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MONICIONES DOMINGO 14 DE MAYO.

INICIO.

Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Les
damos una cordial bienvenida a la celebración de esta Santa Misa, en el
Sexto Domingo de Pascua. En dos semanas estaremos celebrando
Pentecostés y hoy aparece en las tres lecturas el protagonismo del Espíritu,
que es quien da vida a la comunidad. Animados por el mismo Espíritu del
Resucitado, nos disponemos a comenzar esta Santa Misa. Todos de pie, y
entonemos el canto de entrada.

GLORIA.

Cantemos hermanos la Gloria de Dios, pues en su inmensa misericordia


nos ha perdonado a todos nuestros pecados…

ENTRADA DE BIBLIA.

Recibamos hermanos con mucho respeto a las sagradas escrituras, a


nuestra Santa Biblia, que encierra las grandes enseñanzas de nuestro
Dios. Con todo respeto recibimos a la Palabra de Dios

PROCLAMACIÓN DE FE.

A una sola voz y con el respeto que se merece, unamos nuestras voces
para hacer nuestra proclamación de Fe a las Sagradas Escrituras:

TU PALABRA ES CAMINO

TU PALABRA ES VERDAD

TU PALABRA ES AMOR

TU PALABRA ES VIDA

Ahora, inclinamos la cabeza, y juntos como hermanos, decimos con viva


voz:

BENDICE A TU PUEBLO, SEÑOR, CON TU PALABRA.

Nos podemos sentar para escuchar atentos la palabra de Dios.


PRIMERA LECTURA. Después de la muerte de Esteban, un buen número
de cristianos tienen que huir de Jerusalén. Son ellos quienes difunden la
fe en Samaría y en Siria. La persecución se convierte en instrumento de
difusión y hoy se nos narra cómo esa proclamación es confirmada por el
Espíritu Santo, que se manifiesta en «signos y curaciones. Escuchemos.

SALMO. Con el salmo 65 alabemos a Dios por sus maravillas en favor


de los hombres, especialmente por darnos su salvación por los
sacramentos. Hagámoslo diciendo todos:

SEGUNDA LECTURA. Por última vez en la Pascua leeremos la carta de


Pedro. El texto de hoy se dirige a una comunidad que ha experimentado
la persecución por su fe, animándoles en la perseverancia, asistidos por
el mismo Espíritu que hizo que Cristo volviera a la vida.

ANTES DEL EVANGELIO. Sigue el tono de despedida iniciado en el


evangelio de san Juan proclamado el domingo anterior. Las palabras de
Jesús manifiestan hoy un tono tranquilizador, porque, si por una parte
es necesario que él desaparezca, por otra les promete no dejarles en
absoluta orfandad, pues les enviará el Espíritu Santo. De pie.

ACLAMACIÓN. El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y


mi Padre lo amará y vendremos a él.

OFERTORIO. Con las ofrendas de Pan y Vino llevemos al altar también


los esfuerzos y sacrificios por tener una vida más digna. Hagamos esta
ofrenda cantando todos con alegría. Se pueden sentar.

COMUNIÓN.  «Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me


veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo» nos ha dicho el Evangelio de
hoy. Acerquémonos a recibir a Cristo vivo en la comunión. Cantemos.
MONICIONES SABADO 13 DE MAYO.
INICIO.

Con mucha alegría les acogemos en la casa de Dios para celebrar la santa
eucaristía, con la que cerramos la quinta semana del tiempo de Pascua, y
recordamos a nuestra madre santísima, la Virgen de Fátima. Todos los
sábados recordamos y celebramos a la Santísima Virgen María, pero ahora
lo hacemos de manera especial, bajo la advocación de Fátima, por su
primera aparición a los tres pastorcitos, el 13 de mayo de 1917. Desde ese
día, la Virgen María se apareció por seis veces en Fátima (Portugal) a tres
pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. Con la alegría de tener a una madre
tan especial, comencemos de pie, esta santa misa con el canto de entrada.

GLORIA.

Cantemos hermanos la Gloria de Dios, pues en su inmensa misericordia


nos ha perdonado a todos nuestros pecados…

ENTRADA DE BIBLIA.

Recibamos hermanos con mucho respeto a las sagradas escrituras, a


nuestra Santa Biblia, que encierra las grandes enseñanzas de nuestro
Dios. Con todo respeto recibimos a la Palabra de Dios

PROCLAMACIÓN DE FE.

A una sola voz y con el respeto que se merece, unamos nuestras voces
para hacer nuestra proclamación de Fe a las Sagradas Escrituras:

TU PALABRA ES CAMINO

TU PALABRA ES VERDAD

TU PALABRA ES AMOR

TU PALABRA ES VIDA

Ahora, inclinamos la cabeza, y juntos como hermanos, decimos con viva


voz:

BENDICE A TU PUEBLO, SEÑOR, CON TU PALABRA.


Nos podemos sentar para escuchar atentos la palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA. Continuamos escuchando los relatos misioneros de


San Pablo, en el inicio de su segundo viaje, en compañía de Timoteo,
Silas y el mismo autor del libro, Lucas. Escuchemos atentos.

SALMO. Con el salmo 99, manifestemos a Dios nuestra gratitud y


alabanza diciendo todos:

SEGUNDA LECTURA.

ANTES DEL EVANGELIO. En su discurso de la Última Cena, Jesús nos


ha estado hablando de amor en los últimos días. Hoy nos hace algunas
advertencias sobre las consecuencias de dejar el mundo. Nos ponemos
de pie y cantamos el aleluya.

ACLAMACIÓN. Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los


bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios

OFERTORIO. Como la Santísima Virgen María ofrendó su vida al Señor


y se ofreció como su esclava, con las ofrendas de pan y vino ofrendemos
también nuestra vida al servicio de Dios. Se pueden sentar.

COMUNIÓN.  Cristo nos ha convocado a su banquete. Vayamos con fe,


devoción y cantando a comulgar.

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