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fue una iniciativa de 

Estados Unidos para ayudar a la reconstrucción de aquellos países de Europa


Occidental devastados tras la Segunda Guerra Mundial, tomó como nombre el del Secretario de
Estado que lo diseñó, George Marshall, y consistió en proporcionar ayudas económicas por valor
de unos 13.000 millones de dólares de la época1 . El plan estuvo en funcionamiento durante cuatro
años desde 1948. Los objetivos de Estados Unidos eran reconstruir aquellas zonas destruidas por
la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer próspero de nuevo
al continente; todos estos objetivos estaban destinados a evitar la propagación del comunismo, que
tenía una gran y creciente influencia en la Europa de posguerra. 2 El Plan Marshall requirió de una
disminución de las barreras interestatales, una menor regulación de los negocios y alentó un
aumento de la productividad, la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio «modernos».3
Las ayudas del plan se dividieron entre los países receptores sobre una base más o menos per
cápita. Se dieron cantidades mayores a las grandes potencias industriales, ya que la opinión
dominante era que su reactivación sería esencial para la prosperidad general de Europa.
Aquellas naciones aliadas recibieron algo más de ayuda per cápita que los antiguos miembros
del Eje o que se habían mantenido neutrales. El mayor receptor de dinero del Plan Marshall fue
el Reino Unido, que recibió el 26 % del total, seguido de Francia con el 18 % y la nueva Alemania
Occidental con el 13 %. En total 18 países europeos se beneficiaron del plan. 4 A pesar de que se le
había prometido durante la guerra y se le ofreció, la Unión Soviética se negó a participar en el
programa por temor a la pérdida de independencia económica; con su negativa también bloqueó la
posible participación de países de Europa del Este, como Alemania Oriental o Polonia. Al plan
pronto se le criticó la poca importancia dada a la recuperación de ciertos sectores estratégicos
europeos para favorecer la entrada de empresas estadounidenses y el temor a que los países
europeos se convirtieran en estados clientelares y dependientes de EE. UU. Los Estados Unidos
desarrollaron programas similares en Asia, pero bajo otras denominaciones.
Sin embargo, su papel en la rápida recuperación ha sido debatido. La mayoría rechaza la idea de
que el Plan Marshall, en solitario, reviviviera milagrosamente a Europa, ya que la evidencia
muestra que ya se estaba llevando a cabo una recuperación general. Las subvenciones del Plan
Marshall se proporcionaron a una tasa que no era mucho más alta en términos de flujo que la
ayuda anterior de UNRRA y representaban menos del 3 % del ingreso nacional combinado de los
países receptores entre 1948 y 1951,5 lo que significaría un aumento en el crecimiento del PIB de
solo 0,3 %.67 Además, no existe una correlación entre la cantidad de ayuda recibida y la velocidad
de recuperación: tanto Francia como el Reino Unido recibieron más ayuda, pero Alemania
Occidental se recuperó significativamente más rápido.7
La iniciativa lleva el nombre del entonces secretario de estado George Marshall, que también había
sido uno de los más célebres generales estadounidenses durante la guerra. El plan tuvo el apoyo
en Estados Unidos de los dos grandes partidos, los republicanos controlaban el Congreso,
mientras los demócratas controlaban la Casa Blanca con Harry Truman como presidente. El plan
fue en gran medida creado por funcionarios del Departamento de Estado, especialmente por
William L. Clayton y George F. Kennan, con la ayuda de la Institución Brookings, conforme a lo
solicitado por el senador Arthur Vandenberg, presidente del comité de relaciones exteriores del
Senado.8 Marshall habló de la necesidad urgente de ayudar a la recuperación europea en su
discurso en la Universidad de Harvard de julio de 1946.910
Desde entonces, se han utilizado términos como «nuevo o equivalente Plan Marshall» para
describir programas o propuestas de rescate económico a gran escala.

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