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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL

GOBIERNO DE JUAN VELASCO ALVARADO

Docente:

IRENZON SILVESTRE MIRANDA

Integrantes:

• Noemí PALOMINO ESPINOZA


• Edison ARANGO PEREZ
• Ana Rosa, CHUYMA RIVEROS
• Lisseth, CRUZ BORDA
• Roxana, ARONE HUANACO
• Jhonatan Magno, VEGA CABRERA

Año: 2023
Índice

GOBIERNO DE JUAN VELASCO ALVARADO ................................................ 3

1 ENTRADA AL PODER ................................................................................ 4

1.1 ANTECEDENTES ................................................................................. 4

2 ASPECTO POLITICO.................................................................................. 5

2.1 MODELO DE GOBIERNO .................................................................... 5

2.2 PARTIDOS POLITICOS ....................................................................... 7

2.3 PARTICIPACION POLITICA ................................................................ 9

2.4 MOVILIZACION SOCIAL .................................................................... 10

2.5 ACTORES POLITICOS Y EL PAPEL DE LOS MILITARES .............. 12

2.6 LA PRENSA ....................................................................................... 14

2.7 ALCANCE POLÍTICO DE LAS REFORMAS E INSTITUCIONES ..... 16

2.8 PERIODIZACIÓN DEL GOBIERNO DE JUAN VELASCO ................ 18

3 ASPECTO ECONÓMICO .......................................................................... 20

3.1 ANTECEDENTES ............................................................................... 20

3.2 LA ECONOMIA ................................................................................... 21

3.3 REFORMA AGRARIA ........................................................................ 22

4 ASPECTO SOCIAL ................................................................................... 24

4.1 REFORMA EDUCATIVA .................................................................... 24

4.2 INTERVENCIÓN A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ................... 25

5 ASPECTO INTERNACIONAL ................................................................... 26

5.1 POLITICA EXTERIOR ........................................................................ 26

5.2 LA INTERNATIONAL PETROLEUM COMPANY .............................. 27

6 PROBLEMAS EN SU GESTIÓN Y FIN DEL GOBIERNO ........................ 28

6.1 LA HUELGA POLICIAL Y SUS CONSECUENCIAS.......................... 29

7 AUTORIDADES ........................................................................................ 31
GOBIERNO DE JUAN VELASCO ALVARADO

El gobierno de Juan Velasco Alvarado, conocido también


como velascato o primera fase del Gobierno Revolucionario de la Fuerza
Armada del Perú, fue una dictadura militar que se inició el 3 de octubre de 1968
con un golpe de Estado institucional y terminó el 29 de agosto de 1975 con
el Tacnazo, golpe militar realizado por Francisco Morales Bermúdez. En este
período, Juan Velasco Alvarado ocupó de facto la presidencia de la República
como presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno.

Figura 1: JUAN VELASCO ALVARADO (Periodo 1968-1975)


1 ENTRADA AL PODER

1.1 Antecedentes

El acuerdo con la International Petroleum Company (IPC) era el último tramo del
camino para que el gobierno de Belaunde concilie los intereses de las élites
limeñas con las clases populares. Sin embargo, una vez resuelto, las condiciones
del arreglo de la IPC se conocieron a través de El Comercio lo que desató una
ola generalizada de protestas desde los sectores radicalizados y las
universidades. Este contrato estipulaba que la IPC entregaba los pozos casi
agotados al Estado, a cambio se anulaban todos los reclamos hacia la compañía
y se le otorgaba la refinería con la condición de que la modernizara, a cambio la
Empresa Petrolera Estatal le vendería toda su producción a la IPC. Un contrato
a todas luces desigual y perjudicial para el Estado Peruano. Además, el
presidente de la Empresa Petrolera Fiscal denunció que se había perdido la
página 11 del contrato conocido como el Acta de Talara que contenía el precio
que la IPC se obligaba a pagar a la Empresa Petrolera Fiscal por los crudos que
estaba obligada a venderle. La reacción frente al contubernio del gobierno y la
IPC degeneró en el rompimiento de las alianzas con las agrupaciones que darían
estabilidad al gobierno y quedó aislado. En un primer momento las Fuerzas
Armadas en representación del ministro de Guerra expresaron que no
intervendrían. Sin embargo, el jefe del Comando Conjunto, general Juan Velasco
Alvarado se apresuró a afirmar “las declaraciones del ministro Gagliardi no tienen
validez. Ni las Fuerzas Armadas, ni el Comando Conjunto dependen de un
ministro”. Esta declaración mostraba el carácter autónomo con el que se
conducía una facción de las fuerzas militares. Así, el golpe ya se estaba
organizando desde febrero y para la fecha que instauró el nuevo gabinete era
demasiado tarde. El golpe se dio el 3 de octubre aprovechando la debilidad del
gobierno.

En la madrugada del 3 de octubre de 1968, las Fuerzas Armadas, al mando del


general de división E.P. Juan Velasco Alvarado, se levantan en armas, tomaron
el Palacio de Gobierno y derrocaron al Presidente Constitucional Fernando
Belaúnde Terry; además otros tanques tomaron el local del Congreso, la
prefectura, los locales de los partidos políticos Acción Popular y APRA, las
oficinas de la cadena Radio Nacional, el Ministerio del Interior y las sedes de las
estaciones de televisión abierta de Lima.

En la tarde del mismo día se dio el Estatuto del Gobierno Revolucionario de las
Fuerzas Armadas que fue el marco legal que sustituyó la Constitución Política
del Perú de 1933, firmado por el General de División Ernesto Montagne Sánchez,
como comandante general del Ejército, el viceaalmirante Raúl Ríos Pardo de
Zela en su condición de comandante general de la Marina y el teniente general
Alberto López Gausillas como comandante general de la Fuerza Aérea.

A las 6 de la tarde, Velasco se presentó como presidente del Gobierno


Revolucionario de las Fuerzas Armadas y realizó la ceremonia de juramentación
de los ministros de estado; el gabinete fue presidido por Ernesto Montagne
Sánchez y militares como Edgardo Mercado Jarrín en Relaciones
Exteriores, Francisco Morales Bermúdez en Economía, Jorge Fernández-
Maldonado en Energía y Minas y Armando Artola Azcárate en Interior.

A los seis días de instalado el nuevo gobierno, se anuló el Acta de Talara y se


nacionalizó lo que detentaba3 la International Petroleum Company; el 9 de
octubre fue declarado el día de la Dignidad Nacional.

2 ASPECTO POLITICO

2.1 Modelo De Gobierno

En 1968, se estableció el gobierno institucional de las Fuerzas Armadas,


presidido por el militar Juan Velasco Alvarado en representación de las
instituciones militares. Este gobierno fue de corte autoritario y verticalista; se
condujo bajo la figura de la revolución, el corporativismo y la democracia social,
junto con el nacionalismo y la antioligarquía. Según Cotler: «El corporativismo
funciona como un esquema de organización política donde se segmenta a las
clases sociales para integrarlas en organizaciones policlasistas de carácter
"funcional", impuestas y controladas autoritariamente por el Estado, que les
inculca una ideología de conciliación de clases».

De esta manera, se pretendió dejar de lado antiguos modelos de gobierno con


partidos tradicionales (considerados obstruccionistas) y organizaciones
oligárquicas, ya que se encontraban muy desprestigiadas, por lo que los militares
señalaban que los civiles propiciaban la ingobernabilidad. Los militares buscaron
la revolución mediante la dictadura para cambiar estructuras que impedían
reformas en favor de las clases bajas, además de dar fin al orden oligárquico.

Es por ello que se quiso hacer un cambio de la percepción social y las clases ya
que, como señala Peter Klarén, «en retrospectiva, el GRFA (Gobierno
revolucionario de las FF. AA) percibía que la desunión y el subdesarrollo
constituían los principales problemas del país, siendo sus causas la
“dependencia externa” del capital extranjero y la “dominación interna” por parte
de una oligarquía poderosa». Por ello, para la dictadura, el subdesarrollo no se
debía a falta de capacidad, sino a falta de oportunidades hacia una población
históricamente relegada por la oligarquía.

Bajo esta premisa, la dictadura militar reivindicó a la patria a partir de la población


históricamente marginada. Para ello, se realzaron los valores nacionales
mediante un discurso nacionalista, con elementos como el quechua,
el indigenismo, el campo y Túpac Amaru II.

En este periodo, el Gobierno central tuvo un total manejo de decisiones a escala


global, al punto de gobernar sin un parlamento y únicamente bajo designio. De
esta manera, se buscó fomentar la participación de la ciudadanía abandonada
mediante propuestas como la Reforma Agraria de 1969, mediante la cual se
expropiaron tierras y latifundios, lo que tuvo una severa connotación política. Este
fue un golpe importante contra el sistema oligárquico. Otras reformas fueron la
industrial, educativa y de prensa.

Cabe resaltar que la dictadura militar ejerció la autodenominada «revolución


desde arriba» y tuvo una posición crítica frente al comunismo y capitalismo, por
lo que quisieron evitar grupos terroristas marxistas y promovieron la Doctrina de
Seguridad Nacional. A pesar de ello, se practicó un capitalismo de Estado para
la ejecución de las reformas, siendo el Estado el eje en los distintos rubros.
En cuanto al carácter anti oligárquico, se señaló que los gamonales eran una
limitación para el país, por lo que se incorporó a los campesinos para un trato
más equitativo para dar fin al antiguo orden. Adicionalmente, se tuvo una mayor
autonomía en cuanto al aspecto internacional. Esto tuvo como resultado la
expansión del órgano estatal, que se evidencia mediante la intervención estatal
en la vida económica y social, la creación de nuevos ministerios, entidades
públicas, empresas estatales y el ejercicio de la institucionalidad sin autonomía.
Todos estos logros se realizaron para cumplir una serie de objetivos: eliminar
causas estructurales de conflictos sociales, redefinir el esquema de
redistribución de riquezas, modernizar la economía y conectar al país.

2.2 Partidos Políticos

En cuanto a los partidos políticos, no se dio una presencia de estos en las


decisiones gubernamentales durante la dictadura militar, puesto que tampoco
existió el parlamento durante este periodo. Todas las políticas se dieron por
designio. Este hecho se debió a que, como señala Fajardo, consideraban que
«los partidos políticos eran de carácter oligárquico y expropiador de la decisión
colectiva, además que padecen de centralización interna del poder, y no
posibilitan la constante participación popular en el manejo de los asuntos
públicos».

Es decir, que, para la dictadura, el empleo de partidos políticos como mediador


entre el pueblo y el Estado era negativo, ya que limitaba la real participación del
pueblo ni los intereses populares, sino que privilegiaba los de las élites. Ante esta
coyuntura, el Estado propuso la formación del SINAMOS y la reforma educativa
como modelo para promover la interacción de la sociedad. De esta manera, se
eliminarían estructuras y se dotaría de capacidad de acción a los menos
favorecidos. Cabe resaltar que, a pesar de la marginación hacia los partidos
políticos tradicionales, a partir de la década de 1960, se formaron grupos
estudiantiles de clases acomodadas. Ellos, motivados por las protestas
estudiantiles de mayo de 1968 en París y las desigualdades evidenciadas en
provincias, se hicieron sentir en el país, como señalan Contreras y Cueto. Sin
embargo, luego de las reformas propuestas mostraron descontento.

Si bien no se dio una persecución de partidos, sino solo deportaciones


particulares, estos se encontraban sumamente desprestigiados, lo que facilitó la
intervención de la dictadura militar y su concentración del poder. Prueba de ello
fue que se mantuvo la estructura de mandos, pero en el aparato estatal y
terminaron por coparlo. Además, se incluyeron militares en todos los directorios
de las empresas.

En cuanto al Partido Comunista Peruano, este fue el único que mostró un


expreso apoyo al régimen, sobre todo con respecto al movimiento obrero. A
pesar de ello, la dictadura siempre le mostró rechazo y buscó deslindarse y negar
el apoyo, ya que quería desligarse de la figura comunista, muy criticada por las
clases altas, además de ser rechazado durante la formación militar. Además, a
partir de 1960, se crean una serie de partidos de corte marxista que ejercen una
fuerte oposición frente al gobierno.

Estos hechos, además, muestran las nulas intenciones del régimen para forjar
un cogobierno, a no ser que sea en un rol de subordinación. Es por ello que, si
bien al inicio se da un limitado espacio a los movimientos políticos, este se cierra
luego, como menciona Pease, lo que demuestra una desarticulación de la vida
política y partidaria.

Cabe resaltar que, del mismo modo, los partidos de ideología comunista buscan
establecer relación con los sindicatos y campesinos, con quienes (aprovechando
la coyuntura) hacen movilizaciones, sobre todo desde las bases estudiantiles de
los partidos. A esto se le suma el APRA y la Democracia Cristiana, con quienes
disputan la asociación a los sindicatos para restarle poder al gobierno. Un
ejemplo de ello es la presencia del APRA en las movilizaciones del norte del país.
En respuesta a ello, el gobierno optó por crear organizaciones nuevas que se
enfrentarían a las dirigidas por los otros partidos.
2.3 Participación Política
Para el gobierno de Velasco, una preocupación primordial fue incentivar la
participación política de los sectores más pobres, ya que antes del régimen
habían sido excluidos del proceso político y así lograr una «revolución social de
participación plena».

Buscó otorgar poder y participación a las masas descontentas y olvidadas, ya


que consideraban que habían sido dejadas de lado por los partidos y élites,
debido al pensamiento que considera que los civiles no gobiernan
adecuadamente y promueven regímenes verticalistas. Ante ello, los militares
deciden no formar un partido político, sino que sea la población la que se
beneficie de las reformas.

Podemos examinar la interacción entre la población de los diversos sectores de


Lima y el gobierno de Velasco, en tanto la población es afectada por un gobierno
de tipo autoritario y popular, pero, éstos también pueden ejercer influencia sobre
el régimen, haciendo sentir la presión de sus demandas o en la participación en
la formulación de políticas. Así, dado que los militares concentraban todo el poder
y los instrumentos de representación electoral no tenían efecto la relación entre
la población y la burocracia cobra gran importancia. La participación política en
ese sentido se dio con la incorporación de los sectores populares en el sistema
político y en la búsqueda de estos sectores por influir en el gobierno para una
mejor distribución de los bienes públicos. Asimismo, la participación política
también podían ser acciones orientadas a la solución de problemas dentro de su
comunidad. En Lima esta participación se dio desde una perspectiva del barrio o
de la comunidad a la que pertenecías, en tanto definía en gran parte el apoyo o
la oposición al régimen, además, de las opciones que se tenían de acceder a un
tipo de recurso del Estado. Así, el gobierno de Velasco trato de ayudar a los
sectores de bajo ingreso diferenciándolos de otros. Además, la migración a las
ciudades dio lugar a tugurios, invasiones y asentamientos que tenían demandas
insatisfechas debido a la situación de subdesarrollo, como realidad de fondo, en
el que se encontraba el país al momento del golpe. Estas necesidades desde los
esfuerzos comunitarios exigían recursos básicos, infraestructura, servicios,
regulación de tenencia de tierras, etc.
Las formas innovadoras de participación política creadas durante el gobierno de
Velasco consistían en estructuras de organización políticas que tenían un control
fuerte del Estado y establecían una relación de arriba hacia abajo. Aquí surge el
carácter corporativista del gobierno, al momento de representar los intereses de
las masas, se tenía bajo control y se trataba de reducir los niveles de movilización
y demanda. Podía ser de dos maneras: un control por medio de estructuras
verticales e incorporar a los ciudadanos, y, a través de un aparato burocrático
para atender las demandas. El populismo también formó parte del gobierno,
dado que, se eliminaron los medios de representación partidaria o electoral, los
mismos militares debían buscar el respaldo y acercarse a las masas, a través,
de la retórica, las visitas a asentamientos y otros actos personales.

El modelo de la democracia social de participación plena que propuso Carlos


Delgado, funcionario de SINAMOS, y su equipo junto con muchos más dirigentes
que aportaron al desarrollo de este concepto tiende a buscar complementar la
autogestión de las organizaciones con la colectivización de los medios de
producción, a la vez que se rechaza sistemas individualistas o estatistas de la
propiedad. Es decir, un socialismo auto-gobernante. Este modelo de democracia
social no es un corporativismo simple, sino que es izquierdista y participativo
donde el desarrollo se expresa en el auto-gobierno con igualdad económica, la
participación es concebida como instrumento de desarrollo personal y social.
Además, se reconoce la condición política de todas las organizaciones.

2.4 Movilizacion Social

En junio de 1971 el gobierno da el Decreto de Ley 18896 que crea el Sistema


Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS). El SINAMOS fue un
organismo transitorio que tenía como misión estimular el surgimiento de
organizaciones populares a las que progresivamente debería transferirse poder
de decisión en todas las esferas de la vida de país. Se quería lograr una
participación consciente y activa de la población nacional en las tareas que
demande el desarrollo económico y social. El SINAMOS era una identidad
canalizaba las demandas de los sectores mayoritarios “de abajo hacia arriba” por
lo que tuvo una relación de competencia y conflicto con los partidos.

Fue un organismo descentralizado que poseía oficinas a nivel nacional, regional


y local. Dada la enorme dimensión de la organización, la diversidad de sus tareas
y la heterogeneidad del personal, fue muy difícil construir un organismo ágil y
mejor dispuesto para cumplir con su objetivo.

Hubo además disparidad entre el SINAMOS y los sectores de la administración


que se resistían al cambio, así como entre quienes promovían una auténtica
participación de la población y jefes militares que buscaban encuadrar a las
organizaciones populares para subordinarlas y volverlas herramientas del
gobierno. Aunque el gobierno iniciara la implementación de una política
participativa, la mayoría de los sectores aliados al régimen no estaban de
acuerdo con el proyecto. Solo una minoría con poder lo apoyaba, por lo que la
presencia de Velasco tuvo un carácter decisivo. Asimismo, el SINAMOS, al
cumplir un rol catalizador, buscó apoyo en las bases populares de partidos, pero
fue atacado por el Partido Comunista, el Partido Demócrata Cristiano y el resto
de partidos de derecha e izquierda, ya que fue visto como una forma de
reemplazo sindical. Cuando Velasco sale del poder el SINAMOS es desactivado,
siendo la institución eliminada en 1978.

El legado más importante del SINAMOS fue probablemente su crítica a los


planteamientos convencionales sobre la participación. Demostró que es posible
desde el gobierno desarrollar una acción de promoción de la participación en
gran escala, respetando a las organizaciones de base. Esta institución jugó un
papel fundamental para que las organizaciones populares nacidas entre el 68 y
el 75 no fueran ni parte del aparato estatal, ni objeto del encuadramiento del
gobierno.
2.5 Actores Políticos Y El Papel De Los Militares
En el gobierno de Velasco tuvieron influencia diferentes actores, tanto externos
como internos. Dentro de las Fuerzas Armadas (F.F.A.A) la marina de guerra
estaba en desacuerdo respecto al manejo del gobierno por parte del general
Velasco. Asimismo, la oligarquía y la burguesía aprovechan las contradicciones
institucionales para manifestarse en contra del gobierno. De igual manera, esta
también actuó en contra del gobierno del general, puesto que se muestran
reacios a aceptar las reformas, que les afectaban como fue el caso de la reforma
agraria y exigen que el gobierno vuelva a adquirir un carácter institucional.

Las acciones de la oligarquía oponerse al gobierno fueron los ataques al mismo


mediante diferentes organismos y actores que, no necesariamente, fueron
medios políticos, es decir, no usaron partidos políticos y establecieron gremios
para poder mostrar su insatisfacción con respecto al gobierno, sino que
emplearon otros métodos pocos convencionales, tanto de dentro del Estado
como de fuera. Por ejemplo el uso la prensa para difamar al gobierno y las
alianzas con los cuerpos militares que estaban en contra de la gestión de los
gobiernos. Sin embargo, el alcance políticos de la oligarquía dentro del gobierno
de Velasco fue bajo, lo que afectaba negativamente las propuestas por parte de
la burguesía, puesto que no eran tan efectivos, como lo pudieron ser en
gobiernos donde tuvieron mayor presencia.

Por otra parte, la burguesía empresarial colaboró con el gobierno de Velasco que
dirigía una gestión de empresa nacionalista. Pero no apoyaban completamente
al gobierno, puesto que no se mostraban como fieles colaboradores al mismo.
La burguesía empresarial aún mantenía sus ideales liberales y esperaban a que
el gobierno caiga o se vea en dificultades para dar a conocer sus verdaderos
ideales y pensamientos. Mientras se desarrollaba el gobierno de Velasco, la
burguesía fue perdiendo presencia y alcance, puesto que perdía métodos para
expresarse, como lo fue la pérdida de sus diarios en 1974. Asimismo, la
burguesía cumplía un rol de doble juego dentro del régimen, puesto que sus
ideales le hacían simpatizar con la Oligarquía, pero debían mostrar una
aceptación hacia el régimen para poder mantener sus empresas. Según Pease,
las burguesía busca mantener discretamente los vínculo con la oligarquía,
manteniendo su pensamiento tradicional, mientras se enfoca en reunir la
suficiente fuerza para ser capaz de adquirir influencia y poder en el gobierno.
Asimismo, vemos a una clase burguesa capaz de medir las fuerzas políticas
entre los diferentes actores, mostrándose como un apoyo para el régimen
cuando este era fuerte y presionando cuando este empezó a entrar en crisis.

La burguesía fue un actor influyente en el capital extranjero. Los empresarios


buscaron influir en el capital extranjero e incentivarlo a pesar de lo poco atractivo
que era el régimen para el mismo. De esta manera, se buscó recompensar a las
empresas que fueran capaces de invertir en el Perú. La burguesía, a pesar de
tener problemas con su influencia, puesto que el propio gobierno mediante la
censura buscaba silenciar y aminorar a los actores que veía como peligros, fue
capaz de influir en el capital extranjero para incentivarlo en el país.

La oposición partidaria también se manifestó en el gobierno de Velasco. Los


partidos políticos APRA e Izquierda Unida apoyaron de manera diferente el
rumbo que estaba tomando las reformas y se oponen al gobierno desde una
posición de izquierda. Sin embargo, el APRA no estuvo en contra del gobierno
velasquista. Según Manrique, Haya apoyó al régimen de Velasco, a la vez que
buscaba separarse de la oligarquía, con quienes se había aliado en el pasado.
Aunque Haya no formó una alianza con Velasco, si se mostraba de acuerdo con
sus reformas, puesto que Haya buscaba una revolución y los cambios que se
estaban dando dentro del país, como la reforma agraria eran signos de ello, en
suma, la expropiación de tierras al imperialista abusivo para dárselos a las
personas que no tenían tierras, era parte de la igualdad que Haya tenía planeada.
De igual manera, Haya felicitó el plan de Velasco por tener acciones para buscar
el cambio y el desarrollo del mismo como su plan de irrigación para ayudar a su
reforma.

La izquierda apoyaba el gobierno de Velasco puesto que buscaban enfrentar a


la estructura de dominación que había en los anteriores regímenes, cada vez
que el dictador elaboraba reformas que causaban daño a la oligarquía, las
alineaciones de izquierda le apoyaban. De igual manera, al ser un pensamiento
de cambios, las acciones de Velasco, como la violencia política, tuvieron una
aceptación y justificación por parte de estos, puesto que lo veían como una
acción necesaria para llevar a cabo la revolución.
Los movimientos populares durante el gobierno de Velasco, tuvieron un impacto
mínimo al inicio del régimen, en parte se debía a la censura, al control y afectado
por el pensamiento velasquista de hacer una revolución desde arriba. Estos
movimientos mantuvieron un rol pasivo, donde solo hacen presencia, pero no
fueron capaces de ejercer ningún reclamo o manifestarse en contra de alguna
reforma o problema. Además, dentro de las propias organizaciones populares, la
difícil organización y las leyes encargadas de mantener el control, evitan que
estos movimientos adquieran fuerza. Sin embargo, cuando el gobierno se vio
afectado por la crisis institucional, los movimientos tomaron la iniciativa y
ejercieron presión sobre las instituciones del Estado, como las huelgas y
protestas que surgieron por la insuficiencia de las reformas.

2.6 La Prensa

Desde los inicios del régimen, las relaciones entre el gobierno de las fuerzas
armadas y los medios de comunicación no fueron favorable, desde la
implementación de la ley 18075 en 1969.

En el gobierno de Velasco, los medios fueron censurados con la intención de


oprimir a la oposición, adquirir ingresos y mantener el control político de la
población. Las pocas compañías en los medios de comunicación que no fueron
censurada o expropiadas, también fueron cediendo poco a poco al régimen
militar, debido al miedo de ser censuradas o por la presión del mismo régimen.
Por ejemplo, la revista Caretas, que fue censurada y reabierta repetidas veces,
o el diario expreso. Asimismo, deportaron a algunos dueños o miembros
importantes de estos medios.

Las censuras tuvieron diferentes finalidades: la primera fue la adquisición de


ingresos mediante las emisoras y diarios censurados, lo cual era parte de su
proceso de nacionalización y aparte servían para ayudar al gobierno con sus
gastos y el mantenimiento de sus reformas, el gobierno velasquista logró adquirir
hasta un 25% del capital de estas empresas El segundo fue el control social que
quería mantener, las acciones de censurar diarios que pertenecían a familias de
estatus alto, como lo era la familia Miro - Quesada, propietarios del diario “El
Comercio” fueron percibidas como golpes hacia la burguesía que fueron
apoyadas por la población, además de otorgarle el control sobre los medios para
influir en la población.

Asimismo, el gobierno de Velasco creó instituciones como la Oficina Nacional de


Informaciones, que se encargaba de censurar todo aquellos que no era favorable
al régimen, con estas acciones, el dictador también buscaba disminuir la
presencia de sus oposiciones, para no puedan influir en la población. Mantuvo
una brecha entre las clases sociales bajas y las clases altas, de tal manera, que
entre ambas no hubo mucha comunicación, lo que dejaba a la burguesía con
pocas herramientas para protestar en contra del gobierno.

De igual manera, la censura también sirvió a manera de justificación y de


protección del gobierno. Justificación porque usaron los diarios censurados para
mostrar las políticas que iban a implementar los diferentes sectores. Su objetivo
era hacer ver a la población que estas políticas no representan una época
perjudicial para la población, sino que eran presentadas como acciones
necesarias para traer prosperidad al país. Protección en la medida de que se
censuraban diarios que criticaban e investigaban a los miembros del gobierno de
Velasco, para mantener el control y no levantar cuestionamientos sobre las
personas que dirigían el gobierno. La participación popular que Velasco buscaba
la participación ciudadana (que en realidad era que los ciudadanos muestran
apoyo al régimen), lo que fue un factor para su control en la población.

Por otra parte, Velasco buscaba que los medios regionales promueven el sentido
de identidad nacional. Para ello, prohibió todo aquello que difunda lo extranjero.
Por ejemplo, la censura a la frase “toma coca-cola” en las publicidades. A partir
de esta prohibición, Velasco esperaba que los medio difundan música peruana
en lugar de alinearse con las costumbres extranjeras y sobre todo
norteamericanas.

Los impactos de la censura en la población fueron negativos, puesto que la


mayoría de los canales forzaban a la gente a ver solo contenido relacionado con
el Estado. De igual manera, los pocos medios que quedaban mostraban
contenido de apoyo hacia las políticas del gobierno, solo para evitar ser
censurados. En los medios, se llegaba a transmitir aproximadamente un 60% del
contenido relacionado con el gobierno.

2.7 Alcance Político De Las Reformas E Instituciones

Políticamente, las reformas tuvieron un impacto fuera de lo económico y social,


primero, la reforma agraria, el hecho más importante del periodo de Velasco, y
que se había postergado por mucho tiempo, significó un enfrentamiento directo
con la oligarquía, la cual estaba íntimamente ligada al sector agroexportador.
Según Pease, dañar relaciones con la oligarquía significaba problemas con la
Sociedad Nacional Agraria (SNA), que era muy poderosa, así como con otros
sectores de la clase dominante. La élite oligárquica buscó controlar el régimen
indirectamente, mediante miembros del gobierno. Así, el ministro de Agricultura,
José Benavides, se dedicó a plantear la reforma de forma en que no se vieran
los aspectos que pudieran ser conflictivos, como la expropiación de tierras, lo
cual dio a entender por un momento que la supuesta revolución se habría
estancado como sucedió anteriormente. Sin embargo, como dice Contreras y
Cueto, este intento por continuar la hegemonía no dio resultado ya que la reforma
agraria, que le quitó a este sector su base material, se llevó a cabo poco después,
expropiando hasta 1979 casi 10 millones de hectáreas de tierra cultivable.
Aunque los resultados de la reforma agraria no cumplieron completamente varios
de sus objetivos, si logró debilitar la estructura tradicional de la clase alta y sus
bases agrarias de poder.

En cuanto a las reformas relacionadas con los recursos naturales, que involucran
la nacionalización de industrias de productos naturales como la minería y la
pesca, es importante mencionar el hecho de que se les brindaron derechos
laborales a los trabajadores, a quienes, hasta ese momento, y bajo el mando de
los antiguos dueños extranjeros, no se les había brindado.

La reforma educativa, por otro lado, desencadenó una serie de conflictos con los
profesores de las escuelas públicas, debido principalmente a la detención de una
ley aplicada durante el gobierno anterior, que aumentaba su salario
progresivamente. Ante esta acción, el SUTEP, que estaba en ese entonces
manejado por Patria Roja, tuvo violentos choques con el nuevo gobierno.

La reforma de la Administración Pública inició una serie de importantes cambios


que fortalecieron la capacidad de intervención de los ministerios y los sectores
que les pertenecían institucionalmente, Contreras y Cueto mencionan que se
inició una expansión en la actividad pública con el crecimiento de los ministerios
del gobierno, tales como los de Pesquería, Energía y Minas, Industria, Turismo,
Construcción y Vivienda y Alimentación e Integración que antes pertenecían al
desaparecido Ministerio de Fomento. Asimismo, el Instituto Nacional de
Planificación fue convertido también en ministerio.

Se creó también el Comité de Asesoramiento de la presidencia de la república


(COAP), el cual tenía la función de asesorar y elaborar decisiones, y estaba
conformado por coroneles y capitanes. Ese comité, que equivalía a una comisión
parlamentaria, era el equipo más cercano al presidente, donde los integrantes
eran candidatos a ministros.

Ante esta creciente institucionalidad, se hizo notoria la falta de autonomía de


cada uno de los ministerios, ya que estaban controlados por miembros de la
Fuerza Armada. Pease menciona que aquellos oficiales que ocupaban los
cargos en estos distintos ministerios, superponían sus distintos estilos de
conducción, ya sea en normas, procedimientos o formas de ejercicio de poder,
lo cual hacía obvia la subordinación administrativa al gobierno militar. En
consecuencia, la burocracia además de conservar su ineficiencia, se volvió
insegura y muy rígida.

En conjunto, sus reformas no solo afectaron el poder de la oligarquía, sino


también impactaron a las clases populares, brindándoles cierta conciencia
política que provocó la movilización popular. Sin embargo, debido a la herencia
que dejaron los gobiernos oligárquicos de su “desarticulación política”, se vieron
limitados.
2.8 Periodización Del Gobierno De Juan Velasco

• De 1968 – 1970

Durante el inicio del gobierno de Velasco el objetivo era la distancia con la


atracción hegemónica que sería el signo distintivo del gobierno respecto a los
anteriores. Aquí es posible identificar dos tendencias: la primera es
la criollización que hace referencia a tomar las posiciones oligárquicas y
defenderlas. Es una postura o un acriollarse cuando los caudillos que tomaban
el poder solían romper el estatus que, para luego acomodarse a los grupos de
poder y resultar defendiendo intereses particulares. La segunda postura es la
radicalización que hace referencia a los militares que radicalizaban sus posturas,
alejándose del consenso. Lo que más resalta es la posición nacionalista y anti
oligárquica. La tendencia que logró mantenerse fue la tenencia radical con
Velasco en la Presidencia, la resistencia frente al poder de la IPC y el
emprendimiento de la reforma agraria.

• De 1970 – 1974

El gobierno empieza a desarrollar diversas reformas sentando su legitimidad.


Surge la tendencia de la burguesía liberal (industrial y agroexportadora) que
pretendía el final de los grupos oligárquicos y podía optar por trabajar con el
gobierno que estaba más cerca de practicar un capitalismo de Estado. El
conjunto de reformas conocido como Plan Inca saldrá en 1974, mientras tanto el
gobierno ejecuta ciertos cambios que son más el resultado de una lucha política
interna. De 1970 a 1972 es el periodo de mayor actividad del gobierno y, también,
de conflicto político. Primero la ejecución de la reforma agraria genera
enfrentamientos con la burguesía, sobre todo por la cooperativización de la
costa. Después, la reforma industrial enfrenta las protestas del sector burgués
debido a la nueva Ley de Industrias que impone la Comunidad Laboral y la
separación de la industria básica para el Estado, así como, la reforma educativa
y los conflictos directos con la prensa.
Si bien el gobierno parecía enfrentar a la burguesía liberal, lo real es que luchaba
con una fracción de ésta y se expresaba al interior del gobierno. Debido a esto
hubo muchas burlas de la ley y su incumplimiento generaba ganancias a corta
plazo para los industriales. En este periodo también surge la idea de combatir la
oposición e inestabilidad con nuevas fuerzas como las organizaciones políticas
bajo su control ligando órganos del Estado con ellas como SINAMOS. La
segunda etapa de 1973 a 1974 abarca la construcción del proyecto creado por
los militares con la consolidación del velasquismo con todo el peso de su
liderazgo y la derrota del reformismo liberal. Sin embargo, también se inicia una
crisis generada por los medios de prensa y la decisión del gobierno de no debatir
con la oposición. Aquí surgen dos tendencias la del “no partido” y la tendencia
de la “Misión” en medio de una compleja red de luchas internas que esperan una
definición para actuar.

• De 1974 – 1975

El almirante Vargas Caballero pasa al retiro y con él toda la parte de la cúpula


del gobierno que tenía una tendencia conservadora y representaba a la
burguesía liberal. Su salida también significó la derrota de un proyecto político
del reformismo liberal. Sin embargo, esta tendencia luego regresaría con el fin
del gobierno militar. Un signo de que seguía latente fue la reacción de los
oficiales de la Marina que con un fuerte espíritu de cuerpo se enfrentó al
Gobierno por la destitución de su jefe. Lo que demuestra la oposición de la
Marina hacia Velasco es también el inicio de una profunda crisis institucional que
tuvo su centro en el manejo autoritario del presidente y en el manejo de la
movilización popular.

El desgaste del gobierno era visto por los empresarios desde fuera del juego
político ya que no tenían representantes, pero esperaban que dado que el
espacio político se estrechaba se resolviera solo. La conducción del proceso de
revolución donde solo una cúpula gobernaba y no permitían las infiltraciones
impedía articular una apertura para la participación popular. La crisis económica
empujó al gobierno a medidas pragmáticas como reducir el consumo popular e
incentivar la inversión privada, además del aislamiento internacional con toda la
represión aumentó.

El proceso revolucionario no podía cambiar en su forma sustantiva y solo produjo


políticas para no cambiar o transformar la sociedad como era su objetivo inicial.
La lucha política entre los miembros de la “Misión” con un marcado
anticomunismo y que representaban a los empresarios que pedían mayor
protección y, los militares progresistas sin Velasco a la cabeza finalizaron con el
golpe institucional del 29 de agosto de 1975 que es punto culminante de una
lucha de tendencias llevada al límite de la ruptura.

3 ASPECTO ECONÓMICO

3.1 Antecedentes

La economía peruana estaba constituida por:

a) Un sector agrícola primitivo, estancado y sobrepoblado.


b) Un sector manufacturero que a su vez se componía de dos subsectores
desiguales ambos urbanos: uno pequeño, moderno y con un alto grado
de inversión de capitales; y otro tradicional, de mayor tamaño, compuesto
de trabajadores independientes y de un gran número de pequeños
artesanos.
c) Un floreciente sector de servicios, que también se componía de elementos
modernos y tradicionales muy divergentes como profesionales y
propietarios o gerentes de industrias, junto a trabajadores de los
mercados, personal de servicio sin habilidad especial y vendedores
ambulantes.
3.2 La Economía

El objetivo económico del Gobierno era el “promover a superiores niveles de vida,


compatibles con la dignidad de la persona humana, a los sectores menos
favorecidos de la población, realizando la transformación de las estructuras
económicas, sociales y culturales del país.” Si bien el gobierno de Velasco definió
una nueva forma de Estado que poseía poder económico efectivo, este seguía
siendo dependiente del sistema capitalista. Ya que las reglas de juego del
capitalismo aún persistían en el sistema, los sectores industriales pudieron
incrementar su poder económico y conservar su capacidad de influencia.

Para los militares el estancamiento económico se debía a la monopolización y


mala distribución de los recursos económicos que estaban a merced de los
oligarcas y los inversionistas extranjeros. El objetivo que se proponían era lograr
un crecimiento que estuviera determinado por exportaciones con valor agregado
y mayor integración de la economía local. Las actividades de las empresas
extranjeras debían ser limitadas y reguladas, luego, la economía nacional podría
obtener ganancias de un modelo de sustitución de importaciones por productos
intermedios, a través del desarrollo de la industria nacional mediante el incentivo
a la importación de bienes de capital y la restricción de las importaciones de
manufacturas. El proteccionismo tuvo como efecto una disminución de la
competitividad de la producción nacional que fue destinada casi exclusivamente
a abastecer un pequeño mercado interno y no a la exportación.

La intención de los militares era permanecer en el poder hasta que el proceso


revolucionario fuese irreversible, para ello introdujeron una serie de reformas que
afectaron casi todas las esferas de la sociedad. Para que la propuesta
funcionara, el estado debía tener un rol activo para promover y guiar el desarrollo
nacional a través de su intervención en la actividad económica, sociocultural y
política. Las reformas que realizó el gobierno junto con la estatización de varios
sectores de la producción hicieron que varios servicios públicos pasaran a manos
del Estado. Sin embargo, las nacionalizaciones y la nueva legislación dieron paso
a un panorama de incertidumbre económica que hizo difícil convencer a las
firmas extranjeras para que inviertan el capital que se necesitaba.
El propósito de la reforma industrial fue lograr desarrollo industrial permanente,
la autonomía económica nacional significó que los industriales peruanos fueran
los principales beneficiarios del crecimiento industrial, así se dieron incentivos
generosos a las industrias para alentar la reinversión e importación de bienes de
capital e insumos. La Ley General de Industrias dio a los empresarios exenciones
tributarias y protección en el mercado. Si antes de la nacionalización las
empresas públicas obtenían beneficios y pagaban impuestos, después de la
nacionalización dejaron de hacerlo, algunas ni siquiera integraron sus
actividades al plan de desarrollo nacional. Para 1975, el sector público era
grande y estaba en bancarrota.

3.3 Reforma Agraria

En su discurso con motivo de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria el 24


de junio de 1969, el general Juan Velasco Alvarado precisó los objetivos de la
misma, plasmados en los considerandos de la ley. En uno de los pasajes enfatizó
que la reforma agraria debería «poner fin a un injusto ordenamiento social que
ha mantenido a la pobreza y en la iniquidad a los que labran una tierra siempre
ajena y siempre negada a millones de campesinos» y que debía cancelar los
sistemas de latifundio, reemplazándolos «por un régimen justo de tenencia de la
tierra que haga posible la difusión de la pequeña y mediana propiedad en todo el
país». La reforma agraria se incluía en una propuesta estratégica más amplia:
«la reorientación de los recursos de capital hacia la industria…cuyo futuro
depende decisivamente de la creación de un cada vez mayor mercado interno
de alto consumo diversificado», conscientes del «inevitable destino industrial de
nuestra patria».

La reforma agraria es considerada como la culminación de una larga lucha de


los campesinos por la tierra. El ideal que seguía era dar en propiedad a cada
familia campesina un área de cultivo que le sirviese para mantenerse y además
producir para el mercado nacional. La aplicación general de la reforma agraria
consistía en estatizar las tierras más productivas; expropiar, repartir y formar
cooperativas con las tierras de importancia secundaria. La necesidad de
mantener los niveles de producción demandaba que tras la expropiación de las
tierras se continuara con las economías de escala, la parcelación de las
haciendas hubiera conducido a la ruina de una industria agrícola.

La reforma llevada a cabo por Velasco fue más radical, rápida y avanzada que
los planes de reforma que habían sido previamente planteados por los partidos
políticos. Fue esa radicalidad la que impactó en la capacidad de decisión
campesina. En general, no se tomó en cuenta la heterogeneidad de la situación
en el campo, la falta de una conciencia global campesina y la realidad cultural
del campesinado donde las relaciones de poder se habían naturalizado.

La reforma agraria fue aplicada en la costa y en la sierra. Aun cuando no alcanzó


a ser aplicada en la selva, en los años del gobierno militar se dieron dos normas
importantes desde el punto de vista del acceso a la tierra y de seguridad de la
tenencia. En 1974 el gobierno militar promulgó la Ley de Comunidades Nativas
y Promoción Agraria de las Regiones de la Selva Alta y Selva Baja, para regular
el acceso a la tierra en la región amazónica. La mayor contribución de esta ley
fue el reconocimiento del derecho de los asentamientos indígenas a la propiedad
legal de sus tierras. Esta ley (DL 20653) declaraba la tierra comunal indígena
como inalienable, imprescriptible e inembargable. Sin embargo, reconocía
derechos sobre la tierra solo a las comunidades nativas, es decir, a los
asentamientos locales y no a los pueblos indígenas en tanto pueblos originarios.

Pese a todos los problemas, la implementación de la reforma logró quebrar la


dominación tradicional de los terratenientes sobre las comunidades, que era el
mayor factor que jugaba en contra de estas. Es difícil evaluar el avance
experimentado por los campesinos de manera cualitativa ya que la reforma abrió
ámbitos de decisión que habían estado fuera del alcance de las comunidades; lo
mismo ocurre con una comparación entre los salarios percibidos antes y después
de la reforma. Sin embargo, se puede ver que hubo una ampliación de los
servicios sociales de salud, educación y vivienda proporcionados por las
empresas.

Una de las críticas más duras a la reforma es que fue ‘anti comunera’, porque
formó empresas cooperativas con los antiguos trabajadores de hacienda en vez
de devolver la tierra a las comunidades campesinas que habían sido
desplazadas hacia tierras más pobres.

4 ASPECTO SOCIAL
4.1 Reforma Educativa

La reforma educativa fue dirigida por el general Alfredo Carpio Becerra. La


educación fue considerada como un factor decisivo para la consolidación de las
reformas estructurales, para una verdadera transformación de la sociedad era
necesaria una reforma educativa. En tanto la reforma educativa obedecía a las
transformaciones sociales que quería llevar a cabo del régimen, las metas de la
reforma educativa estuvieron ligadas a la política nacional de desarrollo y la
orientación política estatal. Es así que se promulga la Ley General de Educación
en 1972.

Desde el gobierno se hizo una crítica a los métodos tradicionales de enseñanza


que reproducían las relaciones de poder al poner énfasis en la superioridad
cultural de grupos dominantes. Como una transformación en la educación debía
estar seguida por una transformación en la sociedad, uno de los pilares de la
reforma fue la democratización de la educación, orientado al beneficio de la
población indígena, al buscar mayor igualdad en el acceso a las oportunidades
educativas.

Esta reforma creó en el Perú la educación inicial y especial, así como también el
bachillerato público y la enseñanza bilingüe para los quechua-hablantes,
promoviendo la construcción de escuelas en varias zonas del país. Los
planteamientos de la reforma educativa fueron premiados en su oportunidad por
la Unesco El debate sobre la situación de la educación en el país se expandió a
la sociedad donde hubo una toma de conciencia sobre la ineficacia de las
instituciones educacionales.

La visión de la educación que se tenía en el gobierno incluía no solo al trabajo


realizado en los centros educativos, sino que se extendía a todo lo que influyera
en la formación de individuos. Así, hubo un énfasis en la necesidad de incorporar
a la comunidad al proceso educativo, lo que se vio reflejado en la creación
organismos como los Núcleos Educativos Comunales, cuyo principal motor era
incentivar la movilización y participación popular en la educación. La integración
de la comunidad en los esfuerzos educativos iba más allá de la escuela, se veía
la obra educativa como una responsabilidad colectiva.

Aunque la reforma puso por primera vez a la educación como parte importante
del discurso político, no hubo una correspondencia entre la participación social
planteada y la naturaleza de la reforma educativa en cuanto no lograron
consolidarse canales de participación fuertes. Además, las medidas planteadas
por la reforma tuvieron oposición tanto técnica como política. Sin embargo, el
legado dejado por la nuclearización educativa y los programas de educación
formal logró redefinir el papel de la educación en la sociedad.

4.2 Intervención A Los Medios De Comunicación

En contraste con las otras reformas llevadas a cabo por el Gobierno


Revolucionario de las Fuerzas Armadas, la reforma de medios de comunicación
no estuvo contemplada en los documentos iniciales de la revolución si bien desde
inicios del régimen la prensa, la radio y la televisión sufrieron acciones
transformadoras.

El plan del gobierno militar hacia los medios de comunicación fue el de


expropiarlos y dárselos a otras instituciones a através del proceso de
socialización. En el caso de la prensa, la gestión de los periódicos fue a parar a
sectores sociales organizados; la publicidad estuvo sujeta a normas de control
sin precedente. En tanto a la radio y la televisión, la Ley de Telecomunicaciones
de 1971 le dio potestad al Estado para participar en la producción y supervisión
de contenido por lo que estos medios tuvieron que dar espacio a la presencia del
Estado y la programación cultural y educativa que este promovía. A diferencia de
otros gobiernos militares en la región, Velasco no buscó crear su propio órgano
de expresión, sino que prefirió transformar el sistema y poner a los medios a
trabajar a su servicio. Si bien la intervención Estatal en los medios tuvo gran
alcance, en que la televisión era limitada para la clase alta por su adquisición, en
la práctica el gobierno concentró su influencia en la prensa escrita,
nacionalizando las telecomunicaciones y encargando su administración a
empresas públicas.

En 1974, se confiscaron los medios de comunicación. Así, a la clausura de los


diarios Expreso, Extra, la revista Caretas y las radioemisoras Radio Noticias y
Radio Continente, se sumó la presión a los canales de televisión privados para
que vendieran el 51% de sus acciones al Estado (1971). Asimismo, en julio del
mismo año se expropiaron los periódicos La Prensa, El Comercio, Última
Hora, Ojo por medio del Decreto-Ley Nº 20681.

5 ASPECTO INTERNACIONAL

5.1 Politica Exterior


Durante el gobierno de Velasco hubo una variación en la actitud tradicional del
Perú en cuanto a acción internacional e iniciativas. El gobierno revolucionario
logró revalorizar la imagen internacional del país, rompiendo el aislamiento tanto
político como diplomático en el que se había encontrado el país y enfrentándose
al que consideraban "imperialismo", aunque sin terminar de romper las
relaciones de dependencia que había con Estados Unidos.

Las tensiones con los Estados Unidos no se limitaron a la controversia de la IPC,


también hubo desacuerdos en torno a la tesis de las 200 millas. La nueva política
exterior apuesta por el no alineamiento y el tercermundismo. Siguiendo la línea
de autonomía que era promovida por el gobierno, se establecen relaciones con
los países socialistas.

La política intervencionista del Estado, si bien extiende las capacidades de


negociación del Estado, afectarán a la inversión extranjera. Según se iban
obteniendo reacciones positivas en el exterior y la aprobación del pueblo
favorecía al proyecto nacionalista, las medidas en política exterior comenzaron
a radicalizarse. La posición antiimperialista del gobierno se complementó con
una mayor acción regional.

La posición que asume Perú frente a los poderes imperialistas es respondida con
progresivo un aislamiento político en la región. Desde la caída del régimen de
Allende en 1973, evento que afectará los lazos bilaterales entre ambos países,
Perú se ve asilado en medio de gobiernos totalitarios de derecha. El contexto
latinoamericano de entonces sirve para alimentar los miedos a un conflicto bélico
que se traducirán en el armamentismo del gobierno de Velasco, aún en medio
de una situación económica desfavorable.

5.2 La International Petroleum Company

A fines de los 50 se había reabierto el viejo conflicto que el Estado tenía con la
International Petroleum Company, puesto que la empresa pretendía tener la
propiedad sobre el suelo y subsuelo de los yacimientos petrolíferos que
explotaba. Si bien hubo intentos de resolver el conflicto, ni el gobierno Prado ni
de Belaúnde fue capaces de darle una salida real al problema. La promesa del
gobierno de Belaúnde de dar solución al caso de la IPC dentro de los primeros
100 días de gobierno dio paso a que las empresas extranjeras pudieran
establecer un sistema de chantaje que se mantuvo durante todo el gobierno. El
poder de las empresas extranjeras, especialmente aquellas que controlaban la
producción minera y petrolera, presionó al gobierno para que cediera a sus
demandas, esto concluyó en el Acta de Talara.

En la coyuntura política de 1968, el Gobierno Revolucionario apuesta por una


opción radical al no ceder ante los intereses de la IPC. Esta postura es un
cuestionamiento al régimen anterior y sus políticas. La nacionalización de la IPC
dentro de los 10 días que siguieron al golpe fue una medida que consolida al
gobierno y le da legitimidad. La IPC, más allá de su significado económico, era
un símbolo viviente del "imperialismo “mercantil; su nacionalización sentó un
precedente para que se recuperaran los demás recursos naturales mediante la
expropiación. La negativa inicial del gobierno a pagar una indemnización abre
las puertas a una política externa más agresiva.

Ante la nacionalización de la IPC sin compensación, Estados Unidos llevó a cabo


un bloqueo económico informal con una estrategia de “presión económica
encubierta” en donde no se autorizan nuevos préstamos al Perú, ello dificulta las
renegociaciones de la deuda pública y desincentiva al sector privado de invertir.
La presión crediticia sobre el gobierno hizo que se llegara al acuerdo Greene en
1974, donde el Perú se comprometió a pagar una compensación por las
expropiaciones de compañías extranjeras que siguieron a la IPC.

6 PROBLEMAS EN SU GESTIÓN Y FIN DEL GOBIERNO

Los problemas en el gobierno se dieron progresivamente, si bien se empezó a


notar con el incremento de la represión y autoritarismo, expresado en decisiones
como la toma de los medios o el control excesivo de la participación social,
también tuvo que ver con las tensiones entre el gobierno, las fracciones
oligárquicas y la burguesía industrial, así como con el poco apoyo por parte de
su propio interior hacia el estilo de las reformas llevadas a cabo. Contreras y
Cueto mencionan que la Marina, el sector más conservador de las Fuerzas
Armadas, representado por el Almirante Vargas Caballero, hubiera preferido que
el rol del gobierno fuera más moderado, ya que defendían dentro de la cúpula
militar, el reformismo liberal, lo cual generó constante tensión puesto que tenían
el apoyo de industriales, empresarios y ciertos diarios. De esta manera, según
Pease, el hermetismo militar se rompe, ocasionando contradicciones y
enfrentamientos entre ministros y consecuentemente una crisis institucional.

Posteriormente, inició la crisis económica, la cual, según Pease, no fue originada


por las reformas, sino por su “insuficiencia”, debido principalmente a la aplicación
de una política económica poco coherente. Si bien sus reformas estaban
dirigidas a las propiedades y a su poder intervencionista, siguió dependiente de
la inversión privada y del crédito extranjero. De esta forma, su deuda externa fue
creciendo a medida que utilizaba aquella financiación en proyectos de largo
plazo. Por otra parte, gracias a una ampliación del mercado por la recuperación
de los salarios, la demanda de alimentos y bienes de consumo creció, generando
una escasez debido a la ineficaz respuesta del sector agrícola hacia la reforma.
Esto tuvo como consecuencia el inicio de la dependencia de la importación de
alimentos. De la misma manera, la industria también se había vuelto dependiente
de los insumos y maquinaria importados, lo cual ocasionó presión en las divisas.
La pobreza de los campesinos fue otro efecto no solo de la crisis económica,
sino de la reforma misma, generando para los últimos años de gobierno de
Velasco invasiones de tierras para poder “acelerar” la reforma y obtener
finalmente mejores condiciones de vida.

6.1 La Huelga Policial Y Sus Consecuencias

Por otro lado, casi al final de lo que fue el gobierno de Velasco, sucedió un hecho
caótico que involucró a las fuerzas policiales. El 5 de febrero de 1975, el mismo
año en el que Velasco tuvo que dejar el cargo, la policía entró en huelga y se
atrincheró en el local donde funcionaba la radio “Radio Patrulla”, dejando
desprotegida a la ciudad. Esto generó violentos disturbios, destrozos, saqueos y
motines de manifestantes que incluye desde estudiantes, hasta miembros de
nuevos y antiguos partidos políticos. Ante esto, el ejército intervino
represivamente, recuperando el orden con tanques y dejando heridos y muertos.

La enfermedad de Velasco aceleró su derrota, luego de la amputación de su


pierna, la dificultad para realizar los viajes que lo mantenían en contacto con los
jefes del interior permitió que el general Francisco Morales Bermúdez, ministro
de Economía de Velasco como de Belaunde, y quien ya se encontraba
planeando su reemplazo, los contactara y mantuviera de su lado al momento de
tomar el poder en 1975.

Las correlaciones de poder van fluctuando en función a la oportunidad que cada


actor tiene para aprovechar la coyuntura. Sin embargo, hay un claro alejamiento
del presidente Velasco, a medida que observan que su poder es limitado y su
base política es estrecha. El 29 de agosto el general Francisco Morales
Bermúdez, ministro de Guerra y comandante general del Ejército que pertenecía
al sector institucionalista junto con militares de la tendencia “progresista”, se
pronuncia desde Tacna para dar el contragolpe y los comandantes de las 5
regiones militares lo secundan. El golpe es contra Velasco, pero también contra
la tendencia representada por la “Misión” donde estaban los vínculos con la
burguesía liberal industrial y agro exportadora. Si bien existía gran hermetismo
al interior de la cúpula de gobierno por lo que fue difícil determinar los grupos y
divisiones de poder, durante el golpe fue más complicado debido a que los que
participaron estaban en los cuarteles. Se trataba más bien de una corriente
silenciosa al interior de gobierno que con el golpe quería expresar el desgaste
de la lucha interna y del ejercicio de poder de las Fuerzas Amadas. Existían
muchas preocupaciones de parte de esta corriente individual que estaba influida
por discusiones ideológicos dentro del gobierno como los problemas geopolíticos
al Sur, el aislamiento del Perú, las relaciones del gobierno con tiranos del
Continente, los problemas de abastecimiento, la presencia de oficiales activos
en cargos civiles de la administración y la necesidad de una conducción del
gobierno más institucional haciendo hincapié en el ejercicio del poder.
7 AUTORIDADES

MINISTROS

Ministerio Ministros Periodo

Ernesto Montagne 3 de octubre de 1968 - 31


Sánchez de enero de 1973
Presidencia del Consejo Edgardo Mercado 31 de enero de 1973 - 1 de
de Ministros Jarrín febrero de 1975
Francisco Morales 1 de febrero de 1975 - 30
Bermúdez Cerrutti de agosto de 1975

3 de octubre de 1968 – 31
Edgardo Mercado
de diciembre de 1971
Relaciones Exteriores Jarrín
1 de enero de 1972 – 30 de
Miguel Ángel de la Flor
agosto de 1975

3 de octubre de 1968 - 12
José Benavides
de setiembre de 1969
Benavides
12 de setiembre de 1969 -
Jorge Barandiaran
27 de setiembre de 1971
Pagador
27 de setiembre de 1971 -
Agricultura Enrique Valdéz
31 de diciembre de 1974
Angulo
31 de diciembre de 1974 -
Rafael Hoyos Rubio
2 de enero de 1975
Enrique Gallegos
2 de enero de 1975 - 30 de
Venero
agosto de 1975

3 de octubre de 1968 - 4 de
Rolando Giraldi
octubre de 1968
Rodríguez
4 de octubre de 1968 - 28
Trabajo Jorge Chamot Biggs
de setiembre de 1970
Pedro Sala Orosco
28 de setiembre de 1970 -
Dante Poggi Morán
28 de noviembre de 1974
28 de noviembre de 1974 -
30 de agosto de 1975

Ángel Valdivia 3 de octubre de 1968 - 13


Hacienda y Comercio
Morriberon de junio de 1969

Francisco Morales 13 de junio de 1969 - 2 de


Bermúdez enero de 1974
Guillermo Marcó del 2 de enero de 1974 - 18 de
Economía y Finanzas
Pont Santisteban julio de 1974
Amilcar Vargas 18 de julio de 1974 - 30 de
Gavilano agosto de 1975

3 de octubre de 1968 - 1 de
Alberto Maldonado
abril de 1969
Yáñez
Transportes y 1 de abril de 1969 - 30 de
Aníbal Meza Cuadra
Comunicaciones diciembre de 1972
Cárdenas
31 de diciembre de 1972 -
Raúl Meneses Arata
30 de agosto de 1975

1 de abril de 1969 - 4 de
Luis Vargas Caballero enero de 1972
Ramón Arróspide 4 de enero de 1972 - 31 de
Mejía mayo de 1974
Vivienda y Construcción
Augusto Gálvez 31 de mayo de 1974 -25 de
Velarde junio de 1975
Isaías Paredes Arana 25 de junio de 1975 - 30 de
agosto de 1975

Eduardo Montero 10 de octubre de 1968 - 30


Rojas de diciembre de 1969
Salud
Rolando Caro 31 de diciembre de 1969 -
Constantini 27 de abril de 1971
Fernando Miró- 28 de abril de 1971 – 30 de
Quesada Bahamonde agosto de 1975

Alfonso Navarro 10 de octubre de 1968 - 1


Justicia y Culto Romero de abril de 1969
Luis Vargas Caballero 1 de abril de 1969 - 1969

Alberto Maldonado
Fomento y Obras Yáñez
1 de abril de 1969
Públicas Jorge Fernández
Maldonado Solari

Jorge Fernández 1 de abril de 1969 - 30 de


Energía y Minas
Maldonado Solari agosto de 1975

Alfredo Arrisueño 3 de octubre de 1968 - 27


Cornejo de abril de 1971
Alfredo Carpio 27 de abril de 1971 - 1 de
Educación
Becerra febrero de 1975
Ramón Miranda 1 de febrero de 1975 - 30
Ampuero de agosto de 1975

3 de octubre de 1968 - 18
Armando Artola
de mayo de 1971
Interior Azcárate
18 de mayo de 1971 - 30 de
Pedro Richter Prada
agosto de 1975

Javier Tantalean 3 de febrero de 1970 - 30


Pesquería
Vanini de agosto de 1975

Jorge Camino de la 1 de abril de 1969 - 16 de


Industria, Comercio y Torre octubre de 1969
Turismo Jorge Dellepiane 16 de octubre de 1969 - 27
Ocampo de abril de 1971
Alberto Jiménez de 27 de abril de 1971 - enero
Lucio de 1974

enero de 1974 - 16 de
Luis Barandiarán
octubre de 1974
Comercio Pagador
18 de octubre de 1974 - 30
Luis Arias Graziani
de agosto de 1975

Alberto Jiménez de enero de 1974 - 30 de


Industria y Turismo
Lucio agosto de 1975

Alberto López 3 de octubre de 1968 - 24


Causillas de octubre de 1968
Eduardo Montero 24 de octubre de 1968 - 4
Aeronáutica
Rosas de noviembre de 1968
Rolando Gilardi 4 de noviembre de 1968 -
Rodríguez 30 de agosto de 1975

Raúl Ríos Pardo de


Zela
3 de octubre de 1968 - 1 de
Alonso Navarro
abril de 1969
Romero
1 de abril de 1969 - 1969
Enrique Carbonel
1969 - 1970
Crespo
1970 - abril de 1971
Manuel Fernández
Marina 6 de abril de 1971 - 1973
Castro
1973 - 1975
Fernando Elías
enero de 1975 - 25 de junio
Aparicio
de 1975
Luis Vargas Caballero
25 de junio de 1975 - 30 de
Guillermo Faura Gaig
agosto de 1975
Augusto Gálvez
Velarde

Ernesto Montagne 3 de octubre de 1968 - 31


Guerra
Sánchez de enero de 1973
Edgardo Mercado 31 de enero de 1973 - 1 de
Jarrín febrero de 1975
Francisco Morales 1 de febrero de 1975 - 30
Bermúdez Cerrutti de agosto de 1975

EMPRESAS PÚBLICAS CREADAS DURANTE EL GOBIERNO DE VELASCO

• Petro Perú (Empresa Petrolera)

• Minero Perú (Empresa Minera)

• Electro Perú (Empresa Eléctrica

• Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Telecomunicaciones)

• Pesca Perú (extracción de anchoveta)

• EPCHAP (comercialización de harina de pescado y de algodón)

• Eppa Perú (Artesanías)

• Indu Perú (industrias básicas)

• Sider Perú (siderurgia)

• Sima Perú (construcción naval)

• EPSA (comercialización de productos agrícolas)

• Centromin Perú (antigua Cerro de Pasco Mining Corporation)


CONCLUSIONES
A través de este trabajo de monografía se ha hecho evidente que el General
Juan Velasco Alvarado durante su periodo de gobierno realizo cambios en
beneficio del Perú, en beneficio del ciudadano oprimido, dado que lo único que
él quería era acabar con la desigualdad que había en aquel entonces.

El gobierno de Velasco intentó buscar una respuesta propia a los desafíos


planteados para superar el atraso y la dependencia. Lo hizo con elementos de
“organicismo”, “comunitarismo” típico en el pensamiento militar nacionalista (y
católico) del periodo, pretendía dar respuestas a las preguntas claves sobre los
problemas de subdesarrollo, y a los problemas del orden.

El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del Perú se detuvo el 29 de


agosto de 1975, cuando Francisco Morales Bermúdez al servicio de la oligarquía,
derroco al General Juan Velasco Alvarado.

Las causas de la caída del Gobierno de Velasco Alvarado son múltiples y


complejas, la caída del régimen fue propiciada por una fracción opositora, dentro
de las Fuerzas Armadas que reencaminó el Gobierno Militar hacia la restauración
del esquema previo y la realineación ideológica, geopolítica y geoestratégica con
los Estados Unidos, los mismos militares que lo habían llevado al poder,
destituyeron a Juan Velasco Alvarado

A través de este ensayo se ha hecho evidente el General Juan Velasco Alvarado


durante su periodo de gobierno realizo cambios en beneficio del Perú, en
beneficio del ciudadano oprimido, dado que lo único que él quería era acabar con
la desigualdad que había en aquel entonces.
El gobierno de Velasco intentó buscar una respuesta propia a los desafíos
planteados para superar el atraso y la dependencia. Lo hizo con elementos de
“organicismo”, “comunitarismo” típico en el pensamiento militar nacionalista (y
católico) del periodo, pretendía dar respuestas a las preguntas claves sobre los
problemas de subdesarrollo, y a los problemas del orden.
El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del Perú se detuvo el 29 de
agosto de 1975, cuando Francisco Morales Bermúdez al servicio de la oligarquía,
derroco al General Juan Velasco Alvarado.
Las causas de la caída del Gobierno de Velasco Alvarado son múltiples y
complejas, la caída del régimen fue propiciada por una fracción opositora, dentro
de las Fuerzas Armadas que reencaminó el Gobierno Militar hacia la restauración
del esquema previo y la realineación ideológica, geopolítica y geoestratégica con
los Estados Unidos, los mismos militares que lo habían llevado al poder,
destituyeron a Juan Velasco Alvarado
BIBLIOGRAFIA

➢ https://es.wikipedia.org/wiki/Gobierno_de_Juan_Velasco_Alvarado

➢ https://www.studocu.com/row/document/universidad-cesar-
vallejo/educacion/conclusiones-gobierno-de-juan-velasco-
alvarado/30375344

➢ https://historiadelperu.info/presidentes-del-peru/juan-velasco-alvarado/

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