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Origen, Organización y Urbanización de la Ciudad de Goya.

Mari, Oscar E.

Dpto de Historia. Fac. de Humanidades.


Av. Las Heras 727 - (3500) Resistencia – Chaco – Argentina.

ANTECEDENTES

La ciudad de Goya, segunda en importancia en la provincia de Corrientes, es cabecera del


departamento homónimo que está limitado en el norte por el departamento de Lavalle, separado en parte por
el río Santa Lucía; en el este y Sur por el río Corrientes, que lo separa de los departamentos de Curuzú Cuatiá
y Esquina; y en el oeste el río Paraná. Todo el departamento ocupa una superficie de 4.388 kilómetros
cuadrados.
La ciudad se encuentra emplazada en la margen izquierda del Paraná en un sitio bajo, anegadizo y de
microclima húmedo, y se ubica a 223 kilómetros al sur de la capital provincial, con la cual se conecta
mediante la actual ruta nacional Nº12.

DISCUSIÓN DE RESULTADOS

Orígenes de Goya.
Los orígenes de esta ciudad que surgió espontáneamente y sin acta de fundación, se remiten a las
postrimerías del siglo XVIII, más precisamente a la década comprendida entre 1790 y 1800, época en la que
según la documentación existente se instaló en el lugar que hoy es parte del ejido urbano, una campesina
llamada Gregoria Goya.
Esta mujer levantó una precaria vivienda a orillas del brazo que en este sitio forma el Paraná, que ya
por entonces se había convertido en el punto escogido por las embarcaciones que realizaban el tráfico fluvial
para hacer escalas y resguardarse de los temporales.
Doña Goya, como se la conoció desde un principio, vislumbró las posibilidades comerciales de este
lugar al comprobar que los navegantes que permanecían a veces por varios días con sus barcos anclados a la
espera de mejores condiciones climáticas, necesitaban proveerse de víveres y otros diversos suministros.
Desde el punto de vista estrictamente comercial este amarradero natural era inmejorable, ya que
además de ofrecer reparo a las embarcaciones que transportaban mercancías desde Buenos Aires a los pueblos
del alto Paraná y viceversa, en esta latitud los vientos cambiaban frecuentemente de dirección, lo cual
obligaba a los navíos a detenciones relativamente prolongadas.
De esta manera, la señora Goya se constituyó en poco tiempo en un nexo que posibilitaba el
intercambio de mercaderías entre los navegantes y los pobladores rurales de la zona, dando así su nombre a
este paraje que ya en 1801 se conocía como "puerto de Goya".
Debido a que este asentamiento estuvo pensado para cumplir con objetivos puramente comerciales y
no con vistas a conformar un futuro pueblo, la progresiva instalación de pobladores y la posterior edificación
se fue realizando desordenadamente en un sitio inadecuado en lo que respecta a sus condiciones topográficas,
ya que era inundable, normalmente pantanoso y muy húmedo. De hecho entonces que no se cumplieron los
requisitos mínimos exigidos por la legislación española en lo que respecta a la erección de ciudades.
La consolidación de la edificación en estos terrenos depararía con el tiempo graves trastornos a la
población de Goya, no solamente porque estuvo expuesta a las periódicas crecidas del Paraná que de hecho
produjeron inundaciones, sino también porque al quedar estancadas las aguas en las lagunas y bañados
circundantes se formaba un ambiente favorable para la proliferación de insectos y la propagación de
epidemias, que desde luego asolaron frecuentemente a este núcleo urbano en sus etapas iniciales.
Precisamente la existencia de arroyos y bañados permanentes en el área, hicieron que durante décadas
la principal vía de comunicación de Goya con los demás pueblos fuese la fluvial, aunque ello no fue un
impedimento para que el pueblo continuara su ritmo incrementativo en el orden comercial y poblacional.

Organización del pueblo.


En 1804 el cabildo de Corrientes reconoció al vecindario del puerto de Goya la jerarquía suficiente
como para designar a un juez comisario que ejerciera la autoridad legal en este distrito. Dos años más tarde se
inició la construcción de una capilla y simultáneamente, la formación regular de un pueblo. Con el templo
construído, con administración de justicia propia y con la traza de la plaza y las calles adyacentes, así como
también la asignación de los respectivos solares para las oficinas públicas y el cementerio, el pueblo quedaba
organizado como tal, tomándose entonces a 1807 como el año de la fundación oficial de Goya.
En 1825 y por iniciativa del gobernador Pedro Ferré, el Congreso provincial elevó al pueblo de Goya
al rango de Villa dotándola a su vez de un alcalde ordinario que tendría a su cargo la administración de
justicia en primera instancia. La ley, promulgada el 10 de febrero de dicho año, estableció que la Villa de
Goya tendría como jurisdicción el mismo distrito que comprendía a la feligresía de su parroquia, y que la
misma dejaría de llamarse Goya para pasar a denominarse "Nuestra Señora del Rosario" en honor a la patrona
de esta parroquia.
Esta última disposición no prosperó ya que los vecinos, viajeros y nuevos pobladores continuaron
llamándola Goya, como hasta entonces.
Desde este momento la villa "Nuestra señora del Rosario" sería administrada por el alcalde ordinario
de primera instancia y el comandante militar, acompañados por los comisionados de campaña.
En 1852, durante el gobierno de Juan Pujol, Goya dejó de ser villa para pasar a adquirir la categoría
de ciudad. En efecto, el 7 de octubre de ese año el Congreso provincial dictó la ley que convertía a Goya en
ciudad en virtud de su incremento comercial y demográfico, creándole también una nueva autoridad superior
que se denominaría "prefectura política", y que desde luego tendría a su cargo la dirección administrativa y
económica de la misma.
El prefecto, que era designado por el gobernador con acuerdo de la Legislatura cada 12 meses, se
mantuvo como autoridad máxima de la ciudad hasta 1864, año en que se instaló en Goya el primer Concejo
Municipal.
A este Concejo le tocó la tarea de ordenar la vida ciudadana, levantar las primeras obras públicas y
reglamentar las construcciones particulares, fomentar la instrucción escolar y dotar a la ciudad del
equipamiento básico y los servicios esenciales.

Estructura urbana: Espacios, equipamiento y edificación.


Una vez constituido el primer Concejo municipal de Goya, sus miembros dictaron una serie de
disposiciones que estuvieron dirigidas a encausar la expansión edilicia de la ciudad.
A menos de un mes de su puesta en funcionamiento, el Concejo determinó que en adelante no se
permitiría la construcción de casas que lleven corredores a la calle, ya que los mismos alteraban la armonía de
la ciudad y por lo general sobrepasaban la línea de construcción. Asímismo se dispuso que los terrenos baldíos
debían ser cercados con paredes de ladrillos de un altura de dos varas y media, y se debían realizar en el frente
o alrededor de los mismos, al igual que en las viviendas, veredas que tuviesen un ancho de una vara y media.
Años más tarde, y con el fin de corregir errores que se observaban en el amojonamiento de las
primitivas calles, lo cual ocasionaba que muchas casas quedaran fuera de la línea municipal o muy adentro de
las mismas, en octubre de 1870 se procedió al avivamiento de los mojones límites e interiores de los ejidos de
la ciudad.
Para 1895, año en que la población de Goya ascendía a 5.760 habitantes, la planta urbana estaba
entonces circunscripta al espacio comprendido entre las actuales avenidas Madariaga, Paraguay y Sarmiento, y
si bien no obran datos acerca del número de casas existentes en este momento, pueden tomarse como
referencia los resultados arrojados por un censo municipal del año 1879, que indicaban que en Goya había
352 casas construidas con techo de azotea, y 428 realizadas con techos de palma.
A principios de este siglo, y según la descripción que hiciera Benjamín Serrano en sus Guías de
Corrientes de 1901 y 1910, la ciudad de Goya ofrecía la siguiente imagen:
"Es una ciudad simétrica y perfectamente plana, sin accidentes de ningún género en sus calles que
miden 125 metros de largo, y la desventajosa situación topográfica del sitio es subsanada por el empeño de sus
vecinos que van dominando la naturaleza mediante la construcción de puentes y terraplenes...
Las casas, construidas al estilo español son amplias, arregladas, higiénicas, y alegradas todas por
bellos jardines. Entre su edificación se destaca el soberbio edificio de la Escuela Popular levantado a 90 cm
sobre el nivel natural; el edificio de la Sociedad Italiana, de refinada arquitectura; el del hospital; el del hotel
de inmigrantes; el del mercado, y el del templo, con sus tres colosales naves, lujosos altares e imponentes
torres.
En el ámbito particular, sobresale la hermosa casa de dos pisos del señor Fermín A.Soto; la del señor
Eduardo Mohando, la del señor Aguirre Silva y la mansión del señor Tomás Mazzanti, administrador de la
colonia Carolina...
El comercio en general se encuentra en manos de italianos y las tres colonias adyacentes "Carolina",
"Isabel Victoria" y "Porvenir" están pobladas por ciudadanos de este país. La mayor dificultad que se opone al
comercio de Goya es sin duda su puerto, distante hoy a más de una legua de la ciudad, por cuanto el riacho del
Paraná sobre el que se encuentra sedimenta continuamente y es necesario un permanente dragado. No
obstante, el comercio es activo y considerable, puesto que la importación y exportación de las manufacturas se
calcula en unas 30.000 toneladas anuales...
Las casas más importantes de importación y exportación son las del señor Luis Villa, Pedro Speroni y
Cía, Luis Speroni, Agustín Speroni, Antonio Fagetti, César Cantaluppi, Santiago Morelli y otros
representantes de la colectividad italiana. A su vez, la mayoría de las casas industriales o de construcción, al
igual que las profesiones más destacadas, se encuentran en manos de italianos o descendientes directos de
ellos..."

CONCLUSIONES

La ciudad de Goya, hoy segunda en importancia en la provincia de Corrientes, surgió


espontáneamente gracias a la visión comercial de una pionera que además de establecerse en el sitio propició
por iniciativa propia el poblamiento en un paraje que terminó adquiriendo su nombre como consecuencia de
su ininterrumpido arraigo.
La organización del pueblo avanzó lentamente en sus primeras etapas en razón de las dificultades que
supuso la condición baja y pantanosa del emplazamiento, su incomunicación por vía terrestre, y los
prolongados litigios que ocasionó al estado provincial la incorporación de las tierras adyacentes al poblado
original.
No obstante ello, la ventajosa ubicación de su puerto en un punto estratégico para el transporte fluvial
consolidaron al núcleo urbano como un importante centro de reabastecimiento e intercambio comercial, y
desde 1852, año en que Goya fue elevada a la categoría de ciudad, se encaminó definitivamente su
organización urbana mediante una adecuada delineación, una apropiada reglamentación de la edificación, y la
incorporación de las primeras modalidades de equipamiento y servicios comunales.

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