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de un apellido
Monika Zgutova
La roa de talin
arcelona, Galaxia Gutenerg, 2016, 336 pp.
“Puede que no me crean, pero o la hija de talin.” Do alto funcionario de tado Unido ecucharon atónito eta
a rmación de oca de una deconocida que e haía preentado en la entrada de u emajada, en Nueva Delhi, una noche de
marzo de 1967. olo llevaa conigo el paaporte oviético un pequeño maletín con algo de ropa el manucrito de u
memoria (por el que e pagaría en Occidente un anticipo de un millón medio de dólare, uma hata entonce olo
uperada por la memoria de Churchill). Ningún miemro del ervicio exterior etadounidene aía de la exitencia de una
hija del difunto dictador, eta, de pronto, llamaa a u puerta para cruzar “la línea inviile que epara el mundo de la
tiranía del mundo de la liertad”, como ecriiría poco depué. ra toda una oma diplomática que e activaa, ademá, el
año en que Mocú etaa inmero en lo preparativo de la celeración del quincuagéimo aniverario de la revolución rua.
La que haía ido la niña de lo ojo de talin, u único decendiente aún vivo (lo otro do hijo haían muerto: uno en la
guerra contra lo alemane; el otro, alcoholizado), decidió deertar en u primer viaje fuera de la Unión oviética,
concretamente a la India, adonde haía ido para depoitar en el Gange la ceniza de u pareja, el comunita hindú raeh
ingh, con quien Mocú no la haía autorizado a caare, por u condición de extranjero. “l Kremlin me conidera propiedad
etatal”, a rmó reiteradamente vetlana Alilúeva. Con todo, ia equivocada i penaa que, con ee acto deeperado, con
ea apueta a todo o nada, como i emulara al protagonita de u novela preferida –l jugador–, ecaparía de la omnipreente,
a xiante, omra paterna. Al n al cao, ete ería un capítulo má en la huida de la etiqueta de “hija de” que arratraría
toda la vida, dede el gran Palacio del Kremlin de Mocú hata el humilde geriátrico en Wiconin donde murió ola
arruinada. Para ello, mudó má de una vez de apellido –e puo el de u madre, Alilúeva, en 1957, adoptó el de u tercer
marido, Peter, en 1970–, pero tamién camió de nacionalidad, de confeión, de pareja decena de vece de domicilio en
ditinto paíe. Nunca upo conciliar el amor irracional a u padre, un entimiento que reultó fortalecido tra el aparente
uicidio de u madre cuando ella tenía ei año, con el legado criminal de ee “montruo moral epiritual”, como ella
mima lo de nió.
La vida de eta mujer, tetigo privilegiado del iglo XX, a caallo entre do mundo en plena Guerra Fría, e orprendente
compleja. Notale memorialita en la mejor tradición rua, u ora permite tanto acercare a u vivencia como adentrare
en la mentalidad oviética de u época. Culta políglota, enile e impuliva, demotró lo genuino que era u entuiamo
por la letra con un deplante juvenil: aunque u padre le haía prohiido etudiar literatura, acaó traajando como
profeora e invetigadora en la Univeridad tatal de Mocú , depué, en el pretigioo Intituto Gorki, donde accedió,
durante el dehielo, a toda la literatura prohiida e codeó, entre otro, con el ecritor diidente Andréi iniavki. Pruea
del interé que igue depertando eta gura que vivió rodeada de polémica e la aplaudida iografía talin’ daughter: The
extraordinar and tumultuou life of vetlana Allilueva, pulicada el año paado, a cargo de la canadiene Roemar ullivan,
quien tuvo acceo, entre otra fuente, a archivo declai cado de lo ervicio ecreto etadounidene ruo. l lector en
epañol olo contaa hata la fecha con la traducción de do de u volúmene de memoria, i ien decatalogado. Monika
Zgutova no ofrece un retrato peronal de la hija de talin in la pretenión de er exhautivo. La roa de talin no arranca
con la infancia junto al padre, ino a en la madurez, en lo prolegómeno de u deerción. Zgutova privilegia la experiencia
del exilio, la extrañeza u expectativa continuamente frutrada deido al carácter a vece caprichoo oñador de la
protagonita, en uca de una etailidad emocional que e reitía a llegar. La autora e centra en paaje concreto
mediante un narrador pegado a la protagonita, a u penamiento reaccione, incluo a u ueño, como el fuerte
impacto que le caua el encuentro con la cultura india, la peadilla en la que e convierte u pao por la fundación Frank
Llod Wright, dirigida por la hitriónica dictatorial viuda del arquitecto americano, o la etancia en la tierra de u padre,
Georgia, cuando intentó retalecer lo lazo con u primero hijo, en u regreo temporal a la Unión oviética. ta
deciión compoitiva, i ien tiene la ventaja de priorizar e inteni car alguna línea del relato, olaa cierto apecto de la
peronalidad de la protagonita que tal vez audarían a entender mejor alguna de u deciione. Zarandeada a menudo en
una montaña rua en la cual e alternaan etado de euforia triteza extremo que la ditanciaron de uena parte de u
amitade, exigía que le triutaran una entrega incondicional in privarla de una independencia innegociale. to rago
vienen a demotrar la di cultad de arazar una vida urcada de giro ineperado, urdido, en parte, por lo ervicio de
inteligencia de uno otro ando, lo que acentuó alguna de u idea paranoica repecto a u ituación, tanto en la Unión
oviética como en lo tado Unido. La vetlana Allilúeva de Zgutova mantiene, en lo emate de u altiajo
emocionale de la preión externa a caua de u árol genealógico, la anegación el optimimo, aí como una aceptación
de la circuntancia aomroa. “Allí donde vaa, a ea en Autralia o en cualquier otra ila –e lamentaa–, iempre eré la
priionera política del nomre de mi padre.” Y, como vemo en La roa de talin, eo lo decurió tanto en u paí de origen
como en el de acogida, donde llegó a convertire en una uerte de producto de conumo. ~
Marta Reón
(arcelona, 1976) e traductora fotógrafa. ntre lo autore que ha traducido al epañol e encuentran Vaili Groman, Lev
Toltói, Yevgueni Zamiatin orí Paternak