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MONICIONES PARA EL 25 DE OCTUBRE

MONICIÓN DE ENTRADA
Con la alegría de siempre les recibimos, queridos hermanos, en la casa de Dios para la
celebración de la Santa Misa en el cuarto día de la novena en honor a nuestra patrona La
Virgen del Rosario, agradeciendo la presencia del padre Julio Rubio, quien preside.
También ofrecida por el Ministerio de Liturgia de este Santuario y por las comunidades
Jesús de los Milagros y San José.
Ofreciendo a nuestra Madre Santísima todo nuestro amor, los invito a ponerse en pie para
comenzar esta celebración entonando el canto de entrada.

MONICIÓN PRIMERA LECTURA

Escucharemos en la primera lectura a los romanos cómo San Pablo invitaba a la


comunidad a vivir conforme al Espíritu lo cual significa hacer todo lo que traiga vida en vez
de muerte. Pongamos atención

MONICIÓN AL SALMO
Con el salmo 67 aclamamos y bendecimos al Señor que nos salva. Nos al salmista
respondiendo: “Bendito sea el Señor, que nos salva.”

MONICIÓN AL EVANGELIO
El evangelio de hoy describe la curación de la mujer encorvada. Jesús nos está enseñando
lo que es vivir la condición de hijos e hijas de Dios. Pónganse de pie para escuchar este
pasaje, pero antes cantemos el Aleluya.

Aleluya, aleluya.

“Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.”

Aleluya, aleluya.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

“Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que, como nosotros,
sean uno, dice el Señor.”

Para los hermanos que van a comulgar los invito a hacer las filas de costumbre teniendo
en cuenta el distanciamiento y que la Comunión se consume en el mismo momento en
que la reciben en su mano, y luego regresa a su asiento.

COMUNIÓN ESPIRITUAL
Si no has podido recibir sacramentalmente a Jesús Eucaristía, te invito a inclinar tu rostro y
hacer la siguiente comunión espiritual confiando plenamente en que Cristo entrará en tu
corazón.

Creo, Jesús mío, 


que estás real 
y verdaderamente en el cielo 
y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas 


y deseo vivamente recibirte 
dentro de mi alma, 
pero no pudiendo hacerlo 
ahora sacramentalmente, 
ven al menos 
espiritualmente a mi corazón. 
Y como si ya te hubiese recibido, 
te abrazo y me uno del todo a Ti.

Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

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