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CENTRO DE BACHILLERATOTECNOLOGICO
INDUSTRIAL Y DE SERVICIOS 271

Jesús Juárez Ramírez

Humberto Gaspar Valdez Gonzales

Filosofia

30/Mayo/2023
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INTRODUCCION................................................................................................................................... 3
Formas de Gobierno ............................................................................................................... 4
Tipos de Gobierno .................................................................................................................. 5
Democracia ......................................................................................................................... 5
Principios y características de la democracia ..................................................................... 6
Republicas ........................................................................................................................... 7
Tipos de república ............................................................................................................... 8
Monarquías ......................................................................................................................... 9
Teocracia ........................................................................................................................... 10
Características de una teocracia ........................................................................................ 10
Ejemplos de teocracias ...................................................................................................... 11
Conclusión ............................................................................................................................ 12
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INTRODUCCION
El estudio de los tipos de gobierno es esencial para comprender cómo se organizan y
administran las sociedades en todo el mundo. A lo largo de la historia, han surgido diversas
formas de gobierno, cada una con sus propias características, fortalezas y debilidades. En
esta conclusión, analizaremos algunos de los tipos de gobierno más comunes y
exploraremos sus efectos en el desarrollo y el bienestar de las naciones. Al comprender los
diferentes sistemas de gobierno, podemos apreciar la diversidad política y reflexionar sobre
cuál podría ser el más adecuado para una sociedad determinada.
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Formas de Gobierno
Cuando se habla de formas de gobierno, usualmente se hace alusión al modelo de
organización del poder político que adopta un Estado, en base a las relaciones existentes
entre sus instituciones determinadas. Se trata de un concepto clave en las ciencias políticas,
que también puede llamarse sistema de gobierno, régimen de gobierno o modelo político.

Las distintas formas de gobierno posibles presentan numerosas diferencias y cambian a


menudo de una época a otra y de un Estado a otro, obedeciendo a condiciones estructurales,
históricas o idiosincráticas de la sociedad y la población, cuando no a condiciones
coyunturales o accidentales, como guerras, catástrofes, depresiones económicas, etc.

Este concepto no debe confundirse con las formas de Estado, que apuntan a la organización
político-territorial de una nación, aunque es frecuente hallarlo referido en el nombre mismo
del país: Reino de España, República Democrática de Corea, Federación Rusa, etc.

Del mismo modo, existen muchas clasificaciones y nomenclaturas para las formas de
gobierno, algunas provenientes de la antigüedad. Así, es posible clasificarlas de acuerdo a
distintos criterios:

• Según el mecanismo escogido para optar a la jefatura del Estado. O sea, dependiendo
de cuáles son los procedimientos que definen quién conduce políticamente a la
nación. Si el jefe de Estado es electo, estaremos ante una República; si hereda el
poder, estamos ante una monarquía; si lo usurpa sin atender a ningún mecanismo,
ante una autocracia.
• Según el grado de libertad y participación política. Esto es, dependiendo de cómo se
administra el poder de cara al respeto de los derechos humanos y fundamentales de
la población. Así, puede haber autoritarismos, totalitarismos o democracias.
• Según el tipo de vínculo existente entre la jefatura del estado y el parlamento. Esta
clasificación distingue entre regímenes presidenciales, en los que el presidente es
electo y constituye un poder político aparte, y los regímenes parlamentarios, en los
que el parlamento elige de su seno un primer ministro que ejerza la jefatura del Estado
con poderes muy limitados por el legislativo.
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Sin embargo, todos estos criterios no se excluyen mutuamente, sino que pueden combinarse,
dando así origen a diversas posibilidades políticas y organizativas.

Tipos de Gobierno
Democracia

La democracia es un sistema político y de organización social en el que se confiere el poder


de decisión en la conducción del Estado (es decir, la soberanía) al pueblo, que se expresa
mediante la voluntad de la mayoría. Este poder puede expresarse de forma directa o indirecta
y, dentro del marco de la democracia, se espera que las instituciones ejecuten y defiendan la
voluntad del pueblo, que les transfiere o delega el control del Estado en mayor o menor
medida.

El término “democracia” proviene de las voces griegas dêmos, “pueblo”, y krateîn, “poder”,
de modo que equivale a algo así como “el poder del pueblo”. De esta forma, los sistemas
democráticos se distinguen de otras formas de gobiernos como las dictaduras, la autocracia
y los autoritarismos.

La democracia es una de las formas de gobierno imperante en el mundo actual, y es a través


de este sistema que las decisiones trascendentales de la vida nacional, tales como la
designación de cargos políticos de los poderes ejecutivo y legislativo, se someten a consulta
o votación popular.

Para que este método de consulta sea válido, todos los ciudadanos en edad y condiciones
legales para elegir deben poder hacerlo libremente, de manera secreta y universal. Los
representantes elegidos bajo un sistema democrático deben velar por los intereses de toda la
población y se les exigen determinadas responsabilidades. Esto implica no incurrir en actos
deshonestos ni poner intereses personales sobre el bien común.

Además de la elección de los representantes, la democracia implica otras formas y


mecanismos que usa la ciudadanía para participar de las decisiones, como los debates, los
referendos, la participación en juntas vecinales, las movilizaciones, entre otros. El uso y
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función de estos mecanismos varían según el tipo de democracia que impere dentro de cada
territorio.

Aunque las características propias de una democracia pueden cambiar de acuerdo a cada país,
existe una serie de principios que son comunes a todas las democracias. Uno de los
principales principios democráticos supone respetar los derechos humanos fundamentales y
garantizar las libertades civiles básicas, según lo contemplado en la Declaración Universal
de Derechos Humanos.

Es común confundir la idea de democracia con la de república: esta última implica la


separación de poderes y la igualdad ante la ley, elementos que se consideran indispensables
para la existencia de un gobierno democrático. Sin embargo, se trata de nociones distintas,
por lo que en principio puede haber democracias no republicanas y repúblicas no
democráticas.

Principios y características de la democracia

Todo sistema democrático moderno se debe guiar necesariamente por los siguientes
principios:

• La soberanía popular. El poder político debe emanar del pueblo, que será capaz de
decidir en última instancia cómo desea gobernarse. Dicha soberanía puede
transferirse temporal y parcialmente a los representantes políticos mediante el voto
popular libre, secreto y universal. Sin embargo, existen condiciones mínimas
requeridas para ejercer el derecho al voto, como pueden ser la edad mínima elegible
o la solvencia con determinadas obligaciones legales, dependiendo de lo estipulado
en la Constitución de cada país. Los ciudadanos deben poder elegir entre diferentes
opciones a la hora de emitir su voto.
• El Estado de derecho. Los miembros de un Estado, tanto ciudadanos como el poder
político, están sometidos a las leyes propias de cada territorio y deben cumplirlas en
todos los casos.
• La igualdad. En una democracia, todos los individuos son iguales ante la ley, por lo
que los ciudadanos deben recibir un trato justo y equitativo y no deben ser
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discriminados por raza, etnia, sexo, entre otras características. Además, el voto de
toda la población debe siempre valer lo mismo y darse bajo las mismas condiciones.
• El respeto por las libertades individuales y los derechos humanos. Dentro de una
democracia, los ciudadanos deben tener garantizadas sus libertades fundamentales,
como la libertad de expresión, política, de circulación, de religión, de pensamiento,
entre muchas otras. Además, se deben respetar los derechos humanos universales.
• La limitación del poder. Toda forma de poder político en una democracia deberá tener
límites, y las distintas instituciones del Estado deberán velar por que así sea. La
Constitución o Carta Magna del país tendrá la última palabra respecto a los
mecanismos y procedimientos para garantizar el respeto a la voluntad popular. La
ciudadanía espera de sus representantes transparencia y que rindan cuentas frente al
ejercicio de sus funciones.

Republicas

Una república es una forma de gobierno y organización del Estado, en la que el poder público
es ejercido por representantes del pueblo, ceñidos a un cuerpo de leyes fundamentales
establecidas para todos (o sea, una Constitución), y en el marco de una separación de los
poderes públicos.

La palabra república proviene del latín Res publica, “la cosa pública”, o sea, la esfera de
intereses públicos o del Estado. El término fue empleado por primera vez alrededor del año
500 a. C., al inicio justamente del gobierno republicano de la antigua Roma, que duró hasta
el 27 a. C. cuando se transformó en una monarquía. En ese entonces, la república consistía
en una forma parcial de democracia, en el que una aristocracia (los Patricios) ocupaba los
asientos del senado romano, y entre ellos se elegía a dos cónsules o vicegobernantes mediante
el voto de todos los ciudadanos libres de Roma.

Sin embargo, lo que hoy se entiende por república difiere del uso antiguo, y generalmente se
refiere al imperio de la ley y la separación de los poderes públicos. En ese sentido, la
existencia de la república es contraria al acaparamiento del poder político por parte de una
sola figura, como ocurre en las autocracias, o a la designación vitalicia de cargos públicos,
como ocurre en las monarquías.
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Cuando hablamos de república, en la actualidad, nos referimos normalmente a un gobierno


sostenido por sus instituciones democráticas, en el que la totalidad de los ciudadanos son
iguales ante la ley. Esta idea de república surgió tras la Revolución Francesa de 1789, en la
que se abolió la monarquía tradicional francesa. Aun así, existe cierto margen de ambigüedad
en torno al uso del término, dependiendo del punto de vista considerado.

Características de una república

En general, una república tiene las siguientes características fundamentales:

Participación política activa de los ciudadanos, o sea, el manejo público y abierto de los actos
estatales, y la posibilidad de cualquier ciudadano apto para ello de formar parte activa del
quehacer político.

Representación ciudadana igualitaria en las instituciones, esto es, que las instituciones del
Estado sean conducidas por representantes del pueblo, y que ninguna tenga prioridad o
prelación por encima de las demás, ni se someta a reglas fundamentales diferentes.

Libertad e igualdad ante la ley para la ciudadanía, de modo que las esferas de lo público y lo
privado estén separadas y posean sus respectivos marcos normativos, garantizando el libre
ejercicio individual, cultural, económico, social y político.

Tipos de república

Existen diferentes formas de clasificar las repúblicas. Por ejemplo, según su respeto por los
valores democráticos, podemos hablar de:

• Repúblicas democráticas, cuando sus autoridades son electas mediante el voto directo
o indirecto del pueblo, y se garantizan en general los derechos humanos
fundamentales.
• Repúblicas autoritarias, cuando el poder es ejercido de manera unilateral por alguna
facción política, que acapara las instituciones y vulnera las formas democráticas.
Pueden ser repúblicas unipartidistas, por ejemplo, en las que existe un único partido
político posible: el que ejerce el poder.
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Monarquías

La monarquía es una forma de gobierno en la cual la jefatura del Estado recae sobre el
rey, variando sus competencias y poderes según el tipo de monarquía que se instale.

En la monarquía, el rey es el jefe del Estado, y como tal tiene una serie de poderes. Estos
varían desde ostentar todo el poder estatal como ocurre en las monarquías absolutas, a no
tener ningún poder como en las monarquías parlamentarias, donde el rey es el mero
símbolo de la unidad del país.

La monarquía tiene varias características que son comunes a todos sus tipos. Primero, la
sucesión monárquica es hereditaria, pasa del rey a su primogénito. Segundo, tiene
carácter vitalicio, históricamente las monarquías solo han visto su fin con su
derrocamiento de forma violenta, armada o coactiva. Y, por último, el rey o monarca es
solo una persona, aunque la casa real tenga más componentes, quien ejerce las funciones
de rey es solo uno.

Hay tres tipos de monarquía:

• Monarquía absoluta. Es la monarquía más antigua, y es característica de la Edad


Media. En ella, no hay separación de poderes, el rey ostenta el poder ejecutivo,
legislativo y judicial. Aunque en el siglo XXI casi todas las monarquías absolutas
han evolucionado otros regímenes de gobierno, todavía encontramos algunos
casos como el de Arabia Saudita.
• Monarquía constitucional. Es el tipo de monarquía que surge de la Constitución
francesa de 1791 y que posteriormente instaurarían muchos países europeos
durante el siglo XIX. En este régimen, el rey ostenta el poder ejecutivo pero no el
legislativo. Este último es llevado a cabo por una cámara de representantes
elegido normalmente por los ciudadanos. Básicamente, la monarquía
constitucional es la evolución de la monarquía absoluta ante las presiones del
pueblo o de sectores de influencia demandando una mayor apertura de derechos
y libertades.
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• Monarquía parlamentaria. En ellas, se dice que el rey reina pero no gobierna. Esto
ocurre porque ninguno de los poderes del Estado recae en el monarca. Es decir,
el poder judicial, legislativo y ejecutivo son totalmente independientes de la
corona. Además, en la práctica deberían ser independientes entre sí, pero esto es
más que cuestionable. Las monarquías parlamentarias, en teoría, son democracias
plenas, ya que el rey no incide en ningún poder, y son las más comunes dentro de
los tres tipos.

Teocracia

Una teocracia es una forma de gobierno en la que el Estado y el poder político son
administrados por las instituciones de la religión dominante en la nación. Es decir, como su
nombre mismo lo indica (del griego theós, “dios”, y kratos, “poder” o “gobierno”), se trata
del gobierno de dios o, a decir verdad, de sus supuestos representantes en la Tierra: una casta
sacerdotal o un monarca religioso.

Esto significa que, en una sociedad teocrática, el poder para guiar y ordenar la sociedad lo
ejercen las instituciones religiosas, conforme a los códigos morales y sociales que su dogma
establezca. Así, en ellas no existe la separación entre las leyes del Estado y las leyes de la
Iglesia, o en todo caso se trata de una separación muy pequeña.

Muchas monarquías pueden también considerarse teocracias, ya que sus reyes o emperadores
gobiernan por derecho divino, o sea, porque así Dios lo dispuso, o que hacen en la Tierra su
voluntad. En esos casos, el clero es además un actor social de mucha influencia en la política,
al punto de ser las autoridades religiosas quienes coronan a sus reyes.

Características de una teocracia

Generalmente, al hablar de una teocracia, pensamos en las siguientes características:

Existe una clase sacerdotal poderosa y en control directo o indirecto del Estado, a través del
cual imponen a la sociedad un punto de vista más o menos fundamentalista en materia moral,
social e incluso política y económica.
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El poder se ejerce en nombre de la voluntad divina, o sea, por mandato de Dios, y por lo tanto
las leyes religiosas se imponen también como leyes políticas.

No existe separación entre Estado y Religión.

Ejemplos de teocracias

No es difícil conseguir ejemplos de teocracia a lo largo de la historia: el Imperio Sij de la


India, el gobierno del Dalái Lama en Tibet hasta la invasión china de 1951, o el califato
otomano de 1924.

Los profundos cambios culturales del Renacimiento y, sobre todo, de la posterior Ilustración,
establecieron la separación radical de Estado y religión. Por su parte, en la actualidad,
sobreviven muy contados casos de teocracia, como son:

• El gobierno de la Ciudad del Vaticano, encabezado por el sumo pontífice de la Iglesia


Católica, el Papa.
• El gobierno islámico revolucionario de Irán, controlada desde sus inicios por los
ayatolás (especialmente su fundador, el ayatolá Jomeini).
• El califato de facto establecido por las fuerzas del autodenominado Estado Islámico
(ISIS) en Medio Oriente desde 2014, a raíz de los brutales conflictos de la región.
• El Estado Islámico de Afganistán, regido por la ley musulmana (la sharia) y
gobernado por los muyahidín desde 1992 hasta 2004.
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Conclusión
A lo largo de la historia, las sociedades han experimentado una amplia gama de formas de
gobierno en su búsqueda por establecer sistemas políticos que satisfagan las necesidades y
aspiraciones de sus ciudadanos. Desde las monarquías ancestrales hasta las democracias
modernas, los diferentes tipos de gobierno han dejado su huella en la evolución de las
naciones y en la vida de las personas que las habitan. En esta conclusión, reflexionaremos
sobre las diversas formas de gobierno analizadas, destacando sus fortalezas, debilidades y el
impacto que han tenido en el desarrollo y la estabilidad de las sociedades.

Cada forma de gobierno tiene su propia dinámica y características únicas, que reflejan los
valores, la cultura y las circunstancias históricas de una sociedad en particular. Las
monarquías, por ejemplo, se basan en la herencia del poder y la autoridad de una sola familia,
mientras que las democracias se fundamentan en los principios de participación ciudadana y
representación política. Las dictaduras, en contraste, concentran el poder en manos de un
individuo o un pequeño grupo, limitando las libertades y derechos individuales en aras de la
estabilidad política. Centrándonos mas en cada uno de los puntos principales de cada
gobierno, podemos decir que, por ejemplo:

La democracia es un sistema de gobierno que se basa en la participación ciudadana y la toma


de decisiones colectivas. En una democracia, los ciudadanos tienen el derecho y la
responsabilidad de elegir a sus representantes y participar en el proceso político. Este tipo de
gobierno promueve la igualdad de derechos y oportunidades, así como la protección de las
libertades civiles y los derechos humanos. Además, la democracia fomenta la rendición de
cuentas y la transparencia en la gestión del poder.

Sin embargo, la democracia también tiene sus desafíos. El proceso democrático puede ser
lento y burocrático, lo que dificulta la toma de decisiones rápidas y efectivas en momentos
de crisis. Además, la participación ciudadana puede verse limitada por barreras
socioeconómicas y educativas, lo que puede dar lugar a desigualdades en la representación
política. Además, existe el riesgo de que la mayoría imponga sus preferencias sobre las
minorías, lo que podría llevar a la exclusión y la discriminación.
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Las repúblicas representan una forma de gobierno en la cual el poder reside en el pueblo y
es ejercido a través de representantes elegidos. Este sistema ha demostrado ser una alternativa
viable a las monarquías y dictaduras, ya que promueve la participación ciudadana, la
rendición de cuentas y la protección de los derechos y libertades individuales.

Permiten que los ciudadanos de diferentes orígenes y opiniones políticas participen en el


proceso democrático. La separación de poderes, una característica común en las repúblicas,
garantiza un sistema de control y equilibrio, evitando la concentración excesiva de poder y
promoviendo la transparencia y la responsabilidad en la toma de decisiones.

Sin embargo, las repúblicas también enfrentan desafíos y debilidades. La participación


ciudadana puede verse limitada por factores socioeconómicos y educativos, lo que puede
resultar en desigualdades en la representación política. Además, la polarización política y la
falta de consenso pueden dificultar la toma de decisiones efectivas y el avance en la
implementación de políticas públicas.

La monarquía es un sistema de gobierno en el que el poder está en manos de un monarca,


como un rey o una reina, que suele heredar su posición. La monarquía puede ser absoluta,
donde el monarca tiene un poder ilimitado, o constitucional, donde el monarca tiene poderes
limitados y comparte el gobierno con otras instituciones. La monarquía puede proporcionar
estabilidad y continuidad en la dirección política, ya que el monarca a menudo encarna la
tradición y la historia de una nación.

Sin embargo, la monarquía también puede plantear preocupaciones en términos de igualdad


y democracia. El hecho de que el poder se herede dentro de una familia real puede ser
considerado antidemocrático, ya que no se basa en la voluntad del pueblo. Además, en las
monarquías absolutas, el monarca tiene un poder absoluto que no está sujeto a la rendición
de cuentas, lo que puede conducir al abuso de poder y la falta de transparencia.

Y para finalizar;

La teocracia, como forma de gobierno en la cual el poder político está basado en la autoridad
religiosa, ha sido objeto de debate y controversia a lo largo de la historia. Si bien algunos
argumentan que la teocracia puede proporcionar una estructura moral y espiritual sólida para
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una sociedad, otros señalan preocupaciones en términos de pluralismo, derechos humanos y


separación de iglesia y Estado.

Una teocracia puede ofrecer cohesión social a través de una única autoridad religiosa que
dicta las normas y los valores fundamentales. La religión puede servir como un marco ético
y moral que guía las políticas y decisiones gubernamentales. Además, en algunos casos, la
teocracia puede promover la justicia social y la igualdad al abogar por principios religiosos
de ayuda mutua y compasión hacia los menos privilegiados.

Sin embargo, la teocracia también plantea preocupaciones significativas. En primer lugar, la


imposición de una única interpretación religiosa puede limitar la libertad de pensamiento, la
diversidad de creencias y la expresión individual. Además, puede conducir a la
discriminación y exclusión de aquellos que no comparten la religión oficial o no siguen las
normas religiosas establecidas. La participación política puede estar restringida a aquellos
que están afiliados a la religión dominante, lo que socava los principios democráticos de
inclusión y pluralismo.

Es importante tener en cuenta que los sistemas de gobierno no son estáticos y pueden
evolucionar con el tiempo. Muchas naciones han experimentado cambios en su forma de
gobierno a lo largo de la historia, buscando adaptarse a las necesidades y aspiraciones de sus
ciudadanos. El estudio de los tipos de gobierno nos ayuda a comprender las dinámicas
políticas y las implicaciones sociales de diferentes sistemas, así como a reflexionar sobre
cómo podemos mejorar y fortalecer nuestras propias instituciones políticas.

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