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Reflexión Marta

Lamas
Feministo.

Ética social. Tannia Anahi Robles


Rojas.
UPAEP
De forma personal considero al feminismo una de las fuentes de inspiración de las
mujeres un movimiento grande y significativo pero que a su vez debe de estar
lleno de responsabilidad, de fuerza, lleno de historia, que toda mujer tiene que
conocer para poder desarrollar este movimiento adecuadamente, ya que a lo largo
de la historia han surgido movimientos feministas en pro de la equidad de género,
y de los derechos de los mismos que han transformado el rol femenino hacia
nuevos caminos y libertades que en el pasado hubieran parecido imposibles de
lograr, debido a las formas de pensar y de actuar por parte de los hombres e
incluso de las mismas mujeres que eran vistas y obedecidas como reglas
absolutas de una moral digna y correcta.

Tanta ha sido la lucha y los movimientos a favor de posicionar a hombres y


mujeres en igualdad de oportunidades y obligaciones, que podría decirse que han
sido exitosas pero No las suficientes, hoy podemos ser testigos del logro de estos
movimientos mediante actos que ponen a la mujer en un rol más igualitario, cada
vez es más frecuente ver a mujeres ocupando cargos políticos, desempeñando
trabajos que fueron pensados para hombres, mujeres que ya no se quedan en
casa todo el día, esperando a que el esposo llegue de trabajar, mujeres que han
cambiado su pensamiento, que tienen metas altas, realistas, a pesar de estos
logros aún falta mucho camino que correr, es necesario sensibilizar en las familias
ya que seguimos educando con estereotipos, con machismo no se está siendo
congruente en nuestras acciones y deseos, la propia mujer exige al mundo una
mayor equidad e inclusión del género femenino en el vivir diario, pero en casa
continuamos educando como lo hacían nuestros ancestros, estamos siguiendo el
mismo estilo de crianza con el que se nos ha educado, o al menos nos
encontramos reproduciendo la educación que no sirve, la que es obsoleta y que
llevo a los grupos feministas a alzar la voz.
Es por eso que se requiere que hombres y mujeres cumplan determinadas
responsabilidades para hacer funcionar la vida en sociedad, lo cierto es que la
mujer ya tiene este sentido de empoderamiento, está estrechamente relacionada
con la función del cuidado, pues desde el ámbito biológico o natural es la
responsable de dar vida, podría entonces pensarse que es lógico que sean ellas
las encargadas innatas de brindar protección y cuidado a la familia, sin embargo,
como menciona Marta Lamas hacen faltan leyes y políticas que ayuden a la mujer
a liberarse un poco de la carga de trabajo que implica ser cuidadora, se requiere
una educación en los hogares que fomente la expresión de emociones en varones
y una autoconciencia crítica en las mujeres, pues únicamente se le ha reconocido
a la mujer su esfuerzo, dedicación y sacrificio dentro del hogar, pero no se ha
hecho nada para apoyarlas en esta difícil labor que se les ha encargado.

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