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1.

¿Qué diferencias existen entre el procedimiento de reforma constitucional en Argentina y


en el país que usted eligió? ¿Cuál constitución es más rígida o flexible? 

2. En su consideración, ¿nuestro procedimiento de reforma es muy complejo? ¿Qué


ventajas o desventajas supone ello?

Finalmente, deben leer los artículos periodísticos subidos en la plataforma (pueden buscar
otros para reforzar su punto de vista) y responder a la siguiente pregunta:

3. ¿Es necesaria una reforma de la Constitución Argentina? ¿Por qué?

1) Respondiendo a la primera pregunta en cuanto a las diferencias en el proceso de


reforma entre una y otra Constitución puedo decir que mientras que en la
constitución argentina la decisión para dar paso a dicha reforma pasa
directamente por el congreso mediante una ley impuesta por una mayoría
especial que declara la necesidad de la reforma y qué partes se van a modificar;
una Convención Constituyente nombrada para hacer la reforma. (Acá hay que
hacer una aclaración ya que los integrantes de la Convención Constituyente son
elegidos por el pueblo), en la Constitución española la decisión pasa por: el
Gobierno, el Congreso de los Diputados, el Senado y los parlamentos de las
Comunidades Autónomas.
En el art.167 de la Constitución española nos dice que:

- Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una


mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras. Si no hubiera acuerdo
entre ambas, se intentará obtenerlo mediante la creación de una Comisión de
composición paritaria de Diputados y Senadores, que presentará un texto
que será votado por el Congreso y el Senado.

- De no lograrse la aprobación mediante el procedimiento del apartado


anterior, y siempre que el texto hubiere obtenido el voto favorable de la
mayoría absoluta del Senado, el Congreso, por mayoría de dos tercios, podrá
aprobar la reforma.

- Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum


para su ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días
siguientes a su aprobación, una décima parte de los miembros de cualquiera
de las Cámaras.

Y en el art. 168 nos dice:

- Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que


afecte al Título preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título
I, o al Título II, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de
dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes.

- Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del


nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos
tercios de ambas Cámaras.

- Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum

- para su ratificación.

En cuanto a cuales de las dos Constituciones son rígidas o flexibles puedo decir
que ambas Constituciones las enmarcaría en Constituciones de tipo rígidas
debido a su complejo proceso para poder reformarlas, es decir, que sus
preceptos o disposiciones no pueden ser modificadas o derogadas con facilidad,
por ejemplo: por una ley ordinaria, si no, salvo por estos procedimientos
complejos que dije anteriormente, se necesita de un procedimiento que contenga
una serie de pasos, estudios y análisis para llevar a cabo una reforma
constitucional.

2) Respondiendo a esta pregunta considero que, al estar enmarcado en una


Constitución rígida, su complejidad es clara por todos los procesos que
intervienen a la hora de reformarla, y aquí radica su principal ventaja en cuanto
no se puede reformarla a gusto y placer de la ideología del gobierno de turno
con una simple procesos ordinarios. Por ahí una desventaja de este tipo de
Constituciones tendría que ver con la flexibilidad de algunas cuestiones que
tengan que ver con la adaptabilidad a la realidad que podemos estar viviendo y
que no tenga que pasar por todo el proceso de rigidez de las Constituciones. Se
me ocurre que para ciertas cuestiones de urgencia se podría ser más flexible en
cuanto a que no existan los dos tercios de la totalidad de los miembros del
congreso.

3) Respecto a este punto creo que antes de opinar sobre si es necesario o no


reformar la Constitución convendría hacerme una serie de cuestionamientos
para determinar si es necesario reformarla. Por ejemplo: ¿La eficacia de la
institucionalidad de la república se mejoró desde la reforma del 94?, ¿Los
problemas estructurales que tiene el país como la violencia social o la
inseguridad, se resolvieron? O por ejemplo, hoy que está muy en boga la
cuestión de la independencia del poder judicial, ¿Funcionó durante todos éstos
años el poder judicial como poder independiente? Y la verdad que a todos estos
interrogantes diría que no y por eso creo que debería de haber, en algunos
puntos, una reforma que dé respuesta a estos interrogantes. Me viene a la cabeza
también la cuestión de los pueblos aborígenes, que si bien hay una declaración
de derechos, se contrasta mucho con la dura realidad que estas comunidades
están viviendo en estos momentos. Creo que el debate debe darse respondiendo
a un montón de cuestiones, primando los interrogantes que describí al principio
de esta respuesta.

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