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Para comienzos del siglo XVIII, Girón ya se extendía hasta la ribera del río de Oro, y había
ocupado los terrenos que en el momento de la fundación se habían designado para los
ejidos y dehesas, que eran una zona de tierra que servía de reserva para la expansión del
núcleo urbano, además de ser la fuente proveedora de recursos como pastos y leña, y
podía emplearse para la “recreación” de todos sus vecinos. Contaba con una iglesia en la
plaza principal, y con la capilla de Nuestra Señora de las Nieves, una escuela y una cárcel,
que funcionaba en la sede del cabildo, y las principales vías de comunicación las
constituían el camino real, que comunicaba a Santafé con Maracaibo, y los que partían
con destino al río Magdalena. A nivel económico, en toda la provincia se cultivaba
principalmente cacao, algodón, tabaco, ajo y anís, y se producían alpargatas, azúcares,
mieles y conservas, que se llevaban hacia los mercados de Mompox y Cartagena. En el
siglo XIX, el destino de Girón dio un vuelco definitivo. En 1808 comenzó a depender de la
provincia de Pamplona, y la vecina población de Bucaramanga pasó de ser una villa en
1824 a convertirse, por motivos políticos, en la capital del Estado de Santander, en 1857,
estatus que perdió en 1861 con el Socorro, pero que volvió a recuperar a partir de 1886,
como capital ahora del departamento de Santander. Estos avatares políticos llevaron a
Girón lentamente, entre otras razones, a perder su preponderancia económica regional,
pero al mismo tiempo, y como sucedió con otras ciudades, como Popayán o Mompox, fue
uno de los factores que permitieron que se conservara el patrimonio urbano y
arquitectónico levantado principalmente en el período colonial. Esta situación llevó a
que su centro histórico fuera declarado como Monumento Nacional en 1963, por el
gobierno nacional, para así asegurar su protección legal.
Los puentes sobre algunas de las calles que desembocan en las quebradas Padre Jesús y
Nuestra Señora de las Nieves han logrado asegurar la comunicación vial de Girón y se
convierten en uno de los elementos singulares de este centro histórico. A la llegada de
los españoles a América, se sorprendieron con la presencia de puentes colgantes o de
hamaca, formados por bejucos trenzados, y que fueron una innovación técnica que los
europeos desconocían. Pero, asimismo, los pueblos prehispánicos no conocían los
puentes de dovelas de piedra o de bóvedas de cañón, que requerían del uso de cimbras
de madera hasta cerrar el arco, que a su vez los españoles habían aprendido a construir
de los romanos. Son de este tipo los seis puentes de calicanto que se conservan sobre la
quebrada de Nuestra Señora de las Nieves, que cruza la población en sentido oriente-
occidente, y que con sus denominaciones recuerdan los antiguos nombres de sus calles:
el Antón García en la carrera 24; el San José sobre la carrera 25; el Moro en la carrera
26; San Benito sobre la carrera 27; las Nieves en la carrera 28, y finalmente Los Mirtos
en la carrera 29. Por su parte, el denominado puente “zarando”, que se levanta sobre el
río de Oro, es de la familia de los puentes colgantes prehispánicos, aunque el bejuco fue
reemplazado en esta estructura por cables de acero.
La iglesia advocada a San Juan Bautista se encuentra sobre la plaza principal, y fue
elevada a la categoría de basílica menor el 26 de julio de 1998. Se levanta en el mismo
lugar que ocupó la primitiva iglesia, en el marco de la plaza principal. Como lo
aconsejaba desde Vélez en 1617, unos pocos años antes de la fundación de Girón, el
oidor de la Real Audiencia Lesmes de Espinosa y Saravia, que “todo el pueblo junto haga
su Yglesia en un canto de la plaza (…) del grandor y tamaño que fuere el pueblo y algo
mayor, y a un lado se haga la casa del Padre doctrinero con aposento que sirva para
hospital dentro del patio de la dicha casa”. La actual construcción se organiza en torno a
una planta rectangular con una nave central y dos laterales, apoyadas en columnas
toscanas que sostienen arcos de medio punto y que están rematadas por balcones
longitudinales. Un arco toral anuncia sobre la nave principal el comienzo del presbiterio,
donde se sitúa el altar mayor en mampostería y en cuyos nichos se pueden apreciar las
imágenes de San Juan Bautista y del Señor de los Milagros, que se adora en este templo
desde 1870. En la fachada principal de destacan las dos altas torres, que enmarcan el
cuerpo central y en donde se ubican ocho campanas traídas desde Toledo (España) y el
reloj público.
Sobre la plaza principal, otro de los sitios que merece visitarse es la denominada
Mansión del Frayle, una casa de dos niveles que fue la vivienda de fray Eloy
Valenzuela Mantilla (1757-1834). Nacido en Girón, Valenzuela viajó a Santafé a
estudiar en el Colegio del Rosario, donde tuvo la oportunidad de conocer a José
Celestino Mutis, quien decidió en 1783 nombrarlo subdirector de la Real Expedición
Botánica, cargo que desempeñó por dos años, al cabo de los cuales se radicó en
Bucaramanga, hasta su muerte. Es un inmueble representativo de la arquitectura
doméstica colonial, con sus tres patios y diferentes elementos ornamentales. En él se
alojó el Libertador, Simón Bolívar, por primera vez en 1813, luego en 1820 y por
último entre el 6 y 8 de abril de 1828. El recuento de sus visitas se puede apreciar
también en el monumento que con este motivo se encuentra en el parque principal. Si
el paso del Libertador aún se recuerda, dejando la historia y volviendo a la leyenda,
sucede lo mismo con Antón García o el fantasma del Jinete Negro. Este mito, que se
comparte con otras poblaciones santandereanas, cuenta que García le encomendó a
Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles, la recuperación de su esposa, que se
encontraba en agonía. El milagro se consumó, pero la promesa se olvidó. A la muerte
de García fue condenado a deambular “por los siglos de los siglos” sobre una mula
negra por las calles, ataviado con un sombrero negro de fieltro, que contrasta con su
blanca calavera, la cual aterroriza a quienes afirman haberlo visto en las noches
gironesas.
Una de las intenciones que tuvieron los pobladores españoles, al momento de fundar
ciudades, consistió no solo en lograr que los nuevos moradores criollos y europeos se
establecieran en territorios hasta ese momento inhabitados por ellos, sino congregar a
las tribus indígenas dispersas. En estas poblaciones se les enseñaba a vivir en “policía” o
de acuerdo con las nuevas normas traídas por ellos, que incluían el pago de tributos e
impuestos, así como convertirlos a la fe católica e incitarlos a abandonar sus creencias
ancestrales. Con este fin se construyeron iglesias, conocidas también como templos
doctrineros, desde donde justamente se “adoctrinaba” a los nativos. Al parecer, este es
el origen de la capilla de Nuestra Señora de las Nieves, que se levanta sobre la plaza del
mismo nombre. Este templo, que ya estaba levantado en 1757, cumplió un papel
fundamental en mayo de ese año, cuando los habitantes de la población, asolados por la
peste, que le atribuían a la “ira divina”, decidieron sacar en procesión a la imagen de
Nuestra Señora de las Nieves, y con éxito los enfermos recuperaron su salud. En la plaza
es frecuente encontrar mujeres pertenecientes a la población rom, o gitanas, que se
ofrecen a leer los designios del destino en la palma de la mano del interesado, por un
módico precio.
En los alrededores de Girón, en el camino que se dirige a la vereda del Corregidor, aún
se conserva una de las casas de haciendas, que perteneció al célebre alemán Geo von
Lengerke (1827-1882). Es una sencilla construcción rodeada por amplios corredores
definidos por pies derechos y protegidos del sol por un techo de tejas de barro cocido
que se apoya sobre ellos. Una piedra tallada, donde se pueden leer sus iniciales y la
fecha “1863”, es lo único que queda en este lugar de su pasada gloria. Lengerke llegó a
nuestro país hacia 1852, se estableció en Bucaramanga y se dedicó al negocio de venta
de sombreros de jipijapa y tabaco, lo que explica que haya comprado esta hacienda, que
aún se dedica a su cultivo. Sin embargo, no fue este negocio el que le permitió amasar su
fortuna sino la corteza de la quina, óptima para el tratamiento medicinal de varias
enfermedades, cuya explotación en la ciudad de Bucaramanga y sus alrededores
desencadenó un “tumulto” semejante al de la fiebre del oro en California, como lo han
afirmado varios historiadores. Con el fin de lograr exportar la quina, Lengerke
emprendió el mejoramiento de los caminos desde y hacia el río Magdalena, a la altura
del puerto de Barrancabermeja, y siguiendo los pasos de los españoles en los siglos XVI
y XVII, se encargó de apoyar el exterminio de los últimos indios flecheros, que
intentaron impedir este comercio por sus tierras. Muchos de los coloniales caminos
reales pueden ser hoy en día recorridos por caminantes, y en Santander son conocidos
como los “caminos de Lengerke”, quien asimismo colaboró en la migración alemana a
esta región del país.
Por este mismo camino se pueden visitar varios chircales o tejares, así como campos
sembrados de tabaco. Aquellos interesados en la observación de aves pueden estar
atentos a divisar turpiales de la familia Icteridae; mirlas o Turdus grayi; la “cuchiga” o
roba huevos, o la “guacharaca” u Ortalis ruficauda, que los campesinos de la región
describen como “oscuritas, cantan y son raboncitas”. De otra parte, y a quienes les
interesen los árboles, encontrarán matarratón o Gliricidia sepium; cují, gallinero o el
cucharo, que se usa por su dureza para los pies derechos y las vigas de los techos. En
Semana Santa hay que estar prestar atención a las hormigas culonas, que salen entre los
meses de abril y mayo. Por último, en esta vereda se levanta la capilla del Señor de los
Milagros, que por tradición se dice que fue levantada en 1740. Allí acuden muchos
devotos a “depositar sus mandas” o promesas; sin embargo, la imagen del Señor de los
Milagros fue trasladada en 1870 a la basílica menor.
Información general
• PAÍS: Colombia
• DEPARTAMENTO: Santander
• MUNICIPIO: Girón
• LÍMITES: Oriente: Con los municipios de Floridablanda, Piedecuesta y
Bucaramanga. Occidente: Municipio de Betulia. Norte: Municipio de Sabana de Torres
y Lebrija. Sur: Municipios de Los Santos
y Zapatoca
• FECHA DE FUNDACIÓN: 15 de enero de 1631
• FUNDADOR: Francisco Mantilla de los Ríos
• EXTENSIÓN TOTAL: 475, 14 Km2
• POBLACIÓN TOTAL: 160.166 (censo de 2005)
• GENTILICIO: Gironés
• ALTITUD: 777 m.s.n.m.
• TEMPERATURA PROMEDIO: 24 °C
• ACTIVIDADES ECONÓMICAS: Agricultura (cacao y tabaco principalmente)
• DISTANCIA A BUCARAMANGA: 7 km
Cómo llegar
De las ciudades principales está a una distancia prudente: 373 km de Bogotá, 532 km
de Santa Marta, 575 de Barranquilla, 692 de Cartagena y 195 de Cúcuta.
Eventos y festividades
Dentro de los platos típicos se puede mencionar la fritanga, que tiene capón, carne de
cerdo, costilla, longaniza, maduro con queso y chicharrón. Asimismo, el sancocho con
chorotas, masas elaboradas con maíz pelado, rellenas con arroz, huevo o carne.
También se consiguen platos tradicionales de la cocina santandereana, como el
cabrito con pepitoria y el mute. Dentro de los postres se destacan las cocadas de
panela.