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interminables sucesiones de aventuras buscadores del Paititi, se suman también las investigaciones de científicos que,
pidiendo colaboración y apoyo al gobierno del Perú, se han aventurado en busca del misterioso Paititi, abordando
helicópteros y portando instrumentales que le ayudara a localizar la escondida ciudadela.
Era bastante conocida el hecho de que había un oficial en la fuerza aérea, que era el encargado y el más singular
entre todos, de conducir a las zonas selváticas a quienes así lo solicitaban, por ser un conocedor auténtico de aquellas
regiones y por su pericia y destreza en el manejo del aparato volador.
Una, como tantas otras veces, estuvo por la zona de K’osñipata, acompañado esta vez de un arqueólogo empedernido
y obstinado en la idea del descubrimiento de la codiciada ciudad perdida, con debido permiso y apoyo del Gobierno
Nacional.
Tomaron la ruta aérea que más favorecería para el rastreo e indagaron por varios días, peinando muy bajo las
selvas enmarañadas del Cusco y Madre de Dios; siguiendo de cerca un camino amplio y empedrado, que luego de un
buen trecho desaparecía bajo el espesor de la selva. Comprobando con la ayuda de aparatos especiales e
instrumentos de precisión, que dicho camino estaba construido con gran perfección y simetría.
En una ocasión, el piloto aterrizó en la base provisional para tomar un día de descanso, según lo dispuesto por el
científico a quien guiaba o conducía; más ansioso de sacar sus propias conclusiones y desarrollar su plan particular, al
que el científico no daba importancia, el aviador se elevó solo en el helicóptero a manera de maniobrar o de paseo y se
perdió en el horizonte, llegando minutos más tarde sobre un macizo que le invito a escudriñar detenidamente. De
pronto llegó a volar casualmente sobre una hondonada profunda que él calculó en unos seiscientos metros de plomada,
hasta la base de la quebrada.
Intentó el descenso, advirtiendo en las profundidades un verdor obscuro, debido a la densidad de la vegetación y
la distancia, más las fuertes corrientes aéreas lo disuadieron de su propósito, no sin antes advertir un humo grisáceo
que se desprendía misteriosamente del lugar.
RECUERDA Y RESPONDE:
1. ESCUDRIÑAR 2. MISTERIOSO
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seda mona
queda vista
mona de Aunque
se se
la
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