Está en la página 1de 380

Diseño de cubierta:

Sergio Ramírez Historia política


Titulo original: World politics. Since 1945 del mundo contemporáneo
De 1945 a nuestros días

Peter Calvocoressi

Traducción de Susana Sueiro Seoane (de la 5.' edición inglesa).


Reservados todos los derechos.· Revisión y traducción de los cambios traducidos en la 7.' edición inglesa
De acueredo a lo dispuesto en el art. 270 de Cristina Piña Aldao y Juan Carlos Poyán Cottet
del Código Penal, podrán ser castigados con penas
de multa y privación de libertad quienes
reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra
literaria, artistica o cientlfica fijada en cualquier
tipo de soporte sin la preceptiva autorización. '

Esta edición, traducción de la 7.ª de World politics. Since 1945 (actualización


de 1996), se publica por acuerdo con Longman Group Limited, London.
© Peter Calvocoressi, 1968, 1971, 19n, 1982, 1987, 1996
©Ediciones Akal, S.A., 1999,
para todos los paises de habla española
Sector Foresta, 1
28760 Tres Cantos
Madrid - España
Tel.: 91 806 19 96
Fax: 91 804 40 28
ISBN: 84-460-1008-9
Depósito legal: M. 20.560-1999
Impreso en MaterPrint, S. L
ColmenarVlejo (Madrid)
Prólogo a la
séptima edición

Con esta séptima edición el libro cubre cincuenta años. Los añadidos más impor-
tantes abarcan las consecuencias inmediatas de la desintegración del imperio soviéti-
co en Europa y de la propia Unión Soviética; el estremecedor colapso de la
Federación Yugoslava; la Guerra del Golfo contra Irak y sus múltiples secuelas; el
Tratado de Maastricht para fomentar la Unión Europea; las tensiones surgidas en
China entre la liberalización económica y los rigores del comunismo en la penumbra
de un dilatado gobierno de Deng Xiaoping desde el borde de la sepultura; las suertes
entreveradas en África, desde el optimismo en África del Sur, Ghana e incluso
Angola, hasta la virulencia en Nigeria, Somalía, Ruanda y Liberia; malas épocas para
la ONU, el caduco GATI y el internacionalismo en general.
Éste es el medio siglo de la guerra fría. Comienza con el total sojuzgamiento de
Alemania y Japón. Para algunos, la Segunda Guerra Mundial fue una colisión ideo-
lógica· que se saldó con la derrota del fascismo y desde esta perspectiva despejó el
camino a una guerra paralela entre democracia y comunismo. Pero, para ser más exac-
tos, la Segunda Guerra Mundial fue una guerra contra las ambiciones extranaciona-
les de Alemania y Japón, cuyas derrotas ensalzaron el poder de los Estados Unidos y
la Unión Soviética hasta tal punto que recibieron el nombre de superpotencias, una
nueva categoría política. La guerra fría entre estas superpotencias fue un. enfrenta-
miento expresado ideológicamente y vivido materialmente.
Las ambiciones de Alemania y Japón eran nacionalistas y predadoras pero tam-
bién formaban parte de una corriente ineluctable que empujaba a la nación-Estado a
la agresión dado que el Estado ya no era una entidad autosuficiente y tanto la nece-
sidad como las emociones la impulsaban a extender su dominio más allá de sus fron-
teras. A su vez, los Estados Unidos y la Unión Soviética no estaban exentos de esta
necesidad, aunque se diferenciaban por el distinto modo en que eligieron cumplir con
ella. La guerra fría era una disputa por el poder mundial más allá de las fronteras de
sus protagonistas, en la que no estaba previsto que ninguna de las partes fuera a tomar
los territorios de la otra.
La guerra fría fue un fenómeno enormente confuso. Se libró con una intensidad partes a desarrollar armas cada vez más precisas, capaces d~ alcanzar objetivos selec·
ideológica y retórica que en gran medida era un disparate y con unas armas pavoro- donados más minuciosamente -armas de medio alcance y luego armas tácticas y de
samente destructivas y sin precedentes, pero que eran inservibles en términos estric- batalla- con el fin de racionalizar el uso del poder nuclear en una guerra. Sin embar-
tamente militares. Además, se suponía que estas dos superpotencias no sólo perte- go, esta tentativa falló. A ningún comandante de operaciones le gustan las armas que
necían a una categoría común, sino que eran aproximadamente equivalentes, lo cual contaminan la zona en la que se propone avanzar y que probablemente conducen a
jamás fue cierto. Aunque en uno o dos sectores el armamento de la Unión Soviética la anarquía antes que a la victoria (siendo la anarquía lo que más temen los dirigen·
fuera superior y en otros suficiente para responder a la capacidad ofensiva de los tes junto con la derrota). Dado que el efecto disuasorio de un arma nuclear menor
Estados Unidos, el balance global entre las superpotencias fue decididamente más depende de la amenaza implícita de utilizar el arma inmediatamente mayor de la
ventajoso para Estados Unidos, que era incomensurablemente más fuerte en cuanto cadena, la amenaza de utilizar la de menor envergadura depende, en último término,
al indiscutible poder económico necesario para crear, mantener y desarrollar las de la amenaza de utilizar la de mayor envergadura, cuyo uso debía ser impedido por la
armas y en cuanto a las habilidades políticas y económicas requeridas para manejar creación de la menor. El desarrollo de una cadena de armas nucleares no eliminó la
la complejidad de un Estado moderno. La apariencia y la realidad estaban extraor· farsa que, aunque presente en la mayoría de las maniobras internacionales, en el caso
dinarimente peleadas. de las armas nucleares era demasiado grande para resultar convincente. Finalmente la
La guerra fría tenía sus raíces en una desconfianza que, acrecentada por desave- guerra fría no destruyó ni el espacio vital ni a los súbditos de las superpotencias, pero
nencias y errores de cálculo, desembocó en una gran inquietud. Estados Unidos y la s( sus economías.
URRS estaban profundamente divididos tanto en filosofía política como económica, El predominio de un conflicto aislado como el de la guerra fría oscurece o distor·
pero ninguna de las dos potencias tenía la intención de declararle la guerra a la otra siona otros problemas. Tres de ellos tuvieron implicaciones especialmente importan-
aunque ambas temían que la otra pudiera hacerlo. Estos ~emores eran irracionales. tes. El enfrentamiento maniqueo de las superpotencias sofocó los frágiles mecanismos
Tras el colapso de Alemania, Estados Unidos temía ulteriores avances de las fuerzas del orden internacional. La guerra fría comenzó en el mismo momento en que se creó
soviéticas hacia el oeste y una conversión exitosa al comunismo de los Estados de la ONU, como versión nueva y mejorada de la Liga de Naciones, e inmediatamente
Europa occidental. Pero, de hecho, las fuerzas soviéticas estaban exhaustas y la pro- invalidó a la ONU, que estaba diseñada para un mundo distinto -un mundo en el que
pia Unión Soviéticá en ruinas; y ningún Estado occidental estaba ni remotamente se esperaba que las disputas entre los Estados, aun siendo hasta cierto punto inevita-
cerca de una toma de poder comunista, ni por la vía electoral ni por una sublevación bles, fueran susceptibles de ser minimizadas, gobernadas, saneadas-. El impacto de la
-y de haber sido así su ejército nacional habría sofocado rápidamente cualquier inten· guerra fría no fue simplemente incapacitar al Consejo de Seguridad mediante el dere-
to de golpe-. Por su parte, en 1945 y durante muchos años, la URSS temió un afán cho de veto por parte de sus principales miembros. La guerra fría hizo que la ONU
consensuado por los países de Occidente para destruirla. Con razón Stalin percibió la resultara en gran parte irrelevante e inoperante en relación con cualquier asunto que
fuerte animosidad occidental, pero estaba completamente equivocado al suponer que pudiera ser interpretado como un aspecto de la guerra fría, de modo que el milagro no
Estados Unidos y sus aliados pudieran declararle la guerra o concebir otros medios es que la ONU fuera menosc~bada, sino que sobreviviera. Sin embargo, sufrió mucho
para disminuir su dominio sobre los recién adquiridos satélites en Europa central y durante la guerra fría y volvió a resurgir en la última década del siglo en un mundo
oriental. La guerra fría fue la expresión de un profundo antagonismo en el marco de que, al contrario del de 1945, no cifraba en ella grandes esperanzas. La conducción de
las ideas y la conducta, en la que sin embargo no mediaron disputas territoriales y por los asuntos internacionales por medios pacíficos y discursos racionales se debilitó
consiguiente fue librada como un prolongado intercambio de acusaciones. Y puesto notablemente y Estados Unidos, la superpotencia que había sobrevivido, emergió de
que no era territorial, podía potencialmente convertirse en global. la guerra fría con el dilema de hasta dónde podía intervenir en los asuntos mundiales
Las armas nucleares acentuaron la confusión. Con frecuencia se ha dicho que la en calidad de primus inter pares y hasta dónde como déspota.
posesión por ambas partes de armas nucleares con una potencia aproximadamente Las crisis en Somalia y en el Golfo pusieron al descubierto esta incertidumbre y la
equivalente impedía que la guerra fría se convirtiera en algo peor: cada una de las guerra en Bosnia provocó un alejamiento, al principio vacilante y luego brusco, de la
superpotencias tenía idéntico miedo al armamento que al enemigo. Es evidente que cooperación internacional hacia una asertivida:d nacional más efectiva, atemperada
las armas nucleares eran especialmente temibles y, en este sentido, actuaban como únicamente por el espíritu de época imperante. Estados Unidos además se vio limita-
fuerza disuasoria -una fuerza disuasoria acrecentada en gran medida por la publicidad do por un legado de la guerra fría que le había impedido pensar en otros asuntos que
de los riesgos de una victoria cuyo coste era la autodestrucción-. Pero ningún arma no fueran la guerra fría: no habían desarrollado µn política para las distintas partes del
es peligrosa hasta que no se utiliza y podría argumentarse que no era probable que las mundo, sino meramente una política centrada en combatir en esas mismas zonas a la
superpotencias fueran a utilizar las armas nucleares una contra la otra. Las primeras URSS. Una vez agotado este ingrediente determinante Estados Unidos carecía de
armas nucleares fueron armas de destrucción e intimidación de masas y durante un una política aplicable a un mundo exento de la guerra fría.
breve período de tiempo sólo las poseía o podía producirlas Estados Unidos. Estados Una segunda característica de finales del siglo XX, que fue ensombrecida por la
Unidos las utilizó contra Japón y posteriormente consideró usarlas contra China, pero guerra fría, fue el problema que se le planteaba a un Estado a la hora de acceder a las
su uso contra la URSS en los primeros años de la posguerra era inconcebible. Cuando materias primas que quedaban dentro de los confines del otro y que eran esenciales
también la URSS las adquirió, el riesgo de una aniquilación mutua obligó a ambas para el bienestar del primero: fundamentalmente el petróleo. El camino más seguro

6 7
para asegurarse estas comodidades -la ocupación de las tierras explotables- no era res- como lo demuestran los ejemplos de la Europa del Este, Somalia, Liberia y Ruanda,
petado ni se consideraba seguro. Las colonias, incluso los mandatos, eran tabú, pero Sri Lanka y Burma, y otros tantos. Estos atroces encuentros no eran nuevos, pero sus
se mantuvo la determinación de los Estados más poderosos de defender sus econo- instrumentos y la publicidad mundial que se hizo de ellos, tanto en televisión como
mías y a sus ciudadanos. En este medio siglo el petróleo de Oriente Medio dejó de ser en la prensa, sí lo eran. Incluso en Europa, el continente en el que nacieror:i y madu-
patrimonio de las corporaciones y Estados extranjeros. Esto supuso un cambio en el raron, muchos Estados defraudaron a lo largo del siglo a sus cuidadanos con guerras
equilibrio del poder económico, pero no se produjo un cambio equiparable en el equi- y otras sublevaciones.
librio del poder militar: este último cambió únicamente en el sentido de que se des- En términos generales, el resultado ha sido un descontento creciente con el
plazó, pero no en el sentido de que los fuertes vieran mermadas sus fuerzas. Cuando Estado, pero sin llegar a destronarlo. Los asuntos internacionales siguen siendo en su
en 1990 Irak invadió Kuwait con el fin de anexionar los campos pertrolíferos y los mayoría asuntos de Estados en un contexto internacional: los Estados siguen siendo
balances bancarios de este último, Sadam Hussein hizo dos cosas. Perpetró una agre- la esencia, internacional es el añadido adjetival. La «comunidad internacional», un
sión que violaba los estatutos de la ONU y amenazó con desestabilizar el equilibrio concepto que los políticos manejan con demasiada facilidad, no existe . La ONU es
del poder y de la producción de petróleo en Oriente Medio. Este propósito alarmó a sencillamente la primera organización mundial de la historia, dado que las organiza-
los compradores de petróleo, cuyo flujo y precio habían estado hasta hace poco bajo ciones anteriores, desde el Concierto de Europa posnapoleónico hasta la Liga de
su control. Con esta agresión proporcionó a la ONU una razón que justificara la gue- Naciones, eran cuerpos regionales con un número limitado de miembros, una autori-
rra y al desestabilizar el régimen petrolífero instigó a Estados Unidos a emprender una dad limitada, unos objetivos limitados y ningún poder. Su campo de acción antes de
guerra destinada a derrocarle a él y su régimen. La guerra demostró que las fronteras 1945 se desarrolló en Europa para luego circunscribirse a Europa y América Latina, y
de un Estado que disponía de unas comodidades internacionalmente valiosas eran poco más: un viaje de Viena a Ginebra. Se trataba de experimentos colectivos cen-
particulam1ente susceptibles de ser violadas, independientemente de que este Estado trados en la gestión de conflictos de Estado a través de la diplomacia, el arbitraje Y la
fuera Kuwait o lrak; pero no hizo nada para arrojar luz sobre el problema de cómo diri- elaboración del derecho internacional. La ONU empezó como una organización simi-
gir unas relaciones, sin recurrir a la guerra, entre un Estado con tales comodidades lar. Poco después de su inauguración se transformó por el surgimiento de docenas de
pero fuerzas inferiores y un Estado necesitado de tales comodidades pero sin ningún nuevos Estados soberanos en todo el mundo; si acaso, tuvo algo más de poder que su
derecho a ellas: el enigma no se centraba en la distribución desigual del poder, sino predecesor, pero una heterogeneidad cultural considerablemente mayor. Esta diversi-
en la distribución de unos poderes inconmensurables. dad cultural fue el principal obstáculo para concederle mayor poder o fuerza auto-
La tercera cuestión que producía especial incertidumbre afectaba al propio motora. La cultura que deseaba difundir era pacífica, cooperativa, racional, legalista
Estado. En la mayor parte del mundo -aunque no en todo él- el Éstado se había con- y, aunque rara vez se llegara a admitir, estaba hasta cierto punto basada en la tradi-
vertido en ingrediente principal de la estructura internacional. Era un artilugio euro- ción y la comprensión europea de estos términos.
peo y los imperios europeos habían impedido que tomara cuerpo en otras partes del Por contraste desde 1945 la historia del mundo, incluyendo Europa, demuestra
mundo hasta que la retirada de estos imperios de Asia y África permitió a otros pue- que el mundo es' un mosaico. de culturas guerreras rampantes. ?in embargo,. de toda
blos copiar el modelo europeo. Poco después de mediados de siglo los Estados fueron esta confusión surge un experimento europeo llamativamente diferente.
aumentando en número. Sin embargo, los nuevos Estados se apropiaron de los atri- Independientemente de dónde uno sitúe las fronteras, la Unión Europea es regional
butos menores propios de un Estado -himno nacional, bancos centrales- sin la sufi- y no global. Abarca una zona que en términos mundiales es comparativam~nte
ciente conciencia de las debilidades que siempre habían acosado a los Estados vete- pequeña y posee una homogeneidad cultural apreciable (aunque esa homogen~1dad
ranos: la diversidad étnica en lo que engañosamente se había dado en llamar nacio- se vea atenuada por la amplitud de la Unión de oeste a este). Parece ser más activa y
nes-Estado, las insuficiencias económicas, la debilidad militar, la fragilidad institu- efectiva en asuntos europeos que la ONU y mediante el Tratado de Maastricht sus
cional. Al mismo tiempo los Estados veteranos que disfrutaban de los beneficios miembros han sacado a colación la posibilidad de darle a la Unión algún tipo de
característicos de un Estado --definición geográfica y legal, lealtad, gobierno estable, poder militar. J. B. S. Haldane una vez escribió un ensayo acerca de «La i'mpottancia
disposiciones sociales- estaban dudando acerca de la conveniencia de su condición de tener el tamaño adecuado» (Importance of Being the Right Size). Lo que es aplicable
y experimentado con acuerdos supraestatales (la Comunidad Europea, el ASEAN, en biología podría tal vez aplicarse a los asuntos internacionales. Desde la perspecti-
una plétora de asociaciones económicas desde zonas de libre comercio a uniones va moderna, el Imperio Romano fue bastante pequeño, aproximadamente el tamaño
económicas). En el último cuarto de siglo casi la totalidad de la población mundial que alcanzará la Unión Europea.
vivía en Estados, pero la mayoría de estos Estados pertenecía a una u otra organiza- El mundo de después de la guerra fría era más que un mundo exento de una gue-
ción internacional, empezando por la ONU, en la que sobre todo los Estados nuevos rra fría. Cito tres ejemplos. La desintegración de la Unión Soviética arrojaba dudas
colocaron a sus representantes diplomáticos más veteranos. Estas organizaciones acerca de las aptitudes de un Estado ruso, con mucho el más poderoso de los Estados
internacionales eran controladas por los Estados a través de sus cuerpos ejecutivos sucesores de la Unión Soviética; pero Rusia era un rompecabezas menos inmediato
-el Consejo de Seguridad de la ONU, el Consejo de Ministros de la CE, etc.- cuyo que China, el Estado imperial más antiguo y extenso de la hisotria mundial. Llevada
dominio y contribuciones financieras apenas disimulados reflejaban que la primacía más de una vez al borde del desmembramiento en los siglos XIX y XX, la enorme expan-
del Estado seguía vigente. Tampoco fueron escasas las derrotas de la nación-Estado, sión y población de China, su renovada coherencia y su aparente confianza en sí

8 9
a la vez está presente. La historia de los últimos cincuenta años es el producto del
misma, anunciaban un papel asertivo y amenazante en asuntos internacionales.
pasado y de lo que la gente conoce o desconoce acerca de ella. Este libro pretende ser
Aunque parecía que Estados Unidos y Japón habían heredado el mundo, China abar·
una ayuda para comprender cosas que han estado sucediendo durante muchísimo
caba una parte mucho mayor.
tiempo. Con todas sus limitaciones necesarias y sus imperfecciones innecesarias, es un
En segundo lugar, el mundo de después de la guerra fría era un mundo en el que
todavía existían armas nucleares. Las superpotencias de la guerra fría habían nego· intento de escribir historia.
ciado el alcance del armamento nuclear y las.superpotencias de después de la guerra
Peter Calvocoressi
fría parecían menos propensas a llevar sus relaciones en términos nucleares: de hecho, Enero 1996
Japón todavía no disponía de armas nucleares. Pero estas armas, o la capacidad de
producirlas o adquirirlas, ya no estaban limitadas a las superpotencias. Hubo señales
de circunspección en América Latina: una desconfianza mutua entre Brasil y
Argentina, ambos capaces de construir por lo menos un dispositivo nuclear. Sin
embargo, en Oriente Medio y Asia del Sur, donde esta capacidad ya existía y estaba
extendiéndose, los recelos no llamaban la atención, La proliferación nuclear ya no era
una amenaza, sino un hecho, y la amenza de lo que dio en llamarse un conflicto
nudear regional era más alarmante porque este concepto resultaba contradictorio:
una posible guerra nuclear librada en cualquier parte del mundo no sólo implica a las
posibles fuerzas beligerantes. Sin embargo, ninguna organización regional interna-
cional, ni una ONU debilitada por la guerra fría, estaba11 suficientemente equipadas
para mediar en conflictos que conllevaran una amenaza nuclear inherente o para
gobernarlos ante una amenaza inminente. El mundo no era necesariamente más segu-
ro porque hubiese cesado la guerra fría.
Ni tampoco más próspero, y así llegamos al tercer punto. El mundo era interna-
cional sobre todo desde el punto de vista económico -por los beneficios recíprocos
del comercio, por el valor de la inversión transnacional, tanto para el receptor
como para el proveedor, por los rendimientos políticos de la creciente calidad de
vida y método, por la reacción universal frente a la pobreza generalizada- pero se
encontraba en estadio incipiente en cuanto a la marcha de las relaciones económi-
cas entre Estados y entre corporaciones de diferentes Estados .o culturas. El poder
económico en recursos naturales y habilidades adquiridas estaba distribuido de un
modo muy desigual; las normas económicas básicas y la naturaleza de la competi-
ción variaban de un lugar a otro; los instrumentos como el Banco Mundial, el IMF,
y el WTO {sucesor del GATI), no sólo soportaron las limitaciones propias de los
organismos internacionales controlados por una diversidad de gobiernos naciona-
les, sino también los desacuerdos sobre la teoría, las estrategias y las prioridades
macroeconómicas.
Para concluir, repito una advertencia y añado otra. Vuelvo a pedir a los lectores
;·:o; que estén al acecho de cuestiones que, al ser demasiado especulativas para una obra
de este tipo, no figuran en ella: por ejemplo, el impacto de las armas nucleares que, al
socavar el fundamento de una declaración de guerra ...:.al convertir la guerra en un sui-
cidio en la medida en que no logre ser un genocidio- está empujando a los Estados a
mantener entre sí un intercambio que se encamina hacia la cooperación y supera la
frontera de la agresión por medios distintos a la guerra. La segunda advertencia es
resistir a la tentación de leer la historia actual como un fascículo de la historia futu-
ra o como invitación a vislumbrar el futuro. Es más importante reparar en la interde-
pendencia del presente y el pasado. Este libro apenas hace mención de la historia
anterior a 1945 (ya sólo por cuestiones de espacio), pero todo él está imbuido del
pasado y en algunas secciones (por ejemplo, Bosnia) de un pasado que es remoto pero

10 11
Primera Parte
PODER MUNDIAL
y
ORDEN MUNDIAL
Las superpotencias
1

LA GUERRA FRIA: LOS PRIMEROS ESCENARIOS

La guerra fría entre las dos superpotencias de la posguerra no fue un episodio equipa·
rabie a otras guerras que tienen comienzo y fin, vencedores y vencidos. El término «gue-
rra fría,. se inventó para describir un estado de cosas. El ingrediente principal de este esta-
do de cosas era la hostilidad y miedo mutuos de los protagonistas. Estas emociones estaban
enraizadas en sus numerosas diferencias históricas y políticas y se alimentaban de mitos
que en ocasiones convertían la hostilidad en odio. La guerra fría dominó los asuntos mun-
diales durante más de una generación.
El presidente Franklin Roosevelt creía, o tal vez sólo esperaba, poder persuadir a Joseph
Stalin para que no creara su propia esfera de influencia sobre Europa del Este, sino para que
cooperara con Estados Unidos en la creación de un orden económico global basado en el
libre comercio y beneficioso para todos los implicados, sobre todo para la Unión Soviéti·
ca. El «Préstamo y Arriendo» a la URSS durante la guerra había sido el"primer paso; el
Plan Marshall, posterior a la guerra, fue una «última esperanza» un tanto absurda, puesto
f. que incluso después de la muerte de Roosevelt, en abril de 1945, había personás en Was-
il::o;

¡ hington inclinadas hacia una política que resucitara la Europa del Este sin llegar a una con·
frontación militar con la URSS. Pero la mayoría de los americanos creían que la URSS se
había consagrado a la conquista de Europa y del mundo entero, en beneficio propio y del
comunismo, y que era capaz de lograr, o por lo menos iniciar, una acción destructiva e ini·
cua por medio de unas fuerzas armadas instigadas por la rebelión. Desde este punto de vis·
ta y bajo la suposición que la hostilidad soviética era inextirpable, o por lo menos más que
temporal, la única respuesta posible para Estados Unidos era la de una confrontación mili··
tar en alianza con los europeos y otros países. Ambas suposiciones eran absurdas. Al fina-
lizar la Segunda Guerra Mundial la URSS estaba incapacitada para seguir empleando sus
fuerzas militares y los partidos comunistas que quedaban fuera de su esfera inmediata eran
incapaces de lograr nada significativo. Aunque desconfiaran de la URSS y fueran contra·
ríos a su sistema y creencias, los poderes occidentales no tenían intención de atacarla y
tampoco estaban dispuestos a desestabilizar el dominio sobre Europa central y oriental que- Grecia, se confirmó cuando los británicos tomaron el control de Grecia sin protesta algu-
había quedado asegurado por su ejército durante el último año de la guerra. Ambas partes na por parte de los rusos, y la URSS instaló un régimen procomunista en Rumania con
se pertrecharon para ganar una guerra que ambos suponían iba a ser iniciada por la otra par- sólo una leve protesta británica. Bulgaria y Hungría siguieron el mismo camino que
te, pero para la que no tenían ni valor ni unos planes concretos. Rumania por razones militares. Yugoslavia cayó en la esfera de influencia rusa. _Europa se
La guerra fría se centró sobre todo en Alemania, donde la disputa sobre Berlín en 1948- dividió en dos segmentos pertenecientes a los dos principales vencedores: EE.UU. y
1949 estuvo a punto de desembocar en un conflicto armado pero que terminó con la victo- URSS. Estas dos potencias continuaron hablando en ténninos de alianza durante un
ria del lado occidental sin llegar a un combate militar. Este experimento controlado de poder tiempo, y estuvieron específicamente comprometidas a colaborar en el gobierno de los
estabilizó a Europa, que durante varias décadas fue la zona más estable del mundo, aunque las territorios alemanes y austríacos que habían conquistado junto con sus aliados.
hostilidades se trasladaron casi simultáneamente a Asia, comenzando con el triunfo del La situación de la URSS durante estos años fue de gran debilidad. Par:i la URSS, la gue-
comunismo en China y la guerra en Corea. Estos acontecimientos a su vezz aceleraron el pro- rra había sido un enorme desastre económico, acompañado de una pérdida de vidas humanas
ceso de independencia y rearmamento de Alemania occidental dentro de una alianza euroa- tan atroz que, probablemente, aún no se había revelado su verdadero alcance. El Estado ruso
mericana y la sucesión de conflictos en Asia, siendo la guerra de Vietnam el más devastador. era una potencia territorial que se había expandido, generación tras generación, dentro de una
Los protagonistas jamás de~earon entablar un combate directo pero sí extender su influencia zona que ofrecía una persistente amenaza alemana. En la fase soviética de su historia, la polí·
y asegurarse ventajas territoriales en otros lugares del mundo adyacentes, fundamentalmente tica exterior de Rusia se caracterizó, además, por una diplomacia que conducía al aislamien-
en Oriente Medio y -tras su descolonización-África. Ninguna de estas excursiones fue deci- to y por ello, en 1941, al umbral de una derrota militar total. La URSS se había salvado gra-
siva y durante aproximadamente medio siglo la única expn;sión externa de la guerra fría no cias a sus extraordinarios recursos geográficos y espirituales, y gracias a la guerra simultánea en
fue el avance o retroceso táctico sino la acumulación y sofisticación de las vías por medio de el oeste, en la que los alemanes ya estaban complicados antes de atacar a la URSS, y que se
las cuales ambas partes intentaban intimidarse mutuamente: esto es, la carrera armamentís- agravaría para ellos cuando, poco después, Hitler declaró, gratuitamente, la guerra a los Esta-
tica. La creciente distensión de la guerra fría resultó del efecto' combinado del elevado coste dos Unidos de América. Para Stalin, de todas formas, la alianza antifascista de 1941-1945 difí-
de los armamentos y de la gradual atenuación de los mitos subyacentes a la guerra. cilmente podía haber parecido algo más que un matrimonio de conveniencia y de duración
En el verano de 1945 se sabía, tanto en Washington como en Moscú, que Japón esta- limitada; tampoco parecía otra cosa vista desde el extremo occidental, si no para la opinión
ba dispuesto a reconocer su derrota y a abandonar la guerra que había iniciado con el ata- pública, al menos para los gobiernos. Terminada la contienda, el objetivo de la alianza se
que a Pearl Harbar. En julio, los americanos hicieron explotar experimentalmente la pri- había cumplido y poco había en las mentalidades y tradiciones de los aliados que incitara a
mera arma nuclear de la historia de la humanidad y, en agosto, arrojaron dos bombas sobre pensar que pudiera convertirse en una entente: por el contrario, la historia diplomática de
Hiroshima y Nagasaki. Japón se rindió inmediatamente, y esta confirmación de la inmi- todos los contendientes hasta 1941, y sus respectivas actitudes de cara a los problemas de la
nente victoria americana privó a los rusos de todo, excepto de una participación simbóli- política, la sociedad y la economía internacionales, sugieren exactamente la idea opuesta.
ca en los acuerdos posbélicos del Extremo Oriente. La Segunda Guerra Mundial terminó La eliminación, permanente o temporal, de la amenaza alemana coincidió con la
con un acto que contenía los dos elementos centrales de la guerra fría: la aparición de las explosión de las primeras bombas nucleares americanas. Por primera vez en la historia del
armas nucleares y la rivalidad ruso-americana.
mundo, un Estado había llegado a ser más poderoso que todos los demás estados juntos.
En el escenario europeo; este conflicto permaneció velado durante un corto período La URSS, no en menor medida que el más insignificante de los países, se hallaba a mer-
de tiempo. Los órganos y los hábitos de colaboración de tiempos de guerra no debían dese- ced de los americanos, si es que éstos estaban dispuestos a hacer en Moscú y Leningrado
charse sino adaptarse a los problemas de la paz. La ofensiva rusa de la primavera de 1944 lo que habían hecho en Hiroshima y Nagasaki. Había multitud de razones para suponer
sentó las bases de un dominio militar y una autoridad política de la URSS en Europa sin que esta disposición no existía, pero ningún gobierno del Kremlin podía obrar con serie-
igual desde que Alejandro l entrara a caballo en París en 1814 con el plan de llevar a cabo dad basándose en esa suposición. El único rumbo prudente que Stalin podía tomar en esta
un acuerdo entre los vencedores que pusiera orden en los asuntos europeos y los mantu- situación amargamente decepcionante era combinar el máximo fortalecimiento posible
viese en su sitio. La naturaleza del control que las grandes potencias de mediados del siglo xx de la URSS con una amable valoración del cauto nivel de provocación de Estados Uni-
iban a ejercer era tema de debate: ¿hasta qué punto estas potencias regirían colectiva- dos, y subordinarlo todo, incluida la reconstrucción posbélica, a la tarea de alcanzar a los
mente el mundo entero, y hasta qué punto cada una dominaría un sector? Rusos y britá- americanos en materia de tecnología militar. Stalin poseía un gran ejército, había ocupa-
nicos, con el remiso consentimiento del presidente Franklin D. Roosevelt (y la discon- do grandes áreas de Europa oriental y central, y tenía aliados y servidores naturales en
formidad de su secretario de Estado, Cordell Hull), discutieron los aspectos prácticos de comunistas de diversas partes del mundo.
una inmediata división de _responsabilidades y, en octubre de 1944, en una conferencia En el interior, sus tareas eran inmensas, incluyendo la protección de la URSS contra
celebrada en Moscú a la que el presidente no pudo asistir a causa de la campaña electoral una repetición de la catástrofe de 1941-1945, y la resurrección del país de la tragedia que
estadounidense, estas disposiciones se expresaron en términos numéricos: el grado de había costado alrededor de 20 millones de vidas, la destrucción o el desplazamiento de
influencia rusa en Rumania fue calificado con 90, en Bulgaria y Hungría con 80; en una gran parte de su industria, y la deformación de su estructura industrial en detrimento
Yugoslavia, 50; en Grecia, 10. En la práctica, estas cifras llegaron a ser toscos índices de de todo lo que no fuera producción bélica, y la devastación y despoblación de la tierra cul-
un control político; aunque expresadas como un trato, describían una situación: 90 y 10 tivada hasta el punto de que la producción de alimentos había quedado reducida casi a la
eran formas refinadas de decir 100 y O, y el diagnóstico de los casos extremos, Rumania y mitad. Para un hombre con el pasado y el temperamento de Stalin, las tareas de restitu-

16
Clave:
l::rii,,.f?t OTAN
!// J Pacto de Varsovia

o
OCÉANO ATLANTICO

f1
º~~ •
..._ -· ____ MAR MEDITER;:NEO

o 500 1.000 km
__J

18 19
ción incluían la reafirmación de las normas del partido y de la ortodoxia comunista, y la
reducción, por tanto, de la prominencia del ejército y otras instituciones nacionales, y la
extirpación de cualquier forma de pensamiento que se saliera de la línea doctrinal pres-
crita. En materia de seguridad nacional, en los asuntos económicos y en la vida espiritual,
el panorama era siniestro. Dentro del país, los artistas e intelectuales estaban sujetos a una
reglamentación, los mariscales victoriosos eran menospreciados y la clase de los oficiales
persistente aunque silenciosamente purgada, mientras que el primer plan quinquenal pos-
terior a la guerra prescribía arduas tareas para la industria pesada y ofrecía escaso bienes-
tar a una población agotada por la contienda.
De cara al exterior, Stalin dejó claro que las zonas adquiridas en 1939-1940 para cum-
plir una función protectora no iban a ser devueltas {los tTes estados bálticos, la mitad orien-
tal de Polonia a la que los rusos llamaban Ucrania Occidental, y Bielorrusia Occidental,
Besarabia y Bukovina del Norte, y el territorio arrebatado a Finlandia tras la guerra de-
inviemo); en otras partes de Europa oriental y central, todos los estados debían tener
gobiernos bien dispuestos hacia la URSS, una vaga fórmula que parecía significar gobier-
nos' con los que se podía contar para que nunca volvieran a dar facilidades a un agresor ale-
mán, y que acabaría significando, después de 1947 aproximadamente, gobiernos decidida-
mente hostiles a Estados Unidos en la guerra fría. Tales gobiernos tenían que ser instalados
y mantenidos por todos los medios necesarios. En el momento de las conferencias que Sta- <(
:::;
lin, Roosevelt y Churchill celebraron durante la guerra, algunas zonas de la URSS estaban o
C>
todavía ocupadas por fuerzas alemanas y, en el transcurso de la contienda y, más tarde, z
durante el tiempo en que perduraron sus secuelas psicológicas (un período de duración
o::;: ~
CJ
~
imprecisa), Stalin estuvo, sin duda, obsesionado por su problema alemán. La guerra fría sus- "'
o
tituyó, primero a los alemanes por los americanos, pero luego, tras el rearme de Alemania ·e:
.se:
occidental, combinó las dos amenazas en una nueva amenaza americano-alemana. Esta "'
Ul
Ul
evolución, a la que el propio Stalin contribuyó con sus acciones en Europa oriental y cen- o::
::::>
tral, pudo, no obstante, constituir una decepción para él si, como parece posible, había .!!!
mantenido alguna vez una perspectiva muy diferente de las relaciones ruso-americanas. <(
z
"'
'O
e!
Para Stalin, durante la guerra los americanos estaban personificados por el presidente :e
()
.se:
Franklin D. Roosevelt, que no ocultó su deseo de llevarse bien con la URSS ni su des- e
u.

confianza hacia el imperialismo británico y otros imperialismos occidentales. Por otra par-
te, Roosevelt deseaba una alianza con los rusos contra Japon, y no parecía en absoluto pro-
bable que hiciese lo que Stalin hubiera temido, es decir, mantener tropas en Europa .,;
permanentemente y convertir a Estados Unidos en una potencia europea. Por el contra- o
.5u
rio, Roosevelt no estaba demasiado interesado en la Europa de la posguerra, ni mostraba, Q)
>
en absoluto, por ejemplo, el interés de Churchill acerca de lo que iba a ocurrir en Polo- "'::i
nia y Grecia. Así como las relaciones ruso-británicas estuvieron próximas a la ruptura a "'>.
o ,;9
causa de Polonia, esto no ocurrió con las relaciones ruso-americanas; y Stalin, aunque sin o
"'
::i

}
verdadero desinterés ni falta de calculada diplomacia, evitó serios desacuerdos con Roo- ...::
Q)

sevelt sobre problemas de organización mundial (como el de la representación de las repú- "O
e=
'O
blicas soviéticas en la ONU) en los que Roosevelt estaba seriamente interesado. Partien- '¡j
do de la base de que los Estados Unidos se mantendrían distantes de Europa y hasta cierto "'....
Q)
"O
punto amables con la URSS, Stalin estaba dispuesto a moderar su apoyo a los comunistas o ~
europeos para no alarmar a Estados Unidos. No podía prever que entregando Grecia a los "'
....:l
británicos estaba preparando el camino para la transferencia de la península helénica a <"!
Estados Unidos en un plazo de tres años. El hecho de que no ayudase a los comunistas .....
griegos pudo deberse, principalmente, al cálculo de que la ayuda no valía la pena, pero

21
20
peas y a sus protectores americanos a preguntarse si la rendición alemana había detenido,
_, .... ,,_..,. __ \,,
realmente, el avance soviético, o si éste podría continuar hasta que París, Milán y Burdeos
Georgia
\
1\ ' \ se sumaran al saco ruso. Pero no puede probarse que necesitara mantener un enorme ejér-
\
_,• ',' cito y reducir a vasallaje a la mayor parte de Europa central y oriental mientras el dinero y
.
Í'-l ,i11
1
' __ ,
'1 \ '1 los cerebros soviéticos se encargaban de fabricar la bomba rusa. Stalin, para lograr la seguri·
. ...... dad nacional acentuó la hostilidad americana -a la que tenía motivos para temer.
1r' \ '---, La paridad nuclear fue un objetivo casi ineludible para el Kremlin desde 1945, pero
""-. \
Armenia? 1
1
había en teoría una alternativa que los americanos trataron de formular en el contexto de
~ i 1 una política práctica. Consistía en sublimar o internacionalizar la energía atómica y apar-
8 1,., __
t tarla así de la política entre estados. Una de las primeras medidas de las Naciones Unidas
fue la creación en 1946 de una Comisión de Energía Atómica. En la primera reunión de
Azerbaiyán esta comisión, Bemard M. Baruch presentó, en nombre de Estados Unidos, un plan para
crear una Autoridad de Desarrollo Atómico Internacional que tendría exclusivo control
y posesión de cualquier actividad nuclear potencialmente útil para la guerra y tendría
también derecho a inspeccionar todas las demás actividades atómicas. Una vez que se
contase con un control internacional efectivo, Estados Unidos dejaría de fabricar armas
nucleares y destruiría las reservas existentes. Pero Estados Unidos no podía destruir sus
avanzados conocimientos tecnológicos y conservaría por tanto una enorme ventaja sobre
la URSS, cuya aceptación del Plan Baruch supondría el retraso de sus propios avances en
- •- • Frontera internacional soviética hasta 1991 física nuclear. Además, a la URSS no le agradaba el plan porque significaría la abolición
1. .
__._..._¡ _..__-'---1--J.I°° - - - - Frontera entre repúblicas en este campo del veto, que era el principal símbolo y garantía de la soberanía nacional,
km ~ Zona de agua en contraste con el gobierno internacional. La URSS estaba menos dispuesta que nin·
1.3. Los cuatro estados de Asia central y el Cáucaso.
gún otro Estado a apoyar la supresión del veto. A. A. Gromiko propuso en lugar de ese
plan un tratado que prohibiese el uso de armas nucleares, la destrutción de los depósitos
existentes y una comisión de control internacional subordinada al Consejo de Seguridad
Stalin pudo también haber pensado que apoyarles alarmaría e irritaría a los americanos (y, por lo tanto, sometida al veto}; se opuso a la creación de una nlleva autoridad inter·
que se agrupaban en tomo a Roosevelt. El líder soviético continuaba con una línea polí- nacional y sólo estuvo dispuesto a permitir la inspección internacional de aquellas plan-
tica aplicada ya a Yugoslavia durante la guerra, cuando contuvo el deseo de los comunis- tas en las que se hubiese decl~rado suspendida la producción nuclear y cuando el gobier··
tas yugoslavos de proyectar y realizar su revolución social estando todavía la guerra en cur· no del país en el que estuviesen situadas las hubiese ofrecido para la inspección. Estas
so, y les urgió para que cooperasen con otros partidos, incluso monárquicos. Asimismo, posiciones eran irreconciliables y, aunque el debate continuó durante algún tiempo, la
persuadió a los comunistas italianos de que fueran menos antimonárquicos que el Partido Comisión de Energía Atómica de la ONU decidió finalmente en 1948 suspender indefi·
de Acción, no comunista; fue el líder comunista Palmiro Togliatti quien propuso, después nidamente sus sesiones. El rechazo ruso del Plan Baruch fue un nuevo factor que vino a
de la caída de Mussolini, que el futuro de la monarquía italiana permaneciera en suspen- añadirse para persuadir a la administración de Harry S. Truman -que había ascendido a la
so hasta que terminase la contienda. De todos modos, para entonces Roosevelt había presidencia de Estados Unidos a la muerte de Roosevelt, en abril de 1945- de que la
muerto y cualquiera que hubiera podido ser la política de Stalin hacia Estados Unidos no URSS no era ya un aliado, sino un adversario.
se podía seguir basando en sus relaciones con Roosevelt y en su estimación de las inten· La bomba atómica fue un arma militar que había sido usada para llevar la guerra con
ciones de éste. Aunque Roosevelt hubiese sobrevivido, su política hubiera podido cam- Japón a un final excepcional y era también un arma política que fue usada para poner tra-
biar radicalmente -como cambió la de Truman- a raíz de la explosión con éxito de dos bas al poder ruso. La guerra dio a Estados Unidos un gran poder en Europa con conside-
bombas atómicas y de la evolución de la política de Stalin en Europa. rables fuerzas militares y armas nucleares en este territorio.
Para Stalin, una vez enfrentado en agosto de 1945 a la evidencia de Hiroshima y Naga- Los artífices de la política americana tenían, teóricamente, mayor libertad de elección
saki, el hecho más destacado era que la URSS no poseía una fuerza aérea estratégica y no que sus colegas rusos. Dotados de una poderosa superioridad técnica, que quizá considera-
podía lanzar un ataque directo a Estados Unidos. Lo mejor que podía hacer Stalin era plan- ban que sería permanente, se encontraban en una posición en la que podían atacar, ame-
tear una amenaza a la Europa occidental que pudiera disuadir a los americanos de atacar a nazar o simplemente esperar y ver qué pasaba. Atacar -iniciar una guerra preventiva- era
la URSS. Los ejércitos rusos no fueron desmovilizados ni retirados de las zonas que habían imposible en la práctica, porque de ningún modo eran capaces de asumir la voluntad de
ocupado en las últimas campañas de la guerra, que incluían las capitales históricas de Buda- hacerlo. Una guerra preventiva es una guerra emprendida por un pueblo que se siente
pest, Praga, Viena y Berlín. De este modo, Stalin creó un área defensiva por delante del vul- amenazado con el objeto de eliminar la amenaza, y los americanos no estaban ni se sen-
nerable núcleo de sus territorios y, al mismo tiempo, obligó a los exhaustos y trémulos euro- tían amenazados por los rusos. En estas circunstancias, una guerra preventiva de los ame·

22 23
ricanos era un concepto intelectual abstracto. (Para los rusos era real pero también suici· elegir entre una hueste de violadores y una hueste de seductores, no sólo preferían a la
da.) Por consiguiente, los americanos adoptaron una política que combinaba las amena· última, sino que a la primera la temían como a algo extraño y espantoso.)
zas con el esperar y ver. Estados Unidos tenía razones para creer que las repercusiones de Hiroshima en Euro·
Todas las armas tienen implicaciones políticas, y cuanto mayor es el arma, mayores son pano pasaban inadvertidas para los rusos. En octubre y noviembre de 1945 se celebraron
las implicaciones. Un arma que es demasiado temible para ser utilizada tiene las máximas elecciones sin coacción en Hungría que dieron a los comunistas sólo una pequeña parti·
implicaciones, puesto que sus poseedores querrán hacer uso político de ella para compen· cipación en el gobierno de la capital y del Estado. Las elecciones en Bulgaria fueron apla-
sar las anómalas limitaciones de su utilidad militar. La postura de Truman fue automáti· zadas ante la insistencia americana y contra los deseos de los rusos. En Rumania, Estados
camente diferente de la de Roosevelt tan pronto como Hiroshima hubo sido destruida. La Unidos se alineó con los anticomunistas y el rey en contra del primer ministro, Pettu Groza,
cuestión no era si iba a hacer uso político de la nueva arma, sino para qué fin político la al que los rusos habían instalado cuando entraron en el país en 1944.
utilizaría. La relación entre Estados Unidos y la URSS se había alterado: ¿cómo debía ser Pero la zona de pruebas decisiva fue Polonia, donde un gobierno de coalición, presi·
explotada esta alteración? El contexto en el que esta cuestión apareció por primera vez no dido por un primer ministro socialista, se mantuvo hasta 1947, pero se fue transformando
fue asiático sino europeo, porque era en Europa donde estaban surgiendo los principales gradualmente en el transcurso de ese año y del siguiente, años que asistieron al predomi·
asuntos políticos. A Estados Unidos, al contrario que a la URSS y Gran Bretaña, no le nio del viento del este sobre el del oeste en Europa central y oriental, al fracaso del inten·
gustaba la idea de las esferas de influencia. Tampoco le gustaba la perspectiva de un con- to americano de oponerse a la partición de Europa en dos esferas de influencia, y a la for-
trol exclusivo de los rusos sobre media Europa y creía que éstos estaban dando pasos en malización de la guerra fría.
esa dirección, contraviniendo así los compromisos de instalar gobiernos democráticos en En estos años, la política americana cambió de dirección, abandonando el intento de
los países liberados del dominio alemán. Como los propósitos rusos eran inciertos -Stalin desarrollar al máximo su influencia a lo largo de Europa en favor del objetivo menor de
pareció contentarse, al principio, con la instalación de gobiernos de coalición en estos hacer entender a la URSS que quedaban prohibidos nuevos avances territoriales en Euro-
países y con la interpretación de que democracia significaba cualquier cosa que excluyera pa. Esta prohibición iba a ser impuesta e institucionalizada por una serie de acuerdos polí·
a los fascistas {un término moderadamente ambiguo en las circunstancias reinantes}- ticos abiertos, y apoyada por disposiciones militares. El abrumador poder de Estados Uni·
Estados Unidos quería ejercer presión sobre Moscú en dos direcciones: para lograr que las dos sería utilizado para obstruir pero no para destruir. Si la URSS ofrecía una amenaza
coaliciones fueran más democráticas en el sentido de que fueran proporcionalmente material, sería contenida por barreras físicas; si ofrecía una amenaza ideológica, sería con·
representativas de la voluntad popular, y para que se concediese a los representantes ame· trarrestada con el ejemplo democrático, con dinero y con las semillas de la decadencia que
ricanos y británicos en las Comisiones de Control de los países liberados algo más de auto· los occidentales percibían en el sistema comunista {al igual que los marxistas en el capi·
ridad en relación con sus colegas rusos. Y, en la presión que se ejercería para conseguir talismo). La política americana era también constructiva y reconstructiva. La Agencia
estos objetivos, jugaría un importante papel la bomba nuclear, que era de suponer que para el Auxilio y la Reconstrucción de la ONU {UNRRA) estaba financiada, principal-
haría que los líderes rusos se lo pensaran dos veces antes de adoptar la política contraria. mente, con dinero americano; la ayuda, que fue enorme, se destinó, especialmente, a la
Del lado americano, ese factor intangible pero sin embargo real llamado clima de opi· URSS y Yugoslavia. En marzo de 1947, Estados Unidos asumió el papel, tradicionalmen·
nión estaba cambiando en esta coyuntura por otras razones, aparte del crecimiento del te desempeñado por Gran Bretaña y que ahora resultaba demasiado costoso, de mantener
potencial nuclear. Hombres nuevos impartían nuevas ideas y nuevas formas de manejar a los rusos alejados del Mediterráneo oriental: Truman colocó a Grecia y Turquía bajo la
los problemas existentes. Truman era un hombre mtiy distinto de Roosevelt y consciente protección americana y prometió ayuda material a los estados amenazados por el comu·
de las diferencias: un americano de cierta eminencia, pero en modo alguno una figura de nismo. Tres meses después, Estados Unidos inauguró el Plan Marshall para impedir el
relieve mundial; un hombre respetado por cualidades como la sencillez o la franqueza, más colapso económico de Europa, que se temía que pudiera dejar al continente entero
que por su astucia; un hombre en el que el coraje tendría que ocupar el lugar de la fmura desamparado ante el poderío ruso y los señuelos del comunismo. La oferta de ayuda eco·
Y la sutileza políticas; un hombre típicamente americano en su adhesión a unos pocos nómica estadounidense se hizo a toqa Europa incluida la URSS, pero Moscú la rechazó
principios e ideologías básicos, allí donde el menos típico Roosevelt había preferido, gene· para ella y sus satélites. Por segunda vez -el Plan Baruch fue la primera- los rusos recha·
ralmente, la forma de pensar del pragmático. 1ruman, como último recurso, llevaba a cabo zaban una generosa propuesta de Washington en lugar de aceptar una colaboración que
su política siguiendo preceptos y no improvisando, y mientras que a Roosevelt le había hubiera permitido a los americanos y a otros moverse libremente por la URSS y observar
preocupado el problema de las relaciones entre dos grandes potencias, Truman estaba más su verdadera situación. La evolución por separado de Europa occidental por un lado y
influido por el conflicto entre el comunismo y una entidad aún más vaga llamada antico- Europa oriental por otro se vio así afirmada y la iniciativa est.adounidense de reconstruir
munismo. Además, en la medida en que estas generalizaciones son disculpables, Truman la primera acabó con las esperanzas rusas {si es que habían existido) de obtener victorias
era el americano más representativo de finales de los cuarenta, y se inclinaba a conside· en Occidente.
rar el encuentro de americanos y rusos en medio de Europa como una confrontación de De este modo había quedado trazada una línea de separación. El golpe de Estado que
sistemas y civilizaciones más que de Estados. Informes sobre la indisciplina y las barbari· sustituyó el gobierno de coalición por otro comunista en Praga al año siguiente la hizo más
dades cometidas por tropas rusas, frecuentemente descritas en este contexto como asiáti· rígida. El pesimismo y el miedo cundieron en la política europea. Aunque no había lucha,
cas o mongoloides, incrementaron esta propensión. (También los europeos, si tenían que excepto una de carácter local, esporádico y no reconocido, todo el mundo coincidía en
describir la situación como una guerra. Entonces, en Alemania, donde las grandes poten•

25
cias se habían estrechado las manos en 1945 y habían establecido una administración no quedó establecido el alcance de dichas demandas. Los aliados occidentales tenían
conjunta, la lucha por la única importante porción de Europa no incluida en ninguno de igualmente derecho a desmantelar y trasladar bienes de sus zonas para satisfacer sus
los dos campos condujo a un desafío y a una réplica a ese desafío que parecieron destina· demandas y las de los restantes aliados. Este acuerdo estaba destinado a convertir en un
dos a originar un enfrentamiento armado. absurdo el principio de la unidad económica, puesto que las diversas zonas eran econó·
Al final de la guerra, Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña estaban aparentemen- micamente diferentes tanto con respecto a artículos manufacturados como a la produc·
te de acuerdo en dos propuestas fundamentales sobre Alemania, ninguna de las cuales ción agrícola. También hacía absurdo el principio de pagar las importaciones con la pro·
lograron mantener. La primera de ellas era que Alemania debía ser sometida a coacción, y ducción en curso admitida, desde el momento en que permitía a los ocupantes destruir las
la segunda que debía permanecer unida en una sola entidad estatal. En una década, Ale·· fuentes de producción. Alemania podía ser saqueada y exprimida hasta cierto punto, pero
mania quedó dividida en dos estados separados, cada uno de los cuales -particularmente el no por mucho tiempo. Los aliados occidentales comprobaron pronto que el desmantela·
occidental- jugaría un papel cada vez más efectivo en la política internacional. Entre las miento les obligaba a proveer a sus zonas de bienes importados que tenían que ser paga·
razones de este resultado estaba la incapacidad de los vencedores para ponerse de acuerdo dos por sus propios contribuyentes, ya que la producción alemana era incapaz de pagar la
sobre otros aspectos del problema alemán, la importancia intrínseca de Alemania en sí factura. Además, los desmantelamientos y traslados que los rusos realizaban a gran escala,
misma y una serie de circunstancias externas, de entre las cuales la guerra de Corea era la junto con la grave penuria y carestía dentro de la propia URSS, hacía~ recaer sob~e los
más importante. De este modo, Alemania quedaba dividida, al igual que Europa en su con- ocupantes occidentales la carga adicional de suplir a la zona rusa con alimentos y bienes
junt<,:>, como consecuencia de la rivalidad ruso-americana en las salas de conferencias y en esenciales. Aunque los americanos podrían haber estado dispuestos a ayudar directamen·
el suelo de Europa y otros lugares. La bipolaridad de las p~líticas de las potencias posbéli- te a los rusos con medios y material para la reconstrucción, estaban resentidos del modo
cas conducía inevitablemente a la delineación y la demarcación, e incluso, en un célebre indirecto en que los rusos se servían de material alemán, a costa finalmente de los ameri-
episodio posterior, a la construcción de un muro, una reminiscencia táctica de mecanismos canos, mientras los rusos, por su parte, estaban contentos de tomar de Alemania lo que su
tan antiguos como el intento de cortar el Cuerno de Oro a los barcos o el istmo de Corin- amor propio les impedía aceptar de los americanos.
to a los ejércitos. A Este conflicto vino acompañado de desacuerdos sobre la estructura política de Ale-
A Los principales vencedores estuvieron inicialmente de acuerdo en que Alemania mania y, posteriormente, sobre sus vinculaciones políticas. Los británicos estaban prag-
debía ser desarmada y desnazificada, dividida administrativamente en zonas de ocupación máticamente predispuestos a favor de una estructura unitaria más que federal, por razones
pero económicamente tratada como una sola unidad que respondería al pago de sus económicas más que políticas. La principal preocupación rusa era estratégica: mantener
importaciones de bienes necesarios con la producción que se le permitiese. El desmem- su posición en Alemania oriental. Esto constituía el mínimo esencial e irrenunciable al
bramiento, que había sido discutido y pudo haber seguido presente en algunas mentes que consiguientemente se aferraron los rusos firme y resueltament~. ~e consol~d~ est~ p~~­
francesas, fue tácitamente abandonado sin ser oficialmente rechazado, y las amputaciones tura en noviembre de 1945, cuando tuvo lugar el primer acontec1m1ento polmco s1gn1ft-
territoriales que sufrió Alemania fueron la pérdida de Prusia oriental en favor de la URSS cativo en la renaciente Europa de la posguerra: las elecciones en Austria, en las que los
y la pérdida, asimismo, de todos los demás territorios más allá de los ríos Oder y Neisse comunistas sufrieron una derrota decisiva. Si además de mantenerse firme en Alemania
Occidental, que quedaron bajo administración polaca; la delimitación final del Estado oriental el poderío ruso podía extenderse a Alemania entera, mucho mejor; pero la con-
alemán quedaba pendiente de una conferencia de paz que nunca tuvo lugar. Churchill se secución de esta meta más amplia debió parecer bastante dudosa y problemática una vez
negó a aceptar la designación del Neisse Occidental -en oposición al Neisse Oriental- transcurridos los primeros y caóticos meses de paz. De todos modos, mientras se mantuvo
como el límite occidental de la esfera de Polonia (el Neisse Occidental fluye en dirección la posibilidad, los rusos apoyaron un gobierno central fuerte para Alemania, con la espe-
al norte hasta unirse al Oder en un punto en que la corriente ascendente del Oder gira ranza de que cayera en manos del Partido de Unidad Socialista (SED), un intento de crear
bruscamente hacia el este), pero se sintió incapaz de persistir en una actitud aparente- un partido de izquierdas bajo control comunista e impedir el funcionamiento de otro par·
mente antipolaca. La decisión de Postdam sobre las fronteras de Alemania, aunque expre- tido socialista diferente. Sólo abandonaron esta secreta política cuando se hizo evidente
sada en términos provisionales, era en realidad una victoria para los rusos. Alemania per- que una Alemania unida no sería más comunista en los años cuarenta de lo que lo había
~·p; dió cerca de una cuarta parte de sus territorios anteriores a 1938. sido después de 1918. Por consiguiente, pasaron a apoyar no una solución federal para
A Los vencedores se encontraban divididos en sus puntos de vista sobre cuál sería la polí- Alemania en su conjunto, sino una política de división del país en dos Alemanias.
tica económica de la ocupación y la futura estructura del Estado alemán. Los principios 4 Los partidarios de la federación, entendiendo por ello una federación con un gobierno
generales de unidad económica y de equilibrio entre importaciones y producción, apro· central débil, eran los franceses. Incapaces ellos mismos de imponer control alguno sobre
hados en Postdam, se vieron obstaculizados por el problema de las indemnizaciones, que Alemania y poco convencidos de la capacidad de sus aliados para hacerlo por mucho tiem-
había sido discutido de forma poco concluyente en Yalta y dejado de lado más tarde en po, los franceses querían un Estado alemán débil, desarmado e incapacitado por la fra~en·
Postdam. Se acordó en Yalta que la suma de 20.000 millones de dólares se tomaría como tación política interna. También querían carbón para sus propios planes de reconstruccton Y
base para posteriores discusiones, exigiendo la URSS la mitad de dicha suma para sí mis- para el Sarre. La modificación de su política se produjo por etapas: primero, G~o.rges Bidault,
ma y para Polonia. En Postdam, la URSS, cuya necesidad de indemnizaciones en especie siendo ministro de Asuntos Exteriores, hubo de reconocer, a su pesar, la hostilidad entre la
o en metálico era apremiante, logró un acuerdo que le permitía realizar apropiaciones en URSS y los aliados occidentales, y a continuación alinéo a Francia del lado de los últimos Y
su zona de ocupación para satisfacer las demandas de indemnización rusas y polacas, pero aceptó el establecimiento de un nuevo Estado alemán occidental que incluía la zona france-

26 27
sa; después, Robert Schuman procuró, en un contexto europeo más amplio, ganarse la amis- partido único y promovieron, en cambio, una coalición antirrusa que, en las elecciones de
tad alemana en vez de asegurarse contra su hostilidad, y René Pleven, en el mismo contex· octubre de 1946, frustró el proyecto soviético de poner la administración de la ciudad en
to, aceptó el ream1e de Alemania; finalmente, De Gaulle, desarrollando la política de Schu- manos comunistas. En 194 7, Ernest Reuter, un socialista ex comunista, fue elegido alcal-
man de llevar a cabo la reconciliación sin contar con el marco europeo, concluyó con de en una lucha simbólica en la que todos los ocupantes que no eran rusos estaban clara,
Konrad Adenauer, antiguo colega de Schuman, una alianza bilateral franco-alemana. aunque aún discretamente, alineados con Reuter contra los rusos y los comunistas. La vida
A, En los tres años siguientes a la conferencia de Postdam, los ocupantes, sin haber logra· política independiente de la ciudad había cobrado un nuevo impulso, antes de que los
do realizar una política alemana coherente, pasaron de la noción de Alemania como país rusos pudieran imponer un sustituto que lo ahogara, de fonna que, mientras la posición
que había que reprimir a la noción de Alemania como país que había que conseguir, de una estratégica rusa continuaba siendo fuerte, su posición política no había crecido propor-
postura de eminente colaboración a otra eminentemente competitiva. Ninguna de las dos cionalmente, y los ocupantes occidentales se sentían en deuda con los berlíneses por las
conferencias de ministros de Asuntos Exteriores celebradas en 1947-en Moscú en marzo y actividades antisoviéticas que los habitantes de esta ciudad habían llevado a cabo. A cam-
en Londres en noviembre-consiguieron elaborar el tratado de paz que se suponía que debía bio de esta ayuda no convenida, los ocupantes occidentales sintieron más tarde que tení-
salir de ellas. El mismo año, que fue también el año de la Doctrina Truman y del Plan Mars- an el compromiso de mantener la independencia de Berlín con respecto a la zona rusa y
hall, las zonas americana y británica se fundieron en una sola (en enero) y fueron dotadas con respecto al Estado que luego sucedería a dicha zona: Alemania oriental o la Repúbli-
de un consejo económico compuesto por cincuenta y cuatro miembros (en mayo). Al año ca Democrática Alemana.
siguiente, americanos y británicos iniciaron resueltamente un movimiento tendente a la I~ Los pasos dados por los ocupantes occidentales en 1947-1948 para establecer un Esta•
conversión de su zona conjunta en una democracia parlamentaria solvente y autónoma. Se do alemán occidental suponían una amenaza para la ambición soviética de quedarse con
duplicó el número de miembros del consejo económico y se le dotó de una segunda cáma- Alemania entera y convertirla en un Estado comunista. También presagiaban el renaci-
ra¡ se llevó a cabo un plan para la internacionalización del Rµhr con objeto de contestar a miento de una potencia alemana independiente en la política mundial, armada y hostil a
los temores de aquellos a los que les resultaba difícil digerir la reaparición de un Estado ale- la URSS. Los rusos decidieron hacer de estos acontecimientos un asunto prioritario y
mán soberano; en junio, los americanos y los británicos devaluaron el marco en sus zonas, recurrir a la fuerza para deternerlos. Cortaron las carreteras y las vías férreas y marítimas
una refonna muy discutida y necesaria que los rusos obstaculizaron apelando al principio por las que los ocupantes occidentales se comunicaban con Berlín, así como los suminis-
de la unidad económica; en septiembre se reunió en Bonn una asamblea constituyente. tros de alimentos, electricidad, gas y otros productos necesarios que se enviaban con regu-
Este proceso se completó en abril de 1949 cuando la zona francesa se unió con la anglo- laridad a los sectores occidentales desde el este. El derecho legal a la utilización ininte-
americana. Pero mientras tanto los rusos decidieron lanzar un desafío al conjwlto de la rrumpida de las vías de comunicación era vago, y además carecía de importancia
política occidental orientada al desarrollo por separado de un Estado alemán occidental. tratándose, como de hecho se trataba, de una clara prueba de fuerza. Los ocupantes occi-
Eligieron para ello Berlín, donde su posición era especial y fuerte. dentales, tras considerar y rechazar la posibilidad de hacer valer sus derechos enviando un
A Berlín habia sido excluida del sistema zonal y colocada bajo una autoridad aliada con- convoy armado que se abriera paso a lo largo de la carretera desde la zona británica hasta
junta diferente, la Kommandatura. Para fines prácticos, la ciudad estaba dividida en cua- los límites de la ciudad, decidieron en su lugar traspasar el cerco ruso por el aire, colo-
tro sectores, pero estos sectores no tenían la autonomía administrativa de las zonas. La cando así a los rusos en la situación de tener que disparar primero. También replicaron
posición rusa en Berlín era distinta por dos razones. Fueron los rusos los que entraron pri- imponiendo ellos, a su vez, un bloqueo sobre la zona rusa, y los americanos desplazaron
mero en la ciudad, ocupándola unos días antes de la derrota alemana y emprendiendo las parte de sus bombarderos de largo alcance a aeródromos de Inglaterra. Entre julio de 1948
tareas de limpieza de los escombros, organización del racionamiento, instalación de nue- y mayo de 1949 las fuerzas aéreas americanas y británicas transportaron más de un millón
vas autoridades y establecimiento de una fuerza policial antes de la llegada de las unida- y medio de toneladas de alimentos, combustible y otros bienes a Berlín (la mayor carga
des americanas o británicas; y por otro lado, el trazado de los limites de las zonas conver- en un solo día sobrepasó las 12.000 toneladas), asegurando así las necesidades de toda la
tía a Berlín en un enclave dentro de la zona rusa, al que 260 kilómetros separaban del población civil de los sec"tores bloqueados, al igual que las de sus guardianes occidentales.
punto más cercano bajo control británico. Posteriormente se discutió mucho sobre la fal- Esta hazaña doblemente extraordinaria -tixtraordinaria por lo que se logró y extraordina-
ta de previsión y sentido político de los aliados occidentales al dejar que los rusos llega· ria por haberlo logrado sin que condujera a uná abierta hostilidad- supuso una derrota
sen primero a Berlín y al aceptar el práctico aislamiento de la ciudad sin asegurarse siquie- para los rusos, que abandonaron el bloqueo después de 318 días a cambio de la promesa
ra derechos clara y formalmente definidos de acceder a ella. Aunque hay que tener en de w1a nueva conferencia sobre Alemania que se celebró en París pero no consiguió nada.
cuenta el carácter y las exigencias de la colaboración durante la guerra (que tuvo que ser A La victoria occidental en Berlín fue seguida por la transformación de la zona oeste de
protegida hasta el final casi a cualquier precio), no cabe duda de que los americanos y los Alemania en un Estado soberano y un miembro armado de la alianza euro-americana con-
británicos hubieran llevado las negociaciones por un derrotero diferente si se hubieran tra la URSS. Después de las elecciones del mes de agosto, nacía la República Federal de
dado cuenta de que, en realidad, estaban entregando Berlín a los rusos, sujetos sólo al Alemania el 20 de septiembre, con capital en Bonn y Konrad Adenauer como canciller.
derecho de ser encerrados en su interior. De ese modo, uniéndose al bloque occidental, Adenauer accedía a aplazar la reunificación
A Berlín era el punto central de una tentativa soviética de hacerse con el control de Ale- • alemana. Un estatuto de ocupación y una serie de acuerdos (los acuerdos de Petersburgo)
mania, la cual, después de comenzar con una expedición favorable, pronto empezó a definieron las relaciones entre el nuevo Estado y las potencias occidentales e impusieron
encontrar problemas. Los socialistas se negarnn a una fusión con los comunistas en un ciertas restricciones sobre su soberanía, pero estas disposiciones detalladas carecían de
importancia comparadas con el hecho extraordinario de que la mayor parte de Alemania La guerra fría fue un episodio muy corto en la historia de Europa, pero en aquel
había sido apartada del control conjunto de sus conquistadores y ligada a una nueva alian- momento asumió un aire de permanencia debido a las metáforas de frialdad y rigidez que
za occidental anticomunista. Exactamente un año después de la creación de la República se empleaban para hablar de ella. Sus dos características principales quedaron de mani- •
Federal, su rearme se convirtió en una cuestión candente: como resultado de la guerra de fiesta en 1946 en dos discursos: el de Churchill en Fulton (Missouri), en febrero y en pre·
Corea en junio de 1950, los americanos se convencieron a sí mismos y, con mayor difi- senda de Truman, y el del secretario de Estado de Truman, James F. Bymes, en Stuttgart
cultad, a sus aliados británicos y franceses y a Adenauer (que inicialmente estaba en con- en septiembre. Estos discursos mostraban que la alianza tripartita de la guerra estaba sien·
tra) de que la República Federal debía contribuir al armamento de Occidente. La alianza do sustituida por un nuevo esquema de dos contra uno, y que Estados Unidos, lejos de vol-
occidental, que fue creada para hacer la guerra fría, comenzó su existencia el 4 de abril de ver la espalda a Europa (y a pesar de la reducción de fuerzas americanas en ese continen-
1949, durante el bloqueo de Berlín. Dos años antes, semejante alianza hubiera parecido te que pasaron de dos millones y medio de hombres a menos de medio millón en la fecha
imposible a la mayoría de los europeos y americanos a causa de la fuerza de los partidos del discurso de Fulton), la consideraba como una esfera de influencia estadounidense
comunistas de Francia e Italia, pero durante 194 7 los comunistas fueron excluidos del esencial. Aunque Truman tuvo que aceptar la práctica exclusión de Estados Unidos en
gobierno de estos dos países y quedó probada la falsedad de la creencia de que no era posi- Europa central y oriental, se aseguró, mediante la Doctrina Truman de marzo de 194 7, una •
ble gobernarlos sin participación comunista. El Tratado del Atlántico Norte era una aso- posición en los Balcanes y en Oriente Medio, al tiempo que se preparaba para consolidar
ciación de doce estados que declaraban que un ataque armado sobre uno de ellos en Europa las posturas anticomunistas y antisoviéticas en Europa occidental con una combinación
o Norteamérica sería considerado como un ataque sobre todos ellos, y que cada uno iría de ayuda económica y alianza militar, encamadas en el Plan Marshall y el Tratado del
en tal caso en ayuda del aliado atacado tomando cualqui_er medida que se juzgase necesa- Atlántico Norte. Era el inicio de la política de contención, concebida para frenar el pode-
ria, incluido el uso de la fuerza. El área que cubría el tratado quedó definida como los terri- río y cambiar la actitud de los rusos, pero, poco más de un año después de la firma del Tra-
torios de cualquiera de los signatarios en Europa o Norteamérica, Argelia y las islas, así tado del Atlántico Norte, esta política, esencialmente europea, se complicó a causa de un ,
como los buques o aviones de cualquiera de los signatarios en el Atlántico al norte del acontecimiento geográficamente distante, el inicio de la guerra en Corea, que produjo
Trópico de Cáncer; el tratado también entraría en funcionamiento en caso de ataque a las una disminución de las fuerzas disponibles para la contención en Europa y convirtió dicha
fuerzas de ocupación de alguno de los signatarios en Europa. Grecia y Turquía se unieron contención en una política más bien global y no sólo europea.
a la alianza en 1952 y la República Federal de Alemania en 1955. La creación de la La guerra de Corea contribuyó a enrarecer la atmósfera. En Estados Unidos se consi- C
OTAN era una afirmación de la disolución de la alianza de los tiempos de guerra. Era un deró como una prueba que reforzó el mito de una magna conspiración comunista para
gesto defensivo de las principales potencias occidentales basado en el temor a una agre- conquistar el mundo. El senador Joseph McCarthy, alegando que esta conspiración alcan-
sión rusa, en la repulsa hacia el hecho y la naturaleza de la dominación soviética en Euro- zaba al propio gobierno de Estados Unidos y a otros centros de influencia, dirigió una rui·
pa oriental, en la frustración -que se estaba convirtiendo en hostilidad- por lo que res- dosa y repugnante campaña de calumnias en la que él y sus colegas intimidaron a impor-
pecta a los asuntos alemanes, en el estado de desamparo en que se hallaba Europa tantes sectores de la administración pública, acusando de comunista (u homosexual) a
occidental como consecuencia de los daños causados por la guerra y de la desmovilización, todo aquel que no estuviese de acuerdo con su particular punto de vista sobre cómo debí-
y en el fracaso del intento de internacionalizar el control de la energía atómica. an pensar los americanos leales: muchos americanos fueron empujados al exilio y algunos
A En 1945, la capacidad bélica de Estados Unidos había sido extraordinaria aún sin al suicidio, y la formulación y dirección de la política exterior americana estuvieron
armas nucleares, pero en los años siguientes la desmovilización estadounidense dio lugar corrompidas hasta que el macartismo fue anestesiado gracias a unos pocos individuos
a un nuevo esquema. Mientras la supremacía de Estados Unidos estaba garantizada por la audaces y gracias también a sus propios excesos y al sentido común que aún le quedaba al
bomba nuclear, los rusos, al no desmovilizarse, establecieron una superioridad en fuerzas pueblo estadounidense, sin gran ayuda de sus indolentes líderes electos. Esta presión
terrestres movilizadas en Europa. Así, todos los futuros intentos de desarme se vieron difi· atmosférica afectó a la campaña electoral americana de 1952, ~n la que los republicanos,
cultados por la imposibilidad de establecer una comparación entre iguales; la defensa de en su intento de recuperar la presidencia por primera vez desde 1932, eligieron al general
Europa occidental pasó a depender del potencial y la estrategia nucleares, y a la larga la Eisenhower como candidato. El principal portavoz republicano para asuntos exteriores
defensa colectiva de Europa occidental provocó disensiones sobre el control interaliado eran John Foster Dulles, que pronto sería secretario de Estado.
de las armas nucleares. Mientras en 1945 había habido algunas dudas y, por parte de los Macartismo aparte, había motivos para poner en tela de juicio la política exterior de
rusos, algunas esperanzas de una retirada americana de Europa, cuatro años después Esta- los demócratas. Estados Unidos estaba complicado en una penosa guerra; la URSS, no. La
dos Unidos estaba formalmente comprometido a desempeñar un papel dominante en los política de contención parecía significar paz para los rusos, que, aunque no podían expan-
'il asuntos europeos durante los veinte años siguientes. Comprendiendo demasiado tarde lo dirse, conservaban libertad de movimientos en el trato con sus países satélites, cuyo des-
que había ocurrido, Stalin propuso en 1948 la retirada de todas las tropas extranjeras de tino pesaba incómodamente sobre- la conciencia americana. En sus discursos electorales,
Alemania, pero su oferta fue considerada como una simple estratagema para hacer que los Foster Dulles daba la impresión de que los republicanos irían en ayuda de los pueblos
americanos realizaran un largo viaje sin retomo mientras que los rusos se mantenían al esclavizados de Europa oriental y los liberarían de algún modo de la dominación rusa. La
alcance de Alemania. En tanto que Alemania siguiera siendo territorio en litigio, los Esta- política de contención fue fachada de negativa e inmoral. Los republicanos ganaron las
dos Unidos permanecerían en él. De ahí que Alemania acabase integrándose en la OTAN elecciones, y la polctica de liberación fue rápidamente olvidada. En su lugar, Dulles con- ..
al lado de sus recientes enemigos. tinuó con la política de contención, llenando el hueco existente entre la OTAN y la posi·

30 31
ción americana en Japón al promover la OTASE (Organización del Tratado del Surdeste que había salvado, y los levantamientos y su represión reforzaron las razones para aferrar-
Asiático) y el pacto de Bagdad. También trató de escapar a las frustaciones de la política se a lo que ya tenían.
de contención -a la que había tachado de actuar sólo en respuesta a iniciativas soviéti-
cas- desarrollando una estrategia de represalias masivas que serían aplicadas en los
momentos y lugares que los americanos escogiesen. Pero cuando en Indochina, en 1954, DESDE LA MUERTE DE STALIN A CUBA
los americanos tuvieron que elegir entre las represalias masivas o la conformidad con una
derrota aliada, eligieron esto último, reeonociendo así que las represalias masivas eran, en Con la muerte de Stalin, en marzo de 195.3, Churchill creyó ver una oportunidad para
gran medida, una fanfarronada. detener un proceso que parecía conducir a los dos bloques al conflicto. De acuerdo con
/;, En Europa, los americanos prosiguieron con éxito su política de anexión de Alemania sus propias preferencias en lo referente a diplomacia internacional, propuso un encuentro
occidental a la OTAN, aceptando como corolario la imposibilidad de hacer salir a los personal de jefes de gobierno, pero soplaban vientos poco favorable?, los americanos (y
rusos de Alemania oriental, que se convirtió en un satélite comunista adjunto al imperio muchos británicos) se mostraban fríos, los alemanes occidentales desconfiados, y el mis-
soviético en Europa. Después de pasar por etapas similares -un consejo económico, un mo Churchill sufrió una trombosis poco después. Los levantamientos del mes de junio en
parlamento, una constitución, la elección de un presidente (Wilhelm Pieck) y de un pri- Alemania oriental alentaron a los que, en el lado occidental, preferían esperar a que los
mer ministro (Otro Grotewohl)- la zona oriental se convirtió, en marzo de 1954, en un rusos se implicaran en problemas más graves, mientras en la URSS, la muerte de Stalin
Es~ado independiente bajo el nombre de República Democrática de Alemania. La inte- fue seguida de un período intermedio de tres años.
gración de Alemania occidental en el bloque occidenrnl suponía el fin de la ocupación y El Partido Comunista había celebrado su XIX Congreso el año anterior después de
la negociación de acuerdos en virtud de los cuales la República Federal establecería alian- una demora inconstitucional de trece años, debido, probablemente, al simple hecho de
zas con otros estados occidentales y al mismo tiempo, pemlitiría a estos últimos cierto que los dirigentes del partido necesitaban algún tiempo después de la guerra para poner
control sobre el rearme alemán. Las tres principales potendas occidentales se ofrecieron en orden muchas cosas. Aunque nadie sabía lo cerca que estaba la muerte de Stalin, la
a poner fin a su ocupación de la República Federal si ésta se unía a una Comunidad de sucesión estaba inevitablemente muy presente en la mente de todos. Por su forma de lle-
Defensa Europea en la que las fuerzas nacionales estarían sujetas a control internacional; var los asuntos del congreso, Stalin demostraba una clara preferencia por G. M. Malen-
en mayo de 1952 se firmó un convenio en Bonn con el que finalizaba la ocupación, y al kov, el cual, después de haber sobrevivido a A. A. Zhdanov, parecía aventajar a su más
día siguiente se suscribió un Tratado de Defensa Europea. Las elecciones de 1953 dieron serio rival N. S. Kruschev. La muerte de Zhdanov, en 1948, había venido seguida, en
la victoria por mayoría absoluta a la Unión Demócrata Cristiana de Adenauer y a sus 1949, de una purga entre sus colaboradores; los más viejos habían ido perdiendo poder
colegas bávaros de la Unión Social Cristiana, y en 1954 la República Federal ratificó el desde hacía algunos años y los dos más eminentes entre todos ellos, Molotov y Mikoyan,
Tratado de Defensa Europea. El Parlamento francés, sin embargo, rehusó ratific¡¡.r el tra- habían perdido sus puestos ministeriales (aunque no sus otros cargos) en 1949; también
tado y hubo de elaborarse un nuevo proyecto. Los acuerdos de París de octubre de 1954 Lavrenti Beria, el jefe de la policía, parecía de algún modo, menos favorecido y menos
crearon la Unión Europea Occidental (Gran Bretaña, Francia y los países del Benelux, poderoso a mediados de los cincuenta, a pesar de poseer el control de una fuerza policial
que estaban asociados por un tratado desde 1948, y a los que ahora se unían Italia y la de un millón y medio de hombres y una milicia de trescientos mil. En enero de 1953,
República Federal); y, una vez confirmado el fin de la ocupación, la República Federal se nueve médicos, siete de ellos judíos, fueron acusados de complicidad en la muerte de
unió a la OTAN. Zhdanov. Esta supuesta conspiración de médicos que fue declarada carente de funda-
A. Con las necesarias ratificaciones de estos acuerdos en mayo de 1955, la República mento después de la muerte de Stalin, fue él resultado de una combinación de antise-
Federal se convirtió, prácticamente, en miembro de plenq derecho de la alianza occiden- mitismo y 'un ataque contra los enemigos de Zhdanov, y no era ningún secreto que el
tal. Se comprometió a fabricar annas nucleares, bacteriológicas y químicas y aceptó una principal enemigo de Zhdanov, Malenkov, era· el hombre que más se había beneficiado
fonna de inspección de empresas industriales. A cambio obtuvo una reiterada promesa de con su muerte. Por ello, cuando Stalin murió, en marzo de 195.3, la posición de Malen-
remüficación, así como el reconocimiento del gobierno de Bonn como gobierno de toda kov era menos prometedora que un año antes, pero aún era lo bastante fuerte para ase-
Alemania y el privilegio de contribuir con doce divisiones a las fuerzas de la OTAN. gurar su sucesión en los máximos cargos tanto del gobierno como del partido. Todo pare-
J\ Estos progresos contaron con la enérgica oposición de los rusos, que interpusieron ce indicar que la victoria inicial de Malenkov fue conseguida en alianza con Beria,
diversos expedientes para evitar la adhesión de la República Federal a la OTAN. En 1952 alianza que no duró mucho. Malenkov y Beria podían haber tenido algunas ideas simila-
estaban dispuestos a aceptar un cierto grado de rearme alemán si iba acompañado de la res especialmente en el sentido de ayudar a las industrias de bienes de consumo en detri-
neutralización del país; propusieron a un escéptico Occidente la mutua retirada de Ale- mento de las de armamento pesado, pero Beria era un hombre ~xtraordinariamente
• mania. De cualquier manera, en junio de 1953, poco después de la muerte de Stalin, una impopular, tanto personalmente como por el cargo que ocupaba, y para Malenkov, el
serie de levantamientos en el sector oriental de Berlín y en ciudades de la zona oriental, apoyo del jefe de la policía de la nación quedaba contrarrestado por la hostilidad de las
en protesta por los reducidos salarios que se pagaban por excesivas horas de trabajo y en fuerzas armadas, a las que no les gustaba ni el ejército privado de Beria ni la política eco-
contra de los encarcelamientos por motivos políticos, sorprendieron al régimen alemán nómica de Malenkov. Beria fue asesinado en junio O en diciembre.
oriental en un estado de tal indefensión que tuvo que recibir la ayuda y protección de tro- Poco después de finalizada la guerra, Stalin, que no se veía a sí mismo como un Bona-
pas soviéticas. La URSS quedó, por tanto, comprometida a mantener a los hombres a lo parte ni quería ningún Bonaparte a su alrededor, había empezado a poner al ejército y a

32 33
sus líderes de nuevo en su sitio, en una situación de subordinación al poder civil, pero en a Finlandia y Port Arthur, propusieron nuevas medidas de desarme, visitaron la India,
la lucha por el poder que tuvo lugar tras su muerte el ejército era inevitablemente un Burma, Afganistán (el primer país no comunista que percibió ayuda rusa) y Gran Breta·
contendiente importante, y Kruschev, que tenía amigos militares de sus días de comisario ña, y en julio de 1955 asistieron a una reunión en Ginebra con el presidente americano y
en el frente de Estalingrado, decidió utilizarlo. Al principio no tuvo que hacerlo. La dele· los primeros ministros de Gran Bretaña y Francia. Esta reunión reveló el deseo de atenuar
gación de todos los cargos de Stalin en un solo hombre era más de lo que estaban dis· la guerra fría. Se fraguaron algunas propuestas optimistas: un tratado de no agresión entre
puestos a tolerar los principales líderes civiles, excepto el propio Malenkov y, posible· la OTAN y el Pacto de Varsovia propuesto por la URSS; una zona de libre inspección pro-
mente, Beria. El poder fue dividido casi inmediatamente. Se forzó a Malenkov a que puesta por Eden; y una vigilancia a cielo abierto propuesta por Eisenhower. Una confe·
eligiese entre la dirección del gobierno y la del partido. Eligió la primera y cedió el segun· renda complementaria de ministros de exteriores, diseñada para recalcar y fijar la atmós-
do puesto a Kruschev. El antagonismo entre los dos hombres quedó así institucionalizado: fera de Ginebra, resultó ser un fracaso y este primer intento de derretir la guerra fría
dos equipos de cinco hombres se enfrentaban entre sí. Malenkov y otros cuatro formaban fracasó por las revueltas polacas y húngaras de 1956. No obstante, los dirigentes se habían
el estrato superior del gobierno, mientras que Kruschev y cuatro hombres más constituían reunido y habían dado ejemplo de un comportamiento honrado en busca de la tolerancia.
el secretariado del partido. Esta situación duró hasta 1955, año en que Kruschev derrotó A finales de los años cincuenta las fuerzas armadas rusas se redujeron de 5,8 millones a 3,6
a Malenkov, en parte dando un nuevo impulso a los rumores sobre su complicidad en la millones. Una nueva reducción de 1,2 millones, anunciada en 1960, fue pospuesta pro-
muerte de Zhdanov y en la consiguiente purga, y acusando a Malenkov de conspirar con bablemente como resultado de las presiones militares, que se intensificaron tras el fraca··
Beria para establecer un poder personal en lugar de colectivo a la muerte de Stalin-acu- so de la cumbre de París en 1960.
saciones que pusieron a la opinión del partido en contra de Malenkov-y, en parte, fornen· A
En lo referente a Alemania, los "'sucesores de Stalin acariciaban proyectos de reunifi··
tanda el pánico a la guerra, lo que dio lugar a la alianza entre el ejército y el propio Krus- cación, evacuación y neutralización, pero eran conscientes de que los americanos estaban
chev. En febrero de 1955, Kruschev consiguió eliminar a Malenkov y colocar en la comprometidos a defender dos proposiciones inaceptables para la URSS: la reunificación
dirección del gobierno a Bulganin, que estaba destinado a permanecer ahí mientras Krus· por medio de elecciones libres y no juntando, sin más, a las dos Alemanias (que era lo que
chev no considerase oportuno reclamar el puesto para sí mismo. Bulganin fue sustituido los rusos querían, y que suponía tratar como iguales a la República Federal y a la mucho
en el ministerio de Defensa por el mariscal G. K. Zhukov. Tuvieron lugar otros cam- menor y no democráticamente constituida República Democrática), y la libertad del país
bios en las más altas esferas ministeriales, donde parecía estar produciéndose una sustitu- reunificado para concertar alianzas {es decir, para unirse a la OTAN). En una conferen-
ción de veteranos políticos por expertos técnicos, aunque es más probable que los cortes cia en Berlín, a principios de 1954, Eden y Molotov presentaron planes que mostraron la
y cambios de estos años reflejasen las incertidumbres e inconsistencias de la plánificación imposibilidad de llegar a un acuerdo. Eden propuso la reunificación en cinco etapas: elec·
económica. ciones libres, una asamblea constituyente, una constitución, un gobierno de todos los ale·
La preeminencia de Kruschev duró desde 1957 hasta 1964, pero nunca fue t;;in sólida manes y un tratado de paz. Molotov parecía dispuesto a admitir las elecciones en deter·
como podía parecer desde fuera. Kruschev se ganó este lugar a pesar de ciertas equivoca- minadas condiciones, pero quería también un tratado de seguridad europea de cincuenta
ciones que nunca fueron olvidadas, fundamentalmente su fracaso en las cuestiones agri- años de duración (con Estados Unidos como una de las partes, según se explicó más tar-
culturales que le fueron encomendadas por Stalin. Su política de ·explotación de tierras de) que incluyese la prohibición de unirse a otras alianzas; es decir, renunció al anterior
vírgenes en Kazajstán fue radical y conveniente, pero a corto plazo se aplicó desastrosa· método ruso de reunificación en un intento de conseguir la disolución de la OTAN.
mente. Su perspicacia política y su agilidad le permitieron superar este revés y, durante los Cuando este plan falló, la URSS llegó a sugerir que debería unirse a la OTAN. En 1955, ·~
años venideros, la desaprobación y las maquinaciones de sus colegas que, después de con- Bulganin y Kruschev consintieron en la evacuación y neutralización de Austria y, por el
denar a Malenkov a las sombras, descubrieron que Kruschev estaba interesado en asegu- Tratado de Estado del mismo año, Austria recuperó toda su soberanía dentro de sus fron·
rarse una autoridad personal e inquieto con el sistema del comité. Pero cuando en 1957 teras de enero de 1938, con dos únicas prohibiciones: no podría establecer ninguna
los políticos veteranos del partido intentaron destituirlo, Kruschev logró burlarlos y far· «Anschluss» con Alemania nl ninguna alianza con cualquiera de los bloques de la guerra
talecer su propia posición hasta que su inexperiencia y excentricidades le hicieron volver fría. {Puesto que, por el Tratado de Varsovia del mismo año, la URSS consiguió el dere-
a perderla. cho a estacionar tropas en Hungría y Rumania, estratégicamente no perdía nada renun·
En asuntos exteriores el mandato de Kruschev comprendió un corto y emoliente pre· ciando a sus derechos posbélicos sobre la Austria ocupada y a los consiguientes derechos
ludio, centrado en maniobras contra los rivales nacionales, y un período más largo en el de acceso a través de los territorios adyacentes.) Pero Bulganin y Kruschev no consiguie- •
que hizo exhibición de un temperamento errático, si bien agradablemente extravertido. ron un acuerdo comparable para Alemania, aunque reconocieron a la República Federal
Ese último período incluye acontecimientos importantes: las sublevaciones en Polonia y e intercambiaron embajadores con ella. El intento de detener el rearme de la República
Hungría, el lanzamiento del primer sputnik, la construcción del muro de Berlín, las irre· Federal, como parte integrante de la alianza antisoviética, había fracasado. El mismo año,
mediables disputas con China y su afán de instalar misiles nucleares en Cuba. los rusos crearon una réplica a la OTAN con el Tratado de Varsovia, y en 1956 la Repú·
En los años de incertidumbre que siguieron a la muerte de Stalin la política exterior blica Democrática Alemana entró a formar parte de ella.
rusa fue cauta y comparativamente amistosa. Los problemas alemanes y austríacos llega- En el mismo año, el congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, reunido
ron a la mesa de conferencias, así como Corea, donde en julio de 1953 se firmó un armis· para celebrar su vigésima edición, se sorprendió al oír, primero en boca de Mikoyan y lue·
ticio, e Indochina. Bulganin y Kruschev hicieron las paces con Tito, entregaron Porkkala go de Kruschev, denuncias vehementes y de gran amplitud contra Stalin y el stalinismo,

34 35
remontándose a lo que la mujer de Lenin había dicho más de treinta años antes y al ase· beneficios en lo referente a asuntos exteriores, de la dramática aparición -en agosto y octu·
sinato de Kirov en 1934. Esta repudiación del pasado, que no permaneció oculta por bre de 1957- del primer misil balístico intercontinental y el primer satélite artificial (el
mucho tiempo y que incluía el compromiso específico de revisar las relaciones de la URSS sputnik). Desde una plataforma fortificada de esta manera, y observando la alarma de Esta-
con sus países satélites, alentó los sentimientos antirrusos y contribuyó a que se produje- dos Unidos ante la perspectiva de que el dominio tecnológico americano hubiese sido eli-
ran levantamientos en Polonia y Hungría. En Poznan hubo huelgas en junio para recla- minado, Kruschev adoptó la coexistencia pacífica como una descripción general de sus
mar mayores salarios, y muestras evidentes de malestar social. Al mismo tiempo surgió un intenciones. La coexistencia pacífica era un eslogan político benévolo y tranquilizante
conflicto en el seno del Partido Comunista polaco entre la fracción de Boleslaw Bierut, (aunque no nuevo) con un significado vago y una variabilidad muy útil. Por ello, Kruschev
que había muerto a comienzos de ese mismo año, y la fracción más nacionalista o titoísta volvió a la idea de que el comunismo, mientras pem1aneciese impertérritamente hostil al
dirigida por Wladyslaw Gomulka, que había salido recientemente de la prisión a la que capitalismo, podría prevalecer sobre él sin guerra. (La reafirmación de esta doctrina iba
había sido enviado después de caer en desgracia en 1949. En julio, Kruschev, Bulganin y dirigida, entre otras cosas, a concitar las simpatías del emergente Tercer Mundo.)
otros líderes soviéticos se presentaron repentinamente en Varsovia y se inmiscuyeron apa- Los problemas de Kruschev en Europa central en 1956 y en casa en 1957 eran cola-.1'
sionadamente en las discusiones del comité central del partido polaco. Aun así, fueron terales a la guerra fría, pero fueron seguidos por procesos críticos en Aleniania y en las
incapaces de evitar la victoria de la fracción de Gomulka. Gomulka fue nombrado primer relaciones chino-soviéticas que estaban directamente relacionadas con ella. A lo largo
secretario, y los rusos, viendo que tenían que elegir entre permitir que Gomulka se hicie- de 1958 los intercambios de notas entre las dos Alemanias habían estado enturbiando la
se cargo del gobierno y hacer uso de la fuerza para evitarlo, optaron por lo primero y acep- atmósfera, y los polacos apremiaban a la URSS para que encontrara una fonna de evitar
taron una serie de cambios que incluían la destitución del ministro de Defensa, el sovié- que la República Federal se convirtiese en una potencia nuclear y de obstruir su capa-
tico Marshall Rokossovsky. - cidad potencial para causar daños en unión con la OTAN. El mismo Kruschev estaba
En Hungría, la naturaleza y el resultado de los disturbios fueron diferentes. En julio, deseoso de conseguir un mayor reconocimiento de la República Democrática Alemana
los gobernantes colocados al frente del Estado, Matyas Rakosi y Emo Gero, fueron a Mos- para estabilizar el mapa de Europa y facilitar, de ese modo, la reducción de los compro-
cú a pedir reformas urgentes para evitar que se produjesen conflictos. En octubre hubo misos militares soviéticos en el extranjero y el progreso de su política de acercamiento.
manifestaciones en petición de libertad y de mayores salarios. La policía húngara y lastro- Optó por amenazar con transfe~ir la autoridad de la URSS en Berlín a la República "
pas soviéticas no pudieron impedir que estas manifestaciones se convirtiesen en una revo- Democrática Alemana, a menos que se encontrase una solución al problema alemán en
lución anticomunista. lmre Nagy, que había sido primer ministro desde la muerte de Sta- un plazo de seis meses. Los ocupantes occidentales se limitaron a discutir el derecho de
lin hasta 1955, fue restituido en el puesto. Mikoyan y Suslov llegaron desde Rusia para la URSS a actuar de ese modo, y el ultimátum empezó por mitigarse. Kruschev moderó
dirigir las operaciones y decidieron apoyar a ]anos Kadar, el primer secretario del partido su ultimátum y más tarde lo dejó morir a finales de mayo. El fracaso de esta táctica, jun-
comunista y un hombre relativamente bien considerado que representaba un compromi- to con la creciente convicción de Kruschev de que los Estados Unidos no tenían inten-
so entre el tándem Rakosi-Gero y Nagy, pero la revolución cobró mayor fuerza y al mis· ción de atacar a la URSS y la presentación en el XXI Congreso del Partido Comunista,
mo tiempo los rusos se vieron enfrentados a los riesgos y las oportunidades que ofrecía una en enero de 1959, de un plan económico de siete años que dependía, en gran medida, de
guerra en Oriente Medio provocada por el ataque anglo-francés i:ontra Nasser. Después la desviación de fondos militares hacia necesidades alimenticias, condujo al segundo
de retirar sus tropas de Budapest por razones tácticas, recurrieron a medidas militares a intento de descongelar la guerra fría. Después de una visita a Moscú del vicepresidente '
gran escala para reprimir la revolución. Ante la evolución de los acontecimientos, Kadar Richard Nixon, Kruschev visitó Estados Unidos, se entrevistó en privado con Eisenho-
se puso de lado de los rusos, mientras que Nagy formaba un nuevo gobierno de coalición, wer en Camp David, presentó a la Asamblea General de la ONU un plan para llevar a
prometía elecciones libres, proponía la salida de Hungrí~ del Pacto de Varsovia y pedía cabo un desarme completo y general en cuatro años, y anunció el segundo gran recorte
ayuda al mundo exterior. Con las potencias occidentales enfrascadas en el conflicto el del número de soldados soviéticos. La distensión de 1959-1960 debía haber culminado
canal de Suez y la URSS vetando la acción de la ONU, la revolución fue extinguida en en una segunda conferencia en la cumbre en mayo de 1960, pero el derribo de un avión ~
la primera semana de noviembre. La realidad del poderío soviético quedó subrayada por de reconocimiento americano en territorio soviético el dia l.º de mayo lo arruinó todo.
1
~·n'... el hecho de que la administración americana no sólo no tomó medidas, sino que nunca Los aviones U-2, en sus vuelos de reconocimiento a gran altura entre las bases de Norue-
dio la impresión de que podría llegar a hacerlo. ga y Pakistán proporcionaban a Estados Unidos informaciones valiosas sin riesgo políti-
1
1
Estos acontecimientos supusieron un revés tanto para Kruschev como para la política
de acercamiento entre el este y el oeste. De todos modos, uno y otra se recuperaron. En junio
co alguno, siempre que los aviones no fueran interceptados y las misiones no fueran
hechas públicas por ninguno de los dos lados. El presidente estadounidense o bien no
de 1957, Kruschev fue atacado por Malenkov en el Presidium del comité central y derro- sabía nada de los vuelos o bien no tuvo la ocurrencia de suspenderlos en las semanas pre-
tado en una votación, pero dando muestras de su capacidad de recuperación, convocó una vias a la conferencia, y el gobierno soviético quizá no pensó en ordenar a sus defensas
reunión del comité central que expulsó del Presidium a Malenkov, junto con Molotov y que dejasen de intentar derribar los aviones espía estadounidenses durante este delicado
Kaganovich. En octubre, Zhukov fue sustituido por el mariscal Malinovsky. Este año fue período o quizá -otra hipótesis verosímil- les había ordenado, precisamente, que los
testigo del triunfo de Kruschev sobre sus adversarios y sobre la doctrina del liderazgo colec- derribaran. Declaraciones falsas en Washington sobre la misión del avión sólo sirvieron
tivo. En marzo de 1958 se convirtió en primer ministro y primer secretario, y se mantuvo para aumentar y agravar el desconcierto americano, ya que los rusos, habían capturado
en una posición predominante hasta su inesperada caída en octubre de 1964. Recogió los al piloto vivo y con su equipo de espionaje.

36 37
j) Después del consiguiente fracaso de la conferencia de París, Kruschev reiteró, en Var-
sovia y Moscú, su confianza en la política de acercamiento, pero para entonces, los pro· <(<(
ü z
gresos en ese sentido habían quedado detenidos a causa del U-2, del mismo modo que habí· o _<(
...JU
an sufrido una interrupción en 1956 a causa de la revolución húngara, y era posible ü
¡::: w-
·=> ~
sostener que Krnschev había ideado deliberadamente este frenazo de su propia política, for- <: a.:2
zado probablemente por grupos de presión militares y pro chinos. Su acercamiento a los '<:t:
¿J
Wo
¡:: o
O::o
Estados Unidos constituía una afrenta para los chinos, que no compartían sus puntos de <:(
o op
vista sobre las intenciones agresivas de los estadounidenses, veían con rencor y temor las
<:
confabulaciones rnso-estadounidenses y no quisieron apaciguarse cuando Krnschev fue a
~ d
Pekín de regreso de su viaje a los Estados Unidos. Estas opiniones encontraron cierto eco
en el Kremlin. Además, la politica de defensa de Kmschev, consistente en confiar en los ,
ü
o ~
misiles nucleares y reducir las fuerzas no nucleares, resultaba demasiado atrevida para algu-
nos de sus colegas y consejeros. Aunque se creó un Comando de Cohetes bajo el mando 0
0
C>
del mariscal Nedelin (al que le sucedió el mariscal Moskalenko}, la segunda reducción fue ~
anulada, y en el vigésimo primer congreso en octubre de 1961 Malinovsky declaró que no ~ ·ºA e:

~
compartía los puntos de vista de Krnschev. (Esta lucha continuó en 1963-1964; cuando se J /> }
propusieron, de nuevo, reducciones y volvió a producirse la oposición a las mismas: Krus-
chev se vio forzado a prometer que las reducciones serían razonables, pero esta persistencia
fue probablemente, una de las causas de su caída.) Kruséhev había comprendido final- r o <(
u
<(
:2
...,
<(

~
mente que su intento de conseguir el reconocimiento de la República Democrática Ale-
mana planteando la cuestión de Berlín podía ser utilizado en su contra por los americanos,
6~º
:~
que vinculaban un acuerdo sobre Berlín con una retirada general de los rnsos de Europa, a
Q .•
«•
para la cual ni Kruschev ni el grupo dirigente de Moscú estaban preparados todavía.
Después de las desalentadoras experiencias de los años cincuenta, la década siguiente
""0&
se iniciaba con sintomas contradictorios. La disputa entre rusos y chinos había pasado a º>-'>'~
ser del dominio público (ver capín1lo 3) y era considerada como un incentivo, para los o IJJ
acuerdos ruso-americanos. En Washington terminó la era Eisenhower, a la que sucedió la ~ q, CQ
ñ:
breve presidencia de John E Kennedy, cuya juventud e inteligencia suponían un gran con- \1 0 E
-><::
~
<(
traste con todo lo anterior y prometían acabar con la decadencia de liderazgo y de obje- (/)
"" n:: o
tivos que había arruinado la década de los cincuenta. Se acordó un alto el fuego en Laos,
=> (/)
UJ .
Q
o
<:(
:¿
o
lQ

pero en un encuentro con Kmschev en Viena, Kennedy no causó ningún impacto y es


incluso posible que Kruschev sacase de la entrevista la impresión de que la situación era
propicia para un ataque antiamericano. De cualquier modo, Krnschev dio permiso para un
nuevo intento en Berlín. o
I{)

A. El gobierno de la República Democrática Alemana amenazaba con derrumbarse. Sus N


"'o
• ciudadanos escapaban del país a un ritmo de 1.000 por día, lo cual era económica y psico- -g
lógicamente desastroso. El jefe del gobierno, Walter Ulbricht, tenía que actuar urgente· Jj
mente si quería mantener su régimen, mientras que Kruschev estaba probablemente con- e:
o
u
vencido de que si no apoyaba a Ulbricht, la crisis en la República Democrática Alemana .,"'e:
conduciría a una guerra en Alemania. En consecuencia, dio su consentimiento a la erec- o o
"~
ción de un muro entre el sector oriental y el sector occidental de Berlín, de forma que el
sector oriental pasara a formar parte de la República Democrática Alemana y el sector
"e
"'
::i
occidental resultase demasiado incómodo para una ocupación continuada por parte de las o "'
u
potencias occidentales. En la noche del 12 al 13 de agosto se constmyó el muro y el flujo x
·W .g"'
de refugiados prácticamente cesó. Unas semanas antes, en Viena, Kennedy le había dicho :2 u
a Kruschev que Estados Unidos mantenía su compomiso de utilizar todas las fuerzas nece- ~
sarias para defender la condición y la libertad de Berlín. La construcción del muro fue una L..~~~~~~~~~~~--~~~~~_J'--~~~~~~~~~~~ ,....;

38 39
acción provocativa que Estados Unidos aceptó, y pudo influir en Kruschev a la hora de juz- un poco más de tiempo para pensar y actuar. Kruschev decidió no aceptar el reto. Se
gar hasta dónde aconsejaba la prudencia que debía provocarse a Estados Unidos: él mismo comunicó a los barcos que iban en cabeza que aminorasen la velocidad. Los estadouni-
iba a ir mucho más lejos que los alemanes orientales, al año siguiente, en Cuba. denses dejaron que un inofensivo petrolero pasara sin ser registrado y continuara su cami-
Kennedy heredó de su antecesor un problema cubano que, en un principio, fue un no. El resto de los buques dieron la vuelta. En el Consejo de Seguridad, Adlai Stevenson
capítulo de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, pero no un capítulo de mostró ante los delegados rusos y de otros países pruebas fotográficas que evidenciaban la
la guerra fría. Sus orígenes se relatan en la Sexta Parte de este libro. En abril de 1961, Ken- amenaza contra la cual había actuado Estados Unidos.
nedy, continuando una empresa proyectada por el régimen de Eisenhower, prestó su apo- En la elección del método de acción y en los consiguientes intercambios diplomáticos,
yo a un intento de invadir Cuba y derrocar a Fidel Castro llevado a cabo por un grupo de Kennedy tuvo gran cuidado de dejar a Kruschev la oportunidad de ordenar la retirada que
refugiados. La intentona fracasó de manera inmediata y total. Después de eso, Kruschev, los estadounidenses querían imponer. El componente dramático fue intenso hasta el final.
que ya prestaba ayuda financiera y diplomática a Castro, decidió llevar a cabo un golpe Kruschev dio a conocer su rendición en una carta a Kennedy en la que afirmaba, una vez
audaz. En lugar de limitarse a ayudar a Castro a mantenerse en el poder, decidió utilizar a más, que las entregas de armas eran una medida defensiva; dijo también que dichas entre-
Cuba para ayudar a la URSS, convirtiéndola en una base soviética que amenazase direc- gas habían terminado y que, si Estados Unidos prometía no invadir Cuba ,Y levantaba el
tamente a Estados Unidos con misiles rusos y así (entre otros objetivos) obligar a Estados bloqueo, la URSS no consideraría necesaria la presencia rusa en Cuba. Este era, justa·
Unidos a cambiar sus misiles en Turquía que amenazaban las ciudades soviéticas. En el mente, el reconocimiento de la Doctrina Monroe que los americanos querían. Pero casi al
verano de 1962, se enviaron misiles tierra--aire, seguidos de cazas Mig-21, bombarderos mismo tiempo llegó un segundo mensaje de Moscú. En él, Kruschev exigía, no sólo la pro-
nucleares a reacción 11-28 y misiles tierra-tierra (es decir, ofensivos). Cuarenta y dos de mesa americana de no atacar Cuba, sino también la retirada de los misiles americanos de
este último tipo de los sesenta y cuatro previstos, llegaron a finales de septiembre o prin- Turquía a cambio de la retirada de los misiles soviéticos de Cuba. Kennedy no quería hacer
cipios de octubre. Esta serie incluía misiles Frog de corto alcance diseñados para proteger ningún trato; lo único que deseaba era una solución clara y terminante del problema cuba-
los SS-4 y SS-5 soviéticos contra un ataque aéreo o invasión y bajo el mando de los jefes no por separado. Después de un breve período de consternación, el fiscal general sugirió
soviéticos autorizados para lanzarlos por propia iniciativa. La instalación de estas armas que la segunda carta era, en realidad, una anterior a la primera que se había retrasado y
hacía a Estados Unidos, por primera vez, susceptibles de un ataque lanzado a corta dis- debía ser ignorada. Por consiguiente, el presidente respondió a la primera carta, aceptando
tancia, hubiera casi duplicado el número de bases o ciudades amenazadas por la URSS. En su sentido general y mostrándose de acuerdo con la apertura de negociaciones sobre la base
un plazo de tres semanas desde el comienzo de la operación, los americanos se dieron de que se detuviesen todas las obras de construcción en Cuba. Este mensaje, enviado el 27
cuenta de ello, aunque al principio no tuvieron claro que los rusos estuvieran haciendo de octubre, fue aceptado al día siguiente por Kruschev, que consintió en enviar los misiles
algo más que fortalecer la defensa de Cuba. Los soviéticos aseguraron a Washingron que soviéticos de vuelta a la URSS. A lo largo de estas negociaciones el secretario general de
éste era, efectivamente, el caso y que no tenían intenciones ofensivas, y a pesar de algu- la ONU, U Thant, desempeñó un papel tan decisivo como discreto. La pregunta crítica era
nos relatos perturbadores de refugiados, las misiones de reconocimiento no lograron nin- si las naves soviéticas que se estaban aproximando a Cuba iban a parar antes de rebasar el
guna prueba de lo contrario hasta mediados de octubre. El 14 de octubre se obtuvieron punto que el presidente amerkano había fijado públicamente como punto de retomo. Un
fotografías que mostraban una platafonna de lanzamiento y un n'tisil. Kennedy decidió enfrentamiento fatal fue evitado sobre todo por U Thant, quien -además de propugnar la
inmediatamente cuál era su objetivo: la retirada total de armas nucleares soviéticas de moderación y las negociaciones entre ambas partes- fue el primero en sugerir a Kruschev
Cuba. El problema fundamental era cómo lograr este objetivo sin iniciar una guerra que diera orden a sus naves de no cruzar la línea de intercepción americana. Kruschev se
nuclear. En Washington se decidió que deberían tomarse medidas en un plazo de unos diez avino a un acuerdo y U Thant informó de ello a Kennedy. Como respuesta a los mensajes
días. La respuesta más lógica era lanzar un ataque aéreo, pero existían serias objeciones. de U Thant, Kruschev tambíen aceptó retirar los misiles y bombarderos soviéticos de Cuba
Aparte de la aversión a romper las hostilidades utilizando armas nucleares fueran cuales bajo la supervisión de la ONU. Posteriormente, U Thant viajó a La Habana, donde encon-
fueran las circunstancias, el presidente y sus consejeros eran perfectamente conscientes de tró a un Castro mucho menos complaciente, en parte porque temía una invasión estado-
los peligros de un agravamiento de la tensión o de un contraataque ruso sobre Berlín. unidense y en parte porque Kruschev no le había informado de los acuerdos a los que había
Muchas de las armas soviéticas estaban aún en camino hacia Cuba por mar, y el secreta- llegado con U Thant. Castro ya había anunciado que emitiría aquel día y no podía ser
rio de Defensa, Robert McNamara, con el apoyo del fiscal general, Robert Kennedy, pro- disuadido de hacerlo por más de veinticuatro horas, pero en atención a los ruegos de U
puso un bloqueo naval para evitar que llegaran a su destino y forzar a los soviéticos a reti- Thant bajó el tono de su discurso, sobre todo en los comentarios acalorados que pretendía
rar los que ya habían llegado. Después de muchas discusiones, el plan, que había atraído lanzar contra Moscú por haber aceptado, sin recurrir a él, la presencia en Cuba de una
al presidente desde el primer momento, fue aprobado. El mismo presidente lo explicó a la misión de supervisión de la ONU. Posteriormente, U Thant elogió la habilidad política y
opinión pública en un discurso televisado y a los aliados por medio de emisarios especia- la diplomacia de Kennedy y de Kruschev, que en ningún caso habían sido mayores que las
les, y los buques de guerra americanos se interpusieron en el camino de los barcos que lle- suyas.
vaban los misiles soviéticos hacia el oeste. La primera reacción de los rusos fue reiterar que El conflicto en Cuba, así como el desacuerdo sobre Berlín dieciséis años anterior, habían
las armas eran sólo defensivas y denunciar el bloqueo. El choque parecía inminente. En llevado a los protagonistas de la guerra fría a un careo, pero una vez más no se había lle-
ese momento, el presidente, aconsejado por su íntimo amigo lord Harlech, embajador bri- gado a producir ningún disparo. El intento por parte de Kruschev de llegar a una igualdad
tánico, movió su línea de buques interceptores hacia el sur al objeto de darle a Kruschev fracasó, primero porque era una insensatez y luego porque sus propios colegas le destitu-

40 41
yeron por la vía pacífica. Después del incidente de la bahía de Tonkin en el mes de agos- El Plan Barnch se abandonó rápidamente aunque de manera tácita. La URSS conti·
to Estados Unidos fue implicándose cada vez más en Vietnam. Desde mediados de los años nuó manteniendo su oposición a todo lo que pudiera ser interpretado como una inter·
sesenta la guerra fría volvió a convertirse en una cuestión de posturas estáticas, ocasio· vención internacional en sus asuntos y aferrándose a su ventaja en armamento no nuclear.
nalmente sacudidas por aventuras periféricas (en Etiopía y Afganistán), y se mantenía por En 1952, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia propusieron unos límites cuantitativos
la carrera armamentística. a las fuerzas armadas de todos los estados y dos años después Gran Bretaña y Francia pro-
dujeron un nuevo plan gradual, diseñado para reconciliar las prioridades divergentes de
los americanos y los soviéticos siguiendo un procedimiento progresivo. La URSS respon·
LA CARRERA DE ARMAMENTOS
dió con un programa que comenzaba con la reducción de las fuerzas convencionales y
posteriormente de las reservas nucleares y se completaba con la eliminación de las bases
En 1946, Estados Unidos propone, con el Plan Baruch, el absoluto control y propie· en suelo extranjero, el cese en la producción de armas nucleares y una conferencia relati·
dad internacionales de las fuentes de energía nuclear y la transferencia de los arsenales va a un tratado de prohibición de ensayos. La URSS también aceptó unos topes cuanti·
estadounidenses a un organismo internacional. El Comité de Energía Atómica declaró tativos de las fuerzas armadas, que puso a Estados Unidos en una situación incómoda, ya
que el plan era técnicamente factible. Pero de todos modos era políticamente inalcanza· que sus compromisos mundiales requerían una fuerza mayor que la propuesta. A cambio,
ble en aquel momento. El mismo año, la URSS respondió proponiendo la prohibición de Estados Unidos propuso topes aún más altos {lo cual, no obstante, habría supuesto una
fabricar o utilizar armas nucleares y la destrncción inmediata de las existentes (que eran reducción de las fuerzas americanas) y una licencia de inspección a «cielo abierto»
e~clusivamente estadounidenses). La exigencia soviética de la destrucción inmediata era mediante la cual ambas partes pudieran tener a la otra bajo observación permanente, en
inaceptable para los americanos, que insistían en que antes había que crear un mecanis- acecho de aeronaves o satélites en órbita alrededor del globo, pero sigueron reivindican-
mo internacional. Los planes estadounidense y rnso eran también irreconciliables en otros do un órgano de control internacional -aun a riesgo de ser vetados- y rechazaron la idea
aspectos. La URSS aceptaba el principio del control internacional, pero rechazaba la pro- de una prohibición del uso de armas nucleares y de la destrncción de las reservas ya exis·
piedad internacional. También estaba dispuesta a aceptar que una autoridad internacional tentes. Desde el punto de vista americano la ocasión de prohibir el uso de armas nuclea·
creada para supervisar el control internacional decidiera sobre determinados temas por res ya había pasado. La tentativa iniciada por el Plan Baruch de aislar la ciencia marcial
mayoría de votos y sin posibilidad de veto, pero insistía en que cualquier acto de fuerza de los últimos avances en física tuvo que ser abandonada.
que se propusiera tendría que estar sometido al veto. Los rusos opinaban que un convenio La pretensión de que estos planes de desarme fueran a ponerse al servicio de algún
internacional debería quedar reforzado por la legislación interna de cada uno de los paí- objetivo útil o práctico fue disminuyendo y se buscaron paliativos en programas de reti-
ses firmantes del tratado, pero no por una transferencia de facultades soberanas a un órga· rada de fuerzas armadas, desmilitarización y otras formas de control de armas. La opción
no internacional con poder para llevar a cabo inspecciones y hacer que se cumpliera el de una retirada de las fuerzas armadas -esto es, poner una distancia entre máquinas de'
convenio. La URSS no descartaba por completo la inspección, pero quería limitarla a las guerra oponentes mediante una retirada recíproca de posiciones aventajadas- resultaba
instalaciones nucleares declaradas por cada Estado, excluyendo cualquier investigación atractiva por una serie de razones: podía minimizar el riesgo de confrontaciones impre-
en busca de actividades clandestinas. Estas posturas reflejaban las' realidades estratégicas meditadas; podía resultar ser un experimento exitoso en desarme local que podría repe-
del momento. Otro tanto ocurría con la controversia que tenía lugar, al mismo tiempo, tirse luego a mayor escala y podía atenuar las tensiones políticas en Europa central y así
sobre la reducción de las armas no nucleares: Estados Unidos quería vincular el desarme conducir a una solución del problema alemán. En 1955, Eden propuso una limitación a
de este tipo a un acuerdo sobre armas nucleares, mientras que la URSS pretendía una las fuerzas en Alemania y los estados vecinos (sin especificar cuáles) junto con un siste-
reducción proporcional de fuerzas (en una tercera parte) que disminuyese los índices de ma de inspección y revisión por un Estado alemán reconciliado y sus cuatro ocupantes
arioamento sin alterar el poderío relativo de cada país en este tipo de armas. anteriores. Eden también propuso un experimento europeo de desmilitarización, empe-
En 1949, el año de la resolución del Tratado del Atlántico Norte, la URSS hizo explo- zando con la zona a lo largo de las fronteras germanoorientales y pocos días después aña·
tar su primer artefacto nuclear y al año siguiente abandonó la Comision de Desarme de la dió, como experimento de control de armas, un plan para equipos de inspección mixtos a
ONU (creada en 1948 al fusionarse los Comités de Energía Atómica y de Armamentos ambos lados de la división entre Europa oriental y occidental. Estas ideas no fueron bien
Convencionales). En 19.52-1953, en un intervalo de nueve meses, los Estados Unidos y la recibidas por los americanos ni por los alemanes occidentales, a quienes supuestamente
URSS hicieron explotar sus primeras bombas termonucleares o de hidrógeno. Ambos Eden no había consultado previamente y quienes rechazaron el reconocimiento implíci·
rápidamente desarrollaron sus vías de lanzamiento de manera que a mediados de los cin· to de la República Democrática Alemana. Las propuestas rusas presentadas por Gromyko
cuenta empezó a prevalecer la disuasión mutua. En 1961 ambas potencias enviaron a en 1956 y 1957 relativas a una zona de limitación e inspección fueron rechazadas sobre
hombres al espacio -sacándole el ruso Yuri Gagarin una delantera de seis meses al ameri- las mismas bases. Hugh Gaitskell, dirigente de la oposición parlamentaria británica, ya
cano John Glenn-. Las reservas americanas fueron mayores en todo momento y la había formulado unos proyectos similares. Propuso una reducción gradual de las fuerzas
superioridad americana se vio favorecida a principios de los sesenta al ponerse en servicio extranjeras en las dos Alemanias, Polonia, Checosl9vaquia y Hungría y la prohibición de
los misiles Polaris y Minuteman. El temor infundado de los americanos de una posible armas nucleares en esta misma zona; las dos Alemanias se reunificarían, la República
diferencia de misiles a favor de la URSS tuvo el efecto de espolear a los Estados Unidos Federal se retiraría de la OTAN y los tres estados orientales de la alianza militar de Var-
para aumentar una diferencia que en cualquier caso se inclinaba a su favor. sovia. Finalmente, en 1957, con respaldo ruso, el ministro de Asuntos Exteriores polaco,

42 43
Adam Rapacki, propuso en la Asamblea General (desarrollándolo luego por escrito) un pios pero no llegaron a un acuerdo sobre el plan de control presentado por los america-
plan para prohibir la fabricación y presencia de armas nucleares en ambas Alemanias. Pro- nos; coincidiendo con la sesión otoñal de la Asamblea General, ambas partes presenta·
metió que Polonia seguiría el mismo ejemplo y el gobierno checo prometió hacer lo mis- ron borradores sobre un tratado de desarme general y completo (el ruso era una revisión
mo. El plan Rapacki se centró únicamente en las armas nucleares de un área específica, de un borrador anterior).
sin intervenir abiertamente en las cuestiones políticas circundantes la reunificación de El máximo logro de estas negociaciones lo constituyeron las recomendaciones ele
Alemania, la libertad de Alemania para aliarse, la considerable presencia de fuerzas ame· McCloy y Zorin. Consistían en una serie de principios para dirigir unas negóciadones de
ricanas y rusas en estados centroeuropeos, el equilibrio del poder americano y ruso en desarme continuadas, partiendo de la aceptación del desarme general y completo como
Europa, que se desestabilizaría con la retirada de las fuerzas nucleares americanas, si no se meta final. Este documento era, en realidad, un pacto sobre cuáles eran los temas en los
producía la correspondiente retirada de las fuerzas no nucleares rusas. El plan fue recha· que había que llegar a un acuerdo. Clarificaba los problemas, pero no aportaba soluciones.
zado por Estados Unidos en mayo de 1958. A partir de ese momento la retirada de fuer- Predicaba la necesidad de establecer procedimientos seguros para la solución pacífica de
zas armadas dejó de formar parte de la agenda política. Había sido derrotada por la ten- los conflictos y el mantenimiento de la paz; la retención por cada Estado de las fuerzas no
dencia opuesta, que consistía en armar a las dos Alemanias como contribución nucleares necesarias para preservar la ley y el orden; la disolución de las fuerzas innecesa-
independiente a la fuerza de las posiciones aventajadas de los dos bloques rivales, por el rias y la eliminación de todas las armas nucleares, químicas y bacteriológicas, todos los
temor occidental a la inmensa fuerza no nuclear de la URSS, por la política de la OTAN medios de lanzamiento de annas de destrucción masiva, todas las instituciones de ins·
de colocar armas nucleares en posiciones aventajadas y por la inexperiencia y descon- trucción militar y todos los presupuestos militares; un acuerdo sobre una sucesión de eta-
fianza en los métodos de inspección y revisión. El fort<i.lecimiento de las alianzas tenía pas en el proceso de desam1e, sometidas a una verificación al final de cada etapa; medidas
prioridad sobre el desmantelamiento de las tnismas. equilibradas para asegurar que ninguno de los bloques consiguiera una ventaja temporal
Sin embargo, ambas partes se sentían inclinadas a restringir los ensayos nucleares. El mientras se llevaba a cabo el desarme; y un control internacional estricto y efectivo
perfeccionamiento de las distintas armas nucleares, grandes y pequeñas, justificaba la durante el proceso y, una vez concluido éste, a través de una Organización Internacional
necesidad de llevar a cabo ensayos, y éstos producían una alarma mundial en cuanto a los de Desarme integrada en la estructura de la ONU. Este utópico conjunto de medidas
efectos de la lluvia radiactiva, especialmente después de los ensayos americanos en el requería un acuerdo sobre el orden en que se llevarían a cabo las distintas operaciones,
Pacífico en 1954, que, según parece, acabaron con la vida de unos pescadores japoneses, sobre la equivalencia entre los diferentes tipos de armamento y sobre la naturaleza y for-
envenenaron a un elevado número de peces y contaminaron una zona de 18.000 km 2• En ma de actuar de un cuerpo de inspectores. Un acuerdo en éstos y otros puntos requería un
1957 se suspendieron los ensayos nucleares por un acuerdo tácito -en parte como conse- grado de confianza que ningún dirigente político sentía ni podía mostrar sin introducir
cuencia de la conclusión de una serie de ensayos americanos y rusos- y se hizo un exa- una importante componente de riesgo en la seguridad nacional. Los soviéticos, por ejem-
men preliminar sobre la posibilidad de una prohibición más formal y permanente. Pero plo, aceptaron en un determinado momento el principio de inspección, pero se despren-
había una enorme diferencia entre lo que era aceptable para Estados Unidos y lo que era día que sólo se inspeccionarían las armas destruidas y no las restantes¡ se mostraban rea·
aceptable para la URSS, en cuanto a la constitución de un órgano de control y su siste- cios a revelar qué armas serían conservadas por temor a que se lanzase un ataque que las
ma de votación interno, la guarnición de los postes de control por observadores de destruyese. Se crearon ingeniosos proyectos para eludir este peligro como la propuesta del
nacionalidades extranjeras y el número de inspecciones in situ que debían llevarse a cabo profesor Louis Sohn de dividir el territorio nacional en zonas y conceder a los inspectores
cualquier año en una zona específica con el fin de asegurar el cumplimiento de la prohi- el derecho de registrar sólo un número limitado de zonas a intervalos determinados, pero
bición. Las diferencias en todos estos asuntos se atenuaron durante las discusiones man- no fueron suficientes para vencer al conserv~durismo nacionalista.
tenidas en 1958-1960, pero no fue.posible llegar a un acuerdo antes de la destrucción de El tema central de las reanudadas conversaciones sobre desarme era el problema de la
la aeronave de reconocimiento americana U-2 sobre la URSS en mayo de 1960, y el inspección y la verificación (un elemento que no había aparecido en anteriores nego-
abandono de la cumbre fijada para ese mes perturbó temporalmente el acercamiento ciaciones, como las que precedieron al Tratado de Washington de 1922, aunque había
entre rusos y americanos. recabado la atención de la conferencia de desarme de 1932, que propuso una Comisión
De un modo menos fructífero, aunque con la apariencia de una total seriedad, tanto Permanente de Desarme con poder para realizar inspecciones pero no para hacer cumplir
Estados Unidos como la URSS patrocinaron unos planes ilusorios de un desarme general las disposiciones acordadas. La evolución de las armas nuckares había aumentado enor-
y completo e invirtieron mucho tiempo en discutirlos. Las propuestas rusas se centraban memente los peligros de permitir que una de las partes firmantes de un acuerdo de desar-
en objetivos como la retirada de tropas y bases extranjeras más que en temas de control y me llevase a cabo engaños u ocultaciones¡ podría, al hacerlo, conseguir el dominio del
revisión, que preocupaban fundamentalmente a los negociadores británicos y americanos. mundo. Pero la ocultación era también considerada como una condición necesaria para
Al plan ruso presentado por Kruschev ante la Asamblea General de la ONU en septiem- la supervivencia. Para cualquier potencia, los inspectores eran espías en potencia que
bre de 1959 le siguieron dos declaraciones americanas en marzo y junio de 1960. La con- estaban autorizados para hacer descubrimientos y podrían, por tanto, revelar de qué modo
ferencia sobre desarme celebrada en Ginebra en 1960, que concernía a diez naciones, el territorio inspeccionado podía ser despojado de un solo golpe de todas sus defensas. Los
resultó efímera y también la oportunidad de una iniciativa ruso-americana diseñada a par- esfuerzos de los políticos interesados en el desarme por una u otra razón fueron, por lo tan-
tir de una serie de recomendaciones elaboradas por John J. McCloy y V. Zorin. En 1961 to, continuamente contrarrestados por reflexiones más prudentes y a corto plazo que impi-
no se celebró ninguna conferencia. Los americanos y los rusos fijaron una serie de princi· dieron la firma de cualquier tratado excepto algunos de carácter parcial.

44 45
Los acuerdos parciales tuvieron lugar, no obstante. El cese de los ensayos nucleares en cación, de la producción de material radiactivo; y una prohibición de hacer uso de la fuer·
la atmósfera fue un ejemplo temprano, al que se unió el mismo año un acuerdo para neu- za para alterar fronteras o transferir el control de un territorio de un Estado a otro. Tam·
tralizar el continente antártico. Los soviéticos reanudaron los ensayos unilateralmente en bién se realizaron propuestas que incluían una quema de bombarderos (refiriéndose a los
septiembre de 1961, principalmente porque habían llegado a un punto en el que disponí· B-47 y a los Tu-16) y cortes por~entuales en los presupuestos militares. En Polonia,
ande armas nuevas que necesitaban ser probadas, pero en 1963 tuvo lugar -cuando aún Gomulka resucitó y renovó el Plan Rapacki proponiendo, en diciembre de 1963, una
resonaban las repercusiones de la crisis cubana- un nuevo y más extenso acuerdo de congelación de armas Rucleares en Europa que, no obstante, no gustó a los americanos,
prohibición de ensayos nucleares (al igual que la instalación de una línea de comunica· en parte porque concedían poco valor al control sobre la ubicación de las armas si no iba
ción directa y permanentemente abierta, el «teléfono rojo», entre la Casa Blanca y el acompañado de un control sobre su producción, y en parte por respeto a los recelos de sus
Kremlin). Cuando los soviéticos anunciaron la reanudación de los ensayos, los america- aliados alemanes.
nos y británicos se ofrecieron a firmar un tratado que prohibiese su realización en la Estos planes no dieron frutos inmediatos por tres razones. En primer lugar, el tratado
atmósfera sin estipular ningún tipo de inspección, pero los soviéticos no estaban dispues· de prohibición de los ensayos nucleares era todo lo que, por el momento, los dirigentes
tos a abandonar su nueva serie de ensayos, y poto después los americanos también reanu- de ambos bloques podían digerir y hacer aceptable en sus propios países. Tal vez se podría
daron las pruebas. Al final del año, los rusos propusieron un tratado que prohibiese todo llegar más lejos, pero no demasiado pronto. En segundo lugar, las discusiones en el seno
tipo de ensayos nucleares, tanto subterráneos como atmosféricos, sin inspección; esta pro· de la OTAN sobre el control conjunto de las disposiciones nucleares y de las armas
pue~ta fue inmediatamente rechazada, y las tres potencias comunicaron a la ONU que no nucleares despertaron los temores orientales con respecto a una Alemania nuclearizada.
habían logrado llegar a un acuerdo y que renunciaban a intentar alcanzarlo. Estados Unidos estaba_ atrapado entre el deseo de que continuase el diálogo y el acerca·
Alarmada por este fracaso, la ONU decidió convocar una nueva conferencia de desar· miento con la URSS y el deseo de conceder a su más efectivo aliado continental la cate·
me, esta vez con dieciocho miembros, entre ellos ocho neutrales, lo que suponía una inno- goría y la autoridad en los consejos y operaciones aliadas que sus contribuciones mate·
vación, ya que los países neutrales no habían participado hasta entonces en discusiones riales a la alianza merecían. Para los rusos, la fuerza multilateral de la OTAN que había
sobre prohibiciones de ensayos nucleares, sino sólo en discusiones sobre desarme general sido propuesta (véase el capítulo 6) era una forma de proliferación de armas nucleares,
y total. Los franceses, que estaban empezando a desarrollar un arsenal nuclear propio, y aunque los americanos la habían concebido como una política de antiproliferación con
por tanto no deseaban prohibir los ensayos, no tomaron parte en los debates, pero los paí· el objeto de que la República Federal y también Francia se contentasen con algo menos
ses neutrales (Brasil, Birmania, Egipto, Etiopía, India, México, Nigeria y Suecia) demos· que una fuerza nuclear independiente. Y en tercer lugar, la creciente implicación ameri-
traron ser una ayuda valiosa por su perserverancia y empeño en idear compomisos y hacer cana en Vietnam aumentó la tensión en las relaciones ruso-americanas. El intento ame·
que las discusiones siguieran adelante. Se reanudó el debate entre las potencias nucleares ricano de apoyar a un Estado sudvietnamita independiente y no comunista trajo consi·
en tomo a las inspecciones, quedando reducido a un problema de números, ya que las .. go la guerra contra el Vietcong, que era considerado, en la terminología comunista,
potencias occidentales no consentían que fueran menos de siete al año y los soviéticos se como un movimiento de liberación nacional; y trajo asimismo consigo la guerra contra
negaban a conceder más de dos o tres. A principios de 1963 casi todo el mundo daba por el Estado comunista del Vietnam del Norte así como algo parecido a una guerra contra
sentado el fracaso de las conversaciones, pero éste no sólo se evitó, sino que se tomó en el Estado comunista, enormemente más importante, de China. Para los rusos, el dejar de
éxito, en gran parte por la discreta tenacidad del primer ministro británico, Harold Mac· apoyar al presidente de Vietnam del Norte, Ho Chi Minh, hubiera sido una traición a la
millan. A primeros de julio, Kruschev dio a entender en un discurso público que podría solidaridad comunista, lo cual resultaba siempre peligroso para la posición rusa en el
llegarse a un acuerdo sobre una prohibición parcial, y en ese mismo mes Averell Harri· mundo comunista, pero aún más peligroso en un momento en que la preeminencia y la
man y lord Hailsham fueron a Moscú, donde las tres potencias acordaron los términos de pureza doctrinal soviéticas estaban siendo atacadas por los chinos. Además, no apoyar al
un tratado que prohibía los ensayos nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior y bajo Vietcong era también doblemente peligroso, porque si éste era derrotado, los comunistas
el agua durante un período de tiempo ilimitado, pero con el derecho de cualquiera de las culparían de ello a los rusos, mientra,s que si vencía sin ayuda soviética, la influencia chi·
partes a retirar el compromiso si sus intereses supremos estuvieran en peligro a causa de na en Asia podría desplazar a la influencia soviética, y además se demostraría que era
acontecimientos extraordinarios relacionados con el tema del tratado. Muchos otros paí- cierta la opinión china, contraria a la rusa, de que podían librarse las guerras de libera·
ses se unieron al tratado. Entre ellos no figuraban ni China ni Francia. ción nacional sin que ello desembocase en una guerra nuclear. Cuando, hacia 1965, los
La firma de este tratado planteó la cuestión de qué era lo que debía intentarse a con· americanos se convirtieron, de una forma evidente, en conductores de la guerra y no en
tinuación. Estimuló el acercamiento entre las potencias y, por consigui~nte, la búsqueda simples ayudantes de los vietnamitas del sur, la escala y la naturaleza de la guerra cam·
de asuntos dispuestos a ser abordados. Lyndon B. Johnson, que había llegado a la presi· biaron y los americanos ntvieron que enfrentarse a las protestas provenientes de todas las
dencia de Estados Unidos al ser asesinado Kennedy en noviembre de 1963, hizo una lis- partes del mundo contra los horrores que se estaban produciendo. Los rusos se unieron a
ta de temas a principios del año siguiente. Entre ellos estaba un programa de antiprolife· estas protestas. Aunque la evolución de las estrategias nucleares, el resurgimiento de
ración que incluía una prohibición total de ensayos nucleares, una prohibición de China y el paso del tiempo se habían combinado para poner fin a la guerra fría bipolari-
transferir materiales nucleares a países no nucleares y la inspección de las actividades zada, la costumbre y algunas crisis particulares impidieron que los principales adversarios
nucleares pacíficas; una cadena de puestos de observación para evitar ataques por sorpre· admitiesen el hecho y actuasen en consecuencia más que de una forma muy indecisa;
sa; el bloqueo de todos los misiles, sujeto a verificación; el cese, también sujeto a verifi· sólo De Gaulle hizo ambas cosas.

46 47
De cualquier forma, ya fuese gracias al entendimiento o por razones más ocultas, se americanas. Pero de hecho, ambos bandos reservaban sus armas nucleares para el otro y se
había llegado a un importante grado de estabilidad y tolerancia en la cuestión más impor- preocupaban, cada vez más, no sólo de evitar la utilización de las armas nucleares, sino de
tante del momento: la de si la guerra fría conduciría o no a una guerra nuclear. En la era mantenerlas fuera del alcance de otras naciones. Sin embargo, una de las consecuencias
nuclear, se podría mantener la paz siempre que cada bloque confiase en que la amenaza más siniestras de la guerra fría fue que, durante los años cincuenta y parte de los sesenta,
del contraataque disuadiese al otro bando de atacar primero. Pero uno de ellos podría Estados Unidos y la URSS no comprendieron la existencia de este interés coui.ún, hasta
decidir que la única forma de evitar un ataque era ser el primero en atacar. Entonces, uti- después de que otras dos potencias, Francia y China, se convirtieron en potencias nuclea-
lizando la versión moderna de la guerra relámpago prenuclear, adoptaría una estrategia res, y de que otra serie de naciones habían llegado a tener la posibilidad de hacerlo y esta-
encaminada a construir, anunciar y posiblemente usar, su poder para destruir la capacidad ban mostrando, en ausencia de un sistema de control internacional, su intención de seguir
ofensiva del enemigo de un solo golpe. Para neutralizar esta estrategia, era necesario pro- el ejemplo. Durante la guerra fría, los dos protagonistas habían dado muestras de una cre-
teger las bases de aeroplanos y misiles de un modo tan efectivo que resultase inconcebi- ciente serenidad en sus relaciones, e incluso de una especie de tímida intimidad. No había,
ble que pudiesen ser todos destruidos por un ataque sorpresa. Su protección por medio de sin embargo, ninguna razón para suponer que otros poseedores de armas nucleares actua·
defensas antiaéreas se había quedado anticuada con el enorme incremento del poder des- rían con la misma serenidad o -en el caso de que fuesen, por ejemplo, Israel y Egipto- que
tructivo de cada bomba y de la velocidad de los misiles. En su lugar, se desarrollaron dos desarrollarían ese entendimiento íntimo sobre los límites permitidos de la política nuclear;
nuevas y extremadamente caras formas de defensa: los misiles fueron colocados en bases tampoco había ninguna razón para suponer que controlar los conflictos de otros sería tan
dispersas y bien protegidas y, en el caso de los Polaris, bajo el mar en submarinos; por otra fácil para las dos grandes potencias como controlar los suyos propios.
parte, un rápido sistema de alarma daría a las defensas tiempo suficiente para colocar los Estos dos problemas -cómo evitar una guerra nuclear entre potencias nucleares y
aviones en el aire y evitar que fuesen destruidos en tierra. Antes de la aparición de los cómo evitar que hubiese más estados que accediesen a la elite nuclear- eran aspectos del
misiles intercontinentales, los americanos consiguieron un sistema de alarma de dos o tres problema más amplio del control de armamentos, que sustituía a los más tradicionales
horas de rapidez, y cuando se consideró inadecuado fue mejorado y reducido a media hora; planteamientos de desarme de los años sesenta. El control de armamentos, la regulación
para entonces, una parte de las fuerzas de bombarderos se mantenía permanentemente en del uso de las armas en contraste con la eliminación de ese uso, no era algo nuevo. Se
el aire y otra parte preparada para despegar en quince minutos. Estas medidas para asegu- había aplicado, especialmente, a las armas navales, a través, por ejemplo, del tratado
rar la supervivencia de una parte importante de las fuerzas de bombarderos y misiles hicie- Rush-Bagot de 1817, que prohibía la presencia de flotas en los Grandes Lagos, y de los tra-
ron que los dos antagonistas concentrasen sus esfuerzos en estrategias de contragolpe tados de Washington en 1922 y 1930, que trataban de limitar, proporcionalmente, el
como medio de garantizar la seguridad. Era fundamental, para el éxito de esta postura, que poderío naval de unos países con respecto a otros. En la década de los sesenta, el escepti-
cada oponente viera que el otro la había adoptado también, y fue consolador que, en los cismo hacia el desarme general hizo que se reavivara el interés por proyectos similares y
últimos años de la guerra fría, cada uno consiguiese (gracias en parte al hecho de que una tuvieron lugar discusiones puramente teóricas sobre control de amrnmentos entre políti-
fuerza destinada a un primer ataque difería en tamaño y composición de una fuerza de cos de Washington y de Moscú, que sentían necesidad de comunicarse entre sí (como en
contraataque) transmitir al otro mensajes tácitos con ese fin. Las probabilidades y peligros la crisis de los misiles de Cuba) o de cooperar los unos con los otros (como en las crisis de
de un ataque por sorpresa disminuyeron. Oriente Medio durante toda la década). La idea de que las grandes potencias tenían en
Las fuerzas nucleares podían, no obstante, ser utilizadas en respuesta a un ataque no común algo más que la necesidad de evitar su aniquilación mutua quedó además fortale-
nuclear. Las reticencias y la capacidad de disuación de cada una de las dos principales cida por su interés común en mantener su superioridad. Ninguna de ellas quería ver armas
potencias nucleares con respecto a la otra no descartaban el uso de armas nucleares. nucleares en las fuerzas armadas de otros países, y en 1968 firmaron, juntamente con Gran
Ambas podían amenazar, y de hecho así lo hicieron, con utilizarlas ofensivamente en otros Bretaña, un Tratado de No Proliferación Nuclear al que invitaban a todos los demás paí-
contextos. En enero de 1954, Eisenhower y Foster Dulles hablaron, en ocasiones diferen- ses a adherirse. El objeto de este tratado era preservar la jerarquía nuclear existente, man-
¡
tes, de represalias masivas e inmediatas. La última fase de la guerra francesa en Vietnam teniendo a Francia y China en la q1tegoría de potencias nucleares de segun.da clase y a
\ había comenzado, y los estadounidenses tenían que elegir entre ayudar a los franceses con todos los demás países permanentemente excluidos de la posibilidad de adquirir armas
¡r¡
un ataque nuclear o dejar que fuesen finalm~nte derrotados. Los estadounidenses trataron nucleares. Como era previsible, Francia y China se negaron a firmarlo. Por parte de los
de hacer uso político de su armamento nuclear, sabiendo que no lo utilizarían militar- países no nucleares pero con posibilidad de llegar a serlo hubo señales de descontento.
mente; en una auténtica demostración de osadía polítiea, Foster Dulles empleó duras pala- Antes de realizar semejante acto de abnegación, objetaron que no se les debía pedir que
bras para asustar a los rusos y a los chinos y evitar que tomasen partido en la contienda, y renunciasen a las armas modernas si no les ofrecían mayores garantías de que no se verí-
acaso para asustar también a los británicos, llevándoles a que intentasen disuadirle de con- an envueltos en una guerra nuclear, y urgieron a las potencias nucleares a que conjugasen
tinuar en una línea de la que, en cualquier caso, quería ser desviado. En 1956, Kruschev, su entusiasmo en favor de la no proliferación con un intento más serio de controlar su
teniendo que hacer frente simultáneamente a una guerra en Oriente Medio y a una revo- propia carrera de armamentos.
lución en Hungría, amenazó vagamente con usar armas nucleares en lugares indetermina- El tratado entró en vigor en 1970 y se celebraron conferencias de revisión quinquena-
dos para atemorizar a los gobiernos y a los pueblos de Gran Bretaña y Francia y conseguir les que resultaron inefectivas y mordaces. Veinte afias después más de un centenar de paí-
prestigio en el mundo árabe, y después del episodio de los U-2 en 1960 amenazó a nacio- ses habían firmado el tratado, pero fue más significativo el número y la identidad de los que
nes más pequeñas con un ataque nuclear si facilitaban las actividades de reconocimiento no lo firmaron. Entre ellos Francia y China, que sin duda alguna eran potencias nucleares;

AO
África del Sur e Israel, que en términos generales también eran considerados como tales; y armas estratégicas, y más aún si tenemos en cuenta que un solo misil con muchas ojivas
Pakistán, India, Argentina y Brasil, en vías de llegar a serlo. Por estas fechas había en el nucleares, cada una de las cuales puede ser independientemente dirigida a un blanco dife ..
mundo varios cientos de reactores nucleares, incluyendo algunos que producían plutonio rente, es algo muy distinto de un misil con una única ojiva que puede alcanzar un solo
como subproducto de unas actividades relativamente inofensivas. Una pequeña cantidad blanco. Hay además dos formas distintas e incompatibles de calcular la efectividad de las
de este material bastaba para produeir una bomba al año y las últimas técnicas -por ejem· armas estratégicas de una nación. Por una parte, puede ser evaluada por el número de
plo, el enriquecimiento en uranio de los valores de graduación de armas y la producción de blancos enemigos teóricamente vulnerables, lo que supone contar el número dé ojivas
plutonio en reactores-generadores rápidos·- estaban facilitando la fabricación de armas nucleares desplegadas apuntando a blancos independientes; por otra parte, puede también
nucleares. En estas circunstancias los países desarrollados estaban ayudando a los estados evaluarse teniendo en cuenta la carga explosiva que puede ser lanzada de una sola vez por
en vías de desarrollo a construir reactores, fomentando así su proliferación y violando el todos los aviones y plataformas de lanzamiento disponibles. Por último, la categoría de las
tratado, al igual que todas las potencias nucleares que no se habían esforzado lo suficiente armas estratégicas no es una categoría cerrada, ya que se discute sobre si se deben incluir
en reducir sus arsenales nucleares. Las esperanzas de una prohibición más extensa resulta- en ellas las armas nucleares de menor alcance, que no obstante se colocan al alcance del
ban vanas mientras las principales potencias nucleares continuaran desarrollando nuevas enemigo al ser emplazadas en territorios intermedios o preparadas para ser enviadas a ellos
armas que requerían ser probadas. El desarrollo se ceñía a un acuerdo entre las superpo· al primer aviso.
tencias, redactado en 1974 pero no ratificado hasta 1990, que limitaba la proporción de los Dadas estas complicaciones, resulta admirable que, con un ejercicio de voluntad polí-
ensayos clandestinos, y a otro acuerdo de 1976, asimismo ratificado en 1990. África del Sur tica contra las dificultades técnicas, se firmasen dos acuerdos en mayo de 1972 (y dos de
se 'adhirió al TNP en 1991. También lo hicieron Francia y China. Brasil y Argentina menor importancia en el año anterior). En unas negociaciones en 1970 en Viena y Hel·
renunciaron a la producción de armas nucleares de largo alcance. En 1992, Corea del Nor- sinki, que ocuparon cinco meses del año, los americanos tomaron la iniciativa propo-
te y Corea del Sur pactaron convertir la península coreana en una zona no nuclear, pero la niendo una prohibición total de los emplazamientos móviles de misiles en tierra, una limi·
incorporación de Corea del Norte al régimen del TNP fue desigual (véase p. 493 ). Una rea- tación especial para las armas particularmente potentes y un límite global de la suma de
nudación de los ensayos por parte de China en 1993 puso en peligro estos exiguos avances. emplazamientos terrestres, emplazamientos marítimos y bombarderos que cada país podía
El tratado de 1968 se renovó indefinidamente en 1995 por 178 estados, pero hubo críticas poseer. Al año siguiente, los dos países llegaron a un acuerdo sobre un Tratado de Fondos
.por parte de Francia y Gran Bretaña por el escaso cumplimiento de las obligaciones que Marinos que prohibía situar armas nucleares en el suelo del océano (el tratado estaría
imponía el tratado. En el mismo año, poco después de su elección como presidente, Jac- abierto a la firma de todos los países) y actualizaron su acuerdo de 1963 para establecer un
ques Chirac reanudó los ensayos franceses en el Pacífico. El fin de la guerra fría reveló que «teléfono rojo» entre Washington y Moscú, modificándolo en consonancia con los nue-
la guerra fría y las armas nucleraes eran dos fenómenos distintos. La guerra fría posible- vos medios de comunicación por satélites. Estados Unidos propuso entonces que se detu-
mente había terminado pero no la proliferación nuclear. Durante la guerra fría lo~ estados viera el despliegue de los misiles intercontinentales emplazados en bases terrestres y todos
nucleares habían intentado prevenir tal proliferación a cambio de la promesa de reducir sus los misiles situados en submarinos. También abordaron los aspectos defensivos (diferen·
propios armamentos nucleares, pero al haber hecho más bien poco con respecto a lo segun- ciándolos de los ofensivos) de la guerra nuclear estratégica tratando de poner límites al
do no lograron nada con respecto a lo primero. despliegue de sistemas antimisiles balísticos ABM, pero el conocido problema de distin-
A la alarma por la extensión de las armas nucleares se unió la alarma por el desarrollo de guir un arma defensiva de otra ofensiva impidió que se realizaran progresos por algún
la tecnología armamentística. Los MIRV (misiles de cabeza múltiple con objetivos indepen· tiempo, ya que era imposible afirmar que todos los misiles o lanzamisiles de un sistema
dientes}, cuyas ojivas transportan varias cargas nucleares de gran alcance que se controlan ABM no podían ser utilizados más que con fines defensivos.
por separado, aumentaron enormemente la amenaza que suponía cada misil; y los sistemas A pesar de estos problemas, en 1972 se firmaron un tratado sobre los ABM y un acuer-
antimisiles balísticos (ABM), que podían responder a un ataque por sorpresa y destruir así la do provisional sobre misiles ofensivos. La URSS tenía en ese momento un sistema ABM
estabilidad disuasiva basada en la presunta eficacia de un primer ataque, estaban incremen· incompleto alrededor de Moscú, y Estados Unidos estaba proyectando dos sistemas para
tando enormemente el coste de la carrera de armamentos. Al mismo tiempo, la capacidad la protección de sus plataformas de lanzamientos intercontinentales. El tratado de ABM,
mortífera de los nuevos misiles, de los que se afirmaba que eran capaces de aterrizar a pocas de duración indefinida aunque sujeto a revisiones quinquenales, permitía a cada una de
decenas de metros de un blanco determinado, junto con las nuevas defensas -que podían las partes desplegar dos sistemas, uno para la defensa de su capital y el otro para la defen·
destmir los misiles lanzados únicamente a costa de eliminar el factor de disuasión que había sa de una parte de sus misiles intercontinentales, con una distancia entre los centros de
sido concebido para evitar precisamente su lanzamiento-, indujeron a las superpotencias a ambos sistemas no inferior a 1.300 kilómetros y un radio de cada uno de ellos no superior
conversar sobre el control del uso y desarrollo, así como l~ proliferación, de las armas nucle- a 150 kilómetros; cada sistema podía constar de 100 lanzamisiles, todos estáticos y capa·
ares. Las conversaciones sobre limitación de armas estratégicas (SALT) se iniciaron en 1969. ces de lanzar una sola ojiva nuclear. El acuerdo sobre misiles ofensivos era mucho más
Las armas estratégicas pueden definirse, en este contexto, como armas que pueden escueto. Tenía una duración limitada, hasta 1977, y se limitaba a imponer la congelación
alcanzar blancos en territorio de un adversario desde bases o plataformas de lanzamiento de nuevas construcciones con la salvedad de que se permitía la sustitución de equipo anti-
situadas en territorio propio o en alta mar. Ello incluye misiles o bombas transportadas por cuado por otro más moderno en tierra y en submarinos. Estados Unidos y la URSS acor-
aviones de largo alcance, así como misiles lanzados desde emplazamientos terrestres fijos daron también comenzar una segunda ronda de discusiones sobre acuerdos SALT en
o móviles o desde submarinos, Resulta difícil, por tanto, determinar la categoría de las noviembre.

50 51
Los SALT 2 debían tratar de todo aquello que se había omitido en lo acuerdos de gar a un acuerdo, en el caso de Breznev, antes del XXV Congreso del Partido Comunista
1972. Esto era mucho. Estados Unidos mantenía su petición, rechazada por la URSS, de de la Unión Soviética, en febrero de 1976 y, en el caso de Ford, antes de la campaña pre-
prohibir totalmente los lanzamisiles móviles emplazados en tierra. Los soviéticos habían sidencial que ocuparía la mayor parte de ese año. Pero las complejidades y tecnicismos,
intentado, sin éxito, incluir en el acuerdo provisional disposiciones específicas sobre avio· que cambiaban constantemente, pudieron con los negociadores. Las discusiones se rom·
nes bombarderos de largo alcance, que constituían aún una parte importante de las fuer- pieron a principios de 1977, pero un nuevo presidente, Jimmy Carter, puso sobre la mesa
zas americanas, aunque no de las soviéticas: los americanos tenían más de 500 aviones de nuevas propuestas a lo largo del año y luego paró el desarrollo de la bomba de neutrones
ese tipo, y los rusos, que querían que cada avión contase como un lanzamisiles en un y de los bombarderos de largo alcance B-1. En 1979 fue firmado un tratado SALT 2.
recuento global, tenían 140. No había habido ningún acuerdo sobre aviones de menor Tendría que llegar el año 1985 para que se proyectase un tercer tratado que conti·
alcance emplazados fuera de Estados Unidos: los estadounidenses tenían unos 1.300 avio- nuase el proyecto. Éste contenía limitaciones importantes. Su núcleo central era la res-
nes de este tipo capaces de transportar armas nucleares, 500 de ellos en Europa. Además, tricción de los sistemas de lanzamiento de armas nucleares de 2.400 en cada bando, que
estaba el problema de los MIRV. La URSS no tenía, que se supiese, ningún MIRV en ser- se reducirían a 2.250 en 1985. Dentro de este límite global se insertaban otras limita-
vicio, aunque tenía mayor número de misiles intercontinentales que los Estados Unidos. ciones parciales en categorías definidas con mayor precisión: los sistemas MIRV y los
Estados Unidos, de cualquier modo, había empezado a desplegar MIRV en tierra (los aviones que transportasen misiles de crucero¡ los misiles emplazados en tierra o en el mar
Minuteman 3) en 1970 y en el océano (los Poseidon) en 1971. En 1972 se pensaba que y equipados con MIRV; y los misiles emplazados en tierra y equipados con MIRV por
la URSS tenía Z.090 misiles estrátégicos capaces de alcanzar el mismo número de blan· separado. Los misiles superiores a un cierto tamaño, de los que los Estados Unidos no
c~s, mientras que Estados Unidos disponía de l. 710 misiles de ese tipo capaces de alean· tenían ninguno y la URSS 308, fueron prohibidos. También se prohibieron los misiles
zar a 3.550 blancos que al cabo de uno~ años, cuando s~ llevase a cabo el reequipamiento lanzados desde el aire por otTo medio que no fueran aviones. Se pusieron límites al núme-
con los MIRV, se convertirían en más de 7.000. Se esperaba que los rusos comenzasen a ro de ojivas nucleares por misil y el número de misiles de crucero por avión. Se acordó
desplegar MIRV en sus bases en 1975, y para entonces la efectividad de las fuerzas sovié· que cualquier lanzamisiles capaz de disparar un misil equipado con MIRV sería conside-
ricas en términos de blancos alcanzables empezaría a multiplicarse mientras que las esta- rado, al efecto del tratado, un lanzamisiles MIRV, aunque se le acoplase cualquier otro
dounidenses, ya reequipadas, comenzarían a quedarse estancadas. Por tanto, para mante- tipo de arma. Se establecieron restricciones, aunque modestas, sobre la modernización de
ner su superioridad y competir con el creciente número de ojivas nucleares que surgían en armas¡ no afectaban a los sistemas de lanzamiento submarinos ni a los misiles balísticos
los lanzamisiles rusos, los americanos tendrían que incrementar el número de sus lanza- intercontinentales emplazados en tierra, y por ello permitieron el despliegue, por parte
misiles por encima del tope que establecía el acuerdo provisional. Si no hacían esto des- americana, de los Trident 1 y 2 y los sistemas de misiles móviles MX, así como sus toscos
pués de 1977, los rusos tendrían en 1980 un número de blancos americanos a su alcance equivalentes rusos. Las partes firmantes del tratado se comprometieron a dar notificación
que casi doblaría el número de blancos soviéticos al alcance de los estadounidenses. A los de determinadas pruebas y arsenales. Una cláusula especial pretendía evitar que alguna
estadounidenses, por tanto, les preocupaba, especialmente, poner límites a la cantidad de de las partes utilizara a una tercera para burlar sus obligaciones derivadas del tratado; esta
misiles establecidos en tierra de cada bando; Los rusos contestaron proponiendo la elimi· cláusula alarmó a los miembros europeos de la OTAN, que temían que Estados Unidos
nación de las bases adelantadas americanas (bases aéreas en Europa y bases submarinas en la interpretase como una prohibición de transferir nuevas tecnologías. Un protocolo al
España y Escocia), una limitación del número de portaaviones permitidos en aguas euro- tratado señalaba el camino que debían seguir posteriores restricciones en el despliegue,
peas (los rusos no tenían portaaviones convencionales, sino sólo transportadores de heli- aunque no en las pruebas, de armas nuevas y más perfectas: por ejemplo, los misiles de
cópteros y aviones de despegue vertical), y la relegación de los submarinos armados con crucero de un cierto alcance, no lanzados por medio de aviones. El hecho de que estas
material nuclear a partes del océano desde las que no pudiesen atacar a territorios enemi- disposiciones eran efectivas y no meramente ornamentales quedó probado por la oposi-
-gos. Los progresos en las negociaciones SALT 2 fueron, en consecuencia, lentos e insig- ción que provocaron entre aquellos que, en ambos lados, ponían el mantenimiento o la
nificantes hasta que Nixon visitó Moscú a mediados de 1974 y se evitó entrar en un calle- consecución de la preponderancia militar por encima del control de la carrera de arma-
jón sin salida con tres acuerdos menores y de trascendencia limitada: una modificación mentos. En Estados Unidos, el Comité de Relaciones con el Extranjero del Senado reco·
del tratado sobre los ABM, un acuerdo para prohibir pruebas subterráneas de armas de 150 mendó la rat.ificación del tratado, pero las protestas públicas, la preocupación de los
o más kilotones desde marzo de 1976, y el acuerdo de que la vigencia de un nuevo trata- expertos (que se centraba en aquello que el tratado no garantizaba), y finalmente, la
do SALT se prolongaría hasta 1985. Este acuerdo influyó en el encuentro que tuvo lugar invasión soviética de Afganistán lo impidieron¡ la no ratificación del tratado fue uno de
en Vladivostok entre Gerald Ford, que había accedido a la presidencia tras la dimisión de los puntos principales de la oferta electoral de Ronald Reagan en su fructífera tentativa
Nixon en agosto, y Breznev, en un intento de evitar que se rompiera la distensión que rei· de acceder a la presidencia en 1980.
naba en las relaciones ruso-americanas en general y en los acuerdos SALT en particular. La atmósfera política se había vuelto contraria a ese tipo de acuerdos, y los avances
Ford y Bremev acordaron que las conversaciones debían continuar sobre la base de que tecnológicos los habían hecho más difíciles de lograr y, al mismo tiempo, menos trascen·
cada bando podía tener hasta 2.400 lanzamisiles estratégicos de todo los tipos (un techo dentales, debido al desarrollo secreto de armas más terribles pero no nucleares.
algo elevado), de los cuales no más de 1.320 podían ir equipados con MIRV. El año Políticamente, los últimos años setenta fueron una época de creciente desconfianza.
siguiente estuvo dedicado al intento de llevar ese espíritu a un acuerdo formal, pero sin Desde el punto de vista de Estados Unidos, la intervención ruso-cubana en Angola en
éxito. La voluntad política estaba ahí, fortalecida por el deseo de ambos dirigentes de lle- 1975 marcó el inicio de una serie de movimientos rusos -Etiopía, Vietnam y Afganistán

52 53
eran otros escenarios, muy distantes entre sí, de amenazadora actividad soviética- que Un factor importante en la lucha entre las superpotencias, en el supuesto de una lucha
acentuaron la desconfianza estadounidense y su interés por el rearme más que por el con- global, era el crecimiento del poderío naval soviético en los setenta. Si una gran poten-
trol de armamentos. Al mismo tiempo, las estimaciones oficiales americanas sobre la cia es una potencia que puede actuar en cualquier región del mundo -y ésa es una defini-
cuantía del presupuesto de defensa soviético aumentaron de una manera drástica. El paso ción tan buena como cualquier otra- entonces el poderío marítimo continúa siendo cru-
del buque de guerra Kiev del Mar Negro al Mediterráneo, un incidente que apenas hubie- cial. Estados Unidos era, sin duda, una gran potencia naval capaz de navegar por todos los
se agitado las aguas unos años después, hizo que la URSS fuera acusada de haber violado océanos del mundo y controlar el paso a través de todos los canales excepto los más pri-
la Convención de Montreux de 1936 (en la suposición, que fue rebatida, de que el Kiev vados. La URSS no era una potencia de ese tipo pero estaba decidida a llegar a serlo y
era un portaaviones que entraba dentro de lo reglamentado por este instrumento jurídi- necesitaba sólo tiempo para conseguirlo. Como intentaba ser lo que no había sido, sus
co. En 1970 tuvo lugar un sobresalto más grave, que fue deliberadamente divulgado, al esfuerzos para conseguirlo provocaron una alarma considerable. El mundo no estaba acos-
descubrirse una brigada soviética en Cuba. El presidente Carter había suspendido los vue- tumbrado a ver las flotas rusas en multitud de océanos, pero la universalización del poder
los de los servicios de información americanos sobre Cuba como un gesto conciliador, ruso requería que esto sucediera. En tierra, la URSS había avanzado poco desde 1945. Su
pero éstos fueron reanudados cuando se sospechó que Cuba estaba tomando parte en la dominio sobre Europa oriental, aunque perturbado en algunas ocasiones, seguía siendo
revolución de Nicaragua. Lo que descubrieron fue una unidad de instrucción soviética que indiscutible, y con él el poder de plantear una amenaza a Europa occidental cuya credibi-
había estado en Cuba durante algunos años, pero el carácter de los tiempos la convirtió lidad era un constante enigma. En los cincuenta había hecho constar su derecho a ser
e~ una nueva amenaza para Estados Unidos. considerada una potencia en Oriente Medio, aunque en los setenta quedaron al descu-
En lo referente a la URSS, la floreciente alianza entre Estados Unidos y China, y el bierto los límites de su poder a causa de su expulsión de Egipto y del papel negativo que
intento de Deng Xiaoping de convertirla en una triple alianza con Japón, aumentaron los desempeñó en la diplomacia que siguió a la guerra de 1973. Sus incursiones en el Congo
permanentes temores de los soviéticos de verse ródeados, temores que se agudizaban aún en 1960 y en el Caribe en 1962 fueron un fracaso; su papel en las guerras del sudeste de
más a medida que la URSS se iba haciendo cada vez más 'dependiente del grano america- Asia, marginal; las pobres actuaciones de los comunistas en Portugal y Grecia en 1974,
no para alimentar a su ganado y por consiguiente a sus gentes. La URSS alegaba, y pro- decepcionantes, y la enfermedad y ausencias de Breznev en 1975 y la incertidumbre de la
bablemente creía, que la interferencia encubierta americana acentuaba sus problemas en sucesión, una fuente de dudas. Su economía y la calidad de vida de sus gentes continua-
Afganistán y Polonia. Su anticuado aparato de dirección (no se habían desarrollado nun- ban siendo vulnerables a los caprichos del clima y de un aparatoso sistema burocrático,
ca unos procedimientos para una sucesión formal) se veía acosado en el interior del país que podían ambos producir conmociones masivas. Para su enorme fuerza, la URSS era en
por una economía que no podía garantizar las comodidades básicas y dedicaba quizá un un aspecto fundamental una potencia de un tipo distinto a Estados Unidos, una potencia
20% del PIB a gastos de armamento y defensa. que aún estaba constreñida mientras los Estados Unidos vagaban libremente. Las vías
Coincidiendo con este empeoramiento del clima político, nuevos avances técnicos marinas ofrecían una escapatoria a esta inferioridad.
estaban alterando la naturaleza de la carrera de armamentos. La disuasión nuclear había A mediados de los setenta, la flota soviética sobrepasaba ampliamente a la americana
sido un arma brutal e inflexible, cuya efectividad dependía de su brutalidad e inflexibili- en el número de submarinos, pero era claramente inferior en todos los demás aspectos. La
dad. Apuntaba a ciudades y a sus habitantes. En lo referente a los americanos, hasta fina- armada estadounidense disponía de 733.000 hombres, incluidos los marines, contra
les de los setenta sólo había dos caminos que un presidente americano pudiese tomar en 500.000 equivalentes soviéticos. Los Estados Unidos tenían 15 portaavi~nes, la URSS
una emergencia. Podía ordenar un ataque sobre todos los blancos a los que apuntaban sus sólo porta-helicópteros; en cuando a cruceros y destructores con armas n~cleares, Estados
armas; o podía ordenar la destrucción de estos blancos a excepción de Moscú. No tenía Unidos tenía 110 y la URSS 79. Pero la URSS tenía 26.5 submarinos, contra los 75 de
una tercera elección, y por eso sus arsenales planteaban una amenaza tan terrible para la Estados Unidos, aunque en submarinos nucleares la situación era más equilibrada, con 75
URSS. Era un instrumento de disuasión efectivo, siempre que fuese posible creer que el soviéticos contra 64 americanos. Estas cifras dejan a un lado muchos factores, y una com-
presidente sería capaz de utilizarlo. paración más detallada tendría que tener en cuenta la antigüedad de los buques, su arma·
1
Pero durante los años setenta la creencia de que esto pudiera ocurrir comenzó a dis- mento, las reservas de cada nación, ios gastos en investigación y otros indicadores efica·
l .\\JP.; minuir. ¿Se decidiría un presidente sin dudarlo a ordenar una masacre tan enorme en los ces para la comparación. La efectividad política, por otra parte, no es lo mismo que la
1
minutos de que dispondría para tomar una decisión? La misma pregunta arruinaba la estra- efectividad militar. Lo que ocurriría si las dos armadas entablaban un combate era una
tegia de la disuasión. También revivió los temores americanos de que la URSS volviese a cuestión casi teórica, pero el efecto de la aparición de una flotilla rusa de cualquier tama·
una estrategia de primer ataque. Al mismo tiempo, el refinamiento conseguido en la pre- ño en el Mediterráneo, por ejemplo, no lo era en absoluto. Esta flota constaba de entre
cisión de las armas permitía a los estrategas pensar una vez más en términos de hacer la veinticinco y sesenta buques y submarinos, a veces más numerosa y otras veces menos que
guerra en lugar de disuadir de ella. El agresor no podría atacar un solo blanco militar muy la VI Flota de Estados Unidos pero sin cobertura aérea, menor que la francesa, mucho
preciso, como una base de misiles, un cuartel general o un búnker en el que se encontra- menor que la italiana e insignificante al lado de las fuerzas combinadas de la OTAN en
se un jefe de Estado; cada bando podría entonces intercambiar ataques sobre blancos así este escenario. No obstante, era un presagio y tuvo una gran importancia política. Influ-
de concretos y llevar a cabo una guerra durante semanas o meses. Sobrevivir a una gue- yó en la forma de dirigir las relaciones entre la URSS y Argelia y Libia, dos Estados
rra, o incluso ganarla --conceptos que habían parecido absurdos en la era nuclear- se con- antioccidentales pero no prosoviéticos estratégicamente situados. Recordó a los gobiernos
virtieron en posibilidades. occidentales que sus temores, agudizados a finales de los cuarenta, de que se estableciesen

54 55
bases soviéticas en Yugoslavia y Albania, podrían verse confinnados un día, con unas con· de su desaforada conferencia en Orlando, Florida, en marzo de 1985, en la que estigmati·
secuencias incalculables para la política del Mediterráneo. Un anticipo de estas conse· zó a la URSS, tachándola de imperio perverso destinado al cubo de la basura histórico. Su
cuendas lo proporcionó el primer ministro de Malta, Dom Mintoff, cuyo afán de conse- suposición de que la URSS podía ser obligada a un desanne como consecuencia
guir dinero para su depauperada isla le llevó a exigir a Gran Bretaña unos honorarios del aumento del armamento estadounidense -uri programa Trident mayor, la recuperación
mucho mayores por el uso del puerto de Malta, con algo más que una indirecta de que si del bombardero B· 1 previamente descartado, los misiles MX, medidas que fueron aproba-
a Gran Bretaña no le interesaba utilizarlo al precio fijado, a los rusos les interesaría. Como das en el Congreso, y en el caso de los MX posteriormente ampliadas-- consternaron a
resultado, Mintoff consiguió en 1972 una renta de 14 millones de libras esterlinas anua· muchos de sus aliados por considerarlas peligrosas e insensatas, sobre todo su adhesión al
les durante seis años, de los cuales los socios de Gran Bretaña en la OTAN aportarían 8,74 programa de «Guerra de las Galaxias». Estados Unidos estaba desarrollando y a punto de
millones, y sumas adicionales de 2,5 millones a cargo de Italia y 7 millones a cargo de producir un arma antitanques, el Enhanced Radiation Warhead (o bomba de neutrones),
otros miembros de la OTAN. que podía demoler un avance acorazado, y en un segundo término contaban con r¡¡.yos
En la elección de Ronald Reagan para la presidencia norteamericana en 1980 jugó un láser, armas químicas y otras alternativas a las armas nucleares.
importantísimo papel el sentimiento de que Estados Unidos debía estar haciendo un A estas complejidades se añadieron las discusiones políticas y económicas en el seno
mejor uso de ese poder. Reagan no fue elegido por los líderes políticos de la nación. Fue de la organización occidental y dificultades de carácter más técnico entre las dos organi-
elegido, en primer lugar, por un grupo de conservadores extremistas y reaccionarios con zaciones, la OTAN y el Pacto de Varsovia. Ambas tendencias dificultaron la búsqueda de
sl\ficiente dinero para conseguir para él la candidatura del Partido Republicano y, en acuerdos sobre desarme y control de armamento.
segundo lugar, por el pueblo en general al que agradab!l su personalidad y sencillez y era Las dificultades político-económicas fueron transitorias. Cuando el general Jaruzelski
sensible a su rotunda reducción de los asuntos públicos a luchas entre el bien y el mal en declaró la ley marcial en Polonia y encarceló a muchos de sus opositores políticos, Rea-
las que lo bondadoso era esforzarse con más fe que prudencia. Reagan mantuvo su popu- gan, tratando a Jaruzelski como una mera marioneta del Kremlim, impuso sanciones con·
laridad y fue reelegido en 1984 obteniendo una victoria arrolladora. Tenía un poderoso tra la URSS así como contra Polonia sin consultar a sus aliados europeos, que considera-
apoyo en la Europa occidental que se había desplazado a la derecha a lo largo de los ron estas maniobras cuando menos innecesarias. A su vez, él los consideraba demasiado
ochenta. En Gran Bretaña, la victoria electoral de Thatcher en 1979 llevó al poder a una indulgentes con la Unión Soviética, y las propuestas europeas de simple congelación del
primera ministra que estaba temperamentalmente a favor de un lenguaje duro y creía que crédito a Polonia como ridículamente blandas. Un conflicto más serio surgió cuando Rea-
la política monetaria a la que se había comprometido era también idéntica a la de Rea- gan tomó medidas para obstruir la construcción de un oleoducto que transportara gas de
gan. Su éxito en las urnas se repitió en 1983, en unas elecciones en las que uno de los la URSS a Europa occidental -un proyecto de importancia para ambas pero considerado
principales puntos de la desastrosa campaña del Partido Laborista fue su adhesión al por Estados Unidos como un reforzamiento maligno de la URSS, que doblaría sus expor-
desarme unilateral. En Alemania occidental también los conservadores triunfaron en taciones de gas hacia finales de siglo, aumentando así los ingresos en moneda extranjera,
1982, fecha en que Helmut Kohl puso fin a trece años de gobiemo socialista, y en 1983 de los que estaba tan necesitada-. Al utilizar los acontecimientos de Polonia para impo·
obtuvieron otra decisiva victoria. Los partidos de izquierdas perdieron el poder en Norue- ner sanciones contra la Unión Soviética, Reagan amenazó a aquellas empresas europeas
ga y Bélgica (1981) y en Holanda (1982) y aunque Francia eligió a un presidente socia- que participaban en la construcción del oleoducto y tenían filiales u operaciones con
lista en 1981, Franc;:ois Mitterrand resultó ser más explícito que su predecesor en su res- Estados Unidos. Esta amenaza de extender las sanciones a las compañías europeas fue con·
paldo al despliegue en Europa de misiles de crucero (Cruise) y Pershing 2, a pesar de que siderada como impertinente e ilegal. Se alcanzó un acuerdo en Versalles, en junio de
era al mismo tiempo crítico con respecto a la política americana en África y en América 1982, pero se vino abajo inmediatamente, dado que Reagan --contra el consejo de su
Central e incluso llegó a dar aliento a los enemigos de Reagan, en Nicaragua. Hasta el secretario de Estado, Alexander Haig, que dimitió- impuso sanciones de las que los euro-
inesperado advenimiento de Gorbachov en 1985 la alianza occidental parecía, por lo peos hicieron caso omiso. A finales de ese año el conflicto se había quedado reducido a
menos superficialmente, unida tras la rígida actitud manifestada por Reagan y el desarme nada, ya que los gobiernos de ambos lados del Atlántico estaban preocupados por poner
en su conjunto, desde los acuerdos SALT para la consecución de fuerzas no nucleares, en práctica sin demasiado escándalo el planeado despliegue de misiles de crucero y Pers-
parecía paralizado. hing. Por la misma razón {la solidaridad dentro de la organización) los desacuerdos sobre
Pero ~abía co~rientes de diversa naturaleza. El viraje europeo hacia la derecha prepa· otros asuntos (acerca de la parcialidad estadounidense a favor de Sudáfrica y el conse·
ró el cammo a la izquierda para criticar la política estadounidense de un modo más enér· cuente estancamiento de las negociaciones sobre Namibia, o acerca de la política esta-
gico de lo que acostumbraban los partidos de izquierdas cuando formaban gobierno. La dounidense en Oriente Medio y América Central} se comentaban en voz baja. E incluso
excesiva beligerancia de Reagan contra la URSS, por muy apropiada que en ese momen- la invasión, sin previo aviso, de Granada, un país miembro de la Commonwealth, por par-
to .pudiera parecer a los Estados Unidos, no encontró demasiado eco entre los europeos, te de Estados Unidos, fue aceptada por Margaret Thatcher con decorosa compostura.
qmenes, a pesar de su aversión y desconfianza hacia la URSS, estaban convencidos de la El segundo factor de complicación era de carácter más técnico. Había sido conveniente
necesidad de llegar con ella a un modus vivendi y no creían que las amenzas y abusos a los establecer discusiones por separado sobre armas nucleares y no nucleares, y dividir las armas
que el presidente parecía tender naturalmente fueran un camino sensato a seguir. No esta- nucleares en diferentes categorías: de largo, medio y corto alcance. Pero esta forma de tratar
ban de acuerdo con su afirmación en una política de doble vía -poder y negociación-, y el amplio ámbito del desarme estaba demostrando ser irreal. El principal objetivo del SALT
su disponibilidad para negociar fue considerada vacua y poco sincera, sobre todo después era intentar establecer límites sobre los sistemas de lanzamiento que cada una de las partes

56 57
pudiera poseer. El establecimiento de cifras dio lugar al regateo. La definición de los sistemas En este punto la URSS se enfrentó a un nuevo avance que deseaba obstruir incluso
que el tratado debería abarcar resultó más difícil. Las armas de ambos bandos no eran exac- más que el despliegue de crucero y Pershing ll. Fue la Iniciativa de Defensa Estratégica
tamente comparables, y cada vez resultaba más difícil ponerse de acuerdo sobre cuáles debían (SDI) de Reagan, revelada en 1982. La SDI hacía énfasis en la distinciónºentre armas
considerarse estratégicas y cuáles no. Los norteamericanos querían que el tratado incluyera el nucleares defensivas y ofensivas. Consistía en unas nuevas y asombrosas propuestas de
bombardero ruso Backfire que, con su servicio de carga de combustible en vuelo, podría esti· defensa que, de poder llevarse a la práctica, destruirían los misiles nucleares tras su lanza·
marse como un arma estratégica capaz de atacar ciudades de Estados Unidos; y también las miento y, por tanto, proporcionarían invulnerabilidad contra el primer ataque. El presi·
categorías de misiles móviles que, aunque clasificados como de alcance intermedio, podían dente propuso gastar 26.000 millones de dólares en investigación a lo largo de los cinco
convertirse fácilmente en un misil estratégico del tipo SS-16. Los soviéticos estaban, como primeros años. Este altísimo coste, con lo que significaría para la economía y el presu-
es lógico, preocupados tanto por las armas de alcance medio situadas en Europa como por el puesto {que el presidente había prometido reducir) norteamericanos, se unió al tono fan-
modernísimo sistema disuasorio establecido en Estados Unidos. La Unión Soviética estaba tástico implícito en el sobrenombre que recibió de Guerra de las Galaxias. Se plantearon
desplegando sus SS-20, con ciudades europeas como blanco, a una media de uno por serna· · también dudas más razonadas. Muchos expertos consideraban que las propuestas eran
na y luchando por retrasar la renovación de los contramisiles en Europa. Por tanto, la limi- intrínsecamente impracticables o incluso absurdas. Por supuesto, sólo sería posible poner-
tación de las armas estratégicas, que constituía la finalidad de las conversaciones bilaterales las a prueba de manera precisa en caso de guerra. Se podía objetar contra ellas que en el
SALT, ya no se podía separar del desarrollo y despliegue de las armas de corto alcance, que momento en que estuvieran desarrolladas también se habrían desarrollado otras contra·
implicaban no sólo a Estados Unidos, sino también a todos los aliados de la OTAN. El con· medidas. Parecían implicar una contravención o una denuncia del Tratado sobre Misiles
tr~l de las armas de alcance intermedio (INF) se mezcló, por tanto, con el proceso SALT, Antibalísticos de 1972 o una petición de enmienda del mismo, lo que daría a la Unión
ahora denominado START. También adquirió mayor impulso a partir de mediados de la Soviética la oportunidad, al rechazarlo, de provocar nuevas fricciones en las relaciones
década de 1980 porque ofrecía mejores perspectivas de acuerdo. entre Estados Unidos y sus aliados europeos. {Washington comenzó en ese momento a
Durante la década de 1970 la capacidad nuclear europea estaba basada principalmen- afirmar, con razón, que el tratado sobre ABM ya había sido roto por la URSS.) Y algo de
te en sus aviones de lanzamiento de misiles aire-tierra: el británico Vulcan y el norte- la mayor importancia: el objetivo de la SDI era sustituir disuasión por defensa y de esa for-
americano F-111. Pero al producirse el despliegue de los SS-20 la OTAN resolvió, en ma disminuiría la importancia de la disuasión que, aunque dura y poco atractiva, había
1979, desplegar nuevas armas intermedias {los misiles 464, no balísticos, de vuelo a baja ayudado a mantener la paz entre las superpotencias a lo largo de una generación. En Europa
altura y muy precisos, y los misiles balísticos 108 Pershing Il) en cinco países europeos, lo occidental los gobiernos no se mostraban deseosos de ser abiertamente críticos, en parte por-
que reducía a la quinta parte el tiempo necesario para un ataque de represalia contra blan- que no querían añadir discordia dentro de la OTAN y en parte también porque Reagan
cos situados en la URSS. Esta decisión, que los países europeos, especialmente Alemania los invitó a participar en la investigación y consideraron, equivocadamente, que se podría
occidental, impusieron a los Estados Unidos, resultó en cierta medida un error de cálcu· ganar mucho dinero al aceptar.
lo. Los SS-20, que comenzaron a sustituir a los SS-4 y a los SS-5 a partir de 1976, eran El escenario del desarme se transformó con el cambio de presidente en Moscú y el
lanzaderas móviles de tres cabezas con un alcance de 5.000 km; el SS-4 y el SS-5, en ser- cambio de postura de Washington. Gorbachov necesitaba sobre todo recortar gastos para
vicio desde 1959 y 1961 respectivamente, tenían cabezas simples y un alcance de 2.000 y salvar a la Unión Soviética de la catástrofe, y Reagan, bien fuera coincidencia o no, deci-
4.000 km. Junto con el avión TU-26 Backfire, los SS-20 aumentaron ampliamente la dió cambiar su papel de Gran Látigo (Great Scourge) por el de Gran Pacificador. Los dos
fuerza de la URSS en Europa. Los miembros europeos de la OTAN deseaban un arma presidentes se reunieron en Ginebra en 1985. No se establecieron acuerdos de gran
similar en la zona para hacer frente a los SS-20 y restablecer la credibilidad de la estrate- importancia pero se reunieron y, como cuando Napoleón y Alejandro se reunieron en la
gia de la OTAN en Europa, as( como los vínculos entre Europa y Norteamérica, los cua· balsa en Tilsit, el sentimiento de humanidad transmitido por ese mero gesto alegró a los
les, según el temor de los primeros, se estaban desgastando. Pero los líderes europeos observadores y fue considerado como una parte del arte de gobernar. Más importante fue
subestimaroñ la oposición de su electorado a esta proliferación de armamento nuclear y el claro hecho de que la URSS era incapaz de financiar la guerra fría y Estados Unidos se
la Unión Soviética pudo intervenir en esta disensión con la esperanza de que se revocara estaba dirigiendo también hacia la insolvencia. Cuando las dos superpotencias se dieron
la resolución de la OTAN de 1979. En 1981, la OTAN, con el fin de aplacar las críticas cuenta de la depreciación de su situación privilegiada en el mundo, se vieron forzadas a
internas, adoptó la «opción cero» {es decir, la total eliminación) para las INF con la con- reconocer que necesitaban el desarme. Tampoco existía ya una razón de Estado que las
vicción de que la URSS la rechazaría, lo que hizo inmediatamente. Las maniobras conti- disuadiera de hacerlo. Los mitos que habían desempeñado el papel principal en el estalli-
nuaron con la oferta de Moscú de retirar sus SS-20 a cambio del abandono del despliegue do y mantenimiento de la guerra fría estaban trasnochados y gastados. La hostilidad per·
de los crucero y los Pershing Il, y la posterior oferta de destruir un número considerable manecía pero el miedo se había desvanecido.
de ellos a cambio de lo mismo. La clave de la maniobra estaba en Bonn y se desvaneció La postura sobre desarme, cuando Gorbachov subió al poder en 1985, era la siguien·
cuando el Bundestag confirmó la aceptación por parte de Alemania occidental de su cuo· te. Desde 1974 se estaba discutiendo en Viena, entre el Pacto de Varsovia y los veintidós
ta de Pershing Il. Su llegada, a finales de 1983, marcó el fracaso del intento ruso de parar miembros de la OTAN, la reducción de las fuerzas convencionales. Estas discusiones se
el programa. Mosc(1 reforzó sus efectivos nucleares en Alemania oriental y Checoslova- denominaron Mutual and Balanced Force Reductions -MBFR- (Reducción Mutua y Equi·
quia, y rompió todas las negociaciones, incluidas las conversaciones START sobre armas librada de Fuerzas). La OTAN propuso por primera vez una reducción de fuerzas conven-
estratégicas y las negociaciones sobre INE cionales en Europa central en 1969 y 1970, y en 1973 planteó una reducción bilateral del

58 59
15% en el sector central que habría de ser seguida de otra, hasta alcanzar los 700.000 el que dicho tratado no fuera susceptible de modificación. Washington, aún mantenien-
hombres, lo que proporcionalmente supondría mayor reducción para el Pacto de Varsovia do la propuesta de reducir a la mitad las armas estratégicas, propuso que el tratado sobre
que para la OTAN. El Pacto de Varsovia respondió con una propuesta de reducción de ABM se garantizara durante siete años y medio, con la condición de que las armas SDI
20.000 efectivos por cada parte, seguida de un 5% y posteriormente un 10%. Este esque- pudieran ser desplegadas a partir de 1992 (en realidad no podían tenerlas listas para el des-
ma, más proporcional que numérico, reflejaba la ventaja numérica del Pacto de Varsovia, pliegue antes de esa fecha) y de que a partir de 1992 se compartiría la tecnología SDI con
algo que la Unión Soviética deseaba mantener. La OTAN, por su parte, estaba a favor de la URSS. Estados Unidos intentaba, básicamente, asegurarse libertad de acción después
un control principalmente numérico conducente a una paridad numérica de la que care- de un período dado durante el cual se respetarían las restricciones incluidas en el tratado
cía. Tras estas tácticas iniciales poco se llevó a cabo, y nadie parecía tener prisa por que sobre ABM. Éstas eran las posiciones cuando Reagan y Gorbachov se reunieron de nue-
así sucediera hasta 1979, cuando Breznev, posiblemente para sembrar dudas entre los alia· vo en Reykjavik, Islandia.
dos de la OTAN acerca del deseo de ésta de modernizar el armamento desplegado en la Reagan acudió a Reykjavik con la intención de afirmar y fortalecer el ambiente de
zona, anunció una retirada inminente de 1.000 tanques y 20.000 hombres de Alemania· buena voluntad establecido en Ginebra. Gorbachov tenía unos planes precisos: frenar la
oriental. Las conversaciones continuaron, sin embargo, plagadas de problemas, debido a SDI, ratificar estrictamente el tratado sobre ABM durante un período fijo de tiempo y, de
las estadísticas inadecuadas y poco fiables, y al problema de la verificación. Las conversa· ser posible, fortalecer sus condiciones acerca de las pruebas, consiguiendo que Estados
ciones finalizaron en 1989, tras casi 500 sesiones, y se incluyeron en un nuevo coloquio, Unidos aceptara la prohibición de las pruebas en el espacio (aunque sí se pennitían las
q:lebrado en Viena, en el que participaban todos los países europeos y en el que se amplió pruebas en laboratorio), la retirada de todos las INF de Europa, y negociar la reducción de
el tema principal a todo el ámbito europeo, desde el Atlántico a los Urales. Esta confe- las armas estratégicas en un 50% o, al menos, en un 30%. Estaba dispuesto a limitar a 100
rencia sucesora fue denominada CFÉ (Fuerzas Conv~ncionales en Europa). Un grupo las INF desplegadas en Asia, y a discutir sobre las armas de corto alcance (menos de
todavía mayor de treinta y cinco países (treinta y tres europeos más Estados Unidos y 500 km), y mientras tanto congelar su despliegue. Rechazó la propuesta de Reagan de
Canadá), que habían firmado el Acta Final de Helsinki de 1975 y su conferencia de revi- compartir la tecnología SDI. La sorpresa por el progreso marcado por estas conversacio-
sión, había estado discutiendo desde 1983 acerca de la Seguridad y Cooperación en Euro- nes se convirtió en estupefacción, nacida de una nueva propuesta que parecía ser apoya-
pa (CSCE), y convocó en 1986, en Estocolmo, una Conferencia sobre Medidas para la da por ambos líderes, aunque posteriom1ente surgieron dudas acerca de si Reagan la apo-
Consecución de Confianza y Seguridad, y de Desarme en Europa (CDE). Mientras que la yaba realmente. La propuesta consistía en la completa eliminación de todas las armas
función de las negociaciones del MBFR/CFE era la de reducir el tamaño de las fuerzas nucleares, de cualquier tipo, en el plazo de diez años; este proceso se llevaría a cabo eli-
armadas de la OTAN y el Pacto de Varsovia en Europa central y en otros puntos, la CDE minando el 50% de las armas estratégicas en los primeros cinco años y el 50% restante en
hacía referencia a los movimientos de tropas y a la creación de normas que evitaran un los cinco siguientes. La confundida euforia que surgió en Reykjavik se enfrió cuando que·
ataque por sorpresa (y el temor a dicho ataque) mediante medidas tales como notificación dó claro que sin concesiones sobre la SDI, Gorbachov no estaba dispuesto a firmar nada.
previa de movimientos de tropas en los que estuvieran involucrados un número de solda- Había fracasado en su objetivo principal.
dos y tanques mayor del especificado. Tanto las negociaciones CFE como las CDE avan· Volvió a la carga en 1987, repitiendo su oferta de Reykjavik sobre las INF (cero en
zaron satisfactoriamente en los últimos años de la década. Europa, 100 en Asia), pero sin vincularla con el acuerdo sobre la SDI, a lo que Estados
En el campo nuclear se discutía tanto sobre las armas estratégicas como sobre las inter- Unidos replicó que estaba de acuerdo siempre que las INF de la URSS que todavía sobre·
medias, las primeras en su totalidad y las segundas principalmente en el territorio de las vivían dejaran de apuntar hacia Europa occidental y Japón. Este acercamiento hizo surgir
superpotencias. En su primera reunión, en Ginebra, Reagan y Gorbachov se habían decla- la cuestión de las armas de corto alcance, que se había eludido en Reykjavik, y Gorbachov
rado a favor de reducir a la mitad su armamento nuclear estratégico y de largo alcance, y sorprendió de nuevo al proponer la total eliminación (la «tercera opción cero»). También
de llegar a un acuerdo provisional sobre las INE Gorbachov había heredado la incapaci- aceptó renunciar a las 100 INF instaladas en Asia. El resultado fue un tratado sobre INF
dad de sus antecesores para evitar el despliegue de las nuevas INF de la OTAN en Euro- firmado en Washington a finales de año, y que entró en vigor en junio de 1988, en el que
pa. Estaba ansioso por emplear su posición de fuerza sobre annas estratégicas para frenar se preveía la destrucción de todas las armas de alcance intermedio antes de 1991. Pe esa
la SDI de Reagan. Después de Ginebra, intentó acelerar el proceso de desarme con una forma, la URSS estaba obligada a destruir más del doble de misiles y lanzaderas que la
sorprendente propuesta de eliminación de las armas nucleares de todas las categorías antes OTAN.
del 2000. Washington respondió con un paquete mixto que repetía el objetivo planteado El tratado START 1 se formalizaba, después de diez años de gestación, con la firma de
en Ginebra sobre armas estratégicas, al que se unía la eliminación de todas las INF de Bush y Gorbachov en 1991. Fue seguido, dos años más tarde, por el .START Il, firmado
Europa en tres años, y el continuado intento de disminuir el desequilibrio en las fuerzas por Bush y Yeltsin, que entraría en vigor siempre que lo hiciera el START l. En virtud del
convencionales de los dos bandos. Gorbachov se declaró flexible en lo referente a las INF START Il, Estados Unidos y Rusia debían reducir sus arsenales de annas estratégicas
y deseoso de aceptar un menor recorte de armas estratégicas, 30% en lugar de 50%, y tam- terrestres de 12.600 y 11.000 a 3.500 y 2.000 respectivamente, las marítimas a 1.500 cada
bién modificó su estrategia sobre la SDI al aceptar la posibilidad de permitir la investiga- uno, y eliminar todos los misiles MIRV. Todo ello en el plazo de diez años. Las objeciones
ción siempre que Estados Unidos se comprometiera a observar estrictamente el tratado particulares de los rusos dieron lugar a algunas variadones que suponían concesiones por
ABM durante los siguientes veinte años. Por tanto, Gorbachov estableció firmemente el parte de Estados Unidos. La instrumentación de estos acuerdos se complicó cuando una
desarrollo de la SDI dentro del régimen existente del ABM y solicitó un plazo preciso en de las partes se dividió en numerosos estados, cuatro de los cuales -Rusia, Ucrania, Bie-

60 61
lorrusia y Kazajstán- poseían en su territorio armamentos del tipo incluido dentro del como garantía básica para su seguridad. La duda europea se intensificó cuando Gorbachov
ámbito de los tratados. Los tres últimos se comprometieron por separado a ejecutar los propuso aplicar la opción cero a las armas nucleares de corto alcance o de escenario de
acuerdos, a eliminar de su territorio todas las armas pertinentes en el plazo de siete años, operaciones. La respuesta ya no podía ser flexible y el ataque ruso comenzaría con una
y también a adherirse al Tratado de No Proliferación. [Ucrania recurrió a evasivas pero considerable ventaja, compensada sólo por el miedo a su vez, por parte de los rusos, a una
hubo de aceptar (véase p.76)]. Entre la firma de los dos tratados ambas superpotencias respuesta general de Estados Unidos con la potencia estratégica.de misiles restante. El
tomaron decisiones unilaterales destinadas a una mayor reducción de sus arsenales de reverso de la carrera de armamentos, asociado a la simultánea desaparición del Pacto de
armas estratégicas y no estratégicas. Varsovia, dejó a la OTAN sin estrategia, sin un enemigo obvio, y sin propósito.
En 1993 la Convención sobre Armas Químicas, fruto de casi veinte años de nego·
ciaciones en la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas, fue firmada por 130 paí·
ses, y debía entrar en vigor en 1995, si para entonces había sido ratificada por la mitad de EL DEBILITAMIENTO DE ESTADOS UNIDOS
los mismos. En ella se establecía la destrucción de todos los arsenales en el plazo de diez'
años, se prohibía la posesión, adquisición o uso de armas químicas, y se instituía un estric· La de 1980 fue la década en que las superpotencias dejaron de ser consideradas por
to sistema de inspección y verificación. Al igual que el START, esta convención dio lugar encima y más allá de todos los países, hasta el límite de constituir una especie aparte.
a grandes y costosos problemas prácticos de destrucción, ya que las armas inventadas para Indudablemente, esto está completamente claro en lo que se refiere a la URSS, que dejó
destruir no eran fácilmente destruidas. de ser un competidor para Estados Unidos, perdió su capacidad de dominio sobre la Euro-
. En 1992 entró en vigor un acuerdo sobre Fuerzas Convencionales en Europa (CFE) pa central y oriental, y se encontraba inmersa en un agudo declive económico y al borde
que abarcaba toda la zona, desde el Atlántico hasta los Urales, y que fue ratificado por 22 de la desintegración. La depreciación de Estados Unidos, aunque de muy diferente orden,
países. Fue reforzado con un Tratado de Cielos Abiertos, elaborado también por la CSCE fue ápenas menos llamativa, dado la indiscutible superioridad que había mantenido en la
y pensado para facilitar el control de las nuevas medidas'tomadas para mantener la con- anterior generación y el mantenimiento de sus extensos recursos y su masiva producción
fianza y la seguridad. industrial y agrCcola.
La carrera de armamentos había constituido una catástrofe económica sostenida por El declive del poder y prestigio de Estados Unidos fue autoinfligido, como consecuen-
la psicología de la guerra fría. La disminución de ésta provocó nuevos problemas en ambos cia de equivocaciones y errores de cálculo en la política económica y exterior. En políti-
bandos: por parte rusa, cómo conservar su categoría de superpotencia; por parte occiden· ca exterior, el error más claro fue el fracaso en Centroamérica, donde Reagan no consi-
tal, qué hacer con la OTAN. La organización había debido su efectividad a su gran poder, guió cumplir su promesa de pacificar la pequeña República de El Salvador y convertirla
basado principalmente en Estados Unidos, y ese poder había ocultado dudas sobre la cre- en una decente democracia conservadora. En Panamá, Washington apoyó a un trafican-
dibilidad de sus consecutivas estrategias. En sus primeros años de formación, en Lisboa en te de drogas y, cuando sus delitos se hicieron demasiado flagrantes, no fue capaz de elimi-
1952, se estableció un programa para crear tropas, incluidas unidades alemanas, capaces narlo del poder mediante soborno y recurrió a la invasión militar con un pretexto ende-
de mantener un guerra convencional de larga duración; pero estas fuerzas nunca llegaron ble. En Nicaragua, Reagan no consiguió derrocar al régimen sandinista, a pesar de estar
a existir, y la OTAN se convirtió en eslabón de una cadena o en un peldaño cuya credi- costeando una cara guerrá indirecta y de recurrir a claros quebrantamientos de la ley inter·
bilidad dependía de la existencia de esa cadena de armas nucleares cada vez más destruc· nacional, razón por la que el Tribunal Internacional de Justicia censuró a los Estados Uni-
tivas. Esta doctrina de respuesta flexible atravesó una serie de fases. La invención de las dos; el gobierno del presidente Daniel Ortega fue posteriormente derrotado no por las
armas nucieares de corto alcance permitió a la OTAN planear el establecimiento de ejér- armas, sino mediante sanciones económicas que llevaron a los nicaragüenses a votar con-
citos con menores efectivos pero con armas más potentes, pero una vez más los objetivos tra Ortega en unas elecciones de una rectitud democrática sorprendente. (Para estas
(establecidos en 1957) no se alcanzaron. El papel de la OTAN, sin embargo, se estable- materias, véase cap(tulo XXVII.) Estos fracasos contra débiles vecinos del propio conti·
ció como el papel de un organismo disuasorio. Tanto con armamento convencional como nente americano denotaban una comprensión inadecuada de la utilización de la fuerza. A
con armas nucleares de corto alcance la OTAN sería capaz de resistir un ataque, y obligar pesar de ser la mayor potencia militar e, industrial, Estados Unidos no conseguía actuar efi-
al atacante a pensárselo dos veces antes de continuar con sus operaciones. Aunque no se cientemente como potencia regional.
podía demostrar que ésta fuera una visión ridícula de un futuro conflicto, resultaba difícil En Oriente Medio, Estados Unidos, enfrentado a la pérdida de su aliado, el sha de
imaginar el desarrollo de una guerra de este tipo, y la función militar de la OTAN, por Irán, y a la captura de rehenes de la embajada estadounidense por parte del nuevo régi·
tanto, fue siempre ambigua. Se basaba en la idea de que el primer paso, o los primeros men, se encontraron envueltos en contradicciones y subterfugios: el imperativo moral de
pasos, del agresor sedan dados sin demasiada reflexión, pero que ese agresor irreflexivo rescatar a los rehenes chocaba con la determinación públicamente reiterada de no per-
sería pronto obligado a cambiar de opinión. Pero fuera como fuera la realidad, la teoría mitir el pago a terroristas. La liberación de los rehenes fue obstruida durante las eleccio-
exigía una respuesta gradual que, dada la composición de la OTAN, era siempre una res· nes de 1980, lo que redundó en detrimento de Carter y en beneficio de Reagan. Poste-
puesta gradual de tipo nuclear. Cuando Reagan fue convencido en Reykjavik de que apro· riormente se solucionó mediante negociaciones secretas que incluyeron el envío de armas
bara las opciones cero, tanto para las INF como para las armas estratégicas, estaba supri- a Irán, a través de Israel, desde 1980 a 1986, año en que un escándalo público le puso fin.
miendo eslabones de la cadena y, al mismo tiempo, desmantelando el paraguas estratégico Por las armas se exigieron altos precios, y el dinero obtenido se empleó para financiar a la
nuclear proporcionado por Estados Unidos, el cual los europeos habían llegado a aceptar «contra» nicaragüense mediante tejemanejes en los que los conspiradores, incluidos el

62 63
presidente Reagan y el vicepresidente Bush, engañaron al Congreso y al p.ueblo: una ~o~­ aéreas, el 80% de las navales y el 90% de las terrestres. La contribución de Estados Uni·
binación de hipocresía y medios ilegales que el presidente y sus asesores mtentaron JUSU· dos era simbólica y financieramente crucial, de forma tal que, según según se argumenta·
ficar sobre una base vagamente ideológica, y presuponiendo que los partidarios supuesta- ba allí, Europa no podía disfrutar del costoso paraguas militar aportado por Estados Uni-
mente moderados del nuevo régimen iraní podían ser separados de los intransigentes. dos y al mismo tiempo obstruir su política en otras zonas. La guerra de Vietnam había sido
La segunda operación, asociada a la anterior, nació de la determinación ~e continuar duramente criticada por los ciudadanos europeos, pero la guerra en Oriente Medio, en
armando y dotando de fondos a la «contra» nicaragüense, de manera encubierta Y desa· 1973, había sido criticada incluso por los gobiernos. Washington reaccionó con enfado
fiando la enmienda Boland por la cual el Congreso había resuelto, en 1984, contra la por la negativa europea a permitir el uso de sus bases aéreas para el envío de apoyo aéreo
entrega de ayuda militar. La colaboración con Irán, llevada a cabo con ayuda de trafica~· a Israel y por el apresurado sometimiento que provocaron las amenazas árabes de restric·
tes de armas israelíes y de otras nacionalidades, comporr.aba la entrega de armas a Iran ción de petróleo. Los europeos contestaron que importaban el 80% del petróleo de Orien·
para la lucha contra Irak; las armas no irían directamente desde Estado~ Unidos, sino de te Medio, mientras que Estados Unidos sólo precisaba del 5%, y censuraron a este país por
arsenales situados en Israel que posteriormente Washington se encargana de reabastecer; llevar a cabo una política detenninada en la zona sin consultar con sus aliados y preten-
Oficiales de alto rango estadounidenses viajaron en secreto a Teherán con una remesa de der luego que éstos la apoyaran. Los europeos se alejaron todavía más cuando Washing·
piezas para lanzaderas de misiles. Pero ambos bandos tenían expectativas mayores de lo ton parecía estar barajando la posibilidad de asegurar el suministro de petróleo por la fuer·
que én realidad deberían esperar obtener. Irán elevó sus exigencias no sólo de armamen· za de las anuas, y se mostraron reacios a asistir a la conferencia de consumidores propuesta
~o sino también de concesiones políticas, como por ejemplo la retirada israelí del sur del por Estados Unidos para presionar a los productores árabes. Por razones similares, Francia
Líbano y de los Altos del Golán, y la liberación de los ~rision~ros encarcelad~s en K~w~it, se negó a asociarse a una Agencia Internacional de la Energía creada en el seno de la
acusados de terrorismo en el Líbano. Uno de los rehenes fue liberado a cambio de mas pie- OCDE o a formar parte del acuerdo de compartir el petróleo entre los consumidores. Los
zas gratis, y otro a cambio de más armas. Se produjeron muchos encuentros clandestinos europeos preferían una reunión entre consumidores y productores, negociación en lugar
y muchas decepciones mutuas debido a las falsas expectativas. L.as medi~as acabaron lle- de confrontación.
gando a conocimiento público. Reagan cesó a su asesor de segundad nacional, el coronel En este punto, la organización estaba prácticamente en suspenso y la situación se com-
Oliver North, quien consiguió destruir mucha documentación antes de abandonar su des· plicó todavía más con la invasión de Chipre por parte de Turquía, en 1974. Grecia, que
pacho. Las primeras declaraciones públicas de Reagan fueron falsas y, aunci_ue_sabía que se culpaba a Estados Unidos de no haber tomado una actitud más firme contra la explota·
es.taba incumpliendo la enmienda de Boland de muchas maneras, su conocimiento ~eal de ción excesiva que los turcos habían hecho de la inepta injerencia en Chipre de la dicta·
l~s operaciones lrán•«contra» no pudo probarse durante el tiempo que le quedaba de pre· dura griega, se retiró de las maniobras de la OTAN -una protesta causada por los aconte·
sidencia. En posteriores declaraciones, alegó en más de cien ocasiones su incapacidad para cimientos que habían tenido lugar en Chipre, pero también basada en un
recordar hechos cruciales, de forma que no estaba claro si no se le había informado o no antiamericanismo derivado de la benevolencia de Estados Unidos con los dictadores que
había entendido, o si ninguno de estos incumplimientos era tal. Su reputación de fran- habían gobernado Grecia entre 1967 y 1974-. Esta hostilidad griega no fue compensada
queza, competencia y aplicación al trabajo ya no volvió a recuperarse. La im~ortan~ia del por ningún sentimiento de apoyo turco, ya que el Congreso estadounidense, poniéndose
asunto Irán·«contra» no residió en el debilitamiento militar de Estados Umdos, smo en de parte de Grecia, votó, en diciembre de 1974, por suprimir la ayuda a Turquía, a raíz de
que llamó la atención general y provocó dudas sobre si el resto del mundo se podía fiar de lo cual el gobierno turco tomó el control de veinticuatro bases militares americ;mas e~
dicho país a la hora de resolver problemas internacionales. La posibilidad de escándalo era Turquía, firmó un tratado de amistad con la URSS, y aceptó un importante crédito ruso.
mucho más perjudicial por el hecho de producirse poco más de una década después del En el extremo opuesto, la OTAN se veía envuelta en un conflicto diferente que tam-
asombroso comportamiento de Richard Nixon, quien se había visto forzado a dimitir bién afectaba a sus bases. En 1972, el Parlamento islandés decidió extender sus aguas juris-
como presidente y ceder el puesto a un congresista de mediocre capacidad, Gerald Ford, diccionales a 50 millas. Este acto, que afectó principalmente a Gran Bretaña y a Alemania
para poder así evitar ser inhabilitado legalmente para el cargo. . occidental, constituía una alteración unilateral de disposiciones establecidas. en 1961
Para la alianza euro-norteamericana, estas dificultades en Estados Umdos resultaban mediante tratado. Al mismo tiempo, el Alting (Parlamento) rechazó por adelantado el
problemáticas, ya que su posición en la organización era de gran importan~ia:. si~ Estad~s recurso al Tribunal Internacional de Justicia (que sin embargo falló en agosto de 1972 a
Unidos sería imposible concebir una alianza antirrusa mientras la guerra fna siguiera exis· favor del derecho de los barcos británicos y alemanes a faenar hasta el límite de las 12
tiendo. La organización siempre había sufrido tensiones, aunque normalmente se solucio- millas). Alemania occidental e Islandia resolvieron el conflicto en 1975, pero los intereses
naban gracias a la torpeza con que la URSS llevaba a cabo, antes de la llegada de Gorba- británicos se habían visto más seriamente dañados, y la acción islandesa condujo a choques
chov, su política exterior, no sólo en Europa. La dificultad más seria en la década de 1960 armados, ya que el Reino Unido envió protección naval para apoyar a sus pesqueros fren-
había sido la tensión entre Estados Unidos y Francia, que casi llevó a esta última a aban· te a los guardacostas islandeses, que intentaban expulsarlos y destruir sus aparejos. A fines
donar la organización, pero poco después de que De Gaulle dejara el poder las unidades de 1973 se alcanzó un acuerdo bianual en el que se limitaban las áreas de pesca para los
francesas tomaron de nuevo parte en las maniobras navales en el Mediterráneo (1970). barcos británicos y el tipo de pesquero que se podía emplear. Era una fomia de limitar la
De cualquier forma, la década de 1970 fue con frecuencia problemática. La OTAN ya n~ pesca. Islandia, sin embargo, también declaró que en 1975 ampliaría sus aguas jurisdiccio·
significaba un todopoderoso huésped americano con instalaciones europeas: en su terr1· nales a 200 millas. La controversia permaneció sin resolver legalmente, pero las tensiones
torio y en sus aguas jurisdiccionales los aliados europeos aportaban el 75% de las fuerzas se redujeron en 1976 cuando los británicos renunciaron a derechos razonablemente justi·

64 65
ficados. Para Islandia el episodio constituía una reafirmación inflexible de reivindicaciones bipolaridad diseñada por las superpotencias y a la posición excepcional de cada superpo·
económicamente vitales, apoyadas por la ventaja de operar en aguas propias, por el hecho tencia en su ámbito de acción.
de que los británico& en general (en oposición a la comunidad pesquera) se sintieran aven· La conferencia de Helsinki había sido promovida por la URSS. Los países occidenta·
gonzados, por la gran probabilidad de que en la reunión que se estaba celebrando en ese les acudieron después de insistir en que Estados Unidos y Canadá debían ser incluidos. El
momento sobre derecho marítimo se recomendase una sustancial extensión de las aguas propósito ruso era asegurar la aprobación general de las fronteras establecidas tras la gue·
jurisdiccionales tradicionalmente establecidas, y por la conexión con la OTAN, que se rra, que no habían sido ratificadas en ninguna conferencia de paz, y en segundo lugar dis·
podía usar para que Estados Unidos, que no deseaba que las instalaciones estratégicas de la cutir la seguridad haciendo referencia a bases militares y tropas. Los occidentales acudie·
OTAN en la zona norte peligraran por la acción de Islandia, presionara a los británicos. ron en un principio a la conferencia con una mezcla de aburrimiento y cinismo, pero al
En medio de estos conflictos agravantes y de disputas políticas, Nixon reconvino a sus final decidieron aprovechar la ocasión para obtener condiciones d.e la URSS. Occidente
aliados por enconarse contra Estados Unidos. Kissinger, no menos irritado pero sí más cons- y los países neutrales se unieron para rechazar la propuesta soviética de declarar inmuta·
tmctivo, propuso en 1973 una nueva Carta Atlántica para definir los objetivos comunes de bles las fronteras europeas; la conferencia declaró solamente que no debían ser alteradas
Estados Unidos, Europa occidental y Japón (añadido por los conflictos económicos que Esta· por la fuerza. Además, Occidente y los países neutrales insistieron en una interpretación
dos Unidos tenía con Europa y Japón). Estados Unidos, según Kissinger, estaba dispuesto a más amplia de la seguridad, que incluyera no sólo disposiciones militares, sino también el
defender Europa occidental y seguía apoyando la unidad europea, pero se oponía a que los entendimiento mutuo. Consecuentemente, el Acta Final de Helsinki contenía declara·
e,uropeos tomaran, sin consulta previa, decisiones que Estados Unidos no aprobaba. Eso era dones, no legalmente vinculantes pero aun así formales y normativas, relativas a contac-
lo mismo que objetaban los europeos, dicho sea de paso. La década de 1970 finalizó con la tos gubernamentales y no gubernamentales sobre cooperación económica, social y técni·
invasión msa de Afganistán, que suscitó en Washingto~ propuestas de acción que muchos ca, y también relativas a lo que se denominó cooperación en el ámbito de los derechos
europeos consideraban absurdas, al tiempo que en la relación con Oriente Medio los diri· humanos. Esta expresión abrió la posibilidad de discutir sobre los derechos humanos y
gentes europeos, escépticos acerca de los acuerdos de Camp David, se dispusieron a diseñar sobre el incumplimiento de los mismos. Un intento ruso de limitar el ámbito de estas
una política europea que, aunque expresada como una secuela de Camp David, resultaba ser declaraciones a discusiones entre bloques, en lugar de estados, fue derrotado. Si hubiera
en realidad una alternativa a la política estadounidense que, según su opinión, había fraca· sido aceptado, el Acta Final habría permitido el debate abstracto sobre méritos y vicios
sado. relativos de los sistemas capitalista y comunista pero no la crítica de políticas y prácticas
Después surgió la cuestión del coste de la organización. Durante años, Estado~ Uni· de estados concretos. La URSS, que había iniciado la conferencia de Helsinki, había que·
dos había soportado una parte muy desproporcionada de los gastos y había considerado dado sin margen de maniobra, y terminó por lamentar haber puesto el proceso en marcha.
esta carga como algo inevitable y justo, dado que Europa se encontraba postrada por la En la conferencia de Helsinki también se establecieron revisiones periódicas para
Segunda Guerra Mundial; pero Europa se había recuperado (gracias a la extensa ayuda intrumentar los compromisos establecidos. La primera revisión tuvo lugar en Belgrado en
estadounidense) mientras que Estados Unidos comenzaba a sentir las consecuencias de 1977, con un ambiente de considerable animosidad. No se alcanzó más que el acuerdo de
la fatiga económica. Los europeos tuvieron que reconocer que el reparto de la carga era reunirse de nuevo. El siguient¿ encuentro comenzó en Madrid en 1980, después de pro·
injusto, pero cuando, en 1977, la OTAN decidió que todos los miembros debían aumen· longados intentos de suspenderlo por parte de Rusia. Como era previsible, los países occi-
tar su gasto de defensa en un 3% anual muchos europeos no fueron capaces de cumplir dentales centraron su atención en la invasión rusa de Afganistán y en la situación apre·
sus promesas. En este contexto, la cuestión de la dirección se presentó como un nuevo miante de los disidentes en la Unión Soviética. Francia propuso de nuevo otra
punto de fricción. Sólo podía haber un dirigente máximo: el presidente de Estados Uni· conferencia sobre desarme en Europa, y Breznev habló efusivamente sobre medidas de
dos. Pero el respeto por la presidencia disminuyó fuertemente cuando Lyndon Johnson aumento de la confianza que deseaba ampliar a toda Europa, hasta los Urales. No había
decidió no presentarse para un nuevo mandato porque consideraba que había fracasado. nada nuevo en estas propuestas, que sólo evidenciaban una determinación de continuar
Todos los presidentes posteriores a Johnson contribuyeron, a veces fuertemente, al decli- hablando y de encontrar algo que decir. Pero el mayor efecto de Helsinki no fueron estas
ve del prestigio presidencial entre los europeos, y de esa forma aumentaron el senti· conferencias de revisión, ya que el proceso de Helsinki coincidió con un cambio en Europa
miento antiestadounidense latente en la opinión pública europea. Dicho sentimiento, central, cambio que en Polonia alcanzó visos de revolución política. Las declaraciones de
sin embargo, constituía más un lujo sentimental que una base seria para poner en prác· Helsinki y los comités de control de los acuerdos de Helsinki que se establecieron en
tica una política alternativa. muchos países, incluida la Unión Soviética, para observar el comportamiento de los sig·
Vista retrospectivamente, la conferencia celebrada en Helsinki entre 1972 y 197 5 natarios, contribuyeron a esta turbulencia de esperanzas en una medida no cuantificable
sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) evidenció un cambio significativo en pero en absoluto insignificante, y después de 1989 la CSCE se convirtió en el foro euro·
el modelo de los asuntos europeos. A ella asistieron 35 países, incluidos los Estados Uni .. peo que se consideraba necesario tras la caída del poder comunista ruso en Europa central
dos y Canadá, que fueron reconocidos como miembros esenciales y de pleno derecho del y oriental, y la consecuente confusión sobre el propósito y utilidad de la OTAN. En 1990,
sistema de gobierno europeo. Al finalizar la conferencia se planteó el establecimiento de los participantes en la CSCE establecieron una sede permanente como forma de alejarse
conferencias periódicas de revisión. Los participantes deseaban mayores resultados, pero de la bipolaridad armada y acercarse a un nuevo ord~n, todavía débilmente percibido, en
lo que obtuvieron fue suficiente como para dar a este amplio foro, el más amplio reunido el que se relegara la confrontación entre europeos, y también entre las superpotencias, si
en Europa desde la guerra, una semipermanencia que presentaba un reto a la imperante no al cubo de la basura, sí a las páginas de la historia. La CSCE intentaba convertirse en

66 67
una organización regional para Europa basada en el artículo 51 de la Carta de Naciones ideado en 1944 en Bretton Woods, que comprendía el Banco Mundial y el Fondo Mone-
Unidas, y de esa forma moderar y, dado que Estados Unidos era un país miembro, mante- tario Internacional {FMI). Este sistema presuponía el predominio del dólar estadouni-
ner las responsabilidades y el interés estadounidense por Europa. En 1994, fecha en que dense y manifestaba la importancia de la estabilidad en el cambio monetario, fijando el
la organización tenía ya 53 miembros, la CSCE cambió su nombre por OSCE (O de Orga- propio dólar al precio de 35 dólares por onza de oro. En 1945 la fuerza de la economía nor-
nización). Pero no disponía de fuerzas armadas. La OTAN sí disponía de fuerzas pero teamericana, y por tanto del dólar, era axiomática y, durante el tiempo que se mantuvo el
había perdido sus enemigos, una situación extraña para una alianza militar. Los miembros sistema de Bretton Woods, Estados Unidos exportó capital a gran escala, parte debido a
de la OTAN deseaban mantener la organización, y sus antiguos enemigos querían aso· políticas exteriores que exigían un gasto masivo en tropas situadas en el exterior y final··
ciarse. Para Estados Unidos la OTAN era un símbolo de su preocupación por Europa y de mente en financiar la guerra de Vietnam, y parte en desembolsos de capital realizados por
su continuado compromiso con los asuntos europeos, una advertencia de que el renaci- sociedades que invertían en empresas extranjeras o las compraban. Al mismo tiempo,
miento de una potencia rusa hostil no se podía descartar de manera permanente, una for- Estados Unidos comenzó, de manera intermitente a partir de 1959, a registrar déficit de
ma de internacionalismo más aceptable para el Congreso y el pueblo estadounidenses qué comercio exterior y a intentar {a partir de 1968) financiar estas operaciones sin que sus
la pertenencia a la ONU. La OTAN era una organización perfectamente establecida y la ciudadanos se vieran obligados a pagar más impuestos o, al menos, a que el aumento de
OSCE no. Por tanto, Washington deseaba adaptar la OTAN a las circunstancias, aumen- éstos fuera mínimo. El ingente aumento, en la década de 1960, de eurodólares {dólares
tando su tamaño. Sus aliados se mostraron de acuerdo. Pero era difícil admitir nuevos fuera de Estados Unidos) añadió incertidumbre sobre la continuidad de la fuerza de la
miembros de la Europa oriental sin provocar el antagonismo de Rusia (que pedía ser tam- moneda estadounidense, la dificultad de manejarla, e incluso sobre la permanencia del
bién admitida en caso de que se produjera cualquier ampliación). orden económico mundial predominante. En la década de 1970 el crecimiento industrial
En 1993 el ministro de Defensa alernán, Volker Ruhe, se manifestó públicamente a favor estadounidense fue inferior al de Japón, Alemania y Francia, e incluso Italia, al tiempo
de una asociación de la OTAN (y de la Unión Europea Qccidental) con Polonia, Hungría que los fuertes aumentos del precio del petróleo en 1973 y 1979, coincidiendo con la con-
y las Repúblicas de Checa y Eslovaquia. Yeltsin anuüció en Varsovia que Rusia no pondría versión de Estados Unidos en importador neto de petróleo y que chocaban con un hábi-
objeciones a la asociación de Polonia, pero unas semanas más tarde informó formalmente a to de energía barata, provocaron el desconcierto del dólar y el colapso del sistema.
los Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido que la OTAN no debía ser ampliada El mayor choque para el sistema Bretron Woods fue el precio cada vez mayor del petró-
hacia el este; sus continuas sospechas de que los estadounidenses deseaban utilizar una leo, lo cual estaba a su vez en función primero de la trasferencia de la propiedad del petró-
OTAN aumentada para amenazar a Rusia se vieron agudizadas por el interés de Washing- leo a manos de los propios países productores de Oriente Medio, que lo utilizaron como
ton de emplear tropas de la OTAN en Bosnia, contra los servios {véase capítulo VIII). arma política y, segundo, de la guerra y de las revoluciones que tenían lugar en el propio
Washington diseñó un plan denominado Asociación para la Paz, para incorporar a la Oriente Medio. La OPEP, el cartel de productores y exportadores de petróleo, en su mayo·
OTAN a anteriores enemigos comunistas, principalmente como una manera de retrasar ría del Oriente Medio, creado en 1961, no hizo nada por alterar los precios en los prime·
la cuestión de la ampliación; más de veinte países europeos y del Asia central ex soviéti- ros diez años, pero a comienzos de la década de 1970 los precios comenzaron a subir, y lle-
ca aceptaron la invitación. Una Ley de Participación en la OTAN autorizó al presidente garon a multiplicarse por diez durante dicha década, que incluyó la guerra de 1973 y la
de Estados Unidos para transferir excedentes de armas a dichos países. caída del régimen del sha de Irán en 1979. Esta revolución económica dio marcha atrás al
Yeltsin se encontraba entre dos frentes. En 1995 declaró su deseo de integrarse en la obligar a las grandes empresas a haQ!r prospecciones y producir petróleo fuera de Oriente
OTAN pero, ese mismo año, el nacionalismo extremista ruso y la aproximación de las elec- Medio, con el resultado de que el precio del crudo se desplomó hacia 1988 (al mismo tiem-
ciones le hicieron protestar por las maniobras que la OTAN, en común con algunos de sus po que el poder y la cohesión de la OPEP). Pe~o durante la década de 1970 y comienzos de
nuevos socios, estaba realizando cerca de las fronteras rusas. También protestó contra la la de 1980 los gobiernos no preveían esta evolución. Estaban más abrumados por el colap-
insistencia estadounidense de que las operaciones en Bosnia debían llevarse a cabo bajo el so del sistema monetario de ~retton Woods, principalni.ente por la devaluación del dólar
mando de la OTAN (lo que excluiría a Rusia). Estas controversias coincidieron con un en un tercio respecto al oro. Esta fue probablemente la consecuencia perjudicial. más dura·
descontento intemo en la OTAN cuando el recientemente nombrado secretario general, dera de la guerra de Vietnam, y de que Washington la financiara con deuda, dañando la
Willy Claes, fue obligado a dimitir tras ser acusado por Bélgica de cohecho y corrupción. economía de todo el mundo además de la estadounidense, ya que significó el fin del creci-
Algunos miembros de la organización comenzaron a organizar tropas regionales que, de for- miento y de la estabilidad de cambio. En el siguiente decenio de Reagan-Bush, las princi·
ma ambigua, presentaban como un refuerzo de la OTAN en Europa, un fortalecimiento de pales potencias económicas, el Grupo de los Cinco y a partir de 1986 de los Siete, inten·
la UEO y el comienzo de un brazo armado para la UE. Fueron la fuerza común franco-ale- taran establecer un sistema provisional. La dirección fue primero europea {franco-alemana,
mana, a la que más tarde se unirían Bélgica, Luxemburgo y España, y dos fuerzas medite- con Valéry Giscard d'Estaing y Helmut Schmidt) y posteriormente estadounidense. Los
rráneas (de tierra y mar) establecidas por Francia, Italia, España y Portugal. acuerdos del Plaza (1985) y del Louvre (1987) constituyeron un intento de frenar la deva-
En asuntos económicos, Reagan heredó una confusión de problemas que empeoró luación del dólar con medidas financieras que resultaron infructuosas porque no estuvie·
todavía más. La supremacía mundial estadounidense era ante todo económica, y la fama ron acompañadas de medidas fiscales coordinadas. Las enormes cantidades gastadas por los
que había obtenido durante el siglo XX derivaba de los incomparables resultados del capi· bancos centrales resulraron inútiles. A finales de 1987 la caída brusca de los precios en
talismo norteamericano, tanto en tiempos de adversidad como de bonanza. Uno de los Wall Street advirtió de la extensión del mal y del temor, público y privado, de que la admi··
principales elementos del orden internacional posterior a 1945 fue el sistema económico nistración había perdido el control de la balanza de presupuestos y la de comercio. El ere·
cimiento, que se había mantenido en una media anual del 3% entre 1945 y el comienzo de tituían las sociedades más dinámicas. El mal funcionamiento económico y social, y un
la presidencia de Reagan, fue prácticamente cero. El ahorro y la inversión internos se gobierno mediocre hacían peligrar la confianza que Reagan había dado a sus ciudadanos
encontraban en el punto más bajo registrado, y el desempleo osciló entre el 10% y el 7 ,5% mediante el poder militar. Armó su país frente a la URSS, pero lo desarmó frente a Japón,
durante los doce años de gobierno republicano. El Grupo de los Siete dejó de lado las pre- un adversario igualmente peligroso, aunque sus armas no fueran militares.
ocupaciones estadounidenses acerca de la sobrevaluación del yen, el excesivo superávit del Independientemente de su escasa importancia económica, el déficit presupuestario y
comercio japonés, la hiperinflación rusa, y otras amenazadoras consecuencias del colapso el externo minaron la confianza interna y exterior, y destruyeron la continuidad del dólar
comunista en media Europa y de la desintegración de la Unión Soviética. como moneda mundial o como una moneda de último recurso. En este clima político y
En este contexto, la política de Reagan de financiación del déficit (que no se limitaba psicológico, el dólar presentaba una predisposición a bajar frente a otras monedas fuertes
a Estados Unidos) y control de la inflación mediante recorte de la producción y el empleo y, principalmente, frente al yen, que tenía una predisposición todavía mayor a subir debi-
contribuyó al debilitamiento de la posición dominante de Estados Unidos en el mundo. Su do a una razón muy determinada: el ahorro medio de los japoneses era el doble que el de
determinación de elevar el orgullo y la autoconfianza estadounidenses a su propio nivel iba los estadounidenses, y no necesitaban sus ahorros para comprar productos extranjeros.
acompañado de una determinación paralela de reducir los impuestos. Dado que su vía Aunque los hábitos de gasto japoneses eran en buena parte culturales, los estadouniden·
hacia el orgullo estaba envuelta en un gasto armamentístico sin precedentes, su mandato ses creían que estaban controlados, en mayor medida de lo que probablemente sucedía,
estuvo marcado por un endeudamiento masivo y por el descuido de los servicios sociales. por el proteccionismo encubierto de los sucesivos gobiernos japoneses, que utilizaban el
.Su promesa, cuando entró en la Casa Blanca, de equilibrar el presupuesto fue todavía m¡Ís obstruccionismo y las artimañas burocráticas para hacer la vida imposible a los exporta·
temeraria de lo que suelen ser las promesas de ese tipo. Parecía creer que la disparidad entre dores extranjeros.
gastos e ingresos se evaporaría porque los bajos impuestos, asociados al control monetario, El gobierno de Bush comenzó con una debilidad general y un extraño revés. Para bien
producirían más beneficios y por tanto un aumento de los ingresos derivados de impuestos. o para mal, no fue una continuación del reaganismo, sino un subproducto de éste, puesto
Pero los impuestos bajos y la escasez de dinero no produjeron estos huevos de oro. Tanto el en práctica por un presidente que no había sido capaz de despuntar entre las sombras de
déficit total como el porcentual sobre el PNB aumentaron; después de 1982 disminuyeron la vicepresidencia, ni en el interior ni en el extranjero. El revés lo constituyó la negativa
el control monetario y los tipos de interés; continuó el crecimiento pero también la dispa· del Senado a aprobar al nuevo candidato presidencial para el puesto de secretario de
ridad, y la salvación se consiguió sólo mediante la introducción de dinero extranjero para Defensa. Más adelante, en los meses anteriores a las elecciones parciales de 1990, el pre·
financiar los gastos corrientes del Estado y la inversión interior: el déficit, de decenas de sidente se vio sería y perjudicialmente indispuesto con ambos partidos debido a la reduc-
millones de dólares, fue financiado en parte por los japoneses y por otros inversores extran· ción del déficit. Añadida a aquellos conflictos que levantaban los ánimos (drogas, delin·
jeras atraídos por tasas de interés cada vez más altas. Se permitió que el dólar subiera, pero cuencia, aborto, ética del Estado), la crisis sobre el presupuesto demostró no sólo el
lo hizo tan fuertemente que su tasa de cambio dejó de ser creíble y cayó de manera más carácter poco seguro de Bush, sino también otros dos fenómenos poco apreciados en el
espectacular que había subido. exterior de Estados Unidos. El primero era el hecho de que, aunque el presidente estaba
Cuando Reagan dejó el poder en 1989, Estados Unidos había pasado en menos de una normalmente considerado como el hombre más poderoso del mundo, la Constitución de
déoda de ser el mayor acreedor del mundo a ser el mayor deudor. Su deuda externa, que Estados Unidos establecía que el poder y la decisión debían ser compartidos por el presi·
superaba los 660.000 millones de dólares, había aumentado en un 25% en un solo año. El dente y los representantes del pueblo, y que el presidente tenía, dentro de su propia demo·
déficit externo alcanzó los 12.000 millones de dólares mensuales, y el interés sobre deudas erada, menos poder que los jefes de gobierno de muchas otras democracias, y ya ni hablar
externas era de 50.000 millones de dólares al año. La exporración estaba paralizada y se ven· de las autocracias, abiertas o encubiertas. En segundo lugar, y por contraste, el crecimien-
dían los activos extranjeros. En Estados Unidos los recursos de capital disminuyeron en to de la burocracia estatal estaba convirtiendo la asociación del Congreso con el Ejecuti-
500.000 millones de dólares, ya que las acciones eran canceladas o reemplazadas por deuda vo en una oposición más inamovible contra el presidente, independientemente de qué
(principalmente mediante el invento de los bonos basura). Económicamente, la situación partido procediera éste.
'
j de la mitad de la población había empeorado desde 1980. Los ahorros personales habían caí·
do por debajo del 15% (la mitad de la tasa japonesa); la educación superior en tecnología y
Los asuntos exteriores fueron más agradables para Bush que los internos. Llegó al
poder en el momento culminante del mayor triunfo de su país después de la guerra: la libe-
ciencia estaba en declive; la infraestructura económica estaba en decadencia, al igual que ración de Europa central y oriental de la dominación comunista, y la eliminación de la
las ciudades del interior, en las que el alojamiento y la mortandad infantil se acercaban a los segunda superpotencia mundial; alcanzó éxitos resonantes en la guerra contra lrak en
puntos negros del Tercer Mundo, y la delincuencia y las drogas eran alarmantemente comu· 1991, y proclamó el advenimiento de un nuevo orden mundial. Aun así, estos esfuerzos y
nes. La corrupción del sector público se extendió incluso hasta el gobierno. Eran males proclamaciones no le sirvieron para conseguir un nuevo mandato debido al descontento
remediables pero precisaban un cambio drástico de actitudes y una fuerte decisión política. interno. En 1992 los demócratas recuperaron la Casa Blanca, con Bill Clinton como pre·
Dada la fortaleza de la industria manufacturera, el déficit se podía manejar mediante un sidente. La victoria de Clinton duró sólo dos años, derrotada por el contraataque republi-
moderado aumento impositivo; la decadencia social podía evitarse abandonando el punto cano en sus primeras elecciones parciales. Era inteligente y elocuente y mostraba un dis·
de vista de Reagan de que el Estado debe ser reducido al mínimo, lo que en realidad cons· curso rotundo, si bien no siempre consecuente. Evitó las fanfarronadas, y parecía
tituye un abandono de responsabilidad. En aquel momento, sin embargo, Estados Unidos ya dispuesto a encarar las reponsabilidades, pero su comienzo fue poco firme y nunca se recu·
no parecía el único favorito, en un mundo en el que Japón y la Comunidad Europea cons· peró de él por completo.

70 71
La primera preocupación de Clinton fue conseguir el apoyo popular y del Congreso por fin el poder. A estas alturas la URSS ya no parecía un rival para Estados Unidos. Su
para un presupuesto que impusiera, si no con aplauso al menos con resignación, drásticas imperio en Europa central y oriental era insostenible y el propio país se veía amenazado
medidas de reducción de un déficit federal aterrador. Pero sólo consiguió ganar en el Sena- con la desintegración en todos los puntos de su centro eslavo. No carecía de recursos
do gracias al voto de calidad de su vicepresidente. Este comienzo precario estuvo acampa· materiales, pero mal administrados y faltos de equipamiento (excepto en ciertas industrias
ñado de varias designaciones imprudentes para altos cargos y del resurgimiento de alega- pesadas), no eran capaces ni de alimentar a su población, o darle un aceptable nivel de
ciones escandalosas contra su vida privada y sus anteriores actividades. Siguió la derrota vida, ni de convertir a la Unión Soviética en una potencia mundial. Gorbachov, inteli-
de un intento excesivamente ambicioso de introducir un servicio de salud que abarcara gente, valeroso y excepcionalmente hábil para la política, se embarcó en una revolucio-
todo el país, independientemente de la edad. En asuntos exteriores parecía extrañamente naria trayectoria de reformas políticas y económicas denominadas indistintamente glas-
poco preparado e inseguro y, por tanto, inepto. Aunque la economía se estaba recuperan- nost y perestroika: glasnost significa apertura y, en particular, el fin de una generalizada
do, las clases medias, tan importantes políticamente, no percibían ningún beneficio, ya falsificación de la evolución económica; perestroika significaba la reestructuración de la
que, paradójicamente, la recuperación fue paralela a una disminución de los ingresos de la economía, en el sentido más amplio de la palabra. Insistió en que la perestroika no podría
clase media. Las elecciones parciales de 1994 significaron uno de los mayores reveses del alcanzarse sin glasnost, y en que la glasnost llevaba consigo no sólo la incursión en la cen-
siglo para los demócratas e incluyó la pérdida, por primera vez en cuarenta años, de la sura y los hábitos de clientelismo, sino también la reforma del sistema político en su tota·
mayoría en el Congreso y en el Senado. La causa fue principalmente intema, pero los lidad, incluida la abolición del monopolio del poder ejercido por el Partido Comunista y
asuntos externos también contribuyeron a un ambiente de perplejidad Y aprehensión que del control que éste ejercía sobre las instituciones del Estado y el engranaje económico.
en algunos lugares se elevaba a resentida e hipercrítica exasperación. A primera vista esto La glasnost, por muy inadmisible que fuera para algunos, era fácil de comprender. La peres-
resultaba extraño porque hacía poco qU:e Estados Unidos habían asistido al triunfo que sig- troika, sin embargo, era un concepto más ambiguo, dado que promovía un cambio sin
nificaba la disolución de la Unión Soviética, una victori'.1 clara en un avasallador conflic- especificar el ritmo de dicho cambio ni definir el nuevo sistema en el que debería con-
to mundial. Pero el comunismo mundial había constituido una brújula en los asuntos exte· vertirse el antiguo. Los primeros pasos incluían una mayor independencia para las coope-
riores, y su desaparición dejó buena parte de la política exterior estadounidense sin rativas y para los directores de las empresas estatales, y la introducción, en cierta medida,
objetivo. Esta afasia coincidió a grandes rasgos con la desaparición de la otra gran suposi- de reguladores del mercado. Incluso si estuviera generalmente admitido (que no era así)
ción sobre la situación y el propósito de Estados Unidos en el mundo: que la economía que había un sistema correcto y uno incorrecto, habría dificultades en trasladarse de uno
internacional de Estados Unidos superaba a la de cualquier otro país. Hasta ciento punto, a otro. ¿Hasta qué punto, por ejemplo, debería permitirse que los precios alcanzaran sus
el fin de la guerra fría constituía la victoria del capitalismo sobre el comunismo, dejando propios niveles, si eso implicaba una subida excesiva que pondría los artículos fuera del
al primero sin rival. Pero el capitalismo era un vencedor con mala salud y el papel de Esta- alcance de los compradores y dejaría a los productores sin mercado? ¿Deberían controlar·
dos Unidos en un sistema capitalista mundial era cada vez más dudoso desde mediados de se los precios de algunos productos, alimentos por ejemplo, y de ser así, quién, sobre qué
la década de 1970. En el interior, el prometedor crecimiento económico de comienzos de principios y hasta cuándo? El gobierno estaba atrapado entre la conflictiva necesidad de
la década de 1990 fue contrarrestado por un gran déficit presupuestario y externo, por la permitir que los precios evoludonaran a su manera y la de moderar su inevitable subida.
inexistencia de voluntad política de enfrentarse a dicho déficit, excepto mediante la pro- Aunque había consenso acerca de la necesidad de cambiar el orden económico, no lo
mulgación de objetivos de rectitud financiera a largo plazo, y por la conciencia de que el había acerca de cómo debía ser el nuevo: la Nueva Política Económica de Lenin (que pro-
crecimiento no estaba financiado simplemente por los ahorros, sino por capital extranje- movió los pequeños negocios y comerciantes <:on la esperanza de atraer el capital y la for-
ro (principalmente japonés) en el que no se podía confiar indefinidamente. Aunque el mación extranjeros), o la situación anterior a la NPE, o una nueva mezcla de capitalismo
capitalismo había, hablando popularmente, derrotado al comunismo bajo la dirección privado y libre comercio con socialismo estatal, o la inmersión en algo muy similar al
estadounidense, este país parecía peligrosamente inseguro acerca de cómo manejar el capitalismo occidental. El desarrollo de la perestroika era, por tanto, tentador y carente de
moderno sistema capitalista, tanto interno como internacional. forma. Recibió ataques desde diversos puntos: fue obstruido por miles de personas cuyos
puestos podían verse en peligro; y se complicó todavía más por el estado de la economía,
que seguía sufriendo un retroceso general y estaba tan preparada para la cirugía como un
paciente con el corazón débil. La economía sufrió golpes inesperados por la caída del pre-
LA DESINTEGRACIÓN DE LA URSS
cio del petróleo, el desastre del reactor nuclear de Chernobyl en 1986, y el gravísimo
Los problemas de la segunda superpotencia, la Unión Soviética, fueron muy diferen- terremoto de Armenia en 1988.
tes de los de Estados Unidos. Sus dificultades económicas eran de un orden más desespe- La primera ley de bases para la reforma económica, promulgada en 1987, comenzó el
rado, su sociedad más corrupta, cruel e ineficaz, su misma existencia como unión estaba proceso de descentralización y liberalización de precios, y estableció recompensas finan-
en entredicho. Tras la dimisión de Kruschev en 1964, Leonid Breznev se había erigido cieras para las empresas, pero concedió poca libertad a la industria para realizar las com·
como su sucesor y permaneció al frente del país hasta su muerte, en 1982, tras un largo pras de suministros necesarios y apenas modificó el desacreditado sistema de objetivos
pero, en asuntos internos, anquilosado mandato y un lento declive personal. Tuvo tres centralizados. Estas medidas parciales fueron ampliadas un año más tarde, aunque todavía
sucesores en tres años: Yuri Andropov, que murió en 1984; Konstantin Chernenko, que de una manera tentativa y experimental, y limitando su ámbito a determinadas zonas y
murió en 1985, y Mikhail Gorbachov, con quien la esperada nueva generación alcanzaba empresas de un tamaño inferior al establecido. Las reformas se veían obstaculizadas por la

73
falta de directivos experimentados y por la inercia u oposición de la nomenklatura, la cla · cimiento en cuatro fases de una economía mixta. La primera fase comprendía la venta de
se privilegiada y osificada de funcionarios que, habiendo sobrevivido a los años de Brez- las propiedades y empresas del Estado y del Partido Comunista, la disolución de todas las
nev, no estaba dispuesta a perder su trabajo y sus prebendas en la resaca. explotaciones agrícolas colectivas y estatales, dando a los ocupantes sus terrenos o vivien-
Los objetivos políticos de Gorbachov no incluían una reducida autoridad central. El das, y el recorte del presupuesto en cinco millones de rublos en el plazo de tres meses
camino al poder en la Unión Soviética podía ser más libre, pero no se había planeado que (incluidos recortes drásticos en los costes de defensa y del KGB). El principal objetivo de
ese poder fuera menos amplio, quizá al contrario. Al igual que con el desarrollo de la peres- esta fase era conseguir poner en circulación el dinero escondido, aquel que no salía a la
troika en la industria y en el comercio, en las reformas políticas paralelas Gorbachov era, luz porque no había nada en qué gastarlo, antes de liberar los precios y de que se desatara
más que un teórico inteligente, un diestro estratega que mantenía el control del proceso una inflación masiva. En la segunda fase se liberarían gradualmente los precios y se ele-
al que había dado comienzo mediante la rápida percepción y ágiles movimientos que lo varían las tasas de interés, pero los precios de los alimentos básicos permanecerían bajo
mantenían por delante, si bien por un estrecho margen, de los acontecimientos. En un control. En la tercera fase, la más larga (días 250-400), la mitad de las empresas de servi-
congreso extraordinario del partido, en 1988, prometió convocar un Congreso de Dipu- cios y de manufacturas serían vendidas y se establecería un mercado de valores y otros
tados del Pueblo de 2.250 miembros, algunos elegidos por grupos especiales, de los que el activos. Finalmente se acelerarían todas estas medidas y el 90% de los negocios al por
Partido Comunista constituía el más numeroso ( 1.500), con circunscripciones territoria· menor serían puestos en venta. A este programa se oponían, entre otros, el primer minis-
les en las que a los votantes se les prometió la elección de candidatos. Todos los candida- tro Nicolai Ryzhkov, sobre la base de que los límites temporales eran demasiado rígidos y
.tos debían presentar una plataforma electoral. En las elecciones celebradas al año siguien· nada realistas, de que eran necesarias más medidas paliativas para las clases pobres, para
te, en 384 de las circunscripciones sólo se presentó 1,lI1 candidato, mientras que en 2 71 los pensionistas y para los estudiantes, y que no existía una maquinaria burocrática para
ninguno consiguió la mitad de los votos emitidos. El Congreso eligió un Soviet Supremo llevar a cabo esos cambios tan rápidos, de forma que se produciría mayor caos que refor-
reducido, de 750 miembros, que se reuniría cuando aquél no estuviera convocado. Al mis· ma. Los objetores también argumentaban que el trastorno económico que preveían se
mo tiempo, y mediante una especie de golpe de Estado,.Gorbachov se aseguró la desapa- sumaría a las fuerzas anarquizantes que amenazaban con disolver la Unión. Gorbachov,
rición de cientos de militantes del partido que podrían obstruir sus planes, purgó el Comi- que parecía a favor primero de un lado y luego del otro, y no quería perder a su primer
té Central del Partido Comunista, e hizo que lo eligieran presidente de la Unión Soviética ministro, intentó forzar a los grupos enfrentados a alcanzar un acuerdo, pero fracasó. El
en lugar de Andrei Gromyko, que fue obligado a dimitir. Sus poderes como presidente Soviet Supremo prefirió darle poderes de emergencia, cargando sobre la presidencia la
eran considerables pero no absolutos. El Tribunal Supremo podía declarar sus actos tarea de encontrar una respuesta e imponerla mediante decreto. El resultado fue un nue-
inconstitucionales, y dos tercios del Soviet Supremo podían superar el veto presidencial vo plan, debidamente respaldado por el Soviet Supremo pero tan vago como para dejar el
a una nueva ley. Aunque marginó al Partido Comunista, se vio obligado a conceder pre· futuro no sólo peligrosamente oscuro, sino también aparentemente fuera del control del
eminencia a las Repúblicas, mediante la institución de un Consejo de la Federación com- gobierno. Había esquemas rivales pero no una política económica coherente.
puesto por él mismo y los presidentes de las quince Repúblicas, y mediante la abolición La transformación política y económica de la URSS se vio complicada por el surgi·
del Consejo de Ministros, bastión del centralismo, y su sustitución por un gabinete de miento de la disidencia, que eri algunos lugares alcanzó el grado de separatismo. De las
expertos menos prestigioso y poderoso. La dimisión, a finales de 1990, de su ministro de quince Repúblicas Soviéticas (véanse mapas 1.2 y 1.3), sólo tres eran preponderante-
Asuntos Exteriores, Eduard Shevardnadze, un colega próximo, ministro de éxito y cono· mente eslavas: Rusia (que incluía Siberia), Ucrania y la Rusia Blanca (Bielorrusia). Los
cido promotor de reformas liberales, debilitó a Gorbachov y reforzó las sospechas de que eslavos suponían poco más de la mitad de la población, y la solidaridad de Ucrania con
estaba siendo obligado a virar hacia el conservadurismo y que incluso podría acabar con· otros estados eslavos no se podía dar por supu~sta, ya que esta República tenía una histo·
virtiéndose en un cautivo de los mandos militares, temerosos de perder esenciales insta- ria de oscilación entre sujeción a Moscú (o Varsovia o Vilna) y brotes de independentis-
laciones de defensa situadas en las Repúblicas disidentes: las fuerzas armadas eran, junto mo, acaecidos con anterioridad al siglo XX y durante el mismo. Las doce Repúblicas res-
con el KGB, el símbolo principal y más visible de centralización del poder, en oposición tantes, a saber, las tres Repúblicas Bálticas, Moldavia, tres del Cáucaso y cinco de Asia
a las ambiciones centrífugas del Báltico y otros disidentes, o de los defensores de una central, tenían motivos de queja y aspiraciones separatistas perjudiciales.
mayor autonomía en la República Socialista Federal Soviética Rusa (RSFSR) y en Ucra· El problema más urgente surgió en las tres Repúblicas Bálticas que comenzaron a vis-
nia. La debilitada posición de Gorbachov saltó a la vista cuando, intentando conseguir la lumbrar la recuperación de su independencia y a reclamarla. En 1988 se creó en Lituania
aprobación para su candidato al nuevo puesto de vicepresidente de la Unión, para el que el movimiento Sajudis y, al igual que movimientos similares en Checoslovaquia, Hungría
Shevardnadze parecía haber estado destinado, su candidato fue rechazado por el Congre· y en otros lugares, se transformó de movimiento popular en partido político. Su objetivo
so de Diputados del Pueblo y sólo consiguió la aprobación después de una segunda vota• era sencillo: la independencia. Junto con Letonia y Estonia, Lituania había sido invadida
ción, estrictamente inconstitucional. por las tropas de Stalin en 1944-1945 e incorporada a la URSS. Muchos lituanos habían
Ninguno de estos cambios y giros produjo una política económica. Con el desmoro· huido a Occidente, y a otros, tal vez un cuarto de millón, los habían deportado o matado.
namiento de la economía se impusieron dos estrategias: moverse con rapidez o con mucha En la República de Lituania así creada, lo polacos y los rusos se convirtieron en una quin·
rapidez. Para los más audaces o los más desesperados la situación requería un cambio drás· ta parte de una población de 3, 7 millones de habitantes. (En Letonia y Estonia, con 2, 7 y
rico, en el que se hiciera caso omiso de las posibles consecuencias, esperando que ocurriera 1,5 millones de habitantes, los rusos suponían aproximadamente un tercio.) Las princi-
lo mejor. Los protagonistas de esta estrategia trazaron un plan de 500 días para el estable- pales características económicas de Lituania eran, por una parte, un superávit agrícola

74 75
exportable y, por otra, una total dependencia del petróleo y el gas de la URSS. La econo- Unión Soviética. Para Kravchug era un medio de minimizar, y progresivamente erosionar,
mía en general padecía la deformación, el anquilosamiento y la corrupción que caracteri- la interdependencia de las antiguas Repúblicas Soviéticas. Mientras que Kravchug acep·
zaban al conjunto de la Unión Soviética. Los candidatos designados por el Sajudis obtu· tó en 1992 el traslado del armamento táctico nuclear a Rusia, objetó que la Armada del
vieron una mayoría que inmediatamente declaró independiente a Lituania, repitiendo Mar Negro, una flota compuesta por unos 300 buques no excesivamente nuevos, y que
una declaración similar de 1918. Para Gorbachov esto constituía un reto que era necesa- constituían una parte relativamente pequeña de la Armada soviética, no era una fuerza
rio resistir por las repercusiones que tendría no sólo en las otras Repúblicas Bálticas, sino estratégica y por tanto no podía ser cedida a Rusia, aunque estaba dispuesto a una parti-
también en rodas las partes de la URSS. Estaba dispuesto a conceder mayor independen- ción. El problema se acentuó por el hecho de que las bases de la flota estaban en Crimea,
cia a las Repúblicas en una Unión más relajada, a darles el derecho constitucional a sece· que en 1992 declaró su independencia tanto de Rusia como de Ucrania pero renunció
sionarse, pero no estaba dispuesto a aceptar un acto unilateral que podría destruir la posteriormente a sus exigencias a cambio de una cesión de poderes por parte de Kiev,
Unión Soviética antes de que él tuviera tiempo de reformarla. Además, las Repúblicas transformándose en República autónoma dentro de Ucrania. Rusi~ y Ucrania pactaron y
Bálticas formabán parte de un sistema defensivo total que ni Gorbachov ni ~us mandos anularon una serie de acuerdos diferentes sobre la flota y el uso de la base naval de Sebas·
militares estaban dispuestos a desmantelar a toda prisa. Gorbachov envió tropas a Litua- topo!: controlar la flota conjuntamente, dividirla a partes iguales, transferirla en su tota·
nia e impuso un bloqueo económico que forzó a los nuevos dirigentes de la República a lidad a Rusia a cambio del pago en dinero. En 1993, tras rechazar un dinero que le era tan
moderar, si no sus exigencias, al menos su calendario, pero no antes de que hubieran necesario, Ucrania se adhirió al tratado START ruso-estadounidense de 1991, y se com-
encontrado aliados en el corazón de la Unión, en el propio Moscú, donde el principal prometió a enviar la mitad de su armamento nuclear a Rusia, donde debía ser destruido,
antagonista de Gorbachov, Boris Yeltsin, había cons~guido el control de la vasta Repú- una promesa que más tarde sería aumentada a la totalidad de los efectivos nucleares para
blica Rusa (RSFSR). Las tres Repúblicas Bálticas declararon la independencia en 1991, 1999. Ucrania también obtuvo promesas de combustible barato desde Rusia y garantías
pero su disfrute se vio atemperado por la dureza material que se produjo al romper los vín- sobre su integridad territorial por parte de Rusia, Estados Unidos y Francia.
culos económicos y el comercio preferente con la URSS; la inflación se disparó y la pro- Crimea, anexionada por la Rusia zarista en 1783, tenía un buen número de habitantes
ducción industrial y agrícola quedaron traumatizadas: en Lituania, por ejemplo, se redu· tártaros que fueron deportados en masa durante la Segunda Guerra Mundial, acusados de
jeron a la mitad en tres años. Ninguno de los tres países se unió a la nueva Comunidad de colaboración con los alemanes. Absueltos de estas acusaciones después de la guerra, se les
Estados Independientes (CEI). Abandonaron el área del rublo en 1992. En los años permitió el regreso, pero muchos de ellos pennanecieron en el exilio. En 1954, Crimea
siguientes consiguieron frenar la hiperinflación mejor que otras zonas de la URSS, pero fue transferida de la RSFSR a la República Soviética de Ucrania, pero ese cambio no hizo
Lituania volvió a un gobierno de izquierdas en 1992 y Estonia en 1995. Letonia, por el que los tártaros recuperasen la autonomía de antes de la guerra. A comienzos de la déca-
contrario, se vio sorprendida y sorprendió a otros cuando estuvo a punto de conceder el da de 1950 constituían el 10% de la población, los ucranianos el 25% y los rusos el 62%.
voto mayoritario al partido de extrema derecha, dirigido por un inmigrante alemán que La lengua rusa era prácticamente universal. Con la caída de la Unión Soviética, Crimea
no hablaba letón. Aunque normalmente denominados en conjunto, dos de los tres países, se convirtió en una República autónoma situada en el interior de Ucrania. Las elecciones
Estonia y Letonia, tenían vínculos históricos y de otro tipo principalmente con Finlandia, presidenciales de 1994, confirmadas por el gobierno de Kiev que esperaba, en vano, que
Suecia y Alemania, mientras que Lituania, el mayor de ellos, estaba más vinculado a Polo- su candidato obtuviera la victoria, fueron ganadas por Yuri Meshkov, que solicitó la unión
nia y Rusia. con Rusia. Su éxito constituyó un problema para Moscú que, por un tratad() tripartito con
U1..Tania, tras Rusia la mayor y la más poblada y productiva de las Repúblicas Soviéticas, Estados Unidos y Ucrania, había garantizado simultáneamente la integridad territorial de
con una posición estratégica entre Rusia y el Mar Negro, que albergaba cien grupos étnicos la segunda a cambio de la entrega de todas las armas nucleares. Pero Meshkov demostró
entre los cuales, además de los ucranianos, sobresalían lps rusos grandes (cien millones) y ser incompetente además de poco práctico, y Ucrania lo despojó de sus poderes y poste·
los polacos, se declaró nación independiente y zona no nuclearizada en 1990, una declara- riormente abolió su puesto sin provocar ninguna protesta por parte de Moscú.
ción que posteriormente se confirmaría mediante plebiscito. Foco de revuelta contra la A las elecciones en Crimea siguieron las de la propia Ucrania, donde una plétora de par-
' 1
i, .¡ ofensiva centralista de la Rusia zarista en los siglos XVIII y XIX, había conseguido una preca- tidos, y de candidatos independientes, ponía énfasis en las diferencias entre ucranianos y
~.~.~¡ ria independencia entre 1917 y 1920 pero fue posteriormente invadida por Polonia (que rusos, y en las dificultades de Ucrania para reafirmar su identidad nacional sin ceder a Rusia
] capturó Kiev) antes de ser absorbida por la Unión Soviética. La parte occidental de la Repú- la parte oriental del país y la totalidad de Crimea. En posteriores elecciones a la presidencia
! blica, creada tras la Segunda Guerra Mundial, le fue añadida en 1939. En 1989 renació el ucraniana, Kravchug perdió frente a Leonid Kuchma (que había sido claramente elegido por
'I
Rukh (o Movimiento) nacionalista, que obtuvo 100 escaños en las elecciones de ese año la parte oriental del Estado), un defensor de la renovación de vínculos con Rusia y el bene-
l para el Soviet Supremo de Ucrania, con lo cual los dirigentes comunistas, incluido Leonid ficiario del descontento general con la economía. Las estrategias económicas de Kuchma
1 Kravchug, se transformaron en nacionalistas y obtuvieron suficiente apoyo nacionalista tuvieron resultados diversos. La inflación se redujo, el nivel de los salarios reales se mantu·

~
como para obtener para Kravchug la presidencia del nuevo país independiente en 1991. vo, se aumentaron las reservas y se pagaron las deudas con Rusia. Pero la reforma agraria se
La política general establecida por Kravchug fue asegurar la independencia de Ucra- paralizó, los subsidios a industrias estatales (invendibles) y a explotaciones agrícolas conti·
1
l nia contra Rusia; sus preocupaciones principales, entrelazadas, eran Crimea y la Armada nuaron, y después de frenar temporalmente el déficit presupuestario, éste se disparó. La
soviética en el Mar Negro. Fue uno de los principales promotores de la CEI. Para Gorba- minoría reformadora puso su confianza en la disminución de los impuestos y de las tasas de
chov, éste fue un medio de evitar, en la medida de lo posible, la desintegración de la interés para atraer capital oculto en manos privadas y en cuentas bancarias en el extranjero.

76 77
Al noroeste de Ucrania, la República Bielorrusa se convirtió en Bielorrusia, un Esta· En Asia afloró ya en 1986 un serio descontento en forma de revueltas en Uzbekistán,
do de mayoría rusa pero con pequeñas minorías polacas dispersas. Su independencia se una zona notoria por la corrupción que soportó durante el gobierno del yema de Breznev,
veía amenazada no tanto por divisiones étnicas como por su naturaleza de creación arti- Yuri Chubanov. En 1990 obtuvieron la independencia las cinco Repúblicas asiáticas de la
ficial del régimen soviético. En un plebiscito celebrado en 1995 la población votó a URSS, aunque no todos los 50 millones de habitantes se alegraron de este resultado, prin·
favor de una aproximación a la reunificación con Rusia: el presidente Alexander Lukas- cipalmente en Kazajstán (véase posterior nota sobre Asia Central al final de la Cuarta
henko hizo hincapié en la unidad eslava. Al oeste de Ucrania, la República Soviética Parte).
Moldava se convirtió en Moldavia con una población mezcla de rumanos, ucranianos, La progresiva desintegración de la URSS constituyó uno de los fracasos de Gorbachov.
rusos y turcos gagauz. Moldavia había sido brevemente independiente hacia el final de Había esperado mantener una especie de unidad pero la situación estaba en su contra. La
la Edad Media, antes de convertirse en una parte del imperio otomano. En el siglo XIX CEI era poco más que un mecanismo transitorio tendente bien hacia una disolución pro·
parte de su territorio fue cedido a Rusia (1812) y a Rumania (1859). Los rumanos del gresiva o bien hacia una cierta reanimación de los vínculos formales e informales que
país no intentaron unirse a Rumania después de 1989 debido al desagradable legado de habían tenido lugar en la URSS. En aquel momento la desconfianza en el poder ruso era
Ceaucescu y al bajo nivel de vida rumano. Afirmaron su independencia en las eleccio· mayor que la conciencia de la necesidad de productos, servicios o favores rusos.
nes de 1994. Los rusos proclamaron una República del Dniéster, pero no obtuvo ningún El segundo fracaso de Gorbachov fue la devaluación y el relegamiento (en muchos
reconocimiento. casos casi desaparición) del Partido Comunista de la Unión Soviética mediante el cual
Las tres Repúblicas Caucasianas obtuvieron la independencia en 1991-1992. Georgia, había esperado ejercer el poder e introducir reformas, ante la carencia de cualquier otra
un.laberinto étnico y religioso que había perdido la independencia cuando su último rey la base política. Los grandes logros de Gorbachov habían sido la osadía de abandonar el
entregó al zar mso en 1800 (de la misma forma que el duque Medicis de loscana había imperio soviético en Europa y sus iniciativas en el desarme mutuo de la guerra fría. Pero
entregado su ducado al emperador Habsburgo), fue gobernada por procónsules rusos hasta también había deseado mantener la Unión Soviética, si bien reformada, y un Partido
1917, cuando recibió su independencia con ayuda de tropas 'británicas, y fue reconquistada Comunista también reformado. Falló en ambos objetivos y abrió así el camino para un
pocos años después por la Unión Soviética. Declaró de nuevo su independencia en 1989. dirigente más resuelto: Boris Yeltsin, un nacionalista ruso escasamente preocupado por la
Un anterior levantamiento en 1972 (que llevó al poder a Eduard Shevardnadze) constitu· Unión y de ninguna utilidad para el Partido Comunista, que en Rusia fue disuelto por él.
yó un anticipo de las manifestaciones antirrusas de finales de la década de 1980, que fueron Gorbachov había privado al Partido Comunista del monopolio del poder, había llevado a
reprimidas con considerable, y probablemente innecesaria, fuerza. Se especuló con que ofi- cabo los primeros plazos de la privatización de la tierra y de la industria, y había dado los
ciales del ejército hostiles a Gorbachov habían crispado la situación deliberadamente, en un primeros pasos hacia la economía de mercado. Pero aún siendo un reformador y moder·
momento en el que el presidente se encontraba fuera de la URSS. En 1992, el presidente nizador convencido, no era un demócrata. No creía que la reforma de la Unión Soviéti·
Zviad Gamsajurdia, un ferviente nacionalista, anuló los poderes y privilegios autonómicos ca pudiera llevarse a cabo sino a través de una autocracia benevolente. Obtuvo poderes
que habían disfrutado algunas de las minorías de Georgia. La principal de esas minorías, la más amplios para el presidente de la Unión; asumió de nuevo el puesto de secretario gene·
de los abjasos, turcos cristianos establecidos en el noroeste del país que constituían el 17% ral del Partido Comunista al que anteriormente había renunciado; creó nuevos cuerpos
de la población y habían sido incorporados a la República en 1930, se levantó en armas para consultivos que, bien por confusión bien por diseño, fueron demasiado numerosos para ser
obtener la independencia. Gamsajurdia se vio forzado a huir y Shevardnadze fue invitado a coherentes; y durante la primera mitad de la década de 1990 parecía estar virando hacia
regresar de Moscú y convertirse en presidente (fue reelegido en 1995). Se unió a la CEI a los conservadores. Pero su política económica era confusa y la situación económica catas·
regañadientes para asegurarse el apoyo ruso, y concedió a Rusia el derecho a mantener tro· trófica. Al no ser partidario acérrimo de la economía de mercado, permitió que se suce·
pas en Georgia y a abastecer su ejército: para Rusia eran importantes los puertos georgianos dieran una docena de planes de reforma económica sin ponerlos en práctica y fracasó a la
en el Mar Negro y las líneas de comunicación caucasianas. En 1994, Gamsajurdia se suici- hora de imponer un programa sostenido de producción de alimentos.
dó. Los abjasos se declararon independientes de Georgia. Las dificultades fueron amplias: sin intercambio externo, con un déficit presupuesta·
La lucha entre las vecinas Annenia, de mayoría cristiana, y Azerbaiján, de mayoría rio equivalente a un tercio del PNB, casi todas las industrias con pérdidas, el peso muer·
musulmana y turca, precedió en varios años a la independencia. Como centro del con· to todavía presente de los monopolios estatales, escasa ayuda externa, y un asesoramien·
flicto estaba la región de Nagomo·Karabaj, que había sido creada en 1921 como una to externo muy amplio pero de escasa calidad. En marzo de 1991 las propuestas de una
región del Azerbaiyán pero en la que los armenios doblaban en número a los azeríes. La Unión Soviética de Repúblicas soberanas fueron derrotadas por el voto popular en seis de
victoria parcial fue obtenida primero por los armenios, posteriormente por los azeríes y de ellas: Moldavia, Georgia y Armenia y las tres Repúblicas Bálticas. En julio, se publicó una
nuevo por los armenios. Ambos culpaban a Moscú de sus problemas. En 1991, cuando los nueva Constitución soviética, que restringía el poder del gobierno central, lo que provo·
armenios capturaron zonas azeríes e hicieron huir a la población, éstos pidieron apoyo a có la respuesta de un grupo de militares, de oficiales del KGB y de civiles reaccionarios,
Turquía, un país con una historia de pronunciada opresión a los armenios residentes en él. los cuales organizaron un golpe de Estado contra Gorbachov, que estaba ausente, en Cri-
Pero el ejército azerbaiyano expulsó al presidente pro turco Abulfaz Elchibéi y restauró al mea. El intento golpista fracasó a las tres semanas debido a la mala organización pero el
anterior jefe del KGB, Geidar Aliyev, quien se centró en la producción del petróleo de vencedor no fue Gorbachov, quien, además de la humillación sufrida, estaba atrapado
Azerbaiyán en asociación con empresas extranjeras y en el trazado de oleoductos, ansia· entre los partidarios de una reforma económica y constitucional más drástica, por una par·
so por obtener pagos por derechos de acceso y tránsito de otros países. te, y los conservadores, que temían el hundimiento de su carrera y su estilo de vida y la

78 79
desaparición de la Unión Soviética, por otra. Antes de final de año, Gorbachov estaba raba una mediación más dispuesta entre el presidente de la nación y el del Congreso, Rus·
vencido y dimitía de la presidencia de la Unión Soviética, que (creada en 1923, seis años lan Jasbulátov, otro aliado previo de Yeltsin que se había convertido en adversario.
después de la revolución bolchevique) había dejado de existir. La oposición a Yeltsin no se reducía a su pol(tica económica y a sus asesores. El núme·
La historia de Europa no ofrece en el siglo XX ningún otro ejemplo de contraste mayor ro de personas que se sentían ofendidas por su carácter era similar al de aquellas que se
que el existente entre la brevedad del gobierno de Gorbachov y los logros alcanzados duran- sentían atraídas por el mismo. La seguridad que tenía en sí mismo rozaba el autoritarismo.
te dicho mandato. Se enfrentó a los problemas más desalentadores, desde la incapacidad de Aunque podía ser tenaz en la defensa de un principio o una creencia generales, dÍrigía la
continuar con la guerra fría a la imposibilidad interna de la Unión Soviética y del imperio. política de manera incierta, bien por su carácter tortuoso o bien porque no entendía de la
A pesar de su audacia e inteligencia, Gorbachov estaba limitado no sólo por las restriccio- materia. En el Congreso (cuyo mandato expiraría en 1995) había un grupo básico de
nes de su situación, sino también por el aislamiento inevitable de un temperamento auto- leales a Yeltsin, mas también un número comparable de opositores, y un grupo interme-
crático Y por su fracaso a la hora de conseguir el apoyo de asesores cercanos y competentes. , dio, probablemente el mayor en número aunque el menos coherente, que aceptaba la
Estas limitaciones lo condujeron a la vacilación y finalmente a su caída, pero los logros fue- necesidad de reformas sustanciales pero veía con alarma el sufrimiento que implicaban, y
ron suficientes como para que su partida no restaurase el antiguo orden. deseaba un menor descontrol de precios (especialmente de los artículos de primera nece-
La base del poder de Yeltsin no era la URSS, sino Rusia. Había actuad~ con valentía sidad), menos privatización y sobre todo menos velocidad. Este grupo, sin embargo, no
durante el golpe contra Gorbachov, arriesgando su vida al enfrentarse a los golpistas, y acre- ofrecía un programa alternativo convincente y su influencia se limitaba a evitar que los
c¡;ntando en Rusia una popularidad personal que había ido en aumento desde 1990. En grupos opuestos a Yeltsin obtuvieran los dos tercios necesarios para procesarlo o deponer-
dicho año el Congreso de los Diputados del Pueblo, elegido de conformidad con las refor- lo. Dado que la constitución prohibía al presidente la disolución del Congreso antes del
mas de Gorbachov de 1988 (y que contenía una mayoría abrumadora de recientes comu- final de su vigencia, se produjo una situación de punto muerto e indecisión.
nistas) fue reemplazado por un Parlamento ruso que eligió~ Yeltsin como presidente. Unas Yeltsin siguió contando con el apoyo popular, confirmado en el refrendo de 1993. No
semanas antes del golpe de 1991 fue elegido presidente de la República Rusa por voto popu- tenía adversario de su talla o eminencia: ni Rutskoi ni Jasbulátov tenían tanto atractivo
lar directo: obtuvo el 57% de los votos, una mayoría no excesivamente amplia pero con un público; y tenía al menos el apoyo necesario de las fuerzas armadas, quizá dos tercios de
número de votos muy superior al de cualquier otro candidato. Esta victoria resultó el punto los altos mandos y más entre los oficiales de rangos inferiores. Por otra parte, no había cre-
álgido de su carrera. De esa manera acuñó su personalidad en el escenario ruso, pero fraca- ado un partido político del que se pudiera considerar dirigente; era poderoso pero estaba
só posteriormente en la dirección de los dos problemas básicos de ese escenario: la política aislado; era menos decidido, por ejemplo, que Walesa, el presidente polaco; y su conflic-
económica y los nacionalismos. Apoyó a medias una reforma económica apenas explicada to con el Congreso le impidió enfrentarse a la dura situación económica. Los precios con-
a una población que la padeció sin entender su razón de ser, y permitió que las instituciones tinuaron disparándose, el rublo perdió, en un año, nueve décimas partes de su valor fren-
del Estado (incluidos los bancos centrales) la trastocaran. La ambigüedad similar que demos- te al dólar, era difícil atraer la ayuda extranjera, y entre los años 1989 y 1993 la
tró sobre los derechos de las diferentes naciones llevó al desatino de la revuelta chechena, producción se redujo casi a la mitad. En 1993, Yeltsin volvió a nombrar a Gaidar, desti-
uno de los episodios que más daño causó a su reputación como presidente. tuyó a Rutskoi y, en una maniobra probablemente ilegal, disolvió el Congreso. La batalla
A Yel~in se le concedieron poderes especiales para formular y dotar las reformas eco- entre Yeltsin y sus enemigos se hizo violenta, Yeltsin ordenó el bombardeo de los edificios
nómicas. Estas, propuestas por Yegor Gaidar, Gennady Bubulis y otros asesores innovado- del Parlamento y el encarcelamiento de Rutskoi y Jasbulátov.
res, comprendían: severos recortes del gasto público, la privatización de todas aquellas A las elecciones de un nuevo Congreso se presentaron tres fuerzas principales: los
empresas estatales para las que era posible encontrar comprador, el desmantelamiento de reformadores, los comunistas conservadores y los nacionalistas. El propio Yeltsin adoptó
buena parte de la burocracia estatal, y una decisión despiadada para eliminar elementos una actitud distante que no se distinguía fácilmente de la indecisión. Ni fonnó un parti-
innecesarios. Pero este programa demostró ser no sólo doloroso sino también mucho más do propio ni apoyó claramente ninguno de ellos, y de esa forma se situó autocráticamen-
prolongado de lo que se esperaba, y se vio frustrado por el banco central independiente, te por encima de la lucha partidista. La mitad del nuevo Congreso fue elegida por repre-
que estaba fuera del control del ejecutivo y continuó emitiendo moneda para rescatar sentación proporcional de las listas y la otra mitad por candidaturas independientes en las
empresas empobrecidas o simplemente contentar a sus directivos. La inflación se disparó a circunscripciones electorales. Los reformadores, que tomaron el nombre de Altemativa
más del mil por ciento, la producción se colapsó y los reformadores parecieron no benefi- Rusa y contaban con Gaidar como dirigente máximo, se enfrentaron entre sí en lugar de
ciar a nadie excepto a un puñado de empresarios delincuentes, expertos en obtener sucu- presentar al electorado un frente unido, obtuvieron el segundo puesto (15% de los votos)
lentas ganancias en medio de la confusión reinante. Antiguos aliados de Yeltsin, entre ellos en la primera sección pero obtuvieron más circunscripciones que ningún otro partido. Los
el vicepresidente, Alexander Rutskoi, que había sido general de las fuerzas aéreas y héroe nacionalistas estaban dirigidos por Vladimir Zhirinovski, que había sido tercero en las
de la guerra de Afganistán, retrocedieron, al considerar que Yeltsin y Gaidar, un partidario elecciones presidenciales de 1991, y planteaban una mezcla demagógica de xenofobia y
intransigente del cambio drástico, estaban intentando hacer en cinco años lo que debería populismo: desde la restauración del poder y el territorio rusos (incluido Alaska) a vodka
planearse para veinte. Los críticos fonnaron la Unión Cívica, que se convirtió en el prin- barato. El mayor atractivo lo ejercían, al parecer independientemente de la edad, sobre
cipal grupo del Congreso, y unieron sus fuerzas con los ex comunistas, que eran todavía más personas temerosas del caos inminente y de la humillación nacional. Los comunistas
hostiles a Yeltsin que a Gorbachov. Yeltsin fue obligado a retirar el nombramiento de Gai- obtuvieron el 12% de los votos en la primera sección y el tercer lugar en la segunda. Jun-
dar como primer ministro y designó en su lugar a Víctor Chemomyrdin, de quien se espe- tos, estos tres grupos obtuvieron sólo la mitad de los escaños de cada sección.

RO
Yeltsin deseaba un Estado ruso fuerte y centralizado, con una base económica eficaz, y en 1995 alcanzó de nuevo el 200%, en lugar de descender al 10-25% previsto. El presu·
coherente dentro de las fronteras heredadas de la URSS. Pero Rusia, como antes el RSFSR, puesto, cargado con los continuos créditos a empresas y explotaciones agrícolas en quie-
contenía veinte regiones y unas cincuenta disputas fronterizas internas. La calamitosa situa· bra, mostraba pocas señales de mantenerse dentro del 7,7% del PNB, exigido por el FMI
ción económica y la confusa política alimentaban la desintegración, forzando a los grupos como condición previa para conceder un apoyo financiero imprescindible. En el sector
étnicos, provinciales o meramente improvisados a tomar las riendas del poder económico y industrial, la mitad de la fuerza laboral y dos tercios de las empresas habían sido privati·
político, lo desearan o no. En 1992, Yeltsin consiguió el acuerdo de todas las regiones autó· zadas, si bien es cierto que mediante la transferencia a sus directivos y a los trabajadores
nomas excepto dos (chechenos y tártaros) para una federación rusa en la que estos encla- a precios de quiebra (la mitad de las acciones fueron asignadas a los directivos y a los tra·
ves, junto con las ciudades de Moscú y San Petersburgo (que recuperó su nombre antiguo), bajadores, y otro 30% subastado, excepto en industrias de defensa, petróleo y gas). En
constituirían unidades diferentes, con amplios poderes sobre sus asuntos propios. agricultura, casi todas las explotaciones colectivas se convirtieron en sociedades limita-
Los chechenos ya estaban próximos a la rebelión. Habían sido deportados en masa das, pero la producción y la distribución continuaron siendo ineficaces, y algunas incluso
(unas 250.000 personas, de las que murieron cuatro quintos) de su territorio caucasiano alcanzaron niveles de caos. Sólo el sector servicios registró avances prometedores.
durante la Segunda Guerra Mundial, y los sobrevivientes permanecieron en el exilio tras En el plano económico, Rusia tenía básicamente dos problemas: el desmantela-
la muerte de Stalin. En las décadas siguientes adquirieron la reputación de ser los princi· miento de una economía dirigida (ineficaz) y la sustitución de la economía de guerra
pales traficantes de drogas y armas rusos, con un puesto clave en la mafia rusa. En 1991, por una economía de paz. El primero implicaba cambios de actitud e institucionales; el
Qzokhar Dudayev, un general soviético que había participado en la guerra de Afganistán segundo, cambios en el proceso productivo y enormes gastos en equipamiento. Ambos
pero que estaba ocasionalmente de permiso en su Chec_henia natal, se convirtió en el líder causaban confusión, dificultades y una fuerte disminución de la producción. Incluso
de un grupo que, no contento con la autonomía, proclamó la independencia, con Duda.· con ayuda externa estas reconversiones constituían pesadillas políticas, administrativas
yev como presidente. Tras un fracasado intento de reinstaurar el gobierno regional y financieras. Una vez que la amplitud de los problemas, en lo referente a dinero y tiem-
mediante las armas, Yeltsin retiró las tropas rusas e impiiso un embargo económico que po, se vieron con claridad, las entidades crediticias extranjeras aumentaron su cautela.
tampoco resultó eficaz. Se alarmó ante la posibilidad de que se produjeran revueltas simi- La ayuda occidental estaba condicionada a tres objetivos o expectativas: que Rusia se
lares en otras regiones étnicas y se preocupó más específicamente por las comunicaciones convirtiera en una nación en lugar de un imperio, la democratización del país, y la
msas, ferrocarril y oleoductos, que atravesaban el Cáucaso para llegar al mar Caspio y a la introducción de la economía de mercado con predominio de la propiedad privada. La
segunda mayor refinería de petróleo msa, situada en la ciudad de Grozni, capital de intromisión msa en Georgia y Tajikistán fue pasada por alto, pero el ataque a Cheche-
Chechenia. Por su parte, Dudayev y sus partidarios temían que las tropas rusas enviadas a nia causó más inquietud. El bombardeo del Parlamento ordenado por Yeltsin tampoco
Georgia para apoyar a Shevardnadze contra Garnsajurdia (el único que había reconocido se tuvo en consideración porque el presidente parecía un dirigente más de fiar que cual·
la independencia chechena) se emplearan contra Chechenia. En las fronteras de esta quier probable sucesor, pero no sin preocupación sobre el papel presente y futuro desem-
región se mantuvo la lucha esporádica hasta 1994, año en que Yeltsin decidió eliminar ei peñado por los dirigentes militares, con los que Yeltsin parecía cada ~ez más en deuda.
régimen de Dudayev, primero ayudando al grupo checheno rival y finalmente mediante La tercera condición económica era la más desconcertante, principalmente porque
una completa operación militar. Lo primero constituyó un fracaso y lo segundo una catás- implicaba directamente la aportación de importantes cantidades en crédito al descu-
trofe, una tragedia que en absoluto solucionó la situación. Fallida pero feroz, la acción rusa bierto. A la necesidad política de promover la estabilidad y la democr:;icia en Rusia
en Chechenia provocó más muertes en unas cuantas semanas que las que sufrieron los mediante la ayuda económica se añadía la perspectiva de obtener beneficios de un país
msos en diez años de guerra en Afganistán. Esto unió a los chechenos y a los rusos resi- con considerables recursos naturales y una e~idente necesidad de tecnología y asesora-
dentes en Chechenia contra la Rusia de Yeltsin. Fue una acción muy contestada en Rusia, miento occidentales.
debilitó la posición de Yeltsin, y recibió el rechazo internacional. Los chechenos contra- Alemania fue la primera en comprometerse a la concesión de ayuda económica.
atacaron con incursiones en Rusia y tomaron 1.500 rehenes. Los intentos rusos por res- Siguieron Estados Unidos, la Unión Europea a través del reciente Banco Europeo para la
l. catarlos a la fuerza costaron muchas vidas, la completa destrucción de un hospital, y un Reconstrucción y el Desarrollo (creado en 1989 a instancias de Francia), el Grupo de los
~ acuerdo por el cual se permitía a los chechenos retirarse a su propio territorio en autobús, Siete, y el Banco Mundial y el FMI. Las promesas hechas a Gorbachov fueron renovadas
llevando con ellos varios de los rehenes. Estos reveses y excesos plantearon en Moscú el e incrementadas cuando éste fue desplazado por Yeltsin. En números redondos, los com-
mayor cuestionamiento sobre el control ruso de la totalidad de la zona ampliamente deno· promisos habían alcanzado los 100 billones de dólares, además del aplazamiento del pago
minada como Cáucaso, un área del tamaño de Francia en la que se hablaban unas 50 len- de una cantidad similar de deuda ya existente. (Rusia había asumido la responsabilidad de
guas y estaban establecidas diversas ramas tanto del cristianismo como del islamismo. la totalidad de la deuda externa de la Unión Soviética.) Pero el alcance del programa no
Esta guerra, reducida pero espeluznante y continuada, tuvo repercusiones políticas y se acercaba en absoluto a las necesidades, y buena parte de la ayuda no fue desembolsada
económicas. Planteó cuestiones sobre el manejo incorrecto de la situación durante una debido a la variabilidad de la política rusa en general y de su política económica en par-
serie de años, los errores de cálculo en la operación militar de 1994-1995, los desacuerdos ticular. El propio Yeltsin se hizo ambivalente al acusarlo sus opositores de adoptar políti-
entre Yeltsin y sus altos mandos militares y el balance de poder entre ellos. El coste de la cas excesivamente supeditadas a los extranjeros y de~asiado duras para los rusos. Por otra
guerra afectó aún más la precaria economía, y disminuyó el interés internacional por apor- parte, aquellos que concedían las ayudas estaban divididos respecto a la velocidad a la que
tar su ayuda. Durante 1994 la inflación se había reducido en un punto, al 50% anual, pero habría de reemplazarse el sistema económico.

82 83
Los ingredientes principales del nuevo sistema debían ser: la privatización de las empre·
Japón
sas estatales, la eliminación del sistema de precios fijados por el gobierno y la rigurosa res·
tricción de créditos por parte del banco central. El paso rápido, con sus duros choques,
podría acelerar el proceso pero sólo infligiendo fuertes dificultades, incluso hambre, a un
11
gran número de personas. Un programa más gradual podría, sin embargo, resultar un pro-
ceso que se alargara continuamente a sí mismo sin alcanzar nunca el fin. Cualquiera de los
dos procesos precisaría ayuda externa. Aquellos que concedían la ayuda preferían el primer
sistema aunque algunos, como la Comisión Económica para Europa de la ONU, se oponían
a las medidas más drásticas propuestas por FMI, el Banco Mundial y la mayoría de los
gobiernos y expertos occidentales, no sólo debido a su dureza, sino también basándose en
que una transformación tan drástica de la economía precisaba la creación de nuevas insti·
tuciones, nuevas técnicas y nuevos hábitos que no podían sacarse de la nada. La transfe-
rencia de activos del Estado al nuevo sector privado, inicialmente bloqueada por proble·
mas prácticos y legales (escasez de capital privado, inexistencia de cesionarios adecuados),
a4quirió velocidad, pero estuvo acompañada por especulaciones fraudulentas, corrupción
y consumo ostentoso de unos pocos, y el empobrecimiento y la desilusión de la mayoría.
Las contradicciones, dudas e incongr~encias de Yeltsi~ 1ecordaban el falso comienzo del
último reformador autocrático ruso, el zar Alejandro Il, siglo y medio antes.
En las elecciones celebradas a finales de 1995 el partido con más éxito fue el Comu-
nista, dirigido por Gennadi Zyuganov. Los ultranacionalistas de Zhirinovski obtuvieron el La historia posbélica de Japón es una lección práctica acerca de la verdadera natura-
segundo lugar. Los principales reformadores estaban divididos entre Grigori Yavlinski y leza de la política internacional. En 1945, Japón estaba postrado, con su poder militar ani-
Yegor Gaidar, encargados de la reforma en el período de Gorbachov y de Yeltsin, respec· quilado y su símbolo nacional, el emperador, anulado. En el transcurso de una generación,
tivamente. Se presentaron unos cuarenta partidos, la mayoría de los cuales no consiguió Japón recuperó la categoría de gran potencia, y no lo hizo recomponiendo sus tanques y
obtener el 5% de los votos requeridos para acceder al Parlamento. sus ejércitos, sino reconstruyendo sus industrias, recuperando su comercio exterior y
La Rusia postsoviética no era una potencia mundial pero sí se podía considerar una reconstituyendo sus reservas monetarias. Sólo después de conseguirlo empezó a proyectar
potencia regional, y era probable que a medio o largo plazo su poder aumentara. La expan· ·-y más tarde a llevar a la práctica·- la renovación de su poderío militar perdido. Era la úni-
sión de esa región por Asia y Europa todavía no se conocía, como había sucedido tras la ca potencia en el mundo de la que podía decirse que constituía una gran potencia pero no
muerte de Catalina Il y después de la revolución bolchevique. Se unió al Banco Mundial tenía capacidad nuclear, si bieh era evidentemente más poderosa que algunas potencias
y al FMI y otras entidades económicas, y a finales de 1994 solicitó la adhesión a la OMC -Gran Bretaña, Francia, India- que habían llevado a cabo explosiones nucleares.
(la sucesora del GATI). Gastaba ya 100 millones de dólares al año en productos y servi- Además, en este período Japón carecía no sólo del despliegue militar con el que los paí-
cios extranjeros, y se estaba convirtiendo en uno de los mayores atractivos para los expor- ses suelen hacerse notar en el mundo; tenía también una notable escasez de recursos bási-
tadores extranjeros. Pero políticamente carecía de estabilidad, dado que Yeltsin personi- cos. No tenía --o prácticamente no tenía-· petróleo, uranio, aluminio ni níquel; muy poco
ficaba la autoridad pero no las ideas; y su autoridad disminuía, mientras que el comunismo carbón, mineral de hierro, cobre y gas natural; y sólo el plomo y el cinc suficientes para
y el nacionalismo ganaban fuerza y muy bien podrían aliarse contra él. cubrir la mitad de sus necesidades. Estas carencias se agudizaron al máximo con la gran
expansión de la industria, una expansión que, paradójicamente, era esencial para la recu-
peración del Japón y al mismo tiempo agravaba su dependencia con respecto a las materias
extranjeras. Esta necesidad de obtener productos básicos, bien participando en su explota-
ción o bien estableciendo un control político-comercial en los lugares en los que se encon-
traban, se convirtió en una pauta fundamental de la política exterior japonesa.
En los años inmediatamente posteriores a la guerra, las realidaqes más llamativas e
hirientes de Japón eran la devastación física que sufrían algunas de sus ciudades, un núme-
ro de desempleados situado entre los diez y los quince millones, el colapso casi total de los
medios de transporte ordinarios y la ocupación estadounidense.
La participación estadounidense en la derrota de Japón había sido tan abrumadora
que Estados Unidos logró que la cooperación posbélica de los aliados en la ocupación
se redujese a una ficción, no muy cortés por su parte. Se crearon dos cuerpos: el Con-
sejo Aliado para Japón, situado en Tokio y compuesto por Estados Unidos, la URRS,

84 85
China y un representante de Gran Bretaña y de los miembros de la Commonwealth
situados en el Pacífico; y la Comisión del Extremo Oriente, situada en Washington e
integrada por once miembros. Pero de hecho, Japón estaba gobernado por el coman-
dante supremo, que era el general MacArthur y c11yos métodos en el trato de colegas,
asuntos y problemas era una mezcla de los de los shoguns y los de lord Curzon. El cas·
tigo se llevó a cabo en forma de desarme, desmilitarización y procesos a criminales de
Península de Kamchatka
guerra. Después vino una nueva constituciól), reformas admin.istrativas y sociales e
"V".
intentos de alterar los esquemas industriales y culn¡rales sobre la base, no obstante, del
\
FEDERACIÓN mantenimiento del mando imperial y del propjo eiJlperador. El régimen de MacArthur
\ DE RUSIA era un modelo de eficacia autocrática con una nota creciente de benevolencia a medi-
\ MAR DE da que la reorganización sustituía a la desmilitarización. L¡¡ nueva Constitución, redac·
\ . ..._ OKHOTOSK tada e impuesta por los ocupantes, miraba en !!'ª'• parte hacia atrás, ya que sus autores
trataban de discernir y eliminar los factores de la historia japonesa que habían conduci-
\. __ .-- ., ¡J
do a Japón a cometer una equivocación. El emperador fue reducido a tamaño humano;
más de 200.000 personas {en su mayoría milit¡¡res) fueron excluidas de la vida pública;
I
el primer ministro y todos sus colegas pasaría!) a ser civiles; y los grandes conglomera-
CHINA / - ·- ·-- / ! (/--Isla de Erorufu dos financieros o zaibatsu serían disueltos. Más orientado hacia el futuro era el progra-
r.j : ¡ J - - Isla de Kunashir
ma estadounidense de reforma agraria, nueva¡nente impuesto desde el exterior y que
( Hokkaid !!.~::::::Isla de Shikotan
constituye uno de los pocos ejemplos -en el siglo XX y en el mundo entero- de reforma
emuro . 1 de este tipo llevada a cabo tanto sobre el papel como en la práctica.
Islas Habnomai Nada de esto fue un obstáculo para el resurgimiento cuando se presentó la ocasión;
antes al contrario, estas reformas fueron en gra11 parte de utilidad. Es posible que la purga
eliminase ~ algunos hombres capaces, pero dejó libre el camino hacia la cúspide para
muchos más, los cuales, sin esta depuración, no hubiesen llegado a alcanzarla tan rápida·
COREA DEL NORTE mente: algunas burocracias y empresas europeas se hubieran beneficiado de una purga
OCÉANO PAC(FICO semejante. La eliminación de grandes y a me11udo absentistas terratenientes facilitó la
o modernización y el reequipamiento de la agricultura, estableció una rica área rural juntó
COREA DEL SUR a las renacientes áreas industriales y comerciales, y proporcionó a Japón una eficiente pro·
~Tokio
ducción alimenticia que resultaba vital para un país tan densamente poblado. Al mismo
~'d tiempo, una nueva ley de aborto redujo a la mi~ad el índice de natalidad en un plazo de
~Jv cinco años y estabilizó la población. Como en Alem¡¡nia, los estadounidenses pasaron de

1:10
exigir reparaciones a ser ellos quienes reparasen la ecpnomía japonesa, primero en el con-
texto general del anticomunismo de la guerra fría y luego, más específicamente y mucho
más enérgicamente, a causa de la guerra de Corea: qe 1948 a 1951, Estados Unidos ayu·
dó al Japón de la posguerra con una cantidad dos veces igual a las reparaciones de guerra
que habían exigido de ellos. La guerra en Asia -la guerra de Corea y más tarde la de Viet·
o 300 km
nam- dieron a Japón la oportunidad y el impulso que iban a cambiar su suerte en un perío-
l__.-----~
do de tiempo asombrosamente corto. Al igual c¡ue los Estados Unidos durante la Segun-
da Guerra Mundial, Japón se convirtió en un arsenal de guerra con una economía
2.1. J:1ró11) ,:.1-; vec1:1os. alimentada por la guerra, con la ventaja adicior¡al de que el propio país no era beligeran-
te. Construyó una poderosa nueva economía sqbre la base de bajos intereses a los crédi-
tos industriales, subsidios para los servicios públicos, altos niveles de ahorro, la recupera·
ción del zaibatsu anterior a la guerra y una forma qe capitalismo tutelado en el que el
Estado regulaba las prioridades y la ubicación de los recursos por encima del control
empresarial de las operaciones. Y además el gpbierno autocrático del general Douglas
MacArthur no permitió interferencias de huelgas o sindicatos en el proceso de produc-
ción de bienes y de dinero; fue una forma de phmificación central que regulaba priorida-

86 87
des y la distribución de recursos sin intentar controlar las operaciones; y fue también una tivamente modesta. Aproximadamente en los años setenta dio comienzo un debate acer·
~ura competencia capitalista que llevó a los débiles a la ruina, pero que estimuló ese espí- ca de si Japón debía o no nudearizarse: su categoría e influencia en el mundo indicaban
ritu de aventura y esa visión que había caracterizado al comerciante e industrial inglés del que sí, pero había especiales obstáculos políticos, así como constitucionales. Japón firmó
siglo XIX antes de que se convirtiese en un conservador financiero del siglo XX. Finalmen- el tratado de prohibición parcial de pruebas nucleares -aunque esto era un acto redun·
te, era una condición para el éxito de Japón que sus nuevos líderes colaborasen estrecha- dante y superfluo si se tomaba la Constitución al pie de la letra- y la opinión pública en
mente con los estadounidenses que gobernaban en Tokio y en Washington. la zona de Hiroshima y Nagasaki era extremadamente sensible al ejercicio de la opción
«Nuevo» no es la palabra exacta para describir al primero de los jefes de gobierno del nuclear. Un incidente ocurrido en 1954 había hecho más dramáticos estos sentimientos.
Japón de posguerra, Shigeru Yoshida, que tenía ya setenta años cuando fue instalado en En marzo de ese año, un buque pesquero japonés, el Fukuryu Maru o Dragón Afortunado,
1948 en un cargo que desempeñó durante seis años, pero Yoshida se dio cuenta de las limi· que se encontraba a escasas millas de una zona declarada peligrosa y no apta para la pes-
taciones y las posibilidades que existían y no tuvo ningún tipo de inhibición a la hora de ca a causa de unas pruebas nucleares estadounidenses en la isla de Bikini, fue alcanzado
abordar el alamtante problema de la inflación de la posguerra japonesa mediante la más por la lluvia radiactiva de una bomba H. Antes de que nadie se diera cuenta de este espan·
conocida de las tácticas deflacionistas, exterminando a las empresas débiles y aumentando toso suceso, el Fukuryu Maru había regresado a puerto y vendido parte de sus capturas.
el número de parados. Entonces le sonrió la suerte. Estalló la guerra de Corea ( 1950-1953) Cundió el pánico. Un miembro de la tripulación murió. Más tarde, Estados Unidos pagó
Y llegó a la prosperidad. Truman destituyó a MacArthur, pero Foster Dulles se hizo cargo de una indemnización de dos millones de dólares por los daños causados, o en descargo de su
la. tarea de convertir la ocupación de un enemigo derrotado en una alianza japonesa-esta· conciencia, por este terrible accidente. También tuvieron que pagar un precio político, ya
dounidense. En 1951, Estados Unidos elaboró un tratado de paz que fue firmado en sep- que la opinión pública japonesa acumuló una gran carga de hostilidad hacia Estados Uni-
tiembre en San Francisco por Japón y otros cuarenta y ocho estados, mientras que la URSS, dos, y hacia Yoshida como símbolo de la alianza japonesa-estadounidense.
China, India y Birmania rehusaron tomar parte. Por el trata4o de Portsmouth, Japón renun- Este episodio coincidió con la firma, en marzo de 1954, de nuevos acuerdos defensi-
ciaba a Corea, país que había dominado desde 1910; Taiwan y las islas Pescadores (japone- vos, financieros y comerciales entre Estados Unidos y Japón, incluyendo un Acuerdo de
sas durante más de medio siglo), las Kuriles septentrionales y Sajalín meridional, y las islas Defensa Mutua que estipulaba una asistencia recíproca contra el comunismo y una expan-
bajo su mandato en el Pacífico, adquiridas al final de la Primera Guerra Mundial. El estatu- sión y reorganización de las fuerzas seudomilitares de Japón. En abril, Yoshida, cuyo régi-
to de esos últimos territorios permanecía ambiguo, ya que la URSS, que los había ocupado men se había visto sacudido por una serie de escándalos y acusaciones de excesivo servi-
en 1945, no había firmado el tratado. Había constituido en 1947 un oblast de la República lismo hacia Washington, sufrió una derrota parlamentaria que se negó a reconocer como
Socialista Soviética Rusa: la isla de Sajalín, en el extremo septentrional de Japón, es una tal. Inició un viaje por Europa occidental, Canadá y Estados Unidos, pero a su vuelta las
franja alargada de tierra que se extiende 970 kilómetros desde el norte hasta el sur frente a fisuras en su propio partido eran ya demasiado grandes para poder enmedarse, y en diciem-
las costas de la RSSR; el archipiélago de las Kuriles, compuesto por treinta islas volcánicas bre fue sustituido por un viejo rival, lchiro Hatoyama, cuyo ministro de Asuntos Exterio-
relativamente grandes y otras tantas de menor tamaño, se extiende igualmente de norte a res, Mamom Shigemitsu, expresó su intención de restablecer relaciones normales con la
sur ~ntre Japón y la península de Kamchatka; las islas Ryuku (incluida Okinawa) y las URSS y China. Pero Hatoyama no duró mucho tiempo y le sucedió Nobusuke Kishi, otro
Bomns, que Japón se había anexionado a finales del siglo XIX, fueron ocupadas por Estados de los numerosos -aunque no muy bien avenidos- jefes del Partido Democrático Liberal.
Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, y Japón las recuperó gradualmente entre 1968 Kishi prefirió continuar la política, iniciada por sus predecesores, de restablecer las rela-
y 1972, aunque a condición de mantener tropas e instalaciones militares estadounidenses. ciones con antiguos enemigos de Japón en Asia sudorienta!, más que la política de Hato·
Las pérdidas territoriales de Japón fueron considerables pero no se le exigió el pago por yama y Shigemitsu de acercamiento a la URSS y a China, tema éste todavía demasiado
reparaciones de guerra y tampoco padeció nada comparable a la partición del territorio espinoso y peliagudo dada la permanente vinculación de Japón a Estados Unidos. Kishi
alemán. El mismo día de la firma del tratado de paz, Japón y EE.UU. firmaron un tratado también negoció en 1960 una versión revisada del Tratado de Seguridad de 1951, pero el
de seguridad que concedió a los estadounidenses el derecho a situar tropas en territorio nuevo tratado -y especialmente una cláusula que fijaba su duración en diez años- resultó
japonés con el declarado propósito de mantener la paz y la seguridad interna en el Extre- impopular. El gobierno fue acusado de complicar a Japón en la guerra fría al permitir la
mo Oriente, de defender a Japón de la agresión externa y de acabar con la rebelión y el existencia de armas nucleares estadounidenses en territorio japonés. El célebre vuelo del
desorden instigados por una potencia extranjera. No se concederían dichos derechos a avión de reconocimiento U-2, que fue derribado por los soviéticos en mayo, recrudeció
ningún otro país sin el consentimiento estadounidense. La ocupación americana finalizó estas críticas. Se produjeron escenas turbulentas en el Parlamento japonés y fuera de él, y
formalmente en abril de 1952. Japón se convirtió en miembro de la ONU en 1956. aunque el nuevo tratado fue ratificado en junio, una proyectada visita de Eisenhower tuvo
La constitución japonesa prohibía la creación de fuerzas armadas, pero esta prohibi- que ser cancelada y Kishi dimitió antes de que acabase el año.
ción ya había sido soslayada en parte en 1950 con la creación de una Reserva Nacional Los años sesenta fueron los años en los que Japón se señaló sobre el resto del mundo
de Policía y unas Fuerzas de Autodefensa que se parecían mucho a un ejército y vivían por tasas de crecimiento anual del 10% o mayores; en los que la alternancia de prosperi-
como tal. Estas fuerzas se ampliaron gradualmente hasta la cifra relativamente modesta de dad y depresión económica parecía haberse alejado para siempre; en los que se hizo mani·
250.000 hombres, en la que se estabilizaron. Los gastos de defensa se mantuvieron por fiesta el nuevo perfil de la industria japonesa centrada en mercancías y productos quími·
debajo del 1% del PNB (que, sin embargo, estaba aumentando vertiginosamente) y supo- cos pesados en lugar de textiles; en los que Japón cautivó al mundo por sus inversiones y
nían alrededor del 6 ó 7% de los gastos gubernamentales, que era también una cifra rela- competencia en la tecnología más avanzada; y en los que su admisión a las bases de la

RR
OECD lo acreditaban públicamente corno uno de los pesos pesados de la economía mun- de manera singular con respecto a los demás países industrializados, Japón ya había
dial. En 1962, Japón suscribió con Chi11a un acuerdo comercial quinquenal basado en recuperado su prosperidad económica. Lo había logrado abandonando, sin ningún
intercambios recíprocos. La inmensidad de China y de su población hipnotizaron a algu- escrúpulo, las industrias achacosas y moribundas, experimentando e invirtiendo en
nos industriales japoneses, pero el gobierno continuaba inhibido por la hostilidad de Was· automatización y robots, aprendiendo de invescigadores (en su mayoría) estadouniden·
hington hacia Pekín, y en cualquier caso, los beneficios que en aquel momento podía ses, aplicando lo aprendido mediante masivos fondos de inversión destinados a la indus·
reportar el comercio con China eran pecjueños. El comercio de Japón con Taiwan era de tria por el gobierno japonés a un bajo interés y, una vez más, reconvirtiendo extensiva·
proporciones mucho mayores, y el acuer<lo de 1962 no era más que un gesto con vistas a mente las fuerzas laborales con fondos gubernamentales. En la siguiente década el
un futuro incierto. Japón se embarcq en una política de creación de una región de coo· mismo elenco de industriales, los peritos y el gobierno sitLtaron a Japón en el lugar más
peración económica en el sudeste de Asia y los países a orillas del Pacífico. En las años destacado del mundo en electrónica. En esta rr¡isma época, Bstados Unidos estaba apli-
cincuenta, Japón ya había allanado el call}lnq mediante acuerdos para pagar reparaciones cando sus conocimientos y fondos en viajes a ja Luna y cre¡:mdo un armamento formi·
a Burma (1956), Filipinas (1956) e lndohesia (1958), y en 1967 el primer ministro, Eisa· dable, pero en su mayor parte inútil.
ku Sato, emprendió un largo viaje por las capitales del sudeste asiático, precedidas y segui· La prosperidad de Japón lo había convertido en un conswmidor voraz de los produc·
das con visitas a Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Fue la primera vez que un pri· tos mundiales sin tener ningún medio seguro de obtenerlos: segú11 estimaciones de esta
mer ministro japonés visitó estos dos últitnos países. El rumbo que había tomado Japón no época, Japón necesitaría para 1981 una décima parte del total de las exportaciones mun·
e.ra fácil. Además de haber sido en el pasado un agresor imperialista con una reputación diales, y más de una décima parte de la producción 1mindial de petróleo. Pero Japón no
indeleble de especial crueldad, Japóh era un país que se estaba desarrollando rápidamen· tenía asegurado el modo de cubrir sus necesidades. Gran Bretaña en el siglo XIX, y después
te en una región fundamentalmente subdesarrollada. S~to se prodigó en préstamos para el Estados Unidos, habíai;i tenido un problema similar y lo habfan solucionado recurriendo a
desarrollo y, en el caso de Vietnam 1 par:l su reconstrucción tras la guerra, y respaldando una serie de medios que en su conjunto puede11 calificarse con el nombre de imperialis-
proyectos como el Asian Developntent Bank (Banco de' Desarrollo Asiático) y el Agri· mo. La esencia del imperialismo, desde este punto de vista, no es la dominación de un área
cultural Fund for South-east Asia (Fondo de Agricultura para el Sudeste de Asia) espera· en busca de gloria, sino para asegurarse materiales, bien canalizánqolos hacia uno mismo,
ba poder resaltar la plácida amabilidad japonesa, en contraste no sólo con su pasado, sino bien asegurándose de que los productores sigan produciendo esos materiales y no otros, o
también con la política militarista estadounidense puesta de manifiesto por la alianza de bien fomentando una mayor producción. Los c~tados medios inclµyen inversiones y por
Seato y la guerra de Vietnam. Japóh se esforzó en dotar a sus vecinos más pobres de un tanto la posesión parcial o total de minerales, ct1ltivos o industrias manufactureras, Japón
capital y unos bienes de consumo de máxima calidad y no agotar sus recursos naturales al tenía dinero suficiente para invertir, pero había difü:ultades para invertirlo. La :;ola idea
estilo colonial clásico. Más lejos, en Australia, Japón se convirtió en el principal provee· de las inversiones extranjeras se había convertido en algo so~pechoso; por bien recibidos
dor de fondos de inversión, superando la suma de los fondos británicos, estadounidenses que pudieran ser los fondos de inversiones en términos puramente comerciales, había una
y alemanes. A mediados de los añds sesenta, Australia estaba importando más mercan· honda preocupación por la posibilidad de que surgieran co11flictos de intereses entre el
cías de Japón que de Gran Bretaña y vendiendo más de sus productos minerales y agríco· inversor y el receptor y una tradicional hostilid¡¡d hacia el inversor extranjero, del que se
las (incluyendo la lana) a Japón que a cualquier otro país. A menOr escala, Nueva Zelan· suponía que estaba deformando y retardando el crecimiento de uqa economía en vías de
da había tomado la misma dirección. Incluso Canadá, otro Estado del Pacífico, que hasta desarrollo y que estaba realmente resuelto a conseguirlo. En el caso especial del petróleo,
entonces había estado más anclado en la economía estadounidense, empezó a aumentar el problema de Japón se agravó debido al hecho de que Estados Upidos y l~s países euro-
considerablemente el comercio con Japóh, así como sus préstamos e inversiones en el sec· peos occidentales se habían apropiado de las oportunidades de inversión más conocidas.
tor del sudeste asiático, que se estaba cotwirtiendo en una extensa zona económica asiá- No obstante, en la década de los sesenta, Japón comenzó a colocar parte de su riqueza en
tico-pacífica dominada por Japón. Los ldgros de los años sesenta se vieron coronados por el extranjero, e incrementó, considerablemente, este rnovin¡jento de capital en los pri·
una espectacular manifestación en tokid en 1970 llamada Expo 70. meros años setenta, particularmente en dirección a Malasia, Indonesia, Tailandia y Fili·
Pero poco después de la Expo 70, Japón sufrió dos contratiempos serios. Su recupe· pinas. También estaba deseoso de reducir su dependencia con respecto al petróleo de
ración industrial y expansión comercial dependían de un dólar fuerte (lo que hizo que Oriente Medio (el 99,5% de su petróleo era importado y el 90% de estas importaciones
las exportaciones a su mercado más extenso fueran extremadamente provechosas) y un venían de Oriente Medio) y por tanto se embarcó en exploraciones o inversiones en Indo-
petróleo barato. En 1971 Nixon devaluó el dólar y en 1973 la guerra en Oriente Medio nesia, Nueva Guinea, Australia y Nigeria. La vµlnerabiJidad de Japón en lo referente al
provocó una crisis económica en Japón. Japón dependía totalmente del crudo importa· petróleo se agravaba por el hecho de que el crlJdo de Oriente Medio destinado a Japón
do y el 85% provenía de Oriente Medid. La guerra redujo tanto los suministros que las pasaba a través del angosto Estrecho de Malaca y por tanto estaba a rnerced de cualquier
reservas japonesas se vieron constreñidas al consumo de unos pocos días, y cuando se gobierno hostil en Malasia o Sumatra. La sed de petróleo de estos años centró la atención
reanudó su flujo, mediante medidas diplomáticas urgentes, e incluso serviles, el precio en ciertas pequeñas islas del Mar de la China Meridional: las Paracelso, tomadas por Chi-
se había cuadruplicado. Las economías más fuertes redujeron el consumo a la mitad, na en 1974 al expulsar a una pequeña fuerza sudvietnamita, y la isla Spratly, más al sur,
pero muchos negocios fracasaron, el paro aumentó alarmantemente y los asalariados que era reclamada por China, Vietnam, Filipinas, Holanda y Francia y algunas de las que
tuvieron que aceptar severas reducciones salariales. Otra crisis petrolífera se produjo fueron ocupadas por China en 1988.
pocos años después con la caída del sha de Irán en 1979, pero en ese lapso de tiempo,

90 91
Además de sus devaluaciones del dólar en 1971, Nixon conmocionó a Japón cuando, a dimitir en 1974, al verse implicado en escándalos en tomo al soborno de importantes
sin ningún aviso a Tokio, anunció que había aceptado una invitación para visitar China. personajes del gobierno por la Lockheed Aviation Corporation. Su sucesor, Takeo Miki,
En el gobierno japonés, cuyas políticas habían sido moldeadas y constreñidas por la alian- duró sólo hasta 1976, fecha en que el Partido Democrático Liberal perdió por primera vez
za con Estados Unidos y por las políticas estadounidenses que en Asia se habían basado su mayoría absoluta en el Parlamento. La resonante condena de la corrupción -implíci-
en la hostilidad contra China, causó tanto asombro como resentimiento. Lo que para el tamente, la de sus rivales- que llevó a cabo Miki le granjeó pocas amistades en el parti-
resto del mundo pareció un movimiento razonable destinado a atemperar una disputa do, y Takeo Fukuda, de setenta y un años de edad, le sustituyó. Pero Miki se desquitó dos
demasiado acalorada, para Japón supuso el anuncio de un cambio completo de alianzas años después, cuando el partido destituyó a Fukuda e instaló a Masayoshi Ohira. En unas
que no dejaba de tener relación con una rivalidad comercial y económica. Japón temía no elecciones celebradas en 1979, Ohira defraudó al partido, pero sobrevivió a las vengati-
sólo un súbito viraje político de Washington, sino también el cierre de los mercados esta- vas intrigas de los otros jefes del mismo durante un corto período de tiempo. En 1980, el
dounidenses para los productos japoneses, en parte a petición del «lobby» textil estado- partido encontró aún otro líder en Zenko Suzuki. A lo largo de estas luchas señoriales, el
unidense, pero también, y de forma más general, con el fin de detener el gran superávit partido conservó su posición dominante. Lo que hizo de Japón un país único y extraño
japonés en la balanza comercial entre ambos países. Los proyectos de Japón para restrin- durante esta generación fue la combinación de su empuje económico mundial con una
gi~ las exportaciones japonesas a Estados Unidos no habían producido resultado alguno, y dirección política estática y geriátrica encamada en el PDL.
N ixon tomó entonces medidas unilaterales, incluyendo un recargo del 10% concebido A lo largo de la década siguiente Japón sig~ió en esa misma línea, a pesar de ciertas
fundamentalmente para perjudicar al comercio nipón. La ira de Japón aumentó cuando decepciones: un descenso en el favor electoral, graves escándalos financieros, conflictos
se hizo evidente que el ritmo de crecimiento en 1971 se había reducido al 6% y se culpó derivados de la reforma fiscal, algún pugilismo con Estados Unidos y una disminución de
de esta interrupción de la expansión japonesa a la política y la mala voluntad estadouni- la expansión económica japonesa, que hasta entonces había sido constante. A las eleccio-
dense. Al devaluado yen, fuente de quejas por parte de todos los países que tenían rela- nes de 1983, que registraron algunos reveses para el PDL, le siguió una una triunfante cam-
ciones comerciales con Japón, se le permitió flotar en agosto de 1971, y como conse- paña bajo el liderazgo de Yasuhiro Nakasone, a quien consiguientemente le fue otorgado
cuencia se revaluó en un 16% antes de que finalizase el año. Las relaciones entre Japón y mantener su cargo como primer ministro. Noboru Takeshita le sucedió a finales de 1987.
Estados Unidos se volvieron, temporalmente, malas. Tampoco mejoraron sensiblemente Éste, al contrario que Nakasone, logró imponer a un parlamento reticente una serie de
con el retomo de Okinawa a la soberanía japonesa, ya que el acuerdo por el que se efec- reformas del obsoleto sistema tributario -sobre todo de un impuesto al consumo (del 3%)
tuaba esta devolución no establecía límite alguno a la utilización de la isla por tropas esta- sumamente impopular- con el fin de restaurar el equilibrio fiscal a favor de la clase media
dounidenses y era impreciso en lo referente a su uso como base nuclear. El emperador urbana. Simultáneamente se produjeron varios escándalos a raíz de unos sobornos extraor-
jap~r~és visitó Es~ados Unidos en el que era su primer viaje al extranjero desde 1921, pero dinariamente cuantiosos a personalidades y partidos políticos por parte del consorcio
la visita fue considerada como un hecho curioso más que como un acontecimiento polí- inmobiliario Recourse Cosmos, y en 1989, Takeshita se vio obligado a dimitir. Su sucesor
tico. Japón se unió al intento estadounidense de conseguir que las Naciones Unidas man- inmediato rápidamente fue víctima de escándalos de índole más personal, pero el partido
tuviesen a Taiwan en calidad de miembro independiente cuando China fue admitida logró encontrar en Toshiki Kaifu a un primer ministro -el decimotercero desde el fin de la
pero el intento fracasó, y la participación en el mismo de Japón les pareció a muchos japo~ ocupación estadounidense- lo suficientemente acreditado para mantener a raya el desafío
neses una lealtad inmerecida hacia un falso aliado. No obstante, el drama de la visita de del Partido Socialista Japonés (PSJ), dirigido por Takako Doi. En las elecciones de 1989,
Nixon a Pekín iba más allá de las consecuencias inmediatas de la propia visita, y ni Tokio el PDL perdió por vez primera la mayoría en la Cámara Alta, pero dado q~e sólo estaban
ni Washington deseaban que sus desacuerdos económicos degenerasen en un conflicto en juego la mitad de los escaños siguió siendo el partido mayoritario, con 109 escaños de
político serio. Se firmaron nuevos acuerdos comerciales en 1972, y en septiembre el pre- un total de 252. El Partido Socialista Japonés (PSJ) ganó 67 escaños. Al añó siguiente el
side~,te Nixon y el prime~ ministro Eisaku Sato se encontraron en Honolulú y Japón pro- PDL conservó su mayoría en la Cámara Baja. Kaifu, más duradero de lo que se esperaba,
metlo hacer compras masivas de productos estadounidenses (y de otros países extranjeros) reconstruyó las bases tradicionales de.l partido entre agricultores, pequeñas empresas y
para corregir el desequilibrio de su comercio exterior. La balanza de pagos y las reservas de mujeres, al amparo de un nuevo auge y crecientes superávit en el comercio exterior.
Japón aumentaron de nuevo en 1972.
El relativamente extravertido Nakasone sólo iba a la zaga de Thatchér en elogios reci-
Sato no sobrevivió por mucho tiempo al encuentro de Honolulú. Compañero de Kis- bidos por parte de Reagan, pero también visitó Moscú, tomó la iniciativa de apaciguar las
hi Y no menos pro americano que éste, el apoyo con el que contaba en el país y en su par- susceptibilidades antijaponesas en Corea del Sur, visitó China y el sudeste de Asia, incre-
tido había sufrido un grave descenso como resultado de todos los golpes recibidos el año mentó las ayudas japonesas, de por sí generosas, al Tercer Mundo y canceló algunas de sus
anterior, y cedió el paso a Kakuei Tanaka, que fue inmediatamente a Pekín y restableció deudas más enojosas. En asuntos exteriores no se produjeron sin embargo cambios sus-
relaciones diplomáticas con China. Esto no suponía un cambio de política, ya que Tana- tanciales. Una conferencia alentadora pronunciada por Gorbachov en Vladivostok en
ka estaba haciendo solamente lo que Estados Unidos había hecho el año anterior y lo que 1986, dos visitas de Shevardnadze a Tokio en 1986 y 1988 y una visita de Gorbachov en
muchos otros países se estaban apresurando a imitar. China no era ni un posible aliado 1991 no suscitaron más que conversaciones acerca de la posibilidad de discutir una reso-
para Japón ni un sustituto como socio comercial para Estados Unidos; tampoco Tanaka lución formal de los reñidos territorios del norte. Una propuesta rusa, formulada por pri·
era marcadamente pro chino. De hecho, era demasido impopular para llevar a cabo una mera vez en 1956, relativa a la cesión de dos de las cuatro mayores islas Kuriles, fue rei·
nueva política. Se retiró temporalmente a un segundo plano durante 1972 y fue obligado terada por Gorbachov (y posteriormente por Yeltsin) pero r~chazada por Japón: estas

92 93
extensas islas, asignadas a la URSS en la Conferencia de Yalta en 1945, nunca habían to del mundo. En algunos aspectos estaba tan alejado del capitalismo estadounidense
formado parte de Rusia y desde el punto de vista japonés no estaban incluidas en la como del comunismo.
renuncia japonesa de la cadena kuril recogida en el Tratado de San Francisco de 1952. En una fase inicial estos triunfos le debían mucho a la alianza estadounidense, que pro-
Japón rechazó considerar ayudas económicas para Rusia si no le eran devueltas las cua- porcionó una seguridad a cuyo amparo las energías japonesas pudieron concentrarse en la
tro islas. creación de riquezas. La eficacia de esta alianza fue cuestionada por la derrota estadouni·
Como respuesta a las críticas estadounidenses en relación con sus prácticas comercia· dense en Vietnam y por la evidente incapacidad de Washington (a veces interpretada
les, Japón modificó algunas barreras de importación y mitiigó algunos de los inconve· como falta de voluntad) para liberar a sus rehenes en Irán. La autodefensa, adecuada mili-
nientes relacionados con ofertas extranjeras para contratos de construcción en Japón, tarmente en el contexto de la alianza, tenía que ser reexaminada. Y de hecho fue reinter·
pero el balance comercial entre los dos países se mantuvo por encima de los 50.000 millo- pretada. Ya en los años cincuenta el concepto de autodefensa incluía la persecución de un
nes de dólares. Bajo el Omnibus Trade and Competitiveness Act de 1988, el Congreso de enemigo hasta sus bases y el ataque de dichas bases. También se extendió a la protección
Estados Unidos dio potestad al presidente para designar a ciertos países como «comer· de las rutas marítimas más importantes, y en 1980 a ejercicios navales conjuntos con otras
dantes desleales» y le requirió para que negociara la supresión de prácticas desleales y, en potencias. La autodefensa se consideraba un término relativo cuyo significado cambiaba
el supuesto de que fracasara, tomara represalias. Estas medidas insinuaban una persisten- de acuerdo con el dasarrollo de la tecnología militar del enemigo y las propias necesida·
te ÍITitación por parte de los estadounidenses hacia Japón y también un temor de que la des estratégicas. A pesar de que el rechazo de Japón hacia las armas nucleares quedara
turbadora preeminencia japonesa en los distintos sectores industriales, desde los automó· confirmado por su adhesión en 1970 al Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968, el
~iles hasta los ordenadores, fuera a extenderse a los sobre-conductores y la industria relevo de una generación que había conocido la guerra y la derrota estaba marcado por un
de defensa. Pero mientras las administraciones de Reagan y Bush no lograran equilibrar creciente apoyo de mayores presupuestos en defensa. La crisis provocada por la anexión
los gastos del gobierno, mediante la reducción de programas o la subida de impuestos, de Kuwait por lrak en 1990 dio un enfoque conciso al debate acerca de las responsabili·
seguían dependiendo de préstamos elevados. Dado que Japón era con mucho el mayor dades japonesas en asuntos mundiales. Una contribución puramente financiera a la asam-
prestamista, las amenazas estadounidenses de tomar represalias comerciales tenían poca blea internacional contra Irak parecía de poca heroicidad, pero una contribución militar
sustancia. era anticonstitucional e impopular y Kaifu tuvo que abandonar el intento de cambiar la
El hecho de que Japón estuviera relativamente desarmada tenía grandes ventajas y Constitución para hacerlo posible. En cualquier caso, la contribución no militar de Japón
grandes riesgos. Desde el punto de vista de los créditos se produjo un enorme ahorro: fue formidable: 9 billones de dólares para las arcas generales de la guerra; otros 2 billones
en 1980, una fecha relativamente tardía, los gastos japoneses en defensa estaban por de dólares específicamente destinados a Egipto, Jordania y Turquía; y dragaminas, sumi-
debajo del 1% del PNB (pero el PNB japonés no era solamente uno de los mayores del nistros medicinales y aeronaves civiles para transportar a los refugiados. El Parlamento
mundo, sino que su crecimiento alcanzaba el 10% anual). Éste también fue un factor posteriormente apoyó, aunque por escasa mayoría, el uso de fuerzas armadas en operacio-
decisivo en el extraordinario triunfo industrial japonés, dado que la ausencia de pre- nes de pacificación de la ONU y las unidades japonesas fueron enviadas a UNTAC en
siones desde puestos militares permitían a Japón una planificación de su producción y Camboya y en 1993, rebasando las fronteras asiáticas, a Mozambique.
entrenamiento industrial sin las distorsiones introducidas -por ejemplo en Estados El gobierno de Kaifú terminó en 1991. Durante su ejercicio como primer ministro el
Unidos y la URSS- por exigencias militares. Dentro del binomio militar/industrial el PDL había obtenido unos resultados mejores de lo que se esperaba en las elecciones de
énfasis recaía más sobre lo industrial que lo militar. Japón no quería cambiar el mode- finales de 1991, pero sin embargo había perdido terreno. La economía seguía creciendo
lo que le estaba convirtiendo en la máxima potencia económica mundial, aventajan· pero a una cotización del 5%, que en términos japoneses era baja. Las acciones y los valo-
do a Estados Unidos del mismo modo que éstos habían aventajado a Gran Bretaña cien res de la propiedad estaban desplomándose. Fue reemplazado por Kiichi Miyazawa, otro
años antes. Hacia 1980, Japón no sólo había superado a Alemania occidental y Suiza candidato del PDL, quien apenas pudo hacer frente a la recesión japonesa más grave de
en muchos de sus principales productos, sino que estaba produciendo más acero y los últimos veinte años y a las enérgicas quejas por parte de Estados Unidos referentes a
coches que Estados Unidos y, al instalar equipos más modernos, había logrado duplicar la ingenuidad japonesa de mantener a los extranjeros fuera del mercado japonés. Pero
la producción por hombre estadounidense. El capitalismo japonés habfa alcanzado el había más en juego que la mera distribución de cargos políticos en lo que de hecho era,
mayor éxito dentro de un determinado modelo de capitalismo, que hasta cierto punto aunque no lo pareciera, un sistema de partido único. El final de la guerra fría distorsionó
implicaba una crítica hacia otros modelos. Estaba planificado, dirigido y financiado el sistema político japonés de posguerra y suscitó dudas acerca de la seguridad de Japón y
centralmente y era proclive a incluir el adiestramiento y el perfeccionamiento y a con- su política económica. El monopolio del poder por parte del PDL debe interpretarse des-
vertirse en un elemento importante dentro del amplio marco de la cultura neo-japo- de el enfoque predominantemente anticomunista que marcó las décadas que siguieron a
nesa. Con más éxitos a su favor que la Francia del Plan Monnet o el milagro económico la Segunda Guerra Mundial. En ese período Estados Unidos había inculcado a Japón unos
alemán alió la empresa privada con el gobierno y la mano de obra. Desconfiaba de las petliles democráticos y lo había empujado a la guerra fría contra el comunismo. Estados
fuerzas ciegas del mercado y las panaceas simplistas en las que la América de Reagan y Unidos se comprometió mediante tratados a defender a Japón y durante el período que
la Gran Bretaña de Thatcher debían depositar su fe. Como signos externos y abarca la guerra fría toleró, aunque con irritación creciente, las reticencias de Japón de
pueden señalarse el PNB per cápita más alto del mundo, una serie de industrias conducir sus asuntos económicos externos de acuerdo con las normas de apertura consi-
exportaban el 90% de su producción y la mayor provisión de ayudas destinadas al res- deradas en los acuerdos de Bretton Woods. El PDL gozó del poder en un sistema mu!-

94 95
tipartidista bajo la condición de no ceder el poder a ningún otro partido y especialmente objetivos-. En treinta años, el valor de las exportaciones estadounidenses a Japón se había
no al PSJ. Anteponiendo el beneficio al orgullo, Japón aceptó la prohibición de incre- duplicado, pero el valor del comercio en el sentido contrario se había cuadriplicado -des·
mentar (y pagar) sus propias fuerzas annadas, convirtiendo la prosperidad en la máxima de el punto de vista japonés, porque los exportadores estadounidenses (por ejemplo de
preocupación del gobierno, a sabiendas que la seguridad nacional quedaba salvaguardada coches) no se habían interesado por conocer lo que demandaban los compradores japo-
por Estados Unidos. El PDL se convirtió en una camarilla de dirigentes conservadores que neses; desde el punto de vista estadounidense porque Japón empleaba procedimientos
se repartían los máximos cargos políticos (del mismo modo en que, en la baja Edad Media, burocráticos demasiado complicados, destinados a desbaratar las operaciones mercanti-
las principales familias romanas habían hecho rotar al papado y sus prebendas antes de les-. No logrando encontrar un remedio, Estados Unidos alternó las negociaciones
que fuera trasladado a Aviñón). Dejq la administración e incluso la política en manos de comerciales con desplantes y amenazas de imponer superaranceles punitivos y vengativos.
los funcionarios veteranos y escamoteó recompensas escandalosamente copiosas por no Las conversaciones de 1994 desembocaron en un franco estancamiento e ilustraron los
inmiscuirse demasiado en el gobierno o los negocios. riesgos mundiales derivados de unas malas relaciones entre Estado Unidos y Japón, al pro·
Este estado de cosas se puso en tela de juicio a principios de los años noventa desde el ducirse una devaluación constante del dólar; y en 1995, Estados Unidos recurrió a las
interior del propio PDL. En 1992, Mari Hasokawa abandonó el PDL y creó el Nuevo Par- amenazas. No obstante, ninguna de las partes se atrevió a tomar medidas más drásticas y
tido Japonés: era un aristócrata, nieto del príncipe Fumimaro Konoye, una de las figuras todo se redujo a una política temeraria, pero meramente retórica.
más sobresalientes del Japón de antes de la guerra. Al año siguiente otros dos desertores, El medio siglo de después de la Segunda Guerra Mundial no pudo ser testigo de una
lchiro Ozawa y Tsutomu Haca, formaron el Partido Renovador: fueron miembros de la transformación más notable que la de Japón, pero al finalizar dicho período empezaron a
~ayor facción del PDL, dirigida por Shin Kanemaru, cuyo ascenso al máximo cargo fue surgir dudas. Los dos pilares sobre los que se asentó el ascenso de Japón a potencia eco-
frenado por su espectacular implicación en sobornos. Después de las elecciones de 1993 nómica global fueron su sistema financiero y su capacidad educativa, y los signos externos
el PDL siguió siendo el partido de mayor representación en el Parlamento pero perdió un de su éxito un crecimiento económico y una imperturbabilidad sin precedentes. Sin
notable número de escaños. El PSJ, el principal partido de la oposición, corrió una suer- embargo, a principios de los años noventa, el crecimiento se redujo a cero, el sistema
te aún peor y los disidentes del PDL formaron el primer gobierno no dirigido por este par- financiero estaba plagado de deudas y los críticos japoneses y extranjeros se preguntaban
tido de la historia de posguerra japonesa, con Hasokawa como primer ministro. Pero tam- si el énfasis puesto en el rendimiento escolar y universitario no estaban empañando la ini-
poco Hasokawa estaba exento de escándalos financieros. La coalición que dirigía estaba ciativa personal, la inventiva industrial y el vigor social. El éxito se había alcanzado bajo
dividida en cuestiones tributarias, reformas electorales y política de defensa. Con sus pla- la égida del Partido Demócrata Liberal, que, como era evidente, se había corrompido por
nes de reducción de la burocracia, de descentralización del gobierno y de apertura del completo, y en alianza con Estados Unidos, que si bien inicialmente se había complacido
mercado japonés a competidores extranjeros no logró más que un progreso limitado. En con Japón como principal socio anticomunista de cosecha propia, empezaba a temer que
menos de un año fue reemplazado por Hata, que había sido ministro de Asuntqs Exterio- había cogido por la cola a un tigre. Lo más perturbador fue un sistema bancario con fuer-
res y que, además, era considerado el portavoz de Ozawa, quien a su vez tenía más fama tes deudas de aproximadamente 500 billones de dólares, que era un milagro económico,
de autócrata que de negociante, un presagio tal vez del nuevo, o nuevo-viejo estilo guber- pero del signo equivocado.
nativo en Tokio. El gobierno de Hata fue el más corto de la posguerra japonesa. El PSJ
inmediatamente retiró el apoyo que le había prometido y llegó a un acuerdo con sus inve-
terados enemigos del PDL para derribar a los falsos reformadores. El PDL recuperó el
poder a costa de permitir que por vez primera un socialista, Tomiichi Murayama, se con-
virtiera en primer ministro. El programa económico de esta difícil coalición se derrumbó
a causa del devastador terremoto de Kobe en 1995 cuyos costes recayeron principalmen·
te sobre el gobierno, y Murayama dimitió en la primera semana de 1996, habiendo desem-
.
t .'

·~
peñado la segunda mitad de los dieciocho meses que duró su cargo como primer ministro
en franco declive.

t El advenimiento del presidente Clinton a la Casa Blanca parecía presagiar controver-


sias más agudas y sonadas con Japón (así como con la CE) en asuntos económicos, pero,
independientemente de las intenciones de Clinton, su posición no era mucho más fuerte
1 que la de Reagan o Bush. El desequilibrio comercial entre los dos países seguía aumen·
tanda. El intento por parte de Estados Unidos de lograr el acceso al mercado japonés,
1 fijando objetivos garantizados para una serie de productos, fue un fracaso y la administra-
ción de Clinton se vio obligada a reconsiderar la conveniencia de tomar represalias aran-
1:·
celarias o devaluando el dólar frente al yen -siendo la primera una medida comúnmente
reprobada por Estados Unidos, y la segunda, una política mal recibida por parte de los
1 importadores estadounidenses, que además no ofrecía ninguna certeza de alcanzar sus

l
l 96 97
111 China so un cierto orden y estabilidad, las enormes tareas de reforma administrativa y moderni·
zación fueron emprendidas pero no consumadas.
El Kuomintang buscó ayuda exterior y aceptó, del nuevo y no menos revolucionario
gobierno de la URSS, los servicios de asesoramiento de Michael Borodín. Presionado por
las circunstancias, el Kuomintang empezó a adoptar en su lucha contra los «señores de la
guerra» algunos de los métodos del comunismo europeo (la organización del partido y las
relaciones entre partido y Estado), aunque no sus doctrinas, y también estableció una alian-
za con el Partido Comunista chino, que se había fundado en Shanghai en 1922. Los comu·
nistas constituían una serie de pequeños grupos en ciertas provincias del sur. Entraron a for-
mar parte del Kuomintang bajo la dirección global de .Jiang Kaishek, pero las disputas entre
los líderes comunistas y otros líderes del Kuomintang (y entre las facciones izquierdista y
derechista de los no comunistas dentro del Kuomintang) fueron endémicas. También exis·
tía una cierta confusión entre los mismos comunistas, porque los comités comunistas de
Shanghai daban instrucciones imprudentes a líderes que actuaban en las zonas rurales, y
aún más porque Moscú intentaba dirigir determinados asuntos sin un conocimiento acle·
cuado de la historia y las condiciones de China. Hubo un momento en que Moscú tuvo
diferentes consejeros en China preconizando políticas incompatibles. En esta atmósfera,
Mao Zedong se fue convirtiendo gradualmente en uno de los principales líderes en los
medios rurales, manteniendo frecuentemente serias diferencias con sus superiores en
EL TRIUNFO DE MAO
Shanghai acerca de tácticas políticas y militares, y evolucionando y modificando él mis-
mo sus propias ideas sobre esos temas. Las disputas entre comunistas y no comunistas con-
En 1949, poco más de un cuarto de siglo después de su nac1m1ento, el Partido
dujeron a la lucha. En 193 l, el ataque japonés sobre Manchuria forzó a Jiang Kaishek a
Comunista de China tomaba posesión de la capital, la antigua ciudad de Pekín {Beijing).
enviar tropas al norte, pero la confusión en las filas comunistas les impidió aprovecharse
Un movimiento se había convertido en un gobierno. El derrotado Kuomintang fue redu·
de esta distracción de fuerzas de los no comunistas y en 1934 sufrieron una derrota deci·
ciclo a la isla de Taiwan {o Formosa), donde su líder Jiang l(aishek (Chiang Kai-Shek), al
siva como resultado de la adopción de tácticas ertóneas contra las que se había pronun-
igual que el último de los emperadores Ming, 300 años antes, se revistió de pretensiones
ciado Mao. Los comunistas emprendieron entonces su ardua y mítica Larga Marcha des·
imperiales que recordaban a los nobles franceses y los banqueros italianos que en la alta
de la China sudoriental, primero hacia el oeste y luego hacia el norte en dirección a la
Edad Media vagaban por Europa occidental haciéndose llamar emperadores de Bizancio.
provincia de Yenan en el lejano noroeste, donde se detuvieron, preservaron su movimien·
El nuevo señor de China, Mao Zedong (Mao Tse-tung) pudo declarar en enero de 1950,
to y esperaron el momento oportuno. Fue durante la Larga Marcha cuando Mao alcanzó la
con sólo un punto de exageración, que toda China era suya excepto el Tíbet.
máxima autoridad. Había ido apartándose de la estrategia marxista clásica de conseguir el
Desde justo antes de la Primera Guerra Mundial, nadie había ambicionado los vastos
poder librando las batallas del proletariado industrial urbano, para orientarse hacia la estra·
territorios y tradiciones imperiales que cayeron en poder de Mao tras la segunda contien·
tegia de identificación del comunismo con el descontento y la indignación del campesinado
da mundial. La decadencia de la última dinastía (Manchú), que había dejado a China
{que había sido periódicamente una fuerza poderosamente subversiva en la historia china);
expuesta a la intervención extranjera y había estado a punto de ocasionar su división al
propuso establecer una pequeña república campesina y crear ejércitos campesinos que un
final del siglo XIX, había culminado en la revolución de 1911. Grupos revolucionarios y
día serían lo suficientemente fuertes como para tomar las ciudades.
sociedades secretas, en parte autóctonos y en parte fomentados por chinos que vivían en
i' Mient~s tanto, el Kuomintang, tras deshacerse de los comunistas y hacer progresos en la
~ el extranjero, llevaron a cabo la desintegración del «andent régime». Pero fracasaron al
lucha contra los «señores de la guerra» (tomó Pekín en 1928 y consiguió Manchuria al año
enfrentarse después a la tarea de restablecer la cohesión, la dignidad y el poder de China,
siguiente mediante un acuerdo con el general Chang Hsuehliang, el Joven Mariscal), fue
de modo que transcurridos cincuenta años China seguía siendo una nación con un gran
atacado por Japón, primero en Manchuria en 1931 y luego en la propia China en 1937.
poderío potencial pero no real.
Desde esta fecha hasta 1945, el Kuomintang y los comunistas rivalizaron por conseguir para
El más notable de los grupos que tomaron el poder era el de Sun Yat-sen (muerto en
sí los honores de llevar a cabo el resurgimiento de China como gran potencia y el premio de
1925), un nacionalista, demócrata y socialista que quería reformar China por medio de su
dirigir el país después de que los japoneses hubiesen sido derrotados. Los comunistas supervi-
instrumento, el Kuomintang. El Kuomintang estableció un gobierno en Nankín, la capi·
vientes que habían logrado llegar a Yenan crecieron rápidamente hasta convertirse en un
tal del sur, pero nunca consiguió colocar a todo el país bajo su obediencia. El derrumba-
ejército de unos 100.000 hombres, reclutando soldados entre el campesinado y la juventud
miento del viejo régimen vino seguido, especialmente en el norte, de la aparición de los
en general y atrayéndoles con un programa nacionalista y antijaponés. En 1941, el ataque
«señores de la guerra» o caudillos militares locales que crearon sus propios feudos autó·
japonés a Estados Unidos en Pearl Harbar hizo que esta guerra en el Extremo Oriente se fun·
nomos y entablaron guerras civiles entre sí. Incluso en el sur, donde el Kuomintang impu·
diera en una guerra general que apagó temporalmente las discordias civiles de China. El

98
99
)
FEDERACIÓN DE RUSIA
r._ ;
. '\ '
..................... ...J . . / Harbin•
_.../

:-\ Changchum•
/
r·.__. ...J MONGOLIA
Shenyange
(".~.~
·-._.....
\ Ürümqi
/ • _./
/ Pekín/Beijing
AFGANISTÁN ,_./·
,.-·--·..._/·
_,/
./ Hohhote •
(Capital)

Huanghe
(Río Amarillo}

0

';
Zhenchou

¡ Xian Hefeio Mar de
China
Oriental
1
¡ ___,,, ..,,- .,,-
í ./
¡
TAIWAN
i
INDIA

FILIPINAS

o 500 1.000 km
o
HAINAN
Mar de
China
del Sur

3.1. China y los países vecinos.

100
Kuomintang consiguió poderosos aliados, pero su suerte no estaba destinada a acompañarle do por un contraataque japonés en Manchuria. La Primera Guerra Mundial eliminó tem·
de nuevo. No había logrado detener la ruina económica, su liderazgo continuaba siendo res- poralmente el poderío ruso, no produjo ningún resurgimiento chino, distrajo a otros paí-
tringido y exclusivista, su administración se volvió corrupta, despótica y excesivamente ses europeos de los asuntos asiáticos, y dejó a los japoneses en una situación en la cual,
dependiente de la policía secreta y finalmente sus ejércitos quedaron desintegrados. Por con· lejos de tener que contener a los rusos, fueron ellos los que hubieron de ser contenidos, y
traste, la consideración popular hacia los comunistas aumentó. Su estancia en el desierto les ninguna potencia excepto Estados Unidos podía hacerlo. En los años veinte los rusos
había conferido un cierto atractivo y había ocultado el lado sórdido de sus propios métodos recuperaron posiciones en Mongolia Exterior y Asia central, y en los treinta entraron una
de gobierno. Tenían la reputación de luchar contra los japoneses con más seriedad que el vez más en conflicto con los japoneses en Manchuria, pero no reanudaron seriamente la
Kuomintang, y cuando la guerra terminó estaban preparados para regresar de las afueras al lucha por este territorio hasta la ultima semana de la Segunda Guerra Mundial.
centro. Sólo unos pocos años después tenían el gobierno de China en su poder. Durante la mayor parte de la guerra, Stalin estuvo demasiado ocupado con los alema·
Cuando Jiang Kaishek fue expulsado de China, toda una generación de luchas intes- nes como para prestar atención a Asia, y no digamos para interveni'r en ella. La URSS
tinas llegó a su fin y a los comunistas se les brindó la oportunidad de lograr algo de lo que había firmado un pacto de neutralidad con Japón en 1941, y antes de Pearl Harbar, Japón
ninguna facción había sido capaz desde la caída del imperio, y lo que el mismo imperio no pidió y recibió garantías de que los rusos cumplirían el pacto. Hasta la conferencia de
había conseguido y se le había reprochado: hacer a China lo bastante fuerte y sana como Teherán en 1943, Stalin no reclamó ningún territorio en el este, pues no estaba en una
para mantener su integridad e independencia. En el pasado, las amenazas a la integridad posición que le permitiese exigir premios hasta que estuviese dispuesto a echar una mano
d,e China habían provenido de las potencias imperialistas de Europa occidental, que lle·· contra Japón. En la conferencia de Moscú en octubre de 1944 hubo indicios de un cam-
gaban navegando a través de los mares; de los rusos, que se aproximaban por tierra, y de bio en la actitud rusa, y en Yalta en 1945 las condiciones de Stalin quedaron expuestas y
los japoneses. En 1945 las potencias europeas occidentales no estaban ya en una posición fueron aceptadas por unos aliados que deseaban a toda costa evitar disputas, sobreestima·
que les permitiese amenazar a nadie en el Extremo Oriente, y Japón había sido práctica· ban la voluntad y la capacidad de Japón para seguir luchando, e ignoraban -salvo unos
mente aniquilado. Los soviéticos, de cualquier forma, acábaban de reaparecer en escena, pocos iniciados- la existencia de las armas nucleares que estaban a punto de utilizarse.
mientras los estadounidenses, tradicionales defensores de la integridad de China contra Stalin pidió a sus aliados que se anulasen las consecuencias de la guerra ruso-japonesa de
los .intrusos, estaban desesperados con el Kuomintang y a punto de volver a una política 1904-1905 y también que le garantizasen ciertas posiciones a expensas no de Japón sino
asiática centrada en el Japón, como la que habían llevado a cabo a principios de siglo. de China. Las posiciones que los rusos habían perdido en Manchuria y Sajalín en 1905 les
La historia de la ininterrumpida expansión rusa por Asia comienza después de la gue- serían devueltas; las islas Kuriles pasarían también a poder de la URSS; y la ya práctica·
rra de Crimea. Esa derrota en Europa dio lugar a ensayos de liberalismo en el interior del mente realizada anexión de Mongolia Exterior sería reconocida.
país y de aventura en el Extremo Oriente, ambos esporádicos. Los zares estaban más 0 La política de Stalin en. Asia consistía en debilitar la capacidad de cercamiento de
menos permanentemente preocupados con los problemas de Polonia, los Balcanes y los China e impedir el establecimiento de un gobierno central poderoso en China.
estrechos, pero también había un partido en San Petersburgo que se dedicaba especial- Declarando la guerra a Japón, se aseguró derechos sobre Manchuria y situó tropas en dicha
mente al Extremo Oriente. Las décadas de los sesenta y los setenta fueron un período de región. También consiguió llevarse maquinaria industrial japonesa, aunque no sin ganar·
expansión; el gran procónsul ruso Muraviev fundó las provincias de Amur y del Litoral en se el resentimiento de los chinos. Ya había instigado una revuelta antichina en el valle de
1858 y 1860, respectivamente; Yladivostok fue fundada en 1861; se adquirió Sajalín (pero lli en Xinjiang (Sinkiang), donde surgió la república separatista del Turquestán Oriental
en cambio se vendió Alaska); los kazakos y los kanatos de Asia central fueron sometidos. bajo protección rusa en 1944. Mongolia Exterior -que se hallaba nominalmente bajo
En los años ochenta los rusos, habiendo alcanzado las fronteras de Persia y Afganistán, se soberanía china pero efectivamente pertenecía a la esfera soviética desde 1921 y le fue
encontraron cara a cara con los británicos en la India, mientras que más al norte un puer· concedida a la URSS por los aliados occidentales en Yalta- fue abandonada por los chi·
to de cálidas aguas en el Pacífico y una participación en el comercio de China estimula· nos (que no tenían otra alternativa) en virtud del tratado ruso-chino de agosto de 1945.
ban las fantasías imperiales y financieras. China no la recuperó cuando Mao sucedió a Jiang en 1949.
La guerra entre japoneses y chinos en Corea en 1894-1995 proporcionó a Japón La declaración de g1.1erra de Stalin a Japón tuvo otra consecuencia importante: la divi·
importantes adquisiciones (entre ellas Taiwan, Pescadores y, temporalmente, la penínsu· són de Corea en dos partes. Cuando los japoneses se rindieron se acordó, por comodidad,
la de Shantung y Port Arthur) y puso de manifiesto la decadencia del poderío chino. que las fuerzas japonesas al norte del paralelo 38 se rendirían a los rusos, y aquellas que
Rusia, Francia y Alemania intervinieron en defensa de China, aunque Gran Bretaña, estuvieran al sur de esa línea, a los estadounidenses.
recelosa del avance ruso en Asia, inició su política pro japonesa como contrapeso. Los La intervención rusa en el Extremo Oriente estuvo cuidadosamente calculada. Los
rusos, que habían ayudado a China, junto con los franceses, al pago de sus indemnizado· soviéticos sabían que los japoneses deseaban la paz; estaban haciendo sondeos en Moscú
nes de guerra a Japón, establecieron una alianza con China, tomaron Port Arthur y pro· con la esperanza de conseguir la mediación rusa para poner fin a la guerra. Los estadouni·
yectaron las líneas de ferrocarril de China oriental y Manchuria meridional. Los rusos y denses, que también sabían que había un activo grupo en favor de la paz en el gabinete
los japoneses estaban ahora compitiendo entre sí por Manchuria. En 1904 Japón atacó nipón, lanzaron la primera bomba nuclear el 6 de agosto sobre Hiroshima. La declaración
Port Arthur, y en la consiguiente guerra ruso-japonesa los rusos fueron derrotados y obli- de guerra por parte rusa se produjo dos días después. El 9 de agosto se lanzó la segunda
gados a retroceder a Manchuria y Mongolia. El prestigio de Japón en Asia y en el mundo bomba, esta vez sobre Nagasaki. El 15 de agosto (día en el que los rusos firmaron su tra·
aumentó enormemente, y el avance ruso a través de la parte superior de Asia fue deteni· tado con Jiang Kaishek) se puso fin a las hostilidades.

102 103
Stalin quería una China débil, se esforzó por conseguir ese fin y pudo muy bien con- Hughes obligó a los japoneses a retirar sus tropas de la península de Shantung y Siberia,
siderar que había tenido éxito hasta la víspera de su muerte. Por el contrario, los esta- pero en los años treinta los estadounidenses, sin saber si una acción contundente deten-
dounidenses querían una China fuerte, cosa que no consiguieron en absoluto -aunque no dría o fortalecería las tendencias expansionistas de la política japonesa, se volvieron
por culpa suya- durante los años de transición de la guerra a la paz, y más tarde, cuando menos efectivos y hubo escasa reacción por parte de Washington tanto ante la conquista
empezaron a contemplar la perspectiva de una China verdaderamente fuerte, no resultó japonesa de Manchuria como ante la proclamación del Estado de Manchukuo en 1932, o
ser en absoluto de su agrado. incluso ante la posterior ocupación japonesa de Shanghai en ese mismo año. Japón se reti·
La política estadounidense en el Extremo Oriente, que empezó a configurarse a prin- ró de los tratados navales de Washington y Londres a finales de 1936, exigiendo igualdad
cipios de siglo, estuvo condicionada en un primer momento, por la adquisición en 1898 de condiciones con Estados Unidos y Gran Bretaña, y emprendió una guerra a gran esca-
de 1as islas Filipinas, que hasta entonces pertenecían a España, y por la desconfianza hacia la contra China en 1937. Al mismo tiempo, Japón desafió a las potencias europeas pro-
las potencias europeas que, después de convertir la mayor parte de Asia sudorienta! en poniendo un «nuevo orden» para toda Asia oriental, y cuando los europeos (tanto los
territorio colonial, parecían estar a punto de repartirse también China. Con sus intereses occidentales como los soviéticos) pusieron de manifiesto que no querían complicaciones
y su sentido moral en feliz armonía, Washington reclamó para sí todos los derechos o pri- en Oriente, Washington comenzó a negociar con Tokio.
vilegios que cualquier potencia europea consiguiera de los chinos {la política de «puerta El inicio de la guerra en Europa en 1939 dejó a Japón el campo libre para dirigirse con-
abierta», es decir, la inexi~tencia de preferencias comerciales entre los extranjeros de dife- tra China y le ofreció nuevas oportunidades en Asia sudorienta!. Un gobierno nuevo y
rentes países) y al mismo tiempo defendió la integridad e independencia de China. más belicoso, instaurado en 1940, decidió atacar Indochina como primer paso, esperando
La entrada de los estadounidenses en este escenario fue inesperada e impremeditada. poder evitar la intervención estadounidense. Este gobierno cayó cuando Hitler atacó a la
La guerra de 1898 contra España, que comenzó de uná forma confusa en Cuba, tuvo el URSS. El ministro de Asuntos Exteriores, Yosuke Matsuoka, que quería unirse al ataque,
resultado imprevisto de sustituir el dominio español en las Filipinas por el estadouniden- fue expulsado, y Tojo, que quería atacar a Estados Unidos, se convirtió en el miembro más
se. Se originó a continuación un importante debate públiéo sobre la política y la morali- influyente del gabinete. También llegó al puesto de primer ministro en octubre de 1941 y
dad del expansionismo, en el fondo del cual había una vaga certeza de que si Estados dio la orden de ataque a Pearl Harbor en diciembre.
Unidos no afirmaba su poderío en el Pacífico, los británicos, los alemanes olos japoneses Hasta que las cosas cambiaron a mediados de 1943, los estadounidenses estuvieron en
lo harían. Este debate coincidió con la manifiesta decadencia de China. peligro de ser expulsados completamente del Extremo Oriente, pero el viraje decisivo que
Los británicos, alarmados por la tendencia a las anexiones, arriendos y concesiones de se produjo con la batalla de Midway y la victoria final sobre Japón en 1945 les dio una
pdvilegios comerciales a grupos particulares de extranjeros, habían buscado la coopera- preponderancia en la zona de la que ninguna potencia había disfrutado antes.
ción estadounidense para detener esta competencia colonialista en China, pero La guerra obligó a Washington a reconsiderar su política en el Extremo Oriente. Se
Washington no estaba en ese momento interesado y los británicos decidieron entrar produjo una confluencia de factores que hizo que los estadounidense.s se volviesen pro
entonces en el juego en lugar de seguir tratando de impedirlo, y empezaron ellos mismos chinos -la política tradicional, las conexiones misioneras, la conducta japonesa y la hábil
a fijar enclaves y a solicitar y obtener arriendos. y atractiva Madame Jiang-, pero el gobierno del Kuomintang no tenía éxito y estaba
El cambio en la actitud estadounidense se produjo a finales del siglo XIX con el nom- dejando de ser valioso para los estadounidenses. No obstante, Washington, que había
bramiento de John Hay como secretario de Estado. Su primer conjunto de notas, conde- tenido el detalle de renunciar a derechos extraterritoriales en China en 1943, decidió que
nando las esferas de influencia y defendiendo la política de «puerta abierta», tuvo escasa China saldría de la guerra ejerciendo íntegramente su soberanía en toda la extensión de
efectividad práctica, aunque fue popular en Estados Unidos; un segundo conjunto, en el sus antiguos territorios (incluyendo Manchuria, Taiwan y Pescadores) y con rango de
momento de la rebelión de los bóxers y la expedición internacional bajo el mando ale- potencia importante, asignándosele un puesto pennanente en el Consejo de Seguridad.
mán que se produjo como consecuencia de dicha rebelión en 1900, atestiguaba la cre- China debía convertirse en los Estados Unidos del continente asiático, una potencia de
ciente implicación estadounidense; la mediación de Washington en la guerra ruso-japo- enorme extensión unida y liberal-democrática: una perspectiva que Churchill, entre otros,
nesa y la firma del tratado de Portsmouth en suelo estadounidense ponían asimismo de consideraba pura pamplina romántica. Cuando los defectos del Kuomintang se hicieron más
manifiesto que EE.UU se involucraba cada vez más en Extremo Oriente. Pero eso fue y más evidentes, el general Joseph Stilwell fue enviado para vigilar a Jiang Kaishek y para
algún tiempo antes de que las políticas estadounidense y británica entrasen en un perío- apoyar y, si era posible, reformar el Kuomintang, pero los comentarios del general sobre el

r
1
1
do de armonía. Gran Bretaña, que buscaba un aliado en aguas orientales y que, al parecer,
era rechazada por Estados Unidos, se había vuelto hacia Japón, mientras Estados Unidos
se convertía cada vez más en el protector de China y el enemigo de Japón en el mar. Esta
discrepancia continuó, no sin dañar las relaciones angloamericanas, hasta después de la
Primera Guerra Mundial, cuando los tratados de Washington de 1921-1922 eliminaron la
Kuomintang fueron tan críticos que se le ordenó regresar en octubre de 1944 a petición de
los amigos de Jiang. El general Patrick Hurley, que había sido enviado a China en agosto
como representante personal del presidente Roosevelt ante el Generalísimo, se convirtió en
el vehículo principal de la política estadounidense, con la nueva misión de conseguir que
los comunistas y el Kuomintang volviesen a unirse en una coalición. El general Hurley y el
alianza anglojaponesa, establecieron una relación entre los efectivos navales de las tres general George C. Marshall, que le sucedieron en noviembre de 1945, hicieron sólo ligeros
potencias de 5:5:3, y consiguieron que, a través de ellos, nueve potencias garantizasen la progresos. Las dos fuerzas, el Kuomintang y los comw1istas, desconfiaban la una de la otra
integridad de China y la política de «puerta abierta». {En la conferencia de Londres de -los comunistas habían sufrido anteriormente la experiencia de un ataque del Kuomintang
1930 la proporción japonesa fue aumentada de 3 a 3,5.) Además, el secretario de Estado al amparo de una tregua- y las discusiones para llegar a un acuerdo se rompieron a causa del

104 105
asunto relativo a la unión de los dos ejércitos. Cuando los japoneses se rindieron, los esta· China eran en parte coincidentes y en parte contrapuestos, y los partidos comunistas de
dounidenses transportaron en avión a las fuerzas del Kuomintang al objeto de hacerse con ambos países no tenían entre sí lazos emocionales estrechos; además, es muy probable que
el control del nordeste de China (lo que resultó ser un error de estrategia), mientras que los Moscú considerase al partido chino como un partido dudosamente comunista en su cloc·
rusos, que acababan de entrar en Manchuria, daban a los comunistas armas y oportunidades trina y en su lealtad al movimiento mundial dominado por los rusos. Tras la muerte de
en esa área. Una insegura tregua se mantuvo hasta finales de 1947, pero la guerra civil se Stalin, las divergencias entre las políticas de ambos países se hicieron más evidentes, en
había interrumpido sólo temporalmente. Los estadounidenses, que para entonces deseen· parte por la desaparición del líder indiscutible del mundo comunista y en parte porque el
fiaban completamente del Kuomintang, retiraron sus unidades de China, pero dudaban si paso del tiempo dejó que las diferencias entre la situación de los dos países se hicieran sen·
retirar o no toda forma de apoyo. El general Wedemeyer, que había sido enviado a China tir cada vez más.
en julio de 1947, recomendó en septiembre la concesión de una amplia ayuda estadouni- Stalin, como ya se ha dicho, no deseaba una China poderosa. Mientras el gobierno de
dense sobre la base de que el Kuomintang introduciría extensas reformas bajo supervisión China no fuese comunista, resultaba relativamente fácil para él llevar a cabo una políti ·
estadounidense, pero para entonces China se precipitaba hacia el colapso económico y ca de alianza acompañada de pequeños embates. El tratado de agosto de 1945 con Jiang
financiero y los disturbios empezaban a convertirse en algo corriente. No obstante, Estados contenía algunas espinas clavadas contra el Kuomintang, puesto que éste reconocía de
Unidos aprobó una ayuda provisional a China antes de que finalizase el año, y dio el visto hecho la absorción de Mongolia Exterior por la esfera soviética pero no conseguía recu··
bueno al Acta de Ayuda a China en abril de 1948. Ésta fue completada con un acuerdo chi- perar los derechos sobre Manchuria, que pasaban ahora de Japón a la URSS. Los comu·
n?•estadounidense, y el Kuomintang hizo un tardío esfuerzo para organizarse. nistas chinos eran, para Stalin, otro aguijón con el que herir al Kuomintang, hasta que en
Pero era demasiado tarde. Los comunistas estaban ganando batallas en una sucesión con- 1949 ocuparon el lugar del Kuomintang y dejaron por tanto de ser un simple aguijón.
tinua. Toda Manchuria se encontraba bajo su poder al final de 1948, y el año siguiente estu- Cuando Mao llegó a Moscú, Stalin tuvo que concebir una política con respecto a China
vo jalonado de nuevas victorias para el comunismo con la conquista de una serie de famo· completamente nueva, que tendría que tener en consideración tanto el deseo de la URSS
sas ciudades. Finalmente, Washington desistió de apoyar ál Kuomintang. Jiang, que había de dominar las tierras centrales de Asia como la inevitable esperanza de amor fraternal y
cometido el característico error de comprometerse excesivamente en las últimas etapas ayuda entre los partidos comunistas. Dados el tamaño y la potencialidad de China, éste
de la guerra civil, renunció a la presidencia a principios de 1949, y el Kuomintang pidió era un problema que nunca se había presentado antes en Moscú.
-en vano- la mediación de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Los comunistas ya no Mao también tenía que aprender. No tenía ninguna experiencia directa de la URSS
tenían interés en coaliciones o acuerdos. En septiembre fue proclamada una República antes de su visita a Moscú, que duró dos meses. Su primer fruto fue un nuevo tratado ruso·
Popular. El 18 de diciembre de 1949, Mao llegó a Moscú convertido en jefe de Estado. chino, firmado el 15 de febrero de 1950. Este tratado era de carácter económico, y trataba
La victoria de los comunistas chinos creó problemas tanto a los estadounidenses como temas como los ferrocarriles, créditos y asuntos parecidos. Los rusos ofrecieron a los chinos
a los soviéticos. Durante lo que restaba de 1949 y la primera mitad de 1950, los estado- un buen regalo, consistente en la línea de ferrocarril de Chang·chun y sus instalaciones. Los
unidenses se encaminaron hacia el reconocimiento diplomático del nuevo régimen, pero chinos también adquirieron el derecho a administrar Dalny, aunque el destino final de este
las posibles negociaciones con ese fin se vieron primero entorpecidas por el arresto del puerto sería reconsiderado cuando se firmase un tratado de paz con Japón. La URSS canee·
cónsul general estadounidense en Mukden y su encarcelamiento durante un mes, junto dió a China un crédito de 300 millones de dólares durante cinco años al 1% de interés y re in·
con cuatro de sus colegas, a finales de 1949, y más tarde quedaron imposibilitadas por la tegrable entre 1954 y 1963. Un mes después se firmaron otros acuerdos para la explotación
guerra en Corea. En algún momento de este período, Estados Unidos decidió que Taiwan conjunta de petróleo en Sinkiang y la creación conjunta de rutas áreas en Asia central, y en
formaba parte esencial de una línea de bases estratégicas y que, por lo tanto, no debía per- abril se firmó un acuerdo comercial general. Estos acuerdos eran el principio de una coope·
mitirse que cayese en manos comunistas. Esta decisión fue hecha pública, y, junto con la ración entre los dos países que duró hasta los últimos años cincuenta y fue de vital impor·
guerra de Corea, hizo que los estadounidenses mantuvieran al régimen de Mao apartado tanda para China durante los años de experimentación y modernización incipiente. Fueron
del puesto asignado a China en la ONU y que los chinos creyesen, en primer lugar, que ratificados durante una visita a Moscú de Zhou Enlai (Chu En-lai) en agosto y septiembre
Taiwan estaba siendo retenido como un refugio temporal para Jiang Kaishek hasta que se de 1952, poco antes del anuncio del primer plan quinquenal chino, la formación de una
produjese un intento de reconquista del continente y, en segundo lugar, que la ONU era poderosa Comisión de Planificación Nacional bajo la dirección de Gao Gang (Kao Kang) y
un instrumento estadounidense. La guerra de Corea también llevó a los chinos a una valo· la creación de un Ministerio de Enseñanza Superior (todo ello en noviembre y diciembre de
ración excesivamente confiada de su propia fuerza militar, expresada en la pintoresca pero ese año). Junto con el plan, la comisión y el impulso a la enseñanza superior, los acuerdos
inexacta descripción de Estados Unidos como un tigre de papel. ruso-chinos eran una parte integrante del proyecto de Mao de creación de una nueva China.
La victoria de Mao resultó pronto ser tan incómoda para los rusos como para los esta-
dounidenses. El mundo en general suponía que los intereses y políticas de las dos princi-
pales potencias comunistas debían ir estrechamente ligados. Esta suposición se debía en CHINA Y LAS SUPERPOTENCIAS
parte a la guerra fría, en cuyo contexto nació el nuevo Estado comunista; quedó reforza·
da por el efecto de la guerra de Corea en 1950-1954 entre comunistas y anticomunistas; Nueve meses después de la proclamación de la nueva república china estalló la guerra
y produjo desconcierto y asombro cuando se reveló, pocos años después, que entre Moscú en Corea. Este acontecimiento imprevisto y, para los chinos, extremadamente inoportu·
y Pekín estaban teniendo lugar amargas disputas. De hecho, los intereses de la URSS y no, tuvo un profundo efecto sobre la política de Asia y sobre las relaciones entre los paí·

106 107
ses asiáticos y los no asiáticos implicados en los asuntos del Extremo Oriente. Obligó a los siguiente. Es en extremo dudoso que las tropas norcoreanas hubiesen llevado a cabo esta
chinos a ocuparse de su defensa cuando debían haberse concentrado en sus asuntos inter- acción si en enero Dean Acheson no hubiera excluido a Corea (y a Taiwan) del períme-
nos; dominó la política estadounidense en un momento en que ésta estaba aún perfilán- tro de defensa por cuya conservación Estados Unidos estaba dispuesto a luchar, dada su
dose; planteó problemas referentes a la consulta y la cooperación entre las principales implicación en el mismo, y es tambien extremadamente dudoso que los norcoreanos
potencias comunistas; amenazó con introducir la guerra fría en Asia, fomentó el neutra- hubiesen cruzado el paralelo sin antes sentirse seguros de la aprobación de los rusos. Kim
lismo en la India e hizo que, durante un tiempo, los estadounidenses identificasen el neu- Il Sung, primer ministro de Corea (1948-1972) y presidente (1972-1994 ), había pasado
tralismo y el pacifismo con la indiferencia y la perversión moral. los años de la guerra en Moscú y fue el representante de Moscú para sus tareas. Lo que qui·
La historia de Corea es la de cualquier país pequeño que se encuentra encajado entre zá era imprevisible en junio era que la invasión modificaría inmediata y totalmente la
vecinos más poderosos. Corea es una península que se extiende hacia el mar desde el extre· actitud adoptada por los estadounidenses en enero, y que, después de todo, Corea del Sur
mo sudorienta\ de Manchuria hasta alcanzar casi el extremo sur de las islas principales de y Taiwan resultarían ser partes del perímetro de defensa.
Japón. Durante mil años estuvo gobernada por dos dinastías separadas una de otra por unaº El Consejo de Seguridad se reunió en seguida a petición de Estados Unidos y aprobó, en
breve conquista mongo\a. Sufrió las incursiones de los japoneses y los Manchú en los siglos ausencia del miembro soviético, una resolución exigiendo un alto el fuego y el regreso de las
XVI y XVll pero sobrevivió hasta el final del XIX; para entonces se había convertido en una tropas norcoreanas a su lado de la frontera. Se pidió a todos los miembros de la ONU que
peonza a merced de los conflictos chino-ruso~japoneses. Las victorias japonesas en la guerra apoyasen estas medidas e inmediatamente después el presidente Truman dio instrucciones
contra China en 1894-1895 y contra Rusia en 1904-1905 dejaron al Japón campo libre en al general MacArthur en Tokio para que apoyase a los sudcoreanos. El presidente ordenó
Corea, que fue anexionada en 1910. En 1919 no consiguió recuperar su independencia, aun- también a la VII Flota que aislase Formosa. Dos días después (el 27 de junio) una segunda
que se estableció un gobierno provisional bajo la presidencia de Syngman Rhee, un corea- resolución del Consejo de Seguridad apelaba a todos los miembros para que ayudasen a
no que había obtenido un doctorado en filosofía en Princeton. En la declaracion de El Cairo Corea del Sur a repeler el ataque de que había sido objeto y para restaurar la paz interna-
de 1943, sin embargo, Roosevelt, Churchill y Jiang Kaishek prometieron la independencia. cional. Esta resolución actuaba sobre la base, posteriormente puesta en duda por los rusos,
Por consiguiente, cuando la guerra finalizó en 1945 no hubo ninguna controversia de que la lucha entre el norte y el sur era una amenaza internacional, aunque no quedaba
sobre el status de Corea, pero en el momento de la independencia un accidente le privó claro si era internacional porque el norte y el sur eran dos estados diferentes o porque se con-
de la unidad. Habiéndose rendido los japoneses en parte a los estadounidenses y en parte sideraba que una guerra reconocida como interna y civil tenía repercusiones internaciona-
a los soviéticos, Corea fue dividida en dos partes separadas por el paralelo 38. Esta famo- les. El 6 de julio, China protestó contra una intervención ilegal en los asuntos coreanos.
sa línea nació como resultado de negociaciones entre oficiales de rango relativamente Al principio, la lucha se inclinó rápidamente en favor del norte. Los sudcoreanos y las
menor; no fue una consecuencia de decisiones ministeriales. Pero la comodidad adminis- fuerzas de la ONU que vinieron en su ayuda fueron empujados hasta la misma punta de
trativa la convirtió en un hecho político, y todos los intentos posteriores de dotar a Corea la península coreana, pero en septiembre el general MacArthur, que estaba al mando de
de un gobierno único fracasaron. La causa de tal fracaso fue la presencia de tr~pas tanto las fuerzas de la ONU, desembarcó tropas en lnchon, 240 kilómetros al norte, y como
rusas como americanas. Por aquellas mismas fechas, en Polonia, país por el que también resultado de este audaz golpe unidades sudcoreanas y de otras procedencias cruzaron el
competían gobiernos rivales, sólo había un ejército ocupante, y pcir tanto, una única solu- paralelo 38 en octubre y continuaron hasta la frontera de Manchuria. La guerra parecía
ción posible. En Corea había dos ejércitos, y por tanto, ninguna solución. haber llegado a su fin. El presidente Truman voló a la isla de Wake para felicitar al gene-
En 194 7, Estados Unidos llevó el problema a las Naciones Unidas, que nombraron una ral MacArthur y entrevistarse con él. MacArthur expresó su opinión de que ni los rusos
comisión (la Comisión lemporal sobre Corea de la ONU, UNTCOK) para llevar a cabo ni los chinos intervendrían. Tenía razón con respecto a los rusos, que deseaban mostrar su
la unidad por medio de elecciones. Las elecciones se celebraron en el sur en mayo de 1948, desaprobación de la guerra, pero se equivocaba con los chinos, que atacaron el 26 de
pero se impidió que la comisión actuase en el norte, y el resultado de sus actividades fue la noviembre. Exactamente un mes después atravesaban el paralelo 38 y los sudcoreanos y
creación de un gobierno que pretendía ser el gobierno de toda Corea pero de hecho no sus aliados se batían en retirada una vez más.
tenía autoridad ni existencia al norte del paralelo 38. El jefe de este gobierno era Syngman El ataque chino fue un acción de anticipación. Los chinos, que recordaban el ataque
Rhee ahora una figura paternal, un hombre de edad, duro y reaccionario pero al que \egen- japonés sobre su país vía Corea en 1931, tenían razones para sospechar que la nueva
dariamente se consideraba esencial e imprescindible y que de hecho resultó ser casi ina· potencia americana en Japón estaba a punto de repetir esa actuación. Una serie de facto-
movible. En 1949, tanto los soviéticos (que habían sustentado a un gobierno rival en el res -la ayuda americana a Jiang de acuerdo con el Acta de Ayuda a China, la visita del
norte) como los estadounidenses retiraron sus fuerzas annadas. Corea era ahora un país con general MacArthur a Jiang en Formosa poco después del estallido de la guerra en Corea,
dos gobiernos, amenazado por los rusos en Manchuria y por los estadounidenses en Japón, el paso de los estadounidenses al otro lado del paralelo 38 en octubre y su aproximación
y vagamente consciente del surgimiento de una nueva China en sus fronteras. al río Yalu, el debate abierto sobre los intereses estratégicos americanos en las islas del
La primera mitad de 1950 estuvo ocupada por nuevas elecciones en Corea del Sur y Pacífico y sobre la posibilidad de un regreso a Jiang al continente- se combinaron para
por propaganda para la reunificación en Corea del Norte, bien por medio de elecciones alertar al nuevo régimen de Pekín y convencerle de que los estadounidenses querían
en todo el país (de las que Syngman Rhee y otros debían ser excluidos) o por la fusión de emprender una campaña anticomunista similar a las intervenciones anticomunistas que
los dos parlamentos. Una vez que se hizo evidente que estas tácticas eran infructuosas, tro- habían llevado a cabo sin éxito en Rusia después de la revolución de 1917. De modo que
pas del norte cruzaron la frontera el 25 de junio, tomando la capital del sur, Seúl, al día los chinos atacaron primero.

108 109
' La intervención china alteró la naturaleza de la guerra y provocó un violento debate
FElPERACIÓN
Q'E R SIA sobre cómo debía ésta llevarse a cabo. Desde el principio de junio hasta el final de
o 100 200 km Vladivqst noviembre, la guerra, aunque en uno de los lados estaba siendo librada, fundamen-
_,' talmente, por los estadounidenses, podía describirse como una expedición punitiva inter·
nacional. Después de noviembre se fue convirtiendo cada vez más, en un conflicto chino-
estadounidense. El general MacArthur quería que se reconociera este hecho y que se
CHINA emprendiera una guerra abierta contra China, haciendo uso de los medios militares más
adecuados y eficaces. Esto significaba, especialmente, seguir a los aviones chinos a través
de la frontera de Manchuria, en lugar de interrumpir la persecución cuando se alcanzaba
esta línea de combate, y significaba también bombardear las instalaciones fijas chinas en
el río Yalu y en cualquier otra parte. Lógicamente, esta actitud hacia la guerra podía con-
ducir al empleo de bombas nucleares en el mismo corazón de China.
Pero las opiniones del general MacArthur no resultaron convincentes en Washington.
A los jefes de Estado Mayor les horrorizaba la perspectiva de embarcarse en una guerra
con China que podía prolongarse durante años, mientras que el presidente y sus conseje-
ros civiles estaban extremadamente reacios a volver a entrar en la política china (de la
que Estados Unidos se había retirado recientemente) y eran perfectamente conscientes de
la desaprobación que provocaría prácticamente en todo el mundo semejante aventura.
Los aliados de Washington se alarmaron (Attlee voló a Washington para expresar su alar-
MAR DE JAPÓN ma, especialmente por el posible uso de bombas nucleares en Asia por segunda vez) y los
neutrales empezaron a dar al neutralismo una marcada inclinación anti-estadounidense;
la desconfianza hacia Estados Unidos en los asuntos mundiales recibió en estos días un
estímulo que tardaría en desaparecer.
En fecha tan temprana como julio de 1950, Nehm, cuyo gobierno había apoyado las dos
resoluciones del Consejo de Seguridad, hizo propuestas a Stalin y a Acheson para poner fin
o a la lucha. Su intervención fue recibida con simples y escuetas expresiones de cortesía, pero
en diciembre, la India y otros países neutrales hicieron un llamamiento a ambos lados para
que no cruzasen el paralelo 3S-, y durante ese mes el representante indio en la ONU, sir
Senegal Rau, mantuvo una serie de conversaciones en Nueva York con un emisario de
Pekín, el general Wu Xiuquan. Este último, sin embargo, abandonó Nueva York antes de
finales de año sin que se hubiese conseguido nada; un comité de la ONU para lograr un alto
el fuego fue rechazado por Pekín; la hora del~ mediación no había llegado todavía.
MAR El 1 de enero de 1951, los chinos lanzaron su segunda ofensiva. Las fuerzas de la ONU
AMARILLO fueron rápidamente obligadas a salir de Seúl y un nuevo llamamiento de la ONU al alto
el fuego fue rechazado. Pero el avanc.e chino se detuvo. En la ONU, China fue declarada
agresora, y en Washington, en marzo, se leyó ante el senado un telegrama del general
MacArthur en el que éste urgía a Estados Unidos a que atacasen a China y no se limita-
sen simplemente a aceptar el restablecimiento del paralelo 38 como línea fronteriza. Éstas
(} Tsushima eran las alternativas, y tanto la declaración de objetivos de la ONU como el arbitraje de
D3 la guerra favorecían la segunda. Pero ahora les tocaba a los chinos el tumo de retirarse; la
ONU recurperó Seúl el 14 de marzo y los sudcoreanos cruzaron el paralelo 38, una vez
Cheju más, el día 25. El general MacArthur aprovechó la oportunidad para lanzar, por su propia

o iniciativa, un perentorio desafío a sus adversarios para que aceptasen un armisticio, acom·
pañado de una amenaza implícita de represalias masivas si no lo hacían. El desafío fue
ignorado y el presidente Truman advirtió a MacArthur que se había excedido en sus atri·
3.2. Corea dividida en Norte y Sur. buciones y había llevado a cabo una política no aprobada por su gobierno y su coman-
dante en jefe; se le dijo que se limitase a sus asuntos. Como respuesta, el general trató, una

110
111
vez más, de apelar al Congreso y al pueblo de Estados Unidos pasando por encima de sus guiendo triunfos por medio de conquistas o subversiones. En Corea, la agresión no había
superiores militares y civiles. Envió una carta al líder republicano en la Cámara de conseguido anexionar Corea del Sur a una mitad norte comunista, pero en opinión de los
Representantes, Joseph W. Martín, que fue leída en el Cámara y que recomendaba las más estadounidenses el comunismo estaba haciendo peligrosos progresos en otros lugares de
ené1gicas medidas contra China, incluyendo el uso de las tropas de Jiang. El 11 de abril Asia por medio de la subversión. En realidad, el caso contrario estaba teniendo lugar en
fue destituido por el presidente Truman. Malasia, donde el curso de los acontecimientos se volvía contra los insurrectos comunis-
La dramática destitución del general MacArthur produjo tal agitación que su signifi- tas, pero el crecimiento del poderío chino, apoyado todavía por entonces por la ayuda
cación no fue asimilada de inmediato. Lo que significaba era que la guerra de Corea tenía soviética, hizo que Washington temblase por los estados sucesores en Indochina y por
que finalizar por la vía del compromiso y la mediación. El gobierno estadounidense recha- Indonesia. La política estadounidense era así pues antichina porque China se había con-
zó la alternativa de una victoria completa que sólo se podía conseguir con la derrota mili- vertido en la fuente de una nueva ola de comunismo, y por la misma razón era ideológica,
tar de China. Aun así, transcurrieron más de dos años de lucha y negociaciones antes de al afirmar que la virtud se encontraba del lado de los que estaban en contra del comunis-
que se firmase finalmente un armisticio en julio de 1953, más de tres años después del act~ mo y acusar de perversidad a todos aquellos que rehusaban luchar por la causa justa, o al
de agresión inicial en junio de 1950. menos apoyarla. ·
El desarrollo y la conclusión de esta guerra pueden ser sucintamente narrados. Nuevos Los acontecimientos de los primeros años cincuenta reforzaron y prolongaron los vín-
ataques chinos tuvieron lugar en abril de 1951, pero fueron pronto detenidos y ambos culos americanos con lo que quedaba del Kuomintang. Cuando estalló la guerra de
?andos comenzaron a tantear el terreno en busca de una tregua. Unas declaraciones del Corea, Truman encomendó a Jiang Kaishek la tarea de mantener al nuevo régimen chi-
miembro soviético del Consejo de Seguridad, J. A. lvj:alik, emitidas por radio en Estados no alejado de Taiwan y Pescadores. En vista de la total incapacidad naval china, esta
Unidos a finales de junio, condujeron a unas negociaciones para la tregua que comenza- tarea era fácil de cumplir, pero implicaba a Washington en una línea de acción que no
ron en Kaesong en julio y luego fueron trasladadas a Panmunjon. Estas negociaciones fue- contaba con la aprobación de sus principales aliados europeos y contenía una embarazo-
ron tediosas, largas, infructuosas y se vieron entorpecidas por los temores a una reanuda- sa ambigüedad. Cuando Jiang fue expulsado del continente, conservó el control de algu-
ción de las operaciones a escala total y por acusaciones contra los estadounidenses de nas pequeñas islas de la costa. ¿Cubría el manto protector estadounidense estas islas al
recurrir a la guerra bacteriológica. El problema más complejo era el de la suerte que corre- igual que la propia Taiwan? La pregunta, que venía a ser una pregunta sobre el alcance
rían los prisioneros de guerra; se decía que muchos de los que habían caído en manos sud- de los compromisos no escritos de Washington hacia Jiang, se convirtió hasta cierto pun-
coreanas no deseaban regresar al norte, pero finalmente se firmó un acuerdo de inter- to en una pregunta acerca de la firmeza de Estados Unidos después de las vacilaciones de
cambio o canje en junio de 1953 (poco después de la muerte de Stalin, aunque no puede Dien Bien Phu, y fue frecuentemente discutida en ténninos de si estas islas eran o no
probarse de forma terminante ninguna conexión entre ambos hechos). Syngman Rhee necesarias para la defensa de Taiwan.
echó entonces a perder el acuerdo, al liberar a los prisioneros en vez de entregarlos a los Las islas cercanas a la costa eran las Tachen, Quemoy y las Matsu, situadas frente a
norcoreanos, después de lo cual los chinos lanzaron una importante ofensiva. A pesar d~ Amoy y Foochow y formando una pantalla cercana a la costa similar a la avanzadilla que
estos episodios turbulentos, se firmó un arinisticio en junio. las islas Pescadores proporcionaban a Taiwan al otro lado del Estrecho de Taiwan. En
La conferencia de Ginebra que comenzó en abril de 1954 no consiguió adoptar un 1954, Pekín comenzó a elaborar y emitir resoluciones a favor de la liberación de Taiwan,
acuerdo final, y entonces Syngman Rhee fue a Washington para tratar de persuadir a lo que provocó réplicas de Washington manifestando que cualquier intento de atacar
Estados Unidos de que autorizara una invasión conjunta de China por parte de los surco- Taiwan tendría que contar con la flota estadounidense. En septiembre, los chinos empe-
l reanos y las fuerzas de J iang Kaishek. Argumentó que el régimen de China estaba al bor- zaron a bombardear Quemoy como respuesta, aparentemente, a la creación de la SEATO
de del colapso, pero no logró que el Congreso, Eisenhower o Dulles se pusideran de su por el Pacto de Manila. El Kuomintang contraatacó, y durante varias semanas esta serie
1 lado. En el transcurso del año siguiente, las tropas estadounidenses y chinas fueron gra- de ataques y contraataques pareció indicar el comienzo de un enfrentamiento más serio.
:' dualmente retiradas. Corea continuaba dividida en dos, pero estaba claro que la guerra En noviembre, trece aviadores americanos, capturados durante el invierno de 1952-1953
cuando su avión cayó en Manchuria, fueron condenados en Pekín a penas por espionaje
había terminado.
En el año 1954 tuvieron lugar acontecimientos decisivos para la historia posbélica de que iban desde cuatro años de cárcel hasta la pena de muerte, y en diciembre, Estados
Asia. La conferencia de Ginebra, aunque no logró llegar a un acuerdo sobre Corea, demos- Unidos y el Kuomintang firmaron un nuevo tratado que declaraba que la defensa de
tró que el país volvería a la situación imperante en 1949, dividido en dos y liberado de la Taiwan y Pescadores era un interés común. La cuestión de si la retención de Quemoy y
ocupación extranjera. El mismo año, Estados Unidos decidió no intervenir en Dien Bien las Matsu era o no esencial para la defensa de Taiwan y Pescadores es algo que no se men-
Phu. Pero también en el mismo año firmaron tratados con Pakistán y con Japón, y crearon cionaba. En 1955, Jiang, atacado desde el continente, abandonó las Tachen.
la SEATO. La aceptación del statu qua en Corea y la negativa a comprometerse en una Los chinos estuvieron de acuerdo en recibir una visita de Hammarskjold, que se
guerra en Indochina no suponían una retirada estadounidense de Asia. Durante los once autoinvitó a conversar en Pekín sobre los aviadores estadounidenses, pero la conferen-
años siguientes -hasta el comienzo, en 1965, del ataque estadounidense a Vietnam del cia en la cumbre de Ginebra en el verano de 195 5 hizo que los chinos atizasen la crisis.
Norte- Estados Unidos trató de desempeñar un papel importante en Asia oriental y sud- En julio iniciaron otro importante bombardeo de Quemoy. Al parecer, los estadouni-
orienta! desplegando, pero no utilizando, su poderío militar. El principal objetivo de la denses habían decidido mientras tanto -ya por motivos estratégicos o por motivos de
política estadounidense era detener el avance territorial del comunismo, que iba consi- política general- que no debía cederse más territorio. El nuevo bombardeo sirvió para

113
dejar clara esta resolución, y después de que su efecto, como el del que le precedió, se anteriores a la Segunda Guerra Mundial, y, si no aún en 1949, se mostró dispuesto a
desvaneciese, tuvo lugar un período de relaciones más fáciles entre chinos y estadouni- encontrar algo sobrehumano en sí mismo.
denses, marcado por intercambios en Ginebra, conferencias diplomáticas en Varsovia y Cuando Stalin murió en marzo de 1953, en principio no hubo acuerdo en la URSS
la liberación de los prisioneros estadounidenses. A mediados de 1958 se habló incluso sobre quién sería su sucesor, e incluso existió la efímera opinión de que no podría tener
del reconocimiento de Pekín por parte de los estadounidenses, pero una declaración de un sucesor único. Un Stalin compuesto -Bulganin/Kruschev- sustituyó rápidamente al
Washington en agosto mostró que la administración Eisenhower-Dulles no tenía pre- gobierno de comité del intervalo Malenkov, y en 1954 el tándem visitó Pekín. Kruschev
visto dar semejante paso surgió entonces como el nuevo autócrata ruso, y muchos dieron por hecho que era ipso
&ta declaración vino inmediatamente seguida de un nuevo bombardeo de Quemoy. facto también el jefe del comunismo mundial. Para Mao, sin embargo, esto no era tan evi·
Durante el período de calma de 1955-1958, Jiang introdujo tropas en Quemoy hasta que dente¡ no había ninguna norma que dijese que el líder del comunismo mundial tenía que
alrededor de una tercera parte de todas sus fuerzas estuvieron estacionadas justo al lado ser ruso, ni tampoco había ninguna predisposición en la mente erudita de Mao para acep-
del continente. En septiembre de 1958, Pekín exigió la rendición de las islas, y se encon- tar a un bullicioso jefe político en esa función. Durante su visita a Pekín en 1954,
tró con una declaración de Dulles en el sentido de que los estadounidenses lucharían para Kruschev no había conseguido establecer con Mao ni una relación jerárquica ni una rela-
proteger Formosa, y otra de Eisenhower en la que calificaba a Quemoy y las Matsu de ción personal.
necesarias para la defensa de aquélla. Las escoltas estadounidenses para las tropas de Jiang Durante un tiempo, las relaciones se mantuvieron estables. China necesitaba todavía
s~ situaron a pocas millas de la costa. Se temía una guerra. Los aliados de Washington y la ayuda económica y técnica de la URSS, y seguía siendo consciente de la necesidad de
sectores de la opinión estadounidense se alarmaron, y al cabo de unos días la crisis que· ayuda militar, necesidad que se había hecho dramática tras el estallido de la guerra de
dó reducida por la reanudación de las conversaciones diplomáticas chino-estadouniden- Corea. Los soviéticos continuaban ayudando a los chinos a modernizar su ejército¡ el
ses en Varsovia. Por impopular y arriesgada que hubiera sido la política de Dulles (al uti· Cuarto Ejército de Tierra chino que había entrado en Corea en 1950 formaba parte de las
lizar, por ejemplo, el poder militar para realizar amenazas políticas}, había logrado fuerzas que habían derrotado al Kuomintang y que los chinos deseaban a toda costa trans-
durante estos años el objetivo de mostrar que la decisión estadounidense de no interve- formar en un instrumento más moderno. Los rencores y resentimiento -la sensación, por
nir en Indochina en 1954 no significaba que no existiese la voluntad de hacerlo. Esta ejemplo, de que los rusos habían hecho muy poco para ayudar a los comunistas chinos
determinación quedaría aún más patente y enfatizada en Vietnam, donde los estadouni- antes de que tomaran el poder- quedaron relegados. En 1954, cuando la guerra de Corea
denses ayudaron primero económica y militarmente al régimen anticomunista, y luego se había llegado claramente a su fin, los rusos abandonaron Port Arthur y entregaron a
mezclaron directamente en una guerra en el continente asiático. Pero el hecho de que China sus instalaciones, dos años después de la fecha establecida en el tratado ruso-chino
los estadounidenses se involucraran en esta guerra cambió la naturaleza de su poder y de de 19.50. También transfirieron a China su participación del 50% en las compañías con·
su política en el Extremo Oriente. La derrota de Japón en 1945 había proporcionado a juntas creadas en 1945 para la explotación de petróleo, metales no ferrosos y una aviación
Estados Unidos el dominio absoluto del Pacífico. El conflicto entre Truman y civil en Jinjiang y para la construcción y reparación de barcos en Dairen. Por último, con-
MacArthur y su resultado demostraron que el dominio del Pacífico, reforzado como esta· certaron nuevos acuerdos para conceder ayuda económica y técnica en forma de créditos
ba por guarniciones en las islas japonesas y Filipinas y por la alianza con Australia y financieros, técnicos cualificados y conocimientos científicos.
Nueva Zelanda (que, concertada en 1951, era el precio del consentimiento de estos paí· El deterioro de las relaciones chino-rusas comenzó hacia 1956 y alcanzó graves pro·
ses al tratado de paz con Japón), seguía siendo la base de la política estadounidense. Pero porciones en los dos años siguientes. En el XX Congreso del Partido Comunista soviético
el fracaso del intento francés de reanudar su imperio en Indochina, que se produjo, ade- en febrero de 1956, Mikoyan, seguido por Kruschev, emprendió la demolición de la memo·
más, después del triunfo de los comunistas en China, condujo a &tados Unidos hacia ria de Stalin. La desestalinización afectaba a puntos doctrinales en los que Mao podía, con
una nueva política de dominación en Asia más que en el Pacífico. justicia, exigir ser escuchado, pero no se le consultó y tal vez se sintió ofendido por la arra·
Los conflictos de la China comunista con Estados Unidos coincidieron justamente gancia de los soviéticos, que evidentemente daban por sentado que tales asuntos podían
con el declinar de sus relaciones con la URSS en el transcurso de las querellas que se desa· resolverlos ellos solos. Kruschev era aún una figura nueva, o al menos todavía no canso··
rrollaron a finales de los cincuenta y fueron notorias en los sesenta. Una de las canse· lidada en su reciente apogeo, y hubiera sido cuanto menos conveniente para él consultar
cuendas más importantes de la muerte de Stalin fue el choque de los temperamentos a alguien de mayor edad como Mao. En asuntos exteriores, Kruschev estaba dando tam-
incompatibles de Kruschev y Mao, que se sobrepusieron encima de los divergentes inte· bién muestras de una peligrosa falta de seguridad. Una de sus primeras iniciativas había
reses de los imperios ruso y chino y que se exacerbaron a causa de la disputa doctrinal. sido poner fin a la ruptura con Yugoslavia. La postura china hacia Yugoslavia fue ambigua
Cuando Mao visitó a Stalin en 1949, había en este encuentro un elemento de reve· y vacilante en los últimos años cincuenta. Por un lado, la independencia de Yugoslavia
rencia del líder chino hacia el hombre que formaba ya parte de la mitología soviética jun- con respecto a Moscú era del agrado de los chinos¡ por otro lado, sin embargo, los yugos·
to con Marx, Engels y Lenin, y que era por tanto mucho más que un simple líder ruso. El !avos mantenían ideas heréticas. En principio pudo parecer que la independencia preva·
poder de Stalin había durado un cuarto de siglo, su prestigio había aumentado enor· lecía sobre las herejías, pero a partir de 19.57, aproximadamente, las herejías empezaron a
memente con la Segunda Guerra Mundial¡ era una figura legendaria, algo más que un parecer a los chinos más graves, especialmente cuando la independencia se hizo menos
hombre mortal, algo parecido a un longevo y afortunado emperador chino. Mao, sin pronunciada y Moscú se inclinó hacia una política de coexistencia con Yugoslavia, de pac·
embargo, estaba disgustado con la URSS desde poco antes de los primeros encuentros tar con el diablo cuando fuese necesario, una política que los chinos --comprometidos en

114 115
una postura antiamericana- consideraban censurable, inoportuna y estúpida. Además, en de pura lógica como porque su temor y su conciencia de las terribles consecuencias del uso
1955, Bulganin y Kruschev pusieron de manifiesto su apoyo a países no comunistas --espe- de armas nucleares les había llevado a desechar una creencia tan siniestra; pensaban espe;
cialmente asiáticos- con sus visitas a la India, Birmania y Afganistán. Las dudas de los chi- cíficamente en la guerra nuclear, y no en la guerra en general. El peligro nuclear también
nos se vieron reforzadas a continuación cuando, hacia finales de 1956, tuvieron lugar les hacía diferir de los chinos en su enfoque de las guerras no nucleares: tanto Moscú como
revueltas primero en Polonia y luego en Hungría. En opinión china, los rusos no supieron Pekín apoyaban guerras de liberación nacional, pero Moscú estaba más preocupada que
responder adecuadamente ante ninguna de ambas situaciones de emergencia. En el caso Pekín por los riesgos de una escalada que desembocase en una guerra nuclear, y era, por
de Polonia, los chinos intervinieron en favor del comunista Gomulka, más independien· tanto, más cautelosa en cada caso particular. Estas divergencias eran una consecuencia más
te, y contuvieron a los rusos evitando que utilizasen fuerzas militares; en el caso del levan- de la muerte de Stalin, la cual, en éste y en otros asuntos, desencadenó un contenido deba-
tamiento anticomunista húngaro, exhortaron a los rusos para que no retirasen sus tropas te en el interior de la URSS. En marzo de 1954, Malenkov había afirmado que una guerra
prematuramente. Pero estas discrepancias no eran muy graves, y al año siguiente los chi- mundial podría destruir toda la civilización; durante su mandato é:omo primer ministro,
nos ya estaban aconsejando a los polacos que fuesen más dóciles con los soviéticos. hizo hincapié en la estupidez inherente a la guerra al tiempo que llevaba a cabo su políti·
En 1957, en un nuevo acuerdo sobre ayuda técnica, Kruschev prometió a China ca de aumentar el abastecimiento de bienes de consumo. Kruschev, durante el tiempo en
(según afirmaron los chinos más tarde) muestras de material nuclear e información sobre que estuvo en competencia con Malenkov, le atacó por derrotista y por preconizar la coe-
la construcción de armas nucleares. Éste fue, además, el año en el que los rusos perfeccio· xistencia con los capitalistas y propuso una firme política de desarrollo y fortalecimiento
naron el primer misil intercontinental y lanzaron el primer sputnik. El mundo entero del poderío soviético. No obstante, cuando él mismo pasó a ocupar el cargo de primer
éxtrajo conclusiones exageradas de estos éxitos. Se pensó que los soviéticos estaban ade- ministro, se propuso limar las asperezas de la guerra fría porque la URSS era inferior a
lantando a los estadounidenses, o que quizá lo habían hecho ya, y los chinos esperaban Estados Unidos en materia de tecnología y porque encontró a las fuerzas soviéticas mal
que Kruschev explotase esta maravillosa ventaja. Los comunistas contaban con una organizadas. En el XX Congreso del Partido Comunista, afirmó que la guerra no era inevi-
superioridad numérica desde hacía tiempo; ahora estaban también a la cabeza en lo table y que podría no ser esencial para el triunfo del socialismo en todo el mundo. Esta opi-
referente a tecnología. El viento del este, en frase de Mao, predominaba sobre el del oes- nión se repitió en la declaración emitida en noviembre de 1957 al final de la conferencia
te. El arsenal nuclear soviético podía utilizarse para poner a los estadounidenses contra la de partidos comunistas (incluido el chino) que tuvo lugar en Moscú, y desde este momen-
pared, mientras los estados comunistas ayudaban a sus amigos a llegar al poder en el mun- to la discusión pareció deribar hacia la cuestión de si toda guerra y no sólo la guerra nucle-
do subdesarrollado; en Asia, África y Latinoamérica se produjeron movimientos revolu- ar, se había vuelto improcedente. En 1958, no obstante, la opinión china de que el viento

cionarios anhelantes de sacudirse el yugo del imperialismo capitalista con la ayuda, fun- del este predominaba sobre el del oeste convirtió un debate teórico en una cuestión tácti-
¡,
1 f'
damentalmente, de los chinos, cuyas experiencias propias entre 1922 y 1949 les habían ca candente, en la que los chinos esperaban que los soviéticos iniciasen una acción enér-
! enseñado mucho -más de lo que nadie sabía- sobre la estrategia de la revolución en paí- gica incompatible con la orientación general del debate desde 1953.
! ses pobres, atrasados y agrícolas. Los chinos, que se preparaban para el Gran Salto Al mismo tiempo surgió otro motivo de disputa. En general, los rusos y los chinos se
1 Adelante y su segundo plan quinquenal, pensaron que podían también llevar a cabo un mostraban de acuerdo en la necesidad de apartar a Asia, África y Latinoamérica del cam-
l
l nuevo intento de tomar Quemoy y hacer sentir su presencia en los asuntos del mundo po capitalista, pero discrepaban acerca de los medios para conseguirlo. Los chinos, resuel-
ii comunista y de Asia.
Había varios puntos en el análisis chino con los que ni Kruschev ni al menos algunos
tos a multiplicar el número de estados con régimen comunista, querían ayudar sólo a
1 movimientos comunistas, mientras que los soviéticos, adoptando la actitud más pragmá-
de sus principales colegas estaban de acuerdo. Es muy posible que fueran ellos las únicas tica de que cualquier régimen antioccidental era ventajoso, estaban dispuestos a ayudar a
l personas en el mundo que sabían en aquel momento que el sputnik soviético no había
colocado a la URSS por delante de Estados Unidos, por lo que no creían que pudieran
movimientos revolucionarios burgueses allí donde los comunistas no existiesen o tuvieran
escasas posibilidades de obtener éxito. En la conferencia de partidos comunistas de
inmovilizar a Estados Unidos con una amenaza de aniquilación nuclear. Hasta cierto pun- diciembre de 1960 en Moscú, esta discrepancia quedó temporalmente superada gracias a
to, se encontraban atrapados en las redes de su propio alborozo, puesto que cuanto más la adopción de una fórmula de compromiso: se ayudaría a las democracias burguesas si
exagerasen sus éxitos técnicos, más motivos habría para suponer que habían conseguido evolucionaban en una dirección socialista.
una libertad de actuación en los asuntos internacionales mucho mayor de la que real· La alianza ruso-china, que ya se había visto deteriorada por los recelos y las fricciones
mente tenían. Mientras los chinos les creían capaces de evitar la guerra nuclear, ellos la de 1956-1957, se trastornó por completo en los dos años siguientes, durante los cuales la
temían. Los chinos pensaron que los logros de los soviéticos habían hecho la guerra nuclear URSS se mostró indiferente hacia los intereses vitales chinos, o incluso hostil hacia ellos.
mucho más improbable y que, por tanto, las potencias comunistas podían permitirse lle- La inmunidad de Jiang en Taiwan bajo la protección de la VII Flota americana era una
var a cabo políticas más arriesgadas. También mantenían la postura marxista ortodoxa de afrenta contra la que Pekín no podía, en realidad, hacer nada, puesto que no poseía una
que la guerra tendría que estallar algún día de una forma u otra porque el imperialismo la flota propia, pero el hecho de que Jiang estuviese en posesión de Quemoy y las islas Matsu,
hacía inevitable. emplazadas justamente junto a la costa china, era una provocación menos soportable y
La visión de la guerra de los rusos había cambiado, y ese cambio se debía más a que también menos irremediable. La decisión de Pekín de conseguir las Quemoy y las Matsu
abordaban el tema desde un ángulo diferente que a una revisión radical de sus doctrinas. mediante una política de tira y afloja falló repetidamente porque Dulles no perdió la cal-
Habían suavizado la doctrina básica de la inevitabilidad de la guerra, no tanto por razones ma, y parte de este fracaso Pekín lo achacó al poco entusiasta apoyo de Rusia. Los rusos, al

116 117
mismo tiempo que simpatizaban con el sentir de Pekín hacia los territorios chinos no recu· una respuesta aceptable, y ya en el nuevo año tanto el ministro, de Asuntos E.xteri~r.es
perados, se mostraban muy cautelosos con los conflictos del Pacífico y decididos a no ver· como el primer ministro de China hicieron declaraciones que veman a ser una af1rmac1on
se empujados a una guerra por la reconquista de Taiwan. Rehusaron constituir un mando de su falta de confianza en la política exterior y en la forma de proceder de Kruschev. En
conjunto para el Extremo Oriente e hicieron exigencias que venían a ser, a ojos de los chi· una reunión del Presidium del Consejo para la l>az Mundial (una organización de partí·
nos, usurpaciones inadmisibles de la soberanía china. Parece que Kruschev estuvo dispues· dos comunistas) en enero de 1960 en Roma, la delegación soviética atacó a China, y en
to a establecer bases nucleares en China, pero sólo con la condición de que fuesen sovié· una conferencia comunista que se celebró en febrero en Varsovia los chinos estuvieron
ticas y de que no hubiese ningún dedo chino en el gatillo. Al parecer, algunos líderes sólo como observadores, a pesar de que Mongolia Exterior y Corea del Norte participaron
chinos, incluyendo al ministro de Defensa, el mariscal Peng Dehuai (P'eng Teh-huai), con· plenamente. En abril, el 90 aniversario del nacimiento de Le~,in proporcionó a ambos
sideraron que valía la pena pagar ese precio, pero prevaleció la opinión contraria, el maris· lados una ocasión para exponer sus opiniones con toda profus1on de detalles, y una po·
cal Peng fue destituido y el intento ruso (si es que era tal) de crear en Asia oriental el mis·· derosa campaña propagandística china sacó a la luz la disputa. M~o, ya .casi ret~r~~o,
mo tipo de situación estratégica que tenían los estadounidenses en Europa occidental · reapareció para hacer cinco declaraciones distintas explicando la actitud chma y refmen·
fracasó. Para empeorar aún más las cosas, los rusos echaron un jarro de agua fría sobre el dose con desdén al disparate de confiar en los estadounidenses.
Gran Salto Adelante en un momento en que la cooperación soviética era esencial para su Los chinos tenían, sin duda, la esperanza de hacer cambiar de actitud a Kmschev o
éxito, adoptaron una actitud neutral en las disputas de China con la India en 1959, conti· derribarle, y es posible que el líder soviético, que se preparaba par~ la conferencia en l~ ~um·
nuaron prestando grandes ayudas a Indonesia a pesar de que Pekín se estaba viendo impul· bre de París de mediados de mayo, corriese algún peligro. El Soviet Supremo se reumo el 5
sada a protestar contra el comportamiento del gobierno indonesio hacia su población chi· de mayo, hubo una reorganización en el secretariado del partido, y corrieron rumores de
na, y se propusieron mejorar sus relaciones con Estados Unidos. Los chinos se veían escisiones e intrigas. Pero Krusc:hev fue a París y, a pesar del incidente del U-2 y del fraca-
obligados a hacer una nueva valoración de las actitudes de la URSS y del equilibrio entre so de la conferencia, reiteró su creencia en la coexistencia pacífica a su regreso Ydespués de
las pincipales fuerzas en el mundo. él. En un cónclave comunista celebrado en Bucarest en junio, Kruschev atacó personal·
Los acontecimientos que tuvieron lugar en Oriente Medio pudieron muy bien haber mente a los chinos en el curso de una reunión que se suponía que debía restablecer la armo-
contribuido a este replanteamiento. En julio de 1958, la monarquía iraquí fue derrocada y nía, y en agosto se ordenó a los técnicos soviéticos que se enco~tra~an en ~hina, cuyo
el rey, su tío, su primer ministro Nuri es-Said, y otras personalidades, asesinados. Durante número era aproximadamente de unos 12.000, que hicieran el equipaje y volviesen a casa,
un tiempo, algunos observadores pensaron que los estadounidenses y los británicos empu- trayendo consigo los proyectos en los que habían estado trabajando. Este acto amargamen·
ñarían las armas para luchar contra esta revolución y que comenzaría una guerra de mayo- te hostil coincidente con las difíciles circunstancias internas de los años de la gran cares·
res o menores dimensiones. Naturalmente, los chinos estaban muy interesados en estos tía, les p~reció a los chinos que equivalía a una invitaci~n a los estadou~i~enses para i~va­
acontecimientos. Posteriormente, exigieron ser incluidos en cualquier conferencia convo· dir China y al Kuomintang para provocar un levantamiento c~ntra el r~g1men comun.1sta.
cada para tratar de la situación, y su bombardeo de Quemoy fue reanudado poco después La correspondencia y la propaganda continuaron con creciente acntu~ y, en nov1em·
del golpe de Estado iraquí. Quizá supusieron que los rusos podrían ser persuadidos para que bre de 1960, ochenta y un partidos comunistas asistieron a otra conferencia general cele·
utilizasen la amenaza nuclear contra los estadounidenses, o incluso para que se involucra· brada en secreto en Moscú para mitigar las discordias. Después de un debate lleno de
sen en una lucha. Si sus consideraciones eran tan optimistas, su desilusión debió ser enor· insultos, esta reunión emitió un comunicado que intentaba cubrir con un velo demasía·
me cuando se vieron obligados a aceptar, con profunda melancolía, que, por el contrario, do fino una grieta demasiado profunda. La mayoría de los part'.cipantes se .m~straron ~ar·
los rusos estaban implicados en una conspiración junto con los estadounidenses para tidarios de las tesis soviéticas. Para entonces, la alianza ruso-chma ya no ex1sua Yla solida-
dominar el mundo y evitar que China llegase a ser una potencia nuclear. ridad doctrinal era una farsa. La retirada de los técnicos rusos significaba la cancelación
Cuando el mundo se enteró, el 3 de agosto de 19 59, de que Kruschev iría a Estados de la cooperación económica iniciada inmediatamente después del establecimiento de la
Unidos y se entrevistaría con Eisenhower en Camp David, los chinos dedujeron que República Popular China, y el acercamiento de Kruschev a Eis~nhower. había revelado los
Kmschev había rechazado las tesis de Pekín de que la URSS debía emplear su fuerza más estrictos límites del apoyo soviético a China en asuntos extenores. El mtento de llevar a
1 que negociar con ella. Aunque había habido algunos indicios de respaldo chino a la polí- cabo una alianza ruso-china en cuestiones internacionales se había estrellado contra la
~::o;
tica de Kruschev, un cambio de mentalidad en Pekín, coincidente con cambios en la cús· política estadounidense de Kruschev. . . .
pide del Partido Comunista chino, dio lugar a un tono inequívocamente duro hacia Pero al final de 1964, Kruschev fue derrocado, y el segundo tnunv1rato que se hizo car·
Estados Unidos y a advertencias contra la ingenua inexperiencia de aquellos que imagi· go del poder ad ínterim (al igual que el liderazgo colectivo que se conf~guró tras ~a mue.r·
naban que era posible pactar con el enemigo imperialista. El espCritu de Camp David no te de Stalin) intentó una reconciliación. Kosiguin fue dos veces a Pekm. Los chmos, sm
era compartido por los líderes chinos¡ pero además, las negociaciones de Camp David embargo, rehusaron asistir a una conferencia de partidos comunistas en mayo de 1965 e.n
parecían dejar de lado los intereses chinos, como si China no fuese más que un impedi- Moscú, y como consecuencia frustraron los planes de Moscú de celebrar una conferen~ia
mento para un acercamiento entre rusos y estadounidenses. En octubre, poco después de comunista de carácter mundial. La embajada rusa en Pekín fue atacada en 1967, Y al ano
su regreso de Estados Unidos, Kruschev fue a Pekín, en una visita que tuvo el resultado siguiente Pekín condenó la invasión rusa de Checos~ovaquia y la doctrina de Bremev
sin precedentes de no dar lugar a comunicado alguno. Si sus anfitriones le preguntaron sobre el derecho y el deber de la URSS de actuar fuera de sus fronteras en defensa del
qué es lo que le había dicho a Eisenhower sobre Taiwan, es improbable que obtuviesen socialismo y del bloque socialista en conjunto. En 1969 tuvieron lugar incidentes en el río

118 119
Ussuri, donde la posesión de unas pocas islas había sido durante mucho tiempo motivo de fundir un juego que, según todas las reglas que rigen un mundo bipolar, admitía sólo dos
discusión (aunque no muy acalorada). Se produjeron algunas muertes, y se habló de la jugadores. En términos militares, no obstante, China continuaba estando muy por deba-
posibilidad de un ataque preventivo de la URSS contra China antes de que su capacidad jo del nivel de las superpotencias. No podía tocar a Estados Unidos ni dañar seriamente
nuclear alcanzase proporciones disuasorias. Si dicha posibilidad, de la que se hablaba en a la URSS. (El frente chino-soviético había permanecido tranquilo desde los incidentes
el mundo entero, fue considerada o no en el Kremlin es algo que todavía se desconoce. del río Ussuri en 1969, pero los ejércitos rusos ubicados en Mongolia habían aumentado
En 1969-1970 tuvieron lugar unas negociaciones en Pekín a las que la URSS envió a uno el número de sus divisiones de 15 a 44). Para 197 5, China habia hecho estallar unas ve in·
de los oficiales más veteranos y capaces de su Ministerio de Asuntos Exteriores, y que fue- te bombas atómicas y se calculaba que poseía un arsenal de 300 armas nucleares. Algunas
ron extensas pero improductivas ( ... ),y las conversaciones retomadas en 1979 fracasaron de ellas eran misiles de alcance medio, pero la mayor parte podían ser lanzadas sólo des-
por culpa de la invasión rusa de Afganistán (con la que China es fronteriza). de aviones con un alca(\ce de 2.500 kilómetros. Para finales de la década, no obstante,
En Washington, Nixon había decidido desechar la política de las dos Chinas si ello había sólidas razones para creer que China poseía no sólo los misiles, sino también los sis-
era necesario para restablecer las relaciones con Pekín, anulando así uno de los principios temas de lanzamiento necesarios para atacar objetivos del área europea de la URSS.
básicos de la política estadounidense. En la conferencia de Ginebra de 1954, Zhou había China estaba decidida a llegar a ser una potencia nuclear independiente y pretendía
propuesto que se llevasen a cabo convi;rsaciones para la reducción de las tensiones. Una convertirse en el líder de una nueva internacional de los desvalidos. Zhou Enlai, que a
primera reunión tuvo lugar en Ginebra en agosto de 1955, después de que China libera- partir de la Conferencia de Bandung de 1955 había fortalecido cada vez más la posición
se a once aviadores estadounidenses que habían sido capturados, pero el reconocimiento diplomática de China en Asia, realizó una serie de visitas a países africanos en 1963-
de Taiwan como un Estado separado e independiente por parte de los estadounidenses 1964. La exclusión de China de las Naciones Unidas, donde el asiento específicamente
resultó ser un obstáculo insuperable y Estados Unidos. interrumpió las conversaciones a asignado a China continuaba estando ocupado por el Kuomintang, pudo haber contri·
finales de 1957. Fueron reanudadas en Varsovia, al año siguiente, y Estados Unidos buido a su deseo de hacer valer su derecho a desempeñar un papel dominante fuera de la
comenzó a dar visados a reporteros estadounidenses que querían ir a China, pero la crisis ONU y desafiante con respecto a sus principales miembros, aun cuando sus gastos de
de tres meses que se produjo a causa de las islas de Quemoy y Matsu vino a congelar las defensa relativamente modestos y sus esfuerzos por conseguir un desarrollo industrial
posturas por ambas partes. En 1960, Zhou propuso un pacto de no agresión en el Pacífico. hacían de China una futura potencia más que una potencia con la que hubiese que con-
Durante varios años se produjo un estancamiento, aunque se mantuvieron contactos. En tar en el presente. Lo que China consiguió en estos años de duro trabajo fue proyectar
1966, el secretario de Estado estadounidense, Dean Rusk, afirmó que Estados Unidos no una imagen tan amenazadora de su futuro poder que hizo que el mundo la tomase muy en
fl
·'r, intentaría derrocar al gobierno de Pekín por la fuerza, pero, cualquiera que fuese la inter- serio en el presente, e incluso la temiese más que a cualquier otro país. Este temor no era
i pretación que Pekín diese a esta muestra estadounidense de desaprobación de la perseve- sólo resultado de la hábil diplomacia china; era también producto del misterioso halo que
rante actitud de Jiang, la guerra de Vietnam puso fin a cualquier mínimo indicio de rela- envolvía a China como consecuencia de la determinación del mundo exterior de tratar-
ciones normales entre Pekín y Washington hasta que la retirada estadounidense del la no ya como a un país diferente, sino ajeno a ese mundo. Era un producto, en particu-
sudeste asiático reprodujo la situación creada en los años cincuenta por la tregua de lar, de la confusión que rodeaba a la actitud china hacia la guerra nuclear y la creencia
Corea. Los estadounidenses comenzaron a reconocer el fracaso de sus esfuerzos para ser de que los líderes chinos contemplaban la posibilidad de una guerra de ese tipo con tran·
una potencia continental en Asia. En 1971, un equipo estadounidense de ping-pong que quilidad porque la vasta extensión de China y su escaso número de grandes ciudades le
había estado jugando en varios países asiáticos fue invitado a China, lo que suponía la pri- pennitirían sobrevivir a un ataque nuclear. Los chinos eran en realidad perfectamente
mera aparición de este deporte en la política de aleo nivel. Este paso vino seguido de un conscientes de que una guerra nuclear sería un desastre universal y de que China y el
nuevo relajamiento del embargo comercial estadounidense (ya se había producido un Partido Comunista chino estarían entre las víctimas, y aunque se aferraban a la tesis, no
cierto relajamiento en 1969). En julio, el asesor para asuntos de seguridad nacional de inverosímil, de que las guerras eran inevitables, no parecían considerar la guerra nuclear
Nixon, Henry Kissinger, fue en secreto a Pekín, y se reveló entonces que el propio Nixon como inevitable. Como otros, esperaban evitar una guerra nuclear con una política de
iría al año siguiente. Ésta era una noticia sensacional, y la visita de Nixon, debidamente disuasión, pero, a diferencia de otros, no podían, en los años cincuenta y sesenta, llevar
·-~JI; llevada a cabo con la asistencia del secretario de Estado William Rogers, marcó el inicio a cabo su propia política de disuasión. Tenían que confiar en que los rusos disuadieran a
de una serie de visitas de otros altos cargos deseosos de hacer las paces con China, reco- los estadounidenses, y llegaron a creer que los rusos, posiblemente por temor o animosi-
nocerla y comerciar con ella. dad hacia China, estaban abandonando este papel fundamental. En este período, China
La distensión entre Mao y Nixon fue una demostración política posible gracias a la estuvo expuesta a amenazas nucleares o a una guerra preventiva de la misma forma que
conclusión de la guerra de Vietnam, y resultó valiosa para ambos países como un medio la URSS lo había estado entre 1945 y 1949.
de hacer una advertencia a la URSS (en el caso de los estadounidenses, la advertencia de En esta situación, los chinos, como los rusos antes que ellos y sin tener en cuenta si
que no dieran por sentada la distensión ruso-estadounidense; en el de los chinos, la de que sus intenciones finales eran malévolas o pacíficas, tuvieron que recurrir a fuerzas de disua-
no creasen problemas en las fronteras chino-soviéticas). Esta demostración no tenía un sión menores, no nucleares, al tiempo que tenían cuidado de evitar cualquier provocación
contenido preciso (y la visita del presidente Ford a Pekín al final de 1975 tampoco le !fio a una potencia nuclear, que hubiera podido ser desa~trosa. Desafiaron y abandonaron al
ninguno), pero sirvió para cambiar la visión que las grandes potencias tenían de los asun- mayor de los estados no nucleares de Asia, la India, y se pusieron de acuerdo con países
tos internacionales. Había ahora otra pieza sobre el tablero, una pieza que sirvió para con- menores que podrían de otro modo haber sido inducidos a integrarse en un campo ene-

120 121
migo. Después de tomar el Tíbet porque podían hacerlo y de posponer la conquista de Egipto o Zanzíbar, pero éstos eran países con preocupaciones más nacionalistas que inter-
Taiwan porque tenían que hacerlo, llevaron a cabo una política de actividad limitada que nacionalistas y con motivos de descontento característicos de cada uno de ellos, y no ofre··
se adecuaba a su limitada capacidad. La decisión de Vietnam del Norte de tomar parte cían una base para políticas comunes.
activa en la guerra del sur fue presumiblemente aprobada por la conferencia de Moscú de Hay siempre una cierta grandeza en el aislamiento. Gran Bretaña, Japón y Estados
ochenta y un partidos comunistas y por el gobierno de la URSS, que no podía resistirse a Unidos ya habían coqueteado en diferentes momentos con sus encantos. La China comu-
los llamamientos a la solidaridad comunista y no podía tener ningún inconveniente en nista hizo de su aislamiento una virtud y quitó importancia a los peligros que éste entra-
aprobar e incluso ayudar a una modesta guerra de guerrillas con posibilidades de resultar ñaba, haciendo hincapié en cambio en un futuro remoto en el que acabaría por burlar y
molesta para Estados Unidos. Cuando en 1963 Estados Unidos decidió desempeñar un desconcertar a las grandes potencias cuya hostilidad tenía que soportar en el presente.
papel dominante en la guerra e inten'sificar las proporciones del combate con el objeto de China estaba acostumbrada a tener enemigos poderosos. A Gran Bretaña y Alemania les
conservar un Estado vietnamita del sur independiente y hacer una advertencia a los chi- había sucedido en este papel Japón, y a Japón, Estados Unidos en 1945, especialmente des·
nos para que no interviniesen, estos últimos, enfrentados a un conflicto entre dos princi- . pués del estallido de la guerra de Corea. La URSS, que a primera vista era un aliado natu·
pios -el principio de que no había que provocar a una potencia nuclear y el principio de ral, había pasado en el espacio de una década a ser un enemigo, una potencia extranjera de
que había que apoyar a los movimientos de liberación nacional- optaron por el primero. cuya buena voluntad China, equivocadamente aunque por poco tiempo, se había permiti-
Este principio dominante quedó posteriormente puesto de manifiesto en Europa. do depender en exceso. En esta situación, los dirigentes chinos parecieron inclinarse hacia
Albania, uno de los pocos amigos de China, recibió poco más que el apoyo retórico que un nacionalismo aún más intenso del que cabía esperar de medio siglo de impotencia y
podía esperarse que los rusos estuviesen dispuestos a tolerar. En cualquier caso, los chinos revolución, y buscar aliento y seguridad en la vasta extensión y la espléndida historia de su
se interesaban por Europa sólo de un modo marginal. Estaban más interesados en África, país, en su fe en la revolución que habían llevado a cabo, y en una visión optimista de la
que presentaba, en su opinión, excelentes perspectivas para la revolución. El tiempo de política mundial. A ojos de los chinos, Asia, África y Lationamérica eran dominios de los
radiodifusión dedicado a oyentes africanos era incluso· mayor que el destinado a los revolucionarios y anticolonialistas donde sus principales enemigos -Estados Unidos, la
sudasiáticos, pero los resultados fueron decepcionantes, ya que llegado el momento en que URSS y los países más importantes de Europa occidental-· iban sin duda a encontrar pro-
China estuvo preparada para desempeñar un papel verdaderamente importante en los blemas a causa de sus arcaicas actitudes políticas y sus contradicciones económicas. En
asuntos internacionales, la mayor parte de los movimientos nacionalistas de África ya Europa occidental y América del Norte aparecerían también movimientos revolucionarios
habían accedido al poder y a la independencia y, resueltos a conservar su poder, adopta· similares, en los que la burguesía se vería amenazada y sería finalmente sustituida por el
ron una actitud que no era en absoluto insurrecciona! y se mostraron recelosos de una proletariado. Mientras tanto, China debía incrementar y desarrollar sus recursos y -en opi·
intervención china en sus asuntos. La caída de Ben Bella en Argelia en 1965 fue un revés nión del propio Mao y de algunos de sus colegas- conservar el ardor de su revolución.
de especial importancia, similar a la derrota y matanza de que fueron víctimas .los comu-
nistas indonesios en ese mismo año.
China era un país en vías de convertirse en una potencia nuclear de carácter regional, RESURRECCIÓN
pero también un país que buscaba en vano desempeñar algo más que un papel regional.
Su surgimiento como una futura gran potencia era un aviso de que el mundo bipolariza- El gobierno de Mao se había comprometido a terminar con la corrupción en los ser·
do de la guerra fría estaba destinado a ser singularmente efímero. La primera explosión vicios públicos, superar el declive financiero y económico que había agobiado al
nuclear de China, en octubre de 1964, fue seguida de una segunda en mayo de 1965. Un Kuomintang, convertir a China en una potencia industrial moderna; e introducir refor·
año después, China hizo estallar la primera arma termonuclear, de un tipo probablemen- mas radicales en el sistema de propiedad de la tierra y en la agricultura. Éstas eran tareas
te susceptible de ser utilizado en submarinos (de los que China tenía treinta, recibidos de ingentes que requerían dinero, autoridad y paz, y era difícil decir cuál de ellas era la más
la URSS). La primera prueba china de un misil dirigido tuvo lugar en octubre de 1966, y urgente. La corrupción, el despilfarro y la burocracia fueron atacados en la campaña anti·
la primera bomba de hidrógeno fue explosionada en junio de 1967. China sería pronto Tres, que comenzó en Manchuria en agosto de 1951 y se extendió a la totalidad de China
una potencia terrible en mil quinientos kilómetros a la redonda; podía esperarse que, a lo dos meses más tarde. A continuación tuvo lugar la campaña anti-Cinco, dirigida contra
largo de la década de los setenta, llegaría a disponer de una amplia gama -si bien en can- el soborno, la evasión fiscal, el fraude, el robo de propiedades estatales y la revelación de
tidades limitadas- de armas nucleares, y era posible que sorprendiese al mundo, al desa- secretos económicos. Estas campañas parecen denotar, por parte del gobierno, una verda-
rrollar, superando todas las previsiones, un arsenal nuclear submarino para amenazar a dera preocupación por conseguir la aprobación del pueblo chino y, a la inversa, una idén·
Estados Unidos y a Latinoamérica desde el océano Pacífico. Pero, a diferencia de Estados tica preocupación por asegurarse de que el pueblo no sólo se comportaría de forma corree·
Unidos y la URSS, China no se estaba convirtiendo en el centro de un bloque. No había ta, sino que pensaría de forma correcta. Estas campañas se realizaron por medio de mítines
conseguido arrancar más que unos pocos partidos comunistas, relativamente insignifican- públicos, confesiones y purgas. Eran indiscriminadas y se utilizaban para atacar a las cla·
tes, del cuerpo principal del comunismo mundial, el cual, si tenía que elegir, seguía prefi· ses más ricas o impopulares, tales como los misioneros, los comerciantes y los empresarios
riendo a Moscú antes que a Pekín, aunque reduciendo la intensidad del control moscovi- privados. Blanco de las mismas fueron también los terratenientes y kulaks, en parte como
ta; sólo los lejanos e ineficaces albaneses y neozelandeses se ponían fielmente del lado de un reconocimiento de la deuda contraída con los campesinos más pobres que habían ase·
Pekín. Aparte de eso, China se ganó las simpatías de algunos descontentos en Francia, gurado la supervivencia y el éxito final de los comunistas. La _!!Xpropiación de las pose ..

122 123
siones de los terratenientes y los kulaks, que comenzó en 1950, se aceleró y se convirtió esperanzas, e iba minando la confianza y el optimismo generados por la victoria, se había
en algo horrible a causa del pánico que se extendió por China en los primeros meses de agudizado como consecuencia de la inflación, los problemas laborales y la escasez de ali-
la guerra de Corea y se cobró al menos dos millones de víctimas: los recién instalados diri- mentos y bienes de consumo, y en esta atmósfera, la esperada discusión sobre cómo pro-
gentes, como los líderes de la Revolueión Franeesa cuando se enfrentaron a los ejércitos gresar dentro del sendero del comunismo se convirtió en una discusión más radical en la
de emigrados y poderes hostiles, vivían a la expectativa de un levantamiento contrarre- que se cuestionaban lo principios básicos del comunismo. Pocos meses después de.la pri·
volucionario que sería apoyado y explotado por Estados Unidos. mera mención de las Cien Flores, el debate iniciado por ese eslogan fue abruptamente
La colectivización comenzó lentamente en 1951. El ejemplo de la URSS en los años interrumpido.
treinta, junto con la inconveniencia de desilusionar y enemistarse con los campesinos que Lo que siguió a continuación, a principios de 1958 en que dio comienzo el segundo
acababan de convertirse en propietarios ocupando el lugar de los desaparecidos terrate- plan quinquenal, fue el Gran Salto Adelante y la enérgica introducción del sistema comu-
nientes, recomendaba precaución. En 1953-1954, Mao estuvo enfermo y Gao Gang -el nal en el campo y la ciudad. El Gran Salto Adelante (precedido por un Pequeño Salto
semiautónomo señor de Manchuria, pro moscovita y partidario de la industria pesada- durante 1956 y 1957, que no tuvo éxito) era un estímulo para que se realizasen mayores
tomó temporalmente el mando. (Se suicidó poto después.) A su vuelta, Mao decidió esfuerzos, y su principal impulsor era Liu Shaoqi (Liu Shao-chi), un líder de la escuela más
acelerar el ritmo de los cambios, particularmente en el terreno de la agricultura. Después impetuosa que sucedió a Mao en el cargo más elevado del Estado al final de 1958, tras la
de dos malos años, la cosecha de 1955 prometía ser buena; no quería dejar tranquilos por inesperada, y todavía no explicada, retirada de éste de la presidencia. El Gran Salto
mucho tiempo a los nuevos propietarios campesinos, por temor a que surgiese de sus filas Adelante era un atajo en el camino hacia una mayor producción. Después de algunos
una nueva clase de kulaks; el primer plan quinquenal, que cubría desde el año 1952 a 1957 ensayos, se ordenó su implantación en todo el país en el otoño de 1958. Los objetivos
(pero que no fue publicado hasta que hubo transcurrido la mitad de su período de dura- principales eran movilizar a los trabajadores, facilitar el acceso de las mujeres a los traba-
ción), fue impelido por el acicate soviético de modo inadecuado, y necesitó un estímulo jos industriales, establecer industrias locales anejas a las grandes unidades de producción,
posterior que sólo podía provenir de la fonnación de brigadas campesinas y la de intro- y proporcionar a la población rural una introducción elemental a los procesos industria-
ducción de métodos más eficientes y una mayor productividad entre el campesinado. El les. Uno de los puntos más divulgados del programa era la fabricación de acero en multi-
principal objetivo era socavar la resistencia del campesino con respecto al Estado; mien- tud de pequeños hornos siderúrgicos diseminados por todo el país (un sistema que produ-
tras fuese propietario de su tierra, conservaría la voluntad de lucha, pero tan pronto como cía mucho acero pero de poca calidad), pero el punto más importante eran las comunas.
la perdiese este espíritu desaparecería de él. Empezaron a formarse a principios de 1958, fueron anunciadas y explicadas en abril, y fue-
En los primeros años, el acceso a la propiedad comunal había sido cuidadosamente ron rápidamente establecidas en todas las áreas rurales, acompañadas de un bombardeo
preparado por una serie de fases escalonadas, comenzando por la cooperación en tareas propagandístico concebido para acallar las críticas con una ola de entusiasmo. Se esta-
específicas y en ciertas épocas; siguiendo con una distribución de remuneraciones basada bleció la propiedad comunal y se dijo a los individuos que recurriesen a la comunidad para
por una parte en la cantidad de tierras que cada hombre poseyese y por otra en la canti- obtener alimentos, servicio$ y entretenimientos gratuitos. En muchos lugares, los resulta-
dad de trabajo que realizase; y desembocando en una fase final en la que la propiedad de dos fueron demasiado lejos; incluso las casas, árboles, aves de corral y pequeñas herra-
la tierra sería transferida al grupo comunal (no al Estado), las rerituneraciones se calcula- mientas se convirtieron en propiedad comunal. El enorme tamaño de China hacía que
rían exclusivamente sobre la base del trabajo realizado, y los asuntos del grupo estarían una reforma radical fuese casi imposible, ya que el gobierno central disponía de un meca-
regulados por reuniones generales y comités elegidos. Desde finales de 1955, esta progre- nismo defectuoso para asegurar que sus deseos se llevaban a cabo de un modo acertado.
sión se aceleró enormemente, y en dos años o dos años y medio estaba casi completada. De hecho, actuó por medio de cuadros, unos aparatos no comunistas que los comunistas
La rapidez con que tuvo lugar esta vasta revolución económica y social era característica incorporaron al sistema de gobierno de China. Estos cuadros eran el vínculo entre el
de los métodos y puntos de vista de los nuevos líderes de China, pero también agudizó el gobierno central y el pueblo. Eran responsables de gran parte de la ineficacia, tosquedad
malestar y los resentimientos (especialmente entre los campesinos más ricos) que un pro- y brutalidad con que se aplicaba la nueva política, pero sin ellos el gobierno se hubiera
grama de ese tipo hubiera provocado en cualquier caso. derrumbado y, por otra parte, no hubiera tenido ningún medio de descubrir el estado de
Durante estos años, Mao, cuya rápida colectivización estaba destinada a escandalizar ánimo del pueblo.
a los más conservadores, también corrió el riesgo de disgustar a la facción más radical al Desgraciadamente, una serie de desastres naturales, que produjeron carestía, hambre y
granjearse la amistad de los intelectuales, los cuales, aunque resultaban sospechosos por graves dificultades, intensificaron la ineficacia del Gran Salto Adelante, y el experimento
su educación y modos de pensar occidentales, eran muy útiles para el régimen. Mao, entero, que estaba dirigido a racionalizar e impulsar la producción agrícola, fue abandonado.
influido tal vez por los acontecimientos ocurridos en Hungría, quería iniciar un debate Fue una testarudez de Mao que careció sobre el terreno tanto del necesario esfuerzo como del
sincero que llevase a convencer verdaderamente de la corrección de su política. Los inte- necesario entusiasmo, un magno fracaso encubierto durante algún tiempo con falsas declara-
lectuales, no obstante, no se decidían a iniciarlo, incluso después de que Mao, al crear el ciones. Aunque las comunas pervivieron como nuevos elementos de la sociedad y del gobier-
eslogan de las Cien Flores, prácticamente les instaba a que creyesen que el régimen que- no, el número de integrantes que las componían disminuyó, y hacia 1960 los pequeños equi-
ría que pensasen por sí mismos y expresasen sus opiniones con más libertad y menos con- pos de trabajo agrícola volvían a ser la base de la economía rural. La revolución, por otra
formismo de lo que se habían atrevido hasta entonces. Cuando la crítica se produjo, resul- parte, había perdido mucho prestigio durante los años de las grandes escaseces. Había agra-
tó ser demasiado exuberante. La inevitable desilusión que estaba erosionando las grandes vado, al sobrevalorar considerablemente la producción agrícola, una crisis que era inevitable,

125
Mao Zedong murió en 1976. Él fue un ejemplo extremo del individuo cuya ideología
y había experimentado sin éxito un nuevo sistema comunal del que los rusos, escépticos hacia bloquea el intelecto, el sentido común y las emociones humanas, un hombre de naturale·
cualquier plan, se habían burlado de manera explícita, si bien ace~ada. . . za autoritaria hecho para realizar monstruosos abusos de poder. Tras una larga y ardua lucha
En los años sesenta, la revolución comenzó a devorar a sus hi¡os. El grupo dmgente de que culminó con la victoria de 1949, él vio sus predicciones transformarse en dolor. Para
China se desgarró con una violencia más propia de la URSS que de China, donde las úni~ preservar éstas al igual que su poder, volvió a políticas que generaban caos y brutalidad a
cas figuras importantes que habían sido depuradas eran Gao Gang en 1954 y Peng Dehuai gran escala, arruinó la China rural mediante devastación y despoblación y destroió gran
en 1959 ambos sospechosos de ser excesivamente rusófi!os. El temor a que la labor de su parte de la herencia material y espiritual de la civilización más antigua del mundo. Zhou
vida est~viese siendo corroída por compromisos y desviaciones burguesas se convirtió en Enlai murió algo antes, en ese mismo año. Estos dos acontecimientos fueron los desenca·
una obsesión para Mao, que se aproximaba al final de su vida. Decidió destituir a todos denantes de una lucha por el poder entre tres grupos principales. El primer beneficiario fue
aquellos dirigentes cuya firmeza y fervor fuesen dudosos y revitalizar al partido y al pueblo Hua Guofeng (Hua Kuo-feng), que era el elegido por Mao para el liderato y sucedió a Zhou
volviendo la mirada hacia la juventud. Después de algunos años de reflexión y prepara~ como primer ministro en funciones. Esto supuso un revés para el sustituto y presunto here·
ción, en 1965 r~veló a sus principales colegas sus planes para una revolución cultural, y clero de Zhou, Deng Xiaoping, de setenta y dos años de edad. Deng, secretario general de
designó al alcalde de Pekín, Peng Zhen (Peng Chen), para dirigirla. Peng Zhen, no obs· Partido Comunista en 1956, había sido víctima de la purga que tuvo lugar durante la revo-
tante, llegó pronto a una total falta de entendimiento con Jiang Qi~g (Chia~g Ching), la lución cultural, pero reapareció en 1974 y al año siguiente fue nombrado vicepresidente
tercera esposa de Mao, y fue destituido en algún momento de la primera mitad de 1966. del partido, primer vicepresidente del gobierno, y jefe del Estado Mayor del Ejército. Como
En mayo de 1966, Mao reapareció en público después de un_ re.tiro de seis meses, y ~ocas consecuencia de unas manifestaciones en Pekín a favor de Deng, éste cayó en desgracia y
semanas después la revolución cultural se puso en marcha pubhcamente con una sene de posteriormente Hua ascendió a primer vicepresidente del partido (junto a Mao) y a primer
mítines, reuniones, manifestaciones y denuncias y un muy divulgado baño de Mao en el ministro. Cuando el propio Mao murió, Hua, temporalmente libre de ataques desde la
Yangtse, cerca de la capital provincial de Wuhan. Dio la casualidad de que en ese momen- derecha, emprendió en seguida acciones contra la izquierda radical. Los componentes de la
to se produjo un colapso en el sistema educacional que obligó a las autoridades a cerrar, denominada Banda de los Cuatro, dirigida por Jiang Qing, fueron arrestados pocas serna·
durante un año, el acceso a la universidad e instituciones similares y enviar a millones de nas después y Hua se convirtió en el presidente del partido. Pero un año después, Deng rea·
jóvenes a una situación de desocupación temporal. Fueron conv~rtidos en Guardias pareció, y durante los tres años siguientes Hua y Deng se repartieron los principales cargos
Rojos, que debían sustituir a la organización de juventudes comuntstas (que proba~~e­ y el protagonismo político, hasta que en 1980 Deng desbancó a Hua después de una cam·
mente se había vuelto demasiado blanda) y acudir a trabajar para aumentar la producc1on paña en la que la posición de Hua como sucesor de Mao fue socavada en nombre de la
en el campo y en la industria. De estas útiles, aunque no académicas, ocupaciones, fueron libertad democrática y el propio Mao fue criticado por haber actuado de forma autocrática
desviados hacia una cruzada ideológica y, en un alarde de espíritu antirrevisionista, se al nombrar a su sucesor. Al mismo tiempo, la Banda de los Cuatro fue procesada y relacio·
manifestaron contra las insuficiencias de la revolución y las actitudes y símbolos prerre- nada con el golpe frustrado de Lian Biao en 1971. El efecto del proceso, y presumiblemen·
volucionarios, asaltando a personas y destruyendo propiedades en un movimiento que se te su propósito, fue presentar a fa Banda de los Cuatro como un grupo conspirador en la
extendió de tal forma que interrumpió las comunicaciones y detuvo la actividad en las tradición de las sociedades secretas de China, desacreditar a las fuerzas armadas haciendo
fábricas. Se dijo que habían estado involucrados unos veinte millones de jóvenes, la ver que eran traicioneras e incompetentes, e indirectamente, implicar al propio Mao en los
mayor parte de ellos menores de veinte años. desastres económicos y sociales de la revolución cultural.
La «revolución cultural» tenía su origen en problemas internos y externos -la planifi· En la terminología comunista china, Deng era un conservador pragmático, incluso un
cación económica, la delegación de poderes, la disyuntiva entre la consolidación del desa· reaccionario. Su victoria significaba la vuelta al tipo tradicional de exámenes competiti·
rrollo alcanzado o la aceleración del ritmo del progreso, la actitud hacia los rusos- que vos (una especie de sistema de oposiciones), la rehabilitación de la «intelligentsia» y de
habían perturbado el partido en los años cincuenta y lo habían trastornado por completo otras víctimas de los años radicales, el restablecimiento del afán de lucro, precios más altos
en los sesenta. La revolución dividió al partido a todos los niveles. Cientos o miles de líde· para los productores agrícolas (y mayores salarios en la industria) y una apertura más
res, desde el presidente Liu Shaoqi hasta oficiales mucho más humildes, perdieron sus car· amplia al mundo occidental y al Japón, e incluso co;i la URSS. Pero aunque modernista
gos, fueron torturados y asesinados. Inevitablemente, el poder del ejército aumentó. Lin y revisionista, Deng no era ni liberal ni demócrata. El quiso modernizar la economía chi·
Biao (Lin Piao), que había sucedido a Peng Dehuai en 1959 y había inventado y distri· na sin relajar su asimiento al Partido Comunista. La Revolución cultural detuvo la moder·
buido el famoso pequeño libro rojo, se puso del lado de Mao, asegurando así la victoria de
nización y sus años de decadencia; Mao había errado en su primera tarea de llevar a China
éste y confirmando la derrota de la facción pro soviética antes representada por Peng. Lin
de vuelta a su lugar como la mayor potencia mundial. Deng y sus colegas elaboraron pro-
Biao fue proclamado posible heredero de Mao. Pero en 1971 desapareció. Corrió el rumor gramas para la modernización de la industria, las fuerzas armadas, la agricultura y la cien·
de que había abandonado el país rumbo a la URSS en un avión que se estrelló .en cia y la tecnología. Se pidieron y gastaron grandes sumas de dinero pero los programas fue-
Mongolia, causándole la muerte. Dos años después, en el X Congreso del Partido ron recortados cuando el establecimiento financiero (banqueros volviendo a los puestos
Comunista Chino, se le atacó abiertamente. Se le acusó de conspirar para asesinar a Mao que habían tenido antes de la Revolución cultural o incluso antes del triunfo de Mao
y cimentar una alianza con la URSS. Estos cargos se repitieron en 1980 en el proceso con· sobre Jiang Kaishek) descubrió que las inversiones extranjeras estaban excediendo sus
junto contra los líderes de la revolución cultural, los mismos que fueran un día los más beneficios (exportaciones, las remesas chinas de ultramar, turismo). El crecimiento fue
cercanos compañeros de milicia de Lin.

127
l?f.
fuerte -con algunos puntos negros en la producción energética en todas sus fuentes y conciliadora, incluso afable y de apología, pero, tras las escenas de sus adversarios más
vetas-. La inflación llegó al 20-30% al año, la corrupción aumentó al ritmo del agujero conservadores, persistía la figura del mutante Deng desolado. Los estudiantes fueron ata-
que se originó por culpa de los precios oficiales, inalterables durante años, y los precios en cados y difamados en las publicaciones oficiales. Ellos por su parte se negaban a ser inti-
el mercado negro. midados. La confrontación resultante fue brevemente paralizada por el más directo rival
La reforma de los precios era urgente pero fue precipitada, lo que acentuó la crisis y de Gorbachov en Pekín. En la plaza de Tiananmen, que estuvo permanentemente ocu-
causó asedios a los bancos, ya que los depositarios corrieron a cambiar su dinero en bie- pada por grandes pero organizadas masas, los ánimos se volvieron hostiles contra Deng.
nes, forzando así al gobierno a posponer la reforma de los precios. Como ya ocurriera en Deng decidió usar la fuerza para disolver la multitud. Los primeros movimientos de lastro-
la URSS, el problema de la corrupción del mercado dentro de una economía comandada pas fueron bloqueados por civiles desarmados; la actitud de los soldados era incierta, inclu·
generó crisis económica y amargas disputas entre los líderes políticos. so amistosa, con los manifestantes y por ello dos operaciones fracasaron; pero pronto el
Deng quedó atrapado en sus propios dilemas. Se vio en la necesidad de tomar medi- drama que había estado acechando la atención del mundo desde finales de abril hasta
das liberales aunque, eso sí, temiéndolas. Él fue consciente de su independencia del ejér- · principios de junio, se cerraría con una masacre. Gobiernos de todo el mundo mostraron
cito y de sus ancianos y conservadores mandos, quienes le habían echado en 1966 y vuel- su indignación de forma breve y contundente.
to a restaurar en 1975; en aquel entonces amplió el cuerpo de policía. Oscilaba entre un Estos acontecimientos frenaron la política exterior de Deng. Diez años antes, Deng
incierto autoritarismo y su facilidad para soltar las riendas alentando así el progreso eco- había visitado Tokio y Washington; algunos años después recibió a Thatcher en Pekín y
nómico, la igualdad de facilidad para tirar de las riendas cuando la relajación daba alas a mandó a su ministro de Asuntos Exteriores a Moscú. Al acuerdo comercial de ocho años
l~ protesta política. Sus políticas engendraron por ello su propio efecto contrario. Deng con Japón que finalizó en 1978, le siguió un tratado de paz completo. Se establecieron
toleró y pareció favorecer el florecimiento de la protesta que en 1978-1979 tomó fom1a relaciones diplomáticas con Estados Unidos en 1978: Washington consintió en cambiar
en las asfixiantes quejas populares y en las peticiones frente al Muro de la Democracia en el reconocimiento formal de Taiwan ante China y retirar sus tropas de Taiwan, mientras
Pekín; él fue capaz de combinar durante algunos años uná sustancial expansión económi- China retiró su demanda de anulación del tratado entre Washington y Taiwan. Reagan
ca con unas tolerables libertades políticas. Pero en 1985-1986 el avance económico vaci- consiguió enojar a China poco después de su elección, ya que quiso establecer un nuevo
1 ló mientras las peticiones populares eran cada vez más firmes. El precio del progreso eco- sino-estadounidense con un resurgir en la venta de armas a Taiwan, pero fue rápidamen-
nómico subió los precios, la inflación (cerca del 10%) originó bloqueos y obstáculos en te forzado a abandonar su postura. Bush prosiguió con las políticas de Nixon y Reagan, de
1 las comunicaciones, recortes de capital y energía, corrupción. El crecimiento económico,
¡, en vez de aliviar la necesidad, la empeoró y avivó la indignación. Deng impuso controles
entablar relaciones y contactos en China pasando por alto la brutal represión china en el
Tíbet en 1987 y 1989 y la repulsa personal cuando el gobierno chino impidió que Fang
( de importación y devaluó la moneda en un intento de contener la economía y, frente al Lizhi aceptaría una invitación para reunirse con Bush en la embajada estadounidense en
clamor creciente de los estudiantes que pedían cambios y que éstos fueran rápiclos, relajó Pekín. Al mismo tiempo, Deng, de forma precavida, improvisaba relaciones con la URSS.
la mano de la censura y abrió el debate político. Pero en 1987, asustado por el resultado En los años setenta, Deng mostró su descontento con Moscú mandando a Hu a Rumania
de la liberación, rápidamente cambió el rumbo, vetó las academias liberales y obligó a Hu y a Yugoslavia e invitando públiéamente a la alianza sino-japonesa-estadounidense amos-
Yaobang, secretario general del Partido Comunista, relativamente liberal y relativamente trar una actitud adversa contra la URSS; respondió de forma amistosa a las primeras indi-
joven, a la resignación (como ya ocurriera con Mao en 1966). Pasados unos meses, Deng caciones que en 1986 hiciera Gorbachov sobre una posible retirada de tropas de Mongolia
volvió a cambiar el rumbo dando un paso atrás hacia una postura relativamente liberal. y Afganistán. El cese del apoyo a la ocupación vietnamita de Kampuchea y concesiones
A finales de año cumplió sus ya anunciados deseos de retirarse, llevándose con él a un gru- en las diputas fronterizas. El ministro de Asuntos Exteriores visitó Moscú {la primera visi-
po de viejos conservadores y dejando a la cabeza del mando a dos jóvenes: Hu, el sucesor ta en 30 años) y Gorbachov fue invitado a Pekín. Antes de su visita en 1989, Gorbachov
de Zhao Ziyang, y al nuevo primer ministro, Li Peng. La retirada de Deng fue más apa- anunció la retirada de 50.000 soldados de las fronteras con China y una reducción de las
rente que real. dos terceras partes de los 50.000 sold\ldos que la URSS tenía en Mongolia. El primer
En 1989 murió Hu. Su funeral fue el momento perfecto para las manifestaciones masi- ministro, Li Peng, visitó seis países del sudeste asiático en 1990. Las visitas en 1992 del
vas en las que los estudiantes universitarios de Pekín fueron especialmente notorios, pro- emperador Akihito y Boris Yeltsin pusieron a China de vuelta en el panorama interna-
testas activas contra el lento camino hacia el cambio, el desastre económico y la per- cional en un momento en el que el mundo tenía los ojos puestos en Yugoslavia y en otros
sistente corrupción. Unidos a los intelectuales descontentos y a los trabajadores causaron asuntos de orden internacional a causa de los vetos del Consejo de Seguridad.
un gran impacto, no sólo en la capital sino también en otras ocho grandes ciudades chi· China, como ya hiciera India casi medio siglo antes, tenía un programa irredentista.
nas. Ellos propusieron un trato, no solamente al Partido Comunista; contaron también Su objetivo más sustancial fue Taiwan, donde el presidente Jiang Jingkuo, el hijo de Jiang
con el predominante grupo de mayores. Sin embargo, para el ya octogenario Deng y para Kaishek, impuso la ley marcial a finales de 1987 y fue apoyada por el nativo taiwanés Lee
otros de su generación, estos dos tratados no se distinguían del resto. Deng equiparó el Tenghui, quien, aunque insistió en la independencia de Taiwan, promovió inversiones
partido con la revolución que se había realizado y la revolución China. Nadie que se opu- taiwanesas y lazos económicos con China y permitió las primeras elecciones desde 1948.
siera al partido era por ello un traidor a su país. En este momento crítico, Zhao, que com- Pekín mantuvo su política de integración aunque con reticencias dictadas por los acon-
partía la creencia de Hu, por la que para hacer una reforma económica se requería tam- tecimientos. Sin embargo, sobre Hong Kong y Macao, los hechos permitieron un tono
bién de una reforma política, estaba en Corea. A su vuelta a Pekín tomó una línea más insistente. Hong Kong había sido adquirida por el Reino Unido en tres partes: la isla

128 129
en 1841, más tarde suplantada por Kowloon en 1860 y los nuevos territorios (los cuales
A esto le siguió un punto muerto en el que la seguridad y valoración de las cotizaciones
comprendían el 89% de la colonia) arrendados en 1898 por 99 años. Cuando terminó la
de Hong Kong sufrieron un retroceso; el dólar de Hong Kong perdió uri tercio de su valor
Segunda Guerra Mundial, la población en las colonias era de medio millón. Un movi-
en un año y cundió el pánico. Como resultado de la visita de Thatcher a Pekín resultó el
miento del Kuomintang para ocupar este territorio fue frustrado; la victoria comunista
plazo de dos años propuesto por Deng. Antes de terminar el plazo, el secretario de Exterior
misteriosamente paró una tentativa similar varios años después y los británicos volviera~
británico anunció en Hong Kong y Pekín el abandono de la propuesta británica para con-
a un creciente comercio capitalista y financiado, sin embargo, con un plazo límite fijado
tinuar con la administración. Este paso atrás dejaba el camino libre para unas conversa-
por la cesión de los nuevos territorios. Ninguno de los regímenes chinos aceptó la vali-
ciones, las cuales dieron originen a la Joint Declaration (Declaración Común) de 1984.
dez de las tres transacciones del siglo XIX. Para China toda la colonia estaba y había esta·
Esta declaración fue, un compendio que incluía un estamento de principios elaborado
do bajo la soberanía China. Para la realización material de esta situación, Mao y sus suce-
por China y un acuerdo por el que ésta redactara y promulgara una Ley Básica para Hong
sores fueron entrenados para tener amplias perspectivas que serían automáticamente
Kong, que se haría vigente en 1997, cuando la administración británica diese paso a la
reducidas por el paso de los años. Hong Kong no fue usado como base para atacar a China
China. La declaración creó un Join Liaison Group (Grupo de Alianza Común) con un
ni por parte del Kuomintang ni por la de Estados Unidos. Mientras tanto, esto fue una
vago papel supervisor en un período de transición antes y después de 1997 (en origen fue
ventana al mundo exterior que incrementaba el valor de China conforme se sobreponía
una propuesta china pero se modificó en una negociación para restringir el grupo autori-
de la guerra, de la guerra civil y de la Revolución cultural.
tario, retrasar su inauguración y alargar su vida hasta el año 2000). En 1985, China esta-
El tercer y más pequeño objetivo fue Matao, una península i¡ dos islas, al oeste del
bleció a tiempo un comité de ochenta y dos personas, incluyendo veintitrés de Hong
·estuario de Pearl River, de seis millas y media de extensión. Los primeros en ocupar Macao
Kong, para esbozar una Ley Básica, publicada en 1988 y aprobada por el People's Congress
fueron los comerciantes portugueses en el siglo XV y llegó a ser provincia de Portugal en
(El Congreso del Pueblo) en Pekín en 1990. Prometía un status especial en Hong Kong
1887 por un tratado con China. Más del 90% de su población (medio millón) eran chi-
para quince años, un elemento electo en el consejo legislativo de una tercera parte en
nos. Los disturbios de 1966 demostraron la precariedad·de las leyes portuguesas y acaba·
1997 y que subiría hasta la mitad en el 2003. Se requirió de los británicos que no exce-
ron con la humillación del gobernador portugués y de facto con el poder compartido de
dieran estos límites antes de su marcha. La publicación de este decreto poco generoso, que
chinos Yportugueses. China promulgó en 1993 una Ley Básica para Macao, para que ésta
desilusionó a los más optimistas, y fue fomentado por la Joint Declaration (Declaración
sea operativa en la inauguración en 1999 de la Macao Special Administra11ie Regían of China
Común), causó espanto en Hong Kong, donde el miedo al futuro había sido exacerbado
(Región Administrativa especial de Macao). Una trayectoria similar se siguió con Hong
Kong. · por la masacre de Ttananmen.
Poco después un nuevo gobernador británico, Christopher Patten, un ministro conser-
Los ?isturb.ios de Macao en 1966 encontraron su réplica un año más tarde en Hong
vador que había perdido su escaño en las elecciones generales de 1991, llegó a presidir las
Kong, smcromzadas con ataques verbales y físicos contra los británicos de Pekín. Esta
colonias durante los últimos años. Las manos de Patten estaban atadas por los aconteci-
agresividad alarmó a la comunidad inversora en Hong Kong y a la colonia d~mocrátió
mientos de 1982-1984 que habían recortado las fuerzas de Deng, introducido el plazo de
lite, pero el gobernador y la policía fueron más resolutivos que los de Macao y el statu qua
dos años y asegurado para China el derecho a legislar el futuro de Hong Kong con tan sólo
mantuvo su estabilidad. Pero la violencia en la colonia y en la capital china sirvieron de
las fuerzas resultantes de sus propios principios. La tarea de Patten fue la de asegurar una
aviso a los británicos del acercamiento en 1997, con la complicación añadida que da la
amistosa transferencia de poder (Londres se muestra atento a las relaciones.anglo-chinas
necesidad de resolver el futuro de la colonia en armonía con la necesidad de mejorar las
con la vista puesta en el futuro) y aquietar los miedos de Hong Kong. Estos miedos se habí-
relaciones con una China que resurge. A mediados de la década de los setenta, la derrota
an ya manifestado en la tasa de emigración que se duplicó e incluso se triplicó allí por 1990,
de la Banda de los Cuatro y la restauración de Deng originó un acercamiento con China
alimentada ésta por las perspectivas del Partido Comunista y por la tacañería británica a la
que fue tan práctico como deseado. Al final de esta década el gobernador de Hong Kong
hora de admitir la salida de gente de sus colonias. Hasta 1962 todos en la colonia tenían
fue a Pekín para iniciar conversaciones. Deng, aunque se mostraba intransigente con la
derecho a la ciudadanía británica y a entrar en el Reino Unido, pero este derecho fue revo-
soberanía china, introdujo la noción de Hong Kong como una región especial en la que
cado y los británicos propusieron restringir la entrada a 50.000 individuos y sus familiares.
el comunismo y el capitalismo coexistan: dos sistemas en un Estado.
Éstos eran seleccionados mediante un complicado sistema de puntos que no podía ocultar
Pero la llegada de Thatcher bloqueó el acuerdo y agrió las conversaciones. Deng y
el hecho de que Gran Bretaña estaba cumpliendo sus obligaciones, no con la gente de
Thatcher se mostraron igual de obstinados, pero Deng fue el más realista, el mejor infor-
Hong Kong, sino con una elite de hombres de negocios y servidores de la colonia.
mado (al menos inicialmente) y el que tenía prácticamente todas las cartas en la mano.
Patten se enfrentó al plan constitucional chino con sus propias propuestas para ter-
Th~tcher, p~ofi.mdam~nte adversa a cualquier rendición de la soberanía británica y minar en unas inminentes elecciones locales y en la elección de un nuevo consejo admi-
teniendo reciente el tnunfo en las Falkland, jugó con la idea del condominio e incluso fue
nistrativo en 1995. Propuso reducir la edad para el voto de 21 años {la edad para votar en
más ingenua: quería una cesión de la restringida soberanía con el fin de no ser cedida. Las
China) a 18; así aumentaría el electorado en 3-4 millones; introducir el asiento único,
propuestas para que continuara la administración británica después de 1997 en ciertos
constituir el voto único; hacer los dos consejos para Hong Kong/Kowloon y los Nuevos
ter_renos para ga~a~tizar as.í la estabilidad y la prosperidad de Hong Kong, irritaba a Deng,
Territorios y una junta completa para el distrito 19, en vez de las dos terceras partes, y
qmen, tras un mitm abrasivo en 1982 en Pekín con los dos líderes, declaró que sin acuer·
reformar los 60 asientos del Consejo legislativo y los diez restantes, mediante circuns-
do en dos años China elaboraría sus propios planes unilaterales para el futuro de la zona.
cripciones funcionales con derecho a voto.

130 131
Para Hong Kong, estos cambios tuvieron la ventaja de extender, tal vez retrasar, su
chos humanos, Clinton no sólo irritó a los líderes chinos, sino que les dio oportunidades
ideal de democracia, pero también la desventaja de ofender a los maestros chinos, quie-
para desarrollar un patriótico sentimiento estadounidense, al mismo tiempo que maneja·
nes respondieron con habilidad y acusando al gobernador de haber violado la Joint
ban el poder y sobrevivían a la era Deng. Sus. tratados para imponer supertarífas a las
Declaration (Declaración Común). Su política fue aprobada con un estrecho margen por
exportaciones chinas como represalia a la indiferencia de éstas por las patentes y por la
el Consejo legislativo. Era imprevisible el hecho de que, en 1997, China engullera una propiedad intelectual estadounidense, no fueron más efectivas contra China de lo que ya
pequeña democracia en una diminuta esquina de su vasto territorio cuya riqueza empe- lo fueran, en su día, contra Japón¡ es decir, que tuvieron un efecto maiginal y probable·
queñecería los puntos ideológicos y constitucionales. Pero las elecciones en 1995 fueron mente temporal.
ignoradas por las dos terceras partes del electorado y China reiteró su intención de disol- Los años setenta fueron testigos de la readmisión de China en el seno de la comuni·
ver la nueva legislatura en 1997. La jugada de gamble pareció irrelevante. Cuando empe- dad de naciones. Canadá e Italia establecieron relaciones diplomáticas en 1970. El mis-
zó su expansión naval, China reclamó islas en los mares del sur (véase p. 468), y con la mo año, una mayoría de la Asamblea General de la ONU -pero no los dos tercios reque·
ayuda de Rusia e Israel, poder aéreo. . ·
ridos- votó a favor del ingreso de China, y al final del año se reconoció al régimen de Mao
Éstos y otros asuntos fueron ocultados por causas inciertas y por la longevidad de Deng
el derecho a ocupar el escaño permanente reservado a China en el Consejo de Seguridad.
Xiaoping. Deng renunció a su último puesto (presidente de la Comisión Central del ejército)
China entró en la ONU con sus propias condiciones, que incluían el rechazo de una pro·
en 1991, cuando tenía 87 años, pero continuaba temiendo una presencia dominante. Su polí-
puesta estadounidense-japonesa de mantener a Taiwan como un miembro independiente
tica de mejorar las relaciones con el exterior estaba respaldada por la evidencia del progreso al lado de China.
'económico de China. Los índices de crecimiento, que habían sido del 4-6% a finales de los
ochenta, ahora alcanzaban el 13% a principios de los noventa, debido principalmente al desa-
rrollo de la empresa privada en las runas costeras. La devaluación de la moneda en 1990 fue
contemplada con generosas inversiones extranjeras. A pes'ar de esto, el increíble crecimiento
económico de Deng originó una serie de interrogantes en su contra. ¿Qué podría pasar si su
muerte hubiera sido planeada? Sostenía una política de liberalización económica mediante un
partido de corte autoritario, lo cual era una contradicción; su lealtad al mercado le hacía igno-
rar el hecho de que las comunicaciones modernas habían transformado los mercados hacién-
dolos atractivos y alejando a los especuladores y atrayendo a los negociantes honestos. La
China posmaoísta y poscomunista era un Estado autoritario que contenía una economía neo-
capitalista próspera y con empuje al igual que una gran población de familias granjeras: las
últimas supervivientes de las revoluciones de Mayo y las que salieron de éstas. No se tiene cla-
ro si esta extraña, tal vez única, complejidad fue el mejor terreno para el éxito o no.

~:
Las perspectivas inmediatas eran poco prometedoras. En 1993, la tensión se convirtió
en serias revueltas como reacción a la subida de los impuestos, a la liberalización de pre-
~;
¡.: cios, a la persistente inflación entre el 25 y 30% y al conflicto entre el centro y las pro-
J\ vincias, entre ciudades y pueblos. Una migración masiva a las ciudades incentivó el cri-
í.\ men, la corrupción y evasión de impuestos. Las grandes esperanzas se mezclaron con
¡'
tl'\ miedos y desilusiones. La pregunta abierta era si el comunismo tendría éxito mediante un
l capitalismo a lo chino o mediante una más familiar anarquía china. China se estaba acer-
cando al fin de siglo como una de las más grandes economías del mundo por su poder de
compra, como el país con el pedigrí imperial más puro y como poder nuclear. La econo-
mía china no sólo crecía, sino que se transformaba. A mediados de la década de los noven-
ta, las tres cuartas partes de sus exportaciones eran productos manufacturados, lo que cau-
só desasosiego entre sus vecinos japoneses y coreanos. Había un excedente de mercado
con Estados Unidos seguido tan sólo por Japón; el valor de los contratos realizado con las
corporaciones estadounidenses excedía los 100 billones de dólares al año.
Con los ojos puestos en la realidad presente y en las posibilidades del futuro, el pre-
sidente Bush vetó los deseos congresistas de rechazar a China como la nación más favo-
recida tras los asesinatos de Ttananmen y los informes que revelaban la persistencia de
torturas y campos de trabajo. El presidente Clinton fue menos circunspecto, pero a la
hora de defender los derechos humanos no se mostró más efectivo. Por reclamar los dere-

132
El orden mundial
IV
mo estadounidense. En octubre de 194.3, en Moscú, los ministros de Asuntos Exteriores
de los tres países aliados aceptaron el principio de una organización global basada en la
soberana igualdad de todos los estados y, con un mínimo grado de discrepancia, pusieron
los cimientos de una nueva organización mundial que debería perpetuar la alianza de la
democracia y el comunismo contra el fascismo y encargar a los principales representantes
de los regímenes democrácticos y comunistas el cometido de mantener la paz mediante el
ejercicio conjunto de su poder aliado. Dicho cometido iría acompañado de una garantía
de inmunidad para cada uno de estos principales estados contra cualquier sustancial intro·
misión por parte de estados de menor importancia, los cuales deberían reconocer el pode-
río superior y la absoluta e indiscutible soberanía de aquéllos.
Las Naciones Unidas eran, en cuanto a la forma, una versión revisada de la Sociedad de
Naciones. Los principales órganos de ambas instituciones eran muy parecidos. Los autores de
la Carta de las Naciones Unidas no pretendían concebir un nuevo tipo ele organización, sino
conservar una estructura ya conocida e insertarla en una maquinaria más efectiva para evitar
la guerra. El Pacto de la Sociedad de Naciones no había proscrito la guerra. Había obligado
a sus signatarios a reflexionar antes de recurrir a ella y a intentar resolver sus diferencias por
uno de los tres procedimientos recomendados. Si esta interposición de la razón fallaba, no se
había pactado ninguna prohibición de recurrir a la guerra y las sanciones internacionales sólo
eran de aplicación en caso de que se recurriese a ella habiéndose despreciado las estipulado·
Mientras el Estado siguiese siendo el elemento básico de la sociedad internacional, la nes previas previstas por el Pacto. En 1928, un intento mucho más radical de impedir la gue·
preservación del orden mundial y la eliminación de la guerra sólo podía garantizarlas el rra fue llevado a cabo por los signatarios del Pacto Kellogg-Briand, que se comprometían a
más poderoso de estos estados. Se podía elegir entre varios métodos. Cada una de las prin- prescindir completamente de la guerra excepto para ciertos limitados propósitos, a saber: la
cipales potencias podría asumir la responsabilidad fundamental o exclusiva en una deter- defensa del propio Pacto, así como del Pacto de la Sociedad de Naciones y de los Tratados
minada región; también podrían todas juntas supervisar y mantener el orden en el mundo existentes, y en el ejercicio del derecho a la autodefensa (la justificación del ejercicio de este
entero; o bien podrían dotar de medios y financiar a una asociación compuesta por otros derecho se dejaba en manos del Estado que lo reclamaba); Estados Unidos y Gran Bretaña
estados para que realizara esta labor en su nombre. Después de la Segunda Guerra Mun- agregaron condiciones relativas a la doctrina Monroe y a la defensa del Imperio Británico,
dial, la organización y la cooperación internacionales estaban basadas teóricamente en el respectivamente. La Carta de las Naciones Unidas estaba a medio camino entre las concep·
segundo de estos métodos, después de que el primero fuese defendido sin éxito en algunas ciones de la guerra como algo permisible, previa pausa para realizar consultas, y la guerra
regiones; pero no se dieron las circunstancias necesarias para el éxito de dicho segundo como algo inadmisible con determinadas excepciones. La Carta contribuía en gran medida a
método, de modo que la práctica se aproximó más a una adaptación del tercero, no del prohibir la guerra excepto en defensa de la propia Carta, o en caso de incumplimiento de las
todo reconocida y llevada a cabo de forma precaria. obligaciones contenidas en ella, o en legítima defensa, pero no proscribía totalmente la gue·
Las formas de organización internacional fueron discutidas durante la guerra por los rra. Autorizaba explícitamente no sólo el uso de la fuerza internacional, sino también de fuer··
países que luego serían los principales vencedores. Churchill y Roosevelt se inclinaban zas nacionales, por parte de un Estado o de una alianza, en defensa propia. La Carta confería
ambos por un modelo regional, y Churchill elaboró un proyecto según el cual una serie de una considerable autoridad al Consejo de Seguridad, que estaba facultado para decidir si una
federaciones locales se agruparían en tres regiones sometidas a un consejo supremo mun· situación determinada suponía una amenaza para la paz internacional, una ruptura de la paz
dial. El poder estaría concentrado en las tres regiones -europea, americana y pacífica- más o un acto de agresión y, si se determinaba qtie así era, para requerir a todos los miembros de
que en el nivel superior o inferior. Este esquema no fue del agrado de Stalin, cuyos rece· la ONU a que tomasen medidas contra el agresor (exceptuando el uso de l~ fuerza, cuya adop·
los hacia Churchill, basados en su desconfianza de la clase gobernante británica y en las ción seguía siendo voluntaria para cada miembro). Sin embargo, esta autoridad colectiva
disputas sobre el momento que debía fijarse para la apertura de un segundo frente en Euro· quedaba contrarrestada por los obstáculos de procedimiento que existían para conseguir, en
pa occidental, se agudizaron a causa de una serie de propuestas que incluían la creación una primera fase, una decisión colectiva en el Consejo, a saber: una mayoría del Consejo y
de las federaciones de los Balcanes y del Danubio en un área de especial interés para la el asentimiento de cada uno de sus cinco miembros permanentes. En caso de que no se logra-
URSS: Stalin quería una soberanía sin trabas y -mientras ambas cosas no fueran incom· ra alcanzar tal decisión, resultaba incorrecto que cualquier miembro de la ONU adoptase una
patible&- también deseaba seguir manteniendo una asociación con sus aliados para evitar decisión opuesta o tomase medidas del tipo de las que preveía la Carta; mientras que una
una vuelta al aislamiento de la URSS anterior a la guerra. En el campo occidental tam· decisión afirmativa del Consejo tenía carácter obligatorio para todos los miembros, un fraca·
bién había oposición al regionalismo, especialmente entre políticos profesionales como so en el intento de llegar a una decisión impedía cualquier acción de las previstas en la Car·
Cordel! Hull y Eden, que temían que diese lugar a bloques autárquicos dominados cada ta. En consecuencia, aunque el C'..onsejo era soberano sobre los miembros, cada uno de los
uno de ellos por una determinada potencia, y que reviviese, en particular, el aislacionis- miembros permanentes era soberano sobre el Consejo.

134 135
Al igual que la Sociedad de Naciones, la ONU fue concebida como una asociación de Egipto y Cirecia y la tolerancia occidental hacia el fascismo de Franco en España-, recu-
estados soberanos (a pesar de que en su prohibición de injerencia en los asuntos internos rrió al veto para enfrentarse a las recriminaciones de los países occidentales, y después, en
de un miembro -artículo 2 (7)- no estaban comprendidas las medidas para hacer respetar enero de 1950, dejó de asistir a las reuniones del Consejo de Seguridad. Esta decisión de
la paz establecidas en el capítulo VII) y, al igual que la Sociedad de Naciones, intentaba retirarse de la ONU fue no obstante revocada, en parte porque había permitido al Conse-
establecer un grado de cordura y entendimiento colectivos y un campo para la acción jo de Seguridad iniciar acciones en Corea en junio de 1950 y en pa1te porque la expansión
colectiva contra los miembros soberanos que la componían, en un período en el que éstos de la ONU --especialmente en los años de 1955, en que se llegó a un acuerdo global por el
se habían visto reforzados masivamente por el crecimiento de la tecnología moderna y de que se aceptaba a un grupo de dieciséis candidatos cuya admisión venía siendo obstaculi-
los modernos métodos de influir sobre la gente. El Estado había sacado provecho de las zada, y de 1960, en que se produjo la mayor afluencia de países africanos-; alteró el carác-
revoluciones industrial y democrática del siglo XX, al uni1 los armamentos modernos y el ter de la organización y ofreció a los soviéticos oportunidades políticas que pesaban más
chauvinismo popular a sus propósitos. Ni la Sociedad de Naciones ni la ONU tenían que su siruación esencialmente minoritaria en el Consejo de Seguridad. (Fue en este perío-
capacidad para hurtar el control de los a1mamentos a los estados soberanos, ni para cre~r do cuando los rusos dejaron de atacar a los dirigentes de los nuevos estados, a los que acu-
en los pueblos del mundo un apego a las organizaciones internacionales que superase a su saban de ser secuaces burgueses, y empezaron por el contrario a hacer amistad con ellos.)
patriotismo puramente nacional. Además de estas limitaciones generales, la ONU vio La hostilidad estadounidense ante el frecuente uso del veto por parte de los rusos con-
cómo sus mecanismos para el mantenimiento de la paz se volvían inoperantes en una eta- dujo a dos intentos de soslayarlo transfiriendo a la Asamblea General una parte de la auto-
. pa muy temprana de su existencia. La eficacia de estos mecanismos dependía de la una- ridad del Consejo de Seguridad. En 1948, se estableció un comité ad hoc de la Asamblea,
nimidad de las potencia~ principales en el Consejo de Seguridad y de la aportación, por al que vulgarmente se llamó la Pequeña Asamblea, como medio de mantener a la Asam-
parte de todos sus miembros, de las fuerzas adecuadas para la ejecución de las decisiones blea en sesión permanente, pero los poderes de la Pequeña Asamblea eran limitados y
del Consejo. La unanimidad de las principales potenci\ls desapareció en cuanto soplaron nunca llegó a ser un órgano de importancia. Los rusos no eran los únicos en considerarla
los primeros vientos de paz, de forma que el veto se convirtió en un instrumento táctico como una contravención de la Carta, y acabó por desaparecer. Más importante fue la
común en lugar de un am1a para ser usada como último recurso, y las medidas que pres- aprobación, en 1950, de la resolución de Unión para la Paz. Esta resolución estaba pro-
cribía la Carta para el reclutamiento de fuerzas internacionales -una serie de acuerdos movida por Estados Unidos, que se daban cuenta de que las operaciones de la ONU en
bilaterales entre el Consejo de Seguridad y los miembros- no llegaron jamás a hacerse Corea sólo habían sido posibles gracias a la ausencia del miembro soviético y de su veto
efectivas porque el cuerpo designado para negociar estos acuerdos, el Comité de Estado en el Consejo de Seguridad y que querían asegurarse de que la presencia rusa en una oca-
Mayor, nunca se puso de acuerdo ni siquiera sobre la naturaleza general y la magnitud de sión futura no obstruiría fatalmente una acción similar. La resolución, que fue aprobada
las fuerzas necesarias. por la Asamblea por cincuenta votos contra cinco y dos abstenciones, introducía un
El veto concedido a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad era una mecanismo para convocar una sesión de emergencia de la Asamblea con poca antelación·
característica especial de la ONU. En el Consejo de la Sociedad de Naciones, todos ios hacía va_ler el derecho de la Asamblea a juzgar amenazas a la paz, rupturas de la paz y acto~
miembros tenían derecho a veto. Los autores de la Carta de las Naciones Unidas tenían de agresión cuando se impedía que el Consejo de Seguridad lo hiciese; creaba un Comité
que decidir hasta qué punto se apartarían de esta norma de la unanimidad. Decidieron para la Observancia de la Paz de catorce miembros, destinado a misiones de exploración
introducir la votación por mayoría como una práctica general, pero sujeta a limitadas Y dilucidación en puntos conflictivos; también creó un malogrado Comité de Medidas
excepciones: en el Consejo de Seguridad, pero no en otros órganos, se concedieron privi- Colectivas de catorce miembros para estudiar un mecanismo internacional para el man-
legios especiales a aquellos que tenían un poder especial, con el resultado de que las prin- tenimiento de la paz; y pedía a los miembros que destinasen fuerzas que al poco tiempo de
cipales potencias tenían la capacidad de impedir acciones contra ellas o contra sus amigos, ser requeridas pudiesen entrar a prestar servicio en las operaciones de mantenimiento
aunque no les daba derecho a impedir discusiones y críticas. Ningún miembro permanen- de la paz de la ONU. La Asamblea estigmatizó en dos ocasiones a China como agresora
te del Consejo se ha opuesto nunca a este principio, aunque miembros permanentes con· de Corea por medio de este procedimiento, y lo utilizó otra vez en 1956 para denunciar el
cretos se han opuesto al uso del privilegio que han hecho otros miembros permanentes. ataque anglofranco·israelí sobre Egipto y para reclutar una fuerza internacional que reem-
Durante los últimos años cuarenta, y en la década de los cincuenta la URSS, que estaba plazase a estos agresores. Pero la legalidad de la resolución de Unión para la Paz era pues-
casi permanentemente en minoría en el Consejo, hizo uso del veto hasta tal punto que ta en d~da continuamente. La URSS y otros miembros la atacaron y se negaron a pagar
otros miembros se quejaron de una ruptura del espíritu, aunque no de las disposiciones, de por acciones puestas en marcha por la Asamblea en virrud de las atribuciones que dicha
la Carta. Los rusos argumentaron como respuesta que la ONU se había convertido en un resolución le confería. En 1962 se pidió al Tribunal Internacional que actuase como ase-
instmmento de la política estadounidense y que esta política era básicamente antisoviéti- sor en este asunto, y éste declaró por nueve votos contra cinco que la responsabilidad de
ca, como ponían claramente de manifiesto tanto el uso que Truman había hecho de su mantener la paz del Consejo de Seguridad era primordial pero no exclusiva.
monopolio nuclear con fines políticos como los discursos de destacados dirigentes occi- De esta manera, unas disputas de naturaleza legal, que reflejaban desacuerdos políticos
dentales, comenzando por Churchill en Fulton y Byrnes en Stuttgart, en febrero y sep- fund~mentales, amenazaron con frustrar las esperanzas de aquellos que en 1945 habían pre-
tiembre de 1946 respectivamente. La URSS, después de un intento inicial de utilizar la tendido crear un documento y una organización que asegurasen la paz y el orden. La falta
ONU para sus propios objetivos políticos -presentando o apoyando quejas acerca de los de armonía entre los miembros permanentes hizo que el nombre del Consejo de Seguridad
holandeses en Indonesia, los británicos y los franceses en Siria y Líbano, los británicos en pareciera ridículo y convirtió al propio Consejo en un campo para la exposición pública de
disputas y acusaciones propagandísticas. La diplomacia abierta llegó a estar tan desacredi- fuera de él sin más ni más. Los precedentes de recurso al Consejo quedaron establecidos en
tada como sospechosa había sido en su momento la diplomacia secreta. Igualmente, la seguida. El Consejo declinó actuar en respuesta a una queja soviética relativa a la injeren-
Asamblea General se hizo célebre por el manejo de los votos obstaculizadores y la explo- cia británica en los asuntos griegos mediante el envío de tropas británicas a Grecia, pero
tación de los votos independientes, especialmente después de que la afluencia de nuevos más tarde investigó quejas formuladas por Grecia en relación a la ayuda extranjera presta·
miembros incrementase el número de aquéllos que probablemente no tendrían un interés da a los rebeldes griegos por parte de Yugoslavia, Bulgaria y Albania. Envió grupos de obser·
directo en determinados asuntos y por tanto votarían por razones ocultas o simplemente vadores que, después de que se les negase el acceso a los lados no griegos de las fronteras en
no votarían. El recurso a la ONU se convirtió, en consecuencia, en algo parecido a un jue- cuestión, emitieron un informe condenando a los enemigos de Grecia. El Consejo no puso
go, debido a la imposibilidad de prever las posniras de muchos de sus miembros. fin a la lucha que estaba teniendo lugar (que sólo se detuvo cuando la ayuda estadouni·
La decepción que produjo el funci~namiento de los órganos centrales de la ONU hizo dense hubo reequipado al ejército griego y restablecido su moral, y cuando Yugoslavia, des·
que se acentuase el interés por el regionalismo. Aunque los autores de la Carta se habían pués de la ruptura con la URSS y sus vecinos comunistas en 1948, dejó de ayudar a los
inclinado hacia la opción del centralismo en oposición al regionalismo, no habían exclui- rebeldes), pero la ONU había sentado un precedente de las investigaciones in situ, es decir,
do totalmente a este último de su modelo. La Carta reconocía a las organizaciones regio- sobre el terreno donde se producía el conflicto, y podía afirmar que había contribuido a
nales por dos vías. Afirmaba, en su artículo 51, el' derecho a la autodefensa regional, y de dilucidar y contener una situación potencialmente peligrosa hasta que ésta pudo ser elimi-
hecho autorizaba la creación de un sistema regional colectivo de defensa que era una nada por otros medios. Ejemplos de esta misma función volvieron a producirse en Indone·
alternativa al mecanismo del Consejo de Seguridad. Dentro de este artículo estaban com- sia y Cachemira. En Indonesia, el Consejo logró establecer un alto el fuego que detuvo,
p~endidas alianzas. regionales tales como la OTAN, cuyo propósito fundamental no era el temporalmente, la primera «operación de limpieza» de los holandeses contra los naciona-
mantenimiento de la paz y el orden en el interior de su área, sino la defensa de ésta fren- listas indonesios y consiguió un acuerdo temporal entre las dos partes por medio de un
te a amenazas exteriores. En segundo lugar, la Carta preveía, en su artículo 52, organiza- comité de conciliación. Aunque estos éxitos fueron, al principio, transitorios, la transfe ..
ciones regionales proyectadas para mantener el orden en la región y resolver las disputas rencia final de la soberanía de Holanda a la República de Indonesia al concluir el año 1949
que surgieran en ella. La Organización de Estados Americanos {que es objeto de un exa· contó con la mediación internacional. También en Cachemira la ONU negoció un alto el
men más detallado en la Parte Sexta de este libro) fue, no obstante, la única organización fuego y consiguió detener la lucha, aunque no logró asegurar una retirada de las tropas
de este tipo que logró un grado bastante aceptable de eficacia en los primeros treinta años paquistaníes e indias que habían entrado en Cachemira, ni resolver la disputa política sub-
de existencia de la ONU, con el resultado de que el regionalismo no ofreció en este perío- yacente entre Pakistán y la India. Cachemira fue el primer ejemplo de una paradoja que
do ninguna alternativa real a los órganos centrales de la ONU como medio para mante- más tarde llegaría a ser palmaria y grotesca: el hecho de que un alto el fuego y el cese de
ner la paz en una región. hostilidades podía obstaculizar la solución de disputas esenciales, al liberar a los contrin-
1 l
1
Pero, aunque el Consejo de Seguridad no funcionó como sus autores habían preconi- cantes de la urgencia de llegar a un acuerdo para ahorrar vidas y dinero. Los observadores
' 1
zado y aunque las organizaciones regionales no habían conseguido ocupar ese vacío, la de la ONU, enviados a Cachemira en 1949, permanecían aún allí más de treinta años des-
'
ONU llevó a cabo una actividad continua en operaciones de seguridad, desarrolló una pués.
serie de técnicas experimentales e incluso intervino -en el Congo- en una importante En Palestina, el último ejemplo ilustrativo de las operaciones de seguridad de la ONU
operación en la que desplegó un total de cerca de 100.000 hombres durante cuatro años. antes de la guerra de Corea, emisarios de la ONU negociaron un alto el fuego, lo resta-
La intervención de la ONU en situaciones peligrosas iba desde misiones relativamente blecieron cuando se rompió y ayudaron a conseguir acuerdos de armisticio. Los árabes e
modestas para demostrar determinados hechos, reducir la tensión y ganar tiempo, hasta Israel, sin embargo, no firmaron la paz, y una Organización de Supervisión de la Tregua
expediciones militares adiestradas y preparadas no sólo para defenderse, sino también para de la ONU hubo de quedar establecida en Oriente Medio durante más años de los que sus
atacar a otros, pasando por operaciones mediadoras que requerían unidades militares pero creadores habían previsto, viéndose ambas partes expuestas a que sus infracciones a la tre-
no el uso de la fuerza militar. No puede definirse con precisión la línea que separaba un gua fuesen descubiertas por un cuerpo imparcial de observadores.
tipo de operación de otro. Así, las intervenciones de la ONU en Cachemira, Palestina y La guerra de Corea, que, al igual que otros acontecimientos a los que se hace referen-
la guerra de Suez podían clasificarse como mediadoras, y en Corea y el Congo como mili- cia en este resumen de las actividades de la ONU, es objeto de un estudio más detallado
tares, en tanto que sería discutible en cuál de las categorías debería incluirse la interven- en otra parte de este libro, era una prueba de un tipo diferente, puesto que se originó como
ción en Chipre, o si debería incluirse en una categoría al principio y en otra en una eta- consecuencia de un acto de agresión frente al cual no podía haber ninguna respuesta efi ..
pa posterior. Pero la clasificación no es un indicador de la actividad, y la actividad de la caz excepto el uso de la fuerza. Se invocó el capínilo VII de la Carta y el Consejo de Segu-
ONU en el mantenimiento de la paz es innegable. Si la Sociedad de Naciones había sido ridad, en ausencia de la URSS, aprobó de hecho la acción estadounidense y encargó a
criticada por su pasividad, la ONU llegó a ser criticada por su excesiva actividad. Estados Unidos, que tenía fuerzas disponibles en Japón y en las aguas circundantes, que
En la primera fase de esta actividad -la fase anterior a la guerra de Corea- el Consejo respondiese a la fuerza con la fuerza. La guerra de Corea se convirtió por tanto en una gue-
de Seguridad tuvo que hacer frente a situaciones derivadas de la guerra mundial: la per· rra dirigida por un general estadounidense responsable ante el presidente estadounidense
sistente presencia de los rusos en Irán una vez vencido el plazo establecido por los acuer· y que actuaba como instrumento de la ONU. Otros quince estados, la mayor parte alia·
dos de los tiempos de guerra, y la lentitud de las tropas británicas y francesas en proceder a dos de Estados Unidos por otras razones, enviaron unidades al campo de batalla, pero la
la evacuación de Siria y Líbano. Estos asuntos fueron debatidos en el Consejo y resueltos mitad de las fuerzas terrestres reclutadas, el 93% de las fuerzas aéreas y el 86% de las fuer··

138 139
zas navales, eran estadounidenses, y cuando los chinos invadieron Corea y la guerra evo- dos como observadora y mediadora. En 1958, el gobierno libanés se quejó de injerencia
lucionó gradualmente hasta convertirse en una prueba de fuerza entre Estados Unidos y de la República Árabe Unida en sus asuntos internos, y reclamó la ayuda de las tropas
China (con el peligro de que se produjese un choque aún mayor entre Estados Unidos y estadounidenses. La ONU envió unos cuantos grupos de observadores móviles para ins·
la URSS, cuya ayuda al bando comunista no era en absoluto una posibilidad remota), peccionar e informar sobre lo que estaba ocurriendo a lo largo de las fronteras del Líbano,
muchos miembros de la ONU comenzaron a darse cuenta de que los motivos por los que y posteriormente amplió su misión al objeto de poder sustituir a las unidades estadouni-
la ONU había intervenido en la guerra se habían perdido de vista y de que ninguna ope· denses, cuya presencia se había convertido en una molestia para todos los implicados,
ración futura de la ONU debía ser dirigida de la misma forma. Durante más de una déca- incluyendo a los propios estadounidenses. La ONU, así pues, aclaró una situación confu-
da después de la guerra de Corea se consideró como un axioma que las grandes potencias sa, mitigó las tensiones y finalmente preparó el terreno para una vuelta a la normalidad.
no debían ser inviradas a combatir para contribuir a operaciones de la ONU, un axioma Esto suponía una adaptación de experiencias anteriores. Algo similar se hizo en Laos en
solamente soslayado en Chipre por la evidente ventaja que suponía utilizar las fuerzas 1959; en Irán occidental, en 1962-1963, cuando la presencia de la ONU facilitó su trans·
británicas ya presentes en la isla. Corea se convirtió por lo tanto en una excepción. Pero ferencia de Holanda a Indonesia; en Borneo del Norte y Sarawak, en 1963, cuando inves·
su contribución a que la ONU fuese clasificada como una organización dispuesta a lle- tigadores de la ONU informaron de que los habitantes de estos territorios no se oponían,
var a cabo acciones, en oposición a la Sociedad de Naciones, que no lo había hecho en como alegaba Indonesia, a la creación de Malasia; en Yemen, en 1963-1964, cuando una
Manchuria veinte años antes, no debe ser infravalorada. situación tan oscura como discutible fue clarificada hasta cierto punto por observadores
La siguiente operación de importancia -la intervención de la ONU en Suez en 1956- de la ONU; y, asimismo, algo parecido ocurrió entre 1956 y 1960 en que la ONU averi·
fue una operación coordinada de potencias medianas puesta en marcha por la Asamblea guó cuáles eran los deseos de los territorios fideicomisarios de Togo y Camerún cuando las
General y colocada bajo el control ejecutivo del secretario general. Las fuerzas, que fue- potencias administradoras estaban a punto de retirarse.
ron reclutadas y enviadas a la zona con sorprendente rapidez, estaban equipadas y prepa· La participación de la ONU en el Congo fue una consecuencia de la precipitada retira·
radas para la autodefensa pero no para el ataque: diez naciones aportaban tropas. Su lle· da belga y de la rebelión que se produjo pocos días después en el seno del ejército congole-
gada y despliegue estaban asegurados de antemano gracias a un acuerdo con Egipto ño, a causa de la cual los belgas regresaron para proteger a sus compatriotas, la provincia de
(necesario, puesto que la operación entraba dentro el ámbito del capítulo VI de la Carta Katanga pretendió separarse y el gobierno congoleño acudió a la ONU en busca de ayuda
relativo al arreglo pacífico de las disputas, y no era una acción de fuerza regulada por el para mantener el orden, asegurar los servicios esenciales, hacer salir a las fuerzas extranjeras
capítulo VII) y gracias al conocimiento de que los gobiernos británico y francés no ha- y lograr que el nuevo Estado permaneciera unido. Esta participación tenía por lo tanto, des-
rían uso de su poder para oponerse a ellas. Una vez que Estados Unidos hubo detenido el de el principio, una mezcla de aspectos internacionales e internos. Era internacional en la
ataque anglo-francés a Egipto, la ONU fue utilizada para forzar la retirada de las fuerzas medida en que pretendía expulsar a los belgas e impedir que rusos y estadounidenses se invo-
anglo-francesas, para vigilar las áreas en conflicto a lo largo del canal de Suez y, de paso, lucrasen (otro ejemplo de diplomacia preventiva). Pero también era interna en la medida
para abrir el canal, que los egipcios habían bloqueado al ser atacados. La paz fue restable· en que las fuerzas de la ONU estaban llenando el vacío creado por la rebelión o por la insu-
cicla por mediación de la ONU después de que Estados Unidos hubieran demostrado una ficiencia de las propias fuerzas del gobierno congoleño y, además de asegurar la ley y el
voluntad de detener la lucha que ni Gran Bretaña, ni Francia, ni Israel podían negar. El orden, se vieron implicadas en el mantenimiento de la integridad del nuevo Estado al evi·
papel de la ONU en esta crisis fue desempeñado dentro del marco de la seguridad colec· tar la separación de parte del mismo. Hammarskjold utilizó su derecho, establecido en el

t tiva, pero de hecho era algo diferente. Los defensores de la seguridad colectiva, ya en la artículo 99 de la Carta, de llamar la atención del Consejo de Seguridad sobre el tema. En

L
Sociedad de Naciones o en la ONU, preveían la formación, en virtud de compromisos los cuatro años durante los cuales la ONU actuó en el Congo, se emplearon unas fuerzas que
preexistentes, de una fuerza aplastante para disuadir o detener a los infractores. En 1956 contaron con un promedio de 15.000 hombres y llegaron a alcanzar un máximo de 20.000
en Suez, los infractores no fueron detenidos por tal demostración de fuerza colectiva, sino (con un coste total superior a los 400 millones de dólares, de los cuales Estados Unidos pagó

r
1
1
por Estados Unidos. La fuerza colectiva enviada a la zona no hubiera podido combatir
contra los agresores anglo-franceses o israelíes, ni era ése su cometido. Estaba proyectada,
no para expulsar a los intrusos, sino para mantener alejadas a las grandes potencias, y el
el 42% y la URSS nada), cuyo objetivo era mantener el orden, evitar la guerra civil y, lo que
es más discutible, obligar a Katanga a reconocer la autoridad del estado congoleño. Las ope-
raciones que las tropas internacionales de la ONU llevaron a cabo se basaban en el capítu-
nombre que se ha dado a este tipo de actividad ha sido el de diplomacia preventiva. El lo VI de la Carta. El capítulo VII nunca fue invocado explícitamente, aunque las circuns-
11
objetivo de Hammarskjold era anticiparse, mediante la presencia de la ONU, a la incur· tancias cambiantes dieron lugar a una situación muy parecida a una acción de fuerza,
11 sión de los estadounidenses y los soviéticos en la zona del conflicto, y sus experiencias en prevista en este capítulo. El Consejo de Seguridad inició estas acciones, pero fueron dirigi·
'i Suez forjaron su política en el Congo cuatro años después. Algunas de las limitaciones de das por el secretario general y por potencias de categoría intermedia.
acciones de este tipo quedaron demostradas cuando, en 1967, las fuerzas de la ONU se Una vez más, sólo a estados de rango medio se pidió que contribuyesen con unidades
retiraron a raíz de una brusca petición de Egipto (véase capítulo IX). Otras quedaron de combate y se concedió el control ejecutivo al secretario general. Éste creó un comité
demostradas simultáneamente a la guerra de 1956, cuando la URSS se negó a admitir ni consultivo ad hoc de representantes de los países que habían aportado tropas, para que le
siquiera una visita personal a Budapest de Hammarskjold. ayudasen a interpretar las directrices generales dadas por el Consejo de Seguridad y a apli-
En el tiempo transcurrido entre el asunto Suez y el del Congo -un período inferior a carlas a las circunstancias del momento. Actuando de este modo, la ONU se convirtió en
cuatro años- se recurrió de nuevo a la ONU en Oriente Medio y se requirieron sus servi· el factor fundamental para proteger la unidad y la integridad del nuevo Estado y evitar

140 141
6
OCÉANO ATLANTICO
DEL NORTE
SAHARA
OCCIDENTAL
(26)

o OCÉANO PACIFICO
~.
AMÉRICA
CENTRAL
(24,25)

¡,~
i
'
CLAVE DEL SUR
(18, i
OCÉANO ATLANTICO ,j
NAMI 1
o
MOZAMBIQUE
(30)
1 UNSCOB (1947) 21 UNllMOG (1988) a
l,J, '·. 2 UNSCOP (1947) 22 UNAVEM 1 & 11 (1988-91)
l'f ;·~, 3 UNCIP (1948) 23 UNTAG 11

4 lJNMOGIP
5 UNCI
(1949)
(1949)
24 ONUCA
25 ONUSAL
(1989)
(1989)
(1991)
o
6 UNTSO (1949) 26 MINURSO (1991)
7 UNCOK (1950-53) 27 lJNIKOM (1991)
8 UNEF 1 (1957) 28 UNAMIC (1991)
9 UNOGIL (1958) 29 UNTAC (1991)
10 ONUC (1960) 30 ONOMOZ (1992)
11 UNTEA (1962) 31 UNPREDEP (1992)
12 UNYOM (1963) 32 UNPROFOR 1 & 11 (1992-93)
13 UNFICYP (1964) 33 UNOSOM 1 & 11 (1992-93)
14 UNIPOM (1965) 34 UNITAF (1992)
15 UNEF 11 (1973) 35 UNMIH (1993)
1 16 UNDOF (1975) 36 UNOMUR (1993)
17 UNIFIL (1977) 37 LJNAMIR (1993)
18 UNTAG 1 (1978) 38 UNOMIL (1994)
J 19 UNBOG
20 UNGOMAP
(1980) 39 UNAVEM 111 (1995)
'l: (1988)

4.1. Mapa de las misiones de Naciones Unidas (véase Apéndice, pág. 739, para más infonnación lllisiones).

142 143
intervenciones extranjeras y tal vez un choque entre las grandes potencias; también ali- La guerra por las Malvinas fue un revés para la ONU como organización y para sus
vió la angustia del pueblo al contener la guerra civil, reducir al mínimo el derramamien- aspiraciones de encamar un orden mundial. A causa de este revés los primeros agresores
to de sangre, ayudar a los refugiados y suministrar una serie de servicios médicos, admi- fueron totalmente culpados, pero el gobierno británico no pudo escapar al compromiso de
nistrativos y de otro tipo; pero a corto plazo se debilitó, al ganarse la hostilidad de las demostrar que en una crisis un potencia no se va a conformar con la diplomacia de la
grandes potencias, que desconfiaban del aumento de la autoridad del secretario general, ONU Y subordinará el papel de la ley y sus obligaciones contraídas con la Carta a sus pro·
desaprobaban sus objetivos y acciones en algunas ocasiones, y se resistían a pagar el pre- pios objetivos de prestigio y afirmación nacional. Esto en 1982 no supuso una gran sos·
cio que se les pedía para el mantenimiento de la paz. Pero si las grandes potencias no iban presa, pero no era lo que la generación de 1945 había esperado.
a permitir que la ONU actuase en defensa de la seguridad internacional, tendrían que asu- Un golpe más serio al papel de la ley en los asuntos internacionales siguió cuando en
mir ellos mismos el papel de policías, ya fuera conjuntamente o por separado, o bien per- 1986 Estados Unidos lanzó un potente ataque naval y aéreo contra Libia. La excusa para
mitir cierto grado de desórdenes en el mundo, dentro de los límites de la prudencia. Se el ataque fue la explosión de una bomba en un night-club en Berlín-Oeste. Dos personas
encontraban de hecho ante un dilema, ya que, por un lado, no se atrevían a tolerar dema- fueron asesinadas. Los autores del atentado eran palestinos. Los mensajes enviados a tra·
siado desorden intemacional y, por otro, eran reacios a aprobar el crecimiento de una voés de la Oficina del Pueblo Libio (embajada) en Alemania del Este fueron intercepta·
autoridad internacional para el mantenimiento de la paz con competencia independien- dos y descifrados y revelaron la implicación oficial de Libia. La naturaleza precisa de esta
te y propia; y la única salida a este dilema era utilizar la maquinaria de la ONU que ellos participación era dudosa, puesto que la publicación de las versiones inglesas de estos
mismos habían construido en un principio y que les capacitaba para actuar por delegación mensajes parecían no tanto traducciones como paráfrasis. Sin embargo, el apoyo de Libia
en lugar de directamente, y al mismo tiempo poner freno a algunas operaciones concre- a los grupos palestinos para el uso de la violencia era indiscutible. La administración
tas. La solución a su dilema era disponer de una ONU capaz de actuar de un modo razo- estadounidense buscó un acuerdo para el uso de bases aéreas en Gran Bretaña y el dere·
nablemente eficaz, pero no demasiado eficaz, en el mantenimiento de la paz; disponer de cho para sobrevolar Francia: lo primero estaba garantizado, lo segundo no. El ataque fue
una fuerza de mantenimiento del orden competente pero subordinada, y cuyos deseos de en un primer momento descrito como una represalia o respuesta, pero más tarde como
llegar a ser más competente no serían satisfechos si ello suponía alejarse seriamente de la un acto de defensa propia dentro del artículo 51 de la Carta de la ONU. Era un acto de
¡ subordinación. Esto era lo que el mundo tenía en 1945, lo que seguía teniendo en 1980 y
lo que parecía que iba a tener durante el resto del siglo.
guerra en clara violación de las obligaciones aceptadas mediante el Tratado por todos los
firmantes de la Carta (la apelación al artículo 51 era tan insustancial como simple para
t Las limitaciones quedaron sobradamente demostradas en 1982 cuando dos estados,
Argentina y Gran Bretaña, fueron a la guerra para defender sus respectivas reclamaciones
añadir hipocresía a la ilegalidad) y también en contra de las leyes de guerra que, mil años
antes de la Carta, habían prescrito que la fuerza usada en una acción de castigo no debía
irreconciliables en tomo a la soberanía de unas islas de pobre valor para ambos (véase capí· ser desproporcionada al ataque que la había motivado. La acción fue aplaudida por
tulo XXVI). La intervención Argentina fue sin lugar a dudas, desde la perspectiva británi· el pueblo estadounidense, que, como su presidente, se sintió ultrajado y frustrado por
ca, una ruptura de la Carta. Aunque solamente ha sido una de las 150 guerras que han aso- crímenes tales como la explosión de la bomba en Berlín, el secuestro del Achille Lauro
lado el mundo desde 1945, la guerra de las Malvinas tuvo una especial repercusión dado (véase p. 372) y otros más. Incapaz de detener a las pequeñas bandas responsables de
que fue la única guerra deliberadamente emprendida por dos miembros de la ONU. Fue estos crímenes, la administración de la ONU decidió calificar a ciertos estados (Libia,
también la primera guerra emprendida por un Estado europeo diferente de la URSS desde Siria) como organizaciones «terroristas» y así proclamar el derecho a ataq1rlos. El ataque
que Francia abandonara sus pretensiones imperialistas en Argelia una generación antes. La era un acto político amparado en la deficiencia de las leyes y obligaciones internaciona-
invasión argentina de las Malvinas fue una flagrante ruptura de las obligaciones aceptadas les, pero en la creencia, o la esperanza, de que su naturaleza política podría disimular y
por cada uno de los Estados miembros de la ONU. Gran Bretaña reclamó que esta agresión condonar su ilegalidad. Esto no fue bien calculado. Lógicamente no tuvo ningún efecto
entraba dentro del artículo 51 de la Carta (dejando en suspenso el artículo 2) por el cual en aquellos fervientes grupúsculos que necesitando pocas armas y dinero podían perma-
se permite a un Estado miembro cualquier acto de guerra en defensa propia. Esta reclama- necer en activo tanto si las ciudade_s libias eran bombardeadas como si no. El mismo
ción no deja de ser problemática. Ni en la Carta ni en ningún otro sitio se definía la defen- Gadafi nunca fue ni asesinado ni derrocado y tampoco pareció ser intimidado¡ los ene-
sa propia, de modo que aquí existe un zona oscura entre la idea de defensa propia y la repre· migos internos que habían sido alentados a intrigar contra él a causa de los problemas
salia. El gobiemo británico declaró inmediatamente su intención de recobrar las islas por económicos de Libia decayeron finalmente en su oposición. Otros líderes árabes, inclu-
la fuerza si fuera necesario y no perdió tiempo en preparar los medios para hacerlo. Por otra yendo a quienes disgustaba Gadafi por ser una advenedizo y una molestia, se volvieron a
parte, si la defensa propia iba a ser interpretada de un modo estricto, esto permitía mante· aliar con él¡ un intento estadounidense para comprometer al presidente Mubarak en el
ner que ésta no va más allá de la respuesta en el mismo momento del ataque, con las fuer- ataque de un modo serio, quizá permanentemente, debilitó su posición (como Carter, sin
¡:as disponibles, en el punto del ataque. La cuestión es discutible, menos clara que los argu· intención pero fatalmente, había minado la posición de Sadat en Camp David); la opi·
mentos que la parte británica escogió para presentarla. Pero cualquier consideración sobre nión pública árabe dio a Gadafi su incondicional simpatía como una víctima de la fuer-
la verdad legal de este asunto puede ser sólo afirmada confidencialmente dado que las con· za bruta. Los aliados europeos de Washington, con la notable excepción del primer
sideraciones políticas se sobreponían sobre cualquier otra y que, a pesar de las advertencias ministro británico y algunos de sus colegas, estaban espantados con lo que ellos conside-
que podían haber sido hechas por un número de abogados compententes (si se hubiese bus- raron una locura política, pero enmudecieron en su crítica pública a Reagan a causa de
cado), el gobierno británico no podía haber actuado de otra manera de como lo hizo. su propia debilidad al responder a las intromisiones letales "de Gadafi; eran remisos para

144 145
aplicar (de modo alternativo y legítimo) medidas económicas en tanto que las sanciones obligados a cumplir. No hay tal obligación en el caso de las medidas correspondientes al
económicas contra Libia podían minar su negativa al uso de tales sanciones contra Sudá- artículo 4 2.
frica. En Gran Bretaña, el deseo del primer ministro de permitir el uso de bases británi· En una serie de resoluciones adoptadas durante el mes de agosto, el Consejo de Segu-
cas cuestionó el acuerdo secreto angloestadounidense que regulaba su uso, especialmen- ridad exigió, por unanimidad, la salida inmediata de Irak de Kuwait y un acuerdo nego·
te para operaciones que no cabían en la mente de nadie cuando el acuerdo fue firmado ciado; impuso, por treinta votos contra dos, un embargo comercial, financiero y militar
y que no tenían nada que ver con la OTAN. Sin embargo, como muchos actos de vio- {se exceptuaron específicamente los suministros médicos y se dispuso permitir el abaste·
lencia, el ataque estadounidense cambió poco y acentuó algunas tendencias de entre las cimiento de comida por causa humanitaria que fuera gestionada por un comité del Con·
cuales las más importantes fueron: primero, la decreciente habilidad para solventar en sejo); declaró, unánimemente, que la anexión de Kuwait era nula e inválida; exigió, tam-
vez de agravar las agitaciones del Oriente Medio y, en segundo lugar, la declinante habi- bién unánimemente, que lrak abandonara y facilitara la inmediata salida de Kuwait de
lidad de los británicos para decantarse entre un papel menor -incluso humillante y aho- todos los ciudadanos de terceros países; y autorizó, por treinta vot~s contra dos, el uso de
ra impopular en la alianza anglo-estadounidense y una más sincera alianza con la Comu; la fuerza para hacer efectivo el embargo, si fuera necesario, interceptando e inspeccio--
nidad Europea-. En última instancia, la acción estadounidense fue una extr~mada falta nando los barcos mercantes. Estas primeras resoluciones establecieron sanciones contra
de cálculo político. Por otra parte era un anhelo compartido por todos, al que la admi- lrak y el uso de la fuerza para llevarlas a cabo, pero no el uso de la fuerza con otros pro-
nistración estadounidense respondió, el encontrar un camino para vigilar los asuntos pósitos. Otras resoluciones definieron y regularon las acciones de la ONU, culminando en
internacionales, incluso alguna tendencia a anteponer el orden a la ley. Pero al asumir una duodécima resolución del 29 de noviembre en la cual, autorizando el uso tras el 15 de
ese papel de vigilancia, Reagan se encontró de frente con el hecho de que, no sólo el blo· enero de 1991 de todas las medidas necesarias para llevar a cabo los objetivos expuestos
que comunista, sino que tampoco eI mundo árabe, rii Asia, ni África, ni, por más sor- en las primeras resoluciones, se sancionaba el recurso a la guerra.
prendente que pareciera, Europa occidental estaban preparados para encargar ese papel Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña mantuvieron que, resoluciones apar·
a Estados Unidos. Después del ataque ellos eran los mertos deseosos. Así pues, la acción te, estaban en su derecho, según el artículo 51 de la Carta, de usar la fuerza militar con·
quitó no solamente legitimidad, sino también apoyos y defensores. La intervención esta· tra Irak, pero esta controversia era casi ciertamente falsa. El artículo 51 es uno de los
dounidense en Nicaragua y Panamá (véase capítulo XXVII) subrayó la dificultad de menos satisfactorios de los de la Carta. Garantiza expresamente el derecho propio de un
encontrar el deseado policía que tomase a su cargo el trabajo más duro y al mismo tiem- Estado para defenderse pero no hace ningún esfuerzo para delimitar lo que es autodefen-
po se mantuviera dentro de la ley. sa y lo que es represalia y, usando la frase «autodefensa individual y colectiva» incurre en
La revolución en la URSS efectuada por Gorbachov cambió esta situación enterran- ambigüedad. Hay dos asuntos distintos que se deben considerar antes de que el artículo 51
do la guerra fría, obligando a las superpotencias a cooperar en los asuntos internacionales pueda legítimamente ser invocado: el primero es el problema de si la acción propuesta o
en lugar de enfrentarse una a otra por principio e introduciendo por primera vez, además, emprendida es defensa o represalia (era la cuestión planteada en el caso de las Malvinas)
desde 1945, el compromiso de hacer funcionar la Carta como ésta había sido prevista que y, en segundo lugar, el significado y alcance del término «colectivo» en el artículo 51.
funcionase en los asuntos relativos al mantenimiento de la paz y la defensa de la ley. La Autodefensa colectiva, además de ser una contradicción en los términos, implica que un
primera prueba llegó con la invasión de Irak y la anexión de Kuwait en 1990. Esto supu- ataque de un miembro de la ONU debe ser respondido por otras fuerzas distintas a las del
so una flagrante acto de agresión y suscitó la cuestión que había sido planteada en nume- Estado atacado. Ellas son, presumiblemente, las fuerzas aliadas, pero ello abre la cuestión
1 rosas ocasiones anteriores, incluyendo la ocupación argentina de las islas Malvinas y el de si la alianza debe estar creada en el momento del ataque o debe serlo tras el mismo.
l ataque del mismo Irak contra Irán diez años antes: una acción de respuesta debería tomar- Considerando este enigma es necesario volver a las circunstancias en las cuales el artícu·
l i se por mediación de la ONU o fuera de la misma. El presidente Bush se inclinó por ambas. lo 51 fue redactado y adoptado en San Francisco en 1945. Fue un añadido de última hora
t~.: Envió un gran número de fuerzas a Arabia Saudí y recurrió a Ia ONU para que impusiese
1 '~ en la redacción de la Carta y fue diseñado para satisfacer las preocupaciones de los miem-
sanciones a lrak. Ambos tipos de medidas fueron internacionales en el sentido de que bros de las alianzas regionales existentes (la Organización de Estados Americanos y la Liga
numerosos estados participaron en las dos, pero sólo la última era propiamente de la Árabe), que temían que firmando la Carta invalidarían los convenios regionales de ayu-
ONU. La primera era una intervención de Estados Unidos al margen de la Carta. No da mutua contra la agresión. Es evidente que un ataque a un miembro de la ONU debía
entraba en conflicto con los términos de la Carta, pero Io haría si las fuerzas se usasen para ser respondido por los socios regionales de la víctima de acuerdo con las disposiciones de
hacer la guerra de un modo diferente al que apoya las resoluciones de la ONU, a requeri- la alianza regional, pero no es evidente -ni fácilmente arguible- que estados que no tie·
miento de la ONU y bajo un sistema de mando establecido por la ONU. nen una relación relevante con la región en ese momento deban inte.rvenir con la fuerza.
El Consejo de Seguridad consideró la acción bajo el capítulo VII de la Carta. Este La interpretación más amplia permitiría a cualquier Estado lanzarse a una simple disputa
capítulo entra en funcionamiento cuando el Consejo mismo determina una amenaza con· declarándose un aliado de una víctima de agresión, con el resultado de que cada amena-
tra la paz, una ruptura de la paz o un acto de agresión. Si el Consejo lo hace así, puede za de o para romper la paz se convertiría en una invitación a la acción militar por los auto·
prescribir acciones de dos clases: medidas que no suponen el uso de fuerzas armadas (artícu· denominados guerreros blancos -o rojos o negros- bajo la simple condición de que la víc·
lo 41) y acciones con fuerzas de tierra, mar y aire (artículo 42: el bloqueo entra dentro de tima de la agresión estaba preparada para dar la bienvenida a esta acción.
este artículo). En el caso de medidas correspondientes al artículo 41, el Consejo Por lo que se refiere al orden mundial y a la utilidad de la ONU, el ataque de lrak sobre
llamar a miembros de la ONU para aplicar tales mediadas y (por el artículo 25) ellos Kuwait sirvió para reanimar los mecanismos de la ONU, probando sus fuerzas y mostran-

146 147
do sus debilidades. El uso de la Carta por parte de Estados Unidos fue posible por el atre- de la negociación, exponiendo una guerra que -aunque causada en primera instancia por
vido acuerdo entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y particular- la agresión de lrak- sería provocada, en un segunda instancia, por la obstinación de los
mente entre Estados Unidos y la URSS, pero pocos en Washington creyeron que la protagonistas. En una situación como ésta, Bush sufría una doble desventaja. Como jefe
acción bajo el capítulo VII podría por sí mismo restaurar la independencia de Kuwait o en una democracia y como jefe de una ad hoc alianza estaba mucho más limitado que su
anticiparse a otras posibles agresiones de lrak contra, por ejemplo, Arabia Saudí. Estados autocrático adversario, el cual podía tomar mucho menos en cuenta, o ninguna, la opi-
Unidos, por consiguiente, estableció en Arabia Saudí una poderosa fuerza que, mientras nión popular o las reservas de los socios. El abrumador poder de Estados Unidos supedi-
pudiera por su presencia en el área reforzar la coacción aplicada por la ONU, estaba evi- taba el uso de este odioso poder para gran parte de la opinión pública y apenas reconci-
dentemente capacitada para atacar a Irak y muy probablemente para ser usada para derro- liable con la largamente establecida ley que, durante más de mil de años, había decretado
car el régimen iraquí tanto como pa~a restaurar el régimen kuwaití. Esta demostración del que el uso de la fuerza debía ser proporcional al objetivo que quiere ser conseguido. El des·
propósito y poder estadounidenses fue un acto unilateral que había dado soporte interna- lizamiento hacia la guerra estuvo acentuado por las tácticas estadounidenses de reforzar
cional asegurando la participación del país anfitrión y de otros numerosos estados en y una política de sanciones con un despliegue considerable de fuerzas armadas cuyo coste
más allá de Oriente Medio. Fue también una expresión de la desconfianza en la eficacia era insostenible durante un largo período y que no podía regresar a casa sin una inequí-
de los mecanismos y procedimientos de la ONU. voca victoria: Bush adoptó medidas que eran insostenibles económica y políticamente.
La tentativa hecha en 1945 por las Naciones Unidas para cambiar la responsabilidad Que Estados Unidos desempeñara el papel principal en las tareas de la ONU fue ade-
de la guerra desde las manos peligrosas de la nación a las manos más prudentes de la comu- cuado y conveniente. Pero Bush hizo más y menos a la vez. Condujo simultáneamente
nidad de naciones había sido obstruido por dos cosas: la gue1ra fría y el desarrollo natural una operación norteamericana que ensombreció la tarea de la ONU casi hasta el punto
de la guerra. La guerra fría socavó la existencia de una comunidad global de naciones y de borrarla; y en la operación ligó la fuerza y la amenza de la fuerza a la exclusión de la
negó las disposiciones de la Carta para conjuntar y usar la fuerza internacional. El desa- diplomacia, incluso insistiendo en que las conversaciones bilaterales en Washington y
rrollo de las armas atómicas, químicas y de nuevos tipós sobrepusieron a la cuestión de Bagdad que propuso en diciembre debían parar cualquier cosa que pudiera calificarse
quién sería autorizado a utilizar fuerzas armadas a la cuestión de si el uso de tales fuerzas como negociación. Por tanto llegó a una posición en la que él estaba exigiendo el cum-
era aceptable o justificable o incluso eficaz en relación a propósitos específicamente polí- plimiento incondicional de las resoluciones de la ONU que ni las mismas solicitaban.
ticos o militares. La crisis de Kuwait fue prolongada de un modo apenas imaginable en el Durante la guerra fría, el papel de la ONU en el mantenimiento del orden mundial y el
siglo anterior por la perplejidad por el uso de la fuerza armada y una creciente corriente sostenimiento de la ley internacional había sido eclipsado, pero la guerra fría había pro•
de opinión contra el recurso a lo que la guerra había llegado a ser. Había, como siempre visto a la ONU con un coartada para sus ineficacias. La crisis de Kuwait, la primera crisis
había habido, tres caminos principales de vencer a un enemigo: privarle de comida, asus- importante tras el final de la guerra fría, reanimó la ONU (Estados Unidos. era además el
tarle o golpearle. El capítulo VII de la Carta es la versión moderna del asedio, usando pri- primero en acoger este cambio) pero mostró también que la nueva libertad de la ONU
vaciones para asegurar la rendición pero manteniendo en reserva, como hacían los sitia- para llevar a cabo su papel central en los asuntos mundiales aún podía ser obstaculizada
dores, la fuerza directa para apoyarlo y afianzarlo. Pero un embargo de acuerdo con el por sus más poderosos miembros y tendría que ser llevada a cabo sin las excusas que
capítulo VII es, como asedio de guerra, posiblemente lento y, en última instancia, inefi· proporcionaba la guerra fría. La libertad de maniobra de la ONU podría haber llegado a
ser inútil o -peor- catastrófica si ésta fuera a significar libertad para exigir una rendición
r caz: los sitiadores, en algún momento se marcharon. El huésped estadounidense instala-
do en Arabia Saudí era una alternativa, una segunda baza. Fue intentado para asustar a incondicional. Forzando las resoluciones de la ONU más allá de los objeti~os explícita-

~¡· \
,. Saddam Hussein o, si no se atemorizaba, para golpearle. Puso al descubierto que si las mente previstos en ellos, y dirigiendo supuestamente operaciones de la ONU, sin hacer
i
...• medidas del capítulo VII fallaban o no funcionaban suficientemente rápido, Estados referencia a las mismas, los Estados Unidos engañó a las Naciones Unidas y las debilita-
; Unidos y aquellos que pensasen igual podrían utilizar la fuerza antes que aceptar darse por ron a la vez que, sin embargo, cumplía algunos de sus objetivos. Las intenciones estadou-
·: ·.·
vencidos. nidenses -el derrocamiento de un régimen bárbaro que, entre otras cosas, había violado
A medida que la crisis se desarrollaba mes tras mes también lo hacía el dilema entre la Carta y las leyes de las naciones- ~ran perfectamente aprobadas, pero los métodos
los dos objetivos para castigar al infractor de la ley y resolver la crisis: el recurso a la gue- usados demostraron algo diferente: el poder y la violencia del gobierno de una pequeña
rra y el recurso a la diplomacia. La violación de la Carta por Saddam Hussein produjo la nación en el contexto de una amenaza para sus propios intereses nacionales. La acción
crisis. La primera resolución del Consejo de Seguridad le exigió expiar su ofensa y retirar· internacional y el orden estaban subordinados a un objetivo nacional con consecuencias
se de Kuwait. Requirió también la discusión de las cuestiones en disputa entre Irak y para la ONU, la cual era, en el mejor de los casos, ambivalente.
Kuwait. No decía nada acerca de los plazos de esos dos requerimientos. Saddam Hussein La guerra del Golfo tuvo una segunda consecuencia de pocencialmente mayor alcan-
proclamó reiteradamente que no se movería de Kuwait, a pesar de que expresó su buena ce. Por la resolución 688 de 1991, el Consejo de Seguridad afirmó que la situación en
voluntad para participar en una conferencia general sobre los asuntos de Oriente Medio lrak era una amenaza para la paz internacional y exigió el acceso de organizaciones
con una agenda de la que no sería excluida Kuwait. Estados Unidos y alguno de sus socios humanitarias a distintas partes de Irak en donde las minorías estaban siendo denigradas.
reusaron considerar ningún asunto antes de una retirada total e incondicional de lrak. Exigió también el derecho a patrullar y controlar esas áreas. Ya que la guerra estaba en
Esto equivalía al rechazo de la diplomacia al mismo tiempo que el rechazo a la retirada. ese punto terminada, en el sentido de que Irak había sido derrotada, el Consejo estaba
Fue una táctica de alto riesgo que daba una absoluta prioridad a la rendición por encima implícitamente formulando una salida semioculta -el conflicto entre las obligaciones de

148 149
la ONU para las normas de conducta [por ejemplo en los a.rtículos 1 (3) y 55 de la Car· ma paz internacional, o se transgrediesen gravemente las normas humanitarias estable·
ta] y la prohibición, artículo 2 (7), contra la intervención en asuntos esencialmente cidas por las leyes y convenciones internacionales.
domésticos de un Estado, excepto en las circunstancias definidas en el capítulo VII de A consecuencia de la guerra del Golfo, la difícil situación de los kurdos, al norte de
la Carta-. En el cumplimiento de la resolución 688, una fuerza internacional integrada lrak, y de los chiítas, al sur, clamaba por la intervención internacional; en parte, a causa
por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia mantuvo las presiones sobre lrak, delimi- de la atroz conducta de Saddam Hussein contra ellos, y en parte, porque éstos habían sido
tó las áreas de los kurdos y los chiítas en el norte y el sur de lrak, respectivamente, como animados por Estados Unidos a rebelarse sin éxito contra su gobierno: dos millones de
áreas de exclusión para la aviación iraquí y el uso de las bases aéreas turcas para sus ope· kurdos se encontraban en fuga en un duro terreno y en condiciones atmosféricas espan-
raciones en el norte. (Los turcos estaban deseosos de impedir que los refugiados kurdos tosas y se les había negado el asilo en las misma frontera con Turquía. Esta situación plan-
entraran en Turquía y que los grupos armados kurdos reforzaran a los kurdos estableci- teaba la cuestión del derecho de la ONU a intervenir por la fuerza en un Estado miembro
dos en Turquía. Turquía incluso invadió el norte de lrak con la excusa de que era un por razones humanitarias y esto se hizo en un momento en que otros desastres, sobre todo
auténtico caos y una amenaza para la seguridad.) La resolución 688 tenía un enuncia- Somalía y Yugoslavia, estaban demandando la atención de la ONU y de su nuevo secre·
do más discutible en el Consejo de Seguridad que las primeras resoluciones para agitar tario general Boutros Ghali.
la guerra contra la invasión iraquí de Kuwait. Tres miembros del Consejo se opusieron La resolución 688 del Consejo de Seguridad tomada, sin tener en cuenta el capítu·
y dos se abstuvieron. Sin embargo, creó un problema que no había sido formalmente lo VII de la Carta y de un modo ostensible dejando a un lado el artículo 2 (7), para el uso
discutido durante la guerra fría y que se había hecho preciso sólo en la guerra del Golfo. de la fuerza aérea y (en el norte) tropas terrestres con el fin de proteger a las minorías ame·
· De todos modos, una intervención de este tipo y a partir de esas premisas llegaría a ser nazadas dentro de lrak, rompía con el artículo 2 (7) como poco, o la situación caía den·
un precedente legítimo de las que dependerían las acciones futuras del Consejo de tro del capítulo VII -en cuyo caso el artículo 2 (7) no se aplicaba en su estricta formula-
Seguridad en circunstancias parecidas. ción- o las circunstancias que daban lugar a la intervención podían clasificarse como
Las circunstancias relevantes incluían tres factores·más allá de los hechos de un caso ajenas esencialmente a la jurisdicción interna de lrak. Para la última proposición podían
particular: el desarrollo de la ley internacional y sus interpretaciones; el número de ser aducidos una serie de argumentos, vigorosos pero poco concluyentes. El primero era
demandas simultáneas a la ONU; y las prácticas de la ONU en relación a la interven- que el artículo 2 (7) estaba en desacuerdo con otras provisiones de la Carta -por ejemplo
ción para mantener la paz, el envío de ayuda humanitaria y el hacer valer las normas los artículo 1 (3) y 55- que imponía a las Naciones Unidas el compromiso de defender los
humanitarias. La ley relativa al conflicto armado fue revisada y recodificada tras la principios humanitarios. El segundo era que la palabra «interna» tenía que ser interpre-
Segunda Guerra Mundial en las cuatro Convenciones de Ginebra de 1949 y los dos Pro- tada por la importancia más que por la localización de las brutalidades que debían ser
tocolos de Ginebra de 1972. El término «conflicto armado» implicaba en sí mismo una remediadas: que, por ejemplo, actuaciones lindando con el genocidio pueden no ser pro-
extensión de la ley más allá de un estado de guerra. Esas convenciones y protocolos piamente nombradas como internas. Un tercera era que actos que contraviniesen direc-
actualizaron la ley en detalle y prescribieron sanciones penales para «graves violacio- tamente las convenciones internacionales firmadas por el Estado infractor daban el dere·
nes» pero fallaron a la hora de establecer mecanismos efectivos para imponerlas. De los cho a una intervención internadonal.
dos protocolos, sobre conflicto armado internacional y sobre conflicto armado interno, La intervención internacional en lrak fue una reacción a una serie de circunstancias,
el segundo fue drásticamente mutilado antes de ser aprobado y ratificado por los más eventualidades y emociones (incluyendo la compasión y la vergüenza). No estaba clara-
poderosos Estados (aunque no por todos). La mayor parte de los estados aprobaron sus mente legitimada. La protección a los kurdos y chiítas era aventurada. Era también rela-
disposiciones, pero temían su aplicación a ellos mismos o a sus amigos en un incierto tivamente fácil, puesto que las Naciones Unidas estaban ya en guerra y habían derrotado
futuro. a lrak, y los costes no eran difíciles de calcular. Si el destino de los kurdos podía aceptar·
Las demandas a la ONU se habían incrementado dramáticamente desde finales de los se como parte del espíritu de la Carta esto sólo podía ser determinado por el tiempo. De
ochenta. En los cinco años desde 1988 el mantenimiento de la paz y la supervisión de un lado, la Crúz Roja Internacional informaba en esta coyuntura que nueve de cada diez
operaciones por parte de la ONU cuadruplicó en volumen y sus costes se elevaron. En el víctimas de la guerra en todo el mundo eran civiles y refugiados, estos refugiados habían
momento en que la ONU se implicó con más fuerzas en los conflictos de Yugoslavia, alcanzado la cifra de diecisiete millones de los que siete millones eran niños y que la mitad
donde 32 Estados habían contribuido con 25.000 soldados, las fuerzas desplegadas por la de heridos graves en las guerras tenían menos de dieciocho años. Por otro lado, algunas
ONU en todo el mundo alcanzaban a más de 50.000, en lugar del tope de 10.000 de disposiciones favorables a nuevas intervenciones eran contrarrestadas por los errores en
décadas anteriores, y su coste era ya de tres billones de dólares. La ONU fue fuertemen· Somalía y Yugoslavia.
te presionada para reclutar el número de soldados requeridos pero sus miembros no se En Somalía se extendía la anarquía tras el derrocamiento de Siad Barre, no había
mostraban muy dispuestos a hacerse cargo de su parte consignada en los costes. Este ningún gobierno con quien negociar los preliminares acostumbrados con el fin de enviar
incremento en la demanda de un orden mundial no venía ocasionada solamente por el una misión de paz y se daba además un conflicto entre los objetivos humanitarios y polí-
oportuno cese de la guerra fria, sino también por una redefinición del tipo de orden que ticos -el alivio del hambre o el final de la lucha y la restauración de la integridad del
debía ser asegurado y de cómo la ONU debía llevar a cabo esta tarea. El orden mundial país-. El primero requería no solamente la provisión de alimentos y medicinas, sino tam-
no significaba ya sólo detener las guerras entre los estados. También significaba respon· bién una fuerza para proteger a aquellos que los pedían; los segundos requerían una nego-
sabilizarse del orden interno en un impreciso límite en que el desorden amenazase la mis- ciación con las facciones en guerra y su posterior desarme. Estados Unidos aprobó y tomó

ISO 151
parte en las operaciones de la ONU, pero también envió fuerzas por su cuenta y perse- y se sentía atraído por la posibilidad de que los ataques aéreos pudiesen obligar a un alto
guía fines propios: no era fácil decir si se trataba de operaciones de Estados Unidos o de el fuego y una paz negociada sin costes en vidas estadounidenses y sin complicaciones irre-
la ONU o un poco de las dos (véase capítulo XXII). En Yugoslavia (véase capítulo VIII), versibles (como en Vietnam). Los europeos, por otra parte, se oponían al uso de la fuerza
la confusión fue peor. Aunque la desintegración del Estado comenzó con conflictos entre aérea en la zona, puesto que ello abortaría sus esfuerzos diplomáticos, podía no ser un sus-
serbios y croatas, lo esencial internacionalmente fue el intento de los serbios por con- tituto efectivo de las operaciones terrestres en una guerra cruel en un país montañoso y
quistar y anexionarse partes de Bosnia. La preocupación internacional era doble: preve- lleno de bosques, y pondría término abruptamente a todo trabajo de apaciguamiento.
nir la extensión de la lucha desde, a través y más allá de Yugoslavia y socorrer a las víc- Todas las partes eran reacias a enfrentarse al hecho de que una paz negociada podía no ser
timas civiles y refugiados de las habituales consecuencias de las guerras y de las una paz justa; que un acuerdo justo para los musulmanes y quizá para los croatas no podía
inusualmente horribles atrocidades de ésa. Estos objetivos entraban en conflicto inme- ser alcanzado sin una escala de la guerra contra los serbios, que habían ganado. De ahí la
diatamente con la intervención humanitaria requerida en alguna medida con la confor- profusión de planes de partición que nadie quería aceptar, y amenazas de acciones milita-
midad de los combatientes, quienes simultáneamente se resistían a los intentos exterió- res que nadie quería llevar a cabo.
res para terminar con su continuo estado de guerra. Boutros Ghali, al presentar en 1992 una agenda de la paz, llegó a la conclusión de que
Las misiones de la ONU podían ser divididas en dos amplias categorías que ocultaban cualquiera que fuesen sus reglas, controles o prácticas, ninguna organización podía cum-
otra: la primera, misiones de observación cuyo principal propósito era preparar, vigilar e plir con las expectativas encamadas en la Carta de la ONU, si ésta era indiferente para
informar en los procesos electorales; y las misiones para el mantenimiento de la paz que sus miembros, si no tenía fondos, o estaba escasamente equipada, tardíamente informada
se enviaban a los escenarios de violencia que se hallaban en tregua con los propósitos de de los problemas e insegura de sus capacidades y propósitos: Angola y Camboya aporta-
mantener la tregua y ayudar a las víctimas de la violencia. Las últimas tenían el poder de ban buenos ejemplos que incluían moraleja. En la época en que escribió este informe, la
defenderse, pero de ningún modo de usar la fuerza, y éstas presuponían un cese de la vio- ONU llevaba a cabo diecisiete misiones distintas de muy diferentes costes, pero el coste
lencia. En Yugoslavia, sin embargo, el envío de las misiones de la ONU precedieron a una total anual para cerca de los doscientos miembros de la ONU no era más que el 1% del
efectiva y creíble tregua. En segundo lugar, la ONU se vio directamente implicada (des- presupuesto de defensa de Estados Unidos o el 10% del británico. Éste era el lado negati·
de septiembre de 1991) en la reactivación de la intervención de la Unión Europea, en vo del cuadro. El lado positivo era el simple hecho de que las guerras son imposibles sin
parte porque el presidente Bush animaba el liderazgo de la UE en lugar de una acción de armas y que las armas estaban siendo manufacturadas y comercializadas al por mayor.
la ONU que inevitablemente y quizás de un modo profundo involucraría a Estados Uni- Gran parte del comercio de armas estaba en manos de gobiemos ansiosos por reducir sus
dos y en parte porque algunos líderes europeos -especialmente alemanes e italianos- pesados gastos militares mediante la venta a otros estados, y en competencia con otros, de
veían una oportunidad para que la Unión Europea realizara un significativo papel inter- la producción sobrante o los stocks obsoletos. Había también un mercado negro estimado
nacional. La primera medida de la ONU fue un embargo de armamento para todas las par- en miles de millones de dólares al año. En 1991, la ONU decidió establecer un registro de
tes en lucha, una medida que favoreció a los serbios que estaban mejor armados que los armas comercializadas, pero fue obstruido por disputas sobre qué armas debían incluirse y
demás. La ONU también nombró a Cyrus Vanee, antiguo secretario de Estado estadouni· finalmente se paró cuando China, en protesta contra las ventas de armas norteamerica-
dense, para cooperar con la Unión Europea en sus intentos diplomáticos para detener la nas y francesas a Taiwan, boicoteó el procedimiento.
'1 guerra mediante negociaciones. En 1992, la ONU montó y envió una fuerza de protec- Había otro enigma. Que la ONU era una organización para mantener la paz entre
~I : estados no cabía duda. Que también era una organización para mantener la paz dentro de
ción (UNPROFORT) para socorrer a las víctimas de la lucha y proteger a sus cooperan·

l
! .
'.~ 1
tes, primero en Cmacia, después en Bosnia-Hertzegovina, hasta establecer un destaca- los estados o intervenir en guerras civiles o asegurar ciertos niveles de conducta dentro de
1
los estados era más dudoso -excepto en aquellas situaciones que podían ser claramente
¡l
·f .,
mento en Macedonia. La ONU impuso sanciones económicas a Serbia que fueron por un
clasificadas como una amenaza a la paz intemacional-. Incluso las guerras civiles y la
tiempo burladas (con ia ayuda de Grecia y Chipre), pero que hicieron un daño conside·
"¡' ''.· anarquía interna o la tiranía estaban !"\O más allá de los años noventa fuera de la agenda
' rable a la economía serbia e inflamaron las emociones populares y la retórica del naciona-
lismo irredentista. La ONU también formó un comité de expertos para recoger evidencias internacional como materias de preocupación y en su órbita de actuación. Partes de la
1
1
de rupturas de la convención y protocolos de Ginebra. El Consejo de Seguridad resolvió Carta de la ONU finalmente implicaban que la organización estaba comprometida en la
en 1993, bajo el capítulo VII de la Carta, crear un tribunal ad hoc que atendiese los car- protección de los derechos humanos, y esto había creado o patrocinado un protocolo a
1 través de una serie (principalmente declaraciones) de instrumentos de tres clases: gene-
gos de las violaciones más importantes de las leyes humanitarias internacionales en
Yugoslavia desde 1991. rales, regionales y específicos. La primera categoría incluía la Declaración Universal de los
Además de la intervención de toma de control por parte de la Unión Europea que Derechos Humanos ( 1949) y los convenios sobre derechos civiles y políticos, y sobre dere-
había sido mal concebida (ver capítulo VIII), la ONU se veía estorbada por serias y genui- chos económicos, sociales y culturales (1966). Agencias regionales había adoptado simi-
nas diferencias de opinión entre sus miembros más importantes. El presidente Clinton, lares instrumentos-por ejemplo, la Convención Europea de Derechos Humanos (1953),
que sucedió al presidente Bush en mitad de la crisis, estaba ansioso por mantenerse al mar- la Carta de Banjul de la OUA (1981)-. Y en la tercera categoría estaban las convencio-
gen o -si esto resultase impopular- intervenir solamente mediante de la fuerza aérea. Le nes sobre problemas específicos tales como la Convención de 1948 sobre el genocidio. A
repugnaban las brutalidades perpretadas por (aunque no exclusivamente) los serbios con- este marco, otras agencias no oficiales -Amnistía Internacional, la Comisión Interna-
tra los musulmanes, se mostraba intranquilo por las repercusiones en el mundo musulmán cional de Juristas, Quakers- han añadido presiones, ideas y borradores, pero su desarrollo

153
andaba siempre a la zaga. En 1992, la ONU creó la Oficina del Alto Comisariado para los de 20 millones. Los planes de rescate de los antiguos satélites de la URSS, dejando apar·
Derechos Humanos, un reconocimiento al Zeitgeist y al creciente impacto de las acciones te a Rusia misma y a Ucrania, fueron gravemente minimizados y luego insatisfechos; y
inhumanas en los asuntos internacionales y en el orden del día internacional. Sin embar- Europa era solamente una pequeña parte de un mundo donde India, China, Sudáfrica y
go, todavía la acción internacional por la causa de la justicia no se añadió forzosamente muchos otros se habían embarcado en una ambiciosa y costosa expansión sin el necesario
al orden mundial, por lo que en los asuntos nacionales la lucha por la justicia no equiva- capital o medios creíbles de atraerlo. Si a finales del siglo había una necesidad de recon-
lía a la búsqueda de estabilidad. sideran y redefinir el papel de la ONU en el mantenimiento de la paz, se daba una no
Aún había otra fuente de confusión. En tanto que en las políticas exteriores estadouni- menos urgente necesidad de revisar y reforzar las operaciones del Banco Mundial y
denses se basaban en un principio general, ese principio no era tanto la afirmación de las del FMI. El orden mundial era una frase vacía sin el capital para sostenerlo, sin las con·
leyes y del orden internacionales como la promoción por la fuerza, si fuese factible, de la diciones para que ese capital fructificase y sin la regulación que mantuviese un sistema
democracia, una cruzada wilsoniana que podía volverse en contra de la ley de la Carta de económico global bajo el control de un responsable gobierno nacional o internacional
la ONU (ver, por ejemplo, el caso de Haití en el capítulo 28). antes que en manos de depredadores pescando en aguas turbias. En gran parte del África
El orden mundial es habitualmente medido por la suma de las guerras civiles e inter- occidental, por ejemplo, las relaciones internacionales organizadas venían marcadas por
nacionales pero las turbulencias financieras, si aparentemente son menos calamitosas, el comercio ilegal e incluso criminal.
pueden hacer peligrar el orden mundial no menos que los conflictos armados y, así como En las últimas etapas del siglo XX el orden mundial no era una alternativa a varios y
el sistema político internacional se estaba demostrando demasiado débil para responder separados órdenes regionales: la alternativa era el desorden mundial.
a la creciente escala de conflictos armados, el orden económico internacional -·tanto en
su papel provisor como en su papel regulador- estaba mostrando signos de ir por detrás
de la velocidad de los cambios. En la época de la conferencia de Bretton Woods en
1944, el orden económico internacional significaba la coordinación de distintas eco-
nomías nacionales o de alguna de ellas a través de algunas limitadas propuestas, pero
cincuenta años después una verdadera economía mundial se ha instalado especialmen-
te en la esfera de las finanzas, con una vida propia. La revolución en la tecnología de
las comunicaciones había creado unos mercados financieros que eran capaces de mane-
jar un enorme número de transacciones y que nunca cerraban: a cualquier hora del día
y de la noche era posible encontrar algún sitio donde comprar o donde vender divisas
o mercancías o especular en futuros. Una parte significativa de estos negoc;ios se hacía
por operadores que usaban dinero prestado o, en casos extremos, dinero fantasma. Los
intentos de los poderosos bancos centrales para imponer controles y regulaciones eran
demasiado fácilmente contrarrestados por la intervención en los mercados de especula-
dores, y no de gobiernos, cuyos intereses eran diametralmente opuestos dado que ellos
"
11 prosperaban en la inestabilidad más que en la estabilidad que gobiernos, industria y el
comercio mundial deseaban.
En esos mismos años el volumen de capital que nut;ría la especulación y hacía sus peli-
grosos movimientos se había convertido también en una necesidad tanto para los países
ricos como para los países pobres por igual. Todo se orientó hacia necesidades irresistibles
que podían, si no se cumplían, producir desastres tales con un colapso de las inversiones
en investigación y producción, también en empleo, o un colapso en el apoyo a los cada
vez más numerosos pobres. Los países ricos, cuyos niveles de vida dependían de las expor-
taciones, encontraron que el comercio entre ellos mismos estaba creciendo más lenta·
mente que su comercio con los países pobres. Pero la capacidad de estos últimos para con-
tinuar comprando los productos y servicios de los primeros era manifiestamente limitada.
No eran capaces por ellos mismos de crear un capital doméstico, los ahorros o las institu-
ciones financieras necesarias para atraer capitales foráneos que apuntalasen su propio
desarrollo y que a su vez sostuviesen el crecimiento de las partes más ricas del mundo.
La magnitud del problema venía ilustrada por el coste a Alemania sola del rescate y
rehabilitación de sus Liinders orientales después de la unificación: 100.000 millones de
dólares en un año para un territorio relativamente pequeño con una población de menos

154 155
Desconfiaba de las intenciones de dichas superpotencias, envidiaba (especialmente en
Un Tercer Mundo
V (y un cuarto)
lo referente a los Estados Unidos) su superior riqueza, y rechazaba la insistencia con que
ambas aseguraban que los demás países no tenían más que copiar el modo de vida que
cada una había descubierto: el capitalismo democráctico en un caso, y el comunismo en
otro. Los líderes nacionalistas, aunque eran naturalmente antieuropeos, tenían al menos
una característica en común con sus colonizadores, que ya habían iniciado la retirada:
su carácter pragmático. El rígido dogmatismo comunista de Moscú y el anticomunismo
cada vez más rígido de Washington les ofendía. Sobre todo, no sentían que debían agra-
decer ni a Estados Unidos ni a la URSS su independencia con respecto al dominio euro-
peo, la cual habían conseguido con inesperada rapidez y facilidad.
La decisión, con pocas excepciones, de los recién surgidos estados de Asia y África de
no compartir la suerte de ninguna de las superpotencias estuvo muy influida por un hom·
bre, Jawaharlal Nehru. Nehru era una figura de relieve mundial antes de convertirse en
1947 en el primer ministro del más poblado de los nuevos estados, y ocupó ese cargo inin·
terrumpidamente durante diecisiete años. Era un patricio pragmático y ecléctico que se
había impregnado de los valores liberales y democráticos y se sentía también atraído por el
proceso de autoindustrialización de la URSS. Le repelían la tiranía y el mandato policial
de Stalin, pero también las brutalidades y estupideces del macartismo en Estados Unidos y
la arrogante y moralizadora división del mundo en comunistas y anticomunistas. (Entre
NEUTRALISMO Y REALINEAMIENTO paréntesis, y con visión retrospectiva, vale la pena recalcar el impacto en todo el mundo
del macartismo, una agitación interior en Estados Unidos que pareció denotar un acusado
Uno de los mayores cambios que pueden tener lugar en un mundo políticamente divi- giro a la derecha en la política estadounidense, acompañado de una visión miope y mani-
dido en estados soberanos es la multiplicación de estos estados. Esto ocurrió en Europa con quea de la política mundial. Las acusaciones indiscriminadas de traición y conspiración por
la disolución de los imperios otomano y de Habsburgo. Una generación más tarde ocurrió parte de McCarthy proliferaron con la conmoción producida por la guerra de Corea. En
en el mundo entero, con la disolución de los imperios europeos fuera de Europa. Este pro- Estados Unidos, el estado de ánimo y los métodos que trajo consigo esa conmoción pudie-
ceso fue largo, y aún no había tenninado en 1980, pero la mayor parte del mismo se consu- ron ser dominados una vez superado el punto culminante de la guerra, pero los daños que
sufrió la imagen estadounidense en el extranjero persistieron durante m~cho más tiempo.)
mó durante los veinte o veinticinco años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Este
Nehru fue el principal creador de la Commonwealth postimperialista como una aso-
período estuvo dominado por la guerra fría en Europa, y ese conflicto confirió a las nacio-
ciación de monarquías y repúblicas de todas las razas cuyos vínculos no eran ideológicos
nes que alcanzaban la categoría de Estado una de sus características iniciales básicas.
sino históricos o fortuitos. Cuando decidió que la India debía permanecer en la British
Ambos protagonistas de la guerra fría -Estados Unidos casi tanto como la URSS-
Commonwealth (como aún se la llamaba en esta fecha) lo hizo con la condición de que
manifestaron sin inhibición su hostilidad hacia el colonialismo europeo, pero cuando la
guerra fría creó la alianza euro-estadounidense, encamada en la OTAN, la hostilidad esta- la India se convirtiese en una república y tuviese derecho a llevar a cabo sin reparos una
dounidense hacia la presencia de los británicos, los franceses y otros europeos en Asia y política exterior distinta a la de Gran Bretaña y a la de sus otros socios de la Common-
África se transformó. Aunque comercialmente esa hostilidad se vio con frecueni:ia inten- wealth, e incluso posiblemente reñida con ellas. Así pues, insistió en la independencia
sificada por la competencia en áreas dominadas hasta entonces por los colonialistas, a un política que todos los nuevos estados necesitaban hacer valer, manteniendo al mismo
nivel gubernamental quedó amortiguada como resultado de la prioridad que se daba a la tiempo unos vínculos que tenían valor económico, cultural y sentimental. Su ejemplo fue
necesidad de conseguí~ aliados y bases europeas. Par.a los nacionalistas de Asia y África, ampliamente seguido. Aunque Birmania rompió esos vínculos con Gran Bretaña en 1948,
este cambio de actitud equivalía a algo que oscilaba entre la evasiva y la traición. Situó a ninguna otra de las posesiones británicas lo hizo, y en 1990 la Commonwealth tenía cin-
cuenta miembros soberanos (incluyendo Pakistán que renunció en 1972 pero que volvió
Estados Unidos al lado de los imperialistas, si no completamente dentro de sus filas, y sig-
nificó el principio de la decadencia de la buena reputación de Estados Unidos en el áni- a incorporarse en 1989).
La insistencia de Nehru en que cada miembro de la Commonwealth debía ser libre
mo de lo que empezaba a llamarse el Tercer Mundo.
para proyectar y llevar a cabo su propia politica exterior fue decisiva, porque eso signifi-
Esta denominación -un consciente eco del antónimo Viejo y Nuevo Mundo- fue pro-
caba que ni la Commonwealth en su conjunto ni sus diversos miembros en particular
puesta por Dag Hammarskjold para designar a los países pobres de Asia y Latinoamérica.
nece~itaban seguir el ejemplo británico poniéndose del lado estadounidense en la guerra
Se trataba de un Tercer Mundo porque rechazaba la noción de un mundo dividido en
fría. Estos fueron los inicios del neutralismo o la no alineación del Tercer Mundo, al que
dos bloques, un mundo en el que sólo Estados Unidos y la URSS contaban, y en el que todos
las ex colonias francesas se unieron también en los años sesenta. Europa occidental, al
los demás países tenían que pronunciarse a favor de uno u otro. Tenía miedo del pode-
río de las superpotencias, ejemplificado y magnificado a través de las armas nucleares. final de la Segunda Guerra Mundial, había anhelado ocupar una similar posición inde-

157
pendiente -y mediadora- entre Estados Unidos y la URSS (la llamada Tercera Fuerza, acciones de los neutralistas tuvieron cierto efecto sobre estados que no se encontraban en
defendida, por ejemplo, por Georges Bidault), pero ese anhelo se desvaneció como con· sus filas. En los primeros años transcurridos desde el final de la Segunda Guerra Mundial,
secuencia del impacto que produjeron las severas medidas tomadas por los rusos, tales la postura estadounidense hacia los países asiáticos se vio profunda y desfavorablemente
como el golpe de Estado de Praga de 1948. Europa se convirtió en el escenario de la gue- afectada por dos factores: la necesidad de ayudar a la recuperación de Europa occidental
rra fría. Pero el resto del mundo creía encontrarse fuera de él. y la llamada a la lucha contra un agresor en Corea. El programa de Recuperación
La actitud de esta parte del globo pasó por una serie de fases. El concepto de neutrali- Europea absorbió grandes dosis de la atención, el talento y el dinero de Estados Unidos, y
dad estaba muy arraigado en estos países. La neutralidad era una declaración general de es posible que redujese la acritud de los estadounidenses hacia los europeos y especial·
intenciones en el sentido de permanecer al margen de cualquier guerra que pudiera tener mente hacia el colonialismo europeo, que de forma tan inequívoca habían criticado en el
lugar, pero no había demostrado ser muy útil para sus adeptos durante la Segunda Guerra pasado. Para los países asiáticos que salían o habían salido ya del colonialismo, la voz esta·
Mundial, y en cualquier caso los nuevos estados no estaban pensando en una guerra con· dounidense parecía haber enmudecido como consecuencia de la preocupación por una
vencional y en cómo mantenerse al margen de ella, sino en la guerra fría y en cómo com· Europa destrozada a consecuencia de la guerra y también por la necesidad de encontrar
portarse con respecto a ella. El neutralismo y la no alineación como algo distinto de la aliados fuertes y seguros contra la amenaza comunista soviética: en otras palábras, la gue·
neutralidad, eran por tanto la expresión de una actitud hacia un conflicto concreto y pre· rra fría estaba desnaturalizando la postura estadounidense ante el colonialismo e incluso
sente: suponían, en primer lugar, relaciones equivalentes con ambos bloques y, en segun· llevando a Estados Unidos -tanto espiritual como fisicamente- al campo imperialista.
do lugar -en la fase denominada neutralismo positivo-, intentos de mediar y reducir las Para los estadounidenses, la guerra de Corea era un acontecimiento fundamental en el
peligrosas disputas entre los grandes. En su fase más negativa, la no alineación supuso la conflicto entre el comunismo y el anticomunismo, en el que un número demasiado redu-
reprobación de la guerra fría, la afirmación de que había asuntos más importantes en el cido de países prestaba una ayuda demasiado escasa (no más del 10% de las fuerzas efec-
mundo, el reconocimiento de la impotencia de los nuevos estados y la negativa de estos tivas) y algunos, especialmente asiáticos, se permitían hacer críticas inoportunas e impru-
países a actuar como jueces entre las dos grandes potencias. dentes. La postura estadounidense con respecto al neutralismo asiático era de justificada
La fase positiva del neutralismo expresó el deseo de los nuevos estados de eludir la gue· inct'ignacion. De este modo, los acontecimientos de estos años hicieron que los asiáticos
rra fría pero no de ser excluidos de la política internacional. Si a primera vista el mundo llamasen imperialistas a los estadounidenses, y los estadounidenses, traidores a los asiáti-
bipolar posterior a la Segunda Guerra Mundial parecía dejar a las pequeñas potencias tan cos. No obstante, la actitud americana cambió al cabo de pocos años, y lo hizo en parte
poco campo de acción como en los tiempos de las grandes luchas entre los imperios roma- porque el comportamiento y las actividades de los neutralistas en la ONU y en otros luga·
no y persa, bien mirado parecía que los neutralistas podrían no obstante desempeñar un res mostraron que era inadecuado juzgarlos con un simple criterio de comunismo y_ anti--
papel satisfactoriamente honroso y sensato. Cuando tanto África como Asia se indepen- comunismo.
dizaron, el número de países neutrales y el espacio que ocupaban a lo largo y ancho del Los rusos también se vieron obligados a revisar sus opiniones. Como antiimperialistas
mundo llegaron a ser considerables. Podían como mínimo evitar que la guerra fría sé habían resultado equívocos, apoyando a movimientos comunistas pero vacilantes ante
extendiese a estas importantes áreas; con sólo poner límites al compromiso con alguno de otros movimientos. Lo que más les molestaba de los dirigentes de los nuevos estados era
los dos lados podían reducir las ocasiones y áreas de conflicto. Podían también, en virtud su carácter burgués, y por consiguiente los atacaban como a secuaces del mundo occiden-
de su importancia conjunta, hacer que las grandes potencias tratasen de granjearse su tal. Al principio, hombres como Nehru y Nasser no les parecían a los rusos mejores que
amistad, convirtiéndose así en una especie de pararrayos en la política internacional. De cualquier político europeo occidental que se uniese a la OTAN. Pero la llegada de tales
un modo aún más positivo, podían ejercer cierta influencia mediante el clásico método dirigentes a la ONU en número creciente convenció a los soviéticos de que constituían
de celebrar conferencias para hacer públicas sus opiniones o por el más novedoso de dis· un grupo diferente a medio camino entre el bloque comunista y los enemigos de la URSS,
cutir y votar en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Con respecto a este últi- y por tanto debían ser tratados como tal. Esta transformación era más fácil de aceptar para
mo, la voz de la India fue de nuevo decisiva. Los nuevos estados habían vacilado al prin- los rusos que para los americanos, porque la adhesión al bloque comunista de países extra·
cipio en su postura hacia la ONU, sin saber si llegaría a estar dominada por sus miembros ñas y lejanos era en cualquier caso un mddo irreal y poco sátisfactorio de extender la
europeos -como lo había estado la Sociedad de Naciones- o bien por Occidente o por las influencia soviética (o quizá, como demostró una corta experiencia con Irak, incluso un
grandes potencias. Temían que la nueva organización pudiera ser utilizada para reforzar el modo de hacer las cosas más difíciles para Moscú), mientras que los estadounidenses esta·
colonialismo o para favorecer los fines de la guerra fría, en cualquiera de cuyos casos estos ban acostumbrados a reclutar aliados a lo largo de todo el mundo y a mantenerlos unidos
nuevos estados hubieran tenido poca ocasión de utilizarla, pero una vez adquirida alguna gracias a su poderío áereo y marítimo. En cualquier caso, los países neutrales consiguieron
experiencia tomaron una decisión diferente, y la India en especial llegó a tener un papel hacer que tanto los rusos como los estadounidenses les aceptasen en la política interna·
destacado en las discusiones y comisiones y aportó unidades para operaciones de emer· cional en el papel que ellos habían elegido para sí mismos.
gencia, unidades sin las cuales difícilmente podían haberse concebido esas operaciones Para ser eficaz, la no alineación, negativa o positiva, requería la solidaridad entre los
(especialmente después de que Hammarskjold desarrollase el principio de que las grandes no alineados. Los nuevos estados eran débiles y conscientes de su debilidad, que -en no
potencias no debían aportar unidades de combate a las fuerzas de la ONU). menor medida que su rechazo de la guerra fría- era su sello personal. Ambas caracterís·
Es imposible valorar los efectos precisos que el anticolonialismo, la guerra fría y el neu- ticas se reforzaban mutuamente. Su debilidad les hacía ser precavidos ante una asociación
tralismo tuvieron los unos sobre los otros, pero es posible demostrar que las políticas y demasiado estrecha con una sola de las grandes potencias, y por tanto les obligaba a bus-

158 159
car la fuerza por medio de la unidad entre ellos. Muchos estaban lejos de ser verdaderas nal y la independencia de Indonesia para 1950 (el Consejo de Seguridad eligió poco des-
naciones, y la unidad política que poseían la habían logrado a través de la xenofobia. Sus pués 1960 como una fecha adecuada). Como su predecesora, esta conferencia creó una
gobiernos eran movimientos de liberación metamorfoseados, que tenían que crear un con- organización permanente que resultó ineficaz, en parte porque algunos estados asiáticos se
senso lo más amplio posible para evitar que el nuevo Estado se desintegrase o se hiciese estaban volviendo recelosos del predominio indio y no querían verlo institucionalizado.
ingobernable. En la medida en que este problema chocaba con la política exterior, suge- Debido al asunto indonesio, la conferencia tenía una nota claramente anticolonialista,
ría la conveniencia de un abanico de contactos y amistades lo más amplio posible con pero estaba dividida entre los amigos de Occidente y los neutralistas. Esta división se
estados extranjeros y la necesidad de evitar cualquier alineamiento preciso y discrimina· acentuó en los meses siguientes, cuando diferentes líderes asiáticos adoptaron posturas
torio. Las necesidades económicas apuntaban en la misma dirección: ningún nuevo Esta- diferentes hacia los dos acontecimientos más destacados del año, la victoria de Mao
do era lo bastante importante para las potencias ricas del mundo como para poder obte- Zedong y del comunismo en China y la guerra en Corea. La solidaridad asiática estaba
ner de una de ellas toda la ayuda que necesitaba; era preferible por tanto no contraer una resultando difícil de alcanzar, incluso sobre la base de un programa anticolonialista; las
alianza con una potencia que excluyese la posibilidad de obtener ayuda de otras. (Este campañas británica y francesa en Malasia e Indochina no provocara~ la misma protesta
argumento no era concluyente. Muchos de los pequeños estados que consiguieron la inde- unida que las acciones holandesas en Indonesia, en parte por la fuerte impregnación
pendencia del dominio francés en África eran tan débiles que no tenían otra elección que comunista de los movimientos anticolonialistas malayo y vietnamita.
tomar todo lo que pudieran obtener de Francia). Otro tanto ocurría en el campo de la En los años cincuenta, la solidaridad asiática y el neutralismo crecieron y después dis-
defensa: mientras que, por un lado, había un argumento superficial en favor de la vincu- minuyeron. Algunos estados asiáticos, anteponiendo sus necesidades económicas y estra-
lación a un determinado protector poderoso, también podía observarse que las grandes tégicas a su neutralismo, firmaron tratados no soló comerciales, sino incluso de defensa
potencias querían mantenerse al margen de los litigios y disputas locales en los que los con Estados Unidos o la URSS. La India, mediante el tratado de 1954 con China, que
nuevos estados solicitaban ayuda (al contrario de lo que sucedía con los aspectos locales incluía el Panch Shila, mantuvo sus principios, pero en el mismo año Pakistán, Tailandia
del conflicto global, en los que eran los nuevos estados los que no querían mezclarse). y Filipinas firmaron acuerdos militares con Estados Unidos, mientras que Afganistán se
La búsqueda de solidaridad precedió a la independencia tanto entre los países asiáti- convertía en el primer país no comunista que recibía ayuda soviética, y la URSS, que ya
cos como entre los africanos. La primera conferencia asiática importante posterior a la había suscrito un acuerdo comercial con la India y estaba a punto de firmar otro con Bir-
glierra -la Conferencia de Relaciones Asiáticas celebrada en Nueva Delhi en marzo de mania, intensificaba sus coqueteos diplomáticos y económicos con Indonesia, los cuales
1947- reunió a veintiocho delegaciones, de las cuales sólo ocho provenían de estados iban a llevar a Sukarno a realizar una visita a Moscú en 1956. Las grandes potencias se
soberanos. La fuerza motriz de esta conferencia era el deseo de asegurarse de que las estaban tomando un loable interés por los asuntos asiáticos, pero como consecuencia de
Naciones Unidas no se convertirían en una organización dominada por estados y puntos este interés, resultaba más difícil para los asiáticos mantener una postura común hacia las
de vista europeos o blancos, como lo había estado la Sociedad de Naciones, pero el tono grandes potencias, o mantener las distancias, como requería el neutralismo puro.
de las discusiones no fue marcadamente anticolonial. La conferencia era una reunión de Durante 1954 se hicieron preparativos para una conferencia, propuesta en un princi-
asiáticos para discutir problemas asiáticos, incluyendo la reforma agraria, la industrializa- pio por Ceilán y aceptada por Sukarno y Nehru. Esta conferencia se reunió en Bandung
1
ción, el socialismo asiático y la aplicación de la no violencia en los asuntos interna- en abril de 1955. Se trataba de una gran asamblea para estimular la cooperación entre
1 i
cionales. La conferencia estableció una organización permanente que tuvo existencia los países asiáticos y dar a Asia la importancia que le correspondía. Sus antecedentes

~~ •.
durante ocho años pero no hizo mucho más. Muy poco después, la India, Pakistán, Bir- eran el tratado entre Estados Unidos y laiwan (una consecuencia de las recientes crisis
mania y Ceilán, lograron la independencia, y la lograron en un mundo que había espera- en el Estrecho de Formosa y las islas cercana.5 a la costa), y la creación de la Seato y el
1 do pero no había conseguido la paz. Había guerra de guerrillas e insurrecciones en Bir- pacto de Bagdad. La URSS y China recibieron bien lo que parecía en principio una con-

!!''\ mania, Malasia y Filipinas, y guerra abierta en Indonesia, Indochina y Palestina. La guerra
fría estaba empezando también. En política interior, la violencia se cobró imp9rtantes víc-
ferencia antioccidental, mientras que los amigos de Washington -Tailandia y Filipinas-
se inclinaban a no asistir. Israel fue excluido a causa de la opinión árabe. Entre los 29
l' timas en Binnania en junio de 1947 con el asesinato de Aung San y seis colegas suyos, y participantes había se\s países africanos (Egipto, Libia, Sudán, Etiopía, Liberia y Ghana),
una víctima aún más notable en enero de 1948, fecha en que Gandhi fue asesinado. de modo que Bandung se convirtió en el prototipo de solidaridad afro•asiática, en opo-
En enero de 1949 otra conferencia asiática se reunió en Nueva Delhi. Las Repúblicas sición a la puramente asiática. Era una asamblea de los necesitados y los indignados, no
Soviéticas Asiáticas, que habían asistido a la reunión de 1947, no fueron invitadas, y Tur- una concentración de poder. Sus miembros se encontraban divididos entre sí, incluso en
quía rechazó la invitación. Por lo demás, Asia, incluido Oriente Medio, estaba perfecta- lo referente al tema de la no alineación, pero el momento era propicio. Después del blo-
mente representada, y Australia y Nueva Zelanda enviaron observadores. El motivo queo de Berlín de 1948-1949 y después del crecimiento del poderí~ nuclear soviético
inmediato de la conferencia era Indonesia, donde un movimiento de liberación asiático hasta igualar al estadounidense, la guerra fría en Europa había llegado a un punto muer-
se veía amenazado de extinción por los holandeses y donde a los ojos de los asiáticos, la to, a una situación de estancamiento, pero no de deshielo. Ambas superpotencias esta-
ONU parecía decidida a facilitar la reimposición del dominio colonial blanco. En diciem- ban fijando su atención en otros lugares y competían por la lealtad de países de otros
bre del año anterior, los holandeses habían recurrido a las «operaciones de limpieza» por continentes, con la vaga intención de lograr un nuevo predominio por medio de alian-
segunda vez y habían capturado y encarcelado a algunos líderes indonesios. La conferen- zas adicionales, o de envolver el flanco del enemigo ejerciendo influencia y situando
cia exigió su liberación y también el inmediato establecimiento de un gobierno provisio- bases en nuevos territorios. Los rusos y los chinos esperaban hacer avanzar al comunis-

160 161
mo explotando los nacionalismos antioccidentales, mientras que los estadounidenses Congo. Parecía estar surgiendo un nuevo conflicto entre la India y China, mientras que
esperaban explotar el miedo al comunismo y a China y así crear nuevos grupos militares un conflicto entre la URSS y China había surgido ya. Una abrumadora mayoría de los
que, si era necesario, serían fuertemente apoyados y subvencionados. La política esta- 29 participantes de Bandung habían sido países asiáticos no antioccidentales. El único
dounidense, como había mostrado recientemente la firma del Pacto de Manila, iba en conflicto serio que se planteó en relación con lá admisibilidad había sido el veto árabe a
contra del espíritu de Bandung. Por otro lado, Zhou Enlai, que se presentó personal- Israel. En Belgrado, la representación africana reflejaba la división de los estados africa··
mente en Bandung, contribuyó a demostrar que el comunismo chino era conciliable con nos entre radicales y moderados, los participantes latinoamericanos fueron escogidos con
otros nacionalismos asiáticos y que había al menos un líder chino que era más sensato y un criterio similar y los europeos incluían a Yugoslavia y Chipre pero no a los países tra-
razonable de lo que parecían sugerir algunas habituales imágenes de la nueva China. Los dicionalmente neutrales, Suecia y Suiza. Un intento de Nehru de centrar la atención de
rusos, por accidente o por astucia, ya habían dado una serie de pasos que les llevaron a la conferencia en la paz más que en el anticolonialismo, y de hacer que las conversacio-
un mayor acercamiento al modo de sentir asiático. La propuesta de neutralizar Austria nes ruso-estadounidenses continuasen, encontró escasa respuesta, y algunas delegaciones
fue bien acogida por los países neutrales de Asia, y gestos como la devolución de Port mostraron una indiferencia partidista con respecto a la explosión nuclear que los soviéti-
Arthur a China y de Porkkala a Finlandia alentaron a aquellos que esperaban que la cos realizaron en vísperas de la conferencia. Una propuesta para fijar una fecha que su·
muerte de Stalin hubiese cambiado el aspecto de la política internacional. En 1955, Bul· pusiese el fin del dominio colonial en todo el mundo en un plazo de entre dos y seis años
ganin y Kruschev visitaron Asia en medio de una enorme aclamación (Kruschev realizó se fue modificando a lo largo de los debates hasta convertirse en una exigencia de su inme·
una segunda visita a principios de 1960) y la campaña rusa para ganarse el favor de los diata y total abolición.
neutralistas estuvo tan formidablemente dirigida que ni siquiera la represión de la revuel- Después de una pausa, los planes para celebrar otra conferencia condujeron a una reu-
ta húngara en 1956 consiguió apenas dañarla (siendo el ataque anglo-francés sobre Suez nión, más africana que asiática, en El Cairo en octubre de 1964, y a un proyecto para con·
un hecho de un valor inestimable para que los soviéticos pudieran proteger su nueva vacar una conferencia en Argel en 1965. Este plan, sin embargo, se fue a pique por la caí-
reputación en esta coyuntura). da de Ben Bella pocos días antes de una reunión preliminar en junio y por el creciente
Para los propios neutralistas, los principales logros de la conferencia de Bandung eran: desconcierto entre los posibles participantes ante la perspectiva de un conflicto local chi-
el haberse encontrado y conocido entre sí (la mayoría de ellos eran países recién llegados no-soviético. Los chinos querían excluir a la URSS y asumir el liderazgo de los desvali-
a la política internacional); el haber sentado las bases para actuar conjuntamente en la dos, pero en una segunda reunión preliminar, en octubre, se aprobó la invitación a la
ONU y, por medio de la solidaridad, haber aumentado su seguridad, su categoría y su peso URSS, tras lo cual los chinos amenazaron con ausentarse. En estas circunstancias, una
diplomático en el mundo; el haber atraído a hombres nuevos -como Nasser- hacia el gru· mayoría consideró más conveniente que no se celebrase conferencia alguna y finalmente
po, haciéndolo mayor; el haber comenzado a lograr que las grandes potencias les tomasen todos los planes fueron cancelados. El movimiento parecía estar debilitándose, pero se
en serio y respetasen sus políticas (una tendencia que se vio reforzada con la admisión de reanimó durante 1967 con las visitas de Tito a países asiáticos y africanos, y en 1969 una
dieciséis nuevos miembros en la ONU mediante el acuerdo global de 1955 y aún más far· conferencia en Belgrado le dio un nuevo impulso. A La Habana, diez años después, asis-
talecida con el gran aumento del número de miembros africanos en 1960); y finalmente, tieron noventa y dos miembros de pleno derecho (hubo dos ausencias). Mientras que los
el haber estado en contacto con uno de los dirigentes de la nueva e impresionante Chi· miembros originales habían sido no alineados en sus políticas y sus simpatías, el grupo
na, sin encontrarlo en absoluto aterrador, y el haber tal vez incorporado a China a su cír- mucho más numeroso de países de la década de los setenta englobaba a una serie de esta-
culo pacifista. En el verano de 1956, Nehru y Nasser visitaron a Tito en Brioni, Yugosla- dos que, aunque no alineados en su política, tenían simpatías definidamente pro occi-
via. Este acontecimiento era un indicio de la evolución del neutralismo asiático hacia una dentales o pro comunistas.
asociación de carácter mundial. Con un país asiático, otro africano y otro europeo a sti La solidaridad y la no alineación africanas, que comenzaron a unir sus fuerzas a la
cabeza, los neutralistas se volvieron más ambiciosos en los asuntos intenacionales y alber- corriente asiática en Bandung en 1955, tenían sus propios y más remotos orígenes. El
garon la esperanza de poder ejercer presión sobre las grandes potencias en cuestiones rela· panafricanismo empezó como una afirmación de la existencia de una cultura específica-
tivas a la guerra fría, pero el punto máximo de la influencia de esta asociación ya había mente africana o negra (por extensión a aquellas tierras a las que los esclavos habían sido
i' pasado, en parte a causa de las actividades de aquellos que querían convertirla en una enviados), una cultura diferente y con valor propio. Como tal, era una cultura localizada
alianza de comunistas y negros contra blancos no comunistas, acentuando y recalcando el fundamentalmente en el Caribe y África occidental, pero entró también a formar parte
anticolonialismo en lugar del neutralismo. La no alineación se convirtió en la práctica en del movimiento más amplio de emancipación colonial al que los nacionalistas de todas
una no alineación con carácter antioccidental, especialmente con el Movimiento de partes de África podían asociarse, alentándose y dándose fuerza los unos a los otros. En
Solidaridad entre los Pueblos de África y Asia, que patrocinó una serie de conferencias en tercer lugar, estaban aquellos (como Nkrumah, por ejemplo) que veían que la libertad
los últimos años cincuenta. política no era una libertad completa, que la dependencia económica persistiría después
En septiembre de 1961 se celebró una conferencia de países no alineados en Belgrado. de la consecución de la soberanía nacional, y que África podría valerse por sí misma eco·
Mientras que Bandung había sido una conferencia exploratoria, Belgrado tuvo a su alrede- nómicamente con sólo desarrollar conjuntamente sus recursos continentales. Este tercer
dor un atmósfera de crisis. Entre los antecedentes de esa crisis estaban las pruebas nucleares aspecto del panafricanismo apuntaba hacia una unión política o al menos una federación,
francesas en el Sahara y la reanudación de las pruebas soviéticas, la Bahía de Cochinos y y por tanto entraba en conflicto con la creación de nuevos estados soberanos comprome ..
el muro de Berlín, el choque franco-tunecino por la posesión de Bizerta y la aguda crisis del tidos a la preservación de su integridad y de su independencia.

162 163
Seis conferencias panafricanas se habían celebrado entre 1900 y 1945. La primera de darse la Organización de la Unidad Africana. El mayor de ellos era el grupo de Brazzavi-
ellas y la cuarta -que tuvo lugar en los años veinte- estuvieron dominadas por el Caribe y lle, constituido por todas las antiguas colonias francesas excepto Guinea, con el añadido
Estados Unidos, pero la última estuvo dominada por líderes africanos de la propia África. de Mauritania (cuya reivindicación de ser independiente y no una parte de Marruecos fue
Todas ellas fueron reuniones de personalidades. Con los comienzos de la independencia aceptada por el grupo). El grupo de Brazzaville comenzó como una reunión ad hoc en
vinieron las reuniones de partidos africanos y gobiernos africanos. Estos últimos crearon una Abidján en octubre de 1960 en la que el principal tema de discusión fue Argelia, pero en
Organización de Todos los Pueblos de África que, en el seno de las conferencias de Acera Brazzaville, en diciembre y en posteriores reuniones durante 1961 en Dakar, Yaounde y
en 1958, Túnez en 1960 y El Cairo en 1961, discutieron proyectos para una unidad africa· Tananarive, se convirtió en una asociación permanente y debatió sobre las formas de
na o para una Commonwealth africana sobre la base de que la cooperación entre los gobier· perpetuar la cooperación y los servicios comunes que habían existido en el período colo-
nos no era suficiente. Pero la tercera reunión fue la última. A medida que crecía el número nial, creó una organización para la cooperación económica y consideró la posibilidad de
de estados independientes, el sistema de estados se afianzaba. Nkrumah continuó preconi- instituciones conjuntas y acuerdos de defensa. Este grupo no era ni pa,nafricano ni regio·
zando un gobierno de unión hasta su caída en 1966, pero este tema, aunque constituyó uno nal, sino una expresión de unas necesidades y puntos de vista comunes.
de los habituales puntos que se trataron en las conferencias de la OUA (Organización de la En una conferencia celebrada en Casablanca, en enero de 1961, se configuró un
Unidad Africana) durante algunos años, fue perdiendo apoyo debido a que se consideraba segundo grupo. Este grupo comprendía a seis estados africanos independientes además de
poco práctico y a que se identificaba cada vez más con una minoría radical izquierdista. a los revolucionarios argelinos y a Ceilán. Los seis estados africanos eran Marruecos, Egip·
En la fecha de la primera reunión de estados africanos independientes, celebrada en to y Libia (que al cabo de poco tiempo se pasó al grupo de Brazzaville) y Ghana, Guinea
· Acera en 1958, había nueve estados independientes en el continente. Uno de ellos, Sudá- y Malí (que se había adherido a la unión Ghana-Guinea el año anterior). El grupo de
frica, declinó la invitación a asistir a Acera. Los otros eran Etiopía, Liberia, Egipto, Casablanca se oponía a la independencia de Mauritania y era pro lumumbista en el Con-
Marruecos, Túnez, Libia, Ghana y Guinea. Sus principales preocupaciones eran el anti· go, aunque en su segunda conferencia, en mayo, en El Cairo, Nkrumah se opuso categó·
colonialismo, las luchas raciales y nacionalistas en Sudáfrica y Argelia, y el problema de ricamente a las propuestas de retirar tropas de la fuerza de la ONU y desviarlas a Gizen·
cómo lograr algún tipo de unidad africana respetando al mismo tiempo la independencia ga, y su opinión prevaleció sobre sus colegas. También este grupo estableció órganos
1 e integridad de los estados africanos. Esta conferencia vino seguida, en mayo de 1959, de
la Declaración de Conakry, por la que Ghana y Guinea formaban una unión que se decla-
permanentes, incluidos comités políticos, económicos y culturales, un mando supremo y
un cuartel general en Bamako, Malí.
raba punto de partida de una unión africana más amplia. Esta medida fue una réplica En agosto de 1961, al menos veinte estados se reunieron en una conferencia en Mon·
impremeditada al ostracismo al que Francia había condenado a Guinea, una demostración rovia. Estaban presentes todos los del grupo de Brazzaville, Libia, y una may~ría de los
práctica de los principios panafricanos de Nkrumah y un salvavidas para Guinea. Fue territorios ex británicos. El grupo de Monrovia absorbió por tanto al grupo de Brazzaville
seguida, en julio del mismo año, por la Declaración de Saniquellie, que, fundamen· y, debido a la preeminencia de Nigeria, adquirió un tinte específicamente antighaniano y
talmente por la insistencia de Liberia, hacía hincapié en la independencia e integridad de anti-Nkrumah. El movimiento para la unidad africana parecía haber quedado obstruido
los estados existentes. por los problemas del momento presente (el Congo y, en menor medida, Mauritania) y
En 1960, cuando la segunda conferencia de estados africanos independientes se reu· por personalismos. De todas formas, la idea siguió estando viva. Incluso si la visión de
nió en Addis Abeba, casi se había duplicado el número de ellos y su unidad estaba a pun- Nkrumah de una unión que abarcase a todo el continente era inaceptable o impractica·
to de ser puesta a prueba por las grandes tensiones del Congo, así como por las disputas ble, podían no obstante intentarse uniones de menor amplitud o extensión. La unión
en tomo a las fronteras. Quince estados estaban representados. Tuvieron lugar vivas dis- Ghana-Guinea, con o sin Malí, no había demostrado tener resultados prácticos aprecia-
putas fronterizas entre Etiopía y Somalia, Ghana y logo, Guinea y Camerún. La primera bles, pero había sido una manifestación política más que una verdadera asociación regio·
de estas disputas condujo a un enfrentamiento de cierta magnitud, pero las restantes no. nal. En el noroeste, Marruecos, Túnez y Argelia crearon tempranamente una federación,
Más grave para las esperanzas de una unidad africana fue un enfrentamiento entre Gha- en una reunión que tuvo lugar en Tánger en abril de 1958. En África oriental y central
na y Nigeria en el que Ghana propugnaba que se iniciasen inmediatamente los pasos se habló de una federación entre Kenia, Uganda, Tanganica, Zanzíbar, Malawi,' Zambia y
hacia la unidad y Nigeria defendía un lento acercamiento a algo parecido a una federa- Rodesia, con la posibilidad de una ampliación en un futuro que apenas se vislumbraba a
ción. Esta disputa tenía el ingrediente adicional de una cierta acritud entre los protago- Ruanda, Burundi, Mozambique e incluso a Sudáfrica. Un Movimiento Panafricano de
nistas, ya que los nigerianos estaban resentidos por el hecho de que Nkrumah hubiese asu- Libertad de África Oriental y Central (Pafmeca) vio la luz en 1958, fue ampliado cuatro
mido el liderazgo y desconfiaban de sus intenciones, mientras que Nkrumah temía que años más tarde pasando a llamarse Pafmecsa al añadirse la «s» de sur, y fue finalmente
Nigeria proyectase emplear la influencia de su vasta extensión en favor del conservadu- disuelto en 1963; eran estas asociaciones de ayuda mutua en la lucha por la liberación.
rismo contra el socialismo y en favor del nacionalismo nigeriano contra el panafricanis- La conexión con Francia estaba en la base de una serie de organizaciones supranaciona·
mo. En el Congo, los estados africanos independientes trataron, en la ONU y en una con- les: el Consejo de la Entente (Costa de Marfil, Níger, Alto Volta, Togo y Dahomey¡ véase
ferencia en Leopoldville en agosto de 1960, presentar un frente unido y llevar a cabo un capítulo XX); la Asociación del Río Senegal (Senegal, Malí, Guinea, Mauritania¡ ibíd.);
papel constructivo y pacificador, pero no tuvieron éxito. una Unión Aduanera Africano-central y Africano-occidental. Más importante que cual·
A partir de este momento, los estados africanos independientes comenzaron a formar quiera de éstas era la Unión Africana y Malgache de Cooperación Económica (UAMCE),
grupos separados que más tarde fueron reunidos de nuevo en una sola organización al fun- fundada en 1965 por trece antiguos territorios franceses y belgas y convertida luego en la

164 165
Organización Común Africana y Malgache (OCAM), cuyos estatutos, firmados en Tanana- que en un principio se habían basado en el paternalismo y los caciques, se percataron de
rive en 1966, la declaraban abierta a todos los estados africanos, siempre y cuando la totali- las limitaciones de este modelo, pero para sustituirlo proyectaron un inaplicable sistema
dad de los miembros ya existentes aceptasen a cada nuevo aspirante. La OCAM creó una parlamentario británico puesto en manos de una elite. Por consiguiente, los nuevos esta·
serie de útiles agencias que eran a veces más efectivas que las de la OUA, pero políticamente dos -a pesar de que muchos de los primeros líderes con que contaron, los cuales constitu·
sus miembros estaban con frecuencia divididos. En los años sesenta fue vista como un arma yeron una elite relativamente acaudalada y de educación occidental, habían insistido en
para Houphouet-Boigny de Costa de Marfil contra Nkrumah y en apoyo de Tshombé; en la un principio 1 en que las instituciones democráticas occidentales eran las más útiles y apro·
guerra civil nigeriana, en la que trató de mediar en vano, Costa de Marfil y Gabón recono· vechables y habían esperado que funcionasen sin modificaciones esenciales- se dieron
cieron a Biafra, mientras los restantes miembros eran decidida y firmemente antiseparatis- cuenta de que era necesario introducir innovaciones tanto en la teoría como en la prác-
tas; algunos de sus miembros tenían relaciones diplomáticas con China, otros con Taiwan. tica. Tenían que encontrar administradores, funcionarios públicos, economistas, profeso··
A medida que el período colonial iba quedando atrás, la común herencia francesa se con- res, médicos, contables y líderes sindicales y al mismo tiempo, construir instituciones y
vertía en un vínculo cada vez más débil. Hubo unas cuantas ausencias en el XVIII Congre· fomentar el desarrollo de asambleas que reconciliasen las tradiciones africanas con su afán
so celebrado en Lome en 1972, y Zaire, pensando que no estaba sacando suficiente prove- de modernización y les permitiesen gozar de los frutos de la eficacia, la libertad y la justi-
cho de su condición de miembro, dimitió de la organización. cia. Se enfrentaban al mundo exterior con una mezcla de admiración y recelo, dispuestos
Aunque el Congo había demostrado la dificultad de mantener la unidad entre los esta- a aprovechar lo mejor de lo que pudieran descubrir en él, pero convencidos de que por
dos africanos independientes, no había demostrado menos las ventajas de hacerlo si era muchas cosas que adoptasen, desarrollarían un especial modo africano de actuar y una cul-
de alguna forma posible, y una conferencia en Lagos en 1962 elaboró un proyecto de esta- tura africana independiente y propia. Esta aspiración comúnmente compartida confirió a
tuto para una organización de estados africanos. En uria nueva conferencia en Addis Abe- los nuevos estados de África puntos de contacto entre sí que eran implícitos más que
ba en 1963 nació la Organización de la Unidad Africana, con un número inicial de trein- explícitos y que dieron a su organización una especie de cohesión inicial que no iba a
ta y dos miembros. La OUA no era una organización de seguridad colectiva como había encontrar paralelo en la Organización de Estados Americanos ni en la Liga Árabe y ni
previsto y aprobado el artículo 51 de la Carta de la ONU, sino una organización para el siquiera en la Comunidad Económica Europea (CEE). Pero por todo esto, la OUA era
fomento de la unidad y la colaboración africanas y para la erradicación del colonialismo. una asociación de estados soberanos en un continente que, como consecuencia de la des-
Cónstaba de una asamblea anual de jefes de Estado, un consejo de ministros y una secre- colonización, estaba siendo sometido a una fragmentación mayor que la que había existi-
taría. Una proyectada comisión de mediación, conciliación y arbitraje no llegó a mate- do bajo la dominación extranjera. La OUA consolidó el particularismo en África de la
rializarse, si bien estas funciones se desempeñaban de hecho: en las querellas fronterizas misma forma en que la ONU lo aceptó en lo que respecta al mundo en general.
entre Marruecos y Argelia, entre Somalia y Etiopía y Somalia y Kenia, y entre Ghana y La creación de la OUA representó no sólo una negación de las ideas federales, sino
Alto Volta. En esta última disputa, que se originó a raíz de la constmcción por parte de que, además, dio relieve y énfasis a las cuestiones específicamente africanas. La carta de
Ghana de una escuela en territorio reclamado por Alto Volta, Ghana cedió a la reivindi- la OUA y su conferencia fundacional subrayaron el carácter sacrosanto de las fronteras
cación de este último país en una reunión del Consejo de Ministros de la OUA. En los existentes y el papel de la nueva organización en el arreglo pacífico de las disputas entre
otros casos, la OUA proporcionó mediadores y comisiones investigadoras que contribu- los estados africanos. Hasta cierto punto, por lo tanto, se desvinculaba del concepto de
yeron a apaciguar los conflictos. solidaridad afroasiática. Los dos continentes estaban cada vez más preocupados cada uno
I' La creación de esta organización resumía dos procesos que se habían desarrollado a lo con sus propios asuntos; algunos de sus intereses comunes se desvanecieron una vez que
largo de una generación o aún más, y que habían cobrado fuerza en los veinte años pos- la lucha anticol~nialista hubo pasado a la historia. Incluso dentro de cada continente, la
teriores al término de la Segunda Guerra Mundial. Los africanos dejaron de estar aislados solidaridad se vio sometida a tensiones. En Asia, el ataque de China a la India destruyó
unos de otros y dejaron de estar aislados con respecto a los asuntos mundiales. Su eman- lo que quedaba del Panch Shila, mientras que la desprevención en que fue sorprendida la
cipación se debía a una gran diversidad de causas: el inherente liberalismo (reforzado por India le obligó a aproximarse a las superpotencias de las que, como líder de los países no
el cansancio y hastío) de las principales potencias coloniales, el desarrollo del movimien- alineados, había tratado de mantenerse a distancia. La India había descendido un grado
to a favor de los derechos humanos, los ataques estadounidenses y rusos contra el colo- en la escala de su no vinculación o independencia. Después de la invasión china de 1962,
nialismo, el ejemplo de Gandhi, la mejora de las carreteras y la expansión de las líneas Ceilán, Birmania, Camboya e Indonesia, junto con Egipto y Ghana, trataron de utilizar
aéreas internacionales. Mientras este proceso tenía lugar, una nueva clase de africano -el sus buenos oficios para llevar a cabo una reconciliación chino-india, pero sus esfuerzos
político, el abogado, el intelectual, el évolué-estaba ocupando puestos destacados y recha- tuvieron escasos efectos y no fueron acogidos favorablemente ni por Nueva Delhi ni por
zando al mismo tiempo los modelos que franceses y británicos habían preparado para su Pekín.
país. Los franceses habían dado por sentado que sus colonias llegarían a ser respetables
partes de Francia, pero apenas se habían dado cuenta de que su doctrina no funcionaba ni
desde el punto de vista del gobierno, que era paternalista y blanco, ni desde el punto de POBREZA
¡1 vista de la sociedad, en la que los bajos salarios e incluso el trabajo obligatorio se tolera·
,.1
1:1 ron durante demasiado tiempo, y los pocos favorecidos por el sistema no tendían a con-
'¡,li A pesar de todo, seguía existiendo un poderoso vínculo: la pobreza, y la toma de
vertirse en líderes de esta sociedad, sino, por el contrario, a salir de ella. Los británicos, conciencia de que la independencia política y la soberanía no suponían la desaparición
,:¡
¡¡
l!
'i
1
166 167
de la dependencia económica. En el mismo año en que se produjo la invasión china
de la India y en mitad de la crisis del Congo que amenazó con dividir a la opinión africa-
na, se celebró ~n Ginebra la 1 Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU
(UNCTAD). No se trataba de un acontecimiento afroasiático, sino que era algo más
amplio. Era un punto de confluencia entre los estados afroasiáticos y otro grupo de esta·
l Ronda, que la Comunidad redujera sus ayudas para las exportaciones de cereales al 90%
de la tasa actual a diez años. La Comunidad ofreció recortes del 30% sobre los valores
que prevalecieron ~n 1986. Se realizaron intentos para cerrar el agujero creado por las
posturas poco realistas expuestas por cada bando, debido a las consecuencias del debate
del GATT en el CAP Common Agricultura! Policy (Política Agrícola Común), donde
los miembros de la Comunidad la fueron, lenta y dolorosamente, desenmarañando fren·
dos, en su mayoría latinoamericanos, que no solamente eran pobres en comparación con
el mundo industrializado y desarrollado, sino que se veían también obligados a vivir den- te a la dura postura de los agricultores. La Comunidad alcanzó un acuerdo en las reduc·
tro de un sistema económico ideado por los países ricos y en interés de los países ricos. ciones de subsidios que, según ellas, tendrían que ser renegociadas (un panorama desa·
Antes de que acabase la Segunda Guerra Mundial, las dos naciones del mundo con un lentador), si las peticiones estadounidenses en el proceso del GATT fueran aceptadas. A
comercio exterior más importante, Estados Unidos y Gran Bretaña, acordaron en Bretton Estados Unidos no le gustó este argumento, en particular porque se acercaban las elec·
Woods aplicar a la economía internacional los principios del libre comercio, la no discri- ciones a la presidencia de 1992, y respondió con tratados para imponer tarifas del 200%
minación y tipos de cambio estables. Crearon para estos fines dos nuevas organizaciones: (a efectos de una prohibición) en determinadas mercancías europeas, empezando por los
una Organización del Comercio Internacional y el Fondo Monetario Internacional, la vinos franceses.
primera para retirar obstáculos físicos (aranceles y cuotas) de los canales comerciales y el Una fuente inag<)table para la desesperación fue la pelea, fuera de la Ronda del GATT,
segundo para proveer fondos para el comercio internacional y su expansión. Este último sobre el volumen de exportaciones y la producción de aceitunas; este tema quedó reduci-
organismo surgió de la conferencia de Bretton Woods ajustado más a la fórmula estadouni- do a medio millón de toneladas que, la Comunidad olivarera, valoró en no más de 100
dense que a la británica: en particular, Gran Bretafia quiso pero no logró conseguir una millones de dólares. Se cerró en pacto entre la CE y Estados Unidos mediante el acuerdo
moneda internacional, un variable volumen de crédito empleado en la expansión del de Blair House (1992), en el que las ayudas a la exportación de cereales se reducirían al
comercio y unas reservas iniciales mucho mayores que los 25.000 millones de dólares con 21 % en seis años. Pero los agricultores europeos siguieron disconformes, los franceses en
los que el Fondo comenzó a funcionar de hecho. En cuanto a la primera organización particular, los cuales presionaron a su gobierno a rechazar el acuerdo y con ello toda la
mencionada, nunca vio la luz, pero fue sustituida por el Acuerdo General sobre Arance- Ronda; a pesar de que estos agricultores no estaban entre los cultivadores de cereal, fue
les y Comercio (GATT), que, si bien carecía de la permanencia institucional de la pro- un sector asumido dentro del negocio agrícola. Se mantuvo un contexto de inflexibilidad
yectada Organización del Comerc\o Internacional, se comprometía no obstante a cumplir hasta la víspera de la fecha fijada por el Congreso de Estados Unidos, para permitir al pre·
los mismos objetivos, los cuales trató de conseguir recurriendo a una serie de complicadas sidente aprobar el Acto Final de la Ronda (Acto de Clausura), sin la consideración del
negociaciones bilaterales destinadas a reducir aranceles, eliminar cupos, excluir todas las Congreso en los siguientes detalles: El Congreso podría aprobar o rechazar pero no reha·
preferencias nuevas o aumentadas y asegurar la extensión a todos los miembros de cual- cer enmiendas a lo ya admitido por el presidente hasta la fecha. La etapa final de la Ron·
quier preferencia disponible para alguno de ellos. da fue tomada como un conflicto entre Estados Unidos y la CE, predominando Francia
El primer objetivo del GATI" fue la reducción de obstáculos para negociar con artí· con grados variables de aceptación entre los miembros de la CE. Los principales objetivos
culos manufacturados, en particular, la reducción de tarifas. La tarifa industrial media de Francia eran proteger: la esquina de la agricultura francesa, mantenerse apartada de los
cuando el GATT empezó a tener relevancia, era alrededor del 40%, pero en 1980 esta ataques estadounidenses a las ayudas en exportación y tratar de ganar protecdón para los
media se había reducido no mucho más del 4% y el volumen del comercio mundial se realizadores de cine europeos (una industria en alza) y la industria aérea. Los objetivos
haba quintuplicado en veinticinco años. Era ya algo natural en los procesos del GATT el fueron asegurados mediante concesiones o bien porque fueron pospuestos para ser trata·
hecho de que cada vez resultara más difícil concluir las negociaciones. La Ronda de Uru- dos en la siguiente Ronda.
guay en 1986 (la octava en una secuencia que empezaría en Ginebra en 1947), terminó Cuando, en 1994, se llegó al Acto Final de la Ronda (Acto de Clausura) (sujeto a
sin acuerdo durante siete años. Además de contar cada vez con mayor número de partici· ramificaciones por necesidades), se habían logrado muchas cosas, a pesar de tener que pos-
pantes, las negociaciones se complicaron por el cambio de los productos manufacturados poner los asuntos más intratables. El acuerdo prometía ganancias masivas en com~rcio y
por los de procedencia agrícola, los servicios financieros, las llamadas propiedades inte· empleo. Medido en dinero, los beneficios mundiales fueron estimados, especulando, en
lectuales (patentes, royalties) y las grandes ganancias en exportaciones de los países más 5.000 billones de dólares pasados diez años, pero con un relativamente pequeño impacto
ricos (aviación civil, productos audiovisuales y de televisión). El punto más espinoso para inmediato, siendo éste mayor para los países ricos que para los países pobres. El GATT se
!;is políticos, no sólo por razones económicas, fue el de los subsidios para la agricultura, transformó en la World Trade Organization (WTO) en 1995. La Ron,da de Uruguay mar-
¡: cuyo acuerdo fue alcanzado tan sólo a costa de los abandoitos de algunas de las partes del có un cambio para las tarifas y las cuotas de servicios, entre éstos los financieros y los dere·
ambicioso programa de la Ronda. chos de la propiedad intelectual. Su conclusión coincidió con los intentos de integrar las
1
! Los principales contendientes eran la Comunidad Europea, actuando como unidad economías exsoviéticas y satélites a las economías capitalistas occidentales y por último
1
(sin embargo sujeta a la aprobación de Consejo de Ministros de cada país) y Estados Uni· encontrar un modus vivendi con las economías comandadas supervivientes, en particular
dos, con el apoyo de otros quince grandes exportadores de alimentos denominado colee· China. La WTO fue por ello económica y políticamente más fuerte que el GATT. Segun·
tivamente como el Grupo de Cairns. Estados Unidos empezaron pidiendo, como condi- do, estuvo más dispuesta a dar importancia a los conflictos de intereses entre ricos y
ción para suscribirse a cualquiera de las voluminosos paquetes de abastecimiento de la pobres. Estados Unidos y Francia se unieron en sus deseos de importar un criterio social

! ¡

168 169
y medioambiental en el orden económico y comercial. Esta responsabilidad no sería cues· dos de la banca y, en 1960, la Intemational Development Association (Asociación Inter·
tionada con tal de que contemplara aspectos como el de los presos o el trabajo infantil, nacional para el Desarrollo), que concedió préstamos a cincuenta años libres de intereses,
pero los países desarrollados temieron que los ricos, al imponer estos criterios, no acepta· para los países pobres. Estos préstamos del IDA fueron financiados principalmente por
rían a los países menos favorecidos, pudiendo introducir un nuevo tipo de proteccionis- gobiernos occidentales, se utilizaron para crear infraestructuras económicas y se esperaba
mo bajo el manto de la justicia social. de ellos que produjeron un razonable, aunque retrasado, retomo.
La Ronda de Uruguay marcó una victoria, pero no necesariamente una victoria Por ello la función principal del banco, en materia de desarrollo, fue la de mediador o
atrincherada, para el libre comercio universal en un clima creciente de proteccionismo. procurador. Hasta los años setenta, sus actividades fueron restringidas, pero en esta déca·
Si el proteccionismo dejó de ser una forma sensible de política para el Estado, sí man- da la escala de sus operaciones fue multiplicada por diez o más y su expansión estuvo
tuvo, sin embargo, algún atractivo para las asociaciones de estados. La Comunidad acompañada por una nueva doctrina realizada para justificar los préstamos a los países
Europea dio ejemplos de rechazo al proteccionismo estatal, pero fue menos convincen· menos garantes, enfatizando el potencial económico de las sociedades· más pobres, una vez
te a la hora de rechazar asociaciones para la protección. La posición estadounidense en desarrollados o en el momento de su desarrollo.
la Ronda se suavizó tan sólo después de que el presidente Clinton hubiera ganado la La actividad paralela del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue la de facilitar el
aprobación del Congreso para la admisión de México al North American Free Trade comercio asegurando la estabilidad en los cambios monetarios, y así anulando la anarquía
Area (NAFTA, véase capítulo XXVII) (Tratado Norteamericano de Libre Comercio) y financiera de los años treinta, cuando la competitividad en las devaluaciones provocó la
hubiera hecho una comparecencia personal en una conferencia en Seattle para aplau- recesión mundial por culpa de los negocios mal gestionados. El Fondo fue creado para ser
dir el APEC -Asian Pacific Economic-Cooperation Forum- (Fórum para la Coopera- guardián del sistema Bretton Woods, que fijaba los cambios de divisas (los fijaba en rela·
ción Económica del Asia Pacífica), una iniciativa australiana de 1989 para ayudar a un ción al dólar, el cual se convertía a su vez en oro). El Fondo, como el banco, se fundó en
gran bloque de países comprendidos en las zonas del sur del Pacífico, el sudeste asiáti- un principio por contribuciones de los miembros; ambas sopesaron el peso del voto de estos
co, el norte de Asia y Norteamérica. miembros y sus derechos. Realizaron créditos a corto plazo, pensados para amortiguar las
Japón tuvo una visión similar para la esfera de influencia económica japonesa en los dificultades de la balanza de pagos y ayudar a países desarrollados; esto facilitó un servicio
tres continentes que forman el anillo del Pacífico. En un segundo mitin del APEC en monitorizado y de aliento de los asuntos económicos nacionales e internacionales. Sus
Jakarta en 1994, diecisiete de los dieciocho estados que asistieron estuvieron de acuerdo bases fueron cuestionadas por la, casi simultánea, abrogación en 1971 de la conversión del
en abolir las barreras a las importaciones con sus asociados en el 2010, en el caso de los dólar en oro y la anexión de otras monedas al dólar. El contexto en el que operaba se trans·
cinco estados mayores y en el 2020 para el resto; sólo Malasia rechazó aceptar las fechas. formó por la drástica subida del precio del petróleo en 1973 y en 1979, años en los que ori·
Aunque Clinton, una vez más parecía ser el mediador, hubo dudas no planteadas sobre si ginaron grandes desequilibrios (en particular por los países que eran importadores de petrÓ·
Estados Unidos eran un miembro natural del gmpo asiático-australiano o un intmso leo y estaban poco desarrollados), mientras que la fluidez de los petrodólares hizo que la
ambicioso en una organización cuyos miembros podrían contar con la mitad de todo el fluctuación de las monedas fuera más drástica. El Fondo estaba estancado, perdió prestigio
comercio internacional para el año 2010. e influencia y fue forzado a considerar sus ámbitos y sus métodos. Ostensiblemente mun·
Además de la IMF y el GATT, la conferencia de Bretton Woods creó el Intemational dialista en sus propósitos, el Fondo (como el banco) había operado como un adjunto al sis-
Bank (el Banco Internacional) para la Reconstruction and Development (la Reconstruc- tema económico creado para el desarrollado mundo capitalista, pero desde la década de los
ción y el Desarrollo), más tarde conocido como el World Bank (el Banco Mundial). El años setenta estuvo obligado a tomar miras más amplias tan pronto como el, en vías
Banco Mundial fue fundado para asistir a Europa en su reconstrucción después de la gue· de desarrollo (y ahora independiente), Tercer Mundo reclamó ser tratado como parte de la
rra. Cuando esta tarea fue prácticamente asumida por el Plan Marshall, el banco, poco a problemática económica del mundo y los países más ricos empezaron a darse cuenta de
poco, fue desviando su atención hacia el desarrollo y hacia el resto del mundo. Como lo relacionados, económicamente, que estaban con los más pobres.
el IMF, con el que el banco estaba relacionado por su localización común en Washington El sistema comercial diseñado en Bretton Woods presuponía una cierta comunidad de
y por el requerimiento por el que el banco debía ser miembro de la Fundación, el banco intereses entre todas las naciones con comercio exterior y suponía también que los aran·
estaba gobernado por un gabinete profesional donde los grandes contribuidores a sus fon- celes y las cuotas eran las principales barreras para el comercio entre los. estados. Pero nin-
¡: 1

i dos de capital acarreaban un inconmensurable peso. Además de estos fondos el banco guna de estas presunciones era cierta para los países económicamente más débiles. Aunque
l : incrementaba el dinero mediante la emisión de sus propios valores en los mercados de necesitaban participar en la economía internacional, necesitaban asimismo estar protegi-
cambio internacionales: hacía préstamos a estados meritorios con un tipo de interés dos dentro de ella; la libertad actuaba en su contra. Además, sus problemas más importan·
comercial, por períodos limitados (al final de los cuales, los fondos podían ser prestados tes no eran los aranceles o los cupos, sino la inestabilidad de los precios mundiales para sus
otra vez), y principalmente para una infraestructura económica. Esta política estricta· productos y la dificultad de acceder a los mercados extranjeros para venderlos. En su mayor
mente conservadora fue necesaria para poder recibir préstamos de los mercados de dine· parte no eran sólo países pobres -con una media de ingresos anuales per cápita de 100-150
ro a los mejores tipos de interés, pero estas políticas ilimitaron sus actividades iniciales a dólares en contraste con los más de 1.000 dólares de los países de la OTAN, comprendi-
favorecer a los más ricos en vez de ayudar a las pobres. Como último propósito se estable- dos inc'iuso Grecia y Turquía-, sino también mal p~eparados para la competencia econó·
ció la Internacional Finance Corporation (Corporación Internacional de Finanzas), que mica internacional. Muchos de ellos tenían unas nada flexibles economías de monoculti·
fue diseñada para ayudar a los países más pobres a conseguir ayudas de los sectores priva· vo. Sus productos eran materias primas tuya demanda (exceptuando el caso del petróleo)

170 171
se elevaba a un ritmo menos rápido que el de los ingresos mundiales. Sus clientes estaban más cuando subieron los precios del petróleo en los setenta, enriqueciendo a los produc·
fabricando productos sintéticos o sustitutivos y, especialmente en el caso de la agricultura, tares de petróleo pero empobreciendo a los importadores de crudo. La aparición de la
eran sensibles a lobbies proteccionistas internos, impacientes por cerrar el mercado a las OPEC, como un nuevo grupo en el sector, nos sirve de ejemplo de esta escisión. La OPEC
importaciones del extranjero. La guerra de Corea produjo un boom en los precios de los mantuvo una postura generalizada para el Tercer Mundo, mientras que, al mismo tiempo,
productos del que se beneficiaron algunos de estos países, pero sólo temporalmente. Otro gravitaba en la economía occidental, más como un operador que como un rebelde. Cuan-
paliativo lo constituyeron las ayudas, es decir, dinero en metálico, créditos, mercancías o do, en 1974, la ONU proclamó la necesidad de un Nuevo Orden Económico Interna-
técnicas, concedidas gratuitamente o bien suministradas a un precio menor que el que regía cional, la declaración dio fe del número de votos emitidos por el Tercer Mundo en la
en el mercado. De esta manera fueron transferidos considerables beneficios y los donantes, Asamblea General, pero las consecuencias dejaron ver la limitada efectividad de los votos
haciendo la suma de sus sacrificas anuales, se congratulaban por su generosidad. nacionales en los asuntos económicos. Con este poder económico aplastante, el oeste
Los receptores de estas ayudas pensaban, sin embargo, de modo distinto. Llegaron a la estaba capacitado para defenderse de las quejas y las campañas del Tercer Mundo y man-
conclusión de que eran una respuesta equivocada a sus problemas. Aparte del hecho de tener el alivio económico de Occidente a niveles caritativos, regulados por el propio
que la ayuda era escasa y aparte también de la toma de conciencia de que la mayor parte Occidente.
de esta ayuda se concedía con intenciones políticas en la guerra fría, existía una diversi· La Comunidad Europea tomó nota de estos problemas con benevolencia pero con pru-
dad de razones por las que ésta se censuraba: porque el pago de los intereses y las devolu- dente atención. Cuando el tratado de Roma se estaba negociando, Francia insistió en la
17iones del capital llegaron a ser una onerosa y pesada carga para las ganancias derivadas inserción de estipulaciones especiales relativas a la condición de asociado. Tenía en men-
de la exportación; porque se trataba de una ayuda condicionada de forma que el receptor, te a sus propios territorios africanos que todavía entonces eran todos ellos colonias. La
en vez de utilizarla para comprar lo que quisiera y do~de pudiera obtenerlo a precio más parte IV del tratado estipulaba por tanto que la Comunidad podría suscribir acuerdos con
barato, se veía obligado a aceptar combinaciones que no estaban a la cabeza de su lista de estados no europeos mediante los cuales se concedería a éstos el beneficio de reducciones
prioridades, o a comprar al donante en vez de en otro lugar y más barato; porque la ayu- arancelarias y ampliaciones de cupo, al mismo tiempo que se les otorgaría el derecho a
da perpetuaba un modelo económico creado en los tiempos coloniales, cuando el negocio imponer aranceles propios para proteger sus incipientes industrias (siempre que estos
de las colonias consistía en que produjeran materias primas para satisfacer las necesidades aranceles no hicieran discriminaciones entre miembros de la Comunidad). Asimismo, la
de sus poseedores; porque, por consiguiente, la ayuda impedía la esencial tarea de diversi- Comunidad estableció un Fondo de Desarrollo que desembolsó 581 millones de dólares
ficación de la economía poscolonial y de inicio de la industrialización que permitiera al en un primer quinquenio y 730 millones en el segundo. En 1964, mediante el primer con-
nuevo Estado crear capital. Por todas estas razones, los países más débiles se dieron cuen- venio de Yaounde, 18 ex colonias francesas sacaron provecho de estas estipulaciones, y en
ta en seguida de que la ayuda no podía suplir lo que ellos realmente querían: un cambio 1969 se concedió a tres ex colonias británicas -Kenia, Uganda, Tanzania- los mismos pri-
de las normas que regían la economía internacional y, particularmente, unos precios vilegios por espacio de un año (esto es, hasta que un Convenio de Yaounde revisado
garantizados para sus productos y la facilidad de acceso a los mercados munfüales más entrase en vigor en 1971). También Nigeria negoció un acuerdo con la Comunidad. Si
acaudalados, donde había 1~ás posibilidades, si es que había alguna, de que estos produc· bien en un principio se mostró recelosa con respecto a estos convenios pensando que se
tos pudieran venderse. La ONU, en cuyo primer lote de fondos especiales para el desa- trataba de una forma de neocolonialismo, Nigeria no podía permitir que sus vecinos
rrollo de los países tercermundistas (SUNFED) en 1960, se pidió a los países más ricos que comerciasen en mejores condiciones que ella misma con la Comunidad, a la que enviaba
contribuyeran con el 0,7% de su producto nacional bruto, para ayudar a los pobres acre- dos tercios de sus exportaciones. Una vez más, las relaciones entre la Comunidad y sus
cer con un tipo de interés del 5% al año, convocó una conferencia especial, que fue pla- asociados africanos podían ser atacadas con el argumento de que, a pesar de sus ventajas
nificada en 1962 y realizada en Ginebra en 1964. Esta conferencia intentó ser un hecho tangibles, tendían a perpetuar el modelo colonial en vez de a modernizar y diversificar la
aislado, pero se convirtió en una institución permanente cuya principal esperanza estaba economía poscolonial. Además, produjo cierta turbación el hecho de que una minoría de
puesta en precios más altos y más estables para las mercancías. En 1967, los países pobres los miembros del lobby de la UNCTAD, al asegurarse una especial posición para ella,
de Asia, África y Latinoamérica establecieron el Grupo de los 77 (Group of 77) que rea· hubiese roto la solidaridad de las naciones más débiles. En 1974 se firmó en Lomé un nue-
lizó su primer mitin en Agiers en 1967 y eligió a Raul Prebish de Argentina como su direc- vo convenio de cinco años de duración, en esta ocasión entre la CEE y cuarenta y seis
tor. Estos acontecimientos transformaron la escena internacional mediante la demanda de estados africanos, del Caribe y del Pacífico (ACP). Contenía estipulaciones para reduc-
relaciones económicas entre estados, así como más atención en sus relaciones políticas. El ciones arancelarias no recíprocas, creaba un fondo de ayuda de 1.600 millones de dólares
Grupo de los 77 enfatizó lo injusto de un orden económico dominado por compradores y y un proyecto para la estabilización de los precios de exportación, y prometía a los pro·
consumidores de materiales en bruto, al igual que la volatibilidad de los precios a nivel ductores de azúcar de la Commonwealth la entrada en la CEE de todo su azúcar a los pre-
mundial de estos materiales, y habló a favor de las preferencias comerciales mostrándose cios garantizados por el Acuerdo del Azúcar de la Commonwealth. Mediante el Lomé Il,
opuesto a las normas del GATI que hablan de trato igualitario entre los económicamen- que se suscribió a continuación del primero, en 1979, la CEE se comprometió a aceptar
te débiles y los económicamente fuertes, de transferir tecnología a precios de ganga y de exportaciones procedentes de países de la ACP hasta un valor de 15.000 millones de dóla-
conseguir préstamos baratos. Pero aunque el Grupo de los 77 cambió la forma de pensar res al año y a proporcionar ayudas anuales que irían aumentando .desde una base inicial
de la gente sobre asuntos exteriores, tuvo menos éxito a la hora de transformar su com- de 850 millones de dólares la mayoría destinados para carreteras, educación, hospitales,
portamiento. Ésta se dividió entre los llamados moderados y los radicales y se dividió aún agua y electricidad. Lomé lII y V siguieron a los intervalos quinquenales, pero alrededor

172 173
Rusia (311)
Kazajstán (18.8)

/.,,.,, ...... ~_]\


EE.UU.
(393)
OCÉANO ATLANTICO
DEL NORTE
/o
Kuwait (9\.8)
,,. ..,,.
I
_.i
~

.
China (146)
.....
- -,
i
r· Omán (40)

OCÉANO PACIFICO

Argentina (33)
1'9oia
116) o Australia (23)

OCÉANO ATLANTICO
DEL SUR
Q

Clave
~ miembro de la OPEC
El número entre paréntesis son las cifras
estimadas de producción petrolífera en
1994, en millones de toneladas.

5.1. Los mayores productores mundiales de petróleo.

174 175
de 1990, la ayuda fluyó de las convenciones, que aunque fueron muy bien recibidas fue el mente repetible de la manufactura. Preveían que sus años de opulencia tendrían una
equivalente a no más de la mitad de lo dado por los miembros de la comunidad, suman- duración determinada. Las razones que les impulsaron a forzar el alza de los precios de su
do lo que dieron por separado con lo que ofrecieron de forma bilateral. Los destinatarios producto fueron económicas (acumular dinero para el desarrollo}, estratégicas (hacer
se sintieron molestos por la dependencia concomitante y también por los costes y la buro- acopio de armamento) y políticas (ejercer una presión antiisraelí sobre los países com·
cracia que acarrean las convenciones. En 1995, cuando concluyó el Lomé V tras nego· pradores, siendo como eran árabes la mayoría de los trece miembros de la OPEP). Los
ciaciones estratégicas, se contabilizaron 70 beneficiarios. Entre las prioridades estaba la de efectos de estas alzas de los precios fueron muy perturbadores puesto que coincidieron
permitir desviaciones desde las regulaciones del GATT, pero no sobrevivieron a la trans- con otros inquietantes factores económicos y los intensificaron: una disminución del
formación del GATT dentro de la nueva Organización del Comercio Mundial (World valor del dólar (ya con síntomas de agotamiento por su excesivo gasto exterior que cul-
Trade Organization). minó con la guerra de Vietnam), el hundimiento del sistema diseñado en Bretton
Mientras que el dinero y otros beneficios empezaron a llegar a los países pobres por Woods, y una inflacción internacional. Muchos de los miembros de la OPEP ganaron
diferentes fuentes, sus deudas crecieron aún más preocupando el valor de los créditos más dinero del que sabían utilizar en sus países, relativament~ subdesarrollados y escasa·
también. Desde los setenta, los estados deudores estuvieron más presionados por el nue- mente poblados. Al invertir sus inmensos excedentes (más de 100.000 millones de dóla-
vo planteamiento de sus deudas que por atraer dinero nuevo hacia los aspectos más nece- res al año a finales de la década de los setenta) en un inestable mundo industrializado,
sitados. se encontraron con que adquirían propiedades que, en parte como consecuencia de sus
En la UNCTAD 4, celebrada en Nairobi en 1976, el Tercer Mundo presentó un plan propias acciones, se estaban devaluando constantemente; al mismo tiempo, sus aumen·
global para la reestructuración de sus deudas, la ayuda técnica, la promoción de las indus- tos del precio del crudo estaban atenazando y exprimiendo de tal forma a los comprado-
trias manufactureras y la diversifica~ión de las econ~mías de monocultivo. El plan seve- res que éstos se veían obligados a reducir sus compras. Además, la transferencia masiva
ramente mutilado por los países más ricos, los cuales -y en particular las potencias que de capital desde los países que podían utilizarlo productivamente hacia los países que no
habían sido coloniales- estaban molestos ante la perspectiva de ser deudores morales más podían -es decir, desde el mundo industrializado hacia los miembros de la OPEP- ponía
que acreedores comerciales. En gran parte inútilmente señalaron que la expansión del muchos recursos fuera de juego manteniéndolos improductivos, y originaba así una con·
mercado mundial de los años cincuenta y sesenta se había detenido e invertido. Los efec- tracción de la economía mundial.
tos de la recesión mundial sobre las actitudes y aptitudes de los países ricos se pusieron El Tercer Mundo se vio doblemente afectado. No podía ya pagar el precio de un pro·
aún más de manifiesto en la quinta conferencia de la UNCTAD celebrada en Manila en ducto que era esencial y tampoco podía esperar ya la ayuda financiera que había estado
1979. La extrema pobreza del Tercer Mundo, que en algunas zonas era sencillamente recibiendo de los gobiernos y bancos privados de los países industrializados. Las naciones
hambre; el pronóstico de una población mundial duplicada antes de finales de siglo, con desarrolladas que importaban petróleo habían contraído una deuda externa que ascendía
ciudades asediadas y estallido de guerras con el fin de obtener materias primas; una deu- a un total de 300.000 millones de dólares; el déficit conjunto de su balanza de pagos esta·
da externa del Tercer Mundo de 300.000 millones de dólares o más; y un descenso de la ba alcanzando la cifra de 100.000 millones de dólares al año y aumentando anualmente
ayuda occidental junto a un aumento del proteccionismo en Occidente. Todos estos 25.000 millones de dólares sólo por lo que respecta al petróleo. A este ritmo no sólo ellos
' ' indicadores producían un sentimiento de oscura desesperanza que la conferencia no mismos sino también sus acreedores se precipitaban a una situación de banca rota. Sus
'' !'
logró hallar forma de aliviar. Por esta época, el concepto de Tercer Mundo se estaba vol- exportaciones estaban en declive a causa de la restricción de su propia producción y a cau·
viendo obsoleto. Había surgido un nuevo grupo de países cuya riqueza les diferenciaba sa de que sus principales mercados {los países desarrollados) se veían también restringidos.
dramáticamente de los países pobres del mundo y cuya solidaridad les permitía desem· Los países de la OPEP asumieron en alguna media la responsabilidad de mitigar y aliviar
peñar un papel de fuerza en los asuntos internacionales. Era el Cuarto Mundo de la estas cargas. Lo hicieron mediante la práctica establecida de conceder ayuda a los pobres.
OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), cuyos miembros debían su En los últimos años setenta esta ayuda fluía a razón de entre el 1 y el 3% de sus PNB y tres
riqueza al petróleo y su influencia política y económica al hecho de que, aunque muy miembros de la OPEP rozaron el 10%_. Estos índices eran muy favorables en comparación
diferentes entre sí en cuanto a la extensión geográfica y la población, eran lo suficiente· con el objetivo del 0,7% de la OCDE {que en la práctica ninguno de los miembros de la
i¡ mente poco numerosos y estaban lo suficientemente unidos como para subordinar sus OCDE alcanzó, exceptuando a Noruega, Suecia, Dinamarca y Holanda). Por otra parte,
diferencias a la acción común. En los años setenta elevaron el precio del petróleo tan la suma total concedida por la OPEP se obtuvo en parte poniendo fin a las contribucio·
exorbitantemente que todos sus clientes, tanto ricos como pobres, temblaron ante el nes de esta organización al Banco Mundial (alegando para ello razones políticas) y la
futuro económico que se les presentaba. Podían efectuar esta gran subida porque el pre· inmensa mayoría de esta ayuda se otorgó a los países árabes más indigentes de Oriente
cio del petróleo había estado preocupantemente por debajo de la demanda y porque la Medio y África del Norte, dejando al margen a Egipto tras los acuerdos de Sadat con Car·
propiedad del crudo -y con ella el poder de fijar precios en un mercado de vendedores- ter y Begin en Camp David.
había pasado de manos de las compañías occidentales a las de los gobiernos productores. Desde el punto de vista del Tercer Mundo, la munificencia de la OPEP tenía sus limita·
Los países de la OPEP eran peculiares porque, en un mundo acostumbrado a considerar ciones. En cuanto a la proporción con respecto al PNB, la ayuda de la OPEP era relativa·
pobres a todos los países en vías de desarrollo, resultaba que éstos eran países en vías de mente generosa. Pern el PNB de la OPEP era mucho inenor que el de la OCDE (por un fac-
desarrollo ricos sin embargo, por la cantidad de dinero que poseían. Pero eran ricos de tor de aproximadamente dieciséis), de modo que el volumen de la ayuda de la OCDE era
un modo especial, ricos por la venta de un recurso limitado, no por el proceso infinita· finalmente mucho más elevado que el de la OPEP. Además, el programa de ayuda de la

176 177
OPEP no suponía más que un nuevo paliativo, y la concesión de una limosna -tanto a grama de esta naturaleza desde el momento en que carecía de la autoridad ejecutiva nece·
pequeña como a gran escala- no podía sustituir a la reforma de un sistema económico mun- saria para tomar decisiones, decretar acciones e imponer gravámenes. El Informe Brandt
dial fundamentalmente desequilibrado que estaba en proceso de contracción. Donantes y pedía a un mundo políticamente fragmentado que abordara problemas económicos uni·
receptores -la OPEP, la CEE o la OCDE por un lado, y la mayor parte de la UNCTAD por versales, tarea para la que no parecía contar con las instituciones precisas. Era un ejercicio
otro-se embarcaron en una controversia, un ajuste de intereses conflictivos y destinos diver- de persuasión no respaldado por ninguna autoridad o poder.
gentes. Los teóricos habían estado hablando durante décadas de la interdependencia y los El problema no obstante persistió más o menos en los términos del análisis hecho en
mutuos intereses de ricos y pobres sin que se les prestase demasiada atención, pero, en 1980, el Informe Brandt y toda mejora de la economía mundial arrastró a los países pobres a
un grupo extraoficial de personalidades públicas bajo la presidencia de Willy Brandt elabo- situaciones cada vez más desesperadas. Así, una breve época de prosperidad en el mundo
raron un informe que se proponía replantear los problemas y sugerir remedios prácticos. rico e industrializado a comienzos de los años setenta estimuló, como lo había hecho la
El informe Brandt trataba de persuadir a sus lectores de que el llamado conflicto Norte- guerra de Corea, la demanda de productos básicos, pero cuando la demanda desapareció
Sur entre países ricos y pobres era tan peligroso para el mundo entero como lo era el más' junto con el boom, los productores de estas materias primas en el mundo pobre se dieron
manifiesto y patente conflicto Este-Oeste entre los bloques armados encabezados por las cuenta de que habían participado en un juego que tenían perdido de antemano. El alza de
dos superpotencias. Dadas las catastróficas propiedades de las armas nucleares, era ésta los precios del petróleo en la dc!cada de los setenta, que no fue la causa aunque sí vino a
una opinión extraordinariamente difícil de aceptar. Todo el mundo sabía (y la mayoría de agravar la depresión económica subsiguiente al boom, obligó a los países pobres a pedir
la gente prefería olvidar) que millones de pobres estaban muriendo a causa del tremendo créditos, no para dedicarlos a la inversión, sino simplemente para mantenerse a flote. Los
desequilibrio económico mundial: unos 800 millones de seres humanos vivían habiendo países ricos prestaron fondos con generosidad, ya que los bancos -pletóricos con el dine-
transpasado el umbral de la pobreza más extrema. Pero no era en absoluto evidente que ro de los productores de petróleo y animados a prestar (especialmente en el caso de los
este hecho, además de constituir una desgracia, constituyese asimismo un peligro. El créditos de Estados Unidos a Latinoamérica) para de esa forma fomentar el sector priva-
Informe Brandt no pretendía reiterar las ya familiares súplicas humanitarias, sino que se do capitalista- buscaban prestatarios a los que podrían conceder préstamos a unos tipos
proponía darles una orientación práctica de perentoriedad; quería infundir miedo y alar· muchísimo más altos que los que estaban pagando a sus propios impositores. Mientras este
ma y no sólo pena o lástima. Al tiempo que hacía esto, realizaba implícitamente una afir .. esquema persistiese, los bancos y otras instituciones financieras pudientes serían cada vez
mación de gran trascendencia al sostener que los intereses comunes de países ricos y más ricos pero en la década de los ochenta las deudas contraídas p~r los países pobres con
pobres eran más poderosos y fuertes que aquellos que les dividían. El informe abandona· los ricos habían llegado a ser tan evidentemente impagables que un par de estadistas lo
ba la postura esencialmente hostil de la UNCTAD. No hablaba en nombre de los países dijeron abiertamente: el presidente Nyerere, con todas sus letras, y el presidente García
pobres y en contra de los ricos, sino para todos ellos, partiendo de la base de que todos se del Perú recurrieron a la limitación unilateral del pago de la deuda peruana a un deter-
estaban deslizando por la misma resbaladiza pendiente. Suponía la existenc.ia de una minado porcentaje de la renta nacional. La reestructuración de la deuda se convirtió en
comunidad de intereses compartida por todos y cada uno de los estados soberanos. una simulación bajo la cual se escondía el hecho de que el endeudamiendo había llegado
El informe acometía a continuación la tarea de realizar la cuadratura del círculo. En a ser tan alarmante y de tal magnitud que el riesgo de insolvencia amenazaba tanto a los
pocas palabras, lo que decía era lo siguiente: los plutócratas de la OPEP deben prestar sus deudores como a los acreedores.
excedentes a los pobres; éstos y otros fondos deben utilizarse para acabar con el hambre en La insolvencia (en particular la insolvencia de los estados que estaban a medio cami-
el Tercer Mundo y desarrollar su agricultura e industria; hay que ayudar al Tercer Mundo, no entre la pobreza y la riqueza y que habían tomado prestadas grandes sumas de dinero
una vez rescatado del estancamiento, a comprar las manufacturas del mundo industriali- para acelerar la transición y la expectación sobre si serían capaces o no de financiar estos
zado; y ayudar al mundo industrializado, reafirmando su fe en el libre comercio, a ampliar créditos de las rentas del crudo que desaparecieron con el desplome de los precios del
y extender su volumen de negocios con el Tercer Mundo (fuente de gran parte de sus bene· petróleo) dio fuerza a nuevas medidas. En 1982, México falló en el pago de sus intereses.
fidos en tiempos coloniales), obteniendo de ese modo el dinero necesario para pagar a la Tal falta, y tal ejemplo, supusieron un gran desastre para muchos bancos. El FMI recortó
OPEP por su petróleo. El punto esencial del proyecto de Brandt radicaba en una transfe- los recursos para conseguir acabar con una crisis de este tipo, pero cogió el liderazgo con
rencia masiva de recursos hacia los países más pobres -tanto por parte de los países enri- la coordinación de una operación de respiro, mediante fondos contributivos destinados a
quecidos recientemente como de los tradicionalmente ricos-· de un orden de 50.000 millo- los bancos amenazados. Negoció con decenas de países deudores, envasando fondos fres-
nes de dólares anuales para el año 1985 (según los precios de 1980), produciéndose un cos para ellos a través de bancos comerciales como respuesta a la adopción de rigurosas
aumento de la ayuda oficial de 8.000 millones de dólares al año de forma que dicha ayuda reformas económicas. El FMI, gracias a esto, sacó a flote la crisis. Además de prestar sumas
sería equivalente al O, 7% del PNB de los países contribuyentes para 1985 y llegaría al 1% de sus fondos, al menos cinco o seis veces consiguió dinero de los bancos. Pero los deu-
a finales de siglo. Existían dos obstáculos principales para la aceptación de esta receta esta- dores, quienes descubrieron que los estados forzados a pedir no podían elegir, estaban obli·
dísticamente modesta. En la medida en que mantenía que había que pagar a los ricos para gados a la imposición de programas económicos domésticos, los cuales llevarían los pre·
que ayudasen a los pobres, parecía ofender al sentido común. En segundo lugar, presupo· cios y restringirían los servicios sociales, ahondando fuertemente en la crisis de los
nía la existencia de algo parecido a un gobierno mundial --del que, sin embargo, no había ciudadanos pobres cuyas compras tuvieron una tregua· más que un alivio duradero. Duran-
la más remota señal-, ya que era prácticamente inconcebible que fuese un comité o con- te los años ochenta, la deuda africana (excluyendo la sudafricana y la de los países coste·
ferencia de representantes de estados soberanos quien pudiese iniciar y proseguir un pro- ros del norte) se incrementó en más de 7 .000 millones de dólares al año y pasó a 200.000

178 179
millones de dólares: un plan para convertir las deudas a largo plazo, se encontró con el y Nueva Guinea-Papua, proclamaron la South Pacific Nuclear-Free Zone (Zona Libre de Armas
favor de los acreedores, quienes supieron que nunca se les devolvería su dinero pero pre- Nucleares del Sur del Pacífico), pactos protocolarios auxiliares que fueron firmados por la URSS y
firieron posponer los pagos indefinidamente antes que retirar las deudas de sus balances. China, rechazados por Francia y no aceptados por Estados Unidos y Gran Bretaña. El tratado impu·
so una prohibición en la manufactura, testado y despliegue de armamento nuclear en la zona; recla-
La deuda latinoamericana era dos veces mayor que la deuda africana, con Brasil y Méxi.
maron a los principales poderes nucleares que no hicieran pruebas o instalaran armas nucleares en
co debiendo (en cifras aproximadas) 100.000 millones de dólares y Argentina unos la zona; pero se abstuvieron de pronunciarse sobre el uso, por parte de barcos y aviones, de los espa-
70.000 millones de dólares. El Tercer Mundo en su totalidad, en vez de recibir 50.000 cios marinos y aéreos internacionales.
millones de dólares {netos) al año del Banco Mundial, estuvo tomando 30.000 millones Las islas principales que lograron su independencia fueron: Samoa Occidental, en 1962, tras la
de una nueva deuda cada año; el tptal excedió 1.300.000 millones de dólares. Alejados dominación alemana y neozelandesa; Tonga o Islas de la Amistad, una monarquía del siglo XIX que
tomó su total independencia en 1970 (y que no firmó el tratado de 1985); Fidji, independizada en
del desarrollo, sus economías crecieron un 1% y sus poblaciones el 2%.
1975 (ver más adelante); las islas de Gilbert y Ellice, que se separaron en 1975 y se independizaron
En 1985, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, James Baker, propuso que los ban- en 1979 y 1978, respectivamente, como Kiribati y Tuvalu; las islas Salomón; independizadas en
cos acreedores deberían avanzar hasta los 20.000 millones de dólares y las institucion~ 1978 y el condominio anglo-francés de Nuevas Híbridas, independizadas en 1980, como Vanvalu,
internacionales deberían crear nuevos créditos similares a los anteriores {es decir, prestar tras luchas y disensiones internas. Vanvalu presionó hasta el límite en los conceptos de Estado y
dinero para conceder a los deudores un crédito nuevo con los intereses anteriores). La teo- nación; con una población de 150.000 habitantes que hablan cien lenguas diferentes, tenía identi·
dad geográfica pero carecía de identidad cultural o política. En Nueva Caledonia, territorio francés
ría fue elaborada por su sucesor, Nicholas Brady, quien ideó una escena donde los bancos
desde 1958, el conflicto entre la tribu ind(gena de los kanaks y los inmigrantes blancos, que ahora
.acreedores podrían elegir entre tres opciones para aliviar a sus deudores: mediante el cam- eran mayada, fue temporalmente resuelto mediante el acuerdo de Hatignon en 1988, el cual con-
bio de los valores existentes por nuevos al 65% de su valor nominal, redimibles pasados cedió por orden directa de Francia la división del territorio en tres regiones (dos de ellas con mayo-
treinta años y pagando los intereses originales; mediante el cambio de los valores exis- r(a kanak), una ayuda económica considerable por parte de Francia y un referéndum para la inde-
tentes por valores a 30 años con un valor nominal inalterable pero con intereses reduci- pendencia en 1988. Por aceptar estos términos, el líder de los kanak, Jean-Marie Tjibaou, fue
asesinado por sus compatriotas más radicales.
dos y fijados al 6,25% a 30 años y nuevos créditos pagaderos en plazos anuales a tres años.
Fidji tenla problemas raciales similares. Fidji (con una extensión similar a la de Gal(!s), está
Un prototipo de acuerdo bajo el plan Brady fue firmado por México en 1990. dividida en 600 islas comprendiendo 100.000 millas cuadradas de agua y una población de 750.000
habitantes (hab(a intentado fallidos acercamientos en el siglo XIX a Estados Unidos y Alemania,
buscando su protección antes de que se rindieran al Reino Unido en 1874 ). Bajo el mandato britá-
NOTAS nico se motivó a los ciudadanos indios a emigrar a Fidji, donde se convirtieron en el principal sos-
tén de la industria azucarera y, durante los d!as de la independencia en 1970, con la mayada de la
A. PAISES MUY PEQUENOS población. Tensiones entre razas fueron sucedidas por tensiones entre las islas orientales y las occi-
dentales y entre generaciones. En las elecciones de 1987, el partido en el gobierno de Fidji, que se
En 1985 había en el mundo más de 40 estados independientes con una población inferior a un apoyaba sobre un jefe patemalista, fue vencido por una coalición liderada por sir Timothy Bavadra,
millón de habitantes y otros 30 territorios de similares dimensiones que estaban claramente dife· quien creó un gabinete con una pobre mayoría india. Con una parte considerable de su pequeño
rendados geográficamente pero no eran plenamente independientes. Estos últimos eran práctica- ejército en el Medio Este en una misión de la ONU, el coronel Siliveni Rabuka fue capaz de dar un
mente todos islas o archipiélagos. También lo eran la mayoría de los primeros, entre los que estaban golpe de Estado con un puñado de hombres que invadieron el Parlamento y prender al nuevo pri-
incluidos nueve estados independientes en el Caribe y ocho en Oceanía. Dentro de esta categoría mer ministro. Bavadra apeló sin suerte al gobierno británico y a la Corona (Fidji era miembro de la
de diminutos países, los estados y territorios autónomos diferían mucho entre sí en cuanto a su Commonwealth), pero Rabuka ten(a el apoyo de la ClA, la cual miraba con recelo a Bavadra, por
extensión, población y riqueza, pero con relativamente pocas excepciones, eran demasiado débiles neutral. Rabuka tuvo el apoyo del movimiento Tsakei, cuyo lema era: •Fidji para los de Fidji>» pero
para defenderse contra los depredadores seducidos por su valor estratégico o por algún bien o ven- poco a poco fue perdiendo terreno, en particular en las islas orientales. Los comienzos de la emi-
taja explotable (la belleza que atrae a las agencias de viajes o la lejanía que atrae a los estafadores). gración india dejaron ver lo peligroso de dejar a los indios fuera de la industria del azúcar, que era
Pue~en ser de h_echo compradas por mafias extranjeras conchabadas con políticos locales, ya que se la principal fuente de riqueza de Fidji. Sin embargo, las elecciones de 1994 le reafirmaron en el
requiere poco dmero para comprar unos cuantos votos necesarios para ganar las elecciones y obte- poder a pesar de su desgana para conseguirlo. Fidji era un miembro del Soth Pacific Forum (Forum
ner el poder. Frente al enojo o las aprensiones de estados más grandes no pueden defenderse, como del Pacifico Sur). Bavadra murió en 1989.
puso ?e manifiesto la invasión de Granada por Estados Unidos en 1983. En los años sesenta se pro- El archipiélago de Bismack, anexionado por Alemania en 1874 y administrado por Australia,
puso idear un nuevo status para aquellos territorios muy pequeños que estaban a punro de ser arro- primero bajo el mandato de la Liga de Naciones y después, en 1947, como parte de la ONU Trust
jados por los imperios coloniales a una independencia nominal para cuya defensa caredan de los Territory of New Guinea, pasó a formar parte en 197 5 del nuevo Estado de Nueva Guinea-Papua.
recursos humanos y materiales necesarios; pero estas propuestas y discusiones se quedaron en nada, Al norte, en aguas ecuatoriales, los archipiélagos de las Carolinas, las Marshall y las Marianas,
en gran medida por temor a ofender a los nacientes estados. La asociación con una gran potencia o adquiridas por Alemania en el siglo XIX, ocupadas por Japón en la Primera Guerra Mundial y rete-
las asoci.acion_es regionales ofrecieron a algunas de estas naciones protección y esperanza de mejora. nidas bajo su mandato después de la guerra, fueron ocupadas por Estados Unidos en la Segunda
Una sene de islas, la mayada de ellas en el Padfico, suscribieron acuerdos de asociación con Esta· Guerra Mundial y más tarde, de 1947 a 1986, pasaron a estar bajo la supervisión de la ONU Trust
dos Unidos o con Francia (los Territorios de Ultramar); otras pasaron a ser miembros de la Com- Territory of the Pacific lsland. Las Marshall, incluyendo los atolones Enewetok y Bikini usados has·
monwealth. El Fórum del Pacífico Sur, creado en 1971, abarcaba en 1985 a once estados indepen- ta 19 58 para testar armas nucleares, se convirtieron en la República de las Islas Marshall con un tra-
dientes Y territorios autónomos aunque no independientes; estableció vínculos con otras tado o compacto de Free Association (Libre Asociación) con Estados Unidos (1982). Las Caroli-
asociaci~nes internacionales como la ASEAN y la CEE y con agencias especializadas de la ONU; nas pasaron a ser los Estados Federados de Micronesia (Federated States of Micronesia) mediante
y se asociaron con estados más grandes en la mucho más antigua (1947) y más amplia Comisión del un tratado similar. El objetivo de estos compactos fue el de permitir a Estados Unidos adquirir unos
Padfico Sur, en la que estaban incluidos Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña derechos especiales tras el final del período de fideicomiso. Esta situación causó problemas en las
y Francia. Por un tratado de 1985, 10-islas Estado del Pacífico, entre ellas Australia, Nueva Zelanda islas más occidentales del distrito de Micronesia (el archipiélago de Pelau). En 1979, los habitantes

180
~--,---~~~-~~----~~~~~~!\.-~~~~~-1
CHINA MAR DE LA CHINA ORIENTAL 1 ,1 Islas Hawai (EE.UU.) º º \

(!TAIWAN 1 1 Honolulu "'.o 1


HONG r------·-------·--------,,, 1 Hawa1 1
(} KONG I '------------------------------------

Man na ~LIPINAS I
1
'------1 Islas 11Aa
~-------" OCÉANO PACIFICO
IJ "' Sl
) ~o
/:/ ASOCIACIÓN DE TERRITORIO

~
DE EE.UU. DE LAS ISLAS PACIFI
,/
~/' ~s.,, !,----------------
( Islas Carolinas D~l ~12¡)~ 1 L_. .
l "11'1,qNl's14 '~ ,,... 1 - - - - , )

~ -~~
lJ\i ~ - ------~~~~~;TL,

~¿/ ~ /
~
"'l/~ ~l:s Salom
~ "'
'r----T-:!
1
Isla Phoenlx

r----;r.------,
1
'
__
1
:
1
!
1
_1 s-la- s-;-; q-~ ~; i 1
l
1
~----------~
1
j
1
----------..1..-1..
o, ____ _JSam..,.a
00
1
1
¡occiqtental ! 1
1 Islas de la Sociedad
1
/
\ -- ---r-----1 1 Islas Cook l

l_ ______~
1
\ Vanuatú , .:::> j j POLINESIA FRANCESA 1

ó<')
<a
l~eva
\Caledonia
~, fidji 1
1
1
~-----j
r
1
• '
1
I
'
1
L----------
I l. Pitcairn
0-1'.) 1(Franclal\ ¡ ____J!?.?_!!~L-------------------1 /(R. Unido)

AUSTRALIA
~-~t---- '1 /------------
I
t1____________________________,1
Brisbane

~elllngton
Sydney

Melboume

\) NUEVA ZELANDA
Tasmania

5.2. El Pacífico Sur.

182 183
de las Pelau votaron de forma arrolladora a favor de la prohibición de las armas nucleares en sus
islas. Cuando se intentó acabar esta decisión (la cual incluía intentos de cambiar la Constitución)
se fracasó, y Estados Unidos propuso un compacto por el cual una tercera parte del archipiélago sería Oº
cedido a éstos para realizar ejercicios y experimentos militares. Este compacto fue rechazado repeti· 40s ÁFRICA DEL SUR
das veces por los habitantes de las Pelau con campañas en las que hubo sobornos y asesinatos. Final-
mente, las Marianas (llamadas originalmente de forma despectiva por Magallanes, Los Ladrones)
incluyeron Guam y las Marianas del Norte. Guam fue arrebatada por Estados Unidos a España en
1898 y ha permanecido como parte de Estados Unidos. Las Marianas del Norte pasaron a formar ....................... ................... Islas del Príncipe
parte de la Commonwealth, sin Estados Unidos, en 1986.
·• o
·•••••·•··..•••Eduardo (AS)o
Isla Bouvet (Nor) ......... º
B. ANTÁRTIDA ............... o

••• a
El continente Antártico es rico en pesca y minerales, incluyendo petróleo. La tecnología f~s Crozet (Fr)
moderna le ha dado un significado militar y ha reclamado la atención por el daño medioambiental
que esto podría generar. Siete estados han solicitado derechos territoriales. Apoyados por la coope- ..................
ración durante el lnternational Geophysical Year (Año Internacional de la Geofísica), 1957-1958,
doce estados firmaron en 1959 el Antarctic Tready (Tratado Antártico), cuyos objetivos eran los de las Kerguele~··(fr)
o ••
paz y cooperación en la zona y libertad para la investigación científica. El tratado creó una organi· et •...

zación permanente que se expandió a .39 miembros asociaaos. Una pionera, aunque modesta, Con.
vention on Marine Living Resources (Convención para los Recursos Marinos Vivos) en 1980, fue
clausurada y una Convention on the Regulation of Mining Activities (Convención para la Regu.
!ación de las Actividades Mineras) redactada en 1988; esta última causa serias controversias. Aus-
Isla Heard (Ausr~

.,,,...,,.;,m
D
(i \

tralia y Francia se opusieron a estas convenciones desde el punto de vista conservacionista, enfren-
tándose a estadounidenses, británicos y a otros que querían tan sólo una moratoria (existía una
moratoria voluntaria en vigor desde 1972) para ser seguida mediante la aprobación internacional y
la supervisión de las actividades mineras. La Convención, apoyada con entusiasmo tan sólo por
Japón, se convirtió en papel mojado cuando, en 1990, el Reino Unido retiró su defensa a la explo-
tación limitada.

\.....
·••··•..
...............

AUSTRALIA
180°

Bases en la Antártida
A Argentinas IN Indias
C> Sectores reclamados AUS Australianas J Japonesas
B Británicas NZ Neozelandesas
fS..:l Sector reclamado por Argentina
BZ Brasileñas P Polacas
y[/]/J Sector reclamado por Chile C Chilenas R Rusas
F Francesas AS Sudafricanas
G Alemanas U de EE.UU.
5.3. Antártida (Fuente: An Atlas of World Affairs, William Boyd).

184
Segunda Parte

EUROPA
VI Europa occidental

RECUPERACIÓN

La reactivación de Europa occidental después de 1945 tuvo un dinamismo que nadie


esperaba. La recuperación económica, que requería la reconstrucción de unas economías
seriamente dañadas, aunque esencialmente sólidas y especializadas, tuvo un vigoroso
arranque debido a la ayuda financiera estadounidense, impelida tanto por generosidad
como por el temor a que se hundieran los países de interés vital para Estados Unidos
durante la guerra fría. El Plan Marshall (1947) fue, junto con el Tratado del Atlántico
Norte (1949), un factor esencial que marcó el ritmo para el restablecimíento material de
Europa occidental y su tranquilidad espiritual.
Cuando en 1945 acabó la guerra, los países de Europa occidental se encontraban en
un estado de total hundimiento físico y económico, al que se añadía el temor al dominio
soviético, bien mediante un ataque frontal, bien mediante la subversión. La única salva-
ción posible frente a estos peligros era que la ayuda estadounidense les permitiese restau-
rar sus economías, destrozadas aunque desarrolladas, y les ofreciese una garantía de conti·
nuidad en su independencia e integridad por medio de una ocupación estadounidense
semipermanente. Durante la guerra se habían hecho proyectos para el alivio de las nece-
sidades inmediatas de E!.iropa. La Administración de las Naciones Unidas para el Socorro
y la Reconstrucción (UNRRA) se creó en 1943 y mantuvo sus actividades hasta 1947.
También se establecieron una Organización Europea del Transporte Interior, una Organi·
zación Europea del Carbón y un Comité de Emergencia para Europa que se fundieron en
1947 en la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (ECE). Estos orga·
nismos partían del supuesto de que los males de Europa podían ser tratados en un ámbito
continental, pero la guerra fría destruyó esta presunción y, aunque la Comisión Económi-
ca para Europa siguió existiendo y publicó valiosos «Economic Surveys» a partir de 1948,
Europa se dividió en dos, tanto a efectos económicos como políticos.
Los antecedentes inmediatos de la ayuda económica estadounidense fueron el fracaso
de la conferencia de ministros de Asuntos Exteriores celebrada en Moscú en marzp y abril
de 1947, y la Doctrina Truman, en virtud de la cual, en marzo, Estados Unidos asumió el

189
papel de Gran Bretaña de apoyo a Grecia y Turquía, y lo racionalizó en términos antico- quince años después, tenían grandes y temibles fuerzas terrestres que abrumaban a todos
munistas. En junio, el general Marshall, entonces secretario de Estado, propugnaba en los países que quedaban a su alcance, pero carecían de un armamento diversificado y
Harvard el plan que lleva su nombre y que ofrecía ayuda económica a toda Europa (inclui- moderno capaz de entablar combate con Estados Unidos. El Tratado del Atlántico Norte
da la URSS) hasta 1951, basándose en que los gobiernos europeos aceptarían la respon- era, por tanto, una forma de que el poderío aéreo estadounidense, incluidas las armas
sabilidad de aplicar el programa y ellos mismos contribuirían a la recuperación europea nucleares, ejerciese presión para impedir a los rusos el empleo de sus fuerzas terrestres en
mediante cierto grado de esfuerzo común. Esta oferta estadounidense requería la creación la zona señalada por el tratado.
de una organización europea¡ el rechazo ruso de dicha oferta, en lo que respecta a la pro- Los miembros europeos de esta nueva alianza fueron al principio beneficiarios relati·
pia URSS y a los estados dependientes de ella, convirtió la organización en un organismo vamente pasivos que, a pesar de que proporcionaban el 80% de las fuerzas de dicha alian·
de Europa occidental. Dieciséis paises establecieron un Comité de Cooperación Econó- za en Europa, dependían de la mucho más significativa aportación americana, sin la cual
mica Europea que evaluó sus necesidades de bienes y de divisas para los años 1942·· 1952 su propia contribución era insignificante para hacer frente a sus principales necesidades y
y se convirtió en abril de 1948 en la ya más permanente Organización Europea de Coó- temores. Aunque en su letra el tratado era un acuerdo de seguridad colectiva, de hecho y
peración Económica (OECE). Alemania occidental estaba representada por los tres sobre todo se parecía más a los tratados de protectorado de una época anterfor en virtud
comandantes en jefe occidentales de las fuerzas de ocupación, hasta octubre de 1949 en de los cuales una potencia principal abrigaba bajo su manto protector a territorios más
que se admitieron representantes alemanes. Estados Unidos y Canadá pasaron a ser miem- débiles. El tratado creó un organismo permanente (OTAN -Organización del Tratado del
bros observadores de la organización en 1950, y a continuación se desarrolló la coopera- Atlántico Norte) para la discusión política y la planificación militar, y algunos de sus cre·
,ción con Yugoslavia y España. Del lado americano, la Ley de Ayuda al Exterior de 1948 adores y de sus posteriores devotos preveían el desarrollo de algo más que una alianza mili·
creó la Administración de Cooperación Económica (ECA) para supervisar el Programa tar: una entente, una comunidad, o una unión. No surgió nada parecido, a causa de dife-
de Recuperación Europea (ERP). En los años siguientes, la OECE, utilizando fondos ame- rentes razones: la enorme disparidad entre el poderío de Estados Unidos y la de cualquier
ricanos, se convirtió en el principal instrumento en la transición de Europa occidental de otro miembro, la incapacidad de los miembros europeos para agruparse en una unidad
la guerra a la paz. Reanimó la producción y el comercio europeos reduciendo las cuotas, política comparable a Estados Unidos, la gran extensión del océano Atlántico, la incues-
creando créditos y proporcionando mecanismos para el saldo de cuentas entre los países. tionable adhesión de los estadounidenses a una soberanía que en los demás les parecía
Si bien fue una organización de gobierno a gobierno y no supranacional, a pesar de todo anticuada, el renacimiento del poderío y la confianza europeos, y la disminución de la
inculcaba actitudes internacionales y fomentaba hábitos de cooperación económica que amenaza rusa cuando la vida del tratado se encontraba todavía a mitad de camino.
sobrevivieron a la desaparición del ERP (fue sustituido, en 1960, por la Organización de Durante casi medio siglo la OTAN fue un instrumento primordial en la guerra fría.
Cooperación y Desarrollo Económico -OCDE- en la que Estados Unidos, Canadá y Europa occidental, junto con el Atlántico y el Mediterráneo, fue su teatro de operado·
Japón eran miembros de pleno derecho y que amplió las actividades de la OECE a las nes. Los miembros europeos de la alianza aportaron el grueso de sus fuerzas, los america-
zonas del mundo en vías de desarrollo. . nos el grueso del equipamiento y la mayor parte del dinero. Los europeos tuvieron cuida-
La creación de la OECE coincidió con la firma, en marzo de 1948, del tratado de Bm· do para evitar cualquier tipo de asociación entre ellos que pudiera parecer debilitar el
selas por parte de Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo (a los tres últi- vínculo euro-americano. También se resistieron más que los americanos a reconocer que
mos países se aludía conjuntamente con el nombre de Benelux desde el momento en que una alianza antisoviética conllevaba el final de la hostilidad hacia los alemanes y la inte·
establecieron una unión aduanera en 1947). Este tratado, como el tratado anglo-francés gración de Alemania occidental en la alianza. Este paso -el más significativo en la histo·
de Dunkerque de 194 7, era una alianza militar ostensiblemente dirigida contra un resur· ria de la OTAN y que iba a causar cierta confusión cuando la amenaza soviética prácti·
gimiento de la amenaza alemana. Contenía, además, disposiciones para una cooperación camente desapareció en los años ochenta- se precipitó por unos acontecimientos
política, económica y cultural a través de comités permanentes y de un organismo cen· ocurridos a miles de millas de distancia en Asia: la guerra de Corea. Al cabo de poco más
tral, y era concebida, al menos por algunos de sus promotores, como un primer paso hacia de un año desde su creación, la alianza se vio radicalmente alterada por el estallido de la
una alianza militar aún más amplia con Estados Unidos. El presidente Truman así lo inter· guerra de Corea, que originó nuevas y sustanciales demandas de los recursos de Estados
pretaba al referirse a la necesidad de entrenamiento militar universal y de un servicio mili· Unidos y el temor a hostilidades similares en Alemania. Washington comenzó, por tan-
tar selectivo en Estados Unidos, y el líder de los republicanos en el Senado, Arthur H. to, a estar impaciente por transformar a sus aliados, que debían dejar de ser protegidos
Vandenberg, propuso y logró que se aprobara una moción en favor de la ayuda estadouni· pasivos para convertirse en asociados menores, y construir en la propia Europa una fuer·
dense a organismos militares regionales que sirvieran a los fines de la política estadouni· za contrapuesta a los ejércitos rusos, distinta del poderío aéreo estadounidense de largo
dense: el senador estaba defendiendo en esencia un pacto militar entre Estados Unidos y alcance que, aunque tenía su base en Europa, estaba bajo el exclusivo mando estadouni-
la Europa occidental, un equivalente, en el terreno militar, al plan económico del gene- dense y siguió estándola incluso cuando se creó un mando unificado de la OTAN. Los
ral Marshall. El Tratado del Atlántico Norte, firmado en abril de 1949 por Estados Uni· aliados, sin embargo, eran todavía débiles. Gran Bretaña y Francia, muchas de cuyas fuer··
dos, Canadá y diez países europeos, dio a estos últimos durante al menos veinte años una zas estaban destacadas fuera de Europa, podían prestar escasa ayuda de forma inmediata y
garantía de continuidad de su independencia e integridad frente a un ataque soviético, al estaban, por consiguiente, más necesariamente obligadas a aceptar una decisión estadouni-
formalizar e institucionalizar la intención estadounidense de permanecer en Europa y dense de emergencia de proceder al rearme de los alemanes. La alianza antisoviética, que
desempeñar el papel de una potencia europea. En esta fecha, los rusos, como los chinos Moscú había temido en el período de entreguerras, tomó forma ahora, y a finales de 1950,

190 191
el general Eisenhower volvió a Europa como comandante supremo de otra gran alianza. tía de cooperación militar y política con la CED (una garantía respaldada por Eisenhower
En el mismo año, Grecia y Turquía fueron invitadas a cooperar con los aliados en la defen- dentro de los límites de sus competencias constitucionales). En agosto de ese año, el Par-
sa del Mediterráneo, aunque no se convirtieron en aliados de pleno derecho hasta lamento francés finalmente sometió a votación, y rechazó, por .319 votos a favor y 264 en
comienzos de 1952: su cooperación ayudó a establecer un flanco oriental para proteger el contra sobre una moción de procedimiento, debatir la ratificación del tratado.
sector central aliado y amenazar a la URSS desde el sur. A principios de 1951, un nuevo Con esta votación, la CEO y todos los acuerdos de Bonn y París de 1952 se vinieron
cuartel general entró en funcionamiento (Cuartel General Supremo de las Potencias abajo. Hubo irritación en Bonn, donde Adenauer insistió en que Alemania occidéntal
Aliadas en Europa, SHAPE), y un año más tarde, en Lisboa, el Consejo de la OTAN apro- debía tener soberanía a pesar de todo, y en Washington, donde Dulles decidió ostento-
bó un proyecto que dotaba a este mando para 1954 de noventa y seis divisiones activas y samente suprimir París de una gira de visitas a las capitales europeas. En Londres, de for-
de reserva, incluidas cincuenta en el sector central, y 9.000 aviones. Aunque estos obje- ma más constructiva aunque tardía, Eden se puso manos a la obra para volver a poner
tivos nunca se alcanzaron, las decisiones de Lisboa dieron a la Alianza la configuración las cosas en su sitio mediante esfuerzos diplomáticos y una garantía más específica de la
que conservó a partir de entonces, el posterior debate centrado en la doctrina estratégica, que Gran Bretaña había estado dispuesta a conceder hasta entonces. A finales de año,
las nuevas amias y su despliegue. el tratado de Bruselas se había ampliado hasta incluir a los antiguos enemigos alemanes
Con una excepción. En 1952, el problema alemán -es decir, el status de Alemania e italianos y se rebautizó con el nombre de Unión Europea Occidental (UEO). Esta
occidental como entidad política y su papel en los planes y operaciones de la OTAN- UEO asumió las funciones no militares de la Organización del Tratado de Bruselas y
estaba todavía sin resolver. Con la guerra de Corea la presión estadounidense para que pasó a ser militarmente un ingrediente de la OTAN; Gran Bretaña declaró que man-
Alemania occidental recuperase rápidamente su soberanía y con ello su rearme se hizo tendría en el continente fuerzas equivalentes a las ya destinadas al comandante en jefe
irresistible, aunque Francia en especial ansiaba enco~trar una forma de evitar el resurgi- de las fuerzas aliadas del Pacto del Atlántico en Europa (Saceur), es decir, cuatro divi-
miento de un poder militar alemán autónomo. René Pleven, ministro francés de Defen- siones y una fuerza aérea táctica; la ocupación de Alemania occidental había finalizado;
sa, propuso crear unidades alemanas e incorporarlas a divisiones multinacionales, pero no Adenauer se comprometió a no fabricar armas atómicas, bacteriológicas o químicas,
permitir a Alemania occidental disponer de ejército, Estado Mayor ni Ministerio de misiles de largo alcance o teledirigidos, bombarderos y barcos de guerra, salvo por reco-
Defensa independientes. Adoptando el modelo de la Comunidad Europea del Carbón y mendación previa de Saceur, y con el consentimiento de dos tercios del Consejo de la
del Acero, que había sido impulsada por iniciativa francesa, y estaba a punto de entrar en UEO; Alemania occidental debía convertirse en miembro de pleno derecho de la
funcionamiento, Pleven concibió una Comunidad Europea de Defensa (CEO) con un OTAN y así ocurrió formalmente al año siguiente. Otro de los cabos sueltos de Europa
consejo de ministros, una asamblea y un ministro europeo de Defensa. El propósito fran- quedó sujeto. Francia y la República Federal de Alemania acordaron qué el Sarre, que
cés era reducir las unidades alemanas del ejército al mínimo y, al mismo tiempo, integrar Francia había esperado anexionarse desde 1945 de una forma u otra, habría de consti-
la aportación militar de Alemania, tanto operativa como políticamente, en un organismo tuir un territorio autónomo especial integrado en la UEO, pero los habitantes del Sarre
internacional. La participación británica era de todo punto esencial, puesto que sin ella rechazaron este arreglo mediante un plebiscito celebrado en octubre de 1955, a conse-
la organización internacional propuesta se compondría exclusivamente de Francia y Ale- cuencia del cual dicho territorio pasó a formar parte de la RFA a comienzos de 1957. De
mania, con un complemenro de otros países relativamente insigüificante. Para Francia, el este modo, la primera década de la posguerra se cerraba con la existencia de la OTAN
compromiso británico era la única forma de compensar adecuadamente los riesgos inhe- para ampliar la protección estadounidense a la Europa occidental, con Oran Bretaña
rentes al rearme de Alemania y a la reaparición de un Estado alemán soberano, pero no como el más firme y eficaz de los miembros europeos de la alianza y con un naciente
hubo por parte de Gran Bretaña compromiso alguno satisfactorio para Francia durante los Estado alemán de vuelta en la comunidad europeo-occidental.
cuatro años en los que la CEO estuvo en discusión. El punto débil era Francia. Mientras Gran Bretaña se había recuperado con energía de
En mayo de 1952, los acuerdos de Bonn y París crearon una nueva y compleja estruc· la guerra y Alemania occidental estaba a las puertas de su milagro económico, Francia esta-
tura: seis estados europeos continentales firmaron un tratado en virtud del cual se creaba ba volviendo a caer en la inestabilidad política, característica del período de entr.eguerras,
la CEO; los tres ocupantes occidentales de Alemania acordaron poner ténnino a la ocupa· además de tener una economía inoperante y un exceso de tensiones coloniales. Pero Fran·
ción, previa ratificación del tratado de la CEO, y tanto Gran Bretaña como las restantes cia también estaba a las puertas de la refonna y el despegue de su economía, iba a despojar-
potencias de la OTAN concertaron tratados suplementarios por separado, prometiendo se de cargas imperiales intolerables y, dando un giro político radic;al, a encontrar en la alian-
ayuda militar en caso de ataque contra cualquiera de los miembros de la CED. Pero los za franco-alemana una nueva base para la actividad francesa en Europa y en otras partes.
franceses permanecieron inquietos e indecisos. Deseaban que Gran Bretaña se asociase a la Francia había sido una gran potencia europea terrestre y también una potencia impe-
CEO-y no que diese simplemente una garantía de ayuda- y les desagradaba la estipulación rial de primer orden, pero había fracasado en su lucha por la hegemonía marítima contra
contenida en el tratado de la CEO que permitía la creación de divisiones alemanas com- Gran Bretaña. En el siglo XIX, el debilitamiento de la posición de Francia en Europa había
pletas, en lugar de las unidades menores propuestas en el proyecto de Pleven para incor· ido acompañada de la adquisición de un segundo imperio de ultramar para reemplazar a
porarse a divisiones internacionales. Estados Unidos y Gran Bretaña ejercieron presión los territorios perdidos en favor de Gran Bretaña en las guerras del siglo XVlll, pero a prin-
sobre Francia, los primeros, amenazando con un «doloroso reajuste» de la política ameri- cipios del siglo XX, Francia, reemprendiendo lentamente su carrera demográfica e indus-
cana si el tratado de la CED no se ratificaba (lo que se interpretó como una amenaza de trial, y todavía dividida espiritualmente entre los herederos de la Ilustración y la Revolu-
cortar la ayuda americana a Francia), y la segunda, concediendo en 1954 una nueva garan- ción y aquellos que no aceptaban ni una ni otra, se debilitaba y desmoralizaba, y se volvía

192 193
insensible al gobierno central. Los tremendos sacrificios de la Primera Guerra Mundial, la incluso si poseía menos armas, o armas menos complejas, que las de otros miembros de
no menos terrible humillación de la Segunda y su incapacidad, entre ambas contiendas la liga. La segunda decisión pudo no haber sido tan de su agrado, no tanto porque evi-
para enfrentarse a los problemas de la crisis económica o al desafío de los valores básico~ tase toda clase de uniones o abrigase nociones anticuadas sobre la capacidad de un país
por parte de Hitler, situaron a Francia a muy baja altura a sus propios ojos, hasta que las como Francia para desenvolverse por sí misma, sino más bien porque sus ideas sobre
proezas de la Resistencia y el liderazgo de De Gaulle hicieron revivir y personificaron el la naturaleza de las uniones útiles diferían de las de los autores del tratado de Roma.
espíritu francés: la propia identificación de De Gaulle con Francia y su constante recurso Si bien era consciente de que los estados independientes de Europa no eran ya lo que
a la primera persona del singular eran precisamente lo que se necesitaba tras las lesiones habían sido (incluso si, al convertirse en potencias nucleares, alguno de ellos pudiera
físicas y espirituales de todo un siglo. valerse por sí mismo en las excepcionales circunstancias en que el argumento nuclear
Cuando acabó la guerra, los franceses trataron de abrirse camino en un mundo nuevo se pusiese en juego), no creía que la mentalidad de los europeos hubiese llegado a ser
con algunos de los adornos del viejo, hasta que se dieron cuenta de que esto no resultaría. supranacional. En su opinión, la gran mayoría de los europeos seguían respondiendo a
Adoptaron una Constitución y unos métodos políticos con infortunadas reminiscencias la idea de nación y, por tanto, él basaba su política europea en la nación-Estado y en
de la extinta tercer.a república, hicieron grandes esfuerzos por conservar o recuperar su asociaciones de naciones-Estado. Establecía una diferencia entre estados más y menos
imperio en Asia y Africa, ensayaron el viejo juego de debilitar permanentemente a Ale- poderosos y sostenía que cualquier asociación debía regirse o guiarse por un directorio
mania y de concertar tratados con sus tradicionales aliados británicos y rusos. Pero tam- compuesto de los primeros, en este caso, por Francia, Alemania Federal e Italia, o bien,
bién revolucionaron su política exterior al unirse a la alianza occidental antisoviética Francia y Alemania Federal. Consideraba que la igualdad entre estados, con su corola-
aunque ello entrañase el rearme de Alemania, se pusieron a la cabeza en el ensayo de nue- rio de un Estado-un voto, era una pretensión funesta, ya se propugnase en la CEE o se
vas estructuras políticas que se adecuaran a la nueva posición de Europa en el mundo, practicase en la Asamblea General de la ONU. {El directorio de los cinco miembros
aceptaron el final del imperio y -lo más importante- adoptaron bajo la dirección de Jean permanentes del Consejo de Seguridad, sin embargo, se ajustaba a su teoría, siempre que
Monnet una exitosa forma de planificación económica centralizada para modernizar la se pusiera al oportuno delegado en el puesto chino.)
industria y la agricultura. Durante la guerra la producción nacional había caído en tomo De Gaulle heredó también una posición que le parecía intolerable en una OTAN que
a un 65% pero en los dos años posteriores a la liberación, en 1944, y antes del inicio del le parecía anacrónica. Siguiendo con su doctrina de los directorios, la OTAN debía estar
Plan Marshall, el 90% de esta pérdida se había recuperado. Desde 1947 la sucesión de pla- dirigida por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, pero, en su opinión, estaba domi-
nes Monnet, que elaboraba y aplicaba un modesto departamento del gobierno central y nada por Estados Unidos, con un toque de especial influencia británica conseguido por la
'1 usando fondos Marshall principalmente para reacondicionar o transformar industrias, dis- sumisión inglesa a la política estadounidense. Poco después de su regreso al poder, en
tribuyó recursos, determinó prioridades y planeó y organizó la restauración de la econo· 1958, De Gaulle trató de establecer con Estados Unidos y Gran Bretaña un triunvirato
mía sector por sector en asociación con empresas de propiedad estatal y privadas. Desde dentro de la OTAN, pero sus ideas fueron rechazadas so pretexto de que la creación de
el período del segundo plan (1952-1957) quedaron incluidos sectores socioeconóni.icos una alianza dentro de una alianza conduciría a la pérdida de los demás aliados. Washing·
como la educación, la investigación y la formación, y la siguiente etapa trajo consigo la ton y Londres, además, menospreciaban a Francia en esta fase: se burlaban de las ambi-
centralización de la política social y un Estado de bienestar financiado tanto por los ciones nucleares francesas, no veían de qué forma iba a desprenderse Francia de su íncu·
empresarios como por los trabajadores. bo argelino, y tampoco acertaban a ver que el status de Francia estuviese cambiando ni
La renuncia al imperio llevó a Francia, a propósito de la cuestión argelina, al borde que cambiaría más rápidamente en un futuro inmediato.
de la guerra civil, de la que se salvó en 1958 por la vuelta al poder de De Gaulle y, con De Gaulle no sólo deseaba el renacimiento de Francia: vio con acierto que se estaba
ello, la frustración de un plan militar de derechas para hacerse con el control de la capi· produciendo. También vio que Europa estaba cambiando. La guerra fría había acabado.
tal y del Estado. De Gaulle amansó a los generales y coroneles, se deshizo de los políti- Podría renovarse algún día, pero por el momento el temor a la agresión soviética, temor
cos y de las colonias que quedaban y, aprovechándose de una situación económica en que había provocado la creación de la OTAN, se desvanecía rápidamente. De ello se des-
rápida mejoría, elevó a Francia desde una posición de compasión y desdén a otra de inde- prendía que no podía esperarse que los estadounidenses permaneciesen en Europa indefi-
pendencia y atención. nidamente. Acaso se hubieran marchado para 1980. Una vez más, De Gaulle, con una
De Gaulle heredó de sus predecesores dos decisiones que habían sido adoptadas clara visión de futuro, tenía probablemente razón, puesto que el desarrollo de la tecnolo-
recientemente, la de convertir a Francia en una potencia nuclear y la de que el país se gía armamentista estaba haciendo que la presencia estadounidense en Europa pasara de
uniese a una comunidad económica con confesadas implicaciones políticas. La primera una posición estratégica a un gesto político, y un gesto político se abandona con más faci-
de estas decisiones era presumiblemente de su agrado. Creía que Francia podía ser una lidad que una posición estratégica, especialmente si, como empezó a suceder después de
potencia de primer orden y que su poderío tenía que modernizarse. Del mismo modo 1960, las dificultades de su balanza de pagos hacían que los estadounidenses se pregunta·
que había sido un experto en la guerra de tanques cuando muchos de sus colegas seguían sen qué estaban haciendo realmente sus fuerzas en Europa. Los europeos, por su parte,
todavía a favor de los caballos, una generación después, sostenía que había que optar habían empezado a dudar de una automática e inmediata respuesta estadounidense ante
entre poderío nuclear o ausencia de poderío, y mantenía también que, una vez que se un ataque soviético, desde que las ciudades estadounidenses se encontraron por primera
alcanzaba cierto punto, era escasa la diferencia entre una potencia nuclear y otra: una vez bajo la amenaza directa de los misiles rusos intercontinentales: o bien los rusos no ata·
potencia nuclear que llegase a ese punto se convertía en un miembro de la primera liga, carían, o lo harían de forma calculada para evitar una respuesta estadounidense.

194 195
Inmediatamente después del regreso de De Gaulle, Dulles ofreció a Francia armas
nucleares a cambio del derecho a instalar bases de lanzamiento en Francia. De Gaulle se
negó y en 1959 retiró el contingente francés de la flota mediterránea de la OTAN. No
r
1
!
la que los inte1eses de Moscú contaban más que la unidad y la regeneración nacionales.
Incluso antes del Plan Marshall y de su rechazo por parte de la URSS, su permanencia en
el gobierno se había hecho poco menos que imposible a causa de la Doctrina Truman de
se dejó impresionar por las crisis de Berlín y de Cuba y ambas le confirmaron en su idea apoyo a Grecia y Turquía para la derrota del comunismo, de la decisión de abandonar las
de que no existía un peligro ruso acuciante. En 1962, cuando Kennedy ofreció armas i
1
discusiones con el Viet Minh y combatirlo, de la dura represión de la revuelta de Mada-
gascar y de las huelgas en las factorías Renault nacionalizadas, y de la congelación de los
nucleares a Francia -así como a Gran Bretaña-, de nuevo las rechazó, y en 1966 retiró
las fuerzas francesas de todos los mandos de la OTAN. Esta política tocó algunas fibras salarios. Los comunistas habían sido ya expulsados de los gobiernos belga e italiano a
sensibles en el resto de Europa. La disminución de la amenaza soviética y del temor 1 comienzos de 1947. A finales de ese año, los comunistas franceses trataron de explotar
al colapso económico, y el logm de los principales propósitos de la OTAN y del Plan políticamente las graves huelgas que habían tenido genuinos orígenes económicos en la
1 política financiera del gobierno de Paul Ramadier, pem fracasaron, st.is representantes fue-
Marshall, dieron a los europeos una nueva confianza que se tradujo en un deseo de diri-
gir sus propios asuntos (si bien en su mayor parte ya lo hacían). Desde que los americá- ron destituidos del gobierno y el partido pasó a un largo período de oposición. El pode1
nos habían salvado a Europa occidental de que fueran los rusos los que dirigieran sus político se desplazó a la derecha e incluso cuando volvió a adoptar una orientación
asuntos, la nueva actitud pasó a ser anti-estadounidense, ya que era la presencia esta- izquierdista a mediados de los años cincuenta, no incluyó a los comunistas y Francia siguió
dounidense y no la soviética la que suponía una afrenta para un nuevo nacionalismo que siendo en el transcurso de una década un miembro condescendiente de la alianza occi-
se acentuó en los años sesenta por resentimiento y alarma ante la penetración económi- dental. Ya en los años sesenta, Francia estuvo dispuesta a reconsiderar su papel y sucedió
ca de Estados Unidos -el lado malo de la inversión (!Stadounidense- que hizo a este país que, debido al golpe de 1958, su despego gradual de la alianza estadounidense tuvo lugar
dueño del control de las empresas europeas y, por consiguiente, de la contratación y el no a instigación de los comunistas (que permanecieron excluidos del gobierno), sino por
despido de la mano de obra. El antiamericanismo de De Gaulle, cuyas raíces estaban en inspiración de De Gaulle.
la inclinación de Roosevelt hacia Vichy y hacia los generales y almirantes franceses de Un cuarto elemento principal en la herencia de De Gaulle en 1958 -junto con el
derechas durante la guerra, no desentonaba con la actitud de Europa, hasta que dio la programa nuclear de Frnncia, el Tratado de Roma y la pertenencia a la OTAN- era el
impresión de querer poner fin a la alianza estadounidense por completo. Europa occi- acercamiento a Alemania. Los principales artífices de esta aproximación fueron Robert
dental no estaba preparada para esto. La guerra fría podría haber acabado, pero era posi- Schuman y Jean Monnet del lado francés, y Adenauer, del alemán. Adenauer propuso
ble que se reanudase y, mientras existiese duda, era preferible que hubiese una alianza. El en 1950 una unión franco-alemana, a la que Italia y los países del Benelux, y posible-
propio De Gaulle afirmó en más de una ocasión la necesidad de una alianza, pero su mente Gran Bretaña, podrían adherirse también. De Gaulle, retirado entonces, acogió
deseo de ver a los estadounidenses alejados de Europa produjo la impresión de que, des- favorablemente la idea y diez años después le sacó provecho concertando un tratado
de el punto de vista gaullista, podía prescindirse de la alianza misma. franco-alemán en un momento en que sus relaciones con la CEE y la OTAN eran ten-
En los años sesenta, Francia estaba dispuesta a abandonar, o en todo caso a suavizar sas. La vuelta de De Gaulle había coincidido con un debilitamiento de las relaciones
una alianza que había aceptado en la década de los cuarenta por pura necesidad econó- germano-estadounidenses. Las actitudes políticas de Adenauer eran acusadamente per·
mica. La transformación de las circunstancias económicas de Francia fue por lo menos tan sonalistas y la muerte de Dulles había suprimido el principal vínculo entre él y Was·
importante como su cambio de dirigente en 1958 para producir un cambio en la política. hington. Además, estaba receloso del espíritu de Camp David y de los intentos de Eisen·
No era impropia de un francés, ni de muchos otros europeos, la actitud de De Gaulle de hower para encontrar puntos de coincidencia con Kruschev. Hacia Gran Bretaña, los
desear que disminuyera la dependencia política y estratégica con respecto a Estados Uni- sentimientos de Adenauer eran fríos desde que, después de la guerra, un funcionario bri-
dos tan pronto como dejase de ser un hecho la dependencia económica. Al final de la gue- tánico no le encontrase adecuado para ser alcalde de Colonia a pesar de que había
rra, De Gaulle y otros políticos franceses de primer orden habían querido que Francia desempeñado ese puesto de forma permanente desde 1917 hasta 1933. No le gustaba
adoptase una posición intermedia entre Estados Unidos y la URSS, pero el comienzo de Macmillan, era cáustico a propósito de su intento de desempeñar el papel de mediador
la guerra fría y la debilidad militar y económica de Francia obligaron al gobierno francés entre Washington y Mpscú, y le irritó su visita a la capital soviética en 1959 p~ra discu·
en 1947 a hacer una elección y optar por el lado estadounidense. La necesidad de dinero tir un acuerdo europeo -que afectaba sobre todo a Berlín- sin previo aviso a los aliados
y alimentos determinó la política francesa. El Plan Marshall ofrecía la salvación y Fran- alemanes de Gran Bretaña, a los que ese tema afectaba más íntimamente que a cualquier
cia se acogió a él. Concebía el programa, del mismo modo que los estadounidenses, como otro país. A Adenauer también le molestaban las reservas de Gran Bretaña con respec-
una operación de salvamento de corta duración, pero, a diferencia de los estadounidenses to a la CEE y sus intentos de bloquear todo adelanto constituyendo la EFTA. Estaba dis-
dio por sentado que la consiguiente alineación al lado americano sería revisada al finali- puesto a orientar su política hacia Francia y, tras alguna vacilación inicial, también a
zar este período de corta duración. encontrar un nuevo amigo personal en De Gaulle.
Este giro producido en la posguerra desde una política de posición intermedia a otra En 1959, Adenauer, después de diez años como canciller y contando ya con ochen·
de clara alineación fue facilitado por la caída de los comunistas del gobierno y, hasta cier- ta y tres años de edad, acariciaba la idea de aceptar la presidencia de la República Fede-
to punto, fue también la causa de que ésta ocurriera. Los comunistas, que durante la gue- ral de Alemania. Para un hombre de más edad que Stresemann, y a quien se había teni-
rra habían desempeñado un papel de héroes nacionales y miembros activos de la resis- do en cuenta para la cancillería de la República de Weimar en 1921 y 1926, el final se
tencia contra los alemanes, habían vuelto después a una posición sectaria, sospechosa, en estaba acercando y sus colegas consideraban que había llegado el momento de que se

196 197
retirase a un puesto menos activo. Pero para Adenauer, este traslado sólo era aceptable abandonaron el proyecto. Los rusos objetaron que dicho plan entrañaba la dotación de
si iba acompañado de una transformación de la presidencia que debía dejar de ser un armas nucleares a Alemania.
puesto ornamental para convertirse en un cargo ejecutivo. Estaba dispuesto a ser un pre- Estas discusiones, aunque acabasen fracasando, demostraron que la OTAN no
sidente a la manera de Eisenhower o De Gaulle, pero no un presidente como sus propios podría continuar indefinidamente basándose en un monopolio nuclear estadounidense.
predecesores o su vecino italiano. Cuando se hizo patente que a sus compatriotas no les O bien los europeos producían por sí mismos una fuerza disuasoria más o menos equi·
entusiasmaba una democracia presidencialista, decidió seguir siendo canciller. En las valente a la aportación nuclear estadounidense a la alianza y lograban de esa forma una
elecciones de 1961, su partido, la Unión Cristiano Demócrata, perdió la mayoría abso- asociación más igualada, o habría que encontrar el modo de crear una fuerza nuclear
luta en el Parlamento y, en las consiguientes negociacionesientre los partidos para for- europeo-estadounidense. La primera solución, una fuerza europea distinta, presuponía
mar un nuevo gobierno, Adenauer se vio obligado a aceptar un cuarto mandato condi- una autoridad política europea para controlarla y, aunque a los europeos les hubiese
cional como canciller, siendo la condición que se retirara a más tardar en 1965. Durante gustado disponer de tal fuerza, no dieron señales de constituir la necesaria autoridad
las reuniones con De Gaulle en Rambouillet, en julio de 1960, y en París, en julio de política. La solución había de radicar, pues, en líneas europeo-estadounidense, y había
1962 -esta última seguida en septiembre de una gira triunfal de De Gaulle por la RepÚ·· dos escuelas de pensamiento, la multinacionalista y la multilateralista. Los multina·
blica Federal Alemana-, Adenauer optó por un permanente entendimiento franco-ale- cionalistas aceptaban el control soberano nacional y no aspiraban a otra cosa que al
mán, a pesar de los recelos sobre la versión gaullista de la integración europea y la opo· compromiso retractable de las fuerzas nacionales con un comandante en jefe de la
sición de De Gaulle a una unión política europea y a la inclusión de Gran Bretaña en la OTAN, junto con una mayor participación en la planificación estratégica y en el ase·
CEE. Antes de 1962 se había desilusionado todavía más con Estados Unidos bajo la nue- soramiento político. Los multilateralistas idearon un plan de fuerzas mixtas en las que
va administración Kennedy, y con el tortuoso acercámiento de Macmillan a la CEE, y las armas nucleares serían manejadas por unidades cuyo personal se extraería de dife·
en enero de 1963 firmó con De Gaulle un tratado que formalizaba la entente franco-ale- rentes estados. La administración estadounidense adoptó el multilateralismo en 1962,
mana y trataba de hacer de ella el núcleo de la política·europea, una alternativa válida no mucho antes de que los gobiernos británico y francés demostrasen su permanente
a la OTAN, la CEE, la alianza anglo-estadounidense, cualquier acercamiento ruso·esta· adhesión al multinacionalismo, en el caso británico según lo entendían los estadouni·
dounidense o la entente germano-americana de los años cincuenta. Este tratado consti·· denses y en el caso francés, con la exclusión de los estadounidenses. Puesto que, a pesar
tuyó un hito en la diplomacia de De Gaulle, pero no le duró mucho porque el acuerdo de todo, Estados Unidos esperaba que el multilateralismo proporcionaría la respuesta a
era defectuoso desde el comienzo. El propio Adenauer estaba al final de su carrera y sus la cuestión alemana -cómo dar a los alemanes una participación satisfactoria en ope·
sucesores no sintieron ningún entusiasmo por este logro (ni por algunos otros) de su raciones nucleares sin alarmar a los rusos-, se mantuvo fiel a él a pesar de la oposición
política. El tratado franco-alemán se convirtió casi inmediatamente en letra muerta, o del resto de sus principales aliados. En marzo de 1963 propusieron una fuerza multila •
como mucho en algo que señalaba una dirección y un alcance inciertos. De Gaulle no teral (MLF) de 25 barcos de dotación mixta, cada uno de los cuales llevase ocho misi-
consiguió hacer realidad los cambios que deseaba en el modo de funcionamiento en lá les Polaris y cuyo coste sería sufragado en sus tres cuartas partes por Estados Unidos Y
cúspide de la OTAN. Se pensaba que De. Gaulle consideraba a Gran Bretaña como el Alemania Federal.
caballo de Troya dentro de Europa, pero habría sido más correcto ver a Bonn en ese La RFA acogió favorablemente el proyecto como medio de restablecer con Estados
papel, porque mientras Gran Bretaña en su estado crónico de mala salud económica Unidos las estrechas relaciones que habían caracterizado los años cincuenta; alarmados
dependía económicamente de Estados Unidos, la RFA seguía siendo estratégicamente por el acercamiento ruso-estadounidense que dio lugar al tratado prohibición de prnebas
~. dependiente de aquéllos. nucleares de 1963, veían en la fuerza multilateral una forma de asegurarse una posición
Hacia finales de la década de los cincuenta se admitió la existencia ciertos proble- especial, equivalente a la fuerza disuasoria nuclear independiente que poseían Gran Bre·
mas en tomo al reparto de poder y de armamento dentro de la alianza que dieron lugar taña y Francia y que se les había negado a ellos. Los rusos, por las mismas razones, se opu-
1,' 1,

a algunos proyectos singulares. Las propuestas de De Gaulle hechas en 1958 a favor de sieron tenazmente al MLF e insistieron en considerarla un caso de proliferación nuclear.
un directorio de la OTAN que comprendiese a las tres potencias con intereses extra· Los franceses la ignoraron y los ingleses se burlaban de su valor militar pero aceptaron par·
continentales, habían sido una respuesta a la demanda estadounidense de ideas sobre ticipar en ella, por razones políticas y tras una fuerte presión estadounidense. Los italia-
este problema, pero no tuvieron buena acogida en Washington ni en Londres, donde nos, griegos y turcos también aceptaron integrarse. A finales de 1964, el nuevo gobierno
fueron consideradas exclusivamente como una pretensión francesa de igualdad en rela· laborista británico presentó un proyecto alternativo sin ningún atractivo o virtud maní·
ción con Estados Unidos y Gran Bretaña. Un año después, tras la instalación en Europa fiestos. Después de esto, el MLF languideció, porque los estadounidenses se dieron cuen·
de los misiles balísticos de alcance medio, lRBM, bajo un control doble o un sistema de ta de que no necesitaban ya persuadir a Alemania Federal para que se apartara de Francia
«doble llave», el comandante supremo, general Lauris Norstad, subrayó la necesidad de porque comenzaron a creer que las objeciones rusas eran verdaderas y fatales para el pro·
una autoridad nuclear multinacional y, en 1960, Estados Unidos propuso instalar en greso de acuerdos tendentes a un mayor control de la proliferación nuclear. Por lo que
Europa 300 misiles móviles Polaris transportables por carretera, ferrocarril y vía fluvial, respecta a la armonía de la alianza, recurrieron a ofrecer a los aliados una mayor partid·
bajo control estadounidense. De Gaulle, al que se pidió que aceptase 50 de éstos, dijo (\.~ pación en comités de planificación y, en 1966, dichas cuestiones se eclipsaron temporal-
que lo haría únicamente si Francia producía sus propias cabezas nucleares, haciendo así . "'~.!Jf mente por la decisión francesa de retirarse de todos los órganos militares de la OTAN Y
del control francés una condición de aceptación, a raíz de lo cual los estadounidenses (¡O~"::IP de expulsar a dichos órganos de Francia. Este país siguió siendo miembro de la alianza Y

198 199
continuó insistiendo en la necesidad de su existencia, pero no tomaría parte en sus ope- cionarios. No estaban tratando de derrocar al gobierno sino de conseguir de él mejo·
raciones en tanto en cuanto ésta no se reformase. res salarios y una disminución del desempleo. Los dirigentes del Partido Comunista
Una vez reinstaurada en una semi·retirada de la alianza, Francia sufrió una fuerte estaban demasiado integrados en el sistema como para desear amenazarlo de destruc·
sacudida en mayo de 1968 por un estallido de violencia revolucionaria en París. Las ción, temían a los grupos más izquierdistas y no simpatizaban con los estudiantes. Por
causas no eran específicas de Francia. En toda la Europa occidental existían profundos encima de todo, prevaleció la sangre fría de De Gaulle. Aunque tuvo que regresar
focos de descontento que se superponían y fundían unos con otros: la miseria urbana, la deprisa de una visita oficial de Rumania, no quiso actuar precipitadamente a su vuel-
reacción contra los horrores de la guerra de Vietnam, la masificación en las universida- ta. Una vez que se hubo asegurado, mediante una visita secreta a los cuarteles milita•
des y escuelas, la lucha por salarios más altos en un pedodo de inflación de precios. En res, de que no tenía nada que temer del ejército, sopesó correctamente la situación,
Francia, el gobierno de De Gaulle irritaba a los jóvenes por su tono paternalista y a los esperó a que las autoridades universitarias y los sindicatos comenzaran a recobrar el
liberales por sus intentos de dirigir la radio y la televisión y de controlar la prensa: el control en sus respectivas esferas y entonces, desdeñando la oferta de Franr,;ois Mitte·
elemento progresista del gaullismo se había debilitado en los diez años transcurridos rrand de sustituirle en la presidencia, consiguió una victoria arrolladora a finales de
desde que De Gaulle había vuelto para salvar a Francia del fascismo y del dominio mili- junio gracias a los votos de los atemorizados franceses, y destituyó a Pompidou. Luego,
tar. La situación en las universidades y colegios franceses estaba lejos de ser la peor de apoyó a su ministro de Educación, Edgar Faure, que hizo un ataque radical del proble-
Europa (en algunas partes de Italia, los escolares tenían que asistir a clase mediante un ma de la educación superior, a pesar de la opinión de algunos de sus colegas y de la de
sistema rotativo porque no había sitio para todos al mismo tiempo), pero era lo bastan- un amplio sector conservador. Faure introdujo la gestión conjunta profesor-alumno;
. te mala como para inflamar a una generación que se había congraciado con el activis- abolió el sistema centralizado según el cual Francia tenía de hecho una sola universi·
mo político en la guerra de Argelia y estaba políticamente mejor organizada que en nin- dad y sustituyó ésta por sesenta y cinco universidades (trece en París), ninguna de las
gún otro lugar de Europa. Desde la guerra el número de matriculados en la universidad cuales había de tener más de Z0.000 alumnos; descentralizó además el control dentro
se había cuadruplicado a causa del aumento de la tasa de natalidad y porque ningún de cada universidad al crear consejos conjuntos para cada núcleo de más de 2.500 estu-
gobierno se había atrevido a cambiar la norma de que cualquier chico o chica que obti· diantes.
viese el baccalauréat tenía derecho a entrar en la universidad. Se estaban construyendo Pero los días de De Gaulle estaban contados. Una de sus aversiones era el senado fran-
¡ nuevas universidades en París y en otras ciudades, pero la construcción había comenza- cés, y una de sus preocupaciones en este punto era la reforma de la maquinaria de gobier-
do demasiado tarde. El caos resultante se vio acentuado por la centralización burocrá- no por medio de la creación de asambleas regionales. Propuso enlazar esta reforma con la
tica, el descontento crecía a causa de los anticuados programas de estudio y las igual- abolición del Senado y presentó las dos cuestiones juntas ante el electorado, mediante un
1. 1

• 1 mente anticuadas normas sobre la conducta personal (que a veces obligaba a cumplir la referéndum. Pero el Senado no era impopular y la utilización del referéndum por parte de
.11 policía). La nueva universidad de Nanterre en el extremo de París se hizo famosa por De Gaulle, junto con la implicación de que el rechazo de lo que se proponía entrañaba su
los enfrentamientos entre los estudiantes y el profesorado pero se trataba de algo carac- propia dimisión, se consideró por. lo general como una táctica desleal. La mayoría votó
terístico más que excepcional, y fue el conflicto en la Sorbona, en el corazón de París, que no. De Gaulle dimitió inmediatamente (murió al año siguiente). El presidente del
lo que finalmente convirtió esos enfrentamientos en algo semejante a una revolución. Senado, Alain Poher, asumió las funciones de la presidencia conforme a lo establecido en
Tras la ocupación de edificios de la universidad por los estudiantes, las autoridades uni- la Constitución; hubo una elección presidencial y el candidato gaullista, Georges Pompi-
versitarias llamaron a la policía y ésta se comportó con tal brutalidad que la opinión de dou, ganó por un confortable margen en la segunda vuelta.
la capital, que normalmente no estaba del lado de los estudiantes, cambió de actitud y El largo gobierno de Konrad Adenauer en Alemania occidental (1952-1963) estable- i;
se puso masivamente a favor de éstos. Los conflictos culminaron en una noche de bata- ció en Europa un estado nuevo que retomaba el dominio económico alemán en el conti-
lla campal en la que la policía (esta vez siguiendo instrucciones del gobierno) y los estu· nente. Éste se basaba en la política económica de los países occidentales (reforma de la
diantes combatieron disputándose el control de la orilla izquierda, mientras que las esce· moneda y ayuda Marshall) y en la división de Alemania.
nas de violencia eran difundidas en Francia y fuera de Francia por locutores Los territorios perdidos en el Este tenían menos valor que los conservados en el Oeste; n,
radiofónicos que recorrían las calles. La policía ganó la batalla, pero los estudiantes con- la mano de obra refugiada del Este fue oportuna para la reconstrucción, además de ser
tinuaron ocupando algunas partes de la universidad durante algún tiempo. Simultánea• particularmente móvil. La inversión fomentó un crecimiento sin inflación. El creci-
mente, los obreros de París y otras ciudades se declararon en huelga, ocuparon las fábri· miento levantó la moral. Los altos niveles de educación, formación y disciplina indus-
cas y organizaron comités de acción que comenzaron a parecer un nuevo gobierno en trial y una administración eficiente hicieron también su parte. En los cuatro añós que
embrión. La autoridad del gobierno legítimo sufrió una tremenda conmoción. El primer precedieron a la recuperación de la soberanía las zonas occidentales en conjunto tripli-
ministro, Georges Pompidou, estaba tan alarmado que aconsejó a De Gaulle que dimí· caron el rendimiento industrial y elevaron el PNB en dos tercios. La cifra de población
tiese. Se habló de una nueva Revolución francesa. Pero un mes más tarde De Gaulle recuperó su nivel de preguerra y se estabilizó en los años sesenta en 60 millones (la pobla-
acudió a las urnas y obtuvo una victoria arrolladora. ción de Alemania oriental era de 17 millones). Como la producción crecía y el desem•
Había varias razones para que esto sucediera. Aunque entre los estudiantes existía pleo no, no se suscitó más que una mínima oposición al empleo generoso de recursos en
un núcleo que tenía objetivos políticos revolucionarios, muchos de ellos no querían servicios públicos y en el Estado de bienestar. El éxito material iba parejo con el éxito
otra cosa que una reforma universitaria y los huelguistas no eran en absoluto revolu· político en dos frentes: internamente, una democracia que funcionaba y (al contrario

201
que Weimar) era respetada y popular, y, externamente, la aceptación en la alianza más do cuatripartito sobre Berlín que estipulaba, entre otras cosas, más fáciles comunicado··
fuerte del mundo. nes ferroviarias, fluviales y por carretera entre Alemania Federal y Berlín occidental, y,
¡\ En los años de Adenauer la idea de Occidente estaba asociada de una manera abru. para los ciudadanos de esta parte de la ciudad, una mayor libertad de entrada en Alema·
madora a los Estados Unidos. Sin embargo, en sus últimos años el propio Adenauer fue nia oriental para una amplia variedad de propósitos; un Tratado de Relaciones Oenera·
tomando una posición más específicamente europea, particularmente en sus relaciones les entre los dos estados alemanes, paquete de documentos en virtud de los cuales ambos
con De Gaulle, y sus sucesores empezaron a sondear las alianzas tradicionales de Alema- signatarios se reconocían su soberanía y fronteras respectivas y prometían observar rela·
nia en Europa central. La tarea de Adenauer había sido la de resituar a Alemania en Euro- dones de buena vecindad y resolver sus disputas pacíficamente; un acuerdo que estable·
pa después de los desastres de los años del nazismo. Su alianza con los Estados Unidos fue cía relaciones diplomáticas entre Bonn y Praga, y una declaración de que el acuerdo de
una condición previa para las nuevas relaciones con Francia y Rusia. Con la primera se • Munich era nulo. Bonn estableció asimismo relaciones diplomáticas con Hungría y Bul-
establecieron firmemente pero con la segunda se vieron interrumpidas por la construcción ' garia. Las dos Alemanias pasaron a ser miembros de la ONU (197.3 ). Un curioso epílo-
del muro de Berlín en 1961, lo que no sólo aisló una parte de Alemania de la otra, sino go de estas transacciones fue la reivindicación hecha por Alemania del este, e.n 1975, de
que también cortó las relaciones de Alemania occidental con la URSS. devolución a Berlín de obras de arte trasladadas durante la Segunda Guerra Mundial a
t. El retiro de Adenauer había ido seguido de un breve epílogo a la era marcada por su figu. lugares más seguros en el oeste, como era el caso de unos 600 cuadros de grandes pinto·
ra como canciller, en el que este puesto lo había ocupado Ludwig Erhard, hasta que en 1966 res -incluidos 21 Rembrandt-, más de ZOO dibujos de Durero y Rembrandt, la reina
fue obligado a dimitir por su propio partido. De 1966 a 1969 los cristiano-demócratas y los Nefertiti y otras 3.000 piezas egipcias, y muchas más. Pero pretender que el convenio de
socialdemócratas gobernaron en coalición, con Kurt Kiesinger como canciller y Willy La Haya de 1954 fuese de aplicación a esas circunstancias era una propuesta difícilmen··
Brandt como vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores. Estos tres años constituyeron te defendible en derecho.
un puente entre la era Adenauer y la casi tan larga era ~ocialista que iba a iniciarse a conti· Estos diversos acuerdos, concertados entre 1970 y 1973, resolvieron muchas aunque
nuación. La gran coalición abandonó la actitud de Adenauer de considerar a media Europa no todas las cuestiones que debía esperarse que una conferencia de paz solucionase. En
como prácticamente inexistente. Los orígenes de este cambio estaban en la distensión euro- particular, Berlín no vio corregidas sus anomalías. Las cuatro potencias mantuvieron sus
pea y en la creciente preocupacion de Europa y de Washington por establecer mejores rela· derechos en la ciudad, que siguió dividida en dos; el movimiento de berlineses del oeste
dones con Moscú, sin tanta consideración a las susceptibilidades alemanas como en el pasa- hacia el este se hizo más fácil, pero no se normalizó; Berlín occidental permaneció cons·
do; en el abandono de la pretensión de que la seguridad europea y el problema alemán eran titucionalmente unida a Alemania Federal, pero físicamente contigua sólo a Alemania
inseparables y de que, sin la reunificación alemana, no era posible estudiar provechosamen- oriental. La reunificación de Alemania no se descartaba, aunque su realización por la fuer-
te ningún sistema europeo; en el crecimiento de las economías de Europa oriental que con· za sí estaba excluida. La ospolitik de Brandt fue muy criticada por sus compatriotas, y aun·
duda no sólo al desasosiego de los países del este por su condición de satélites, sino también que había reforzado su posición parlamentaria en las elecciones de 1971, perdió terreno
a su deseo de los productos de la nueva tecnología (como ordenadores, por ejemplo) que en los años siguientes. En 1974 fue obligado a dimitir de la cancillería por el descubri·
Alemania Federal podía proporcionar; y, por último, en la apreciación generalizada entre los miento de un espía que trabajaba en su oficina particular. Su sucesor, Helmut Schmidt,
germano-occidentales de la esterilidad de una promesa de reunificación por la vía de una heredó una situación en Europa oriental que se había transformado profundamente en los
alianza occidental y la convicción de que el camino de la reunificación no pasaba por Was· - cinco años en que Brandt había sido canciller. La suerte de esta zona de distensión quedó
hington. Por tanto, Bonn inició conversaciones con los estados de Europa oriental y esta- decidida cuando Breznev visitó Bonn en 1973.
bleció relaciones diplomáticas con Rumania en 1967. Esta política de orientación hacia el Una vez más, por coincidencia, la salida de Brandt fue seguida muy pronto por un
este se acentuó después de 1969, cuando Brandt se convirtió en canciller en un nuevo cambio en Francia. En 1974, murió Pompidou. En la primera vuelta de las consiguientes
gobierno en el que los socialdemócratas eran el partido mayoritario y los liberales ocupaban elecciones, el socialista Fran~ois Mitterrand, respaldado por los comunistas, fue el vence·
el lugar de los cristiano-demócratas, que pasaron a la oposición. Brandt y su ministro de dor pero no consiguió el necesario margen para ser elegido. En la segunda vuelta entre
Asuntos Exteriores, Walter Scheel, iniciaron discusiones con Alemania oriental, Polonia y Mitterrand y el candidáto que le seguía en votos, Valéry Giscard d'Estaing, este último
la URSS. obtuvo la victoria por un estrecho margen de 50,8% frente al 49,2%. El candidato gau-
Los progresos fueron lentos a causa de las complicaciones que se interpusieron. Ade- llista quedó en tercer lugar en la primera votación y fue por tanto eliminado, junto con
más de renovar las relaciones normales con los que fueron enemigos durante la guerra (la otros nueve candidatos que sólo recibieron un apoyo insignificante. En Alemania occi·
URSS, Polonia, Hungría y Bulgaria), Bonn tenía que negociar acuerdos con Checoslo- dental, Schmidt continuó en el puesto de canciller hasta 1982, en que su gobierno fue
vaquia, que estaba pidiendo la derogación del acuerdo de Munich de 1938, y con Ale·· derrotado en el Bundestag y sus compañeros de coalición del FDP le retiraron su lealtad
mania oriental, que estaba exigiendo su reconocimiento como Estado soberano inde· para dar la cancillería al conservador Helmut Kohl; en las elecciones de 1983, la osci-
pendiente. Esta última cuestión se complicó con los problemas de Berlín, ciudad dividida lación del péndulo electoral confirmó a Kohl en el puesto que ocuparía hasta entrada la
tanto política como fisicamente y en la que los cuatro principales conquistadores de Ale- década de los noventa e incluso, contra todo pronóstico, en 1994. En 1983 también Mit-
• mania tenían todavía derechos especiales. En 1970, se concertaron tratados con la URSS terrand llegó a la presidencia de Francia.
y Polonia que incluían el reconocimiento de la línea Oder·Niesse y que se ratificaron en Mitterrand era un político con inteligencia, astucia y paciencia. A nivel interno su
, 1972, después de haberse concluido otros acuerdos. Éstos comprendían: un nuevo acuer- tarea fue reafirmar el predominio socialista en la izquierda y en la mayor parte posible

?íl? 203
del centro. Para conseguirlo necesitaba recuperar los votos que las clases obreras habían
11 por otra parte no se parecía en absoluto) se desligó en cierta medida del Parlamento y del
dado a De Gaulle pero que no estaban tan dispuestas a dar a quienes habían sucedido ! parlamentarismo.
al general en la derecha; y necesitaba también adentrarse en áreas comunistas y hacer En 1993 el partido de Mitterrand fue derrotado en las elecciones, obteniendo sólo el
que los socialistas se independizaran del apoyo de éstos. Después de la muerte de Pom- 19% del voto, y éste encaró por segunda vez un período de gobierno con un primer minis·
pidou, Giscard d'Estaing desafió y derrotó al heredero forzoso del gaullismo, Jacques tro y un gabinete de derecha. Con los principales líderes de la derecha -Chirac y Giscard
Chaban-Delmas, fragmentando de este modo a la derecha. La izquierda unida fue d'Estaing- huyendo de esta incómoda situación, Edouard Balladur se convirtió en primer
estrepitosamente derrotada en 1978 y la alianza de socialistas y comunistas disuelta, ministrn. Tanto el presidente como el primer ministro eran conscientes que el mandato
pero en el transcurso de esta deHota Mitterrand y los socialistas adelantaron a los del primero debía terminar en 1995 y este último estuvo conforme con no alterar la polí·
comunistas en todas partes, a excepción de unas pocas plazas fuertes. Mitterrand tica exterior de Mitterrand, tanto más cuanto que ambos estaban unidos en el objetivo
entonces ganó la presidencia en 1981. Admitió durante un breve período a los comu- general de asegurar a Francia un papel importante en Europa y en ei mundo como aliada,
nistas en el gobierno por primera vez desde 194 7 e inició una política expansionista e incluso más que aliada, de Alemania. A diferencia de Thatcher, que desconfiaba de Ale·
que, sin embargo, fue obligado a abandonar por la afluencia de productos alemanes. mania y despreciaba a la Comunidad Europea, Mitterrand mantuvo la entente franco-ale·
Adoptó una política de centro-izquierda no muy diferente de la política de centro- mana en el corazón de Europa. La defendió a costa de cierto grado de independencia y
derecha de sus predecesores y estrechó relaciones con Alemania occidental dentro de alguna tensión en la economía francesa, ya que su política implicaba un franco fuerte y
una asociación europea (la política rechazada por Thatcher). La economía francesa, dolorosas medidas antiinflacionistas (para mantener la unión monetaria en su rumbo),
aunque por estas fechas tenía un PNB más elevado que el de Gran Bretaña, no había empeoraba el desempleo, reducía la demanda de consumo y provocaba un violento cla·
sobrellevado el duro clima económico de los años setenta tan bien como Alemania mor popular en favor de subsidios proteccionistas, de controles más estrictos de la inmi·
occidental. Industrias más viejas que estaban en tran~ición tuvieron que resistir tanto gración y de la reducción de derechos de ciudadanía para los inmigrantes. En sus últimos
la depresión como las tensiones del cambio; industrias más nuevas, que Francia había años la escena se había desplazado más de lo que Mitterrand se había percatado, ya que el
conseguido fomentar, se tambalearon. Después de la reelección de Helmut Kohl como reflujo del poder soviético en Europa confirmó virtualmente que más tarde o más tem·
canciller en 1987, Mitterrand acogió con satisfacción una propuesta alemana de coo- prano la Europa central (Mitteleuropa) constituiría una fuerza en los asuntos europeos,
peración militar mutua más estrecha y la formación de una brigada conjunta franco· fuerza que no había ejercido en medio siglo, y que proporcionaba a Alemania una varie-
alemana; los dos líderes crearon un consejo de defensa franco-alemán. Mitterrand se dad de opciones alternativas al sentido bilateral franco-alemán de las primeras fases de la
vio forzado por los resultados electorales de 1986 a colaborar con la derecha, nombró unión europea.
a Chaban-Delmas primer ministro, pero fue más lúcido que él y logró ser reelegido para Balladur mostró habilidades inesperadas para afrontar los problemas emocionales que
la presidencia en 1988. se le presentaron cuando se convirtió en primer ministro. Mientras insistía en un estric·
Mitterrand era un pragmático en la tradición que iba desde Tayllerand hasta De Gau· to cumplimiento de las leyes de inmigración, apoyó la residencia, y no la sangre, como
lle, un hábil político nacional e internacional, pero sin el menor interés por las ideas polí- prueba de ciudadanía y calmó la agitación que se produjo al ser alterarado el principio
ticas y proclive en sus últimos años a errores de juicio. Durante la guerra del Golfo en de la ley Falloux de 1850, por el que Francia había regulado durante tanto tiempo los
1991 logró tomar una parte activa contra lrak, a pesar de algún recelo surgido en sus rela- conflictos por la presencia de la religión en las escuelas estatales y por el dinero guber·
ciones con los estados del Magreb y la presencia de tres millones de musulmanes en Fran· namental para las escuelas no estatales (principalmente católicas). Su conservadurismo
cia, pero tropezó con otros asuntos: el golpe contra Gorbachov en Moscú, que pareciq de formas moderadas y su fiabilidad económié:a tranquilizaron al elec.torado francés y se
aceptar al principio, y las propuestas de admisión de ex satélites soviéticos en la CE, que convirtió así en candidato a la presidencia. Pero carecía de los dones que se necesitaban
se vio obligado a rechazar entonces. El contacto con su propio partido se hizo inseguro y para triunfar sobre Jacques Chirac, más extravertida y ágil, y fue el tercero en una pri·
con sus primeros ministros poco generoso, e incluso desleal. Bajo su guía el PS había mera vuelta que no despertó más que un entusiasmo modesto por los candidatos. El
abandonado mucho de su programa tradicional sin propugnar nada que no pasara de un socialista Lionel Jospin, empujado a la batalla cuando Jacques Delors se excluyÓ a sí mis·
oportunismo táctico. Habiendo ocupado el lugar principal en la izquierda, que antes mo, recibió la mayoría de los votos en las encuestas pero Chirac ganó la segunda vuelta.
tuvieran los comunistas, no consiguió unir a ésta ni construir con los partidos del centro Heredó los problemas ineludibles de un líder nacional constreñido a tocar el segundo
una alianza contra la derecha ni evitar contiendas perniciosas dentro del PS. En 1991 cesó violín ante un poder mayor, si bien amistoso, junto con los problemas particularmente
al más capaz de sus primeros ministros, Michel Rocard, y nombró en su lugar a Edith Cres• engañosos de combinar un nacionalismo orgulloso con una corriente de intemacionalis·
son, quien, además de no ser especialmente apta para el cargo, actuó con una desastrosa mo. Sobre la cuestión de si una comunidad de libre comercio estaba incompleta sin la
falta de tacto y también fue destituida. La economía francesa prosperaba en algunas áreas integración financiera, Chirac era un integrador pero también compartía un nacionalis·
pero el desempleo crecía, ciertos grupos en particular (agricultores, pescadores) estaban mo sentimental y estaba desconcertado por las inmediatas consecuencias económicas
cada vez más visiblemente enfurecidos y la inmigración se convirtió en un problema gra· -con un desempleo de un 12% de la población activa- de las condiciones previas de la
ve, con tintes claramente racistas. Mitterrand mismo daba impresión de lasitud, debido unión monetaria con la que estaba comprometido. f>or temperamento, era como Mitte·
bien a su mala salud o simplemente al cansancio después de demasiados años de gobernar rrand, un hombre más propenso a encontrar caminos que rodearan los problemas que,
en tiempos complejos. Se hizo distante, caprichoso, nepotista y (como Thatcher, a quien como Delors, ávido de enfrentarse a ellos.

?04 205
Gran Bretaña se recuperó de la guerra de manera enérgica y rápida, pero no sosteni- Política y económicamente Gran Bretaña tardó en sacudirse un largo pasado cuyo
da. La moral en el país y el prestigio en el extranjero eran altos. Las pérdidas de guerra rasgo característico era el distanciamiento. Habiendo perdido sus posesiones continen-
había sido severas pero la dirección financiera de la guerra había sido prudente. A la tales hacia el final de la Edad Media, el pueblo inglés ensalzó su status insular y lo forti-
mitad de los costes se les hizo frente con impuestos, a la otra mitad con la venta de acti· ficó con la secesión protestante y su entusiasmo marinero. A partir de entonces los bri ·
vos extranjeros y con préstamos. El abrupto final del Préstamo· Arriendo estadounidense tánicos lucharon con otros europeos bastante menos que entre ellos mismos, ¡:iero esta
en agosto de 1945, seguido de un crédito estadounidense tan pequeño que era decepcio- afable característica era más desdeñosa que pacífica y el sentido de distanciá -no siem-
nante, además de tener condiciones imposibles {la convertibilidad de la libra en el plazo pre distinto de uno de superioridad- no estaba ni con mucho extinguido en el siglo XX.
de un año), confrontó al nuevo gobierno con una tarea desalentadora, que fue dominada En 1945, desde la isla se prestaba más fácilmente atención a la Commowealth y a Esta·
con una combinación de sabia dirección y de ayuda estadounidense. Aunque los fondos dos Unidos que a Europa.
Marshall estuvieron disponibles durante cuatro años, se prescindió de ellos a los dos. Se La Commonwealth, originariamente la Commonwealth Británica pero rebautizada a
usaron principalmente para reparar industrias dañadas por la guerra y para financiar un la vez que la descolonización de posguerra, era descendiente del imperio británico y un
ambicioso programa de reforma social en educación, salud y seguridad social, pero no para foliz accidente histórico que finalmente constaba de cincuenta miembros soberanos e
una reestructuración más amplia y radical de la economía industrial, que Gran Bretaña independientes. La desintegración del dominio británico en Asia, África y el Caribe
necesitaba para recuperar la posición en el mundo que había ido perdiendo desde finales empezó con la retirada de la India y Birmania en 1947, un paso largamente previsto pero
del siglo XIX en favor de Alemania. Los impuestos permanecieron altos aunque los inte- que no se programó con precisión hasta el final de la guerra. Este espectacular movi-
reses bajos; el nivel de desempleo era reducido y los salarios estaban bajo control; el cre- miento tuvo unas consecuencias, que no se esperaban tan repentinas, por todo el imperio
cimiento económico tenía una media del 4% al año. La producción prebélica, el valor de colonial que (con la notable excepción de Rodesia) fue abandonado de buen grado y con
los activos extranjeros de antes de la guerra, así como el nivel de ingresos personales poco escándalo durante los veinte años siguientes. Pero la Commonwealth que surgía no
de entonces, se recuperaron hacia el final de la década. A·la vez se amplió la educación y era un centro de poder y todavía menos un instrumento para el ejercicio del poder britá·
se introdujo un sistema global de seguridad social. nico. Su cuartel general estaba en Londres pero los encuentros de sus jefes políticos deja·
Pero el declive industrial británico a largo plazo no se pudo controlar y el país quedó ban a Gran Bretaña a veces en minoría -en tiempos de Thatcher en una minoría de uno-
en consecuencia en una posición más vulnerable a vicisitudes externas y a una mala admi· y aunque la Commonwealth proporcionaba a Gran Bretaña especiales contactos y opor·
nistración interna. De las anteriores, las más dañinas fueron los aumentos en el coste de tunidades, no reforzó el poder británico en el mundo.
los materiales industriales importados, tales como los ocasionados por las guerras de Corea Tampoco lo hizo la relación especial con los Estados Unidos que, como los lazos con
y Vietnam, y las enormes subidas en el precio de los derivados del petróleo, debido a las la Commonwealth, era una realidad, pero no la que daba a Gran Bretaña lo que ella pen-
guerras en Oriente Medio en los años setenta. El relajamiento de los controles y la libe- saba que obtenía. (La única relación especial que Washington tenía era con Israel.)
ralización del comercio a través de la eliminación de la protección a las industrias que Antes de la guerra las relaciones angloamericanas eran pocas y malas. Durante la guerra
renacían, creó de los años cincuenta en adelante serios desequilibrios en la cuenta exter- fueron excelentes, pero ello se debió más a la propia crisis y a los personajes: lo que era
na y restó atención -y los recursos- a una renovación más radical de la base industrial bri- especial en las relaciones existentes durante la guerra era la estrechísima amistad y cola-
tánica. Ésta siempre había sido relativamente reducida -carbón y unas pocas industrias boración entre Churchill y Roosevelt. Después de la guerra muchas amist:;i.des y vías de
\, primarias tales como textiles y de ingeniería·- y respondía sólo lentamente al desarrollo de comunicación de esa época persistieron, facilitados por una lengua común y por expe·
l.· nuevos métodos, nuevos competidores e industrias completamente nuevas. Había adap· riendas e ideales compartidos, pero viejas divergencias -comerciales e imperiales-
1~ ·. tación, pero no la suficiente como para preservar la economía de las sacudidas inevitables reaparecieron y los intentos de primeros ministros británicos, visitando la Casa Blanca o
v~. de una economía mundial que ya no era controlada por Gran Bretaña. A ello se añadía el poniéndose en contacto por teléfono para hacer el papel de Churchill, degeneraron en
que Gran Bretaña estuviera perdiendo su primacía en la provisión de servicios financie- un compadreo no carente de sumisión ciega por parte británica. Esta relación especial no
ros y otras exportaciones invisibles. Sólo raramente a lo largo de los siglos XIX y XX había sólo desvió la atención británica de los acontecimientos políticos en el continente, sino
conseguido Gran Bretaña un superávit en el comercio de mercancías manufacturadas, pero que dio a los continentales -Francia en particular- motivos para excluir a Gran Bretaña
el vacío se llenó de una manera consistente y cómoda con excedentes en mercancías invi- de la Comunidad Europea.
sibles hasta el thatcherismo de los años ochenta. Las políticas conservadoras a principios En 1979, Margaret Thatcher se convirtió en primera ministra, la primera mujer en
de la década de los setenta crearon un boom, aunque especulativo, que desvió beneficios y ocupar ese puesto. Lo hizo con un extraordinario dominio y durante más tiempo que cual·
ahorros de las inversiones industriales hacia apuestas a corto plazo y que hizo subir los suel- quiera en este siglo. Decidida, enérgica y trabajadora -quizá fue el primer ministro más
dos. Los intentos para imponer restricciones salariales por medio de una política de ingre- trabajador desde William Pitt aunque no el más inteligente-. Se vio perjudicada por el
sos fueron cada vez menos efectivos y culminaron en una huelga de mineros y la caída del fracaso de sus predecesores para captar los graves problemas económicos que se prolonga·
gobierno. Un gobierno laborista apeló a sus contactos en el mundo del trabajo (a menudo ban, por su pobre elección de compañeros de gabinete y por su temperamento autocráti-
otro eufemismo para mantener bajos los sueldos), pero Harold Wilson tuvo que dar mar· co que, además de vapulear a los gobiernos locales, despreció a la Cámara de los Comu·
cha atrás cuando se hizo patente que éstos escindirían el partido. Esta pusilanimidad polí- nes y al orden democrático. Thatcher llegó al poder durante una recesión y lo abandonó
tica fortaleció a los disidentes de izquierda de la base frente a los sindicatos. en otra. Disfrutó, si bien desaprovechó, dos ventajas económicas poco comunes: la pro-

206 207
macia británica fracasaba, las amias británicas tendrían entonces que cargar con una tarea que esta «triangularidad» confería al país oportunidades especiales y una posición única
que, aunque en un sentido era negativa, era también vital para los intereses británicos tal en el mundo. Hasta que Harold Macmillan solicitó en 1961 entrar a formar parte de la
y como éstos habían evolucionado desde que los Tudor pusieron los cimientos de un pode- Comunidad Económica Europea, el círculo europeo era el que parecía ofrecer menos. El
río británico completamente distinto del imperialismo continental de los Plantagenets. más importante era el angloamericano. Gran Bretaña -o por lo menos Emest Bevin, que
Los británicos, por tanto, adquirieron un esquema mental que no hacía distinciones entre fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores en 1945- se percató de que ni la diploma·
lo próximo y lo lejano. Los geógrafos podían hablar del «Lejano» Oriente y medir la dis- cia ni las armas británicas podían ya por sí solas evitar la consolidación de Europa bajo la
tancia a la India en miles de millas, pero para muchos ingleses, Delhi, Singapur y Hong égida de una única potencia, y de que si esta pesadilla de la política exterior británica que-
Kong no estaban psicológicamente más lejos que Calais; a menudo les resultaban más ría evitarse, había que hacer de Norteamérica una potencia europea. La OTAN era el sig-
familiares, y desde luego eran más británicos. no externo y visible de su éxito, pero sus esfuerzos por lograr que la influencia angloesta-
En 1945, la falta de atención innata de Gran Bretaña hacia los asuntos europeos se dounidense se abriera paso en los asuntos europeos y ocupara el lugar del ya extinto poder
intensificó por la suerte de la guerra y la perspectiva de paz; Durante la contienda, todos de intervención y rectificación de Gran Bretaña, le llevaron a desconfiar de los federalis·
los países combatientes europeos continentáles, incluida la URSS, habían sido invadidos tas continentales que podrían añorar un poderío europeo independiente con exclusión de
y en algún momento derrotados o casi de1rotados. Gran Bretaña había sido duramente los estadounidenses. La política de estos federalistas era en el mejor de los casos improce-
hostigada, y bombardeada desde el aire, pero no invadida, ni ocupada, ni derrotada. Su dente y probablemente perjudicial para su objetivo de introducir el Nuevo Mundo en
victoria justificaba su derecho a seguir como antes, puesto que es prerrogativa del vence- Europa para conseguir el equilibrio del viejo continente. Pero los británicos hostiles a
dor conservar su pasado; mientras que, por el contrario, sus quebrantados y desilusionados Estados Unidos o recelosos de su preponderancia, no eran en su mayoría federalistas euro-
vecinos europeos anhelaban una nueva vida y no un restablecimiento del antiguo orden peos. En la medida en que existía un partido en Gran Bretaña que creía que el país podía
de cosas, que había fracasado. Las actitudes británica y ~ontinental hacia el pasado eran, constituir una «tercera fuerza» en los asuntos mundiales, consideraba, en este período,

~ pues, completamente diferentes, y los continentales que esperaban que los ingleses mos- que dicha fuerza la constituiría la Commonwealth y no una Europa unida. La Common-
traran su simpatía hacia un experimento político radical en Europa, estaban pasando por wealth, junto con las armas nucleares y la libra esterlina como moneda de cambio inter·

~·. alto no sólo la particular evolución histórica de Gran Bretaña, sino también su psicología
de posguerra, es decir, su empeño en restaurar y mejorar la estructura de la vida británica,
nacional, mantendrían a Gran Bretaña en una categoría diferenciada.
Gran Bretaña no comenzó a experimentar un cambio de sentimiento hasta pasados de
11 diez a quince años desde el final de la guerra, e incluso entonces este cambio se manifes-
pero sin alterarla sustancialmente ni pretender encontrar faltas en ella.
El advenimiento de un gobierno laborista en Gran Bretaña en 1945 hubiera debido tó más discontinua y lentamente que la correspondiente revolución del pensamiento con-
poner de manifiesto esta diferencia, puesto que el Partido Laborista, aunque era un parti- tinental impuesta por las derrotas de la contienda. Gran Bretaña siguió considerándose
do reformista y no conservador, no era menos tradicionalista que los conservadores. Esta- una potencia mundial aunque ya no imperial, una sustitución de adjetivos un tanto caren-
ba integrado por radicales y socialistas pragmáticos que deseaban hacer la vida más fácil te de sentido crítico. Una de las más sorprendentes consecuencias de la guerra fue el aban-
l.1 para las clases inferiores, continuando con la adaptación gradual -y no revolucionaria- de dono de la India por parte de Gr~n Bretaña en 1947 (seguida más rápidamente de lo que
\
' , r la estructura social inglesa a las modernas nociones de justicia social. El gobierno laboris- se esperaba por el abandono de Africa), pero esta renuncia al imperio tuvo lugar en una
ta no tenía intención de desbaratar los proyectos británicos, ni tampoco tenía mucho atmósfera de tal euforia en Gran Bretaña que se pasó por alto la consiguiente merma de
interés en dar al traste con los de otros países. Era una administración políticamente poderío. La pérdida de la India se consideró e.orno una victoria del sentido común inglés,
moderada, con muchas ganas de hacer cosas y que, en circunstancias económicas excep- lo cual era cierto, pero no como una mutilación del poderío británico, lo cual también era
,,
..,d.· cionalmente difíciles (agravadas por el vencimiento del convenio de préstamos y arrien-
dos, y por la insistencia estadounidense en una convertibilidad prematura de la libra ester-
cierto. Durante generaciones enteras, Gran Bretaña había sido una potencia mundial por-
que poseía en Asia un territorio donde podía mantener, adiestrar y aclimatar ejércitos para
lina), trataba de restaurar la economía y reformar la sociedad, y no deseaba que embrollos su utilización en otros lugares lejanos del globo, y esta reserva de poder era por lo menos
1
extranjeros improductivos le distrajesen de estas tareas. El continente se encontraba en tan importante como la hegemonía marítima para hacer de Gran Bretaña lo que era en el
un estado caótico e indigente y, como demostraba la transferencia de los compromisos bri- mundo. El abandono de la India, junto con la pérdida de riqueza y fue~·za durante la gue-
tánicos en Grecia y Turquía a Estados Unidos, podía luchar mejor para vencer sus difi- rra, socavó la resistencia británica en Oriente Medio y provocó la orientación de Austra-
cultades con la ayuda estadounidense que con la británica. Además, los nuevos dirigentes lia y Nueva Zelanda hacia Estados Unidos en busca de seguridad (el Pacto tripartito
de Europa eran (aparte de extranjeros) en su mayor parte conservadores y católicos, ANZUS de 1951, del que Gran Bretaña no era signataria, confinnó esta lección de la
opuestos -se creía erróneamente- a la planificación económica, y resultaban unos aliados Segunda Guerra Mundial. Fue una de las alianzas más uniformes del mundo hasta la déca-
incómodos para los socialistas británicos. En la medida en que se sentían atraídos por da de los ochenta en que la vuelta al poder de los partidos laboristas antinucleares tanto
ideas federalistas, estos dirigentes eran considerados como visionarios carentes de sentido en Australia como en Nueva Zelanda obstaculizó la realización de visitas y ejercicios
práctico. Para los ingleses, la nación-Estado era una de esas reliquias del pasado que prác- navales. En 1984, Nueva Zelanda prohibió la entrada en sus puertos de todo tipo de bar·
ticamente nadie ponía en tela de juicio. cos impulsados o armados con energía nuclear).
Winston Churchill les había dicho a sus compatriotas durante la guerra que Gran Bre- Gran Bretaña, sin embargo, no sacó la conclusión de que el final del imperio y de los
taña operaba en tres círculos -el angloamericano, el imperial británico, y el europeo- Y compromisos de defensa en Asia, África y Australia la hubieran convertido en un Estado

'} 1 '}
primordialmente europeo. El imperio había sido sustituido por la Commonwealth, un con- Gran Bretaña era escéptica en principio y ligeramente hostil porque esperaba que
cepto más elevado quizá pero de menos solidez que el imperio, puesto que carecía, en con- el acero inglés se vendiera más barato que el europeo. Ha habidc discusión sobre si el
traste con aquél, de los lazos de lealtad a la Corona británica, del gobierno de una clase diri· Reino Unido se negó a unirse a la CECA, o si Francia hizo imposiHe que lo lograra; una
gente que se consideraba como una sola familia, de la comprensión mutua a través del opinión no excluye a la otra. En abril de 1951, seis estados firmaron un tratado mediante
pródigo intercambio de telegramas secretos y de un compromiso británico de defensa de el cual se establecía la CECA, que comenzó a existir al año siguiente. Se componía de una
todos sus territorios. La Commonwealth pasó a ser una asociación de monarquías y repúbli- Alta Autoridad de nueve personas que actuaba por mayoría de votG y tenía facultades
cas de tradiciones e inclinaciones muy diferentes entre sí, y que requerían sobre todo un para tomar decisiones, hacer recomendaciones, gravar las empresas cm exacciones, impo·
capital para su desarrollo que Gran Bretaña no podía proporcionarles, y proseguían políti· ner multas y, en general, controlar la producción y las inversiones en 1os seis países; un
cas exteriores independientes e incluso contradictorias basándose en que esta libertad de Tribunal de Justicia facultado para pronunciarse sobre la validez de lascecisiones y reco·
acción era el precio que había que pagar para la continuidad de una asociación cuya exis· mendaciones de la Alta Autoridad; un Consejo de Ministros; y una A1amblea con dere·
tencia seguía mereciendo la pena. Probablemente era así puesto que la Commonwealth cho a censurar a la Alta Autoridad y, por mayoría de dos tercios, a disicmer la dimisión
demostró ser una organización internacional que funcionó hasta un determinado punto. del Consejo de Ministros. A finales de los años cincuenta, cuando disrrinuyó la deman·
Pero contenía en su seno conflictos raciales que supusieron una dura prueba de buen gobier- da de carbón, surgieron diferencias entre la A'lla Autoridad y el Consejo :le Ministros, y
no para los gabinetes británicos de este período, que no lograron superar. En Rodesia (véa- la primera vio atenuadas en la práctica sus competencias supranacionalel.
S!! el capítulo XIX), Gran Bretaña fue acusada con fundamento de tratar benignamente a los A comienzos de los años cincuenta, al Consejo de Europa se habían ut.do en la esce··
rebeldes porque eran blancos y ese mismo gobierno se ~xpuso en el propio Reino Unido a na europea la CECA y la incipiente EDC (Comunidad Europea de Defersa), y en 1952
acusaciones todavía más graves. En 1963, Gran Bretaña había concedido a los asiáticos de E.den propuso la fusión de estos tres organismos y de sus instituciones para!tlas. El Conse·
Kenia el derecho a optar por la ciudadanía británica, que muchos de ellos adquirieron. En jo de Europa designó una asamblea ad hoc para elaborar un proyecto siguien(o estas líneas,
1968, el punto más importante de este derecho -la posibilidad de entrar en Gran Bretaña- que incluyese una cláusula para la creación de una asamblea elegida directan~nte y de un
les fue negado sin más por un gobierno que, en su ignorancia de los verdaderos hechos y gabinete europeo. Era un intento de construir una asociación política, pro,ilionalmente
cifras sobre la inmigración e integración de gentes de color, se dejó llevar por el pánico has- denominada Comunidad Política Europea, sobre las dos bases de cooperaci6 económica
ta el punto de dar con la puerta en las narices a algunos de sus propios conciudadanos. Este y militar, y que había de abarcar a la mayoría de los países no comunistas di Europa. Los
acto sin precedentes, fundado en los prejuicios racistas de un sector de la sociedad británi- miembros posibles eran muchos, a pesar de que el neutralismo empírico de Seda, el neu·
ca y en la discriminación racial por parte del gobierno, dio al traste con el ideal de la Com- tralismo doctrinario de Suiza y las inaceptables autocracias de España Y Port~al pudieran
monwealth y fue luego recusado y condenado en el Consejo de Europa. Incluso si Gran Bre· excluir a estos países a corto o a largo plazo. Pero el proyecto nació muerto. \:i extinción
1.
1' taña había considerado en otro tiempo a la Commonwealth como una fuente de fortaleza de la Comunidad Económica de Defensa en 1954 supuso el golpe mortal e inciso sin esta
política, para los dirigentes ingleses de los años sesenta era un estorbo más que una ayuda. sacudida es difícil creer que la rudimentaria asociación económica institucia.al lograda
La comunidad con los europeos parecía sin duda mucho más real y manejable. hasta entonces bastase para sostener una estructura parlamentaria tan ambicim. A me&·
1; Se había estimulado a grupos de presión no oficiales en favor de una unión europea y da que los estados-nación europeos se fueron recuperando de sus heridas de pcguerra, se
en ello no fue a la zaga Churchill, que habló en más de una ocasión durante la guerra de sintieron cada vez menos dispuestos a abandonar sus identidades, aun cuandcpudieran
\
f..
la necesidad de una Europa unida y, en su famoso discurso pronunciado en Zurich en sep· estar decididas a una cooperación internacional permanente en otros campos.
tiembre de 1945, abogó por un Consejo de Europa. Estos grupos organizaron un congreso La Comunidad del Carbón y del Acero fue desde el principio un primer paso <ttes que
ir\. en La Haya en mayo de 1948 que se celebró bajo el patrocinio de muchas de las figuras
destacadas de Europa, incluido Churchill, y que consiguió persuadir a las cinco potencias
un fin en sí mismo. Para los devotos de la unión europea, era un movimiento enm pro·
ceso de creación de una serie de asociaciones funcionales que se podrían aglomeir des·
de Bruselas para que creasen un Consejo de Europa cuyos miembros fueron en un princi· pués. El carbón y el acero ya no eran las principales fuentes de energía en un murlo que
pio, además de esos cinco países, Noruega, Suecia, Dinamarca, Eire e Italia, a los que en funcionaba con petróleo y que esperaba hacerlo en el futuro con energía nuclear:-Iacia
poco tiempo se unieron Islandia, Grecia, Turquía, Alemania Federal y Austria. Los miem· 1955 los seis miembros de la CECA habían avanzado lo suficiente como par:oestar
bros, además de ser europeos, habían de respetar las normas de derecho y los derechos preparados para convocar un encuentro formal en Messina, donde decidieron form¡ una
humanos fundamentales. Los estatutos eran un híbrido: una Asamblea sin poder legisla· Comunidad Económica Europea y una Comunidad Atómica Europea (Euratom) Los
tivo, sometida a un comité de ministros; los miembros de la Asamblea eran nombrados británicos asistieron a la conferencia como observadores y posteriormente se retir,on,
por los parlamentos nacionales, en la práctica de acuerdo con la representación de los par.- en parte porque pensaron que la nueva operación sería un fracaso, en parte porq~ se
tidos en cada Parlamento; el comité de ministros, que fue incluido en los estatutos por la oponían a un arancel exterior común que no concordaría con lo que quedaba de las re·
insistencia inglesa y escandinava contra los deseos más federalistas de otros miembros, ferencias de la Commonwealth, y en parte porque querían limitar su cooperación a la lr·
aseguraba que toda autoridad que el Consejo de Europa pudiera ejercer estaría sujeta al mación de un área de libre comercio -que procedieron a formar y que, a diferenciale
control de los ministros nacionales, responsables ante sus respectivos parlamentos. En la CEE, sí constituyó un fracaso. (Gran Bretaña p~opuso un área de libre comercio ena
estas circunstancias, la Asamblea nunca tuvo ninguna autoridad real y, a fines de 1951, su que la CEE sería un miembro más. Eliminaría las barreras internas al comercio ' a l
presidente, Henri Spaak, dimitió descorazonado. industria, pero no a la agricultura; no tendría ningún arancel externo común y pernitiri.

214 215
Europa, sino también en otras áreas de especial interés para bs europeos, en particular los
a cada miembro mantener las preferencias existentes; no tendría obligación de permitir el
imperios coloniales al borde de la independencia y el Oriente Medio, cuyo petróleo era la
libre movimiento ni de mano de obra ni de capital, ni de alinear políticas económicas o
importación más crucial para Europa occidental. Los objetiv:is paralelos de Euratom, plas·
sociales ni de crear iistituciones políticas comunes. Las conversaciones empezaron a fina-
mados en el tratado separado que creaba esa comunidad, e!an llevar a cabo la investiga-
les de 1957 y se vineron abajo un año después.)
ción nuclear, construir instalaciones nucleares, elaborar uncódigo de seguridad y estable-
Los tratados fmJacionales de la CEE y la Euratom se firmaron en Roma en marzo de
cer un organismo que poseyera y asegurase derechos preferentes sobre los materiales
1957 y ambos orgmismos vieron la luz a comienzos de 1958 y empezaron su funciona-
nucleares en bruto.
miento un año depués. En 1967 se fusionaron con la CECA. El Tratado de Roma creó
A los primeros seis miembros se unieron, en 1973, Gran Bretaña, Irlanda y Dina-
una Constituciór.de cuatro partes: un Consejo de Ministros, una Comisión, un Parla-
marca; en 1981, Grecia, y en 1987; España y Portugal. La adhesión de Noruega, nego-
mento y un Tribu1al. El Tribunal de siete miembros era el guardián e intérprete de la ley
ciada junto con la de Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca, fue rechazada en plebiscito,
comunitaria. El farlamento unicameral -sus miembros fueron electos a partir de 1979
y Groenlandia, que se había unido junto con su progenitor danés, también se separó en
{aunque posteri.."tmente en Gran Bretaña)- era esencialmente un organismo de debate.
1986. De todas estas sumas la de Gran Bretaña era la má; importante y la más polémi·
Creado de golpepor el tratado entre estados, sólo tenía los poderes embrionarios del mis-
ca, retrasada y después amargada por la propia ambivalencia británica, pero también
mo tipo que los parlamentos nacionales habían acumulado a lo largo del tiempo, en sus
vetada por Francia durante algunos años.
intentos de co::streñir al poder ejecutivo. Podría rechazar, si bien no enmendar, el pre-
El escepticismo británico sobre la CEE y su falta de voluntad para considerar una aso-
sup\JeSto comtnitario y cesar a la Comisión por entero, aunque no en parte; poseía una
ciación tan extensa, la llevó a formar en 1959 una Asociación Europea de Libre Comer-
cuota limitadi para elaborar legislación, pero no control _sobre el Consejo de Ministros.
cio (EFTA) junto con los tres estados escandinavos, Suiza, Austria y Portugal. La EFTA
Los comisario, al principio dos por Estado miembro, pero tras la ampliación de la Comu-
era una rival para la CEE. Su objetivo era abolir los aranceles entre sus miembros duran-
nidad sólo u[)) por cada miembro, estaban completa y exclusivamente dedicados a asun-
te diez años, pero sin que existiera ningún intento de establecer un arancel exterior
tos comunit:rios en el cuartel general de la Comisión en B"ruselas. La mayoría de ellos
común o cualquier forma de unión política. Los británicos creían que De Gaulle -que vol-
había tenida experiencia ministerial en sus propios países, pero ejercieron en Bruselas
vió al poder en Francia en ese momento- acabaría con la CEE, pero fue un error de inter-
funciones q1e estaban más próximas a las de un jefe de departamento en la función
pretación, puesto que De Gaulle no tenía intención de socavar la CEE, sino tan sólo retra-
pública nacbnal. {La burocracia de Bruselas era, sin embargo, pequeña en comparación
sar su desarrollo, mientras avanzaba la recuperación económica francesa y el peso político
con las burccracias nacionales.) Finalmente, el Consejo de Ministros, que representaba
de Francia en Europa crecía en proporción. La objeción manifiesta de De Gaulle a la per·
a los distinos estados miembros de la Comunidad, era según los ténninos del Tratado de
tenencia británica, en base a que era una cuña para los intereses estadounidenses, tenía
Roma el ó~ano dominante de la Comunidad. Era una réplica de un consejo similar que
suficiente verosimilitud como para llegar a convencer a otros miembros de la CEE, a pesar
se había in:orporado, en una fase tardía, a los planes de la Comunidad del Carbón y del
del afán de éstos por tener a Gran Bretaña como miembro, para compensar el dominio
Acero, coi el fin de garantizar que esa comunidad no sería tanto una entidad suprana-
alemán y francés. No obstante, hacia 1960 De Gaulle estaba dispuesto a considerar la
cional cono un colectivo nacional, y el Consejo de la CEE era incluso más claramente
admisión británica y lo propuso públicamente. Harold Macmillan, que había restaurado
superior ¡la Comisión de Bruselas que el Consejo de la CECA para la Alta Autoridad
las relaciones británicas con Estados Unidos y la Commonwealth después de la debacle
de la Conunidad del Carbón y del Acero. En consecuencia, los debates y decisiones más
de Suez de 1956-1957, deseaba dar a Gran Bretaña un papel europeo más finne.
significaivos sobre el desarrollo de la CEE tuvieron lugar en el Consejo y no giraron en
Su visita a Moscú en 1959 le había acreditado como un agente de negocios honrado
torno ala distribución de poder entre los principales organismos comunitarios, sino en
pero no eficaz o necesario, y la cancelación en 1960 del misil nuclear de alcance medio
tomo a ejercicio del poder dentro del Consejo -qué asuntos podrían ser acordados por
de Gran Bretaña Bluestreak había puesto énfasis en las dificultades de mantener un poder
', i, mayara y cuáles requerían unan~midad. {Había algunos asuntos sobre los que una mayo-
nuclear disuasorio independiente con t,ma economía en ocasiones incontrolable. La EFTA
ría «cralificada» podría decidir. Esta era una mayoría prescrita, que se alcanzó después de
era en el mejor de los casos un éxito moderado, y las esperanzas abrigadas en algunos
adscr':Jir al voto de cada miembro un peso en relación con su poder económico.)
círculos británicos de que De Gaulle acabaría con la CEE no se habían cumplido. En
L primera fase de integración económica, que había de completarse en doce años
1961, Macmillan sacó la conclusión obvia. Negociaría la entrada en la CEE gaullista de
(y as lo fue), era comercial -una unión aduanera con un arancel exterior común e, inter-
estados soberanos. De Gaulle, que había sugerido la adhesión de Gran Bretaña el año
namnte, la supresión de todos los aranceles y la eliminación de cuotas-. Una segunda
anterior, acogió favorablemente la oferta de Macmillan. Las negociaciones comenzaron
fase:¡ue coincidía en parte con la anterior, preveía una unión económica más amplia con,
en octubre. Fueron difíciles pero avanzaban hacia una conclusión feliz cuando las arrojó
en •special, una política agrícola común (CAP); libre movimiento de mano de obra y de
por la borda un grave malentendido anglo-francés. En junio de 1967, Macmillan visitó a
ca~tal; homogeneización de políticas sociales, de leyes {en especial la ley de empresa),
De Gaulle en el Chateau de Champs. No se conoce con certeza lo que ocurrió entre ellos
deoalud y seguridad y de otras normas; y una unión monetaria con una moneda común y
y es posible que ni uno ni otro interpretase correctamente sus respectivas intenciones: una
ur único banco central. La integración política, tanta como fuera necesaria para asegu-
entrevista entre un hombre sinuoso y otro de pocas palabras puede dejar muchos puntos
nr los objetivos económicos de la Comunidad, era un corolario inevitable, pero el Tra-
oscuros. Parece, sin embargo, que Macmillan, que había hecho de la admisión en la CEE
ndo de Roma callaba al respecto. Para algunos la integración política era un fin en sí
la pieza clave de su política exterior y económica, no sólo minimizó las dificultades enton-
nisma y un medio necesario para fortalecer la influencia de la Comunidad no sólo en

217
ces existentes a propósito de las preferencias de la Commonwealth y de la política agrí- anglo-europea. Esta demostración de dónde radicaba la primordial lealtad de Gran Breta-
cola, sino que también dejó en De Gaulle la impresión de que Gran Bretaña estaba dis- ña, condujo a De Gaulle a declarar, en una rueda de prensa el 14 de enero de 1963, la
puesta a integrarse con sus vtcinos continentales en la esfera militar. Esta integración era exclusión del Reino Unido de la CEE.
una cuestión de importancia primordial para De Gaulle, que estaba buscando formas de En Nassau, Kennedy ofreció a Macmillan el misil submarino Polaris como sustituto
lograr que Europa se independizase de Estados Unidos, pero no era probable que pudiera del Skybolt. Macmillan aceptó. Kennedy hizo la misma oferta a De Gaulle. Esto suponía
crear una estructura de defema verosímil sin la participación británica. una revocación de la decisión del año anterior de no ofrecer a Francia armas nucleares.
La opinión francesa se enc:mtraba dividida en lo referente a la admisión de Gran Bre- Esta resolución se había adoptado tras una división entre los partidarios de dicha medida,
taña en la CEE; las embrollaC.as discusiones de Bruselas a propósito de precios alimenti· con la que esperaban mejorar las relaciones franco··estadounidense (una trayectoria ini-
cios molestaron a muchos frar.ceses y durante el año 1962 el empresariado se fue hacien· ciada por Kennedy en una satisfactoria reunión con De Gaulle en junio de 1961), y sus
do crecientemente hostil a la admisión de Gran Bretaña. Pero para De Gaulle éstas eran oponentes, que argumentaban que eso no cambiaría nada excepto.que se estimularía la
minucias si podía conseguir la adhesión del Reino Unido a una asociación que. fuese a la proliferación nuclear. De Gaulle rechazó la oferta. Tanto Macmillan como De Gaulle
vez estratégica y económica. Después de junio de 1962, parece que se sentía confiado en insistían entonces en su soberanía nuclear. De Gaulle rehusó aceptar los Polaris; Macmi·
lograrlo. Las elecciones france;as de noviembre de 1962 confirmaron su autoridad al con- llan, si bien los aceptó y propuso destinar a la OTAN fuerzas aéreas tácticas y de bom-
cederle una mayoría en el Parlamento y un grato éxito después del contratiempo sufrido bardeo y unidades Polaris británicas, insistió en que el mando fuese fundamentalmente
en octubre cuando el número de votos a su favor descendió en un referéndum constitu· británico y en el derecho de retirada. Una actitud no difería mucho de la otra, y ambas
cional. Se dio cuenta de las dificultades internas de M_acmillan cuando el Partido Labo· eran esencialmente nacionalistas. Los estadounidenses, sin embargo, buscaban una solu·
rista se pronuncio en octubre contra la adhesión a la CEE, pero probablemente no veía ción supranacional al problema de la participación nuclear en la OTAN y es posible que
razones de peso para suponer qLie el gobierno británico fuese a ser derrotado. (Puede haber hubieran creído en Nassau que Macmillan, en oposición a De Gaulle, había accedido a
estado equivocado. Macmillan podría haberse sentido obligado a hacer una consulta al someterse a sus planes a cambio de los Polaris.
país antes de dar un paso tan decisivo como el de unirse a la CEE, y no es inconcebible Macmillan y De Gaulle se sintieron mutuamente defraudados y el acercamiento bri-
que hubiese perdido unas elecciones basadas en esta cuestión. Los argumentos principales tánico a la Comunidad se enfrió. En 1964 el Partido Laborista volvió al poder con
contra la CEE, además de la desconfianza nacional en una excesiva asociación con Harold Wilson como primer ministro. Wilson renovó la solicitud británica, aunque con
extranjeros, eran las siguientes: que la CEE era una burocracia y no una democracia, una un enfoque marcadamente diferente. Macmillan había dado la impresión de que la fina-
forma de gobierno poco seria desde el punto de vista constitucional; que la CEE estaba lidad principal de la adhesión a la CEE era sacar a Gran Bretaña las castañas del fuego
consagrada a la libre competencia en oposición a la planificación, y que la entrada en ella en el terreno económico, y que para el Reino Unido los beneficios económicos deriva·
significaba el abandono de la planificación nacional no en favor de una planificación dos de la entrada en la Comunidad serían considerables y compensarían tanto la pérdi-
internacional, sino del laissez-faire; que el Parlamento tendría que renunciar a su control da de soberanía como los inconvenientes de contactos más estrechos con pueblos no bri-
sobre aspectos vitales de los asuntos públicos británicos; que la CEE era una organización tánicos. Este programa no era muy tentador, ni en Gran Bretaña ni en la CEE, y el
introspectiva y eurocéntrica, con tradiciones no británicas tales como un gobierno multi· procedimiento adoptado para ponerlo en práctica fue el ciertamente pintoresco de
partidista y un derecho romano-holandés en el que los funcionarios británicos estarían en enviar a un superministro a Bruselas para dirigir prolongadas negociaciones sobre cues.·
desventaja; y que el proceso de gobierno por mayoría cualificada, esto es, confiriendo el tiones de detalle (llamadas, poco amablemente, «Kangaroo tail syndrome») y sin una fir-
derecho de veto a una combinación de un miembro principal y otro de segundo orden, me decisión política sobre la cuestión principal de si Gran Bretaña querría en último tér·
era una forma segura de crear facciones descontentas.) mino unirse o no. En contraste, Harold Wilson dijo a la opinión pública británica que
Hacia finales de 196 2, cuando tanto el líder inglés como el francés parecían estar las desventajas económicas de la adhesión serían considerables; su único argumento era
resueltos a que Gran Bretaña se adhiriese a la CEE y la administración estadounidense que las ventajas serían a largo plazo más considerables todavía. También expuso el obje··
bendecía esta incorporación, una decisión del Pentágono desencadenó una serie de acon- tivo _inequívocamente: unirse a la Comunidad, aceptando todas sus reglas por anticipa·
tecimientos que condujo a la ruptura de las negociaciones. Esta decisión fue la de canee· do. El, por su parte, converso a la idea de que Gran Bretaña debía formar parte del Mer·
lar la fabricación de los misiles nucleares de aire a tierra Skybolt que los británicos se ha· cado Común, estaba muy influido por el conflicto entre la Comunidad y Estados Unidos
bían comprometido mediante un contrato a comprar a Estados Unidos. La decisión, sobre la Kennedy Round que revelaba la vulnerabilidad de una Gran Bretaña económi·
adoptada en noviembre alegando razones de coste, privó a Gran Bretaña del instrumento camente aislada en el caso de una guerra comercial entre la Europa occidental conti-
con el que había esperado mantener, tras la cancelación del Bluestreak, una fuerza nucle- nental y Norteamérica. Desde el punto de vista británico, la postura de De Gaulle con·
ar independiente hasta 1970. Pagando la mitad de los costes de su despliegue, Gran Bre· tra la Comisión había hecho la idea de la adhesión más atractiva, puesto que había
taña podría haber salvado el Skybolt y su propio programa nuclear, pero el precio era relegado a un futuro lejano, quizá a la tierra del nunca jamás, los adornos y aspiraciones
excesivamente alto y en diciembre Macmillan fue a Nassau (en las Bahamas) para entre- federales que asustaban a Gran Bretaña tanto como irritaban al presidente francés. La
vistarse con Kennedy y tratar de encontrar una alternativa. Con gran disgusto y quizá sor- forma futura de una entidad europea había llegado a ser más vaga incluso que antes y a
presa de De Gaulle, no se volvió entonces hacia Francia ni hizo del fracaso del Skybolt la los británicos les gustaba que así fuese. Pero el obstáculo principal subsistía. Aunque cin·
ocasión para pasar de una asociación nuclear anglo-americana a otra anglo-francesa o co de los seis estaban dispuestos a que Gran Bretaña se adhiriese, e incluso estaban impa··

218 219
cientes por la adhesión, Dt Gaulle todavía podía impedirlo. Los lazos del Reino Unido la CEE, y Harold Wilson, con su natural ambivalencia, agudizada por temores de frac-
con Estados Unidos y su dependencia económica, sus repetidos saldos deudores en la cionamiento del partido y de ruina de sus perspectivas electorales, declaró que las con-
cuenta exterior y sus continuos compromisos en continentes distintos de Europa, pro· diciones obtenidas por los conservadores podían y debían mejorarse. Dijo que cuando
porcionaban argumentos, si es que se necesitaban, para clasificar a Gran Bretaña como los laboristas volviesen al poder, esas condiciori.es se negociarían de nuevo. Esto era de
algo aparte. hecho una amenaza de denunciar el tratado, a menos que los otros signatarios accedie-
La cuestión era si Francia continuaría insistiendo en estos argumentos. Habían estado sen a modificar sus términos. Wilson prometió también que las condiciones revisadas se
siempre, incluso en la mente de De Gaulle, compensados por otros, singularmente por la someterían a la aprobación del país, así como del gabinete. A comienzos de 1974,
inquietud de Francia en relación con una Comunidad Europea en la que dos estados -la Heath, que había calculado mal su ventaja electoral por un estrecho margen de votos,
propia Francia y Alemania Federal- fueran de rango muy superior al resto y pudieran convocó elecciones y las perdió, a raíz de lo cual la nueva administración Wilson (un
algún día enfrentarse entre sí sobre una cuestión importante. Gran Bretaña, por consi- gobierno de minoría hasta que unas segundas elecciones en octubre lo reforzaron) ini·
guiente, presentaba dos caras. Si bien era por un lado inaceptable como apéndice esta, ció discusiones con la CEE en las que el principal esfuerzo británico, culminado con
dounidense, simultáneamente era muy deseable como contrapeso de Alemania. Durante éxito, consistió en obtener nuevas condiciones lo bastante distintas de las del tratado
1967-1969, este último aspecto comenzó a superar al primero, en parte a causa de los como para demostrar que los conservadores hubieran debido hacerlo mejor mientras
acontecimientos ocurridos en el seno de la Comunidad y en parte porque la dimisión de que, sin embargo, el objetivo fundamental de los negociadores comunitarios había sido
De Gaulle en 1969 propició un desplazamiento de la atención en París. conceder todo lo que hiciese falta para retener a Gran Bretaña como miembro, pero
En 1969, De Gaulle, una vez más, dejó creer que la fruta podría estar madura para la nada más que eso. La cuestión principal era la cuantía de la aportación británica al pre-
admisión británica. Invitó al recién nombrado embajador británico, Christopher Soames, supuesto de la Comunidad, sobre la cual el ministro del Foreign Office, James Callag-
que resultaba ser el yerno de ChurchilÍ, a una discusión general de las relaciones franco- ham, obtuvo concesiones apreciables. El gabinete británico aprobó los nuevos términos
británicas, en la que habló de una cooperación más es~recha en una Europa de cuatro con algunas voces discrepantes. El electorado, sin duda confuso con argumentos eco-
poderes (Francia, Gran Bretaña, Alemania occidental e Italia) y una adaptación de la nómicos enrevesados y contradictorios, quizá un tanto aburrido por este asunto tan traí-
CEE para que pudiera caber Gran Bretaña en ella. Éstas eran antiguas ideas básicas de De do y llevado, y no poco impresionado por el pretexto de que sería un error deshacer lo
Gaulle pero, como consecuencia de una serie de ineptitudes, la entrevista provocó un que un gobierno anterior había hecho en buena y debida forma, dijo que sí a la adhe-
altercado diplomático público cuando los británicos divulgaron el contenido de las con- sión en junio de 1975 exactamente en la proporción de dos a uno. De este modo, vein-
l versaciones a otros gobiernos y permitieron que ganase terreno la impresión de que Fran· ticinco años después del momento en que hubiera podido adherirse a una Comunidad
cia estaba ofreciendo a Gran Bretaña un puesto en un directorio europeo de estados Europea prácticamente en las condiciones que hubiera querido, Gran Bretaña se abría
:1
importantes, a cambio de la supresión de la CEE y quizá también de la OTAN. Las posi- paso hacia la CEE, que se había construido sin ella.
bilidades de que el Reino Unido entrase en la Comunidad, bien fuese por la puerta gran• En el núcleo de la Comunidad estaba la entente franco-alemana, establecida de modo
de, o bien por la trasera, parecían, pues, haber disminuido. Pero no por mucho tiempo. provisional pero duradero por la Comunidad del Carbón y del Acero. Se esperaba que la
Ese año De Gaulle dimitió de la presidencia y le sucedió un hombre de diferente tem- entrada de Gran Bretaña en la Comunidad ampliaría y fortalecería su núcleo, pero no fue
peramento y actitud, Georges Pompidou. Al cabo de unos pocos meses un cambio en el así. Si la iniciativa de crear la entente fue francesa, su ratificación fue alemana. La pri-
gobierno británico convirtió a Edward Heath en primer ministro. Heath había sido el mera preocupación de Adenauer, después de la formación del Estado germano-occidental
protagonista del ingreso británico en la CEE en el momento de la primera solicitud en en 1952, fue ligarlo a Occidente por medio de una incuestionable asociación con los Esta-
1961. En diciembre de 1969, los jefes de gobierno de los seis, en una reunión celebrada dos Unidos y la pertenencia a la OTAN, pero en sus últimos años -y especialmente des-
en La Haya, se habían comprometido a apoyar la candidatura británica y Heath no per- pués de la vuelta de De Gaulle al poder en Francia, en 1958- el canciller puso una cre-
dió tiempo en confirmar que Francia, también bajo un nuevo liderazgo, respaldaría una ciente atención al lugar de Alemania en Europa. Francia se estaba haciendo, según la frase
segunda solicitud. Heath visitó a Pompidou en París en mayo de 1971 y las nego· de Bismarck, más Bündnisfahig-un aliado más digno de consideración- y al mismo tiem·
ciaciones para el tratado de adhesión terminaron en pocos meses. En virtud de tratados po estaba desencantada con Gran Bretaña y sin controversias posbélicas con Alemania.
firmados en enero de 1972, Gran Bretaña, Dinamarca e Irlanda pasaron a ser miembros El plebiscito del Sarre en 1955 eliminó la última diferencia seria franco-alemana de la
de la CEE el día 1 de enero de 1973. El gobierno noruego, que participó en las nego- agenda política. El abandono unilateral británico, bajo presión estadounidense, del mal
ciaciones con la CEE junto con estos tres países, también acordó adherirse pero este acto diseñado y mal ejecutado ataque anglo-francés a Egipto en Suez, agrió las relaciones
fue revocado por referéndum. En Dinamarca e Irlanda, un referéndum celebrado confor- franco· británicas. Francia estaba superando su reputación de inestabilidad política y eco-
me a lo previsto en la Constitución dio su apoyo al tratado de adhesión. nómica y el firme tratamiento de la crisis de Argelia, en mayo de 1958, fue seguido de dos
El caso inglés era peculiar. La facultad del gobierno británico para concertar trata- encuentros entre Adenauer y De Gaulle en Colombey-les-Deux-Eglises y Bad Kreuznach,
dos no requiere el respaldo popular. De todas formas se celebró un referéndum, aunque que dieron a las relaciones franco-alemanas una nueva base. Entre estos encuentros una
no hasta dos años y medio después de la fecha fijada para la adhesión. Este procedi- declaración francesa rechazó sin rodeos las propuestas británicas (apoyadas por el minis-
miento insólito surgió como consecuencia de la actitud ambigua del Partido Laborista. tro de Finanzas Ludwig Erhard, pero no por el mismo Adenauer) de un área flexible de
Este partido estaba más gravemente dividido que el conservador en lo concerniente a libre comercio.

220 221
Había, sin embargo, serias divergencias entre la actitud francesa y la alemana con res- se mostraron inflexibles). Algunos estadounidenses y británicos habían esperado y desea·
pecto al desarrollo de la CEE. En 1959, Francia, con el apoyo italiano, había propuesto do que los seis se escindiesen en opiniones contrarias en relación con un posible acerca·
reuniones regulares de los seis ministros de Asuntos Exteriores que fuesen respaldadas por miento conjunto a la Kennedy Round, pero a finales de 1963 se aceptaron compromisos
una secretaría cuya sede debía estar en París. El Tratado de Roma no decía nada de inte· para permitir que tanto la Kennedy Round como la política agrícola común siguieran su
gración política y a los miembros alemán y del Benelux de la CEE les parecía que los fran- curso.
ceses estaban tratando de crear en París una organización política de carácter interna- Durante 1964, sin embargo, las diferencias entre Francia y Alemania, en vez de des·
cional distinta de las instituciones de Bruselas y concebida para eludir, estrangular o vanecerse, se agravaron al seguir bloqueando Francia el acuerdo sobre los preliminares
incluso asumir las actividades económicas supranacionales que tenían lugar allí. Estas sos· esenciales de la Kennedy Round con miras no sólo a conseguir la aceptación de Bonn de
pechas se agudizaron al año siguiente cuando los franceses elaboraron su plan y propusie- un precio uniforme de los cereales, sino también a impedirle que se adhiriese a la Fuerza
ron un consejo de jefes de gobierno con una secretaría en París. Semejante «unión de Multilateral (MLF) y oscilase así entre las agrupaciones europeas y atlánticas, en un
estados» sobre la que De Gaulle insistió con éxito a Adenauer en Rambouillet en julio; intento de beneficiarse por partida doble que De Gaulle estaba decidido a obstaculizar. El
era claramente incompatible con las ambiciones federalistas. La cuestión en su conjunto año terminó con otro de los compromisos por los que la Comunidad se estaba haciendo
fue remitida por los seis a un comité especial (el Comité Fouchet, más tarde Cattani) que notoria. Una vez que la administración estadounidense hubo abandonado tácitamente la
discutió dos planes sucesivos de origen francés y las objeciones a los mismos. Estas obje- Fuerza Multilateral, Bonn aceptó el precio uniforme de los cereales a cambio de subven·
ciones se reducían en suma al argumento de que los planes ignoraban las principales dones especiales {pagaderas también a Italia y Luxemburgo) y del aplazamiento de la polí·
características de los propios estatutos de la CEE, puesto que éstos no contenían ninguna tica agrícola común de 1966 a julio de 1967. Esto suponía sustancialmente una victoria
o
estipulación en favor de un elemento parlamentario de un órgano ejecutivo indepen- para De Gaulle, pero produjo resentimiento en Bonn, que se dispuso a dar una orienta·
diente o de una posible decisión por mayoría de votos. Se dejó que el asunto quedase en ción contraria a Francia, lo que ocurrió en la nueva crisis que la política de De Gaulle, iba
la nada. Como había sido propuesto por Francia, este resultado fue un revés para ella, pero a provocar al año siguiente.
también una evidencia de que Francia aceptaba de buen grado reveses antes que echar por La crisis surgió como consecuencia de las propuestas del Dr. Hallstein, presidente de
tierra la Comunidad. la Comisión, relativas a ampliar, dentro de la Comunidad, la autoridad de la Comisión y
La siguiente disputa surgió a raíz de la elaboración de una política agraria común de la Asamblea a expensas del Consejo de Ministros y, en particular, a acelerar la toma de
(CAP). La CAP fue una de las más urgentes preocupaciones. Sus términos no se fijaron decisiones en el Consejo por mayoría de votos en vez de por unanimidad. Estas propues-
hasta 1967 (las tribulaciones de la CAP se examinan más adelante en este capítulo). La tas suponían un desafío directo a las opiniones de De Gaulle y algunos de los colegas de
principal manzana de la discordia en la escena negociadora era el nivel de precios unifor- Hallstein le advirtieron que era imprudente ir tan deprisa. Además, al presentar sus pro·
mes que se debían establecer para los cereales. En 1963, Sicco Mansholt, uno de los dos puestas en primer lugar a la Asamblea en vez de al Consejo como el reglamento estipula-
vicepresidentes de la Comisión y especialmente encargado de los asuntos agrícolas, ela~ ba, Hallstein dio a De Gaulle la oportunidad de adoptar una actitud firme con cierto alar·
boró un plan para fijar un precio común de una sola vez en lugar de escalonadamente. El de de justificación.
precio sería inferior al que regía en Alemania {y en Italia y Luxemburgo), de forma que la El embajador francés ante la Comunidad se retiró y Francia estuvo sin asistir a las reu-
impaciencia francesa chocó con las reservas de Bonn que eran tanto más tenaces cuanto niones del Consejo durante seis meses. Esta táctica resultó. La crisis de la «Silla Vacía» se
j
q que la dirección de los asuntos políticos pasó en 1963 a un nuevo canciller, Erhard, y éste resolvió a principios de 1966 en una serie de encuentros en Luxemburgo (no Bruselas),
tenía su mirada puesta en las elecciones generales anunciadas para finales de 1965. De que fueron en realidad una negociación gubernamental entre Francia y sus cinco socios.
Gaulle actuó contando con el hecho de que Erhard, si bien era reacio a acelerar la políti· Por el Compromiso de Luxemburgo los miembros de la Comunidad aceptaban de mane·
ca agrícola común, estaba impaciente porque en el seno de la CEE se estableciese una pos· ra no oficial que cualquier miembro podría insistir en que una propuesta particular, que
tura de común acuerdo en relación con las próximas negociaciones en el marco del GATT considerase de especial interés, fuera discutida hasta que se alcanzara la unanimidad.
{Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio). Estas negociaciones, denominadas Ken· Francia se aseguró así un veto para circunstancias que ella misma juzgaría y definiría en
nedy Round (Ronda Kennedy), formaban parte de una serie de intercambios periódicos cada ocasión. Al aceptar este compromiso, los socios de Francia, aunque cedían poco en
de reducciones arancelarias entre los miembros del GATT, y los seis proponían negociar el papel, reconocieron implícitamente que la pertenencia francesa y su total cooperación
como un único bloque con los países con los que tenían un comercio más activo, Estados eran parte esencial de la Comunidad. A partir de entonces el Compromiso de Luxem·
Unidos y la EFTA. La Ley de Expansión Comercial de 1962 había facultado al presiden· burgo pasó a un segundo plano. Gran Bretaña no lo invocó cuando, en la década de los
te estadounidense para reducir los aranceles recíprocamente hasta la mitad, pero sus facul- ochenta, sucedió a Francia en el papel de socio renuente: por esas fechas una Comunidad
tades para hacerlo expiraban el 1 de julio de 1967. Los aranceles impuestos por los seis que había existido sin Gran Bretaña durante décadas, no sentía que su misma existencia
estaban en su mayoría agrupados en una banda que oscilaba entre el 6 y el 20%, mientras se viera amenazada por desafíos como los que planteó Francia en los años sesenta.
que los aranceles estadounidenses e ingleses eran o muy superiores o nulos. Por consi· Éstas fueron disputas constitucionales. También había problemas financieros, particu·
guiente, la Comisión de la CEE, así como el gobierno francés presionaron para la dis· larmente en relación con la CAP, que en la década de los ochenta absorbía un 70% del
minución de los aranceles más elevados ( écretement) más que para reducciones generales presupuesto comunitario y se empleaba más en la compra de todos los excedentes para una
{a las que finalmente acabaron por verse obligados a ceder cuando los estadounidenses reventa con pérdidas, que en subsidios para los agricultores. La Comunidad necesitaba

222 223
una política agrícola porque muchos de sus habitantes estaban ocupados en la agricultura Thatcher retrasó el desarrollo de la unión económica, aunque sus objeciones a ella no
y porque la Comunidad no era autosuficiente en muchos productos alimenticios, pero la fueron el único obstáculo. El empeoramiento del clima económico general en los setenta,
política agraria se anulaba a sí misma y en vez de hacer suficiente la producción deficien- contemporáneo con la entrada británica a la Comunidad, introdujo una seria inestabilidad
te, la transformaba en molesta abundancia de excedentes. A ello se añadía que la Comu- en las monedas, detuvo el crecimiento económico comunitario y elevó el desempleo a un
nidad se veía llevada a competir con los Estados Unidos donde también los subsidios para 10% o más de la población activa. Los objetivos iniciales de la unión aduanera se habían
los agricultores estaban produciendo excedentes que debían venderse o colocarse en conseguido antes de lo programado y la integración complementaria de normas y otras
los mismos mercados que los comunitarios. Financieramente, el problema comunitario políticas económicas internas avanzaba a un paso aceptable, pero la unión monetaria se
empeoró por las fluctuaciones de las tasas de cambio entre sus miembros. Con el fin de retrasaba debido tanto a la recesión económica como a Thatcher. Una serie de programas
reducir el impacto de estos altos y bajos, la Comunidad creó una divisa «verde» especial, de integración de monedas y política de crédito -dos de Raymond Barre y una tercera de
de la que, sin embargo, abusaron los agentes de cambio. Gustav Werner- se dejaron de lado. Este último propuso un período de diez años en el que
El principal mecanismo de la CAP era la fijación anual de precios por parte de la las fluctuaciones de moneda se irían restringiendo progresivamente, los movimientos de
Comisión. Estos precios se establecían un tanto por encima de los mundiales, para dar a capital se harían menos restrictivos y las políticas económicas y presupuestarias nacionales
los agricultores y campesinos un nivel de vida atractivo. La Comisión asumió la compra estarían sujetas a una consulta comunitaria con, al final del período, una unión monetaria
de excedentes a precios fijos y gravó las importaciones de productos alimenticios extran- completa que supondría una sola moneda y un banco central comunitario. El resurgimien·
, jeras, siempre que los precios cayeran por debajo de los niveles prescritos. Cuando este sis- to de este plan, cuando Roy Jenkins ocupó la presidencia de la Comisión, se debió espe·
tema transformó la producción en excedente, la Comunidad se enfrentó con la lógica cialmente a un nuevo impulso franco-alemán, promovido por Valéry Giscard d'Estaing y
necesidad de reducir su superficie agrícola. En 197 4 ·el Dr. Mansholt propuso un progra- Helmut Schmidt. Este último formuló un sistema monetario europeo (EMS), con unos
ma a diez años con este fin, pero fue rechazado en el Consejo de Ministros quienes, indi- límites estrictos para las fluctuaciones de moneda, una moneda de reserva y una reserva
vidualmente, temían perder votos en sus elecciones nacionales si refrendaban el plan. central de 50.000 millones de dólares en oro y divisas extranjeras.
Había también una segunda y más respetable objeción al plan. Recortar la producción El EMS, que vio la luz en 1979, fue creado por doce miembros comunitarios, aunque
agrícola significaba el cierre para los pequeños agricultores, que no sólo infundían una cuatro de ellos -Gran Bretaña, Grecia, España y Portugal- permanecieron fuera del meca·
admiración emocional y sentimental, sino que además, eran el núcleo económico de nismo [Mecanismo de Cotización de Cambio (ERM)] concebido para operar el sistema.
comunidades enteras: el final de la actividad agrícola en un distrito concreto podría La función del sistema era mantener las monedas fijas entre ellas, sujetas a variaciones que
empobrecer y despoblar éste por completo. Mientras una revolución industrial anterior no excedieran el 4,5% (con una mayor flexibilidad para Italia) y que estuvieran sujetas
había implicado el cambio de un tipo de manufactura a otra, la revolución agrícola ame- también a revisión anual y, si fuera necesario, a reajuste de los valores fijos. El sistema
nazaba con extinguir una actividad sin sustituirla por otra. tenía dos propósitos principales. El control de las cotizaciones de cambio era un compro·
Para financiar la CAP la Comisión disponía de lo recaudado con los gravámenes miso intermedio entre las cotizaciones flotantes y las fijas, una manera de controlar la
agrícolas y las tasas de importación y también el 1% del PNB de cada miembro, pero estas moneda, cuya volatilidad no sólo desanimaba al mercado, haciendo especialmente incier-
fuentes de ingreso estaban pensadas para cubrir todos los gastos de la Comisión y no sólo tos los precios en el futuro, sino que también daba pie a los rivales comerciales a enfren·
de la CAP. A partir de 1979 se cubriría el déficit anual requiriendo de los miembros una tarse por tener inflaciones competitivas y con ello conseguir ventajas a corto plazo. En
contribución mayor que no excediera del 1% de sus ingresos por IVA. En la década de los segundo l~gar, el sistema era una paso hacia una unión monetaria (EMU) con una sola
ochenta ésta fuente dejó de ser útil para superar este obstáculo y, como la causa principal moneda. Esta ya estaba tomando forma en el ecu (European Currency Unit-ECU). A un
del desequilibrio era la CAP, los miembros tenía poderosas razones para poner en tela de año del acuerdo del EMS se estaban negociando préstamos y emitiendo bonos en ecus y
juicio el alcance de ésta y exigir una revisión radical de los subsidios a los agricultores, a los diez años los préstamos en ecus sobrepasaban en valor a los de otras monedas distin-
como condición para aumentar una parte del IVA, que se transferiría a la Comisión. Pero tas del dólar, el yen, el marco alemán y el franco suizo, y el Consejo de Ministros había
en este respetable empeño tanto exageraron -en especial la Gran Bretaña de Thatcher- dado instrucciones a la Comisión para que preparase los siguientes pasos hacia: la unión
su retórica minimizó los auténticos obstáculos sociaks para un cambio radical, que poco monetaria. Esta última decisión siguió a la firma, en 1985, del Acta Única Europea para
se consiguió, y en 1984 el techo del IVA se elevó sin que hubiera ningún límite serio a los completar la unión comercial hacia finales de 1992.
excesos de la CAP. Los renovados intentos para agarrar el toro por los cuernos al final de La década de los ochenta estuvo marcada por la recesión económica, la aguda aver·
la década, estuvieron igualmente llenos de problemas. Casualmente, junto con la última sión del régimen de Thatcher por la CE y la mayoría de sus métodos, y el repentino des·
ronda de negociaciones del GATT (la Ronda de Uruguay de 1986-1990), la Comisión penar del más poderoso de sus miembros -Alemania-, que siguió a su unificación. Duran-
emitió unas propuestas para recortar los subsidios en un 30% a lo largo de diez años. Un te estos años los miembros de la CE estuvieron muy ocupados buscando un compromiso
cierto número de miembros, incluida Alemania, objetó que esta escala era demasiado lesi· entre la Comisión y muchos de sus miembros, por un lado, y Gran Bretaña por otro. El
1i 1 sucesor de Roy Jenkins, Jacques Delors, era un entusiasta del avance hacia la unión eco-
!¡. va para sus agricultores. Los Estados Unidos por otra parte, que habían estado exigiendo
reducciones en los subsidios comunitarios de un 70% o más, amenazaron con abandonar nómica y monetaria, y también del desarrollo de políticas exteriores unidas o comunes.
1
I,
1· 1.

Pero también era consciente del valor de la participación británica y la necesidad de su


ll' las negociaciones de Uruguay e interrumpir por completo el proceso del GATT.
cooperación, cuando el avance trajera consigo la revisión del Tratado de Roma. Mientras

~
i : .';
' '
.
224 225
Thatcher permaneció en el poder el avance estuvo obstruido, a menudo de una forma esperaban, con la entrada en la CE, acortar el camino de su recuperación económica. Para
enconada, pero sin peligrar en lo fundamental. hacer frente a las solicitudes de los primeros, la Comisión había presentado, ya en 1984, un
Hacia finales de la década de los ochenta parecía estar a la vista un amplio relanza- plan para un Área Económica Europea (EEA), una zona de libre comercio alrededor de la
miento de la CE, cuando surgió un problema más serio de un lado contrario: Alemania, y propia CE por medio de la cual siete estados podrían participar de una manera limitada.
el impacto en la unión europea de la disolución del imperio soviético en Europa y la pre- Los estados previstos eran Suiza, Liechtenstein, Austria, Suecia, Noruega, Finlandia e
cipitada unificación de Alemania. Este impacto tuvo dos aspectos: el debilitamiento del Islandia (muchos de los cuales tenían acuerdos bilaterales de libre comercio con la CE des·
marco alemán y el torrente de peticiones de admisión, completa o limitada, en la CE. El de los años setenta) y a principios de 1994, todos, excepto el primero, formaron la EEA
éxito económico alemán había sido un ingrediente esencial en el desarrollo de la integra- junto con la CE. Para esa fecha, sin embargo, la EEA se había convertido no en una alter-
ción económica y monetaria de la CE, aunque había también cierta aprensión y envidia nativa a la admisión plena a la CE, sino en un paso hacia ésta, la cual habían solicitado
por la fuerza del marco. Con la unificación pasó de ser demasiado fuerte a demasiado débil. formalmente los siete gobiernos. La opinión pública, no obstante, era menos entusiasta que
No podía por entonces hacer frente a los costes de la unificación -la conversión del mar- los gobiernos y, cuando el gobierno suizo sometió su solicitud a referéndum, ésta fue recha·
co oriental y la inversión requerida para rescatar las industrias y la agricultura ruinosas de zada por el pueblo suizo, principalmente en base a que la Constitución de la CE no era
Alemania oriental- y al mismo tiempo servir como sostén del EMS. En parte como res- demasiado democrática, pero también por temor a dañar la permanente neutralidad de
puesta a una generosa euforia y en parte para ganar votos Kohl, haciendo caso omiso del Suiza y la igualmente apreciada neutralidad de la Cruz Roja, que era un organismo suizo
Bundesbank alemán, prometió pagar el marco oriental en paridad con el occidental. Con con base en este país. Para los estados orientales la CE creó un Banco Europeo de Recons-
el fin de protegerse contra la inflación inherente a esta generosidad y a la financiación de trucción y Desarrollo, ubicado en Londres y negoció una serie de acuerdos de asociación,
la rehabilitación del Este, el gobierno alemán tenía, en teoría, alternativas, pero la deva- posponiendo la cuestión de la plena incorporacón y la perspectiva implícita de transformar
luación del marco se consideraba inconcebible, y un aumento de los impuestos, más one- la CE en una organización regional para Europa, dentro de los términos establecidos en la
roso que los préstamos. Por lo tanto, hubo que elevados tipos de interés y, dada la posi- Carta de las Naciones Unidas (y hasta cierto punto en competencia con la CECA).
ción del marco en toda la CE, ocurrió otro tanto en varias partes de la misma -Q al menos Estos temas tan amplios fueron debatidos por fuerza al tiempo que se producía una revi·
los tipos de interés no se pudieron bajar-. Puesto crudamente, el resto de la CE estaba sión de mayor alcance de la estructura interna y fines de la Comunidad. Los acontecí·
• ; 1
pagando con cargas de interés más alto parte del coste de reactivar Alemania oriental mientas de 1989-1990 en Europa central y oriental coincidieron inoportunamente con esta
.. ~
'j cuando lo que ellos necesitaban para estimular su propio crecimiento era dinero más bara~ revisión, y plantearon la cuestión de si la Comunidad deb~ría aplicar el freno o el acelera-
j
i to. El Bundesbank se vio cogido entre la necesidad, por una parte, de tasas más altas para dor a su propio desarrollo. Alemania optó por poner todo su peso en una resuelta integra·
l contrarrestar la inflación en Alemania y, por otra, la necesidad en toda Europa de tasas ción y, una vez más juntamente con Francia, acelerar la unión económica y monetaria, por
i más bajas para hacer lo propio con la recesión. El banco dio prioridad a lo primero, ya que
¡ su constitución así lo determinaba. Era también poco entusiasta con respecto a una inte··
una más estrecha cooperación en los asuntos exteriores y los cambios constitucionales que
requerían enmiendas al Tratado de Roma. A finales de 1990 se reunieron dos conferencias
gración monetaria, que le privaría de poder para dárselo a un Eurobanco central. en esa ciudad para considerar dicho programa, y el mismo año, los cinco miembros centra-
La ampliación de la Comunidad había sido una cuestión abierta desde su fundación. El les de la Comunidad acordaron abolir los visados recíprocos y los controles fronterizos. El
incremento en el número de miembros, desde los seis originales, en un 50% en 1973, no llamado acuerdo de Schengen (basado en el sistema de computadoras Schengen) fue intro-
1
había afectado seriamente su homogeneidad o su eficiencia. La entrada de Grecia (1981) y ducido en 1995 por sus cinco creadores, además de España y Portugal. También previeron

u de España y Portugal ( 1986), sin embargo, y la idea que implicaba que la puerta estaba abier·
ta a más solicitudes, Malta, por ejemplo, o Chipre o Turquía, amenazaron con hacerla peli-
grosamente extensa y compleja. La solicitud de Turquía fue rechazada, so pretexto de que la
Comunidad no podía considerarla mientras estuviera ocupada en llevar a término el mer-
cado único para 1993; no tan públicamente, la Comunidad se resistía a admitir a un Estado
una política común sobre asilo político y una fuerza de policía integrada.
Éstos fueron los preliminares de una conferencia general que tuvo !Ugar en Maastricht
a principios de 1992. En Maastricht los doce miembros de la Comunidad al completo fir.
maron un tratado cuyo objetivo principal era precisar más el progreso hacia la unión
monetaria y económica, y agregar a las políticas económicas una serie de principios y
cuya observación de los derechos humanos y las convenciones civiles estaban por debajo del mecanismos para la coordinación de políticas en otras áreas. El tratado creó una Unión
nivel necesario. En términos económicos, la Comunidad se había concebido como una Europea, en la que se subsumían la Comunidad y sus órganos.
organización autofinanciada, de estados industriales desarrollados de Europa noroccidental La Unión Europea era un federación en todo menos en el nombre (una federación que
con, por un accidente político, la incorporación de Italia, que había estado muy vinculada era esencialmente una unión establecida por un tratado, no por conquista). El borrador del
a Europa occidental desde la caída de Mussolini en 1943. En la década de los ochenta la tratado reconocía este hecho, pero la palabra «federal» se había suprimido por deferencia a
Comunidad se convirtió en una asociación de doce estados, cuatro de los cuales eran medi- las susceptibilidades británicas. Esta supresión no afectaba a lo esencial, ya que en todas las
terráneos o atlánticos y, en distintos grados, hermanos económicamente más débiles. Esta asociaciones políticas, como quiera que se llamen, la cuestión ineludible es la delimitación
expansión creó problemas administrativos, tensiones económicas (especialmente con res- de poderes entre autoridades de distinto nivel. En este particular, el tratado afirmaba el prin·
pecto a la financiación establecida para ayudar a las regiones más pobres) y complejidad cipio de «subsidiariedad», que atribuía la autoridad al Estado miembro en todos los casos de
política, pero las presiones para una expansión mayor persistieron, tanto desde estados occi- duda o de evidente superposición, entre el Estado y la Comunidad o Unión. La Unión Euro·
dentales que estaban revisando su distanciamiento, como desde estados ex comunistas, que pea introdujo una ciudadanía europea, que se sumó a la de los miembros y desde 1994 dio a

226 227
todos sus ciudadanos el derecho a votar en elecciones en el Estado en el que estuvieran resi· de la Europa continental, de que la prosperidad económica requería la colaboración entre
diendo, sujetos a normas que se adoptarían por unanimidad en el Consejo de Ministros. capital y trabajo. El sucesor de Thatcher, John Majar, no quiso saber nada de la Carta Social
(Estas disposiciones eran similares a las propuestas hechas por Churchill a Roosevelt para o del protocolo, con la esperanza de reafirmar sus credenciales nacionalistas dentro del
una unión anglo-americana: Churchill también propuso una moneda única.) Se creó un Partido Conservador, mientras al mismo tiempo cambiaba radicalmente el desdén que
Consejo Europeo, compuesto por los jefes de Estado y el presidente de la Comisión, que que- Thatcher había mostrado por la Comunidad y el alejamiento británico de ella. Los otros
dó encargado de reunirse una vez al año y presentar al Parlamento europeo un informe anual once miembros se contentaron con poner los asuntos sociales en un protocolo opcional,
sobre el estado de la Unión. A la Unión también se le encomendó el desarrollo de políticas como precio por mantener a Gran Bretaña en el redil. El protocolo en sí era una declara·
comunes, no relacionadas con el inmediato interés comunitario por la integración econó- ción de inocuos principios generales, que podrían ser invocados por la Comisión si ésta dese-
mica y monetaria. A este respecto, la Unión era de hecho el Consejo de Ministros comu- aba hacer un borrador de directrices pertinentes, que podrían entonces ser aprobadas o no
nitario, que actuaba en esferas de las cuales la Comisión por entero y el Parlamento casi por por el Consejo de Ministros. El protocolo comprendía temas tales coino la salud y la seguri·
entero estaban excluidos. Estas esferas eran la política exterior y la de seguridad relativas, dad en el trabajo, y un salario igual para mujeres y hombres, pero excluía otros, tales como
por ejemplo, a la inmigración, las drogas, el terrorismo y otros tipos de delito. El tratado no el derecho de asociación entre los trabajadores, las huelgas y los niveles de sueldo.
abolía específicamente la competencia comunitaria para negociar acuerdos económicos en La estructura de la Comunidad se vio poco afectada por el Tratado de Maastricht. El
nombre de la Comunidad con estados o grupos de estados que no pertenecieran a la misma. Consejo de Ministros, el punto fuerte de los gobiernos nacionales, retuvo su dominio,
La parte más concisa del Tratado de Maastricht trataba de la unión económica y mane· aunque dentro del Consejo el veto de cada miembro quedó atenuado por la ampliación
taria, cuya primera fase ya estaba en funcionamiento. La segunda fase, proyectada para del voto mayoritario en lugar de la unanimidad.
abrir camino a la fase tres (plena implantación), estaba lista para empezar en 1994. En la Desde 1995 el presidente de la Comisión iba a ser nombrado por los gobiernos en con·
fase dos un instituto monetario europeo, asociación de los bancos centrales de los miem- junto, después de consultar con el Parlamento, y todos los demás comisarios iban a serlo
bros, iba a supervisar e intentar asegurar las condiciones previas para la unión monetaria y por los gobiernos por separado, después de consultar con el presidente. La autoridad del
para un banco central. Los criterios para la unión monetaria fueron definidos con precisión Parlamento se incrementó mínimamente. Además de tener derecho a dar opiniones y
en términos de convergencia en cuatro categorías: la inflación de los precios, los valores de enmendar directrices, adquirió un nuevo derecho de veto en circunstancias limitadas y
renta a diez años, los déficit presupuestarios, como porcentaje del PNB, y la deuda pública podría, por mayoría de dos tercios, censurar a la Comisión y conseguir su dimisión al com-
bruta, como porcentaje del PNB. La fase tres se alcanzaría hacia 1999. Desde principios de pleto. Tenía que ser elegido con el mismo método en todos los estados, de acuerdo con nor-
1997 el Consejo de Ministros podría decidir si la mayoría de los miembros (siete) habían mas que aprobaría el Consejo de Ministros. El Banco Europeo de Inversión también reci·
logrado la convergencia necesaria y podría, en ese caso, fijar una fecha para el estreno de bió un estímulo modesto, y se creó un nuevo Comité Regional con 169 miembros y poderes
la plena unión de esos miembros. A falta de tal decisión, la plena unión sería no obstante consultivos poco precisos. Parecía poco probable que tuviera más influencia consultiva que
inaugurada a principios de 1999, sujeta a disposiciones para eximir a los miembros que el igualmente confuso Comité Económico y Social. Todos los miembros de la CE, a excep-
todavía no estaban en condiciones de unirse. El primer terminus ad quem apuraría a los reza· ción de Dinamarca y Gran Bretaña, ratificaron el tratado hacia finales de 1992. En Dina-
gados, si querían evitar la creación de una Comunidad de dos niveles. Ésta era la única par· marca fue rechazado en referéndum por un 50, 7%, pero esta decisión fue revocada después
! '
te del tratado que comprometía a los miembros con algo no contenido en el Tratado de de que a Dinamarca se le garantizase el derecho (ya concedido a Gran Bretaña) de pres·
Roma o en el Acta Única Europea. Gran Bretaña fue expresamente eximida de estas dis- cindir de artículos importantes del tratado, so pretexto de que el tratado mismo permitía
posiciones. Más generalmente, el tratado también redefinía o ampliaba el compromiso tales maniobras. En Gran Bretaña, donde la aceptación fue objeto de aprobación paila-
comunitario para armonizar políticas y leyes en ciertas áreas, tales como el transporte, los mentaria (aunque estrictamente sólo sus implicaciones fiscales requerían el acuerdo de la
movimientos de inversiones, los títulos profesionales y el medio ambiente. No era menos Cámara de los Comunes), Majar ganó por escaso margen la ratificación, después de algu·
importante por aquello que dejaba fuera de la acción conjunta o consideración: por ejem· nos subterfugios y acuerdos secretos con los partidos irlandeses de la Cámara.
plo, la provisión de servicios de salud y los principios generales comunitarios en relación La conclusión del tratado de Maastricht fue rápidamente seguida del hundimiento
¡¡
con ellos. La principal debilidad de esta parte del tratado era la enorme discrepancia entre del ERM y la mutilación del EMS. La CE había aprobado en 1989 un plan (aceptado
el programa para la unidad económica y el calendario incluido en él. incluso por Thatcher) para una integración monetaria y económica, que estaba en
!I
:1 Los servicios sociales y las áreas intermedias entre la política económica y la social se líneas generales incorporado al tratado, pero sin límites de tiempo para ninguna de las
¡
convirtieron en un asuntos de agudo debate, no tanto por que los miembros estuvieran en fases. El plan aprobaba la ampliación del EMS y su ERM a todos los miembros de la CE
desacuerdo entre ellos, sino por una fisura entre Gran Bretaña y los otros once. Éstos querí· y, aunque Thatcher continuó planteando objeciones a ello, la lógica de los hechos obli-
1'il
'•
an ir más allá de la Carta Social adoptada en 1989, pero los conservadores británicos se gó a Gran Bretaña a unirse al ERM en 1990. Pero lo hizo con una insostenible sobreva-
opusieron con finneza a esta parte del tratado, que fue redactado en consecuencia como pro· loración de la libra y a un tipo que fue establecido sin consultar ni a su socio alemán
¡1 tocolo separado no aplicable a Gran Bretaña. En el origen de este desacuerdo estaba la per· ni a los demás, a los que se podría recurrir para que lo respaldaran. Simultáneamente,
manente predisposición británica (muy reforzada por Thatcher) a tratar las relaciones labo- Gran Bretaña redujo sus tasas de interés, por lo que surgieron dudas sobre su compromi·
rales como una forma de combate, muy distinta de la opinión, que había jugado un notorio so para reducir la inflación y llevar a cabo las convergencias que se requerían para
papel en el milagro económico alemán de posguerra y había sido asimilado por gran parte implantar la unión monetaria.

228 229
El EMS/ERM era a la vez un mecanismo para regular los valores de cambio de las dis- bros -en el caso de Turquía miembro asociado- de la Comunidad. Malta y Chipre, miem·
tintas monedas y un paso hacia la sustitución de éstas por una moneda única. Como meca- bros de la Commonwealth desde 1964 y 1961, respectivamente, también se convirtieron
nismo requería y proporcionaba reajustes periódicos de las tasas de cambio, según riguroso en asociados de la Comunidad.
acuerdo gubernamental, más que según la acción de los especuladores, que operaban a cor- El accidente histórico -su desplazamiento hacia la alianza anglo·americana contra
to plazo en los mercados de dinero para su propio beneficio inmediato. Como fase hacia la Alemania en 1943- y el predominio ininterrumpido del Partido Demócrata Cristiano des·
moneda única animó la creencia de que los ajustes deberían ser cada vez menos frecuentes, pués de la guerra, hicieron de Italia un miembro inicial y no cuestionado de la OTAN y
hasta que fueran dejando de ser necesarios: la estabilidad se confundió con la fijeza. En sus de la Comunidad. La derrota del fascismo en Italia convirtió a ésta en una democracia
primeros años el ERM se usaba, como estaba planeado, para hacer pequeños pero frecuen·· parlamentaria pero no la hizo próspera. Los gobiernos posfascistas heredaron una terrible
tes ajustes en las tasas, pero desde 1987 no se hizo ninguno¡ y después de la unificación ale- situación de desempleo, con dos millones de parados con respecto a una población activa
mana perdió su pilar más firme -una moneda central que no fuera vulnerable a la inflación-. de 20 millones, a la que se añadía el hecho de que casi un 50% de ios trabajadores italia-
Hacia 1992 ni la lira italiana ni la libra esterlina podían sostenerse dentro de los límites pres, nos estaban empleados (o desempleados) en la agricultura. En 1970, esta proporción se
critos. La lira se devaluó un 7% y fue hecha salir del sistema por los especuladores, a quie- había reducido a un 20%, pero los problemas fundamentales de la superpoblación de
nes el papel inte1vencionista asignado al ERM había rendido por inacción. La libra fue carácter económico subsistían, y el remedio clásico para hacerles frente era la emigración
igualmente asediada¡ los gobiernos alemán y francés intervinieron para respaldarla en los (solución nada nueva puesto que Julio César había fundado Narbona en la Galia con este
mercados. Pero Norman Lamont, canciller del tesoro en el gabinete de Major, prefirió ele- fin). El más importante receptor, Estados Unidos, había ido cerrando sus puertas progre-
var los tipos de interés en un 5% {en vano), rechazó las tentativas alemanas para un reajus- sivamente mediante cuotas y pruebas de alfabetización. Unos 150.000 italianos abando-
te general de monedas, junto con una reducción de los tipos de interés, y no estimó con sufi.- naban su patria cada año con destino a Australia, Canadá u otros lugares, pero aún así,
ciente seriedad la eficacia de los especuladores en el mercado. Cuando la apuesta de Lamont seguía sin haber trabajo suficiente para los que se quedaban (y que, puesto que los que
falló, la libra cayó por debajo de su límite del ERM, fue suspendida y entonces devaluada en emigraban eran los más jóvenes, se convirtieron en una población senescente, es decir, en
un 17%; el tesoro británico perdió billones de libras. Hubo sectores, especialmente los proceso de envejecimiento). Los planes de ayuda al empobrecido Sur no consiguieron que
exportadores, a quienes compensó este ajuste, severo y mal dirigido, de una moneda sobre· el creciente abismo entre las dos mitades del país disminuyera, y el problema de las áreas
valorada, pero el intento de Lamont de mostrar que podía dirigir la economía británica sin deprimidas junto con el del exceso de mano de obra, constituyeron los dos principales
tener en cuenta a los alemanes, ni resultó sensato ni tuvo éxito. El ERM se desacreditó, pero móviles de la política europea de la Italia de posguerra. El conde Sforza persuadió a De
las posteriores veleidades monetarias fueron contenidas más rápidamente de lo que se espe- Gasperi de que el único remedio era la participación en una confederación europea, y por
raba. A principios de 1994, el Instituto Monetario Europeo, a la espera del Eurobanco, abrió eso Italia se unió a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero como miembro fun ·
sus puertas en Francfort. La integración siguió su curso aunque fuera de programa. dador en 1951, a pesar de que carecía de carbón y, salvo en la isla de Elba, también de hie-
Pero si el tratado de Maastricht era el primer paso para el desarrollo de la Comunidad, rro. En lugar de cultivar naranjas y limones para deleite de los europeos trasalpinos más
que había crecido de seis a doce miembros, coincidió con acontecimientos que hicieron ricos, Italia se dedicaría a emularlos, incluso si tenía que importar hierro nada menos que
obsoleta a la misma: la emancipación de Europa central y oriental del dominio soviético desde Venezuela para alimentar las modernas plantas siderúrgicas que se estaban constru-
y las guerras en Yugoslavia, que todavía crearon más estados independientes y dieron del yendo en Taranta; y veinte años después, Italia exportaba 20 millones de toneladas de
liderazgo colectivo de la UE una imagen desfavorable (ver capítulo 8). Los nuevos esta· acero al año. En la década de los cincuenta el PNB fue doblado por la industria que se
dos que buscaban su admisión en la Comunidad superaban en número a los que existían, modernizaba, la inversión en capacitación profesional y el buen uso de la fuerza de traba·
y la mayoría de ellos eran países agrícolas pobres cuya admisión causaría mayores proble- jo excedente¡ la producción industrial creció de un cuarto a casi la mitad de la produc··
mas a la política agraria común y requeriría una puesta a punto radical de la administra· ción total. El descubrimiento de gas natural en el Valle del Po dio al país un inesperado
ción y las finanzas de la Unión. Se planteó una revisión a fondo para 1996. En 1994 con- estímulo a partir de 1958 pero las existencias resultaron ser desgraciadamente li.mitadas y
cluyó la presidencia de la Comisión de Jacques Derlors, y Jean Santer fue elegido para este beneficio imprevisto duró sólo unos años.
sucederle, después de que Majar hubiera vetado a Jean-Luc Dehaene como protesta por· A lo largo del período posfascista y hasta las elecciones de 1987 incluidas, el Partido
que la Unión había acelerado la integración. {Las opiniones de los dos candidatos no se Cristiano Demócrata tuvo la mayoría en el Parlamento. Sin el alivio de ocasionales res·
distinguían prácticamente.) El mismo año Austria, Suecia y Finlandia se convirtieron en piros en la oposición y no dispuesto o incapaz de crear una nueva generación de líderes
miembros¡ la admisión de Noruega fue rechazada en referéndum. políticos, este partido dio señales de decadente falta de objetivos, de incapacidad para
superar los problemas económicos y de laxitud con respecto a las normas de moralidad
pública, factores todos ellos que habrían provocado con seguridad su derrota si su princi·
EL FLANCO SUR pal oponente no hubiera sido el Partido Comunista. En la izquierda socialista ~e aprecia-
ban fisuras por todos lados, pero los comunistas, al igual que los cristianodemócratas, man·
El dominio del Mediterráneo, aunque en litigio durante la Segunda Guerra Mundial, tuvieron su unidad, a pesar de las sacudidas sufridas en 1956 y 1968 que supusieron la
no se puso en duda después de ésta y todos los estados ribereños (y Portugal} se fueron pérdida de algún apoyo de las clases medias y de los intelectuales, pero que no erosiona·
uniendo a la OTAN a los largo de los años y posteriormente, se convirtieron en miem- ron su arraigo popular. Durante el breve pontificado de Juan XXIII ( 1958-1963) hubo una

230 231
disminución de la injerencia papal en los asuntos italianos, pero no una abolición del rías sustanciales por medios democráticos, que de la lucha entre una pluralidad de parti-
derecho especial del Vaticano a intervenir, derecho que el Tratado de Letrán de 1929 le dos en unas elecciones libres podía sacarse buen provecho. Esta opinión quedó relegada en
había concedido. La excomunión de los comunistas decretada por Pío Xll fue anulada, no el siglo XX a causa del centralismo democrático disciplinado de Lenin, del espectáculo de
volvieron a repetirse insultos como los lanzados contra el presidente Gronchi por visitar los demócratas ocupando el lugar de los rusos blancos en la Rusia posterior a 1917, y, más
Moscú, y aunque el debate sobre el divorcio civil en Italia, en 1969 .. 1970, condujo a un tarde, a causa de la evidente preferencia de los demócratas occidentales por el fascismo en
recrudecimiento de la intervención clerical, la cuestión Iglesia-Estado no superó el nivel vez de por el comunismo. Pero la vieja opinión no se perdió por completo en Italiá.
de una acostumbrada, aunque a veces exasperante disputa familiar. La democracia italia- Palmiro Togliatti fue un franco y abierto crítico de la URSS, incluso en los años cin-
na no sucumbió ni al comunismo ni al clericalismo. Tampoco sufrió la suerte de la demo- cuenta, y en la conferencia de partidos comunistas en Moscú, en 1969, fue el único que
cracia griega, aunque una conspiración fascista urdida por el príncipe Valerio Borghese fue se opuso a las tesis de Breznev que pretendían justificar la invasión rusa de Checoslova-
descubierta en diciembre de 1970. De todas formas, hacia los años setenta, Italia no goza- quia y que fueron aceptadas incluso por los partidos español y francés, este último sin
ba de buena salud, ni política ni económicamente. El gobierno inspiraba poca confianza, : reservas. Encontró un aliado para su perspectiva más nacionalista en el líder español San-
los servicios públicos fallaban constantemente, la corrupción era un tema de conversación tiago Carrillo, el cual, después de haberse opuesto al eurocomunismo, se convirtió a esta
habitual e incluso popular, la inflación iba en aumento, y en 1974, año de la crisis del línea política y escribió su texto básico, Eurocomunismo y Estado. El PCI apoyó el llama·
petróleo, el déficit de la balanza de pagos alcanzó la estremecedora cifra de 825 millones do compromiso histórico en Italia, la alianza de todos los partidos antifascistas. Aprobó la
de dólares (de los que 500 millones correspondían al petróleo). Alemania occidental y candidatura de Italia para la adhesión a la CEE, en contraste con el ambivalente PCF, que
ei FMI acudieron en su ayuda, pero Italia parecía ser una permanente sangría para la CEE boicoteó al Parlamento europeo hasta 1975 y se opuso a las elecciones directas a dicho
y, particularmente tras las elecciones regionales de junio de 1975, también un peligro polí- Parlamento hasta 1977 (estas elecciones se celebraron por primera vez en 1979). El PCI
tico a medida que el número de votos obtenidos por los comunistas en las urnas se iba declaró también en 1974 que no exigía que Italia abandonase la OTAN.
acercando poco a poco al de los cristianodemócratas, y lós aliados de Italia se pregunta- El ejemplo italiano arrastró el partido español y -de forma más vacilante y temporal-
ban qué harían si los comunistas llegaban al poder (habían participado por última vez en al francés, a una amplia entente eurocomunista pero, aparte de su distanciamiento con
el gobierno en 1947) o si el éxito de los comunistas en las elecciones daba argumentos a respecto a la servidumbre de la tutela rusa, no tuvo un contenido sólido ni una verdade-
la derecha para provocar un golpe de Estado. El problema se el!-1dió, y por tanto se pro- ra entidad. Los comunistas de Europa noroccidental, incluida Francia, no tenían apenas
longó, cuando en las elecciones generales de 1976 los cristianodemócratas se las arregla- perspectivas de acceder al poder mediante las urnas, principalmente a causa de la exis-
ron para mantener una reducida ventaja sobre los comunistas, si bien se vieron obligados tencia de grandes partidos socialistas. En Europa meridional podían esperar mejores resul-
a formar un gobierno monocolor carente de mayoría parlamentaria y dependiente de las tados, pero si los conseguían era casi seguro que la inflexibilidad de los ejércitos antico-
abstenciones de los comunistas. La caída de este gobierno dos años más tarde re_sucitó los munistas les impediría hacerse cargo del poder.
argumentos a favor y en contra de una coalición de los dos principales partidos, el cris- El orden político italiano se hundió con una brusquedad desconcertante en torno a
tianodemócrata y el comunista. Entre los que se oponían a dicha coalición estaban Esta- 1990. El principio fundamental de la política italiana desde 1947 había sido la exclusión
dos Unidos y el Vaticano, por un lado, y también la extrema izquierda, que consideraba de los comunistas del gobierno. El Partido Demócrata Cristiano había gobernado, solo o
una traición la participación comunista en una alianza de ese tipo. Aldo Moro, jefe de los en coaliciones en las que era un socio esencial, a lo largo de este período y había fonna-
cristianodemócratas, fue secuestrado y asesinado por extremistas decididos a hacer preva- do el núcleo de una clase gobernante más amplia, que comprendía financi~ros, industria·
lecer esta opinión. les, enlaces con sus homólogos en el Vaticano, la Mafia y de otros intereses más o menos
El Partido Comunista Italiano (PCI) era excepcional entre los partidos comunistas. de derecha, cuyo común anticomunismo y devoción por intereses materiales varios, hicie-
Fuera de la URSS, era el que contaba con mayor número de afiliados; desempeñaba un ron dejar de lado sus diferencias, subordinaron el juego libre de la política democrática y
papel de primer orden en la política italiana, tanto a nivel nacional como local, y tanto fueron caldo de cultivo para una corrupción extendida, tanto por los partidos menores,
si estaba en el poder como si no; y tenía una fuerte tradición intelectual autóctona que le que exigieron un precio por su participación en mantener a los comunistas fuera del
hacía parecer mucho menos extraño o foráneo que otros partidos comunistas en sus res· gobierno, como por los partidos mayores, que cada vez necesitaban más dinero para tener
pectivos países. Era, además, el centro impulsor del eurocomunismo, que en los años contentos a sus aliados y a sus líderes con el correspondiente estilo de vida. Con el colap·
setenta se convirtió en tema de discusión y atrajo en particular a los partidos español y so del dominio comunista en Europa, el eje del sistema anticomunista desapareció. En el
francés ( PCE y PCF). mismo período las tensiones económicas, además de amenazar la ec;onomía y la moral
El eurocomunismo era una afirmación de que los partidos comunistas no necesitaban nacionales, hicieron pinchar al orden político, que estaba fundamentado en la estafa al
someterse ciegamente a un movimiento internacional ni, en concreto, al Partido Comu- erario público. La conducta incorrecta, largo tiempo sospechada, que incluía el tráfico de
nista de la Unión Soviética (PCUS); era un intento de negar el pasado estalinista. Era influencias, por parte de líderes políticos para la adjudicación de lucrativos contratos
también un intento de reforzar la tradición centralista del comunismo contra las embesti- públicos, estaba tan extendida -el primer ministro socialista Bettino Craxi estaba tan
das de la Nueva Izquierda que -situada en muchos casos en una posición todavía más seriamente implicado como los líderes democratacristianos-, que el sistema no pudo ser
izquierdista- describía a los partidos comunistas como anacronismos fósiles. El partido ita- salvado por carecer de suficientes sectores no contaminados. La valerosa acción de jueces
liano estaba volviendo a la teoría decimonónica de que el socialismo podía obtener victo· y fiscales contra los jefes de la Mafia fue seguida por acusaciones penales contra eminen-

232 233
tes políticos y hombres de negocios. Las elecciones locales en 1991, y las nacionales del y otros partidos de derecha, Berlusconi creó, en enero de 1994, la Liga de la Libertad
año siguiente, redujeron a los restos reputables del Partido Demócrata Cristiano a la insig- (Polo della Liberta) que ganó las elecciones dos meses después. Su programa político era
nificancia. Las exigencias de una reforma política se vieron sólo satisfechas en parte por más retórico que preciso. Buscaba ensalzar y liberar a la empresa privada, disminuir el
los cambios de 1993, que buscaban reducir el número de partidos pequeños. Con miles de gobierno, reducir los gastos gubernamentales, crear un millón de puestos de trabajo e
políticos bajo investigación policial, decenas de miles de funcionarios temiendo ser lle- introducir una democracia más presidencial que parlamentaria; pero su principal atracti·
vados a juicio o despedidos y todos los partidos establecidos, más o menos desacreditados, vo estaba en la novedad.
aparecieron nuevos partidos prometiendo una limpieza radical de la vida pública y unos Berlusconi y sus aliados consiguieron 366 de los 630 escaños en la Asamblea Nacional,
remedios vagamente milagrosos para una enorme deuda pública, que crecía anualmente con un 43% de los votos emitidos; los partidos de izquierda consiguieron 213 escaños, con
en cantidades equivalentes a un 10% del PNB. El efecto general fue la polarización de la un 34%; los grupos de centro tan sólo 46 escaños. El resultado por lo tanto, fue una vic-
política en tomo a un centro vacío. toria para la derecha, pero no tan obvia para la democracia o la limpieza política. Con
De este complejo cataclismo emergieron dos fuerzas: una nueva fuerza de izquierda, · Forza Italia apareciendo en solitario como el mayor partido en el Parlamento, Berlusconi
cuyo principal ingrediente era el Partido Democrático de la Izquierda (formado por sec· se convirtió en primer ministro habiendo hecho promesas excesivamente grandes sobre
tores más flexibles y moderados del antiguo Partido Comunista) y una alianza de derecha, reducción de impuestos, más puestos de trabajo y un gobierno limpio. Al poder que ya
que consistía de un partido viejo, uno nuevo y algo que apenas sí era un partido. El parti· tenía con sus periódicos y televisión añadió la aprobación electoral. No estaba claro en
do viejo era el Movimento Social Italiano (MSI), formado en 1946 como reliquia del fas- qué medida consideraba compatibles estas dos fuentes de poder, y esta cuestión era apre·
ci~mo. El partido había funcionado con discreción dentro de las normas democráticas, miante, ya que Forza Italia por sí sola no tenía mayoría en la Asamblea, donde dependía
atrajo gradualmente a miembros y votos de otros grupos de derecha, se convirtió en un de los intereses expresamente regionales de la Liga del Norte y los prejuicios, en ocasio-
partido menor de cierta importancia y en ciertas ocasiones aportó los votos parlamenta- nes inquietantes, de la semifascista AN--MSI. Como próspero magnate, las miras de Ber-
rios necesarios para mantener a los democratacristianos en el gobierno. Después de casi lusconi eran europeas e internacionalistas, pero las de sus aliados eran o bien indiferentes
medio siglo su primer líder, Giorgio Almirante, cedió el puesto (1987) a Gianfranco Fini, a temas tan amplios o bien lo contrario de las suyas. Berlusconi se presentó a sí mismo
quien, aunque separado del cargo temporalmente entre 1990 y 1993, recuperó el poder a como una ruptura con el desagradable pasado pero sus propios lazos con ese pasado no
tiempo para las elecciones de 1994, año en el que el partido cambió su nombre por el de eran desdeñables. La diferencia más obvia entre Forza Italia y los democratacristianos era
Alleanza Nazionale (AN). Fini representaba la tradicional masa conservadora del parti· que la primera tenía unos lazos mucho más débiles con el Vaticano y la jerarquía ecle-
do, que también tenía un ala radical revolucionaria. Además de las causas católicas, siástica italiana -lazos que los restos de los democratacristianos, rebautizados Partito Popo-
comunes a muchos partidos de derecha en Europa, la AN~MSI preservó nociones fascis- lare, mantuvieron.
tas tales como un estado corporativo, el destino de Italia como un poder Mediterráneo y Las promesas de Berlusconi de eliminar la corrupción, reducir los impuestos, salvar la
sus derechos sobre las costas orientales del Adriático. Era más fuerte en el sur y el centro economía y reformar la Constitución, quedaron en papel mojado. Él mismo fue objeto de
que en el norte. investigación a través de su corporación principal, Fininvest; elevó los impuestos e intro·
Por contraste, la recién creada Liga del Norte tenía poco apoyo en el centro y en el dujo un presupuesto que fue condenado por el Banco Mundial y otros organismos interna-
sur. La Liga era una amalgama de ligas menores, que empezó con la Liga Veneciana cionales, por no abordar el aterrador déficit; y se negó a renunciar a su control sobre su
fundada en 1983. Encamaba el conservadurismo de la pequeña empresa, contra el pre- imperio periodístico y televisivo. (Berlusconi, se podría decir, entendió la política del poder
ponderante conglomerado de empresas y la excesiva intromisión estatal. Consideraba al de su propio tiempo como había hecho Pompeyo el Grande dos mil años antes. Pompeyo
centro y a Roma una tierra de zánganos corruptos y al sur una de camorristas delincuen· se arriesgó a perder el consulado en Roma antes que dej¡¡r el ·mando de su ejército. Berlus·
tes, y abogaba por una delegación de poderes en las regiones, en una Italia federal más coni arriesgó el puesto de primer ministro antes que verse privado del poder que su impe·
flexible. Sus líderes en 1994 eran Umberto Bossi y Gianfranco Miglio, líderes de la Liga rio le proporcionaba.) La duración de su gobierno fue de siete meses, menos que la media
Lombarda, que había tomado el lugar de la Liga Veneciana como voz de la Italia del Nor· de los cincuenta ministros que le había precedido desde el final de la Segunda Guerra Mun·
te. A estos dos partidos se añadió en 1994 Forza Italia y Silvio Berlusconi, el primero poco dial. Se vio forzado a dimitir cuando la Liga del Norte abandonó su coalición. Sus deman·
más que un eslogan y el segundo, uno de los más prósperos hombres de negocios de Ita· das para la disolución de la Asamblea y nuevas elecciones (en las que esperaba conseguir
lia, presidente de Fininvest, el holding de su propia creación, cuyos activos incluían gran más escaños) fueron rechazadas por el presidente Osear Scalfaro, que encontró en Lam·
parte de la prensa y las televisiones italianas. Las razones de Berlusconi para entrar en berto Dini un primer ministro provisional con una aptitud discreta, que fue nombrado a
política en la derecha (anteriormente había apoyado a políticos de izquierda y cultivado finales de 1994 y estuvo en funciones durante un año entero. Pero tres años después del
su amistad) incluían la defunción del Partido Demócrata Cristiano y el deseo de ocupar hundimiento del viejo orden político, nada coherente había ocupado su lugar.
su lugar, la necesidad de defender su imperio comercial personal (especialmente sus inte· En el extremo oriental del Mediterráneo, la alianza occidental garantizaba una pene·
reses en los medios) de cualquier intento de restringirlo o regularlo, la alarma por el des- tración en Grecia y Turquía que era estratégicamente importante pero también incómo-
moronamiento de la economía del país y del orden político y la perspectiva de victorias da teniendo en cuenta la debilidad y la mutua hostilidad de estos dos países.
electorales comunistas, y la necesidad de un nuevo partido que salvara el insalvable vacío Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el final de la guerra fría, Turqu(a
entre los dos principales partidos de la derecha, la AN-MSI y la Liga del Norte. Con éste(¡ fue un punto clave en la política estadounidense de contención de la URSS, Era (con

234 235
Grecia) el objeto específico de la doctrina Truman, fue incluida en el Plan Marshall y se
convirtió en miembro de la OCEE y la OTAN. Tenía un pie en Europa y otro en Orien-
l
1
bancarrota, de la que fue rescatado por el FMI y por los compromisos con sus acreedores
extranjeros. La mala administración económica fue exacerbada por el despotismo, cada vez
te Medio, sin pertenecer con comodidad a ninguno de los dos. A Turquía se le abrieron más enloquecido de Menderes, y la segunda mitad de la década estuvo salpicada de maní·
las puertas de las organizaciones europeas dominadas por Estados Unidos, pern, incluso sin festaciones y disturbios que incluían ataques indiscriminados contra personas y negocios
que el caso especial de la hostilidad griega tuviera nada que ver, no ocurrió lo mismo con griegos. Después de un golpe cuidadosamente preparado en 1960, el ejército arrestó a todos
los organismos puramente europeos, la CE en particular. Turquía prefería mantenerse a los parlamentarios del PD, disolvió el partido, llevó a juicio a casi seiscientas personas y eje-
distancia de los asuntos de Oriente Medio, pero no pudo permanecer al margen y se vio cutó a tres de ellas, incluyendo a Menderes. El general Cemal Gürsel se convirtió en la cabe·
al menos tangencialmente envuelta en los planes de Dulles, que ampliaban en Oriente za del gobernante Comité de Unidad Nacional, de treinta y siete miembros, con el coronel
Medio el cordón estadounidense alrededor de la URSS, en los enfrentamientos entre el Alparslan Turkes -un chipriota y algo parecido a un fanático cultural, religioso y naciona-
viejo orden y el nuevo, personificado en Nasser y en aquellos que intentaban emularlo, lista- actuando (temporalmente) como el poder detrás del trono. Este régimen fue debilita-
en la utilización del territorio turco por Estados Unidos en emergencias, tales como el, do por conspiraciones y golpes entre los militares, y elaboró una nueva Constitución que
desembarco de fuerzas estadounidenses en el Líbano en 1958 y en la guerra del Golfo en tuvo una oposición que, aunque minoritaria, fue mayor de la esperada. El disuelto PD
1991, en los revolucionarios aumentos del precio del petróleo en la década de los setenta revivió como el Partido de la Justicia -uno de entre la docena de nuevos partidos- y quedó
y en el problema kurdo, que Turquía compartía con sus vecinos de Oriente Medio. Los en segundo lugar un poco por detrás del PRP en las elecciones de 1961. Recuperó el poder
t1,1rcos tenían una vaga conciencia de ser la avanzadilla occidental de una nación turca en 1965 con su nuevo líder Suleiman Demirel, un ingeniero autodidacta, conservador cau-
más grande, que había quedado mayoritariamente en A.sía central y había sido sepultada to y brillante orador con don de gentes. Tanto en el gobierno como fuera de él, Demirel se
por la Rusia zarista y la URSS. convirtió en la figura política sobresaliente de Turquía durante los siguientes treinta años.
La moderna Turquía fue creada a partir de las cenizas del Imperio otomano por Mus- A los perennes problemas de estabilidad y progreso económicos se añadieron en la
tafa Kemal, llamado Ataturk, un advenedizo o parvenu laicizante v modernizante no dife- década de los setenta los de orden interno, amenazado por disidentes tanto de izquierda
rente de su coetáneo el reza sha de Irán. Ataturk gobernó Turquía desde 1923 hasta su como de derecha y por el separatismo kurdo (véase nota A en la Tercera Parte). Al hacer
muerte, en 1938. Su concepto del Estado era occidental, nacional y parlamentario, y cre- frente a estos problemas, a Demirel y a su principal adversario, Bulent Ecevit, que había
ía que el lugar adecuado para los líderes religiosos era la mezquita y no el gobierno. Su heredado el liderazgo del PRP en 1972, les perjudicó la proliferación de partidos a ambos
amigo y camarada de armas lsmet lnonu (presidente entre 1938 y 1950, y primer minis- lados del espectro político, en particular el islámico y nacionalista Lobos Grises, organi-
tro desde 1961 hasta 1965) mantuvo esta tradición pero el mecanismo de los partidos zado por Turkes. Las mayorías parlamentarias se hicieron más difíciles de asegurar y la
políticos de este Estado funcionaba en una nación que no lo había hecho suyo: la tribu- interferencia militar más desconcertante e impredecible. La Constitución de 1961 había
,, na parlamentaria era significativamente más pequeña que la nacional, con el resultado de dado a los militares un status especial dentro del Estado, pero las intervenciones militares
:1 tomaron una sorprendente variedad de formas, desde la declaración de estados de emer·
¡J que los partidos políticos y sus líderes, mientras se trataban entre ellos como adversarios,
fl;
'\ eran vistos por muchos como piezas de un sistema que rechazaba la mitad del país. La gencia y la imposición de la ley marcial, hasta la creación de órganos militares de gobier-
¡' autoridad de los políticos se debilitó en consecuencia y sus polítiCas viraban con dificul- no temporales en un tándem, paralelo y mal definido, con los civiles. Demirel y Ecevit se

~
tad entre el principio básico de un estado secular y el apego de los votantes por una tra- turnaron en el gobierno mientras la economía caía en picado y el orden pi;iblico se dete-
dición islámica más antigua -partidos seculares apelando a masas musulmanas-. Turquía rioraba. Después de 1977 ninguno de los dos principales partidos tenía mayoría parla-

i,'~ ' después de Ataturk era un país tan profundamente dividido como Rusia un siglo después
de Pedro el Grande, el zar modernizador. Los políticos y el sistema político se debilitaron
aún más cuando sus ambiciones modernizadoras no pudieron proporcionar ventajas eco-
mentaria. Demirel formó una coalición con Turkes, pero las defecciones de su propio par-
tido le forzaron a dimitir. Ecevit se vio obligado a introducir la ley marcial en 1978 y
dimitir a su vez, en 1979. Las medidas anticomunistas -el término comunista muy libre·
nómicas sino a una pequeña minoría del pueblo. Una consecuencia fue la influencia mente interpretado- incluían la supre.sión de la libertad de prensa y de cátedra, miles de
dominante del ejército, dos veces modernizado (por Ataturk y por medio del contacto detenciones y el recurso al terror y la tortura como rutina. El desorden se exacerbó por
estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial}, que en general deseaba man te· necedad, cuando más de cien papeletas no se pronunciaron en la elección presidencial de
ner el sistema democrático parlamentario y era renuente a asumir responsabilidades de 1980. El desorden también destruyó las esperanzas de recuperación económica (la subida
gobierno excepto, esporádica y brevemente, en momentos críticos. de los precios del petróleo en los setenta la retrasó aun más}, estimuló las tendencias más
Con el final de la Segunda Guerra Mundial apareció un nuevo partido, el Partido Demo- combativas entre los kurdos, recurrió al asesinato político y obligó al ejército de nuevo a
crático (PD), una escisión del Partido Republicano del Pueblo de Ataturk e lnonu, que asumir el control directo con el fin de poner coto a la anarquía. Todos los partidos fueron
prácticamente desapareció del Parlamento en 1951. Los líderes del PD, Cela! Bayar y disueltos, políticos locales, así como nacionales, y miles de personas fueron detenidas; la
Adnan Menderes, se convirtieron en presidente y primer ministro. Disfrutaron de la prime- discusión política prohibida. El general Kenen Evren fue proclamado jefe del Estado, el
ra euforia del Plan Marshall, fomentaron las industrias privadas, subvencionaron la agricul- orden fue restaurado con una crueldad que resultaba aceptable para muchos, por los temo-
tura y buscaron poner freno al poder político del ejército. El celo modernizador del partido res que habían precedido al golpe; y en 1983 el ejército instaló un nuevo régimen civil.
mejoró la infraestructura económica y expandió el sector industrial turco, pero a un coste y El nuevo hombre era Turgut Ozal, otro ingeniero y economista, que había trabajado
velocidad, y con una hostilidad dogmática hacia la planificación, que condujo al país a la en Estados Unidos y en el Banco Mundial, y como consejero de Demirel, que lo intro-

237
dujo en el gabinete en 1979 con poderes especiales sobre la economía. Ozal formó el Par- unirse a la UE, aunque sólo fuera como recompensa por su contribución a la guerra, pero
tido de la Madre Patria y obtuvo en 1983 una clara victoria sobre todos los otros parti- no pasó de ser un miembro asociado de la UEO, en 1992, y de obtener un acuerdo adua-
dos, incluyendo uno preferido por el ejército y que estaba dirigido por un general. Puso nero con la UE, en 1995.
freno a la inflación y rectificó la balanza comercial y de pagos con controles monetarios Los problemas económicos no remitieron a pesar de la ayuda del FMI. La deuda externa,
rigurosos, deflación, altos tipos de interés, bajos salarios y reducción de subsidios. El que había crecido enormemente en los setenta, y después, estaba fuera de control; la balan-
resultado fue mixto: por un lado, crecimiento sustancial del PNB y las exportaciones, za comercial en un declive alarmante estaba amenazando la capacidad turca para solicitar
obras públicas de utilidad en carreteras, irrigación y telecomunicaciones y un auge del préstamos; la privatización prescrita por el FMI estaba en un estado de total confusión; los
turismo; por otro, una explosión de la especulación y la corrupción y la desastrosa caída déficit presupuestarios permanecieron altos, al igual que la inflación; la afluencia de refugia·
de las condiciones de vida para todo el mundo, menos para un pequeño grupo de empre- dos kurdos a las principales ciudades incrementó la pobreza y el desorden. El gobierno inten·
sarios. El Partido de la Madre Patria era una incómoda amalgama de occidentalizantes sificó las hostilidades contra los kurdos, hasta el punto de invadir lrak, por tierra y aire, para
modernizadores y puristas islámicos y nacionalistas, y Ozal no tuvo más éxito que sus pre: destruir las bases kurdas y cortar sus suministros. También recurrió a la violencia contra los
decesores para recortar la burocracia o aplicar impuestos que la gente pagase. Las reme- alawis (chiítas), que se manifestaban contra la persecución oficial de su doctrina, relativa-
sas exteriores disminuyeron alarmantemente cuando, desconfiados, los trabajadores en mente liberal. Pero un sentido general de fracaso aquejó al gobernante Partido de la Justa
Alemania y en otras partes prefirieron dejar el dinero donde ellos estaban. Los escánda- Vía y, primero en elecciones municipales y después en generales, el Rafeh o Partido del Bie-
1,os financieros y las acusaciones de nepotismo erosionaron el prestigio personal de Ozal nestar, dirigido por Necmettin Erbakan, consiguió sorprendentes avances, con llamadas a
y la confianza pública en su capitalismo doctrinario de mercado. Consiguió en 1987, des- una vuelta a las tradiciones musulmanas, a los hábitos puritanos en el comportamiento y a
pués de arduas negociaciones, un nuevo acuerdo económico y de defensa con Estados un renovado entusiasmo, no siempre carente de bmsquedad (en especial con respecto a Chi-
Unidos, y la readmisión en el Consejo de Europa, del que Turquía había sido expulsada pre y las relaciones turco-griegas). En las elecciones generales, Erbakan obtuvo más votos que
cuando su Constitución fue derogada en 1980. El incombustible Demirel fue reempla- cualquiera de los partidos laicos principales: los tres partidos en cabeza consiguieron entre 1
zando gradualmente a Ozal, que pasó del puesto de primer ministro a la presidencia -el y 2 puntos de diferencia entre ellos y estuvieron muy lejos de una mayoría de gobierno.
primer presidente civil en veintiocho años- y cuando murió repentinamente, en 1993, La lucha contra italianos y alemanes en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial
fue sustituido en ambos puestos por Demirel, que nombró primer ministro a Tansu Ciller, fue aguda aunque corta, pero la subsiguiente ocupación fue excepcionalmente severa. La
la primera mujer tµrca en acceder a este cargo. economía, principalmente agrícola, fue devastada; puentes y material ferroviario casi
Demirel se enfrentó con un empeoramiento de la situación kurda y la guerra del Gol- totalmente destruidos; tres cuartas partes de los barcos griegos se perdieron; el hambre en
fo contra Irak. La última agravó la primera, que era ya particularmente inextricable, por- Atenas fue más grave que en casi cualquier otro lugar de Europa. La guerra engendró una
que los kurdos en Turquía se negaban a convertirse en turcos, mientras que los turcos guerra civil, que sobrevivió a la general durante varios años y, debido a las atrocidades
rehusaban contemplar un estado turco-kurdo. En tiempos otomanos los turcos y los kur: cometidas en ambos bandos, marcó la conciencia griega por un par de generaciones. Las
dos eran musulmanes por igual (y por lo tanto aliados contra los perseguidos armenios), tropas británicas frustraron un intento comunista de tomar el poder en 1944. La derrota
pero en la Turquía kemalista y poskemalista el lazo religioso era un contrapeso mucho final de los comunistas en 1949 se llevó a cabo con la ayuda estadounidense, que incluyó
menor a sus diferencia étnicas, y los kurdos no consiguieron ni una participación separa- el uso del napalm por primera vez. Por muy satisfactorio que fuera el resultado, los griegos
da en el gobierno del nuevo Estado ni un Estado propio: tampoco estaban unidos en la acusaron la insistencia británica en restaurar la monarquía y el apoyo estadounidense a la
decisión de cuál de estos imposibles preferían. Tras la guerra del Golfo un enorme núme· derecha política, que caracterizaron los siguientes treinta o cuarenta años. La dinastía,
ro de kurdos intentaron huir desde Irak a Turquía, pero fueron rechazados. inaugurada por un príncipe danés hacía casi cien años, no sólo estaba empañada por la
Tanto Ozal como Demirel se sintieron atraídos (como Enver Pasha lo había estado a aquiescencia ante la dictadura prebélica del general Metaxas, sino que, en general y a
comienzos de siglo) por las oportunidades que ofrecía la aparición de nuevos estados tur- menudo injustamente, se la consideraba proclive a ponerse al servicio de intereses de uno
cos independientes en Asia central (véase nota A de la Cuarta Parte). Ozal los visitó e u otro poder extranjero. El rey Jorge lI volvió a Atenas después de la guerra de una mane-
invitó a sus líderes a Estambul. Para Demirel había posibilidades alternativas: una aso- ra muy similar a como lo hizo Luis XVIII a París en 1814 -en el tren de equipaje de los
ciación de Turquía con ellos y con Irán en un bloque islámico, o una asociación turca sin, extranjeros-, y aunque su hermano Pablo, que le sucedió en 194 7, fue ampliamente acep-
y en cierta medida contra Irán, que era chiíta, teocrático, fundamentalista y no turco. Era tado como símbolo de la unidad anticomunista mientras la amenaza comunista durase, la
un inconveniente que Turquía, aunque podía apelar a similitudes con todos estos nuevos derrota de éstos lo hizo vulnerable a las acusaciones de ser el instrumento de los estadouni·
estados, excepto Tayikistán, no tenía fronteras con ninguno de ellos. El recelo turco con denses y de la derecha griega. Esta derrota fue conseguida por la secesión yugoslava del
sus vecinos más o menos cercanos, en particular con Rusia y con Irán, estaba equilibrado bloque estalinista (Tito necesitaba limar asperezas con Estados Unidos) y por la creación
por su importancia como mercados para las exportaciones turcas. De ahí que Turquía pro- de un gran ejército griego, bien equipado y entrenado, con unos oficiales de derecha rigu-
moviera un Tratado de Cooperación Económica del Mar Negro, que fue firmado por once rosamente seleccionados. La continuación de la guerra civil hasta el final de los años cua-
estados en 1992, una Organización del Mar Caspio similar y un Tratado de Cooperación renta fue un desastre económico y social, parcialmente aliviado por la ayuda estadouni-
Económica con Irán y Pakistán. Estados Unidos continuó siendo un fiel amigo -el presi- dense, y el factor determinante fundamental de la política exterior griega. Grecia se unió
dente Bush visitó Turquía poco después de la guerra del Golfo- y habrían querido verla a la OTAN en 1952 y se convirtió en una pieza de la alianza formal de la Europa occi-

238 239
dental y Estados Unidos contra la Europa oriental y la URSS, pero a la vez un socio incó- a efectuar el nombramiento y le destituyó de su cargo de jefe del gobierno. El soberano
modo, ya que la constante de la política griega era su hostilidad, no hacia la URSS, sino había estado entre tanto intrigado con algunos de los camaradas de partido de Papandreu
hacia Turquía, un amigo apreciado de los Estados Unidos. que fueron inducidos a abandonarle y a provocar de este modo la caída del gobierno en
Después de la guerra civil y un corto período de inestabilidad política, los gobiernos el Parlamento. A continuación hubo un período de ruines maniobras acompañadas de
conservadores del mariscal de campo Alexander Papagos y Constantino Karamanlis algunas manifestaciones poco importantes en las calles y de unas cuantas huelgas hasta
(1952-1963) ofrecieron tranquilidad y el comienzo de la recuperación económica. Bajo que los elementos moderados, tanto de la derecha como dei centro, se pusieron de acuer·
Karamanlis, que ejerció el gobierno durante ocho años, una duración sin precedentes, se do para poner fin a un espectáculo poco edificante que se había iniciado con la anti·
rescató la moneda, y el turismo, que se convirtió en un filón con la invención de las vaca- constitucional conducta del monarca, y para hacerse cargo del poder hasta que se cele-
ciones organizadas, fue hábilmente desarrollado¡ pero la modernización se interpretó braran nuevas elecciones. Pero los extremistas de derechas, creyendo -como la mayor
como industrialización que, en competencia con otros países industriales, tuvo resultados parte de la gente- que la Unión del Centro obtendría la victoria en los comicios, deci·
desalentadores y aumentó la brecha entre las ciudades y el descuidado campo. Un parti- · dieron que no llegase a tener lugar la cita con las urnas.
do comunista apenas disimulado volvió a la escena política pero nunca obtuvo más del Ésta fue la causa inmediata del golpe de abrilce 1967 efectuado por un pequeño grupo
15% de los votos, excepto en las especiales circunstancias de 1958 en que el 25% alcan- de jefes del ejército, situados en el escalafón un ~do por debajo de los rangos máximos, y
zado incluía un fuerte voto de protesta contra la forma en que el gobierno había maneja- no pertenecientes a la elite que había monopolizado normalmente estas graduaciones supe·
do la crisis de Chipre. El centro estaba fragmentado por envidias personales y estuvo riores. Debían sus ascensos a la ampliación del ejército que se produjo tras la Segunda Gue·
ausente del poder hasta que en 1963 y bajo el liderazgo de Papandreu, obtuvo más esca- rra Mundial y, puesto que esta ampliación había sido una respuesta a la amenaza comunis-
ños en el Parlamento que ningún otro partido. Dura~te los años siguientes, Papandreu ta, eran en cierto modo su producto. Eran también fanáticos aunque poco inteligentes
inició un programa de mejoras sociales, particularmente en los campos de la educación y salvadores anticomunistas de la patria que, en no menor medida que Hitler, concebían la
la sanidad, pero pronto entró en conflicto con palacio '.....donde, tras la muerte del rey política en términos de blanco y negro, como una lucha simple y feroz entre el bien y el
Pablo, su joven, inexperto y mal aconsejado hijo, Constantino, reinaba ahora- y se atra· mal. Su golpe de Estado no tuvo, pues, un carácter conservador sino radical, si bien contó
jo la hostilidad de la clase de personas para las que cualquier tipo de reforma social es sinó- al principio con el beneplácito e incluso el apoyo de los conservadores tradicionales (del
nimo de comunismo. Esta hostilidad se acentuó con las actividades del hijo del primer mismo modo que los nazis habían sido apoyados por aristócratas como Von Papen y por los
ministro, Andreas, un economista que había sido inducido por Karamanlis a cambiar su industriales conservadores). La posibilidad de que el golpe contase asimismo con el respal-
puesto de profesor universitario en Estados Unidos por un puesto técnico y ajeno al par· do estadounidense no es segura. La injerencia estadounidense en los asuntos griegos esta·
tido en Atenas. Andreas Papandreu era un socialdemócrata del tipo común en Escandi- ba fuera de toda duda, así como el recelo de los estadounidenses con respecto a los políti·
navia o en el ala izquierda del Partido Demócrata estadounidense (había participado acti· cos de centro que el golpe iba a expulsar de la escena política, pero de entre la diversidad
vamente en la campaña a favor de Hubert Humphrey)¡ su incursión en la política griega de posibles golpes que se discutían más o menos abiertamente en aquel momento, puede
irritó a otros dirigentes, irritación todavía mayor por el hecho de que la Unión del Cen· suponerse que los estadounidenses habrían preferido uno más tradicional que el que de
tro dirigida por su padre no era un partido de izquierdas como el Partido Laborista britá· hecho se produjo. Los coroneles Papadopoulos y Makarezos y el brigadier Pattakos no eran
nico, sino más bien un partido de centro o centro-derecha como los radical-socialistas ni particularmente eminentes como militares ni especialmente atrayentes para el púbÜco.
franceses. Andreas se convirtió en un provechoso y útil fantasma para la derecha, que lan· Lo que es cierto, sin embargo, es que en todas partes se consideró que los estadounidenses
zó un grito de alarma asegurando que el país estaba bajo la amenaza del comunismo¡ en habían estado implicados en la conspiración y que se comportaron después como si así
1965, se alegó que estaba implicado en una sociedad secreta de izquierdas introducida en hubiera sido. Su apoyo al régimen se vio condicionado a su vez por el equilibrio de fuerzas
el seno del ejército y llamada Aspida, una asociación que difícilmente podía ser muy de estadounidenses y rusas en el Mediterráneo oriental y por la permanente guerra en Orien·
izquierdas si existía en el ejército griego, y una acusación que era probablemente un asun· te Medio.
to amañado de antemano: tras el golpe, las esperadas revelaciones no llegaron a materia- Después del golpe, poco se oyó acerca de la amenaza comunista que se suponía que lo
lizarse. había justificado, y la requisa de los archivos de ese partido de izquierdas no facilitó nin·
Mientras que hubiera armonía entre el rey y el primer ministro no había apenas posi· guna prueba en apoyo de esta tesis. El golpe no fue más que la toma simple y llana del
bilidades de un golpe de Estado, pero, después de una inicial cordialidad, ambos se dis· poder por un puñado de militares fanáticos. A finales del año, el rey intentó un contra·
tanciaron a propósito del control de las fuerzas armadas. El monarca consideraba que este golpe que fue tan ineficaz como eficaz había sido el primero; tras unas cuantas horas, esca·
control, como parte de sus prerrogativas regias, debía ejercerse a través de un ministro de pó a Roma. El nuevo régimen desmanteló el aparato del Estado, depuró las fuerzas arma·
Defensa de su confianza. Papandreu, aun conservando en ese puesto al hombre de pala- das y la Iglesia, anuló las reformas sociales de Papandreu, intimidó a la judicatura y
cio, creía por el contrario que las fuerzas armadas debían estar subordinadas al poder estableció un estricto control sobre la prensa y la radio. Además, recurrió a la tortura y a
civil, ejercido a través del primer ministro y de su gabinete. El enfrentamiento se produ- prácticas brutales a gran escala y -como pudo averiguar después una comisión interna·
jo cuando Papandreu quiso cambiar al jefe del Estado Mayor y el ministro de Defensa se cional de abogados- utilizó estos métodos violentos como instrumento político delibera·
negó a destituirle ni a aceptar su propia dimisión como ministro. Papandreu decidió do {la tortura por parte de la policía no era algo nuevo en Grecia, pero la medida en que
resolver el conflicto convirtiéndose en su propio ministro de Defensa, pero el rey se negó fue permitida y practicada por el régimen horrorizó al mundo entero cuando la evidencia

240 241
de estos hechos fue irrefutable). Como consecuencia, los gobiernos holandés Y escandi- muy levemente; los puntos de contacto directo de las aguas internacionales y las turcas se
navos acusaron a Grecia ante el Consejo de Europa por la violación de las garantías demo· reducirían drásticamente y los barcos turcos se verían obligados a optar por pasar a través
cráticas y estas acusaciones alcanzaron mayor gravedad en virtud del convenio eur?peo de de aguas griegas o no salir del puerto. La comunidad internacional no había aprobado un
Derechos Humanos, viéndose entonces obligada Grecia a abandonar el Consejo, para límite de doce millas para las aguas territoriales, pero sí se orientó en esa dirección cuan·
anticiparse a su expulsión. El gobierno estadounidense, sin em~argo, c?nte~~~aba ~stos do la primera conferencia internacional sobre la ley del mar (1958) recomendó que para
procedimientos sólo con cierta perplejidad y, tras un breve pen?do de 1_ndec1s10_n,.d10 su ciertos fines determinados (control de aduanas, inmigración y sanidad) la jurisdicción
espaldarazo al régimen en forma de suministros de armas. Grecia parecia ser mas 1mpor'" nacional se ampliase de seis a doce millas. Ni Grecia ni Turquía firmaron el convenio
tante como una place d'annes de la OTAN que como un miembro ajustado a las normas redactado por la conferencia, pero la tendencia manifestada tenía consecuencias pertur·
de la sociedad de naciones libres y democráticas que la OTAN proclamaba ser. badoras y preocupantes para los turcos. Este asunto se reactivó en 1994 cuando, ponien·
La dictadura griega, que comenzó con un triunvirato de coroneles (Georgios Papado- do en práctica una nueva ley marítima, Grecia amenazó con ejercer su derecho a un lími·
poulos, Stylianos Pattokos y Nikolaos Makarezos), sufrió diversas modificaciones: en te de doce millas, que le daría la soberanía de algo más de las tres cuartas partes del Egeo).
1971, cuando los dos últimos militares citados fueron eliminados por el primero; en 1973, La plataforma continental, un concepto de la posguerra introducido en el derecho
cuando -a raíz de un motín en la Armada- quedó abolida la monarquía; Y algo más tarde internacional por Estados Unidos, fue causa de más fricciones. La cuestión aquí era el
en ese mismo año, cuando el ejército transfirió el poder efectivo de Papadopoulos al bri- derecho a explotar el fondo marino más allá de los límites de las aguas territoriales y el
gadier Dimitrios Loannides, jefe de la policía militar. El funeral de Georgios Papandreu a problema de la propiedad del mismo. Los derechos sobre la plataforma no llevaban apa·
c~mienzos del año proporcionó la ocasión para una manifestación en Atenas de propor· rejados derechos sobre las aguas ni sobre el espacio aéreo situados por encima de ella. Un
ciones gigantescas contra el régimen, y en adelante las fuerzas de oposición, Y en particu· acuerdo denominado Convenio de Ginebra, elaborado por la conferencia de 1958, fue fir ..
lar los estudiantes, continuaron hostigándolo con una indignada osadía que les costó cara. mado por Grecia pero no por Turquía. Dicho convenio definía el área en litigio como el
El régimen se derrumbó en 1974 bajo el peso de sus torpezas en Chipre, donde trató de fondo marino más allá de las aguas territoriales, si bien a una profundidad no mayor de
desembarazars~ de Makarios y de anexionarse la isla en la creencia de que los estadouni· 200 metros y susceptible de ser explotado para la extracción de minerales. Estipulaba que
denses evitarían que Turquía se entrometiera y se opusiera a este plan. Los estadouniden·· las islas conferían los mismos derechos al país bajo cuya soberanía estuvieran, y Grecia tie·
ses ya habían bloqueado en dos ocasiones anteriores una invasión turca, pero esta vez no ne más de 2.000 islas en el mar Egeo. La explotación de derechos en la plataforma debía,
lo hicieron. Makarios escapó, los turcos invadieron la isla y el gobierno griego, que se no obstante, quedar sujeta a la libertad de navegación, pesca e investigación científica.
había buscado una confrontación con Turquía, ordenó una movilización general para la Cuando dos estados soberanos se enfrentasen entre sí de tal manera que creasen platafor··
que no se habían hecho ningún tipo de preparativos. Karamanlis, que había estado mas superpuestas, la línea mediana debía normalmente constituir su frontera submarina.
viviendo en el exilio en París, volvió para formar un gobierno de coalición democrática y En las disputas sobre el Egeo, Grecia mantenía que este convenio, al invocar el derecho
consolidó su posición cuando su partido logró una clara y rotunda victoria sobre todas las internacional, era legalmente inalterable y por tanto no negociable políticamente. Para
demás fuerzas concurrentes a las elecciones celebradas a finales de ese año. El electorado mantener este argumento, así como para sostener la afirmación -todavía mucho más dis·
también decidió por amplia mayoría la abolición de la monarquía. cutida- de que las islas tenían plataformas continentales propias, Grecia contaba con cier-
Karamanlis sabía que Grecia necesitaba amigos: renovó la camparla de adhesión a la to respaldo en sentencias del Tribunal Internacional de Justicia. A todas estas pretensio-
CEE y visitó las capitales balcánicas y otras capitales comunistas. Estaba también impa· nes se opuso Turquía.
ciente por despejar los conflictos con Turquía que habían llegado a ser muchos Y graves. El problema se agudizó a finales de 1973 al publicar Turquía un provocativo mapa de
Contaba con un apoyo popular excepcionalmente amplio y con una poco frecuente la plataforma continental del Egeo y al otorgar licencias de explotación submarina a una
mayoría absoluta en el parlamenr.o. Las elecciones de 1977 redujeron pero no anularon compañía paraestatal. Unos meses después, envió el barco de reconocimiento Candarli al
esta mayoría y cuando ascendió a la presidencia en 1980, su colega Georgios Rallis ocu· Egeo, protegido con una enorme escolta de barcos de guerra. Esta acción fue rápidamen·
pó tranquilamente y sin traumas el puesto de primer ministro. te seguida -aunque de manera fortuita- por la invasión de Chipre, con la consiguiente
La más insistente de las disputas greco-turcas radicaba en Chipre (véase nota Cal final exacerbación del conflicto sobre el control del tráfico aéreo.
de esta parte) pero no era la única. Había también un cúmulo de litigios a propósito del Desde 1952, Grecia había ejercido el control del tráfico aéreo sobre el Egeo; los vue·
Egeo. En la época de la invasión turca de Chipre, Grecia fortificó islas del Egeo oriental los turcos tenían que ser notificados a Atenas y los pilotos turcos que atravesaban la zona
que habían sido desmilitarizadas por los tratados de Lausanne (1923) y París ( ~947). Exis· debían asimismo recibir instrucciones de la capital griega. Pero durante la primera fase de
tían asimismo controversias sobre las aguas territoriales, la plataforma continental y el la crisis chipriota, Turquía reivindicó el derecho a asumir el control de la mitad oriental
control del tráfico aéreo. de ese mar. Grecia rechazó la reivindicación, y declaró el Egeo espacio aéreo inseguro
Las aguas territoriales -es decir, la extensión de la soberanía más allá de la costa- no como consecuencia del conflicto. Más tarde, Turquía hizo extensiva su reivindicación a
creaba problemas en tanto que ambas partes observasen, como hicieron, el tradicional la cobertura tanto de los vuelos internacionales como de los griegos y turcos y, en lo
límite de seis millas, según el cual Grecia ejercía su soberanía sobre el 35% del mar Egeo, referente a los griegos, tanto de los vuelos militares como de los civiles.
y Turquía sobre menos del 10%. Si, no obstante, el límite se ampliaba a doce millas, el Los años 197 4 .. 1975 fueron un período tenso, aliviado esporádicamente por rondas de
área de la soberanía griega casi se duplicaría mientras que la turca sólo se vería afectada discusiones entre ministros o juristas griegos y turcos. Por ambas partes, la oposición parla ..

242 243
·/
1
l.
l.!
¡·
mentaria era más combativa que los gobiernos. En febrero de 1976, otro barco turco, el Siz- nando trabajo al 32% de la población activa y contribuía al PNB con un 14%). La agri-
mik 1, realizó una serie de inspecciones acompañado esta vez por un único barco de guerra. cultura griega, como la de otros países mediterráneos, era tanto una forma de vida como
Los ánimos comenzaron a excitarse de nuevo y creció el nerviosismo, particularmente una actividad económica. La tierra se poseía en parcelas pequeñas y a menudo separadas
cuando el gobierno turco, sometido a las presiones de su propia oposición, rechazó una pro- (el promedio nacional era de unas cinco hectáreas, pero la mayoría de las propiedades
puesta griega para renunciar formalmente a la fuerza como medio de resolver las disputas tenían un tamaño mucho menor). El derecho consuetudinario y testamentario griego
entre ambos países. Las gestiones griegas cerca del Consejo de Seguridad y del Tribunal fomentaba la fragmentación o minifundismo, y la consiguiente baja rentabilidad empuja·
Internacional no supusieron alivio alguno. El Tribunal rehusó conceder una orden pre- ba a los propietarios rústicos a las ciudades desde donde descuidaban sus propiedades, ya
ventiva provisional ni aceptar la jurisdicción, mientras que el Consejo de Seguridad eludía fuese por el absentismo o a causa de las disputas familiares que eran una consecuencia nor·
\¡.,
la responsabilidad devolviéndosela a los protagonistas y limitándose a hacer unas triviales mal de la fragmentación de la propiedad impuesta por la ley. El producto de la tierra iba
y tópicas exhortaciones para que resolvieran sus problemas solos. Esto suponía indirecta- principalmente a los ricos mercados extranjeros de Europa occidental; el mercado
mente una victoria para los turcos, que preferían negociaciones políticas bilaterales en véz nacional se quedaba con la producción sobrante y, puesto que la demanda era superior a
de una intervención internacional, jurídica o política. Karamanlis y Ecevit se reunieron en la oferta, el consumidor griego tenía que pagar unos precios muy altos. El comercio, tan-
1978 e instituyeron reuniones periódicas a un nivel más bajo con una frecuencia de tres o to exterior como interior, estaba en manos de intermediarios que obtenían sus ganancias
cuatro al año. Estas reuniones sirvieron para impedir que la situación empeorase pero el no sólo con las exportaciones, sino especulando también dentro de su propio país ya que
horizonte no se vio despejado sustancialmente hasta el golpe militar en Turquía, en 1980, compraban la cosecha entera de un agricultor a principios de año, antes de que los pre-
momento en que el nuevo gobierno .turco hizo una c9ncesión en otro frente. cios interiores hubiesen empezado a subir, y la vendían (tras satisfacer a los mercados de
En protesta contra la inactividad demostrada por sus aliados cuando Turquía invadió exportación) en un mercado con precios en alza. Para apaciguar a los agricultores, que
Chipre en 1974, Grecia había abandonado su cooperación con la OTAN. Karamanlis constituían una porción sustancial del electorado e inspiraban además mayor simpatía que
deseaba volver a la plena adhesión pero Turquía, todavía bajo un gobierno civil, trató de los intem1ediarios, los gobiernos concedían subvenciones que permitían la perduración de
poner condiciones, en particular la de asegurar por anticipado una nueva definición de las las deficiencias estructurales de la industria y que pagaban con el dinero de las arcas públi-
responsabilidades griegas y turcas en el Egeo. El nuevo gobiemo turco abandonó su pre- cas. Mientras que los economistas lamentaban esta mala administración, los políticos no
tensión de imponer condiciones previas a cambio de una promesa griega de no excluir veían otra alternativa, a menos que la adhesión a la CEE impusiera cambios en unos usos
ninguna cuestión greco-turca de futuras conversaciones. Grecia volvió, pues, a la OTAN y prácticas que eran incompatibles con las propias normas de la CEE. Que fuera ésta la
con todos estos temas abiertos y sin decidir, pero al menos reconocidamente negociables. razón de ser de la Comunidad era una cuestión que no había sido discutida entre sus
El objetivo más importante de la política exterior de Karamanlis era la adhesión a la miembros cuando Grecia solicitó formalmente la plena adhesión.
CEE. Sus razones eran políticas y económicas. En el terreno político, casi todos los grie- Por el tratado de adhesión firmado en 1979, Grecia iba a convertirse en miembro de
gos en 1974 consideraban odiosa la dependencia con respecto a Estados Unidos porque pleno derecho de la CEE a comienzos de 1981. El partido socialista PASOK de Papandreu,
creían que los estadounidenses no sólo habían apoyado la dictadura de los coroneles, sino así como los comunistas, boicotearon el debate parlamentario sobre la ratificación del tra-
que antes de eso les habían ayudado a llegar al poder. No había intención de orientarse tado y se opusieron a la entrada en la Comunidad, principalmente con el argumento de
hacia el campo soviético, excepto entre los comunistas, que habían salido mal parados en que entorpecería el desarrollo de la industria griega e intensificaría la relación parasitaria
las elecciones. Pero en la CEE Karamanlis esperaba encontrar amigos contra Turquía de la economía griega en relación con la europea, pero cuando Papandreu llegó al poder
(para Estados Unidos siempre resultaba difícil elegir entre los dos países), así como una ese mismo año, no hizo nada para anular la pertenencia de Grecia. Las consecuencias eco-
barrera contra un nuevo período de dictadura en Grecia. También económicamente Gre- nómicas de unirse a la CE resultaron ser desalentadoras: un gran incentivo para los pro-
cia necesitaba a la CEE. La dictadura había invertido el signo de las favorables realizacio- ductores de fruta (reducido después de la entrada de España y Portugal) y una ayuda finan·
nes económicas de los años sesenta, período en el que los precios se habían mantenido ciera sustancial que no sirvió, sin embargo, para aplicar una reorganización industrial,
extraordinariamente estables en Grecia y el boom económico de Alemania había propor- atraer las inversiones extranjeras o aliviar el severo déficit comercial y de pagos griego.
cionado cierto alivio al estado crónico de superabundancia de mano de obra. Los dicta• En 1981 el partido conservador Nueva Democracia perdió el poder en favor del
dores, impacientes por ganar apoyos en el interior, habían distribuido favores a diversas PASOK, como consecuencia de un incontenible deseo de cambios y de la personalidad de
clases del país. Para hacerlo, habían inflado la oferta de dinero con el resultado de que los Andreas Papandreu, quien, además de ser un eminente economista, tenía todo el boato
afortunados favoritos habían estimulado un boom de importaciones que había desequili- de un pachá dominante (y muchos de sus defectos). Entendió que Grecia no era ni un
brado gravemente la balanza de pagos y producido una fuerte deuda exterior a muy corto moderno Estado industrial ni tampoco capaz de convertirse en uno, sino un país pobre a
plazo. La inflación alcanzó al menos la admitida tasa de un 35%, pero sin duda fue mayor. medio camino entre el rico Occidente y el Tercer Mundo, dependiente de países más ricos
Además, Grecia, como país predominantemente agrícola, se enfrentaba con un pro· y con derecho a ser considerado de una manera especial por éstos. Era, como muchos grie-
blema básico que era políticamente insoluble sin el acicate de presiones externas como las gos de todas las filiaciones políticas, agresivamente antiestadounidense y prometió cerrar
que una organización como la CEE podía ofrecer. La agricultura griega empleaba al 40% las bases estadounidenses en Grecia (pero no lo hizo). Su partido tenía un programa social
de la población activa, pero solamente contribuía con un 16% al PNB. (Para la fecha de que equivalía a los comienzos de un Estado de bienestar, que se propuso financiar hacien-
adhesión a la CEE, estas cifras habían cambiado poco: la agricultura seguía proporcio· do pagar a la gente los impuestos y recortando el gasto en la administración pública. lntro·

245
dujo reformas sociales sensatas y moderadas y tuvo algunos éxitos, temporales y modestos, pleo que se aproximaba al 10% de la población activa. En 1994, Grecia reafirmó su dere··
al reducir la inflación y el déficit de la cuenta externa. Pero no se enfrentó con la pesada, cho, bajo la ley internacional del mar, a ampliar sus aguas territoriales de seis a doce
excesivamente centralizada e ineficaz maquinaria gubernamental, sus modos de gobierno millas, pero se retractó después de las protestas turcas.
eran autocráticos e impredecibles, sus políticas sociales fueron fuertemente atacadas por El final de la guerra fría afectó a Grecia más profundamente de lo que parecía a pri·
la Iglesia y las clases adineradas, y esta acumulación de obstáculos destruyó su gobierno mera vista. La guerra fría había separado a Grecia de la región balcánica, a la que geográ·
cuando, además, se vio asediado por escándalos públicos y privados. Estos escándalos, el ficamente pertenecía; metido a la fuerza en una incómoda alianza (OTAN) con su viejo
fracaso económico y el manejo autoritario por parte del líder de un gabinete mediocre, adversario turco; y agregado a unas asociaciones de Europa occidental (incluyendo la CE)
causó el colapso del gobierno del PASOK en 1988. para las que era menos importante que viceversa. Como Finlandia y Portugal, era un
En Asuntos Exteriores, Papandreu siguió el ejemplo de Karamanlis al buscar mejores pequeño Estado-nación periférico pero, a diferencia de éstos, carecía de apoyo regional.
relaciones con los vecinos balcánicos, aunque Turquía no estuvo en primer lugar. Kara· En el extremo opuesto del Mediterráneo había sido axiomático suponer que en Espa·
manlis había cultivado la tradicional amistad griega con Yugoslavia, aunque sin ir más ña no ocurriría gran cosa mientras Franco viviese, a pesar de que el descontento de libe-
allá de un pacto formal y trató cierta forma de entente balcánica, recibió a Zhivkov en rales, separatistas y otras fuerzas era evidente y en ocasiones violento, comó cuando el
Corfú en 1979 y, más tarde en ese mismo año, Grecia, Yugoslavia, Bulgaria y Rumania primer ministro, almirante Carrero Blanco, fue asesinado en Madrid en 1973. Dos años
asistieron a una conferencia sobre comunicaciones en la capital turca. Karamanlis fue el más tarde, en noviembre de 1975, Franco murió de muerte natural. Su muerte hizo que
primer jefe de gobierno griego que visitó Moscú desde 1917, y el primero de la historia España se convirtiera en una monarquía tanto de hecho como de derecho. Franco había
de su país en visitar Pekín. Papandreu mejoró las relaciones con Albania, pero permitió declarado que España era un reino en 1947, pero no sentía simpatía por Don Juan, el hijo
que las relaciones con Turquía llegaran a un punto d.e ebullición en 1987 con motivo de del último rey, y no tenía intención de soltar las riendas de su propio control monárqui·
las prospecciones en el Egeo. En 1988 el primer ministro turco hizo una visita, sin pre· co. Hizo caso omiso por tanto del acto de abdicación de Alfonso XIII en favor de Don
cedentes, a Atenas y las relaciones se templaron. El suéesor de Papandreu, Constantino Juan y fue preparando paulatinamente al hijo de este último, Don Juan Carlos, para la
Mitsotakis, tenía poca capacidad de maniobra. Su victoria en 1988 no fue decisiva, fue sucesión. Juan Carlos desempeñó un papel equívoco en una situación equívoca, de modo
forzado a una alianza con partidos incompatibles, unidos sólo por su aversión al PASOK, que a la muerte de Franco su carácter e ideas políticas constituían en gran medida un
consiguió una estrecha mayoría sólo en 1990 y fue acosado por la crisis económica -la misterio. Su primer gobierno lo componían una mezcla de franquistas y demócratas pero
tasa de inflación más alta de la CE, la deuda que se aproximaba a un 150% del PNB, el antes de que transcurriera un año designó como primer ministro a Adolfo Suárez un polí-
fracaso para seguir las condiciones prescritas por el FMI para dar su ayuda y graves huel- tico inteligente y resuelto de cuarenta y siete años que no pertenecía a ninguna facción
gas contra sus intentos de resolver el problema del excesivo funcionariado-. La desinte- precisa. Fue una hábil maniobra que alarmó a los conservadores y al ejército sin darles
gración de Yugoslavia, el resurgir de la cuestión macedonia, la apertura de la frontera un claro motivo para la sublevación y que satisfizo a los grupos moderados de la derecha
griega con Albania (que había sido sellada con una alambrada por sus gobernantes comu· y la izquierda, los cuales creían que era necesario un cambio en Españ~. La designación
nistas), convirtieron a los Balcanes en arenas movedizas, donde era difícil para Grecia no de Suárez señalaba la intención del rey de acelerar el cambio y asimismo de presentarse
pisar en falso. A pesar del brutal comportamiento de los serbios bosnios, Mitsotakis man· como un monarca capaz de elegir a su propio hombre. Se vio fortalecido por la aproba·
tuvo la vieja amistad con Serbia. También cultivó su otra vieja amistad con Rumania, a ción de las Cortes y por un referéndum a favor de la introducción de sustanciales cam-
pesar de que Iliescu no era mucho menos comunista de lo que Ceaucescu había sido. Evi· bios constitucionales. En menos de dos años después de la muerte de Franco, la posición
del rey y de Suárez estaba lo suficientemente consolidada como para afrontar unas elec·

l
tó el reconocimiento internacional de la República Yugoslava de Macedonia, como un
i
Estado independiente bajo el nombre de Macedonia, pero al precio de sumarse a las emo- dones parlamentarias con seguridad y confianza.
,.':
ciones nacionalistas que ya abundaban en los Balcanes. Los refugiados de Albania fue· La España de Franco, aunque fosilizada políticamente, no había sido inmune a todo
·\
ron recibidos al principio por los griegos por caridad; también fueron bien recibidos por cambio. La política económica autárquica de Franco había empezado a resquebrajarse en
su disposición a hacer trabajos sucios y mal pagados. Pero a medida que su número cre· los años cincuenta bajo el peso de su propia irracionalidad y de la creciente intervención
cía, también lo hacían los robos y el vandalismo por parte de algunos, y finalmente que· estadounidense en los asuntos españoles como consecuencia de la política de Washing-
daron completamente desprestigiados y muchos fueron devueltos a Albania, sin mayor ton tendente a diversificar su despliegue antisoviético en Europa. Pero la modernización
ceremonia e indiscriminadamente. Las cuestiones fronterizas, que habían estado aletar· emprendida por el dictador estuvo mal regulada y no prestó atención a las clases más
gadas durante más de una generación, cobraron relevancia junto con quejas, desde el pobres. El nuevo régimen heredaba una economía desfigurada. Heredaba también el
lado albanés, de un comportamiento nacionalista agresivo por parte de eclesiásticos de perenne problema del descontento regional, particularmente en Cataluña y entre los
la Iglesia ortodoxa griega. En esos mismos años, con el final de la guerra fría y las des· vascos. Los partidos socialista y comunista fueron legalizados, este último a pesar de las
ilusiones de la pertenencia a la CE, Grecia perdió importancia para sus aliados de la presiones estadounidenses y militares en sentido contrario. Los socialistas, dirigidos por
OTAN y sus socios de la CE empezaron a mostrar menos entusiasmo. Éstos, por su par· Felipe González, resultaron ser los más fuertes en el ámbito político de la izquierda. La
te, empezaban a encontrar a Grecia excesivamente cara. En 1993, Papandreu obtuvo su derecha estaba dividida entre los que querían un nuevo e impoluto partido cristiano·
venganza electoral sobre Mitsotakis, cuyo gobierno fue acusado de incapacidad y nepo· demócrata y los que estaban a favor de un partido más amplio que incluyese a tantos vie·
tismo y de no tener planes creíbles para atacar una inflación de dos cifras y un desem· jos franquistas como fuese posible. En la primera consulta popular, en 1977, los comu·

246 247
l1
nistas y la derecha salieron mal parados y el centro-derecha de Suárez triunfó. En nue-
vas elecciones celebradas en 1979, la derecha fue derrotada, los comunistas consiguieron
l Soares, el 38% de los votos y relegaron a los comunistas, con un 12,5%, al tercer puesto,
detrás de los Demócratas Populares de centro-derecha (26%). Portugal pareció estar en
una ligera recuperación y los votantes optaron en general por dos amplios grupos de cen- muchas ocasiones al borde de la guerra civil. El Movimiento de las Fuerzas Armadas y el
tro, concediendo a Suárez cierta ventaja sobre González. Pero Suárez manejó los asuntos propio ejército estaban divididos, pero un golpe a favor de la extrema izquierda rio obtu-
económicos a base de tanteos y trató el problema de los separatistas vascos de forma vaci- vo éxito y los oficiales superiores, alarmados por las perspectivas de anarquía, decidieron
lante y poco sensible: en el País Vasco (Euskadi), la violencia alcanzó graves proporcio- apoyar a un gobierno de minoría socialista y respaldar asimismo a un general relativa-
nes y los extremistas vascos llevaron también su violenta protesta a otras partes de Espa- mente poco comprometido, Antonio Ramalho Eanes, como jefe del Estado Mayor.
ña (véase más adelante en p. 308). Las elecciones de 1976 no dieron una clara mayoría a ningún partido, siendo el más
En 1981, la monarquía constitucional y democrática cuyo máximo garante era el rey, favorecido en las urnas el Partido Socialista que obtuvo 107 de los 263 escaños. En las
sufrió el desafío de un golpe militar. El ejército, que carecía de una adecuada función cas: elecciones presidenciales que se celebraron a continuación, el general Eanes consiguió el
trense, estaba dominado por oficiales cuyas ideas eran arcaicas y antidemocráticas. Se 61,5% de los votos, distribuidos entre cuatro contendientes. Soares fonnó un gobierno de
involucraban en conspiraciones esporádicas que, aunque descabelladas eran también minoría socialista que fue atacado tanto desde la izquierda comunista como desde la dere-
peligrosas, hasta que una abierta e incompetente tentativa de derrocar al régimen, que cha que representaba no sólo al viejo régimen sino también a los pobres, anticomunistas
incluyó un espectacular asalto a las Cortes, obligó al rey a desautorizar a sus cabecillas y y conservadores agricultores del norte. Soares dimitió a finales de 1977, formó una nueva
a colocar al ejército en su conjunto ante la disyuntiv~ de optar entre la lealtad a la Coro- coalición, pero en 1978 fue destituido por el presidente, que nombró un gobierno de téc-
na o su pasado y preferencias franquistas. Suárez, no obstante, no sobrevivió ni tampoco nicos o «tecnócratas» y, cuando éste titubeó por falta de base parlamentaria, nombró otro
su bloque de centro-derecha. Dimitió y fue sucedido por Leopoldo Calvo Sotelo, pero a bajo la dirección de la primera mujer que ocupó la jefatura de gobierno en Portugal, Maria
finales de 1982 las nuevas elecciones llevaron a Felipe González al poder. Entre sus par- de Lourdes Pintasilgo. El presidente estaba tratando de encontrar una coalición parla-
tidarios había muchos que deseaban que España abandonase la OTAN (a la que el país mentaria o una altemativa no parlamentaria que frenase la tendencia posrevolucionaria
ac.ababa de adherirse) y González prometió celebrar un referéndum sobre la cuestión. del país a volver a la derecha, pero esta tendencia se hizo aún más manifiesta a finales de
Posteriormente, él se declaró a favor de que España continuara siendo miembro de la 1979, cuando Francisco Sá Cameiro obtuvo casi la mitad de los escaños en el Parlamen-
Alianza Atlántica y su opción triunfó en el referéndum aunque España insistió entonces to. Sá Cameiro se convirtió en primer ministro, pero tuvo diferencias con el presidente
en la salida de los aviones estadounidenses para 1992 {Italia estuvo de acuerdo en reci- que, haciendo uso de su prerrogativa constitucional para interpretar la Constitución, blo-
birlos). La economía española floreció vigorosamente en el marco de la CE, al disponer queó una serie de medidas mediante las cuales Sá Cameiro pretendía que la economía se
de mercados más amplios, inversiones extranjeras, su parte en el boom mundial y los abriese paso de nuevo en la senda de la libre empresa. El presidente Eanes consiguió un
beneficios de una fuerza de trabajo relativamente barata, pero el boom trajo consigo su nuevo mandato en 1980. La política portuguesa continuó oscilando entre el centro-dere-
conocida secuela de especulación y corrupción. En 1990, González quedó debilitado por cha y el centro-izquierda. En 1983, Soares, al no lograr obtener una mayoría absoluta, for-
el creciente desempleo y la disensión dentro de su propio partido, incluyendo una esci- mó un gobierno con los socialdemócratas que estaban a su derecha, pero esta alianza se
sión que ocasionó la dimisión de su vicepresidente, Alfonso Guerra. Habiendo ganado la hundió en 1985 y Soares dimitió. Se convirtió en el primer presidente civil de Portugal
mayoría por escaso margen en 1986, la perdió en las elecciones municipales de 1990 y desde hacía más de sesenta años, con el conservador Aníbal Cavaco Silva como primer
convocó elecciones generales en 1993, en un intento de restablecer su autoridad. Con- ministro -un economista que había actuado dos veces como ministro con Sá Cameiro y
tinuó en el gobierno pero sólo con el apoyo de un pequeño partido catalán de derecha. obtenido una abrumadora victoria en 1987 con, un hecho sin precedentes, más de la
El conflicto con Gran Bretaña sobre Gibraltar se descongeló hasta el punto de que la mitad de los votos emitidos-. Se hicieron cambios menores a la Constitución para acele-
frontera volvió a abrirse y el gobierno británico, al tiempo que reiteraba su compromiso rar la desnacionalización de las industrias y la descolectivización de la agricultura. En
de respetar los deseos de los gibraltareños, se avino a que la soberanía fuese uno de los 1991, Soares fue reelegido presidente por cinco años con una convincente aprobación
puntos que se tratasen en futuras discusiones. Las conversaciones en 1987 mantuvieron popular. Pobre, según los estándares de Europa occidental, pero ordenado y disfrutando de
la buena voluntad pero sin alterar las posturas de las partes. los beneficios de la pertenencia a la CE, Portugal giró hacia la izquierda en 1995 cuando
De forma inesperada, el cambio producido en España fue precedido por un cambio en el Partido Socialista, dirigido por Antonia Guterres, obtuvo casi la mitad de los votos.
Portugal acaecido cuando, en abril de 1974, un grupo de oficiales del ejército de mediana Junto con España, Portugal se adhirió a la Unión Europea Occidental en 1988.
y baja graduación derrocó la dictadura y estableció una junta de siete miembros bajo la
presidencia del general Antonio de Spinola, un repatriado y crítico ex gobernador de
África. A continuación tuvo lugar una pugna por el poder en el seno del dominante
Movimiento de las Fuerzas Armadas y entre los partidos políticos configurados tras el gol-
pe. El general Spinola dimitió en septiembre y huyó del país en el mes de marzo siguien·
te después de involucrarse en un infructuoso intento de golpe de Estado anticomunista.
Una tentativa comunista para hacerse con el control único o predominante del poder fra-
casó también. Las elecciones de abril de 1975 dieron a los socialistas, dirigidos por Mario
VII Europa central
y oriental FINLANDIA

\ RUSIA

"Minsk

BIELORRUSIA
,
-- ------- . -- -'~.... --~-

EL IMPERIO DE STALIN UCRANIA • Kiev

La división de Europa tras la Segunda Guerra Mundial fue la consecuencia de una


tendencia y de un accidente. La tendencia era la decadencia, acentuada por la gue-
rra, de las naciones-Estado europeas. Europa era un continente que había funcionado
en forma de entidades relativamente pequeñas y relativamente fuertes, capaces de
mantener existencias separadas a causa de la complejidad industrial de algi.mas y la
adhesión de todas ellas al principio de autodeterminación. De este modo, los estados MAR
europeos más fuertes existían porque eran fuertes, mientras que los más débiles exis- NEGRO
tían porque les parecía bien a los más fuertes que así fuera. Pero con el debilitamiento
del poderío de los fuertes, el elemento básico de la configuración de Europa desapare-
ció y los europeos dejaron de poder mantener por el momento estados verdaderamen-
te independientes. La cuestión era qué nuevas formas impondría la dependencia.
La respuesta a esta cuestión se determinó por accidente, por el hecho de que la cau- TURQUÍA
sa que precipitó la guerra había radicado en el centro del continente -en Alemania- de
modo que el transcurso de la contienda significó una convergencia de fuerzas antiger-
mánicas hacia el centro desde los flancos. A pesar de algunos planes en sentido contra- O Paf ses pertenecientes al Pacto de Vars~via. (Albania se retiró formalmente del ;acto en 1968.)
rio, los avances angloestadounidenses y rusos en Alemania fueron en esencia operacio- 1989-90: Hundimiento del Bloque Oriental;
Disolución del Pacto de Varsovia en 1990·
nes separadas que crearon zonas de dominio estadounidenses y rusas separadas, al oeste y Disolución del Comecon en 199L '
al este de Alemania. El poderío naval angloestadounidense modificó este esquema dis-
Checoslovaquia deja de existir en enero de 1993; nacimiento de las repúblicas Checa y Eslovaca.
poniendo que la Europa mediterránea hasta el mar Egeo quedase dentro de la esfera de Octubre de 1990, la ROA absorbida por la República Federal de Alemania.
influencia estadounidense y no de la rusa. Esta nueva distribución de poder fue recono-
Rusia concede la independencia a Letonia, Lituania y Estonia; retirada final de las tropas rusas
cida mediante el abandono de Grecia a Churchill por parte de Stalin, por la negativa de completada en agosto de 1994.
este último a prestar atención o apoyar la revuelta comunista griega, y por la subsiguien-
te adhesión de Grecia y Turquía a la OTAN. Al otro extremo de Europa, Finlandia que- Junio_ de 1991, E~lovenia .Y Croacia declaran unilateralmente la independencia; Macedonia y
Bo~ma-Herzegovina las siguen; secesión de Macedonia en septiembre de 1991.
dó dentro de la esfera rusa no sólo por su importancia estratégica para la defensa de Abnl de 1992, Serbia y Montenegro se convierten en la República Federal de Yugoslavia.
Leningrado, sino también porque el poderío naval angloestadounidense no cubrió el
7 .l. Europa oriental.
extremo norte de Europa en la misma medida que lo hizo en el sur. Únicamente Ale-

250 251
'!
mania y Austria se señalaron como territorio común y, como ya hemos visto, incluso aquí arriendo de cincuenta años de la base naval de Porkala con un pasillo de acceso. Los
el nuevo principio de división ruso-estadounidense prevaleció y originó en Alemania tratados de 1948 estipulaban la ayuda mutua contra Alemania y proscribían toda alian-
una división dentro de una división que tuvo un significado crucial y crítico en los asun- za por parte de un signatario que pudiera juzgarse dirigida contra el otro.
tos mundiales como foco de la guerra fría. En el resto de Europa, los estadounidenses y Pero las miras de Stalin iban más allá de los acuerdos formales, y al término de la
los rusos decidieron coexistir, pero en Alemania no pudieron hacerlo, en parte porque década de los cuarenta había traspasado la maquinaria del gobierno, salvo en Yugosla-
Alemania era la causa y el premio de la guerra, en parte a causa de su situación central via y en Finlandia, a las manos de comunistas obedientes que no sólo eran conscientes
y su poderío potencial y en parte porque la vieja idea de nación-Estado continuaba sien- de la realidad del poderío ruso, sino que estaban decididos a servirle como marionetas.
do lo suficientemente fuerte como para que la división de un Estado pareciese mucho Este traspaso entrañaba la supresión o mutilación de los partidos no comunistas y la eli-
•l más antinatural que la asignación de estados enteros a esferas de influencia de grandes minación de entre las filas comunistas de aquellos comunistas que fuesen más naciona-
' potencias. listas que moscovitas. Este proceso se consiguió con éxito a corto plazo y sin éxito a lar-
Se ha sostenido que la división de Europa y la consiguiente soberanía rusa en Europa· go plazo, en cuanto que no logró garantizar a Moscú una zona de influencia libre de
oriental fueron consecuencia no de un accidente histórico, sino de un acuerdo, y sin- conflictos en tomo a las fronteras europeas de la URSS. Yugoslavia rechazó la domina-
gularmente del acuerdo de Yalta entre Roosevelt y Churchill para conceder a Stalin una ción rusa en 1948, Polonia y Hungría se revolvieron contra el dominio soviético en
posición de fuerza que de otra forma no hubiera podido conseguir. Este argumento no 1956 y Rumania dirigió una campaña contra él a mediados de la década de los sesenta.
se puede mantener. Roosevelt y Churchill no concedieron en Yalta nada que estuviese Hacia la década de los setenta estaba en clara decadencia, pero todavía se podía soste·
en su poder retener. Los ejércitos rusos ocupaban ya posiciones en Europa de las que no ner, aunque el uso de la fuerza -que era su última garantía- estaba pasando a ser más un
se les podía expulsar, y la dominación posbélica de Stalin en Europa oriental se deriva- recuerdo y un alarde que una práctica plausible. La llegada de Gorbachov provocó el
ba de sus victorias y no de ningún trato con sus aliados. Lo más que Roosevelt y Chur- colapso, que se había estado impidiendo durante mucho tiempo, en 1989.
chill podían hacer era tratar de que Stalin aceptase ciertas reglas por las que se rigiera En 1946, Yugoslavia, Checoslovaquia, Bulgaria y Albania tenían primeros minis-
el ejercicio de un poder que era suyo. Consiguieron esto persuadiéndole de que aproba- tros comunistas: Tito, Klement Gottwald, G. M. Dimitrov y Enver Hoxha. En Hun-
se una Declaración sobre Países Liberados que prometía elecciones libres y otras prácti- gría y Rumania el puesto fue ocupado por líderes del Partido Campesino, en Polonia
cas y libertades democráticas. Cuando, posteriormente, Stalin ignoró los compromisos y Finlandia por socialistas. Todos estos países tenían gobiernos de coalición, aunque
contenidos en esta declaración, los gobiernos occidentales no pudieron hacer otra cosa sólo los gobiernos de Praga y Helsinki daban la impresión de una verdadera distribu~
que protestar. La acción en Europa oriental era imposible. Únicamente en Europa occi- ción de poder. En Finlandia, los comunistas quedaron al margen del nuevo gobierno
dental podían hacer algo, y medidas como la formación <;le un Estado alemán occiden- formado tras las elecciones de julio de 1948, en las que no les fue nada bien. En los
tal fueron su réplica, así como una nueva manifestación de la división del continente demás lugares, el control comunista se intensificó durante 1947-1948, aunque en
que precedió a Yalta y que no fue determinada por Yalta. Yugoslavia el monopolio comunista del poder actuó en contra y no a favor de los inte-
Dentro de la esfera rusa, el problema de Stalin era la naturaleza del control ruso y reses rusos, y culminó en junio de 1948 con la secesión de Yugoslavia de la herman-
sus mecanismos. Creó un imperio satélite en el que los estados éomponentes conserva- dad de estados comunistas.
ban sus identidades jurídicas separadas -separadas entre sí y de la URSS- pero estaban La historia de Polonia es una lucha contra sus vecinos, y no menos contra Rusia.
sometidos a los propósitos rusos por la realidad del poderío militar soviético y las moda- El comunismo polaco ha tenido también su lado antirruso: Rosa Luxemburgo discu-
lidades del Partido Comunista, el ni.ando policial y los tratados económicos desiguales. tió la política agraria de Lenin, y el Partido Comunista polaco criticó más tarde la
Pronto fue escasa la diferencia entre antiguos enemigos como Hungría, Rumania y Bul- campaña de Stalin contra Trotski. El liderazgo del partido polaco fue barrido en 1937-
garia, y aliados de guerra como Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia. Esta indistinción 1938 y el propio partido fue disuelto por el Comintem cuando Stalin estaba hacien-
se hizo patente en una fase temprana: en Polonia, el Comité Lublin, un grupo de líde- do planes para su pacto con los nazis. Resurgió en 1942, y se fortaleció gracias a la
res dominado por los comunistas creado en julio de 1944 de entre la Resistencia pola- odiosa conducta de lo.s alemanes en Polonia, que actuó como de revulsivo para los
ca y luego aleccionado en Moscú, se estableció en Varsovia como gobierno de Polonia sentimientos hacia los rusos y los comunistas. El descubrimiento, en abril de 1943, de
para frustrar a los polacos de Londres que habían dirigido la lucha contra los alemanes la matanza de Katyn (sólo inverosímilmente atribuida por los rusos a los alemanes)
desde el exilio; en Rumania, el rey fue obligado, en marzo de 1945, a designar un gobier- recordó a los polacos que la elección entre rusos y alemanes era para ellos una elección
no controlado por comunistas. En la forma, los enemigos vencidos fueron igualados a sin esperanza, pero los alemanes eran entonces la plaga de la que lo.s rusos habían de
los aliados mediante la conclusión de tratados de paz en febrero de 1947 y de nuevos ser los futuros liberadores. A comienzos de 1944, los rusos entraron en Polonia persi-
tratados entre cada uno de ellos y la URSS durante 1948 (la URSS ya había firmado guiendo a los alemanes y en julio del mismo año proclamaron la línea Curzon como
tratados con los aliados que databan de los años de la guerra). Los tratados de paz le cos- frontera polaca del este, y constituyeron el Comité de Lublin, que poco después se
taron a Hungría Transilvania, que pasó a pertenecer a Rumania, y una pequeña porción convirtió en el gobierno provisional del país. En agosto, el pueblo de Varsovia se
de territorio concedida a Checoslovaquia; confirmaron la pérdida por parte de Ruma· levantó contra los alemanes esperando recibir una rápida ayuda de las tropas rusas,
nia de Besarabia y la Bukovina del norte en favor de la URSS, y la Bukovina del sur a que iban avamando, ayuda que, sin embargo, no se materializó; entre las víctimas se
favor de Bulgaria; y concedieron a la URSS la zona de Petsamo en Finlandia y un contaron muchos líderes de la Resistencia, es decir, polacos tanto comunistas como

252 253
no comunistas. El levantamiento, además de estar dirigido contra los alemanes, era Esta fórmula, si bien no lo era en sí, se hizo inviable por el evidente deseo de Benes
un intento por parte de los polacos de Londres y su ejército secreto en Polonia para y sus compañeros no comunistas de participar en el Plan Marshall, lo que era incompa-
establecer su autoridad en Varsovia antes de la llegada de los rusos. tible con el requisito de Stalin de total y exclusiva lealtad a Moscú. Benes sobrevivió
El amenazador problema polaco tenía un doble aspecto: cuáles iban a ser las fron- sólo unos pocos meses. En febrero de 1948, el ministro del Interior, Vaclav Nosek, des-
teras de Polonia y quién iba a gobernar. Los rusos deseaban desplazar Polonia hacia el tituyó a ocho inspectores de policía en Praga. El gabinete votó para que se retractase de
oeste, con miras a ganar territorio para ellos en el este y, quizá, perpetuar un sesgo anti- esta medida, pero el primer ministro apoyó a Nosek y la llegada a Praga de un vicepri-
germánico añadiendo tierras alemanas al Estado polaco por el lado occidental; los rusos mer ministro de Asuntos Exteriores, Valerian Zorin, era indicativa del inusitado interés
estaban asimismo decididos a insistir sobre un gobierno que fuese plena o preponde- despertado en el exterior. Nosek se negó a reponer en sus cargos a los policías y once
rantemente comunista. En la conferencia de Yalta, en febrero de 1945, los estadouni- ministros presentaron su dimisión. Eran los ministros no comunistas, salvo, sin embar-
denses y los británicos discutieron los planes rusos extensamente pero sin resolución; go, los socialistas que, aunque habían votado junto con la mayoría del gabinete contra
reconocían la fuerza de los argumentos de Stalin sobre la importancia de una Polonia Nosek, eran remisos a romper su asociación con los comunistas en el gobierno, a pesar
fiable y segura entre la URSS y Alemania; no consideraron, además, la cuestión polaca de que tres meses antes habían elegido a un nuevo líder para sustituir al compañero de
como la más importante del programa que debía discutirse, y creyeron que el hecho de viaje Zdenek Fierlinger. Se produjeron en Praga manifestaciones anti-comunistas, pro-
dejar difusa la composición del futuro gobierno polaco no supondría grave daño, pues· movidas principalmente por estudiantes. Se enviaron a la capital desde fuera refuerzos
to que tenían la conformidad de Stalin para la ampliación del gobierno provisional y de policía. En medio de los temores a crecientes tumultos, Benes trató de restablecer la
para la pronta celebración de elecciones libres una vez finalizada la guerra. Antes de la calma aceptando las once dimisiones. Dos ministros murieron al caer desde ventanas
conferencia de Potsdam en julio, los rusos habían concedido a los polacos tierras ale- uno de ellos -Jan Masaryk- ayudado quizá por un empujón. En junio, Benes dimitió. ~
manas más allá de sus antiguas fronteras occidentales, y los augurios y reproches de sucedió Gottwald. Las operaciones de limpieza consistieron en amalgamar todos los par-
Churchill en esa conferencia se pronunciaron en vano. Ingleses y estadounidenses acep- tidos del país, o los restos de estos partidos, con el Partido Comunista checo, como suce-
taron el hecho consumado, siempre que se considerase como medida provisional que se dió asimismo en Eslovaquia, con lo que el partido único eslovaco quedó unido al parti-
volvería a discutir cuando se negociase un tratado de paz con Alemania. do único checo para constituir el Frente Nacional. Un intento semejante de ampliar el
Stanislaw Mikolajczyk, jefe del gobierno polaco en el exilio en Londres y líder del control ruso en Finlandia, en 1948, se abandonó al tropezar con dificultades.
Partido Campesino polaco, había sido incorporado al gobierno provisional de Varso- Simultáneamente en Hungría, tras haber sido abolida la monarquía en enero de
via como viceprimer ministro. Las demás figuras principales del gobierno procedían 1946 -casi treinta años después de haber perdido sus atribuciones-, se formó un
del grupo de Lublin: el comunista Boleslaw Bierut como presidente, el socialista gobierno de coalición con el Partido de los Pequeños Propietarios y el Socialista. Los
Edward Osóbka-Morawski como primer ministro y el comunista Wladyslaw Gomul· líderes del primero, Zoltan Tildy y Ferenc Nagy, se convirtieron en presidente y pri-
ka como viceprimer ministro. Las prometidas elecciones se celebraron en enero de mer ministro, y obtuvieron el 56% del voto en las primeras elecciones posbélicas. En
1947 acompañadas de todo abuso electoral concebible. Se dijo que el Partido Cam· el invierno de 1946-194 7 se difundieron rumores de una conspiración contra el Esta-
pesino había obtenido el 10% de los votos y 28 de los 444 escaños del Parlamento. do, se organizó un montaje de juicios y el secretario general del Partido de los Peque-
Mikolajczyk dimitió y huyó más tarde, al igual que muchos otros. Los insignificantes ños Propietarios, Bela Kovacs, fue secuestrado por los rusos. Los estadounidenses e
restos del Partido Campesino fueron absorbidos por el recién creado Bloque Demo- ingleses que eran miembros, junto con los rusos, de la Comisión de Control para
crático, que ocupó el lugar del Partido Comunista. Al año siguiente, el Partido Hungría, protestaron, pero sus quejas resultaron inútiles. En mayo de 1947, el primer
Socialdemócrata tenía por jefe a Josef Cyrankiewicz, que había sustituido a Osóbka- ministro fue a Suiza para una consulta médica y, mientras estaba ausente, se le pidió
Morawski, en una fusión con el Bloque Democrático, que desde entonces pasó a ser que permaneciese fuera del país y que dimitiese. Se descubrió una nueva conspira-
el Partido Obrero Unificado. Los estadounidenses e ingleses protestaron en vano con- ción. Las elecciones de agosto fueron ostensiblemente amañadas. Miembros de los
tra procedimientos que no tenían medio de rectificar. Pero dentro del liderazgo comu- partidos no comunistas huyeron o fueron sometidos a juicio; sus partidos se fraccio-
nista, la vieja división entre comunismo polaco y comunismo moscovita, ya visible en naron y, como en los demás lugares, fueron parcialmente absorbidos en un Frente
tiempos de Rosa Luxemburgo, reapareció con Gomulka, ahora secretario general del Nacional de Independencia único. Tildy dimitió de la presidencia en julio y fue
partido único, como líder de una facción que quería hacer el comunismo más polaco, reemplazado por un socialdemócrata complaciente llamado Arpad Szakasits.
más popular y menos sometido a Moscú. La disputa entre Stalin y Tito le dio ocasión En Rumania, el líder del Partido Campesino, Ion Maniu, fue acµsado en 1947 de
para expresar el leal apoyo al titoísmo, como resultado de lo cual fue gradualmente conspirar contra el Estado con agentes estadounidenses y británicos. Él y otros más fue-
desprovisto de todos sus cargos y desapareció de la escena durante los siguientes ron juzgados y condenados, y disuelto el Partido Campesino. En diciembre, el rey abdi-
ocho años. có. En el mes de febrero siguiente, el Partido Socialdemócrata se fundió con el Partido
Estos acontecimientos coincidieron con la transformación del escenario político Comunista y, en marzo, este partido obtuvo 405 de los 414 escaños en el Parlamento.
en Checoslovaquia. Eduard Benes, que reanudó la presidencia tras la derrota de Ale- Pero antes de estas elecciones, la disensión había alcanzado también al Partido Co-
mania, era el principal símbolo en Europa central del deseo de dirigir el Estado de munista, y uno de sus antiguos líderes, Lucretsiu Patrasceanu, fue destituido del gobier-
acuerdo con los valores occidentales y en un régimen de amistad con la URSS. no, arrestado, expulsado del partido y, según los rumores, encerrado en la prisión de

254 255
b' ka en Moscú. En Bulgaria, el líder del Partido Agrario, Nicola Petkov, fue.:r:es- có a los líderes yugoslavo y búlgaro a la capital soviética y les dijo que Rumania debía
Lu tan ' , . . d 1947 y luego ejecutado. El Frente Patnottco, quedar excluida de sus planes, aunque Albania pudiese añadirse más tarde a un Estado
tado, junto con otros mas, en ¡uruo e ' ., - . .
dueto de la habitual fusión socialista-comunista, aparec10 al ano s1g~1efunte. d 1 yugoslavo-búlgaro. También se instó a los yugoslavos a que abandonasen sus proyectos
pro . ., 1 , ·t ntral de Moscu e remo e ar de enviar tropas a Albania. No se efectuó unión de ninguna clase. En mayo de 1948,
Durante este período de orgaruzac1on, e propos1 o ce . 1 1 1 URSS
da uno de los estados satélite según un único patrón generabl y vdmch·ubar os a ~, Las Yugoslavia fue expulsada del bloque comunista. Dimitrov murió en Moscú en julio
Ca · ' No ha ía .e a er anex1on.
or todos los medios posibles, exceptuand o 1a anex1on. . de 1949.
~edén modeladas naciones iban a ser demo~racias populares; no iban ª. ~onve~tt~e ~~ La controversia entre los líderes rusos y yugoslavos se mantuvo por correspondencia
Re úblicas Soviéticas. Los rumores de anexion fueron apagados por Moscu, que e¡o c ~ en los meses de marzo, abril y mayo de 1948. El quid de la cuestión era la negativa de
ro p ue una democracia popular era algo muy próximo a un Estado plena~ente comu~1s- los yugoslavos a aceptar directrices de Moscú y su insistencia en el dere.cho a reflexio-
q l d'stinto de una República Soviética. Los entusiastas del comunismo con suendos nar sobre sus propios problemas en su propio contexto, y aplicar sus propias soluciones
ta Ya go 1 'd d ., . d d ngañados Las razones e con preferencia a los principios y programas rusos. Mantenían que Yugoslavia no sólo
de admisión en uria amplia comuru a sov1enca que aron ese .d S l
esta política pueden encontrarse en la naturaleza sustancialmente~au~~d e dt~ my o ~n estaba separada de la URSS, sino que era diferente, y que la doctrina y práctica comu-
su com rensión de que estas zonas-tapón, si fuesen totalmente a or L as, e¡anan e nistas no eran tan rígidas como para no poder tener en cuenta las diferencias. Pero por
.p funct'o'n amortiguadora· 0 en la incapacidad de una URSS devastada por la su parte Stalin había abandonado la noción de distintas vías al socialismo y empezó a
cump ltr una· '
d · . mbi'os radicales en su estructura a med'tad os d e 1a d'ecad a d e 1os sospechar de Tito, a quien quería desplazar en favor de uno de sus subordinados (Andri-
guerra para mtro uc1r ca , . h b' d' fru d
· cia de que algunos de los estados satehtes a tan is ta o Y ye Hebrang o Sreten Zujovic). Deseaba conseguir en Yugoslavia un régimen tan obe-
cuarenta· o en 1a conc1en . . , 'bl' , 1 d 1
' d'sfrutar de unos niveles de vida y de administracion pu tea mas a tos e os diente como en el resto de Europa oriental. Si Tito era recalcitrante, había otros yugos-
esperaban 1 · d · " · •
ue la URSS podía proporcionar; 0 en el deseo de Stalm e evitar una provocac1on mn~ lavos dispuestos a acatar la línea estalinista. Stalin no tenía intención de expulsar a
q · las potericias occidentales y de dorarles la píldora apoderándose de la sustancia Yugoslavia, sino a Tito, y el duro castigo infligido por Tito a estos estalinistas (particu-
cesana a · , d' d' ·
de un im erio pero sin realizar cambios políticos que estas no pu tesen 1genr. . . larmente en Serbia) después d~ la ruptura sugiere que la lucha en el interior del parti-
~ · S l' · 'dt'o' que los satélites hiciesen nuevas asoc1ac10nes do yugoslavo era aguda y la victoria de Tito limitada. La discusión se extendió a temas
Al mismo ttempo, ta m 1mp1 . l d .
entre ellos. Todos se visitaron unos a otros, acumulando tratados. b1late:a es e am1s- tales como la adecuada organización de un Estado comunista, el papel del Partido
d d mutua hasta haber realizado casi todos los intercamb10s posibles, pero los Comunista, la política agraria, la debilidad de Yugoslavia para liquidar el capitalismo, y
ta y ª~s ~e un carácter más radical se marchitaron rápidamente. Algunos de est~s pro- la persona del ministro yugoslavo de Asuntos Exteriores, Vladimir Velebit, al que los
p:~~~~ ~ataban en el ambiente inmediatamente después _de finalizada la contte~da. rusos acusaban de ser un agente británico. La fricción se incrementó por la presencia en
~hecoslovaquia dirigió de nuevo su mirada hacia la Pequena Entente co~ ~ugoslavia Y Yugoslavia de consejeros rusos civiles y militares que los yugoslavos intf;'!rpretaban como
R mania· y Hungría cuyas relaciones con Checoslovaquia estaban enturbia as por pro- una pretensión rusa de superioridad y consideraban, además, que se les pagaba dema-
bl~mas d~ intercambios de población, replicó con cierta alarma al prorc~ de u~1a/o~­ siado; los intentos soviéticos de ejercer presión sobre Yugoslavia incluían amenazas de
federación danubiana. (Una conferencia danubiana celebra~a en Be _gra o en J~ LO .~ retirar dichos expertos. A través de su correspondencia, los yugoslavos daban muestras
8 dejó en manos de los rusos el control efectivo de la mitad del r.10. Los esta ouru patentes de su preocupación por evitar una ruptura, actitud que debió fortalecer la reso- /
194
denses, británicos y franceses, superados en votos en todas las ocas.10nes, protesta.ron lución rusa de exigir a Yugoslavia un reconocimiento de sus errores sobre los temas en
señalando que el convenio de 1921 seguía en vigor a falta de otro, umversalment~ ~cep· discusión. Pero el resultado fue la negativa de Yugoslavia a aceptar la condición de pupi-
tado, que lo sustituyera. Los estados ribereños no suponían un co~trapeso suf1c~en~: lo y, en junio, se hizo pública la ruptura mediante la expulsión de Yugoslavia del Comin-
fr te a la URSS mientras permaneciesen separados.) Aguas aba¡~ del Danub10, form, la asociación internacional de partidos comunistas, constituida en el mes de sep-
en. , de una federación sudeslava floreció durante algún tiempo Ydw algo que hablar tiembre anterior, para garantizar la unidad y armonía ideológicas.
::~:~:n posible contrapeso rumano-húngaro. La federación sudeslava .era la menos El propio 11to era un comunista leal pero no obsequioso. Había previsto la adhesión
'm robable de estas ideas federativas, aunque sólo fuese por estar patrocma~a por dos de una república comunista yugoslava a la Unión Soviética, pero también en sus años
~íd~res de primera fila, Tito y Dimitrov. Pero sus proyect.~s se,hi~ieron dem~s1a~~ran­ de juventud le habían conmocionado las purgas rusas de los años treinta, le había per-
diosos ara el gusto de Moscú. En junio de 1947, Tito d1¡0 pubhcamente a os u garos turbado el pacto ruso-germánico de 1939 y había tenido durante la guerra diferencias
d p ba una entidad monolítica de pueblos balcánicos libres. En agos~o.' cuando con Stalin y conocido por experiencia propia la actitud de Stalin hacia líderes comu-
Ó~~i~~~ visitó Yugoslavia para firmar cuatro pactos, cedió se~retamente Ptr.m M.ace· nistas de menor rango. En 1948 abandonó la forma estalinista de comunismo interna-
d nia a la República Macedónica yugoslava. En diciembre, Tra1cho Kostov, ~cepnm:r cional por orgullo personal y nacional; sus raíces genuinamente nacionales le distin-
~nistro de Bulgaria, habló de una unión entre todos l~s sudeslavos en un ,t;iro ~ro: guían de otros líderes comunistas, que habían vivido más tiempo en la URSS que en sus
ximo un mes más tarde, Dimitrov se refirió en la capital rumana ~ una '.11110~ a ua países de origen, y su posición como jefe comunista .victorioso contra los alemanes le
' ~e condujese a una federación 0 confederación en la que estuviesen mclmdos no había dado confianza en sí mismo y apoyo popular. Tuvo suerte por el hecho de que
~~l: l~s sudeslavos, sino también los eslavos del norte (exceptuados_l~s del~ URSS), ~ Yugoslavia no tenía frontera con la URSS y de que la ayuda occidental le pemlitió
Hungría, Rumania, Albania y Grecia. Al llegar a este punto, Moscu mtervmo, convo esquivar el bloqueo económico comunista. Yugoslavia se convirtió en una anomalía

256 257
internacional, un Estado comunista dependiente de la ayuda americana y de otros paí- tante por parte de los comunistas en Europa occidental (particularmente en Francia e
ses occidentales, un aliado de Grecia y Turquía en el Pacto Balcánico de 1953 y, más Italia), pero esas empresas habían fracasado y su fracaso coincidió con un desafío al
tarde, protagonista, con la India de Nehru y el Egipto de Nasser, del neutralismo y la dominio ruso en Europa oriental que tuvo éxito en Yugoslavia y que parecía que iba a
no-alineación. La secesión yugoslava no sólo suponía el final de los proyectos de una ser contagioso. La primera respuesta de Stalin fue dura y práctica: pisoteó, donde pudo,
unión balcánica en tomo a un núcleo yugoslavo-búlgaro, sino que implicaba también las amenazas a los intereses rusos. Además, contribuyó al aparato de la integración
rupturas diplomáticas y económicas con los países satélites restantes y cambios en las comunista de dos maneras: creando con el Comec:on una institución para la asimilación
relaciones de Yugoslavia con sus vecinos no comunistas. La separación de Yugoslavia económica, y creando también los comienzos de la coordinación militar. Estas medidas
contribuyó asimismo a la derrota de la rebelión comunista en Grecia y a la solución, en aunque concebidas primordialmente como réplicas a .las medidas occidentales y aunqu~
1954, del problema de Trieste mediante división {Italia acabó renunciando a su reivin- no se desarrollaron durante el resto de la vida de Stalin, afectaron en último término a
dicación a la totalidad del Territorio Libre en 1975); hizo que se desvaneciese el mito la naturaleza de las relaciones entre la URSS y sus vecinos satélites.
de que un gobierno comunista que no se subordinase a Moscú era un contrasentido, algo El Comecon -Consejo de Ayuda Económica Mutua- se creó en enero de 1949 como
carente de toda lógica; por último, desencadenó una caza de brujas en el bloque satéli- reacción frente al Plan Marshall. Sus miembros fundadores fueron la Unión Soviética,
te, donde los rnsos se vieron en la obligación de eliminar a los comunistas que pudieran Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, a los que casi inmediatamente
sentir simpatía por Tito o verse tentados a seguir sus pasos. se unió Albania y, un año después, la República Democrática Alemana. En la forma, era
La consecuencia más espectacular de la ruptura fue el juicio de Laszlo Rajk en Hun- una asociación de estados soberanos: la propaganda comunista acusaba en aquel tiempo
gría. El secretario general del partido húngaro, Matyas Rakosi, se había hecho sospe· al Plan Marshall de ser un mero instrumento de los estadounidenses para anular las sobe-
choso pero sobrevivió al admitir sus errores. Luego, en septiembre de 1949, Rajk y otros ranías europeas. Pero en el Comecon no fue cuestión de insistir en modo alguno, duran·
comunistas húngaros fueron procesados bajo un compendio de acusaciones de las que te mucho tiempo, sobre el derecho soberano a disentir, y la exclusión de Yugoslavia
se confesaron culpables, y que incluían el espionaje en favor del régimen prebélico de subrayó la dominación soviética. Durante diez años, el Comecon careció de estatutos,
Horthy, en favor de la Gestapo nazi, de Estados Unidos y Gran Bretaña y, más signifi- tuvo una pobre sede y una minúscula plantilla en Moscú, y muy pocas actividades. En
cativamente, de Tito. El juicio fue una manifestación anti-Tito, tanto más enérgica la medida en que era algo más que un gesto antiestadounidense, constituía un apéndice
cuanto que acabó con la ejecución del acusado. Esto mismo se repitió en todas partes. de la política rusa (perseguida principalmente por otros medios) de utilizar la planifica-
En Bulgaria, el veterano comunista Traicho Kostov, que había sido expulsado del parti· ción para ajustar las economías satélites a las necesidades soviéticas y no para desarro~
do en marzo de 1949, fue arrestado en junio y, junto con otros, juzgado y ejecutado en llar la zona en su conjunto en interés de todas sus partes. Los propios gobiernos satélites
diciembre. Las acusaciones iban desde el trotskismo al titoísmo; su fundamento era la se encontraban en el proceso de adoptar el rígido sistema comunista de planificación,
conspiración contra el Estado. En Albania, Koci Xoxe, que había fomentado una unión estableciendo objetivos nacionales y dando instrucciones a cada empresa individual
con Yugoslavia, fue eliminado por su rival antiyugoslavo, Enver Hoxha (quien sobre- sobre la medida en que debían contribuir al conjunto (un sistema que el jefe de la Comi·
vivió a un intento angloestadounidense de derribarlo en 1949 y a un golpe de Estado sión de Planificación Estatal en Moscú, Nikolai Voznesensky, estaba tratando de refor-
ruso después de la discusión con Kruschev en 1960, desalojó a sus antiguos amigos chi- mar hasta que Stalin lo destituyó en marzo de 1949). Hasta la crisis de mediados de los
nos en 1978 y murió en 1985). En Polonia, Gomulka perdió el atributo de respetabili- años cincuenta, el Comecon se ocupó modestamemte de la investigación estadística, los
dad que le quedaba al ser expulsado del comité central del partido, en compañía de intercambios técnicos y la promoción de tratados comerciales bilaterales y .triangulares,
otros más, tras unas acusaciones de colaboración con la dictadura de Pilsudski y con la pero desde 1956 se introdujeron cambios considerables. Se establecieron doce comisio-
Gestapo, y de nacionalismo y desviacionismo. Sin embargo, no fue procesado. Moscú nes permanentes en diversas capitales, se admitió a Yugoslavia y a China como obser-
prefirió fortalecer su posición en los estados satélites más importantes enviando al vadores, se elaboró una Carta constitucional que entró en vigor en 1960, se creó un
mariscal soviético Konstanty Rokossovski a Varsovia, donde se hizo ciudadano polaco órgano ejecutivo en 1962 y las reuniones de estos distintos organismos se hicieron regu·
y ministro de Defensa. En Checoslovaquia, la secesión de Tito y el juicio de Rajk fue- lares y frecuentes. El Comecon organizó la ayuda material y financiera para Hungría tras
ron seguidos por una purga de pro titoístas sospechDSos y de comunistas que habían la revolución de 1956, promovió la planificación conjunta y la inversión, y extendió la
pasado los años de la guerra en Londres. Entre las víctimas se contaba el ministro de cooperación de los estados satélites sobre una amplia base multilateral; por ejemplo, para
Asuntos Exteriores, Vladimir Clementis, que dimitió en marzo de 1950 pero al que no la distribución de energía eléctrica y en la construcción de oleoductos.
se sometió a juicio. A finales de 1951, comunistas que integraron el grupo de Moscú En cuestiones militares, Moscú ejerció el control y la supervisión por medio de ofi-
durante la guerra, y entre los que se encontraba el secretario del partido, Rudolf Slansky, ciales de las fuerzas satélites que habían recibido entrenamiento en la URSS y se con-
fueron juzgados en procesos que tenían un marcado tinte antisemita y cuya intención sideraban fiables. El envío del mariscal Rokossovski a Varsovia fue un gesto inusitada-
parecía ser utilizar a los judíos como chivos expiatorios de las impopularidades del régi· mente abierto y elevado, pero que tenía numerosos paralelismos a niveles inferiores.
men. En 1952, esta política de tentáculos se complementó con la creación de un comité de
Estos años fueron críticos para el dominio de Stalin sobre los satélites o, a juzgar por coordinación militar con el mariscal Bulganin como presidente, y en una conferencia
las medidas adoptadas por Rusia, fueron considerados críticos por él. Al rechazo del en Varsovia celebrada a finales de ese año se constituyó un Estado Mayor General
Plan Marshall en 1947 había seguido el bloqueo ruso de Berlín y una acción más mili· combinado, con sede central en Cracovia bajo el mando de un general ruso. Se fornen-

258 259
taran instalaciones militares, que entrañaban considerables desplazamientos de pobla- Ochab pareció convencer a los chinos, pero no a los rusos, de la necesidad de esta res-
ción, a lo largo de la costa báltica, en Polonia y Alemania oriental y en tomo al Mar titución. En octubre, el politburó decidió reconstituirse admitiendo a Gomulka y
Negro. Los estados satélites estaban aportando en esta fase a las fuerzas militares y de excluyendo a Rokossovski. El 18 de ese mes llegó una importante delegación rusa inte·
seguridad algo así como un millón y medio de hombres, estaban contrayendo una car- grada por Kruschev, Molotov, Mikoyan y Kaganovich, y tropas soviéticas destacadas
ga financiera proporcionada y se les estaba obligando a ajustar sus industrias, sus revo- en Polonia y Alemania oriental comenzaron a hacer maniobras. Gomulka formaba
luciones industriales y sus planificaciones económicas a las exigencias militares del parte del equipo polaco elegido para hacer frente a los visitantes. A estos últimos no

bloque, según la estimación de la URSS. No hubo, sin embargo, un tratado formal de se les permitió asistir a una reunión del comité central polaco y, tras veinticuatro
defensa multilateral hasta que, después de la muerte de Stalin, la admisión de Alema- horas, se marcharon. Se pronunciaron palabras duras, pero las medidas drásticas se
nia Federal en la OTAN precipito la creación, en mayo de 1955, del Pacto de Varso- contuvieron. A Gomulka se le nombró primer secretario el 21 de octubre. El 29 de ese
via. Este tratado, al que pertenecían como miembros la Unión Soviética y todos sus mismo mes, Rokossovski salió para Moscú. Gomulka le siguió a los pocos días. El resul-
estados satélites, se definió como un acuerdo regional de autodefensa dentro del signi- tado de estos acontecimientos fue que los rusos, que presumiblemente habían ido a
ficado del artículo 52 de la Carta de las Naciones Unidas y fue renovado en 1975 y Varsovia con la intención de poner freno a Gomulka y a su partido, decidieron acep-
1985. Creó organizaciones conjuntadas con sede en Moscú bajo el mando del maris- tarlos, tras una rápida ojeada. La alternativa, una intervención directa de las fuerzas
cal Koniev. De manera incidental, regularizó la presencia de tropas rusas en Rumania rusas en Polonia, era demasiado arTiesgada porque las fuerzas soviéticas habrían podi-
~ i
y Hungría, donde de otro modo no hubieran podido permanecer legalmente una vez do muy bien encontrar resistencia por parte del ejército polaco, y una lucha en Polo-
caducados los derechos de ocupación en Austria, a raíz del tratado que restableció la nia podría haber conducido a serias dificultades en otros países. Gomulka era un comu-
soberanía austríaca en ese año. En general, el Pactó de Varsovia era una formalización nista y no se hacía ilusiones sobre la necesidad de Polonia de mantenerse en términos
de las disposiciones ya existentes y, en esta fase, añadió poca cosa sustancial a las mis- razonablemente amistosos con la URSS. No se proponía sacar a Polonia del Pacto de
mas. La pertenencia a la Alianza se convirtió, sin embargo, en la piedra de toque de la Varsovia ni compartir el poder con los no comunistas. Con él se podía convivir. Si ini-
fiabilidad de los asociados de Moscú durante la guerra fría. cialmente los rusos habían temido que un nuevo gobierno polaco arriesgase demasia-
do los intereses esenciales de Rusia, pensándolo bien, llegaron a la conclusión de que
Gomulka no rebasaría los límites tolerables. En diciembre, un nuevo tratado les con-
DESPUÉS DE STALIN cedió el derecho a retener sus tropas en Polonia.
:Ii En Hungría, la revolución que se produjo inmediatamente a continuación del acuer-
1. La muerte de Stalin en marzo de 1953 estimuló la inquietud. Su muerte no la ini- do en Polonia, sí excedió estos límites. Tras la muerte de Stalin, lmre Nagy fue elevado
ció: había habido huelgas en Checoslovaquia, por ejemplo, el año anterior. Pero en al rango de primer ministro en una oleada de relajación general y de reacción contra los
junio de 1953 se desencadenaron en Alemania oriental desórdenes todavía más graves, hombres duros de la vieja escuela. En abril de 1955, sin embargo, fue expulsado por
que el gobierno fue incapaz de controlar sin recurrir a la ayuda de los tanques rusos. En Rakosi, que pasó a ocupar el puesto él mismo, y lo conservó hasta julio de 1956. Pero
Hungría, decenas de miles fueron internados en campos durante una campaña dirigida Rakosi era incapaz de contener la creciente marea de oposicióo que emanaba tanto del
en particular contra los campesinos, la mayoría de la población. En 1954, los soviéticos círculo de Petofi (centro de debate intelectual y de descontento) como de la profunda
dieron muestras de un cambio de parecer en sus relaciones con sus vecinos, al vender a antipatía hacia Ttto, su vecino del sur. Cuando incluso el órgano del partido, Szabad
\1 los gobiernos satélites la participación rusa en las sociedades conjuntas creadas tras la Nep, se volvió contra él, los rusos se percataron de que se había convertido en un estor-
guerra para el control de las empresas industriales y comerciales clave y, aproximada- bo, y apostaron por Erno Gero. Pero Gero tampoco gustaba a los descontentos ni a Ttto
mente al mismo tiempo, la liquidación de Beria y del mando policial en la URSS se y, en octubre, Nagy recuperó de nuevo el poder. Fue, de hecho, si no rehabilitado, al
copió mucho más lejos: en Hungría, el jefe de la policía de seguridad, Gabor Peter, fue menos sí confirmado por los rusos, que se habían visto obligados a llegar a la conclusión
condenado a cadena perpetua, y el primer secretario del partido, lstvan Kovacs, fue de que Rakosi, Gero y los comunistas de esa índole debían desaparecer. Los soviéticos
obligado a confesar arrestos injustificados y testimonios falsos. En 1956, Polonia y Hun- habían comenzado sus operaciones militares contra Budapest el 24 de octubre, pero al
gría dieron un testimonio más crudo de la inseguridad del dominio ruso. día siguiente, Mikoyan y Suslov llegaron a esta ciudad y dieron a conocer su aceptación
En junio de 1956 hubo huelgas y disturbios en la ciudad polaca de Poznan, dirigi- de un régimen Nagy, ~in saber, quizá, qué clase de gobierno se proponía éste formar.
dos principalmente contra los bajos salarios que se pagaban por largas jornadas de tra· Todo dependía de si era capaz de dar forma a una política aceptable tanto para los rusos
bajo. El descontento en la industria coincidió con un fermento intelectual y con mani- como para el movimiento nacionalista húngaro que resurgía. Anunció su gobierno el
festaciones católicas en agosto en Czestochowa, lugar donde existía un santuario de la 27 de octubre e incluyó en él a dos líderes del suprimido Partido de los Pequeños Pro-
Virgen María especialmente venerado. Gomulka asistió a una reunión del comité cen· pietarios, Zoltán Ttldy y Bela Kovacs. Al día siguiente, se acordó un alto el fuego y, un
tral del partido en julio, y cuando Bulganin y Zhukov llegaron desde Moscú confian- día después, las tropas rusas comenzaron a retirarse de Budapest. Entonces, Nagy anun-
do en poder participar, no fueron admitidos. El primer secretario del partido, Edward ció el final del régimen de partido único y la completa evacuación de las tropas sovié-
Ochab, llegó a persuadirse en determinado momento de que Gomulka debía ser read- ticas de Hungría. Nagy había llegado ya mucho más lejos que Gomulka y es probable,
mitido en el favor y en el poder; durante las visitas que realizó a la URSS y a China, aunque no seguro, que hubiese sobrepasado los límites de lo que los rusos consideraban

260 261
tolerable. Para el 30 de octubre, parecía que las tropas soviéticas en retirada estaban pre- tión, Rumania se puso a la cabeza, primero persistiendo en sus intentos de resolver las
parando su regreso o, por lo menos, estaban volviendo a ser desplegadas con vistas a un disputas y, más tarde, rehusando significarse o tomar partido por uno u otro lado.
posible retomo. La suerte estuvo echada, bien el 31 de octubre, cuando a Mikoyan y a Gheorghe Gheorghiu-Dej, dirigente virtual del país desde el final de la contienda
Suslov se les comunicó que Hungría pretendía abandonar el Pacto de Varsovia, o, a más (y dirigente indiscutible tras la caída, en 1952, de Ana Pauker, Vasile Luca y otros
tardar, al día siguiente, cuando Nagy hizo una declaración pública en este sentido y afir- líderes moscovitas), también retó a los rusos en el Comecon, donde, en 1962, Kruschev
mó que Hungría pasaría a ser un país neutral. En esa fecha, los rusos formaron un gobier- propuso crear un órgano de planificación supranacional con facultades para dirigir la
no alternativo bajo la presidencia de Janos Kadar, y cuando, dos días después, el gene- inversión en todo el bloque, y prescribir qué debía y qué no debía hacerse en cada
ral Pal Maleter, ministro de Defensa de Nagy, fue a negociar con los rusos la retirada de Estado miembro. Los rumanos, que deseaban una planta siderúrgica pero a los que se
sus tropas, fue secuestrado. Budapest fue atacada el 4 de noviembre (el día en que había adjudicado el papel de productores de materias primas, invocaron el principio de
Gomulka fue a Moscú) y, acto seguido, la revolución se sofocó rápidamente. Miles de la soberanía nacional, que los propios rusos habían ensalzado tanto cuando se fundó el
húngaros fueron deportados a la URSS o ejecutados. Kadar se afanó en gobernar Hun- Comecon. Mostraron su insatisfacción celebrando un acuerdo por separado con Yugos-
gría dentro de los límites impuestos por Moscú: sin elecciones y sin retirada del Pacto lavia para un proyecto hidroeléctrico en las Puertas de Hierro del Danubio, proponien-
de Varsovia. Gobernó durante treinta y dos años. Estuvo en buenos términos con Krus- do que China fuera un miembro de pleno derecho del Comecon y amenazando con
chev. Proclamó una amnistía general en 1963, cultivó un estilo comparativamente poco abandonar la organización. Los líderes rumanos visitaron París, Londres, Ankara y otras
autocrático, mitigó el uso de la tortura y el encarcelamiento, y permitió la discusión y capitales no comunistas. Tras la muerte de Gheorghiu-Dej en 1965, su sucesor como
la .introducción de reformas económicas. Bajo Gero, un mediocre economista, la pro- secretario del partido, Nicolae Ceaucescu, habló también de la disolución del Pacto de
ducción industrial de Hungría se aumentó en principio, pero la productividad de una Varsovia y de la pérdida de Besarabia en favor de la URSS veinticinco años antes. Des-
fuerza de trabajo ampliamente aumentada no mejoró, sólo hubo lastimosas inversiones pués de una diplomática visita de Breznev a Bucarest, en julio de 1965, las propuestas
en maquinaria y tecnología, y cuando la fuerza de trabajo' dejó de crecer, la producción rumanas menos plausibles cedieron a medida que se reafirmaba la propia realidad de la
industrial se redujo a cero. La inversiones en carreteras, vivienda, educación e investí· situación. Rumania continuó afirmando su idiosincrasia al establecer relaciones diplo-
gación eran insignificantes. Hacia mediados de la década de los setenta los economis- máticas con Alemania occidental en 1967.
tas abogaban por un drástico abandono de la planificación y la dirección económicas El año 1968 trajo un nuevo desafío de otra parte: Checoslovaquia. Antes de la
centralizadas, la liberación de las fuerzas del mercado de oferta y demanda, y planes para Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista checoslovaco no era, en contraste
colocar los beneficios de empresas concretas entre los trabajadores, el Estado y la rein- con sus vecinos, ni ilegal ni clandestino. Era el segundo partido político en impor-
versión. Estas discusiones fueron abiertas e incluso emitidas por televisión. Pero las tancia del país. Escapó al compromiso de la alianza general comunista con Hitler
barreras intelectuales caían más rápidamente que las políticas. Las reformas re?les fue- en 19.39-1941, porque Checoslovaquia estaba ya entonces ocupada por los alema-
ron poco valientes y el partido gobernante poco atrevido y, a diferencia de sus homólo- nes, y sus partidos proscritos. Desempeñó un papel patriótico durante la guerra y
gos en Polonia y Checoslovaquia, pequeño. emergió de ella como el mayor partido político, debido a la proscripción del cola-
La represión de la revolución húngara constituyó uno de esos actos políticos bruta- boracionista Partido Agrario. Su líder, Klement Gottwald, era, por consiguiente, el
les que infligen grave daño a quien los perpetra, pero que se emprende, a pesar de todo, lógico primer ministro. Él y sus colegas habían actuado antes de la contienda en un
en la idea de que, de otra forma, se produciría un daño aún más grave. Los partidos sistema democrático, y estaban cooperando ahora con otros partidos en lo que era
comunistas perdieron considerable número de afiliados e incluso los gobiernos comu· al principio una genuina coalición de todos los grupos antifascistas. Las primeras
nistas que estimaban que Nagy había ido imprudentemente lejos, se estremecieron ante elecciones de la posguerra confirmaron la posición de Gottwald al conceder a los
el despliegue de la fuerza soviética. Sin tardar mucho, encontraron una nueva causa de comunistas el 39% de los votos, el porcentaje mayor. Por otra parte, cuando en
inquietud en la ruptura ruso-china. Se consideraba que los chinos habían dado a los 1948 los partidos no comunistas trataron de socavar la autoridad comunista (un
rusos un buen consejo en relación con Polonia y Hungría -por ejemplo, consentir cam- propósito legítimo) dimitiendo en bloque del gobierno y óbligando al presidente
bios y, en Hungría, utilizar la fuerza sólo una vez que Nagy hubiera dado a la revolución Benes a establecer un gobierno de funcionarios (procedimiento dudosamente
una orientación anticomunista-y Chu En-lai visitó Polonia y Hungría a principios de democrático), Benes respaldó a Gottwald, y el proyecto se vino abajo. Pero también
1957 para consolidar esta ventaja y hacer hincapié en la necesidad de unas buenas rela- ocurrió lo mismo con el genuino gobierno de coalición. Los comunistas empezaron
ciones ruso-chinas. La manera en que Kruschev trató a continuación la disputa con a ridiculizarlo y a gobernar, cada vez más, por medio de la tiranía y del terror. Che-
Pekín perturbó a los líderes de los países satélites, a los que no gustaba la insistencia de coslovaquia se convirtió en un Estado policial. La secesión yugoslava dio a Gott-
Kruschev por sacarla a la luz y la forma en que presionaba a los comunistas para que wald un motivo y una excusa para hacer más severo su control (hubo más ejecu-
tomasen partido. En junio de 1960, Kruschev utilizó el congreso del partido rnmano ciones en Checoslovaquia que en ninguna otra parte) y los crudos años de la guerra
para preparar una manifestación contra los chinos, y aunque en noviembre de 1961 fría, con sus discursos sobre medidas estadounidenses para liberar Europa oriental,
ochenta y un partidos comunistas (sólo Yugoslavia se abstuvo) firmaron en Moscú una pusieron sordina a toda crítica al gobierno que fuera mínimamente significativa.
declaración tendente a atenuar las tensiones y a tapar la fisuras, Kmschev continuó, Aunque se desconfiaba del gobierno, no tuvo éste una oposición seria. El miedo a
hasta su caída en 1964, dirigiendo una campaña pública contra los chinos. En esta cues- la policía ahogó las palabras e impidió la organización. Dentro del propio partido

262 263
gubernamental, el debate se atrofió. Ni siquiera los acontecimientos de 1956 en cías coincidieron de manera natural con las demandas de una mayor libertad -con
Polonia y Hungría produjeron reacción visible en Checoslovaquia, que pasó a ser carácter general y, en particular, de libertad de expresión en la prensa y en la radio- y
considerada como el más dócil de los estados satélites. de democratización de la política del partido y del Parlamento, todo lo cual planteó pro·
Presidiendo esta inercia estaba Antonin Novotny, primer secretario del Partido blemas todavía más graves para los guardianes rusos del orden establecido. Si bien en
Comunista checoslovaco desde 1953 y presidente de la república des~e 1957. Novotny enero de 1968 los rusos habían decidido aparentemente que Novotny había perdido el
era un checo que despreciaba a los eslovacos y que no lo disimulaba. Esta fue una de las control y se podía prescindir de él, y que Dubcek era aceptable como sustituto (procla-
razones de un movimiento contra su liderazgo que condujo a su destitución del puesto mó la solidaridad de Checoslovaquia con la URSS y visitó Moscú inmediatamente des-
que ocupaba en el partido, en enero de 1968; de la presidencia, en marzo; y del partido, pués de su nombramiento), un par de meses después Breznev y sus colegas empezaban a
en mayo. Le sucedió en el primero de los puestos el primer secretario del Partido Comu- preocuparse por el programa de reformas de Dubcek y también, quizá, porque era pro-
nista eslovaco, Alexander Dubcek, y en el segundo, el general Jan Svoboda. El prime- bable que éste se viera forzado a ir más lejos en una dirección liberal como consecuen·
ro y más importante de estos cambios se efectuó en una reunión especial del comité cen- · cia del entusiasmo que había despertado el cambio de gobierno en Praga. Este cambio
tral del partido convocada para salir de un punto muerto en el Presidium. Significó un había sido seguido de un considerable relajamiento de la censura, de cierto número de
cambio total de poder dentro del partido, en gran medida instigado por los eslovacos. reformas ministeriales y de la perspectiva de democratización política, así como de libe-
Dubcek, además de ser un nacionalista eslovaco, era un reformador económico, ralización económica. Se habló de elecciones y de que Dubcek estaba sujeto a presión
como gobernante relativamente humano y en economía relativamente liberal: el tipo popular para efectuar reformas internas tan radicales que no podrían dejar de suscitar
de comunista que hace a otros comunistas parecer particularmente tiránicos e incom- preguntas sobre las relaciones exteriores de Checoslovaquia. Dubcek se había ocupado
petentes. Para Moscú suponía un enigma y durante ~arios meses su cabeza colectiva de establecer contactos personales con los líderes rusos, polacos y húngaros antes de reu-
no pudo decidir sobre qué pensar o qué hacer con él. Las primeras medidas de nuevo nirse con los rumanos, ligeramente suspicaces, y durante un par de meses sus vecinos no
gobierno eran ambiguas y sin amenazar explícitamente el monopolio comunista del evidenciaron ninguna desconfianza en relación con él o con su nueva trayectoria, pero,
poder o el Pacto de Varsovia, pero su Programa de Acción, publicado en abril, y una desde finales de marzo, comenzaron a aparecer críticas en Alemania oriental y en Polo-
promesa de elecciones en mayo, pusieron a Moscú en un dilema que resolvió a fina- nia, y es razonable suponer que los rusos pudieron haber empezado a preguntarse si los
les de agosto con la invasión. cambios en Checoslovaquia no eran más importantes de lo que habían parecido a pri-
Checoslovaquia era un país industrial que se veía particularmente entorpecido por mera vista. La confianza de los reformistas estaba creciendo y suscitaba cada vez mayo-
la construcción del telón de acero. Económicamente, su mitad oeste pertenecía al mun- res expectativas populares. Su Programa de Acción, presentado a comienzos de abril,
do occidental, aunque no fuera así en el caso de Eslovaquia. La economía del país se contenía proyectos radicales concernientes a la reorganización de las respectivas fun-
recuperó de un modo aceptable después de la guerra pero tuvo poco movimiento e ciones del partido y del gobierno, la rehabilitación de las víctimas de la.s purgas de 1949,
incluso se estancó en los sesenta. Su capacidad de preguerra en la fabricación y expor- la posición de Eslovaquia, el restablecimiento del Parlamento y cierta libertad para par-
tación de bienes de consumo fue minada por la insistencia rusa de ampliar la industria tidos de segundo orden (dentró del frente nacional que los comunistas continuarían
pesada, cuyos productos necesitaba la URSS y que no tenía mercados fuera del bloque controlando). El radicalismo de Dubcek, sin embargo -a diferencia del de Gorbachov
de satélites, ya que en ténninos occidentales su tecnología era anticuada. Sus métodos en los años venideros-- era limitado y confiaba de una manera un tanto imprudente en
eran (como los polacos) peligrosamente contaminantes. Producía dos veces más acero su habilidad para remodelar el Partido Comunista y garantizarse el apoyo a su progra-
de lo que podía vender. Se aisló del resto del mundo. El patrón estándar de dirección y ma. Hizo oídos sordos a las advertencias de acciones militares por parte de Moscú.
control centrales de los comunistas produjo un anquilos;:uniento, y los nuevos intereses Desde el punto de vista ruso, el Programa de Acción era reprobable en sí mismo y
creados en la industria pesada impidieron la vuelta a los bienes de consumo. Éstos se- doblemente reprobable en el contexto más amplio de la Europa central y oriental.
rían, sin embargo, especialmente vulnerables, caso de producirse un proceso de desar- Traía la libertad personal y política al centro de un debate que difícilmente perma-
me. Checoslovaquia evitó endeudarse excesivamente con Occidente, a escala polaca o necería limitado a Checoslovaquia. La primera gran conmoeión en el bloque comu·
húngara, pero rio podía reajustar ni arreglar su economía sin el capital occidental. nista de la posguerra la causó el ejemplo de Yugoslavia en 1948; la segunda, los ejem·
Los economistas estaban al tanto de estos peligros. Se iniciaron unas reformas, bási- plos de Polonia y Hungría en 1956. Ambos habían requerido, y justificado a ojos de
camente ineficaces, en 1958 y el comité central del partido gobernante aprobó, en Moscú, el recurso a medidas violentas que incluían el asesinato legal y la fuerza de las
1965, un programa de mayor alcance para la descentralización de la gestión industrial, armas. Era vital impedir que Dubcek diese un tercer mal ejemplo. Rumania, particu·
elaborado por el profesor Ota Sik. Ideas similares se habían discutido en los países veci- larmente desde el acceso al poder de Ceaucescu en 1965, había estado haciéndose
nos, incluyendo la misma URSS, y en Hungría se habían adoptado medidas más radi- incómoda en el Comecon y en la Organización del Tratado de Varsovia; había deja-
cales que las de Sik. En 1968 no había razones imperiosas para suponer que Moscú veta· do de asistir a las reuniones de esta última. Tito estaba todavía vivo y dinámico (estos
ría este tipo de política económica que el gobierno de Dubcek quería poner en práctica. dos dirigentes habían de visitar Praga en agosto con pocos días de diferencia uno del
Pero la presión para efectuar dichos cambios iba acompañada de una segunda clase otro y para ser objeto de una aclamación entusiasta). Checoslovaquia había sido con
de fermento. La descentralización de la gestión económica se equiparó a la liberaliza· Gottwald y Novotny un elemento clave en el sector occidental de los dominios euro·
ción de controles y a la participación obrera (o democracia industrial) y estas renden· peos de la URSS, junto con Polonia y Alemina oriental. La perspectiva de que la

264 265
Checoslovaquia de Dubcek se escapase de este sub-bloque para aliarse con Yugosla- bio de planes durante el mes de agosto, el acontecimiento que más probablemente lo
via y Rumania era alarmante estratégicamente a la vez que una inaceptable exhibí· determinó fue la publicación, el 10 de ese mes, de los nuevos estatutos del Partido
ción de independencia política. Los cambios políticos en Praga, en sí mismos una Comunista checoslovaco, lo que equivalía al fin del centralismo democrático y a la
secuela de cambios económicos y de gestión, podrían tener a su vez consecuencias concesión de sustanciales derechos a los partidos menores. Estos estatutos debían exa·
estratégicas peligrosas. Y algunos en Moscú se empezaban a alarmar ante los signos de minarse en el congreso del partido un mes más tarde y serían adoptados con toda
pérdida de autoridad por parte de los comunistas en el gobierno de Checoslovaquia, seguridad, a menos que se tomaran medidas drásticas para cambiar el liderazgo del
e incluso en su policía. partido una vez más, e impedir la celebración del congreso. El hecho de que este pro·
Si los rusos comenzaban a inquietarse con las actividades checoslovacas, lo mismo grama político se hubiese cumplido sólo parcialmente sugiere que los rusos decidieron
ocurría con los checoslovacos con respecto a las posibles reacciones rusas, sobre todo la invasión de Checoslovaquia con escasa anticipación y no tras una larga y disimu-
en vista del hecho de que la presión popular había inducido a Dubcek a acordar el ade- lada premeditación. Aunque la invasión fue militarmente precisa y eficiente (las fuer-
lanto a primeros de septiembre del congreso del partido que presumiblemente aclama· zas armadas checoslovacas no ofrecieron resistencia y el gobierno de Dubcek había
ría y defendería encarnizadamente el programa de reformas. A comienzos de mayo, dicho que no la opondrían}, sus tácticas políticas habían sido visiblemente confusas
Dubcek y otros líderes de la nueva tendencia fueron a Moscú. Dos semanas más tarde, y sus objetivos políticos sólo parcialmente alcanzados. Dubcek no fue derrocado. Fue
Kosiguin fue a Praga y otro tanto hizo -al mismo tiempo, pero por separado- el maris- detenido, llevado a Moscú bajo arresto, probablemente torturado, pero luego repues-
q1l Grechko, acompañado por el general Episher, jefe del servicio secreto político del to. Si, como existen muchas razones para suponer, los rusos esperaban que el Presi··
ejército soviético. En junio, las fuerzas del Pacto de Varsovia realizaron maniobras en dium de Praga desplazase a Dubcek y a sus cómplices, instalase un nuevo gobierno y
Checoslovaquia. Éstas estaban programadas desde hacía mucho tiempo, pero fueron dirigiese una invitación a los rusos para justificar la invasión, estaban mal informados
considerablemente ampliadas, y los tanques rusos que vinieron con ellas no parecían y sus preparativos fueron insuficientes. Llegaron como conquistadores agresivos y,
l¡ tener ninguna prisa por marcharse. Esta insinuación o demostración por pane de los aunque su fuerza era irresistible, tuvieron que negociar con Dubcek y Svoboda.
1. rusos coincidió con la publicación de un nuevo manifiesto liberal -las Dos Mil Pala- Veinte años de gobierno comunista habían ahogado la vida política y cultural y
~ .
'l bras-, que ejerció una nueva presión reformista sobre Dubcek y agudizó la tensión creado un desastre económico producido principalmente por la conjugación de una
l entre los elementos democráticos y contrarreformistas en Praga. La situación estaba burocracia estéril, por un lado, y unas medidas irreales, por otro. Ninguno de los pla-
1
ahora tan peligrosamente cargada que los partidos comunistas francés e italiano trata· nes quinquenales funcionó según los planificadores lo previeron. Los reformadores en
ron de mediar y los germano-occidentales, igualmente alarmados por el giro de los acon- los sesenta, además de ser antirrusos, buscaban una clase mejor de socialismo, que los
tecimientos, retiraron sus fuerzas de la frontera checoslovaca para desmentir los rumo· rusos no podrían tolerar porque la reforma en cualquiera de los satélites era necesaria-
res de que ellos y sus aliados estaban instigando una secesión del bloque de Varsovia, o mente una amenaza al sistema estalinista por entero. El símbolo con.creto de este impe-
proponiendo aprovecharse de las fisuras que se habían producido en él. rativo fue el tratado firmado en octubre, que permitía el estacionamiento de tropas
La intervención en los asuntos de un vecino, ni era nueva, ni era enteramente rusas en Checoslovaquia en número indefinido. A Dubcek se le fue degradando pro·
injustificable ideológicamente, pero la forma extrema de invasión militar debía evi- gresivamente, fue enviado a Turquía como embajador y llamado de vuelta para ser
tarse si era posible, quizá para renunciar a ella por completo basándose en algunas expulsado del Partido Comunista. La reforma y los reformadores fueron .eliminados. La
estimaciones del daño que tales métodos de mano dura pudieran causar al comunis· invasión de Checoslovaquia fue, desde el punto de vista soviético, un mal necesario y
mo internacional y al puesto que la URSS ocupaba en él. El debate sobre cómo y has- una acción muy bien calculada. A pesar de algún estremecimiento que produjo en
ta qué punto parece haber tenido ocupados a los líderes rusos durante todo el mes de Occidente, no suponía una amenaza para la paz internacional y no detenía el curso de
julio y la mitad de agosto. Una primera reunión en Varsovia a la que no asistieron los la distensión ruso-estadounidense: no hubo más que una breve interrupción en las con·
checos (o los rnmanos} dio lugar a una carta advirtiéndoles que las reformas que pro- versaciones que condujeron a la apertura de las SALT en 1969 y al acuerdo con Bonn
ponían equivalían a dejar que el poder escapase de las manos del Partido Comunista. en 1970. En su desenvolvimiento durante la crisis, Breznev demostró tener muchas de
A continuación de esta reunión hubo otra, ésta ruso-checoslovaca, en Cierna-nad- las cualidades que habían sido muy útiles a Kennedy en la crisis cubana de 1962. Pero
Tisou, en la frontera eslovaca, celebrada el 29 de julio. Duró cuatro días y a ella le la invasión obligó a Moscú a proclamar una doctrina extrema acerca de los límites de
siguió inmediatamente otra, en Bratislava, de todos los miembros del Pacto de Var· la independencia soberana dentro del bloque comunista, y a dejar claro que la disten-
sovia, excepto Rumania. Antes de Cierna los rusos publicaron una amenazante decla- sión ruso-estadounidense no implicaba aflojar las riendas del poder dentro del mismo.
ración, diciendo que se había encontrado un alijo de armas estadounidenses en suelo Tanto la invasión como la doctrina perturbaron a la Europa oriental, por la violencia
checo y es difícil juzgar si Cierna no fue sólo un deseo de aparentar. Bratislava reite· de la acción y por las implicaciones de la doctrina, y el uso del Pacto de Varsovia,
ró la amenaza militar. Las tropas rusas se retiraron de Checoslovaquia. La propagan- ostensiblemente antioccidental, contra uno de sus propios miembros, subrayó las ten-
da de Moscú contra Praga cesó. Pero el 20 de agosto los rusos, acompañados de uni • siones imperantes dentro del bloque veinte años después de su consolidación.
dades germano-orientales, polacas, húngaras y búlgaras, invadieron el país. Estas tensiones tenían dos orígenes principales: el nacionalismo y los conflictos de
No es posible decir si la decisión de hacerlo había sido tomada en principio antes intereses económicos. El nacionalismo era endémico en todo el bloque, aunque más
de las reuniones de julio, o si se tomó poco tiempo después de éstas. Si hubo un cam· débil en unos lugares que en otros. Bulgaria, en un extremo de la escala, respaldó la

266 267
doctrina de Breznev en una nueva constitución en 1971 y, de este modo, elevó el comerciales resultantes dentro del grupo debían adoptar en gran medida la fomia de
internacionalismo socialista por encima del nacionalismo tradicional y los derechos intercambios de estas manufacturas prescritas por materias primas rusas, singularmente
de los estados. Esto era un eco del comunismo internacional de viejo estilo de Dimi· petróleo: las exportaciones soviéticas de petróleo a otros miembros del Comecon pasa-
trov conjugado con la perenne inclinacion de Bulgaria hacia Moscú para contrarres- ron de 8,3 millones de toneladas en 1965, a los SO millones de toneladas previstos para
tar las relaciones perennemente difíciles con sus vecinos. (Pero en los años setenta 1975. Semejante reparto de esfuerzos parecería bastante natural en un Estado, pero al
Bulgaria se esforzó por mejorar sus relaciones con Rumania y Yugoslavia e incluso con aplicarse como un paso previo a la unificación política, entrañaba un supranacionalis-
Grecia y Turquía.) La mayor parte de los europeos orientales, sin embargo, eran tan mo del que desconfiaban los miembros -en particular Rumania- porque sustraía las
reacios como los europeos occidenta.les -o como los árabes, para el caso- a subordi- decisiones al control nacional (las mismas objeciones podían oírse en Europa occiden-
nar su identidad nacional a organizaciones o a causas supranacionales. Hasta cierto tal) y amenazaba con reducir a los miembros individuales a la dependencia de una úni-
punto, la URSS había contribuido a este particularismo, no solamente por su mano ca industria o cultivo, con la consiguiente y suplementaria pérdida de independencia
dura en momentos de crisis, sino también obstaculizando asociaciones regionales den- política. Existía también la cuestión de los pagos, el temor a que las condiciones y los
tro de su esfera (balcánico-danubiana u otra). Cualquier asociación debía abarcar el beneficios del comercio con el Comecon se manipulasen en desventaja de los herma-
conjunto y tenía que incluir desde luego a la propia URSS. nos más débiles, fijando arbitrariamente paridades de moneda desfavorables. El Progra-
Había dos principales órganos de integración de la Europa oriental: la Organiza- ma Compuesto de 1971 reconocía estos temores, hasta el punto de prever una moneda
ción del Tratado de Varsovia y el Comecon. El Pacto de Varsovia era poco más que común o rublo transferible para 1980, después de un período en que la diferentes mone-
una expresión y un despliegue del poderío soviético. Sus fuerzas estaban al mando de das se equiparasen y se ajustasen entre sí equitativa y permanentemente.
un comandante en jefe ruso y su cuartel general era una oficina ministerial del alto Los miembros del Comecon tenían un interés común en elevar su rendimiento eco-
mando de la URSS. Había sido creada en oposición a la OTAN y su función primor- nómico y los intercambios comerciales entre sí, pero algunos de ellos tenían también
dial era hacer frente a las fuerzas de la Alianza Atlántica: en Europa. Pero cualesquie- interés en comerciar con países que estaban fuera del bloque (y, por consiguiente, pro-
ra que fueran sus fines confesados, las fuerzas del Pacto tenían otras potencialidades ducir para éstos): sólo podían satisfacer ciertas necesidades comprando a naciones occi·
de las que la invasión de Checoslovaquia era un incómodo recordatorio. La defensa dentales; podía producirse una expansión más rápida de su comercio si, además de
de Europa oriental incluía, según la doctrina de Breznev, el disparar contra los ene- comerciar con países del este, trataban con los del oeste; y había ventajas políticas en
migos de puertas adentro. La doctrina suscitó cuestiones sobre la soberanía, no sobre una diversificación comercial que redujera la dependencia económica con respecto a
el poder. Todos los países de la Europa del Este sabían que tenían que convivir con el uno o dos vecinos. La propia URSS dio un ejemplo, que difícilmente podía denunciar
poderío soviético y respetar las limitaciones que éste imponía a la libertad de acción en otros, al concertar con Estados Unidos en 1972 un acuerdo destinado a triplicar el
de cada uno de ellos, pero deseaban al mismo tiempo mantener sus derechos c;le sobe- comercio ruso·estadounidense para 1975 (este acuerdo fue rescindido por la URSS a
ranía, incluso aunque no pudieran ejercerlos siempre. Para la mayoría, ésta era una comienzos de 1975, después de que el Congreso de Estados Unidos hubiese insertado en
vana aspiración, un recurso al pataleo ejemplificado por la continua negativa de la Ley de Refomia del Comerció de 1974 una enmienda vinculando la expansión del
Rumania (mantenida a pesar de una visita del mariscal Grerichko a Bucarest en comercio ruso-estadounidense al relajamiento de la política de emigración de la URSS.
1973) a participar en las actividades del Pacto de Varsovia, por la simbólica visita de El autor de la enmienda, el senador Henry Jackson, esperaba facilitar la emigración
Ceaucescu a Pekín en 1971 y por la recepción de que hizo objeto en Bucarest, en judía desde la URSS pero sólo consiguió frenar el comercio entre los dos países). A par-
1972, a los presidentes de Estados Unidos y Alemania Federal. tir de 1973, el Comecon inició conversaciones con la CEE relativas a acuerdos entre
En el Comecon, las tensiones eran más concretas. Comenzó a tener vitalidad a fina- esta última y determinados miembros de aquél, incluyendo reducciones de cuota y cláu-
les de los años cincuenta, tras un origen sonmoliento, y s~ le dotó en 1962 con un Plan sulas de nación más favorecida. Los países occidentales se sintieron particularmente
Básico de División Socialista Internacional del Trabajo. Este título proclamaba su atraídos por la posibilidad de aumentar sus compras de petróleo no procedente de
intención. En 1971 se adoptó un segundo documento básico: el Programa Compuesto Oriente Medio.
para el Desarrollo de la Integración Económica Socialista, que contenía un programa Pero estos horizontes no estaban del todo despejados. El creciente comercio este-
de amplio alcance cuyas previsiones se extendían a quince o veinte años vista (en este oeste coincidió con el aumento en Occidente de la inflación de los precios mundiales
año, Albania se unió de nuevo a la organización después de un lapso de nueve años). de los productos. Los estados de Europa oriental, que experimentaban la inflación en
Los problemas prácticos del Comecon no diferían fundamentalmente de los de cual- sus propias economías por razones internas -como salarios más altos- se enfrentaron
quier organización internacional que tratase de reconciliar lo bueno de cada parte con con la alternativa de importar una medida mayor de inflación al tiempo que importa·
lo bueno del conjunto. Sus miembros tenían puentos de vista divergentes sobre sus inte- ban los artículos y materias primas occidentales, o, de otro modo, reducir su comercio.
reses y la armonización de éstos se veía aún más complicada a causa del poderío abso- Cuando Rumania, que había vuelto a dirigir la mitad de su comercio exterior hacia
lutamente predominante de uno de ellos, complicación que la CEE, con problemas países ajenos al Comecon, estaba preparando un nuevo plan quinquenal en 1975, alte-
similares, no tenía. En Europa oriental, la división del trabajo significaba en particular ró sus intenciones originales reduciendo la parte de las actividades comerciales que se
dos cosas: que cada miembro que no fuera Rusia debía concentrarse en una o dos acti· proponía llevar a cabo con el oeste; pero poco dispuesta a retraerse al estrecho círculo
vidades económicas prescritas por la organización en su conjunto, y que las relaciones del Comecon, comenzó a explorar las perspectivas de un comercio más activo con el

268 269
Tercer Mundo y, con este fin, solicitó y le fue concedida la condición de miembro de mente de los alimentos, condujeron en 1976 a huelgas, tumultos, muertes y duras con·
la conferencia de países no alineados, convocada en Lima en ese año {pero celebrada denas de prisión. Se creó un Comité para la Defensa de los Trabajadores (KOR), cuyo
en Colombo al año siguiente). Incluso Checoslovaquia, que era permanentemente el objeto era ayudar a las familias de los muertos y presos, y protestar contra la brutalidad
Estad? de economía más fuerte y país acreedor dentro del bloque, se vio atrapada en de los métodos policiales. Se invalidaron las alzas de los precios, se aumentaron los sala·
ese ~tierna, en. ~arte a ca~sa del vigor de su comercio e industria. Su comercio con rios en la industria y los precios de los agricultores y Gierek persuadió a Moscú para que
Occidente, facilitado en cierta medida por el establecimiento de relaciones diplomáti- enviara importantes cantidades de alimentos y de maquinaria industrial a Polonia. Se
cas con Alemania Federal en 1973, introdujo en el país artículos de todo el mundo trataba de una política de represión atemperada con alguna concesión. No dio resulta-
\ pero a los precios mundiales disparados por la inflación, y, puesto que Checoslovaqui~
no podía abandonar proyectos incompletos que dependían de contratos extranjeros
do. Los aumentos de salarios acentuaron la demanda de productos de consumo importa-
dos y de este modo se incrementaron la inflación y la ya insostenible deuda con los
enco~tró ante0 la ~ecesi¿ad de incr~mentar ~I valor de sus exportaciones a Occide~~: exportadores occidentales. Las muertes de 1970 y 1976 no se olvidaron; nuevas mani-
en mas del 20 Yo s1 quena pagar sus 1mportac1ones mediante el comercio. festaciones y huelgas de hambre obligaron al gobierno a conceder en 1977 una amnistía
En Hungría, la descentralización de los ásuntos económicos inquietaba a los ru a los proce~ados por los disturbios de los años anteriores; y pudo verse a Gierek, que cele-
Y al ala más conservadora del establishment comunist3. húngaro, pero una visitas~; bró su primera reunión con el cardenal Wysczynski, acudir en petición de ayuda a la Igle-
Breznev a Budapest en 1972 se interpretó como un permanente apoyo soviético a sia católica romana. La elección del cardenal Wojtyla al papado -el primer Papa polaco
Kadar Y a u~a prude~te liberalización. Sin embargo, Kadar seguía preocupado. La fac- desde que Polonia fue cristianizada 1.000 años antes- tuvo un efecto difícil de cuantifi-
tura de las 1mportac1ones de Hungría aumentó enormemente al producirse una subi- car pero en modo alguno insignificante en un país que se consideraba a sí mismo como
da de los precios,_ tanto .rusos como mund.ia.les, tan elevada que el gobierno, incapaz la joya de la Contrarreforma. El papa Juan Pablo Il realizó una emotiva visita a Polonia
de ~lenar este vac10 mediante una productividad y unas.exportaciones mayores, se vio en 1979, que fue un año más de malas cosechas y deuda exterior creciente. La tarea de
obligado a cargar esos aumentos de precios sobre los consumidores. En el undécimo Gierek empezaba a exceder los límites de su capacidad y los obreros industriales se esta-
c~n~reso del ~artido en 1975, el propio Kadar sobrevivió a las críticas, pero su primer ban movilizando, aunque cautelosamente, para otra confrontación con el gobierno.
mm1stro, Jeno Fo~k.' y otros perso~ajes de alto rango tuvieron que dimitir y se adop- En 1980, se declararon nuevamente en huelga, deteniendo la actividad de los astí·
taron nuevas pol1t1cas de austeridad y de vuelta a la centralización, fundamen- lleras del Báltico en un contexto de deuda externa insostenible, precios por las nubes
talmente par~ hacer frente al desbordante déficit de la balanza de pagos. y grave escasez de productos básicos. Las ganancias de las exportaciones quedaban
Mucho mas grave desde el punto de vista ruso era el caso de Polonia, donde las difi- casi por entero absorbidas por el coste de una enorme deuda externa por encima de
cultades económicas condujeron a la caída del gobierno a consecuencia de las manifes- los 20.000 millones de dólares que aumentaba cada año en 2.000 millones. La comi-
t~ciones obreras, un fenómeno raro en cualquier lugar del mundo y menos esperado toda- da era o imposible de obtener o tan cara que resultaba prohibitiva. Los aumentos de
via en un Estado comunista autoritario. Las subidas de los precios de los alimentos salarios de un 10··20%, concedidos por el gobierno en el verano, ~menazaban con
provocara~ a finales ~e 1970 huelgas y disturbios que el gobierno trató de controlar por agravar la inflación sin hacer la vida tolerable para los receptores. No se podía culpar
la fuerza, sm conseguirlo. Hubo cuarenta y cinco muertos y más de mil heridos. Gomul- a nadie salvo al gobierno, pero al mismo tiempo no había forma constitucional de
ka, al que ~e había devuelto el poder en medio de los conflictos de 1956, dimitió. Un echar la culpa al gobierno o de encontrar remedio o incluso explicación por su parte.
nue~o gobierno, ~n.cabezado por Edward Gierek, anuló las subidas de precios, elevó los Por consiguiente, las huelgas que tuvieron lugar en agosto fueron inevitables y de un
salarios Y los su~s1d1os de la segu~idad so~ial, importó artículos de consumo extranjeros matiz claramente político. No sólo no podíail resolverse mediante convenio colecti·
(a un c~ste c~ns1derable) y depuro el partido y la administración mediante la destitución vo entre los obreros y sus patronos; tal convenio era en sí mismo imposible, porque
de func10nanos a todos los niveles, situando a nuevos hombres y mujeres en la mitad de no se permitía a los obreros ninguna organización legal que pudiera negociarlo. El sis-
los puestos, tanto claves como intermedios e inferiores. Se concedió a la prensa mayor tema no podía solucionar nada. Si los huelguistas permanecían al margen de él, el
libertad (pero se restringió de nuevo en 1974), y en 1972, los salarios y subsidios se ele- gobierno tendría que escoger entre usar la fuerza o modificar el sistema.
varon otra vez -..exigiendo el gobierno en contrapartida mayor puntualidad y laboriosi- Pero el propio gobierno no era libre para elegir~ Tenía que consultar con la URSS.
d~? en el trabajo-y.se eligió un nuevo Parlamento con muchas caras nuevas, pero tam- Gierek fue a ver a Breznev para descubrir qué margen de libertad se le permitía. Ni él
b1en co~ el. consabido 99% de los votos para los candidatos comunistas. Para 197], ni Moscú querían una confrontación con los huelguistas {que se convertiría en seguí·
muchos md1cadores económicos eran tan propicios que cabía hablar de un boom: aumen· da en un enfrentamiento con un sector mucho más amplio de la población), pero no
t~ la producció.n industrial y agrícola, así como los salarios reales y la inversión y, en cam· podía descartarse el uso de la fuerza por parte de la URSS. Gierek debía averiguar qué
b10, permanecieron estables los precios. Pero la otra cara de la moneda fue un incre- era lo que bajo ninguna circunstancia podía conceder, y el acuerdo al que finalmente
me·nt·o en la factura de las importaciones y en la deuda externa, puesto que el gobierno se llegó con los huelguistas de los astilleros del Gdansk en agosto mostró cuáles eran
satisfizo la demanda de consumo y las necesidades de la modernización industrial com· estos límites. En este acuerdo, firmado por Lech Walesa en representación de los huel·
pi:ndo e.~ otros pa~ses, financiando sus compras con préstamos del exterior y alentando guistas, y a continuación imitado en términos similares en las cuencas carboníferas de
la mvers1on extraniera. Hacia 1974, Polonia, como Rumania, estaba realizando la mitad Silesia y en otros lugares, los huelguistas aceptaban el papel dirigente del Partido
de sus operaciones comerciales con Occidente. Enormes subidas de precios, especial- Comunista, el sistema socialista de Polonia y la integración del país dentro del bloque

270 271
soviético. A cambio del reconocimiento de estos límites, los líderes polacos de la opo-
sición, muy disciplinados y de una madurez extraordinaria, consiguieron sobre el papel
l
l
nes internas que le llevaron a la cima, Kania tenía que contar con el hecho de que Mos-
cú seguía siendo el dueño y señor. Este dominio se intensificó todavía más como con-
victorias asombrosas: el derecho a la huelga, el derecho a constituir sindicatos inde- secuencia de la difícil situación económica polaca. Polonia podía pagar sus deudas o ali-
pendientes del Estado, una más amplia discusión de la política económica del gobier- mentarse, pero no las dos cosas; la comida, que había sido la causa fundamental del
no, una disminución de la censura, nombramientos y promociones por méritos y sin malestar durante el verano, podía exportarse para obtener divisas, o bien expenderse en
tener en cuenta la militancia en el partido, salarios y pensiones más altos, promesas el mercado interior, donde, como consecuencia de los aumentos de salarios con~edidos
sobre las condiciones de trabajo, viviendas, permiso por maternidad, un segundo día antes y después de las huelgas, existía más demanda que nunca. Coincidiendo con esto,
libre a la semana y emisiones habituales de los oficios eclesiásticos católicos. Algunas una mala cosecha estaba incrementando las facturas de importación de grano y mate·
cláusulas eran vagas; otras difícilmente podrían cumplirse sin un milagro económico rias alimenticias, y aunque los principales exportadores occidentales hacia Polonia
en el que nadie creía. De todas formas, nadie dudaba que había ocurrido algo extraor- -Estados Unidos y Alemania Federal a la cabeza- estaban dispuestos a conceder nuevos
dinario. Una oposición oficialmente inexistente había forzado a lJil gobierno totalita- · préstamos (dentro de ciertos límites), sólo en Moscú podía el nuevo gobierno polaco
rio, mediante el uso no violento de las fuerzas industriales, a acceder a muchas de sus obtener los créditos a la medida de sus dificultades. Polonia en 1980 era un portento de
demandas, a cambiar la Constitución del país y a volver a introducir un diálogo polí- conflictos dentro del bloque socialista, pero en ningún caso, como en Yugoslavia cuan-
tico que había estado completamente ausente durante toda una generación. Los fraca- do Tito se enfrentó a Stalin treinta y dos años antes, una parte que pudiera desgajarse
sos económicos del gobierno fueron la causa inmediata y más poderosa de su derrota, de este bloque. Los propios polacos eran conscientes de que la geografía descartaba cual-
pero las reivindicaciones de los obreros mostraban hasta qué punto el descontento quier posibilidad semejante a la secesión yugoslava y, por la misma razón, estaba tam-
superaba la esfera puramente material, extendiéndose a cuestiones de libertad y digni- bién excluida una ayuda económica y política occidental masiva como la que sostuvo a
dad humanas como el derecho de las agrupaciones industriales a dirigir sus asuntos Tito desde 1948. El grado de éxito que Kania podía lograr allí donde Gierek había fra.
(algunos) por sí mismos, y expresar y publicar sus propiás opiniones. casado dependía por tanto de la decisión de Moscú, que era el único lugar de donde
El control comunista fue firmemente restablecido en su forma militar cuando el Kania podía conseguir la ayuda o las concesiones económicas necesarias para mantener
general Jaruzelski, primer ministro desde el mes de febrero de 1981, fue designado jefe el acuerdo con los huelguistas, compromiso que el dirigente polaco no podría cumplir
del partido a finales de ese año. Tras esta acumulación de poderes y para mayor seguri- si Moscú optaba por impedirlo. La URSS permitió el acuerdo de agosto como el menor
dad, impuso la ley marcial. Por el contrario, el control de Walesa sobre Solidaridad se de una serie de males, pero no había garantía de un respaldo permanente, y todavía
vio debilitado, ya que las medidas dictadas por el gobierno y la detención de algunos de menos de aprobación de una nueva alteración en relación con la constitución o con el
sus miembros más destacados provocaron división de criterios. Cuando se levantó la ley dominio del Partido Comunista.
marcial al cabo de un año, el foco central de la oposición se había desplazado de Solida- Nunca se dudó que la URSS era capaz de volver a ocupar Polonia y los ejemplos de
ridad a manos de la más dócil Iglesia católica, tradicionalmente acostumbrada y dis- Checoslovaquia y Afganistán demostraban que al Kremlin no le faltaba decisión para
puesta a tratar con el poder laico. Una inestable reconciliación se selló tácitamente con utilizar la fuerza. Había, de todas formas, razones de peso para suponer que era extre-
la visita del Papa en 1983, seguida de una amnistía para la mayoría de los presos políti- madamente contraria a emplear tal método. Estas razones no se derivaban ni del espí-
cos, que acentuó la confianza del ejército. Pero las tensiones persistieron. No hubo solu- ritu combativo de Polonia, que podía presumirse tan magnífico e ineficaz como lo había
ciones para la economía y los problemas se agravaron cuando el presidente Reagan apli- sido en 1939, ni del poder disuasorio americano, puesto que una amenaza militar esta-
có sanciones económicas. La disminución del número de miembros del Partido dounidense no era concebible y las sanciones económicas -como había puesto de mani-
Comunista continuó, y el asesinato, en octubre de 1984, del padre Jerzy Popieluszko, fiesto la reciente crisis afgana- eran lentas en su aplicación y podían soslayarse fácil-
uno de los sacerdotes sin pelos en la lengua en cuyos sermones elogiaba a Solidaridad mente. Lo que hacía que la URSS se abstuviese de invadir Polonia era la perspectiva de
en términos patrióticos, reveló todo un hervidero de tensiones internas. Reveló tam- no encontrar allí a nadie que gobernase el país; ningún Kadar, como en Hungría en
bién la insuficiencia del control gubernamental sobre sus propios agentes: el padre 1956; ningún Husak, como en Checoslovaquia en 1968. Los comunistas polacos, iden-
Popieluszko fue secuestrado por la policía y torturado hasta morir. tificados ya con la catástrofe económica del país y la represión interna, ~10 podían afron-
La extraordinaria importancia de la protesta polaca radicaba en su fuente: los obre· tar el nacionalismo polaco desempeñando un papel similar al de aquéllos, así que una
ros industriales. En la URSS, la protesta contra el mal gobierno había sido endémica invasión rusa entrañaría un control directo de Rusia, como en tiempos del zar. Pero ésta
durante más de cien años, remontándose a los días de Alexander Herzen; pero era ésta era una política que había sido desechada tanto por Stalin en 1945, cuando arrojó un
una protesta intelectual, tan ineficaz como honrosa y admirable. Volvió a aparecer en jarro de agua fría sobre la idea de que los países de Europa oriental se unieran a la URSS
la URSS de la posguerra y en otros lugares como, por ejemplo, Hungría y Checoslova- como repúblicas soviéticas (exceptuando únicamente los tres estados bálticos), como
quia. Pero únicamente en Polonia -y en la República Democrática Alemana (1953)- por Breznev, cuando rechazó en 1970 la pretensión de Gomulka de utilizar fuerzas rusas
hubo protestas industriales efectivas, y sólo en Polonia tuvieron consecuencias políticas para salvar su régimen a punto de sucumbir. Dio por perdido al Partido Comunista pala··
internas significativas. Por esta razón, Stanislav Kania, que sustituyó a Edward Gierek coy recurrió al ejército polaco con la esperanza de que Jaruzelski podría, con la ley mar-
como secretario general del Partido Obrero Polaco, se enfrentó con una situación úni- cial si fuera necesario, mantener a Polonia como un Estado de partido único y dentro
ca en el bloque. Externamente había habido pocos cambios. A pesar de las convulsio- del Pacto de Varsovia. Al no lograr tal resultado, la receta de Stalin para el control de

272 273
la Europa central se encontró, al menos en el caso de Polonia, en ruinas. En 1944-1945, nomía continuó cayendo en picado tan desastrosamente que la Comunidad Europea
Stalin ocupó esta zona como preludio del establecimiento en ella de gobiernos que fue- estableció un fondo especial de emergencia para comprar comida para Polonia y aportar
sen dependientes de Moscú al mismo tiempo que cada uno pudiese ejercer una autori- subvenciones a tres años de la propia CE, sus miembros principales, Estados Unidos y
dad suficiente en su propio territorio. Hecho esto, Stalin podría retirar la totalidad o Japón. A lo largo de la década los salarios perdieron un quinto de su poder de compra,
parte de sus fuerzas armadas destinadas en esos países. Pero si la autoridad de los gobier- la inflación ascendió a cerca del 500% al año, y la deuda polaca con Occidente fue de
nos se derrumbaba, entonces inevitablemente se venía también abajo el sistema. La 35.500 millones de dólares, con mucho la más grande de los satélites. (Hungría, 13.700
URSS tendría que elegir entre tolerar un sistema multipartidista o volver a imponer el millones, a principios de 1989, era la más alta per cápita. Otros eran: Alemania orien-
dominio militar directo ruso. El nombramiento del general Jaruzelski como primer tal, 7.600 millones; Bulgaria, 5.400 millones¡ Checoslovaquia, 4.000 millones; Ruma-
ministro fue una respuesta provisional a un dilema desesperado. El gobierno militar nia, 3.900 millones, aunque Ceaucescu tomó la extravagante decisión de liquidarla casi
polaco podría evitar los extremos de un abierto dominio ruso y la competencia política por completo. Yugoslavia debía a Occidente 17.600 millones de dólares.) En 1990, Jaru-
de partidos, pero no podía resolver ni los problemas principales de Polonia ni los de la · zelski se retiró de una situación desesperada, al dimitir prematuramente de la presiden-
URSS en este país. La ley marcial desde 1981 hasta 1983 retrasó el inevitable diálogo cia, que inmediatamente fue disputada tanto por Lech Walesa, que demandaba accio-
con Solidaridad, mientras dañaba aún más la economía, al provocar el enfado de los nes más rápidas, pero sin especificar cuáles, como por el más prosaico y reflexivo
países occidentales que, dando rienda suelta con Polonia a su disgusto con la URSS, se Mazowiecki: el hombre del destino que había desafiado el orden comunista, contra el
negaron a renovar sus créditos o a ampliar su comercio. hombre que aparecía a los ojos de muchos mejor preparado para recoger las pedazos. La
contienda se vio alterada de una manera singular por la incursión de un tercer candida-
to, Stanislaw Tyminski, que había pasado los veinte años anteriores en Canadá y Perú
El FINAL DEL IMPERIO haciéndose (eso dijo) millonario, y prometía hacer lo mismo con innumerables polacos.
Dejó a Mazowiecki en tercer lugar en la primera vuelta y, aunque fue sobrepasado con
En 1985, Gorbachov llegó al poder en Moscú, preparado para abandonar el impe- mucho por Walesa en la segunda, consiguió un cuarto de los votos emitidos.
rio estalinista. En 1989 desapareció. En todos los lugares, excepto en Rumania, desa- La terapia de choque impuso cargas casi intolerables para poder enfrentarse con
pareció casi sin derramamiento de sangre. El origen de estas revoluciones en Europa las enormes deudas en las que se había incurrido en los setenta y ochenta con el Club
central y oriental era similar, y sus resultados por el estilo. El Estado germano-orien- de París de entidades crediticias occidentales y con bancos privados y para poder
tal desapareció; en la Europa central el dominio comunista fue decisivamente recha- comenzar de nuevo. Estados Unidos, seguidos por Gran Bretaña y Francia, cancela-
zado y se instalaron gobiernos de centro-derecha; más al este, en Bulgaria y Rumania, ron dos tercios de sus deudas como una contribución a, y como recompensa por, la
el viejo régimen, con una nueva cara, no desapareció tan claramente. democracia; la CE concluyó un eficaz tratado de asociación y el FMI proveyó de fon-
En Polonia el gobierno de Jaruzelski intentó conjurar el colapso económico impo- dos a cambio de drásticas reducciones en los gastos de gobierno, incluyendo planes y
niendo dolorosas reformas, pero como su gobierno carecía de legitimidad popular, su beneficios sociales. La hiperiilflación se redujo a la menos terrorífica cifra del 60% al
programa fue rechazado en un referéndum popular en 1987. Dos años más tarde, en abril año, pero el desempleo se duplicó y los ingresos continuaron cayendo. Walesa y el
de 1989, Jaruzelski, haciendo caso omiso de la oposición de los militares y los comunis- Parlamento estaban enfrentados por las soluciones y la distribución de poder: Walesa,
tas, legalizó Solidaridad. Estuvo de acuerdo en introducir un sistema multipartidista, eli- que había jugado un papel central para elim.inar el dominio comunista, encontró desa-
'.¡
minar la censura en los medios de comunicación y llevar a cabo elecciones para el Sena- gradable adaptarse a la democracia parlamentaria. Los partidos proliferaron. De 67 que
do y el Seym (la Cámara Baja), reservando, sin embargo, para los comunistas y sus tomaron parte en las elecciones, 29 consiguieron ensayos -pluralismo con venganza-.
aliados menores, dos tercios de los escaños en el Seym. Dos meses más tarde tuvieron La Unión Democrática de Mazowiecki y la SLD (Alianza de la Izquierda Democráti-
lugar las elecciones y los comunistas fueron derrotados de forma aplastante. Después de ca, ex comunista) obtuvieron el primer y segundo puesto, respectivamente. Walesa
la segunda ronda de votaciones, Solidaridad había obtenido 99 de los 100 escaños en el no consiguió hacerse nombrar primer ministro además de presidente. En 1993 la SLD,
Senado y el máximo permitido en el Seym ( 162 de 460). En los escaños reservados con sus aliados del Partido Campesino, ganó las elecciones, y el líder de éste, Walde-
muchos candidatos comunistas oficiales no consiguieron obtener el 50% de los votos mar Pawlak, se convirtió en primer ministro. Pero la personalidad poco acomodaticia
requeridos para ser elegidos en primera votación. Este resultado produjo consternación de Walesa, su insistencia en controlar los nombramientos de responsabilidad y sus
en los círculos gobernantes y sorpresa prácticamente en todas partes. Jaruzelski, habien- deseos de ser reelegido, a pesar del declive de su popularidad, contribuyeron a la ines-
do dimitido de su puesto en el partido, fue elegido unánimemente para la presidencia del tabilidad política. Pawlak fue hecho salir del gobierno después de poco más de un año
Estado por las dos cámaras del Parlamento, pero los comunistas no consiguieron formar y fue reemplazado por el ex comunista Josef Oleski. Las elecciones presidenciales en
un gobierno aceptable para este último, y sus aliados menores se pasaron al lado de 1995 se redujeron a una lucha entre Walesa y el candidato de la SLD, Alexander
Solidaridad, que se vio empujada inexorablemente, aunque no de manera totalmente Kwasniewski -joven, inteligente, pero antiguo comunista, que había ocupado un
voluntaria, a formar gobierno. Después de tortuos~s negociaciones, uno de sus líderes, puesto en el último gobierno comunista de Polonia-. Durante la campaña, Walesa
Tadeus Mazowiecki, se convirtió en primer ministro, y muchos de los comunistas en el recuperó mucha de su perdida popularidad pero, a pesar del agresivo apoyo de la jerar-
Seym votaron por él. Su nombramiento fue bien recibido por Gorbachov. Pero la eco- quía católica, que se centró en pasadas batallas ideológicas en lugar de problemas eco-

274 275
nómicos del momento, fue derrotado por estrecho margen por sus oponentes, que contentos y los desesperados. Otros en Alemania oriental organizaron enormes ma· 1•
estaban mejor organizados y tenían miras más amplias. nifestaciones antigubernamentales en Leipzig, Berlín y otras ciudades, y bajo estas
Los asuntos exteriores de Polonia marcharon con una tranquilidad poco usual. presiones -y con el ejemplo de los acontecimientos en otros lugares de Europa cen-
Walesa reconoció las fronteras polacas existentes, no había fronteras con Rusia y no tral, proporcionado por la televisión germano-occidental- se formaron nuevas vías
quedaban alemanes en Polonia. de escape hacia Occidente a través de Checoslovaquia, desde Polonia a través de Ale-
En Hungría, el mismo mes de las elecciones polacas, el cuerpo del asesinado lmre mania oriental en trenes especiales y finalmente directas desde el este al oeste de
Nagy fue traído a Budapest, donde se le dio un nuevo entierro, que se transformó en una Alemania. Hacia finales del año cerca de medio millón de personas habían huido y
vasta manifestación contra el régimen. El gobierno de treinta y dos años de Kadar había todavía lo estaban haciendo a una media de 2.000 al día.
llegado a su fin el año anterior (murió en 1989). Había abogado por las reformas econó- 1!" principios .de año, Erich Honecker se inclinaba por aferrarse al poder, por la fuer· ; 1
micas antes de la llegada de Gorbachov en la URSS, pero después de este aconteci- za s1 era necesano, y por tratar a su pueblo como Deng lo había hecho con los chinos
miento, su concepto de reforma apareció demasiado pobre y fue sobrepasado por un nue- en la plaza de Tiananmen. La posición de Honecker, sin embargo, era en un aspecto
vo ímpetu. Su sucesor al frente de la secretaría general del partido gobernante, Karolyi crucial la más débil de todos los líderes comunistas, ya que el Estado que gobernaba era
Grosz, acabó chocando con sus compañeros por el alcance y el ritmo del cambio -espe- una creación rusa sin una identidad nacional en sí misma. La URSS era el último
cialmente con Miklos Nemeth, el primer ministro, e lmre Poszgay, el experto económi- recurso de.~oder del partido gobernante (al igual que en todo el imperio de satélites),
co del régimen, que querían no sólo acelerar la reforma económica, sino también intro- pero cambien, y exclusivamente en el caso alemán, la URSS era la fuente de legitimi-
ducir cambios políticos radicales, tales como el abandono comunista del monopolio del dad del Estado y su raison d'er.re. Por lo tanto, cuando Gorbachov visitó Berlín en octu·
poder político-. Se prometieron elecciones con un sistema multipartidista para princi- bre de 1989, su aparición en medio de la crisis no sólo trajo a la memoria su aparición
pios de 1990 y el partido se lanzó a salvar algo de su po<;ler cambiando su nombre y en Pekín en similares circunstancias seis meses antes, sino que también subrayó la dife·
poniéndose una nueva cara pública: el Partido Socialista Obrero Húngaro se convirtió rencia esencial de que, mientras en Pekín había sido un observador accidental, en Ber·
en el Partido Socialista Húngaro. Surgieron dos principales partidos de oposición: el Foro lín tenía la llave de los acontecimientos futuros. En términos que eran a la vez caute•
Democrático Húngaro, un partido de centro-derecha afín a los democratacristianos de !osos e inconfundibles, advirtió a Honecker de los peligros de no moverse con los
Europa occidental, y la Alianza de los Demócratas Libres, vehículo de expresión funda- tiempos y, en privado, dejó claro que el régimen germano-oriental no debía esperar
mentalmente de los intelectuales urbanos. Aparecieron cincuenta partidos más. Los no- ayuda de la URSS para reprimir manifestaciones violentas. Podría haber ido incluso
comunistas derrotaron a los comunistas (que quedaron reducidos al 10% del voto) y for- más lejos, frustrando la clara voluntad de Honecker de utilizar las fuerzas gennano·
maron una coalición que, sin embargo, resultó poco fácil y permaneció intacta sólo orientales de la misma manera que Deng y favoreciendo su retirada del poder. En un
durante unos pocos meses. Fue reemplazada por una coalición de centro-derecha bajo el aluvión de acontecimientos imprevistos, Honecker fue reemplazado en la secretaría
liderazgo, discreto pero firme, de Josef Antall, quien, hasta su muerte en 1993, fue el general del Partido Socialista Unificado por Egon Krenz, un miembro más joven, pero
padre de la transición del comunismo a la democracia menos turbu.lenta en los antiguos no muc~10 me~os señalado, del húcleo central de la elite comunista; y Krenz, que ape·
satélites soviéticos. Su partido consiguió casi la mitad de los escaños (con un cuarto del ~as duro un.:11º• fue a su vez reemplazado por Gregor Gysi, bajo cuyo liderazgo el par-
voto popular), pero no pudo encontrar remedios económicos milagrosos, además de ser ttdo renuncio a su monopolio del poder político, cambió su nombre y se preparó para
puesto en situaciones comprometidas por una minoría de extrema derecha --dos cargas elecciones multipartidistas a principios de 1990. Hans Modrow, alcalde de Dresde y un
que contribuyeron a su derrota en 1994 por un renaciente, mayoritariamente ex comu- comunista comparativamente respetable, se convirtió en primer ministro de una admi·
nista, Partido Socialista liderado por Gyula Hom--. La crisis en Yugoslavia desató las pre· nistración interina, constituida para llevar a cabo negociaciones con los grupos no
ocupaciones de Hungría por sus minorías en Rumania y Eslovaquia, así como en Serbia. comunistas, que estaban mutando en partidos políticos. Estos partidos, que hicieron
El gobierno de Horn intentó concluir tratados con Rumania y Eslovaquia, que defi- campaña bajo la dirección de sus homólogos de Alemania occidental, sumergieron,
nirían las fronteras a cambio de la garantía de derechos para las minorías. Cerca de un aunque no ahogaron, a los comunistas en las elecciones, en las que cerca de la mitad
cuarto de húngaros vivían fuera de Hungría -dos millones en Rumania, un millón en de los votos fueron a parar a la derecha, algo menos de un cuarto a los socialistas y un
Eslovaquia, Serbia y Ucrania y, en menores cantidades, en Croacia y Eslovenia. 16% a los comunistas. El muro de Berlín fue derribado y la ciudad se unió cuando hom-
Hungría jugó un papel elíptico ese año en el siguiente acto de la obra. En mayo bres y mujeres del Este y del Oeste fueron de nuevo libres para pasar de un lado al otro.
muchos alemanes orientales empezaron a huir de su Estado de manera masiva cuando La propia Alemania se volvió a unir de hecho mientras los políticos alemanes y extran·
Hungría, en un gesto que no tenía especial relación con los asuntos alemanes, elimi· jeros discutían sobre los términos de la reunificación. El gobierno de Alemania occi-
nó las restricciones en su frontera con Austria. Los alemanes orientales que estaban dental, desesperado por poner freno a la migración al por mayor de alemanes orienta·
de vacaciones en Hungría descubrieron un paso franco, a través de Austria, hacia les hacia el Oeste, prometió convertir la moneda de Alemania oriental en
Alemania occidental, donde tenían automáticamente derecho de entrada y de ciu- Deutschmarks a un cambio básico (hubo excepciones) de uno por uno -una medida
dadanía. Se echaron a la carretera a una media inicial de 5.000 por día. Este éxodo que llevó aparejada un aumento de la oferta de dinero en Alemania occidental de un
creció unos meses después, cuando Hungría derogó un acuerdo con Alemania orien· 14% Y la correspondiente inflación durante un período de tiempo indefinible-, pero
tal y virtualmente se convirtió en un área de tránsito de emigración masiva de los des· nada pudo impedir el hundimiento de las industrias de Alemania oriental. Kohl pro·

276 277
l
metió levantar Alemania oriental hasta los niveles de prosperidad disfrutados por los
alemanes occidentales. El medio para conseguir este fin era la inversión en el Este de l virtió en presidente. Su posición se confirmó en las elecciones de 1990, aunque fue
menos sólida en Eslovaquia que en los «territorios históricos» de Bohemia y Moravia.
capitales occidentales, alemanes o no. La realidad inmediata fue la reducción a la Dubcek reapareció y fue recompensado por sus pasados esfuerzos y sufrimientos con
mitad de la producción industrial en un solo año, la persistente migración de germa- el puesto de presidente del Parlamento. A diferencia de lo ocurrido en los antiguos
no-orientales que huían, no de un Estado policial, sino del desastre económico y del estados satélites, los comunistas checos y eslovacos decidieron no cambiar el nombre
desempleo entre los que quedaban, que oscilaba entre un tercio y un cuarto de la de sus respectivos partidos. Por un acuerdo con Moscú, los 70.000 efectivos de las tro-
población activa. Una oficina especial, la Treuhandanstalt, creada para vender a la ini- pas soviéticas en Checoslovaquia se retirarían hacia 1991 (Gorbachov ya había acor-
ciativa privada 14.000 empresas germano··orientales tan pronto como fuera posible y dado retirar 50.000 de Hungría para aquel entonces).
al coste de puestos de trabajo que fuese, encontró a éstas con tanto exceso de personal Pero Checoslovaquia no sobrevivió a su liberación. Se escindió en dos estados. El
y tan nocivas para el medio ambiente, que resultaban invendibles. Su primer jefe fue primer ministro eslovaco, Vladimir Meciar, comunista transformadq en nacionalista,
asesinado y la oficina liquidada a finales de 1994. pidió de su homólogo checo, Vaclav Klaus, más de lo que éste estaba dispuesto a con-
1
: ), La disolución de Alemania oriental catapultó la unificación alemana a la agenda ceder y se encontró, quizá no totalmente a disgusto, obligado a pedir la independen-
internacional. Gorbachov hizo un pequeño intento, previsiblemente fallido, de ase- cia. Eslovaquia, un país pobre de cinco millones de habitantes, se deslizó en términos
gurar la neutralidad del Estado recientemente agrandado. En un encuentro con Kohl económicos desde la Europa central a la oriental, aunque formó parte del gmpo de
en el Cáucaso, consintió en la permanencia de la nueva Alemania en la OTAN, pero Visegrado con Hungría, Polonia y la nueva República Checa. (El gmpo de Visegrado
a cambio consiguió que las tropas rusas se quedaran.hasta finales de 1995 en lo que era más bien un cómodo término geográfico que una asociación política activa.) En
había sido Alemania oriental, una sustancial contribución alemana al mantenimien- la República Checa, donde se persuadió a Havel para que aceptara la presidencia, la
to de éstas y la promesa de que ninguna unidad alemana asignada a la OTAN ni nin- reforma se concentró en la privatización de empresas estatales más pequeñas y la eli-
guna unidad de la OTAN estacionada en Alemania, se desplegarían en la antigua minación de los controles de precios. La industria y la construcción se contrajeron de
República Democrática Alemana. En octubre se completó formalmente la unifica- una forma aguda y la inflación se elevó en un 40%, pero el desempleo se mantuvo
ción de las dos Alemanias y el Estado germano-oriental se convirtió en cinco Lander dentro de límites tolerables. Un tratado checo-alemán declaró que ninguno de los dos
de la República Federal de Alemania. Esta república no era la de antes de la guerra. estados tenía ninguna reivindicación territorial con el otro. Como Polonia y Hungría,
Prusia oriental quedó como parte de la URSS, las tierras perdidas más allá de la línea la República Checa concluyó un acuerdo de asociación con la CE. En Eslovaquia,
Oder-Neisse quedaron como parte de Polonia. Al año de que el muro de Berlín se Meciar, cada vez más autocrático y encrespado, sobrepasando la tolerancia de sus
hiciera permeable, Alemania firmó tratados ratificando estas fronteras. compañeros y aliados políticos, fue destituido del gobierno en dos ocasiones. Pero se
En Europa central la revolución en Checoslovaquia llegó la última, pero al final fue recuperó con una decisiva victoria en las primeras elecciones en Eslovaquia ( 1994 ),
rápida. La oposición había cristalizado en tomo a la Carta 77, que era una sobria cuando sobrepasó a veinte partidos con fastuosas promesas en economía y ataques
declaración de principios básicos y una protesta específica sobre la persecución a un contra la minoría húngara en Eslovaquia, sus vecinos checos y el capitalismo occi-
grupo de rock. Tenía 1.250 firmas. Tras ésta apareció el Foro Cívico, con una base más dental. Un signo más prometedor fue la conclusión, entre Eslovaquia y Hungría, de
amplia, que buscaba entablar discusiones con el gobierno para la liberación de presos una Convención para la Protección de las Minorías Nacionales en 1995.
políticos y la destitución de sus cargos de ciertos comunistas acusados de comporta- En Bulgaria, Todor Zhivkov había gobernado por más tiempo incluso que Kadar en
miento inhumano en 1968 y en represiones posteriores. Fue capaz de promover y con- Hungría. En 1993 intentó reforzar su posición y arrostrar la ola de disensión dentro y
trolar manifestaciones de entre 1.000 y 2.000 personas. El Partido Comunista, preo- fuera del partido destituyendo a su primer ministro, más liberal, Chudomir Alexandrov,
,' \
cupado por su impopularidad y mala administración, por la apatía dentro de sus pero fue en vano. Su caída un año después fue precedida por un episodio específico de
propias filas y por los vientos de cambio que soplaban desde Polonia y la URSS, pre- Bulgaria: la persecución y huida de los habitantes turcos. Estos, llamados pomaks, habí-
firió por escaso margen la discusión a la fuerza. Se deshizo de Gustav Husak, como an aumentado su número de medio millón en 1945 al doble cuarenta años después. Esta
secretario general (un cargo que había ocupado junto con la presidencia desde 1968) tasa de crecimiento no era en sí sorprendente, pero era mayor que la de los búÍgaros
y nombró a un grupo de comunistas más conciliadores, dirigidos por Ladislas Adamec. étnicos, y los pomaks, al ser musulmanes, estaban en desventaja cada vez que el gobier-
Los comunistas estaban, no obstante, ofreciendo muy poco y cuando fue evidente que no quería ganarse el favor de los cristianos búlgaros, desviando la atención hacia gente
Gorbachov, en una visita a Praga en 1987, prefería a Havel antes que a Adamec, éste que podía ser estigmatizada como indeseables extranjeros. En 1950, Bulgaria había
aceptó la derrota. Marian Calfa, miembro del gobierno de Adamec, reunió una comi- pedido a Turquía que concediera visados a 250.000 turcos en Bulgaria, y bajo un acuer-
sión en la que los comunistas y sus dóciles aliados tenían sólo once de los dieciocho do en ese mismo año, 154.000 abandonaron Bulgaria con dirección a Turquía sin sus
cargos. El adusto Milos Jakes, que había sucedido a Husak en la presidencia, dimitió familiares, quienes fueron autorizados a emigrar bajo un segundo acuerdo en 1968. En
en favor del más conciliatorio Karel Urbanek, a medida que la creciente marea de ese momento el gobierno búlgaro declaró que no quedaban turcos en Bulgaria y que los
manifestaciones populares aceleraba la disolución del viejo régimen, incruenta pero musulmanes restantes eran los descendientes de búlgaros que fueron convertidos por la
decisivamente. A finales de 1989, Havel, que había estado encarcelado más tiempo fuerza al islam en el pasado. En 1985 a estos musulmanes se les requirió, con motivo de
que cualquiera de los héroes nacionales triunfantes desde Mahatma Gandhi, se con· un censo, que adoptaran nombres búlgaros. Este decreto reveló un descontento, e inclu-

278 279
so un pánico, masivo, y ante la obstinación búlgara, Turquía abrió su frontera a todos
ll
i
cierta aprobación por su política y gestos anti1msos, incluyendo su negativa a colabo·
los inmigrantes en potencia sin requerir visado. El resultado fue un éxodo. Aunque Bul- rar en el Pacto de Varsovia o permitir tropas extranjeras en suelo rumano. Como
garia se negó a que varones en edad militar salieran, al menos 300.000 personas lo hicie- recompensa fue colmado de elogios por, entre otros, George Bush, recibió el título de
ron, por lo cual Turquía dio marcha atrás en su decisión anterior y reintrodujo los visa- sir en Gran Bretaña y fue recibido efusivamente en países tan distintos como China,
dos. (Bulgaria expulsó a unos 2.000 turcos hacia Rumania y Yugoslavia, desde donde la la India o Israel. En el interior, sin embargo, procedió a denudar la economía e inclu-
mayoría pasó a Turquía. Después de la revolución de 1989 a los restantes turcos en Bul- so ordenó la destrucción de 7.000 pueblos cuyos habitantes se vieron forzados a emi-
garia se les dio el derecho a elegir sus propios nombres y muchos refugiados volvieron grar en busca de un medio de vida, y fueron empleados en la construcción de ostento·
con el fin de reclamar la tierra privatizada, pero la hostilidad étnica perduró.) El golpe sos palacios en la capital con salarios de hambre. Los primeros disturbios serios se
final al régimen de Zhivkov no se lo dieron los pomaks, sino que vino con motivo de registraron por primera vez en Brasov en 1987, y en Timisoara, Transilvania, a finales
una conferencia de ecologistas en Sofía, que se transformó en un marco para demandas de 1989, el ejército se negó a disparar contra las grandes manifestaciones populares que
de glasrwst. A esto se contrapuso la brutalidad de la policía que, si bien en el pasado protestaban por la persecución del intrépido y abiertamente crítico clérigo protestan-
había conseguido su propósito, ahora produjo la caída de Zhivkov a manos de sus ate- te Laszlo Tokes. Esta chispa encendió el fuego que Ceaucescu, que volvía de una visi-
morizados compañeros. Como Honecker, Zhivkov fue arrestado y acusado de crímenes ta a Teherán, fue incapaz de sofocar. A su policía de seguridad o ejército privado se
contra el Estado. Bajo su sucesor, Petar Mladenov, el Partido Comunista búlgaro cam- opuso el ejército regular así como grandes masas desarmadas y murieron miles antes
bió su nombre a Socialista, renunció al monopolio político del poder y empezó nego- que Ceaucescu y su mujer huyeran. Fueron capturados y ejecutados después de un jui-
ciaciones con otros partidos -el Partido Agrario del_ Pueblo y la Unión de Fuerzas cio que sólo fue una formalidad. Paradójicamente una vez más, su destitución permi·
Democráticas, este último un conjunto de grupos anticomunistas- para formar un tió a otros comunistas, que habían estado embarcados en una conspiración palaciega,
gobierno tradicional. Al no llevar estas conversaciones a ninguna parte, los comunistas tomar el poder. Éstos habían formado el Frente de Salvación Nacional, que se declaró
permanecieron en el gobierno y se las arreglaron para gánar lo que parecían ser unas a sí mismo como gobierno de transición, salió victorioso de unas elecciones supervisa-
elecciones dirigidas razonablemente, pero el consiguiente clamor popular forzó a Mla- das internacionalmente y colocaron a su dirigente, [on lliescu, en la presidencia. Fue
denov a dimitir de la presidencia en favor de Zhelu Zhelev, el líder de la UFD (quien reelegido en 1992. Los rumanos, buscando una alternativa para los despojos del ancient
fue reelegido en 1992). El poder político osciló entre los rebautizados comunistas y sus régime, parecían más proclives a volverse hacia lo que habían conocido en el pasado
oponentes. Una escisión en el Partido Comunista-Socialista y una inflación galopante (la dictadura nacionalista de Antonescu, por ejemplo), antes que las ideas poco fami-
le costó al primer ministro, Andrei Lukanov, su mayoría y posteriormente la presiden- liares de los grupos liberales y democráticos, que no pudieron fomiar partidos políticos
cia. Su sucesor, Dimitriu Popov, ganó unas reñidas elecciones en 1991, con la ayuda de eficaces. La desintegración de la URSS incidió en Rumania con la declaración de
un partido turco, e impuso severas medidas económicas. Pero en 1994 la izquierda, cuya independencia de la RSS de Moldavia, con su parte de población ru1nana, y de Ucra-
mejor organización pesó más que el recuerdo de ideologías desechadas, recuperó sufi- nia, a quien se había dado parte de Rumania en 1939. Los intentos de reconstruir las
ciente terreno perdido como para ganar el control general del Parlamento. El nuevo pri- industrias del petróleo, el gas y el carbón con vistas a hacerlas rentables para 1996, tra-
mer ministro, Zhan Videnov, era un típico ejemplo de la nueva generación de líderes jeron sólo decepcionantes cantidades de capital extranjero.
de izquierda que estaba en ascenso en la mayor parte del antiguo imperio de satélites: El año 1989 fue testigo de revoluciones en la gran tradición -la afirmación de los
hombres jóvenes con una mentalidad más abierta, mejor educados y dispuestos a perse- derechos civiles y de los valores humanos-, pero, como la Revolución Francesa dos-
guir objetivos de izquierda dentro de un sistema democrático y una economía capitalis- cientos años antes, estaban basadas en un colapso económico y se podían sostener
ta. Pero tenía que encontrar respuestas a los urgentes problemas económicos que desin- sólo con un mejoramiento económico. Eran revoluciones contra la tiranía, la corrup-
flaron a los partidos de derecha en un país que ya no podía vender su tabaco a Rusia y ción y la incompetencia. Como los partidos comunistas habían sido responsables por
cuya industria estaba moribunda. estas maldades, las revoluciones también lo fueron contra estos partidos y contra el
En Rumania la caída de la dictadura comunista se consiguió sólo con un horrible propio comunismo. Los partidos fueron privados de sus privilegiadas posiciones y
baño de sangre, pero el poder comunista no se extinguió. Nicolae Ceaucescu había sacados del poder en la mayoría de los lugares (probablemente) durante mucho tiem-
usado al Partido Comunista rumano, nunca grande, como una base para convertir el po, pero no eliminados, y se podría esperar que encontraran algún lugar en el espec-
dominio de éste en una maligna tiranía personal o familiar, apoyada por una delación tro del sistema de partidos. Las principales características del derrocamiento del impe-
masiva y efectiva, un bien equipado ejército privado, una policía especialmente cruel rio estalinista en Europa fueron el desastre económico, Gorbachov, la persistente
y una megalomanía desbocada. Como Stalin, a quien admiraba, Ceaucescu estaba protesta intelectual y popular a lo largo de décadas, y la falta de un derecho plausible
obsesionado con conseguir que se hicieran las cosas sin importar el precio humano. Se de legitimidad por parte de los gobernantes. La principal consecuencia fue que se pro·
propuso modernizar y engrandecer Rumania por la fuerza, no tanto por doctrina comu- dujo una articulación, en ambos sentidos de la palabra: la expresión de opinión, que
nista como por su propia autoridad y personalidad, pero como muchos dictadores fue triunfaba sobre la supresión de la misma, y el resurgir del semienterrado modelo de
progresivamente siendo incapaz de distinguir entre Rumania y él mismo, con la con- naciones-Estado soberanas. Gorbachov vio que el sistema estalinista no funcionaba.
secuencia de que se embarcó en empresas espectaculares que recordaban a aquellas de Era un fardo muy caro atado al cuello de Moscú y había perdido las razones estratégi·
los emperadores romanos más dementes. Tanto en su país como en el exterior ganó casque habían sido su primera justificación después de 1945. Cuarenta años después,

280 281
J
un ataque estadounidense a la URSS, que era en cualquier caso bastante menos pro-
r bien es cierto que un crecimiento desde una base reducida de posguerra y en direc·
bable de lo que el mismo Staliri podría haber imaginado, esquivaría a los satélites,
pasando a millas por encima de sus cabezas en vez de cruzar el territorio de éstos. El
! ciones cada vez más erróneas.
En el gran sector agrícola de Polonia, cuatro quintos de él en manos privadas, la pro-
desencanto de Gorbachov con el sistema de Stalin no se ocultó a los sátrapas regio- ducción aumentó a lo largo de las décadas de posguerra, pero la inversión era inade-
nales, cuyo cometido era hacerlo operativo. Podían ver que ya no se les necesitaba. cuada y la fuerza de trabajo no pudo ni contribuir al PNB como correspondía a sus cifras,
Se habían convertido en procónsules de un imperio difunto y no podían buscar el ni alimentar a la población. Las inversiones en la industria polaca aumentaron la pro·
apoyo de sus conciudadanos, ya que habían abusado de su poder de una manera gro- ducción pero no la productividad; las exportaciones se redujeron y se acumuló la deu-
sera y, además de destruir las libertades básicas, habían permitido que economías da externa. Checoslovaquia, con una larga historia de educación de calidad, buena
enteras se desmoronaran. Aunque en la década de los cincuenta el crecimiento eco- administración y capacidades técnicas, con la renta per cápita más alta en Europa cen--
nómico había alcanzado el 10% en las partes más favorecidas de la zona, para los tral, con una floreciente exportación y recursos naturales envidiabl~s, pasó de producir,
ochenta era cero o casi de cero en prácticamente todas partes. De ahí las penurias, la · bajo el gobierno comunista, lo que mejor hacía (especialmente en industrias medianas
indignación, las tensiones, las manifestaciones, la represión {a menudo extremada- tales como del calzado}, a saciar el apetito del bloque de satélites por productos de
mente brutal} y así hasta la revolución. Todas las revoluciones fueron rápidas y con- industria pesada y armamento. Perdió las viejas técnicas y se concentró en productos
cienzudas: los comunistas de segunda fila, a los que se colocó en posiciones de lide- que, con el final de la guerra fría, ya no se querían ni en el país ni en el extranjero. Hun-
razgo, desaparecieron casi tan pronto como aparecieron. Más significativa fue la gría, el más pequeño de este trío centroeuropeo, poseía un tierra agrícola rica y bien
posición de Gorbachov, el presidente de la URSS, eLpaís que había impuesto los regí- regada y recursos minerales considerables, aunque éstos no eran -con la excepción de
menes que ahora estaban siendo desechados. En lugar de ser vilipendiado, era acla- su bauxita- de primera calidad. Las modernizaciones de posguerra estimularon la pro-
mado por la gente, que coreaba su nombre con entusiasmo agradecido y parecían ver ducción y la exportación industrial, pero la economía ni estaba adecuadamente capita-
a Estados Unidos y otras democracias occidentales como algo secundario. Aun así lizada ni eficientemente dirigida, los rendimientos de las inversiones eran bajos, la deu-
Gorbachov, por muy crucial que fuera su papel en la transformación de los asuntos da externa alta. En ninguno de los tres estados el gran esfuerzo realizado tuvo mayor
~uropeos, no fue el único que provocó las revoluciones en Europa central y oriental. recompensa. Los bienes alimenticios y de consumo se hicieron cada vez más caros y
Estas no fueron tan repentinas como algunos observadores perplejos se imaginaron. escasos. La polución industrial era la peor del mundo. Europa oriental no salió mejor
Fueron parte de una sucesión {a la que deben mucho) de levantamientos abortados parada. Rumania se embarcó en un ambicioso, incluso cruel, intento de modernización
que se remontan a la primera década de la posguerra: 1953, 1956, 1968, 1980. Todas de su economía sobre la base de su carbón, su petróleo y otros minerales, sus industrias
estas conmociones, incluyendo la formación y los logros tempranos de Solidaridad en químicas, hidroeléctricas y metalúrgicas, y su mal pagada y explotada fuerza de trabajo.
Polonia, precedieron a la subida de Gorbachov y fue la gente quien las hizo -algunos La megalomanía de Ceaucescu transformó el fracaso en catástrofe. En Bulgaria, una
de ellos personalidades destacadas, pero la mayoría gente comúnmente llamada nor- expansión similar, aunque menos cruel, de la industria aumentó la producción, pero la
mal y corriente-, quien atrajo la atención por la indignación que manifestaba y los mayor parte era invendible, debido a su pobre calidad. En suma, los considerables
valores que defendía, y finalmente triunfó en las calles en la tradición de las barri- esfuerzos para ponerse al nivel de Europa occidental dejaron a Europa central y orien-
cadas. Solidaridad, por ejemplo, encendió un motor a reacción de presiones popu- tal más atrasada, empobrecida, contaminada y al borde de la desesperación.
'1 lares que no pudo ser tapado. La destrucción de la superestructura imperial por el
\\
fuego revolucionario puso al descubierto la eterna alternativa: una Mitteleuropa arti-
culada en estados separados, concebida como estados-nación pero en realidad con-
glomerados con mayor o menor cohesión A los ojos de los nuevos hombres y muje-
res estos estados eran reales y legítimos. Tan sólo los viejos gobernantes habían
carecido de legitimidad -excepto en Alemania oriental, donde también el Estado
carecía de ella-. La revolución tenía por lo tanto fuertes ingredientes nacionalistas.
Sus líderes compartían dificultades y objetivos comunes, y había una relación inter-
nacional en ese sentido, pero la revolución no era de ningún modo supranacional,
carecía incluso del limitado supranacionalismo que estaba arraigando en Europa
occidental.
Las revoluciones no resolvieron los problemas económicos. Conforme a los están-
dares de Europa occidental, el estado material de estos países era lamentable. Sin
embargo, la mayoría de la gente en Europa central y oriental estaban materialmente
mejor que la mayoría de la gente en Asia o África. Sus economías padecían deforma·
ción, no esterilidad. Poseían recursos agrícolas y minerales y experimentaban un cre•
cimiento de la producción, llegando en algunos lugares a alcanzar el 10% al año --si

282 283
,j_
111
i
Yugoslavia AUSTRIA
HUNGR[A (
/

y Albania /·--,-__ 1-·


(

\
i Eslovenia .;· ""(" ./.,.., ...... RUMANIA
,
/ \\ '
Croacia ~, Vojvodina '- .....
0 ·~. .....,

Í
""''\/O---··- "---- ........ -- .. -·11~_,.... ~, /,
...\ ~~
',
1
s /...
-- ', I
~- i
-""""\J
l.../'" '- ~ ( - '
V /
r:
l. '--, ...:¡ / Belgrado '·
li: \\ Bosnia V· \ /
,... . ,.
(
li!
¡11
"·.
\
Herzegovina ,Y
\ ...:¡ Serbia
i
·,
\. _,..
1.1· \... ; \.
¡
f.!
1
"'\\
\
"~":
,,
/'- ..' .. \ "'"'\
......
\;!S"
) tJ:::
••• 1 ••• f'-" .....
!': 1
'·..
,•
( Montenegr_q: \..
• •• / ' /
·1
-' r~
.;:¡
fi ~ '.::::5
!! •,
··, , 1 1
_'i._ Kosovo J
)
/¡ _____ ) ll:J

MAR ADRIÁTICO ~
.
I '
\
1
_,,..:· ,. \
.. ~.
LA YUGOSLAVIA FEDERAL )-'
1 \

ITALIA
r: i Macedonia
""\

f
Tito vivió treinta y dos años más después de las desavenencias con Stalin en 1948. tp \ ) --·
Después de la muerte de Stalin, Kruschev hizo dos visitas conciliadoras a Yugoslavia. La 1í. \
primera, en 1955, equivalía a una contención del error y una apología por la posición
rusa de 1948. La segunda, en junio de 1956, siguió al XX Congreso. El PCUS, en el que
o :Y, ªrz-- _/ j
GRECIA

(
a principios de año Kruschev había indicado que las milicias con los satélite.s necesita-
ban de unas nuevas bases, siguió también a la disolución de la Comisión, el organismo 8.1. Yugoslavia y sus repúblicas hasta 1991.
que había dictado la excomunión de Tito. Pero las relaciones ruso-yugoslavas siguieron
Í' siendo distantes y recelosas aunque menos enconadas. lntemainente, Tito, habiéndose
i ganado el derecho de abordar los problemas a su modo, sólo lo hizo tímidamente, aun-
i que la introducción de consejos de trabajadores en la dirección de la industria en 1950,
1
y el abandono de la colectivización en el campo en 1953 evidenció la voluntad de mode-
rar la vigilia doctrinal.
La Constitución de 1945 nacionalizó todas las empresas industriales, comerciales y
;
i
'
financieras, limitó la propiedad rústica individual a 25 hectáreas y organizó los exce-
dentes de tierra de labor en granjas colectivas. El primer Plan Quinquenal era un ante-
proyecto enormemente detallado, voluminoso y burocrático que planificaba una eco-
nomía dirigida al estilo ruso. Fue desmantelado gradualmente en la década de 1950,
sobre todo porque resultaba desesperadamente incómodo. En 1950 y de nuevo en 1961,
el control industrial fue asignado a consejos obreros con amplios poderes de gestión,
incluido el derecho a asignar fondos de inversión y a decidir la distribución de benefi- Mar Mar
cios. A comienzos de la década de 1960, se habilitaron nuevas líneas de crédito a tra· Adriático Adriático
O km O km
vés de bancos locales (en vez de los bancos centrales) y el sistema de fijar los precios Áreas administradas por:~ NU ~ CE
desde el poder central se suavizó. Una nueva Constitución en 1963 introdujo una des- D Mayorfa serbia D Mayorla croata Áreas ocupadas por: O Serbios D Musulmanes
centralización real aunque limitada que, sin embargo, no privó al partido, o al mismo ¡:;:;] Mayoría musulmana ~ Mixto bosnios y
croatas
Tito, del poder fundamental. Estas medidas a medias no consiguieron dar a la industria 8.2. PlanVance-Owen (abril 1993). 8.3. Propuesta del G. de Contacto (julio 1994).
el estímulo esperado, la economía permaneció estancada, la inflación creció y también

284 285
sia. Amenazaba un tiempo de dificultades, cuando Tito se acercaba a sus ochenta
años. En 1971, decidió aplastar a sus colegas desviacionistas más jóvenes. Dejó muy
claro que él era quien debía juzgar dónde estaba el límite, y también que, en su opi-
nión, el separatismo croata estaba amenazando imperdonablemente la integridad y el
bienestar del Estado yugoslavo. Una vez que hubo decidido intervenir, consiguió la
victoria. La permanencia a su lado del veterano estadista croata Vladimir Bakaric fue
significativa. Los líderes más jóvenes dimitieron. Tito repitió entonces su actuación
en Serbia, donde los políticos más jóvenes no eran menos nacionalistas, y en Eslove-
nia y Macedonia {pero aquí la disensión no era puramente nacionalista).
El separatismo era una forma extrema del permanente problema de la descentraliza-
ción que ponía en tela de juicio las facultades del gobierno central y también -un tema
más delicado todavía- los órganos centrales del PC. En las décadas de 1950 y 1960 se
cuestionaron tanto el centralismo como el dominio comunista permanente. Se atacó el
centralismo so pretexto de falta de eficacia y de que ofendía al patriotismo local. La crí-
tica era abierta y enérgica. Suscitaba la cuestión de cómo podía producirse una disper-
Mar
Adriático sión de la autoridad política sin mella para el control comunista. Los partidarios de la
O km 100 descentralización argumentaban como tecnócratas, gerentes y políticos de base. Sus
argumentos, o bien esquivaban las consecuencias que podían derivarse para el control
D República Serbo-bosnia comunista o, como en el caso de Djilas, aceptaban la conclusión de que el PC no goza-
EJ Federación Croato-musulmana 8.4. Plan de paz de Dayton ba de un derecho consustancial al poder permanente. Se convirtieron en una doble
(noviembre 1995).
fuente de ofensa para los centralistas, los cuales, y muy en particular Rankovic, no sólo
preferían, frente a la autoridad dispersa, la autoridad central por sí misma, sino que
la dependencia yugoslava de la ayuda proveniente del FMl y de Estados Unidos. Hubo veían también en la descentralización una amenaza al monopolio comunista del poder.
una breve reacción económica, pero la liberalización y las tendencias descentralizadoras Tito permitió una animada y próspera discusión hasta que ésta pareció hacerse peligro-
se reanudaron, aunque también brevemente. De modo que, a empellones, el sector eco- samente desintegradora. No era enemigo de un debate limitado, pero no tenía inten-
nómico se fragmentó en decenas de miles de unidades autónomas. Tanto dent.ro como ción de dejar que ganase ninguna de las partes. En la atmósfera liberalizadora de los años
fuera de Yugoslavia se debatió la cuestión, sin llegar a conclusión alguna, de si los estí- cincuenta, la primera necesidad era refrenar a los liberalizadores. Djilas fue perseguido
mulos psicológicos de la supresión del control y de la autogestión compensaban las pér- y encarcelado. Rankovic siguió desempeñando sus funciones -e incluso fue ascendido-
didas en eficiencia y productividad. Lo que sí es seguro es que estos cambios industria- hasta que su campaña anti liberal rebasó los límites permisibles y fue hallado culpable de

~I
les crearon una nueva base de poder político, abriendo carreras para hombres de talento espiar al propio Tito, a raíz de lo cual fue destituido. Al término de esta fase, Tito ideó
en el campo de la industria, junto a las ya tradicionales del PC y de las fuerzas armadas. una nueva Constitución que creaba un Departamento Ejecutivo o Comisión Presiden-
Además de la economía, la segunda preocupación de Tito era la cohesión del Esta- cial que constaba de dos representantes por cada república federal, y uno por cada di~­
do y la creación de una identidad yugoslava que estuviera por encima del nacionalis- trito autónomo, con Tito como presidente federal vitalicio. (Tras su muerte, la presi-
mo serbio, del croata y de los restantes de la federación yugoslava. Tito, mitad croata dencia sería desempeñada por tumo.) Este arreglo tenía como fin señalar un
y mitad esloveno de nacimiento, estaba decidido a preservar el Estado yugoslavo que compromiso, pero dejó intactas las realidades y el conflicto sólo se amortiguó.
había surgido de la destmcción de los imperios Habsburgo y otomano en la Primera El resultado de las corrientes separatista y descentralizadora de las décadas de 1950 y
Guerra Mundial. La camaradería nacida de la lucha de resistencia de la Segunda Gue- 1960 fue impedir la secesión, pero al mismo tiempo permitir que una federación con un
rra Mundial, durante la cual había puesto cuidado en reunir un liderazgo étnicamen- poder central fuerte evolucionase hacia algo próximo a una confederación de entidades
te variado en el Partido Comunista y el ejército. La integridad de Yugoslavia no estu- soberanas más flexible, según el modelo suizo. Y el Estado siguió siendo un Estado comu-
vo seriamente amenazada en tanto que esta generaciqn fuese la única que conservase nista. En 1958, el PC había sido rebautizado con el nombre de Liga de los Comunistas.
el mando. Para los años setenta, sin embargo, había crecido una nueva generacion Este cambio se interpretó como indicador de que el partido podría no ser siempre el
que era más nacionalista y separatista, en parte porque la magia del tiempo de guerra órgano adecuado para dirigir corporaciones locales o plantas industriales. Pero el parti-
estaba disminuyendo y, en parte, porque la competencia por bienes e inversiones del do, 0 Liga, siguió siendo único, y así la unidad de Yugoslavia permaneció ligada al gobier-
tiempo de paz se fomentaba lejos ya de heridas olvidadas. En Croacia, la agitación no comunista antes que a un desarrollo del nacionalismo yugoslavo. Los viejos naciona-
promovida en favor de una mayor autonomía llegó al extremo de peticiones de inde- lismos sobrevivieron y afloraron, y cuando el federalismo yugoslavo se desintegró, los
pendencia soberana (pero dentro de una confederación yugoslava), y de un escaño líderes de varias repúblicas -Milosevic en Serbia era sólo el ejemplo más notorio- se
independiente en la ONU como los que se habían concedido a Ucrania y Bielorru- transformaron de comunistas en estridentes nacionalistas, reanimando los odios étnicos

286 287
ve habitantes albaneses por cada serbio, era el corazón histórico del nacionalismo serbio
y religiosos, que habían servido para librarse de los caciques extranjeros (turcos y aus- y el símbolo de la resistencia serbia contra los turcos en el siglo X~V -el seiscie~tos ax:ii·
tríacos) y de los que aún se tenía memoria, para dirigirlos los unos contra los otros. versado de la aciaga batalla de Kosovo, que había acabado con la mdependenc1a serbia,
Cuando Tito murió, en 1980, Yugoslavia era un caso singular. Era el único país comu- se conmemoraba en 1989-. En 1990 la mayoría albanesa de Kosovo declaró el distrito
nista neutral. Pero estaba fragmentándose y en una situación de penuria. No estaba más como república de pleno derecho y los serbios respondieron con la adopción ~e u~ nue·
cohesionada como federación comunista de lo que había sido como reino de tres pue- va Constitución, que eliminaba la autonomía tanto de Kosovo como de V01vodma. La
blos. La tarea de los últimos miembros de la dinastía Karageorgevic había sido combinar retórica de Milosevic y su aplastante victoria en las elecciones multipartidistas de ese mis-
a los serbios, los croatas y los eslovenos en un Estado y una nación yugoslavos, pero ape- mo año acentuaron las tendencias de secesión croata y eslovena de lo que a sus ojos se
nas se había conseguido algo cuando la Segunda Guerra Mundial volvió a abrir viejas estaba ;onvirtiendo en la Gran Serbia. En Croacia, Franjo Tudjman, comunista cambia-
divisiones, especialmente entre serbios y croatas, cuyo espeluznante líder durante la gue- do en chovinista, consiguió el 40% de votos y el 70% de los escaños del Parlamento., En
rra, Ante Pavelic, intentó crear un Estado croata separado, comprando el apoyo italiano . las elecciones multipartidistas de 1990, los croatas y los serbios se enfrentaron entre s1 en
al ceder tierras croatas de menor importancia a la Italia fascista (que buscaba al otro lado la Eslavonia oriental y el distrito dálmata de Knin (dos áreas croatas con una importan·
del Adriático su propia versión del Lebensraum -spazio vitale- en Albania y Dalmacia). te población serbia) y por el destino de Bosnia, donde Croacia reclamaba una franja de
Por otra parte, la resistencia comunista a los italianos y a los alemanes produjo un aura la república y los serbios más combativos la reclamaban por entero.
de confraternidad yugoslava que, después de la guerra, Tito quiso ampliar dando a las
minorías émicas -montenegrinos, macedonios, albaneses (en Kosovo) y húngaros- un
status igual, o aproximado, al de los tres grupos que originalmente constituían el Estado LA DISOLUCIÓN: SERBIOS, CROATAS Y ESLOVENOS
yugoslavo. Pero Tito no pudo dar a estos grupos diferentes nada que les acercara a la
igualdad económica. Sus diferencias religiosas y naciom\les -dentro del cristianismo o Desde la muerte de Tito, o incluso antes, Yugoslavia mostraba signos de tensión
fuera de él, como los musulmanes- no se vieron compensadas económicamente por el que auguraban, o bien un cambio constitucional hacia una federación ~enos rígida,
hecho de estar federados. La ayuda occidental que siguió a su desavenencia con Moscú, 0 bien, a falta de esta adaptación, la desolación y la guerra. La fuerza impulsora fue
se usó principalmente para desarrollar industrias. El consecuente éxodo del campo hacia Serbia, la más poderosa de las seis repúblicas, el grupo étnico más nu~eroso Y la q~e
las ciudades fue bien recibido al principio, por ser un alivio para el problema de la super- tenía más población fuera de su propia república: dos millones de s.erbtos, en Croa~_1a
población rural, no suficientemente atenuada por la emigración, pero a largo plazo debi- y Bosnia, además de los 10 millones en Serbia. Los líderes de S~rb1a tem.an tambten
litó la agricultura y no produjo el correspondiente beneficio para la industria, que se tam- el apoyo de la iglesia ortodoxa, tanto dentro como fuera de Serbia -especialmente ~n
baleó cuando las reformas en la gestión y las finanzas fueron aplicadas demasiado Grecia y Chipre-, que iba a jugar un papel de importancia para atenu~r l.as sancio-
lentamente y sin que el derecho de gestión hiciera a ésta más competitiva. Los occiden- nes económicas desde 1991. La religión jugaba todavía un papel pnnctpal en el
tales que aportaban ayudas perdieron interés cuando perdieron dinero y cuando la ayu- nacionalismo de los Balcanes, l.as guerras que estaban a punto de estallar eran entre
da a Yugoslavia perdió su filo político con el relajamiento de la guerra fría. La deuda otras cosas guerras de religión, la intersección de la paranoia secular y religiosa dio a
externa se acumuló, de tal manera que el pago de los intereses se ~onvirtió en una carga estos conflictos una crueldad inhumana, prácticamente desaparecida de la mayor par·
para la economía yugoslava más grande que los beneficios conferidos por los préstamos te de Europa. Lo más importante para Belgrado era su control s?bre el ejército fe~e­
al principio. La balanza económica a lo largo de una generación mostraba una pérdida ral yugoslavo, de 135.000 efectivos, cuyos oficiales eran predom.mant~mente serb10.s;
neta. El 1989, el primer ministro federal, Ante Markovic, un croata, adoptó medidas El carácter de los serbios estaba personificado en Slobodan M1losev1c, que ascend10
desesperadas, instituyó una moneda convertible, bancos comerciales, una bolsa de dentro de la Liga Serbia de los Coinunistas, hasta llegar a la presidencia ~e .la Repú~lica
comercio y otros instrumentos de la economía capitalista de mercado. Intentó por medio Serbia. Era un nacionalista serbio y un hábil político, con una lealtad mmtma a la idea
del reforzamiento de la economía conjurar los nacionalismos serbio, croata y esloveno. de Yugoslavia. Suprimió en 1989 el status autónomo de las regiones.de Kosovo Yyoivo·
Ganó algún apoyo internacional pero no el suficiente ni tampoco todo lo rápido que dina -la primera de población albanesa en una relación de nueve a diez (un pequeno gru·
hubiera sido necesario. La inflación se redujo del 2.000% a cero en cuestión de meses y po de comunistas albaneses colaboraron con Belgrado en ~sta supresió~) Y la segun~a
las exportaciones y la reserva se elevaron, pero al precio de un desempleo catastrófico, mayoritariamente húngara-; dio ayuda militar y pr?yagan~1sta a _los serbios d.e ~ro~~1a,
bancarrotas y graves penurias. En la más grande, Serbia, que tenía el 40% de la pobla- que se estaban movilizando para conseguir una reg10n serbia auton~ma; reavivo .re1v1x:i·
ción, los nacionalistas dirigidos por el extravagante Slobodan Milosevic -que compensó dicaciones serbias sobre partes de Bosnia; obstruyó el ascenso, de rutma, a la pres1denc1a
con nacionalismo serbio lo que estaba en peligro de perder como comunista- estaban del croata Stipe Mesic; y en la Krajina, un distrito de Croacia, aprobó y anim.ó activida-
resueltos, en primer lugar, a anexionarse los distritos autónomos de Kosovo y Voivodina; des serbias que recordaban a Henlein y los alemanes sudetes en Ch:c~slova~u1a en 1938:
en segundo, a reestructurar la federación según su forma tripartita original; y en tercer Abogó por el mantenimiento de la federación yugoslava con sus limites existentes Y as1
lugar, a absorber las repúblicas más recientes y dominar la propia federación. se ganó la buena voluntad de la CE y Estados Unidos, los cu.al~s, mient~s amen~ab~n
El problema de Kosovo se remontaba a la Segunda Guerra Mundial y a la Edad Media. con sanciones económicas, buscaban su ayuda para conseguir mstalar sm compltcac10·
Durante la guerra se habían hecho promesas de autonomía para conseguir la cooperación nes a Mesic como presidente federal y para pacificar, antes que exacerbar, la situación en
de los albaneses contra los italianos y los alemanes. Pero Kosovo, aunque ahora tiene nue·

289
288
Kosovo. Para los estados de fuera de Yugoslavia la federación representaba estabilidad, entre serbios y croatas que cortara de raíz la extensión de los problemas antes de que se
pero para los eslovenos y los croatas representaba la dominación serbia, mientras que hicieran violentos. El acuerdo podría suponer la reestructuración de la federación
para los serbios era una entidad artificial en la que había serbios que vivían en repúbli- yugoslava -una solución pronto desechada- o la aceptación de su disolución y la defi-
cas no serbias. Esta última consideración no se refería a Eslovenia, donde prácticamente nición de límites en un nuevo mapa. A una troika comunitaria de ministros de Asuntos
no había serbios. En junio de 1991, Eslovenia y Croacia se declararon independientes, Exteriores le sucedió un solo negociador, lord Carrington, a quien le siguió rápidamen·
rechazando no sólo la federación existente, sino también cualquier posible modificación. te lord Owen y finalmente Karl Bildt. Las NU nombraron a Cyrus Vanee y posterior·
Eslovenia, compacta, homogénea, comparativamente remota y con tan sólo un mente a Thorvald Stoltenberg para trabajar con lord Owen, hasta que este intento fue
millón de habitantes, se había preparado para llevar a efecto su resolución. Cada repú- superado en 1994 por el Grupo de Contacto de cinco miembros. Todos estos persona·
blica yugoslava poseía su propia fuerza de defensa, distinta del ejército federal, cuyas jes lucharon para garantizar acuerdos de alto el fuego y para diseñar un~ distribución
unidades estaban aisladas unas de otras y de sus suministros; sus intentos de asumir el territorial de Bosnia, que fuera aceptable para todos, con las fronteras existentes, pero
control en Eslovenia fueron rechazados. Milosevic se alegró de verla marchar. Estaba con una nueva Constitución. Los acuerdos de alto el fuego se adoptaron Yse rompieron
determinado a concentrar el ejército federal contra Croacia. Esta distinción crucial no con un cinismo escalofriante mientras las propuestas territoriales eran todas rechazadas,
fue percibida al principio por los cada vez más embrollados negociadores de la CE. bien por una facción bien por la otra, con una ligereza que no compensaba lo suficien·
Croacia, que ocupaba un quinto de Yugoslavia con una población de 4,5 millones, te los esfuerzos, arduos y básicamente sensatos, de sus autores.
tenía 600.000 serbios, principalmente en su lado más al este (la Eslavonia oriental) y La segunda ramificación de la intervención internacional fue el socorro de las vícti·
erí la Krajina entre la costa del Adriático y Bosnia. Tenía (como también Serbia) mas de guerra y la protección de quienes llevaban a cabo esta tarea. Esta actividad la rea-
memorias de feroces luchas entre croatas y serbios durante la Segunda Guerra Mun- lizaron varios organismos, incluyendo algunos de las NU, y una fuerza de las NU
dial, instigadas por las iglesias rivales católica y ortodoxa, a las que casi todos los cro- -UNPROFOR- reclutada en más de veinte países y enviada para ayudar y proteger a los
atas y serbios pertenecían, respectivamente. Aunque vencido en Eslovenia el ejérci- que ayudaban pero no para verse envuelta en las hostilidades. UNPROFOR no era una
to federal, invadiendo a la vez Croacia, consiguió coger el control de un tercio del fuerza de pacificación. Sí se envió una fuerza de este tipo~ Macedonia, y quizá haya ser-
territorio, al tiempo que hacía y deshacía una serie de acuerdos de alto el fuego. Los vido para mantener la paz allí, pero UNPROFOR se estableció, primero en Croacia y
croatas perdieron Eslavonia oriental ante las fuerzas federales y la Krajina ante los más tarde en Bosnia, para proteger a los organismos de ayuda, para socorrer a las vícü·
serbios de esa región. En Eslavonia la devastación serbia de Vukovar ganó para los mas en las áreas donde la paz no se había conseguido y para mantenerse fuera de la lucha.
croatas simpatía internacional, de la que, con excepción de Alemania, habían care- Fue enviada con propósitos humanitarios, pero rompiendo con la práctica normal de las
cido y que les ayudó a asegurarse del reconocimiento internacional de su indepen- NU de enviar fuerzas de pacificación o misiones humanitarias sólo a áreas donde la sus-
dencia. El ataque serbio a Croacia, aunque tuvo un éxito rápido, se suspendió a fina- pensión de las hostilidades tenía un fundamento real. UNPROFOR fue en parte una
les de 1992, cuando tanto serbios como croatas volvieron su atención hacia Bosnia. En ª.
apuesta para conseguir dicha suspensión y en parte como reacción las ¡.~esperadas Y
esta etapa, los eslovenos, los croatas y los serbios habían destruido de hecho la federa- terribles atrocidades que acompañaron a la lucha. Fue puesta en una s1tuac1on de guerra
ción y establecido estados separados. Los dos últimos, sin embargo, no estaban dis- sin la autoridad ni la capacidad de hacer la guerra y con la esperanza de que podría hacer
puestos a permitir que Bosnia se convirtiera en un cuarto. (La Krajina era originaria- su papel, a pesar de las guerras que se libraban en sus zonas de operación: ésta era una
mente una zona tapón croato-serbia o muro de Adriano, creada en el siglo XVI por los operación de un tipo que nunca antes el Consejo de Seguridad de las NU había asumi·
Habsburgo contra los turcos, los serbios eran refugiados del imperio otomano. En tiem- do. En muchos campos y de varias formas UNPROFOR consiguió sus objetivos, pero fue
pos modernos la Krajina se extendió hacia el sur, para incluir Knin y sus alrededores, siempre un peón del que se aprovecharon ambos beligerantes. Su suerte estuvo ligada
poblados por serbios más combativamente anticroatas cjue los de la propia Krajina.) inextricablemente a los esfuerzos diplomáticos paralelos para acabar con la guerra.
La intervención internacional tenía dos motivos. El primero era parar la guerra, por El esfuerzo diplomático de la CE para pacificar Yugoslavia, basado en el temor a que
temor a que se extendiera a toda Yugoslavia e incluso más allá. Con este objetivo en el desorden se extendiera y agudizado por el horror a la increíble brutalidad de los com-
mente las NU impusieron en 1991, en la primera fase, o serba-croata, de la guerra, un batientes, falló desde el principio. Los miembros de la CE percibieron una oportunidad
embargo en el suministro de armas a cualquiera de las partes de Yugoslavia. Además la para afirmar (o al menos probar) su poder colectivo, pero n.i,la Comuni¿~d como ta_l,
CE, más tarde la CE junto con las NU y-desde 1994- la CE y las NU con un Grupo ni sus miembros por separado habían prestado mucha atenc10n a una cns1s que habia
de Contacto de cinco miembros (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y Ale- estado gestándose durante una década o más. Tampoco la Comunidad estaba prepara-
mania), intentaron por vía diplomática negociar un acuerdo entre los combatientes. La da. No tenía, como Comunidad, ningún prestigio fuera del territorio de sus miembros,
lucha, que empezó en las repúblicas del norte, amenazaba con extemlerse, debido a que ni fuerzas armadas, ni un propósito común, ni un mecanismo establecido para concer··
la independencia de Eslovenia y Croacia podía provocar demandas similares en otras tar la política exterior comunitaria. Por el contrario, estaba sólo empezando a dar los
repúblicas; porque Serbia y Macedonia tenían minorías étnicas y Bosnia estaba forma· primeros pasos hacia la creación de tal mecanismo, y cayó en el error de suponer que
da sólo por minorías; y porque el conflicto en Yugoslavia suscitaba una atención inquie- una manera de hacer esto era actuar como si ya tuviera lo que sólo estaba en proceso de
ta e inflamaba las susceptibilidades en Albania, Grecia y (en menor medida) en Bulga- confección. La CE no era una organización regional para Europa en los términos defi-
ria. El propósito inicial de la diplomacia internacional era negociar un acuerdo político nidos por el artícu{G 52 de la Carta de NU. Los intentos de investirla de autoridad ema-

290 291
nada de la CSCE (un organismo todavía más embrionario y también sin fuerzas arma-
das) fueron un subterfugio poco convincente, cuanto más cuando Yugoslavia era miem-
bro de la CSCE con derecho a veto, cuando actuó de manera más positiva. La CE pre-
sionó para que se aceptara a Mesic como presidente yugoslavo, una suspensión de tres
r abanderado del nacionalismo más puro-. Seselj y Karadzic, quien declaró la indepen·
dencia de la república serbia de Bosnia en 1992, fueron para Milosevic caciques ser·
bias rivales que tenían que ser mantenidos a raya o manejados.
En ese momento Milosevic había consolidado ya su posición y se había converti-
meses de las declaraciones de independencia de Croacia y Eslovenia, la vuelta de todas do en la figura clave en la búsqueda de la paz por medio de la negociación. Los de fue-
las fuerzas armadas a los cuarteles y una conferencia sobre la configuración futura de ra tenían que elegir entre un acuerdo aceptable para él o hacerle la guerra con armas
Yugoslavia. No consiguió nada de esto y aunque negoció varios acuerdos de alto el fue- económicas y quizá otras. Como para esa fecha la invasión de Bosnia era una hecho
go entre serbios y croatas, éstos fueron sistemáticamente incumplidos. La lucha en Cro- real, el único acuerdo que se podía conseguir debía incluir cierto grado de aceptación
acia sólo se detuvo porque los serbios habían conquistado la mayor parte de lo que dese- de las conquistas serbias en Bosnia así como en Croacia, ambas reconocidas interna-
aban y porque Bosnia requería la atención de los serbios y los croatas por igual. cionalmente ahora como estados soberanos. La elección o el riesgo de una guerra
La CE -y especialmente Alemania- también llevó la voz cantante en la defensa militar contra Serbia presentaba la perspectiva de unas operaciones largas, costosas,
del reconocimiento inmediato e incondicional de la independencia de Croacia y sangrientas y posiblemente ineficaces, con propósitos mal definidos, consecuencias
Eslovenia. Esto fue un acto político. Por ley un pueblo o nación no tiene derecho a mayores imprevisibles y, lo más elocuente, el desacuerdo entre los estrategas sobre qué
secesionarse de un Estado soberano, invocando el principio de autodeterminación, tipo de operaciones y qué grado de fuerza sería el apropiado. Uno de los puntos fuer-
aunque otros estados, usando criterios diplomáticos establecidos, opten por reconocer tes de Milosevic era el ser consciente de que una guerra así era totalmente improba-
í;
el derecho a un Estado propio. Eslovenia cumplía los amplios criterios de la práctica ble. El embargo de armas impuesto por las NU en 1991 en todos los lugares de Yugos·
internacional pero Croacia no. Un mediador consultado por la CE -Robert Badinter, lavia le afectó poco, ya que la prohibición dañaba a los otros bandos más que a los
antiguo ministro francés -informó que el estado de la situación en Croacia no garan- bien equipados serbios¡ y las sanciones económicas, impuestas a Serbia en 1992 por
i.
tizaba el reconocimiento inmediato. Croacia ni ofrecía; ni se le había pedido que lo la CE y las NU, todavía no habían hecho mella. Desde mediados de 1992 hasta
_¡ hiciera, garantías a la importante minoría serbia¡ a los croatas no se les recordó que, comienzos de 1995 su problema central era, por un lado, cuánta parte de Bosnia ane-
si Croacia se separaba de Yugoslavia, los serbios de Croacia bien podrían reclamar el xionarse ante la creciente hostilidad internacional y las sanciones y, por otro, los éxi-
derecho de separarse de Croacia a su vez¡ y no había ningún gobierno croata que tos de los serba-bosnios, cuyos cálculos y ambiciones podrían no concordar con los
tuviera control sobre todo el territorio que el nuevo Estado reclamaba. A Croacia se suyos. Los serbios en Serbia estaban dispuestos a sufrir por la Gran Serbia, pero no
le garantizó el reconocimiento como Estado independiente en la impronta de la inde- necesariamente por una Gran Serbia con Radovan Karadzic como héroe. Los arqui-
pendencia eslovena y en la esperanza de impedir la expansión de la guerra a Bosnia o tectos de la Gran Serbia estaban en Belgrado, no en Bosnia¡ eran Milosevic y la jerar·
incluso más allá. El punto de vista opuesto, expresado por el secretario general de las quía ortodoxa serbia, no Karadzic y Mladic.
NU y otros, era que el reconocimiento no detendría en ningún caso las hostilidades
entre serbios y croatas y provocaría la declaración de independencia de Bosnia-Her-
'1:· zegovina y su invasión por parte de aquéllos, aliados temporalmente. Bosnia-Herze- LA PARTICIÓN: BOSNIA-HERZEGOVINA
govina cumplía los criterios de independencia aún menos que Croacia.
.,1 La posición de Milosevic en Serbia se vio algo amenazada en 1992. Milan Panic, Bosnia-Herzegovina era distinta de Serbia y Croacia no sólo como una república
que había regresado de Estados Unidos después de hacer mucho dinero allí y había yugoslava diferente, sino como una entidad política que, con fronteras cambiantes,
sido nombrado primer ministro de la república serbia, estaba desencantado con Milo- había sido aceptada como tal, formalmente desde el siglo XVI y en la práctica muchas
i \. sevic. También lo estaba Dimitri Cosic, un eminente nacionalista serbio, que había generaciones antes. Muchos de los habitantes tenían afinidades con los serbios o los
sido elegido para ocupar la presidencia vacante. En una conferencia en Londres, croatas¡ otros eran distintos porque eran musulmanes. Los serba-bosnios representaban
Cosic llegó a un acuerdo con el presidente croata, Franjo Tudjman: Serbia reconoce- algo menos de un tercio de la población, los croatas bosnios uh sexto, los musulmanes
ría la independencia croata y su derecho a la Krajina a cambio de derechos, recono- casi la mitad. Todos estos pueblos eran eslavos de raza y lengua como resultado de las
cidos internacionalmente, para los serbios de Croacia. Este acuerdo fue un revés para invasiones, en la temprana Edad Media, de eslavos de distinto tipo, que se superpusie·
Milosevic, aunque sólo fuera porque había sido negociado por otra persona. Se vio en ron a los pueblos íberos, celtas y ávaros y a los vestigios de otros grupos. Entre estos inva-
el dilema de refrendarlo o no, al precio de irritar a los serbios más combativos de Ser- sores los serbios y los croatas eran los más destacados y penetraron en Bosnia a la vez
bia y a los serba-bosnios, dirigidos por Radovan Karadzic y su homólogo militar el que establecían principados propios en sus tres lados. Llegaron a los Balcanes como
general Radko Mladic, que habían pretendido anexionar la Krajina a Bosnia. Milo- paganos pero se convirtieron al cristianismo, y aunque a menudo eran aliados contra el
sevic se sirvió de una disputa sobre el control del ejército para conseguir la destitu· poder del imperio bizantino, dominante pero en decadencia, estaban divididos por su
ción de Cosic, derrotó con contundencia a Panic en unas elecciones presidenciales y lealtad hacia las autoridades eclesiásticas rivales de Roma y Bizancio. La relativamente
confirmó su autoridad en unas elecciones parlamentarias -en las que, sin embargo, inaccesible Bosnia se convirtió en un mosaico de señoríos, grandes y pequeños, que fue-
Vojislav Seselj, que hacía campaña por la expulsión de todos los no eslavos de Bosnia ron relativamente independientes de la dominación exterior hasta la conquista de toda
y de Kosovo, obtuvo el 20% de los votos y representó para Milosevic un desafío como el área por los turcos otomanos, después de la batalla de Adrianópolis en 1463. La igle-

292 293
sia bosnia era católica, no ortodoxa, pero en Roma, donde nadie sabía mucho sobre ella deró estos acontecimientos de la primavera de 1992 como una señal para iniciar las
se sospechaba que era herética. La debilidad de los vínculos eclesiásticos, el crecimien~ hostilidades con fuerzas tanto regulares como irregulares. Ganaron el control de media
to de las ciudades bajo dominio turco y, simplemente, el buen sentido de adoptar la fe Bosnia en unos pocos días. Sus métodos incluían un terror y unas atrocidades que cam·
de los nuevos gobernantes, contribuyó a la conversión en bloque, bastante poco usual biaron la naturaleza de la guerra y de la intervención de las NU que, originalmente
de los bosnios al islam. Hacia 1600, la mitad de ellos eran musulmanes. Campesinos qu~ reducidas a proteger a los organismos de ayuda y a las víctimas civiles, necesitadas de
intentaban tener una existencia en la que sus superiores intervinieran lo menos posible, alimentos y medicinas, se vieron envueltas en el destino de un millón de refugiados,
mercaderes deseosos de mantener y extender su comercio en el nuevo entorno de la congregados y sitiados en enclaves mortales y clamando por escapar de Bosnia, antes
administración turca, la ley turca y los favores turcos, no encontraron mayor inconve- que ser socorridos en ella. En este punto, Serbia y Montenegro proclamaron juntos una
niente en quitarse una fe para ponerse otra-{) viceversa cuando llegaba el caso. nueva Yugoslavia, que consistía de ellos mismos, como otro Estado nuevo.
Desde el principio hasta el fin de la dominación turca, el destino de Bosnia estuvo Ahora había varios estados nuevos en lo que había sido Yugoslavia y dos de ellos
condicionado por las frecuentes guerras entre el imperio otomano y el de los Habsbur- estaban en guerra entre sí: Bosnia-Herzegovina y la nueva y reducida federación yugos-
go. Sus fronteras se fijaron en tratados que interrumpían esas guerras en el siglo xvm. lava. Lo que había sido una guerra civil en Yugoslavia se había convertido en una gue-
A medida que el siglo siguiente avanzaba los turcos perdieron el control y Bosnia que- rra entre dos estados soberanos, miembros de las NU, y el Consejo de Seguridad podría
dó disponible. Con Serbia y Montenegro independientes y clientes de Rusia, Austria. haber calificado a Serbia como agresora. Si la guerra era civil en algún sentido, lo era
Hungría empezó a preocuparse más por los rusos que por los turcos y Bosnia se hizo más en Bosnia, no en Yugoslavia. Habría carecido de fundamento aplicar el embargo a Bos-
vulnerable a los deseos expansionistas de sus vecinos. Después de la derrota rusa a nia si éste no hubiera existido de antemano. Pero el levantamiento del embargo en una
manos de los turcos en 1877, los poderes europeos se- reunieron en Berlín para dibujar parte implicaba una responsabilidad en las hostilidades, que en 1992 ningún gobierno
de nuevo el mapa de los Balcanes. Decretaron que Bosnia debería pasar a la adminis- sugería ni parecía contemplar, en parte porque al hacerlo debía, con ello, poner en peli-
tración austro-húngara (anexionada en 1908, pero perdida para Viena tras la Gran gro las tareas de UNPROFOR y acabar con la diplomacia mediadora de la CE/NU, y
Guerra, que empezó en la capital bosnia, Sarajevo, en 1914). Entre esa guerra y la en parte porque las administraciones de Bush y Clinton se opusieron totalmente a cual·
siguiente hubo un amplio acuerdo sobre la idea de un Estado yugoslavo, pero no se lle- quier tipo de intervención de las NU que llevara aparejada la implicación activa esta-
gó a un acuerdo sobre la división de poderes entre el gobierno central y las provincias. dounidense en el conflicto. El resultado fueron evasivas a nivel internacional y el sumi·
Bosnia se oponía, junto con Croacia, a la centralización, que significaba poder efecti· nistro de armas encubierto a todas las partes, incluyendo el gobierno bosnio.
vo para los serbios. El problema estaba sin resolver cuando la Segunda Guerra Mun- En 1992-1994 los negociadores de la CE/NU y el Grupo de Contacto elaboraron
dial estalló y no fue más que sofocado parcialmente por Tito, quien, como comunista una serie de planes para la partición de Bosnia en sectores serbio, musulmán y croata
era centralizador, pero como esloveno-croata no. En la Yugoslavia de Tito, Bosnia se dentro de una entidad bosnia que continuaba existiendo. Estos planes fueron aceptados
convirtió en una de las áreas más deprimidas de la federación. Una consecuencia de en uno u otro momento por todas las partes principales en Bosnia, pero nunca simultá-
ello fue el aumento de la tensión entre comunidades; otra fue la salida de muchos ser· neamente y quizá con más astucia que sinceridad. Aceptaban el principio de la división,
bo-bosnios hacia Serbia: su marcha hizo a los musulmanes la cbmunidad más nume· pero no las divisiones propuestas. Los musulmanes las veían como escandalosas e injus-
rosa, con diferencia, de las tres principales que había en Bosnia. Tito los animó a que tas invitaciones al suicidio, mientras que los serbios las veían como un reconocimiento
se considerasen una comunidad distinta y fueron reconocidos como tales en 1971. Pero inadecuado de sus conquistas y derechos étnicos. En Serbia las sanciones, más estrictas
estaban divididos entre musulmanes comunistas y anticomunistas: Ilia lzetbegovic, a partir de 1993, estaban causando considerables dificultades, ya que el desempleo engu-
futuro presidente de Bosnia-Herzegovina, era un prominente líder anticomunista. llía la mitad de la población activa, y a la economía nacional se la privaba del acceso a
En 1990 el gobierno de Bosnia-Herzegovina (Herzegovina era un pequeño rincón la ayuda y la inversión internacionales. Aunque los peores efectos se consiguieron elu-
en el sudoeste) era una coalición formada después de unas elecciones ese año. Com- dir durante algún tiempo con la ayuda de Grecia, Chipre y (por un breve espacio de
prendía musulmanes, serbios y croatas, pero los serbios abandonaron la coalición -el tiempo) Rusia, Milosevic se vio forzado a considerar el refrenar a los serbios en Bosnia
primer paso hacia un Estado serbio diferenciado, que ocupase tanta parte de Bosnia y a aplicar sus propias sanciones a los serba-bosnios, que dependían del combustibie ser·
como pudieran conquistar-. Cuando empezó la lucha en Croacia, el presidente lzet· bio para su maquinaria de guerra. En 1994 cem5 la frontera entre Bosnia y Serbia, des-
begovic tuvo que elegir entre permanecer en una nueva Yugoslavia privada de Eslove· pués de que el Grupo de Contacto elaborase otro paquete de propuestas que adjudica-
nía y Croacia, o reclamar la independencia como éstas estaban haciendo. Optó por lo ba el 49% del territorio de Bosnia-Herzegovina a los serbios. Esto era, en términos
último. Temía los designios serbios y croatas para el territorio de su república y quería territoriales, generoso pero Karadzic, y sus asociados consideraron que podían obtener
estar en una posición que le permitiera solicitar la ayuda exterior para su protección. aún más, reclamando en especial una franja más grande en el este, acceso al Adriático
Se le concedió reconocimiento internacional y admisión en las NU a principios de el oeste y medio Sarajevo. El Grupo de Contacto esperaba conseguir su aceptación
1992, pero 1;10 antes de que las NU, reaccionando cuando las fuerzas regulares serbias medio de Milosevic, quien, además de sus preocupaciones económicas, desconfiaba
doblaron su número en la misma Serbia (normalmente en torno a 45.000), y ante el expansionismo independiente de Karadzic y de sus actitudes desafiantes.
crecimiento de las fuerzas irregulares serbias, hubieran impuesto su embargo en el Los serba-bosnios estaban más envalentonados que escarmentados por la interven·
suministro de armas a todas las partes en Yugoslavia, incluyendo Bosnia. Serbia consi- ción internacional que, a la escala que representaba UNPROFOR, animaba más su

294 295
.L
P'
r
desdén. Esta confrontación con las NU cristalizó durante 1993, cuando los miembros vanas esperanzas. Los estadounidenses, por su parte, se inclinaban más hacia una polí-
destacados del Consejo de Seguridad forzaron a éste a que estableciera seis áreas de
1 tica de ayudar al gobierno bosnio a corregir la balanza militar, levantando el embargo
'
seguridad (análogas a las zonas de seguridad declaradas en lrak en 1991, pero en unas de armas al gobierno bosnio y usando la fuerza aérea para detener la agresión serbia y
circunstancias y un terreno diferentes) y se autorizó el uso de la fuerza por parte de para defender las áreas de seguridad. Considerando que la resolución del levantamien-
UNPROFOR, para evitar su bombardeo. Los miembros del Consejo, sin embargo, no to del embargo sería derrotada en el Consejo de Seguridad, Clinton decidió a cambio
proporcionaron a UNPROFOR, ya sobrecargada, los medios para cumplir con esta retirar los navíos estadounidenses de patrulla en el Adriático, que tenían la mi¿ión de
nueva función. Estas áreas de seguridad fueron habitadas por musulmanes y amenaza- hacerlo cumplir. El efecto práctico de este paso fue pequeño pero las implicaciones pos-
das por serbios. Eran de seguridad sólo en la medida en que los serbios se abstenían de teriores, por el incumplimiento de una resolución por la que Estados Unidos habían
atacarlas. Había seis: cuatro en Bosnia oriental, cerca de la frontera con Serbia y de presionado y votado en el Consejo de Seguridad, fueron más graves. La decisión de Clin-
importancia estratégica para la comunicación entre ésta y Bosnia; Bihacs en el noro- ton --que fue tomada, aunque no anunciada, antes de que los demócratas sufrieran un
este de Bosnia, atravesando una línea ferroviaria de primer orden y junto a la princi- · serio revés en las elecciones parciales de noviembre- suponía respaldar a los musulma-
pal bolsa de serbios en Croacia; y Sarajevo. La ciudad de Bihacs y sus alrededores eran nes y a los croatas contra los serbios, arriesgarse a provocar, a cambio, un abierto apo·
un enclave bosnio vulnerable a ataques provenientes de tres zonas: desde el oeste por yo ruso a los serbios y terminar con las esperanzas de poner fin a la guerra por medio de
los serbios de Krajina, desde el este por los s.erbo-bosnios y desde el norte por los musul- negociaciones. De la misma manera que la guerra civil española en la década de los
manes disidentes, enfrentados con el gobierno de Sarajevo y dirigidos por un extrava- treinta, la guerra de Bosnia se estaba internacionalizando de una manera encubierta.
gante empresario musulmán, que soñaba con establecer una ciudad-Estado de su pro- Estados Unidos y Rusia estaban alentando, y más que alentando, a los distintos bandos
piedad. En 1995 los serba-bosnios tomaron las áreas· orientales de Srebrenica y Zepa, beligerantes, mientras los estados islámicos en Oriente Medio estaban compitiendo
desalojaron a sus habitantes no serbios y a 400-500 efectivos de tropas holandesas y entre ellos para proveer de ayuda, o prometerla, a los musulmanes. (Algunos de estos
ucranianas de UNPROFOR, e hicieron una limpieza, por medio del terror y del asesi- países habían estado enviando ayuda de beneficencia desde una fecha tan temprana
nato, de áreas nuevas para ser incorporadas a la Gran Serbia. También mostraron lo como la década de los setenta. Por los oleoductos entraban productos más sólidos.)
poco que les importaba la intervención internacional. En junio de 1995 se declararon El recurso estadounidense al poderío aéreo no era menos polémico. Poderío aéreo
¡. en guerra con las NU y la OTAN y, en una flagrante violación de las normas y cos- significaba poderío aéreo de la OTAN, ya que ésta era la única fuerza disponible para el
tumbres de la guerra, tomaron como rehenes a unos 380 miembros de las unidades de Consejo de Seguridad. Su uso era discutible por razones políticas y tácticas. Los rusos,
UNPROFOR -un paso excesivamente arriesgado que posibilitó a Milosevic, más cau- en quienes el Grupo de Contacto confiaba para que persuadieran a Milosevic para que,
to, a reafinnar su autoridad pan-serbia e insistir en su liberación. (Al mismo tiempo a su vez, forzara a Karadzic a aceptar su último plan de paz, encontraron difícil de dige·
encarceló a su adversario extremista en Serbia, Vojislav Seselj.) rir la implicación de la OTAN, antirrusa por antonomasia, en el avisp~ro bosnio, ya que
Durante tres años los serba-bosnios sólo habían conocido el éxito. Sin embargo, la veían como una artimaña para pasar por encima del Consejo de Seguridad y el veto
había factores adversos a los que Karadzic prestó quizá poca atención. Dependía de ruso en él, y estaban indignados en privado por el uso de la OTAN para armar al gobier·
Milosevic en cuanto a suministros, en especial de combustible, pero no pudo percibir no bosnio contra sus amigos los serbios. Los europeos atribuyeron la afición de los esta·
que Milosevic estaba cuanto menos tan deseoso de que se levantasen las sanciones dounidenses por las operaciones aéreas a su reticencia a provocar bajas en operaciones
económicas contra Serbia, como de mayores victorias de Karadzic en Bosnia; y los de tierra. Los europeos, y algunos estrategas y oficiales militares estadounidenses, tam-
éxitos y los excesos de los serba-bosnios (que no fueron impedidos por la decisión del bién refutaron la eficacia de los ataques aéreos, en base a que los objetivos en Bosnia
Consejo de Seguridad en 1993, de crear en La Haya un tribunal para contemplar los eran difíciles de encontrar y aún más difíciles de alcanzar. En cuanto a Bihacs, estas
cargos de crímenes de guerra en Yugoslavia) produjeron un revulsivo que, sobre todo dudas parecían estar justificadas. Cuando los serbios, habiendo contrarrestado ofensivas
en Estados Unidos, tomó la forma de una amenazadora guerra aérea en su contra y un contra ellos que estaban sobradas de optimismo, mantenían a la ciudad a su merced, los
hacer la vista gorda -a la vez que se echaba una mano- con respecto al suministro de jefes militares de las NU recurrieron a represalias aéreas, pero su resultado fue dudoso y
armas al gobierno bosnio por medio de, entre otras vías, el uso clandestino y no auto- fueron suspendidas. Pero el mayor impedimento para el uso de cualquier tipo de fuerza,
rizado de aviones de la OTAN. no era el desacuerdo táctico ni la aprensión política, sino la vulnerabilidad de las dis-
Este último factor fue una fuente de disensión entre los estados del exterior, así persas unidades de UNPROFOR, susceptibles de ser hechas rehenes por los serbo-bos·
como una amenaza para los serba-bosnios. La paz en la región siguió siendo el objetivo nios.
primordial de los estados de la CE, pero en Estados Unidos ganó terreno un objetivo Los croatas habían esperado a que les llegara su oportunidad. Tanto si los presiden·
opuesto: la justicia para los bosnios no serbios, en especial musulmanes. Los europeos tes Tudjman y Milosevic tenían un acuerdo tácito para la partición de Bosnia como si
consideraban que los serbios habían ganado la guerra en Bosnia y que era inútil animar no, el presidente croata tenía otros hilo que mover: una alianza con el gobierno bos·
a los musulmanes, o a una alianza musulmana-croata, a que la continuaran. Francia Y nio. (Durante la Segunda Guerra Mundial el Estado croata independiente, aunque
Gran Bretaña, que aportaban los contingentes más grandes de UNPROFOR, se opo- títere, establecido por Italia y Alemania, se había eX:tendido por la mayor parte de Bos·
r1Ían rotundamente a cualquier medida que provocara ataques sobre ella, hiciera nece- nia.) En 1993 los gobiernos de Croacia y Bosnia acordaron fom1ar un Estado federado
saria su retirada junto con los organismos de ayuda y engañara a los musulmanes con musulmana-croata, con unos lazos confederales flexibles con Croacia -un paso signi-

296 297
ficativo en la bisección de Bosnia entre un Estado o sub-Estado serbio y la parte res-
r
1
!
brados y de los crecientes horrores de la venganza étnica. El primer asalto entre ser·
bios y croatas fue detenido por la mediación internacional, pero también porque los
tante federada con Croacia y dependiente de ella-. Tudjman, habiendo reorganizado
y renovado el equi~o de su ejercito.c.on discreción, lanzó unas ofensivas en 1995, que combatientes tenían sus propias razones para desistir: la extensión de la guerra a Bos-
recuperaron la Kra]lna con una habilidad y una rapidez inesperadas, y la vació de entre nia aplazó su conflicto por tres años. Fue también la prueba de fuego para la ínter·
100.000 y 200.000 aterrorizados serbios, quienes, en su huida hacia el este, constitu- vención internacional.
yeron la migración forzosa más numerosa de la guerra y uno de sus desastres humanos El objetivo fundamental para los principales organismos internacionales fue, la
más espantosos; y anegaron a los organismos de ayuda y a sus protectores de las NU. mayor parte del tiempo, detener la guerra. Fallaron porque, al principio, no estaban
Los croatas también recuperaron la mayor parte de Eslavonia oriental, que habían per- preparados para desplegar la fuerza necesaria y, después, porque no podían ponerse de
dido ante los serbios er: 1991. Los serba-bosnios contraatacaron en las áreas de seguri- acuerdo en qué tipo de fuerza usar. El descrédito de estos fracasos cayó sobre las NU
dad, tomando Srebremca y Zepa y masacrando a sus habitantes, y efectuando uno de como organización, pero la culpa recaía más justamente en los miembros más impor··
los bombardeos más duros de la guerra sobre Sarajevo. Los poderes occidentales más tantes del Consejo de Seguridad: eludieron el problema intentando usar a UNPRO-
importantes, habiendo retirado a sus contingentes de UNPROFOR de sus posiciones FOR en funciones para las que no estaba ni encomendada ni equipada y, habiendo
más expuestas, ª.tacaron a los serbo.·bosnios en tomo a las áreas de seguridad que que- reconocido a Bosnia-Herzegovina como Estado soberano e independiente, se negaron
daban desde el aire (usando fuerzas de la OTAN) y con la artillería de tierra de la nue- a actuar en consecuencia. Al Consejo de Seguridad no se le pidió que tratara la gue-
va Fuerza de Intervención Rápida creada por Francia, Gran Bretaña y los Países Bajos. rra de Bosnia como una amenaza a la paz mundial (lo que era claramente) o que auto·
Las operaciones aéreas, que eran las mayores en toda la historia de la OTAN, se rizara las medidas consiguientes, según prescribe la Carta de NU. Las NU vieron aún
emprendieron sin informar a Yeltsin. En resumen, Estados Unidos anuló las decisiones más disminuido su papel cuando Estados Unidos, habiendo resuelto tomar parte de
de sus aliados europeos, humilló a Rusia, marginó a las NU y obtuvo resultados. Uno manera efectiva, prefirió hacerlo no dando ejemplo en las NU, sino a través de la
de ellos fue dañar a las NU, tanto como Gran Bretaña yFrancia habían dañado a la OTAN, en cuyos miembros se podía confiar para que pusieran sordina a las objecio·
Sociedad de Naciones a raíz de la crisis de Etiopía en los años treinta. Estados Unidos nes de las NU a la política estadounidense.
insistió en que las operaciones militares estuvieran bajo control de la OTAN. Los estados exteriores no calcularon con la suficiente profundidad la crueldad de
Pero el resultado principal fue una prespectiva de paz. Estados Unidos salió al cam- los serbios, y en especial de los serba-bosnios. En el capítulo bosnio del drama yugos-
po con un resultado muy efectivo contra los serbo-bosnios, sin tener que pasar por las lavo, los serbios llevaron la voz cantante hasta que fueron frenados por los croatas.
forma~idades d~ su condena en las NU como una amenaza para la paz internacional, y
Optando por la diplomacia internacional antes que la acción internacional, la CE y,
despues de abnr una brecha entre ellos y Milosevic. Convocó a los presidentes de Ser· durante un tiempo, Estados Unidos evaluó, primero, la disposición de los beligeran-
bia, Croacia y Bosnia-Herzegovina para mantener conversaciones en la base aérea de tes para considerar las propuestas razonables de paz y, más tarde, la capacidad o volun-
Dayton, en Ohio, y los mantuvo allí durante tres semanas hasta que aceptaron los tér- tad del absolutamente impasible Milosevic para controlar a los serbo~bosnios. Reco-
minos que se les presentaron. El gobierno bosnio, que era el que tenía más razones para noció la habilidad e influencia de Milosevic, pero no pudo percibir que Karadzic era
rechazarlos, los aceptó bajo la amenaza, implícita o explícita, de que la ayuda esta- su talón de Aquiles. Confiaba en que Milosevic cumpliera lo único que menos podía
dounidense que le había posibilitado luchar cesaría. Los serba-bosnios, que no fueron cumplir. Estos errores prolongaron el conflicto.
invitados a Dayton, aceptaron los términos sin ocultar su repugnancia. Milosevic aban- La introducción de UNPROFOR sin que hubiera un alto el fuego era una apues-
donó a los líderes serba-bosnios, pero no la perspectiva de una Gran Serbia. En lo esen- ta sin precedentes que, a pesar de alguna promesa en Croacia en la primera parte,
cial estos términos seguían a propuestas anteriores para la partición de Bosnia-Herzego- resultó un completo desastre en la siguiente. Las iniciativas tempranas de la CE fue-
vina en dos mitades más o menos iguales (una república serbo-bosnia y una federación ron movidas por buenas intenciones, sin que estuvieran acompañadas del buen juicio
croata-musulmana), dentro de un Estado bosnio soberano con un gobierno central débil equivalente. Por el contrario, estuvieron mal concebidas y mal conformadas.
y una capital poco integrada, Sarajevo, bajo control general croata-musulmán. Cada Por último, la solución final que se adoptó, y fue seguida enérgicamente por Esta·
una de las dos partes iba a tener derecho a organizar su propio ejército; era en todos los dos Unidos, daba bastantes pruebas de no conducir hacia ese final. Dio a Serbia y a
sentidos un Estado a excepción del nombre. Las personas acusadas de crímenes de gue- Croacia mucho de lo que querían y habían adquirido ilícita y brutalmente. Formal-
rra iban a ser inhabilitados para ocupar cargos públicos; unas cincuenta personas, inclu- mente conservó un Estado bosnio único; pero sustancialmente dividió Bosnia en dos
yendo Karadzic y Mladic, habían sido mencionados por la acusación en el tribunal esta- entidades, a la espera de ser anexionadas por Serbia y Croacia, respectivamente. La
blecido por las NU, pero sólo uno había sido capturado y había comparecido; el resto no comunidad musulmana, la mayor, conservó alguna influencia en ur{a de las mitades
estaba al alcance del tribunal y había muchas posibilidades de que permaneciera en esa del Estado, ninguna en la otra. Cerca de un cuarto de millón de personas murieron
situación. Se organizó una fuerza internacional ejecutiva (I-FOR), básicamente esta- como resultado directo de las guerras de agresión y la limpieza étnica. En un mundo
dounidense y sin control por parte de las NU, para vigilar el cumplimiento del acuerdo acostumbrado a hablar de «enviar las señales correctas», este resultado parecía terri··
de Dayton. blemente perverso.
Desde el punto de vista internacional, las guerras de Yugoslavia fueron un fracaso Mucho de esta actuación tan mediocre puede ser achacado al relativo poco interés
en su conjunto. Se hizo mucho para socorrer a las víctimas de los peligros acostum- que despierta el sudeste de Europa en comparación con, por ejemplo, Oriente Medio,

298 299
cuya importancia económica y estratégica habían, casi al mismo tiempo, predispuesto a rras balcánicas de 1912-1913, Serbia y Grecia habían descubierto que tenían el propó-
los principales estados a ir a la guerra y a pagar por ello. Con la excepción parcial de la sito común de impedir que Bulgaria obtuviera Tesalónica. El segundo período de las gue·
guerra en Corea, cuarenta años antes, no había un precedente tan claro ni tan cercano rras balcánicas terminó con el Tratado de Bucarest, por el que Macedonia quedaba divi-
de intervención de las NU en una guerra internacional tal como, dado el reconoci- dida de tal manera que Bulgaria recibía sólo una décima parte de ella y el resto se
miento de una Bosnia-Herzegovina independiente, fue esta guerra. Más fatídicamente, adjudicaba a Serbia y Grecia, consiguiendo esta última obtener una parte mayor que
la intervención estadounidense allí donde importaba -es decir, en tierra- nunca fue Serbia y también Tesalónica. Hubo la consiguiente migración, y más aún después de la
posible. Primera Guerra Mundial, todo ello más o menos voluntariamente. Estos movimientos
dejaron sólo una pequeña población eslavo-hablante en Grecia, pero un permanente
temor entre los griegos a una reactivación de los planes para un Estado macedonio dis-
MACEDONIA Y ALBANIA tinto, que privaría a Grecia de su provincia más fértil y de 1,5 millones de habitantes.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Stalin frustró los planes de unión entre
Los temores a conflictos secundarios, que pudieran resultar de la desintegración de Yugoslavia y Bulgaria y la transfonnación por parte de Tito de la Yugoslavia de pregue-
Yugoslavia se centraron en Albania y Macedonia. Para los serbios, Kosovo era un nom- rra en una federación de seis partes, creó la República Yugoslava de Macedonia. Cua-
bre mágico, que recordaba el valor de la resistencia serbia a los turcos en el siglo XIV, renta y cinco años más tarde, esta República, con una población de dos millones de
pero la población del distrito serbio de Kosovo en el siglo XX era mayoritariamente alba- habitantes, un cuarto de los cuales eran albaneses y el resto dividido en doce catego-
nesa. La derogación de su autonomía por parte de Milosevic en 1989 dio lugar a una rías, tenía una economía que se desmoronaba, carecía virtualmente de industria, de com-
declaración de independencia que quedó sin efecto. Se realizaron elecciones parlamen- pradores para su principal producción (tabaco), de una moneda distinta al dinar yugos-
tarias en 1992, pero los serbios impidieron q~e el Parlamento se reuniese. Los líderes lavo, carente de todo valor, y de un ejército. El poder de Kiro Gligorov -ex comunista
albaneses en la región renunciaron a cualquier intento de· usar armas (no las tenían) o que se convirtió en presidente en 1992- no iba mucho más allá de la capital, Skopje. En
buscar la unión con Albania, y el presidente albanés Sali Berisha se limitó a manifestar 1991 los macedonios confirmaron en plebiscito una declaración de independencia, pero
su simpatía. El poder de Milosevic estaba menos limitado por los albaneses que por las el sector albanés del electorado boicoteó las votaciones y el gobierno griego impidió
bandas irregulares y crueles de serbios nacionalistas, que había en la región, y los durante dos años que se reconociera internacionalmente la independencia del país y
nacionalistas más extremistas de Serbia dirigidos por Vojislav Seselj. mantuvo, la mayor parte de los años 1992-1994, un bloqueo económico sobre éste. Los
En Macedonia, cuyo solo nombre despertaba fuertes emociones tanto en Grecia albaneses de Macedonia salieron mejor parados que sus parientes de la región serbia de
como en Bulgaria, las tensiones interiores de estos años se internacionalizaron con las Kosovo, pero fueron casi excluidos del gobierno de la república y del ejército, y anhela-
reacciones paranoicas sobre sus fronteras, en especial en Grecia, donde se invocaba la ban la autonomía o la independencia o la unión con una Albania ampliada -pero la mis-
historia antigua para reafirmar el nacionalismo moderno (y ganar elecciones). Cuando ma Albania no tenía ni el espíritu ni las condiciones para promoverla. .
en 1389 el sultán Murad I acabó con el reino de Serbia en la batalla de Kosovo, aneste- La preocupación griega por el nuevo Estado tenía varios orígenes. El más reciente era
sió durante cinco siglos lo que iba a convertirse en la Cuestión Macedonia. El nombre la guerra civil griega, cuando muchos eslavos habían sido reclutados en las filas del ELAS
de Macedonia se remonta a la antigüedad y a los reyes-guerreros que conquistaron Gre- (Ejército Popular de Liberación Nacional). También hubo sospechas fundamentadas de
cia, como paso previo para la conquista d~ gran parte del mundo que conocían. Los posibles intromisiones en cualquier cosa que llevara el nombre de Macedonia; reaccio-
macedonios de tiempos más recientes, sin embargo, eran eslavos pero, si tenían un nes exageradas a la aparición en Skopje de mapas, antiguos pero provocadores, que mos-
parentesco mayor con los serbios o con los búlgaros, era una cuestión muy discutida -los traban una Macedonia que se extendía sobre partes de Grecia; temo~es de que un Esta-
búlgaros destacan mayores afinidades lingüísticas y los serbios rituales culturales comu- do macedonio en la frontera griega pudiera hacer aparecer reivindicaciones también de
nes desconocidos entre los búlgaros-. El rápido retroceso del poder otomano en Europa las minorías albanesa y turca. Por último, y de una manera especial, los líderes políticos
en el siglo XIX resucitó los antiguos principados serbio y búlgaro, reavivó la iglesias sepa- en Atenas reavivaron las ilusiones románticas sobre la relevancia permanente que para
radas serbia y búlgara, deseosas de reafirmarse contra el patriarcado helénico de Cons- los asuntos modernos tenía la trayectoria vital, en el siglo III a.C., de Alejandro de Mace-
tantinopla, y creó entre Serbia, Bulgaria y Grecia tensiones, que se centraban sobre todo donia, a quien los griegos de entonces habían considerado más bárbaro que griego. La
en Macedonia y el puerto de Tesalónica. Mientras que en términos políticos, el separa- pertenencia de Grecia a la CE hizo que se prestara cierto grado de atención a posturas
tismo de los estados eslavos emergentes era antiturco, en términos religiosos era anti- chovinistas que, de otra manera, podrían haber pasado inadvertidas. Macedonia fue obli-
griego. Después de la guerra ruso-turca de 1877-1878 el Tratado de San Stefano, impues- gada a adoptar la recargada y poco fácil nomenclatura de Antigua República Yugoslava
to por Rusia, dio a Bulgaria toda Macedonia, a excepción de Tesalónica. El Tratado de de Macedonia (FYROM) antes de ser admitida en las NU. Permaneció inquieta pero en
Berlín, por medio del cual los otros Grandes Poderes se empeñaron en frenar esta vic- paz, con el apoyo de una pequeña fuerza de paz de las NU (en la que Estados Unidos con-
toria rusa, devolvió Macedonia a los turcos y dividió Bulgaria en dos trozos (que consi- tribuyó con algunas unidades en 1993) y a pesar de estallidos limitados de violencia en
guieron fusionarse en 1885). En la última década del siglo, Bulgaria fomentó ambiciosas 1995. Menos inestable que Bosnia tenía, sin embargo, fronteras con cuatro estados poco
organizaciones macedonias, pero éstas se dividieron rápidamente por las estrategias y amistosos y más firmemente asentados -Albania, Bulgaria y Serbia, así como Grecia-· y
tácticas a seguir y, para cuando el progresivo declive del imperio otomano llevó a las gue- no tenía salida al mar. En 1995, Gligorov escapó por poco de ser asesinado. Había con-

300 301
seguido el reconocimiento de Bulgaria, Turquía, Serbia e incluso Grecia, pero su país se
veía más amenazado que seguro por el triunfo en Bosnia de los estados serbio y croata
sobre la idea de un Estado multi-étnico, como el que Macedonia debía ser. NOTAS
La independencia de Albania del imperio otomano fue reconocida por primera vez
en 1912, con un príncipe alemán como rey (durante unos meses), gran parte de su A. IRLANDA DEL NORTE

territorio repartido entre Serbia, Montenegro o Grecia, y otra parte ocupado por fuer-
Irlanda del Norte, frecuente aunque impropiamente llamada Ulster, era la parte de Irlan·
zas italianas y francesas durante la Primera Guerra Mundial. En varias ocasiones a
da que permaneció integrada en el Reino Unido cuando en 1922 el resto de Irlanda se desga·
partir de 1878, Grecia había reclamado lo que llamaba el Epiro del norte, un área jó de la unión establecida en 1800. Durante el invierno de 1921·1922 los ingleses e irlandeses
variable que venía a ocupar cerca de un tercio de Albania y estaba habitada por una debatían dos cuestiones principales. La división de Irlanda era sólo el segundo de estos temas,
importante minoría griega. El tamaño de esta minoría no se podía calcular, ya que el puesto que por lo general se consideraba inevitable, y los más acalorados debates, en Londres
único censo fiable era de religión, y no de lengua o nacionalidad. Un número de alba- y entre los propios líderes irlandeses, se referían al régimen jurídico del Estado irlandés que
neses hablaban griego, ya que los turcos habían prohibido el aprendizaje y uso del -como se empeñaban los ingleses y una estrecha mayoría del provisional Parlamento irlandés
albanés, pero no del griego. Durante la Primera Guerra Mundial parecía que Albania aceptaba- debía ser un Estado libre dentro de la Commonwealth y el Imperio británico, leal a
fuera a ser dividida entre Grecia, Italia y el nuevo reino de Yugoslavia, pero Woodrow la Corona británica y presidido por un gobernador general británico. En Irlanda, una minoría
Wilson vetó tales planes. Una frontera sur, delineada por primera vez por una comí· republicana defendió su causa hasta el punto de desencadenar una auténtica guerra civil, pero
sión internacional en 191.3, fue aprobada por la Liga de Naciones en 1921 y acepta- perdió la batalla, e Irlanda, aunque miembro independiente de la Sociedad de Naciones des-
de 1923, no se convirtió en una república plenamente independiente hasta 1937.
da por los estados implicados, incluyendo Grecia e Italia, en 1926.
En el nordeste, se acabó por definir una frontera en 1925. La provincia de Irlanda del Norte
Después de la Primera Guerra Mundial, Albania fue un caos interno hasta que
heredó de la Ley de Unión de 1800 el derecho a elegir representantes al Parlamento de West-
Ahmet Zogu afirmó su gobierno sobre la mayor parte de .ella y se autocoronó en 1928 minster. Tenía también, en virtud de la Ley del Gobierno de Irlanda de 1920 una asamblea bica·
(murió durante la Segunda Guerra Mundial). En 1939, Italia la invadió con el fin de mera! y un ejecutivo propio con un considerable grado de autonomía interna (ampliado en 1948).
atacar a Grecia, pero Albania consiguió, con ayuda alemana, ganar territorio a Serbia y l· La provincia estuvo gobernada desde sus orígenes hasta 1972 por una oligarquía protestante domi-
Montenegro, si bien sólo temporalmente. Enver Hoxha dirigió las resistencia contra los nada por los terratenientes, pero que en años posteriores abarcó a representantes de las más prós-
ocupantes del Eje con ayuda británica. Hoxha, que era un paranoico de clase media, peras clases urbanas y profesionales, uno de los cuales, Brian Faulkner, se convertiría en su último
educado en parte en Francia y Bélgica, estableció una dictadura estalinista. Eliminó a primer ministro. El poder de esta oligarquía se apoyaba clara y firmemente en el electorado, en el
Koci Xoxe y a otros colegas cercanos, de quienes sospechaba con cierto fundamento de que los protestantes sobrepasaban numéricamente a los católicos en una proporción de dos a uno.
estar seducidos por los planes de Tito para absorber a Albania en la federación yugosla- El pueblo de Irlanda del Norte estaba dividido de tres formas. En primer lugar, existía una división
va. Otro colega próximo, Mehmet Shehu, un veterano de la guerra civil española, fue religiosa de lo más sorprendente y emotiva, una reliquia de la obsoleta política de la Europa del
siglo XVll. Existía también la división entre los que querían la unificación de Irlanda, los que se
primer ministro hasta 1981, cuando se suicidó y fue atacado post mortem como agente
oponían a ella y los que no sentfan ningún especial interés en lo relativo a esta cuestión; y final·
tanto de la CIA como del KGB. Hoxha se enemistó con la URSS de Kruschev y rom·
mente, existía la división entre patronos y obreros, ricos y pobres. Estas divisiones se solapaban y
pió las relaciones con ella en 1961. Alabó a la China de Mao hasta 1978, cuando la ata- superponían entre sí y esta superposición configuraba la política de la provincia. Los patronos eran
có por revisionista. Aisló a Albania, a la que trató de revolucionar y modernizar con todos protestantes, pero no todos los protestantes eran patronos. Los partidarios de una Irlanda
una cruel incompetencia, desperdiciando sus considerables recursos minerales y poten· unida eran todos católicos, pero no todos los católicos querían una Irlanda unida; o al menos no
cialidades hidroeléctricas. Murió en 1985. Su sucesor, Ramiz Alía, intentó durante un inmediatamente; o desde luego no a la fuerza. El objetivo de la clase dominante -parte integran··
tiempo preservar el sistema de Hoxha a pesar de las convulsiones en el mundo comu- te de una mayoría en términos religiosos pero de una minoría en términos socioeconómicos- era
nista, pero se produjo la anarquía en el país, un gran número de albaneses huyeron a seguir ejerciendo el control, haciendo sólo las concesiones reformistas que dictase una calculada
Italia, Grecia y Yugoslavia, y Alía se vio obligado a permitir unas elecciones generales y prudente política (concesiones sobre las que había diferentes opiniones). Los objetivos de la opo-
en 1991. Los comunistas resultaron bastante bien parados, pero el gobierno se hundió sición, y por consiguiente sus tácticas, sufrieron variaciones y en 1969 el IRA (descendiente del
Ejército Republicano Irlandés creado para expulsar a los ingleses de Irlanda) se dividió. El grupo
y en 1992 el Parlamento eligió a Salí Berisha como presidente en lugar de Alia, que fue
más numeroso, adoptando una interpretación marxista de la situación, aspiraba a ampliar su base
arrestado bajo acusaciones de malversación de fondos.
entre la minoría católica desheredada granjeándose el apoyo de los protestantes más pobres; este
Dos tercios de los albaneses de Albania son musulmanes de diversas sectas. El res- grupo anteponía el socialismo a todo lo demás, y abandonó la violencia en favor de la propagan··
to son principalmente cristianos ortodoxos y católicos, los primeros doblan en núme· da. El otro grupo, llamado IRA Provisional, mantuvo la tradicional política de recurrir al arma de
ro a los segundos. Étnicamente las principales minorías en Albania son los griegos, la violencia para lograr una Irlanda unida mediante la expulsión de los ingleses (que habían v~el­
cuyo número está entre entre 40.000 y 100.000, según el punto de vista político; y los to oportunamente). Su interpretación de la situación no era de conflicro de clases, sino de guerra
vlach, que tienden hacia Rumania. Hay tantos albaneses fuera de Albania como den- nacional. Los objetivos de los ingleses, por último, eran de carácter negativo. Los ingleses habían
tro, la mayoría en Serbia (Kosovo), Macedonia y Montenegro, pero también en Tur· abandonado todo propósito de permanecer en alguna parte de Irlanda y consideraban que una
quía, Grecia e Italia provenientes de antiguas migraciones, y en Estados Unidos y Irlanda unida era una posibilidad natural aunque tal vez remota. Sentían la obligación de defender
Canadá de otras más recientes. el orden establecido en Irlanda del Norte, pero tanto los gobiernos conservadores como los labo·

302 303
riscas veían la necesidad de impulsar a la oligarquía provincial a la realización de reformas civiles en escena, como contrapartida de los provisionales: la Asociación de Defensa del Ulster. El órga-
y políticas, como una cuestión de conveniencia y de justicia. Unos y otros creían, o actuaban no ejecutivo provincial perdió toda eficacia y fue suspendido de sus funciones en marzo de 1972.
como si lo creyesen, que era esto lo único que hacía falca hacer, una ilusión de la que hubieran El gobierno británico asumió la responsabilidad directamente.
debido desengañarse a raíz de los acontecimientos de 1962-1972. Cuando Westminster se hizo cargo de la administración de Irlanda del Norte (estableci-
Éstos fueron los últimos años del antiguo orden y en su transcurso la pmvincia tuvo tres pri- miento del direct rule), Gran Bretaña se vio envuelta en una confrontación directa con la opo-
meros ministros. Los desórdenes, parcicula1mente en celebraciones históricas o religiosas, fueron sición, y esta última no estaba ahora compuesta por los partidos católicos ni por el m.ovimiento
una característica habitual de la vida política, no así el que produjesen víctimas mortales. En 1966, pro derechos civiles, sino por el IRA Provisional. Sin embargo, el gobierno Heath concentró
los desórdenes se habían agravado por una escalada de asesinatos llevados a cabo por la reciente· su esfuerzo para tratar de hallar una respuesta constitucional a los problemas de Irlanda del
mente constituida Fuerza Voluntaria del Ulster (protestante), pero las autoridades recuperaron el Norte. Su política descansaba sobre dos pilares y ambos eran incompatibles entre sí. Uno era
control de la situación hasta que en 1969 el asesinato político reapareció de nuevo. En ese año y la coparticipación en el poder, es decir, una insistencia en la participación católica en el
en el siguiente, el número de víctimas fue pequeño (trece y veinte, respectivamente}. pero basta- gobierno a todos los niveles, incluido un restaurado órgano ejecutivo provincial que debía
ron para inducir al gobierno británico a enviar tropas. Esca reacción aparentemente extremada era estar permanentemente integrado por una coalición. El otro pilar habría de se~ el respaldo
un aspecto del peculiar dilema de la provincia. Las fuerzas locales de la ley y el orden -la «Royal democrático por paite de los electores de la provincia. Para 1972, la mayoría protestante del
Ulster Constabulary», con el apoyo suplementario de los «B-Special Constables»- se componían electorado no estaba dispuesta a respaldar cosa semejante. Los protestantes en su conjunto
de protestantes y eran consideradas por los católicos como instrumentos de la supremacía sectaria estaban con razón enfurecidos por las actividades asesinas de los provisionales, y los protes·
protestante. Su empleo para reprimir los desórdenes, e incluso su existencia permanente, eran tantes extremistas tomaron la determinación de matar a dos civiles por cada uno que asesina-
incompatibles con una política de reconocimiento y de rectificación de los agravios causados a los ran los provisionales (los cuales apuntaban sus armas sobre todo hacia las tropas británicas).
católicos. Por consiguiente, había que importar oaas fuerzas. Por el contrario, la disolución de los De este modo, la politica del gobierno británico -contenida en un Libro Blanco de marzo de
•B Specials» y el desarme de los •RUC», algo en lci que el gobierno británico insistía en 1970, 1973 y aparentemente triunfante en la conferencia de Sunningdale celebrada en diciembre-
intensificó las aprensiones protestantes sobre su suerte y fortaleció :;u intransigencia. se condenó por segunda vez debido a su falta de realismo y, por añadidura, el gesto tendente a
Habiendo intervenido hasta este punto los ingleses, deseosos de retirarse de nuevo lo antes la unificación que hizo en Sunningdale al crear un Consejo de Irlanda (norte y sur) sólo logró
posible, ejercieron presiones sobre el órgano ejecutivo provincial para introducir reformas que que su rechazo fuera doblemente seguro. Las elecciones generales británicas, convocadas ines-
satisficiesen a aquellos católicos que promovían agitaciones en reivindicación de derechos civi- peradamente por Heath en febrero de 1974, dieron a los electores de Irlanda del Norte una
les. Los sucesivos primeros ministros, Terence O'Neili y James Chichester Clark, estaban dis- oportunidad de expresar sus puntos de vista y rechazaron tajantemente el plan Sunningdale,
puestos a ello en principio pero se hallaban cohibidos y constreñidos por sus propios partidarios haciéndolo inviable. El restaurado ejecutivo sobrevivió durante algún tiempo pero se vino
que consideraban las reformas como un preludio de mayores concesiones tendentes a la unifica- abajo en mayo a raíz de manifestaciones protestantes y de una huelga general en contra de la
ción de Irlanda, con terribles consecuencias para la difícil situación de los protestantes y de la coparticipación en el poder, que condujeron a la declaración del estado de emergencia. La res-
economía de los condados del norte. La influencia de estos líderes sobre la mayoría protestante puesta de Londres fue el envío de nuevas tropas y el restablecimiento en mayo del direct rule
se debilitó aún más por la apadción de nuevos líderes, ya fuesen elocuentes antipapistas de una o administración directa, que eran las dos cosas que menos deseaba hacer.
clase que no se encontraba ya fuera de Irlanda del Norte, como lan Paisley, o protagonistas del Desde el invierno de 1972-1973, ambas partes dentro de la provincia habian creado grupos que
derecho de la mayoría a imponer su ley y a luchar por ello, como William Craig. De todos mo- estaban tratando de aproximarse, pero eran sólo tanteos, demasiado vacilantes y encubiertos para
dos, se decretaron un cierto número de reformas. Desgraciadamente, llegaban con demasiados ser realmente escuchados en medio del entrechocar de las armas y de la retórica. Se acordaron tre·
años de retraso. Dividiemn a los protestantes y no satisficieron tampoco a los católicos. La aten- guas pero fueron breves y nunca se cumplieron plenamente. Los horrores se multiplicaron pero por
ción de unos y otros estaba desviándose de los derechos civiles al sectarismo y la intransigencia, entonces provocaron más horrores que reacción de r;epulsa frente a ellos. Ante su impotencia, los
tendencia representada por los paisleístas, en el lado protestante, y por los provisionales, en el ingleses pusieron al mal tiempo buena cara y justificaron su presencia prediciendo un baño de san-
lado católico. Los asesinatos se mulciplicaron ( 173 en 1971) y en agosto, un nuevo primer minis- gre si tenían que marcharse, aunque sólo con una superficial verosimilitud. Para todos excepto para
tro, Brian Faulkner, recurrió a detenciones y encarcelamientos sin juicio. En una sola noche ellos mismos era evidente que algún día habrían de irse. Era la misma ceguera que la de los fran-
fueron arrestadas 342 personas. Con cierto número de ellas, está claro que se había cometido un ceses ante las realidades de su ocupación de Argelia. Que tuvieran que marcharse más bien pron-
error, y algo más importante aún, ni uno solo de los detenidos era protestante. Esto no era to que tarde era un argumento que la mayor parte de los ingleses no estaban emocionalmente pre-
sorprendente, puesto que el objeto de la operación era el desmantelamiento del IRA. parados para considerar. En 1980, dos nuevos primeros !llinistros, Margaret Thatcher y Omrles
Pero la referida operacion surtió el efecto contrario. Fortaleció a los provisionales, provocó Haughey, trataban de hallar una salida al obstáculo creado por la reivindicación de los protestan·
un giro hacia el IRA por parte de la opinión católica -que en un principio había visto con agra· tes de Irlanda del Norte -y aceptada por todos los gobiernos británicos-- de que, siendo demográ-
do la presencia de las tropas británicas, como protección contra los militantes protestantes-- y ficamente una mayoría dentro de la provincia, tenían el derecho democrático a vetar un cambio
obligó al IRA oficial a unirse a los provisionales en su denuncia del gobierno británico, sin el constitucional y, en esa medida, a regular las relaciones entre Gran Bretaña e Irlanda. Las discu-
apoyo del cual Faulkner no hubiera podido actuar. Los relatos de la brutalidad y del empleo de la siones continuaron tras el cambio político en Dublín por el que Garree Fitzgeiald sustituyó a Haug-
tortura por parte de los ingleses, posteriormente confirmados por la Comisión Europea de Dere· hey, pero ambos gobiernos -británico e irlandés-- estaban muy lejos uno del otro, no a causa de
chos Humanos, añadió leña al fuego. Los protestantes estaban a la vez envalentonados y alar· actitudes divergentes acerca de la violencia, sino porque partían de presupuestos distintos. Dublín
mados, una combinación fatal: envalentonados pmque Faulkner no se había atrevido a encarce- no veía que pudiera ponerse fin al conflicto sin que antes tuviese lugar un significativo cambio
lar ni siquiera a los líderes del UVF más agresivos y militantes, y alarmados porque se sintieron político; no pretendia un cambio inmediato ni siquieia a corto plazo, pero la serie de cambios que
desvalidos ante la creciente violencia del IRA y también a causa de la mutilación impuesta a sus recomendaba llevar a cabo en algún momento apuntaban en esa dirección. Margaret Thatcher,
propios medios de garantizar la ley y el orden. Una nueva fuerza protestante de autodefensa entró por su parte, creía que la primera tarea que había que acometer era acabar con la violencia a la

304 305
fuerza, y su disposición a considerar cambios, incluso a largo plazo, se veía limitada de forma tajan-
r el éxito buscado por el IRA. A pesar de su nombre, el IRA no era un ejé~cito y no pud~ desplazar
al ejército británico, que tuvo que enviar a Irlanda a no más de 15.000 o 20.000 efectivos (leve·
te por su opinión -conocida desde el asunto de las Malvinas, aunque menos inflexible en el tema 1 mente aumentados a unos 30.000 para una operación especial en 1972).
de Gibraltar y descartada por completo en el de Hong Kong- de que la política británica debía Desde finales de los ochenta un sector de los m~cionalistas, que incluía a Gerry Adau_is,
subordinarse a los deseos de la mayoría de la población del territorio en cuestión. Cuando en 1984 residente del Sinn Fein, la dinamo del nacionalismo irlandés, se convenció de que ~us ob¡e·
el Foro para una Irlanda Nueva, una asociación de partidos republicanos irlandeses, ofreció una ~ivos políticos no se ampliaban por medio de la acción militar. Tambié.n se persuadieron de
serie de posibles fórmulas para la actuación política que apuntaban hacia la unificación o la admi· que el gobierno británico ya no albergaba razones estratégicas o econó'.11i~as para mantener el
nistración conjunta en el norte, la señora Thatcher las rechazó con notable aspereza. No obstan- poder británico en Irlanda del Norte, aunque Gran Br~taña no ~e~~nctana al poder contra los
te, en 1985, la primera ministra británica y Fitzgerald acordaron establecer en Belfast un órgano deseos de una mayoría de la población de la provincia. Los bntantcos, no obstant.e, desc~n­
conjunto permanente o «conferencia ministerial» cuyo propósito parecía ser una mayor coopera- fiaban totalmente de los nacionalistas y casualmente el gobierno de John Ma¡or paso a
ción en el mantenimiento de la ley y el orden y un apaciguamiento político general. Este acuerdo, depender de los votos unionistas irlandeses en la Cámara de los Comunes, después de que las
o era un primer paso hacia la unificación irlandesa -lo cual fue tajantemente desmentido- o no era elecciones de 1992 le dejaran con una mayoría precaria en los debates sobre el Tratado de
nada que importase gran cosa. Enfureció a los unionistas del Ulster, que se propusieron hacerlo fra- Maastricht. Los unionistas usaron su poder parlamentario para bloquear propuestas .de .una
casar. Estaba intencionadamente desprovisto de significado político. Era una alternativa para no administración conjunta angloirlandesa en Irlanda del Norte. A corto plazo, los untontstas
hacer nada más que dejar de formular una alternativa mejor. No obstante, en 1985, ella y Fitzge· sospechaban de los intentos de Londres de parar la lucha por med~o de un entendimiento con
raid llegaron al acuerdo de Hillsborough, o angloirlandés, que establecía un órgano conjunto per- Dublín y concesiones a éste, intentos que no fueron en absoluto impopulares en Gran Breta·
manente o «conferencia ministerial». El propósito práctico inmediato de este acuerdo era mejorar ña, donde la simpatía por los protestantes menguó cuando éstos también tomaron las ari:nas. y,
la cooperación policial y el control de fronteras. El de más alcance era marginar al IRA. El gobier- en 1992 por primera vez, asesinaron a más católicos que vicev:rsa. A largo plazo'. ~os untonts·
no británico, buscando la ayuda de Dublín en el primer punto, estaba dispuesto a permitir que la tas tenían que contemplar un cambio demográfico, en la medida en que los catoltcos espera·
República se vinculara a los asuntos de la provincia. Los gobiernos irlandeses se sintieron obliga· ban superar a la mayoría protestante en no mucho más .de una generación. Final~e~te, en la
dos a cooperar con los británicos en cierto grado, ya que el status. qua era, desde el punto de vista misma provincia el antiguo respaldo religioso al confltcto armado se estaba d~bilttando, la
de la Repüblica, menos arriesgado que las alternativas: bien, por un lado, una guerra en el norte política se estaba secularizando, los líderes podían apoyarse menos en la demagogia Ylos temo·
que llevara la victoria a los protestantes o la extrema derecha; bien, por otro, una unión que car· res sectarios, y la desconfianza de los protestantes del norte se disipaba a medida q_u~ el pod:r
garfa a la Repüblica con un millón de protestantes disidentes y la llevaría a la bancarrota. El acuer- político en la Repüblica Irlandesa se deslizaba desde la muy poderosa y muy hermettca Iglesia
do, sin embargo, tenía un precio para ambas partes. Las revelaciones de fallos gravemente injustos hacia una clase política secular. . ., .
en los tribunales británicos, que ni Fitzgerald ni Haughey (que volvió al poder en 1987) podían En Dublín, una revuelta contra Haughey, aunque al principio fracasada, co~siguto su .salt·
fácilmente pasar por alto, convirtieron inesperadamente a éste en algo particularmente incómodo da y sus sustitución por Albert Reynolds, como líder del Fianna Fail y como ~mseach (primer
para los irlandeses. Por parte británica el acuerdo llevaba aparejado el estancamiento político de la ministro). Las elecciones hicieron mella en la posición de ~eynolds en~¡ ~ail .hasta tal pun·
provincia y el final de los intentos de devolverle la administración parlamentaria, mientras los ro, que se vio obligado a dar un peso sustancial en su gabmete y el ~t~~srerio de A.s~ntos
unionistas (protestantes) condicionaran esta devolución a la derogación del acuerdo. Los líderes Exteriores al Partido Laborista, dirigido por Dick Spring. Esta coaltcion se romp10. ~~n
unionistas, James Molyneaux e Jan Paisley, profundamente hostiles a ninguna forrna ni grado de ºt den 1994 y John Bruton, líder del Fine Gael, formó un nuevo gobierno, en coaltcion
acri u , ¡ d · "
implicación de Dublín en los asuntos de la provincia, creían que podrían anular el acuerdo no coo- con el Partido Laborista y la pequeña Izquierda Democrática, socia is~a, e reciente creacio~.
perando con el secretario de Estado británico. El gobierno británico, aunque estaba tan determi· Detrás de estos cambios, los dirigentes irlandeses persistían en contmuar con lo que consi·
nado como los unionistas a conservar la provincia dentro del Reino Unido, nunca puso de mani· deraban una oportunidad de tregua y paz permanente. Las esperanz~s se ale~taron _cuando
fiesta este propósito de una manera convincente, y, aunque el acuerdo estipulaba que el «status de una serie de encuentros entre Adams y John Hume, líder del Parttdo Socialden_iocrata Y
Irlanda del Norte» no variaría sin el consentimiento de un mayoría de la provincia, los unionistas Laborista de Irlanda del Norte y miembro del Parlamento británi~o, produ!o .un con¡~~t~ (no
replicaron apuntando al artículo de la Constitución irlandesa que describe a la isla entera como publicado) de propuestas de paz. Como repuesta cruzada, los primeros mmistro~ b~i-tamco e
territorio de una sola nación -una provisión que había, sido interpretada por la Corte Suprema de irlandés emitieron en Dublín una declaración que suponía una oferta de negociacwn, en el
Dublín como la imposición al gobierno irlandés del deber de reintegrar Irlanda-. Para los unionis· supuesto de que el IRA renunciara primero, de ~~: manera ~~equ_í~oca y permanent:, a la
tas el gobierno británico había actuado de manera hipócrita cuando firmó el tratado angloirlandés, violencia. En lo que parecían evasivas, el IRA pid10 una clarificacion, que ambos gobiernos
sin garantizar, o al menos pedir, la derogación de este artículo de la Constitución irlandesa. Por lo se negaron a dar, sin una renuncia previa a la violencia, y a su vez prese~:ó l.a propuesta de
tanto, un efecto del acuerdo fue la marginación no del IRA sino de los partidos unionistas. Éstos, que los cambios constitucionales én Irlanda fueran sometidos a la poblacwn irlandesa en su
sin embargo, estaban confundidos en su creencia de que harían naufragar el acuerdo, ya que los bri· conjunto, y no a un plebiscito por separado en el norte. Este argume~~o era ~laramente
tánicos se negaron, incluso temporalmente, a suspender sus exponentes más detestables (confe· inaceptable para los británicos y no consiguió, si es que ése era su proposi.to, abnr una bre·
rendas conjuntas de ministros y funcionarios del gobierno). El acuerdo tuvo poco éxito en cuan· cha entre Londres y Dublín, aunque Dub!fn estaba convencido, al contrario que Londres, que
to a la presencia policial en la frontera, que no podría haber sido conseguida sin él. No consiguió Adams estaba decidido y tenía la capacidad de impulsar un acuerdo de paz. La cautelosa
parar ni reducir las actividades criminales del IRA tanto en Irlanda como en Inglaterra, y congeló falta de decisión de Major tenía el apoyo general del Partido Laborista británico Ypudo ?ªn.ar
-al menos durante unos años- los intentos de terminar con la administración directa. La campa· la confianza de James Molyneaux, el líder del mayor partido protestante de la provmcia,
ña del IRA para desalojar a los ingleses por la fuerza -campaña que incluyó un intento de matar a menguando así al brusco y nada cooperador lan Paisley y su impenitente facción protes·
Thatcher y a otros ministros en Brighton en 1984, y que intensificó su violencia con armas y explo- tante. Cuando el IRA proclamó el alto el fuego, las tácticas de Major parecieron durante un
sivos importados desde 1988, y a la que se hizo frente con intentos británicos de liquidar y matar tiempo estar justificadas.
a los principales activistas del IRA- mantuvo el conflicto vivo, pero con escasas perspectivas para

307
306
la trd1lsfun1\ac:.ló11¡raduaJ dt b 1itu11ciú1l dcsC~11n1lia, sju ~1nl.r.&q~u, en u1l c.ambin de tn:lyor C . ÚllPAA
impnn ancia, qu~ l tn(a ~O ulijJlu uucvu11 ob11~culolj p1o1.ra d c.omprumisu. Se1;:1ín avanz:lba la déC"l·
d:l de lcis noventa, 11c: fue lun:ienJu m11.nlfic.i1to t')llC lo que lmpulsah:1 este ¡:mceso era el eSCl· Eu 1878, lJillnttli, 1tnpulsado pc>r Ja opinión miH<ar britinica, coucempló la pnc;ihilidad de
bleclmtcnto de cu11cacco11 ~outiuuiK!OI y c111rcchn.11 entre In.e; 1;:nhicrnns brit~nico e irlandé11, que apude1an e de Chipre, pero se l1's inga1ió par~ c:.onsegui1lo poc tu~diosdip lom~ticos. J:!n vf11pc:-
eran visto11 por ln11 prottl-tiHllt:li en el norte cnmn el mccanbm<> de concesinncs al naclonali.s· n.s del Con¡rcM') rlt: Betlb\, llegó 3 un 11c.ucrJn co11 los cu.reos para J.cfituditr su impet1o contra
mo irl3ndés y Jcl inminente ah11ndC1no, por p3n e de (.iran Ilrec3ñ3, de s.u unión cuu Irlanda R1111ia "c.-ondlcfón de que 11c lt permitie"1 ocnp:lr Cltiptit que, por mucho que los turcos pudie~
del Norte. l)ur:.nte tios :lt'lns los s<>biemos m.bajaron laboriosa y secrecama\te ~n un docu· r.tn c.un~1dtrarfa cnmn uu11 \ase ancirrusa. para los bt{cáni<:os de 3t')UCllui; J tas significab:l tod.~·
meneo conjunto ¡»f':' ser presentado a codos los p;i1tidos, como u.na bas.e de discusión sobre el ví3 1ni11: era la llave de Al.i.11 uct:id.e1\t.al. Gran Brct:uia. pt~viendo el hundttc~jenro del impeiio
futuru de: la p.rovinc:la. St pubUOO el\ 1995 ,. t'Ouuwcionñ no .sólu al parti<lo J e Paisley, .si•u:. UlUn\ano n, 11hcn~a.tivame.nte. 13 s.u..titvc:lón de la influencia 11lel'rulna por l3 británi.c."' en la
hu!lbtiu al Partido Unfonbll\ dtl Ulsccr (UUP) Je Molyucaux, pC1T 11-us ptOpuatas ,te or~"-nis.­ Subilme Pucrt~ tJ:taba. :ti qcechn J.e pur.'lciol\ts veot."ljo.105 en el Meoditef!ánc-o cHicnt11l. lY oi: u#
mm conju.nr.os 'ilf'\)tlolrb.nd~~ p.r• cour<lin~r pn¡blcmll.li a dmin.i&trntivos.. t:.alcs como et con# f".C:lón de Chip"'.,, 1878 fue <C¡¡ulJa unw ¡¡¡,\us después por la ucvpocióo d< Egipto. Los bri-
trol de fronti:r•s. E.I ).'Ubien 10 briOOtcn pracnt.6 clt:C documento 1n.'UCO tan s&lo oomo l:i hase c•ntecs perm1&nc:.c lcN1\ en ambos lug:ua pc.n- esp.tcio de ani eres ~iteraciones.
p."lf'8 unifi cnnfctt:ncia , c.n la ((UC todna: kJW partK.los podrían poner sobcc l"l mesa otras.propues- Gran 1l<er.1tl•'"' anexionó Chip<e en 191'1 en el momento de la declaración de gucmi
tas e ht:o hinapié en lin pn.ndu que. pan los unioni.5tas. .su¡:Jon(a b insi&eoe:ia dd docu. cnuc d Relr>0 llnlJo y Tut'IUb. y este último p.;. r«l<>MCió la solx.-rmú bri<ánb P<>T el T"'-
meneo en t.tue o:nfa l,p.tC' Kt a.c:cptwdn r.nr b ptt~ políti('.05 del nort~ poc trLCdio de un rcfe- a.do do L:u"''""" de IYll. En el periodo de~ el domb>tc. bru:1nioo fue dcsol\adu
rén<lum en el t\OrtC y pK el Parhunc.ntu 1:-ritBn kn. Pero lm unianl0$, CUf25 JX>tSiciones ~ los P'l:rrhbrtos de b ecY'$J n unión con Grecia. pero rumc.1 ~ Yio seriamente a.mcmrado..
ncgociadmM ~ltlí••n en su poder Je vacn en uN (;á,mam de los Comunes. UXt U('\ cqt1if¡.. P...r.. los lnit,niC1», 0.1ii:re eta uro c'Jl.nnb. a la que podb cni-.ccd~ paul.ati.namcncc un gra~
brin muy ojustado Y<"'11' kfill••urn """¡,.~ su fin. esr.hon rcolmente abrmados por lo. c)e. do Je 1M.1Coeob1Cfl"Wl cum.F'• tible con .su uitilid."tCI c01no base y ¡;unto de escala, en el es.quema:
~ntm pan·h landt:k11 en d doc.umcncn m."U'co, y pot·cl evidente dccftve de bs 5impadas hacia L"flf.ctbl lxitlnie<>. "'' "' d t«:<ur j<Í""1 de lo pobladón, rin embmgo, lo& prupla. lxi tlnioos y
ellos en el re.sru del Rcinu Untdn, en donde cmn prcscnradns oomo fi ngidos milicari:sOts s.-i10- su ~ra1na de evoluc~ dtmuc.TJ.tic:a lhllitad:a crnn 6Cncillamence ob-;.r:icubs par"' un e.:ique·
n:ld0$ de fund:"tmcnt:\IL•n10 rtncc11t:intc. fil ent¡mático Molvneáux fue reemplazado por el má::. ma mili naiural en el que tndn~ 1us f..t'fh:g03 se fuellen unicnOO lil 1.111 Estado m cional Úl\tco cu~·.,,
directo, "Patentemente t.nflexlhle, peer> fnt elia:ente David Trimble com-0 ICder del UUP. Entre e.xhrct"ChJ ll'c había ln\ci:1do a mi: Je l<:i itvuelta grCcga cuntrd los CUicos co 1821. k nllnocía
1o.s pdnc:ip~lcs pmt::t¡nntscas -el aobi:emo bdt1C\l<:o y el IRA ... habla poca c:.01\Ítatl"ta mutua, por turt:~ Ctt\ un ~sptctDdoc -a vcc:ci prcuc.upado y a vecc.'i n<r del cohflicto 3ngl<rgrícgu . Al A.na ·
lo que e l progrc!lo e(';) lento, y a<in se cal~ndiú ,n,ás cuando un a.suC\tO ctuci<1l Fª-rn ambo.s lh:ar 11' Scru.uda Guerra Mu.ndi11l1 ll:l ese:hi\a..:ión británic~ del \'<1.lut d~ Chipre se elevó lil t ul\ ..
(la rcn\Jnc:i~ !'\ l11s :'\tmru) llc¡ó "l orden del dla. Jol1n l\.1:ajoc. catJ(O por nahlr<ile1<1. y limirado !eGuenci~ <le la ced:rad11 ele Or..n BcetatÜ de Palcstiri!'\ y del <lebilicam\cn•o de su po${tión ~n
por co nsider~ci<>nc$ Pl)l(dc:as c:onu1lputsc:u (la uec.esid<tJ <le on ccntdJiu rd<lical fn:ntc !'\'ª leal- Eglptey. Ln~ briuintcos lleprun F<'tT (;ousig\.lience a la oonclui;ión d~ que qvcrC11n y debíatl per·
cad a la L'nión}. perdt6 lo inlctadva. Co1nu el\ Rudcsla t:n los si:::i;en.ta. Fcco mu.c h.o m;¡j5 cerc:.<1. manl:ccr en Ol.lpre. Los ch iprlnta5 ))clts;:os llegaron a I!'\ conclu:i;J6n c:ontrnri3. f::spcrab:.in ul\a
de c3sa. los rc.11to5 de b cuestión lrl:andesa plantearon a 105 bcicánJcw un FfOblcma CU'f:l emo· rccompc11»a por su. lealtad wOr.a.u Bttcaña du.rnncc la guerra. y comidcmhan lil n:tlr.i<la briti,
rtvkbd y b prníunrl11 lnt')uiecud Q.ut producía. pusieron en ¡,¡prlecus Yl i.:cniu brit~nicf) del prag· nlca de EJ.ilpco c:omn un pil~U (tu.e lógic;i~ntc hahri11 de cncrañar una rl:tira<la Je 0-.ipce y no
n\acis1no y del b\Jen sentidu. un ceíunw.11\lenco del dnminiu brlcán ico en ltt isht. la.s di~usiones cnc!'\min::a<la.s "' una e•;olu,
cfñn cC11\stlcuc:loru.l hMCilil un aucúgobtemu limitildn ri:::i;ult:aron hÚruc.tun:i;~. Dc.sde el punto de
vist1:1 ~rl~go escoban íuena Ji: lugnr.
B. Los VASCOS ~" 1946. el obl'J") eKiliaJo J. Kyrenio rcgrcoó •!:..isla. y en 19SO, • '• e<t•J de 11eifüo y
siete at\o6, Í\\c elcelJu pira ocupar la .'icde ar¡ub\&p1:1.l de la a\Jtocéf:i:tlY l¡.:lc:sia Je Chipre, que
Lo.'i vascu.'i snn un pucb(() cnn unl'I profWlda coneieoc:.ia dt sí Jnis1nu:i; y Ji: ou:uw.s odgc:nc.11. hillJí::t eu o.do V'l\Cl'lnte Ju.r..ncc lus años 1937 111. 1947. Adoptó <:omo anublsp0 el nombre de
1-li:tn prc.'icrv:ldo IBiJcndd.arl cult'Urol, bi:isada en un.a lengua :i;jo ftliac:.iún y rumáucicas rcivindi- Mak.arios 111. y M:: convirtió al mismo tiempo en el etnarca o líder rut.cional de la com\Jn1dad.
cac.inncs hi1nócic!ll. Siru1tJu~ en arnh!'ls verciences de los Pifine.us occidenc:ales, han 51Jo aquic.s- griega. M;tilcariu:i. cna, pue$, mnoo l!J ohc?1o1. <le una de la& más venerables iglesias. dentrf) de la
ccntcs en i-:nmch1peco efcn"CM:cn(cs en i;:,paii\3. la prosperidad de las ptuvinc:.las V".lSCa5<le Espa· co1t\unlón nrto<lnxll {había .sido fundada por el :.ipCl6ool chiprioca &.m:.iks) como el lider tic un
ñ:l en los añus sc:11enUt pruduJu, cnm() habla hecho en la déc:ada de los noven.ca J~l JYd.5"'tlu siglo, 11\Uv ln\lentn n~cln11~l11ta c.iue habí~ hl(;ll!'do cnntr.t lus curcos du• antA:: sii.:lo y rnedio YCel}Í!'\ que
un:l aíluenc.iit <le 1nib:itJHcl<nc.1i ru> v~scos, Q\•C: hi.ro que el desooncenc-0 local se J jviJli:rr:e enrri: el luchnr ohom eunir.. l\tn:us ,.. británicos en t'5tc úlcbno camp<> de baliill'il que qued:lb:l. J:!I V IClti
nacion~lism() .'icp~ntlst3 y cf movlmlenco ob~10. Después Je un pi:ríudo Je violmc.la, :l finales dcm~11 pa.tcldo1io.- de bl ~uo11ls co1uidem.OO:n que el TI:lno de Greci:l cenia el s:.igcado deber de
tÍ(: los se.r;cnc11, dleci~t~ pcrsoMS fue1on llevadas anee on L ribuOicil tuiliciu en Burguc; en 1970, ar.oy11rlcj, c:reentll'I cnmpitn tda pur muthisimos gricgn11 no chipriocas -prob:.iblc1nence por 13
ac\Jsacbts tic &scsinatf), acenc!'ldo& cenod!.CiU, ttl\e1\c ia il l'.ci Lcl de ;,.nl'UlS y propr.1.ganJa iJcgal. El jui- rrutyorr......,. pero m()le~~. 11U1 en\bargo, parn 11)5 goble:nws griegos que 11e cnustrab3n r~cins a
cio duró varios ~i\os y cscimuló :iol 1novjmle1uu Se.par-a Use.. ve&.sc:o, ETA, qu~ ~n 1973 llevó s.u gue· <1:.f'lifil' 11m botT\t'l 1cl~cione1> '-'On Omn OreraM y qLI~ i.nc:loso teofan f'a'lones p:.ir~ cooperar <:on
m a la c~pital cspo.~oll'I. donde ::ll~tsinó al \):rimct mUd11-tro de Fnnlc.u, ahnir.:tntc (;arrcro el tTetHciuual enemt,en rurco dcipué11de Lil. admisi6n de G recia yTurquí:l en la OTAN. E.L1 1950.
Bl:inoo. l)cspoCs &:: b mL1crtc de FmnG<>t e.l nue\'O ttgialen en Ma<l.rid ofreció a b v.;ascm tan· un plchi1itlto o~nhadt> pot h1 Ii.:lc:i;ja arrojó b tc:S¡>uc-.st<1 ine-vicable {3unque no fal~ificada. en
la au.tonomCt' romo su aiudxb Je petnúci6 ,.., ck esta u 1;¡1r\Cl6, Ji-vtdtó "' ETA cntte Jm qu.c b. onntn Je lo que los britlnic:os itmt!-.>iu ..ban ilusamente} t'n Í<1vor de l:i cnQ!iis; el pcüuer mlnis~
.ceptabm y loo qu< la r~.abai>. Pero a""'"' de •lgunn< <xit"' pulidab ~los lód«c<> de ªº grlqo. ecncral PlutiJM. de fumw i.~ln\ellCe tnevit:ablc. ro.pa-OOID ;l este rcsultitdu c::n un
ETA)' b btut:lHdad policbl, en Jo que C'(fUiv.._l~ lil un;,. J.'Ut".m:l civil en lo.s ifiños ochenta. 3ml-ns cono muclil Je alleno:> y modcr..cWn. L. cuestión cid carácter griego de Otipce crc1. algo sobre
cettdcneias de ETA sub~vivicrun. ló qu< niniún 4fi•ll0 .. molostabo en l""IAf doo ve<:es- Cuatro Je cada cinco chip<iuc<s ctan
l."fittQ6 de nei. ~""~ y reli¡iOn y $C conácJ..qbcu\ y Ua.rnaib::wi a 'Si uU::.tno.> griegos. Ya itpOf'dSC'.l\

300 309
al partido de izquierdas AKEL, o al de derechas KEK, compartían un nacionalismo común, por En Chipre, el gobernador y el arzobispo se reunieron por primera vez, y un ministro británico
el que pronto iban a luchar juntos en el movimiento insurrecciona! de la EOKA. de colonias se presentó en la isla también por vez primera. Al final del año, el gobernador fue sus·
El sector turco de la población (un 18%) no era menos consciente del carácter griego de tituido por sir John Harding, un mariscal de campo y antiguo jefe del Estado Mayor General lmpe·
la isla, pero naturalmente sacaba de los mismos hechos conclusiones opuestas. Aunque el ria!. La política que se le confió era la de separar al etnarca-·arzobispo del movimiento insurrec-
gobierno había pasado de los turcos a los británicos, los primeros sabían que seguían siendo los ciona! que había salido a la luz pública en 1954, para negociar con éste y extirpar a aquél. Esta
principales y hereditarios enemigos de los griegos, y temían su dominio. Es posible que estos política, que se persiguió hasta el final de 1957, resultó un total fracaso porque se basaba en pre·
temores no fuesen muy grandes en los primeros años de la posguerra, puesto que los antece- misas falsas y en una deficiente información, y porque, en un momento decisivo, fue abandonada
dentes griegos en relación con las minorías turcas no eran malos, pero eran temores latentes por el gobierno británico. A comienzos de 1956, las negociaciones Harding-Makarios discurrían
que podían inflamarse con facilidad. El Estado turco, en contraste con los turcos de Chipre, hacia una conclusión prometedora cuando el gobierno británico intervino Ydecretó la deporta·
temía, además, la enosis porque Chipre estaba sólo a cuarenta millas de la costa turca, porque ción del arzobispo a las islas Seychelles. Eclen se había visto al parecer influido en esta coyuntura
la Grecia de la posguerra pareció estar expuesta al comunismo durante un corto período de por presiones del ala derecha del Partido Conservador, por la destitución del general Glubb por
tiempo y porque Grecia podría abrigar todavía la ambición de conquistar Constantinopla y las parte del rey de Jordania (que Eclen interpretó como un desaire deliberado a su gobierno) Ypor la
costas de Asia Menor (lo que había tratado de hao:er sin éxito inmediatamente después de aca- incapacidad para lograr que Jordania aceptase formar parte de su preciada creación; el Pacto de
bar la Primera Guerra Mundial). Los gobiernos turcos mostraron, sin embargo, escasa inclina- Bagdad. Estas fricciones despertaron en él la resolución y energía de un hombre débil Y tomó la
ción a intervenir en los asuntos chipriotas hasta que Gran Bretaña les incitó a hacerlo. determinación de dar una lección a sus enemigos, y principalmente a Makarios Y a Nasser. Pero
En 1951, el gobierno griego buscó una forma de satisfacer a sus compatriotas de Chipre Makarios fue dejado en libertad al año siguiente, para gran enojo de los turcos Ysin ninguna ven·
y a st¡s aliados británicos ofreciendo a Gran Bretaña bases en Chipre -así como en la propia taja compensatoria, ya que el arzobispo se negó a volver a Chipre y fijó su residencia en Atenas.
Grecia- a cambio de la enosis, pero Eden no estaba interesa.do en una solución que no obs· El intento británico de sofocar la insurrección resultó igualmente infructuoso. Esta revuel •
tante hubiese sido más satisfactoria y atractiva para Gran Bretaña que el arreglo al que final- ta estaba dirigida por el coronel Grivas, un oficial del ejército griego, y chipriota de nacimien·
mente se llegó en 1959, y hubiera podido ahorrar mucho derramamiento de sangre. En 1953, to, que se propuso expulsar a los británicos mediante una combinación de destreza militar, fe Y
Eden exacerbó gravemente la situación al declarar que en modo 'alguno se planteaba una reti- crueldad. Grivas había luchado en el mismo lado que los británicos en dos guerras Y se sintió
rada británica. Esta declaración obligó a los griegos a decidir entre una aceptación por tiempo ofendido al descubrir al final de la segunda que, a pesar de la Carta de la ONU Y de las fre·
indefinido de la situación existente o el recurso a la violencia para cambiarla. Al principio, cuentes promesas británicas de otro tiempo, Gran Bretaña no tenía intención de permitir que
Makarios intentó poner en práctica una vía intermedia. En 1954 fue a Atenas para tratar de los chipriotas eligiesen cómo y por quién habían de ser gobernados. Igual que Cavour después
conseguir que el gobierno griego expusiese la cuestión ante la ONU. Eden repitió que no era de la guerra de Crimea, Grivas mantenía la opinion de que sus compatriotas habían pagado por
posible discusión alguna; un ministro poco experimentado, con un lamentable sentido de la su autodeterminación con su sangre, y cuando vio que los británicos tenían una opinión dife·
historia y una notable falta de prudencia, declaró que Chipre «nunca» sería plenamente inde· rente, se lanzó a un nuevo derramamiento de sangre. Según su propia versión, decidió recurrir
pendiente; y el ministro de las colonias hizo una afrenta al gobierno griego al sugerir como a la violencia en 1951, pero elaboró sus planes con una considerable meticulosidad profesional,
razón suplementaria para el mantenimiento del dominio británico el argumento de que llevó a cabo un amplio y abierto reconocimiento del terreno y esperó hasta 1954 antes de efec·
Grecia era demasiado inestable para que se le permitiese ampliar su dominio a Chipre sin peli- tuar su primera compra de armas y establecer un cuartel general en un suburbio de Nicosia habi·
gro. El gobierno griego suscitó entonces la cuestión de la autodeterminación de Chipre en la tado principalmente por familias británicas. Emprendió su revuelta en abril de 1955, sobrevivió
ONU, pero sin gran entusiasmo y sin apremiar para que se estudiase el caso, al que se acabó a una ofensiva contra él en la época de la deportación de Makarios, en marzo de 1956, e inme-
dando carpetazo. Los partidarios de la unión con Grecia, decepcionados por los resultados de diatamente atacó devolviendo el golpe. Sus principales armas eran la emboscada, la disciplina
este esfuerzo, volvieron al escenario local y organizaron manifestaciones que provocaron una y el terrorismo; sus víctimas, frecuentemente civiles griegos; su arsenal y sus combatientes de
reacción británica excesiva (incluidas medidas contra los escolares). Los británicos de Nicosia primera línea, reducidos. Provocó en los británicos medidas de represalia que fracasaron, mul-
y Londres creían que el movimiento en favor de la enosis no tenía consistencia, que era sólo tas colectivas a los pueblos, elevados pero ineficaces sobornos, ejecuciones y torturas. Desbara·
una pompa de jabón que había hecho estallar en sus caras un pequeño y nada representativo tó e hizo fracasar la política para cuya puesta en práctica se había enviado a Harding.
grupo de agitadores irresponsables que habían logrado intimidar al grueso de una población En el transcurso del año en que Makarios estuvo en las Seychelles y en que tuvo lugar el due·
observante de la ley y pro británica. Esto era, como muy poco, una grave exageración, del mis- lo Harding-Grivas, se produjeron también los primeros disturbios greco-turcos y el gobierno bri·
mo modo que la apreciacion británica del valor de Chipre como base estaba también profun- tánico comenzó, aunque no intencionadamente, a transferir la iniciativa de Londres a Ankara Y
damente equivocada: Chipre, aunque valiosa como cuartel general militar (el Cuartel Gene- a Atenas. Durante 1956, Eden elaboró un plan en virtud del cual se concedería la autodetermi·
ral de las Fuerzas de Tierra y Aire de Oriente Medio fue transferido allí en 1954) y como punto nación a Chipre al cabo de diez años de autogobierno, pero, en vez de aplicar este plan, lo sorne·
de escala aérea, era un país pobre, con escasos recursos, una población hostil, ninguna base tió a la aprobación de los gobiernos turco y griego y lo acompañó de una propuesta de tratado tri··
naval adecuada (Famagusta tenía muy poco calado) y una manifiesta vulnerabilidad ante un partito. El gobierno turco rechazó el plan y este rechazo supuso su destrucción y, además, c~nfi~ió
ataque nuclear soviético. La guerra de Suez de 1965 demostró que tenía algún valor para las a Turquía una nueva posición de autoridad. Más entrado el año, nuevas propuestas const1tuc10·
Fuerzas Aéreas, pero nada mas. nales, elaboradas por un eminente juez británico, lord Radclíffe, fueron del mismo modo some-
En 1955, Eclen y su ministro de Asuntos Exteriores, Harold Macmillan, decidieron fortalecer la tidas a los gobiernos turco y griego. El plan Radcliffe negaba la autodeterminación y menciona·
posición británica en Chipre, implicando al gobierno turco oficialmente en la cuestión. Los gobier· bala partición de la isla. Fue rechazado en consecuencia por los griegos, mientras que Turqu~a se
nos griego y turco fueron invitados a una conferencia en Londres. El resultado fue el hundimiento vio alentada a sugerir que o bien la mitad de Chipre o bien la isla entera debía anexionarse a Tur·
de la alianza greco-turca. En Turquía se perpetraron monstruosas atrocidades contra los residentes quía. Los griegos, profundamente alarmados, amenazaron con abandonar el campo occidental.
griegos, y Grecia boicoteó las reuniones del Pacto Balcánico y los ejercicios de la OTAN. En 1957, el general Ismay, secretario general de la OTAN, ofreció su mediación, pero aunque los

310 311
rj
turcos es~ban dispu~stos a aceptarla, no ocurría lo mismo con los griegos. Los turcos creían que nidades provocó tales absurdos en la práctica que nunca se llevó a cabo. Las conversaciones ten·
la mayona de los miembros de la OTAN sentían simpatía hacia Turquía; los griegos pensaban dentes a perfeccionar y mejorar el sistema se suspendieron y, cuando los líderes turcos de la isla pro·
que su ca~sa ~re~alecería. en la ONU_ pero no en la OTAN. Se había llegado a un punto muer- pusieron una prórroga de un año de los acuerdos existentes, la mayoría griega del Parlamento recha-
to e.n el amb1to mtemac1onal y contmuaban los desórdenes y asesinatos en el ámbito local. El zó la propuesta. El Tribunal Constitucional, al que se apeló, sentenció que ni la causa griega ni la
gobierno de Harold Macmillan revisó la política chipriota de Eden y, enfrentado con la amena- turca tenían fundamento, y en diciembre de 1963 Makarios hizo propuestas que tenían pdr objeto
z~ que se ;emía sobr_e el flanco oriental de la OTAN, que aquella política había originado, deci. obligar a los turcos a aceptar nuevas conversaciones, pero éstos las interpretaron como un incum·
d1ó que Gran Bretana no necesitaba ya ejercer la soberanía en todo Chipre. Bastaría con con- plimiento de la Constitución y un ataque a sus garantías. Se produjeron graves luchas, y los inten-
servarla en_ las bas~s, Y los gobiernos griego y turco tendrían que aceptar la independencia del tos de los líderes de ambos lados por imponer y hacer que se respetase el alto el fuego fracasaron.
resto de la isla. La independencia era aceptable para Turquía, puesto que ésta excluía automáti- Además, para entonces los progenitores del acuerdo de Zurich habían abandonado ya la escena.
camente la enosis. En cuanto a Grecia sería la solución obligada, puesto que detestaba la ide d Tanto el gobierno de Karamanlis en Atenas como el de Menderes en Ankara habían caído. El pri·
la partici~n Y t~mía que, de n? llegarse a un acuerdo, los griegos de Estambul y de otros lug:re~ mero había sido sustituido por otro dirigido por Georgios Papandreu y que había iniciado su exis-
de Turq~1~ pudieran ser despo¡ados de sus propiedades y a continuación asesinados o expulsados. tencia sin contar con una mayoría parlamentaria, mientras en Turquía, un golpe militar había abo-
En d1c'.embre de 1957, I-~arding fue sustituido por sir Hugh Foot, que elaboró un nuevo plan: lido el sistema parlamentario en mayo de 1960, procesado a más de 400 personas y ejecutado a 15
el autogob1emo como coloma durante un período, seguido por la autodetenninación con la con- de ellas, incluido el propio Menderes. El general Gursel, que fue sucesivamente jefe provisional del
dición de que la enosis necesitaría la aprobación turca. La mención de la enosis era demasiado Estado y luego, en octubre de 1961, presidente, instauró un gobierno de coalición, pero el nuevo
para l?s.turcos Yse organizara~ manifestaciones en Ankara cuando Selwyn Lloyd (para enton- régimen militar se vio amenazado por un golpe frustrado ocurrido en mayo de 1963 y originado den·
ces m_m1stro de Asuntos Ex.tenores) y Foot visitaron esa capital. El plan Foot desapareció. Fue ero de sus propias filas, y por el fortalecido Partido Democ1ático de Menderes bajo el nuevo nom-
sucedido por el plan Macnullan que suponía un paso más en la disolución del dominio británi- bre de Partido de la Justicia. En diciembre de 1963, al estallar de nuevo la lucha en Chipre, el vete·
co. Maci:nill~n propuso introdu~ir representantes de los gobiernos griego y turco junco al gober- rano lsmet lnonu acababa de dimitir de su cargo de primer ministro y había sido persuadido para
na~o~ bntámco, Ycr~ar. un gabinete mixto, así como separar las administraciones locales greco- que continuara ocupándolo, aunque con una mayoría en el Parlamento de sólo cuatro votos.
ch1pnota Y turco-ch1pnota. La última disposición era inaceptable tanto para ·Makarios c Unos 200 turcos fueron asesinados durante este nuevo combate. Aviones a reacción turcos
1 . . . . c
para e. pnmer mm1stro griego, onstantino Karamanlis. Su rechazo condujo a nuevos disturbios
orno
sobrevolaron amenazadoramente Nicosia, una invasión naval turca fue frustrada por la VI Flo-
en Chipre e_n los que lo~ turcos parecían estar ejerciendo presión para imponer la aceptación del ta estadounidense que merodeaba por las proximidades, las fuerzas griegas y turcas de Chipre
plan ~~c~ullan. Es posible que la revolución de Bagdad de julio de 1958 hiciese que el gobier- adoptaron posiciones de combate y el ministro británico de colonias, Duncan Sandys, in·
no bnt~mc?, amenazado_ con la pérdida de su aliado iraquí y el hundimiento del Pacto de Bag- terrumpió su fiesta de Navidad para desplazarse en avión a Chipre aquella misma noche. Al
dad, se mclmase más hacia el lado turco en Chipre, y Macmillan emprendió una gira en el trans- cabo de cuatro años de independencia, Chipre había llevado a Grecia y a Turquía al borde de
cucso de la cual modificó ligeramente su plan pero no logró que Makarios ni Karamanlis lo la guerra.
aceptasen, a pesar de lo cual decidió aplicarlo. La violencia aumentó de forma horrible. Gran Bretaña trató al principio de transferir el problema de Chipre a la OTAN. Los
El creciente odio entre las comunidades impresionó y alarmó a los gobiernos griego y turco gobiernos griego y turco estaban dispuestos a aceptar la intervención de la OTAN pero Maka-
hasta tal punto que decidieron llegar a un acuerdo. Tras unos contactos exploratorios en la ONU rios no lo estaba; tampoco otros miembros de la OTAN mostraban impaciencia alguna por ver-
Y en la OTAN entre los dos ministros de Asuntos Exteriores, se reunieron ambos en Zurich en se implicados en el asunto. En febrero, la flota estadounidense hizo fracasar sin ostentación
febrer~ de 1959 y anu~ciaron que habían acordado que Chipre debía ser independiente. Se con- una segunda amenaza de invasión turca y Gran Bretaña admitió la necesidad de recurrir a la
c~d~nan a Gran Bretana derechos soberanos en ciertas zonas que pasarían a ser bases militares bri- ONU. El reclutamiento de una fuerza de la ONU coincidió con una tercera alarma de inva-
tamcas. El nuevo Estado tendría un presidente griego, un vicepresidente turco con derecho de sión, pero hacia mediados de marzo, el destacamento canadiense de una fuerza de la ONU
veto en .~iertas ~uestiones, y un g~~inete compuesto por siete ministros griegos y eres turcos; esta alcanzó Chipre. Le siguieron unidades del Eire, Suecia, Dinamarca y Finlandia que, junto con
proporc1on de s1~te a tres se rep~tma a lo largo de toda la escala administrativa. Los estados grie- las unidades británicas transferidas al mando de la ONU, constituían una fuerza de 7.000 hom-
go Y turco estacionarían en Chipre pequeños ejércitos de 950 y 600 hombres, respectivamente. bres a las órdenes primero del general indio Gyani y después de su compatriota, el general Thi-
~t~ plan fue a~eptado ~ disgusto y con las mayores reservas por Makarios, que declaró que era mayya y, a la muerte de éste, en 1966, del general finlandés A. E. Martola. Esta fuerza fue
mv1able. El gobierno griego le amenazó, sin embargo, con abandonarle y el 1 de marzo de 1959 haciéndose con el control g1adualmente, aunque continuaron produciéndose brotes ocasiona-
regresó finalmente a Chipre. Grivas, furioso por la traición de los políticos a la causa de la enosis les que condujeron a ocasionales represalias contra los griegos en Estambul.
fue homen~je.ado, ascendido y enviado de ,vuelta a Atenas. En vez de expulsar a los ingleses ; Además de las fuerzas de pacificación, el secretario general de la ONU nombró a un media-
hacer que Chipre pasara a formar parte de Grecia, su campaña había concluido con los británicos dor para que buscase una solución política, pero ninguna de las dos personas a las que se encargó
todaví~ en posesión d~ bases soberanas y sin que Chipre se hubiera aún integrado en el reino grie· sucesivamente esta función fue capaz de encontrar una solución aceptable para ambas partes.
go. Chipre alcanzó la mdependencia en agosto de 1960, se convirtió en miembro de la ONU al Estados Unidos, alarmado, por las consecuencias de un conflicto greco-turco, también intervi-
mes siguiente Yen 1961 pasó a ser también miembro -un tanto extraño- de la Commonwealth. nieron por medio del ex secretario de Estado Dean Acheson, que elaboró un proyecto de enosis,
El acuerdo de Zurich fue un intento que hicieron hombres asustados por evitar que la situación excluyendo una zona en el nordeste de Chipre que pasaría a manos de Turquía. Acto seguido, los
escapase por completo a su control y se les fuera definitivamente de las manos. Éste era su único turcos exigieron una zona más amplia y de ese modo convirtieron el proyecto en una nueva for-
mé:ito. Makarios tenía razón al considerar que la Constitución era inviable. Los turco-chipriotas ma de partición de la isla. Acheson revisó entonces su plan y propuso que la zona del nordesce se
t~man derecho al 30% de los puestos de la administración, aunque no disponían de hombres sufi- cediese a Turquía, solamente por espacio de veinte a veinticinco años. Llegando a este punto, el
cientes para cubrir tal cantidad de plazas. Cada una de las cinco principales ciudades debía tener proyecto se hizo inaceptable para todos, y los turcos, cuyas esperanzas con respecto a la OTAN se
dos corporaciones municipales distintas, aunque esta concesión a la desconfianza entre las comu- habían visto ya defraudadas, y frustrados también por lo que respecta a la flota estadounidense,

312 313
tantearon a los rusos (que es posible que para entonces creyesen en la posibilidad de arruinar Los tres garantes se reunieron en Ginebra. La actitud de Turquía era amenazadora pero rea-
totalmente el Pacto de Bagdad, puesto que Pakistán también se sentía defraudado por Estados lista: o bien se elaboraba una nueva Constitución aceptable para Turquía, o bien Chipre per·
Unidos, e Irán era internamente inestable e internacionalmente dúctil). A comienzos de 1965, manecería de facto dividida. La Constitución proyectada preveía una holgada confederación
el mediador de la ONU propuso crear un Chipre independiente y desmilitarizado, en el que que· cercana a la independencia para sus componentes, y la propuesta iba acompañada de un ulti·
clara excluida la enosis y en el que la minoría turca estuviera protegida por una garantía de la mátum. Las conversaciones se suspendieron. Los turcos atacaron de nuevo, ocuparon el 40%
ONU y por un comisario residente de la misma organización. El nuevo gobierno de Ankara de la isla en dos días y convirtieron a 200.000 griegos en refugiados sin hogar. El embajador
rechazó la idea. estadounidense en Nicosia fue asesinado por los griegos, que interpretaron la inactividad
Con la fuerza de la ONU impidiendo la reanudación de la guerra civil, se reafirmó el hecho estadounidense como una muestra de simpatía hacia Turquía o incluso de complicidad con
político básico, a saber: que Turquía, el vecino más próximo de Chipre y un país con una pobla. este país. Los británicos fueron también violentamente criticados en Chipre y en Grecia por
ción tres veces mayor que la de Grecia, era capaz de evitar la enosis, pero no de lograr la recon- no hacer más, como garantes, por ayudar a la isla a escapar de la penosa situación en que la
quista de la isla. De ahí la condición independiente de Chipre, una independencia resultante del había puesto un gobierno griego. Makarios regresó a finales del año. Chipre fue efectivamen·
equilibrio de fuerzas externas que estaba contrarrestado por un equilibrio opuesto de fuerzas inter· te dividida, pero nadie estaba dispuesto a confesarlo y sus asuntos volvieron nuevamente, pues,
nas. Externamente, el poder estaba del lado del Estado Uirco y no del griego¡ internamente, el a ser objeto de conversaciones intercomunitarias, entorpecidas éstas por las emociones de la
poder estaba del lado de la comunidad griega y no de la turca. El poder de la comunidad griega guerra, las acusaciones de uno y otro lado sobre las atrocidades cometidas, la difícil situación de
estaba limitado por el poder del Estado turco, y este último a su vez estaba limitado por fuerzas que los refugiados, la desorganización económica y la falta de realidad de cualquier intento de
no eran autóctonas. Por tanto, Chipre constituía un peliagudo escollo internacional destinado, en restableceF la integridad e independencia de Chipre con un ejército turco ejerciendo el control
tanto en cuanto subsistieran estas circunstancias, a una independencia mermada por la ingober- de una amplia parte de la isla. A Makarios, que murió en 1977, le sucedió Spyros Kiprianou.
nabilidad. La ONU logró que los asesinatos cesasen, pero no pudo resolver la disputa subyacente. Tanto la ONU, que trató de mediar a partir de 1977, como los griegos, tuvieron que acep-
Dos mediadores de la ONU lo intentaron sin éxito; a raíz de lo cual los gobiernos Uirco y griego tar tácitamente el federalismo como base de cualquier posible acuerdo. En las discusiones entre
insistieron en ser ellos los que asumieran el papel mediador, si bien no hicieron gran cosa. los líderes de las dos comunidades de Chipre, y entre los gobiernos griego y turco, los griegos
Un año rras otro, y cada año dos veces, la ONU renovaba el mandato de la fuerza pacificado· estaban decididos a obtener un fuerte órgano federal, junto con una sustancial retirada turca
ra, ya que temía las consecuencias del ahorro de dinero que supondría su supresión. Las conversa· de los territorios que éstos habían conquistado.
dones entre las dos comunidades se iniciaron e interrumpieron en más de una ocasión. El menor A finales de 1983, sin embargo, los Uircos pisaron el acelerador al declarar independiente la
indicio o «tufillo» de enosis por parte griega se tropezaba con la alusión turca a una doble enosis, parte norte de la isla, lo que equivalía de hecho a la partición. El secretario general de la ONU,
un nuevo nombre para la partición de la isla y la anexión del norte de Chipre al Estado turco. En Javier Pérez de Cuéllar, que poseía un considerable conocimiento personal sobre los asuntos chi·
1971, Grivas estaba de vuelta en Nicosia. El único elemento nuevo en la situación era el empeo- priotas, se las ingenió para persuadir a los dirigentes de ambas comunidades de que discutieran la
ramiento de las relaciones entre Makarios y la junta militar que había asumido el control de Gre- posibilidad de una federación flexible: los turcos, que contaban con el 37% del territorio, parecie·
cia en 1967. La junta apoyaba a los herederos de Grivas, que se denominaban ahora EOKA B, ron dispuestos a reducir este porcentaje a un 29% y a aceptar una presidencia no rotativa pero sí
contra Makarios, al que consideraban un conflictivo y molesto cura rojo. Trataron de obligarle a griega¡ los griegos parecieron dispuestos a asignar a los turcos el 30% de los escaños en una Cáma·
cambiar su gobierno (y consiguieron que destituyese a su ministro de Asuntos Exteriores) e inci- ra Baja y el 50% en una segunda Cámara. Los avances fueron, no obstante, imperceptibles. En
taron a sus compañeros de episcopado a que le acusasen de simonía por acumular los poderes pre .. 1986 el régimen turco aceptó un plan de NU para la reunificación, pero los griegos, esperando con·
sidencial y arzobispal. Estaban cada día más impacientes por conseguir una victoria de cara al pue- seguir mejores términos, respondieron con un plan diferente. Las conversaciones continuaron,
blo forzando la paz en Chipre para poder aparecer como patriotas griegos que habían unido Chipre intercaladas en 1987 con la elección de un nuevo presidente de Chipre, George Vassiliou, quien
a la madre patria. Pero Makarios fue reelegido presidente en 1973 sin oposición, descubrió el jue- prometió seguir avanzando en dirección al acuerdo, pero no pudo hacerlo. El presidente Bush
go de los obispos y les quitó las órdenes, y devolvió el golpe en Atenas, en 1974, al pedir la reti- intentó mediar en 1991, pero el momento fue mal elegido. Las elecciones en la Chipre turca refor.•
rada de Chipre de los oficiales de la Guardia Nacional Chipriota que estaban cumpliendo el man.. zaron a los separatistas, las elecciones en la misma Turquía produjeron un Parlamento en suspen·
dato de la junta y trastornando más que protegiendo al Estado chipriota. Llegadas las cosas a este so, y los griegos de Atenas y Chipre se oponían con firmeza a la demanda de Denktash para que se
punto, la junta actuó. Makarios, que ya había sobrevivido al menos a un atentado contra su vida, consolidara el derecho a separarse de cualquier federación que se pudiera crear.
fue atacado en su palacio por la Guardia Nacional. Escapó en un helicóptero con la ayuda británi-
ca y fue llevado hasta Inglaterra. Los insurgentes proclamaron presidente a Nikos Samson para
ocupar el lugar de Makarios, lo que constituyó una elección tan imprudente como inadecuada, ya
que Samson había sido un notorio pistolero de la EOKA y tuvo que dimitir al cabo de una semana.
La independencia e integridad de Chipre habían sido garantizadas por Grecia, Turquía y
Gran Bretaña. Grecia estaba destruyendo ambas. Turquía veía en la temeraria acción de Grecia
una oportunidad para intervenir y ocupar al menos una parte de la isla. Gran Bretaña no esta·
ba dispuesta a hacer nada, en parte por la dificultad de encontrar refuerzos para sus unidades en
las bases británicas, pero sobre todo y ante todo porque intervenir significaba hacerlo contra
Turquía y por consiguiente del lado de la junta de Atenas y del igualmente poco atractivo Sam·
son. En consecuencia, Turquía invadió Chipre cinco días después del golpe contra Makarios. Al
cabo de dos días se impuso un alto el fuego y un día más tarde se derrumbó la junta de Atenas.

314 315
Tercera Parte
ORIENTE MEDIO
IX Los árabes e Israel
hasta la guerra
de Suez

En el siglo VII de nuestra era, los árabes, unidos por una sola lengua y una sola fe,
salieron en oleadas de la península arábiga y crearon un dilatado imperio que se exten·
día, en el momento de su máximo apogeo, desde los Pirineos, a lo largo del norte de
África, pasando por lo que se llamó más tarde Oriente Medio y hasta el interior del Asia
central. Los sucesores de Mahoma, o califas, no lograron mantener la unidad de este
dominio tan vasto y cada vez más políglota, pero impusieron su religión a pueblos no
árabes, de forma que en el siglo XX había musulmanes bajo la dominación rusa después
de que hubiera dejado de haber árabes bajo el dominio de otros europeos. Este imperio
árabe perdió primero su unidad y luego su independencia, y por espacio de unos 1.000
años los árabes estuvieron sometidos a los kurdos, turcos, británicos y franceses. Pero
jamás perdieron sus lazos -tremendamente poderosos- de un idioma y una fe comunes,
y cuando comenzaron a recuperar su independencia estos lazos sirvieron para reanimar
y dar solidez y consistencia a los sueños de una unidad renovada. El hundimiento del
imperio otomano en Asia en 1918 ofreció a sus súbditos árabes unas perspectivas com·
pletamente distintas de las ofrecidas, por la más gradual retirada de este mismo imperio
en Europa, a los cristianos de los Balcanes, racial y lingüísticamente divididos.
Pero en 1919, los árabes se sintieron defraudados. El imperio otomano fue prácti-
camente repartido entre británicos {que ya poseían Egipto y Chipre) y franceses, y uno
de los efectos de esta balcanización de Oriente Medio fue favorecer particularismos
árabes independientes {el sirio, el iraquí, el jordano, etc.) y enemistades dinásticas a
expensas de la unidad árabe. El mundo árabe estuvo más unido bajo el dominio turco
que sin él. Los nuevos dirigentes de Occidente, atraídos por la política internacional y
por el petróleo a volver al escenario de sus aventuras de cruzada, se convirtieron en
obstáculos para la unidad e independencia árabes, particularmente por los efectos
demoledores de su abrumador poderío sobre la voluntad árabe de luchar por esas aspi·
raciones; fue necesaria la Segunda Guerra Mundial pata expulsar a los occidentales. El
dominio francés fue eliminado por los británicos cuando las autoridades francesas en
Siria y Líbano se declararon a favor de Vichy; el dominio británico, por otra parte, se

319
mantuvo e incluso se fortaleció temporalmente, a pesar de las poderosas corrientes
antibritánicas en Egipto y de un intento de golpe de Estado pro germánico en lrak en
1941 por parte de Rashid Ali el-Gailani. La velada ocupación del vecino Irán por
Gran Bretaña y la URSS no supuso inmediatamente una afrenta para los árabes. Cuan-
do acabó la guerra los británicos fueron, pues, el único blanco superviviente del
'·-·-¡ nacionalismo árabe, cuya cólera se vio agudizada no sólo por el hecho de estar con-
\ \ centrada en un solo enemigo, sino también por la administración británica del man-
---'\
....

:J
( dato en Palestina, donde, como consecuencia del respaldo de Gran Bretaña, en 1917,
....
i i ¡- a la aspiración sionista de una Patria Nacional Judía (la Declaración Balfour), se había
\ \ .r \. -.
\ . / ido progresivamente arraigando y afianzando una nueva comunidad no árabe y no
1.
\
-·, .- -i/IJJ musulmana, que reivindicaba el derecho a ser no ya una patria sino un Estado.
''\
I Q Enfrentados con este poderoso y tenaz residuo de los siglos imperialistas y con la
o~
. r ./
nueva y vigorosa amenaza del sionismo, los árabes se encontraron excepcionalmente
(
/1- - -
G:¿
IJJ o::
divididos entre sí.
i
{
i z ~~ Los monarcas reinantes, saudí y hachemita, estaban divididos por rivalidades
heredadas; y lo que era más importante aún, existía un litigio entre un viejo orden,
i\ e: -~ ~ en gran parte monárquico y tradicionalista en sus puntos de vista sobre sociedad y
•ro
.....
\ Q) religión, y un orden nuevo, cuyos orígenes estaban en los movimientos intelectuales
'" ..e: árabes del siglo XIX, que aspiraba a modemizar el pensamiento y las formas religiosas
~ y políticas, y a reducir las enormes diferencias entre el estilo de vida de los muy ricos
ID

y de los muy pobres. Esta nueva valoración produjo dentro del mundo árabe inevita-
bles conflictos y tensiones internas que debilitaron su capacidad para expulsar a los
británicos o derrotar a los judíos. Los británicos pudieron, pues, emprender la retira-
da a su propio ritmo, que fue lento; y los judíos crearon su Estado de Israel.

LA CREACIÓN DE ISRAEL

Los británicos se habían esforzado durante una generación entera por reconciliar
\
los compromisos asumidos con judíos, por un lado, y con árabes, por otro (compromi-
sos estos últimos reforzados por el deseo de Gran Bretaña de mantener buenas relacio-
nes con los estados árabes productores de petróleo y de conservar bases en el mundo
árabe), pero unos y otros eran irreconciliables y el intento de encontrar una fom1a de
hacerlos compatibles fue dando paso imperceptiblemente a una evasión de las dificul-
i
i tades imperantes más fastidiosas hasta que en 1948 abandonó toda responsabilidad de
i mandatario. En un momento determinado, Gran Bretaña intentó la solución del
i -~ reparto. La Comisión Peel propuso (1937) una división tripartita, con la creaci6n de
i o::
i un Estado árabe y otro judío, dejando a Gran Bretaña un mandato sobre una reducida
-·- - -·-·-·-·- -·- _¡_ --"-: zona que incluiría los Santos Lugares de Jerusalén y Belén, con acceso al Mediterrá-
7- -.. - -·-.1
. neo. Pero examinado más detenida y atentamente, este plan resultó ser inaplicable, y
I -. Gran Bretaña, obligada a tomar partido ante la amenaza de una inminente guerra en
/ .....
/ "'-.)
Europa, optó por los árabes y se comprometió, mediante el Libro Blanco de 1939, a
i mantener al elemento judío de la población de Palestina en una proporción de un ter-
/
I cio del total (desde 1919 había aumentado del 10% a casi el 30%), y de esa forma, a
/
detener la inmigración judía después de que otros 75.000 judíos hubiesen sido admiti-
9.1. El Oliente Medio. dos. Así, Hitler desvió hacia Gran Bretaña el oprobio de negar el asilo a los judíos ale-
manes perseguidos porque la inminencia de una guerra contra Alemania hizo a los bri-
/ tánicos todavía más sensibles a la necesidad de la amistad árabe: la estrategia global y
/
/ Cll la estrategia petrolífera fueron las que dictaron los términos del Libro Blanco.
/! Da~asco Después del Libro Blanco de 1939, los sionistas habían desviado sus principales
Zona de ... ~ , ..... esfuerzos de Gran Bretaña a Estados Unidos, abandonando la esperanza de conseguir sus
/ !'J< /
propósitos mediante la persuasión de Londres para emprender, por el contrario, uha polí-
....... /,.\SIRIA tica activamente anti británica que sería financiada (tras la guerra) con dinero estado-
....... ~- \
~ unidense. Durante la contienda, la eficacia política del sionismo se incrementó enor·
,..... ·Altos del memente en Estados Unidos, y la causa sionista fue abrazada por los dos estadounidenses
,,,__.::.'" Golán
MAR más poderosos de los años cuarenta, Franklin n Roosevelt y Harry S. Truman. Al mis·
MEDITERRÁNEO ..........·..·:·......j mo tiempo, otros americanos comenzaban a sentir los viejos alicientes del petróleo y de
f 1 la estrategia, con el resultado de que Estados Unidos, medio sin saberlo y desde luego sin
f i quererlo, se 1~ncontró en la misma situación que Gran Bretaña. Inicialmente y a causa
l ¡
Tel Aviv :.:::·........ ~! •
Amman
del sionismo, la implicación esdadounidense en este asunto enfrentó a Estados Unidos
......:y· . 1 y a Gran Bretaña. La primordial preocupación estadounidense era persuadir al Reino
Gaza e·: J erlf"'ª en / Unido de que admitiese a los judíos en Palestina tan generosa y rápidamente como
( . . . C::. . . /·1 fuera posible. En la presunción, más o menos verificable, de que unos 100.000 judíos
. \" ¡5 habían sobrevivido al holocausto nazi, Estados Unidos aprobó la petición de David Ben
Gurión, formulada en agosto de 1945, para que se facilitase ese mismo número de
\ i permisos de entrada. Tanto Churchill como Attlee, ambos hombres de generosa dispo-
1 /
\ I sición y probadas simpatías hacia la causa sionista, deseaban hacer algo en favor de los
\ i JORDANIA infortunados supervivientes y esperaban -lo cual no era incompatible- obtener al
······ \ i
\ i mismo tiempo el apoyo estadounidense al conjunto de la política británica en Oriente
\ j Medio. Pero esta cooperación no había de producirse. Los estadounidenses deseaban
1 i ayudar a los judíos pero sin verse complicados en posiciones británicas de naturaleza
\ I
\ i I sospechosamente imperialista (desde el punto de vista estadounidense, los británicos
\ i I
I
sólo llegaron a ser respetables aliados en estos lugares en función de una amenaza sovié-
Eilat ~1 A d / tica en un contexto de guerra fría); no fueron capaces de apreciar el verdadero alcance
Sinaí • qa a /
/ de las dificultades de Gran Bretaña en Palestina teniendo en cuenta la cesión del poder
/

-·~
/
en la India en 194 7 y el desafío, en 1948, a la posición occidental en Berlín; y acepta·
EGIPTO
ron sin críticas las acusaciones de antisemitismo que se lanzaron contra el nuevo minis·
tro de Asuntos Exteriores británico, Ernest Bevin, y que el propio estadista contribuyó
a promover en no poca medida.
ARABIA SAUDI La campaña para conseguir que Gran Bretaña expidiese los 100.000 permisos de
entrada fue considerada en Londres como una extravagancia basada en la irresponsabi-
lidad y la ignorancia, e inspirada en m,otivos ocultos. El apoyo estadounidense .a la cam-

()º~
O 100 km paña se tomó como una ofensa, especialmente cuando los judíos se entregaron al terro-
Islas rismo en Palestina, como una parte de ellos hizo inmediatamente después de finalizar la
Sharm liran
guerra. De todos modos, el gobierno británico optó por un enfoque conjunto angloesta-
El Sheikh
dounidense del problema y en octubre de 1945, un comité de seis británicos y seis ame-
.. · '. .... Avance israelí
ricanos hizo sondeos en Palestina, en cinco estados árabes y en los campos de concen-
1975
tración europeos en los que se hayaban internados a la espera los supervivientes del
nazismo. Su informe, publicado en abril de 1946, confirmaba la estimación de los
I' ~ 1 Territorio ocupado 100.000 judíos sin hogar en Europa, y respaldaba la petición para su inmediata admisión
en Palestina; al mismo tiempo, rechazaba la división de la zona, recomendaba la conti·
nuidad del mandato británico y, además de propugnar una masiva inmigración judía,
9.2. Israel y sus vecinos. proponía la abolición de las limitaciones existentes para la compra de tierra por parte de
los judíos. El comité esperaba haber podido elaborar un aceptable acuerdo global con

322 323
concesiones mutuas, pero Truman aceptó solo la petición de los 100.000 permisos de ridícula (tres sectores árabes y tres judíos vinculados por una especie de unión econó-
entrada y los árabes y el gobierno británico rechazaron las propuestas en su conjunto. La mica, con una tutela internacional sobre Jerusalén), afirmaron que se irían.
aparición del informe del comité coincidió con un ataque terrorista judío en Tel Aviv El plan del Unscop fue aprobado con modificaciones por la ONU en noviembre.
que parecía no tener otro fin que el asesinato, cuyo resultado fue la muerte de siete per- Fue aceptado con recelo por los judíos y rechazado por los árabes. Poco importaba,
sonas. Este ataque provocó el contraterrorismo por parte británica, que era indicativo de puesto que la cuestión iba a decidirse mediante una guerra y no mediante la nego-
que la sangre fría y el aplomo británico estaban empezando a fallar en Palestina en la ciación. La lucha comenzó en seguida, con el intento por parte de los judíos de hacer-·
misma medida en que comenzaban a resquebrajarse su serenidad y su paciencia en el se con el control de los sectores que les habían asignado. Hubo también desórdenes
Whitehall. Mientras que por lo general se seguía creyendo que las atrocidades ju· en ciudades árabes. Los británicos se sintieron impotentes y perdieron incluso su
días eran obra aislada de comandos especiales (el grupo Stem y la organización lrgún reputación de imparcialidad que ellos consideraban como una de sus especiales apor·
Zewa í Leumí), llevadas a cabo sin la aprobación de la principal fuerza de defensa judía raciones a la moral política. El 11 de diciembre declararon que renunciarían al man-
(Haganá) ni de los órganos políticos acreditados (la Agencia Judía y las organizaciones dato el 15 de mayo de 1948. La lucha se agudizó. Los judíos se las arreglaron para
sionistas), lo cierto es que existían ya pruebas de que esto no era así y de que las autori- obtener, en cantidades considerables, armas con las que hacer frente a la esperada
dades británicm: se enfrentaban a un intento nacionalista concertado para coaccionar· invasión de los ejércitos regulares de los estados árabes vecinos. En abril de 1948 rea-
las o expulsarlm;. El alcance de la violencia que iba a desencadenarse se puso de mani- lizaron una masacre en Deir Yasin que puso en marcha un éxodo de refugiados que
fiesto en junio de 1946 cuando una parte del hotel King David de Jerusalén voló por los iba a constituir, con su progenie aún por nacer, uno de los puntos de fricción más
aires 'y a raíz de la explosión murieron indiscriminadamente noventa y una personas. amargos entre árabes y judíos y uno de los espectáculos humanos más tristes de todos
Después del rechazo por parte de Gran Bretaña del iriforme elaborado por el comi- los tiempos. Ciento cincuenta mil habían huido a finales de mes, y más de medio
té angloestadounidense, renació y cobró nuevo impulso la idea de la división. El emba- millón antes de finalizar el año. Entonces y posteriormente, la propaganda árabe sacó
jador de Estados Unidos, Henry Grady, y el ministro británico de Asuntos Exteriores, el mayor provecho de esta historia, mientras que un telegrama de condolencia de Ben
Hebert Morrison, presentaron en julio un plan en favor de la creación de dos provin- Gurión al rey Abdullah de Jordania pasó y permaneció prácticamente inadvertido.
cias autónomas aunque no soberanas, y de la expedición de 100.000 permisos al aijo El último funcionario británico abandonó Palestina el 14 de mayo de 1948. El Esta-
tras el establecimiento de este Estado híbrido. Truman rechazó el plan y a continua- do de Israel fue proclamado conmovedoramente por Ben Gurión, que se convirtió en
ción el gobierno británico recurrió al expediente de convocar una conferencia de mesa su primer ministro y en su encamación e inspiración. Chaim Weizmann, el veterano
redonda, pero los judíos se negaron a comprometerse a todo lo que no fuesen discu- líder del sionismo que gozaba de respecto mundialmente, se convirtió en el primer ~re·
siones bilaterales con los británicos. Esta vez no hubo participación estadounidense y sidente a pesar del hecho de que, en el mes de diciembre anterior, el XXII Congreso
la reiteración de Truman de su apoyo a los 100.000 permisos durante su campaña por sionista celebrado en Basilea había señalado el fin de su influencia e incluso le había
la presidencia no supuso una ayuda. Las discusiones, a pesar de todo, continuaron.espo· hecho objeto de ciertas descortesías. Truman reconoció .inmediatamente al nuevo
rádicamente entre septiembre de 1946 y febrero de 1947. No llegaron a resultado algu· Estado y lo mismo hizo muy pronto Stalin. En sus primeros años, Israel estuvo más en
no. La realidad de la situación se reflejó en un creciente terrorismo y en la ejecución deuda con la URSS, por su ayuda práctica, que con Estados Unidos, pero pronto obser-
en la horca del joven judío Don Gruner, primera víctima de la exasperación británica. vó que éstos ofrecían más dinero y armas y, aproximadamente desde 1~50, la alianza
En febrero de 1947, Gran Bretaña anunció que el problema, y posiblemente tam· con Estados Unidos se convirtió en la tabla de salvación del nuevo país. Durante esos
bién el territorio (aunque esto no quedó claro) iba a ser transferido a las Naciones Uni· años, Israel estableció una alianza igualmente duradera, si bien menos crucial, con
das. En mayo, una sesión especial de la Asamblea General creaba el Unscop (Comité Irán, que dio asilo a los judíos procedentes de Irak a finales de la década de 1950. Esta
especial de las Naciones Unidas sobre Palestina) y sus once miembros se dirigieron alianza se fortaleció en los años siguientes con vínculos comerciales e intercambio de
hacia Jerusalén. Mientras se encontraban allí, y posiblemente porque estaban allí, inteligencia militar y, sobreviviendo a la caída del sha, contribuyó a la resistencia de
4.554 refugiados a bordo del Exodus 1947 llegaron a Haifa después de haber sido reco- Jomeini al ataque de Irak sobre Irán de 1980. El punto de unión lo constituyó la hos-
gidos por la Agencia Judía en Sete, en el sur de Francia, y de haber sido provistos de tilidad contra los árabes, la cual había sido un tema persistente en la historia de Irán y
documentos para su viaje hasta Colombia. A estos juguetes o instrumentos de la se convirtió en un factor determinante en la lucha de Israel por la supervivencia.
maniobra sionista las autoridades británicas les negaron el permiso de desembarco y En 1948, cinco países árabes atacaron Israel, pero la rapidez de su acción no impli-
hubieron de regresar en barco a Sete de donde, al serles nuevamente denegado el per- caba eficacia ni entusiasmo por la misma; los sirios no hicieron mucho, y los libane-
miso para desembarcar, fueron dirigidos con horrible insensibilidad a un puerto ale- ses menos; los iraquíes se retiraron pronto y los egipcios llegaron tarde; la defensa
mán. En julio, el número de víctimas inocentes que sufrían un inmerecido calvario se judía de Jerusalén, que frustró los planes de los jordanos, se combinó con la falta de
incrementó dramáticamente cuando dos sargentos británicos fueron colgados por un coordinación árabe para dar la victoria a los israelíes. La ONU intervino con la desig·
comando Irgún. Incapaces de resolver su problema, o de mantener el orden, o incluso nación del conde sueco Folke Bemadotte como mediador. Consiguió que se pactara
de defenderse, los británicos estaban ahora más que dispuestos a marcharse. Cuando el una tregua que duró del 11 de junio al 9 de julio, cuando se entabló de nuevo una
Unscop aprobó por mayoría y presentó un nuevo plan de división de una complejidad lucha en la que los israelíes alcanzaron una victoria decisiva. Bemadotte fue asesina·
do el 17 de septiembre por la banda de Stern; le sucedió un funcionario de la ONU,

324 325
el estadounidense Ralph Bunche. Los israelíes obtuvieron más éxitos después de que ron congregarse y mantenerse reunidos gracias al poder unificador de un renacimiento
la lucha se renovara en octubre, pero a finales de año la guerra prácticamente había hebreo y gracias a una comunidad de raza y de esperanza (aunque no de religión, pues-
acabado, Palestina y el propio .Jerusalén se habían dividido por la fuerza de las armas, to que la religión judía significaba poco para muchos ciudadanos israelíes). La Ley sobre
y durante la primera mitad de 1949 se firmaron armisticios entre Israel y cuatro de los el Retomo de 1950 dio a todos los judíos el derecho de emigrar a Israel. La Ley de Ciu·
invasores (Irak fue el quinto ausente). En la segunda fase de la lucha, Israel se había dadanía de 1952, sin embargo, les concedió ciudadanía judía, no israelí, y a los árabes
consolidado como Estado soberano derrotando a los palestinos y a los ejércitos regu- residentes en Israel se les designó como personas con nacionalidad árabe, no como ciu-
lares árabes, y estaba dispuesto a mantener sus logros. dadanos israelíes. Estos árabes sufrieron ciertas desventajas: por ejemplo, en la adquisi-
Exceptuando a los palestinos, los árabes nunca se sintieron muy atraídos por la ción y propiedad de tierras. Israel dependía de la ayuda extranjera, y la recibió, en gran·
guerra con Israel. Estaban dispuestos a aceptar un Estado israelí, pero Ben Gurión y des cantidades, de los judíos estadounidenses y de otros países y, a modo de reparación,
otros líderes israelíes, más intransigentes, pusieron su fe en la dominación militar. de la República Federal de Alemania; y su vida como país estaba condicionada por la
Durante la guerra, Ben Gurión reprendió a sus generales por no expulsar a más pales- hostilidad de los árabes, que se negaron a aceptar su existencia e insistían en que, dado
tinos de Palestina, y durante 1948-1950 la propiedad palestina fue sistemáticamente que era un subterfugio imperialista para el mantenimiento del poder angl6estadouni-
destruida y se expulsó o, según la terminología sionista, trasladó a 700.000 palestinos. dense en Oriente Medio, era necesario destruirlo. Adoptó, a pesar de sus dificultades
Cuando el rey Farouk de Egipto intentó abrir negociaciones, durante la guerra, Ben económicas y militares, una forma de gobierno básicamente democrática. Hacia el
Gurión las rechazó y cuando, después de hacerse con el poder en Siria, en 1949, Hus- exterior, sin embargo, estableció una política, forjada por sus victorias y su continua
ni Zaim ofreció la paz, junto con una alianza y viviendas en Siria para 300.000 pales- precariedad, que solamente permitía asegurar la perspectiva de nuevas victorias.
tinos, Ben Gurión, que acertadamente consideraba a Zaim inestable, no respondió ni Para defender sus fronteras contraatacó con las unidades especiales mandadas (inicial-
intentó obtener estas propuestas con los sucesores de Zaim. (Israel hizo caso omiso de mente) por el general Ariel Sharon cualquier ataque, grande o pequeño, de manera
posteriores intentos de acercamiento del bando árabe, incÍuida la OLP; durante los rápida, contundente y a menudo indiscriminada. Esta escalada de la violencia fue
años setenta, y Estados Unidos los desdeñó.) Pero la beligerancia israelí no consigui~ "' eficaz a corto plazo pero a costa de agudizar la psicología agresiva del nuevo país, pro-
sus objetivos, a corto o largo plazo, de obtener una paz formal con seguridad y reco- vocar la reacción árabe, y prolongar una cadena de operaciones ofensivas y defensivas
nocimiento. Los árabes, profundamente humillados y justamente preocupados por los contra enemigos cada vez más endurecidos. El hecho de que estas operaciones se lan-
refugiados palestinos, se negaron a firmar la paz con Israel o a reconocer su existen- zaran contra países árabes, ayudó a oscurecer el problema básico de los palestinos, que
cia, y continuaron la guerra por medios económicos: principalmente cerrando el carecían de Estado.
canal de Suez a la navegación israelí y a las mercancías que tuvieran Israel como pro-
cedencia o destino. El Consejo de Seguridad condenó infructuosamente esta acción
y declaró, también sin resultados, que Israel debía readmitir o compensar a los refu- NASSER Y LA REVOLUCIÓN
giados. Dado que estos refugiados superaban en número a los judíos establecidos en
Palestina, los israelíes argumentaron con lógica que no se podía esperar de ellos que Para los árabes nada de esto era admirable. Que los judíos hubiesen sufrido a
los readmitieran mientras las naciones árabes en su conjunto proclamaban su inten- manos de los cristianos europeos a lo largo de los tiempos parecía una ra,zón de poco
ción de eliminar a Israel. Los propios árabes tomaron pocas medidas para integrar a peso para permitirles expropiar una parte del mundo árabe y expulsar de ella a un
los palestinos, ya que, desde el punto de vista político, la principal fuerza de un refu- millón de musulmanes.
giado estaba en su condición de tal y en las dificultades que ello le provocaba. De El fracaso de los ejércitos de cinco estados árabes por no haber podido evitar el esta·
700.000 en 1949, su número ascendió, por causas naturales, a más de 1.250.000. blecimiento de Israel era una humillación que sólo podía aplacarse volviéndose, por
La creación del Estado de Israel fue un fenómeno político de lo más extraordinario. una parte, contra los líderes que tan visiblemente habían fracasado y declarando, por
El nacimiento de Israel fue resultado del tenaz recuerdo de un pueblo perseguido, cuyas otra parte, que el veredicto de 1948 era sólo provisional y que se revocaría más ade-
desventuras en diversas partes del mundo les habían imbuido de un enorme entusias- lante. Aquellos -generalmente personas no implicadas directamente- que pensaban
mo por las palabras de sus libros sagrados; fue resultado tambien de los atroces críme- que el tiempo curaría las heridas o al menos limaría las asperezas de este conflicto,
nes que, ante los ojos de Europa y del mundo entero, se habían perpetrado contra la tuvieron que retroceder hacia una visión más pesimista a medida que la propaganda
comunidad judía europea; y fue asimismo resultado de los tremendos esfuerzos de des- árabe promovida oficialmente se lanzó a un antisionismo virulento y a medida que la
tacados judíos que trabajaron con vigor e inteligencia por capturar un trozo de territo· nueva generación de los campos de refugiados comenzó a ser conscientemente ali-
rio que no les pertenecía, y que probablemente no hubieran conseguido de no haber mentada de sueños de un regreso a Palestina tras una guerra en la que se conseguiría
creído que su fin era de los que justifica cualquier medio y de no haber gozado de las una gloriosa victoria que borraría a Israel del mapa. El nacionalismo y el extremismo
ventajas de actuar bajo el manto protector de Gran Bretaña. El Estado que fundaron sionista tenían su equivalente en el nacionalismo y el extremismo árabes. Aunque la
era casi tan excepcional como sus orígenes. Al adoptar el principio de que el acceso al situación permaneció congelada por factores externos -en particular por la Declara-
mismo debía estar abierto a todos los judíos de cualquier lugar, se convirtió en un ción Tripartita de 1950 en virtud de la cual Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia
mosaico de lenguas y culturas, y de saberes y habilidades técnicas sin igual, que pudie· se comprometían a mantener un equilibrio de armamento entre árabes y judíos y a

326 327
consultarse sobre cualquier infracción fronteriza- las actitudes básicas dentro del área taron de ganarse la amistad de Turquía (sin éxito hasta 1944, fecha en la que Turquía
de conflicto variaron poco, o más bien nada. Lo que sí hubo como consecuencia de la rompió las relaciones con el Eje, entrando en la guerra en febrero del año siguiente);
guerra de 1948 fueron cambios de poder en los estados árabes más inmediatamente también impusieron al rey Farouk el nombramiento del pro británico Nahas Pasha como
implicados. La derrota de 1948 aceleró la caída de algunos antiguos regímenes. En primer ministro. Nahas esperaba que, a cambio, al finalizar la guerra, los británicos libe-
Siria, Husni Zaim asumió el poder en marzo de 1949 y lo conservó durante unos meses rarían a Egipto de sus cadenas y le concederían por fin la independencia que habían pro-
antes de ser derrocado por Sami al-Hinnawi, que, a su vez, fue derrocado al cabo de metido más de sesenta veces desde 1881, pero el rey, que prefirió arriesgarse en vez de
pocos meses por Adib Shishakli, que gobernó hasta febrero de 1954. En julio de 1951, esperar a ver qué pasaba, destituyó a Nahas en octubre de 1944.
Abdullah, que había transformado su emirato de Transjordania en el reino de Jorda- Aproximadamente por entonces, Eden preparaba una posición posbélica para Gran
nia, fue asesinado a la entrada de la mezquita de El Aqsa en Jerusalén. Más significati- Bretaña en Oriente Medio, basada en una asociación de estados árabes pro británicos.
vamente todavía, en el mes de julio del año siguiente, la monarquía egipcia fue derro- Eden alentó al inveteradamente pro británico Nuri es-Said, primer ministro de Irak, a
cada por jefes militares que sentían un amargo rencor por la falta de preparación e resucitar el concepto del Creciente Fértil como una unidad política cuya capital fuera
ineptitud con que se habían llevado a cabo las operaciones de su país en 1948 y envia- Bagdad y que abarcase a las comunidades autónomas sionistas y cristiana maronita.
ban ahora al exilio al último representante de la línea de Mohamed Ali. Eden promovió también una Liga Árabe pro británica pero, en septiembre de 1944,
El líder nominal de la revolución egipcia de 1952 era el general Mohamed Naguib, Egipto, junto con Irak, Siria, Líbano y Transjordania, concertaron en Alejandría el lla-
pero<:![ verdadero líder era el coronel Gama! Abdel Nasser, que se convirtió en pri- mado Protocolo de Alejandría que precedió al tratado de marzo de 1945 en virtud del
Ii1er ministro en abril de 1954 y suplantó a Naguib como presidente de la nueva repú- cual estos cinco estados, además de Arabia Saudí y Yemen, constituyeron la Liga
blica unos meses después. Nasser era un hombre joven, de treinta y seis años, que Árabe: esta liga más amplia no era la liga diseñada por Gran Bretaña. Desde el princi-
había hecho carrera en el ejército desde unos orígenes que podrían denominarse de pio, Egipto fue con mucho su miembro más importante por su mayor población, su
clase media baja. Contaba con el ímpetu y la indignación necesarios para convertir- modernización y adelantos, y por la influencia que irradiaba desde las universidades de
se en un revolucionario nacionalista, pero poseía asimismo las cualidades de la sere- El Cairo, las imprentas y la radio. Pero los intereses británicos y egipcios en la Liga
nidad, la astucia y el humor, que mantienen al revolucionario en sus cabales una vez Árabe estaban fatalmente enfrentados. Para Gran Bretaña, la Liga debía ser una alia-
conseguido el éxito. Era también lo suficientemente despierto para mantenerse más o da y un pilar de apoyo. Sin embargo, Egipto -obsesionado con la persistente ocupación
menos al corriente de los problemas con que debía enfrentarse cuando se le requería, británica, no sólo de la Zona del Canal, sino también de las posiciones de El Cairo y
como cabeza del más importante de los países árabes, para elaborar y ejecutar medi- Alejandría, donde la bandera del Reino Unido (Unión Jack) había sido izada durante
das políticas en el ámbito de los asuntos mundiales. El primero de estos problemas era la guerra- consideraba la Liga como un instrumento antibritánico y no como un sím-
la todavía pendiente cuestión de desembarazarse de los británicos. Además, tenía que bolo de hermandad. La difícil situación de Gran Bretaña en Palestina ayudó a unir a
encontrar su sitio en el mundo árabe, tanto africano como asiático, y tomar partido los árabes en una misma actitud antibritánica que favorecía a Egipto y defraudaba las
en la guerra fría a favor de Occidente, o de los rusos, o ni de unos ni de otros. esperanzas de Eden. (Palestina, o más bien Israel cuando comenzó a existir, también
La ocupación británica de Egipto empezó en 1881 con una expedición cuya misión afectó a la Liga Árabe haciendo que pasara, de ser una organización regional -que, en
era recaudar deudas, pero su verdadero motivo era y siguió siendo estratégico: garantizar opinión de sus miembros, no importaba a nadie salvo a ellos mismos- a ser una alian-
el control del Mediterráneo oriental (amenazado cuando la influencia británica sobre el za de objetivos más amplios y, por consiguiente, de significación internacional.)
gobierno del sultán de Constantinopla se vio desafiada por la influencia alemana), y ase- Después de la guerra, Gran Bretaña se dio cuenta de la necesidad de una revisión
gurar asimismo el control de la ruta a la India y a Oriente, y del Valle del Nilo. Egipto de sus relaciones de tratado con Egipto -y también con Irak y Transjordania-, pero
siguió siendo formalmente una provincia del Imperio otomano bajo el gobierno heredi· no tenía ninguna intención de llevar a cabo un abandono radical de Oriente Medio.
tario de los descendientes de Mohamed Ali, pero, de hecho, en lugar de semiindepen- Sólo lenta y tardíamente fueron las fuerzas británicas evacuadas del delta del Nilo y
diente bajo el poderío turco, pasó a ser semiindependiente bajo el poderío británico. emplazadas en la Zona del Canal. Seguía pareciendo axiomático que Gran Bretaña
Cuando Gran Bretaña y el Imperio otomano entraron en guerra en 1914, la primera de fuese y continuase siendo una potencia de Oriente Medio, después de haber obteni-
estas potencias proclamó un protectorado sobre Egipto que se transformó en 1922, do la victoria en una guerra en la que sus tremendos esfuerzos y tenacidad en esta par-
cediendo a la presión nacionalista, en una relación de tratado. Gran Bretaña obtuvo en te del mundo habían desempeñado un papel de la mayor importancia. Además, su
1936 el derecho a destacar a 10.000 hombres en la zona del canal de Suez por espacio retirada de la India en 1947 habría hecho difícil para el nuevo gobierno laborista bri-
de veinte años, acuerdo que los egipcios consideraron aceptable porque esta base podía tánico, acusado por la oposición de llevar a cabo una política de abandonismo en la
servir para proteger a Egipto contra las ambiciones de Mussolini, que estaba dedicado en India, proponer nuevas abdicaciones sustanciales en Oriente Medio. Pero la posición
este preciso momento a la conquista de Etiopía. Durante la Segunda Guerra Mundial, británica se había debilitado gravemente. Gran Bretaña debía a Egipto 400 millones
Churchill decidió mantener y fortalecer la posición de Gran Bretaña en Oriente Medio. de libras y a Irak 70 millones; y estas deudas eran sólo una parte de las tensiones eco-
Los árabes habían mostrado cierta inclinación pro germánica que amenazaba con con- nómicas, que se vieron intensificadas al ponerse fin bruscamente a la ley estadouni-
ferir a Alemania el dominio de Oriente Medio después de la conquista alemana de los dense de Préstamo y Arriendo (Lend-Lease Act), e iban a obligar muy pronto a Gran
Balcanes y de Creta en 1911. Los británicos ocuparon, pues, Siria, el Líbano e Irán y tra- Bretaña a pedir a Estados Unidos que asumiera las responsabilidades británicas en

328 329
Grecia y Turquía. En 1948, la tensión se agravaría todavía más por el abandono de bien tendrían derecho a volver si cualquier miembro de la Liga Árabe o Turquía era
Palestina y por la necesidad de defender la posición occidental en Berlín mediante el atacado por un enemigo exterior, excepto Israel. Irán no estaba incluida en la cláu·
puente aéreo. Tales fueron las circunstancias en las que Bevin se puso a negociar nue- sula de reversión a pesar de los intentos británicos de que figurara en ella. Este trata·
vos tratados con Egipto, lrak y Transjordania. Obtuvo éxito en seguida en el último do representaba considerables -aunque desde luego sensatas- concesiones por parte
caso ( 1946), pero el rey Abdullah fue muy criticado por permitir a las tropas británi- de Gran Bretaña que eran inadmisibles para un sector del Partido Conservador gober-
cas otros 25 años de ocupación de suelo jordano. Con los gobiernos egipcio e iraquí, nante, pero que fueron aceptadas por el gobierno, en parte por la consideración de
Bevin consiguio también llegar a un acuerdo, pero los proyectos de tratados acepta· que la aparición de la bomba atómica había convertido la base en una trampa mor·
dos por Sidky Pasha para Egipto, y por Salih Jabr para lrak (Tratado de Portsmouth, tal, y en parte -si bien en menor medida- cediendo a las presiones de Estados Unidos
1948) fueron rechazados por sus parlamentos y pueblos respectivos porque no conte· que consideraban que las malas relaciones permanentes entre Gran Bretaña y Egipto
nían la estipulación de una completa evacuación británica. eran un grave impedimento para la política mundial estadounidense en Oriente
Hubo a continuación un período intranquilo e infructuoso al que puso fin en 1951 Medio. Pero para Egipto, el acuerdo de 1954 con Gran Bretaña no constituía un pri·
un enfrentamiento entre dos conceptos opuestos. Por estas fechas, la guerra de Corea mer paso para la alineación con Occidente. Occidente, por otra parte, creyó durante
había comenzado y los aliados occidentales estaban deseosos de crear en Oriente Medio los años 1952-1954 que una mejora de las relaciones con Egipto pasaba por dicha ali-
una alianza antisoviética similar a la OTAN. Con este objeto a la vista, los gobiernos neación. Por consiguiente, las relaciones empeoraron en vez de mejorar.
estadounidense, británico, francés y turco presentaron planes para la creación de una En 1955, el año en que los países neutrales celebraron la Conferencia de Bandung,
Organización de Defensa de Oriente Medio (MEDO) que incluiria Egipto y la base del Egipto optó por la no alineación. La cuestión no surgió en los primeros años de la pos·
canal de Suez; los británicos evacuarían la base pero los aliados, adaptando una idea pre· guerra porque alineación significaba alineación contra los rusos y, por aquel entonces,
sentada por Bevin en otro tiempo, tendrían derecho a volver en ciertos supuestos. Este todavía no existía una presencia soviética en el mundo árabe contra la cual alinearse. Las
plan, cuyas raíces se encontraban en la situación mundial, chocaba con la concepción tradicionales esferas de actividad rusa en Oriente Medio eran los estados no árabes de
egipcia de que una guarnición extranjera en el canal era un símbolo de indignidad, y Turquía e Irán y, en ambos, la URSS había sufrido-y aparentemente aceptado-desaires
puesto que Egipto no actuaba impulsado por un temor a la URSS como el que anima· al final de la guerra; las reivindicaciones de devolución de Kars y Ardahan (perdidas en
ba a Occidente, rechazó la MEDO. Al mismo tiempo y por añadidura, Egipto denunció favor de Turquía en 1921) y de revisión de la Convención de Montreux que regulaba el
en octubre de 1951 el tratado anglo-egipcio de 19.36, al que quedaban todavía cinco tránsito a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos no surtieron efecto, mien·
años de vigencia, y emprendió ataques guerrilleros a la Zona del Canal. En enero de tras que los intentos de derrocar el régimen de Irán, respaldando a la república de Azer·
1952, los disturbios antibritánicos en El Cairo ocasionaron graves daños. baiján y fomentando asimismo una tentativa de independencia del Kurdistán, fracasaron
Cuando Naguib y Nasser se hicieron con el poder unos meses más tarde, tuvieron por la inesperada astucia de Qavam es-Sultaneh y las imprevistas reacciones de firmeza
que enfrentarse, pues, no sólo con el tradicional problema de los británicos, cuya ocu· de Estados Unidos y Gran Bretaña. Los rusos no sacaron provecho de su rápido reconoci·
pación del suelo egipcio constituía una permanente afrenta nacional, sino también miento de Israel y parecía que Moscú lo había considerado como un callejón sin salida.
con el nuevo problema creado por el deseo del conjunto de Occidente de inducir a Cuando el plan MEDO fue por consiguiente presentado por primera vez a Egipto,
Egipto a participar en la guerra fría y hacer de la Zon,a del Canal una base y un arse· pareció fuera de lugar y ajeno a los intereses egipcios. Tenía también cierto aspecto
nal anti-soviéticos. Los líderes egipcios estaban impacientes por llegar a un acuerdo vagamente repulsivo. La guerra de Corea, que subyacía en él, fue considerada por la
con Gran Bretaña siempre y cuando pudieran lograr la total evacuación británica, mayor parte de los árabes como un asunto 'que no les incumbía hasta tal punto que
pero tenían ideas menos positivas sobre una asociación cbn Occidente. todos los miembros árabes de las Naciones Unidas excepto lrak se abstuvieron de
En los dos años siguientes a la revolución, Egipto y Gran Bretaña zanjaron sus dife· votar sobre la cuestión en la Asamblea General. El propio Nasser se dejó influir por
rencias pendientes. No comenzaron por la Zona del Canal sino por Sudán, que había Nehru, especialmente tras la visita de este último a El Cairo en agosto 9e 1953 y
sido un condominio anglo-egipcio desde que se reconquistó a los mahdistas en 1899. durante la embajada de K. M. Pannikkar en dicha capital en 1953-1954. Pero el fac·
Egipto deseaba restablecer su unión con Sudán por la vital importancia de las aguas del tor principal en la trayectoria de Nasser hacia el neutralismo y hacia el espíritu de
Nilo y por la antigua perspectiva faraónica de la unidad de todo el valle. Los británicos, Bandug de 1955 le fue proporcionado por las propias potencias occidentales.
que habían sido los gobernantes efectivos de Sudán durante medio siglo, insistieron en
que los sudaneses debían decidir su futuro por sí mismos, y los egipcios, creyendo erró·
neamente que Sudán optaría por la unidad con Egipto, accedieron a ello en febrero de IRAK: EL PACTO DE BAGDAD
1953. En estas circunstancias, Sudán optó por la independencia a pesar (o a causa) de
la propaganda y las presiones egipcias, y se convirtió en un Estado soberano en 1956. En 1954, los estadounidenses estaban suministrando armamento a Turquía y a
Nasser aceptó este primer revés en el terreno internacional con una conformidad prag· Pakistán. Decidieron ayudar a lrak de la misma forma, e integrar a estos países y a Irán
mática que iba a tener que mostrar nuevamente en ocasiones futuras. en una nueva organización antirrusa que se extendiese desde el Bósforo hasta el Indo.
En julio de 1954 se alcanzó acuerdo sobre la Zona del Canal (y se firmó un trata· La inclusión de lrak fue entusiásticamente acogida por Gran Bretaña, que vio despe·
do en octubre) basado en la retirada de los británicos en un plazo de veinte meses, si jado el camino para la obtención de un nuevo tratado con lrak que sustituyese al

330 331
existente, el cual expiraba en 1957 sin que las negociaciones de Bevin con los ami- en el momento en que acababa de morir su otro principal adversario, Ibn Saud, y las
gos de Gran Bretaña lo hubiesen conseguido prorrogar. Pero la inclusión de lrak fue potencias occidentales preparaban su nuevo tratado con lrak. De momento, la oposi-
un error capital. En 1953, Foster Dulles había decidido que no era conveniente tra- ción de los sirios a la familia real iraquí y a sus conexiones con Gran Bretaña, puesta de
tar de lograr que los árabes se uniesen a un frente de guerra fría (la política MEDO) manifiesto en las elecciones de 1954, impidió la consumación de la unión.
y que, en lugar de ello, Occidente debía crear un grupo no árabe de aliados a lo largo El primer paso formal hacia los Pactos de Bagdad fue el tratado del 4 de abril de 1954
de la llamada hilera septentrional de países fronterizos con la URSS. lrak no era un entre Turquía y Pakistán. Fue seguido de acuerdos de ayuda militar estadouniden5e con
miembro necesario de este grupo, puesto que no tenía frontera con la URSS y, en lrak (21 de abril) y Pakistán (10 de mayo). Turquía e lrak firmaron un pacto de ayuda
cualquier caso, era un Estado árabe. Además, la atracción de lrak hacia esta órbita mutua el 24 de febrero de 1955. Éste fue el Pacto de Bagdad propiamente dicho y se
septentrional despertó las más profundas sospechas en El Cairo, tanto a causa de las declaró abierto a todos los miembros de la Liga Árabe y a otros estados interesados en
tensiones existentes entre Egipto e lrak como por considerarse una maniobra extran- la paz y la seguridad en Oriente Medio. Gran Bretaña se adhirió el 5 de abril de 1955 y
jera para quebrantar la unidad del mundo árabe. Los estadounidenses se proponían Pakistán e Irán en septiembre y octubre, respectivamente. Pero ningún otro Estado ára-
armar a lrak (y a Pakistán) contra la URSS, pero Egipto interpretó estos acuerdos be siguió el ejemplo de Nuri de orientarse hacia el campo occidental. Los árabes recha-
como un reforzamiento del flanco iraquí en la política árabe (del mismo modo que la zaron la creencia de Nuri de que la salvación radicaba en la alianza con los viejos ami-
India consideraba el rearme de Pakistán como una amenaza para sí misma en Cache- gos de Occidente, en parte porque, para una generación más joven, Gran Bretaña no
mira). parecía ser un amigo. Siria, al rechazar el pacto, hizo oscilar el paso del mundo árabe
Egipto e lrak defendían diferentes formas de unidad árabe muchb antes de que la hacia El Cairo, alejándolo de Bagdad, y en marzo de 1955 se constituyó una contra-
revolución egipcia de 1952 convirtiese a Egipto en una república socialista en contras- alianza entre Egipto, Siria y Arabia Saudí. Esto suponía una victoria de Nasser sobre
te con la monarquía tradicionalista que estuvo entronizada en lrak hasta 1958. Antes y Nuri y los británicos. También marcaba el final de la mejora de relaciones entre Egipto
después de 1952, los líderes egipcios deseaban serlo de todo e'l mundo árabe y proyecta- y Occidente y el comienzo de violentas polémicas dentro del mundo árabe. Poco des·
ban utilizar la Liga Árabe para este fin; eran conscientes de la natural aspiración de pués de la firma del tratado de marzo de 1955, Nasser emprendió viaje hacia Bandung,
Egipto al liderazgo y se daban cuenta de las ventajas que se derivarían para ellos en sus donde, obedeciendo a la corriente anticolonialista y neutralista imperante entonces, se
tratos con el mundo exterior si Egipto era la cabeza reconocida de una comunidad de censuró a lrak por adherirse al Pacto de Bagdad y a Pakistán por asociarse a la Seato.
países árabes a la vez que un Estado soberano independiente. Su enfoque de la política Cualesquiera que sean los relativos méritos de los enfoques británico y estadouni-
árabe era primero egipcio y después árabe, y sus planes distaban mucho de la unidad ára- dense de los problemas de Oriente Medio en aquel tiempo, el fracaso de Londres y
be en un sentido tanto orgánico como institucional. Los iraquíes, por su parte, hereda- Washington al no lograr encontrar una política común fue manifiesto y significativo.
ron otras ideas, singularmente el sueño de un vasto reino árabe que británicos y france- Gran Bretaña puede haber estado acertada o desacertada al utilizar el Pacto de Bag-
ses les habían inculcado durante la Primera Guerra Mundial y les habían frustrado dad para fines especiales propios en lrak, y Estados Unidos puede haber estado igual-
después. Aunque los descendientes del jerife de la Meca -los hachemitas- llegaron a mente acertada o desacertada al adherirse únicamente a los comités económico y
reinar en Bagdad y Ammán y brevemente en Damasco, habían sido expulsados de Ara- antisubversión del pacto, pero las consecuencias más obvias a los ojos de los árabes
bia Saudí a raíz del levantamiento de lbn Saud y, más al norte, se habían visto defrau- fueron la discrepancia entre las dos potencias occidentales y el intento de los estado·
dados por el sistema de mandatos {que no preocupaba a los egipcios). De todas fonnas, unidenses -al no firmar el pacto ni adherirse a sus órganos centrales- de marcar las dis-
el sueño persistió, abarcando en sus distintas y cambiantes formas -ya se tratase de la tancias con los británicos. Una política est.adounidense más enérgica podría haber
Gran Siria o bien del Creciente Fértil- a lrak, Siria, Líbano y Palestina. Pero cualquier logrado persuadir a las monarquías jordana y saudí a unirse a una alianza pro occiden-
unión entre lrak y Siria privaría a Egipto de la hegemonía en el mundo árabe. tal en 1954, pero en aquel tiempo el antiimperialismo estadounidense (no enterrado
El regente hachemita de lrak, Abd al-llah (que nunca olvidó que hubiera debido ser aún en Vietnam) y las rivalidades petrolíferas angloestadounidenses seguían haciendo
el sucesor de su padre y de su abuelo corno rey de Hiyaz) aspiraba a ser rey de Siria cuan- que Washington se mostrase cauteloso a la hora de verse complicado con Gran Breta-
do dejara de ser regente de lrak. De haberlo conseguido, los hachemitas hubieran for- ña en Oriente Medio, con el resultado de que tardaron mucho en ser esencialmente
mado un poderoso grupo, ya que el joven primo de Abd al-llah, Faysal, llegó al trono idénticas las políticas adoptadas primero en Londres y luego en Washington.
en Bagdad y su tío Abdullah fue emir y más tarde rey en Ammán. Después de la primera
'.""Í revolución siria de la posguerra. Husni Zaim se volvió hacia lrak, aunque más tarde en
su breve período de mandato cambió de rumbo y se inclinó hacia Egipto y Arabia Sau- LA GUERRA DE SUEZ
dí; su sucesor, Sami al-Hannawi, favoreció una unión sirio-iraquí pero al hacerlo preci-
pitó su caída y el que ocupó su lugar, Adib Shishakli (1949-1954), el hombre fuerte del Aparte de la división dentro del mundo árabe, Nasser estaba preocupado por la
mundo árabe antes del advenimiento de Nasser, rechazó toda asociacion estrecha con permanente enemistad entre los árabes e Israel y por el hecho de que las represalias
Irak por tratarse de un país monárquico y pro británico. El derrocamiento de Shishakli israelíes contra la propaganda y las incursiones provocativas de los árabes se estuvie-
en febrero de 1954 por parte del ejército sirio, ayudado por el oro iraquí y, como poco, sen volviendo contra Egipto. Poco antes de la firma del tratado de marzo de 1955,
por la benevolencia británica, resucitó para Nasser el peligro de una unión sirio-iraquí Egipto sufrió un ataque israelí excepcionalmente duro en la zona de Gaza. La amena-

332 333
za de Israel, donde Ben Gurión recuperó el poder (primero como ministro de Defensa meses. Fue la gran presa de Asuán la que sirvió de prueba y demostró que no sólo
y luego como primer ministro una vez más), alarmó a Nasser, que había tomado Francia sino también Gran Bretaña y Estados Unidos se habían vuelto contra Nasser.
conciencia de que Israel estaba tratando de conseguir armas de Francia. Esta aso- La gran presa fue diseñada para transformar la economía y la sociedad egipcias al
ciación franco-israelí, aunque nunca se formalizó en una alianza, llegó a ser un factor añadir 860.000 hectáreas a la zona de tierra cultivable, haciendo navegable el Nilo
suplementario primordial en la política de Oriente Medio y uno de los principales hacia el sur hasta la frontera sudanesa y generando electricidad para alimentar plan-
ingredientes de la guerra de Suez de 1956. La declaración tripartita de 1950, cuyo obje- tas industriales que proporcionarían un medio de vida a parte de la creciente pobla·
to era evitar una carrera armamentista en Oriente Medio, fue burlada por Israel, que ción. Iba a costar 1.400 millones de dólares, de los cuales 400 habían de pagarse en
encontró en Francia simpatizantes dispuestos a ayudarle en secreto. Las motivaciones dinero efectivo (el Banco Mundial adelantaría 200 millones y Estados Unidos y Gran
francesas eran diversas: existía un sentimiento de obligación hacia los judíos, como Bretaña, 56 y 14 millones, respectivamente, de inmediato, aportando ambos países
puéblo que había sufrido demasiadas calamidades; un sentimiento de admiración por los restantes 130 millones más adelante). En el transcurso del año 1955, las nego-
lo que habían conseguido en Israel; un sentimiento de solidaridad socialista entre ciaciones con este fin parecieron desarrollarse sin más impedimentos que los habi·
hombres como Guy Mollet y Ben Gurión. Estas afinidades fueron explotadas por hábi- tuales. Durante la primera mitad de 1956, sin embargo, se quedaron en agua de borra·
l~s grupos de presión o lobbies israelíes que encontraron muy facilitada su tarea cuan· jas. Gran Bretaña y Estados Unidos decidieron no prestar su ayuda. El crédito de
do la revuelta argelina de 1954, y la ayuda de Nasser a los rebeldes llevó a muchos fran- Nasser, en los dos sentidos de la palabra, estaba agotándose, especialmente como con·
ceses a la conclusión de que un golpe contra Nasser era la mejor forma de resolver sus secuencia de sus compras de armamento comunista.
probl~mas en Argelia, o al menos una necesaria condición previa. Por añadidura, algu- Durante 1956, Nasser dio nuevos argumentos a sus enemigos, contribuyendo a for-
nos franceses compartían la opinión de Eden de que Nasser era una amenaza semejante talecer la actitud de éstos, al reconocer al régimen comunista de Pekín, una medida
a la que había supuesto Hitler y que debía ser derrocado antes de que fuese demasiado que produjo especial irritación en el Congreso de Washington, a pesar de que la ver·
tarde. La política francesa, tradicionalmente pro árabe, fue por consiguiente impulsa- dadera razón de Nasser pudiera haber sido, como así parece, su temor a que los nue-
da en una nueva dirección. Francia accedió en 1954 a suministrar a Israel aviones de vos dirigentes rusos pudiesen ser persuadidos, en su visita a Londres, a unirse a las
combate. potencias occidentales en un nuevo embargo de armas a Oriente Medio. El co~trato
A su regreso a Bandung, Nasser comenzó también a buscar armamento seriamen- checo de suministro de armas había quebrantado el embargo de 1950 para satisfac-
te. Los tres signatarios de la declaración tripartita rehusaron suministrar a Egipto o a ción general del mundo árabe, que lo consideraba como una traba ofensiva para su
Siria lo que pedían. Siria se volvió hacia los rusos y obtuvo éxito, ya que éstos habían soberanía, pero dicho embargo podía volver a imponerse si los rusos buscaban form~s
comenzado a interesarse en la posibilidad de desempeñar un papel más activo en poco costosas de mostrar su buena voluntad hacia Occidente y, en ese caso, Pekm
Oriente Medio desde que la incursión de Gaza había puesto de manifiesto la debili· sería la única fuente alternativa de suministros. Por añadidura, al lobby algodonero del
dad egipcia. Pero Nasser se mostraba reacio a comprar a los rusos. Después de inten· Congreso estadounidense no le gustaba prestar dinero estadounidense para ayudar a
tarlo en Pekín (donde se le insinuó que probase con Moscú) y más tarde en Was- Egipto a cultivar más algodón que compitiese con el alg,odón estad~unid_:nse. Se c~l­
hington y Londres una vez más, acabó finalmente por aventurarse con los rusos y en paba a Egipto de no ponerse de acuerdo con los demas estados nberenos. del Nilo
septiembre de 1955 anunció que iba a recibir armamento checo sin condiciones. (Sudán, Etiopía y Uganda) y de empeñar en la compra de armamento el cimero que
Ahora le tocaba a Israel el turno de alarmarse. Mediante el contrato con los checos, sería necesario para atender al pago de los préstamos exteriores. En Estados Unidos se
Egipto iba a conseguir una amplia gama de armas entre las que estaban comprendidos argumentó que era imprudente destinar tanto dinero americano a un úni,co pr~y.ecto,
80 Mig-15 (los cazas utilizados en Corea), 45 Ilyushin, 28 qombarderos y 115 tanques puesto que Estados Unidos tendría entonces que rechazar todas las ciernas pet1c1ones
pesados equivalentes a los mejores del ejército ruso y superiores a todos los que Israel de ayuda a Egipto durante muchos años, dando de este modo vía libre a los rusos. para
poseía. Israel ejerció presión sobre Francia para que revisase el contrato de 1954 y aceptarlas. Pero detrás de todos estos razonamientos se encontraba el hech~ eviden-
suministrase cazas a reacción Mystere-4 en vez de Mystere-2. Francia accedió e Israel te de que ni a Washington ni a Londres les gustaba Nasser y pensaban (al igual que
recibió en abril de 1956 un suministro de los mejores aviones caza de Europa. (Su lle- los franceses, aunque por una razón diferente y más específica) que estaría muy bien
gada, inmediatamente después de que el ministro de Asuntos Exteriores francés, hacerle un desaire y bajarle los humos. Esta actitud era más fuerte en Gran Bretaña,
Christian Pineau, hubiese hecho una fructífera visita a El Cairo provocó en Nasser donde se vio alentada por las malas interpretaciones obsesivas y los errores de cálcu-
una explosión de indignación antifrancesa y destruyó cualquier posibilidad que pudie· lo del primer ministro Eden, que confundió a Nasser con un dictador fascista Y pen·
se haber de que la corriente árabe prevaleciese sobre la israelí en el gabinete francés.) que podía ser fácilmente sustituido. (La animosidad de Eden se había agudizado en
Del mismo modo que la mayor parte de los países, Egipto quería tanto armas como marzo por la destitución del general sir John Glubb y de otros oficiales británicos de
ayuda económica. Nasser había esperado obtener ambas cosas de Occidente pero se la Legión árabe de Jordania, de la que Glubb era el comandante en jefe. Esta med'.d.a
había visto obligado a comprar armamento comunista o a prescindir de la garantía antibritánica llevada a cabo por el rey Hussein coincidió fortuitamente con una v1s1·
que buscaba. A continuación se enfrentó con el interrogante de si podría conseguir ta a El Cairo del ministro británico de Asuntos Exteriores Selwyn Lloyd, y fue por
ayuda económica de Occidente después de haber aceptado ayuda militar del bloque tanto erróneamente considerada por Eden como una afrenta deliberada a Gran Bre-
comunista. La respuesta resultó ser negativa pero estuvo en duda durante algunos taña, ideada por Nasser.)

334 335
El 19 de julio de 1956, Foster Dulles informó al embajador egipcio en Washington tra Occidente. Eisenhower mandó un enviado especial a Londres que informó el 31 de
de que se revocaba la oferta estadounidense de financiar la presa. El embajador fran- julio de 1956 que los británicos estaban resueltos a utilizar la fuerza y a continuación
cés en Washington, Couve de Murville, había predicho que si esto ocurría, Nasser se produjo un duelo entre Eden y Dulles, enemigos desde la crisis de 1954 en Indochina,
tomaría represalias apoderándose de los ingresos del canal de Suez. El 26 de julio, en en el que Eden hacía maniobras con vistas a obtener la aprobación estadounidense
un discurso pronunciado en Alejandría, anunció que haría exactamente eso. para emprender una política más atrevida, y Foster Dulles trataba de esquivar el asunto
El canal de Suez era indudablemente parte del Estado egipcio, pero también obje- para ganar tiempo.
to de dos instrumentos jurídicos muy diferentes uno de otro: un contrato de canee- En un primer momento, británicos y franceses, con el apoyo estadounidense, con·
. sión y un tratado internacional. El primero, otorgado a Fernando de Lesseps por el vacaron una conferencia de las principales naciones usuarias del canal en Londres y pre-
jedive o virrey de Egipto, Said Pasha, y confirmado por el sultán otomano, concedía sentaron en ella un plan para crear un nuevo consejo de explotación que garantizase el
el derecho a explotar el canal durante noventa y nueve años que empezarían a con- control internacional del canal. La conferencia no aprobó por unanimidad este plan, al
tar a partir de su apertura, la cual tuvo lugar en 1869. La concesión había pasado de que se acusó de ser una injustificable violación de la soberanía egipcia. De todas formas,
Lesseps a la Compañía Universal Marítima del Canal de Suez, que era una sociedad el primer ministro australiano Robert Menzies y cuatro miembros más, en representa·
egipcia con sedes en El Cairo y en París y que tenía una diversidad de accionistas, ción de la opinión mayoritaria, fueron a El Cairo a presentar el plan a Nasser, que lo
comprendidos el gobierno británico y un gran número de habituales rentiers france- rechazó y señaló que el canal estaba funcionando con normalidad. Acto seguido Foster
ses. A esta valiosa concesión le quedaban todavía doce años de vigencia en 1956. Dulles, quizá solamente para lograr que las conversaciones continuasen y evitar la gue·
Después, los derechos de explotación revertirían al Est.ado egipcio. La medida de rra, propuso crear una Asociación de Usuarios del Canal de Suez facultada para organi·
Nasser equivalía a la nacionalización de los derechos de la compañía, pero, puesto que zar convoyes y cobrar derechos de tránsito a los barcos que los integrasen. Este plan
prometía una compensación, era difícil mantener que hubiese hecho algo ilegal, o sedujo a los británicos, que vieron en él una oportunidad de hacer pasar un convoy a
algo particularmente insólito en el siglo XX, aunque la compañía pudiera muy bien través del canal enfrentándose a la oposición egipcia y pudiendo culpar de ese modo a
preguntar de dónde iba a salir el dinero para la compensación. Nasser estaría, sin Egipto a los ojos de los estadounidenses. Foster Dulles, que dio muestras de un constan·
embargo, incumpliendo la ley si quebrantaba los términos del segundo instrumento te pragmatismo a lo largo de toda esta fase, asestó un golpe mortal al plan cuando sos·
fundamental. Era éste el convenio suscrito en 1888 entre nueve potencias, incluido pechó que Gran Bretaña y Francia podrían utilizarlo para abrir fuego e iniciar la con·
el Imperio otomano, que era en aquella época Estado soberano protector de Egipto. frontación; señaló que el gobierno estadounidense no tenía poder para obligar a los
Las partes se comprometieron a mantener abierto el canal a todos los navíos mer- capitanes de los barcos americanos a pagar derechos de tránsito a la asociación en vez
cantes y militares, tanto en tiempos de paz como de guerra, y a no bloquearlo nunca. de al gobierno egipcio. Gran Bretaña y Francia llevaron entonces la disputa al Consejo
Si Nasser no mantenía el canal abierto, estaría incumpliendo el convenio y los sig- de Seguridad al tiempo que declaraban explícitamente que se reservaban el derecho a
natarios tendrían derecho a adoptar medidas para volverlo a abrir. Había cierta mal hacer uso de la fuerza. Cuando el Consejo se reunió, el 5 de octubre; Egipto propuso
fundada esperanza de que si los pilotos del canal eran retirados, el canal dejaría de negociaciones mientras que Gran Bretaña y Francia presentaron un plan para el con·
funcionar y se podría decir que existía ya derecho a intervenir, pero de hecho y a pesar trol internacional del canal. Las negociaciones extraoficiales que se llevaban a cabo al
de que prácticamente todos los pilotos de la compañía fueron retirados como conse- margen del Consejo hicieron sustanciales progresos, pero Egipto persistió ¡;n su negati·
cuencia de la presión ejercida por potencias extranjeras, el canal continuó funcio- va a aceptar el control internacional y el plan anglo-francés fue derrotado por un veto
nando sin novedad hasta que fue bombardeado por británicos y franceses. soviético.
La nacionalización de la compañía del canal dio a Gran Bretaña y a Francia la dis- Durante estos meses, los franceses se habían ido exasperando progresivamente con
culpa para emprender contra Egipto la enérgica acción que deseaban. El gabinete británi- los británicos. Se habían organizado comandos conjuntos anglo-franceses a comien·
co asignó cinco millones de libras (el imperialismo en la miseria) y decidió emplear la zos de agosto, pero las perspectivas de actuacióri de las tropas, que se iban congre-
fuerza en el plazo de una semana sólo para descubrir que la preparación militar de Gran gando lentamente, se redujeron ante las dudas y vacilaciones de los británicos que,
Bretaña era tal que Úo podía arriesgarse a emprender acción alguna antes de mediados de por una parte, deseaban moverse a compás de los franceses pero, por otra, estaban
septiembre ni sin llamar a filas a los reservistas. Este retraso pennitió intervenir a Estados deseosos de no enturbiar sus buenas relaciones con los estadounidenses. A finales de
Unidos. Eisenhower y Dulles coincidían con los gobiernos británico y francés en el deseo septiembre o a principios de octubre, los franceses comenzaron a volver a su antigua
de poner el canal bajo control internacional, pero, aunque sentían muy poca simpatía por línea de cooperación con Israel, de la que les había apartado el aliciente de una ope·
Nasser, se oponían al uso de la fuerza hasta que todos los demás métodos se hubiesen ración conjunta anglo-francesa como réplica a la nacionalización de la compañía del
intentado y se hubiese visto que se habían intentado. Eisenhower, que dejó clara su posi· canal.
ción en varias cartas escritas a Eden y en declaraciones públicas, era connario por tem- Israel tenía excelentes razones para desear entrar en guerra contra Egipto. Las
peramento al uso de la fuerza y estaba asimismo convencido de que era inoportuno utili- incursiones a Israel por parte de los fedayines, con base en la península del Sinaí, se
zarla porque conduciría al sabotaje de los oleoductos, alentaría a otros líderes (por habían hecho más audaces y frecuentes. Empezaba a ser demasiado peligroso cultivar
ejemplo a Jiang Kaishek y a Syngman Rhee) a pedir también el apoyo estadounidense las tierras próximas a la frontera y al gobierno israelí temía atropellos incluso dentro
para utilizar la fuerza en sus disputas, y haría que el mundo no alineado se volviese con· de las ciudades situadas en esa zona. Sólo un gesto espectacular podía poner término a

336 337
estos golpes criminales. Además, Israel deseaba romper el bloqueo del golfo de Akaba ban a cierta distancia del canal y no tenían intención de desplazarse hasta allí. El 2
impuesto por los árabes, y obtener así una salida segura a los países de Asia y África de noviembre la campaña israelí prácticamente había concluido, una vez cumplidos
desde el puerto de E_ilat que languidecía en el extremo del golfo; incluso los enlaces sus principales objetivos: el desmantelamiento de las bases de los fedayines, la aper-
aéreos de Israel con Africa eran inseguros. La apertura del estrecho de Ttrán, a la entra- tura del estrecho de Ttrán y una resonante victoria sobre Egipto.
da del golfo, compensaría a Israel de la negativa egipcia a permitir que los barcos con Unas cuantas horas después del ataque inicial israelí, el Consejo de Seguridad se
destino a ese país o procedentes de él utilizasen el canal de Suez. Pero las posibilidades reunió para considerar una resolución estadounidense requiriendo a los israelíes para
de Israel no estaban a la altura de sus intenciones. Los nuevos bombarderos rusos de que retrocediesen a sus fronteras. Gran Bretaña y Francia vetaron esta resolución pero
Egipto estaban en disposición de bombardear las ciudades de Israel y causar el pánico la Asamblea General, convocada en virtud de la resolución «Uniéndose por la Paz»
de los más recientes inmigrantes, no acostrumbrados todavía a la vida en un Estado (un procedimiento adoptado en 1950 por iniciativa occidental para capacitar a la
asediado. Las fuerzas aéreas de Israel apenas eran capaces de defender estas ciudades Asamblea a considerar y hacer recomendaciones sobre asuntos en los que el Consejo
ni siquiera con sus nuevos cazas franceses, o de proteger a las fuerzas terrestres que ope~ de Seguridad se encontrase incapacitado por un veto), adoptó en las primeras horas
raban en pleno desierto, y eran desde luego totalmente incapaces de bombardear los del día 2 de noviembre un llamamiento instando al inmediato cese de la lucha. En la
aeródromos egipcios e impedir así que los aviones egipcios pudieran despegar. Por con- ONU, un pequeño grupo en el que estaban integrados el secretario general, Dag
siguiente, cuando los franceses volvieron una vez más a la idea de un ataque israelí a Hammarskjold, y el ministro canadiense de Asuntos Exteriores, Lester Pearson, hizo
Egipto 1 para el que ellos habían estado suministrando armamento, se encontraron con esfuerzos por detener el inminente ataque anglo-francés a Egipto por tierra y mar
que los israelíes querían algo más que armas. Querían una activa participación de Fran- (que, a diferencia del israelí, no se había lanzado todavía) y por recuperar el control
cia en la guerra mediante unidades de las fuerzas aéreas francesas estacionadas en los sobre una situación alarmante imponiendo un alto el fuego y enviando a una fuerza
aeródromos israelíes para la defensa de las ciudades de Israel, y querían asimismo la par- pacificadora internacional a la zona. El ataque anglo-francés comenzó con un lanza·
tidpación beligerante de Gran Bretaña y el bombardeo de los aeródromos egipcios por miento de paracaidistas el 5 de noviembre. Al día siguiente una flota procedente de
parte de los únicos bombarderos con base en la zona capaces de realizar dicha tarea, es Malta desembarcó tropas, pero ese mismo día Gran Bretaña proclamó el alto el fue-
decir, los bombarderos británicos que utilizaban las bases británicas de Chipre. go y Francia, tras cierta vacilación, suspendió también las operaciones.
Los franceses se esforzaron por concebir y organizar esta operación tripartita com- La decisión británica fue resultado de un cúmulo de presiones, de las cuales una
binada y lo lograron. Durante el mes de octubre, ministros franceses comunicaron el fue decisiva. En Gran Bretaña, a diferencia de Francia, las opiniones estaban dividi-
plan de Israel a ministros británicos; particularmente importante fue al parecer una das. La oposición parlamentaria, gran parte de la prensa y una porción sustancial de
reunión celebrada en París el 16 de octubre entre Mollet y Pineau, Eden y Lloyd, sin la opinión pública eran contrarios a la política del gobierno. El propio partido del
que ninguna otra persona estuviese presente. Los ministros británicos, sin embargo, Eden y en general la mayoría del país le apoyaban incondicionalmente salvo en lo
eran reacios a embarcarse en una colaboración con Israel que no fuese absolutamen- relativo al uso de la fuerza, que nunca contó con un apoyo popular mayoritario. La
te encubierta, a causa de las repercusiones que podría tener en el mundo árabe. Pero existencia de dudas en el senó del propio gobierno era del dominio público. Los
Ben Gurión insistió en obtener un compromiso formal por parte de Gran Bretaña, de miembros independientes de la Commonwealth también estaban divididos; Austra-
la que no se fiaba, y lo consiguió en una reunión secreta celebrada en Sevres en la lia y, con menos entusiasmo, Nueva Zelanda, apoyaban a Eden, pero no así Canadá y
que, el 23 o el 24 de octubre, el ministro británico de Asuntos Exteriores se encontró los dominios más recientes (por aquel entonces no había aún miembros africanos
con los ministros francés e israelí, autorizando a continuación la firma de un tratado independientes}. Esta oposición, sin embargo, había sido prevista y no tenida en
tripartito secreto. Al llegar a este punto, el comandante en jefe israelí alteró sus órde- cuenta, y por esta razón se omitieron los procedimientos habituales de consulta a la
nes de combate, según las cuales estaba prevista una incursión israelí de fuerza simi- Commonwealth y se mantuvo al margen y en la ignorancia a los gobiernos de dicha
lar a la de otras anteriores pero de mayor alcance, y en lugar de ello propuso enviar comunidad, así como a los veteranos asesores del Whitehall y a todos los embajado-
sus fuerzas a mitad del desierto dando por supuesto que los ataques británicos a los res británicos en el extranjero pertinentes; Pero la razón decisiva para suspender la
aeródromos egipcios harían a las tropas inmunes a un ataque aéreo. operación fue el no haber logrado el respaldo estadounidense y el no haber compren-
Israel atacó el 29 de octubre y recibió en efecto el previsto apoyo de Gran Bretaña dido lo que la oposición norteamericana significaba.
y Francia (los franceses impidieron también que la flota egipcia atacase la costa israelí}, El ataque a Egipto dio lugar a la mayor crisis financiera de Gran Bretaña desde 1945.
pero en cualquier caso las fuerzas aéreas egipcias estaban incapacitadas puesto que los Haciendo balance, Gran Bretaña resultó haber perdido 400 millon~s de dólares du-
rusos, que ejercían aún el control operativo de los llyushin-28, ordenaron a sus pilo- rante el último trimestre de 1956. Las retiradas de fondos ascendieron probablemente a
tos que abandonasen la zona de combate. Gran Bretaña y Francia dirigieron también 600 millones, pero quedaron parcialmente compensadas por unas cuantas entradas
un ultimátum a Israel y a Egipto conminando a ambas partes a que retirasen sus tro- excepcionales que se ingresaron durante el trimestre. La libra esterlina estaba en buena
pas a una distancia de diez millas del canal. Se trataba de un ardid cuyo objetivo era situación y las reservas eran más que adecuadas para fines ordinarios, pero pérdidas de
mantener la ficción de que Gran Bretaña no estaba en convivencia con Israel. Nin- esta magnitud sólo podían soportarse durante contadas semanas sin recurrir a la ayuda
guna de las dos partes hizo caso del ultimátum, Egipto porque el canal a lo largo de externa para preservar el valor de cambio de la libra. Quedó claro que Gran Bretaña
sus 161 km discurría dentro de sus propias fronteras, e Israel porque sus fuerzas esta· tendría que pedir dinero prestado para salvar la libra (que, al margen de la guerra, no

338 339
estaba amenazada) y que ni Estados Unidos ni el FMI prestarían las sumas necesarias
De Suez a la muerte
hasta que suspendiese la lucha. Gran Bretaña no podía mantener una divisa intema-
cional y al mismo tiempo llevar a cabo independientemente una política exterior
agresiva.
X de Nasser
Había en estos cálculos otro elemento subsidiario que es posible que tuviera algún
efecto sobre determinada gente. Se trataba de la entrada en escena de los rusos: has-
ta el 5 de noviembre, los rusos estuvieron demasiado ocupados en sofocar la rebelión
húngara corno para tornar parte en los asuntos de Oriente Medio, pero en esa fecha
propusieron a Washington una acción conjunta para obligar a Gran Bretaña y a Fran-
cia a desistir de su ataque y amenazaron vagamente con utilizar cohetes contra estas
dos potencias. También señalaron que podrían autorizar la salida de voluntarios hacia
Oriente Medio, pero las declaraciones en este sentido sólo se hicieron una vez que
hubieron cesado las hostilidades, salvo en una ocasión en que Kruschev, durante una
recepción diplomática ofrecida en Moscú, hizo observaciones sobre los voluntarios de
las qu\! la prensa soviética no se hizo eco. La amenaza rusa de utilizar cohetes fue con-
trarrestada con una amenaza estadounidense de tornar represalias, a raíz de lo cual no
se volvió a oír hablar de este asunto. Con su intervención, los rusos obtuvieron una
considerable victoria propagandística en el mundo árabe; es muy improbable que en
algún momento hubieran pretendido otra cosa. ·
La guerra de Suez elevó mucho el prestigio de Nasser. No fue hasta 1954 cuando
consiguió el liderazgo en Egipto. Suez le confirmó en esa posición y le convirtió en un
líder popular y en un dirigente militar. Había sabido conservar la serenidad y la digni·
dad, había logrado salir indemne de una violenta embestida imperialista y de una inva·
sión israelí, y había demostrado su poder en el mundo árabe en un momento en que
incluso el Irak de Nuri se había visto en la obligación de condenar la acción británica
y de proponer la expulsión de Gran Bretaña del Pacto de Bagdad. Jordania también
rechazó sus tradicionales vínculos con Gran Bretaña y las subvenciones que venían apa·
rejadas, denunció su tratado cori el Reino Unido y se adhirió en su lugar a la alianza
sirio-egipcia de 1955 (a la que también pertenecían ahora Arabia Saudí y Yemen). Nas·
ser conservó el canal y demostró que sabía cómo explotarlo, consiguiendo asimismo la
presa. Los estadounidenses, a los que se podía hacer responsables de haber precipitado
todo el asunto al abandonar el proyecto de la presa, habían tenido que acudir en ayuda
de un régimen al que ostensiblemente habían dejado de admirar y el resultado fue que
al final se encontraron con que se habían quedado sin política. Los rusos reivindicaron
con júbilo para sí mismos todo el mérito, sacando buen provecho de él, y fueron ellos
los que se comprometieron a financiar la presa, en lugar de los estadounidenses y britá·
nicos.
Cuando todavía resonaban los ecos del conflicto, Estados Unidos trató de empren·
der una nueva vía a través de lo que vino a llamarse la Doctrina Eisenhower. Era una
aventura que partía del supuesto de que la derrota de Gran Bretaña había hecho indis-
pensable que Estados Unidos tornase algún tipo de iniciativa, y de que la decadencia del
poderío británico había creado un vacío que debía llenar Estados Unidos si no se que·
ría que lo llenase la URSS. Iban a desembolsarse de 400 a 500 millones de dólares en
dos años en forma de ayuda económica y militar a bien dispuestos y complacientes
receptores que quisieran suscribir acuerdos con Estados Unidos autorizando e invitan-
do al uso de armamento estadounidense para proteger la integridad e independencia de
los signatarios en caso de que fuesen amenazados con una abierta agresión por parte de

340 341
cualquier nación controlada por el comunismo internacional. No se esperaba que ni Bagdad, desplazaron inmediatamente fuerzas al Líbano y a Jordania para impedir que se
Egipto ni Siria concertasen ningún acuerdo con Estados Unidos en estos términos, pero extendiera el conflicto. El presidente del Líbano, Camille Chamoun, invocó la doctrina
el presidente Eisenhower mandó a un enviado especial a hacer una gira por Oriente Eisenhower, y el rey Hussein de Jordania el tratado anglo-jordano. La intervención bri-
Medio para conseguir tantos adeptos como fuera posible. Su único éxito lo logró en el tánica en Jordania salvó a la monarquía en un momento en que su caída hubiese produ-
Líbano, donde, más por cortesía que por entusiasmo, un líder cristiano concertó el cido desórdenes dejando al país a merced de un ataque de Israel. En el Líbano había ya
acuerdo pertinente e iba a lamentar más tarde esta decisión. El rey Saud de Arabia Sau- una guerra civil en curso que estaba amenazando el equilibrio religioso en que se habían
dí tuvo también una actitud cortés y realizó una visita a Washington, pero eludió la fir- basado durante décadas la vida y la prosperidad del país. El gobierno libanés había recu-
ma de acuerdo alguno. En Jordania hubo disturbios antiestadounidenses. La doctrina rrido a las Naciones Unidas en mayo, pero para el mes de julio, fecha en que se produjo
Eisenhower era una nueva versión del antiguo plan de construir un frente antisoviéti· la revolución en lrak, los peligros de una creciente lucha civil y religiosa habían llegado
co en Oriente Medio, y su fracaso se debió a la difusión del neutralismo entre los ára- a ser tan grandes que los marines enviados allí por el presidente Eisenhower fueron reci-
bes que, especialmente después de la lección de la guerra de Suez, se dieron cuenta de bidos favorablemente por una amplia mayoría. En ambos países la intervención extran-
que no estaban ya indefensos frente a las grandes potencias extranjeras y de que la jera fue, pues, un factor estabilizador que no se recriminó a los países interviniéntes, espe-
decadencia de Gran Bretaña no iría seguida de ninguna otra nueva dominación extran- cialmente por haberse esforzado éstos en retirarse rápidamente con la ayuda de
jera. Hammarskjold. En el Líbano un nuevo presidente, el general Fuad Shehab, miembro de
una antigua familia maronita, logró restablecer el equilibrio tradicional del país.
La revolución de Bagdad parecía a primera vista un eslabón más en la cada vez más
LA REVOLUCIÓN IRAQU! larga cadena de oportunidades para los rusos en la que había que incluir la hostilidad ára-
be al Pacto de Bagdad, el convenio de armamento checo, la guerra de Suez, la finan-
Durante los últimos años de la década de los cincuenta, estadounidenses y rusos ciación de la presa de Asuán, la asistencia rusa a la conferencia afroasiática de El Cairo
hubieron de aprenderse bien esta lección. Para los rusos la prueba se presentó en Siria y en diciembre de 1957, y una visita realizada por Nasser a la URSS en abril-mayo de 1958.
luego, de manera más decisiva, en Irak, donde los acontecimientos parecían ofrecer lrak abandonó el Pacto de Bagdad (que fue rebautizado con el nombre de Organización
oportunidades para la intervención según el modelo clásico pero que trajeron, por el del Tratado Central-CENTO-y que trasladó su sede a Ankara). Pero el propio Kassim
contrario, desilusión. Los trastornos ocurridos en estos dos países dieron a Moscú la posi- no era comunista y su mandato, que duró hasta que fue asesinado en febrero de 1963, se
bilidad de establecer alianzas e incluso bases en Oriente Medio desde las que poder ejer- vio obstaculizado por una ineficacia general y por incitar a una revuelta kurda en el nor-
cer el poder a la manera imperialista. Siria, de donde en 1957 llegaban informes de un te. Dependía en parte de los comunistas pero obtuvo un éxito mucho menor que Sukar-
comunismo en expansión, concertó acuerdos de naturaleza tanto económica como .mili- no, en circunstancias similares, en la tarea de desenvolverse entre las fuerzas comunistas
tar con la URSS, expulsó a tres diplomáticos estadounidenses y llevó a cabo una depu- y nacionalistas -mutuamente hostiles- que le habían llevado al poder y, tras un período
ración en el ejército. Turquía, inquieta por estos alarmantes indicios, concentró fuerzas de gran caos, los comunistas no lograron consolidar ni mejorar su posición ventajosa e
en sus fronteras meridionales. Egipto envió tropas que fueron aclamadas a su llegada a Irak se convirtió también en un Estado más o menos neutralista en el que la URSS era
Damasco. Durante un tiempo la tensión disminuyó, pero en enero de 1958 algunos ofi- tan mal acogida como cualquier otra gran potencia. Los rusos, que habían t.enido cuida-
ciales sirios fueron a Egipto y pidieron a Nasser que declarase una unión entre los dos do de no ofender a los nacionalistas comprometiéndose con los comunistas, tuvieron que
países para evitar la toma del poder por los comunistas en Damasco. Entre los naciona- tragarse su desilusión y se adaptaron al temperamento del mundo árabe. Volvieron tam-
listas panárabes del partido sirio Baath había cundido la alarma ante la creciente bién a un terreno que les era más familiar. En 1959 trataron de inducir sin éxito al sha
influencia de los rusos y del principal y un tanto solitario comunista sirio Khaled Bak- de Irán a abandonar el campo occidental, y comenzaron a mostrar interés por mejorar
dash. Puesto que preferían antes a los egipcios que a los comunistas, instigaron una juga- sus relaciones con Turquía tras la caída de Menderes en 1960, intento éste en el que iban
da política que Nasser, aunque turbado y vacilante, no se sintió capaz de rechazar al ser- a ser ayudados más tarde por la decepción de Turquía ante la negativa estadounidense a
le presentado el argumento de que una negativa egipcia no dejaría alternativa al permitir la invasión turca de Chipre. La URSS reconoció a Kuwait en 1963 y a Jordania
comunismo. El 1 de febrero de 1958 se proclamó la creación de una República Árabe en 1964, y la presencia de Kruschev en la inauguración de la presa de Asuán en 1964
Unida, compuesta por Egipto y Siria. Yemen quedó más o menos vinculado a ella en reafirmó la utilidad de la presencia rusa en el mundo árabe.
marzo. La revolución iraquí provocó también la intervención de China en los asuntos de
Los monarcas hachemitas de Irak y Jordania respondieron constituyendo una Federa- Oriente Medio o, según la terminología china, Asia occidental. Hasta este momento, los
ción Árabe. Esta unión fue, no obstante, poco sólida y de corta duración, puesto que el intereses estadounidenses y rusos en Oriente Medio habían sido abiertamente antagóni-
14 de julio de aquel mismo año el rey Feisal 11, el ex regente y otros miembros de la fami- cos. La política rusa en Irán en 1945, por una parte, y, por otra, la doctrina Truman, el
lia real, así como Nuri al-Said, fueron asesinados en el curso de un levantamiento militar Pacto de Bagdad, las bases americanas en Dhahran (Arabia Saudí} y en Weelus Field
dirigido por los generales Aref y Kassim. Entre los revolucionarios había comunistas cuya (Libia}, y la VI Flota de los EE.UU. en el Mediterráneo, hicieron que Oriente Medio
presencia en los órganos del poder alarmó a Occidente y complació a los rusos. Los esta- pareciese un anexo de la guerra fría. En 1956, sin embargo, estadounidenses y rusos se
dounidenses y los británicos, consternados por esta revolución en el corazón del Pacto de habían puesto de acuerdo sobre la necesidad de desbaratar los planes de los británicos y

342 343
los franceses en Suez, y los rusos habían propuesto incluso una acción conjunta ruso-esta- Egipto. La unión con Siria no fue un éxito: Egipto y Siria no tenían fronteras comunes;
dounidense; y, en la situación creada tras la revolución iraquí de 1958 surgió cierta pers- Nasser y el Baas tenían muy poco en común al margen de un socialismo superficial, y la
pectiva de un acuerdo expreso o tácito entre las dos superpotencias, un reconocimiento afluencia de egipcios a Siria y la política de Nasser de reforma agraria y de obligar a todos
de que las dos tenían legítimos intereses en Oriente Medio y que algunos de estos inte- los partidos políticos a fundirse en un único movimiento o frente, crearon tensiones en
reses podían ser coincidentes. Este acuerdo no fue del agrado de los chinos, y cuando se una unión que había sido desde el principio un casamiento a la fuerza; los sirios cam-
propuso una conferencia internacional sobre asuntos de Oriente Medio, Pekín se opuso biaron de dirección y volvieron a la idea de que una unión con lrak les convenía más
a que tuviese lugar dicha conferencia sin la participación china. La conferencia no llegó (especialmente después de que el Baas iraquí ayudase a expulsar a Kassim). En 1961 una
a celebrarse nunca. Aunque la eficacia c;hina en Oriente Medio era mínima, China revolución derechista de corta vida en Siria provocó la disolución de la unión.
comenzó a aventurarse en esa zona en 1958. Mantuvo una política exclusivista al con- En Yemen, vagamente vinculado a la República Árabe Unida de.sde el principio, un
ceder apoyo por su cuenta a los comunistas iraquíes cuando, sin embargo, los rusos abo- intento de derrocar el imanato e instaurar una república condujo a una guerra civil en la
gaban por una política de bloque; defendió a los comunistas encarcelados en Egipto, que Nasser respaldó al líder republicano y general de brigada Salla!, sin darse cuenta de
asunto al que los rusos estaban haciendo oídos sordos; prestó cierta ayuda a los republi- que de esta forma se estaba complicando y embrollando en los asuntos del Yemen por un
canos del Yemen¡ y, adoptando una actitud más antiisraelí que los rusos, China recibió período de varios años y destinando finalmente tropas cuya cifra ascendió a la friolera de
al líder palestino árabe Ahmed Shuqueiri en Pekín casi con los honores de un jefe de unos 50.000 ó 60.000 soldados. El imán era por otra parte ayudado por Arabia Saudí, de
Estadoy le prometió ayuda militar. Zhou En-lai visitó El Cairo en diciembre de 1963 y modo que la guena civil yemení empezó a adquirir el carácter de una contienda entre dos
de nuevo en abril de 1965. Pero los chinos no demostraron ser mucho más estimados que de los principales estados árabes. Transcurridos dos años, ambos contendientes considera-
otros extranjeros. ron infructuoso el esfuerzo bélico y en 1965 Nasser viajó a la capital saudí de Riyadh para
Dentro del propio mundo árabe, la revolución iraquí, de la que se esperaba equivoca- reunirse con el rey Faysal (un miembro de la casa real relativamente progresista que había
damente que adelantara la desaparición de la monarquía jordana, creó un nuevo mode- desplazado a su hermano Saud el año anterior), puso fin a la guerra civil e incluso llevó a
lo, transformando a lrak de monarquía tradicional en república revolucionaria. Pero el cabo una aproximación entre Egipto y Arabia Saudí, protagonistas, respectivamente, de
derrocamiento de la monarquía dio lugar a décadas de inestabilidad política en las que las tendencias opuestas socialista y tradicionalista en el mundo árabe. A comienzos de
los polítii:os civiles y el poder militar predominante padecían disensiones internas ade- este mismo año, Nasser había iniciado también un acercamiento a Jordania.
más de estar enfrentados entre sí. Los primeros líderes civiles, Abdul Karim Kassim y Este resurgimiento del tema de la unidad árabe probablemente se debía por lo menos
Abdul Salem Aref, eran mutuamente hostiles y mantenían diferencias sobre muchos tanto al temor en relación con los planes de Israel de desviar las aguas del río Jordán como
temas,_ principalmente las relaciones con el Egipto de Nasser y con la floreciente Repú- al cansancio bélico en el Yemen. Un proyecto estadounidense en 1955 para una distri·
blica Arabe Unida. El Baas, uno de los principales partidos civiles, era hostil a Kassim, y bución equitativa de estas valiosas aguas había sido rechazado por los árabes utilizando
éste intentó por ello utilizar a los comunistas para contrarrestarlo, pero fracasó. El Baas para ello argumentos políticos, después de lo cual Israel había comenzado a construir
intentó matar a Kassim en 1959, consiguió su destitución en 1963 y nombró a Aref, más obras de ingeniería que llevarían el agua desde la región de Galilea en el norte hasta el
como figura decorativa que ejecutiva, para la presidencia. Un año más tarde, sin embar- desierto del Néguev en el sur. Israel sostenía que la cantidad de agua que debía extraerse
go, Aref se hizo con plenos poderes en un régimen militar abierto. En 1966 murió en de la corriente principal del Jordán no excedería el cupo asignado a Israel en el plan de
accidente y le sucedió su hermano Abdul Rahman Aref, menos firme que él. Al cabo de 1955 ni dejaría la cuenca inferior del río con un nivel de salinidad indebido. Los árabes
otros dos años el Baas retomó el poder, decidido a corregir el equilibrio entre civiles y negaban la veracidad de ambas afirmaciones. T~mbién se dieron cuenta de que las obras
militares, si bien bajo la presidencia del general Hassan Bakr. Pero los políticos del Baas de ingeniería israelíes entrarían en funcionamiento en 1964 y en enero de ese año con-
fracasaron. Apoyado por el nuevo presidente, Saddam Hussein se dispuso a crear un vocaron una conferencia en El Cairo, a la que asistieron tanto las monarquías tradicio-
poderoso y moderno ejército profesional, y a convertir a lrak en una autocracia totalita· nalistas como las repúblicas progresistas para concertar medidas de respuesta. Estas medi-
ria controlada por él mismo y por su extensa familia. Los planes de Saddam Hussein para das comprendían el desvío de dos de los afluentes del Jordán, el Hashani, en el Líbano, y
lrak no eran, sin embargo, meramente familiares, ya que también aspiraba a emplear la el Banias, en Siria, este último en puntos a la vista y al alcance de la frontera israelí;
base de su poder personal como motor de una nación-Estado que se convirtiera en actor incluían también la creación de un alto mando árabe conjunto que, con una ambivalen-
principal en Oriente Medio, a través del poder militar, de la riqueza económica y del sen· cia provechosa, podía interpretarse bien como un medio de evitar ataques israelíes en los
timiento nacionalista; durante unos años intentó atraer a chiítas y sunníes. lugares donde se efectuaban las obras de Banias, o bien como una forma disimulada de
impedir que los sirios -los más imprevisibles y volubles de los aliados árabes-- emprendie-
sen alguna acción por su propia cuenta; y, en tercer lugar, las medidas árabes en respues-
EL DECLIVE DE NASSER ta a los israelíes incluían la promoción de los árabes palestinos a una condición que se
aproximaba al status soberano, con una Organización de Liberación, un ejército y un
En el transcurso de los primeros años de la década de los sesenta, el prestigio de Nas· cuartel general en Gaza.
ser comenzó su declive desde el punto culminante alcanzado después de Suez. La caída Esta unidad de los países árabes era, sin embargo, imperfecta. Para el rey Hussein
de la rama más antigua de la casa real hachemita no había reportado ninguna ventaja a las pretensiones de los palestinos suponían una amenaza de desmembración del Esta·

344 345
do jordano y de destrucción de la monarquía. Siria, Líbano y Jordania se oponían a la Las maniobras egipcias que dieron lugar al inicio de la tercera fase de la guerra fue-
idea de tener tropas egipcias estacionadas en sus territorios. Faysal resultó ser un ron impulsadas en gran medida por la situación de la política siria. El partido Baas, fun-
dudoso aliado. No sólo se quedó en nada el acuerdo de 1965 sobre el Yemen, sino que dado en Siria a comienzos de los años cuarenta como un movimiento panárabe partida-
Faysal comenzó a crear un bloque tradicionalista o islámico dentro del mundo musul. rio de un socialismo laico y de tibias reformas -no antirreligioso pero sí opuesto a la
mán. Realizó visitas al sha de Irán y a Hussein y solicitó armamento a Occidente en injerencia de los mullahs en la política y al fanatismo de todo tipo- se había fundido en
cantidades alarmantes. Así pues, a pesar de las conferencias panárabes de Alejandría 1950 con el Partido Socialista árabe, de izquierdas. Se disolvió (en Siria) en 1958 tras la
en 1964 y de Casablanca en 1965, la unidad árabe y el papel de Nasser como líder y unión con Egipto, pero estaba aliado con un grupo del ejército dirigido por el general
promotor de la misma se vieron debilitados en estos años. Salah Jedid, un alawí. Los alauitas, grupo derivado de los chiítas, una de las principales
comunidades de Siria, fuertes en la parte occidental del país, de los que desconfiaban los
ortodoxos sunníes, los drusos y los cristianos, habían sido favorecidos por Francia duran·
1967: LA TERCERA FASE te su mandato. El grupo alawí, dominante en el ejército, estableció una activa asociación
con los civiles del Baas¡ los elementos marxistas y ateos del ala izquierdista del Baas per-
En la década posterior a la guerra de 1956, Israel disfrutó de sus ganancias sin confir- turbaron esta asociación pero, por otra parte, a los líderes militares les resultaba conve-
marlas. La tranquilidad de la frontera egipcia conseguida con la extirpación de los feda- niente la inclinación antiparlamentaria de esta ala izquierdista y se las ingeniaron en
yines se mantuvo, y durante algún tiempo también estuvieron tranquilas el resto de las cualquier caso para conseguir el control de gran parte de la organización provincial del
fronteras de Israel. Eilat floreció, creciendo hasta convertirse en un próspero puerto de Baas. En 1996, Jedid dirigió un golpe militar pero perdió gradualmente terreno frente a
más de U.000 habitantes, cuando antes no era más que una pequeña ciudad de menos su ministro de Defensa, más sutil, el general Haffiz Assad. En 1970, Siria se encontraba
de 1.000, y manteniendo relaciones comerciales con una gran parte del mundo al tiem- en un dilema (especialmente grave, ya que no tenía más aliados que Argelia) debido al
po que hacía inofensivo el permanente bloqueo del canal de Suez. El belicoso espíritu de conflicto entre el rey Hussein de Jordania y su ejército, por un lado, y los palestinos,
Israel también se mantuvo, lo que unido a su capacidad técnica le situaron en posición acampados en Jordania y de quienes se sospechaba que pretendían tomar el país, por
de convertirse en una potencia nuclear si así lo deseaba. Aunque los árabes continuaron otro. Los palestinos pidieron la ayuda siria, algo que Jedid estaba deseoso de conceder.
hablando sin cesar de eliminar a Israel, algunos creían que era sólo una máscara que encu- Assad, sin embargo, más circunspecto, envió tanques, pero no aviación, y los jordanos
bría la secreta convicción de que Israel estaba allí y allí se quedaría. La confianza de consiguieron frenar a los desprotegidos tanques y obligarlos a retroceder. Mientras Jedid
Israel en su propia fuerza y las divisiones de sus enemigos se vieron reforzadas en un segun- intentó culpar de esta humillación a Assad, éste dio un golpe de Estado, encarceló a
do momento por la continuación de la alianza franco-israelí que había precedido a la gue· Jedid, y lo mantuvo en prisión hasta su muerte, veinte años más tarde.
rra de 1956 y por los nuevos compromisos de Estados Unidos y Gran Bretaña, así como Al mismo tiempo, Jedid se vio amenazado por el escándalo provocado por la publi-
de Francia, que vinieron a continuación. Estos estados declararon en marzo de 1957 que cación de un artículo ateo que originó manifestaciones contra su gobierno. Impaciente
consideraban el estrecho de Tirán como una vía navegable internacional y que tomarían por desviar estos ataques, el gobierno trató de echar la culpa a los sionistas y a los esta·
medidas para asegurar el libre tránsito a través de él hasta el golfo de Aqaba. (Los estre· dounidenses, a los que acusó de inventar mentiras para destruirlo. Los rusos, alarmados
chos eran indudablemente aguas territoriales pero el derecho internacional exigía a las ante la posibilidad de que la caída de Jedid acarrease una reacción conservadora, fornen·
potencias ribereñas que permitieran el tránsito inofensivo a todos los navíos a través de taron la historia de que Siria era víctima de una amenaza exterior. Lo mismo hicieron
dichos estrechos si éstos conducían a aguas no territoriales o al territorio de otro Estado.) por razones semejantes los palestinos. El grito de alarma cundió y fue recogido por todo
Hasta 1967, por tanto, hubo ciertas esperanzas de que la tercera fase del conflicto ára· el mundo árabe, e incluso los reyes faysal y Hussein fueron inducidos a protestar y pro-
be-israelí pudiera aplazarse sine die, pero al llegar ese año las crecientes amenazas de Siria metieron ayuda. Se habló de que Israel había trasladado tropas a la frontera siria; noti-
y de la organización terrorista Al Fatah apoyada por Siria habían modificado el clima. cia que en un principio se pensó que habría llegado a Siria desde el Líbano, pero es posi-
Un ataque israelí sobre Siria, que conduciría posiblemente a una guerra tanto con Siria ble que fueran los rusos los que se la comunicaran a los sirios. En Israel, el embajador
como con Egipto, llegó a ser un asunto sobre el que se especuló. La respuesta de Israel a soviético rechazó una invitación para ir al lugar de la supuesta concentración de tropas
las incursiones de Al Fatah, que comenzaron en 1956, fue la de represalias masivas y a la y comprobar por sí mismo que no se había producido ningún movimiento.
luz del día con unidades regulares del ejército contra pueblos de Jordania y del Líbano En este clamor, Nasser no había ocupado en absoluto el primer puesto. No le gus·
desde los que se habían acometido estas incursiones. Las embestidas y ataques empren· taba el gobierno sirio pero no podía mantener una actitud contraria a la corriente del
didos a través de la frontera siria presentaban mayores problemas porque la configuración sentimiento árabe y, como en 1958, no estaba bien informado de cuál era la verdade-
del terreno favorecía a los sirios y también porque no existían objetivos limitados y espe· ra situación dentro de Siria y temía que el gobierno de este país estuviera realmente
cíficos para las fuerzas israelíes¡ una expedición dentro de Siria hubiera constituido una a punto de caer y de ser sustituido por otro que le gustase todavía menos. Su prestigio
abierta promenade militaire sin una meta precisa que no fuera Damasco. El peso de las en el mundo árabe se había visto disminuido durante los últimos años, sobre todo
medidas que Israel llevó a cabo como respuesta recayó por tanto sobre Jordania, funda- como consecuencia de su fallida aventura yemení¡ jordanos y saudíes le reprochaban
mentalmente en el curso de una incursión al pueblo de Es Samu, en noviembre de 1966, sarcásticamente su inactividad; poco a poco se convenció de que debía hacer algo, así
en la que dieciocho jordanos resultaron muertos y gran parte de la ciudad destruida. que salió a la palestra. El 16 de mayo presentó una demanda de retirada de la Fuerza

346 347
de Emergencia de la ONU (UNEF) que había permanecido en el Sinaí desde 1957, la UNEF en suelo egipcio mediante un acuerdo mutuo. Por otro lado se habló de que
y envió tropas para hostigar las posiciones de la ONU. Dos días después, al haber sido esta limitación -si es que se pretendía y hasta donde se pretendiese- únicamente tenía
rechazada su demanda por el comandante de la ONU que alegó no tener autoridad validez en tanto en cuanto la UNEF estuviera cumpliendo su función original de lograr
para considerarla, Nasser reiteró la misma petición a U Thant. Tras consultar a su el cese de las hostilidades de 1956-1957, función que indudablemente había concluido
comité de asesoramiento sobre la UNEF, U Thant accedió, y el día 23 las fuerzas de mucho antes de 1967. (Nunca formó parte del papel de la UNEF el mantener abierto
la ONU se retiraron en Sharm esh-Sheikh, dejando a Egipto con el control del estre- el estrecho de Tirán. Si era de alguien esta obligación, lo era de las potencias occiden-
cho de Tirán. El día anterior, Nasser había declarado que el estrecho se cerraría para tales.) Pero cualquiera que pudiera ser la correcta interpretación de los documentos per-
los barcos en los que ondease bandera israelí y para el contrabando de guerra en cual- tinentes, U Thant tenía que considerar también las cuestiones prácticas. Las opiniones
quier barco (pero no para el comercio israelí en barcos no israelíes). de su Consejo de Asesoramiento estaban divididas, las fuerzas de la ONU en campaña
las maniobras de estos días crearon un claro peligro de guerra entre Egipto e Israel. estaban siendo forzadas a abandonar sus posiciones, dos de los gobiernos que propor-
Los problemas de Siria se rebasaron. En 1957, Israel se había retirado de Sharm esh- cionaban las fuerzas indicaron que se retirarían cualquiera que fuese la decisión de
Sheikh confiando en las promesas occidentales de que se garantizaría el libre tránsito a U Thant. En estas circunstancias no parece que a U Thant le quedase otra salida. Aún
través del estrecho, cuya apertura había sido uno de los primordiales objetivos de Israel al admitiendo que su actitud fuese evasiva y dilatoria, como mantenían algunos de los que
emprender la guerra contra Egipto en octubre de 1956. Israel había declarado que el cie- le criticaban, lo cierto es que de otra forma probablement1~ no hubiera hecho otra cosa
rre del estrecho constituiría un casus belli y el día que las tropas de la ONU se marcharon, más que conseguir que sucumbiesen parte de sus propias fuerzas.
el primer ministro israelí, Levi Eshkol, hizo un llamamiento público a las potencias occi- Las nuevas conquistas de Israel proporcionaron mayor seguridad al país. Aunque su
dentales para que cumplieran la garantía. Washington y Lóndres publicaron relaciones territorio era ahora mucho mayor, sus fronteras eran más cortas y más fáciles de defender.
sobre vías navegables internacionales y el ministro británico de Asuntos Exteriores, Sus tropas se quedaron junto al canal de Suez y el estrecho de Tirán, mientras en el norte
George Brown, presentó una declaración marítima cuya conexión con la c.risis parecía, los imponentes Altos del Galán pasaron de manos sirias a manos israelíes. Pero para la
sin embargo, remota. De Gaulle propuso conversaciones cuatripartitas, pero los rusos las mayoría de los israelíes (aunque cada vez menos, con el paso del tiempo) el objetivo de
rechazaron. En las primeras horas de la mañana del día 26, el embajador soviético en El este nuevo territorio no era mantenerlo, sino utilizarlo para negociar. Israel esperaba tener
Cairo sacó a Nasser de la cama para advertirle que se anduviera con cuidado, pero las ahora el poder necesario para obligar a sus vecinos a acordar la paz y a reconocer un Esta·
maniobras egipcias habían originado una ola de entusiasmo y de insensato optimismo en do de Israel con fronteras definidas no muy distintas a las de antes de la guerra. Dejando
el mundo árabe que llevó a Nasser aún más lejos. El rey Hussein llegó a El Cairo para aparte los detalles estratégicos, la única ganancia a la que Israel tenía la intención de afe-
hacer las paces con Nasser, se firmó un pacto defensivo y se estableció un mando con- rrarse con una tenacidad innegociable era Jerusalén, la vieja ciudad cargada de emoción.
junto, lrak se unió al pacto pocos días después, tropas egipcias se trasladaron a Jordania. Durante algunos meses esta actitud prevaleció pero no se vio respaldada por ninguna
Israel, que había observado las primeras maniobras de Egipto con serenidad, llegó a la acción efectiva, a pesar de que muchos observadores pensaban que Egipto y Jordania
conclusión de que el peligro de guerra era real y unas horas después de que lrak entrase a habían dado señales de buena voluntad para negociar. En agosto, los dirigentes árabes se
formar parte del pacto egipcio-jordano -tras demorarse, en parte a causa de las presiones reunieron en Jartum. Arabia Saudí y Kuwait acordaron compensar a Egipto por las pér-
estadounidenses, más de lo que algunos miembros del gabinete juzgaban prudente- ases- didas derivadas del cierre del canal y a Jordania por las ocasionadas con la conquista de
tó el primer golpe. La victoria israelí fue inmediata y total. Aunque desde entonces se todo su territorio al oeste del río Jordán. Entre otros ingresos, se les indemnizaría con las
designó esta guerra con el nombre de Guerra de los Seis Días, de hecho Israel derrotó tan- rentas públicas procedentes de los turistas y de los peregrinos que visitasen Jerusalén. A
to a Egipto como a Jordania en un plazo de dos días, anexionándose Jerusalén y ocupan- cambio, Egipto aceptó salir de Yemen y no armar mucho alboroto en relación con la reti-
do todo el territorio jordano al oeste del río Jordán y la pení~ula del Sinaí en su totali- rada del ineficaz y oneroso boicot que los países productores de petróleo habían impues-
dad. Siria fue castigada más tarde pero no menos rápidamente. Nasser, que había vuelto to a los consumidores occidentales. Se dio autorización de fomia oficiosa para que, por
al centro de la escena sólo para hundirse y fracasar de manera más humillante que Faruq separado y con carácter secreto, Jordania llevase a cabo conversaciones con Israel. Se
veinte años antes, dimitió, pero se encontraron (y fueron ejecutadas) varias cabezas de sometieron a discusión diversos términos de paz, incluidos el libre tránsito para la bande-
turco, de fomia que Nasser pudo sobrevivir para acabar por caer en una guerra posterior. ra israelí a través del estrecho de Tirán y del canal de Suez y el posible reconocimiento
Se ha debatido mucho la cuestión de la COITección legal y las consecuencias políti- egipcio de Israel. Pero este acercamiento por partes no satisfizo a Israel, que continuó
cas de la decisión de U Thant de proceder a la evacuación de la UNEF y de hacerlo de inflexiblemente resuelto a la celebración de una conferencia formal de paz y a llevar a
forma apresurada. La UNEF se había desplegado con el acuerdo de Egipto, el cual era cabo negociaciones directas árabe-israelíes sin intermediarios (en oposición a la llamada
necesario desde el momento en que la operación se emprendió en virtud del capítu· fórmula Rhodes según la cual las partes habrían de comunicarse entre sí a través de la
lo VI y no VII de la Carta de las Naciones Unidas. Pero Hammarskjold había hecho un ONU o de otro mediador). La lucha comenzó de nuevo. La URSS, que había perdido
pacto con Nasser y se suscitó la cuestión de si, mediante este acuerdo, Nasser había prestigio así como, de manera indirecta, material bélico, decidió proceder al rearme de
hecho en alguna medida dejación del derecho soberano de Egipto a exigir la retirada de Egipto. En octubre, los egipcios hundieron un destructor israelí utilizando armas rusas. Al
dicha fuerza. Se ha alegado por un lado que el sentido y finalidad de la corresponden- verse incrementado el intercambio de ataques de un lado a otro del canal, Israel resolvió
cia Nasser-Hammarskjéild era hacer que sólo se pudiera poner fin al estacionamiento de obligar a Egipto a volver a un alto el fuego amenazando con profundas y masivas repre-

348 349
salias, pero Egipto, en lugar de aceptar, pidió a los rusos y obtuvo de ellos más ayuda. La statu quo¡ y el resurgimiento de un poderío palestino independiente, hostil a gobiernos
posición rusa en Egipto se vio fortalecida; los estadounidenses por consiguiente se alar· árabes que mantenían relaciones amistosas con la URSS, y en parte sustentado por Chi-
maron. na, amenazaba con complicar los problemas diplomáticos de Moscú si no se alcanzaba
En el frente jordano, los principales cambios efectuados por la guerra fueron, además la paz. Moscú deseaba también la reapertura del cánal para el paso de suministros a Viet-
del desplazamiento de la frontera, la afluencia de más de 250.000 refugiados palestinos nam del Norte y para su flotilla en el océano Indico. Francia, que no dependía ya del
a Jordania, una organización más efectiva de las fuerzas guerrilleras palestinas y, como petróleo de Oriente Medio tras la apertura de los yacimientos petrolíferos de Argelia y
consecuencia, la conversión de Jordania en un blanco esencial de los ataques israelíes. Libia, había conseguido salir de la órbita israelí en la que el gobierno Mollet le había
El humillante hundimiento de los ejércitos regulares de los estados árabes había inten· introducido y, alarmada por el crecimiento del poderío naval ruso en el Mediterráneo
sificado la creencia de los palestinos de que era inútil contar con estos estados para la oriental y (presumiblemente) en el Mediterráneo occidental, trató de romper el mono·
recuperación de los territorios y derechos que habían perdido en Palestina. Decidieron polio soviético en el mundo árabe y dar a los árabes cierta libertad de maniobra diplo·
valerse por sí mismos y, puesto que su causa ejercía un compulsivo atractivo emocional mática y comercial ofreciéndose a vender armas a Irak y a Libia. Del mismo modo que
sobre todo el mundo árabe, disfrutaron de un grado de influencia política en las capita· en 1956, también en 1967 la preocupación primordial de Francia en Oriente Medio era
les árabes desproporcionado en relación con su efectividad militar y se creyeron en situa- la de las implicaciones que los acontencimientos que allí se desarrollasen pudieran tener
ción de obstaculizar propuestas de reconciliación con Israel que no se ajustasen a sus en el equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo occidental. Gran Bretaña, todavía depen-
demandas irredentistas. Su principal arma era la amenaza de desintegración del reino de diente del petróleo de Oriente Medio y aún involucrada en el Golfo Pérsico, quería la
Jordania donde, además de constituir más de la mitad de la población, contaban ahora paz en términos generales y en particular por las ventajas comerciales que se derivarían
también con fuerzas armadas. Militarmente no suponían una seria amenaza para Israel de la reapertura del canal. Pero la resolución de noviembre de 1967 no dio fruto.
-una razón más por la que tenían que perseguir sus objetiv~s amenazando a Jordania- En 1968-1969 se inició una guerra de desgaste en el frente de Suez a la que Israel deci-
pero las tácticas de su guerrilla provocaron represalias de Israel contra los países que les dió poner fin, a comienzos de 1970, mediante incursiones aéreas a Egipto que llegaron a
daban asilo. En 1968, una facción de los palestinos empezó a secuestrar aviones. En julio, tan sólo unas millas de El Cairo. Esta tactica fracasó porque condujo a la URSS a refor-
el avión de las líneas aéreas israelíes El Al fue obligado a aterrizar en Argel, donde se zar las defensas de Egipto con misiles y pilotos rusos y dotaciones de proyectiles: al final
retuvo a los pasajeros israelíes hasta ser finalmente liberados por mediación italiana y, en del año, la URSS había estacionado en Egipto a 200 pilotos y a unos 15.000 hombres
diciembre, las fuerzas aéreas israelíes destruyeron trece aviones en tierra, en Beirut, como encargados de los misiles, y estaba abasteciendo de personal a 80 bases de misiles, ade-
respuesta a un ataque palestino a otro avión de El Al en Atenas. más de las bases anteriores dotadas de personal egipcio pero equipadas también con misi-
En noviembre de 1967, Gran Bretaña había logrado obtener el apoyo de Estados les soviéticos. Israel se vio obligada a desistir. El combate quedó limitado una vez más al
Unidos, la URSS y Francia para aprobar una resolución del Consejo de Seguridad que canal y sus alrededores. Estados Unidos y la URSS presionaron a sus clientes para que
condenaba la adquisición de territorios por la fuerza, exigía a Israel que abandonara comenzasen a dialogar en vez de luchar. Israel aceptó dialogar sobre la base de una reti-
las tierras recientemente conquistadas y abogaba por un arreglo que incluiría el reco· rada a los límites anteriores a 1967 y Nasser afirmó que Egipto reconocería a Israel. Los
nacimiento de Israel y un trato justo para los refugiados palestinos. Esta resolución israelíes aceptaron que las conversaciones pudiesen ser indirectas (a través de un nego-
(242/67) fue aceptada por los árabes (con la excepción de Siria) tras ciertas dudas; ciador de la ONU, el embajador sueco Gunnar Jarring) o directas. En junio, por consi·
Israel la rechazó. Esta desacostumbrada solidaridad entre las mayores potencias -que guiente, el secretario de Estado estadounidense William Rogers presentó un plan para el
Francia había propiciado infructuosamente desde hacía tiempo- se vio facilitada por alto el fuego como paso previo a negociaciones indirectas cuyo objetivo era una retirada
el miedo de Washington y Moscú de verse luchando en lados opuestos en un conflicto israelí y un reconocimiento egipcio de Israel. A este último país no le s~tisfizo este plan,
armado que, afortunadamente para ambas, sólo duró seis días. Las dos superpotencias ni tampoco a los palestinos; Nasser lo rechazó. Pero en el mes de julio Nasser pasó d.os
deseaban la paz en Oriente Medio. Mientras durase el estado de guerra, los estadouni· semanas en Moscú y tanto Egipto como Israel aceptaron la idea de un alto el fuego. En
denses estarían comprometidos, si bien en una medida indeterminada, con Israel, y agosto se alcanzó un acuerdo de cese de hostilidades y alto el fuego de nueve días; en un
por consiguiente incapacitados para mejorar sus relaciones con los estados árabes. Por área de 50 kilómetros a ambos lados del canal se detendrían los combates y no serían
su parte, los rusos podrían mejorar enormemente su posición como potencia de introducidas nuevas unidades; las conversaciones comenzarían bajo los auspicios de
Oriente Medio y perfeccionar las instalaciones y servicios militares que tenían allí. Jarring. El acuerdo se renovó en noviembre y de nuevo en febrero de 1971, pero fue
El cese de la ayuda estadounidense a Egipto en 1966 (incluidos alimentos gratuitos inmediatamente infringido por Egipto, que desplazó misiles a la zona de alto el fuego.
en virtud de la Ley Pública 480) había arrojado a este país en los brazos de la URSS antes Israel respondió abandonando las conversaciones Jarring, y solicitando ayuda estadouni·
incluso de los desastres de la campaña de 1967, y había permitido de esa forma a Mos· dense masiva. Obtuvo sólo parte de sus demandas, se indignó con Washington y se vio
cú llevar a su punto culminante la conquista de posiciones ventajosas que había comen· obligada a volver a las conversaciones antes de que hubiese finalizado el año.
zado después de que Eden, con su adhesión al Pacto de Bagdad, y Ben Gurión, con la Estas conversaciones alarmaron enormemente a los palestinos, que previeron un
incursión de Gaza de 1955, hubiesen dado origen a la alianza ruso-egipcia. Los benefi- acuerdo egipcio-israelí, seguido quizá de un acuerdo jordano-israelí, que les dejaría a
cios obtenidos en este breve período hicieron que los rusos se interesaran por la esta· ellos al margen. Decidieron hacer que los debates se fueran a pique y no prosperasen.
bilidad de Oriente Medio, donde habían llegado a ser algo así como una potencia del El Frente Popular para la Liberación de Palestina del doctor George Habash, un gru·

350 351
po reducido -pero activo y extremista- de entre más o menos una docena de organi· izquierda- que constituían claros e inequívocos centros de poder. Fueron suprimidos casi
zaciones palestinas distintas, secuestró cuatro aviones de línea estadounidenses y bri- tan rápidamente como los pachás del antiguo orden. Se prohibieron los partidos políti·
tánicos, retuvo como rehenes a los pasajeros y a la tripulación e incendió los aviones. cos. Nasser desbancó al líder nominal del golpe, Naguib, que se hizo sospechoso de no
En Ammán, el rey Hussein, cediendo a las presiones de sus consejeros antipalestinos ser suficientemente implacable con algunas elites prerrevolucionarias. Antes de 1954, la
radicales, optó por someter a una prueba de fuerza a los palestinos, que estaban con· posición de Nasser se había consolidado. En ese año consiguió los objetivos nacionales
virtiendo su país y su capital en un campamento armado y exponiéndolo a los ataques de Egipto al negociar con Gran Bretaña la retirada de las fuerzas británicas de la zona del
enemigos. Hussein puso de manifiesto el poder de su ejército, que causó muchas bajas canal y la supresión de su dominio en Sudán. Parecía haber llegado el momento para las
a los palestinos, pero conmocionó al mundo árabe con el espectáculo de una guerra reformas económicas que convertirían el golpe de 1952 en una auténtica revolución.
fratricida y hubo de sufrir un desaire político al restaurarse la paz mediante la inter- La economía egipcia era débil en el interior y en el exterior. Egipto disponía de esca-
vención de otros estados árabes (fundamentalmente de Siria, que invadió Jordania) y sísima tierra cultivable, una economía de monocultivo (algodón), una agricultura estan·
tener que firmar, en la embajada de un país extranjero, lo que era de hecho un trata- cada, ningún recurso mineral, una pequeñísima participación en el comercio interna-
do de paz con el líder palestino Yassir Arafat, al que se concedía de esta forma la con· cional, una reducida industria, poco capital con el que poder desarrollarla, y una
dición de jefe de Estado sin los inconvenientes de tener un territorio que defender y población que crecía a un ritmo de un 3% anual. El relativamente reducido sector de la
controlar. El rey se comprometió a apoyar las aspiraciones de los palestinos, aunque industria modernizada estaba en manos extranjeras. Había, no obstante, una burguesía
poco después inició conversaciones secretas con Israel de las que con poca probabili- autóctona con ciertos recursos de capital y Nasser se propuso en un principio obtener su
dad ihan a extraerse términos de paz aceptables ni para Israel ni para los palestinos. cooperación para el desarrollo y diversificación de la economía egipcia. Pero esta clase no
En el transcurso de los combates en Jordania, las tropas iraquíes estacionadas en tenía fe en el nuevo régimen y prefería atesorar su dinero en ahorros improductivos, bien
ese país no hicieron ademán de socorrer a los palestinos. Siria, por otra parte, había dentro del país o bien fuera de él, en vez de arriesgarlo invirtiéndolo en la industria. Hacia
enviado un pequeño destacamento de tanques al otro lado· de la frontera pero lo reti- finales de la década de los cincuenta, la situación de desempleo masivo y de abrumadora
ró, probablemente bajo presiones rusas inducidas a su vez por la perspectiva de una pobreza apenas se había modificado y Nasser tuvo que ensayar nuevas vías. La negativa
intervención israelí o americana contra la intervención siria. El gesto desafortunado occidental a financiar la presa de Asuán y el ataque anglo-francés a Egipto de 1956 le
del general Jedid recordaba su fracaso de 1967 en la defensa de los Altos del Galán habían dado razones para incautarse del activo de compañías extranjeras y, a comienzos
contra Israel y contribuyó al posterior derrocamiento del gobierno sirio en ese mismo de los sesenta, fue aún más lejos y estableció un control estatal sobre la mayor parte de la
año por parte del propio ministro de defensa, el general Assad, un líder no menos economía (salvo el comercio al por menor). También amplió la reforma agraria con medi-
anti-israelí que Jedid pero más preocupado por mantener buenas relaciones con Egip· das que iban más lejos que los modestos y en gran parte ineficaces primeros pasos de 1952
to y otros países árabes. Mucho más importante fue, entre las consecuencias de h1 gue· (cuando se había fijado un límite de ZOO feddan para propiedades particulares, una refor·
rra interna de Jordania, el súbito fallecimiento de Nasser, víctima de un ataque car- ma que se eludió recurriendo a diversas estratagemas como la transferenda de propieda-
diaco provocado por sus tremendos esfuerzos por restablecer la paz en Jordania. Fue des a parientes¡ esta reforma no era de aplicación para tierras estatales o religiosas). Un
sucedido con fluidez constitucional por el vicepresidente, Anuar él-Sadat. plan quinquenal para el período 1960-1965 se proponía incrementar el producto nacional
bruto en un 7%, anual y de hecho hubo un aumento de un 5,5%, pero repercutió escasa-
mente sobre una población activa cuyas cifras aumentaron en los mismos años en un 4%.
MUERTE DE NASSER El problema económico al que hubo de hacer frente Nasser no fue nunca fácil, pero
su política exterior hizo que su solución fuese imposible. Es probable que en 1954 inten-
La muerte de Nasser eliminó de la escena al primer egipcio que gobernó en Egipto tase dedicar más atención y recursos a los asuntos internos, pero la resolución en ese año
desde antes de los días de Alejandro Magno. El movimiento que le llevó al poder había de sus diferencias con Gran Bretaña fue casi inmediatamente seguida de una política
tenido unos orígenes complejos. Perseguía la emancipación nacional, un renacimien- israelí más agresiva y de la adhesión de Gran Bretaña al Pacto de Bagdad, que Nasser
to espiritual (islámico), reformas sociales y modernización económica. Nasser quería interpretó como una intervención británica en la política árabe a favor del propósito de
despojar a Egipto de una monarquía y una clase alta parasitarias, acabar con la domi· los adversarios de Egipto de sofocar la revolución egipcia. Así pues, Nasser se vio cre-
nación británica sobre Egipto y Sudán, y elevar el miserable nivel de vida del pueblo cientemente inmerso en los asuntos externos en vez de lo contrario. Los artífices de la
egipcio a través de una distribución más equitativa de la tierra, una ampliación del área revolución habían pretendido siempre crear un ejército más fuerte, más eficiente y mejor
cultivable y el fomento de la industria. Consiguió los objetivos adicionales de dirigir a equipado que el de Faruk. Este objetivo recibió un nuevo impulso ante la aparente nece-
todos los árabes contra Israel y contra los regímenes árabes juzgados reaccionarios. sidad de defender al país contra Israel y a la revolución contra el lrak de Nuri y sus ami-
El movimiento revolucionario, del que él fue al principio únicamente uno más de gos británicos. La consiguiente búsqueda de armamento por parte de Nasser -y de los
entre una serie de líderes, era predominante aunque no exclusivamente una colectividad medios necesarios para pagarlo- elevó en un principio los gastos de defensa de Egipto por
militar en la que pronto Nasser pasó a ser la figura principal y dirigente por la fuerza de encima de cualquier porcentaje normal en relación coh los ingresos del Estado, y obligó
su personalidad y por la eliminación de posibles rivales. Entre los enemigos del viejo régi- más tarde a Nasser a recurrir a préstamos que Egipto tenía pocas perspectivas de devol-
men había elementos -la Hermandad Musulmana a la derecha y los comunistas a la ver. Las ayudas y otros recursos que podrían haberse dedicado al desarrollo económico

352 353
fueron destinados a financiar un déficit de la cuenta externa que se vio incrementado de
forma alarmante a partir de 1961. La guerra del Yemen vino a empeorar las cosas. La
permanente guerra con Israel privó a Egipto de la ayuda y los alimentos gratuitos esta-
dounidenses. En el momento de la muerte de Nasser, el nivel de vida material de los
XI Acercamiento
al Líbano
egipcios no era mucho mejor de lo que lo había sido dieciocho años antes {si bien se
había producido cierta mejora en las condiciones de vida de las ciudades), y el país esta-
ba en manos de la URSS.

Cuando Nasser murió, en 1970, la política de Oriente Medio {excluido Irán) esta·
. 1
ba dominada por una estructura bipolar: Israel/Estados Unidos versus Egipto/URSS .
En el plazo de unos cuantos años esta política había cambiado mucho. La alianza
Egipto-URSS se había roto. Estados Unidos, si bien no abandonó a Israel, dejó de
considerar la protección de Israel como el único y decisivo eje de su actuación en
Oriente Medio. Los palestinos habían adquirido una nueva fuerza, que en seguida
hubieron de ver seriamente amenazada. Los países árabes exportadores de petróleo
habían hecho una asombrosa demostración de la eficacia de las sanciones económi·
cas. Un más antiguo esquema de poder estaba resurgiendo de nuevo, basado en las tres
capitales históricas de El Cairo, Damasco y Bagdad a las que se añadía el nuevo cen-
tro de poder de Riad. El Estado libanés estaba práctic~mente en ruinas.
Sadat, al igual que Nasser, se vio sometido a presiones de Moscú para alcanzar algún
acuerdo con Israel en la suposición de que Is~ael estaba bajo presiones equivalentes por
parte de Washington. De hecho, tanto Estados Unidos como la URSS fluctuaban entre
ejercer presión sobre sus clientes y acceder al menos en parte a sus demandas de ayuda y
armamento: hacia finales de 1971 la ayuda estadounidense a Israel, tras haberse visto fre-
nada por razones políticas, era de nuevo considerable. Después del combate en Jordania
en 1970 y de la muerte de Nasser, Egipto, Siria, Libia y Sudán habían acordado formar
una nueva federación de repúblicas árabes, pero la diplomacia de Sadat tenía múltiples
facetas. Deseaba mejorar las relaciones de Egipto con las monarquías saudí y jordana y
efectuar asimismo una reconciliación entre Siria y Jordania, que habían estado a punto
de enzarzarse en una lucha a causa de los palestinos. Sadat estaba bien dotado para este
tipo de actuaciones, puesto que temía menos que Nasser a los jefes de otros estados, y
aunque cometió el error de asumir y afirmar que lograría una solución de la cuestión
árabe-israelí en un plazo de un año, consiguió no sólo afianzarse en el poder en su país,
sino también reforzar gran parte de mundo árabe mientras perseguía al mismo tiempo
una política tendente a alcanzar un acuerdo bilateral con Israel. Habiendo heredado el
cese de hostilidades y el alto el fuego de agosto de 1970, así como las consiguientes con-

354 355
versaciones, Sadat ofreció en febrero de 1971 abrir el canal a los cargamentos israelíes a hington había manifestado una implacable oposición a la llegada de unidades soviéti-
cambio de una retirada parcial israelí o de la convocatoria de una conferencia a la que cas a Oriente Medio; pero algunos aliados europeos estaban molestos por lo que conside-
deberían asistir las cuatro principales potencias extranjeras, pero ni de este modo ni por raban una reacción estadouniderne desmesurada, provocando por parte de Kissinger como
la vía de las conversaciones Jarring (que Israel entorpeció nuevamente) se produjo nin· respuesta algunos ásperos comentarios sobre el valor y la fiabilidad de dichos aliados.
gún progreso durante el año. En el siguiente, Sadat fue dos veces a Moscú, vio que no Había dos formas de concluir la guerra: una conferencia o intercambios diplomáticos.
podía conseguir la ayuda que quería, llegó a la conclusión de que Breznev había traicio· A finales de 1973 se reunió en Ginebra una conferencia a la que dio realce y sole~midad
nado a Egipto al prometer a Nixon que mantendría una mínima presencia en suelo egip- la presencia de Kissinger, Gromyko y el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim,
cio y, con una audacia completamente il).esperada, ordenó la salida del país a los espe- pero el año siguiente estuvo dedicado principalmente a la diplomacia personal de Kis-
cialistas y consejeros soviéticos. Se marcharon en cuestión de semanas, dejando que singer mientras la conferencia se mantenía en suspenso como una red tendida bajo un
Moscú dirigiera su mirada a Damasco o Bagdad en busca de un centro de influencia en acróbata. En enero de 1974 se alcanzó un primer acuerdo de retirada egipcio-israelí;
Oriente Medio. ambas partes se replegaron y una fuerza de la ONU se estacionó entre ellas. En el frente
norte las negociaciones discurrieron con mayor lentitud porque los israelíes insistieron en
que se les notificara debidamente el número, nombres y fechas de los israelíes capturados
LA GUERRA DE 1973 por los sirios -algo a lo que estos últimos no quisieron o no pudieron dar satisfacción- y
porque era imposible para Israel replegarse a más de una o dos millas sin poner en peligro
En 1973, Sadat fue todavía más osado. Una vez completada la reparación de su cerco toda su posición estratégica y sus asentamientos dentro del ámbito de los Altos del Galán.
árabe y frustradas sus esperanzas de un acuerdo bilateral a ~usa del aumento tanto de la No obstante, Kissinger, con su constante ir y venir de una capital a otra, consiguió un pri-
ayuda estadounidense a Israel como del asentamiento israelí en áreas ocupadas contrario mer acuerdo también aquí. (Ambos acuerdos se ampliaron en noviembre por seis meses
a las normas del derecho internacional, decidió tomar la ofen5iva, y el 6 de octubre Isra- y luego por otros seis.) En la siguiente fase, el punto crucial lo constituyó la condición de
el y el resto del mundo se vieron sorprendidos por una ofensiva árabe en dos frentes. El la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y sus demandas. Israel se negó a
ejército egipcio atacó al otro lado del canal y atravesó posiciones israelíes, pero estos éxi· reconocer a la OLP como algo diferente de una organización tenurista y a los palestinos
tos quedaron anulados cuando los egipcios se arriesgaron a actuar más allá de la cobertu- como otra cosa que refugiados. Israel se negó también a considerar la posibilidad de una
ra aérea y los estadounidenses se apresuraron a ayudar a Israel con todos los aviones mili- retirada territorial, excepto en el contexto de un acuerdo de paz general. La posición pro-
tares y civiles disponibles. Los rusos, decididos a no pennanecer al margen, enviaron clamada de la OLP era que no aceptaba la existencia del Estado de Israel, pero se supo·
ayuda a Siria, Irak y Egipto. Nueve días después de haberse efectuado los primeros dispa- nía que podría ser persuadida a negociar sobre la base de las fronteras conseguidas antes
ros, Israel emprendió un contraataque, encontró una brecha en mitad del frente egipcio de la guerra de 1967. Insistía en ser una parte principal en las negociaciones, en lugar de
y, cruzando el canal hacia el oeste, cercó a un cuerpo del ejército egipcio. La jugada egip- que los palestinos estuvieran representados por algún gobierno árabe. Israel quería llevar
cia habia sido contrarrestada y al día siguiente Kosiguin llegó a El Cairo. En realidad, la a cabo una serie de convenios bilaterales comenzando por Egipto (y dejando a un lado a
guerra había acabado, aunque todavía quedaba algún combate por librar. En el norte fue los palestinos). Sadat estaba dispuesto a procurar un acuerdo semejante con la condición
todavía más breve. Los sirios, con la ayuda de unidades jordanas, iraquíes, saudíes y marro· de que fuera rápidamente seguido de acuerdos similares entre Israel y sus otros vecinos,
quíes, atacaron los Altos del Galán pero fueron detenidos y obligados a retroceder al cabo de modo que Egipto no pudiera ser acusado de romper las filas árabes ni de dejar a los
de dos días. palestinos en la estacada. Kissinger quería un acuerdo egipcio-israelí tan pronto como fue-
El punto muerto convenía tanto a Estados Unidos como a la URSS; a esta última ra posible; deseaba que el artífice de la paz en Oriente Medio fuera Estados Unidos y no
tan pronto como estuvo claro que los árabes no iban a vencer, y a los primeros porque, una conferencia internacional; y quería fortalecer los vínculos estadounidense-egipcios
una vez salvado Israel, la principal preocupación estadounidense era prevenir un con- sin ofender demasiado a Israel o a los judíos estadounidenses. Lo demás podía esperar. Kis-
traataque israelí que provocaría una respuesta rusa más enérgica. Por consiguiente, Kis- singer veía una paz egipcio-israelí como tina etapa en el camino de la paz en Oriente
singer fue invitado a Moscú desde donde continuó viaje hasta Jerusalén, y Estados Uni· Medio y no creía que ésta pudiera lograrse si no era por etapas. Por otra parte, la paz era
dos y la URSS presentaron conjuntamente una resolución ante el Consejo de cada vez más importante para Estados Unidos, cuyos intentos de desprenderse de una
Seguridad exigiendo un alto el fuego, la puesta en práctica de la resolución de la ONU política centrada en el apoyo a Israel se habían visto alentados por la ruptura de Sadat
242/67 y conversaciones de paz bajo auspicios «apropiados». Egipto e Israel aceptaron con la URSS y los había hecho luego urgentes la utilización por parte de los árabes de
esta resolución y fue aprobada por el Consejo el 22 de octubre. Los rusos habían pro- sanciones petrolíferas durante la guerra. El punto débil de la táctica de Kissinger era su
puesto confidencialmente a los estadounidenses que tropas de ambas potencias fuesen énfasis y su dependencia en Egipto, al que presionaba para que lanzara una ofensiva de
enviadas a Oriente Medio, pero Washington rechazó tajantemente esta idea. Fue, sin bilateralismo con los aliados árabes de Egipto y para que no hiciese caso de los palestinos,
embargo, nuevamente propuesta por Egipto, bien de forma espontánea o bien a insti- cuyas reivindicaciones, no obstante, seguían siend() más importantes para el conflicto
gación rusa, y la URSS le dio entonces su apoyo públicamente. La reacción estadouni- árabe-israelí que cuestiones puramente egipcio-israelíes tales como sus fronteras comunes
dense fue extremada. Las fuerzas estadounidense de todos los lugares del mundo fueron o el tránsito de cargamentos y de barcos israelíes a través del canal de Suez. Para obtener
puestas er: el más imperioso estado de alerta, tras lo cual la URSS se echó atrás. Was- éxito, Kissinger tuvo que divorciar -y hacer que Sadat divorciase- las cuestiones egipcio-

356 357
israelíes de las cuestiones árabe-israelíes más generales y, sobre todo, de la causa palesti- compañías, porcentaje que en 1982 se había elevado al 51 %. Tenían la impresión, ade-
na. Se arriesgaba así a perjudicar a su nuevo amigo egipcio en todo el mundo árabe. más, de que lo que se empeñaran en conseguir lo conseguirían porque -incluso antes de
Los árabes no tenían intención de abandonar a los palestinos, por mucho que pudie- la guerra de 1973- había una preocupación en el mundo desarrollado por una escasez de
ran desear que nunca se hubiera oído hablar de ellos. Los palestinos eran una fuente de energía que venía a sumarse a una crisis energétka. Esta crisis comenzó a disparar los precios
problemas y peligros, pero, en una conferencia árabe celebrada en Rabat en octubre de de forma alarmante en 1970-1971 e hizo a los productores más conscientes de las venta-
1974, incluso su más implacable enemigo, el rey Hussein, que había estado combatien· jas de restringir la producción: las reducciones en el volumen de producción prolonga·
do contra ellos cuatro años antes, se unió a todos los demás en el reconocimiento de la rían la vida de las reservas de un bien irreemplazable, apretarían las clavijas a los consu·
OLP como representante de la Palestina. árabe; y desde Rabat, Yassir Arafat, presiden· midores y mantendrían sin embargo los ingresos de los productores si los precios aumen-
te del consejo ejecutivo de la OLP, prosiguió su viaje hasta la Asamblea General de la taban --como podía fácilmente ocurrir en un mercado de signo favorable al vendedor-
ONU, que le recibió y le escuchó como si se tratase de un jefe de Estado, y aprobó una para compensar un volumen de ventas más reducido. En cualquier caso, los países impor·
resolución acusadamente pro palestina afirmando el derecho de los palestinos a la sobe- tadores eran vulnerables. Las restricciones, y no digamos un corte de los suministros, pon-
ranía dentro de Palestina y a ocupar una posición principal en una conferencia de paz. drían en peligro sus industrias y su vida cotidiana; el incremento de los precios desequili-
En el invierno de 1974-1975, pareció como si la OLP fuera a autodeclararse gobierno braría sus balanzas de pagos. (Las compañías, sin embargo, no estaban en la misma posición
en el exilio y a ser reconocida por la mayor parte de las Naciones Unidas, a pesar de las que los países importadores. Sufrían perjuicios solamente en un sentido: las restricciones y
lesiones que debilitaron su pretensión de representar a todos los palestinos y a pesar del los cortes perjudicaban sus beneficios, pero no así las elevaciones de los precios.)
~xtremismo de grupos escindidos cuyos secuestros y asesinatos indiscriminados produ- Cuando comenzó la guerra, los productores del Golfo Pérsico aumentaron sus pre·
¡eron en la mayor parte de la gente una honda indignación. (La OLP, creada en 1964 cios en un 70%0. La OPAEP amenazó con reducir los suministros en un 5% cada mes
fue prácticamente absorbida en 1969 por Al Fatah, cuyor orígenes algo más radicales s~ hasta que Israel se comprometiese a evacuar el territorio árabe y accediera a reconocer
remontan a los años cincuenta y que comenzó a destacar y a' adquirir importancia des· los legítimos derechos de los palestinos. Arabia Saudí redujo en general sus entregas en
de 1965 en adelante por medio de la organización de operaciones de comando. El más un 10%, excepto en el caso de Estados Unidos y los Países Bajos -máximos defensores
militante FPLP -Frente Popular para la Liberación de Palestina-, cuyo líder político era de Israel- para los que el corte fue total. lrak nacionalizó en parte ciertas compañías
George Habash, cristalizó en 1967 a partir de grupos anteriores. De él se desgajó más extranjeras y Libia habló de expropiación absoluta. Como consecuencia de esta múlti-
tarde el FDPLP -Frente Democrático del Pueblo para la Liberación de Palestina- y el ple aunque mal coordinada acción árabe, los precios del petróleo en Irán, Nigeria y
Alto Mando del FPLP. Con el apoyo del Baas sirio se creó en 1966 Al-Saiqa, la orga· otros países subieron vertiginosamente. También como resultado de dicha acción, la
nización de los palestinos en Siria. Y había además otros grupos.) CEE expresó su solidaridad con los palestinos, Gran Bretaña detuvo el suministro de
Si la guerra de 1973 dio a los palestinos un estímulo y una oportunidad de recuperar- armas de Israel, y Japón invirtió sus inclinaciones pro israelíes. Las amenazas árabes no
se de su derrota de 1970 en Jordania, también estimuló la moral y las esperanzas árabes en se materializaron plenamente -no era, por ejemplo, posible el boicot de los Países Bajos
otros sentidos. Además de mostrar que el ejército egipcio podía competir en pie de igual· cuando el petróleo enviado a otros países podía transportarse por barco hasta Rotter-
dad con los israelíes (al menos durante una semana), demostró tambiéri el poderío árabe dam- y dentro del mundo árabe había algunos que temían los efectos que para ellos
frente a estados mayores. Los productores de petróleo árabes, asociados en la Organización podrían derivarse del deterioro de las economías occidentales. Pero la utilidad de la
de Países Arabes Exportadores de Petróleo (OPAEP, una división de la OPEP), conmo- estrategia había quedado claramente probada. Un viejo y principal factor de la política
cionaron al conjunto de los países desarrollados con dos medidas: cortando el suministro internacional se había quebrantado. Los productores de materias primas ya no serían
de petróleo y aumentando su precio. Estas medidas eran de hecho contradictorias, pero por más tiempo los explotados, sino que, si existía cooperación y escasez del producto,
fueron a corto plazo muy efectivas y todo hacía creer que en otra crisis o caso de emer- podrían llevar la voz cantante y utilizar su fuerza económica con fines políticos. La
gencia, el arma del petróleo se utilizaría todavía más racional y eficazmente. transformación operada fue tan asombrosa para la opinión pública del mu.ndo indus·
Para los estados productores de petróleo, este producto no era únicamente, ni siquiera trializado que fue recibida con acusaciones de chantaje. Para Oriente Medio en con-
principalmente, un arma. Era sobre todo una fuente de ingresos y para algunos estados era creto, este cambio significaba que, si había una crisis energética, no se podría jugar con
el único y arrollador recurso que poseían. Todos ellos estaban preocupados por garantizar los árabes, sino que, por el contrario, habría que tomarlos muy en serio.
e incrementar sus ingresos del petróleo y en 1971 habían concertado acuerdos, en Tehe- Así pues, el eje Kissinger-Sadat era frágil, y aunque la diplomacia de Kissinger con-
rán Y en Trípoli, para asegurar la consecución de estos fines durante los cinco siguientes sistente en ir cumpliendo etapas era admirablemente bien intencionada, no estaba tan
años. Asimismo insistieron a través de la OPEP en 1972 en que los países compradores bien fundada en términos prácticos. Los argumentos que Kissinger podía emplear para
que devaluasen su moneda deberían revisar los términos de los acuerdos de forma que los convencer a Sadat sin desacreditarle en su propio país se veían limitados por la dispo·
productores no sufrieran pérdidas con la devaluación. También modificaron su actitud en nibilidad de un arma nueva tan eficaz y por la intensificada importancia de los palesti-
cuanto a la manera en que obtendrían sus beneficios. Mientras que hasta entonces sus nos Por su parte, tampoco a los israelíes se les podía presionar tan fácilmente. No
ganancias provenían fundamentalmente de medidas fiscales, a través de gravámenes en la habían sido derrotados. Por el contrario, estaban convencidos de que a pesar de los reve-
salida del pozo, ahora tendían a la participación en compañías de explotación o a la pose· ses iniciales, habían estado cerca de una nueva victoria. Pero habían sufrido una tre-
sión parcial de las mismas y decidieron apropiarse del 25% del capital de las principales menda sacudida con el fracaso de los servicios de inteligencia que en un país tan peque•

358 359
ño eran vitales para evitar un arrasamiento instantáneo. En las elecciones a finales de bes) y habían recurrido a métodos violentos -comprendidos, en los años setenta, ope-
1973, los partidos gubernamentales perdieron seis escaños; las ganancias fueron para la raciones guerrilleras, raptos, asesinatos y secuestros de aviones- con la finalidad de lla-
derecha, pero también hubo un aumento del apoyo a los críticos de la política árabe de mar la atención sobre sus problemas y sobre los agravios de que eran víctimas. Tras su
Israel. El jefe de Estado Mayor y otros oficiales superiores dimitieron. Moshe Dayan, res- embate en Jordania en 1970, el centro de estas actividades había sido el Líbano.
ponsable en última instancia de la seguridad nacional como ministro de Defensa, per- Líbano ha sido llamado con frecuencia la Suiza de Oriente Medio. Esto significaba dos
dió parte de su imagen de héroe y fue excluido del nuevo gobierno formado en abril de cosas: primero, que los libaneses eran comerciantes y banqueros de gran éxito, cém vista
1974, en el que el general Itzhak Rabin sucedía a Golda Meir como primer ministro. El para hacer dinero, más acaudalados que sus vecinos, con una riqueza que provenía de los
espectáculo de un presidente estadounidense realizando una gira por las capitales árabes servicios que prestaban más que de los recursos naturales del país; y, en segundo lugar, que
en junio era perturbador, incluso aunque Nixon fuera también a Jerusalén. La rapidez el país era un mosaico de comunidades que se mantenían unidas por habilidad política y
con que la URSS compensó con creces a Siria y a Irak por sus pérdidas de armas era aún tolerancia al servicio de sus respectivos intereses materiales. El mosaico lo imponía la geo-
más perturbadora, incluso aunque Estados Unidos hiciera lo mismo con Israel. A fina- grafía tanto como la historia, y la cohesión de ese conglomerado era una condición para
les de 1974, Siria, al proponer un nuevo mando militar conjunto con Egipto, Jo¡.¿ania la supervivencia del Estado. Dos cadenas montañosas, una de ellas al lado del mar y sepa-
y la OLP, acentúo la subyacente unidad entre los vecinos de Israel y su compromiso con rada de la otra por un estrecho valle, dividen el país en franjas verticales que son dividi-
los palestinos. Quizá nunca como entonces había estado Israel tan intranquilo. No era das a su vez por medio de barreras transversales y, dentro de esta cuadrícula, comunida-
ésta una situación en la que un secretario de Estado estadounidense pudiera esgrimir un des aisladas conservaban su individualidad y sus hostilidades recíprocas. Las religiones
garrote demasiado grande ( 1 ), desde luego no a la vista del público. -musulmana y cristiana- y las diversas divisiones dentro de cada religión -sunnita, chií-
Kissinger renovó su diplomacia de idas y venidas de Ún lado a otro a comienzos de ta y drusa; maronita, ortodoxa griega y católica griega- habían aguzidado esta rivalidad.
1975, con el objeto de conseguir un nuevo acuerdo de retirada egipcio-israelí. Al prin- Asimismo la había exacerbado la diversidad de experiencias económicas, ya que no todos
cipio no obtuvo éxito, debido fundamentalmente a la obstinación israelí. S.adat, tras una los libaneses eran ricos. El grupo más acaudalado lo constituían los cristianos maronitas
reunión celebrada en mayo con el presidente Ford en Salzburgo, anunció la reapertura que, además, contaban con la presidencia del país que la Constitución les había conce-
del canal de Suez y en septiembre se alcanzó un nuevo acuerdo. Nuevas primeras líneas dido en un tiempo en que los cristianos en su conjunto sobrepasaban en número a los
y nuevos índices de contingentes fueron aceptados; el cumplimiento del acuerdo debía musulmanes (la reducción de la proporción de población cristiana fue uno de los factores
ser controlado por una serie de estaciones de aviso inmediato, algunas de ellas atendidas clave de las tensiones libanesas). Las otras comunidades cristianas no eran tan ricas ni tan
por personal civil estadounidense; Israel abandonaba los pasos de Mida y Giddi y los poderosas, pero mientras el Líbano ofreciese la apariencia de una próspera comunidad
yacimientos petrolíferos de Egipto en el Sinaí, a cambio de lo cual se le prometía ayuda mercantil con forma de Estado, en esa medida el país sería más cristiano que musulmán.
americana masiva y el tránsito de cargamentos israelíes (pero no de buques) a trav~s del La más amplia de las comunidades musulmanas era la chiíta, pero la sunnita, que
canal. Esto suponía la coronación de los enormes esfuerzos de Kissinger y, en compara- monopolizaba el puesto de primer ministro por derecho constitucional, era más influ-
ción, parecía importar poco que en el frente septentrional una mayor exacerbación de yente políticamente. Los chiítas, muchos de los cuales habían dejado de ser pobres
los adversarios y el persistente empeño de Israel de instalar nuevos asentamientos en aldeanos campesinos para convertirse en pobres habitantes de las ciudades, se sen-
territorio ocupado impidiesen una equivalente relajación de las tensiones. Sin embargo, tían preteridos tanto por parte de los cristianos maronitas como de los musulmanes
era en esta zona donde estaba a punto de ocurrir la nueva crisis. sunnitas. Estaban, además, sumamente expuestos a las incursiones is~aelíes. Por su
parte, los drusos, que conservaban todavía ·gran parte del acérrimo exclusivismo que
había caracterizado sus orígenes en el siglo XI, se mostraban confiados y seguros de sí
GUERRA CIVIL EN EL LIBANO mismos porque, aunque eran en su· mayoría pobres y con frecuencia indigentes, for-
maban una sociedad compacta y bien estructurada en su montañosa patria heredita-
Una de las características recurrentes de la política de Oriente Medio desde 1919 en ria y bajo la dirección de un líder hereditario, Kamal Jumblatt, que aglutinaba sus
adelante fue el intento de olvidarse de los palestinos. Desde los tiempos en que el emir lealtades y expresaba una apropiada filosofía de los pobres de signo izquierdista.
Faisal y Chaim Weizmann mantuvieron conversaciones en la conferencia de paz de A este hervidero de tensiones confesionales y económicas entrelazadas, habían ido
París sin preocuparse de ellos, los palestinos habían sido pasados por alto o algo peor, a parar en 1948 refugiados de Palestina, que en 1975 sumaban alrededor de 400.000, la
pero ellos se negaron a desaparecer o a perder su identidad. Hacia 1975 había algo más mayoría de ellos albergados (irónica palabra) en terribles campos. Entre ellos había unos
de tres millones, de los que cerca de la mitad vivían en Israel o bajo la ocupación isra- 5.000 ó 6.000 activos pistoleros, cuyos objetivos eran la recuperación de las tierras per-
elí. De los restantes, 750.000 estaban en Jordania, 400.000 en el Líbano, 200.000 en didas en Palestina recurriendo a cualquier método efectivo, y la extinción -si es que ésta
Siria. A lo largo de medio siglo habían planteado permanentemente problemas políti- era necesaria, como se suponía- del Estado israelí. Puesto que semejantes objetivos no
cos, habían tratado de crear mala conciencia (tanto en los no árabes como en los ára· podrían lograrse nunca con unos cuantos miles de hombres armados, tendrían que
alcanzarse a través de los estados árabes a los que había que inducir a declarar la guerra
(!) El autor hace referencia a la ro lítica americana del Big Stick (Gran Garrote}. nombre con que fue a Israel. Como quiera que estos estados estaban sólo a medias dispuestos a hacerlo, y
conocida durante la primera década de siglo XX la política intervencionista de los EE.UU. en los asuntos inter·
nos de los países de lberoamérica. como quiera que cuando lo intentaron resultaron derrotados, los palestinos se encon·

360 361
traron con un problema de supervivencia que les impulsó a dirigir su mirada todavía pero Siria dudaba en intervenir debido a una serie de razones. Si el ejército sirio iba al
más lejos en su búsqueda de ayuda y comprensión, fundamentalmente a las principales Líbano, el ejército israelí haría probablemente también lo mismo, y estallaría un nuevo
potencias de izquierdas, China y la URSS (aunque esta última prefirió invertir su dine· conflicto que ni Siria ni sus protectores rusos deseaban. Tampoco Jordania, con la que el
ro en gobiernos, más que en movimientos que atacaban a gobiernos), y a la opinión presidente Assad había emprendido desde hacía unos años una política de mejora de rela-
internacional de izquierdas que se pondría del lado de los desposeídos y desamparados, ciones, se prestaría amablemente a ninguna acción que pudiese parecer un pago tenden·
y no tomaría demasiado a mal el uso del terror como arma de guerra. En el Líbano, los te a la reconstrucción de la Gran Siria. El mismo argumento era aplicable al menos con
palestinos podían contar con el apoyo, no de la elite política y mercantil que les consi· la misma fuerza a Irak. Por consiguiente, Siria, aunque inclinada como Estado musulmán
deraba un estorbo, sino de otros sectores de la población que tuvieron que reconocerles y de izquierdas a favorecer al bloque dmso·palestino, estaba más preocupada por poner fin
como camaradas árabes y camaradas desvalidos. Al llegar a la década de los setenta, a la lucha y hacer que el Estado libanés se restableciera y volviera a su situación anterior¡
los palestinos eran algo más que un estorbo. Sus organizaciones militantes, con base y, tras permitir a los palestinos de Siria cruzar la frontera y pasar al L(ba:no a comienzos de
en suelo libanés, se consideraban en estado de guerra contra Israel, que era vecino del 1976, Assad concentró sus esfuerzos en restaurar las formas constitucionales bajo el man-
Líbano, y que no dudaba en responder con nuevos ataques cuando era atacado desde dato de un presidente maronita (si bien uno nuevo), aunque esto entrañase atacar a los
el Líbano. Los maronitas en particular, como cristianos conservadores que eran, sen· palestinos. Los estados árabes más belicosos y lejanos declararon estar ofendidos con esta
tían antipatía y temor hacia las organizaciones palestinas porque eran de izquierdas, intervención y, recelosos de los designios sirios, trataron de sustituir el control sirio de la
belicosas, musulmanas y constituían una amenaza para la estabilidad del estado que crisis por una di,rección panárabe, introduciendo una fuerza árabe combinada y un media·
proporcionaba a los maronitas su riqueza y su influencia. Era una importante coinci- dor de la Liga Arabe, pero estas acciones resultaron poco consistentes. Assad aprovechó
dencia el que la posición maronita en el Líbano estuviera ya amenazada en cierta medi- el momento para introducir sus propias tropas y se llegó a un arreglo provisional en vir-
da por la transformación que estaba sufriendo el equilibrio demográfico del país y por el tud del cual los maronitas conservarían la presidencia de iure pero el presidente no elegi-
castigo que (cfr. Irlanda del Norte) persigue a una comunidad exclusivis~a demasiado ría ya al primer ministro y los musulmanes tendrían una representación equivalente a la
próspera. de los cristianos en el Parlamento. Esto supuso una derrota para los drusos y para Jumblatt
En 1975, un grupo de pescadores musulmanes que se sintieron agraviados por una -que habían creído tener el poder al alcance de la mano y veían ahora cómo la inter-
concesión otorgada a un grupo de pescadores cristianos organizaron una manifestación vención extranjera se lo arrebataba- y una derrota para los palestinos, que habían hecho
que acabó convirtiéndose en una refriega. Algunos palestinos tomaron partido a favor causa común con los drusos y con otros elementos antimaronitas, situándose así del lado
de los musulmanes. Los cristianos vieron en este episodio una grave y clara adverten- del perdedor y siendo vapuleados primero por los maronitas y luego por los sirios. Era así·
cia: los palestinos, que eran ya una constante incitación para la agresión israelí contra mismo una derrota para los rusos que, habiendo trasladado forzosamente su eje en Orien-
el Líbano, estaban interfiriendo ahora también en el equilibrio de la política in~ema te Medio de El Cairo a Damasco, veían a Siria actuar con un grado de independencia y
libanesa. Hubo a continuación incidentes antipalestinos, provocados por la Falange, en una dirección que resultaba difícil de aceptar para Moscú. Aún así, Moscú no prestó
una facción cristiana de derechas. Se produjo una escalada de violencia¡ cayó el gobier· ayuda alguna a Jumblatt o Arafat; su influencia en la crisis fue mínima. Era Assad y no
no, siempre débil en las crisis por las lealtades contrapuestas que imponía en él la C'..ons- Arafat el que había llegado realmente a manejar los hilos del poder; el ejército sirio, y no
titución¡ el ejército, pequeño y con divisiones internas, no logró mantener el orden. Los los palestinos, se habían convertido en la fuerza dominante del Estado. El propio Líbano
disturbios, que habían comenzado en forma de luchas entre facciones, se convirtieron estaba en ruinas y bajo tutela. Podía quitarse a Siria de encima únicamente al precio de
en una batalla para conseguir territorio. Los palestinos, que tenían armas en abundan- provocar un nuevo conflicto entre los ejércitos privados maronitas y drusos, que ningún
cia, se implicaron cada vez más (en contra de los deseos de al menos algunos de sus líde- ejército puramente libanés podía controlar. A pesar de haber sido rescatados por Siria, los
res) y sus adversarios adoptaron una actitud crecientemente provocadora. Hubo innu- maronitas eran también hostiles a ésta, y continuaron con predisposición a coquetear con
merables treguas de una insignificante duración. Una vez que ambas partes entraron a Israel, aunque ello los dividía fatalmente. Los palestinos, que habían sido a.tacados por
tomar parte en la lucha, se sintieron atraídas por lo que la ocasión les brindaba. Una Jordania y por Siria, que habían perdido su baluarte en el Líbano y que eran conscientes
alianza de izquierdas entre drusos y palestinos parecía dispuesta a hacerse cargo del de que la solidaridad que Sadat sentía hacia ellos se contrarrestaba con el opuesto interés
poder en el país, los drusos para suplantar a los grupos dirigentes existentes y los pales- del Estado egipcio por conseguir la paz con Israel, se encontraron una vez más con que
tinos para hacer del Líbano un lugar seguro para ello y una base contra Israel. En el otro no tenían a nadie en quien poder confiar salvo en ellos mismos. Arafat había buscado
extremo, los maronitas y sus aliados veían la oportunidad de hacer con los palestinos apoyos en lugar equivocado. Desilusionado con los gobiernos árab.es y nervioso por las
del Líbano lo mismo que el rey Hussein había hecho en .Jordania: expulsar a cuantos escisiones de signo izquierdista que se producían en su movimiento, había concertado una
fuera posible, matar a algunos de sus líderes y quizá incluso llegar al exterminio, posibi- alianza con la izquierda árabe y de ese modo se convirtió en un blanco para aquellos
lidad esta última contemplada cuando los sentimientos se enconaron hasta hacerse gobiernos árabes resueltos a aniquilar a la izquierda.
incontrolables, ensañándose en la destrucción de vidas y propiedades. La guerra civil del Líbano, que duró desde abril de 1975 hasta noviembre de 1976,
Llegado el momento en que la guerra civil amenazaba con entrañar la destrucción del costó 40.000 vidas y enormes pérdidas materiales y comerciales. El nuevo presidente,
Estado, Siria tuvo que considerar la posición que debía adoptar. El Líbano había forma- Elias Sarkis, menos comprometido con la causa maronita que su predecesor Suleiman
do parte de Siria (al igual que Palestina) bajo el dominio otomano y con anterioridad, Franjieh, carecía de la capacidad de mando y del poder militar necesarios para imponer

362 363
la autoridad de su gobierno. Los sirios consiguieron detener los combates, pero la posi- de la coalición y del propio Partido Laborista. En la ONU, Estados Unidos estaba cada
ción de Assad en el Líbano era agobiante y embarazosa. Siria fue vilipendiada por el resto vez más sola vetando resoluciones antiisraelíes en el Consejo de Seguridad y finalmen-
del mundo árabe; Irak cortó sus suministros de petróleo (aunque Arabia Saudí concedió te se unió a la mayoría en la condena de la conducta de Israel en la orilla occidental. El
créditos para llenar ese vacío). Assad no deseaba asumir toda la responsabilidad de los primer ministro, Itzhak Rabin, dimitió cuando su esposa fue acusada de un delito mone-
asuntos sirios, ni tenía tampoco los medios para hacerlo. Volvió a la negociación. En tario, pero su sucesor, Simon Peres, no sobrevivió a unas elecciones generales, y en
Shtoura, en julio de 1977, Siria, el Líbano y la OLP ratificaron el acuerdo Líbano-OLP 1977, Menahem Begin, veterano combatiente contra los británicos y fundamentalista
concertado en El Cairo en 1969 en virtud del cual la OLP retiraría a sus unidades arma- bíblico, formó el primer gobierno israelí sin la presencia del Partido Laborista. Declaró
das de Beirut y de la frontera. Este desarme de los palestinos comenzó a llevarse a cabo que Israel debía conservar la orilla occidental y que tenía que acelerar allí la creación
en Beirut, pero no en el sur, donde la lucha entre palestinos y libaneses cristianos se ini- de nuevos asentamientos. El presidente Carter, entre otros, declaró que estos asenta-
ció nuevamente. Los israelíes invadieron la zona, y con su ayuda el mayor Saad Haddad mientos eran ilegales. Propuso que la conferencia de Ginebra se reuniese de nuevo (con
estableció (en un área en gran medida musulmana) un semiindependiente Estado cris- participación rusa) y que la OLP fuese invitada a asistir con la condición de que reco-
tiano del Líbano Libre. Ni el ejército libanés, siempre indefenso frente a la lucha entre nociera el derecho de Israel a la existencia. Begin estaba dispuesto a aceptar la presen·
comunidades, ni tampoco la Fuerza Provisional de la ONU en la Líbano (UNIFIL) cia de los palestinos en la conferencia, pero se mostró inflexible en su negativa a nego-
pudieron hacer nada para contrarrestar la creación de este Estado marioneta israelí, ciar en ningún momento y bajo ningún concepto con la OLP, dando así a Arafat la
mientras que en el resto del país los ejércitos privados reanudaban sus batallas y asesinatos. posibilidad de eludir una respuesta clara y precisa a la pregunta de Carter. Para el asom-
Había alrededor de cuarenta ejércitos en este pequeño Estado. En 1980, los renovados bro general, en noviembre, Begin invitó a Sadat a Jerusalén y éste aceptó inmedia-
combates entre las dos principales fuerzas maronitas concluyeron con una victoria de la tamente. Algunos pensaron que Sadat se las había ingeniado para conseguir la invita-
Falange y de la familia Gemayel sobre el Partido Liberal Nacional de la familia Chamoun. ción, posiblemente a través de Ceaucescu. Necesitaba la paz urgentemente. Había
Los vencedores eran los más resueltos a expulsar a todos los palestinos del Líbano, tanto librado una guerra de cuatro días contra Libia en su otro flanco, la economía egipcia
a los refugiados civiles como a las unidades armadas, y contaban con la ayuda de los tan- estaba desmoronada y el descontento se manifestaba ya en forma de tumultos.
ques israelíes. En Beirut y sus alrededores se creó una nueva zona prohibida, como la del Dirigiéndose al Knesset con una franqueza y una modestia que le valieron los elogios
mayor Haddad, fuera del alcance del gobierno, un cantón falangista autónomo. de todo el mundo, Sadat deploró los retrasos en la nueva convocatoria de la conferencia
de Ginebra e hizo un llamamiento a la paz entre Egipto e Israel, a la retirada de Israel a
sus fronteras de 1967 y al derecho a la autodeterminación y a la dignidad de Estado de los
SADAT EN JERUSALÉN: CAMP DAVID palestinos¡ no mencionó a la OLP por su nombre. Antes de finalizar el año, comenzaron
las conversaciones entre Egipto e Israel en El Cairo, y Begin visitó Ismailía, donde habló
Esta desintegración del Líbano fue conscientemente promovida por Israel. El sur de una entidad palestina autónoma con una presencia militar israelí durante veinte años.
del Líbano formaba parte de las tierras que el irredentismo sionista reivindicaba para Sus propuestas fonnales para la orilla occidental, hechas públicas muy a finales de año,
Israel, pero esta reivindicación hubiera permanecido probablemente acallada si el preveían la continuidad del control israelí sobre la seguridad y el orden público, la posibili-
área no se hubiera convertido durante los años setenta en el último refugio del revan- dad de que sus habitantes eligieran entre la ciudadanía israelí o jordana {pero no palestina),
chismo palestino. Israel estaba decidido a erradicar por la fuerza al brazo combatien- una inmigración árabe de «proporciones razonables» que sería acordada por Israel, Jorda·
te de los palestinos, y la mayoría de los israelíes consideraban cualquier acción agre- nia y la nueva autoridad del territorio autónomo, y libertad de los israelíes para comprar
siva con este propósito como un ejercicio legítimo del derecho a la autodefensa. En tierra. Carter aprobó este impulso, oponiéndose así a la creación de un estado palestino.
sus inicios, la amenaza a la existencia de Israel provino de los estados árabes. Israel Éste fue el inicio del proceso que puso fin a la guerra entre Egipto e Israel, pero, en
creyó que, con su superior eficacia y con la ayuda estadounidense, podría siempre contra de las esperanzas que se abrigaban en muchas partes, no hizo nada por los pales-
derrotar a sus enemigos, que estarían perpetuamente enemistados entre sí. En esta y
tinos. Begin, aunque dispuesto a abandonar valiosas posiciones avanzadas defensas en
fase, los palestinos no eran más que un instrumento menor de los estados árabes, úti- el Sinaí {que fue desmilitarizado), no tenía sin embargo inteilción de abandonar el con-
les fundamentalmente para fines de propaganda. Pero llegaron a convertirse en el trol sobre la orilla occidental; se proponía, por el contrario, acelerar su transformación
tema central, desarrollando una fuerza de combate propia, atrayéndose la solidaridad demográfica fomentando los asentamientos sin tener en cuénta su justificación estricta-
internacional y granjeándose el apoyo de estados árabes, un cambio de papeles que les mente militar¡ la población judía de la orilla occidental ocupada se quintuplicó en tres
convirtió en un peligro más persistente para Israel que cualquier gobierno árabe. años bajo su gobierno. Egipto consiguió una muy necesitada paz y la devolución del
La respuesta cada vez más agresiva de Israel consistió en un reconocimiento de esta territorio y los yacimientos petrolíferos en el Sinaí perdidos en 1973. Pero Sadat recibió
transformación. Visto que los estados árabes no podían ser destruidos, sí podría serlo el violentos ataques de la práctica totalidad del mundo árabe por no haber logrado que este
poderío político de los palestinos, siempre que se pudiera matar al suficiente número de acuerdo de paz con Israel dependiera de un trato justo para los palestinos. Perdió sus sub-
ellos. Un cambio de gobierno en Israel ayudó a poner este razonamiento en práctica. venciones saudíes y pasó a depender por completo de la caridad estadounidense.
Durante 1976 la coalición, predominantemente laborista, combatió en vano los pro- Carter, no habiendo conseguido reactivar la conferencia de Ginebra, se convirtió en
blemas económicos y los desórdenes en la orilla occidental. Hubo divisiones en el seno un vehemente paladín de esta extraña concordia egipcio-israelí que consideraba pre-

364 365
cursara de una serie de acuerdos entre Israel y todos sus enemigos circundantes. Estados aviones militares. Lo que impulsó al bombardeo sobre Beirut fueron las discordias den·
Unidos asumió el papel de principal negociador con Israel y Egipto, y en una conferen- tro del Líbano acerca de la presencia de fuerzas sirias, la denominada Fuerza de Defensa
cia tripartita en Camp David en septiembre de 1978, logró que tanto Begin como Sadat Árabe (ADF), creada para intentar mantener indiviso e independiente al Líbano, aun·
suscribieran, junto a los términos de paz bilaterales, lo que fue descrito como marco para que reducido a sus componentes sirios. A esta fuerza se opa.nía la Falange c.ris.tiana, que
un acuerdo en Oriente Medio: Israel abandonaría gradualmente la orilla occidental era hostil a los sirios y estaba alarmada por el gradual declive del poder cnsttano (fun·
(y Gaza), creándose una entidad palestina autónoma con una presencia israelí tempo· damentalmente maronita) frente al musulmán en el Líbano. Cuando a finales de 1980
ral y aplazándose el resto de los problemas por espacio de cinco años. A Begin y a Sadat los sirios evacuaron Zahle al este de Beirut, la Falange se anticipó al ejército libanés y lo
-como a Kissinger y a Le Duc Tho algunos años antes- les fue concedido el Premio ocupó. Los sirios apoyaron las tentativas del ejército de expulsar a la Falange. Los com·
Nobel de la Paz, repitiéndose así la curiosa desviación por la que el premio se otorgabá bates se hicieron más intensos. Israel vio aquí su oportunidad. Además de los bombar··
a guerreros que enmendaban su camino en vez de a hombres de paz más ejemplares. deos en el sur del Líbano, realizó varias demostraciones aéreas sobre Beirut y cuando
La euforia generada por la aparición de Sadat en Jerusalén en 1977 duró aproxima· Siria introdujo por entonces misiles tierra-aire, Israel los atacó. Los israelíes esperaban
damente un año. La presión estadounidense ejercida sobre Jordania y Arabia Saudí para empujar al presidente Bashir Gemayel, que no sólo era un cristiano maronita si~o t~~­
que aplaudiesen lo que se había hecho y para que lo fomentasen fracasó completamen· bién el hijo del fundador de la Falange, a tomar partido a favor de esta orgamzac10n
te. Los árabes estaban divididos entre los hostiles y los muy hostiles. Israel continuó su extremista y belicosa y en contra de Siria, creando así en Beirut y sus alrededores un
declive económico {su tasa de inflación llegó a ser la mayor del mundo) y prosiguió su enclave cristiano autónomo similar al establecido por Israel en el sur del Líbano bajo el
inflexibte política en sus fronteras septentrionales y en la orilla occidental. El gabinete gobierno nominal del comandante Saad Haddad, aunque fuera de hecho un satélite
de Begin perdió a sus más eminentes miembros y el apoyo popular; el general Dayan, que israelí. Pero Siria y otros países árabes convencieron al presidente Gemayel para que
había llegado al Parlamento cuando Begin obtuvo la victoria de las elecciones de 1977, denunciara la alianza israelí-falangista. Divididos entre Siria e Israel, los maronitas se
le abandonó por la insistencia de su gobierno en promover asentamientos que tenían encontraban al borde de perder el papel dominante que habían ejercido en el Líbano.
una finalidad política pero no estratégica, y el general Ezer Weizmann hizo lo mismo por A finales de 1981 el primer ministro saudí, el príncipe Fahd, presentó un plan de
1 motivos similares. Pero a pesar de que el comportamiento duro e inflexible de Begin le paz que exigía la retirada de Israel a sus fronteras de 1967 y daba a entender el reco-
hizo perder amistades, había pocos indicios de que sus objetivos básicos hubiesen llega- nocimiento del Estado de Israel dentro de esos límites. Israel lanzó un anatema con-
do a ser impopulares. La elección del abierta y declaradamente pro israelí Ronald Rea- tra este plan pero incluso los propios árabes lo hicieron fracasar al negarse el presi·
gan como presidente de Estados Unidos fue un alivio para los israelíes, que habían dente Assad a asistir a una conferencia en Fez para discutirlo. Su línea dura ya se
comenzado a sopesar la política futura de una administración estadounidense obligada a había puesto de manifiesto cuando, bajo la influencia siria, el Congreso. N.acio~al
elegir entre su lealtad a Israel y sus intereses materiales y estratégicos en Arabia Saudí. Palestino se había negado a suprimir a principios de año la demanda de el1m1nac1on
Y la guerra que lrak emprendió contra Irán en 1980 puso otra vez de manifiesto ias del Estado de Israel. El rey Hussein de Jordania apoyó firmemente la iniciativa saudí,
fisuras entre los enemigos de Israel, ya que algunos gobiernos árabes apoyaron a lrak y hizo las paces con Marruecos realizando su primera visita a ese país desde hacía cin-
otros no. co años, pero disgustó al presidente Reagan con su insistencia en incluir a la OLP en
En Camp David, Begin compró la benevolencia de Egipto, una nada frecuente cualquier proceso de paz en la región a pesar de que el Consejo Nacional Palestino
proeza diplomática en la historia de triunfos militares de Israel. Pero aseguró su flanco rechazó formalmente retirar su exigencia de supresión del Estado israelí.
meridional como parte de una política expansionista en otros lugares. No le fue difícil a Reagan seguía sosteniendo la opinión de que se podía lograr esa paz sin la conc~·
Israel mantener su control sobre la ocupada orilla occidental: aunque se vio obligado a rrencia de la OLP, pero su compromiso con Israel y con el programa de Camp David
utilizar severas medidas que no le proporcionaban ningún bien en lo que a su imagen heredado de su predecesor recibió dos duros golpes a finales de 1981. En octubre, el pre-
exterior se refiere, en el interior las críticas fueron mínimas tanto por lo que respecta a sidente Sadat fue asesinado. Figura más heroica fuera que dentro de su país, Sadat ofen-
la ocupación en sí misma como a sus aspectos más sórdidos, y Begin utilizó su libertad dió a muchos egipcios tanto por su estilo como por su política. Una notable caracterís·
de maniobra en el sur y este para lanzar un ataque hacia el norte y penetrar en el Líba- tica de su muerte fue la transferencia pacífica de poder a Hosni Mubarak, que puso de
no. La estrecha victoria electoral de 1981 le hizo depender en el Knesset {Parlamento) manifiesto la relativa estabilidad del sistema político egipcio. El nuevo presidente, aun·
de pequeños y miopes partidos políticos cuyo impacto sobre la política resultó a un tiem· que demasiado prudente para hacer un cambio brusco de política, estaba evidentemen-
po duro y peligroso. La ocupación y progresiva colonización de la orilla occidental pasó te interesado en recoger todo el fruto del acuerdo de Camp David en lo que se refería a
a ser más brutal y precipitada {la población judía había de incrementarse de 20.000 a la retirada de Israel de suelo egipcio {la cual acabó de completarse en abril de 1982),
120.000 antes de 1985) y la fuerza aérea israelí hizo un despliegue de su poderío destru· pero también estaba interesado en arreglar las relaciones de Egipto con el .resto del mun·
yendo una instalación nuclear cerca de Bagdad en junio y atacando Beirut en julio: dos do árabe, arruinadas por la incauta aceptación de Sadat de las vagas alusiones a las pre-
golpes uno a izquierda y otro a derecha contra lrak por un lado y Siria por otro. La pri· tensiones palestinas contenidas en el acuerdo. Mientras que Sadat había hecho gala de
mera acción, destinada a obstaculizar o retrasar el surgimiento de Irak como potencia su estilo occidental, Mubarak era decorosamente islámico; suavizó la represión de Sadat
nuclear ofensiva, fue condenada en la ONU incluso por Estados Unidos, que seguida· (y Nasser) contra los opositores políticos, consiguió ayuda extranjera para los servici~s
mente aplazó, durante unas cuantas semanas simbólicas, el envío a Israel de nuevos públicos egipcios, y redujo discretamente el gasto militar. En 1984, Mubarak era lo suft·

366 367
cientemente fuerte como para legalizar un resucitado aunque completamente dócil de una reacción contra los rasgos más inaceptables de la agresividad israelí, de una
Wafd, y permitirle tomar parte en unas elecciones generales. En segundo lugar, el pre- sospecha de que a la larga la política de Israel era imposible y de cierta reticencia a
sidente Reagan se vio obligado a reconocer ciertas vinculaciones entre diferentes par- aceptar la opinión mayoritaria de que sólo la actitud de los palestinos era censurable.
tes de Oriente Medio y por consiguiente a modificar implícitamente su creencia de que Por encima de todo, el declarado objetivo de la invasión de llevar la paz a Galilea no
el asunto palestino podía mantenerse en su comportamiento estanco. Preocupado por se alcanzó.
la extensión al Golfo Pérsico de la guerra irano-iraquí, aceptó -y convenció por un Una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz compuesta por unidades fran-
estrecho margen al Senado para que aceptase- la venta de aviones de información cesas, italianas y estadounidenses, a las que más tarde se sumó un pequeño contingente
AWACS a Arabia Saudí (cuya entrega se efectuaría en 1986) pero a costa de conceder británico, había llegado al Líbano antes de la masacre al objeto de vigilar la evacuación
aún más ayuda militar a Israel además de un acuerdo de «cooperación estratégica». De de la OLP y los sirios de Beirut oeste. El número de bajas en esta fase fue de alrededor
este modo, el espacio de maniobra de los americanos en Oriente Medio se estaba cons- de 12.000, incluidos civiles libaneses (y 350 israelíes). Al mismo tiempo, el presidente
triñendo más incluso que antes de la invasión israelí del Líbano. Reagan presentó un nuevo plan de paz. Fue inmediatamente rechazado por Begin des·
de el momento en que prohibía las anexiones israelíes, ponía fin a los asentamientos
israelíes en la orilla occidental y creaba un Estado autónomo de la orilla occidental aso-
LA INVASIÓN DEL LIBANO POR ISRAEL ciado a Jordania. La simultánea petición de Reagan de una mutua retirada de las fuer-
zas sirias e israelíes fue ignorada por ambos países y no fue más que letra muerta desde
El' objetivo aparente y limitado de esta operación era expulsar a los palestinos, que el principio. Los árabes presentaron su propio plan que de nuevo reconocía implícita-
acosaban a Israel desde el sur del Líbano, pero había causas más profundas y objetivos mente un Estado israelí (dentro de las fronteras de 1967), pero también reivindicaba un
más ambiciosos. Para Menahem Begin y otros sionistas, ciertas partes del Líbano per- Estado palestino cuya capital debía ser Jerusalén: se trataba de una refundición del plan
tenecían a Israel por derecho bíblico y divino, y desde la creación del Estado de Israel Fahd del año anterior (Fahd había accedido al trono en junio a la muerte de su herma-
todos sus gobiernos se plantearon la destrucción del Líbano, enfrentando para ello a no Khaled). La lucha entre las distintas facciones del Líbano continuó y los sirios e israe-
las comunidades islámica y cristiana. _El chispazo que dio origen a la invasión fue el líes permanecieron en el país. Lo combatientes palestinos (unos 7.500) se dispersaron
intento de asesinar al embajador israelí en ):..cmdres. Su alcance quedó en seguida cla- en diez direcciones diferentes, la mitad de ellos a Siria, pero los sirios no consiguieron
ro, porque el ejército israelí avanzó rápidamente desde el sur del Líbano hasta los alre- promover una alternativa adecuada para Arafat como máximo dirigente palestino.
dedores de Beirut. Dicha invasión constituyó un éxito militar a la vez que un desastre La posición siria fue inicialmente precaria pero se fue consolidando gradualmente,
político. No consiguió al principio expulsar a la OLP de Beirut, ya que Israel no se atre- en gran medida porque ni el frente israelí-estadounidense ni los enemigos árabes de
vió a ocupar la capital misma por miedo a que se produjera un gran número de bajas y Siria tenían nada viable que ofrecer. Los israelíes estaban fatigados y apesadumbrados,
a que los estadounidenses se enfadasen, pero en julio Beirut estaba tomado con ayuda el ejército libanés era impotente, la fuerza multinacional se retiró de la escena al ver-
cristiana y los combatientes palestinos fueron evacuados por mar. En septiembre, el se atrapada en el fuego cruzado de la política libanesa. 239 marines estadounidenses
presidente Gemayel fue asesinado, probablemente con connivencia b instigación siria. resultaron muertos en un solo ataque suicida lanzado en octubre de 1983 después de
Le sucedió su hermano Amin. Israel atacó Beirut occidental. Llegadas las cosas a este que la marina de Estados Unidos bombardeara posiciones chiítas y drusas desde el mar.
punto y en Venganza por la muerte de Bashir Gemayel, se perpetraron atroces matan- Begin dimitió en 1983 por una combinación de factores que iban desde la aflicción
zas de indefensos refugiados palestinos en los campos de Sabra y Chatila. Los autores personal por la muerte de su esposa a la frustración política, y dejó a Israel en una situa-
eran falangistas pero los israelíes estuvieron presentes en los cuarteles generales falan- ción militar, política y moralmente debilitada. El presidente Assad, que había sobrevi-
gistas a lo largo de los tres días que duró la masacre y que con la ayuda de alumbrado vido a dos levantamientos en su contra en los primeros meses de 1982 (aunque sólo al
proporcionada por los israelíes se mantuvo incesante. Posterionnente, una investiga- precio de asesinar unos 10.000-20.000 enemigos internos) mantuvo el control local.
ción oficial israelí -que el gobierno se vio obligado a llevar a cabo de mala gana a cau- En el Líbano, Amin Gemayel no tenía nadie a quien recurrir excepto Assad, y cuan-
sa de las ruidosas protestas internacionales y la inquietud interna- censuró a una serie do trató de conseguir la retirada israelí mediante un acuerdo directo con Israel, sus
de israelíes situados en altos cargos por su responsabilidad en estos sucesos. colegas en el gobierno libanés denunciaron este convenio y el presidente Assad le obli-
Al invadir el Líbano, Israel puso en peligro el apoyo prácticamente incondicional gó a anularlo. La tarea de Gemayel de agrupar en una coalición a las opuestas fraccio-
que los sucesivos gobiernos estadounidenses le venían concediendo. La cuestión de si nes del Líbano, en lucha abierta entre sí, se vio en seguida frustrada por una u otra de
la invasión por sí sola habría erosionado permanentemente este apoyo es discutible, ellas y el propio Gemayel fue reducido a una posición insignificante.
pero la matanza dejó una honda huella en la actitud con respecto a Israel de los esta- La retirada israelí se completó en 1985. Los israelíes se llevaron consigo 1.000 cau-
dounidenses, los cuales, desde la fundación del Estado tras el holocausto nazi, siempre tivos libaneses. Para conseguir su liberación, un grupo denominado al Yijad (guerra
habían utilizado para juzgar las acciones israelíes -aun las más dudosas- una medida santa) secuestró un Boeing 727 estadounidense en vuelo de Atenas a Roma y lo des·
distinta que la que aplicaban a las acciones de otros. En el propio Israel la conmoción vió a Beirut. Los gobiernos estadounidense e israelí, haciendo hincapié en su negati-
fue profunda y, añadida a las permanentes dificultades y muertes producidas en la ocu- va a negociar con terroristas, se negaron a negociar la liberación de los pasajeros y la
pación del sur del Líbano durante los años siguientes, marcó por lo menos el principio tripulación, pero el líder chiíta Mabih Berri sí lo hizo y obtuvo su libertad a cambio

368 369
miento entre estos dos ejércitos cristianos marcó la desintegración del poder maronita.
de la liberación de los 1.000 cautivos. Los estadounidenses se contentaron con ame-
Geaga se retiró de Beirut dejando el control aparente de la capital y de la mayor parte
nazas de represalias que no cumplieron.
del país a Hrawi (el poder real lo ejercía Siria). Israel mantuvo su control indirecto en
Siria no consiguió encontrar una forma de pacificar o unir el Líbano. La OLP, mal-
el sur mediante el Ejército Sudlibanés y mediante su evidente voluntad de emplear la
trecha pero no erradicada, reconstruyó sus posiciones en los campos situados alrededor
fuerza: como, por ejemplo, en 1993, cuando, en el intento de obligar al Líbano a expul·
de Beirut y Sidón, enfrentando a Siria con la posibilidad de una nueva invasión israelí
sarde su territorio a las unidades de Hezbollah, un fuerte bombardeo empujó hacia Bei·
para destruirlos. Esta vez Siria, abandonando su política de restaurar la preeminencia
rut a medio millón de refugiados. El intento fracasó y las acciones de Israel dieron más
maronita y sunní, promovió una alianza del Partido Chiíta Ama! de Nabih Berri con
popularidad a Hezbollah de la que habría obtenido en caso contrario.
los drusos dirigidos por el hijo de Kemal Jumplatt, Wallid, pero los palestinos opusieron
Las elecciones de 1992 demostraron la fuerza de los chiítas pero también su división
fuerte resistencia a los intentos de desalojarlos de los campos y restablecieron su pre-
entre Ama!, de Nabih Barri, el gmpo más importante, y Hezbollah, cada uno de ellos con
sencia armada en los mismos. La alianza drusochiíta expulsó a los maronitas de Beirut
su propio ejército. A al·Hoss le sucedió como primer ministro Rafiz al-Hariri, un rico
occidental, pero no a los palestinos. Las contrariedades de Siria aumentaron con las
hombre de negocios que contuvo la inflación, mantuvo los impuestos y el desempleo en
actividades subrepticias de su supuesto aliado, Irán, que dividió a los chiítas entre el pro
un nivel aceptablemente bajo, alcanzó un índice positivo en la balanza de pagos, y con·
sirio Ama! y el pro iraní Hezbollah, cuyo propósito era crear un Estado islámico en Líba-
siguió ayuda e inversión extranjeras. Restauró cierto vigor en la economía urbana pero
no y utilizarlo como plataforma para la guerra contra Israel y la reconquista de Jerusa-
no pudo frenar la decadencia rural ni disminuir la carga que suponían los 250.000 pales·
lén (una política que Siria consideraba poco práctica y suicida). Ama! y Hezbollah se
tinos, en su mayoría sin hogar, sobre una población libanesa no superior a 3,5 millones.
enfrentaron en Beirut occidental y el segund.o atacó al Ejército Sudlibanés que estaba
bajo protección israelí. Además, Irán apoyó a los fundamentalistas sunníes (Tawid al
Islam) que formaron su propio ejército y se enfrentaron a las unidades sirias en Líbano.
Entre los maronitas, Gemayel era, desde el punto de vista sirio, una pieza gastada; al
LA DIPLOMACIA DEL REY HUSSEIN
unirse a Siria se ganó el antagonismo de la mitad de su comunidad, de la mitad de la
1 Tras la invasión del Líbano por Israel, el rey Hussein retomó sus esfuerzos para
Falange y de la mitad del ejército (cristiano) libanés; para todos estos grupos, Siria era
alcanzar un acuerdo entre éste y sus vecinos. El rechazo a Israel en Líbano y la derro-
tan despreciable como Israel. El falangista Samir Geaga, comandante de las fuerzas
ta de la OLP por Siria renovó las esperanzas del rey de alcanzar un acuerdo por el que
libanesas, desafió la autoridad de Gemayel, pero los maronitas, preocupados por estas
Israel cediera territorio a cambio de paz. Estas esperanzas habían sido compartidas por
divisiones internas, crearon un Consejo de Salvación para librarse de Geaga y mante-
Simon Peres, líder del Partido Laborista de Israel y jefe conjunto de la coalición for-
ner su control en Beirut oriental. Otro dirigente maronita, Elie Hobeika (antiguo
mada en 1984 con el Likud, dirigido, tras la dimisión de Begin, por ltzhak Shamir; en
comandante de las fuerzas libanesas, desplazado en 1986 por Geaga), también se acer~
un acuerdo para compartir competencias, Peres fue primer ministro desde 1984 a
có a Siria. Viajó a Damasco y pactó una tregua con chiítas y drusos, aceptando el pro-
1986, año en que cambió su puesto con Shamir y se convirtió en ministro de Asun-
grama político sirio: igualdad entre cristianos y musulmanes, reducción de los poderes
tos Exteriores. Estas esperanzas, sin embargo, eran infundadas. Entre las bases de
del presidente maronita, y una relación especial entre Líbano y Siria. Pero estas manio-
dicho acuerdo se incluía que ninguna de las partes podría llevar a cabo una nego-
bras no consiguieron restaurar la unidad en el Líbano ni poner fin a la lucha. El presi-
ciación que la otra parte no aceptara. El Likud, aunque aparentemente dispuesto a
dente Gemayel, con quien no se había consultado, rechazó el acuerdo con Beri y Jum-
discutir un cierto grado de autonomía para los palestinos, insistía en mantener el con-
blatt, y los maronitas repudiaron a Hobeika a favor de Geaga. En 1987, los maronitas
trol sobre todos los territorios conquistados desde 1967 y en negociar solamente con
asesinaron al primer ministro sunní, Rashid Karawi, y fomentaron en Beirut oriental
Jordania. Desde el comienzo, Israel se había negado a aprobar un Estado palestino y
una resuelta y agresiva hostilidad contra los sirios, que regresaron en gran número.
a establecer negociaciones con la OLP o con un equipo formado por Jordania y la
El Líbano estaba dividido en tres, y posteriormente en cuatro. En el sur, Israel apo·
OLP. Hussein, por su parte, consideraba que la paz no era posible o sostenible sin la
yaba a su gobierno títere bajo control militar cristiano. El resto del país tenía gobierno,
participación de los palestinos, y consideraba a la OLP como representante de los
rivales dirigidos por el sucesor de Karami, Selim al-Hoss (sunní) y Michel Aún (coman-
mismos. Esta perspectiva la apoyaban los gobiernos occidentales, mientras que Esta·
dante cristiano del ejército libanés). El principal objetivo de Aún era expulsar a los
dos Unidos, fiel a la insistencia israelí, interpretaba las conversaciones directas como
30.000 soldados sirios, para lo cual recibía el apoyo del eterno rival de Siria, Irak. La
conversaciones entre Israel y Jordania exclusivamente, sin ninguna otra conferencia
lucha aumentó. En 1989, lo que quedaba del Parlamento libanés elegido en 1972 se
internacional. Dado que uno de los principales elementos de cualesquiera conversa·
reunió en Taif, Arabia Saudí. Su objetivo era un nuevo comienzo para el Líbano, des-
dones de paz era la cesión de territorio ocupado por Israel, no a Jordania sino a los
pués de quince años de guerra civil, invasión extranjera y desintegración progresiva.
palestinos, el modelo estaba desequilibrado a no ser que Jordania abandonara su exi·
Aceptó los principales cambios de la política libanesa, dejando la presidencia a los
gencia de incluir a la OLP, lo que obligaría a ésta a dar a Hussein una autorización
maronitas pero ofreciendo más competencias al primer ministro sunní y más escaños
abierta para negociar el destino de los palestinos independientemente de ellos mis·
parlamentarios a los chiítas, la comunidad mayor. El presidente Elias Hrawi destituyó a
mos. En estas circunstancias, la tarea de Hussein consistía en llegar a la sala de con-
Aún, pero su ejército permaneció fiel al mismo. Aún y Geaga lucharon entre sí hasta
ferencias mediante un diestro rodeo, y no es extraño que fracasara.
que el bombardeo con misiles sirios obligó al primero a rendirse, en 1990; el enfrenta·

370 371
Comenzó por alcanzar un acuerdo con la OLP sobre la base de territorio a cam- aquélla aceptase la resolución 242 y renunciara a la violencia¡ una tardía conversión
bio de paz y de convocar una conferencia internacional que incluyera los cinco al desaparecido plan de Hussein. Pero éste, cada vez más ocupado con la guerra entre
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Israel y una delega· Irán e lrak se lavó las manos respecto a la OLP; Peres llegó al final de su mandato
ción conjunta de Jordania y la OLP. Esta fórmula enterraba a la OLP en medio de como primer ministro, y la OLP contestó a la iniciativa estadounidense pidiendo a la
una amplia asamblea pero rechazaba implícitamente la fórmula israelí de negocia- URSS que respaldara públicamente el derecho de los palestinos a la autodetermina-
ción directa y, al no hacer referencia a la resolución 242 del Consejo de Seguridad, ción, es decir, a un Estado propio. En 1987, el Consejo Nacional Palestino revocó el
se enfrentaba a su exigencia de un reconocimiento previo del derecho de Israel acuerdo firmado en 1985 entre Arafat y Hussein, y exigió un Estado palestino inde-
a existir como Estado. La maniobra de Hussein no obtuvo más apoyo entre los paí· pendiente y representación propia e independiente en cualquier conversación de paz.
ses árabes que el de Egipto (todavía condenado al ostracismo debido a la omisión por A finales de 1987 los palestinos de los territorios ocupados por Israel sorprendieron a
Sadat del problema palestino en los acuerdos de Camp David) y dividió a la OLP. En todos, incluidos los israelíes, con un levantamiento propio, la entifada. Comenzó con un
1985, Hussein realizó una de sus repetidas visitas a Washington para asegurar a Esta- accidente de tráfico en Gaza, donde las condiciones de vida de los palestinos eran parti·
dos Unidos que la OLP respaldaría la resolución 242. También pidió armas. Reagan cularmente duras y la brutalidad policial especialmente llamativa. Lanzaron piedras, prin·
se negó a modificar la fórmula estadounidense-israelí de negociaciones directas pero cipalmente niños, y los israelíes contestaron abriendo fuego y matando gente. El levan·
alarmó a Israel al aceptar suministrar a Jordania misiles y aviones. Su rechazo de los tamiento se extendió a la Cisjordania y a Jerusalén, y provocó en los sorprendidos israelíes
planes de conferencia de paz puso el penúltimo clavo en el ataúd de las mismas, y más una respuesta tan dura que la ya maltrecha reputación de éstos se vio seriamente dañada
adelante se hundieron por completo cuando incluso un árabe moderado como el rey en todo el mundo, e incluso los gobierno protestaron públicamente. Israel no fue capaz
Fahd se negó a asistir a una reunión árabe para discutir sobre los mismos. de sofocar la entifada. Ésta no consiguió nada más concreto que el anuncio violento de las
Hussein culpó a la OLP de este fracaso. Animados por su recuperación parcial en el quejas palestinas. La llegada, a finales de los ochenta, de miles de judíos procedentes de
Líbano, los líderes más combativos de la OLP eran partidarios de llamar la atención sobre la URSS endureció las actitudes de ambos bandos: 200.000 inmigrantes en 1990 y una
su causa mediante actos violentos. En un incidente en Chipre mataron a tres israelíes. marea creciente plantearon a Israel una demanda de alojamiento y empleo que no podía
En 1985 cuatro palestinos embarcaron en Génova en el barco italiano Achille Lauro, que satisfacer. Israel estaba perdiendo el control sobre el sur del Líbano y la crisis de Kuwait
zarpaba para un crucero en el Mediterráneo oriental. Tenían intención (según declara- significaría un aumento de sus preocupaciones, al permitir que Siria consiguiera atraer en
ron más tarde) de desembarcar en Ashdod, Israel, y allí llevar a cabo una destrucción Washington cierta buena voluntad (si bien limitada y poco generosa) con su contribu-
espectacular de bienes y vidas israelíes. Sin embargo, fueron descubiertos a bordo antes ción a la reunión de fuerzas armadas en Arabia Saudí contra lrak. Y Jordania, que en un
de llegar a su destino, y por esa razón (y aparentemente en una decisión repentina) tiempo había sido interlocutor de Israel, estaba desapareciendo de la escena.
secuestraron el buque y exigieron la liberación de una serie de palestinos prisioneros en La entifada y la manera israelí de presentarle frente hicieron que el rey Hussein aca-
Israel. Uno de los secuestradores mató a un pasajero estadounidense. Alarmados por este bara por desentenderse de Cisjordania, dejando a Israel con la responsabilidad plena
giro de los acontecimientos, los dirigentes palestinos (de manera notoria Abu Abbas, sobre sus asuntos y acentuando la transfomiación de la propia Jordania en un anexo de
socio de Arafat, si bien no siempre de acuerdo con él) ordenaron a los secuestradores que la hostilidad palestina contra Israel. Hussein solicitó el apoyo de lrak frente a un Israel
devolvieran el mando al capitán y desembarcaran en Egipto, desde donde se les aseguró cada vez más beligerante. Estados Unidos, que estaba aportando una ayuda de 2.000
que serían trasladados a lugar seguro (presumiblemente Túnez). Esta resolución del inci- millones de dólares anuales (a pesar de las leyes que prohibían la ayuda agobiernos que
dente fue posible gracias al presidente Mubarak, quien aportó los medios para que los quebrantaran los derechos humanos), se sintió avergonzada por el comportamiento isra·
secuestradores pudieran dejar el Achille Lauro y salir de Egipto. Pero los estadounidenses, elí y por el hundimiento del proceso de paz, y se sintió obligada en 1989 a hacer, por
indignados por la muerte del infortunado pasajero, interceptaron el avión que conducía primera vez, declaraciones oficiales a favor de la OLP. Pero en Israel, Shamir, presiona-
a los secuestradores y a Abu Abbas a Túnez y, amenazando con derribarlo, lo obligaron do por colegas como David Levy y Ariel Sharon, retomó la misma postura que Begin
a aterrizar en Sicilia, donde soldados estadounidenses de una unidad de la OTAN inten- en Camp David. El Likud declaró que no negociaría el intercambio de territorio por paz,
taron capturar a sus pasajeros. La última parte de esta hazaña fue frustrada por los italia· que continuaría con los asentamientos judíos en Cisjordania, que nunca concedería el
nos, que arrestaron y juzgaron a los secuestradores pero permitieron que Abu Abbas voto a los árabes de Jerusalén este, y no asistiría a ninguna conferencia mientras se man-
huyera a Yugoslavia. Las consecuencias de estas aventuras fueron la caída del gobierno tuviera la entifada. Al año siguiente, Sharon aumentó su exigencia de políticas sionistas
italiano (posteriormente repuesto), el debilitamiento del presidente Mubarak, cuya claras, dimitiendo del gobierno. La coalición entre el Likud y los laboristas, que busca-
mediación le reportó la humillación de ver uno de sus aviones capturado por los esta- ba la manera de evitar una conferencia de paz sin ofender en exceso a Estados Unidos,
dounidenses, el incremento de la violencia ilegal, no sólo por parte de la OLP, sino tam- se disolvió y, tras un largo tira y afloja de los dos principales partidos con otros partidos
bién de Israel, que bombardeó la sede de la OLP en Túnez, el abandono definitivo de los religiosos menores, Shamir consiguió formar un nuevo gobierno, aunque incómoda-
planes de paz de Hussein, y un nuevo paréntesis en el que ninguna de las dos partes ofre- mente dependiente del sector fanático. El Partido Laborista estaba claramente dividido
ció propuestas viables para alcanzar la paz en Oriente Medio. entre los partidarios de Peres y los de Rabin. Arafat, sometido a una presión similar,
Al año siguiente (1986) Estados Unidos intentó relanzar el proceso de paz ofre- también se refugió en una regresión a posturas extremistas. Estados Unidos intentó usar
ciendo a la OLP la aceptación de una conferencia internacional a cambio de que a Mubarak como mediador, pero sin éxito.

372 373
La invasión de Kuwait por lrak (ver capítulo siguiente) desvió la atención a conflic· deseaba la paz con Jordania y Siria, pero se oponía rotundamente, como siempre, al reco-
tos más urgentes. Resultó también un nuevo revés para la siempre tenue perspectiva de nocimiento de una identidad palestina independiente. Estaba dispuesta a hacer canee·
unidad y paz entre los árabes. Pero desde la decadencia del poder otomano, y más espe- siones mínimas a los palestinos para satisfacer las exigencias norteamericanas y alcanzar
cíficamente desde la creación de la Liga Árabe en la década de 1940, se habían propuesto acuerdos de paz con sus vecinos, pero no a aceptar, ni siquiera discutir, el Estado palesti·
alcanzar la unidad, y cada vez que no lo conseguían se sentían defraudados y soportaban no incluido en el plan de partición de la ONU que Israel había afirmado aceptar en 1948.
las burlas externas. El final de la década de 1970 había sido una mala época desde este La guerra del Golfo había aliado a Siria y Egipto con Estados Unidos y condenado al
punto de vista. Egipto, el país árabe más prestigioso, se vio repudiado por su política de ostracismo a Jordania y la OLP (que apoyó la acción de la ONU para obligar a lrak a
Camp David, y ni siguiera recibió invitación para asistir a la conferencia árabe celebra- abandonar Kuwait pero no el ataque directo a aquél ni el intento de destituir a Saddam).
da a finales de 1980. Siria soportó también la etiqueta de desviada debido a su interven· Estados Unidos intentó aplacar a los árabes oponiéndose al asentamiento israelí en los
ción en el Líbano, y sólo la apoyaban Libia y Argelia en el extremo occidental y Yemen territorios ocupados y apoyando el principio de tierra a cambio de paz. Consiguió que Israel
en el extremo meridional. En la primera guerra del Golfo, Arabia Saudí, arrastrando con- participara en una conferencia de paz mediante una mezcla de concesion.es (la no in~e­
sigo a todos los países del área, apoyó a lrak contra Irán, mientras que Siria apoyó a Irán; pendencia para los palestinos) y coerción (retirada de un aval de 10.000 millones de dola-
Jordania se puso de parte de lrak con inesperada claridad. Cuando terminó la guerra, el res para financiar el asentamiento de judíos soviéticos). El gobierno del Likud estaba divi-
rey Hussein se embarcó en un intento de remodelar la política del mundo árabe. Sus dido en cuanto a aceptar la cesión de tierra por paz, pero unido en su negativa a aceptar
objetivos eran la pacificación en Oriente Medio y la: conservación de su propio reino: una delegación palestina para las conversaciones de paz y en las vacías propuestas de auto·
ambos interrelacionados. Al norte y al oeste el rey se enfrentaba a enemigos en Siria e nomía para los palestinos. Tras muchas discusiones se estableció la conferencia de Madrid
Israel; al sur se encontraba la monarquía saudí, enemiga anéestral de los hachemíes; al en 1991, trasladada más tarde a Washington, donde las discusiones sobre la disposición de
este se ubicaba lrak, que se fortalecía bajo un líder tan ambicioso como impredecible pero asientos redujo la conversación a encuentros en los pasillos. Estas conversaciones consti-
por quien el rey sentía amistad y una infundada confianza; y un poco más lejos estaba tuyen poco más que~ una farsa, y la muerte en el Líbano del líder de Hezbollah, Sheikh
Egipto, que fue readmitido en la Liga Árabe en 1989. Durante sus arduos pero infruc- Abbas Musavi, a manos de los israelíes, a comienzos de 1992, produjo nuevos, si bien tem·
1 tuosos esfuerzos para abrir conversaciones de paz entre los palestinos e Israel, el rey había porales, obstáculos. Meses después, el Partido Laborista israelí derrotó al Likt~d en las elec:
perdido su fe en Estados Unidos y se había convencido de que los árabes debían poner- dones generales (obteniendo 44 escaños en el Knesset frente a los 32 del L1kud) Yformo
se de acuerdo y tomar una iniciativa propia. Por invitación suya los presidentes de Egip- un gobierno con partidos menores y con ltzhak Rabin como primer ministro.
to e Irak, y del recientemente unificado Yemen, se reunieron en Ammán a comienzos de Los principales objetivos de Israel se mantuvieron (alcanzar un acuerdo con Jor-
1990. Pero unos meses después sus dos huéspedes principales torpedearon sus planes y dania y Siria, y aislar y dividir a los palestinos), pero las tácticas cambiaron, ya que
pusieron en peligro su trono: Saddam Hussein invadiendo Kuwait, y Mubarak uniénclo- Rabin se declaró dispuesto a negociar con Siria la ocupación de los Altos del Galán.
se precipitadamente al ejército organizado por Estados Unidos en Arabia Saudí. El rey Pero este comienzo, que parecía diseñado para alcanzar un rápido acuerdo con Siria,
condenó la invasión y la toma de rehenes por parte de lrak, insistió en que se retirara y fracasó cuando resultó significar una reducción de las tropas israelíes, no su retirada
restaurara la independencia kuwaití y apoyó las sanciones de la ONU; pero siguió impor- ni una cesión de territorio ocupado. Sobre Palestina, Rabin propus~ un experimento
tando petróleo iraquí por necesidad, y fomentó el continuo suministro de alimentos y quinquenal durante el que la autoridad local palestina tendría competencias limita·
medicinas a lrak. También siguió propugnando una resolución exclusivamente árabe de das sobre (principalmente) servicios sociales, pero poca autoridad política o compe-
la crisis. Su actitud resultó popular en Jordania pero en ningún otro lugar, e incluso en el tencias sobre orden público. Se rechazaron las discusiones sobre Jerusalén, Y la posi·
país su posición de vio debilitada por la adición de nuevos problemas económicos a los ción de la OLP continuó sin resolver para los israelíes.
anteriormente existentes. En un nuevo intento de representar el papel de intermediario Ni Rabin ni Arafat se encontraban en una posición de fuerza. Ninguno de ellos tenía
honrado se encontró con el desaire del presidente Bush y la recepción escasamente cor- apoyo suficiente para llevar a cabo un pacto significativo, y tampoco esta~a claro que
tés de Margaret Thatcher. La crisis de Kuwait fue una cruel demostración de que era el desearan dicho pacto. Arafat y la OLP estaban gravemente devaluados debido a su pos·
estadista mejor intencionado pero más ineficaz de Oriente Medio. tura en la guerra del Golfo, además de su continuo fracaso de obtener un Estado pales·
La guerra del Golfo (ver capítulo siguiente), junto con la extinción de la influencia tino. El prestigio de Arafat había alcanzado el culmen en la década de 1970, cuando
rusa en Oriente Medio, animó a Estados Unidos a buscar un amplio acuerdo de paz entre consiguió una categoría cercana a un jefe de Estado y estableció vínculos formales con
Israel por una parte, y sus vecinos árabes y los palestinos por otra. Con Egipto ya estaba la Comunidad Europea ( 1974 ). Pero cinco años más tarde los acuerdos de Camp David,
,4 en paz. Con Jordania no se habían declarado hostilidades en más de cuarenta años; este aplaudidos por la CE, debilitaron su posición al no conceder a Palestina más que vagas
país incluso se había beneficiado de la creación de Israel aumentando su territorio, y expresiones. Recuperó parte de su prestigio político cuando la CE confirmó en Venecia,
había estado tentado de aumentarlo aún más a costa de los palestinos. El caso de Siria era en 1980, su apoyo a la resolución 242 del Consejo de Seguridad, pero su escenario se
diferente, ya que estaba determinada a recuperar el territorio conquistado por Israel y, de había estrechado debido no sólo a la presencia de grupos más combativos, sino también
forma menos clara, albergaba deseos de reconstruir la Gran Siria a costa no sólo de los a la entifada, cuyos líderes parecían representar, para los israelíes en particular, un lide-
palestinos y el Líbano, sino también del propio Israel. La reivindicación y las aspiracio- razgo palestino alternativo. Por tanto, Arafat era a comienzos de los noventa un líder
nes palestinas crearon vínculos entre Israel y Jordania, pero no entre aquél y Siria. Israel indeciso acerca de sus próximos movimientos. Aun así, era todavía el dirigente palesti·

374 375
no reconocido internacionalmente; y los palestinos todavía superaban en número a los vaban el derecho a operar en espacios intervenidos que comprendían dos terceras par~
israelíes en Oriente Medio, y suponían casi la quinta parte de los habitantes de Israel. tes de Cisjordania. A la policía palestina se le negó el derecho a detener a israelíes. A
La victoria electoral de Rabin no le había proporcionado la mayoría en el Knesset y comienzos de 1996 debían elegirse un Consejo Palestino y el presidente de un ejecuti-
era probable que perdiera su ventaja parlamentaria electoral si hacía las más mínimas vo palestino. El mapa resultante fueron dos cadenas dispersas y hostiles de poblaciones
concesiones a la OLP. Aun así, la decadencia de Arafat y la OLP le ofrecieron una opor- palestinas y asentamientos israelíes, todo ello bajo control efectivo de Israel. Para los
tunidad, aunque arriesgada: desacreditar aún más a los principales dirigentes palestinos refugiados palestinos, la mayoría todavía en campos, no hubo nada. Acerca de la cues-
sin poner en su lugar a otros nuevos y más eficaces. Rabin había esperado encontrar den- tión crucial de si al final del proceso se preveía la creación de un Estado palestino, Ara-
tro de Israel otros palestinos con los que negociar una autonomía estrictamente limita- fat y Rabin se manifestaron en completo desacuerdo.
da, en un área también estrictamente limitada, pero sus esperanzas no se cumplieron. Se Para Rabin y su partido el proceso de paz parecía una senda hacia el desastre electoral,
encontró sin alternativas a la OLP, bajo una fuerte presión estadounidense para que esta- y probablemente la emprendió bajo la presión del ministro de Asuntos Exteriores, Simon
bleciera conversaciones con la OLP, Jordania y Siria, y con una ·nueva situación en la que Peres, y sin el optimismo manifestado por éste. Con mayor convicción, Rabin intentó
la alternativa a la OLP no era una dirección palestina comparativamente acomodaticia, mejorar las relaciones con Jordania con una declaración mutua de no beligerancia poste·
sino el más combativo Hamás, un grupo extremista al que no importaba acudir a la vio- rior a un acuerdo de paz. Los dos países no habían declarado hostilidades durante casi cin-
lencia y partidario de la extinción del Estado de Israel. Hamás, que alcanzó importancia cuenta años pero los estrategas israelíes estaban permanentemente preocupados por la
hacia 1990, ganó fuerza con cada manifestación de compromiso o duda por parte de Ara- posible utilización del territorio jordano para lanzar un ataque sobre Israel. Rabin y Hus-
fat y C:ada muestra de ilegalidad o brutalidad por parte de Israel (por ejemplo, la expul- sein compartían una aversión personal hacia Arafat, y de la misma forma que Ben Gurión
sión en 1992 de más de 400 palestinos de Gaza, arrestadós indiscriminadamente, a las había negociado con el abuelo de Hussein para que Jordania se apropiara de tierras asig-
tierras yermas y gélidas del sur del Líbano, quebrantando el derecho internacional). nadas al Estado palestino en el plan de partición de la ONU, también Rabin buscó la coo-
Dado que Rabin y Arafat eran irreconciliables en cuanto a: la cuestión principal de un peración de Hussein contra las reivindicaciones de los palestinos en Jerusalén concedien-
Estado palestino, no se podían iniciar conversaciones entre Israel y la OLP a no ser que do derechos de custodia sobre los lugares santos musulmanes a un organismo religioso
se desviaran hacia ótras cuestiones. Este desvío se encontró en conversaciones secretas jordano. Israel también procedió a expropiar terrenos de los alrededores de Jerusalén para
que, promovidas por el gobierno noruego, dieron lugar a la declaración de Oslo de 1993, asentamientos judíos, evitando la condena internacional sólo gracias al veto de Estados
diseñada como el principio de algo más que se mantenía diplomáticamente en secreto. Unidos en el Consejo de Seguridad. Rabin suspendió estas operaciones sólo cuando vio la
Israel reconoció a la OLP como representante de los palestinos, y aquélla aceptó el dere- amenaza de ser derrotado en el Knesset por la pérdida de los votos árabes a favor del Likud.
cho israelí de existir y renunció a la violencia. Sobre esta base, el plan de Oslo preveía tres La paz con Jordania constituyó un paso en la estrategia de Rabin de pactar la paz
fases: primero, la retirada israelí de la ciudad de Jericó y de la franja de Gaza, y la trQ,nsfe- con los vecinos de Israel para enterrar la exigencia de un Estado palestino, además del
rencia de competencias a la OLP; segundo, celebración de elecciones en el plazo de tres israelí, en el antiguo territorio del protectorado de Palestina. Pero la clave de esta
meses para nombrar a las autoridades palestinas de la zona; y finalmente, discusiones sobre estrategia no estaba en Jordania, sino en Siria. Jordania no tenía una reivindicación
el futuro de Jerusalén y de los 140 asentamientos en los territorios ocupados. A pesar de válida o plausible de territorio que hubiera formado parte del protectorado, pero Siria
su imprecisión y de los serios obstáculos, se llevaron a cabo las negociaciones para el cumpli- sí. El primer objetivo de Assad era recuperar los Altos del Galán, pero Siria tenía el
miento de la primera fase, e Israel retiró sus tropas de las dos áreas designadas. Pero las propósito más antiguo de reconstruir la Gran Siria. Era, como Israel, un país irreden-
otras fases estuvieron plagadas de problemas, debido a la hostilidad de Hamás, que intenta- tista, y sus horizontes abarcaban Israel, Líbano y parte de Jordania. Assad sabía, y
ba desacreditar a Arafat y destruir a la OLP, a la renuencia de Rabin a proceder de manera Rabin temía, que había una alternativa a la paz con Israel. Con ayuda de Irán o Pakis·
más rápida de lo que le interesaba, y a la confiscación acelerada de tierras en los territo- tán podría amenazar con crear una segunda potencia nuclear en Oriente Medio, lo
rios ocupados para establecer más asentamientos judíos. Para Israel, la cesión de Gaza era que eliminaría el monopolio israelí y minaría su defensa estratégica.
una buena forma de librarse de un área indigente y violenta, de la que no obtenía benefi- En 1995, la existencia de Israel dependía, como en el medio siglo anterior, del dine-
cio y sí cierto descrédito, cuya transferencia podría servir para exponer los defectos de Ara- ro estadounidense y de las armas. El gasto militar israelí superaba los 7.000 millones de
fat como posible jefe de Estado. La cesión de Jericó, por el contrario, no fue bien recibi- dólares anuales y se había reforzado, gracias al apoyo y financiación estadounidenses,
da, ya que auguraba la cesión de otra buena parte de la Cisjordania al gobierno palestino. con annamento nuclear. Pero no se podía esperar con seguridad que continuaran las
La segunda fase de este período de paz se llevó a cabo, si bien con más de un año de subvenciones estadounidenses al mismo ritmo de 3.000 millones de dólares anuales, y
retraso, a finales de 1995 cuando seis ciudades y varios cientos de pueblos y aldeas de la el armamento nuclear israelí estaba provocando que los países árabes y otras naciones
Cisjordania fueron cedidos a una {limitada) administración palestina; se excluyó, sin musulmanas se dirigieran hacia una carrera regional de armamentos y hacia la quiebra.
embargo, Hebrón, la principal ciudad del sur y escenario en 1994 de la muerte de vein- Y sin embargo la política de Rabin no parecía diferente de la de su predecesor, Shamir,
tinueve musulmanes en una mezquita a la vista de la policía israelí, donde los colonos que había confesado su objetivo de retrasar durante diez años las conversaciones de paz
israelíes consiguieron un régimen mixto. La nueva área bajo autoridad palestina era un con los palestinos. Rabin se encaró muy lentame~te (si llegó a hacerlo) con la necesi·
mosaico en el que las seis ciudades estaban separadas entre sí, sus suministros de agua y dad de firmar la paz con Siria cediendo los Altos del Galán y arriesgándose así a perder
otras necesidades estaban controlados por Israel, y la policía y el ejército israelí conser- las elecciones programadas para 1996; en ellas, por enmienda constitucional de 1992,

376 377
¡¡
el primer ministro sería por primera vez elegido mediante votación popular directa. Pero
su complicada y dubitativa búsqueda de una fórmula que combinara seguridad y paz lle-
gó a su fin en 1995, cuando fue asesinado por un joven israelí que no tenía dudas de que
sus intentos de alcanzar la paz eran equivocados y pecaminosos.
XII Las guerras
del Golfo

Irán es en lenguaje tradicional una parte de Oriente Medio, pero no es bajo ningún
concepto una parte del mundo árabe. Recuerda la conquista árabe del siglo XVII con más
resentimiento que la conquista mogola que es 600 años más reciente. Es el único baluar·
te del islam chiíta, desviación tensa y aguda de la ortodoxia sunní. Único porque el chiís·
mo, aunque mayoritario en Bahrain, Irak y quizá también en Omán, está en todos sitios
excepto en Irán sujeto a una dinastía o una clase dirigente sunní. Irán tiene mucho petró-
leo, pero a diferencia del mundo árabe, su riqueza no consiste exclusivamente en el
petróleo. Los iraníes que detentan el poder gobiernan sobre una heterogénea diversidad
de razas y religiones. Nunca ha estado el país sujeto a imperialismos occidentales, si bien
se ha visto en ocasiones obligado a humillarse ante ellos, particularmente ante Gran Bre-
taña y Rusia. La sed mundial de petróleo le ha dado los medios para convertirse en una
potencia industrial y militar sin ningún parangón en la región circundante.
Si la historia y la geografía han hecho a Irán receloso tanto de los británicos como
de los rusos, el petróleo le ha hecho desconfiar fundamentalmente de los primeros. En
la Segunda Guerra Mundial, ambas potencias, Gran Bretaña y la URSS, ocuparon
Irán alegando razones de necesidad estratégica (los iraníes opusieron resistencia
durante tres días}, y obligaron a abdicar al fundador de la nueva dinastía iraní, Reza
Sha Pahlavi, que se exilió en Mauricio y murió más tarde en África del Sur, en el año
1944. Su hijo y sucesor, Muhammad Reza Pahlavi, no había tenido ni tiempo ni opor-
tunidad de dejar huella en su pueblo cuando la guerra y la ocupación llegaron a su fin.
El tratado de 1942 que había sancionado la ocupación extranjera estipulaba la retira-
da de los británicos y rusos seis meses después del cese de las hostilidades. Los rusos
intentaron mantener su influencia en la provincia de Azerbaiján, relativamente rica,
tradicionalmente hostil al gobierno central y situada en la frontera con la URSS.
También prestaron su apoyo al separatismo kurdo y es posible que hubieran abrigado
esperanzas de establecer una esfera de influencia rusa que se extendiese hacia el sur
desde la república kurda de Mahabad a través de otros territorios del Golfo Pérsico.
Les respaldaba y ayudaba el partido Tudeh, una amalgama de comunistas marxistas

378 379
con una más antigua tradición liberal que había servido de inspiración al Movimien-
to Constitucional a principios de siglo.
Las tropas británicas abandonaron puntualm,ente Irán en marzo de 1946, pero el
gobierno iraní tuvo que hacer una maniobra y emplear sus mañas para lograr que las tro-
pas rusas se retirasen. El viejo y astuto estadista Qawam·Es-Sultaneh, que se convirtió en
primer ministro en enero de 1946, visitó Moscú en febrero inmediatamente después de
una protesta iraní por el recién establecido Consejo de Seguridad, y se las ingenió para
persuadir a Stalin de que los objetivos rusos se alcanzarían más fácilmente a través de
unas buenas relaciones con el gobierno iraní que con la continua presencia de las tropas
/
rusas en el noroeste de Irán. Los rusos, a los que un acuerdo petrolífero con el gobierno
... i central satisfacía por lo menos tanto como el fomento de movimientos separatistas con-
l /
¡;~j tra él, evacuaron sus tropas tan sólo con unas semanas de retraso. Qawam inició discu-
IRÁN
) siones sobre un acuerdo petrolífero pero evitó dar ningún paso decisivo so pretexto de
i que, constitucionalmente, la decisión última correspondería al Parlamento que iba a ser
i
i elegido en seguida; asimismo, decidió posponer la celebración de las elecciones. Qawam
jugó simultáneamente a dos barajas con el partido Tudeh. Habiendo introducido a algu-
nos de sus miembros en su gabinete para apaciguar a los rusos, acogió luego favorable-
mente (por no decir que alentó) una revuelta de poderosas tribus del sur que exigían la
destitución de los ministros del Tudeh y de otros miembros de ese mismo partido que
. 1 ocupaban destacadas posiciones. La nueva Majlis (Cámara Baja del Parlamento iraní)
EGIPTO censuró a Qawam, según era de esperar, por haber iniciado negociaciones con los rusos
para elaborar un acuerdo petrolífero, negociaciones que declaró nulas y sin validez algu-
na. A pesar de estos relativos éxitos, Qawam fue derrotado y dimitió a finales de año.
Habiendo sido más listo que los rusos y habiendo visto partir también a los británicos,
'-·-·- estaba embarcándose en una política de cooperación con Estados Unidos, de los que
esperaba obtener ayuda financiera y apoyo diplomático en la tradicional búsqueda de
Irán de medios para mantener a distancia tanto a los rusos como a los británicos.

PETRÓLEO Y NACIONALISMO EN IRÁN

Los sucesores de Qawam iban, sin embargo, a verse complicados encarnizadamente


MAR ARABIGO con Gran Bretaña en una disputa en la que Estados Unidos, tras cierta vacilación inicial,
dio a Gran Bretaña un decidido y firme apoyo. Aunque Gran Bretaña había abandona-
do Irán estrictamente de acuerdo con los té1minos del tratado de 1942, las relaciones
o 500 km
,__ __ ___] anglo-iraníes se vieron enturbiadas por la exiStencia de la Compañía Petrolífera Anglo·
lraní (Anglo-lranian Oil Company), que tenía un monopolio de los yacimientos de
petróleo conocidos de Irán y en la que el propio gobierno británico tenía una sustancial
suma de acciones. Esta insólita relación dio a la compañía un matiz político e involucró
En servicio
al gobierno de Gran Bretaña en asuntos comerciales, dos circunstancias novedosas que
Cerrado no eran, a ojo de los iraníes, ni naturales ni gratas consecuencias de la concesión que se
había otorgado a un individuo privado a comienzos de siglo. El descontento iraní se
En construcción incrementó aún más debido a la sospecha de que esta rica y extranjera compañía vendía
o Proyectado (1988) petróleo a la marina británica en condiciones excesiyamente favorables, y debido asi-
mismo al sigilo que rodeaba a la amplitud de sus ventas y en general a todas sus cuentas,
así como al hecho de no dar publicidad en el resto de Irán a los buenos salarios, condi-
12.1. Principales oleoductos del Golfo (Fuente: The lran-lraq Military Conjlict, Dilip Hero). ciones de trabajo y otros beneficios que daba a su mano de obra. Los defectos de la com·

380 381
pañía, sin embargo, no eran todos culpa suya: el no anunciar ni airear sus propias virtu·· zó a finales de 1951 un mandato que duró de manera tumultuosa y turbulenta hasta
des se debía a que, puesto que era prácticamente la única que cumplía las leyes laborales, agost? de 1953. M~saddaq era un histérico e hipocondríaco rico y aristócrata que res·
no podía atribuirse los méritos que le correspondían sin difamar a otros patronos. pondia a una amplia gama de emociones; le apoyaban los chauvinistas xenófobos los
1 La concesión heredada por la compañía se había otorgado en 1901 a un tal W K. fanátic?s religiosos, los rad'.cales tanto comunistas como no comunistas, la vieja ~ris­
D'Arcy y la compañía la adquirió antes de la Primera Guerra Mundial. El gobierno iraní trocrac1a a la cual pertenecia, y todos aquellos que desconfiaban del intento del sha de
'I había negociado y llegado a un trato para recibir un porcentaje de los beneficios netos resucitar la autoridad de la dinastía que se había degradado y envilecido con la abd1· .
., d d 1
c10n e su ~a r~ y a ocupación extranjera durante la guerra. Su instrumento político
ca
de la compañía, pero este trato resultó ser desfavorable para Irán, puesto que la partici-
pación que correspondía a este país pasó a depender del nivel tributario en Gran Breta- era un nac10nahsmo centelleante que, aunque se hubiera pretendido que sirviese de
1 ña. Le afectó además la depresión económica del período de entreguerras, y en l 9J2, pantalla, se convirtió :n la sen_tencia de sus actuaciones políticas. Si, como parece pro-
Irán pretendió cancelar la concesión. Como resultado de unas negociaciones entre Reza babI:, ~usaddaq quena combinar la nacionalización de la industria petrolífera con la
Sha y la compañía, un nuevo acuerdo, debidamente ratificado por el Parlamento iraní, contmu1dad en la contratación de técnicos extranjeros y en el recurso a las finanzas
dio a esta última una nueva concesión por un periodo de sesenta años que comenzarían ex.teriores, pronto aca~ó siendo derrotado por sus propios partidarios y defensores extre-
a contar desde 1933 (en vez de sesenta años a partir de 1901) sobre una zona sustan· mistas. Musaddaq llego ~ ser una figura casi ridícula para el mundo en general y desde
cialmente reducida, y concedió a Irán royalties que se calcularían de acuerdo con la can- luego para el mundo occidental, pero en su propio país alcanzó una auténtica populari·
tidad de petróleo extraído. Hacia 1950 esta producción era de 32,5 millones de tonela- dad (independientemente de que comprara el apoyo de la multitud en la capital) e inclu-
das métricas, tres veces más que la cantidad producida en 1938; Irán era el mayor so sus adversarios políticos tuvieron que reconocer su éxito en la reducción de la
productor de Oriente Medio y la refinería de Abadán era la más grande del mundo. corrupción en los asuntos públicos. Fracasó, sin embargo, en la tarea de mantener el con·
Los ingresos obtenidos por el petróleo eran muy nec~sarios. Después de la Segunda trol en el curso de la disputa petrolífera y de mantener su confianza en sí mismo· se
Guerra Mundial, Irán se embarcó en una expansion económica, y un plan aprobado por conv.ir~ió en prisioner~ de sus propias actitudes impetuosas e irreflexivas y subestimÓ la
el Majlis en 1947 preveía el desembolso de 651 millones de dólares, de los que 242 efectividad de las sanciones económicas que el gobierno británico podía imponerle.
millones debían obtenerse del petróleo. Pero los ingresos procedentes del petróleo en La ley de r:~ci?nal_ización del petróleo expropió a la compañía británica y creó una
1947 y 1948 supusieron una decepción, a pesar del inmenso aumento de los beneficios ~ueva comparna irarn para reemplazarla. A lo largo de las discusiones y polémica con·
de la compañía, la cual, previendo problemas, inició discusiones para la revisión del siguientes, Musaddaq insistió en el reconocimiento británico de la validez del decre-
convenio de 1933. En 1949 se concertó un acuerdo suplementario: el canon se elevó t~ d.e. nacionaliz~ción como req~isito previo e indispensable para cualquier nego·
en un 50% y la compañía aceptó pagar inmediatamente 5,1 millones de libras esterli- c1ac10n sobre_ posibles compensaciones a la compañía británica. Los británicos, por su
nas de sus reservas y hacer a partir de entonces y anualmente pagos de las reservas en parte, sosteman que el decreto era ilegal e inoperante, que la titularidad de la com-
vez de esperar hasta 1993, como estipulaba el convenio de 19J3. Este acuerdo era muy pañía permanecía intacta, y que el convenio de concesión concertado en 1933 no
favorable para Irán, pero era también farragoso y complicado hasta la incomprensión y podía en justicia revocarse por un acto bilateral de una de las partes, incluso aunque
resultó inaceptable para un grupo de nacionalistas que querían dar por terminada la esa parte f~ese un Est~d~ soberano. :o~ consiguiente, Gran Bretaña no sólo exigía
concesión por completo y deseaban que la dirección y los beneficios de la industria com~ensaciones eco~omicas por la perdida de beneficios garantizados a la compañía
petrolífera pasaran enteramente a manos iraníes. El general Ali Razmara, que ocupó el en vi~tud del c.º?~erno de concesión, sino también una suma adicional en concepto
puesto de primer ministro en 1950, se abstuvo durante un tiempo de presionar al Maj- de danos y per1uic10s por la ruptura ilegal e injustificada del contraro.
lis para que aceptase el acuerdo suplementario. Cuando recomendó su aprobación --en La controversia implicaba no solamente a la compañía británica 1 sino también al
gran medida con el argumento de que Irán tenía escasez de técnicos cualificados- la gobierno del Reino Unido, que era responsable de la seguridad de los súbditos británi-
comisión especial del petróleo del Majlis exigió la nacionalización de los yacimientos cos (que. po~ían corre.r peli~ro a causa del delirio nacionalista) y qµe deseaba garantizar
de petróleo y de la refinería, y el primer ministro retiró el acuerdo. La compañía, ente- sus propios intereses financieros en la compañía británica; al gobierno le interesaba así·
rada inesperadamente de los términos que la Compañía Petrolífera Árabe-Americana mis'.11.o mantenerse firme en la defensa de los derechos británicos por temor a que la
(Arameo) estaba ofreciendo al gobierno de Arabia Saudí-términos que eran más favo· debilidad en una parte de Oriente Medio pudiese provocar ataques a los intereses de
rabies (en años buenos)-y sobre todo más fáciles de entender-, se dispuso volver a ini· ~ran Bretaña en otros lugares. Durante 1951, se hicieron diversos intentos para nego·
ciar discusiones y a simplificar el acerdo suplementario. Razmara presentó una serie de c~ar con. Musa~daq -p?r parte de la compañía británica, por parte de un emisario espe-
informes de expertos que eran contrarios a la nacionalización, pero fue asesinado en cial enviado a instancias del presidente Truman, y por parre de una delegación británi-
marzo de 1951 por un nacionalista fanático perteneciente a la secta semirreligiosa ca encabezada por un ministro del gabinete-. La administracción estadounidense se
Fidayan-lslam. Al día siguiente el Majlis votó y aprobó las propuestas de la comisión puso del lado británico tras cierra vacilación inicial. Sus simpatías hacia la causa ingle-
del petróleo y unas semanas más tarde nacionalizó la industria petrolífera. sa s~ contrarrestaban hasta cierto punto por su deseo de atraer a Irán hacia el campo
Al general Razmara le sucedió Hussein Ala, el candidato y amigo del sha que que- occidental; puesto que, por el contrario, el contencioso petrolífero amenazaba con dis·
ría evitar el nombramiento del presidente de la comisión del petróleo, el doctor tanciar a Irán de Occidente, hubo algunos estadounidenses impacientes no únicamen·
Mohammed Musaddaq, tentativa en la que el sha fracasó. El doctor Musaddaq comen- te por que Estados Unidos ofreciera su mediación, sino por conseguir llegar a un acuer-

382 383
do sin necesidad de obtener todo lo que Londres consideraba adecuado y convenien- participación del 40% en este consorcio y recibió de sus siete asociados la cantidad de
te. Pero el extravagante histrionismo de Musaddaq le enajenó las simpatías estadouni· 214 millones de libras esterlinas por el restante 60% que compraron y se repartieron
denses, y una visita que realizó a Nueva York (para pronunciar un discurso ante el entre ellos. La compañía británica debía recibir asimismo a lo largo de los años 1957-
Consejo de Seguridad) y a Washington en octubre de 1951 no le reportó ningún bien 1966 la cantidad de 25 millones de libras del gobierno iraní en concepto de indemniza·
y sí en cambio algún daño. Sus coqueteos con Moscú y la deuda contraída con los ción por las pérdidas sufridas desde la nacionalización. Se otorgó al consorcio un con-
comunistas iraníes ayudaron a persuadir los planes de los estadounidenses de que trol efectivo sobre la refinería de Abadán y los principales yacimientos de petróleo
debían hacer causa común con los británicos y apoyar a los enemigos internos de durante veinticinco años, con una serie de opciones de renovación, y éste se compro·
Musaddaq para derrocarle. · metió a pagar al gobierno iraní el 50% de sus beneficios. De esta forma, se daba satis·
En último extremo, el curso de la disputa no lo determinó la rectitud o falta de facción a la doctrina nacionalista, los consumidores veían aseguradas sus necesidades y
rectitud legal, sino la escasa inclinación de Gran Bretaña a utilizar la fuerza (excepto los productores sus ingresos. Las relaciones diplomáticas entre Irán y Gran Bretaña se
para proteger a los súbditos británicos); la incapacidad de la compañía iranf para ven- restablecieron plenamente a principios de 1954. Musaddaq pasó los dos años siguientes
der el petróleo iraní ante los obstáculos interpuestos por la compañía británica y la en la cárcel.
falta de solidaridad entre los productores; y el hundimiento económico del régimen
de Musaddaq, que, privado de los ingresos que le proporcionaba la compañía británi-
ca, fue incapaz de hallar recursos monetarios alternativos. Al no lograr obtener cré- EL GOBIERNO DEL SHA
ditos de Estados Unidos ni del Banco Mundial, Musaddaq recurrió al renombrado
Hjalrnar Schacht, que le juzgó -tras trabar conocimiento éon él durante unos cuan- La caída de Musaddaq fue una victoria para el sha. Los partidarios de izquierdas de
tos días, en septiembre de 1952- como uno de los hombres más sabios de aquel tiem- Musaddaq fueron perseguidos con una saña encarnizada y el sha impuso gradualmen·
po, pero no pudo ayudarle. Mientras tanto, algunos de los· alidadas de Musaddaq te la supremacía del trono, primero mediante el gobierno militar que duró hasta 1957
comenzaban a vacilar. Fue nombrado de nuevo primer ministro en julio de 1952 tras y más tarde a través de una serie de primeros ministros que o eran sumisos o eran
1
una dimisión rutinaria a raíz de la convocatoria de un nuevo Majlis, pero los rniern· expulsados. La muerte del único hermano del sha a finales de 1954 puso en peligro la
bros de esta Cámara se mostraron algo reacios a otorgarle los plenos poderes que soli- dinastía y obligó al sha, que no había tenido descendientes, a divorciarse de su segun·
citaba. Cuando el sha se negó a darle el Ministerio de la Guerra, dimitió. Pero da mujer y casarse con una tercera que le dio un hijo un año después. Fortalecido de
Qawarn, que le sucedió, sólo supo permanecer en el puesto cuatro días, tras los cuales esta forma, el sha comenzó a desarrollar una política de distribución de la tierra y
hubo de emprender el vuelo; la multitud se manifestó a favor de Musaddaq, el Majlis reforma agraria que era tan impopular entre las clases terratenientes y el Majlis
acordó por votación concederle plenos poderes, y el mismo trono pareció peligrar. (donde éstas estaban ampliamente representadas) que el sha prescindió del Parla-
Sólo el ejército tenía capacidad para quitarle el poder, y lo hizo un año después. . mento durante dos años entre 1961y1963. En 1963 se sintió lo suficientemente fuer-
El triunfo de Musaddaq había puesto de manifiesto su dependencia con respecto a te corno para celebrar un plebiscito que confirmó su ascendiente personal y el decli-
las masas, sin que por ello disminuyera su dependencia financiera con respecto a los ve del poder de los notables provinciales. Por razones diversas siguió existiendo
británicos que, a su vez, se veía condicionada por la dependencia de Musaddaq con malestar en el mundo de los políticos urbanos, los jefes tribales y los jóvenes de buena
respecto al ultranacionalista Mullah Kashani, que se había convertido en presidente educación, pero los ingresos del petróleo aumentaron y el producto nacional bruto de
del Majlis y no consentiría un acercamiei:1to a Gran Bretaña. Antes de que termina· Irán comenzó a registrar un índice de crecimiento anual del orden de un 7%.
se 1952, Musaddaq y Kashani se habían enemistado. Al año siguiente, Musaddaq En el terreno de la política exterior el sha tenía que decidir si se adhería al Pacto
triunfó sobre Kashani y disolvió el Majlis pero no logró imponerse al sha. En agosto, de Bagdad, identificando de ese modo a su país con el Occidente. Tomó la determina·
el sha destituyó a Musaddaq y nombró al general Zahedi en su lugar. Tres días después, ción de hacerlo en 1955, después de convertirse en el primer receptor de la ayuda del
tanto el sha corno el general se veían obligados a marcharse pero, mientras que el sha Punto Cuarto Estaclounidense, y en 1959 realizó una visita de Estado a Londres y reci-
se fue ; Roma, el general se retiró a sólo una corta distancia y al cabo de una semana bió al presidente Eisenhower en Teherán. Tras un breve período de frialdad, las rela·
desde su nombramiento inicial como jefe de gobierno volvió para poner fin al régi- dones ruso-iraníes mejoraron y en 1963 el presidente Breznev fue asimismo recibido
men de Musaddaq de una vez por todas. Musaddaq había sido primero acosado por oficialmente en la capital iraní, como recordatorio de que el tiadicional recelo entre
fuerzas externas y luego expulsado por fuerzas internas. El sha también regresó. Ape- los dos países tenía que tener en cuenta el hecho de que Irán compartía con la URSS
nas se disimuló la mano que Estados Unidos había tendido y no se había olvidado una larga frontera que estaba indefensa y que ponía la mirada en las rutas comerciales
cuando el sha se vio obligado a huir una vez más, veinticinco años más tarde. del norte para la exportación de la producción de sus provincias septentrionales. El sha
Pronto se logró la paz en la disputa del petróleo. Se elaboraron nuevos acuerdos basa- se comprometió a no permitir la instalación de misiles nucleares en Irán y, sin aban-
dos, irónicamente, en el reconocimiento del decreto de nacionalización iraní. La com- donar el CENTO (en lo que el Pacto de Bagdad se había convertido) ni unirse al grupo
pañía petrolífera iraní siguió existiendo y manteniendo la propiedad del petróleo. Se de países no alineados, se orientó hacia una posición inás independiente en la políti-
creó un consorcio constituido por ocho compañías extranjeras, concretamente británi· ca mundial. Hacia 1969-1970 estaba capacitado para desempeñar un papel decisivo en
cas, francesas y estadounidenses. La compañía británica aceptó, no sin objeciones, una la configuración del futuro político del golfo Pérsico tras la retirada de Gran Bretaña

384 385
y, deleitándose con el papel de empresario coronado, era capaz asimismo de utilizar la asumiese la jefatura del gobierno, Bakhtiar aceptó sólo con la condición de que el
riqueza mineral del país y una economía en ascenso para convertir a Irán en una poten· sha abandonara el país.
cia militar e industrial de importancia considerable. La política del sha y todo su Si el sha era el principal artífice de su propia destrucción, el principal beneficia-
empeño consistía en el crecimiento a cualquier precio y la clave era el petróleo, si bien rio fue el ayatolá Ruhollah Jomeini, un anciano e inflexible líder religioso indignado
no era éste el único recurso del país. Tenía además una importante riqueza de gas natu- con los valores materiales del sha y animado por su odio personal nacido de la nega-
ral y de otros minerales, una agricultura próspera y estaba creando una industria tan tiva del sha a permitirle asistir al funeral de uno de sus hijos. Jomeini era el principal
rápidamente como permitían un índice de analfabetismo de un 50% y un sistema edu- portavoz de los que creían que la modernización de Irán según el modelo estadouni-
cativo lamentable. Cuando la guerra de 1973 en Oriente Medio proporcionó a los pro- dense era pecaminosa e infame. Este movimiento se hizo manifiesto a comienzos de
ductores de petróleo la excusa para elevar los precios, el sha se mostró partidario de los los años sesenta, irrumpió en forma de graves (y brutalmente reprimidos) disturbios
máximos incrementos con éxito, pero contra los deseos de árabes más cautos que no en 1962-1963, y condujo en 1964 al exilio de Jomeini -primero en Najaf, en Irak, y
estaban seguros de querer perjudicar a los países occidentales que eran sus mejores más tarde en Francia- desde donde continuó fomentando la oposición al sha. La per-
clientes. En dos años, los ingresos del gobierno iraní por barril se multiplicaron por diez sonalización de esta lucha culminó en la salida del sha del país en enero de 1979 y en
y los ingresos totales anuales derivados del petróleo se elevaron de 2.300 millones de el regreso de Jomeini. Un mes más tarde también Bakhtiar abandonó Irán.
dólares a 18.200 millones de dólares. Al año siguiente después del alza del precio del
crudo de 1973, el PNB se elevó en un 42,5%. El gasto público aumentó también, espe-
cialmente el de defensa, que se multiplicó asimismo por diez en el curso de los prime- LOS TRIUNFOS DE JOMEINI
ros cinco años de la década y superó el techo de los 10 millones de dólares; hacia 1975
Irán gastaba en defensa una proporción de su PNB mayor que la de otro país del Jomeini era todopoderoso. Otros grupos opuestos al sha juzgaron oportuno reunir-
mundo, exceptuando Israel. Los resultados de esta explosión no fueron todos felices: se y organizarse en tomo a Jomeini o, por el contrario, mantenerse alejados y no
1975 contempló un déficit en la balanza de pagos de casi 1.000 millones de dólares. El dejarse ver. Jomeini proclamó una república islámica e instituyó un régimen todavía
despilfarro y la corrupción florecieron en la misma proporción; se desató la inflación. más intolerante que el del sha, aunque posiblemente menos cruel y sanguinario, y
Los que se veían afectados por dicha inflación y eran menos capaces de hacer carrera menos corrupto. Designó como primer ministro a Mehdi Bazargan, un devoto seglar
de la corrupción hubieron de ser compensados, y así los salarios prácticamente se con una educación científica, pero no había de hecho un gobierno central. Bazargan
duplicaron en 1974-1975 con la habitual pesadilla cíclica: demanda de productos, fue hostigado por la izquierda y por la derecha, por los kurdos y por las minorías ára··
oferta insuficiente, elevación de precios y aumento de exportaciones para llenar las bes, y por manifestaciones del propio ayatolá que contradecían las suyas. Jomeini se
lagunas, nuevas elevaciones de precios y nuevas demandas de aumento de salarios. El había retirado a la ciudad santa de Qum, desde donde dominaba la escena con decla-
sha, que había sido drástico en su trato con la aristocracia terrateniente a comienzos raciones esporádicas y permitía que prevaleciese una especie de gamberrismo religio·
de la década de los sesenta, mostraba signos de descontento imperial con los nuevos, so. Los comités islámicos locales se dedicaban a acorralar y ejecutar a todos aquellos
ostentosos y corruptos ricos, y acariciaba planes para entregar la mitad de la propiedad a los que la denuncia y la delación exponían a su cólera indiscriminada. En noviem-
y beneficios de la industria a los trabajadores. Sin embargo, los salarios seguían siendo bre, los radicales de Teherán invadieron la embajada estadounidense y retuvieron
irrisorios y Teherán se convirtió en una ciudad de chabolas de cinco millones de habi- como rehenes a cincuenta y tres de sus ocupantes. Este golpe iba dirigido en parte
tantes para los que la vivienda era vergonzosamente insuficiente. Las debilidades del contra Bazargan, que finalmente sucumbió, pero más abiertamente contra Estados
régimen del sha eran: la incertidumbre que rodeaba a una autocracia con un des- Unidos. Indirectamente pero de forma portentosa alarmó a los rusos, que temieron un
cendiente menor de edad; la oposición de los conservadoresmullahs; la oposición de coup de main estadounidense en Irán como represalia, en un momento en que su pro-
los estudiantes radicales y de otros sectores que ni siquiera uno de los aparatos de pio dominio sobre el vecino Afganistán empezaba a ser inseguro.
policía secreta más terribles del mundo era capaz de silenciar; y la propia negativa Restaurado el sha en el tron~ por los estadounidenses en 1953 y colmado desde
del sha a escuchar a nadie. Estaba obsesivamente preocupado por las conspiraciones entonces de todo tipo de ayuda estadounidense, fue generalmente considerado como
izquierdistas pero no veía la amenaza que suponía el clericalismo radical, y acabó un juguete e instrumento de Estados Unidos al tiempo que al gobierno estadouniden-
ignorando peligrosamente la situación de su propio país, donde el salvajismo de su se se le consideraba cómplice de su mala administración. El sha llegó a Estados Uni·
policía SAVAK y la descarada desigualdad junto con la riqueza irregularmente dos -vía Egipto y México- en busca del mejor tratamiento médico para la enferme·
adquirida consiguieron que cuando sonó la señal de alarma miles de civiles se lanza- dad que pronto acabaría con su vida, pero muchos en Irán vieron su llegada a Nueva
ran a las calles dispuestos a enfrentarse a su terrible maquinaria militar. Entre su York como un preludio de una nueva tentativa estadounidense de reinstaurarle en el
regreso en 1953 y su segunda salida y exilio en 1979, el sha llevó a cabo una revolu- trono. Además, los militares más jóvenes coincidían unánimemente con los vengati-
ción en Irán, utilizando la riqueza del país para lograr prosperidad y vitalidad; pero vos jefes religiosos en exigir la extradición del sha para ser juzgado en Irán por sus
el precipitado ritmo y la terrible falta de humanidad de esta revolución aglutinó a los supuestos crímenes contra el Estado. El secuestro de los rehenes era un acto tenden-
conservadores, radicales y liberales en contra de ella y se generó de esta forma una te a conseguir esta meta y el sentimiento antiestadounidense que ejemplificaba y ali-
contrarrevolución. Cuando en enero de 1979 el sha pidió a Shahpur Bakhtiar que mentaba resultaba útil a Jomeini para reunir bajo su mando todos los fragmentos

386 387
escindidos de la sociedad iraní. En todo momento, a lo largo de los doce meses dos pero se les dispersó, conduciéndolos a diversos lugares. El prestigio estadouniden-
siguientes, el ayatolá apoyó a los secuestradores que tenían en su poder a los rehenes se sufrió un rudo golpe. Los aliados, que preparaban sanciones como alternativa de
y cuyo afán por echarle el guante al sha y por humillar a Estados Unidos echó por tie- fuerza, se ofendieron por no haber sido avisados de que, después de todo, iba a utili-
rra los consejos más moderados de aquellos que -como Bazargan y, después de él, zarse la fuerza. Moscú se congratuló de que el mundo tuviera una nueva incursión
Abolhassan Bani·Sadr, nombrado presidente en enero de 1980- deseaban restablecer militar de la que hablar aparte de Afganistán. Los países musulmanes se siritieron
relaciones normales con Washington, aunque sólo fuera para descongelar los fondos obligados a reunirse en torno a Jomeini. De todas formas y por lo general, la situación
iraníes depositados en bancos estadounidenses y, tras el ataque de lrak, para obtener después de este fiasco no fue diferente de lo que lo había sido antes.
repuestos para sus armas. Bani-Sadr se vio obligado a emprender la huida ante una
nueva ola de terror desatada en 1981, una de cuyas primeras víctimas -entre tantas
otras- fue su sucesor. SADDAM HUSSEIN
Las potencias imperialistas suelen estar acostumbradas a aceptar con cierta ecua-
nimidad los desastres que acontecen a sus súbditos en tierras extranjeras. Pero no así En 1968, el régimen de Aref en lrak fue abolido por un golpe de Estado que colocó
el más responsable público estadounidense. No había pruebas de que los rehenes al general Ahmed Hassan al-Bakr en la presidencia. Esto supuso una victoria para el
hubieran sido maltratados, pero el mero hecho de su secuestro era considerado como Baas, pero sobre todo para Saddam Hussein al-Takriti, el bmtal hombre fuerte del
una infamia y una desgracia que no podía consentirse. La suerte que pudiesen correr nuevo régimen. Saddam Hussein pennaneció más o menos en segundo plano hasta
estos ho~bres se convirtió en una obsesión y la situación se hizo aún más tirante con 1979 en que se hizo abiertamente con el control tras una conspiración de origen oscu-
la invasión rusa de Afganistán unas semanas después. Por una parte, Estados Unidos ro (probablemente tramada por un descontento clan rival dentro del establishment
tenía interés en preservar el régimen de Jomeini porque parecía el único hombre sunní). Dirigió su mirada más hacia el sur que hacia el oeste. Su principal ambición era
capaz de evitar que Irán se desintegrase y hundiese; una guerra civil en esta conflicti- reafirmar la posición de Irak en el Golfo. Sus adversarios más importantes, por tanto,
va y delicada zona no sólo era temible en términos generales, sino también porque no eran Siria ni Egipto, ni siquiera Israel, sino Irán y Arabia Saudí, y puesto que
rpodría dar a la URSS una excusa legítima para intervenir en virtud de su tratado con ambos países contaban con el apoyo de Estados Unidos, se dirigió a la URSS y firmó
Irán de 1921. Por otra parte, Estados Unidos veía a políticos como Bani-Sadr como en 1972 un tratado para, entre otras cosas, obtener armas. Pero Saddam Hussein no
sus aliados naturales y querían fortalecerlos frente a la coalición de extremistas repre· pretendía subirse al carro soviético y tres años después concertó un acuerdo con Fran-
sentada por el ayatolá y los radicales. Washington creyó que reforzaría a los modera- cia para el suministro de un reactor nuclear, y creó una institución para la investiga-
dos mediante la imposición de severas sanciones, para lo cual, sin embargo, necesita- ción nuclear con una plantilla de 600 ingenieros. Irak, que había suscrito el Tratado
ba la colaboración europea y japonesa. Pero esta estrategia estaba viciada por un¡¡. de No Proliferación Nuclear, sostenía que se estaban observando todas las garantías
contradicción latente. fümi-Sadr estaba tratando de negociar con Europa y Japón prescritas por la Agencia Internacional de la Energía Atómica, pero los adversarios
acuerdos de intercambio de mercancías por petróleo, de modo que la tentativa esta- de lrak -particularmente lsrad- temían que se estuviera preparando para fabricar
dounidense tendente a conseguir que estos países impusieran sanciones a Irán perju· armas nucleares: la planta donde estaba siendo construido el reactor en Francia fue
dicaban a Bani·Sadr, al cual los estadounidenses esperaban poder fortalecer y apa· saboteada y un físico egipcio al servicio de lrak fue asesinado en París. lrak se volvió
ciguar. también hacia Italia en busca de ayuda para el entrenamiento de oficiales navales y
Por su parte, los aliados de Washington tenían escasa fe en la sanciones pero esta· aéreos y para la obtención de diez barcos de guerra. Dada la geografía iraquí, estos bar·
ban dispuestos a seguir las directrices estadounidenses porque, por un lado, querían cos sólo podían ser utilizados en el Golfo. Los contactos al margen de la URSS y de
mostrar su solidaridad con Washington contra lo que constituía una flagrante ruptura Europa oriental, particularmente con Alemania occidental y Japón, se intensificaron
de las prácticas diplomáticas y, por otro lado, deseaban evitar que Washington recu- tras las demostraciones y el despliegue del poderío ruso en Adén y Etiopía a finales de
rriera a la fuerza con el fin de liberar a los rehenes. Consideraban que las medidas de los años setenta.
fuerza no sólo no obtendrían éxito, sino que podrían conducir al cierre del Golfo y a Los progresos de Irak no eran exclusivamente militares. El gobierno se embarcó
la consiguiente pérdida de- los cargamentos de petróleo transportados por los barcos .también en programas de alfabetización y de educación, de formación de técnicos, de
que navegaban por sus aguas, los cuales eran mucho más importantes que el crudo expansión industrial, y en un plan agrícola destinado a permitir que lrak produjese
iraní. Irán respondió a esta amenaza de sanciones firmando acuerdos económicos con todos los alimentos que consumía en lugar de sólo una cuarta parte. Todas estas medi-
la URSS, Alemania oriental, Checoslovaquia y Bulgaria. Estos acuerdos tenían eco- das se basaban en el petróleo. El crudo proprocionaba el 98% de los ingresos de expor·
nómicamente escaso valor pero eran políticamente molestos para Occidente. ración iraquíes y financiaba el 90% de la inversión del gobierno. La producción
A comienzos de enero de 1980, el presidente Carter afirmó ante el Congreso de alcanzaba 2 millones de barriles diarios en 1973 y 2,5 millones en 1977, y antes de
Estados Unidos que la utilización de la fuerza para el rescate de los rehenes fracasaría que acabase la década llegó a alcanzar durante poco tiempo un techo de 3,7 millones.
casi con toda seguridad y podría acarrear la muerte de éstos. En abril llevó a cabo el Irak se convirtió en el segundo exportador mundial. (Las exportaciones con destino
intento. Era una apuesta y la perdió. Ocho estadounidenses murieron y se perdieron a la URSS siguieron siendo relativamente poco importantes: 220.000 barriles diarios
seis helicópteros y un avión transportador de tropas. Los rehenes no fueron asesina· en 1973, descendiendo a 70.000 en 1979.)

388 389
En 1980, Irak atacó a Irán. Entre las causas de esta guerra figuraban la debilidad de estadounidense que había constituido un factor muy destacado en la expansión del
Irán tras la caída del sha, con la consiguiente tentación de Irak de apuntarse un tanto poderío iraní. Irak, por su parte, había ido haciendo acopio de energías desde el golpe
a expensas de Irán; la profunda aversión de Saddam Hussein hacia el ayatolá Jomeini, de 1968. En 1980, Saddam Hussein derogó el acuerdo de 1975 e invadió Irán.
al que consideraba un lunático de la religión; la inquietud por las consecuencias del Cometió un error de cálculo. La guerra no fue el triunfo fácil que había esperado.
fanatismo y las intrigas de los chiítas de Jomeini entre los chiítas iraquíes, una mayoría El Irán de Jomeini no se desintegró e Irak se vio comprometido en operaciones de des-
desvalida que protagonizó graves disturbios a finales de 1979; posiblemente, la sospecha gaste que pusieron de manifiesto su debilidad y sus ambiciones. Los iraníes rechazaron
de que Jomeini había estado implicado en el fallido golpe del verano contra el régimen el ataque iraquí a pesar de la desorganización del país y de la renuncia del clero, al dar
de Saddam Hussein; y, por último, la perenne cuestión de los kurdos, una importante al ejército -un posible competidor por el poder- libertad de acción. Saddam Hussein,
minoría en Irak (18%) con molestas reivindicaciones en la región petrolífera de Kirkuk igual que Ayub Khan en Cachemira en 1965, no logró una victoria rápida que era la
y una tendencia aún más molesta a dejarse utilizar por Irán contra Irak. única clase de victoria que merecía la pena. La guerra entró en una fase de encarniza-
Saddam Hussein tenía la esperanza en 1975 de haber resuelto por fin la cuestión da lucha y terrible mortalidad. La confianza de Irak en una rápida victoria --inspirada
kurda. (Para los antecedentes, véase la nota al final de esta parte.) Después de admitir a en el caos postrevolucionario de Irán, en un intervalo de calma por lo que respecta a
los kurdos en el gabinete iraquí de 197.3 y conceder autonomía a la región de Kirkuk en los revueltas kurdas, y en unas arcas llenas como consecuencia de las alzas en el precio
1974, Irak consiguió del sha en 1975 una promesa de cesar la ayuda iraní a los disiden· del petróleo de los años setenta- resultó un fiasco y lo mismo ocurrió con el sueño de
tes kurdos. Pero Saddam Hussein no podía estar seguro de que la promesa del sha fuera Irak de dominar el Golfo y el mundo árabe. En Irán, el ayatolá Jomeini vio fortalecí·
mantenida por Jomeini, y en cualquier caso guardaba rencor por e~ precio que había teni- da su posición y arrojó al campo de batalla con implacabilidad revolucionaria y reli·
do que pagar por ella y quería retractarse de su propia promesa. Esta fue la causa inme· giosa a miles de jóvenes reclutas iraníes, insistiendo en que no aceptaría unos térmi·
diata de la guerra. Afectaba a los derechos respectivos de Irak e Irán en el Shatt al-Arab. nos de paz que no incluyesen el derrocamiento del presidente Saddam Hussein.
El Shatt al-Arab lleva las aguas del Tigris y el Éufrates al Golfo Pérsico. Estos ríos Aunque prácticamente ganó la guerra en las primeras semanas, Irak hizo entonces
estan en Irak pero el propio Shatt hace de frontera entre lrak e Irán, y en la mitad de una pausa fatídica, en la falsa creencia de que ya había vencido. Irán contuvo la prin-
1
su curso de 200 km se le une el río iraní Karun. El Shatt es la única salida de Irak al cipal ofensiva iraquí y una ampliación del frente hacia Dezful, en el norte; respondió
mar y transporta asimismo el tráfico de los puertos iraníes de Jorramshar y Abadan en atacando Basara desde el mar, y objetivos tan al norte como Mosul desde el aire; alean·
la provincia de Juzistán, cuya población la constituyen ciudadanos iraníes de raza zó éxitos limitados en los dos años siguientes; animó a Siria a impedir el paso del petró-
árabe. El Golfo, en el que desemboca el Shatt, no da directamente al mar abierto, sino leo iraquí hacia el Mediterráneo; y proclamó en 1982 objetivos de guerra que equiva·
al estrecho de Ormuz que está a 800 km de lrak pero es fácilmente controlable por lían a una exigencia de rendición de Irak: la sustitución del régimen iraquí y sustanciosas
Irán. Cuando en 1971 Irán tomó posesión de las pequeñas islas del estrecho {las reparaciones por la agresión. Pero los éxitos militares iraníes fueron demasiado modes·
Tumbs y Abu Musa) que Gran Bretaña había querido transferir a dos de los emiratos tos para alcanzar estos objetivos. Año tras año se consiguieron pequeñas victorias a
árabes, Irak no fue capaz en aquella época de hacer otra cosa que romper las relacio· costa de graves pérdidas en vidas, mutilaciones y destrucción, pero sin reducir la deter-
nes diplomáticas con Irán y expulsar a los iraníes del país. minación iraquí. Irak, frenado en tierra, desarrolló una estrategia doble: atacó las insta·
El primer tratado concerniente a la frontera entre los imperios iraní y otomano a ladones petrolíferas iraníes {las exportaciones de petróleo eran cruciales para financiar
lo largo del Shatt al-Arab se firmó en 1955. A éste le sucedieron muchos otros. Nin· el esfuerzo de guerra iraní) e internacionalizó la guerra, fomentando el temor de una
guno de los tratados satisfizo nunca a ningunas de las dos partes y las complicaciones escasez de petróleo derivada del daño sufrido por la navegación en el Golfo y del cierre
habían ido aumentando por los cambios y desplazamientos e.n el terreno, vías fluvia· por Irán del estrecho de Ormuz. Los ingresos por exportación iraníes se redujeron seria·
les e islas, y (finalmente) por el descubrimiento de petróleo. A comienzos del siglo XX, mente, pero reaccionó con precaución ante esta escalada de la guerra y evitó en un
el imperio otomano había logrado controlar la casi wtalidad del Shatt y esta posición principio interferir con la navegación extranjera. En 1984, Irak lanzó la segunda gran
la heredó en el período de entreguerras del Estado de Irak que vino a sucederle. Fue, ofensiva terrestre (la primera desde el comienzo de la guerra) pero este ataque y la con··
no obstante, desafiada por el resurgimiento del poderío de Irán bajo la dinastía de traofensiva iraní surtieron poco efecto y confimiaron el punto muerto a que había lle-
Pahlavi, que reivindicaba que la frontera debía discurrir por debajo del cauce medio. gado la guerra. Ni siguiera cuando las tropas iraníes cruzaron el Shatt al año siguiente y
En 1937 un nuevo tratado mejoró considerablemente la posición iraní, sobre todo sometieron Bagdad a un bombardeo regular parecía preverse ninguna decisión militar
gracias a la libre utilización del Shatt por barcos de guerra y mercantes de ambos esta· rápida; y la ofensiva iraní de 1987, contra Basara, tampoco fue concluyente.
dos. Después de la Segunda Guerra Mundial y en concreto tras la revolución de 1958 En el Golfo, sin embargo, Irak obtuvo cierto éxito con su guerra económica y con su
en Irak, Irán comenzó a ejercer presión sobre Irak. En 1969, Irán denunció el tratado política de forzar a Irán a tomar medidas que provocasen la intervención internacional.
entre Teherán y Bagdad en 1937. Irak respondió declarando que todo el Shatt era La economía iraní era más vulnerable que la iraquí ante la pérdida de ingresos derivados
agua territorial iraquí pero el apoyo de Irán a la revueltas kurdas contra Bagdad obli- del petróleo, ya que Irán estaba financiando la guerra principalmente con exportaciones
gó a Irak en 1975 a aceptar un trato por el cual el sha abandonaría a los kurdos a cam· de petróleo superiores a la cuota prescrita por la OPEP, mientras que lrak, a pesar de
bio del reconocimiento de la frontera en el cauce medio. En 1978 la caída del sha haber perdido uno de sus principales puntos de transporte al comienzo de la guerra, la
modificó de nuevo la situación. Irán cayó en una especie de caos y perdió el apoyo sostenía gracias a la ayuda kuwaití y de otros países árabes: Kuwait, aunque tradicional-

390 391
mente hostil a Irak, que tenía reivindicaciones territoriales contra el mismo, estaba pre- había provocado una crisis diferente, concedió abruptamente al gobierno de Ali Akbar
ocupado por el posible apoyo de Irán a una subversión de los chiítas kuwaitíes, que ascen- Hachemi Rafsanyani todo por lo que tan letalmente había luchado contra JomeinL
dían a casi un tercio de la población. La nueva estrategia de Irak enfrentó a Irán con el
problema de atemorizar a Kuwait para que desistiera de apoyar a aquél, sin atemorizar a KUWAITY LA GUERRA DEL GOLFO
su vez a los países occidentales y provocar su participación activa en la guerra. Era una
operación delicada, ya que la guerra ofreció al presidente Reagan la oportunidad de sal- El 2 de agosto de 1990, lrak invadió y se anexionó Kuwait. Este emirato constituía
dar viejas cuentas referentes a la revelación de la operación de armas a cambio de rehe- una especie de anomalía en el Golfo. Mucho más pequeño que Irán, lrak o Arabia
nes en la que se habían involucrado Estados Unidos (e Israel). Reagan, esperando tener Saudí, estaba sin embargo más poblado y era más rico que los otros países menores del
éxito donde Carter había fracasado, esperaba que Irán consiguiera la liberación de rehe- Golfo, y estaba situado muy lejos de los mismos: era un solitario país pequeño rodeado
nes estadounidenses en el Líbano a cambio del suministro de arma5 estadounidenses e de otros más grandes. Había formado parte del imperio otomano, bajo el dominio autó-
israelíes. Esta maniobra encubierta era contraria al principio estadounidense de no nego- nomo de una familia que estableció su control local en el siglo xvm y gobernaba toda-
ciar con secuestradores ni terroristas. Se justificó más tarde con el argumento de que el vía en el XX. Kuwait fue también materia de tratados especiales entre los imperios oto-
objetivo era apoyar a los denominados moderados iraníes, pero dichos moderados eran mano y británico. Al contrario que el resto de los países del Golfo, Kuwait no era
prácticamente inexistentes, y los que sí existían vieron disminuir su influencia cuando se importante para el Reino Unido por la piratería que impedía el comercio británico y
descubrieron las propuestas estadounidenses y las visitas furtivas a Teherán. provocaba la intervención militar, sino por el temor a una expansión rusa o alemana al
Con la apertura de un frente marítimo, Irak pretendía. inducir a Estados Unidos a Golfo a través de las concesiones ferroviarias y de los favores del imperio otomano. Para
establecer un bloqueo contra Irán, y quizá incluso a declarar hostilidades contra el disipar estos temores se firmaron tratados en 1899 y 1913, y, tras la Primera Guerra Mun-
mismo. La iniciativa la tomó Kuwait, que, dependiendo económicamente del libre dial, Kuwait se convirtió en protectorado británico. En la década de 1930 el nuevo Esta·
tráfico de petróleo en el Golfo, pidió a Estados Unidos que protegiera a los petroleros do de Irak reivindicó que Kuwait, como parte del bajalato otomano de Basara, pertene-
kuwaitíes permitiéndoles izar la bandera estadounidense (en contra de la Convención cía, por derecho de sucesión, a Irak. Más precisamente, reclamó las islas de Bubiyan y
de Ginebra de 1959) y enviando una fuerza naval al Golfo, donde era muy probable Warbah, situadas en la cabecera del Golfo, y el extremo del yacimiento petrolífero de
que se involucrara en ataques contra Irán. Esta petición siguió a un ataque a la fraga- Rumeila que, situado principalmente en lrak, se extendía al otro lado de la frontera con
ta estadounidense Stark, alcanzada por un misil Exocit (lanzado por lrak, no por Irán) Kuwait. (Estas reclamaciones no eran en sí mismas importantes. Las islas estaban des-
y fue reforzada por informes de la instalación de misiles tierra mar en Ormuz y por una pobladas, carecían de petróleo, estaban parcialmente sumergidas durante parte del año,
petición igualmente diplomática de Kuwait a la URSS para que le permitiera usar su y no supondrían beneficios ni obstáculos para el comercio de Irak en el Golfo. La extrac-
pabellón, lo cual provocó el temor de Washington a un aumento de la presencia ción kuwaití de petróleo en el yacimiento de Rumeila equivalía aproximadamente a un
naval rusa en el Golfo o en sus proximidades. 1% de su producción. Pero las reivindicaciones podrían usarse para establecer r~ayores
Con simultaneidad a estos movimientos, el Consejo de Seguridad aprobó por unani- presas en el norte de Kuwait.) En 1961 el Reino Unido dejó Kuwait, que alcanzó la
midad una exigencia de alto el fuego que dejó de lado la petición de Irán de que lrak fuera plena independencia y se convirtió en miembro de las Naciones Unidas. El general Kas-
calificado de agresor en la guerra. Irán, por tanto, recurrió a evasivas mientras que Irak sim repitió las tradicionales reivindicaciones iraqufes y el gobernante kuwaití, temiendo
intentó ganar tiempo con la esperanza de que los estadounidenses aumentaran su ayuda. un ataque iraquí, solicitó la ayuda británica. Una pequeña expedición británica desem-
Estados Unidos estaba apoyando en secreto a Irak con infonnación, annas e instrucción, barcó con rapidez; los iraquíes, que se habían mantenido alejados de la frontera, se cal-
y se creía que contemplaban invocar el Capítulo VII de la Carta e imponer sanciones maron, y las tropas británicas se retiraron pronto, reemplazadas durante un tiempo por
militares contra Irán. En el Golfo, las escoltas armadas para la navegación sólo resultaron contingentes de otros países árabes. Dos años más tarde, Irak reconoció la independen-
parcialmente eficaces pero consiguieron arrastrar también a los reacios ejércitos europe- ci·a y soberanía de Kuwait, que se convirtió en miembro de la Liga Árabe.
os y sacar a la luz la instalación de minas por parte de los iraníes. Pero Estados Unidos no Tras la invasión iraquí de 1990, el emir de Kuwait huyó con su familia, se instau-
entró directamente en la guerra contra Irán apoyando al agresor iraquí, y ésta continuó ró un gobierno títere y Kuwait fue declarado provincia de Irak. También fue saquea-
hasta que ambos bandos aceptaron el alto el fuego en 1988. Al año siguiente falleció do. Los motivos de Saddam fueron la avaricia y la necesidad. Se había rearmado a cré-
Jomeini. Estableció un Estado teocrático y se convirtió en símbolo internacional de la dito después de su guerra contra Irán, y sus suministradores habían puesto fin a dicho
oposición activa al lado más sórdido de la civilización occidental, pero también impuso a crédito. Gastó, o comprometió, quizá 100.000 millones de dólares en una década,
su país una tiranía tan fiera como la del sha y una guerra que reportó una gran matanza y principalmente en comprar a países que se habían comprometido (por resoluciones de
la catástrofe económica (inflación del 30-40% anual, caída en picado de la producción, la ONU aprobadas por ellos mismos) a no suministrar armas a Irak ni a Irán. En vís-
un índice negativo de inversión en el país y en el extranjero, pérdida de ingresos deriva- peras de la invasión de Kuwait, su deuda con acreedores no árabes ascendía a unos
dos del petróleo, que constituían el 90% de los beneficios externos de Irán). Un armisti- 35.000 millones de dólares, en su mayor parte los debía a sociedades comerciales pero
cio y la propuesta de intercambio de prisioneros indicaron el general hastío provocado estaban suscritos por los gobiernos y, por tanto, constituían en última instancia una
por una guerra excepcionalmente larga. Ningún bando había derrotado al otro. El tema carga para la población. La riqueza de Kuwait era fabulosa y las necesidades de Irak
principal de los derechos sobre el Shatt se resolvió sólo cuando Saddam Hussein, que urgentes, y Saddam Hussein creyó probablemente que Kuwait estaba dispuesto para

392 393
la anexión. En 1986 el emir había disuelto el Parlamento y en 1989 rechazó las peti- dounidense, y la retirada del mismo no era el único objetivo. Dado que infracciones simi-
ciones de que los restableciese; la mitad de la población estaba formada por inmi- lares del derecho internacional por parte de Irak (y otros) no habían provocado dicha res·
grantes sin ciudadanía kuwaití ni plenos derechos civiles; a los beduinos nómadas se puesta, el envío a Oriente Medio de 250.000 soldados no podía atribuirse simplemente a
les negaba la ciudadanía porque no podía probar un domicilio fijo, al igual que se les preocupación por el destino kuwaití. La causa de este gran esfuerzo no era sólo preocu·
negaba a los palestinos y a otros, aunque hubieran nacido en el país. Pero si Saddam pación por el derecho internacional o por el emir de Kuwait; era el temor a otra agresión
Hussein contaba con una especie de bienvenida, se equivocó por completo. No estu- iraquí, con las posibles consecuencias ya explicadas, y un temor general al temperamen-
vo menos equivocado respecto a la reacción internacional y árabe. La invasión fue un to y las intenciones del régimen de Bagdad. El temor de un inminente ataque iraquí con·
indiscutible acto de agresión de un miembro de la ONU contra otro y de un país tra Arabia Saudí era probablemente infundado, pero en ausencia de adecuada inteligen·
árabe contra otro, y al contrario que el igualmente flagrante acto de agresión contra da y valoración (militar y política) no se podía descartar con seguridad, y el presidente
Irán, una década antes, el ataque contra Kuwait constituía una amenaza contra los Bush, aparentemente tomado por sorpresa a pesar de oportunas advertencias, se sintió
intereses de Estados Unidos y de otros países. La apropiación de los yacimientos incapaz de pararse a sopesar la cuestión de si ese ataque era probable o meramente posi-
petrolíferos kuwaitíes aumentaba considerablemente el peso de lrak en la OPEP, y su ble. Se comprometió, por tanto, a un despliegue de fuerzas que, a pesar de aliviar sus
influencia sobre el precio mundial del petróleo y el flujo del mismo desde Oriente temores inmediatos, le ocasionó diversos impedimentos: estrechó su margen futuro de
Medio. Podía además ser un preludio para un ataque contra Arabia Saudí, lo que pon- maniobra, provocó dudas sobre su recurso a la ONU (la pieza clave de su solicitud de
dría virtualmente el petróleo árabe bajo control iraquí, provocaría un generalizado apoyo internacional), sembró incomodidad en lo referente a sus objetivos y métodos, y le
caos político, y precipitaría una generalizada inestabilidad y recesión económica si, creó problemas dentro de su propio país al declarar que esta capacidad obviamente ofen·
con o sin el ataque a Arabia Saudí, los precios se duplicaban o triplicaban. siva era puramente defensiva y al comprometer a Estados Unidos en un gasto enorme y
La acción de Saddam fue por tanto un error de cálculo de enormes proporciones que en la humillante necesidad de solicitar contribuciones extranjeras. El uso preponderante
dio lugar a una coalición impresionantemente amplia en su contra y, dada la gravedad de la fuerza tenía defectos que, al contrario de los defectos del embargo de la ONU, se
de las posibles consecuencias y su testarudez, a una confrontación que difícilmente se acentuaban con el paso del tiempo. El embargo, de funcionar, tendría un efecto de ace·
solventaría sin acudir a la guerra. Durante las décadas anteriores, lrak había disfrutado leración, tras un intervalo que podría ser largo: el talón de Aquiles de la economía iraquí
de la ayuda occidental y soviética, creando unas poderosas y, en parte, modernizadas era su necesidad de grano y, por tanto, de exportar petróleo para pagarlo; precisaría unos
fuerzas armadas. Estados Unidos, el Reino Unido y otros países habían pasado por alto 2.000 millones de dólares desde la primavera o comienzos del verano de 1991. Los bene-
la agresión a Irán; algunos habían dado una ayuda significativa, abierta o encubierta, a ficios de la amenaza armada estadounidense, por el contrario, iban en retroceso, ya que,
Irak, al igual que varios países árabes. Incluso, de manera más culpable, los dirigentes de primero, los 200.000 soldados suplementarios enviados por Bush a finales de año no
la mayoría de esos países habían hecho caso omiso de la matanza de miles de kurdos con doblaban en absoluto la amenaza supuesta por los 250.000 enviados a comienzos de la cri-
armas químicas ordenada por Saddam; en Estados Unidos los intentos de imponer san-' sis y, segundo, la intención implícita de abandonar la estrategia del embargo alejó a la
dones económicas contra Irak habían sido frenados en el Congreso y en la Casa Blan- población y a las iglesias estadounidenses y dio una posibilidad a aliados oportunistas
ca. Los países extranjeros habían contribuido, por tanto, a las falsas ilusiones de Saddam (Siria, por ejemplo) que desagradaba a los estadounidenses (y a los israelíes).
Hussein acerca de los efectos internacionales de su segundo gran acto de agresión, y una El impresionante éxito inicial de Bush se debió a la consecución del apoyo interna·
de las mayores preocupaciones de Washington en los meses que siguieron a la invasión dona!, en la ONU y para las tropas enviadas a Arabia Saudí: la alianza activa de los sau·
-. díes era condición indispensable. Su problema consistía en mantener la coalición unida
de Kuwait fue hacer llegar el mensaje de que este hecho no sería aceptado como las
anteriores infracciones iraquíes. Además, la situación general había cambiado en 1990, aun cuando los propósitos fueran diferentes. Las fuerzas reunidas en Arabia Saudí com·
así como los intereses. Desde la caída del sha de Irán, Estados Unidos estaba deéidido a prendían, además, unidades de Egipto, Siria, Mam1ecos, Reino Unido, Francia, Pakis·
impedir que sucediera lo mismo con la monarquía saudí. La guerra fría había termina· tán, Bangladesh, etc. (lo que recordaba en algunos casos el envío que Cabour hizo de
do y ambos bandos deseaban cooperar. Los gobiernos árabes, que habían apoyado a Irak sardos a la guerra de Crimea, como parte de su esfuerzo por quedar bien donde fuera
contra Irán, estaban furiosos por el ataque a uno de ellos. Temían que Saddam preten- necesario). Pero su alentadora diversidad era fuente de problemas. La agresión de lrak
diera liderar o dominar el mundo árabe (pretensiones en parte basadas en la considera· tenía diferentes significados en los diferentes lugares; los objetivos de la alianza contra
ción de sí mismo como sucesor de Michel Aflaq, el fundador del Baas, que murió en Irak eran diversos. La meta común era restaurar la independencia de Kuwait. Los esta·
1989 en París, tras largos años fuera de su Siria natal exiliado en Irak). dounidenses, sin embargo (y aún más el gobierno de Thatcher en el Reino Unido),
Estados Unidos respondió desde dos frentes: invocando el Capítulo VII de la Carta de deseaban tener oportunidad de derrocar el régimen iraquí, o al menos a Saddam Hussein,
la ONU y lanzando una expedición militar. Pero aunque la respuesta estadounidense fue L establecer reparaciones por la considerable destrucción y el sufrimiento causados en
rápida y contundente, sus motivos eran confusos. La ocupación de Kuwait justificaba, lt Kuwait, entablar juicios por crímenes de guerra, y destruir las armas iraquíes, incluidas
incluso como una obligación, las medidas internacionales para revertir la invasión aquellas que, aunque horribles, no estaban prohibidas por el derecho internacional y
mediante el embargo, ampliado, si fuera necesario, al bloqueo y al recurso a la fuerza para eran fabricadas por buen número de países. Era esta proliferación de objetivos, más allá
obligar a cumplir estas medidas, de acuerdo con los artículos 41 y 42 de la Carta (véase del original propósito de expulsar a los iraquíes de Kuwait, lo que provocó que Estados
capítulo IV). Pero la ocupación de Kuwait no era la principal causa de la acción esta- Unidos duplicaran sus efectivos en Arabia Saudí; también retrasaron la disposición para

394 395
atacar, ya que las tropas consideradas adecuadas para defender Arabia Saudí fueron extranjeros la salida de Irak y Kuwait, amenazó con atacar Israel e incendiar yacimien-
durante meses inadecuadas para conquistar Irak; y pusieron en evidencia que Washing- tos e instalaciones de petróleo saudíes en caso de ser atacado por Estados Unidos; inten-
ton estaba más preocupado por Arabia Saudí e Irak que por la liberación de Kuwait. tó, sin apenas éxito, sembrar la discordia entre los aliados de Estados Unidos e inflamar
Para los árabes, desde el rey Fahd de Arabia Saudí al presidente Hosni Mubarak de los sentimientos antiestadounidenses de árabes y musulmanes; mejoró sus relaciones
Egipto, la ofensa de Saddam Hussein iba más allá del incumplimiento de los principios, con Irán, con la esperanza de abrir una brecha en el cordón económico de la ONU. Su
proclamados por él mismo en 1980, de que los países árabes no debían atacarse entre sí, negativa de permitir que los extranjeros abandonaran Kuwait o Irak, y el hecho de
y de que todas las cuestiones del mundo árabe debían tener una solución interna, sin situarlos en instalaciones importantes (una clara violación de lo establecido en la Con·
solicitar intervención no árabe. Al incumplir estos principios, Saddam Hussein puso a vención de Ginebra sobre el trato a civiles) aumentó la fuerza de las denuncias sobre su
los demás dirigentes árabes en la tesitura de tener que elegir entre dos platos indigestos: incumplimiento del derecho, y sobre su barbarie, pero la presencia de estas posibles víc-
aceptar hasta cierto punto el abuso de poder iraquí, o aliarse con los estadounidenses, timas era una complicación para los gobiemos de sus países, los cuales tenían que
cuyo comportamiento y sola presencia forzosa en Oriente Medio constituían una ofen· presentarse como impertérritos al tiempo que indignados, y criticar los esfuerzos extra·
sa para muchos árabes y musulmanes. Incluso aquellos árabes que eligieron la segunda oficiales de rescate llevados a cabo por diversos emisarios (Kurt Waldheim, Jesse Jack·
opción sentían recelos unos meses más tarde. En noviembre, el rey de Marruecos reto- son, Edward Heath, Yasuhiro Nakasone, el ex senador de Estados Unidos John Con-
mó la idea de una Conferencia Árabe; en diciembre, Arabia Saudí discutía en secreto, naly, el parlamentario británico Tony Benn), cuyos motivos los gobiernos intentaron
a través de intermediarios árabes, una posible revisión de las fronteras entre Irak y impugnar indirectamente. Desde septiembre se permitió la partida de mujeres y niños,
Kuwait;'los kuwaitíes en el exilio renovaron una antigua propuesta de ceder durante un y en diciembre, cuando las desventajas propagandísticas de esta infracción del derecho
plazo largo Bubijan y Warbah a Irak; en enero, Mubarak sería visto en compañía de internacional estaban empezando a superar las ventajas estratégicas previstas, Saddam
Gaddafi, a quien visitó en Trípoli junto con Assad; y ningún árabe permaneció impasi- Hussein declaró que quienes lo desearan podían regresar a su país para Navidad.
ble ante la idea propuesta por Saddam Hussein, y aprobada co!l'cautela por algunos paí- Si bien no se le puso fin, sí se estableció un término previsible para el período de espe·
ses europeos, la URSS y China, de una conferencia internacional en Ori~nte Medio ra cuando el Consejo de Seguridad aprobó el 29 de noviembre una resolución (la última
1 que incluyera la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Jerusalén, al mismo tiemyo, o de una serie de doce) autorizando el uso, a partir del 15 de enero de 1991, de las medi-
inmediatamente después, que la negociación sobre la crisis kuwaití. (La Liga Arabe das necesarias para conseguir que Irak abandonara Kuwait y restaurar a sus anteriores
tenía en ese momento veintiún miembros: veinte países y la OLP.) gobernantes. Esta legitimación expresa del recurso a la guerra pretendía asustar a Sadd.am
La inicial fiebre de actividad diplomática y militar fue seguida de una incómoda Hussein más que a la población estadounidense, cuyo recuerdo de la guerra de Vietnam
pausa que duró varios meses, necesaria en parte por la propia naturaleza de la acción y de su fracaso constituía uno de los ingredientes básicos de la política estadounidense.
prevista por el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, en parte por la determi· La diplomacia estadounidense consiguió la aprobación de esta resolución por doce votos
nación estadounidense de no lanzar nada inferior a un golpe inmediatamente aplast~n­ a favor, dos en contra (Yemen y Cuba) y una abstención (China). La firmeza de la alian-
te, y en parte por las genuinas, aunque remotas, esperanzas de conseguir que Saddam za entre miembros árabes y no árabes fue reforzada por el cambio en la actitud de esta-
Hussein abandonara Kuwait mediante demostraciones de poder militar pero sin una dounidenses y británicos respecto a Siria, al considerar que su actitud contra Irak com-
impredecible escalada de derramamiento de sangre. Entre la invasión iraquí del 2 de pensaba el ostracismo al que había estado sometida como promotora del terrorismo
agosto y el recurso el 29 de noviembre al artículo 42 de la Carta (medidas suplementa- internacional, y por las subvenciones concedidas a Egipto que, aunque gravemente daña·
rias que no incluían la fuerza como el artículo 41), Estados Unidos mantuvo unida su do por las pérdidas de ingresos del turismo y del dinero enviado por los egipcios residen-
coalición, al tiempo que acumulaba cada vez más tropas en Oriente Medio, con la espe- tes en Irak y Kuwait, fue compensado con una sustancial remisión de sus deudas exter-
ranza de conseguir que, en caso de guerra, el primer golpe contra Irak (lógicamente no nas y con concesión de nuevo~ créditos (principalmente por Estados Unidos y Arabia
se sabía si sería en Irak o en Kuwait) alcanzara su propósito sin necesidad de operacio- Saudí). Saddam Hussein, aunque sus esperanzas de disolver la coalición contra él eran
nes insoportablemente costosas y largas. Públicamente al menos, Estados Unidos dejó menores de lo que qeía, continuó insistiendo en que su ocupación de Kuwait era irre-
de lado la incómoda cuestión de si estos propósitos, cualesquiera que fueran, merecían versible. Bush, negándose a creer esta aseveración, adoptó tácticas de enfrentamiento
una gueITa cuyo coste en vidas, fondos, trastorno económico general e influencia a largo cada vez más directo, quejándose repetidamente de que el obstáculo para una instru-
plazo en Oriente Medio podría resultar desastroso. También quitó importancia, hasta el mentación pacífica de las resoluciones de la ONU era el hecho de que Saddam Hussein
límite de intentar suprimirla, a la parte de la primera resolución del Consejo de Seguri- no entendiera la postura estadounidense. En lo que definió como un último esfuerzo para
vl-1 dad que (además de exigir que Irak se retirara completamente de Kuwait) exigía una salvar la paz, Bush propuso conversaciones en Washington y Bagdad, aunque dichas con-
solución negociada a la crisis: negociación, para Estados Unidos (y Reino Unido), sig- versaciones habrían de ser únicamente preliminares y no implicarían ninguna nego-
nificaba negociación después de terminada la crisis, y no para poner fin a la misma. Por ciación. Saddam Hussein recurrió a evasivas sobre el calendario y objetó que era absur·
su parte, Saddam Hussein jugó una baza militarmente débil, con cierta destreza pero do mantener unas conversaciones que sólo equivalían a una afirmación de posturas
limitado éxito. Capturó a extranjeros residentes en Kuwait (varios miles procedentes de conocidas. Los ministros de Asuntos Exteriores se reunieron, sin embargo, en Ginebra.
docenas de países) y trasladó algunos de ellos a Irak, donde situó unos 340 en posibles Ninguno de los dos bandos cedió terreno, y los iraquíes demostraron ser tan inflexibles
blancos dentro y fuera de Bagdad, como escudos contra un ataque amrndo; impidió a los como los estadounidenses. El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, en

396 397
un intento desesperado por evitar la guerra, se reunió con Saddam Hussein en Bagdad ción. La victoria, principalmente por cerco de las principales formaciones iraquíes,
dos días antes de la fecha límite establecida por el Consejo de Seguridad, para intentar fue rápida y costó muy pocas vidas a los aliados. Kuwait fue liberado y el molesto régi·
que se cumplieran las resoluciones. La víspera, el Senado y el Congreso de Estados Uni- men de Bagdad humillado. Murieron unos 50.000 iraquíes, quizá 100.000. La imposi·
dos autorizó al presidente Bush, si bien con mayorías muy reducidas, a declarar la guerra. ción de una completa e innegable derrota a un cruel dictador fue bienvenida pero,
Estos últimos movimientos se realizaron al amparo de una fecha límite que el dado que este propósito no estaba reconocido por Estados Unidos ni autorizado por
Consejo de Seguridad adoptó el 29 de noviembre por insistencia estadounidense. la ONU, aquélla fue acusada de falsa y ésta se debilitó.
Estados Unidos había deseado establecer el 1 de enero como fecha límite pero acep- Los costes económicos y políticos de la guerra fueron altos, aunque los segundos no
tó el 15 en respuesta a las críticas de que no se estaba dando tiempo a las sanciones se percibieron inmediatamente. El secretario de Estado de Estados Unidos y el ministro
para que funcionaran. Sin embargo, dado que no se esperaba que las sanciones tuvie· de Asuntos Exteriores británico recorrieron Oriente Medio y otras capitales de países
ran efecto antes de la primavera o comienzos del verano, la diferencia entre el 1 y el ricos solicitando contribuciones, y consiguieron aproximadamente cuatro quintos del
15 de enero fue irrelevante. La fecha límite no se estableció porque se considerase que coste. Hicieron ver, sin embargo, que se habían embarcado en una guerra que a duras
las sanciones no estaban cumpliendo las expectativas, sino porque Bush no se podfa penas podían sostener y, al marginar a la ONU, se habían visto obligados a responsabili·
permitir mantener inactivo en Oriente Medio un ejército tan numeroso: su coste, zarse de la tarea de recaudar fondos, lo que de otra manera habría correspondido al secre·
aunque en más de su mitad suscrito por Arabia Saudí, era alarmante, y existía el peli- tario general. Los costes políticos incluyeron una evidente presión en el proceso de dis·
gro de que saliera a la luz la falta de solidez de la alianza que lo mantenía. La crisis fue tensión con la URSS, pero los intereses de las superpotencias la superaron; también la
provocada por la invasión y anexión de Kuwait, quebrantando la Carta de la Nacio- pronunciada acentuación del sentimiento estadounidense desde Marruecos a Irán, aun·
nes Unidas. El despliegue estadounidense de un gran ejército cuyo objetivo principal que de un tipo más clamoroso que duradero. Estos costes crecientes fueron suficiente·
no era reparar esa ofensa, sino la defensa de Arabia Saudí y de los intereses estadouni- mente evidentes en Estados Unidos como para persuadir al presidente Bush de que debía
denses en la zona y, en segundo lugar, la destrucción del régimen: iraquí y su capacidad lanzar su ataque antes de febrero y ponerle fin inmediatamente después de la derrota de
militar, la hizo incontrolable. Dichos objetivos, independientemente de sus virtudes, Irak, incluso aunque no se hubiese conseguido el objetivo de derror.ar a Saddam Hussein.
~ran incompatibles con una solución pacífica, dentro de los términos establecidos por La guerra no aumentó la estabilidad de Oriente Medio. La intervención estadounidense
las resoluciones de la ONU, de la crisis provocada por la agresión iraquí. para proteger a Arabia Saudí puso de manifiesto su incapacidad y la de otros de defender·
Estados Unidos no perdió tiempo y comenzó las hostilidades la noche del 15 al 16 se, e introdujo en Oriente Medio el espectáculo de normas de comportamiento {desde la
de enero. Informó de ello al secretario general de la ONU, en cuyo nombre se lanzó el democracia a la irreverencia o a la permisividad sexual) difíciles de aceptar para los diri·
ataque. Pero durante seis semanas esas hostilidades permanecieron mudas, mientras gentes árabes. La oposición a los regímenes de Egipto y el Magreb recibió un estímulo.
Estados Unidos y sus aliados congregaban más tropas e intentaban ganar la guerra Aunque Mubarak se benefició de la cancelación de la cuarta parte de la deuda externa
mediante el bombardeo de largo alcance y sin recurrir a los riesgos de una guerra gene- que ascendía a 50.000 millones de dólares, y del aplazamiento del resto (consiguió un ter·
ral. La aviación iraquí fue reducida a la impotencia y obligada a huir, buscando refugio cer mandato en 1993 ), la brutalidad, corrupción, ineficacia y la contestada política pro
en Irán, donde se recluyó; la armada no alcanzó mejores resultados; las fuerzas terrestres occidental del gobierno alentaron varios atentados contra su vida. El presidente conti-
iraquíes, sus tanques y las comunicaciones sufrieron serios daños y Bagdad se vio some- nuó siendo un ejemplo de rectitud personal, pero no consiguió frenar o descubrir la ere·
tida a la mayor destrucción desde hacía 700 años. Irak contrarrestó lanzando misiles ciente corrupción en las altas instancias y el uso apenas encubierto del terror y la tortu·
prácticamente ineficaces contra ciudades saudíes e israelíes, devastando la ciudad de ra. El apoyo de Jordania a lrak unió al país, pero lo llevó a la quiebra. Acerca del futuro
Kuwait y maltratando a sus habitantes. Cuando la extrema desigualdad de la lucha se de Irak, con o sin Saddam Hussein, sus vecinos tenían ideas contrapuestas, y los esta·
hizo patente, Saddam Hussein intentó entablar negociaciones; pero lo hizo de una dounidenses no parecían tener ninguna. En el Golfo, Irán se acercó a la recuperación de
manera indirecta y equivocada. Bush respondió insistiendo en el cumplimiento incon· su dominio. En el norte, el uso de las bases aéreas turcas renovó las reivindicaciones tur·
1
dicional de las pertinentes resoluciones de la ONU, invitando a los iraquíes a rebelarse cas sobre el norte de lrak. El comercio internacional de armas, tan lucrativo como la
contra su gobierno, y añadiendo condiciones propias con el objetivo de mantener las venta de petróleo, se vio más estimulado que estrangulado. La intransigencia israelí se
presiones para una rendición incondicional. El intento, principalmente soviético, de afianzó, si eso era posible. A pesar de los ataques a sus ciudades, Israel, presionado y gene·
1
negociar una retirada iraquí de Kuwait con condiciones aceptables fue rechazado por rosamente recompensado por Estados Unidos, evitó entrar en la guerra y utilizó esta
Estados Unidos, que evitó la discusión de las mismas en el Consejo de Seguridad; y el paciencia para obtener mayores subvenciones estadounidenses: el hecho de que Estados
,J.1 23 de febrero, una fecha elegida diez días antes, convirtió la guerra de seis semanas en Unidos recuperase buena parte de este dinero de Arabia Saudí y Kuwait no pasó inad-
una matanza general para derrotar a lrak, en la que se esperaba falleciese también Sad- vertido en el mundo árabe. Israel mejoró sus relaciones con Estados Unidos y vio a su
dam Hussein, pero sin llegar a la disolución de lrak, algo que Bush rechazó implícita- principal enemigo humillado, y a la OLP {que había condenado la agresión de lrak con-
mente {aunque era una secuela probable de la derrota). tra Kuwait, pero en lo demás apoyaba a aquél) desacreditada y debilitada. Finalmente,
La fase final, que duró menos de una semana, fue para Estados Unidos y sus alia- de una manera muy perjudicial y atroz, Bush {que no había conseguido matar ni cierro·
dos poco menos que un paseo militar y para los iraquíes una masacre de fugitivos car a Hussein) opinó públicamente que los propios iraquíes lo harían y, como conse-
perpetrada por una fuerza áerea no contrarrestada y mitigada tan sólo por la rendi- cuencia, los kurdos en el norte y los chiítas y otros grupos en el sur se rebelaron, con-

398 399
vencidos de que el poder militar de Saddarn Hussein estaba destruido. Pero no era así, y templaban al ayatolá Ali Jarnenei corno el poseedor de la verdadera llama islámica, en
lo usó contra ellos de manera indiscriminada. Los kurdos en particular sufrieron, en la sucesión de Jorneini. La economía, lejos aún de recuperarse, languidecía: deudas exter-
batalla y en la huida, muertes y miseria en un grado especialmente amargo y devastador nas acumuladas e inútiles, una moneda que perdía valor más deprisa que cualquier otra
incluso desde su punto de vista. (Sobre los kurdos, ver nota al final de esta parte.) del mundo, más de la mitad de la industria cerrada, sin apenas inversión externa, y con
Irak fue atacado y derrotado por haber invadido Kuwait y porque se pensó que tenía una inflación que causaba una generalizada desesperación que el gobierno contrarresta-
intenciones de invadir Arabia Saudí, pero la última amenaza (suponiendo que fuese ba con una chillona propaganda contra Occidente y un apoyo descarado a regímenes
cierta) no se iba a evitar sustituyendo un régimen iraquí por otro. La agresividad iraquí extremistas (Sudán) o movimientos subversivos (Egipto). Corno los primeros shas de la
hizo surgir una de las cuestiones centrales en la política de la segunda mitad del siglo XX: dinastía Safavi hacía 500 años, los de la dinastía Pahlevi habían intentado recrear el
cómo asegurar el abastecimiento de recursos esenciales situados fuera de los límites terri- imperio iraní basándose en el chiísrno y la modernización, sólo para ser destronados por
toriales de poderosos y ávidos consumidores. Estados Unidos y otros poderosos países Jorneini, que declaró ambas cosas incompatibles. Aun así, Irán, con o sin Jorneini (posi·
dependían del petróleo de Oriente Medio, pero eran incapaces de obtenerlo mediante blernente más sin él), siguió siendo la cabeza de lanza de una revolución cultural que,
la ocupación o dominación de la zona, de la manera en que lo habían hecho anterior- con ecos en territorios árabes, se enfrentó a la cultura occidental cuyo liderazgo había
mente el Imperio otomano o el sistema de mandatos anglofrancés. (La guerra de Kuwait pasado a Estados Unidos, pero que había estado atacando al Oriente Medio islámico
se luchó para reafirmar el principio legal que prohíbe a un país apropiarse del territorio desde que los europeos frenaron a los turcos otomanos en Viena, en el siglo XVII.
a los recursos de otro.) La alternativa a este imperialismo pasado de moda era asegurar La exposición iraquí a la intervención internacional no acabó con la guerra. El
los intereses nacionales mediante la paz y la estabilidad internacionales y el funciona· Consejo de Seguridad continuó ocupado en dos ternas: la protección de las minorías
miento de las fuerzas del mercado. Cuando ese orden se rompía, corno sucedió con la y la eliminación del armamento de destrucción masiva, de acuerdo con las disposi-
anexión de Kuwait por Irak, era necesario el uso de la fuerza, y así lo disponía la Carta ciones del alto el fuego. El Consejo ordenó el establecimiento de cielos abiertos y de
de la ONU. Pero el casus belli había sido la infracción de la soberanía nacional, no la zonas prohibidas para la aviación iraquf. Los equipos de la ONU inspeccionaron las
interrupción del comercio o la amenaza de interrumpirlo. Estados Unidos demostró que instalaciones para misiles, las plantas nucleares y otros lugares donde pudieran cons-
rpodía luchar por sus intereses y lo haría. La exposición de la voluntad estadounidense, truirse o almacenarse armas de destrucción masiva. Su misión fue permanentemente
no menos que la exposición de su inmensa capacidad técnica, tanto logística corno ope- obstruida, aunque los ataques aéreos estadounidenses a objetivos iraquíes la reforza~
rativa, era un acontecimiento importantísimo en asuntos internacionales, pero había ron. En 1993 los inspectores se declararon convencidos (prematuramente, corno se
una condición: era necesario un vacío legal, aportado en este caso por la violación de vio más tarde) de que las armas habían sido destruidas, pero no se estableció ningún
la soberanía y la independencia de Kuwait. Cómo actuaría Estados Unidos si se viera control para evitar que se rehabilitaran. En 1994 informaron que Irak había cumpli-
enfrentada a una amenaza de sus intereses derivada de una convulsión interna y no de do todas las exigencias del Consejo de Seguridad, pero estadounideúses y británicos
una agresión internacional era algo no sólo dudoso sino también peculiarmente rela- argumentaron en el mismo que. las sanciones económicas impuestas para hacer cum-
cionado con Oriente Medio, donde el conflicto (Israel aparte) procedía de amenazas plir las condiciones del alto el fuego tenían otros propósitos, tales corno la renuncia
internas a los gobiernos más que de hostilidades entre ellos. Hasta que Irak atacó a explícita de Irak a sus reivindicaciones sobre Kuwait. Las sanciones provocaron con-
Kuwait, ningún país árabe había atacado a otro en setenta años; y si la guerra de Kuwait siderable privación y sufrimiento en Irak (la mortandad infantil, por ejemplo, se tri·
sirviese para restaurar el modelo, las ocasiones para cualquier otra intervención extran- plicó) pero no sirvieron para desbancar a Saddarn Hussein. El Consejo de Seguridad
jera se limitarían a la agresión de Israel o a ISrael. exceptuó comida y medicamentos; pero dado que también bloqueó las ventas de
El más beneficiado con la guerra del Golfo fue Irán. En la política del Golfo, Irán petróleo iraquí (excepto a través de la ONU), privó en la realidad al país del dinero
tenía que resguardarse de iraquíes y saudíes. La guerra eliminó a Irak durante un tiem- necesario para comprarlos. Algunos miembros del Consejo comenzaron a sentirse
po y forzó a Arabia Saudí a adoptar un papel controvertido y a realizar un gasto extra· incómodos sobre el mantenimiento de unas. medidas que penalizaban a inocentes. A
ordinario. El gobierno corrupto del sha y su caída, junto con la revolución de Jorneini, finales de 1994, Sadda:m Hussein hizo una demostración armada hacia la frontera
habían debilitado a Irán, pero tras la muerte de este Rafsanyani consolidó sus relacio- kuwaití. Estados Unidos la interpretaron corno amenaza de una nueva invasión; aun-
nes con los militares y obtuvo una cómoda victoria en las elecciones para el Majlis de que fue probablemente otro gesto mal interpretado del dirigente iraquí, que fue obli-
1992. Ese año se sintió suficientemente fuerte para reavivar el conflicto sobre Abu gado a retirarse ante el poder militar estadounidense. Pero el gobierno ruso se disoció
Musa, en el estrecho de Ormuz, exigiendo a los ciudadanos de todos los Erniratos públicamente del mantenimiento de las sanciones, y Francia y China comenzaron a
Árabes, excepto Sharjah, que presentaran visados antes de entrar en las islas: Irán y vacilar. En 1995, dos de los yernos de Saddam Hussein huyeron del país, poniendo de
Sharjah tenían la soberanía conjunta, en virtud de un acuerdo firmado antes de la manifiesto la debilidad más insidiosa del dictador: los riesgos del gobierno de la fami-
creación de la Unión de Emiratos Árabes en 1971. Aplacó a los gobiernos británico y lia autocrática cuando hijos, yernos y medio hermanos del dictador se separan.
estadounidense ayudando a liberar a los rehenes del Líbano y maniobró para atraer a El resultado más ambiguo de la guerra del Golfo fue su impacto en Arabia Saudí,
banqueros e industriales occidentales deseosos de participar en los nuevos contratos y que hizo de anfitrión. Por una parte, la dinastía reinante representó un papel notorio
empresas. Aun así, Irán siguió siendo una potencia regional incapaz de ejercer por ente- y satisfactorio en la escena internacional, presentó en público un frente unido y
ro su poder. Persistieron las tensiones entre Rafsanyani y los grupos religiosos, que con· demostró su inmensa riqueza haciéndose cargo de la parte más importante del gasto de

400 401
XIII
los aliados, incluido Estados Unidos. Por otra parte, dos guerras en el Golfo disminu·
yeron seriamente las reservas del país y, al coincidir con una época de precios bajos, La Península Arábiga
redujeron a la mitad los ingresos y forzaron al Estado a recortar su gasto en un 20%, en
1994. A largo plazo, Arabia Saudí era todavía el mayor productor de crudo del mundo
y el Golfo
y poseía la cuarta parte de las reservas probadas. Aunque no era una moderna poten-
cia industrial, sí era una potencia financiera, gracias, en parte, a la materia prima más
esencial para el mundo industrializado. Pero el petróleo no era suficiente para asegu-
rar la estabilidad de un régimen cuyos dos principales apoyos, la propia dinastía y la
próspera clase media, estaban creciendo pero no adquiriendo coherencia: la primera
contaba con un nivel superior de sesenta príncipes, un número que creaba oportuni-
dades de discordia, y la segunda no era inmune a dudas sobre el régimen. Había pre-
siones para que se produjeran reformas sociales y modernización financiera, principal·
mente entre el creciente número de saudíes educados en el extranjero; la clase
trabajadora, también en aumento, estaba constituida cada vez más por trabajadores
extranjeros y la relación más cercana del reino con Estados Unidos era potencialmen-
te impopular, principalmente entre los dirigentes religiosos musulmanes. El rey Fahd
hizo gestos conciliadores a su minoría chiíta, proclamó una amnistía para los conde-
nados por motivos políticos, convocó un nuevo Majlis (consultivo) e instituyó conse-
jos regionales bajo la autoridad de príncipes de la casa real. Pero se negó a aceptar el EL REINO SAUDI
Comité para la Defensa de los Derechos Legítimos, establecido en 1993, y su presi·
1
dente, Mahammad Masari, huyó a Londres al año siguiente. El excesivo gasto, inclui-
do el costé de las dos guerras del Golfo, enfrentó al gobierno con problemas econó- El reino saudí es fruto de la alianza histórica que resultó ser un verdadero tesoro.
micos desconocidos. Después de un ataque al corazón, el rey transfirió brevemente sus En el siglo XVIII, el clan saudí y la secta puritana de los Wahabis constituyeron una
poderes efectivos a su medio hermano, Abdullah, a finales de 1995, un cambio en el alianza que tuvo éxito hasta el punto de que se apoderó, a principios del siglo XIX, de
poder más que un cambio de política y un aplazamiento de las crisis que pudiera haber las ciudades sagradas de la Meca y Medina y extendió sus tentáculos nada menos que
latentes en el orden existente. hasta las áreas que actualmente constituyen los países de Siria e lrak. El éxito fue efí-
mero, ya que, con la ayuda de las armas egipcias, el Sultán otomano arrojó a los sau-
díes de nuevo al desierto de donde procedían, y durante el resto del siglo tuvieron que
luchar con los clanes vecinos para sobrevivir. Apenas lo lograron, pero la suerte les
volvió a sonreír en tiempos del joven Abdul Aziz ibn Saud (circa 1880-195.3), con
cuya espada creó un nuevo reino, llamado desde 1932 el Reino de Arabia Saudí. La
corona de este reino pertenece a la familia de Saud, teniendo derechos todos los hijos
de un monarca fallecido sobre los nietos. A Abdul Aziz le sucedieron cuatro hijos:
Saud (1953-1964), Faysal (1964-1975) y Jalid (1975-1982) y Fadh; y en 1995 había
unos treinta príncipes más de esta generación y quizá unos 6.000 príncipes adultos
emparentados con Abdul Aziz en diferentes grados. Territorialmente, la extensión del
reino coincidía aproximadamente con la de la Península Arábiga, lindante con las
aguas navegables del Golfo Pérsico, el océano Índico y el mar Rojo; pero hacia el este
y el sur una serie de principados y de repúblicas desfiguraban una estructura que la
naturaleza parecía haber diseñado más ordenada pero que todavía ningún saudí había
logrado abarcar. La retirada de los británicos del Golfo y de Adén en 1971 supuso la
desaparición de una gran potencia del área sin que fuera sustituida por otra.
Arabia Saudí era un país de enorme extensión y, tras la Segunda Guerra Mundial,
de enorme riqueza. Pero desde el punto de vista demográfico se trataba de un peque-
ño Estado. Su población en 1980 no superaba los 6- 7 millones de habitantes, que
según ciertas estimaciones era muy inferior, y aproximadamente un tercio de dichos
habitantes no eran saudíes. Cuanto más rico se hacía, tanto más tentadoras eran sus

402 403
riquezas (que radicaban en el norte) para un depredador. La prudencia le aconsejó por desde los primeros años cincuenta. (Pero Egipto, al haber perdido su puesto en la fami-
tanto buscar un poderoso aliado y crear unas poderosas fuerzas armadas. El alia~o -y lia musulmana a raíz de su paz por separado con Israel en Camp David, no fue invitado
principal proveedor del equipo necesario para estas fuerzas-· era Estados Unidos. a la asamblea islámica que, en Taif y en la propia Meca a comienzos de 1981, reunió a
La penetración estadounidense en Oriente Medio comenzó en Arabia Saudí, 42 monarcas y otros jefes de Estado de una amplia zona que abarcaba el norte de África
donde la compañía petrolífera estadounidense Arameo (Arabian American Oil Com- y Asia del Sur, desde Marruecos hasta Indonesia, en lo que constituía un impresionan-
pany) concertó con el gobierno saudí en 1950 un convenio a partes iguales cuyos tér- te presagio de las tácticas saudíes que iban madurando lentamente.)
minos eran considerablemente más generosos que los tradicionalmente concedidos La guerra de 1973 intensificó aún más la importancia internacional de Arabia Saudí.
por las compañías británicas y francesas, y que fue diseñado para permitir a las com- Por primera vez un arma económica -el petróleo- entraba en juego y se esgrimía de
pañías estadounidenses competir con las británicas y finalmente desbancarlas. Desde forma casi tan temible como los tanques o los aviones de guerra. Arabia Saudí redujo su
esta perspectiva de obtención de beneficios comerciales, Estados Unidos desarrolló producción en un 30%, de manera más drástica que cualquier otro exportador. Con esta
unas relaciones políticas con la casa real saudí cuyo anticomunismo era fiable y fuera medida anteponía su política antiisraelí a su política pro americana. El precio del petró-
de toda sospecha. Esta alianza carecía del fervor que caracterizaba al compromiso de leo se disparó de 3 dólares el barril a casi 12 dólares en pocos meses. El PNB de Arabia
Washington con Israel o del empuje de su alianza con el sha de Irán, pero era el único Saudí aumentó en un 250% en un año (y siguió subiendo: los ingresos por el petróleo
rasgo sólido de sus relaciones con el mundo árabe y tenía especiales connotaciones pasaron de 4.000 millones de dólares en ese año a 40.000 millones cuatro años más
estratégicas que se acrecentaron con el crec,:imiento del poderío naval ruso. Durante tarde). La medida saudí tuvo un profundo efecto político a medida que el resto del
gran parte' del período de posguerra, los estadounidenses con~iguieron cerrar los ojos mundo fue digiriendo las implicaciones de un corte en las exportaciones de crudo, mien-
ante el hecho de que los saudíes se oponían profundamente tanto a Israel como a Irán, tras que al mismo tiempo la gran riqueza de Arabia Saudí se elevaba a proporciones
los dos principales pilares de la política de Estados Unidos en Oriente Medio. legendarias. Hacia 1980, un tercio de las reservas financieras del mundo entero al mar-
Un legado de la creación del reino saudí fue su oposición a los descendientes gen de la URSS y sus satélites pertenecían a Arabia Saudí. No se trataba de un boom efí.
hachemitas del Jerife de la Meca al que Abdul Aziz había despojado tanto de su poder mero, puesto que este país tenía además una cuarta parte de las reservas conocidas de
temporal como espiritual. Estos descendientes gobernaron en Jordania y (hasta 1958) petróleo del mundo, producía 9,5 millones de barriles al día a un precio relativamente
en Irak. Eran asimismo blanco de la ofensiva reformista de Nasser y de esa forma pro- bajo y podía aumentar esta producción en aproximadamente un 70% con poco esfuerzo.
porcionaron un vínculo entre la monarquía conservadora saudí y el revolucionario Arabia Saudí era por consiguiente una presa más codiciada que nunca. Pero el
Egipto. Los sucesores de Abdul Aziz estaban impacientes por escapar de un aislamien- mundo en el que vivía era cada vez menos tranquilo y existían dudas acerca de su pro-
tó que ya no era seguro para un país tan rico pero tan escasamente provisto desde el pia estabilidad interna.
punto de vista humano y material; y comenzaron por El Cairo. Sin embargo, faltó. La autoridad de la familia real, a pesar de todo lo estrafalaria y anacrónica que pare-
entusiasmo a esta asociación. Nasser era antiestadounidense pero no así el rey Saud. ciese a los ojos occidentales, estaba razonablemente bien asegurada mientras que los
Egipto y Arabia Saudí adoptaron posiciones opuestas en la guerra civil de Yemen. Los príncipes mantuviesen la alianza histórica con el Islam Wahabi y estableciesen un
instintos de conservación del rey Saud demostraron ser más fuertes qué su herencia nuevo entendimiento con las clases, civiles y militares, que regían las nuevas institu-
antihachemita, de forma que en 1957, en Jordania, apoyó al rey Hussein contra una ciones engendradas por la riqueza y el poder. La casa principesca obtuvo un completo
oposición nasserista. Un ambicioso pacto de diez años de duración entre Arabia Saudí, éxito en estas tareas y en preservar su propia disciplina. La familia real era extensa, todo-
Egipto, Jordania y Siria, concertado en 1957, nació ya debilitado y pronto siguió los poderosa y muy rica. Su estabilidad se mantenía mediante una jerarquía estricta. Se
mismos pasos que los otros numerosos pactos interárabes de estos años en que resulta- sabía perfectamente cuál era el próximo príncipe reinante y cuál otro le seguiría. Los
ba difícil para los árabes decidir cuáles de sus parientes eran amigos y cuáles no. miles de príncipes menores tenían sus lugares asignados en lo que constituía una nomen-
Después de la muerte de Nasser, en 1970, el rey Faysal -que había tenido las riendas klatura de aristócratas. Raramente se salían de la línea. El régimen parecía petmeable
del poder a la sombra del trono antes de que lo ocupara en 1964- se encaminó hacia el sólo en la medida en que hubiera hijos de Abdul Aziz que ocuparan el trono, pero era
liderazgo que había ido escapándosele de las manos al más exuberante Nasser, particu· evidente que el sistema sería más difícil de manejar cuando la primera generación de
larmente tras la guerra de 1967 con Israel y los fracasos del cuerpo expedicionario egip- hermanos y medio hermanos fuera seguida por la siguiente generación, mucho más
cio en el Yemen. Faysal ya había fortalecido los vínculos saudíes con Estados Unidos en numerosas, de primos. Aun así, la monarquía sufrió un duro golpe cuando, en 1979, 250
los años sesenta y también había mejorado sus relaciones con el sha, visitó Irán en 1965 beduinos oteiba tomaron la Gran Mezquita de la Meca y la mantuvieron su su poder
y concertó un acuerdo sobre la propiedad de la posible riqueza submarina del Golfo; y durante dos semanas en protesta contra la corrupción y mundanería que estaban ganan-
en 1968 el sha fue a la Meca. El liderazgo de Faysal en el mundo árabe resultó eviden- do terreno en la sociedad saudí, a pesar del reforzamiento draconiano de rigurosas leyes.
te en la conferencia de estados árabes de Rabat en 1969, donde logró institucionalizar El incidente coincidió con tumultos, estimulados por el éxito y los preceptos de Jomeini
-mediante la creación de una Conferencia Islámica petmantente- una idea que había en Irán, entre la pequeñísima minoria chiíta, compuesta tan sólo por unos 120.000
acariciado durante años. Egipto pasó a ser una parte natural de este proyecto cuando hombres pero que constituía un componente fundamental de la mano de obra de los
Sadat expulsó a los rusos de Egipto en 1972 y, mucho más conservador que Nasser, frenó yacimientos petrolíferos. La sociedad saudí era también vulnerable en razón de su atra-
en el corazón del mundo árabe la corriente revolucionaria que lo había caracterizado so y su falta de técnicos y profesionales especializados, una debilidad que obligaba a con-

404 405
OCÉANO ATLÁNTICO
DEL NORTE

0º·
~~ ,..\ \
g;.<f' _,../ i
..r~1·,., ALGERÍA LIBIA i EGIPTO
1 ...., BANGLADESH
• ' .... i /
.1 ·-;
\. .
) #"'i ', //'-4',, ¡--·-·-·
-·; J!""<
.¡?
~'-....:- -·-'
¡i
i MALI
'\..., / /
( NIGER /
!· 'ri
....i
a OCÉANO
PACÍFICO
SENEGAL·
GAMBIA
GUINEA BISSAU
GUINEA
.,..;,_ --
-;., 1
~L/
Í
/
.,.. ( _lr-. _ __,,. _.,
'-..


,......¡
1 CHAD l!
J.
~
I \ r'I
~
i
SUDÁN

,;
1
I~~{}
MALASIA~BR~ ·~ ~
\ \_
1 .J
1 .
;I /\ - '·
\ ·-..
"
SIERRA LEONA

BURKINA
h/ ·

BENIN
/
r

.1-c.7l
(
.
\
\ _
.,
. (.
/~
_,..,-
\ "

~
FASO UGANDA
MALDIVAS
~ ~Jr;r~
~~·!_??
r GABÓN

ISL.SCOMORES
'

OCÉANO fNDICO

OCÉANO ATLÁNTICO DEL SUR

q~e
o
O 'oblación musulmana chifla. . musulmana pero no son
Nota:os países ca~ relevante
m1e,,,.., 1
población
Nigeria, .
la antigua URSS y la India.

...... de la OIC 1nc u y e - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

13.1. El mundo islámico.

406 407
tratar a un elevado número de trabajadores de otros países árabes y de Asia oriental general de brigada Salla! proclamó una república que recurrió a la ayuda egipcia en vir-
(Corea, Tailandia y Filipinas), y a dedicar a educación una parte tan elevada del gasto tud del Tratado de Jidda. El imán se acogió a la ayuda saudí en virtud del mismo trata-
público (un 15%) como la asignada a defensa en el plan quiquenal de 1975-1980. do y de ello resultó una guenra que era a la veí civil e internacional, no muy distinta
En el terreno de los asuntos exteriores, Arabia Saudí estaba molesta y en una situa- de la guerra civil española de los años treinta. En Riyadh, en agosto de 1965, Nasser y
ción incómoda por el fracaso en la resolución de la disputa árabe-israelí y la consi- Faysal acordaron suspender su ayuda y retirar sus tropas; los yemeníes debían establecer
guiente divergencia con Estados Unidos que se derivaba de este fracaso. Arabia Saudí una coalición y celebrar un plebiscito a finales de 1966 para decidir la forma de gobier-
se mantuvo apartada de los aspectos más militantes de esta disputa pero estaba en cier- no de su país. Pero este acuerdo fracasó, las tropas no se retiraron y Nasser afirmó más
to sentido más comprometida que cualquier Estado. En política es posible llegar a un tarde que las fuerzas egipcias podrían permanecer indefinidamente. Tras la guerra con
acuerdo en la mayor parte de los casos, incluso tratándose de fronteras, pero la reivin- Israel de 1967 tuvo que volver a cambiar de parecer y retirarlas. La gue.rra acabó en 1970
dicación saudí en contra de Israel no era política. Era religiosa: la demanda, por otra con un compromiso. La república prevalecía pero los realistas se unirían a su gobierno.
parte del custodio de los santos lugares, de devolución de Jerusalén -otro lugar sagradó- Precisamente en este momento, los protectorados y colonia de Adén contiguos
a los musulmanes (si bien no a la propia Arabia Saudí). Ningún príncipe saudí estaba estaban siendo desocupados por Gran Bretaña en el curso de su alejamiento del pode-
dispuesto a abandonar esta reivindicación, que en Occidente no se tomó nunca sufi- río mundial. La retirada británica afectó tanto al Golfo Pérsico como a Adén y al con-
cientemente en serio y que unió a los saudíes con el rey Hussein de Jordania, cuyo abue- trol de la entrada meridional al mar Rojo.
lo hibía sido asesinado en la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén. En la conferencia de El puerto de Adén estuvo en posesión de la Compañía de las Indias Orientales y
Bagdád convocada para protestar contra el acuerdo de Camp David, Arabia Saudí trató luego del gobierno de la India de 1839 a 1937, fecha esta última en la que se convirtió
de moderar las reacciones árabes más extremadas frente a la paz firmada indepen- en colonia británica. Fue dotada de un Consejo legislativo en 1947 y en 1955 se intro·
dientemirnte por Sadat con Israel, y al mismo tiempo intentó conservar el papel diri- dujeron en él miembros electivos; con la nueva Constitución de 1958, los miembros
gente que Irak podría arrebatarle al calor de la generalizada indignación árabe. electivos pasaron a constituir la mayoría del Consejo. Durante el período de gobierno
r En el más amplio c5mflicto entre las superpotencias, la presencia de l9s rusos en indio (al principio como parte de la presidencia de Bombay y finalmente durante unos
Adén y el Cuerno de Africa creó una nueva zona de guerra en el océano Indico con cuantos años como una provincia separada bajo control directo de Delhi) los habitantes
todas las miradas puestas en el estrecho de Ormuz, atravesado cada día por 140 bar- de Adén se quejaron de que eran una descuidada avanzada del imperio indio: Después
cos, de los cuales tres cuartas partes eran petroleros. Los tradicionales intereses fron- de la transferencia de sus asuntos a la oficina colonial británica, las demandas naciona-
terizos de Arabia Saudí adquirieron una añadida dimensión internacional: en primer listas de independencia comenzaron a hacerse oír y se hicieron cada vez más insistentes.
lugar, hacia el sudoeste, el Yemen; en segundo lugar, hacia el sur, Omán y el océano; Importante como puerto durante 2.000 años, Adén también se convirtió a mediados del
y en tercer l~gar, hacia el este, el Golfo y todos sus estados ribereños. siglo XX en el emplazamiento de una nueva gran refinería de petróleo y del cuartel gene·
ral del Alto Mando británico para Oriente Medio. Por esta razón, ministros conservado-
res decidieron, y afirmaron con una osada e imprudente firmeza, que no se permitiría que
EL YEMEN las aspiraciones nacionalistas llegaran el extremo de la independencia. Los nacionalistas,
acaudillados por Abdullah al Asnag, secretario general de los sindicatos de Adén, siguie·
El Yemen, parte del imperio otomano desde 1872 hasta 1919, fue regido hasta 1962 ron presionando en defensa de sus opiniones mediante huelgas -que suponían una grave
por imanes hereditarios cuyo gobierno era uno de los menos amables y admirables del amenaza para una base tan dependiente de los nativos de Adén y de la mano de obra
mundo. El Yemen tenía una costa que se extendía hacia el norte desde Bab el Mandeb inmigrante del Yemen- y mediante el boicot de los procesos electorales con los que Gran
a través del mar Rojo, pero carecía de acceso a las aguas meridionales. Por el tratado de Bretaña había esperado satisfacer las aspiraciones políticas locales.
Sana de 1934, concertado en Gran Bretaña y el imán Yahya (1918-1948), esta poten- El contiguo protectorado de Adén constaba de veintitrés dominios de jeques divi-
cia europea reconocía al imán como soberano y aceptaba una suspensión hasta 197 4 de didos por conveniencia administrativa en un protectorado occidental que abarcarba
las disputas territoriales que se originaban como consecuencia de las reivindicaciones dieciocho de estos dominios y un protectorado oriental que se componía de los cinco
yemeníes en contra de los jeques protegidos y la colonia de Adén. La política del imán restantes. Todos estos principados habían firmado acuerdos de protección de algún
Yahya era contemporizadora, pero su hijo Ahmed dio nuevo impulso a las reivindica· tipo con Gran Bretaña entre 1839 y 1914, y esta potencia europea había desempeña-
ciones del Yemen y argumentó que los cambios constitucionales de la colonia y el pro- do un eficaz papel pacificador en dicha parte del mundo.Tras la Segunda Guerra Mun-
tectorado constituían una ruptura del tratado de Sana desde el momento en que pre- dial, Gran Bretaña negoció nuevos tratados en virtud de los cuales se nombraba a fun-
juzgaban cuestiones que debían resolverse en 1974 y creaban un grupo antiyemení que cionarios políticos británicos para aconsejar a los jeques, los cuales acordaron aceptar
se proponía destruir el Yemen que Gran Bretaña había reconocido. Se produjeron sus consejos excepto en lo relativo a la ley y las costumbres islámicas. En los principa-
luchas fronterizas y el imán concertó en 1956 el Tratado de Jidda con Egipto y Arabia dos occidentales, el nombramiento de un nuevo jeque debía ser confirmado pcir el
Saudí, y en 1958 la asociación federal con la República Árabe Unida. gobernador británico de la colonia. Los dominios de los jeques y la colonia constitliían
En 1963, el imán Ahmed murió y fue sucedido por su hijo, Muhammad al-Badr, que una zona compacta y religiosamente homogénea, pero la colonia difería de todo lo que
en 1956 había visitado Moscú y Pekín. Una revolución estalló inmediatamente y el la rodeaba por ser populosa, relativamente rica y hostil al principio monárquico. Los

408 409
nacionalistas de la colonia preveían una unión con los territorios del protectorado y Desde el punto de vista saudí, una unión o federación de la RDPY y la RAY sólo
finalmente también con el Yemen, pero no bajo los gobernantes existentes. sería ventajosa si la entidad resultante era de derechas y no de izquierdas. Arabia
Adén fue un pequeño y abandonado mundo aparte hasta la definitiva retirada de Saudí deseaba ejercer control sobre la RAY y apartar a la RDPY de la influencia rusa.
Gran Bretaña de la base de Suez en 1956. En ese año, un ministro británico declaró En 1976, tras una serie de reuniones secretas en El Cairo, Arabia Saudí estableció rela-
ante el Consejo legislativo de la colonia, durante un discurso que fue particularmen· ciones con la RDPY. Esta medida, un paso lógico en la diplomacia de Faysal pero que
te paternalista e insensible en sus referencias al autogobiemo, que el gobierno britá- constituyó una sorpresa para los que exageraban la importancia de la ideología en la
nico no preveía posibilidades de cambio en los asuntos de Adén y que confiaba en política internacional, fue posible gracias a la conclusión, en el año anterior, de la re-
que este inmovilismo sería favorablemente recibido por una inmensa mayoría de sus belión contra el sultán de Omán en su provincia de Dhofar, rebelión en la que Ara-
habitantes. Algo más tarde, en el mismo año, el bloqueo del canal de Suez por parte bia Saudí y la RDPY habían estado en posiciones opuestas. De aquí en adelante, Arabia
de Nasser a raíz de la guerra de Suez provocó desempleo, huelgas y disturbios en Saudí y la URSS se disputarían entre sí ofertas de ayuda a la RDPY.
Adén. Al mismo tiempo, los jeques tomaron conciencia de la amenaza para su forma En la RAY, el presidente, el coronel lbrahim al-Hamdi, fue asesinado en 1977 tras
de vida. En 1958 el sultán de Lahej decidió ponerse en camino hacia El Cairo, mien- tres años de permanencia en el poder, y fue sucedido por el coronel Ahmad al-Ghashni,
tras en 1959 seis de los jeques occidentales, puestos entre la espada y la pared del que fue asimismo asesinado un año después. Aunque estos asesinatos parecían motiva·
nacionalismo adení y la subversión yemení, crearon una federación de emiratos ára· dos fundamentalmente por heradadas enemistades tribales, existían también ciertas
bes, coma, la que los británicos habían estado alentando en vano desde 1954. Este razones para sospechar que al-Hamdi estaba tratando de hacer su propio juego por sepa-
conscitcio, denominado a partir de 1962 la Federación de Arabia del Sur, fue amplia- rado con la RDPY, y en 1979 la RDPY invadió la RAY en compañía de refugiados des-
do progresivamente, pero nunca abarcó a todos los jeques, a pesar de las concesiones contentos de este último Estado. En ese mismo año, el presidente de la RDPY, Abdel
británicas, cinco veces mayores que las que se les había dado hasta entonces. Fattah lsmail, firmó un tratado de viente años de duración con la URSS. Fue sucedido
Gran Bretaña, resuelta por encima de todo a mantener la b~se de Adén -al desa- en 1980 por su primer ministro, Ali Nasser Mohammed, que deseaba hallar una forma
rarecer o hacerse poco fiables otras bases en Kenia, Egipto y Chipre- decidió en 1963 de conciliar sus «conexiones» rusas con una mejora de relaciones con la RAY y Omán.
agregar la colonia a esta nueva federación, uniendo a los jeques con la clase comer-
ciante y dejando de lado a los nacionalistas. Según el proyecto británico, Gran Bre-
taña conservaba la soberanía en la colonia; se comprometía a no separar a la totali- MASCATE Y OMÁN
dad de la colonia de la federación, si bien podía segregar alguna parte; durante el
séptimo año de esta simbiosis -pero ni antes ni después- la colonia podría separarse En el sultanato de Mascare y Omán, en el que un golpe de Estado llevó a un nuevo
por voluntad propia pero, si lo hacía, tendría que volver a su condición colonial y no sultán al poder en 1970, el Frente Popular de la Liberación de Omán y del Golfo Pér-
podría convertirse en un Estado independiente; mientras que cada uno de los miem- sico (FPLOGP) emprendió con la ayuda rusa y china una guerra civil en la que el sul-
bros normales de la federación tenía seis escaños en el Consejo Federal, Adén dis- tán, apoyado por los británicos y los iraníes, salió victorioso en 1975. Detrás de Gran
pondría de veinticuatro. Este extraño invento intensificó la agitación nacionalista en Bretaña e Irán estaba Estados Unidos.
la colonia. Los nacionalistas adeníes se negaron a cooperar con Gran Bretaña y a Entre las poderosas flotas estadounidenses del Mediterráneo y del Pacífico Sur había
reconocer la federación, se dirigieron hacia Egipto en busca de ayuda y adoptaron la un vacío. Durante los veinticinco años siguientes al término de la Segunda Guerra
estrategia del terrorismo para acelerar la retirada británica y conseguir el fracaso del Mundial este vacío lo llenaron los británicos, que, hasta mediados de los años sesenta,
resto de los planes ingleses. Los jeques federados trataron de obtener promesas de un se empeñaron en continuar haciéndolo. El Libro Blanco de Defensa de 1957, el prime-
permanente apoyo militar británico, promesas que el Partido Laborista no estaba dis- ro en aparecer tras el fiasco de la guerra de Suez, contenía una mezcla de viejas y nue-
puesto a dar, puesto que invalidaría prácticamente la política de retirada y reducción vas ideas. Todavía preveía la existencia de fuerzas locales no sólo en Adén y Chipre sino
de tropas y complicaría a Gran Bretaña en las inveteradas disputas árabes: si acepta- también en Kenia {que, sin embargo, al alcanzar la independencia en 196.3, concedió a
ba un compromiso militar al tiempo que abandonaba el poder político, Gran Breta· Gran Bretaña sólo facilidades limitadas, según un acuerdo firmado en marzo de 1964);
ña saldría perdiendo por los dos lados sin obtener ventaja alguna. El gobierno britá· pero también preveía la presencia de un grupo de portaaviones en el océano Índico. La
.~:; nico prefirió acelarar su partida. Adén y su hinterland se convirtieron en 1967 en la operación de Kuwait de julio de 1961 {véase más abajo) reforzó los argumentos en favor
República Democrática Popular del Yemen (RDPY). La retirada de los ingleses -que de guarniciones locales para aclimatar a las tropas, puesto que entre una cuarta parte y
habían proporcionado la mayoría de los empleos- y el cierre del canal de Suez en ese la mitad de los hombres llevados al escenario de esta acción desde climas templados se
mismo año sumieron al nuevo Estado en una angustiosa situación económica que habían visto postrados por el calor. Dando por supuesto que estas operaciones seguían
acentuó su inherente inestabilidad. Además, estaba enemistado con su vecino del constituyendo una parte ineludible del papel de Gran Bretaña en el mundo, las bases
norte, la República Árabe del Yemen (RAY), país que le invadió con ayuda saudí en tropicales parecían desde luego esenciales. El Libro Blanco de 1962 reiteró la necesidad
1972. Una corta guerra concluyó con conversaciones -que se quedaron sólo en eso- de una presencia británica para asegurar la estabilidad y, asimismo, la necesidad de man-
sobre la posibilidad de unión de los dos estados yemeníes. La isla de Socorra, al sur de tener fuerzas en Adén y Singapur. Pero los argumentos y presuposiciones de los artífices
Adén, colonia británica desde 1880 a 1967, se convirtió en parte de la RDPY. de los Libros Blancos de Defensa eran rebatidos por los que hacían un cálculo del coste

410 411
su máximo estrechamiento en el estrecho de Ormuz. Hacia el sur se encuentra el golfo
de estos establecimientos (especialmente tras la victoria laborista de 1964 en medio de de Omán abriéndose hacia el oceáno, y hacia el norte el Golfo Pérsico. Toda la costa
una crisis fi.nanciera) y por lo~ ~ue creían que las bases en territorio árabe originaban un oriental de ambos golfos es territorio iraní, pero la costa opuesta se la reparten catar·
desproporcionado rencor palmeo en relación con su utilidad militar. ce soberanos. En el extremo del golfo Pérsico está lrak y al lado se encuentra Kuwait,
Gran Bretaña estaba ya explotando una base aérea en Gan, una isla del archipiéla· separado del resto de los principados -la isla de Bah.rain, el _promontorio .de Qatar, los
go de las Maldivas q~e tenía alrededor de cinco kilómetros de longitud y estaba situada estados trucios y, por último, el Estado de Mascate y Ornan en la esquma- por 560
a 1.30~ km al sur de .Ceilán. En 1960 se otorgó a las Maldivas un gobierno propio (logra· kilómetros de costa saudí. Las afinidades políticas y comerciales de Kuwait han esta·
ron l~ i~d:?en~encia en. 1965) '! Gran Bretaña tomó Gan en arriendo por un período do con sus vecinos del norte, y sus hijos han ido a la escuela en Karachi.
de vei~tls~is a~o~. ~l Remo l!mdC! también creó en 1965, con propósitos estratégicos, El interés inicial de Gran Bretaña en estas aguas estribaba en conseguir el mono·
el Temtono Bntanico del oceano Indico (BIOT), una nueva colonia que se componía olio el dominio de las rutas que llevaban a la India y en proteger el comercio britá·
d~ ~~ rosario de p_equeñas isl.as que se enc?ntraban entre la república de Madagascar y ~ico de las violentas depredaciones de los llamados jeques piratas que, en el extremo
0

Ceilan. La mayor~a ?e estas islas estaban mhabitadas y se habían separado de las Sey· sur del Golfo Pérsico, vivían de la piratería, lo que valió a esta franja de territorio el
chelles, ~ero la mas. ii_nportante de todas, Diego García, había sido una dependencia de sobrenombre de Costa Pirata. Desde 1820 en adelante, los británicos impusieron una
la col?1:1ia de Mauncio, a la que fue comparada con antelación a la independencia de paz marítima mediante una serie de tratados o treguas .con es~os jeques trucios, Y en
MauncLO en 1966. En 1970, Gran Bretaña y Estados Unidos decidieron construir una 1861 extendieron el sistema hacia el norte hasta Bahram mediante un acuerdo por el
base naval conjunta en Diego García, y en 1971 la isla fue arrendada secretamente a que Gran Bretaña se comprometía a proteger a Ba~rain a perpetuidad. Má_s entrado el
Estados Unidos y la mayoría de sus habitantes fueron trasladados. siglo Gran Bretaña negoció nuevos acuerdos en virtud de los cuales asumia el control
. Unos años m~ tard~· .M~uri~i~ reivin~icó sus derechos sobre Diego García, poste· sobr; la política exterior de los dominios de los jeques y también de Kuwait Y Qatar.
n~ri_n~nte modero su reivmdicacLOn pero sm renunciar a ella. M'!uricio era una colonia Finalmente a medida que los bancos perlíferos y el petróleo hacían a los estados de esta
bnta~ic: de habla fra~cesa ~o.n ui:a población racialmente mezclada en la que los indios zona cada v~z más importantes por sí mismos y no sólo como pedazos de territorio ved·
constituian la mayona. Ongmanamente adquirida para evitar que Francia tomase la
1 nos a una importante ruta de comercio, una serie de acuerdos, ya en el siglo XX, con·
?el antera, .fue transformada en una plantación de azúcar cuando se desvaneció su cedieron a Gran Bretaña derechos exclusivos para la explotación comercial de las
importancia estratégica, y se utilizó la mano de obra inmigrante procedente de la India. riquezas locales, pero sin ningún control o responsabilidad :?bre los asunto~ i~t~mos.
Con el .ti~~npo, l?~ indios llega~on a poseer más de la mitad de la tierra y contaron con A lo largo de la mayor parte de este período de expanswn el control bntanico, las
l~. opo,sicio~ pohuc~ d~ los cno~los de habla francesa a los que apoyaba la pequeña fronteras, terrestres de estos estados, vagamente situadas en una región inhabitada Yque
mmona chma. Los mdws no tenia deseo alguno de unirse a la vecina colonia francesa se suponía carente de valor, no suscitaron interés alguno, y durante mucho ti~mpo Gran
de Reunión, ni a la más distante y mucho más grande república de Madagascar. Bretaña siguió sin cuestionarse las obligaciones contraídas como consecuencia d: l~ tre·
A las Seyche~les, un archipiélago 1.600 km al este de Mombasa y aproximadamen- gua marítima, ya que tenía razones adicionales para pemianecer en el Golfo Persico Y
te el doble de le¡os de Bombay, les fue concedida una Constitución en 1967 revisada no le perturbaban los compromisos con gobernantes locales en u~a zona en la que p~e­
en ~970, Yen 1976 se convirtieron en un miembro de la Commonwealth'. A ~ambio de tendía seguir manteniendo el orden mediante fuerzas navales y aereas con el proposi.to
~as '.slas separadas d:l archipiélago para integrarse en el Territorio Británico del océano de conseguir objetivos complementarios. Estos objetivos eran asegur:r~e las neces~nas
Indico, Gran Br~tana construyó en Mahé, la isla principal, un aeropuerto para ayudar a comunicaciones pemianentes con Oriente y participar en el nuevo trafico del petroleo.
promover el tunsmo en las Seychelles. El primer presidente del nuevo Estado, James Para llevar a cabo el interminable y constante tráfico comercial entre Europa YAsia,
~~ncham, fue pr?nto derrocado por su primer ministro y líder del partido de la oposi· el Oriente Medio debía o bien cruzarse o bien rodearse, y en este contexto, el naciona·
e.ion, Alb~rt Rene, q~e e:taba situado ideológicamente más a la izquierda y que en polí· lismo árabe del siglo XX afectaba a los europeos exactamente de la misma forma que las
ttca extenor .era parttdano de la no alineación. René sobrevino en 1980 a una invasión conquistas musulmanas que habían dado lugar a las aventuras alternativas de las Cruza·
de ~er.cenanos blancos ante la que Sudáfrica hizo la vista gorda. Una segunda tentati· das y de los viajes alrededor de África. Cuando el poderío británico en Oriente Medio
va similar en 1983 fue, no obstante, detenida por Sudáfrica. estaba en su apogeo, los británicos viajaban libremente a través de él, pero después de la
Segunda Guerra Mundial se perdió la ruta central directa, y~ ~ue los g~biemos árabes,
~I uno tras otro, negaron a Gran Bretaña los derechos y beneficws especiales de los que
EL GOLFO PÉRSICO había disfrutado anteriormente por medio de tratados o mediante la ocupación. La reti·
rada de Palestina y de la Zona del Canal, la revolución de lrak en 1958 y la derogación
Por último, el Golfo Pérsico. El Golfo se convirtió en los años setenta en lo que del tratado anglo-jordano en la época de Suez, en 1956, eliminó esta ruta e hizo ~1~ce·
había sid~ Berlín en .décadas precedentes, esto es, un lugar tan cargado de tensiones sario buscar un desvío meridional o septentrional. La ruta del sur pasaba por Libia Y
que una disputa relativa a su navegación o instalaciones podía llegar a escapar al con- Sudán hasta Adén, pero en 1964 el gobierno libio solicitó una revisión de su tratado de
trol de los estados. 1952 con Gran Bretaña y en ese mismo año Sudán impuso condiciones prácticamente
El ~alfo es u~ larg? y estrecho brazo del océano Índico que penetra en el interior prohibitivas a los derechos para sobrevolar su territorio. Ir por el sur significaba atrave·
de Onente Medw, de¡ando a un lado Arabia y al otro Irán. Este brazo de mar tiene

413
412
sar África central o incluso África meridional y ambas rutas eran tan inoportunas polí- seculares. Mientras dichas disputas persistiesen, Gran Bretaña podría alegar que esta-
ticamente como largas, y por tanto caras, desde el punto de vista económico. La alter- ba prestando un servicio al continuar en esta zona y llevar a cabo la tarea de mante·
nativa septentrional, por Turquía e Irán y el Golfo Pérsico, continuó siendo por tanto nimiento de la paz que en otro tiempo había ejercicio en el mitad del mundo.
estimable y valiosa, a pesar de que no podía seguir considerándosela como esencial, En los estados del Trucial (Trucial States), Gran Bretaña trató sin éxito de promover
puesto que los avances técnicos estaban consiguiendo abrir una nueva ruta, si bien con una federación como primer paso hacia la liberación de las obligaciones que había adq~i­
dificultad y alto coste, desde Gran Bretaña en dirección oeste hasta Singapur. rido a perpetuidad. Se suponía que Gran Bretaña no debía interferir en los asuntos Inter-
La necesidad de comunicaciones con Oriente proporcionaba, pues, un argumento, nos de estos estados, pero se vio con frecuencia obligada a hacerlo a causa de sus dispu-
efectivo aunque no decisivo, para permanecer en el Golfo Pérsico todavía por algún tas, de las deficiencias de algunos de sus gobernantes y de la ayuda que los más pobres
tiempo, siempre que se entendiese que los días de la presencia británica estaban ya con- solicitaban. Los gobernantes, aunque ya no precisaban protección para hacer frente a las
tados. El petróleo era un argumento menos convincente. La importancia, incluso lacre- amenazas procedentes del mar, sentían sin embargo la necesidad de protección frente a
ciente importancia, del petróleo de Oriente Medio para Europa era innegable, pero la Arabia Saudí y frente a sus propios súbditos, no muy numerosos. El gobernante de Qatar
política de asegurar los suministros mediante una presencia física parecía cada vez más (que de una manera flexible había formado parte del sistema del Trucial a comienz~s del
discutible y anacrónica. Europa, en contraste con las otras principales áreas consumi- siglo XIX, pero lo había abandonado en la década de 1860) solicitó en 1963 la ayuda
doras -Estados Unidos y la URSS- se había hecho dependiente de los crudos de Orien- británica para hacer frente a sus dificultades internas pero le fue negada. El problema
te Medio. Por ejemplo, Gran Bretaña, que antes de la Segunda Guerra Mundial impor- principal, sin embargo, era la relación entre los jeques y Arabia Saudí. Gran Bretaña no
taba más de la mitad de su petróleo del continente americano, estaba hacia 1950 deseaba ni dejar a los jeques abandonados ni apoyarlos indefinidamente.
importando exclusivamente de Kuwait la mitad del crudo que necesitaban, y en 1965 Las relaciones de Gran Bretaña con la casa real saudí habían sido tradicionalmente
se calculó que el consumo europeo anual de 300 millones de toneladas se incrementa- buenas, especialmente en los tiempos del rey Abdul Aziz ibn Saud, y menos buenas tras
ría hasta alcanzar, en el plazo de quince años, los 750 millones de toneladas, a pesar de la ascensión de su hijo Saud en 1953 y la sustitución de la influencia estadounidense
la creciente utilización del gas natural y de la energía nuclear. Los importantes descu- por la británica en Arabia Saudí. Gran Bretaña se sentía asimismo turbada por la, al
brimientos de petróleo en el Sahara en 1956, y en Libia en 1959, haría descender la pro- parecer, completa impermeabilidad del régimen saudí al más leve toque de modernidad,
porción de petróleo procedente de Oriente Medio consumida en Europa, pero no la excepto en lo que se refiere a la acumulación de royalties del petróleo que la familia real
cantidad total de crudo exigida de esa procedencia. Se pensaba que el petróleo seguiría saudí dilapidaba con pródiga inutilidad. No parecía correcto abandonar a estados, que
siendo probablemente más barato que el gas, la energía nuclear o los hidrocarburos sub- en un tiempo habían sido redimidos de la piratería, a la suerte de un gran vecino que
marinos, y el petróleo de Oriente Medio era más barato que cualquier otro, pero esta era todavía famoso por la esclavitud. Además, en 1955 una permanente disputa acerca
dependencia europea no era tan temible como les parecía a cierto número de estadistas del oasis de Buraimi condujo a una pequeña confrontación militar. Este oasis, un con-
europeos, puesto que, por su parte, los países productores de Oriente Medio dependían junto de diez aldeas, algunas de ellas en posesión del jeque de Abu Dhabi y otras en
enormemente de los consumidores de Europa. Hacia mediados de los años sesenta, manos del sultán de Mascate, era codiciado por Arabia Saudí, cuyas reivindicaciones
cuando una retirada británica se hizo realidad, los ingresos de los estados implicados habían sido desoídas por Gran Bretaña durante toda una generación. La disputa, que
procedentes del petróleo excedían los 2.000 millones de dólares y proporcionaban entre implicaba a las dos poderosas fuerzas del honor y del petróleo, fue sometida a un tribu-
un 70% y un 95% de las entradas presupuestarias de los diferentes productores. Ni la nal arbitral en Ginebra pero los saudíes, que tenían escasa fe en su causa o en el tribu-
creciente demanda de Japón ni la perspectiva de entrada de China en el mercado pare- nal, sobornaron a los testigos hasta tal punto que Gran Bretaña se vio impulsada a ele-
cía que fueran a contrarrestar la necesidad que tenían los productores de Oriente Medio var una protesta pública. Los saudíes mandaron también tropas a las aldeas, de donde
de vender su petróleo a Europa y, si esto era así, las bases militares eran can irrelevantes los británicos las expulsaron por la fuerza. A pesar de todo, Gran Bretaña estaba poco
para el flujo del petróleo como para el suministro de cualquier otro producto. dispuesta a proseguir la disputa, que una vez más se apaciguó.
Había, no obstante, otro argumento, de naturaleza más política que económica. Como en la India, también en Oriente Medio el poder que los británicos dejaron
Los británicos, se decía, habían ido al Golfo Pérsico para preservar la paz y propor· vacante no se transfirió a un único sucesor. El régimen posbritánico del Golfo fue
donar la estabilidad sin la cual el comercio siempre estaría en peligro, y lo habían resultado de negociaciones entre la propia Gran Bretaña, Irán y Arabia Saudí. El sha
logrado. Una retirada británica podía ir seguida de desórdenes que interrumpirían el renunció a la reivindicación iraní sobre Bahrein, que en 1970 se convirtió en miem-
flujo de petróleo. Estos desórdenes podrían ser resultado de sabotajes o de disputas bro plenamente independiente de las Naciones Unidas. Con una población y una
fronterizas entre los estados de la región. El sabotaje, sin embargo, es algo que las uni- riqueza suficientes para valerse por sí mismo, Bahrein no estaba dispuesto a ser un
dades militares regulares no están particularmente capacitadas para evitar, además de miembro de la nueva federación de estados del Golfo propuesta, a menos que se le
que una de las causas más corrientes del sabotaje es el resentimiento nacionalista con- concedies~ una representación igualmente arrolladora en la proyectada Unión de
tra la presencia de guarniciones extranjeras. Las disputas extranjeras desde luego exis- Emiratos Arabes. Esta federación inició su existencia a principios de 1972 pero sin
tían: Irán reivindicaba Bahrein; Irak pedía la provincia iraní del Juzistán y también Qatar ni Ras-al-Khaimar (este último, uno de los Trucial States o Costa de los Pira-
reclamaba Kuwait; Arabia Saudí se había disputado las fronteras con algunos de sus tas), que eligieron, ambos, la independencia. Todos los tratados con Gran Bretaña
vecinos más pequeños, muchos de los cuales estaban enfrentados entre sí por odios vigentes fueron derogados. Irán, basándose en exigencias estratégicas, se apoderó de

414 415
los islotes de Abu Mesa y las Tumbs en el estrecho entre el golfo Pérsico y el golfo de embaucados por los rusos, que prestaron gran atención a los notables kurdos durante la guerra, alen-
Omán, a causa de la cual lrak rompió sus relaciones diplomáticas con Irán y expulsó taron el nacionalismo kurdo y suministraron armas a un movimiento separatista. En enero de 1946,
a los iraníes que residían en el país. El nuevo orden radicaba esencialmente en el los kurdos proclamaron la república independiente de Mahabad, pero para los rusos el movimiento
acuerdo entre Irán y Arabia Saudí, en la capacidad de está última para conseguir en kurdo no podía ser más que privativo de la república separatista de Azerbaiján que ellos mismos habían
esta fase un control pleno sobre la costa occidental del Golfo y equipararse así con ideado en Tabriz a finales de 1945. La república de Mahabad era una expresión de los verdaderos sen-
timientos locales no comunistas, mientras que la república de Azerbaiján era una creación comunis·
Irán, que poseía el control de la otra costa, y en la fortuita ausencia de las voces egip-
ta. Las tentativas para que ambas se aliaran no resultaron nunca más que superficialmente fructíferas,
cia e iraquí debido a la derrota de Egipto en 1967 y a la persistente guerra de Irak con-
si bien los kurdos, dependientes del apoyo ruso, estaban medio atados a los azerbaijaníes. Tras la reti·
tra los kurdos y otra serie de debilidades internas; pero ninguno de estos factores era rada de las tropas rusas en mayo de 1946, los azerbaijanfes negociaron, sin consultar a los kurdos, un
necesariamente permanente. El asesinato de Faysal, en 1975, y la sucesión sin trau- favorable acuerdo con el gobierno iraní que devolvía Azerbaiján al Estado iraní como provincia autÓ·
mas de su hermano Jalid no perturbó el esquema, pero en el mismo año Irak comen- noma. Por estas fechas el gobierno de Irán era una coalición que incluía a corru,mistas, pero más entra·
zó a recobrar su libertad de acción. El Consejo del Golfo, creado en 1981 por inicia~ do el año el primer munistro Qawan es-Sultaneh expulsó a sus colegas comunist~s, de Teherán y envió
tiva saudí, formaba parte de su esfuerzo por contrarrestar la influencia iraní e iraquí: a su ejército a combatir contra Tabriz, donde fue inmediatamente derrocada la administración pro-
incluía a Arabia Saudí, Kuwait, Bahrein, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Omán. vincial comunista con la ayuda del populacho local. La república de Mahabad ~staba ahora a merced
del ejército iraní. Fue aniquilada y sus líderes huyeron o fueron ejecutados. '·.
El destino de los kurdos estuvo principalmente en manos británicas cuan~o, después de tomar
IRAK Bagdad en la Primera Guerra Mundial, el ejército británico se dirigió a Mosul y nombró gobema·
dar al dirigente kurdo Mahmud Barsandyi. Los kurdos esperaban obtener un Kurdistán indepen·
diente como premio por sus servicios contra los turcos durante la guerra; y en los primeros años de
Irak es el vínculo entre las secciones oriental y occidental de Oriente Medio. Más
posguerra los británicos se preocuparon principalmente por evitar la inclusión de Mosul en el nuevo
que ningún otro país de la zona, Irak mira hacia ambas direcciones: al oeste, hacia Estado turco. El fracasado Tratado de Sévres de 1920 (que establecía una Armenia independiente)
Asia occidental, y al este, hacia Irán y, por tanto, al Golfo. En 1918 fue destruido el no dio a los kurdos más que una promesa de independencia que los iraquíes, un protectorado a
·Control otomano sobre Oriente Medio. Siguió el orden anglofrancés, que, a su vez, fue punto de conseguir la independencia, estaban dispuestos a evitar en la medida de lo posible, e inclu-
desmantelado tras la Segunda Guerra Mundial. Los principales resultados del gobier- so a anular. Sus esperanzas frustradas, Barsandyi declaró la independencia del Kurdistán. Los britá-
no anglofrancés fueron Palestina y el Líbano. Se convirtieron en campos de batalla nicos lo deportaron a la India pero más tarde (1922) lo restablecieron como gobernador de Mosul.
de la siguiente fase. Más al este, los turcos otomanos, que se habían enfrentado a Irán, Un año más tarde huyó a Irán. El Tratado de Lausana ( 1923) anuló el Tratado de Sévres y por tari.to
no tuvieron un sucesor, excepto durante el tiempo en que el imperio británico gober- sus disposiciones a favor de kurdos y armenios. Turquía reivindicó Mosul, pero en 1925 la Liga de
nó el Golfo Pérsico. Con la partida de los británicos, iraquíes y saudíes se disputaron Naciones apoyó la reclamación británica de que formaba parte de lrak. Cinco años más tarde, Bar-
la primacía en la zona, aquéllos como paladines del arabismo y éstos como guardianes sandyi regresó a lrak, en un intento de obtener algo de ventaja en los choques entre kurdos e ira-
quíes, pero lo frustró el ataque de la aviación británica; y con el fin del protectorado británico la
de los lugares más santos del islam: un nuevo califa y un nuevo sultán. Y ambos temían
región kurda pasó a formar parte del Estado soberano de lrak.
a un moderno Irán que disfrutaba con sus disputas y se beneficiaba de ellas.
A finales de la Segunda Guerra Mundial un nuevo dirigente kurdo, Mustafá Barzani, dirigió una
revuelta que fue aplastada: unos 10.000 kurdos se refugiaron en Irán y Barzani huyó a Moscú. La revo-
lución de 1958 en Bagdad destruyó la alianza entre los tres estados antikurdos de lrak, Turquía e Irán,
NOTAS y una república de «árabes y kurdos» sustituyó a la monarquía iraquf. Barzani volvió de Moscú y fue
recibido con honores e incluso con munificencia por el presidente Kassim, que veía favorablemente
A. Los KURDOS
a los kurdos por las tendencias izquierdistas que existían entre ellos. En 1960 fue autorizado un Par·
tido Democrático Kurdo, pero los kurdos se escindieron en diferentes opiniones con respecto a Kas·
Los nombres tribales de los pueblos kurdos se remontan en el tiempo a épocas más remotas que sim e incluso el ala de izquierdas desaprobaba las ideas y excesos comunistas que habían ganado terre-
cualesquiera otros pueblos del mundo y su presencia en Asia occidental data de unos 4.000 años. En no a lrak tras la revolución. Después de algunas disensiones internas, el Partido. Democrático Kurdo
siglos recientes han estado divididos entre los imperios otomano, iran( y ruso. Al desintegrarse el llegó a ser claramente anticomunista, perdió en seguida el favor de Kassim, fue perseguido y disuelto
imperio otomano, se dividieron todavía más entre Turqu(a, lrak y Siria. A mediados del siglo XX, su oficialmente, si bien los comunistas también cayeron en desgracia en esta época.
cifra ascendía a 10-12 millones, la mayor parte en Turquía, Irán e lrak. Había unos 350.000 en Siria En 1961 los kurdos se rebelaron. Kassim afirmó que estaban recibiendo suministros militares
y quizá 200.000 en la República Socialista Soviética de Armenia. Su suerte había ido declinando desde Gran Bretaña y Estados Unidos. Él recurrió a la URSS en busca de arrrias y esta potencia con·
desde los tiempos de su sultán del siglo XII conocido por los europeos como Saladino. sideró oportuno olvidar su original apoyo a los kurdos en la esperanza de hallar en Kassim a un alia-
En el período de entreguerras, los kurdos de Turquía figuraban entre los oponentes al gobierno de do más útil. El ejército iraquí inició una campaña de grandes proporciones contra los kurdos,
Ataturk. Hubo sublevaciones kurdas en 1925, 1930 y 1937, pero después de la Segunda Gurra Mun- haciendo uso de bombas de napa! y aviones porta-cohetes. En febrero de 1963, Kassim fue derroca-
dial-y particularmente entre 1950 y 1960 en que el Partido Democrático estuvo en el poder- las rela- do y asesinado y los nacionalistas panárabes del partido Baas se adueñaron del gobierno bajo la pre·
ciones se hicieron más distendidas. Hubo cierto recrudecimiento de la hostilidad racial en los años sidencia del general Aref, que entabló conversaciones con los kurdos dándoles a entender que
sesenta pero el peor enemigo de los kurdos era la pobreza de Anatolia oriental, una zona de decaden- obtendrían algo semejante a la autonomía. Algo más entrado el año, sin embargo, las conservacio·
cia y ruina agrícola. En Irán, los kurdos fueron hostigados por Reza Sha entre las dos guerras y luego nes se rompieron al ser detenidos los negociadores kurdos, y el ejército iraquf, apoyado en el campo

416 417
de batalla por Siria, donde el Baas había asimismo accedido al poder, se embarcó en una campaña inspiración divina. Muchos de ellos aguardan el retomo del duodécim.o imán que desapareci~ e~ :1
contra los kurdos todavía mas feroz que las operaciones de 1961-1962. Pero el nacionalismo anti· año 880 d.C., pero los hay que esperan otras reapariciones. Están espamdos por todo el mundo 1slam1 ·
comunista del Baas había enajenado al mundo comunista, que se levantó al grito del genocidio. A ca pero es al este del Éufrates donde tienen más fuerza. Dominan Irán, donde han mante~ido el control
comienzos de 1964 se acordó una tregua que resultó ser frágil, pero en 1970 el presidente al··Barkr del poder por espacio de 500 años; sobrepasan en número a otros grupos en lrak y en el L1bano, Ycons-
y su vicepresidente, Saddam Hussein, la renovaron; y Barzani obtuvo un nuevo acuerdo de autono· tituyen imporrantes minorías en Siria, Pakistán y otros lugares. Los éxitos de Jomeini acrecentaron su
mía que, sin embargo, fracasó de nuevo por diversas razones, incluida la disputa sobre el status de imporrancia en todos los lugares en que se enconrraban, pero también atemorizara~ a los no chiíras: par·
Kirkuk. Cuando Irán e Irak se unieron contra los kurdos, Barzani huyó a Estados Unidos. Pero las ticularmente a los árabes, que desconfiaban de los iraníes, y a los sunníes (o sunmtas), a los que d1sgus·
relaciones entre ambos países eran malas y ofrecían oportunidades a Washington. taba la intervención del clero en el gobierno. La fe de los chiítas está imbuida de sufrimiento y persecu ·
El sha temía al nuevo tipo de régimen, especialmente al de Nasser. No recibió con agrado por ción y albergan un contenido rencor dirigido fundamentalmente contra los sunníes, cuya deslealtad
tanto la revuelta iraquí de 1958 y menos aún le gustó que Aref sucediera a Kassim en 1963. Deseaba hacia la línea verdadera ha sido aún más mancillada con la modernidad y la inmoralidad occidentales, Y
que los musulmanes chiítas tuviesen un papel sólido y reputado en el gobierno de lrak, y si había que concretamente estadounidenses; siente también animadversion hacia judíos y behaíes. La legitimidad de
tratar asi a los chiítas, lo mismo debería ocurrir con los kurdos. Se negó a prestar ayuda a las opera· la violencia es más evidente para los chiítas que para los sunníes o la mayoría de los europeos.
ciones antikurdas de Aref, incluso cuando los kurdos iraquíes se refugiarán en Irán, y dio solap:Ído y
no tan solapado apoyo a los kurdos de Jrak. Su acercamiento al rey Faysal en 1965 le alentó a canee··
birla idea de un Golfo Pérsico regido ¡:or un pacto saudí-iraní sin necesidad de incluir o de buscar en C. VIOLENCIA SECTARIA
él un sitio a Irak. En 1980, se volvieron las tomas e lrak le devolvió el golpe a Irán al apoyar a los sepa ..
ratistas kurdos de Irán, y cuando los kurdos iraquíes pidieron el apoyo del exiliado Jomeini, Saddam La Hermandad Islámica, fundada en Egipto en 1928, por Hassan al-Banna, fallecido en 1949, rei·
Hussein los atacó con armas químicas. Durante la guerra del Golfo, y al terminar ésta, los estadouni· vindicó los que consideraba como valores musulmanes y se opuso en particular a la separación entre
denses esperaban que kurdos y chiítas se rebelaran contra Saddam Hussein, y las imprudentes decla- Iglesia y Estado (ral y como esos términos se entendían en Occidente) y a las influencias extranjeras
raciones de Bush se interpretaron como una incitación a hacerlo. No era la primera vez que los kur· sobre el islamismo. Su objetivo principal era la restauración del derecho islámico y de la autoridad
dos malinterpretaban las señales ambiguas emitidas por potencias más fuertes. Los aliados turcos de básica de los tribunales islámicos. Hassan al·Banna predicaba la paciencia, pero no todos sus seguido·
Bush se oponían a la independencia o autonomía kurda y los aliados saudíes se oponían a un recono· res la alcanzaron. La Hermandad asesinó al primer ministro Nokrashi Pasha, en 1948, fue dispersada
cimiento similar para los chiítas. Los territorios de estos últimos en el sur de lrak fueron drenados para y disuelta, renació en el clima antibritánico de la década de 1950, apoyó al movimiento que llevó al
convertirlds en presas más fáciles, y muchos murieron a manos del ejército iraquí o huyeron a Irán. poder a Naguib y Nasser, y, al ser descartada por éstos, intentó matar a éste; miles de s_eguid~res ~e la
Los kurdos iraquíes nunca estuvieron muy unidos entre sí. La Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) Hermandad murieron en prisión, pero se recuperó tras la muerte de Nasser. Sadat, mas parttdano de
se desgajó del Movimiento Kurdo Democrático (MKD) en 1975, promovió una oposición más activa al los grupos religiosos, intentó dividirla en un ala violenra y otra pacífica, pero su política occidenralis ·
gobierno cenrral y se negó a apoyar a Irak en su guerra conrra Irán, mientras que el MKD y los kurdos ta alejó a ambas y disminuyó las diferencias entre ellas. La Hermandad fue acusada del asesinato de
de Irán se unieron a lrak. Después de la guerra del Golfo, el líder del UPK, Yalal Talabani, respondió a Sadat, y nuevamente padeció detenciones masivas. El asesinato, en 1990, de Rifaat al-Mahgub, presi-
la llamada a la revuelta de Bush, con resultados desastrosos, mienrras que el MKD y Masud Barzani 'fue· dente del Parlamento egipcio, provocó una operación similar contra los revolucionarios religiosos.
ron más cautos. Los líderes tenían un número aproximadamente igual de seguidores. Saddam Hussein, Movimientos similares, por ejemplo, en Siria, Sudán, Argelia y Pakistán dieron lugar a partidos cuyo
negociando con cada uno por separado, redactó un proyecto de estatuto de autonomía que no satisfizo objetivo era subordinar la Constitución a los principios, prácticas, códigos y tribunas básicos del isla·
a nadie; y como consecuencia del fracaso de su rebelión, 1,5 millones de kurdos huyeron a Irán y medio mismo. Aunque prohibida como partido político en Egipto, la Hermandad estaba activamente pre·
millón a Turquía. En 1992, ambos partidos aceptaron nuevas propuestas que incluían una asamblea sente en las clases medias, y atraía a nuevos seguidores entre las víctimas sociales y económicas de la
kurda elegida y un ejecutivo autónomo en un área (imprecisamente definida); pero la cooperación entre acelerada urbanización. Sus vínculos con movimientos más combativos (Yijad Islámica) eran sufi-
ellos era meramente superficial. La atención y el compromiso internacionales disminuyeron. Los miem· cientemente ambiguos como para que el gobierno le concediera cierta tolerancia.
bros de la ONU no mantuvieron sus contribuciones a la ayuda y supervisión de Naciones U ni das, las Estos conflictos internos del islamismo se interrelacionaron con el conflicto árabe .. israelí Y con
enfermedades se propagaron y el acoso iraquí aumentó, así como la lucha enrre kurdos. J las respuestas árabes a la existencia de Israel y a la opresión de los palestinos. En la década de 1970,
En Turquía, la cuestión kurda, que prácticamente se había mantenido sofocada durante dos gene· el Frente Patriótico de Liberación de Palestina (FPLP) y su líder, George Habash, organizó secues·
raciones, se abrió de nuevo por la presión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que rros para llamar la atención sobre los problemas de los palestinos. En 1970, el FPL~ secuestró c~at~~
1
afirmaba representar al 20% de la población turca, ejercía un control despótico y en cierta medida aviones, destruyó uno de ellos en El Cairo y tres en Jordania, liberó a todos los pasaieros, Y cons1gu10
corrupto sobre el sudeste del país y provocó una incipiente guerra civil. El gobierno turco aprovechó a cambio la liberación de presos del FPLP de cárceles británicas, alemanas y suizas. En 1972, simpa·
la oportunidad que le presentó la guerra del Golfo y sus secuelas para perseguir a los kurdos en Irak, tizantes japoneses abrieron fuego en el aeropuerto de Lod, Israel, inuriendo veinticinco personas,
donde venció en una batalla importante; pero en 1993 el PKK se había recuperado lo suficiente como incluidos tres de ellos. En 197 3, la aviación israelí obligó a un avión de pasajeros a aterrizar en Isra-
para lanzar operaciones cuasimilirares marcadas por el comportamiento atroz de ambos bandos. 11 el, por la creencia de que Habash estaba a bordo. En 1976, el FPLP secuestró un avión de pasaj~ros
francés con judíos a bordo y lo obligó a aterrizar en Entebbe, Uganda, en un intento de conseguir la
1
liberación de palestinos de las cárceles israelíes; después de que la mayoría de los pasajeros fueran
B. Los CHllTAS liberados, un eficaz y arriesgado asalto israelí liberó al resto. En los ochenta, no se produjo una dis·
minución de la protesta violenta, pero tomó formas diversas, añadiendo a la toma de rehenes, el ase ..
Los chiítas, que se separaron del principal rronco musulmán hace unos !.()()() años, comprenden sinato y el suicidio. En 1983, chiítas pro iraníes atacaron diversos edificios públicos y las embajadas
aproximadamente a una décima parte del mundo islámico. Veneran al hijo político del Profeta, Ali, y a francesa y estadounidense en Beirut; entre las veintiuna personas detenidas, figuraban tres libaneses.
sus dos descendientes Hassan y Hussein como creadores de la verdadera línea de imanes {líderes) de Como respuesta, se c:;ipturaron rehenes, la mayoría estadounidenses y franceses, en Beirut, y dos pasa·

418 419
jeros norteamericanos murieron durante el secuestro de una avión en Teherán. En 1985, un grupo de
palestinos secuestró el Achílle Lauro como medio para obtener la liberación de 50 palestinos de las
cárceles israelíes. Los secuestradores se rindieron en Port Said, desde donde un avión egipcio se dis-
puso a trasladarlos a Túnez, pero la aviación estadounidense lo obligó a aterrizar en Sicilia. El gobier-
no italiano se negó a entregarlos a Estados Unidos, y escaparon a Yugoslavia. El mismo año, un grupo Cuarta Parte
palestino dirigido por Abu N ida[ secuestró un avión egipcio que sufrió daños y fue obligado a aterri·
zar en Malta, donde el intento egipcio de recuperarlo causó cincuenta y siete muertos; y el mismo
grupo palestino atacó a pasajeros con destino a Israel en los aeropuertos de Roma y Viena. Poco des-
pués, los israelíes obligaron a aterrizar a un avión de pasajeros en la creencia equivocada de que
ASIA
encontrarían líderes palestinos a bordo y los podrían capturar como rehenes.
En 1986, Estados Unidos, con ayuda británica, bombardeó Libia con la excusa de que el asesino
de un soldado estadounidense en un club nocturno berlinés era libio; pretendían justificar este· acto
como defensa propia. En 1988 el Hezbollah libanés capturó y ahorcó a un coronel estadounidense
que trabajaba para la ONU; un avión kuwaití fue secuestrado y desviado a Mashad, Irán, y de allí a
Beirut, donde se le denegó el permiso para aterrizar, y finalmente a Chipre, donde los pasajeros fue·
ron liberados; un avión de pasajeros fue destruido sobre Lockerbie, Escocia, y murieron todas las per-
sonas q~e iban a bordo. En 1989, Israel secuestró en Líbano a Sheij Abdul Karim Obeid, en otra ope-
ración de represalia. En la década de 1990, el grupo más importante fue Hamás, un pequeño grupo
de palestinos que, al igual que la Yijad Islámica, todavía menor, recurrió a la violencia para mostrar
su furia contra Israel. Atrajo un apoyo extenso, aunque principalmente pasivo, entre los palestinos
de Gaza y Cisjordania, que estaban perdiendo su fe en la OLP i¡ desconfiaban de las negociaciones
de Arafat con Israel. La prepotencia del gobierno de Rabin fortaleció al Hamás y le permitió con-
vertirse en una importante alternativa a la OLP en la lucha por una Palestina independiente. En
1994, tras la matanza de veintinueve fieles palestinos en una mezquita en Hebrón a la vista de la poli-
cía israelí, Hamás abandonó su proclamada política de matar soldados, no civiles.' Al contrario que
Hezbollah en Líbano, Hamás no era chiíta y aparentemente no había sido fundado por Irán.
Durante esos años comenzó a utilizarse con frecuencia la expresión fundamentalismo islámico
como una de las simplificaciones más sesgadas de la época. Un fundamentalista es aquel que cree
todo lo que se le dice que crea. El islamismo, mucho más que el resto de las grandes religiones, man-
tenía un dominio sobre la mente y los sentimientos de sus seguidores, que eran atraídos a partidos
dispuestos a usar la violencia y justificarla tanto por causas religiosas como nacionalistas, sociales o
una mezcla de las tres. El fundamentalismo musulmán se usó no sólo para denominar a grupos dife·
rentes y a veces peligrosos, sino también para dar a entender que el islamismo era esencialmente
violento y que los partidos que reclamaban una especial lealtad al mismo formaban parte de una
fuerza unida y amenazadora.
La expresión fundamentalismo islámico, una expresión generalizadora acuñada en Occidente,
hace hincapié en los aspectos perturbadores de una revolución cultural de larga duración. En cier-
ta medida, se refiere a una reacción conservadora contra ideas políticas y sociales que han estado
llegando al islamismo desde Occidente durante siglos. Estas ideas han creado movimientos intelec·
tuales a los que se oponen los estamentos tradicionales, y producen a menudo movimientos con-
trarios caracterizados por la xenofobia y a menudo la violencia. A los no musulmanes les parecen
peligrosamente unidos y vengativos, sobre todo por su impacto en la política de los países de Orien·
te Medio y por su expansión a África occidental y al sudeste de Asia.

420
XIV El subcontinente
indio

Los cincuenta años anteriores al abandono británico de la India fueron testigos de


una serie de reformas realizadas por los británicos y tendentes lógica y explícitamente a
la independencia de la India; asimismo asistieron al crecimiento de las discordias den-
tro de la India que condujeron a la división de 1947; y a una creciente conciencia de la
política mundial, en la que no obstante los nuevos dirigentes estuvieron en su mayor
parte poco versados. En el siglo XIX, la India, aunque menos cercana al mundo exterior
que China o Japón, tenía una visión del mundo sumamente ensombrecida por la. pre-
sencia británica; de hecho, el principal episodio del siglo fue la Re'vuelta de Sepoy o
motin de una parte de los súbditos de Gran Bretaña contra el dominio británico. Esta
misión estaba cambiando a finales del siglo. El avance ruso hacia Afganistán; la preocu·
pación de lord Curzon en relación con la frontera noroccidental y el Tíbet; la expansión
del poderío indo-británico en Oriente Medio; la alianza de Gran Bretaña con Japón en
1902, seguida de la derrota infligida por Japón a Rusia en 1905; las revoluciones de Tur·
quía, Irán y China. Todo esto impresionó y afectó a la India, y lanzó el espíritu indio o
parte de él hacia afuera. Aunque en 1947 Jawaharlal Nehru era el único miembro de su
gabinete con alguna pretensión de ser experto en materia de política exterior, sus cole·
gas y otros muchos de sus compatriotas habían crecido con el sentimiento de que, si bien
el problema particular con que se enfrentaba la India era la derrota del imperio británi-
co, existían también otros problemas y otras potencias con las que necesariamente había
que contar, fundamentalmente Rusia, China y Japón. Aunque muchos indios juzgaban
mal la naturaleza de los problemas, engañándose a sí mismos con la creencia de que su
origen era la presencia británica y su solución sería la retirada británica, este error era
una cuestión de mala interpretación y no de ignorancia propia de quien está apartado
del mundo. Dentro de la India, el nacionalismo -que era una de las consecuencias deri·
vadas del renacimiento intelectual, tanto hindú como musulmán, del siglo XIX y que
adoptó forma visible con la fundación del Congreso Nacional Indio en 1885- era ine-
vitablemente antibritánico. Igual que ocurre con la mayoría de los movimientos
nacionalistas, hubo un momento en que se dividió en dos fracciones, una más militan·

423
te y otra menos (dirigidas en este caso concreto por B. G. Tilak la primera de ellas, y por acceder a la India o a Pakistán. Junagadh eligió de forma muy poco práctica acceder a
G. K. Gokhale y más tarde por M. K. Gandhi la segunda), pero a diferencia de otros Pakistán, Estado con el que no compartía ninguna frontera; el gobernante fue obligado
nacionalismos también se dividió, antes del día de la victoria, en otro sentido más per- a percatarse de su error, se apartó de Pakistán y dejó que su Estado pasase a ser parte de
durable. Conforme el momento de la independencia se acercaba, la capacidad de hin- la India. Tres estados acariciaron la idea de la independencia: Travancore, Hyderabad y
dúes y musulmanes para colaborar entre sí fue disminuyendo hasta que llegó a hacerse Cachemira. Pronto se vio que las ambiciones de Travancore eran quiméricas; Hydera-
imposible el mantenimiento de un único Estado como sucesor del imperio británico, y bad tuvo que ser primero sometido a un bloqueo y más tarde (1949) invadido. Ambos
cuando se produjo la independencia las dos grandes comunidades religiosas se temieron se integraron en la India. El caso de Cachemira vamos a analizarlo con más atención.
y odiaron una a otra más de lo que temían y odiaban a los británicos. La táctica de choque británica se intensificó cuando lord Mountbatten informó de
Gran Bretaña había previsto desde hacía mucho tiempo el abandono de su imperio que la fecha de junio de 1948 era incluso demasiado tardía para la transferencia de
en la India pero no había establecido un calendario. Fue la Segunda Guerra Mundial la poderes. Pensó que para entonces la violencia sería incontrolable, y el gabinete britá-
que impuso ese calendario. Al comienzo de la contienda, el virTey cometió la ridícula- nico aceptó su opinión. Al adelantar la fecha a agosto de 1947 quedaba muy poco tiem-
mente estúpida equivocación de declarar la guerra en nombre de la India como estaba po para solucionar el mayor de todos los temas suscitados, esto es, las líneas divisorias
facultado para hacer, sin consultar a un solo indio. Como consecuencia, los ministros entre la India y Pakistán. Era evidente que Pakistán debía constar de dos zonas muy
del Congreso, en el poder en virtud de la constitución de 1935, dimitieron. En 1942, sir separadas, cada una de las cuales albergaría a numerosa población no musulmana. Se
Stafford Cripps fue enviado a la India por el gabinete británico para ofrecer a ésta la creó una comisión para la fijación de fronteras, integrada por dos jueces hindúes y dos
condición de dominio, con derecho a separarse del imperio, pero el ejercicio de esta musulmanes y con sir Cyril (más tarde lord) Radeliffe como presidente. En los puntos
opción y todos los demás pasos con carácter interno tendrían que aplazarse hasta que la más espinosos, las dos voces hindúes y las dos musulmanas se contrarrestaron y anula·
guerra hubiera acaba'clo. El Congreso, que es muy posible que juzgase mal las inten- ron respectivamente, dejando a Radeliffe ante el escollo de tener que tomar, en el plazo
ciones británicas y que sin duda -si las cifras de reclutas significan algo- juzgó mal el de dos meses, una serie de pormenorizadas decisiones sobre localidades que no conocía
sentimiento indio, decidió no tomar parte en la guerra y utilizarla para llevar a cabo una y que no tenía tiempo de visitar. Una de las decisiones más importantes fue una adju-
r campaña contra los británicos instándoles a que abandonasen la India. En 1944, Gran dicación que dio a la India acceso a Cachemira. Pero las nuevas fronteras no sirvieron
;, Bretaña, entonces segura ya de su victoria en todos los escenarios bélicos, nombró a un para contener a la población dentro de ellas; probablemente ninguna frontera lo hubie-
nuevo virrey, lord Wavell, y liberó a los dirigentes indios que habían sido encarcelados. ra logrado. El miedo empujó a millones de personas a cruzar de un lado a otro de las
Tras las elecciones generales de 1945, el gobierno laborista envió a la India a tres minis- fronteras y en el transcurso de este éxodo masivo se produjo una carnicería en la que
tros del gabinete para intentar conseguir un acuerdo entre el Congreso y la Liga Musul- murieron millones de personas. Los sijs, abandonando sus hogares en el Punjab en los
mana como paso previo a la independencia, pero las relaciones entre estos organismos que ya no se sentían seguros, atacaron a los musulmanes que se desplazaban hacia el
se habían deteriorado durante la guerra (justamente la experiencia contraria a la de la oeste por las mismas razones; los musulmanes se vengaron y tomaron represalias; las
Primera Guerra Mundial) y la tentativa británica fracasó. La Liga y su líder, Mohamed atrocidades se multiplicaron en una amplia zona que se extendía hasta la propia Delhi.
Ali J innah, estaban convencidos de que Gran Bretaña no era imparcial sino que esta- Probablemente murieron dos millones de hombres, mujeres y niños, y esta horrible
ba a favor del Congreso; en agosto de 1946, Jinnah introdujo el recurso de la Liga a la orgía de violencia fue coronada en enero de 1948 con el asesinato del propio Gandhi,
acción directa al objeto de conseguir un Estado soberano independiente para los musul- el apóstol hindú de la no violencia, asesinado por un fanático hindú.
manes, y el invierno de 1946-194 7 estuvo ni.arcado por violentos disturbios entre las dos En el nuevo Estado de la India dos hombres se hicieron con el control, en primer
comunidades. A principios de 1947, el virrey llegó a la conclusión de que no podía lugar y fundamentalmente Jawaharlal Nehru, y con él, Vallabhai Patel. Nehru se con-
constituirse una única autoridad central india y, en consecuencia, aconsejó al gobierno virtió en primer ministro y mantuvo el cargo hasta su muerte, en 1964. Patel, en quien
británico que o bien siguiera manteniendo el poder durante al menos una década, o recayó la tarea de consolidar la federación india de las antiguas provincias británicas y
bien lo transfiriera, fragmentado, a las distintas provincias. los antiguos estados principescos, murió prematuramente en 1950. El Congreso conti·
El gobierno británico rechazó este consejo, sustituyó a Wavell por Mountbatten y nuó teniendo una gran importancia aunque se hallaba dividido. En 1950 eligió al dere·
anunció que Gran Bretaña renunciaría a sus derechos sobre la India en junio de 1948. chista Purshottandas Tandom como su presidente, pero al año siguiente Nehru forzó
Se proponía resolver el dilema sin hacer caso a ninguno de los métodos recomendados la dimisión de Tandom al dimitir de la comisión de trabajo que era el nervio del Con-
por Wavell, sino mediante el recurso a la división de la India y a la entrega del poder a greso. Nehru siguió siendo presidente del Partido del Congreso hasta 1955, en que
dos gobiernos centrales independientes. Se debía engatusar a los 562 estados principes- cedió el puesto a un subordinado de confianza. En las elecciones generales de 1952,
cos que no formaban parte de la India británica para que pasaran a integrarse en uno u 1957 y 1962 el Congreso fue aumentando ligeramente el número de votos obtenidos
otro de los nuevos estados. Las relaciones de estos estados con la Corona británica esta- ( 45-48%), y contó en todas las ocasiones con la mayoría absoluta en el Parlamento
ban reguladas por la doctrina de la supremacía. Gran Bretaña no se proponía transferir federal, a pesar de sus divisiones internas y a pesar de las crecientes críticas tanto desde
sus derechos supremos a la nueva India o a Pakistán, sino que declaró que la suprema- la derecha como desde la izquierda. Su principal adversario, el Partido Comunista,
cía desaparecería, con el resultado de que cada dirigente sería, según la ley, libre de acce- obtuvo el 3,3% de los votos en 1952 y alrededor de un 10% en las dos elecciones
der a la India, a Pakistán o a ninguna de ellas, si bien en la práctica sólo sería libre de siguientes, pero estos votos estaban tan concentrados que eran más eficaces de lo que

424 425
, . . ·- . ._. z,-,,.
\"/,-;.'-;?'·"'- .......,
·"/
\
\ ¡ ,_,'--:_
/ G~git \
--.: -·,
/ ~ ~ ....- Í
¡
{. ~--
/l,,, ,/.«'"·· .....
' •
\
j
.) S{f] Á : .. ,. JAMMUY \ CHINA
(-- ..-· 1!¡o ,---,,' : :" KASHMIR
AFGANISTÁN ·,. (jzff/..;;..'
• \\ ":Srinagar,---,
•• , ..........
\
,........) ~ ,/
1
b d'-.. .:.-; \ \\ ' i /.,
( o •, lslama a ·-- - l HIMACHEL r ~·
f Q.
!e ) , /•" ~ PRADESH \ : , , - _,,· L.)
\
í"\ /
I
Lahoree\•Amrilsétr
,r
-·-\
'• \
/
i
~v ~·,,·"\i
~G ~~
/
:..:
~~~>/
/,_ .. 1 '• : r._ ( /

.
V t I 1 \

/
(
y- /
Óhandigarh!--: -- /--.r - -·- SKKIM . /... / )'¡ - j

I
/ ¡ Quetta
( ¡
1
PUNJAS ¡'PUNJAS,'//
1 ( --,_,-,_ 1 /-·-.....-·-,, / ,,'1/
1 1 1 NEª'AL \ - <' "' / TAN ,. "
'ºº,--·--
\
'·-·-"-~º- -·-- (
'

/
I
"

·----~:ARYANA
..... _\9"' ,..-\_... ,,......

- j
,

¡·.,...._ r. ·-·-'" ' - - _, .'' \ I BHU


Kathmandú ~--·---· 1 ' NA\ALAND
,,"

/.
./

r -·- j
\ ¡'
1 ("" \Delht,!, ' , • \·. ' -·7- ASSAM } .--J
PAKISTÁN '°""· ~' , ........ \'•
~- ME~~re._:,
---· -, /
.. ,
1 , •• -.
11
1
-·'\".......,:"'"'"""\',-·,,_ •
-
·:
,,.1,) ----· ---- 1, _ / L/,
{!
\ J - '1 Lucknow
<
'-, - \.--·- . / 1 MAN¡f>UR
j
~. ;·---
1/ ''('-._,/ \ • 1 '-·-· \ _ -· } I
IRÁN BELUCHISTÁN
i ,-L: -.,--
i. __6~NGl.J' ( \~
: ¡'-/ '--
_,--'
• Patna t J _:-.
'
• 11.•oE.S\'\ ,...r' \ TRIPURA
\ SINO RAJASTHÁN / \ UTTAR PRADESH \

\ 1 / f
11

·--~
BIHAR ) \
f
t

f(',_,·--' ,__ ,_,- ------,. ';·


0) • \ )

l
l Hyderabad \:, :..:,:•. //wEsr i, ', MtzoRAM
1
:~
·~• .-i1 MYANMAR
/ e \ (<. ••, 1 ' 1' "
1- - - -
BENGAL '1\ \r./·
1 1 /) •. . '·-• ',_,

-' Karachi
___ ....,,;¡.. -- --- ---\, \ :>'¡,-- , \
'-; ,_-,•,,•Calcuta • .\. ~
(~AKISTAN
(BIRMANIA)

MAR ARABIGO
.
_r '--
Ahmadabad '"·;
. '

1
\
)
! . . -..
' / MADHYA PRADESH

/ . , .... -.. -.. . -.. ---.. -;., :.. --"


,'
1
I
,'
/-----•,_.,) '
- r. 0
ORIENTAL)

f..... "-........--.. . . . . ,. "" : \


''
... ,', \ ORISSA

l_, t ..
~ \.,-~~ GOLFO DE
Límite entre naciones ~·
,_.., ~
, ... , t

Límite entre estados ,'


1 ,'
,'
INDIA •...., ,-'
.. \_,.:

14.1. Pakistán, India del Norte y Bangladesh.

426 427
la mera aritmética podría hacer suponer. En la provincia de Kerala, los comunistas ca o republicana. La propia India se convirtió en república a comienzos de 1950, y al
consiguieron el poder de las elecciones y formaron gobierno, pero fue disuelto por el cabo de unos cuantos años había muchas más repúblicas que monarquías en el seno
gobierno e.entra! en 1959 y una alianza anticomunista ganó las elecciones en 1960 a de la Commonwealth. Desde hacía una generación se aceptaba la independencia de
• pesar de un aumento de los votos comunistas locales, que alcanzaron el 42,5%. La dis- cada miembro de la familia británica de naciones, pero ninguno de ellos había
puta chino-soviética provocó una escisión en el partido; su secretario, A. K. Ghosh, emprendido firmemente hasta entonces una política e¡cterior que se opusiera a la de
lanzó ataques contra China en 1961, y la invasión china de la India en 1962 produjo Gran Bretaña. Era esto lo que se proponía hacer Nehru, sin perjudicar ni deteriorar
nueva confusión en el partido en general y en su rama china en particular. por ello sus buenas relaciones con Londres, y una vez más obtuvo éxito en gran medi-
Pero la vida política de la India se vio menos alterada por conflictos de partido que da. Aunque Gran Bretaña era un protagonista comprometido en la guerra fría,
por otras fuerzas disgregantes entre las que ocupaba un lugar preferente la cuestión lin- Nehru proclamó que la guerra fría no era asunto que atañase a la India y que los dos •
güística. Dentro de las más de sesenta lenguas de la India estaban incluidos gran canti- bloques estaban dando muestras de una locura igualmente deplorable. Habiendo
dad de derivados del sánscrito, predominantes en d norte; un grupo de lenguas no sáns- desempeñado un notable papel para conducir la guerra de Corea a su fin, Nehru
critas, entre las que se encontraban cuatro de las principales, cuya implantación estaba prosiguió por este mismo camino que le llevó a la elaboración de una política y una
en el sur; y una especie de lengua franca, en Urdu/Hindustani. Algunas de estas lenguas postura de neutralismo, con la esperanza de mantener a importantes potencias al
generaban en sus hablantes una devoción tan ardiente como para provocar derrama- margen de la guerra fría, de limitar sus nefastos efectos y de allanar el terreno para
mientos de sangre. En particular, el hindú, uno de los derivados del sánscrito del norte, conseguir ponerle término. En 1955 visitó Moscú, y Bulganin y Kruschev le devol-
tenía entusiastas que querían hacer de él la única lengua ofictal del país, una ambición vieron la visita cometiendo la equivocación de pronunciar los discursos antibritáni-
a la que se oponían no sólo los que se daban cuenta del valor del inglés y no querían que cos que los indios eran capaces de hacer ellos mismos pero que no consentían que
perdiera ímpetu ni que se degradase, sino también los bengalíes, orgullosos de su propio hicieran otros. Al año siguiente, el ataque anglo-francés sobre Egipto y la interven•
idioma, y los habitantes del sur, que se sentían ofendidos con' cualquier denigración ción soviética en Hungría confirmaron a la India en su creencia de que todas las
1
implícita del tamul, el malayalam, el canara o el telugu. En el sur, la cuestión del idio- grandes potencias estaban animadas de intenciones malvadas, aun cuando el propio
ma llegó a ser un ingrediente de un movimiento separatista tamul que tuvo suficiente Nehru censuraba menos el episodio húngaro que el de Suez (quizá por las implica-
fuerza como para suscitar preocupación aunque no para causar una desintegración real, ciones de este último con respecto a la solidaridad de la Commonwealth). La deter-
y en toda la India crecieron las presiones destinadas a lograr un nuevo trazado del mapa minación de Nehru de que Asia diese un ejemplo de cordura al mundo le llevó a per-
de acuerdo con las líneas lingüísticas. Una nueva provincia, Andhara, se creó de hecho seguir el mito de la amistad chino-india con una tenacidad tan poco realista que,
sobre esta base en 1953, y en Bombay ocurrió una grave crisis entre los mahratta-par- cuando China atacó a la India en 1962, dañó gravemente a su prestigio, su política
lantes (que eran una mayoría en la ciudad de Bombay} y los gujarati-parlantes. Los sen- y su país.
timientos se encresparon hasta tal punto que el gobierno central juzgó necesario optar Una de las causas de la negativa de muchos indios a prestar a la amenaza china >
entre una de dos posibles soluciones: o que se reconociera un Estado abierta y declara- una atención suficientemente seria era la enormemente apasionada disputa con
damente bilingüe, o que la. ciudad de Bombay se convirtiera en un Estado en sí misma. Pakistán. Incluso los motivos de reclamación de la India contra potencias colonia·
El gobierno escogió la primera solución y disgu~tó a todo el mundo, hasta que en 1960 les occidentales como Francia o Portugal eran emocionalmente insignificantes
los mahratta-parlantes fueron capaces de exigir la división y la transferencia de la ciu- comparados con la animosidad existente contra Pakistán. (Estas reclamaciones
dad de Bombay al Estado de Maharashtra. El el Punjab, por citar un último ejemplo con eran, hay que reconocerlo, pequeñas desde el punto de vista de la extensión terri·
aspectos tanto religiosos como lingüísticos, los sijs promovieron una campaña a favor de torial. Francia cedió Chandernagore -prácticamente parte de Cale u ta- en 1951, y
un Estado sij punjabí-parlante que hubiera supuesto la partición del Punjab. A pesar de sus posesiones restantes -Pondichery, Karikal, Mahé y Yanaon- en 1954. Portugal
la huelga de hambre de su líder, el maestro Tara Singh, no obtuvieron éxito. recurrió en la India, al igual que en Africa, al mecanismo de convertir sus colonias
En lo referente a los asuntos externos, Nehru estaba decidido a permanecer dentro en provincias del Portugal metropolitano, pero esta metamorfosis nominal no sir-
de la Commonwealth (sobre todo si Pakistán también seguía fomrnndo parte de ella) vió de mucho y en 1961 la India se apoderó de los territorios portugueses -Goa,
al mismo tiempo que adoptaba una Constitución republicana y desarrollaba una polí- Danan y Dia- mediante una demostración de fuerza.} A diferencia de la India,
tica exterior que podía ser no sólo independiente de la de Gran Bretaña, sino contra- Pakistán perdió a su figura paterna pronto. )innah, que al llegar la independencia
ria a la de Gran Bretaña. Logró persuadir a los demás primeros ministros de la Com- se había convertido en gobernador general, murió en septiembre de 1948. Por aña-
monwealth (con esta significativa reducción del nombre fue rebautizada la didura, Liaqat Ali Kan, el primer jefe de gobierno que tuvo Pakistán, fue asesinado
Commonwealth Británica en este período) de que la India podía seguir siendo miem- tres años después. Durante varios años, Pakistán malgastó gran parte de su frágil
bro aunque se convirtiese en república. Esto supuso un paso revolucionario. Sin él, la consistencia en estériles disputas constitucionales al tiempo que las figuras públicas
Commonwealth posbélica en expansión, con sus fuertes tendencias republicanas, no se sucedían unas a otras en los altos puestos de la administración, la corrupción
hubiera podido configurarse. En 1949, una conferencia de la Commonwealth aceptó alcanzaba unas proporciones escandalosas y el ejército se preguntaba hasta cuándo
un proyecto indio que declaraba al soberano británico como cabeza de la Common- iba a permitir que esta situación se prolongase. Jawaya Nazim al.Din sucedió a Jinnah
wealth y dejaba libertad a cada miembro para adoptar una forma de Estado monárqui- como gobernador general y más tarde, en 1951, sucedió a Í..iaqat Ali Kan como pre-

428 429
sidente del Consejo; en 1953 su propio sucesor como gobernador general, Ghulam India británica como consecuencia de las dos guerras libradas entre británicos y sijs
Mohammad, lo destituyó e instaló en su lugar a Muhammad Ali Bogra. para conseguir el control del Punjab. Los príncipes sijs continuaron en el poder como
Estos cambios, que entrañaban tentativas deliberadas de preservar el equilibrio entre maharajás de Cachemira y Jammu, y en 1947 los británicos hacían la vista gorda ante
Pakistán oriental o occidental, estuvieron acompañados de un gradual derrumbamiento el notoriamente insatisfactorio gobierno del rico e incompetente Hari Singh. Los súb-
de la autoridad y de disturbios. En 1954, la Liga Musulmana resultó duramente derrota- ditos musulmanes de este maharajá, que suponían las cuatro quintas partes de la pobla·
da en las elecciones provinciales de Pakistán oriental y el gobierno central, humillado y ción total, se oponían unánimemente a su gobierno al igual que muchos de los com-
en peligro a raíz de este revés, envió al general Iskander Mirza a Pakistán oriental como ponentes de la minoría hindú. La oposición musulmana estaba dividida entre la
gobernador militar. Este nombramiento fue el comienzo de un movimiento encamina· Conferencia Musulmana de Cachemira, a la que no podía pertenecer ningún hindú, y
do a imponer un poder militar. Al año siguiente, el general Mirza se convirtió en gober· una organización más amplia, dirigida por el jeque Abdullah, que, siguiendo el ejem-
nadar general a la muerte de Ghulam Mohammad, que llevaba enfermo cierto tiempo, plo del Congreso Nacional Indio, incluía a miembros de ambos credos.
y nombró como primer ministro a Chaudri Mohammad Ali, un inteligente y honrado A medida que se acercaba el momento de la independencia, en 1947, el maharajá
funcionario. Sin embargo, dimitió en 1956 y fue sucedido en 1957 por Firoz Kan Noon, iba cada vez dando más largas y buscaba evasivas, por una parte porque acariciaba la
un eminente veterano. Finalmente se aprobó una Constitución en 1956, pero en 1958 idea de una Cachemira independiente y por otra porque sus intereses diferían mucho
se puso fin definitivamente a la democracia parlamentaria tras ser brutalmente agredido de los del buen estadista. En octubre, el pequeño territorio de Poonch pretendió sepa-
durante un debate parlamentario el presidente del Parlamento de Pakistán oriental, que rarse y fue inmediatamente invadido por miembros de las tribus desde Pakistán. No se
murió a consecuencia de los golpes que le asestaron en la cabeza con una tabla. Se pro- ha llegado a saber hasta qué punto el gobierno paquistaní tuvo conocimiento previo de
clamó la ley marcial, cuya aplicación fue encargada al general Ayub Kan, que se con- estos acontecimientos. El maharajá acudió en petición de ayuda a la India, que rehusó
virtió en seguida en el sucesor del general Mirza como jefe del Estado. Los partidos polí- concedérsela a menos que se adhiriese formalmente a la India. Esto fue lo que hizo, justo
ticos fueron suprimidos y se elaboró una nueva Constitución promulgada en 1962, a tiempo de permitir que tropas indias fueran transportadas a Cachemira para impedir
basada más en el sistema presidencialista estadounidense que en el Parlamento britá- que los miembros de las tribus se apoderasen de la capital, Srinagar. El maharajá fue
¡ nico. entonces arrinconado y, en 1949, depuesto, y Nehru hizo en noviembre la primera de
La inestabilidad de Pakistán dio a la India una excusa para justificar sus temores una serie de promesas de que se celebraría un plebiscito. A comienzos de 1948, la India
con respecto a su vecino, alegando que se desconocía lo que unos gobiernos en tan difí- expuso la situación ante el Consejo de Seguridad Pakistán y envió unidades del ejérci-
cil situación podrían hacer acto seguido. Cuando el inestable gobierno fue sustituido to regular a Cachemira, las cuales recuperaron parte del territorio que los hombres de
por otro militar, los temores indios simplemente cambiaron de tono y se alegó enton- las tribus habían perdido a manos del ejército indio. Una misión de la ONU propuso
ces que una eficiente junta militar era todavía más peligrosa que un eficaz régimen un alto el fuego, que se hizo efectivo el primer día del año 1949, y un plebiscito, que
civil. El rencor entre los dos países se concentraba en Cachemira, pero Cachemira no nunca se celebró. En realidad, ciertas partes del oeste de Cachemira se incorporaron a
era su única causa. Las masacres de 194 7 habían supuesto un espectacular mal comien· Pakistán, incluyendo Poonch, así como Baltistán y Gilgit. El resto del país, incluido
zo para unas relaciones que estaban casi condenadas por la incapacidad o negativa de Ladakh, fue gobernado por el jeque Abdullah como primer ministro bajo la autoridad
las dos comunidades de la India a vivir en armonía la una con la otra. La tendencia de nominal de un miembro de la casa principesca que ocupaba la jefatura del Estado, hasta
la India a pensar que la partición territorial era una efímera aberración suponía una que en 1953 los indios, sospechando qu~ el jeque Abdullah deseaba también una
~ fuente adicional de irritación en Pakistán. Había también disputas sobre la distribu- Cachemira independiente, lo encarcelaron y lo sustituyeron por Bakshi Ghulam
ción de las aguas del Indo y de sus afluentes, y sobre las propiedades de aquellas perso- Mohammad, con el que procedieron a elaborar una nueva Constitución para Cache-
nas {unos 17 millones) que habían huido de un país al otro y no pudieron vender los mira de forma que pasara a ser una parte plenamente integrada en la federación india.
terrenos que dejaban tras de sí al marchar. Además, la división en dos partes de lo que Durante los. años cincuenta, se llevaron a cabo una serie de intentos fallidos de com-
había sido una sola economía produjo tensiones económicas que desembocaron en una pletar el alto el fuego con un acuerdo político. Las primeras tentativas de la ONU resul-
guerra comercial y alcanzaron un alto grado de animadversión cuando la India deva- taron inmediatamente infructuosas. El almirante estadounidense Ches ter N imitz, que
luó su moneda en 1949, en concordancia con Gran Bretaña, pero Pakistán se negó a fue nombrado para supervisar el plebiscito, ni siquiera fue nunca a Cachemira. Una
hacer lo mismo hasta 1955. Aun así, lo peor de todo era Cachemira. comisión de conciliación de la ONU (lJNCIP) abandonó su tarea a finales de 1949. Se
El Estado de Cachemira estaba integrado por Cachemira propiamente dicha; designó a un juez australiano, sir Owen Dixon, como mediador de la ONU pero se vio
Jammu¡ un nivel superior que discurría desde el noroeste hasta el sudeste y compren· obligado a anunciar el fracaso de su gestión. Las conversaciones entre Nehru y Liaqat
día Gilgit, Baltistán y Ladakh; y una franja occidental que englobaba al pequeño terri- Ali Kan en 1951 fracasaron igualmente. Frank P. Graham asumió la tarea de sir Owen
torio de Poonch. Cachemira había estado bajo dominación afgana al ser conquistada Dixon con el mismo resultado que éste. Tras la destitución del jeque Abdullah en 1953
por el príncipe sij Ranjit Singh en 1819. Este mismo príncipe instaló al poco tiempo a hubo una nueva ronda de conversaciones entre Nehru y Mohammed Ali pero resulta··
Gulab Singh como gobernador de Jammu, y Gulab Singh, como era de esperar, ane- ron nuevamente infructuosas. Luego, en 1954, en el momento en que la Constitución
xionó Ladakh y Baltistán a su dominio. En la década de 1840, todos estos territorios, y la condición de Cachemira estaban siendo alterados, ocurrió un acontecimiento deci·
exceptuado todavía Gilgit en el extremo noroccidental, pasaron a formar parte de la sivo. Estados Unidos y Pakistán firmaron un acuerdo que estipulaba la ayuda militar

430 431
estadounidense a Pakistán. Desde el punto de vista estadounidense se trataba de una de poder- con sorprendente calma. Existía en primer lugar una determinación de enten-
medida antisoviética, formaba parte de la política estadounidense de contención y de derse y llevarse bien con China, determinación a la que el reto de las diferencias ideoló-
la estrategia envolvente, pero desde el punto de vista indio significaba un poderoso gicas daba más fuerza e impedía, por tanto, que se vieran con claridad las dificultades que
reforzamiento del enemigo principal de la India. Ésta se sintió profundamente ofendida había para lograrlo. Existía también una difundida aunque vaga creencia de que las malas
por la actuación estadounidense y Nehru aprovechó la ocasión para dar marcha atrás relaciones de vecindad eran un signo de estados capitalistas conscientes de su poder
en su promesa de celebrar un plebiscito en Cachemira. Durante las negociaciones de más que una consecuencia de fricciones, a la que se unía una creencia similar de que
1954-1955, en el transcurso de las cuales el gobernador general paquistaní, Ghulam muchos de los problemas del pasado de la India (incluidos los problemas que los britá-
Muhammad, fue a Dehli, Nehru se negó a considerar la idea de un plebiscito. A prin- nicos habían tenido a lo largo de sus fronteras) eran parte integrante de un imperialismo
cipios de 1957, Pakistán pidió al Consejo de Seguridad que ordenara la retirada de todas extranjero, y habían sido automáticamente suprimidos con la retirada de Gran Bretaña.
las tropas de Cachemira, que enviara allí a una fuerza de la ONU, que organizara un Por último, estaba la obsesión con Pakistán, ya que la división de la India británica en
plebiscito y que exigiera a la India el abandono de la nueva constitución que estaba a dos estados no sólo significó un debilitamiento en el sentido de una dispersión de recur-
punto de integrar a Cachemira en la India. La India se opuso a la intervención de la sos materiales, sino también una menor capacid;id para ver las cosas en sus justas pro-
ONU y la URSS vetó la resolución que respaldaba el plan paquistaní. Un año más porciones. Envalentonados o no los chinos por esta división, lo cierto es que les propor-
tarde, Graham hizo similares propuestas a la India, que las rechazó. cionó oportunidades y no fue la menos importante la de emprender un arriesgado juego
Durante la disputa indo-paquistaní sobre Cachemira en los años cincuenta se olvi- fronterizo en el que muchos indios, con evidente miopía, prefirieron no reparar.
dó con frecuencia que Cachemira tenía también una frontera con China y que esta La frontera chino-india atraviesa, a lo largo de unos 1.600 km, uno de los territo-
frontera había estado, desde 1948, parcialmente en manos indias y parcialmente en rios más amedrentadores del mundo. Hacia el oeste, el Tíbet linda con Ladakh, la
manos paquistaníes. A finales de la década de los cincuenta, sin embargo, los indios parte más sudorienta! de Cachemira que, sobresaliendo hacia el este, introduce una
tomaron repentinamente conciencia de las hasta entonces insospechadas actividades cuña entre la India y el Tíbet. La frontera toca por tanto territorio indio y hace un
chinas en Ladakh. Al mismo tiempo, el viaje del dalai-lama a la India atrajó la aten- giro hacia Bhután y la Agencia Fronteriza Nororiental de la India (Nefa)*.
1 ción popular, y especialmente la atención india, sobre las actividades chinas en el ,.. La pretensión china de considerar al Tíbet como parte integrante de China no ha
Tibet; un incidente ocurrido en el extremo nororiental de la India puso de manifies- sido rebatida seriamente por otros estados soberanos, a pesar de la inquietud que pueda
to un conflicto chino-indio en esta zona¡ y en Nepal, la actividad política se dividió haberles causado esta extensión del poderío chino. Los propios tíbetanos adoptaron un
abiertamente en una tendencia pro india y otra pro china. China se convirtió en un punto de vista diferente, en parte sobre la base de que la independencia de facto dis-
nuevo elemento de la disputa en torno a Cachemira entre la India y Pakistán, y del frutada desde 1911 había madurado hasta convertirse en independencia plena, y en
mismo modo Cachemira se convirtió en un nuevo elemento de la disputa que estaba parte interpretando las vagas y antiguas declaraciones chinas de consideración y respe-
tomando cuerpo entre China y la India, que implicaba a más de 1.600 km y que to hacia ellos como concesiones formales de independencia y no como meros cumpli-
incluía, aparte de Cachemira, los pequeños estados himalayos del Nepal, Bhután y dos que es lo que los chinos decían que eran. El mongol Qubilay Kan, un nieto de Gen·
Sikkim, y el mucho más amplio y constitucionalmente anómalo país del Tíbet. gis Kan que llegó a ser emperador de la China en el siglo XIII y se convirtió al budismo,
Puesto que la India y China son los dos países asiáticos más grandes, la actitud de otorgó favores a un lama que estableció en el Tíbet un dominio dinástico local de
una con respecto a la otra constituye un elemento fundamental de la política de Asia. impreciso radio de acción. Doscientos años más tarde surgió la línea cismática de los
En 1954, en el contexto de un tratado comercial sobre el Tíbet, ambas potencias pro- denominados Budistas del Sombrero Amarillo que, después de otros doscientos años,
clamaron cinco principios para la regulación de sus mutuos -y posiblemente contra- suplantaron a la línea instaurada por Qubilay y se convirtieron en los efectivos gober·
puestos- asuntos. Estos principios, con frecuencia conocidos como el Panch Shila, nantes del Tíbet. El jefe de esta línea era el dalai-lama y en el siglo XVII recibió del pri-
eran: respeto a la soberanía y a la integridad territorial respectivas, no agresión, no mer emperador manchú de China señales de respeto que puede o puede qu€;! no se apro-
injerencia en los respectivos asuntos internos, igualdad y beneficio mutuo, y coexis- ximasen a algo cercano a la soberanía. En el siglo siguiente, los chinos penetraron en el
tencia pacífica. Por lo que respecta a Nehru, el Panch Shila reflejaba ciertos objeti- Tíbet para proteger al país contra los mongoles y se negaron a volverse a ir. 1ambién lo
vos básicos de su política exterior: evitar la guerra, crear un orden asiático basado en defendieron contra una posterior invasión de los gurkas que se produjo en ese mismo
la confianza y respeto mutuos de las dos principales potencias asiáticas, impedir todo siglo y consolidaron su posición en el transcurso del siglo XIX, ayudados por la tenden-
lo que se pareciese a una guerra fría en Asia, y dar al resto del mundo un ejemplo de cia de los jóvenes dalai-lamas (en ocasiones calificada de misteriosa) a morir justo antes
buena conducta internacional. El hecho de que el contexto fuese el Tíbet era en parte o poco después de alcanzar la edád necesaria para asumir plenos poderes.
occidental, pero también oportuno y profético, puesto que es a lo largo de fronteras El siglo XIX fue también testigo del acercamiento entre británicos y rusos, y en 1903
comunes donde las resoluciones de los estados se ponen con más frecuencia a prueba. sir Francis Younghusband llamó a la puerta meridional del Tíbet, prosiguió hasta Lhas-
El yugo a que fue sometido el Tíbet por parte de China en 1950 era una lógica pues- sa e hizo saber así que Gran Bretaña no estaba dispuesta a dejar a China las manos libres
ta en práctica de la decisión de reunir a las «cinco razas» chinas bajo el control de Pekín, en el Tíbet. Esto ocurrió en el período de desintegración china, pero, de hecho, toda
y condujo a China hasta la frontera de la India. Los indios tenían varias razones para con-
siderar esta confrontación -una confluencia, como resultó ser, tanto de ideologías como • NEFA: North-East Frontier Agency.

432 433
Yatung y Cyantse, y enunciaba el Panch Shila. La India reconocía asimismo la sobera-
idea británica de ocupar el puesto de China en el Tíbet fue pronto abandonada. El
nía china en el Tíbet. Dos meses después, Nehm y Zhu En-lai se reunieron por prime-
dalai-lama huyó en 1903 a Mongolia y desde allí a China, donde fue objeto de una aco-
ra vez cuando este último regresaba a Pekín tras haber asistido a la conferencia de Gine-
gida decepcionante. Regresó a Lhassa en 1909 pero hubo de marcharse de nuevo en
bra sobre Indochina y Corea, y en octubre Nehru fue a Pekín. Los lamas dalai y panchen
1910, en esta ocasión buscando refugio en la India por temor a los chinos. El hundi-
ya estaban en la capital china, donde permanecieron desde septiembre hasta diciembre
miento del imperio chino en 1911 pareció abrir el camino hacia una independencia
de 1954. Como los británicos antes y después de este período, y los estadounidenses con
verdadera pero en la conferencia de Simia de 1913-1914, celebrada entre chinos, tíbe.
posterioridad al mismo, Nerhu estaba más interesado por sus relaciones con China que
tanos y británicos, estos últimos propusieron un reconocimiento de la soberanía china
por la situación del Tíbet o por el destino de los tíbetanos (que ascendían tan sólo a seis
sobre el Tíbet a cambio de una promesa china de autonomía para esta región. Esta pro-
millones, no todos ellos residentes en el Tíbet, y estaban a punto de ser inundados por
puesta, reiterada en 1921, no fue nunca aceptada de forma vinculante y obligatoria. La
la oleada de inmigración potenciada por el gobierno chino). Los gobiernos estadouni-
conferencia de Simia propuso también una frontera entre la India, al sur, y el Tíbet y
dense y británico expresaron periódicamente su simpatía por el Tíbet mientras se man·
China, al norte y nordeste (la llamada línea McMahon) en un documento que fue fir.
tuvieron en malos términos con China, pero ambos hicieron caso omiso del dalai-lama
mado por los chinos pero nunca ratificado, no porque China pusiera en cuestión la
en cuanto comenzaron a mejorar sus relaciones con Pekín: en el caso de Estados Uni·
línea, sino porque su aceptación iba unida a una división del Tfbet en una zona interior
dos cuando Nixon visitó China, y en el caso británico cuando Thatcher estaba inten-
y otra exterior y a la exclusión de las tropas chinas de la zona interior.
tando obtener unas condiciones aceptables para la cesión de Hong Kong.
A la l,lluerte del dalai-lama en 1934, los chinos aprovecharon la oportunidad para
A finales de la década de 1950 ocurrieron una serie de incidentes que condujeron
regrésar a Lhassa. Llegó a esta ciudad una misión enviada para. expresar la condolencia y
a quejas chinas por la penetración de tropas indias en el Tíbet y a quejas indias por el
permaneció allí hasta 1949 en que fue expulsada a consecuencia del hundimiento gene-
descubrimiento de tropas chinas al sur de la frontera. Estas anomalías se podían justi-
ral de Kuomintang. En venganza, el Kuomintang reconoció como panchen-lama a un
ficar por la dificultad de saber con exactitud dónde se halla uno en ese país, y los indios
muchacho que había sido descubierto en China en 1944 y estab~ aún allí. (El pachem·
en particular, impacientes por demostrar que la India y China podían coexistir pacífi-
¡ lama, otro jerarca del Sombrero Amarillo, era espiritual y temporalmente el segundo del
camente en Asia, no pretendían buscar explicaciones más serias o siniestras. La posi-
dalai-lama. El anterior panchen-lama había huido a China en 1923 y muerto allí en
bilidad de que las dos partes tuvieran ideas radicalmente diferentes sobre por dónde
1~~7.) Esta última jugada del Kuomintang demostró ser útil para los comunistas, que se
pasaba la frontera en el mapa se eludió. A pesar de todo, hacia mediados de los cin-
h1c1eron cargo del nuevo panchen-lama y lo pusieron a la cabeza de un gobierno provi-
cuenta, los chinos habían penetrado en el Aksai Chin o Soda Plains en Ladakh. Esta
si.~nal tíbetano en el exilio. Vivía en Pekín, casado con una mujer china, pero desapare-
zona, entre las dos cadenas montañosas de Kuen Lun y el Karakoram, había sido
c10 en 1962, tras rechazar un enfrentamiento con el dalai-lama. Reapareció en 1979,
durante mucho tiempo un territorio en litigio porque nunca se había acordado cuál de
aparentemente maltratado, y murió en 1989, llamativamente joven. En 1995 el dalai-
las cordilleras marcaba la frontera chino-india. Para los chinos, el Aksai Chin era
lama y los chinos habían descubierto la nueva reencarnación en muchachos diferentes.
importante porque por él debía pasar una carretera que querían construir para enlazar
. Durante:' año 1950 hubo intentos por parte de las autoridades de Lhassa de nego-
la capital tíbetana con su provincia occidental de Jinjiang. Ahora comenzaron las
ciar con Pekm, ya fuera en Hong Kong, Calcuta, Delhi o en cualquier otro sitio donde
obras de construcción de la carretera. Estas actividades chinas difícilmente pudieron
pudiera efe~t~arse un contacto, pero en octubre los chinos invadieron el Tíbet y
pasar inadvertidas a los indios. Lo que es concebible y realmente probable es que lo
pronto se h1c1eron con el control de la capital y de gran parte del país. El Tíbet pidió
que estaba sucediendo no llegase inmediatamente a conocimiento del propio Nehru y
ayuda sin éxito a Estados Unidos, y el dalai-lama huyó a la India en 1959. Las auto-
que tanto a nivel local como central hubiera una conspiración de silencio entre los
ridades que permanecieron en Lhassa aceptaron la soberanía china a cambio de una
indios, cuya animosidad contra Pakistán les cegaba e impedía ver el significado y las
promesa de medidas de autonomía, como región autónoma de China. Tras la muerte
consecuencias de lo que China estaba haciendo en territorio reivindicado por la India.
de Mao, Den Xiaoping y el dalai-lama intercambiaron propuestas de negociaciones
º La ocupación del Tíbet por parte china había llegado a ser, por tanto, algo más que
sobre el futuro del Tíbet en las que supuestamente sólo se rechazaría de antemano la
un acto que venía a redondear o completar los dominios tradicionales del imperio
indep~ndencia absoluta. Pero en los años siguientes, China se preocupó menos por
chino. Era también un paso hacia la participación e implicación de China en los
cumplir las propuestas que por enviar al Tíbet un número suficiente de ciudadanos
asuntos internacionales. La permanente exclusión china de las Naciones Unidas daba
chinos como para sobrepasar a los seis millones de tíbetanos.
a este país una apariencia de distanciamiento que se vio reforzada más tarde con su
1
- El ~obierno indio elevó protestas a China y deploró la utilización de la fuerza, pero
\.JI aislamiento diplomático tras la ruptura con la URSS, pero durante los años cincuen-
no tema respuesta para el argumento chino de que el Tíbet formaba parte de China.
ta China perseguía activos intereses en Asia central que le pusieron en contacto con
Nehru puso todo su empeño en lograr soluciones amistosas y racionales para los pro-
los estados himalayos del Nepal, Sikkim y Bhután, y con Cachemira, y de esta forma
blemas existentes. Después de las discusiones llevadas a cabo en Pekín durante el año
también con la disputa indo-paquistaní. El yugo al que el Tíbet fue sometido supuso
1953, se firmó en abril de 1954 un acuerdo chino-indio sobre comercio en el Tíbet. Se
una extensión de la autoridad de Pekín sobre la totalidad del imperio chino en más
ocupaba de les derechos de los comerciantes y peregrinos, transfería a China los servi-
de un sentido: el Tíbet fue conquistado no sólo por su propio valor, sino también
cios postales y de otra naturaleza anteriormente dirigidos por la India en su calidad de
como un paso hacia un control más efectivo de la gran provincia de Jinjiang, que se
sucesor de Gran Bretaña, estipulaba la retirada de las unidades militares indias de

434 435
encontraba al norte y noroeste del Tíbet. Ésta era la finalidad de la carretera Tíbet- indio expresó formalmente su sorpresa y pesar por el hecho de que Pekín no hubiera
J injiang y la causa principal de que China hiciese caso omiso del Panch Shila. estimado conveniente consultar a Delhi sobre la carretera.
Jinjiang, conquistada por la dinastía manchú a mediados del siglo XVIII, compartía En 1959 el descontento en el Tíbet se intensificó hasta producir una grave revuel--
fronteras en el siglo XX con Cachemira, Afganistán, tres repúblicas soviéticas (Kirgui- ta antichina. Para evitar las represalias chinas, el dalai-lama escapó a la India. En
zatán, Karajstán y Turkmenistán) y Mongolia exterior. Había sido en el pasado una de marzo, Nehru escribió confidencialmente a Zhu En-lai para expresarle personalmen-
esas provincias en las que un gobernador ejerce un poder mucho mayor que el habi- te su preocupación, pero no recibió contestación alguna hasta seis meses después, en
tual en virtud de la gran distancia que le separa del centro del imperio. Se trataba de que una pública respuesta china formuló por primera vez la reivindicación sobre gran-
un procónsul semiindependiente que en ocasiones había recurrido al imperio ruso más des extensiones de territorio indio. Entre tanto, Moscú había accedido a dar a la India
bien que al chino en petición de ayuda para solucionar conflictos a los que él solo no ayuda financiera y Kruschev, antes de ponerse en camino hacia Estados Unidos, había
podía hacer frente (como, por ejemplo, durante las revueltas musulmanas de 1930- adoptado una postura neutral en vez de pro china. La India m~ntenia asimismo una
1934 y 1937). Al extenderse los desórdenes en China, estuvo claro que podía esperar actitud neutral con respecto a China y Estados Unidos, y rehusaba adoptar una línea
poco del este y que debía orientarse hacia el oeste para salir de sus apuros; cuando, sin antiestadounidense. Los chinos acusaron a la India de entrometerse y avivar los pro-
embargo, los rusos se vieron completamente absorbidos por la invasión alemana en la blemas del Tíbet, y en el verano los incidentes fronterizos, que habían venido ocu-
Segunda Guerra Mundial, cambió de postura y pasó a ser el amigo y aliado del Kuo· rriendo durante varios años sin que suscitaran demasiada atención, provocaron vícti·
mintang, bajo cuya soberanía estaba según la ley. En 1944, los rusos ayudaron a fomen- mas, publicidad y encono. En agosto, un policía indio fue asesinado en Longju, en los
tar y sosténer una revuelta en la comarca lli de Jinjiang, donde se proclamó una Repú- confines orientales de la frontera chino-india, y en octubre varios indios resultaron
blica Autónoma del Turquestán Oriental, pero en el tratado de Stalin-Jiang de agosto muertos en una escaramuza en el valle de Changchenmo, que se extiende aproxima-
de 1945, Moscú reconoció la soberanía china en Jinjiang y prometió no intervenir en damente a mitad de camino a lo largo de la frontera norte-sur entre el Tíbet y Cache-
la zona, una promesa que parece haberse mantenido de modo inadecuado. Durante la mira, y del lado de Cachemira. No era posible ocultar por más tiempo que la causa de
última fase del Kuomintang, los rusos trataron de extender su monopolio prebélico la disputa no era quién estaba dónde en el momento de un choque concreto, sino por
1 (1939) sobre la aviación civil en Jinjiang y de renovar la asociación ruso-china para dónde se suponía que corría la frontera misma. Hasta 1960, Nehru se negó a discutir
fines económicos. En el momento del hundimiento del Kuomintang, el primero de el problema fronterizo con China. En 1960-1961, se celebró en Pekín una conferen-
estos objetivos se había logrado sobre el papel, pero no así el último, y después de que cia de funcionarios pero no consiguió llegar a un acuerdo. Nehru no insistió en la
el gobernador de J inj iang se pasara a las filas de Mao, los rusos iniciaron negociaciones cuestión ni tampoco procedió a la preparación de sus fuerzas armadas para hacer fren-
con el nuevo régimen. En marzo de 1950 se firmaron acuerdos para la creación de com- te a cualquier ataque en una zona qu¡: había llegado a ser peligrosamente disputada.
pañías conjuntas (50/50) con vistas a la explotación del petróleo y de metales no férri- La mitad oriental de la frontera tenía mucho menos interés para los chinos que el
cos durante treinta años, así como de líneas aéreas civiles durante diez. Mao no esta- vital Aksai Chin, y muy probablemente Pekín consideraba las pretensiones chinas en
ba evidentemente en posición de exigir un control chino total de la provincia, aunque el este como una útil palanca para lograr concesiones en el oeste. Para la India, las
según la ley fuera indudablemente china, pero inmediatamente emprendió una mejo- áreas orientales eran más sensibles que las occidentales, puesto que proporcionaban
ra de sus comunicaciones por ferrocarril y carretera con el resto de China. Al fijar su un más fácil acceso a la propia India; abarcaban a los principados himalayos que esta·
mirada en el Aksai Chin, Mao estaba siguiendo -como en muchas otras cosas- una ban bajo protección india pero facilitaban a los chinos, en caso de inversión de las
línea política que ya se les había ocurrido a sus predecesores cincuenta años antes. Si alianzas, un trampolín hacia la India fuera de la comisa meridional del Himalaya; y
en 1950 Mao había tenido que contemporizar en relación con Jinjiang, en ese mismo abarcaban también a Nefa, donde las tribus nagas se habían rebelado contra el domi-
año obtuvo éxito en el Tíbet. nio indio y estaban inmovilizando a las fuerzas indias y dañando la reputación moral
En política exterior, los últimos años cincuenta constituyeron para China un perío- y el prestigio de la India a medida que las historias sobre las atroces tácticas indias
do en que los éxitos se mezclaron con las decepciones. En el lado de los logros esta- trascendían y eran conocidas en el resto del mundo. La línea McMahon no ratifica-
ban las apariciones de Zhu En-lai en las conferencias de Ginebra y Bandung y sus visi- da, los rebeldes nagas y los débiles estados himalayos (donde lo único que estaba defi-
tas a las capitales asiáticas; los acuerdos comerciales con el Nepal y Ceilán (1957), un nido eran las fronteras) conferían a los chinos un pequeño conglomerado de oportu-
arreglo fonterizo chino-birmano, y un tratado chino-camboyano; el fracaso de la polí- nidades.
tica occidental en Laos y Vietnam del Sur, y la progresiva supresión de la democracia Sikkim, el central y más pequeño de los tres estados himalayos, recibió de la India
en Pakistán, Birmania, Ceilán e Indonesia. En el lado de las frustraciones estaban la en 1950 garantías de autonomía interna y una subvención a cambio del control indio
fallida toma de Quemoy en 1958, la disputa con la URSS, las tensiones de la revolu- de sus relaciones exteriores y sus asuntos de defensa. Se pennitió estacionar tropas en
ción interna y las desgracias económicas. Para Pekín, lo más sorprendente era quizá Sikkim. Buthán, el Estado situado más al este de los tres, se avino en 1949 a aceptar el
la ininterrumpida construcción de la carretera Tíbet-Jinjiang con su implícita pre- asesoramiento indio en los asuntos exteriores a cambio de una promesa india de no inje-
tensión sobre 12.000 millas cuadradas de territorio reivindicado por la India y sin pro- rencia en sus cuestiones internas. En ambos casos, la política que la India estaba lle·
testa alguna por parte de Delhi. Pero un incidente en relación con la captura de una v<1ndo a cabo era una continuación de la que ya habían desarrollado los británicos. En
patrulla india por los chinos en Ladakh sacó el asunto a la luz y en 1958 el gobierno el fondo de la cuestión estaba la reclamación china de Bhután rechazada por Gran Bre-

436 437
taña a principios de siglo, y el molesto hecho de que Sikkim, gobernado por una mino-
ría de estirpe tíbetana, había formado prácticamente parte del Tíbet en el siglo XVIII.
De los estados himalayos, el más grande con mucha diferencia y el único plena- GUERRAS LIMITADAS
mente independiente era el Nepal, la patria de los gurkas que habían proporcionado
regimientos famosos a los ejércitos de Gran Bretaña y de la India. El Nepal había ser- En el mismo año en que concertó su acuerdo fronterizo con Nepal, China propuso a
vido de refugio para los hindúes que escapaban de la conquista mongola y había llega- Pakistán negociaciones para el arreglo de sus disputas fronterizas en Gilgit y Baltistán. Al
do a ser un Estado unificado independiente a mitad del siglo xvm. Desde mediados del año siguiente, esto es, en 1962, abordó sus cuestiones de frontera con la India de una
siglo XIX hasta mediados del siglo XX estuvo bajo el doble control de una familia real sin forma muy diferente. En octubre estacionó tropas a lo largo de la línea McMahon que,
poder y de la menos real pero más poderosa familia de los Rana, que gobernaron el Nepal bordeando Bhután por el oeste, penetraron en una parte de la India a la que era parti-
más o menos de la misma forma que los mayordomos de palacio gobernaron la Francia cularmente difícil de acceder desde el resto del país. (Nefa, limítrofe con Pakistán orien-
merovingia o que los shogun gobernaron Japón entre el siglo XIV y la restauración Meiji tal en el sur, cuenta con una angosta faja de territorio que se alarga hacia el oeste hasta
de 1867. Hacia la mitad del siglo XX, la dominación de los Rana, se vio amenazada por Darjeeling, por lo que un estrecho corredor discurre entre Nepal y Pakistán oriental
un aumento del poderío regio y por los Congresos, según el modelo de los Congresos penetrando en la provincia india de Bihar). Nehru, que había admitido que las fronteras
Nacionales Indios, de los cuales en el Nepal existían dos: el C'...ongreso Nacional Nepa- estaban mal definidas y debían discutirse, se negaba a iniciar conversaciones mientras los
lí, fundado en 194 7 en Calcuta y dirigido por B. P. Koirala y sus parientes, y el Congre- chinos no se retirasen detrás de la línea. El ejército indio en el nordeste había sido refor-
so Democrático Nepalí, fundado en Calcuta en 1949 por un miembro de la familia real. zado durante 1962, pero sus servicios logístico y de inteligencia eran manifiestamente
En 1950,' el rey Tribhuvana provocó un cambio constitucion¡;¡I al refugiarse primero en imperfectos y, cuando los chinos atacaron en serio, en una operación de envergadura, la
la embajada india en Katmandú y más tarde en la propia India. Al año siguiente regre- India fue humillantemente derrotada y se salvó de mayores desastres únicamente por la
só, hizo un pacto oficioso con los Rana, instauró un régimen parlamentario y formó un intervención de los estadounidenses o de los rusos o de ambos, o, alternativamente, por-
gobierno de coalición que incluía a miembros de los Rana y de los Koirala. que los objetivos de los chinos habían sido limitados y los habían logrado.
Estas discordias resultaban molestas para el gobierno indio cuyo objetivo era domi- La enérgica acción de China contra la India estaba en contradicción con su enfoque
1 nar cortésmente al Nepal y mantenerlo al margen de la actualidad. La India reconoció
sobre la manera de abordar sus problemas fronterizos con Pakistán y Nepal, y resultaba
la soberanía del Nepal mediante un tratado en 1950. Los Rana habían tendido a dirigir sorprendente a la luz de sus preocupaciones internas. Los antecedentes de esta operación
su mirada hacia China como un contrapeso frente a la India y, por consiguiente, Nehru no están claros pero hay fundamentos para suponer que China actuó como lo hizo en
deseaba mantener buenas relaciones con el rey. Era asimismo importante para Nehru respuesta a un cambio de política de la India, en donde las opiniones estaban divididas.
que el rey y los Koirala cooperasen, puesto que en cualquier enfrentamiento las simpa- El propio Nehru y sus jefes militares se habían opuesto a una política aventurada que
tías naturales de la India estarían con el Congreso Nacional más que con el monarca y precipitase la cuestión de la disputada frontera mediante la ocupación de las áreas en liti-
un enfrentamiento semejante podría inducir a éste a orientarse hacia China. gio, pero existía un punto de vista contrario que consideraba que una acción contun-
Al rey Tribhuvana le sucedió en 1955 el rey Mahendra, que visitó Moscú y Pekín y dente era oportuna y que la posibilidad de represalias chinas era remota. Si, como puede
recibió en su propia capital no sólo al presidente y primer ministro indios, sino también suponerse, Nehru llegó a convencerse de esta opinión, se vio rápida y dura.mente desen-
a Zhu En-lai. Consciente de las posibilidades de explotar su posición estratégica, solici- gañado y el misterio de la moderación de la China victoriosa se explicaría con la hipó-
tó ayuda económica de todas partes y suscribió en 1961 un acuerdo fronterizo con China tesis de que lo único que China deseaba era detener la infiltración india en las zonas
que concedió al Nepal todo el monte Everest. También aceptó que China construyera objeto de la disputa (esforzándose por colocar puestos de vigilancia) y volver a congelar
una carretera desde Lhassa hasta Katmandú. Murió en 1972. A lo largo de los siguientes el conflicto fronterizo hasta que la India esuiviese preparada para negociar sobre la cues-
veinte años la India prácticamente se anexionó el Nepal. Los indios consideraban al hijo tión. China, de hecho, ofreció negociar pero la humillación de la derrota impidió a
de Mahendra, el rey Birendra, poco inteligente, y la reina y su familia eran calificados de Nehru aceptar la negociación: el ejército indio había perdido miles de hombres (con-
avariciosos. Un contrato de suministro de armas celebrado entre Nepal y China en 1988 cretamente, 3.000 soldados habían muerto y 4.000 habían sido hechos prisioneros). A
alarmó a la India, y cuando al año siguiente finalizó un acuerdo comercial indo-nepalí, continuación de un alto el fuego que se proclamó a finales de año, un grupo de nacio-
India cerró trece de los quince puntos fronterizos entre los dos países, imponiendo así un nes neutralistas socias de la India --Birmania, Ceilán, Indonesia, Camboya, la Repúbli-
embargo que causó grandes problemas económicos en Nepal y que fomentó el descon- ca Árabe Unida y Ghana- ofrecieron su mediación, pero lo hicieron con un espíritu tan
tento con el gobierno absoluto del rey. La revueltas que tuvieron lugar en Katmandú en neutral que muchos indios no ocultaron su indignación y desencanto, ya que habían
1990 recordaron al rey su dependencia de la India y también lo impelieron a tomar medi- esperado una mayor simpatía y apoyo. Esta tentativa de mediación no condujo a reso-
das de cambio constitucional que reducían sus competencias y su divinidad. En 1994, lución alguna y la crisis simplemente acabó por agotarse y olvidarse.
ganó las elecciones un partido que profesaba lealtad al monarca y a la economía de mer- La coincidencia de esta breve guerra con la crisis cubana dio pie a especulaciones
cado, pero que se autodenominaba marxista leninista. (Durante esos años la inmigración sobre la existencia entre bastidores de más oscuros designios chinos y de presiones inter-
gurka hacia Buthán amenazó con inundar a los butaneses en su propio país y anexionar- nacionales más dramáticas. Si bien es extremadamente improbable que Moscú deposi-
los bien a la India o bien a una Gurkalandia mayor con centro en Nepal.) tara su confianza en Pekín en lo relativo a Cuba, es más probable que los cubanos man-

438 439
tuviesen informados a los chinos. Si esto es así, los chinos podrían haber visto en la el medio de éstas. La disputa, que en sí misma era un poco ridícula, llevó a los dos
posibilidad de guerra entre la URSS y Estados Unidos una oportunidad para hacer valer países al borde de la guerra pero los ánimos se apaciguaron gracias a los buenos oficios
sus reivindicaciones frente a la India y obligar a Delhi a efectuar una cesión del territo· de Gran Bretaña, que ofreció su mediación. (En 1968, Pakistán obtuvo mediante arbi-
rio que ellos habían ocupado en Ladakh. Se les pueden imputar a los chinos miras aún traje la décima parte de su reivindicación.) Más grave fue el arresto del jeque Abdu-
más amplias: infligir graves derrotas y pérdidas a la India, de1ribar al gobierno de Nehru llah. Desde su puesta en libertad, el líder cachemira había visitado el Rejno Unido y
que caería víctima del caos, ayudar a los comunistas indios, producir una conmoción en una serie de países musulmanes y se disponía a viajar a Pekín. El gobierno indio, alar-
la planificación económica de la India. Pero no existen pruebas sólidas sobre estos gran- mado por la no disminuida independencia de que daba muestras el jeque, pensó que
diosos y ambiciosos propósitos ni tampoco hay pruebas que confim1en la suposición de estaría mejor nuevamente encarcelado.
que el avance de China se vio detenido por amenazas externas. Una vez que la crisis El 28 de agosto de 1965 tropas paquistaníes cruzaron la línea de alto el fuego en
cubana había sido resuelta pacíficamente, los estadounidenses estaban en situación de Cachemira, que había sido establecida y mantenida bajo observación de la ONU desde
ayudar a la India bombardeando los aeródromos y comunicaciones chinas, pero se des- enero de 1949. Un segundo ataque se lanzó el 1 de septiembre. Las fuerzas aéreas paquis-
conoce si amenazaron con hacerlo. Los rusos, obviamente irritados por la acción china, taníes llevaron a cabo algunas operaciones con éxito, pero el ejército indio logró resis·
estaban dispuestos a suministrar aviones soviéticos a la India, pero la posibilidad de que tira los decisivos ataques terrestres y el 6 de septiembre la India respondió invadiendo
además amenazasen con bloquear el petróleo de China constituye otra incógnita. el propio Pakistán. A continuación la lucha llegó rápidamente a un punto muerto.
La posición de Nehru en su propio país resultó paradójicamente debilitada y al China envió una amenazadora nota a la India, pero no tomó ninguna medida efectiva
mismo tiempo fortalecida. Se había visto obligado a solicit<i.r ayuda militar de Estados en apoyo de Pakistán. U Thant se trasladó en persona a Asia y consiguió un alto el
Unidos y de Gran Bretaña, y su neutralismo había llevado a la India a una situación de fuego (observado muy deficientemente). La URSS se ofreció a mediar si Shastri y Ayub
grave peligro -porque un neutralista, más quizá que cualquier otra persona, necesita Kan se reunían con Kosiguin en la capital uzbeca de Tashkent. Gran Bretaña y Estados
a
estar siempre preparado y ser fuerte-, pero en lo que respecta sí mismo, Nehru pare- Unidos instaron a ambas partes a detener la guerra y hubo al menos insinuaciones de
cía más irreemplazable que nunca y no corría ningún riesgo de perder el poder. El que la ayuda económica y los suministros militares cesarían si no lo hacían.
1
• gobierno británico esperaba poder utilizar la conmoción producida en la India para lle- Presumiblemente, Pakistán había contado con apuntarse una rápida y decisiva
gar a un acuerdo en Cachemira, pero una vez interrumpido el ataque chino, la sacudi- victoria militar como paso previo a una negociación que podría entonces realizarse
da resultó ser menor para la seguridad de la India que para su orgullo nacional, de modo desde una posición de fuerza. Sus objetivos políticos precisos eran desconocidos pero
que no había humor en el país para arreglar sus diferencias con Pakistán, cuya actitud probablemente entrañaban la cesión a Pakistán de considerable extensión de territo-
hacia la India durante las semanas críticas había sido todo lo contrario de tranquiliza- rio cachemira, incluido quizá el valle central de Cachemira, con o sin la celebración
dora. Por añadidura, la India c1eía que Gran Bretaña estaba del lado de Pakistán. Las de un plebiscito. El ejército indio, cuya actuación sorprendió a todos los que todavía
conversaciones, por consiguiente, aunque se iniciaron, no condujeron a resultado algu- lo juzgaban por sus fracasos contra los chinos de hacía tres años, frustró las esperan·
no y a finales del año las relaciones entre ambos países se vieron súbitamente cargadas zas paquistaníes. Los éxitos de la India en la lucha tuvieron su correspondencia en la
de una gran tirantez a causa del robo de un cabello del profeta Mahoma sustraído del tenacidad demostrada en el frente político. Habiendo aceptado un alto el fuego, la
santuario de Hazratbal, cerca de Lahore. Este incidente provocó disturbios en ambos India, que siguió ocupando una porción de territorio paquistaní, no manifestó una
países y llevó a Nehru, consciente de que su vida estaba llegando a su fin, a hacer un inclinación mayor que la mostrada después de 1949 a proceder a un arreglo político.
esfuerzo por resolver el problema de Cachemira. En abril de 1964 puso en libertad al Dejando el sentimentalismo aparte, la India tenía dos razones sustanciales para negar-
jeque Abdullah, que mantuvo conversaciones tanto con Nehru como con Ayub Kan. se permenentemente a tratar con Pakistán. La primera era estratégica. La única carre-
Resultaron infructuosas. En mayo, Nehru murió y La! Bahadur Shastri le sucedió. tera utilizable por el ejército indio para llegar a Ladakh corría a través del valle, de
Hacia finales de 1964, Pakistán, convencido de que no se lograría nada sin recurrir a la modo que el abandono de éste habría mutilado a la India haciéndola vulnerable en
fuerza, estaba preparándose para la guerra. Tenía miedo de que el momento más apro- cualquier nuevo encuentro con los chinos en Ladakh. Podía. construirse una carrete-
piado para obtener éxito en un enfrentamiento armado se le escapase sin haber actua- ra alternativa que rodease el valle, pero sólo a un coste considerable y empleando para
do. Por lo que respecta a la parte contraria, la India estaba preocupada por las armas ello varios años. En segundo lugar, los indios sentían verdadera antipatía hacia un
1
estadounidenses de Pakistán y por las proposiciones que este país hacía a la China acuerdo concertado sobre una base religiosa. Un plebiscito en Cachemira significaba
- 1 (Ayub Kan visitó Pekín a comienzos de 1965). Ambos gobiernos desconfiaban el uno el recuento de musulmanes e hindúes y la determinación del futuro político de un
1 V'¡.11 del otro y su posición en el interior de sus respectivos países era más débil que antes. La territorio en virtud de la religión de la mayoría de sus habitantes. La India, a diferen-
atencion se desvió temporalmente de Cachemira a una marisma desolada y deshabita- cia de Pakistán, era un Estado secular que se declaraba firmemente partidario de un
da llamada el Rann de Kutch. Esta poco atractiva zona, que se hallaba bajo el agua criterio no confesional de la política. Difícilmente podía aceptar ningún procedi·
durante parte del año, era considerada por la India como territorio integrante del Esta- miento en Cachemira que fuera también aceptable para Pakistán sin traicionar este
do de Kutch, que constituía innegablemente parte de la India, pero Pakistán afirmaba principio y sin poner además en peligro -una cuestión casi urgente- a 50 millones de
que la frontera entre Pakistán y la India corría por la mitad del Rann basándose en el musulmanes en la India cuyas vidas y propiedades podrían sin duda correr riesgo si
principio de que en lo que respecta a corrientes de agua los límites se encuentran en eran considerados como adeptos al islam más que como ciudadanos de la India.

440 441
La breve guerra de Cachemira permitió a la India restablecer su prestigio militar y tradicionales y conceder mayor atención al ejercicio de la influencia sobre conflictos
apuntarse un modesto tanto diplomático contra la débil intervención de los chinos. La entre potencias importantes que afectaban a la concepción política de Nehm, pero no
India no fue obligada a ceder nada a Pakistán. Pakistán por su parte no pudo conseguir afectaban directamente a la independencia o integridad de la India. Para poder desem·
sus objetivos y dio a su vecino mayor una oportunidad de demostrar la fuerza de su posi- peñar este papel en los asuntos mundiales, la India necesitaba un prestigio exc~pcional
ción negativa sobre Cachemira. China se había visto forzada a hacer algo en apoyo de (para atraer la atención de los grandes y obtener seguidores entre los menos grandes, sin
Pakistán y había optado por hacer lo mínimo. La URSS se sentía molesta por la posi- lo cual la India por sí sola contaría relativamente poco) y una excepcional imparciali-
bilidad de una renovación del conflicto chino-indio y también por la posibilidad de dad. Nehru personalmente cumplía ambos requisitos y de esta forma consiguió ganar
tener que tomar partido entre la India y Ps.kistán. La India, que era intrínsecamente el para sí mismo y para su país una posición que, si no siempre del agrado de los grandes o
más importante de los dos países aunque sólo fuera por su tamaño, había sido arrojada los menos grandes, fue no obstante utilizada con agradecimiento por los grandes en
por la URSS al conflicto chino-ruso a modo de útil complemento, había recibido ayuda determinadas ocasiones -<:orno la conclusión de la guerra de Corea y el acuerdo de
rusa y había defendido la reivindicación de la URSS (rechazada por China) de ser un 1954- en que se aceptó a los indios como imparciales presiden,tes de reuniones o como
país asiático y un miembro formal de las conferencias afro-asiáticas. La URSS tenía por mediadores. Pero la imparcialidad de Nehm, así como su negativa a permitir que su
tanto poderosas razones para no ofender a la India, pero por otra parte deseaba también política de no alineación se viese mediatizada e influida por convenios de armamento
que sus relaciones con Pakistán fueran buenas, y cada vez mejores. Le disgustaba la y alianzas, era compatible con las propias necesidades primordiales de la India única-
nueva tendencia de Pakistán a buscar ayuda y aliento en Pekín, de cuyos tibios halagos mente sobre la base de que las relaciones con sus vecinos fueran buenas. Y no era éste
debía ~n opinión de Moscú- apartarse. Además, la guerra ~e Cachemira había hecho el caso. Los dos vecinos más poderosos de la India le eran hostiles: China y Pakistán
que Pakistán se desengañase con respecto a Estados Unidos. Pakistán había aceptado la reclamaban territorios bajo control indio, y los ataques lanzados primero por uno y
Seato y el sistema general de alianzas de Washington, pero cuando sobrevino la crisis luego por el otro obligaron a la India a preguntarse si una política de no alineación -ni
en Cachemira los estadounidenses no dieron a este país el apoyo que éste suponía haber con Estados Unidos ni con la URSS- no era por lo menos inútil, e incluso probable-
comprado y por el que creía haber pagado. Por consiguiente, había al menos una posi- mente un impedimento, para la defensa de sus fronteras himalayas y la conservación de
1 bilidad de desligar a Pakistán del sistema estadounidense así, como de apartarle del flir· Cachemira. ¿Podía la India no alinearse y conser,var su seguridad nacional? ¿Podría-tal
teo con China. Aún más, el similar desencanto de los turcos, a los que los estadouni- y como Nehru había creído- estar más segura adoptando una actitud de no alineación
denses habían impedido invadir Chipre, y la perenne inestabilidad de la política iraní, que dependiendo de una gran potencia y viéndose obligada a enemistarse con la omi?
dieron a Moscú la estimulante perspectiva de disolver la «hilera del norte». Pero pues· Quizá la no alineación seguía siendo la más sabia de las actitudes pero, si esto era así,
to que la diplomacia rusa en Pakistán no podía dejar de tener presentes otros intereses ¿no debía convertirse la India en una potencia nuclear a la vez que neutral?
soviéticos en la India más importantes, era esencial para Moscú reducir la animosidad La sucesora de Shastri fue la hija de Nehru, Indira Gandhi, y con ella la India
indo-paquistaní al mínimo. La reunión de Tashkent, que tuvo lugar a comienzos de entró en una fase en la que los asuntos internos fueron eclipsando progresivamente al
1966, estaba destinada tanto a iluminar a la URSS en su papel de artífice de la paz como papel mundial que había absorbido y atraído tanto a Nehru. Las contradicciones en
a clarificar los complejos cauces de la diplomacia rusa en Asia. La reunión detuvo la el seno del vasto Partido del Congreso condujeron a disensiones y rupturas que pre·
guerra que tocaba ya a su fin y elevó el prestigio ruso, pero no dio respuesta al proble- conizaban una reforma de las estructuras políticas indias. Tras las elecciones de 1967
ma básico de Cachemira. Shastri murió repentinamente al término de la conferencia. una serie de provincias fueron gobernadas por inestables coaliciones y antes de que
La postura de Gran Bretaña durante la guerra de Cachemira fue la de un amigo transcurriera un año cinco de ellas habían sido puestas bajo la autoridad del presi-
tan imparcial que llega a resultar inútil para .ambas partes, las cuales desconfían de él. dente. El gobierno central hubo de enfrentarse a amenazas a la ley y el orden, conse-
Tanto la India como Pakistán creían que Gran Bretaña estaba comprometida con la cuencia de huelgas, de disturbios estudiantiles y del permanente fracaso tanto de lle-
otra parte bajo una apariencia de encomiable objetividad. En la India la posición bri· gar a un acuerdo con los insurrectos Nagas y Mizos en el nordeste, como de
tánica empeoró cuando Harold Wilson deploró la invasión india de Pakistán sin que silenciarlos. (El Mizos se convirtió en el vigésimo tercer Estado de la India en 1986.)
previamente hubierá deplorado el original acto de agresión de Pakistán. (Aunque
Pakistán había atacado Cachemira y no otras partes de la India, se divulgó la noticia
de que las tropas paquistaníes habían realizado una pequeña incursión en otro terri- BANGLADESH
torio indio.) Los estadounidenses se encontraban en una posición similar: los paquis·
tan(es pensaban que no habían cumplido con sus compromisos y los indios conside· También Pakistán sufría confusión interna. El mandato de Ayub Kan habia durado
raban que habían hecho tan poca cosa como cabía esperar de ellos. demasiado tiempo y obtenido resultados demasiado escasos. En Pakistán oriental el sen·
En la propia India, la guerra de Cachemira, al estallar al año siguiente de la muerte timiento secesionista se incrementó y el líder de la Liga Awami, el jeque Mujibur Rah-
de Nehru, hizo más intenso el inevitable debate sobre su política exterior. Tradicional- man, fue arrestado. En Pakistán occidental, al igual que en el oriental, existía resenti-
mente, el punto central de la política exterior de un país es su propia seguridad, garan· miento contra la dominación punjabí. Aparecieron en escena líderes que lograron
tizada a través de unas fuerzas nacionales de defensa y alianzas externas. La debilidad de cristalizar el descontento político y social, el cual alcanzó proporciones suficientes para
la política exterior de la India en la época de Nehru fue la de descuidar estos intereses obligar a Ayub Kan a renunciar al poder en 1969. Le sucedió el general Yahya Kan, que

442 443
se propuso guiar al país en gran medida de acuerdo con las mismas líneas pero quizá un da. China, actuando en apoyo de Pakistán, vetó la admisión de Bangladesh en la
poco más deprisa. Se celebraron elecciones en 1970 para formar una asamblea consti- ONU durante tres años. Las relaciones con Pakistán, la necesidad de desenmarañar
tuyente que se encargara de elaborar una Constitución en el plazo de 120 días. La la fracasada asociación de lo que había sido Pakistán oriental y occidental, y la libe-
democracia selectiva de Ayub Kan -una forma de elección indirecta basada en comi- ración de prisioneros y regreso de refugiados se vieron dificultados al principio por los
cios locales y procediendo hacia arriba por etapas mediante la elección en cada etapa rumores en Bangladesh sobre juicios por crímenes de guerra (que nunca tl,lvieron
de delegados para la siguiente- se desechó y fue admitido el sufragio universal. El resul- lugar}. Tras el asesinato de otro presidente, el general Hussein Mohammad Ershad
tado en Pakistán oriental fue una arrolladora victoria del jeque Mujibur y en Pakistán subió a la presidencia en 1982. Cuando accedió al cargo tenía fama de no ser ni
occidental una victoria algo menos decisiva para Zulfikar Ali Bhutto, que había sido el corrupto ni un fanático islámico, pero en 1985 designó el islam como la religión esta-
ministro de Asuntos Exteriores de Ayub Kan durante los años 1963-1966 y creó el Par- tal (el 85% de la población era musulmana} y las esperanzas de un gobierno honrado
tido Popular de Pakistán (PPP) en 1967. La victoria del jeque Mujibur había sido pro· se evaporaron. Introdujo una cierta estabilidad pero poca esperanza de alivio en un
nosticada, aunque no así sus proporciones que probablemente se vieron aumentadas a país hundido por la guerra, la pobreza y, frecuentemente, la naturaleza: en 1988, por
consecuencia de un terrible ciclón que, entre otras cosas, demostró la incapacidad del ejemplo, tuvieron lugar terribles inundaciones que pusieron bajo el agua tres cuartas
gobierno central para organizar las tareas de auxilio y, de ese modo, acentuó en Pakis- partes del país}. La oposición, dividida en veinte grupos, de los cuales los dos más
tán oriental la convicción de que Pakistán occidental no se preocupaba de sus proble- importantes estaban dirigidos por la viuda y la hija de los anteriores presidentes (cuya
mas. El éxito de la Liga Awami fue ante todo una expresión del separatismo bengalí. animosidad mutua era apenas menos fuerte que el odio que sentían contra Ershad} era
Pakistán ~dental, la más poblada de las dos mitades del pais,_ se opuso bajo los gobier· completamente inefectiva por la costumbre de boicotear todas las elecciones convo-
nos de Ayub y Yahya a su condición como una de las cinco provincias existentes, per· cadas por el gobierno. lras la elecciones de 1986, Ershad levantó la ley marcial, pero
teneciendo las otras cuatro a la parte occidental; deseaba una generosa autonomía den· un año más tarde volvió a imponerla y disolvió el Parlamento. Ganó unas nuevas
tro de una flexible federación en la que la autoridad del gobierno central se limitaría a elecciones en 1988, pero el desorden público cada vez mayor, y el apoyo que había
los asuntos exteriores y de defensa, y a algunas cuestiones monetarias. El presidente y obtenido del ejército (al que sin embargo despreciaba), minaron su posición y se vio
1
· Bhutto pretendían que hubiese un centro más poderoso y fuerte. Después de las elec- obligado a dimitir en 1990. Fue arrestado y acusado de corrupción. Las elecciones
ciones comenzaron las conversaciones entre Bhutto y Mujibur. Este último estaba ahora celebradas al año siguiente constituyeron una lucha entre la viuda de un presidente y
en posición de hacer observar que era el líder del partido mayoritario en el Parlamen- la hija de otro, con victoria de Begum Khaleda Zia, que se convirtió en primera minis-
to. Como telón de fondo estaba el hecho de que el depositario último del poder era el tra de un país de llamativa pobreza, y muy vulnerable frente a los desastres naturales.
éjército y éste era en gran parte occidental. Pero el recurso al ejército para coaccionar A Indira Gandhi no le venía nada mal la división o el desmoronamiento de Pakis-
a Pakistán oriental podía significar la desintegración del país. tán, y la decisiva intervención de la India en Bangladesh la hizo enormemente popu-
Las conversaciones Bhutto-Mujibur no llegaron a ningún sitio y en la zona orien· lar. Aplastó al sector que se le oponía en el Partido del Congreso al obtener en las
tal Mujibur comenzó a actuar como jefe de una administración independiente. Fue elecciones de 1971 el 40% de los votos y hacer que sus adversarios parecieran viejas
arrestado nuevamente. El presidente confió en que detendría el movimiento secesio- glorias desorientadas y acabadas, pero no dio soluciones para satisfacer las necesida-
nista encarcelando a los separatistas, pero en lugar de ello provocó un combate a gran des básicas de una inmensa población que crecía a un ritmo de un 2,5% anual, ni para
escala. Duró dos semanas. La India, movida como algunos pensaron por el odio hacia sanear la industria, cuyo índice de crecimiento estaba en descenso. Las consiguientes
Pakistán aunque más seguramente por el torrente de fugitivos hindúes cuyo número tensiones, junto con un programa mal concebido de esterilización obligatoria, con-
se cifraba en 10 millones, tomó las armas y las fuerzas paquistaníes orientales se vie- dujo a disturbios en diferentes partes del país y, aunque el resultado de las elecciones
ron obligadas a rendirse: 90.000 hombres fueron hechos prisioneros. La India invadió de 1972 en una serie de estados fue favorable para Indira Gandhi, los problemas ali·
además el Rann de Kutch y una porción de Cachemira Azad. Pakistán sufrió sustan· menticios a principios de los años setenta eran cada vez más graves y sólo se vieron
ciales pérdidas humanas y también materiales, tanto en tierra como en mar y aire. El aliviados cuando la URSS suministró dos millones de toneladas de. grano y Estados
presidente dimitió y Bhutto ocupó su puesto. Mujibur Rahman fue puesto en libertad Unidos reanudó su ayuda; algunos artículos y productos básicos desaparecieron por
para convertirse en el primer ministro del nuevo Estado de Bangladesh. completo. En 1974, la India estrechó su control sobre Sikkim convirtiendo al chog-
Las perspectivas del nuevo Estado eran extremadamente poco prometedoras. yal en testaferro (en nombre de la democracia} y hacieí:ldo de Sikkim un Estado aso-
Mujibur era popular pero débil, y en el transcurso de 1972 estuvo fuera del país, enfer- ciado a la república india con representantes en ambas cámaras del Parlamento indio.
'·""'' mo en Inglaterra durante dos meses. El caos posbélico se agravó a causa de una catas- China mostró su disgusto, así como el Nepal. El chogyal se suicidó dos años después.
trófica ola de enfermedad y muerte, y más tarde por el desorden, la criminalidad y la En 1975, un juez del Tribunal Supremo dio origen a una sucesión de aconteci-
corrupción generalizadas a tal escala que el gobierno, completamente aturdido, tuvo mientos inesperados al dictar una sentencia que acusaba a Indira Gandhi de haber
que proclamar el estado de emergencia en 1974. Un año más tarde, Mujibur perdió el violado la Ley contra la Corrupción, considerándola culpable de fraude en las elec-
apoyo del ejército y fue asesinado durante un golpe de Estado al que siguió una lucha ciones de 1971, e imponiéndole una inhabilitación para desarrollar actividades polí-
por el poder entre los distintos sectores del ejército. La actividad económica del país ticas durante cinco años, según establecía la ley. El Tribunal Supremo concedió un
estaba en ruinas y la ayuda exterior ( 1.000 millones de dólares) se consumió en segui- aplazamiento de la sentencia y suspendió la inhabilitación mientras estuviese pen-

444 445
diente la apelación, pero dos días después fue declarado el estado de emergencia, cien- peradamente alagüeño no siguió adelante. Aunque mantuvo su posición en el centro
tos de opositores políticos de Indira Gandhi fueron detenidos y se introdujo una rígi· la perdió en muchas provincias. Tuvo cierto éxito económico; el crecimiento aumen'.
da censura. lndira Gandhi explicó que había sido descubierta una conspiración con- tó al 9% anual, y los bienes de consumo se hicieron más abundantes. Se oponía al fac-
tra el progreso y la democracia, pero no fue presentada ninguna prueba convincente cionarismo religioso pero alejó tanto a hindúes como a musulmanes. Se distanció de
de tan grave amenaza. Fue expulsada y obligada a renunciar al poder en 1976 por el los irascibles barones del Partido del Congreso, pero los sustituyó por compinches per·
Janata, una coalición de cuatro partidos que englobaba a disidentes del Partido del sonales. Se lamentaba de la corrupción, pero no fue capaz de enfrentarse directa·
Congreso indignados o simplemente decepcionados con las formas autoritarias de mente a los escándalos. Su sensatez no fue suficiente para resolver el problema sij, ni
gobierno de lndira Gandhi; estaban también desconcertados ante la creciente para impedirle desairar en público al presidente sij de la India, Zail Singh. Su esfuer-
influencia política de su hijo predilecto, Sanjay. Morarji Desai, de ochenta y dos años zo bienintencionado por evitar la masacre y la guerra civil en Sri Lanka careció de
de edad, se convirtió en primer ministro, pero el Janata, una vez conseguida la desti· una elaboración rigurosa, pero mejoró las relaciones con Pakistán y China.
tución de lndira Gandhi, no logró conseguir nada más y se hundió en 1979. lndira El Punjab constituía su problema más acuciante. Alcanzó un acuerdo con el diri-
Gandhi obtuvo una resonante victoria en las elecciones de principios de 1980 y vol- gente sij Sant Harchad Singh Longoval, entregando al Punjab la ciudad de Chandi-
vió a asumir el mando. Sanjay Gandhi murió en un accidente pocos meses después. garh a cambio de la cesión de aldeas a Haryana y de un reparto de aguas ligeramente
Su hermano mayor, Rajiv, fue aceptado por su madre como heredero forzoso. favorable a esta última. Aunque Sant Longoval fue asesinado entonces por militan-
Indira Gandhi fue asesinada en 1984 por sijs, contra los que había incubado una tes sijs, el. :cuerdo superó la prueba de las elecciones provinciales en el Punjab, en las
enemistad personal. Los sijs constituían una nación en potencia dentro de una vásta que venc10 el Akali Dal, que había hecho campaña a favor. En Haryana, por otra
federación. Habían dominado el Punjab en el período comprendido entre la caída de parte, la propuesta cesión de Chandigarh provocó una grave ofensa en los hindúes lo
los mogoles musulmanes, después de 1700, y la llegada de los británicos a mediados del que llevó a la derrota del Partido del Congreso (1) en 1987. El acuerdo tamp~co
siglo XIX. La partición de la India en 1947 supuso la partición del Punjab y la huida de sob~e~ivió. Las disputas sobre su aplicación detallada dieron una excusa a los sijs más
. r los sijs residentes en el Punjab occidental (musulmán) hacia el este, donde los sijs fan~ttc~s para rec~azar a sus dirigentes, destruir parte del Templo Dorado porque
akali, dominantes, esperaban crear un Estado o semiestado. Promovieron agitaciones hab1a sido contammado por los hindúes, y proclamar el Estado independiente de
para obtener una mayor autonomía para el Punjab, la incorporación en él de Chandi- Kalistán .(1986). El Templo Do:a~o fue recuperado de las manos de los fanáticos pero
garh (compartido con el Estado vecino de Haryana bajo el control central) y una redis- los conf!tctos subyacentes persistieron, tanto entre los propios sijs como entre sijs e
tribución de las aguas fluviales. Eran reivindicaciones políticas derivadas de la identi- hindúes. Cada cierto tiempo continuaron produciéndose sucesos violentos.
dad religiosa de los sijs. La hostilidad de lndira Gandhi se centraba en las primeras, que El revés sufrido por el Partido del Congreso (I) en Haryana fue precedido, si bien
olían a separatismo, y no en la última, que no suponía transgresión alguna en un Esta- de manera menos llamativa, por el de otras provincias: Bengala occidental y Kerala. El
do secular y multirreligioso. A ojos de Indira Gandhi, la infracción de la ley por parte prestigio personal de Gandhi se vio amenazado por la dimisión del ministro de defen-
de los sijs se agravó cuando su partido, el Akali Dal, hizo causa común con el Janata sa, V. P. Singh, a quien estimaba especialmente, como protesta por la reticencia del
en 1977, y tras su vuelta al poder se propuso desacreditarlo permitiendo a los sijs más gobierno a investigar los escándalos financieros, particularmente aquellos relativos a
extremistas y a sus más violentos métodos cierta libertad de acción. Bajo la dirección los contratos de defensa con la Bofors de Suecia; y las continuas disensiones en el seno
de un líder radical, Sant Bindranwale, ocuparon casi cuarenta santuarios sijs, incluido del partido gobernante causaron mayores pérdidas electorales en 1988. El enorme défi-
el Templo Dorado de Amritsar, abasteciéndolos de armas. Enfrentada a esta amenaza cit comercial, provocado por el descenso de las exportaciones y el aumento de la
de insurrección, Indira Gandhi ordenó al ejército desalojar los santuarios y en el curso importaciones, incrementó el sentimiento de que el gobierno apenas era capaz de con·
de la principal operación en el Templo Dorado resultaron muertos 1.000 sijs, entre los t:olar la economía y la cohesión del país. A favor de Gandhi estaba el haber tranqui-
que se encontraba Bindranwale que fue de este modo declarado mártir de la causa. Un lizado la preocupación de la provincia de Assam respecto a la afluencia de refugiados
grupo de 300 sijs recuperó más tarde el control de una parte del Templo Dorado desa- musulm~nes desde Bangladesh; se construyó un muro para contener la avalancha y se
fiando a sus propios líderes, y el ejército recurrió de nuevo a la fuerza para expulsarlos establecieron planes de repatriación de los refugiados. Aun así, el balance de la actua-
y detenerlos. Las operaciones del ejército, que incluyeron el uso de tanques, parecían ción de Gandhi en asuntos internos comenzaba a parecer una honorable ineptitud. En
tan incompetentes y burdas como innecesariamente destructivas. Como venganza, dos el extranjero, mejoró las relaciones con China, pero no alcanzó ningún acuerdo con-
sijs de la guardia personal de Indira Gandhi la asesinaron. creto sobre las disputas fronterizas entre los dos países. Reafirmó el buen trato de India
Los líderes del Congreso invitaron a Rajiv Gandhi a hacerse cargo de la presiden· con la URSS y mejoró en algunos aspectos las relaciones con Estados Unidos· obtuvo
cía del gobierno y la transición destacó por la tranquilidad y serenidad con que se créditos de la primera y ayuda técnica del segundo. Fue el principal promo~or de la
llevó a cabo. Conocido como un hombre sin ambición ni experiencia políticas, que Asociación para la Cooperación Regional del Sudeste Asiático (ACRSA), una aso-
se disponía a vivir retirado de la vida pública, era más bien considerado como una ciación de siete países (India, Pakistán, Sri Lanka, Bangladesh, Nepal, Bhután y las
conveniente pero pasajera figura decorativa cuya presencia podía impedir el caos. En Maldivas) que, dejando de lado todos los contenciosos, elaboró una útil cooperación
el plazo de un año se había convertido en un líder nato que impresionó a los indios y en asuntos comerciales y técnicos, así como en transporte. Estableció su sede en Kat·
a otros por su tranquila determinación y su obvia integridad, pero este comienzo ines· mandú. En la importantísima cuestión de Pakistán, Gandhi se reunió con el general

446 447
Zia y con Benazir Bhutto para demostrar su buena voluntad, como preludio cauteloso dales de 1993, el BJP perdió muchos votos y se escindió, manteniendo su populari·
de una reducción mutua de temores y sospechas. Pero en 1989, cuando sus virtudes dad tan sólo entre las clases medias de Delhi y otras grandes ciudades. En el Punjab,
habían sido superadas por sus defectos, perdió las elecciones generales frente a una la militancia sij se redujo. Pero Rao hizo caso omiso de las crecientes acusaciones de
heterogénea asociación de oponentes, dirigida por V. P. Singh, y que se extendía desde corrupción en el gobierno y el Partido del Congreso, y comenzó a sufrir inesperados
el Bharatiya ]anata (BJP), situado en la derecha hindú, a comunistas diversos en la rechazos en las elecciones provinciales de 1994, incluido en su propio Estado de
banda de la izquierda. El Partido del Congreso (I) obtuvo resultados particularmente Andhra Pradesh.
malos en las provincias del norte pero se mantuvo como el partido mayoritario en el
Lok Sabha (o Parlamento) y Gandhi fue pronto reelegido presidente por la moción del
hombre que había sido señalado para sustituirlo tras el fracaso electoral. V. P. Singh EL NUEVO PAKISTÁN Y LA INDIA
sólo fue capaz de dirigir una mayoría en el Lok Sabha mientras los extremistas de dere-
cha e izquierda continuaron apoyándolo. Puso en peligro dicha mayoría con la pro· El mayor problema en el subcontinente lo constituían las malas relaciones entre
puesta de discriminación positiva en el mercado de trabajo para las castas inferiores, y sus dos grandes estados. Durante 1972, Bhutto y la señora Gandhi concertaron un
la perdió en 1990 cuando ordenó la detención de Lal Krishna Advani, dirigente máxi· acuerdo global en el curso de unas negociaciones abiertas y francas en Simia, y a fina-
mo del BJP, que presidía una larga marcha en el norte de la India con el objetivo de les de año habían fijado líneas de demarcación provisionales en Cachemira y comen-
derruir una mezquita y construir en su lugar un terriplo hindú, lo que constituía una zado la tarea de repatriación de prisioneros de guerra. Bhutto visitó también Moscú y
amenaza contra la paz de la comunidad e incluso contra la paz internacional en el sub- Kabul. La crisis de Bangladesh había llevado a Indira Gandhi a abandonar la tradi-
continente. Chandra Shekhar, colega y adversariq de Singh dentro de su propio parti- cional política de no alineación de la India y firmar un tratado con la URSS para con-
do, el ]anata Dal, aprovechó la oportunidad para dividir el partido, destruir la mayoría trarrestar la parcialidad de USA y China hacia Pakistán {Washington llegó hasta el
de Singh, y sucederle como primer ministro, al obtener de Gandhi la promesa de apoyo punto de cortar las ayudas y denunciar a la India por agresión). Pero el problema más
parlamentario. De esa forma, Gandhi evitó un regreso inmediato al poder, pero su desalentador de Bhutto era la creación de un nuevo Estado. Pakistán no sólo había
· r intento de ser reconocido en el Lok Sabha como líder de la oposición al gobierno al perdido prestigio y la mitad de su territorio, sino también la mitad de su mercado inte-
que había prometido su apoyo fracasó en medio de cierto desdén. rior, una gran parte de sus materias primas y manufacturas, sus mercados en ultramar
Esta escena política desordenada resultaba aún más perjudicial debido a una acu- {que habían sido abastecidos por Pakistán oriental) y sus ingresos procedentes del
mulación de reveses económicos: tipos de interés en un nivel sin precedentes, repeti- exterior. Por otro lado, seguía existiendo el problema constitucional, sin resolver
da devaluación de la rupia, una deuda externa superior a los 70.000 millones de dóla- desde 194 7. Este problema había sido parcial y temporalmente subsanado en 197 3
res, una población con un crecimiento tan rápido que parecía probable que alcanz~se con la adopción de una Constitución presidencial y federal, pero en ese mismo año
a China en poco más de cien años. En 1991, durante la campaña electoral, Rajiv se agudizaron los problemas económicos a consecuencia de desastrosas inundaciones.
Gandhi, el político más capacitado de la India, fue asesinado por un tamil en el sur Bhutto situó a Pakistán eri. la senda nuclear. Solicitó la ayuda francesa que le fue
del país. Aunque el Partido del Congreso obtuvo 225 de los 544 escaños en el Lok inicialmente prometida pero luego negada ante las protestas estadounidenses. No obs·
Sabha, el BJP, que había conseguido 2 escaños en 1984, aumentó hasta los 119, con tante, Bhutto -al principio secretamente- inició un programa bajo la dirección y
un 20% de los votos. El BJP, radicado principalmente en el norte y el oeste, consti- responsabilidad de un científico paquistaní que había adquirido la formación precisa
tuía una expresión del hinduismo radical, organizado por fanáticos, y dirigido por en los Países Bajos. La expresa opinión de Bhutto era que, puesto que hindúes,
mendaces demagogos que se apoyaban en sus respetables antecedentes como naciona- judíos y cristianos tenían armas nucleares, debía haber también una bomba islámica.
listas antibritánicos y trasladaban su hostilidad contra musulmanes, sindicatos y otros (La India realizó una explosión nuclear en 1974: tanto Indira Gandhi como el pací-
muchos. Con el ]anata Dal reducido a un pequeño grupo en el Lok Sabha, el Partido fico Morarji Desai abrigaban la ambición de desarrollar un arsenal nudear.) Was-
del Congreso volvió al gobierno a cambio de concesiones a la derecha y a la izquier- hington trató de detener el progreso de Pakistán recurriendo a halagos y presiones;
da, y con Narasimha Rao como un primer ministro relativamente anodino pero ines- cortó la ayuda económica como exigía la Ley de Ayuda Exterior de 1976, se negó a
peradamente duradero, y Manmohan Singh como ministro de finanzas. Su reserva de suavizar los términos del pago de la deuda y ofreció a Pakistán modernos aviones caza
divisas estaba completamente agotada, pero la India era un país demasiado grande si este país se comprometía a aplicar las garantías internacionales a sus actividades
como para hacer caso omiso de él o intimidarlo. Manmohan Singh, banquero de pro- nucleares. El dilema de Washington era cómo hacer de Pakistán un seguro aliado sin
fesión, rescató las finanzas, y consiguió acuerdos favorables con el Banco Mundial y dañar mortalmente sus relaciones con la India.
el Fondo Monetario Internacional a cambio de seguir un rumbo a medio camino En 1977 el ejército paquistaní intervino una vez más, instaló al general Zia Ul-
entre la política monetaria establecida por estos organismos y el modelo de creci- Haq como presidente, ejecutó a Bhutto dos años después e inauguró un cruel régimen
miento económico, espectacular pero más peligroso, adoptado por China. Devaluó la represivo. En política exterior, Zia prosiguió el programa iniciado por Bhutto para dar
moneda, redujo la inflación, bajó las tarifas aduaneras, introdujo reformas fiscales, a Pakistán la posibilidad de llegar a ser una potencia nuclear; algunos paquistaníes
adoptó nuevas políticas de mercado, repuso las reservas, y convirtió la India en un afinnaron temer una operaeión conjunta india e israelí contra las instalaciones nuclea·
país del que se hablaba con más asombro que desesperanza. En las elecciones provin- res de Pakistán. Zia sacó a su país de la moribunda alianza Cento y lo convirtió en

448 449
miembro del grupo de países no alineados, pero la invasión soviética de Afganistán, Tras su regreso, Benazir Bhutto atrajo a grupos discordantes, pero no a la perfección.
en 1979, hizo que se acercara de nuevo hacia Estados Unidos y consolidase su posi- Las primeras elecciones locales celebradas tras su regreso decepcionaron a sus seguido-
ción personal. El ejército, que lo había elevado al poder, y del que dependía por com· res. El ser mujer y sindi constituía una desventaja, particularmente en la provincia
pleto, había mostrado pocos signos de mantenerlo como presidente, hasta que la inva- dominante del Punjab; pero también influyó una personalidad en la que la inteligen-
sión soviética realizó un cambio inoportuno y prematuro: inicialmente la extensión cia se mezclaba con la arrogancia, y un matrimonio poco propicio pactado por su
del poder soviético directo a Afganistán parecía comportar también una posible ame- madre. El gobierno consiguió denigrar y marginar con cierto éxito su PPP hasta que,
naza para Pakistán. Ese temor disminuyó cuando se hizo patente que la URSS estaba en 1988, dos acontecimientos produjeron un cambio en su situación: Zia destituyó
más interesada en Afganistán e Irán que en el propio Pakistán, y que el régimen abruptamente a su primer ministro civil, Mohammad Kan Junejo, que se había opues·
marioneta de Kabul controlaba poco más de la quinta parte del país. Zia se dispuso to al apoyo total que el ejército había ofrecido a los muyahidin de Afganistán, y, final·
inmediatamente, con éxito, a utilizar la invasión como palanca para recuperar la mente, la muerte del general en un accidente aéreo. Con él perecieron otros dos gene··
ayuda militar y los fondos estadounidenses. La actuación soviética, a pesar de consti· rales, varios oficiales de alto rango y el embajador de Estados Unidos.
tuir un costoso error, fue interpretada en Estados Unidos como un peligroso aumen- En las elecciones que siguieron a esta catástrofe se enfrentaron dos grupos: la
to del poder soviético que, una vez derrocado el sha en Irán, sólo se podía contra· Alianza Democrática Islámica, formada por la Liga Musulmana y un grupo de partí·
rrestar armando a Pakistán y utilizándolo como mediador para armar a la oposición dos menores, y el PPP junto con sus asociados. En una votación con muy baja par·
afgana contra la URSS. Zia se dedicó a esta polítíca con entusiasmo. Recibió ayuda ticipación, el PPP fue el partido más votado pero no obtuvo la mayoría, y sólo consi-
estadounidense en enormes cantidades, a pesar de que Estados Unidos recibiera con guió ganar en la provincias del Sind y el Noroeste. Benazir Bhutto fue nombrada
desagrado el programa nuclear de Pakistán y el papel que este país representaba en el primera ministra y el ejército realizó una de sus retiradas temporales, pero no por
tráfico de armas, y a pesar también de la Enmienda Symington que prohibía la con· mucho tiempo. En diferente medida, el ejército, el presidente y la mayoría de los
cesión de ayudas a países que fabricasen armamento nuclear. gobernadores provinciales eran hostiles a Bhutto, y esperaban una oportunidad para
Hacia 1983, la remisión del temor a la agresión rusa contra Pakistán permitió el librarse de ella. La corrupción, el tráfico de drogas, el declive económico del país, las
resurgimiento de presiones internas contra el régimen militar, y, en un intento de disensiones entre provincias y el creciente fundamentalismo islámico constituían una
mantener su puesto, Zia anunció por sorpresa, a finales de 1984, que convocaría un herencia demasiado compleja para un gobierno que controlaba tan sólo dos provin·
plebiscito popular para solicitar el apoyo a su política en general y a él mismo como cias, y dependía en última instancia de unos militares a quienes no podía atraer ni
jefe del Estado, con el corolario de que, si se aprobaba, se mantendría en el puesto subordinar. Su gobierno fue acusado, no sin razón, de incompetencia, corrupción y
durante cinco años más, e intensificaría la islamización de la Constitución y la apli· nepotismo, y en 1990 fue destituida por el presidente, con el pretexto de que no había
cación de las penas más severas por las infracciones de las leyes del Corán: penas que podido controlar la violencia en el Sind. (En el Sind, la violencia entre sindis y
deleitaron a muchos musulmanes y horrorizaron a otros. Casi todos los votos emiti· muhayires, inmigrantes de la India tras 1947, era endémica.) En las nuevas eleccio·
dos fueron a su favor. La ley marcial se levantó a finales de 1985; una muestra de nes celebradas ese año Bhuúo perdió debido, con bastante probabilidad, al fraude
moderación que, sin embargo, estuvo precedida por una ley de inmÜnidad por accio- electoral. Venció el Frente Democrático Islámico, una amalgama de nueve partidos
nes pasadas, y por un aumento sustancial de las competencias presidenciales, inclui- de fuerte intolerancia y extremismo religiosos, y apoyados por el ejército. El Frente y
da la extensión del mandato de Zia hasta 1990. sus aliados controlaban dos tercios del Parlamento, pero en 1993 el nuevo presiden·
Zia no había hecho nada por aliviar las tensiones entre los punjabíes, por una parte, te, Ghulam Muhammad, procedente de Patha, había discutido con su primer minis-
y los sindis y baluchis por otra, y el regreso a Pakistán de la hija y heredera política de tro, Nawaz Sharif, sobre el derecho a designar comandante en jefe del ejército, y el
Bhutto, Benazir, en 1988, aumentó el resentimiento y la incertidumbre. La persisten· primer ministro fue destituido por el presidente pero restituido por el Tribunal Supre·
te debilidad de la economía pakistaní se agravó debido al despilfarro de un régimen mo. En las siguientes elecciones, Bhutto, que había mejorado sus relaciones con los
militar que dedicaba el 40% del presupuesto a las fuerzas armadas, mantenía enorme dirigentes del ejército, consiguió vengarse de Nawaz Sharif y se convirtió de nuevo en
déficit interno y externo, y permitía un aumento ominoso de la deuda externa: los cos· primera ministra. El islamista Jamaat·i·lslam obtuvo un número de votos sorpren·
tos de defensa y el pago de la deuda externa absorbían el 85-90% del presupuesto. Zia dentemente bajo.
se vio obligado a solicitar un fuerte crédito del FMI, por el que tuvo que someter a su Washington colaboró con el apoyo de Pakistán a los muyahidin anticomunistas pero
país a una severa austeridad, precios más altos y el colapso de los servicios sociales y de se alarmó ante su aparente determinación de convertirse en una potencia nuclear, una
las carreteras (el presupuesto de salud fue recortado a menos de la cincuentava parte ambición proclamada con fuerza por Ali Bhutto en 1966. India había probado un arte·
del presupuesto de defensa). Los problemas de Zia se multiplicaron por el rechazo de facto nuclear en 1974, y se creía que estaba investigando en cabezas nucleares de plu·
las remesas realizadas por los paquistaníes residentes en el golfo y en otros lugares del tonio, con ayuda china, pero Estados Unidos aceptó que la India no estaba constru·
extranjero, por una secuencia de malas cosechas, por la corriente de refugiados proce· yendo armas nucleares. Por la Enmienda Pressler de 1986, ambos países fueron
dente de Afganistán, y por los ejércitos privados de los sindicatos de la droga que ope· excluidos de la ayuda económica y militar estadounidense, a no ser que el presidente
raban incluso en la capital, donde los inmigrantes procedentes de Patha chocaban con certificara al Congreso que no tenían armamento nuclear. En 1990, el presidente Bush
los demás habitantes. Por tanto, la oposición a Zia aumentó, pero no era compacta. se negó a dar este certificado para Pakistán, y unos años más tarde se creía que dicho

450 451
país poseía media docena de cabezas de misiles de uranio 335, que estaba construyen·
do una planta de recuperación de plutonio, y que estaba importando este material.
Durante la década de 1980, el conflicto entre Pakistán e India se mantuvo ensom-
brecido por la guerra de Afganistán pero no desapareció, y en dos aspectos se agudizó.
XV La península
de Indochina
Los indios acusaron a Pakistán de incitar a los sijs más combativos a penetrar en la pro-
vincia india del Punjab, y enviaron tropas para evitar que los sijs cruzaran la frontera.
Pakistán concentró sus propias fuerzas en la misma frontera. En 1985 estalló la lucha
entre ambos países por la posesión de un glaciar situado al norte de la provincia de
Cachemira. India obtuvo ventaja; en 1987 se propuso una mediación; pero la lucha
continuó y, en 1989, el problema de Cachemira volvió a inflamarse. Habiendo falle-
cido el sij Abdullah en 1983, la responsabilidad recayó en su hijo Faruq Abdullah (un
hombre débil de carácter, demasiado cercano a Nueva Delhi, según la opinión de la
mayoría de los musulmanes de Cachemira), y en su yerno Ghulam Mohammad Shah;
y las disensiones familiares entre ellos dieron lugar a contiendas políticas que en 1989-
1990 ,produjeran disturbios en los que murieron bastantes personas. India culpó a
Pakistán de los tumultos, expulsó a Faruq y recurrió al g9bierno directo desde Delhi.
En Cachemira, tanto el violento Jammu como el Frente de Liberación de Cachemira,
opuestos al dominio indio, aumentaron su apoyo popular al tiempo que, como res·
puesta, las autoridades indias regresaron a las duras represalias, incluida la tortura El escenario posbélico más conflictivo de Asia sudorienta! fue Indochina. Esta zona,
indiscriminada de víctimas inocentes. Inevitablemente, estos disturbios involucraron que los franceses reunieron bajo su dominación, comprendía los protectorados de
a Pakistán, e incluso a Irán y Arabia Saudí, que competían entre sí por ayudar a Pakis- Annam y Tonkín y la colonia de Cochinchina (étnicamente annamitas, culturalmen-
tán, para así demostrar la pureza de sus credenciales islámicas. En 1993, el templo de te chinos y llamados conjuntamente los Tres Ky), y los reinos protegidos de Luang Pra-
Hazrat Bal, en Srinigar, que poseía un pelo de la barba del Profeta, fue rodeado por tro- bang o Laos, y Camboya (thai desde el punto de vista étnico, hindúes culturalmente).
pas indias debido a los rumores de que existía un plan musulmán para robar dicho pelo. Los antepasados Jemer de los modernos camboyanos dirigieron un imperio que, en su
Los musulmanes se enfurecieron por esta demostración de fuerza y los no musulmanes época de máximo apogeo en el siglo XII, se extendía de uno a otro mar y comprendía la
la consideraron innecesariamente provocativa. Los disidentes cachemires se dividían parte sur de Birmania, Siam, Laos y Annam. En Laos los invasores thai habían estable-
entre aquellos que deseaban la independencia y los que deseaban la incorporación a cido su dominio en el siglo XI!!. En el siglo XIX, Annam quiso extender sus tentáculos a
Pakistán, y los indios se alegraron de esta división, y es probable que la fomentaran. En Camboya y Laos, pero los franceses salvaron a ambos reinos de esta amenaza.
1994, Rao contraatacó la injerencia paquistaní en Cachemira, exigiendo la devolución Los franceses se establecieron en Asia más tarde que las demás potencias euro-
a India del territorio cachemir anexionado a Pakistán. peas. Las derrotas que sufrieron en la guerra francoprusiana de 1870-1871 sobre su
En el medio siglo transcurrido desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el propio suelo habían supuesto la pérdida de territorio, población, valiosos recursos,
mundo en general se admiraba de los milagros económicos de Japón y Alemania, pero prestigio y amor propio, y aunque su recuperación fue sorprendentemente rápida, la
poco más había encontrado digno de aplauso. Se había pasado por alto, quizá, el mila- adquisición de un nuevo imperio colonial en los años ochenta fue en cierto senti·
gro político de la India, donde los sobrecogedores problemas económicos, técnicos, do una compensación. Para lograrlo, hubieron de competir por adueñarse de lo que
administrativos y sectarios habían sido manejados, la mayor parte del tiempo, dentro fuera que pudiera surgir de la desintegración de los imperios chino y otomano. La
de un ámbito interno, un gran mérito de los gobernantes indios, y de sus predecesores. anexión de Túnez se produjo prácticamente como una extensión del poderío fran·
Pero este logro era todavía más llamativo que seguro. cés en Argelia; se ocupó también Madagascar y, en Asia, Annam, Tonkín y Cochin-
china constituyeron el núcleo de una dominación indochina que podría proporcio-
nar una vía de acceso a China meridional y que se amplió cuando los franceses
- i establecieron su protectorado sobre los reinos de Camboya y Luang Prabang. La
,4 adquisición de Annam y Tonkín condujo a una impopular guerra contra China,
mientras que la expansion hacia el oeste y en dirección al Indo llevo a los france·
ses a competir con los ingleses en Birmania, donde fueron detenidos por el virrey
lord Dufferin (que temía -o quizá se inventaba- una amenaza francesa sobre la
India), y también les condujo a una hostilidad más permanente con el reino inde-
pendiente de Tailandia. Pero el poderío francés se mantuvo sustancialmente inal-
terable hasta 1940.

452 453
Durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial, los Tres Ky se con··
CH 1 NA virtieron en el Estado autónomo de Vietnam y, al retirarse los japoneses, Ho Chi
)(' ·- '-
\."\ _, __ Minh, el líder de una coalición nacionalista dominada por los comunistas, proclamó
--:... - Caobang • r la república independiente de Vietminh. De nuevo, como en Indonesia y Corea, razo·
/'-.... / ......
¡r.._ -
\ '.J Laocai ~ nes prácticas de conveniencia dictaron el curso de los acontecimientos con efectos de
\ '..,, ~-0 i más largo alcance de lo que se previó en aquel momento. Los británicos se hicieron
\ ~ Langson ;~ ..... , - con el control al sur del paralelo 16Q y los chinos al norte del mismo; unos y otros se
~
> ~·
·~-/ i 9-ó marcharon en el transcurso del año 1946, pero ni los segundos estuvieron dispuestos
e~ Dien Bien Phu ni los primeros fueron capaces de hacer gran cosa por facilitar y aUanar el terreno a
L.-...,_,./-'
los franceses que estaban de regreso y que al llegar se encontraron con que Ho Chi
'r·-. Minh controlaba una importante área en el norte y presidía un gobierno. El empera·
(...,
(' dor annamita Bao-Dai, al abdicar en 1945, había aceptado el puesto de «consejo
Luang ('.'.-· ...... / GOLFO DE supremo» en el gobierno de Ho.
~ Prabang TONK/N Los franceses comenzaron reconociendo como autónomo al gobierno de Ho Chi

¡
CD Minh dentro de la Unión Francesa, pero se negaron a aceptar su petición de unión de
.1
1
./ los Tres Ky. Hacia finales de 1946, la política francesa se endureció como consecuen-
\ cia de presiones procedentes de la derecha. En noviembre, Haiphong fue bombardea·

I <-y do y en diciembre el Vietminh atacó a los franceses en Hanoi, convencido de que Fran-
(/ Vientiane o Antigua línea cia pretendía ahora derrocar a Ho: unos cuarenta franceses resultaron muertos y 200
ú'l
divisoria Norte/Sur fueron hechos prisioneros. Este suceso supuso el comienzo de una guerra que duró siete
. (
años y medio. Tras cierta vacilación, los franceses decidieron no volver a negociar con
Hoy se dirigieron en su lugar a Bao-Dai, a quien ofrecieron la unión de los tres ky que
se habían negado a conceder a Ho. El llamado experimento Bao-Dai era un intento de
TAILANDIA separar a los comunistas del resto de los nacionalistas y de seguir manteniendo, con la
aquiescencia de Bao-Dai, una supremacía francesa en Indochina. Un acuerdo firmado

..
en Along Bay en junio de 1948 materializó esta política (que los estadounidenses
\ habrían de ensayar a su vez en el sur, en la década siguiente, siendo en este caso el pre-
í..
sidente Oiem quien desempeñara el papel de nacionalista anticomunista) y se consti·

.
/' __ ,..... -·- ·- -·- ...... ri..../ 1 Gong Tium
I . tuyó formalmente un nuevo Estado de Vietnam en junio de 1949. Bao-Dai, que había
Bangkok / \ Pleiku estado en Francia durante las negociaciones, regresó a su país como iefe de Estado.
....
Battambang
'·I
\
. \
(' Buon Me
• Thuot
/ Nha Trang
Vietnam fue proclamado Estado Asociado d.e la Unión Francesa en diciembre y a Laos
y Camboya se les concedió el mismo status. Entre los que se negaron a cooperar con
Bao-Dai se encontraba el líder católico y futuro presidente de Vietnam del Sur, Ngo
Dinh Oiem .
./ .,_
Pero el Vietminh no se dio por vencido y la victoria de los comunistas chinos al otro
lado de la frontera septentrional supuso un cambio de la situación. La tentativa fran··
cesa de mantener el poder mediante el recurso al Estado asociado semiindependiente
condujo a prolongadas rencillas entre franceses y Bao-Dai, sin que se consiguiese final-
~Camino de mente el objetivo fijado. Francia no había sido capaz de decidirse a dar el paso -extre·
Ho Chi Minh mo pero sencillo- que el gobierno de Attlee había dado en la India, y los aconteci-
- - - - Límite del Estado mientos de los siguientes años hacen pensar que cualquier solución que no fuera ésta
resultaba inútil. En 1950, la conferencia celebrada en Pau durante cinco meses para dis-
-.....J Río cutir mejoras constitucionales exacerbó a todos los partidos mientras que en Indochi-
O 150 km na el Vietminh salió a la palestra bajo el mando del diestro general Yo Nguyen Giap.
Una ofensiva del Vietminh en septiembre obtuvo.un impresionante éxito. El mariscal
Juin fue enviado al escenario de estos acontecimientos. Bao-Dai también volvió. Pie-
15.1. Vietnam, Camboya y Laos. ¿, rre Mendes France y otros comenzaron a decir que había llegado ya la hora de que Fran"

454 455
cia saliera de Asia. El gobierno francés, que se había negado resueltamente a admitir Dien Bien Phu era una pequeña guarnición o campamento en una cuenca fluvial
que la situación tuviera un carácter en alguna medida internacional, cedió terreno situada al noroeste. Su posesión era importante en relación con las amenazas del Viet-
hasta el extremo de aceptar ayuda económica y militar estadounidense; la lucha por la minh sobre su vecino Laos, las cuales a su vez eran importantes en tanto en cuanto
supremacía francesa no trajo consigo ni simpatías ni éxito, y la única manera de prose- demostraban la incapacidad francesa para proteger un protectorado, y al r11ismo tiem-
guirla era denominándola lucha contra el comunismo y recurriendo a la ayuda de los po distraían fuerzas francesas de la defensa del delta del Río Rojo y de Hanoi, que eran
amigos anti-comunistas. Sobre esta nueva base, el general De Lattre de Tassigny fue puntos centrales tanto estratégica como políticamente. Dien Bien Phu había cam-
nombrado alto comisario y comandante en jefe en diciembre de 1950. Con un nuevo biado de manos en más de una ocasión durante la guerra. Fue tomado por los france-
general para levantar la moral (tarea en la que obtuvo gran éxito), con la ayuda esta- ses en noviembre de 1953 que, tras cierta vacilación, decidieron permanecer allí.
dounidense y con la negociación de un acuerdo político sobre la condición de los esta- El g~neral Navarre, ahora al mando de las fuerzas francesas y vietnamitas, que eran
dos indochinos dentro de la Unión Francesa, los franceses hicieron un último esfuerzo. considerablemente más numerosas que las del Vietminh, creía que si era capaz de obli-
Pero el Vietminh asestó el primer golpe y demostró que era capaz de realizar ope- gar al enemigo a entablar batalla, podía infligirle una gran denota y reducir definiti-
raciones tanto de guerra abierta como de guerrilla. Su ataque se reinició en octubre de vamente sus operaciones a una pequeña escala de guerrilla; pensaba que el talón de
1951 y unas semanas más tarde los franceses perdieron a De Lattre, que fue enviado de Aquiles del Vietminh estaba en el número de sus hombres y que los chinos o los rusos,
regreso a Francia por invalidez y murió allí en enero. El ejército vietnamita de Bao-Dai si bien dispuestos a suministrar armas y equipo, no enviarían soldados al otro lado de
se iba configurando con extraordinaria lentitud y los ejércitos privados que venían a las fronteras por temor a las represalias americanas. Dien Bien Phu iba a proporcionar
complicar el cuadro no estaban siendo sometidos a su control. La ayuda china al Viet- por tanto el marco de la batalla que paralizaría y dejaría impotente al Vietminh.
nam iba en aumento, si bien la invasión -que hubiera pódido hacer que los estadou- A principios de 1954 se había alcanzado un acuerdo entre todas las principales
nidenses se involucrasen- nunca se materializó. Durante el año 1952, las pérdidas potencias implicadas para la celebración de una conferencia internacional sobre
humanas, materiales, de estado de ánimo y de prestigio de lós franceses fueron consi- Indochina y Corea, y a medida que se realizaban los preparativos se fue haciendo cada
derables y en 1953 el Vietminh llevó la guerra a Laos, amenazó la capital del reino de vez más patente que lo que ocurriese en Dien Bien Phu tendría una poderosa influen-
Luang Prabang, y obligó a los franceses a distraer fuerzas de Vietnam para utilizarlas en cia en el curso de las negociaciones. También quedó claro que los franceses, muy lejos
la Llanura de Jars, en Laos. Por otro lado, en Camboya, el rey Norodom Sihanouk atra- de asestar un golpe aplastante y decisivo, estaban siendo acosados y cercados por una
jo la atención política al exigir un status que no fuera en modo alguno inferior al de la fuerza de amplitud inesperada y estaban en peligro de verse obligados a capitular. Lo
India y Pakistán en relación con Gran Bretaña, y luego puso a los franceses en una que no estaba tan claro en estas circunstancias era si resultaba prudente y aconseja-
situación muy incómoda y violenta al largarse temporalmente a Tailandia. En medio ble que los aliados de Francia realizaran un esfuerzo especial e intervinieran. Los esta-
de este panorama de desintegración, los franceses no podían hacer otra cosa más que dounidenses que se habían mostrado contrarios a una participación semejante,
ofrecer la revisión de los estatutos de la Unión Francesa e iniciar otra ronda de nego- comenzaron a cambiar de idea y a exponer la opinión de que la pérdida de Indochi-
ciaciones con Bao-Dai, así como con los monarcas de Laos y Camboya (Sihanouk na sería un golpe fatal para la suerte de todo el sudeste asiático y que sus perniciosos
había accedido al trono en 1940 a la edad de 18 años. En 1955 abdicó en favor de su efectos se extenderían incluso más allá de esta zona. En enero, Foster Dulles pronun-
padre, que reinó hasta 1960, ocupando Sihanouk el puesto de primer ministro. En ció un famoso discurso amenazando con «represalias masivas» como medio de detener
1956, Zhou Enlai y Sihanouk firmaron un acuerdo de no intervención. Sihanouk visi- la expansión y agresión comunistas, y a finales de marzo hizo un llamamiento a una
tó Pekín, Moscú, Praga y Belgrado; también viajó a Madrid y Lisboa. Adoptó una polí- acción internacional conjunta para impedir que el comunismo se impusiera en Asia
tica -opuesta a la de Birmania- tendente a establecer el mayor número posible de con- sudorienta!. Se sondeó la opinión de los líderes del Congreso y de las potencias aliadas
tactos diplomáticos así como a obtener ayuda de todos los que estuvieran dispuestos a sobre la posibilidad de una intervención conjunta en Indochina y de represalias con-
ofrecérsela. Parecía tener, no obstante, una preferencia por China, país que visitó de tra la propia China en caso de un contraataque chino. La respuesta fue adversa.
nuevo en 1958 y 1960. En 1960 asumió el puesto político más elevado con el título de La guerra de Corea había quitado a los estadounidenses las ganas de nuevas aven-
jefe del Estado). turas asiáticas y los aliados no habían logrado sobreponerse de la desconfianza hacia el
Por esta época, lo único que les quedaba a los franceses en Indochina era una macarthurismo, cuyo resurgimiento detectaban en las opiniones del almirante Radford,
necesidad de salvar su orgullo, pero puesto que tenían suficientes cosas de las que jefe de Estado Mayor de la Armada, partidario de ataques aéreos. Eisenhower estaba dis-
enorgullecerse sin tener que conservar lejanas satrapías, estaban cada vez más hartos. puesto a dar su visto bueno a la política de Radford si el Congreso la aceptaba y si Esta-
Además, estaban ahora preocupados por la recuperación de la fuerza alemana frente dos Unidos no era el único país que intervenía, pero el general Ridgway, jefe del Esta-
a la que la fuerza del Vietminh parecía fuera de lugar e insignificante para la posición do Mayor del Ejército estadounidense, se oponía a la intervención alegando que ésta
de Francia en el mundo. Si el Vietminh importaba a alguien, ese alguien eran los esta- obligaría a los chinos a entrar en la guerra de la misma forma que lo habían hecho en
dounidenses (que estaban ya pagando por la guerra de forma indirecta). Sólo se nece- Corea. Eisenhower, que en su campaña para la presidencia había prometido detener la
sitaba que ocurriera un acontecimiento crítico y decisivo para hacer que Francia guerra de Corea, es posible que supiera que era muy improbable que se cumplieran sus
admitiera que lo que realmente deseaba en Indochina era marcharse de allí. Este condiciones para intervenir, pero dio permiso a Dulles para proseguir con la cuestión de
acontecimiento tuvo lugar en Dien Bien Phu. la cooperación aliada. Dulles discutió el tema de la intervención en Londres y en París

456 457
entre el 11 y el 14 de abril y regresó a Washington con la impresión de que había obte· sudeste asiático si obtenía la victoria en cualquier parte de la región, no estaban dis·
nido consenso para convocar una conferencia general que idease un plan, pero Eden, puestos a tolerar la neutralidad, y decidieron excluir no sólo al príncipe comunista sino
con quien tenía malas relaciones personales, desmintió inmediatamente esta interpre- también al neutral. Comenzaron a enviar ayuda masiva a Laos con tal desenfreno que
tación de sus conversaciones y se negó a enviar a un representante a las discusiones pre- provocó corrupción y despilfarro, y dos años de guerra civil. Un nuevo gobierno de
liminares. Dulles volvió a París más tarde en ese mismo mes con una propuesta de inter- Laos, sacando el máximo partido de las incursiones norvietnamitas, solicitó una misión
vención aérea estadounidense unilateral, y Eden, que estaba también en París de paso y una fuerza de paz de la ONU. Hammarskjold visitó Laos en persona, y envió un repre·
para Ginebra, regresó a Londres en donde el gabinete, en una reunión dominical, rehu- sentante especial para que observara e informara, y así ganar tiempo para permitir que
só conceder su aprobación. Eden comunicó esta decisión a Georges Bidault, ministro la situación se calmase, pero en diciembre de 1959 el general Phoumi Nosavan dirigió
y
francés de Asuntos Exteriores, en el aeropuerto de Orly camino de Ginebra, de esta un golpe de Estado que tuvo el efecto contrario. También provocó, unos meses más
forma adquirió la reputación de ser el hombre que salvó al mundo de verse envuelto en tarde, otro golpe dirigido por el capitán Kong Le, un símbolo bastante ingenuo de la irri.
una nueva guerra mundial por la temeridad estadounidense en Dien Bien Phu. Parece tación de los hombres corrientes, que se estaban hartando de las luchas políticas y la
más exacto, sin embargo, considerar que la intervención estadounidense había sido ya corrupción. Souvanna Phouma declaró su apoyo a Kong Le, se convirtió de nuevo en
descartada a causa de la oposición de los jefes de Estado Mayor estadounidenses {excep- primer ministro, y contribuyó brevemente a reconciliar al capitán y al general, de nuevo
tuado únicamente el almirante Radford), de la opinión pública y del Congreso de Esta- sobre una base neutral. Pero su solución no duró, en buena parte debido a que los esta·
dos Ui:idos. En poquísimo tiempo, la opinión de que Indochina era esencial para el dounidenses habían conseguido reconstruir un frente de derechas bajo el mando del
mundo libre había sido temporalmente abandonada y la suerte de Vietnam era tratada general Nosavan y el príncipe Boun Oum, un pariente lejano de la familia reinante y
una vez más como un asunto de carácter local. gobernante controlado de Champassak (en el sur). Souvanna Phouma huyó a Cambo·
La conferencia de Ginebra, convocada para discutir el tema de Corea y en segun- ya, desde donde un avión ruso se encargó de transportarlo para negociar con su medio
do lugar el de Indochina, se inició el 26 de abril. Dien Bien Phu cayó el 7 de mayo. hermano y con Kong Le. Boun Oum y Nosavan también intentaron atraerlo, pero él
El gobierno francés cayó también y Mendes France ocupó el lugar de Laniel (que prefirió comenzar una gira mundial. Mientras tanto, Kong Le había infligido una derro·
dimitió el U de junio) con la promesa de alcanzar un acuerdo en Indochina antes del ta a Boun Oum y Nosavan. En 1961, los tres príncipes se reunieron en Suiza y acorda-
20 de julio o dimitir. El 23 de junio, Mendes France y Zhu Enlai mantuvieron una ron que Laos debía convertirse en un Estado neutral sin alianzas militares. En Was·
larga entrevista privada en Berna antes de que este último saliera para Pekín vía la hington, el recién nombrado presidente Kennedy era más partidario que Eisenhower de
India y Birmania durante una interrupción de la conferencia. Al mismo tiempo, aceptar un Laos neutral, en parte debido a la desilusión con la derecha laosiana, y en
Churchill y Eden visitaron Washington para hablar de varios asuntos y reparar el parte debido al fracaso de la intervención militar directa en la bahía de Cochinos, en
daño que supusieron para las relaciones angloestadounidenses los malentendidos Cuba. La guerra llegó a su fin porque Estados Unidos y China alcanzaron en privado un
entre Dulles y Eden en abril. Al poco tiempo de reanudarse la conferencia, se firma- acuerdo sobre un Laos neutralizado y la evacuación de las tropas extranjeras, esto es, de
ron tres armisticios. Vietnam fue dividido sin más en dos partes a ambos lados del las tropas estadounidenses a las que China temía y que Estados Unidos creía empeña·
paralelo 17" {una solución de compromiso), el Vietminh se avino a retirarse de Laos das en una causa inútil. Pero Laos continuó siendo utilizado por Ho como base de apro-
y Camboya y se constituyeron tres comisiones de armisticio con miembros indios visionamiento para Vietnam del Sur, la autoridad de Pathet Lao se extendió y las fuer·
polacos y canadienses para supervisar el cumplimiento de los términos acordados. L~ zas estadounidenses fueron reemplazadas por un activo ejército comunista -en parte
conferencia marcó ante todo la derrota de Francia y su retirada de todos los estados laosiano y en parte vietnamita- cuyos efectivos ascendían probablemente a 60.000 o
de Indochina. Pretendia proclamar la creación de tres nuevos estados independien- más. En 1963 el gobierno de coalición laosiano se disolvió y el país se vio prácticamente
tes: Laos y Camboya --cuya condición como tales frente a sus enemigos hereditarios dividido, siendo el nordeste gobernado por el Pathet Lao y el resto por Souvanna Phou··
de Vietnam y Tailandia debían garantizar China, Francia, Gran Bretaña y la URSS- ma. A partir de 1964 Estados Unidos dio marcha atrás en su política de retirada, fue.-
y Vietnam, que había ganado la independencia pero quizá no la integración. ron creando gradualmente fuerzas terrestres muy numerosas y utilizaron sus fuerzas aére·
En Laos, aunque el arreglo de Ginebra estipulaba la retirada de las fuerzas del Viet- as en operaciones emprendidas por el gobierno l;msiano contra el Pathet Lao. Laos pasó
minh, existían otras fuerzas para seguir manteniendo la rebelión. El Pathet-Lao, creado a ser un importante escenario bélico estadounidense, subordinado a los vaivenes de la
en 1949 por Ho como un anexo del Vietminh y dirigido por un miembro de la familia guerra en Vietnam del Sur y a la protección de las fuerzas estadounidenses en Tailan·
real laosiana, el príncipe Souphanaouvong, estaba lo suficientemente arraigado como dia, que se componían de unos 50.000 h01úbres.
para poder mantener el control de las dos provincias septentrionales del país. En 1956 En Vietnam, el acuerdo de Ginebra de 1954 dio a Ho Chi Minh la mitad del país
este príncipe visitó Pekín y Hanoi, y el año siguiente estableció una coalición con su y la perspectiva de conseguir el resto en menos de dos años si los términos del acuer·
hermanastro Souvanna Phouma (ya entonces primer ministro) sobre la base de que do se aceptaban y cumplían plenamente. El convenio formal concertado en Ginebra
Laos iba a ser neutralizado. Pero esta coalición duró sólo hasta 1959, año en que Soup· era un armisticio firmado por generales en nombre de Francia y por el Vietminh. Tra-
hanouvong y otros dirigentes del Pathet-Lao fueron detenidos. (Otras coaliciones pos· zaba una línea (más o menos el paralelo 17º), imponía un alto el fuego, y adoptaba
teriores, en 1962 y 1973, fueron igualmente efímeras.) Estados Unidos, que habían medidas para el reagrupamiento de las fuerzas militares y el reasentamiento de civiles
adoptado la teoría del dominó, según la cual el comunismo abarcaría la totalidad del a ambos lados de la línea. La conferencia dio lugar asimismo a una serie de declara-

458 459
ciones, comprendida una declaración final que se propuso pero no se firmó. Estados La Seato no llegó a ser nunca una organización impresionante. Ningún importante
Unidos y Vietnam del Sur no se sumaron, y en particular no lo hicieron a una dispo- Estado verdaderamente asiático formó parte de esta asociación excepto Pakistán, que,
sición de esta declaración relativa a la convocatoria de elecciones en todo Vietnam a distante de China y no preocupado realmente por la expansión china en el sudeste de
mediados de 1956; creían que tales elecciones supondrían con toda seguridad la Asia ni en ninguna otra parte, se unió a la Seato por otro tipo de razones más ocultas:
extensión del control comunista sobre la totalidad del país, puesto que la parte que agradar a Estados Unidos y obtener el apoyo estadounidense contra la India. Francia era
quedaba al norte de la línea de armisticio albergaba a la mayoría de la población, que un miembro que se fue haciendo cada vez más escéptico y Gran Bretaña un miembro
por añadidura era probable que votase con esa solidaridad del 90% característica de que estaba cada vez más incómodo, sopesando por un lado las obligaciones propias de
los regímenes autoritarios. El gobierno de Vietnam del Sur, que se había establecido un fiel aliado (con un interés especial en la zona mientras siguiese manteniendo obli-
en Saigón bajo la autoridad de Bao-Dai antes de la conferencia de Ginebra, no se gaciones con respecto a Malasia) y por otro lado el deseo de mantenerse al margen de
consideraba ligado a nada de lo que allí se había acordado. Vietnam junto con la tentación de criticar los errores de los estadounidenses en ese
Para los franceses, el armisticio de 1954 era un medio de escape. Podían de esta forma país. Seato no era más que una nueva forma de imposición de la autoridad estadouni-
poner fin a una guerra que estaban perdiendo. Después contemplarían con una discul- dense. Su finalidad era asegurar la independencia de Vietnam del Sur, pero no podía sal·
pable pero irritante presunción cómo los estadounidenses repetían en la fase siguiente var a este mal gobernado país del dilema de hundirse o sobrevivir en fonna de protec-
muchas de las equivocaciones que ellos habían cometido entre 1945 Y 1954. Para los torado estadounidense. Se desintegró en 1975.
rusos y los chinos, el acuerdo era un arTeglo político que instaron a Ho a que aceptara, Ho había aceptado con reticencias el armisticio de Ginebra, instado por las pre-
los rusos porque querían que Francia suprimiera la naciente Comunidad Europea de siones rusas y chinas. Es posible conjeturar que únicamente la perspectiva de cele-
Defensa y los chinos porque deseaban apartar a las fuerzas occidentales y eliminar la bración de elecciones en 1956 le persuadió para llegar a un acuerdo con Francia cuan-
influencia occidental de un país con el que tenían fronteras comunes; es posible que unos do tenía derecho a esperar no sólo la rendición de Dien Bien Phu, sino también el
y otros supusieran que Ho impondría pronto su autoridad en Saigón de forma tan efec· hundimiento total de la posición francesa en cualquier caso y en ese mismo año.
tiva como en Hanoi y hubieron de enfrentarse con nuevos problemas cuando esto no Pronto se dio cuenta de que sus esperanzas no iban a ser colmadas y de que el parale-
sucedió. lo 17º era otra línea de armisticio destinada a convertirse en una frontera política a
Para los estadounidenses el acuerdo ginebrino señaló el final de la presencia fran- fuerza de costumbre. Era además una línea cuyas consecuencias eran más graves que
cesa en Asia que, a pesar de lo detestable y odiosa que fuera para Estados Unidos en la división de Corea en dos mitades, ya que en Vietnam, el sur daba de comer al norte,
un tiempo, de acuerdo con los principios anticolonialistas generales, pudo haber y la perpetuacion de la división entrañaba problemas económicos así como decepción
resultado útil en términos anticomunistas. Una vez que hubieron decidido en 1954 por la negativa de reunificación. En el período de incertidumbre transcurrido entre la
no apoyar por más tiempo el dominio francés, Estados Unidos buscaron una fuerza firma del armisticio y la fecha fijada para las elecciones que nunca llegaron a cele-
anticomunista y antichina alternativa. Desaprobaban el acuerdo de Ginebra porque brarse, Ho inició un programa de reforma agraria y procuró desarrollar la industria y
no sólo no lograba crear una fuerza semejante, sino que amenazaba con acelerar la explotar la riqueza mineral de Vietnam del Norte, pero la reforma agraria, basada en
expansión comunista china al dar a Ho la totalidad de Vietnam eri. dos porciones, el modelo de la colectivización china, provocó una insurrección campesina que ori-
la del norte a través del armisticio y la del sur mediante elecciones. Consideraban a ginó a su vez un régimen de terror el cual, al desmandarse, causó al menos 50.000
Ho como un satélite y no creían que tuviera posibilidades de llegar a convertirse en muertes. La industrialización requería la ayuda de países desarrollados tales como la
el Tito de Asia. Los estadounidenses decidieron por consiguiente mantener la inde- URSS y Checoslovaquia más que de China, y tras la ruptura chino-soviética de los
pendencia del régimen anticomunista establecido por Bao-Dai en el sur, y crear tam- años cincuenta Ho tuvo que sopesar entre Moscú y Pekín cuál de las dos capitales
bién una nueva alianza anticomunista para contener a China en Asia, del mismo ofrecía mayores ventajas. Al principio permitió que las relaciones con esta última
modo que la OTAN había contenido a la URSS en Europa, y para facilitar en el futu- capital se deteriorasen y en 1957 recibió a Voroshilov en Hanoi, pero esta parcialidad
ro la acción conjunta que Foster Dulles había tratado de organizar sin éxito para soco- desagradó a algunos de sus colegas y es posible que constituyese incluso una amenaza
rrer a Dien Bien Phu. Por consiguiente, el Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste para su propia posición. El propio Ho tuvo durante toda la vida vínculos con la URSS
Asiático (el Pacto de Manila, que establecía una Organización del Tratado del Sudes- y con el comunismo moscovita, y el general Giap, respaldado por el ejército norviet·
te Asiático, SEATO) fue firmado en septiembre por tres estados asiáticos y cinco no namita, expresó la tradicional desconfianza vietnamita hacia China, pero se decía
asiáticos: Filipinas, Tailandia, Pakistán, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, que otros líderes eran pro chinos, incluido Truong Chin, cuya fuerza radicaba en el
Gran Bretaña y Francia. Estos signatarios estaban obligados a actuar conjuntamente Partido Lao-Dong (que, fundado en 1951, era un partido esencialmente comunista
en caso de agresión contra cualquiera de ellos en un área determinada y a reunirse aunque daba cabida a unas cuantas personalidades de relieve que no eran comunis-
para consultarse en caso de amenazas de acciones que no fueran armadas (es decir, tas). Ho pasó dos meses en Moscú en 1959, regresando a Hanoi vía Pekín. Por enton-
actividades subversivas). La zona señalada era el área general del sudeste asiático ces se habían reanudado los combates en el sur y el problema de deshacerse de los
incluido el territorio de los países signatarios, y la zona del Pacífico sudoccidental en franceses había sido sustituido por el mucho más sangriento problema de desprender-
general hasta los 20 grados JO minutos al norte; estaban incluidos por tanto Vietnam, se de los estadounidenses. Vivió justo lo suficiente para ver cómo esto ocurría,
Camboya y Laos, pero no Taiwan ni Hong Kong. muriendo en 1969.

460 461
La política estadounidense durante los gobiernos de Eisenhower y Kennedy se basó existir bajo el nombre de Vietcong, un término originariamente oprobioso, como
principalmente en dos proposiciones: primera: que el sudeste asiático era importante «Whig» o «Tory». En 1960 se creó un Frente Nacional de Liberación, y en 1962 la
para Estados Unidos, y segunda, que una victoria comunista en cualquier parte de esta Comisión de Control Internacional, un grupo de observación establecido en Ginebra
zona sería seguida de una victoria comunista en la totalidad {la teoría del dominó). hacía ocho años, informó de que Vietnam del Norte estaba interviniendo en una gue·
Esta teoría, que resultó no ser correcta, parecía perfectamente plausible en las décadas rra civil en el sur, apoyando al Frente Nacional de Liberación.
de 1950 y 1960 debido a la fuerza de los comunistas en Indonesia y a la introducción En 196), la hostilidad budista hacia el régimen de Diem alcanzó su punto culmi·
de la Democracia Guiada de Sukarno (véase capítulo XVI). La decisión estadouni- nante. Monjes budistas se prendían fuego públicamente hasta morir abrasados (suicidios
dense de frenar esta prevista oleada comunista suponía, tercera proposición, que dicho bonzos) en horrible protesta contra la persecución de que eran objeto. Las autoridades
objetivo podría alcanzarse sin necesidad de involucrar el ejército estadounidense en el tomaron represalias entregándose al saqueo de las pagodas y torturando a los monjes.
continente asiático. La crisis de Vietnam, durante la presidencia de Johnson, se preci· Los estadounidenses cortaron su ayuda a Diem y fomentaron un golpe de Estado para
pitó cuando se vio que esta suposición era incorrecta, dado que el gobierno de Diem, derrocarle. En noviembre, Diem y su hermano más impopular, Ngo Dinh Nhu, fueron
en Vietnam del Sur, era incapaz de vencer al norte; La teoría del dominó invistió a asesinados, el régimen sucumbió y el general Duong Van Minh ( «Big Minh») se cor-
Vietnam de una significación superior a su importancia intrínseca. Los estadouniden· virtió en jefe del primero de una serie de gobiernos militares transitorios. En los siguien·
ses, además de considerar, con inexactitud extraordinaria, el régimen de Diem como tes dieciocho meses se produjeron media docena de golpes de Estado. El general Mihn
una democracia, juzgaron mal a su hombre. se vio obligado a pasar a un segundo plano cuando aún no habían transcurrido dos
Vi~tnam del Sur comenzó su andadura como país independiente de forma relati· meses desde la muerte de Diem. El general Nguyen Kan, más belicoso en relación con
vamente pacífica y próspera a pesar de la afluencia de casi un millón de refugiados Vietnam del Norte pero no más seguro en Saigón, hubo de enfrentarse a la oposición
procedentes del norte (de los cuales dos tercios eran católicos). El primer ministro, de los budistas y de los estudiantes, que exigían que se pusiera fin al régimen militar.
Ngo Dinh Diem, un hombre del norte y católico, eliminó á Bao-Dai, destituido por Logró sobrevivir a un golpe en septiembre de 1964 pero fue desplazado a comienzos de
referéndum en 1955, y un año después proclamó una república y asumió la presiden- 1965 por el todavía más agresivo general Tran Van Minh («Little Minh»). Desde los
cia. Aunque las últimas tropas francesas no se marcharon hasta abril de 1956, la ayuda últimos meses de 1965, sin embargo, los militares sublevados fueron el general Nguyen
estadounidense pasó de los franceses al gobierno de Diem desde el primer día del año Cao Ky, el más agresivo de los generales que accedieron al poder y el más decidido a lle-
1955. Para los estadounidenses, Diem era un aliado anticomunista que dirigiría un var la guerra más allá del paralelo 17º, y el general Ngyuen Van Thieu.
nuevo Estado calificado por ellos, con asombrosa inexactitud, como una democracia. Estados Unidos tenía dos objetivos incompatibles. Estaba decidida a evitar un
Pero juzgaron mal a su hombre. Diem era un intelectual antifrancés, no particular· gobierno comunista en Vietnam, pero sin involucrarse directamente en una guerra en
mente pro americano y de ninguna manera un demócrata. Trató a Vietnam de!Sur el continente asiático. El fracaso del experimento de Francia con Bao-Dai, experimen-
como una propiedad personal o familiar que administraba a través de una red de to que Estados Unidos había apoyado, y de los seguidores no comunistas de Bao-Dai,
sociedades secretas de forma nepotista, intolerante y poco inteligente. Se enemistó creó un dilema que Estados Unidos resolvió, con resultados desastrosos, dando priori·
con los budistas, el grupo religioso dominante, y con las gentes de las montañas que, dad al primer objetivo sobre el segundo. Todavía creían que debían elegir entre la no
aunque constituían sólo una pequeña minoría de la población, ocupaban más de la intervención y una modesta intervención militar y, habiendo elegido la segunda, se vie·
mitad del país, donde podían sostenerse movimientos subversivos. También en las ron progresivamente envueltos en uno de los mayores conflictos de la segunda mitad
ciudades, Diem y sus parientes, incluidos cinco hermanos, se hicieron cada vez más del siglo. Durante los primeros años sesenta los estadounidenses se dieron cuenta de la
impopulares. Las ciudades se convirtieron en generadoras de inflación y de corrup· debilidad de su política de apoyo a frágiles regímenes sudvietnamitas al mismo tiempo
ción, mientras que las zonas rurales llegaron a ser terreno abonado para el arraigo de que se implicaban más en ella. Una de las primeras decisiones de Kennedy al hacerse
secretos rencores y de exorbitantes demandas que arrojaron a los campesinos a los cargo de la presidencia en 1961 había sido aumentar la ayuda estadounidense tanto en
brazos de la oposición comunista. hombres como en material, aunque sin comprometer a tropas de combate. Aceptó el
Un primer golpe contra el régimen en noviembre de 1960 fracasó, pero tres meses consejo del general Maxwell Taylor, un antiguo jefe del Alto Estado Mayor de Estados
más tarde la oposición era ya lo suficientemente fuerte como para lanzar un ataque Unidos, de fortalecer y acrecentar las fuerzas estadounidenses y en 1962 aviones esta·
sobre el palacio de Diem desde el aire. Más o menos al mismo tiempo, Ho decidió dounidenses volaban en misiones de combate y la ClA realizaba operaciones más o
conceder ayuda material a las fuerzas que se aglutinaban contra Diem en el campo. A menos encubiertas o secretas. La simulación de que los estadounidenses estaban en
pesar de las presiones estadounidenses, Diem se había negado a suministrar alimentos Vietnam simplemente como consejeros había llegado a ser absolutamente inconsisten·
a Vietnam del Norte en la equivocada creencia de que el régimen del norte estaba a te. Durante 1963 y 1964 el Vietcong -ayudado por la mala gestión de Diem, por la con·
punto de sucumbir hostigado por las revueltas campesinas. De esta forma le fue dado fusión entre sus sucesores y por Vietnam del Norte y China- extendió su control de
a Ho un motivo tanto económico como político para reemprender la guerra. En el forma tal que las fuerzas sudvietnamietas y estadounidenses estuvieron en peligro
momento del armisticio de Ginebra, los comunistas del sur, muchos de los cuales se de correr la misma suerte que los franceses en Argelia y que los británicos en Chipre, y
refugiaron en el norte, habían escondido sus armas con vistas a una posible reanuda- de ser obligados a retroceder hasta unas cuantas posiciones fortificadas. La política -a
ción de los combates. Una activa oposición comunista a Diem había comenzado a imitación de la ensayada en Malasia- de mantener a los aldeanos aislados de las guerri-

462 463
llas no obtuvo éxito porque las diferencias entre los aldeanos vietnamitas y las guerri- daba también cabida en la sala de negociaciones al Vietcong. No estaba dispuesto, sin
llas vietnamitas eran insignificantes comparadas con las que existían entre los aldeanos embargo, a detener todos los bombardeos inmediatamente (un cese de éstos en mayo
malayos y las guerrillas chinas en Malasia. Los estadounidenses, viendo que el Vietcong solamente duró unos días) ni a aceptar la retirada de todas las tropas estadounidenses
estaba ganando la batalla, decidieron incrementar su esfuerzo militar y su control sobre antes de que se iniciasen las negociaciones. A principios de 1966, Johnson mantuvo una
la dirección de la guerra, a raíz de lo cual la posición del Vietcong empeoró rápida- conversación con Ky y Thieu en Honolulú. Los bombardeos se interrumpieron durante
mente. Inmediatamente después, el gobierno de Vietnam del Norte, al ver que el Viet- varias semanas y las negociaciones no parecían improbables, pero siguió sin poderse lle-
cong perdía, comenzó a enviar divisiones regulares para acudir en su auxilio. La guena gar a un acuerdo y la guena continuó, con mayor fuerza y horror. A los seguidores del
se convirtió, sin apenas disimulo, en una guerra entre Estados Unidos y Vietnam del Vietcong se les exterminaba con las más avanzadas y modemas armas. Eran atrapados y
Norte. En el sur, los estadounidenses aspiraban a sojuzgar a todo el país. Al final fraca· arrojados al vacío desde helicópteros, torturados, violados y asesinados a sangre fría. En
saron en el empeño y, visto retrospectivamente, puede decirse que hubiera sido más pru· un célebre caso ocurrido en My Lai en 1967, que más tarde condujo a un proceso penal
dente por su parte adoptar la estrategia del general Salan consistente en retener los cen· y condena en Estados Unidos, 300 civiles fueron asesinados por una unidad del ejército
tras de población, de donde ningún enemigo podría haberlos desalojado, y asegurar y estadounidense.
hacer infranqueable la rica, fácilmente defendible y étnicamente diferenciada Cochin- A finales de 1967 los estadounidenses tenían 470.000 hombres en Vietnam y esta-
china. En vez de ello, los contingentes estadounidenses se fueron multiplicando año tras ban lanzando fuertes ataques aéreos sobre el Norte. Pero su número de bajas también
año: desde 23.000 a finales de 1964 a 390.000 dos años después y 550.000 a comienzos fue muy alto, y en una reunión con Kosiguin en Glasboro, Nueva Jersey, Johnson inten-
de 1968. Cuando se inició la retirada estadounidense en jl:llio de 1969, 36.000 soldados tó, sin éxito, obtener la ayuda rusa para finalizar la guerra. En Vietnam del Sur, Ky
habían perdido la vida. En el momento de mayor concurrencia, las fuerzas estadouni- chocó con los budistas, y el gobierno Ky-Thieu se disolvió, convirtiéndose en un gobier-
denses, sudvietnamitas y aliadas combinadas ascendían a la .cifra de l.ZS0.000, respal· no Thieu-Ky (que duró hasta 1971, cuando Thieu se impuso} Se declaró una tregua
dadas por unas extraordinarias y poderosas fuerzas aéreas. En su lucha contra ellas, el para el festival de Teten 1968, y, en Hanoi, el ministro de Asuntos Exteriores, Nguyen
general Giap demostró ser un brillante jefe de guerrillas que sabía hasta qué punto debía Duy Trinh, hizo declaraciones de paz. Pero sus observaciones, aunque algunos en Was-
seguir las enseñanzas estratégicas de Mao Zedong y hasta qué punto debía desviarse de hington les dieran la bienvenida, se consideraron también como un velo para cubrir una
las mismas. La guerra se extendió al norte en 1964. En julio de ese año, un destructor inminente ofensiva. Ambas interpretaciones eran válidas, ya que los consejeros de
estadounidense que operaba con las fuerzas marítimas y terrestres sudvietnamitas con- Hanoi también estaban divididos. Los optimistas, partidarios de continuar la lucha,
tra Vietnam del Norte, fue atacado por dos lanchas torpederas en el golfo de Tonkín. El creían que podrían tomar Saigón y otras ciudades del sur, conseguir el apoyo de la pobla-
presidente Johnson utilizó este episodio -explicado de forma tendenciosa- para obtener ción urbana y provocar el colapso del ejército de Thieu. El ataque que se lanzó cogió
del Congreso la autorización para emplear fuerzas estadounidenses en un combate naval por sorpresa a los estadounidenses, pero fracasó en todos sus objetivos principales excep-
abierto. A finales de ese mismo año, Johnson dejó de ser presidente meramente acci· to en la captura de Huí por p¡i.rte del FNL, que mantuvo su conquista durante dos meses.
dental para convertirse en el presidente electo de Estados Unidos. Se dejó seducir por Sin embargo, el ataque tuvo un éxito inesperado. Aunque no destruyó el régimen de
el sueño de una rápida victoria conseguida mediante el bombardeo aéreo de un enemi- Thieu, hizo que en Washington se perdieran los nervios. Dos meses más tarde, Johnson
go de cuarta categoría. En febrero de 1965, un asalto con éxito a los cuarteles estadouni- anunció que el bombardeo estadounidense se reduciría drásticamente, y que él no se
denses de Pleiku, cerca de la línea del armisticio, fue seguido de duros bombardeos esta- presentaría a la reelección a presidente. En mayo comenzaron en París las conversacio-
dounidenses de represalia. Las fuerzas terrestres estadounidenses estaban ahora también nes de paz entre Estados Unidos y Vietnam del Norte. Unos meses después, se unieron
empeñadas en la batalla contra el norte. Pero la ayuda que los rusos proporcionaron a a las discusiones Vietnam del Sur y el Vietcong. Pero no se llegó a ninguna parte. Viet-
Ho -fundamentalmente para la defensa antiaérea de Hanoi- impidió una rápida victo- nam del Norte había descubierto que podía sobrevivir a la matanza estadounidense y
ria, y a medida que los bombardeos estadounidenses se hacían más encarnizados y se mantener el suministro de hombres y armas al sur, empleando rutas y métodos que, aun-
introducían el napalm, los gases venenosos y los defoliantes, la guerra en el interior de que comparativamente primitivos, nunca habían sido completamente desbaratados por
Estados Unidos se desarrolló de manera ruidosa y violenta. El frente interno, moviliza- los bombardeos aéreos. También había descubierto que los estadounidenses estaban
do por la televisión, se puso de parte no sólo de un enemigo vilmente masacrado, sino realmente deseosos de salir de allí y, o bien convertir la guerra de nuevo en un conflic-
también de sus propios familiares y amigos envueltos en estos horrores. to sudvietnamita (cuyo ejército había sido fortalecido con el equipo más moderno y se
- Al mismo tiempo que el esfuerzo bélico estadounidense se intensificaba, el presiden- había ampliado a un millón de hombres), o bien ponerle fin. Johnson no fue capaz ni
te Johnson comenzó también a hacer tentativas de paz. En abril se ofreció a negociar de conseguir una victoria, puesto que no estaba dispuesto a emplear armas nucleares, ni
incondicionalmente con Vietnam del Norte para el cese de las hostilidades sobre la base de negociar la paz, ya que Vietnam del Norte prefería esperar en lugar de negociar. El
de que Vietnam del Sur sería un Estado independiente y neutral; y ofreció 16.000 millo- presidente perseguía dos objetivos incompatibles entre sí: abandonar la guerra, y asegu-
nes de dólares de ayuda al sudeste asiático, comprendidos tanto Vietnam del Norte como rarse la existencia de un Vietnam del Sur independiente y no comunista. Vietnam del
del Sur. Pero no quería aceptar al Vietcong como interlocutor en las negociaciones. En Norte no estaba convencido de que tuviese que conceder esto último para conseguir lo
respuesta, Ho enunció un conjunto de condiciones que no eran irreconciliables con las primero y, cuando los demócratas fueron derrotados en las elecciones de noviembre, el
propuestas estadounidenses y en julio, Johnson, implícita aunque no explícitamente, nuevo presidente, Richard Nixon, se encontró en el mismo problema. Aunque se había

1
~ 464 465
1
comprometido a terminar la guerra, aprobó inmediatamente la ampliación del bombar· Para Camboya, el final de la guerra implicó el comienzo de otra. Sihanouk, tras ser
deo aéreo hasta Camboya, en otro intento vano de obtener una victoria rápida. desplazado por los estadounidenses y por Lon Nol, había girado a la izquierda y se había
De esa forma, Camboya se vio introducida en la guerra. En marzo de 1970, el gober- aliado con el Jemer Rojo, transformando así una facción comparativamente insignifi·
nante de Camboya, el príncipe neutralista Sihanuk, fue derrocado por un golpe de Esta- cante, con unos 3.000 activistas, en un organismo diez veces mayor. Su dirigente máxi·
do llevado a cabo por el propio primer ministro, el general Lon No!. Sihanuk había con- mo, Saloth Sar, más conocido como Poi Pot, era un fanático de unos cincuenta años
seguido una relativa paz y tranquilidad entre 1955 y 1965, pero había perdido la amistad que había pasado su vida en círculos izquierdistas de París y posteriormente en China,
estadounidense a causa de su neutralismo y de su amistad con Zhu Enlai. Camboya, al durante la Revolución Cultural. Su programa revolucionario incluía la abolición de la
igual que Laos, había sido utilizada por Vietnam del Norte sin tener muy en cuenta su religión y el dinero, la creación de un comunismo populista rural y la extinción de las
neutralidad y algunos de sus compatriotas habían reprochado a Sihanuk que hubiera ciudades¡ su revolución mató a millones de personas en un escalofriante reino de terror,
sido capaz de soportar semejante violación de los derechos del país. El nuevo gobierno tras el abandono de Lon Nol por parte de Estados Unidos y la toma de Ponh Penh por
camboyano pidió armas a los estadounidenses para defenderse contra los inttusos. En parte de los jemeres rojos, unos días antes de que los norvietnamitas entraran en Sai·
vez de armas lo que obtuvo fueron ejércitos estadounidenses, acompañados de fuerzas gón. Los estadounidenses bombardearon de nuevo Camboya (a partir de entonces, y
sudvietnamitas (enemigos hereditarios) y de toda la devastación de que era capaz la hasta 1989, Kampuchea) en 1975, cuando el Jemer Rojo capturó un barco espía de Esta·
maquinaria militar de los Estados Unidos. El mando estadounidense en Vietnam esta· dos Unidos, el buque Mayaguez, pero la guerra no era entre Kampuchea y Vietnam. Fue
ba justificadamente impaciente por detener la utilización de Camboya por patte de los provocada por el Jemer Rojo, que atacó Vietnam tanto en zonas fronterizas discutibles
norvietnamitas e injustificadamente convencido de que podría capturar gran cantidad como en territorio indiscutiblemente vietnamita. Vietnam contraatacó, invadiendo
de reservas de los comunistas así como los principales cuarteles generales. La operación con éxito Kampuchea a finales de 1978, e instalando un gobierno servil, con Heng
se llevó a cabo con éxito desde el punto de vista militar,, aunque la necesidad de Samrin como presidente y Hun Sen como ministro de asuntos exteriores, y posterior·
emprenderla era desde luego dudosa y políticamente era cuanto menos improcedente. mente también primer ministro¡ ambos eran jemeres rojos renegados, responsables de
Fue detenida por el Congreso de los Estados Unidos., que se negó a conceder fondos atrocidades en el pasado. Hun Sen introdujo algunas reformas beneficiosas, incluida la
para tropas o consejeros en Camboya y, en 1973, consiguió detener de la misma forma distribución de tierra y el fomento de las pequeñas empresas, y permitió una mayor
el bombardeo del país que N ixon había reanudado. Lon Nol declaró que no había sido libertad de expresión y de religión, pero su gobierno fue brutal y corrupto. El Jemer Rojo
informado en ningún momento de que las fuerzas estadounidenses y vietnamitas fueran opuso resistencia, retirándose al noroeste, donde lo persiguieron los invasores vietna·
a entrar en Camboya. mitas. Las tropas y los refugiados kampucheos cruzaban indiscriminadamente a Tailan-
Aunque el bombardeo de Vietnam del Norte por parte de Estados Unidos finalizó en dia, desde donde las primeras podían volver a filtrarse para luchar.
1972, estas operaciones fueron los últimos latigazos del frustrado gigante estadouniden- La guerra entre Vietnam y Kampuchea constituyó una preocupación primordial para
se. La retirada siguió un ritmo constante, y a finales de año sólo permanecían 25.000 China, por razones a la vez antiguas y modernas. La tradicional preocupación por un
norteamericanos. Desde 1970, los gobieinos de Estados Unidos y Vietnam del Norte Vietnam independiente se había dejado de lado durante las décadas de 1960 y 1970,
habían mantenido contactos secretos por medio de Henry Kissinger y Le Duc Tho, y en cuando la disensión chino-soviética había provocado una rivalidad entre China y la
enero de 1973, Estados Unidos, Vietnam del Norte y del Sur, y el Vietcong se reunieron URSS. China ayudó al Vietcong para prevenir la influencia rusa, pero su amistad no fue
en París y acordaron un alto el fuego, con supervisión internacional, y la creación de un duradera. La Revolución Cultural, despreciada por el Vietcong, disminuyó fuertemen·
Consejo de Reconciliación Nacional en Vietnam para preparar las elecciones. Estos te la actividad exterior china, y la visita de Nixon a China y el posterior acercamiento
acuerdos refrendaron la retirada estadounidense pero no trajeron la paz. La lucha fue chino-estadounidense produjeron un fuerte resentimiento en Vietnam. La victoria de
dura desde el final de 197 3 hasta finales 1974, y Thieu expresaba su confianza en que su Vietnam del Norte sobre Estados Unidos, la unificación del norte y el sur en 1975, el
nuevo ejército de un millón de hombres ganaría la guerra. Esperaba ayuda estadouni- fuerte ejército del que disponía el nuevo país, su alianza en 1978 con la URSS (año en
dense, pero no la obtuvo, y proclamó que su aliado le había abandonado. Su ejército y que también se convirtió en miembro pleno del COMECON), y la conquista de Kam-
su poder se desintegraron ante 200.000 norvietnamitas y 100.000 opositores del Viet- puchea provocaron la hostilidad china. En particular, la invasión de Kampuchea por
cong. En 197 5 dimitió y Big Minh regresó de la sombra para rendir lo que pudiera que- parte de Vietnam parecía suponer una amenaza a la hegemonía en Indochina, que
dar de autoridad en Saigón. La guerra había acabado. Habían muerto unos dos millones China llevaba un milenio reivindicando, al tiempo que los vínculos entre Vietnam y la
i URSS denotaban una dependencia, ocasionada por el agotamiento de la guerra, la mala
de personas. En Laos, que había sido invadido en 1971 por Vietnam del Sur con apoyo
•-'\ aéreo estadounidense, Vietnam del Norte obtuvo victorias decisivas, y la lucha llegó a administración económica y una población en rápido aumento, que presagiaba una
su fin en 197 3, con la condición de que debería formarse otra coalición y retirarse todas hegemonía rusa en Indochina, todavía más desagradable para los chinos que la hege-
las tropas extranjeras. El nuevo gobierno tomó laboriosamente el poder en 1975, y ese monía vietnamita o estadounidense. Había también otros dos factores irritantes: el con-
mismo año se vino abajo. La monarquía también desapareció. El príncipe Souphanou- flicto territorial en el Mar de China Meridional y el trato que los chinos recibían en
vong, ahora presidente, y el Pathet Lao habían ganado la batalla interna. Laos se con- Vietnam.
virtió en un dominio de Vietnam, con el nombre de República Popular de Laos. A pesar En Vietnam residían aproximadamente un millón de chinos, la mayoría en el sur.
de su nombre, las primeras elecciones no se celebraron hasta catorce años después. Estos hoa, como los denominaban, eran económicamente prósperos y, por tanto, impo··

466 467
pulares. Su nacionalidad constituía motivo de discusión, y su lealtad, de duda. En 1977 pos de la oposición tendría dos representantes. Posteriormente, Sihanouk, que había
muchos hoas, incluidos algunos del extremo sur, penetraron en China, en lo que los sido designado presidente, insistió en convertirse en el decimotercer miembro del
vietnamitas denominaron migración y los chinos expulsión. Tanto si fue fomentada en Consejo, lo que aumentaría a tres los representantes de su facción. Este obstáculo se
un primer momento por China como si no, esta marcha adquirió fuerza por sí misma, y solucionó con la propuesta de que Hun Sen fuera nombrado presidente adjunto con
se mantuvo durante dos años, tras los cuales remitió. Las antiguas disputas fueron avi- un escaño propio, que se sumaría a sus seis representantes. El plan preveía una vuel-
vadas por la creencia de que podría haber petróleo en aguas del golfo de Tonkín. Esta ta gradual a la actividad política normal, tras dieciocho meses de supervisión y admi-
creencia aumentó la importancia del grupo de islas que tanto chinos como vietnamitas nistración de la ONU; pero la desconfianza que Hun Sen sentía por Sihanouk y los
reclamaban para sí. En 1974 una fuerza china desalojó a las tropas vietnamitas estacio- chinos, que lo apoyaban, y su temor a la preponderancia del Jemer Rojo, hicieron que
nadas en las islas Paracel, mientras que Vietnam del Sur ocupaba las pequeñas y nume- recurriera a evasivas, con la esperanza de obtener reconocimiento internacional para
rosas islas Spratly, inhabitadas y situadas más al sur. Ambos archipiélagos estaban situa- su régimen, sin necesidad de recurrir a la coalición. Se enviaron tropas de la ONU
dos dentro del límite de las doscientas millas reconocido por China y Vietnam. En 1988 para establecer la base para las elecciones, preparando los registros electorales, con-
la creciente armada china tomó posesión de parte de las islas Spratly, y en 1994, ha~ien­ venciendo a los votantes de que el voto era seguro, organizando el regreso de los
do caso omiso de las protestas filipinas, el atolón Mischief, perteneciente al mismo 250.000 refugiados en Tailandia, y haciendo que los diferentes partidos mantuvieran
archipiélago. Malaisia y Brunei también tenían reivindicaciones sobre la zona. sus compromisos. La UNTAC (siglas en inglés de la Autoridad Transitoria de la ONU
Los múltiples problemas de China con Vietnam proporcionaron un poderoso aliado en Camboya} se convirtió prácticamente en un gobierno de transición para la mayor
a Kampuchea. China protestó con dureza por la agresión vietnamita, y Deng Xiaoping, parte de Camboya y, por tanto, en una nueva forma de intervención de la ONU.
en una visita a Estados Unidos, amenazó. con dar una lección a Vietnam. La Unión Aunque en pequeño número (unas 20.000 personas) tuvo un éxito destacable en sus
Soviética se puso de parte de este país; vetó la condena por parte del Consejo de Segu- tareas, no pudo evitar que Sihanouk se retirase una vez más a Pekín ni que el Jemer
ridad y, cuando el ejército chino invadió el norte de Vietnam, envió a aguas vietnamitas Rojo, que ocupaba una décima parte del país y se mantenía vendiendo madera y pie-
una flotilla que incluía un buque con misiles. Pero la respuesta demostrativa de China a dras preciosas a través de corruptos empresarios y oficiales tailandeses, amenazara con
lo largo de la frontera con Vietnam, que causó graves daños pero también costó inespe- trastocar y boicotear la elecciones. Pero éstas se celebraron como estaba previsto en
radas bajas a los invasores, no impidió que las tropas vietnamitas barrieran Kampuchea, 1993, en orden, y con una participación del 90%. En contra de lo esperado, el Parti-
llegando incluso a la frontera con Tailandia. Para Hanoi resultó de mayor persuasión la do Popular de Hun Sen obtuvo un 38% de los votos, y fue derrotado por su rival el
carga que suponía el mantenimiento de 250.000 soldados en Kampuchea, la desaparición Funcipet, dirigido por el hijo de Sihanouk, el príncipe Rannarith, que obtuvo el 45%.
de la ayuda soviética, y la dificultad de restaurar relaciones con Estados Unidos mientras Sihanouk, consciente de la fuerza que aún representaba el Jemer Rojo, se esforzó por
continuasen desaparecidos 230 soldados estadounidenses y Vietnam mantuviese la inva- unir el Funcipet y el PPC, aunque tuviese que conceder a éste la misma proporción
sión de Kampuchea. En 1987, Vietnam había decidido salir de esta situación tan pro- en el gobierno y el poder de bloquear el Parlamento. Nombrando primer ministro a
blemática y costosa. Anunció que sus tropas comenzarían la retirada inmediatamente y su hijo, con Hun Sen como adjunto, reasumió el estilo principesco que había abando-
estarían completamente evacuadas para 1990. En 1989 abandonaron él país. nado en 1955. Pero no se podía evitar que el Jemer Rojo conspirara, y a finales de año
Simultáneamente, comenzaron discusiones para un reemplazo. Sihanouk y Hun había producido suficiente caos como para provocar la desintegración del nuevo
Sen se reunieron en diferentes ocasiones en Francia e Indonesia, apoyados por China gobierno y la destrucción del trabajo realizado por la UNTAC, o al me~os de la mayor
(hasta cierto punto, ya que China no era completamente contraria a una guerra que parte. Como en Angola, la ONU se basaba forzosamente en un mínimo de buena
agotase los recursos vietnamitas y minara la confianza en el gobierno). Pero ni Siha- voluntad y buena fe, y cuando estas fallaron, se vio impotente. .
nouk ni Hun Sen podían establecer un régimen alternativo efectivo sin el Jemer Un aspecto persistente de las dificultades de Vietnam tras su victoria sobre Esta-
Rojo, que tenía unas fuerzas armadas importantes, as( como ayuda china y, hasta cier- dos Unidos fue la corriente de refugiados que intentaban escapar de la miseria del
to punto, estadounidense: Estados Unidos, como China, estaban dispuestos, cuando país, gobernado por un régimen incompetente y severo, acompañado de un embargo
menos, a dar ánimos a cualquier enemigo de Vietnam, y habían estado presionando a estadounidense. Salían por mar, y muchos de ellos fueron atacados, saqueados, viola-
Sihanouk desde comienzos de la década de 1980 para que hiciera causa común con el dos y asesinados en el camino. La mayoría procedía del norte del país, pero la pro·
Jemer Rojo y Son Sann, anterior primer ministro durante la presidencia de Sihanouk porción de refugiados procedentes del sur aumentó a lo largo de la década de 1980.
y líder de la tercera fuerza antivietnamita. (Sihanouk y Son Sann dirigían cada uno Unos 57.000 llegaron a Hong Kong, donde fueron muy mal recibidos; se les detenía
unos diez mil hombres armados, y el Jemer Rojo, 30.000 como mínimo. El ejército de y confinaba en grandes campos, en condiciones insanas y degradantes. Excepto la
Hun Sen alcanzaba los 40.000 hombres aproximadamente, incluidos algunos vietna- quinta parte, fueron considerados refugiados económicos (una nueva expresión) por
mitas que permanecían en Kampuchea o habían regresado a este país porque no parte del gobierno colonial de la superpoblada isla, y no verdaderos refugiados políti·
tenían una perspectiva de mantener una vida aceptable en Vietnam.) cos, cuya repatriación estaba prohibida por las leyes internacionales. En 1989, el
Debido en parte a la presión de Australia, la idea de derrocar a Hun Sen fue sus- gobierno de Hong Kong anunció un plan de retorno voluntario de estos refugiados,
tituida por un intento de unir las principales facciones en un Consejo Supremo con un avión al mes, pero pocos deseaban regresar. A finales de año, 41 hombres,
Nacional, en el que Hun Sen tendría seis representantes y cada uno de los tres gru· mujeres y niños fueron repatriados contra su voluntad, en una operación nocturna

468 469

1
que ocasionó tal escándalo internacional que fue preciso abandonar el plan. Al año
siguiente, los británicos, los vietnamitas y la Alta Comisaría de las Naciones Unidas
para los Refugiados (HCR) alcanzaron un acuerdo de repatriación de los refugiados
que «no se opusieran». El Reino Unido, aunque no renunció a su afirmación de
que tenía derecho a la repatriación forzosa de los refugiados económicos, solicitó la
XVI El sudeste asiático
y laASEAN
ayuda de la HCR para persuadidos, y esperaba que muchos lo harían al descubrir que
el trato que recibían en Hong Kong era tan malo como el que habrían podido su-
frir en Vietnam, si no peor. El levantamiento del embargo estadounidense en 1993 dio
un estímulo a la economía vietnamita que, aunque tarde y partiendo de una situación
de postración, se lanzó a emular a otros «tigres» económicos asiáticos. Las rela-
ciones diplomáticas entre Estados Unidos y Vietnam fueron plenamente restauradas
en 1995.

El término sudeste asiático se utiliza para describir a los países que se encuentran
entre la India, China, Australasia y las abiertas extensiones del océano Pacífico. Distin-
tos por cuanto se refiere a raza, religión y riqueza, tenían con anterioridad a la Segunda
Guerra Mundial un rasgo que les era casi común: con la sola excepción de Tailandia, todos
estaban dominados por. extranjeros. Los británicos, franceses, holandeses, estadouniden-
ses y portugueses se habían extendido a lo largo de esta zona y apropiado de diversas par-
tes de ella. Este estado de cosas se veía con desaprobación en la región y también dis-
gustaba a los japoneses, cuyo Nuevo Orden se había ampliado para convertirse en el
Proyecto de Ca-Prosperidad de la Gran Asia Oriental, bajo la dirección de un ministro
especial en Tokio. Cuando la guerra llevó a los japoneses al sudeste asiático aparecieron
como libertadores antiimperialistas y pro nacionalistas, con promesas de eliminar a los
dominadores europeos, una operación que en aquellas circunstancias resultó ser asom-
brosamente fácil. Tres días después del ataque a Pearl Harbar, los japoneses hundieron
los barcos de guerra británicos Prince of Wales y Repulse (10 de diciembre de 1941);
Singapur cayó en febrero de 1942 y Corregidor en mayo; la dominación occidental con-
cluyó.
Fue sucedida por una muy breve fase japonesa en el transcurso de la cual los nue-
vos dueños y señores comprobaron, de la misma forma que Napoleón en Alemania,
que el nacionalismo no es un ingrediente que pueda añadirse o· suprimirse a antojo.
Algunos japoneses creían verdaderamente en el tema de la ca-prosperidad y deseaban
- i ayudar a los pueblos del sudeste asiático, pero muchos eran simplemente nuevos
'"i imperialistas que se indispusieron muy pronto con los nacionalismos locales. Cuando
la suerte de la guerra se volvió contra los japoneses, lo mismo hicieron los naciona-
listas, disponiéndose a conseguir sus fines en parte por los servicios prestados a las
antiguas potencias coloniales y en parte por su nt,1eva fuerza que no sería oprimida por
unos europeos cansados ya de guerra. En Birmania y Filipinas el objetivo perseguido
se consiguió con facilidad; en Indonesia menos fácilmente. En Malasia la indepen-
dencia se retrasó por una insurrección que era más comunista que nacionalista. Indo-

470 471
china estaba destinada a sufrir una larga guerra que adquirió proporciones interna-
cionales y cuya solución planteó nuevos problemas internacionales en los estados de
Cll
·¡¡¡ Vietnam, Laos y Camboya que surgieron como sucesores.
Q)
e o En toda esta región, dejando aparte a Filipinas, la potencia predominante cuando
o terminó la guerra fue la británica, representada hasta 1946 por el comandante supre·
'O
.E
Cll
mo del Mando de Asia Sudorienta!, lord Mountbatten. Los británicos esperaban
rJJ recuperar sus anteriores posiciones en Birmania, Malasia, Singapur y otros territorios
.S:l
eQ) más pequeños, y reintegrar a los franceses, holandeses y portugueses en Indochina,
o
"ü Indonesia y Timor, respectivamente, y al rajá blanco en Sarawak. Las intenciones de
Q)
e los británicos, condicionados por las limitaciones que las circunstancias imponían en
~
Cll Q) sus acciones, eran, junto con las ambiciones de los líderes nacionalistas respaldadas
·¡¡¡ a.
Cll rJJ con armas, los factores principales de una situación de considerable incertidumbre e
-¡¡:¡ Cll
:2 ]!? inseguridad.

O
~
§ MALASIA
(/)

En Malaya, un conglomerado de principados y de pequeños territorios coloniales


británicos, un Estado menos unitario aún que Birmania, Gran Bretaña no tenía una
salida fácil. La base naval de la adyacente isla de Singapur (que era también una colo-
nia británica} proporcionaba argumentos a favor de la permanencia que no existían
en Birmania, y el poder de los chinos (una minoría acaudalada en Malaya y una
mayoría en Singapur) hacía que muchos malayos mostrasen menos rencor hacia
el dominio británico que temor hacia la población china local, cuyos líderes -que
habían sustituido a los prósperos dirigentes prebélicos, comprometidos por su colabo-
ración con los invasores japoneses- se habían aficionado a la selva y al comunismo.
Entre los que se habían opuesto activamente a los japoneses, el grupo más numeroso
había sido el de los chinos y muchos de ellos eran comunistas más que partidarios del
C>C> Kuomintang, pero precisamente por el hecho de su diferenciación racial y doctrinal
l \
zz
00 no podían pretender ser un movimiento como el AFPFL. Su tentativa de conseguir
o
I~ o:: el poder fue de una naturaleza diferente.
o:: ::s ~ ::i
(/)
Un primer y prematuro intento fue reprimido por los británicos tras cierta vacilación.
~ IJ.J
Q
l:
ü ¡¡j Gran Bretaña abordó entonces el prnblema racial y propuso una Unión malaya en la que
Q
la ciudadanía podría ser obtenida por toda persona que hubiera vivido diez años en el
país. Los malayos se opusieron a es~e plan, cuya puesta en práctica hubiera significado
que una gran parte de la población china hubiese podido acceder a la ciudadanía y, por
tanto, al poder político. Inmediatamente después, los británicos propusieron como alter-
E nativa, en febrero de 1948, la creación de una Federación de Malasia en la que los pode-
.:.t.
o res de los sultanes malayos eran mayores que en la Unión anteriormente propuesta y se
o
~
restringían para los chinos las oportunidades de convertirse en ciudadanos.
En ese año comenzó la insurrección comunista china y en junio se declaró el esta-
do de emergencia que habría de durar doce años durante los cuales los insurgentes
lograron desconcertar y detener a 50.000 soldados, 60.000 policías y una guardia
nacional de 200.000 hombres. En 1950 el general sir Harold Briggs, director de Ope-
raciones, se percató de que la clave de la situación radicaba en el silencioso apoyo que
o prestaba a los insurrectos -en gran medida por terror- la gran masa de la población,
y por tanto elaboró planes para reunir y proteger al pueblo en nuevos asentamientos

472 473
en los que estarían inmunes al chantaje y cesarían de suministrar alimentos a los podían tener una existencia propia por separado. El mayor grupo étnico del Estado
sublevados. El general sir Gerald Templer, que llegó en calidad de gobernador en 1952 recientemente creado era el chino (43%), seguido del malayo (40%). En la península
para suceder al asesinado sir Henry Gurney, continuó esta política y emprendió al malaya, los malayos constituían el 50% de la población, y los chinos el 37%.
mismo tiempo medidas políticas encaminadas a reconciliar a las comunidades mala· Brunei había rechazado la suposición de que los territorios menores serían incapa-
ya, china e india como preludio de la independencia. La Federación de Malasia alean· ces de mantenerse independientemente, y Singapur la rebatió posteriormente. Brunei,
zó la independencia el 31 de agosto de 1957 con una Constitución que establecía una lo que quedaba de un imperio que en su día había llegado a las Filipinas, fabulosamente
presidencia de carácter rotativo que ocuparían por turno los sultanes malayos. La rico en proporción a su tamaño y población, y virtualmente una propiedad privada del
Federación de Malasia concertó un acuerdo de defensa con Gran Bretaña pero no se sultán autocrático gobernante, obtuvo la autonomía de gobierno en 1971 y la com-
convirtió en miembro de la SEATO y en 1962 se negó a permitir que el territorio de pleta independencia del Reino Unido en 1984, año en que se unió a la ONU, la Com-
la Federación fuese utilizado por unidades británicas, cuya ayuda podría solicitar Tai· monwealth y la ASEAN {véase más adelante). Singapur se había unido a Malaisia en
landia en caso de que el país se viera amenazado por parte de Laos. un comienzo, pero se separó más tarde. Al Partido de Acción Popular (PAP), socialis·
Singapur, con una población que era china en sus tres cuartas partes, pudo acceder a ta, se oponía, entre otros, la Asociación China Malaya, de tendencia conservadora, en
la independencia por el habitual procedimiento británico. Se constituyó un nuevo con· el tema de si la política de Malaisia debía seguir una línea racial o de clase. Ambos par-
sejo legislativo éompuesto por una mayoría elegida y no oficial, junto a un consejo eje· tidos eran, como la isla, mayoritariamente chinos, pero el PAP quería que la política
cutivo designado. Esta maquinaria de gobierno evolucionó hasta crearse una asamblea de la federación se organizara sobre las necesidades e intereses de las clases económi ·
legislativa y un consejo de ministros bajo la presidencia de un ministro jefe, la mayoría cas. En Malasia, Tunku Abdul Rahman, un noble conservador malayo, dirigente de
de cuyos colegas eran elegidos por la asamblea, conservando el gobernador ciertos pode· partido y primer ministro, se alarmó por las actitudes del PAP y de su dirigente Lee
res que le estaban reservados. La independencia plena se alcanzó en 1959 si bien con la Kuan Yew; estaba dispuesto a asegurarse de que ningún singapurense de origen chino
condición de que los británcos conservaran sus derechos sobre la base naval. El primer se convirtiera en primer ministro de la federación, y decidió expulsar a Singapur. Lee
ministro, Lee Kuan Yew, estaba deseoso de establecer vínculos más estrechos con la Kuan Yew, dudando de la viabilidad de Singapur como país independiente, no tenía
Federación de Malasia pero, desde el momento en que la unión situaría a los chinos en deseos de secesionarse, pero las tensiones entre los dos territorios y entre los dos diri·
una posición mayoritaria, los malayos eran re.acios y sólo estaban dispuestos a admitirla gentes le convencieron de que resultaba imprescindible una separación anticipada y
si la unión se extendía al mismo tiempo a otros territorios con menos población china. razonablemente amistosa. Sus dudas acerca de la prosperidad económica de la isla
Estos territorios existían en Sarawak, Borneo del Norte y Brunei. pronto se disiparon. Singapur desarrolló una economía mixta extraordinariamente
En 1946 el rajá de Sarawak, sir Charles Brooke, cedió al gobierno británico el princi· próspera. Se produjo una fuerte afluencia de capital extranjero; el ingreso per cápita se
pado que su familia había mantenido desde 1841 y en ese mismo año Gran Bretaña asu· triplicó en el decenio siguiente a la secesión, que tuvo lugar en 1965; y el PAP reco·
mió en Borneo del Norte los derechos y responsabilidades que habían pertenecido antes de gió los beneficios, al mantenerse en el poder durante una generación. Durante unos
la guerra a la Compañía Británica de Borneo del Norte. Tanto Sarawak como Borneo del años, Singapur mantuvo difíciles relaciones con Indonesia, complicadas aún más por
Norte pasaron a ser colonias de la Corona. Brunei, un tercer territorio situado a lo largo incidentes como la ejecución de dos soldados indonesios en Singapur, o la negativa a
de la costa norte de la isla de Borneo {la mayor parte de la cual formaba parte de Indo- reconocer la conquista indonesia de Timor Oriental en 197 5 (ver nota al final de esta
nesia), recuperó su condición de protectorado británico anterior a la guerra. parte), pero la ASEAN contuvo los desacuerdos,_que finalmente disminuyeron.
En 1963, Sarawak y Borneo del Norte (hoy Sabah) junto con Malaya y Singapur se En Malaisia, constituida por Sarawak, Sabah y los estados malayos, pero sin Bru-
unieron a la Federación de Malasia y a Singapur para constituir la Federación de Malai· nei ni Singapur, el principal problema político lo constituía, dentro de la península
sia a pesar de las protestas de Filipinas, que reivindicaba derechos sobre Borneo del malaya, las relaciones entre los malayos rurales, numéricamente superiores, y los chi·
Norte, y de Indonesia, que consideraba el proyecto como un plan destinado a crear un nos, urbanos y económicamente predominantes. Las elecciones de 1969 resultaron
Estado orientado hacia el Occidente y capaz de frenar y obstaculizar el crecimiento y las tumultuosas, y fue necesario recurrir al ejército para restaurar el orden. El primer
ambiciones indonesias. Brunei se negó a unirse en el último momento y una revuelta ministro, Tunku Abdul Rahman, dimitió tras este revés contra las esperanzas de man·
contra el sultán, que se suponía era favorable a la adhesión, hizo pensar al presidente tener una comunidad pacífica. Le sucedió Tun Abdul Razak que recogió los frutos de
indonesio Sukarno que la federación era impopular y podría ser destruida con poco cos- un progreso económico que aportó beneficios a los malayos sin necesidad de redistri-
tosas operaciones de guerrilla, perseverancia y propaganda, y así lo que restaba de Bor- buir las riquezas a costa de los chinos. Aunque el Segundo Plan de Desarrollo (1971-
neo podría añadirse a Indonesia. La consiguiente confrontación entre Indonesia y 197 5) tuvo un comienzo titubeante, y se vio temporalmente trastornado por las cri-
Malaisia obligó a esta última a recurrir a la ayuda militar británica y australiana y des· sis internacional del petróleo de 1973-1974, la diversificada economía de Malaisia
barató las intenciones de Gran Bretaña de abandonar la región una vez creada la nueva soportó con éxito las sacudidas de mediados de la década de 1970. Políticamente, se
federación. La confrontación disminuyó de intensidad cuando Sukarno fue depuesto consiguió evitar el riesgo de conflicto racial. Tun Abdul Razak comenzó por revitali·
por su ejército en 1965-1966, pero Malaisia era una agrupación artificial cuyos compo· zar la Organización Unificada Nacional Malaya (UMNO) que había sido creada en
nentes se habían visto obligados a establecer una federación por razones externas y 1946 como base del nacionalismo malayo contra los británicos y reafirmación contra
adventicias y partiendo del supuesto de que los territorios incorporados a Malasia no los chinos de Malasia. Posteriormente, reconcilió las facciones existentes en el seno

474 475
de la UMNO y consiguió la unión con la Asociación de Chinos Malayos {la ACM,
fundada en 1949) y el Congreso Indio Malayo (fundado en 1954). A comienzos de la
década de 1970, todos los partidos importantes de Malaisia estaban asociados en una o
Alianza multicornunal en la que la UMNO constituía el principal componente. ü
g
En Asuntos Exteriores, Tun Razk modificó la tendencia occidentalista de Malaisia ü
hacia la no alineación. Visitó la URSS y China y, tras 1975, fomentó la admisión de CE.
Vietnam en la ASEAN, pero murió en 1976. Su sucesor, Dato Hussein Onn, que fue o UJ ~
<: a :::l
primer ministro hasta 1981, se enfrentó a la desaceleración económica, a nuevas ame- .U) ~ ~ o:: u.
~~
Q)
nazas derivadas del nacionalismo malayo (y de activistas musulmanes), a acusaciones ü .e
o ro <¡::
de corrupción y a temores, no cumplidos, de secesión de Sabah; pero la recuperación E
(j)
ro <¡::
económica permitió que su Frente Nacional, compuesto por diez partidos, obtuviera <l'.
z :e cu~
una aceptable victoria en las elecciones de 1978. Su sucesor, y primer ministro adjun· a:
Ea Q~ ~
Qlj o

~/
:i
to, Muhammad Matathir, fue un político más controvertido, que se había hecho notar ü: UJ
criticando a Tunku Abdul Rahman y que posteriormente adoptó una postura drástica a o
o::
'.'i~t o
~~
contr:¡i lo que consideraba innecesaria deferencia hacia los intereses británicos. Tras
~
CI

convertirse en primer ministro, la suerte política de Matathir fue irTegular. Su situación UJ ü :::J
se vio complicada por rumores de escándalos financieros, a pesar de lo cual obtuvo ines-
t7
a :::l ....
peradas victorias en las elecciones generales y de los diferentes estados celebradas en a:: <5 &l
~

J~<?:
1986. Al año siguiente, perdió la presidencia de la UMNO y en 1988 el Tribunal
Supremo declaró ilegal a la UMNO por infracciones del procedimiento, pero Matathir
sorteó esta sentencia perjudicial declarando la guerra al sistema judicial. El presidente Q
del Supremo fue suspendido y posteriormente destituido; otros cinco jueces fueron sus-

~ ~~ro~
pendidos, y dos de ellos destituidos; aun así, el Tribunal mantuvo su sentencia. En polí-
tica, Matathir tenía la oposición de dos de sus anteriores colegas: Tungku Razaleigh _g ?; ~
Hamzah y Datuk Musa Hitam. Este último aceptó una designación como embajador en o • E ro
.e
1989, y en las elecciones generales de 1990 Matathir derrotó a Razaleigh. En los años .3 CJ E
siguientes, un crecimiento económico fuerte y continuado (8% anual) mantuvo a J!l
e: ~o~
UJ ~ o:: e:
Matathir como dirigente máximo de la OMNU. En las elecciones.de 1995 persistía aa:: :i::
- :::l ro
todavía cierta oposición en Sabah y el PAS musulmán mantenía su· posición prepon- ~ ü
C/)
¡¡j .sro
derante en Kelantan, al norte. Pero el principal partido de la oposición, el Partido de :E 5a ~

Acción Democrática, sufrió una fuerte d.errota en su bastión de Penang.


Más allá de las posesiones británicas en Birmania, Malasia y Singapur, se extendía
hacia el sur el imperio holandés en Indonesia, y hacia el este el imperio francés en Indo-
china. Cuando los británicos volvieron al sudeste asiático tras la derrota de los japone-
ses, sus actuaciones estuvieron dominadas consciente o inconscientemente por su deci-
sión de abandonar la India. El sudeste asiático {quizá con la excepción de Singapur) era
para Gran Bretaña un territorio anejo a la India y resultaba difícil concebir que los bri-
'i
tánicos pudieran desarrollar por mucho tiempo una política en el sudeste de Asia que
estuviese claramente en contradicción con el rumbo que habían decidido tomar en la
India. Ninguna consideración de este tipo afectaba a los holandeses ni a los franceses,
\ .·~i cuya situación en Indonesia e Indochina respectivamente no estaba condicionada por ºº
<: ü
.USa
su situación en otros lugares de Asia. Para ellos la cuestión que se planteaba era la cues- ü:Z:
tión básica a la que los británicos habían tenido que enfrentarse en la India, es decir, la o-
de si era preferible marcharse o quedarse, y no la cuestión secundaria a la que hubieron
de hacer frente los británicos en Birmania, esto es, la de si debían permanecer a pesar
de su abandono de la India; pero puesto que los factores que afectaban a los ingleses en
la India eran absolutamente diferentes que los que afectaban a los holandeses y france-

476 477
ses más al este, la primera respuesta de estos últimos fue también diferente. Los holan· eran indonesios y probablemente no obtendrían un trato justo por parte de Indonesia.
deses y franceses propusieron volver más o menos a su situación anterior a la guerra y La prolongación de este problema trece años después de la independencia mantuvo
dirigieron su mirada hacia sus aliados británicos en busca de ayuda. activo el espíritu nacionalista y fortaleció la posición de Sukarno, el nacionalista más
En 1945 por lo general se presuponía -o se temía- el regreso de los holandeses a elocuente y popular del país, a pesar del gradual desmoronamiento de la democracia
Indonesia, pero por razones de naturaleza puramente práctica el comandante supremo parlamentaria y de la recesión económica (agravada por la expulsión de los holande·
británico no pudo emprender una actividad muy extensa y lo que hizo fue tratar direc- ses y la nacionalización de sus empresas). En 1959, Sukarno, apoyado por el ejército y
tamente con el líder nacionalista Sukarno en la isla clave de Java. Fuerzas neerlandesas el Partido Comunista (PKI), transformó el Estado en lo que él denominó Democracia
desembarcaron en el archipiélago para oc.upar el lugar de la simbólica ocupación britá- Guiada, un eufemismo para designar su dictadura personal y una actuación brillante
nica pero se encontraron con la oposición de un movimiento relativamente bien orga· en la que sin embargo se le fue la mano. Su determinación de conseguir el lrian Occi·
nizado y pertrechado, dirigido por líderes experimentados y de talento, cuyos contactos dental le llevó a estrechar relaciones con la URSS y China, y le granjeó, por tanto, la
exteriores y viajes al extranjero les habían permitido adentrarse en el conocimiento de desconfianza de Estados Unidos, que lo consideraba un medio a través del que las fuer-
otras fuerzas mayores que dificultaban la continuación del dominio europeo en Asia. En zas comunistas podrían obtener el control del mayor Estado del sudeste de Asia. El PKI
esta situación, los británicos trataron de mediar y por el acuerdo de Linggadjati de apoyó a Sukarno en su mayor empresa exterior, la oposición a la creación de la fede··
noviembre de 1946 los neerlandeses reconocieron la autoridad de facto de la autopro- ración de Malaisia, fuertemente anticomunista, que para Sukarno constituía un meca·
clamaqa República Indonesia de Java, Sumatra y Madura, y se avinieron a evacuar sus nismo para mantener la influencia colonial británica. Sukarno respaldó la revuelta de
fuerzas de estas áreas, una unión entre l9s Países Bajos !! Indonesia debía crearse a Brunei en 1962 contra la unión con Malaisia (una revuelta sofocada por los ingleses
comienzos de 1949. Pero este curioso y molesto proyecto no logró satisfacer a nadie y, en pocos días), y mantuvo una confrontación con Malaisia mediante operaciones en
entre recelos y disputas, la situación degeneró en caos. En julio de 194 7, los holandeses sus fronteras y protestas ante la ONU y otros foros internacionales, desde la creación
recurrieron a la fuerza en lo que vino a llamarse la primera «operación de limpieza». En de la federación, en 1963, hasta el final de su gobierno.
enero de 1948 se consiguió una tregua en virtud del tratado de Renville pero los com- Indonesia era, debido a su tamaño (más de 13.600 islas) y su riqueza potencial, una
bates pronto se reprodujeron, la situación fue examinada por el Consejo de Seguridad potencia diferente a los demás estados del sudeste de Asia. Podía bien convertirse en
;,
y, tras una segunda «operación de limpieza» en el mes de diciembre, los holandeses, a un freno a la expansión china o bien en un complemento. El PKI, a las órdenes de
los que estorbaba considerablemente el anticolonialismo de Estados Unidos y de sus K. N. Aidit, era una de las organizaciones comunistas más efectivas del mundo, y era
representantes en Indonesia, se vieron forzados por las presiones internacionales a tran- prochino. Se produjo, por tanto, una constante especulación sobre el equilibro entre
sigir. La independencia fue concedida en 1949, siempre, sin embargo, que la nueva los comunistas {que en 1948 habían fracasado en su intento de monopolizar el poder
República Indonesia aceptara una unión imprecisa con los Países Bajos (abolida uni· mediante un golpe de Estado en Madiun, Java) y el ejército, y sobre el probable resul·
lateralmente por Indonesia en 1956), y que aceptara también la exclusión de lrian tado de una lucha entre ambos cuando Sukarno, un hombre de salud frágil, muriera.
Occidental {Nueva Guinea), así como una Constitución federal de siete estados con- En septiembre de 1965, la falsa noticia de su muerte se convirtió en señal para la
vertida en un Estado unitario un año después, aunque no sin lucha e~porádica y ~alo­ intentona comunista. Seis generales fueron cruelmente mutilados y asesinados, pero
gradas secesiones del control central por parte de Java. Bajo influencia de Nehm la otros consiguieron escapar y el golpe fracasó. En un contragolpe, presumiblemente
República Indonesia, de la que Sukarno se convirtió en presidente, adoptó una postura con ayuda estadounidense, fueron asesinados aproximadamente medio millón de
no alineada en asuntos internacionales y aumentó su prestigio al celebrarse en 1955 de comunistas (incluido Aidit), o presuntos comunistas, y el ejército estableció su con-
la primera conferencia de estados no alineados en Bandung. En el sur de Asia, la con· trol sobre Sukarno y sobre el país. Bung Kamo, o el hermano Kamo, el creador de
ferencia de Bandung se vio como una réplica al Tratado de Manila, celebrado el año Indonesia, fue gradualmente despojado de sus poderes: dimitió en 1967 y murió en
anterior, por el que Estados Unidos parecía planear la extensión de la guerra fría a Asia 1970. Su sucesor, T. N. J. Suharto, general hijo de campesino, era un hábil manipu-
y el Pacífico. La comparecencia de Zhou Enlai en la conferencia de Bandung ayudó a lador político que convirtió Indonesia en una economía centralizada dirigida por él
Indonesia a establecer buenas relaciones con China y le dio a su neutralidad un sesgo mismo y por su amplia y fuertemente enriquecida familia. Suharto fue elegido presi-
más comunista que occidental. dente por seis mandatos, hasta 1998. Encarceló a un buen número de sus opositories
La Indonesia ideal incluía Malasia, Singapur, Borneo del Norte y Nueva Guinea. o supuestos opositores {que posteriormente fueron trasladados a una isla cercana)
De manera más práctica, incluyó todas las Indias Orientales Holandesas. Irian Occi- pero la economía nacional prosperó apoyada por Estados Unidos y Japón. Aunque los
dental caía dentro de esta categoría, pero la otra mitad de Nueva Guinea pertenecía a beneficios derivados de la exportación de caucho disminuyeron, el petróleo indone-
Australia, bien como parte de la Commonwealth Australiana, bien como un protec- sio y su envidiable variedad de minerales compensaron con creces la balanza. En las
torado administrado por Australia. El temor a la extensión del poder indonesio y las décadas de 1970 y 1980 la economía creció a una media del 7-10% anual. Este creci-
peticiones de los habitantes de Nueva Guinea hicieron que Australia apoyara la per- miento se vio frenado a finales de la década de 1980 por los ingresos descendentes
manencia de este territorio en manos holandesas, pero la lógica de los acontecimien- derivados del petróleo y el incremento del coste de las importaciones de Japón y de
tos y la gran distancia desde la metrópoli hicieron que los holandeses abandonaran en la deuda con este país, lo que produjo una devaluación de la moneda. En 1989, Indo·
1962 el último reducro que habían conservado con la excusa de que los habitantes no nesia reanudó las relaciones formales con China, tras un paréntesis de veinticuatro

478 479
años, y Suharto visitó Moscú tras un período igualmente largo de contactos fríos y dis- trarrestar la expansión vietnamita y restaurar la independencia de Kampuchea. Los
tantes. El mismo año vio el comienzo de la violencia secesionista por parte de los fun- amigos y aliados de Tailandia en el sudeste de Asia, menos implicados, y vinculados
damentalistas musulmanes del norte de Sumatra. directamente a una alianza no militar (ver más adelante), no aportaron el tipo de
Tailandia tuvo la experiencia única de escapar a la conquista europea que afectó al ayuda requerido por Tailandia, que pidió el apoyo de China y de Estados Unidos.
resto del sudeste asiático. Quedó en medio, a modo de zona colchón, entre los britá- Ambas potencias aportaron armamento, la última {mediante acuerdo alcanzado en
nicos, que avanzaban desde la India hacia el interior de Birmania, y los franceses, que 1987) en grandes cantidades y con la condición de que estas armas debían estar dis-
desde Annam y Tonkín avanzaban adentrándose en Laos y Camboya. A diferencia de ponibles para ser utilizadas también por Estados Unidos. Con un crecimiento econó-
Birmania, de Laos y de Vietnam, Tailandia no compartía ninguna frontera con China mico del 10-12 % anual, creciente inversión y producción industrial, así como turismo
y había logrado la asimilación de una parte sustancial de su población china que en aumento y una balanza de pagos equilibrada, Tailandia prosperaba, aunque no podía
ascendía a cuatro millones (el 12% de la población total), pero participaba de la rivalizar con la explosión económica de Hong Kong o Taiwan. En un marco monár-
aprensión general de todo el sudeste asiático relativa al resurgimiento del poderío quico, el país estaba gobernado por una asociación mutuamente beneficiosa entre el
chino y acogió favorablemente el establecimiento de una alianza con Estados Unidos ejército y la comunidad empresarial, dirigido por los generales, pero marginalmente
como medida de seguridad. Se convirtió en el único miembro de la Seato que era ver- limitados por una Constitución parlamentaria y los poderes residuales, además del
daderamente asiático (Filipinas y aún más Pakistán no eran sino miembros periféri- considerable prestigio, de la monarquía. En 1988 el general Prem Tinsulanonda cedió
cos eje una alianza denominada del sudeste asiático). De 1938 a 1973, Tailandia fue el puesto, a la edad de ochenta y dos años, al general Chatichai Choonhaven, pero
gobernada por una sucesión de hombres fuertes -los mariscales Pibul Songgram, Tha- cuatro años más tarde la elección, sin aprobación parlamentaria, del general Suchin·
narat Sarit y Thanom Kittikachorn- con un intervalo de gobierno civil (1944-1946) da Kraprayoon como próximo primer ministro, dio lugar a levantamientos, dirigidos
dirigido como primer ministro por Nai Pridi Panomjong, el cual, al ser derrotado por por el ex general Chamlon Srimuang, de tal magnitud que obligaron al rey Bhumipol
Pibul Songgram, se retiró a China y allí resucitó su mov'imiento 111a.i Libre de los a intervenir, dar la espalda al ejército y designar un primer ministro civil. Además de
tiempos de la guerra, que en esta ocasión no consiguió gran cosa. Rica en caucho, las luchas entre los generales, el régimen estuvo marcado por una llamativa especula-
estaño, madera de teca y arroz, Tailandia necesitaba menos ayuda extranjera que la ción y, principalmente en el oeste y en el sur, por disturbios provocados por los insur-
'· mayoría de sus vecinos pero las guerras en las que se vio implicada en el este supusie- gentes musulmanes o comunistas, u organizados por los traficantes de opio.
ron muchos gastos. Amenazada en 1962 por unidades comunistas en su frontera con Las Filipinas (unas 700 islas), invadidas por los japoneses durante la guerra, fueron
Laos, le fue ofrecida la ayuda de tropas estadounidenses que Tailandia aceptó. Dos recuperadas por Estados Unidos en 1945, y al año siguiente se les concedió la inde-
años más tarde permitió el establecimiento de bases aéreas estadounidenses para su pendencia. Los términos de la transferencia de soberanía incluían el arrendamiento
utilización en la guerra de Vietnam, y esta ayuda -ahora en sentido inverso puesto de bases a Estados Unidos por un período de noventa y nueve años, que en 1966 se
que era Tailandia quien se la ofrecía a Estados Unidos- se amplió gradualmente a seis redujo a veinticinco años desde esa fecha. El problema central al que se enfrentaba el
importantes bases con capacidad para albergar a 50.000 soldados. En los años seten- nuevo gobierno era el de la autoridad. El país se había convertido en una tierra sin
ta, el esfuerzo bélico y la conciencia de que los estadounidenses estaban perdiendo la ley en que diferentes grupos, comprendida la policía, obraban por cuenta propia
guerra, favoreció el descontento que se vio acentuado por la corrupción generalizada, tomándose la justicia por su mano. La violencia era endémica y al llegar a estar cerca
la ineficacia y la vacilante política del gobierno militar. La alianza con Estados Uni- un período de elecciones se producía inevitablemente una escalada. Entre las distin·
dos y la consiguiente implicación en Vietnam eran cada vez más criticados y, tras los tas fuerzas del Estado sobresalían los llamados Hukbalahaps, que en su origen habían
disturbios de 1973, se restauró el gobierno civil. Este cambio significó una inversión constituido guerrillas antijaponesas apoyadas durante la guerra por los estadouniden·
parcial de la política exterior así como un deseo de sane~r la vida pública, corrompi- ses, pero que, finalizada la contienda, ya no eran necesarios y lo que es peor: su diri-
da por el gobierno oligárquico y la inflación y los vicios que la presencia militar gente, Luis Taruc, se autoproclamaba comunista. Se rindió en 1974 pern su movi-
extranjera trajo consigo. En ese mismo año de 1973 comenzaron su evacuación las miento continuó existiendo en el norte con cierto apoyo de la poblaeión local.
tropas estadounidenses, pero otro producto de la guerra siguió presente en forma de También en el sur hubo disidencias, en este caso porque una arraigada mayoría musul-
Frente Patriótico que, con cierto apoyo chino, había mantenido durante diez años mana tomó conciencia de que estaba convirtiéndose en una minoría, y hubo asimis-
grupos de guerrilla compuestos por unos cuantos miles de guerrilleros reclutados entre mo desórdenes en la capital, Manila, donde el fausto florecía junto a los escombros de
- 1

4 los pueblos Meo, que en total sumaban unos 300.000 y que vivían a caballo entre
ambos lados de la frontera tailandesa-laosiana. En 1976, un régimen civil cada vez
la guerra.
En 1962, el presidente Diosdado Macapagal recuperó la antigua reclamación filipi-
más desorientado fue nuevamente sustituido por otro militar bajo una fachada cívi· na de Sabah (Norte de Borneo), situado en uno de los extremos del mar Sulu, rodea·
co-militar, y cuya principal preocupación era la llegada del poderío vietnamita a las do por islas filipinas. Rompió relaciones con Malasia y se negó a reconocer al nuevo
fronteras de Tailandia. Estado de Malaisia, del que Sabah había aceptado formar parte. Pero este asunto cayó
La conquista de Kampuchea (Camboya), que durante mucho tiempo había supues- en el olvido con su sucesor, Ferdinand Marcos (presidente entre 1966 y 1986), quien,
to un Estado colchón para Tailandia, por parte de Vietnam, arrojó a cientos de refu- aunque elegido como reformador, se ocupó en mantener su poder más allá del man-
giados hacia la zona oriental de Tailandia y forzó a este país a buscar ayuda para con- dato constitucional y conseguir un fabuloso enriquecimiento, para sí y para su fami-

480 481
lia. La imposición de la ley marcial en 1972, seguida de un plebiscito en 1973, le per- tratado previo en 1991, a pesar del considerable sacrificio en puestos de trabajo e
mitieron mantenerse en el puesto. La ley marcial fue levantada en 1981 y Marcos ingresos, en una época de severa pobreza. La presidenta Aquino, tras protestar ini ·
ganó las elecciones celebradas ese mismo año, lo cual no constituyó una sorpresa. Su cialmente por la resolución del Senado, exigió la retirada de los estadounidenses en
gobierno fue tiránico, y su esposa, que se convirtió también en un personaje político, un plazo de tres años. En 199 2, Aquino fue sucedida por Ramos, que realizó un gobier·
no era mejor. En 198J, Benigno Aquino, el opositor más eminente (que había sido no más coherente y dirigió una economía ligeramente más próspera.
encarcelado en 1973 para evitar que ganara las elecciones y liberado en 1979 para que Excepto Indochina, los países del sudeste asiático crearon en 1967 la Asociación
pudiera recibir tratamiento médico en Estados Unidos), murió, nada más bajar del de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Los primeros miembros de esta aso-
avión que lo llevaba de regreso a su país, por los disparos efectuados por un asesino a ciación fueron Indonesia, Malaisia, Singapur, Tailandia y las Filipinas. En 1984 se
sueldo que recibió también una mue.rte inmediata. La investigación posterior señaló sumó Brunei. Sus objetivos eran: combatir la pobreza, la enfermedad y otros males
hacia un grupo que incluía un miembro del Estado Mayor del Ejército; el general sociales; mejorar su peso económico y comercial en el mundo; asegurar su indepen-
Fabian Ver, y a otros dos generales, pero fueron oficialmente exonerados. Con unas dencia mediante la reducción de las fuentes de conflicto interno y de la tentación de
elecciones previstas para 1986, y un malestar general que se acercaba a la guerra civil, países ajenos a inmiscuirse en sus asuntos; y mantener alejadas a las potencias extran·
los estadounidenses se vieron forzados a preguntarse si Marcos no sería un activo rápi· jeras. No había un plan de unión militar, ni siquiera de maniobras militares en común.
damente amortizable, pero cuanto más vulnerable se volvía, más atrapados se encon- Era una asociación de mutua ayuda económica y social, aunque no sin la secreta espe·
traban entre él y lo que les parecía menos aceptable, la alternativa izquierdista cada ranza de impedir que la potencial capacidad de Indonesia intimidara la región.
vez más fuerte. Tras perder Vietnam con su base de Camranh Bay a favor de los alia- La ASEAN no constituyó el primer intento de cooperación tras la guerra. En
dos de Moscú, temían que las Filipinas, con sus bases todavía más importantes, siguie· 1961, Tailandia, Malasia y las Filipinas formaron la Asociación del Sudeste Asiático,
ran el mismo camino. Apoyaron a Marcos hasta que fue insostenible y entonces cam· que se desintegró debido a la reclamación que las dos últimas planteaban sobre el
biaron su apoyo a la viuda de Aquino, Corazón, quien· se enfrentó a Marcos por la Sabah. En 1963, Malasia y Filipinas, junto con Indonesia, proyectaron otra aso-
presidencia y lo obligó a levantar el campamento (y a los estadounidenses a cambiar ciación tripartita que no llegó a crearse. Dos fueron los obstáculos principales: las ten-
de bando), tras haber sido reelegido, con gigantescas manifestaciones pacíficas y unas siones derivadas de la creación (en 1963) de Malaisia, y la actitud pro comunista de
cuantas deserciones a su favor. Marcos murió en Estados Unidos en 1989. Sukamo en Indonesia, que era con mucho el país más grande, rico y poblado de la
Corazón Aquino, a pesar de haber sido elegida por aclamación popular, también región. La destitución de Sukamo por parte del ejército indonesio fue una condición
dependía del ejército, personificado por Juan Ponce Enrile y Fidel Ramos. El vice- necesaria para la creación de una asociación del Sudeste asiático, como también lo
presidente, Salvador Laurel, había sido su rival en la lucha por la presidencia. Here· era el deseo de Indonesia de colaborar. Los sucesores de Sukarno estaban dispuestos a
dó una insurrección de veintiún años en el sur, una deuda externa de 25.000 millo- ello. El enfrentamiento entre Indonesia y Malaisia (ver más arriba) se desvaneció, y
nes de dólares, un pago de deuda que absorbía la tercera parte de los beneficios la disputa entre Malasia y las Filipinas, aunque produjo una ruptura diplomática, tam-
externos, una producción interna en declive, y un acuerdo con el FMI que estaba a bién desapareció cuando Sabah votó a favor de su unión con Malaisia en 1967: el pre-
punto de ser anulado por falta de cumplimiento de las condiciones. Negoció un sidente Marcos visitó Kuala Lumpur un año después de su toma de posesión. Las rela-
nuevo acuerdo, pero la recuperación fue lenta. En las provincias insurgentes persistió ciones se complicaron de nuevo ese mismo año, por la misteriosa masacre de soldados
el conflicto, y pronto aparecieron las discordias en el gobierno, particularmente desde musulmanes en Corregidor (posiblemente a manos de sus propios oficiales) y por un
los oficiales del ejército que criticaban su incapacidad de reprimir al NPA y al Fren· resurgimiento de la reivindicación del Sabah por parte de Filipinas, pero Marcos con-
te Moro. Obligada a destituir a Enrile, se vio cada vez más dependiente de Ramos; el geló dicha reivindicación, ya que, aunque no deseaba dar el impopular paso de renun·
vicepresidente Laurel se puso de parte de Enrile en las elecciones locales de 1987. Las ciar al territorio, lo consideraba menos importante que la solidaridad de la zona. La
revueltas advirtieron a Aquino de su precario control, le impidieron embarcarse en presidenta Aquino realizó posteriormente una renuncia formal.
una reforma agraria muy necesaria, y aumentaron su dependencia del apoyo de Esta· La evacuación británica del sudeste de Asia y la guerra de Estados Unidos en Viet-
dos Unidos. A pesar de haber apoyado con anterioridad a aquellos que exigían el cie- nam puso a prueba esta solidaridad. El anuncio, en 1968, de una inminente retirada
rre de las bases estadounidenses, respetó el acuerdo y permitió su presencia hasta británica de Malasia y Singapur movió a estos dos países a firmar con Australia,
1991, al tiempo que obtenía de Washington un compromiso de revisión quinquenal, Nueva Zelanda y Reino Unido un nuevo acuerdo (al que más tarde se uniría Brunei)
1
una forma de revisar la renta. Firmó con Reagan un acuerdo por el cual los dos presi • para reemplazar al acuerdo de defensa anglo-malayo existente, y en el mismo año a
·~i dentes se comprometían a hacer lo posible por asegurar el pago de 962 millones de unirse a sus socios de la ASEAN en la propuesta de que el sudeste de Asia fuera decla-
dólares cada dos años, pero el Congreso de Estados Unidos sólo aprobó 365 millones rado zona de paz, libertad y neutralidad. Aunque estos dos pasos resultaban incon-
de dólares anuales. Cualquier permanencia de las bases más allá de 1991 necesitaría gruentes entre sí, la incongruencia era el precio pagado por la transición de un mundo
el voto de dos tercios del Senado filipino y probablemente un plebiscito. La capad· colonial a un nuevo sistema de cooperación regional que asegurase la independencia
dad de negociación de las Filipinas era considerable, ya que las bases sólo serían com- nacional. La guerra estadounidense en Vietnam constituyó una afrenta a dicha inde-
pletamente reemplazables a un coste increíble, y su evacuación significaría para Esta- pendencia, pero tras la ofensiva de Tet, a comienzos de 1968, Estados Unidos comen·
dos Unidos una drástica revisión estratégica. El Senado filipino rechazó un nuevo zó a planear la retirada, que finalmente se consiguió con los tratados firmados en París

482 483
Afganistán
en 1973. Para los estados que componen la ASEAN, la secuela más preocupante del
fracaso estadounidense en Vietnam fue el reacercamiento de Nixon a China y la posi·
bilidad que se le dio a China de ejercer en el sudeste de Asia el papel preponderante
abandonado por Estados Unidos, con el problema añadido de decidir quién constituía
VII
el principal enemigo, si la China comunista o el Vietnam comunista. La amenaza
vietnamita se hizo más acuciante con la invasión y dominación de Kampuchea por
parte de ese país.
Los miembros de la ASEAN est:;iban divididos. En 1970, Malaisia y Singapur
habían votado, en la ONU, a favor de otorgar el escaño chino del Consejo de Segu-
ridad al régimen comunista de Pekín, Filipinas había votado en contra, e Indonesia y
Tailandia se habían abstenido. La mayoría de los miembros de la ASEAN habían
esperado añadir Vietnam a su asociación, a pesar de su régimen comunista, pero, al
invadir Kampuchea, Vietnam había quebrantado uno de los principios básicos de la
ASEAN: respeto por la soberanía e independencia nacionales. El tratado de Vietnam
con. la URSS fue también un punto en contra, ya que otro de los principios de la
ASEAN era mantener alejadas las grandes potencias. _El dilema fue más complicado
para Tailandia, que deseaba actuar en unión con sus socios de la ASEAN pero se veía
más amenazado por el expansionismo vietnamita en Kampuchea que los demás paí-
ses, y era al mismo tiempo consciente de que la ASEAN 'no tenía poder militar para La identidad del moderno Estado de Afganistán comenzó a perfilarse con Ahmed Sha
oponerse a la agresión de Vietnam, mientras que China sí lo tenía. Militarmente, los en el siglo XVIII, tras el asesinato de Nadir, sha de Irán, cuyo imperio se había extendido
opositores de Vietnam eran el Jemer Rojo y China. Para otros miembros de la sobre pathanos, turcomanos, uzbekos y hazaras (descendientes de los mongoles) que vi-
ASEAN, en particular Indonesia, China constituía la principal amenaza a largo vían entre los desiertos de Irán oriental y lo que iba a ser la frontera noroccidental de los
plazo, y la incursión china en el norte de Vietnam en 1979 parecía un augurio sinies- británicos en la India. En el siglo XIX, Gran Bretaña, tras derrotar a los sijs, extendió su
tro. En tales circunstancias, la supervivencia de la ASEAN fue un tributo a la capa- dominio hacia el oeste y hubo de enfrentarse con Amir Abdur Rahman de Afganistán,
cidad política de sus líderes y a la percepción de su valor, pero las tensiones internas que, habiendo consolidado su posición después de un período de conflictos, estaba
no se solucionaron hasta la retirada vietnamita de Kampuchea y la retirada rusa de ampliando su influencia en dirección contraria. En 1983 se trazó la Línea Durand, que
Vietnam a finales de la década. atravesaba el Pathanistán y que debía su nombre al del ministro de Asuntos Exteriores de
En 1989, los aliados se sobresaltaron por la noticia de que Singapur estaba nego- la India, pero la naturaleza de esta línea no estaba definida con precisión y gobiernos afga-
ciando con Estados Unidos el derecho a establecer bases militare's, quebrantando así nos sucesivos negaron que fuera alguna vez concebida como una frontera internacional.
el compromiso de la ASEAN de mantenerse como zona de paz. Pero se les aseguró Entre ocho y nueve millones de pathanos de habla pashto viven a uno y otro lado de
que dicha base sólo se emplearía para reparaciones y mantenimiento. la frontera afgano-paquistaní. En vísperas de la independencia de Pakistán en 1947 y des-
Tras un cuarto de siglo de cooperación, la ASEAN decidió ampliar su alcance y su pués de ella, Afganistán trató de persuadir primero a Gran Bretaña y más tarde a Pakistán
tamaño. En 1993, las conversaciones periódicas sobre segµridad se convirtieron en un para que aceptasen la creación de un Estado independiente de Pathan o Pashto, que, sin
Foro Regional de la ASEAN, que incluía quince países y la Unión Europea. En asun- embargo, no hubiera incluido a los pathanos que vivían en Afganistán (que se suponía no
tos económicos, el surgimiento, por iniciativa australiana, de la APEC (Cooperación deseaban ningún cambio) y que ab:;ircaría desde Chitral en el noroeste de Cachemira
Económica en Asia-Pacífico) auguró una organización regional más amplia que podría hacia abajo hasta Sind, pudiendo incluir partes de Beluchistán y Sind e incluso Karachi.
eclipsar a la ASEAN o incluirla en una nueva área de libre comercio más amplia. Pakistán rechazó la idea. A lo largo de algunos años hubo luchas fronterizas -asociadas en
particular con el faquir de Ipi, un persistente clavo en la carne paquistaní- y una serie de
protestas y agitación diplomáticas. Pakistán aceptó un ofrecimiento de mediación por
parte del sha de Irán en 1950, pero nunca se llevó a la práctica. Poco después, la disputa
perdió fuerza, pero continuó afectando a las relaciones entre Afganistán y Pakistán y cons-
tituyó, junto con la tradición de buenas relaciones con la URSS del primero de estos paí-
ses, un factor de peso para que Afganistán se mantuviera al margen de las negociaciones
del Pacto de Bagdad, alentado por Occidente. Desde 1953, fecha en que se convirtió en
el primer receptor no comunista de ayuda soviética, Afganistán fue orientándose hacia la
esfera de influencia rusa, pero su dependencia con respecto a la URSS siguió siendo dis-
creta durante veinticinco años. Afgar\istán se mantuvo alejado del mapa intemacional.

484 485
El moderno Afganistán ha sido gobernado por los pathanos del sudeste con la rea-
Ul cia aquiescencia de las otras razas, entre las cuales la más importante era la de los nor·
ro
i 'O teños que, aunque prontos a estigmatizar a los pathanos tachándolos de holgazanes,
<( (j) .l!I
e:
E
..:.:: encontraban en la relativa riqueza de sus propias tierras y rebaños una compensación
z I
)
o Q)
o
J: i o::: E o por su desproporcionada escasa influencia política. Afganistán era un país con pocos
ü 1- o ·5 C')
i w o ro recursos naturales y un sistema fiscal medieval. Al negarse el Parlamento a imponer
:::? o o o..
, ~ /
-- rf\ /'
.. z o
o ~ Ul
más que pequeñísimos impuestos sobre la tierra, la hacienda pública se nutría de dere·
w ~
1 . \
...¡ w chos de aduana que eran necesariamente reducidos. El contrabando era una impor-
L..
Q)
>'U ~
,-\ (
.o
>. z o
o 2Q) ·¡¡r
Q)
tante actividad económica. Mahammad Zahir Sha, que ascendió al trono en 1935,
.e: ·O o (j)
t:: Ul
(\.~ ~ ü o C')
<( ro ro
:::? ü a...
estaba bien dispuesto a realizar un modesto progreso pero se tropezaba con la actitud
:g; obstruccionista de un Parlamento al que -en contraste con su vecino, el sha de lrán-
w
'O
ro
.o
_J
w DlllJC o
no tenía suficiente energía para disolver o manipular. Fue derrocado en 197J cuando,
mientras realizaba una visita a Europa, se abolió la monarquía y se proclamó la repÚ·
blica bajo la presidencia de uno de sus parientes, Mohammad Daud Kan. Durante los
años sesenta, la ayuda extranjera (rusa, pero también china y francesa) se empleó fun-
damentalmente para la construcción de carreteras. Parte de esta actividad, particu-
larmente la carretera y los túneles contruidos por ingenieros soviéticos desde Mazar-
i-Sharif, cerca de la frontera con la URSS, sobre el Hind Kush hasta Kabul, tenía un
evidente significado estratégico, que alarmaba sobre todo a Pakistán.
'- Mohammad Daud había sido ayudado a acceder al poder en 1973 por una sección
.J del Partido Demócratico Popular, más o menos comunista, que había sido fundado en
~/
( 1965 y casi inmediatamente se había escindiddo en dos grupos. Uno de ellos -el
\
.... :, Khalq o Pueblo- dirigido por Nur Mohammad Taraki y Hafizullah Amín, era funda-
mentalmente rural y pathano. La otra fracción -Parcham o Bandera-, cuyo líder era
i Babrak Karma!, era predominantemente urbana y con mayor implantación entre el
(
\. pueblo tadjik y otros pueblos cuya lengua no era el pashto. Parcham apoyó a Moham-
_, mad Daud y fue recompensado con puestos en su gabinete. Pero Mohammad Daud
1 estaba tratando de enfrentar a:l este contra el oeste, y viceversa. Buscó ayuda en el sha
\
i de Irán (y posiblemente en Estados Unidos), persiguió a los militantes del Parcham y
,_ i del Khalq y en 1977 encarceló a sus respectivos dirigentes. Ambas fracciones, sin
\ z i embargo, habían hecho progresos en el ejército y en 1978 se intercambiaron las tor·
i
\
\ ~
(j)
\ nas y Mohammad Daud fue expulsado. Est~ supuso principalmente una victoria para
1 z
<(
!
I
el Khalq, que, tras un breve período de cooperación con el Parcham, se desembarazó
de Karma! y de otros líderes del Parcham enviándolos a un digno exilio como emba-
(!) i
u. i jadores. Cuando más tárde se les pidió que regresaran, prefirieron no hacerlo.
<(
i laraki y Amin fueron rápidamente al desastre. Sus impulsivas reformas enfurecieron
1
i a los terratenientes y al clero, y precipitaron disturbios en los que hubo muchos muertos
j
)
.-- - ' '
,... t. /
(incluido, fortuitamente, el embajador estadounidense cuyo papel entre bastidores, si lo
' i tuvo, sigue siendo un misterio). En Herat, cerca de la frontera iraní, fueron horrible·
/
/ I ' I
I ' mente asesinados unos cincuenta consejeros soviéticos en lo que pudo haber sido un
i
/ ,/' . . . _)'-....---·----j '-./
fallido golpe contra el gobierno. La estrella de Taraki se eclipsó y Amin trató de recu-
z perar el control organizando feroces razzias en el campo y asesinando a sus enemigos a
~ ~ cientos. Alarmados por estos desórdenes, y quizá también por los acontecimientos en
·¡¡¡"' Irán que constituían una tentación y una excusa para un golpe armado estadounidense
.,!:.'!
..:: contra Teherán, los rusos decidieron deshacerse de Amín y afirmar su control sobre
,....; Afganistán. Pero cuando Taraki, con el apoyo soviético, estaba a punto de quitar de en
r--:
...... medio y asesinar a Amín, fue Amín quien le quitó de en medio y le asesinó a él. Amín,

486 487
que estaba demostrando ser menos sumiso de lo que Moscú exigía, duró unos tTes meses, ducta soviética en Afganistán, y contó con el firme apoyo del mundo musulmán. La Con-
al cabo de los cuales los rusos, que le habían llevado engañosamente a pedirles ayuda ferencia Islámica, la institución creada en 1969 por la monarquía saudí, celebró una reu·
para hacer frente a la rebelión que no era capaz de controlar, invadieron el país en los nión de emergencia sin precedentes en la que Jomeini lanzó invectivas contra la URSS en
últimos días de 1979. Amín fue ejecutado. Karma! reapareció y fue proclamado presi- las que acusaba a este país de ser casi tan satánico como Estados Unidos, y todos los miem-
dente. bros árabes se unieron a la condena de la invasión. Los estados del Golfo eran más con-
Este acto de agresión fue interpretado en Washington como un movimiento calcu- tundentes en sus ataques que el Frente de Resistencia antiisraelí (Siria, Argelia, Libia,
lado dentro de la estrategia global rusa más que como una respuesta a los peligrosos Yemen del Sur y la OLP), pero incluso este último no podía abstenerse de lanzar un ana-
enredos-de un títere incompetente. Desde el punto de vista de Moscú, el mandato de terna.
Taraki y de Amin había creado el cao~ en una zona fronteriza y, si se daba credito a la En lo que respecta a las acciones, sin embargo, el alcance de la respuesta del pre-
proclamada interpretación de los hechos por parte soviética, había hecho el juego a los sidente Carter fue limitado. A principios de año había anunciado, haciendo especial
enemigos de la URSS en Irán, Pakistán y Estados Unidos. Esta conflictiva área tenía referencia al Golfo, la creación de una Fuerza de Despliegue Rápido de 100.000 hom·
además una característica especial. Era un país musulmán y en gran medida turco, fron- bres, pero aún no existía semejante fuerza. Tampoco estaba claro qué haría en caso de
terizo con repúblicas en la misma estructura que estaban dentro del Asia central sovié- existir. El presidente se vio por tanto empujado a retroceder a las medidas a largo
tica, donde, como todos los miembros del Politburó podían recordar, el bashmak o ban· plazo como la de detener la exportación de grano a la URSS (impopular entre los
didaje había sido endémico a lo largo de la mitad de la vida de la URSS. Eran éstos agricultores estadounidenses, que vendieron el cereal a la Argentina desde donde se
sufiCientes argumentos para justificar la invasión que una mayoría del Politburó respal- envió a la URSS) o la de tratar de orquestar la condena y el rechazo internacionales
daba, según parecía desde fuera, a instigación de sus míembros militares, influidos por a través del boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú, lo cual disgustó a los rusos pero
las razones que aducían destacadas pesonalidades de las repúblicas centro-asiáticas. no les causó apenas daño y provocó una respuesta conjunta del resto del mundo. En
Pero las consecuencias fueron mayores que las motivaciones. La invasión soviética términos geopolíticos, la principal consecuencia inmediata de la invasión fue que la
coincidió con el desorden posrevolucionario en Irán y con la persistente inestabilidad URSS tuvo que dedicar unos 90.000 soldados a la pacificación de un país que ya esta-
en Pakistán, donde, al poco tiempo de produc;irse la invasión, el general Zia Ul-Haq ba bajo su esfera de influencia y hubo de ver cómo esta numerosa fuerza no era capaz
'· había hecho pública su falta de seguridad al suprimir las elecciones y todas las activida- de recobrar un control convincente sobre este territorio.
des de los partidos políticos. Moscú había estado acusando tanto a Irán como a Pakis- Desde el punto de vista de Moscú, la invasión empeoró y mejoró a un tiempo la
tán de interferir en los asuntos afganos, y estas actuaciones, fueran o no ciertas, podían situación. La sustitución de Amin por Kannal suavizó y mejoró la reputación interna
ser el prólogo de nuevos actos de agresión. A raíz de la invasión, tropas amrndas rusas del régimen, pero la invasión potenció la oposición, dotándola con fondos estadouni-
de primera categoría se situaron en una zona a una hora de vuelo del Golfo P~rsico y denses, que se elevaron a unos mil millones de dólares anuales, además de misiles y otras
del océano Índico, así como en el Baluchistán. Los baluchi habían luchado contra sus armas. El gobierno de Kamal reintrodujo la enseñanza de la religión en las escuelas,
señores feudales iraníes y paquistaníes desde 1973 hasta 1976 y muchos se habían refu- autorizó los programas religiosos en la televisión e incluso construyó nuevas mezquitas,
giado en Afganistán y en la URSS. lranscurrida la fase inicial de la invasión, se consi- obteniendo así el apoyo de los jóvenes ulemas. También atrajo a los líderes tribales. Sus
deraba que dos tercios de los invasores soviéticos se encontraban en el sudoeste de Afga- oponentes, conocidos colectivamente como muyahidin {luchadores), controlaban cerca
nistán, lo que desde el punto de vista de Washington no podía dejar de constituir una de las dos terceras partes del país pero estaban fuertemente divididos en siete grupos con
grave amenaza para Irán y el Golfo. Los movimientos de barcos de guerra estadouni· base en Peshawar, y otro más con base en Irán. La parte más importante de la ayuda
denses en dirección al Golfo tenían para Moscú la misma significación en sentido estadounidense, canalizada a través de Pakistán y distribuida con asesoramiento paquis-
inverso. taní, iba a parar a los suníes, musulmanes fundamentalistas de los que desconfiaban los
Estados Unidos decidió reaccionar exagerando las temibles implicaciones de la inva- grupos chiítas que operaban en la parte occidental del país con apoyo iraní, los diri-
sión. Esto no resultó difícil, puesto que la invasión era un descarado acto de agresión. Era gentes más intelectuales o seglares, y los partidarios del rey derrocado {que residía en
una reacción que el gobierno estadounidense consideraba asimismo necesaria porque el Roma y no mostraba deseos de regresar). Un número reducido de individuos se enri·
prestigio y la influencia de Estados Unidos se habían visto gravemente dañados por el cau- queció con el tráfico de am1as y drogas, mientras que muchos hombres lucharon y per-
tiverio, que todavía continuaba, de los rehenes y también por la caída del sha; al sha en dieron la vida en una guerra que las superpotencias mantuvieron activa.
persona se le había descrito como un importante baluarte del poderío estadounidense y Desde 1982 la ONU emitió peticiones anuales de alto el fuego, . del establecimiento
Washington había sido acusada -en primer lugar por los propios estadounidenses conster- de un calendario para la rápida retirada de las tropas rusas, y de acuerdos entre los gobier-
nados- de no haber estado dispuesta a prestar ayuda y salvar a un poderoso amigo. La dis- nos paquistaní y afgano para suprimir la ayuda a los muyahidin y el retomo de los refu-
posición estadounidense en el Golfo y sus alrededores se vio debilitada por esta acusación, giados afganos que habían huido a Pakistán. Este país y Estados Unidos no se mostraron
a pesar de que los árabes se regocijaban secretamente de los trastornos y dificultades de una dispuestos a cooperar porque los muyahidin parecían tener posibilidades de derrocar al
monarquía no árabe a la que ninguno de ellos apreciaba. El presidente Carter tenía asi- gobierno comunista de Kabul, y el gobierno de Reagan tampoco estaba muy dispuesto a
mismo un interés legítimo en querer retirar el foco de la atención internacional sobre su dejar de explotar las ventajas del descontento que Moscú había provocado sobre sí con
propio dilema en relación con los rehenes para centrarlo en la monstruosidad de la con- la invasión.

488 489
XVIII
La llegada al poder de Gorbachov transformó la situación, si bien lentamente. Gor-
bachov estaba decidido a abandonar una empresa que resultaba desastrosamente costo-
Corea
sa, tanto en dinero como en vidas. Deseaba mantener el régimen comunista de Kabul,
pero si tenía que escoger entre mantenerlo y evacuar; elegiría esto último. En 1986 ofre-
ció una retirada simbólica inmediata y una retirada total cuando cesaran las hostilida-
des contra Kabul. Un año más tarde abandonó la condición y anunció la retirada total
en un plazo de diez meses. En el intervalo intentó fortalecer al gobierno afgano desha-
ciéndose de Karma[ a favor de Muham,mad Najibullah, un duro jefe de policía pushtu,
que se convirtió en secretario general del Partido Democrático del Pueblo y más tarde
en jefe de gobierno. Najibullah tenía la doble tarea de controlar las facciones que com-
ponían el PDP y de atraer a la oposición (o a parte de la misma) a una amplia coalición,
con un nuevo Parlamento elegido y bajo una nueva Constitución. Pero sus condicio-
nes, que incluían la reserva de un papel principal para el PDP y una especial relación
con la URSS, no eran en conjunto aceptables para los muyahidin, que habían visto
dob\ada la ayuda procedente de Estados Unidos y habían obtenido más y mejores armas.
Los invasores rusos partieron según el calendario fijado pero el previsto colapso del
gobierno que dejaron atrás no tuvo lugar, y los muyahidin no consiguieron conquistar
Jellalabad y otros puntos clave del este del país. Najibullah consiguió mantenerse en el
poder en la capital y en buena parte del país y gradualmente se ganó el apoyo de sufi-
cientes grupos guerrilleros como para preparar el terreno para la paz al mando de un La guerra de Corea dejó al Norte y al Sur profundamente hostiles entre sí y conde-
gobierno de amplio espectro. Pero en 1992 perdió los nervios y se refugió en un cam- nados a décadas de desgobierno. La inferioridad militar del sur fue compensada por el
·'· pamento de la ONU, dejando que sus diferentes adversarios lucharan entre sí. Estaban apoyo estadounidense (en el país permanecieron unidades de la ONU al mando de un
divididos tanto por razones étnicas como ideológicas: pathanos, uzbekos y tayikos com- general estadounidense) y una evolución económica espectacular. La ONU votaba
pitiendo por el poder y por la ayuda de Pakistán, Irán, Arabia Saudí o Estados Unidos. anualmente a favor de la reunificación del país mediante elecciones libres, pero sus reso-
El nuevo presidente, Bruhanuddin Rabbani, un tayiko, intentó atraer al líder tayiko luciones no alcanzaron ningún resultado. Como tampoco lo akanzaron las conversacio-
Ahmed Shah Masud y al uzbeko Abdul Rashid Dostum (que ejercía un firme control nes celebradas entre el Norte y el Sur entre 1971-1973 y en la década de 1980. En Corea
en el norte, alrededor de la ciudad de Mazar-i-Sharif). Pero al año siguiente Rabbani del Norte, el mariscal Kim Il Sung se mantuvo ininterrumpidamente en el poder. La opo·
nombró primer ministro a su principal adversario, Gulbuddin Hekmatyar, con lo cual sición no se atrevió a mostrarse. Al envejecer (nació en 1912) se hizo más autocrático y
Hekmatyar, que disponía de ayuda de Pakistán, Arabia Saudí e Irán, a pesar de ser un decidido a asegurar la sucesión para su hijo Kim Jong Il. En Corea del Sur, el inflexible
musulmán sunní, pactó una nueva alianza con Masud y Dostüm y comenzó a bombar- gobierno de Synghman Rhee, respaldado por el tratado de defensa celebrado en 1953
dear Kabul. La ONU persuadió con dificultad a las facciones principales de que esta- con Estados Unidos, finalizó en 1960, año en que fue obligado a dimitir y huir a Hawai,
blecieran una amplia coalición que implicara la dimisión de Rabbani, pero el surgi- donde murió en 1965, a la edad de noventa años. En 1961, un golpe militar llevó al gene·
miento de una nueva facción, los talibanes, destruyó el plan. Los talibanes, en su ral Park Chung Hi al poder, y tal era la inflexibilidad del régimen político sudcoreano
mayoría jóvenes pathanos del sur, unidos por su malestar con las contiendas de todos que Park continuó en el poder durante casi veinte desagradables años. Estos años estu·
los demás, capturaron Kandahar y avanzaron sobre Kabul, poniendo en fuga las tropas vieron marcádos por un considerable éxito económico (con el freno de la crisis de 1973)
de Hekmatyar y dando nueva esperanza a Rabbani, que retiró su dimisión. Detenidos y la continua, si bien ineficaz, protesta contra la dureza y la corrupción. En 1963 se levan-
ante Kabul, los talibanes se dirigieron a Herat, que tomaron sin lucha; y regresaron de tó la ley marcial, y Park y sus principales colegas se transformaron en civiles. Park fue ele-
nuevo a Kabul para llevar a cabo otra matanza en la capital. gido presidente en 1963, y de nuevo en 1967 y 1971, y envió un contingente para apo-
yar a los estadounidenses en Vietnam. En 1971 se retiró una de las dos divisiones de
Estados Unidos. En 1972 se reimplantó la ley marcial con tan extremo desprecio por los
derechos humanos que el presidente Carter anunció que la división estadounidense que
todavía permanecía en el país también sería retirada; una decisión revocada por Reagan
cuando se vio que las ya enormes fuerzas armadas de Corea del Norte estaban siendo
ampliadas. En 1979, Park fue asesinado por el jefe de sus servicios de inteligencia. El
nuevo presidente, Choi Kyu Hwa, consideró justo i~troducir una cierta democracia, pero
en seguida fue reducido a la impotencia por un grupo de oficiales dirigido por el general
Chun Doo Hwan. Las manifestaciones de mayo de 1980 en Kwangju, que se convirtie-

490 491
ron en una revuelta, fueron aisladas y brutalmente reprimidas (hubo unas 2.000 muer- corrupción en el gobierno y en las empresas, y asiduo visitante de sus vecinos asiáticos.
tes) y tras nueve meses de mantener una fachada civil para un régimen en realidad mili- Tras una pausa a comienzos de la década de 1990, la economía sudcoreana recuperó su
tar, Choi dimitió y fue sucedido por Chon, que fue invitado por Reagan a visitar Was- crecimiento vertiginoso, si bien con el correspondiente crecimiento de salarios y défi-
hington. En 1983, una bomba, seguramente puesta por norcoreanos, mató a 21 personas cit de la cuenta externa. Pero la secuela del cambio de la autocracia militar incluía
en Rangún, incluidos cuatro ministros del gobierno sudcoreano. El presidente Chon, el muchas revelaciones de enormes fraudes financieros que habían acompañado la trans-
principal objetivo, consiguió salvarse. Este atentado interrumpió las conversaciones para formación del país en uno de los más productivos del mundo.
la reunificación de las dos Coreas. Se establecieron de nuevo, sin embargo, en 1984- En Corea del Norte, el gobierno declaró en 1985 que se adscribiría al Tratado de
1985. Los resultados fueron exiguos: unas docenas de permisos en ambas direcciones para No Proliferación Nuclear, pero parecía dispuesto a contrarrestar con armamento
visitar familiares, pero no se redujeron ni las fortificaciones fronterizas ni las maniobras nuclear la superioridad de Corea del Sur en armas convencionales. Privada del apoyo
militares. La elección de Seúl para los Juegos Olímpicos de 1988 indujo a Corea del soviético por el giro de los acontecimientos en Moscú, Corea del Norte era más sus-
Norte a solicitar mayor participación. El Comité Olímpico Internacional ofreció cele- ceptible a las presiones estadounidenses y japonesas, y aceptó una inspección por parte
brar cinco pruebas en el Norte, pero con unas condiciones que el país no aceptó. de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), pero posteriormente se
Durante la década de 1980 pasó de un período de desarrollo económico basado en negó a finnar el acuerdo a no ser que Estados Unidos retirasen sus fuerzas de Corea del
un fuerte proteccionismo a convertirse en una floreciente potencia industrial dentro de Sur. Kim 11-Sung esperaba que los estadounidenses y los japoneses lo contemplaran
un orden mundial y principalmente liberalista. La reunificación de la península y la como parte del precio exigido por el abandono de sus posibilidades nucleares. Mantu-
mejora de las relaciones con los enemigos ideológicos produjo mayores beneficios eco- vo un juego de burla con la AIEA, aceptando algunas de sus exigencias, retractándo-
nómicos, pero no constituyó un elemento esencial. Cuando la presidencia de Chon lle- se en parte o en la totalidad de sus promesas, y finalmente llevando a la AIEA a dar
gara a su fin en 1988, la sucesión podría producirse por decreto, golpe de Estado o elec- cuenta del impasse al Consejo de Seguridad, y al presidente Clinton a amenazar con la
ciones. Chon eligió la última y las elecciones fueron una m:uestra del fuerte cambio que imposición de sanciones económicas o incluso con una intervención armada.
había experimentado Corea del Sur, pasando de ser un páís en guerra con Corea del Clinton estaba preocupado principalmente por la capacidad nuclear y las intencio-
Norte a ser un país que competía con Japón y otros gigantes económicos. El amigo y nes de Corea del Norte, pero su contundencia hizo a su vez preocuparse a Corea del
sucesor previsto de Chon, el general Roh Tae Woo, obtuvo el 37% de los votos, lo que Norte, así como a Japón y China, por la posibilidad de que el díscolo Kim se sintiera
le permitió vencer en unas elecciones con fuerte participación y contra una oposición provocad~ y entrara en guerra, nuclear o no. Kim 11-Sung intentó distraer la atención
muy dividida. La inminencia de los Juegos Olímpicos puede haberle ayudado, en tanto de la cuestión nuclear haciendo proposiciones, que no parecían muy cercan~, de unión
en cuanto los sudcoreanos estaban ansiosos por evitar conflictos o derramamiento de económica, e incluso de reunificación, a Corea del Sur. Lo más cercano al interna-
sangre durante los Juegos y, por tanto, tendían más hacia el régimen establecido que cionalismo, por su parte, fue su inclusión en la Zona Económica Libre del Río Turnan,
hacia las incertidumbres de un cambio radical. Las elecciones habían estado precedidas de la que era socio junto con China, Rusia, Mongolia y Corea del Sur. En 1994, al final
por seis meses de extrema violencia, alarmando a Estados Unidos así como a Roh, que del primer encuentro con su colega del sur, murió de repente, dejando prácticamente
adoptó un tono conciliador dirigido principalmente a las clases medias y a las personas como sucesor a su hijo, que supuestamente era el nuevo jefe del Estado pero no fue
de mediana edad, las cuales mostraban signos de simpatía con la airada indignación de designado formalmente como tal, quizá debido a las divisiones en el ejército. Tras la
la juventud radical. Tras su victoria, Roh estableció relaciones diplomáticas con China muerte del Gran Líder, Clinton consiguió un acuerdo mediante una acertada combina-
y Rusia (en una visita a Seúl en 1992, Yeltsin se disculpó por el derribo del vuelo 007 ción de incentivos, concesiones y amenazas de acción militar. Corea del Norte aceptó
de Korean Airlines en 1983 ), pero sus relaciones comerciales con Estados Unidos eran paralizar la construcción de nuevos reactores capaces de producir plutonio enriquecido
tensas, se opuso a una petición estadounidense de cuadruplicar la contTibución norco- para armamento, no reprocesar el combustible ya utilizado y permitir una inspección
reana al coste de las tropas estadounidenses situadas en el país, y se negó a enviar tro- regular de la AIEA a cambio de que Estados Unidos le concediera para el año 2003 dos
pas sudcoreanas a la gueITa del Golfo en 1991. Estableció conversaciones, finalmente reactores de insignificante capacidad militar. Estados Unidos también aceptó establecer
infructuosas, con Corea del Norte, aprobó la admisión de las dos Coreas en la ONU, y relaciones diplomáticas, suministrar petróleo y retirar los obstáculos para la inversión y
procuró conciliarse con sus oponentes internos. Éstos eran tres: Kim Yong Pil, un ex el comercio. Poco a poco redujo sus exigencias de inspección del supuesto almacena-
militar que había representado un papel principal en el golpe de 1961 pero se había miento de armas nucleares por parte de Corea del Norte.
separado de Park en 1973, para reaparecer en 1980 como líder del Nuevo Partido
Demócrata Republicano; Kim Young Sam, líder del Partido Democrático de la Reuni- NOTAS
ficación; y Kim Dae Jung, líder del principal grupo de la oposición, el Partido para la
Paz y la Democracia (posteriormente Partido Democrático). Los dos primeros acepta- A. AslA CENTRAL
ron unirse con el Partido de la Justicia Democrática de Roh, se disputaron el puesto de
sucesor favorecido por Roh y fonnaron con éste el Partido Liberal Demócrata. Kim Desde el colapso de la Unión Soviética y el imperio ruso, emergieron en la zona asiática de este,
Young Sam sucedió a Roh en 1992: era el primer presidente civil desde hacía treinta cinco estados soberanos, con una población desigualmente repartida, de SO millones de habitantes,
años; un reformista cautelosamente conservador comprometido en la lucha contra la compuesta en su mayoría por turcos de raza y lengua, musulmanes de religión; la minoría más ampli¡¡

492 493
estaba constituida por unos ocho millones de rusos, establecidos principalmente en la mitad norte de y lo religioso, siendo tanto pro sinhala como pro budista. Su victoria fue seguida de una persecución
Kazajistán. Con anterioridad denominado, con ambigüedad política, el Turkestán Ruso, estos países, de la minoría tamil (la cuarta parte de la población) y de un constante aumento de la influencia polí-
todos los cuales declararon su independencia en 1990, con las mismas fronteras que habían tenido tica del establishment budista al que tanto el PNU como el PLSL hubieron de cortejar. Junto a esta
como Repúblicas Soviéticas, limitaban con Rusia, China, Pakistán, Afganistán e Irán, pero no con lucha por el poder entre estos dos partidos, había una oposición constituida por una serie de partidos
Turquía. Ninguno de ellos tenía acceso al mar. En el norte de la zona se encontraba el gigantesco Kaza· de izquierdas de los que el más destacado era el Partido Lanka Sama Samaj, fundado en 1935 como
j istán, pero con una población tan sólo de 17 millones, de los que el 40% eran kazajos, y el 40% rnsos. expresión del anticolonialismo y miembro de la Internacional Trotskista hasta 196.l, en que entró a
Al sur se situaban los dos países de tierras bajas de Turkmenistán y de Uzbekistán; y al este de Uzbe· formar parte del gobierno de la señora Bandaranaike (esta alianza se disolvió en 1975). La señora
kistán, en la zona montañosa, Tayikistán y Kirguizia (posteriormente Kirguizistán), de mucho menor Bandaranaike también introdujo al Partido C.omunista pro soviético en el gobierno y, puesto que
tamaño. El más poblado y étnicamente más homogéneo era Uzbekistán. Había también amplias mino· otros grupos de izquierdas habían perdido terreno, se esperaba que su coalición ganase las elecciones
rías uzbekas en los países del este, y en toda la zona los uzbekos constituían la minoría más numerosa; de 1965. El que esto no ocurriese fue debido fundamentalmente a una situación económica que nin-
los rusos eran la segunda. Toda el área era predominantemente turca, excepto el Tayikistán, donde el guno de los dos partidos principales había logrado controlar, pero que se había deteriorado de mane·
60% de la población era de origen iraní, y predominantemente sunní, con algunos chiíttas en la fran· ra alarmante durante los años en que el PLSL estuvo en el poder en la década de los sesenta.
ja sur. Kazajistán, el m:ís rico en recursos naturales, principalmente petróleo, fue el único que se aso- Después de la independencia, al igual que antes de ella, la economía de Ceilán dependió enor·
ció a Rusia. Se creía que sus reservas de petróleo eran tan grandes como para desafiar el dominio de memente de los beneficios obtenidos con la exportación del té, el coco y el caucho cultivados en
Oriente Medio. Turkmenistán, especialmente rico en gas natural, petróleo y otros minerales, se asoció propiedades pertenecientes a compañías británicas. Los ingresos derivados de estos productos dis·
a Irán y Afganistán; Uzbekistán, también dotado de petróleo y gas, con Afganistán; Tayikistán con minuyeron constantemente mientras que al mismo tiempo aumentaba la factura de las importado··
Afganistán, Pakistán y China; y Kirguizistán con China. Los recursos de todas estas naciones eran con· nes, siendo la mayor de las partidas la de alimentos. Era una típica situación tercermundista en la
siderables, pero estaban subexplotados, a lo que se unía una débil infraestructura económica, una que la economía estaba dominada por relaciones comerciales cada vez menos remuneradoras con la
pobre maquinaria administrativa, poblaciones en rápido aumento, disputas internas y entre ellos, y ex metrópoli y una creciente incapacidad para alimentar a la población sin un ruinoso desembolso
unas fronteras artificiales impuestas por Moscú en las décadas de 1920 y 1930, cuando se habían decla .. de divisas o, cuando esto fallaba, de préstamos del exterior.
rada Repúblicas Soviéticas. Tras la independencia, sus gobiernos dejaron de denominarse comunistas La población crecía deprisa. Se duplicó aproximadamente desde la independencia hasta 1975.
pero continuaron siendo autocráticos: en Turkmenistán, por ejemplo, las elecciones de 1992 dieron Sólo en la década de los sesenta, la deuda externa se cuadruplicó. El desempleo aumentó desde una
prácticamente el 100% de los votos al ex comunista Saparmurad Nigazov. También se convirtieron en cifra de unos 40.000 parados en el momento de la independencia hasta un número aproximado a
.i, focos de atención. Irán y Turquía los consideraban como nuevas áreas de influencia. Hubo visitas entre los 700.000 cuando, al producirse el siguiente cambio político de acuerdo con el sistema electoral,
los dirigentes de los cuatro países de mayoría turca y el presidente Ozal de Turquía. También se inter· la señora Bandaranaike y sus compañeros ganaron sin dificultad las elecciones de 1970 y reforma-
cambiaron cortesías con lrán, que tomó la iniciativa de establecer en Teherán un Consejo del Caspio ron la coalición que había sido derrotada cinco años antes. En abril de 1971 el gobierno se vio gra-
{lrán, Rusia, Azerbaiyán, Turkmenistán) y una Organización de C.ooperación Económica (Irán, Tur· vemente sacudido por un levantamiento campesino bien armado y cuidadosamente preparado.
quía, Pakistán, Afganistán y los cinco nuevos estados). Se sospechó que estos organismos encubrían Este levantamiento, que se produjo por sorpresa, estaba organizado y dirijido por el Janatha
las ambiciones semiimperialistas de Irán. En 1992, once países, en su mayoría asiáticos, firmaron el Vinukhti Peramuna (JVP) o Frente de Liberación Popular, creado en 1965 coino fracción escindida
Tratado de Cooperación Económica del Mar Negro, promovido por Turquía. China e India, países no del quebrantado y achacoso Partido Comunista maoísta. Consideraba al PLSL y al PNU como dos
musulmanes, también se mostraron especialmente interesados por establecervínculos comerciales y aspectos prácticamente indistintos de una burguesía posimperialista y neocolonialista a quien su
comunicaciones constantes, desde servicios telefónicos a vuelos regulares. Rus.ia y otros países temían egoísmo impedía abordar los urgentes problemas económicos y las enfermedades sociales básicas del
la extensión de los partidos islámicos, que denominaban fundamentalistas. En Tayikistán, donde el país. Su doctrina y su práctica ponían un especial énfasis en el campesinado al que intentó utilizar
20% de la población era uzbeka, los conflictos étnicos y religiosos alcanzaron el grado de guerra civil para asestar un golpe directo al gobierno y al sistema. Hubo más tarde la habitual e insoluble dispu·
en 1992. El presidente Rakhmon Mabiyev se vio forzado a huir, pero Rusia y Uzbekistán lo repusie· ta sobre quién asestó el primer golpe pero no había duda sobre el resultado. Después de siete serna··
ron tras un breve paréntesis en el que el Partido del Renacimiento Islámico, que tenía apoyo del régi· nas el gobierno había logrado imponerse pero el desafío al que tuvo que hacer frente fue tal que el
men comunista de Afganistán, formó un gobierno de coalición comprometido con la religión pero en número de personas que resultaron muertas en el proceso de afirmación de su autoridad se contó por
un Estado no confesional. C.on el retomo de Nabiyev, al menos 100.000 refugiados huyeron a Afga· decenas de miles. Un conglomerado de estados de lo más insólito apoyó a la señora Bandaranaike,
nistán (donde residían unos tres millones de tayikos). bien materialmente, bien de palabra. Estaban comprendidos Estados Unidos, la URSS y China; la
India y Pakistán; Gran Bretaña, Australia y Egipto. La señora Bandaranaike mantuvo hasta 1977 el
estado de emergencia proclamado en 1971, pero fue entonces derrotada por el PNU dirigido por
B. SRI LANKA Jinius R. Jayawardene, que se convirtió en primer ministro en ese año y en presidente al año siguien·
te. Este viraje hacia la derecha vino acompañado de una precipitada carrera tendente a la expansión
Ceilán se independizó de Gran Bretaña en 1948 como consecuencia de la salida británica de la y el desarrollo económicos con la que se pretendía emular la suerte de Singapur, Hong Kong y Tai-
India. En 1972 se convirtió en Sri Lanka y en república. wan, pero las ambiciones económicas naufragaron a consecuencia de los conflictos raciales y religio·
Dos principales partidos se turnaron en el gobierno, el Partido Nacional Unido -dirigido sucesi- sos en los que, de 1983 en adelante, se vio envuelto el gobierno con la minoría tamil, que había sido
vamente por D. S. Senanayake, su hijo Dudley Senanayake y su sobrino sir John Kotelawala- y el una vez la acaudalada clase dirigente del país y que suponía el 18% de la población.
Partido de la Libertad de Sri Lanka, fundado por Saloman Bandaranaike, un disidente del PNU, y Los tamiles constituían la mayoría en el norte y en partes del este. Pertenecientes a diferente raza
dirigido tras su asesinato, en 19.59, por su viuda. El PNU gobernó desde 1948 hasta l 956 y desde 1965 y religión, aspiraban a obtener la autonomía o un Estado independiente de la mayoría de cingaleses
a 1970, y el PLSL el resto del tiempo. La campaña electoral más importante fue la de 1956, en la que budistas, la cual había establecido un poderoso gobierno central pero no había conseguido aquietar los
Bandaranaike derrotó al PNU defendiendo un programa político en el que se combinaban lo racial temores tamiles ni su separatismo. Para 1980, estaba desapareciendo la posibilidad de un acuerdo. Los

494 495
1
! tamiles más activistas crearon el grupo guerrillero de los Tigres para la Liberación del Eelam Tamil, y
dio comienzo la guerra civil. Ambos bandos cometieron atrocidades. La lndía se vio involucrada por-
que Rajiv Gandhi no pudo hacer caso omiso de la furia de los tamiles de Tamil Nadu, en el sur de la
India. En 1986, los gobiernos de India y Sri Lanka aceptaron que se debía conceder la autonomía a los
tamiles de Sri Lanka, pero no fueron capaces de ponerse de acuerdo respecto al territorio concedido a
la provincia autónoma. Por tanto, las conversaciones fracasaron, y al año siguiente Jayawardene deci·
dió eliminar a los tamiles. Fracasó, y Gandhi intervino para poner fin a las masacres de tamiles por
parte del ejército cingalés. Jayawardene se vio obligado a permitir que el ejército indio penetrara en
Sri Lanka para proteger a los tamiles. Pero los Tigres, que exigían la independencia y, por tanto, se
oponían al tratado entre India y Sri Lanka, se negaron a entregar las armas, como se había previsto en
MAHARASHTRA el tratado. El resultado fue que, en lugar de proteger a los tamiles, las tropas indias, con unos efectivos
iniciales de I5.000 hombres que se doblaron en pocos meses, se encontraron intentando forzar al ejér·
Bomba y cito de aquéllos a rendirse. Para hacerlo, tuvieron que abandonar su papel de fuerza de paz y hacer uso
de las armas, por lo que India fue acusada de planear la secesión del norte de Sri Lanka para anexio·
"Poona nárselo. En 1988, Gandhi declaró que al año siguiente retiraría sus tropas. Por su parte, Jayaw¡irdene
fue acusado de abrir el camino para el imperialismo indio, y también de haber realizado concesiones
indebidas respecto a la autonomía tamil. Mientras las tropas indias se preparaban para evacuar (los
últimos soldados lo hicieron a comienzos de 1990) el gobierno estableció conversaciones con los
ANDHRA Tigres Tamiles, pero dichas conversaciones se rompieron y la lucha se renovó. Los Tigres habían boi·
PRADESH coteado las elecciones de 1988, con el resultado de que los escaños de las zonas tamiles fueron obte·
nidos por el Partido Revolucionario Popular de Eelam, respaldado por el Ejército Nacional Tamil. La
GOLFO DE BENGALA
intervención india había fortalecido a los elementos tamiles más intransigentes y agresivos.
Las preocupaciones de Jayawardene se agravaron con el renacimiento del JYP, que había abando-
nado su carácter comunal para convertirse en un movimiento cingalés nacionalista y conservador. Se
multiplicaron las masacres y los asesinatos políticos, tanto en el sur como en el norte. En 1988, termi·
• Madras nado su mandato, Jayawardene fue sucedido por su primer ministro, Ramasinghe Premadasa, que ven·
ció en una lucha a tres bandas en la que su principal rival fue, de nuevo, la señora Bandaianaike, a
quien en 1986 le habían sido restaurados los derechos civiles, tras varios años de suspensión. Prema-
• Pondicherry r>-"''f.. dasa, político autocrático, estuvo a punto de ser procesado por corrupción en 1991, y un año más tarde
MAR <Ji'l fue asesinado por un tamil. En 1994, el PNU fue derrotado por una coalición de izquierdas liderada por
ARÁBIGO la señora Chandriga Kumaratunga, la elocuente hija de Solomon y Sirimavo Bandaranaike, que pro·
i0Y.º metió duras acciones contra la corrupción, castigo para las bandas de extrema derecha que estaban ate·
~~ rrorizando y asesinando a campesinos indefensos, y establecer negociaciones con los tamiles. Heredó
is Jaffna
una situación de crecimiento económico y un bajo aumento democrático (inferior al 1,5%), y también
la triste realidad de una envidiable riqueza natural afligida por la abrupta ruptura de un sociedad rural
tradicional, y por dramáticos conflictos étnicos y religiosos. En 1995, el ejército infligió serias derrotas
a los Tigres Tamiles y capturó Jaffna, la capital tamil, convirtió en refugiados a cientos de miles de tami·
les no militantes y mostró que el gobiei:no de Kumaratunga había elegido el camino <:le la represión
pura en lugar de las negociaciones que deberían conducir a liberalizar el gobierno centralizado.

C.
-i MYANMAR

4 O
El dominio británico sobre Birmania (1886-1942) trajo consigo una transfmmación económica así
L._ _ _ _ _ _ _ _500
__. km como una desorientación cultural. Durante la última parte de este período, Birmania suministraba casi
la mitad del arroz que se exportaba en el mundo, vendía valiosos minerales y maderas nobles, produ-
cía petróleo y estaba adquiriendo una infraestructura modema. También fue invadida por comercian·
tes y especuladores extranjeros, y experimentó una subve.rsión de valores y de sus instituciones monár·
quicas y religiosas; una convulsión semejante a la provocada por la revolución de Ataturk en Turquía,
con el problema adicional de que los actores del cambio eran extranjeros. Gobernada durante mucho
Iil.I. India del Sur y Sri Lanka.
tiempo mediante un absolutismo mitigado principalmente por la anarquía, Birmania recibió un bar·

496 497
niz de modernización económica y constitucional a un tiempo impactante y superficial que provocó,
~·"'
.1
(
e- -{ "

·1
...........
\ /°'
(
aparte de los sentimientos anticolonialistas, un conflicto entre una mayor modernización en un
mundo en proceso de apertura, y el retraimiento en un tradicionalismo conservador.
/ \ Durante la guerra, un grupo de nacionalistas siri mucho conocimiento del mundo exterior, pro
1
i ...., \ I
japoneses al comienzo de la guerra pero más tarde antijaponeses y provistos de armas británicas se
\
CHINA i
INDIA ,,...~
\ / unieron en la Liga Anti··Fascista para la Libertad del Pueblo (AFPFL). Cuando la guerra llegó a su fin,
I (
i r· los británicos tuvieron dudas sobre si debían reconocer a la AFPFL y negociar con ella. El gobierno de
( Myitkyina e .J VIETNAM Londres era contrario al reconocimiento, pero el comandante supremo, que se enfrentaba a los pro·
1 blemas de instauración de una nueva administración sin contar con recursos propios suficientes, esta··
l ¡ r·
í "t\ /,... <., ba a favor. La victoria laborista en las elecciones generales de julio de 1945 y la precipitada rendición
/
I de los japoneses en agosto fueron factores que coadyuvaron a que se produjera una decisión de reco-
¡
)
\/ "-"l1 ' \. nocimiento. El nuevo gobernador británico de Birmania, que quería arrestar al líder nacionalista Aung
i i o~- San y casi lo logró, fue sustituido; la AFPFL fue tratada como gobierno embrionario de Birmania y,
i -,.- 1
( aunque Aung San y otros líderes fueron asesinados en julio de 1974, sus camaradas supervivientes con-
,,-\ ,;
¡
LAOS siguieron su meta de independencia con respecto a Gran Bretaña el 4 de enero de 1948. No hubo
lucha. Los británicos, hondamente influidos por su propio compromiso de abandonár la India y tam·
Sagaing j_,''·1
bién por la creencia de que no era posible utilizar las tropas indias del Mando de Asia sudorienta! con·
•• (/ \ _;'\ 1
tra los birmanos, se retiraron dejando que la AFPFL luchase contra sus propias divisiones internas y
Mandalay ··' l
\ -·-)
j
contra los pueblos de las montañas que rodeaban la meseta central birmana, cuya tradicional desean··
" ,.;
) fianza de Rangún provocó una serie de problemas de separatismo. La AFPFL incluía a comunistas que
\ i v"
no sólo se escindieron de la asociación principal, sino que se dividieron entre sí y llevaron a cabo cam-
pañas por separado contra el gobierno; el asesinato había privado a Birmania de una serie de prome·
redores líderes durante los años 194 7 y 1948; la revuelta de Arakan a lo largo de la costa oeste, que
TAILANDIA vino a sumarse a los conflictos del este (provocados por los karen junto a la frontera con Tailandia, los
shan embutidos entre Tailandia y China y los kachin en el extremo norte}, amenazó de desintegra·
-. ción a la Birmania independiente. Los shan y los kachin eran principalmente cristianos. En la mayor
Hpa-añ'

, ."·1 parte del país había también musulmanes, aunque se concentraban principalmente en Arakan, donde,
MawJamyine conocidos como Rahingya, llevaban establecidos desde el siglo VII d.C.
\ En 1950 se presentó un nuevo peligro al penetrar en Birmania desde China 4.000 soldados del Kuo-
\ GOLFODE mintang bajo el mando del general Li Mi, suscitando temores de que el nuevo régimen chino persi-
( TAILANDIA guiera a sus enemigos que estaban ya en retirada. Pero Pekín insistió en no culpar a Rangoon y al poco
tiempo los estadounidenses trasladaron por vía aérea al general Li Mi y a sus seguidores hasta Taiwan.
Glosario No obstante, Birmania consideró más aconsejable desprenderse amable y prudentemente de sus cone··
Nombre actual Nombre antiguo xiones con británicos y estadounidenses. Aunque el número de chinos en Birmania ascendia sólo a unos
Myanmar Birmania J00.000, este país compartía una frontera con China y esta frontera estaba ocupada a ambos lados por
Yangon Rangoon
los kachin (300.000 en China, 200.000 en Birmania y un número reducido en la India). En 1953, el
Tanintharyi Tenasserim
gobierno birmano indicó que no deseaba renovar el tratado de defensa anglo·birmano a punto de expi·
Bago Pegu
Magway Magwe rar, ni conservar a la misión militar británica que había estado en el país desde la independencia; infor··
Ayeyarwady lrrawaddy mó asimismo a Washington de que no quería más ayuda estadounidense. Zhu Enlai visitó Rangún en
Dawei Tavoy su viaje de regreso a Pekín desde Ginebra, en 1954, y el primer ministro birmano, U Nu, devolvió la
Pathein Bassein visita algo después en ese mismo año. Nuevos encuentros condujeron al inicio de discusiones fronteri·
Cambio de nombre: El 18 de junio de 1989,
Bamar Burman el nombre del país fue cambiado por el de zas que pudieron verse concluidas cuando el general Ne Win desplazó a U Nu (que volvió al poder en
Ka yin Karen Unión de Myanmar. L.a ortografía inglesa de 1960 pero fue de nuevo desplazado por Ne Win en 1962 y esta vez encarcelado durante seis años).
Mawlamyine Moulmein muchas ciudades, divisiones, estados, ríos y Ne Win era un general con una afición al discurso socialista y filosófico que supo combinar con
Hpa-an Pa-an nacionalidades fueron cambiados. la disolución del Parlamento y el encarcelamiento de sus oponentes políticos. Su captura del poder
fue, en primer lugar, una respuesta a la amenaza de desintegración que suponían los movimientos
o 500 km disidentes del país. Las exigencias por parte de los shan (en años posteriores los disidentes más per·
'--~~~~~--~~-J Montañas sistentes y los traficantes de drogas más prósperos) de una nueva Constitución federal y más abier·
ta crearon el temor de que las tropas de refugiados del Kuomintang establecidas en el nordeste
pudieran, con ayuda estadounidense, lanzar un ataque contra China, lo que convertiría a Birmania
18.2. Birmania (Myanmar).
en un campo de batalla (como Corea). Igualmente, la existencia en Birmania de al menos tres gru·

498 499
pos diferentes de comunistas rebeldes hacía que no resultase improbable una invasión de Birmania
mitad oriental Y portuguesa se separó de Macao a finales del siglo XIX para convertirse en l
por parte de China para apoyar al comunismo contra el gobierno de Rangún. El hecho de que el . . d d' . ó " d l d una co o-
ma m epen tente, Ycontmu sien o o espués de que la mitad occidental pasase a form d
gobierno fracasara en su intento de eliminar este peligro de desintegración y de intervención exte·
la República de Indonesia. Tras la caída del régimen militar en Li'sboa en 1974 , ar paTirte e
rior fueron las principales causas de que Ne Win se hiciera con el poder, apoyado por el ejército. El . . se preve1a que 1mor
oriental ,se engastaría en. Indonesia,
. . pero
. dos grupos manifestaron su oposi'c¡'o'n a es ta umon, .. un pro
nuevo régimen, abiertamente militar, parecía menos débil, pero tampoco consiguió erradicar las
portugues Y otro que re1vmd1caba la independencia y era ideológicamente izquierdi'st L
diferentes rebeliones, a pesar de las duras medidas policiales combinadas con declaraciones de · 'l 11' 1975 l - <!· a guerra
c1v1 esta
. , o e.n. . , a pequena fuerza militar portuguesa se marclió , y a f'ma les de ano - In d ones1a ·
intención de establecer diálogo con los dirigentes rebeldes. Hizo disminuir el socialismo de U Nu,
invad10. el temtono, devastándolo con moderna.s armas (estadouni'de b · • · )
nses y ntamcas y matan o d
pero también destruyó la democracia: en 1964 fueron suprimidos los partidos políticos y se cerraron
aproximadamente . a. 100.000.de sus habitantes · Otros 300·000 'ueron
'' ene erra dos en campos. portu·
las universidades. El tradicional temor que Birmania sentía hacia China (y hacia los aliados de ésta
gal YAustralia. manifestaron . implícitamente
. su conformidad . El resto d e l mundo apenas se d'10 cuen-
en el interior del país, muchos de ellos de ascendencia china así como de ideas comunistas) per·
ta de lo _sucedido. El presidente y vicepresidente del movimiento independentista FRETILIN fue-
suadieron a Ne Win de que debía visitar Estados Unidos, pero la guerra de Vietnam se veía en Bir·
ron asesinados en 1979. La resistencia que se mantuvo durante la década d 1980 f •
manía como algo injustificable y como una ominosa interferencia en los asuntos de Asia. .. l . e . se en rento a una
feroz repr~s1on para a ~ue los mdonesios utilizaban armas realizadas por fabricantes occidentales
En materia económica, Ne Win tuvo todavía menos éxito que sus predecesores en la. recupera·
con permiso de los gobiernos occidentales. y
ción de la economía birmana. Bajo la ocupación japonesa, la superficie sembrada de arroz se había
reducido a la mitad y, aunque había aumentado de nuevo tras el final de la guerra, la producción fue
destruida por las guerras civiles y la anarquía general. Las exportaciones cayeron hasta la décima
parte de la cifra anterior a la guerra y en 1966 se racionó el consumo interno. Las medidas desespe·
radas, como la remisión de todas las rentas agrarias, produjeron poco efecto. El declive general de
la economía del país dejó a los agricultores sin nada que comprar, incluso aunque se les pagara por
su producción, de forma que no tenían incentivos para producir ¡pás de lo que podían comer. Ya no
valía la pena plantar arroz, una de las fuentes de riqueza de Birmania, y mucho· menos exportarlo.
La inflación, acompañada de sueldos estáticos, empobreció a la población. Se vinieron abajo gran·
diosas empresas, las formas democráticas se transformaron en intimidación y violencia, y la pobre·
za y la enfermedad mataron la esperanza además de las personas.
En 1977, un atentado contra la vida de Ne Win fue seguido de discriminación contra los musul·
manes as( como de torturas y asesinatos. Una masacre en Arakan causó la huida a Bangladesh. Ne Win
asumió, no obstante, un nuevo mandato en 1987. Se había convertido en un ser autocrático, sigiloso
e intocable, y en 1981 cedió su puesto al general Sam Yu, que gobernó bajo su sombra más que en su
lugar. En el nordeste y el sudeste continuaron las guerras periféricas, y los comunistas birmanos se inte·
graban a la lucha allí donde eran bien recibidos. La economía se deterioró hasta tal extremo que Bir·
mania alcanzó la categoría de País Menos Desarrollado (LDC, elegible para créditos blandos interna·
cionales) y en 1987 el Estado anuló todos los billetes inferiores a un determinado valor facial,
destrnyendo así los ahorros de innumerables personas. El descontento se extendió no sólo a los pobres,
sino también a las clases medias y al ejército. Las manifestaciones fueron brutalmente reprimidas por
la policía, y el general Sein Lwin, notable por su ferocidad, fue llamado para ocupar la presidencia que
Ne Win había reasumido y ahora volvía a abandonar. Las continuas revueltas forzaron a Sein Lwin a
dimitir pocas semanas después, y no las frenó la designación de un civil, Maung Maung, que duró sólo
dos meses en el puesto. El ejército recuperó el poder y disolvió el Parlamento. Cuando se prometieron
nuevas elecciones, aparecieron unos doscientos partidos, pero sólo fueron legalizados aquellos que el
gobierno consideraba aceptables. La hija de Aung San, Aung San Suu Kyi, regresó de su exilio en
Inglaterra para dirigir la Liga Nacional para la Democracia, pero fue arrestada. La Liga sostuvo que
había obtenido una victoria masiva en 1990, pero los resultados oficiales de las elecciones reflejaban
los deseos del gobierno más que la elección de los votantes y el gobierno permaneció en el poder. Aung
San Suu Kyi fue puesta bajo arresto domiciliario hasta 1995, año en que fue inesperadamente libera·
da sin condiciones. En 1989 el nombre del país cambió de Birmania a Myanmar.

D. TIMOR

Timor, la última isla importante en el rosario de archipiélagos que se extienden entre Asia con·
tinental y Australia, fue dividida por los holandeses y portugueses en dos secciones casi iguales. La

500
501
Quinta Parte
ÁFRICA

lr. l
XI África del Norte

EL MAGREB

En los años cincuenta y sesenta de este siglo, África asistió a un fenómeno de un


alcance sin precedentes: la emancipación con respecto a la dominación extranjera de
inmensas áreas que se convirtieron en estados soberanos independientes. Este proce-
so tuvo repercusiones mundiales y eclipsó al resto de los asuntos africanos. Ocurrió de
manera totalmente inesperada. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial sólo
existían tres estados plenamente independientes en África: Etiopía, Liberia y África
del Sur. En la década siguiente se preparó la liquidación de los imperios francés, bri-
tánico y belga, y al cabo de otros diez años la mayor parte de África era libre. Puesto
que Francia, Gran Bretaña y Bélgica adoptaron una actitud lo suficientemente flexi-
ble como para aceptar pronto la necesidad de marcharse, estas décadas fueron testi-
gos de luchas por razones de calendario más que de principios. Obligados por la valo-
ración de las circunstancias más que por la fuerza, las potencias imperialistas
abandonaron con inesperada facilidad vastas áreas a cuyo dominio habían accedido
en el siglo precedente con idéntica facilidad. En el extremo meridional del conti-
nente, sin embargo, el proceso de descolonización quedó detenido a causa de la tena-
cidad de los portugueses en Angola y Mozambique y a causa de la implacable deter·
minación de los colonos blancos de Rodesia del sur a permanecer allí. En la
resistencia y el afán de autopreservación de estos últimos y en la negativa de los pri·
' ,4
• 1
meros a hacer una valoración de las circunstancias similares a las de franceses, britá-
1' nicos y belgas, influyó decisivamente la existencia -todavía más al sur- del reducto
de supremacía blanca sudafricano, donde la minoría de raza blanca era comparativa·
mente mucho mayor (uno de cada cuatro) que en cualquier otro lugar de África y se
veía al mismo tiempo fortalecida por las riquezas, J?Or el moderno poderío técnico, por
no tener ningún otro lugar adonde ir, y por un racismo doctrinario que permitía for-
mas extremas de injusticia represiva y de crueldad. Había también otras bolsas de
dominación portuguesa y española.

505
En ningún otro lugar mejor que en África puede ilustrarse más claramente la artifi· Durante la Segunda Guerra Mundial, todo el norte de África se convirtió en un
cialidad que resulta de tratar acontecimientos políticos y económicos con categorías geo- campo de batalla o, en el caso de Marruecos, en una zona de retaguardia militar. Igual-
gráficas. La franja septentrional del continente africano fonna parte de la civilización ará· mente importantes fueron las consecuencias políticas de la guerra, especialmente la
higo-islámica por su historia y ha sido más consciente de sus afinidades con Oriente Carta Atlántica, la retirada de Francia de los países árabes de Siria y Líbano, y la apari-
Medio que de sus antiguos vínculos económicos o sus actuales lazos políticos con el resto ción en escena de los estadounidenses, incluido el propio presidente Franklin D. Roo-
de África. Además, el dominio europeo ejercido desde Casablanca hasta Suez por medio sevelt, que mantuvo una entrevista a la que se dio mucha publicidad con el sultán de
de protectorados, desiguales tratados, acuerdos militares y anexión directa fue diferente a Marruecos, Mohammed V ben Yusuf. El líder nacionalista tunecino, Habib Burguiba,
los imperios coloniales que los europeos establecieron al sur del Sahara. Pero al mismo fue liberado de una prisión francesa en 1943, viajó a El Cairo en 1945 y de allí se tras-
tiempo, África del Norte forma parte del continente africano; la línea de división étnica ladó a Estados Unidos, y finalmente se estableció en su país natal una vez más en 1949.
entre la raza árabe-beréber y la bantú corre a través del Sudán y origina allí problemas que . El líder marroquí, Alla al-Fasi, que había estado encarcelado de 1937 a 1946, también
otros estados situados a un lado y otro de la línea no pueden ignorar del todo; Egipto y fue a El Cairo y luego se asentó temporalmente en Tánger. En 1947, la recién consti·
Marruecos han desempeñado destacados papeles en los asuntos africanos y en conferen· tuida Liga Árabe creó una Oficina del Magreb (Magreb = Oeste en árabe; el Magreb
das y asociaciones; Túnez, más reticente, tuvo no obstante una voz sobresaliente en los comprende al menos Marruecos, Argelia, Tunicia y a veces también Tripolitania), ins-
problemas del Congo. El desierto no es ya la barrera que solía ser, puesto que el a~ión y titucionalizando de esta forma el interé~ árabe en lo referente a los asuntos de África del
sobre todo la radio han permitido al hombre rebasarlo; la lengua no es entre el Africa Norte, interés que iba a hacerse más profundo y efectivo en los años venideros.
á~be y el África bantú un obstáculo mayor de lo que lo es dentro de cada una de estas Tanto Francia como Italia habían sido derrotadas en el transcurso de la guerra.
áreas; y la religión proporciona puntos de contacto a los musulmanes y a los cristianos de -0-mbas, sin embargo, acabaron en el lado de los vencedores. Por lo que respecta a
ambos lados de la línea divisoria. Por consiguiente, el nort~, aunque todavía hoy diferente Africa del Norte, Italia pagó el precio de la derrota mientras que Francia obtuvo la
del resto del continente en un sentido particular y perdurable, será considerado aquí más recompensa de la victoria; Italia perdió sus colonias africanas mientras que Francia vol·
africano que asiático con la única excepción de Egipto, cuyo papel africano después de la vió a instalarse en el Magreb. Allí, los franceses, conscientes de la necesidad de intro·
guerra ha estado constantemente subordinado a su papel asiático y no a la inversa. ducir cambios, pretendieron efectuarlos dentro del marco de los tratados de El Bardo y
Toda la costa norteáfricana fue sometida al dominio europeo -francés, italiano, Fez, pero los nacionalistas aspiraban a acabar de una vez por todas con la condición de
británico-- en el transcurso del siglo XIX o un poco más tarde. La esfera de influencia protectorado. En los tres territorios, los franceses habían fomentado la inmigración de
británica en Egipto ha sido examinada en otra parte de este libro, pero el resto de esta modo que existía una considerable población francesa asentada y dedicada a la agri·
zona, aunque preponderamentemente árabe y musulmana, será considerada aquí en cultura o al comercio, además de los administradores franceses que gobernaban Arge-
su contexto geográfico africano. También lo será Sudán, el país donde la línea divi- lia y habían llegado a hacer otro tanto en Marruecos y Tunicia (o Túnez) a pesar de la
soria entre las culturas árabe y áfricana es más evidente. soberanía del sultán y del bey. Existía una elite que había recibido una educación fran··
Los franceses invadieron Argelia en 1830 y la declararon parte de la Francia metro- cesa y que tenía un alto concepto de la cultura de Francia que era lo que los franceses
politana en 1848. Como consecuencia de la ocupación de Argelia, se vieron implicados pretendían, pero que asimismo se sentía atraída por la idea de la independencia, algo
en las vecinas monarquías de Túnez, al este, y Marruecos, al oeste, entonces bajo sobe- que los franceses no habían previsto. Estos nacionalistas partidarios de la moderniza·
ranía nominal del sultán otomano. Mediante el tratado de El Bardo de 1881 establecie- ción se encontraron ligados -si bien el único punto en común era el nacionalismo-- a
ron un protectorado sobre Túnez, un pobre y relativamente pequeño país con una pobla- los revoltosos tradicionalistas, para lo que, desde una perspectiva conservadora y
ción en 1945 de sólo tres millones de habitantes. En Marruecos, la desaparición del musulmana, la presencia francesa era odiosa. Atrapado entre estas corrientes, el bey de
poder del Sultán otomano coincidió con la decadencia de la propia autoridad del sultán Túnez mantuvo una actitud ineficazmente irresoluta y vacilante hasta que fue más o
de Marruecos, lo que sirvió de invitación y excusa para la intervención extranjera, pero menos captado y conquistado por los franceses, para su propio desconcierto futuro,
el poderío francés no logró implantarse tan fácilmente debido a las ambiciones de otras mientras que el mucho más joven sultán de Marruecos se mostró también vacilante
naciones europeas. En los primeros años del siglo XX, Francia obtuvo vía libre en pero tenía una mayor claridad de objetivos y acabó por unirse al movimiento naciona-
Marruecos dejando por su parte expedito el camino a Italia y Gran Bretaña en Libia y lista siendo enviado al exilio por los franceses para su propio beneficio futuro.
Egipto, respectivamente, evitando dar satisfacción a una reivindicación de Alemania Los gobiernos de la IV República francesa fueron todos coaliciones que incluyeron
- 1
(que aceptó una compensación en África central) y permitiendo que España se apro- a ministros deseosos de hacer importantes concesiones a los movimientos nacionalis·
*i piase de la franja septentrional desde la que los árabes la habían invadido 1.200 años tas y a otros ministros que no querían hacer a los colonos la vida desagradable. Se trata
antes. El Tratado de Fez, que los franceses concertaron con el sultán en 1912, coronó de una combinación imposible que colocó a Francia en una posición de ineficacia, per·
estos éxitos diplomáticos y estableció un protectorado del mismo tipo que el de Túnez, mitió que Túnez y Marruecos consiguiesen sus objetivos y llevó al grupo más numero-
si bien el país entero no estuvo sujeto a un control francés efectivo hasta los años trein- so de los colonos, los argelinos, a la revuelta contra el gobierno de Francia. El primer
ta. Tánger se convirtió en una zona internacional y por consiguiente en un paraíso para plan francés fue también el primer fracaso francés. La Unión francesa, concebida en
falsificadores y tramposos. Los italianos vieron recompensados sus servicios cuando se les 1946, creó la nueva categoría de los estados asociados pensando en Mamiecos y Túnez,
permitió en 1911 tomar Tripolitania a los turcos en vísperas de las guerras balcánicas. y también en Vietnam, Laos y Camboya, pero mientras el trío de países asiáticos acep-

506 507
tó esta nueva condición, la pareja africana la rechazó. Hubo, no obstante, razonables pero a pesar de su algo lúgubre presencia, se inició un nuevo dialogue París-Fez y el sul-
esperanzas de alcanzar un arreglo con Túnez tras el regreso de Burguiba en 1949 y hasta tán visitó la capital francesa en 1950. Los franceses, sin embargo, creían que tenían
su detención a comienzos de 1952. Robert Schuman, primer ministro de Francia, una alternativa a la negociación con los nacionalistas, a los que ellos y algunos marro-
habló en 1950 de la independencia a la que a la larga accederían los estados protegi- quíes estaban tentados a tachar despectivamente de pueblerinos irresponsables y sin
dos, y se discutieron seriamente reformas intemas de naturaleza democrática; el parti- carácter, considerando que su importancia era menor que la de personajes tradicio-
do Neo-Destour de Burguiba tuvo representación en el gobiemo del bey. Pero muchos nales como el pro francés y antisultán rajá de Marrakech, El Glaui. El sultán fue per-
nacionalistas consideraban insuficientes las reformas excepto posiblemente como un suadido -con posterioridad afirmó que coaccionado- para firmar en 1951 decretos
primer paso, mientras que los franceses las entendían como un largo camino sin que que ponían en marcha las reformas que los franceses tenían previsto introducir, pero
ningún otro paso estuviera previsto a corto plazo. Antes de que acabara el año 1951, la consiguiente agitación en Marruecos y en otros lugares del mundo árabe le llevó a
el diálogo se había transfonnado en rivalidad y competencia por lograr el apoyo del un distanciamiento con respecto a los franceses y por espacio de ~n año hubo un cre-
bey. El propio bey estaba tan poco seguro de cuál era el mejor modo de proceder que a ciente desconcierto y desorden que culminaron en diciembre de 1952 en violentas y
veces parecía un nacionalista y otras veces un títere en manos de los franceses, los cua- bárbaras explosiones antiblancas en Casablanca. En el mes de febrero siguiente, el
les le presionaban para que aceptase las proyectadas reformas. sultán fue enviado al exilio. Su ausencia, sin embargo, no sirvió para restablecer
A principios de 1962 ganó terreno en París una línea de acción más dura. Burgui- el orden o fortalecer el dominio francés, mientras que en el Marruecos español una
ba fue detenido en enero y el primer ministro, Muhammad Chenik, fue destituido y asamblea de notables rehusaba reconocer al tío del sultán exiliado, Muhammad ben
arrestado en el mes de marzo. El bey aceptó el programa francés y una serie de Arafa, al que los franceses habían instalado en el trono. En 1955, a continuación de
nacionalistas huyeron a El Cairo. En Túriez, los cambios constitucionales que se habían que tuviera lugar el arreglo con Túnez, el sultán fue traído de nuevo y antes de que
pretendido que satisficiesen a los nacionalistas, se impusi.eron por la fuerza y en con- acabara el año Francia había accedido a conceder la plena independencia. Comenzó
tra de su voluntad. La tentativa de alcanzar bilateralmente un acuerdo había fracasa- a tener vigencia el 2 de marzo de 1956., Tanto Manuecos como Túnez pasaron a ser
do, ya que la conformidad del bey carecía de importancia en contraste con el desa- miembros de pleno derecho de la Liga Arabe en octubre de 1958.
:;, cuerdo de los nacionalistas que ahora llevaban el debate a la esfera internacional. Los Antes de que esto ocurriera, la revuelta argelina, un problema incomparablemente
dos años siguientes únicamente confirmaron el fracaso y pusieron al descubierto sus más grave, había comenzado. El rompimiento de las hostilidades, acaecido en las mon-
consecuencias. Más tarde, en 1954, Pierre Mendes France, tras su paz relámpago en tañas de Aures en 1954, fue en un principio considerado como un nuevo episodio de
Indochina, insistió en que el problema tunecino debía ser resuelto de manera no los ya familiares problemas coloniales, pero la situación se deterioró y fue adquiriendo
menos radical. Viajó a Túnez acompañado por el mariscal derechista Juin para pro- gravedad hasta convertirse en una guerra que involucró a la flor y nata del ejército
poner un autogobiemo interno pleno. Su caída se produjo en febrero de 1955, antes y
francés y a toda la panoplia del mando militar, y que produjo censura, terrorismo tor-
de que su iniciativa hubiese dado frutos, pero su sucesor Edgar Faure prosiguió las tura -tres diferentes formas de desafío blanco francés a la autoridad de París- así como
negociaciones y, en junio, Burguiba aceptó las propuestas francesas como un paso la caída de la IV República y el éxito por parte de Argelia -hazaña única en África
hacia la independencia, y regresó a Túnez. Nueve meses más tarde, el 20 de marzo de hasta Zimbabwe- en la consecución de la independencia por la fuerza de las amias. La
1956, Túnez alcanzó la independencia plena y suscribió un tratado con Francia que situación no tenía paralelo en el resto de África. La población europea había formado
incluía una disposición para el estacionamiento de tropas francesas en el país. parte del país durante mucho más tiempo que cualquier otra comunidad colonizadora,
El caso marroquí no fue muy diferente. Un período de auténtica negociación reve- estaba más cercana de la Madre Patria, y en las ciudades principales era tan numero-
ló a ambas partes la gran distancia existente entre el programa francés de gradualis- sa, o casi tan numerosa, como la de los musulmanes; los servicios que había prestado a
mo democrático y la determinación de los nacionalistas de obtener la independencia Argelia eran considerables. También jurídicamente la situación era peculiar, puesto
sin más demora. La principal diferencia entre el caso marroquí y el tunecino estriba que Argelia constitucionalmente formaba parte integrante de la Francia metropolita-
en el temperamento de sus respectivos líderes. Mohammad V ben Yusuf había mos- na, de tal modo que los franceses que ni tan siquiera podían concebir la idea de una
trado indicios de vinculaciones personales con el partido Istiqlal (Independencia) al Argelia separada e independiente tenían una venda en los ojos pero, sin embargo, no
finalizar la guerra, y al hacerlo había destruido la base de gobierno en Marruecos que, estaban manteniendo ninguna ficción. Esta situación jurídiéa contribuía a reforzar una
durante el mandato de siete años del general Nogues como residente general, había obstinada actitud psicológica que hacía que, visto desde fuera, uno se preguntase cómo
descansado en las buenas relaciones personales entre ambos hombres, o sea, en el dia- era posible que los franceses fueran los únicos en el mundo incapaces de darse cuenta
logue sulw.n-résident. Un segundo factor importante fue el aislamiento de los colonos de que sus días como dominadores de Argelia estaban contados. Por añadidura, los
franceses con respecto al mundo exterior durante los años de la guerra comprendidos franceses, al igual que los británicos en Oriente Medio tras su salida de la India, abo-
entre 1940 y 1942, un aislamiento que tuvo mayores consecuencias en Marruecos que rrecían la idea de nuevas capitulaciones después del hundimiento de su imperio en
en Túnez porque la comunidad francesa en Marruecos estaba también aislada con res- Indochina; así como los africanos se vieron alentados por la conclusión del dominio
pecto a la población musulmana circundante a causa de la política prebélica de Lyau- francés y británico en Asia, de la misma forma pero en sentido inverso los franceses y
tey consistente en emplazar nuevas ciudades francesas lejos de los tradicionales cen- británicos se vieron influidos en sus políticas africanas por sus experiencias posbélicas
tros de la vida marroquí. Desde 1947 hasta 1951, el mariscal Juin fue residente general en el continente asiático, cometiendo -en Argelia y Egipto en particular- errores de

508 509
comprensión y de medida del tiempo que hubieran podido evitar si no hubiesen sen- fueron secuestrados al regresar vía aérea de una reunión con el sultán de Marruecos. El
tido que su descenso desde el primer puesto estaba resultando ser demasiado precipita- avión en el que viajaban, que estaba matriculado en Francia y pilotado por un francés
do para la dignidad o la seguridad nacionales. aunque su servicio estaba a cargo de una compañía no francesa, fue desviado de su des-
En Argelia, además, los veteranos oficiales franceses desarrollaron, a la sombra de tino a Argel sin el conocimiento del gobierno de París. Durante los dieciocho meses
la derrota en Indochina, un sentido mesiánico tan fuerte que deformó su sentido de la siguientes las posiciones políticas permanecieron irreconciliables, el ejército francés y el
proporción y les condujo finalmente a olvidar y abandonar sus juramentos de lealtad FLN consiguieron llegar a una situación en la que ninguno podía infligir una derrota al
a la bandera. Estos oficiales se convencieron a sí mismos de que pertenecían a la gallar- otro, el terrorismo se intensificó por ambas partes extendiéndose a París y a otras ciu-
da y presciente casta de los salvadores con espada, de que eran los únicos que aprecia- dades de Francia, la tortura se convirtió en un instrumento de gobierno habitual, y toda
ban toda la gravedad de la amenaza comunista para la civilización, y de que el suyo era intención de aplicar la nueva Constitución de compromiso llamada Estatuto Argelino
el honroso destino de capitanear la resistencia contra los fantasmas de la oscuridad y de 1947 fue finalmente abandonada. La situación parecía haber llegado a un callejón
abrir los ojos de los haraganes de mente confusa a los peligros y responsabilidades del sin salida, a un impasse total, tanto política como militarmente.
siglo XX. Este determinismo apocalíptico iba acompañado de una emoción casi igual· En este mismo período, Marruecos y Túnez se implicaron más estrechamente en el
mente apasionada que era local y práctica en lugar de cósmica y visionaria. La tarea de conflicto. El sultán de Marruecos se había sentido profundamente ofendido por el secues-
administrar día a día extensas regiones de Argelia había pasado a ser responsabilidad tro de Ben Bella, que había sido su huésped hacía nada más una o dos horas antes, y Bur-
del, ejército, y al gobernar sus respectivas localidades los oficiales habían ido adqui- guiba se enfadó cuando los franceses -irritados por la libertad e impunidad con que el
ri.endo una habilidad, conocimiento y simpatía hacia el pueblo a su cuidado que -como FLN utilizaba el territorio tunecino y marroquí como refugio donde poder descansar y
ellos juzgaban acertadamente- ninguna otra autoridad podría fácilmente suplir. reparar daños sin temor a ningún ataque- lanzaron un ataque aéreo sobre Sakiet en
La revuelta de Sétif en 1945 fue un presagio. Al igual que un similar levantamiento Túnez, en febrero de 1958, resultando muertas setenta y cinco personas; Burguiba ame-
en Madagascar en el mismo año, esta revuelta fue sofocada con brutalidad, causando nazó con cortar los suministros a las unidades francesas en Túnez. El monarca marroquí
numerosas víctimas; Francia en 1945 no estaba en situación de hacer las cosas a medias. y el presidente tunecino se habían reunido en Rabat a finales de 1957 y se habían ofrecido
El líder nacionalista Ferhat Abbas fue detenido y a la comunidad francesa se le dio la a mediar, pero los franceses, dejándose llevar por el optimismo a causa de algunos recien-
excusa y el incentivo de arrogarse una autoridad que pertenecía en justicia al gobierno tes éxitos en el campo de batalla, habían declinado el ofrecimiento. Burguiba persistió en
de París. La debilidad y las divisiones de los gobiernos de la IV República permitieron sus intentos de hallar una solución pacífica, no sin cierta consideración hacia los crecien-
que esta autoridad se ejerciese y se ampliase hasta que la vuelta al poder del general De tes vínculos entre el FLN y Egipto, país con el que mantenía malas relaciones como con·
Gaulle en 1958 la puso a pmeba y no logró superarla. No hubo, sin embargo, ninguna secuenciá de un atentado contra su vida del que acusaba a Nasser. Se habló de una fede-
amenaza efectiva al dominio francés durante la década transcurrida entre el levanta- ración magrebí que incluiría a una Argelia independiente así como a Marruecos Y Túnez.
miento de Sétif de 1945 y la revuelta de las montañas de los Aures a finales de 1954. El 28 de mayo de 1958 el último primer ministro civil de la IV República france-
Durante estos años, los ministros y gobernadores generales franceses trataron de mitigar sa, Pierre Pflimlin, dimitió víctima de la guerra argelina para la que ni él ni sus cinco
la represión del nacionalismo templándola con el progreso econórriico y reformas demo- predecesores habían podido encontrar solución. El 13 de mayo, Argel se había rebe-
cráticas, pero no consiguieron aplacar a los nacionalistas, cuya aspiración no era la lado contra París, y un gobierno integrado por residentes franceses y jefes del ejérci-
reforma sino la independencia, y se habían enemistado con la comunidad europea, que to se hizo cargo del poder en Argelia. El 30 de mayo, según estaba previsto, este
estaba demasiado absorta con la represión para ocuparse de otras cosas. gobierno tomaría el poder en París mediante un golpe de Estado. Casi toda Córcega,
Este dilema se vio vivamente ilustrado durante la primera fase de la revuelta. La el necesario trampolín, había aceptado al régimen rebelde, y a la mitad de los coman-
derrota del gobierno Faure en noviembre de 1955 había sido seguida de unas elecciones dantes de las regiones militares de Francia se les consideraba desleales. Sólo seguía
generales y de la formación de un gobierno de minoría encabezado por Guy Mollet. El existiendo un único obstáculo en la capital para obtener el éxito: un francés de enor-
nuevo primer ministro se atrevió a buscar una vía para lograr que la lucha cesase. A me prestigio y excepcional habilidad política. El 1 de junio el general De Gaulle fue
pesar de todo, cuando fue a Argel los europeos le arrojaron basura, mientras que los con- investido de plenos poderes. El 4 de junio se trasladó a Argel.
tactos con los líderes del insurrecto Front de Libération Nationale (FLN) resultaron Sólo es posible hacer conjeturas sobre cuál era la política que tenía De Gaulle en
totalmente improductivos. Mollet designó al general Catroux, un militar muy respeta- junio de 1958. Puede ser que no tuviera decidida ninguna política concreta pero pro-
do y de mentalidad liberal, como gobernador general, pero Catroux dimitió del cargo al bablemente se dio cuenta de cuál sería el inevitable final. Lo que sucedió es que,
cabo de una semana y sin haber siquiera abandonado Francia. En mayo de 1956, mediante una mezcla de autoridad y ambigüedad se impuso a la situación y paulatina-
Mendes France dimitió del gobierno Mollet alegando que éste no estaba haciendo todo mente adquirió el poder para imponer a ésta una solución. Tardó casi cuatro años en
lo necesario, mientras que el primer ministro probablemente pensaba que si se arriesga- lograrlo. Haciendo lo necesario para mantener la iniciativa pero no tanto como para
ba y emprendía una acción más atrevida, provocaría una lucha entre París y los euro- revelar su estrategia, impidió que grupos potencialmente hostiles actuasen contra él
peos de Argelia que París no ganaría. En octubre de 1956 la debilidad de París quedó hasta que fue ya demasiado tarde. Comenzó por hacer las paces con Túnez y Marrue-
ilustrada dramáticamente, y su posición con respecto al FLN se vio gravemente daña· cos accediendo a la retirada de las fuerzas francesas de ambos países (excepto de la base
da, cuando cinco dirigentes del FLN, entre los que estaba incluido Ahmed Ben Bella, naval tunecina de Bizerta). A continuación desplazó de Argelia a muchos oficiales

510 511
1
!
'
superiores que, aunque estuvieron dispuestos a protestar por sus destinos, no podrían Moscú y Pekín en busca de ayuda. Durante el año 1960, por otra parte, se vio de forma
negar la legitimidad de una orden emanada del general. Al general Salan, primordial patente que el movimiento de opinión entre los argelinos no combatientes se dirigía
elemento aglutinador de la desafección y líder del putsch de mayo, se le permitió per- hacia el FLN y hacia su inequívoca demanda de independencia y no hacia ninguna posi·
manecer temporalmente en su comandancia, pero se le exoneró de sus funciones civi- ción intermedia entre el FLN y los europeos (como De Gaulle es posible que esperase en
les que fueron ahora una vez más separadas del mando militar supremo. Después de la época de su declaración de septiembre de 1959). De Gaulle comenzó por coilsiguien·
estos movimientos preliminares, y con prudente lentitud, De Gaulle preparó su primer te a moverse con más determinación hacia la negociación con el FLN. Un primer
importante informe sobre la futura condición de Argelia y realizó su primera tentativa encuentro secreto en Melun, en el mes de junio, fue un fracaso, pero después de una serie
de paz con el FLN. En septiembre de 1959 ofreció la p9sibilidad de optar (de modo de discusiones entre De Gaulle y Burguiba, entre los líderes del FLN y Georges Pompi-
similar a la oferta que hizo a las colonias de Francia en Africa occidental y central en dou (todavía por estas fechas un banquero particular) y entre el FLN y los marroquíes,
1958) entre la independencia, la integración a Francia y la asociación con Francia, los tunecinos y los egipcios, se inauguró una conferencia en Evian en mayo de 1961. Pero
elección que debería hacerse en el plazo de cuatro años desde el cese de las hostilida- llegados a este punto, los recelos y las dificultades resultaron ser demasiado grandes, entre
des, el cual se definía como cualquier año en que menos de 200 personas hubieran estas últimas se hallaba la reivindicación del FLN de ser reconocido como gobierno, el
resultado muertas en combate o víctimas del terrorismo. Esta declaración precipitó una derecho del encarcelado Ahmed Ben Bella a aparecer en la conferencia, garantías para
segunda revuelta blanca. El 24 de enero de 1960, la comunidad europea dejó claro que los franceses que pudieran desear permanecer en Argelia, mantenimiento de los derechos
se opondría incluso a De Gaulle antes que aceptar la independencia de Argelia. La franceses sobre la base naval de Mers-el-Kebir, el petróleo sahariano, y las condiciones
rev;_.elta resultó un fracaso. El gobierno francés, actuando enérgicamente en Argelia y en que se celebraría el proyectado referéndum sobre la condición de Argelia.
en Francia, demostró a su vez de qué m(!.nera había crecido la autoridad y el poder de Esta conferencia no logró alcanzar un acuerdo, pero en el mes de julio De Gaulle,
París durante los pasados dieciocho meses. Pero para los argelinos, la oferta de De Gau- en un discurso televisado, aceptó de forma inequívoca la independencia argelina. En
lle en 1959 se quedaba a medio camino porque era una solución que no suponía en ese mismo mes, sin embargo, las relaciones franco-tunecinas sufrieron un brusco
absoluto una verdadera independencia y que para entonces resultaba inaceptable. retroceso cuando Burguiba, preocupado por los derechos tunecinos en el Sahara,
El apoyo a De Gaulle en Francia, más extendido y más vigoroso en 1960 que en pidió una completa evacuación francesa de Bizerta (efectuada en octubre de 1963 una
..;'·
1958, se debía por una parte al sentimiento de que la guerra estaba durando demasiado vez que Túnez expuso sus quejas ante las Naciones Unidas, acentuándose así la anti-
y por otra a la inquietud por los métodos que se estaban utilizando para llevarla a cabo. patía de De Gaulle por esta organización)¡ y el FLN adoptó una línea más enérgica
El libro de Henri Alleg La Question concentró la atención en la práctica de la tortura cuando Yusuf Ben Khedda sucedió al más moderado Ferhat Abbas al frente del
por parte de unidades del ejército francés. El juicio de Alleg en 1960, seguido de la desa- gobierno provisional argelino, apoyó a Burguiba en la cuestión de Bizerta, y pronun-
parición y -como se supuso correctamente- el asesinato del catedrático universitario ció algunos vigorosos discursos en la conferencia de países no alineados de Belgrado,
comunista francés Maurice Audin, el juicio en 1961 de la joven argelina Djamila Bou- en septiembre. Además, en ese mismo mes la OAS llevó a cabo un fallido atentado
pacha, las protestas de los cardenales católicos que ocupaban sedes francesas, y un mani- contra la vida del general De Gaulle, las actividades de la OAS se intensificaron en
fiesto firmado por 121 destacados intelectuales, todo ello contribuyó a que la opinión toda Francia así como en Argelia, y hubo rumores sobre la proclamación de una repú-
francesa se volviese contra la comunidad francesa y el ejército francés en Argelia. Hacia blica francesa disidente bajo la jefatura del general Salan en Argelia del norte. En
el final de 1960, los líderes de la revuelta de enero fueron llevados también a juicio. Pero octubre, Ben Khedda propuso una nueva ronda de negociaciones.
todavía iba a tener lugar una nueva rebelión blanca. Se produjo en abril de 1961. Fue La segunda conferencia de Evian tuvo lugar en marzo de 1962, El 18 de ese mes
dirigida por cuatro generales y duró cuatro días. Dos de los cuatro generales, Salan y se firmó un acuerdo de alto el fuego. La conferencia acordó también los términos para
Jouhaud, fueron a continuación sentenciados a muerte in absentia, y los otros dos, Cha- la celebración de un referéndum y, presuponiendo que el resultado sería favorable a
lle y Zeller, que se habían entregado, a quince años de cárcel, si bien todas estas sen- la independencia, se acordó entre otras cosas que las tropas francesas se irían retiran-
tencias fueron finalmente reducidas. Del fracaso de esta rebelión surgió la Organisation do progresivamente en el transcurso de tres años, con excepción de Mersel-Kebir, que
de l'Armée Secréte (OAS), que recurrió al terrorismo y, al crear entre la población se permitiría ocupar a Francia durante al menos quince años¡ que Fra'ncia podría con-
europea temores a represalias por parte de un gobierno independiente argelino, provo- tinuar sus ensayos nucleares en el Sahara y conservar allí sus aeródromos por espacio
'l
¡ 1
có -cuando la independencia se hizo inevitable- un éxodo que privó al país de muchos de cinco años¡ que Francia proseguiría sus actividades económicas en los yacimientos
¡• 1
y muy necesarios técnicos en administración, educación y otros servicios públicos. petrolíferos saharianos; y que la ayuda técnica y financiera francesa a Argelia no se
*l La victoria de De Gaulle sobre el frente blanco no fue al principio seguida de un progre- vería disminuida durante al menos tres años. El 3 de julio de 1962, Argelia pasó a ser
so en el sector nacionalista. En septiembre de 1959, el FLN había anunciado la constitu- un Estado soberano independiente por primera vez en su historia. Pero sus dirigentes
ción de un gobierno provisional argelino en el exilio con Ferhat Abbas como presidente no permanecieron unidos. En las disputas que se sucedieron a continuación, Ben
y el encarcelado Ben Bella como vicepresidente, y Ferhat Abbas había abandonado Bella, que regresó a la escena política tras seis años de ausencia, en prisión, obtuvo el
Túnez trasladándose a El Cairo, que iba a ser la sede del gobierno por el momento. De poderío pero se ganó la antipatía de colegas y seguidores al actuar con demasiada
Gaulle, fiel a lo que era su temperamento, contemporizó tras la derrota de la revuelta prisa, al tratar de reorganizar al FLN sobre líneas comunistas, y al intentar desempe-
blanca de enero de 1960, y esta inactividad hizo que los argelinos se volvieran hacia ñar el papel principal y radical en los asuntos africanos y afroasiáticos, descuidando

512 513
de esa forma urgentes problemas internos. En junio de 1965 fue derrocado cuando ibía a Argelia como una democracia pluripartidista, pero en realidad se estaba con-
estaba a punto de desembarazarse de su ministro de Defensa, el coronel Houari Bume· ~~rtiendo en un país dividido en facciones, en el que los partidos (antiguos y moder·
dian, el cual le sucedió como jefe del gobierno. Ben Bella estuvo encarcelado hasta nos) y el ejército se estaban descomponiendo y perdiendo su legitimidad y su autori··
1978, año en que consiguió huir, manteniéndose como fugitivo hasta 1990. dad. El Frente Islámico de Salvación (FIS), creado en 1989, alcanzó grandes éxitos en
La política de Bumedian consistía, en lo referente a asuntos internos, en: una nueva las elecciones locales de 1990, y ganó de hecho las elecciones generales del año siguien·
estructura de gobierno, capitalismo de Estado, nacionalización de los recursos naturales, te· el FLN obtuvo sólo 16 escaños en la primera vuelta y canceló la segunda. Chadli fue
vigorosa explotación de las reservas de petróleo y gas, e industrialización¡ y en asuntos obligado a dimitir y un improvisado Alto Consejo de Estado persuadió a Muhammad
exteriores: relaciones prudentement~ buenas con la URSS, manteniendo la colabora- Budiaf, héroe de la guerra de independencia, para que regresara de Marruecos, donde
ción con Francia, una entente magrebí, y una activa asociación con los estados árabes se había refugiado tras ser condenado a muerte por Ben Bella en 1964, y asumiera la
contra Israel. Bu median dirigió un Consejo de la Revolución que se creó en este momen- presidencia. Budiaf era un musulmán devoto y gran promotor de un gobierno civil y
to¡ él mismo era el presidente pero no fue revelada la identidad de los otros f!1iembros. laico, pero fue asesinado a los pocos meses de formarlo, y el ejército nombró al general
En 1968 designó a una serie de autoridades regionales para asuntos económicos y socia· Uamín Zerual en su lugar. Budiaf y, tras él, Zerual, se encontraban con el dilema de
les y las hizo electivas un año más tarde. El descontento -puesto de manifiesto brusca- intentar destruir o disolver al FIS que, a pesar de ser islámico e insistir en el estableci •
mente a raíz de una abortada revuelta del ejército capitaneada por el coronel Tahar miento de normas y comportamiento musulmán más rigurosos, no pretendía establecer
Zbiri- se centraba en el hecho de que no se hubiese efectuado inmediatamente el repar- un Estado teocrático islámico al estilo del sudanés o el iraní. El FIS fue prohibido y
to de los latifundios ni se hubiese concedido a los obreros de la industria todo el control miles de sus seguidores arrestados, pero Zerual era más partidario de la conciliación que
en la gestión que muchos de ellos querían, pero en general el nuevo gobierno quedó rápi· de la erradicación, siempre que pudiera hacerlo sin afrentar a los militares partidarios
da y firmemente consolidado. En el terreno de la política exterior, Bumedian firmó una de la destrucción. En 1994 mantuvo conversaciones con diversos dirigentes de partido,
serie de acuerdos con Francia para el desarrollo y nacionalización de la industria minera excluido el FIS, pero estos partidos no deseaban medidas para volver a la democracia
y otras, asegurándose tanto la ayuda francesa como el control argelino. También consi- sin la cooperación de aquél; más tarde, ese mismo año, el FIS asistió a una conferencia
guió que volvieran a Argelia 300 obras de arte que se habían llevado los franceses. En celebrada en Roma, que fue por esa razón boicoteada por el gobierno. De ella salió un
1967, Francia desmanteló las bases terrestres que todavía tenía en Argelia y al año Compromiso Nacional que el FIS aceptó y el gobierno rechazó. Al año siguiente, con
siguiente hizo lo mismo por lo que respecta a la base naval de Mers-el-Kebir. Bumedian el FIS prohibido, Zerual, convertido en civil, fue reelegido. El país estaba en estado de
visitó Nloscú al poco tiempo de haber accedido al poder, rompió relaciones diplomáticas guerra y anarquía, cientos de personas eran asesinadas a diario, y los empresarios, el FMI
con Gran Bretaña a causa de Rodesia, declaró la guerra a Israel y envió tropas para com- y los acreedores externos estaban sumidos en el pesimismo.
batir contra ese país, y rompió relaciones con Estados Unidos. Cuando se celebró en Entre Marruecos y Mauritania existía un vínculo en tanto en cuanto España conser-
Argel, en 1969, el primer festival cultural panafricano, éste contó con la presencia del vase sus posesiones africanas, pero existía un subyacente conflicto sobre la suerte final
presidente de la URSS y del ministro francés de Asuntos Exteriores, así como con el con• de una de estas posesiones: Río de Oro. España había cedido el Marruecos español a
curso de destacadas personalidades africanas y de otros países. Marruecos en 1956, conservando no obstante las ciudades de Melilla y Ceuta y otros
Argelia se enfrentó con Marruecos en una breve guerra, en 1963, a causa de un liti· tres pequeños enclaves cuya población era fundamentalmente española. En 1957, Espa-
gio sobre una frontera común y como resultado de la desaparición del control francés ña envió tropas a lfni, en el sudoeste de Marruecos, pero en 1958 cedió este territorio a
en ambos países. La monarquía conservadora de Marruecos y la república socialista Marruecos hasta una latitud sur de 27º 40'. Quedaban las islas Canarias, que siguieron
argelina no estaban precisamente llamadas a entenderse, incluso aunque no hubiese formando parte de España, y Río de Oro, reclamado tanto por Marruecos como por
existido una frontera mal definida, pero las conversaciones entre el rey Hassan II y Mauritania. Estos pretendientes rivales estaban unidos entre sí en contra de la presen·
Bumedian en 1968-1970 condujeron a un arreglo que fijó la frontera y estipuló asimis- da española en un territorio donde se habían descubierto en 1945 las reservas de fosfa-
mo la explotación conjunta del mineral de hierro en Tinduf sobre la base de que la pro· tos más ricas de todo el mundo. Mam1ecos, que dependía enormemen.te de las exporta··
pia Tinduf estaba en Argelia. Este acuerdo era clara y visiblemente favorable a Argelia. dones -y por tanto del precio mundial- de los fosfatos, hubiera deseado adquirir la
Marruecos lo firmó con la esperanza de obtener el apoyo argelino contra Mauritania en totalidad de Río de Oro pero estaba dispuesto a conceder una parte sustancial de éste a
el traspaso de la Mauritania española (Río de Oro). Pero esta maniobra fracasó. Mauritania antes que tener que asistir a la creación de un nuevo Estado, posiblemente
1
Bumedian dirigió un Estado con un solo partido durante trece años, durante los cua- con un mol').arca hispanófilo y una amplia ayuda y tutela españolas; Mauritania desea-
'"l les el FLN se disolvió en camarillas, se hizo corrupto y perdió buena parte de su auto· ba impedir la creación de un Gran Marruecos. España, que había enunciado su inten·
ridad sobre el ejército. Fue destituido en 1978 y lo sustituyó, tras un intervalo, el coro- ción de abandonar el territorio en 1974, quería que se celebrase un referéndum del que
nel Chadli Benyedid, que no fue capaz impedir la corrupción, de solucionar la pobreza saldría una mayoría a favor de un nuevo Estado independiente. Marruecos combatió
ni de hacer disminuir la insatisfacción. En 1988 continuaban las revueltas y una inter- este proyecto pidiendo a la ONU que preguntase al Tribunal de Justicia Internacional
vención militar abierta, mientras una elite envejecida intentaba gobernar un país en el quién había estado en posesión de Río de Oro antes de que los españoles llegasen allí.
que las tres cuartas partes de la población tenían menos de veinticinco años, y casi la El Tribunal contestó en 197 5 que la condición de Río de Oro debería determinarse
mitad eran menores de catorce. En 1989 se estableció una nueva Constitución que des- sobre la base de la autodeterminación y no recurriendo a la historia pasada.

514 515
Mientras el Tribunal se hallaba todavía deliberando, Marruecos alcanzó un acuer- tener a Libia alejada del Polisario molestó a Estados Unidos, y, en 1986, el rey Has-
do preliminar con Mauritania sobre la explotación de los fosfatos y en 1975 el rey san abrogó su tratado con Libia para poder restablecer relaciones con Washington.
Hassan condujo personalmente a 350.000 marroquíes a lo largo de algunos kilóme· El mismo año, Hassan celebró el 25 aniversario de su coronación. Combinó la auto-
tras hacia el interior de Río de Oro en una manifestación destinada a forzar a España cracia y la ostentación con la astucia política. Obtuvo la confianza de su ejército y
a negociar con Marruecos y Mauritania y no ceder su puesto a una tercera autoridad. explotó el nacionalismo de todos los marroquíes, al margen de partidos y clases. Todo
España acordó a finales de año transferir Río de Oro a los dos pretendientes africanos patrocinio, político y religioso, estaba en sus manos. Los partidos políticos, que desde
conjuntamente, y ellos, cinco meses después, se lo repartieron: dos tercios para 1977 estaban legalizados, aceptaban una democracia nominal por la que a cambio ofre··
Marruecos y un tercio para Mauritania. cían buen comportamiento. El fundamentalismo religioso fue suprimido, a pesar del
Argelia veía con recelo un acuerdo que se había llevado a cabo sin su intervención amplio apoyo popular. Los partidos de izquierda que no fueron de.struidos estaban mina-
y que obstruía su acceso al Atlántico. Decidió apoyar al Polisario (Frente Popular para dos por la policía secreta. Su política en el Sahara no fue cuestionada, pero el éxito de
la Liberación de Saguiet el-Hamra y Río de Oro) que llevaba existiendo desde 1973 y la misma animó a los opositores, cuyas voces habían sido silenciadas por el patriotismo,
sostenía que Río de Oro no debía pertenecer ni a Marruecos ni a Mauritania. En febre- a expresarse contra la autocracia monárquica. En 1993 aumentó notablei:nente su cré-
ro de 197 6 se proclamó (en Libia) una República Democrática Árabe Saharaui. Marrue- dito inaugurando una enorme mezquita y permitiendo las primeras elecciones en nueve
cos y Mauritania unieron sus fuerzas contra el Polisario, pero para este último país el años (para dos tercios de los escaños del Parlamento). Los partidos de la oposición
esfuerzo era demasiado grande dada su penuria económica, y en 1978 el ejército quitó obtuvieron algunos avances, pero no suficientes como para preocupar al rey.
de en medio al presidente Ould Daddah y abandonó la lucha. La guerra no obstante prosi- En el Sahara, Marruecos estaba preocupado principalmente por mantener al Polisa-
guió porque las tácticas y recursos del Polisario, eficac~s contra Mauritania, no lo eran rio alejado de sus provincias atlánticas. El rey Hassan rechazó la petición de la OUA
sin embargo contra Marruecos. Mientras que el Polisario era capaz de infligir derrotas para que llevara a cabo conversaciones con el Polisario, aunque estaba dispuesto a res-
militares a Mauritania cuyas consecuencias económicas esta no podía asumir, Marrue- paldar un referéndum que, se suponía, le daría aquellas zonas disputadas que realmente
cos era un país más importante en todos los sentidos y no se podía disponer de él con le importaban a costa de dejar que la~ otras se convirtiesen en una república saharaui
tanta facilidad. Aun así, Marruecos tampocó era capaz de apartar al Polisario de la escena. independiente. Entre tanto, Marruecos iba haciendo retroceder al Polisario mediante la
... El conflicto tenía dimensiones más amplias. El Polisario contaba con el apoyo arge- táctica, ignominiosa pero efectiva, de construir muros de arena a lo largo de 2.000 km
lino y con armas rusas. Marruecos por su parte recibía ayuda de Francia y Estados Uni- de desierto. Esta línea, salpicada de fuertes cada 5 km y protegida por 100.000 soldados,
dos. El rey Hassan, que combinaba la ostentosa riqueza con la habilidad política, dis- creó enclaves en los que se asentaban inmigrantes marroquíes. Pero la guerra era rui-
ponía de la confianza de su ejército y explotaba el nacionalismo que impregnaba a nosamente cara y, en 1987, Hassan aceptó una reunión con Chadli, esperando poder
todos los estratos y partidos marroquíes. Era a los ojos de los estadounidenses un bas- suprimir la ayuda argelina al Polisario. Al Polisario se le permitió mantener su gobier-
tión contra el comunismo en África noroccidental. En el período que siguió a la caída no en Argel pero perdió las subvenciones argelinas, y a finales de la década sus dirigen-
del sha de Irán, cuando se estaba poniendo en duda la lealtad de Washington hacia sus tes disentían sobre si continuar la lucha y, en tal caso, sobre cómo obtener fondos. Para
aliados, Estados Unidos juzgó oportuno prometer al rey una creciente ayuda militar y 1992 parecía una fuerza agotada. Un grupo de 2.000 observadores y pacificadores de las
de otro tipo, aunque sólo fuera para aquietar esta corriente antiestadounidense. (Las Naciones Unidas (MINURSO) supervisó un referéndum en el que se ofrecía la elec·
promesas, una vez dadas, fueron cumplidas sólo tardíamente.) El rey cortejó aún más a ción entre la independencia y la incorporación a Marruecos, pero el apoyo de Estados
Occidente con su buena disposición ·para destacar modestas fuerzas a zonas conflictivas Unidos y las luchas internas en Argelia per~itieron a Hassan mostrarse inflexible ante
como la provincia Shaba en el Zaire. Argelia, por otra parte, aunque sospechosamente cualquier tipo de autonomía y sofocar los planes de referéndum.
izquierdista, era potencialmente un aliado más sólido. Era para Marruecos lo que la Marruecos se liberó simultáneamente de sus preocupaciones en el frente maurita-
India para Pakistán según el esquema geopolítico occidental: un valioso amigo desde el no cuando Mauritania, que se había adherido al tratado entre Argelia y Túnez de
punto de vista económico y estratégico, pero dudoso desde el punto de vista político. 1983 y había reconocido a la República Árabe Saharaui, se vio inmersa en problemas
La muerte de Bumedian, en 1979, no cambió esta ecuación sustancialmente, ya que el tanto internos como al sur de sus fronteras. Las estrecheces económicas, aumentadas
sucesor de Bumedian era el más prudente Chadli Benjedid, que se esperaba que desem- por un ejército invasor, exacerbaban las tensiones étnicas y de clase. Mauritania esta-
peñase el mismo papel con respecto a Bumedián que Sadat con respecto a Nasser. ba habitada por dos tribus moras (beidos y haratines) y por negros. Los beidos, de tez
Chadli consolidó su posición personal como sucesor de Bumedian y trazó a gran- clara, constituían una casta dominante, pero los haratines, descendientes de esclavos,
des líneas la idea de un Gran Magreb federado. El primer paso fue un tratado con los doblaban en número, mientras que los negros, aproximadamente un tercio del
Túnez en 1983, al que más tarde se adhirió Mauritania. Las maniobras y tentativas total, eran parientes de los fulani, los wolof y otras tribus senegalesas. Bajo el brutal
para mejorar las relaciones con Marruecos se vieron obstaculizadas por las diferencias gobierno del coronel Masouiya Ould Taya, que llegó al poder en 1984, miles de mau-
de ambos países por lo que respecta al Sahara Occidental y las dificultades se agrava- ritanos fueron asesinados en una serie de masacres que tuvieron lugar entre 1989 y
ron cuando el coronel Gaddafi visitó por sorpresa Rabat en junio de 1983 y vendió 1992, y decenas de miles huyeron a Senegal. La ilegada de esos refugiados no musul-
su apoyo al Polisario a cambio de un compromiso marroquí de mantenerse al margen manes provocó la expulsión de unos 70.000, y creó durante cierto tiempo una ame-
del embrollo del Chad. Pero el intento marroquí de aplacar a Gaddafi para así man· naza de guerra. (Había unos diez mauritanos en Senegal por cada senegalés residente

516 517
en Mauritania.) Ould Taya adoptó un sistema de partidos que utilizó en 1992 para cargo de un comisario de la ONU (Adrian Pelt), a raíz del cual todo el imperio norte·
reforzar su gobierno autocrático, mientras los diferentes partidos luchaban entre sí. africano de Italia se convirtió en una monarquía constitucional tripartita bajo la jefa-
En 1988, el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, intentó de nuevo tura del emir de Cirenaica, Muhammad ldris al-Sanusi, que pasó a ser el rey Idris de
resolver el problema sahariano. Marruecos y el Polisario aceptaron el plan de alto el Libia. El nuevo Estado comenzó su existencia el primer día de 1952 y poco después con·
fuego establecido por la ONU, que habría de ser seguido por un referéndum en el que certó un acuerdo con Gran Bretaña que aseguraba una indispensable ayuda económica
se elegiría entre la independencia y la incorporación a Marruecos. Este acuerdo care- y armas a Libia y derechos militares a Gran Bretaña en el pequeño puesto de El Adem.
ció por completo de solidez. A las pocas semanas se había reanudado la lucha, y un año Los estadounidenses establecieron con posterioridad una base mayor en Wheelus Field.
después ,Marruecos firmó con Argelia, Túnez, Libia y Mauritania un tratado para la En 1969, el rey fue expulsado por oficiales del ejército que estaban irritados por la
Unión Arabe Magrebí, que dejó al Polisario aislado. Era una unión geográfica, y no el corrupción en los altos puestos. Su líder era el coronel Gaddafi, que desdeñaba los pac-
bloque ideológico que Gaddafi había intentado formar en otras ocasiones. Su frágil tos y convenciones interviniendo siempre que le fuera posible para ayudar {sobre todo
cohesión fue puesta pronto a prueba cuando Marruecos {como Egipto) aceptó la lla- a los palestinos) o para hostigar (a las compañías de petróleo, los comunistas, Israel, y
mada de Estados Unidos para enviar tropas a Arabia Saudí durante la guerra del Golfo, los gobiernos establecidos, especialmente las monarquías). Dentro del mundo árabe,
mientras que Argelia y T ímez eran más críticos con Estados Unidos, y su población Gaddafi proyectó una serie de uniones o federaciones que eran insustanciales y fueron
más partidaria de las denuncias de Saddam Husseim contra Estados Unidos e Israel. puestas crecientemente en solfa: con Egipto y Sudán, en 1969, ampliada a Siria en
El sentimiento popular se estaba haciendo más claro e influyente en ambos países. En 1970, pero nunca efectiva; con Egipto y Siria, nuevamente en 1971 y de nuevo sin con-
Túnez, donde Zayn al-Abdin Ben Ali sucedió al venerable pero senil Bourguiba en 1987, secuencia alguna; con Egipto, en 1972 a raíz de la retirada rusa de este país, pero segui-
se permitió la formación de partidos políticos, aunque los partidos específicamente reli- da en 1973 de una total ruptura diplomática; con Túnez, en 1974, la más corta de estas
giosos fueron prohibidos: el gobierno temía a los fundamentalistas islámicos. En 1994 el tentativas de fusión, puesto que fue denunciada por Burguiba dos días después de ser
gobierno obtuvo todos los escaños. En Argelia la:s revueltas' de 1988 precedieron al esta- proclamada; con Siria, en 1980; y con el Chad, a principios de 1981. En este último
blecimiento de cambios constitucionales que la población aceptó en referéndum. La caso, la unión parecía ser un eufemismo para denominar a lo que de hecho era como
poco una anexión parcial. El desprecio por las convenciones por parte de Gaddafi le
... oposición política fue legalizada con limitaciones y se reconocieron los derechos civiles,
incluido el derecho de huelga. Como en Túnez, y por las mismas razones, no se podía llevó a organizar el asesinato de sus oponentes políticos que habían huido a países
legalizar ningún partido que defendiera una ideología determinada o que estuviera limi- extranjeros, utilizando incluso sus misiones diplomáticas para tal fin.
tado a cualquier raza o religión, aunque esta disposición se pasó por alto en la práctica, Dentro de África, Gaddafi no sólo desempeñó un papel muy destacado en los com-
al legalizar el Frente Islámico y el Bereber Rassemblement {Reunificación Beréber). Con plicados asuntos del Chad, sino que se sospechaba que abrigaba ambiciones mucho
la nueva Constitución, cualquier partido que obtuviera la mitad de los votos de una cir- mayores. El Chad, inmenso, árido y subpoblado (alrededor de unos cuatro millones de
cunscripción a la que le correspondieran varios escaños obtenía la totalidad de los mis- habitantes), situado a lo largo de la línea divisoria entre el África árabe y el África de
mos, y un partido que obtuviera menos del 10% de los votos no alcanzaba ningún escaño. lengua bantú, con seis fronteras internacionales y una supuesta riqueza en uranio, oro,
petróleo y otros productos preciosos, era un país endémicamente inestable y una tenta·
ción constante. Su primer presidente Fran~ois Tombalbaye, un represel.)tante de la culta
LIBIAY CHAD elite sureña, no mostró la más mínima comprensión hacia los musulmanes del norte,
cuya oposición a su gobierno él insistía en considerar como puro bandolerismo. Cons-
El destino de las colonias norteafricanas de Italia después de la guerra debían deci- tituía además una amenaza para el turismo que esperaba poder fomentar. Hacia 1966 se
dirlo las cuatro principales potencias victoriosas antes de septiembre de 1948, y si no vio sometido al desarío del FROLINAT, un movimiento de liberación del norte con
lograban ponerse de acuerdo, el problema sería transferido a las Naciones Unidas. Los sede en Libia. El presidente se dirigió a Francia en busca de ayuda, país con el que el
gobiernos británico e italiano idearon un plan, llamado el Plan Bevin-Sforza por ser Chad, al igual que otras ex colonias francesas, tenía concertado un acuerdo de defensa.
éstos los apellidos de sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, según el cual se (Francia tenía unos 6.000 soldados en África occidental y central por aquellos años, dis-
crearía un Estado libio independiente al cabo de diez años y hasta entonces las tres par- tribuidos a lo largo de trece estados.) Esta ayuda comenzó con suministros pero se
tes existentes estarían bajo tutela británica o italiana: el Fezzan {que era codiciado por amplió en 1968-1970 a una intervención directa con aviones y paracaidistas que ase-
los franceses que querían añadirlo a Túnez) estaría bajo fideicomiso italiano; Tripolita- guraron la posición de Tombalbaye hasta 1975 en que fue asesinado. Su sucesor, Felix
nia, situada en el medio, bajo administración británica durante dos años y luego dele- Malloum, perdió gradualmente la guerra contra el FROLINAT. Mientras tanto, se pro-
gada en fideicomiso a Italia durante los otros ocho; y Cirenaica, más al este, bajo fidei- dujeron rencillas y divisiones entre los líderes de los diversos ejércitos del FROLINAT.
comiso británico durante los diez años. Este plan no era del agrado de árabes y rusos, Los franceses se retiraron, Gaddafi respaldó a Gokuni Uedei, que estaba dispuesto a
que propusieron un fideicomiso de la ONU durante cinco años (también propusieron ceder -o a prometer que cedería- la franja de Aozou septentrional y sus reservas de ura-
fideicomisos de la ONU por cinco y diez años para Eritrea y la Somalia italiana). La nio a Libia. Su rival, Hissen Habré, estableció uná breve alianza con Malloum antes de
comisión política de la Asamblea aceptó el Plan Bevin-Sforza pero la propia Asamblea expulsarle y tomar el poder en la capital, N'Djamena, en 1979. Libia, Sudán y Níger
no logró aprobarlo y a continuación hubo un período de negociación e investigación a gestionaron un acuerdo superficial entre Uedei y Habré, pero en 1980, Libia, condu·

518 519
ciendo sus tanques rusos a través del desierto con una sorprendente velocidad y efica- todos estos acontecimientos en el año 1980 se consideraron resultado de las maqui-
cia, consiguió que Uedei pudiera expulsar a Habré. En 1981, Gaddafi y Uedei anuncia- naciones libias. También se atribuyó a Libia un abortado golpe de Estado en Gambia
ron una unión de sus dos países. Gaddafi se avino entonces a evacuar sus tropas, a cam- que fue sofocado gracias a una rápida intervención senegalesa. Las más lejanas repú-
bio de que los franceses se comprometieran a hacer otro tanto, pero aunque los franceses blicas centroafricanas del Camerún y del Gabón experimentaron asimismo una
se retiraron, los libios continuaron ocupando la franja de Uzu. En el resto del país, corriente libia interponiéndose en su camino y desearon íntima y secretamente que
Habré recuperó y consolidó su posición, pero su empobrecido gobierno se debilitó debi- Francia volviera a enviar tropas al Chad. Gambia, Senegal, Ghana y Gabón rom-
do a la caída del precio del algodón, que avivó el descontento popular. La conferencia pieron relaciones con Libia, y Nigeria amenazó con hacer otro tanto.
de paz celebrada en Brazzaville en 1964 fracasó, pero la suerte de Habré se recuperó, Sin embargo, Libia no estaba en posición de crear un imperio. El número de sus
principalmente a partir de 1986, cuando Libia, tras fracasar en una nueva ofensiva, habitantes se cifraba entre los tres y los cuatro millones y su ejército se componía de
abandonó a Gokuni y el propio Gokuni se separó de otro de los opositores de Habré, 40.000 hombres. Durante la crisis del Chad de 1980, Egipto reunió a una fuerza más
Acheikh Ibn Ommar. En 1987, el ejército de Habré obtuvo una victoria importante en del doble de grande sólo en su frontera con Libia y logró abrir en ella una brecha
el norte, aunque sin recuperar la franja de Uzu; justificando así la política del presiden- impunemente. Lo que Gaddafi tenía era un estilo político alarmante y petróleo. Uti-
te Mitterrand de enviar ayuda a Habré, aunque sin declarar las hostilidades contra Gad- lizaba el petróleo por una parte para apretarle las clavijas a los clientes, a los que optó
dafi. Después de esta victoria, muchos de los enemigos de Habré decidieron acercarse a por vender a mitad de precio o menos, y por otra, para comprar armas soviéticas. Con-
él o bien huir a Sudán, pero en 1989 un intento de golpe de Estado demostró la agita· virtió a Libia en la mayor place d'armes de procedencia rusa fuera de la URSS y Euro-
ció~ existente tras esa fachada de calma. Los conspiradores, dirigidos por uno de sus pa del este; pero la mayoría de estas armas no eran aptas para sus aventuras extran-
antiguos partidarios, Idriss Deby, se sentÍan ofendidos po~ los favores dispensados a anti- jeras o bien se guardaban en lugares donde se deterioraban rápidamente. Sus
guos enemigos, personales o tribales, con el fin de sellar la reconciliación y suavizar intervenciones en el Chad fueron inconsecuentes. Después de haber declarado que
algunas de las asperezas del gobierno de Habré. Obtuvierón la ayuda libia y, en 1990, era el campeón de los musulmanes, ayudó a acceder al poder a los no musulmanes. En
volvieron a intentarlo, esta vez con éxito. Francia, que había intervenido en diversas cuanto al uranio que se suponía que codiciaba, no llegó a confirmarse su existencia
ocasiones para proteger a Habré, se negó a hacerlo de nuevo, a pesar de contar con una en el Chad. (La franja de Uzu había sido asignada a Chad mediante acuerdo franco-
fuerza de unos 1.300 hombres en el país. El apoyo estadounidense y su guardia personal británico de 1899. Un acuerdo franco-italiano de 1935, no ratificado, la asignaba a
israelí no fueron suficientes para protegerlo y Habré huyó a Camerún. Deby, en absolu- Libia. Supuestamente, Tombalbaye lo vendió a Libia en 1973, mediante un acuerdo
to demócrata, decepcionó a los franceses, que comenzaron a cambiar de idea. Estados del que no se ha presentado registro alguno. En 1989, la OUA persuadió a ambos paí-
Unidos, Egipto e Irak, una extraña unión, aprovecharon los continuos problemas de ses para que trasladaran la disputa al Tribunal Internacional de Justicia.)
Chad para crear dificultades a Gaddafi, el presidente libio. Aun siendo hostil al fundamentalismo islámico, Gaddafi apoyó a Irán en la gue-
Cuando Reagan subió al poder en 1981, el nuevo gobierno de Washington, com- na con Irak. Durante la guerra del Golfo de 1991 condenó tanto la invasión de
prensiblemente irritado pero extravagantemente obsesionado por el comportamiento Kuwait por parte de Sadda~ Hussein como la intervención de Estados Unidos y de
a menudo escandaloso de Libia, envió buques de guerra al golfo de Sirte y derribó dos los aliados occidentales de Washington. Tras la guerra comenzó a restablecer las rela-
aviones libios. Estados Unidos también impuso sanciones, y en 1983 y 1984 envió el ciones con Egipto, donde el presidente Mubarak se mostraba deseoso, con la espe-
avión espía AWACS a Egipto para impedir que Gaddafi se orientara hacia esa direc- ranza de romper los anteriores vínculos entre Libia y Sudán (que daba asilo a los fun-
ción: Gaddafi había amenazado con marchar sobre Egipto, y participó en una cons- damentalistas egipcios) y de beneficiarse del petróleo libio.
piración fracasada para expulsar al presidente Numeiry, bombardeando Jartum como En 1988, un avión de pasajeros estadounidense fue destruido cuando volaba sobre
prólogo a un golpe de Estado llevado a cabo por militares sudaneses. En 1986, los esta- Escocia. Entre los muertos había muchos estadounidenses. Había motivos para sospe-
dounidenses enviaron un masivo ataque naval y aéreo sobre Trípoli y Benghazi (véase char que este delito era obra de iraníes en represalia por la destrucción, a manos de
también el capítulo IV) que no sólo no consiguió la muerte de Gaddafi, sino que pro- los estadounidenses, de un avión de pasajeros iraní sobre el Golfo Pérsico. Pero los
bablemente fortaleció su posición interna. En un ataque más reducido que tuvo lugar gobiernos de Estados Unidos, Francia y Reino Unido sospecharon de dos libios, a los
en 1989, después de que Estados Unidos acusara a Libia de haber construido una que identificaron, y exigieron su extradición a Estados Unidos o a Escocia. La con-
planta para la fabricación de gases tóxicos, fueron destruidos dos aviones libios. vención internacional pertinente, la Convención de Montreal de 1971, establecía
Los africanos comenzaron a alarmarse con las actividades de Gaddafi y sus sueños que, en ausencia de tratados de extradición aplicables, el país al que pertenecieran los
de un gran imperio islámico del Sahara que dirigiría amenazadoramente su mira hacia sospechosos no estaba obligado a entregarlos; pero los tres gobiernos hicieron uso de
la riqueza del Zaire, intimidaría a Sudán y Uganda, y avanzaría hacia el oeste desde el su influencia en la ONU para conseguir una resolución del Consejo de Seguridad exi-
Chad a través de Mauritania, Malí y Níger hasta el Atlántico en las costas de Sene- giendo a Libia que lo hiciera. Dos años más tarde, los mismos países obtuvieron la
gal, Guinea y Costa de Marfil y la ensenada de Benín. El asesinato del presidente L~iz imposición de sanciones económicas contra Libia por no haber cumplido con dicha
Cabra! de Guinea-Bissau, el derrocamiento del presidente Sangoule Lamizana de resolución. Las consiguientes dificultades económicas fortalecieron la oposición islá-
Alto Volta, un fallido golpe de Estado contra el presidente Seyni Kountche de Níger mica al régimen aconfesional de Gaddafi.
(que hubo de hacer frente a casi un golpe por año desde su toma del poder en 1974 ),

520 521
En el último cuarto del siglo XIX se hizo patente que Europa había adquirido una gran
África occidental
XX parte de África en un cortísimo espacio de tiempo, y que existía cierto peligro de que se
originasen conflictos entre los estados europeos implicados, como consecuencia de la
desorganizada y desigual distribución del botín. Los europeos procedieron a arreglar, estas
cuestiones entre ellos de forma razonablemente amistosa. Hubo muchas guerras en Africa
durante el período colonial, pero ninguna de ellas fue librada entre estados europeos
excepto como parte accesoria de una guerra europea, e incluso las disputas más amenazado··
ras (por ejemplo, el conflicto por el control del Valle del Nilo o por la posesión de Ango·
la} fueron solucionadas sin la conflictividad que en el siglo anterior había caracterizado a
las ambiciones de las potencias europeas en Asia meridional y en América del Norte.
Los europeos tomaron posesión de África cuando se encontraban en la cima de su
revolución industrial. La disparidad técnica entre europeos y africanos era enorme, y la
desigualdad cultural no era menos abismal. Los europeos casi sin excepción siguieron
ignorando por completo la historia africana {daban con frecuencia por sentado que no
existía ninguna} y las costumbres de los africanos, mientras que estos últimos adquirie·
ron muy pocas de las ventajas de la civilización técnicamente superior de sus nuevos
dueños. No hubo ningún intento de colaboración entre las razas hasta casi un siglo des-
pués, cuando los europeos estaban retirándose y los africanos se aseguraban de que así
fuese. Entre tanto, gran número de africanos murieron de manera innecesaria y terrible,
especialmente en las zonas dominadas por belgas y alemanes; las versiones francesa y
Los europeos se interesaron por África mucho antes de qu~ ocuparan este conti- británica de la civilización fueron menos mortíferas a pesar de las guerras, el trabajo for-
nente. En el siglo siguiente a la muerte del profeta Mahoma, Africa del Norte cimió zoso y las penalidades de las concesiones mineras. Económicamente, el África ocupada
" sobre la cristiandad europea la mayor amenaza con la que hasta entonces se había estuvo estancada hasta bien entrado el siglo XX en que la Segunda Guerra Mundial, por
enfrentado y, aunque esta amenaza fue rechazada por el franco Carlos Marte! Y por el una parte, y los incipientes éxitos de los líderes nacionalistas, por otra, provocaron algu-
emperador bizantino León III el Isáurico, durante siglos España permaneció parcial· nos asombrosos cambios, la primera al crear una demanda de materias primas africanas,
mente bajo un dominio extranjero reforzado en ocasiones con nuevos aportes proce- y los segundos al producir una conmoción en las autoridades coloniales las cuales, aun·
dentes del África beréber. Cuando finalmente los cristianos ~ograron expulsar a los que vagamente preocupadas por la prosperidad de sus territorios desde el final de la Pri-
musulmanes de la península Ibérica, su ímpetu les llevó hasta Africa y los aventureros mera Guerra Mundial, no hicieron prácticamente nada hasta comienzos de la segunda.
españoles y portugueses, que encontraban todavía demasiadas dificultades en la ruta Hubo algunas excepciones en este panorama general de estancamiento económico que
hacia el Oriente, exploraron y circunnavegaron el continente africano e hicieron del fueron las minas de oro y diamantes de Sudáfrica desde la década de los setenta del siglo
cabo de Buena Esperanza un punto de escala en un nuevo camino para ir al Oriente. En pasado, y el cobre de Rodesia del norte y Katanga, ya en el presente siglo. Surgieron ciu·
tiempos más modernos, África se convirtió en un lugar de donde los europeos obtenían dades con sus aledaños y se proporcionó trabajo (a salarios especiales, no europeos, y en
muchas cosas: esclavos para las plantaciones de Occidente, alimentos para los países circunstancias todavía peores que las de la Inglaterra victoriana) a un número cada vez
industrializados cuyas gentes estaban abandonando el campo para ir a las fábricas, mine· mayor de africanos. El efecto de la industrialización fue profundamente negativo para
rales preciosos como oro y cobre, diamantes y uranio. E~ un prim~r m?m~nto .sólo se los habitantes de África. Los nuevos obreros industriales obtenían un escaso beneficio,
explotaron las zonas costeras, pero más tarde la supuesta riqueza del mtenor mduJ? .ª lle- puesto que la industria funcionaba a base de mano de obra barata. La expectativa de
var a cabo expediciones organizadas para seguir los pasos de los aventureros y mlSlone- vida entre los mineros era baja; regresaban a ~us hogares todavía jóvenes pero mori-
ros. Aunque contenido al principio por la inesperada fortaleza de los reinos africanos, bundos, sin ser útiles ya para nada y aquejados con frecuencia de alguna enfermedad
el poderío blanco prevaleció finalmente, sobre todo cuando los ali.cientes de la curios.i- infecciosa que habían contraído en la mina. Surgió una nueva clase de emigrantes, el
dad y el enriquecimiento se vieron reforzados por el nuevo mó':'~l de la competenct.a campo se arruinó y la más extrema de las pobrezas se encontraba -<::orno señaló la Real
entre unos blancos y otros. Así, en una fase final de la penetracton europea, el conti- Comisión para África Oriental en 1955- en las principales áreas de asentamiento euro·
nente africano fue dividido por emisarios oficiales que eran en parte soldados y en parte peo. La ocupación europea había originado un aterrador problema económico, que ere·
administradores y que hacían reclamaciones territoriales y luchaban por ellas porque los aba además graves problemas sociales {especialmente en las ciudades), los cuales a su
comerciantes pedían protección y porque cada uno de los estados europeos temía que vez fomentaban en los observadores blancos un aborrecimiento y un desprecio de los
otros le arrebatasen todo cuanto él no se anexionase. Grandes aunque imprecisamente africanos y un deseo de rehuirlos y de mantenerse a distancia de ellos. Por su parte, los
definidas áreas fueron asignadas a aventureros -respaldados por estados europeos o africanos que se sentían más despechados e indignados comenzaron a acusar a los blan·
actuando en nombre de ellos- a los que siglos de historia habían enseñado a pensar en cos de explotar y de corromper y pervertir a los negros.
primer lugar y por encima de todo en categorías territoriales.

523
522
1
i
Casa blanca
e Fez

__ (/ §
i u
-
o MARRUECOS
/\
\.
\
" ,,.
0
o\:J O _,.,,,.....,_.
1 /
i ( \
i-, ¡
\ \
\ i \
, ARGE~ \ i
~, ) i
~ ( i
__ , j
LIBIA i EGIPTO
¡ -", \ i
1 \ \ i
1 ',,, \ . -, i
i
! ', ,,>- i
1! '· ' / / ' _,.
i
MAURITANIA . '\ / i- - -·- -
! / \ i
... 1
i
MALI \
' .... //
/ \ •
) Bardai ,e¡, __ .. J
i
i j _/ i <'lo/q o.:
·--·-._ i '-¡--i-- j e""º~o
', i ¡ ! Faya-Largeau 'l/ ¡
SEN~~~~l}.,F' ..... - - _____ )
SUDÁN
Dakar / NIGER J CH:D •Fada \
Banjul .__;::~6 i l? /' // ( _.i
\ _,./ ! /
. ---· - ..-,, '- -·-·t.\ _ _,. / ./ 1. Niamey Lago Chad ) '!> Biltine /
Bissau ' t \ /'_.,____ ~ 0'<' " ;
i. -· t·, -/,,.. ; Ouagadougou < j · - , _,,., -·- _ ./ \ S'.~ _ _A_b_e_c_h_e_•__~ _N_ig_e_r_ia_e_n_m_a_y_o_d__e_19_6_7_:....
I ./ m '·: /' • " '·-./ - \" ?j!
GUINEA i BURKINA FASO V i Kats1na "Kano Maiduguri . :..:~ .,..- ..... ' NORTE CENTRAL _,. ,,.. '
'- ~ ! .. '· ·-, / - - .... - \
BISSAU
Conakry '
1
,, - -
r l ·¡
- "·,
:·-·-- -¡- __ .1
\
- . GHANA\ ·, BENIN)
\
r · oZar1·a •
I'
/1 ji. r/ ( r ~- -.:::·~ i ·•.
,!
\ '·" '-1 J . Kaduna e NIGERIA 1 , jNOROESTE ) ( KANO' "
.:.. I ') 1 /' 1 ( r - -" . . . " '\_,. ,..-'
.~·
) COSTA DE
MARFIL
jLag
.

1 Vo/ta
~-
) g\\ (.
¡o ! i lbadar
e
Ab J'a
u ~ ~-Je 0 /
/
. .
'·,
\ /
r ( \_.
\

¡
j
t
,
......../ (- \J
i
.i_
~ .,
NORESTE )
1
1

/ Kumas· · 1- 1 i ., i l / < \ l ~ ) t
.d. i " ~(, \ . Benin i:=,,nugu /-·,._,./ t¡- !--- / ' ¡ ~:._ . ! "-· ; ;
Ab1 Jan · Acc · 1 -~"vv....1;>~-,, -/ /
\ (§' o"' "Onitshá r ¡ ·- J(......, MESETA( !
/ ,p"' .s<:J:i <alabar !1 ¡ OESTE ,r- { BENUE ·; - .... j
V (j CAMERÚN \ 1--.J.-=.----'-.~·)~ . I ·~·
Territorios disputados \ LAGOS
'-
o 500 1.000 km
'
L.___~----~----~ ·---------·- - -Ji

~-------------~----'--------~-~-----_..~----"----------'---
20.1. África del noroeste (se incluye el recuadro de Nigeria en la época de la guerra de Biafra).

524 525
Tanto la India como América fueron fuentes de inspiración para los líderes políticos convertirse en una república independiente dentro de la Commonwealth pero sin nin·
africanos. Constituyeron Congresos Nacionales a imitación del Congreso Nacional gún vínculo directo con la Corona británica. El nuevo Estado establecería en cualquier
Indio· muchos de ellos se sintieron atraídos por las ideas de Gandhi de la resistencia caso relaciones diplomáticas con el gobierno británico (como entidad diferente de la
pasiv~, y la independencia de la India en 1947 tuvo en África un efecto que las poten· Corona británica) a través de representantes llamados altos comisionados si se mante·
cias coloniales no habían previsto. Del continente americano, y concretamente del nía el vínculo con la Commonwealth, o embajadores si no se mantenía.
Caribe, los africanos tomaron confianza y dignidad, y la costumbre de reunirse. Una pri- Una vez concretado el método, el problema fundamental residía en regular el
mera conferencia panafricana se reunió en 1900 y fue seguida de una segunda celebra- ritmo con que se pondría en práctica. Se trataba inevitablemente de un desigual ejer-
da en París, durante la conferencia de paz de 1915. Estos primeros encuentros estuvie· cicio de tira y afloja entre una corriente irreversible y una potencia susceptible de ser
ron dominados por los negros americanos, pero a la sexta, que tuvo lugar en Manchester desplazada. Costa de Oro alcanzó la autonomía en 1955, la independencia con el
al final de la Segunda Guerra Mundial, asistieron los principales líderes africanos: Ken· antiguo nombre de Ghana en marzo de 1957 y la forma de Estado republicana en
yatta, Nkrumah, Akintola, Nyerere, Banda. En ella se pronunciaron voces en deman- 1960. Este país preparó y mostró el camino a los territorios africanos para que se inte-
da de independencia que cinco años antes hubiesen parecido totalmente ini:reíbles. grasen en la Commonwealth. Nkrumah, influido por el ejemplo de la India, contaba
Sólo diez años más tarde África occidental iba en cabeza mostrando el camino hacia la también con que la asociación de la Commonwealth sería una ayuda para los nuevos
independencia y la emancipación con respecto al dominio europeo. estados que entraban desP,rotegidos y desasistidos en la sociedad internacional.
En Acera, la capital de la colonia británica de Costa de Oro, se produjeron revuel· El segundo Estado de Africa occidental que alcanzó la independencia fue la Guinea
tas en 1948, iniciadas, en protesta por los elevados precios, por antiguos soldados. francesa ( 1958). Los franceses tardaron más que los españoles o los porrugueses en esta-
Tomaron a las autoridades coloniales pcir sorpresa, y una" comisión de investigación emi· blecerse en África y al principio lo hicieron con menos éxito que los británicos o los
tió un informe radical en el que indicaba que, efectivamente, la nueva Constirución holandeses. Cuando en el siglo XVII emprendieron una actividad colonial de acuerdo
propuesta para la colonia estaba desfasada antes de ser promulgada: conceder a los afri- con la moda imperante, la razón que les impulsaba era la emulación más que cualquier
canos una mayoría de escaños en el consejo legislativo ya no resultaba suficiente. Se gran expectativa de obtener ganancias. En el siglo XVIII, sin embargo, participaron en el
designó una comisión de africanos, con un juez africano como presidente, para prepa- comercio de esclavos a gran escala, llegando incluso en una época a exportar nada
rar una nueva Constitución. Estos acontecimientos coincidieron con la aparición de menos que 100.000 esclavos en un solo año, y tras la abolición de la trata en 1815 y de
un nuevo líder nacionalista, Kwame Nkrumah, que, con aproximadamente treinta y la esclavitud misma en 1848 (catorce años después de una prohibición similar en los
ocho años, había regresado de Estados Unidos a su país en 194 7, y estaba más decidi- territorios británicos), los comerciantes franceses sustiruyeron la mercancía humana por
do a presionar para obtener la independencia que otros líderes de más edad, tales el marfil y el caucho, y los exploradores y misioneros comenzaron a penetrar en el inte-
como J. B. Danquah. Nkrumah exigió el autogobierno inmediato. Se separó del parti· rior y de esa forma estimularon ambiciosos sueños de un vasto y compacto i_mperio que
do de Danquah, creó el Partido de la Convención Popular, fue distinguido con una con- abarcara desde la costa occidental hasta el Nilo y desde Marruecos hasta el Ecuador.
dena a prisión, y ganó las elecciones de 1951, 1954 y 1956. Tras las primeras, el gober- Antes de fines de siglo Franda había adquirido tres millones de kilómetros cuadrados,
nador británico, sir Charles Arden·Clarke le concedió la libertad y lo nombró ministro lo que equivalía más o menos a entre una quinta y una cuarta parte de todo el conti·
principal, adoptando así el punto de vista de que el problema no consistía en cómo pro- nente. La práctica totalidad del gran saliente o protuberancia del continente afr!cano
longar el colonialismo, sino en cómo hacer el mejor uso posible del tiempo restante; es pasó a depender del dominio francés; se integró en la gobemancia general del Africa
decir, nadar con la marea (no dejarse llevar), y no luchar inútilmente contra ella. occidental francesa en 1895 y abarcó finalmente a ocho diferentes colonias a las que
El método británico, en Costa de Oro y en otros lugares, consistía en aumentar gra· después de 1945 se sumaron los dos territorios fideicomisarios de Tog9 y Camerún. Cua-
dualmente el número de miembros electivos y africanos en los consejos legislativos y tro territorios ecuatoriales se federaron de forma similar en 1910. Unicamente en los
ejecutivos. Los consejos legislativos de los territorios británicos evolucionaron pasan- valles del Níger y del Nilo fueron los franceses vencidos por los británicos. En 1900,los
do de ser asambleas dominadas por funcionarios designados a ser asambleas integradas avances franceses en el norte desde Marruecos, en el oeste desde Senegal y en el sur
por una mayoría de miembros elegidos y, al mismos tiempo, el consejo ejecutivo del desde el Congo, donde el gran explorador De Brazza dejó su nombre, convergieron en
gobernador se fue transformando de un modo similar mediante la introducción en él el lago Chad. Francia adquirió asimismo en la Primera Guerra Mundial la enorme isla
de los líderes del principal partido en la legislatura. Al principio el gobernador con- de Madagascar; la mayor parte de los Camerunes alemanes, dejando una pequeña fran-
- 1 servó los amplios poderes que le estaban reservados, pero en una fase posterior esta aso· ja que pasó a manos de los británicos, los cuales la administraron junto con la provin·
"'l ciación entre la autoridad colonial y los movimientos nacionalistas se llevó todavía un cia oriental de Nigeria; y la mitad de Togolandia, que fue también originalmente ale·
paso más hacia adelante cuando el líder nacionalista pasó de ser ministro jefe del mana y se dividió en 1919 entre Francia y Gran Bretaña por ser ambas potencias
gobernador a ser primer ministro de un territorio autogobernado. Al llegar a este europeas las poseedoras de los territorios ,adyacentes de Dahomey y Costa de Oro.
punto, el territorio se encontraba ya al borde de la independencia, y cuando la inde- Tras la caída de Francia en 1940, el Africa occidental francesa optó por el régimen
pendencia fue concedida, el gobernador desapareció. Si el territorio decidía permane- de Vichy hasta la invasión estadounidense y británica de África del Noroeste en 1942.
cer en la Commonwealth, debía aceptar a la reina británica como su cabeza nominal Un intento de la Francia Libre y de Gran Bretaña de tomar Dakar, la capital de Sene·
y a un gobernador general como representante de la reina en la zona, o bien podría gal, en 1940, resultó un fracaso. En África ecuatorial, sin embargo, el gobernador gene·

526 527
ral Félix Eboué, natural del Caribe, se puso del lado gaullista en agosto de 1940 e intro· Cuando el general De Gaulle volvió al poder en 1958, ofreció a los africanos occi-
dujo una serie de imaginativas reformas sociales y políticas. En una conferencia cele- dentales y a los africanos ecuatoriales la siguiente alternativa: o bien la autonomía
brada en Brazzaville en 1944, se prometió a los africanos una mayor participación en los dentro de una communauté en la que Francia mantendría claramente el control de los
consejos mixtos franco-africanos así como una mayor descentralización y un sufragio resortes económicos, o bien la independencia, que en realidad era un eufemismo o
más amplio. una forma suave de decir que se arrojaba al territorio que eligiera esa opción a un
La primera Constitución francesa de 1946 era liberal desde el punto de vista colo- mundo completamente al margen del sistema monetario del franco. Todos excepto
nial, pero fue rechazada por el pueblo francés, y la segunda Constitución de ese año no Guinea se pronunciaron por la primera de las opciones. Guinea se convirtió en un
llegaba tan lejos como la anterior. Cre.aba la Unión Francesa, que abarcaba a la Repú- Estado soberano independiente en octubre de 1958, humillantemente rechazada por
blica francesa, los Estados Asociados y los Territorios Asociados (había también sus mentores franceses y forzada a orientarse hacia las potencias comunistas para obte-
Departamentos de Ultramar y Territorios de Ultramar, que formaban parte de la Repú- ner los recursos que necesitaba y poder seguir así manteniendo su independencia. La
blica francesa). Todos los territorios del África occidental y ecuatorial pasaron a ser asociación no tuvo éxito y Touré se vio obligado a cambiar de rumbo (véase capítu-
Territorios Asociados con representantes en la Asamblea Nacional francesa y en el lo XXIV) antes de morir en Estados Unidos, en 1984, de un ataque al corazón. Para
Consejo de la República. Se establecieron asimismo asambleas representativas en cada entonces, su posición ya había sido minada por el descontento, que alcanzó su punto
territorio, con un gran consejo a nivel federal. Desde 1947 hasta 1954, Francia tuvo álgido en un golpe de Estado que instauró en el poder al coronel Lansana Conte,
una sucesión de gobiernos predominantemente conservadores, pero en 1956 el gobier- quien debía intentar solucionar un legado de represión, corrupción y quiebra. La posi-
no Mollet, que incluía a Gastan Defferre como ministro para los territorios de ultra- ción de Conte se vio fortalecida por el fracaso de un contragolpe, pero se enfrentó a
mar, introdujo la loi cadre que pretendía conducir a un.considerable grado de autono- persistentes quejas populares derivadas de rivalidades tribales, y al remedio amargo
mía interna recurriendo al sufragio universal, los consejos elegidos y la africanización administrado por el FMI a los países insolventes; un remedio que afectaba principal-
de los servicios públicos. La loi cadre significaba el abandono de la política de integra- mente a los pobres. Las tensiones étnicas, los graves déficit comerciales incrementa-
1:

ción o asimilación en favor de una federación más libre en la que los territorios afri- dos por la caída del precio de la bauxita, la pérdida del apoyo del FMI, y el declive y
!l canos, si bien se mantenían asociados a Francia, cada vez más se eneargarían ellos mis· colapso de los servicios públicos básicos, debilitaron tanto a Conte que se vio obliga-
mos de sus propios asuntos y desarrollarían sus propios servicios y su propia do a convocar elecciones en 1993, las cuales ganó por un estrecho margen.
personalidad. La loi cadre fue ampliada y desarrollada mediante una serie de decretos Por lo que respecta a las nuevas repúblicas autónomas de África occidental, no
en 1957 que dotaban a los doce territorios africanos occidentales y ecuatoriales de permanecieron mucho tiempo satisfechas con su nueva condición. En 1959, Senegal,
r asambleas elegidas por un censo común y de consejos de gobierno elegidos por las
asambleas. Se reservaban importantes facultades a los gobernadores, los altos c;omisa-
el Sudán francés, Alto Volta y Dahomey decidieron constituir una federación con el
nombre de Malí y exigir la independencia. Los dos últimos territorios cambiaron de
rios o el gobierno metropolitano, pero gracias a las demandas nacionalistas se había opinión empujados por las presiones francesas y, aunque Senega(y el Sudán francés
conseguido la eliminación de los votos especiales para los blancos y todas las circuns- persistieron en el empeño, lá federación resultante sólo duró un par de meses, al cabo
cripciones electorales en todos los territorios tenían una mayoría de votantes negros. de los cuales Senegal se retiró también dejando sólo al Sudán francés, rebautizado con
El Rassemblement Démocratique Áfricain, el principal partido nacionalista que actua- el nombre de Malí. El nuevo Estado se situó en la órbita de Guinea-Ghana. La idea
ba en todo el África occidental francesa, obtuvo el triunfo en las elecciones que se de una federación de Malí había sido impopular no solamente en París sino también
celebraron a continuación en Guinea, Sudán francés, Costa de Marfil y Alto Volea. entre los estados africanos franceses situados más al sur, especialmente en Costa de
Estos cambios políticos no tuvieron su paralelo, sin embargo, en el campo econó- Marfil, cuyo líder, Félix Houphouet-Boigny, respondió creando en unión de Níger y
mico, en el que la política francesa siguió siendo integracionista y, a cambio de la de los dos territorios que se habían separado de la federación de Malí (esto es; Alto
ayuda francesa y de garantizar los mercados en Francia, se propuso hacer del África Volta y Dahomey) una asociación llamada Consejo de la Entente. Más tarde, a
francesa un área altamente protegida que sirviera a los intereses económicos de la comienzos de 1960, la Entente solicitó la independencia, que le fue concedida. Houp-
Francia metropolitana. A lo largo de los años siguientes, los africanos se sintieron houet-Boigny quiso fortalecer la Entente introduciendo la doble nacionalidad, pero
cada vez más inquietos por lo que respecta a la política económica en la zona de domi- se vio en cambio debilitada por los golpes de Estado de 1961 en Alto Volta y Daho-
nio del franco. Afirmaban que un sistema que permitía el libre comercio en la zona mey y por los persistentes recelos que suscitaba, en estos y otros estados (incluido
pero que erigía barreras a su alrededor beneficiaba a los miembros más fuertes en vez Togo, que se adhirió en 1966), la figura de Houphouet-Boigny, que era considerada
de a los más débiles, dificultaba el crecimiento económico de los territorios africanos cmho excesivamente hostil a Nkrumah y demasiado parcial en relación con lshom-
e impedía que pudiesen diversificar sus economías. Por otro lado, la loi cadre acentuó bé. El resultado final de estas fuerzas centrífugq.s y centrípetas fue la consolidación de
las diferencias entre los dirigentes africanos. Algunos -entre los que Félix Houp- varias colonias francesas como estados soberanos independientes.
houet-Boigny de Costa de Marfil era representativo-parecían muy satisfechos con las La independencia dé los países de la Entente en 1960 dejó a la communauté des-
ofertas francesas, mientras que otros -<le los cuales el más eminente era Sékou Touré provista de todo significado, si bien en teoría continuó existiendo como una aso-
de Guinea- sospechaban que la loi cadre no era un paso hacia la verdadera indepen- ciación que comprendía a Francia, Madagascar y los estados ecuatoriales. Estos últi-
dencia, sino un instrumento para posponerla indefinidamente. mos -Gabón, Chad, Ubangi Shari y el Congo francés (rebautizados los dos últimos

528 529
Senegal, Sékou Touré en Guinea y Houphouet-Boigny en Costa de Marfil. Senghord,
con los nombres de república Centroafricana y Congo-Brazzaville)- elaboraron un poeta y estudioso (fue el primer agrégé africano) antes de convertirse en estadista, un
proyecto para constituir una federación que no logró sin embargo prosperar; también líder cristiano en un país de abrumadora mayoría musulmana, un líder en el que el atrac-
ellos alcanzaron la independencia como estados soberanos separados en 1960. En tivo personal era un añadido y no una sustitución de la inteligencia, un presidente que
1963 los estados del río Senegal (Senegal, Malí, Guinea y Mauritania) proyectaron abdicó voluntaria y pacíficamente tras veintiún años en el poder, cedió su puesto en
una ~sociación que no obstante acabó frustrándose debido a diferencias políticas. Esta 1981 a Abdou Diouf, que vio confirmada su posición, dos años más tarde, en una clara
idea fue resucitada en los últimos años sesenta. La asociación que habría de perdurar victoria electoral, pero que no consiguió eliminar las rivalidades sectarias, escapar del
sería la mucho mayor y más flexible OCAM (véase capítulo V). cont'rol de los señores locales conservadores, ni recuperar una economía sobrecargada de
El inmenso territorio británico de Nigeria también pasó a ser independiente en cacahuetes que nadie deseaba, y afectada por la sequía. El desempleo aumentó, dismi-
1960, seguido en 1961 por Sierra Leona, la colonia británica situada entre Guinea y nuyó el nivel de vida, y las contiendas regionales y el fundamentalismo islámico levan·
Liberia, y en 1965 por Gambia, el territorio de Gran J?retaña situado más al norte Y taron la cabeza. La deuda externa aumentó aproximadamente a la mitad de la renta
el último que le quedaba a esta potencia europea en Africa occidental: un pequeño nacional, el recurso al FMI trajo consigo una penosa austeridad, y empresas tales como
enclave embutido dentro de Senegal. En cuanto a los territorios fideicomisarios del las fábricas de fosfatos, los astilleros de Dakar y el Plan para el Río Senegal languidecie·
África occidental, los Camerunes franceses y la Togolandia francesa, se convirtieron ron, al igual que la agricultura. La ayuda exterior amortiguó estos fracasos. Senegal dis·
en repiJblicas independientes, mientras que los Camerunes británicos y la Togolandia frutó de una fuerte ayuda por parte de Francia y Norteamérica, y Diouf consiguió ganar
brit,ánica pasaron a formar parte de Nigeria y de Ghana, re,spectivamente. . de nuevo las elecciones en 1988, por las buenas o por las malas, pero el desorden que
España y Portugal fueron las potencias europeas qu_e mas tardaron en re.nunctar a siguió lo obligó a imponer la ley marcial, y su situación empeoró aún más con el decli·
sus posesiones coloniales. La isla española de Fernando Poo en el golfo de Btafra -que ve económico, las nuevas medidas de austeridad, la devaluación del franco CFA (véase
cambió el nombre por el de isla de Macías Nguema- y Río Muni, un enclave en p. 547), y el hecho de que Francia comenzara a ser reacia a apoyarlo a no ser que diera
Gabón, se convirtieron en el Estado independiente de Guinea Ecuatorial en 1968. un contenido más real a la teórica democracia senegalesa. En las siguientes elecciones
:1
Las islas portuguesas Príncipe y Santo Tomé, 300 kilómetros al oeste de Gabón en el (1993), las primeras con un sistema múltiple de partidos, Diouf obtuvo sólo un 58% de
golfo de Guinea, alcanzaron la independencia en 1975 y avanzaron también.hacia la
k democracia cuando el presidente Aristide Pereira fue derrotado en las eleccwnes de
los votos, porcentaje que se redujo aún más al año siguiente. Las relaciones exteriores de
Senegal con Mauritania y Gambia, sus vecinas, no eran sencillas, y condujeron, en el
1991 por Antonio Macarenhas Monteiro, pero se vieron envueltas en desempleo, caso de la primera, a una guerra no declarada (ver capítulo precedente).
inflación y deuda externa cada vez mayores. El intento de golpe de Estado de 1995, Gambia era un vecino extraño, ya que estaba completamente rodeada por· Senegal.
organizado por oficiales de baja graduación contra el presidente Miguel Trovoada, fra- La menor de las colonias británicas en África occidental se mantuvo estable durante
casó a pesar de las sospechas de complicidad con el primer ministro, Carlos da Gra~a. un tiempo, tras la independencia. Con una economía que le permitió prescindir de la
En la Guinea portuguesa o Guinea-Bissau, un movimiento de liberación (PAIGC: ayuda británica a partir de 1967, Gambia sólo experimentó los problemas derivados de
Partido Africano para la Independencia de Guinea y de las islas de Cabo Verde), fun- sus intentos de asociación con Senegal hasta que, en 1981, el presidente Dawda Jawa-
dado en 1956 por Amilcar Cabra!, provocó una revuelta en 1959 y una guerra de ra se vio obligado a solicitar la ayuda del ejército senegalés para evitar ser depuesto.
grandes proporciones en 1963, en el curso de la cual los guineanos impusieron gra- Gambia aceptó una confederación con Senegal, con la que esperaba mantener los
dualmente su control sobre la mayor parte del país. En 1970, Portugal se vio implica- beneficios de la independencia unidos a la asociación con un país de economía más
do en una invasión del estado vecino de Guinea donde el PAIGC tenía su cuartel importante. Pero las relaciones se complicaron por la preponderancia del contraban·
general. Una investigación de la ONU sacó a la luz.qu€;! barcos tripula~os por hon:- do gambiano y las sospechas por parte de Senegal de que Gambia fomentaba el des-
bres blancos habían transportado a unos 350 o 400 mvasores; el Conse¡o de Segun- contento en la provincia de Casamance, situada el sur del Senegal, y en la que los
dad censuró a Portugal. En 1973, Amilcar Cabra! fue asesinado en Conakry. Guinea- habitantes, principalmente de lengua uolof, mantenían un movimiento secesionista
Bissau y las islas de Cabo Verde pasaron a ser estados independientes separados en (que parecía recibir también apoyo de Mauritania y Guinea-Bissau); En 1989, Senegal
1975, con unos proyectos de unión que no llegó a consumarse. Las diez islas, situadas renunció a los planes de integración de los dos países. En 1994, el largo y honrado
a 320 km del continente, proveían sustento sólo para un tercio de la población. Esta- gobierno de Jawara, primero como primer ministro y más tarde como presidente, llegó
ban aisladas, y se mantuvieron políticamente estables debido al férreo control esta- a su fin cuando un golpe militar, dirigido por el teniente Yayá Jammé lo ,obligó a huir.
\ - 1
! ¡~i blecido por el grupo gobernante hasta comienzos de la década de 1990, cuando Cabo Su partida puso fin al período más amplio de gobierno democrático en Africa, y quizá
Verde adoptó una Constitución democrática. En Guinea-Bissau, Joao Vieira instauró también a la dominación del mayor grupo étnico gambiano, los mandingas.
la democracia y ganó unas elecciones en las que los partidos de la oposición eran tan Al sur de Senegal y también de la Costa de Guinea (Guinea y Guinea-Bissau), Sie-
numerosos que ninguno tenía oportunidad de ganar. rra Leona fue gobernada por los hermanos Margai hasta 1966. Milton Margai gobernó
Casi todos los países de África occidental experimentaron después de la indepen- hasta su muerte, acaecida en 1964, y Albert Margai, más radical, hasta que sus planes
dencia uno o más golpes militares. El relato de estos golpes de Estado resulta deprimen- de reforma constitucional le costaron las elecciones de 1966. El ejército intervino bre·
te. Transcurridos veinte años desde 1960, el año decisivo de la emancipación, los úni·· vemente, principalmente para impedir que Siaka Stevens llegara al poder. Pero en
cos gobernantes originales que permanecían en el poder eran Léopold Senghord en

531
530
1968, Stevens fue nombrado primer ministro, y en 1971 presidente, de la recién pro· acusado de malversación y enviado temporalmente al exilio en Estados Unidos. Tay-
clamada República de Sierra Leona. Stevens convirtió el país en un dominio privado lor reclutó a nigerianos y ghaneses descontentos, frustró los intentos de pacificación
del partido único, un desastre económico, y un paraíso para los magnates corruptos que del ECOMOG, invadió Sierra Leona y fomentó la sospecha de que Nigeria estaba
exprimían Sierra Leona mientras esperaban que el anciano Stevens se largara. Dimitió empleando el ECOMOG con fines imperialistas más que pacificadores (Nigeria apor-
en 1985, tras diecisiete años de gobierno, y le sucedió el general Joseph Momoh con taba las cuatro quintas partes de los gastos del ejército y dos tercios de los 15.000 sol-
promesas de poner fin a la corrupción y el desgobierno que habían caracterizado al dados). El ECOMOG consiguió lentamente vencer a Taylor, con el objetivo aparente
gobierno del que él mismo había formado parte durante una década. Momoh tuvo difi- de obligarlo a negociar con el gobierno de Monrovia, presidido (cada vez más teórica-
cultades para desligarse de los desagradables pilares del anterior régimen, al tiempo que mente) por Amos Sawyer y (posteriormente) David Kpormakpor, y protegido por el
el mundo empresarial se convirtió en una batalla entre los empresarios libaneses esta· ECOMOG. La escisión y la multiplicación de las facciones dificultaron las tareas de la
blecidos desde hacía tiempo y los nuevos inmigrantes israelíes (respaldados en algunos reconciliación, y los principales promotores del ECOMOG, Ghana y Nigeria, comen-
casos por Sudáfrica). En 1991, Momoh intentó fortalecer su posición manteniendo una zaron a preocuparse cada vez más por el coste de su intervención. A finales de 1994
postura abiertamente antiliberiana cuando varias zonas del sur del país fueron invadi- fue negociado, principalmente por Rawlings, un amplio pero frágil alto el fuego, que
das por los partidarios de Charles Taylor {ver más adelante), pero no fue capaz de resis· se convirtió al año siguiente en un acuerdo de gobierno compartido. Taylor tenía per·
tir la presión para que estableciera el sistema de partidos. Seis meses antes de que ven· fectas razones para estar satisfecho con él y, por tanto, para cumplirlo. Liberia consti·
ciera su mandato fue obligado a huir por un grupo de oficiales del ejército. El joven tuyó, junto con Etiopía, una excepcional advertencia sobre los defectos y fisuras de la
dirigente de este golpe de Estado, el capitán Valentine Strasser, encarceló a algunos de formación de muchos países africanos en los que grupos étnicos mutuamente hostiles
los ministros de Momoh, pero mantuvo a otros, y combinó el atractivo de la novedad se enfrentaron entre sí, apoyados por grupos afines residentes en los países vecinos.
con dosis de brutalidad, pero no estableció fecha para las elecciones que supuestamen· En la generación posterior a la independencia, el más afortunado y próspero de todos
te habían de dar un fin democrático a su gobierno de transición. Consiguió la cancela- estos estados africano-occidentales fue Costa de Marfil al combinarse la buena admi·
ción, aproximadamente, de la quinta parte de la deuda externa que st.i país mantenía nistración con la buena suerte (tenía un clima benigno y carecía de verdadero desier-
con doce acreedores a cambio de promesas de restablecer el régimen civil en 1996. Pero to). Su gobierno se propuso ante todo y sobre todo intensificar y diversificar el sector
no consiguió imponer su autoridad en el este y el sur del país, donde los disidentes, con rural y, en segundo lugar, pretendió dar un moderado aliento a la industrialización,
ayuda de Guinea y Liberia, se apoderaron de las minas principales y tomaron rehenes incluyendo oportunidades para la empresa privada dentro de un sistema de control esta·
nativos y extranjeros. Contra todas las predicciones, Strasser consiguió mantenerse, con tal, y garantías para los capitalistas extranjeros que quisieran invertir y obtener unas
ayuda de Ghana y Nigeria, pero el país acabó destrozado debido a la indisciplina de un razonables ganancias; en tercer lugar, el gobierno quiso evitar el gasto de fuertes sumas
ejército que, de repente, se vio multiplicado por diez, a las correrías de guerrillas con· en defensa y otras formas de ostentación. Como consecuencia de estas medidas, el pro·
centradas en el saqueo oportunista, y a las maniobras, igualmente oportunistas, de orga· dueto nacional creció ininterrumpidamente a un ritmo de un 3% anual, y la media de
nizaciones (en parte extranjeras) atraídas por un extenso comercio de armas. ingresos anuales de los 8 millones de habitantes con que contaba el país aumentó desde
La extraña historia de Liberia, virtualmente un dominio de Estados Unidos, fue menos de 100 dólares con anterioridad a la independencia a unos 800 dólares hacia
interrumpida en 1980 por la destitución violenta de la familia dominante, los Tolbert, 1980. Pero este incremento medio se debía más al rápido enriquecimiento de unos
y del partido en el poder, el True Whig Party, por el sargento (posteriormente general} cuantos que a la prosperidad generalizada de la mayoría y, además, después de 1980 el

1
Samuel Doe. Doe tenía apoyo principalmente tribal y, aunque se mantuvo diez años, crecimiento comenzó a mostrar síntomas de estancamiento. El flujo de petróleo se ini·
protegido por una guardia preparada por los israelíes y por el servicio secreto israelí, ció en 1984 pero su repercusión sobre la economía fue limitada, ya que lo que hizo fue
nunca impuso su autoridad en todo el país. El desastre económico aumentó tras las compensar los efectos de la recesión más que intensificar el crecimiento económico. El
luchas tribales y, en 1990, la invasión realizada desde el nordeste dio comienzo a una hundimiento de los precios del cacao, debido a un exceso de producción mUJ;i.dial, restó
nueva cadena de masacres en las que murieron decenas de miles de personas y se pro· importancia a esta materia prima que todavía a comienzos de la década de 1980 apor·
dujo un millón de desplazados sin hogar. Estados Unidos, que condenó el derroca· taba {junto con el café) la mitad de los ingresos que el país obtenía de la exportación.
miento del régimen de los Tolbert por parte de Doe pero llegó a un acuerdo con él y Y este déficit se sumó al fuerte endeudamiento con altos tipos de interés para provocar
usó Liberia como centro de espionaje, le volvió la espalda cuando su gobierno co,men- una crisis económica. En 1987, Costa de Marfil suspendió el pago de la deuda exterior
i zó a ser descaradamente tiránico y sus perspectivas poco claras. Cinco países de Africa (que ascendía al 150% del PNB) y las exportaciones de cacao. Dos años más tarde,
\~ redujo a la mitad el precio pagado a los productores de cacao. El Estado debía más de
occidental organizaron una fuerza militar (ECOMOG), con efectivos mayoritaria·
mente nigerianos pero mandada en un principio por un oficial ghanés, para poner fin 1.000 millones de dólares a las empresas privadas, y los bancos estaban al borde de la
a la lucha entre los rebeldes y Doe (cercado en la capital}, y entre facciones rebeldes quiebra. Los préstamos del Banco Mundial, que expiraban en 1989, no eran renovables,
rivales. Pero el ECOMOG no consiguió proteger a Doe, que fue capturado, torturado y el país no era suficientemente pobre como para solicitar cancelaciones especiales de
y asesinado. El ejecutor testamentario de Doe, Prince Johnson, un psicópata alcohóli· deuda. Los recortes de los servicios públicos y los salarios (el FMI exigió recortes de
co, se hizo con el control temporal de la capital, pero la mayor parte del país estaba hasta el 75% en los salarios del sector público) provocaron huelgas y manifestaciones,
dominado por Charles Taylor, que había pertenecido al gobierno de Doe antes de ser pero no consiguieron rectificar el déficit del país. Al acercarse al fin de su vida, Houp-·

532 533
houet·Boigny, que había declarado tener ochenta años pero se acercaba a los noventa,
construir la presa, tomando como aval los fuertes beneficios que se esperaban de la
tomó pocas medidas para asegurar una sucesión ordenada. Una enmienda constitucio·
venta de la bauxita. Pero el contrato con la sociedad estadounidense, la American Kai-
nal introducida en 1980 había designado sucesor al vicepresidente, pero nadie había
ser, no estipulaba que la bauxita que se usara en la fundición debía ser obligatoria-
sido designado para el cargo y, cinco años después, Houphouet-Boigny anunció que
mente ghanesa, y la empresa importaba bauxita de cualquier otra parte. La presa fue
continuaría siendo presidente hasta su muerte. En 1990 transigió lo suficiente con las
construida, pero los beneficios obtenidos por la participación en la fundición eran
preocupaciones del país y con los nuevos vientos de cambio en África como para lega·
mínimos. De esa forma, un país que había comenzado su existencia independi~nte con
lizar varios partidos, pero su ocupación principal en los últimos años fue la construcción,
unas reservas envidiables, comenzó a endeudarse. Otras empresas extranjeras atrajeron
con un coste escandaloso, de un inmenso templo en su aldea natal, y conseguir que el
a Ghana a proyectos costosos, el más notorio de los cuales fue la conversión de la carre-
Papa la santificara. Houphouet-Boigny fue reelegido presidente. Unas dos docenas de
tera Acera-Tema en una carretera de cuatro carriles con accesorios similares a los de
partidos, recientemente creados, se unieron para presentar un solo candidato que, aun
las autopistas británicas. Nkrumah aumentó estas extravagancias con grandiosas edifi-
así, sólo obtuvo el 18% de los votos emitidos en unas elecciones controladas, si no
caciones. La inflada actividad económica trajo consigo una com1pción extrema. La
manipuladas, por d partido gobernante. La subida de los precios del cacao y el café, a
incapacidad de Nkrumah para cumplir sus promesas de mejor vida para todos fue exa·
mediados de la década de 1980, no fue sostenida, y la austeridad, unida a la reducción
cerbada por un carácter cada vez más dictatorial y suspicaz. La intolerancia puesta de
de la burocracia, causó cierto descontento. Houphouet-Boigny murió en 199.3, después
manifiesto, por ejemplo, con la destitución del juez supremo tras pronunciar un vere·
de treinta y tres años en el poder, y sin dejar sucesor. El presidente de la Asamblea
dicto que no agradó en un juicio por traición, junto a la creciente corrupción y des-
Nacional, Henri Konan Bédié, maniobró diestramente para convertirse en sucesor, pero
pilfarro en la administración, echaron por tierra los intentos de Nkrumah de lograr
con ello provocó divisiones en su partido. Heredó una posición de fuerza en una de las
aliados y recursos extranjeros y originaron una nueva oposición a su persona en el seno
sociedades más e.stables de África, pero decidió adoptar un estilo autoritario, privando
del ejército que, mediante un golpe de Estado incruento en 1966, le derrocó mientras
incluso del derecho al voto a los residentes no marfilenses, que constituían un tercio del
se encontraba ausente del país realizando una visita oficial a China.
electorado. En 1995 fue reelegido con una amplia mayoría, ya que muchos de sus adver·
En tercer lugar, en el ámbito general de los asuntos mundiales, Nkrumah deseaba
sarios retiraron su candidatura en el último momei;ito. \
llevar a cabo una política de no alineación. Las circunstancias eran excepcionalmen-
En Ghana, el país pionero de la liberación de Africa occidental, el liderazgo perso-
te favorables para ello. En el momento de la independencia, los recursos y reservas de
nal de Nkrumah acabó convirtiéndose en una febril autocracia en la que poco a poco
Ghana -estas últimas ascendían a 200 millones de libras estertinas, es decir, mayores
los sucesivos objetivos de una lucha por mantener la unidad del nuevo Estado y una
que las de la India- le daban una base material para un considerable grado de inde-
lucha por modernizarlo se pervirtieron hasta transformarse en una lucha por imponer
pendencia que podría man~ener muy fácilmente desde el momento en que la guerra
'I
1
y preservar la autoridad del propio Nkrumah. Una vez conseguida la independencia,
fría no había llegado aún a Africa en aquellas fechas. Pero en la práctica, Ghana nunca
Nkrumah se propuso tres objetivos principales. En primer lugar, quiso propagar su
consiguió bajo el mandato de Nkrumah la condición de país no alineado a los ojos del
visión de la unidad africana acelerando el proceso C:le independencia de otros territo·
mundo. Durante la mitad del período comprendido entre 1957 y 1966 pareció incli-
rios y aunando las energías de los africanos y del africanismo al servicio de la dignidad
narse hacia Occidente, durante la otra mitad hacia el este. En los primeros años, Nkru-
y la eficacia africanas en el mundo; pero sus métodos y su personalidad no siempre lo
mah buscó y obtuvo capital occidental para el desarrollo del país, sobre todo para la
hacían aceptable para otros dirigentes africanos, cuyo propio concepto del panafrica·
construcción de la presa del río Volta. Ghana permaneció integrada en la Common-
nismo estaba condicionado por sus diversas experiencias y ambiciones nacionales. Al
wealth Yla reina Isabel Il de Inglaterra visitó el país en 1961, pero la crisis del Congo
igual que el panarabismo de Nasser, el panafricanismo de Nkrumah era sospechoso. La
Y concretamente el asesinato de Lumumba, del que Nkrumah acusó a Occidente, le
exuberancia y el vigor que tanto habían contribuido a hacer de él al primer gobernan-
llevó a enfrentarse con el mundo occidental, mientras que la elaboración tanto teóri-
te de una república africana subsahariana eran inconvenientes en una nueva situación
ca como práctica de su «socialismo científico», con la institucionalización en 1962 de
que requería la habilidad de la diplomacia más que el élan del liderazgo.
un sistema de partido único, llevó al mundo occidental a enfrentarse con él. En con·
La segunda ambición de Nkrumah era hacer de Ghana un Estado centralizado efi-
traste con el evidente pragmatismo de Nasser, Nkrumah fue derivando hacia posicio-
ciente y próspero. Esta aspiración se veía obstaculizada por una compleja mezcla de
nes cada vez más ideológicas e ilógicas, desarrollando un tipo de planificación econó-
regionalismo,· conservadurismo y envidias políticas, y también por un grave descenso
mica similar a los modelos comunistas pero cuyo éxito dependía, no obstante del
' - del precio mundial del cacao, que era la principal fuente de ingresos de Ghana. El Par·
capital occidental. El golpe que lo destituyó fue organizado por la CIA. '
tido de la Convención del Pueblo, cuya fuerza radicaba sobre todo en las zonas coste·
Nkrumah malgastó el envidiable patrimonio de Ghana y contradijo sus propias con-
ras, contaba con la oposición de los jefes tribales, a los que consideraba como una fuer··
cepciones e ideales. Llevó al país a la bancarrota y dio origen a una com1pción que nin-
za divisoria y reaccionaria, y del Partido Unido dirigido por K. A. Busia y]. E. Appiah.
gún régimen posterior supo corregir. Con un intervalo de dos años, su caída fue seguida
En primer lugar, le falló su baza principal. Recuperó el antiguo plan británico de cons-
de cuatro gobiernos militares cada cual más incompetente. El primero de ellos, dirigido
truir una presa en el río Volta y firmó un acuerdo con una sociedad estadounidense
por el coronel Ankrah, hubo de comprobar cómo la prodigalidad y el despilfarro de
para que construyera una fundición que comprase y procesase la bauxita procedente de
Nkrumah habían conducido al hundimiento de las reservas, reducidas a 4 millones de
las ricas minas del país. El Banco Mundial estaba dispuesto a prestarle el dinero para
libras, y al aumento de la deuda externa hasta alcanzar los 279 millones de libras. Ghana

534
535
tenía también un déficit en la cuenta externa de 53 millones de libras. El coronel incierta. Había perdido el apoyo de los radicales, introducido medidas que afectaban
Ankrah y sus colegas introdujeron algunas mejoras en este sombrío panorama antes de prin.cipal.mente a la mayoría de la población (y no tanto a la minoría gobernante}, y se
renunciar al poder en 1969, pero el crecimiento económico siguió estando por debajo habta amesgado a provocar el descontento de los oficiales de baja graduación, que habí-
del 1% anual, la población crecía a un índice anual de entre el 3,5 y el 4%, el nivel de an protagonizado más de un golpe de Estado en Ghana. La intentona, que se produjo
vida se había visto reducido por una drástica devaluación y las primeras tentativas del en 1989, sería tanto más llama ti va cuanto que procedía de los ewe, su propia gente.
nuevo primer ministro, Kofi Busia, de conseguir una disminución de la deuda externa Hacia 1990, Rawlings estaba recibiendo presiones internacionales para que esta-
tuvieron sólo un éxito moderado. A comienzos de 1972, la posición de Busia se había bleciera una democracia, pero él continuaba oponiéndose a un sistema de partidos, 0
visto minada por el legado de sus prede~esores, por una política imprudentemente libe- al menos a un sistema que incluyera más de dos partidos. Inesperadamente, en 1991,
ral que permitió una afluencia de mercancías extranjeras y desequilibró la balanza de anunció el establecimiento de un programa para restablecer el régimen civil, y a fina-
pagos hasta hundirla, y por una grave devaluación de la moneda nacional, el cedí, que les del año siguiente fue reelegido presidente por una mayoría d~ dos a uno. Las elec-
duplicó la deuda externa de golpe. Fue derrocado mientras se encontraba ausente en ciones parlamentarias fueron boicoteadas por una oposición dividida y desengañada
Londres y sucedido por un comité militar que se autodenominó Consejo de Salvación que, al negarse a entrar en el juego del sistema de partidos, pennitió a Rawlings obte-
Nacional, bajo la presidencia del coronel l. K. Acheampong. Este bien intencionado ner 189 de los 200 escaños, lo que convirtió en la práctica a Ghana en un país con un
grupo luchó, no siempre en annonía, contra los problemas económicos que se estaban sistema de partido único y una Constitución de partidos. Era también un país con
agravando por las alzas exorbitantes del precio del petróleo y de otras importaciones mejores expectativas económicas que cuando Rawlings subió por segunda vez al poder,
esenciales, y por la consiguiente carestía de la vida. Ghana logró que sus acreedores once años antes. Con la ayuda de 2.000 millones de dólares, el gasto estatal se había
aceptasen ciertas moratorias en los pagos de la deuda exterior aunque este desahogo no reducido, la inflación había disminuido al 15%, el crecimiento del sector agrícola se
fue todo lo importante que se esperaba. En 1978 el gobiemo de Acheampong era ya ine- había mantenido en una media del 2,5% anual desde comienzos de la década de 1980
ficaz y estaba corrompido. Fue derrocado por el general E W. K. Akuffo, que duró menos se habían desarrollado nuevas fuentes de ingreso como, por ejemplo, la pesca, ;
de un año, teniendo que hacer frente a una corriente de indignación de proporciones comenzaba a compararse a Ghana con Taiwan, Corea del Sur y Hong Kong (los tigres
,1, cada vez mayores. También él fue eliminado y, junto con Acheampong y otros seis, eje- asiáticos). Por otra parte, el progreso econom1co continuado (al menos hasta las
cutado tras un golpe de Estado encabezado por el teniente de aviación Jerry Rawlings, siguientes elecciones de 1996) dependía de la creciente ayuda exterior y de que
que prometió acabar con la corrupción, invertir el signo de la decadencia económica y aumentaran los índices de crecimiento, mientras que la economía seguía dependiendo
restaurar el gobierno civil. En los tres meses en que estuvo en el poder sólo logró esto del cacao y del oro, la corrupción en el sector privado persistía, no había capital inver-
último, completando un proceso electoral que ya había sido puesto en marcha y que dio sor interior, y escaseaban las inversiones exteriores; las huelgas estaban aumentando, y
a Hilla Liman la presidencia de un país con una economía hundida y unas tensiones no se cumplían las previsiones sobre el presupuesto público y los excedentes comer-
sociales agravadas. A finales de 1981, Liman fue expulsado y Rawlings volvió, luchó ciales. Pero el equilibrio de estas pérdidas y ganancias políticas y económicas, junto
contra el declive económico y contra las conspiraciones y disturbios que se producían con la discordia en Nigeria (ver más adelante}, animaron a Rawlings a interpretar un
.i periódicamente, se apartó de sus colaboradores más radicales, llevó a cabo una política papel más importante en los asuntos africanos como presidente del ECOWAS (cuyos
deflacionista y efectuó una serie de devaluaciones al objeto de obtener ayuda del FMI. miembros francófonos confiaban más en Ghana que en Nigeria), como estadista más
Después de haber atacado a Liman por desear negociar con el FMI, y después de no con- antiguo desde el punto de vista de ga1!1bianos y sierraleoneses, y como respetado visi·
seguir ayuda económica en ningún otro sitio, Rawlings cambió a una política de creci- tante a una serie de países del sur de Africa.
miento controlada por el FMI, y consiguió ciertos éxitos: la inflación disminuyó del En Togo, donde el primer presidente, Sylvanus Olympio, fue asesinado en 1963 y
100% al 20%, el presupuesto se equilibró, y el crecimiento alcanzó el 6%. Pero los ingre- el segundo, Nicholas Grunitzky, destituido unos años más tarde, Gnassingbe Eyade-
sos derivados del cacao y la madera disminuyeron (las ventas de oro, sin embargo, ma se mantuvo en el poder a pesar de una sustancial impopularidad (regional y étni-
aumentaron); la deuda extema continuó siendo una carga estranguladora¡ el coste de ca} y de frecuentes conspiraciones. El apoyo político del presidente se encontraba en
petróleo importado, que se había quintuplicado en el decenio anterior al regreso de el norte, de donde procedían también una buena parte de los oficiales del ejército. La
Rawlings, absorbía casi la mitad de los beneficios por importación; la devaluación del situación se convirtió en crisis abierta cuando, tras las revueltas de 1991 y una con-
cedi en 1983, de 2'75 a 1,62 en relación con el dólar, causó graves problemas; las pro- ferencia, que duró dos meses, para ventilar las acusaciones de fraude y asesinato en las
mesas de un pronto retomo al régimen civil y a las elecciones populares no se mantu· altas instancias y las propuestas de reforma constitucional, el presidente se volvió
vieron; el Consejo Nacional de Defensa gobemante era una camarilla con buenas contra el primer ministro, Joseph Kokou Koffigoh, destituyó al comandante en jefe
intenciones pero sin un verdadero apoyo constitucional; la oposición a su política o a (ambos pertenecientes a la etnia ewe) y canceló las elecciones proyectadas. El ejérci-
su administración se convirtió en una senda hacia la cárcel, pero este trato no evitó que to, que había mantenido una actitud dudosa, se alió con el presidente ante el temor
los enemigos de Rawlings continuaran intrigando contra él, tanto desde el propio país de desórdenes generalizados (parte de los cuales fueron supuestamente incitados por
como desde el extranjero (Costa de Marfil y Togo principalmente}. La justificación para el propio presidente para mantener al ejército de su parte). En 1993, nuevas y más
estos problemas y estrecheces sería la atracción de capitales extranjeros, pero la cues· graves revueltas obligaron a medio millón de togoleses a huir a Ghana y a Benín, tras
tión (y por tanto el resultado de la política económica de Rawlings} continuó siendo lo cual Eyadema permitió la celebración de elecciones y fue proclamado vencedor.

536 537
En Dahomey, denominado Benín a partir de 1972, un país a la sombra de Nigeria atractivamente eficaz, joven y honrado, pero su autoridad se apoyaba en una amalga-
y sin empleo ni recursos, los militares se inmiscuyeron continuamente en el gobier- ma de elementos discordantes. Estableció buenas relaciones con Benin y proyectó
no, deponiendo a dos presidentes e imponiendo a otros hasta que en 1970 obligaron una unión con Ghana, pero esta posibilidad al;:¡.rmó a Malí, que en 1985 puso en mar-
a tres ex presidentes a colaborar en un sistema de rotación que no fue en realidad más cha una guerra corta, pequeña y mal dirigida. Dos años más tarde, Sankara fue asesi-
que un paso previo para introducir, dos años después, un régimen militar. En 1972, el nado, y le sucedió un colega y amigo íntimo, Blaise Compaore, quien, menos radical
coronel Matthieu Kerekou subió al poder, sobrevivió a una serie de atentados (inclui- y más autocrático que Sankara, presidió un régimen de partidos en el que su partido
do uno en 1977, supuestamente organizado por Togo con ayuda francesa, marroquí y tenía la mayoría, hecho que no vaciló en blandir contra sindicatos, estudiantes y
japonesa), fue reelegido en 1984 y (por un estrecho margen) en 1989, realizó una gira todos aquellos que demostraban tener ideas propias.
por las capitales comunistas, incluida Pekín (1986), y finalmente regresó con cautela Níger sufrió también conspiraciones y desórdenes, en general instigados por la insa-
a la conexión con Francia. La oposición contra él estaba dividida y consistía en jóve- tisfacción de los militares con la eficacia o la honradez del régimen civil. Estos golpes
nes desempleados, oficiales de baja graduación que no conseguían promoción, sindi- se llevaron a cabo con la mínima violencia y equivalían a un mecanismo aceptado,
catos, y rivales étnicos del sur. Vio a su país convertirse en un pequeño exportador de aunque no muy satisfactorio, para cambiar un gobierno que había fracasado pero no
petróleo, pero también en un intermediario para las drogas proce_dentes de Asia. Pero tenía sucesor, en un Estado de partido único que carecía de ningún otro sistema para
en 1990 sus días estaban contados y Benín fue el primer país de Africa occidental que cambiar los gobiernos. El primer dirigente nigerino, Hamami Diori, había obtenido su
adoptó el sistema de partidos. Kerekou, como Kaunda en Zambia un año después, puesto con ayuda francesa frente a su rival, Djibo Bakary, quien se inclinaba pre-
aceptó pacíficamente su destitución, y fue sucedido por Nicéphore Soglo, quien libe- ferentemente hacia la izquierda y hacia el norte musulmán. Durante la guerra civil
ró a los prisioneros políticos, evitó la política de mano dura e introdujo cambios eco- nigeriana, Diori apoyó al gobierno central en desafío al apoyo de Francia a Biafra, y
nómicos pensados para obtener la ayuda extrajera (principalmente francesa). Sin pagó el precio en 1974, cuando el ejército lo depuso. La sequía del año anterior, extre-
embargo, sus reformas económicas produjeron un alto número de desempleados, y ma incluso según los parámetros nigerinos, había debilitado su posición. Le sucedió el
aparecieron casi un centenar de partidos. Soglo, que gobernó con una coalición com- coronel Ali Seybou que, según se esperaba, debía llevar un tren de vida menos osten-
puesta principalmente por miembros de la etnia fon, cristianos del sur, sólo obtuvo toso que Kountche, pero no lo hizo. La nueva Constitución de 1992 se convirtió en
;,
una victoria desigual en 1995, y perdió de nuevo ante Kerekou en 1996. receta para paralizar al presidente y al primer ministro, en caso de que no fueran capa-
Tras el arco de países que se extienden desde la desembocadura del Senegal hasta ces de ponerse de acuerdo. Lo cual sucedió, y el presidente Ousmane Mahamane, de
la del Níger, se sitúan tres países grandes, áridos y sin salida al mar: Malí, Burkina Faso la etnia hausa, se vio obligado a competir con su primer ministro por el apoyo del
(antes Alto Volta, el menor de los tres) y Níger. En Malí, Modibo Keita, uno de los segundo grupo más numeroso, los songhai. Los tuareg de Níger, que comprendían la
diseñadores de la abortada federación malina, fue destituido en 1968 por el general décima parte de la población y se sentían excluidos de los empleos y la educación, esta·
Moussa Traore, que se mantuvo en el poder durante veintitrés años. En b~sca de ban contrariados y se convirtieron en disidentes, pero no fueron capaces de reunir un
ayuda internacional, vaciló entre los países comunistas de Europa y Asia (que visitó ejército rebelde activo de más de dos mil soldados. El uranio de Níger lo convirtió en
en 1986), y el socorro, aunque desagradable, más fácil de obtener, del FMI. Parte de centro de la atención de Francia, ya que se creía que el uranio era un mine_ral escaso.
los problemas de Malí derivaban de los tuareg, habitantes del desierto, de origen beré- La ruta hacia el sur, saltando desde Nigeria, el país más importante de Africa occi·
ber, que vivían también en Burkina Faso, Níger, Argelia, Libia y Chad. Al producir- dental, conduce a tres ex colonias francesas y a otro imperio sin salida al mar. En
se la descolonización, en la década de 1950, los tuareg esperaban conseguir, con ayuda Camerún, donde se adaptan con relativo éxito las tensiones étnicas y lingüísticas,
francesa, un país propio. Tras la independencia, y debido principalmente a la sequía, Francia intervino para apoyar al gobierno de Ahmadu Ahidjo contra una revuelta de
se dispersaron entre los países vecinos, señaladamente Libia, donde se alistaron en las causas principalmente económicas. Ahidjo dimitió repentinamente en 1982 y le suce-
guerras que Gaddafi libró en Chad. Desde allí regresaron de nuevo a Malí, hacia dió Paul Biya, que demostró ser decepcionantemente ineficaz. La brusca caída de los
1989-1991, provocando luchas en Malí y Níger. Tr~ore estaba intentando poner fin a precios de los principales productos de exportación de Camerún (café, cacao, algodón)
esta lucha cuando fue destituido por el ejército. (El, Sl1 jefe del Estado Mayor y dos produjo una deuda agobiante, los funcionarios no recibieron sus sueldos, aumentó la
ministros fueron condenados a muerte.) El gobierno de transición alcanzó, con ayuda corrupción y el contrabando, y fue necesario acudir al FMI y a la austeridad. La situa·
argelina, un acuerdo con los tuareg por el que se les concedía la autonomía; pero el ción estimuló una lucha política que Biya fue incapaz de controlar. Se negó a nombrar
grupo más extremista no se sintió satisfecho. Con el nacimiento de la democracia en primer ministro hasta que fue obligado a ello. Consiguió una mínima victoria, en 1992,
Malí, se crearon veinte partidos para las elecciones locales de 1992. Varios gobiernos en unas elecciones parlamentarias no demasiado bien realizadas, y fue reelegido presi-
civiles (Younnoussi Traore, Abdulaye Sekou Sow) lucharon contra las consecuencias dente después de retrasar las elecciones, mientras sus opositores discutían sobre la pre-
del mal gobierno, las sequías, la corrupción y la deuda agobiante. sentación de un solo candidato. En 1995, Camerún se asoció a la Commonwealth.
Parte de la herencia anterior a la independencia de Malí estaba constituida por En Gabón las esperanzas se convirtieron en desengaño. Uno de los países en poten-
una disputa fronteriza con Burkina Faso agravada en 1983 cuando el capitán Thomas cia más ricos de África, Gabón fue gobernado por los presidentes Leon M'Ba (depues·
Sankara tomó el poder en este país (eliminando el régimen civil de tres años de dura- to en 1963 pero reinstaurado por las tropas francesas) y Albert Bongo, que cambió su
ción que había sucedido al régimen militar del general Saye Zerbo). Sankara era nombre a Ornar al convertirse al islamismo en 1973 y completó la transición a un país.

538 539
de partido único. A pesar de una riqueza natural que incluía la cuarta parte de las reser- largas distancias desde sus hogares en Nigeria oriental y a internarse en las partes
vas mundiales de manganeso, la crisis económica de las décadas de 1970 y 1980 afec- occidental y septentrional de la federación creada por los británicos cuando, en 1914,
tó duramente a Gabón, de tal manera que el gobierno tuvo que establecer un présta- anexionaron el norte de Nigeria a las dos colonias meridionales.
mo obligatorio sobre los salarios y renegociar los plazos de su deuda exterior como El norte se había caracterizado por un estado de permanente cambio hasta que los
única forma de evitar el impago. Las graves revueltas de 1990 obligaron a Bongo a británicos llegaron a él a finales del siglo XIX. A comienzos de ese siglo, el pueblo isla-
introducir un sistema de partidos más rápidamente de lo que habría deseado. Tras las mizado de los fulani había impuesto su autoridad sobre el preexistente y heter~géneo
elecciones, en las que su partido, el Partido Democrático Gabonés, ganó cómodamen- conglomerado de estados hausa, y había creado así el imperio de Usuman dan Fodio y
te a sus opositores, formó un nuevo g9bierno de seis partidos, concediendo los minis- sus descendientes. Los conflictos entre los fulani y los hausa y otros pueblos continua-
terios principales, pero una minoría de carteras, al PDG. Y él fue reelegido presidente ron existiendo y los británicos se propusieron acabar con estas Luchas como preludio
en 1993, con un margen escasísimo y frente a un opositor apoyado por Camerún. de la unificación de los territorios de esta parte del globo, pero la federación que cons-
En Congo-Brazzaville el primer presidente, Fulbert Yalou, fue destituido por la revo- tituyeron era una agitada y turbulenta amalgama de estados y culturas sin unidad ni
lución. Francia se negó a inte1venir para mantenerlo en el poder porque reconoció que conciencia nacionales. Después de la Segunda Guerra Mundial, la mitad meridional
la indignación popular estaba perfectamente fundada. Alphonse Massemba-Debat y del país reivindicó insistemente la independencia, mientras que el norte adoptó una
posteriormente Marien Ngouabi orientaron el país hacia la izquierda pero éste fue ase- actitud vacilante por temor a ser reducido a la dependencia con respecto al sur, cuyas
sinado en 1977 y aquél fue ejecutado poco después. El presidente Denis Sassou-Ngues-
0
costas estaban abiertas al comercio, la técnica y las costumbres del mundo exterior. El
so, del Partido Congolés del Trabajo, mantuvo bajo control a los partidos pro ruso y pro norte llegó incluso a acariciar la idea de constituirse como Estado independiente con
chino, pero no consiguió apartarlos por completo. El 1~al planeamiento del empleo de acceso al mar bien a través de un corredor fluvial río Níger abajo o a través de Daho-
fondos públicos y el gasto extravagante en proyectos poco interesantes, al tiempo que mey o los Camerunes por uno u otro lado. Los disturbios con resonancias raciales y
descendían la producción y el precio del petróleo, debilitáron la economía, fomentan- religiosas ocurridos con anterioridad a la independencia fueron un claro presagio de los
do una contraproducente afluencia a las ciudades, exacerbadas luchas tribales y aumen- peligros a los que tendría que enfrentarse el nuevo Estado, pero las ventajas de la uni-
to de las importaciones y de la deuda externa. Cuando el ejército se negó a sofocar las dad hicieron que el experimento pareciera merecer la pena y en 1960 Nigeria comen-
" revueltas, en 1985, el presidente consiguió salvarse sólo gracias a su guardia personal. Y zó su andadura como país independiente con una Constitución basada en la existen-
seis años más tarde se recortó su poder, aunque se le pennitió mantener su retribución, cia de tres regiones. El cargo de primer ministro federal recayó en una personalidad del
su puesto, y algunas de sus competencias. Las elecciones de 1992, primero locales y des- norte, sir Abubakr Tafewa Balewa. El líder de la parte oriental, Namdi Azikiwe, se con-
pués presidenciales, llevaron al nombramiento de Pascal Loussaba como presidente, en virtió en el presidente y su partido colaboró con el principal partido del norte en el
una democracia en desarrollo pero turbulenta, para lo que pidió apoyo estadour:iidense, gobierno central. Azikiwe sostenía que un país tan extenso y heterogéneo como Nige-
frente a los partidos de la oposición (principalmente del norte) apoyados por Francia. ria sólo podría ser gobemado mediante una coalición de todos sus principales grupos
En la República Cemroafricana, un país sin salida al mar, el golpe del coronel Jean dentro de una estructura federal, pero el líder de la zona occidental, el jefe Obafemi
Bedel Bokassa, que en sus orígenes había sido similar a los golpes militares de Burkina Awolowo, prefirió crear una oposición en el Parlamento federal.
Faso, Níger y Benín, condujo a atrocidades cuando el coronel se declaró emperador y El acuerdo entre el este y el norte no duró mucho tiempo ni tampoco la cohesión
alcanzó grados demenciales de ostentación y crueldad. Francia, tras verse vergonzosa- de la parte occidental. Los ibos enojaron a sus socios del norte al tratar de ganar esca-
mente asociada a una de las tiranías más indecentes de la época, ayudó a derrocarlo en ños parlamentarios en la región septentrional. En el oeste, el jefe Akintola desafió a
1979. El intento de regreso de Bokassa, en 1983, fracasó, Después de una corta transi- Awolowo y logró que éste y otros dirigentes fueran juzgados y encarcelados. Akinto·
ción, André Kolongba, familiar del presidente Mobutu de Zaire, gobernó durante doce la no estaba satisfecho con la política de Awolowo de constituir una oposición a nivel
años. Resistió mientras le fue posible la tendencia a adoptar un sistema de partidos, reci- federal. Prefería llevar a cabo una política de alianza con el norte, desplazando a los
bió ayuda de lrak hasta la guerra del Golfo, en 1991 (reemplazada sólo parcialmente por ibos y obteniendo para su propio pueblo una participación en el poder, los recursos y
la ayuda de Taiwan), y perdió el apoyo de Francia, que todavía conservaba influencia y las finanzas del gobierno central. En 1963 se creó una cuarta región, la medioocci-
una fuerza de 3.500 soldados porque consideraba que el país era estratégicamente impor- dental. En 1964 un censo mostró que la población total del conjunto del país era
tante. Incapaz de retrasar más las elecciones, Kolongba fue eliminado en la primera vuel- de 55,6 millones de habitantes, de los que 29,8 millones -es decir, más de la mitad-
ta e intentó cancelar la segunda, pero fue sustituido por André-Félix Patasse en 1992. vivían en la región septentrional. Esta preponderancia demográfica del norte acre-
Nigeria, territorio de enorme extensión y gran diversidad, era una creación del centó los atractivos de una alianza con los dirigentes de esa zona y, junto con acusa·
''
siglo XX. En 1906, los británicos unieron las colonias de Lagos y Nigeria del Sur. La dones de que el censo había sido amañado, aumentó también las tensiones políticas.
primera de ellas era el país de los yorubas, cuya sociedad estaba basada por una parte Las elecciones celebradas en 1965 en la región occidental provocaron protestas por
en jefes tribales y por otra en ciudades con una cultura desarrollada. En la segunda de los procedimientos poco limpios y los notorios abusos cometidos, y desembocaron en
las colonias, el pueblo dominante era el de los ibos, que carecía de jefes tribales y de enfrentamientos y luchas. Al año siguiente se originó en el norte un conflicto de
ciudades pero precisamente por ello pudo aglutinarse más fácilmente como nación y caracteres más graves. La complicada constitución tripartita del país se vino abajo
dio muestras de una vigorosa y emprendedora energía que llevó a muchos a recorrer debido, primero, a una insurrección principalmente de los ibos, después a un golpe de

540 541
Estado que provocó un intento por parte de los ibos de independizarse y, finalmente, por su corrupción, al igual que los sectores más acaudalados y opulentos de la sociedad
a sucesivas divisiones del país en más y más estados constitutivos. civil. Hubo huelgas y desempleo. El problema constitucional no se solucionó. Después
En enero de 1966, un grupo de jóvenes militares se reveló en protesta por el mal de la guerra civil, el país fue dividido en doce estados (más tarde aumentados a dieci·
gobierno, por un lado, y como manifestación contra el norte y sus aliados del oeste, por nueve) pero Gowon indicó imprudentemente que podrían crearse aún más de acuerdo
otro. Los primeros ministros federal y septentrional, sir Abubakr Balewa y el Sardauna con un criterio étnico que, si se aplicaba con rigor, podría dar lugar a la diferenciación
de Sokoto, fueron asesinados junto con el jefe Akintola y muchos otros, pero los altos de 300 ó 400 estados. El censo de 197 3 declaraba una población total de 79,76 millones
mandos del ejército intervinieron rápidamente para impedir que tuvieran lugar nuevos de habitantes, un crecimiento de un 43,5% desde 1963 y un incremento anual medio dos
sucesos y detener a los militares de inferior graduación que se habían sublevado. El veces mayor que el de las poblaciones que crecían más rápidamente en el mundo. Nadie
general Johnson Ironsi fue proclamado jefe del Estado con la misión de apartar al país daba crédito a estas cifras aunque a ciertas gentes en determinadas áreas les satisfacían.
de la desintegración y proporcionarle una administración competente y honesta. El El hecho de que los incrementos demográficos variasen amplia y sospechosamente de un
general Ironsi era un ibo. Tenía buenas intendones pero por lo demás carecía de las Estado a otro obligó a Gowon a afirmar que no se utilizarían como base de ninguna deci·
dotes necesarias para llevar a cabo la delicada tarea de mantener unido al país y, cuan- sión política. En 1974 se anunció, para alivio de muchos nigerianos, que la vuelta al
do en el mes de julio sugirió imprudentemente que una Constitución unitaria podría gobierno civil prometido pará 1976 se pospondría. La incapacidad demasiado evidente
ser mejor para Nigeria que una federal, los temores del norte a una tentativa de domi- de Gowon para poner cerco a la corrupción condujo a su destiu1ción en 1975 en un
nación de los ibas estallaron en forma de un nuevo golpe de Estado y en esta ocasión momento en que se encontraba fuera del país. Se le permitió marcharse con su familia a
fue a Ironsi al que le tocó ser asesinado. Le sustituyó el coronel Yakubu Gowon, un cris- Inglaterra. Sus sucesores, los generales Murtala Mohammed (asesinado al cabo de unos
tiano del norte que puso en libertad a una serie de civiles encarcelados, incluido Awo· cuantos meses) y Olesugun Obasanjo, fueron más enérgicos en la lucha contra la corrup-
lowo, y expresó las habituales esperanzas de un pronto restablecimiento del gobierno ción y en la forma de atajar otros problemas. Este último prometió restaurar el gobierno
civil. En septiembre, en una conferencia celebrada en Lagos, se llegó a un acuerdo civil en 1979 y, tras un prolongado debate constitucional que dio lugar a la Constitución
sobre una flexible estructura federal cuatripartita, pero esta reunión coincidió con una más voluminosa del mundo, Alhaji Shehu Shagari se convirtió en presidente de una
masacre de ibos en el norte (había habido ya una similar, aunque menos violenta, nueva federación de diecinueve estados.
matanza en el mes de mayo), y con el regreso de los supervivientes a la región oriental. Nigeria era un gigante entre los estados africanos y no sólo por su tamaño. Poseía
Tras el primer golpe de Estado en 1966, el teniente coronel Odumegwu Ojukwu grandes riquezas. Estaba entre los seis primeros productores de petróleo del mundo y a
había sido nombrado gobernador militar de la región oriental. Ahora llegó a la conclu- finales de los años setenta su PIB era de unos 35.000 millones de dólares (460 dólares
sión de que la única manera de garantizar la salvación de los ibos era separar esta región per cápita) y un índice de crecimiento anual de entre el 6 y el 7%. En su momento cul·
del resto de Nigeria. En una conferencia reunida en Aburi, Ghana, en enero de 1967 se minante, en el período 1974-1976, la producción petrolífera excedía los 2 millones de
le disuadió de que no diera este paso pero, no obstante, en mayo proclamó el Estado inde· barriles diarios. Pero esta bonanza originó una orgía de actividad descontrolada. El
pendiente de Biafra y la guerra civil estalló a continuación. Todos los intentos de media- petróleo nigeriano, cuya producción resultaba excepcionalmente cara, inundó los mer-
ción de la OUA (en Kinshasa en 1967, Argel en 1968 y Addis Abeba en 1969) resulta- cados mundiales llegando a ellos en enormes cantidades al mismo tiempo que llegaba
ron infructuosos. El ejército federal, cuyos efectivos aumentaron de 10.000 a más de también el petróleo de Alaska y del Mar del Norte, con el resultado de que la deman·
200.000 soldados, fue imponiéndose gradualmente a pesar de la dureza de la resistencia da disminuyó, el precio se redujo y la producción descendió a 1,5 millones de barriles:
biafreña. Mientras que Gran Bretaña y la URSS suministraban armas al gobierno fede- la balanza de pagos, que en 197 4 había tenido un superávit de más de 4 millones de nai.
ral, Francia se las proporcionaba a Biafra (prolongando de esta forma probablemente la ras, se hizo bruscamente deficitaria en 1977, las reservas disminuyeron en dos tercios y
guerra) y dos de los estados asociados africanos más próximos a Francia, Costa de Marfil la inflación aumentó en un 40% al año. Pero Nigeria siguió gozando de crédito y logró
y Gabón, reconocieron al Estado que se había separado -como hicieron también Zam- conseguir préstamos de grandes sumas para reconducir al país hacia una posición eco·
bia y Tanzania- en un intento de detener la terrible matanza. El sufrimiento de Biafra, nómicamente más sólida. Su principal problema no era cómo obtener una balanza favo··
superpoblada y prácticamente asediada, fue aterrador y de él se hicieron eco amplia- rabie, sino cómo utilizar sus envidiables recursos. Era en esta época un país inmen-
mente las noticias de todo el mundo. En enero de 1970 había llegado a ser tan abruma· samente rico cuyos habitantes sin embargo no participaban de esta riqueza, sino que
dor que Biafra se vio obligada a capitular y dejó de existir como tal. Gowon demostró ser continuaban viviendo en una sociedad colonial y fundamentalmente agrícola que no
un vencedor con grandes dotes de estadista. Predicó y practicó la reconciliación. El ere~ explotaba más que la mitad de su tierra cultivable y que, como consecuencia de la negli-
cimiento económico de Nigeria se reanudó a gran velocidad. El país se convirtió en uno gencia, la ineficacia y las inversiones inadecuadas, importaba alimentos en lugar de
de los mayores productores y exportadores mundiales de petróleo, además de ser rico en exportarlos. El terrible desorden e ingobemabilidad del país eran, junto con la com1p·
carbón, estaño y otros minerales, así como en agricultura. Pero el gobierno, sin embargo, ción, rasgos característicos de Nigeria. Los recelos y divisiones trivales no habían desa-
gastaba sus ingresos de forma excesiva y, por otra parte, la riqueza no suprimió los pro· parecido; el ejército, aunque había visto reducidos sus efectivos de los 230.000 soldados
blemas internos. Los ricos se enriquecieron más y los pobres en su mayoría siguieron sien- que lo componían a aproximadamente la mitad eh 1980, seguía siendo un oneroso y
do pobres o, con los efectos de la inflación, se empobrecieron aún más. El enorme ejér- desestabilizador legado de la guerra civil. Pero los recursos y el optimismo del nuevo
cito y una gran fuerza de policía compuesta por 30.000 hombres alcanzaron notoriedad gobierno civil quedaron puestos de relieve con la elaboración de un plan quinquenal

542 543
para el período 1981-1985 que aspiraba a que Nigeria fuese autosuficiente en lo referen- ambos hicieron de la ECOWAS una organización endeble y raquítica: la ECOWAS 0
te a alimentos y productos manufacturados al final de esa etapa. era una forma de compartir riqueza y empresas económicas en la región o no era nada,
Tanto el régimen militar saliente como el régimen civil que le sucedió trataron de y unas cuantas mejoras en los sistemas de transporte y una mayor libertad de comercio
que Nigeria desempeñase un importante papel en los asuntos africanos y quizá también no bastaban para modificar la fisonomía de la zona como un conglomerado de econo-
en los asuntos mundiales. Logró acceder al Consejo de Seguridad en 1976 contra la mías distintas y dispares cuyas debilidades y desigualdades no podría paliar un país
candidatura de otro Estado africano (y vecino} nominado por la OUA. Invirtió gran como Nigeria que, aunque dominante, estaba acosado por una inestabilidad tanto eco-
cantidad de dinero y energías en el Festival de Artes Africanas celebrado en Lagos, un nómica como política. Además, el gobierno Buhari irritó a sus socios de la OPEP cuan-
montaje propagandístico para obtener prestigio que en parte logró todo lo contrario a do -al igual que Gran Bretaña y Noruega- redujo los precios de su petróleo pero sin
consecuencia del caos organizativo y los escándalos por el gran dispendio realizado. notificar previamente esta decisión a la OPEP: los ingresos procedentes del petróleo
Dominó de tal forma la Organización Económica de Estados africanos Occidentales habían descendido drásticamente a la mitad con respecto al año 1980 y el gobierno
(ECOWAS) que dicha organización hubiese carecido por completo de vínculos sin la Buhari se puso nervioso porque era consciente del papel que había desempeñado el
presencia de Nigeria. Lagos se convirtió en un necesario punto de escala para los polí- petróleo en el declive y destrucción del gobierno Shagari. Al cabo de dos años, Buha-
ticos británicos, estadounidenses y de otros lugares que trataban de resolver la crisis de ri fue derrocado por uno de los principales miembros de su consejo de gobierno, el
Rodesia. Nigeria era un miembro activo de una variada gama de organizaciones inter- general lbrahim Babangida, una figura que siempre tenía una participación destacada
nacionales como la OUA, la Commonwealth, la OPEP y la ONU. en las crisis políticas de Nigeria pero que hasta ahora se había mantenido apartado del
En el último día del año 1983 el ejército volvió de nuevo al poder. El general primer puesto de la nación y de las responsabilidades que éste entrañaba.
Mahommad Buhari sustituyó al presidente Shagari en la jefatura del Estado. Había Las principales tareas de Babangida eran rescatar la economía, restaurar el régimen
muchas razones que justificaban una conmoción que a muy pocos nigerianos desagra- civil en un plazo razonable y evitar que los conflictos regionales de Nigeria acabaran con·
dó: el descarado fraude electoral en los comicios celebrados en el mes de agosto ante- virtiéndose en un conflicto religioso entre el norte (musulmán) y el sur (cristiano}. Los
rior; una corrupción aún más descarada y ostensible; una vertiginosa subida de los pre- problemas económicos de Nigeria no derivaban de la carencia de recursos, sino de un uso
cios alimenticios; una economía que ya no podía contar con el petróleo como elemento excesivamente optimista de una única fuente de riqueza, el petróleo, cuyo valor había
... saneador, ya que los precios del crudo se habían visto drásticamente reducidos en un disminuido repentinamente debido a causas fuera del control del país. El fin del auge del
j 10% y su producción había descendido asimismo en casi un 25%; interminables dispu- petróleo golpeó a Nigeria con fuerza porque el país había vivido una época de euforia tal
tas y altercados constitucionales; desórdenes religiosos en el norte (sobre todo en Kano, que ahora estaba agotado. Con el fin del auge, el naira, la moneda nigeriana, perdió el
a finales de 1980). El nuevo gobierno era semejante a su prec\ecesor, conservador y com- 70% de su valor. La inflación, la congelación de salarios y los altísimos tipos de interés
prometido a crear prosperidad sin corrupción. Para algunos, incluidos los militares de golpearon tanto a los pobres como a las bandadas de «nuevos ricos» surgidos con el auge.
1 baja graduación que esperaban su tumo y los musulmanes con tendencias puritanas, se El ingreso per cápita cayó en nueve años de 1.000 dólares a 250. Babangida necesitaba
1
parecía demasiado al régimen Shagari y había demasiados hombres de negocios y jefes restaurar la confianza interna y recobrar la confianza y los fondos internacionales, pero
1
tribales ocupando todavía los puestos clave del poder, en el nivel federal los unos y en sus intentos produjeron fuertes críticas entre aquellos, incluido Obasanjo, que se revela-
¡¡ ¡
el provincial los otros. A los pocos meses de su instauración, comenzaron a extenderse ban contra una política económica que empobrecía aún más a los pobres y enriquecía a
i,, rumores sobre nuevos golpes de Estado que algunos sospechaban que se fabricaban para
1
los especuladores, sin solucionar la recesión industrial. Como preludio de la restauración
permitir al gobierno atajar posibles acciones de los rangos intermedios del ejército, insa- del régimen civil, se eligió, en 1987, una Asamblea constituyente, aunque con unas com-
tisfechos por las medidas dilatorias contra los acaparadores y personajes enriquecidos petencias estrictamente limitadas: no podía entrar en consideraciones sobre el Estado
ilegalmente en el régimen anterior. Cuando el gobierno finalmente emprendió la per- federal, el sistema de dos partidos, la prohibición de los políticos del régimen anterior, ni
secución de éstos, lo hizo de forma absolutamente chapucera. El más conocido de los la religión. La confianza en sí mismo de Babangida quedó demostrada en dos hechos lla-
supuestos estraperlistas, Umaru Dicko, había buscado refugio en Londres, donde fue mativos que tuvieron lugar en 1989. Cuando una comisión electoral aprobó seis parti-
secuestrado por tres israelíes y un nigeriano con una mal disimulada implicación del dos, de los que el gobierno debía seleccionar dos 1 Babangida rechazó los seis y aprobó
gobierno nigeriano y una más que ligera sospecha de participación oficial de Israel. El otros dos de su propia invención, Y también intervino decisivamente en la sucesión del
golpe resultó al final frustrado cuando la policía británica extrajo a Dicko del interior sultanato de Sokoto. La muerte, en 1988, del anciano sultán provocó una confusión polí-
de un cajón de embalaje en el que estaba a punto de ser conducido a Nigeria. tica y religiosa que afectó a las relaciones entre el sultanato y el gobierno central. Un hijo
El gobierno Buhari fue un fracaso rotundo. Denunció la corrupción pero no la redu- del fallecido sultán fue proclamado sucesor, pero el gobierno interpuso su veto y designó
jo, embistió contra los criminales pero la criminalidad no disminuyó, intensificó la en su lugar a un eminente musulmán, Ibrahim Dasuk, descendiente directo, por línea
austeridad económica pero no consiguió a cambio ningún beneficio y se vio privado secundaria, de Usman dan Fodio. Tan preocupante como estos problemas económicos,
de la muy necesitada ayuda del FMI (para reforzar su capacidad de obtener créditos del constitucionales y religiosos, era la demografía. Se calculó que la población de 118 millo-
exterior} al negarse a devaluar su moneda (naira}. Para los países vecinos, no supuso nes de habitantes en 1990 se duplicaría en treinta años si no se introducían controles de
ninguna mejora en relación con el régimen anterior. Ambos expulsaron a grandes can- natalidad. Y ésta era la proyección más moderada. Era un problema ampliamente exten-
tidades de inmigrantes que habían acudido en masa a Nigeria en busca de trabajo, y dido en África, pero peculiarmente alarmante en Nigeria, que, de seguir la tendencia,

544 545
acabaría convirtiéndose en uno de los países más superpoblados del mundo, con drásti· esperanzas a sus miembros pero su poder les inspiraba recelo, especialmente a los países
ca escasez de alimentos, hospitales y otros servicios básicos. francófonos, seis de los cuales crearon una comunidad dentro de la comunid§l-d: la
El retomo al régimen civil fue algo repetidamente prometido y también repetida- CEAO (Communauté de l'Afrique de l'Ouest). (La CEAO tuvo su paralelo en Africa
mente pospuesto. En 1991, Babangida canceló por tercera vez unas elecciones presi- central en dos organizaciones, la CEEAC -Communaité Economique des Etats de
denciales, pero a finales de año se convocaron inesperadamente elecciones para gober- l'Afrique Centrale-y la UDEAC-Union Douaniere et Economique de l'Afrique Cen-
nador y para la Asamblea en los diversos estados (que ahora ascendían a 29). El Partido trale-, cuyos nombres eran suficientemente indicativos de sus ambiciones. Los· seis
Socialdemócrata (PSD), recientemente aprobado, obtuvo la mayoría en dieciséis asam· miembros que componían la última formaban parte de la primera, integrada por diez
bleas, y la Convención Nacional Republicana la mayor parte de los gobernadores. Las estados no sólo de habla francesa sino también portuguesa e inglesa.) En 1948, Francia
exigencias de que Babangida dimitiera se multiplicaron al producirse un extenso hun- li.abía instituido una zona franca, comprometiéndose a comprar monedas locales al pre-
dimiento de la ley y el orden, con revueltas, principalmente contra la subida de precios, cio fijo de 50 francos CFA por un franco francés, una forma cada vez más cara de ase-
en Lagos y otras ciudades, y con saqueos y enfrentamientos religiosos en el norte y el gurar su influencia política, y un acuerdo cada vez más perjudicial, ya que las diferentes
nordeste. Babangida amplió su mandato hasta agosto de 1993, pero grandes personali- monedas divergían entre sí. El franco francés se devaluó de manera exorbitante, la mano
dades nigerianas y sus principales acreedores exteriores (Estados Unidos, Japón y Ale- de obra resultó cada vez más cara, la inversión francesa se desvió a países anglófonos en
mania) plantearon públicamente su opinión de que debía dimitir. La deuda externa los que se mantenían tipos de cambio reales, y se produjo un fuerte contrabando de pro-
había alcanzado los 30.000 millones de dólares, la corrupción era descarada, Nigeria se ductos hacia países francófonc;_is, a cambio de monedas locales, convertibles en francos
estaba convirtiendo en uno de los principales intermediarios del tráfico internacional franceses mediante un tipo fijo que permaneció invariable durante casi medio siglo. En
de drogas y su propia existencia como un único país se estaba poniendo de nuevo en 1994, el nuevo gobierno francés de Edouard Balladur devaluó el franco CFA, respecto
entredicho. Las elecciones presidenciales de 1993 fueron canceladas cuando parecía del franco francés, a la mitad (y el franco asociado de Comores en una tercera parte).
que el ganador iba a ser Moshood Abiola, líder millonario del PSD, de origen yoruba. Los objetivos de esta devaluación eran aumentar la inversión y la liquidez, y (como con-
Abiola huyó a Inglaterra. Los planes de Babangida de convocar nuevas elecciones fue- dición previa) conseguir un cambio de postura en los acreedores que pudiera inducirlos
ron rechazados por el PSD. Este partido y la CNR ofrecieron compartir con los milita- a cancelar parte de la deuda. Se consiguió hasta cierto punto, pero los acreedores, que
res un gobierno interino, pero su oferta fue rechazada por Babangida. La preocupación ya se habían comprometido a cancelar las deudas de los antiguos satélites europeos de la
provocó disensiones entre los oficiales de alta graduación, como resultado de lo cual URSS, eran reacios a prestar la misma atención a los problemas africanos. Se redujo la
Babangida fue destituido, y en su lugar se nombró al general Sani Abasha, con Emest inflación, que se mantenía en el 30-40% e}l casi toda la zona, al 10% aproximadamen-
Shonekan como supuesto hombre de paja que demostró ser demasiado independiente y te. El crecimiento _general en los países de Afr~ca. occidental a~canzaba ~l ~-5%, per~ e~
hubo de dimitir varios meses más tarde. En 1994, Abasha, quizá debido a su debilidad, insignificante en Africa central, donde el crec1m1ento dependia del opt1m1smo. La hqm-
aprobó una invasión nigeriana de la península de Bakasi (en Camerún) que dominaba dez interna aumentó, principalmente debido a la repatriación de capitales que habían
el acceso al canal de Calabar y al río Cross, dos áreas ricas en petróleo. La concepción huido al extranjero, pero el dinero permaneció en los bancos en lugar de ser invertido,
de Nigeria como país estabilizador y como motor económico de África occidental se en parte porque los posibles prestatarios retrocedían ante los tipos de interés exigidos por
desvaneció mientras se precipitaba hacia la desintegración política, la discordia religio· los bancos y en parte porque los bancos desconfiaban de los solicitantes. .
sa y el desorden generalizado. La ejecución, en 1995, del escritor y activista político Ken Ambos organismos establecieron asimismo acuerdos de defensa: la ECOWAS en
Saro-Wiwa, junto a otros ocho manifestantes de la zona igoni, rica en petróleo, tras un 1981, con la abstención de Malí, Guinea-Bissau y Cabo Verde; y la CEAO en distin-
insatisfactorio juicio y en vísperas de una conferencia de la Commonwealth, provocó la tas fases a partir de 1977, uniéndose Togo a los seis miembros originales. Los signata·
condena mundial, pero no una acción efectiva internacional. Aunque Nigeria depen· rios del pacto de defensa de la CEAO se dividieron entre los que lo c~nsideraron
día especialmente de los ingresos derivados del petróleo, Estados.Unidos y otros com- como un primer paso para librarse de las tropas francesas que estaban en Africa occi·
pradores no deseaban privarse del mismo imponiendo un bloqueo. dental y los que estaban muy lejos de pretender que se aprobase una medida seme·
Veinticinco años de inestabilidad política, desastre económico y corrupción dejaron jante. Estos acuerdos de defensa fueron de menor consecuencia que los económicos;
a África occidental con la independencia que había obtenido de las potencias occiden- y la puesta en práctica de los acuerdos económicos se vio dificulta.da por la naturale-
tales pero con pocos de los fmtos que habían esperado obtener de esa independencia. La za inevitablemente mundial de los problemas a los que hacían referencia.
- 1
moral estaba baja, las expectativas se redujeron, se produjo un amargo resentimiento, y Los problemas políticos de África occidental eran principalmente de origen inter-
·~i se agotó la paciencia. Diversos países de África occidental esperaban aliviar su situación no y se culpaba de ellos a los nuevos gobernantes. El pasado colonial tenía cierta res-
económica mediante asociaciones. Dieciséis de estos estados constituyeron en 1975 una ponsabilidad, pero iba disminuyendo. El colonialismo había destruido, por su propia
Comunidad Económica de Estados de África occidental (ECOWAS) como un estadio naturaleza, la clase dirigente y sus instituciones. Incluso en los casos en los que los
intermedio entre las soberanías nacionales y la continental OUA. Los primeros objeti· dominadores coloniales ejercieron un gobierno indirecto, empleando, por tanto, el
vos consistían en aumentar las relaciones comerciales entre sus miembros y fomentar la sistema indígena, este sistema y sus protagonistas se degradaron. Además, los nuevos
cooperación en los campos de la agricultura, las comunicaciones y la educación, tras lo nacionalistas que dirigieron las campañas para la independencia (al contrario que los
cual podría desarrollarse una mayor cooperación económica. La riqueza de Nigeria daba líderes del Congreso Nacional de la India, que había sido fundado en el siglo XIX)

546 547
tenían una experiencia mínima de gobierno y una autoridad precaria. Su autoridad mataba a los individuos. En la mayor parte de los casos, los planes para paliar los efec-
era personal. Se derivaba del atractivo personal o del rango, de tal forma que la pobla- tos secundarios eran ineficaces o no se ponían en práctica. El Banco Mundial, en un
ción sólo podía elegir, en la medida en que tuviera esa oportunidad, entre el demago· estudio de 1989 sobre los conocidos problemas de una agricultura poco productiva, un
go y el general. Algunos resultaron buenos y otros malos, pero todos ellos carecían de declive industrial y una deuda excesiva, señaló también su raíz política: la precariedad
respaldo político sistemático y se veían obligados, por tanto, a confiar en su ingenio de la aplicación del derecho y la falta de una prensa libre. Anterionnente, el Banco
o en las armas. El resultado lógico fue o bien la tiranía inalterable, o bien los cambios Mundial y el FMI habían vinculado la ayuda a los planes y resultados económicos,
continuos. En África occidental, que en este aspecto se diferenció de la mayor parte estableciendo condiciones que imponían severas privaciones a las pequeñas empresas
del continente, se produjo más inestabilidad que tiranía. Se restringían o violaban las y a las personas. Estas instituciones consideraron el buen gobierno como condición
libertades con la disculpa de que el dictador o el régimen de partido único serían más básica para la economía, y equipararon buen gobierno con democracia, fomentando así
eficaces, pero tales regímenes no conseguían cumplir lo prometido. un cambio de regímenes militares o de sistemas de partido único a sistemas de partidos
África occidental, y en este aspecto su modelo se repitió en la mayor parte del múltiples (Sudán fue la excepción sobresaliente, después de que incluso Malawi cedie-
África subsahariana, experimentó un modesto desarrollo en la década de 1960, que se se), pero quedaba todavía por ver hasta qué punto podría este cambio afectar tanto a
redujo en la de 1970, para acabar retrocediendo en la de 1980. En el siglo XX la pobla- la evolución económica como al comportamiento político.
ción de África se multiplicó casi por diez (de 100 millones a casi 1.000) y se trasladó La inestabilidad de los países africanos, y con ella sus malos resultados, no sólo se
a las ciudades. Los inmigrantes se convirtieron en refugiados. La demanda de alimen- debía a los defectos de sus dirigentes. La explosión demográfica que se produjo desde
tos· creada por la primera de estas tendencias fue magnificada por la segunda, ya que la independencia anuló el crecimiento económico y aumentó la pobreza, la corrup-
los inmigrantes no eran productores, y sí. consumidores; de alimentos. El campo se des- ción y la delincuencia en las atestadas ciudades. En el balance entre campo y ciudad
pobló y las ciudades se convirtieron en lugares insanos y peligrosos. La escasez de ali- se produjo un giro que las ciudades no podían soportar. El problema demográfico con-
mentos se agravó con el punto de vista que se mantuvo después de la independencia tribuyó a fracasos, que frecuentemente equivalían a hundimiento, de la educación en
de que el camino hacia la prosperidad pasaba por la industrialización. La aplicación de todos los niveles, de los servicios sanitarios y de la calidad de los mismos, los trans-
esta panacea produjo más deudas que éxitos, aumentó sólo de manera marginal la pro- portes y otros servicios públicos. Las políticas económicas mal concebidas y mal
~ .. ducción manufacturera africana (siguió suponiendo, aproximadamente, el 1% de la
"'· empleadas dieron lugar a deudas externas paralizantes que excedían la proporción
producción mundial), puso en evidencia la falta de gestores adecuados y fomentó la aceptable sobre el PNB o los ingresos por exportación. Pero además de todos estos
corrupción inherente a la caza de contratos. La ayuda se utilizó mal y frecuentemente problemas, el propio Estado carecía de los atributos propios de un Estado: definición
1 esa utilización incorrecta fue fomentada por donantes ignorantes o avaros. Los fraca- y autoridad. En 1964, la OUA decidió fijar las fronteras establecidas por las potencias
1 sos comerciales e industriales afectaron también a otros sectores: las carreteras, escue· coloniales para evitar disputas que acabarían conduciendo a la guerra; pero fijarlas
las y universidades decayeron y la salud se deterioró. Sólo la mitad de los niños asistí- significaba también petrificarlas, y la mayoría de los países africanos albergaron, en
an a la escuela, y la mitad de los maestros carecían de preparación. La corrupción en consecuencia, conflictos étnieos internos, o minorías étnicas establecidas a ambos
los negocios apenas se podía diferenciar de la corrupción gubernamental, e intimidó a lados de las fronteras: se convertían en terreno de lucha, no en foro de discusión. Los
los jueces y a la prensa. Las guerras, la sequía, el hambre y las condiciones de comer- grupos o partidos políticos eran en general de tendencia sectaria, no nacional, y sólo
cio adversas en un mundo dominado por países más ricos, empeoraron la situación. los ejércitos eran (casi) nacionales. La multiplicación de los partidos políticos en
Algunos países eran demasiado pequeños (nueve de ellos tenían menos de un millón nombre de la democracia (fomentada, a veces impuesta, desde el exterior) tendía a
de habitantes en el momento de independizarse) y algunos tan grandes que se hacían institucionalizar los conflictos étnicos, lo cual redundaba en ventaja de un grupo
inmanejables. En casi todos ellos se daba una multiplicidad de lenguas, razas, religio- opresivamente dominante, decidido a monopolizar el poder. La multiplicidad de par·
nes, culturas; no constituían las unidades que se reflejaban en el mapa o que los extran- tidos era un ingrediente necesario, pero no suficiente, para alcanzar la democracia.
jeros pensaban que eran. Sus fronteras, que al principio ~e consideraban intocables,
dejaron de serlo. Los extranjeros se negaron a invertir en Africa e hicieron caso omiso
de sus atractivos turísticos. Y, sin embargo, buena parte del continente poseía una
excelente tierra de cultivo, minerales valiosos y abundant~s fuentes de energía. El
.- j balance económico no era completamente negativo, pero la solución para siglos de
»·¡ atraso económico, seguidos de décadas de mala política y mal gobierno, requerían
duros sacrificios que recaían principalmente en los pobres, haciéndolos más pobres y
disponiéndolos a desconfiar de sus gobiernos. La receta del FMI para la salvación tenía
un doble filo. Por una parte, estas instituciones concedían créditos pero por otra exi-
gían la devaluación de la moneda, la liberalización del comercio, y aumentos de pro·
ductividad que por lo general sólo podían conseguirse a costa de despidos, subida de
precios y recorte de los servicios. Era una medicina que curaba a la comunidad pero

548 549
potencias europeas. Gran Bretaña, entonces ya bien provista de territorio y ocupada

XXI Del Congo al Zaire en otros asuntos y lugares, no compitió por cuenta propia, sino que defendió las pre·
tensiones de su tradicional aliado, Portugal. Francia y el imperio alemán, constituido
hacía sólo tres años, no fueron tan altruistas, y en 1896 se alcanzó un compromiso tem·
poral en una conferencia internacional, creándose la Asociación Africana Interna·
cional, que debía act':!ar como una especie de misión cultural conjunta para alumbrar
el corazón oscuro de Africa y descubrir lo que allí había. Esta conferencia se reunió, no
de modo accidental, en Bruselas, y fue convocada por el rey belga Leopoldo ll.
La Asociación Africana Internacional no supuso la eliminación de las ambiciones y
maniobras de las potencias europeas, y a comienzos de la década de 1880 se extendió el
temor a una guerra c~yo estallido sería consecuencia de las envidias y pretensiones de
dichas potencias en Africa occidental, a lo largo del río Níger y hasta el Congo. En
1884, una conferencia celebrada en Berlín, programada y presidida por Bismarck, llegó
a un arreglo sobre la base de que había lugar para todos y de que no existía ninguna
necesidad de luchar por un pedazo de territorio: lo mejor que podían hacer los europe··
os era reconocerse unos a otros sus posesiones y aprobar tácitamente por adelantado
cualquier nueva adquisición de territorio que todavía no estuviese bajo bandera euro·
pea. El Congo fue cedido a la Asociación Internacional del Congo, que era la Aso-
ciación Africana Internacional con un nuevo nombre, y que, de hecho, era el propio
Leopoldo II en persona. Este monarca se convirtió asf en el mayor propietario particu-
África occiden~al alcanzó la independencia sin pasar por nada parecido a una cri·
lar de tierras de todo el mundo aunque todavía no supiese lo rica que era su propiedad.
sis internacional. Africa oriental iba a seguir esos mismos pasos en los años siguientes.
Sus obligaciones consistían en acabar con el comercio de esclavos, permitir el libre
~ero la independencia del Congo belga provocó nb sólo caos interno y guerra civil,
rj smo también una de las principales crisis internacionales del período de la posguerra,
que llevó a las principales potencias al borde de una confrontación, dividió a los esta-
comercio y asegurar el libre tránsito para todos a lo largo del rfo Congo. No cumplió
con la primera de estas obligaciones hasta que una ruidosa protesta en Gran Bretaña y
en otros lugares le forzaron a abolir este comercio, y a recurrir en su lugar a la mano de
dos africanos entre sí y obligó a recurrir a las Naciones Unidas, que desempeñó pape-
1 obra obligatoria. La administración de su territorio se convirtió en uno de los mas noto-
1~
les -unos esperados y otros inesperados- por los cuales recibió ataques de algunos de
rios escándalos desde que Cicerón denunció el proconsulado de Yerres, y en 1908 el
sus miembros. Su secretario general fue asesinado y la propia existencia de la organi-
Congo fue transferido del rey Leopoldo al Estado belga, que envió a un gobernador
zación se ~uso en cuestión. Los orígenes de esta catástrofe fueron, en primer lugar, el
\· : apresuramiento con que los belgas abandonaron una colonia a la que no habían pre-
general para hacerse cargo del gobierno de la zona, con la ayuda de una burocracia ofi·
:[i cial belga. Los intereses de los africanos debían tener prioridad sobre la explotación del
parado en absoluto para la independencia; en segundo lugar, la enorme extensión del
! dominio, pero en la práctica este principio no entrañó ningún ascenso o progreso para
Congo y su diversidad étnica y tribal; en tercer lugar, el estallido de la revuelta -inme-
los africanos que no fuera el derivado de una mezcla de razas de lo más superficial.
diatamente después de la independencia- de la Force Publique o ejército, cuya con·
Poco antes de la Primera Guerra Mundial comenzaron a explotarse las minas de
ducta sediciosa dejó inerme al nuevo gobierno central; hubo, además, un intento de
cobre en Katanga y ello trajo consigo dos importantes cambios. La riqueza de Katan·
segregar la rica provincia de Katanga, situada en el sur, y convertirla en un Estado
ga se duplicó en relación con la del resto del Congo; si alguna vez el Congo accedía
independiente; y, por último, hay que señalar el hecho de que la ONU, a la que se
a la independencia, los katangueñós estarían en una posición de exigir el primer
recurrió para realizar una multitud de tareas poco consecuentes, se vio obstaculizada e
puesto en el nuevo Estado, o bien de abandonarlo y establecerse por su cuenta. El
impedida por las insuficiencias de su propia maquinaria y por la hostilidad y las accio-
segundo y más inmediato cambio fue la aparición en aquel territorio de una próspe-
nes independientes de ciertos gobiernos, fundamentalmente el ruso y el británico.
ra asociación entre la administración, las sociedades financieras belgas y la Iglesia
El Congo es un extenso país de unos Z.600.000 km, habitado por muchas tribus
católica, que duró casi medio siglo. Se prestó cierta atención al bienestar económico
diferentes, algunas de las cuales constituyen federaciones tribales. Las más importan-
de los africanos pero no se toleró actividad política alguna, y la educación por enci·
tes son la de los bakongo en el oeste, incluida la capital, Leopoldville, y también los
ma del nivel elemental estuvo reservada a una exigua minoría. Cuando los belgas
territorios vecinos de Angola y Congo-Brazzaville; los baluba, en el sur de Kasai y
pensaban en el futuro, lo que imaginaban era un lento progreso de los africanos hasta
norte de Katanga; y los balunda, al sur de Katanga. A pesar de su gran extensión, el
alcanzar un determinado nivel en el que quizá tendría que idearse una nueva forma
Congo tiene salida al océano sólo en el extremo de un corredor entre Congo·Brazza-
de asociación, pero una transferencia de poder a los africanos no entraba en sus cál·
ville Y Angola, Y su historia contemporánea comienza con aventuras de exploradores
culos y, por tanto, no se tomó ninguna medida para formar y capacitar ni siquiera a
a lo largo del río Congo. Se hizo famoso a raíz de la expedición de H. M. Stanley en
una elite. Hasta donde cualquier hombre práctico alcanzaba a ver, el Congo perma·
1874 Y fue en seguida objeto de la competencia internacional entre las principales

551
550
necería tan apartado y excluido del resto del mundo como lo había estado el Japón Imperio Kongo, pero que acabó por asumir y respaldar la idea de un Estado del Congo,
antes de la restauración Meiji. siempre y cuando éste fuera federal; Moise Tshombé, el rico évolué de clase media y
Esta opinión empezó a cuestionarse en los años cincuenta. Los misioneros tomaron líder de CONAKAT a través del cual los balunda aspiraban a ejercer el poder en
conciencia de la presión del nacionalismo y por consiguiente comenzaron a sentir Katanga, bien fomrnndo parte de un Congo de estructura federal, o bien constituyen-
inquietud por los supuestos sobre los que la Iglesia y sus asociados estaban gobernando do un Estado independiente; y Jason Sendwe, cuyo BALUBAKAT miraba con consi-
el territorio. En Bruselas, donde una coalición de izquierdas accedió al poder en 1954, derable recelo a los balunda del sur e impedía que el Conakat se erigiese en represen-
la liberación de los territorios franceses y británicos no podía ignorarse; De Gaulle hizo tante de todo Katanga. La tendencia de Lumumba a querellarse con otros líderes de su
su oferta de autonomía en 1958 en la localidad de Brazzaville, que estaba situada justo propio partido, y un cambio de actitud en Bruselas, condujeron a intentos de crear un
enfrente de Leopoldville pero al otró lado del río. Los líderes africanos, algunos de los frente antilumumbista, pero estas tentativas fracasaron y el partido de Lumumba salió
cuales se reunieron por primera vez en la Exposición de Bruselas de 1958, comenzaron de las elecciones convertido en la mayor fuerza del Congo, erigiénd~se Lumumba en
a adherirse a la causa de la independencia en lugar de a una evolución algo más gra- · primer ministro de un amplio gobierno de coalición con Kasavubu como presidente.
dual, y en diciembre de 1958 muchos de ellos asistieron a una Conferencia Pan-Afri- La independencia se proclamó el 30 de junio de 1960 y la celebración oficial duró
cana en Acera, donde recibieron el aliento de otros compañeros africanos y se vieron cuatro días. Cuarenta y ocho horas más tarde tenían lugar allí los primeros motines
fortalecidos en su determinación de no quedarse atrás. Unos días después de fina !izar en el seno de la Force Publique que provocaron una sucesión de terribles desastres.
la Conferencia de Acera se desencadenaron disturbios en Leopoldville. Los soldados al parecer esperaban que la independencia trajese consigo inmedia-
· Hacía poco tiempo que los belgas habían nombrado como gobernador general a Mau- tamente un aumento de su sueldo y dejase expedito el camino para alcanzar los pues-
rice Van Hemelrijk, que era de la opinión de que la única política posible era poner en tos de mando que estaban completamente copados por hombres blancos. Cuando
marcha un programa mucho más audaz para acelerar la independencia de la colonia. Era nada de esto sucedió, decidieron ocupar el lugar de sus jefes. La indisciplina vino
partidario de que el Congo tuviera un Parlamento antes de 1960 y que accediera a la acompañada de un cierto grado de violencia, incluidas algunas violaciones, magnifi-
independencia en 1963 (plazo que se redujo a finales de 1959 a la independencia para cadas en el relato de los hechos. Un sargento africano, Víctor Lundula, fue nombra-
1960). Pero Van Hemelrijk se vio obligado a presentar la dimisión en septiembre de 1959 do comandante en jefe y la situación pareció estar bajo control al cabo de un par de
a causa de protestas conservadoras en Bélgica. Su sucesor, Augi:.tste de Schryver, se dio días. Pero en seguida se produjeron nuevos motines y una violencia de caracteres más
cuenta de que era preciso ir aún más deprisa. Las luchas tribales comenzaron antes de graves; no hubo, sin embargo, asesinatos hasta después de que Tshombé proclamase
finales de año, y en enero de 1960 los belgas celebraron una conferencia en Bruselas en la independencia de Katanga el día 11 de julio.
la que, para su sorpresa, los africanos pidieron unánimemente la inmediata independen- La sublevación del ejército congoleño fue la fuente de todas las desgracias del Congo.
cia, sin retrasos ni cortapisas. Los belgas acordaron abandonar el Congo a finales de Privó al gobierno de poder y autoridad. Causó pánico entre los europeos e indujo a los
junio. Nunca se había concedido tanto en tan poco tiempo. Las fronteras del nuevo Esta- belgas a declarar que, con o sin el consentimiento congoleño, regresarían para proteger
do iban a ser las mismas que las de la colonia, y cuando sir Roy Welensky sugirió que a sus connacionales. Tshombé pidió unilateralmente ayuda a Bélgica y proclamó inde-
Katanga debía separarse del Congo y unirse a la federación de Rodesia, el gobierno belga pendiente la provincia de Katanga. Las persistentes consecuencias de esta medida serán
se sintió muy ofendido. La estructura interna -militar o federal- del nuevo Estado fue examinadas más abajo. La consecuencia inmediata fue humillar y enfurecer a Lumum-
una cuestión que quedó no obstante sin decidir, y la distribución de los altos cargos quedó ba, que comenzó a abrigar sospechas de una conspiración ~atangueño-belga cuyo obje-
asimismo pendiente hasta las elecciones, que se celebrarían en mayo. Los belgas hicie- tivo era subvertir la independencia del nuevo Estado y destruirlo al separar de él a su más
ron algunos intentos para poner remedio a sus pecados de omisión, desarrollando un pro- rica provincia. Los acontecimientos subsiguientes contribuyeron sucesivamente a alen-
grama acelerado de formación para los africanos y consiguiendo la ayuda de Ghana para tar sus sospechas. Si bien durante un tiempo siguió estando dispuesto a tratar con los bel-
la preparación y capacitación de un mayor número de africanos en el Congo. gas el tema del mantenimiento del orden público, no estaba dispuesto a seguir lgs mis-
En este momento, el más notable de los políticos congoleños, y el favorito de los mos pasos que Tshombé y recurrir a la ayuda belga para sofocar los motines. Puesto que
belgas, era Patrice Lumumba, uno de los fundadores en 1958 del Mouvement Natio- no existía ninguna otra fuerza disponible inmediatamente, esta desavenencia entre
nal Congolais, que era el principal partido no tribal del Congo. Lumumba y sus prin- Lumumba y los belgas facilitó la extensión y arraigo de dichos motines. Al mismo tiem-
cipales seguidores, entre los que estaban incluidos Cyrill Adoula y Joseph lleo, exigie- po, la desavenencia entre Lumumba y Tshombé hizo que el primero estuviera más impa-
ron la africanización de los servicios públicos y de las profesiones, con miras a ciente por mantener que por desarmar al ejército congoleño, con el resultado de que
conseguir finalmente la independencia. En la conferencia de Acera, Lumumba trabó cuando las fuerzas de la ONU llegaron para restablecer el orden, Lumumba las disuadió
amistad con Nkrumah y, aunque durante 1959 radicalizó sus demandas y fue final- de llevar a cabo la imprescindible medida de desarmar a las unidades amotinadas.
mente encarcelado, mantuvo su buena reputación entre los belgas hasta las vísperas de No fueron éstas las únicas consecuencias. Los belgas, que ocuparon Leopoldville
la independencia. Era partidario de un centro fuerte más que de una federación difu- con tropas de paracaidistas el 11 de julio, convirtieron en papel mojado el tratado de
sa, a diferencia de sus adversarios, que eran en esencia los equivalentes modernos de amistad recientemente firmado con el Congo y se orientaron hacia Tshombé, al que
los caciques tribales y locales: Joseph Kasavubu, el líder más sosegado y aristocrático de proporcionaron una fuerza armada y un comandante en jefe belgas. De esta forma no
ABAKO que los bakongo habían fundado en 1950 con el objetivo de restaurar el viejo sólo anularon la asociación belga-corigoleña, sino también la unidad del Congo. Esta

552 553
fuerza después del asesinato de Lumumba, cuando los rusos parecían estar a punto de
unidad era todavía precaria y los intentos de restablecerla constituyeron uno de los
dos principales escollos de la compleja historia de los siguientes tres años. El otro reconocer el partido de Stanleyville como gobierno del Congo y de proporcionarle
escollo fue el conflicto creado en torno a los poderes y derechos de las fuerzas de la armas. Pero si los rusos esperaban asegurarse un pie firme en África explotando las
emociones suscitadas a raíz de la muerte de Lumumba, cometieron un error de cálcu-
ONU, que comenzaron a llegar a Leopoldville el 14 de julio para restablecer el orden
lo; sus rostros eran tan blancos como los de los belgas, su intervención en principio era
y reemplazar a los belgas, pero sin que existiera un acuerdo sobre si el restablecimiento
igual de desagradable y, en lugar de contentar a los africanos, lo que consiguieron fue
de la ley y el orden incluía la sujeción de Katanga a la autoridad del gobierno central.
ofenderles por la crueldad con que, a su llegada a la provincia Oriental, propusieron
En el frente político interno, Lumumba y Kasavubu empezaron a actuar en armonía,
atacar a los antilumumbistas. Un pequeño destacamento de tropas de la ONU les faci·
pero en septiembre rompieron sus relaciones y Kasavubu destituyó a l.umumba y nom·
litó la retirada, que efectuaron habiendo dañado gravemente su reputación en África.
bró un nuevo gobierno. El Parlamento apoyó a Lumumba, -que sostenía con cierta
Entre tanto, Gizenga soslayó sus relaciones con Ileo al tiempo que observaba el estado
razón que la actuación del presidente era ilegal. En la consiguiente crisis, el represen-
en que se hallaban las de lleo con Tshombé, pero cuando fue nombrado vicepresiden-
tante de Hammarskjold en Leopoldville, Andrew Cordier, ordenó el cierre de los aero-
te del gobierno de Adoula aceptó el cargo creyendo que Adoula utilizaría la fuerza para
puertos y la radio, dando así ventaja a Kasavubu, ya que negaba a Lumumba -que era
poner fin a la secesión katangueña. Acompañó al primer ministro a la conferencia de
más popular- la posibilidad de defender sus puntos de vista en diferentes partes del país
países no alineados de Belgrado en septiembre de 1961. El fracaso de las operaciones
o de hacer oír su voz a través de las ondas. Esta medida provocó una profunda indigna-
contra Katanga, que en seguida se relatarán, resucitaron no obstante sus recelos y
ció~ dentro y fuera del Congo, y condujo a feroces ataques congoleños a la ONU, con
regresó a su base de Stanleyville reproduciendo así nuevamente el esquema tripartito.
el apoyo ruso. Lumumba permaneció en Leopoldville en su residencia oficial. El suce·
Al fracasar los intentos de inducirle a que volviera a la capital, fue conducido a ella
sor de Cordier, Rayeshwar Dayal, se negó a ayudarle y ~e convirtió de hecho no en el
bajo arresto en enero de 1962, encarcelado y expulsado del gobierno.
prisionero, sino en el protegido de la ONU (atacada ahora por ser pro lumumbista),
La secesión katangueña fue un proceso formal, si bien ilegal, con un principio y un
hasta que huyó a Leopoldville a finales de noviembre con· la esperanza de poder llegar
final precisos. Fue proclamada por Tshombé el 11 de julio de 1960 y a ella renunció
en automóvil hasta Stanleyville. Fue alcanzado unos días después con ayuda de un
formalmente el 21 de diciembre de 1961. Su inicio coincidió, pues, con la sublevación
avión y encarcelado en Thysville, de donde escapó a la capital de Katanga, Elisabeth-
de la fuerza pública y la intervención belga, y estuvo acompañado de un llamamiento
ville, el 17 de enero, sólo para ser nuevamente apresado y esta vez asesinado.
a Bélgica y una negativa a permitir que Kasavubu y Lumumba, el presidente federal y
Poco después de la desavenencia entre Lumumba y Kasavubu producida en el mes
el primer ministro, fueran a Elisabethville. Como consecuencia de estas medidas el
de septiembre, el coronel Joseph Mobutu, jefe del Estado Mayor del Ejército (el
caos que en aquellas fechas se extendía por diversas partes del Congo no afectÓ a
comandante en jefe, Víctor Lundula, no estaba en la capital), se hizo cargo del poder
Katanga, y mientras la ONU trataba de restablecer el orden en la provincia de Leo·
en Leopoldville. Mobutu disolvió el Parlamento y cerró las embajadas rusa y checa, y
poldville, los belgas lo habían hecho ya en Katanga. Los belgas también proporciona-
cuando fracasaron los intentos de reconciliación entre Lumumba y Kasavubu, se pro-
ron a Tshombé, a petición de éste, servicios administrativos y -lo que constituye el
nunció a favor de este último, que dio su conformidad a la virtual usurpación llevada
aspecto más importante de esta cola_boración- explotaron las minas y pagaron los
a cabo por el coronel. Mobutu fue el principal gobernante en la capital hasta finales
royalties a Tshombé en vez de al gobierno central. Estos pagos suponían una violación
de año. Puso en vigor una nueva Constitución y cierto grado de orden y eficiencia,
directa del acuerdo de preindependencia (la Loi Fondamentale) que había sido firma·
pero, aunque estaba apoyado por Occidente, no supo establecer un régimen castren·
do por el gobierno belga y aceptado, entre otros, por Tshombé; pero permitían a este
se del tipo de los que otros militares estaban estableciendo en diversos estados asiáti·
último reclutar y pagar a un ejército de mercenarios extranjeros con el que poder opo-
cos y árabes por aquellos días. Las provincias no respondier~n y los recursos disponi-
nerse a sus adversarios congoleños y, si era necesario, a la ONU. Una de las cuestiones
bles -comunicaciones, personal capacitado- eran totalmente insuficientes. Además,
que suscitó mayor expectación en las semanas siguientes a la proclamación de la inde-
el propio .ejército estaba dividido; el general Lundula y las fuerzas de la provincia
pendencia fue precisamente la posibilidad de este enfrentamiento de Katanga -rica,
Oriental siguieron siendo pro lumumbistas, al igual que muchos políticos y, en la
relativamente aislada, fuertemente gobernada y capaz de disponer de ayuda belga- con-
medida en que era posible de averiguar, al igual también que la opinión popular.
tra el resto del Congo y contra la ONU, que había acudido en defensa de éste.
En febrero de 1961 era evidente que el tándem Mobutu·Kasavubu había fracasado, y
La ONU llegó al Congo respondiendo a tres llamamientos efectuados por Kasavubu
fue nombrado un nuevo gobierno bajo la jefatura de Ileo. Duró seis meses, hasta agosto, en
y Lumumba los días 1O, 12 y 13 de julio de 1960. En un primer momento pidieron ayuda
que a Ileo le sucedió Adoula, que ocupó el cargo de primer ministro hasta 1964. Durante
técnica, incluida la ayuda para la organización y el equipamiento de Ías fuerzas de segu·
este período, los lumumbistas, dirigidos por Antaine Gizenga en Stanleyville, y los katan·
ridad. En su segundo y tercer mensajes solicitaban ayuda contra la agresión belga. Ham·
gueños, liderados por Tshombé y Godofroid Munongo en Elisabethville, tuvieron una
marskjold, tomando la iniciativa en virtud del artículo 99 de la Carta de las Naciones
actuación independiente y a menudo independentista. Se hicieron varios intentos de
Unidas, pidió el 13 de julio al Consejo de Seguridad que considerara la posibilidad de
reconciliar las tres partes pero los esperanzadores movimientos en dirección a Stanleyville
ayuda técnica al Congo y el problema del orden público. El Consejo autorizó el envío
provocaron normalmente el temor y el distanciamiento de Elisabethville, y viceversa.
de ayuda militar al gobierno congoleño con la condición de que las tropas de la ONU
La secesión de Stanleyville nunca llegó a formalizarse de la misma manera que la
no recurriesen a la fuerza excepto en caso de defensa propia. La opinión del Consejo se
katangueña. Empezó a manifestarse tras la ruptura entre Lumumba y Kasavubu y cobró

554 555
dividió en tomo a la cuestión de si debía exigirse a los belgas que evacuasen la zona, abs- el secretario general estaba implicado en una conspiración contra él. Hammarskjold por
teniéndose en la votación Gran Bretaña, Francia y China. Hammarskjold pidió a los su parte se persuadió de que la máxima aspiración de Lumumba era librarse de la pre·
estados africanos situados al norte del Congo ayuda militar y de otro tipo, petición que senda de la ONU. Mientras tanto, Tshombé aprovechó el respiro que estas querellas le
se hizo extensiva más tarde a ciertos miembros europeos y asiáticos. Las primeras tropas proporcionaron para consolidar su posición. En Lina cuarta reunión del Consejo de Segu·
llegaron al Congo el 14 de julio y cuatro días después se había reunido ya a una fuerza ridad el 21 de agosto se produjo una señal de mal agüero cuando la Unión Soviética y
de 4.000 soldados. Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética proporcionaron Polonia se opusieron a una resolución para prestar mayor apoyo a Hammarskjold.
el puente aéreo. En seguida se suscitaron diferencias de opinión sobre las funciones que La situación en el Congo se deterioró a lo largo del mes de agosto y la perspecti·
deberían desempeñar las tropas de la ONU. El general Alexander, al mando del con· va de un enfrentamiento entre los ejércitos congoleño y katangueño era cada vez más
tingente de Ghana, procedió inmediatamente al desarme de los amotinados de la Fuerza evidente. Una conferencia de trece estados africanos reunida en Leopoldville no dio
Pública. De habérsele permitido continuar con esta operación, todo hubiera sido muy a Lumumba el apoyo que éste deseaba y aconsejó que no se llevase a cabo un ataque
diferente, pero Lumumba insistió en detener el proceso, en parte porque era reacio a las sobre Katanga, pero las tropas congoleñas estaban tomando el asunto en sus propias
ingerencias externas y en parte porque quería utilizar a la Fuerza Pública contra Ka.tanga. manos y realizaron una matanza de balubas, tribu que estaba tratando de establecer
El Consejo de Seguridad se reunió de nuevo el 20 de julio y decidió por unanimidad un estado propio entre las dos principales fuerzas rivales. (Los baluba ya habían sido
que los belgas debían retirarse y que otros estados debían abstenerse de agravar la situa· víctimas de una masacre por parte de los balunda, puesto que Tshombé no podía
ción¡ confirmó la autoridad que ya se había concedido a Hammarskjold y elogió su imponer su predominio sobre todo el territorio de Katanga sin esta radical alteración
actuación. Los belgas comenzaron la retirada el día 20 y antes del 23 habían abando- del equilibrio numérico.) Estando las cosas en este punto, la decisión de Kasavubu de
nado nuevamente el Congo, exceptuando Katanga. Ghana y Guinea amenazaron librarse de Lumumba, cuyas imprevisibles reacciones habían llegado a ser alarmantes
entonces con retirar sus tropas del cuerpo expedicionario de la ONU y ponerlas a dis· y cuyo supuesto procomunismo -aunque infundado- era molesto, concedió a Tshom-
posición del gobierno de Leopoldville para ayudar a expulsar a los belgas de Katanga y bé un segundo respiro¡ el ataque que contra él se proyectaba fue suspendido y sus tro-
forzar a esta provincia a aceptar la autoridad del régimen de Kasavubu~Lumumba. La pas belgas aprovecharon la oportunidad para desplazarse hacia el norte y establecerse
ONU tuvo, por consiguiente, que considerar con la máxima urgencia si sus tropas esta· un segundo estado secesionista en Kasai bajo la efímera presidencia de Albert Kalon-
ban legitimadas para entrar en Katanga con vistas a lograr estos objetivos y si, en caso ji. Un Estado independiente respaldado por los belgas había visto la luz en el sur,
de no estarlo, debía obtener ahora, mediante nuevas resoluciones, las facultades nece- mientras en el nordeste los rusos estaban comenzando a acariciar la idea de crear otro
sarias para hacerlo. Con la esperanza de eludir esta dificultad, Hammarskji:ild viajó a Estado independiente que ellos mismos respaldarían.
Bruselas y al Congo para conseguir mediante negociación la entrada de unidades de la El Congo parecía estar a punto de dividirse en tres grandes unidades enfrentadas
ONU y anunció el 2 de agosto que un primer contingente lo haría en el plazo de tres entre sí (dos de las cuales serían bases extranjeras), y en otra serie de unidades qiás
días. Las autoridades de Katanga, sin embargo, declararon que opondrían su resistencia, pequeñas. La situación se vio agravada a raíz de la apertura de la Asamblea General
y Ralph Bunche, enviado a Elisabethville para averiguar si era ésta realmente su inten- de la ONU en el mes de septiembre, a la que Kruschev asistió personalmente para ata-
ción, aconsejó posponer la maniobra. Antes que utilizar las fuerzas, y no seguro de estar car al secretario general y en la que dos delegaciones rivales congoleñas compitieron
facultado para hacerlo en aquellas circunstancias, Hammarskjold regresó a Nueva York por escaños de la Asamblea y por ser escuchados por sus miembros.
para recibir nuevas instrucciones del Consejo de Seguridad. Este frenazo fue considera· Esta sesión de la Asamblea fue importante por la admisión de 17 nuevos miembros
do por los katangueños como una victoria. A Lumumba le encolerizó más aun, y acabó africanos y por el papel que éstos desempeñaron. Se negaron a apoyar los ataques rusos
de convencerle de que la ONU le había dejado en la estacada y que lo que debía hacer a Hammarskjold y se unieron al bloque occidental para aislar a los estados comunistas.
era conseguir el apoyo africano para iniciar una campaña contra Katanga. No estaban, sin embargo, de acue.rdo con las opiniones occidentales imperantes sobre
La tercera reunión del Consejo de Seguridad tuvo lugar el 8 y 9 de agosto y (con la el Congo, ni se mantuvieron sólidamente unidos entre sí. En Gran Bretaña, Francia y
abstención de Francia e Italia) reiteró el mandato de que los belgas abandonasen inme· los Estados Unidos, la causa katangueña, propagada por un lobby de promoción -muy
diatamente el territorio, autorizó la penetración de fuerzas de la ONU en Katanga y repi· activo y dotado de un cuantioso presupuesto- que. tendía a anteponer los intereses de
tió una vez más que estas fuerzas no debían ser utilizadas para influir en el conflicto inter- sus clientes a la verdad, consiguió en los círculos políticos y económicos muchos adep-
no. Esta tercera y última parte de la resolución era dudosamente consecuente con la tos defensores de la idea de que Katanga era un oasis de paz y sensatez en un Congo por
segunda, puesto que la esencia del conflicto era la autoridad de Leopoldville sobre Elisa· lo demás bárbaro y cada vez más comunista. Esta tesis no encontró partidarios entre los
bethville, y la entrada de fuerzas de la ONU en Katanga, incluso si sólo estaban destinadas africanos, que condenaron unánimemente a Tshombé y sus métodos, si bien estaban
a imponer la salida de los belgas, no podía dejar de tener algún efecto en el equilibrio de divididos en relación con la actitud que debía adoptarse. Hubo un grupo que se volvió
las fuerzas internas congoleñas que estaban en conflicto. Hammarskjold, fortalecido por contra la ONU y regresó al plan de Lumumba de una invasión conjunta africana de
esta resolución, regresó al Congo y a su política de introducir tropas de la ONU en Katanga. Otro grupo permaneció fiel a la idea de una actuación de la ONU, aunque
Katanga sin derramamiento de sangre. Entró en Katanga con una fuerza simbólica, pero estaba insatisfecho con la acción que al parecer se proyectaba, y se convirtió en un
se negó a llevar consigo a un representante de Lumumba, ganándose de esta forma un grupo de presión en la ONU cuyo objetivo era persuadir al secretario general y a otros
antagonismo todavía mayor por parte de Lumumba, que tuvo el convencimiento de que miembros de que era inútil intentar una política de negociación para dominar Katanga

556 557
y que debía ensayarse en su lugar la vía de la acción directa. Un tercer gmpo de africa- mentos para reducir al mínimo las afrentas personales. El cónsul garantizó que los ofi-
nos, integrado por las colonias francesas recientemente emancipadas, confió durante ciales abandonarían el territorio voluntariamente pero luego no cumplió su palabra.
algún tiempo en la alianza Mobutu-Kasavubu y en una gradual propagación del orden Hubo, además, otros oficiales extranjeros que no estaban en Elisabethville a los que no
público desde Leopoldville a todas las demás provincias. El declive de Mobutu, el ase· se molestó y que permanecieron incólumes. Este intento de expulsar a algunos oficiales
sinato de Lumumba y el acceso de lleo al poder sirvieron de sombrío marco a los acon- fue doblemente desafortunado para la ONU, puesto que su fracaso alentó la tenacidad
tecimientos de los últimos meses de 1960 y los primeros de 1961 durante los cuales e inflexibilidad katangueñas, mientras que su legalidad fue duramente refutada por los
Hammarskjold llevó a cabo fructíferos intentos para lograr que rusos y belgas dejasen de representantes británicos en el Congo, y Nueva York y Gran Bretaña se convirtieron
alentar los anhelos independentistas de Stanleyville y Elisabethville. durante un tiempo en aliados tan útiles para Katanga como Bélgica o Francia.
El 21 de febrero de 1961, el Consejo de Seguridad autorizó explícitamente el uso Ante la repulsa de que había sido objeto la ONU, la organización internacional
de la fuerza por parte de las tropas de la ONU como último recurso para evitar el esta· tenía que decidir si tomaría nuevas medidas o si se resignaría. Khiari y O'Brien, en la
llido de la guerra civil. No autorizó, sin embargo, que se utilizara la fuerza contra creencia de que Munongo era el auténtico núcleo de la resistencia, esperaban poder
Katanga ni para expulsar a los belgas o para conseguir una solución política. ESte paso conseguir que Tshombé saliera de allí y se trasladara a Leopoldville, donde Ham-
significó la vuelta a unas mejores relaciones entre Hammarskjold, los estados africa- marskjold podría ir a entrevistarse con él para negociar con un estado de ánimo más tra-
nos independientes y Occidente -o por lo menos Estados Unidos, donde Kennedy table y razonable. Pero Tshombé no se dejó persuadir y O'Brien, creyendo que contaba
acababa de asumir la presidencia-, pero supuso la enemistad con la ONU no sólo de con la autorización de Khiari para utilizar la fuerza con el objeto de acorralar a los ofi-
Tsh:ombé, sino también del gobierno Kasavubu-Ileo, que sospechaba que el organis· ciales extranjeros de Katanga y poner fin a la secesión katangueña, proyectó una segun-
mo internacional estaba manejado por Occidente, veía con antipatía cualquier da operación militar en la que estaba incluido un efectivo secuestro de Tshombé. Resul-
aumento de sus pretensiones y comenzaba ahora a acercarse a Tshombé. En una con- tó un fracaso. Los katangueños estaban mejor preparados y el gobierno británico, al
ferencia celebrada en Tananarive en marzo, Tshombé convenció a lleo para que acep- negarse a permitir que aviones a reación etíopes volasen sobre Rodesia y el Congo, ofre-
tase un plan de creación de una flexible confederación de estados congoleños sobe- ció una decisiva ventaja a los katangueños. Las fuerzas de la ONU se apoderaron de la
ranos. Ningún lumumbista había asistido a la conferencia, cuyos procedimientos oficina de correos y de la estación radiofónica de Elisabethville, pero Tshombé recurrió
consideraban como un ardiz de Occidente para dar legitimidad a Tshombé mediante a la protección del vicecónsul británico y encontró más tarde refugio en Rodesia. La
una manipulación de las ex colonias francesas a su favor. Ileo no obstante se arrepin- operación de la ONU había dado lugar a un derramamiento de sangre que, muy exage·
tió pronto de. haber llegado hasta tan lejos en dirección a Katanga, y se propuso rado en los relatos y crónicas de lo sucedido, causó honda impresión y provocó un sen-
enmendar sus relaciones con Gizenga y con la ONU y, en una nueva conferencia en timiento de antagonismo hacia las Naciones Unidas por parte de todos aquellos que
Coquilhatville, ordenó y en efecto se produjo la detención de Tshombé. pensaban que una fuerza pacificadora debía lograr la paz sin recurrir al empleo de la fuer-
En julio, el Parlamento congoleño se reunió en Lovanium, la ciudad universitaria za, y para colmo Tshombé había logrado escabullirse. Cuando Hammarskjold llegó a
cercana a Leopoldville, para constituir provisionalmente una coalición. Tshombé fue Leopoldville se encontró con una situación completamente inesperada: confusión y
puesto en libertad, Ileo descubrió su vertiente de honesto y respetable dirigente, paralización en Katanga, resuelta y efectiva hostilidad de Gran Bretaña, y en menor
Adoula {una especie de Eisenhower congoleño) y Gizenga se integraron en el gobier· medida también de los gobiernos belga y norteamericano, hacia la ONU. Tomó la
no. En lo referente a la ONU, la sustitución de Dayal, agobiado por el peso de un determinación de ir en busca de Tshombé y hablar con él. Partió rumbo a Ndola, en
pasado poco feliz, por el tunecino Khiari y el ghanés Gardiner, contribuyó a mejorar Rodesia, el 17 de septiembre y murió al estrellarse en route el avión en que viajaba.
las relaciones entre el gobierno y la ONU. Pero la gran coalición no se consiguió. Esta terrible desgracia -pue~to que Hammarskjold se encontraba entre la media
Tshombé estaba ahora de más. docena de personalidades excepcionales de la política internacional de la posguerra- fue
A continuación hubo operaciones militares contra Katanga. Por entonces Katanga seguida de un alto el fuego y del regreso de Tshombé a Katanga. Después del nombra-
era -si nos circunscribimos al continente africano- una potencia formidablb, bien abas- miento de U Thant para continuar con lo que quedaba de mandato de Hammarskjold,
tecida desde princ~ios de año de hombres, pertrechos e h1duso aviones, procedentes de el Consejo de Seguridad retomó a su ya familiar dilema: el de si debía intentar que
Bélgica, Francia, Africa del Sur y Rodesia del Sur. Lentas y difíciles negociaciones die- Adoula y Tshombé se reconciliasen o si era preferible reducir y someter a este último. El
ron como resultado el alejamiento de algunos belgas específicos, pero la trayecroria de 24 de noviembre, el Consejo -con la abstención de Gran Bretaña y Francia- autorizó al
·) estas discusiones y de los acontecimientos convencieron sobre el terreno a los represen· nuevo secretario general a utilizar la fuerza para expulsar de Katanga a los mercenarios
' .· 1 tantes de la ONU de que Tshombé estaba sólo tratando de ganar tiempo y no tenía en belgas y a los consejeros políticos, respaldando implícitamente de esta forma la política
realidad intención de expulsar a los mercenarios belgas y de otras nacionalidades ni de de O'Brien, aunque personalmente O'Brien fuera retirado de la escena. Las fuerzas de la
llegar a un acuerdo con Leopoldville. Estas sospechas se confirmaron de manera flagran· ONU continuaban aún en Elisabethville pero estaban en una incómoda y delicada posi·
te a finales del mes de agosto. Las fuerzas de la ONU apresaron a unos 100 oficiales ción, puesto que los mercenarios de Tshombé daban muestras de un manifiesro deseo de
extranjeros que habían sido declarados forasteros indeseables por el gobierno de Adoula. provocar nuevos combates, en el transcurso de los cuales cercarían y destruiríari a las
Tshombé hubo de consentirlo pero el representante local de la ONU, Conor Cruise fuerzas de la ONU. Los representantes de las Naciones Unidas en Katanga decidieron
O'Brien, accedió a que el cónsul belga en Stanleyville se hiciera cargo de los destaca- tomar medidas para evitar que se abriera fuego sobre sus dispersas unidades antes de qtie
;
558 559
pudiesen llegar refuerzos, pero su actuación se vio nuevamente truncada por Gran Bre- en un nuevo escenario de la guerra fría se apaciguaron. La ONU también obtuvo un
taña que, habiendo prometido proporcionar un suministro de 100 bombas lb, cedió a considerable grado de éxito en lo que respecta a la economía congoleña, ya que logró
las presiones de la derecha y canceló su compromiso. El combate no tuvo resultados que ésta siguiera funcionando, proporcionando servicios administrativos básicos e
decisivos y cuando Tshombé accedió a reunirse con Adoula, U Thant ordenó un nuevo impidiendo que el hambre y las epidemias hicieran su aparición. Las Naciones Unidas
alto el fuego. El 21 de diciembre de 1961, en Kitona, Tshombé renunció a la secesión y podían asimismo atribuirse el mérito de haber aminorado los efectos de la guerra civil
dos meses más tarde el acuerdo de Kitona fue respaldado por la asamblea katangueña. en el Congo que hubieran sido casi con toda seguridad mucho peores si no llega a ser
Pero no eran tan fáciles de resolver los conflictos del Congo. Durante la mayor parte por su presencia y que se hicieron sentir con más virulencia en cuanto el organismo
de 1962, Adoula y Tshombé estuvieron ocupados en una serie de discusiones relativas a internacional se retiró. Por último hay que decir que cuando las fuerzas de la ONU
la puesta en práctica del acuerdo de Kitona, al que se oponían en Katanga Munongo y abandonaron el Congo, la secesión katangueña no había llegado a consumarse. Pero
los secesionistas europeos. Tshombé, que compaginó sus reuniones con Adoula con visi- esta provincia era todavía y lo sería en el futuro la más rica de todo el país, y tan domi-
tas secretas a Welensky en Rodesia, parecía incapaz de tomar una resolución. Finalmen- nante y superior económicamente que sus líderes estaban en posición de jugar una baza
te partió para una prolongada estancia en Europa. Aunque Adoula introdujo a tres katan- separatista o bien de exigir un preponderante papel en el gobierno central.
gueños en su gabinete en abril de 1963, no se logró una verdadera reconciliación. El La falta de autoridad del gobierno central se puso de manifiesto inmediatamente
gobierno central continuó abrumado por problemas de naturaleza económica y de orden después de la evacuación de las fuerzas de la ONU. De nuevo se desencadenó la guerra
público, y a principios de 1964 la situación se agravó con el estallido de una revuelta en civil. En un primer momento se volvió a constituir el gobierno de Adoula y más tarde
Kwilu a la cabeza de la cual se encontraba Pierre Mulele, que había hecho recientemen- fue sustituido por una nueva administración bajo la jefatura de Tshombé, que regresó de
i,l .. te un viaje a China. Este brote sedicioso resultaba tanto más amenazador cuanto que las Europa tan pronto como la ONU se fue del Congo. Tshombé trató de formar una
tropas de la ONU estaban en retirada. La última escuadrilla de aviones abandonó la zona amplia coalición y de granjearse el apoyo de la OUA, pero Gizenga (al que puso en
a finales de junio, cuando se cumplía el cuarto aniversario de la independencia. libertad entre otros) constituyó un nuevo partido de oposición y la OUA -a pesar de
No resulta fácil establecer el balance de estos cuatro años de esfuerzos interna- crear una comisión de reconciliación bajo la presidencia keniata- no logró encontrar
cionales, realizados a veces cooperativamente y a veces competitivamente. En los pri- un remedio para los males del Congo. Existía un sentimiento demasiado generalizado
meros momentos, la ONU, ciñéndose estrictamente a la letra de la ley, renunció a la de antipatía hacia Tshombé como para que éste pudiera controlar la situación de otro
tarea de desarmar a la amotinada Force Publique, una de las fuentes principales del modo que no fuera por la fuerza de las armas y, poco después de su regreso, comenzó a
permanente desorden. Existieron asimismo errores y malententidos en las relaciones reclutar a una nueva fuerza de mercenarios, fundamentalmente belgas y sudafricanos.
mantenidas con el primer ministro Patrice Lumumba -legalmente designado, si bien Esta fuerza obtuvo en seguida éxitos, y los rebeldes, que habían tomado Stanleyville en
de temperamento difícil- y el recelo resultante afectó no sólo a la propia posición y agosto, se encontraron ante la amenaza de perder todos sus principales baluartes. Mien-
operaciones de la ONU, sino también a las relaciones entre los estados afri~~nos y a tras tanto habían capturado rehenes y, en un intento de rescatarlos, un avión america-
las relaciones entre éstos y otros estados. Sin embargo, dadas las circunstancias, los no transportó en octubre tropas belgas de paracaidistas desde la isla británica de Ascen-
malententidos hubieran podido ser fácilmente más graves. Con sus operaciones en sión hasta Stanleyville, que fue reconquistado a los rebeldes. A pesar de esta operación
Katanga, la ONU se ganó la hostilidad de ciertas potencias y tuvo que soportar críti· (o, como algunos sostuvieron, a causa de ella) unos 200 rehenes fueroq asesinados, y a
cas según las cuales las fuerzas de las Naciones Unidas habían intervenido con el fin estas víctimas hay que añadir los 20.000 congoleños que perdieron sus vidas en la vorá-
de restablecer el orden pero sólo habían conseguido derramar sangre en nombre de la gine de esta rebelión. Fuera del Congo, los africanos se dividieron entre los que siguie-
paz. Dejando aparte el hecho de que cualquier operación de pacificación debe consi- ron el fácil camino de denunciar a los belgas, americanos y británicos, acusándolos de
derar el uso de la fuerza como un recurso extremo, la responsabilidad por las ambi- imperialistas reincidentes, y los que, reprimiendo su antipatía hacia Tshombé, defen-
güedades de que dio muestras la ONU en relación con Katanga correspondía en pri- dieron el derecho del gobierno congoleño a pedir ayuda del exterior si así lo deseaba.
mer lugar a los miembros del Consejo de Seguridad cuyas instrucciones no fueron al Tshombé, al que ya en julio se le había negado una invitación para asistir a la confe-
principio suficientemente precisas; los reveses sufridos por la ONU en lo que se refie- rencia de jefes de Estado de la OUA en El Cairo, fue excluido de la conferencia de paí-
re al sentimiento público hacia la organización internacional demostró por encima de ses no alineados celebrada en octubre en la misma ciudad. A su llegada a El Cairo fue
' todo la necesidad de dotar al secretario general de una maquinaria consultiva y eje- escoltado hasta un hotel y retenido allí hasta que decidió regresar a Leopoldville.
,i. 1
cutiva más efectiva. En última instancia, sin embargo, una operación conjunta como Tanto en Leopoldville como en Stanleyville, los líderes congoleños se hallaban
:. \~1
la operación de la ONU en el Congo estaba destinada a tener dificultades tan pron- divididos entre sí. La unidad de los rebeldes no había sobrevivido a los reveses sufri-
to como apareciera entre sus miembros cualquier seria discrepancia de objetivos. dos, y el nombramiento de Tshombé como primer ministro por parte del presidente
Los éxitos de la ONU fueron considerables. Consiguió casi inmediatamente su Kasavubu no fue un anuncio de una reconciliación real. Aunque Tshombé triunfó en
objetivo original de expulsar a los belgas del Congo (excepto de Katanga), los cuales las elecciones de abril de 1965, Kasavubu le destituyó al cabo de poco tiempo. El pre-
habían regresado allí cuando se sublevó la fuerza pública. Además, la intervención de sidente no logró sin embargo constituir un nuevo gobierno sin la presencia de 1shom-
la ONU evitó que estados particulares interviniesen por su propia cuenta, y en un caso bé y, en noviembre, el ejército -en la persona del general Mobutu- intervino, destitu-
concreto, el ruso, obligó a una retirada; los temores de que África pudiera convertirse yó al presidente y estableció un gobierno militar. Con esta revolución, el ejército, que

560 561
sólo había tenido un poder real después de la independencia, tuvo a partir de ahora pro~peraron, pero el Estado acumuló enormes deudas y se sostuvo gracias a los países
también la responsabilidad de gobernar el país. Mobutu, que en un tiempo había sido occidentales, que valoraban sus minerales y su estabilidad superficial. Con el transcur-
pro lumumbista, sofocó la revuelta de Mulele de 1966 y sobrevivió al año siguiente a so del cuarto de siglo que duró el gobierno de Mobutu, el nivel de vida de los zaireños
un intento de restaurar a Tshombé instigado por mercenarios. Dio un vuelco al mapa fue disminuyendo y la esperanza de vida del ciudadano medio era de cuarenta años al
político del Congo al reducir de 21 a 12 y luego a 8 el número de provincias, y consi- tiempo que Mobutu y su familia se hacían ostentosamente ricos. Durante la ma~or
guió que disminuyesen las probabilidades de secesión al nacionalizar los bienes de la parte de este período, Mobutu parecía irremovible, pero de repente las apariencias cam-
Union Miniere. Corrigió y recompuso sus relaciones con Bélgica, país que visitó en biaron. En 1990 los bazares y las universidades estaban en ebullición, la infraestmctu·
1969; suscribió acuerdos financieros y técnicos, y recibió como huésped al rey Baldui- ra económica al borde del colapso, los precios cada vez más altos, y los funcionarios se
no en Kinshasa. Dio una apariencia de paz y alguna perspectiva de mejora económica declara~on en huelga, ex.igiendo que se quintuplicaran sus salarios. Se produjeron gra-
a un país que estaba exhausto, si bien hubo de encerrar en prisión a muchísimos con- ves desordenes que culminaron en la masacre de Lubumbashi. Mobutu prometió cam-
goleños a lo largo del proceso. En 1970 se convirtió en presidente por un período de bios constitucionales, pero no cumplió su promesa. Adoptó un sistema de partidos. Sur-
siete años. Se sintió lo suficientemente fuerte en el interior como para prestar atención gieron cientos de partidos y él propuso legalizar tres de ellos; pero eran simples
a problemas africanos más amplios, reuniéndose con el presidente Nguabi de Congo- maniobras. La realidad estaba constituida por dos gobiernos en la capital, gobernado-
Brazzaville (las relaciones entre ambos países comenzaron a dar señales de una muy res que eran virtuales procónsules independientes, y desorden generalizado. Al nom-
necesitada mejora) y también con los presidentes Kaunda y Gowon. Colocó a civiles brar un primer ministro tras otro, lo único que Mobutu consiguió fue debilitarlos a
y a hombres más jóvenes en los más altos puestos del gobierno para ocupar el lugar de todos, y cuando el Consejo Supremo designó un primer ministro (Etienne Tshiseki), él
Adoula, que se puso enfermo, y de Bomboko y Nendaka, que fueron destituidos. Visi- nombró a otro. Mantuvo la servil asamblea nacional más allá del tiempo que le corres-
tó los Estados Unidos, Rumania y Yugoslavia, y consolidó su poder personal. En el pondía. La economía siguió disgregándose, los precios se dispararon, los salarios queda-
transcurso de la década siguiente desarrolló una implacable autocracia y acumuló enor- ron sin pagar, la educación, el transporte y otros servicios colapsaron, los estafadores
mes deudas (más de 3.000 millones de dólares} en un proceso de enriquecimiento de florecieron abiertamente, muchas personas estaban atemorizadas, y parte del ejército
s~ familia y en un intento de convertir su país -ahora llamado Zaire- en el Irán de esta~a fue~ de control. Se produjeron disturbios graves, posiblemente incitados por el
~·1 .
1
. Africa. El hambre se extendió y para la mayoría de los habitantes del Zaire los cuarenta propio gobierno, en los que se saquearon tiendas, fábricas y propiedades privadas.
1 años eran la máxima perspectiva de vida. Mobutu fue obligado a recluirse, pero no depuesto. Pagaba a buena parte del ejército
¡;
En 1977, los pueblos lunda del Zaire y de la vecina Angola, organizados y consti- utilizando los fondos y prensas del banco estatal, para asegurarse su lealtad y mantener
tuidos en el Frente de Liberación Nacional Congoleño (FNLC) llevaron a cabo una su estilo imperial. Recuperó parte de su raída categoría internacional gracias a la media-
revuelta en la provincia de Shaba (antigua Katanga}. Occidente dio por senrr¡do que ción en Angola, ayudando cuando la crisis mandesa se extendió a Zaire, y comercian-
los cubanos -que estaban ayudando a adiestrar a refugiados del Zaire en campos ango- do con el temor internacional que producía la extensión del caos en im país tan impor-
leños- habían promovido la revuelta, pero Castro aseguró que, por el contrario, lo que tante como Zaire. En la década de 1990 el Banco Mundial pronosticaba un desastre
I;
había tratado de hacer era impedir que ocurriese y no se encontraron pruebas que refu- diferente: que la población de Zaire se triplicaría en el plazo de cuarenta años.
1
tasen su afirmación. La riqueza de la provincia -en cobalto, uranio, diamantes y cobre-
hacía que todo lo concerniente a ella constituyese un asunto de interés internacional,
1 y a pesar de lo embarazoso que resultaba acudir en ayuda de un régimen tan corrupto
como el de Mobutu, Francia transportó -en gran medida a expensas de Arabia Saudí-
ª 1.500 soldados marroquíes para robustecer a un ejército zaireño considerado incom-
petente según una opinión generalizada. Un año después tuvo lugar una segunda
revuelta. Ciento treinta europeos fueron asesinados y, para salvar otras vidas, 700 para-
caidistas franceses y l. 700 belgas fueron trasladados al Zaire en aviones estadmmiden-
ses. Una vez que 2.500 europeos hubieron sido evacuados, estas tropas fueron reempla-
1 zadas por una fuerza africana conjunta, reclutada en Marn1ecos, Senegal, Costa de
:. l Marfil, Togo y Gabón. Esta intervención africana se iba a combinar con un esfuerzo
internacional más amplio dirigido a salvar al Zaire de la bancarrota en la que se había
1 •1 sumido a raíz del hundimiento del precio mundial del cobre y del cierre de la principal
vía ferroviaria (hasta Benguela, en Angola) que daba salida a dicho metal, y a causa
también de los procedimientos ilegales y abusivos de Mobutu. Pero la ayuda proceden-
l te del FMI y de la CEE dependía del proceso de reformas internas y de la supervisión
del presidente del FMI, y puesto que Mobutu aplazó el primero y trató con frialdad al
segundo, los planes de ayuda se quedaron en nada. Algunos sectores de la economía

562 563
1
África oriental
XII Jartum
l
¡.,.;
i
jEr; 1 ""'
a ,,..
:> Asmara 19 9
o

.1 ligre
SUDÁN / /
/. fJ DJIBOUff
i (_ ...,
,,j (
j AddisAbeba
i a
-·j ETl~PIA -- ---¡
l • /
'\ /
/
~
·\. J) / '
' o /
·-. / 'v
..._ __ j(~l. --~¡~----. .._ __ ,__ / __ ., /7 __ _/ - ~~ ~

'·1 ( o
UGANDA ¡ i e_, Mogadiscio
.J i
SUDÁN / KENIA i
i
¡,
11'
¡
i
• Nairobi i
La historia del Sudán en los tiempos modernos es una alternancia de someti-
miento y autogobierno. Desde 1820 hasta 1881 formó parte nominalmente del impe- OCÉANO
rio otomano y de hecho de su bajalato egipcio autónomo. Desde 1881hasta1898 fue INDICO
Lago
gobernado por el Mahdi. De 1899 a 1955 estuvo sometido en teoría a un condominio Victoria Mombasa
anglo-egipcio pero en la práctica a Gran Bretaña. En 1956 se convirtió en un Estado
independiente, y luego en miembro de la Liga Árabe y de las Naciones Unidas. TANZANIA
El condominio anglo-egipcio no reflejaba ningún acuerdo anglo-egipcio sobre
Sudán. Las potencias administradoras tenían muy pocos punto's de vista comunes y
no querían tomarse la molestia de cooperar. Después del tratado anglo-egipcio de
1936, los británicos permitieron un mayor grado de penetración egipcia, pero aunque
el Sudán era codiciado por los gobiernos egipcios no ocurría lo mismo con los admi-
nistradores egipcios, muy pocos de los cuales se sentían atraídos. El nacionalismo
sudanés cobró fuerza en los años treinta bajo el liderazgo de Ismail al-Azhari, que se
convirtió en secretario del Congreso General de Graduados, creado en 1938. Debido
al activo papel desempeñado por Gran Bretaña y el papel comparativamente nega- Islas o
tivo de Egipto, el nacionalismo sudanés fue al principio más antibritánico que Cqmores
antiegipcio, y de hecho dirigió su mirada hacia Egipto en busca de ayuda para des- Tananarize
plazar a los británicos. Esta orientación predominantemente antibritánica se intensi- •
ficó durante la Segunda Guerra Mundial cuando los nacionalistas suscitaron la cues-
tión de la condición que tendría Sudán al terminar la guerra y recibieron respuestas
poco comprensivas de los británicos que estaban entonces ocupados de lleno en las
realidades presentes y apremiantes de las campañas contra los italianos en Etiopía y O 200 km
contra italianos y alemanes en el norte de Africa. Los egipcios se dieron cuenta de las L__J
oportunidades que esta situación ofrecía y recibieron favorablemente la formación del
partido Ashigga por parte de Azhari, que aspiraba a la unión de Sudán con Egipto.
22.1. El cuerno de África y África oriental.
Contaba con el apoyo de Sayyid Ali el-Mirghani, uno de los dos principales líderes

564 565
religiosos del Sudán. Como respuesta directa, se creó un segundo partido, el Umma, En 1951, el gobernador británico designó una comisión para considerar y examinar
cuyo objetivo era alcanzar la independencia del país, bajo el liderazgo del otro impar: nuevos avances constitucionales. Evidentemente, Sudán se precipitaba rápidamente
tante líder religioso, Sayyid Abd al-Ranman al-Mahdi, hijo póstumo del famos Mahd1 por la senda que le llevaba de la autonomía a la autodeterminación, y por consiguien-
de los años ochenta del siglo pasado. Los que se oponían al partido Umma sospecha- te Egipto cumplió la amenaza, proferida en 1950, de derogar el acuerdo de condomi-
ban -o al menos le acusaron de ello- que abrigaba sueños de un renacimiento de la nio de 1899 y el tratado anglo-egipcio de 1936. El rey Faruk fue declarado rey de Egip-
monarquía mahdista con la ayuda británica. . . . to y de Sudán. Pero en 1952, a consecuencia de la revolución en Egipto, dejó de serlo
El conflicto entre Gran Bretaña y Egipto, que existía con independencia del tanto de un país como del otro.
Sudán, se intensificó con estas maniobras, y cuando la adn:iinistración británi~a dio Unos meses antes, Gran Bretaña había elaborado un estatuto de autonomía para
un paso hacia el autogobierno sudanés al crear un consejo ases?r, para Sudan del Sudán que estipulaba la creación de un consejo de ministros, una cámara de repre-
norte, el primer ministro egipcio, Mustafa al-Nahhas Pasha, resucito e~ eslogan de la sentantes y un senado, y reservaba para el gobernador exclusivamente los asuntos
unidad del valle del Nilo. Los británicos asimismo se ganaron la enemistad tanto del exteriores y una autoridad para casos de extrema emergencia en asuntos internos. El
norte como del sur de Sudán al dejar al sur al margen de los nuevos consejos; el sur nuevo gobierno egipcio, cuyo jefe, el general Naguib, era medio sudanés, aceptó el
sintió que había sido objeto de una afrenta mientras que el norte sospec~ó que G~an estatuto de autonomía, lo mejoró (desde el punto de vista sudanés) y persuadió a
Bretaña urdía un plan para segregar el sur y unirlo a Uganda. Este confltcto, qu~ 1.ba todos los principales partidos sudaneses para que emitisesn una declaración pro egip-
a conducir a graves combates en la víspera de la independencia, era en parte reltg10- cia. El modificado estatuto restringía la autoridad del gobernador al introducir una
so, en parte racial y en parte económico, pero sobre todo y fundamentalme~te ~ultu· comisión internacional compuesta por cinco miembros y al reducir los especiales
ral en el sentido más amplio del término. El sur comprendía las tres provincias de poderes que le estaban inicialmente reservados en el sur. Este estatuto fue incorpora-
Bahr al-Gaza!, Alto Nilo y Equatoria, con una población de algo más de tres millo- do a un acuerdo anglo-egipcio suscrito en febrero de 195.3 y pretendía conducir a la
nes sobre una población total de 10 millones. Estas tres provincias meridionales, que independencia no más tarde de febrero de 1961. Las elecciones, precedidas de una
compartían fronteras con cinco estados africanos ~la R~pública C?entroa~icana, el poderosa campaña egipcia, se celebraron a finales de 1953 y concedieron una arro-
Congo, Uganda, Kenia y Etiopía), se orientaban ma~ hacia sus vecinos africanos que
1
i,, hacia las provincias septentrionales árabes. Sus habitantes, a~nque entre ellos e~ta­
lladora victoria al partido renovado de Azhari, denominado ahora Partido Unionista
Nacional. Azhari se convirtió en primer ministro a comienzos de 1954. A finales de
ban incluidos un 40% de africanos musulmanes, eran predominantemente negroides ese mismo año, Naguib perdió el poder.
y paganos; algunas de las tribus seguían dando muestras de l~ debi~i~ad causada por La desaparición de Naguib no fue la única causa del reflujo de la marea pro egip-
los tratantes de esclavos del norte que les habían despojado s1stemat1camente de sus cia en Sudán. La marea no había estado de hecho fluyendo tan fuertemente como
mejores hombres y mujeres; la pobreza del sur era peor que la del norte. Después ~e.'ª parecía, puesto que los votos de 1953 habían sido más antibritánicos que pro egipcios.
guerra, los británicos, a los que en el pasado se les había acusado, ~e que su .ª.dm1~1s­ Dos años después de las elecciones, Sudán se sacudió de encima tanto a británicos
tración acentuaba la división entre norte y sur, adoptaron una polmca de umftcac1on, como a egipcios y declaró su independencia, pero antes de hacerlo tuvo que sufrir
pero una conferencia celebrada en 1946 no incluyó ~ representantes d~l. sur,. ~o q~e motines y revueltas en el sur. Defraudado por la distribución de puestos en el nuevo
dio a las provincias meridionales un motivo para quejarse de que la umftcac1on sig- gobierno y por el persistente rechazo de su demanda de secesión o asociación federal,
nificaba en realidad subordinación. Tras una nueva conferencia en Juba, en 1947, los el sur estalló en agosto de 1955 a consecuencia de un incidente en el que un sector
norteños afirmaron que el sur había accedido a la unificación mientras que los sure· del ejército se rebeló contra su jefe árabe. La desafección se extendió rápidamente y
ños rechazaron esta interpretación y continuaron pidiendo la separación con respec- sólo fue dominada cuando el primer ministro imploró la ayuda del gobernador britá·
to al norte o una forma de federación de garantías. nico y trasladó importantes contingentes del norte al sur. El sur, a punto de rendirse,
Esta disputa interna se vio no obstante parcialmente e~lipsada por la dispu~a de afirmó que había actuado confiando en la mediación británica y que luego había sido
mayores proporciones entre Egipto, que insistía ~n la un~d~d del va~le del .Nilo, y abandonado a su suerte. La represión fue ciertamente profunda y probablemente des-
Gran Bretaña 1 que insistía en el derecho de Sudan a dec1d1r su propto destino tras piadada. Los habitantes del sur fueron ejecutados por centenas, deportados al norte a
un período de autonomía bajo tutela británica .. En 1947, Egipto aceptó el.~rincipio millares y decenas de miles huyeron a territorios africanos vecinos. El sur se convir-
de autodeterminación en la equivocada creencia de que acarrearía una umon de los tió en una zona hermética de donde era difícil obtener información fidedigna, reem-
dos países, pero Gran Bretaña y Egipto eran todavía incapaces de po~er~e de a~uerdo plazada casi siempre por crónicas horripilantes.
sobre los cambios constitucionales inmediatos, y en 1948 Gran Bretana introdujo una La revuelta aceleró la independencia que fue exigida por Azhari antes de que fina-
nueva Constitución sin contar con el consentimiento egipcio. Se establecieron con- lizase el año y proclamada el primer día de 1956. A continuación se sucedieron disen-
sejos legislativos y ejecutivos con una cobertura que abarcaba todo el territori~ de siones en el partido de Azhari que acabaron en escisión. Hubo primero un gobierno de
Sudán pero las elecciones para cubrir sus escaños fueron boicoteadas por los partidos coalición presidido por Azhari y luego otro del ql,le él ya no formaba parte. Aparecie-
pro eglpcios. Después de una serie de manifestaciones antib~itáni~as, ~zhari fue dete- ron nuevos partidos. Abdullah Jalil, que sucedió a Azhari en 1956, se esforzó durante
nido. Egipto estaba por entonces involucrado en la guerra arabe-1sraelt y en sus efec· dos años por resolver los problemas económicos (aliviados por un acuerdo de ayuda
tos inmediatos. suscrito con Estados Unidos en 1958) y por calmar los resucitados temores de Egipto.

566 567
En 1958, Egipto envió tropas a dos zonas en litigio en la frontera egipcio-sudanesa, 1972. Numeiry ~obre.vivi.ó a una ~erie de intentonas para derrocarle que, en 1975 y
pero esta maniobra carente de tacto resultó contraproducente para El Cairo y en las 197~, fuer~n :-51 no msttgadas- s1 al menos apoyadas por Libia y Etiopía. En 1977,
elecciones sudanesas celebradas ese Jllismo año, el mayor número de escaños corres- Sudan se s1tuo al borde de la guerra con Etiopía a raíz de la ayuda que prestaba a la
pondieron al Partido Unna, partidario de la independencia frente a Egipto. No obs- revu~lta. eritrea contra Addis Abeba. En el interior, la reconciliación entre Numeiry y
tante, Jalil tenía una alianza entre Azhari y Nasser y fue considerado sospechoso de su prmc1pal oponente, Said al-Sadiq al-Mahdi, puesta de manifiesto con la elección de
haber estado al corriente de un golpe de Estado por el que él, su gobierno y la Consti- este último para una vicepresidencia de la Unión Socialista Sudanesa, se desvaneció
tución iban a ser eliminados. El general Ibrahim Abbud tomó el poder junto con un en 1979. Numeiry se negó a romper las relaciones con Egipto después de Camp David,
consejo supremo de oficiales. aunque su propio régimen se desplazó también hacia la derecha en esos años.
El gobierno militar duró seis años, durante los cuales la situación en las provincias En el transcurso de los primeros años de la década de los ochenta pudo predecirse
meridionales se deterioró drásticamente. El gobierno sudanés llevó a cabo en esa prematuramente pero con toda certeza la caída del presidente Numeiry. Sus problemas
región una política de arabización y vio con extremo recelo las actividades de los en el sur se reavivaron, su economía fue de mal en peor, los estudiantes y otros secto·
misioneros cristianos extranjeros a los que consideraba sospechosos de ser no sólo res descontentos se manifestaron contra él, sus proveedores -fundamentalmente Ara-
antimusulmanes, sino también activos agentes de la política separatista occidental. bia Saudí y Estados Unidos- comenzaron a preguntarse si no estarían mejor sin él, y
La Ley de sociedades misioneras de 1962 restringió sus movimientos e indujo a cier- hordas de refugiados indigentes y hambrientos procedentes de Etiopía y el Chad cru·
to rtúmero de ellos a marcharse; los 300 que se quedaron fueron expulsados en 1964 zaron sus fronteras en proporciones cada vez mayores. La reacción del presidente fue
tras la reanudación de la insurrección a gran escala, ahora por parte del movimiento imponer y llevar a la práctica de forma salvaje las leyes y castigos islámicos, hacerse lla-
Anya Nya, y llevaron consigo hacia el mundo exteriÓr relatos sobre grandes matan- ma~ imán (a pe~ar de que un .tercio de sus compatriotas no eran musulmanes), otorgar
zas perpetradas por las tropas gubernamentales. En octubre de 1964, el régimen mili- val10sas conces10nes económicas a magnates saudíes y de otras nacionalidades, y libe-
tar del general Abbud fue derrocado y, tras unas cuanta.5 semanas durante las cuales rar a Sadiq al-Mahdi de la cárcel en la que había estado encerrado desde septiembre
el general Abbud permaneció al frente de una administración ahora civil, él mismo de 1983 Y hasta diciembre de 1984. Hacia 1985, aproximadamente un quinto de la
J,
presentó su dimisión. Sir el-Jatim Jalifa fonnó una coalición transitoria de intelec- P?_blación se m?r.ía de hambre, la mala administración había conducido a la paraliza-
tuales y políticos reaparecidos en la escena, la cual fue sustituida a principios de 1965 c10n de los serv1c10s y de las obras públicas básicas (la irrigación, por ejemplo), la poli-
por una coalición más normal de políticos en la que el Partido Umma tenía la voz cía especial de seguridad era con razón aborrecida, el servicio de la deuda externa exce-
cantante, posición que consolidó y fortaleció en las elecciones de abril. Un sureño, día al valor de las exportaciones, los créditos extranjeros sólo podían obtenerse a un
Clement Ngoro, se hizo cargo de la cartera del Interior y se llevaron a cabo nego- precio ruinoso, el sur estaba en armas contra Jartum y era prácticamente autónomo. En
ciaciones norte-sur tanto en Sudán como en Nairobi con una serie de destacad.os diri- abril, Numeiry, ausente del país por hallarse de visita en Estados Unidos, fue quitado
gentes sureños exiliados. Una nueva conferencia proyectada para el mes de febrero en d.e en medio por el ejército tras haberse desencadenado una huelga de las clases profe-
Juba se pospuso debido a la negativa del Anya Nya a deponer las armas previamente, s10nales. Se trataba de un golpe de Estado mediante el cual los militares pretendían
pero las discusiones se reanudaron en Jartum en marzo. Poco pudo conseguirse en una anticiparse a movilizaciones más radicales. El consiguiente gobierno militar resultó ser
situación en la que el sur exigía una Constitución federal y los políticos septentrio- sólo un expediente provisional hasta tanto en cuanto los partidos políticos tradiciona-
nales lanzaban invectivas contra las intrigas separatistas. La lucha continuó y la opi· les se ponían de acuerdo para formar una coalición civil con Sadiq al-Mahdi como pri-
,¡ nión pública sureña fue separándose cada vez más de la idea de una federación y apro- mer ministro. Pero al-Mahdi, débil e inconsecuente, abandonó a su destino a los refu-
ximándose a la de la independencia. Ambas partes buscaron apoyo en los estados giados al adoptar (en contra de lo prometido en la campaña) una política de
1
1 vecinos. El gobierno sudanés se afanó por mejorar sus relaciones con Etiopía, Ugan- fundamentalismo islámico, y se enemistó con sus aliados del Partido Democrático
:¡¡
da y la República Centroafricana, y la Unión Nacional Africana Sudanesa apeló a la Unionista por no poner fin (o al menos intentarlo en serio) a la guerra en el sur. Fue
11
Íi opinión africana a través de la Organización para la Unidad Africana y su Comité de acu~ado de sabotear Los intentos de paz. El PUD abandonó su gobierno en 1988, y él
Liberación en Dar-es-Salaam. paso a depender del Frente Nacional Islámico (FNI). El ejército temfa la derrota en el
¡¡ En 1969, un grupo de oficiales del ejército a cuya cabeza estaba el general Numeiry, sur y el posible colapso de la economía, y se impacientaba con su indecisión. La gue-
1):
tomaron el poder y establecieron un gobierno de signo más izquierdista y pro egipcio. rra, que terminó en 1983, había costado al menos medio millón de muertos y 1,5 millo-
,':- ·~ii La coincidencia de similares golpes de Estado en Somalia y Libia dio origen a proyec- nes de refugiados. La deuda externa había aumentado a 7.000 millones de dólares· fra-
tos tendentes a una unión de todos estos países con Egipto y a la creación, por consi- casaron las negociaciones con el FNI; y los motines por la escasez de alim:ntos
guiente, de un bloque árabe de estados africanos nororientales. En 1970, este plan se comenzaron a ser frecuentes. En 1989, el ejército asumió de nuevo el poder abierta-
amplió más para atraer a Yemen del Sur y Siria, vinculándolo así con la extinta unión mente, a las órdenes del general el-Beshir, un musulmán más circunspecto pero no
de 1958 con Egipto como punto central y factor común, pero estos proyectos de polí- menos ~onvencido ..Pero para.entonces el FNI ya se había introducido en el ejército y
tica exterior no condujeron a nada. En Sudán fueron objeto de ataques y críticas por el-Bash1r era en realidad una figura decorativa que enmascaraba el poder real de Hasán
considerarse que estaban distrayendo la atención de problemas internos más urgentes al-Turabi, el líder del FNI, que consiguió para él y para su partido un perverso mono-
especialmente el del siempre insatisfecho sur, donde la guerra civil se alargó hasta polio de la ortodoxia islámica. Además de atraer a los oficiales del ejército, el FNI

568 569
había hecho conversos entre los empresarios y los servicios .~úblicos, co~o reacc~ón radar concedió amplios terrenos para la construcción de los edificios que albergarían
frente a la llamativa incompetencia y la indignante corrupcton de antenor~s gob~~r­ a estas dos organizaciones.
nos. Pero el nuevo régimen no consiguió reducir la inflación, ni atr~~r la mve~s10n La principal preocupación exterior de Etiopía la constituían sus vecinos somalíes,
extranjera, ni poner fin a la guerra en el sur. Su simpatía por lrak enfn? .las relaciones de raza no bantú. En contraste con lo ocurrido con los etíopes, los europeos no sólo
con Arabia Saudí, aunque sus credenciales islámicas merecieron u~a v1s1ta de Rafsan- conquistaron el territorio somalí, sino que además lo dividieron y se lo repartieron.
yani, el presidente iraní. En el sur, la caída de Me.ngi~~ en Etiopia su.puso un~ -ª~e· Los somalíes, musulmanes pero no árabes, aparecieron en el Cuerno de África hacia
naza para la obtención de provisiones y la comumcac1on con el exten~r del E¡erc1~0 finales de la Edad Media europea y posteriormente se unieron a los ataques musul-
de Liberación Popular de Sudán, expuso a la inanición y al ame~rallan:1ento a m;d10 manes contra el Reino Cristiano de Etiopía. Fueron sojuzgados en la segunda mitad
millón de refugiados que intentaban alcanzar rutas de escape hacia Kema o a ~raves d_e del siglo XIX, primero por los franceses en los años sesenta y luego, en los ochenta, por
ella, y causó disidencias entre los líderes del Ejército de Liberación ac~rca de s1 se deb- los británicos y los italianos (que se apoderaron asimismo de Eritrea). La colonia bri-
an aceptar 0 no otras condiciones que no fueran la total soberama pa~a el sur. El · tánica de Kenia se extendió hacia el norte sobre un área predominantemente soma-
gobierno de Jartum, duramente criticado en el exterior por su atroz mane¡o de la gue· lí, y Etiopía se apropió -en su provincia de Ogaden- de territorio reivindicado por los
rra civil, ansioso por frenar el hundimiento económico y alarmado por las. ?ropuestas somalíes. Las relaciones entre Etiopía y los somalíes fueron por tanto inveteradamen-
de intervención internacional para crear refugios seguros para la poblac10~ del sur, te malas y las relaciones de Gran Bretaña con ambos fueron difíciles, puesto que los
amenazada de genocidio, aceptó reunirse con el líder del Ejército de Liberación, Jo~n etíopes sentían recelos de los británicos por creer que defendían las reivindicaciones
Garang, ~n Abuya, Nigeria, con o sin la presencia de representantes del.15fl:1Pº escm- somalíes frente a Etiopía, mientras que los somalíes pensaban que Gran Bretaña no
i
dido del Ejército de Liberación creado por Riak Machar (apoyándose pnnc1palm~nte veía con buenos ojos sus reclamaciones frente a Kenia.
Jl en los nuer mientras que Riak tenía su apoyo principal entre los dinka). Descarto en En 19.35, los italianos, insatisfechos por la esterilidad de la parte de Somalía que
1993 los adornos militares, convirtiendo a el-Bashir y a otros en civiles, pe~o mantu- poseían y por la esterilidad en general de sus pretensiones imperialistas, explotaron
vo sin alteraciones el papel de al-Turabi (a pesar del deterioro que le causo un grave un incidente de Wal Wal, en la disputada Ogaden, con la intención de conquistar
accidente). Al continuar la guerra civil y el declive económico, ~udán se vio. cada vez Etiopía. Se sospechaba que acariciaban la idea de una Gran Somalia que se anexio-
más aislado sin aliados entre sus vecinos, y empeorando sus relaciones con Egipto, par- naría la Somalia británica, pero la derrota que los británicos les infligieron en 1941
ticularmen~e tras la complicidad sudanesa en el atentado que sufrió Mubarak durante resucitó el imperio etíope independiente (al que se sumó Eritrea en 1952 tras un perío-
su visita a Addis Abeba, en 1995. do de fideicomiso británico) y dejó a los somalíes aún sojuzgados y divididos. Al aca·
bar la guerra, Ernest Bevin propuso en un momento determinado la creación de una
Gran Somalia que comprendiera a las Somalia británica e italiana y algunas partes de
EL CUERNO DE ÁFRICA Etiopía, pero este proyecto suponía el antagonismo de Etiopía sin beneficio para los
somalíes. Las discusiones sobre la frontera etíope-somalí prosiguieron con gran lenti·
El antiguo reino etíope, una amalgama de razas, lenguas y religiones, mantuvo su tud hasta 1959 en que una conferencia celebrada en Oslo con Trygve Lie como árbi·
1 1\ independencia incluso en el siglo XIX y con ello una cierta inmunidad ~re~te a las ten- tro elaboró una solución de compromiso con la que ninguna de las dos partes se mos·
dencias modernizadoras que acompañan normalmente tanto al colonialismo como a tró conforme. En 1960, la Somalia italiana, a la que los italianos habían vuelto en
los movimientos anticolonialistas. Sojuzgado sólo durante cinco años en el siglo XX 1950 para administrar un fideicomiso de diez años, alcanzó la independencia, y con·
(1936-1941), reanudó su santificadora forma de vida bajo el reinado de su astuto forme esta fecha se acercaba los británicos, que habían llegado a ponerse nerviosos con
monarca Haile Selassie, que había ascendido por primera vez al trono a la edad de la injerencia egipcia en la Somalia británica, aceleraron el proceso de independencia
treinta y ocho años. El emperador era un cauto innovador c~yas i~clinacion~s refo~­ de su propia colonia de forma que pudiera unirse a la Somalía italiana y pásar a cons-
mistas resultaban muy avanzadas para los señores feudales latifundistas y los neos cle- tituir la República independiente de Somalia, extensa pero pobre, con una mezcla de
rigos que eran los personajes más eminentes y en última instancia .los más po~erosos razas y muy escasa preparación para convertirse en un Estado, y que debía hacer fren-
de su reino. Un intento de golpe de Estado a finales de 1960, seg111do de motmes en te a la desconfianza y las amenazas de sus vecinos, Etiopía y Kenia.
el ejército en marzo de 1961 y el rumor sobre una conspiración en ago~t~ de ese .año, En la conferencia de Lancaster House sobre Kenia, en 1962, los somalíes recla-
sugerían la existencia de cierto malestar entre los jóvenes .cultos y los oficiales de mfe- maron sin éxito la celebración de un referéndum en la Provincia de la Frontera Norte
rior graduación que dirigían su mirada hacia el príncipe Asfa :Vossen en busca de un de Kenia (un área de más de 260.000 kilómetros cuadrados) y su unión a Somalía.
progreso más decidido y enérgico, pero el emperador. recupero el c~n;rol. c~n pasmo- Algo más entrado el año, varios políticos kenianos discutieron con los somalfes la
sa facilidad y prosiguió su política de lentos,avances mternos. Culnvo as1m1smo bue- posibilidad de constituir una federación del África oriental que comprendiese no sólo
nas relaciones con los nacientes estados de Africa (quizá como garantía frente a la tra- Somalia y los territorios del África oriental británica, sino también Etiopía; Kenia
dicional hostilidad musulmana hacia su imperio predominantemente cristi~n~); en dejó claro que, en caso de que llegase a producirse una unión semejante, pensaba con-
1958 su capital se convirtió en la sede de la Comisión Económica para el Afnca de servar para sí misma toda la provincia de la Frontera Norte. En diciembre, una comi-
la ONU y en 1963 la Organización de la Unidad Africana tuvo allí su cuna. El empe· sión de fronteras recomendó que la provincia fuera dividida en dos regiones, las cua-

570 571
les serían ambas incluidas en el nuevo Estado de Kenia. Esta recomendación, que fue Asia y África, prácticamente tan importante como la ruta a través del Sinaí y hacia
aceptada por el gobierno británico, provocó disturbios y una ruptura de relaciones el este limitaba con las aguas del océano Índico. Estados Unidos estableció su, influen-
diplomáticas por parte de Somalia. Kenia logró que otros estados africanos le dieran cia y sus bases en Etiopía. La URSS hizo lo propio en Somalia, país al que suministró
su apoyo y una delegación que envió a la conferencia afroasiática celebrada en Moshi, armas a cambio de instalaciones de almacenamiento y comunicación, un puesto de
Tanganica, en febrero de 1963, se retiró de la sala de sesiones cuando los somalíes inteligencia Y una gran base aérea. En 1974 estas maniobras aumentaron y se trans·
plantearon el tema de la frontera. En una nueva conferencia, en esta ocasión en formaron debido a la revolución de Etiopía.
Addis Abeba en mayo, varios representantes de países africanos reprendieron a los En 1973, al alcanzar los ochenta años, el emperador etíope, Haile Selassie, fue pre-
somalfes por volver a plantear de nuevo la cuestión. sionado por sus amigos y familiares para que abdicara. Era viejo y soportaba una gran
En ese mismo año se declararon abiertamente las hostilidades entre Somalia y carga (su heredero sufrió un derrame cerebral en 1973 ); su alianza con Israel se vino
Etiopía. Los somalíes no aceptaban el tratado de 1897 en virtud del cual Gran Breta· abajo ese año por la guerra en Oriente Medio; la amistad estadounidense estaba deca-
ña había cedido parte de la Somalia británica a Etiopía; entre la Somalia italiana y yendo; los estudiantes se amotinaban y los trabajadores se declaraban en huelga. Pero
Etiopía no había una frontera definida. Al alcanzar la independencia, los somalíes se él se negó a abdicar. Maniobró para aflojar las riendas con las que había mantenido
habían abstenido de desafiar a un vecino que contaba con equipo y material esta· sujeto su país, pero el pasado le estalló en la cara. Un grupo de oficiales del ejército
dounidense. También Etiopía, consciente de las divisiones raciales existentes dentro se amotinaron. Este motín condujo a una nueva revuelta de soldados rusos, cabos, sar·
de sus propias fronteras, evitó el enfrentamiento. Pero la reivindicación somalí fren· gentos y otros militares de baja graduación, y al destronamiento del emperador (que
te a Kenia alarmó a Etiopía debido a su afinidad con l?s reclamaciones somalíes en la murió en prisión, posiblemente asesinado o víctima de malos tratos), después de lo
provincia etíope de Ogaden. Durante el año 1962 los combates se desarrollaron de cual se produjeron numerosos asesinatos políticos. La ya muy menguada influencia
modo extraoficial a lo largo de la frontera. Al año siguiente, el primer ministro soma- del anciano, si bien en un tiempo noble emperador había producido intolerables ten-
lí, Abdirashid Shermake, visitó la URSS, Egipto, la India, Pakistán e Italia. Obtuvo siones (entre regiones y clases e incluso en el seno del ejército), y había originado asi-
muy poca ayuda o aliento. La independencia de Kenia a finales de ese año vino acom· mismo conspiraciones, corrupción, mala administración y estancamiento económico,
pañada de la conclusión formal de un tratado de defensa keniano-etíope previamen· todo lo cual vin~ a agravarse aún más a causa de la sequía y el hambre que afligieron
te convenido, y unos cuantos meses más tarde se inició una lucha abierta entre Etio· a gran parte de Africa a comienzos de la década de los setenta, y a causa de la opu·
pía y Somalia. Los rusos se ofrecieron a actuar como intermediarios y un lencia --que contrastaba violentamente con esta situación- de la que se rodeaban la
representante del ministro de Asuntos Exteriores viajó a Mogadishu, poniendo así de corte Y los nobles. El primer motín fue seguido de una serie de gobiernos de efímera
l manifiesto la preocupación rusa, si no por los somalíes, sf en todo caso por una posi· duración y de la formación de un Deurg o Comité de Coordinación dentro de las fuer·
t ble influencia estadounidense o china en el Cuerno de África. El presidente del zas armadas, cuyo número de miembros no parecía ser fijo y que er;;¡ en gran medida
1.i Sudán y el rey de Marruecos ofrecieron una mediación más efectiva y, tras una serie desconocido pero que se convirtió en el poder fundamental y último en la capital.
de conversaciones mantenidas en Jartum, se declaró el cese de hostilidades. Pero el La figura principal de nuevo régimen fue el coronel Haile Mariam Mengistu, un
problema fundamental no fue resuelto y nuevas discusiones entre Kenia y Somalia en hábil estratega que derrotó a sus principales rivales del Partido Republicano Popular
1965 fracasaron. Los combates esporádicos continuaron hasta 1967, fecha en que un Etíope con la ayuda del socialista Meison, al que después derrotó. Mengistu y sus
nuevo gobierno somalí pidió al presidente Kaunda que mediara. Las relaciones diplo- alyotawi seded consiguieron el control sobre Addis Abeba, pero no sobre la totalidad
máticas se reanudaron al año siguiente. del país, en particular, ni sobre Eritrea, al norte, o sobre las disputadas tierras del sur.
En la Somalilandia francesa, el movimiento a favor de la asociación con los terri· Obtuvo ayuda de la URSS y de sus suplentes cubanos cuando, en 1977, Moscú deci-
torios británicos italianos fue rechazado, tras votar la asamblea de Yibuti a favor de dió apoyarlo, traicionando su alianza con Somalia para poder desplazar a Estados
continuar como Provincia de Ultramar de la Unión Francesa, pero en 1975 Francia Unidos de Etiopía. Las armas cubanas permitieron a Etiopía conservar Haran y Dire·
decidió abandonar el territorio (aunque retuvo en el mismo un ejército de 4.000 sol- dawa y expulsar a los somalíes que habían estado a punto de conquistar el Ogaden.
dados) y en 1977 se creó la República Independiente de Yibuti. El nuevo país incluía Esta ayuda permitió a Mengistu mantener la lucha contra los eritreos hasta que, de
¡ el puerto de Yibuti y la costa occidental del estrecho de Bah al Mandab, era codicia· nuevo con ayuda rusa y cubana, pudo establecer una contraofensiva. Para entonces,
!¡..
, ¡ do por Somalia y resultaba vital para el comercio exterior de Etiopía. Estaba poblado Mengistu estaba salvado, y la URSS se había comprometido a apoyar al. imperio cris-

r
1
por afares, que tenían parientes en Etiopía y Eritrea, e issas, de origen somalí. Tras la tiano amhárico, dominado ahora por los dergue. Además de sus conflictos con los eri-
caída de Megistu en Etiopía, Yibuti adoptó (1992) una Constitución de partidos múl- treos y los somalíes, Mengistu se enfrentó a revueltas en Tigre, al noroeste, y de las
tiples que, sin embargo, no alteró la naturaleza étnica de su política. El presidente tribus oromo o galla, del sur (estos últimos constituían aproximadamente la mitad de
Hasán Guled Aptidou, de origen issa, fue acusado de diferentes atrocidades contra los la población del país).
afares, lo que le enajenó el apoyo francés y le aisló de los demás países de África orien· Estos acontecimientos hicieron que Somalia pasara del protectorado ruso al esta·
tal y de la Península Arábiga. dounidense. Pero era un país fuertemente dividido. Durante el último tercio del siglo XIX,
El Cuerno de África, además de las disputas regionales, adquirió importancia los colonizadores británicos e italianos habían ejercido un dominio disparejo sobre
internacional durante la guerra fría. Era un puente, en la parte sur del mar Rojo, entre una red de clanes y subclanes pastoriles que se reafirmaron después de la indepen-

572 573
dencia, en 1960. En 1969, el presidente Shermake fue asesinado. Le sustituyó, tras un gente de 25.000
, soldados para facilitar la llegada de socorro a los mt·11ones de perso-
interregno y un golpe de Estado, el coronel Siad Barre. Barre pertenecía al clan mere- n.a_s que mona.~ de ham~re, pero estableció un límite de pocos meses para esta opera·
han, una sección de los darode que, a su vez, se situaban entre los issas del norte y los c1on. Conced10
· d un respiro,, en un área limitada ' a los abastecedores d e ayud a, pero a l
hauieh del sur. Fortaleció los vínculos somalies con la URSS y el mundo árabe, pro- s~r retira a en 1993, _voleo en la ONU los problemas políticos y de seguridad todavía
mulgó un excéntrico programa socialista, se benefició, después de 1977, de los favo- sm resolver. El esencial apoyo estadounidense se consiguió durante un ti ·
d' d E d U 'd l empo conce-
res estadounidenses, e invadió Etiopía con infundadas esperanzas de obtener ayuda de ten o a sta os m os os puestos de enviado especial del secretario general y de
Estados Unidos. Su ejército fue pronto expulsado por los etíopes, con ayuda cubana y segundo en el mando de una UNOSOM reconstruida, con 28.000 soldados (inclui-
soviética, y esta aventura, humillante y mal concebida, minó su posición. Se convir· d.os 8.000 estadounidenses) y permiso para establecer la paz por la fuerza. En este con·
tió en un dictador duro y nepotista, perdió el apoyo de los subclanes aliados y, a pesar tmgente de la ONU el componente paquistaní fue superado por Estados Unidos (
de recuperar el liderazgo cuando se produjo la invasión etiope de 1982, acabó inmer· 2.600 italian?s y 1.000 fr~nceses en tercer y cuarto lugar), pero Washington tamb~~~
so en una guerra tivil que aceleró la desintegración del país y causó hambre, rapiña y mantuvo, ba10 su ma~do t~dependiente, las tropas de la Unidad de Despliegue Rápi-
la huida de dos millones de personas, aterrorizadas y con graves problemas de inani- do ~u.e, aunque .en ba10 numero (1.000 soldados), constituían una fuerza poderosa, y
ción. (En un momento determinado la Cruz Roja estaba dedicando un tercio de sus heltcopteros artillados. Los primeros estadounidenses habían sido bien recibido
recursos mundiales a Somalia y otras veinte organizaciones humanitarias operaban en Aidid, a qui.en Estados Unidos parecía apoyar, frente a Ali Mahdi; pero durante :9~~:
la.zona.) Uno de los pocos países homogéneos de África se transformó con el gobier- ~ta~os Um~o~ aban_d?nó el objetivo de reunir a los señores de la guerra a favor de
no de Barre en un laberinto de hostilidades agudizadas por la indiscriminada ayuda eltmmar. a A1d1d p_ol1t1camente y, si fuera necesario, también personalmente. El pri-
estadounidense que, aunque generalmente asignada a proyectos poco apropiados que mer enviado especial del secretario general, el argelino Mohammad Sahoun, dimitió
no llegaban a terminarse, creó falsas expectativas. El norte del pafs, anteriormente como_ protesta ~~r la mili.rancia estadounidense. El nuevo y desconcertado presiden-
británico, intentó secesionarse como República de Sorrialilandia, pero su presidente, t~ ~lmton envio una unidad especial que en lugar de arrestar a Aidid arrestó a los
Mohamed Egal, no consiguió el reconocimiento internacional y apenas obtuvo ayuda dmgentes d~ la O~U. Clinton envió entonces una fuerza mayor que prometió reti-
extranjera. En esta zona, los jefes de los clanes, que se habían unido contra Barre, rar transcurridos set~ _mes.es. Cuando lo hizo, no se había alcanzado ningún progreso
regresaron a las hostilidades, al tiempo que parte de sus ejércitos caían en el bando- en cuanto a la reumftcactón de Somalia, ni mediante la negociación ni mediante la
lerismo. El más importante de estos jefes, Mohamed Farah «Aidid», como Barre, era fuerza, ni mediante la combinación de ambas. Las diversas partes (ex~luido Aidid, sin
soldado y policía adiestrado por los italianos. Barre lo había encarcelado durante cua- emb_argo) comenzaron a plantearse la idea de una nueva federación de Somalia. A la
tro años, pero lo liberó porque lo precisaba para la guerra contra Etiopía. Estuvo a partida de los estadounidenses le siguió, dieciséis meses más tarde, la de la UNOSOM
punto de convertirse en sucesor de Barre, pero por un error táctico permitió que q~e. ~ejó Somalia prácticamente en la misma situación que estaba tres años antes;
Mogadiscio cayera en manos de su rival, Ali Mahdi Mohammad, quien asumió el títu- d~v1d1da entre dos coaliciones tribales enfrentadas y que fingían ignorar la existen·
lo de presidente. Para compensar su fracaso, Aidid buscó aliados en otros grupos, cia d_el f~udo precariamente independiente del presidente Egal, en el norte. La lucha
continuo.
incluidos los zelotes musulmanes, que le apoyaron cuando Estados Unidos lo señala·
ron como un enemigo especial e intentaron matarlo. . En ~~iopía, el ~obierno de Mengistu consiguió intimidar al Frente Occidental de
En Somalia se produjeron dos calamidades separadas pero al mismo tiempo entre· L1berac10n Somalt y contener, aunque no derrotar, al Frente Eritreo de Liberación
cruzadas. Una de ellas fue el caos que siguió a la caída del régimen de Barre; la segun- Popular (FELP). Sudán Y Arabia Saudí intentaron unir los grupos minoritarios eri-
da era la sequía, el hambre y la enfermedad, debidas en primer término a causas natu· treos (tres de los cuales firmaron un acuerdo en Jeddah a comienzos de 1983) como
rales, pero fuertemente agravadas por la primera. El caos se sintió principalmente en base. para un acuerdo más amplio con el FELP, de cuya tendencia izquierdista des-
la capital y en la costa, mientras que la sequía y el hambre afectaron con mayor dure- confiaban. Pero estos movimientos no dieron resultado y el FELP demostr' s it l'·
d d • fl' . d d l O U V a 1
za a millones de personas del interior. La primera exigió la mediación y la interven- a m ~gten o g~a~es errotas a ejército etíope en 1983 y, de nuevo, en 1988. Esta·
ción internacionales para pacificar y desarmar a las distintas facciones; la segunda dos Unidos recaltf1có al FELP como un movimiento democrático de liberació
l d . ó nen
necesitó comida, medicinas y protección para los que las distribuían. La peor parte de ugar e un~ msurrecci n marxista. La revuelta de Tigre produjo altibajos en el desti-
la hambruna había finalizado a mediados de 1992, pero a las organizaciones de ayuda no de los entreos y el gobierno sufrió serios reveses en la zona durante 1989. La ayt d
todavía les robaban el 12-20% de los suministros. Después de varias resoluciones del ru~a estaba disminuyendo y Mengistu se vio obligado a conceder a Eritrea la auto~o~
Consejo de Seguridad, en 1992 se envió una fuerza de paz de la ONU (UNOSOM), mta federal. El golpe organizado contra él fracasó, pero el ejército, del que dependía
pero, en contra de los deseos del secretario general, no se le concedió el permiso para estaban cans~do de la gue~ Ypresionó para que aceptara un acuerdo con Eritrea mu;
desarmar a las facciones. El embargo de armas de la ONU no dio resultados porque ya c_ercano a la mdependencta. Las conversaciones comenzaron en 1989, con el ex pre-
había armas suficientes. La UNOSOM, compuesta inicialmente por 500 paquistaníes sidente. Car~er como intermediario. En 1991, Mengistu huyó y Méles Zenawi, un ex
y diseñada para alcanzar un total de 3.500 soldados, fue ineficaz y, a finales de año, el comunista \1der del Frente Popular Democrático Revolucionario de los Pueblos Etío-
presidente Bush ofreció apoyarlo con 3.000 soldados estadounidenses. Al mismo pe~ (FRDRPE, compu~sto p~~ncipalmente por el Movimiento Popular Democrático
tiempo, y quizá con la vista puesta en su campaña electoral, Bush envió un contin· Etiope, el Frente de L1berac1on Popular Tigrai y la Organización Democrática Popu-

574 575
lar Oromo), se hizo cargo de la capital y del gobierno. Las elecciones del año siguien- Uganda y Kenia a finales del siglo XIX, agregándose Zanzíbar en 1890 (a cambio de
te fueron caóticas, y las de 1994 algo menos. El FPDRPE mantuvo el poder, aunque conceder Helgoland a Alemania) y Tanganica en 1919 como territorio mandatario
los aromos y otros (como los amharas), deseaban la secesión o al menos una federa- tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial.
ción. Los afares estaban también divididos. El FPDRPE arrasó en las elecciones gene- No hubo al principio un despliegue territórial del poderío británico. Gran Breta-
rales y locales de 1995, que fueron boicoteadas por los principales partidos de la opo- ña -optando, como de costumbre, por la táctica indirecta-· decidió ejercer influencia
sición. En Eritrea, el FELP actuaba como si la región fuera ya independiente, como en la costa a través del sultán de Zanzíbar, un potentado árabe que era al mismo tiem-
así sucedió en 1993, con Issayas Afworki como presidente de un país con tres millo- po sultán de Mascate en Arabia pero que había trasladado su capital a Zanzíbar en
nes de habitantes divididos prácticamente a partes iguales entre musulmanes y cris- 1840. (Zanzíbar y Mascate se separaron nuevamente en 1861, al establecer los dos
tianos, en el que se hablaban 12 lenguas, donde los alimentos escasearían al menos hijos de un sultán fallecido dos estados y dinastías independientes como consecuen-
durante una década, que luchaba a medias por establecer una economía de mercado cia de la mediación del virrey de la India, lord Canning.}. En el interior, los gobier-
y que suponía un presa para las intrigas rivales de Sudán 'f Arabia Saudí. En el resto nos británicos dejaron la tarea de la expansión en manos de los intereses comerciales
de Etiopía, el nuevo gobierno adoptó una política de transferencia de competencias hasta el último cuarto del siglo XIX en que el fracaso de las compañías a las que se
a lo largo de cinco años a una diversas regiones (originalmente catorce, pero reduci· había concedido el derecho de explotar diversas partes de África (que habían resul-
das a diez) cuyo componente étnico amenazaba, sin embargo, con convertir la trans- tado ser sólo dudosamel}te remuneradoras}, unido a la competitiva expansión de las
ferencia de competencias en fragmentación y, por tanto, con suspender dicha trans- potencias europeas en Africa, indujo a Gran Bretaña a orientarse hacia una política
ferencia en sus primeros estadios. Para los pueblos de esta región los horrores de una de anexión territorial. El fracaso de la compañía británica del África oriental, por
guerra aparentemente interminable fueron incrementados por hambrunas tan letales ejemplo, llevó al gabinete de lord Rosebery a aprobar un protectorado británico sobre
que el mundo los puso en primera plana de las noticias y aumentó por breve tiempo Uganda, una vez persuadidos los indecisos colegas del primer ministro con argumen-
el apoyo ofrecido a unas organizaciones humanitarias c:on exceso de trabajo y unos tos estratégicos sobre las intenciones de otras potencias europeas, particularmente
fondos muy escasos. Al desvanecerse la guerra fría, las superpotencias se encontraron Italia y Bélgica, en las regiones de la cabecera del Nilo. Tras la capitulación de los ita-
unidas en el deseo de poner fin a las guerras y reducir los otros horrores de la región, lianos en Adua en 1896 ante el emperador Menelik Il, Gran Bretaña temió que Etio-
:¡. y promovieron una federación de Eritrea con Etiopía, que podría ampliarse a Yibuti y pía concertase una alianza con Francia o con los mahdistas en el Sudán, y lord Salis-
Somalia, e incluso a Sudán, Uganda y Kenia (todos ellos miembros de un Organismo bury insistió en la construcción del ferrocarril de Uganda como refuerzo de su política
1·:
Internacional para la Sequía y el Desarrollo). de reconquista del Sudán. No menos importante era la pugna con Alemania, cuya
determinación de convertirse en una potencia africana se había puesto de manifiesto
en la conferencia en Berlín de 1884-1985.
KENIA, UGANDA, TANZANIA Los alemanes habían reivindicado derechos sobre África oriental con la consi-
guiente tu~bación y disgusto de Gran Bretaña a la que desagradaba la expansión ale-
1
1¡ La potencia preponderante en la parte oriental y meridional del África central mana en Africa pero que necesitó, sin embargo, la amistad de Alemania en Europa y
1 i había sido Gran Bretaña, pero los primeros europeos que llegaron fueron los portu· en otros lugares durante la época de malas relaciones anglo-francesas que abarcó desde
i
gueses. Díaz tocó tierra en África oriental en su viaje desde El Cabo hasta la India y 1,880 hasta 1904. Gran Bretaña aceptó por consiguiente la ocupación alemana de
nuevamente en el viaje de regreso. En esta costa, los portugueses entraron en con- Africa sudoccidental, al tiempo que tomaba la precaución de asegurarse Bechuanalandia
tacto con el mundo árabe, estableciendo puntos de escala y de reparación en lugares contra las posibles aspiraciones alemanas (o bóers} que podrían suponer un obstáculo
donde ya los árabes se dedicaban al comercio: Kilwa, Zanzíbar, Monbasa, Malinbi. La para la línea ferroviaria desde El Cabo en dirección al norte. En África" oriental,
naturaleza y extensión de los derechos portugueses fueron imprecisos y fluctuantes y Gran Bretaña accedió asimismo a la presencia alemana y dejó de utilizar al sultán al
los árabes y luego los británicos y holandeses les redujeron gradualmente hasta que el Zanzíbar para hacerles las cosas difíciles a los alemanes en Tanganica, mientras que al
, 1

único territorio que quedó en sus manos fue Mozambique. mismo tiempo obtenía del sultán en 1887 el arriendo de una franja costera de unos 16
El interés británico en África oriental ha sido doble. Para la potencia dominante kilómetros de longitud (incluyendo Mombasa} y acrecentaba el poderío británico en
en el océano Índico, los territorios costeros eran un aliciente natural, pero Gran Bre- Uganda y Nyasalandia de manera que el naciente imperio alemán pudiera ser conte-
taña se convirtió también en una potencia africana continental al establecer sobre nido dentro de unos límites compatibles con los intereses británicos esenciales. La Pri-
regiones del interior un control que se consideraba necesario para garantizar los inte· mera Guerra Mundial eliminó el factor alemán pero la primera mitad del siglo XX fue
reses estratégicos británicos en El Cabo y en el valle del Nilo. Un avance septentrio- testigo en Kenia, una colonia británica situada más al norte, de una empresa que iba a
nal desde El Cabo evitando el contacto con las repúblicas bóers y continuando hasta producir más tarde sus propios problemas. Se trataba de la explotación de Kenia por
el interior de Rodesia se sumó a otro avance por el sur desde Egipto y Sudán para dar parte de colonos blancos. Mientras que la desaparición de las complicaciones deriva-
lugar a la importancia estratégica de Uganda y a la ruta de acceso a ella a través de das de un31 gran potencia como Alemania permitió al Foreign Office apartar de su
Kenia. En un capítulo particularmente intenso y agitado de la historia de las explo- mente a Africa oriental, el surgimiento de nuevas complicaciones de una naturaleza
raciones y de la competencia entre las grandes potencias, Gran Bretaña adquirió diferente no preocupó al parecer al Ministerio de Colonias hasta que fue demasiado

576 577
tarde, pues que, si bien la Declaración de Devonshire de 1923 había afirmado la pri- significativamente, había sido formulada la pretensión británica de crear una Uganda
macía de los intereses africanos, la comunidad de colonos dio por sentado, y se le per- independiente que fuera una democracia parlamentaria unitaria y no una federación.
mitió que siguiera dando por sentado hasta la víspera de la independencia, que los Gran Bretaña no pudo, sin embargo, resolver el contencioso de Buganda con Bun-
poderes y privilegios de los que disfrutaban no se verían amenazados en el futuro que yoro. El origen de esta disputa se retrotraía a 1893 en que los británicos, capitanea-
se presentaba ante sus ojos. Incluso en los años cincuenta, ambas razas creyeron que la dos por Lugard y el entonces kabaka, habían guerreado contra Bunyoro. Btiganda le
adhesión de un gobierno blanco a los principios de la autodeterminación y del gobier- había arrebatado a Bunyoro cinco condados y parte de otros dos, y Gran Bretaña
no de la mayoría nunca llegaría tan lejos como para permitir que una importante había dado su beneplácito a esta transferencia en el acuerdo de Uganda de 1900, y
comunidad blanca fuera gobernada por un régimen negro. desde entonces los británicos habían hecho oídos sordos a todas las quejas de Bunyo-
La independencia de África oriental se produjo a continuación de la del África ro. En 1961, sin embargo, Gran Bretaña había designado a una comisión de conseje-
occidental y, en parte porque llegó después, se alcanzó a través de la ya conocida ros privados {la comisión Molson) para tratar de resolver la controversia antes de la
secuencia o evolución desde los consejos designados, pasando por los consejos mix- independencia. La comisión recomendó una solución de compromiso que los britá·
tos, y de aquí a los parlamentos plenamente elegidos a los que acompañaba la auto- nicos sólo pusieron en práctica parcialmente. Se confirmó la posesión por parte de
nomía, que a su vez era el prólogo de la independencia plena. Tanganica se indepen- Buganda de cuatro condados que la comisión le había asignado pero se pospuso la
dizó en diciembre de 1961, Uganda en octubre de 1962 y Kenia e.n diciembre de decisión sobre el resto del territorio en litigio. En 1964, después de la independencia,
1963, pero a pesar de su proximidad geográfica, las circunstancias de cada uno de el gobierno de Uganda celebró el plebiscito que la comisión Molson había recomen-
estos tres territorios fueron muy diferentes. dado, por el que de forma concluyente-se reintegraron estas áreas a Bunyoro.
Las especiales características de la trayectoria de Uganda hacia la independencia El cambio constitucional en Uganda había comenzado en 1950 al pasar a estar com-
eran consecuencia de una estructura política compuesta y no unitaria. El protectora- puesto el consejo legislativo por un número igual de miembros oficiales (es decir, fun-
do de Uganda comprendía una serie de entidades monárquicas, de las cuales la más cionarios coloniales) y no oficiales. De estos últimos, ocho eran africanos, cuatro asiá-
importante era Buganda, regida por su kabaka o rey, Frederick Mutesa 11. Otras eran ticos y cuatro europeos en reconocimiento de un problema étnico que sin embargo no
Bunyoro, Toro, Ankole y Busogo. Por añadidura, entre Buganda y Bunyoro existía un impidió el progreso hacia la independencia debido al hecho de que los colonos europe-
contencioso territorial desde hacía mucho tiempo. Una de las consecuencias de la os eran demasiado poco numerosos para pensar en conservar el poder político y los asiá-
existencia de estos principados era que en Uganda había un nacionalismo relativa- ticos juzgaron conveniente en una fecha temprana mostrarse conciliadores en vez de
mente fuerte de tipo tradicionalista que se oponía tanto al dominio colonial británi- enemistarse con la mayoría africana. Un similar equilibrio entre los miembros oficiales
co como a las formas democráticas y antimonárquicas de nacionalismo. La relativa y no oficiales se estableció en el consejo ejecutivo en 1952. En 1954 se duplicó el núme-
debilidad de estas últimas inclinaciones tendía a asignar a la administración colonial ro de componentes del consejo legislativo. En 1961 se concedió la autonomía política
un papel progresista en contraste con el conservadurismo del kabaka, que estaba inte- a Uganda y Benedikto Kiwanuka se convirtió en el primer jefe del gobierno, pero el
resado en preservar sus tradicionales poderes y la identidad separada de su principa- separatismo de Buganda continuó retrasando la concesión de la independencia plena.
do. En 1953, un ministro británico dejó caer en Londres un inoportuno comentario El lukiko, que en 1957 había solicitado a la Corona británica una mayor autonomía y
acerca de una federación africano-oriental que fue considerada por el kabaka -y por se había negado al año siguiente a desempeñar el papel que tenía asignado en unas elec-
muchos otros africanos- como un anuncio de un proyecto británico para crear una ciones generales, llegó incluso a declarar independiente a Buganda. El Congreso del
nueva gran unidad política al objeto de preservar más satisfactoriamente el dominio Pueblo de Uganda, partido que Milton Obote había creado para luchar por la indepen-
blanco. Por estas fechas se estaba constituyendo una federación del África central y dencia, estableció una alianza con el partido de la autonomía de Buganda, denomina-
los africano-orientales temieron que se concediera a los colonos blancos de Kenia en do Kabaka Yekka, al objeto de obtener una mayoría parlamentaria. Obote ocupó el
todo el África central los mismos poderes que la minoría blanca de Rhodesia del sur puesto de Kiwanuka. A continuación fue concedida la independencia, en octubre de
estaba consolidando en su propio pais y extendiendo a Rodesia del norte y a Nyasa- 1962. Al año siguiente, Uganda se convirtió en una república dentro de la Common-
landia. Se produjo a continuación una disputa entre el kabaka y el gobernador, Sir wealth y el kabaka aceptó el cargo meramente decorativo de presidente. Pero la alian-
Anrew Cohen, y el kabaka fue enviado al exilio acusado de no haber observado el za entre Obote y el kabaka no duró mucho tiempo. A comienzos de 1966, se extendie-
acuerdo de Uganda de 1900 por el que estaba obligado a aceptar el consejo de Gran ron rumores sobre escándalos en puestos elevados de la administración que amenazaron
Bretaña en determinadas materias. con debilitar la posición de Obote. El primer ministro abrió una investigación y más
El exilio del kabaka duró hasta 1955. Una comisión presidida por sir Keith Han- tarde declaró el estado de emergencia, asumió poderes excepcionales, destituyó y arres-
cock elaboró una nueva Constitución que fue aceptada por el kabaka mediante el tó a una serie de ministros de su gabinete y eliminó al kabaka de la presidencia. Dos
acuerdo de Namirembe por el que se avenía a convertir Buganda en una monarquía meses después proclamó una nueva Constitución, lo que precipitó un nuevo enfrenta-
constitucional y reconocía este reino como parte integrante de Uganda; el Parlamen- miento entre él y el lukiko y le llevó a ocupar el cargo de presidente. Los constantes
to de Buganda o lukiko debía enviar representantes al Parlamento de Uganda (si bien rumores sobre planes urdidos en Buganda para recurrir a la fuerza le indujeron a actuar
comenzó por negarse a hacerlo). El kabaka fue, por tanto, repuesto pero el principado primero (o quizá más bien le dieron la posibilidad de hacerlo). El palacio de kabaka fue
1 saqueado y el kabaka, que logró escapar por los pelos, tuvo que exiliarse una vez más.
al que regresó era una democracia en ciernes dentro de una democracia más amplia y,
!
¡ 579
¡:.
i
578
Tanganica siguió en cuanto a la forma un proceso similar, desde la participación de res (los kadu). Hacia 1948, los kikuyu habían creado una sociedad secreta denominada
miembros oficiales y no oficiales en el gobierno, pasando por la autonomía política o Mau-Mau, cuyas actividades -conocidas por las autoridades pero que no trascendían
el autogobierno, hasta la concesión de la independencia, pero las autoridades británi- demasiado- eran la expresión más radical y militante de un movimiento nacionalista 0
cas trataron de dar un especial giro multirracial a los acontecimientos al adherirse al xenófobo profundamente arraigado. El Mau-Mau sometía a sus miembros a juramento,
principio de igualdad entre las razas en contraste con el de igualdad entre los indivi- realizaba ritos secretos y abrigaba fantasías apocalípticas, todo lo cual era antieuropeo y
duos. Este concepto se contemplaba en una Constitución del año 1955 que establecía anticristiano. Con el tiempo esta sociedad llegó a ser extremista en sus ambiciones y bár-
que los electores de cada circunscripción debían elegir todos ellos a un miembro de bara en sus prácticas. Se dedicó al asesinato -sobre todo de otros kikuyu- y acabó por
cada una de las tres razas, pero el partido que se creó para aplicar esta Constitución, el emprender una campaña de violencia y actividades guerrilleras. El gobierno declaró el
Partido de Tanganica Unida, nunca obtuvo mucho apoyo y fue eclipsado por la Unión estado de emergencia, pidió refuerzos militares a los tenitorios vecinos y a Gran Breta·
Nacional Africana de Tanganica (TANU) constituida por Julius Nyerere en 1954. En ña, arrestó a miles de kikuyu, incluido Kenyata (que fue sentenciado en 1954 a siete
1957, Nyerere, que hacía veinticinco años que reivindicaba la independencja, fue años de cárcel por considerársele culpable de la organizaci<)n del Mau-Mau), y fue gra-
nombrado miembro del consejo legislativo junto con Rashid Kawawa, pero pronto dualmente sofocando la rebelión. Inició asimismo un programa de rehabilitación psico-
dimitió al objeto de forzar el ritmo del proceso y presionar para que fuera concedida la lógica de los detenidos, aunque determinadas secciones de la administración sucumbie-
independencia antes de 1969. El TANU obtuvo la victoria en las diversas elecciones ron a las contagiosas pasiones suscitadas por el Mau-Mau y se hicieron responsables de
a las que concurrió en el período 1958-1959, y en 1960 sus triunfos se extendieron a violentas palizas y métodos disciplinarios brutales aplicados a los detenidos, concreta-
todo el país. El experimento multirracial fue abandonado tras un cambio de goberna· mente en el campo de concentración de Hola, donde se cometieron terribles crueldades
dor y de ministro de Colonias en 1959, y Tanganica accedió a la independencia en Yasesinatos, según reveló una investigación judicial en 1959. Las víctimas africanas del
1961. Decidió convertirse en república y en miembro de la Commonwealth. Mau-Mau ascendían a unas 8.000; el número de europeos asesinados fue de 68. Para
Una de las más importantes elecciones de la historia de la descolonización británi- suprimir la insurrección, los británicos necesitaron cinco años y 50.000 soldados.
ca se celebró no en una colonia, sino en la propia Gran Bretaña. En 1959, el electo- El gobierno británico se dio cuenta de que el Mau-Mau no podía servir de excusa para
rado británico devolvio el poder a Harold Macmillan, y una de las primeras empresas el abandono del proceso constitucional, y en 1956, año en que fue levantado el estado de
que acometió después de este estimulante ca~bio fue.emprender un viaj~ alrededor d.e emergencia, introdujo cambios en el consejo legislativo. El principio rector era el sistema
Africa que puso de manifiesto una nueva actitud hacia los asuntos colomales. Macm1- multirracial o participación conjunta de las razas, una teoría de gobiemo que no encón·
llan había sentido los «vientos de cambio» y había decidido que soplaran libremente tró prácticamente ningún apoyo entre los africanos que reclamaban una mayoría en los
a su alrededor. Su nuevo ministro de Colonias, lan Macleod, hubo de enfrentarse consejos legislativo y ejecutivo y se negaban a aceptar la paridad con los miembros euro-
inmediatamente con la más difícil de todas las situaciones africano-orientales: Kenia. peos elegidos en el primero o una minoría de escaños en el segundo. Para los africanos, el
En Kenia, los miembros no oficiales del consejo legislativo comenzaron. a recibir sistema multirracional era un insnumento para conceder a los blancos una participación
nombramientos ministeriales inmediatamente después de acabada la Segunda Guerra proporcionalmente injusta y privilegiada. Los africanos exigían asimismo que se les diera
Mundial. Estos miembros no eran, sin embargo, negros sino blancos, representantes una fecha para la independencia mientras que el gobiemo británico, poco dispuesto a
de los colonos británicos que habían ido llegando a Kenia desde principios de siglo y aceptar la evidencia de una aceleración del ritmo descolonizador en todo África, o a
habían ido adquiriendo y explotando --de buena fe y con inteligente esfuerzo- el exce- enfrentarse con los colonos de Kenia al fijar.una fecha aceptable para los africanos, tra-
lente y fértil suelo agrícola de lo que vino a llamarse las Altas Tierras Blancas. Esta taba de avanzar hacia la independencia sin dar a conocer la rapidez de los avances y sin
comunidad llegó a ser también políticamente poderosa. Abrigaba esperanzas bien de perder el control de la situación. En 1959 se abandonó esta política (y hubo también un
gobernar Kenia en lugar de las autoridades coloniales o bien de participar en el gobier- cambio de ministro de Colonias), concediéndosele a Kenyata la libertad condicional; en
no de un Estado multirracial en proporción adecuada a su riqueza, refinamiento y cul- 1961 se le pem1itió una total libertad de movimientos y luego se le permitió presentarse
tura más que a su número. Era, en otras palabras, una aristocracia con poco porvenir en como candidato y resultar elegido para ocupar un escaño de la Asamblea legislativa.
una democracia y que hubo de enfrentarse bruscamente con los problemas -más fami- En 1960 se celebró una conferencia constitucional en Lancaster House en-Londres
liares para el historiador que para el agricultor- de una aristocracia que se ve obligada y poco después el jefe de los asuntos de gobierno en la asamblea, Ronald Ngala, fu~
por los acontecimientos a conformarse con un futuro no aristocrático y a adaptarse a ascendido a ministro jefe. Pero los dirigentes políticos africanos, que estabati ahora ya
él. En 1953, esta comunidad y el régimen colonial se enfrentaron a una salvaje suble- claramente destinados a acceder al poder en un futuro próximo, mantenían discrepan-
vación de los kikuyos que vivían en Nairobi y sus alrededores, y que habían acumula- cias entre sí. Muchos de ellos representaban a tribus y no a una nación, y fueron incapa-
do rencores contra los colonos blancos, asf como hostilidad contra sus vecinos negros. ces, por tanto, de crear un único movimiento de independencia unificado como los que
Los kikuyos y los luos eran los dos grupos mayoritarios de Kenia y estaban dirigidos, caracterizaban a otros países africanos nacientes. Las nibus más débiles se unieron para
respectivamente, por Jomo Kenyata, antiguo estudiante de antropología de la Universi- oponerse a las de los kikuyu y los luo que eran mucho más poderosas, y también para ejer-
dad de Londres y presidente de la Unión Africana de Kenia (que había regresado a cer presiones con vistas a conseguir una Constitución federal en al que se concederían
África en 1947), y Odinga Odinga. Los británicos no les permitieron crear partidos polí- importantes poderes a las regiones en vez de al gobierno central. Las conferencias cons-
ticos en Kenia central y promovieron, como contrapeso, una asociación de tribus meno- titucionales se convirtieron en luchas entre tendencias rivales: la Unión Democrática

580 581
Africana de Kenia (KADU), los partidarios del regionalismo dirigidos por Ngala, y la un Tratado de Cooperación Africano-oriental. Se convirtió en letra muerta desde el
Unión Nacional Africana de Kenia (KANU), que objetaba que un nacionalismo exce· momento en que los tres miembros desarrollaron políticas económicas y sociales diver-
sivo haría impracticable la Constitución y que Kenia no tenía ni el dinero ni los admi· gentes y sus relaciones se hicieron tirantes, y finalmente en 1977 se disolvió.
nistradores experimentados capaces de hacer frente a las complejidades y duplicidades del Bajo el mandato de Kenyata, Kenia llegó a ser un país relativamente estable dirigido
sistema federal. La balanza se inclinó a favor del KANU bajo el liderazgo de Kenyata, que por una elite negra cada vez más corrompida. Nairobi se convirtió en un foco de atrae··
se convirtió en primer ministro en junio de 1963, y el gobierno británico se vio obliga· ción para los desempleados del campo que se hacinaron en barrios de chabolas, destrui·
do incluso a rectificar en septiembre las propuestas constitucionales de naturaleza fede · das periódicamente por las autoridades. Las relaciones de Kenia con sus vecinos se dete·
ral que habían sido anteriormente aceptadas por todos los partidos. El éxito del KANU rioraron. Su bullicioso capitalismo chocaba con el socialismo de Tanzania, que gozaba
en las elecciones de mayo le permitió ofrecer al gobierno británico entre revisar la Cons- posiblemente de más salud pero también de menos éxito, y estas diferencias ideológicas
titución en vísperas de la independencia o verla modificada inmediatamente después. desembocaron en los años setenta en diversos altercados, expulsiones de ciudadanos por
Los británicos prefirieron ceder en la esperanza de ahorrarle a Ke'hia una crisis constitu· ambas partes y el cierre de la frontera. Con Uganda, una disputa fronteriza iniciada por
cional justo después de la independencia, incluso aunque el coste de esta concesión fuera Amin, a la que se unieron las acusaciones de complicidad de Kenia en la operación de
una no inverosímil acusación de mala fe por parte del KADU. Kenia accedió a la inde- rescate de Entebbe (véase más abajo: los israelíes autores del rescate utilizaron Nairobi
pendencia el 12 de diciembre de 1963. Se convirtió en república de 1964, tras lo cual en su viaje de regreso), condujo casi a la guerra. La tradicional amistad de Kenia con
Kenyata eliminó rápidamente las garantías constitucionales para las minorías y, absor· Etiopía contra los somalíes perdió temporalmente sus encantos cuando el Deurg repuso
bi~ndo el KADU en el KANU, creó un Estado centralizado de partido único. En 1969 a Haile Selassie. La senectud de Kenyata era otra fuente de preocupación. Se suponía que
el país perdió al más valioso y capacitado de sus jóvenes dirigentes al ser asesinado Tom su familia y allegados harían un intento de retener el poder y opulencia cuando él murie··
Mboya. Antes de que esto ocurriera, Kenyata había destituido de la vicepresidencia a su se y de hecho se disponían a hacerlo, pero cuando llegó el momento (1978) el vicepre-
principal rival de la izquierda, Odinga Odinga, al que posteriormente detuvo. sidente Daniel Moi ocupó tranquilamente el puesto de aquél, prometiendo continuar por
El retraso de la independencia de Kenia había sido fuente de ansiedad para Tanga· la senda de la buena fortuna y erradicar los aspectos menos dignos de estima.
nica y Uganda. Kawawa y Obote fueron a Londres en 1963 para intentar persuadir al Moi demostró una autoridad inesperada y dio a Kenia un segundo período de esta-
Reino Unido de que debía acelerar la independencia de Kenia. En junio, los dirigen· bilidad política. Resistió el desafío a medias encubierto de Charles Njonjo (uno de los
tes de los tres países declararon su intención de federarse. Uganda, sin embargo, plan· colegas más entusiastas de Kenyata, y abanderado de los kikuyos) y sobrevivió a un
teaba reservas, ya que Obote temía que Buganda insistiera en convertirse en miembro intento de golpe de Estado en 1982, pero la recesión económica y el resentimiento
de pleno derecho de dicha federación, en lugar de formar parte de Uganda. Posterior- continuado que su nombramiento provocó en los kikuyos minaron su posición. Trans-
mente, Kenyata renunció a federarse, declarando que el plan no había sido má;¡ que un formó Kenia en un país gobernado por un partido único, hostigó a los grupos inde-
medio de presionar al Reino Unido para que acelerara la independencia de Kenia. Pro- pendientes (abogados, por ejemplo) y recurrió a la política de mano dura, encarcela-
bablemente, el único entusiasta había sido Nyerere. El procedimiento fue ciertamen· miento y tortura, al tiempo que él se convertía en un hombre flagrantemente rico y
te dilatorio. Obote no asistió a la reunión mantenida en Nairobi durante el mes de sep· rodeado de compinches mediocres. La ambición keniana de convertirse en la Costa de
tiembre para discutir el plan, y los kenianos establecieron un extraño sistema según el Marfil del este (en un país capitalista ambiciosamente próspero} perdió su impulso; el
cual en una reunión eran representados por Kany y en la siguiente por Kadu. Surgie- desempleo aumentó, los salarios cayeron, los campesinos sin tierra emigraron en des-
ron también dificultades reales como la localización de la capital federal, la elección bandad~ a la capital, que se convirtió en una de las ciudades más peligrosas y corrup.-
de presidente (el nombramiento de Kenya ta, el candidato obvio, desataría una ino· tas de Africa. Y a mediados de la década de 1980 esta corrupción había conducido a
portuna lucha por la presidencia keniana}, la división de competencias y otras cues· escándalos financieros, al hundimiento de los bancos y a la intriga de la policía secre·
tiones constitucionales, la oposición de Ghana a cualquier asociación que dificultara ta. La importancia de la costa oceánica de Kenia (un paraíso tropical) atrajo a Estados
los planes panafricanos de Nkrumah, y la tendencia izquierdista de Tanganica. Final- Unidos, que construyó bases allí, concedió lucrativos contratos y aportó fondos para
mente, Tanganica insistió en que debía tomarse una decisión, y el plan se vino abajo. servicios estratégicos y otros servicios auxiliares menos serios. Las relaciones exteriores
Los eres territorios africano-orientales hicieron algunos intentos para integrar sus de Kenia con sus vecinos eran poco fluidas, principalmente con Uganda (cada uno de
economías. Bajo el dominio británico, habían tenido una moneda común y una serie de los países albergaba refugiados del otro). El asesinato, en 1990, de Robert Ouko (de la
·•
-.. .¡
1
servicios comunitarios (por ejemplo, la red de ferrocarriles, el correo, los servicios médi-
cos), y habían creado además un mercado común. Tanganica y Uganda se quejaban
etnia luo}, ministro de Asuntos Exteriores y posible sucesor de Moi, y la detención, en
1991, después de varias acusaciones graves de especulación, del ministro de Economía,
periódicamente y con cierta razón de que Kenia se llevaba la parte del león de los bene- Nicholas Biwott, incrementó el clamor contra el gobierno pero no la coherencia de la
ficios resultantes, y en 1960 se designó a la Comisión Raisman para informar sobre estas oposición. Estallaron serios desórdenes, cercanos a la guerra civil, en los que los kalen-
discrepancias. La comisión aconsejó que se mantuviesen los vínculos hasta que se rea- jin, la etnia de Moi, asesinaron o expulsaron de sus hogares a kikuyos y luos, destro-
lizase una reorganización en favor de Tanganica y Uganda. En 1964, Kenia ofreció nue· zando la zona del valle del Rife. Las divisiones étni~as se agudizaron con las divisiones
vas concesiones al objeto de impedir la desintegración de esta unión parcial, y en 1968, de clase, y Moi maniobró entre los nuevos terratenientes y magnates ricos, y los comer·
tras una nueva investigación e informe de un experto danés, los tres estados firmaron ciantes y especuladores menos ricos de las ciudades en rápido crecimiento. En 199 2,

582 583
las elecciones ya no podían seguir retrasándose. Kanu perdió muchos votos: quince resultó ser de lo más desgraciada para Nyerere. Le fue negada toda influencia en Zan-
ministros perdieron su escaño. Pero la oposición perdió su oportunidad y buena parte zíbar e incluso el acceso a este territono. Karume estableció un régimen autocrático
de su crédito. Los gobiernos extranjeros suspendieron sus ayudas debido a que se mul- que, estuviera o no bajo control chino, lo cierto es que dio lugar a escándalos como
tiplicaron los informes de corrupción y violación de los derechos humanos. Moi recha- los tan aireados de obligar a chicas jovencísimas al matrimonio o el concubinato con
zó desafiante las condiciones del FMI para la concesión de un plan de ayudas y se miembros de la nueva elite isleña. En 1969, Karume logró imponer a Nyerere la devo·
embarcó en provocativas negociaciones para la revisión de un acuerdo. Kenia signifi· lución a Zanzíbar de enemigos políticos que fu¡¡ron a continuación ejecutados. Esta
có un claro ejemplo del nuevo tipo de intervención extranjera y de sus limitaciones. humillante concesión a la brutalidad por parte de un estadista de calidad humana
Las potencias internacionales, a través del FMI o del Banco Mundial, impusieron con- poco frecuente pudo deberse al temor de Nyerere a que Zanzíbar viniera a sumarse a
diciones para su ayuda y ejercieron presiones, forzando a Moi a qmvocar elecciones, todas las preocupaciones y problemas que tenía en aquel momento, en que se enfren-
pero sin hacer apenas nada para reducir la corrupción ni introducir algo más que las taba al descontento en el sur, así como entre los antiguos miembros de los sindicatos
formas o la jerga de la democracia. {que había suprimido), las organizaciones de mujeres, los oficiales de baja graduación
El 12 de enero de 1964 el partido de la Unión Afro-Shirazi de Zanzíbar se hizo con y los funcionarios públicos decepcionados. Karume fue asesinado en 1972. La unifi-
el poder mediante un golpe de Estado. Este partido, que representaba al grueso de la cación oficial de langanica con Zanzíbar y Pemba se efectuó en 1977. La estabilidad
población africana compuesta por unos 200.000 habitantes {los árabes ascendían a de Tanzania (a pesar de su pobreza) y su influencia en los asuntos africanos (por ejem-
unos 44.000), había sufrido un duro revés en las elecciones de 1961 que habían dado plo, en la prolongada crisis rodesiana) se debieron al carácter e inteligencia del pre-

t el control político a una coalición del Partido Nacional de Zanzíbar y el Partido del
Pueblo de Zanzíbar; y, en 1963, los británicos, haciendo caso omiso de las adverten-
cias de Tanganica, habían transferido el poder al sultán y a la minoría árabe con él
resultado de que Zanzíbar había accedido a la independencia con un conflicto racial
sidente Nyerere, que permaneció en el cargo hasta 1985, pero legó a su sucesor -Ali
Hassan Mwinyi, anteriormente presidente de Zanzíbar- una economía que, en parte
por la mala gestión y en parte por la mala suerte y sus propias debilidades inherentes,
tuvo que hacer frente al hambre, el racionamiento, un grave descenso del nivel de
~: en el que la balanza se había inclinado artificialmente a favor de una minoría. La vida y unas deudas exteriores impagables.
k Unión Afro-Shirazi no quería ni el dominio del sultán ni ningún tipo de dominacion Aunque Nyerere renunció a la presidencia, no se retiró de la política, y continuó
árabe. Sus dirigentes -Abeid Karume, Abdullah Hanga, Othman Shariff capitanea- siendo presidente del principal partido de Tanzania, el Chama cha Mapindusi (CCM);
ron una rebelión que era esencialmente africana y antiárabe- y proclamaron una en 1987, fue reelegido para ocupar este cargo durante cinco años más. Criticó la polí-
república, convirtiéndose los dos primeros líderes citados en presidente y vicepresi- tica económica de su sucesor. Mwinyi solicitó la ayuda del FMI y consiguió grandes
dente respectivamente. Entre sus aliados en este cambio político figuraban un peque· créditos, a costa de devaluar la moneda en un 50% y de aceptar la típica receta del FMI
ño partido árabe, el Partido Umma dirigido por Abdul Rahman Muhammad Babu, el de fondos a cambio de austeridad (una política a la que Nyerere se había opuesto siem-
corresponsal de lá New Chino News Agency, y un curioso aventurero militar, John pre). Mwinyi también tuvo problemas en Zanzíbar. Había sido presidente de Zanzíbar
Okello, autotitulado «mariscal de campo», del que se decía que había luchado en desde 1984, cuando sucedió aAboud Jumba1 hasta que se convirtió en presidente de
Cuba pero que fue muy pronto enviado al exilio cuando se vio que el valor de sus ser- Tanzania, un año después. El nuevo presidente de Zanzíbar, Abdul Wakif, era una figu-
vicios resultaba menor que la incomodidad de su presencia. Un mundo asustado cali- ra decorativa, y la población, temiendo una anexión inmediata, se lanzó a las calles,
ficó en seguida de instrumentos de China a los afro-shirazis y sus amigos. produciéndose muertos. Tras las elecciones de 1990, Mwinyi nombró un nuevo primer
También en Dar-es-Salaam se produjeron sucesos alarmantes, y el 17 de enero ministro, John Malecela, que se convirtió en el primer candidato para suceder a Mwin-
Nyerere, rememorando quizás la acción preventiva anticomunista de Nasser en Siria yi en la presidencia hasta que fue obligado a dimitir por las insatisfechas organizacio-
en 1958, envió a su ministro del Interior y a un contingente de policía armada a Zan- nes humanitarias. El hecho de que surgieran muchos partidos ayudó a prolongar el
zíbar, haciéndose así con el control de la situación. El 20 de enero las tropas de Dar- gobierno del CCM, pero Nyerere atacó con mordacidad a Mwiriyi. El CCM eligió a
es-Salaam se amotinaron; al día siguiente tuvo lugar un segundo motín en Tabora, en Ben Mkapa como sucesor de Mwinyi, pero las caóticas elecciones de 1995 reflejaron
Tanganica central. Actos similares de insubordinación se p¡odujeron en Uganda y la escasa confianza en la democracia de partidos, y el presidente se encontró con el pro·
Kenia el 23 y 24 de ese mes respectivamente. En todos estos lugares se restableció el blema de cómo alcanzar una mayoría en el nuevo Parlamento.
orden con la ayuda de las tropas británicas que estaban todavía estacionadas en Nai- Kenyata y Nyerere lograron la estabilidad -aunque de dos tipos diferentes- en sus
robi (su marcha no estaba prevista hasta finales de año). Los amotinados exigían un respectivos países. El poder de ambos se mantuvo prácticamente indiscutido a lo largo
mejor salario y la sustitución de los oficiales británicos por africanos. Utilizaban la de sus mandatos. El primero se fue haciendo cada vez más distante e imprevisible con
violencia para exponer sus protestas a sus líderes, no para tratar de derrocarlos. Pero la edad y dio lugar a que se suscitasen temores sobre lo que ocurriría a su muerte. El
a raíz de los acontecimientos de Zanzíbar, circularon rumores de un extenso complot segundo continuó conduciendo a Tanzania por la senda de la afirmación y la con-
comunista, reforzados por la presidencia de Okello en Dar-es-Salaam la víspera de los fianza en sí misma según proclamaba la Declaración de Arusha, por la que en 1967 el
prim\!ros disturbios. Los británicos se marcharon una semana después de su llegada. país se comprometía a aplicar a sus condiciones particulares los principios doctrinales
En abril, Tanganica y Zanzíbar se unieron para constituir el nuevo Estado de Tanza- del socialismo y a instaurar una democracia participativa dentro del marco de un par-
nia, con Nyerere como presidente y Karume como vicepresidente. La asociación tido único. En Uganda, las tosas fueron diferentes. Obote fue derrocado por un golpe

584 585
1
militar cuando asistía a una conferencia de la Commonwealth en Singapur en enero ejército y detenido, mientras un consejo pro Obote se hacía cargo del gobierno del
de 1971. Al acceder al poder se había ganado el antagonismo de muchos tradiciona· país. Estos cambios, junto con el conocido apoyo que Nyerere -que pronto reapare·
listas, sobre todo en Buganda; luego se había enajenado a las clases propietarias con ció en Uganda- dispensaba a Obote, presagiaron la vuelta de este último al poder, y
sus declaraciones ligeramente izquierdistas, y a los intelectuales por su desdén autori- a finales de 1980 su popularidad en la mitad norte del país y el activo respaldo de las
tario. Tras sobrevivir a un atentado contra su vida en 1969, se propuso limitar el poder autoridades civiles y militares le llevaron de nuevo a la presidencia por un estrecho y
del ejército y de su comandante, !di Amin, pero fracasó en el intento. Amin ocupó controvertido margen. Su mandato, que duró hasta 1985, fue desastroso y apenas
su puesto. Aclamado al principio como un militar serio y prudente (y un campeón de menos sangriento, si no igual, que el de Amin. Con unas rivalidades étnicas que no
boxeo}, respetablemente respaldado por los británicos, Amin implantó un reino del habían disminuido y un ejército totalmente descontrolado, las matanzas masivas sólo
terror, especialmente tras un fallido intento de Obote, en septie~bre de 1972, de se vieron reducidas por las huidas masivas, sobre todo a Sudán y Zaire. El verdadero
invadir Uganda desde Tanzania con una fuerza de unos 1.000 hombres. (Obote había ganador fue el Ejército de Resistencia Nacional de Yoweri Museveni, que, habiendo
ido primero a Sudán pero había tenido que marcharse a raíz de la pacificación del sur derrotado al ejército de Obote y al posterior gobierno militar de Okello, puso fin a la
por Numeiry.) Amin no era reacio a desempeñar un papel en los asuntos interna· oposición organizada mediante la derrota del general Basilio Okello en el norte (aun-
cionales. Se autoproclamó amigo de Israel pero luego cambió de postura y se convir- que la limpieza duró dos o tres años}. Museveni se convirtió en presidente a la edad
tió en un decidido partidario de los palestinos. En 1976, Uganda ocupó el centro de de cuarenta años, con una reputación de decencia y sagacidad política, un impresio·
la atención mundial cuando aterrizó en Entebbe un avión de las líneas aéreas france·· nante legado de destrucción salvaje, y sin una forma clara de convertir la simpatía
sas, secuestrado en Atenas por el Frente Popular para la Liberación de Palestina en exterior en ayuda económica. También se comprometió con el Estado de partido
un intento de conseguir la liberación de una serie dé palestinos que se encontraban único que, aunque cada vez menos de moda, era bastante aceptado en el complicado
en cárceles israelíes y de otros lugares. Tras haber sido puestos en libertad los 150 camino hacia la reconstrucción de Uganda. Su posición personal estaba un tanto
pasajeros no israelíes, un comando israelí rescató a los 100 restantes en una operación comprometida por su supuesta implicación, en 1990, en la invasión de Ruanda por
espectacularmente atrevida y eficaz. parte de los tutsis exiliados en Uganda: por inclinación y parentesco era partidario de
1
r Amin provocó un gran revuelo al notificar a los 70.000 asiáticos de Uganda que
debían abandonar el país en un plazo de tres meses, si bien más tarde eximió a todos
los tutsis. La invasión fue un fracaso absoluto. Aun así, las elecciones de 1994 para
elegir una asamblea constituyente, le dieron una clara, si no abrumadora, aprobación
cuantos fuesen ciudadanos ugandeses. Al ser la mayor parte de ellos ciudadanos bri· popular. Sus oportunidades de reelección en 1996 aumentaron con el notable creci-
tánicos, la decisión de Amin colocó al gobierno del Reino Unido en una posición miento económico (alrededor del 10%) y la situación de orden de Uganda en África
muy incómoda, ya que, habiendo rechazado tontamente una anterior oferta de Obote oriental y central, donde se daban tantos casos de anarquía. En su contra estaban las
para discutir el problema, se encontraba ahora atrapado entre su evidente obligación campañas a favor de un Estado unitario con un sistema de partidos o, contradictoria·
de permitir la entrada en Gran Bretaña de ciudadanos británicos y los clamores en mente, de una Uganda federal descentralizada.
contra de que se les admitiera si eran numerosos y, además, gentes de color. Amin
expulsó también a la misión militar británica y al alto comisario, al que acusó de com-
plicidad en el intento de contragolpe llevado a cabo por Obote. Al año siguiente,
comenzó a apropiarse de cientos de empresas extranjeras, fundamentalmente británi-
cas, mientras que a lo largo del país la lista de los ugandeses desaparecidos, distingui·
dos y no distinguidos, aumentó de manera espeluznante hasta llegar a una cifra de
unos 500.000 en el momento de su derrocamiento en 1979. Amin era lo que vulgar-
mente se denomina un loco. (De forma fortuita, en el año 1979 desaparecieron tam·
bién otros dos monstruos dementes, el emperador Jean-Bedel Bokassa de África cen-
tral y el presidente Macías Nguema de Guinea Ecuatorial. Los tres habían recibi·
do más apoyo del que era decoroso por parte de las tres potencias coloniales que les
habían precedido en el dominio de sus territorios.)
La caída de Amin se produjo mediante una invasión tanzania, la única actuación
práctica llevada a cabo por un Estado africano para desembarazar al continente de
una bárbara tiranía. Una fuerza tanzania, en compañía de un Ejército de Liberación
Nacional Ugandés, tomó la capital sin dificultad e instauró un gobierno provisional
bajo la jefatura de un antiguo vicerrector de la Universidad de Makerere, Yusufu Lule.
Cuando sólo habían transcurrido dos meses, Lule fue depuesto por su Consejo Con·
sultivo Nacional y sustituido por Godfrey Binaisa, un abogado que había tenido una
cartera ministerial bajo el mandato de Obote. Binaisa fue asimismo depuesto por el

586 587
,., \

111 El profundo
,
de Africa
sur

j
(
1
i
._,
J(
,-\.:.
'
CHAD

l,
/
1
·'__.._
( ·,
'-.
'""'¡
SUDÁN r-
,
i
i
i

' ETIOPIA
,., ~ / ~\)~ ).. ........ - REPÚBLICA ·- 1 \
/ ·~.J-<¿; 1
1
CENTROAFRICANA '· ,.. ......
( (jY- • '· .--
. Douala
's . .,
\ angui ~ \. - ...... ;-,
.J~"--\
'r ~ \.. .- - - -,/ I
i
v:Oundé \, ·' - -,i ., 1 \,\ j
-~- ..... ,__ V (_UGANDJI) \
/ i
GUINEA -·O ¡ / / ~ - l.. KENIA
ECUATORIAL fl .) I ! ( \
Libreville '-. O l RUANDA ( '°\ < " , - ......
GA BÓN ~ U ,... ---:+-- l · ,~ ,,,..
<:.J' -=-~[;~!~~le ZAIRE _):: ~ r_, v \

Pointe ,J
>f,,,.,,. BURUNDI , /,/ .
~~ . \ ~~~
( ·:-..
·,, ¡- '-·-. ~.
1·.l:
EL LEGADO DE CECIL RHODES Luanda
·-·- 'i ,...- .
i.. ( '·
i j '· ~
. i ' i
Hacia finales del siglo XIX, ante el freno y la amenaza que suponían para la pre- ANGOLA l - ~/ .... -~ \ MALAWI~ \. -··'._, ,_,r -·--
sencia británica en la colonia de El Cabo tanto la ocupación alemana de África del i -'·~,~. '·~ ;, i
l

Benguela r -·-· \ ....\ Lilong.;:,e \
sudoeste como las repúblicas bóers al otro lado de los ríos Orange y Vaal, los británi-
,.,
i' 1 ZAMBIA .- -- 1 ~,"
•'
cos decidieron aventurarse hacia el norte al objeto de evitar una confluencia de estos
l Lusaka m ..-·-j '-,,
./
¡
i i
) ~0v
.«.-
dos potenciales enemigos y al objeto también de asegurarse un paso para el ferrocarril
1
en dirección al norte a través de territorio británico. En 1844 el gobierno británico ·..._ / '-~ ·"-V
_ ·::... .,....,,___ / Harare ,. , A 'iS"'
estableció un protectorado sobre Bechuanalandia, un área inmensa y en gran medida -·e::.-·'¡-'"\ - -' 11111 \ óV
desértica al norte de la colonia de El Cabo, pero durante el resto del siglo fue un ciu- l ZIMBABWE ( \ ~
dadano británico más que cualquier gobierno británico el que dirigió el avance de NAMIBIA ! 0 Bulawayo ¡ ',
1 • r
Gran Bretaña en esta región. Este ciudadano se llamaba Cecil Rhodes, y una de las i BOTSWANA '-,_ _ - ( /
principales razones por las que estaba en sus manos llevar a cabo esta política era que Walvis Bay 1
i /_,
podía financiarla. i ,.... i
Rhodes se dirigió hacia el norte desde la colonia de El Cabo hasta el interior de k Gaborone e' \
i· '·1 ): ,._ _,J Pretoria i
Bechuanalandia con su mirada puesta en el río Zambeze e incluso es posible que en O r.j
'l
el Nilo. Su compañía, la British South Africa Company, fue fundada por carta con-
cedida por el gobierno británico en 1899 para administrar Bechuanalandia, y Rhodes
Gríncipe
L~~ant~ Tomé /
i!(_.~ Johannesburgo
1111
\,
no perdió tiempo en continuar el avance. En 1896-1897 luchó contra los matabelé y LESOTHÓ\..J
los mashona y conquistó sus territorios, dominando así lo que más tarde se llamaría \_r.i
Rodesia del Sur, pero en 1896, el fracaso de la incursión de Jameson en el Transvaal 1111 Capital REPÚBLICA
dio al traste con su ambición de imponer también su dominio sobre Johannesburgo, SUDAFRICANA
de lo que se derivó una gradual reafirmación del control del gobierno británico sobre •Ciudad
la política relativa a los bóers: en 1899 fue el gobierno británico y no Rhodes quien
Q 300 km
llevó a cabo la guerra bóer. Desde Rodesia del Sur, Rhodes continuó a lo largo del río
1 1
Zambeze y, con métodos y legalidad discutibles, obtuvo concesiones del soberano o
litunga de Barotselandia y de otros jefes africanos. (Lewanika, el litunga de Barotse- 23.1. África ecuatorial y del Sur.
landia, había otorgado una concesión a un cazador de fortunas en Johannesburgo, que

588 589
se la vendió a la compañía. Luego otorgó nuevas concesiones a la compañía con la la división racial de la tierra era asimismo un anticipo de otras irritantes situaciones
esperanza de asegurarse el apoyo británico en su lucha contra el monarca matabelé, basadas en criterios igualmente injustos y racialmente discriminatorios.
Lobengula. Parece muy poco probable que las partes que intervinieron en los acuer- Tras una conferencia preliminar de funcionarios de las dos Rodesias en las cata··
dos de concesión estuvieran hablando de lo mismo, con lo cual, según la ley inglesa, ratas Victoria en 1936 fue designada, en 1938, la comisión Bledisloe para examinar
los acuerdos serían nulos.) El imperio de Rhodes era ahora considerable y no había la posibilidad de una unión más estrecha entre ambos territorios y Nyasa:landia. La
razón para suponer que había dejado de crecer. De hecho, Nyasalandia fue anexiona- comisión rechazó la idea por considerar que las divergencias en las políticas indíge-
da aunque Katanga, que bien podía ser la próxima conquista, no llegó a alcanzarse nas y la hostilidad de los africanos la hacían impracticable. Lo único que recomenda-
nunca. El gobierno británico comenzó a sentirse inquieto ante la perspectiva de tener ba era la creación de un consejo centroafricano compuesto por los gobernadores de
un súbdito excesivamente poderoso y, aunque se habían concedidc¡ a la compañía los dos protectorados y el primer ministro de Rodesia del Sur para coordinar los asun-
derechos mineros (que resultaron ser extremadamente lucrativos tras la apertura de tos de interés común. Este pálido y tibio consejo vio la luz en 1944. No obstante, los
las minas de cobre de Rodesia del Norte), sus derechos administrativos se restringie· partidarios y promotores de una unión más estrecha no se desalentaron ni resultaron
ron. Rodesia del Norte se convirtió en protectorado británico en 1924 y Nyasalandia vencidos, ya que en un plazo de nueve años consiguieron crear la federación centro-
-en donde los primeros que habían penetrado no habían sido los belicosos pioneros africana. A lo largo de estos años, Rodesia del Sur persiguió una política de asociación
de El Cabo, sino misioneros escoceses- en 1907. con Rodesia del Norte tras haber rechazado la alternativa de una asociación con
En 1923, Rodesia del Sur, que había llegado a ser un área de asentamiento blan· Sudáfrica. No contemplaba la posibilidad de una existencia por separado, aunque
co, se convirtió en una colonia autónoma. El gobierno británico transfirió el control había entre los blancos un grupo que deseaba que Rodesia del Sur tuviera un estatu-
de los asuntos internos de la colonia a su comunidad blanca y, excepto por lo que se to dentro de la Commonwealth.
refiere a ciertas garantías y algunas atribuciones que reservaba, se retiró de la partici- Los dirigentes blancos de Rodesia del Norte y del Sur se daban cuenta de que sus
pación directa. La alternativa de que Rodesia del Sur se uniera a Sudáfrica se con- intereses no eran coincidentes y desconfiaban el uno del otro. Roy Welensky, en el
templó pero fue rechazada por los sudrodesianos blancos. La cuestión de las posibles norte -que es donde está la riqueza-, abrigaba sospechas de que Godfrey Huggins,
.' formas de asociación entre diversos territorios británicos estaba ya fraguándose en los líder del sur, deseaba apropiarse de Rodesia del Norte en beneficio de la más nume-
'
años veinte, pero en 1969, cuando la comisión Hilton Young presentó su informe rosa población blanca de Rodesia del Sur. Por su parte, Rodesia del Sur, aunque
sobre este área, se supuso que Rodesia del Norte y Nyasalandia se asociarían con Tan- más pobre, era más libre por lo que respecta al control británico sobre sus asuntos
ganica más que con Rodesia del Sur, y en 1930 el gobierno británico acentuó las dife .. internos; disfrutaba de una casi independencia que los blancos de Rodesia del
rendas entre las dos Rodesias al declarar que en los protectorados los intereses de los Norte (a excepción de los administradores coloniales) codiciaban para sí y deseaban
nativos eran primordiales. Esta declaración contrastaba violentamente con la Ley de obtener por la puerta trasera sudrodesiana. Estas actitudes se manifestaron claramen-
Reparto de la Tierra promulgada en Rodesia del Sur en ese mismo año. te en la conferencia de las cataratas Victoria de 1949, que, sin contar con la presen·
En el momento de la conquista, los pioneros de Rhodes se habían apropiado de la cia de ningún africano, se convirtió en un forcejeo entre Huggins y Welensky, este
tierra de los matabelé y los mashona. Rhodes estaba fundamentalmente interesado en último atrincherándose en la postura de que no habría federación si no se celebraba
1 las concesiones mineras y, mediante la llamada Concesión Rudd firmada por Loben- un referéndum. Por estas fechas, los norteños desconfiaban ya de la idea federal, pero
'! gula, adquirió por 1.200 libras esterlinas al año derechos mineros que su compañía la conferencia la puso sobre el tapete e hizo de ella el punto central de las conversa-
vendió en 1933 al gobierno de Rodesia del Sur. Al mismo tiempo, Rhodes adquirió ciones en los años siguientes. Esta conferéncia fue seguida de otra, reunida en Lon·
también, indirectamente, de Lobengula a través de un hombre llamado Lippert, cier· dres en 1951, a la que asistiewn funcionarios de los tres territorios y de los dos minis-
tos derechos «territoriales» por 1.000 libras anuales, y de esta forma dio origen a una terios británicos implicados (el Ministerio de Colonias y el Ministerio de Relaciones
larga controversia sobre si su compañía había comprado toda la superficie de Rodesia con la Commonwealth). Su informe, al mismo tiempo que reconocía nuevamente la
del Sur. Al concederse la autonomía, la compañía, que había revendido previamente oposición africana a la federación, cifraba sus esperanzas en que ésta se desvanecería
'l 31 millones de acres, transfirió los 45 millones restantes al nuevo gobierno. En 1914, bajo el impacto de las ventajas económicas que aparecían enumeradas. En una nueva
1
21 millones de acres se habían «reservado» a la población nativa y una comisión real conferencia celebrada ese mismo año en las cataratas Victoria, los políticos (que com·
había juzgado suficiente esta extensión. En 1930, todo el país fue dividido por la Ley a los dos ministros británicos así como a los dos gobernadores), los altos fun-
( .. i de Reparto de la Tierra en Áreas Europeas, Áreas de Compra Nativa, Áreas No Ücu· cionarios y los líderes blancos rodesianos aceptaron la mayor par~e de los argumentos
: ,,¡).I
padas y Bosques, pero los africanos consideraron injusta esta distribución, puesto que de los funcionarios. A esta conferencia asistieron también africanos de Rodesia del
1
la zona asignada a los europeos -que constituían menos de una quinta parte de la Norte y Nyasalandia, pero éstos se sentían menos impresionados por las ventajas eco·
población- tenían una extensión algo mayor y, además, se les adjudicaban todas las nómicas de una federaCión que por el temor a caer bajo el dominio de la minoría
ciudades; en esta área europea ningún africano podía poseer tierras. La división de blanca de Salisbury.
1930 por consiguiente agudizó, en lugar de aliviar, los rencores ya existentes sobre la El cambio de un gobierno laborista por otro conservador en Londres hizo que la
forma en que se había adquirido la tierra en un principio, y demostró que en Rodesia balanza se inclinara a favor de la federación. Mientras que los ministros laboristas
del Sur los intereses nativos eran cualquier cosa menos primordiales. El principio de habían llegado a considerar favorablemente la idea de la federación pero no deseaban

590 591
ir más lejos en esa dirección sin antes descubrir algo más acerca de los deseos de la convicción de los africanos de que la colaboración y asociación interracial no iba a
población africana, los ministros conservadores se mostraban partidarios de la fórmu- ser un empeño real sino sólo una ficción.
la federal de manera mucho más enfática, consideraban que era imposible descubrir La vida de la federación fue, además de corta, violenta. Los africanos fueron los
qué pensaban realmente los africanos, atribuían la oposición africana a un irascible e primeros en recurrir a la violencia. La mayoría de ellos nunca estuvieron interesados
ignorante espíritu faccioso, y creían que en cualquier caso el deber del gobierno resi· en los aspectos económicos de la federación o nunca los entendieron; los i:nás cultos
día en hacer lo que era mejor aunque algunas personas no fueran capaces de darse y mundanos se daban cuenta de que eran en gran medida un engaño. A pesar de la
cuenta aún de lo bueno que era. Todavía se celebró una nueva conferencia, esta vez existencia de una clara y definida corriente partidaria de la no violencia, los que se
¡, en Lancaster House en Londres (la sala de maternidad de las nacientes constitucio- manifestaban a favor de los métodos violentos, desempeñaron un papel cada vez más
nes). Fue boicoteada por los african~s de los dos territorios del norte,-si bien la dele- prominente en los movimientos nacionales africanos incitadqs sin duda por las cir-
l..,
gación sudrodesiana comprendía a Joseph Savanhu y Joshua Nkomo, que desempe- cunstancias y por las exageradas reacciones de los blancos. Un incidente provocado
l¡!·¡ ñaron un dificil e incómoco papel como compañeros de viaje de los blancos hasta el de noche por unos ladrones en Cholo, en Nyasalandia, un día de agosto de 1953,
lj final de la conferencia. El resultado fue una Constitución federal con significativas causó la muerte a once africanos y heridas a muchos más, y llevó a las autoridades a
11 limitaciones transitorias. La federación debía tener tres diferentes administraciones y exagerar la importancia de la delincuencia y las actividades subversivas. Fue también
asambleas territoriales, así como un gobierno y un Parlamento federales; otros puntos el prólogo de otros sucesos más relevantes que iban a ocurrir en Nyasalandia.
·¡ eran el mantenimiento del protectorado británico sobre los territorios del norte, la Nyasalandia fue incluida en la federación porque los británicos se empeñaron, ya
estipulación de que no se concedería el estatuto de dominio a la federación sin el con-

t.
que no tenían ningún deseo de mantener en sus manos este territorio como una
sentimiento de la mayoría de la población, y la creadon de la Junta de Asuntos Afri- dependencia separada con escasas posibilidades de llegar a convertirse en otra cosa
canos con facultades de bloqueo destinadas (infructuosamente como se demostró) a que una sangría para el erario británico. Era un país africano cuya población blanca
~ impedir una legislación racialmente discriminatoria. La ·Federación comenzó a existir era de sólo un habitante por cada 500, que carecía de colonos y de industria y que no

1
el 1 de agosto de 1953. Huggins fue el primero en ocupar el cargo de primer ministro tenía ni había creado puestos de trabajo para sus gentes, cuyo sustento dependía de
federal, siendo Welensky su vicepresidente en un gabinete de seis miembros; Huggins Rodesia del Sur y Sudáfrica, que eran los que podían proporcionar empleos. La Igle-
también se convirtió en el dirigente de un Partido Federal de nueva creación, con sia de Escocia había realizado alli una labor muy parecida a la de los jesuitas en Para-
ramas a ambos lados del río Zambeze. En Rodesia del Sur, Huggins fue sucedido por guay. Nyasalandia contaba asimismo con una figura carismática en el horizonte,
Garfield Todd como primer ministro y dirigente del Partido Unido. encamada por Hastings Banda, que había pasado la mayor parte de su vida apren·
La Federación del África central tuvo una duración de diez años. Fue aceptada diendo y practicando la profesión de médico en Estados Unidos, Escocia, Liverpool,
con recelos por algunos blancos de Rodesia del Sur que temían la mano de obra Tyneside y Ghana.
negra barata y opinaban con razón que la conexión con la potencia protectora bri· Banda llegó a Nyasalandia en 1958 para dirigir una cruzada antifederación junto
tánica en el norte actuaría como un lastre en sus planes para manejar la situación con los nacionalistas de una generación más joven que estaban encantados de mili-
;! racial. Pero, por lo general, la federación fue bien recibida por los blancos, que cre· tar y prestar sus servicios bajo la dirección de esta figura de mayor edad y renombre.
ían que dentro de ella podrían conservar su privilegiado nivel de vida, aumentar sus Como en muchos casos similares, ciertas diferencias de objetivos y perspectivas que·
ganancias materiales que ya eran considerables, y encontrar algún modo de crear una daron fácilmente eclipsadas ante el único objetivo supremo de separarse de la federa·
pequeña clase media.africana. El principio de cooperación entre las razas que estaba ción y establecer un Estado soberano independiente. En enero de 1959 tuvo lugar una
en la letra de la Constitución y tranquilizó muchas conciencias inquietas en Lon· ' conferencia secreta y al parecer confusa entre los dirigentes nacionalistas que más
dres, significaba en el mejor de los casos una coparticipación de los africanos en el tarde se presentó con una criminal conspiración para asesinar a una serie de europe·
poder en un futuro apenas discernible. Al igual que los belgas en el Congo, los blan- os y tomar el poder. Banda no estuvo presente en este encuentro y, o bien no sabía
cos consideraban al africano como un hombre cuyas únicas aspiraciones eran mate• nada de él, o no le importaba lo que allí hubiese ocurrido, o lo sabía todo y decidió
riales y al que podía satisfacerse con un medio de vida suficiente para vivir. Excep· hacer la vista gorda. El propio Banda era un hombre con considerables -incluso vehe-
ruando a algunos excéntricos demasiado cultos y a unos cuantos profesionales mentes- facultades oratorias que predicaba la no violencia, pero la situación era de
alborotadores, el resto de los negros no tenían -según los blancos- un interés real en una creciente violencia y nerviosismo y en febrero el gobernador de Nyasalandia
la política. Pero los blancos cometieron el grave y lamentable error de infravalorar pidió tropas rodesianas para que le ayudasen a mantener el orden. El gobierno de
el nacionalismo, así como la fuerza de la indignación humana frente a la desigualdad Rodesia del Sur envió a 3.000 soldados y aprovechó la oportunidad para declarar el
y la injusticia. Las ideas no eran su fuerte y por tanto no supieron darse cuenta de estado de emergencia en su propio territorio. El gobernador de Nyasalandia siguió sus
que las ideas estaban en la raíz de la negativa de los africanos a aceptar su gobierno. mismos pasos una semana después. Entre 2.000 y 3.000 africanos fueron acorralados
A lo largo de la escala social, desde el primer ministro hacia abajo, todos insultaron dentro de la federación, los congresos nacionales africanos fueron disueltos y Banda
y humillaron a sus conciudadanos negros con alusiones del tipo de que lo suyo era y sus principales socios figuraron entre los encarcelados. El ministro británico de
vivir en los árboles, y con la aplicación práctica de la segregación en lugares públi- colonias, Alan Lennox-Boyd. afirmó que tenía pruebas de que estaba a punto de pro·
cos como oficinas de correos o restaurantes, todo lo cual confirmó rápidamente la <lucirse una matanza.

592 593
Estos dramáticos sucesos provocaron cierto escepticismo así como alarma, y el pusieron de manifiesto que los atractivos de la federación no estaban surtiendo efec-
gobierno británico designó una comisión presidida por un juez del Tribunal Supremo, to ni siquiera antes de la supuesta conspiración criminal y los juicios emitidos por la
sir Patrick Devlin, para verificar las afirmaciones y testimonios que habían justifica- comisión Devlin.
do estas medidas de emergencia. La comisión no logró encontrar pruebas de que se Desde aproximadamente 1960 hubo de hecho una lucha entre las fuerzas que que-
hubiera urdido ningún complot para asesinar a nadie y concretamente exoneró a rían obtener del gobierno británico la independencia para la federación y las fuerzas
Banda de toda responsabilidad. Declaró que el gobernador de Nyasalandia se había que querían desintegrar la federación y establecer el gobierno negro en sus diferentes
situado en una posición en la que había tenido que optar entre abdicar o tratar de partes. El gabinete inglés, atrapado entre dos fuegos, recurrió al expediente de enviar
conseguir poderes extraordinarios y tropas, y que, en consecuencia, Nyasalandia se a una comisión para investigar la situación. Los africanos la boicotearon al igual que
había convertido temporalmente en un Estado policial en el que ya no era seguro hizo la oposición laborista británica. La comisión, presidida por lord Monckton, un
expresar aprobación a la política del Congreso a la que la mayoría de los africanos eminente asesor de la reina y ex ministro conservador, presentó un ambiguo informe
eran adeptos. Este informe, al desmentir el mito propagado por las autoridades de · en el que una mayoría de sus miembros ensalzaban el principio de la federación pero
Londres y de Salisbury, dio un estímulo a la campaña antifederación y desacreditó la lo juzgaban impracticable. La naturaleza del cometido de la comisión suscitó inevita·
opinión de los que se oponían a ella. Poco después de la aparición del informe, se blemente la cuestión del derecho a separarse de la federación, aunque los dirigentes
situó al frente del Ministerio de Colonias a un miembro más liberal del gobierno con- blancos de Rodesia y sus amigos de Gran Bretaña sostuvieron acaloradamente que la
f; comisión no tenía facultades para considerar el asunto y que el primer ministro bri-
servador, lain Macleod, y el primer ministro Harold Macmillan inició una serie de

t
'¡;j
sfouosas maniobras destinadas a dar a la política colonial británica una orientación
hacia la izquierda. Estas maniobras iban a incluir su gira por África, su discurso sobre
«los aires de cambio» pronunciado en Cape Town en el transcurso de ese viaje, el
nombramiento de la comisión Monokton, y la primera visita de Macleod a Kenia,
tánico había prometido que no se discutiría; mayoritariamente se llegó a la conclu-
sión de que no existía derecho legal para separarse pero que, por una cuestión de polí-
tica práctica, el asunto se pondría en el orden del día de una conferencia de revisión
federal y que Gran Bretaña debía manifestar su voluntad de permitir la secesión tras
la aprobación de un determinado período en que la federación se pondría a prueba.
todo ello en el año 1960.
La Constitución federal de 1953 había dejado intactas las estructuras territoriales. Ésta era la recomendación más importante que hacía la comisión, puesto que some-
También había dejado claro que mientras siguieran intactas la federación no podría tía la federación a una experimentación. De hecho, el informe de la comisión mar-
tener esperanzas de independencia o de un estatuto de dominio. En 1958 se celebra- caba un cambio de orientación a favor de la mptura de la federación a pesar de que
ron elecciones a los parlamentos federal y de Rodesia del Sur. En las primeras, dedicaba más atención y espacio a las reformas destinadas a lograr que funcionase
Welensky, que había sucedido a Huggins (ahora lord Malvern) en 1956, obtuvo una (como la igualdad entre europeos y africanos en el Parlamento federal, la implanta·
arrolladora victoria; muy pocos de los africanos con capacidad de voto se molestaron ción de un sufragio más amplio, e inmedialas medidas encaminadas a la autonomía de
en censarse ni en votar, en parte porque les desagradaba el existente sistema .de sufra· Rodesia del Norte con una mayoría africana en el consejo legislativo y una mayoría
gio según un doble censo, y en parte porque temían a la policía. En Rodesia del Sur, extraoficial en el consejo ejecutivo).
Todd fue obligado a dimitir por sus colegas de gabinete, que se negaban a admitir el Una conferencia de revisión federal se reunió en Londres a finales de 1960. La
aumento de salarios para los africanos recomendado por la Junta del Trabajo. Más Constitución federal no exigía que se celebrase semejante conferencia en esta fecha
importante aún, consideraban al relativamente liberal Todd como un Jonás electoral pero a juicio del gobierno británico se había hecho necesaria. De todas formas no
y aunque se le concedió una cartera en el nuevo gabinete formado por sir Edgar Whi- consiguió nada y fue suspendida y aplazada sine die para, acto seguido, celebrarse una
tehead, pronto se prescindió de él y en las elecciones su nuevo Partido de Rodesia conferencia constitucional de Rodesia del Norte que dio lugar a una agria lucha entre
Unida no obtuvo ni un solo escaño. Whitehead ganó por los pelos aunque el Partido bastidores en la que Welensky (quien, como Cecil Rhodes, confiaba en el apoyo de
de Dominio dirigido por Winston Field, que hizo campaña a favor de la independen· un grupo de miembros del Parlame.nto de Westminster) fue derrotado por Macmillan
cia para el año 1960, logró un mayor número de votos. El eclipse de Todd fue en parte y Macleod. Ambas partes sospechaban -quizá correctamente- que la otra estaba a
una reacción blanca ante el nuevo impulso que George Nyandoro y Robert Chikere- punto de utilizar la fuerza y Welensky movilizó a las tropas. Las prOpuestas constitu-
ma dieron al Congreso Nacional Africano en 1957 y fue también la primera de una cionales surgidas de esta situación turbulenta y confusa hubieran hecho imposible que
serie de maniobras destinadas a poner la presidencia del consejo de ministros en Welensky se asegurase el control del Parlamento de Rodesia del Norte. Pero, al ser
manos de políticos cada vez más extremistas que se vieron obligados a ser cada vez recogidas en un Libro Blanco, las propuestas sufrieron alteraciones y el gobierno bri-
más explícitos acerca de la primordial demanda blanca de independencia con respec- tánico hizo algunas ligeras concesiones a Welensky. Estos cambios indignaron a Ken·
to a Gran Bretaña como único medio de garantizar que los blancos siguieran mante- neth Kaunda y a otros líderes del Partido Unificado de la Independencia Nacional
niendo el poder hasta que alguien se preocupara de mirar hacia el futuro. En Rodesia (UNIP), que acusaron a los británicos de estar haciendo apaños y manejos ocultos
del Norte, una nueva Constitución precedió a las elecciones de 1959, que dieron la con el resultado acordado en la conferencia. Se produjeron violentas manifestaciones
victoria al Partido Federal Unido (el nuevo nombre para la versión local del partido del norte y al final las propuestas se revocaron. Estos vaivenes y oscilaciones eran un
Huggins-Welensky); este partido fue, no obstante, casi unánimemente rechazado por reflejo de la división de opiniones en el partido y el gobierno conservadores de Gran
los africanos a pesar del apoyo que recibió por parte de toda la prensa. Las elecciones Bretaña; por estas fechas estaba ya suficientemente claro que la federación no podría

594 595
sostenerse aunque nadie estaba dispuesto a decirlo, y aunque Welensky y sus seguido- mente intolerante, Banda compartía algunos de los rasgos de los nacionalistas suda-
res blancos tenían fervientes amigos en Londres, existía una creciente corriente de fricanos. Como la edad afectó a su inteligencia (tenía algo más de cien años), su auto-
opinión en el partido que reconocía que era mucho más conveniente estar a bien con ridad pasó a Cecilia Kadzamisa y al tío de ésta, John Tembo, que se convirtió en here··
Kaunda y con los numerosos estados africanos que estaban detrás de él. Finalmente se dero aparente de Banda en una situación de incertidumbre creciente. El referéndum
propuso una tercera serie de propuestas que aseguraban que ni el UNIP ni el Partido celebrado en 1993 sobre un cambio constitucional, seguido de la operación de ce.re-
Federal podrían obtener una mayoría parlamentaria, pero; en cualquier caso, eran bro de Banda en Sudáfrica, fortalecieron la oposición a un régimen que se aproxima-
demasiado complicadas para que nadie que no fuera un fanático del derecho consti- ba a su fin. Tras las elecciones, el partido de Banda conservó varios escaños en la zona
tucional las entendiera. Fueron rechazadas por Kaunda. centro del país, pero en el norte y en el sur fue barrido por dos partidos diferentes, y
Durante este mismo período, otra conferencia hubo de hacer también fmprobos el vencedor del sur (el Frente Democrático Unido) obtuvo una mayoría parlamenta-
esfuerzos para elaborar una nueva Constitución para Rodesia del Sur. En el transcur- ria clara. Su líder, Bakili Muluzu, se convirtió en presidente, pero con la necesidad de
so de la conferencia, Nkomo aceptó las propuestas que en ella se formularon, que conciliar el norte. El anciano Banda y sus socios fueron acusados de asesinato y otros
garantizaban a los africanos una mayor representación parlamentaria minoritaria pero delitos.
que eliminaban también casi todos los poderes residuales del gobierno británico. Sin La suerte de Zambia fue diametralmente opuesta. Zambia accedió a la indepen-
embargo, inmediatamente después de la conferencia, Nkomo rechazó estas ofertas dencia con importantes y saneadas reservas y exportaciones. El principal producto
porque llegó a convencerse, de nuevo probablemente con razón, de que si aceptaba el con el que contaba era el cobre, pero también poseía riqueza en otros minerales así
a~mento del número de escaños el gobierno británico concedería inmediatamente la como en agua y agricultura. El boom de los últimos años sesenta alentó las esperanzas
independencia a Rodesia del Sur bajo el mandato de sus dirigentes blancos que de prosperidad, a las que se sumó el progreso de la educación y de otros servicios socia-
entonces detendrían e incluso anularían por completo el proceso tendente a estable- les; pero los años setenta fueron una amarga decepción, sobre todo tras el cierre de la
cer un gobierno de mayoría africana. El gabinete inglés abrigaba esperanzas de encon- frontera con Rodesia en 1973. El ferrocarril de Tanzam (véase capítulo 24) no res-
trar una fórmula que contuviese suficientes elementos de acuerdo para permitirse pondió a las expectativas creadas. Los precios del cobre sufrieron una brusca caída en
conceder la independencia sin problemas de conciencia y poder librarse así de una 1975; algunas minas dejaron de ser productivas¡ los blancos comenzaron a abandonar
situáción desesperada, pero la insistencia africana en la fónnula mágica de los dere- el Copperbelt (ricos yacimientos cupríferos); los negros perdieron sus empleos y sus
chos de la mayoría -a la que se adherían muchos en la propia Gran Bretaña después problemas se agravaron como consecuencia de la escasez de maíz. La popularidad de
de todo- echó por tierra todos sus esfuerzos, por lo que el gobierno siguió estando en Kaunda se vio disminuida y hubo conspiraciones o al menos rumores de conspiracio-
un atolladero. nes contra su persona. Al concluir la guerra de Rodesia quedó claro que las desgracias
Al año siguiente, es decir, en 1962, se produjo un fallido intento británico de divi- de Zambia no podían atribuirse por comyleto a dicha guerra. Siendo Zambia uno de
dir Rodesia del Norte. El proyecto consistía en elevar a Barotselandia al rango de los países potencialmente más ricos de Africa y receptor de una importante parte de
Estado separado bajo el mando de su tradicional y conservador gobernante, el litun- la ayuda financiera y técnica que Occidente destinaba al continente africano, Zam-
ga, y conceder otra porción de terTitorio nor-rodesiano a Rodesia del Sur. El único bia se había visto atrapada en una peligrosa y apurada situación económica a causa de
efecto que tuvo esta extraña y anacrónica idea fue crear animadversión entre una desastrosa política de desarrollo. Los pobres eran cada vez más pobres y carecían
nacionalistas y tradicionalistas. R. A. Butler fue entonces designado para encargarse de productos básicos; la agricultura se descuidaba mientras la elite que habitaba en las
de una oficina especial para asuntos centroafricanos. Su cometido consistía en miti- ciudades prosperaba y las construcciones urbanas florecían. A pesar de que la rectitud
gar las rencillas internas en el seno del partido conservador y liquidar la federación. personal de Kaunda seguía siendo intachable, fue no obstante criticado por rodearse
Antes de finales de año se le había prometido a Nyasalandia la autonomía así como de consejeros mediocres y por presidir el ocaso de la fortuna de su pueblo en medio
el derecho a separarse de la federación. En Rodesia del Norte se pidió al UNIP que de una desconsoladora y lamentable ineptitud. Para conseguir la reelección en 1978
participase en el gobierno de 1962 y se reconoció el derecho a separse de la federa- recurrió a la previa inhabilitación de sus rivales y en 1980 adoptó medidas de emer-
ción en 1963. Con la secesión de Rodesia del Norte no quedaba ya ni rastro de la gencia contra un supuesto complot para derrocarle. Para conseguir los vitales crédi-
federación. Dejó de existir el último día del año 1963. tos exteriores del FMI, redujo las subvenciones de los productos alimenticios, con el
Nyasalandia y Rodesia del Norte, independientes desde julio y octubre respecti- resultado inevitable del aumento de precios, que produjo disturbios en el Copperbe!t
vamente, se convirtieron en las repúblicas de Malawi y Zambia (ambas dentro de la en 1986. Tanto si estos disturbios habían sido provocados por agentes sudafricanos
Commonwealth) y sus presidentes respectivos fueron Banda y Kaunda. Banda evolu- como si no, Sudáfrica impuso sanciones económicas y militares contra Zambia, que
cionó hasta transformarse en un dictador conservador, que no toleraba oposición se había convertido en el principal cuartel general y en base para el ANC. Econó-
alguna pero que !ogró sobrevivir a las amenazas de guerra civil y consiguió también micamente, la dependencia zambiana de las rutas y puertos sudafricanos se había
desarrollar la economía agrícola de Malawi hasta el punto de obtener uñ empréstito intensificado con los desórdenes de Mozambique y Angola, que disminuían las
europeo de 14 millones de libras esterlinas en 1978. Recurriendo al convincente pre- alternativas. En 1987, la fuerza aérea de Sudáfrica atacó Lusaka y mató a varios
texto de la necesidad económica, suscribió un acuerdo comercial (1967) y estableció zambianos, y en 1989, Kaunda restringió la presencia del ACN en Zambia, se des-
relaciones normales con Sudáfrica. Autocrático, ferozmente anticomunista y niara!- . vinculó de sus tácticas militares y estableció un diálogo con el presidente entrante

596 597
de Sudáfrica, F. W. De Klerk. El descontento popular cada vez mayor, unido al ere· minantes: en primer lugar, Rodesia, aunque era teóricamente una colonia, había sido
ciente descontento en el ejército y en las iglesias, forzó a Kaunda a abandonar, en administrada y gobernada de hecho por su propia población blanca durante más de
1990, su oposición al sistema de partidos, que había derogado al comienzo de su man· cuarenta años y no por el Whitehall y, en segundo lugar, el gobierno rebelde no era
dato. Los partidos habían florecido, de hecho, y el sistema de partido único se estaba negro sino blanco, de forma que el recurso á la fuerza en un conflicto que para los
disolviendo por sí solo. Las elecciones de 1992 dieron una abrumadora victoria al blancos de Rodesia era racial hubiera dividido encarnizadamente a la opinión en
Movimiento para la Democracia Múltiple (MMD). El UNlP obtuvo todos los esca- Gran Bretaña y hubiera podido incluso someter al ejército británico a una prueba de
ños en las provincias del este, pero pocos en el resto del país. Kaunda dimitió inme- lealtad y obediencia que quizá no hubiera superado. Al gobierno británico le queda-
diatamente y Frederick Chiluba se convirtió en el segundo presidente de Zambia. ban por tanto dos caminos: la negociación y la coacción económica.
Kaunda retomó a la política en 1995, reasumiendo el liderazgo del UNIP, al tiempo Por espacio de un año, puso en práctica ambas vías, haciendo más hincapié en la
que la coalición de Chiluba se desintegraba y se desmoronaba su apoyo popular. primera de ellas. Inmediatamente adoptó medidas de carácter económico contra
En Rodesia del Sur, la Constitución de 1961 dejaba pendiente una única cuestión Rodesia, impuso sanciones petrolíferas y consiguió la aprobación de una resolución
política entre el gobierno sudrodesiano y el gobierno británico: la independencia. del Consejo de Seguridad contra el suministro 2e armas a Rodesia y solicitando un
Winston Field había previsto la creación de un dominio rodesiano independiente boicot económico internacional. Más de cuarenta países además de Gran Bretaña
compuesto por Rodesia del Sur y la mayor parte de Rodesia del Norte, dejando apar- accedieron a esta solicitud En abril de 1966 el Consejo de Seguridad, a petición bri·
te a Barotselandia y Nyasalandia, que constituirían estados separados bajo el mando tánica, autorizó el uso de la fuerza para hacer efectivas las sanciones petrolíferas, y en
de altos comisarios designados por el Reino Unido, pero los acontecimientos habían diciembre, de nuevo a instancias de Gran Bretaña, impuso sanciones obligatorias
dado al traste con este inverosímil proyecto. En 1963, Winston Field inició nego· sobre una amplia gama de productos. Dieciocho meses más tarde, esta prohibición se
ciaciones con Gran Bretaña sobre la exclusiva cuestión de la concesión de indepen· hizo extensiva a todo el comercio. Pero a pesar de las restricciones que sufrió -que tar-
ciencia a Rodesia del Sur, y hubo de confrontarse con cinco condiciones: garantías daron bastante tiempo en llevarse a efecto o hacerse manifiestas-, el régimen de
frente a las regresivas enmiendas a la Constitución de 1961; una inmediata mejora de Smith logró mantenerse gracias al gobierno sudafricano (que le proporcionó créditos
los derechos de los africanos; el fin de la discriminación racial; y una base para la y bienes, y facilitó la exportación de las mercancías rodesianas), gracias a la capaci-
¡, independencia aceptable para el conjunto de la población del país. lan Smith, que dad de Rodesia de tomar represalias económicas contra Zambia (que dependía del
desbancó a Winston Field en 1964, trató de cumplir la última y más espinosa de estas carbón rodesiano para sus minas de cobre y era asimismo dependiente de este país en
condiciones reuniendo a un indaba de jefes que, festejados por el gobierno y habien- otros aspectos), y gracias también a la escasa predisposición del gobierno británico
do sido invitados incluso a viajes de placer por el extranjero, dijeron exactamente lo para endurecer y ampliar sus medidas económicas mientras pudiese seguir mante-
que se esperaba de ellos aunque no convencieron a nadie en Gran Bretaña de que se niendo esperanzas de alcanzar un acuerdo negociado. Las exportaciones de Rodesia
trataba de una manifestación real de la voluntad popular. El advenimiento de un sufrieron un sustancial bloqueo, sus reservas se agotaron, su gobierii.o tuvo que recu-
gobierno laborista en Londres a finales de 1964 provocó descorazonamiento entre los rrir a empréstitos internos, se vio prácticamente subordinado a Sudáfrica, pero el régi-
blancos en Salisbury e intensificó las demandas en favor de una declaración unilate- men logró subsistir en vez de verse obligado a capitular, y la economía, aunque daña-
ral de independencia, pero el nuevo gobierno británico, acosado por una gran crisis da, pudo reajustarse y adaptarse a la nueva situación.
económica y contando tan sólo con una muy exigua mayoría parlamentaria, decidió Al aplicar las sanciones, Gran Bretaña no pretendía destruir la economía rodesia··
seguir manteniendo conversaciones con Salisbury aunque sólo fuera para hablar por na ni siquiera el régimen de Smith, sino obligar al dirigente blanco a avenirse a razo-
hablar y poder ganar tiempo. No había, sin embargo, una base para el acuerdo pues· nes. Estas tácticas y objetivos no convencían a la mayoría de los miembros de la Com-
to que Gran Bretaña se había comprometido a defender unas condiciones que se opO·· monwealth, que sospechaban que el gobierno inglés estaba resuelto a llegar a un trato
nían radicalmente a la demanda fundamental de la gran mayoría de la comunidad con Smith incluso a costa de traicionar los compromisos de su predecesor y los suyos
i
: blanca de Rodesia: el mantenimiento indefinido de su gobierno de minoría. Como propios. En una conferencia de la Commonwealth celebrada en Lagos en junio, Gran
,J último recurso, el gabinete británico propuso la designación de una comisión real pre- Bretaña logró ganar tiempo pero no pudo recobrar la confianza de sus socios africanos

i;)l sidida por el juez supremo de Rodesia, sir Hugh Beadle, para considerar las posibles
formas de sondear la voluntad popular, pero esta propuesta fue rechazada por Smith,
en la Comunidad de Naciones, y en una nueva conferencia, reunida esta vez en Lon-
dres en el mes de septiembre, Gran Bretaña fue obligada, mediante una muestra casi
:- j y el 11 de noviembre de 1965 el gobierno Smith declaró unilateralmente la indepen- total de unanimidad por parte de los miembros de todos los continentes, a prometer
,1¡rit.,
& . dencia del país. Inmediatamente después, este gobierno fue detituido por el goberna- que pediría al Consejo de Seguridad que aplicara unas determinadas sanciones obli-
~
dor, sir Humphrey Gibbs. No obstante, se mantuvo como el gobierno efectivo de gatorias si las negociaciones entre Londres y Salisbury no producían un retomo a la
Rodesia de fronteras adentro. legalidad antes de que finalizara el año. Cuando todavía no se había cumplido el pri-
El gobierno británico estaba resuelto a no utilizar la fuerza excepto en caso de un mer aniversario de la declaración unilateral de independencia, la inutilidad de estas
muy grave deterioro del orden público. Vista superficialmente, la situación era seme- negociaciones se había hecho ya manifiesta, y Gran Bretaña se enfrentó a una lar·
jante a otras en las que gobiernos británicos anteriores no habían dudado en recurrir guísima batalla económica que, si se llevaba a cabo, era probable que desembocase en
a la fuerza, pero el caso rodesiano era esencialmente diferente en dos sentidos deter- una lucha entre una abrumadora mayoría de las Naciones Unidas por un lado, y Sudá-

598 599
.
.

1
'


frica y {menos resueltamente) Portugal por otro, cuya política consistía en prolongar
la batalla hasta que los adversarios de Rodesia se aburriesen y dejasen gradualmente
acordado entre Vorster y Smith- pero sustancialmente porque Smith no estaba dis-
puesto a discutir ninguna propuesta constitucional que no fuera la suya propia, que
de imponer sanciones. Dos tentativas de atajar el problema mediante negociaciones por entonces no incluía una transferencia del poder a la mayoría. Smith y Nkomo
personales entre Harold Wilson e lan Smith -una a bordo del crucero Tiger en 1966 mantuvieron viva la idea de una conferencia constitucional pero las perspectivas eran
y la otra a bordo del crucero Fearless en 1968- resultaron estériles, debido principal- poco halagueñas a causa de la intransigencia blanca y las renovadas fisuras entre los
mente a la terquedad de Smith (o de sus lugartenientes más extremistas), pero la vuel- líderes negros que habían sido temporalmente persuadidos a crear una apariencia de
ta de los conservadores al poder en Gran Bretaña en 1970 resucitó las perspectivas de unidad. El fracaso de la iniciativa Vorster-Kaunda dejaba pocas posibilidades al mar-
;:
acuerdo y recrudeció la desconfianza del resto de África. gen de la guerra. En Rodesia, la situación continuaba en un punto muerto pero a su
l: Un inicial y extraoficial sondeo de las posibilidades de llegar a un arreglo llevado alrededor habían ocurrido dos grandes cambios. Para Vorster, la situación rodesiana
1
!1 a cabo por lord Alport produjo un resultado pesimista, pero sir Alee Douglas-Home, era como tener un lobo a las puertas de casa, pero el lobo había cambiado el color de
de nuevo al frente del Foreign Office de Londres, emprendió un diálogo con Smith a su pelaje. El fracaso de la conferencia de las cataratas Victoria alejó definitivamente
través de lord Goodman y presentó un plan para el retorno a la constitucionalidad a Vorster con respecto a Smith. El mayor peligro para Sudáfrica no era ya la desapa·
que sólo pensaba aplicar si obtenía la seguridad de que resultaba aceptable para el rición del gobierno blanco, sino su mantenimiento en circunstancias insostenibles y
conjunto de la población de Rodesia. Una comisión presidida por lord Pearce viajó a la forma en que acabaría desmoronándose. Smith no era ya un escudo protector sino
Rqdesia en 1972 para hallar respuesta a esta cuestión e informó de que la mayoría de un talón de Aquiles. En segundo lugar, la intervención ruso-cubana en Angola tenía
los africanos rechazaban el proyecto. El gobierno brit~nico se retiró entonces una vez que conducir también a Estados Unidos a un campo de fuerzas del que sin embargo
más a un segundo plano. En el interior de Rodesia las operaciones guerrilleras, que hubiese prefe~ido mantenerse apartado. El principal interés estadounidense, aparte de
habían comenzado prematura e infructuosamente unos años antes, se intensificaron eliminar de Africa a los ejércitos cubanos y detener la expansión de la influencia
pero fueron contenidas por las fuerzas gubernamentales de Smith con ayuda de la soviética, era conseguir la estabilidad del continente, lo cual en Rodesia resultaba
policía sudafricana. Las tentativas de la OUA de paliar las diferencias y escisiones inalcanzable sin la previa eliminación del poderío blanco.
entre los dirigentes rodesianos negros resultaron infructuosas, pero el hundimiento Smith no se dio cuenta de la gravedad de la situación. En primer lugar, las sancio-
del poderío portugués en Mozambique alteró la situación al descargar un golpe estra- nes económicas eran una farsa. La patrulla naval de Beira, que los británicos mantu-
tégico y psicológico sobre los rodesianos blancos {las fronteras que debían defenderse vieron durante diez años (hasta que Mozambique alcanzó la independencia en 1975)
eran ahora varios centenares de kilómetros más largas) y al plantear nuevos proble- a un coste de por lo menos 100 millones de libras esterlinas, impedía la entrega de
mas políticos a Sudáfrica. Los dirigentes de los países vecinos -Zambia, Botswana, crudo a Rodesia a través del puerto de Beira, pero no se hizo nada para detener al abas-
Mozambique, Zaire, Tanzania- deseaban la caída de Smith sin una guerra. Querían tecimiento de productos refinados a través de Louren~o Marques y otras rutas. Portu-
llevar a cabo conversaciones y tratar de persuadir a los rodesianos negros a que parti· gal y Sudáfrica no se esforzaron por mantener en secreto la ayuda que prestaban a
ciparan en ellas, para acordar la conveniencia de un corto período de transición antes Smith para eludir las sanciones. Por otro lado, el cumplimiento de dichas sanciones
de instaurar el gobierno de la mayoría, y para obtener garantías con respecto a las por parte estadounidense fue imperfecto: la importación de cromo y de otros minera·
vidas y propiedades de los blancos. Se sentían alentados por el giro producido en la les procedentes de Rodesia se legalizó en 1971 y posteriormente quedó claro que Smith
política sudafricana, concretamente por un discurso pronunciado en la ONU por el estaba siendo plenamente abastecido de petróleo, fundamentalmente por compañías
representante sudafricano en el que éste se había referido sin ambages a la existencia británicas y afiliadas que inventaban constantemente medios para ayudar a Smith con-
del apartheid en Sudáfrica, lo había deplorado y había hablado con esperanza de un tando con la benevolencia de los funcionarios y ministerios británicos que hacían la
momento futuro (sin especificar cuándo) en que sería liquidado. Esta sorprendente vista gorda a un tráfico demasiado voluminoso para resultar invisible. {Incluso cuando
declaración fue posteriormente matizada -probablemente para consumo interno- por esta desacreditadora historia pasó a ser del dominio público, no se procesó a compañías
Vorster, que afirmó que esto no significaba que fuera a introducirse el principio de «un o a individuos que, contraviniendo la ley, habían llevado a cabo una política exterior
hombre, un voto» ni un Parlamento negro. La maniobra de contrapeso de Vorster reñida con los compromisos y pretendidos objetivos de su gobierno.)
j' resultó clara para los que seguían el asunto desde fuera y no disuadió a Kaunda de Smith se vio también alentado por las desavenencias entre sus adversarios
mandar a un enviado a hablar con Vorster, que pareció tan interesado como Kaunda negros. Su táctica consistía en explotar estas diferencias con el propósito de seguir
y sus colegas por conseguir un cambio de régimen en Rodesia sin derramamiento de conservando el control blanco a través de un acuerdo con uno o más líderes negros,
sangre. En diciembre de 1974, Smith liberó a los dos principales líderes nacionalistas preferiblemente con Nkomo. Era la clásica política del «divide y vencerás». Pero
detenidos, Joshua Nkomo y Ndabaningi Sithole, como paso previo a la imposición de Smith apuntó demasiado alto, aferrándose durante demasiado tiempo al dominio de
un alto el fuego y a la posible celebración de una conferencia constitucional, y en el la minoría blanca, y luego, cuando se vio obligado a llegar a un acuerdo con el obis-
mes de septiembre siguiente el dirigente rodesiano, presionado por Vorster, asistió a po Muzorewa y otros dirigentes negros, hizo un trato demasiado bueno para perma-
una conferencia con nacionalistas negros en un vagón de tren sobre las cataratas Vic- necer inmóvil.
toria, estando presentes asimismo el propio Vorster y Kaunda. La conferencia fue un El fracaso de la conferencia de las cataratas Victoria fue seguido de negociaciones
fracaso, técnicamente por una disputa de procedimiento -que previamente había sido entre Smith y Nkomo, que quedaron interrumpidas en los primeros meses de 1976

600 601
fundamentalmente a consecuencia de la obstinada negativa de Smith a aceptar el entender a cada una de las partes que la otra había dado su visto bueno a cosas que
gobierno de la mayoría. Durante este tiempo, las operaciones guerrilleras, aunque en realidad nunca había aceptado. Dejó que Smith creyera que las ideas que había
todavía relativamente ineficaces y circunscritas a áreas fronterizas, se intensificaron y expuesto habían sido admitidas por los presidentes de los países de la Línea del Fren·
Robert Mugabe se perfiló como el líder en el que confiaban la mayoría de las guerri· te y por los líderes guerrilleros, cuando no era éste el caso. Los presidentes de la Línea
llas: era el único que no tenía interés en mantener tratos con los blancos. Mugabe del Frente se quejaron por su parte de que Kissinger les había engañado llevándoles a
evitó el politiqueo que constituía la segunda naturaleza de Smith y vislumbró -corree· conclusiones erróneas; tanto ellos como el Frente Patriótico creyeron que eran nego·
tamente según se vio más tarde- que el conflicto podía resolverse por otros medios. ciables puntos que Smith consideraba como parte esencial e inseparable del pacto que
Smith, para quien todos los políticos de izquierdas eran iguales, confiaba excesiva- Kissinger le había obligado a suscribir. Fue fácil por tanto para Smith declararse libre
mente en su habilidad para presentar a Mugabe como un hombre de paja al servicio de todo compromiso a menos que no fuese alterada ni una sola letra. El plan Kissin-
de Moscú y se mostraba demasiado desdeñoso con respecto a las guerrillas. ger se reveló como un conjunto de imprecisas promesas que distaban mucho de ser un
El hundimiento del dominio portugués y la intervención ruso-cubana en Angola acuerdo. Una conferencia de todas las partes interesadas celebrada en Ginebra no
obligó a Estados Unidos a revisar su política. Ésta se había basado en una estabilidad consiguió salvar el plan. Lo mismo ocurrió con una posterior gira diplomática mara·
que ya no existía. El primer examen que hizo Kissinger de la situación de el África toniana de los británicos alrededor del continente.
austral a comienzos de los años setenta le llevó a la conclusión de que Washington Llegados a este punto, el impasse parecía mayor que nunca, pero entre tanto los
podía y debía mejorar las relaciones tanto con los regímenes blancos como negros al líderes guerrilleros se habían avenido a cooperar militar y políticamente en el Frente
objeto de impedir que la URSS le tomase la delantera haciendo lo mismo. Kissinger Patriótico. Aunque esta alianza era frágil, el hecho es que iba a ganar la guerra. Tam·
dio por sentado que los regímenes de los países que visitó se mantendrían. El derrum· poco las potencias extranjeras estaban dispuestas a permanecer inactivas. Gran Bre-
bamiento del dominio portugués echó por tierra esta política. Al cortar todas las sali- taña, Estados Unidos y Sudáfrica estaban comprometidos a reemplazar el régimen de
das para el comercio rodesiano excepto la de Sudáfricá, hizo a Rodesia más depen- Smith por otro. También lo estaban los presidentes de la Línea del Frente, cuyos paí·
diente con respecto a la república sudafricana y al mismo tiempo menos atractivo ses -particularmente Zambia y Mozambique- sufrían enormemente las consecuencias
como aliado, y redujo dramáticamente las posibilidades de supervivencia de Smith. económicas de la guerra y los ataques rodesianos de represalia contra los campos gue-
Por el este, no sólo se cerraron las rutas de acceso de Rodesia al mar, sino que tam- rrilleros en sus territorios.
bién se abrió un nuevo frente guerrillero. Por el oeste, provocó en Angola una crisis Al asumir la presidencia en 1977, Carter nombró a Andrew Young para encargar-
internacional por la que la URSS se aseguró un puesto avanzado en el África austral. se de los asuntos africanos. Londres también contaba con un nuevo ministro de Asun·
La inmediata respuesta estadounidense, mal concebida en todas sus partes, consistió tos Exteriores en la persona de David Owen, y ambos, tras un recorrido conjunto por
en dejar de ayudar a los portugueses para pasar a prestar apoyo a los dos movimientos las capitales africanas, presentaron un nuevo plan para acabar con el régimen racista
de liberación angoleños, que fracasaron, y en instigar una invasión sudafricana, que mediante una transferencia del poder a la mayoría negra tras una brevísima etapa en
también fracasó. Cuando Kissinger volvió a África en 1976 anunció un sorprenden· que Gran Bretaña reasumiría la autoridad y unas elecciones que se celebrafían bajo
te y bmsco cambio de política en favor de los negros al declararse partidario del supervisión internacional. El plan fracasó fundamentalmente porque a Smith le
gobierno de la mayoría no sólo en Rodesia, sino también en Namibia y Sudáfrica. Esta indignó la estipulación de «un hombre, un voto» y la perspectiva de perder el control
afirmación, sin embargo, no fue más que el retórico preludio de una difícil alianza con blanco sobre las fuerzas armadas y de seguridad. Smith mantuvo una entrevista secre-
Sudáfrica para ejercer presión sobre Smith. Vorster retiró su ayuda militar al líder ta con Kaunda, buscando una vez más un alianza con Nkomo, que de nuevo le esqui-
rodesiano y dejó que se bloquearan los únicos canales económicos que le quedaban vó. Entonces ensayó una segunda versión de la misma estrategia: un trato con otros
de vinculación con el exterior. Kissinger fue a Sudáfrica, donde mantuvo una tensa líderes africanos, una vía alternativa para prevenir una victoria de Mugabe. Tras una
entrevista con Smith, que se había visto obligado a recurrir a una potencia superior. dura y reñida negociación, Smith, Muzorewa, Sithole y el jefe Jeremiah Chirau pudie·
Aceptó la instauración del gobierno de la mayoría al cabo de dos años y un plan para ron anunciar un acuerdo sobre un proyecto para compartir el poder entre blancos y
un período de transición que contemplaba la constitución de un gabinete de mayoría negros. Smith aceptó ahora el sistema de «un hombre, un voto» pero la posición
negra y la presencia de un primer ministro negro. blanca quedó asegurada mediante una serie de derechos que se reconocían en la
En el interior de Rodesia, el embate de las guerrillas se convirtió en un factor pri· Constitución. Era una maniobra política para derrotar al extremista Frente Patrióti·
mordía! durante el año 197 6. Las operaciones guerrilleras se extendieron más allá de co. Gran Bretaña y Estados Unidos le dieron su respaldo con una condición que la
las fronteras hasta llegar al corazón del país; su presión sobre la economía y la mano convirtió en un absurdo: aprobarían este acuerdo siempre y cuando el Frente Patrió-
de obra ~e hizo visible y dolorosa, y estimuló la emigración blanca. Pero en su fuero tico tuviera cabida en él. Pero era un plan que pretendía precisamente mantener al
interno Smith estaba lejos de rendirse. Insistía en interpretar que el gobierno de la margen al Frente Patriótico.
mayoría no significaba el gobierno de la mayoría negra, sino de la mayoría responsa- Después de muchos exámenes de conciencia, los blancos rodesianos aprobaron la
ble; es decir, rechazaba el principio de «un hombre, un voto». Al tiempo que anun- nueva Constitución en un referéndum celebrado en 1979. Las elecciones, en las que
ciaba el fin del dominio blanco se las ingenió para dar la impresión de que el control hubo una concurrencia digna de elogio, dieron la victoria a Muzorewa, que se con··
blanco se mantendría. Logró desarticular el plan Kissinger. Kissinger había dado a virtió en primer ministro de la acertadamente denominada Z.imbabwe-Rodesia. Pero

602 603
este arreglo era poco convincente. los blancos obviamente seguían controlando la Un impresionante plan económico que al comienzo atrajo el apoyo internacional
situación por un período de tiempo indefinido y el nuevo gobierno ni siquiera logró (principalmente occidental) se vino abajo debido a la sequía, la inestabilidad políti-
introducir algunas vistosas reformas para atenuar -y mucho menos para liquidar- la ca, el transporte y la distribución deficitarios, la huida de la población rural a ciuda-
discriminación racial. des supe'.Po?lad~~ con vivien?a inadecuada y sin trabajo, una deuda externa insopor-
De manera fortuita, las elecciones rodesianas coincidieron con las elecciones en table, d1smmuc10n de los mgresos exteriores debido a la caída de los precios
Gran Bretaña que supusieron la vuelta al poder de los conservadores bajo el manda- mundiales, y una inflación que oscilaba pero con un producto interior que sólo dis-
to de una primera ministra sospechosa de abrigar mayores simpatías hacia Smith que minuía: todo lo cual debilitó la posici6n personal de un hombre que por su preemi-
la mayoría de los políticos británicos. Por sus declaraciones públicas, Margaret That- nencia se había hecho vulnerable a los giros de la fortuna.
cher parecía estar a favor del reconocimiento del gobierno Muzorewa y del inmedia- Dos factores especiales agravaron esta situación. El primero fue la guerra en
to levantamiento del embargo y las sanciones. Pero el pragmatismo británico preva- Mozambique. Zimbabwe cre6 en 1982 una Fuerza para Tareas Especiales, para
leció. El Frente Patriótico era ahora demasiado efectivo para ser tomado a la ligera; defender el oleoducto a Beira, situado en la costa de Mozambique, contra las guerri-
se podía incluso decir que estaba ganando la batalla. En una conferencia con la Com- llas de la Renamo; y esta empresa comparativamente modesta implicó a Zimbabwe en
monwealth celebrada en lusaka, Gran Bretaña siguió negándose a reconocer el arre- la guerra civil mozambiqueña. En 1986, la Renamo se declaró en guerra con Zimbab-
glo Muzorewa-Smith hasta que pudiera hacerse un nuevo intento de reconciliar a las we, ampliando así las hostilidades a la provincia de Manicaland, situada al oeste de
partes contendientes. Gran Bretarla elaboró una nueva Constitución, despojada de Zimbabwe, y llevando a la creación, en 1989, del Movimiento para la Unidad Zim-
las disposiciones blancas más hirientes del documento de 1978, y la presentó a ambos babwense p~r parte de miembros escindidos del ZANU, entre los que sobresalía Edgar
a
bandos en una conferencia celebrada en. Londres finales de 1979 advirtiendo que Zerere, a quien Mugabe había destituido del gobierno. En segundo lugar, la lentitud
sólo podrían tomarla o dejarla. El nuevo ministTO de Asuntos Exteriores, lord del programa de asentamiento de colonos, una de las mayores promesas de la inde-
Carrington, amenazó con reconocer a Muzorewa si el Frente Patriótico no aceptaba pendencia, produjo gran descontento. A las familias expulsadas de sus tierras después
esta Constitución, mientras por el otro lado Mugabe y Nkomo se vieron sometidos a de 1890 (las expulsiones más masivas habían tenido lugar en el período 1930-1960)
fuertes presiones por parte de los presidentes de la línea del Frente, que les instaban se les prometió la recuperación de las mismas, pero el nuevo Estado también se com~
a llegar a un acuerdo. Este cúmulo de circunstancias logró finalmente prevalecer. los prometió a pagar compensaciones en moneda extranjera a los propietarios blancos
blancos y Muzorewa, aunque amargamente decepcionados y con un profundo males- expropiados, a un tipo aplicable a la compraventa entre un vendedor voluntario y un
tar, no tenían más remedio que aceptar porque lo que ellos habían construido era muy comprador también voluntario. A pesar de las contribuciones británicas al programa,
poco sólido. la conferencia, en contra de las expectativas iniciales, alcanzó un acuer- el coste era oneroso y el progreso lento. El primer plan para asentar a 162.000 fami·
do. Un gobernador británico estuvo en Salisbury durante cuatro meses. 4is eleccio- lías en cinco años sólo consiguió la tercera parte de su objetivo, hasta cierto punto
nes, limpias y libres en opinión de algunos, todo lo contrario en opinión de otros, por las difi~ultades prácticas, como la necesidad de hacer nuevas carreteras, en parte
concedieron a Mugabe una decisiva y absoluta mayoría y se convirtió en el primer porque debido a que no había suficiente tierra disponible, y también porque el gobier-
ministro del Estado independiente de Zimbabwe. · no insistía en que los recién llegados debían primero renunciar a la tierra (si existie-
la independencia puso fin al conflicto entre blancos y negros pero agudizó el con- ra) que dejaban, a lo que eran reacios. Después de diez años sólo se había llevado a
flicto entre los shona y los ndebelé personificado en las figuras de Mugabe y Nkomo. cabo una te.rcera parte del plan; muchos de los nuevos colonos vendieron en seguida
; ;
Durante los siguientes años, las desavenencias personales y tribales se hicieron más su lote de tierra y se encontraron tan pobres como antes o incluso más. El gobierno
profundas. Nkomo fue expulsado del gobierno en 1982 y los ndebelé, lejos de resig- anunció una actuación más efectiva, pero sólo la podía realizar si no cumplía el trato
narse a una participación secundaria en el nuevo Estado, se fueron distanciando y con los propietarios blancos e introducía una expropiación forzosa.
alarmando progresivamente: los métodos empleados para combatir los desórdenes A pesar de estos problemas y a pesar también del desempleo, los deficientes servi-
eran desde luego implacables y parecían tener un tinte racista. Un impresionante cios públicos, la falta de comercio con el exterior y las medidas de austeridad, el lide-
plan económico que contó con el apoyo internacional (especialmente occidental) razgo de Mugabe _no se vio seriamente amenazado. El Banco Mundial y el FMI apo-
tuvo un carácter precario a causa de la sequía y de la inestabilidad política. las espe- yaron un plan qumquenal de inversión en el sector público y en el privado, con un
ranzas depositadas en Mugabe se vieron ensombrecidas cuando la violencia interna fondo social para paliar el desempleo, a cambio de promesas de drásticos recortes en
'- J
¡._,,., condujo a detenciones ilegales sin juicio, a desmanes de determinadas unidades del la administración y de rotunda negativa a subvencionar empresas privadas fracasadas.
ejército y a la desviación de alimentos de ciertas áreas políticamente seleccionadas,
con la consiguiente extensión del hambre en dichas zonas. la reputación personal de
Mugabe siguió siendo elevada pero no todos sus más allegados colegas se resistieron a ANGOLA Y MOZAMBIQUE
las tentaciones del poder. la abierta preferencia de Mugabe por el socialismo de Esta-
do en un país de partido único era impopular no sólo entre los países occidentales, Hasta 1975 el cono sur de África estaba flanqueado por los territorios portugueses
sino también en su propio partido, en el que cada sección temía que en un sistema de ~e Angola Y Mozambique. los portugueses batieron el récord de permanencia en
partido único otra sección del partido se convertiría en el único grupo gobernante. Africa y Asia: fueron los primeros en llegar y los últimos en marcharse, los primeros

604 605
colonizadores y los últimos imperialistas. Este pequeño país europeo se había lanzado se una disputa acerca de la elección de un jefe norteño, en la que las autoridades lusi-
de la exploración de extraños y desconocidos continentes hacía 500 años y había tanas actuaron de acuerdo con la letra de Ja ley pero con dudosa prndencia y probi-
adquirido en África un territorio cuya extensión era veintitrés veces mayor que la del dad. La emancipación de las colonias del Africa occidental británica y francesa y del
propio Portugal. En 1487, Bartolomé Díaz dobló el cabo de las Tormentas, seguido en Congo belga llevó el problema contemporáneo africano a las puertas de la Angola
1498 por Vasco de Gama. El comercio de Guinea, del que la Guinea portugesa era un portuguesa y, en febrero de 1961, se desencadenaron disturbios en Luanda, en parte
vestigio, floreció durante el siglo XVI, pero los portugueses fueron gradualmente arro- alentados por las aventuras del capitán Galvao que se hizo con el control del transa·
jados fuera del África occidental por los holandeses, los británicos y los franceses, e tlántico Santa María y al que en Luanda se esperaba ver aparecer en la costa conver-
iban a encontrar sus más preciadas recompensas algo más al sur. Luanda, la capital de tido en libertador. Estos disturbios fueron sofocados pero en marzo se produjeron nue-
Angola, fue fundada en 1976 por un nieto de Díaz; estuvo en poder de los holande- vos desórdenes en el norte y una invasión desde el otro lado de l¡¡. frontera congoleña.
ses durante un corto período de tiempo en el siglo XVII pero fue reconquistada por el A los portugueses les cogió desprevenidos. Sufrieron unas 1.400 bajas entre muertos
rico aventurero brasileño Salvador de Sá, que se convirtió en su gobernador y esta- y heridos y desgraciadamente respondieron a esta barbarie con más barbarie. El núme-
bleció el dominio portugués. En los siglos XVII y XVIll Angola proporcionó esclavos a ro de víctimas en el lado africano fue de unas 20.000 y el Congo recibió a continua-
Brasil. La trata fue abolida en 1836 y la propia institución de la esclavitud lo fue ción una oleada de refugiados espantosamente heridos -20.000 en 1961 y 150.000
supuestamente a partir de 1858. Durante la etapa más intensa de la pugna europea por más durante los tres años siguientes- que tiñó de negro el nombre de Portugal, al
el reparto de África, Portugal recibió el esporádico e ineficaz apoyo de Gran Bretaña tiempo que el coste del restablecimiento de la autoridad portuguesa producía graves
¡ pero de nadie más. Alemania codiciaba territorios portugueses, a los que esperaba
poder acceder prestando a Portugal más dinero del que pudiera pagar para acabar
tensiones en la economía de este país europeo.
En Mozambique, un movimiento guerrillero de liberación, el Frelimo, inició un
L embargándolos. El sueño portugués de enlazar Angola con Mozambique mediante levantamiento armado en 1964 y consiguió imponer su control sobre determinadas
una faja de tierra nunca se materializó. Si bien Mozambique fue colonizado en los partes del país, pero en 1969 se vio privado de su dirigente, Eduardo Mondlane, que
veinticinco años anteriores a la Primera Guerra Mundial, los portugueses manifesta· fue asesinado. La economía sufrió un duro golpe a raíz del bloqueo del puerto de Beira
ron solo un tibio interés en África, al tiempo que su laxitud a la hora de suprimir la con objeto de hacer efectivas las sanciones contra Rodesia, pero los portugueses no
esclavitud les valía una escandalosa notoriedad, especialmente tras la publicación en dieron señales de darse por vencidos. Al no poder comerciar con Rodesia, se embar-
1906 de la obra de H. W. Nevinson A Modero Slavery. caron en un gran proyecto para desarrollar la economía de Mozambique en estrecha
Las importantes sublevaciones ocurridas en Angola en 1922 y 1935 fueron dura· vinculación con los intereses sudafricanos, europeos y estadounidenses {países todos
mente reprimidas pero contribuyeron asimismo a fomentar los movimientos naciona- ellos que a partir de ahora estarían interesados en el mantenimiento del dominio por·
listas. Lisboa empezó a darse cuenta de que su dominio se veía amenazado no tanto tugués). Este proyecto, que estaba centrado sobre todo en la construcción de una cen·
por los dirigentes nativos blancos como por el nacionalismo negro, a pesar d~ que al tral hidroeléctrica en Cabora-Bassa, iba a significar un aumento de la población blan-
menos por el momento los nacionalistas estaban irremediablemente constreñidos por ca en un millón de personas. Apenas fue posible ocultar la naturaleza política de este
el analfabetismo, las divisiones tribales y el impresionante poder de la policía y el plan. Resultaba desde luego difícil encubrir su verdadero propósito teniendo en cuen·
ejército portugueses. En 1952 las colonias de Portugal se rebautizaron con el nombre ta que Mozambique contaba ya con seis proyectos hidroeléctricos y no necesitaba
de provincias de ultramar y en los años cincuenta se produjo una explosión de pro· ninguno más. Las implicaciones políticas y las presiones ejercidas por los estados afri-
greso material manifestada sobre todo en las obras públicas y los planes de desarrollo. canos llevaron a algunos participantes a analizar más detenidamente el asunto y, en
El cambio de nombre permitió a Portugal afirmar que no tenía obligación de enviar los casos de Suecia e Italia, a retirarse del proyecto.
informes a la ONU en virtud de lo estipulado en el artículo 73(e) de la Carta, desde Para 1970, las guerras coloniales de Portugal habían obligado a este país a desti·
el momento en que Angola y Mozambique no habían pasado a ser territorios no autó· nar la mitad de su presupuesto y más del 6% de su producto nacional bruto a gastos
nomos sino provincias de Portugal. Al mantener esta pretensión, Portugal contaba militares, a reclutar el mayor número de tropas de la historia de Portugal y a alistar a
con el apoyo de sus aliados estadounidenses y británicqs y de sus parientes brasileños, sus hombres jóvenes en el ejército por un período de cuatro años. La ausencia de una
pero en 1963 Estados Unidos y Gran Bretaña respaldaron una resolución de la Asam- 0
'1f>inión pública políticamente activa libró al gobierno de una de las fuerzas descolo-
blea General que instaba a Portugal a acelerar la autodeterminación; sólo España y nizadoras más poderosas -quizá la más poderosa- de cuantas habían existido en Lon-
Sudáfrica votaron en contra; Francia se abstuvo. dres, París y Bruselas, pero diez años de costosa e infructuosa lucha en tres territorios
Los portugueses pusieron en práctica una política de asimilación como medio de muy separados entre sí socavó el entusiasmo del ejército portugués. El movimiento de
ampliar progresivamente el derecho a voto, pero la creciente inmigración desde Por- liberación había sobrevivido y crecido, ganando apoyo popular, ampliando geográfi-
tugal a mediados de los cincuenta alteró la estructura social y económica, reforzó la camente su control y consiguiendo armas del exterior. Como respuesta, los portugue·
exclusión de los negros {el colour bar) y redujo a muchos angoleños al desempleo o el ses recurrieron al bombardeo y a las alambradas, pero el bombardeo resultaba ineficaz
semidesempleo. Hacia 1960 decenas de miles de angoleños estaban en el exilio, la contra las guerrillas y las alambradas no lograban separarlas de las masas populares
mayoría de ellos en el Congo, y los movimientos nacionalistas establecieron su sede porque, a diferencia de lo ocurrido con anteioridad en Malasia, el pueblo estaba a
en Leopoldville. La confianza hacia los portugueses sufrió un duro golpe al producir- favor de los guerrilleros. En Guinea-Bissau, el gobernador, general Spinola, acabó por

606 607
1 las elecciones generales y presidenciales. En los acuerdos, Savimbi reconoció a Dos
convencerse de la inutilidad de la lucha, dimitó de su cargo en 1973 y regresó a Lis-
boa, donde se declaró abierto adversario del mantenimiento del dominio colonial. Santos como presidente y los dos dirigentes aceptaron retirar sus tropas a cincuenta
Sus actividades y escritos contribuyeron al derrocamiento por parte del ejército, en puntos específicos y fusionarlas en un ejército de 50.000 soldados (la cuarta parte de
1974, de la dictadura militar instaurada en 1926, y el Movimiento de las Fuerzas los efectivos de ambos). Se crearon docenas de partidos y las elecciones se celebraron
Armadas que se hizo con el control en Lisboa se declaró a favor de la independencia bajo supervisión de la ONU, en 1992. Gracias en gran parte a la UNAVEM, se lle~
de las colonias africanas de Portugal. A ella accedieron inmediatamente Guinea-Bissau varan a cabo de manera pacífica, limpia y llamativamente popular (votó el 90% del
y Mozambique. Vorster, cediendo ante los hechos consumados, aceptó públicamente electorado). Pero, al contrario de lo que esperaba, Savimbi descubrió que no era el
la victoria del Frelimo y deseó suerte al nuevo gobierno. Tanto él como Samora ganador. La UNITA obtuvo el 34% de los votos, mientras que el MPLA obtuvo el
Mache!, sucesor de Mondlane y pri~er presidente del nuevo Estado, sabían que una 54%, y aunque Dos Santos obtuvo muy poco más del 50% que precisaba para ser con-
cuarta parte de la mano de obra negra de las minas sudafricanas estaba compuesta por firmado como presidente, Savimbi obtuvo sólo el 40%. Por esa razón, comenzó de
emigrantes mozambiqueños, lo que quitaba libertad de acción a ambos gobiernos. En nuevo la guerra que, con una media de mil muertos diarios, sobrepasó los horrores de
Angola, el resultado de la descolonización no estuvo tan claro. No existía ningún las campañas anteriores. La UNAVEM, con tan sólo 400 personas (aumentadas a mil
equivalente al Frelimo y cuando, en vísperas de la independencia, el Fl\ILA de Hol- para las elecciones) y carente de fondos y otros recursos, fue incapaz de evitar la des-
den Robert atacó al MPLA de Agostinho Neto, Sudáfrica invadió clandestinamente trucción de los éxitos que tanto le había costado alcanzar. Los intentos de poner fin
Angola en apoyo de un tercer movimiento, la UNITA de Jonas Savimbi. Pero Neto a la lucha dieron lugar a nuevos acuerdos, pero la UN ITA se negó a entregar el terri-
pidió ayuda a Fidel Castro y los sudafricanos se vieron obligados a retirarse por el torio conquistado en las últimas operaciones, a no ser que en el país se introdujera
momento, aunque continuaron armando abiertamente a Savimbi, que consiguió con- una UNAVEM renovada. El Consejo de Seguridad se negó a aceptar esta condición
quistar una parte importante del país. mientras la UNITA no aceptara los acuerdos.
El principal objetivo de Estados Unidos era expulsar·a los cubanos. Aunque Was- Angola fue devastada durante tantos años porque era rica. La guerra, en la que
hington y Pretoria estaban unidos en el apoyo a la UNITA, ese apoyo minó la capa· cada bando gastó entre 1.000 y 2.000 millones de dólares, fue financiada por el
cidad del gobierno angoleño de deshacerse de los cubanos, y Pretoria negociaba con petróleo y los diamantes. Petróleo que permitió al gobierno pedir préstamos en el
el presidente Dos Santos al mismo tiempo que ayudaba a Savimbi a hundirlo. Desde extranjero (hipotecando as( el futuro del país) y diamantes que la UNITA vendía al
el punto de vista militar, las incursiones de Sudáfrica le resultaron dudosamente úti- cartel internacional administrado por De Beers. La comparativamente pequeña pro·
les. Ocupaban zonas de Angola y las devastaban para después abandonarlas. Pero en vincia de Cabinda, de poca importancia hasta que se descubrió allí petróleo en 1966,
1985, Angola, fortalecida por nuevo equipamiento militar ruso, tomó la ofensiva con- supuso un argumento secundario en el drama de Angola. Su población de 100.000
tra la UNITA y Sudáfrica aceptó el reto de rescatarla, a costa de aumentar el con- habitantes incluía un movimiento secesionista. Era codiciada por Zaire, pero Mobu-
flicto. Ambas partes fracasaron. Sudáfrica sufrió otro revés. Un ataque aéreo conjun· tu fue sobornado por Agostinho Neto en 1978. Los intentos ocasionales de Savim-
to de la UNITA y Sudáfrica contra la estratégica base de Cuita Canavale, en bi para obtener la ayuda de Mobutu contra el gobierno de Angola en Luanda fraca-
1987-1988, fue rechazado y la fuerza aérea sudafricana humillada. La UNITA, aun· saron porque la UNITA no tenía una presencia sustancial y continua en la
ti
que vencida en el sur, fue restablecida en Zaire por Estados Unidos, pero resultó sólo provincia. Pero los grupos de cabindas separatistas mantuvieron las hostilidades con·
un movimiento táctico, ya que se habían entablado conversaciones en Londres entre tra el gobierno de Luanda.
Sudáfrica, Angola y Cuba, con el visto bueno de los estadounidenses (pero dejando En Mozambique, como en Angola, Sudáfrica planteó un doble juego durante
'í fuera a la UN ITA), y se continuaron en Brazzaville, donde se alcanzó un acuerdo por buena parte de la década de 1980, y más adelante. Firmó en 1984, a las orillas del
el que se retiraban de Angola las tropas cubanas y las sudafricanas. Las tropas suda- Nkomati, un acuerdo por el que se comprometía a dejar de entregar suministros a la
fricanas se retiraron en 1989, al igual que la mitad de las cubanas, mientras que la RNM o Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña) y poner fin a la guerra eco·
mitad restante se retiró a mediados de 1991. nómica a cambio de que Mozambique d¡;jara de apoyar al ANC, pero, a ¡:iesar de la
El final de diecisiete años de guerra parecía a la vis~a. La llegada de los cubanos en confirmación de estas promesas, la Renamo continuó recibiendo ayuda de Sudáfrica.
1994 para proteger al gobierno de Luanda, y la ayuda sudafricana y estadounidense a Al presidente Botha (se había convertido en presidente en virtud de una nueva Cons-
la UNITA había impedido la victoria de cualquiera de los dos bandos. En la década titución) le interesaba eliminar al ANC y pacificar el sur de Mozambique, pero no le
de 1980, Reagan, desafiando la Enmienda Clark de 1975, por la que se suprimía la preocupaba en absoluto impedir las actividades de la Renamo más al norte, siempre
ayuda a la UNITA, había entregado ayuda en grandes cantidades a Savimbi, a quien que no forzasen al presidente Mache! a pedir de nuevo apoyo a la URSS. Los acerca-
calificó de demócrata. Pero en 1991, Savimbi sólo controlaba la quinta parte del país mientos de Pretoria a Mozambique, antes del acuerdo de Nkomati, estaban provoca-
y estaba dispuesto a mejorar su posición acudiendo a las urnas. La guerra civil se sus- dos por la presencia allí del ANC y por un empeoramiento de las relaciones que había
pendió temporalmente gracias a los Acuerdos de Bicesse de ese año, en los que actua· provocado rumores de guerra y visitas de buques de la armada soviética. Para Sudáfri-
ron de mediadores Portugal, Estados Unidos y la URSS; y a la ONU, que había super- ca, la Renamo era un útil aguijón contra Mache!. Pero, a pesar de la ayuda de Sudáfrica y
visado la retirada cubana en 1989-1991 a través de la UNAVEM 1, se le pidió que de simpatizantes portugueses, la guerrilla no consiguió crear un gobierno rival. Sin
supervisara la puesta en práctica de estos acuerdos (UNAVEM II) y, a continuación, embargo, el gobierno de Mache! tampoco consiguió eliminarla y su fracaso no sólo se

608 609
debió a la ayuda exterior, sino también a factores internos: el hecho de que Mozam- su expansión y que finalmente se anexionaron este territorio en 1843. La colonia bri·
bique era un país inmenso dividido en numerosas áreas que mantenían suspicacias tánica de El Cabo creció política, económica y demográficamente, y en 1853 Y 1872
entre sí y con el gobierno central, y la impopularidad del gobierno de Mache!, que se le otorgaron constituciones, siéndole concedido en esta última el derecho a dispo-
hacía caso omiso de las costumbres y la cultura tradicionales en sus precipitados ner de un primer ministro propio.
intentos de modernizar el país mediante decretos y dogmas. El presidente falleció en En la segunda mitad del siglo XIX, Sudáfrica adquirió una importancia completa·
accidente aéreo {probablemente fortuito) en Sudáfrica, en 1986. Su sucesor, Joaquim mente inesperada en el ánimo de Gran Bretaña por dos razones bastante indepen·
Chissano, era, a los cuarenta y nueve años, un representante de la nueva generación dientes entre sí. La primera fue el descubrimiento de su riqueza: diamantes en los años
que criticó buena parte de la incompetencia militar y la corrupción personal de la sesenta y oro en los ochenta. La segunda fue la convicción de que Sudáfrica consti·
vieja guardia del Frelimo. Chissano prefería la diplomacia a la guerra, aunque sólo tuía un enlace vital en las comunicaciones del imperio británico y de que, por consi-
fuera porque su gobierno podría incluir a la Renamo pero no extinguirla mientras guiente, Gran Bretaña debía mantener un firme control no sólo en Ciudad de El
Sudáfrica la sostuviera. En el bando gubernamental había poca disciplina y la moral Cabo y Simonstown, sino también en el interior del territorio. Esta segunda preocu-
era baja, ya que el coste de la vida subió y la pacificación del pafs parecía lejana. Bajo pación convirtió en enemigos potenciales a los holandeses o bóers, desde el momen-
el impacto de la guerra civil y el hundimiento económico, dos problemas que se inter- to en que podrían invitar a otras potencias europeas a ocupar el inestable interior o
relacionaban, Chissano estableció reformas que se alejaban del centralismo comunis- causar problemas a los británicos en la colonia de El Cabo al establecer una alianza
ta para acercarse a un sistema de partidos, y prometió elecciones para 1991. El con los de su misma estirpe en la colonia. Por añadidura, las tentativas de los bóers
Mozambique comunista abandonó el sistema de partido único antes que sus vecinos de alcanzar las costas en territorio portugués y comerciar con el exterior a través de
no comunistas de Malawi, Zambia y Tanzania. puertos portugueses constituían otra fuente de fricciones, puesto que estas actividades
En 1990, Mozambique estaba dispuesto a mantener conversaciones con Sudáfrica, suponían una amenaza para el monopolio de los comerciantes británicos de El Cabo.
aunque sólo fuera para recuperarse de recientes reveses, y el A:cuerdo de Roma, nego- Los ingleses, por consiguiente, prosiguieron su expansión, ahora con más ímpetu y
ciado con la ayuda del presidente Kaunda, estableció un alto el fuegó y un plan para mayor determinación que antes. Conquistaron Basutolandia a los bóers, convirtién-
la reducción de fuerzas y su concentración en áreas específicas. La Renamo denunció dola en colonia en 1868. Se anexionaron Kimb~rley, la ciudad de los diamantes, en
más tarde el tratado con el argumento de que las tropas de Zimbabwe no habían sido 1871, y el Transvaal en 1877. Arrojados contra los bantúes, lucharon en una serie de
retiradas de territorio mozambiqueño; y mientras que el gobierno se debilitó debido a guerras (concretamente la guerra zulú de 1879) y en 1880-1881 libraron una guerra
una intentona golpista contra Chissano en 1991, la Renamo se fortaleció cuando su contra los bóers, a los que acusaron entre otras cosas de maltratar a los bantúes. En
líder, Alfonso Dhlakama, fue recibido por el Papa y por los dirigentes de Portugal y Gran Bretaña, el gobierno liberal, acuciado en aquellas fechas por los más graves dile-
de otros países europeos. Se firmaron nuevos acuerdos y la ONU aceptó enviar 7.000 mas prácticos y morales de la cuestión irlandesa, mantenía opiniones divididas sobre
observadores (ONUMOZ), pero la Renamo siguió constituyendo una obstruceión, ya la actitud que debía adoptarse hacia los bóers y, tras la batalla de Majuba en 1881,
que su posición mejoró conti~uamente en el norte y el centro, que se habían alejado optó por una política de conciliación, restattró las repúblicas bóers del Transvaal y del
del gobierno no sólo debido a la mísera pobreza de esas regiones, sino también a la Estado Libre de Orange y reconoció así implícitamente la existencia de un naciona-
desconfianza que provocaba la preponderancia del elemento shangaan (procedentes lismo bóer con entidad y vida propias.
0

del sur) en la composición del gobierno. Cecil Rhodes se convirtió en primer ministro de la colonia de El Cabo en 1890 y
durante unos cuantos años fue su voz y no la: de Londres la decisiva. En el interior de
la colonia su política fue la de cooperación con los bóers en el paternal gobierno de
SUDÁFRICA los africanos, pero los temores británicos hacia las actividades políticas y comerciales
de las repúblicas bóers impidieron cualquier extensión de esta política que pudiera
Los pueblos bantúes alcanzaron el extremo sur del continente africano en el siglo XVIll conducir a la formación de una entente anglo-bóer en un terreno más amplio. Rho-
y tropezaron allí con los holandeses, se enfrentaron con ellos y fueron gradualmente des desarrolló y financió el eje El Cabo-Bechuanalandia-Zambeze que hizo peligrar a
sojuzgados y destinados a las tareas de tala de bosques y extracción de agua. Los holan· las repúblicas bóers, contrarrestró la amenaza alemana procedente del África sudoc-
deses, que habían seguido a los portugueses hasta El Cabo y que al principio sólo cidental e impidió una alianza antibritánica entre los alemanes y el Transvaal. Pero
- ¡ hubieron de enfrentarse con los hotentotes, disfrutaron de un corto período de domi- en 1895 fue demasiado lejos. Con la connivencia de una parte del gobierno británi-
.,~¡
nación hasta que -cuando su país de origen pasó a ser parte del imperio revoluciona· co, estimuló un levantamiento contra el presidente Kruger del Tra~vaal y para apo·
rio francés- se convirtieron en blanco legítimo de los ingleses en las guerras napole- yarlo envió a Jameson a realizar una incursión en territorio bóer. El resultado fue un
ónicas y perdieron su base en Ciudad de El Cabo, que habían fundado en 1652. En la rechazo de los invasores y un desaire para el gobierno británico, ya que el emperador
década de los treinta del siglo pasado abandonaron en masa esta colonia para esta· alemán expresó su apoyo moral a Kruger mediante un telegrama. Pero aunque Kruger
blecerse más al norte, donde fundaron nuevos estados, con éxito más allá del río triunfó y Rhodes fracasó, el gobierno británico, que volvió a asumir ahora el papel
Orange y del Vaal, pero infructuosamente en el Natal, ya que aquí, si bien derrotaron dominante, mantuvo la tesis básica de Rhodes según la cual el primordial objetivo
a los zulúes, se vieron sometidos de nuevo al acoso de los británicos, que continuaban británico debía ser evitar el surgimiento de una república bóer sudafricana que abar·

610 611
case las repúblicas bóers y las colonias británicas. Al luchar y conseguir la victoria en
la guerra bóer de 1899-1901, Gran Bretaña logró posponer por algún tiempo la mate-
Clave para los homelands rialización de esta idea pero no logró que se abandonara, ya que, de hecho, acabaría
Qua-Qua l·~¡j):~I Bophuthatswana D Lebowa por hacerse realidad en 1961. Gran Bretaña también se ganó el odio y la enemistad
de los ultrajados bóers pero no supo apreciar la profundidad de estos sentimientos .
2 Swazi • Ciskei Tras la paz de Vereeniging de 1902, los británicos adoptaron dos líneas políticas
3 Gazankulu • Transkei apenas compatibles entre sí. Por un lado se esforzaron por ser justos y generosos con
los derrotados bóers, olvidando con frecuencia a los africanos en el proceso. Al Trans-
4 Kwazulu • Venda
vaal y al Estado Libre de Orange se les concedió la autonomía de 1906-1907, y la
.-·-"_,-·-~·..... \ Constitución de 1908 estipulaba la creación de un Parlamento totalmente blanco
/' 3 ., que, si bien pretendía ser un símbolo de reconciliación anglo-bóer, retrospectiva-

I
!,,./ A
_,~
3 \
1
mente parecía más bien una garantía de la exclusión africana. Por otro lado, sin
embargo, Gran Bretaña había reforzado la política de la supremacía británica al insis-
_...IBANSVAAL Y" ~ \ tir en la extinción de la soberanía de las repúblicas y en el dominio de la lengua ingle-
sa, de forma que los bóers comenzaron a hacer proyectos para el día en que la balan-
1"'- BOTSWANA ~~ ¡
i \ za del poder en Sudáfrica se inclinara a su favor y pudieran entonces, al volverse las
!. "i
•Pretoria ~
tomas, devolver el golpe a los británicos. Mediante la creación de la Unión de Sudá-
!! ·\..
i ___ ...... // Johann"esburgo íJ \ frica en 1910, el gobierno británico trató de que las dos repúblicas bóers autónomas
-~ ~-
NAMIBIA 1 ,r''. -·-·-,SWAZILANDIA( y las dos colonias británicas se confederasen para constituir un dominio indepen-
1
i Jiti,,___ ·-',-:
¡¡¡¡r,, ' ,_.;-··-·---···'
1 '\) 4
:';-. 4 diente dentro del imperio británico, pero hubo una fundamental aunque impercepti-
i
r'"'· _i f ESTADO LIBRE 1 ) ble diferencia entre este domino sudafricano y los otros tres viejos dominios, y ello a

,_ , . ,_. . .&
. 1........ ___ ......... J./ / DE ORA_NGE,,.,,··~~(~4 4 causa de la persistente cultura no británica de los bóers (o afrikáners) y la existencia
de una mayoría africana en la sombra. Cuando estalló la guerra europea en 1914, el
I / '/ / '·NATA
I
1
dominio se unió a las hostilidades y envió fuerzas al exterior; los bóers, sin embargo,
'',,,, LESoirHO (.;>9,(), Durban
se rebelaron, negándose -como volverían a negarse en 1939- a ser considerados sim-
PROVINCIA plemente como una parte de la nación sudafricana. Ellos se veían a sí mismos como
DEL CABO
un pueblo o volk y no como un Estado.
La persistencia de un nacionalismo afrikáner específico y distintivo, que final-
mente triunfaría mediante las victorias electorales del Partido Nacionalista, estuvo
acompañada del crecimiento de un movimiento nacionalista africano que los afri-
káners reprimieron. Los afrikáners tuvieron que recurrir a medidas cada vez más rigu-
! i rosas y a ideologías cada vez más extremistas para preservar y ju~tificar su recién
ganada supremacía y, hacia mediados de siglo, Sudáfrica se había convertido en una
oligarquía regida por un determinado grupo racial sin el consenso de la mayoría de
los gobernados, los cuales, para empeorar aún más las cosas, tenían la piel de un color
o 400 km diferente. .
La actitud racial de los afrikáners era un ejemplo extremo de un prejuicio
corriente. Había desempeñado lin papel importante en su decisión de emigrar de la
colonia de El Cabo, donde los británicos estaban poniendo en práctica ideas más
23.2. África del Sur y primitivos homelands. liberales y donde a los coloureds o mestizos (resultado de alianzas entre blancos y cria-
dos negros} les fue concedido el derecho a voto en 1853. Pero el elemento africano
era esencial dentro del Estado, ya que se necesitaba mano de obra negra en la indus-
tria y ésta podía conseguirse barata debido a la escasez de trabajo en las reservas nati-
vas (que abarcaban la décima parte de la superficie del Estado y se suponía en teo~ía
que daban cabida a todos los africanos aunque de hecho no podían mantener a más
de la mitad de ellos). La raza negra se convirtió por tanto en sinónimo de degrada-
ción económica; un negro era un obrero del que se podía y debía disponer a un bajo

612 613
salario. Y la degradación económica condujo a la degradación social, ya que los afri- también por alto la conc;iencia política de aquellos africanos que sabían lo que ocu-
canos fueron hacinados en lugares sórdidos, lo que generó un sentimiento de ver- rría en otros lugares de Africa. Por último, muchos de los protagonistas del apartheid
güenza hacia sí mismos, así como criminalidad. Mientras que en Europa las víctimas probablemente no supieron calibrar hasta qué punto su política les obligaba a gober-
de la revolución industrial fueron los miembros más desvalidos y menesterosos de la nar mediante la violencia y el fraude, atrayendo sobre sí la atención y la condena
sociedad, en Sudáfrica la revolución, que ensalzó la minería y la industria pesada por mundiales. Las cárceles se abai;rotaron, las palizas y los malos tratos se convirtieron
encima de la agricultura, encontró sus víctimas en una sociedad aislada, postergada en un elemento habitual del proceso de gobierno, se ejecutó a un promedio de una
y crecientemente hostil. El Natal contaba además con el elemento adicional de los persona diaria, la correspondencia dejó de ser privada, los espías e informadores se
asiáticos, los cuales en un primer momento, a mediados del siglo XIX, habían emi- multiplicaron; la policía, inevitablemente embrutecida, dictaba sus propias leyes
grado allí en busca de trabajo. basadas en la agresión y el ultraje, y el propio régimen se vio obligado a crear un ejér·
El Partido Nacionalista fue creado por el general James Hertzog, que recibió el cito de ciudadanos blancos con una fuerza potencial de 250.000 hombres, además de
apoyo del Partido Laborista (representante de los obreros blancos) y contó con la una fuerza escogida de 50.000 soldados con dedicación parcial (basada en un servicio
oposición del sector británico del electorado y de los afrikáners moderados, dirigidos obligatorio de cuatro años), una fuerza policíaca de 20.000 hombres y una reserva de
por Luis Botha hasta su muerte, en 1919, y luego por Jan Smuts. Hertzog fue primer polícia de 6.000.
ministro de 1924 a 1939. Él y Smuts unieron sus fuerzas en un gobierno de coalición Por su parte, el movimiento nacionalista africano también adoptó la estrategia de
de 1933, pero al estallar la guerra en Europa en 1939 volvieron a separarse y Hert- la violencia. Un Congreso Nacionalista indígena, más tarde rebautizado con el norn·
zog se orientó entonces hacia D. F. Malan, que había preferido fundar un nuevo par- bre de Congreso Nacionalista Africano, se había constituido en 1912. El objetivo de
tido nacionalista antes que seguir a Hertzog en su alianza con Smuts. Los naciona· sus primeros dirigentes -al principio jefes tribales, luego abogados- era garantizar al
listas rehusaron, sin embargo, aliarse con el fascista Ossewa Brandwag dirigido por negro africano un lugar en la sociedad sudafricana sin pretender con ello obstaculizar
Oswald Pirow. En las primeras elecciones tras la guerra mundial, celebradas en 1948, los planes de nadie, por tanto los dirigentes negros como las masas africanas en gene·
el Partido Nacionalista desplazó al Partido Unido e inició un largo período de estan· ral comenzaron a abrigar dudas sobre su porvenir durante el período Hertzog. La vic·
cia en el poder a través de una serie de primeros ministros -Malan, J. G. Strijdom, toria del Partido Nacionalista afrikáner en 1948 agudizó los temores y recelos de los
H. F. Verwoerd, B. J. Vorster- que convirtieron a Sudáfrica en una república inde- africanos. Los dirigentes del Congreso emprendieron una política de huelgas y deso·
pendiente al margen de la Commonwealth y en un Estado policial basado en la dis- bediencia civil para llamar la atención sobre sus demandas, formuladas en 1955 en
criminación racial. una conferencia celebrada en Kliptown. La respuesta del gobierno a_la Carta de Klip·
La política del Partido Nacionalista estaba basada por una parte en los temores y town fue acusar a los dirigentes de traición. Ciento cincuenta y seis personas fueron
los odios de una minoría enfrentada a una mayoría de diferente raza, y por otra parte procesadas en un juicio que duró cuatro años y acabó con la absolución de todos los
en una teoría que había sido elaborada en este contexto. El afrikáner veía al africano, acusados. En 1956, una subida de las tarifas del transporte en autobús provocó un boi-
especialmente al africano urbano, como un bárbaro incivilizado, incapaz de asumir cot general contra este servicio en el que los africanos, recorriendo diariamente a pie
ninguna responsabilidad pública e incompetente para el desarrollo de actividades o muchos kilómetros hasta sus trabajos, pusieron de manifiesto su pobreza y su discipli-
negocios privados; o, alternativamente, lo consideraba, especialmente en el caso del na, pero las acciones violentas comenzaron también a intensificarse, y en 1958 varios
africano rural, como un criado sumiso, feliz y más bien perezoso cuya máxima aspira· brotes de violencia en el Transvaal fueron brutalmente reprimidos. En 1959, un sec·
ción era permanecer en el estado apacible aunque servil en que se encontraba. Ade- tor del Congreso Nacional Africano se escindió para crear el Congreso Panafricanis··
más, desde el punto de vista afrikáner, la mezcla de razas era perniciosa. La lógica y ta dirigido por Robert Sobukwe.
los prejuicios dictaron, pues, las tentativas de separación de las razas, las cuales en El 21 de marzo de 1960, una multitud de africanos, compuesta probablemente por
conjunto configuraron la política del apartheid. Si bien las razas tenían que seguir unos 3.000 ó 4.000 negros, aunque posteriormente los cronistas aumentaron estas
manteniendo algún contacto entre sí durante un período transitorio, el objetivo que cifras a proporciones muy superiores, se concentró en la comisaría de policía de Shar·
se perseguía era la segregación de los africanos negros en territorios aislados -conocí· peville. En aquel momento y a lo largo de todo el país se estaban produciendo simi-
dos con el sobrenombre de bantustanes- que serían enclaves raciales, autosuficientes lares concentraciones multitudinarias ante diversas comisarías en protesta contra las
desde el punto de vista económico, dentro de un único Estado sudafricano. Esta teo- leyes de los «pases» que obligaban a los africanos adultos a llevar siempre consigo sus
ría y su elaboración eran igualmente imperfectas. Los científicos, incluidos los cientí- documentos de identidad. Al organizar esta manifestación, Robert Sobukwe había
ficos sudafricanos, rechazaron los argumentos biológicos que estaban en la base de la dicho a los africanos que dejaran los pases en sus casas y se present~ran en las comi·
política del apartheid; los economistas demostraron que las áreas indígenas nunca sed- sarías de manera ordenada y sin portar armas. Los periodistas afirmaron más tarde que
an viables excepto a un coste inaceptable para la población blanca, y que la comuni · el estado de ánimo de la muchedumbre concentrada en Sharpeville y en otros luga-
dad blanca no podría arreglárselas sin la mano de obra negra: el africano debía regre· res era alegre y festivo. En Sharpeville, donde había sido destacada una fuerza de poli-
sar a un área rural semiindustrializada cuando, sin embargo, los centros urbanos cía de setenta y cinco hombres, nerviosos ante la 'presencia de las masas africanas,
blancos reclamaban ansiosamente sus servicios. La teoría olvidaba además la fuerza alguien disparó una pistola y en unos minutos docenas de negros murieron abatidos
que podía llegar a tener el sentimiento humano de indignación justificada y pasaba por los tiros y muchos más resultaron heridos; las heridas de las víctimas, según el tes-

614 615
timonio del hospital, estaban localizadas en su mayor parte en la espalda. En Langa, Una segunda categoría de leyes fortaleció y formalizó el control nacionalista sobre
en la provincia de El Cabo, se produjeron escenas similares y en conjunto ese día el aparato del Estado. En 1949 fue abolida la representación separada de los indios en
hubo 83 muertos y unos 350 heridos entre la población africana. El nombre de Shar· el Parlamento y el gobierno lanzó entonces su ataque contra el derecho a voto de los
peville dio la vuelta al mundo. Estadistas de todas las razas denunciaron la matanza, mestizos en la provincia de El Cabo. El Proyecto de Ley de Representación Separada
las banderas se arriaron a media asta y se rir~dieron solemnes tributos de silencio a los de Votantes de 1951, por el que se retiraba del censo común a los votantes mestizos
muertos. En Sudáfrica, al no cesar las protestas contra las leyes de los pases, fue decla- para meterlos en un censo aparte, fue declarado anticonstitucional por los tribunales,
rado el estado de emergencia, se movilizó al ejército y miles de africanos fueron dete- puesto que suprimía derechos reconocidos y garantizados en la Ley de Sudáfrica de
nidos y encarcelados. 1909 y necesitaba contar, por tanto, para que la supresión fuera legítima, con una
No obstante, los principales dirigentes africanos -el jefe Albert Luthuli (al que mayoría de dos tercios de las dos cámaras del Parlamento reunidas en sesión conjun-
poco después le fue concedido el Premio Nobel de la Paz), Nelson Mandela, Walter ta. El gobierno acto seguido presentó el Proyecto de Ley del Alto Tribunal del Parla-
Sisulu- continuaron la lucha con métodos no violentos. Tras el éxito en 1961 de una mento (1952) para conceder a una comisión de miembros del Parlamento facultades
huelga de tres días de duración, comenzaron los preparativos para emprender un para anular una decisión del Tribunal de Casación, pero los tTibunales lo invadieron
movimiento de no cooperación en todo el país y Mandela pasó a la clandestinidad al también. Malan disolvió entonces el Parlamento y consiguió aumentar su mayoría
objeto de organizar la campaña. Poco a p9co el gobierno iba metiendo entre rejas a parlamentaria, pero no pudo obtener la mayoría de dos tercios necesaria para llevar a
la mayoría de los líderes responsables. Ambos Congresos, al ser proscritos sus diri- la práctica sus propósitos. Logró atraerse a algunos miembros del Partido Unido en la
gentes, sus ~tividades y sus organizaciones, crearon ramas más extremistas: la Espa- Cámara Baja pero no a los suficientes, y entonces convocó una sesión conjunta de las
da del Espíritu y Poqo, fundadas eri. 1961 y 1962 respectivamente, recurriendo esta dos cámaras para considerar un proyecto de ley que enmendara la Ley de Sudáfrica.
última organización al asesinato como arma política. En 1963, el gobierno procesó a Esta maniobra también fracasó a pesar del apoyo del Partido Unido, y Malan fue
Mandela, Sisulu y otros líderes que, tras un nuevo juicio colectivo celebrado en Rivo- entonces sustituido por J. G. Strijdom, el cual abandonó las tácticas legalistas de
nia, fueron condenados a largas penas de prisión. . Malan y ensayó otros métodos como asegurarse el voto favorable de algunos miem-
El gobierno no dudaba en emplear la fuerza como respuesta pero, como cualquier bros de la judicatura o alterar la composición del Senado. Por estos medios consiguió,
gobierno, prefería dar a sus actuaciones una cobertura legislativa. Su programa legis- por un lado, la aprobación, cumpliendo con el requisito de mayoría de dos tercios, de
lativo fue muy extenso y no es posible considerarlo aquí con detalle. Sus principales la Enmienda de la Ley de Sudáfrica de 1956 (que daba validez a la malograda Ley de
características pueden examinarse en diferentes apartados, si bien se enmarcan den- Representación Separada de Votantes de 1951), y por otro lado, lograba el respaldo
tro de un único contexto general. judicial a la Ley del Senado en 1956.
En primer lugar existían una serie de estatutos que afectaban al individuo y a sus Esta larga batalla incitó a los liberales blancos así como a los africanos a oponerse
actividades privadas. Las relaciones sexuales entre africanos y europeos habían cons• al gobierno por medios extraparlamentarios aunque todavía fundamentalmente no
tituido un delito penal desde 1927. En 1950 esta prohibición se hizo extensiva a las violentos. El Comando Torch, el movimiento negro Sash y el boicot contra los auto-
relaciones entre europeos y mestizos, y en 1949 la Ley de Prohibición de Matrimo- buses fueron las principales manifestaciones de esta oposición, pero sus principales
nios Mixtos (a diferencia de otras muchas leyes) hizo precisamente lo que su nom- consecuencias fueron la desaparición de pequeños partidos de la oposición (los Parti-
bre indicaba sin pasar siquiera por alto el matrimonio de Seretse Khama de Bamang· dos Liberal y Progresista), el creciente recurso al arresto domiciliario y a la detención
wato con una joven inglesa. También en 1950, el gobierno promulgó la Ley de sin juicio, y la machacona utilización del fantasma comunista para tildar a todos los
Inscripción Popular, calificada por Malan como la base del apartheid, que prescribía adversarios del apartheid de agentes subversivos de una conspiración internacional. El
la inscripción y clasificación según la raza. La posición del individuo ante la ley se Partido Comunista de Sudáfrica, tras ciertas vacilaciones, había abrazado la causa de
vio asimismo afectada por otra serie de disposiciones legales: la Enmienda de las los obreros negros a la que se había negado a adherirse el Partido Laborista, pero,
Leyes Indígenas de 1957, que confería poder a las autoridades para excluir a los afri- como en todas partes, también en Sudáfrica los comunistas se habían visto perjudi-
canos de ciertos lugares como las iglesias aduciendo el argumento de que podrían cados por las vicisitudes de Moscú y no habían prosperado mucho. En 1950, no obs-
causar un problema jurídico (la Iglesia Reformada Holandesa protestó pero acabó tante, el gobierno Malan consiguió la aprobación de la Ley de Supresión del Comu-
acatando la nueva ley); la Ley de Lugares de Esparcimiento Separados en 1953, que nismo, que tuvo importancia no porque prohibiera las actividades comunistas y el
declaraba que estos lugares separados para negros y blancos no tenían que ser igua- relativamente débil Partido Comunista, sino por la definición que hacía de los comu·
les, en contra de la tendencia manifestada por los tribunales de justicia que habían nistas y por los poderes que otorgaba al ejecutivo para actuar contra ellos. Un comu-
insistido en lo contrario: las Enmiendas de la Ley General de 1961, 1962 y 1963, que nista era cualquier individuo al que el ministro de Justicia decidiera calificar como tal,
redujeron drásticamente los derechos del individuo frente a la policía, introdujeron y al atribuirse esta facultad de determinar quién era comunista el ministro escogió el
el arresto domiciliario por períodos de hasta cinco años y aprobaron la detención criterio más amplio posible, puesto que cualquier persona que pretendiese promover
indefinida de sospechosos; y la Enmienda de las Leyes Bantúes de 1963, que con- ¡.i.lgún cambio político, laboral, social o económico mediante actos contrarios a la ley
vertía al africano en un intruso en las áreas urbanas, ya que sólo se le permitía tra- o mediante omisiones o simplemente amenazando con unos y otras, iba a ser consi-
bajar en ellas pero no fijar su residencia. derada comunista, así como otras diversas y amplias categorías de personas. La ley era

616 617
¡
de hecho un instrumento para eliminar cualquier oposición en el Parlamento, los sin- blancos para que les representaran en el Parlamento, agrupaba todas las reservas
dicatos, los colegios, las universidades y en todas partes, y al mismo tiempo era un ele- africanas en ocho bantustanes. A finales de 1962 se establecieron seis autoridades
mento de propaganda con el que se pretendía exagerar la amenaza comunista y ganar territoriales, una de ellas para el Transkei (un área económicamente inviable de
de esta forma apoyos para el régimen nacionalista. 40.000 km con una población de dos millones de habitantes y situada al nordeste de
En el terreno laboral, a los africanos se les había prohibido crear sindicatos desde la provincia de El Cabo) al que se dotó de un gabinete de seis miembros presidido
193 7. La prohibición de realizar huelgas, impuesta durante la guerra, siguió vigente por el jefe Kaiser Matanzima y de un órgano legislativo compuesto por cuatro jefes
una vez que ésta hubo acabado, y la Ley del Trabajo Indígena (Arreglo de las Dispu- tribales supremos, sesenta jefes y cuarenta y cinco miembros elegidos. Entre tanto,
tas) de 1953 renovó la prohibición de sindicación y de huelga y mantuvo las relacio- la comisión Tomlinson, nombrada por el gobierno, había informado en 1955 de que
nes laborales bajo el control blanco. el coste de poner en práctica la política de los bantustanes sería de 104 millones de
Había otro apartado de disposiciones legislativas que se refería al tema especial de libras esterlinas a lo largo de un período de 10 años y que la población africana en
la educación. La Ley de Educación Bantú de 195.3 puso de manifiesto que el gobier- · 1960 ascendería según las estimaciones a 21,5 millones. El gobierno prometió una
no tenía conciencia del hecho decisivo de que los niños no adoptan los antagonismos cifra de 3,5 millones de libras para el desarrollo de los bántustanes y estableció en
raciales de forma natural (siendo otros los motivos de los amores y odios infantiles) y 1959 una Sociedad de Inversión Bantú con un capital de 500.000 libras para desa-
también de la necesidad absoluta de dar a los africanos una educación cualitativa- rrollar las industrias bantúes.
mente diferente si se pretendía que constituyeran una comunidad permanentemente La política racista interna de Sudáfrica se convirtió en el principal determinante
separada e inferior en una sociedad regida por la minoría blanca. La ley creaba una de sus relaciones exteriores y condujo inevitablemente al casi total aislamiento.
nueva división dentro del Ministerio de Asuntos Indígenas que se encargaría de diri- Incluso con el Reino Unido, un socio cercano y reciente aliado en la Segunda Gue·
gir y financiar la educación bantú y sustituiría a las misiones religiosas que hasta rra Mundial, las relaciones se complicaron: por ejemplo, sobre la firma de una nueva
entonces eran las que dirigían la mayor parte de los cotegios para africanos. Algunas alianza en la que uno de los escollos era la exigencia de garantías especiales acerca del
iglesias cedieron sus escuelas de buena gana, otras lo hicieron muy a su pesar; los tratamiento de los empleados negros en la base naval británica de Simonstown. Los
anglicanos prefirieron cerrar sus colegios en el Transvaal y los católicos decidieron acuerdos de Simonstown, firmados en 1955, fueron el resultado de varios años de con-
continuar su labor y correr ellos con todos los gastos. En los nuevos colegios naciona- versaciones en las que ni el Reino Unido ni Sudáfrica obtuvieron lo que querían. El
lizados, la educación se adaptó al lugar que debía ocupar el africano de Sudáfrica, es Reino Unido deseaba la cooperación sudafricana en la defensa de los intereses britá-
decir, el de un obrero no cualificado en la industria o el de un dócil campesino en los nicos en Oriente Medio. Sudáfrica deseaba una amplia alianza de países (blancos),
territorios especiales que iban a serle asignados. Otro proyecto de ley cuyo objetivo similar a la OTAN, para la defensa de Sudáfrica contra el ataque comunista y la sub-

era excluir a la población de color de las universidades hubo de ser retirado en 1957, versión, y la transferencia de Simonstown a la soberanía sudafricana. Ambos países
pero dos años después el Estado se hizo cargo de la Facultad de Fort Hare y fueron cre- esperaban demasiado. Los acuerdos de 1955, uno de los cuales -sobre conversaciones
adas facultades separadas (aunque bien dotadas) para africanos. Los africanos siguie- del alto mando- era secreto, transfirieron Simonstown a Sudáfrica a cambio del uso
ron teniendo derecho a solicitar la admisión en universidades para blancos si podían indefinido por parte del Reino Unido, en tiempos de guerra y paz, y en tiempos de
demostrar que estaban capacitados para asistir a cursos que no les era posible realizar guerra también por los aliados de éste, y a cambio también de la expansión y moder-
en otro lugar, pero en la práctica las autoridades siempre consideraban carentes de nización de la armada sudafricana con materiales suministrados por los.astilleros bri-
fundamento estas solicitudes de ingreso, y el liberalismo de las universidades se veía tánicos. Aparte de estas disposiciones, todo eran vaguedades: se acordó, en principio,
fustrado desde el poder. que sería deseable una organización africana de defensa (que nunca llegó a existir) y
El meollo del programa nacionalista era la separación territorial de las razas. En aquiescencia sudafricana, también sólo en principio, para contribuir a la defensa de
i este terreno, la Ley de Zonas de Grupo de 1950 establecía la segregación racial con África, y de Oriente Medio como puerta de acceso a la misma (una frase carente de
respecto a la residencia, la ocupación profesional y la propiedad de tierras. Uno de sentido). Si el Reino Unido se había sentido simplemente incómodo en las nego-
sus inmediatos efectos (que la Ley de Reasentamiento Indígena de 1954 consolidó) ciaciones con Malan y Strijdom, con Verwoerd (que sucedió a Strijdom en 1958) y
1 ii fue la expulsión masiva de africanos que habitaban diversas zonas de Johannesbur- su ministro de Asuntos Exteriores, Eric Louw, el distanciamiento fue mayor. Lo
go que los blancos necesitaban. Algunas de estas zonas eran barrios pobres pero otras aumentaron acontecimientos como la masacre de Sharpeville en 1960 y la expulsión
no; para los africanos eran zonas donde habían logrado tener una propiedad. A esta de Sudáfrica de la Commonwealth.
ley le siguió en 1951 la Ley de Autoridades Bantúes, que pretendía volver a crear la Resultó también que el desastré de Sharpeville se produjo poco antes de una reu-
institución del jefe tribal como base de la administración de la población africana. nión de primeros ministros de la Commonwealth en la que Sudáfrica pretendía obte-
Los jefes o caciques, designados y pagados por el gobierno, debían ejercer su autori- ner garantías de que se aceptaría su continuidad como miembro de la Comunidad de
dad en áreas tribales que se agruparían en regiones, las cuales a su vez se agruparían Naciones si se convertía en república. Este cambio de status había constituido uno de
en territorios sobre los que el ministro de Asuntos Indígenas ejercería el control los principales puntos del programa nacionalista y no se había previsto que pudiera
último. Este esquema se llevó aún más lejos con la Ley de Promoción de la Auto· originar ningún tipo de dificultad desde el momento en que la Commonwealth ya se
nomía Bantú de 1959 que, aparte de privar a los africanos del derecho a elegir a había adaptado a la presencia de repúblicas en su seno. Formalmente, sin embargo,

618 619
era necesario que este cambio recibiese la debida aprobación y había una serie de de otras potencias que, aunque susceptibles de ejercer presiones económicas, se resis-
miembros en la Commonwealth a los que la política racista de Sudáfrica inspiraba tal tían a llevarlas a cabo. .
repulsa que se agarrarían a cualquier pretexto para negarse a conceder su consenti- La campaña a favor de las sanciones económicas contra Sudáfrica se desarrolló en
miento. Verwoerd, que había sucedido a Strijdom como primer ministro en 1958, no los años sesenta cuando la ola de independencia chocó contra su más poderoso obs·
1 pudo asistir a la conferencia debido a un atentado contra su vida perpetrado por un táculo en el profundo sur de Africa. Existía aquí una minoría blanca fortalecida por
agricultor blanco y, por consiguiente, Sudáfrica estuvo representada por su ministro una teología autoritaria y antiigualitaria totalmente distinta del secular sentido de la
de Asuntos Exteriores, Eric Louw. La cuestión del apartheid se mantuvo con mucha libertad y del igualitarismo que, aunque fuera inconscientemente, había conformado
dificultad al margen del orden del día oficial a condición de que los distintos prime- la política de las principales potencias coloniales europeas. Esta minoría era además
ros ministros pudieran expresar a título personal sus opiniones a Louw en privado. rica y poderosa, y no era una ramificación colonial, sino una gente que se considera·
Louw, lejos de causar en sus colegas la impresión que él había deseado, se vio obliga- ba en su propio país y que no tenía intención de ir a ningún otro sitio. Los nuevos
do en el curso de estas conversaciones a reconocer la fuerza de los puntos de vista de estados africanos se vieron impotentes frente a un problema al que habían concedido
sus interlocutores y hubo de aceptar un comunicado final que insinuaba q~e una soli- una prioridad absoluta. Se sintieron, por tanto, impulsados a orientarse hacia aque-
citud sudafricana de permanencia en la Commonwealth sería rechazada si no iba llos países que podían hacer algo en este asunto, en primer lugar Gran Bretaña y en
acompañada de una reforma de la política racista. Por lo que respecta a Ghana, que segundo lugar Estados Unidos. Esperaban que estos países no sólo se indignarían ante
ya había decidido mediante referéndum convertirse en república, se aceptó que con- las atrocidades cometidas por el régimen sudafricano, sino que se convencerían asi-
tinuase siendo miembro de la Commonwealth. La Comunidad de Naciones, por con- mismo de que el apartheid era un peligro para la paz internacional; querían que se
siguiente, evitaba dar el paso desagradable y sin precedentes de la expulsión, dejando impusieran sanciones económicas internacionales que pudieran, o bien obligar a los
la iniciativa a Sudáfrica. En ese mismo año se celebró un referéndum con un resulta- nacionalistas a negociar con los africanos y concederles una participación en el poder
do favorable a la república según era de esperar. Sudáfrica abandonó la Commonwe- político, o bien provocar la desintegración del régimen y el surgimiento de algo nuevo
alth inmediatamente después. que en ningún caso podría ser peor de lo que había.
Los sucesos de Sharpeville también tuvieron repercusiones en las Naciones Uni- Los británicos y estadounidenses no estaban dispuestos a aceptar que la práctica

·. das. La Asamblea General había venido interesándose por el apartheid por espacio de del apartheid suponía una amenaza para la paz internacional según se entendía en el
algunos años. Durante su sesión de 1952-1953 había designado una comisión para artículo 39 de la Carta. Sus razones eran múltiples. Ambos países estaban preocupa-
examinar la situación racista de Sudáfrica y esta comisión había informado que dicha dos por problemas que les parecían más urgentes. Para Estados Unidos, al menos dos
situación era perjudicial para el mantenimiento de unas relaciones internacionales cuestiones, Vietnam y Latinoamérica, tenían una indudable prioridad, La implicación
pacíficas. En sesiones subsiguientes, la Asamblea aprobó con regularidaq diversas de Gran Bret?ña era mayor por los viejos lazos de la Commonwealth y por un cono·
resoluciones por las que instaba a Sudáfrica a revisar su política de acuerdo con la cimiento de Africa que venía de mucho más atrás, pero, dada la situación financiera
Carta de la ONU, y lamentaba que no lo hubiera hecho. Después de lo ocurrido en del Reino Unido, este país no podía renunciar alegremente ni siquiera al beneficio
Sharpeville, el Consejo de Seguridad determinó que la situaci6n de Sudáfrica podría relativamente pequeño que proporcionaba el comercio con Sudáfrica; el valor de las
hacer peligrar la paz y seguridad internacionales, apeló a este país para que enmenda- exportaciones británicas a Sudáfrica era de 150 millones de libras ~nuales, lo que
ra sus métodos y dio instrucciones al secretario general para que, previa consulta con suponía el 4% del total de las exportaciones de Gran Bretaña, mientras que importa·
el gobierno sudafricano, tomara las medidas pertinentes para hacer respetar la Carta. ba de Sudáfrica por un valor de 100 millones de libras, lo que equivalía al 2% de la
Hammarskjold viajó a Sudáfrica en enero de 1961, pero su visita fue tan infructuosa factura de importaciones, dejando una balanza favorable de unos 50 millones de
como las resoluciones de la Asamblea. Esta última reiteró sus críticas en 1961 y, final- libras. Por otra parte, unos dos tercios del oro sudafricano iban a fommr parte de las
. 1 mente, en 1962 pidió a sus miembros que rompiesen las relaciones diplomáticas con reservas occidentales y eran manejados en gran medida por el mercad~ de Londres,
;¡! ¡: Sudáfrica, que cerrasen sus puertos y sus aeropuertos a los barcos y aviones de aquel obteniendo una ganancia. Tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos existían
país, que evitasen hacer escala con sus propios barcos en puertos sudafricanos y que intereses creados de tipo financiero y grupos de presión, que, aunque no fueran tan
I! declarasen el boicot a los productos sudafricanos y suspendieran sus exportaciones a influyentes en el gobierno como a veces se creía, eran no obstante eficaces debido a
J Sudáfrica. La Asamblea nombró también una comisión especial para seguir exami- la consistente asiduidad con que defendían su causa contra la intervención. El valor
1:
de las inversiones británicas en Sudáfrica se estimaba en unos 1.000 millones de

~
i~,~i nando la situación. Esta comisión elaboró una serie de informes y, en agosto de 1963,
libras. Además, a Gran Bretaña también le frenaban y le echaban para atrás los temo-
: el Consejo de Seguridad recomendó la suspensión de todas las ventas de material
l militar. En todos estos debates de la Asamblea, los miembros africanos presionaron res y represalias contra sus dependencias de Bechuanalandia, Basutolandia y Swazi·
para conseguir una reacción de la ONU, en parte por verdadera adhesión a la idea de landia, así como la importancia residual del derecho a utilizar la base naval de
una acción internacional colectiva como la contemplada en la Carta, y en parte por- Simonstown y la tendencia posbélica de mantenerse al margen de los asuntos en lugar
1
que no tenían ninguna posibilidad de lograr nada eficaz por sí mismos frente a la de verse involucrada en ellos. La opinión pública no estaba en su mayor parte sensi·
potencia inmensamente superior, tanto militar como económica, de Sudáfrica. Por bilizada y se pensaba que las minorías comprometidas eran demasiado exiguas para
eso era doblemente amargo el rencor que sentían ante la negativa de Gran Bretaña y tener alguna significación electoral.

620 621
De ~odas estas consideraciones, la que tenía un mayor peso era la existencia de anexión e incluso el gran reparto llevado a cabo en Berlín en 1884 dejó aparte al
otros compromisos internacionales que absorbían en gran medida la atención de Lon· África del Sudoeste considerándola res nullius. En los años finales del siglo, sin embar·
dres y Washington y les hacían abrigar la esperanza de que pudiera aplazarse una con- go, los alemanes penetraron en este territorio, primero como aliados de la tribu bantú
moción en Sudáfrica, pero casi igual de importantes eran las dudas sobre la eficacia de los herero contra los nama (un pueblo aborigen al que sólo los bosquimanos gana-
de las sanciones, sobre su legalidad en las circunstancias que se habían originado y ban en antigüedad) y más tarde como colonizadores y agricultores. Las rebeliones pro·
sobre las inmediatas consecuencias de su aplicación. La economía sudafricana no sólo tagonizadas primero por los herero y luego por los nama condujeron á una· salvaje
había experimentado una rápida expansión, sino que se había hecho también más represión que bien puede calificarse de genocidio, y hacia 1907 el territorio había sido
autosuficiente; al mismo tiempo, se habían ido acumulando petróleo y otras materias. devastado, subyugado y entregado a agricultores alemanes junto con los africanos
Los expertos no se ponían de acuerdo sobre cuánto tiempo podría aguantar Sudáfrica supervivientes, que fueron prácticamente sometidos a la condición de esclavos. En la
un cerco efectivo, ni tampoco había acuerdo sobre el grado de eficacia del bloqueo Primera Guerra Mundial fue conquistado por el general Botha y un ejército sudafri-
naval que sería necesario efectuar durante un corto -o posiblemente un largo- perío- cano en cuestión de semanas, pero una vez finalizada la contienda fue sometido a un
do de tiempo. En cuanto al enfoque legal del asunto, se argumentó que las condicio- mandato internacional ~al igual que las demás posesiones alemanas fuera de Europa-
nes previas para poder llevar a cabo una acción semejante, según lo estipulado en el en vez de ser tratado como botín de guerra. El mandato fue confiado por las princi-
artículo 39 de la Carta (es decir, una amen.aza para la paz internacional), se cumplí- pales potencias aliadas y asociadas al rey Jorge V que habría de administrarlo a través
an plenamente en este caso y habían sido de hecho reconocidas por los miembros del de su gobierno de Sudáfrica. El acuerdo de mandato estipulaba, entre otras cosas, la
Consejo de Seguridad que, en 1963, decidieron formalmente que la política del supresión del comercio de esclavos, armas y licores; prohibía el establecimiento de
gobierno de Sudáfrica «perturbaba» la paz internacional. Pero la utilización del verbo bases militares y el entrenamiento militar de los africanos; garantizaba la libertad de
«perturbar» en vez del verbo «amenazar» era un indicador preciso del ambiente polí- culto; y exigía a la potencia mandataria que presentara informes anuales a la Comi-
tico reinante, ya que permitía a los miembros del Consejo decir una .cosa y evitar sin sión Permanente de Mandatos de la Sociedad de Naciones y que enviase al organis-
embargo las consecuencias de sus palabras. Gran Bretaña y Estados Unidos no podí- mo ginebrino las quejas y peticiones formuladas por los habitantes. Al poner en prác-
an seguir negando por más tiempo la solidez de los argumentos presentados por los tica el mandato, el gobierno sudafricano actuó como si se tratase de una anexión.
estados africanos, pero, a pesar de todo, estaban decididos a no verse implicados en Hubo tentativas de convertir África del Sudoeste en una quinta provincia de la
Sudáfrica y por eso insistieron en utilizar un verbo que no formaba parte de la termi- Unión Sudafricana y, aunque la Sociedad de Naciones logró oponerse a ellas, el
nología en que se había redactado el artículo 39. Esta actitud no era simple hipocre- carácter del territorio resultó profundamente alterado por la influencia de los sudafri-
sía, aunque es posible que fuese poco aconsejable desde el momento en que daba lar- canos blancos que adquirieron tierras a bajo precio y se convirtieron en la clase diri·
gas a un asunto que cada vez se ponía más feo. No era simple hipocresía porque gente convenientemente respaldada por un Parlamento elegido. En el norte, ciertas
aquellos países que tenían poder para tomar medidas eran reacios a utilizarlo mientras áreas se reservaron a los africanos. Se prohibió la inmigración blanca en estas zonas,
viesen tan oscuros sus probables efectos. Las sanciones requerirían un bloqueo, y el que fueron administradas por un gobernador general designado por Sudáfrica, el cual
bloqueo conduciría a la guerra. Dentro de Sudáfrica, el hundimiento del régimen actuaba a través de jefes tribales o caciques africanos que recibían un salario si eran
;¡ podía provocar una situación de anarquía, derramamientos de sangre y miseria. complacientes o se les deponía si resultaban no serlo.
¿Debían ellos asumir esta responsabilidad? No era una pregunta de muy difícil res- Tras la Segunda Guerra Mundial, Smuts reiteró la petición de integración del
puesta desde el momento en que, en cualquier caso, no tenían intención de cargar con territorio dentro de Sudáfrica alegando a su favor la proximidad y las ventajas eco-
ella sobre sus espaldas. nómicas que se derivarían; rechazó que, como mandataria, Sudáfrica tuviera la obli-
La negativa de británicos y estadounidenses a dejarse impresionar por los argu· gación de negociar un acuerdo de fideicomiso con las Naciones Unidas, y sostuvo que
mentas a favor de las sanciones basados en que el apartheid constituía una amenaza los habitantes del territorio eran prósperos y felices y deseaban formar parte de Sudá·
para la paz no fue, sin embargo, el final de todo el asunto. La República de Sudáfrica frica. Smuts se vio obligado a abandonar su tentativa de conseguir la integración y
también podía ser atacada desde un punto de vista diferente. Era la potencia manda· aceptó enviar informes a la ONU sobre las condiciones en que se hallaba el territo-
taria en Africa del Sudoeste y fue acusada de violar el acuerdo de mandato, entre otras rio, pero después de 1948 el gobierno nacionalista dejó de mandar informes y al
cosas, por introducir el apartheid. Si esta 8;_Cusación podía probarse, se podría exigir a mismo tiempo asignó seis escaños en la Cámara Baja sudafricana y cuatro en el Sena·
Sudáfrica que rectificara sus métodos en Africa del Sudoeste o se expondría, en caso do a representantes de los 53.000 habitantes europeos de África del Sudoeste {la
de no hacerlo, a una intervención legítima por incumplimiento del acuerdo; de esta población no europea se cifabra en unos 400.000).
forma, el apartheid podría ser condenado por lo menos en un determinado contexto. El Tribunal de Justicia Internacional decidió en 1950, mediante un dictamen (que
Los estados africanos decidieron recurrir a la vía jurídica. luego fue desarrollado en algunos puntos suplementarios en posteriores dictámenes,
África del Sudoeste, la más estéril y árida extensión del continente africano en 1955 y 1956), que Sudáfrica no estaba obligada a poner el territorio bajo fideico-
exceptuando el Sahara, fue dominada por los alemanes a finales del siglo XIX porque miso, pero sí estaba obligada a presentar informes y transmitir las solicitudes y peti··
no había nadie más que la quisiera. En la década de los setenta del siglo pasado, la dones de sus habitantes. Desde este momento, las tribus herero, nama y clamara
colonia El Cabo había examinado y rechazado expresamente la posibilidad de una comenzaron a dar a conocer al mundo sus opiniones a través de su portavoz, el Rev.

622 623
Michael Scott que, en nombre de estas tribus, presentó una imagen de sus condicio· cial de la Asamblea General en 1967 las posturas se dividieron entre aquellos que
nes y deseos muy diferente de la línea oficial sudafricana. Sudáfrica se ofreció a nego· afirmaban, sin que nadie les contradijese, que los procedimientos de Sudáfrica eran
ciar con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia -por ser éstos los países supervi- atroces, y aquellos que preguntaban, sin que nadie les respondiese, qué era lo que
vientes de las Principales Potencias Aliadas y Asociadas de la Primera Guerra podía hacerse al respecto. En 1968, la ONU creó un Consejo para Namibia (así fue
Mundial- un acuerdo para que el Tribunal Internacional se hiciera cargo de la admi- como el territorio se llamó de aquí en adelante). Este Consejo no estaba en posición
nistración de África del Sudoeste, pero esta original idea fue rechazada por un comi- de hacer nada.
té especial de las Naciones Unidas y retirada finalmente en 1955. En 1957, la ONU Mientras aún se veía la causa en el Tribunal Internacional, el gobierno sudafrica-
designó un comité tripartito (Gran Bretaña, Estados Unidos y Brasil) que debía hacer no había nombrado a la comisión Odendaal para hacer recomendaciones sobre África
valer sus buenos oficios; el comité visitó Pretoria al año siguiente y recomendó que del Sudoeste. La comisión presentó un informe en 1964 en el que se manifestaba a
bien el Consejo de Fideicomisos o bien un nuevo organismo compuesto por antiguos favor de la división del territorio en una zona blanca y diez negras y propoponía un
miembros de la Sociedad de Naciones recibieran los informes de la potencia manda- gasto de 80 millones de libras a lo largo de cinco años para llevar a cabo diversos pro-
taria, pero Sudáfrica sostuvo que el período de manda.to ya había concluido y que era yectos de comunicaciones, hidráulicos y de otro tipo. Las áreas de población negra
completamente gratuito seguir administrando el territorio según el espíritu del man- tendrían ciertas competencias por lo que respecta al gobierno local, pero los asuntos
dato. Sudáfrica sugirió a continuación que el país se dividiera en una parte meridio- de defensa, seguridad interna, fronteras, agua y energía estarían reservados a las auto-
nal que se anexionaría a Sudáfrica, y una parte septentrional (en la que no había ridades centrales. Las tierras habitables y las reservas conocidas de minerales estaban
blancos) que se sometería a fideicomiso sudafricano y administrativamente formaría dentro del área blanca. La consideración de este informe se aplazó hasta que se cono-
parte de Sudáfrica. La Asamblea General rechazó este proyecto. En la práctica, el ciese la decisión del Tribunal Internacional.
J' territorio fue progresivamente absorbido por el sistema administrativo de Sudáfrica y
,j El fracaso de la ofensiva judicial contra Sudáfrica y la cada vez más patente nega-
acabó por someterse asimismo a la polít~ca del apartheid: . tiva de las principales potencias a librar una guerra económica contra este país coin-
1
En 1959, un informe del Comité de Africa del Sudoeste de la ONU condenó glo-
l balmente la forma en que Sudáfrica había desempeñado el mandato y al año siguien-
cidieron con el agravamiento de la crisis de la independencia rodesiana, así como con
la concesión de independencia a los regímenes negros de los tres territorios protegi-
te la Organización para la Unidad Africana decidió llevar el asunto ante el Tribunal dos de Gran Bretaña situados al lado o dentro de las fronteras de Sudáfrica, esto es,
Internacional alegando que se había violado el acuerdo de mandato. Etiopía y Libe- Bechuanalandia, Basutolandia y Swazilandia. Sudáfrica se vio simultáneamente for-
ria, que eran antiguos miembros de la Sociedad de Naciones y también los estados talecida y enfrentada a problemas de política exterior. El gobierno sudafricano pre-
independientes más antiguos del continente, fueron los que -según estaba estableci- tendía mantener la supremacía blanca mediante el poder económico y militar y no
d<r- hubieron de presentar la demanda ante el tribunal, y encargaron la defensa a un dudaba de su habilidad para conseguirlo. Tenía que examinar hasta qué punto la
eminente abogado americano, Ernest Gross. En 1960 el tribunal de La Haya se decla- supremacía blanca podría mantenerse más allá de sus propias fronteras y, en segundo
ró competente y aceptó la jurisdicción del caso por un estrecho margen de un voto, lugar, qué tipo de relaciones debería establecer con los estados negros ya constituidos.
ya que ocho jueces votaron a favor y siete en contra. Tras largos y costosos procedi· La supremacía blanca se vio reforzada con el debilitamiento de la vieja enemistad
mientas, en julio de 1966 el tribunal desestimó la demanda y, a pesar de su anterior entre la minoría afrikáner y la de habla inglesa. La victoria nacionalista afrikáner en
decisión de 1960, falló, con el voto de calidad del presidente (lo que supuso ocho las elecciones de 1948 se aceptó como un hecho irreversible. Además, el rápido cre-
votos contra siete), que los demandantes carecían de legitimación para plantear sus cimiento de la economía sudafricana hizo borrosa la vieja diferenciación entre un
pretensiones ante el tribunal. Esta negativa a entrar en el fondo de la cuestión pro- grupo rural afrikáner y un grupo urbano inglés. Si bien los afrikáners continuaban
dujo un desconcierto general y se consideró tanto más Insatisfactoria por cuanto que constituyendo un grupo rural, muchos de ellos estaban accediendo también a las altas
el resultado se debía simplemente a accidentes como la muerte y la mala salud sin el esferas de la plutocracia industrial y compartiendo el nivel de vida propio de esa clase
concurso de los cuales el fallo hubiese sido el contrario. El efecto inmediato, aparte social. Este cambio de fortuna de una parte de la comunidad afrikáner podría plante-
del regocijo que produjo en Sudáfrica y cierto descrédito ?el papel del derecho en los ar un dilema en el futuro, ya que era posible que los afrikáners acaudalados se vieran
asuntos internacionales, fue la vuelta de la cuestión de Africa del Sudoeste al terre- ante la disyuntiva de tener que elegir entre el rigor de sus doctrinas racistas o el man-
no de la política (donde estaba destinada a acabar en cualquier caso). tenimiento y mejora de su nivel de vida aviniéndose a infringir los límites impuestos
En octubre de 1966, la Asamblea General, desistiendo de la idea de recurrir de en el acceso de los empleos. Esta perspectiva daba cierta tranquilidad a los liberales
nuevo al Tribunal, decidió por 114 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones que más optimistas, que abrigaban la esperanza de que las presiones económicas forzarían
el mandato había concluido y que la ONU debía hacerse cargo de la administración a un gradual abandono de las práctias del apartheid. Por lo que respecta a la política
del territorio. Se designó un comité especial para examinar la forma en que podría exterior, el gobierno sudafricano parecía haber llegado a la conclusión de que el domi-
hacerse efectiva la segunda parte de esta resolución. Básicamente, lo que la mayoría nio blanco en Rodesia y en los territorios portugueses no podría mantenerse indefi-
de la Asamblea buscaba era una vía de actuación en la que Gran Bretaña (que se nidamente y que, por otra parte, la necesidad podría inducir a los estados negros más
había abstenido de votar) y Estados Unidos (que había votado a favor de la resolu- débiles a r~sponder a una demostración de amistad, rompiendo así la unánime hosti-
ción) pudieran participar. Tanto en el comité como en una posterior reunión espe- lidad del Africa negra. Sudáfrica apoyó al régimen ilegal de Smith en Rodesia no

624 625
tanto porque creyese en la permanencia de la dominación blanca en este territorio, lugar del poderío naval británico en Oriente. Aunque el cierre del canal de Suez a raíz
sino por la fuerza de la simpatía popular de los sudafricanos blancos hacia dicho régi- de la guerra de 1967 supuso un obstáculo para los rusos, éstos lograron aumentar su pre-
men, y también para demostrar que las medidas económicas con las que se amenaza- sencia en Oriente Medio extendiéndose hasta el océano Índico, donde fue destacada
ba a Sudáfrica ni siquiera daban resultado al ir dirigidas contra la muchísimo más una pequeña fuerza naval soviética que llegó a convertirse en un elemento familiar,
débil economía rodesiana. Al mismo tiempo, Verwoerd y Vorster presionaban a apoyada por las bases de Socotora, Mauricio, y aún más al este, las islas Andaman, en
Smith para que llegase a un acuerdo con Gran Bretaña en la esperanza de retrasar así el golfo de Bengala. Tanto si lo que impulsó a la URSS a llevar a cabo esta expansión
la transferencia del dominio blanco al negro y evitar una lucha tan próxima a las fron- fue el conflicto con China como si actuó impulsada por la tendencia natural de las
teras de Sudáfrica. A más largo plazo, Sudáfrica, fuerte pero acorralada igual que la grandes potencias a estar en todas partes, el caso es que tuvo el efecto de reforzar la
URSS después de 1945, podría hacer frente a un mundo hostil mediante una serie de oposición estadounidense a la evacuación británica e hizo que la propia Gran Bretaña
satelites entre los que algún día se encontrarían también una Rodesia, una Angola y -que vio la retirada como un acto humillante en vez de como un acto de sensatez- bus-
un Mozambique negros. El modelo era Malawi. case una política diferente. Y las estrategias con respecto a las zonas situada al este de
En los últimos años sesenta, el Partido Nacionalista era lo suficientemente fuerte Suez tuvieron desde entonces un cariz anticomunista y de guerra fría.
como para poder afrontar una disputa interna sin arriesgarse a perder el poder. Un Durante la campaña electoral británica de 1970, sir Alee Douglas-Home, aspi-
sector representante de la línea dura o verkrampte («resistentes al cambio») se enfren- rante a ministro de Asuntos Exteriores, afirmó que si los conservadores ganaban, el
tó a la corriente «ilustrada» o verligte (un término comparativo), pero resultó dura- nuevo gobierno revocaría la política del gabinete laborista de no vender armas a
mente derrotado en las urnas. La mayoría verligte comenzó a desarrollar relaciones Sudáfrica. Los conservadores no eran partidarios del apartheid pero deseaban mante-
económicas con diversos estados africanos, concertó un acuerdo económico con la ner buenas relaciones con la República de Sudáfrica a pesar del apartheid y, además,
República de Madagascar en 1970 y se vio alentada por la respuesta de líderes africa- no veían que hubiese ningún Estado más próximo al océano Índico que fuese a la vez
nos tan distintos como Houphouet-Boigny y Busia o· Kenyatta y Bongo. Sudáfrica fuerte y anticomunista. Tras la victoria conservadora, una de las primeras actuacio-
también vio en 1970 la oportunidad de mejorar su reputación obteniendo del nuevo nes de sir Alee fue reiterar y comenzar a poner en práctica sus declaraciones. Reci-
gobierno británico un sello de respetabilidad en forma de revocación de la negativa bió el apoyo del nuevo primer ministro, Edward Heath, que al parecer alegó razones
del gobierno laborista a venderle armas. Yorster se dio cuenta y supo sacar provecho de tipo fundamentalmente sentimental para rebatir los argumentos en contra de esta
del hecho de que los conservadores siguieran concibiendo los asuntos mundiales política: que las promesas electorales debían cumplirse y que las decisiones de la polí-
según los parámetros de la guerra fría y fueran reacios a consumar la retirada británi- tica británica sólo competían a Gran Bretaña (algo que nadie había puesto en duda).
ca de posiciones militares ventajosas en Asia y el océano Índico. Heath consideraba los argumentos de los dirigentes africanos como tentativas de
El abandono de Gran Bretaña de sus posesiones mundiales fuera de Europa había injerencia en los asuntos de Gran Bretaña y, por su parte, Douglas-Home considera-
continuado durante los años sesenta. En parte por la poca disposición británica a reti~ ba la política con respecto a África como un anexo de la guerra fría anticomunista.
rarse y en parte porque los británicos estaban llenando un hueco que los estadouni- Pero había, no obstante, argumentos opuestos que aludían a que una amenaza naval
denses no tenían prisa por ocupar, el poderío militar de Gran Bretaña había seguido soviética, en caso de que llegara a materializarse, no podía en todo caso ser comba-
siendo ostensible en el arco comprendido entre el mar Rojo y Singapur. Pero tras la tida con una fuerza naval británico-sudafricana que siempre sería comparativamen·
retirada de Adén en 1967, el mantenimiento de fuerzas en el Golfo Pérsico parecía te pequeña; además, el foco de semejante amenaza, que era esencialmente una ame-
más que nunca anómalo y transitorio, y en 1968 las dificultades económicas condu- naza sobre el tráfico del petróleo, no estaría localizado en las aguas oceánicas
' 1
jeron al gobierno laborista a anunciar que las fuerzas británicas del golfo, así como las meridionales sino junto a las costas meridionales que rodean a Oriente Medio. Y, por
que se encontraban más al este, serían evacuadas en una fecha tan temprana como último -se argumentaba-, la toma de partido de Gran Bretaña a favor de Sudáfrica
1971. Este adelanto con respecto a las intenciones originales produjo alarma en daría lugar en África a oportunidades políticas para los rusos mucho mayores que
Malaysia y Singapur. El primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, viajó a Londres todos los beneficios militares que pudieran derivarse para el bando antisoviético. Del
para rebatir esta decisión: obtuvo algo de dinero y una prórroga de nueve meses. Se mismo modo que el conflicto .en Oriente Medio y la consiguiente carrera de arma-
emprendieron entonces nuevas discusiones, que hasta entonces habían sido estériles, mentos en esa área junto con la alianza estadounidense con Israel habían dado lugar
!1 para alcanzar un acuerdo de defensa entre Malaysia, Singapur, Australia y Nueva a la creación de un frente ruso-árabe, también una vinculación de Gran Bretaña con
. ¡~ 1 i
Zelanda. Sudáfrica arrojaría a los países africanos, aunque fuera de muy mala gana, a los bra·
'.'4 La decisión británica de retirarse en 1971 en lugar de unos años más tarde apare- zos de la URSS; así pues, en los años setenta, la URSS podría aspirar no sólo a
ció en aquel momento precipitada. No obstante, era en otro sentido un reconoci- desempeñar un papel cada vez más importante en el mar, sino, además, y de nuevo
miento tardío de algo inevitable y su trascendencia estribaba más en el retraso que en a causa de los errores occidentales, a obtener inesperados beneficios en el continen-
la prisa, porque el retraso significaba que iba a coincidir con el crecimiento del pode- te africano. En el interior de Sudáfrica, estas discusiones externas mantuvieron viva
río naval soviético. De este modo, una evacuación británica que, con anterioridad, la ilusión de que el país sería aceptado en una organización homóloga a la OTAN,
hubiese obligado a estadounidenses, asiáticos y australianos a llenar el vacío, ofrecía en el marco de una estrategia anticomunista mundial. Sin embargo, Sudáfrica, prin·
'
·' ahora como alternativa la perspectiva de que el poderío naval soviético ocupara el cipalmente por razones técnicas, se estaba convirtiendo en una pieza innecesaria

l 626 627
para dicha estrategia y, principalmente por razones políticas, era un aliado inacepta- Cuando aún se preparaban los debates sobre estos puntos, Sudáfrica lanzó duros ata-
ble. Los británicos permitieron que el acuerdo para el uso de la base naval de ques sobre las bases de la SWAPO en Angola y de la SWAPO rompió las conversa-
Simonstown se extinguiera en 1975. ciones. El asesinato del jefe tribal Clemens Kapuuo, enemigo de la SWAPO y pilar de
Para Sudáfrica, los años setenta fueron una década de superación de situaciones la DTA, y la terrible represión desatada a coiltinuación por el administrador sudafri-
alarmantes. Al finalizar este período, Sudáfrica aparecía como un Estado más fuerte e cano, no hicieron sino acabar de arruinar las negociaciones. Pudieron recuperarse, no
independiente, a pesar del colapso de la dominación portuguesa en Mozambique y obstante, tras las fuertes presiones de Zambia y Tanzania sobre la SWAPO instándo-
Angola, del advenimiento del gobierno negro en Rodesia y del repentino cese del le a que las prosiguiese, y la ONU logró convocar en Ginebra una conferencia de
suministro de petróleo iraní. En el interior, un espectacular alza en el precio del oro todas las partes interesadas a principios de 1981. Aparte de los protagonistas (Sudá-
supuso para Rodesia un súbito golpe de suerte. Pero las relaciones entre las razas, frica y la SWAPO), cinco potencias mediadoras occidentales y seis estados africanos
incluido el problema especial del control de la mano de obra negra, siguió sin resol- negros asistieron como observadores. La conferencia fracasó porque Sudáfrica hizo
verse y al parecer sin solución posible. todo lo posible porque así fuera. La independencia de Namibia sufrió aún más retra-
La independencia de Angola, en 1974, dio a Namibia frontera con un país negro, so debido a dos hechos: la sucesión de P. W. Botha a la dirección de Sudáfrica y la lle-
permitió a la SWAPO establecer bases cercanas a dicha frontera, e hizo resurgir la gada de Reagan a la Casa Blanca. La política de Botha en la zona fue, durante unos
preocupación internacional por la zona. Dado que el creciente desorden en Namibia años, más enérgica que la de su antecesor; Reagan vinculó el avance de la cuestión de
obligaría a Sudáfrica a establecer una ocupación más dura y, por tanto, exacerbaría las Namibia a la retirada de Angola.
críticas externas y la amenaza de sanciones internacionales, ésta abandonó su políti- Se llegó así a un punto muerto. La DTA languidecía; su líder, Dirk Mudge, dimi-
ca de anexión a favor de la alternativa de transferir ta autoridad a una alianza con- tió del consejo de ministros y se creó una nueva asociación de grupos contrarios a la
traria a la SWAPO que tuviera en cuenta las necesidades y susceptibilidades sudafri- SWAPO, la Conferencia de Partid?s (MPC). En 1984, Sudáfrica se declaró dispues-
canas. Las discusiones de Turnhalle, en Windhoek, durante 1975-1977, condujeron a ta a conceder la independencia a un gobierno de unidad nacional, pero la conferen-
la formación de la Alianza Democrática de Turnhalle (DTA), una asociación inte- cia celebrada en Lusaka, a la que asistían la SWAPO y la MPC, no obtuvo resultados,
rracial de partidos con base racial. Se le oponían el Partido Nacional de Namibia, una ya que la primera se negó a colaborar con la MPC a no ser que se estableciera un
coalición interracial de cinco partidos, y los blancos segregacionistas. La Conferencia calendario preciso para la independencia. En 1985, Sudáfrica devolvió parte de las
de Turnhalle dio lugar a un plan para la transición hacia la independencia a finales competencias a un gobierno de transición, pero la clave de la situación permanecía
de 1978, junto con un borrador de Constitución tan complejo y una fragmentación en Angola. Como parte del Acuerdo de Brazzaville de 1988, los gobiernos de Sudá-
tan excesiva del territorio, que se agudizaron las sospechas de que su principal objeti- frica y de Angola aceptaron establecer un control militar conjunto de la frontera de
vo era mantener en manos de Pretoria todo el poder efectivo. El plan, cuyo objetivo Namibia y poner en práctica la resolución 435 del Consejo de Seguridad. La ONU
esencial era nombrar un gobierno namibio afín antes de las elecciones y de la inde- (GANUPT) se encargó del cumplimiento de este acuerdo y de la preparación y super-
pendencia, no llegó a nacer porque no era aceptable para la ONU, que estaba elabo- visión de las elecciones. En las elecciones de 1989, la SWAPO obtuvo el 51 % de los
rando planes simultáneos. Vorster, que había desechado la anexión, desechó también votos y 41 escaños de los 72 que componían la Asamblea constituyente, menos de los
la alternativa Turnhalle. No la sustituyó por ninguna política nueva, pero se anexio- dos tercios que le habrían dado poder absoluto en la elaboración de la Constitución.
nó formalmente el puerto de Walvis Bay, que nunca había pertenecido al dominio, y La DTA obtuvo el 29% de los votos y 21 escaños. Los escaños restantes. se dividieron
las islas Penguin, situadas frente a lá costa. entre pequeños y resentidos grupos derivados de la SWAPO, expulsados o escindidos
La iniciativa pasó entonces a la ONU, que, por resolución 435/1978 del Consejo durante los años de exilio (cuando los disidentes habían recibido un trato deplora-
de Seguridad, adoptó su propio programa y estableció un «grupo de contacto», com- blemente severo y cruel). Se adoptó una Constitución en 1990 y el líder de la
puesto por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania occidental y Francia, SWAPO, Sam Nujoma, fue elegido como primer presidente de Namibia. La SWAPO
para negociar con Sudáfrica. El programa de la ONU exigía un alto el fuego, la libe- demostró ser realmente conciliadora; no intentó monopolizar puestos o competen-
ración de prisioneros, el retomo de los refugiados a Namibia, pero retención de las cias, y respetó la independencia del poder judicial y de la prensa.
guerrillas de la SWAPO en sus bases de Angola, la retirada de 18.500 de los 20.000 En 1978, en parte como resultado de escándalos semiencubiertos y en parte por-
soldados sudafricanos, el envío de tropas de la ONU, elecciones para una asamblea que estaba enfermo, Vorster pasó a ocupar la presidencia de la República de Sudáfri-
constituyente, supervisión del proceso por un enviado especial de la ONU y por un ca y fue sucedido en el cargo de primer ministro por Botha. Vorster había gobernado
Grupo de Asistencia de las Naciones Unidas para el Período de Transición durante doce años. Fue el heredero de un problema irresoluble y lo entregó sin resol-
(GANUPT), y finalmente, la independencia, el último día de 1978. Sudáfrica, aun- ver, aunque cambiado, a su sucesor. La tarea de los gobernantes de Sudáfrica no con-
que con vacilaciones, aceptó este plan con la condición de que Walvis Bay quedase sistía en defender un Estado, sino un Estado dentro de un Estado y un sistema racista
expresamente excluida y que se garantizase un alto el fuego efectivo antes de proce- odiado por muchos de los habitantes del país, vilipendiado en el resto del continen-
der a la evacuación de las tropas sudafricanas. A la SWAPO le preocupaba el des- te y detestado en todo el mundo. Vorster intentó cambiar su situación en la zoná y en
pliegue de las restantes fuerzas sudafricanas, que deseaba ver concentradas en el si.Ir, y el mundo, pero no consiguió mejorarla. En términos de poder, eran diametralmente
la mal definida cooperación entre los representantes sudafricanos y de la ONU. opuestas. En la zona, Sudáfrica era una potencia dominante, pero mundialmente su

628 629
importancia era, como mucho, secundaria. Incluso en los momentos clave de la gue- P. H. Botha heredó, por tanto, una siniación no sólo desoladora en sí, sino además
rra fría no consiguió convencer más que a un puñado de conservadores {la mayoría empeorada por los recientes fracasos internos y externos. Gobernó (1978-1989) casi
en el Reino Unido y Estados Unidos) de que era más importante para ellos de lo que durante tanto tiempo como Vorster. Obtuvo el liderazgo por un estrecho margen, y
ellos eran para Sudáfrica. Era rica en minerales, pero dependía del capital exterior no lo habría obtenido de no ser porque su principal rival y sucesor obvio de Vorster,
:i: para explotar esos recursos, lo que la hacía vulnerable a presiones o sanciones finan·
! Connie Mulder, se vio implicado en los escándalos y divisiones que provocaron la
1' cieras, y desde el punto de vista geográfico y estratégico era más marginal de lo que
I·'·. retirada del primero. Botha parecía relativamente moderado, pero más en el sentido
deseaba creer. Dado que defender a Sudáfrica significaba defender el apartheid, el de que dudaba que en el sentido de que tuviera una firme política propia. Era un polí:
ili país encontró pocos amigos, y aquellos que encontró (traficantes de armas israelíes
l" y taiwaneses, por ejemplo) eran m~s mercenarios que amigos. Vorster captó la impo-
tico de El Cabo y no de la caldera del Transvaal, dominada por los afrikáners. Había
ocupado la cartera de defensa durante once años y gozaba del respeto y la confianza
sibilidad de obtener la alianza de las principales potencias occidentales y se dirigió a del ejército; aunque obtuvo la victoria en el Partido Nacionalista, no era suficiente·
11 los países cercanos, principalmente después de que la retirada portuguesa de Angola mente fuerte como para ofender a los partidarios de la línea dura. Perseverante y
1
y Mozambique y la caída del gobierno blanco de Rodesia expusieran sus flancos cauto, pero cada vez más dominante, estaba decidido a gobernar con mano dura y a
terrestres. En un intento por congraciarse con la transición de Rodesia, procuró con- que Sudáfrica permaneciera aislada antes que estar en deuda con aliados que acom-
seguir la cooperación del presidente Kaunda para evitar por adelantado una victoria pañabah su amistad con ofensivas lecciones sobre los asuntos internos del país. Los
de las guerrillas en Rodesia¡ y ofreció a Mozambique cooperación y ayuda económi· graves disturbios de Soweto, en 1976 (sofocados con una brutal intervención poli-
ca. Pero se embarcó en una guerra en Angola. Y lo hizo de manera ineficaz. La inva- cial), y el surgimiento del movimiento Conciencia Negra, dirigido por Steve Bico
sión de Angola en 1975 no tenía unos objetivos políticos o militares claros, y si, hasta que la policía lo mató a palos en 1977, demostraron que no se había extingui·
como parece probable, contaba con recibir la ayuda occidental, debido a la presen- do el deseo de rebelarse y de enfrentarse a los peligros. Estas tendencias mostraban la
cia cubana, se equivocó, o la menos lo hizo en cuanto al alcance e importancia de la negativa de la nueva generación a negociar con los blancos¡ había dos comunidades
ayuda (principalmente estadounidense) que recibiría. Las bajas sudafricanas escan- sin posibilidades, ni grandes deseos, de comunicarse entre sí. Aun así, Botha aceleró
dalizaron a los habitantes del país, a los que nadie había informado de que estaban la supresión de las manifestaciones menores del apartheid: equipos de fútbol y es·
involucrados en una guerra. A este fracaso se unió el de 1977, cuando salieron a luz pectadores, por ejemplo. Recorrió los homelands o bantustanes (ver nota al final de
operaciones clandestinas de diferente tipo. El Departamento de Inteligencia del esta parte). Esperaba atraer hacia sí y separar de la mayoría a una pequeña burguesía
Estado había obtenido permiso para emplear el engaño y el soborno para conseguir negra con acceso a una proporción marginal de la prosperidad del país; e intentó tam-
aliados y desbaratar críticas, y buena parte del dinero asignado para estas campañas bién impedir que los indios y los mestizos hicieran causa común con los negros, ofre··
había sido empleado en otros fines o se habían apropiado de él funcionarios no rela- ciéndoles una limitada autonomía interna. Se crearían asambleas separadas de blancos,
cionados con el tema. indios y mestizos¡ un colegio electoral mixto, con mayoría absoluta de blancos, elegi·
En los últimos años de Vorster se produjo un acontecimiento que simbolizó la pro- ría al presidente, éste nombraría tres primeros ministros, quienes, a su vez, escogerían
blemática situación de Sudáfrica y que complicó todavía más sus relaciones con Occi · sus propios ministros; habría también un consejo de ministros multirracial, con mayo·
dente. Se convirtió en una potencia nuclear; pero esta capacidad militar añadida ría blanca. En este esquema no tenían cabida los negros, ya que su preponderancia
resultó irrelevante para la resolución de sus problemas particulares y distanció a los numérica habría destruido la situación dominante que, basada en principios numéri·
posibles aliados. La preparación, en 1977, de una prueba nuclear en el desierto de cos, los blancos mantenían sobre indios y mestizos. Pero estos gestos no produjeron
Calahari, sobre la que la URSS informó a Estados Unidos, dio lugar a fuertes protes- cambios sustanciales. Los bantustanes se habían convertido en un sinsentido y los
tas de las principales potencias. Sudáfrica negó que el emplazamiento estuviera desti- superficiales cambios constitucionales fueron primero desdeñados por indios y mesti·
nado a una explosión nuclear, pero en general no se le creyó porque, además, siguió zos, y más tarde aceptados sólo a medias.
sin firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear. Estados Unidos, que había estado Se barajaron otras diversas fórmulas federales y confederales como solución. Su
suministrando a Sudáfrica uranio enriquecido, adoptó en 1978 una legislación que aplicación era más teórica que real. Volvió a hablarse de una posible división del país
prohibía dichas ventas a cualquier país que no permitiera la inspección del Organis- en dos estados, uno blanco y otro negro, pero no pudo trazarse ninguna línea de
mo Internacional para la Energía Atómica (Reagan encontraría más adelante medios demarcación que pudiera resultar aceptable para ambas partes¡ era imposible lograr un
para burlar esta prohibición). En 1979, un satélite espía estadounidense situado sobre trato justo en el sentido de un reparto equitativo de la riqueza que satisficiese a ambas
el océano, entre Sudáfrica y el Atlántico, registró un fenómeno que sólo podía inter· comunidades de forma que pudiera alcanzarse la paz. El jefe tribal Gatsha Buthelezi,
pretarse como una explosión nuclear. En 1987, Sudáfrica cambió repentinamente su que había resucitado el movimiento Inkatha (fu~dado en 1928) y aspiraba a conver-
actitud y firmó el Tratado de No Proliferación, bajo amenaza de ser expulsada del tirlo en vehículo para llegar a un arreglo pacífico con los blancos, propuso que una
OIEA. Para entonces había quedado claro que Sudáfrica estaba cuando menos pre· Convención Nacional discutiera los pasos que debían seguirse en la evolución no vio·
parada para fabricar y utilizar armas nucleares, incluso aunque no tuviera necesidad lenta hacia el gobierno de la mayoría en un Estado unitario y regido por una Consti·
lógica de las mismas. Contra los países vecinos eran innecesarias, y no podía usarlas tución aceptada por los cuatro grupos raciales. Esta propuesta compartía con el resto
contra sus propias ciudades y los enemigos internos. de los proyectos el mérito de preferir el diálogo a la lucha, pero parecía ofrecer pocas
! 1
630 631
perspectivas de acuerdo entre negros y blancos dadas las actitudes imperantes. Tam- Durante la mayor parte de la década de 1980 Sudáfrica careció de una política
poco estaba claro hasta qué punto podía Buthelezi, que era un jefe zulú, hablar en clara. A pesar de su dominio económico y político en la zona, no llevó a cabo más
nombre de los no zulúes o de la generación más joven. que ai~ladas inter:venciones oportunistas. El acuerdo de Nkomati con Mozambique
En las elecciones de 1981, Botha perdió votos pero no escaños; sus proyectos se fue primero ambivalente y luego se extinguió; la atrevida política en Angola se
paralizaron pero no se abandonaron. Al año siguiente, el ala derechista del Partido abandonó y luego se reanudó parcialmente; y ninguno de los virajes políticos de
Nacionalista dirigida por Andreas Treurnicht se escindió al no haber conseguido el Pretoria en Namibia fue favorable a sus propios intereses. Pero el elemento crucial
control del partido, permitiendo a Botha una mayor libertad para proseguir sus cam- para la seguridad de la Sudáfrica blanca no estaba en los países vecinos, sino en el
bios constitucionales. El electorado bl.anco los aprobó por una mayoría de 2 a 1 en un interior del propio país, y en 1985 el control blanco sufrió por primera vez un grave
referéndum celebrado a finales de 1983 y, tras ciertas dudas, las comunidades mestiza desafío. Los homelands o reservas indígenas, la mayor parte de los cuales aún sólo
e india también los aceptaron, pasando desde entonces a integrarse en el nuevo órga- existían sobre el papel, se habían convertido en un monumento al dogmatismo y la
no legislativo tricameral con 85 y 45 representantes, respectivamente, frente a los 178 intransigencia y el final hacia el que apuntaban era el de su desaparición; la policía
de los blancos. Los negros fueron totalmente excluidos pero se les prometió ci.erto actuaba como un estado dentro del Estado y su atroz conducta provocaba disttirbios
relajamiento de algunos aspectos ultrajantes del apartheid no muy importantes, y cier- en el interior e indignación en el exterior; los blancos situados tanto a la derecha
ta participación en la administración local de sus propias comunidades. La respuesta como a la izquierda de Botha cuestionaron las reformas de 1984 y la pobf'ación no
negra fue abrumadoramente desdeñosa y escéptica, como lo fue también la respuesta blanca se opuso a ellas; el propio presidente vacilaba eritre la continuaci'Ón del pro-
internacional. El proscrito Congreso Nacional Africano (ANC) intensificó sus acti- ceso de reformas o la vuelta a la pura y simple represión. En 1985 anunció el rela-
vidades tanto en el interior de Sudáfrica como en los países vecinos. jamiento de las normas del apartheid referentes al sexo y el matrimonio, pero no de
En los asuntos relacionados con los países limítrofes, Bocha se comportó de mane- l~s restricciones impuestas por las leyes fundamentales del apartheid tales como la de
ra tan ambivalente como Vorster. Le gustaba hacer patria y no se privaba de disparar. Areas de Grupo o la de Educación Bantú. Botha preveía cierta delegación de auto-
Por otra parte, resucitó el proyecto de asociación de todos los países de Africa austral. ridad a los negros en el terreno local, pero se oponía de manera inflexible a cual-
Verwoerd había jugado con la perspectiva de una comunidad africana que alcanzara quier participación de la población negra en las esferas más .altas del poder, ni
(incluyéndolo, si fuera posible) hasta Zaire, y estuviera bajo control sudafricano. La siquiera eon las limitaciones con que se había concedido a los mestizos e indios.
versión de Botha recibió el apelativo de «constelación» pero era demasiado vaga Cuando la violencia condujo a escenas que recordaban los sucesos de Sharpeville
como para atraer la atención, y los países negros lo consideraron como un simple plan de 1960 y los de Soweto de 1976, los países que mantenian relaciones comerciales
para hacerlos más dependientes de Sudáfrica. El poderío económico de ésta servía más intensas con Sudáfrica -incluido en esta ocasión Estados Unidos- se asustaron
para asustar a los países de la zona, más que para unirlos. La desconfianza y l¡i aver- y comenzaron una vez más a hablar de saneiones económicas. Los capitalistas occi-
sión hacia Sudáfrica eran profundas y los países negros estaban más preocupados por dentales empezaron a paralizar sus inversiones, el rand se derrumbó temporalmen-
disminuir su dependencia de un vecino todopoderoso que por asociarse con él. Por te Y el sector blanco de las finanzas de Sudáfrica expresó su justificada consterna-
esa razón crearon, como mecanismo de compensación, un Consejo para la Coordina- ción cuando Botha respondió con más mano dura en lugar de con mayor dosis de
ción del Desarrollo de Africa Meridional (SADCC), compuesto por nueve países, conciliación.
que trazó, en conferencias celebradas en Arush en 1979, y en Lusaka y Maputo en En 1985, Sudáfrica parecía estar al borde de una explosión. Había estado tantas
1980, ambiciosos planes de cooperación económica regional y consiguió que desde veces en ese umbral que los blancos y sus amigos extranjeros insistían tercamente en
el exterior le prometieran 670 millones de dólares, dando prioridad a la agricultura y c.onsiderar exagerada la crisis: el poderío blanco podría preservarse gracias a una supe·
a las comunicaciones. El SADCC constituyó un ensayo de agrupación de estados nor fuerza, una superior inteligencia y unos cambios que no incluirian concesiones en
soberanos con una población de 60 millones de habitantes y considerables recursos relación con la Ley de Zonas de Grupo, la Ley de Lugares de Esparcimiento Separa-
naturales, pero con escasez de capitales, y tecnología o técnicas de administración dos o el dominio constitucional del voto blanco. No obstante, se configuraba por
inadecuadas. Sus miembros padecían sequías esporádicas, ataques directos de la estas fechas una nueva situación en la que ya no sólo intervenía la constante acumu-
República Sudafricana, crecientes gastos de defensa, y una disminución general de la lación de presiones y de inquietud; el cambio más importante que se había produci-
producción del 15-20% en la primera mitad de la década de 1980. Los primeros pasos do era la aceptación pública -aunque por parte de un pequeño sector de los blancos-
fueron modestos, pero la organización alcanzó reconocimiento internacional y en el de que era necesario negociar con el ANC. Los mayores obstáculos para este cambio
quinto congreso, celebrado en Harare en 1986, estaban representados treinta y siete de mentalidad habían sido, en prhrier lugar, la casi universal creencia blanca de que
países. Dado, sin embargo, que Sudáfrica no estaba incluida, el SADCC no fue capaz no había necesidad de dialogar con el ANC ni con ninguna otra organización negra
de generar suficientes recursos para obtener el capital extranjero que precisaba. En y, en segundo lugar, la creencia igualmente extendida de que el ANC era un simple
1994, Sudáfrica se unió al mismo y el SADCC cambió su nombre a Comunidad para pretexto para los comunistas, y el gobierno negro sólo el preludio del dominio de
el Desarrollo de África Meridional (SADC) formada por doce países, desde Tanzania Moscú. La segunda de estas creencias, alentada por la presencia de una importante
a Sudáfrica, además de Mauricio, con un PNB total de 150.000 millones de dólares, minoría de comunistas entre los líderes del ANC, siguió muy arraigada pero la pri-
la mayor parte correspondientes a Sudáfrica. mera se había convertido en objeto de discusión. Durante 1985, los dirigentes blan-

632 633
cos de la industria y la banca mantuvieron un encuentro formal con los líderes del Y también se estaba produciendo, si bien muy lentamente, un cambio de menta·
ANC fuera de Sudáfrica, y a finales de año la creación de un nuevo Congreso de Sin- lidad en la población blanca de Sudáfrica. En términos generales, la década de 1970
dicatos Sudafricanos acentuó los problemas del gobierno para mantener a los traba- había sido testigo de un sorprendente grado de confianza; los 80 pusieron en cuestión
jadores organizados bajo control. El gobierno impuso una estricta censura sobre las dicha confianza. En la década de 1970 los blancos, que se habían acostumbrado a las
noticias relativas a los disturbios negros y las brutales acciones de respuesta de la poli- críticas externas, suponían que las amenazas a su posición disminuirían. Lá facilidad
cía, pero aunque estas medidas dificultaron la labor de los periodistas extranjeros no con la que las empresas occidentales, con la connivencia gubernamental, eludieron
pusieron fin a h1 agitación y los tumultos ni hicieron menos ingobernables a los pobla- las sanciones económicas a Rodesia convirtió en insignificante la amenaza (nunca
dos negros. El proscrito ANC y el precariamente legal UDF (Frente Democrático demasiado fuerte) de tomar acciones similares contra Sudáfrica. El final de los seten·
Unido) eran los principales beneficiarios de esta ruptura de la solidaridad blanca y de ta fue testigo de una recuperación económica imprevista unos años antes. El creci-
la confianza del gobierno, aunque ellos mismos tampoco estaban inmunes a recelos y miento, en parte fomentado por las exportaciones, pero también por el aumento de
envidias que era de esperar que aumentasen conforme la causa negra fuese adquirien· la demanda interna, superó los pronósticos. El auge del precio del oro llenó las arcas
do mayor fuerza y optimismo. Sin embargo, el cambio decisivo de estos años fue que del país y le permitió saldar las deudas externas; se rebajaron los impuestos; mejoró la
pasasen a ocupar los primeros lugares de la agenda política las cuestiones de cómo, balanza de pagos. Sudáfrica no sobrevivía sin más, sino que prosperaba, a pesar de las
cuándo y dentro de qué límites podría tratarse con los negros. tensiones internas y de los ataques externos. Estaba pasando de ser una economía
Este giro se debía en parte a la internacionalización de los asuntos del profundo «caída del cielo» (aunque el auge del oro pertenecía a dicha categoría) a una más
sur de África (internacionalización que constituía anatema para los blancos de Sudá- autosuficiente e independiente. Su debilidad principal era su dependencia del com·
frica) y la reticencia de los gobiernos de los principales países blancos a los que les bustible y los capitales exteriores, la escasez de mano de obra especializada y las incer·
habría encantado permitir que Sudáfrica arreglara sus propios asuntos si la hubiesen tidumbres referentes a la mano de obra negra. El capital continuó afluyendo a pesar
r;, considerado capaz. Pero con la pérdida de autoridad moral del Estado dentro del Esta· de los riesgos políticos, y la obtención de combustible a partir del carbón local avan-
do y su apoyo cada vez mayor en el uso de la fuerza, con los blancos cada vez más pre· zó tan rápidamente que el cese de los vitales suministros de petróleo después de la
ocupados y divididos, y con los negros capaces tan sólo de hostigar al régimen de los revolución iraní de 1979 no provocó más que pequeñas restricciones en el consumo
blancos pero no de suplantarlo, el caos parecía una perspectiva posible. Para los paí- privado. Pero el mercado de trabajo, cualificado y no cualificado, presentaba proble-
ses interesados por los valiosos minerales de la República Sudafricana, o por los bene- mas graves. La escasez de mano de obra cualificada obligó a abandonar muchos pro-
ficios de sus empresas, el caos era algo que había que evitar. El rechazo cada vez yectos prometedores y aumentó el desempleo. La sindicalización de los trabajadores
mayor del apartheid no era suficiente. Como tampoco lo eran las sanciones parciales negros era una fuente potencial de militancia eficaz, a través de huelgas o violencia;
1
0 de advertencia. La ONU había impuesto en 1977 una prohibición obligatoria de no estaba claro cómo podrían los blancos mantener el control de la mano de obra
1 ¡1
venta de armas a Sudáfrica (lo cual fomentó la fabricación de armamento relativa· negra. Tanto desempleado como organizado en sindicatos, el proletariado urbano
mente ligero, pero hizo que el país dependiera de los suministradores clandestinos negro podría asociarse con el tradicional nacionalismo negro.
para la obtención de equipamiento más pesado y tecnología avanzada). Por lo demás, La década de 1980 oscureció esta perspectiva. El PNB descendió; prácticamente
Margaret Thatcher y, en menor medida, Ronald Reagan mantuvieron el comercio en desapareció la inversión extranjera; la inflación superó el 20% anual; l_a economía ya
la suposición de que la prosperidad suavizaría las asperezas y permitiría a los blancos no generaba beneficios que invertir para· el futuro; y las reservas disminuían rápida·
mantener el control de una situación que, si bien se estaba deteriorando con el domi· mente. El descontento fue patente en cinco elecciones parciales celebradas en 1985,
nio de los blancos, se deterioraría aún más con el de los negros. Thatcher, que con- en las que el partido del gobierno perdió votos a favor de la extrema derecha en cir·
sideraba el ANC como una simple organización terrorista, intentó evitar que los cunscripciones muy diversas. El ANC había recibido graves daños, aunque sin ser eli·
miembros de la Commonwealth votaran a favor de la imposición de medidas econó- minado: las redadas efectuadas en .los países limítrofes, con las que se esperaba que
micas más duras, pero sólo consiguió desairarlos. (Volvió a estar aislada en una nueva éstos expulsaran a los miembros del ANC, no surtieron efecto. Los intentos de con-
conferencia celebrada en 1989.) En el intento de llegar a un acuerdo, la Common- trolar las barriadas negras mediante decenas de miles de detenciones y la declaración
wealth envió un Grupo de Personas Eminentes a Sudáfrica. Los ataques, quizá no por del estado de emergencia hicieron flaquear la confianza, principalmente entre los
casualidad simultáneos, de Sudáfrica contra Botswana, Zimbabwe y Zambia echaron empresarios. Incluso la indudable capacidad militar de Sudáfrica resultaba menos
abajo cualquier utilidad que pudiera haber tenido dicho grupo; y la misión del minis- tranquilizadora que en años anteriores. A pesar de no ser una potencia mundial ni
tro de Asuntos Exteriores británico, sir Geoffrey Howe, al año siguiente, sólo encon- una superpotencia, Sudáfrica era un país moderno con capacidad para gastar 2.000
tró un categórico y resentido rechazo: ambas misiones esperaban mantener el juego millones de rands (aproximadamente 1.000 millones de libras) al año en defensa, vul-
diplomático consiguiendo la legalización del ANC y del PAC (Congreso Panafrica- nerable sólo al ataque directo efectuado por una superpotencia, o a una prolongada
nista), y la liberación de Nelson Mandela, encarcelado desde 1963. Sin embargo, guerra de guerrillas apoyada por una generalizada rebelión interna. Aun así, dependía
dado que los esfuerzos de Sudáfrica por eliminar el ANC habían fracasado, estaba de fuentes externas para el mantenimiento y mejora de su equipo más avanzado; su
empezando a adquirir forma un nuevo plan internacional que incluía la negociación ejército en aumento estaba escaso de oficiales, suboficiales e instructores; y su perí-
y el acuerdo con el ANC. metro era incómodamente largo.

634 635
Para mantener la buena voluntad, o negar la mala voluntad, de los occidenta- con los negros del país, representados principalmente por el ANC, y de dotarlo de
les, Sudáfrica alardeaba de poseer valiosos minerales de los que, según su opinión, una nueva Constitución.
Occidente no podría prescindir. Estos minerales no sólo eran importantes en sí mis- Nelson Mandela era un personaje todavía más llamativo. Junto con Oliver Tambo
mos, sino además, en un buen número de casos, irreemplazables a no ser que se y Walter Sisulu había formado un trío de jóvenes líderes negros. En 1963 lo habían
recurriera a la URSS, el otro gran productor. En manganeso, esencial para la fabri- condenado, en el juicio de Rivonia, a un encarcelamiento que parecía iba a durar toda
cación de acero, la República Sudafricana era el principal productor y disponía de la vida. Era el vicepresidente del ANC; el presidente del mismo era Tambo, que no
las mayores reservas mundiales; poseía asimismo importantes reservas de uranio, y había sido encarcelado pero estaba en ese momento en Suecia gravemente enfermo.
aunque otros países también extrajeran este mineral, la mayoría no producía exce- El ANC había sido creado por una elite liberal negra. Aunque sus bases se ampliaron
dentes para la exportación, y Europa occidental y Japón podían verse seriamente a partir de los cincuenta, sus dirigentes continuaron siendo miembros selectos, urba-
perjudicados en caso de que se produjeran recortes de los suministros procedentes nos y de clase media. Solicitó ayuda a la URSS y se acercó al Partido Comunista de
de Sudáfrica (o de Namibia); en platino, empleado en industrias tan diferentes Sudáfrica, a pesar de la desconfianza que sentía por una organización blanca. Prefería
como las químicas, eléctricas, del vidrio o del petróleo, Estados Unidos dependía de las tácticas pacíficas, pero respaldó las acciones violentas cuando se vio que el pacifis-
la República Sudafricana. En cierta medida, esa dependencia podía mitigarse mo no conducía a nada. Al contrario, por ejemplo, que Conciencia Negra (un pro-
mediante el almacenamiento y la búsqueda de materiales sustitutivos, pero el capri- ducto de los desesperanzados años setenta), el ANC no rechazaba el apoyo de los blan-
cho de la naturaleza de dotar a estas dos zoilas (África del Sur y la URSS) con gran- cos y no era dogmáticamente contrario a los mismos. Cuando fue liberado de prisión,
des proporciones de los depósitos mundiales conocidos de diversos minerales estra- después de 27 años, Mandela demostró ser un hombre de extraordinaria compostura y
tégicos constituía un factor importánte en las reladones internacionales, y en la dignidad. Si bien De Klerk había creado una nueva situación, Mandela fue el hombre
I' manera en que los blancos de la República Sudafricana evaluaban sus posibilidades sin el que el nuevo comienzo probablemente no habría servido de nada.
en el mundo. Los dos se enfrentaban con la tarea de encontrar una base para la elaboración de
En estas confusas y peligrosas contracorrientes, sobresalían dos aspectos. Las elites una nueva Constitución. Ambos eran conscientes de que el inicio de las conversa-
políticas e intelectuales afrikáners estaban perdiendo su fe en el apartheid que los ciones constituía un mero preludio y un presagio para el posible acuerdo futuro. Y
había mantenido desde la llegada al poder del Partido Nacionalista, en 1948. Eran ambos se enfrentaban al problema de alcanzar un consenso adecuado de sus propios
menos dogmáticas, más flexibles. Pero aunque se estaban deshaciendo de su ideolo- electorados, para lo cual debían marginar a los extremistas. El ANC insistió en el sis-
gía, no estaban dispuestos a deshacerse del poder, al menos mientras que aquellos que tema de sufragio universal. El gobierno precisó encontrar una manera de reconciliar
pronosticaban la necesidad de suprimir su monopolio se vieran constreñidos por un este reconocimiento de derechos democráticos a la mayoría con salvaguardas para la
electorado que no preveía tal pérdida. Los negros, por su parte, no se sentían impre- aprensiva minoría blanca, parte de la cual era ferozmente contraria a cualquier cesión
sionados por un cambio de actitud que no parecía reportar cambios en la vida diaria de su dominio. El ANC aceptó (al igual que el SACP) un sistema de partidos múlti-
ni en la realidad política. Los acontecimientos eran más expresivos que las reuniones ples y una economía mixta, pero era más partidario del control de la economía por
en las que unos cuantos dirigentes de ambos bandos comenzában a conocerse. La parte del Estado de lo que aprobaban los políticos y empresarios blancos. El orden

¡ muerte de Steve Biko fue sólo el incidente más famoso y flagrante de toda una serie
que estaba aportando mártires a la causa negra y haciendo cada vez menos probable
el acuerdo pacífico. Cada mártir era una figura con la que estaban en deuda sus com-
patriotas sobrevivientes; una deuda que, para ellos, no se podía negociar. Los meno·
público constituía un asunto urgente. De Klerk intentó que Mandel.a y el ANC
renunciaran a la violencia, algo a lo que no estaban muy dispuestos, ya que los úni-
cos cambios reales habían sido la liberación de Mandela y algunos más, y la evidente
sinceridad y deseo del presidente de entablar conversaciones. Aun así, el ANC acep-
¡ res de treinta años asociaban capitalismo sudafricano con explotación, apartheid y tó en 1990 suspender la violencia a cambio de la gradual liberación de todos los pri-
1
1
dominación policial, y no estaban interesados por dialogar con los blancos, ni siquie- sioneros políticos, y la supresión del estado de emergencia, que concedía a las autori-
1
ra con los blancos liberales. dades amplios poderes de detención arbitraria y arresto indefinido. El gobierno
Esta situación la cambió un hombre: F. W. de Klerk. Los fracasos políticos de levantó el estado de emergencia pero exceptuando Natal, que era el escenario de una
Botha, su personalidad poco atractiva y su mala salud se combinaron para hacer que violencia especial que tenía lugar entre los propios negros. Aunque el ANC era en la
' ¡¡
sus compañeros desearan deshacerse de él. De los candidatos a sucederle, De Klerk era totalidad del país el representante de la comunidad negra en conjunto, en Natal esta
¡" :¡ el más conservador, pero transformó el ambiente político. Dejó de intentar apaciguar posición se la disputaba el Inkarha, el movimiento liderado por el jefe zulú Gatsha
'4
·.. a la extrema derecha; se dispuso a poner freno a las fuerzas de seguridad, tanto mili- Buthelezi. El lnkatha tenía un sólido apoyo en la zona rural, pero en las ciudades esta-
tares como policiales, que estaban actuando como si ellas fuesen la ley; acentuó, al ba perdiendo fuerza a favor del ANC (o, antes de que el ANC fuera legalizado, del
contrario que Botha, el papel del consejo de ministros y del Parlamento; abandonó la Frente Democrático Unido, un ANC disfrazado). La lucha resultante se convirtió en
polftica de desestabilización de los países vecinos; permitió las protestas y manifesta- una espantosa violencia entre zulúes, en la que murieron miles de personas. La vio-
ciones pacíficas; inició conversaciones secretas con Nelson Mandela; puso en liber- lencia se extendió más allá de Natal, especialmente al Transvaal, donde enfrentó a
tad a Walter Sisulu y a otros líderes negros; y liberó al propio Mandela. Estas medidas los zulúes con otras etnias. El ANC se quejó con razón de que la policía estaba ayu-
mostraban una determinación, probablemente irreversible, de negociar un tratado dando al lnkatha, al menos de manera pasiva, ya que permanecía impasible en lugar

636 637
de restaurar el orden, e incluso activa, fomentando la violencia para así obstaculizar y .1,a ONU no sól~ defendieron la eficacia de las sanciones existentes, sino que tam-
las conversaciones del gobierno con el ANC. Se consideró que las revelaciones poli· b1en las trataron, ¡unto con la promesa de levantarlas cuando se produjeran cambios
ciales {posiblemente un montaje) sobre una conspiración revolucionaria entre negros sustanciales en Sudáfrica, como un instrumento básico para obtener las reformas
y comunistas tenían el mismo propósito, pero De Klerk y Mandela continuaron con sociales y constitucionales con las que De Klerk parecía irreversiblemente compro-
su trabajo. De Klerk señaló que se permitiría a los negros asociarse al Partido metido, pero que estaba introduciendo con desesperante lentitud.
Nacionalista, creando así la perspectiva de dos partidos de masas -el NP y el ANC La principal tarea de los años 1991-1994 fue la elaboración e inauguración de una
{ya abierto a los blancos)- como los principales pilares políticos de una Sudáfrica nueva Constitución, no racista y democrática. Se convocó una Convención para una
democrática y no racista, en la que la minoría blanca no se vería confinada en un par- Sudáfrica Democrática (CODESA). En ella estaban incluidos más de veinte parti·
tido permanentemente minoritario. dos. El contexto de pasadas rencillas, persistente violencia y temores de una futura
La evolución interna de la República Sudafricana estableció el principal objetivo guerra civil estaba contrarrestado, sin embargo, por un compromiso primordial de los
en el debate sobre la eficacia de las sanciones económicas internacionales, que antes dirigentes del Partido Nacionalista y del ANC de continuar su tarea sin violencia y
de la Segunda Guerra Mundial había estado enfocado sobre la amenaza de Italia a sin retrasos fatídicos. La esencia de esta tarea era el equilibrio entre los derechos de
Etiopía. Cuanto más se generalizaba esta cuestión, más inextricable se volvía, ya que la mayoría y los de la minoría; las salvaguardas por las que la minoría (blanca) podría
la propia cuestión era intrínsecamente compleja y las distintas aplicaciones prácticas disfrutar de una capacidad de bloqueo cercana al veto. El principio de gobierno de la
de la misma eran especialmente divergentes. En general, la eficacia de las sanciones mayoría, es decir, el gobierno de los negros, no era negociable, pero las condiciones
se basa en dos tipos de cálculos emparentados entre sí: las consecuencias económicas, para limitar su ejercicio sí lo eran. Las negociaciones estuvieron ensombrecidas por
y el impacto en la voluntad política de los diferentes·grupos afectados por las mismas. la existencia de numerosos grupos además de los dos protagonistas: blancos de dife-
1. ' En el caso particular de Sudáfrica, las sanciones agravaron los problemas estricta- rente grado de extremismo, el PAC y otros grupos negros (algunos de ellos dentro del
mente económicos de una economía en expansión y compleja, muy dependiente de ANC) que desconfiaban de la dirección de Mandela, y el Partido de Liberación
la economía internacional, en un período de retroceso mundial. Comercialmente, las lnkatha (IFP), con un poder sobrestimado tanto por su líder, Mangosuthu Buthelezi,
sanciones obligaron a las empresas sudafricanas a trasladar sus áreas de negocio, par· que esperaba conseguir un territorio autónomo zulú, como por De Klerk, que deseó
ticularmente desde Estados Unidos a Alemania occidental y Japón, pero esta búsque· durante un tiempo establecer con el IFP una alianza de derechas en el nuevo sistema
da forzosa de nuevos mercados no resultó negativa en sí, y con la ayuda de evasivas político no racista.
sutiles, y no tan sutiles, para rodear los obstáculos impuestos por las sanciones, el La posición de Mandela no se vio nunca seriamente amenazada. El primer con-
comercio de la República Sudafricana no sufrió graves pérdidas. Se consiguió atenuar, greso nacional del ANC en treinta años, celebrado en 1991 en Durban con la asis-
si no plenamente compensar, las pérdidas concretas, y Sudáfrica aprendió a convivir tencia de 2.234 delegados, puso a prueba su autoridad y la confirmó, en un momen-
con la pérdida marginal, al menos a corto plazo. Desde el punto de vista financiero, to en que el resto del mundo planeaba retirar las sanciones económicas que habían
la retirada de sociedades extranjeras dio a las sudafricanas la oportunidad de comprar, representado un papel importante para convertir a De Klerk a la reconciliación y la
a menudo a precios de ganga, las factorías y operaciones que los extranjeros dejaban democracia. Durante los procedimientos de la CODESA, el dominio personal de
lit atrás; algunos se hicieron ricos gracias a estas transacciones. Más grave, aunque tam· Mandela resultó crucial para mantener la unidad del ANC, por encima de las clisen·
1, bién más ambivalente, fue la reducción de los fondos extranjeros. Al igual que otros siones sobre el manejo de las negociaciones, del tono de la propaganda política y del
!. países, Sudáfrica experimentó a mediados de los ochenta una crisis de pagos que supe· uso de la violencia que muchos en el ANC éonsideraban justificada, después de des·
ró renegociando los plazos de sus deudas, pero que aun así constituyó un molesto cubrir la ayuda que estaba recibiendo el lnkatha, tanto en dinero como en armas, e
recordatorio de su dependencia del capital extranjero. En términos puramente eco· incluso por las incitaciones a la lucha entre negros. De Klerk se vio debilitado, por
nómicos, esta dependencia de los agentes de crédito extranjeros estuvo compensada el contrario, frente al ANC debido a la negativa de Estados Unidos a apoyar las exi-
por la conciencia de los acreedores de que si se negaban a ampliar el plazo se arries- ge~cias blancas de un poder de bloqueo equivalente a un veto. La evidencia de que
gaban a perder su dinero y sus principales bazas de negociación. Psicológicamente, sin o bien no podía controlar por completo las fuerzas de seguridad y el ejército, 0 bien
embargo, supuso un duro choque, y un elemento del mismo lo constituyó la idea de había sido cómplice de quebrantamientos de la ley y de las instrucciones policiales,
que las sanciones habíiin agravado la situación y podrían hacer más daño en el futu· también lo debilitó.
ro. Esta reacción psicológica tuvo repercusiones políticas, primero entre los financie- El ANC respondió a las presiones que se ejercían sobre De Klerk con la emisión
ros e industriales y, a partir de ellos, entre los políticos, que se dieron cuenta de que de un calendario preciso que preveía el nombramiento de un gobierno interino para
los agentes económicos blancos necesitaban participar en la economía mundial y mediados de 1992, elecciones generales para una Asamblea constituyente en el pri-
temían el aislamiento. Mientras que a los blancos más pobres las sanciones podrían mer trimestre de 1993, un gobierno mixto para mediados de ese año, y una nueva
conducirlos a apoyar a los partidos racistas de extrema derecha, las clases empresaria· Constitución que debía entrar en vigor un año después. Al insistir en la importancia
les se movieron en la dirección contraria, y esta tendencia dio fuerza, en el exterior, del calendario, el ANC obligó a De Klerk a reconsiderar y abandonar sustancialmen-
a los argumentos a favor de continuar con las sanciones, e incluso intensificarlas. En te sus esperanzas de mantener a muchos de los blancos intransigentes dentro del Par·
el plazo de pocos meses, durante la segunda mitad de 1984, la OEA, la Commonwealth tido Nacionalista o de formar una alianza con el IFP que sirviera como contrapeso, o

638 639
como alternativa, a la alianza que en ese momento tenía establecida con el ANC. rado su lealtad a estos acuerdos. El gobierno y el ANC acordaron que habría un único
Este último no consiguió todo lo que proponía, pero tuvo que renunciar a menos aspi- ejército y que no se producirían despidos de funcionarios ni confiscaciones de tierras.
raciones que el gobierno. El ANC consiguió zarandear al gobierno. La firma de estos acuerdos se debió a la persistencia de Mandela y De Klerk, y a que
Lo consiguió en parte porque se mantuvo más firme desde el momento en que se necesitaban mutuamente porque ambos témían la anarquía. Tácticamente, sin
De Klerk decidió liberar a Mandela, y en parte porque la oposición a las iniciativas embargo, se encontraban divididos, porque De Klerk deseaba tiempo para poder redu-
de la CODESA resultó más perjudicial para él gobierno que para el ANC. Esta opo- cir a sus extremistas y Mandela no se lo podía conceder por miedo a perder terreno
sición procedía de blancos y negros, unidos por su objetivo común de obtener el frente a los suyos.
mayor grado posible de transferencia del poder, o incluso el derecho a secesionarse, Las elecciones no estuvieror1 afectadas por una violencia grave pero sí se compli-
pero divididos en cuando a los medios para hacerlo, principalmente en cuanto al caron, teniendo finalmente que prolongarlas, por defectos administrativos. Fueron
recurso a la violencia. Se unieron a pesar de no set muy compatibles entre sí en una declaradas básicamente libre y transparentes, y este veredicto lo aceptaron los princi-
Alianza por la Libertad que incluía al Afrikáner Volksfront (Frente del Pueblo Afri- pales partidos, a pesar de la sospecha generalizada de que los partidarios del lnkatha
káner) dirigido por el general Viljoen¡ el Partido Conservador, dirigido por Ferdie en Kwazulu-Natal habían cometido graves faltas. El ANC obtuvo una victoria arra-
Hertzenberg; el Frente del Pueblo Blanco de Derecha (AWB) de Eugene Ferre sadora pero no consiguió alcanzar la mayoría de dos tercios; obtuvo el 62,6% de los
Blanche, el IFP de Buthelezi, los presidentes de dos bantustanes (Bophuthatswana votos, 252 escaños en la Asamblea. El Partido Nacional obtuvo el 20,4% de los votos,
y Ciskei) y otros veinte grupos menores. Al haber ejercido poca o ninguna influen- con 81 escaños, y el lnkatha el 10,5% de los votos y 43 escaños. Otros tres partidos
Cia en el debate constitucional, estos grupos se enfrentaron al dilema de participar consiguieron entrar en la Asamblea, pero no alcanzaron el porcentaje suficiente para
en las elecciones o desbaratarlas. Los dos líderes m·ás importantes (Viljoen y, a últi- entrar a formar parte del ejecutivo, para el que el ANC nombró 19 miembros; el Par-
ma hora, Buthelei) decidieron participar. Viljoen se disoció del partido de Ferre tido Nacional, seis; y el lnkatha, tres. El ANC obtuvo la mayoría en siete de las asam·
Blanche y de otros extremistas después de una riña que tuvo lugar cuando el jefe bleas provinciales, pero el Partido Nacional venció en El Cabo occidental (con la
Lucas Mangope invitó al Afrikáner Volksfront para que le ayudara a mantenerse en ayuda del voto mestizo) y el lnkatha en Kwazulu-Natal.
el poder y el AWB aprovechó la oportunidad para fomentar disturbios. Mangope fue
destituido, y Viljoen abandonó la violencia y formó un nuevo partido con deserto-
res del Partido Nacionalista. En Ciskei, el Brigadier Oupo Gqoso dimitió tras un
conflicto sobre el salario y las pensiones de la policía, y ambos bantustanes fueron
tomados de hecho por el ejército de Sudáfrica. Buthelezi, el que tenía más capaci-
dad para desbaratar las elecciones, se encontró entre la espada y la pared, incapaz de
obtener más que un voto mínimo, incluso en territorio zulú, e igualmente incapaz
de obtener de Mandela y De Klerk más que una mínima parte de sus exigencias
sobre las disposiciones de la Constitución y la fecha de las elecciones. Una semana
antes de las mismas revocó su negativa a participar a cambio de declaraciones, para
salvar las apariencias, referentes al status de su sobrino el rey zulú (que había dado
muestras de estar molesto con su tío) y promesas por parte de Mandela y De Klerk
de aceptar la mediación internacional sobre la autonomía de Kwazulu-Natal. Estas
promesas no llegaron a cumplirse. No quedó claro si el objetivo de Buthelezi era la
1 autonomía o la independencia.
Las elecciones se celebraron en abril de 1994. A finales de 1992, diecinueve de los
¡, participantes en la CODESA habían acordado un programa en el que se establecía un
Consejo Ejecutivo de Transición que trabajaría en conjunto con el gobierno del Par-
tido Nacionalista; que las elecciones se celebrarían, por sufragio universal, en abril de
1 -~ 1994; un Estado federal con nueve regiones, un presidente y un máximo de dos vice-
<; presidentes (nombrados por aquellos partidos que obtuvieran más del 20% de los
votos); un ejecutivo no superior a 24 miembros elegidos por los partidos, a razón de
uno por cada 5% de votos obtenido; un legislativo formado por una Asamblea de 400
miembros (la mitad elegidos de las listas nacionales y la otra mitad de listas regiona-
i:
les) y un Senado de 90, diez de cada provincia; legislativos regionales con un mínimo
l: de 30 miembros y un máximo de 100, dependiendo de la población; una Ley Funda-
mental y un Tribunal Constitucional. Los militares de alta graduación habían decla-

640 641
Sexta Parte
AMÉRICA

';

l í
!!

iJ ~
¡)
; ..
i

·u
,r .
i !

¡:
Canadá

Canadá, el segundo país más extenso del mundo, ha representado un papel llama·
tivamente sencillo en los asuntos internacionales. Luchó en las dos guerras mundia·
les no por su interés, sino por el interés de otros. Se mantenía en un inusual aisla·
miento geográfico y político, con un solo vecino, a todos los efectos, y sin conflictos
externos serios. Tenía considerables recursos y una población relativamente escasa.
Había sido, después del Reino Unido, el miembro más antiguo de la Commonwealth
británica y, tras la guerra, se convirtió en el socio más preocupado por las necesidades
y susceptibilidades de los socios más modernos. A la relación histórica, política y sen·
timental con el Reino Unido, se yuxtapuso la relación económica, estratégica y geo·
gráfica con Estados Unidos. La Segunda Guerra Mundial y la guerra fría aceleraron el
giro de la primera a la segunda, reconocida por la Declaración de Ogdensburg, de res-
ponsabilidad conjunta de Estados Unidos y Canadá en la seguridad de América del
Norte, por la mayor obligación contraída con la asociación a la OTAN, por la partí·
cipación en el Sistema de Advertencia Rápida para eliminar los ataques por sorpresa
de los misiles soviéticos a América del Norte, y por la creación, en 1958, del Mando
de Defensa de América del Norte (NORAD). Con el envío de tropas a la guerra de
Corea, Canadá se asoció a la idea de que el factor principal en los asuntos interna·
i 1

cionales era la lucha contra la Unión Soviética y contra el comunismo. Sin embargo,
: i
i 1 lo hizo con reservas. Muchos canadienses rechazaban el maniqueísmo simplista de la
'. i guerra fría. Algunos dirigentes canadienses se plantearon el acercamiento a los no ali·
¡

) ' neados y cuestionaron la utilidad de mantener tropas canadienses en Europa; en un


~'~
¡1
momento determinado, tras la retirada del ejército francés de la OTAN, el gobierno
redujo unilateralmente los efectivos a la mitad. La forma en que Estados Unidos
i t manejó la guerra de Vietnam fue ampliamente condenada, y los canadienses se sin·
tieron molestos cuando Estados Unidos pasó por alto informar de la situación a sus
aliados, como por ejemplo en la crisis de los misiles de Cuba.
Canadá apoyó las fracasadas disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas en
las que se creaba una fuerza internacional y una comisión de estados mayores; y Canadá

669
XXIV Los rusos y los
cubanos en África
Gabriel d'Arboussier a un secretario próximo al pensamiento comunista, su presidente,
Felix Houphouet·Boigny, era hostil al mismo. Otro de los fundadores del ROA, Sékou
Touré, fue el clásico insumiso con respecto a la URSS. Expulsado de la federación de
sindicatos franceses, CGT, se había afiliado a su homólogo africano, el COTA (más
tarde UGTAN), en el que los comunistas estaban en minoría, y se convirtió en el pri·
mero de una serie de presidentes africanos que expulsaron a los rusos de su país.
La primera intervención de Moscú en la política africana al sur del Sahara fue una
respuesta a una oportunidad. Guinea, arrojada a la independencia en 1959 tras negar·
se a formar parte de la communauté de De Gaulle, nació como Estado en medio de
numerosas y graves dificultades. País pobre y escasamente poblado, ocupaba no obs·
tante una importante posición estratégica en la esquina sudoccidental de la parte
superior de África, y poseía un puerto que estaba más cerca del Atlántico medio que
ningún otro, así como una tercera parte aproximadamente de la bauxita conocida en
el mundo y gran cantidad de motivos de queja y rencor hacia Occidente. Moscú actuó
con prontitud en el reconocimiento diplomático, la concesión de créditos ( 140 millo·
nes de rublos en 1959), las ofertas comerciales y el suministro de armas checas. Sékou
Touré fue invitado a la capital soviética. Kruschev prometió visitar Conakry y Brez-
nev lo hizo. Daniel S. Solod, que había prestado importantes servicios como embaja-
dor en Siria y Egipto, fue trasladado a Guinea con Ja misión de convertir Conakry en
Era poco lo que los rusos sabían de África al acabar la Segunda Guerra Mundial. un centro de influencia y actividad soviéticas en Africa occidental.
Unos cuantos viajeros decimonónicos por el valle del Nilo, una invasión de ópera Malí y Ghana entraron en esta escena de forma más o menos fortuita. Malí ~o Sudán
cómica de Somalia y Etiopía en los años ochenta del siglo pasado y cierta actividad francés, como aún se llamaba) fue el pariente pobre de una efímera unión con Senegal
marginal de la Iglesia ortodoxa era todo cuando la Rusia zarista podía ofrecer frente que se desmoronó en agosto de 1960 bajo el peso de las incompatibilidades entre ambos
al cúmulo de conocimientos adquiridos por los comerciantes, exploradores, misione· asociados. País inmenso, árido y sin salida al mar, no tenía nada que ofrecer a un alia-
ros y gobernadores coloniales de Occidente; y puesto que casi ninguna zona de África do, pero una amistad igualmente tibia fue la que llevó a Modibo Keita, un socialita de
era independiente, Rusia no tuvo misiones diplomáticas que observaran el continen· la línea de Sékou Touré, a entrar en la esfera de influencia soviética de la mano de Gui-
te e informarán sobre él. La revolución bolchevique dio un gran impulso a los estl.i· nea. Los rusos le ofrecieron créditos por valor de 40 millones de rublos y el aeropuerto
dios africanos pero pronto quedaron relegados ante la presión de preocupaciones más de Bamako quedó abierto a los servicios de la compañia aérea soviética Aeroflot. A
urgentes. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Stalin inténtó conseguir una par· Ghana, independiente desde hacía tres años, se le ofrecieron en esta época 160 millo·
ticipación en las colonias arrebatadas a Italia, pero su tentativa fracasó. En los años nes de rublos, aunque en un principio Moscú sólo había mostrado un superficial interés
cincuenta, se produjo una expansión de los estudios africanos, se fundó en Moscú en Ghana y no habia enviado embajador hasta 1959. Nkrumah era un firme partidario
( 1959) un Instituto de África bajo la dirección de un eminente historiador, l. l. de la Commonwealth, sincero por lo que respecta a su necesidad de ayuda occidental y
Potekhin, y la URSS comenzó a enviar representantes a las conferencias afroasiáti· -a los ojos de Moscú- un típico producto del equivocado sector de la burguesía africa·
cas. En 1960 fue fundada en Moscú la Universidad de la Amistad entre los Pueblos, na que estaba siempre dispuesto a hacer tratos con los británicos. Pero Nkrumah había
que más tard!! cambió su nombre por el de Universidad Lumumba. sido asimismo el primero en tender 1,1na mano a Sékou Touré, concedió ayuda y refugio
Los dirigentes africanos eran por definición anticolonialistas y por tanto antiocci- a la auténticamente revolucionaria Union Populaire du Carneroun y se convirtió en un
dentales. La mayor parte de ellos se declaraban adem;ís socialistas. Para Moscú era una profundo y feroz antiamericano tras el asesinato de su amigo Lumumba. Era un péndu·
perspectiva prometedora, pero los frutos resultaron ser menores de lo que se esperaba, lo que oscilaba ahora en el sentido que convenía a Moscú. Al igual que Sékou Touré y
por una serie de razones: la lucha anticolonial fue inesperadamente cona y pacífica; los Modibo Keita, también él iba a recibir el premio Lenin;
dirigentes africanos, comenzando por Nkrumah, se manifestaron partidarios de la no Sin embargo, al cabo de pocos años no quedaba nada de este panorama pro sovié-
alineación; los caminos hacia Londres y París, que ya se conocían y resultaban familia· tico en África occidental. Tras la caída de Nkrumah en 1966, el régimen del general
res, permanecieron accesibles y libres de obstáculos; la ayuda soviética nunca pudo igua· Ankrah expulsó a todos los expertos soviéticos (unos 1.000), así como a la mayor
lar a la occidental. Ni siquiera el socialismo africano estableció vínculos estrechos de la parte de los miembros de las embajadas soviética, cubana y china, y al conjunto de la
Meca socialista. Se trataba de un concepto vago que debía por lo menos tanto al socia- misión comercial alemana-oriental; las relaciones con la URSS degeneraron en un
lismo occidental como al comunismo soviético. El principal vehículo no había sido el intercambio de insultos. Modibo Keita sobrevivió hasta 1968 (en que fue destruido
Partido Comunista Soviético sino el Partido Comunista Francés, y aunque el Rassem- por el ejército y encarcelado hasta su muerte, ocho años más tarde), pero la «cone·
blement Démocrate Africain (RDA) -creado en octubre de 1946 en Bamako- tuvo en xión» rusa languideció casi desde el principio, la ayuda soviética llegó a suspenderse

642
1 643
por completo y, aunque en los años setenta se dijo que un grupo de rusos estaba rea- el precio se elevó a 16 dólares que de todas formas sólo equivalía a las dos terceras par-
lizando prospecciones mineras en Malí septentrional y oriental, la creencia común tes del precio mundial. Al rencor así generado se sumó la negativa rusa a ayudar a
era que la URSS estaba más interesada en posibles campos de aterrizaje para aviones Guinea a crear una flota pesquera o a entregar ningún porcentaje de sus propias cap-
o paracaidistas. La inicial y sumamente prometedora asociación con Guinea se fue al turas en aguas guineanas, una tacañería ridícula que contrastaba profundamente con
traste aún más rápidamente cuando, en diciembre de 1961, Solod fue obligado a hacer la actitud de los alemanes orientales y los cubanos, que estaban totalmente dispues-
el equipaje y abandonar el país acusado de complicidad en un complot de inspiración tos a ceder parte -en el caso cubano la totalidad- de las suyas. En suma, Guinea,
comunista contra Sékou Touré. Moscú envió nada menos que a Anastas Mikoyan Ghana y Malí no cumplieron casi ninguno de los fines que los rusos se habían pro-
para tratar de arreglar las cosas, pero no lo logró, y en 1962 Sékou Touré dio el pri- puesto y su contribución a la imagen de la URSS en África fue peor que nula.
mer paso hacia una posición más neutral al aceptar 70 millones de dólares de ayuda Pero estos países fueron un terreno de pruebas. En estos años, Moscú estaba desa-
estadounidense. Durante la crisis de los misiles cubanos se negó a permitir que los rrollando un estilo nuevo, más pragmático, como resultado de la muerte de Stalin, en
rusos utilizaran el aeropuerto de Conakry, que ellos mismos habían construido. Iróni- 1953. La muerte de Stalin dio rienda suelta a un fennento intelectual que el tempera-
camente, el primer reactor que aterrizó allí fue francés. mento de Kruschev alentó aún más. Las rígidas categorías dogmáticas con las que se
La consecuencia más importante de estos fracasos rusos en África occidental fue el había movido el pensamiento comunista estalinista se hicieron más flexibles y Krus-
impulso que dieron a una nueva concepción del continente africano en Moscú. Las inter- chev, un viejo intelectual con prisas, se mostró más que dispuesto a remover las aguas
v~nciones rusas en Guinea, Ghana y Malí fueron en parte fortuitas y en parte ideológicas sin importarle demasiado adonde pudiera conducir el espíritu de indagación. África,
originariamente. Su principal instrumento, sin embargo, fue económico: dinero y ase- que en cualquier agenda soviética ocupaba siempre uno de los últimos lugares, no fue
soramiento de expertos. Los créditos .rusos (de los qu~ se pudo disponer con unas con- una de las causas que precipitaron esta nueva actitud, cuyo principal motor, en cuanto
diciones de pago excepcionalmente favorables) debían utilizarse para financiar proyec- a la política exterior se refiere, lo constituyó probablemente la determinación de los
tos de gran envergadura que contasen con la aprobación' de ambas partes, para cubrir el nuevos dirigentes de encontrar un terreno propicio para poner fin a la disputa con 11to.
déficit de la balanza comercial, ya que las impo1taciones rusas no podían pagarse con la Pero sí tuvo repercusiones en la política africana. La búsqueda de amigos en África ya
bauxita 1e Guinea o el cacao de Ghana, y asimismo para contribuir al entrenamiento no tenía que limitarse a dirigentes cuyas credenciales superasen el examen de ortodo-
de africanos occidentales en la URSS. Moscú pretendía de esta forma que estos estados xia estalinista, lo que de hecho no ocurría con ninguna destacada figura africana. Cual-
se desligasen de sus vínculos económicos con Occidente, y aspiraba también a asegu- quier nacionalista, con tal de que se orientara en una dirección socialista, podía ser un
rarse el control de sus exportaciones y a introducir a expertos rusos. Pero los expertos amigo y aliado aceptable. ~a vía «no capitalista» --un témüno favorito de Kruschev,
resultaron ser más numerosos que bien recibidos (llegó a haber en una época 3.000 sólo muy útil dada su vaguedad- era a partir de ahora digna de todo respeto. Fue en este con-
en Guinea). Tenían tendencia a recomendar obras deslumbrantes y llamativas más que texto en el que se establecieron los lazos con Sékou Touré, Nkrumah y Keita sin dañar
útiles -como, por ejemplo, un gran estadio o gran teatro en Conakry- y la colectiviza- ni violentar los postulados soviéticos básicos y, aunque estos vínculos en particular sólo
ción agraria que promovieron fue tan impopular que en Guinea provocó agitaciones y produjeron decepción, la política subyacente en ellos siguió viva. En consecuencia,
malestar social que el gobierno hubo de reprimir. Se importaron cantidades excesivas Moscú contó con un campo de maniobra diplomática muchísimo más amplio.
de productos rusos. Las facturas y el resentimiento se fueron acumulando. Moscú también empezaba a estar mucho mejor informado. El Instituto Africano
Lo peor de todo desde el punto de vista de Moscú era el sentimiento cada vez más experimentó una expansión, particularmente en sus secciones económica y social y,
extendido de que los rusos sólo estaban interesados en hacer tratos para su propio y al morir Potekhin, en 1965, la dirección recayó en V.G. Solodovnikov, un econo-
exclusivo provecho desde una posición de fuerza. Esto no era del todo justo. Durante mista (y, desde 1976, embajador en Zambia). También se puso a Solodovnikov a la
toda la década de los sesenta, la URSS compró el cacao de Ghana a un precio bas- cabeza de un Consejo Coordinador de Estudios Africanos, creado por la Academia de
tante más alto que el mundial. La URSS fue para Ghana un cliente seguro y fijo y, Ciencias en 1966. Hacia 1970, la URSS contaba con 350 becarios trabajando en
cuando cayeron los precios mundiales, las compras rusas frenaron la caída al reducir temas de etnografía, economía, derecho, filosofía, historia y geografía africanas; 22 de
la oferta a otros mercados. El contrato con los rusos mantuvo los precios en los tradi- ellos alcanzaron el grado de doctores. Cuando Solodovnikov abandonó el Instituto
cionales mercados de Ghana más sostenidos de lo que lo hubieran estado en otro Africano, el prestigio de este órgano era tal que fue sucedido por el hijo del ministro
caso. En Guinea, por el contrario, la avidez rusa de bauxita estuvo muy lejos de tener de Asuntos Exteriores, A. A. Gromyko. Un similar desarrollo de los estudios africa-
algún parecido con la generosidad o el tacto. Después de que expertos soviéticos nos se produjo en Leningrado y en las universidades de los países de Europa del este.
hubiesen hecho prospecciones de las reservas existentes en Kindia, se creó una com- Fueran o no éstas las razones, el caso es que fue muy diferente la forma en que Moscú
pañía que se denominó conjunta; en realidad, fueron únicamente rusos los propieta- trató las crisis y las oportunidades derivadas de las dos grandes guerras civiles de los años
rios y administradores de la misma. Los beneficios de esta compañía se destinaron en setenta, en el Congo y en Nigeria. En el primero de estos países, la URSS respaldó al
un primer momento a una cuenta de compensación para contrarrestar las compras principio la intervención de la ONU, en parte porque Lumumba -que era el candidato
guineanas de armas y otros artículos soviéticos pero fueron falseados en el peor estilo de Bélgica para dirigir el nuevo Estado-se ajustaba a'ta idea que Moscú tenía de un ade-
neocolonialista. Por añadidura, la URSS se las ingenió para pagar 6 miserables dóla- cuado líder socialista africano; pero cuando Lumumba fue expulsado y más tarde asesi-
res por tonelada de bauxita en todo el período transcurrido hasta 1976, fecha en que nado, Moscú atacó a Hammarskjold por su forma de manejar la situación y amenazó

i; 644 645
¡;
con una intervención militar unilateral en apoyo del heredero de Lumumba, Antoine Por espacio de diez años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la URSS
Gizenga. Gizenga, sin embargo, no contó con un respaldo suficiente en el país ni en los no pudo encontrar una vía de acceso a África del Norte. La oportunidad se presentó
territorios vecinos (la hostilidad sudanesa selló el destino de su revuelta en la provincia de una forma curiosamente indirecta. Nasser quería armas que no podía obtener de
Oriental); su rebelión creó una alianza temporal entre Kasavubu y Tshombé que actuó Occidente. No conocía a los sucesores de Stalin pero al ir hacia Bandung tuvo un
en detrimento de los objetivos rusos; y el resultado final -el establecimiento de Mobu- inesperado encuentro con Zhou Enlai en el aeropuerto de Rangún. Le explicó sus pro-
tu, la gran esperanza negra de Estados Unidos- vino acompañado del cierre de la emba- blemas y Zhou le sugirió que probase con Moscú, prometiéndole que intercedería a su
jada soviética en Kinshasa. La URSS se retiró, perjudicada por sus propios errores de favor. Tras varias discusiones en El Cairo y Praga, los rusos enviaron a Shepilov a El
cálculo. Asimismo, había ofendido a la gran mayoría de los miembros de la OUA, orga- Cairo para dar a entender a Nasser que podía hacer lo que quisiera con los comunis·
nización que vio la luz en 1963, en gran medida como consecuencia de esta guerra. tas egipcios: no entraría dentro de los términos de un posible acuerdo sobre arma-
Por el contrario, Moscú fortaleció considerablemente su posición en Nigeria duran- mento el que dichos comunistas hubieran de beneficiarse del pacto. Cuando un año
te la guerra civil en este país. Fue una victoria del pragmatismo sobre la ideología. Lá más tarde los estadounidenses se negaron a aportar su ayuda para la financiación de
URSS había tardado en prestar atención a Nigeria. Aunque un embajador nigeriano la presa de Asuán, Nasser declaró que de todas formas seguiría adelante con el pro-
fue a Moscú unos meses después de que su país accediera a la independencia en 1960, yecto. Contaba con obtener la ayuda rusa. Fue una oportunidad para la URSS que,
Moscú no correspondió a esta muestra de cortesía hasta 1964. Sus simpatías instinti- tras cierta vacilación inicial, se metió de lleno en el asunto hasta el punto de ofre-
vas no estaban con el dominante norte ni con un general como Johnson Ironsi que era cerse a financiar la primera fase de construcción de la presa. Cuando Francia y Gran
considerado como un miembro de una casta feudal y pro británica. Pero la decepción Bretaña alentaron a Israel a invadir Egipto y se unieron en la tentativa de derrocar a
con respecto a los dirigentes civiles del África occidental llevó a Moscú a ver con bue- Nasser, la posición de Moscú acabó de consolidarse.
nos ojos a los militares, de los que podía esperarse que dirigieran gobiernos más esta- Este matrimonio de conveniencia funcionó razonablemente bien mientras estuvo
·. 1
bles y que resultaran ser amigos más previsibles y duráderos. La teoría se ajustó a las personificado por Nasser y Kruschev. La URSS proporcionó medios de transporte a
\ necesidades prácticas presentando al ejército como una fuerza popular y progresista Nasser para su expedición al Yemen en 1962 y dos años después Kruschev asistió a las
r ·, ,\i
que barría y eliminaba las lacras burguesas capitalistas. Gowon, el sucesor de Ironsi, no celebraciones de Asuán con motivo de la inauguración de la presa. Esto ocurrió unos
:':
;
procedía del norte y dio varias muestras de querer aliarse con Awolowo, al que liberó meses antes de su caída. Por entonces sus colegas ya le acusaban de adular excesiva·
de prisión. (Awolowo se había ganado el favor de Moscú inmediatamente después de mente a Nasser. Las dudas y desconfianza con respecto a Nasser se intensificaron
la independencia al convertirse en el primer líder de la oposición en el Parlamento cuando el dirigente egipcio se negó a respaldar a la URSS en la disputa con China
federal. Moscú esperaba ahora, equivocadamente, que Gowon le concediera el puesto sobre si la primera era una potencia asiática y por tanto capacitada para asistir a una
i de primer ministro.) Además, al orientarse Ojukwu hacia la secesión biafreña, quedó segunda conferencia de Bandung. Durante el ataque israelí sobre Egipto en 1967, El
11
! claro que una abrumadora mayoría de los miembros de la OUA se oponían a él. Moscú Cairo acusó al Kremlin de prestar sólo un raquítico apoyo militar y diplomático.
'1 i no pretendía ofenderles. Decidió respaldar -y armar- a Gowon. Cuando Nasser murió en 1970, la presencia rusa en Egipto había llegado a ser tan per·
~ ! 1
Las negociaciones se llevaron.ª cabo con rapidez, profesionalidad y gran facilidad si turbadora como extensa. En 1972, Sadat exigió la inmediata retirada de los 20.000
se tiene en cuenta que Nigeria estaba negociando aún con la URSS para conseguir consejeros y expertos soviéticos. Abandonaron el país en el plazo de siete días. Sadat
ayuda económica. Los planes de desarrollo de Nigeria eran tan vastos que no podía se apoderó de todas sus instalaciones y mat~rial.
obtener toda la ayuda que necesitaba sólo de Occidente de forma que, venciendo su Tanto Nasser como Kruschev eran jefes de Estado excepcionalmente francos.
profundo anticomunismo, se volvio también hacia la URSS y Europa oriental. En 1967, Ambos fueron capaces de abrirse camino a través de gran cantidad de recelós, inevi-
un equipo de cinco expertos rusos estuvieron cuatro semanas en Nigeria viajando por tables en el diálogo entre dos países que se conocían tan poco entre sí como Egipto y
muchas partes del país y estudiando las posibilidades de crear una industria siderúrgica la URSS. Sus sucesores carecieron de esta habilidad. Sadat sospechaba que el Krem-
(p~ra lo que, junto con otros proyectos, la URSS adelantó finalmente una suma de 140 lin apoyaba las intrigas de Ali Sabry y otros adversarios que tenía que el interior del
millones de dólares a últimos de 1968). Pero al estallar la guerra civil, los problemas de país. Sospechaba también que Breznev deseaba llegar a un acuerdo global con N ixon
Gowon se redujeron a uno solo: la obtención de armas. Gran Bretaña y Estados Unidos por el que, entre otras cosas, ambas superpotencias dejarían de prestar ayuda a los ára-
se negaron a concederle lo que quería y se dirigió entonces al embajador ruso, Alexan- bes para la lucha contra Israel. Sentía rencor por haber tenido que ir a mendigar a
der Romanov, un hábil y sensible negociador que no se propuso hacer un trato excesi· Moscú dos veces en un mismo año, sin que esos viajes hubiesen servido de gran cosa.
vamente duro (en cualquier caso Lagos estaba dispuesta a pagar al contado) y entendió Por su parte, Breznev sospechaba que Sadat -al que consideraba acertadamente
que aunque no era posible conseguir una Nigeria comunista, sí podía conseguirse una mucho menos radical que Nasser- llevaba a cabo detestables e infames transacciones
Nigeria amiga. Unas semanas después del inicio de las hostilidades, comenzaron a lle- con acaudalados saudíes y estadounidenses. En la guerra de 1973, la URSS, tragán-
gar armas rusas y checas y el apoyo soviético a Gowon siguió siendo firme y abierto. Fue dose su orgullo en un intento de recuperar el terreno perdido, salvó a Egipto y volvió
una política que logró los limitados objetivos que se había propuesto. Los sucesivos a suministrarle armas, pero fue sólo un intervalo en el proceso de separación de Sadat
gobiernos nigerianos, todos ellos profundamente anticomunistas, mantuvieron las afa- con respecto a la alianza rusa de N asser y de acercamiento a Carter y Begin que se
bles relaciones con la URSS que se habían establecido durante la guerra civil. consumaría en el encuentro de Camp David. En 1976, Sadat derogó el tratado que

646 647
!:

había concertado con la URSS en 1971. El Kremlin había perdido la pieza más valio- annas soviéticas y checas llegaron al país y fueron halladas en fincas de Odinga. Ken·
sa de cuantas tenía en África. yatta acusó a Moscú de organizar y financiar una conspiración contra él y a Odinga de
La URSS también tuvo sus tropiezos en Sudán. Moscú en seguida reconoció y aco- ser un agente comunista. Los diplomáticos rusos y de otros países comunistas fueron
gió favorab\emente la independencia sudanesa; clasificó a Abbud, al acceder éste al expulsados del país. En esta parte de África, lo mejor que Moscú podía hacer era mejo-
poder en 1960, como un combatiente progresista, y el golpe de Numeiry en 1969 ! rar sus relaciones con Uganda, lo que efectivamente hizo incluso bajo el mandato del
alentó aún más a los rusos. Numeiry concedió al comunista Mohammad Ahmed atroz Amin (a cuya corte fue enviado como embajador en 1972 un colabotador'del mi-
Mahgoub un puesto en el gabinete, y la coincidencia de golpes de Estado similares en nistro de Asuntos Exteriores, Alexei Zakarov). Pero Uganda, que no tenía salida al mar,
Somalía y Libia creó la grata ilusión. de que pudiera constituirse un bloque de izquier- era el menos prometedor de los estados africano-orientales en términos geopolíticos.
das compuesto por estos tres países además de Egipto. Pero al año siguiente, Numeiry La URSS encontró compensaciones más al norte. En 1963, concertó un primer acuer-
expulsó a Mahgoub de Sudán y, cuando éste regresó y fomentó un revuelta, lo mandó do con Somalía, ofreciéndole créditos y subvenciones por valor de 35 millones de dóla-
ejecutar. Esto resultó particularmente embarazoso para Moscú, que había aplaudido er res. Las relaciones se estrecharon tras el golpe de 1969 que llevó al poder al coronel Siad
golpe en la creencia de que ya había triunfado. Barre. En pago a la ayuda prestada, a la URSS se le permitió la construccióú de una base
Más importante que Sudán y apenas menos tentador que Egipto era Argelia. Mers naval en Berbera y de una base aérea en Hargeisa, el almacenamiento de misiles y otros
el-Kebir era una base naval casi tan atractiva como Alejandría y, dada su orientación tipos de armamento, y facilidades para los servicios de inteligencia y las telecomunica-
hacia Occidente en el Mediterráneo, ofrecía oportunidades de flanquear a la OTAN ciones. En 1972, cuando las posiciones de la URSS en Egipto y Sudán comenzaron a ser
y.podía servir de contrapeso al fortalecimiento que para la alianza occidental suponía poco seguras, el mariscal A. Grechko, ministro ruso de Defensa, realizó una visita a Soma-
la adhesión de Grecia y Turquía. P~ro las relacione~ ruso-argelinas no fueron nunca lía. Le siguió dos años más tarde el presidente Podgomy, que firmó un tratado de amistad
fáciles. Moscú era poco entusiasta con respecto al FLN, cuyos líderes parecían situar- y colaboración de diez años de duración, el cual, entre otras cosas, saldaba la deuda que
se justo en el extremo contrario del espectro socialistá. Tenía sus dudas sobre si era Somalía tenía contraída con la URSS, lo que realmente era una poco habitual muestra
prudente ofender al Partido Comunista francés y a su homólogo argelino, ambos hos- de generosidad. Hacia 1977, la ayuda militar soviética a Somalía había alcanzado los 250
tiles al FLN. También dudaba sobre si convenía ofender a De Gaulle teniendo en millones de dólares, había 2.000 técnicos militares rusos en el país y el valor de las bases
cuenta que era una espina para Washington. El reconocimiento ruso del FLN como y del material disponible para la utilización soviética era de alrededor de 1.000 millones
gobierno no se produjo hasta 1960 (China lo reconoció en 1958), y el respaldo sovié- de dólares. La URSS había apostado fuerte. Sus intereses en la zona eran considerables.
tico siguió siendo restringido hasta que el fracaso del golpe de los generales franceses Todo esto tenía más que ver con el océano Índico que con el continente africano.
en 1961, seguido de la segunda conferencia de Evian en 1962, selló el éxito del FLN. La preocupación rusa por estas aguas viene de muy antiguo. Con anterioridad a 1917,
Moscú dio entonces a Ben Bella un apoyo entusiasta hasta su caída en 1965, en que, el Imperio otomano y Persia bloqueaban el acceso de Rusia a lo que es en realidad un
con una rapidez casi indecente, buscó la amistad de Bumedián con igual ardor. segmento de la principal ruta marítima del mundo. A partir de esa fecha, una serie de
El problema de Argelia era cómo conciliar sus intereses con la URSS y con Francia estados árabes y sus garantes occidentales interceptaron el camino hasta que en 1955
de modo que pudiera obtener ventajas por ambas partes. DesarroÜó sus vínculos comer- el convenio de armamento con Egipto abrió una puerta de acceso a Oriente Medio y
ciales con la URSS mediante una serie de acuerdos, envió a cientos de jóvenes a estu- de esa forma, a través del mar Rojo, al océano Índico. Y en 1971, Adén pasó a formar
diar a la URSS y acogió a unos 2.000 técnicos soviéticos y otros tantos consejeros mili- parte del estado independiente y de izquierdas de Yemen del Sur; se trataba de un
tares. Pero contrató a un número similar de técnicos franceses y de otras nacionalidades; puesto avanzado estratégico de enorme importancia si podía integrarse, bajo la tute-
insistió en rendir homenaje a dirigentes heterodoxos como Tito y Ceaucescu¡ y se mani- la soviética, en un grupo más amplio de estados clientes de la URSS. En la medida en
festó a favor de que tanto la flota estadounidense como la rusa se retirasen del Medite- que se fueron debilitando sus posiciones en Egipto y Sudán, la URSS empezó a inte-
rráneo. Argelia se convirtió en un claro ejemplo de la principal dificultad de la URSS resarse por contrarrestar el dominio estadounidense en Etiopía, país que, tras su vir-
en África. Las simpatías ideológicas condujeron a una ayuda militar pero a poco más. tual anexión de Eritrea en 1952, disponía de 1.500 kilómetros de costa del mar Rojo
Las economías rusa y argelina no eran complementarias; sus diversas necesidades y (estando la costa opuesta bajo el control de un amigo todavía más incondicional de
recursos no se acoplaban correctamente. La URSS, cuya agricultura crónicamente Washington, Arabia Saudí).
enferma necesitaba fosfatos, podía obtenerlos en mayores cantidades de Marruecos que Durante los años sesenta, además, Estados Unidos desarrolló sus misiles Polaris-A3
de Argelia; pero ideológicamente Marruecos se oponía a la URSS y estaba también con un alcance de 4.000 kilómetros. Si esta nueva arma se lanzaba desde barcos situa-
enfrentada con Argelia. dos en el océano Índico, sería capaz de alcanzar ciudades soviéticas. La primera reac-
La URSS lo pasó mal en África orientaL En Tanzania, Nyerere no trató de ocultar ción de Moscú fue una propuesta para declarar el océano Índico zona desnuclearizada.
i que desconfiaba de Moscú tanto como de Washington. En Kenia, la URSS cometió un Al caer en el vacío esta idea, el almirante S. G. Gorshkov, padre de la moderna mari·
grave error táctico al respaldar a Oginga Odinga, que, en el momento de la indepen- na de guerra soviética, envió una fuerza simbólica desde Yladivostok al océano Índico
dencia en 1963, parecía ser el candidato favorito de Kenyatta para ocupar el puesto y estableció allí durante los años setenta una patrulla permanente. De esta forma, el
1 número dos pero se arrogó atribuciones que no le correspondían y cayó en desgracia en desarrollo del poderío naval ruso, uno de los rasgos más sobresalientes de la lucha pos-
l f
1966. Aunque Kenya no había suscrito ningún acuerdo de armamento con la URSS, bélica entre las superpotencias, se llevó a cabo en aguas en las que una gran cantidad
~ 1

~. 648 649
¡¡
n
¡ 1
del petróleo importado por Estados Unidos y dos tercios del que importaba Europa maniobra estratégica, sino de una demostración de fuerza, eficacia y seguridad. Su signi·
'i! occidental se encontraba en peligro. ficación era tanto mayor por cuanto nunca antes de ahora, ni siquiera para defender sus
1 ! A mediados de los años setenta, ciertos acontecimientos proporcionaron a Moscú posiciones en Egipto, había recurrido la URSS al uso directo de la fuerza en África. Pero
una oportunidad de aumentar enormemente su esfera de influencia en esta parte del una vez que hubo salvado a Etiopía de un ataque somalí, la URSS no permitió un con·
globo. En 1974 se produjo la caída de Haile Selassie. Anciano y con muchas cargas traataque etíope sobre Somalia, una prudente limitación probablemente dictada por la
sobre sus espaldas -su heredero había sufrido un ataque en 1973; su alianza con Israel determinación de no provocar excesivamente a Estados Unidos y evitar así una abierta
'1
sucumbió en la guerra de ese año en Oriente Medio; la cordialidad de Estados Unidos confrontación entre las superpotencias. Pero, incluso con ayuda rusa, Mengistu sólo
se había visto debilitada; los estudiantes organizaban manifestaciones y tumultos y los consiguió mantener a distancia a sus enemigos y pedir más ayuda. Cuando Gorbachov
obreros huelgas- hizo un intento de aflojar la mordaza que había puesto a su mal gober- subió al poder estaba claro que Mengistu era mucho más caro de lo que valía la pena. Se
nado país y todo el pasado se le echó entonces encima. En la consiguiente confusión, le dijo que tanto la ayuda rusa como las tropas cubanas desapar~cerían.
las potencias extranjeras se anduvieron con pies de plomo. Estados Unidos, que toda· Las derrotas infligidas a los somalíes permitió a Mengistu resistir las suyas propias
vía estaba realizando el traslado de su base etíope de Kagnew a un nuevo puesto fortifi- en la lucha contra los eritreos hasta que, de nuevo con la ayuda rusa y cubana, pudo
cado en Diego García en el océano Índico, continuó suministrando durante algún tiem- lanzar una contraofensiva. De momento, Mengistu se había salvado, y la URSS se
po ayuda financiera, armas y entrenamiento. Por su parte, la URSS se veía impulsada en había implicado o, como algunos pensaban, se habían metido en un lío. La Etiopía de
dos diferentes direcciones: su aliado somalí era profundamente hostil a Etiopía, pero la Mengistu, no menos que la de Haile Selassie, era un imperio mosaico dominado de
· oportunidad de desplazar en este país a los estadounidenses resultaba sumamente atrac- forma precaria por su minoría cristiana amharica. Aparte de los problemas con los eri·
tiva para Moscú. Hacía mucho tiempo que Moscú era consciente de la importancia de treos y somalíes, al Deurg se oponían los pueblos aromo del sur (que constituían aire·
Etiopía. En 1959, cuando la monarquía etíope estaba firmemente asentada en el campo dedor de la mitad de la población del país) y los tigrayanos en el noroeste. En la con-
estadounidense, la URSS había enviado como embajador en Addis Abeba a A. V. Buda- ferencia islámica de Taif celebrada a principios de 1981, once miembros de la OUA
kov, jefe del departamento africano del Ministerio de Asuntos Exteriores, y Moscú había se unieron en una unámime condena de la represión a que eran sometidos los musul.
asimismo ensalzado el papel desempañado por Haile Selassie en la creación de la OUA, manes en el Cuerno de África. Ni como aliado ni como subordinado era probable que
había calificado a su anticuado y represivo régimen de progresista, y le había concedido Etiopía resultase ser una ventajosa baza para el poderío mundial ruso.
una ayuda relativamente generosa. Tras su caída, Moscú se encontró en posesión de un Al producirse la caída de Salazar en Lisboa en 1974, la URSS envió a V.G. Solo·
arma de la que Washington carecía. Podía armar al nuevo régimen. Washington no. dovnikov como embajador a Zambia. Solodovnikov no había ocupado ningún puesto
El suministro de armas a la Etiopía de Mengistu hacía peligrar la alianza con diplomático hasta entonces. Era el más destacado africanista de Moscú. Se decía que le
Somalia pero Moscú esperaba que ambas cosas fueran compatibles. En 1977 se deci- había sido concedida una elevada posición en el KGB. Persona accesible y cordial aun-
dió a dar el paso decisivo. Se aseguro el control de la capital, aunque no de la totali- que no gustaba de frecuentar sin embargo los cócteles diplomáticos, le fue encomenda-
dad del país. Se perfiló como el líder al que debía respaldarse, pero tendría que ser res- da la tarea de hacer de Lusaka el centro de influencia e información soviético que El
paldado tanto frente a sus enemigos internos como externos, y en particular frente a Cairo y Conakry no habían logrado ser. Solodovnikov estaba tan interesado por el
Somalia. Moscú se dirigió a Castro para que persuadiera a Siad Barre a olvidar su dis· ZAPU de Rodesia y la SWAPO de Namibia como por los asuntos de Zambia. Por estas
puta con Etiopía y le instara a unirse a una agrupación de izquierdas cuyo núcleo lo mismas fechas, la URSS creó una embajada asombrosamente importante en Botswana.
constituirían Etiopía, Somalia y Yemen del Sur. Durante el resto de la década, la URSS llevó a cabo una política de escaso riesgo
Las simpatías de Castro estaban con los somalíes (y los eritreos) más que con los etío- en África, en contraste con sus anteriores actuaciones en el Cuerno. Prestó un míni-
pes: había habido una misión de entrenamiento cubana en Somalia desde 1974. No mo apoyo a los movimientos insurgentes de Rodesia y Namibia, suficiente para que
obstante, aceptó el encargo de Moscú. Como era previsible, no logró convencer a Barre siguieran adelante y para mantener buenas relaciones pero nada más. En Angola se
de que renunciara a la oportunidad dorada de arrebatar a Etiopía la provincia de Oga- las arregló para intervenir sólo de forma indirecta pero su actitud se fue haciendo cada
den durante tanto tiempo disputada. Inmediatamente después, Castro volvió a compla- vez más vigilante. En 1976, el general (más tarde mariscal) S. L. Sokolov en el trans·
cer a Moscú nuevamente. Puso sus ejércitos a disposición de Moscú y de Addis Abeba curso de su viaje a África llegó por el sur hasta Mozambique. Al ano siguiente, un
para derrotar a sus antiguos amigos somalíes. Los primeros contingentes se trasladaron grupo compuesto nada menos que por once generales ru~os se concentraron en el sur
desde Cuba hasta Moscú y de allí a África. Otras unidades llegaron más tarde desde de Angola y un año más tarde el general V. I. Petrov visitó Angola y Mozambique.
Angola por vía aérea y marítima. Estas fuerzas consiguieron detener la conquista de Estos exploradores eran de notable importancia. Sokolov era miembro del grupo más
Harar y Diredawa por parte de los somalíes, frenaron el avance somalí y luego lo recha- alto de la jerarquía militar, grupo compuesto sólo por cuatro personas. Petrov era el
zaron por completo. La contribución rusa a estas operaciones consistió en un puente número dos de las fuerzas de tierra, había prestado servicios en el Lejano Oriente y
aéreo vía Adén que, a partir de octubre de 1977, transportó 550 tanques T54 y T55, al había sido el máximo responsable de las operaciones en Etiopía y en el Cuerno. El
menos 60 Mig-17 y Mig-21 y 20 Mig-23, SAM 2, y 3 misiles tierra-aire, lanzamisiles grupo de los once generales incluía a especialistas en planificación, entrenamiento,
BM21, artillería de 152 y 180 mm, sistemas antiaéreos de autopropulsión, carros blin- intendencia, trasporte aéreo, radio y electrónica; estaban representados tanto el ejér·
dados para transporte humano y mucho más. Para la URSS no se trataba sólo de una cito de tierra como el del aire. Todos estos trabajos de reconocimiento no condujeron

650 651
a ninguna operación. Eran, no obstante, sintomáticos de la conciencia del Kremlin Pero el líder cubano no perdió el interés por la zona. La cabeza de puente de Braz.
de que tales operaciones podrían ser deseables algún día. zaville fue seguida de otra en Conakry -la capital africana más próxima al Caribe y
Un poco antes, una prestigiosa delegación del Instituto de Africa visitó (en 1976) centro de entrenamiento de las guerrillas que combatían contra los portugueses en
las islas de Madagascar y Mauricio para dar testimonio del interés soviético en estas Guinea· Bissau-Castro organizó también una fuerza de seguridad interior y una guardia
zonas. En 197 5, Madagascar dio un brusco giro a la izquierda con la llegada al poder personal para Sékou Touré y otras para los presidentes Alphonse Massembe-Debat de
de Didier Ratsirake, mientras que en las islas Comores -situadas en el extremo sep- Brazzaville y Siaka Stevens de Sierra Leona. (En los años setenta extendió sus activi·
tentrional del canal de 1.600 kilómetros que separa Madagascar de Mozambique y por dades a Yemen del Sur, la provincia Dhofar de Omán, y los Altos del Golán.)
el que pasan las tres cuartas partes de los minerales estratégicos de la OTAN-Ali Soi- Castro estableció contactos con los movimientos de liberación de todas las colo-
lih (asesinado en 1978) llevó también a su país hacia la izquierda. Lo mismo hizo nias portuguesas de África durante los años sesenta. El escenario angoleño era parti-
France-Albert René en las Seychelles en 1977. cularmente confuso. Surgieron docenas de movimientos, pero confluyeron en tres
Pero las más importantes novedades ocurridas en el África austral en los años seten- fuerzas principales: el MPLA de Agostinho Neto, el FNLA de Holden Roberto y la
ta fueron las secuelas del derrumbamiento del dominio portugués. En Mozambique, UNITA de Jonas Savimbi. El FNLA parecía la más efectiva, pero Roberto era anti-
Samora Mache! estableció, prácticamente sin oposición, un Estado de partido único que comunista y estaba estrechamente ligado a Mobutu. Obtuvo ayuda de diferentes luga-
era claramente izquierdista en los asuntos internos pero no alineado por lo que se refie- res: Zaire, China, .Rumania, Libia y Estados Unidos (que permanecieron fieles a Por-
re a los bloques de poder en la política internacional. En Angola, la lucha por la suce- tugal hasta el último minuto pero desviaron el grueso de su ayuda hacia el FNLA a
sión fue más conflictiva y dio lugar a una de las más extrañas intrusiones de toda la his- principios de 1975). Por lo tanto, la URSS respaldó a Neto, pero sólo esporádica·
toria del continente: la llegada en masa de los cubanos. Esta sorprendente iniciativa fue mente; el año anterior a la caída de Salazar la ayuda rusa se había reducido hasta tal
provocada por el temperamento personal de Fidel Castro, pero hubiera sido imposible sin punto que Neto recurrió desesperado a los países escandinavos y a Cuba. Pero seis
la ayuda y la aprobación rusas. Proporcion6 a Moscú un instrumento vicario en una zona meses después del golpe en Portugal, Moscú reanudó su ayuda y, cuando el FNLA
en la que se resistía a actuar directamente y de la que (al igual que Washington) desco- atacó al MPLA en marzo de 1975, salvó de hecho a Neto al enviarle urgentemente
nocía probablemente todavía demasiadas cosas para que sus operaciones tuvieran buenos suministros y armas por avión vía Conakry y Brazzaville, y también por mar. En octu-
resultados. Condujo asimismo a la utilización de fuerzas cubanas en el Cuerno de África. bre, China se había retirado de la escena, incapaz de igualar la ayuda rusa al MPLA,
Como consecuencia de las sanciones económicas estadounidenses contra Cuba, cas- que -según la CIA- había hasta entonces recibido de la URSS y Europa del este
tro había llegado por estas fechas a depender decisivamente de la URSS. Una serie de armas por valor de 80 millones de dólares. Rumania también se retiró, pero Estados
desastres económicos internos lo habían puesto a la entera disposición de Moscú. Pero es Unidos, tras ciertas vacilaciones, continuó y gastó mucho dinero.
poco probable que la URSS le hubiera pedido intervenir en África si la idea no se le Estos éxitos del MPLA no sirvieron para nada porque en octubre, cuatro semanas
hubiera ocurrido a él en primer lugar. África siempre había atraído a Castro. Cuba era antes de la fecha fijada para la independencia, Sudáfrica invadió el país. En n;viem-
demasiado pequeña para él; sus intentos de propagar su revolución en América Latina bre, el MPLA se autodesignó gobierno provisional; otros países africanos se apresura-
habían fracasado; y cuando recordó que «sangre africana corre por nuestras venas» y ron a reconocerlo y a denunciar la invasión sudafricana y a sus garantes estadouni-
habló de los africanos como de sus hermanos y hermanas, estaba expresando algo que era denses; y Nigeria entregó a Neto 20 millones de dólares. No obstante, la posición de
para él tan real como romántico. Quería ayudar. Después de dos años de su llegada al Neto era precaria. Esta vez fue Castro quien le salvó. ·
poder, envió instructores para ayudar al entrenamiento de guerrillas en campos de Castro y Neto se habían convertido en amigos personales. La ayuda cubana había
Ghana. Dos años más tarde, en 1963, una segunda misión de entrenamiento fue enviada contribuido a llenar el vacío dejado por Moscú cuando sus relaciones con Neto se
a Argelia. Pero aquí la ayuda fue más lejos del simple entrenamiento. Cuando Argelia se enfriaron en 1973-1974. Varios cientos de consejeros cubanos llegaron a los campos
vio envuelta en una lucha fronteriza con Marruecos, Castro envió a Ben Bella tres bar· del MPLA en abril y septiembre de 1975 y cuando Neto recurrió a Castro a primeros
cos y un avión cargados de material, acompañados por cubanos que sabían cómo mane- de noviembre en demanda de tropas para luchar contra los sudafricanos, no lo hizo
jarlo. Estos cubanos hubieran intervenido sin duda en la lucha si ésta no se hubiera aca- en vano. La primera unidad llegó por avión do~ días más tarde. La componían ochen-
1 bado justo antes de que alcanzaran la línea de fuego. Las tropas de combate fueron ta y dos hombres disfrazados de civiles, avanzada de lo que llegaría a ser un ejército
entonces evacuadas, pero la misión de entrenamiento perm,aneció allí hasta la caída de de 20.000 a 30.000 hombres. Los primeros refuerzos llegaron por mar a finales de
Ben Bella en 1965. noviembre y esta primera travesía del océano de casi 10.000 kilómetros iba a ser
Castro intervino también en el Congo. Algunos consejeros y una pequeña fuerza seguida por otras cuarenta y una en los seis meses siguientes de activas hostilidades.
de combate de unos 200 hombres con Che Guevara en persona, acudieron en ayuda Hubo un momento en que estuvieron simultáneamente en el mar -en ruta hacia el
de los herederos de Lumumba, pero el golpe de Mobutu a finales de 1965 puso fin a este- no menos de quince barcos, la mayor procesión de hombres y material bélico
su aventura. Unos cuantos de aquellos consejeros cruzaron el río Congo hasta Braz- que había cruzado el Atlántico desde que los estadounidenses habían navegado hacia
zaville, pero cuando, al año siguiente, la misión cubana en Ghana se retiró después el norte de África y Europa para luchar contra Hitler. El esfuerzo marítimo fue com-
de la caída de Nkrumah, las expediciones africanas de Castro parecían haber resulta- plementado por un puente aéreo en el que los anticuados Britannias cubanos, después
do tan inútiles como las que había enviado a América Latina. de tomar tierra en Barbados, volaron a Guinea-Bissau y Brazzaville. Cuando la esca-

652 653
'! i
la de Barbados fue suprimida bajo presiones de Estados Unidos al impedir que repos· candas a precios fijos, una práctica que provocó muchas protestas por parce de los deu·
tasen los aviones, se improvisó para sustituirla otra escala en las islas de Cabo Verde. dores, que se veían así privados de los beneficios de la subida de los precios mundiales.
La expedición cubana a Angola fue una apuest~ cuyo balance resultó positivo. Su En términos comerciales, sólo un 2% de los intercambios de la URSS se efectua·
fracaso hubiera puesto fir:i a la presencia cubana en Africa y quizá al propio gobierno de ban con países africanos, pero esta insignificante proporción no carecía de impor-
Castro en Cuba. Pero el éxito no fue completo. El MPLA no logró una victoria total tancia, puesto que la URSS obtenía de su comercio con África un superávit que era
sobre sus rivales internos, particularmente por lo que respecta a la UNITA, que siguió más que suficiente para compensar el déficit de su comercio con Occidente. Para
existiendo en el sur de Angola. Tampoco la expedición se desarrolló como Castro había África, la URSS tenía poca importancia comercial: únicamente Egipto y Guinea lle-
pretendido. Él esperaba que sus tropas estuvieran de regreso en Cuba en seis meses y garon a superar en alguna ocasión en sus intercambios con la URSS el 10% del total
seguía esperándolo en una fecha tan tardía como marzo de 1976. En realidad, su fuerza de su comercio exterior.
destacada en el extranjero, que representaba una considerable proporción del total del La ayuda militar podía clasificarse en dos grandes categorías. Por un lado, estaba
ejército cubano formado por 160.000 hombres, se vio obligada a permanecer en Ango- el suministro de material y el entrenamiento ofrecidos como un elemento más en su
la indefinidamente al objeto de mantener en el poder a Neto y (tras su muerte, en 1979) táctica de hacerse amigos en lugares prometedores; y, por otro lado, se hacían espe·
a su sucesor, José Eduardo dos Santos. Aún cuando los rusos pagasen las cuentas, el qui· dales esfuerzos para conseguir ventajas de interés estratégico. Las estadísticas de la
jotismo de Castro impuso tremendos sacrificios amiles de cubanos, que lucharon, murie- ayuda militar mostraron por consiguiente grandes saltos en puntos cruciales. Duran·
ron 0 regresaron a sus casas en penosas condiciones. A diferencia de los piamonteses te los años setenta, hasta 1976 inclusive, la ayuda militar rusa y europeo-oriental
enviados por Cavour a hundirse en el lodo del Chómaia, no podían sentirse conforta· ascendía a 300-350 millones de dólares al año. Estaba bastante extendida: más de la
dos con la idea de que estaban pagando el precio de la independencia de su propio país. mitad de las fuerzas aéreas de los países de África adquirieron aviones rusos. En 1977,
l .. Nadie ha sido generoso con África, y los rusos han estado entre los menos gene· principalmente debido a Angola, la ayuda militar alcanzó los 1.500 millones de dóla-
rosos. Si la ayuda económica es un instrumento diplomático de primer orden, la uti· res y en 1978 otros 1.000 millones se gastaron sólo en Etiopía. Eran para la URSS
¡ ¡: lización que los rusos han hecho de él es entonces sorprendentemente escasa: ni cifras altas, una demostración de que Moscú estaba dispuesto a pagar el precio nece-
¡.¡ siquiera se han preocupado de competir con sus rivales. A finales de los años setenta, sario para dar un paso decisivo en África.
1

la totalidad de la ayuda rusa para el desarrollo de otros países era equivalente al Las invitaciones y becas para estudiantes constituyen otro tipo de ayuda. Los ries-
! 0,002% de su PNB. Incluso Italia hacia algo más que eso. (Los paises más generosos gos que comporta son bien conocidos. Los estudiantes se sienten frecuentemente
eran Suecia, Holanda, Noruega y Francia, con un 0,99, 0,85, 0,82 y 0,6% respectiva· decepcionados por los países que les acogen y los rusos no tuvieron más éxito que los
mente. Gran Bretaña dedicaba a este fin un 0,38% y Estados Unidos un 0,22, Suiza occidentales en evitar los desaires provocados por los prejuicios raciales. La URSS
1
1
un 0,19 e Italia 0,09%. Aunque hay distintas formas de interpretar estas canti?ades, abrió sus brazos a los estudiantes extranjeros ya en 1922 cuando los primeros mongo·
las posiciones relativas no resultan alteradas.) En el conjunto de la ayuda a Africa, les fueron recibidos en Moscú, pero sólo tras la Segunda Guerra Mundial se desarro·
!\ tanto nacional como internacional, la URSS contribuye con menos del 3%. La ayuda liaron programas importantes para estudiantes. En la primera década de la posguerra,
;¡ económica por consiguiente es considerada por la URSS no como un instrumento de casi todos procedían de los países satélites europeos, pero con la descolonización de
¡,
primer orden, sino como una inversión política de escasa importancia. Asia y África, y la rivalidad durante la guerra fría para conseguir la amistad del Ter·
1
!: Por otra parte, los efectos de la ayuda rusa pueden haber resultado mayores de lo cer Mundo, se dieron pasos encaminados a atraer también a estudiantes de aquellas
.! que tales cifras sugieren porque estaba concentrada en un número relativamente zonas y de América Latina.
pequeño de países. Algunos estados resultaban especialmente favorecidos: Egipto, Muy pocos sabían ruso. Pasaban por tanto un año preliminar aprendiendo la len·
Argelia, Marruecos, Guinea, Somalia. Fueron elegidos por razones políticas y eran gua (para lo cual se reclutó a 4.500 profesores) y haciendo un curso de «socialismo
susceptibles de ser abandonados por las mismas razones. Entre ellos, la URSS -como científico». Algunos rechazaban esta segunda parte del programa pero quizá menos de
,,í otros donantes- mostraba preferencia por grandes proyectos industriales más que, por lo que a los occidentales les gustaba suponer. Cuando los estudiantes de Kenia se
.i ejemplo, por el desarrollo agrícola: en Egipto, por ejemplo, la presa de Asuán, las declararon en huelga en Bakú en 1965 y pidieron regresar a su país, incluyeron en sus
'! fábricas de acero de Helwan y las de aluminio de Nag Hammadi. Los técnicos sovié· motivos de queja el adoctrinamiento a que eran sometidos; pero el comunismo for-
ticos estaban también concentrados; de los 34.000 que había aproximadamente en maba parte de lo que la URSS podía ofrecer y muchos estudiantes iniciaban estos cur-
África en 1977, sólo 5.000 estaban al sur del Sahara. sos con al menos una cierta curiosidad inicial. De los cursos fundamentales, los que
L~ proporción entre créditos y ayudas a fondo perdido concedidos por la URSS era tenían una mayor aceptación eran los de medicina e ingeniería.
de 2 a 1 aproximadamente. Los intereses se situaban por debajo del 2,5% o incluso Los estudiantes extranjeros en la URSS recibían 100 rublos al mes -el doble de la
eran nulos; pero los períodos para su amortización eran comparativamente cortos, nor· beca que se le concedía a un ciudadano soviético- además de un alojamiento barato
! malmente de diez o doce años, mientras que un crédito occidental podía amortizarse a un coste de unos dos rublos al mes, asistencia médica gratuita, y unas vacaciones
en un plazo de treinta o cuarenta años. La URSS se mostró incluso más reacia que anuales dotadas con 100 rublos para gastar en la URSS. Aproximadamente la mitad
1 otros acreedores a cancelar o renegociar las deudas, si bien Somalia fue favorecida en de todos los estudianes del Tercer Mundo iban a la Universidad Patrice Lumumba y
este sentido en 1974. La devolución de los créditos se efectuaba normalmente en mer- más de la mitad de ellos procedían de África. Según algunas fuentes rusas, había en
.1
)!

li 654 655
esos años unos 50.000 extranjeros estudiando en universidades y escuelas técnicas, sin Todas esta~ actuaciones complementarias a la política exterior reflejaban el carácter
contar otros que realizaban cursos profesionales a niveles más bajos o estudios para pos- marginal de Africa en el conjunto de las preocupac;iones soviéticas. Merecía la pena
graduados a niveles más altos. A estas cifras habría que añadir las universidades y dedicar algún estudio, algún esfuerzo y algún gasto a Africa, pero durante la mayor parte
escuelas especiales en Europa del este -por ejemplo, las escuelas establecidas en Buda- del tiempo esta zona del globo no constituyó un campo de acción primordial ni siquie-
pest y Berlín para instruir a los africanos en sindicalismo y periodismo respectivamente-. ra secundario de la URSS. La atención que se le dedicaba, no obstante, parecía indicar
En términos puramente numéricos, esto suponía una útil y bien recibida contribución que estaba en la mente de Moscú que algún día pudiera llegar a serlo. Hubo excepcio-
para responder a una de las más urgentes necesidades de Africa, pero (también en tér- nes -áreas y ocasiones en que los esfuerzos adquirieron proporciones mucho más impor·
minos exclusivamente numéricos) era sólo un pequeño complemento a otras posibili- tanes (Egipto, Etiopía)-, pero en estos casos los motivos se encontraban en Oriente
dades educativas más familiares. En los años sesenta y setenta, sólo Gran Bretaña tenía Medio y no en el propio continente africano. Entre tanto, Moscú acumulaba conoci-
el doble de estudiantes que la URSS y todos los países del este de Europa juntos y, por mientos a través de sus embajadas, sus servicios secretos, sus periodistas de las agencias
citar un ejemplo, a los diez años de su independencia, Nigeria tenia unos 15.000 estu· TASS y NOVOSTI, y sus organismos académicos en Moscú y otros lugares. Esta labor
diantes en el extranjero y casi todos ellos estaban en Gran Bretaña. coincidió con el impresionante desarrollo de la potencia soviética que ~aracterizó a la
Al estudiante extranjero en Europa oriental, igual que al nacional, se le concedía época de Bremev. Ni bajo Stalin ni bajo Kruschev había sido la URSS una verdadera
mucha menos libertad que a un estudiante en el más permisivo Occidente; la vida dia- potencia mundiaL Stalin convirtió al país en una potencia nuclear lo suficientemente
ria era más rutinaria y tenía menos atractivos, si bien Alemania occidental proporcio- amenazadora como para ser el contrapeso de Estados Unidos en un mundo bipolar. Krus-
naba algo del estilo alegre y movido que buscaban los ióvenes que se embarcaban en una chev heredó esta posición y demostró, con el fracaso de la crisis de los misiles cubanos,
aventura extranjera; en estos países, el estudiante estaba más supervisado, incluso más que el alcance de las actuaciones de Moscú era aún limitado. Pero en los años setenta,
.!·, ¡:
aislado, y sufría más disgusros de los habituales cuando reclamaba la atención de las chi- el crecimiento constante del poderío y la tecnología soviéticos hizo posible que la URSS
cas del lugar. En 1963, los estudiantes de Ghana se manifestaron en la Plaza Roja de llegase a todas las partes del globo. A partir de ese momento la cuestión era, en relación
Moscú tras la muerte de uno de ellos en una trifulca, y en un incidente particularmen- con cada una de las partes, qué sería lo que Moscú juzgaría oportuno hacer.
te fastidioso 250 estudiantes egipcios fueron trasladados de la URSS a los Estados Uni- Gorbachov comprendió que lo que estaba llevando a cabo en África era a un tiem-
dos, tras haber protestado por sus condiciones de vida y por los cursos de adoctrina· po caro e infructuoso. El compromiso en Etiopía, al igual que el de Vietnam o el de
miento que se veían obligados a seguir. Era, en otras palabras, la otra cara de la moneda. Afganistán, no era más que una cara locura. Las intervenciones militares ocasionaban
Para el número inmensamente superior de africanos que por fuerza se quedaban un gasto excesivo y no reportaban beneficio político. Incluso las subvenciones relati·
en sus casas, la URSS fue gradualmente organizando sus emisiones radiofónicas vamente pequeñas concedidas al ANC eran dinero malgastado mientras éste confia-
exteriores. A finales de la década de los setenta, emitía para todo el mundo 2.000 ra en la violencia para destruir el apartheid: la URSS debía seguir apoyando al ANC
horas semanales en ocho lenguas diferentes (China sólo utilizaba la mitad de esas y al Partido Comunista de Sudáfrica, pero no estaba obligada a apoyar sus métodos.
horas). Pero el continente africano, con la excepción de África del norte que cubrían Gorbachov prefería centrarse en los países de Primera Línea. Mejoró las relaciones
los impecables servicios de Oriente Medio, no era un objetivo primordial. En 1979 con Zimbabwe, donde sus predecesores habían cometido el error de apoyar a Nkomo
se le adjudicaron 147 horas semanales, las mismas que en 1966. Las lenguas mas frente a Mugabe. Redujo la presencia rusa a lo político, retórico y encubierto, y espe-
utilizadas por el servicio africano .eran el francés, el swahili y el hausa que ocupa· ró a que otros cometieran errores, en lugar de cometerlos él.
! J ban 66,5 horas, reservando las 80,5 horas restantes a emisiones en otras 11 lenguas. A lo largo de estas décadas, lo~ chinos interpretaron un esporádico disobligato a la
:
'\
~
Aparte de su servicio africano, la URSS emitía en inglés las veinticuatro horas del actuación de rusos y cu~anos en Africa. Los logros de China en Africa se han exage-
i 1.
día y muchos de estos programas podían escucharse en África. Entre los países del rado portentosamente. Africa es aún más ajena para China que para la URSS. A fina-
i1 este de Europa que emitían para Africa, Alemania oriental ocupaba el primer lugar. les de la década de los setenta, China no tenía todavía un enlace directo con África
Los programas consistían por lo general en la ya conocida mezcla de noticias y ni por vía aérea ni por vía marítima. (La compañía estatal soviética Aeroflot realiza-
1j \. i música, pero la música desde luego no estaba a la última y probablemente hacía que ba vuelos con veinte aeropuertos africanos.) El comercio, que ascendía a una cifra de
·. r. unos 400 millones de dólares a~uales, era desdeñable para ambas partes.
''.t
,- i:
1 un mayor número de oyentes se sintiera más impulsado a apagar que a encender los
L\ ¡; receptores. Los africanos parecían querer una dosis de la decadencia occidental Sin embargo, China llegó a Africa en la posguerra no mucho después que la URSS
l~q. mucho mayor de la que los locutores rusos (o chinos) podían animarse a propor· y al mismo lugar: Egipto, país en el que se creó una embajada china tras la conferen·
'¡.¡ 1 i donar. La calidad de los programas de crónicas y nóticias mejoró considerable- cia de Bandung de 1955. Los principales motivos que impulsaban a China -recono·
'1' mente después de los años cincuenta en que el desconocimiento de las áreas a las cimiento internacional, admisión en la ONU y de ese modo establecimiento de lazos
'· 1; que éstos de dirigían y la ignorancia sobre sus culturas había dado lugar a muchas amisrosos con el 1ercer Mundo- no tenía mucho que ver con África. Tras la ruptura
opiniones inconsistentes y datos erróneos, pero -al menos para el oyente occiden· con la URSS, el deseo de China fue hacerle las cosas difíciles a Moscú, fundamen-
tal- estas emisiones siguieron estando enormemente sesgadas y los locutores rusos talmente ofreciendo un mayor fervor revolucionario en un momento en que la URSS
y chinos dedicaron una gran cantidad de tiempo a lanzarse aburridos y reiterativos se orientaba hacia una diplomacia más pragmática. Pero la rápida propagación de la
improperios los unos a los otros. independencia minó el impulso que Pekín pretendía dar a esta subversión; y, aunque

'.i
'1 656 657
Zhou Enlai visitó diez países africanos en 1963-1964 (las revueltas de Kenia, Tanga- países, hasta, entonces abandonadas. China, que en 1964 ofreció ayuda para construir
nica y Uganda acortaron su viaje), la Revolución Cultural provocó una retirada casi una linea ferrea dentro de Tanzania, hizo extensiva al año siguiente su oferta a la
total durante un tiempo: los dieciocho embajadores de China regresaron todos a su construcción de una línea internacional. Ambos presidentes africanos estaban tra·
país en 1966. Para los africanos, los chinos eran gente amable y simpática que venía tando de conseguir ayu~a o~ciden~al y se dirigieron a China sólo cuando no lograron
de muy lejos y que se comportaba de manera más agradable que los rusos o los esta- obtenerla. En 1967 se firmo un pnmer acuerdo tras una visita de Kaunda a Pékín. El
dounidenses pero tenían mucho menos que ofrecer. acuerdo definitivo tuvo lugar en 1970 y las obras se iniciaron en ese mismo añ'
China reconoció a Sudán y a Ghana en 1956 y 1957, respectivamente, pero para La línea ferroviaria de Tanzan es una vía única de casi 2.000 kilómetros c~~ 91
obtener ella a su vez el reconocimiento de estos dos países hubo de esperar tres años estac_ion~s de dobl~ vía. Se terminó dos años antes de lo previsto en el proyecto y, una
en el primer caso y dos en el segundo. Fue la primera en reconocer al FLN como vez finalizada, ?aso a ser pr~piedad de los gobiernos tanzanio y zambio a partes igua-
gobierno provisional de Argelia en 195?. Se apresuró a ofrecer ayuda a Sékou Touré: les: Se contrato a 15.000 chinos para su construcción. Dieron buen ejemplo en el tra-
Guinea es uno de los pocos países de Africa con una considerable población china ba¡o Y s_e ~omportaron c~rrectamente al marcharse. Hubo una cierta exhibición pro-
( 4.000; los otros son Mauricio, Madagascar y Sudáfrica). Pero los créditos chinos pagand1st1ca pero, despues de las quejas de los gobiernos africanos, se redujo al simple
concedidos a Guinea (26 millones de dólares), Ghana y Malí (19,5 millones de dóla- re~~rto de las_o~ras de Mao, una versión moderna de la distribución de biblias por los
res a cada uno) eran mucho menores que las ofertas rusas. Los términos en que se m1s1oneros cnsttanos. La construcción de la vía férrea benefició mucho a los chinos
otorgaban eran, no obstante, extraordinariamente favorables: sin interés, amortiza- durante un tiempo, pero su mantenimiento fue deficiente, los servicios se fueron
bles en largos períodos de tiempo, e incluso (en el caso de Kenia en 1961) sin devo· degenerando Y la terminal de Dar es-Salaam acabó colapsándose. Los chinos no eran
lución. Pero cuando la Revolución Cultural redujo la ayuda a una pequeñísima can· responsables de estos defectos, pero no por ello sufrió menos su reputación cuando
tidad, sólo alrededor de un 15% de los créditos chinos se habían hecho efectivos. este ferrocarril dejó de ser una de las maravillas del mundo moderno.
Eran aún más marginales que los rusos. · El reconocimiento francés del_régimen comunista de Pekín a comienzos de 1964
A la risueña cara del comunismo, China añadió ardor revolucionario. Desde facilitó _la pene_tración china en Africa. La mayor parte del África francófona siguió
Conakry, los chinos prestaron apoyo a un grupo de exiliados de Costa de Marfil y a la en segmda el e¡emplo de Francia. Al volver a este continente después de la Revolu-
tremendamente violenta Union des Populations du Cameroun hasta el asesinato de su ción Cultura~ ~os chinos ~ornaron rápidamente posesión de las embajadas ocupadas
líder, Belix Moumié, en 1960. Dieron a Lumumba un millón de libras, apoyaron a antes por el reg1men de Taiwan, frecuentemente en países en los que el acceso hubie-
Gizenga hasta que se unió al gobierno de Adoula y entonces ayudaron al entrena- ra resultado difícil si no llega a ser porque los taiwaneses se habían instalado en ellos
miento de las guerrillas de Nulele y Soumaliot. En 1963 intervinieron en las agitadas previamente. Las emisiones radiofónicas chinas para África que se inciaron en árabe
aguas de Burundi, donde los refugiados tutsis de Ruanda estaban planeando un regreso en la época de la crisis de Suez en 1956, fueron ampliándose gradualmente pero
a su país. Los chinos respaldaron a los feudales tutsis, pero la expedición fue un desas- nunca llegaron a igualar a las rusas ni en el mímero de horas semanales ni en el núme-
tre, y Burundi, que abrigaba sospechas sobre la ingerencia china en la no menos turbu- r~ de len~uas utiliza.das. ~n los años sesenta y setenta, los chinos no instigaron nin-
lenta política interna del país, expulsó al embajador y al resto de los diplomáticos lle- gun cambio revoluc1on~no, en gran parte porque los pueblos que eligieron para apo·
gados recientemente. Una embajada más importante, establecida en Congo-Brazzaville yar no fueron los apropiados o porque los apoyaron demasiado débilmente· un líder
en 1964, se fue también al traste tras. un golpe militar ocurrido en ese país en 1966. guerrillero que buscase armas hada mejor recurriendo a Moscú. Pero Chi~a mostró
El amigo más constante y estable de cuantos China tenía en África era Tanzania. interés por Africa y no era fácil que su presenda fuese suprimida. En 1982 casi vein-
El acceso de los chinos a este país se produjo por la puerta trasera como consecuen- te años después del viaje de Zhou por el continente, un nuevo primer minlstro Zhao
cia de la revolución de Zanzíbar en 1964. Uno de los líderes, Mohammed Babu, tenía Ziyang, visitaba diez estados africanos, pero África continuó siendo para Pekfn una
contactos con China lo suficientemente buenos como para conseguir un préstamo de preocupación marginal y especializada. ·
14 millones de dólares y, cuando Zanzíbar se unió a Tanganica (paradójicamente
Babu se opuso a esta unión), los chinos lograron ganarse la amistad de Nyerere, cuyas
relaciones con Gran Bretaña se habían enfriado por aquella época, a lo que se suma- NOTAS
ba su permanente escepticismo con respecto a Moscú y Washington. Zhou Enlai y
A. RUANDA Y BURUNDI
Nyerere hicieron un intercambio de visitas en 1965 y el jefe del departamento afri-
cano del Ministerio de Asuntos Exteriores chino fue enviado como embajador a Dar
Ruanda Y Bunmdi, anteriormente colonias alemanas, pasaron a dominio belga tras la Primera
es-Salaam. A continuación llegó el ferrocaril de Tanzam, la obra de mayor enverga-
Guerr: Mundial. La población estaba compuesta por hutus, tutsis (supuestos descendientes de gue·
dura de China en África. rreros invasores llegados en el siglo XVI y convertidos en una minoría gobernante semidivinizada)
En el momento de la independencia, no existía enlace ferroviario entre Tangani- Y l~s pigmeos tui, una minoría definida pero pequeña en número y despreciada por las otras do~
ca y Zambia. Kaunda estaba particularmente interesado en crear un paso para los e~mas. ~utus Y tutsis hablaban el mismo idioma, se casaban entre s( y eran muy parecidos, pero se
minerales de Zambia que eludiera el territorio portugués, y tanto él como Nyerere d1ferenc1ab~n por su ocu~ación: los hutus eran principalmente agricultores que sembraban bananos
consideraban el proyecto de vía férrea como un medio de desarrollar áreas de ambos Yotros cultivos Y los tutsts eran ganaderos. La diferenciación aumentó durante los ochenta años de

658 659
,, '

dominio colonial, cuando los tutsis fueron tratados como una casta administrativa superior. En suministros de comida, a sabiendas de que buena parte acabaría en manos de las bandas que domi·
1959, los hutus de Ruanda se rebelaron. El monarca tutsi, que había accedido al trono tras la mis- naban los campos. La designación, por parte del gobierno tutsi, del hutu Pasteur Bizimanga como
teriosa muerte de su medio hermano, fue depuesto y huyó a Uganda. Se proclamó una república bajo primer ministro, en el intento de persuadir a los refugiados para que regresaran a sus hogares, no
la presidencia del hutu Grégoire Kayibanda. En 1962, el mandato belga llegó a su fin y Ruanda y consiguió generar suficiente confianza. En Ruanda, los tutsis, entre los que la violencia había pro·
Burundi dejaron de estar administrados conjuntamente. Ruanda se convirtió en una república inde· ducido quizá un millón de muertos, se convirtieron en minmía dominante todavía más minoritaria,
pendiell[e y Burundi en una monarquía (con un monarca tutsi). asediada, vulnerable e intransigente. Al cabo de un año, el gobierno de Zaire decidió obligar a los
En Burundi los hutus atacaron brutalmente a los tutsis, que constituían la clase dirigente, y el hutus acampados en su territorio a regresar a Ruanda, pero muchos de ellos prefirieron, de manera
monarca fue destronado al año siguiente, pero los tutsis mantuvieron el poder hasta 1972, año en desesperada, huir a los montes y yermos de Zaire. Las guerras y masacres de estos años, aunque de
que los hutus se rebelaron de nuevo. Muchos tutsis murieron asesinados y unos 200.000 huyeron a origen no por completo étnico, fueron la mayor muestra de genocidio desde la adopción de la Con·
Tanzania. En 1977, un nuevo presidente conciliador, Pierre Buyoya, concedió a los hutus mayoría vención sobre el Genocidio de 1948.
en su gobierno y el puesto de primer ministro. Era lógico que esperase que estas medidas lo hicieran
acreedor de la necesaria ayuda extranjera, pero se enfrentó a la hostilidad de los tutsis (que consti-
tuían tan sólo el 16% de la población y temían que estas concesiones significaran el principio de B. LA REPÚBLICA MALGACHE y El OCÉANO INDICO
algo peor) y de los hutus, que calificaron de colaborador al primer ministro hutu. A Buyoya, que
sobrevivió a un atell[ado y a una invasión desde Tanzania, le sucedió, tras las elecciones de 199.3, el La isla de Madagascar, situada a escasa distancia de la costa de Mozambique, cayó bajo dominio
hutu Melchor Ndadye, que fue asesinado por oficiales tutsis. A Ndadye le sucedió Cyprien Ntarya· francés a finales del siglo XIX. En 194 7, una grave revuelta contra la restauración posbélica de ese
misa, asesinado en el mismo ataque en que perdió la vida el presidente Habyarimana de Ruanda, dominio fue reprimida con dureza, pero, no obstante, la independencia no tardó mucho en llegar.
cuando ambos regresaban de mantener conversaciones de paz en Tanzania. Tras la explosión de vio- Dentro de la isla existía un conflicto de intereses entre la minoría dominante de los hova, que que·
lencia que tuvo lugar en Ruanda en 1994, el ejército (tutsi) de Burundi eclipsó a un débil gobierno ría la independencia cuanto antes, y un grupo nacionalista más amplio dirigido por Philibert Tsi-
de coalición, y, como mínimo, dio su aprobación a masacres dispersas que alcanzaron el grado de rinana, que prefería posponerla durante algún tiempo para asegurarse de que el poder fuese para él
una guerra civil reprimida y desigual. ' y no para los hova. Este grupo consiguió sus objetivos. Madagascar se convirtió en la República Mal-
En 1964, poco después de la independencia, los hutus de Ruanda perpetraron una masacre geno- gache en 1958, permaneciendo dentro de la Unión Francesa. Tsirinana accedió a la presidencia en
cida de tutsis, y muchos de éstos huyeron a Uganda. Los hutus estaban también divididos entre sí: 1960 se logró la independencia plena. Tsirinana adoptó una política pro francesa y llegó a ser un
la división era en parte regional, pero también hada referencia a sus relaciones con los tutsis. El pre- destacado defensor del diálogo negro con Sudáfrica. Aunque fue reelegido en 1972, se vio obligado
sidente Kayibanda, hutu sureño, fue depuesto en 1973. Lo reemplazó el general Juvenal Habyari- ese año a entregar el poder real al general Gabriel Ramanantsava, candidato del ejército, quien
mana, procedente del norte, que en 1990 repelió, con ayuda francesa, una invasión tutsi realizada cedió la presidencia tras un referéndum que respaldó la acción de los militares. Ramanantsava fue
desde Uganda, a costa de aceptar compartir el poder con los tutsis. Para protegerse contra hutus desplazado tres años más tarde por el coronel Richard Ratsimandrava, que fue asesinado al cabo de
rivales que desconfiaban de sus actitudes, creó un movimiento juvenil hutu, que con los años se una semana y sucedido por el capitán Didier Ratsiraka. Las tropas francesas abandonaron la isla en
convirtió en un ejército siniestro al que el gobierno suministraba armas y la radio incitaba a masa: 1973. Ratsiraka nacionalizó las empresas francesas sin indemnización y se disputó con Francia la
erar tutsis y hutus más moderados. Los primeros eran considerados por muchos hutus como una posesión de las lles Glorieuses, Jua.n de Nova, Bassas de India y Europa, en el canal de Mozambique.
especie de quinta columna dispuesta a asociarse a los exiliados tutsis en Uganda para exterminar a Las revueltas que tuvieron lugar en 1972 en Tsrinana se repitieron y fueron brutalmente sofocadas
los hutus. Pero en 1993, Habyarimana, en buena parte como respuesta a las presiones extranjeras, en 1975. Se produjeron asaltos indiscriminados contra los asiáticos, y muchos huyeron. Fuera de la
aceptó, en una conferencia celebrada en Arusha, lanzania (para instrumentar un acuerdo anterior capital predominaba la ley de las bandas. Las elecciones programadas para 1988 se pospusieron hasta
alcanzado en Kinshasa, Zaire}, crear un gobierno dual. Este acuerdo alejó y alarmó a aquellos hutus fines de 1989, cuando Ratsiraka mantuvo la presid.encia. Pero estallaron de nuevo graves disturbios
que deseaban un Estado exclusivamente hu tu y no se sentían seguros con ningún otro. Por esa razón, y, tras haber gobernado durall[e diecisiete años, a Ratsikara lo sustituyó Albert Zafy. La nueva Cons-
Haba1yamana vaciló hasta que el Banco Mundial y el FMI lo amenazaron con imponerle sanciones titución de 1992 redujo los poderes presidenciales pero dio lugar a una Asamblea en la que estaban
económicas. En 1994, cuando regresaba de una nueva conferencia en Dar es-Salaam, Tanzania, representados veinticinco partidos. El partido del primer ministro, Francisque Ravony, sólo obtuvo
murió junto con el presidente de Burundi, al ser destruido el avión en el que viajaban cuando se dis- dos escaños. El plan del Banco Mundial y el FMI para rescatar la economía, gravado cqn cinco mil
ponía a aterrizar en la capital del país. millones de deuda externa, era tan estricto que la Asamblea y el presidente lo rechazaron, Mada-
Ésta fue la señal para la conflagración inmediata y para la invasión tutsi. Medio millón de hutus gascar era un país en el que prácticamente sólo aumentaba la población.
murieron asesinados y más de un millón huyeron a países vecinos, principalmente Zaire. La negati- En el extremo norte del canal de Mozambique están situadas las Comores. Mayotte, la más meri·
va de los gobiernos (excepto el francés) a aportar tropas o fondos para ayudar a aquellos países afri- dional, continuó, por elección propia, perteneciendo a Francia cuando el resto del archipiélago
canos dispuestos a intervenir frustró los intentos internacionales de proteger a los refugiados. El obtuvo la independencia en 1976. Su primer presidente, Ali Soilih, un hombre de izquierdas, fue
intento francés de ayuda a los mismos en el extremo sudoccidental de Ruanda se paralizó cuando el asesinado dos años más tarde, y las islas se convirtieron en bases para los mercenarios de derechas y
pequeño ejército involucrado se encontró bajo amenaza militar. Las organizaciones humanitarias su comandante belga, Bob Denard, dudosamente denominado coronel, que consiguió el control
fueron incapaces de persuadir a los refugiados de campos situados en las fronteras de Ruanda con sobre este pequeño feudo, después de varias aventuras en África y Asia, y mantuvo su dominio gra·
Zaire, Burundi y Tanzania de que regresaran a sus casas e intentaran salvar sus cosechas porque en cias a contactos con los franceses y (cada vez más} con organismos encubiertos sudafricanos, al sal ..
estos campos se encontraban no sólo un millón de refugiados sin hogar, sino también hutus arma· vajismo de un pequeño ejército privado, y a su conversión al islamismo. Las Comores se convirtie-
!·' dos y deseosos de venganza cuya única perspectiva era recuperar el poder obligando a punta de pis- ron en escala para el abastecimiento de ayuda militar sudafricana y saudí a las guerrillas de la
tola a los desventurados refugiados hutus a enfrentarse a los tutsis. La ONU y otros organismos se Renamo, ya que Mozambique estaba situado a menos de 300 km de distancia. Denard destituyó al
vieron obligados a elegir entre abandonar al hambre a los miles de refugiados o continuar con los presidente Ahmed Abdallah, sucesor de Soilih, en 1975; en 1978 lo reinstauró en el puesto, y en

660 661
1989 lo hizo matar. Volvió al ataque en 1995, cuando invadió de nuevo las islas, capturó al presi- durante la Conferencia de la Commonwealth de 1949, así como durante una visita que realizó en
dente Said Djodar y trasladó a uno de sus amigos desde la cárcel a la presidencia. Las tropas fran· 1950 a Sudáfrica el secretario de relaciones con la Commonwealth, Patrick Gordon-Walker, y de
cesas invirtieron estos acontecimientos unos días más tarde. nuevo en 1951, 1954 y 1956. Pero el desarrollo de la política de segregación racial y el endurecí·
Al nordeste de las Comores se encuentra la isla británica de Aldabra, famosa por sus tortugas miento del gobierno policial en Sudáfrica eliminó la posibilidad que hubiera podido existir de que
gigantes, y más al este, las Seychelles. Este archipiélago, situado a unos 1.500 km de la costa africana, y Gran Bretaña diese su conformidad. El informe Tomlinson incluía a estos tres territorios entre los
aproximadamente al doble de distancia de Bombay, fue colonia británica, de la que los británicos sepa· bantustanes de Sudáfrica, pero el propio Tomlinson reconoció unos años más tarde que no era pro·
raron los archipiélagos de Aldabra y Chagas (en su mayor parte deshabitados) para formar en.1965, bable su transferencia. En 1960, una transferencia de acuerdo con los terminas previstos en la Ley
con propósitos estratégicos, una nueva colonia denominada Territorio Británico del Océano indico de Sudáfrica se convirtió en una imposibilidad desde el momento en que, según dicha ley, se nece·
(BlOT). Al resto de las Seychelles se les otorgó una Constitución en 1967, revisada en 1970, Yse con· sitaba una orden real por parte del monarca, una vez recibidos los memoriales de las dos cámaras del
virtieron en 1978 en miembro de la Commonwealrh. A cambio de las islas separadas para formar parte Parlamento sudafricano, procedimiento imposible al haberse convertido el país en una república. Y
del BlOT, el Reino Unido construyó en Mahé, la isla capital, un aeropuerto, para ayudar a las Sey· lo que era más importante, el Parlamento británico había dado garantías, reiteradas con frecuencia,
chelles a convertirse en zona turística. El primer presidente del nuevo país, James Mancham, fue pron· de que no se produciría la transferencia sin que previamente fuera debatida la cuestión en West·
to sustituido por su primer ministro, Albert René, situado más a la izquierda y no alineado en asuntos minster y se celebrase una consulta para averiguar los deseos de los habitantes.
exteriores. René sobrevivió a una invasión de mercenarios blancos, con complicidad de Sudáfrica, en Pero el descuido y falta de atención de Gran Bretaña hacia estos territorios los hab(a hecho eco·
1980. En 1983 se produjo un nuevo intento, pero esta vez Sudáfrica le puso freno. En 1986, René evitó nómicamente dependientes de Sudáfrica¡ las tradicionales preferencias manifestadas por Gran Bre-
un golpe promovido por la ClA con ayuda británica y sudafricana. Posteriormente mejoró sus rela· taña hacia los jefes tribales conservadores obstaculizó el proceso de autogobierno sin atraer a los tra·
ciortes con estos enemigos, principalmente para poder expandir la actividad turística de las islas. dicionalistas, que, temerosos del nuevo tipo de nacionalistas, encontraban cierto atractivo en los
y aún más al noroeste, más cerca de las costas asiáticas, las Maldivas ( 1.200 pequeñas islas que se proyectos sudafricanos de crear territorios africanos aislados, basados en la autoridad de los jefes tri·
elevan tan sólo unos metros sobre el nivel del mar y están situadas a unas 1.300 millas al sur de Sri bales. La debilidad británica con respecto a Sudáfrica se puso de manifiesto cuando Seretse Khama,
Lanka) alcanzaron la independencia del Reino Unido en 1965, co,ncediendo a este país el arrenda· el jefe hereditario de los bamangwato de Bechuanalandia, se casó con una joven inglesa en 1949.
miento durante veintiséis años de la isla de Gan, donde los británicos estaban constmyendo una base Presionada por los escandalizados e indignados sudáfricanos, Gran Bretaña desterró a Seretse y a su
aérea. El Reino Unido también compró, por tres millones de libras, la isla de Diego García a su colo- tío Tshekedi Khama, hombre de gran talento y eficacia, alegando que la tribu estaba dividida sobre
nia de Mauricio (situada al este de Madagascar) antes de concederle a Mauricio la independencia en la cuestión de si debía o no aceptar a Seretse como jefe al tener una esposa blanca. Seretse perma·
1966. En 1970, Gran Bretaña y Estados Unidos decidieron construir una base naval conjunta en neció en el exilio hasta que en 1956 renunció a sus derechos y a los de sus descendientes. Poste·
I ·
Diego Garcfa, y en 1971 la isla fue arrendada en secreto a Estados Unidos. Se desalojó a los habi- riormente creó el Partido Democrático de Bechuanalandia y tras unas elecciones generales celebra-
1
tantes, trasladándolos principalmente a los barrios pobres de Mauricio, Y se les entregaron 650.000 das en 1965 de acuerdo con la nueva Constitución promulgada en 1961, se convirtió en primer
libras (aumentadas posteriormente a cuatro millones), a cambio de su renuncia a regresar. Unos años ministro. Bechuanalandia -enorme, escasamente poblada y en gran medida desértica- pasó a ser en
más tarde, Mauricio reclamó Diego Garcfa. Esta reclamación se moderó con posterioridad, pero sin 1966 Estado independiente con el nombre de Botswana, pero su independencia nominal se vio aún
renunciar a ella. Mauricio era una colonia británica de habla francesa, con una población racial más constreñida que la de la mayor(a de los países pobres, ya que su pobreza la hacía depender bien
mixta en la que los indios constituían mayoría. Originalmente adquirida para ganar terreno sobre de la ayuda exterior o bien de su gran vecino, y en ausencia de una ayuda externa significativa, pare·
Francia, acabó convertida en plantación de azúcar cuando desapareció su importancia estratégica, Y ció condenado por el abandono sufrido en el pasado y las difíciles circunstancias del presente a con·
se importó mano de obra india para trabajarla. Con el tiempo, los indios acabaron haciéndose pro· vertirse en un satélite de Sudáfrica, con la consiguiente amenaza para el gobierno moderado y
pietarios de la mitad de la tierra, y se les oponían políticamente los creoles, de habla francesa, que a democrático que Seretse y su partido pretendían dar al país. Bajo el mandato de Seretse, que ocupó
su vez estaban apoyados por la minoría china (aproximadamente un 3% de la población). Mauricio la presidencia hasta su muerte, en 1980, Botswana permitió que las guerrillas rodesianas establecie-
era un pa(s próspero y esperaba aumentar su prosperidad estableciendo vínculos económicos con las ran campos de entrenamiento en su suelo, y se adhirió al grupo de estados de la Línea del Frente
Seychelles y la República Malgache. Recelaba de Reunión, todavía dependencia francesa, Y de los cuyo objetivo era conseguir el gobierno de la mayoría en Rodesia con la mínima violencia posible.
planes franceses de crear una asociación francófila entre Reunión, Mayotte y las Comores. En 1988 A Seretse le sucedió Quetumile Masire, que mantuvo un gobierno tolerante y relativamente demo·
fracasó un atentado contra el primer ministro Aneerood Jugnaurh, hindú de casta inferior. crático, si bien es cierto que se trataba en la práctica del gobierno de un partido único en un Esta·
Una Comisión del Océano Indico creada para la cooperación económica, en la Hnea de la do aparentemente con régimen de partidos. Fue uno de los pocos países africanos en los que mejo·
ASEAN, aproximó a los antiguos adversarios: Madagascar, Mauricio y las Seychelles. El aumento ró el nivel de vida de la población en general.
del tráfico aéreo, la inversión y el comercio con Sudáfrica sugería que este país estaba desplazando En Batusolandia, totalmente inserta y encerrada en Sudáfrica, el jefe supremo Constantine
a la CE como principal motor externo de la región. Se realizaron propuestas para establecer una Bereng, que accedió a su puesto en 1960 a la edad de veinticinco años tras haber recibido una edu·
zona desmilitarizada con el objetivo de reducir la actividad militar estadounidense en Diego Gar· cación inglesa, dirigió un partido nacionalista moderado (el Partido de la Libertad Maramotlou) pero
cfa, que había sido utilizada por Estados Unidos en la guerra del Golfo de 1991. quedó encajonado entre los tradicionalistas del Partido Nacionalista Basuto, dirigido por el jefe Lea·
bua Jonathan, y el nacionalismo más radical del Partido del C'..ongreso Basuto, cuyo líder era Ntsu
Mokhehle. En las elecciones de 1965 los nacionalistas derrotaron por un estrecho margen al Con-
C. BoTSWANA, LESOTHO, NGWANE greso, pero luego el resultado de las elecciones parciales demostró que habían perdido terreno. Los
partidos de la oposición, recelosos de los vínculos de los n~cionalistas con Sudáfrica, donde el jefe
Los tres territorios de Bechuanalandia, Batusolandia y Swazilandia se convirtieron en protecto· Jonathan era considerado como un mal menor, presionaron a Gran Bretaña para que reforzara los
radas de la Corona británica en 1884, 1868 y 1890, respectivamente. La cuestión de su transferen· poderes que el jefe supremo tendría como monarca cuando el país fuese independiente y para que se
cia a Sudáfrica, que había sido prevista en la Ley de Sudáfrica de 1909, fue discutida por Nalan celebrasen n"uevas elecciones antes de acceder a la independencia, pero el gobierno británico per·

662 663
'l.

maneció insensible a estas súplicas, y en 1966 Batusolandia se convirtió en el Estado independiente explotación forestal; 1,7 millones de xosa-parlantes que residían fuera del bantu tá d'
. _ . . ., . . . s n per ieron su
de Lesotho con un inestable equilibrio de las fuerzas políticas internas y una tirantez en la atmósfera ciudadama sudafricana. Transke1 rompio sus relaciones d1plomátt'cas con Suda'f i' • re ¡a-
. . , r ca -no tema
política que no presagiaba nada bueno para el gobierno del jefe Jonathan y hada pensar que, si se c10nes con nmgun otro Estado- a raíz de la negativa de esta última a añadir Griqualandia oriental
encontraba con dificultades para mentener su autoridad, no tendría más remedio que pedir ayuda a al bantustán Yde la expulsión a Transkei de los xosa·padantes no deseados En 1979 S d 'f ·
f · . . · , u a nea puso
Sudáfrica. Los disturbios ocurridos a finales de año dieron a Jonathan, la oportunidad de lograr que m ~I pnnc1pa~ recurso ~e estos em1grant~s fo~osos: la construcción de carreteras en la provincia de
el rey Moshoeshoe ll se comprometiera a permanecer al margen de la pol!tica y limitarse a la vida El Cabo. El pnmer presidente de Transkei, Kaiser Matanzima (posteriormente encarceladó), perdió
palaciega. En 1968, algunos jefes que habían prestado su apoyo a Jonathan, parecieron desviar su leal· terreno gradualmente a favor de la izquierda, personificada por el general Bantu Hol ·
tad hacia el rey y cuando todo indicaba que Jonathan estaba perdiendo las elecciones celebradas ese 'h · . . omisa y por
C ns Han1, ¡efe de personal de Umkhoutona Swize y secretario general del Partido Comunista d
año, decidió interrumpir el proceso y suspender la Constitución, lo que le permitió mantenerse por Sudáfrica (asesinado en 1993 ). e
el momento en su puesto de primer ministro. El rey se exilió pero regresó en 1970. Jonathan sobre- Bophu~atswana: un bamustán para albergar aproximadamente a la mitad de los bantúes tswana
vivió hasta 1986, cuando Sudáfrica, decidiendo que ya no constituía la mejor apuesta, impuso pre- q~e no _estan en Bots~ana, en el cual, desde las emigraciones a los yacimientos de oro en el siglo XIX,
siones económicas y animó al ejército a tomar el poder. El general Justine Lekhanya, que había sido solo reside una pequena parte de ellos; •independiente» en 1977, su extensión es de unos 40.000 kiló-
destituido por Jonathan en 1964, puso fin a los veinte ;:¡ñas de gobierno del Partido Nacionalista. El metros cuadrados repartidos en siete zonas diferentes; no posee capital pero cuenta con las mayores
nuevo gobierno era más cauteloso respecto a Sudáfrica, menos complaciente con el ANC. Los mili· minas de platino del mundo.
tares destronaron al rey en 1990. Se exilió de nuevo y le sustituyó su hijo, pero conservó partidarios Venda: un b~ntustán con ~astame cohesión de 6.500 kilómetros cuadrados e incapaz de man-
dentro y fuera del ejército. En 1994 el Congreso, comparativamente de izquierdas, obtuvo una cómo- ten:r a sus 1,3 millones de nativos de la etnia vavenda (emparentada con la de los shona); un área
!'.: da victoria en las elecciones generales, pero sufrió el ataque de un grupo de militares que exigían el agncola pobre pero con cierta importancia estratégica al estar situada a sólo 10 kilómetros de Zim-
regreso del antiguo rey. La actividad diplomática de (la nueva) Sudáfrica, Botswana y Zimbabwe con- babwe, •independiente» en 1979.
siguió resolver el conflicto. El rey Moshoeshoe fue reinstaurado como monarca constitucional, con Ciskei: un área pobre e ingobernable de 5.500 kilómetros cuadrados y 500.000 xosa·parlantes
Ntsu Mojehle como primer ministro, pero murió un año después.en accidente de tráfico. q~e ci:uzaron el Kei en el siglo XIX; reivindicada por Transkei; dotada de autogobiemo desde 1972.
Swazilandia, posteriormente Ngwane, el más pequeño de los tres territorios y el último en alcan- Cisk~i Yel •corredor blanco• que conduce a la región de East London (donde están los puestos de
zar la independencia, tenía como jefe supremo al anciano Sobhuza 11, asistido en su tarea de gobier- traba¡ o) son mutuamente dependientes y hostiles.
no por un poderoso consejo tribal conservador. En las elecciones de 1964, su Partido Mbokodo se Otros territorios que han sido designados bantustanes son:
alió con el Partido Unido Swazi, representante de la comunidad blanca agraria y financiera com- Kwazul~: un bantustán que pretendía albergar a 4 de los 5,5 millones de zulúes y que compren-
puesta por unas 10.000 personas, y el resultado fue una aplastante derrota de una oposición desga- de 31.000.ktlómetros cuadrados repartidos en diez (originariamente cuarenta y ocho) zonas; inclu-
jada integrada por nacionalistas divididos y mal preparados. En la Constitución elaborada para la ye ~n t_ercio del Natal, que los zulúes reivindican en su totalidad. El jefe Buthelezi, la personalidad
independencia a la que accedería el país en 1968, se concedía al monarca un papel político deno- zulu mas destacada (aunque formalmente inferior en rango al rey Goodwill Zwelithin) rehusó acep-
minante: podía nombrar a un número de miembros del Parlamento suficiente para obstaculizar las tar la indepe.ndenci~. Lebowa y ~wagwa: bantustanes pequeños y áridos para los sod~o del norte y
medidas que no fueran de su agrado; no tenía la obligación de actuar de acuerdo con el asesora- del sur; el pmnero tiene autogobierno desde 1972. Kangawne: al norte de Ngane; 3. 700 kilómetros
miento de los ministros en todos los asuntos en los que un monarca constitucional está normal- cuadrados en dos zonas que albergan a 250.000 swazis (un tercio del total). Gazankulu: 6.500 kiló-·
mente obligado a hacerlo; se le confería el control sobre la principal riqueza de Swazilandia (sus me~ros c~adrados. repartidos en cuatro zonas, para dar cabida a 350.000 shangaan, árido pero con
minerales), sujeto en esta materia exclusivamente al asesoramiento de su consejo tradicional y no posible riqueza mmeral en el subsuelo. Ndebelé del Sur: territorio extraído de Bophuthatswana· lo
de su ministro; y se reforzaba el poder de su partido mediante un sistema electoral en el que las ciu- ndebelé del norte, destinados a Lebowa, es posible que se unan a él. ' s
dades, y por tanto los nacionalistas, quedaban diluidos en grandes circunscripciones rurales. En vÍS·· En 1990, en los cuatro bamustanes establecidos se convocaron manifestaciones para demostrar
peras de la independencia se les retiró, no obstante, el control sobre los recursos mineros. La oposi- el rec~azo a la política d:t gobierno y el apoyo al ANC. En Bophuthatswana se produjeron mani·
ción se vio debilitada por la fuga de nacionalistas que se afiliaron al Partido Mbokodo por razones festaciones contra el presidente Lucas Mangope. En Venda, el presidente Frank Ravele se vio obli-
oportunistas. A la muerte de Sobhuza Il, en 1982, a la edad de ochenta y tres años aproximada· gado a ~!mitir: En Ciskei, ~ennox s.ebe, presidente vitalicio, fue derrocado por el ejército local, que
mente, se instauró una regencia de una reina madre que fue en seguida depuesta en favor de otra renuncio a la mdependencia y se abó con el ANC. En el más antiguo de los bantustanes Transkei
reina madre. Ante las presiones sudafricanas, el Partido Nacionalista Africano (ANC) fue proscri- un golpe similar había expulsado del poder a dos ministros jefes en 1987. Los bantusta~es en far:
to. Un nuevo rey ocupó el trono en 1986. Se opuso a los partidarios de la democracia y al ANC, mación también renunciaron a su proyectada independencia y declararon su apoyo al ANC, inclui·
pero cuando intentó reprimir a sus adversarios mediante detenciones generalizadas y juicios por trai- do Kwazulu. Todos los bantustanes dejaron de existir como tales con la adopción de la nueva Cons-
ción sufrió un revés con la absolución de los procesados. titución de Sudáfrica en 1994.

D. Los «HOMELANDS» o BANTUSTANES

En 1990 se habían establecido cuatro bantustanes (o reservas territoriales para africanos) y seis
más estaban en proyecto.
Transkei: un conglomerado -bastante coherente geográficamente- de 2,5 millones de nativos
xosa-parlantes, al que le fue concedido el autogobiemo en 1963 y la •independencia• en 1976;
45.000 kilómetros cuadrados de tierras (en gran medida muy abandonadas) para la agricultura y la

664 665
fue el principal impulsor del artículo 2 del Tratado del Atlántico Norte, en el que se
establecen intereses económicos además de militares. Con mayor eficacia, Canadá
trabajó para limar las asperezas producidas por el ataque británico a Egipto en 1956,
y las tensiones causadas por el apartheid en Sudáfrica (cuando este problema demos-
tró ser insoluble, Canadá se unió a los socios de la Cornrnonwealth que consid~raban
f
que la organización estaría mejor sin Sudáfrica).
La expresión supuestamente acuñada por el presidente Williarn H. Taft en 1911
de «relaciones especiales» para describir las existentes entre Estados Unidos y Cana-
dá no estaba demasiado lejos de la realidad, principalmente en materia económica.
Los vínculos económicos aumentaron a lo largo del siglo, con la expansión de la eco-
nomía canadiense, tanto en el sentido antiguo corno en el moderno: en empresas de
cereal, madera y minerales tradicionales (principalmente níquel), y, además, en elec-
CANADÁ trónica, química, investigación y extracción petrolífera, y en la explotación de minas
de radio que ampliaron el programa nuclear iniciado durante la guerra. Estas activi-

~ Vancouver• Edmonton
dades eran de tal alcance que el capital canadiense no alcanzaba, y fue apoyado por
dinero procedente de Estados Unidos, hasta tal límite que la mitad de las industrias
'· • Calgary relacionadas con el carbón y la minería pasaron a manos estadounidenses. Para Esta-
Seattle'·,
8 dos Unidos, Canadá era un vecino con un amplio territorio y enormes recursos sin
Portland ' explotar, los cuales podrían suplir a los recursos alimentarios y de materias primas
eWinnipeg
...... _,, estadounidenses, que amenazaban con disminuir debido al agotamiento natural y al
aumento de la población. Estados Unidos podría concentrar más fácilmente sus
San Francisco EE.UU. ·-
Salt Lake City .....~.,, . Quebec esfuerzos económicos en el sector industrial si Canadá le asegurase el suministro de
• "¡. Montregl • ( \ materias primas. Los canadienses, por su parte, recibieron a un tiempo con agrado y
Denver Omaha T9ro to ...:.~wa desagrado la afluencia de capital de Estados Unidos. Económicamente era esencial.
e Los Ángeles • •

. . D.
,:>J•lCl
• San Diego Chicago t t.-aeveland • Boston Pero también constituía una fuente de resentimiento y aprensión para aquellos cana-
Kansas City • e roi • dienses que se quejaban de pérdida de control sobre sus propios bienes e incluso per-
...... Nueva York
"- , Phoenix St. Louis Cincinnati Pittsburgo cibían una pérdida de identidad nacional. El desequilibrio comenzó a disminuir en las
'-
'·r·-" Baltimore décadas de 1970 y 1980, cuando Canadá se convirtió en el cuarto inversor en Esta-
'¡ Dallas • Binningha~ • Atlanta Washington dos Unidos, detrás de Japón, Reino Unido y Holanda. Cada uno de los dos países
·,J '· Houston M b'I constituía el mayor socio comercial del otro y los dos juntos constituían la mayor aso-
\ • • • o 1e OC~ANO ciación comercial bilateral del mundo. A comienzos de 1989 entró en vigor un acuer·
Monterrey• '~~"""-
\....., Nueva Orleans
ATLÁNTICO do de libre comercio en el que se planteaba la eliminación de todas las tarifas y demás
M~XICO Tampa obstáculos al comercio en el plazo de diez años. Sin embargo, esta influencia mutua
Mi;:itni no eliminó las adversidades. La desrnarcación, en 1971, del dólar del precio oro fijo,
.• ··~ Q~
Guadala ara México D.F. ~ , acompañada de un incremento del 10% en los aranceles aduaneros, dañó a las empre·

P::b1~- ~. ~~
sas canadienses y molestó a los políticos. Este golpe fue seguido por los fuertes aumen-
1 '
·-r º tos del precio del petróleo importado a causa de la guerra en Oriente Medio, en la que
~-:~rJ ~
' 1
! o Canadá no estaba involucrada pero Estados Unidos sí, al prometer armas a Israel tras
Gl,JATEMALA .
o
o
los primeros reveses sufridos por éste. Las provincias occidentales de Canadá, impor-
tadoras de petróleo, sufrieron un duro golpe y, aunque las provincias occidentales
OC~ANO
productoras de petróleo se beneficiaron de precios más altos; se vieron envueltas en
PACÍFICO
disputas sobre si el petróleo de Alaska debía ser transportado a Estados Unidos por
medio de barcos o de oleoductos a través de Canadá. En este sector económico las
O 800 km preocupaciones nacionalistas de ambos países prevalecieron sobre las previsibles ven-
1 1 tajas del internacionalismo.
Después de la guerra, la política canadiense estuvo dominada por dos líderes libe-
25.1. América del Norte. rales: Lester Pearson, ministro de Asuntos Exteriores y posteriormente primer rninis-

670 671
!' 1

tro durante veinte años (1948-1968), y, con un breve lapso intermedio, Pierre Tru- elecciones de ese año, el PQ obtuvo la cuarta parte de los votos emitidos pero sólo
deau, como primer ministro, durante dieciséis (1968-1984). Ambos eran partidarios siete de los 108 escaños. Los ganadores fueron los liberales, dirigidos por Robert Bou-
de que Canadá desempeñara un papel internacional independiente de Estados Uni- rasa. El FLQ recurrió a violencia más seria, secuestrando al agregado de Negocios bri-
dos. Ambos fueron notables y más efectivos por lo que decían que por lo que alcan- tánico, James Cross, y al ministro de Trabajo provincial, Pierre Laporte, a quien
zaron: en un contexto mundial, los recursos de Canadá eran modestos, pero estos diri- estrangularon. El gobierno central aplicó la Ley de Medidas de Guerra, pero permitió
gentes hicieron que la voz de Canadá fu~ra significativa. Pearson, que ocupó cargos que los secuestradores huyeran a Cuba a-cambio de que liberaran a Cross, que lleva-
públicos durante toda la vida, se adaptó más fácilmente a la guerra fría y a las priori- ba meses secuestrado. Las fuerzas de seguridad, cuyo ineficaz sistema de inteligencia
dades de Washington durante las presidencias de Truman, Eisenhower, Kennedy y había permitido que el FLQ se mantuviera durante un tiempo sorprendentemente
Johnson. Trudeau, casi un recién llegado a los altos cargos cuando se convirtió en pri- largo, consiguieron extinguirlo en 1972. La causa separatista tomó un sendero no vio-
mer ministro, hubo de enfrentarse a menos presidentes y era de naturaleza más cíni- lento que, sin embargo, no la condujo a ninguna parte.
ca o desdeñosa. Viajó por cuatro continentes. En 1970, poco desp1,1és de suceder a El problema volvió al debate constitucional. En 1971 se celebró una conferencia
Pearson, reconoció al gobierno comunista de China y animó a otros países a hacer lo entre el gobierno federal y las diez provincias canadienses, de la que salió la Carta de Vic~
mismo. Trudeau no estaba tan establecido en el poder como Pearson. Estuvo a punto toria, un compromiso que Quebec rechazó, y en 1976 el PQ ganó las elecciones en la
de perder las elecciones de 1972, recuperó su mayoría en 1972, perdió el puesto en provincia. Su líder, Jean l.evesque, se convirtió en primer ministro provincial, visitó
" 1979, y volvió a ocuparlo en 1980, pero elegido por las provincias orientales sola- Francia e introdujo una serie de medidas para conceder al francés una categoría especial
i mente; los liberales obtuvieron pocos escaños en el oeste. También mantenía una
incómoda postura respecto al gran problema interno de Canadá, la situación de Que-
(el país había sido declarado oficialmente bilingüe en 1969). Pero el independentismo
sufrió un revés en 1980 cuando el referéndum celebrado en Quebec, por el que se propo·
L¡ bec, ya que, además de ·ser quebequés, era un federalista convencido. nía el establecimiento de negociaciones para una «asociación soberana», fue derrotado.
El rápido aumento de la prosperidad canadiense planteó un problema en Quebec, El nacionalismo de Quebec incidió en el país cuando el sucesor de Trudeau, el
donde se sitúan el patrimonio y la cultura franceses de Canadá. Cuatro quintos de la conservador Brian Mulroney, intentó atraer a los votantes liberales de Quebec, en
población eran francófonos, la mayoría conservadores y residentes en zonas rurales. A 1984, mediante el apoyo de cambios constitucionales (la enmienda de Meech Lake)
pesar de su número, poseían sólo la quinta parte de la economía y su ingreso medio pensados para aumentar la influencia de los gobiernos provinciales en el nombra·
era claramente inferior al de los angloparlantes. Desde 1944 a 1959 la provincia estu- miento de magistrados y senadores, en inmigración y en asuntos financieros. En las
vo dominada por Maurice Duplessis (también primer ministro entre 1936-1939), que demás provincias la enmienda no consiguió el respaldo suficiente, y en 1990 no obtu-
se presentaba como quebequés tradicional al tiempo que se asociaba, no siempre vo el apoyo necesario. Este rechazo provocó por primera vez que en una encuesta la
abiertamente, con los canadienses angloparlantes y los capitalistas estadounidenses, mayoría de la provincia se mostrase a favor de la soberanía independiente. El siguien-
que estaban contribuyendo a la transformación económica de Quebec. Le s~cedió en te intento de Mulroney de resolver el problema, concediendo a Quebec un swtus
el puesto el liberal Jean Lesage, que asoció la modernización de Quebec a una políti- especial, fue respaldado por diez primeros ministros provinciales (el Acuerdo de
ca más determinada de asegurar beneficios para la mayoría francófona, pero en 1966 Charlottestown), pero fue rechazado por plebiscito en Quebec y en otras cinco pro-
los liberales fueron inesperadamente derrotados, al perder los votos de los trabajado- vincias. Estos reveses constitucionales, combinados con la recesión económica el
res, que llegaron a la conclusión de que la modernización sólo estaba beneficiando a aumento de los impuestos y el desempleo destruyeron el prestigio de Mulroney h~sta
las clases medias. De Gaulle visitó la provincia en 1967 y entusiasmó a los separatis- el punto de que se vio obligado a dimitir.
tas. No es probable que deseara crear problemas en Canadá. Lo que pretendía era Mulroney fue sucedido en 1993 por la primera ministra Kim Campbell, la primera
atraer Quebec hacia la comunidad internacional francófona, principalmente africa- canadiense que ocupó el puesto, que llevó su partido a una derrota cercana a la desapa-
na, y al finalizar el discurso en Montreal con el antiguo y emotivo lema de «Viva Que- rición. Los conservadores obtuvieron dos escaños y los liberales volvieron al poder, con
bec libre» representó dramáticamente las muestras de disensiones internas, y forzó a Jean Chrétien como primer ministro y los problemas familiares de las relaciones con
sus huéspedes de Ottawa a emitir una réplica reprobatoria. Regresó a Francia sin visi- Estados Unidos (en forma de NAFTA, véase capítulo XXVII); de equilibrar las cuen-
tar Ottawa. En los siguientes años se generaron muchos malos entendidos sobre si la tas públicas, particularmente la financiación de un generoso sistema social con unos
provincia de Quebec o el gobierno de Canadá deberían ser invitados a los encuentros impuestos relativamente bajos; y de Quebec, donde, sin embargo, el PQ ganó las elec-
1·A de países francófonos celebrados en África.
En 1968, el año en que Trudeau se convirtió en primer ministro, se formó un
ciones provinciales de 1944 con un margen tan estrecho que su promesa de convocar
un referéndum sobre la independencia parecía imprudente, tanto más cuando los
1 i nuevo partido, el Partido Quebequés (PQ), para promover la independencia de Que~ inuit y otros pueblos indígenas comenzaron a sugerir que el derecho de la provincia a
1
1 bec. Más extremista que el PQ, el Frente de Liberación de Quebec (FLQ) propugna· secesionarse de la federación les concedía a ellos el mismo derecho a secesionarse de
1.
ba y ejercía la violencia para obtener una independencia que el PQ esperaba obtener la provincia. El referéndum de 1995 dio la victoria a los federalistas por un 1%, un
de forma pacífica. El FLQ consistía en un puñado de hombres y mujeres que, invo- resultado nada concluyente.
cando a Che Guevara o a Mao Tse-tung, cometió una serie de atracos a bancos y otros El último vínculo constitucional de Canadá con el Reino Unido 1 derivado de la
actos de violencia, sin atraer un apoyo amplio ni, hasta 1970, mucha atención. En las Ley para la Norteamérica Británica de 1867, fue eliminado en 1982 cuando, a peti·

672 673
ción de Canadá, el Parlamento británico promulgó una arraigada carta de derechos y
simultáneamente anuló todas sus atribuciones de legislar para Canadá. Esta medida
había sido anacrónicamente retrasada por las disensiones en el propio Canadá acerca
del reparto entre el gobierno central y los provinciales de los derechos a los que
renunciaba el Reino Unido, por decisiones judiciales opuestas sobre si el gobierno
XXVI Sudamérica

central podría realizar la petición al Parlamento inglés sin el consentimiento de todas


las provincias (consentimiento que Trudeau no obtuvo en dos conferencias constitu-
cionales), y por la determinación de Trudeau de conseguir que el Parlamento británi-
co legislara el equivalente a una Declaración de Derechos canadiense. En Quebec,
Lévesque se opuso a la legislación de los mismos tanto por el Parlamento británico
como canadiense y no fueron aplicables excepto en tanto en cuanto estuvieran ya ·
promulgados, o pudieran serlo en un futuro, por el Parlamento quebequés.
En 1949, Terranova se convirtió en parte de Canadá mediante un referéndum en
el que una estrecha mayoría votó a favor de la confederación frente a un mísero auto-
gobiemo .
.i
; 1

'1
j;;
!: :
·¡.
:I: En el siglo XIX, Sudamérica se encontraba aislada de la política internacional, no
como consecuencia del imperialismo europeo --como África y gran parte de Asia-,
sino por la herencia del poscolonialismo. Al mismo tiempo, las repúblicas latinoa-

r~
mericanas estaban en su mayor parte aisladas entre sí como lo estaban del resto del
mundo. El siglo XX fue testigo de una transformación radical y acelerada de este
n modelo, acompañada y complicada por intentos espasmódicos de asimilar las revolu-
11 ciones democrática e industrial que caracterizaban a las experiencias, y hasta cierto
¡1 punto a los éxitos, de Europa occidental y Estados Unidos de América; es decir, inten-
1
I'
!
tos de implantar fórmulas políticas democráticas y valores sociales democráticos en
l
1'
1 oligarquías resistentes e intolerantes y de desarrollar industrias manufactureras allí
í¡ donde el comercio de productos primarios había bastado hasta entonces para satisfa-
J·! cer las necesidades de las clases dirigentes.
1
En un siglo, y más aún después de la independencia, Latinoamérica se había con-
vertido en un prototipo de inestabilidad política y pudo, de no ser por la ignorancia
general qu~ existía en tomo a sus asuntos internos, convertirse también en un pro··
totipo de inmovilidad social. Era conocida por sus guerras civiles, revoluciones, gol·
pes de Estado, asesinatos políticos y efímeras constituciones, pero a.l mismo tiempo
escondía enormes injusticias sociales y económicas. Sus necesidades primordiales
eran la estabilidad política y el cambio social y económico, es decir, lo contrario de
lo que era su situación actual. Latinoamérica no era única en este sentido, pero sus
'1
1."1.~ males se fueron agravando con el tiempo hasta que plantearon un desalentador dile-
' .~ .. ma: ¿era posible conseguir el cambio político y social sin una revolución? ¿Era posi-
ble conseguir la estabilidad política sin perpetuar el estancamiento social y econó-
mico? El conflicto subyacente entre la minoría y la mayoría no tenía la mediación
de una clase media como la que había librado a Europa occidental de la oligarquía
sin una excesiva violencia.
Después de fin del dominio español, el gobierno de Sudamérica recayó sobre una
elite social formada por grandes terratenientes apoyados por la Iglesia católica y por

674 675
una casta militar que aspiraba a conseguir el mismo status social. Hacia 1945, el poder
tradicional de las clases superiores permanecía vigente en todos los países situados al
sur del istmo de Panamá, y diez años después sólo Bolivia lo había eliminado. No obs-
D
tante, los pilares de la oligarquía se estaban debilitando. En los privilegiados sectores
o
o o religiosos y militares había cada vez más dudas acerca de la inmutabilidad y la con-
º oTRINIDAD veniencia de su monopolio sobre el poder y los beneficios, y una cierta preocupación,
t DroBAGO expresada con muy diferentes grados de acierto y sinceridad, hacia la difícil situación
de los pobres de las zonas rurales, el creciente proletariado urbano y los reprimid~s
\_ '(ENEZUELA ,s· ~M indios. El conocimiento de las grandes desigualdades existentes estaba agitando
CI Bogotá? ,(r~ 1 '- GUYANA (FRANCIA) conciencias y suscitando temores, alistando así al servicio de los desvalidos a esas dos
, .... .r ¡ ·~. j ¡
COLOMBIA Z ~ 1_.,.~~ ~..,., poderosas fuerzas políticas que son la indignación y el replanteamiento sobre la con-
<:.i_..'( ,..,,. Ecuador veniencia de semejante situación. Las iglesias comenzaron a desplazar su atención y
su peso político hacia la izquierda, y aparecieron en las fuerzas armadas algunos mili-
tares con ciertos instintos populistas y un gusto por la demagogia.
En toda Sudamérica, una gran parte de la población era extremadamente pobre,
analfabeta, improductiva y prácticamente marginada del Estado. Muchos estados no
estaban sólo gobernados por una oligarquía, sino que también eran porpiedad de ésta,
BRASIL en el sentido de que la tierra, lo que en ella crecía y lo que había debajo eran propie-
dad privada de un reducido número de individuos: en varios países, del 60 al 90% de
Lima la tierra cultivada era propiedad de un 10% de la población. Dejando al margen
i Brasilia
CI
nociones abstractas sobre la justicia o la injusticia de la repartición, esta distribución
'l
I' eran la causa de una gran ineficacia. Muchos terratenientes, que poseían más tierra
.f de la que necesitaban cultivar, dejaban gran parte de ella sin explotar y sin atender,
'· pero se oponían con firmeza a cualquier redistribución a otros propietarios que pudie-
'¡':\·. . ran estar más dispuestos a cultivarla. (La redistribución forzosa producía el mal opues-
:1
to, una multitud de parcelas económicamente poco rentables: en Colombia, por
Río de Janeiro ejemplo, más de dos terceras partes de la tierra estaban sin cultivar, mientras que una
gran parte del área cultivada había sido dividida en propiedades de unos pocos acres.)
Al disponer de mano de obra abundante y barata, los grandes terratenientes no tenían
t necesidad de invertir sus beneficios en sus tierras, de modernizar sus métodos o de
, ¡I
aumentar la producción.
, I! URUGUAY Los pobres de las zonas rurales continuaban siendo pobres hasta la indigencia y,
1 i;
' ·¡ 1:,, Montevideo o bien soportaban una corta vida de inútil y desesperada miseria, o bien se dejaban
'i arrastrar hacia grandes ciudades donde no les iba mucho mejor, puesto que no esta-
1
1 ban capacitados para realizar los trabajos que se ofrecían. La enseñanza pública en el
conjunto de Sudámerica era tan insuficiente que menos de la décima parte de la
población completaba el ciclo primario, mientras que íridices de analfabetismo del
50% eran frecuentes y en ocasiones se llegaba al 90%. En el caso de los indios, los
campesinos que marchaban a las ciudades provocaban incomprensión y burlas por
sus extraños dialectos y actitudes. Además, si los campesinos tenían poco que ofre-
cer, las ciudades tampoco podían por su parte ofrecer gran cosa. La industria no
et Islas puede florecer en lugares donde la mitad de la población es demasiado pobre para
Falkland comprar sus productos. Las industrias latinoamericanas estaban en desventaja a
causa de la inexistencia de un mercado nacional, <;:on lo que los países sudamerica-
o 600 km nos continuaban importando bienes que podrían haber fabricado ellos mismos. De
L_:__j e Cabo de Hornos
ahí que las ciudades a las que emigraban los campesinos, lejos de necesitar su traba-
26.1. América del Sur. jo, contaban ya con una población desempleada; en algunas de ellas una tercera

676 677
parte de los habitantes carecían de alojamiento. Y el desempleo crecía no sólo por que hacer frente, con pocas excepciones (entre las cuales las disputas de México con
razones económicas, sin también porque la explosión demográfica en Latinoamérica Estados Unidos de América eran el ejemplo más importante) a amenazas enemigas
era mayor que en ningún otro lugar del mundo: la población llevaba camino de provenientes del exterior del subcontinente. Los ejércitos asumieron por consi-
duplicarse cada veinticinco años. guiente un papel político interior, más que la función de la defensa nacional. Los
Existía por tanto una situación revolucionaria en la mayor parte de Sudamérica. militares, con el conservadurismo propio de su casta y las ambiciones sociales, que
Esta situación se veía acentuada por la conciencia que se tenía de ella, puesto que el se convirtieron en un sustituto de ocupaciones castrenses más serias, se vefan a sí
hecho de asumir que un modelo no puede durar mucho es en sí un potente factor de mismos como los guardianes o los padrinos del Estado, y al Estado como sinónimo
cambio. Las fuerzas que contribuían al cambio eran los relativamente pasivos prole- de statu quo. Los políticos excesivamente ineficaces o corruptos serían sustituidos
tariados rural y urbano y los líderes activos que surgían de los grupos sociales estable- por otros o por un período de gobierno militar directo, y en el ejercicio de su fun-
cidos o de la naciente clase media y que, descontentos con el estado de cosas existen- ción reguladora, la clase de los militares afirmaba estar actuando por el bien públi-
te, podían unirse en una causa común con las masas y contribuir a la revolución. co, una forma de ver las cosas que podía conducir a resultados sorprendentes si la
1 El crecimiento de la clase media sudamericana se había visto frenado por el lento interpretación que el ejército hacía del bien público cambiaba. Y hacia la mitad del
¡1: ritmo del desarrollo industrial, del mismo modo que el desarrollo industrial se había siglo XX se produjeron indicios de tal cambio. Al ampliarse los ejércitos, éstos admi·
visto frenado por la autosuficiencia de una clase dirigente capaz de mantener su tieron en su sene -a militares de orígenes un tanto diferentes, de modo que la
nivel de vida exportando productos primarios y utilizando los ingresos para importar conciencia de la necesidad de un cambio social y un ligero apoyo al mismo comen-
todas las necesidades y lujos que quería del mundo exterior. Este modelo económico zaron a introducirse en las fuerzas armadas. Las consecuencias de este cambio eran,
1.l' tenfa sus consecuencias sociales y políticas, ya que es poco probable que una clase
i 1
no obstante, ambivalentes. Por una parte, la inseminación de un elemento radical
~<
1
!
media poco numerosa adopte costumbres sociales distintivas y objetivos políticos en la mentalidad militar era un estímulo para los defensores del cambio, pero, por
1 propios, y en Sudamérica, esa clase media poco numerosa, aprisiona dentro del sis- otra parte, una institución preparada sólo para una pequeña dosis de cambio podía
i 1 . tema oligárquico, fue seducida por éste sin apenas esfuerzo, y se dejó atraer por las fácilmente asustarse y retroceder a un conservadurismo más rígido si el ritmo del
l clases superiores de un sistema que no tenía poder para subvertir, y que de ese modo
estaba protegiendo. Tampoco en esto Sudamérica era única, excepto quizá en el
cambio empezaba a sobrepasar la propia valoración cautelosa que los militares pro-
gresistas hacían de la necesidad del mismo. La adición de un elemento militar a las
grado. La situación de la clase media, no obstante, se vio alterada por la segunda gue· fuerzas progresistas podía afectar al ritmo del cambio de una de es.tf!_s__dos formas:
rra mundial, que privó a Sudamérica de sus importaciones habituales y promovió por bien acelerándolo, dejando de contar entonces con la simpatía de los militares pro-
1
ello el desarrollo industrial. Después de una pausa en los años inmediatamente pos- gresistas y provocando un enfrentamiento con las fuerzas del conservadurismo, o
1
teriores a la guerra, la demanda creada por la guerra de Corea dio un nuevo empu· bien reduciéndolo a un nivel aceptable para esos militares, apartando por tanto a los
jón a la expansión industrial. Estas guerras, acontecimientos ajenos a los propios elementos más atrevidos y produciendo un choque en un lugar diferente del espec-
1 1 asuntos del subcontinente, alteraron así su línea económica, si bien no hasta el tro político.
punto de alterar seriamente su jerarquía social. La clase media industrial prosperó en Junto a este reagrupamiento de fuerzas interiores antiguas y nuevas, cuyo resulta·
1 algunos centros, especialmente en Brasil, pero por lo general no llegaron a parecer do podía diferir de un Estado a otro, había una búsqueda de nuevos modelos, de for-
!' en absoluto capaces de suplantar a la tradicional clase dominante en el ejercicio del mas políticas para sustituir a las formas existentes que estaban siendo juzgadas y decla-
poder político. radas deficientes; Esta búsqueda llevó a las mentes más inquisitivas a examinar dos
i¡ La emergencia de una clase media está habitualmente asociada al aumento de la modelos extranjeros, cada uno de los cuales pareda tener algo que aportar: la demo·
democracia, ya que esta clase media, adquiriendo parte del poder ejercido por la erada occidental, con su énfasis en la libertad y los derechos humanos, y el comunis-
aristocracia terrateniente, establece las bases para una expansión del sistema polí- mo, con la reputación de haber conseguido un gran crecimiento económico. El inte·
tico. Este proceso se reforzó en Sudamérica con la tendencia marcada por su origen lectual latinoamericano que descubriese el modo de extraer lo mejor de cada uno de
europeo. Mientras que Sudamérica debió su independencia a las circunstancias cre- estos sistemas habría encontrado tal vez el atajo sintético hacia la prosperidad y la jus·
adas por las guerras napoleónicas que la separaron de España y Portugal así como de ticia. Pero también tendrfa que hacer frente a un múltiple dilema. Sabía que, por
ef~
Francia, y aunque las guerras de liberación favorecieron el establecimiento de Q:}:l razones económicas, Sudamérica necesitaba ayuda extranjera; sabía que, por razones
gobiernos militares y autocráticos, el rechazo del dominio europeo también trajo -~ históricas, Sudamérica quería evitar la ayuda extranjera; y tenía que afrontar el hecho
consigo ideas ilustradas, de forma que la Sudamérica libre estaba imbuida del rech\il<"~~ de que, si en su búsqueda de ese atajo sintético, trataba de obtener ayuda e inspira·
zo tanto a la autocracia como a un gobierno extranjero y distante. Pero esta ter'!::;, ción de los dos baluartes, el occidental y el comunista, se encontraría en ambos con
dencia no era dominante y sólo esporádicamente consiguió modificar seriamente el el argumento de que los dos modelos eran antitéticos y de que tenía que decidirse por
modelo cuasifeudal, que se apoyaba en el elemento más poderoso del Estado: las uno de ellos antes de esperar ayuda de los guardianes de uno u otro. Al igual que los
fuerzas armadas. asiáticos y los africanos, aunque por diferentes razones, tendría que adoptar una pos-
•1' Después de las guerras de liberación de principios del siglo XIX, los nuevos esta·
'· tura de no alineación, solicitando al mismo tiempo los favores de aquellos cuya línea
dos latinoamericanos no entablaron demasiadas guerras entre ellos y no tuvieron había rehusado seguir de forma exclusiva.

678 679
! 1

El acercamiento de Sudamérica al mundo exterior reflejaba las necesidades de imperialismo de Estados Unidos. Canadá, que podía haber servido como comodín, se
unos países cuyas economías estaban en un proceso de transición sin recursos inte- mostraba reacia a unirse a una organización que podía mezclarse en los conflictos
riores ni maquinaria adecuados, luchando contra la mala regulación de la ayuda entre Estados Unidos y los estados latinos.
extranjera llevada a cabo en la generación anterior. Hacia el fin del siglo XIX y en Estados Unidos alimentó los temores y sospechas de los latinoamericanos. Duran-
los comienzos del XX, las principales naciones capitalistas habían concedido prés- te sus años de expansión, Estados Unidos tuvo dudas acerca de su postura hacia sus
tamos excesivos y con intereses muy altos a Sudamérica, para el descontento mutuo vecinos de América Central y el Caribe, y durante los años en los que tuvo lugar su
de ambas partes: de los latinoamericanos, a los que les parecía que habían sido surgimiento como gran potencia actuó frecuentemente como si esos estados no fue-
explotados, y de los acreedores, que se resentían por la consiguiente falta de pago sen soberanos. Del mismo modo que en el siglo XX a Gran Bretaña le resultaba difí-
y la expropiación de una serie de empresas que ellos habían creado. (La xenofobia cil pensar en los países de Oriente Medio como independientes o dignos de inde-
de Sudamérica aumentó a causa de la política imperialista de Estados Unidos, de la pendencia, a Estados Unidos le ocurría en ese mismo período algo muy parecido con
que hablaremos más adelante.) Pero Sudamérica no podía prescindir del capital un grupo de países de los que se suponía que tenían una repercusión importante sobre
extranjero si quería llevar a cabo programas de desarrollo, equilibrar su balanza los intereses vitales norteamericanos. Cuando el presidente Monroe prohibió la
comercial y hacer frente a su enorme (y a muy corto plazo) deuda exterior. El capi- expansión de los dominios territoriales europeos en el Nuevo Mundo, España y Por-
tal necesario no se estaba produciendo en el interior. Los pobres eran demasiado tugal ya habían perdido los suyos; los británicos, franceses y alemanes, que habían lle-
pobres para ahorrar y estaban cada vez más depauperados, los ricos invertían o gado demasiado tarde como para obtener algo más que las sobras de la partición his-
depositaban su riqueza en el extranjero con frecuencia, y los bancos y otras insti- pano-portuguesa, tenían escaso interés en desafiar la declaración unilateral de
tuciones financieras nacionales no habían desarrollado el hábito o el mecanismo Monroe, y el único intento serio de hacerlo -el intento francés de convertir a Méxi-
para suministrar créditos para la expansión industrial. Los reformistas, que com- co en un nuevo imperio de Habsburgo durante la guerra civil americana- fue un fra-
prendían la necesidad de ayuda extranjera pero se ve'ían obligados por su entorno caso absoluto. Para entonces, Estados Unidos se había anexionado una tercera parte
a ser antiextranjeros, al igual que contrarios al establishment, esperaban poder salir de México, había mostrado interés por un canal ístmico y acariciaba la idea de adqui-
de este dilema consiguiendo ayuda de agencias internacionales en lugar de obte- rir las vastas islas de Cuba y la Española (esta última contenía las repúblicas domini-
nerla de gobiernos extranjeros, pero estas agencias resultaron decepcionantes, ya cana y haitiana).
que aplicaban reglas financieras muy estrictas a sus préstamos, insistían en la esta- La doctrina de Monroe, enunciada en 1823, era la base de una política destinada
bilización de la moneda y en unas perspectivas de beneficio razonables como con- a convertir a América en una isla por medio de adquisiciones (Luisiana, Florida,
diciones previas y dudaban en acudir en ayuda de solicitantes con credenciales Cuba, Alaska) e impidiendo a todas las potencias europeas que recuperasen sus pose~
financieras y competencia económica limitadas: en los años posteriores a ~a guerra siones o extendiesen su influencia en el continente. Venía motivada por los temores
se cometieron en Sudamérica demasiados errores económicos, ya que los beneficios hacia los soviéticos en el noroeste y hacia otros europeos en el sudeste. Durante más
obtenidos durante la guerra fueron derrochados en lujos y la industrialización se de un siglo, la doctrina requirió escaso ejercicio por parte de Estados Unidos, debido
llevó a cabo irregularmente. fundamentalmente al estado de las relaciones anglo-americanas, y no fue puesta en
En cuanto a características comunes en los asuntos externos de este vasto sub- tela de juicio hasta que, en la década de los sesenta, los soviéticos se atrevieron a rea-
continente, podemos encontrar dos: las actitudes respecto al norte, y la deuda exter- lizar una incursión en el área meridional en la que Monroe y su gabinete habían temi-
na. Sudamérica se diferenciaba de Norteamérica no sólo por su latinidad, sino tam- do en un principio actividad británica o española. Gran Bretaña no llevó a cabo nin-
bién por su fragmentación. Mientras Sudamérica había quedado dividida en multitud gún intento de ampliar su imperio de las Antillas. Durante las décadas posteriores a
de estados, Norteamérica no. Desde los tiempos de los libertadores, cuando el sub- la ruptura entre Gran Bretaña y los recién surgidos Estados Unidos, el poder naval
continente quedó balcanizado como consecuencia de las guerras y las políticas pos- británico sirvió para reforzar la doctrina más que para desafiarla. La geografía no ha
timperialistas, se añoraba la solidaridad que había caracterizado al subcontinente querido que existan islas entre las islas británicas y el litoral de Estados U~idos, así
durante los grandes virreinatos españoles. Subsistía una comunidad cultural que, que el período inmediatamente posterior a la independencia fue un período de dis-
junto con una cierta compacidad geográfica y un cierto aislamiento, promovió con tanciamiento pero no de conflicto; resulta difícil pensar que se hubiera podido evitar
el tiempo un sistema interamericano que se amplió hasta convertirse en una organi- un conflicto, especialmente durante la guerra civil, si el Atlántico norte hubiese esta-
zación panamericana (en oposición a una organización latinoamericana). Pero el do salpicado de islas por cuya ocupación hubieran competido las dos potencias. Dado
contraste entre el sur y el norte no podía ser eliminado. En el norte, Estados Unidos que el hecho de compartir una misma lengua y unas mismas tradiciones no estaba
había mostrado una asombrosa capacidad para conciliar una mezcolanza de razas y contrarrestado por disputas territoriales (excepto la que tuvo lugar en torno a Cana-
había mantenido su unidad a pesar de las fuerzas sociales y económicas desunifica· dá, que, de forma muy reveladora, no consiguió demasiado apoyo de Londres), y que
doras que provocaron la guerra civil, mientras que Canadá conseguía mantener a sus al terminar el siglo el poder de Estados Unidos había crecido hasta adquirir propor-
poblaciones británicas y francesa bajo un mismo techo político. Estos dos estados ciones considerables, la buena voluntad de los dos países prevaleció sobre conflictos
eran por consiguiente mucho más grandes y poderosos que cualquier Estado ocasionales y condujo en el siglo siguiente a una alianza que sacó a Gran Bretaña de
latinoamericano, y los latinoamericanos comenzaron a temer la preponderancia y el la órbita europea y la atrajo hacia la americana. Esta alianza no hubiera podido lle-

680 681
t·,
T
varse a cabo de no ser porque Gran Bretaña renunció al papel que una vez había esta- nadas en la isla entre 1906 y 1909 y entre 1913 y 1921 en apoyo de regímenes mili-
do en situación de desempeñar en América Central. tares corruptos, y se construyó una base naval en Guantánamo.
A mediados del siglo XIX, cuando Estados Unidos comenzó a pensar por primera Pocos años después de la guerra de Cuba, en 1905, Estados Unidos intervino en
vez en un canal que atravesara Nicaragua uniendo el Atlántico y el Pacífico, el con· la República Dominicana. Temiendo una intervención europea como consecuencia
sentimiento y la cooperación británicos parecieron esenciales. Gran Bretaña tenía del impago de las deudas por parte del gobierno dominicano, el presidente Theodo·
territorios y concesiones a lo largo de la costa más cercana (en las Honduras britá· re Roosevelt formuló el Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe, por el cual Esta-
nicas, la costa de los Mosquistos y las islas de la Bahía); Estados Unidos negoció tra- dos Unidos se atribuía el derecho de intervenir en países latinoamericanos para man·
tados favorables con Nicaragua y Honduras. Desde estas posiciones, los dos países tener en orden a los gobiernos. Fuerzas estadounidenses reaparecieron en 1916 y
negociaron el tratado Clayton-Bulwer de 1850, por el cual acordaban que ninguno durante los ocho años siguientes el país estuvo bajo el mandato militar directo de
de los dos obtendría el control exclusivo de un canal o privilegios especiales en él; y Estados Unidos, con uri oficial estadounidense como presidente. Una ocupación
más aún, que ninguno de ellos ocuparía, fortificaría, colonizaría, tomaría o ejercería similar de la vecina república haitiana, proyectada igualmente para anticiparse a los
dominio alguno sobre ninguna parte de América Central. Este tratado, firmado en acreedores europeos, duró desde 1915 hasta 1934. En el continente, Estados Unidos
un tiempo en que Estados Unidos era la más débil de las dos partes, se convirtió en intervino abiertamente en la revolución y la guerra civil mexicanas con un bombar·
un obstáculo para planes posteriores de construir un canal sin colaboración británi· deo naval en 1914 y una expedición militar -que no tuvo éxito- en 1916-1917; asi-
ca y de conseguir el control sobre su curso y sus diques, pero al final del siglo el inte- mismo, fuerzas estadounidenses, enviadas a Nicaragua en 1911 para apoyar a un pre-
rés británico en esta parte del mundo era escaso comparado con su interés en Orien- sidente que contaba con el respaldo de Estados Unidos, mantuvieron controlada a la
te Medio y Asia meridional, y en 1901 el tratado Clayton-Bulwer fue sustituido por oposición liberal hasta 19.33, año en el que, a su marcha, se inauguró la dictadura de
el tratado Hay-Pauncefote, que reafirmaba los principios de la neutralidad y la utili- Anastasia Somoza.
zación libre e indiscriminada, pero sin embargo eliminaba las limitaciones estableci- Esta política estadounidense de dirección y control, sustentada por incursiones
das por el tratado anterior. Estados Unidos entró entonces en discusiones con militares esporádicas, fue abandonada por el presidente Franklin C. Roosevelt y su
Colombia para una cesión de territorio en Panamá. Se negoció un tratado, pero el secretario de Estado, Cordell Hull. En su discurso inaugural, Roosevelt promulgó
Senado colombiano lo rechazó, después de lo cual Estados Unidos promovió en 1903 una política de buena vecindad basada en la no intervención, y repitió su compro-
una revuelta en Panamá y su separación de Colombia. Se creó una nueva república miso en la Conferencia Panamericana de 1936 en Buenos Aires. La enmienda Platt
panameña y, a cambio de 10 millones de dólares y una renta anual de 250.000 dóla- fue revocada. El derecho a intervenir en los asuntos internos de Panamá fue aboli·
res, ésta cedió a Estados Unidos la soberanía perpetua sobre el área, que recibiría el do mediante tratado. Se aceleró la retirada de los marines estadounidenses de Haití.
nombre de Zona del Canal y también el derecho de intervenir en los asuntos inter- El presidente acepto el derecho del gobierno mexicano a nacionalizar los yaci-
nos de Panamá. Estados Unidos hizo uso de este derecho enviando tropas en una mientos petrolíferos en su territorio. Las esperanzas latinoamericanas aumentaron
serie de ocasiones. también con la aprobación del Acta de Acuerdos Comerciales Recíprocos de 1934,
Más importante para Estados Unidos que Panamá era la extensa isla de Cuba, más que concedía al presidente poder para reducir los aranceles hasta en un 50%, y con
próxima a Estados Unidos que ningún otro país latinoamericano, con la única excep· el establecimiento, el mismo año, del Banco de Importaciones y Exportaciones para
ción de México. Por motivos estratégicos, durante el siglo XIX Estados Unidos trató llevar a cabo préstamos de fondos públicos de Estados Unidos-a gobiernos extran-
en varias ocasiones de comprar Cuba a España y estuvieron en guerra durante diez jeros.
años. Fueron derrotados, pero se sublevaron de nuevo en 1895. En Estados Unidos Pero esta mejora de la atmósfera reinante dentro del continente americano no
existía un sentimiento de indignación por la crueldad que las autoridades españolas trajo consigo todas las consecuencias que Washington deseaba. Antes de la Segun-
empleaban para sofocar la revuelta y de preocupación por las inversiones americanas, da Guerra Mundial, al igual que después de ella, Estados Unidos quería conseguir las
pero el gobierno no tomó medidas hasta que, en febrero de 1898 y en circunstancias simpatías y el apoyo latinoamericanos para asuntos de mayor envergadura, pero fra·
que aún no han sido explicadas, el acorazado USS Maine fue hundido en el puerto de casó en gran parte. Con anterioridad al estallido de la guerra, Hull, teniendo pre·
La Habana. Washington lanzó un ultimátum y, a pesar de que los términos de éste sente el intento alemán de hacer que Japón atacase a Estados Unidos a través de
fueron en gran medida aceptados y la guerra se encontraba prácticamente finalizada, México en la Primera Guerra Mundial, intentó sin éxito persuadir a Sudamérica de
declaró la guerra a España. La lucha, que se extendió al Pacífico, duró tres meses y ter- que el nazismo y el fascismo eran peligros reales contra los cuales todos el conti·
minó con la derrota absoluta de España y la cesión a Estados Unidos, por el tratado nente americano debía tomar precauciones conjuntas. En La Habana, en julio de
de París, de las islas Filipinas, Guam y Puerto Rico a cambio de 20 millones de dóla- 1940, los países americanos acordaron que no debía permitirse a ningún país no
res. Cuba quedó en realidad bajo la tutela de Estados Unidos, y así permaneció hasta americano ocupar territorio alguno en el continente, pero este nuevo y antialemán
1933. En 1901, Estados Unidos declaró, mediante la enmienda Platt {una enmienda enunciado de la Doctrina Monroe debía ser defendido mediante la acción america-
al Proyecto de Ley de Adscripción del Ejército) que no retiraría sus fuerzas militares na conjunta; no se invitaba a Estados Unidos a intervenir por su cuenta contra cual-
¡' a no ser que su derecho a intervenir para preservar el buen gobierno de la isla apare- quier amenaza externa, sino más bien a proveer a sus vecinos con las armas y el equi-
ciese expresado en la Constitución cubana. Fuerzas estadounidenses fueron estado- pamiento necesarios para hacerlo. Por consiguiente, un resultado de los temores de

682 683
Washington con respecto a la defensa del hemisferio fue el fortalecimiento de la Europa había sido asolada por la guer:ra, estaba al borde del hundimiento económi-
clase militar a lo largo de esa área. Pequeñas fuerzas brasileñas y mexicanas fueron co y se pensaba que era un cebo indefenso para nuevos avances soviéticos. Estos
enviadas a ultramar durante la guerra, pero los suministros militares americanos argumentos, que estaban en el corazón y en la cabeza de los directores de la políti·
afectaron a la estructura política de sudamérica mucho más de lo que afectaron al ca estadounidense, eran difícilmente aplicables a Sudamérica, incluso en el caso de
desarrollo de la guerra. que estuviesen tan preocupados por la buena vecindad como Franklin D. Roosevelt
Después de Pearl Harbar, México, Colombia y Venezuela rompieron las relacio- en los años treinta. Sudamérica no gozaba de prioridad para el Washington de la
nes con Japón, Alemania e Italia, y todas las repúblicas centroamericanas y caribe- posguerra. El desencanto creció en ambos lados. Cuando estalló la gue1rn en Corea,
ñas declararon la guerra. Cuando se divisaba el fin de la contienda, los países ame- que a los ojos de Washington era una guerra anticomunista en la que todos debían
ricanos, reunidos en Capultepec, México, en febrero de 1945, se declararon a favor estar preparados para ayudar, sólo Colombia envió tropas. Parecía que la acción
de la defensa colectiva contra amenazas tanto internas como externas (el Tratado colectiva no significaba ni ayuda económica para Sudamérica ni ayuda militar para
Interamericano de Asistencia Recíproca, firmado en Río de Janeiro de 1947, dota- Estados Unidos. La guerra de Corea agudizó las susceptibilidades anticomunistas de
ría a este acuerdo de un cáracter más permanente), pero la preocupación de Was- Washington, y clarificó sus prioridades respecto a América Latina, donde instigó y
hington por crear una alianza o un sistema de defensa continental anticomunista organizó la destitución del presidente de izquierdas Jacobo Arbenz Guzmán (véase
encontró poca respuesta entre estados que aún estaban acostumbrados a pensar en capítulo XXVII). Demostró hasta qué punto los estadounidenses concedían una
'1 Estados Unidos, y no en la URSS, como ei país que más asiduamente intervenía en importancia mucho mayor a la supresión del comunismo que al principio de la no
:! 1·
sus asuntos internos, y estaban mucho más preocupados por los problemas econÓ· intervención o a las buenas relaciones con sus vecinos latinos (a no ser que calcu-
micos en la posguerra que por el comunismo. Las clases militares, que eran las que lasen la reacción latinoamericana tan erróneamente como sin lugar a dudas inter-
l¡ se veían afectadas de un modo más inmediato por los esquemas de defensa conjun- pretaron la magnitud de la amenaza comunista). Washington manifestó su creencia
¡!
' 1
ta, estaban menos interesadas en la cooperación que en reforzarse a sí mismas. Lo de que sus acciones en la mitad sur del continente no debían ser obstaculizadas por
que buscaban de Estados Unidos era más -y más moderno- equipamiento. Estados consideraciones de las grandes potencias: la reacción de la URSS podía considerar-
,,,¡ Unidos, por otro lado, estaba cada vez más preocupada por el comunismo y cada vez se, en aquel momento, como mínima o imponente. La lección final que se despren-
más atrapada entre dos políticas diferentes, el conjurar mediante ayudas económi- día del caso guatemalteco era, o debía haber sido, la imposibilidad de trazar una
cas a sus vecinos e interferir en sus asuntos para suprimir a los comunistas a cual- línea divisoria entre programas radicales que eran sociales y por consiguiente malig·
1: quiera que pudiera parecer comunista para Washington. En 1951, la Acta de Segu- nos. En Guatemala, Estados Unidos había expulsado a una administración refor-
ridad Mutua fue extendida a Latinoamérica, y a partir de 1952 Estados Unidos firmó mista cuyas acciones no eran perniciosas en sí mismas, pero cuyos móviles e inten-
una serie de acuerdos bilaterales de defensa. Si Estados Unidos (y los civiles latino- ciones últimas resultaban sospechosos. Sudamérica no aceptó la justificación
1
amerieanos) tenía sus dudas sobre este nuevo fortalecimiento de unos ejérdtos que anticomunista propuesta por Washington. ·
operaban la mayoría de las veces como fuerzas políticas interiores, Washington se En 1958, el vicepresidente Richard Nixon, en una gira por países latinoameri·
1
sentía obligado a ello por la amenaza velada de que esos ejércitos, al no poder satis- canos, fue recibido con insultos e incluso con violencia, lo que sirvió para ilustrar a
1 facer sus necesidades en Estados Unidos, pudieran ir de compras a algún otro lugar. la opinión oficial y pública al norte del Río Grande sobre la postura de algunos lati-
! En Fort Davis, en la Zona del Canal, se fundó en 1962 una academia de policía inte- noamericanos hacia Estados Unidos. En dos de los países de su itinerario, Perú y
ramericana para el estudio y la práctica de técnicas de contrarrevolución, pero otros Venezuela, habían sido recientemente destituidos otros tantos dictadores, pero no sin
modos de cooperación militar interamericana no parecían excesivamente fructífe- antes haber recibido del presidente Eisenhower la Legión del Mérito: Nixon se vio a
ros ni populares. sí mismo convertido en el blanco de la indignación popular contra la aprobación de
Las conferencias de Chalputepec y Río eran la séptima y la octava de una serie los dictadores por parte de Estados Unidos. En 1960, el propio Eisenhower empren-
de conferencias interamericanas que se habían inaugurado en Washington en 1889. dió una gira por suramérica que formaba parte de un calculado intento de mejorar las
El noveno de estos encuentros se celebró en Bogotá en 1948, y creó nuevas institu- relaciones. En el intervalo entre las dos visitas, Estados Unidos estuvo de acuerdo en
1
ciones y una maquinaria permanente para consultas y acciones panamericanas la creación de un Banco Interamericano y un Fondo para el Desarrollo Social Inter-
(Canadá, por voluntad propia, fue excluida). La Organización de Estados America- americano (este último para financiar proyectos improductivos que el Banco Mun ..
' ,. j, nos, aparentemente panamericana pero que era, según algunas opiniones, un con- dial tenía prohibido fomentar); anteriormente, Washington había desaprobado estas
trapeso latino al poder del norte, tenía como objetivos el mantenimiento de la paz instituciones. Aunque la undécima conferencia interamericana, que debía celebrar-
en el área de sus miembros, el arreglo pacífico de las disputas entre éstos, la acción se en Quito en 1959, fue pospuesta, los ministros de Asuntos Exteriores de los países
conjunta contra las agresiones y el desarrollo cooperativo de intereses económicos, americanos se reunieron una vez ese año en Santiago y dos veces al año siguiente en
sociales y culturales. En Sudamérica, esta asociación con Estados Unidos era favo- San José. El primero de estos encuentros estaba dedicado principalmente a censurar
rablemente acogida, fundamentalmente por la perspectiva de un aluvión económi- a Trujillo y a Batista, cuestiones en la que no era difícil conseguir un amplio consen-
co similar al Plan Marshall en Europa, pero semejante perspectiva resultó ser un so. En 1960, la afirmación por parte de Venezuela de que Trujillo había instigado el
espejismo, por cuanto Washington veía a Europa y a Sudamérica de distinto modo: intento de asesinato del presidente Betancourt dio lugar a una investigación, una

684 685
censura de Trujillo y la expulsión de la República Dominicana de la OEA, pero cuan- A no ser que se estableciesen unas prioridades, era difícil saber por dónde se debía
do Estados Unidos propuso sanciones económicas y elecciones con una supervisión empezar o qué se debía aprobar. Finalmente, la Alianza planteaba algunos malen·
internacional en la República Dominicana, sus asociados se volvieron atrás por tendidos y algunos peligros. Los malentendidos se revelaron cuando se planteó la
temor a sentar un precedente que pudiese servir para intervenir en sus propios asun- cuestión de si los fondos podían obtenerse inmediatamente o sólo condicionados a
tos (el propio Trujillo fue asesinado en 1961). Se produjo también un conflicto entre la introducción de determinados cambios sociales. Se hicieron patentes cuando se
Estados Unidos y los demás países en torno a si el giro hacia la izquierda de Cuba presentó el problema de dar ayuda a un regímen reaccionario o inconstitucional.
resultaba razonable o peligroso. La conferencia era anticubana en general, pero no Suprimir la ayuda significaba dañar las esperanzas de las gentes pobres e inocentes.
estaba dispuesta a expresarse con franqueza. Una propuesta de mediación interame· Continuar con ella podía significar tolerar la violencia inconstitucional en lugar de
ricana entre Estados Unidos y Cuba no prosperó. No obstante, la Organización de promover una reforma constitucional, financiar regímenes regresivos en lugar de
Estados Americanos estaba funcionando y se procuraba que siguiese haciéndolo, y las fomentar regímenes progresistas.
disensiones que tenían lugar en su seno no eran graves, aunque, en lo referente al El segundo factor común en el subcontinente era la deuda. A comienzos de siglo,
eterno problema de la cooperación económica, un intento del presidente Kubitschek a muchos países sudamericanos les había resultado fácil obtener préstamos del exte·
de obtener ayuda estadounidense para una «Operación Panamérica» había tenido rior. Superficialmente, esta relación había parecido durante un tiempo mutuamente
poca acogida en Washington. satisfactoria, pero el endeudamiento externo enmascaró la necesidad de reestructura·
Al afio siguiente, sin embargo, el presidente Kennedy llevó a cabo un cambio de ción económica interna, y buena parte del dinero obtenido fue gastado incorre¡:ta·
p0lítica. Con una dedicación a Sudamérica que ningún presidente de Estados Unidos mente, por ejemplo en ejércitos (tan nefastos para la economía y la estabilidad polí-
había mostrado desde Franklin D. Roosevelt, Kennedy propuso una Alianza para el tica como lo habían sido las legiones romanas, y sin nadie a quien combatir). La
Progreso, que suponía una cooperación masiva y a largo plazo entre Estados Unidos y Segunda Guerra Mundial eliminó los mercados de exportación. Después de la guerra,
sus vecinos latinoamericanos para mejorar, a costa de Estados Unidos, sus economías, las industrias tendían a producir excedentes no exportables. Los mercados internos
a condición de que introdujesen también determinadas reformaS fundamentales. estaban empobrecidos y el comercio entre países era escaso. La hiperinflación, las
Estados Unidos proporcionaría 20.000 millones de dólares a lo largo de diez años para excesivas deudas y, en la década de 1990, la necesidad de fondos por parte de Europa
pagar, en realidad, la reforma social y económica. Aunque los gobiernos latinoameri- del Este alejó a los inversores, que se veían aún más desincentivados por la situación
canos preferían una ayuda bilateral a una multilateral, y aunque probablemente pre- política: insurrecciones, una situación en la que la mitad de la población se podía cali-
ferían también una ayuda sin condiciones a una ayuda ligada a ciertas reformas, la
l Alianza para el Progreso suponía un tipo de intervención que habían estado buscan-
ficar como extremadamente pobre, y tráfico de drogas. En algunas zonas el tráfico de
drogas, los traficantes ·y aquellos que encubiertamente los apoyaban, sus ejércitos pri-
do desde la inauguración del Plan Marshall para Europa, y no el tipo de intervención vados y las personas que trabajaban para ellos, constituían el único sector floreciente
1 que constantemente habían temido o decían haber temido. Posteriormente, en ese de la economía. Sus actividades incluían no sólo las zonas productoras de Colombia,
1
mismo año, todos los miembros de la OEA excepto Cuba suscribieron un documen- Bolivia y Perú, sino también rutas comerciales y fuentes de financiación en Argenti-
to que hacía efectivas las propuestas de Kennedy. na, Brasil, Venezuela, Panamá e incontables islas.
La Alianza para el Progreso supuso un fuerte golpe psicológico, importante por Económicamente, la mayor parte de Sudamérica permanecía a la sombra de la
su impacto tanto en los ciudadanos de Estados Unidos como en los pueblos situados dominación externa. La industrialización era débil y se vio atrasada por muchas
más al sur, pero no fue correctamente estudiada con antelación y los resultados prác· razones: las elites gobernantes se oponían a tarifas arancelarias que las jóvenes
ticos no habían llegado a ser más que decepcionantemente pobres en el momento industrias precisaban pero que desagradaban a los clientes ricos; los diferentes mer·
de la muerte de su artífice. Las razones de la decepción eran numerosas. En primer cados internos eran demasiado pequeños y los intentos de unificarlos fueron rudi·
lugar, la muerte de Kennedy se produjo demasiado poco tiempo después de su inau- mentarios; las industrias tendían a exceder su capacidad, los productos eran nor-
guración; había habido poco tiempo para conseguir resultados. Pero, en segundo malmente demasiado caros; la tecnología era o bien local y atrasada o bien
lugar, había razones más materiales. La suma de dinero prometida era grande, pero extranjera y, por tanto, cara. El transporte y otros servicios públicos eran deficien·
era discutible que incluso tal suma pudiese hacer algo más que evitar que la situa· tes o inexistentes, excepto en las zonas cercanas a las grandes ciudades. La mitad de
ción siguiese deteriorándose. Se esperaba, por otra parte, que los fondos del gobier· la población afluyó a ciudades de 20.000 o más habitantes, superpobladas, sucias,
no atrajesen la inversión privada, pero el volumen de ésta no alcanzó las previsio- violentas y presa de los especuladores inmobiliarios. El vacío económico entre la
nes, y parte de los fondos gubernamentales tuvieron que ser desviados hacia ciudad y el campo se estaba acentuando. La tierra aportaba categoría, riqueza y una
objetivos a corto plazo imprevistos, debido a una caída de los ingresos que Sudamé- forma de vida para unos pocos; la mayoría de las ciudades fracasaron en el intento
rica obtenía de productos primarios. En tercer lugar, existía, desde el punto de vista de convertirse en motores de nueva actividad económica. La necesidad de reforma
de Washington, cierta confusión en torno a los objetivos y las prioridades de la agraria era manifiesta y varios países aprobaron leyes pertinentes, pero sólo se lle-
Alianza. ¿Estaba concebida fundamentalmente para modificar la estructura social, varon a la práctica como consecuencia de las revoluciones. Los trabajadores agrarios
para aliviar la pobreza, para promover el progreso económico de un Estado, para estaban mal pagados y subempleados, y su número aumentaba a pesar de la emigra·
facilitar la integración económica entre los estados, o para combatir el comunismo? ción hacia la ciudad. Sin créditos ni comunicaciones adecuadas o, en muchas áreas,

686 687
agua, los pequeños propietarios no obtenían semillas, abonos ni maquinaria para Los que habían esperado el avance del liberalismo burgués o de la social democracia
hacer económicamente productiva la tierra. familiar a los europeos de los siglos XIX y XX, se vieron igualri1ente frustrados. Los
La década de 1990 contempló un renacimiento de planes promovidos en la de intentos de este tipo, aunque apoyados por una pequeña elite cosmopolita, estaban
1960 para mejorar la situación de debilidad económica y los problemas sociales muy poco enraizados en la política sudamericana, donde las tradiciones que perdura·
sudamericanos mediante la asociación regional. El Pacto Andino, establecido en ban eran las de la España anterior a Napoleón. Sudamérica no se rebeló contra Espa-
1966 entre Colombia, Bolivia, Perú y Venezuela, fue reanimado en 1989 con el ña. Simplemente, la conquista de España por parte de Napoleón había causado que
objeto de establecer un mercado común y la unión aduanera para 1995, y posterior- se viniera abajo el poder de aquélla sobre las colonias americanas. Los Libertadores
mente una unión económica. Al sur, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay crearon fueron, por tanto, sucesores más que libertadores, y asumieron, para ellos y para las
en 1991 Mercosur con objetivos y fechas similares. (De la misma forma, en Cen- generaciones futuras, los poderes centralistas y las actitudes que la corona española
troamérica, el Caricom, creado por trece estados en 1964, fue revitalizado, con una había exportado a los virreinatos de América del Sur y Central. Era una tradición
proyectada unión económica para 1993.) Aunque estos planes podrían ser despre· autocrática, a menudo interpretada de manera liberal, pero en absoluto democrática.
ciados como fantasías, eran también un signo de los tiempos en los que la coopera- Los hombres de la segunda mitad del siglo XX, no todos ellos militares aunque sí la
ción regional, con o sin reformas constitucionales o políticas, se consideraba la vía mayoría, no se preocuparon, salvo raras excepciones, por cambiar el sistema. Lo que
para la salvación. les preocupaba era obtener el poder y la dirección que hasta entonces había mono-
Las preocupaciones externas complicaron, que no provocaron, los problemas polizado una clase dirigente diferente o más restringida.
internos de Sudamérica en cuanto a formas de gobierno que oscilaban entre la oligar- Desde comienzos de la década de 1970 la actividad guerrillera, característica de
quía, la tiranía y la democracia. Durante la década de 1950 se produjo la caída de una buena parte de Sudamérica en la década anterior, disminuyó. La muerte de Che
1
serie de dictadores, comenzando por Juan Domingo Perón, de Argentina, en 1955. Guevara en Bolivia, en 1967, había constituido un duro golpe para la moral. El desa-
Durante los tres años siguientes tuvo lugar la retirada de los pres,identes Gustavo rrollo de las técnicas antiguerrilleras, con la supervisión de militares estadouniden-
Rojas Pinilla y Marcos Péres Jiménez, de Colombia y Venezuela, respectivamente. ses, permitió a los gobiernos derrotar movimientos que nunca habían sido numéri-
1 Durante esos años, los militares se retiraron de la vista. No podían renunciar a su camente fuertes y sólo estaban fugazmente unidos. La protesta encontró medios de
poder real porque era inevitablemente suyo. El ejercicio de ese poder en política se expresión nuevos y menos románticos. El foco guerrillero fue sustituido por los
había convertido en hábito dado que, al no tener enemigos a la vista, no tenían nada secuestradores urbanos: los tupamaros uruguayos y similares, que en Argentina, Bra-
más que hacer, y en parte también, debido a los defectos de la clase gobernante. El sil y demás se especializaron en el secuestro de diplomáticos. Una de las hazañas más
oficial que no es requerido para la guerra puede bien optar por la sociedad o bien por notables de los tupamaros fue la captura del embajador británico en Montevideo¡
la política. Muchos optaron exclusivamente por la mejor sociedad; otros por la socie- pero aunque lo retuvieron durante ocho meses no obtuvieron nada. Las tácticas
dad y una parte de la dominación política que ejercían las clases altas, y otros, en fin, urbanas no significaron ninguna mejora sobre los focos guerrilleros y, en las eleccio-
habiendo optado por la política, se sintieron insatisfechos y, aunque pudieran despre- nes de Uruguay de 1971, el Frente Amplio, de izquierdas, fue tercero, tras Blancos y
ciar la democracia, deseaban hacer más eficaz y menos corrupto el manejo de los asun- Colorados, los partidos tradicionales. Juan Bordaberry, que alcanzó la presidencia en
tos públicos, y comenzar, si bien levemente, la reforma social. Este último grupo acabó 1972 tras complicados y polémicos recuentos, como sus predecesores, se preocupó
recibiendo el apodo de nasseristas y fueron los que hicieron que se extendiera la más por encontrar para Uruguay, anteriormente rico gracias a sus exportaciones de
noción, a finales de la década de 1950 y en la de 1960, de que la política y los ejérci- lana, un futuro económico en un mundo que había inventado el rayón. Fue depues·
tos nacionales debían profesionalizarse y hacerse más conscientes socialme'nte. Pero to por los militares, pero, en 1980, los uruguayos, con inesperada temeridad, recha-
si el primer impacto fue la destrucción de los dictadores al estilo antiguo y la dismi- zaron la nueva Constitución presentada por el régimen, que esperaba un voto más
nución del prestigio de los funcionarios al viejo estilo, no significó que el gobierno de obediente, y, a partir de 1985, Uruguay retornó a las pacíficas vías civiles por las que
,' ,
civiles fuera la nueva regla, ya que los civiles podían quedarse demasiado cortos, en se había caracterizado durante tanto tiempo.
j eficacia o integridad, respecto a lo que se esperaba de ellos, o exceder las expectati- Los optimistas esperaban que dichas tendencias resultaran cada vez más caracte-
vas y la tolerancia, acelerando demasiado las reformas sociales. En cualquiera de los rísticas en los últimos años del siglo, pero no se podía pensar que ninguna tendencia
casos, los militares regresaron. persistiese, ni era posible hacer generalizaciones para la totalidad del subcontinente.
Por una parte, la autocracia personal del caudillo, interesado sólo por su propio Los dos elementos fundamentales eran el crecimiento económic;o y la reforma insti-
poder y sin ideología de ningún tipo, sólo estuvo representado en Sudamérica por tucional. Sin ellos, las perspectivas de gobierno democrático y de justicia social serían
Alfredo Stroessner, de Paraguay, que sobrevivió hasta 1989 en un lugar atrasado, un confusas. A comienzos de 1990, el crecimiento económico era evidente en muchos
apartado feudo de Brasil (que obtenía energía eléctrica de Paraguay)¡ por otra, el paí~es, pero precario y desigual. En general (Brasil fue la principal excepción), inten·
dominio ejercido por un partido único correspondía a un intento de estabilidad, una taran solucionar sus problemas financieros inmediatos mediante la privatización de
forma de eludir un sistema parlamentario demasiado liberal que amenazaba con la las empresas y propiedades estatales para pagar la deuda externa, sanear los presu-
anarquía, y de evitar también un recurso a la violencia que auguraba el desastre. Habían puestos y evitar el aumento de impuestos: el plan argentino de privatizar la sociedad
fracasado dos cosas. La revolución violenta, rural o urbana, sólo tuvo éxito en Cuba. petrolífera estatal fue la más extensa medida de este tipo, en Chile y en el resto de los

688 689
,1:

;

países se tomaron medidas similares, pero en Perú y Venezuela fueron suspendidas. límite. Donde Quadros habría preferido dimitir, Goulart optó por seguir adelante·
Estaban obstaculizadas no sólo por la díscola voluntad de las clases dominantes, sino fue su perdición. Propuso una extensa ampliación del derecho al sufragio, la reform~
también por la debilidad de las instituciones financieras y administrativas necesarias agraria y una política exterior neutralista. Hizo un llamamiento al pueblo contra las
para formular y llevar a cabo complicadas maniobras económicas. fuerzas armadas y el Congreso, aceptó ayuda comunista dentro del país, estableció
Brasil, un país perpetuamente a punto de ser más influyente de lo que en realidad relaciones con la URSS y se opuso a la expulsión de la Cuba de Castro de la OEA
es, el cuarto o quinto país más grande del mundo y el segundo de América detrás de {pero se unió al bloqueo naval estadounidense de Cuba durante la crisis de los misi·
Canadá, se convirtió en país independiente en forma de imperio que duró de 1822 a les). Estas medidas le valieron una cierta popularidad, pero también provocaron
1889, año en que el segundo emperador fue desplazado por una revolución pacífica temores y odios, permitieron que los comunistas se infiltrasen en la administración
dirigida por un profesor de matematicas. Posee enormes recursos económicos y un central y de los estados y en los sindicatos y, dado que las diferentes provincias se ali-
amplísimo mercado interno; ocupa la tercera parte de América Latina y, con México neaban en lados diferentes, produjeron una amenaza de guerra civil, momento en el
y Argentina, alcanza casi las dos terceras partes de la producción. Según el censo de cual el ejército intervino.
población de 1970, su población había aumentado en una tercera parte en diez años Una vez que hubieron expulsado a Goulart, los jefes del ejército obligaron al
y había alcanzado más de 93 millones. Gracias a sus amplios y variados recursos con· Congreso, después de una pausa en la que se observó la corrección constitucional al
siguió progre3ar económicamente antes y después de la Primera Guerra Mundial. En reconocer al presidente de la cámara de diputados como presidente, a instalar el
1930, Getúlio Vargas accedió al poder democráticamente, y como consecuencia de general Humberto Castelo Branca en la presidencia para lo que restaba del mandato
uha serie de rivalidades sociales e interprovinciales. Comenzó a llevar a cabo la de Goulart. Al general le sucedió el mariscal Costa e Silva, y a éste los generales
modernización de Brasil. Reforzó el gobierno central, alimentó a la industria e intro· Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y Joao Batista de Oliveira Figueiredo. Fueron
dujo una planificación económica estatal. Contó con el apoyo del ejército hasta que prohibidos los partidos políticos, a excepción de dos partidos nuevos sin ninguna
empezó a crear un poder alternativo basado en las clases bajas. En 1945, el ejército le vitalidad ni independencia. El régimen se mostró duro con los sindicatos, los cam-
destituyó. En 1950 llevó a cabo un nuevo intento de conseguir el poder dirigiéndose pesinos y los estudiantes. Hizo pocos progresos con la reforma agraria y detuvo unos
no sólo al proletariado, sino también a una nueva clase de jóvenes oficiales, y resultó programas de alfabetización que le parecían peligrosos: Brasil continuó siendo el país
elegido. Las fuerzas armadas, con la esperanza de poder controlarle y reacias a burlar- de tierras y talento desaprovechados. Para hacer frente a la creciente oposición, recu-
se de forma tan descarada de unas elecciones limpias, le permitieron acceder al cargo, rrió con dureza a las armas, incluyendo entre sus métodos una espantosa y generali·
pero en 1954 ya estaban hartas de él y a punto de expulsarle -·a causa de su incom- zada crueldad con los prisioneros políticos, que eran arrojados a las cárceles en can·
petencia- cuando se suicidó. tidades cada vez mayores.
La década siguiente asistió a la anulación de todo lo que había supuesto la era Var- Por otra parte, el régimen militar se atribuyó el mérito de una buena dirección
gas, bajo el mandato de tres presidentes. Las elecciones de 1955 dieron el triunfo a económica. Habiendo heredado una inflación galopante, no sólo cambió por com·
'1 ' Juscelino Kubitschek y Joao Goulart como candidatos a la presidencia y a la vicepre- pleto la política económica de los difíciles años sesenta, sino que consiguió, durante
sidencia, respectivamente. Las fuerzas, divididas en su actitud ante estos resultados, algún tiempo (1968-1974), un ritmo de crecimiento anual del 10%, muy superior a
no pusieron objeción alguna, y de hecho tomaron las medidas necesarias para que la todo lo visto en los veinte años anteriores. El principal instrumento para conseguir-
pareja triunfadora ocupase el poder. Demostraron de ese modo la dependencia que el lo fueron las exportaciones, que, estimuladas por grandes préstamos de países extran·
nuevo presidente tenía de ellas, y éste, a cambio, reconoció tácitamente tal relación jeros impresionados por los recursos naturales y el disciplinario gobierno de Brasil, se
aumentando los salarios de los militares y suministrando fondos para más y mejor cuadriplicaron. Pero 1974 fue un año de ajuste de cuentas en Brasil como en el resto
material militar. Algunos oficiales, al igual que sus colegas de otros países, querían del mundo. Los saludables me~cados mundiales que habían recibido las exportacio-
algo más y tenían esperanzas en una administración ligeramente reformista que ata· nes brasileñas se volvieron enfermizos. El progreso interno financiado desde el exte·
case la corrupción, la incompetencia y las manifestaciones más evidentes de injusti- rior se hizo más lento y Brasil introdujo controles de importación y exportaciones
cia social, pero no estaban dispuestos a aceptar med_idas muy radicales ni tampoco alternativas. Los beneficiarios del boom comenzaron a quejarse, y sus víctimas a
tenían -en el caso brasileño- la satisfacción de observar el funcionamiento de una imponerse. Estos últimos eran muy numerosos. A pesar del boom, cerca de la mitad
buena administración, ya que el presidente Kubitschek se embarcó en extravagantes de la población había visto como su situación empeoraba; el 40% se repartía menos
empresas {tales como la construcción de la nueva capital, Brasilia) y en el transcurso del 10% de la renta nacional. Las tensiones regionales, al igual que las sociales, se
de un gobierno mal orientado en el capítulo energético abrió nuevas y enormes opor· agravaron, ya que el indigente y depauperado noroeste mostraba su indignación ante
tunidades para la especulación privada. la riqueza existente en el sur. Con el advenimiento del presidente Figueiredo en
En las siguientes elecciones, en 1961, salió vencedor Janio Quadros, con Goulart 1979, el gobierno emprendió la doble tarea de reestructurar la economía y al mismo
todavía como vicepresidente, pero dimitió al cabo de siete meses, dejando su puesto tiempo humanizar el régimen. Se relajó la censura, probablemente disminuyó la tor-
a Goulart bajo la mirada de un ejército dividido y cada vez más dubitativo y una tura y se decretó una amplia, aunque no total, amnistía para presos políticos. En el
marina y unas fuerzas aéreas unánimemente conservadoras. En estas circunstancias, campo económico, se dio un énfasis especial a la búsqueda de alternativas al petró-
el poder del presidente Goulart estaba estrictamente limitado, y muy pronto llegó al leo extranjero: prospecciones petrolíferas en el mar {cuyos resultados resultaron

690 691
;¡,
·1:

decepcionantes), búsqueda de sustitutos y un programa nuclear. Este último provocó taristas para la rehabilitación económica, en parte porque sus dictados puramente
los interrogantes habituales acerca de si Brasil tenía previsto desarrollar un poderío económicos fomentarían seguramente la miseria y provocarían probablemente una
militar nuclear al igual que una economía nuclear. revolución, en parte porque la fuerza inherente a Brasil le permitía -o parecía per-
En los años setenta, Brasil no estaba a la cabeza del desarrollo nuclear en Sud· mitirle- renegociar su deuda con sus acreedores y conseguir del FMI recursos para
américa. Su viejo adversario, Argentina, iba por delante. Brasil no había firmado el costear un plan económico moderadamente expansionista. A pesar de su enorme
Tratado de No Proliferación Nuclear, pero había firmado, con reservas, su equivalen- deuda, Brasil era capaz de pagar sus intereses con puntualidad, y tuvo la habilidad de
te regional, el Tratado de Tlatelolca (1967). Argentina no firmó ninguno de los dos. dar a entender que sin la ayuda extranjera el régimen de Sarney se hundiría dejando
(México, involucrado también en la carrera nuclear, firmó ambos.) En 1975, Brasil, a los acreedores sin esperanza de cobrar su capital ni los intereses y enfrentando al
tras recibir una negativa de Estados Unidos, solicitó la ayuda de Alemania Occiden- mundo con la detestable posibilidad de una vuelta al gobiemó militar o a un régimen
tal para acelerar su programa de nuclearización. A cambio de que parte del pago se situado muy a la izquierda del de Samey.
efectuase en uranio brasileño, Bonn acordó suministrar a Brasil ocho reactores, una Pero Samey carecía de anclaje político. Su gobierno era una coalición en la que
planta procesadora de combustible y la teq1ología necesaria para el enriqU:ecimiento el socio mayoritario, el Movimiento Democrático Brasileño, apoyó al presidente
del uranio. El propósito de Brasil era poseer no menos de setenta y tres reactores antes sólo cuando menos lo necesitaba. El Movimiento obtuvo una mayoría abrumadora
del fin del siglo. Aunque los objetivos principales de este programa eran industriales en las elecciones estatales y provinciales de 1986 y entonces, con la introducción de
y civiles, la planta procesadora y la tecnología que Alemania occidental debía sumi- durísimas medidas económicas, se enfrentó a Sarney. Estas medidas fomentaron la
nistrar apuntaban hacia una capacidad militar. Las garantías incluidas en el acuerdo oposición sin frenar la inflación, que había alcanzado el 200% anual y se estaba
1
eran estrictas, pero, dadas las circunstancias, no suficientes. Los programas brasileño acercando al 1.000%. Las elecciones de 1989 dieron una clara mayoría a Ferdinan-
! y argentino creaban la posibilidad de una carrera armamentística nuclear en Sud-
américa similar a la existente entre India y Pakistán o·entre Israel e lrak.
do Collar de Mello, quien, a la edad de cuarenta años, obtuvo casi el doble de votos
que su principal rival. Collar, gobernador de la provincia nororiental del país, hizo
Pero la actitud de Brasil hacia su tradicional adversario no era belicosa. Su enor- que el régimen de Sarney pareciera aburrido e incompetente, tuvo suerte al tener
me extensión, sus recursos sin explotar y su gobierno relativamente estable pennitían que enfrentarse en la segunda vuelta con el candidato de izquierdas más extremista,
: ¡! a los brasileños esperar el día en que la irreductible superioridad de Brasil terminase y gastó en su campaña gran cantidad de dinero. Introdujo duras medidas que redu-
'1 para siempre con una de las enemistades clásicas de Sudamérica. Quedaban algunas jeron la inflación, pero al precio de reducir todo lo demás. Las cuentas bancarias
1 cuestiones relativas a los estados tapón de Paraguay y Uruguay, pero por lo que a Bra- estuvieron dieciocho meses congeladas, retirando así unos 80.000 millones de dóla-
F sil se refería, éstos eran asuntos que podían ser afrontados con confianza y dejando res de la economía; se introdujo una nueva moneda; los servicios públicos se redu-
que el tiempo decidiese. jeron drásticamente¡ los cambios en los impuestos trasladaron el dinero del sector
El tamaño de Brasil hacía de él un gigante entre los estados de América Latina. privado al público. El desempleo se multiplicó, las empresas se colapsaron y las cla-
Su riqueza potencial podía convertirle en un gigante poderoso. Sus orígenes portu- ses más pobres fueron conducidas a la penuria y la desesperación. Y Collar resultó
gueses lo diferenciaban de sus vecinos de habla española y le daban un aire más cos- ser escandalosamente corrupto. Después de haber robado, junto con sus secuaces,
mopolita, acentuado por la conciencia de sus orígenes africanos. Brasil era parte de mil millones de dólares, fue procesado, y sustituido por el vicepresidente ltamar
Sudamérica pero le daba la espalda. Estaba no menos separado de Norteamérica, Franco hasta las elecciones de 1994. En el intermedio, los partidos de la derecha se
resueltamente decidido a afomar su independencia con respecto a Estados Unidos y recuperaron suficientemente de estas agitaciones desacreditadoras como para que
a no desempeñar un papel subordinado a Washington, a pesar de que los dos países Femando Cardoso (del Partido Socialdemócrata, un componente menor de la dere-
compartían puntos de vista conservadore~ y capitalistas. Pretendía establecer lazos cha) obtuviera una victoria amplia gracias al éxito de las medidas contra la infla-
más estrechos con los astros nacientes de Africa y Asia -Nigeria y Japón- y también ción que había establecido como ministro de economía. El mismo año, el Tribunal
con lrak, otro país con ambiciones bien fundadas y, por el momento, proveedor de la Supremo, por el mínimo margen posibie, absolvió a Collar de Mello de los cargos
mayor parte del petróleo importado por Brasil. Sus pu_ntos débiles residen en el exce· que se le imputaban.
sivo crecimiento de su población y en su deuda externa, que conducen lo primero a Argentina, el segundo país más importante de Sudamérica, consiguió su inde-
una pesadilla social, lo segundo a una pesadilla económica, a una grave situación de pendencia de España a costa de perder una serie de territorios que formaron los nue-
desempleo y malestar, y a la inflación. Cuando los sueños de los años setenta se esfu- vos estados de Uruguay, Paraguay y Bolivia. Su unificación tuvo lugar gradualmente
maron, las elecciones generales y provinciales de 1982 proporcionaron al gobierno y con dificultades, pero a partir de las últimas décadas del siglo XIX prosperó gracias a
desacostrumbrados reveses¡ el FMI insistió en 1983 en las clásicas medidas dolorosas la explotación de sus tierras, llevada a cabo en gran parte por inmigrantes europeos.
como condición para su ayuda, y en 1985 los militares juzgaron prudente retirarse a El gobierno estaba en manos de políticos conservadores y radicales de las clases altas,
un segundo plano después de veintitrés años de ejercer el poder político. Tancredo que competían entre sí por el poder y esporádicamente permitían una dosis de demo·
Neves fue elegido presidente pero inmediatamente sufrió un colapso y murió, dejan- erada, especialmente entre 1916 y 1930. La población del país, su agricultura y sus
do un sustituto y sucesor poco conocido, José Sarney, que tuvo que enfrentarse con vías férreas crecían continuamente, y con la introducción de la refrigeración Argen-
desalentadores problemas económicos y sociales. Samey abandonó las recetas mane- tina se convirtió en uno de los países exportadores más importantes del mundo antes

692 693
de la Primera Guerra Mundial; pero carecía de minerales y de la capacidad para desa· los efectos de la fluctuación de precios. Pero el ritmo resultó demasiado rápido para
rrollar una industria al lado de la agricultura y del comercio. Recibió un duro golpe la economía y para las clases propietarias, y Perón también se enfrentó gravemente a
con la crisis de 1929 y sufrió, en parte como consecuencia de ello, una sublevación la Iglesia. Aunque el programa fue ajustado en los últimos años, Perón cometió
en la que oficiales del ejército (entre ellos un Juan Perón de treinta y cinco años de demasiados errores e hizo demasiados enemigos, y en junio de 1955 la marina y las
edad) tenían el apoyo de las clases poseedoras y las clases desposeídas. Este suceso fuerzas aéreas, con el apoyo en la sombra de la Iglesia, intentó asesinarlo. El ejército
vino seguido por un período de gobierno autocrático conservador, respaldado por el de tierra, sin embargo, no sólo se mantuvo leal durante el intento de golpe de Esta·
ejército y por una renovada prosperidad. Al mismo tiempo, la urbanización y la inmi· do, sino que no se sintió obligado a reemplazarlo por otro líder. Perón destituyó a
gración estaban dando lugar a una clase trabajadora con mayor conciencia política y varios de los ministros más molestos para los conservadores, y se dispuso a proteger
más socialista. su posición organizando y armando a los descamisados. Esta maniobra alarmó al ejér·
Durante la guerra, la presidencia estuvo en manos del ultraconservador Ramón cito, que se puso en su contra y, en septiembre de 1955, dio un golpe de Estado y puso
Castillo, primero como presidente en funciones desde 1940 hasta 1942 y después otro general en su lugar.
como presidente durante un año más. Castillo se negó a romper relaciones con las La oligarquía había cerrado filas para conseguir poner fin a una polítiea económi·
potencias del Eje, en parte porque él mismo tenía inclinaciones fascistas y en parte ca que estaba dañando al país, y a una reforma social que los estaba perjudicando a
por contrariar a Estados Unidos, hacia la cual las clases gobernantes de Argentina ellos. Tenían el apoyo de intelectuales que, aunque pudieran aprobar los objetivos
habían sido tradicionalmente hostiles. En 1943 el ejército intervino de nuevo en sociales de Perón, desaprobaban sus métodos autoritarios, principalmente la censura;
política, esta vez para derrocar al reaccionario régimen de terratenientes cuyo ejer- porque el apoyo de Perón a la reforma social no incluía el derecho de expresión. La

·l
,, .
cicio del poder desde 1930 había demostrado que no habían aprendido nada. La
revolución fue más que un cambio de poder. Sus dirigentes tenían un programa o, al
menos, una serie de objetivos generales, que personificaban los deseos de una parte
caída de Perón paralizó el movimiento reformista y, como en Brasil, planteó la cues-
tión de qué hacer cuando la necesidad de reforma es urgente pero las clases dirigen-
tes sólo están parcialmente dispuestas a aceptar los cambios. Los partidarios de Perón,
u otra de la sociedad y la mentalidad argentinas. Uno de estos objetivos era el de y de la vivaz Eva Duarr.e, con quien se había casado antes de su triunfo de 1942 pero
Argentina para los argentinos: un rechazo del papel representado en la economía que había fallecido de cáncer en 195 2, no desaparecieron. Representaban una fuerza
argentina por los extranjeros, que promovían empresas útiles pero se llevaban todos a la que, de no poder atraer a otro movimiento, habría que prohibir el voto o permi-
los beneficios, y el rechazo también a la clase dominante argentina que remedaba las tir que siguiera adelante con la trayectoria peronista.
modas extranjeras, principalmente francesas, y pasaba la mitad de su tiempo en Mientras tanto, el ejército gobernaba. Primero instaló al general Eduardo Lonar-
París. Otro objetivo, que iba más allá de la afirmación de la preeminencia argentina di en la presidencia, en la que más tarde le sucedió el general Pedro Aramburu, hasta
en el subcontinente, era hacer del país no sólo una potencia independiente en el las elecciones de 1958. Ese año, Arturo Frondizi, un político representativo de la clase
mundo, sino una gran potencia con una voz que se pudiera oír y respetar en los asun- media, accedió a la presidencia con el consentimiento del ejército. los seguidores de
tos internacionales. Y, en tercer lugar, los nuevos hombres, incluido Perón, deseaban Perón continuaron siendo numerosos y los radicales estaban divididos en cuanto a la
justicia social, mediante una distribución menos descaradamente desigual de la posible alianza con ellos; Frondizi optó por una alianza, mediante la que esperaba
riqueza, y una concentración menos extrema del poder en la capital, a expensas de atraer a los peronistas a su partido. La apuesta fracasó rotundamente. La persistencia
las provincias. del sentimiento peronista quedó demostrada en las elecciones de 1960 cuando, al no
En los dos años siguientes ocuparon la presidencia varios generales. En 1944, poder presentar candidatos propios, se registró un millón de abstenciones. En 1962, a
Argentina rompió relaciones con Alemania y Japón, menos debido a un cambio de los peronistas se les permitió de nuevo votar. Oficiales de los tres ejércitos, encoleri-
sentimiento que a una necesidad bien calculada de mantenerse a bien con Washing· zados por el error de cálculo de Frondizi, prescindieron de él y se reunieron en conse-
ton, una vez que la guerra europea se acercaba al fin. Al año siguiente, Argentina jo, sobre la base de que el primer objetivo de gobierno sería que continuase la exclu-
declaraba la guerra. (Todos los países independientes de América Central y del Sur, y sión de Perón (exiliado en España) y sus semejantes. La marina, el más fuerte
del Caribe, declararon la guerra a Alemania y sus aliados entre 1941 y 194 5. Argen· oponente de Perón, insistió en que sencillamente no se celebrasen elecciones, y con·
tina fue el último en hacerlo.) Durante este período, Perón ocupó diferentes puestos, taba con el apoyo de un sector de oficiales del ejército de tierra conocidos como los
estableció buenas relaciones con los dirigentes sindicales, y consiguió gran populari- gorilas. No obstante, otros oficiales de dicho ejército, apoyados por las fuerzas aéreas,
dad con los descamisados, que invadieron el panorama político. A lo largo de esta con- preferían volver al sistema de celebrar elecciones, tal como exigía la Constitución,
tienda, el embajador estadounidense se opuso abierta e insultantemente a Perón. pero privando a los peronistas del derecho al voto. Se originó una lucha de la que
Perón gobernó durante nueve años y medio, repletos de medidas legislativas y de salió vencedor este último grupo. Se celebraron unas elecciones, pero no se pudo disi-
otro tipo, pensadas para convertir a Argentina, con métodos principalmente autori· mular la fuerza de los peronistas, que siempre podía manifestarse por medio de votos
tarios, en un país moderno y justo. Se nacionalizaron los bancos y otras empresas; con pro peronistas o bien de abstenciones. Al año siguiente, el grupo moderado del ejér·
los beneficios obtenidos de la guerra, se compraron las empresas extranjeras; se cito hizo presidente a Arturo Illía. Las fuerzas armadas habían rehusado aceptar el
extendieron la educación y los servicios públicos; la industrialización se aceleró, y se veredicto electoral de 1962 y no habían encontrado un método constitucional de
introdujo la centralización de la compraventa de productos agrícolas para amortiguar excluir a Perón. Por consiguiente, habían recurrido a maniobras inconstitucionales, y

694 695
en el proceso que siguió a continuación habían mostrado las divisiones existentes en una de las víctimas más ilustres de la guerra civil inglesa. Los franceses colonizaron
sus propias filas. En 1966 destituyeron a Illía y lo sustituyeron por Juan Onganía. En la Isla Soledad (East Falkland) en 1764, y los ingleses la Gran Malvina (West Fal-
¡, 1970, Onganía fue a su vez destituido y sustituido por Roberto Levingston, que fue kland) en 1765. Los españoles compraron la primera y conquistaron la segunda unos
destituido del cargo en 1971 para dejar paso al general Alejandro Lanusse. Ninguno años más tarde, pero posteriormente la cedieron a los británicos, que p.ronto la
de estos gobiemos pudo dominar la inflación o mantener el orden. El desorden toma- abandonaron. Los españoles tampoco tardaron en abandonar Soledad. En 1829 se
ba cada vez más la forma de secuestro con el objeto de conseguir publicidad y exigir estableció una nueva colonia en nombre de las Provincias Unidas de't Río de la
un rescate (un ejemplo de ello fue el secuestro y asesinato del director general de Fiar Plata, sucesores titulares del imperio espafiol en América del Sur y predecesores de
en Argentina a manos de un grupo trotskista). la República Argentina. Gran Bretaña presentó una protesta formal. Había estable-
En 1972, Perón, que contaba ahora setenta y siete años, volvió entre especula- cido una presencia simbólica en 1820, que fue destruida por Estados Unidos en
ciones y recelos. Su llegada careció de todo dramatismo, y su estancia fue corta. 1833, después de lo cual los ingleses expulsaron a los pocos argentinos que perma-
Apoyó la candidatura de Héctor Cámpora en las elecciones presidenciales que se necían en las islas y fundaron una colonia que abarcaba las dos grandes islas. Argen-
aproximaban y regresó a España al cabo de pocas semanas. Cámpora ganó las elec- tina recusó persistentemente el derecho de los británicos y éstos ofrecieron acudir
ciones en 1973 con un 49,6% de los sufragios, y su partido -el Frente Justicialista, al Tribunal Internacional de Justicia, una oferta siempre rechazada. Argentina tam-
alias peronista- consiguió veinte de los veintidós gobernadores y el control de las dos bién reclamaba su soberanía sobre las Islas Georgias del Sur, las Oreadas del Sur y
cámaras parlamentarias. Pero Cámpora fue incapaz de controlar la ola de violencia otros territorios del Pacífico Sur y la Antártida. Esta reivindicación chocó también
y secuestros llevada a cabo por grupos que reclamaban una participación en el espa- con los chilenos.
cio político peronista pero eran rechazados por el Frente, y después de un breve En 1979, el Foreign Office británico, preocupado por el peligro, elaboró un plan
intervalo Perón reapareció, Cámpora dimitió, el Frente designó a Perón y a su segun- para renunciar a la soberanía de las Malvinas y entregarlas. Este plan fue presentado
da esposa para la presidencia y la vicepresidencia y obtuvieron el 61,8% de los votos. a una comisión del gobierno que le concedió escasa atención, a pesar de que la apro-
Perón introdujo elevados impuestos, que recaían especialmente sobre los ricos pero ximación del 150 aniversario de la reocupación: británica, en 1833, constituía una
!J también -como en el caso de un IVA del 16%- sobre otras clases. Murió en julio de probable fuente de discordia: no se previó una invasión a gran escala, ni siquiera tras
,fi
1974, dejando a su viuda la tarea de hacer frente a los problemas de la inflación y el los rumores que siguieron al acceso a la presidencia del general Galtieri a finales de
.li 1983; rumores que fueron seguidos de actuaciones sospechosas. Tras conversaciones
!' orden público, en la que no tuvo más éxito que su predecesor. Ella y su gobierno fue-
,, bilaterales celebradas por los ministerios de Exteriores en Nueva York, los argentinos
ron derrocados en 1976 por el ejército, que colocó al general Jorge Rafael Videla en
su lugar, pero al que no se le ocurrió nada mejor que hacer que encarcelar y matar a emitieron en febrero una brusca declaración que las discretas conclusiones de las con-
sus críticos. versaciones no parecían respaldar, y el mes siguiente un grupo de chatarreros argen-
El régimen militar, que continuó bajo las presidencias de los generales Eduardo tinos fue enviado a Georgia del Sur, con protección naval, a desmantelar una esta-
Viola y Leopoldo Galtieri, duró hasta 1982, año en el que se vino abajo por el humi- ción británica abandonada. Este movimiento estaba conectado con el abandono de
llante resultado de la guerra de las Malvinas (capítulo 4). Bajo sus auspicios y por la zona, el año anterior, en contra del consejo del Foreign Office, por parte del Endu-
sus agentes, fueron torturados y asesinados unos 30.000 argentinos, muchos de ellos rance, un barco británico de investigación, símbolo de la presencia británica en la
arrojados vivos al mar desde aviones. La inflación sobrepasó el índice del 250% zona, cuya partida hizo pensar a los argentinos que el Pacífico Sur ya no constituía un
anual, la deuda externa se sextuplicó, y la producción y la industria se derrumbaron. territorio importante para Londres. Dos semanas después de la llegada de los chata-
Galtieri pretendió compensar este conjunto de desastres conquistando las islas Mal- rreros a Georgia del Sur, los argentinos atacaron las Malvinas, haciendo caso omiso
vinas, en el 150 aniversario de su ocupación por los europeos. Después de unas con- del intento, por parte de Estados Unidos, de evitar en el último minuto este acto de
versaciones en las Naciones Unidas a principios de 1982, que no resolvieron el eter- agresión desvergonzadamente ilegal. El presidente Galtieri consiguió realizar una visi-
no contencioso anglo-argentino, Galtieri envió una unidad civil bajo protección ta triunfal a Port Stanley, la capital de las islas.
naval a Georgia del Sur, en la Antártida, para desmaqtelar una estación ballenera Al gobierno británico, que no había sido capaz de prever las intenciones argenti-
británica en desuso y después procedió a invadir las Malvinas. La expedición argen- nas, le quedaron pocas posibilidades de elección: la negociación desde una posición
tina, que desembarcó el 1 de abril, triunfó inmediatamente y el mismo Galtieri visi- de debilidad, o la guerra. Proclamó estar utilizando la fuerza para asegurar la nego-
tó la capital, Port Stanley, tres semanas más tarde. Pero los británicos enviaron un ciación, pero, una vez puesta en marcha la armada, había pocas alternativas a la gue-
ejército que reconquistó Georgia del Sur y después atacó a los argentinos en las Mal- rra: los negociadores de la paz trabajaban contra reloj y se enfrentaban a obstinacio-
vinas, en una guerra para la que Argentina no estaba preparada ni militar ni psico- nes nacionalistas. Es posible que el gobierno británico barajara la posibilidad de
lógicamente. alcanzar un acuerdo por el cual, siempre que el ejército invasor argentino se retirase
Sobre la soberanía de las Malvinas ha habido una larga disputa que ni la diplo- voluntariamente, los británicos transferirían la soberanía a Argentina tras restablecer
macia bilateral ni la negociación internacional habían conseguido disipar. Las islas su dominio durante un cono tiempo; pero la tendencia británica dominante era no
fueron descubiertas por John Davis a finales del siglo XVI y recibieron su nombre en negociar con el enemigo sino destruirlo, y, en este ambiente, la negociación, y las ter-
inglés, Falklands, un siglo más tarde, en honor a Lucius Cary, vizconde de Falkland, ceras partes negociadoras, aparecían como impedimentos. El resultado de la guerra

696 697
para el Reino Unido fue una drástica victoria, mientras que la negociación podría La disculpa para el hundimiento fue que mientras estuviera navegando constituía
haberlo conducido a algo menos satisfactorio. La expedición británica fue enviada a una amenaza, independientemente de su situación o de su rumbo. La razón en con-
la acción con rapidez, pero sólo precariamente protegida; su cobertura aérea fue infe- tra, era que se sabía que el Belgrano había puesto rumbo a puerto, no estaba (en con·
rior a la recibida por cualquier contingente británico desde que el Repulse y el Prince tra de lo declarado por el ministro de Defensa y la primera ministra ante la Cámara
of Wales habían sido hundidos por los japoneses en 1941. Obtuvo una sonada victo· de los Comunes, y de lo que la primera ministra repitió un año después) ac~rcándose
ria, pero por suerte, y a costa de graves pérdidas. Recuperó las Malvinas, provocó la rápidamente a la fuerza británica, y había dejado de suponer una amenaza. (En un
caída de una odiosa dictadura, y cargó con la defensa de las islas por tiempo indefini- extraño cambio de declaración, el ministro de Defensa explicó, siete meses después,
do y con un coste mucho mayor. que la única amenaza provenía del 25 de Mayo.)
Entre las consecuencias de la victoria sobresalió un episodio: el hundimiento, el 2 El segundo factor de controversia fue la posible conexión entre el hundimiento
de mayo, del crucero argentino General Belgrano. Dicho episodio llamó la atención del Belgrano y las propuestas de paz que el secretario general de la ONU y el gobier-
por diversas razones: la pérdida de vidas (368 muertos); las circunstancias en que fue no peruano estaban propugnando. Alexander Haig escribió posteriormente que tanto
autorizada la acción; la posterior sospecha, en el Reino Unido, de que el gabinete de él como el presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry, habían recibido la aproba-
guerra especialmente constituido no había ejercido un control adecuado sobre las ción general de ambos contendientes antes del hundimiento del Belgrano, y estaban
operaciones navales; y la acusación, también en el Reino Unido, de que torpedear al trabajando en los detalles, todo lo cual era conocido por los oficiales británicos. El
Belwano formaba parte de la determinación de torpedear las negociaciones de paz. Las gobierno británico negó este informe. El ministro de Exteriores británico, Francis
dos últimas acusaciones parecen incompatibles entre sí. La controversia despertó Pym, viajó a Washington el 1 de mayo e informó a Londres del estado de las nego-
poco interés fuera del Reino Unido. · ciaciones a última hora del 2 de mayo, después del hundimiento. Que se estaban lle-
Los intentos de mantener la paz mientras la armada navegaba hacia el sur, con- vando a cabo negociaciones, era sabido por todos. Que el hundimiento del Belgrano
sistieron, en primer lugar, en una febril actividad diplomática por parte del secreta- les puso fin, es por completo evidente. Que el gabinete de guerra británico instigara
rio de Estado de Estados Unidos, Alexander Haig, cuyo principal objetivo era per- el hundimiento como medio para poner término a las mismas es una acusación de la
suadir al presidente Galtieri (y a sus asociados de la junta militar) de que el ejército que no hay pruebas. Thatcher, partidaria del arbitraje de las armas y no del político,
británico no era una simple fanfarronada, y recuperaría las Malvinas por la fuerza si era hostil a la iniciativa conjunta de la ONU y Perú, pero prefirió que fuera Galtieri
no se llegaba a un acuerdo antes de que la expedición llegara a las islas. El 29 de quien la bloqueara, lo cual éste hizo, debido a que juzgó mal el delicado equilibrio
mayo este intento había fracasado ya, y las principales consecuencias del fracaso existente en Washington entre los simpatizantes del Reino Unido y los simpatizantes
fueron dos: Estados Unidos, que no había condenado la acción argentina, como exi- de Argentina. También subestimó la importancia crucial de la información naval que
gía la Carta de las Naciones Unidas, abandonó la neutralidad y apoyó al Reino el servicio de inteligencia estadounidense podía entregar a Margaret Thatcher.
Unido; y segundo, el gabinete de guerra en Londres cedió ante la petición de la En junio, tres días después de la victoria definitiva de los británicos, Galtieri fue
¡ Armada Real de establecer una acción más violenta. Por razones profesionales, pero destituido. Tras un breve lapso, se restauró el régimen civil, y en las elecciones ven-
¡
fil también políticas (el recorte económico estaba amenazando más a la armada que a ció el Partido Radical, y su líder, Raúl Alfonsín, se convirtió en presidente, con las
otras ramas del ejército), los altos mandos navales deseaban demostrar que eran tareas de reparar la economía, investigar la desaparición de cientos de víctimas del
1 ¡· especialmente importantes para la nación. Las propuestas de ataque a Georgia del régimen militar, mantener en orden a los militares, y restablecer las relaciones con el
·¡ :1 Sur habían sido rechazadas, la armada deseaba cobrar un trofeo en forma de buque Reino Unido sin dejar de lado la reivindicación de las Malvinas.
1

1 i de guerra argentino, preferiblemente el portaaviones 25 de mayo o, alternativa- En política, Alfonsín tenía poco más que decencia a su favor. Los militares, con
1
mente, el Belgrano. El colapso de la primera fase de la diplomacia de Haig abrió el una actitud altanera que sobrevivió al rotundo fracaso de las Malvinas, desconfiaban
camino para que el 2 de mayo el gabinete, en una despreocupada reunión celebra- de él; también desconfiaban la Iglesia, los sindicatos y, finalmente, la población, que
:\ da en Chequers, cambiara las órdenes de combate emitidas con anterioridad y auto- lo había aclamado pero se alejó cuando los precios comenzaron a doblarse cada mes.
1
;¡ rizara un ataque sobre cualquiera de los dos navíos. Por las anteriores órdenes el Sobrevivió a diversos motines militares, al precio de no proseguir juicios contra ofi-
'• Reino Unido había anunciado públicamente que atacaría y hundiría cualquier ciales acusados de cometer grandes crímenes contra los civiles durante la dictadura.
buque argentino que se encontrara dentro de las doce millas de «exclusión» alre- En las elecciones parciales, un redivivo partido peronista, el Partido Justicialista,
·1 j dedor de las Malvinas. El 2 de mayo, esta orden se cambió para permitir el ataque obtuvo dieciséis de los veinte gobernadores del país y, en las elecciones presidencia-
'! \~¡ en cualquier zona situada fuera de las aguas territoriales argentinas aunque, al con- les de 1989, el candidato peronista, de origen sirio, obtuvo con facilidad el voto popu.
'1
!i trario que la definición de zona de exclusión, la nueva orden no se hizo pública lar. Durante su campaña, Menem elogió a Castro y a Stroessner indiscriminadamen-
I'
hasta el 7 de mayo. te; desplegó el familiar estilo retórico peronista; hizo extravagantes promesas a los
El hundimiento de un barco enemigo en tiempo de guerra no suele resultar un pobres, aunque no parecía tener ni idea de cómo cumplirlas; y se mostró un firme par-
acontecimiento sorprendente. El hundimiento del Belgrano fue controvertido por dos tidario de la recuperación de las Malvinas. El estado económico de la nación era tan
razones: porque fue supuestamente innecesario, y porque destruyó la segunda oportu- alarmante que Alfonsín dimitió para permitir que Menem fuera nombrado en junio
nidad, esta vez con intervención diplomática peruana, de mantener la paz. en lugar de noviembre. El nuevo presidente autorizó pronto conversaciones para

698 699
intentar restablecer las relaciones diplomáticas y económicas con el Reino Unido dió por un lado a los elementos más combativos y por otro a los más chauvinistas.
(que progresaron lentamente debido a la falta de entusiasmo británica), y se embar- En 1970, en unas elecciones presidenciales a las que concurrían tres candidatos, el
có en un programa económico similar al establecido por el presidente Collar en Bra- sucesor que Frei había designado, Radomiro Tomie, quedó relegado al último lugar
¡ sil. Eliminó los controles sobre precios y salarios; los primeros aumentaron de mane- en el escrutinio y, en medio de la sorpresa general, Allende derrotó apuradamente al
" ra drástica y los segundos se redujeron a la mitad. Las empresas y el empleo se vinieron conservador Alessandri.
¡ 1

abajo. Y lo mismo sucedió con la moneda. Los minoristas dieron en poner el precio La coalición de Allende tenía, en términos generales, un programa, pero no goza-
de sus productos en dólares, cuyo valor se quintuplicó en dos meses. La hiperinflación ba de una mayoría popular o parlamentaria clara; los seis partidos que la componían
fue reducida al 60% anual, pero en seguida de disparó de nuevo a más del 1.000%. se convirtieron pronto en un equipo incómodo, y sólo había conseguido el apoyo de
Menem intentó vender empresas estatales, pero tuvo dificultades para encontrar algunos de los militares de alto rango. El principal objetivo de la coalición era crear
compradores. Su gobierno no podía obtener dinero mediante la emisión de bonos, ya un Estado socialista con una base democrática establecida; los medios para ello debían
que nadie podía o estaba dispuesto a comprarlos. Redujo en una tercera parte las fuer- ser el control estatal sobre los centros de poder capitalistas, extranjeros y del país, la
zas armadas e indultó a los altos mandos militares por sus crímenes contra los dere- nacionalización generalizada, la reforma agraria conducente a una mayor productivi-
chos humanos. Las elecciones parciales de 1993, en las que se disputaban la mitad de dad, la redistribución de la riqueza mediante la reforma fiscal, el pleno empleo, y una
los escaños de la Cámara Baja, dejaron a los peronistas sin la mayoría absoluta y a aceleración de los planes educativos y sociales de Frei. Estas reformas, principalmen-
Menem con la tarea de reformar la Constitución para poder presentarse a un nuevo te la redistribución de la riqueza para generar nuevo poder adquisitivo y la paraliza·
m~ndato, en 1995, como el hombre que había derrotado la inflación, que había enri- ción del drenaje de beneficios hacia Estados Unidos y otros países, debían generar la
quecido a los ricos sin enriquecer ni empobrecer a los pobres, y que había mostrado financiación necesaria; un cálculo impreciso y optimista. De los principales partidos
una desconcertante capacidad para cambiar de política, adaptándose a las circuns- en el gobierno, el más antiguo era el Partido Radical, un partido típico del siglo XIX,
tancias a la primera de cambio. Las relaciones con el Reino Unido mejoraron con el progresista y anticlerical, que se había formado entre las clases privilegiadas (terra·
establecimiento de un acuerdo sobre el petróleo que se creía abundaba en las Malvi- tenientes y propietarios de minas) y estaba debatiendo si era o no marxista. El Parti-
nas. Los dos gobiernos acordaron dividir los beneficios de la explotación al 50% en do Comunista Chileno era el mayor y mejor organizado de la América continental y
un área, y en la otra en una proporción del 75% a favor de Gran Bretaña y el 25% a estaba dispuesto a la cooperación con otros partidos en un Frente Popular.
favor de Argentina. En lo referente a la soberanía, los dos países se expresaron de El Partido Socialista de Allende había comenzado como un grupo heterogéneo de
manera clara, contundente y diametralmente opuesta. intelectuales, y había conseguido atraer el voto de los pequeños empresarios, el pro-
La historia de Chile en el siglo XIX había sido una historia de progreso, sólo inte- fesorado y otras profesiones liberales, pero estaba dividido en cuanto a la legitimidad
rrumpida brevemente por la guerra civil en 1891 y basada en ricos recursos minerales del uso de la fuerza. Allende tenía algunas de las virtudes del mago, pero le fallaron
y victoriosas guerras contra Perú y Bolivia. En el siglo XX, Chile tenía sin embargo su tras un comienzo prometedor. En su primer año, el precio del cobre aumentó tempo-
ración de inestabilidad política e inflación, y sus dificultades venían agravadas por la ralmente; los salarios crecier6n y los precios permanecieron estables, también tem-
competencia existente en el campo de los nitratos artificiales. La oligarquía terrate· poralmente; la inflación se mantuvo, temporalmente. La expropiación de las empre·
niente perdió su control del poder después de la revuelta de 1891, y a partir de enton- sas mineras estadounidenses y de los bancos chilenos fue una medida popular, al igual
ces Chile avanzó de forma difícil y penosa hacia un orden más democrático. En 1938, que la reforma de la tierra mientras no afectó a los propietarios medianos en la misma
las elecciones dieron la victoria a un frente popular que incluía a comunistas, y las medida que a los grandes terratenientes. En 1972, sin embargo, las evidentes tensio-
fuerzas armadas no le impidieron tomar el poder. A continuación tuvo lugar un perío- nes económicas causaron disensiones entre los miembros del gobierno que deseaban
do pacífico de gobierno civil, más conservador que radical. En 1964, dos fuerzas polí- avanzar más deprisa y aquellos que querían frenar el ritmo. Allende intentó negociar
ticas progresistas compitieron para suceder al presidente Jorge Alessandri: un frente el apoyo de los cristianodemócratas, pero fracasó. Persuadió a algunos altos mandos
popular liderado por el socialista Salvador Allende y un Partido Demócrata Cristia- militares para que apoyaran al gobierno, pero sin conseguir atraer a suficientes. En
no liderado por Eduardo Frei Montalva. Este último salió vencedor y estableció un 1973, cuando ya había gobernado durante más de la mitad de su ~andato, sus difi-
1
gobierno progresista y anticomunista, con una evidente semejanza con los partidos cultades económicas comenzaron a ser graves, con una tendencia a la fuerte inflación
j demócratas cristianos de Europa pero ostensiblemente más radical. y a la escasez de alimentos. También perdió el apoyo de muchos por un estilo de vida
·~ Al término de su mandato, Frei tenía en su haber un considerable avance en el
campo de la educación, una notable disminución del analfabetismo, un cierto desa-
no sólo alejado del socialismo sino incluso del que habían mantenido Frei, Alessan-
dri y otros presidentes chilenos, acostumbrados a vivir tan sencillamente durante la
1: rrollo industrial, la creación de nuevas viviendas y la introducción de impuestos pro- presidencia como vivían antes de ocupar el cargo. El Parlamento se negó a aumentar
gresivos. Pero no se dominó la inflación, los salarios continuaban siendo bajos y el los impuestos y la dotación para seguridad social, y la alternativa del gobierno, emitir
número de campesinos sin tierra seguía siendo alto; tanto que comenzaron a ocupar dinero, empeoró la situación. El descontento de la.armada y del ejército de tierra cul-
tierras, y muchos de ellos fueron desalojados por la fuerza y algunos asesinados. minó en un golpe de Estado en el que el general Augusto Pinochet Ugarte se hizo
Consciente de la magnitud del problema económico, Frei intentó evitar un enfren- cargo del poder con ayuda estadounidense. Allende se suicidó. Pinochet consolidó su
1 éxito en un referéndum celebrado en 1980, que lo mantuvo en el poder hasta 1989.
tamiento directo con la oligarquía o con Estados Unidos, pero su moderación ofen-

700 701
Su régimen restauró el orden económico, revirtiendo las medidas de Allende. Tam- tiva molestó a la iglesia, que consideraba la educación como parte del d · · 1.
., · T: b omm10 ec e
bién se ganó el rechazo internacional por su barbarismo. siasttco. am ién presentaba divisiones internas sobre la política econo'm 1· . l
· b , 1 . ca. os
La Iglesia se sintió cada vez más molesta por verse identificada con un régimen mtem ros mas caute osos preferían modernizar la agricultura en lugar de foment l
atroz; los jefes militares y de policía comenzaron a preocuparse por la dificultad de ·1~ dustna,
· ya que est~
, daría lugar a un proletariado urbano de peso político significa- ar a
mantener el orden frente en un estado de ira e indignación crecientes; los empresa- tivo. En.1948, el gobierno fue depuesto mediante un contragolpe dirigido por. el gene-
rios se preguntaron si estarían mejor sin Pinochet que con él. La amenaza para Pino· ral Carlos Delgado Chalbaud, quien inauguró una dictadura militar que duró d'
chet procedía de estos grupos, que deseaban el Chile de Pinochet, pero sin Pinochet. -
anos. P roh'b"
1 10 los parti d os po líticos y los sindicatos, suprimió la libertad de pren tez
En 1988, el dictador no obtuvo ~a renovación de su mandato. En las elecciones
. , d' l d sa, y
patrocino gran tosos p anes e construcción al tiempo que permitía que aumentasen
convocadas participaron unos veinte partidos, pero la elección real se centraba en el las diferencias entre ricos y pobres. El más efectivo de los dictadores de este período
regreso a Frei o a Alessandri. El centro y la izquierda, asociados en tomo a Patricio fue.Marcos Peres Jiménez (1952-1958), que se benefició de los crecientes ingresos
Aylwin Azocar, un hombre de centro-derecha, derrotaron a una derecha completa· denvados del petróleo pero no consiguió controlar la recesión de finales de la década
mente dividida. El mandato de Pinochet, el más largo de la historia de Chile, llegó a de .1950. Una_ revuelta militar fracasada fue seguida de huelgas, enfrentamientos, la
su fin. Aylwin, que asumió la presidencia a comienzos de 1990, heredó una deuda hui.da ~el pres1dent~ y un gobierno transitorio al mando del almirante Wolfgang Ua-
externa de 16.000 millones de dólares, un descenso en el precio del cobre (un mineral razabal, Y las ~le~::1ones q~e repusieron en el poder a la Acción Democrática y a
qu~ suponía la mitad de los ingresos por exportación chilenos), y el descontento de Betancourt. S1gu10 un penodo de gobierno civil en el que se alternaron Acción
una población que había visto aumentar la diferencia entre ricos y pobres, con los sala- Democrática y el COPE!, el equivalente venezolano de la Democracia Cristiana. Los
rios reducidos a la mitad, durante los dieciséis años de gobierno de Pinochet. Pero seis presidentes d_el pe~íodo, inclui~o Bentancourt, fueron elegidos pacíficamente y
Pinochet, que, al contrario que el sha de Irán, era un ferviente modernizador, también ocuparon la pres1~~nc1a durante c!nco años. Este régimen estable se interrumpió
legó a su sucesor una economía en bastante buen estado, y Aylwin consiguió mante· cuando Peres volv10 al poder y cayo en el gobierno autocrático, disfrazado de demo·
ner el empleo en niveles aceptables, al tiempo que se producía un crecimiento econó- cracia;,se vio envuelto en la corrupción y, tras ser procesado, fue destituido del cargo.
mico anual de, al menos, un 5%. La actitud del ejército continuó siendo, sin embargo, Despues de dos presidencias interinas, el ex presidente Rafael Caldera, que se había
ambigua, y la emigración a las ciudades anunciaba continua inestabilidad. En las elec· separ.ado de su antiguo partido, el COPE!, para crear uno nuevo, rompió el esquema
dones de 1993, el hijo de Frei derrotó a Alessandri en la lucha por suceder a Aylwin. venciendo tanto al COPE! como a la Acción Democrática.
Un problema que Aylwin no heredó fue la antigua disensión con Argentina, en el . Los gobi~mos civiles de Venezuela aseguraron la estabilidad política; obtenían
extremo sur del continente americano, donde el canal Beagle comunica el océano importantes ingresos de petróleo, el hierro y otros recursos n.aturales· mantuvieron la
Atlántico con el Pacífico. La cuestión entre ambos países nacía de la dific1,1ltad de lealtad de~ ejército y (aunque a veces de mala gana) de los empresari~s; alcanzaron un
determinar dónde comienza un océano y dónde acaba el otro. Su disputa atañía a un compromiso con la Iglesia acerca de la educación; e intentaron satisfacer las necesi-
grupo de islas situado en el extremo oriental, o atlántico, del canal. En 1977, una dades.de un~ población escasa (12 millones) y homogénea. Pero dieron lugar a pocos
•Ji
decisión arbitral otorgó las islas a Chile, pero Argentina se negó a acatar la decisión camb10s sociales, no mejoraron la situación agraria, crearon puestos de trabajo en el
;! y envió efectivos navales y aéreos, a lo que Chile respondió de la misma manera. En sector ma.~ufacturero y de servicios que fueron ocupados principalmente por mano de
1979 acordaron no acudir a la fuerza y aceptar la mediación del Vaticano. En 1980, ob:a cualificada ?r?cedente del extranjero, y acabaron víctimas de la secuencia auge-
Chile envió de nuevo el ejército a la zona. La disputa se solucionó en 1984, básica· qu1ebra caractensttca de los países con una riqueza ligada al precio internacional del
mente a favor de Chile. pet~óleo'. En la dé~ada de 1970, ese precio se multiplicó por diez. El petróleo fue
Los tres países mayores de Sudamérica, que ocupan casi la totalidad del sur y este nac10~altzado (vanos años antes de que finalizaran las concesiones a las compañías
del cono sur, dejaron espacio para otros siete sucesores del imperio español (a los que extran1er~s.) pero lo~ economistas no se ponían de acuerdo sobre si se debían aplicar
en 1966 se unió Guyana; ver nota al final de esta Parte). En el noroeste, donde Bolí- los benef1c1os obtenidos del petróleo a la diversificación de la economía o si sería más
1 i' var había esperado crear la Gran Colombia, surgieron tres países: Colombia, Vene· posi.tivo inverti: t~davía más en petróleo y productos petroquímicos. A pesar de pro-
!
zuela y Ecuador, estos dos desgajados de la primera. Colombia y Venezuela poseían ducirse un crec1m1ento económico anual del 10 al 15%, se incurrió en una enorme
una excepcional riqueza, derivada de dos productos muy diferentes: cocaína y petró- deuda exterior y se comenzaron grandes empresas cuya financiación dependía de algo
leo, respectivamente. Al sur, Perú y Bolivia (con anterioridad Alto Perú) también s~br~ lo que Ven~zuela no tenía control. El precio del petróleo se recuperó y los pre-
poseían considerable riqueza mineral; Bolivia había perdido las regiones costeras en cios internos se dispararon, entre quejas de ineficacia de las empresas nacionalizadas
favor de Chile en el siglo XIX. gasto excesivo y corrupción en las altas instancias de la administración abandono d~
En Venezuela, la clase dirigente fue desplazada en 1945 por un golpe de Estado l~ e~~cación y la sanidad, y persistencia de la pobreza. El descontento p~pular se con-
interno: una alianza de los oficiales del ejército, frustrados por el estancamiento social v1rt10 en revueltas en 1989. Se produjo un aumento de la guerrilla, pero los intentos
de su estamento, con Acción Democrática, un partido de tendencia levemente radi • de unir a comunistas, no comunistas y militares descontentos bajo el estandarte del
cal dirigido por Rómulo Betancourt. Sus lemas eran la modernización y el cambio. Su Ejército de Liberación fracasaron: los comunistas, en particular, eran escépticos acer·
gobierno duró tres años. Consiguió iniciar la reforma agraria, pero su política educa· ca del valor de las actividades guerrilleras.

702 703
En asuntos exteriores, los sucesivos presidentes intentaron, sin resultado, resolver Carlos Galán, quien habría de ser probablemente elegido presidente de Colombia,
las disputas fronterizas con Colombia y Guyana, para después quitarles importancia. concentró la atención en el hecho de que el país no se había deslizado hacia la anar·
Betancourt y sus primeros sucesores dieron importancia a la alianza con regímenes quía, sino hacia el dominio por parte de un cartel siniestro cuyo único objetivo era
democráticos contra la dictaduras, pero en la expansionista y ambiciosa década de el dinero. El presidente Virgilio Barco prometió una acción dura y el presidente Bush
1970, Peres, que restableció relaciones diplomáticas con Cuba en 1974, planteó un prometió ayuda generosa; pero Barco era reacio a aceptar una ayuda militar que dis-
papel protagonista para Venezuela en la región caribeña y sudamericana, y en el Ter· gustaba a muchos colombianos. Fueron arrestadas unas 12.000 personas, pero nin-
cer Mundo. Había sido socio fundador de la OPEP en 1960, y se unió a la Asociación guna realmente importante. Estados Unidos presionó para obtener la extradición de
Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) seis años más tarde. Por desgracia, se los principales delincuentes, pero los señores replicaron con la amenaza de asesinar
estaba involucrando, a comienzos de fo década de 1990, en el mundo del tráfico inter- jueces, magistrados y niños por cada narcotraficante extraditado. Dado que ya habí-
nacional de drogas, que tenía su centro en la vecina Colombia. an sido asesinados más de cincuenta jueces, la amenaza era plausible. En 1987, el Tri-
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Colombia tenía reputación de ser un país bunal Supremo de Colombia anuló el tratado de extradición con Estados Unidos, fir-
políticamente estable y con un relativo progreso económico. Este último estaba mado en 1979. En las elecciones de 1990, los temas principales fueron la solicitud
basado en el café, el cacao, una serie de empresas manufactureras y una deuda exter· de mejores precios para el cacao y otros productos de exportación, y la promesa de
na manejable. La clase dirigente estaba dividida en dos partidos, Conservadores Y no negociar con los señores del narcotráfico. El ganador fue el candidato liberal
Liberales, que compartieron el poder en un sistema de alternancia, hasta que se vio César Gaviria, cuyas promesas sobre este último tema no parecieron soportar la prue-
amenazado por los insurgentes de izquierdas y por la dictadura de Rojas Pinilla ba de la realidad.
(1935-1938). Las décadas de 1940 y 1950 fueron un período durísimo, que se recuer- Al sur de Colombia, las repúblicas andinas de Ecuador, Perú y Bolivia padecie-
da como el período de la violencia¡ en 1949, la provincia de Maquetalia, no muchos ron los penosos vaivenes entre gobierno militar y civil, y los problemas, poco
kilómetros al sudoeste de Bogotá, se declaró independiente y fue recuperada en la menos inquietantes, de las alianzas entre ejército y civiles. Perú tenía una clase
década de 1960 gracias a la ayuda de Estados Unidos. La revolución cubana desper- gobernante extraparlamentaria, paralela a un mundo parlamentario de partidos
tó esperanzas de ayuda en los desanimados revolucionarios, pero estas expectativas políticos; también tenía un sector económico moderno, o en vfas de moderniza-
eran vanas, y los guerrilleros colombianos tuvieron una suerte poco mejor que la de ción, paralelo a una economía empobrecida. Estos mundos políticos y económicos
sus camaradas venezolanos. En las elecciones de 1974, el candidato liberal Julio estaban asimismo divididos. La clase gobernante, aglutinada por una común apa-
César Turbay Ayala venció al candidato conservador y a un grupo variado de candi- riencia conservadora, y, frecuentemente, por los matrimonios, comprendía a los
datos izquierdistas. Le sucedió Alfonso López, el primer presidente del Frente oficiales del ejército, a los grandes terratenientes, y a los más eminentes banqueros
Nacional, una alianza de Liberales y Conservadores creada para derrotar la violencia y empresarios. El ejército, sin embargo, contenía un ala radical que no apoyaba
y a la dictadura militar. En 1978, el candidato conservador, Belisario Betancur, ven· todos los valores conservadores del grupo dominador. El principal partido político
ció a una oposición dividida pero se vio obligado, tras las elecciones posteriores, de era el APRA, fundado en la década de 1920 con un programa semisocialista, al que
.1 '
1983, a gobernar con un Parlamento hostil. Limitando con el Caribe y Centroamé· los conservadores consideraban muy peligroso, y con cierta tendencia a recurrir a
rica, así como con el Pacífico y Sudamérica, Colombia fue arrastrada a la política del la violencia. Hacia 1945, dejó de lado la violencia y se acercó al centro, en parte
norte y a emitir una crítica discreta contra la política de Reagan en Nicaragua. porque su postura anterior lo había condenado casi permanentemente a la oposi-
Mediante acuerdos formales con las guerrillas, Betancur puso fin a una guerra civil ción, y en parte para ganar votos a la Acción Popular, de tendencia radical. Estos
de treinta y seis años, pero su política pacificadora no obtuvo la aprobación general, partidos se enfrentaban por obtener el poder entre sí y también, aunque guardan-
y un ataque espectacular a la sede del Tribunal Supremo, en el que fallecieron do las distancias, con los poseedores del poder militar y econórriico, quienes fre-
muchas personas antes de que los atacantes se vieran forzados a rendirse o suicidar- cuentemente se planteaban si ejercer el poder indirectamente, a través de los par-
se, fue interpretado bien como el último gesto desesperado del M-19, o bien como el tidos políticos, o bien directamente, ocupando la presidencia y otros cargos
recrudecimiento de la guerra civil. públicos. Los principales recursos económicos eran los agrícolas (algodón y azúcar),
La amenaza más seria surgió desde otro punto. E;l comercio de cocaína se convir- pero el petróleo adquiría cada vei. mayor importancia. Su de.sarrollo requería inver-
tió en la empresa más próspera, y sus jefes se establecieron no sólo como hombres de sión externa, básicamente estadounidense, tan impopular como necesaria. Casi la
inmensa riqueza, sino también en un Estado dentro del Estado en la parte norocci- mitad de la población estaba formada por indios, desposeídos y despreciados, y otra
dental de país, incluidas las ciudades de Medellín y Cali, donde gobernaban con la tercera parte por mestizos.
ayuda de mercenarios principalmente israelíes y británicos, y proporcionaban más En 1948, un golpe militar, dirigido por el general Manuel Odria, expulsó del
empleos, y mejor pagados, que el gobierno en su propia esfera de competencia. El poder al gobierno de José Luis Bustamante, perteneciente al APRA y presidente
imperio económico de estos señores de la droga dependía de su mercado en Estados desde 1946, y obligó al líder aprista, Víctor Raúl Haya de la Torre, a refugiarse en la
Unidos, donde, durante un tiempo, las agencias estuvieron menos preocupadas por embajada de Colombia, donde permaneció durante varios años, para después partir
la droga que por la oportunidad de financiar la política estadounidense contra Nica- para su exilio en Italia. Tras mantener un poder represivo durante ocho años, Odria
ragua: se hizo muchas veces la vista gorda, hasta que el asesinato, en 1989, de Luis autorizó la celebración de elecciones antes de transferir el poder a Manuel Prado,

704 705
miembro de una de las más importantes familias de banqueros peruanas. Pero Fer- Esta vez el ejército no buscó un socio civil, sino que decidió asumir toda la res·
nando Belaúnde Terry, arquitecto de profesión y líder de Acción Popular, que se pre- ponsabilidad del gobierno. El general Juan Al varado Velasco, con el apoyo entusias·
sentaba como una fuerza intermedia entre el APRA de izquierda y la asociación de ta de un grupo de coroneles radicales y un apoyo más mesurado de conservadores desilu·
militares y oligarcas, obtuvo un número sorprendente de votos. Cuando se volvieron sionados, asumió el poder con promesas de reforma social y económica, y de mayor
a celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias, en 1962, Belaúnde se enfrentó eficacia e integridad. Pero su gobierno se vio inmediatamente afectado por el proble·
a Odria y a Haya de la Torre. Ninguno de ellos obtuvo una victoria clara; el ejército ma, heredado, de la IPC y, optando por la expropiación completa, perdió el apoyo del
vetó a Odria y a Haya de la Torre y declaró fraudulentas las elecciones, sin indicar sector menos radical. También se ganó el antagonismo de Estados Unidos al declarar
ninguna razón adecuada. Tras un intervalo de gobierno por parte de la junta militar, el límite de aguas jurisdiccionales de 200 millas y abrir fuego contra un barco esta·
se volvteron a celebrar las elecciones y Belaúnde fue declarado vencedor en una con- dounidense situado en la zona. La reforma social, que supuestamente debería incluir
tienda igualada entre Acción Popular y el APRA. Belaúnde no era conservador, una ampliación del poder político y del bienestar económico de las clases más pobres,
pero desde el punto de vista del ejército era un hombre seguro, y la opinión política fue asimismo fuente de disensión entre los radicales y otros grupos; también dependía
de los militares había cambiado por diversas raz.ones: desprecio por la corrupción de del crecimiento económico, principalmente de las exportaciones de cobre y otros
la elite empresarial, deseo de modernizar las fuerzas armadas y el país, y la preocupa· minerales, que no comportaron los beneficios esperados.
ción por las insurrecciones guerrilleras, la afluencia de desposeídos a Lima y las ocu· La trayectoria política de Perú a partir de 1968 fue un experimento, bajo una
paciones de tierras en el interior. Las elecciones de 1963 registraron, si bien a modo dirección militar y fuertemente centralizada, para introducir una planificación eco·
de tentativa, una nueva formación política, con una sección del ejército que desea- nómica y una cierta reforma social en un sistema capitalista (del que, no obstante,
ba apoyar un cambio significativo y con Belaúnde deseoso de obtener el respaldo del había sido expulsado el capital extranjero), con especial énfasis en la innovación
ejército a un programa progresista. tecnológica y administrativa al servicio de la industria y las exportaciones. El mismo
Los levantamientos de 1950 habían sido aislados y fácilmente eliminados. Sus Velasco era un nacionalista hostil a la penetración de Estados Unidos en Perú, un
dirigentes estaban divididos y, como en Venezuela, los comunistas se oponían a la hombre de la derecha moderada pero que no procedía de la oligarquía dominante.
guerrilla: en este caso, en parte porque el líder guerrillero más importante, Hugo Algunos de sus colegas y partidarios militares y civiles eran radicales tan hostiles a
Blanco, era trostkista, y en parte porque los comunistas estaban divididos en una la oligarquía como a Estados Unidos. El régimen tenía por lo tanto una estabilidad
facción pro rusa y otra pro china. Pero en la década de 1960 se volvieron a produ- innata, que se hizo notar cuando sus primeros éxitos dieron paso a la división ideo·
cir insurrecciones, hasta el punto de que en 1965 Estados Unidos intervino con lógica y quedaron ensombrecidos a causa de presiones económicas. A pesar del
una fuerza especial, algo que no agradó en absoluto a los militares peruanos. El amplio acuerdo que inicialmente existía acerca de un programa de nacionalización
gobierno de Belaúnde no fue capaz de derrotar o pacificar a los rebeldes. Su pro· (que incluía a la compañía nacional del petróleo) y reforma agraria, Velasco perdió
grama económico, otro fracaso, le obligó, en 1967, a devaluar la moneda en un rápidamente el apoyo de los principales grupos políticos que le habían ayudado a lle-
40%. Pero lo que resultó fatal para él fue su incapacidad de solucionar el proble- gar al poder y se vio obligado a buscar en su lugar una base popular al margen del
ma del petróleo. establishment político. Su gobierno, por tanto, dio un giro hacia la izquierda. Al hacer
La lnternational Petroleum Company (IPC) representaba el ejemplo más claro de esto, Velasco perdió más de lo que ganó, especialmente porque la reforma agraria,
la importancia del capital extranjero para Perú, y, simultáneamente, de la ofensa que aunque distaba mucho de ser insignificante, no colmó las expectativas y le impidió
eso suponía para el orgullo peruano. Los gobiernos anteriores habían intentado obte· por tanto ganarse el voto del campesinado y los estudiantes. En 1973 estos dos gru·
ner beneficios de la compañía sin llegar al límite de expropiarla (lo que obligaría des· pos se unían en levantamientos contra el gobierno que encrespaban a sus enemigos
pués a dirigirla). Su presencia era el único tema en el que estaban de acuerdo la extre- derechistas dentro de éste. Los conservadores, alentados por el golpe de Pinochet en
ma derecha, la extrema izquierda y el gobierno, ya que todos ellos culpaban a los Chile en septiembre, se alarmaron aún más cuando las consecuencias de la recesión
extranjeros de los malos resultados económicos. La compañía se había establecido en económica mundial alcanzaron a Perú en un momento en el que el presidente se
Perú poco después de la Primera Guerra Mundial mediante un acuerdo que proba· encontraba gravemente enfermo. Para responder a la acumulación de la deuda exte-
blemente quebrantaba la legislación peruana pero que había sido claramente firmado rior en los años anteriores y un claro empeoramiento en la balanza de pagos se toma·
por la compañía y el Estado peruano. El embrollo legal resultante dio lugar a una serie ron desagradables medidas de las que se culpó a la incompetencia de la izquierda. Un
de disputas con Estados Unidos, así como con la compañía. Belaúnde firmó un acuer· incruento golpe de Estado conservador derrocó a Velasco en 1975 y ascendió a su
do con la compañía respecto a las disputas más sobresalientes, pero de manera tan primer ministro el general Francisco Morales Bermúdez a la presidencia. Pero los
secreta y susceptible de ser mal interpretada, que su adopción formal, mediante la Ley militares estaban cansados de enfrentarse a las tareas de gobierno y cargar con las
de Talara, fue recibida con escándalo y discutida en un cónclave de generales, que culpas de sus fracasos. Parecía oportuna la vuelta a un gobierno civil, y después de unas
decidieron que Belaúnde debía ser depuesto. Para entonces, el presidente se había elecciones celebradas en 1980, Belaúnde volvió al palacio presidencial del que había
visto obligado a pactar una coalición con el APRA que había provocado la escisión huido doce años antes. Poco habían cambiado las cosas en ese intervalo. Belaúnde fra.
de su propio partido y la pérdida del apoyo militar. Huyó del país. Los gobiernos pos- casó en la lucha contra la inflación y el insurgente Sendero Luminoso y en 1985 el
teriores hundieron la economía peruana. APRA conquistó la presidencia y Perú anunció que limitaría el pago de la deuda a

706 707
un porcentaje fijo sobre el producto nacional, innovación de la que parece que van a do Ovando Candía. En 1967 la existencia de actividades guerrilleras fue admitida y
tomar nota las naciones deudoras de todo el mundo. El nuevo presidente Alan Gar- se hizo famosa en el mundo entero debido al arresto y el procesamiento del escritor
cía adoptó una actitud de centro··izquierda teñida con gestos anti-Washington en su marxista francés Regís Debray (condenado a treinta años de prisión) y la muerte de
país y en América Central. Pero la guerra sucia continuó, con múltiples asesinatos y Che Guevara. El gobierno quedó debilitado por una serie de escisiones y por el con·
torturas, e incontables «desapariciones» de aquellas personas que resultaban molestas flicto entre Ovando y el presidente titular, René Barrientos. En 1969, pocos meses
para la policía o el ejército. Los prnblemas económicos también continuaron: la infla- después de la muerte de Barrientos, Ovando tomó el poder, instaló un régimen pura-
ción en límites inalcanzables, un gran déficit presupuestario y la suspensión, por parte mente militar y emprendió una política copiada en parte del régimen militar popu-
del Banco Mundial y del Banco Interamericano, de las líneas de crédito. García tuvo lista del general Velasco en Perú. Un año después, un golpe frustrado de carácter
pronto problemas con el ejército. Propuso concederle una, en lugar de tres, carteras derechista, apoyado por Estados Unidos, vino seguido de un golpe de izquierdas diri-
ministeriales, reformar la administración militar, recortar la proporción del gasto gido por el general Juan Torres, pero en 1971 el péndulo osciló de nuevo y el coro-
militar ( 40%) en el gasto estatal, e investigar la masacre, supuestamente responsabi- · nel Hugo Banzer desplazó a Torres. El gobierno de Banzer fue un estereotipo de
lidad del ejército, de 300 personas en la prisión de Lima. Las fuerzas armadas y la dere- represión militar, censura y brutalidad, pero observó las formas constitucionales
cha, con apoyo encubierto de Estados Unidos, socavaron el gobierno de García, y, hasta el punto de permitir unas elecciones en 1978 para la sucesión de Banzer. El
finalmente, lo derrocaron. Pocos lo lamentarnn, ya que el presidente había perdido el candidato del ejército, Juan Pereda Asbun, fue inesperadamente derrotado por el
apoyo de los pobres al mismo tiempo que enfurecía y alarmaba a los ricos. veterano Siles, que inició una huelga de hambre cuando no se le permitió tomar el
García dejó Perú en peor estado económico que lo había encontrado cuando fue poder. El Congreso boliviano anuló las elecciones, pero un levantamiento militar
elegido presidente. Con su propio partido, el APRA, desacreditado y un opositor, provocó la retirada prematura de Banzer y la colocación de Pereda en su lugar. Pere-
Belaúnde, que no ofrecía mucho más, el país deseaba un hombre nuevo. En las elec· · da, no obstante, duró solamente cinco meses, y en unas nuevas elecciones celebra-
dones tuvieron la oportunidad de elegir entre dos: Mario Vargas Llos¡¡, que había evo- das en 1979, Siles derrotó a Pereda, a Banzer y a otros candidatos. Siles ofreció al
lucionado del comunismo a la extrema derecha, no consiguió atraer a los ciudadanos ejército una serie de concesiones y garantías, pero no se le permitió tomar el poder.
«medios» y asustó a muchos posibles partidarios con sus proclamas de austeridad. Fuji- Después de un intervalo de dos semanas, en el que el coronel Alberto Natusch Busch
mori prometió solución a los principales problemas de Perú, pero sin ser muy específi- parecía haberse hecho con el control, Lidia,Guelier Tejida se convirtió en la prime-
co en cuanto a los medios que emplearía para ello. Una vez elegido, revocó la suspen- ra mujer presidente de la historia del país. Esta, a su vez, fue expulsada en 1980 por
sión del pago de la deuda externa que había establecido Alan García, consiguió que la una coalición de oficiales derechistas y prósperns traficantes de drogas que, con el
producción del país dejara de ser negativa, redujo la inflación desde cifras astronómi- general Luis García Meza y Celso Torrelio Villa como presidente, inauguraron un
cas a simplemente alta, y encarceló a Gonzalo. También suspendió la Constitución, nuevo régimen de terror y tortura. Quince años de gobierno concluyeron en 1982
prescindió del Parlamento, se inmiscuyó en el poder judicial, encarceló a sus oposito- con la vuelta al poder de Siles Zuazo, aplaudida, aunque sin gran entusiasmo, por
res políticos y suprimió la libertad de prensa. En 1995 fue reelegido, arrasando al ante· Estados Unidos. El crecimieii.to del tráfico de drogas provocó que Estados Unidos
rior secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar. Los inesperados éxitos enviara tropas y policía para eliminarlo; una intervención que causó gran resenti·
electorales de Fujimori señalaron cambios en la sociedad peruana que habían pasado miento, particularmente entre los campesinos productores de coca. A Siles le suce-
desapercibidos, y que estaban superando la simplicidad de los antiguos partidos. dió, una vez más, Paz. Se esperaba que a éste le sucediera Banzer, que, sin embargo,
La configuración social de Bolivia era bastante diferente de la de sus vecinos, debido fue derrotado, en 1993, por el general Gonzalo Sánchez de Losada, que presentó un
a que Víctor Paz Estenssoro, después de un intento fallido en 1943, había dirigido en candidato indio a la vicepresidencia. La hiperinflación se detuvo mediante métodos
1952, esta vez con éxito, una sublevación en la que no comunistas, comunistas, trots- que produjeron enorme desempleo.
kistas y oficiales subalternos, horrorizados por la corrupción y la ineficacia, la injusticia En Ecuador, con un clima político más tranquilo, los militares tomaron el poder
y la pobreza, habían participado. Su régimen nacionalizó las extensas minas de estaño en 1976, pero sólo por poco tiempo, cediendo el puesto ert 1979 a una coalición de
de Bolivia, dividió las grandes propiedades, introdujo el sufragio universal y servicios izquierdas liderada por Jaime Roldas Aguilera, que murió en accidente aéreo dos años
sociales elementales, e intentó diversificar la economía para reducir la dependencia del más tarde. El poder político osciló entre el centrn izquierda y el centro derecha, pero
país con respecto a la minería. El régimen tropezó rápidamente con problemas econó- ningún partido obtuvo una mayoría absoluta, y la austera rectitud de la economía de
micos al intentar ir más allá de lo que sus recursos permitían, y se vio obligado a adop- mercado provocó descontento y revueltas. Ecuador se disputaba con Perú un área que
tar severas medidas de estabilización que redujeron sus programas y produjeron por ello se creía rica en minerales y petróleo. Esta disputa se solucionó en 1942 mediante un
problemas políticos en forma de disputas entre los diferentes componentes del nuevo tratado que Ecuador revocó en 1960. Las zonas fronterizas continuaron siendo incon·
régimen. Pero no corrió ninguno de los riesgos que acabaron con el presidente Arbenz, trolables. En 1992, el presidente Fujimori, de Perú, aceptó la propuesta de mediación
porque Bolivia, un país que no tiene acceso al mar, no estaba tan cerca de Estados Uni- del Vaticano, pero en 1995 el ejército peruano provocó serios enfrentamientos arma-
dos como Guatemala y sus clases poseedoras no eran compañías estadounidenses. dos. El mismo año, los escándalos financieros dieron lugar a la huida del vicepresi-
El presidente Paz, al que le sucedió Hemán Siles Zuazo en 1956, regresó al cargo dente y a una preocupación sobre el futuro del gobierno civil, ya que se aproximaban
en 1960 pero fue exiliado en 1964 después de un golpe dirigido por el general Alfre- las elecciones de 1996.

708 709
za; el Tratado de Río de 1947 estableció disposiciones más precisas para la solución
y América
XXVII México
Central
pacífica de disputas y para la defensa colectiva; y estos acuerdos culminaron en la crea·
ción, en 1948, de la Organización de Estados Americanos (OEA). Los dirigentes
extranjeros prestaron atención a México. Todos los presidentes de Estados Unidos,
desde F. D. Roosevelt en adelante, visitaron el país, y lo mismo hicieron los presi-
dentes franceses, incluido De Gaulle. En asuntos regionales, México se unió al blo-
queo a Cuba en 1962, pero cambió esta actitud en 1975; se unió a Venezuela y a otros
países americanos para restablecer la respetabilidad de Cuba en el continente y para
solucionar la guerra de Nicaragua; condenó a Pinochet y simpatizó, apoyándolos a
veces, con los movimientos izquierdistas de Centroamérica; sus objetivos incluían la
reducción de la influencia de Estados Unidos y Rusia en toda América Latina, se negó
a aceptar una misión militar de Estados Unidos (1951) y criticó abiertamente las
intervenciones estadounidenses en Guatemala, Cuba y Nicaragua; promovió el Tra-
tado de Tlatelolco en 1967, que intentó prohibir el armamento nuclear en toda el
área; y, principalmente como consecuencia de su riqueza petrolífera, estableció víncu-
los con otros productores, especialmente Nigeria, al tiempo que se negó a convertir·
se en miembro de la OPEP.
Desde mediados de siglo, la economía mexicana se transformó mediante una polí-
tica de industrialización, urbanización e internacionalización diseñada para reducir la
México, al igual que Canadá, está probablemente destinado a formar parte de un dependencia económica de otros países y asegurar, al mismo tiempo, la financiación
área económica norteamericana dominada por Estados Unidos. Entre ambos países ·externa necesaria para promover y mantener el desarrollo industrial. El empleo indus·
existe, .sin embargo, una enemistad tradicional más fácilmente olvidable en Estados tria! superó al agrícola. Los ingresos del exterior aumentaron gracias a las exportado·
Unidos que en México. México perdió Texas en 1836. Diez años más tarde, lastro- nes de petróleo, pero no significaban más que un tercio del total, en el que el algo·
pas estadounidenses ocuparon Ciudad de México. La mitad del territorio mexicano dón, el café y el azúcar representaban un porcentaje importante. El crecimiento, ya
pasó a formar parte de Estados Unidos. En 1862, una expedición francesa, encargada sustancial durante la guerra, continuó y permitió a México soportar con tranquilidad,
del cobro de deudas, se convirtió (con el apoyo británico y español} en una aventura durante un tiempo, una explosión demográfica sin precedentes. Estuvo acompañado
imperial, creando uri imperio mexicano de corta duración, con un archiduque aus- de un cambio de régimen militar a régimen civil pero no de una suavización del esta·
triaco como emperador. A este gobierno le siguió, tras un corto intervalo, la dictadu- blecido sistema del PRI como partido único. Durante la década de 1970, sin embar··
ra de Porfirio Díaz, que se mantuvo de 1876 a 1910, con un solo intermedio de cua- go, el progreso se vio atacado desde distintos frentes: recesión mundial e inflación
tro años. Su mandato impecable y modernizador acabó en revolución y en siete años interna; inadecuada creación o inversión de capitales internos; inadecuada formación
de guerra civil, en la que Estados Unidos intervino a favor de la contrarrevolución, lo de la mano de obra; un serio descenso en la producción de alimentos; fuerte endeu-
que estuvo a punto de hacer estallar la guerra entre los dos países. A la larga dictadu- damiento externo y déficit del comercio exterior; y una distribución de la riqueza
ra de Porfirio Díaz le sucedió el gobierno, todavía más largo, de un único partido, el cada vez más desigual, principalmente en el sur, donde a la mayor parte de la pobla-
Partido Revolucionario Institucional (PRI}, que se comprometió a fomentar la moví· ción india no le habían llegado los beneficios del crecimiento económico (cerca de
lidad social y Ja reforma económica. Pero los años erosionaron el fervor revoluciona- las nueve décimas partes de la riqueza estaban en manos de medio millón de persa·
rio del PRI, que nunca se ocupó verdaderamente de gravar con impuestos a los ricos ni nas, en un país con 85 millones de habitantes}.
de reformar una agricultura notor-iamente ineficaz, y acabó convertido en el vehículo Estos problemas fueron parcialmente enmascarados por el petróleo. En 1980,
político de la clase pudiente. En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó las México producía 2,5 millones de barriles diarios, y exportaba más de la mitad (y la
reservas de petróleo y la industria petrolífera. Los presidentes se sucedieron unos a mitad, a su vez, de las exportaciones a Estados Unidos), tenía unas reservas compro-


l~~ otros de manera decorosa y constitucional y, a finales de la Segunda Guerra Mundial, badas de 60.000 millones de barriles y las reservas reales eran tres o cuatro veces
mayores, y lo situaban en el sexto puesto en la lista de los principales productores de
i•
México era un país estable con régimen civil. Las relaciones con Estados Unidos evo-
lucionaron hacia una orgullosa desconfianza. petróleo. Pero el aliciente del petróleo llevaba al gobierno a un extravagante afán de
México declaró la guerra a Alemania, Italia y Japón en 1942, y envió un contin- crecimiento y, cuando el petróleo dejó de producir tantos beneficios, a la deuda. El
gente aéreo a Filipinas. Después de la guerra representó un papel importante en el descontento, que explotó alarmantemente con la masacre de jóvenes manifestantes
establecimiento de un sistema de seguridad interamericano: por el tratado de Cha- en Tlatelolco, en 1968, en vísperas de los juegos olímpicos de Ciudad de México,
pultepec, los países americanos se comprometieron a consultar entre sí en caso de que combinado con los problemas económicos y la insatisfacción general, llevaron a
sus fronteras fueran violadas, y preveían la acción conjunta, incluido el uso de la fuer- pensar en la necesidad de una fuerte revisión. Ésta produjo en 1982 una devaluacipn

710 711
con sus acreedores en 1990, en virtud del Plan Bradly (véase capítulo V). El presi-
dente De la Madrid fue sustituido por Carlos Salinas de Gortari, otro licenciado de
MAR CARIBE Harvard, que tuvo la mala fortuna de ver cómo el partido perdía un gobernador por
primera vez en más de medio siglo. El control del poder por parte del PRI comenzó
MÉXICO a parecer cuestionable pero, durante un tiempo, Salinas alcanzó un grado de popu·
J
r-'-·--.1·.J laridad muy superior a sus predecesores. Aunque la mecanización y la modernización
_¡ !& de la industria, unidas a la baja educación, provocaban un alto desempleo, y la pri-
1
·" "" Belize
' i ¡¡j vatización enriqueció sólo a unos cuantos, la inflación se reduío al 10%, el déficit
'1 i co presupuestario se convirtió en un superávit sin precedentes, el capital extranjero
/---· í
;. GUATEMALA / afluyó al país y la proyectada Área de Libre Comercio de América del Norte

..
> Guatemala 1 -'

Ciudad,-~
_,,,, '
HONDURAS

.
Tegucigalpa ,.,·'·~··-"
.
(NAFTA) ofrecía a los trabajadores mexicanos la oportunidad de emigrar legalmen-
te a Estados Unidos. México propuso la NAFTA inmediatamente después del acuer·
do comercial celebrado en 1989 entre Estados Unidos y Canadá, mediante el que
"\...... /..,,,,
aquél esperaba contrarrestar la penetración japonesa en su mercado a través de
s. Salvair~_) _ / -
Can.adá, y también eliminar las ayudas canadienses a la exportación a Estados Uni-
SALVADOR - - \ ~CARAGUA dos (por ejemplo, para la madera). La adición de México crearía un área económica
con 370 millones de habitantes. Pero el Congreso y la población de Estados Unidos
Managua·~ estaban preocupados por la adhesión de México (y quizá más delante de Chile y

~·-
otros países latinoamericanos), temiendo que podría fomentar el traslado de las
OCÉANO ......... empresas estadounidenses a México, y de los trabajadores mexicanos a Estados Uni-
PACIFICO COSTA dos. El presidente Bush retrasó la propuesta en 1992, durante la campaña electoral,
RICA
San josé¡ Zona del Canal para desesperación del gobierno mexicano, cuyo programa económico, incluida la
. b previsión de crecimiento del 6% anual, dependía fuertemente de la inversión de
\
\ Estados Unidos en México. Pero, al año siguiente, Clinton obtuvo la aprobación del
O 200 km Congreso. Al comienzo, las exportaciones de México a Estados Unidos crecieron en
1 1 mayor medida que en sentido contrario, pero estos beneficios estaban desigualmen-
te repartidos y no afectaron, por lo general, a las pequeñas empresas.
COLOMBIA
El gobierno mexicano se vio muy negativamente afectado por dos acontecimientos
27.1. Centroamérica. que tuvieron lugar en 1994: la revuelta en la provincia de Chiapas, al sur del país, y el
de la moneda en un 70%, In nncionnli:ación de los hnncos, la reducción de lus sala· asesinato del candidato del PRI a la presidencia: Luis Donaldo Colosio. La revuelta de
1 '
rios reales casi a la mitad durante los cinco años siguientes, recortes en educación, Chiapas había fermentado durante años. El problema básico lo constituían la indigen·
i' salud y otros servicios públicos, y una cultura cada vez más adaptada a la especula- cia y la desesperación de los siervos recientemente liberados y de los campesinos sin
' ción a corto plazo que al crecimiento a largo plazo. Miguel de la Madrid Hurtado, tierra, en su mayoría mayas. Sl.I sentimiento de dolor y aislamiento estaba acentuado
notable político y economista, licenciado en Harvard, elegido presidente en 1982, a por el hecho de que no hablaran español, o lo hablaran muy poco, y su pobreza por el
la edad de cuarenta y siete años, se enfrentó a un peso hundido, a un desempleo cre- colapso del precio del café en 1989, Su situación ganó el apoyo de la lgÍesia católica,
ciente, recortes del capital público¡ y a la corrupción propiciada por el petróleo. dirigida a partir de 1960 por el obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz, y generó la ere·
Consiguió un acuerdo con el FMI que aseguró al país un crédito de 3.400 millones ación de grupos maoístas, que pusieron su fe en la insunección guerrillera. Y, lo más
de dólares y la renegociación de los plazos de la mitad de la deuda externa, que importante, dio lugar al evocador Eíército Zapatista de Liberación Nacional, dirigido
ascendía a 96.000 millones de dólares. Pero México fue incapaz de cumplir con las ·por el blanco, o medio blanco, subcomandante Marcos. El aumento de la oposición, a
condiciones estipuladas por el acuerdo, y el FMI estaba a punto de rescindirlo cuan- partir de finales de la década de 1980, causó disensiones y escisiones, prindpalmente
do, en 1984, un terrible terremoto asoló Ciudad de México, e hizo que el endureci- acerca de la utilidad de la violencia, algo sobre lo que Marcos se mostró ambiguo o, al
miento de las condiciones resultara inoportuno. Incluso con el pago de la mitad de menos, discreto. El agudo, aunque de corta duración, brote de violencia de 1994 fue
la deuda aplazado, México necesitaría, durante lo que quedaba de siglo, unos 6.000 seguido por una tregua y por propuestas gubernativas que fueron rechazadas casi en su
millones de dólares para pagar los intereses y los plazos de la otra mitad, cantidades totalidad en Chiapas, por considerarlas la inadecuada respuesta de un régimen en el
que debían proceder, por acuerdo o mora, de bancos extranjeros siempre que los que no se podía confiar. Casi por las mismas fechas, Colosio fue asesinado. El gobier-
ingresos del petróleo no alcanzaran para pagarlos. La ayuda, de 3.700 millones de no mexicano cerró los mercados financieros y el gobierno de Estados Unidos emitió
dólares anuales durante treinta años, se estableció mediante un acuerdo alcanzado rápida y públicamente un crédito de 6.000 millones de dólares.

712 713
De las tres repúblicas de tamaño comparable en Centroamérica, Guatemala está al
Pocos meses después, el PRI consiguió mantener la presidencia y la mayoría par-
norte, Nicaragua al sur, y Honduras se sitúa entre ambas. Durante más de cien años
lamentaria, aunque con una escasa mayoría del voto popular y en medio de un abier-
(1838-1944 ), Guatemala estuvo gobernada por cuatro dictadores militares, con bre··
to cinismo acerca del funcionamiento de la democracia mexicana. El nuevo presi-
ves intervalos de gobiernos civiles entre ellos. En 1944, el ejército se dividió y un
dente, Ernesto Zedillo Ponce de León, aunque considerado menos interesante que sus
grupo de jóvenes oficiales apoyó a un candidato relativamente izquierdista; Juan José
predecesores, parecía una elección segura para tiempos problemáticos. La economía,
Arévalo, que fue presidente hasta 1950. Durante este período continuó la división en
sin embargo, tuvo más problemas que seguridad y la confianza en la capacidad del
el seno del ejército, representada por la rivalidad entre dos comandantes, Francisco
gobierno para manejarla era escasa. El recurso de Zedillo al FMI obligó a hacer pro-
Xavier Arana y Jacobo Arbenz Guzmán. El primero fue asesinado en 1949 y el segun-
mesas de limitaciones en la subida de los salarios y de compensación del déficit públi-
do ganó las elecciones de 1950. Esta victoria alarmó a Estados Unidos, que conside-
co mediante la privatización de empresas estatales. Unas promesas más fáciles de
raba al nuevo régimen (de un modo discutible) pro comunista o precursor del comu-
hacer que de cumplir cuando los sindicatos exigían mejores sueldos y los comprado-
nismo y por lo tanto una amenaza para el Canal de Panamá; y también (esta vez
res de empresas públicas eran escasos y mezquinos. La oleada de importaciones esta-
correctamente) enemigo de los intereses capitalistas extranjeros y especialmente de
ba trastocando la balanza de pagos; una devaluación inesperadamente fuerte del peso,
la United Fruit Company, la cual, como propietaria de la décima parte de la tierra del
a finales de 1994, se interpretó como pánico; y los tipos de interés subieron al 40%.
país, ejercía un poder económico en Guatemala superior incluso al de la Compañía
La devaluación estuvo acompañada de emisión de deuda vinculada al dólar (a cam-
Petrolífera Anglo-iraní en Irán, y era un obstáculo para la necesaria reforma agraria.
bio de bonos estatales a corto plazo), pero el total de estos tesobonos excedió rápida-
Los guatemaltecos, en su mayor parte de raza india, padecían una pobreza, unas
mente las reservas en divisas exteriores . Para evitar el c.olapso del peso, y de los ban-
enfermedades y una falta de atención social extremadas que se hacían aún más into·
cos y empresas de Estados Unidos que negociaban con México, Clinton \ogró que el
lerables para el sector más consciente de la sociedad debido a la prosperidad de una
FMI y el Banco de Pagos Internacionales concedieran un~ fianza de 50.000 millones
pequeña minoría y a la omnipresencia económica de empresas extranjeras que po·
de dólares, de los que Estados Unidos aportó 20.000, tomando como garantía las
seían no sólo abundantes tierras, sino también los ferrocarriles, puertos y empresas
reservas petrolíferas mexicánas. Pero la crisis mexicana ponía en cuestión tanto la
públicas. El presidente Arbenz aceleró el programa de reforma de su predecesor;
capacidad de las finanzas internacionales para enfrentarse a úna crisis de ese tipo
nacionalizó las tierras no cultivadas y apoyó huelgas en contra de intereses extran··
como el deseo de los financieros mundiales de ayudar a los gobiernos latinoameri-
jeros. Estas medidas fueron interpretadas en Washington como el inicio de una
canos a llevar a cabo políticas económicas dependientes de los préstamos y la inver-
política comunista pura y simple, a pesar de que en el gobierno, el Parlamento y la
sión extranjera. Aunque constituyera principalmente un asunto interno y bilateral
Administración guatemaltecos los anticomunistas eran mucho más numerosos que
(entre México y Estados Unidos), el colapso del peso causó consternación en todos
los comunistas y de que el poder estaba del lado de un ejército anticomunista. En
los países latinoamericanos, donde el crecimiento económico era desesperadamente
la décima conferencia interamericana, celebrada en marzo de 1954 en Caracas,
necesario, tanto en sí mismo como para establecer las bases de un gobierno democrá-
Dulles intentó conseguir una condena al régimen de Arbenz, pero descubrió que
tico estable. En México, el desastre económico amenazaba la estabilidad política,
ningún otro Estado aceptaba la interpretación que Washington hacía de los hechos
dado que las diferencias entre pobres y ricos aumentaban, al tiempo que la distancia
ocurridos en Guatemala. La conferencia aprobó una resolución general que conde-
entre la pobreza y la indigencia disminuía. Esta doble inestabilidad amenazaba el futu·
naba la dominación comunista de cualquier Estado americano, pero rehusó hacer
ro de un país cuyos problemas, aunque extensos, eran también simples, porque no se
1 una mención especial a Guatemala, y por consiguiente Dulles abandonó Caracas
derivaban de una pobreza inherente, sino de la mala gestión de una riqueza potencial,
f i bruscamente y empezó a conspirar con guatemaltecos desafectos que estaban pre-
y de la esclerosis producida por un régimen casi centenario de partido único.
parándose para invadir su país desde Honduras y Nicaragua. Estos dos países, que se
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, América Central estaba en proceso de
habían quejado de invasiones comunistas provenientes de Guatemala, fueron pro-
transformación; se estaba abriendo a un mundo más amplio, estudiaba los mercados
vistos de armas estadounidenses, mientras que Washington trataba de impedir que
mundiales y era a su vez analizada por las grandes compañías internacionales. Esta
Guatemala consigt~iese armas rogando a sus aliados que no se las suministrasen e
revolución tuvo consecuencias, para la propiedad de la tierra, la estructura política y
intentando interceptar cargamentos comunistas provenientes de Europa. La inva·
la organización del trabajo, que las elites dirigentes no supieron manejar o, incluso,
sión se produjo en junio y tuvo éxito. El gobierno guatemalteco apeló al Consejo
percibir. Se encontraron enfrentadas a liberales y a radicales más enérgicos que esta·
de Seguridad, pero su apelación se vio frustada por una propuesta de remitir el asun-
ban, sin embargo, divididos entre sí, en parte por diferencias de clase, y en parte por
to a la OEA. Este intento de desviar la cuestión fue vetado por la URSS, pero una
puntos de vista opuestos en lo referente a la moral y al uso de la violencia. En déca·
semana más tarde el presidente Arbenz fue obligado a dimitir. El hombre que había
das de conflictos, la capacidad militar y la autoridad tradicional de las elites prevale-
dirigido la invasión, el coronel Carlos Castillo Armas, le sucedió y conservó el
ció sobre insurrecciones frustratorias, de forma que la década de 1990 fue testigo del
cargo hasta que fue asesinado en 1957. El ritmo anual de crecimiento de la econo-
retomo de un pacífico orden político, debido principalmente a la fatiga.
mía guatemalteca descendió de un 8,5% (durante el período 1944-1954) a un 3%,
México comparte con Guatemala la casi totalidad de su frontera sur. (La Hondu-
y durante el gobierno de los sucesores de Castillo Guatemala vivió en un estado de
ras Británica, independiente, como Belice, desde 1981, presenta una frontera de corta
guerra civil larvada.
extensión con México, así como otra mayor, y fuente de conflicto, con Guatemala.)

715
714
A Castillo le sucedió el general Miguel Ydígoras Fuentes. En unas elecciones cele- Supremo, respaldó a Jorge Serrano Elías, protestante y candidato de la clase media,
bradas en 1957, Ydígoras quedó en segundo lugar, pero después de algunos desórde- que venció en la segunda vuelta, en la que votó menos de la mitad del electorado.
nes y de unas segundas elecciones en 1958, fue debidamente instalado en el poder. En 1993 chocó con el vicepresidente y el ejército y, en la confusión que siguió, sur-
Unas elecciones fraudulentas en 1961 le confirmaron en su puesto, pero una serie de gió un nuevo presidente, Ramiro de León Carpio, un defensor de los derechos huma·
disturbios, reprimidos por el ejército, demostraron una dependencia que Ydígoras no nos. No consiguió evitar los excesos de delincuentes comunes, ni de militares y fun-
fue lo suficientemente juicioso como para reconocer. La opinión de los militares se cionarios psicópatas. La guerra civil se calmó, pero sin finalizar. Tenía su origen en la
volvió contra él por considerar que gastaba demasiado dinero en sí mismo y demasia- década de 1950. Era al principio un movimiento de jóvenes, principalmente cristia-
do poco en las fuerzas armadas. En 1962, el ejército le defendió contra un intento de nos, que decidieron establecer comunidades rurales en los terrenos reclamados, pero
golpe de Estado de las fuerzas aéreas, pero entonces, fatalmente, se enemistó con que se convirtieron, d~bido a la persecución, en un movimiento en parte misionero
aquél al permitir al ex presidente Juan Arévalo que regresase a Guatemala e hiciese y en parte militar. Fue atacado brutalmente por el ejército, que envió 40.000 solda·
campaña para la presidencia. Arévalo, que parecía estar convencido de ganar unas dos, destruyó entre 4.000 y 5.000 aldeas, mató a decenas de miles de personas, y pro-
elecciones limpias, fue considerado como una reencarnación de Arbenz, y en 1963 el dujo al menos medio millón de desplazados sin hogar. Después de los ataques más
ejército, bajo el mando del coronel Enrique Peralta, expulsó a Ydígoras y suspendió duros, en 1980-1984, los militantes se vieron reducidos a unos 2.000, los visionarios
la Constitución. En 1965, el ejército toleró la elección de un presidente relativa- perdieron la ilusión de alcanzar la justicia en Guatemala y el país estaba escindido
mente liberal, Julio César Méndez Montenegro, pero no fue más capaz de pacificar el entre la indignación amarga y la represión brutal; sin embargo, con la derrota del
país que su más opresivo predecesor. Una oposición heterodoxa y frecuentemente último candidato a la presidencia de Ríos Montt, a finales de 1995 comienzos de
dividida, integrada por comunistas, trot:Sk,istas y guerrillas que no eran ni lo uno ni lo 1996, comenzó a vislumbrarse cierta esperanza en un provenir más benigno.
otro, organizaba levantamientos sin éxito y recurría al asesinato y el secuestro cuan- En la costa pacífica de Centroamérica, al sur de Guatemala, el pequeño, y en un
dos sus levantamientos fallaban. Fuerzas estadounidenses ·ayudaron al gobiemo. Un tiempo rico, país de El Salvador estaba destrozado por la guerra civil. La dictadura
embajador de Estados Unidos figuró entre los asesinados. clásica del general José María Lemus fue modificada en 1971 por la instauración del
En la década de 1970, el ejército y los partidos civiles compartían el control gobierno moderado del general Julio Rivera, que adoptó un programa de reforma
nominal; los partidos de izquierdas estaban prohibidos. Varios altos cargos se hicie- social e inversión económica que, aunque inadecuado para la izquierda, significó un
ron ricos con los negocios, despertando así la envidia de otros y atrayendo acusacio- gran paso frente al drástico conservadurismo de anteriores dirigentes. Pero las
nes de corrupción. En las elecciones de 1974 se enfrentaron varios candidatos, de los modestas esperanzas producidas por este cambio resultaron ilusorias, y durante la
cuales venció el coronel Efraín Ríos Montt, un apasionado protestante y el más joven década de 1970 estalló una violencia extrema entre el gobierno y las guerrillas del
de los candidatos, pero fue apartado por los demás. Los militares estaban divididos Frente de Liberación Farabundo Martí (FLFM), el brazo armado de la izquierda. La
entre los partidariOs de la línea dura, que sólo veían guerrillas, y una minorí; más investidura, en 1977, del presidente Carlos Humberto Romero fue.boicoteada por la
ilustrada que veía también pobreza generalizada, injusticia y, en el centro de todo Iglesia en protesta contra la violencia y la tortura practicadas por el régimen y, en
ello, corrupción. A la violencia, la corrupción y el colapso económico se añadió el 1979, un golpe de Estado promovido por militares subaltemos instaló en el poder un
sectarismo. Los abusos de poder llegaron a ser tan flagrantes que, en 1977, Carter nuevo gobierno que se comprometió a establecer una reforma agraria y a nacionali-
paralizó la ayuda de los Estados Unidos (en 1981, Reagan, que tenía otros valores y zar una serie de empresas financieras y comerciales. Pero este gobierno de la derecha
prioridades, la renovó). Las elecciones de 1978 dieron la presidencia a Romeo Lucas moderada no consiguió controlar el terrorismo de extrema derecha. El asesinato, en
García, un general de derechas, especialmerite brutal, que erradicó aldeas enteras, 1980, del arzobispo de San Salvador constituyó el principal ejemplo de una anarquía
pero no a las guerrillas. Fue desbancado en 1982 por Ríos Montt, que prometió el fin creciente, y de una polarización que dejaba al gobierno en medio, incapaz de actuar.
de los asesinatos, de la guerra civil, y de los escándalos financieros. Pero él mismo fue Estados Unidos, temiendo que pudiera vencer la extrema izquierda, apoyó al gobier-
retirado del po~er al año siguiente, sin haber podido cumplir esas promesas. Le suce- no, como mal menor, e intentó persuadir a Guatemala y Honduras para que intervi-
dió el general Osear Mejía Víctores, que se preocupó menos por los conflictos exte- nieran si se producía la caída del gobierno y la extrema izquierda asumía el poder.
riores, para los que Guatemala no tenía dinero extra. El regreso teórico al régimen Pero ninguno de los dos países estaba dispuesto a complicar su situación interna
civil en 1985 no impuso ninguna restricción al ejército, El presidente Vinicio Cerezo enviando tropas al exterior.
era poco más que una figura decorativa a quien poder culpar del caos económico. Se Con la elección de Reagan en 1980, El Salvador se convirtió en una pieza casi
alejó de la dura política antisandinista de Washington en Nicaragua y colaboró con obsesiva para Estados Unidos, empeñada en deponer al gobierno de Nicaragua y en
otros presidentes centroamericanos para alcanzar la paz con el gobiemo de Nicara- ayudar a cualquier gobierno de derechas de Centroamérica. El FLFM fue catalogado
gua, reconciliar al presidente Duarte de El Salvador con el presidente Ortega de como terrorista, y Reagan certificó, a pesar de todas las pruebas en contra, que el
Nicaragua, y acabar con la utilización de Costa Rica por parte de la Contra para rea- gobiemo de El Salvador respetaba adecuadamente los derechos humanos y tenía el
lizar un movimiento de tenazas contra Nicaragua. En las elecciones de 1990 se pre- ejército bajo control. Pero, a pesar de la ayuda estadounidense, el presidente Napoleón
sentaron doce candidatos, desde la extrema derecha hasta el centro-derecha. Ríos Duarte fue incapaz de eliminar al Farabundo Martí. Tampoco consiguió liberarse de
Montt, que había sido declarado constitucionalmente inelegible por el Tribunal la extrema derecha que, en las elecciones de 1982, obtuvo más escaños que el partí-

716 717
do de derecha más moderada al que pertenecía el presidente. Roberto d'Aubuisson sia católica, y el asesinato, en 1978, del director del diario más importante de Mana·
fue elegido presidente, pero la presión de Washington lo convenció para que cediera gua, La Prensa, fue la señal para intentar en serio poner fin a una de las dictaduras más
el puesto a Álvaro Mangana, más respetable y neutral. Las elecciones, celebradas dos escandalosas de América Latina.
años más tarde, tampoco resultaron decisivas entre Duarte y d'Aubuisson. Los éxitos El presidente Peres, de Venezuela, intentó persuadir a Carter para que intervi·
cada vez mayores de la guerrilla durante 1984 fueron contrarrestados con más ayuda niera. Carter se encontraba atrapado entre su odio a las torturas .y los malos tratos
estadounidense en dinero, helicópteros y armamento variado. Si, como parecía, generalizados en Nicaragua y el temor a que los excesos de Somoza condujeran al
Duarte deseaba sinceramente tratar con los insurgentes e introducir algunas reformas, extremo opuesto, instaurando una segunda Cuba en América Central, por una parte,
se vio frustrado por una guerra civil particularmente sucia, en la que la mayoría de los y su renuencia a intervenir en los asuntos internos de un Estado soberano, princi-
asesinatos se los apuntaron los escuadrones de la muerte asociados al ejército o inclu- palmente a intervenir militarmente, por otra. Mientras estos temas se debatían y se
so pertenecientes a él. En 1985, Duarte venció a la extrema derecha y obtuvo de esa discutía sobre diferentes formas de presión económica, la oportunidad de sustituir a
forma mayor margen de maniobra para pactar la paz con la izquierda, siempre que las Somoza por un régimen moderado y democrático se desvaneció. La indecisión de
condiciones resultaran aceptables para el ej.ército, que gozaba del poder r~al. Pero Washington endureció la determinación de los sandinistas y de sus aliados dentro y
continuó atrapado entre los dos extremos, sin apenas apoyo independiente, con una fuera del país (Cuba suministró armas a través de Costa Rica), y en 1979 Somoza se
autoridad más nominal que real, agotado (de salud y políticamente) y convertido en vio obligado a huir.
el árbitro ineficaz de una guerra que costó a su país 50.000 vidas en doce años. La gue- La alianza victoriosa comenzó a escindirse. Se archivaron las promesas de celebrar
rrilla, a pesar de seguir suponiendo una amenaza, no consiguió incitar una revuelta elecciones en seguida y de instalar un sistema de partidos. Los aliados eclesiásticos y
popular más amplia, y se vio reducida a unos miles de hombres contra un ejército de profesionales de los sandinistas se desmarcaron. El presidente Reagan comenzó una
50.000 que disponía de una ayuda estadounidense que alcanzaba el millón de dólares guerra encubierta que acabó por movilizar contra el nuevo gobierno a 12.000 hombres,
diario. Los militares y los políticos de izquierda estaban divididos sobre la pertinencia los contras, denominados por Reagan luchadores por la libertad. La Contra estaba
de pactar con Duarte; en cuanto a la derecha, los militares y sus escuadrones de la compuesta por antiguos y nuevos opositores a los sandinistas, reforzados con bandidos
muerte asociados, estaban fuera de control y perpetraban masacres indiscriminadas. mercenarios sin ideales políticos claros (excepto que no eran en absoluto demócratas).
. Los intentos de establecer un alto el fuego en 1986 no obtuvieron ningún resulta· Sus bases principales estaban en Honduras, y Estados Unidos constmyó una base aérea
do. En las elecciones de 1989, venció el partido de d'Abuisson, la Arena (Alianza y multiplicó por diez la ayuda al gobierno hondureño. Sin embargo, estos esfuerzos no
Republicana Nacionalista), que situó a Alfredo Cristiani como presidente, pero per- consiguieron eliminar al gobierno nicaragüense; al contrario, le facilitaron una excusa
dió la mayoría parlamentaria en 1991. Los escuadrones de la muerte hicieron el para mantener y hacer más estricto el régimen autoritario, y para retrasar las prometí·
mismo caso omiso de Cristiani que de Duarte. La ayuda de Estados Unidos se incre- das elecciones. También se granjearon el rechazo de muchos antisandinistas que repro-
mentó, pero no consiguió ninguno de sus supuestos objetivos: la estabilidad y la baban el apoyo que Reagan daba a los somocistas que se habían instalado en Florida y
democracia. En 1991-1992, la intervención de la ONU consiguió un alto el fuego, en Honduras. Y, gradualmente, hizo que los países limítrofes de Nicaragua pasaran de
la retirada de las fuerzas armadas, un acuerdo para la creación de una nueva fuerza ser auxiliares de la guerra de Reagan a ser activos defensores de una paz en la que se
policial y la absorción en el ejército de las unidades de la guerrilla. El FLFM se des- incluyera el reconocimiento del gobierno sandinista.
movilizó gradualmente, bajo supervisión de la ONU. Las elecciones de 1994, super- El ataque a Nicaragua, aunque principalmente lanzado desde Honduras, al norte,
visadas y respaldadas por la ONU, dieron una confortable victoria a la Arena. también tenía un movimiento de tenazas al sur, en Costa Rica. El entusiasmo de Hon-
Internacionalmente, buena parte de la más grave conmoción de Centroamérica duras por ayudar a Estados Unidos disminuyó a finales de la década de 1980, particu-
tuvo lugar en Nicaragua tras el hundimiento de la dictadura de los Somoza, que había larmente a partir de la elección, en 1989, de Leonardo Callejas, partidario de aban-
durado 50 años. La dinastía de Somoza comenzó con el general Anastasio Somoza donar la guerra. En Costa Rica, el principal dirigente de la Contra era Edén Pastora,
García, que llegó al poder en 1930, con ayuda de EE.UU. Él y su hijo Luis, que le un socialdemócrata que se había unido a los sandinistas en la década de 1970, cam-
sucedió en 1956, gobernaron en alianza con las prósperas clases de terratenientes y bió en seguida de idea, abandonando el movimiento, y fue persuadido para unirse de
empresarios, pero tras la muerte del segundo, su hermano, Anastasio Somoza Debay- nuevo en 19.76, convirtiéndose en comandante en jefe, con el sobrenombre de
le, perdió el apoyo de estos aliados, a los que llegó a escandalizar por la brutalidad y Comandante Cero, dos años más tarde. De nuevo se desligó poco después de la vic-
corrupción de su gobierno, principalmente la apropiación de grandes cantidades de toria de 1979, para convertirse en líder del ejército antisandinista situado en Costa
dinero procedentes de la ayuda internacional enviada a Nicaragua después del grave Rica, y finalmente abandonó en 1988 su oposición al gobierno sandinista debido a su
terremoto de 1972. En 1961 comenzó la resistencia armada por parte de una guerrilla desacuerdo con las tácticas de Reagan. Sus cambios simbolizaban la confusión y per-
que se denominaba Frente Sandinista, en honor del coronel Augusto César Sandino, plejidad reinantes entre los antisomocistas, que estaban en parte desencantados con
ejecutado en 1934 por haber dirigido un levantamiento sofocado con ayuda de tropas los sandinistas pero no menos descorazonados por la política de Estados Unidos. Los
estadounidenses. Durante muchos años, los sandinistas no consiguieron muchos gobiernos de otros países centroamericanos evolucionaron de la misma manera. A
adeptos entre el campesinado ni entre los obreros urbanos. Pero el mal gobierno de pesar de no ser de izquierdas, acabaron prefiriendo a los sandinistas ~n lugar de la gue-
Anastasio Somoza les granjeó más simpatía entre los profesionales liberales y la lgle- rra de Reagan.

718 719
El arraigado desagrado que Washington sentía por cualquier gobierno de izquier- entre los gobiernos centroamericanos. Este programa se oponía irremediablemente a
das en Centroamérica fue acentuado, en el caso de Nicaragua, por el hecho de que la insistencia de Reagan en que la paz debía alcanzarse mediante conversaciones entre
los sandinistas, independientemente de que los estadounidenses exageraran sobre sus los sandinistas y la Contra, y en que los primeros deberían primero introducir refor-
vínculos con Cuba y la URSS, necesitaban, y obtuvieron, armas de Cuba. Esta con- mas en Nicaragua. Según todas las apariencias, Reagan anteponía el derrocamiento
1 '.
fusión de la guerra fría con las agitaciones que siguieron a la caída de Somoza se con- de los sandinistas a la paz, mientras que el Grupo de Contadora planteaba una paci-
virtió en un elemento clave, y en buena medida cegador, de la política de Reagan. El ficación que podría dejar a los sandinistas en el poder. Washington definió las pro-
gobierno de Reagan llegó al poder decidido a dar prioridad a Centroamérica como puestas de Contadora como una amenaza para la zona y para Estados Unidos.
zona crítica en el conflicto mundial eptre las superpotencias. Sus problemas endémi- Pero Reagan evitó la intervención militar abierta, la única que habría podido
cos, tanto económicos como políticos, se habían exacerbado durante la década pre- conseguir lo que él deseaba, y su apoyo a la Contra se vio obstaculizado por la reve-
cedente. Su crecimiento económico, que se había apoyado en una clase media cre- lación, el día de las elecciones parciales de 1986, de los acuerdos de venta de armas
ciente, estaba paralizado por la recesión mundial, con el resultado de que esta clase a Irán. El gobierno estadounidense consiguió mantener a los contras con base en
acabó dividida en lo referente a preferencias políticas, y los pobres acabaron siendo Honduras, pero, a pesar de constituir un ejército de 15.000-20.000 efectivos, y con
más pobres. La clase media fue atraída, por una parte, hacia las viejas oligarquías, que un equipamiento moderno y costoso, no consiguieron conquistar ninguna ciudad
representaban, cuando las clases medias ya no podían organizarlo, el orden estableci- nicaragüense importante. Honduras, que les daba asilo y percibía a cambio un buen
do que el dinero y la mediana empresa necesitan. Pero, al mismo tiempo, la brutali- pago, no recibía el apoyo de ningún otro gobierno centroamericano, mientras que,
dad de los oligarcas y la sospecha de que tenían los días contados impulsaban a las cla- en el s~r, Costa Rica abandonó la guerra. Los recelos del anillo externo habían
ses medias a alejarse de los mismos. Los pobres se habían animado con la perspectiva alcanzado al anillo interno.
de un orden más justo, y las dificultades de finales de la década de 1970 los endure- Costa Rica había sido un país comprometidamente pacífico que, tras un siglo o
cieron. Washington consideró los desórdenes consiguientes como algo más siniestro, más de peculiar turbulencia, había llegado al extremo de abolir su ejército para así
y cualquier inclinación de los liberales estadounidenses a apoyar las tardías revolu- tener más dinero para gastar en servicios públicos. Pero continuó siendo pobre y
ciones centroamericanas fue acallada por la convicción de que estaban provocadas y dependiente de Estados Unidos y, después de la victoria sandinista de 1979, aceptó
apoyadas por la Cuba comunista y por la URSS. Veía a Nicaragua como un satélite el llamamiento de Washington para representar un papel en la contención y elimi-
soviético en potencia, mucho más peligroso que Cuba, por estar situada en el conti- nación del comunismo en Centroamérica. Esta actitud, sin embargo, cambió cuan-
nente. No fue, por tanto, difícil persuadir a Reagan de que debía asegurarse de la des- do, en 1986, el presidente Luis Alberto Monge fue sucedido por Óscar Arias, quien
trucción de la guerrilla salvadoreña, eliminar cualquier otro movimiento de izquier- estableció un plan (por el que le sería concedido el Premio Nobel de la Paz) suscri-
das que pudiera surgir en la zona, y derrocar al gobierno sandinista de Nicaragua. Se to por cincó presidentes centroamericanos, incluido el nicaragüense. En él se pro-
utilizaron para ello medios militares, abiertos y encubiertos, que fracasaron. Además ponía que en febrero de 1990 se celebraran en Nicaragua elecciones presidenciales,
de organizar, preparar y sufragar las tropas antisandinistas establecidas en Honduras y legislativas y locales, precedidas de la eliminación de la censura y de los obstáculos
Costa Rica, la armada de Estados Unidos realizó maniobras demdstrativas frente a las que impedían la actividad de los partidos políticos. Este plan fue contemplado con
costas de Nicaragua, en 1983, y, al año siguiente, minó los puertos nicaragüenses de recelo en Washington y con esperanza en cualquier otra parte. El gobierno de Nica-
ambos océanos; esta acción, que contravenía el derecho inten1acional, fue censurada ragua se puso en marcha en seguida, liberando a los presos políticos, permitiendo la
por el Consejo de Seguridad (aunque Estados Unidos vetó la resolución), y condena- reaparición de La Prensa y derogando el estado de emergencia y la prohibición de los
da por el Tribunal Internacional de Justicia. El Congreso de Estados Unidos impidió partidos políticos. Pero fue criticado por no hacer más. Otros signatarios también
la puesta en práctica de nuevas maniobras hostiles, rechazando la solicitud de fondos discutían acerca de si habían llevado a cabo lo que se pedía a sus países. Aun así, el
que el presidente hizo para la Contra. Esta negativa se incumplió mediante diversos plan de Arias resultó un buen presagio, aunque sólo fuera porque señalaba hacia una
subterfugios, como vender armas a Irán y desviar los beneficios, o parte de los mismos, dirección que condenaba al fracaso la política de Reagan y forzaba a su sucesor,
a la Contra, con la connivencia, prácticamente indudable, del presidente. George Bush, a revisarla, y finalmente a dejarla de lado. En 1989, los cinco presi-
En 1983, cuatro países (México, Venezuela, Colombia y Panamá) formaron el dentes avanzaron más, al exigir la disolución de los contras y su reintegración en la
Grupo de Contadora, un anillo externo de países preocupados por los desórdenes sociedad nicaragüense.
generalizados de América Central. Su propósito era conseguir la pacificación general En 1990, los nicaragüenses celebraron sus primeras elecciones desde 1984. En
de la zona, mediante el reconocimiento de los gobiernos que en ese momento estu- aquel momento habían dado la victoria a los sandinistas, pero ahora no. Aunque con-
vieran en el poder, la autodeterminación y la reducción de armamento. Pero Was- tinuaron siendo el partido más votado, fueron derrotados por una coalición liderada
hington desconfiaba de un grupo que por su imparcialidad reconocería y probable- por Violeta Chamorro, viuda del director de La Prensa asesinado. Aunque el ataque
mente daría validez a la posición de los sandinistas en Nicaragua, Honduras, de los Estados Unidos, a través de la Contra, había resultado un caro fracaso, las san-
Guatemala y El Salvador se negaron, presionados por Estados Unidos, a asistir a una ciones económicas habían hundido la economía de Nicaragua, y los nicaragüenses
conferencia propuesta por el grupo en 1985. Pero éste perseveró y planteó en 1986 un deseaban un nuevo gobierno que pusiera fin a dichas sanciones y les pem1itiera alcan-
programa detallado (la Declaración de Carabellada) para establecer conversaciones zar un nivel de vida digno. Además, los logros sandinistas en materia de educación se
,,,¡

720 721
le retiró su apoyo cuando los escándalos resultaron demasiado obvios y le acusó públi-
vieron eclipsados por la incompetencia económica, la corrupción y, en un sentido
camente de tráfico de drogas, fraude electoral, y asesinato. En 1988, Estados Unidos
más amplio, las tristes consecuencias de atraer a Estados Unidos a una guerra que
exigió al presidente Eric Delvalle que relevara a Noriega de su puesto en el ejército,
había costado decenas de miles de muertos. Aunque más de la mitad de la tierra y más
pero fue Noriega quien depuso al presidente. Al año siguiente canceló las elecciones
de un tercio de las principales industrias permanecían en manos privadas, el gobier-
presidenciales, en las que muy probablemente habría sido elegido Guillermo Endara.
no había nacionalizado los bancos y tomado el control de los salarios, los precios y las
Fue procesado por tráfíco de drogas en Estados Unidos; el gobierno estadounidense
importaciones, con desastrosos resultados. La ayuda externa, principalmente de la
URSS y Alemania oriental, fue considerable, pero se malgastó. Los salarios reales intentó sobornarlo para que abandonara Panamá y se trasladara a vivir a España, pero
cayeron, durante el decenio de 1980, a la décima parte de su valor; la producción se negó. Después de que todos estos intentos fracasaran, Bush decidió invadir Pana-
má y capturar a Noriega, y lo consiguió en una operación que, dependiendo del punto
industrial disminuyó en un quinto cada año y el producto per cápita interior descen-
de vista, resultó a un tiempo cómica y humillante. Noriega fue encarcelado en Esta-
dió a 300 dólares al año, el más bajo de la zona. Violeta Chamorro formó un gobier-
dos Unidos. En su lugar se situó a Endara, que perdió fa presidencia en 1944, a favor
no en el que se encontró lugar para los sandinistas, pero no para los dirigentes de la
Contra. El enfrentamiento entre bandas de sandinistas y de contras se convirtió en del heredero político de Noriega.
algo endémico, avivado por la fuerte subida de precios y por el desempleo. La elec-
ción de Chamorro, que coincidió con el fin de la presidencia de Reagan, permitió que
se pusiera fin a la guerra. La revolución de Gorbachov en la URSS (la política de
reducción de gastos, y el final del omnipresente enfrentamiento entre las superpo-
tencias) fue induciendo a Estados Unidos a mirar con más calma la izquierda centro-
americana y a ser menos indulgente con los excesos cometidos por sus aliados de la
derecha. Y el comunismo comenzó a parecer una amenazá menos grave que la cocaí-
na. En la década de 1990 los gobiernos centroamericanos se ocuparon principalmen·
te de la cooperación económica, aunque los acuerdos comerciales (por ejemplo, con
México) fueron de escaso alcance, ya que el comercio interno en toda la zona no era
demasiado extenso. Un barniz de paz se extendió por toda Centroamérica.
En Panamá, el presidente Arnulfo Arias Madrid alcanzó el récord de ser depuesto
tres veces de la presidencia (1941, 1951, 1968). Su sucesor en la tercera ocasión fue
el coronel Ornar Torrijas Herrera, un popular mestizo con apoyo del ejército que con-
siguió un cierto auge fomentando la inversión de los bancos extranjeros en Panamá y
el aprovechamiento, por parte del comercio extranjero, de su puesto franco. Negoció
los tratados de 1977, por los cuales Estados Unidos se comprometía a devolver el
canal de Panamá en 1999, con la condición de que continuara siendo neutral y Esta-
dos Unidos pudiera mantener el derecho permanente a defenderlo. Las tropas esta·
dounidenses se retirarían en el año 2000. El canal estaba perdiendo importancia
estratégica para Estados Unidos, pero continuaba siendo económicamente vital para
Panamá, cuya economía se basaba en la renta pagada por los Estados Unidos, en el
comercio de la zona franca, en el tráfico de banderas de conveniencia y en la banca
extraterritorial situada en la zona del canal. En 1981, después de renunciar a la presi-
dencia, pero mientras era todavía comandante en jefe, Torrijas falleció en accidente
aéreo. Desde 1982, tras un golpe militar, se sucedieron diversos generales mediocres,
y el poder acabó en manos del general Manuel Noriega, segundo jefe del ejército.
Noriega era un probable presidente, pero, en 1984, Arias fue reelegido, en contra de
los deseos del ejército. Apoyado por la CIA, a pesar de que existían conocimientos
sobre su papel en el narcotráfico, y aclamado como demócrata en Estados Unidos
Noriega se mantuvo en segundo plano, organizando la tortura y el asesinato de su~
opositores, disfrutando de unos ingresos que, según se comentaba, alcanzaban los 100
millones de dólares anuales, convirtiendo a Panamá en el principal conducto para la
droga que pasaba de Colombia hacia Estados Unidos, ayudando a ésta a armar a la
Contra nicaragüense, y convirtiéndose en el principal jefe del ejército. Washington

722 723
Cuba y el Caribe
XXVIII c. cii
.!:!
Q)

::J
ra ra ñi e:
'C ::J 'C ·-
¡ ::J ci C'CI E \
.e·- ::J o '-..J \
1 li¡cC!>C \.

.i m<C'Dº
o o

ºº ·~·-::.::
::sw
:J
N
w
z
w
>

La isla de Cuba, la mayor de las Antillas, hunde su extremo occidental entre las \
i
fauces del golfo de México, casi a medio camino entre las penínsulas de Florida y ___ j;
Yucatán, de las cuales está separada por canales de unos 150 kilómetros. Cuba es tam-
bién, por consiguiente, de todas las islas de las Indias Occidentales, la más próxima al ::f
continente de América del Norte y Central, y como ya se ha dicho, sus asuntos inte- CD
:2
resan especialmente a Estados Unidos a partir de mediados del siglo XIX. Su liberación o
_J
de España a finales de siglo resultó ser (como la liberación de las tierras ára~es del o
ü
dominio turco después de la Primera Guerra Mundial) un simple cambio de amos, y
supuso la entrada en un período de dominio colonial sin los beneficios de una admi-
nistración colonial. Muy por delante de sus vecinas del Caribe en nivel educativo y
dotada asimismo de una de las clases medias más avanzadas de América Latina, sufrió
no obstante un récord de malos gobiernos, ininterrumpidamente desde su liberación
hasta, e incluso, el régimen castrista. La derogación en 1933 de la enmienda Platt
coincidió con el fin del corrupto y odioso gobierno de Gerardo Machado, que había
subsistido en cierta medida gracias a la ayuda de Estado~ Unidos. Machado acababa
de transferir la presidencia a Manuel Céspedes, pero una revuelta de militares de baja
graduación (entre ellos el sargento Fulgencio Batista) y de estudiantes derrocó al o
()
régimen e inauguró un período de veinte años durante los cuales se sucedieron varios
presidentes. Batista, que gobernó de 1940 a 1944, se abstuvo en esa ocasión de infrin- >.:;
iJJ
gir una Constitución que prescribía mandatos de cuatro años con prohibición de ~
inmediata reelección, pero en 1952 se nombró dictador perpetuo e introdujo un rei-
lU
nado del. terror. El 26 de julio del año siguiente, fecha que dio nombre a un movi- Cl

~]
miento, Fidel Castro dirigió un ataque a los Cuarteles de Moneada, en un intento fra-
casado de derrocar a Batista. Tras dieciocho meses de prisión, Castro reapareció para
o
u..
preparar en México un segundo intento y en diciembre de 1956 capitaneó una inva· ....J
sión de un grupo compuesto de ochenta y cuatro hombres, que fue inmediatamente o
(!)
vencido. Los supervivientes, que fueron sólo doce, escaparon a Sierra Maestra, donde ..;
oci
cambiaron la táctica del coup de main por la guerra de guerrillas, que practicaron ~--------------------~--~----~----~ -------------------' N

724 725
durante dos años. En 1958, Batista atacó a las crecientes fuerzas de la rebelión, pero azúcar. En junio las refinerías estadounidenses y británicas se negaron a refinar el
su campaña fue un fracaso y sirvió sólo para acelerar la desintegración de su régimen. petróleo ruso dando con ello una excusa a Castro para expropiarlas. La administra·
El 1 de enero de 1959, éste sucumbió y Castro triunfó. ción Eisenhower en Washington, que había estado observando los acontecimientos
En el plazo de un año se hizo evidente que la victoria de Castro era un suceso revo- con prudencia, esperaba que se ejerciera una presión americana conjunta, pero en
lucionario diferente del modelo habitual de las revoluciones de América Latina. En agosto, en San José, una conferencia interamericana de ministros de Asuntos Exte·
primer lugar, el celo reformador del nuevo gobierno era poderoso e ilimitado. En riores, aunque condenó la intervención rusa y china en América Latina, rehusó refe-
segundo lugar, estaba pensado para ser exportado. En tercer lugar, el castrismo se alió rirse explícitamente a Cuba. Washington decidió actuar por su cuenta. Suspendió las
con el comunismo cubano, y en cuarto lugar, Cuba entró en alianza con la URSS. compras de azúcar cubano y después de que Castro respondiera con la nacionalización
Esta evolución llevó a Estados Unidos a implicarse en una contrarrevolución y una de las propiedades de Estados Unidos en Cuba, impuso un boicot comercial total y en
invasión de Cuba en 1961, y un año más tarde, a una directa y abierta confrontación 1961 rompió las relaciones diplomáticas.
entre Estados Unidos y la URSS, que ha sido descrita en otro lugar de este .libro. Desde principios de 1960, Estados Unidos habían estado ayudando y estimulando a
Fidel Castro no asumió inmediatamente ningún cargo. La presidencia fue confe- los refugiados cubanos en dos lugares, en ambos bajo los auspicios de la CIA. En Flori-
rida a Manuel Urrutia Lleo, que quiso dimitir casi inmediatamente y consiguió hacer- da, algunos políticos exiliados habían constituido un comité político, que aspiraba a
lo unos pocos meses después; le sucedió Osvaldo Dorticós Torrado. La jefatura del convertirse en el gobierno de Cuba; incluía a hombres de muy diferentes tendencias,
gobierno correspondió en primer lugar a José Miró Cardona, que dimitió por primera que se mantenían unidos sólo por su común oposición a Castro y por sus asesores esta-
v~z a los pocos días y definitivamente al cabo de pocas semanas; le sucedió Fidel Cas- dounidenses. En Guatemala se estaban entrenando fuerzas con vistas al día en que
tro. Estas vacilaciones y signos de falta de confianza por parte de los reformistas mode· pudieran regresar a Cuba en pequeños grupos y emprender una guerra de guerrillas. Al
radas revelaban el malestar y la incertidumbre con que contemplaban una transfe- principio no se pensó en una participación militar de Estados Unidos en la aventura,
rencia de poder que había estado acompañada por juicios sumarios y sangrientas pero luego se cambió el proyecto original de infiltración en pequeños grupos por una
venganzas. En los años anteriores a su llegada al poder, Castro había hecho declara· única invasión con cobertura aérea de Estados Unidos, y se permitió creer a los exilia-
dones de carácter moderado, pero él y su principal lugarteniente, el marxista argen· dos que Estados Unidos apoyaría militarmente sus operaciones en tierra antes de per-
tino Ernesto Che Guevara, estaban decididos a realizar reformas reales y no a jugar a mitir que fracasaran. Cuando Kennedy fue informado de estas actividades inmedia-
las reformas a medias como tantos latinoamericanos. A diferencia de éstos, Castro no tamente después de su victoriosa campaña presidencial, sintió preocupación, pero entre
se molestó en respetar formalmente la Constitución ni en celebrar elecciones sin sen- esta fecha, en noviembre de 1960, y el lanzamiento del ataque en la noche del 14 al 15
tido. Se puso a trabajar en cambiar las cosas. Por otra parte, Cuba, también a dife· de abril de 1961, nunca tradujo sus dudas en una prohibición. La operación estaba ya
renda de tantas repúblicas latinoamericanas, era un país relativamente próspero, con en marcha; los jefes de Estado Mayor, los consejeros que le inspiraban más respetó, esta-
una economía relativamente diversificada. Su principal debilidad era su dependencia ban a favor de ella; no deseaba abandonar a varios centenares de cubanos, con los que
del azúcar y por ello de Estados Unidos, a causa de su comercio exterior. Castro y simpatizaba, ni sabía qué hacer con ellos si tenían que ser disueltos; la perspectiva de
Guevara fueron por consiguiente tentados, tanto por las circunstancias como por sus que Castro tendría pronto aviones a reacción rusos hubiera hecho muy difícil, si no
temperamentos, a actuar deprisa y, confiando en una cierta fuerza económica, a ata· imposible, posponer la invasión para una fecha posterior. Kennedy reafirmó la prohi-
car sin demora el vínculo con Estados Unidos, que representaba una forma de servi· bición de intervención del ejército de Estados Unidos, pero hizo caso omiso de la opo-
dumbre económica y tenía también connotaciones políticas de reminiscencias del sición del senador William Fulbright y de otros cuantos consejeros civiles que preconi-
dominio estadounidense. Al mismo tiempo, y con una semejante falta de considera· zaban una atenta vigilancia de Cuba en lugar de la acción directa, que sería contraria
dones prácticas inmediatas, Castro trató de extender los beneficios de la revolución a la Carta de la OEA y demasiado en consonancia con la reputación de Washington
y de la reforma a los pueblos de los países vecinos. Se involucró en actividades sub· de actitudes imperialistas e hipocresía en sus relaciones con sus vecinos del sur.
versivas en la República Dominicana, Haití, Nicaragua, Panamá y Venezuela, y alar· La invasión fue un completo fracaso. Un ejército de i.400 hombres (el 90% de
mó a todos aquellos cuyos sentimientos liberales eran menos activos que su amor al ellos civiles semientrenados), apoyado por bombarderos B-?6 que operaban desde
orden público, dando dinero a grupos de izquierdas y difundiendo el mensaje castris· Nicaragua con pilotos cubanos, desembarcó en la bahía de Cochinos, sólo para des·
ta a América Latina, tan pertubador como la voz de Nasser en Oriente Medio. cubrir que en contra de las seguridades que le había dado la CIA, la administración
La política económica de Castro necesitaba ayuda y créditos extranjeros así como de Estados Unidos no estaba dispuesta a respaldarlo y que los esperados levantamien-
clientes extranjeros para reemplazar a Estados Unidos. Hizo lo obvio. En febrero de tos en la propia Cuba no se materializaban. La reacción del gobierno cubano fue más
1960, Mikoyan visitó La Habana y firmó un tratado con Cuba que, entre otras cosas, eficaz de lo que se había previsto y después de 48 horas todo había terminado. Por
capacitaba a ésta para comprar petróleo ruso. Posteriormente, en el mismo año, Gue· añadidura, Castro detuvo a miles de sus conciudadanos, aprovechando así la oportu·
vara hizo un viaje por los países de Europa del Este. En mayo, Cuba estableció rela· nidad de silenciar, desmoralizar y en algunos casos eliminar a sus oponentes. Su pres-
dones diplomáticas con Moscú y en junio comenzó a comprar armas a la URSS y a tigio dentro de Cuba aumentó mucho.
otros gobiernos comunistas. Al mismo tiempo, Castro atacó los derechos de Estados No obstante, en otros aspectos, su posición era desfavorable. Las medidas eco·
Unidos en la base naval de Guantánamo y su influencia económica en el mercado del nómicas adoptadas por su gobierno habían sido, según propia confesión, mal con-

726 727
1 !!

cebidas. La obsesión por la industrialización llevó a construir fábricas para producir Kruschev envió armas de un significado completamente distinto. El resultado ya ha
en Cuba artículos que hubieran podido importarse del extranjero a un coste menor sido descrito y analizado en otro lugar de este libro. En el contexto más limitado de
que el de las materias primas necesarias para su elaboración. En el campo, los cam- América Latina el resultado fue que la OEA (que había expulsado a Cuba de sus filas
'1
pesinos mostraron el universal disgusto de todos los campesinos por las cooperati· a principios de año) aprobó el despliegue de fuerzas de Estados Unidos ante la proxi-
'.1 vas, la nacionalización de la tierra y el cultivo forzoso de productos destinados a la midad de los barcos rusos; que algunos estados de Américia Latina contribuyeron al
venta a bajos precios fijos. La clase media, que había constituido un ingrediente más bloqueo iniciado por Estados Unidos; que se dejó a Cuba fuera de las negociaciones
'1 activo en la revolución que el campesinado o las clases trabajadoras urbanas, se con- cuando Kennedy y Kruschev se dispusieron a resolver la crisis; pero que Castro fue
virtió en opositora cuando la nacionalización se extendió de las empresas extran- objeto de una recepción excepcionalmente espléndida cuando visitó de nuevo Moscú
jeras a las domésticas y cuando el nuevo régimen adoptó las viejas malas costumbres en 1963 y recibió seguridades de que Rusia continuaría prestándole ayuda y apoyo.
de sus predecesores encerrando a sus adversarios políticos en sórdidas prisiones. En La crisis de 1962 supuso para Castro una amenaza de extinción, puesto que la
1962 había una crisis económica, una negativa general a trabajar por parte de los repulsa hacia la URSS podía tener como consecuencia una libertad implícita de Esta-
i' campesinos, racionamiento de alimentos y una desilusión, descontento y pobreza dos Unidos para conseguir sus propósitos en Cuba y eliminar a un gobierilo que había
ampliamente extendidos. consentido o incluso posiblemente instigado el intento más radical desde el siglo XVIII
A finales de 1961, Castro se declaró marxista. El Partido Comunista Cubano era de alterar el equilibrio de poder en el continente americano. Pero el tiempo pareció
un<! entidad bien definida que tenía en principio poco o nada que ver con el movi- demostrar que el triunfo de Kennedy sobre Kruschev no tenía que ser interpretado de
miento «26 de julio» de Castro. No era un partido de masas, y en la época de Batis- ese modo. El mismo Castro se sintió lo bastante seguro contra una nueva interven-
ta había optado por actuar políticamente en la sombra asegurándose una humilde ción de Estados Unidos como para comprometerse, hacia finales de 1963, en un com-
posición en la periferia de la constelación dominante. Antes de la victoria castrista plot contra el gobierno de Venezuela (por el que la OEA le declaró agresor en julio
en 1959 había en ambos campos, el castrista y el comunista, algunos que preconiza- de 1964 y recomendó la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba,
ban un acercamiento, o incluso una fusión, y otros que se oponían a ello. Durante el un paso que el único país que se negó entonces a dar fue México; y el castrismo fue
año 1961, prevalecieron los primeros y los dos partidos efectuaron un considerable también uno de los ingredientes de un levantamiento en el Perú andino en el que
grado de integración. Cuba se convirtió en consecuencia en una parte del mundo unos desesperados desposeídos, con la ayuda de suministros y apoyo moral a través de
comunista en términos de política internacional, pero Castro no se convirtió ni en la radio de castristas y comunistas, intentaron llamar la atención de su gobierno sobre
un comunista ortodoxo (parecía preocuparse poco por las enseñanzas comunistas) ni su terrible situación. Pero si Castro fue sometido al ostracismo en 1964 no dejaba de
en un cautivo de la maquinaria comunista. Tan independiente a su modo -y dentro ser porque estaba todavía allí, y si estaba allí era en parte porque su Estado estaba bajo
de los límites impuestos por la necesidad que Cuba tenía de amigos exteriores.,,- como la protección de una gran potencia).
Mao o Tito, continuó en el terreno doméstico siendo el líder de un gobierno y un Los rusos habían sido físicamente expulsados del Caribe pero continuaban teniendo
movimiento que era sólo parcialmente comunista. Los dirigentes del Partido Comu- una capacidad de protección e injerencia de otro orden. La afirmación de la Doctrina
nista Cubano ocuparon puestos públicos y adquirieron influencia, pero en 1962, el Monroe había revelado sus limitaciones. No iba a haber bases foráneas en el continen-
más destacado de ellos, Aníbal Escalante, fue cesado y huyó a Checoslovaquia, poco te americano pero su política no podía seguir estando cerrada a una política interna-
antes de que Castro partiera para una prolongada visita a la URSS. Los dos partidos cional más amplia. Estados Unidos había estado insistiendo machaconamente durante
se enemistaron, los castristas prevalecieron y Moscú respaldó a los vencedores. algún tiempo en los peligros del comunismo internacional en América Latina, pero este
El apoyo de Moscú a Castro se convirtió en una carga económica con apasionan· planteamiento ideológico había descuidado el punto principal, que era la apertura de
tes posibilidades políticas y estratégicas. Mantener a Castro a flote económicamente América Latina al proceso de una política internacional no ideológica de modo muy
costó probablemente a la URSS, en términos financieros, más de lo que ganó con semejante a como el Oriente Medio y el resto de Asia y después África se habían con-
ello; mantener a Castro a flote políticamente, en contra de la determinación de Esta- vertido en campos magnéticos internacionales, tan pronto como las dos mayores poten-
dos Unidos de destruirlo, podría ser una política incluso más costosa y arriesgada, pero cias del mundo decidieron ejercer allí una acción que nadie podía impedirles. En las pri-
era también excepcionalmente tentadora, puesto que una alianza efectiva entre la meras décadas de la posguerra se daba por supuesto que h.abía dos áreas en el mundo
URSS y Cuba hubiera dado a los rusos un punto de apoyo en América Latina con inmunes a esté juego de influencias: América Latina, a la sombra de Estados Unidos, y
todas sus imprevisibles posibilidades revolucionarias y una base a 150 kilómetros de el imperio satélite de Moscú en Europa, inevitablemente a remolque de la URSS. La cri-
Estados Unidos par contrarrestar las bases con que sus enemigos tenían rodeada a la sis cubana demostró que este supuesto era por lo menos u1,1a exageración. En el caso de
URSS. Según las fuentes cubanas y chinas, la idea de enviar a Cuba los misiles y los América Latina, Kruschev, a quien Castro abrió los ojos, olfateó que había llegado el
aviones a reacción que fueron descubiertos por primera vez en un reconocimiento por momento de cuestionar lo incuestionable. Esta capacidad de intuición era una de sus
Estados Unidos en octubre de 1962, fue de Kruschev. En cualquier caso, Cuba, de la mejores cualidades como político. Característicamente, no obstante, siguió su instinto
que Castro había hecho un país dependiente política y económicamente de la URSS, con más entusiasmo que prudencia, y así se expuso a una humillante derrota táctica.
fue convertida por Kruschev en un peón armado. Mientras Castro había querido equi- Característicamente también Washington, con las limitaciones que impone la demo-
par a Cuba para defenderse contra un segundo ataque como el de bahía de Cochinos. cracia a la acción, e incluso a veces al pensamiento, no intentó ninguna política com-

728 729
parable en Europa, evitando así una comparable derrota. Pero la más importante conse- Cuba en 1989, suprimió la ayuda rusa, y el tráfico comercial con la Europa del este cesó
cuencia de la crisis cubana fue la demolicición de la teoría de que las grandes potencias de repente. Se produjo el colapso de los servicios públicos, el cierre de empresas por
tienen jardines propios en los que basta con poner carteles prohibiendo la entrada a los falta de combustible, el impago de salarios y una aceleración de la emigración (duran·
intrusos. Aunque la intromisión en tales áreas sigue siendo extraordinariamente arries· te el período castrista Cuba perdió el 15% de su población). El mayor símbolo del
gada, las áreas en sí mismas no son cercados donde se cultivan condiciones especiales, penoso estado del país fue la evacuación de 11.000 soldados soviéticos al tiempo que
sino zonas en las que los distintos vientos de la política internacional soplan con inten- las tropas de Estados Unidos permanecían en Guantánamo. "
sidad diferente. Esta revelación marcó un hito tanto en la historia internacional de Pero no se produjo revuelta alguna. Castro incluso consiguió capitalizar a su favor
América Latina como en la valoración de la política de las grandes potencias. las desgracias de su pueblo, permitiendo, e incluso facilitando, el éxodo a Estados Uni·
Para la misma Cuba, la experiencia fue amarga. Durante el período del dominio de dos. El gobierno de Clinton heredó una política de admisión de los refugiados cubanos
Estados Unidos hasta 1933, Cuba había sido un territorio casi colonial al que no se le con los brazos abiertos, pero cuando se enfrentó a una nueva oleada de 50.000 personas
permitía contraer alianzas ni tener bases extranjeras. Castro invirtió esta situación hasta decidió interceptarlos (al menos a aql!ellos que no se ahogaban en el camino) y trans-
el extremo de hacer una alianza con la URSS y convertir a Cuba en una base rusa. Lo portarlos a la base de Guantánamo. Esta, sin embargo, ya estaba atestada con 14.000
hizo pensando en los intereses cubanos, lo que resultó ser un cálculo equivocado, pues- refugiados haitianos, con el coste que su mantenimiento indefinido suponía. En esta
to que la URSS mostró al retirarse ante el desafío de Washington que los intereses cuba- situación, Clinton se vio obligado a negociar con el gobierno cubano, que no mostraba
nos contaban poco en sus cálculos sobre sus propios intereses y posibilidades en el hemis- signos de derrumbamiento. El único propósito de Castro en dichas negociaciones era
ferio occidental. Aunque la URSS había desafiado la Doctrina Monroe, no lo había conseguir la supresión de las sofocantes sanciones económicas, que constituían la piin-
hecho para apoyar al nacionalismo ni a las ambiciones cubanas. ('.,astro, que esperaba cipal arma de Clinton contra él, si se exceptúa el recurso a la fuerza armada.
convertirse en el equivalente latinoamericano de Tito, Sukarno y Nasser, personifica- En cierto sentido, Castro fue un dirigente revolucionario que fracasó porque Esta·
ción al mismo tiempo de una nueva dignidad nacional y líder regional d~ la revolución, dos Unidos estranguló su revolución; pero, en un sentido más profundo, ésta fracasó
se encontró en lugar de ello convertido en el gobernante de una isla que había pasado a porque convirtió el optimismo en pesimismo o, cuando menos, en resignación. Antes
ser una curiosidad internacional más que un ariete internacional, y que estaba empe· de Castro, Cuba era un país relativamente próspero pero mal gobernado que obtenía
zando a deteriorarse a consecuencia del desorden económico y administrativo. Para sus ingresos, principalmente, de la venta de azúcar a Estados Unidos. Era también un
Guevara, el argentino panamericano para quien la revolución cubana {no la de México país relativamente joven, independizado de España a finales del siglo XIX, pero gober·
o la de Bolivia) iba a ser el verdadero comienzo de la revolución americana, el replan- nado por una pequeña elite, ineficaz y cada vez más corrupta, que acaparaba los fru·
teamiento de la situación exigido por la retirada rusa fue incluso más amargo que para tos del desarrollo y no conseguía sacar de ellos el máximo rendimiento. La revolución
Castro y durante su curso los dos hombres rompieron sus relaciones y Guevara desapa- de Castro parecía complementar la revolución contra España, y suscitó esperanzas.
reció, llevando consigo gran parte del aura internacional de la revolución cubana que Pero sus componentes cada vez más dogmáticos encendieron pocas emociones y
intentó insuflar en Sudamérica hasta que encontró la muerte en Bolivia, en 1967. echaron por tierra la base económica del país. Y al ser incapaz de cumplir las espe·
Las aventuras de Castro en África han sido descritas en el capítulo XXIV de este ranzas, la propia revolución fue un fracaso. Lo que la URSS apoyó hasta 1989 había
libro. Aumentaron y evidenciaron su dependencia de la URSS y coincidieron con la dejado de ser una revolución para convertirse en un desconsolado país en quiebra.
inflación y recesión mundiales de los últimos años setenta. En la primera parte de esta Aun asf, Castro fue reelegido presidente en 1993 por otros cinco años.
década, la economía cubana creció a un índice del 10% anual, pero este índice des· Aparte de Cuba y la gran isla vecina, La Española (dividida entre Haití y la Repú-
cendió al 4% durante el resto de los años setenta. La alimentación, la vivienda y el blica Dominicana), el Caribe fue de dominio colonial, principalmente británico, hasta
transporte se hicieron escasos y caros; el precio de la gasolina resultaba prohibitivo para después de la Segunda Guerra Mundial. La desconolización fue el tema más impor·
"' mucha gente; muchos trabajadores tenían que viajar cuatro horas al día para ir y regre· tante de las primeras décadas de la posguerra. Se había discutido sobre la posibilidad
1
sarde su trabajo. Una serie de reglas estrictas contra los pequeños negocios crearon un de una federación de colonias británicas en el Caribe desde mediados del siglo XIX. Esa
amplio subproletariado económicamente desamparado. El nepotismo, la desigualdad y federación se creó en 1958, pero fracasó en 196L Ha habido puntos de vista divergen·
los rígidos controles no acompañados de beneficios compensatorios agravaron su situa- tes acerca de las causas de este fracaso. Por un lado, se alegó que el retraso en llevarla a
ción. En 1979, un ciclón vino a empeorar las cosas, la campaña azucarera fracasó y se cabo después de finalizada la Segunda Guerra Mundial permitió que se desarrollaran las
perdió la cosecha de tabaco. El peso del bloqueo económico de Washington se hacía animosidades entre las islas y que la culpa de ese retraso era del gobierno británico
sentir cada vez más. En abril de 1980, 10.000 cubanos invadieron la Embajada de Perú que, juzgando a los líderes de las Indias Occidentales mucho más izquierdistas de lo
en La Habana pidiendo ser acogidos en aquel país, y esperando en realidad ir a Esta- que eran en realidad, retardó el momento de la independencia y por lo tanto de la
dos Unidos. Algunos de ellos eran delincuentes comunes o aspirantes a refugiados polí- federación. Según esta opinión, había un auténtico deseo de federación, tanto a nivel
ticos, pero la mayor parte eran cubanos que estaban hartos de vivir en Cuba. Castro popular como político, a pesar de las conocidas dificultades (grandes disparidades en
hizo lo mejor, dadas las circunstancias, dejándoles marchar, pero eran una señal de el tamaño y riqueza de las distintas islas y grandes distancias entre ellas). El punto de
alarma que indicaba que algo marchaba mal en su modo de conducir los asuntos del vista opuesto es el de que, excepto quizá en las islas más pequeñas, no había un inte-
país. Su difícil situación empeoró unos años más tarde, cuando Gorbachov, que visitó rés ni respaldo popular hacia la federación y que la federación de 1958 se apoyaba por

730 731
lo tanto en una estrecha base de líderes políticos y sindicales que podían ser desauto- sentimie~to antigubernamental. En 1973, cuatro estados -Trinidad y Tobago, Guya-
rizados por una reacción popular: y que esa reacción fue de hecho fomentada por otros na, Ja.matea y Barbados-,crearon u~a Comunidad Caribeña (CARICOM), que esta·
líderes que vieron en ella una vía de acceso al poder. Esta opinión enfatiza la impor- ba abierta a todos los paises de la Commonwealth que quisieran unírsele en el plazo
tancia de los modos de pensar de los pueblos del Caribe, isleños con un profundo sen- de un año. la participación de Jamaica, que había torpedeado la federación de 1958
timiento de pertenencia a su isla particular, pero con poco sentimiento de comunidad era vital. Esta nueva asociación, que venía a sustituir a esporádicas reuniones de jefe~
con las otras, situadas más allá de ese limitado horizonte (actitud alentada por el de gobierno, tenía una pequeña población pero que resultaba excesiva para sus esca-
hecho de que bajo el gobierno colonial, cada colonia había sido tratada por el Minis- sos recursos económicos: sus dos miembros mayores, Jamaica y Trinidad (cuyo eterno
terio de Colonias británico como una entidad diferenciada, en una serie de relacio- primer ministro, Eric Williams, murió en 1981), contaban sólo con medio millón de
nes bilaterales con Gran Bretaña). habitantes, pero la cuarta parte de la población en edad de trabajar estaba desemple-
Poco después de la constitución de la federación y antes de que sus beneficios eco- ada y el tém1ino medio de ingresos estaba por debajo de los 500 dólares al año.
nómicos hubieran tenido oportunidad de mostrar su efecto, el primer mini.stro de la más grande, con mucha diferencia, de las posesiones británicas era Jamaica. En
Jamaica, Norman Manley, fue desafiado por su rival, Alexander Bustamante, a celebrar 1961, los jamaicanos, a los que se pidió en un referéndum que eligieran entre la inde-
un referéndum en que se consultase a los jamaicanos si deseaban o no continuar en la pendencia y la federación de las Indias Occidentales, optaron por la independencia. Ésta
federación. El resultado fue una derrota por un estrecho margen para Manley y la fede- era la política defendida por el Partido laborista de Jamaica (JlP) dirigido por Alexan-
ración, a la que Ja.maica dejó de pertenecer en 1966. le siguió Trinidad y Tobago. der Bustamante y después sucesivamente por Donald Sangster, Hugh Shearer y Edward
Ambas se convirtieron en miembros independientes de la Commonwealth y de la Seaga. El Partido Nacional del Pueblo (PNP) de Norman Manley (que gobernó de 1957
OEA. las islas más pequeñas pasaron a ser miembros asociados de la Commonwealth, a 1962), partidario de la federación, dimitió y el JlP gobernó durante los diez años
con autogobiemo, excepto en lo concerniente a la política exterior y de defensa en las siguiente. Fue un período de reconstrucción poscolonial, desafortunada en gran parte. la
que Gran Bretaña conservó una parte de responsabilidad. Había seis de estos miembros base económica, tradicionalmente dependiente del azúcar, fue ensanchada para abarcar
asociados: Antigua y Barbuda, que abandonó su condición de Estado asociado para también al turismo, la bauxita y la industria, pero el cambio de la agricultura a la indus-
acceder a la independencia y ocupar un lugar en la ONU en 1981; Granada, que alcan- tria aumentó el desempleo entre la población trabajadora del 20 al 30% en un momen-
zó notoriedad internacional en 1983 (véase más adelante); Dominica; Santa lucía; to en que la habitual válvula de escape -la emigración a la Gran Bretaña- estaba casi
San Vicente; y St. Kitts-Nevis-Anguilla. Esta última resultó mal integrada y Anguilla cerrada. De ahí las presiones y los conflictos, sobre todo en la superpoblada Kingston, y
se rebeló contra el gobierno de St. Kitts. logró una separación de facto que Gran Bre- el descontento dirigido contra el esuiblishment económico: una pequeña oligarquía, el

.l\
·.11·
j taña, a pesar de su comprensión de las quejas de Anguilla, se negó al principio a admi- capital extranjero y -en el terreno comercial- las minorías libanesas, sirias y chinas. El
,~1 tir pero que acabó por aceptar en 1980, año en que Anguilla se convirtió formp.lmen- malestar desembocó en una violencia cercana a la guerra civil (los disturbios más graves
te en un Estado separado, asumiendo Gran Bretaña cierta responsabilidad en su tuvieron lugar en 1968) y el impotente gobierno del JlP perdió las elecciones de 1972.
defensa, asuntos exteriores y seguridad interna, y con derecho a intervención en la El PNP volvió a gobernar y continuó haciéndolo hasta finales de 1980. Manley, como
designación de los principales cargos públicos. Cuatro colonias británicas continuaron Castro, quiso romper el yugo económico de Washington y se rebeló también contra los
siéndolo: Montserrat, las Islas Vírgenes británicas, las Islas Turks y Caicos, y las Islas términos en que el FMI negociaba con los países pobres en vías de desarrollo, solicitan-
.J' Caimán, algunas de las cuales se convirtieron en refugios para banqueros evasores de do ayuda de la URSS y de la Europa del Este. Como resultado, se desprestigió en Occi-
\'
1: impuestos y sus equivalentes del Tercer Mundo en el negocio de las drogas. En el con- dente sin conseguir beneficios compensatorios por parte del este. En 1980, en unas elec-
¡I
tinente, la Honduras británica, que cambió su nombre por el de Belice en 1973, avan- ciones que costaron un mínimo de 500 vidas, triunfó el comparativamente derechista
¡: zó muy lentamente hacia la independencia bajo la amenaza de la reivindicación por JlP con un programa de recuperación nacional basado en los remedios capitalistas con-
11: parte de Guatemala sobre todo el territorio. En 1981, se convirtió en miembro inde- vencionales. El nuevo primer ministro, Edward Seaga, realizó una rápida visita a Was-
1'
1I' pendiente de la Commonwealth protegido por un pequeño ejército británico. hington y a otras capitales occidentales y cerró la Embajada cubana pero no fue capaz de
': i
·.1 ·
En 1968, se puso en marcha una empresa de cooperación nueva y más modesta
bajo el nombre de Carifta (Asociación Caribeña para el libre Comercio). Formaron
frenar la vertiginosa caída de las principales exportaciones de Jamaica (azúcar, plátanos

.Ji·¡rI¡
Ybauxita), ni de reducir una deuda externa que engullía la mitad de los beneficios obte-
parte de ella todos los estados y territorios de la Commonwealth excepto la Hondu- nidos de la exportación. Con la infraestructura económica al borde del colapso y unos
ras británica y las Bahamas. la primera se unió tres años más tarde y, como ya se ha pobres cada vez más pobres, Manley ganó las elecciones de 1989. Obtuvo nuevos prés-
dicho, en 1973 cambió su nombre por el de Belice. los miembros más débiles se que- tamos del FMI pero a cambio tuvo que comprometerse a recortar los subsidios estatales,
:! jaban de que Carifta beneficiaba más a los miembros más fuertes que a ellos. Todos a devaluar la moneda y a mantener la inflación por debajo del 9% anual. la subida de
estaban preocupados por la entrada británica en la CEE, puesto que tenían bajo el los precios, ocasionada por la primera parte de su programa, condujo a exigencias de fuer-
Acuerdo del Azúcar de la Commonwealth y otros similares un mercado seguro y pre- tes subidas salariales que ponían en peligro el control de la inflación y, por tanto, todo el
cios estables para su azúcar, fruta, ron y otros productos. Con la excepción del único conjunto. El declive económico, la creciente infladón, y el aumento de los impuestos
productor de petróleo, Trinidad y Tobago, se vieron duramente afectados por el alza menoscabaron la posición de Manley, que cedió el puesto a P. J. Patterson, quien prácti-
de los precios del crudo en los años setenta, que agravó el desempleo endémico y el camente eliminó a la oposición en las elecciones de 1993.

732 733
Durante la generación posterior a la independencia, además de estar situada en el Cuba de una brigada rusa, reforzó su generosidad así como el sentimiento de que el Cari-
otro lado del Caribe, Trinidad y Tobago presentaba un gran contraste con Jamaica en be estaba convirtiéndose una vez más en un foco de atención de la política mundial,
estilos y fortuna. Sus dos comunidades principales, originarias de África y las Indias como había ocurrido en la época de la crisis de los misiles cubanos en 1962. La elección
Orientales, coexistían sin presentar conflictos serios. Mantenía una política de prés- de Reagan añadió un toque de diplomacia del cañón a la hasta entonces predominante
':1 tamos a sus vecinos, y obtenía a su vez préstamos del Banco Mundial. Pero después de diplomacia del dólar, cuya proeza más notable fue la invasión de Granada en 1983.
1980, los altos tipos de interés y la disminución de los ingresos derivados del petróleo Bishop había comenzado su mandato con una apertura hacia Estados Unidos, pero
hicieron mella en su prosperidad y en su estabilidad. Mientras tanto, había perdido su fue desairado en Washington y sus planes de desarrollo fueron bloqueados por el voto
categoría de país en vías de desarrollo, al tiempo que los intentos de diversificar su de Estados Unidos en las instituciones financieras internacionales. Obtuvo, no obstan-
economía y reducir su dependencia del petróleo y el azúcar chocaban contra el pro- te, una mención favorable del Banco Mundial en 1982 para sus proyectos agrarios y de
teccionismo de Estados Unidos y la Comunidad Europea. Con la caída del precio de extensión de los servicios públicos, y liberó en el mismo año a algunos de los prisione-
sus exportaciones aumentó el desempleo; una serie de devaluaciones produjo la subi- ros políticos que había encarcelado a su llegada al poder. Su partido, el JEWEL, era una
da de precios, la congelación de los salarios, y el aumento de la delincuencia y el amalgama de dos sectores aproximadamente iguales, uno liderado por él mismo y otro
desorden. En estas circunstancias, el gobierno del Movimiento Nacional Popular por Bernard y Janet Coard, que eran considerados más cercanos en temperamento e
llegó a su fin en 1986, cuando la Alianza Nacional para la Reconstrucción, dirigida ideología a Castro (o incluso, a los ojos de sus enemigos, a Poi Pot). En 1983, estos dos
por Robbie Robinson (de origen africano), obtuvo una clara victoria. El nuevo gnipos se habían hecho abiertamente hostiles y sus componentes se asesinaban entre sí.
gobierno asumió las recomendaciones del FMI. Bishop era atacado desde dos flancos: sus colegas más izquierdistas por un lado, y por
Con la excepción de Jamaica y tal vez de Trinidad, los diversos nuevos estados del otro Estados Unidos, que había decidido derrocarle y hacía uso de una propaganda des-
Caribe tenían electorados con características del siglo XVIII para unas constituciones caradamente exagerada contra él. Fue asesinado por la fraccción Coard. Un ejército
propias del siglo XX. Consecuentemente, las elecciones se manejaban fácilmente con estadounidense desembarcó en la isla y destruyó a los Coards y a sus partidarios, usan-
amenazas y promesas (promesas de abolir los impuestos, por ejemplo): Estas circuns- do de las más variadas excusas para justificar la operación: que el aeropuerto que estaba
tancias no eran apropiadas para gobiernos buenos y estables. Ello privaba también a los siendo construido por contratistas británicos no estaba como se decía, destinado a
resultados electorales de mucho significado, de modo que las generalizaciones acerca impulsar el turismo, sino para servir a los propósitos de Castro y sus aliados; que las vidas
de las tendencias hacia la izquierda o hacia la derecha eran extraordinariamente erró- de un grupo de investigadores estadounidenses en Granada corrían peligro; y que había
neas y engañosas. La pobreza de tantas de estas islas, sumada al mensaje y a las intro- ya en la isla un importante contingente militar cubano. Washington se aseguró la apro-
misiones de Castro, favoreció a los partidos con programas radicales. Sin embargo, en bación de sus actos por los gobiernos vecinos del Caribe, y pudo alegar la indudable
los lugares donde podría trazarse una distinción válida entre derecha e izquierda, hubo satisfacción de la mayoría de los ciudadanos de Granada ante su llegada, pero la mayor
en los años setenta una tendencia a elegir a los partidos más derechistas. En Antigua, parte de los gobiernos de la Commonwealth, incluyendo el británico, se sintieron
por ejemplo, el Partido Laborista de Vere Bird recobró en 1976 el poder que había per- molestos por lo que consideraban que era un acto ilegal y políticamente innecesario.
dido en 1971 frente a un rival más radical; pero su regreso fue facilitado por su prome· Washington salió con bien de él porque la operación fue breve, bien recibida por los
sa de abolir el impuesto sobre la renta y por la extremada comipción de su predecesor. habitantes de Granada y en consonancia con los predominantes sentimientos
En el mismo año, en Barbados, el Partido Laborista de .J. M. G. Adams derrotó al más antiizquierdistas. Se creó un nuevo partido bajo la dirección de Herbert Blaize, que
izquierdista partido de Erro! Barrow, y en Trinidad y Tobago, el relativamente conser- logró en 1984 todos los escaños excepto uno. Blaize murió en 1989, y en las elecciones
vador Eric Williams, que gobernaba desde 1956, ganó unas nuevas elecciones. En celebradas unos meses más tarde el Congreso Nacional Democrático no consiguió, por
1979, San Vicente y Se. Kitss-Nevis dieron también un giro a la derecha, y quizá hizo un escaño, la mayoría de los quince miembros del Parlamento. Lo que quedaba del par·
lo mismo Dominica, donde el gobierno de Patrick John se vio obligado a dimitir tras tido de Bishop no alcanzó ningún escaño (y sólo obtuvo el 2% de los votos). Nicholas
:j las revelaciones relativas a unas peculiares transacciones con Sudáfrica. Muchos de Braithwite se convirtió en primer ministro. Participó en unas irregulares conversacio-
¡!
estos pequeños estados se veían forzados a buscar fuentes de recursos poco ortodoxas, nes sobre el establecimiento de una federación de las Islas de Barlovento.
1
pero el proyecto de Patrick John de alquilar parte de su isla al gobierno de Sudáfrica La independencia de Haití se consiguió mediante revueltas de esclavos contra la
¡' . era demasiado excéntrico y sorprendente para ser aceptado. Francia revolucionaria y napoleónica, tras haber sido colonia francesa desde 1697. Los
11- 1 La contraria tendencia izquierdista, respaldada por la ayuda y la inspiración de Cas- gobernantes franceses establecieron un ejemplo de comportamiento atroz, continuado
1 r "'~
'!. 1 tro, tuvo cierto éxito en Granada, donde el Partido Laborista Unido de Eric Gairy, ree- por sus pupilos y sucesores. Hasta 1843, la isla de La Española comprendía un solo país,
i
legido en 1976, no pudo hacer frente a las angustias económicas de la isla ni mantener pero en ese año se dividió entre Haití y la República Dominicana. Haití estuvo ocupa·
una apariencia de gobierno honrado. Fue destituido por la fuerza por Maurice Bishop, un do por Estados Unidos entre 1915 y 1934. La sociedad y la política giraban en torno a
admirador de Castro. Otros partidos caribeños afines al castrismo permanecían en sus una mayoría negra y una minoría mulata que, después de asociarse un tiempo contra el
puestos, sus posibilidades todavía latentes, pero su presencia era lo suficientemente sig· dominio francés, se enfrentaron salvajemente. Los dictadores fueron habituales pero no
nificativa como para inducir a Washington a cuadruplicar su ayuda financiera a la región siempre, o no enteramente, sanguinarios. Las principales características del gobierno
entre 1975 y 1980. La alarma provocada en este último año por la supuesta llegada a del coronel Paul Magloire (1950-1956) fueron la extravagancia, la jovialidad y la

734 735
1:¡
corrupción. Su puesto fue ocupado por Fran\:ois Duvalier (Papa Doc) que había per- des, este intento por parte de un país de cambiar por la fuerza el gobierno de otro país
1:
manecido oculto durante el gobierno de Magloire, pero ganó las elecciones de 1957 y constituía un quebrantamiento de la Carta de las Naciones Unidas, aun cuando Clin·
sobrevivió, en primer lugar, siendo mejor conspirador que sus rivales y, en segundo ton había obtenido la ayuda de otros veinte miembros de la ONU para llevar a cabo
lugar, reclutando (principalmente de los barrios bajos), uniformando y equipando un la invasión. Incluso si la barbarie aportara argumentos para la intervención interna-
1 '/ ejército paralelo, los temibles Tonton Macoute. Consiguió el apoyo del ejército y de la cional (ver capítulo 4) ese derecho sería completamente cuestionable en el caso de
¡¡,'· Iglesia, obteniendo del Vaticano un Concordato (1966) que ponía en sus manos la que la defensa de los derechos humanos sólo se pudiera llevar a cabo mediante el
li elección de los obispos. También tenía el apoyo de Estados Unidos, hasta que Was- derrocamiento del gobierno de un país soberano. El wilsoniano propósito de Clinton,
¡¡. hington permitió que sus enemigos refugiados en Florida llevaran a cabo una invasión situar la democracia en el centro de su política exterior, era un propósito basado en
¡i
que resultó absurdamente incapaz. Tras este fracaso rotundo, Washington volvió a la moral, pero no claramente apoyado por el derecho.
ji Duvalier. Su gobierno fue cada vez más brutal, despiadado y demencial. Murió en 1971 En la otra mitad de La Española, la República Dominicana, gobernada por Rafael
¡l.,1, y le sucedió su hijo Jean-Claude (Baby Doc). Mientras que Papa Doc había sido el líder 1iujillo durante más de treinta años, hasta que fue asesinado, en 1962, fue dominada
durante los siguientes treinta años por su heredero político, Joaquín Balaguer, un polí-
¡ de una camarilla negra de clase media que secuestró el Estado, tratándolo como una
tico sagaz y comparativamente discreto que consiguió en la década de 1990 dominar
:¡¡,·. propiedad privada, al tiempo que exaltaba la negritud, la religión budú y las ideas más
drásticas del fascismo europeo, Baby Doc buscó la amistad de los mulatos ricos. Era la inflación y aumentar la producción total, pero no reducir el desempleo (que afec-
taba aproximadamente a la cuarta parte de la población activa), mejorar la vida de la
li¡ menos inteligente que su padre y quizá menos despiadado, pero fue expulsado en 1986,
mitad más pobre de la población, o compensar la balanza comercial del país. A Bala-

~
después de abusar de la indulgencia de la Iglesia católica, los profesionales liberales y
los jóvenes (a los que aquí, como en muchos países, se denominaba normalmente estu- guer se opuso persistentemente Juan Bosch, que ganó las primeras elecciones cele-
1 bradas tras la muerte de Trujillo, pero fue depuesto por el ejército pocos meses más
: ~;:. diantes). El régimen de Duvalier fue seguido de inestabilidad, dos elecciones, en 1987
y 1990, echadas a perder por la violencia, y la expulsión, en 1990, de otro hombre fuer- tarde. La intervención de Estados Unidos puso fin a un brote de guerra civil y marcó
te: Prosper Avril. Las terceras elecciones dieron una clara victoria al sacerdote Jean- el comienzo de los seis mandatos de Balaguer. Cuando ambos rivales eran ya octoge-
Bertrand Aristide, tras una campaña en la que prometió mejor vida para las clases opri- narios, entró en las listas políticas un tercer hombre, José Francisco Gómez, quien, a
midas y el electorado se permitió esperar que le dejarían hacerlo. Aristide era un pesar de la desventaja que suponía ser negro y haber nacido en Haití, relegó a Bosch
valiente sacerdote de izquierdas que denunció a la jerarquía eclesiástica al igual que a al tercer puesto en las elecciones de 1994, y evidentemente venció a Balaguer, aun·
1 los Duvalier. Estados Unidos lo aprobaba, y le concedió cierta ayuda en recompensa por que los encargados de realizar el escrutinio decretaron lo contrario.
1
la democracia; pero no estabande acuerdo con su tendencia de izquierdas. Al año En el extremo norte del Caribe, al nordeste de Cuba y al sudeste de Florida, la
siguiente fue depuesto y estuvo a punto de ser asesinado, tras lo cual se vio ob.ligado a Commonwealth de las Bahamas, miembro independiente de la Commonwealth desde
huir. Los jefes de policía y el ejército tomaron el control (los generales Raoul Cédras y 1973, floreció como principal auxiliar de la parte más sórdida de las finanzas interna-
Philip Biamfy, y el coronel Joseph Frarn;ois) y los Tonton Macoute reaparecieron bajo cionales y del tráfico de drogas. Sir Lynden Pindling, ministro principal entre 1967-
la denominación de attachés. Mediante el Acuerdo de Washington de 1992, Estados 1973 y primer ministro desde 1973 a 1992, subió al poder como el paladín de la mayo-
Unidos se comprometió a reinstaurar a Aristide si él aceptaba un bloqueo militar, a lo ría negra contra la elite mercantil blanca (los Bay Street Boys, o Chicos de Bay
que accedió sin entusiasmo. Por el Acuerdo de Gobierno de la Isla, Clinton apoyó la Street). Sus mandatos se vieron periódicamente asaltados por escándalos, particular-
política de sus predecesores al tiempo que intentaba persuadir al triunvirato militar de mente en 1984 (al que consiguió sobrevivir), y en 1987, cuando se sintió obligado a
que permitiera el regreso de Aristide, sin suprimir realmente el gobierno militar, para convocar elecciones que ganó el Partido Liberal Progresista al cabo de una confusa y
evitar la invasión. Esta maniobra fracasó y la marea de refugiados haitianos hizo que agresiva campaña que, sin embargo, fue calificada de suficientemente limpia por los
Clinton se decidiera. Consiguió la imposición de sanciones por parte de la ONU y el observadores de Estados Unidos. El opositor Movimiento Nacional Libre, acusado de
permiso para emplear todas las medidas necesarias para restaurar la democracia, y envió ser igualmente corrupto y además elitista, consiguió ganarle varios escafios al PLP,
una fuerza naval para invadir la isla. En un intento por evitar el empleo de la violen- pero, aun así, Pindling obtuvo 31. de los 49 escaños. Las Bahamas era probablemente
cia, Clinton envió al ex presidente Jimmy Cartera negociar un desembarco sin resis- el único país del mundo en el que la mitad de los parlamentarios eran millonarios.
tencia, lo cual consiguió, pero a costa de retirar la exigencia de que el triunvirato aban-
donara Haití, de prometerles amnistía, y de permitirles mantener el poder durante un
mes. Pero tras un breve período de suspenso, Aristide pudo regresar al poder, restaura- NOTAS
do por Estados Unidos, donde se esperaba que pronto fuera sustituido por una figura
GUYANA Y SURINAM
menos radical que resultara más del agrado de Washington. Pero cuando el mandato de
Aristide expiró en 1995, le sucedió (dado que él no podía presentarse a dos mandatos
consecutivos) René Prevál, cuyas tendencias resultaban incluso más sospechosas. Guyana, antes Guayana británica, es un país birracial dividido en dos parte casi iguales en el
que los descendientes de los indios importados por los británicos (tras la abolición de la esclavitud
El objetivo explícito de Clinton en Haití era restaurar la democracia. Aunque
en 1838) superan ligeramente a los africanos, en tanto que una pequeña minoría católica de origen
fuera loable en sí y aunque probablemente consiguiera detener inhumanas atrocida-

736 737
APÉNDICE: RELACIÓN DE MISIONES
europeo puede, en esas circunstancias, resultar electoralmente importante. Los indios son predomi··
nantemente rurales, los africanos urbanos. En la posguerra, los líderes de esos dos grupos estaban al DE LAS NACIONES UNIDAS (MAPA 4.1)
principio divididos más por su temperamento que por su política. El líder indio, Cheddi Jagan, un
liberal rooseveltiano, con una esposa estadounidense socialista, unió sus fuerzas a las de Forbes
Burnham, un sagaz político de ascendencia africana. Ambos se desplazaron hacia la izquierda, pero GANUPT: Grupo de Asistencia de las Naciones Unidas para el Período de Transi-
el primero lo hizo más deprisa que el segundo. Mientras Jagan se dejó llevar por los conflictos hacia ción-Namibia. .
actitudes más extremas, Burnham ejerció un mayor autocontrol y subordinó con éxito la expresión MINURSO: Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara.
de sus opiniones a la conquista del poder. Se convirtieron así en líderes de partidos opuestos, sepa· ONOMOZ: Operación de las Naciones Unidas en Mozambique.
radas al principio por consideraciones tácticas, pero su confrontación fue adquiriendo, cada vez más, ONUC: Fuerza de Naciones Unidas del Congo.
matices raciales. En 1961, Jagan ganó unas elecciones, pero su radicalismo, y muy especialmente sus ONUCA: Grupo de Observadores de Naciones Unidas en América Central.
proyectos para sindicar a los trabajadores alarmaron a los colonos europeos, mientras que los inte· ONUSAL: Misión de Observadores de Naciones Unidas del Salvador.
reses estadounidenses en el país lo presentaron como un peligroso comunista. Estas actitudes pro··
UNAMIC: Misión Preliminar de Naciones Unidas de Camboya.
vacadas por la política de Jagan en la colonia se agudizaron a causa de una serie de disturbios -para
sofocar los cuales fue necesario enviar tropas británicas- y también a causa de la inclinación de
lJNAMIR: Misión de Ayuda de Naciones Unidas para Ruanda.
Jagan hacia la Cuba de Castro, inclinación en parte temperamental pero en parte también econó· UNAVEM: Misión de Verificación de Naciones Unidas en Angola. . .
mica: Cuba era tino de los principales mercados de Guyana para sus excedentes de arroz y este mer·
UNBOG: Grupo de Observación de Naciones Unidas en la Frontera Ta1land1a/Cam-
cado se había cerrado tras la revolución de Castro. boya. .
Con la independencia en perspectiva, Estados Unidos y en cierta medida Gran Bretarla desea• UNCI: Comisión de Naciones Unidas para Indonesia.
ban asegurar la victoria de Burnham sobre Jagan. Burnham se atrajo a la pequeña minoría católica UNCIP: Comisión de Naciones Unidas para India y Pakistán.
y ganó las elecciones de 1964 después de que los británicos hubiesen alterado oportunamente la UNCOK: Comisión de Naciones Unidas sobre Corea.
Constitución introduciendo la representación proporcional. ('..,Q~ un sistema may¿ritario, Jagan UNDOF: Fuerza de Vigilancia e Interposición de Naciones Unidas en los Altos del
hubiera podido vencer y probablemente hubiera vencido; con el sistema de representación propor·
Golán.
cional no pudo. Estas elecciones fueron seguidas en 1966 por la independencia, en virtud de la cual UNEF: Fuerza de Emergencia de Naciones Unidas en Oriente Medio. .
la Guáyana británica se convirtió en Guyana y entró a formar parte de la ONU pero no de la OEA, lJNFICYP: Fuerza de Naciones Unidas para el Mantenimiento de la P~ ~n Chip.re.,
debido a un litigio fronterizo con Venezuela. En los años siguientes, el victorioso Burnham, comen·
UNGOMAP: Misión de Naciones Unidas de Buenos Oficios en Afgamstan y Pak1stan.
zó a desplazarse hacia la izquierda, impulsado fundamentalmente por el desempleo que afectaba a
los trabajadores urbanos de origen africano y también por imperativos ideológicos contrarios a los
UNIFIL: Fuerza de Interposición de Naciones Unidas en el Líbano.
estadounidenses y a los colonos. El eterno rival de Bumham, Cheddi Jagan, y su Partido Progresis·
UNIIMOG: Grupo de Observadores Militares de Naciones Unidas lrán/lrak.
ta del Pueblo, sufrieron una serie de derrotas demasiado aplastantes para resultar creíbles, yel otro UNIKOM: Misión de Observadores de Naciones Unidas lrak/Kuwait.
partido de la oposición, la Alianza del Pueblo Trabajador, se retiró de las elecciones de 1980 tras el UNIPOM: Misión de Observación lndia/Pakistán-Kashmir.
asesinato de su líder. Una nueva Constitución estableció en 1978 una forma de gobierno presiden· UNITAF: Fuerza de Acción Unificada de Naciones Unidas en Somalia.
cialista. Bumham falleció repentinamente en 1985. Su sucesor, Desmond Hoyte, mantuvo la posi· UNMIH: Misión de Naciones Unidas en Haití. . . ,
ción dominante del partido de Burnham, el Congreso Nacional del Pueblo, objeto no obstante de UNMOGIP: Grupo de Observación Militar de Naciones Unidas en India-Pak1stan
acusaciones cada vez más duras de prácticas electorales viciosas. Los ingresos derivados del azúcar y
Kashmir.
la bauxita disminuyeron, la moneda fue devaluada, los alimentos y la energía eléctrica comenzaron lJNOGIL: Grupo de Observadores de Naciones Unidas en el Líbano.
a escasear y se recortaron los salarios. Hoyte se vio obligado a posponer las elecciones más de una
UNOMIL: Fuerza de Control de Naciones Unidas en Liberia.
vez, porque era imposible garantizar los procedimientos adecuados.
UNOMUR: Misión de Observadores de Naciones Unidas en Uganda/Ruanda.
Al este de Guyana, Surinam alcanzó la independencia de los Países Bajos en 1975. Desde 1980
a 1988 estuvo sometido a un régimen militar, renovado en 1990 tras un golpe condenado por los UNOSOM: Operación de Naciones Unidas en Somalia. .
demás países del Caribe y de Sudamérica. Unos años después, las elecciones supervisadas interna· UNPREDEP: Fuerza de Desarrollo y Prevención de Naciones Unidas-Macedonia.
cionalmente dieron el poder al coronel Desi Boutresse y a sus aliados civiles; y en las elecciones pre·· UNPROFOR: Fuerza de Protección de Naciones Unidas Croacia/Bosnia.
sidenciales su candidato, Ronald Venetiaan, obtuvo la victoria con promesas de reducir el ejército en UNSCOB: Comité Especial de Naciones Unidas en los Balcanes.
dos terceras partes. Concedió la amnistía a varios grupos de la oposición a cambio de que entregaran UNSCOP: Comité Especial de Naciones Unidas para Palestina.
las armas. Boutresse dimitió de su puesto de comandante en jefe en 1992. La Guyana Francesa con· UNTAC: Autoridad Transitoria de las Naciones Unidas en Camboya.
tinuó siendo un departamento de Francia. A 1.500 kilómetros de Surinam, a las Antillas Holande·· UNTEA: Autoridad Ejecutiva Temporal de Naciones Unidas-West lrian. .
sas y a Aruba se les prometió, mediante acuerdo firmado en 1986, la independencia para 1996. UNTSO: Organización de Naciones Unidas para la Supervisión de la Tregua-Palestma.
UNYOM: Misión de Observación de Naciones Unidas en Yemen.

739
738
Ir
!•11"··
·I'·
!fl1 Índice analítico
\l

\,
1

' '

·. l'
'i ABAK0,552 129, 161, 273, 387-389, Akihito, emperador, 129
Abasha, Sani, 546 423, 436, 450-452, 485, Akuffo, F. W. K., 536
Abbas, Abu, 372 487-489, 494, 657 Alaska, 81, 102, 543, 671, 681
Abbas, Ferhat, 510, 512-513 África, 5, 8, 16, 50, 56, 116- albaneses, 122, 288-289, 300-
Abbud, Ibrahim, 568 117, 122-123, 146, 155- 302
Abd, al-liaba, 132, 566 158, 160, 162-165, 167, Albania, 56, 122, 139, 246,
Abdallah, Ahmed, 661 172, 177, 194, 207, 213, 253, 257-259, 268, 284,
Abdul Aziz ibn Saud, rey de 248, 282, 319, 338, 379, 288, 290, 300-302
Arabia Saudí, 344, 403-405, 405, 408, 413-414, 420, Alessandri, Jorge, 700
415, 420, 475-476, 490, 503, 505-507, 509, 512, Alexander, general, 556
584-585 516, 519, 522-523, 526- Alexandrov, Chudomir, 2 79
Abdullah de Jordania, 325 532, 534-535, 537-539, Alfonsín, Raúl, 699
Abdullah, jeque, 431, 440-441 545-548, 550-551, 555, Alia, Ramiz, 302
Abiola, Moshood, 546 558, 560, 562, 564, 570- Aliyev, Geidar, 78
Abu Dhabi, 415 574, 576-578, 580-581, Almirante, Giorgio, 234
Acera, conferencia de, 552 583, 586-588, 592, 594, Alport, Lord, 600
Acuerdo General sobre Aran- 597. 600-602, 605-607, Alto Volea, 165-166, 520,
celes y Comercio (GATf), 611, 615, 619, 621-625, 528-529, 538
168, 222 627, 632, 634, 636, 642- Alleg, Henri, 512
Acuerdos de Bicesse, 60B 659, 661, 672, 675, 692, Allende, Salvador, 700
Acheampong, 536 729-730, 734 Ama!, 370-371
Acheson, Dean, 109, 313 África ecuatorial, 589 América, 9-10, 17, 56-57, 94,
Achille Lauro, 145, 372, 420 afrikáners, 613-614, 625, 631, 123, 523, 526, 652, 655,
Adamec, 278 636 667, 669, 675, 679, 681·
Adams, Gerry, 307 Afworki, lssayas, 576 682, 685, 689-690, 692,
Adams, J. M. G., 734 Agencia Internacional de Ener- 694, 697, 701, 708, 710-
Adenauer, Konrad, 28-29, 201 gía Atómica, 389, 493 711, 713-714, 719-720,
Adoula, Cyrill, 552 Ahidjo, Ahmadu, 539 724, 726-730
Advani, Lal Krishna, 448 Ahmed, imán, 408 América Central, 56-57, 681-
Afganistán, 35, 42, 53-54, 66- Aidid, Mohamed Farah, 574 682, 694, 708, 714, 719-720
67, 80, 82, 102, 116, 120, Aidit, K. N., 479 Amin, Hafizullah, 487

741
Bymes, James E, 31 Castillo, Ramón, 694 Commonwealth, 57, 87, 157, Consejo de Ministros (CE), 8 Cosic, Dimitri, 292
Castro, Fidel, 40, 608, 652, 164, 17.3, 180-181, 184, Chile, 689, 700, 702, 707, 713
Cabinda, 609 Consejo de Reconciliación Costa Rica, 716, 719-721 Chiluba, 598
Cabra!, Am[lcar, 520, 530 724, 726 207-208, 213-215, 217-218, Nacional en Vietnam, 466 Craig, William, 304
Catroux, general, 510 231, 303, 312, 339, 412, China, 5-6, 9-10, 16, 34, 46-
Cabra!, Luis, 520, 530 C'.onsejo de Seguridad (NU), Craxi, Bettino, 23.3 47, 49-50, 54, 87-93, 98-99,
Caldera, Rafael, 70.3 Cattani, comité, 222 428-429, 475, 478, 526- 291, 295 Cresson, Edith, 204 102-109, 111-133, 137, 140,
Calfa, Mariam, 278 Cáucaso, 75, 82, 278 527, 535, 539, 544, 546, Consejo del Caspio, 494 Cripps Stafford, 424 153, 155, 161-163, 166-169,
Callagham, James, 221 caudiUo, 688 579-580, 586, 591, 596, Consejo Europeo, 228 crisis del petróleo, 232, 475 181, 259-260, 263, 281, 302,
Callejas, Leonardo, 719 CEAO (Communauté de l'Afri·· 599, 604, 614, 619-621, Constantino, rey de Grecia, Cristiani; Alfredo, 718 343-344, 351, 362, 396-397,
i Camboya, 95, 153, 167, 4.39, que de l'Ouest), 547 634, 638, 643, 662-663, 240, 246, .312
¡t; Croacia, 152, 276, 286, 289- 401, 411-412, 414, 42.3, 428-
453, 455-456, 458-460, Ceaucescu, Nicolae, 263, 280 669, 671, 732-733, 735, 737 Cante, Lansana, 529 294, 296-299 429, 4.34-44.3, 445, 447-449,
466-467,469,473, 480 CEEAC (Communauté Econo• Coni.ores, 547, 652, 661-662 «contra», 63·64 croatas, 152-153, 288-294, 451, 453, 456-461, 467-468,
Cameroun, 643, 658 mique des États de l'Afrique compañía británica del África Convención de Montreal, 521 297-299 471, 47.3-476, 478-481, 484,
Camerún, 141, 164, 520-521, Centrale), 54 7 oriental, 577 C'..onvención de Montreux, 54, Cross, James, 673 487, 492.495; 499-500, 5.35,
527, 539.540, 546 Ceilán, 160-161, 165, 167, Compañía Universal Marí· 331 Cuba, 33-34, 40·41, 49, 54, 556,560,572,584,627,643,
camerunes británicos, 530 412, 436, 439, 494-495 tima del Canal de Suez, 336 Convención para la Protección 104, 196, .397, 459, 584, 647-648, 653, 656-659, 662,
Camp David, acuerdos, 66, CENTO (Organización del Compaore, Blaise, 539 de las Minorfas Nacionales, 608, 650, 652-654, 669, 672, 706, 727
372, 375 Tratado Central), 343 Comunidad de Estados lnde· 279 673, 681-683, 686, 688, Chipre, 65, 138, 140, 152,
Campbell, Kim, 673 Cerezo, Vinicio, 716 pendientes (CEI), 76 Convención para la Regula· 691, 704, 711, 719-720, 163, 226, 231, 239-240,
Cámpora, Hécror, 696 César, Julio, 231, 704, 716 comunismo, 5-6, 15·16, 24·25, ción de las Actividades Mi· 724, 726-731, 7.35, 7.37-738 242-244, 295, 309-315, 319,
Canadá, 60, 66-67, 89-90, Céspedes, Manuel, 724 37, 72, 84, 89, 95, 99, 106, neras, 184 Cuerno de África, 408, 570- 338, 343, 372, 411, 420,
133, 190, 231, 275, 302, CFE (Fuerzas Convencionales 113, 115, 122, 125, 130, Convención para los Recursos 572, 651-652 442,463
339, 628, 669, 671-674, Europeas), 60, 62 132, 135, 157, 159, 161 • Marinos Vivos, 184 Curzon, Lord, 87, 423 Chirac, Jacques, 50, 205
680-681,684,690, 710, 713 Cicerón, 551 162, 197, 232-233, 240, Convención sobre Armas Quf· Cyrankiewicz, Josef, 254 Chirau, Jeremiah, 603
Canri.ing, Lord, 577 Ciller Tansu, 238 253-254, 256-257, 266, 268, micas, 62 Chaban·Delmas, Jacques, 204 Chissano, Joaquim, 610
capitalismo, 25, 37, 68, 72·73, Claes, Willy, 68 276, 281, 310, 342, 456· Convenios sobre derechos civi· Chad, 518-521, 527, 529, 538, Choi Kyu Hwa, 491
87, 94-95, 130, 132, 157, Clayron·Bulwer, tratado, 682 458, 461, 467, 473, 500, les y polfticos, y sobre dere· 569 Choonhaven, Chatichai, 481
208, 238, 257, 279, 514, Clementis, Vladimir, 258 516, 617, 642, 655, 658, chas económicos, sociales y Challe, general, 512 Chrétien, Jean, 673
583, 6.36 Clinton, Bill, 71 669, 679, 684-686, 708, culturales, 153 Chamorro, Violeta, 721-722 Chubanov, Yuri, 79
Cárdenas, Lázaro, 710 Coard, Bemard, 735 715, 721-722, 726, 729 Córcega, 511 Chamoun, Camille, 343 Churchill, Winston, 212
Cardoso, Femando, 693 Coard, Janet, 7.35 CONAKAT, 553 Cordier, Andrew, 554 Chang Hsuehliang, general, d'Abuisson, Roberc, 718
Caribe, 55, 163-164, 173, 180, Cochinchina, 453, 464 Conferencia de Bandung, 121, Corea, 16, 26, 30-31, 34, 50, 99 Daddah, Ould, 516
207, 526, 528, 653, 681, Cohen, Andrew, 578 16i,331,478,647,657 87-88, 90, 9.3, 102-103, Chang-chun, ferrocarril, 107 Dahomey, 165, 527, 529, 538,
694, 704, 724, 729, 731- Colombia, 324, 677, 682, 684· Conferencia de El Cairo, 343 106-109, 112-113, 115, Chapultepec, Tratado de, 710 541
732, 734·735, 737-7.38 685, 687-688, 702, 704· conferencia en las cataratas 119-120, 123-124, 128, Charlottestown, Acuerdo de, Dalai Lamas, 435
CARICOM (C,omunidad Cari· 705, 720, 722 Viccoria, 591 137-140, 157, 159, 161, 67.3 Damara, 623
beña}, 733 colonialismo, 156, 158-159, Conferencia Islámica, 404, 172, 179, 191-192, 206, C\uicila, masacre de, 368 Danquah, J. B., 526
Carifta (Asociación Caribeña 166, 526,547,570 489,651 300, 330-331, 334, 408, Checoslovaquia, 43, 58, 75, d'Arboussier, Gabriel, 643
para el libre Comercio), 732 Colosio, Luis Donaldo, 713 Conferencia sobre Seguridad y 429, 435, 443, 455, 457. 119, 202, 233, 252-254, D'Arcy, W. K., 384
Cameiro, Francisco Sá, 249 Collar de Mello, Ferdinando, Cooperación en Europa 458, 461, 491-493, 537, 256,258-260,262-268,270, D'Arcy, W. K., 382
Carrera de armamentos, 42, 693 (CSCE), 60, 62, 66-68, 292 669,678,685 . 272-273, 275, 277-279, 283, Dar·es-Salaam, conferencia,
49-50, 53-54, 62-63, 377, Comecon, 259, 263, 265, 268· Congo, 55, 138, 140-141, Corea del Norte, 50, 108, 119, 289,.388,461, 728 564,584
627 269,467 163-166, 168, 506, 527, 491-493 Checoslovaquia, 4.3, 58, 75, darode, 574
Carrillo, Santiago, 233 Cominform, 257 529, 535, 550-557, 559·562, Corea del Sur, 50, 90, 93, 108- 119, 202, 233, 252-254, Daud Khan, Muhammad, 487
Carrington, Lord, 291, 604· Comintem, 253 566, 592, 606-607, 645, 652 109, 113,491-493,537 256, 258-260, 262-268, 270, Davis, Jóhn, 696
Carter, Jimmy, 53, 736 Comisión Bledisloe, 591 Congo-Brazzaville, 530, 540, Corte Internacional de Jus- 272-273, 275, 277-279, 283, Dayal, Rayeshwar, ~54
Cary, Lucius, 696 Comité de Cooperación Eco- 550,562,658 ticia, 6.3, 65, 115, 154, 167, 289,388,461, 728 Dayan,Moshe,360
Casablanca (grupo}, 165, 346, nómica Europea (CCEE), Congreso Panafricanista, 615, 170, 212, 215, 237, 243, Chechenia, 82-83 De Brazza, 527
506,509 190 634 296, 304, 313, 383, 481, Chemenko, Konstantin, 7Z De Gaulle, Charles, 28, 4 7, 64,
Castelo Branca, Humberto, Comité Fouchet, 222 Connaly, John, 397 492, 510, 515, 521, 616- Chemobyl, accidente, 13 194-198,200-202,204,217-
691 Comité para la Observancia Consejo de la Entente, 165, 617, 62.3, 677, 679, 689, Chichester Cla~k, James, 304 223, 348, 510-513, 529,
Castillo Armas, Carlos, 715 de la Paz, 13 7 529 694, 697, 111, no Chikerema, Robert, 594 552,643,648,672, 711

744 745
Amin, ldi, 586 Arias Madrid, Amulfo, 722 Azerbaiján, 78, 331, 379, 417 Barrientos, René, 709 Bidault, Georges, 27, 158, 458 Bretton Woods, conferencia,
Amnistía lntemacional, 153 Arias, Óscar, 721 Azhari, lsmail al-, 564, 566- Barrow, Eric , 734 Bielorrusia, 20, 75, 78 154, 168, 170
Andropov, Yuri, 72 Aristide, Jean-Bertrand, 736 568 Barsandyi, Mahmud, 417 Bierut, Boleslaw, 36, 254 Bretton Woods, sistema, 69,
Angola, 5, 53, 153, 469, 505, armas nucleares, 6-7, 10, 16, Azikiwe, Namdi, 541 Barsandyi, Mahmud, 417 Biko, Steve, 636 171
523, 550, 562-563, 597, 23,30,32,40,42-45,47-53, Babangida, Ibrahim, 545 Baruch, Bernard, 23, 25, 42-43 Bildt, Karl, 291 Breznev, Leónidas, 52-53, 55,
601-602,605-609,626,628- 55, 57, 59-63, 77, 89, 95, Babu, Muhammad, 584 Barzani, Mustafá, 417 Binaisa, Godfrey, 586 60, 67, 72, 74, 79, 119, 203,
630, 633, 650-652, 654-655 103, 116-117, 121-122, Backfire, bombardeos, 58 Bashir, Ornar el-, 367-368 Bindranwale, Sant, 446 233, 263, 265, 267-268,
Anguilla, 732 156, 178, 181, 184, 191, Badinter, Robert, 292 Basutolandia, 611, 621, 625 Bird, Vere, 734 270-271, 273, 356, 385,
Ankole, 578 196, 199, 213, 219, 389, Badr, Muhammad al, 221 Batista, Fulgencio, 724 Birendra, rey de Nepal, 438 643,647,657
Ankrah, general, 643 449,451,465,493,630 Bagdad, Pacto de, 32, 161, Batusolandia, 662-664 Bishop, Maurice, 734 Breznev, tesis de, 52-53, 55,
Annam, 453, 480 Armenia, 73, 78-79, 416-417 311-312, 314, 331, 333, Bavadra, 'Timothy, 181 Bismarck, Otto van, 209, 221, 60,67, 72, 74, 79, 119, 203,
Antall, Josef, 276 A1uba, 738 341-343,350,353,385,485 Bávaros, 32 551 233, 263, 265, 267-268,
Antártida, 184, 696-697 Asamblea General de las Bahamas, 218, 732, 737 Bayar, Cela!, 236 Biwott, Nicholas, 583 270-271, 273, 356, 385,
Antigua, 98, 127, 180, 236, Naciones Unidas, 158 Bahía de Cochinos, 162, 459, Bazargan, Mehdi, 387 Biya, Paul, 539 643,647,657
278, 300-301, 330, 337, ASEAN, 8, 180, 471, 475- 727-728 Beadle, Hugh, 598 Bizimanga, Pasteur, 661 Briggs, Harold, 4 73
343-344, 381, 396, 481, 476, 483-484, 662 Bakaiy, Djibo, 539 Bechuanalandia, 577, 588, Blaize, Herbert, 735 Brighton, bombardeo en, 306
562, 702, 732, 734 Asia, 8, 10, 16, 47, 55, 61, 68, Bakdash, Khaled, 342 621, 625, 662-663 Blanco, Carrero, 247, 308 Brooke, Charles, 474
Antillas, 681, 724, 738 75, 79, 84, 87, 89-90, 92-93, Baker, James, 180 Bédié, Henri Konan, 534 Blanco, Hugo, 706 Brown, George, 348
Antonescu, general Ion, 281 102-105, 107-108, 111-114, Bakhtiar, Shaphour, 386-387 Begin, Menahem, 365, 368 Bluestreak, misiles, 21 7-218 Brunei, 468, 474-475, 479,
apartheid, 600, 614-617, 620- 116-118, 120-121, 123, 146, Bakr, Ahmed Hassan, 344 Belaúnde Terry, Fernando, bóers, 576-577, 588, 611, 613 483
622, 624-625, 627, 630- 156-158, 160-162, 167, 170, Balaguer, Joaquín, 737 699, 706 Bogra, Muhammad Ali, 430 Bruton, John, 307
634, 636, 657, 671 172, 191, 194, 207, 213, Balcanes, 31, 102, 134, 246, Bélgica, 56, 68, 190, 302, 505, Bokassa, Jean-Bedel, 586 Bubulis, Gennadi, 80
Appiah, J. E., 534 236, 238, 282, 309-310, 289, 293-294, 319 552-553, 555, 558-559, Bolivia, 677, 687-689, 693, Budakov, A. V., 650
"
r:, Aquino, Benigno, 482 319, 338, 343, 405, 408, Balewa, Abubakr, 542 562, 577, 645 700, 702, 705, 708, 730 Buganda, 578-579, 582, 586
Aquino, Corazón, 482 413, 416, 420-421, 429, Báltico, repúblicas del, 74, 2 71 Belgrano, hundimiento del, Bongo, Albert, 539 Buhari, Mahommad, 544
Arabia Saudí, 146, 148, 329, 432, 435, 441-442, 453, balubas, los, 550, 557 698-699 Bophuthatswana, 640, 665 Bulganin, Nikohti, 34-36, 116,
332·333, 341-343, 345, 456-457, 460-461, 471, 473, Balladur, Eduardo, 205, 547 Belice, 714, 732 Bordaberry, Juan, 689 162, 259-260, 429
349, 359, 364, 366, 368, 476,478-479,481,483-484, Bamangwato, 616, 663 Ben Bella, Ahmed, 510, 513 Borghese, Valerio, 232 Bulgaria, 16-17, 25, 139, 202-
i 370, 373.374, 382, 389, 488, 493, 499-500, 509, Banco Mundial, 10, 69, 83-84, Ben Gurión, David, 323 Borneo, 141,474,478,481 203, 246, 252-253, 256,
' 1

393-405, 408, 411, 414- 523, 538, 573, 605, 626, 155, 170, 177, 180, 235, Ben Khedda, Yusuf, 513 Borodín, Michael, 99 258-259, 267-268, 274-275,
416, 452, 490, 518, 569· 655,661,682,692, 729 335, 384, 448, 533-534, Benes, Eduard, 254 fusch, Juan, 737 279-280, 283, 290, 300-
570, 575-576, 649 Asia Central, 68, 75, 79, 102- 549, 563, 584, 605, 660- Bereng, Constantine, 663 Bosnia, 7, 10, 68, 152, 289- 302, 388
Arafa, Muhammad ben, 509 103, 107, 236, 238, 319, 661, 685, 708, 734-735 Beria, Lavrenti, 13-34, 260 299, 301-302 Bumedian, Hou:¡ri, 514
Arafat, Yassir, 352, 358 435,488,493 Banda, Hastings, 593 Berisha, Sali, 300, 302 Bossi, Umberto, 234 Bunche, Ralph, 326, 556
Aramburu, Pedro, 695 Asociación Internacional del Bandaranaike, Saloman, 494 Berlín, muro de, 34, 162, 202, Botha, Luis, 614 Bundesbank, 226
Arana, Francisco Javier, 715 Congo, 551 Bandaranaike, Sirimavo, 497 277-278 Botswana, 600, 634, 651, Bunyoro, 578-579
Arbenz Guzmán, Jacobo, 685, Assad, Hafiz, 347, 352, 363- Bangladesh, 395, 443-445, Berlusconi, Silvia, 234 662-665 Burguiba, Habib, 507
715 364, 367, 369, 377, 396 447,449,500 Bermúdez, Francisco Morales, Botha, P W., 629 Burkina Faso, 538, 540
Arboussier, Gabriel d', 643 Ataturk, Mustafá Kemal, 236, Bani-Sadr, Abolhassan, 388 707 Boun Oum, príncipe, 459 Burma,9,35,90
Arden-Clarke, Charles, 526 416,497 Banna, Hassan al-, 418 Bemadotte, Folke, 325 Boupacha, Dja~ila, 512 Burnham, 738
Aref, Abdul Rahman, 344 Audin, Mauricio, .512 bantúes, 610-611, 616, 618- Berri, Nabih, 370 Bourasa, Robert, 673 Burundi, 165, 658-660
Aref, Abdul Salem, 344 Aung San, 160, 499-500 619, 665 Betanccíurt, Rómulo, 702 Boutresse, Desi, 738 Bush, George, 281, 721
Arévalo, Juan, 716 Aung San Suu Kyi, 500 Banzer, Hugo, 709 Betancur, Belisario, 704 Boutros Ghali, Boutros, 151, Busia, K. , 534, 536, 626
Argelia, 30, 55, 122, 144, 164-. Australia, 90-91, 114, 160, Bao-Dai, 455-456, 460, 462- Bevin, Ernest, 213, 323, 571 153 Busogo, 578
166, 200, 221, 305, 334, 180-181, 184, 213, 231, 463 Bhumipol, rey de Tailandia, Brady, Nicholas, 180 Bustamante, Alexander, 732·
347. 351, 374, 419, 453, 339, 460, 468, 478, 483, Barbados, 654, 734 481 Braithwite, Nicholas, 735 733
463, 489, 506-507, 509-518, 495, 500-501, 626 Barbuda, 732 Bhután, 432-433, 435, 439, Brandt, Willy, 178, 202 Bustamante, José Luis, 705
538,648,652,654,658 Austria, 27, 35, 162, 214, 217, Barco, Virgilio, 705 447 Brandwag, Ossewa, 614 Buthelezi, Gatsha, 631, 63 7
Argentina, 10, 50, 144, 146, 227, 230, 252,260,276 Barotselandia, 588, 596, 598 Bhutto, Benazir, 448, 450-451 Brasil, 10, 46, 50, 180, 606, Buthelezi, Mangosuthu, 639
172, 180, 208, 489, 687- Awolowo, Obafemi, 541 Barre, Raymond, 225 Bhutto, Zulfíkar Ali, 444 624,678,687-693,695, 700 Butler, R. A., 596
690, 692-694, 696-700, 702 Aylwin Azocar, Patricio, 702 Baue, Siad, 151, 574, 649-650 Biafra, 166, 530, 539, 542 Brazzaville, grupo de, 165 Buyoya, Pierre, 660

742 743
De Klerk, F. W., 598, 636 Egipto, 46, 55, 95, 123, 137, 273-274, 276-279, 281-28.3, Francia, 27, .30, 32, 35, 43, 46· Garang, John, 570 4.30, 433-4.34, 4.38, 440-442,
Debray, Regis, 709 140, 161, 164-165, 167, 289, 291, 299-300, .303, 50, 56, 64-65, 67-69, 77, 82- García, Alan, 708 456,458,460-461,47.3-474,
Deby, ldriss, 520 177, 221, 258, 309, 319, .319, .321, 323, .326, 334, 8.3, 85, 91, 94, 102, 106, Gasperi, Alcide de, 2.31 476, 485, 494-495, 499,
1
1 Declaración Balfour, 321 321, 326, 328-339, 341- 388-.389, 413-414, 460, 487, 122, 140, 144·145, 150, Gaviria, César, 705 505-506, 514, 519, 527,
Declaración de Carabellada, 342, 344-357, 360, 365- 521, 523, 5.38, 560-561, 160, 164-166, 169, 17.3, Geaga, Samir, .370-.371 530, 542, 545, 551, 556-
!/ 180-181, 184, 190-205, 211, Geisel, Ernesto, 691
720 367, 372, 374-375, 387, 577, 614, 626, 636, 645· 557, 559-560, 564, 566-567,
Declaración Tripartita, 327, 334 389, 395.397, 399, 401, 646, 650, 65.3, 656, 661, 215, 217-223, 227, 233, Gero, Erno, .36, 261-262 571-572, 576-581, 586, 588,
I' Declaración Universal de los 404-405, 408, 410, 416, 669, 675, 684-687, 700, 259, 275, 290, 296, 298, Gheorghe Gheorghiu-Dej, 263 594-596, 598-600, 603-604,
.302, .308, .324, 327, .3.34- Gheorghiu-Dej, Gheorghe, 26.3 606, 611, 613, 620-622,
: [' Derechos Humanos, 153 419, 429, 495, 506, 509, 715, 726, 729-7.31, 7.3.3
Europa occidental, 6, 22, 25, 340, 346-347, .350-.351, .389, Giap, Vo Nguyen, 455 624-627, 646-647, 654, 656,
Defferre, Gaston, 528 511, 518-521, 564, 566·
Dehaene, Jean-Luc, 230 570, 572, 576, 643, 647· 30-.31, 55-57, 59, 61, 66, 89, 395, 401, 412, 429, 4.38, Gibbs, Humphrey, 598 658, 662-66.3, 681-682, 697,
Delgado Chalbaud, C'..arlos, 703 649,651,654-655,657,671 98, 102, 118, 123, 134, 146, 455-461, 46.3, 468, 505-514, Gierek, Edward, 270, 272 700, 732
Delors, Jacques, 205, 225 Eisenhower, Dwight; .31, .35, 157, 159, 189-191, 193, 516, 519-521, 527-529, 5.31, Giscard d'Estaing, Valery, 69, Grecia, Albania, 290
Delvalle, Eric, 723 37-38, 40, 48, 89, 112, 114, 196, 200, 211, 217, 219, 5.38-540, 542, 547, 551, 203-205, 225 Grechko, Marshal A., 266,
Demirel, Suleiman, 237 118-119, 192-193, 197-198, 226, 245, 247, 249, 252, 556-559, 562, 572, 577, Gizenga, Antoine, 554, 646 649
Denard, Bob, 661 336-337, 341-343, 385, 259, 269, 276, 282-28.3, 606, 624, 628, 647-648, Gligorov, Kiro, .301 Grivas, coronel, .311-312, .314

¡• ~-.;1
Desai, Morarji, 446, 449
desintegración de la URSS,
457, 459, 462, 558, 672,
685, 727
6.36, 650, 675
estados trucios, 4 U
654, 659, 661-662, 672-67.3,
678, 7.35, 738
Glubb, John, .335
Gokhale, G. K., 424
Gromyko, A., 645
Gross, Ernest, 624
.1
72, 79, 281 Ejército Republicano Irlandés, Estados Unidos de América, Franco, Francisco, 96-97, 137, Golfo Pérsico, .351, .359, .368, Grosz, Karolyi, 2 76
Devlin, Patrick, 594 303 17, 65, 679 205, 225, 2.3.3, 247, 276, 379, .385, .390, 403, 409, Grotewohl, Otto, .32
Díaz, Bartolomé, 606 Elchibéi, Abulfa, European Currency Unit-ECU, .308, 522, 528-529, 531, 411-414, 416, 418, 488, Groza, Petru, 25
Díaz, Porfirio, 710 Endara Galimany, Guillermo, 225 547, 69.3, 722 521,626 Gruner, Dov, 324
Dicko, Umaru, 544 723 Evren, Kenen, 23 7 Franco, Itamar, 69.3 Gomez, Jos Francisco, 7.3 7 Grunitzky, Nicholas, 537
Dimitrov, G. M., 253 Enrile, Juan Ponce, 482 Exposición de Bruselas, 5 5 2 Fran~ois Duvalier, 7.36 Gomulka, Wladyslaw, .36, 254 Grupo de Contadora, 720·721
Dini, Lamberto, 235 Episher, Marshal, 266 Eyadema, Gnassingbe, 5.37 Franjieh, Suleiman, .363 González, Felipe, 247·248 Guayana británica, 7.3 7•738
Diori, Hamami, 539 Erbakan, Necmettin, 239 Faisal, Emir, .360 Frederick Mutesa 11, Kabaka Gorbachov, Mijaíl, 56, 59-61, Gueiler Tejida, Lidia, 709
Diouf, Abdou, 53 l Erhard, Ludwig, 202, 221 Farouk, rey de Egipto, .326 de Buganda, 578 63-64, 72- 76, 78-80, 83-84, guerra civil estadounidense,
Disraeli, Benjamin, 309 Ershad, Hussein Mohammad, Faruq Abdullah, jeque, .348, Frei Montalva, Eduardo, 700 93, 129, 146,204, 25.3, 265, 58.3, 6.39, 710
Dixon, Owen, 431 445 452 Frente de Liberación Nacional 274, 276-279, 281-282, 490, guerra de los bóers, 576-577,
Doctrina T ruman, 28, 31, 189, Escalante, 728 Faullmer, Brian, 303-304 (FLN), 463, 562 651 588, 611, 613
197,236,343 Eshkol, Levi, 348 Faure, Edgar, 201, 508 Frente Islámico de Salvación Gordon-Walker, Patrick, 66.3 guerra de Suez, 138, .310, .319,
Doe, Samuel, 532 Eslovenia, 276, 287, 290, 292, Federación Centroafricana, (FIS), 515 Gottwald, Klement, 25.3, 26.3 .3.3.3-.3.34, .341-.34.3, 410-411
Doi, Takako, 93 294 591 Frondizi, Arturo, 695 Goulart, Julio, 690-691 guerra fría
Dorticós Torrado, Osvaldo, 726 España, 2, 52, 68, 104, 184, Fidji, 181 Fujimori, Alberto, 708-709 Gowon, Yakubu,542 Afganistán, 488
Dostum, Abdul Rashid, 490 190, 215, 217, 225-227, Field, Winston, 594, 598 Fukuda, Takeo, 93 Gqoso, Oupo, 640 África, 560
Douglas-Home, Alee, 627 245, 247-249, 308, 506, Fierlinger, Zdenek, 255 Fulbright, William, 727 Gra~a, Carlos da, 530 carrera de armamentos, 42·
Duarte, Eva, 695 515-516, 522, 530, 606, Figueiredo, Joao Batista de Gadafi, M., 145 Grady, Henry, .324 6.3
Duarte, Napoleón, 717 678, 681-682, 689, 693, Oliveira , 691 Gagarin, Yuri, 42 Graham, Frank P., 4.31 Pacto de Bagdad, .3.31
Dubcek, Alexander, 264 695-696, 723-724, 731 Filipinas, 90-91, 104, 114, Gaidar, Yegor, 80, 84 Gran Bretaña, 24-26, .32, .35, conferencia de Bandung, 161
Dudayev, Dzokhar, 82 Europa, 5-6, 9, 15-17, 20, 22- 160-161, 408, 460, 468, Gairy, Eric, 734 4.3, 48-50, 56, 65, 87, 90-91, Canadá, 672
Dufferin, Lord, 453 27, 30-32, 37-38, 43-44, 47, 471, 47.3-475, 480-484, Gaitskell, Hugh, 43 94, 102, 104-106, 123, 1.31, China, 106
1 í
Galán, Luis Carlos, 704 135, 140, 144-147, 150, colonialismo, 156
! Dulles, John Foster, 31 52, 55-68, 70-71, 7.3, 79-80, 682, 710
Galtieri, Leopolodo, 696-699 157, 168, 180-181, 190~193, Checoslovaquia, 26.3
1 Duplessis, Maurice, 672 84, 89, 98, 102, 105, 118, Fini, Gian&anco, 234
H Duvalier, Fran~ois, 736 122-123, 1.34, 146, 155-159, Finlandia, 20, 35, 76, 162,
227, 230, 247, 250, 252-
Gama, Vasco de, 122, 134,
.383,544, 599,606
195, 197-199, 204, 206-209,
211-221, 223-225, 228-229,
Egipto, .329
final, 146
Duvalier, Jean-Claude , 736 161, 170, 187, 189-196,
Eanes, Antonid Ramalho, 249 198, 200-20.3, 205, 207, 253, 255, 3 L3 Gamsajurdia, Zviad, 78, 82 248, 258, 275, 281, 290, Europa, 18-19, 158
Ecevit, Bulent, 23 7 209,211-215,217-221,226- Fitzgerald, Garret, .305 Gandhi, Mahatma Mohandas 296, 298, .305, .307-.314, Francia, 196, 197
Eden, Anthony , 35, 43, 134, 227, 229-2.30, 23.3-2.34, 236, Fondo Monetario Internacio· K., 160, 166, 424-425, 44.3, .321, 32.3-.324, .326-3.33, .3.35- Grecia, 246, 247
193, 215, 310-312, 329, 2.38-240, 242, 245, 247, na!, 69, 168, 171, 448 445-449, 497, 526 .342, .346, .350-351, .353, Cuerno de África, 570-57.3
334-339, 350, 458 249-250, 252, 254, 257, Foot, Hugh, .312 Gandhi, Rajiv, 446, 448, 497 .359, 379, 381-.385, .390, India, 4.30
Egal, Muhammad, 574-575 259, 26.3, 265, 267-269, Ford, Gerald, 52, 64 Gandhi, Sanjay, 446 408-415, 417, 423-424, 428· Japón, 89- 90, 96

746 747
¡ 1,
! ~

Oriente Medio, 344 Heach, Edward, 220, 397, 627 474, 476, 480, 485, 494-
OTAN, 191-192 Hebrang, Andriye, 257 Islas Bikini, 89, 181 Jospin, Lionel, 205 Kissinger, Henry, 120, 466
495, 497, 499, 509, 516,
Islas Caimán, 732 Jouhaud, general, 512 Kiwanuka, Benedikco, 579
neutralismo, 158 Hekmacyar, Gulbuddin, 490 526-527, 547, 572, 576-
1
Nicaragua, 719 Hemelrijk, Maurice van, 552 Islas Canarias, 515 Juan Carlos, rey de España, 2, Klaus, Vaclav, 279
!. 577, 632, 661-662, 692,
Herczenberg, Ferdie, 640 Islas Vírgenes, 732 247 Koffigoh, Joseph Koukou, 537
eras la muerce de Scalin, 33· 711, 715
Herczog, James, 614 lsmail, Abdel Faccah, 411 Juan Pablo Il, papa, 271 Kohl, Helmuc, 56, 203-204
42 Indonesia, 90-91, 113, 118,
Herzen, Alexander, 272 lsmail, general, 411, 564 Juan XXIII, papa, 231 Koirala, B. P., 438
Sudáfrica, 62 7·630 136, 139, 141, 160-161,
Israel, 49-50, 63-65, 132, 139· Jugnauch, Aneerood, 662 Kolongba, André, 540
Sudamérica, 682 Hicam, Dacuk Musa, 476 167, 405, 436, 439, 455,
1 España, 247 Hicler, Adolfo, 17, 105, 194, 462, 468, 471, 473-476,
140, 161, 163, 207, 281, Juin, Marshal, 455, 508 Kong Le, capican, 459
319, 321, 325-327, 329, Jumblacc, Kamal, 361 Konoye, Fumimaro, 96
polrcica de Scalin, 15·33, 209, 241, 263, 321, 334, 478-479, 48.3-484, 501
331, 333-334, 337-338, 343, Jumblacc, Walid, 361, 363, 370 Koscov, Traicho, 256, 258
250-260 653 inflación, 70, 75-77, 80, 82,
345-357, 359-377, 386, 389, Junejo, Mohammad Khan, 451 Kosiguin, A. N., 119, 266, 356,
polícica de la ONU, 148, Hobeika, Elie, 370 88, 125, 128, 132, 200-201,
392, 397, 399-400, 404-405, Kadar, Janos, 36, 262 441,456
149, 150 Holomisa, Bantu, 665 208, 226, 228-229, 232,
408-409,419-420,514,518- Kadzamisa, Cecilia, 597 Kountche, Seyni, 520
desintegración de la URSS, Honduras bricánié:a, 714, 732 238-239, 244, 246, 269-271,
Honecker, Erich, 277 519, 544, 573, 586, 627, Kahn, Liaqac Ali, Kovacs, Bela, 255, 261
72-84 275, 277, 279-280, 284,
Europa occidencal, 189 Houphouec-Boigny, Félix, 528- 647. 650, 671, 692 Kaifu, Toshiki, 93 Kpormakpor, David, 533
288, 366, 371, 386, 392,
Yugoslavia, 288 Icalia, JO, 32, 56, 68-69, 133, Kalonji, Alberc, 557 Kraprayoon, Suchinda, 481
529 401, 448, 462, 480, 500,
195, 197, 200, 214, 220, Kanemaru, Shin, 96 Kravchug, Leonid, 76
guerra lrán·lrak, 321, 379 Howe, Geoffrey, 634 530, 536-537, 542-543, 545,
guerra zulú, 611 222-223, 225-226, 231-235, Kania, Scanislaw, 272-273 Krenz, Egon, 277
Hoxha, Enver, 253, 258, JOZ 547, 570, 605, 635, 691-
248, 258-259, 288, 297, Kapuuo, Clemencs, 629 Kruger, Srephanus, 611
Guerra, Alfonso, 248 Hoyce, Desmond, 738 693, 696, 700-701, 707-708,
302, 389, 506-507, 518-519, Karadzic, Radovan, 292-293 Kruschev, Nikica, 33-38, 40-
Guevara, Che, 652, 672, 689, Hrawi, Elias, 370 711, 713, 730, 733, 737
556, 572, 577, 607, 638, Karamanlis, Conscantino, 240, 41, 44, 46, 48, 72, 114-119,
709, 726 Huggins, Godfrey, 591 Informe Brandc, 178-179
642,654,684, 705, 710 312 162, 197, 258, 261-263,
Gumey, Henry, 474 Hughes, Charles Evans, 105 lnonu, lsmec, 236, 313
lzecbegovic, Ilia, 294 Karawi, Rashid, 370 284, 302, 340, 343, 429,
Gürsel, Cerna!, 237 Hull, Cordell, 16, 134, 683 intifada., J 73
Jackson, Henry, 269 Karl, Bildc, 291 437, 557, 643, 645, 647,
Gucerres, Antonia, 249 Hume, John, 307 lrak, 5, 8, 64, 71, 95, 146-151,
Jackson, Jesse, 397 Karma!, Babrak, 487 657, 728-729
Gyani, general, 313 Humphrey, Huberc, 240 159, 204, 238-239, 296,
Jagan, Cheddi, 738 Kamo, Bung, 479 Kubicschek, Juscelino, 690
Gysi, Gregor, 277 Hurley, Patrick, 105 321, 325-326, 329-133, 341-
Jakes, Milos, 278 Karume, 584-585 Kuchma, Leónidas, 77
Habash, George, 358, 419 Husak, Guscav, 278 345, 348, 351, 353, 356,
Japón, 5-6, 10, 16, 23, 32, 54, Kasavubu, Joseph, 552 Kumaracunga, Chandriga, 497
Habib Burguiba, 507 Husni Zaim, 326, 328, 132 359-360, 363-364, 366, 370,
61,66,69, 71,85,87-97,99, Kassim, Abdul, 342-345, 393, Kwasniewski, Alexander, 275
Habyarimana, Juvenal, 660 Hussein, rey de Jordania, 343, 373-375, 379, 387-401, 403-
102-105, 107-109, 112, 114, 417-418 Ky, Nguyen Cao, 463
Haig, Alexander, 57, 698-699 347,367,408 404, 408, 413-414, 416-419,
123, 127, 129, 132-133, Kaunda, Kennech, 595 Lamizana, Sangoule, 520
Hailsham, Lord, 46 Hussein, Saddam, 148, 151, 520-521,540,570,692
139, 170, 181, 184, 190, Kawawa, Rashid, 580 Lamont, Norman, 230
Hallscein, Dr., 223 344,374,389-401,418,521 Irán, 63-64, 69, 90, 95, 138,
208, 275, 359, 388-389, Kayibanda, Grégoire, 660 Lanusse, Alejandro, 696
Hammarskjold, Dag, 156, 339 Idfgoras Fuentes, Miguel, 27, 141, 146, 236, 238, 314,
414, 423, 438, 452, 479, Keica, Modibp, 538, 643 Laporce, Pierre, 673
Hancock, Keich, 578 42, 128, 176, 215, 224, 235, 321, 325, 331, 333, 343,
492-493, 546, 552, 636, Kemal, Muscafa, 236 Larga Marcha, 99, 448
Hani, Chris, 665 483, 500, 526, 537, 548, 346, 355, 359, 366, 370,
638,671,683-684,694, 710 Kenia, 165-166, 214, 410-411, Lacinoamérica, 40, 116-117,
Harding, John, J 11 560, 635, 655, 687, 716; 373.374, 377, 379, 381-383,
Jaruzelski, general, 57, 272, 566,570-572,576-578,580· 122, 156, 172, 179, 621,
Harlech, Lord, 40 728, 734 385-394, 397-401, 404-405,
274 584,594,648,655,658 675,678,684
Harriman, Averell, 46 Idris, rey de Libia, 519 411-412, 414-420, 423, 450,
Jawara, Dawda, 531 Kennedy, John E, 38, 40-41, Lacere, general, 456
Hasokawa, Mori, 96 Ileo, Joseph, 554-555, 558 452, 485, 487-490, 494,
Jayawardene, Junius R., 495, 46, 196, 198, 218-219, 222· Laurel, Salvador, 482
Hassan, rey de Marruecos, 344, Iliescu, Ion, 246, 281 516, 521, 562, 702, 715,
497 223, 267, 459, 462-463, Lee Kuan Yew, 474-475, 626
389, 418-419, 514, 516-517, Illía, Arturo, 695 720-721
Jenkins, Roy, 225 558,672,686, 727, 729 Lee Tenghui, 129
585 India, 35, 46, 50, 88, 102, 108, Irlanda, 209, 211, 217, 220,
Haca, Tsucomu, 96 Johnson, Lyndon,66 Kennedy, Roberc, 40 Lemus, José María, 717
111, 116, 118, 121, 129, 303-308, 362
Johnson, Prince, 532 Kenyaca, Jomo, 580 Leniri, Vladimir Ilich, 36, 73,
Hacoyama, Ichiro, 89 139, 155, 157-158, 160- Ironsi, Johnson, 542, 646
Jamenei, Ayacollah Ali, 401 Khama, Serecse, 616, 663 114, 119, 233,253,643
Haughey, Charles, 305 161, 163, 167-168, 181, Isabel 11, reina, 535
Jomeini, Ayacollah Ruhollah, Khama, lshekedi, 663 Lennox-Boyd, Alan, 665
Havel, Vaclav, 278-279 207, 212-213, 258, 281, Isla de Cabo Verde, 530, 547,
325, 387-393, 400-401, 405, Khan, Yahya, 391 León Carpio, Ramiro de, 717
Hay, John, 104 323, 328-329, 332, 409, 654
418-419, 489 Khanh, Nguyen, 391 Leopoldo 11, rey de Bélgica, 551
Haya della Torre, Vfccor Raúl, 412-413, 415, 417, 423- Islam, 279, 294, 370, 379, 405,
Jonachan, Leabua, 663 Kiprianou, Spyros, 3 l5 Lesage, Jean, 672
203, 214, 220. 291, 296, 425, 428-449, 451-453, 416,441,445
Jorge Il, rey de Grecia, 239 Kirov, Serge, 36 Lesseps, Ferdinand de, 336
624, 705-706 455-456, 458, 461, 471, Islas Bay, 455, 482, 628, 737
Jorge V, rey de lnglacerra, 623 Kishi, Nobusuke, 89 Lévesque, Jean, 674

748
749
Levingston, Roberto, 696 Malawi, 165, 549, 596, 610, Mendes France, Pierre, 508 Moshoeshoe 11, rey de Lesotho, Nagy, lmre, 36, 261, 276 Nosek, Vaclav, 255
Levy, David, 373 626 Méndez Montenegro, Julio 664 Nahas Pasha, Mustafa al·, .329 Novotny, Antonin, 264
Li Mi, 499 Malaya, 473-475 César, 716 Mosquistos, 682 Najibullah, Muhammad, 490 Ntaryamisa, Cyprien, 660
Li Peng, 128·· 129 Maldivas, 412, 447, 662 Menem, Carlos, 699·· 700 Moumié, Félix, 658 Nakasone, Yasuhjro, 93, 397 Nueva Zelanda, 90, 114, 160,
Líbano, 64, 136, 138, 141, Malecela, John, 585 Mengistu, Haile Mriam, 570, Mountbatten, Lord, 425, 473 Namibia, 57, 602, 625, 628· 180, 213, 339, 460, 483,
236, 319, 329, 332, 342· Malenkov, G. M., 33 573, 575, 650-651 Mozambique, 95, 165, 505, 629,633,636,651 626
343, 345·347, 355, 360- Maleter, Pal, 262 Menzies, Robert, 337 576, 597, 600-601, 605· Nasser, Gama! Abdel, 328 Nujoma, Sam, 629
364, 366-377, 392, 400, Mal!, 165, 520, 529-530, 538· Meshkov, Yuri, 77 610, 626, 628, 630, 6.33, Natusch Busch, Alberto, 709 Nunn, Sam, 508
416, 419-420, 507 539, 547,643-645,658 Metaxas, general, 239 651-652, 661 Navarre, general, 457 Nyandoro, George, 594
Liberia, 5, 9, 161, 164, 505, Malik, J. A., 112 México, 46, 170, 179-180, Mubarak, Hosni, 367, 396 nazismo, 202, 323, 683 Nyerere, Julius, 580
530, 532-533, 624 Malloum, Félix, 519 679, 681-684, 690, 692, Mudge, Dirk, 629 Ndadye, Melchor, 660 Obasanjo, Olesugun, 543
Libia, 55, 145·146, 161, 164· Mancham, James, 412, 662 710-714, 720, 722, 724, Mugabe, Robert, 602 Nedelin, Marshal, 38 Obeid, Abdul Karim, 420
165, 34.3, 351, 355, .359, 365, Mandela, Nelson, 616, 634, 729-730 Muhammad V ben Yusuf, sul· Nehru, Jawaharlal, 157, 423, Obote, Milton, 579
374,413-414,420,489,506, 636-637 Meza Tejada, Luis García, 709 tán de Marruecos, 379, 408, 425 O'Brien, Conor Cruise, 559
516-521, 538, 568-569, 648, Mangana, Álvaro, 718 Micronesia, 181 430, 432, 451, 476, 490, Nepal, 432, 435-436, 438· Oceanía, 180
653 Mangope, Lucas, 640, 665 Miki, Takeo, 93 508-509, 515, 519, 584 439,445,447 Ochab, Edward, 260
Liman, Hilla, 536 Maniu, Ion, 255 Mikolajczyk, Stanislaw, 254 Muhammad, Ali Mahdi, 430 Neto, Agosthino, 69, 608· Odinga, Oginga, 648
Lin Biao, 126 Manley, Norman, 7.32-733 Mikoyan, Anastas, 644 Muhammad, Ghulam, 432, 451 609, 653-654 Odria, Manuel, 705
línea Curzon, 25.3 Manley, Norman Jr., 732-733 Milosevic, Slobodan, 288-289 Mulder, Connie, 6.31 neutralidad, 108, 111, 156· Ohira, Masayoshi, 93
Liu Shaoqi, 125-126 !Vlansholt, Sicco, 222 Minh, Duong Van, 463 Mulele, Pierre, 560 159, 161-162, 215, 258, Ojukwu, Odumegwu, 542
Lon Nol, 466-467 Mao Zedong, 98-99, 127, 161, Minh, Tan Van, 47, 197, 455, Mulroney, Brian, 673 331,342,429,440,466 Okello, Basilio, 587
Lonardi, Eduardo, 695 464 459,463,466 Muluzu, Bakili, 597 Neves, Tancredo, 692 Okello, John, 584
López, Alfonso, 704 Marcos, Ferdinand, 481 Mintoff, Dom, 56 Munongo, Godofroid, 554 Nevinson, H. W., 606 Okello, Tito, 584, 587
Loussabá, Pascal, 540 Marcos, lmelda, 481-483, 688, Mirza, lskander, 430 Muraviev, M., 102 Ngala, Ronald, 581 Oleski, Josef, 275
Louw, Eric, 619-620 703, 713 misiles Cruise, 56, 558 Musaddaq, Muhammad, 383· Ngoro, Clement, 568 Olympio, Sylvanus, 5.37
Luca, Vasile, 263 Marcos, subcomandante, 713 Mitsotakis, Constantino, 246 385 Ngouabi, Marien, 540 Omán, 379, 408, 411, 413,
Lukanov, Andrei, 280 Margai, Albert, 531 Mitterrand, Franc;:ois, 56, 201, Musavi, Atlas, 375 Nguema, Macias, 586 416,653
Lule, Yusufu, 586 Markovic, Ante, 288 203 Museveni, Yoweri, 587 Nguyen Duy Trinh, 465 Ommar, Acheikh Ibn, 520
Lumumba, Patrice, 552, 560, 655 Marruecos, 164-166, 367, .395· Miyazawa, Riichi, 95 Muzorewa, Bishop Abe!, 601, Nhu, Ngo Dinh, 463 O'Neil, Terence, 33, 479, 519
Lundula, Víctor, 553.554 396, 399, 405, 506-509, 511, Mkapa, Ben, 585 603-604 Nicaragua, 54, 56, 63, 146, Onganía, Juan, 696
Luthuli, Albert, 616 514-518,527,562,572,648, Mladenov, Petar, 280 Mwinyi, Ali Hassan, 585 682-683, 704, 711, 715- Onn, Dato Hussein, 476
Luxemburgo, Rosa, 25.3-254 652,654 Mladic, Radko, 292 Myanmar, 497, 500 721, 726-727 ONU, política, 5, 7·10, 20, 23,
Lloyd, Selwyn, 312, .335 Marshall, George C., 105 Mobutu, Joseph, 554 Nabiyev, Rakhmon, 494 Nidal, Abu, 420 25, 36-.37, 41-42, 44-46,
MacArthur, Douglas, 87 Martin, Joseph W., 112 Modrow, Hans, 277 Naciones Unidas (NU), 5, 1· Nigazov, Saparmarad, 494 68, 84, 88, 95, 106, 108-
Macleod, lan, 580 Martola, A. E., 313 Mohammad, Ali Nasser, 430·· 10, 20, 23, 25, 36-37, 41-42, Níger, 165, 519-520, 527, 529, 109, 111, 121, 13.3, 135.
Macmillan, Harold, 46, 213, Masari, Mahammad, 402 431, 445, 451-452, 487, 508, 44-46, 68, 84, 88, 95, 106, 538-541, 551 141, 144-155, 158-160, 162,
217,310,312,580,594 Masud, Ahmed Shah, 490 574-575, 648 108-109, lll, 121, L33, 135. Nigeria, 5, 46, 91, 164-165, 164-168, 172-173, 180-181,
Machado, Gerardo, 724 Matanzima, Kaiser, 619, 665 Moi, Daniel, 583 141, 144-155, 158-160, 162, 173, 359, 521, 527, 530, 5.32- 195, 20.3, 310-.315, 325,
Machar, Riak, 570 Matathir, Muhammad, 476 Mokhehle, Ntsuru, 663 164-168, 172-173, 180-181, 533, 537-546, 570, 645-646, 339, .348-349, 351, .356-358,
Mache!, Samora, 608, 652 Mauricio, 379, 412, 627, 632, Molyneaux, James, 306-.307 195, 203, 310-315, 325, 339, 653, 656, 711 364-366, 372, 374-.375,
Madrid Hurtado, Miguel de la, 652,658,662 Mollet, Guy, 334, 510 348-349, .351, 356-.358, 364· Nimitz, Chester, 431 377, 39.3-395, .397-401, 418,
712 Mauritania, 165, 514-518, 520, Momoh, Joseph, 532 366, 372, 374-375, 377, 393. Nixon, Richard, .37, 64, 465, 420, 4.31-432, 441, 445,
Magloire, Paul, 7.35 530-531 Mondlane, Eduardo, 607 395,397-401,418,420,431- 685 459, 469, 475, 479, 484,
- 1
·~i Mahamane, Ousmane, 539 Mazowiecki, Tadeus, 274 Monge, Luis Alberto, 721 432,441,445,459,469,475, Njonjo, Charles, 583 489-492, 515, 518-519, 521,
Mahdi, Saquid al·, 564, 566, M'Ba, Lean, 539 Monnet,Jean, 194, 197 479,484,489-492,515,518· Nkomo, Joshua, 592, 600 530, 544, 550, 553-561,
574.575 McCarthy, Joseph, 31 Monrovia, 165, 5.33 519, 521, 530, 544. 550, Nkrumah, Kwame, 526 574-575, 600, 606, 608-610,
Mahendra, rey de Nepal , 438 McNamara, Harold, 40 Monteiro, Antonio Mascaren· 553-561, 574-575, 600, 606, Nogues, general, 508 620, 623-625, 628-629, 634,
Majar, John, 208, 229, 307-308 Meciar, Vladimir, 279 bas, 530 608-610, 620, 623-625, 628· Noriega Morena, Manuel, 639, 645, 657, 660, 699,
Malasia, 91, 113, 141, 160· Médici, Garrastazu, 691 Montserrat, 732 629,634,639,645,657,660, 722-723 708, 718, 732, 736-738
161, 170, 461, 464, 471, Meir, Golda, 360 Moro, Aldo, 232 699, 708, 718, 732, 736-738 North, Oliver, 64 opción cero, 58, 61, 63
473-476,478,481,483,607 Menderes, Adnan, 236 Morrison, Hebert, 324 Nagy, Ferenc, 255 Nosavan, general Phoumi, 459 OPEC, 173

750 751
Organización de Estados Ame· Pakistán, 37, 50, 112, 139, Petkov, Nicola, 256 Poszgay, lmre, 276 República Árabe Unida, 141, 276,280,290,294-295,297-
ricanos (OEA), 138, 147, 157, 160-161, 238, 314, petróleo, 7-8, 65, 69, 73, 76, Pocekhin, l. l., 64 2 342,344-345,408,439 298, 300, 309, 379, 423,
167, 684, 686, 711 331-333, 377, 395, 419, 78, 82-83, 85, 90-91, 107, Prado, Manuel, 705 República Centroafricana, 530, 492-494,642,649, 711, 729
Organización del Mar Caspio 424-425, 428-433, 435-436, 115, 171, 173, 176-179, 184, Premadasa, Ramasinghe, 497 540,566,568
1 Rusk, Dean, 120
I¡ y Tratado de Cooperación 439-445, 447, 449-452, 456, 206,208-209,215,217,232, Prevál, René, 736 República Checa, 279
1: Rutskoi, Alexander, 80
Económica, Z38 460-461, 480, 485, 487-490, 236-237,269,281,283,319, Primera Guerra Mundial, 88,
1r,; República de Weimar, 197 Ryzhkov, Nicolai, 75
t: Organización para la Unidad 494-495,516,572,692 321, 323, 349, 351, 355, 98, 103-104, 181, 194, 286, República Popular China, 119 Sabry, Ali, 647
Africana (OUA), 153, 164, Palestina, 138-139, 160, 309, 358-359, 364, 374, 379, 381- 301-302, 310, 332, 382, 393, Reuter, Emest, 29 Sadat, Anwar, 145, 177, 355-
166-167, 517, 521, 542, 321, 323-327, 329-330, 332, 386, 388·395, 397, 399-402, 417, 424, 523, 527, 551, 577, Revolución Cultural, 126-12 7, 357, 359-360, 363-367, 372,
544. 546, 549, 561, 600, 350, 357-358, 361-362, 365- 405, 409, 413-415, 436, 440, 606,623,659,683,690,694, 130, 401, 420, 467, 658-659 404,408,419, 516,647
646, 650-651 366, 373, 375-377, 413, 468,475,479,493-494,497, 706, 724 Revolución Industrial, 224, Said, Nuri es es·, 336, 420,
Oriente Medio, 8, 10, 16, 31, 416, 419-420, 586 513-514,519,521,533,536, Protocolo de Alejandría, 329 523,614 569,662
36, 48-49, 55, 57, 63, 65-66, palestinos, 145, 326-327, 345, 538, 540, 542-546, 601, 609, Puerto Rico, 682 Reynolds, Albert, 307 Salan, Genéral, 464, 512-513
69, 90-91, 118, 139, 146, 347, 350-352, 355, 357- 622, 627-628, 635-636, 650, Pym, Francis, 699 Reza Shah Pahlevi, 236, 379, Salinas de Gortari, Carlos, 713
148, 160, 177, 206, 213, 360, 362-365, 368-377, 671, 691-692, 700, 702-703, Qatar, 413, 415-416 382,416 Salla!, brigada, 345, 409
217, 236, 241, 269, 297, 394,419-420,519,586 705- 707, 709-712, 726-72 7, Quadros, Janio, 690 Rhodes, Cecil, 588, 595, 611 Sam Yu, 500
299, 310, 317, 319, 323, Panamá, 63, 146, 677, 682· 732, 734 Quebec, 672-674 Ridgway, general, 457 Samoa Occidental, 181
327-331, 333-335, 340,342· 683, 687, 715, 720, 722- Petrov, General V. l., 651 Rabin, Yitzhak, 360, 365, 373, Ríos Monte, Efraín, 716 Samson, Nikos, 314
344, 350-351, 355-357, 359- 723, 726 Pflimlin, Pierre, 511 375-377, 420 Rivera, Julio, 717 Sánchez de Lazada, Gonzalo,
361, 363, 366, 368, 372, Panomiong, Nai Pridi, 480 Phouma, Souvanna, 458-459 Rabuka, Siliveni, 181 Robert, Holden, 608 709
374, 376-377, 379, 382-383, Papadopoulos, George, 241-242 Pieck, Wilhelm, 32 Radcliffe, Cyril , 311 Robinson, Robbie, 734 Sandino, Augusto César, 718
386, 394-396, 398-401, 404, Papagos, Alexander, 240 Pindling, Lynden, 73 7 Rahman, Mujibur, 443-444 Rocard, Michel, 204 Sandys, Duncan, 313
409, 412-416, 420, 423, Papandreu, Andreas, 240, 245 Pineau, Christian, 334 Rahman, Tunku Abdul, 475- Rodesia, 165, 207, 214, 308, Sangster, Donald, 733
494, 506, 509, 573, 619, Papua-Nueva Guinea, 91, 478 Pinilla, Gustavo Rojas, 688 476 505, 514, 523, 544, 552, Sankara, Thomas, 538-539
627, 649-650, 656-657, 671, Paraguay, 593, 688, 692-693 Pinilla, Rojas, 688, 704 Rajk, Laszlo, 258 558-560,576,578,588,590- Santer, Jean, 230
681-682, 726, 729 Pastora, Edén, 719 Pinochet Ugarte, Augusto, 701 Rakosi, Matyas, 36, 258 602,607,625-626,628,630, Santos, José Eduardo dos, 654
Ortega, Daniel, 63 Patasse, André-Félix, 540 Pite, William, 207 Rallis, Georgios, 242 635, 651, 663 Sari e, Thanarat, 480
Osóbka·Morawski, Edward, Pace!, Vallabhai, 425 Plan Baruch, 23, 25, 42-43 Ramadier, Paul, 197 Rogers, William, 120, 351 Samey, José, 692
254 Patrasceanu, Lucretsiu, 255 Plastiras, General, 309 Ramanantsava, Gabriel, 661 Roh Tae Woo, 492 Saro-Wiwa, Ken, 546
OTAN, 30, 32, 35, 37, 4.3-44, Pattakos, Stiliano, 241 Pleven, René, 28, 192 Ramos, Fidel, 482 Rokossovski, Konstanty, 258 Sash, movimiento negro, 617
47,53,55-68, 138, 146, 156, Pacten, Christopher, 131 plutonio, 50, 451-452, 493 Rannarith, Príncipe, 469 Roldas Aguilera, Jaime, 709 Sassou-Nguesso, Denis, 540
159, 171, 191-193, 195-199, Patterson, P. J., 733 pobreza, Tercer Mundo, 176 Rao, Narasimha, 448 Romanov, Alexander, 646 Sato, Eisaku, 90, 92
213, 219-221, 231, 233, Pauker, Ana, 263 Poher, Alain, 201 Rapacki, Adam, 44 Ronda Uruguay, 168, 224 Saud, rey de Arabia Saudí,
236, 242, 244. 246-248, Pavelic, Ante, 288 Política Agrícola Común, 169, Ratsimandrava, Richard, 661 Roosevelt, Franklin D., 16, 342
250, 260, 268, 278, 296- Pawlak, Waldemar, 275 216, 222-223 Rau, Benegal, 111 20, 323, 507, 685-686 Savanhu, Joseph, 592
299, 309-313, 330, 372, Paz Estenssoro, Víctor, 708 política de Stalin, 22, 34, 103 Ravele, Frank, 665 Roosevelt, Theodore, 683 Savimbi, Jonas, 608, 653
460,619,627,648,669 Pearce, Lord, 600 Polisario, 516-518 Ravony, Francisque, 661 Rosebery, Lord, 577 Sawyer, Amos, 533
Ouko, Robert, 583 Pearson, Lester, 339 Polonia, 20, 25-26, 34, 36, 43- Rawlings, Jerry, 536 Rovero, Carlos Humberto, 717 Scalfaro, Osear, 235
Ould Taya, Masouiya, 517 Pele, Adrian, 519 44, 47, 54, 57, 67-68, 76, Razak, Tun Abdul, 475 Ruanda, 5, 9, 165, 587, 658- Scott, Michael, 624
Ovando Candia, Alfredo, 709 Peralta, Enrique, 716 102, 108, 116, 202, 252- Razmara, Ali, 382 . 661 Scheel; Walter, 202
Owen, David, 603 Pereda Asbun, Juan, 709 254, 258-262, 264-265, 270- Reagan, Ronald, 53, 56, 366, Ruhe, Volker, 68 Schmidt, Helmut, 69, 203, 225
Ozal, Turgut, 237 Pereira, Aristide, 530 279, 282-283, 557 634 Ruiz, Samuel, 713 Schuman, Robert, 28, 197, 508
Ozawa, lchiro, 96 Peres Jiménez, Marcos, 703 Pompidou, Georges, 200-201, Reino Unido, 65, 68, 129, 131, Rumania, 16·17, 25, 35, 78, Seaga, Edward, 733
Pacífico Sur, 180, 411, 697 Peres, Simón, 365, 371, 373, 220, 513 181, 184, 214-215, 218- 129, 201-202, 246, 252-253, Sebe,Lennox,665
Pacto de Varsovia, 35-36, 57, 377, 703-704, 719 Popieluszko, Jerzy, 272 220, 303, 306, 308-309, 255-257,259-260,263,265- Segunda Guerra Mundial, 5,
59-60, 63, 260-264, 266· Pérez de Cuéllar, Javier, 315, Popov, Dimitriu, 280 323, 329, 341, 383, 393. 266,268-270,274·276,280- 15-16, 66, 76-77, 82, 87-88,
268, 273, 281 397,518, 708 Portugal, 55, 68, 130, 215, 396, 412, 441, 470, 475, 281, 283,302,562,653 95, 97, 103, 114-115, 130,
Pacto de Bagdad, 32, 161, Perón, Juan Domingo, 688 217, 226-227, 230, 245, 483, 521, 582, 586, 598, Rusia, 9, 17, 36, 61, 67-68, 75- 134, 150, 156, 158-159, 166,
311-312, 314, 331, 333, Perú, 179, 275, 685, 687-688, 247-249, 429, 501, 530, 619, 621, 628, 630, 662, 80, 82-84, 94, 102, 108-109, 168,181,203,211,213,230,
341-343, 350, 353, 385, 485 690, 699-700, 702, 705- 551, 600-601, 606-608, 610, 669, 671, 673-674, 698-700 117,132, 155,202,233,236, 235-236,239,241,250,263,
Paisley, lan, 304, 306-307 709, 729-730 653,678,681 René, France·Albert, 652 238,253,258,261,268,273, 286, 288, 290, 294, 297,

752 753
301-302, 309, 319, 328, 379, sionismo, 321, 32.3, 325 Sudáfrica, 57, 146, 155, 164· Tercer Mundo, 37, 70, 93, 156- Trimble, David, 308 274, 276-278, 281-282, 302,
382, 390, 403, 409, 411, Siria, 136, 138, 145, .319, 326, 165, 412, 523, 532, 590-591, 157, 171, 17.3, 176-178, 180, Trinidad y Tobago, 732, 734 321, 325, 330-332, 341-343,
413-414, 416-417, 424, 436, 328-329, 3.32-334, 342, 345. 593, 597-603, 606, 608-611, 245,270,655, 704, 732 Trotski, L., 253 349-351, 354-357, 360, 362,
452,455,471,505,507,523, 348, 350, 352, 355-356, 613-614,616-640,653,657· Thatcher, Margaret, 57, 207, trotskismo, 258 373, 379, 385, 388-389, 392,
526,541,564,580,619,623, 358, .360, 362-364, .366-371, 658, 661-665, 671, 734 305,.374,604,6.34,699 Trovoada, Miguel, 530 396, 399, 405, 411, 417, 432,
638,642,647,655,669,678, .373-377, 389, 391, 394-395, Sudán, 161, 330, 335, 352-353, Thieu, Ngyuen Van, 46.3 Trudeau, Pierre, 672 435-4.36, 440.442, 445, 447,
683,687, 704, 710, 714, 731 397, 403-404, 416, 418-419, 355, 401, 41.3, 419, 506, Thimayya; general, 313 Trujillo, Rafael, 737 449-450, 460-461, 467, 476,
Sein Lwin, 500 489,507,519,568,584,643 519-521, 528-529, 549, 564, Tíbet, 432 Truman, Harry S., 23, 323 479, 484-485, 487-490, 495,
Selassie, Haile, 570, 573, 583, Sisulu, Wa)ter, 636-637 566-570, 572, 575-577, 586· Tigré, 97, 106, 573, 575 Tshiseki, Etienne, 563 514,521,542,547,572-574,
650-651 Sithole, Ndabaningi, 600 587, 64.3, 648-649, 658 Ttlak, B. G., 424 Tsirinana, Philibert, 661 602, 608-609, 626-627, 630,
Senanayake, D., 494 Slansky, Rudolf, 258 Sudamérica, 675, 677-680, Ttldy, Zoltan, 255 tuareg, pueblo, 538-5.39 636-637, 642-657, 684-685,
Senegal, 165, 517, 520-521, Smith, Jan, 598 683-689, 692-693, 702, 704, Timor, 4 7.3, 4 75, 500-501 Tudjman, Franjo, 289, 292 691, 715, 720, 722, 726,
527, 529-531, 5.38, 562, 643 Smuts, Jan, 614 730, 738 Ttnsulanonda, Prem, 481 Túnez, 164-165, 372, 420, 453, 728-731, 733
Serbia, 152, 246, 257, 276, Soames, Christopher, 220 Suecia, 46, 76, 163, 177, 214· Ti to, mariscal, .34, 162-163, 506-509, 511-513, 516-519 Uruguay, 168-170, 224, 688·
287-290, 292-302 Soares, Mario, 248 215, 227, 230, 313, 447, 239, 253-254, 256-258, 261, Turbay Ayala, Julio César, 704 689, 692-693
serbios, 152-15.3, 246, 288-300 Sobhuza 11, 664 607,637,654 265,273,284,286-289,294, Turkes, Alparslan, 237 Uzbekistán, 79, 494
Serrano, Jorge Elfas, 717 Sobukwe, Robert, 615 Suharto, T. N. J., 4 79 301-302, 460, 645, 648, 728, Turquía, 25, .30, 40-41, 65, 78, Vanee, Cyrus, 152, 291
Seselj, Vojislav, 292, 296, 300 Soglo, Nicéphore, 538 Suiza, 94, 163, 215, 217, 227, 730 95, 150-151, 160, 190, 192, Vandenberg, Arthur H., 190
Sforza, Count, 231 Sohn, Louis, 45 255, 361, 459, 654 titoísmo, 254, 258 197, 212, 214, 226, 231, Vanvalu, 181
Shagari, Alhaji Shehu, 543 Soilih, Ali, 652, 661 Sukarno, Achmed, 161, 343, Todd, Garfield, 592 235-238, 240, 242-244, 246, Vargas Llosa, Mario, 708
Shah, Ghulam Muhammad, Sokolov, S. L., 651 462, 474, 478-479, 483, 730 Togliatti, Palmiro, 22, 2.33 250, 258, 267-268, 279-280, vascos, 247-248, 308
452,490 Solad, Daniel, 643-644 Sumatra, 91, 478, 480 Togo, 141, 164-165, 527, 529, 302, 309-315, 329-331, 3.33, Vassiliou, George, 315
Shamir, Jitzhak, 371, 373, 377 Solodovnikov, V.G., 645, 651 Sun Yat-sen, 98 536-538, 547-562 342·343, 414, 416-418, 423, Velasco, Juan Alvarado, 707
Sharif, Nawaz, 451 Somalia, 5, 7, 9, 151, 164, Surinam, 737-738 Togolandia británica, 530 494,497,648 Velebit, Vladimir, 257
Sharon, Ariel, 327, 373 166, 518, 568, 571-576, Suzuki, Zenko, 93 Tojo, Hideki, 105 tutsi, pueblo, 660-661 Venetiaan, Ronald, 738
''
1' Shastri, La! Bahadur, 440 642, 648-651, 654 Svoboda, Jan, 264 Tokes, Laszlo, 281 Tymiinski, Stanislaw, 275 Venezuela, 2.31, 684-685, 687·
Shearer, Hugh, 73.3 Somoza García, Luis, 718 Swazilandia, 621, 625, 662, 664 Tombalbaye, Franc;:ois, 519 Ucrania, 20, 62, 74·78, 155, 688,690, 702-704, 706, 711,
Shehab, Fuad, 343 Somoza, Anastasia, 683, 718 Szakasits, Arpad, 255 Tomie, Radomiro, 701 276, 281 719-720, 726, 729, 738
Shehu, Mehmet, 302 Son Sann, 468 Taft, William H., 671 Tonga, 181 UDEAC, 547 Ver, Fabian, 482
Shekhar, Chandra, 448 Songgram, Pibul, 480 Tailandia, 91, 161, 408, 45.3, Tonkin, 42 Uganda, 165, 173, 335, 419, Verwoerd, H. F., 614
Shermake, Abdurashid, 572, Sotelo, Leopoldo Calvo, 248 456, 458-460, 467-469, 471, Toro, 224, 578 520, 566, 568, 576-579, Videla, Jorge Rafael, 696
574 Spinola, Antonio de, 248 474. 480-481, 483-484, 499 Torrelio Villa, Celso, 709 582-587,649,658,660 Videnov,Zhan, 280
Shevardnadze, Eduard, 74, 78 Spring, Dick, 307 Taiwan, 88, 90, 92, 98, 102, Torres, Juan, 709 Ulbricht, 38 Viera, Joao, 48, 223, 265, 400,
Shigemitsu, Mamoru, 89 Sril.anka,9,447,494,497,662 105-106, 109, 113, 117-118, Torrijas Herrera, Ornar, 722 Unión Aduanera Africano· 474
Shishakli, Adib, 328, 332 Stalin, Joseph, 6, 15, 17, 20, 120, 122, 129, 133, 153, Touré, Sekou, 528-·529, 531, central, 165 Vietcong, 4 7, 463 ·467
Shonekan, Ernest, 546 22-23, 30, 32-36, 75, 82, 161, 166, 460, 481, 495, 643-645, 653, 658 Unión Sudafricana, 623 Vietnam, 16, 42, 47-48, 53, 65,
Sierra Leona, 530-533, 653 103-104, 107, 111·112, 114· 499,537,540,659 Traore, Moussa, 538 uranio, 50, 85, 452, 519, 521- 69,90-91,95, 112, 114, 120,
Sihanouk, Norodom, 456, 115, 117, 119, 1.34, 157, 162, Tajikistán, 83 tras la muerte de Stalin, 82, 522, 539, 562, 630, 636, 692 122, 153, 177, 200, 206, 333,
467-469 250, 252-261, 273-274, 280, Takriti, Saddam Hussein; véase 107, 119, 261 Urbanek, Karel, 278 351,397,436,455-456,458·
Sihanouk, príncipe de Cam· 282, 284, 301, 325, 381, 642, Hussein, Saddam Tratado de Berlín, 300 Urrutia Lleo, Manuel, 726 470,473,476,480,482-484,
boya,456,467-469 645,647,657 Talabani, Yalal, 418 Tratado de Bruselas, 190, 193 URSS, 6·7, 15·17, 20, 22-27, 491,500,621,657,669
Sik, Ota, 264 Stanley, H. M., 550 Tambo, Oliver, 637 Tratado de Bucarest, 301 29, 31-33, 35-37, 40-44, 47, Vietnam del Norte, 47, 122,
Siles, Zuazo, Hernán, 708 START, 58, 61-62, 77 Tanaka, Kakuei, 92 Tratado de París, 222, 682 49, 51-59, 61, 63-65, 67, 71· 351, 461-467
Silva, Aníbal Cavaco, 249 Stevens, Siaka, 531, 653 Tandom, Purshottandas, 425 Tratado de Roma, 173, 195, 73, 75-76, 78-80, 82, 88-89, Vietnam del Sur, 436, 455,
Singapur, 212, 411, 414, 471, Stevenson, Adlai, 41 Taraki, Nur Muhammad, 487- 197,216,222,225, 227-228 . 94, 99, 103, 105-107, 114- 459-462, 464-466, 468
473-476, 478, 483-484, Stilwell, Joseph, 105 488 Tratado de Washington, 45 124, 126-129, 134, 136-137, Viljoen, general, 640
495,586,626 Stoltenberg, Thorvald, 291 Taruc, Luis, 481 Tratado Nuclear de No-Proli- 139-141, 144. 146, 148, 155· Viola, Roberto Eduardo, 696
Singh, Hari, 431 Strasser, Valentine, 53 2 Taylor, Charles, 532 feración, 10, 49-50, 95, 199, 159, 161, 163, 181,190,192, Voroshilov, Klimentiv, 461
Singh, Manmohan, 448 Strijdom, J. G., 614, 617 Taylor, Maxwell, 463 219,389,493,630,692 196-197, 202, 212, 232-2.33, Vorster, B. J., 600-602, 608,
Singh, V. P., 447·448 Stroessner, Alfredo, 688 Tembo, John, 597 Treurnicht, Andreas, 632 235-236, 240, 252-254, 256- 626, 628-632
Singh, Zail, 447 Suárez, Adolfo, 247 Templer, Gerald, 474 Tribhuvana, rey de Nepal, 438 257, 259-266, 268-269, 271- Voznesensky, Nikolai, 259

754 755
Vulcan, misiles, 58
Wakif, Abdul, 585
Yemen del Sur, 489, 568, 649-
650, 653
Zanzíbar, 123, 165, 576-577,
584-585, 658
Índice general
Waldheim, Kurt, 357, 397 Yoshida, Shigeru, 88 Zedilla Pande de León, Ernesto,
Walesa, Lech, 271, 275 Yosuke,lvlatsuoka, 105 714
Wavell, Lord, 424 Young, Andrew, 603 Zeller, general, 512
Wedemeyer, Alberto C., 106 Younghusband, Francis, 433 Zenawi, lvléles, .575
Weizmann, Ezer, 366 Yugoslavia, 16-17, 22, 25, 56, Zerual, Lamine, 515
Welensky, rey, 552, 560, 591- 115, 129, 139, 150-152, Zhdanov, A. A., 33
592, 594-596 162-163, 190, 230, 246, Zhelev, Zhelu, 280
Whitehead, Edgar, 594 252-253, 256-259, 262- Zhirinovski, Vladimir, 81
Wilson, Harold, 206, 219, 221, 263, 265-266, 268, 273, Zhivkov, Todor, 279
442,600 275-276, 280, 284, 286- Zhou Enlai, 107, 121, 127,
Wilson, Woodrow, 302 296, 298, 300-302, 372, 162,456,478,647,658
Williams, Eric, 7J3-734 420, 562 Zhukov, G. K., 34
Wossen, Safa, 570 Zahedi, general, 384 Zia, Khaleda, 445
Xoxe, Koci, 258, 302 Zahir Sha, lvlahammad, 487 Zimbabwe, 604-605, 610, 634,
Yahya; lmam, 408, 443-444 Zaim, Husni, 326, 328, 332 657, 664-665
Yalou, Fulbert, 540 Zaire, 166, 516, 520, 540, 550, · Zogu, Ahmet, 302
.. Yavlinski, Grigosi, 84 562-563, 587, 600, 608- zona del canal, 328-330, 353,
\;' Yeltsin, Boris, 76, 79, 129 609, 632, 653, 660-661 413, 682, 684, 722
:,i
Yemen, 141-329, 341-.342, 344· Zakharov, Alexei, 649 Zorin, Valerian, 255
346, 349, 354, 374, 397, 404, Zambia, 165, 538, 542, 596- Zujovic, Sreten, 257
408,410,489,568,647,649- 599, 603, 610, 629, 634, 645, Zwelithin, Goodwill, 665
650, 653 651, 658 Zyuganov, Gennadi, 84
Prólogo a la séptima edición ............................................................................... .. 5

PRIMERA PARTE: PODER MUNDIAL Y ORDEN MUNDIAL

Capítulo l. Las superpotencias...................................................................... 15


Capítulo 11. Japón ........ ;.................................................................................. 85
Capítulo III. China ......................................................................................... 98
Capítulo IV. El orden mundial........................................................................ I34
Capítulo V. Un Tercer Mundo (y un cuarto)................................................ I56
;¡ !
11 1

r
i¡;
SEGUNDA PARTE: EUROPA
1l' Capítulo VI. Europa occidental........................................................................ I89
! i, Capítulo VII. Europa central y occidental....................................................... 250
!1!
¡: i Capítulo VIII. Yugoslavia y Albania.................................................................. 284
~li :
~)
i¡· J TERCERA PARTE: ORIENTE MEDIO
'
Capítulo IX. Los árabes e Israel hasta la guerra de Suez .... ........ .... .... .... ......... 319
Capítulo X. De Suez a la muerte de Nasser ................................................... 341
Capítulo XI. Acercamiento al Líbano............................................................ 355
Capítulo XII. Las guerras del Golfo.................................................................. 379
Capítulo XIII. La Península Arábiga y el Golfo................................................ 403

756 757
CUARTA PARTE: ASIA

Capítulo XIV. El subcontinente indio ..... ""........................................................ 423


Capítulo XV. La península de Indochina......................................................... 453
Capítulo XVI. El sudeste asiático y la ASEAN................................................. 471
Capítulo XVII. Afganistán.................................................................................. 485
Capítulo XVIII. Corea.......................................................................................... 491

QUINTA PARTE: ÁFRICA

Capítulo XIX. África del Norte......................................................................... 505


Capítulo XX. África occidental ....................................................................... 522
Capítulo XXI. Del Congo al Zaire..................................................................... 550
Capítulo XXII. África oriental............................................................................ 564
Capítulo XXIII. El profundo sur de África .......................................................... 588
Capítulo XXIV. Los rusos y los cubanos en África ......... :.................................... 642

SEXTA PARTE: AMÉRICA

Capítulo XXV. Canadá ...................................................................................... 669


Capítulo XXVI. Sudamérica ..........................................................:····················· 675
CapítuloXXVII. México y América Central ....................................................... 710
CapítuloXXVIII. Cuba y el Caribe ...................................................................... 724
!
I'
Índice analítico .................................................................................................... 741
i 1

i
I'

758

También podría gustarte