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Descripción
Los tengu aparecen en el arte en diferentes formas, pero normalmente tienen formas de
enormes pájaros monstruo que han sido humanizados, normalmente con caras rojas, además
de una nariz inusualmente larga. Las descripciones antiguas de los tengu los representan como
figuras estafadoras que pueden tomar formas humanas, solo que con picos de ave o alas. La
nariz los tengu al parecer fue tomada en el siglo xiv, así como la humanización de su forma de
ave. Estas narices tan representativas normalmente son asociadas con la deidad Sintoísta
Sarutahiko, que es descrita en el texto histórico Japonés, el NihonShoki, con una probóscide
(trompa de un elefante u órgano similar) de 38,1 cm de longitud. En los festivales de los
pueblos, estas figuras eran actuadas por personajes con máscaras rojas con largas narices
representativas.
Algunas de las apariciones más antiguas de los tengu se remontan a los pergaminos
pictográficos japoneses como Tenguzōshi Emaki (天狗草子絵巻), que fue pintado en el año
1296, haciendo burla a los sacerdotes de jerarquía más alta al representarlos con picos de
halcones similares a los demonios tengu. Los tengu también solían representarse al tomar la
forma de un sacerdote. Comenzando el siglo xiii, el término tengu se comenzó a relacionar
directamente con los yamabushi, los ascéticos de las montañas que practicaban el Shugendō.
La asociación de esto pronto llegó al arte japonés, en donde los tengu son la vestimenta
representativa de los yamabushi, y esta incluye una pequeña gorra negra (頭襟 tokin) y una
faja especial (結袈裟 yuigesa). Dada su posición de monjes ascéticos, normalmente se
muestran portando un Shakujo, un báculo representativo de los monjes budistas.
Es común que las representaciones de los tengu portaban un ha-uchiwa (羽団扇 "abanico de
plumas"), que eran abanicos fabricados con plumas. En las historias folclóricas, estos abanicos
a veces tenían la habilidad de aumentar o reducir el tamaño de la nariz de una persona, pero
normalmente poseían la habilidad de crear fuertes ráfagas de viento. Algunos otros accesorios
de naturaleza mágica o extraña eran asociados a los tengu, como unas sandalias de un solo
diente de gran altura del tipo geta, normalmente llamadas tengu-geta.
Orígenes
El término tengu y el carácter pictográfico utilizado para escribir esta palabra fue tomada del
nombre de un feroz demonio del folclore chino llamado tiāngoǔ. La literatura tradicional china
asigna una serie de diferentes descripciones, pero la más utilizada es un demonio que
practicaba la antropofagia y tenía una forma de canino que se asemejaba a una estrella fugaz o
un cometa. Hacia un sonido como un trueno y traía consigo la guerra. Un registro de Shù Yì Jì (
述異記, "Una colección de historias raras"), escrita en 1791, describe un tiāngoǔ de apariencia
canina con grandes fauces y postura erguida, pero normalmente los tiāngoǔ del folclore
japonés tenían más semejanza con un oso.
El capítulo 23 del Nihon Shoki, escrito en el año 720, normalmente es reconocido como el
primer texto en mencionar a los tengu en Japón. En este registro una gran estrella fugaz
aparece en el cielo y es identificada por un monje budista como un "perro celestial", en
semejanza con el tiāngoǔ chino, este era un presagio de guerra. A pesar de esto, los símbolos
chinos para tengu, acompañados por los caracteres fonéticos furigana le dan la pronunciación
de amatsukitsune (zorro celestial). M.W. de Visser especuló que los primeros tengu japoneses
representaban la conglomeración de dos espíritus chinos, el tiāngoǔ y los espíritus de zorro
llamados huli jing.
Una versión más reciente del Kujiki, un antiguo libro histórico japonés escribe el nombre de
Amanozako, una deidad femenina monstruosa nacida de la parte feroz del dios Susanoo, con
los caracteres de significado «deidad tengu» (天狗神). Los libros describen a Amanozako como
una criatura furiosa capaz de volar, con el cuerpo de un humano, la cabeza de una bestia, una
larga nariz, grandes orejas y enormes dientes capaces de masticar espadas. Un libro del siglo
xviii llamado Tengu Meigikō (天狗名義考?) sugiere que esta diosa podría ser el verdadero
predecesor de los tengu, pero la autenticidad y fecha de ese Kujiki en particular están en
pugna.