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DÍA 10

LAS PROMESAS HAY QUE CUMPLIRLAS


“...y se acordó del pacto que había hecho con los antepasados de los israelitas,
es decir, con Abraham, Isaac y Jacob.” Éxodo 2:24-25

La Biblia nos enseña las características de un matrimonio de pacto en la relación entre


Dios y su pueblo. Podemos recordarlo de la siguiente manera:

Promesas incondicionales.
Amor incondicional.
Confrontación y perdón.
Tiempo ilimitado.
Poner al otro primero.

Entonces, la primera característica de un PACTO que estudiaremos es la de las Promesas


Incondicionales. Por lo general, los novios se hacen un sin número de promesas para
cumplir a corto o largo plazo. Estas últimas encontrarán su cumplimiento en el
matrimonio. Como si fuera poco, a estas promesas se les añaden las que asumen en la
ceremonia de bodas: "Te amaré en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la
enfermedad... hasta que la muerte nos separe".
Pero, ¿qué sucede con el cumplimiento de cada una de estas promesas en el matrimonio?
En la actualidad, las parejas se quejan de que su relación como pareja ha cambiado con
el matrimonio. La respuesta a este planteamiento la encontramos en que las personas
asumen el matrimonio pensando más en un contrato, el cual puede ser cambiado o
terminado en cualquier momento, en lugar de un pacto que debe permanecer para
siempre.

La Biblia enfatiza que las promesas que forman parte de los pactos deben ser
incondicionales y que su cumplimiento debe darse día a día. Este es el caso de Noé en
Génesis 9, donde Dios prometió que nunca volvería a destruir la tierra con agua y
además prometió que aparecería un arco iris en el cielo como señal de este pacto. Hoy
todos somos testigos de que este pacto se ha cumplido.

¿Es su relación matrimonial un CONTRATO o un PACTO?

Dios, gracias por ser un Dios de pactos, ayúdame a


valorar mi matrimonio como un sólido pacto.

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