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El salvataje de las entidades deportivas y la alternativa del gerenciamiento

Por Francisco Junyent Bas

Sumario: I. Introducción. II. El régimen especial de la ley 25284. II. 1. Funcionamiento del sistema. II.
2. Las asociaciones en quiebra. II. 3. Las asociaciones en concurso preventivo. II. 4. El desplazamiento
de las autoridades de la asociación. III. La función del órgano fiduciario. III. 1. Consideraciones
generales. III. 2. La administración fiduciaria. III. 2.a. La gama de funciones articuladas en la ley. III.
2. b. La insuficiencia del esquema de gestión. IV. Las facultades del órgano y el necesario control
judicial. IV. 1. La actuación del fiduciario. IV. 2. Las principales funciones. V. La modalidad operativa
del órgano fiduciario. V. 1. Las pautas de la LED. V. 2. La viabilidad del gerenciamiento. V. 2. a. El
encuadre fideicomiso-gerenciamiento. V. 2. b. La insuficiencia normativa. V. 2. c. La finalidad de la
rehabilitación empresaria. V. 3. La relevancia de la actividad privada. V. 3. a. La intervención de
terceros en la gestión deportiva. V. 3. b. El mejor valor de la continuación de la empresa. V. 4. Los
límites de la contratación. V. 4. a. El contrato de colaboración constituye una modalidad intuitu
personae. V. 4. b. La necesaria autorización judicial. V. 4. c. El aporte de capital genuino. VI.
Conclusiones

I. Introducción
Tal como sabemos, el 2 de agosto del año 2000 se publicó en el Boletín Oficial el régimen especial de
administración de las entidades deportivas con dificultades económicas, mediante la constitución de un
fideicomiso de administración con control judicial, legislación que analizamos con mayor detenimiento en
una obra anterior (1).
Este ordenamiento, como fuera explicado oportunamente, se originó con motivo de la situación de crisis de
las entidades deportivas y, en especial, por los procesos falenciales de importantes clubes de fútbol, entre
ellos, Racing Club de Avellaneda.
Con posterioridad, también se incorporaron al régimen otras entidades como Deportivo Español, Club
Atlético Belgrano, Club Atlético Talleres de la provincia de Córdoba, San Martín de Tucumán, Godoy Cruz
de Mendoza y recientemente Newell's Old Boys, con el objetivo de evitar la liquidación de dichas entidades
ante el indudable impacto social y político que su desaparición significaría para la comunidad.
Hoy, a nueve años de la sanción de la ley, se cuestiona la idoneidad del sistema para la rehabilitación de las
entidades deportivas y, fundamentalmente, se debate el régimen de gerenciamiento en el que resulta
paradigmática la historia del Racing Club de Avellaneda. En efecto, así como la insolvencia del conocido
club de fútbol motivó la sanción de la ley 25284 como alternativa de “salvataje especial”–para evitar su
liquidación, igualmente la escandalosa quiebra de su gerenciadora Blanquiceleste SA aparejó la extinción de
dicho régimen legal y finalmente su normalización asociativa.

II. El régimen especial de la ley 25284


II. 1. Funcionamiento del sistema
La Ley de Entidades Deportivas (LED), como hemos apenas atisbado, ha reglado un sistema tendiente a
“salvar” a las entidades deportivas, a sanear el pasivo (superar la insolvencia) mediante una administración
fiduciaria “proba, idónea, profesional y controlada judicialmente” (art. 2, inc. c, LED).
En esta línea, reguló el “Régimen Especial de Administración de las Entidades Deportivas con Dificultades
Económicas”. Mejor dicho: “con procesos concursales abiertos”.
La administración de la entidad se lleva a cabo a través de la constitución de un “fideicomiso de
administración” (arts. 8 y 14, LED). Esta articulación del fideicomiso se efectuará sobre “la totalidad de los
bienes que integran el patrimonio de los deudores” (art. 3, LED), esto es, la entidad concursada.
De modo que se produce un desplazamiento patrimonial de los bienes (en sentido amplio) que estaban en
poder de la asociación civil en dificultades hacia el fideicomiso de administración.

1
) Junyent Bas, F. - Molina Sandoval, C., Salvataje de Entidades Deportivas, Rubinzal-Culzoni,
2000.
Esta administración está confiada a un fiduciario (art. 1, 6, 7, etcétera, ley 24441) que debe administrar el
patrimonio fideicomitido “a favor de los acreedores de las entidades para la cancelación de las deudas”
(arts. 7, 8, 10, 11 y 14, 2º párr., LED).
Desde esta primera aproximación, el sistema permite la administración de determinados patrimonios a través
del fideicomiso de administración.
II. 2. Las asociaciones en quiebra
La primera manda judicial contenida en el art. 5 de la LED dispone que cuando la entidad deportiva
encuadrada en el art. 1 –es decir, una asociación civil de primer grado– se encuentre en quiebra, el juez debe
aplicar el régimen especial “de oficio”, cualquiera sea el estado del proceso, siempre y cuando se valore la
existencia de patrimonio suficiente para la continuación de la explotación.
La normativa suspende la falencia sin afectar los derechos de la entidad, a tenor del juego de los arts. 88 y
107 de la LC, atento a que, antes de que se haga aplicación de la LED, la asociación ya había sido
desapoderada de sus bienes.
De tal modo, pese al desapoderamiento operado, el juez, en lugar de efectuar las diligencias de los arts. 203
a 213 y 214, parte final, LC, constituye un “fideicomiso de administración” (art. 8 y 14, LED), con las
legítimas finalidades establecidas en el art. 2, LED. En tal sentido es sumamente ejemplificativa la
resolución (2) dictada en el caso del Club Atlético Belgrano de Córdoba, en la cual se dispone la

2
) Juzgado Civil y Comercial de 7a. Nom., Sent. N° 159 del 18/9/2001, “Club Atlético Belgrano –Quiebra
Pedida”, en donde se lee que frente a la falencia del Club Atlético Belgrano, declarada por sentencia N° 158 de fecha
18/9/01, se impone al Tribunal entrar al tratamiento de la aplicación en el subexamine del Régimen Especial de
Administración de las Entidades Deportivas con Dificultades Económicas regulado por la ley N° 25284, dado el
carácter de orden público del mencionado ordenamiento legal (art.27), cuya consideración resulta obligatoria para el
magistrado en atención al mandato legal derivado del art. 5 del referido cuerpo normativo. “Ello así, corresponde
dilucidar en la especie si se configuran los presupuestos de procedencia contemplados para que sea viable el remedio
previsto por dicha normativa, con base en lo cual se analiza: I.- Que resulta de competencia del Tribunal la aplicación
al caso de autos del régimen previsto por la Ley N° 25284, en virtud de lo dispuesto por el art. 4 de dicho cuerpo
legal. II.- Que con relación al presupuesto subjetivo reglado en el art. 1 de la LED, se advierte que el Club Atlético
Belgrano reúne las características previstas por la normativa señalada de acuerdo con los antecedentes que surgen de
las constancias agregadas en oportunidad de la presentación de la entidad en concurso preventivo, proceso que se
tramita por ante este mismo Tribunal, y al certificado de Secretaría obrante a fs. 107 de las presentes actuaciones. III.-
Que, por imperio de lo dispuesto por el art. 5 de la Ley N° 25284, corresponde al Tribunal la merituación –prima
facie– de la existencia de patrimonio suficiente para la continuación de la explotación de la fallida con el alcance
previsto en el dispositivo citado. Frente a lo expuesto, no puede dejar de señalarse la responsabilidad que deriva de la
normativa indicada tu supra para el mgistrado interviniente, en el sentido de tener que efectuar una valoración
discrecional de las posibilidades reales del club susceptibles de generar ingresos de fondos genuinos para atender a
los gastos de mantenimiento, infraestructura, sueldos, impuestos y demás erogaciones que deba afrontar la entidad y
el pasivo existente a la fecha de la falencia. (Cfr. Grispo, Jorge Daniel, Régimen Especial de Administración de las
Entidades Deportivas con dificultades económicas. Fideicomiso de Administración con control judicial. Ley N°
25284, Ed. Ad-Hoc, pág. 47). Es entonces que, a los fines expuestos, procede determinar las bases objetivas a tener
cuenta para la apreciación exigida por la ley, por cuanto ésta condiciona la aplicación del régimen especial en análisis
a la posibilidad de una continuación empresarial no deficitaria. Es así que en el sublite resulta oportuno considerar el
hecho de que, si bien la quiebra del Club Atlético Belgrano de Córdoba fue dispuesta por pedido de acreedor, no
puede soslayarse la circunstancia de que la entidad deportiva se encontraba, previo a la declaración falencial, en
etapa de cumplimiento del concordato preventivo celebrado con los acreedores, tramitándose dicho proceso por ante
el Tribunal a mi cargo. Es entonces que de dichos actuados puede extraerse como sustento técnico de trascendencia el
informe general presentado por la Sindicatura en la oportunidad prevista por el art. 39 de la Ley N° 24522 (ver
informe agregado a fs.730/749, cuerpo IV, de las actuaciones correspondiente al concurso preventivo de la deudora),
del que se desprende información de índole empresarial y económica necesaria para la presente decisión.
Consecuentemente, ponderado el dictamen técnico-contable del referido funcionario, la actual coyuntura que
atraviesa la institución deportiva, y atendiendo a la necesidad de protección del deporte como derecho social y demás
objetivos señalados por el art. 2 de la referida normativa y en el entendimiento de que –en caso de duda– debe
estarse por la aplicación de la LED, en virtud del principio de conservación de la empresa (cfr. Junyent Bas- Molina
Sandoval, Salvataje de Entidades Deportivas. Ley 25284, Editorial Rubinzal Culzoni, pág. 99), es que se deriva
procedente en el caso de marras la aplicación del régimen especial en análisis y, consecuentemente, la institución de
un fideicomiso de administración sobre la totalidad de los bienes del patrimonio del club deudor con control judicial,
aplicabilidad del art. 5 de la ley 25284, esto es, la aplicación de la institución del fideicomiso sobre la
totalidad de los bienes del patrimonio del club y se designa el órgano fiduciario con las obligaciones que se
establecen en esa oportunidad.
II. 3. Las asociaciones en concurso preventivo
El régimen de administración fiduciaria también es aplicable en los supuestos de concurso preventivo de este
tipo de entidades deportivas.
Así, el art. 6 de la LED establece que será “opción” de la entidad –opción que se ejerce a través de su órgano
de administración y debe ratificarse por su órgano de gobierno– someterse a la aplicación de la ley.
La asociación deportiva puede hacer uso o no de esta posibilidad, mas no está constreñida a someterse a este
régimen contra su voluntad.
II. 4. El desplazamiento de las autoridades de la asociación
Una característica típica del fideicomiso de administración se sigue del art. 7, 1º párr. de la LED, en cuanto
establece la designación del órgano fiduciario que “desplaza” a los órganos institucionales y estatutarios que
estuvieren actuando.
La norma es de dudosa constitucionalidad y debe integrarse con el dispositivo del art. 110 de la ley
concursal en orden a la legitimación residual de la asociación civil.
En efecto, al producirse el desplazamiento de los órganos, la persona jurídica carecería de cualquier forma de
control del procedimiento de la LED, todo lo cual no se condice con la adecuada integración normativa, tal
como lo expresamos.
En una palabra, privar del debido derecho de defensa (art. 18, CN) a cualquier persona, sea física o jurídica,
es inconstitucional.
En consecuencia, cuando el régimen de la LED desplaza a los miembros de la comisión directiva (dejando
vacío el órgano), ello debe ser interpretado adecuadamente, manteniendo la vigencia de los órganos
naturales de la asociación civil a los fines establecidos en el art. 110 de la ley 24522. En el supuesto de
Belgrano, en el mismo resolutorio ( 3) por el que se constituye el fideicomiso de administración, se dispone

con arreglo a las disposiciones de la ley N° 25284 y demás leyes de fondo contempladas por el art. 26 de la LED y
con el alcance reglado en el mismo, con la salvedad de que el órgano fiduciario a designarse deberá presentar dentro
del término de 60 días corridos a partir de la aceptación de cargo, un cuadro económico de la empresa tendiente a
ilustrar sobre la situación económico-financiera de la institución, los gastos que deberán afrontarse para la
continuación del Club, recursos que pueden obtenerse para hacer frente a los gastos y al pasivo existente, en
definitiva, expedirse sobre la existencia de patrimonio suficiente para continuar la explotación de la entidad deportiva
en los términos de la Ley N° 25284. Ello así, y en caso de no generarse recursos suficientes para atender el giro
ordinario o conformar la masa a distribuir a favor de los beneficiarios, se procederá conforme lo dispuesto por el art.
23 y conc. de la ley 25284”.
3
) Juzgado Civil y Comercial de 7a. Nom., Sent. N° 159 del 18/9/2001, “Club Atlético Belgrano –Quiebra
Pedida”, en donde se lee “Tercero: Cabe destacar que el citado órgano fiduciario tendrá a su cargo la administración
y tutela del patrimonio fideicomitido, tendiendo a sanear el pasivo del club deudor en el marco de la continuidad de
la actividad deportiva y en el intento de superar el estado de insolvencia patrimonial del mismo, enmarcando su
gestión en la normativa del art. 15 de la LED y debiendo sujetar su actuación a las pautas fijadas a tal fin por el art.8,
último párrafo, en concordancia con el art. 12, 15 incs. a), b) y c) de la LED y demás normativas concordantes e
instrucciones que imparta el juez de control. A los fines de llevar adelante tal cometido, el órgano fiduciario se
encuentra facultado, sin necesidad de autorización alguna, para realizar las operaciones de naturaleza eminentemente
económica propias del giro ordinario, las que se enmarcan exclusivamente en el tipo y medida de los actos que se
sucedían en la institución deportiva y con directa relación a su fin. Por el contrario, cualquier acto de disposición o
que exceda dicha actividad ordinaria requiere la previa autorización judicial en los términos del art. 20 LED, siendo
exclusiva responsabilidad del órgano actuante, como administrador, el proveer lo conducente para obtenerla en forma
previa a la concreción de cualquier acto de esta naturaleza. Atento a la dificultad que puede aparejar la distinción
entre actos de giro ordinario y actos que excedan el mismo, se impone al funcionario l a obligación, ante la mínima
duda en punto a tal delimitación, de rquerir el permiso a que alude el ordenamiento legal para su evaluación en cada
caso concreto.- En cumplimiento de lo dispuesto por el art. 15 de la LED (incs. f, g, j y k) deberá el órgano fiduciario
presentar, en su caso, en forma concomitante con el informe requerido en el considerando primero, un informe
individualizando del patrimonio fideicomitido y probables valores de realización del mismo y un presupuesto anual
de ingresos y egresos con los alcances fijados por el dispositivo legal citado. Asimismo, el órgano fiduciario deberá
emitir informes sobre el avance de la gestión encomendada y rendir cuentas en forma trimestral sobre el estado del
formar provisoriamente el órgano fiduciario y se definen sus facultades de gestión empresaria, como así
también se le requiere prosiga con la labor verificatoria a los fines de realizar la consolidación del pasivo.

III. La función del órgano fiduciario


III. 1. Consideraciones generales
Hemos dicho que la ley 25284 implementó un sistema tendiente a “salvar” a las entidades deportivas, a
sanear el pasivo, mediante la transferencia fiduciaria del patrimonio de la correspondiente asociación civil,
desplazando tanto a los órganos sociales como al síndico concursal, y disponiendo una administración
fiduciaria “proba, idónea, profesional y controlada judicialmente”.
Así, el fideicomiso de administración constituye una forma de “rehabilitación empresaria” similar al
régimen de continuación de la empresa en la quiebra propiamente dicha, pero que, en virtud de la especial
tutela del deporte como derecho social, posee una mayor flexibilidad.
En efecto, adviértase que, a los fines de la administración de los bienes de la entidad deportiva, se crea un
fideicomiso mediante la transferencia fiduciaria de los bienes muebles, inmuebles y derechos
correspondientes a las asociaciones civiles que se dediquen a la práctica deportiva.
Rivera (4) considera que se está frente a un patrimonio especial por su destino y que la constitución del
fideicomiso impuesta por el régimen de la ley 25284 se endereza a producir no sólo un salvataje económico
de la empresa deportiva, sino también el reordenamiento institucional de la entidad.
III. 2. La administración fiduciaria
III. 2.a. La gama de funciones articuladas en la ley
La propiedad en fideicomiso conferida al órgano fiduciario y en interés de la masa de acreedores otorga a
este nuevo centro de imputación patrimonial un gerenciamiento integral desde el punto de vista técnico,
empresario y judicial, en un cúmulo notable de tareas.
Tal como hemos adelantado, este patrimonio es administrado por el órgano fiduciario a favor de los
acreedores de las entidades para la cancelación de las deudas y por un plazo de duración que puede llegar
hasta nueve años (arts. 22 y 23, LED).
El órgano fiduciario deberá administrar el patrimonio fideicomitido a favor de los acreedores de la entidad
para la cancelación de las deudas y la reorganización empresaria, de manera tal que no sólo asume funciones
de gestión empresaria sino también judicial, en orden a la determinación del pasivo y demás aspectos
reglados en el art. 15 de la LED.
En una palabra, el órgano fiduciario tiene una gama de funciones estrechamente relacionadas con las
establecidas para el fiduciario en la ley 24441 y para el síndico en la ley concursal, todo lo cual constituye
uno de los aspectos más conflictivos del nuevo régimen.
Así, hasta la fecha, los casos que oportunamente citamos en que se constituyó el fideicomiso, a saber:
Racing de Avellaneda, Ferrocarril Oeste, Belgrano y Talleres de Córdoba, entre otros, han demostrado la
insuficiencia del sistema y la imposibilidad del fiduciario de enfrentar la gestión empresarial.

patrimonio fiduciario, a los fines de ponerlos a disposición de los interesados, ello sin perjuicio de que de acuerdo con
las circunstancias que se presentaren, el Tribunal o los interesados efectúen requerimientos de rendiciones en distintas
oportunidades a las señaladas.- En mérito a lo reglado por el art. 9 de la LED, facúltase al órgano fiduciario a
conformar un comité asesor honorario con los requisitos contemplados en dicha normativa. Cuarto: En función de la
aplicación analógica, a los fines de la consolidación del pasivo, del procedimiento reglado por la ley concursal para la
insinuación y verificación de los créditos que componen el pasivo de la entidad, de acuerdo con lo dispuesto por los
arts. 13 y 15 incs. d) y e) de la LED, corresponde en esta oportunidad determinar los plazos para el cumplimiento de
las respectivas etapas del mismo (arts.32 a 37, 200 y c.c. de la Ley N° 24522).- En este punto, cabe señalar que el
cumplimiento de las distintas fases del proceso falencial merece efectuar una consideración especial. Del análisis de
la causa, y en especial el elevado volumen de procesos concursales presentados ante el Tribunal a mi cargo, permite
inferir -prima facie- la imposibilidad de cumplir dentro de los exiguos plazos previstos por la ley 24522 con las
obligaciones asignadas por el ordenamiento.- Ello así, se impone una especial determinación de dichos términos,
teniendo en consideración lo dispuesto por Acordada del Excmo.Tribunal Superior de Justicia Nro. 329, serie "A", del
20/8/96”.
4
) Rivera, Julio César, Instituciones de Derecho Concursal, T. II, Rubinzal Culzoni, pág. 419.
En rigor, el legislador buscó constituir el órgano con los profesionales mínimos que debe tener una entidad
deportiva: un abogado, un contador y un especialista en administración deportiva para que las polifacéticas
funciones del órgano fiduciario se cumplan con “la prudencia y diligencia de un buen hombre de negocios”.
III. 2. b. La insuficiencia del esquema de gestión
Ahora bien, este objetivo no puede ser cumplido por el órgano fiduciario, por idóneos que sean sus
miembros, pues la conducción de una entidad deportiva y, además, las obligaciones legales en orden a la
verificación de los créditos, implican un cúmulo de tareas que sobrepasa la capacidad de trabajo de los
integrantes del fideicomiso.
Esta problemática ha traído aparejada una serie de conflictos en la aplicación del régimen, todo lo cual se ha
visto agravado por la incapacidad de generar recursos genuinos para cumplir con la finalidad de saneamiento
empresario.
A todo evento, cabe advertir que, en realidad, la distribución de los fondos constituye uno de los aspectos
más dificultosos del nuevo sistema, pese al régimen establecido en el art. 18 de la ley 25284, que otorga
carácter cancelatorio a cada liquidación y que impone un límite del 60 por ciento del valor nominal del
pasivo, mediante un precepto de dudosa constitucionalidad.

IV. Las facultades del órgano y el necesario control judicial


IV. 1. La actuación del fiduciario
Tal como señalamos oportunamente(5), la organicidad del fiduciario establece que sus miembros deben
actuar “juntamente” con el “control judicial”, y que las decisiones se tomarán por mayoría simple con
opiniones fundadas y circunstanciadas que constarán en actas suscriptas por sus integrantes y sujetas a la
aprobación judicial.
De tal forma, la ley exige que las reuniones de los integrantes del órgano fiduciario se estipulen en un libro
de actas suscripto por sus integrantes y éstas ( las reuniones) quedan sujetas ala control judicial.
Asimismo, las decisiones se tomarán por mayoría, lo que implica que, más allá de la función orgánica y
plural, cada actuación requiere de la aprobación de al menos dos de sus miembros.
Cabe agregar que si bien las principales obligaciones del órgano fiduciario están estructuradas en todo el
articulado de la ley y aparecen especialmente estipuladas en el art. 15 de la LED, su integración al sistema
concursal implica, por razones obvias, que el órgano debe actuar con profesionalidad, es decir, de
conformidad con la diligencia del “buen hombre de negocios”, estándar pautado en los arts. 12 y 15, LED.
IV. 2. Las principales funciones
En esta inteligencia, existen tres funciones centrales que cabe puntualizar:
a) Funciones de auditoría contable y de índole judicial en orden a la comprobación del pasivo falencial, de
conformidad con las pautas de los incs. d y e, que establecen que las deudas que existen contra las entidades
deportivas deben determinarse mediante el correspondiente procedimiento de verificación de créditos
reglado en la ley 24522, a cuyo fin se otorgarán al órgano fiduciario las mismas facultades que tiene el
síndico en estas etapas del proceso.
b) Funciones de administración y gestión empresaria, a cuyo fin los incs. f), g), h), i) y j) exigen la
realización del inventario de los bienes fideicomitidos, la elaboración del presupuesto anual de ingresos y
egresos, la designación del personal técnico y administrativo necesario para el funcionamiento institucional
y la información al juez sobre el estado del patrimonio fiduciario.
c) Por último, las gestiones de investigación, a cuyo fin se articula la instrucción de sumarios
administrativos a las tres últimas administraciones, siempre que existan presunciones de actos contrarios a
las leyes o a los estatutos de los cuales pueda derivarse un perjuicio a la entidad involucrada, debiendo
garantizarse el derecho de defensa de los sumariados conforme a las leyes procesales vigentes en cada
jurisdicción.

V. La modalidad operativa del órgano fiduciario


V. 1. Las pautas de la LED
5
Junyent Bas Francisco-Molina Sandoval Carlos, Salvataje de Entidades Deportivas, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2000; Mirolo, René R., Régimen Jurídico del Futbolista y de las Entidades Deportivas, Advocatus, 2004, p. 291 y
sig.
Tal como puntualizamos supra, el órgano fiduciario tiene la obligación de actuar “conjuntamente” y resolver
las diversas cuestiones por mayoría, siempre bajo control judicial y teniendo presente la diligencia
profesional que le impone el plexo normativo.
Ahora bien, el cuestionamiento principal que se ha planteado en el orden práctico y operativo es si el órgano
fiduciario puede “tercerizar” la gestión deportiva mediante alguna alternativa de gerenciamiento y si éstas
son realmente eficaces.
Desde esta perspectiva, conviene recordar la reglamentación de la AFA en el denominado Plan de
Recuperación, según normativa establecida en el Boletín 30/95 en donde se regula el gerenciamiento de los
clubes.
En efecto, en el caso de Racing la gestión deportiva fue asumida por la sociedad “Blanquiceleste SA” que
culminó también en la insolvencia y sin lograr sus objetivos, lo que obligó a que el juez ordenara la
intervención judicial y a la postre resolviera la extinción del fideicomiso de administración.
Esta situación ha disparado nuevamente la polémica sobre la viabilidad y eficacia del gerenciamiento, tal
como lo veremos infra.
A su vez, en el caso de Talleres de Córdoba, también se acordó el gerenciamiento a la firma “Ateliers”, la
que se debate en una difícil situación para obtener los recursos que le permitan mantener la marcha de la
empresa.
En otros supuestos, como el de Belgrano de Córdoba, también se presentan dificultades, pese a lo cual la
marcha de la gestión empresaria por parte de la gerenciadora Córdoba Celeste SA, ha permitido distribuir
algunos fondos entre los acreedores y la gestión deportiva parece más asentada. El tribunal autorizó
oportunamente el gerenciamiento (6) a favor de Córdoba Celeste, quien asumió la gestión empresarial y
6
) Juzgado de 7a.. Nom. Civil y Comercial de Córdoba, mediante Auto Interlocutorio de junio 2002, en el
cual se estableció: “...Primero: Que la convocatoria efectuada en el proceso licitatorio a posibles interesados, a los
fines del gerenciamiento de la explotación del Club Atlético Belgrano, se realizó bajo las condiciones estipuladas en
el pliego de bases y regido por las leyes y reglamentaciones pertinentes, confeccionado a tal fin por el Órgano
Fiduciario y de conformidad a lo dispuesto por el Tribunal en los pronunciamientos relacionados ut-supra. Segundo:
Que la única oferta presentada resultó efectuada por la sociedad "Córdoba Celeste SA (en formación)" tendiente a la
explotación de la actividad de la entidad deportiva, en el marco del contrato de concesión privada autorizado en
autos, acompañando al efecto los antecedentes constitutivos de la persona jurídica, esto es el contrato social y
constancia de solicitud de inscripción registral por ante Inspección de Personas Jurídicas (fs. 1656/1659).-Con fecha
veintidós de mayo del corriente año el Tribunal, previa vista a la Administración Fiduciaria y verificado el
cumplimiento de los requisitos formales contemplados en el pliego de licitación aludido, procedió a adjudicar en
forma provisoria el gerenciamiento en cuestión a la sociedad oferente. Tercero: Que, en función de lo establecido en
la cláusula décimo octava del Pliego de bases y condiciones y en la Reglamentación del Plan de Recuperación
mediante Inversiones Privadas en el Fútbol Profesional, se requirió a la Asociación Cordobesa de Fútbol y a la
Asociación del Fútbol Argentino el dictamen pertinente en relación con la contratación de marras. La institución
citada en primer término no expresa observación alguna en relación a los antecedentes adjuntados por el oferente
como al plan de viabilidad formulado por el mismo (fs. 1773). Por su parte, cabe destacar que la Asociación del
Fútbol Argentino, en oportunidad de requerirse su opinión en relación con el proyecto de contrato de gerenciamiento
y plan de viabilidad efectuado por el Órgano Fiduciario, acompaña la aprobación del Comité Ejecutivo del dictamen
emitido por la Asesoría Legal de la institución de fecha 28 de marzo de 2002 (fs. 1499). En la opinión jurídica
referida (fs. 1420/1433), se efectúan puntuales observaciones que hacen particularmente a la relación de la AFA con
los representantes de la institución deportiva, las que resultaron acogidas por el Tribunal mediante sentencia N° 70 de
fecha 19 de abril del corriente año, solicitándose en definitiva a los fiduciarios la presentación del proyecto de
contrato en los términos considerados en la resolución aludida. Es entonces que, dispuesta la licitación a los fines del
gerenciamiento y remitidos a la AFA los antecedentes acompañados por la sociedad oferente junto con el plan de
viabilidad elaborado por el mismo, dicha institución se expide a través de lo analizado por la Asesoría Jurídica y
Tesorería, advirtiendo imprecisiones e insuficiencias respecto al área del plan de viabilidad que estima le impiden
valorar la calidad y viabilidad del proyecto presentado, como también relativas a los antecedentes deportivos de la
oferente (fs. 1776/1779). En el intento de subsanar tales observaciones, la sociedad proponente amplía y aclara el
plan de viabilidad acompañado originariamente y adjunta asimismo los antecedentes deportivos con los que cuenta el
Sr. Carlos Julio Bustos (integrante de la sociedad), dada la imposibilidad de la persona jurídica de aportar antecedente
alguno en virtud de su constitución coetánea con la presentación de su oferta. Dichos elementos son considerados por
la Asociación del Fútbol Argentino a fs. 1848/1841, quien a través del dictamen emitido conjuntamente por la
Tesoreria y la Asesoría Legal y luego de efectuar ciertas precisiones que no alteran en forma sustancial las
obtuvo resultados positivos, pese a lo cual se realizaron cambios en la estructura societaria de la empresa sin
que conste que dichas transferencias accionarias hayan sido autorizadas por el tribunal, aspecto que
analizaremos infra.
En el caso del Club Atlético Talleres se planteó la nulidad de la decisión judicial de otorgar la concesión a la
firma Ateliers SA, porque ello implicaba una delegación indebida de las facultades de administración que le
pertenece al órgano fiduciario, de conformidad con los arts. 7, 8, 15 y conc. de la LED, la que fue
desestimada.
En este caso, la gestión de Ateliers SA no ha sido hasta ahora exitosa deportivamente y el club se encuentra
en zona de descenso, todo lo cual ha motivado atrasos en el pago del canon locativo, hasta que se hizo cargo
de la gerenciadora su actual titular, sin que tampoco exista acreditada en autos la correspondiente
autorización para la incorporación del nuevo titular de la empresa.
En una palabra, los cuestionamientos giran en torno a la viabilidad del gerenciamiento, como así también a
la modalidad de esta alternativa y sus condiciones de eficacia.
V. 2. La viabilidad del gerenciamiento
V. 2. a. El encuadre fideicomiso-gerenciamiento
En un intento de respuesta al interrogante sobre la posibilidad de “tercerizar” la gestión deportiva,
corresponde partir de la premisa de que el régimen de administración conferida al órgano fiduciario le otorga
a éste la gestión empresarial, dentro de la cual se ubica la actividad deportiva, como aspecto fundamental de
su quehacer profesional.
En una palabra, el patrimonio fideicomitido debería ser administrado por el órgano fiduciario a favor de los
acreedores de las entidades para la cancelación de las deudas y por un plazo de duración que puede llegar
hasta nueve años (arts. 22 y 23 de la LED).
En esta línea, las obligaciones del órgano fiduciario aparecen regladas en todo el articulado y en especial en
los diversos incisos del artículo 15.

consideraciones vertidas en autos en las distintas oportunidades señaladas, concluye manifestando que no plantea
objeción sobre la viabilidad económica y financiera del proyecto elevado para el sanemiento de la institución
futbolística y que, en relación a los antecedentes deportivos de la oferente y de la persona del Sr. Carlos J. Bustos,
ratifica las consideraciones vertidas en su informe de fecha 29 de mayo del corriente año. En este último punto, y
como bien lo señala la AFA en su presentación de fs. 1776/1779, se advierte la imposibilidad de la persona jurídica
oferente de aportar antecedentes en administración deportiva en virtud de su reciente constitución, situación que
resulta subsanada con las constancias de la trayectoria deportiva de uno de sus socios, sin perjuicio de considerar
viable en atención a lo requerido por el Organo Fiduciario, que en el misma oportunidad de concretarse la
contratación en estudio, el Sr. Carlos J. Bustos exprese su compromiso de aporte de trabajo a la sociedad.- Ello así, y
entendiendo la suscripta que se encuentran cumplimentadas la exigencias derivadas del pliego de licitación de bases y
condiciones, y no contando con oposición a la contratación de marras por parte de las instituciones deportivas en las
que se encuentra afiliado de manera directa o indirecta, según el caso, el Club Atlético Belgrano, es que corresponde
expedirse por la procedencia de la adjudicación traída a consideración y en forma definitiva a favor de la sociedad
"Córdoba Celeste SA (en formación)", en los términos del contrato de concesión privada que forma parte del pliego
licitatorio aprobado al efecto. Cuarto: En mérito a lo resuelto precedentemente, procede establecer la fecha a los
fines de que tenga lugar la suscripción del contrato pertinente, la que dadas las circunstancias económicas por las que
atraviesa la institución y tiempo transcurrido desde la adjudicación provisoria, llevan a la suscripta a fijar audiencia
en la sede del Tribunal a dichos fines para el día 18 de Junio del corriente año, a las 12.00 hs., debiendo concurrir a la
misma el representante legal de la oferente y el Organo Fiduciario, bajo los apercibimientos del caso.- Asimismo,
oportunamente deberá remitirse a la Asociación del Fútbol Argentino y a la Asociación Cordobesa de Fútbol copia de
la presente resolución y del contrato suscripto a los fines de su toma de razón por dichas instituciones, a sus efectos.-
Por todo lo expuesto, SE RESUELVE: I) Adjudicar en forma definitiva el gerenciamiento de la explotación del Club
Atlético Belgrano, en el marco del contrato de concesión privada aprobado en autos, a la sociedad "Córdoba Celeste
SA (en formación)". II) Autorizar, en consecuencia, al Organo Fiduciario a celebrar el contrato respectivo con la
sociedad de referencia, dentro de los lineamientos expuestos en el proyecto de contrato autorizado oportunamente por
el Tribunal, estableciéndose el día 18 de junio del corriente año, a las 12.00 hs. en la sede del Tribunal a los fines de
su suscripción por las partes, debiendo concurrir a la misma el representante legal de la oferente y el Organo
Fiduciario, bajo los apercibimientos del caso. III) Oportunamente, remítase copia de la presente resolución y del
contrato suscripto a la Asociación del Fútbol Argentino y a la Asociación Cordobesa de Fútbol, a los fines de su toma
de razón por dichas instituciones, a sus efectos.- Protocolícese, hábase saber y dése copia.-
Desde esta perspectiva, la doctrina y la jurisprudencia han debatido el alcance de las facultades de
administración y, por ende, la viabilidad del gerenciamiento de la actividad futbolística operada en la
práctica tribunalicia y receptada por la reglamentación de la AFA.
Así, Barbieri(7) cuestiona, concretamente, si puede establecerse una relación contractual dentro del encuadre
fideicomiso-gerenciamiento, en el marco de la ley 25284.
V. 2. b. La insuficiencia normativa
Una respuesta a la problemática aludida exige advertir que la ley 25284 no contiene ninguna norma
específica sobre el tema, pese a lo cual, entre las obligaciones del órgano fiduciario, surgen, de conformidad
con el inciso “i” del artículo 15, las facultades de realizar, mediante licitación, toda contratación de servicio
que supere el giro ordinario de la administración para el normal funcionamiento de la entidad.
Va de suyo que, en realidad, la gestión deportiva en ningún momento puede decirse que supera el giro
ordinario de la administración, por lo que el precepto contenido en el inc. i del art. 15 de la LED pareciera
insuficiente para validar una alternativa de tercerización.
De todas formas, como los actos de disposición del órgano fiduciario deben ser autorizados por el juez
interviniente, el requerimiento que realiza el fiduciario en orden a gerenciar la actividad deportiva, engasta
en las facultades del juez de disponer toda medida conveniente al éxito de la administración fiduciaria.
En consecuencia, el juez concursal, integrando el esquema normativo con el art. 186 de la ley 24522, tiene
facultades para reconocer que el órgano fiduciario optimiza su labor operativa cuando articula su función
mediante alguna alternativa de gerenciamiento.
En esta inteligencia, la aplicación supletoria del artículo 186 de la LC, permite afirmar que si el síndico está
autorizado para convenir locación o cualquier otro contrato sobre bienes de la falencia, igual contratación
encuadra en las facultades del órgano fiduciario, máxime cuando, en este caso, énfasis añadido, el
saneamiento empresario es un objetivo buscado directamente por la ley.
De todas formas, cabe admitir lo dificultoso de la cuestión planteada, al grado tal que, como lo
puntualizamos en otra oportunidad (8), el órgano fiduciario tiene funciones indelegables y, en principio, la
ley también le impone la gestión de administración.
Ahora bien, una cosa es afirmar que las funciones del órgano fiduciario son indelegables y otra muy distinta
es sostener que éste no puede realizar contratos de gerenciamiento, locación, concesión u otro semejante,
que permitan optimizar la explotación de la entidad deportiva.
En este aspecto, nuevamente resulta necesario hacer converger el régimen de salvataje de las entidades
deportivas con el sistema de continuación de la empresa en la quiebra.
De tal modo, se advierte que también la función sindical es personal e indelegable y que este funcionario es
el administrador “ex lege” de la empresa fallida, pese a lo cual tanto la doctrina como la jurisprudencia han
validado los contratos de locación de activo o de gerenciamiento de la explotación de la empresa.
V. 2. c. La finalidad de la rehabilitación empresaria
De lo expuesto en los párrafos precedentes se sigue que una interpretación funcional y sistemática requiere
rescatar la relevancia de “rehabilitar” el emprendimiento que sustenta la entidad deportiva durante el término
del fideicomiso de administración, llevando a cabo, por un lado, la gestión empresaria y, por otro, la
consolidación del pasivo a los fines de su cancelación.
En este aspecto, resulta evidente que es el juez quien debe definir los alcances de la gestión del órgano
fiduciario, tal como lo mandan los artículos 11 y 20 de la LED.
En esta inteligencia, resulta valioso entender que el artículo 15 inc. “i” habilita toda contratación de servicio
que supere el giro ordinario de la administración o sea más conveniente para ella, integrando el sistema con
el artículo 186, LC, tal como lo entiende Barbieri, pues se trata de facultar al órgano fiduciario para realizar
las contrataciones que optimicen la gestión empresaria, sin que ello importe la disposición total o parcial de
los bienes de la entidad deportiva.
Así lo explicamos en una nueva oportunidad, y con la experiencia de la aplicación de la ley en los casos
concretos (9).
7
Barbieri, Pablo, Fútbol y Derecho, 2ª. edición, Editorial Universidad, 2005, pág. 258.
8
) Junyent Bas, Francisco y Molina Sandoval, Carlos, Salvataje de entidades deportivas. Ley 25.284, Rubinzal
Culzoni, 2000, pág. 135.
9
) Mirolo, René R. con la colaboración de Junyent Bas, Francisco y Molina Sandoval, Carlos, ob.cit.
Ahora bien, en dicha obra reformulamos nuestra primera opinión y puntualizamos que la gestión de
administración del órgano fiduciario no impedía el gerenciamiento de la explotación de la empresa.
En efecto, coincidimos con el criterio de la Dra. Beatríz Mansilla, por entonces titular del Juzgado de 7ª.
Nominación en lo Civil y Comercial, quien resolvió adjudicar el gerenciamiento de la explotación del Club
Atlético Belgrano en el marco del contrato de concesión privada aprobado a la sociedad Córdoba Celeste
SA.
En esta inteligencia, cabe reiterar que en dicho precedente jurisprudencial se hizo pie en lo establecido en la
reglamentación del Plan de Recuperación mediante inversiones privadas en el fútbol profesional, que lo
autorizan tanto la Asociación Cordobesa de Fútbol como la AFA mediante Resolución 30/95.
En efecto, en el caso de Belgrano de Córdoba, el órgano fiduciario formuló un informe técnico contable en
el marco de la continuación del fideicomiso de administración en el que se volcaba una proyección
financiera económica y donde los fiduciarios explicaron la necesidad de la inversión privada como una
solución tendiente a la generación de recursos para superar el déficit financiero de la entidad deportiva.
V. 3. La relevancia de la actividad privada
V. 3. a. La intervención de terceros en la gestión deportiva
Desde esta perspectiva, se puntualizó la necesidad de incorporar capitales asegurando al fideicomiso la
continuación de la actividad de la entidad, aspecto que, a la postre, constituye el verdadero justificativo de
las diversas alternativas de gerenciamiento.
En una palabra, parece procedente la posibilidad de obtener recursos mediante la intervención de terceros en
el proceso de administración fiduciaria, tal como lo establece el denominado Plan de Recuperación
reglamentado por la AFA, normativa que resulta compatible con el régimen de fideicomiso concursal
aplicable a los clubes concursados o en estado de quiebra de acuerdo con la ley 25284.
En esta línea, no puede negarse que la subcontratación o la realización de contratos conexos constituye una
fenomenología propia de la colaboración empresaria en un mercado competitivo y globalizado donde resulta
esencial la complementación y la colaboración en orden a optimizar la actividad de la empresa.
Una fuerte corriente de opinión se alza en contra de este tipo de Plan de Recuperación,///// reglamentado por
la AFA en el Boletín 30/95///, anteriormente dice Resolución 30/95 ( es una resolución de AFA publicada en
su Boletín) expresando que dicho gerenciamiento no trae soluciones reales.
En rigor, de lo que se trata es de asegurar el aporte genuino de capital y no simplemente intentar un salvataje
a cualquier costo, por lo que, en gran medida, el éxito de la gestión deviene de un adecuado régimen de
obligaciones y derechos que deben estipularse en el convenio respectivo.
En esta inteligencia, los conceptos vertidos nos conducen, una vez más, a afirmar que los valores en juego
en la ley 25284 son relevantes, y la atipicidad de la materia no contribuye a dar claridad en la interpretación,
máxime cuando, por un lado, se reclama la subsistencia del club “por amor a la camiseta”, sea Racing de
Avellaneda o Talleres de Córdoba, y, por el otro, poco se hace a la hora de aportar recursos genuinos.
V. 3. b. El mejor valor de la continuación de la empresa
Desde esta perspectiva, y a la luz de las reflexiones doctrinarias efectuadas precedentemente, debemos
destacar que, nuevamente, un parámetro central de la cuestión está constituido por el artículo 16 de la ley
24522, en cuanto habilita al juez a autorizar aquellos contratos que sean convenientes para la continuación
de las actividades del concursado y el interés de los acreedores, lo que se condice expresamente con el
artículo 20 de la LED.
Desde esta perspectiva, Barbieri ( 10) destaca la necesidad de adaptar el principio de conservación de la
empresa al club sujeto al procedimiento de la ley 25284, pregonando la aplicación de un criterio amplio que,
si bien debe cuidar el patrimonio de la institución, no puede convertirse en una traba para el pleno
desenvolvimiento de la actividad económica y social de la entidad deportiva.
En este sentido, es el órgano jurisdiccional quien debe velar por la administración fiduciaria y tomar los
recaudos para que la contratación de la gestión empresaria se mantenga bajo el control del órgano fiduciario
y de la propia judicatura.
V. 4. Los límites de la contratación
V. 4. a. El contrato de colaboración constituye una modalidad intuitu personae

10
) Barbieri, Pablo, ob. cit, pág. 260.
Una vez definida la viabilidad del gerenciamiento y, por ende, de la intervención de terceros en el régimen
de administración fiduciaria, resulta conveniente advertir el perfil de dicha contratación para evitar las
actuales patologías.
En efecto, hemos dicho que estamos frente a contratos de colaboración en donde el tercero que asume el
gerenciamiento debe ubicarse mediante la articulación de un convenio –autorizado por el juez concursal–
que establezca los derechos y obligaciones de las partes.
Así, en el caso de Ferrocarril Oeste, se declaró la nulidad del contrato de gerenciamiento de la actividad
futbolística del club por no adecuarse a los términos de la LED. La cuestión llegó a la segunda instancia,
oportunidad en que la Sala D (11) confirmó el resolutorio del inferior sosteniendo que el contrato no prevé un
programa aceptable de cancelación de pasivo y perjudica los derechos de los acreedores.
En este sentido, el órgano fiduciario sigue siendo el administrador ex lege y sólo terceriza la gestión
deportiva, por lo que la labor de contralor y fiscalización del gerenciador está a cargo de aquel órgano, como
responsabilidad legal indelegable.
En el caso paradigmático del Club Racing de Avellaneda, las denuncias de los acreedores llevaron a la
designación de un veedor y posterior interventor, así como también a que el tribunal interviniente dispusiera
que el órgano fiduciario debía informar sobre la marcha del contrato de gerenciamiento, lo que demuestra
fehacientemente el mantenimiento de las facultades de fiscalización y control de este último.
En consecuencia, la primera afirmación que corresponde hacer es que, al igual que en todo contrato de
colaboración empresaria, el gerenciamiento tiene una característica intuitu personae, aun cuando el tercero
asuma una forma societaria para limitar la responsabilidad.
V. 4. b. La necesaria autorización judicial
Esta característica impone que el “cambio de manos” del paquete accionario debe ser autorizado por el juez,
previa opinión fundada del órgano fiduciario, pese a constituir un negocio intrasocietario.
En este sentido, así como el art. 48 de la ley concursal, que habilita el salvataje en el concurso preventivo,
constituye una transferencia del paquete accionario a favor de quien ha obtenido el acuerdo de los acreedores
y debe ser autorizado por el juez, con mayor razón el cambio de paquete accionario del gerenciador de la
entidad deportiva impone idéntico recaudo legal.

11
) "Club Ferrocarril Oeste; s/ quiebra, s/ incidente de nulidad (contrato de gerenciamiento)" - CNCOM -
SALA D - 27/06/2005. En dicha oportunidad el Tribunal dijo que los fundamentos vertidos en el dictamen de la
señora Fiscal de Cámara que precede a este decreto, que esta Sala comparte y que por evidentes razones de economía
procesal y celeridad hace suyos aquí, son suficientes para confirmar la resolución impugnada.-3. Sin perjuicio de ello,
cabe añadir que claramente de la ley 25284:2 se desprende que sus objetivos se dirigen no sólo a proteger el deporte
como un derecho social, sino que también busca sanear el pasivo a los fines de superar el estado de insolvencia, más
allá del invocado ascenso de categoría del equipo de fútbol de la fallida, por cuanto es notorio que recientemente ha
vuelto a su categoría anterior.-Si bien no se deja de observar que del contrato de gerenciamiento celebrado con
Gerenciar SA se acuerda como contraprestación un porcentaje del 35% sobre un eventual superávit financiero
emergente de la explotación y sobre futuras operaciones de venta de jugadores que integren el equipo de primera
división, este sistema -no caben dudas- no sólo no se adecúa al espíritu de las normas citadas precedentemente, sino
que se trata de una contraprestación que vincula a los acreedores y a la entidad deportiva al riesgo empresario
asumido por el gerenciador.-En este sentido, es importante señalar que la a quo destacó que durante la vigencia del
contrato de gerenciamiento "...la institución no recibió ingreso alguno.."; extremo que no ha sido cuestionado
satisfactoriamente por la recurrente.-Por otro lado, esta Sala comparte lo expuesto por la magistrada de grado en
cuanto se advierte la falta de transparencia del proceso licitatorio llevado a cabo en los autos principales,
destacándose (i) la falta de un pliego de condiciones aprobado por el juzgado de grado en forma previa al llamado
licitatorio, (ii) la insuficiencia de publicidad a los fines de que posibles interesados tomen conocimiento del citado
llamado (fs. 399 de los autos principales) y, (iii) tampoco surge la gestación del anexo al contrato de gerenciamiento
de fecha 28.3.03 (fs. 1077 de los autos principales).-Finalmente, adviértase que si bien la ley 25.284:22 prevé que "el
fideicomiso tendrá una duración de tres años, renovables por resolución judicial, hasta el máximo de nueve años", la
cláusula XII 1) del contrato de gerenciamiento establece que "este contrato de extinguirá luego de transcurridos nueve
años contados a partir de la fecha de su firma ...", agregando la cláusula XII 2) que "Al vencimiento del plazo
señalado ... la gerenciadora tendrá opción a renovar el contrato por un plazo adicional de nueve años más ..." (fs. 881,
de los autos principales).-Es decir, cláusulas que resultan a todas luces contrarias a lo establecido por la dicha norma
(v. informe de la AFA obrante en fs. 1192/1208), debiéndose recordar que la ley 25.284 es de orden público (art. 27).
En efecto, toda la doctrina especializada enseña que los contratos de colaboración empresaria, vbgr.,
distribución, concesión, agencia, franquicia, se caracterizan por ser intuitu personae en atención a la
confianza que se deposita en determinados empresarios.
Esta inteligencia opera plenamente en el caso del gerenciamiento de las entidades deportivas que se
encuentran bajo el control judicial y, por ende, la transferencia del paquete accionario no puede eludir la
autorización del juez bajo pretexto de que se trata de un negocio intrasocietario.
Lamentablemente esto no sólo no sucede en la práctica tribunalicia, sino que la puja de intereses negociales
y de luchas de poder no coadyuvan a las entidades deportivas.
V. 4. c. El aporte de capital genuino
Una vez definido el rol del juez en el control del sistema de gerenciamiento y la indudable función de
administración ex lege del órgano fiduciario, corresponde insistir en que el contrato de gerenciamiento debe
delimitar adecuadamente las obligaciones y derechos de las partes.
En esta línea de pensamiento cabe destacar que es totalmente insuficiente, tal como sucede en la mayor parte
de los contratos, que el gerenciador pague un “canon locativo” y que se reserve para sí todos los demás
ingresos de la actividad deportiva, incluida la transferencia de los jugadores.
Va de suyo que la intervención de terceros se funda en el aporte de capital que justifica el gerenciamiento o
el contrato de colaboración de que se trate.
En consecuencia, al igual que en los demás acuerdos de colaboración empresaria, la sociedad que asuma el
rol de gerenciadora no sólo debe enfrentar los gastos y costos de la actividad deportiva, sino que, en el
“canon locativo”, debe agregarse un porcentaje de las demás fuentes de ingresos, al menos hasta que se
cubra el pasivo que motivó la situación concursal.
Este objetivo es fundamental para no posponer indebidamente a los acreedores de la entidad deportiva.
El incumplimiento de estas pautas fue lo que motivó la declaración de nulidad del contrato de
gerenciamiento en el caso de Ferrocarril Oeste, tal como lo relacionamos supra, así como también aparejó la
intervención en el caso de Racing de Avellaneda.
Esta compleja situación se visualizó igualmente en torno a Talleres de Córdoba, que motivó la remoción
parcial del órgano fiduciario y dudas sobre la suerte final de Ateliers SA.
Va de suyo que también cabe advertir que el gerenciador no puede exceder sus facultades y, por ende, no
está en condiciones de cuestionar las decisiones del órgano fiduciario y mucho menos del juez concursal, en
orden a la disponibilidad de bienes que integran el patrimonio de la asociación civil, máxime cuando se trate
de abonar el pasivo verificado.
En este sentido corresponde recordar que las autoridades estatutarias de la entidad mantienen su legitimación
para la defensa de los intereses del club y, consiguientemente, para controlar la labor del órgano fiduciario.
A todo evento, la palabra final debe ser la que tiene el juez, luego de escuchadas las partes, mediante
resolución fundada en cualquier tema relativo a la administración fiduciaria y, en especial, a la interpretación
del encuadre del gerenciamiento.

VI. Conclusiones
De todo lo dicho se sigue que el régimen de administración fiduciaria articulado por la ley 25284 constituye
una fórmula de rehabilitación de la entidad deportiva para evitar su liquidación y cese.
En consecuencia, la actuación del órgano fiduciario resulta de vital importancia, y el eventual
gerenciamiento no sólo debe aportar recursos genuinos, sino que debe ajustarse adecuadamente al control
judicial que le asegura la continuidad.
Un elemento central lo constituye el contenido del contrato de gerenciamiento que debe incluir pautas claras
sobre las obligaciones de la empresa que asume la actividad deportiva, como una forma de colaboración que
se somete al régimen judicial y debe propender a la cancelación del pasivo, cumplimentando la manda del
art. 18 de la LED.
Así, a nueve años de la vigencia del sistema “rehabilitatorio”, no coincidimos con quienes pretenden
“demonizarlo”; pero, indudablemente, la experiencia demuestra que la legislación requeriría ajustes nacidos
de la experiencia del derecho judicial para dotar de eficacia al sistema que hoy se encuentra en entredicho,
pero que, a despecho de las críticas, ha permitido el salvataje de los clubes de fútbol.

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