protege la
pluralidad étnica y cultural de la Nación. Al parecer esta revaloración y atención tiene su
motivación en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo - OIT) del 27 de junio
de 1989. El Convenio regula, entre otros aspectos, el respeto a las costumbres o tradiciones de los
pueblos indígenas, originarios y tribales en países independientes.

Por ahora mi atención se enfoca en las manifestaciones de las comunidades campesinas y nativas
(en la costa se denominan comunidades campesinas y en la selva comunidades nativas) y su
relación directa al pueblo indígena. La razón es que se considera que los pueblos indígenas
”…tienen derechos anteriores a la formación del Estado” o dicho de otro modo, tienen derechos
precedentes al actual sistema positivo. Este reconocimiento de una condición jurídica, ajena a
dicho sistema, es la piedra angular para el desarrollo de atribuciones peculiares a su espacialísima
posición jurídica. Esa calidad única de los pueblos indígenas es el referir sus derechos a un
estadio anterior al del actual cuerpo de normas, de modo que, la realización de sus derechos no
ocurre en virtud del sistema vigente: la ausencia de derechos indígenas no se resuelve por una

2Cuando se alude a magistrados debe entenderse a jueces y fiscales de todas las instancias. Esta es la
denominación genérica en Perú a diferencia de otros países en que los magistrados son los jueces y fiscales
de apelación.

3 “En la teoría tradicionalmente aceptada del derecho y del Estado, los derechos de los pueblos preceden y
origina los derechos de los Estados. Lo paradójico es que, en la práctica, los Estados se sienten
amenazados por los “pueblos” que contiene en su territorio. Imaginan a todo pueblo como un rival dispuesto
a desembarazarse de ellos. Esta reacción que se basa en la tesis de la “Autodeterminación de los pueblos”
ha sido sacralizada en la fuente bautismal del derecho estatalista: todo pueblo debe ser un Estado. Entonces
deriva la fatalidad: puede -¿deben? crearse tantos Estado como pueblos existen. Así la ecuación de los
pueblos virtuales como Estados en larva o potencia, eleva la temperatura política a un nivel volcánico.”
BALLON AGUIRRE, Francisco, Introducción al Derechos de los Pueblos Indígenas, Defensoría del Pueblo,
Lima, septiembre 2003, p. 17

4 “Por ejemplo, se dice que el multiculturalismo es, desde cierto punto de vista, la coexistencia compleja y
dinámica de distintas racionalidades, de diferentes cosmovisiones, de distintas maneras de vivir o, si se
quiere, de construir el tiempo y el espacio; y que a su manera, cada cultura comporta su propia y singular
noción de lo universal”, RUIZ SANCHEZ, Carlos Ariel, “Entendimiento Intercultural y Administración de
Justicia -La jurisdicción especial indígena- JEI, un reto de cooperación, en “Contrastes sobre lo justo,
debates en justicia comunitaria, del a Corporación de Promoción Popular, Medellín, Colombia 2003,p.34
3

acción afirmativa (en el sistema) sino por una acción receptiva (hacia el sistema). Puede decirse
también que el sistema jurídico positivo no puede eliminar al derecho indígena porque, en cierto
modo, no lo “alcanza”, no lo “estipula”, “no lo genera”, en suma, no lo crea. Esta es la idiosincrasia
de un derecho indígena que se independiza- en su fuente del derecho nacional, al igual que lo
hace el conjunto de principios de los derechos humanos aunque se relacione con ellos. La
diferencia de los derechos humanos en general, es que los derechos de los pueblos indígenas
peruanos se apoyan en un suceso histórico concreto. El derecho indígena puede, con cierta
precisión, indicarnos en un calendario la fecha de su interdicción: puede probar su afirmación con
hechos socio-jurídicos” 5

Esta vez no me voy a referir a las comunidades afro peruanas debido a que no tengo experiencias
con ellas.

3 El Monismo Cultural

Hay una imposición del “monismo” como sistema de pensar, de actuar, según el cual existe una
sola realidad: una nación, un Estado, una religión un idioma y una cultura oficial.

La enseñanza universitaria tradicional en derecho forma profesionales con una cultura monista.
Nuestra formación tradicional6 en derecho, a veces, no nos permite reconocer que no existe un
solo Derecho (el que interpretamos al resolver los conflictos que se nos presentan). “Hoy se
presenta la necesidad de introducir instrumentos de análisis que permitan identificar hechos
jurídicamente relevantes, donde el derecho debe comprender las exigencias sociales manifiestas
en las actividades y vocación de los operadores del derecho, dirigidas a satisfacer, redefinir o
controlar las aspiraciones de la sociedad. En ese sentido, se pretende lograr profesionales más
sensibles, éticamente consecuentes y responsables con la sociedad que les tocó vivir, lo que
implica como reto una revaloración y rediseño jurídico, dentro de la construcción y reconstrucción
social en crisis.”7 En las facultades de derecho se debe promover un mayor estudio de
epistemología, filosofía del derecho, sociología y antropología jurídica, tan importantes para una
formación integral.

Cuando alcanzamos un cargo en la Magistratura como Jueces o Fiscales ingresamos a un


Sistema que es visto como el “sistema formal de justicia”. El concepto generalizado es que el
Derecho es uno, y es el derecho positivo. Se entiende al Derecho como sinónimo de ordenamiento
jurídico, esto es, un conjunto de normas que rigen las conductas de las personas en una sociedad
determinada.

Lo que dijera Kant en relación a que: “Los Juristas buscan todavía una definición para su concepto
del Derecho“ es vigente. No puede haber un concepto restringido ni único del Derecho.

Indiscutiblemente la experiencia humana es una experiencia normativa porque nuestra vida se


desenvuelve dentro de un mundo de normas donde una norma es una regla de conducta.

5 BALLON, ob.cit., p. 59.

6 “La formación profesional es el proceso y la posibilidad que tiene un sujeto, llámese estudiante, de

interactuar con su entorno; es en ese encuentro como él mismo se va formando, sin depender de la mano
invisible que le construya su andar. Considero que nadie forma a nadie. El sujeto se forma con su capacidad
de interrelación, con su actividad de transformación y creatividad, y no en la pasividad de lo establecido.”
BERNAL CAMACHO, Germán, Docencia e Investigación en la enseñanza del derecho, en Derecho y
Realidad, vol.1, Nº 1, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, septiembre 2003,Colombia, p. 12

7 Ibidem, p. 16
4

Históricamente la norma, entendida como norma jurídica, nació en correspondencia con la moral,
por ello se habla de normas morales y normas jurídicas. Si observamos el desarrollo de la vida de
un hombre a través de la actividad educadora que ejercen sobre él sus padres nos damos cuenta
que ese hombre se desarrolla bajo la guía de reglas de conducta y por normas morales.

Lo que sucede ya en la sociedad y fuera del ámbito del hogar, es que con el transcurrir del tiempo
y los cambios sociales asistimos a una crisis del concepto moral. El concepto moral se ha
difundido en muchos valores individuales en las sociedades crecientemente plurales y
heterogéneas. Así aparecen las normas jurídicas que se imponen aún contra la voluntad de los
propios ciudadanos y la percepción que tenemos es que cuando hablamos de normas, nos
estamos refiriendo solamente a normas jurídicas-positivas.

¿Pero acaso solamente existen las normas jurídicas-positivas como reguladoras de las conductas
de los ciudadanos? No es así. Existen tantas normas como conductas hay y de acuerdo a una
sociedad determinada. Si una sociedad es compleja, esto es si es heterogénea y plural, coexistirán
diferentes conjuntos de normas y no todas son jurídicas-positivas. De allí que la Justicia Formal es
la que resuelve los conflictos de acuerdo a las normas jurídicas previstas en el ordenamiento
jurídico nacional- el derecho positivo y la Justicia de Paz (justicia no formal )8 y la Justicia Comunal
son las que resuelven los conflictos de acuerdo a sus costumbres, usos y tradiciones.

Ya sea como normas jurídicas-positivas o normas comunales, las normas son de suma
importancia ya que siendo el ser humano un ser social, tiene la condición innata de vivir en
sociedad. Las normas deben existir, ser respetadas y hay que someterse a ellas. Esta condición
no sólo le sirve al ciudadano para su desarrollo natural y espiritual sino que es condición esencial
para posibilitar y garantizar la convivencia social, estable, segura y pacífica.

Al ingresar a la Judicatura, con una percepción monista, hubo un “corto circuito” cuando “descubrí”
a los Jueces de Paz (aún mal llamados Jueces de Paz no letrados). Hubo un enfrentamiento con
una realidad ignorada y desatendida por acción y omisión del Poder Judicial.

Lo más sorprendente fue verificar que la Justicia de Paz formaba parte del Sistema de Justicia9 y
específicamente del Poder Judicial. Así está previsto en el artículo 28º inciso 5) del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial. La Justicia de Paz es el primer peldaño de
acceso a la Justicia Formal. Luego en la estructura viene la Justicia de Paz Letrada, la Justicia de
Primera Instancia, las Salas Superiores y finalmente las Salas Supremas.

Entonces me formulé la siguiente pregunta ¿Si la Justicia de Paz es una instancia del Poder
Judicial, porque su existencia era casi totalmente desconocida por los magistrados y las máximas
autoridades? (aunque algunos opinan que fue mejor que por acción u omisión se hayan
despreocupado de la Justicia de Paz ya que así ha podido sobrevivir por tanto tiempo
manteniéndose creíble y confiable a diferencia de la Justicia formal). La Justicia de Paz ha sido
siempre “la parte olvidada del Poder Judicial”. En primer lugar por la percepción monista de la

8 “Un tema que resalta es el que la Justicia de Paz, que es de carácter no formal, no está obligada a conocer

las normas objetivas y muchos menos a aplicarlas, ya que, en principio, los Jueces de Paz son conciliadores
natos que resuelven los conflictos teniendo en cuenta la idiosincrasia de los pobladores. Los usos y
costumbres y tradiciones son normas que, a través del tiempo han sido legitimados por la comunidad y que
forman parte de su cultura”, GUERRA CERRON. J. María Elena, Visión del Sistema de Justicia, Editorial
Rodhas, edición, enero 204, p.123

9Actualmente se está tratando de concebir a la impartición de justicia como un sistema, esto es, al conjunto
de organizaciones, órganos y entes que participan directa o indirectamente en brindar el servicio de justicia,
más adelante detallaremos un poco más sobre el particular.
5

Judicatura y porque jamás en el presupuesto del Poder Judicial hubo una partida para atender a
los Jueces de Paz, puesto que no son remunerados y no tienen asignación de materiales de
escritorio, esto es, carecen totalmente de apoyo logístico. A la fecha esta situación se espera sea
superada porque contamos con un Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de
Justicia en la que se ha dado una atención especial al “acceso a la justicia” y se ha decidido por el
fortalecimiento de la Justicia de Paz, reconocimiento a la Justicia Comunal y Rondas Campesinas,
tema que trataremos más adelante.

El encuentro fue no sólo con Jueces de Paz sino con realidades distintas a las conocidas en la
ciudad de Lima, las realidades de diversas comunidades campesinas, caseríos, anexos, centros
poblados y otras poblaciones. De allí la vinculación con el Derecho Indígena visto, al principio,
como algo extraño, muy alejado de nuestra realidad jurídica. Una realidad de la cual solamente se
preocupaban ONGs, extranjeros, sociólogos o antropólogos y por lo tanto era competencia
solamente de ellos.10

La mayoría de las Cortes Superiores de Justicia del Poder Judicial actualmente, a pesar de no
contar con recursos económicos, brindan capacitación y orientación a los Jueces de Paz a nivel
nacional. Por otro lado, es destacable que este año el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, que es
un órgano de gobierno, por primera vez ha nombrado una Comisión de Justicia de Paz
conformada por dos consejeros11. Su labor es promover la atención y fortalecimiento a la Justicia
de Paz.

La visión monista se ve trastocada por una realidad oculta que demandó atención y hoy la
tendencia es hacia una visión multicultural y así nos vamos introduciendo en el pluralismo jurídico.

4 Sistema de Administración de Justicia Peruano

El artículo 89º de la Constitución Política del Estado, establece que las Comunidades Campesinas
y las Nativas tienen existencia legal y son personas jurídicas. Son autónomas en su organización,
en el trabajo comunal y en el uso y la libre disposición de sus tierras, así como en lo económico y
administrativo, dentro del marco que la ley establece. La propiedad de sus tierras es
imprescriptible (...) El Estado respeta la identidad cultural de las Comunidades Campesinas y
Nativas.12

A su vez en el artículo 138º se establece que “La potestad de administrar justicia emana del
pueblo y se ejerce por el Poder Judicial, a través de órganos jerárquicos, con arreglo a la
Constitución y a las Leyes”. Sin perjuicio de la Unidad Jurisdiccional, en el artículo 149º se
reconoce que “Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con el apoyo de las

10 “La realidad indígena ha sido tradicionalmente marginada y objeto de estudio casi exclusivo de los
antropólogos. Las ciencias jurídicas, ancladas en el Derecho positivo y escrito-es decir, en el Derecho
estatal-,ignoraban por completo o ( mejor dicho) negaban la existencia de sistemas jurídicos alternativos
como los indígenas…”10 PEÑA JUMPA, Antonio, CABELLO MALLOL, Vicente, LOPEZ BARCENAS,
Francisco, Constituciones, Derecho y Justicia en los pueblos Indígenas de América Latina, Análisis
constitucional Justicia y Derecho oaxaqueño ( México) Justicia y Derecho Aymara (Perú), Pontificia
Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 2002,p.25

11La Resolución Administrativa 063-2004 del 31-03-04 precisa en su artículo 4º que la Comisión de Justicia
de Paz está integrada por el Dr. Edgar Amez Herrera, magistrado del Poder Judicial y por el Dr. Luis Alberto
Mena Núñez, representante de los abogados del Perú.

12 En este artículo no se menciona nada de la facultad jurisdiccional o de resolución de conflictos que

puedan reconocerse a las comunidades campesinas y nativas, como si ocurre en el artículo 149º.
6

Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito


territorial de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos
fundamentales de la persona. La ley establece las formas de coordinación de dicha jurisdicción
especial con los Juzgados de Paz y con las demás instancias del Poder Judicial.13

El Poder Judicial peruano se rige por un Texto Único Ordenado de Ley Orgánica y en el artículo
26º detalla cuáles son los órganos jurisdiccionales, entre los que se encuentran los Juzgados de
Paz. En relación a los Jueces de Paz, el artículo 152º de la Constitución Política establece que
provienen de elección popular. Dicha elección, sus requisitos, el desempeño jurisdiccional, la
capacitación y la duración en sus cargos son normados por la ley. 14

De esta primera aproximación verificamos que constitucionalmente la Unidad Jurisdiccional recae


en el Poder Judicial, pero también se reconocen facultades de Impartición de justicia a
organizaciones comunitarias como Comunidades Campesinas (autoridades representativas),
Rondas Campesinas y los Jueces de Paz. Así, es oportuno hacer una explicación general de cada
una de ellas. Respecto a las Defensorías Comunitarias solamente haré una referencia ilustrativa
toda vez que no existe norma alguna que las reconozca, a pesar de tener el reconocimiento de
sus comunidades.

4.1 Comunidades Campesinas y Nativas

Los que se han dedicado al estudio de las Comunidades Campesinas y Nativas afirman que éstas
son el núcleo tradicional que aún subsiste en el Perú, aunque ello no se encuentre interiorizado en
un gran sector de la población. Sus principales actividades son la agrícola y ganadera lo que no
excluye otras como la artesanal, el comercio, la orfebrería y la textilería.

Se tiene como antecedente de las Comunidades Campesinas (antes Comunidades Indígenas) a


las instituciones pre-incas las cuales fueron la base fundamental en la organización del Imperio
Incaico. Al momento histórico de la Conquista Española se le atribuye el comienzo de una serie de
acciones para desterrar estas organizaciones y con ello el Imperio Incaico.

Originalmente en la Constitución de 1920, calificada como la “Constitución Base” para los


derechos comunales, se reconoció la existencia legal de las comunidades indígenas. Luego la
Constitución Política de 1933 en su artículo 207º también se refería a las “comunidades indígenas”
reconociéndoseles existencia legal y capacidad jurídica. Igualmente lo hizo el Código Civil de 1936
en su numeral 71º, prescribiendo la obligación de las comunidades indígenas de inscribirse en un
registro especial. Posteriormente el Estatuto Especial de las Comunidades Campesinas Decreto
Supremo 37-70-AG del 17-02-70 en su artículo 2º, cambia la denominación “indígena” por la de
“comunidades campesinas” definiéndola como “...una agrupación de familias que poseen y se
identifican con un determinado territorio y que están ligadas por rasgos sociales y culturales
comunes, por el trabajo comunal y la ayuda mutua y básicamente por las actividades vinculadas al
agro.” 15

13Nótese que no se habla de Jueces de Paz sino que las Autoridades de las Comunidades Campesinas y
Nativas son las que están facultadas para administrar justicia en coordinación con el Poder Judicial.

14 A la fecha se ha dictado la ley de elección popular. De ello trataremos más adelante.

15 Es lamentable decirlo pero actualmente en el medio nacional hablar de “indígenas” es hasta ofensivo.
Viene a ser algo así como un no civilizado.
7

Ya la Constitución Política de 1979 recoge la nueva denominación y establece en su artículo 162º


que “El Estado promueve el desarrollo integral de las Comunidades Campesinas y Nativas.
Fomenta las empresas comunales y cooperativas.”

Finalmente en nuestra actual Constitución Política el reconocimiento de las Comunidades


Campesinas y Nativas no sólo es en cuanto su existencia legal sino un reconocimiento y facultad
al ejercicio de función jurisdiccional dentro de su territorio comunitario.

Nuestra regulación no resulta diferente a como Francisco López Bárcenas describe a la impartición
de justicia Oaxaqueña, en el sentido que “…el reconocimiento es importante porque al admitirlos
como fuente independiente de Derechos los coloca al nivel de las leyes, por encima de la
jurisprudencia y de la propia costumbre”16. El mismo autor agrega que “Por otro lado, reconocer
su existencia en términos jurídicos, equivale a aceptar que son válidos y, como tales, los sistemas
normativos de los pueblos indígenas tienen el mismo valor que las leyes. Por lo mismo, no hay
razón para preferir uno sobre otro y deben utilizarse dándoles la misma jerarquía, sin subordinar
uno a otro”17; sin embargo, hay condiciones que pueden considerarse limitaciones para el ejercicio
de impartición de justicia comunal, tales como: ejercicio dentro de su ámbito territorial, respeto a
los derechos fundamentales de la persona y coordinación con la Justicia de Paz y demás
instancias del Poder Judicial.

El Pueblo Indígena

La relación de pueblo indígena es directa con las comunidades campesinas y nativas. La realidad
indígena ha sido objeto de estudio y valoración, casi en exclusividad, por los antropólogos y
sociólogos y ha sido ocultada en el Derecho positivo.

Ballón explica que “A lo largo de nuestra historia grandes fuerzas coincidieron en el mismo
propósito de negarles capacidad jurídica a los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas y sus
integrantes, deberían ser absorbidos por la ventosa jurídica occidental y consecuentemente,
tendrían que dejar de ser lo que eran: sujetos de su propio derecho. Así, desde la perspectiva del
dominio que inicia el Estado colonial, la interdicción del derecho indígena era una condición básica
de su propia existencia institucional, principio asumido de inmediato por el Estado republicano. Es
cosa bien sabida que el pueblo autóctono, frente a los derechos indígenas, fue transformado,
desfigurado, eliminado o fantasmagorizado en la práctica de la administración colonial. Muchos
pueblos fueron exterminados a raíz; otros, apenas afortunados lograron sobrevivir sobre las
picotas, emparedamientos, gemonías y garrotes.”18

En un principio mi percepción fue que Justicia de Paz era equivalente a Justicia Comunal, Justicia
Comunitaria y Derecho Indígena. Ello debido a que “La perspectiva que confunde derechos étnicos
y derechos culturales como el derecho de los pueblos indígenas es uno de los lugares más
comunes y trajinados por todo tipo de teorías y autorías. Para esta línea de pensamiento, la
realización de los pensamientos indígenas -concluye o se indica- al concebir alguna fórmula que
nos diga que el Perú, la Nación, el Estado o la sociedad, son una realidad pluricultural y
multiétnica. Tal logro lo conciben como la panacea jurídica a la situación indígena del país. Esta
es, en nuestra opinión, una visión parcial que trunca el ingreso pleno de los derechos de los
pueblos indígenas en la conciencia jurídica nacional (…) los pueblos indígenas tienen muchísimo

16 LÓPEZ BÁRCENAS, ob.cit., p. 246

17 “LOPEZ BARCENAS , ob.cit., p.247


18 BALLON, ob.cit., p.12
8

más que derechos culturales y campos más vastos que los derechos étnicos. Pero ellos poseen
también derechos culturales y étnicos no sólo por ser indígenas, sino por ser una porción
significativa de la pluralidad cultural y étnica de la Nación. Pluralidad que comprende a otras
culturas y otros grupos étnicos no indígenas que también son parte de la Nación, todos los cuales
contemplan la variada y compleja sociedad peruana. Los derechos de los pueblos son
constitutivos, matriz de todo derecho, no corresponden a los Estados y persisten en tanto pueblos
subsistan. Es decir, no dependen de una legislación positiva nacional o internacional19

El mayor problema que se presenta a los pueblos indígenas es cuando sus autoridades o sus
integrantes son sometidos a procesos penales. No es suficiente que se encuentre previsto en
nuestro Código Penal en el artículo 15º 20el “Error de comprensión culturalmente condicionado”21,
aún falta que los Magistrados, en general, interioricen que es lo que significa que el Perú sea un
país multicultural. Esta comprensión a la que se invoca no importa un pedido de claudicar a los
deberes funcionales sino que, en el ejercicio de su función, hay que evaluar la razonabilidad de las
conductas dentro del contexto de un país multicultural.

Hoy afortunadamente hay una propuesta legislativa que se viene evaluando en el sentido de tener
carácter de obligatorio el peritaje cultural en los procesos judiciales.

4.2 Rondas Campesinas

Las Rondas Campesinas pueden ser definidas como una forma de autodefensa campesina
organizada socialmente para hacer frente a actos delincuenciales o de violencia en general
principalmente en la sociedad andina. Podemos comparar a las Rondas Campesinas peruanas
con las Juntas Campesinas ecuatorianas22. Como referencia se tiene que su origen sería en la
19 BALLÓN, ob.cit., p. 20

20 Artículo 15º.-“El que por su cultura o costumbres comete un hecho punible sin poder comprender el
carácter delictuoso de su acto o determinarse de acuerdo a esa comprensión, será eximido de
responsabilidad. Cuando por igual razón, esa posibilidad se halla disminuida, se atenuará la pena.”

21 “Algunas personas piensan que el Código requiere en este asunto, normas complementarias respecto a

un “informe antropológico” que sirva al juez para decidir en los casos en que se plantee su aplicación. Contar
con un “informe” antropológico” cuando se trata de indígenas que, en la circunstancia prevista por el Código,
se enfrenta a una condena-razonan-, le serviría al juez para conocer la conducta cultural que origina el error.
Es decir que, el antropólogo pudiera ilustrar a los jueces si, efectivamente, se está frente a un hecho cultural
que coincide con el origen del procesado. El experto, el perito que los jueces admitirían, en esta
eventualidad, sería un antropólogo o un etnólogo, es decir un especialista en la cultura indígena de la que
provenga el acusado. Pues bien, este modo de entender el asunto es una proyección discriminante y una
interpretación –generalmente de buena fe- en contra de los indígenas (…) el “error de comprensión” lo
puede causar tanto un indígena nahua, como un budista descendiente de chinos que trabaja en la calle
Capón, y un noruego en el aeropuerto Jorge Chávez. El dispositivo legal aplicable sería el mismo para todos
ellos pues el “error” cultural, lo puede cometer cualquier individuo en un contexto cultural extraño
(obviamente “extraño” culturalmente hablando, no supone un grado alto o no, de semejanza con la cultura
oficiosa del modelo penal)21 , BALLÓN, ob.cit., p .91 -91.

22 “En la realidad, estas instituciones empiezan como un espacio social para controlar los robos, pero poco a

poco y a medida que aumenta el número de sus miembros empiezan a ampliar el ámbito de acción. Así hoy
día manejan desde conflictos domésticos de sus miembros hasta titulación de tierras, entonces, podríamos
decir que su tarea crucial resulta ser la imposición de normas sociales, pues al Comité o junta a la que
acuden los campesinos con sus demandas, preocupaciones y reclamos de cualquier índole. Aquí nace el
impasse con el formalismo y el positivismo, pues surge un movimiento distinto a la justicia formal que busca
un manejo de conflictos basado en el consenso y la protección de los intereses de grupo, donde el castigo
físico tiene una presencia simbólica, no sólo de amedrentar o infundir miedo sino de efectos psicológicos
que buscan no solamente el castigo por el castigo o simple ajusticiamiento sino la reincorporación de los
9

provincia de Chota del departamento de Cajamarca en 1976.23 El móvil, por decirlo así, para su
organización habría sido para proteger un tipo de propiedad como es el ganado y por ello se dice
que su organización inicialmente fue para combatir el abigeato. Hablamos de una forma de
autodefensa lo que quiere decir que existen otras más como las guardias rurales, rondas de
hacienda o rondas rurales e incluso actualmente en las grandes ciudades las rondas urbanas. Las
Rondas Campesinas responden a un determinado contexto social y político en un momento
coyuntural histórico sin embargo a través del tiempo han permanecido y se han hecho fuertes
hasta lograr su reconocimiento legislativo.

Tienen más de 26 años de vida organizativa y han demostrado a sus comunidades capacidad de
respuesta y cambio.

La Ley No. 27908 -Ley de Rondas Campesinas- establece en su artículo 1º que “Reconócese
personalidad jurídica a las Rondas Campesinas como forma autónoma y democrática de
organización comunal, pueden entablar interlocución con el Estado, apoyan el ejercicio de
funciones jurisdiccionales de las Comunidades Campesinas y Nativas, colaboran en la
solución de conflictos y realizan funciones de conciliación extrajudicial conforme a la
Constitución y a la Ley, así como funciones relativas a la seguridad y a la paz comunal dentro del
ámbito territorial. Los derechos reconocidos a los pueblos indígenas y comunidades campesinas
y nativas se aplican a las Rondas Campesinas en lo que les corresponda y favorezca.

Las Rondas Campesinas elaboran su Estatuto y se inscriben en los Registros Públicos, regulación
similar a las Comunidades Campesinas y Nativas.

Las Rondas Campesinas, en su quehacer diario, han recreado diversas formas de actividad
comunal (servicio de vigilancia, faenas comunales, solución de conflictos, fiscalización de
ejecución de proyectos, etc.) efectivizando el cumplimiento de los acuerdos de las asambleas, las
mismas que en gran parte han legitimado como normas de derecho consuetudinario y garantías
para la práctica de la justicia campesina con resultados fundamentalmente favorables para las
partes en conflicto y los intereses comunales.24

miembros del grupo que han delinquido a la comunidad y la rehabilitación de los terceros ajenos que han
actuado en contra de la misma comunidad, pues de lo que se trata es de dar una solución definitiva y
concreta al problema de la delincuencia.” VINTIMILLA SALDAÑA Jaime/ ANDARADE UBIDIA, Santiago, Los
Métodos Alternativos de Manejo de Conflictos y la Justicia Comunitaria en el Ecuador, CIDES-Unión
Europea, Programa Regional de Justicia de Paz, Programa Andino de Derechos Humanos y Democracia,
2002-2005, p.132

23 “Si bien hoy han rondas casi en todo el Perú, ellas se han organizado como expansión del modelo

chotano, o como burda distorsión del mismo. Pero ello no quita el carácter chotano del producto, como el
cultivo de patatas en Europa, no quita que este producto sea oriundo del Perú “, PEREZ MUNDACA, José,
Montoneras, Bandoleros y Rondas Campesinas, Violencia política, abigeato y autodefensa en Cajamarca,
1855-1990, Asociación Obispo Martínez Compañón, Cajamarca- Perú, p.8

24 “Esta realidad que resulta coherente con las normas de cumplimiento obligatorio y el cultivo de valores
ético-morales, que han hecho posible la cultura de honradez, trabajo, unión y respeto, constituye la esencia
de la identidad rondera, de su autonomía y ejercicio permanente de la democracia directa de masas. Por
eso, el Congreso de la República, revalorando el rol social de las rondas campesinas, aprobó en diciembre
del 2001 la Ley No. 27599 (ley de amnistía para los ronderos que fueron perseguidos, detenidos y
procesados por actuar conforme al derecho consuetudinario y la jurisdicción especial, constituyendo un
precedente de que las rondas campesinas entienden y aplican mejor el pluralismo jurídico, definido como la
coexistencia de diversos sistemas jurídicos (oficial, comunal, nativo y ronderil) en función de un orden social
más dinámico, armonioso y equitativo. BUSTAMANTE CORONADO, Manuel Jesús, Congresista de la
República, “Las rondas campesinas entienden y aplican mejor el pluralismo jurídico”, en diario oficial El
Peruano, jueves 11-09-03, p. 4
10

En algunos casos la función de las Rondas Campesinas ha entrado en conflicto con los Jueces de
Paz por cuanto si bien la Constitución Política enuncia que las Rondas contribuyen con las
autoridades de las comunidades campesinas y nativas para impartir justicia, algunas veces
pretender desconocer la autoridad del Juez de Paz. En otros caos y por lo general sí son un
efectivo apoyo en el auxilio coercitivo para cumplir con las sentencias del Juez de Paz.

4.3 Defensorías Comunitarias

En el Perú existen 205 Defensorías Comunitarias ubicadas en el interior del país. Su existencia
data desde 1992. Consideramos que no tienen reconocimiento legal aunque en el Código de los
Niños y Adolescentes hay referencia a las Defensorías de las sociedad civil (artículos 44º y 45º).

El Estado, por falta de recursos económicos, se ha visto impedido de ejecutar, por ejemplo, un
plan integral de lucha contra la violencia familiar y defensa de la infancia, adolescencia y la mujer.
Frente a tal falta han surgido formas de organización comunitaria, por decisión de los propios
pobladores con la ayuda y orientación de entidades particulares como el Instituto de Defensa Legal
en Perú. Tal es el caso de las Defensorías Comunitarias en el Cuzco.

Igualmente existen otro tipo de organizaciones que se denominan orientadores legales del
Ministerio de Desarrollo de la Mujer o las facilitadoras legales apoyadas por instituciones como
Manuela Ramos. Es de destacar que estas organizaciones no sólo están conformadas por mujeres
sino también por varones.

La denominación que adquiere una defensoría es indiferente ante el rol que cumplen en su
comunidad. Es de resaltar que su intervención es ad honoren, no tienen horario de atención y
además de violencia familiar, participan facilitando acuerdos en relación a materias como
alimentos, abandono, maltrato infantil, colocación-orfandad, reconocimiento, atención médica,
indocumentados, abuso sexual, conductas inapropiadas y conflictos entre civiles.

Ellos hacen un seguimiento de los acuerdos para verificar su cumplimiento.

No se trata, necesariamente, que ellos resuelvan los conflictos pero sí que faciliten un acuerdo o
que de no ser así orienten al ciudadano a formalizar su denuncia o demanda ante la autoridad
competente.

Podría también establecerse una similitud con los Mediadores Comunitarios Ecuatorianos por que
a través de ellos se “…transmite confianza a las partes sobre el sistema de administración de
justicia y le devuelve protagonismo a la comunidad, pues el mediador comunitario es imparcial y
toma en cuenta la opinión de ambas partes, para luego presentar las propuestas de solución
diferentes, sin imposición alguna tomando en consideración la realidad comunal.”25

Es del caso resaltar que ellos no buscan solamente sancionar o corregir. Promueven un cambio
de hábitos, ya que consideran que es la forma definitiva de erradicar la violencia. Se parte de lo
subjetivo, como causa generadora de la violencia, y no del supuesto de hecho previsto en la
norma positiva para lograr solucionar el conflicto.

Los problemas que enfrentan son la falta de apoyo y reconocimiento a su labor por parte de
algunas autoridades entre las que se encuentran los Fiscales, jueces y policías. Ellos expresan
que los ayudaría mucho si se pudieran promover cursos de capacitación para ellos a fin de orientar
a los miembros de la comunidad para acceder a la justicia formal, cuando la situación lo exija.

25 VINTIMILLA , ob.cit., p. 21
11

El desarrollo de una colaboración entre defensores, facilitadores y orientadores por los Fiscales,
Jueces y policías podría contribuir a erradicar la pretensión de justicia por mano propia que aún
existe en algunos lugares.

5.-Justicia Comunal - Justicia Comunitaria

Además de la Justicia formal existen otras justicias, otros Derechos que coexisten en la sociedad
regulando las conductas de sus miembros. La Justicia Comunal o Justicia Comunitaria o el Poder
Judicial Comunal o Justicia Popular son conjuntos de normas legitimadas por una comunidad
determinada. La Constitución Política les ha reconocido también legitimidad pero a condición que
se aplique solamente en el ámbito de su territorio y siempre que no se vulneren derechos
fundamentales de la persona. De otro lado el ejercicio de la Justicia Comunal siempre deberá ser
en coordinación con la Justicia de Paz y las demás instancias del Poder Judicial.

López Bárcenas considera que el problema de estas condiciones es que “…la mayoría de las
leyes del Estado están diseñadas bajo la lógica de una sola cultura, y no de la diversidad cultural
que en él existe. En esta situación, sujetar la validez de los sistemas normativos a dichas leyes
nos lleva al problema de que cada vez que se presenten contradicciones entre las leyes y los
sistemas normativos prevalezcan los primeros. Para que no represente una traba al pleno ejercicio
de los sistemas normativos indígenas, hace falta reformar el orden jurídico completo.”26

Coincido con López Bárcenas de manera parcial. Consideramos que si bien somos países
multiculturales no es conveniente romper la unidad del ordenamiento jurídico que se fundamenta
en la Constitución Política que es la norma que todo ciudadano, sin ninguna distinción, debe
respetar y para ello es necesaria una coordinación entre la Justicia Formal y la Justicia Comunal
(informal). Es grande la complejidad de las relaciones interpersonales y sociales por lo que no es
admisible que cada grupo humano o comunidad tenga su propio Sistema de Justicia, autónomo de
tal manera, que no se interrelacione de ninguna manera con el Sistema de Justicia del Estado.

6.- Justicia de Paz

“Dentro del Poder Judicial peruano encontramos dos mundos diametralmente opuestos y
profundamente desiguales, en los que rigen de hecho diferentes conceptos, procedimientos,
objetivos, valores y normas: el mundo del juez profesional, es decir el técnico en derecho,
preparado en la universidad y el otro mundo, donde ejerce el juez empírico: el juez de paz. El
primero aplica el derecho oficial, el último actúa en base al principio de la “verdad sabida y la
buena fe guardada”. Sin embargo la Ley Orgánica del Poder Judicial no toma en consideración
que el juez de paz no es un profesional en derecho, percibiéndolo y consecuentemente tratándolo
como a los demás jueces, es decir como a un abogado. Pero aún así, este complejo ordenamiento
no logra “encasillar” al juez de paz en parámetros legales uniformes, ya que el juez de paz, con
cierta experiencia en conocimientos, concibe la ley sólo como un marco referencial del que tomará
soluciones para problemas concretos, siempre y cuando las considere aplicables.”27

La Justicia de Paz no ha sido una creación del Poder Judicial. Esta existía antes de la
conformación del Órgano Jurisdiccional. El antecedente de la Justicia de Paz es la Justicia

26 LOPEZ BARCENAS, ob.cit., p. 249

27BRANDT, Hans Jürgen, En nombre de la Paz Comunal, un análisis de la Justicia de Paz en el Perú,
Centro de Investigaciones Judiciales de la Corte Suprema de Justicia de la República, Fundación Friedrich
Naumann, primera edición, Lima, diciembre 1990,p.373
12

Municipal que trajeron los castellanos en el sigo XVI. Los Jueces municipales eran elegidos por el
pueblo. La Constitución de Cádiz de 1812 vendría a ser es el origen legal de la Justicia de Paz.

En el Perú existen 28 Cortes Superiores de Justicia a nivel nacional y cada una de ellas tiene en
su jurisdicción Juzgados de Paz. La situación ha cambiado notablemente para la Justicia de Paz.
En cuanto a su reconocimiento aún existen múltiples problemas para sensibilizar a los señores
magistrados respecto a la forma de impartir justicia de los Jueces de Paz. A nivel nacional se
cuenta con más de 5,000 Jueces de Paz y en las publicaciones del diario oficial peruano vemos
que permanentemente se están creando Juzgados de Paz, principalmente en zonas rurales
alejadas de las ciudades. Esto es muy destacable porque poco a poco la máxima autoridad del
Poder Judicial toma conciencia que es necesario fortalecer esta forma de justicia.

6.1 ¿Quién es el Juez de Paz en el Perú?

Para algunas personas “los jueces de paz no letrados son tinterillos, jueces empíricos, sin
conocimientos jurídicos. La justicia de paz es considerada como una instancia folclórica, atrasada,
una instancia pobre para los pobres; algo que hay que superar en un Estado moderno. De hecho
se trata de una justicia muy especial. Los procedimientos y las soluciones que en ella se dan
pueden tener rasgos folclóricos que, a veces, se apartan de los procedimientos establecidos en los
códigos, pero muchas veces son más eficientes que éstos. “28

Para los que nos identificamos con la Justicia de Paz, ésta es la instancia que más garantiza el
acceso a la justicia. El Juez de Paz es la persona más reconocida y respetada a la que se
someten los miembros de la comunidad en la solución de sus conflictos. El Juez de Paz es la
persona que por decisión de su propia comunidad ejerce una función conciliadora y también
jurisdiccional. El Juez de Paz es lo que más se acerca al principio constitucional que “la
administración de justicia emana del pueblo” ya que el Juez de Paz es elegido en Asamblea
Popular.29

En las Comunidades Campesinas y Comunidades Nativas las autoridades representativas con


apoyo de las Rondas Campesinas están facultadas a resolver los conflictos y ellos aplican en
exclusiva la Justicia Comunal, pero también encontramos dentro de las Comunidades Campesinas
y Nativas a los Jueces de Paz. A veces coincide el cargo de Juez de Paz con el de la máxima
autoridad representativa de la comunidad en otros casos no. De otro lado a los Jueces de Paz no
sólo los encontramos en comunidades campesinas o nativas, zonas rurales alejadas, centros
poblados o caseríos sino que también están en las ciudades (zonas urbanas). Por ejemplo, en la
provincia de Lima, en la jurisdicción de la Corte Superior de Justicia de Lima, existen 65 Juzgados
de Paz, de los cuales un buen grupo está en distritos geográficos, esto es, en zonas urbanas.

En todos los casos la resolución de conflictos es de acuerdo al “leal saber y entender” y por
equidad, de conformidad con sus usos, costumbres y tradiciones, siempre que no violen los
derechos fundamentales de la persona. Así también lo prescribe el artículo 66º 30del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

28 BRANDT, Hans Jürgen, en “La Justicia de Paz en debate”- Instituto de Defensa Legal, página 15

29Por lo menos hasta ahora es así. Hemos tenido algunos problemas con la Ley que dispuso la elección
popular de los Jueces de Paz a nivel nacional. Una forma ancestral de elección popular quiere convertirse
en proceso formadísimo y muy oneroso.

30 “Los Jueces de Paz levantan acta de la conciliación propuesta y de los acuerdos adoptados, firmando los

concurrentes después del Juez. En la sustentación y resolución de procesos se sujetan a las normas
establecidas en el reglamento correspondiente. La sentencia la pronuncia según su leal saber y entender,
13

6.2 Competencia: Función Conciliadora y Jurisdiccional

a.- Función Conciliatoria

Si bien el Juez de Paz es un conciliador nato existe una prohibición expresa en el artículo 67º del
Texto Único Ordenado del Poder Judicial que a la letra dice “Los Jueces de Paz están prohibidos
de conciliar y fallar en asuntos relativos al vínculo matrimonial, nulidad y anulabilidad de actos
jurídicos o contratos, declaratoria de herederos, derechos sucesorios, testamentos, derechos
constitucionales y aquellos que expresamente señala la ley”. Sin embargo, de acuerdo a
entrevistas y estadísticas que se ha tenido la oportunidad de realizar y testimonios de los propios
Jueces de Paz se ha verificado que, en el ámbito de su comunidad, el Juez de Paz concilia todo
tipo de conflicto, incluso aquél que no está permitido por ley. Estos casos son, por ejemplo,
violencia familiar, faltas, a veces delitos, separación de cuerpos, tenencia, régimen de visitas y
otros.

Si ambas partes se someten a la decisión del Juez de Paz que han elegido y aceptan su decisión
entonces no hay problema. El problema surgirá si es que quien se ha sometido a la decisión del
Juez de Paz incumple el acuerdo y se dirige a la Justicia Formal.

b.- Función Jurisdiccional

Si el Juez de Paz es un conciliador nato también ejerce función jurisdiccional, esto es puede emitir
sentencias. Cuando emite sentencias necesariamente tiene que tener en cuenta las limitaciones
existentes en competencia por cuantía y territorio. En cuando al territorio no hay mayor problema
ya que la competencia territorial es prorrogable31. En lo que se refiere a la competencia por
materia y cuantía sí necesariamente requiere ser capacitado a fin de no exceder en sus facultades.

Los Jueces de Paz entonces están facultados para dictar sentencias, ordenar detenciones hasta
por 24 horas e imponer multas o servicios comunitarios.

En materia civil está prohibido de fallar en asuntos relativos a nulidad y anulabilidad de actos
jurídicos y contratos. No pueden fallar en materia constitucional ni en Sucesiones: no intervienen
en sucesiones intestadas o derechos sucesorios.

En cuanto a pago de deudas e indemnizaciones su competencia es hasta una Unidad Impositiva


Tributaria que a la fecha es de S/. 3,100 nuevos soles. En alimentos conoce solamente si existe
vínculo familiar.

En materia penal no debe intervenir en ningún delito y proceder a hacer la denuncia ante el
Ministerio Público. En faltas por lesiones intervienen hasta 10 días de prescripción de descanso
médico y en robos o hurtos hasta 4 remuneraciones mínimas vitales.

debidamente motivada, no siendo obligatorio fundamentarla jurídicamente. Los Jueces de Paz, preservando
los valores que la Constitución consagra, respetan la cultura y las costumbres del lugar.”

31 La autoridad de la Comunidad Campesina y Nativa solamente puede aplicar la Justicia Comunal dentro

del ámbito de su territorio.


14

6.3 Elección popular, objetivo y distorsión

En concordancia con la Constitución Política del Estado respecto a que los Jueces de Paz
provienen de elección popular, la Ley No. 27539 reguló la elección de los Jueces de Paz (no
letrados). Afortunadamente esta ley fue modificada por la Ley No. 28035 publicada en el Diario
Oficial El Peruano con fecha 23-07-03.

Si bien el espíritu de la Ley No. 27539 fue garantizar una mayor participación de comunitarios y
ciudadanos en la elección del Juez de Paz de su comunidad o centro poblado, este sentido fue
distorsionado. Se expidió una ley que formalizaba y hacia oneroso un proceso directo y popular.

La Ley No. 28035 superó la distorsión pero de manera incompleta. Se omitió pronunciarse sobre el
derecho de los pobladores de algunos distritos geográficos-zonas urbanas donde existen
Juzgados de Paz.

Actualmente las elecciones populares han sido suspendidas. Ello genera un problema para
aquellos Jueces que se encuentran en el cargo por más de tres años y restringe el derecho de los
pobladores a decidir democráticamente en la elección de su Juez de Paz. La suspensión de la
elección popular se ha debido a que no se cuentan con los recursos económicos para llevar a
cabo el proceso eleccionario.

Es del caso manifestar que nunca antes las elecciones de los Jueces de Paz tuvieron un costo
para el Estado. Las elecciones siempre fueron de acuerdo a los usos y costumbres. Hoy se
pretende formalizar esta forma directa de elección y se requiere gran cantidad de dinero. Esto ha
sido duramente cuestionado ya que en vez de destinar, aunque sea, una parte del dinero que se
gastaría en un proceso de elección formal debería dotarse a los Juzgados de Paz de los
implementos mínimos y de locales para su funcionamiento.

Ante la suspensión de la elección popular nacional, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial
mediante Resolución Administrativa 019-2004-CE-PJ del 05-02-04 y su modificatoria Resolución
063- 2004-CE-PJ ha aprobado el Reglamento Transitorio de Designación de Jueces de Paz, el
mismo que establece los lineamientos para la designación de los Jueces de Paz en tanto no se
implemente lo dispuesto por la Ley de Elección Nacional de Jueces de Paz Nº 27539 y la Ley Nº
28035.

Este Reglamento Transitorio establece dos formas para la designación de Jueces de Paz: en la
primera, reconoce el derecho de las Comunidades Campesinas y Nativas a designar a sus Jueces
de Paz según sus usos y costumbres, lo que es muy destacable en esta norma; y, la segunda,
diseña un proceso formal para la designación de los Jueces de Paz en distritos geográficos.

Para este efecto cada uno de los 28 Distritos Judiciales -Cortes Superiores de Justicia del Poder
Judicial- a nivel nacional designan a una Comisión Especial para la evaluación de la
documentación de los candidatos a Jueces de Paz que se presenten.

No me encuentro satisfecha con la totalidad del contenido del Reglamento Transitorio pero por lo
menos aseguraremos por ahora una participación democrática de los miembros de las
comunidades campesinas y nativas.

7 Necesidad de una ruptura


15

Un gran avance y logro de la humanidad, con la aparición del Estado, ha sido la creación del
Sistema Judicial. Se trata de un mecanismo jurídico y social de sustitución de la autodefensa
conocida como “justicia por mano propia”.
Sin embargo, dada la complejidad de las relaciones sociales, culturales y económicas en
sociedad, el Estado no ha podido cumplir su rol de dar una respuesta adecuada a todas las
demandas de justicia.

Se critica en forma negativa al Sistema de Justicia y al servicio que brinda. Se cuestiona la Justicia
“formal”, la imposición de normas sustantivas dictadas en igualdad, pero aplicables a destinatarios
diferentes y al carácter rígido de sus normas procesales.

En nuestro medio, Latinoamérica y el Caribe; los propios ciudadanos, al interior de sus


comunidades, exigen mayores reconocimientos a las diferentes formas de encontrar una solución
a los conflictos.

Es imperativa una “ruptura” como un instrumento para una nueva visión de la sociedad y para
dirigirnos a un cambio.

“Anhelado y exigido, temido y rechazado, el cambio es un tema consustancial a la existencia


humana. Puede decirse que, en última instancia, todo acto del hombre importa un cambio. Pero, a
la par que inevitable, el cambio conlleva en sí un alto grado de incertidumbre y esfuerzo. Lo
primero porque la seguridad y estabilidad forjadas sobre ciertos estilos, criterios, usos y reacciones
previstos o previsibles desaparecen para dar paso a un nuevo tipo de relaciones desconocidas. Lo
segundo porque ese nuevo esquema no será dado por el cambio sino que deberá ser elaborado y
edificado por el propio hombre a partir de la nueva situación.”32

Lo que requerimos es un corte o interrupción que pueda llevarnos a una transformación real, a una
transformación interior de legisladores, operadores de derechos (formales y no formales y
abogados, profesores y estudiantes universitarios).

Las leyes deben ser expedidas teniendo en cuenta la eficiencia social de las mismas y no
omitiendo hacer un análisis previo de la situación cultural y socio-económica de los destinatarios y
sin contar con su opinión.

“A lo largo de nuestra vida republicana, por ejemplo, la producción legislativa ha sido abundante en
transformaciones que han venido modificando la faz de nuestro Derecho, incluso, se han dado
varias cartas políticas que, debido a su trascendencia en el ámbito jurídico, podrían sugerir la
existencia de varios acontecimientos de ruptura.” 33

Pero es necesario preguntarnos si realmente estos cambios pueden ser considerados como una
ruptura que ha llevado a transformaciones o se han tratado de simples acontecimientos. “El
acontecimiento de ruptura (…) aparece como una irrupción contra el orden, destacándose su
naturaleza violenta y transitoria que indica, por lo primero, un estado o modo ajeno a lo normal o
natural; y, por lo segundo, un estado pasajero porque de perpetuarse adquirirá el carácter de
conjunto. En este sentido la dación del código civil de 1852, por ejemplo, no constituyó ni formó
parte de un acontecimiento de ruptura porque, a pesar de las transformaciones que introdujo, sólo

32ORTIZ CABALLERO, René. Derecho y Ruptura, A propósito del Proceso Emancipador en el Perú del
Ochocientos, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 1989, Lima, p. 15

33 ORTIZ, ob.cit., p. 26
16

era un fenómeno tendencial dentro de la corriente codificadora de aquel tiempo de “prosperidad”


falaz.”34

Opino que la verdadera ruptura estará en reconocer no sólo de hecho al Pluralismo Jurídico sino a
establecer un canal efectivo entre la Justicia Formal y las demás formas de Justicia.

8 Pluralismo jurídico

Se trata de un fenómeno sociopolítico que no es una novedad de este siglo. Es definido como la
coexistencia de diversos Derechos o Justicias, aunque también se les denominan sistemas
jurídicos, aunque no compartimos este último calificativo, preferimos que se mantenga sólo como
Derechos o Justicias (comunal, comunitario, popular, nativo y ronderil) en función de un orden
social más dinámico, armonioso y equitativo.

Al interior del Pluralismo Jurídico se nos presenta el Derecho Alternativo (“el otro derecho”), la
Justicia Comunal o Justicia Comunitaria como una corriente que viene siendo estudiada y
analizada por un grupo de sociólogos, antropólogos, abogados y profesores universitarios.

El Derecho Alternativo es la maduración y superación de un movimiento de reflexión. Ya por los


años 70 y 80 existía el “Movimiento de Crítica Jurídica” en Europa, Estados Unidos y en América
Latina que buscaba denunciar y cuestionar el Derecho convencional del Estado, así como explotar
las contradicciones y la crisis del propio sistema. Los defensores de una concepción alternativa del
derecho y el desarrollo consideran la propuesta de reconocimiento y fortalecimiento de tipos
informales y comunitarios de regulación y solución de conflictos. Esta propuesta no se limita a la
resolución de conflictos sino que estas formas de derecho y justicia promueven actividades
económicas autónomas y la consolidación cultural y social de las comunidades locales.

El objeto es reflexionar y sacar conclusiones de ¿qué pasó y está pasando en el mundo jurídico?
Se pretende crear otro sistema normativo. Se pretende el ejercicio directo de la función legislativa
por parte de los pobladores para conseguir sus fines.

Vendría a ser, algo así como, la construcción objetiva de una nueva institucionalidad, de un poder
alternativo que crezca y se auto regule con las normas consideradas más apropiadas para un
pueblo y para la época. Se promueve además que las normas puedan ser modificadas en
cualquier momento por el propio sujeto en forma democrática. No se trataría de un derecho
positivo sino de uno singular en el que su eficacia esté dotada por el ejercicio de la capacidad de
sanción de los propios interesados, se entiende que se trata de un derecho educativo y no
represivo.

Si hay algo que destacar frente a los detractores del Derecho Alternativo es lo que afirma el
profesor brasileño Antonio Carlos Volkmer “La justicia alternativa no niega ni deja de considerar la
importancia de la legalidad en la sociedad moderna, ya que lo que tiene en cuenta es la resistencia
y la lucha contra el carácter opresivo de toda y cualquier norma que no tenga suficiente
legitimidad, o sea, que no condiga con lo que es moralmente justo y dignamente aceptable para la
mayoría del todo social. No es cierta la afirmación de que el movimiento alternativo niegue la ley y
atribuya al juez un poder indiscriminado”.

34 ORTIZ, ob.cit., p. 27
17

Los defensores del derecho alternativo no excluyen el derecho formal por el contrario se concibe la
posibilidad de utilizar estratégicamente el sistema jurídico para promover los propósitos de este
tipo de desarrollo. Estamos de acuerdo en que es necesaria una estrategia para encontrar el canal
adecuado entre el derecho alternativo y la justicia formal.

9 Buscando grandes reformas judiciales

En el Perú nuevamente nos encontramos ante una gran tarea que es la de reformar el Sistema de
Justicia. Uno de los deberes primordiales del Estado es promover el bienestar general que se
fundamente en la justicia. En estos momentos de reforma integral del Sistema de Justicia, de
grandes cambios legislativos, debemos considerar el Pluralismo Jurídico y la corriente de Derecho
Alternativo y hay que rescatar lo positivo de ellos, a fin de dar una respuesta efectiva a las
demandas de justicia de todos los ciudadanos.

A medida que una norma sustantiva y procesal sea muy compleja y rígida y aleje a los ciudadanos
del acceso a la justicia, la aceptación social será cada vez menor por lo tanto en esta oportunidad
de cambios los legisladores, jueces, fiscales y abogados deben revertir esta situación en cautela
de la unidad del orden jurídico y el fortalecimiento del Sistema de Justicia.

“Los procesos de reforma del Poder Judicial reiniciados en los últimos años en los países
latinoamericanos han omitido, adrede o por desconocimiento, el hecho de que frente a problemas
estructurales o sistémicos que aquejan al servicio de justicia, existen alternativas originarias que
pueden conducirnos hacia los objetivos deseados por tales reformas. Estos son el fortalecimiento
de instituciones políticas, el incremento de los niveles de confianza en las decisiones y en el actuar
de los órganos vinculados a la administración de justicia, así como la creación de una mayor
estabilidad política social que favorezca el desarrollo económico y social en dichos países”35

Es un hecho incuestionable que desde el inicio de la República se verifica que las reformas
judiciales son una constante en el Perú y porqué no decirlo en Latinoamérica. No puedo decir que
se hayan dado reformas significativas y por ello el descontento generalizado de la población. Las
diferentes comisiones de Reestructuración han venido identificando problemas y se han hecho, a
lo largo de los años, importantes propuestas. Los problemas se mantienen en el tiempo y algunas
propuestas tienen aún vigencia porque no lograron ejecutarse, aún cuando se contaron con
recursos económicos. No puede negarse que hay aciertos en cuanto a modernización, sin
embargo la verdadera reforma estructural no se dio porque los responsables de la ejecución
respondieron sólo a intereses particulares. Así quedó demostrado con la Reforma Judicial de
1995, con la intervención del Poder Judicial y el Ministerio Público.

10 Una nueva pretensión de Reforma Integral de Justicia

Mediante Ley Nº 28083 se creó la Comisión Especial para la Reforma Integral de la Administración
de Justicia -CERIAJUS-. Fue un órgano de composición plural, en el que se unificaron esfuerzos
de instituciones vinculadas a la impartición de justicia. El objeto del CERIAJUS fue elaborar un
Plan Nacional de Reforma Integral que pueda ser ejecutado por cada entidad del Sistema nacional
de Justicia, de manera autónoma, pero a través de un planeamiento estratégico.

Integraron el CERIAJUS 16 comisionados: el Presidente del Poder Judicial quien la presidió; la


Fiscal de la Nación; el Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura; un representante del
Tribunal Constitucional; el Presidente del Consejo Directivo de la Academia de la Magistratura; el

35 PEÑA JUMPA, ob.cit., p.287.


18

Ministro de Justicia; el Defensor del Pueblo; dos representantes de la Comisión de Justicia y


Derechos Humanos del Congreso de la República ;cinco miembros elegidos por las instituciones
de la sociedad civil participantes en el Foro del Acuerdo Nacional, un representante de los
Colegios de Abogados del Perú elegidos por los decanos de dichos colegios; y, dos
representantes de las Facultades de Derecho.36

Al interior del CERIAJUS se conformaron Grupos Temáticos de Trabajo-GTT integrados por


juristas, magistrados y representantes de la sociedad civil, quienes identificaron problemas y
formularon propuestas luego de un trabajo casi en consenso, excepto en el GTT de Reforma
Constitucional, Leyes Orgánicas y Coordinación Interinstitucional por referirse a aspectos
institucionales que fueron considerados como interferencia en el Poder Judicial y Ministerio
Público. El grupo de trabajo temático que nos interesa explicar es el referido al “Acceso a Justicia”
que parte de admitir que el Estado no ha superado las barreras existentes para facilitar el acceso a
los servicios de Justicia a un gran sector de la población nacional, principalmente a aquella que se
encuentra alejada de las zonas urbanas.

10.1 Plan Nacional para la Reforma Integral de la Administración de Justicia37

La CERIAJUS fue instalada formalmente el 24 de octubre del 2003 y culminó su tarea el 23 de


abril del 2004 con la entrega del Plan Nacional, por parte del Presidente del Poder Judicial, al
Presidente de la República.38

Este Plan se encuentra dentro del marco de la política del Acuerdo Nacional 39Tercera y Vigésima
Octava Política de Estado. La tercera se refiere a la “Afirmación de la Identidad Nacional” que
enuncia como objetivo el compromiso de “…consolidar una nación peruana integrada, respetuosa
de sus valores, de su patrimonio milenario y de su diversidad étnica y cultural, vinculada al mundo
y proyectada hacia el futuro”. La vigésimo octava “Acceso a la Justicia e Independencia Judicial”
enuncia un compromiso a ”…garantizar el acceso universal a la justicia, la promoción de la justicia
de paz y la autonomía, independencia y el presupuesto del Poder Judicial así como regular la
complementariedad entre éste y la justicia comunal. Igualmente se compromete a adoptar políticas
que garanticen el goce y la vigencia de los derechos fundamentales establecidos en la
Constitución y en los tratados internacionales sobre la materia.”

Este Plan de Reforma Integral de la Administración de Justicia contiene, entre otras, las
propuestas presentadas por el grupo de trabajo temático de Acceso al Justicia. Se reconoce
taxativamente al Perú como un país de gran diversidad geográfica, pluriétnico, plurilingüístico y
pluricultural y por ello ha tenido atención especial las propuestas para garantizar el Acceso a la
Justicia a la población nacional. Existe todo un plan dedicado a la “Justicia de Paz y Justicia
Comunal”. Los sub-proyectos tratan de: Elección directa de Jueces de Paz, Fortalecimiento de la
Justicia de Paz, Creación de Juzgados de Paz, Aspectos procesales de la Justicia de Paz, Marco

No hubo representación del pueblo indígena o de comunidades campesinas.


36
37El texto del Plan de Reforma Integral de la Administración de Justicia puede ser encontrado en
www.pj.gob.pe

38 Es de comentar que el Plan Integral fue entregado al Presidente de la República por cuanto éste se
enmarca dentro de políticas de gobierno del “Acuerdo Nacional”. Este acuerdo nacional al principio se
percibió una colisión entre el objetivo del CERIAJUS (convocado por el Poder Ejecutivo) y el Acuerdo
Nacional por la Justicia (convocado por el Poder Judicial) sin embargo al haberse establecido que este
último impulsaría la propuesta del CERIAJUS, se superó el conflicto.

39 El Acuerdo Nacional es consecuencia de un pacto político entre partidos políticos, gremios empresariales,
profesionales y representantes de la sociedad civil. El texto del Acuerdo Nacional puede ser revisado en la
siguiente página: http://www.acuerdonacional.gob.pe
19

constitucional de reconocimiento la Justicia Comunal, Ley de Desarrollo Constitucional de las


Comunidades Campesina y Nativas y Rondas Campesinas, Programa de Sensibilización y
Capacitación sobre el Estado Pluricultural de derecho. Se ha llegado a la conclusión que no puede
hablarse de un Programa Único de Reforma Judicial para todo el país, sino que se tiene que
atender a esa diversidad cultural del Perú. Así no se puede pensar en un solo modelo de
Despacho Jurisdiccional o Fiscal sino que éstos tienen que responder a la realidad geográfica-
regional. De otro lado, es importante destacar que el informe de este GTT introduce un glosario
básico40 de términos que ilustran al lector, aunque de manera general, sobre las instituciones que
hay que promover.

40 Anexo 9, Glosario de Términos

Comunidad Campesina.- Las Comunidades Campesinas son organizaciones con existencia legal y
personalidad jurídica, integradas por familias que habitan y controlan determinados territorios, ligadas por
vínculos ancestrales, sociales, económicos y culturales, expresados en la propiedad comunal de la tierra, el
trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrático y el desarrollo de actividades multisectoriales. Sus
fines se orientan a la realización plena de sus miembros y del país y cuya identidad cultural es respetada por
el Estado

Comunidad Nativa.- Tienen su origen en los grupos tribales de la Selva y Ceja de Selva, estando
constituidas por conjuntos de familias vinculadas por idioma o dialecto, caracteres culturales y sociales,
tenencia y usufructo común y permanente de un mismo territorio, con asentamiento nucleado o disperso.

Pueblos indígenas.- Son aquellos que han vivido inmemorialmente en posesión de sus territorios, han
sobrevivido a la colonización y son preexistentes al Estado moderno, donde continúan existiendo. Son
sujetos colectivos, plenamente identificados o identificables, conservan sus autoridades y costumbres
comunales. Son capaces de expresar una “voluntad de identidad” mediante sus organizaciones
representativas y sus miembros se auto-reconocen como sus integrantes. “...Desde un punto de vista
complementario se trata de un sujeto de derechos humanos de carácter histórico-moral”40.

Derecho consuetudinario.- Viene de la categoría del derecho romano, “la veterata consuetudo”, y se refiere a
prácticas repetidas inmemorialmente, que a fuerza de la repetición, la colectividad no sólo las acepta sino
que las considera obligatorias (opinio juris necesitatis). Por la palabra “derecho”, se entiende que no sólo se
trata de practicas aisladas como el termino “costumbres”, sino que alude a la existencia de un sistema de
normas, autoridades, procedimientos. De otro lado, convenios internacionales y normas constitucionales de
varios países han utilizado el término “derecho consuetudinario” para referirse a los sistemas normativos
indígenas superando una perspectiva integracionista y el marco del monismo legal. Ello ha obligado a la
Real Academia Española a re-conceptualizar dicho término, para poder aprovechar las ventajas de su uso
jurídico: a) de una parte, se ha quitado de la definición la idea de que describe sistemas o practicas
inmutables a lo largo del tiempo, reconociéndose su carácter cambiante. b) de otra, se le ha despojado de la
connotación de que los sistemas que califica son atrasados, tradicionales, no modernos o incluso inferiores,
y c) finalmente, se deja de convalidar la subordinación política a la que se ha sometido históricamente a los
sistemas no-estatales, pues no tiene porque ser una condición permanente o para el futuro. Con esta re-
conceptualización es que cabe utilizar tal categoría e interpretar jurídicamente las normas nacionales e
internacionales que emplean dicho término. (Yrigoyen 1999, p. 16).

Costumbre.- Se define en oposición a la ley escrita producida por el Estado. Alude a prácticas sociales
repetidas y aceptadas como obligatorias por la comunidad. La idea que está en la base es la concepción
“monista” del derecho que identifica Derecho con Estado y asume que en un Estado sólo cabe un derecho o
sistema jurídico válido, el estatal. Los demás sistemas normativos no son vistos como tales sino como
prácticas puntuales. La doctrina distingue tres tipos de “costumbres” con relación a la ley: a) a falta de ley, b)
conforme a ella, c) contra ella. La ley permite las costumbres de los dos primeros tipos y pueden constituir
fuente del derecho. En cambio, si una práctica jurídica o costumbre es contra legem incluso puede
configurar delito y ser castigada. (Yrigoyen 1999, p. 17).

Monismo.- Concepción jurídica que se sustenta, en la identificación del Derecho con Estado, y asume que
en un Estado sólo cabe un derecho o sistema jurídico válido, el estatal. En otras palabras sólo es “derecho”
20

10.2 Propuesta de reforma constitucional y Acceso a la Justicia

Los comisionados del CERIAJUS han entendido por acceso a la justicia, las garantías que
permiten la posibilidad de los ciudadanos de acudir a cualquier entidad del sistema de Justicia
para obtener la definición de un conflicto en términos de justicia desde el punto de vista individual y
social. Estas garantías deben permitir que el acceso sea libre y general. Entonces para un efectivo
acceso a la justicia debe existir información suficiente sobre el contenido de los derechos y sobre
la forma a través de la cual éstos pueden ser ejercidos y defendidos y existir, a nivel de todo el
país, los medios y recursos humanos y materiales necesarios para garantizar la cobertura del
servicio al ciudadano que lo requiera.

Podría decirse que se ha considerado, para el efecto de proponer un mayor reconocimiento y


revaloración a la Justicia Comunal, Comunidades Campesinas, Rondas Campesinas, Defensorías
Comunitarias y Justicia de Paz que “Los mismos comuneros declaran que, en un trámite normal
ante las autoridades de la ciudad, deben asumir como suyos los gastos de transporte o
desplazamiento a la ciudad y los gastos relativos a su alimentación en el lugar gastos indirectos),
además del pago de aranceles judiciales, del pago del abogado o asesor y del pago de movilidad
para las autoridades judiciales, políticas y policiales cuando tienen que actuar una diligencia
particular fuera de sus despachos (gastos directos). Saben que tanto el abogado como las
autoridades oficiales que intervienen en los procedimientos de resolución << no funcionan>> si es
que no se les paga un <<honorario>> por cada acto procesal o si no se les brinda las
<<facilidades>> del caso para la diligencia que realizan fuera del despacho, según sea el caso.
Adicionalmente los comuneros perciben el costo de oportunidad. El tiempo de espera para el
seguimiento del caso ante el despacho del juez, o el secretario, o fuera del local judicial, o el solo
hecho de preocuparse del desarrollo del proceso y de las diligencias necesarias son entendidas
por los comuneros como la pérdida de cientos de horas que muy bien pueden ser empleadas en el
desarrollo de sus actividades económicas.”41

Reitero por ser de especial relevancia que el Plan Nacional de Reforma Integral del Sistema de
Administración de Justicia reconoce que el Sistema de Justicia debe estar diseñado tomando en
cuenta el carácter multicultural del Perú. Se reconoce que se ha venido dando una exclusión

el producido por el Estado y sólo cabe un derecho o sistema jurídico válido dentro de un Estado. Además, tal
derecho debe ser escrito, general o especializado (diferente de la moral y la religión). Toda otra norma o
sistema normativo no producido por el Estado, es visto como mera costumbre, como una práctica aislada,
que a veces puede estar “mezclada” con reglas morales y religiosas. (Yrigoyen 1999, p. 16).

Pluralismo jurídico.- Entendido como la situación en la que dos o más sistemas jurídicos existen en el mismo
espacio social. (Jumpa 1994, 11)

Rondas Campesinas.- Son organizaciones campesinas, constituidas por decisiones de los propios
campesinos o vecinos de un sector, destinadas al servicio de la comunidad en la lucha y la prevención de la
delincuencia, la violencia y el abigeato.

Usos y costumbres.- La utilización de esta palabra tiene una raíz colonial. Durante el proceso de imposición
colonial se discutió si los indígenas tenían autoridades legítimas, normas arregladas a la “ley divina y
natural” y si eran capaces de autodeterminarse o, si por el contrario, tenían costumbres salvajes,
autoridades tiranas, y eran incapaces de autogobernarse. Las “informaciones” toledanas concluyeron lo
segundo para poder justificar la guerra contra los indios, los “justos títulos de la Corona” y la legitimidad de la
imposición colonial en las Indias, para responder al cuestionamiento que hiciera en su momento Fray
Bartolomé de las Casas. Por ello, se permitió los “usos y costumbres” indígenas que no violasen la “ley
divina y natural”, no afectasen el orden económico-político colonial ni la religión católica. (Yrigoyen 1999, p.
15).

41 PEÑA JUMPA, ob.cit.,p 312- 313


21

permanente y sistemática de grandes sectores sociales, quienes finalmente han sido los más
discriminados por un sistema que los ha considerado invisibles. En la introducción del documento
expresamente se ha consignado que “pese a que en el Perú millones de personas tienen como
lengua materna el quechua, aymara o alguna lengua amazónica, el sistema de justicia no tiene un
servicio oficial de intérpretes o de peritos culturales. La Justicia de Paz- la única “bisagra” entre
el sistema formal y las comunidades-ni siquiera ha merecido una consideración mínima en el
presupuesto del Poder Judicial.”

Los obstáculos para el acceso a la justicia por parte de grandes sectores sociales se materializan
como barreras lingüísticas, culturales y económicas, ausencia de una defensa técnica en los
sectores afectados de extrema pobreza. Todo ello aunado a un deficiente servicio de justicia que
requiere transformarse o hasta rehacerse para garantizar una justicia independiente, eficiente,
confiable y accesible.

La principal propuesta en relación a la los pueblos indígenas, comunidades nativas, campesinas, y


rondas campesinas es el desarrollo de políticas públicas de reconocimiento y de respeto sus
manifestaciones jurídicas propias. Deberá desarrollarse el marco constitucional que garantice el
reconocimiento y respeto a las decisiones de las comunidades indígenas por parte de las
autoridades judiciales y políticas.

Así el Plan Nacional busca que a la Justicia Comunal se le reconozca en un plano más concreto
a fin que sus decisiones se respeten por toda autoridad de la justicia ordinaria y autoridad pública
en general. Igualmente se busca fortalecer la Justicia de Paz, dándole mayores elementos de
apoyo logístico, capacitación, ampliación de competencias y coexistencias en zonas geográficas
conjuntamente con los Jueces de Paz Letrados por ello también las Municipalidades deben apoyar
el funcionamiento de los Juzgados de Paz.

Los Jueces de Paz también ejercen función de auxiliares de la administración de justicia a falta de
Policía Judicial en su comunidad. Así también ejercen función Fiscal, por delegación, por ejemplo,
en levantamiento de cadáveres. Como la Justicia de Paz no le es ajena al Ministerio Público se ha
considerado en el Plan Integral que le compete contribuir a su fortalecimiento. Expresamente se
aprueban dos acciones:

1. Propiciar una coordinación directa entre la Justicia de Paz y el Ministerio Público para
efectivizar la llegada a la población rural.
2. Considerar a los Jueces de Paz en talleres promovidos por los Fiscales para establecer
formas de colaboración en temas de protección de derechos fundamentales

Para superar las barreras lingüísticas se considera el desarrollo de acciones que garanticen la
presencia de un intérprete experto en el idioma o la lengua materna de la persona indígena y
capacitado en aspectos legales básicos. Propiciar que las organizaciones indígenas proporcionen
una relación de ciudadanos indígenas versados en lenguas aborígenes, que podrían participar
como intérpretes en los procesos penales seguidos contra indígenas. Por su parte la autoridad
policial debe asumir la necesidad de contar con un intérprete cada vez que tengan que recibir una
denuncia, investigar un hecho, tomar declaraciones o elaborar algún atestado policial sobre un
caso en el que el imputado sea una persona indígena.

Como forma de facilitar la labor de los Jueces y Fiscales, sin menoscabar el derecho a la identidad
étnica y cultural de los miembros de los pueblos indígenas y amazónicos, se ha aprobado el
empleo de los peritajes culturales como medio probatorio para una mejor comprensión adecuada
de los hechos en un proceso judicial.
22

El nombramiento de magistrados bilingües es necesario máxime cuando son designados para


zonas en las cuales la lengua materna no es el castellano.

Todo ello está relacionado con la propuesta que la Academia de la Magistratura, encargada de
formar a los futuros Jueces y Fiscales y ente de capacitación permanente de los mismos, imparta
cursos teniendo en cuenta las realidades culturales del país y el pluralismo jurídico.

11 ¿Reconocimiento de autonomía cultural a comunidades campesinas y nativas y


organizaciones comunitarias o sujeción al ordenamiento jurídico-positivo nacional?

Hasta aquí y con todo lo que se ha expuesto puedo responder a esta pregunta en el sentido que:
no existe un reconocimiento absoluto de autonomía cultural de las comunidades campesinas y
nativas y de rondas campesinas. Lo que hay es un mayor reconocimiento y una invocación a las
autoridades judiciales, fiscales, policiales, políticas y en general para que se respeten sus
decisiones pero siempre con sujeción a la Constitución Política del Estado. La facultad de impartir
justicia estará siempre condicionada a que se ejerza dentro del ámbito de su territorio nacional,
respetando los derechos fundamentales y coordinando con los Jueces de Paz y demás instancias
del Poder Judicial.

El Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de Justicia, si bien da un gran paso


adelante en el reconocimiento y revaloración del Derecho Indígena, Justicia Comunal y Justicia
Comunitaria no ha tenido por objetivo el reconocer una autonomía de Base Cultural. Aún cuando
admito que “…una misma legislación no puede convenir a todos los pueblos, que la naturaleza y
sus circunstancias han hecho tan desemejantes, cuyas necesidades son tan diferentes, y cuyas
ideas están tan distantes unas de otras”42, esto no puede ser el sustento para que exista derechos
paralelos y aislados del Ordenamiento Jurídico Nacional, es necesaria una coexistencia pero no un
paralelismo.

Por esta razón es fundamental que se garantice la eficiencia social de las leyes, que existan
canales efectivos de comunicación para escuchar a todos los ciudadanos en sus demandas de
justicia y de cuál es el Sistema de Justicia que quieren. Deben sí tenerse en cuenta el Pluralismo
Jurídico pero para superar las deficiencias del Sistema de Justicia Formal, para reordenar nuestro
sistema jurídico, sin que éste deje de tener unidad para así siempre garantizar el Estado de
Derecho.

Aún cuando “…un ejemplo de alternativa lo constituye la actuación, el razonamiento y la búsqueda


de participación, en dichos procesos, de las comunidades aymaras del sur andino del Perú.
Asentadas sobre los 400 metros sobre el nivel del mar, las comunidades aymaras se presentan
como organizaciones que, históricamente, han demostrado una particular capacidad de
autocomposición o resolución de sus propios conflictos, en forma complementaria y hasta opuesta
a la dispuesta por las autoridades u órganos judiciales formales”43. Pero el Derecho Indígena, las
reglas de conducta del Imperio Incaico no son las mismas en estos tiempos. La sociedad ha
evolucionado hacia una complejidad de relaciones interpersonales que se requiere mantener una
unidad y asegurar la convivencia en sociedad.

42 ORTIZ, ob.cit. p. 337

43 PEÑA JUMPA, ob.cit., p. 288


23

Por tanto es necesario buscar el canal adecuado para que se difundan en todo el país los
derechos fundamentales y constitucionales que deben ser respetados también por las
comunidades indígenas y nativas y rondas campesinas.

En mi opinión el canal adecuado es la Justicia de Paz. Es el eslabón entre la Justicia Formal y la


Justicia Comunal o como la denomina el Plan Nacional la “única “bisagra” entre el sistema formal
y las comunidades”

Es imperativo el fortalecimiento de la Justicia de Paz como una vía de articulación entre la Justicia
Formal y la Justicia Comunal a fin de no legitimar cualquier pretensión de retorno al estado inferior
de “justicia por mano propia”. No podemos permitir que se invoque la Justicia comunal o el
Derecho Indígena cuando existen intereses particulares que puedan buscar solamente romper el
orden público y por ello es importante una coordinación permanente. Los magistrados debemos
evaluar la razonabilidad de la Justicia Comunal dentro del contexto de la sociedad nacional
multicultural y por ello insistimos en la necesidad de una coordinación permanente con el Sistema
Nacional de Justicia. Revaloraremos al Pueblo Indígena, a las comunidades campesinas y nativas
y a las organizaciones comunitarias cuando los comprendamos al interior de su propia cultura y
comunidad, pero como parte de nuestra gran sociedad.

BIBLIOGRAFIA

BALLON AGUIRRE, Francisco. Introducción al Derechos de los Pueblos Indígenas, Defensoría del
Pueblo, Lima, septiembre 2003.

BRANDT, Hans Jürgen. En nombre de la Paz Comunal, un análisis de la Justicia de Paz en el


Perú, Centro de Investigaciones Judiciales de la Corte Suprema de Justicia de la República,
Fundación Friedrich Naumann, primera edición, Lima, diciembre 1990.

GUERRA CERRON, J. María Elena. Visión del Sistema de Justicia, Editorial Rhodas, edición
enero 2004, Lima, Perú.

ORTIZ CABALLERO, René. Derecho y Ruptura, A propósito del proceso emancipador en el Perú
del ochocientos, primera edición, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial , Lima,
Perú, abril 1989.

PEREZ MUNDACA José. Montoneras, Bandoleros y Rondas Campesinas, Violencia política,


abigeato y autodefensa en Cajamarca, 1855-1990, Asociación Obispo Martínez Compañón,
Cajamarca- Perú.

PEÑA JUMPA, Antonio, CABELLO MALLOL, Vicente, LOPEZ BARCENAS, Francisco.


Constituciones, Derecho y Justicia en los pueblos Indígenas de América Latina, Análisis
constitucional Justicia y Derecho oaxaqueño( México) Justicia y Derecho Aymara ( Perú), Pontificia
Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 2002.

VINTIMILLA SALDAÑA, Jaime/ ANDRADE UBIDIA, Santiago. Los Métodos Alternativos de Manejo
de Conflictos y la Justicia Comunitaria en el Ecuador, CIDES, Unión Europea Programa Regional
de Justicia de Paz, Programa Andino de Derechos Humanos y Democracia 2002-2005.

TEXTOS
24

Comentarios al Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes,


Defensoría del Pueblo, mayo 2004, Lima –Perú.

Contrastes sobre lo Justo, Debates en justicia comunitaria, Instituto Popular de Capacitación de la


Corporación de Promoción Popular, primera edición, Medellín, Colombia, abril 2003.

Derecho y Realidad, vol. 1, Nº 1, septiembre 2003, Universidad Pedagógica y Tecnológica de


Colombia, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

La Justicia de Paz en debate, Unión Europea-Instituto de Defensa Legal, Lima, Perú, diciembre
1999.

DOCUMENTOS

Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de Justicia, Comisión Especial para la


Reforma Integral de la Administración de Justicia-CERIAJUS, Lima-Perú, abril 2004

……

También podría gustarte