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PRINCIPIOS PENALES
G u il l e r m o Y a c o b u c c i
Profesor de Derecho penal
Universidad Austral - Argentina
El sentido de los
PRINCIPIOS PENALES
2014
cfu fio C ésa r J a ira - Editor
I.S.B.N.: 978-9974-708-43-3
cional de 1994, recoge una con cepción an trop ológica qu e no adm ite la co-
sificación del ser hum ano y, p o r ende, re ch a za su con sideración en cual
quier otra form a que no sea com o p erson a, lo que presupone su condición
de ente cap az de au todeterm inación y d otado de con cien cia m oral. Por
am plias que sean las diferencias, no p u ede negarse qu e la lín ea ética que
arran ca con A ristóteles y que sigu e con San to Tom ás, Kant, Hegel, etc.,
particip a en com ún de esta esen cia del con cepto b ásico de p erso n a hum a
na, d esarrollan do sus diferencias siem pre sobre esa m ism a base, que es
la que sustenta las norm as de n u estra Con stitu ción de 1853-1860”.
568 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
100 M o c c ia , Il D iritto Pen ale tra E ssere e Valore, cit., pp. 142 y ss., donde
in dica que la sentencia 364/88 im pone com o d o c trin a que los elem entos
más sign ificativos de la “fa ttis p e cie ” al m enos d eben ser alcan zad os a t í
tulo culposo. De todos m odos, aclara qu e ha de sum arse la con cien cia de
ilicitu d com o dato inexcusable de la resp on sabilid ad penal.
101 M a r in u c c i y D o l c in i , Corso, cit., pp. 326 y ss., donde m u estran el
cará cter incompleto de la sentencia de la CCI del 31 de m ayo de 1965,
pues d eja sin resolver la n aturaleza y los asp ectos del “co efficie n ti d i co l-
p evo lez a ” que requiere la im putación p or el hecho propio. De a llí la “svolta
s to rica ” que significó la sentencia 364/88, en ta n to postu la qu e al m en os
la im putación subjetiva debe ser a títu lo cu lp oso y la relativización de qu e
no excu sa la ign oran cia de la ley penal.
102 Asi lo valoran especialm ente S to rio n i y Padovani, en D iritto p e n a le e
fa ttis p e cie criminose, cit., pp. 88 y ss.
103 D o n in i , M assimo, A lla R icerca di u n D iseg n o, CEDAM , 2003, pp.
238 y ss. Donnini realiza un an álisis crítico de a lg u n o s fa llo s de la ju s t i
cia ita lian a, m ás allá de reconocer sus efectos profu ndos y radicales. E n
p articu lar asume la sentencia de la CCI 364/88 destacando la n oción d e
que puede haber dolo o cu lp a sin culpabilidad. D e todos m odos, c u a n d o
avan za a la sentencia del 24 de ju lio de 2 007 -n ° 3 2 2 - referid a al art. 6 0 9
sexies d el Código penal italiano critica qu e sea n ecesario que la in s ta n c ia
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57. La r e l a c ió n s u b j e t iv a d e l a g e n t e c o n s u h e c h o
108 Explica K indhäuser desde los presupuestos de su teo ría que la capa
cidad de acción y la capacidad de m otivación son los dos tipos de capacidad
que se encuentran en el centro de la im putación ju rídico penal. M ediante la
capacidad de acción se indaga si un autor realizó el tipo subjetivo del delito.
La capacidad de m otivación, por el contrario, es el criterio decisivo para
im putar a la culpabilidad el injusto realizado por u n autor. Asi, el ejercicio
erróneo de la capacidad de acción constituye el injusto y el uso erróneo
de la capacidad de m otivación constituye la culpabilidad. De modo básico
entonces, saber que la realización del tip o penal es evitable constituye un
presupuesto esen cial de la imputación subjetiva. Por ello, es razonable que
se identifique al dolo con ese conocim iento. Cfr. K in d h ä u s e r , Acerca de la
delim itación entre dolo e im prudencia - Z u r Abgrenzung von Vorsatz und
Fahrlässigkeit-, dentro del sem inario en la Universidad Austral.
109 Así, M odel P en a l Code. A rticle 2 G eneral Prin cipies o f Liability.
2.01 R equirem ent o f Voluntary Act; O m ission a s Basis o f Liability; P o s
session as an Act.
(1) A person is not guilty o f an offen se u nless his liability is based on
conduct which in clu d es a voluntary a ct o r the om ission to p e rfo rm an a ct o f
w hich he is p h y sica lly capa ble.
574 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
quede claro, de que cuando concurre dolo del tipo el autor lo asocie p or
re g la general con el injusto; m ás allá de ello, el dolo del tipo y la conciencia
de injusto son lo mismo. P or supuesto que tam bién hay delitos en los que
es posible sep arar el conocim iento del tipo, form ulado positivam ente, de la
conciencia de injusto. U n a separación se puede llevar a cabo siempre que
u n a conducta no se prohíbe p or sí m ism a sino p or sus posibles -p e ro en
el c aso concreto tam bién im posibles- consecuencias: se trata de p eligros
de delito abstracto en u n sentido amplio. Cfr. Jakobs, “D olus malus”, en
Festschrift f ü r H ans-Joa ch im Rudolphi, Luchterhand, Neuwied, 2004. T ra
ducción de Yam ila Fakhouri Gómez, InD ret 4/2009.
114 Así, Hruschka, “¿R ealm ente es lim itad a la teoría lim itada de la c u l
pab ilida d?”, cit.
E l p r in c ip io d e c u l p a b il i d a d 577
121 R ecu erd a Jakobs que la regu la ción p sicologizan te del dolo se debe
a u n a n atu ra lizació n del lado subjetivo del hecho, a cuya irru pción con tri
buyó especialm en te v. Feuerbach. Cfr. Jakobs, Dolus m alu s, cit.
582 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
120 Cfr. E n g is c h , Karl, D ie Lehere von der W illensfreiheit, in der stra fre-
ch tsph ilosoph isch ren D ok trin der G egen w a rt -1 9 6 5 -. Hay traducción c a s
tellan a de José Luis G uzm án D albora, BdeF, M ontevideo-B uenos A ires.
1lb En ese orden, M ezger exp lica en su m anu al -L e h rb u c h , hay trad u c
ción españ ola de F in zi- que no estam o s en con dicion es de solucionar en
form a em p írica la cuestión de si el autor hubiera podido actu ar verd ad e
ram en te de o tra m anera en el m om ento del hecho, pero la v id a práctica y
tam b ién el derecho establecen d eterm in adas exigen cias norm ativas a las
perso n as que form an parte de la com unidad. En con secuen cia, es c u lp a
ble en el sentido del derecho p en al el que no cum ple con las exigen cias
que se le dirigen. Esta postu ra, de tod os modos, se d ista n cia del p lan teo
de K oh lrau sch - a l que c ritic a - p or la referencia que hace a un criterio o
posibilidad general, no in divid u al en el ju icio de cu lpabilidad.
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12' E l cará cter del que se habla es aquel que se expresa en hechos y
que puede ser c a p a z de reaccion ar ante la am en aza de pena. P or la pena,
el autor tiene que a n a liza rse ante si m ism o. La p en a brinda así m otivos
para sujetarse a las prescripciones de la s norm as, de m anera que las
disposiciones favorables al cum plim iento de las exigencias ven ga n forta
lecidas y las ten den cias confrontativas, contenidas. En ú ltim a instancia,
somos fiadores de ser com o som os ante la sociedad. Cfr. E n g is c h , La Teoría
de la libertad d e la voluntad, cit.
E l p rin c ip io d e c u lp a b ilid a d 585
144 C om o todo lo “e sp iritu a l”, dice H ru sch ka, el dolo propiam ente no
se constata o se prueba sino que se im puta. C u an do se dice que algu ien
actú a con dolo no se realiza un ju icio descriptivo sin o adscriptivo. No se
trata d e un juicio arbitrario pues en verdad se recu rre a las circu n stan
cias y h echos externos que son perceptibles por los sentidos y resu ltan la
base de la im putación del dolo. Cfr. Hruschka, “L a d ifíc il prueba del dolo” ,
en Im putación y D erecho p en a l, cit., pp. 152-156.
143 C f r . C u n eo L ib a r o n a , M ariano, “E l dolo y su p ru eba en el proceso
p en al”, LL, 31/7/13.
146 M ario Laporta señ ala la s referencias a c ierto s tópicos com o m étodo
de n orm ativización del dolo, sobre todo en la in stan cia de la im putación.
El dolo y su determ inación en Casación, L exis-N exis, Buenos Aires, 2007,
pp. 15 y ss.
14' Cfr. R obic.l io , C arolina, A specto su bjetivo del tip o y p ru eb a del dolo
en los d elitos tributarios, A d -H oc, Buenos A ires, 2012.
148 R ac .u é s , R am ón, E l dolo, su p ru eb a en el p ro c e s o penal, Bosch, B a r
celona, 1999. Un planteo c rítico en D o n in i , M assim o, “ II dolo eventuale...” ,
y a citado.
594 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
149 CFCP, S ala II, cau sa n° 11.089, “R od rígu ez, J avier”, reg. nc 16.089,
15/3/10, voto del ju e z Yacobucci.
lr>0 Cfr. L a p o r t a , El d olo y su determ ina ción, cit. pp. 164 y ss.
151 B in d in g , Karl, D ie N orm en u tid ihre Ü bertretung, t. II, Leipzig, 1877,
p ará grafo s 39, p. 120, 50, p. 269 y 45, p. 187, n ota 254.
E l p r in c ip io d e c u l p a b il i d a d 595
lo2 C fr . H usac , D ouglas, The Philosophy o f C rim ina l Law, select essays,
Oxford, 2010, pp. 205 y ss.
596 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
153 Cfr. H u s a c , The Ph ilosophy o f Criminal Law, cit., pp. 206, 210 y 266-
267. Sobre todo, el Capítulo II, Degress o f Culpability. En algunos casos de
ha buscado analogías entre el dolo eventual de la tradición continental y el
recklesness, sin embargo p areciera que la representación del riesgo tam bién
lo aproxim a a la culpa consciente. Ver sobre la cuestión R a g ú e s , Ramón, L a
ignorancia deliberada en D erech o penal, Atelier, Barcelona, 2007, p. 73.
1’ ’ Ragúes, La ignorancia deliberada, cit., pp. 32, 35, 59-60.
E l p r in c ip io d e c u l p a b il id a d 597
“The same sta tu te did not require th e govern m ent to p ro v e that th e d efen
dant knew the w eapon w as unregistered. The C ourt in F re e d reasoned th a t
defendants w ere on sufficient n otice o f p o te n tia l regu la tion i f th ey k n ew
they had a d a ngerous firea rm ; it w a s a p p rop ria te fo r th em to bea r the b u r
den o f d iscoverin g w hether tlieir w eapon w a s registered o r n o t”. D e to d o s
modos, m u estra las dificultades de tra za r d istincion es cla ra s en tre p u b lic
w elfare offenses y fe d era l crim inal sta tu tes y c ita en abono de esa cu estión ,
el precedente “ Staples v. United S ta tes” en el que la C orte exige la p ru e b a
de mens rea requirem ent o f know ledge en un c aso donde la im putación p o r
un arm a de fu e g o im plicaba la discusión sobre si las e xig en cias de a u to ri
zación ab arcaban arm as au tom áticas o tam bién sem iautom áticas.
lj9 Así, la C o rte observa: “In ord in a ry En glish, w here a tra n sitive v e rb
h as an object, listeners in most co n te xts a ssu m e that an a dverb (s u c h
as know ingly) th at m odifies the tra nsitive verb tells th e listen er how th e
subject p erfo rm ed the en tire action, in clud in g the object a s set fo r th in th e
sen ten ce”. T ra p s aún así enfatiza qu e la fu n da m en tación g ra m a tica l s e
602 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
58. E l p r in c ip io d e c u l p a b i l id a d f r e n t e a l p r o b l e m a d e l e r r o r
así que cada ciudadano que ha alcanzado u n a determ inada edad cuenta
con la capacidad y la voluntad de motivarse de m odo leal a derecho. Por eso
entre la comprobación de la capacidad de acción en el m arco del injusto y la
com probación de la capacidad de motivación en el m arco de la culpabilidad
se da u n a diferencia significativa que se h a de reflejar en la caracterización
del e rro r en cada nivel. A su entender, las representaciones relevantes p ara
el dolo no encuentran un correlato directo en la conciencia de la an tiju ri
dicidad. Para la im putación en el nivel de la culpabilidad, basta con qu e la
falta de conocimiento de la norma no haya sido invencible. En con secuen
cia, actú a con conciencia de la antijuridicidad qu ien reconoce el cará cter
prohibido de su com portam iento. Si el autor desconoce la norm a correspon
diente al contenido del tipo delictivo, o se equ ivoca acerca del sign ificado d e
los conceptos a través de los cuales se encuentra formulada, ju zgan d o a s í
su com portam iento como permitido, entonces él se encuentra en un e rro r
de prohibición, que sólo en caso de ser invencible lleva a una exclusión de la-
culpabilidad. Cfr. K in d h á u s e r , E rror de tip o y error d e prohibición, s e m in a rio
dictado en la Universidad Austral.
165 El T SE afirm a: “L a d octrina y la ley d istin gu en entre los e r r o r e s
d irecto s de prohibición, es decir, los que recaen sobre la existen cia de l a
n orm a prohibitiva o im perativa, y los errores in d irecto s de prohibición q u e
se refieren a la existen cia en la ley de la au torización para la ejecución d e
una acción típ ica (causa de ju stificación ) o a los presupuestos de h ech o e
norm ativos de u n a causa de ju stificación ’ (STS 457/2003 y 2500/2012).
166 R o x in , D erecho p en a l, AT, t. I, p a rá gra fo s 12.11 y 21, cit. T a m b ié r
B a c ig a l u p o , D erech o p en a l, cit., pp. 425 y ss.
167 Bin ding considera que el enem igo del dolo an tijurídico es el e r r o r
606 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
169 Tam bién M anso con sidera que si efectivam ente existe un m otivo
para la inform ación ju ríd ica , ese motivo p ara com probar la licitud debe
poner a l autor en la d isyu n tiva de in form arse u o m itir la acción. Si no se
in form a y actú a a p esar de ello, entonces responde p or las con secuen cias
de la acción, aun cuando d u ran te el hecho la actu alización del con ten ido
de la n orm a es ya im posible. E l ju icio de evitabilidad debe hacerse enton
ces a p a rtir de la existen cia d e un m otivo concreto p ara poner en duda
la ju rid ic id a d del hecho. Por tan to la fa lta de representación actu al de
la n orm a no beneficia p or ende al autor cuan do desconoce lo que en su
entorno resu lta un sab er evidente, o se debe a razo n es que operan en su
contra. P or el contrario, si el au tor ha satisfecho la s exigencias de su rol
y h a obrado conform e a u n a m otivación gen eral de fidelidad al derecho,
el desconocim iento op era n eu tralizan d o o dism in u yen do la culpabilidad.
Cfr. M a n s o , Teresa, D escon ocim ien to de \a n orm a y responsabilidad p en a l,
D ykin son , M adrid, 1999, pp. 19, 22, 83 y 85.
170 J a k o b s , C ulpabilidad en D erecho p en a l, cit., pp. 32 y ss.
E l p r in c ip io d e c u l p a b il id a d 611
59. C apa c id a d d e m o t iv a c ió n , á m b it o d e l ib e r t a d y e x i g ib i l id a d
187 Luzón Peña, D iego M anuel, “Lib ertad , culp ab ilidad y n eu ro cie n cia s ”,
cit., pp. 342 y ss., en particu lar, p. 392. En su estu d io a n a liza c ritic a m e n
te y con especial profu ndidad, las p ostu ras de R ox in y M ir P u ig. P o r su
parte, tomando com o releren cia el p en sam ien to de M aurach, B a c ig a lu p o
plantea la noción de “responsabilidad p or el hecho” com o u n a in s ta n c ia
previa a la culpabilidad, donde se in tegran los elem entos qu e c o n fo rm a n
la exigibilidad. Se trata de u n a categoria in term edia, ante c a s o s de n o
toria reducción de la ilicitud -a s im ila b le s a un estad o de n ecesid ad d is
cu lp a n te- donde se excluye la pu n ibilid ad pero no el ju icio qu e ra tific a la
norma. Bacigalupo, D erech o p en a l, cit., pp. 388 y ss.
188 Roxin exp lica que parte de la d o c trin a d istin gu e entre c a u s a s d e
exclusión de la culpabilidad -fa lta de im p u tab ilidad, error de p ro h ib ic ió n
in ven cib le- donde el sujeto no pod ria a c tu a r de o tro modo, y c a u s a s d e
exculpación -e sta d o de n ecesidad d isc u lp a n te - qu e m u estra n u n a d i s
m inución de la culpabilidad que ju s tific a n del legisla d or la re n u n c ia a la
punibilidad. Roxin, D erech o p en a l, cit., p a rá g ra fo 19, 48.
620 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
60. La e x i g e n c ia d e p e r s o n a l id a d d e l a p e n a
hayan sido constitucionalm ente restrin gid as p or procedim ien tos que sa
tisfagan todos los requ erim ien tos del debido p ro ceso ” ¡voto de los ju eces
Fayt, Petracchi y Boggiano; en sentido coin ciden te se expidieron en su
voto conjunto los ju e c es M oliné O ’Connor, Ló p ez y Bossert).
212 Cfr. Capítulo V III, 47.5.
213 El Comité DH de la ONU, analizando las im plicancias del art. 10.1 del
PDCyP, ha señalado que las carencias alim enticias, de salud física o m en
tal pueden ser asum ida como infracciones a esa n orm a (Com. 1406/2005,
“W eerawansa vs. Sri Lanka”, 17/3/09, Com. 1186/2003, “Titiahonjo c. C a
m erún”, 26/10/07, Com. n° 763/1997, “ Lantsova c. Rusia”, 26/3/02).
214 En el m ism o precedente, la C SJN m arca la im p ortancia de la ley
p en iten ciaria y el debido con trol ju risd iccio n al sob re su cum plim iento al
in d icar en su consid. 17: “ Que los p rin cip ios de control ju d ic ia l y de le
galidad también h an sido explícitam en te recep tad os por la le y 24.660 de
ejecución de pena. E l art. 3 expresa: “L a ejecución de la p en a privativa
de libertad, en tod as sus m odalidades, e sta rá som etida al perm anente
control judicial. El ju e z de ejecución o ju e z com petente ga ran tizará el
cum plim iento de las n orm as constitucionales, lo s tratados in tern aciona
les ratificados por la R epública A rgen tin a y los derechos internacionales
ratificados por la R epública Argen tina y los derechos de los condenados
no afectados por la condena o p or la le y ”. E n su voto, el ju e z B oggian o p re
cisó en los consids. 5 y 6: “Q u e el art. 1 de la ley 24.660, en arm o n ía con
los tratados in tern acionales (art. 9.3 del P acto In tern acion al de Derechos
C iviles y Políticos y art. 5.6 del Pacto de S an J o sé de Costa Rica) dispone
que la finalidad de la pena privativa de la lib erta d es lograr que el con de
nado adquiera la capacidad de com prender y re sp e ta r la ley, procurando
su adecu ada reinserción social. El art. 2, por su parte, prescribe que el
condenado podrá ejercer todos los derechos no afectad os por la condena o
por la ley y las reglam en tacion es que en su con secu en cia se d icte”. Agregó
634 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
que “es en función de aquellos p rin cip ios que la ley establece u n continuo
sistem a de control ju d ic ia l de la ejecución de la pena a fin de salvagu ard ar
garan tías de rango constitucional. En consecuencia, le asiste al condena
do el derecho de recu rrir cu alq u ier acto lesivo de ta le s garantías (arg. art.
8.2.h del Pacto de San José d e C osta Rica), pues e lla s no se reducen al
proceso p revio a la im posición de la pena sino que se extienden al cu m
plim iento de ésta”. Cfr. CSJN “ R. 230. X XX IV . R ecurso de hecho. Rom ero
C acharane, Hugo A lberto s/ejecución p en al”, 9 de m a rzo de 2004.
E l p r in c ip io d e c u l p a b il id a d 635
61. C u l p a b i l id a d , r e s p o n s a b il i d a d y p e n a
dualización de las penas con stituyen la garan tía de que la determ inación
de la pena no será dejada a la d iscreción ilim ita d a del ju e z, sino que podrá
ser encontrada dentro de un m a rgen estructurado.
219 Lesch sostiene que “ la cu lp ab ilidad p en al no sign ifica o tra c osa que
el propio in ju sto penal, si se la d efin e en el sentido del prin cipio de culpa
bilidad por el hecho com o una p ertu rb ación social que debe ser com pen
sada con la pena. O tra definición no sería de recibo, pues la retribución
de la culpabilidad no puede legitim a rse p e r se al m argen de toda función
social”. Cfr. Lesch, “Injusto y culp ab ilidad en derecho p en al”, R D PC , n° 6,
Madrid, 2000.
220 Bacigalupo, ob. cit., p. 248.
221 Jakobs, Estudios de derecho pen al, cit., p. 81.
642 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
228 Por todos, Bacigalupo, P rin cip io s constitucionales, cit., Cap. V II, con
im portante cita de ju risp ru d en cia del TSE y del TCE.
229 La C S JN , sin embargo, enten dió que no había m otivos, en u n caso
com o el señalado, para an a liza r la constitucionalidad de la norma. Es más,
en su voto en m inoría, la ju e za A rgib a y entendió que el carácter de reite
rante del sujeto asum ido por el tip o penal resu lta an álogo a la agravación
por elem entos subjetivos del ánim o. Cfr. CSJN, M .1395.XLII. “Maciel, Mar
celo Fabián s/recurso de incon stitu cion alidad”. Ver tam bién, T. 294. XLV.
Recurso de hecho, “Taboada O rtiz, Víctor, s/inf. art. 189 bis, portación de
arm a de fuego de uso civil” -c a u s a n" 6457/09-, rta. 5/2/13. Por el contra
rio, en esos precedentes, tam bién en un voto en m inoría, el ju e z Zaffaron i
entendió que e l agravante del injusto típico en razón de la reiteración afec
taba el prin cipio de culpabilidad. A l respecto sostuvo que “queda claro que
la pena aplicad a no gu arda relación con la culpabilidad p or el hecho, sino
que se le reprocha además, su c a lid a d de reiterante, prem isa que denota
la aplicación de pautas vin cu la d a s a l derecho penal de autor y de p eligro
sidad”. Z a ffaron i, por lo demás, considera que la reincidencia es inconsti
tu cion al tanto como elem ento del tip o de injusto cuanto com o criterio de
gradu ación de la pena o regulación de beneficios penitenciarios.
650 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
234 S ilva Sánchez sostiene que “no pueden existir factores relevantes
p ara la in divid u alización de la p en a (com portam ientos posteriores al he
cho, nivel de sensibilidad a la p en a, transcurso del tiempo) que carezcan
de un soporte categorial en la te o ría del delito. Sin embargo, parece claro
que hay m ú ltiples circu n stan cias d el hecho concreto a las que se asigna
relevancia cu an tificad ora y que n o tienen u n a referencia categorial clara.
N aturalm ente, aquí suele apelarse a la oscura categoría (por muchos ni
siquiera aceptada) de la pun ibilidad. Sin embargo, su propia naturaleza
de ‘cajón de sastre’ pone de relieve que se hace preciso un desarrollo (y
eventual diferenciación interna) d e ésta”. Cfr. S ilva S á n c h e z , “La teoría de
la d eterm inación de la pena com o sistem a dogmático: un primer esbozo”,
InDret, 2 / 2 0 0 7 .
230 R o x in , Derecho p en al, t. I, c i t ., p a r á g r a f o 23.1 y II.
El p r i n c ip i o d e c u l p a b il id a d 653
236 El CPE prevé en el art. 21.6 com o circu n stan cia s aten u an tes la
“d ila c ió n extraord in aria e in deb ida en la tram itación del procedim iento,
siem pre que no sea atribuible al p ro p io incu lpado y que no guarde p ro
p orción con la com plejidad d e la c a u s a ” (LO 5/2010). Los fu n dam entos
de e s ta aten u ación se h an id en tificad o como u n a repa ración ju d ic ia l de
un d erech o fun dam ental (S S T S E 115/05 y 1363/04), com pen sación de
654 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
23 ' S ilv a S á n ch ez , “¿ E s a n a c r ó n i c a l a d o g m á t i c a p e n a l d e c u ñ o a l e
m á n ? ” , RBCC, 9 6 / 2 0 1 2 .
65 6 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
6 2 . P r i n c ip i o d e c u l p a b i l id a d y r e s p o n s a b il i d a d p e n a l d e l a p e r s o n a
j u r íd i c a
24' En esa noción puede in tegrarse lo que Lam pe c a lifica como “filo s o fía
em presarial crim inógena”, donde se reducen las barreras psicológicas fren
te a los com portam ientos an tijurídicos o se favorece u n a actitud crim in a l.
Dentro de esos supuestos incluye casos donde el m anagem ent by resu lts
m otiva estadios socialm ente peligrosos para los bienes ju rídicos a efecto s
de lograr ciertos beneficios. Cfr. Lampe, L a dogm ática ju ríd ic o p en a l en tre la
ontología social y el fu ncion a lism o, Grijley, Lim a, 2003, pp. 97 y ss.
248 D ie z R íp o l l é s , La responsa bilida d de la p erso n a ju ríd ica , cit.
249 Cfr. Bacigalupo, S ilvin a, La responsabilidad p e n a l de las p e rs o n a s
ju ríd ica s , Bosch, Barcelona, 1998, p. 150.
200 Bacigalupo, Silvin a, L a responsabilidad p e n a l d e las p e rs o n a s j u r í
dicas, Bosch, Barcelona, 1998, p. 150.
662 G u il l e r m o Y a c o b u c c í
63. P r in c ip io d e c u l p a b i l id a d , d e r e c h o d e l a s e g u r i d a d y d e r e c h o
p e n a l d e l e n e m ig o
257 Silva Sánchez exp lica a p a rtir de las distintas perspectivas en que
se entiende el injusto p en al “que existen relaciones c ru zad as entre el con
cepto ideal-com u nicativo y el con cepto em pírico de injusto. Por u n lado, la
negación del D erecho tiene que v e r con la lesión del bien ju ríd ico abarcada
por el dolo, con la peligrosidad de las conductas, con la corresponsabili
dad de la víctim a, etc., lo que d eterm in a que el injusto em pírico dé pie a
muchos criterio s de m edición de la pena. Pero, por otro lado, el concepto
empírico de injusto tiene graves dificu ltad es para e xp lica r todos los casos
de injusto pen alm en te relevante. E llo obliga probablem ente a acoger un
concepto rea l de injusto que in corpore, ju n to a la dim ensión em pírica,
también la com un icativa (o de negación de la norma). E sta últim a es, ade
más, la ú n ic a que puede d ar ra zó n de la relevancia en la determ inación
de la p en a de una serie de factores (por ejemplo, los m otivos del agente o
la in fracción de deberes p or p arte de éste) que, sin ella, qu edarían despro
vistos de fun dam ento categoriaP. Cfr. Silva Sánchez, “ L a teoría de la de
term inación de la pena com o sistem a dogm ático: un p rim er esbozo”, cit.
E l p r i n c ip i o d e c u l p a b il i d a d 669
208 Cfr. Donnini, “D iritto penale di lotta vs. D iritto p en ale del n em ico”,
cit., pp. 164 y ss.
209 En ese supuesto, se d a u n a asim ilación fu n cio n al entre p en a y m e
d id a de seguridad, in clu so aceptan do la a firm ación d e D on nin i en punto
a qu e el propio derecho p en a l n o rm al m uestra u n rostro hostil aun en los
c a s o s donde no se hable d e exclusión o n eu tralización . Cfr. Donnini, “D i
ritto penale di lotta vs. D iritto pen ale del n em ico”, cit., pp. 138 y ss.
260 Según Jakobs, lo esp ecial de este derecho de excepción frente a la
d elin cu en cia norm al está en que no basta con u n a punición proporciona
d a a la culpabilidad, sino que, por el con trario (en el c aso de las an ticip a
ciones), ha de procederse antes del hecho, o a dem ás de la pena, en térm i
n o s de aseguram iento. P u ede plantearse la cuestión de p or qué este ase
gu ram ien to se llam a D erech o p e n a l del enem igo, p artien d o de que se trata
de un D erecho de aseguram iento. L a razón de esta denom inación está en
el legislador, que con figu ra el aseguram iento form alm en te como D erecho
p en al. Los m iem bros de u n a asociación d elictiva son penados conform e
a la ley (m ás a llá de la m edid a de la pertu rb ación de la p a z acontecida), y
no son som etidos a cu stodia, por ejemplo, y la s m edidas de reeducación
y segu rid ad al menos siguen siendo regu la da s com o an exos del D erecho
p e n a l en el Código Pen al. Cfr. Jakobs, ¿D erech o P en a l d el Enem igo? Un
e s tu d io sobre los p resu p u estos de la ju rid icid a d , conferencia d ictad a en
la Universidad Au stral y en el encuentro orga n izad o p or la A ssociazione
F ra n co B ricola en T ren to -m a rz o del 2 0 0 6 -, pu b licada bajo el títu lo “ D i
ritto pen ale del nem ico? Un a n a lisi sulle con d izion i d ella giu ridicità”, en
D e litto p olitico e diritto p e n a le del nemico, a c u ra di G am berin i y O rlandi,
M on d u zzi editore, B ologn a, 2007, pp. 109 y ss.
261 S ilva Sánchez señ a la que no es m uy conocido que Feuerbach escri
b ió y a en 1800 el ensayo Ü b er die S trofe ais S ich eru n g sm ittel vor kü nftigen
670 G u il l e r m o Y a c o b u c c i
64. L a n o c ió n d e D e r e c h o p e n a l d e l e n e m ig o
268 L o que Jakobs p od ría iden tificar com o fun ción latente de asegura
miento (ob. cit.).
269 Jakobs considera que se pretende d a r al D erecho penal del enemigo
al m enos una parte de las garantías propias del Estado de Derecho que
existen en el Derecho penal m aterial y procesal, p ara hacerlo soportable
en térm in os de Estado de Derecho, pero tam bién p a ra ocultar la diferencia
frente al Derecho penal del ciudadano, lo que, en esta medida, resulta per
fectam ente com parable con las medidas de seguridad, y, en este ámbito, de
modo m u y especifico con la custodia de seguridad, que “entran en el bote”
del D erecho penal m aterial en cuanto m edidas de control de riesgos, siendo
a su v e z instituciones de u n Derecho penal del enemigo. ¿Derecho Penal del
Enem igo? Un estudio sobre los presupuestos de la ju rid icid a d , cit.
674 G u il l e r m o Y a c o b u c c i