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LA LEY Derecho de familia, Nº 27, Julio de 2020, Editorial Wolters Kluwer

TAMBIÉN ANALIZAMOS

A fondo

Delito de «child grooming», configuración jurisprudencial

Diego Alberto Gutiérrez Azanza

Fiscal de la Fiscalía Provincial de Albacete

FICHA TÉCNICA

Resumen: El delito de «child grooming» es una figura relativamente


novedosa. Los pronunciamientos del Tribunal Supremo han perfilado el tipo
penal y resuelto algunas cuestiones controvertidas, si bien algunas de ellas
todavía permanecen vigentes. El «child grooming» se considera un delito de
peligro concreto y en concurso real con los delitos de resultado. El dolo debe
abarcar los elementos objetivos del tipo. Es indiferente que el sujeto pasivo
inicie el contacto. Cabe la aplicación de la excusa absolutoria prevista en el
artículo 183.quater del Código Penal. El contacto inicial debe ser telemático y
no presencial.

Palabras clave: «Child grooming», abusos sexuales, agresión sexual,


pornografía Infantil, concurso de leyes, concurso de delito, tentativa, actos
preparatorios, dolo, sujeto activo, sujeto pasivo, excusa absolutoria, Código
Penal.

Abstract: «Child grooming» crime is a rather new legal concept.


Supreme Court's rulings on this matter have outlined the criminal offence and
solved some controversial issues. Online child grooming is considered as a
crime of particular danger in crime concurrence with resulting crimes. Malice
must cover objective elements of the crime. It is indifferent that the plaintiff

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makes contact with the perpetrator. Acquittal excuse provided in article


183.quater of Spanish Criminal Code may be applied. The initial contact must
be telematic and not in person.

Keywords: «Child grooming»; sexual abuse, sexual assault, child


pornography, law concurrence, crime concurrence, attempted crime,
anticipatory offence, malice, perpetrator, plaintiff, acquittal excuse, criminal
code.

I. Planteamiento de la cuestión

El delito de «child grooming » fue introducido en nuestro ordenamiento jurídico por la reforma
operada en el Código Penal por Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio. El Legislador (1) opinaba que
el contenido del injusto en los delitos sexuales se ve agravado cuando se comprometida la
indemnidad sexual de los menores y ello también afecta a la formación y desarrollo de la
personalidad y sexualidad. Particularmente estimó que debía castigarse específicamente el uso de
tecnologías de la información y de la comunicación destinado a obtener la confianza del menor
mediante la introducción del tipo previsto en el artículo 183.bis del CP (actual artículo 183.ter.1).

Transcurridos diez años de la modificación del Código Penal este delito ha dado lugar a una
abundante jurisprudencia por parte del Tribunal Supremo, que es necesario estudiar y conocer
para comprender su configuración y tipificación. Fue, sobre todo, a partir del año 2015 cuando el
Alto Tribunal comenzó a pronunciarse sobre cuestiones tan relevantes como las relaciones
concursales de este tipo con los de agresión, abusos sexuales o prostitución de menores; el
tratamiento que deba darse al tipo del injusto; la posible aplicación de la excusa absolutoria
prevista en el artículo 183.quater del CP; etc.

Esta jurisprudencia no ha sido siempre unívoca, sino que los pronunciamientos han sido, en
muchos casos, contradictorios. Incluso, en ocasiones, han dado lugar a acuerdos del Pleno no
jurisdiccional de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Como se verá, se trata de cuestiones de
una gran complejidad técnica sobre las que, aún hoy, no existe consenso doctrinal ni
jurisprudencial.

A la vista de la dificultad que entraña la redacción positiva del tipo, resulta de enorme interés
conocer la configuración jurisprudencial de este delito conocido como «child grooming», ciber-acoso
sexual, ciber-embaucamiento sexual o atracción de un menor mediante tecnologías de la
información y de la comunicación (TICs). De manera muy breve, pues se explicará más adelante,
este tipo penal consiste en realizar actos de embaucamiento, seducción o asechanza sobre
menores de edad, con una finalidad sexual.

II. Antecedentes de interés

La lucha contra la pornografía infantil y la protección de los derechos del niño han dado lugar a la

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aparición de este tipo penal. El desarrollo de las TICs ha contribuido a la puesta en peligro de la
indemnidad sexual de los menores y del desarrollo de la personalidad. De esta manera la
Convención sobre los Derechos del Niño (2) puede considerarse el primer antecedente. A lo largo
del tiempo, se han ido sucediendo otros instrumentos de cooperación internacional relevantes para
la protección de estos derechos. Así, la Conferencia de Viena (3) , relativa a la lucha contra la
pornografía infantil en Internet, pretendía desarrollar un programa de estímulo e intercambio
destinado a los responsables de la acción contra la trata de seres humanos y la explotación sexual
de los niños. Las Naciones Unidas continuaron con este trabajo, de manera que se aprobó la
Resolución A/RES/54/263 del 25 de mayo de 2000, de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, que aprobó el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a
la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. También el
tercer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes, celebrado en
Río de Janeiro en noviembre de 2008, recoge, en su declaración (4) , la invitación a los Estados,
para realizar acciones específicas para prevenir e impedir la pornografía infantil y el uso de TICs
para evitar el acoso de niños, los abusos «online» y «offline», y la producción y difusión de
pornografía de menores.

Desde un punto de vista europeo, debe tenerse en cuenta, en primer lugar, la Decisión marco
2004/68/JAI del Consejo, de 22 de diciembre de 2003, relativa a la lucha contra la explotación
sexual de los niños y la pornografía infantil. La Decisión fue sustituida por la Directiva 2011/92/UE
del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de diciembre de 2011 relativa a la lucha contra los
abusos sexuales y la explotación sexual de los menores y la pornografía infantil (5) .

En el ámbito del Consejo de Europa se aprobó Convenio sobre la Ciberdelincuencia (6) , hecho en
Budapest el 23 de noviembre de 2001. Posteriormente, se aprobó el Convenio del Consejo de
Europa para la protección de los niños contra la explotación y el abuso sexual, hecho en Lanzarote
(7) el 25 de octubre de 2007. Este último Convenio de Lanzarote y la Directiva 2011/92 son los
antecedentes más evidentes de la tipificación del «child grooming» en España.

La normativa anteriormente citada trata de proteger a los menores de que participen en conductas
sexuales inadecuadas para su edad y tiene en cuenta el enorme desarrollo de las TICs en los
últimos 25 ó 30 años. El uso inadecuado de estas tecnologías puede ser una ocasión de riesgo y
puede facilitar la comisión de actividades ilícitas por favorecer el anonimato de los posibles
delincuentes sexuales (8) . De entre estos riesgos, la posibilidad de ser víctima d e «child
grooming» es una de las principales amenazas a que se enfrentan los menores (9) .

III. Nomenclatura y tipificación

Etimológicamente, la expresión «child grooming» es un anglicismo constituido por el sustantivo


«child» (niño o niña) y por el verbo «to groom » (preparar a alguien). Actualmente se utiliza en
aquella actividad destinada a lograr un vínculo emocional con un menor de edad para realizar
contactos sexuales. Ya en el ámbito jurídico español, la conducta se circunscribe a los supuestos en
que este contacto o acercamiento se realiza por medio de las TICs. Actualmente se encuentra
tipificado (10) en el artículo 183.ter del CP, apartado primero tras la reforma operada por la Ley
Orgánica 1/2015, de 30 de marzo (11) .

Como ya se ha visto, la expresión «child grooming» se empleó en la exposición de motivos de la

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LO 5/2010 que introdujo esta figura en el ordenamiento jurídico español. Previamente, en el


debate parlamentario, en el debate parlamentario de esta reforma, ya se había empleado esta
expresión (12) .

Los autores emplean diversas denominaciones para referirse a esta figura jurídica. Así, MAGRO
SERVET (13) ha utilizado el vocablo «child grooming», aunque también la expresión «ciber-acoso
infantil». Para RAMOS VÁZQUEZ (14) el «grooming» consiste en un proceso gradual donde la
confianza del menor se obtiene poco a poco por parte del abusador o agresor. Se emplearía esta
figura jurídica para una p r i m e r a f a s e d e a f i a n z a m i e n t o d e l a r e l a c i ó n , d o n d e e x i s t e n
conversaciones, confidencias, posibles regalos, siempre que esta fase tenga como objetivo el
contacto sexual. VILLACAMPA ESTIARTE (15) utiliza el término «propuesta sexual telemática a
menores». DÍAZ CORTÉS (16) prefiere la expresión «contacto TICs preordenado a la actividad
sexual con menores». Como sugerencia, puede emplearse el término «seducción pederasta
telemática», que puede resultar preferible a términos que incorporan el «acoso» puesto que el tipo
penal no exige una alteración del desarrollo de la vida cotidiana.

Desde el punto de vista jurisprudencial, esta figura ha sido denominad de varias formas por el
Tribunal Supremo: «atracción de un menor mediante internet o cualquier otra tecnología de l a
información» (17) ; «ciber-embaucamiento sexual» (18) ; «ciberacoso sexual» (19) ; «child
grooming» (20) ; o simplemente «grooming» (21) .

La doctrina mayoritaria (22) entiende que el bien jurídico protegido es único y consiste en la
indemnidad sexual del menor. Puede constituir un delito de peligro concreto, cuando se pueda
considerar un acto preparatorio de una agresión, abuso sexual, elaboración de pornografía infantil
o prostitución de menor; o bien un delito de peligro presunto o abstracto, cuando no existe un
peligro real o inminente para el bien jurídico protegido. Otros autores (23) consideran la existencia
de dos bienes jurídicos diferentes: uno, individual, consistente en la indemnidad sexual del menor
directamente afectado, y otro, colectivo, que puede constituir la seguridad de los menores en el
uso de las TICs o, como propone DOLZ LAGO (24) , en la misma «infancia». Una corriente
minoritaria (25) , entiende que este delito protege la integridad moral del menor afectado.

Esta cuestión es de suma importancia. Más adelante se expondrá que uno de los principales
motivos de discrepancia jurisprudencial ha sido la aplicación de las normas concursales entre los
delitos de «child grooming» y de abusos, agresión sexual, elaboración de pornografía infantil o
prostitución de menores. Las soluciones aplicadas han pasado por el estudio de los posibles bienes
jurídicos protegidos, para evitar la duplicidad de punición en la conducta y la consiguiente
infracción del principio «non bis in idem».

Por lo que se refiere a los elementos típicos del delito, se realizarán algunas consideraciones de
forma breve:

No existe limitación en cuanto a la edad del sujeto activo. El delito puede cometerse tanto por
mayores de edad, como por menores. Ni el artículo 183.ter.1 limita la edad del sujeto activo, ni
lo hace la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los
menores. Esta opción legislativa no coincide con lo previsto en el Convenio de Lanzarote ni con
la Directiva 2011/92/UE, que únicamente determinaban la tipificación para conductas
cometidas por mayores de edad. No obstante, las condenas a menores de edad por la comisión
de este delito son escasas (26) .

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El sujeto pasivo lo constituyen las personas menores de 16 años. Previamente a la reforma


dada por la LO 1/2015, la edad del sujeto pasivo se circunscribía a los menores de 13 años.
Hay autores, como VILLACAMPA ESTIARTE (27) , que han llamado la atención sobre la
necesidad de incluir dentro del sujeto pasivo a personas con discapacidad.

Los elementos objetivos del tipo son tres. El primero de ellos es el contacto, que
necesariamente debe ser telemático, de manera que quedan fuera del tipo los posibles
contactos en persona. El segundo elemento objetivo lo constituye la proposición a un encuentro
con contenido sexual. El tercer elemento objetivo está constituido por la realización de actos
materiales encaminados al acercamiento. El acercamiento debe ser físico, puesto que la
facilitación de material pornográfico está cubierta por el delito tipificado en el siguiente
apartado del artículo 183.ter.2 (conocido como delito de «sexting»). Estos actos materiales de
acercamiento son en palabras del Tribunal Supremo (STS 97/2015, de 24/02 (ROJ 823/2015)
aquellos que se dirigen «al estrechamiento de la relación de seducción, es decir, al
acercamiento del delincuente al menor, afianzando mediante tales actos materiales el afecto y
confianza a la víctima, considerando como actos materiales aquellos que necesariamente deban
repercutir y reflejarse más allá del mundo digital». Deben constituir actos materiales, lo que
implica que «los mismos deban necesariamente repercutir y reflejar más allá del mundo
digital». Estos actos constituyen u n «numerus apertus ( 2 8 ) » , d e m a n e r a q u e ,
apriorísticamente no puede ofrecerse una enumeración cerrada. Como ejemplos, pueden
citarse: reservar una habitación de hotel, adquirir un billete de transporte, enviar un regalo,
conducir hasta la vivienda del menor, etc.

En cuanto al elemento subjetivo del tipo, se trata de un delito que debe cometerse
dolosamente. El dolo abarca el conocimiento de los elementos objetivos del tipo. Si bien no
cabe la imprudencia en la comisión, se trata de un tipo que puede cometerse por dolo eventual
en «supuestos en los que el autor necesariamente conoce el peligro concreto, no permitido,
que crea con su acción para el bien jurídico protegido y a pesar de ello ejecuta su conducta,
bien porque acepte implícitamente el resultado no directamente querido en función de la
satisfacción de la auténtica finalidad de su acción, o bien porque el daño, como concreción del
riesgo concreto creado, le resulte indiferente de manera que conociendo la alta probabilidad de
su causación, le resulte preferible continuar con la ejecución de su conducta» (STS 393/2018,
de 26 de julio (ROJ 3.038/2018) con referencia a la STS 477/2017, de 26 de junio (ROJ
2.535/2017).

Se tipifica un subtipo cualificado cuando, en el contacto para el encuentro, se emplea coacción,


intimidación o engaño.

IV. Problemas concursales

El principal problema que se han encontrado los tribunales a la hora de analizar el delito de «child
grooming» ha sido la relación concursal de este delito con otros tipos penales, especialmente con
las agresiones, abusos sexuales, pornografía infantil y prostitución. Como punto de inicio, puede
afirmarse que el tipo penal contiene una norma concursal específica, pues, de un lado, exige que la
pretensión sea la de cometer cualquiera de los delitos previstos en los artículos 183 (abusos y
agresiones sexuales a menores de dieciséis años) o 189 (pornografía infantil); y, por otro lado,
contiene la expresión concreta de que las penas se imponen «sin perjuicio de las penas

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correspondientes a los delitos en su caso cometidos». Esta cláusula parece dirigirse a la aplicación
de un concurso real contemplado en el artículo 73 del CP, al menos con los delitos de agresiones,
abusos y pornografía, pero la aplicación práctica no ha sido, ni mucho menos, sencilla. La posible
existencia de un «bis in idem» por castigar dos veces la misma conducta, ha dado lugar a
pronunciamientos contradictorios.

La primera sentencia destacable que trató este asunto fue la STS 97/2015, de 24 de febrero (ROJ
823/2015), donde se planteó la concurrencia de un delito de «child grooming» con un delito de
prostitución del artículo 187 del CP Esta sentencia calificó al delito de «child grooming» como un
acto preparatorio típico, como un delito de peligro abstracto, como un delito de mera actividad y
de resultado cortado. Al delito de prostitución, lo calificó como un delito de resultado.

La solución ofrecida por el Tribunal Supremo pasó por hacer una distinción entre los delitos que
podían concurrir con el «child grooming». Cuando se tratara de delitos de abusos, agresión o
prostitución, entraba en juego la norma concursal expresa del tipo, por lo que la solución consistía
en la aplicación del concurso real (29) . Sin embargo, cuando se tratara de otros delitos, como el
de prostitución (lo que era el caso), el Tribunal entendía que no existía una solución expresa (30) ,
por lo que había de acudirse al estudio del bien jurídico protegido, para evitar vulnerar el principio
«non bis in idem» (31) . La sentencia identificó un único bien jurídico protegido: la indemnidad
sexual del menor de 13 años (recuérdese la anterior redacción del tipo). Este bien jurídico era
idénticamente protegido por el delito de prostitución, por lo que no cabía aplicar el concurso de
delitos (aunque se estudió un posible concurso ideal) sino el de leyes. La solución pasaba por
aplicar el principio de alternatividad del artículo 8.4 del CP y castigar únicamente la infracción más
gravemente penada. Se mencionaba expresamente que:

En el caso analizado no cuestionándose en esta vía casacional la existencia de un concurso


de normas deberá aplicarse el precepto penal más grave, conforme a lo dispuesto
en el art. 8.4 CP, sin que en contra de lo sustentado en el recurso puede sostenerse
que el delito del art. 183 bis sea un precepto especifico respecto al art. 187.1 en su
modalidad de solicitud a cambio de una remuneración o promesa de una relación
sexual con persona —en este caso— menor de 13 años, […] por lo que aquel debe ser
el aplicado, máxime cuando se trata de un delito de mera actividad o de resultado cortado,
sin que sea preciso que la iniciación o dedicación a la prostitución llegue a producirse. […].

En la STS 527/2015 de 22 de septiembre (ROJ 4.179/2015) el Tribunal Supremo retomó el estudio


de la concurrencia de un delito de «child grooming» con otras figuras. Se afirmaba que se trata de
un delito de peligro que castiga un acto preparatorio, aunque lo trasciende.

En este caso, la acusación particular había planteado recurso de casación al entender que concurría
un delito intentado de abusos y un delito de prostitución de menores también en tentativa. Si bien
de manera breve, sí se aprecia un cambio de tendencia respecto de la sentencia anterior. El delito
de prostitución intentado se descarta por la literalidad de los hechos probados, en tanto en cuanto
no se consideró que se hubiera dado inicio a la ejecución. El delito de abusos también se descarta
por la redacción de los hechos probados, pero se añade que, tratándose el delito de abusos de un
delito de lesión y el de «child grooming» de un delito de peligro, el primero absorbería al segundo.
He aquí la variación jurisprudencial: el Tribunal asienta la idea de que existe un concurso de leyes
también con el delito de abusos, pese a la dicción literal del tipo (32) . Descarta el concurso de
delitos y estima que el concurso de normas debe resolverse por el principio de absorción o

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consunción del artículo 8.3º del CP Concretamente en el FJ 2º del motivo segundo de recurso:

Como señala la sentencia el delito de peligro se consumó en tanto que el de lesión quedó en
mera preparación al no darse inicio a la ejecución del delito de lesión. La motivación es
precisa y acierta en la explicación sobre la cláusula concursal del art. 183 bis, al requerir que
el delito de lesión se inicie en su ejecución con actos inequívocos de ejecución que superen la
mera preparación. En ese sentido el acercarse a la estación y hablar con ella, no inicia la
tipicidad del delito de abuso sexual. Como antes se señaló el delito de lesión absorbería
el de peligro.

Esta cuestión fue analizada con más profundidad en la STS 864/2015, de 10 de diciembre (ROJ
5.809/2015). La tendencia iniciada con la STS 527/2015 se confirmaba, al decantarse el Tribunal
Supremo por la aplicación de un concurso de normas (33) entre el «child grooming» y los abusos
sexuales. La Audiencia Provincial de Tarragona había aplicado un concurso de leyes y el Ministerio
Fiscal presentó recurso de casación por infracción de Ley. El Tribunal Supremo reconoció que el
tenor literal del artículo 183.bis (actual 183.ter.1) del CP parecía aludir a un concurso real de
delitos. Sin embargo, se decantó por un concurso de normas por identidad de bien jurídico
protegido. Como ya se había apuntado en la STS 527/2015, el delito de abusos constituye un
delito de lesión y el delito de «child grooming» uno de peligro. Por ello, el primero absorbe al
segundo. De esta manera, según la Sala Segunda, se consigue evitar (34) la concurrencia de un
«bis in idem» contrario al artículo 25 de la Constitución Española). Concretamente, en el FJ 1º:

Estamos ante dos conductas que tutelan un mismo bien jurídico. Esa constatación
ya proporciona un claro indicador de exclusión del concurso de delitos. La
precisión legal —cláusula concursal— que invoca el Ministerio Fiscal es argumento
de peso pero no es rotundamente concluyente. Permite otra lectura más armónica
con la implícita prohibición constitucional del bis in idem ( art. 25 CE), plasmada
hoy en textos internacionales de directa aplicación. Tal cláusula obligaría a tomar en
consideración otras tipicidades cometidas, bien para imponer las respectivas penalidades (si
cabe el concurso de delitos: v.gr., amenazas,...), bien para desplazar a esta (si estamos ante
un concurso de normas). En este supuesto concreto esto último es lo que sucede. Los
abusos o agresión sexual consecuencia del acercamiento y aproximación obtenidos
por los medios tipificados en el art. 183 bis absorben a éste. El delito del art. 183
bis (actual 183 ter) es un delito de riesgo que quedará absorbido cuando el
resultado que se pretende prevenir se alcanza efectivamente: es un caso de
progresión delictiva. […]

La sentencia de instancia lo razona impecablemente en el apartado 5.b del fundamento de


derecho sexto. Otra interpretación lesionaría el non bis in idem, si bien la holgura penológica
que brinda el actual art. 77.3 al aplicador permitirían mitigar, si no anular, las consecuencias
de esa dualidad punitiva difícilmente conciliable con la prohibición del bis in idem. Hay que
reconocer, no obstante, que desde una aproximación meramente literal la tesis del
Ministerio Público aparece como la más armónica con la cláusula legal invocada. L a
comparten sectores doctrinales, aunque no sin dejar de reseñar su imposible
cohonestabilidad con el tan citado principio esencial.

La aplicación de concurso de normas entre el «child grooming» y los delitos de abusos, agresión o
pornografía infantil parecía ser la solución definitivamente adoptada por el Tribunal Supremo. No

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obstante, en la STS 109/2017, de 22 de febrero (ROJ 692/2017) se volvió (35) sobre esta
cuestión. La sentencia realizó un análisis detallado sobre el bien jurídico protegido y llegó a la
conclusión de que, en el caso concreto, únicamente había un bien jurídico relevante: la indemnidad
sexual del menor concretamente afectado. Otra vez se explicó que el delito de «child grooming» es
un delito de peligro «dado que se configura no atendiendo a la lesión efectiva del bien jurídico
protegido, sino a un comportamiento peligroso para dicho bien.» y se acudió al principio «non bis in
idem» para aplicar la doctrina sobre el concurso de normas.

Se descartó que este tipo penal proteja bienes jurídicos supraindividuales tales como «la seguridad
de la infancia» por su redacción. La conducta típica «se extiende hasta alcanzar el umbral del inicio
de la tentativa del delito-fin contra la indemnidad sexual». Por ello «ese triple escalonamiento de
conductas (contactar, concertar y acercarse), propio de un tipo penal mixto cumulativo, difícilmente
se compagina con un bien jurídico supraindividual o colectivo».

Ahora bien, esta sentencia dejaba abierta la puerta a la posible aplicación de un concurso real de
delitos cuando pudiera acreditarse que, junto con la indemnidad sexual del menor, se hayan
vulnerado otros bienes jurídicos. Así, en el FJ 3º (2):

[…] la aplicación de la cláusula concursal que recoge el propio artículo 183 bis del C. Penal, si
no queremos que se infrinja el principio non bis in ídem (art. 25 CE), ha de reservarse
para los supuestos en que los actos que contempla la norma sean ejecutados de
una forma o con unas circunstancias específicas que acaben menoscabando otros
bienes jurídicos diferentes de la indemnidad sexual del menor.

[…] no quiere decir que no haya supuestos en la práctica en los que los actos específicos
realizados por el autor que secuencian e l iter seguido mediante el uso de las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación no puedan, por su intensidad y
modalidad conductual, adquirir autonomía delictiva a través de otros tipos penales. Ni
tampoco puede descartarse a priori que a la conducta de consumación del acto sexual
prosigan otros contactos por los medios tecnológicos referidos que puedan ser tipificados
como supuestos del art. 183 bis del C. Penal al no resultar embebidos en actos punibles
posteriores.

De todo ello, parecía deducirse q u e l a STS 109/2017 establecía una línea jurisprudencial
intermedia. La solución pasaba por el análisis del caso concreto y los bienes jurídicamente
afectados: cuando el bien ofendido fuera únicamente la indemnidad sexual del menor, sólo cabría
la aplicación del concurso de leyes (en su vertiente de absorción/consunción del artículo 8.3º del
CP, o de alternatividad del artículo 8.4º del CP). Sin embargo, si se acredita la vulneración de otros
bienes jurídicos de la víctima, podría caber el concurso real de delitos.

En la STS 174/2017, de 21 de marzo (ROJ 1.055/2017) al contrario de lo que había mencionado


en las STS 864/2015, el Tribunal Supremo sí consideró la existencia de otros bienes jurídicos
(individuales y colectivos) distintos de la indemnidad sexual del menor. En esta sentencia, se
establecía (36) que «mediante estas conductas se lesiona no sólo la indemnidad sexual, sin un
consentimiento válidamente prestado, sino también la formación y desarrollo de la personalidad y
sexualidad del menor» y que «la extensión de la utilización de Internet y de las tecnologías de la
información y la comunicación con fines sexuales contra menores evidenció la necesidad de
castigar penalmente las conductas que una persona adulta desarrolla a través de tales medios para

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ganarse la confianza de menores con el fin de concertar encuentros para obtener concesiones de
índole sexual». El Tribunal Supremo no descartaba que el delito de «child grooming » pudiera
proteger otros bienes jurídicos (37) de la víctima, tales como la integridad moral, la vida o la
indemnidad sexual en unión a la integridad física. Ello parecía venir en consonancia con el análisis
del caso concreto exigido por la STS 109/2017.

La línea jurisprudencial del concurso de leyes fue abandonada, si bien no de manera expresa, en la
STS 199/2017, de 27 de marzo (ROJ 1.071/2017). En este supuesto, la Audiencia Provincial de
Cádiz había condenado al acusado por delitos de abusos sexuales a menor de 13 años, «child
grooming» y exhibicionismo ante menor de edad (38) . El tribunal de instancia había aplicado un
concurso real entre el delito de «child grooming» y el delito de abusos sexuales, acogiéndose a la
literalidad del tipo y a la norma concursal expresa que contiene. El concurso real de delitos no fue
motivo de impugnación por parte de la defensa del acusado, como tampoco lo había sido en la STS
109/2017, de 22 de febrero (ROJ 692/2017). Sin embargo, si en la sentencia 109/2017 el Tribunal
Supremo, de oficio, entró a analizar la cuestión y aplicó el concurso de normas, en esta ocasión
guardó silencio sobre la cuestión y no acudió a la revisión de oficio. De esta manera dio carta de
naturaleza a la aplicación de un concurso real de delitos entre el «child grooming » y los abusos
sexuales a menor de 13 años.

A la vista de lo anterior, se había pasado de una posición inicial que se decantaba por la existencia
de concurso real entre el «child grooming» y el abuso, agresión o prostitución, a una que aplicaba
el concurso de normas, una tercera que dejaba abierta la solución a expensas del caso concreto y
una cuarta (no expresa) que volvía a la aplicación del concurso real. Ante esta disparidad de
criterios, la Sala Segunda del Tribunal Supremo adoptó, en pleno de 8 de noviembre de 2017, el
siguiente acuerdo del Pleno no jurisdiccional (39) :

El delito de ciberacoso sexual infantil previsto en el artículo 183 Ter.1 del Código Penal,
puede conformar un concurso real de delitos con las conductas contempladas en los artículos
183 y 189.

El acuerdo surgió con motivo del dictado de la STS 777/2017, de 30 de noviembre (ROJ
4.479/2017). En ella (cfr. FJ 3º) se analizó de nuevo la relación concursal del «child grooming» con
el delito de abusos sexuales a menor. El Tribunal entendió que el delito de «child grooming» es un
acto preparatorio o «antesala» encaminado a realizar el abuso sexual. Con cita de alguna de las
sentencias ya expuestas, se llegó a la conclusión de que la solución pasaba por aplicar un concurso
de delitos y no de normas. El principal fundamento es el especial desvalor que se añade a los
delitos de agresión, abuso o pornografía infantil derivado del uso de las TICs:

Ello nos lleva a analizar el posible juego de la cláusula concursal, en relación con el principio
de consunción, y sobre este punto cabe hacernos las siguientes preguntas: ¿existirá
concurso real, ideal o de normas entre el tipo del art. 187 bis (ahora ter) y los delitos allí
reseñados (arts. 183 y 189 CP)? y ¿puede aplicarse y tener juego la cláusula concursal
refiriéndola a otras figuras delictivas que no sea el art. 183 y 189 CP

El Pleno no jurisdiccional de la Sala celebrado con ocasión de esta sentencia el día 8 de


noviembre de 2017, entendió que el delito del art. 183 ter y los delitos de los arts. 183 y
189 CP eran plenamente compatibles al añadir a las conductas de agresión, abuso sexual, o
creación de pornografía infantil, un indudable grado de desvalor, precisamente por servirse

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de ese medio comisivo (child grooming).

Ello hace que la relación entre el art. 183 ter, considerando acto preparatorio, se halle, en
conexión a los delitos fin allí descritos (art. 183 y 189) en una relación de concurso de
delitos, que deberán merecer cada uno de ellos las condenas procedentes (concurso real de
delitos).

Aplicó el acuerdo del Pleno no jurisdiccional en su literalidad. Sin embargo, no debe olvidarse que
este acuerdo hace referencia a la existencia potencial de un concurso real de delitos, de forma no
preceptiva (usa el vocablo «puede», y no «debe»). Esta solución puede no ser la única y, de hecho
y pese al acuerdo del pleno, la propia STS 777/2017 tuvo un voto particular discrepante (40) .

Con esta posición mayoritaria, pese al tenor literal de la STS 777/2017, cabe pensar que el «child
grooming» no puede considerarse un mero acto preparatorio del delito de agresión , abusos, o
pornografía. Se trata de un delito de peligro, con sustantividad propia. De otra forma, el Tribunal
Supremo debería h a b e r c o n t i n u a d o d e c a n t á n d o s e p o r l a a p l i c a c i ó n d e l p r i n c i p i o d e
consunción/absorción. Ello aparece confirmado por lo que dispone la STS 393/2018 de 26 de julio
(ROJ 3.038/2018) en su fundamento jurídico tercero «in fine»:

Cabe aquí reiterar que las conductas de «ciberacoso» sexual son un acto ejecutivo de un
nuevo delito que trasciende al mero acto preparatorio, aunque participan de su naturaleza,
por cuanto sólo con el fin de cometer los delitos de abusos sexuales a menores de 13 años
puede entenderse típica la conducta. El delito tiene una naturaleza de delito de peligro dado
que se configura no atendiendo a la lesión efectiva del bien jurídico protegido, sino a un
comportamiento peligroso para dicho bien.

En consonancia con ello, la actual tendencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo consiste
en aplicar el concurso real de delitos y penar separadamente el «child grooming» de los actos
ejecutivos en que desemboca. Puede verse un ejemplo (41) en la STS 158/2019 de 26 de marzo
(ROJ 1.373/2019) (FJ 4º):

En cuanto al delito del artículo 183 ter.1 (antes 183 bis), el llamado grooming, el tipo
solamente requiere el contacto con el menor a través de las nuevas tecnologías, la
proposición de un encuentro con el mismo para cometer cualquiera de los delitos de los
artículos 183 y 189, y que la propuesta venga acompañada de actos materiales encaminados
al acercamiento, sin que exija la ejecución de actos de naturaleza sexual que afecten a la
indemnidad sexual del menor, que, en caso de existir, serían sancionados de forma
independiente.

V. Tratamiento del tipo subjetivo del injusto

Ya se ha expuesto anteriormente que el delito de «child grooming» es un tipo doloso, donde el dolo
debe abarcar el conjunto de los elementos subjetivos del injusto. Con ello, el conocimiento y
voluntad de la acción se extienden a la edad de la víctima (que debe ser menor de 16 años); el
contacto; la proposición al encuentro; y los actos materiales encaminados al acercamiento. Se
descarta, en consecuencia, la comisión imprudente del tipo. Ahora bien, el dolo no tiene por qué
ser directo, ya sea primario o de consecuencias necesarias. El delito puede cometerse por dolo

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eventual.

Lo habitual es que la duda en el dolo recaiga sobre la edad del sujeto pasivo, de manera que la
conducta será punible cuando el autor, al menos, sospeche la edad aproximada de la víctima. Así se
pronunció el TS en STS 393/2019, de 26 de julio (ROJ 3.038/2018) (42) .

El dolo también incluye el denominado «desconocimiento interesado o buscado de propósito para


delinquir». Este desconocimiento interesado existe cuando el autor, aun sin conocer la edad de la
víctima, se coloca en una posición de ignorancia deliberada para evitar conocer este dato. En la en
STS 478/2019, de 14 de octubre (ROJ 3.397/2019) (FJ segundo) se menciona que «La tesis del
«desconocimiento interesado» de la edad del menor corre en paralelo y en la misma dirección que
otras teorías como la de la «ignorancia deliberada» bajo las que no se puede construir que la mera
ignorancia de los elementos del tipo, en este caso la edad, les exime de responsabilidad penal.»

El Tribunal va más allá. En el fundamento jurídico tercero se vuelve sobre la cuestión de la


ignorancia de la edad y se afirma que:

[…] nos encontramos ante lo que esta Sala del Tribunal Supremo, Sala Segunda, de lo Penal,
Sentencia 392/2019 de 24 Jul. 2019, Rec. 10758/2018 ha denominado como el
ciberembaucamiento sexual. En este sentido, las conductas de quienes se amparan en el
anonimato de internet y acceden a contactar con menores de edad, que buscan bajo ese
perfil concreto y alteran su propia edad para obtener esa confianza y acceder a tener
contacto sexual on line, no puede luego pretender ampararse en la «ignorancia de la edad»,
en que entendía que existía consentimiento, ya que, por descontado, estamos hablando de
menores de edad, en donde éste es irrelevante y lo es en aras a que el legislador ha querido
fortalecer su protección ante el especial «aprovechamiento» que los autores de estos delitos
llevan a cabo en estos casos, y se prevalen, precisamente, de esta posición de ignorancia de
los menores para llevar a cabo sus conductas sexuales, en este caso on line y con una de
ellas llegando al contacto físico y acceso carnal.

Con lo que, incluso, considera irrelevante el conocimiento o desconocimiento de la edad cuando lo


que se ha buscado, precisamente, es un perfil concreto en el sujeto pasivo, de menor de edad.
Quien busca este perfil concreto, asume que la víctima tenga una edad inferior a la prevista en el
tipo penal, independientemente de que conozca la edad concreta.

VI. El inicio del contacto por parte del menor

Pudiera pensarse que el «child grooming» se reserva para aquellos casos en que el autor contacta
con un menor, aprovechando el uso de las TICs en una especie de asechanza o caza de posibles
víctimas. Sin embargo, nada dice el tipo penal sobre cuál de los sujetos del delito (activo o pasivo)
deba iniciar el contacto.

Cabe preguntarse si es posible que la conducta sea típica si es el menor de 16 años quien inicia el
contacto con el mayor de edad. La respuesta debe ser afirmativa, pues el tipo penal no ha
establecido distinción alguna. Así se ha pronunciado el Tribunal Supremo en STS 199/2017, de 27
de marzo (ROJ 1.071/2017) en el fundamento jurídico primero.2

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[…] el llamado child grooming, el tipo no exige que el autor sea quien inicia el contacto, sino
que basta que contacte y proponga concertar un encuentro con la finalidad sexual
concretada en la ejecución de hechos que sean constitutivos de alguno de los delitos a los
que se refiere el precepto, siempre que se acompañe de actos materiales encaminados al
acercamiento.

Por lo tanto, la persona que recibiera un contacto de un menor de 16 años, por vía de las TICs
encaminado a un acto sexual queda bajo la órbita del tipo penal, aunque no llega a incurrir en él
hasta que continúe con el contacto y realice actos materiales que se encaminen al acercamiento.

VII. Aplicación de la «cláusula de Romeo y Julieta»

El artículo 183.quater del CP contempla una excusa absolutoria conocida como la «cláusula de
Romeo y Julieta» que exime de pena en los delitos del Capítulo II bis (abusos y agresiones
sexuales a menores de dieciséis años) del Título VIII del Libro II del CP, en los supuestos d e
consentimiento libre del menor de 16 años, cuando el autor sea una persona próxima en edad y
grado de desarrollo o madurez. Aun cuando no sea objeto de este artículo, cabe decir que, pese al
tenor literal del artículo, aquellos supuestos en que exista agresión sexual (con violencia o
intimidación) quedan automáticamente descartados de la posible aplicación de la excusa
absolutoria, por cuanto impiden el consentimiento libremente formado.

Sí cabe preguntarse sobre la posible aplicación de esta cláusula a los delitos de «Child grooming»
que se regulan, precisamente, dentro de ese Capítulo II.bis. A este respecto, cabe recordar que la
Fiscalía General del Estado (43) realizó una amplia labor interpretativa de esta cláusula en la
Circular 1/2017 que, como se expone a continuación, ha sido tenida en cuenta por el Tribunal
Supremo.

La STS 478/2019, de 14 de octubre (ROJ 3.397/2019) ya citada en este artículo hace referencia a
la «cláusula de Romeo y Julieta» sin entrar a un estudio detallado. Precisamente lo hace citando
las conclusiones de la Circular 1/2017 de la Fiscalía General del Estado, refiriéndose que «en
relación con el delito del art. 183 ter apartado primero (grooming) podrá teóricamente apreciarse
la exención en relación con el tipo básico, pero no respecto del agravado, que exige la concurrencia
de violencia, intimidación o engaño.»

Lógicamente, en relación con lo que ya se ha expuesto, el subtipo agravado que tipifica aquellos
supuestos en que existe engaño, violencia o intimidación parece excluir directamente el
consentimiento libremente formado de la persona menor de 16 años, por lo que no cabrá su
aplicación. Donde hay consentimiento viciado, no puede hablarse de libertad en su formación. Para
el tipo básico podrá aplicarse la excusa absolutoria siempre que concurran el resto de requisitos
(edad y proximidad en madurez y desarrollo).

VIII. Contacto físico inicial y subsiguiente empleo de las TICS

Otra cuestión de interés, que ha sido resuelta por el Tribunal Supremo, se refiere a aquellos
supuestos en que la relación con la persona menor de 16 años se inicia de forma presencial o física
y, a continuación, se empleen las TICs para el ofrecimiento sexual. Se trata de casos en que el

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interés del menor se capta de manera directa (o, al menos, no por medios tecnológicos) y, de
manera subsiguiente, sí se emplean estas tecnologías.

El Tribunal Supremo en la STS 671/2019 de 15 de enero de 2020 (ROJ 69/2020) realizó un


pronunciamiento sobre esta cuestión. Para ello, si bien de manera no expresa, tiene en cuenta uno
de los bienes jurídicos protegidos por este tipo penal (44) . De esta manera acude a la especial
vulnerabilidad de los menores frente al uso de las TICs para la protección de la indemnidad sexual
como uno de los fundamentos del tipo. Si el interés sexual del menor ha logrado captarse mediante
medios no tecnológicos, su uso posterior no se asienta en esta especial vulnerabilidad, por lo que
se decanta por la atipicidad de este tipo de conductas (sin perjuicio de la posible aplicación de otros
tipos penales). La barrera ante la vulnerabilidad en el uso de las TICs que constituye este tipo no
se ve afectada si el contacto con fines sexuales no se inicia mediante el uso de esta clase de
tecnologías. De esta manera se pronuncia en el fundamento jurídico primero a) de la citada
sentencia:

Lo que se quiere a través del art. 183 bis CP con una protección penal reforzada es levantar
una primera barrera de protección de los menores: su vulnerabilidad ante las nuevas
tecnologías se incrementa. Pero una vez establecido el contacto personal y superada la
distancia al haberse dado el salto desde lo virtual a lo real, que a partir de entonces se
contacte por un medio u otro resulta irrelevante. Solo encajan con la filosofía de esta
tipicidad los casos en que, el medio tecnológico de comunicación se erige en la vía mediante
la que se accede al menor y se capta su interés; no aquellos otros en que, existiendo ya
conocimiento directo, el medio (teléfono, mensajería móvil, redes sociales...) solo es la
herramienta para concertar citas entre quienes ya han entablado y mantienen una relación
personal tradicional.

No obstante, la realidad social puede ofrecer supuestos difícilmente deslindables, ya que las
relaciones sociales no se desenvuelven, por lo general, de forma única en el plano de las redes de
comunicación o en el plano presencial. Pueden existir múltiples casos donde el inicio del contacto y
el interés sexual se despierten de forma simultánea, tanto de forma física, como mediante el
empleo de las TICs.

Con todo, debe quedar claro que, aun cuando el delito de «child grooming » pueda quedar fuera del
juicio de tipicidad por iniciarse el contacto de forma presencial, no puede descartarse, por este
motivo, la comisión de los delitos de resultado de agresión, abusos (u otros).

IX. Bibliografía

• ÁLVAREZ GARCÍA, Francisco Javier, GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis (dirs.), Comentarios a la
Reforma Penal de 2010, Valencia, Tirant lo Blanch, 2010.

• BOIX REIG, Javier (dir.), Derecho penal, Parte Especial, Vol. I, La protección penal de los intereses
jurídicos personales (adaptado a las reformas de 2010 del Código Penal), Iustel, Madrid, 2010.

• DÍAZ CORTÉS, Lina Mariola, «El denominado "child grooming" del artículo 183.bis del Código
Penal: una aproximación a su estudio», Boletín del Ministerio de Justicia, Año LXVI, n.o 2.138,
2012.

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• DOLZ LAGO, Manuel-Jesús, «Un acercamiento al nuevo delito de child grooming. Entre los delitos
de pederastia», Diario La Ley, n.o 7.575, 2011.

• FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Antonio (coord.) y CUERDA ARNAU, María Luisa (dir.), Ciberbullying,
ciberstalking, cibergrooming, pornografía, sexting, radicalización y otras formas de violencia en la
red, Tirant lo Blanch (Monografías), Valencia, 2016.

• GONZÁLEZ TASCÓN, María Marta, «El nuevo delito de acceso a niños con fines sexuales a través
de las TIC», Estudios Penales y Criminológicos, vol. 31, 2011.

• GUNDÍN RODRÍGUEZ-MAGARIÑOS, Faustino, «Algunas consideraciones sobre el nuevo delito de


grooming», Actualidad Jurídica Aranzadi, n.o 842, 2012.

• MAGRO SERVET, Vicente, «El «grooming» o ciber acoso infantil, el nuevo artículo 183 bis del
Código Penal», Diario la Ley, Editorial La Ley, N.o 7.492, octubre 2010.

• MUÑOZ CONDE, Francisco, Derecho penal, Parte especial, 19ª ed., Tirant lo Blanch, Valencia,
2013.

• QUINTERO OLIVARES, Gonzalo (dir.), La reforma penal de 2010: análisis y comentarios, Editorial
Aranzadi, Pamplona, 2010.

• RAMOS VÁZQUEZ, José Antonio, «El llamado delito de "child grooming": consideraciones acerca
del nuevo artículo 183 bis del Código Penal», Boletín del Ministerio de Justicia.

• RAMOS VÁZQUEZ, José Antonio, «El nuevo delito de ciberacoso de menores a la luz del derecho
comparado», Diario La Ley, n.o 7.746, noviembre 2011.

• SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO, José Luis, «La regla concursal expresa en el delito de
asechanza telemática», Estudios Penales y Criminológicos, vol. 32, 2012.

• VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina, El delito de online child grooming o propuesta sexual telemática
a menores, Tirant lo Blanch (Colección Los Delitos), Valencia, 2015.

(1)
Concretamente, en la exposición de motivos de la Ley (apartado XIII) se refería: «[…] Resulta indudable
que en los casos de delitos sexuales cometidos sobre menores el bien jurídico a proteger adquiere una
dimensión especial

por el mayor contenido de injusto que presentan estas conductas. Mediante las mismas se lesiona no sólo
la indemnidad sexual, entendida como el derecho a no verse involucrado en un contexto sexual sin un
consentimiento válidamente prestado, sino también la formación y desarrollo de la personalidad y
sexualidad del menor. […]. Por otra parte, la extensión de la utilización de Internet y de las tecnologías de

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la información y la comunicación con fines sexuales contra menores ha evidenciado la necesidad de


castigar penalmente las conductas que una persona adulta desarrolla a través de tales medios para
ganarse la confianza de menores con el fin de concertar encuentros para obtener concesiones de índole
sexual. Por ello, se introduce un nuevo artículo 183 bis mediante el que se regula el internacionalmente
denominado «child grooming», previéndose además penas agravadas cuando el acercamiento al menor se
obtenga mediante coacción, intimidación o engaño.

Ver Texto

(2) Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Firmada por
España el 26 de enero de 1990 y ratificada el 6 de diciembre de 1990. Instrumento de ratificación
publicado en el BOE el 31 de diciembre de 1990.

Ver Texto

(3)
Celebrada entre los días 29 de septiembre y el 1 de octubre de 1999. Organizada conjuntamente por el
gobierno austríaco, el norteamericano y la Comisión Europea.

Ver Texto

(4) Declaración de Río de Janeiro y Llamado a la Acción para prevenir y detener la explotación sexual de niños,
niñas y adolescentes. Puede consultarse online en <http://www.ilo.org/ipecinfo/product/download.do?
type=document&id=13934>;

Ver Texto

(5) Su artículo 6.1 ya recogía una tipificación del «online childgrooming». Esta directiva aparece publicada en
el Diario Oficial de la Unión Europea bajo el número 2011/92/UE. No obstante, consta otra directiva con
idéntico número y fecha, publicada en el Diario Oficial, relativa a la evaluación de las repercusiones de
determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente. Quizá por ello, en alguna ocasión la
Directiva relativa a la pornografía infantil aparece citada como Directiva 2011/93/UE.

Ver Texto

(6) Firmado por España el 23 de diciembre de 2001, ratificado el 3 de junio de 2010, con entrada en vigor el 1
de octubre de 2010. Instrumento de ratificación publicado en el BOE el 17 de septiembre de 2010.

Ver Texto

(7) Firmado por España el 12 de marzo de 2009, ratificado el 5 de agosto de 2010, con entrada en vigor el 1
de diciembre de 2010. Instrumento de ratificación publicado en el BOE el 12 de noviembre de 2010.

Ver Texto

(8)
Conviene consultar los datos que ofrece GÓRRIZ ROYO en cuanto al uso de las redes sociales y conductas
de riesgo por parte de los menores de edad. Cfr. GÓRRIZ ROYO, Elena María, «Menores y redes sociales.
Ciberbullying, ciberstalking, cibergrooming, pornografía, sexting, radicalización y otras formas de violencia
en la red» en FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Antonio (coord.) y CUERDA ARNAU, María Luisa (dir.),
Ciberbullying, ciberstalking, cibergrooming, pornografía, sexting, radicalización y otras formas de violencia
en la red, Tirant lo Blanch (Monografías), Valencia, 2016.

Ver Texto

(9) DÍAZ CORTÉS señala que existe un porcentaje (mínimo, pero importante) de menores que han conocido a
otras personas con las que, posteriormente, han establecido un contacto físico. De ellos, una parte han
recibido propuestas sexuales. Concreta el grupo más vulnerable en los mayores de 13 años, menores de
edad. Cfr. DÍAZ CORTÉS, Lina Mariola, «El denominado "child grooming" del artículo 183.bis del Código
Penal: una aproximación a su estudio», Boletín del Ministerio de Justicia, Año LXVI, n. o 2.138, 2012, pp.

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7-15.

Ver Texto

(10)El que a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y la comunicación
contacte con un menor de dieciséis años y proponga concertar un encuentro con el mismo a fin de cometer
cualquiera de los delitos descritos en los artículos 183 y 189, siempre que tal propuesta se acompañe de
actos materiales encaminados al acercamiento, será castigado con la pena de uno a tres años de prisión o
multa de doce a veinticuatro meses, sin perjuicio de las penas correspondientes a los delitos en su caso
cometidos. Las penas se impondrán en su mitad superior cuando el acercamiento se obtenga mediante
coacción, intimidación o engaño.

Ver Texto

(11)Las modificaciones introducidas por esta Ley Orgánica entraron en vigor el 1 de julio de 2015.

Ver Texto

(12)Vid.. Boletín Oficial de las Cortes Generales de 21 de abril de 2010 (enmienda 351, a propuesta del
Partido Popular), n.o 52-10, p. 30. En el mismo sentido, vid.. Diario de Sesiones del Congreso de los
Diputados de 17 de marzo de 2010, n.o 146, p. 29.

Ver Texto

(13)
MAGRO SERVET, Vicente, «El "grooming" o ciber acoso infantil, el nuevo artículo 183 bis del Código Penal»,
Diario la Ley, Editorial La Ley, N.o 7.492, octubre 2010.

Ver Texto

(14)RAMOS VÁZQUEZ, José Antonio, «El llamado delito de "child grooming": consideraciones acerca del nuevo
artículo 183 bis del Código Penal», Boletín del Ministerio de Justicia, disponible en RAMOS VÁZQUEZ, José
Antonio, El llamado delito de «child grooming»: consideraciones acerca del nuevo artículo 183 bis del
Código Penal. Está disponible en: <http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/Portal/1292342417876?
blobheader=appli cation%2Fpdf&blobheadername1=ContentDisposition&blobheadervalue1=attach
ment%3B+filename%3DComunicacion_de_Jose_Antonio_Ramos_Vazquez.PDF>

También puede consultarse RAMOS VÁZQUEZ, José Antonio, «El nuevo delito de ciberacoso de menores a la
luz del derecho comparado», Diario La Ley, n.o 7.746, noviembre 2011.

Ver Texto

(15)VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina, El delito de online child grooming o propuesta sexual telemática a
menores, Tirant lo Blanch (Colección Los Delitos), Valencia, 2015, disponible en TirantOnline.com para
usuarios registrados en < https://www.tirantonline.com/tol/busquedaDoctrina/search?
general=child+grooming&searchtype=substring&librodoctrina=10880>

Ver Texto

(16)DÍAZ CORTÉS, Lina Mariola, «El denominado "child grooming"…», cit., p. 7.

Ver Texto

(17)STS 468/2017, de 22 de junio de 2017, ROJ 2.575/2017.

Ver Texto

(18)
SSTS 392/2019, de 24 de julio, ROJ 2.671/2019; 478/2019, de 14 de octubre, ROJ 3.397/2019

Ver Texto

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(19)SSTS 109/2017, de 22 de febrero, ROJ 692/2017; 13/2020, de 28 de enero, ROJ 256/2020.

Ver Texto

(20)SSTS 199/2017, de 27 de marzo, ROJ 1.071/2017; 777/2017, de 30 de noviembre, ROJ 4.479/2017;


671/2019, de 15 de enero, ROJ 69/2020.

Ver Texto

(21)STS 158/2019, de 26 de marzo, ROJ 1.373/2019.

Ver Texto

(22)
Entre ellos, pueden citarse: AMARIT SUMALLA, Josep María, «Los delitos sexuales. Abusos sexuales. Delitos
contra menores (arts. 178, 180, 181, 183, 183 bis)», en QUINTERO OLIVARES, Gonzalo (dir.), La reforma
penal de 2010: análisis y comentarios, Editorial Aranzadi, Pamplona, 2010, p. 171 y ss.; BOIX REIG,
Javier, «Delitos contra la libertad e indemnidad sexuales (3): abusos y agresiones sexuales a menores de
trece años», en BOIX REIG, Javier (dir.), Derecho penal, Parte Especial, Vol. I, La protección penal de los
intereses jurídicos personales (adaptado a las reformas de 2010 del Código Penal), Iustel, Madrid, 2010, p.
351; MUÑOZ CONDE, Francisco, Derecho penal, Parte especial, 19ª ed., Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, p.
228.

Ver Texto

(23)Por ejemplo: cfr. SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO, José Luis, «La regla concursal expresa en el delito de
asechanza telemática», Estudios Penales y Criminológicos, vol. 32, 2012, p. 395; GUNDÍN RODRÍGUEZ-
MAGARIÑOS, Faustino, «Algunas consideraciones sobre el nuevo delito de grooming», Actualidad Jurídica
Aranzadi, n.o 842, 2012, p. 2.; GONZÁLEZ TASCÓN, María Marta, «El nuevo delito de acceso a niños con
fines sexuales a través de las TIC», Estudios Penales y Criminológicos, vol. 31, 2011.

Ver Texto

(24)DOLZ LAGO, Manuel-Jesús, «Un acercamiento al nuevo delito de child grooming. Entre los delitos de
pederastia», Diario La Ley, n.o 7.575, 2011, p. 3

Ver Texto

(25)CUGAT MAURI, Miriam, «Delitos contra la libertad e indemnidad sexuales (arts. 181, 182, 183 y 183 bis,
187, 188, 189, 189 bis y 102, Disposición Final Segunda)», en ÁLVAREZ GARCÍA, Francisco Javier,
GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis (dirs.), Comentarios a la Reforma Penal de 2010, Valencia , Tirant lo Blanch,
2010, p. 233.

Ver Texto

(26)Únicamente se ha encontrado la SAP Orense 373/2013, de 4 de octubre, que confirma la sentencia


condenatoria del Juzgado de Menores de Orense de 13 de mayo de 2013. No se planteó expresamente,
como motivo de recurso, la minoría de edad del autor.

Ver Texto

(27)VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina, «La incriminación del online child grooming en derecho penal español»,
en VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina, El delito de online…, cit., Cap. VI.

Ver Texto

(28)Tal y como se señala en STS 393/2018, de 26 de julio (ROJ 3.038/2018) FJ 3º 2 «El legislador sólo ha
concretado en cuanto a la naturaleza del acto que tiene que ser material y no meramente formal y su
finalidad encaminada al acercamiento. Estamos ante un numerus apertus de actos que el legislador no ha

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querido acotar en función de las ilimitadas formas de realizar estos actos.»

Ver Texto

(29)En el FJ primero: «[…] Con el castigo del art. 183 bis se persigue sancionar conductas que, amparadas en
la facilidad del medio tecnológico, provocan un ciberacoso sexual de la infancia con los otros tipos penales
se castigan las agresiones sexuales, abusos sexuales o pornografía infantil y estaríamos ante un concurso
real de delitos, art. 73»

Ver Texto

(30)En el FJ primero: «[..] Llegados a este punto el problema que se suscita es que el delito del art. 187 no
está incluido entre aquellos a los que se encamina el encuentro del art. 183 bis, esto es los descritos en los
arts. 178 a 183 y 189 CP, por lo que se plantea cual sea su relación concursal […]»

Ver Texto

(31)Con cita de las SSTS 1.424/2005, de 5 de diciembre (ROJ 7.456/2005); 1.182/2006, de 29 de noviembre
(ROJ 7.479/2009); 1.323/2009 de 30 de diciembre (ROJ 7.808/2009)

Ver Texto

(32)Por extensión era lógico interpretar que el concurso de normas también se daría con los delitos de agresión
o pornografía infantil.

Ver Texto

(33)La Audiencia Provincial de Tarragona aplicó el art. 8.3 CP (principio de consunción «lex consumens derogat
consumpta»): el delito del art. 183 operaría como «lex consumens».

Ver Texto

(34)La Sala también se plantea la posibilidad de aplicar un concurso medial de delitos. Entendió que ello
podría mitigar la concurrencia del «bis in idem», si bien no lo anularía. Por ello, descartó esta solución.

Ver Texto

(35)Y ello pese a que no había sido motivo de recurso. El TS acudió a la tesis de la «voluntad impugnativa del
recurrente» para entrar a la legalidad del fallo, sin que hubiera impugnación en este punto (vid.. SSTS
766/2008, de 27 de noviembre; 495/2015, de 29 de septiembre; 556/2015, de 2 de octubre; 747/2015,
de 19 de noviembre; 618/2016, de 8 de julio; 687/2016, de 26 de julio; 694/2016, de 27 de julio; y
771/2016, de 18 de octubre.

Ver Texto

(36)Cfr. Fundamento jurídico segundo.6.

Ver Texto

(37)[…] las fotos y vídeos eróticos son el principal medio de acción del «Grooming», este primer paso puede
producir un encuentro físico, lo que desenlaza en un acoso moral, o algo peor como una violación o un
asesinato. Asimismo, una vez que la víctima decide compartir material a través de engaños, el «groomer»
comienza a chantajear al menor, amenazándolo con publicar sus fotos y vídeos si no entrega más o se
niega a un encuentro personal.

Ver Texto

(38)Tipificados en los artículos 183.1, 183.bis y 185 del CP según redacción anterior a la LO 1/2015.

Ver Texto

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LA LEY Derecho de familia, Nº 27, Julio de 2020, Editorial Wolters Kluwer

(39)Puede consultarse online en


<http://www.poderjudicial.es/stfls/TRIBUNAL%20SUPREMO/ACUERDOS%20y%20ESTUDIOS%20DOCTRIN
ALES/FICHERO/20171108%20Acuerdos%20Pleno%20No%20Jurisdiccional%20Sala%202%20TS%20.pdf>

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(40)Lo formuló el Exmo. Sr. D. José Ramón Soriano y se adhirió el Excmo. Sr. D. Alberto Jorge Barreiro. en que
se argumentaba que, puede existir una unidad inescindible entre los actos de «child grooming» y el
posterior abuso o agresión. Siendo herramienta el «grooming » del posterior delito de resultado, si se
elimina el primero, desaparecería el segundo, por lo que existe una unidad delictiva. Por ello, los
magistrados discrepantes entienden debe aplicarse el principio de consunción del artículo 8.3 del CP

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(41)Puede mencionarse también la STS 392/2019, de 24 de julio (ROJ 2.671/2019). En ella se planteó el
problema concursal por la parte recurrente (acusación particular en este caso). Sin embargo, no se entró al
pronunciamiento, por necesidad de concurrencia de uno de los elementos subjetivos del injusto
(conocimiento de la edad del menor) que la Sala no tuvo por probado ante la literalidad de los hechos
consignados en la sentencia de instancia. El mismo motivo conllevó la desestimación del recurso del
Ministerio Fiscal en la STS 671/2019, de 15 de enero de 2020 (ROJ 69/2020), donde también se interesaba
la aplicación de un concurso real de delitos.

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(42)Ver concretamente el fundamento jurídico segundo.3.

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(43)Circular 1/2017 de la Fiscalía General del Estado sobre la interpretación del art. 183 quater del Código
Penal. Puede consultarse online en <https://www.boe.es/buscar/abrir_fiscalia.php?id=FIS-C-2017-
00001.pdf>;

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(44)Recuérdese que la polémica en torno al bien jurídicamente protegido no ha sido resuelta de un modo
determinante, por cuanto en determinadas sentencias se habla de la indemnidad sexual del menor de 16
años concretamente afectado, como único bien jurídico y, en otras, de bienes jurídicos tales como la
formación el desarrollo de la personalidad y sexualidad, la protección frente al uso inadecuado de las TICs,
etc.

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