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CASO CLINICO

DETERIORO COGNITIVO LEVE

ANTECEDENTES Y MOTIVO DE CONSULTA

Paciente varón de 74 años que se remite a la Consulta desde Atención Primaria por pérdida de
memoria de 3 años de evolución.

Presenta antecedentes clínicos de hipertensión arterial, en tratamiento con enalapril, con


buen control. Intervenido de hernia umbilical. Ha trabajado como empleado de banco.

En los últimos 3 años refiere olvidos frecuentes, que afectan a la capacidad de recordar dónde
ha dejado sus cosas de uso común, y dificultad para evocar noticias que ha leído o comentar
películas que ha visto. En algunas ocasiones tarda en encontrar la palabra correcta para
denominar objetos.

No presenta sintomatología de tipo depresivo, aunque sí cierta ansiedad ante la posibilidad de


padecer una enfermedad de Alzheimer. Realiza todas sus actividades habituales sin ningún
tipo de limitación.

Evolución y juicio diagnóstico

Este paciente presenta un deterioro de memoria (reciente y de aprendizaje) con ligera


afectación de otras áreas (pensamiento abstracto, fluencia verbal), sin carácter progresivo y sin
repercusión en sus actividades diarias. Por todo ello se diagnosticó de Deterioro Cognitivo
Leve.

Para valorar su posible evolutividad hacia una demencia, se realizó un seguimiento


neuropsicológico durante 3 años mediante MMSE (Mini-Mental State Examination) de
Folstein, que no reveló progresión de los déficits.

Comentarios

La importancia de reconocer de forma temprana la existencia de demencia en un determinado


paciente es conocida por todos, para aportar mayores beneficios con los tratamientos
actualmente en uso.

La alteración cognoscitiva que causa el envejecimiento es lenta, leve, continua y sin


repercusiones en las actividades de la vida diaria.
Enfermedad de Alzheimer

Antecedentes personales e historia actual

Mujer de 60 años de edad, sin antecedentes de interés, que acude a la consulta acompañada
de sus familiares porque le notan deterioro de memoria de al menos tres años de evolución.

Los primeros datos apuntan a despistes en la recepción de mensajes (olvidaba recados que le
dejaban o los transmitía a destiempo, a veces de forma reiterada a la misma persona). En
varias ocasiones venía de la compra habiendo olvidado artículos básicos que precisaba.
Terminó por llevar una lista exhaustiva de la que antes no dependía, pero aún así tenia
problemas algunos cambios monetarios y en último término tenía que ir siempre acompañada,
sobre todo cuando acudía a realizar alguna tarea bancaria (en ocasiones había realizado
ingresos o reintegros por la misma cantidad varias veces en poco tiempo). Por vergüenza
acumulaba ese dinero en casa, pero varias veces olvidaba dónde lo guardaba y lo encontraba
su familia.

Empezaba a aquejar trastornos afectivos (sentimientos de inutilidad, frustración, tristeza),


pero los síntomas depresivos mejoraban solo transitoriamente con los tratamientos brindados
por el neurólogo.

Varias veces se había retrasado al llegar a casa porque había tenido dificultades al regresar,
habiéndose perdido y precisando de ayuda para volver en una ocasión.

En su domicilio, fallaba en tareas como cocinar (olvidaba ingredientes o condimentaba en


exceso) y se dejaba encendidos los electrodomésticos a menudo. Realizaba preguntas
repetitivas sobre un mismo tema, hecho que motivaba en ocasiones la deseperación de su
familia, que la acusaba de no prestar atención en las conversaciones. Ella se irritaba y se
quejaba frecuentemente de que la trataban con desdén.

Con el paso del tiempo, se iba mostrando cada vez más despreocupada en su cuidado
personal. Vestía de manera desordenada, utilizaba prendas poco adecuadas al tiempo, mal
combinadas, a veces abotonaba las camisas de forma irregular.

Poco a poco, sus habilidades comunicativas (era una gran conversadora) se habían reducido: le
costaba trabajo mantener el hilo conductor de las conversaciones y le era difícil encontrar las
palabras adecuadas al contexto, no acertando con la nominación de objetos de uso común.

Por la calle recibía saludos de amigos que veía con relativa frecuencia a los que no respondía
por considerarlos extraños.

Examen físico

Paciente alerta, con cierta indiferencia ante el motivo de preocupación de sus familiares.
Escasa fluidez verbal. Mini examen Cognoscitivo de Lobo: se obtuvo Falla en orientación
temporal (no recordaba día del mes ni de la semana), en orientación espacial (fallos en la
ubicación de planta del hospital), no recordaba 3 palabras a los cinco minutos. Fallos en la
repetición de dígitos en orden inverso y en cálculo mental simple. Enlentecimiento en
pensamiento abstracto y asociativo. Fallo en la comprensión y ejecución de órdenes escritas y
en copia de gráficos.
Juicio clínico

La paciente presenta un cuadro de deterioro de memoria de inicio insidioso y perfil progresivo,


asociado a disfunción en otras areas cognitivas (lenguaje, praxias constructivas, del vestir,
agnosia visual, cálculo, pensamiento asociativo), que está incidiendo en sus actividades socio-
familiares previas. Con este perfil clínico y una vez descartadas mediante los exámenes de
laboratorio y de neuroimagen oportunos otras causas de demencia, fue diagnosticada de
enfermedad de Alzheimer moderada según criterios del DSM-IV (cuarta edición del manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.

Comentarios

La enfermedad de Alzheimer constituye la principal causa de demencia. Es un proceso


lentamente progresivo cuyo síntoma de presentación suele ser un trastorno de la memoria
reciente. A medida que la enfermedad avanza, se afectan otras áreas cognitivas. Es frecuente
encontrar, sobre todo en fases avanzadas, trastornos conductuales como agitación, delirios,
ansiedad y alucinaciones.

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