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Jornadas Historia y Arqueología Regional.

Olavaria, 2y 3 de noviembre de 2006.


UNCEN/MUNICIPALIDAD DE OLAVARRIA

“Indios pampas y serranos atraviesan el río Salado”.


La encrucijada cristiana a fines del XVII: ¿convertir o eliminar?

Florencia Carlón
LARBO /UMNDP1

Introducción:

Este trabajo examina el proceso de cambio en las relaciones interétnicas en la frontera


pampeana durante las últimas décadas del siglo XVII. A partir del análisis de fuentes diversas
(actas de los acuerdos del Cabildo de Buenos Aires, correspondencia entre funcionarios de la
región, informes reales, entre otros), indagaremos en los procesos históricos que conllevaron a
la transformación en la relaciones entre “indios” y “cristianos”. Nos centraremos en el cambio
de orientación de los dispositivos de dominación colonial, desarrollados desde la gobernación
del Río de la Plata, tras incrementarse el avance indígena sobre la frontera sur pampeana.
Situación que ocasionará el reemplazo temporal de las prácticas tales como la reducción y
evangelización del indio, por las expediciones militares conocidas como “entradas de
castigo”. Estas se desarrollarán con el objeto, ya no de convertir e incorporar al indio a la
sociedad blanca y cristiana, sino de castigar y, en ocasiones extremas, eliminar a los grupos
considerados “indóciles”. A su vez, considerando que las sociedades indígenas no fueron
actores pasivos ante los procesos históricos mencionados, indagaremos en las
transformaciones producidas al interior de las mismas como consecuencia del contacto con el
europeo. En este caso, nos detendremos en los procesos de cambio generados en los grupos
étnicos con territorialidad al sur del río Salado2, quienes aún gozaban de cierta autonomía
respecto la sociedad colonial. De esta manera, intentaremos especificar algunos de los

1
Estudiante avanzada de la carrera Licenciatura en Historia de la UNMDP. Integrante del Laboratorio y Grupo de
Arqueología Regional Bonaerense, abocado al estudio de la territorialidad y las relaciones interétnicas en la región pampeana
durante los últimos 2000 años, mediante el proyecto acreditado y subsidiado por la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Técnica y la UNMDP (Picto 2004, Proyecto 552, iniciado en 2006).
2
Estas etnias, son denominadas en las fuentes coloniales como “pampas” y “serranos”, aludiendo al espacio geográfico que
habitaban. Somos concientes del carácter pseudoétnico de tales categorías (NACUZI, 1994), ya que son producto de una
simplificación de la realidad indígena hecha por los agentes coloniales. No obstante, ante la imposibilidad de acceder a esa
diversidad, utilizamos dichas categorías, siendo concientes de la simplificación efectuada.

1
factores que intervinieron en la transformación de las relaciones interétnicas a fines del siglo
XVII, llevando a los cristianos a la encrucijada de “convertir” o “eliminar” al indio3.

Indios y cristianos en las márgenes del río Salado: un área de fricción interétnica
Al iniciarse la conquista y colonización europea del espacio americano, rápidamente se
demarcaron las áreas de control territorial de las sociedades originarias y colonizadora. En el
área pampeana, esta delimitación fue geográfica primero y militar posteriormente (tras
iniciarse la fundación la línea de fuertes y fortines). Si bien concebimos a la frontera como un
área de interacción entre sociedades donde operan procesos económicos, sociales, políticos y
culturales específicos (Mandrini; 1993), el río Salado constituyó –al menos durante el siglo
XVII y parte del XVIII- el ámbito geográfico que delimitó dos espacios territoriales bien
definidos. El espacio colonial, al norte del río Salado y el territorio bajo dominio indígena, al
sur del mismo.
Abordamos la temática de las relaciones entre indios y cristianos mediante la noción de
fricción interétnica, acuñada para hacer inteligible un tipo específico de relación social
caracterizado por el equilibrio inestable. Un sistema en el cual las relaciones entre unidades
étnicas en contacto se producen en términos de sujeción y dominación. (Cardoso de Oliveira,
1992). La dominación –de sujetos o territorio- fue el objetivo perseguido por la sociedad
blanca y cristiana. Para ello, se implementaron diversos mecanismos de disciplinamiento del
indígena (Boccara, 1996), que irán variando de acuerdo a su eficacia, ya que la pretendida
dominación, se vio frustrada muchas veces por la resistencia ofrecida por las sociedades
originarias de la región. De allí que consideremos a las relaciones interétnicas como
bidireccionales (Levaggi, 2000), ya que la dinámica del sistema interétnico estará determinada
por los procesos y las acciones desarrolladas, tanto desde una, como otra sociedad.
Será necesario aclarar que, a partir de las categorías que se desprenden del análisis
documental, recurrimos a las denominaciones “blanco” y “cristiano” –como conceptos
análogos- y en contraposición a la categoría “indio”, ya que la problemática analizada no es
sólo étnica, sino cultural. Esto, debido a que los agentes gubernamentales y religiosos
identificados étnicamente como “blancos”, se asumen, a su vez, como parte de la cristiandad,
valorizando su propia cultura como superior a la indígena, a quienes denominan de forma
peyorativa como “infieles”. Entonces, nos referiremos a la sociedad “blanca y cristiana” como
una unidad étnica y culturalmente opuesta a la indígena y, en términos de Daniel Villar

3
La eliminación física del indio es utilizada, en este caso, como un método de disciplinamiento más, para desarticular grupos
indóciles. La eliminación total o “etnocidio” de las sociedades originarias de la región no se implementará como proyecto
sino hasta fines del XIX.

2
(1998), como “agentes sociales ansiosos por controlar, dominar y subordinar, con éxito
variable, no sólo los recursos sino también las personas”.

El siglo XVII y el inicio de las relaciones interétnicas en el ámbito pampeano


Una vez superado el proceso de exploración y conquista inicial de la región pampeana, a
fines del siglo XVI, quedaron fijados los límites de ocupación territorial de las sociedades
originarias y colonizadora. Según Mandrini (2004) para esta época los españoles sólo
controlaban una pequeña porción del territorio, el resto era “tierra de indios”. Sin embargo,
durante la mayor parte del siglo XVII, el objetivo de la sociedad colonial fue, más que la
anexión territorial, el mantenimiento de las tierras colonizadas al norte del río Salado. Es por
ello que durante este período, a diferencia de las etnias cercanas a Buenos Aires que fueron
repartidas entre particulares o quedaron sujetas en reducciones, las sociedades de las sierras y
llanuras pampeanas coexistieron de forma autónoma con los cristianos sin mayores
inconvenientes.
Durante las primeras décadas del siglo XVII, Buenos Aires se consolidará como
asentamiento poblacional estable al adquirir relevancia política y económica4. Hacia 1615, un
vecino de la ciudad esbozaba:
“...el comercio, trato y comunicación que ha visto tener y tiene al presente
este puerto con el reino del Perú, Chile y con la provincia del Tucumán, se
ha ido engrosando y aumentando la población (...) y el día de hoy está una
de las buenas ciudades y la mejor de estas provincias ...” .5
Esta coyuntura determinará la estructuración de un sistema agrario acorde a las necesidades
de inserción que aquellos espacios comerciales –junto al contrabando marítimo- demandaban.
A su vez, hubo una mayor demanda de mano de obra para las actividades productivas, tanto
urbanas como rurales. Para ello, se procuró disciplinar a los grupos indígenas como
productores de excedentes, mediante la instrucción impartida en las reducciones, que, en
todos los casos, recibieron herramientas para la siembra y crianza de animales:
“Tenían dieciséis yuntas de bueyes con sus yugos y arados y veinte novillos
cerreros y ocho azadas y ocho anegas de maíz de la comunidad”. 6
En un primer momento, para hacerse con un suministro estable de mano de obra, la
sociedad colonial recurrió a los grupos étnicos más dóciles y cercanos a la ciudad. Guaraníes,

4
Este proceso se dará paralelamente a la consolidación de Buenos Aires como sede de la gobernación del Río de la Plata en
1617, junto al crecimiento de los vínculos comerciales interregionales y ultramarinos.
5
Cit. en Leviller (1915).
6
Carta del gobernador Diego de Góngora al Rey (1620). ARCHIVO GENERAL DE INDIAS (en adelante AGI), copia en
Museo Etnográfico (ME). Carpeta C.

3
chanás, mbeguás, charrúas y querandíes son las etnias que aparecen en las reducciones y
repartimientos creados en los alrededores de Buenos Aires (Carlón, 2005). En una carta del
gobernador Góngora al rey se informa:
“…los indios de la reducción del Baradero provenían de islas del río grande
de la Plata...lo cual indica eran de nación guaraní…”. 7
Cuando la demanda de mano de obra se hizo mayor, y no bastó con los indios reducidos
localmente, acudieron al traslado geográfico de parcialidades étnicas desde otras regiones.
Según González Lebrero (2002), en un número imposible de determinar, llegan a Buenos
Aires lules, juríes, diaguitas, comechingones, sanavirones, huarpes, calchaquíes, quienes son
incorporados como mano de obra forzada o más o menos libre, a la economía porteña. El caso
de las etnias “quilmes” y “acalianes”, quienes fueron relocalizadas en las cercanías de Buenos
Aires luego del levantamiento Calchaquí, para cumplir con el servicio de mita obligatoria
durante más de un siglo, pone de manifiesto dicha necesidad. A su vez, se evidencia la
utilización de indígenas más dóciles y proclives a aceptar las nuevas condiciones de
producción:
“Los pulares del valle calchaquí son los de mejor calidad y se conservan en
pueblos y reducciones en que los dejó Alonso de Mercado, trabajan la tierra
y parece han olvidado su antigua reducción”.8
No obstante, y a pesar de la continua necesidad de mano de obra que demandaba la ciudad,
los indios con territorialidad al sur del río Salado seguirán gozando de autonomía durante
buena parte del siglo XVII. Entre las razones que explican dicha situación, encontramos las
características propias de estas etnias, descriptas por los europeos como:
“…tan guerreros como los de Chile…y conviene tanto prevenirse y
guardarse dellos como a los que confinan con el estrecho de Magallanes
por la vanda del sur…”9
A fines del siglo XVII, y a diferencia de las restantes etnias locales, los pampas y serranos
no han sido reducidos. El oidor de la audiencia de Charcas los define como indígenas que:
“…conservan su barbaridad sin haberlos podido domesticar y viven
brutalmente en los campos y si hallan ocasión roban para comer”. 10

7
Carta del gobernador Diego Góngora al rey (1619). AGI, copia en ME, Carpeta C.
8
Informe de la Audiencia de Charcas sobre la situación de los indios reducidos por el gobernador Mercado y Villacorta
(1681). AGI. Copia en ME, Carpeta G.
9
Carta del gobernador Céspedes al rey (1629). (AGI), copia en ME, Carpeta C.
10
Carta del representante de la Audiencia de Charcas, Bartolomé González de Pobeda, al rey (1681). AGI. Copia en ME,
carpeta G.

4
En definitiva, como bien menciona Palermo (2000), el desinterés colonial por el área,
junto a las formas alternativas para abastecerse de indios de servicio, deben haber jugado un
papel importante en la no intromisión del blanco en territorio indígena. A su vez, estas
sociedades, se mantuvieron –como su denominación lo indica- al “sur del río Salado”, y salvo
excepciones, no tuvieron interés en el espacio que había quedado bajo control colonial. Por
ello, consideramos que, durante buena parte del siglo XVII, fue posible el mantenimiento de
una relación entre indios y cristianos que calificaríamos como de “coexistencia en
autonomía”11.
Nuestro interés se centrará ahora en los procesos acontecidos en las sociedades que se
mantuvieron al margen de la dominación colonial, aunque como bien menciona Palermo
(1989) la autonomía no significó quedar aislados de las novedades europeas o no participar de
la historia regional. ¿Qué sucedió durante este período en las sociedades indígenas que
habitaban al sur del río Salado? Será necesario indagar, entonces, en los procesos históricos
desarrollados en el seno de estas sociedades a partir del contacto con el europeo, para poder
comprender el cambio que se producirá en las relaciones interétnicas a fines del siglo XVII.
El contacto interétnico y las transformaciones en las sociedades indígenas con
territorialidad al sur del río Salado
Como resultado de la presencia europea en la región pampeana, las sociedades indígenas
con territorialidad al sur del río Salado modificaron sustancialmente sus formas de
producción, sus estructuras políticas y sociales, su lengua, sus costumbres y creencias. Estas
transformaciones -aunque manifiestas en los siglos XVIII y XIX-, se inician en el siglo XVII
y son producto del contacto interétnico. Podemos decir, entonces, que los cambios efectuados
en las sociedades originarias fueron profundos. No obstante, como ya hemos mencionado, los
indígenas no fueron receptores pasivos de las iniciativas que emanaban desde la sociedad
blanca. Los cambios deben ser analizados dentro de las múltiples respuestas y mecanismos de
resistencia que supieron desarrollar para hacer frente al proceso de dominación colonial
(Boccara, 2001).
¿Cuáles fueron las transformaciones más importantes que sufrieron estas sociedades tras
iniciarse le contacto con el europeo? Una de ellas tiene que ver con la adopción de nuevas
especies animales y vegetales, que produjeron cambios en la dieta, la movilidad y en los
patrones de actividad económica indígena. Si bien mantuvieron un modelo basado en la caza
11
Consideramos que el término “coexistencia en autonomía” es más explicativo en lo que se refiere a la caracterización de las
relaciones interétnicas entre los cristianos y las sociedades indígenas del sur del río salado durante el período. Términos como
“coexistencia pacífica”, remiten a una situación que no es tal, ya que la “autonomía”, no necesariamente implicaba “paz”.
Como ya hemos mencionado, la fricción es una característica propia de los sistemas interétnicos entre blancos e indios, ya
que se tratarían de unidades sociales con intereses y valores opuestos.

5
y recolección, incorporan nuevas especies animales (principalmente equinos y vacunos). Este
proceso se inicia con la fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza en 1636, cuando
son traídos al Río de la Plata los primeros vacunos y equinos. Con el abandono de la ciudad
durante más de cuatro décadas por los continuos ataques indígenas, estos animales se
dispersan y multiplican en la pampa, siendo utilizados por las sociedades originarias de la
región. Hacia 1599, unos años después de ser refundada la ciudad por Juan de Garay, el
manejo de los equinos por los indígenas queda documentado cuando el gobernador
[Rodríguez Valdez y de la Banda] menciona:
“…como señores de la campaña lo son de dos millones de yeguas y
caballos que andan en ella, de cuales comen y se sirven…”. 12
A principios del siglo XVII, las descripciones de los agentes coloniales sobre el uso que las
sociedades indígenas hacen del ganado son más precisas. Los europeos reconocen que la
cantidad de caballos existentes:
“han dado ocasión a los indios de andar a caballo y están diestros que no
les da cuidado silla ni aparejo […] los andan sobre unos pellejos con
estribos de palo y algunos con frenos”.13
Unas décadas más tarde, los indígenas pampeanos no sólo habían incorporado la carne, sino
el cuero de los animales para hacer instrumentos de caza:
“Susténtanse de potrillos, venados y caza que matan […] usan algunas bolas
a manera de hondas” (Idem).
Según Miguel Ángel Palermo (2000), a partir del siglo XVII, los habitantes de las llanuras
pampeanas tenían un pleno manejo del caballo, lo que les permitió la captura del ganado
cimarrón que se había dispersado por la pampa desde los tiempos de Mendoza. Esta situación
queda documentada hacia 1587, cuando el tesorero de la Real Audiencia [Hernando de
Montalvo] se refiere a Buenos Aires como un paraje donde:
“…los cavallos se an multiplicado de unas yeguas y cavallos que aquí
quedaron de tiempos de don Pedro de Mendoza, ara 56 años que pasan de
cien mil cabezas dentro de las 30 leguas deste puerto.”14
Con suma rapidez, los indígenas pampeanos adoptaron otros usos del ganado. Estamos
hablando del “malón”, una empresa económica colectiva y militar capaz de unificar distintos
grupos indígenas y recursos al servicio de dicha actividad (Mandrini, 1986). En 1629, el
gobernador Céspedes informa al rey que los indios serranos:

12
Carta del gobernador Diego Valdez y de la Banda al rey (1599). AGI, copia en ME, carpeta B.
13
Carta del gobernador Diego Góngora al rey (1620). AGI, copia en ME, carpeta C.
14
Carta del tesorero de la Real Audiencia, Hernando de Montalvo, al Rey (1587).AGI, copia en ME, carpeta B.

6
“…son grandes hombres de a cavallo y estan muy prevenidos de armas de
cuero de buey para sus personas y caballos. Usan lanzas, arcos, flechas, bolas
y ondas y a su modo hacen sus escuadrones en forma de media luna, sin parar
en un sólo lugar”.15
Otro de los procesos de cambio identificados tiene que ver con la paulatina incorporación
del mundo indígena a los circuitos mercantiles coloniales. Proceso que se inicia junto al
establecimiento de nuevos –aunque no por ello inexistentes- vínculos con las etnias
norpatagónicas y transcordilleranas16, a quienes empezaron a proveer de caballos para hacer
frente a la guerra con el europeo. Palermo (2000) ubica en este período las primeras capturas
y arreos de ganado cimarrón en las pampas que -a veces por medio de los pehuenches
cordilleranos- se entregaban a los mapuches chilenos a cambio de tejidos, armas, etc. A
mediados del siglo XVII, esta situación preocupaba a las autoridades coloniales porteñas que
describían a los pampas como:
“… indios que suelen robar destas haciendas las tropas y crias enteras de
cavallos y mulas […] y este ganado, por lo menos los cavallos, se transporta
a los enemigos de aquel reyno (Chile) pormedio de una nazión de indios que
llaman zerranos a quienes estos pampas les venden a trueque.”17
Los aportes efectuados desde la disciplina histórica, con tesis como la de Raúl Mandrini
(1993) sobre la estructuración de un “núcleo de producción pastoril” en el área pampeana; así
como los trabajos arqueológicos que han arrojado evidencias materiales sobre los “sistemas
de potreros de pastoreo” Mazzanti (1993)18, han permitido desmitificar la imagen del indio
como “saqueador” y “depredador” del ganado. En su lugar, aparece una imagen de las
sociedades pampeanas como productores racionales, dedicados a la cría y engorde de ganado,
para luego ser comercializado. Pero no sólo el ganado fue incorporado a la vida económica
indígena, el comercio interétnico llevó a estas sociedades a adoptar una serie de artículos
exógenos a su economía (como la yerba mate, el tabaco o el aguardiente), que se volvieron
imprescindibles para la vida cotidiana del circuito doméstico conocido como la “toldería”.
Situación que reforzó los vínculos comerciales hispano-indígenas, pero generó una
dependencia cada vez mayor por parte de las sociedades originarias.

15
Carta del gobernador Céspedes (1629). Op.cit.
16
Diversas evidencias arqueológicas sugieren que los pueblos pampeanos formaban parte -desde tiempos prehispánicos-, de
redes de intercambio que los vinculaban con grupos extra regionales. La presencia en Tapera Moreira de alfarería chilena que
se conoce como Valdivia pintada, las plaquetas grabadas y las puntas de proyectil pedunculada similar a las del norte de la
Patagonia refuerzan la idea de la circulación de bienes dentro de sistemas regionales amplios. Ver: (Politis, 2000)
17
Carta del obispo de Buenos Aires al rey (1678). AGI, copia en ME, carpeta F.
18
“La ubicación de estructuras construidas en piedra, vinculadas con el sistemas de utilización de potreros de pastoreo, a
escasos kilómetros del camino indio, llevan a considerarlas en forma preliminar como construcciones de apoyo para las tareas
de control y arreo del ganado” (Mazzanti, 1993).

7
Finalmente, debemos mencionar un proceso que, aunque excediendo nuestro marco
temporal de análisis, tiene sus primeras manifestaciones en el siglo XVII, alterando las
relaciones entre indios y cristianos. Nos referimos a la intensificación de las relaciones entre
grupos indígenas pampeanos y transcordilleranos, que generó “relaciones de parentesco que
fueron uniendo a las etnias asentadas a ambos lados de la cordillera” (Ortelli, 1996), y
culminaron, hacia el siglo XIX, con la llamada “araucanización” de las pampas19.
Mientras tanto, a lo largo del siglo XVII, la relación entre grupos indígenas de unos y otro
lado de la cordillera se había intensificado, sobre todo debido a la demanda sistemática de
caballos que los transcordilleranos necesitaban para la guerra y que adquirían en las pampas
bonaerenses (Varela y Manara, 2006). Esta situación es descripta por las autoridades
coloniales, con un dejo de preocupación:
“…dichos indios pampas y serranos socorren a los de chile con cantidades
de caballos, ganados vacunos y algunas armas de alfanjes y espadas anchas
que con los rescates que traen dichos pampas de aquel reino compran en el
puerto para mantener su amistad”.20
De esta manera, hacia fines del siglo XVII, las transformaciones causadas al interior de las
sociedades indígenas pampeanas incidirán en la relación establecida con los cristianos,
modificando un vínculo que pasará de la indiferencia a la conflictividad. La intensificación de
los lazos con los grupos indígenas norpatagónicos y transcordilleranos, a partir de la
estructuración del comercio del ganado conducirá, en las últimas décadas del siglo XVII, a
que la sociedad colonial deje de disfrutar de la tranquilidad que había existido hasta ese
momento en la campaña porteña, para comenzar a notar una creciente presencia estas etnias
en el territorio que había logrado dominar.
Las fuentes
Las fuentes coloniales rioplatenses arrojan innumerables evidencias sobre los cambios en
la relación entre indios y cristianos a fines del siglo XVII. Desde el año 1670, identificamos
en la documentación continuas alusiones a los indios “pampas” y “serranos” ocasionando
problemas en las cercanías de Buenos Aires. A partir de dichos documentos pudimos acceder,
no sólo al cambio suscitado en la relación hispano-indígena, sino a las diferentes soluciones
propuestas por los diversos agentes coloniales. Las fuentes pueden clasificarse en dos grandes
grupos:

19
Nos queda claro que resulta una simplificación extrema reducir un proceso de larga duración como es el contacto cultural
entre la araucanía y la pampa, al concepto de “araucanización” en el sentido que la Escuela Histórica Cultural le asigna.
Nuevos enfoques han propuesto utilizar el término específicamente para el proceso de migración de mediados del XIX que
completa un largo proceso de contacto e interacción entre ambas sociedades (Mandrini y Ortelli, 2000).
20
Carta del obispo de Buenos Aires, Gregorio Suárez Cordero al rey (1678). AGI, copia en ME, carpeta F.

8
1) Un primer grupo de documentos lo constituyen los Acuerdos del Cabildo de la ciudad de
Buenos Aires, ubicados en el Archivo General de la Nación. Éstos nos permitieron conocer
los problemas que originó el avance de los pampas y serranos sobre la campaña y la ciudad de
Buenos Aires.
2) Un segundo grupo de fuentes está integrado por documentos pertenecientes al Archivo
General de Indias, ubicados en el Museo Etnográfico “J.B. Ambrosetti”. Se trata de
correspondencia entre funcionarios civiles y religiosos: gobernadores, oidores, obispos, entre
otros. A partir de ellos pudimos reconstruir las diversas posturas de los agentes coloniales
ante el avance indígena y los nuevos mecanismos de dominación propuestos para hacer frente
a dicho proceso.

“Indios pampas y serranos atraviesan el río Salado”: Las relaciones interétnicas a fines
del siglo XVII.
A fines del siglo XVII, la relación de “coexistencia en autonomía” entre indígenas del sur
pampeano y la sociedad colonial rioplatense, llega a su fin. El río Salado, que había
representado la frontera –permeable- entre dos territorialidades diferentes (indígena al sur y
colonial al norte), comenzará a ser atravesado de forma permanente por grupos de indios
“pampas” y “serranos”, transformando así el vínculo con los cristianos.
Entre las causas de dicho proceso, encontramos la ya mencionada intensificación de los
vínculos comerciales intra-étnicos que condujo a los grupos indígenas pampeanos al robo de
ganado y saqueo de las estancias de la frontera como una estrategia económica alternativa y
complementaria de la cría y engorde del animal 21. Si a ello le sumamos el proceso de
disminución del ganado cimarrón y el aumento de los rodeos que identifica Seoane (1992),
para este momento, resulta comprensible la instauración de vínculos conflictivos. No
obstante, no descartamos que en dicho proceso hayan tenido influencia otro tipo de factores,
ya que como bien menciona Analía Correa (2001), “los malones que asolaron la campaña no
deban entenderse meramente como expediciones de búsqueda de ganado, sino como una
estrategia guerrera de resistencia implementada para lograr determinadas condiciones en la
relación con los cristianos”. Consideramos que los factores mencionados no son excluyentes

21
Si para fines del siglo XVII identificamos una mayor presencia de grupos indígenas pampeanos en la campaña bonaerense,
ya a principios del XVIII hay evidencias de la presencia de etnias cordilleranas que compitieron por el recurso con los
indígenas pampeanos. El interés por el ganado vacuno y caballar irá ganando espacio en las transacciones comerciales con
Chile de tal manera que, para satisfacer dichos requerimientos los grupos indígenas cordilleranos comenzaron a trasladarse a
las pampas bonaerenses, donde capturaban ganados cimarrones para luego arrearlos al otro lado de la cordillera (Varela y
Manara, 2006).

9
entre sí, por el contrario, pueden haber actuado de forma conjunta, originando el cambio en
las relaciones interétnicas.
Después de aquella alusión hecha en 1629 por el gobernador Céspedes, los indios
“pampas” y “serranos” dejan de ser mencionados en las fuentes coloniales. La próxima
mención de que los pampas se han acercado a la ciudad, se encuentra en 1659. Ese año el
cabildo denuncia su presencia en el río Saladillo -actual Salado- y se les ordena se retiren a
sus tierras. La violencia se irá incrementando con el correr del tiempo a juzgar por el Cabildo.
En 1662 varios españoles son asesinados por indios pampas y en 1670 Juan Antonio de
Arregui presenta una petición sobre los daños que hacen en las estancias de la ciudad:
“…los indios pampas y otros andan haciendo considerables daños en
las
estancias de dicha ciudad y robando caballos de los vecinos”. 22
En un informe del gobernador Andrés de Robles al rey, sobre los indios de la jurisdicción del
puerto de Buenos Aires, se describe a los “pampas” como:

“…indios que cada día entran con sus tropas a esta ciudad…y se seguía el
daño con la libertad de la que gozan estos indios por estar retirados por
tiempos a las cordilleras y comunicarse con los serranos y proveerlos de
caballos y armas…”23
El cuadro que se presenta a continuación, da cuenta del incremento de los ataques
indígenas a las estancias de frontera. Luego de la avanzada de 1629, estos se producirán
sucesivamente en 1629, 1659, 1670, 1672, 1675, 1677, 1678, 1681 y 1686 respectivamente.

22
Petición hecha por el vecino Juan Arregui, sobre los daños que hacen los pampas (1670). ARCHIVO GENERAL DE LA
NACIÓN (en adelante AGN), Acuerdos del Extinguido Cabildo de la ciudad de Buenos Aires (AECBA), Tomo XIII, pag.
226.
23
Carta del gobernador Robles al rey (1678). AGI, copia en ME, carpeta F.

10
Entradas indígenas sobre las estancias de la campaña
porteña (1600-1700)

1700
1680
1660
años

1640
1620
1600
1 2 3 4 5 6 7 8

robo de ganado atque a las estancias

Fuente: AGI, correspondencia ubicada en el Museo Etnográfico, carpetas E, F, G

Distinguimos los “ataques a las estancias” del “robo de ganado” ya que, no siempre la
avanzada sobre una localidad de frontera implicaba el robo de ganado 24. Esta situación
refuerza la hipótesis que compartimos con Correa (2001) sobre el avance indígena en la
campaña como una estrategia de resistencia implementada para lograr determinadas
condiciones en la relación con los cristianos y no únicamente como expediciones en busca de
ganado. Cualquiera haya sido su objetivo, el avance indígena sobre el territorio dominado por
el blanco generará nuevas respuestas desde las autoridades coloniales que denominamos, en
términos de Boccara (1996) nuevos “mecanismos de dominación”.

La respuesta de la sociedad colonial ante el avance indígena: nuevos mecanismos de


dominación
Las continuas quejas respecto el robo de ganado y los ataques a las estancias de la
campaña llevan a la conformación de un Cabildo Abierto en 1672 para acordar una solución a
dicho problema. Los vecinos de la ciudad junto al maestre de campo –Juan Arias de
Saavedra-, acuerdan una “entrada de castigo” al territorio bajo dominio indígena:
“…en consideración de los muchos vecinos que han dado quexas por robos y
hurtos que les han hecho dichos indios serranos de ocho años a esta parte…
que se coxan las armas i se salga contra estos indios serranos y demases
para el castigo y sujeción suia por la continua osadía con que proceden en

24
Por “ataques a las estancias” entendemos a la acción conjunta de un grupo de indígenas que consiste en avanzar a caballo
sobre establecimientos productivos europeos, generando destrozos. En ocasiones, los ataques a las estancias implicaban el
robo de ganado. No obstante, al no ser acciones que se realizaran de forma conjunta en todas las ocasiones, preferimos
identificarlas por separado.

11
hacer semejantes robos y muertes perturbando a la común quietud y sosiego
de los vecinos…”25
El resultado de la “entrada de castigo” se hace visible unos meses después, cuando el
Cabildo de Buenos Aires ordena el reparto de los indios capturados entre los vecinos de la
ciudad:
“…se ordena hacer el repartimiento de los indios que a pedimento del
procurador general desta ciudad se han traido de nazión pampa y serrana…
los cuales son en número ochenta…”26
Otra “entrada de castigo” será efectuada por el gobernador Andrés de Robles en 1675. En
este caso, y quizás por influencia de la Real Cédula que ordena la "reducción y enseñanza de
los indios Pampas y Serranos"27, el resultado de la expedición es la creación de tres
reducciones:
“Los situé en tres pueblos a diversas parcialidades que son: Laguna
Aguirre, a ocho leguas de la ciudad, sobre el río Lujan, a diez leguas de la
ciudad y sobre el río Areco, en la reducción que llaman del Bagual” 28
Entre los argumentos que da el gobernador para llevar a cabo dichas reducciones se
encuentran el de lograr la conversión del indio y el aprendizaje de labores agrícolas:
“Salí a recoger indios y encontré con sus toldos a 40 leguas desta ciudad
indios serranos en mucho número de almas. Dispuse para arraigarlos,
sembrarles maíz y ponerles arados y traerles ganados para su sustento y
religioso…”29
Dos años después, en 1677, se lleva a cabo una expedición con el mismo fin. En este caso se
propone la relocalización y reducción de las parcialidades étnicas en la otra margen del río
Paraná para hacer más efectiva la sujeción:
“En la parte sur del río Salado se apresó al cacique Bravo con 30
personas… se les enviará a la otra margen del río Paraná, cercanos a la
reducción de Santo Domingo Soriano, donde por el anchor del río, tierras
extrañas y gentío desconocido se les podrá obligar a la sujeción”. 30
No obstante, y a pesar de los diversos intentos que se efectúan desde Buenos Aires para
fundar reducciones de indios pampas, las fuentes los describen:
25
Cabildo abierto para acordar el castigo que se le dará a los indios serranos por el robo de ganado y otros daños. AGN,
AECBA, Tomo XIII, pag. 438-439.
26
Acuerdo sobre el repartimiento de indios pampas y serranos. AGN, AECBA, tomo XIV, pag 178.
27 ?
El Rey, Real Cédula al gobernador del Río de la Plata que aplique su mayor cuidado y desvelo a disponer la reducción de
los indios que estén levantados en su distrito. Cit. en Carta del Gobernador Andrés de Robles (1678). AGI, copia en ME,
carpeta F.
28
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey (1675). AGI, copia en ME, carpeta F.
29
Carta del gobernador Andrés de Robles. Op. Cit.
30
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey (1677). AGI, copia en ME, carpeta F.

12
“…sin reducción ni doctrinante que los instruyese en nuestra santa fe...vagan
por los campos conservándose en su antigua idolatría e infidelidad…haciendo
mucho daño así en mover indios domésticos como en infestar la campaña
embarazando el trabajo que en ella se ofrece a los moradores desta provincia y
en los ganados que hallare muy retirados por valerse de ellos…”(idem)

En este contexto, el fracaso de la vía reduccional con los grupos pampeanos, hace
comprensible el abandono –al menos temporal- de las prácticas de sujeción más suaves, por la
violencia de las armas. La opinión de los agentes coloniales permite ver el giro en los
métodos implementados.
La opinión de los agentes coloniales ante el avance indígena en la frontera
Si bien la política indígena desarrollada por los cristianos a lo largo del siglo XVII se había
caracterizado por la práctica reduccional, el avance indígena sobre la frontera generó el
despliegue de nuevas formas de sujeción que no siempre tuvieron como objetivo convertir e
incorporar al indio. Muy por el contrario, veremos que la tendencia que se desarrollará en el
último cuarto de siglo será, más precisamente, el castigo y, cuando la situación lo amerite, la
eliminación de los indios considerados “indóciles”.

La opinión de los vecinos: Esta postura se hace visible a través de las actas del Cabildo de la
ciudad En primer lugar, el Cabildo no toma el problema como propio sino que recibe las
acusaciones y pasa el pedido de solución al gobernador. Los vecinos se quejan:

"...representando los grandes daños y excesos de muertes y hurtos que han


hecho y hacen los indios Pampas desta jurisdicción en las estancias y
chacras de ella y otros excesos..." 31.

Luego derivan el problema para que el gobernador "provea lo que más convenga". Es que
los vecinos reaccionan peticionando represalias en los momentos en que por diversas razones
-sequía, plaga, epidemia, etc.-, el laxo vínculo con los pampas se rompe momentáneamente
produciendo daños concretos. Estos no impulsan una política indígena concreta, sino acciones
paliativas. Quizás, como menciona José Mateo (1992), los habitantes de las campañas,
ocupados en el abasto de la ciudad y en la producción de mulas -para el Alto Perú-, no
experimentan de momento interés ni necesidad por el usufructo de todo lo que esté al sur
(hombres y tierras).

31 ?
"Sobre robos y muertes que han hecho los indios infieles Pampas" (AECBA 25 de abril de 1686).

13
La opinión del clero: Ésta se ve expresada en dos cartas que envían el sacerdote Gregorio
Suárez Cordero32 y el obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona, al rey. El primero de
ellos esboza una visión pormenorizada del problema del indio en el Río de la Plata,
aconsejando la nueva política a seguir. La metodología adecuada la dan casi dos siglos de
experiencia, la violencia y el terror se presentan como el modo más efectivo:

"...como lo están los que fueran en sus principios reducidos y conquistados


con el temor de las armas.". ..y contra los indios infieles que están
levantados y hacen hostilidades, procedereis a la conquista pacificándolos
por fuerza de armas..."33

Por otro lado, las particularidades etnográficas de los grupos pampas y serranos, llevan al
teólogo a insistir en las armas, y para ello propone:

"...vecinos y soldados pagados que bien tiene V.M. pues sin más gasto
que el de las municiones..."(Idem)

Los beneficios serían varios, pero el que inquieta principalmente es terminar con una funesta
relación:

"...una y otra nación de este gentío [Pampas y Serranos] tienen su trato y relación
con los indios enemigos de Chile [...] y compran en el puerto para mantener su
contrato y amistad..." (Idem)

Evidentemente, el proceso de transformación en los grupos indígenas del sur del Salado, se
está haciendo visible ante los ojos de los españoles. Se percibe muy claramente este circuito
del que diera cuenta Garay cien años antes y que va a ser la base de las preocupaciones
futuras34. El cortar este tráfico traería -en una visión totalizadora del problema-, un beneficio
adicional al apoyar una guerra -la del sur de Chile-, "...que tantos millones cuesta a S.M." La
acción conjunta de los gobernadores de Buenos Aires, Tucumán y Santiago ahogaría a los
hostiles araucanos, cortándoles los suministros por el sur los primeros y hostigando
ofensivamente el último. Para Suárez Cordero el resultado sería que:

32
Carta del Dr. Gregorio Suárez Cordero, sacerdote de la catedral de Bs. As. al rey, remitiendo testimonio de la respuesta que
dio a la consulta que el obispo y gobernador de Bs. As. le hicieron sobre la reducción de los indios Pampas, 1678. (AGI 76-3-
9).
33
Carta del Dr. Gregorio Suárez Cordero. Op.cit.
34
"Carta de Juan de Garay al Consejo de Indias fechada en Santa Fe el 20 de abril de 1582". En: Garay, fundador de Buenos
Aires. Documentos relativos a las fundaciones de Santa Fe y Buenos Aires. Municipalidad de Buenos Aires, Buenos Aires,
Compañia Argentina de Billetes de Banco, 1915.

14
"...hallándose acosados por partes tan diversas y sin tener donde abrigar a sus
familias se dieran a la paz y perpetua amistad, que sin este medio será eterna la
lucha."

Por su parte, el obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona, responde al rey y al
teólogo en una carta35. En ella intenta enterar al rey de lo que verdaderamente pasa en el Río
de la Plata, manifestando:

"Esta nación de los pampas es la más bárbara e indómita que se conoce en todas
estas indias, porque ni los castigos ni los agasajos han hecho jamás mella en
estos indios para reducirse a política ni la predicación y persuasión ha obrado
en ellos cosa alguna, antes cada día van cobrando más horror y hastío a las
costumbres cristianas..."36

Vemos que el eclesiástico percibe un incremento de violencia por parte de estas


parcialidades. Pero además de eso, señala al respecto de las mismas:

"...a nada dan oidos, y si los dan alguna vez es con engaño y dañada
intención, o por lograr algún interés temporal que se les ofrece, y
conseguido este se vuelven hacia atrás a su gentilismo.”(idem)

Este relato, expresa también el grado de autonomía del que gozan los pampas para moverse.
Esto explicaría el proyecto de Azcona:

"...con nada se reducen ni sujetan, ni hay esperanza de que se sujeten mientras a


fuerza de armas no los recogen todos de estas campañas, y los reducen a una
población en los arravales de esta ciudad donde estén a la vista a todas horas,
quitándoles los caballos y las ocasiones de hacer fuga y obligándolos a que vivan
politicamente, que con esto se irán reduciendo facilmente a la fe, sino los grandes
por estar ya empedernidos en sus costumbres gentílicas, por lo menos los chicuelos
en quienes se imprime mejor cualquier enseñanza. Este es señor el único medio
para reducir a esta gente..."(idem)

35 ?
"El Obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona, informa al rey sobre los indios Pampas y dice que es imposible
reducirlos a población"(1683). AGI, copia en ME, carpeta G.
36
El Obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona, al rey. Op. Cit.

15
La opinión del gobernador: ¿Cuál era la opinión del mandatario local? El gobernador Andrés
de Robles (1674-1678), informaba al rey ante una solicitud de incremento en sus haberes del
Protector general de los naturales:

"Y lo que se me ofrece decir a V.M. es que para lo que hay que hacer en esta
provincia en el uso de protector vasta un particular con mediana
inteligencia... demás es que acá es en muy pocos casos en que tenga
particular ocupación..." 37

y agrega más adelante sobre el que ejercía tal cargo:

"... pues es cierto que habiendo aquí tan pocos indios se reconoce fue
afectado por ser sobrino del presidente [de la efímera Audiencia, JM], don
Joseph Martínez de Salazar..."(idem)

A pesar de que el gobernador minimiza el problema del “indio” en su jurisdicción,


sabemos por otros documentos que en 1677 había procedido personalmente a una “entrada de
castigo”. Posteriormente efectuó otra a cargo de Don Manuel de Robles, juntando trescientas
personas, entre las que se encontraban algunos indígenas de Córdoba que habían huido de sus
encomiendas. Todos ellos fueron colocados debajo del fuerte confeccionando el padrón
correspondiente, todo ellos "...respondiendo a varias cédulas que recibió"38.

Finalmente, en 1678, escribe al rey manifestando que la propuesta de Gregorio Suárez


Cordero resulta la más acertada. Recordemos que esta consistía en proceder “…por medio de
la predicación evangélica con los indios que han estado pacificados…” y, “…por la fuerza de
las armas […] con aquellos que andan levantados…”.

La resolución de los agentes coloniales: La campaña de 1680

La situación de inestabilidad generada por los permanentes ataques indígenas a la campaña


porteña movilizó a las autoridades coloniales a organizar una nueva “entrada de castigo”. La
expedición estuvo a cargo el capitán Juan de San Martín con ciento cincuenta hombres de la
compañía. Pero además de estos, las huestes represoras estaban compuestas por "algunos
mulatos e indios". Estos se adentraron:

37 ?
"Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, informando sobre el oficio de protector general de los naturales”. AGI,
copia en ME, carpeta F.
38 ?
"Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, en donde dice que respondiendo a varias cédulas que ha recibido, da
cuenta de las gestiones que ha hecho para reducir a los naturales y agrega copia de un padrón de indios que se trajeron de las
pampas”(1678) AGI. Copia en ME, Carpeta F.

16
“…ciento cuarenta leguas de despoblados en que solo hallaron dos tolderías
de los mesmos indios que apresaron…”

No obstante, esta campaña presentó considerables diferencias con las entradas de castigo
efectuadas anteriormente. ¿Qué la diferenció de las expediciones anteriores? Una
característica propia de esta campaña fue la violencia extrema. Amilcar Razori (1945) la
describe como “la más punitiva y sangrienta” de las expediciones realizadas hasta el
momento. Pero además, y quizás tomando en cuenta los métodos propuestos por Suárez
Cordero, en ella se incorporó un mecanismo hasta entonces no utilizado en lo que se refiere a
la sujeción indígena. Nos referimos a la “eliminación” física de grupos étnicos considerados
indóciles. El resultado de tal empresa fue la muerte de "cuarenta de los gandules 39” que eran
los principales robadores y matadores según los agentes coloniales y "un botín de poco más
de sesenta "indios y chusma".

Otra diferencia es el destino de los indios apresados en la campaña. El gobernador, en


consulta con el obispo (Antonio de Azcona), resuelve que estos se repartan entre los
integrantes de la expedición, en lugar de ser puestos en reducción. No sabemos si se incluyó a
los mulatos e indios, pero si no fue así, estos fueron entregados a la milicia y no es raro
encontrar a militares con mano de obra indígena en la campaña bonaerense. El argumento
para tal reparto fue el siguiente:

"... que ni es número para reducción, ni es gente que se pueda conservar en


unión de que se tiene ya hecho muy largas experiencias..."

Los efectos que se esperaban causar con esto eran defensivos e intimidatorios para
protección de quienes se atrevían a internarse en las campañas a realizar actividades de
abastecimiento a la ciudad y mantener libres las vías de tráfico:

"...y es sin duda que el no haberles causado con esto algún temor no hubiera
hacienda de campo segura ni tropa de gente de las que ordinariamente salen
a sembrar y vaquear por las campañas, ni tampoco no tuvieran confianza los
caminantes que pasan al Perú y vienen de las demás provincias..."

Por otra parte se buscaba frenar la pérdida de recursos –principalmente ganaderos- que se
generaba por la presencia de los grupos de indígenas pampas y serranos en la campaña
porteña.

39 ?
Holgazanes, perezosos.

17
Entradas de castigo a territorio indígena (1670-1700)

AÑO INTEGRANTES DE LA CAMPAÑA RESULTADOS

1672 Maestre de campo, Juan Arias Captura de 80 indios pampas y serranos.


de Saavedra Repartimiento entre vecinos.
Vecinos de la ciudad.

1675 Gobernador Robles Captura de indios (no especifica numero)


Creación de 3 reducciones

1677 Captura del cacique Bravo y 30 indios de chusma.


Gobernador Robles Relocalización en la reducción de Sto. Dgo. Soriano
(Banda Oriental)

1677 Don Manuel de Robles Captura de 300 indios (pampas y de la localidad de


Córdoba)
Indios de servicio para el fuerte de Buenos Aires

1680 Gobernador Garro. Captura de 100 indios pampas y serranos.


Maestre de campo, Juan de San Martín. 40 “pasados a cuchillo”
60 repartidos entre quienes participaron de la
150 hombres (vecinos, mulatos, indios expedición
amigos)

1686 Gobernador, 200 indios de “todas las edades y sexos”


José Herrera y Sotomayor "relocalizados" en la reducción de Sto. Dgo. Soriano
en la Banda Oriental.
Tras intentar huir son ejecutados los indios
“gandules” y su “chusma” tomada como esclavos
Fuentes: AGI, copia en ME, carpetas E, F y G.

El cuadro permite ver la periodicidad con que se sucedieron las “entradas de castigo” al
territorio indígena durante las últimas décadas del siglo XVII, así como los resultados
obtenidos. Por otro lado, se hace visible la creciente violencia experimentada en las
expediciones, que pasarán de la captura a la ejecución de grupos indígenas y de la puesta en
reducción al reparto de los indios apresados como “botín de guerra”.

Después de la campaña de 1680

Dos años más tarde, el nuevo gobernador, José Herrera y Sotomayor (1682-1691),
manifiesta su impotencia ante estas parcialidades, aunque por su parte dice que:

"...desde que este gobierno ha estado a mi cargo he solicitado, puesto y


aplicado, cuantos desvelos y medios me han sido posibles e imaginables en

18
orden al católico y cristiano celo de V.M. a que todo este gentío tan bárbaro
y apartado de toda razón natural se redujese al gremio de nuestra santa fe
católica y vida política." 40

Sus intentos consistieron en un primer momento en ganarse la voluntad de los caciques con
agasajos y presentes, ofreciéndoles además tierras y sementeras. Tras una aparente
aceptación, el resultado consistió en que se "retiraran" a sus "potreadas", llevándose
caballadas y ganado de las estancias que contorneaban la ciudad, ayudados por otros indios
que se tenían por sometidos. Además, el peligro en las vías de comunicación vuelve a
aparecer junto a los motivos de represión "... otros insultos y robos que cada día hacen
saliendo a los caminos que hay en tan desiertas campañas que hay de aquí a las ciudades de
Mendoza y Córdoba..."

Reconociendo que el método de persuasión no daba los resultados esperados, el


gobernador organiza una maloca con objetivos intimidatorios. De ella resultó el traslado al
puerto de 200 indios "de todas las edades y sexos". ¿Qué pasó con ellos? En una junta en la
que dio su parecer el gobernador al obispo y al cabildo, se resolvió que fueran
"desnaturalizados", esto es, relocalizados41 en la Banda Oriental. Técnica que ya había
probado su eficiencia en los tiempos de su antecesor.

Luego de tres meses huyen violentamente de la reducción, y cupo a los charrúas el papel de
policía: "...desbarataron y mataron a todos los gandules, llevándose por esclavos a toda la
chusma que tenían...". El gobernador parlamenta con los caciques charrúas, acordando la
venta de los pampas capturados. ¿Qué sugiere el gobernador hacer con ellos? Devolverlos a la
reducción de Sto. Domingo Soriano junto a los chanás o repartirlos entre los vecinos. La
corona, coherente con su política, falla a favor de su reducción por parte de religiosos.
Finalmente su opinión:

"... a este gentío no es dable reducirlos ni conquistarlos, si no es a fuerza de


armas, y para esto se necesita de largo tiempo, gente y municiones para ir a
buscarlos a sus tierras […] en que puede resultar también mucho daño,
porque los Serranos suelen darse la mano con los Aucas de Chile a quienes
venden las cavalladas de los robos que hacen..."(idem)
40 ?
"Carta del gobernador José de Herrera y Sotomayor de 1686 al rey en la que informa sobre los indios Pampas y Serranos
que habitan el distrito de su gobierno". AGI, copia en ME, Carpeta G.
41
Entendemos a la relocalización como “deportación o traslado geográfico masivo y compulsivo de una comunidad”
(Radovich, 2000). Utilizamos dicho concepto, en lugar del término “desnaturalizar” encontrado en las fuentes, ya que
consideramos que este último está cargado de connotaciones negativas y prejuicios del colonizador. Si los indígenas se
desnaturalizan ¿antes estaban en estado natural?, ¿qué implicaría ese estado?. Optamos, entonces, por el concepto
“relocalización” ya que estamos ante una situación que es producto de la decisión de las de autoridades estatales para poder
reutilizar espacios y/o mano de obra, una vez trasladada dicha población.

19
Con este diagnóstico finalizamos nuestro análisis sobre los cambios en las relaciones
interétnicas a fines del XVII y los nuevos métodos de dominación colonial. La opinión del
gobernador expresa la experiencia acumulada en cuestión indígena y propone un camino a
seguir. En primer lugar, y en coincidencia casi literal con Suárez Cordero, aplicar la fuerza de
las armas cuando la situación lo amerite. Pero lo que es fundamental, y tiene que ver con la
conciencia de las limitaciones que presenta esta región en cuanto a la dominación del indio,
considera necesario esperar el momento en que se disponga de los recursos para hacerlo. Por
el momento el gobernador propone no interrumpir el tráfico indígena hacia el pacífico, ya que
es visto como motivo de conflicto y puede ser peligroso para la ciudad.

Discusión y conclusiones. La encrucijada cristiana a fines del XII: ¿convertir o


eliminar?
A partir de la información obtenida a lo largo del trabajo podemos decir que, en tan sólo
una década, los mecanismos de dominación implementados por la sociedad blanca y cristiana
cambiaron radicalmente. Del tradicional método de reducir a los indígenas para ser
convertidos e incorporados a la sociedad colonial, se pasará al castigo y la eliminación de
grupos indóciles. Con esto no minimizamos las formas de coerción y disciplinamiento que
pueden haberse desarrollado en el ámbito reduccional, ya que el adoctrinamiento en las
formas sociales y productivas cristianas que se llevó a cabo en ellas no deja de ser una
imposición. No obstante, a partir de 1670 y con el inicio de las “entradas de castigo”,
percibimos la introducción de nuevas formas de sujeción más violentas pero eficaces, ante el
avance indígena sobre territorio bajo dominio colonial y como una estrategia defensiva del
recurso ganadero por el que empezaron a competir.
Respecto nuestra pregunta inicial acerca de la encrucijada cristiana a fines del siglo XVII,
consideramos que de la misma manera que el proceso de dominación colonial generó
múltiples respuestas y estrategias de resistencia desde los grupos originarios, la sociedad
blanca y cristiana fue construyendo un saber-poder respecto las formas de sujeción indígena.
Estas formas variaron, según períodos y situaciones concretas. El proceso de cambio en las
relaciones interétnicas, a fines del siglo XVII es ejemplo de ello. De esta manera, “castigar” y
“eliminar”, no se presentan como métodos antagónicos a la “conversión” y “asimilación” del
indio, sino como estrategias alternativas y complementarias de un mismo proceso de
dominación.
Florencia Carlón
Fuentes:

20
Referencias:

AGN, Archivo General de la Nación, Buenos Aires.

AGI, Archivo General de Indias.

ME, Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”, Buenos Aires.

Correspondencia perteneciente al Archivo General de Indias (ME, Museo Etnográfico “J.


B. Ambrosetti”, Buenos Aires).

Carpeta B (1584-1617)
Carta del tesorero de la Real Audiencia, Hernando de Montalvo, al Rey (1587).
Carta del gobernador Diego Valdez y de la Banda al rey (1599).

Carpeta C (1618-1651)
Carta del gobernador Diego de Góngora al Rey, 1620.
Carta del gobernador Diego de Góngora al rey, 1619.
Carta del gobernador Céspedes al rey, 1629.

Carpeta F (1675-1679)
El Rey, Real Cédula al gobernador del Río de la Plata que aplique su mayor cuidado y desvelo a disponer la
reducción de los indios que estén levantados en su distrito (1675).
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, sobre indios recogidos en la campaña (1675).
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, adjuntando padrón que se hizo de los indios de las provincias del
Río de la Plata (1677).
Carta del gobernador Robles al rey, sobre encomiendas de indios que hay en la ciudad (1678).
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, informando sobre el oficio de protector general de los naturales.
(1678)
Carta del gobernador de Buenos Aires al rey en donde dice que respondiendo a varias cédulas que ha recibido,
da cuenta de las gestiones que ha hecho para reducir a los naturales y agrega copia de un padrón de indios que se
trajeron de las pampas(1678).
Carta del Dr. Gregorio Suárez, sacerdote de Bs. As. al rey, remitiendo testimonio de la respuesta que dio a la
consulta que el obispo y gobernador le hicieron sobre la reducción de los indios Pampas (1678).
Carta del gobernador de Buenos Aires, Joseph Garro al rey, sobre el resultado de la campaña contra los indios
pampas y serranos (1681)

Carpeta G (1681-1687)
Carta del representante de la Audiencia de Charcas, Bartolomé González de Pobeda, al rey, sobre el estado en
que se hallan los indios que redujo Mercado y Villacorta (1681).
Real Cédula al gobernador de Buenos Aires ordenándole lo que ha de ejecutar en cuanto a los setenta indios que
apresaron en la facción contra los indios Pampas (1681).
Carta del gobernador José de Herrera y Sotomayor al rey en la que informa sobre los indios Pampas y Serranos
que habitan el distrito de su gobierno"(1686).

Archivo General de la Nación

Acuerdos del Extinguido Cabildo de la ciudad de Buenos Aires

Tomo XIII
Petición hecha por Juan Arregui sobre los daños que hacen los pampas (1670).
Cabildo abierto para acordar el castigo que se le dará a los indios serranos por el robo de ganado y otros daños
(1672)
Tomo XIV
Acuerdo sobre el repartimiento de indios pampas y serranos. (1675).
Tomo XVI
Petición para que se tomen medidas para evitar robos y asesinatos de los indios pampas (1686).
Acuerdo "Sobre robos y muertes que han hecho los indios infieles Pampas" (25 de abril de 1686)

21
Acuerdo sobre “Reducción de los indios Pampas" (29 de abril de 1686).

- Carta de Juan de Garay al Consejo de Indias fechada en Santa Fe el 20 de abril de 1582. En: Garay, fundador
de Buenos Aires. Documentos relativos a las fundaciones de Santa Fe y Buenos Aires. Municipalidad de Buenos
Aires, Buenos Aires, Compañia Argentina de Billetes de Banco, 1915.

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