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EPISTEMOLOGIA
DEL CUIDADO
MODULO 1
UNIDAD I“Conocimiento Enfermero “(Epistemología, Obstá culo epistémico,
Paradigma Meta paradigma y revolució n científica).Comprenderemos el
conocimiento como actividad social en Enfermería
UNIDAD I
Presentación.
Una disciplina se distingue por un área o propiedad específica de indagación, que representa
una creencia compartida entre sus miembros y que está relacionada con su razón de ser. Es
decir, una disciplina puede identificarse por una definición o concepto nuclear, que en general
se expresa con una frase sencilla, la cual especifica su área de estudio particular. Por ejemplo,
la fisiología es el estudio de las funciones de los sistemas vivientes, la sociología es el estudio
de los principios y procesos que gobiernan las sociedades humanas...”.
Estos requisitos requieren expresarse de forma nuclear, clara y precisa, y parte fundamental
del crecimiento de la disciplina radica, entonces, en el crecimiento de las teorías que dan
sustento al conocimiento de la enfermería, pero, más que todo, a aquel conocimiento que
permita ser la base de una práctica fundamentada y autónoma. Es decir, un conocimiento que
exprese el tipo de conocimiento que maneja la enfermería.
(a) perspectiva,
(b) dominio,
d) Patrones* del conocimiento Modelo que sirve de muestra para sacar otra cosa
igual .Real Academia Española
Es de conocer que la disciplina profesional recibe marcada influencia de las creencias y valores
que la sustentan y de su razón social, es el núcleo de la disciplina y su desarrollo, a través de la
indagación científica, lo que la distingue de otras áreas del conocimiento afines, y ello se
convierte, entonces, en su marco epistemológico.
Por esta razón, podemos decir que “el marco epistemológico de la enfermería es el
conocimiento que se genera, a partir del desarrollo del propio núcleo disciplinar, en respuesta a
las necesidades de la práctica profesional”
Concepto de Epistemología.
El concepto de conocimiento
Conocimiento operacional y conocimiento proposicional
Las palabras saber y conocer se utilizan a menudo con similar significado. Decimos, por
ejemplo, Sé cómo llegar a ese lugar o Conozco el camino para llegar a ese lugar, No
todos los alumnos conocían la respuesta correcta de la última pregunta del examen,
etcétera.
El conocimiento o el saber de una persona puede manifestarse de dos modos: como la
habilidad para realizar alguna tarea o como la posesión de ciertas creencias en
determinadas condiciones. En el primer caso, dentro de lo que podría denominarse
saber hacer o conocimiento operacional, se encuentran, por ejemplo, cocinar, escribir,
conducir un automóvil, construir un edificio o diagnosticar una enfermedad. El
segundo modo de conocimiento se relaciona con la formación de creencias, y suele
llamarse conocimiento proposicional debido a que el contenido de las creencias
puede expresarse en proposiciones, es decir, informaciones que pueden ser
transmitidas por medio de un lenguaje. Así, cuando se dice que Galileo sabía que la
3
Epistemología en Enfermería
Obstáculo Epistémico
¿A que llamamos Obstáculos Epistémicos o Epistemológicos?
Uno de los grandes aportes que realizo Bachelard a la moderna teoría del
conocimiento fue sin duda alguna el de obstáculo epistemológico; estos son
dificultades psicológicas que no permiten una correcta apropiación del conocimiento
5
Gastón Bachelard
(Bar-sur-Aube, 1884 - París, 1962) Filósofo francés. Fue profesor en la Sorbona (1940-1954) y se especializó en
epistemología (La formación del espíritu científico, 1938). Estudió también la imaginación poética en relación a los
cuatro elementos, en obras como Psicoanálisis del fuego (1938), El agua y los sueños (1941) y La poética del espacio
(1957).
Desde este enfoque es deseable que las enfermeras iniciemos ya, el ciclo de análisis de
barreras epistémicas que, como se acepta, inconscientemente hemos grabado y
estamos transmitiendo en el inconsciente colectivo que se refleja en el nivel de
nuestro saber, nuestro quehacer y nuestro ritmo al crecer. La concepción de
“conocimiento” que prevalece en la clínica se traslada a las unidades complejas como:
cuidados intensivos o quirófano reforzando el modelo médico hegemónico que hace
que la sofisticación se confunda y se trastoque con el conocimiento científico, “no es lo
mismo tecnología que ciencia”.
En cambio se subvalora el desempeño de una enfermera comunitaria quien sin
uniforme “blanco”, porque en general es verde o azul marino, sin una toca o cofia y sin
una imagen muy cuidada, parece que sabe menos, que hace menos y que comprende
menos; cuando en realidad trabaja con autonomía, su quehacer es socio-antropológico
y la evidencia de su productividad está plasmada en el sector salud. En la formación
universitaria en enfermería sustentada desde la diversidad de planes y programas de
estudio en donde, coexisten los factores de índole biológicos y sociales no siempre
articulados y consecuentemente poco sustentados pedagógicamente. De hecho
existen tantos planes de estudio como escuelas de enfermería en el país. Cazau
advierte con relación a los obstáculos pedagógicos en enfermería “la constante
referencia al poco reconocimiento que tiene la enfermera como profesional.
Creo que un obstáculo pedagógico es enseñar inconscientemente este modelo
hegemónico a las futuras enfermeras. Por lo tanto, la forma de superarlo sería
enseñando que la enfermería es una profesión, no un simple oficio, y como tal debe
tener, además de un reconocimiento social (ser reconocida por el pueblo, por la gente
como valiosa), también un reconocimiento académico (ser reconocida por otros
profesionales y por la comunidad científica), y la forma de lograr esto último es a
través de una formación rigurosa tanto en lo teórico como en lo práctico. Y no hay que
olvidar que no es una profesión lo que lo prestigia a uno, sino uno quien debe
prestigiar su profesión”.
frases con las que justificamos y hasta utilizamos como pretexto racional para la no
reflexión disciplinar. Es más, esto lo reforzamos aún más con esa construcción social
bajo el estereotipo femenino atravesada por la cultura y los roles de género
confrontada en la práctica dentro de las complejas relaciones, que (1)se establecen con
el equipo de salud, con el usuario de sus servicios y con las instituciones donde se
labora, condicionando una sub-valoración y desventaja profesional a nuestro modo de
ser, decir y hacer. Cabe destacar que desde la perspectiva transcultural y ética son los
valores y creencias los determinantes de la visión de la persona y del cuidado cuya
influencia es obvia en el desarrollo de los modelos. Sin embargo y paradójicamente es
cada vez más frecuente escuchar que es necesario que los modelos teóricos
seleccionen lenguajes comunes de manera que la comunicación fluya plenamente con
el equipo de trabajo y con aquéllos a los que sirven. Conocimiento unitario en
enfermería: en enfermería existe la creencia que exclusivamente desde ésta se puede
construir el objeto de estudio, desconociendo las herramientas filosóficas y
antropológicas para definir el conocimiento científico. Quizá guiadas por el deseo de
saber, estamos o pretendemos construir un cuerpo de conocimientos únicos, con un
lenguaje único, con una práctica única. Esto nos confunde cuando sabemos que el
conocimiento universal es único. Conocimiento pragmático en enfermería, ¿Qué es la
enfermería? y ¿Qué es una enfermera? La enfermería no tiene un significado universal
y quizá aún más sorprendente que la palabra “enfermera”, aparentemente no tiene un
significado único en la mayoría de los países, este vocablo comprende una mezcla de
niveles y grupos que incluyen: estudiantes, auxiliares, técnicos, profesionales,
generalistas y especialistas, lo cual revela una falta de coherencia en el seno de la
profesión, respecto a las figuras que la representan dificultando también una
definición de su función en los diferentes escenarios de intervención. Esto ha llevado a
procesos de nivelación de auxiliares de enfermería a enfermeras generales o bien
permite la contratación de licenciados en enfermería como auxiliares. Es decir, esto es
útil, práctico y económico cabe la pregunta ¿para quién? “En relación con el obstáculo
pragmático, agregaría que en el caso de la enfermería, el obstáculo consistiría en
utilizar un saber no fundado científicamente sino transmitido de generación en
generación y aceptado dogmáticamente sin haberse demostrado su fundamento”.(2)
Sustancialismo como barrera epistémica en enfermería.
Existe una tendencia a explicar todos los fenómenos desde una perspectiva teórica
única no importando el comportamiento del fenómeno en sí, ni los requerimientos
metodológicos para ser abordados, es decir, el estilo es único, el perfil es único y el
modelo teórico es estático. Realismo como barrera epistémica en enfermería: la
precisión y pericia para interpretar los resultados son esenciales y constituyen la piedra
angular de la sistematización del cuidado.
Esta barrera epistémica la percibimos y es un estilo de los principiantes cuyo
desempeño está guiado por observaciones fraccionadas de un fenómeno más
complejo, cuya descripción exige de una capacidad interpretativa y global del contexto
de habilidades que ya han desarrollado los expertos.
Ejemplo: es el desempeño de un estudiante que guía sus observaciones y por lo tanto
su cuidado por lo que ve y escucha de otros o del paciente, pero no valora, no ausculta,
no palpa, no inspecciona, no interroga y por lo tanto no interpreta. Conocimiento
cualitativo en enfermería: las barreras epistémicas cualitativas se ubican en ponderar
los significados por encima de los datos clínicos, por ejemplo dar mayor significado a
las experiencias de proceso salud-enfermedad que a los factores que la determinan,
encontrándose serios espacios y limitaciones en los que no hemos encontrado
9
(2) Adaptado de Pablo Cazau Lic. en Sicología y Prof. de Enseñanza Media y Superior en Sicología Buenos Aires
(4) MG Sánchez ET y cols. Barreras epistemológicas en enfermería Revista Mexicana de Enfermería Cardiológica 2004;12 (1): 29-
33 33 edigraphic.com
(Thomas Samuel Kuhn; Cincinnati, 1922 - Cambridge, 1996) Filósofo de la ciencia estadounidense, figura capital, junto con
Karl Popper . Fue profesor en la Universidad de Princeton y desde 1979 en Massachusets. consideró que el estudio histórico
es necesario para entender cómo se han desarrollado las teorías científicas y para conocer por qué en ciertos momentos unas
teorías han sido aceptadas antes que otras.
En un primer momento se podía pensar que los cuerpos celestes describían órbitas
circulares simples alrededor de la Tierra, pero las observaciones indicaban que no
eran tan simples. En efecto, el incontable conjunto de pequeños puntos luminosos
visibles en el cielo nocturno que se llamaron estrellas, se desplazaban al unísono, sin
alterar su posición ni su distancia relativas, pero los otros astros, el Sol, la luna,
Mercurio, Venus, Marte Júpiter y Saturno, cada uno de ellos mostraba una
trayectoria individual y diferente. No sólo eso, en algunos períodos parecían
detenerse, retroceder y más tarde retomar la trayectoria previa, por eso se los llamó
planetas, es decir “errantes”.
Los astrónomos ptolemaicos sabían que los movimientos aparentes de los planetas
no coincidían totalmente con la idea de un movimiento giratorio simple. Se abocaron
entonces a la tarea de imaginar un modelo de movimiento más adecuado. Uno de los
recursos a los que apelaron fue introducir el concepto de epiciclo, es decir, un
movimiento circular realizado por un planeta alrededor de un punto imaginario
mientras ese punto a su vez se desplaza circularmente alrededor de la Tierra. Así, un
planeta que gira en un epiciclo está llevando a cabo simultáneamente dos
movimientos, el que corresponde a su epiciclo y el que corresponde al punto que gira
alrededor de la Tierra.
11
Luego de esta explicación de uso de Paradigma por Khun, veremos cómo llega a
nuestro campo de Enfermería:
El cuadro 1 deja ver las claras diferencias que existen entre estas posiciones.
Cuadro 1 - Paradigmas alternos del conocimiento e indagación
PARADIGMAS
Realismo histórico:
ONTOLOGÍA Realidad virtual, modelada
(f. Parte de la filosofía que Realismo crítico: social,
trata del ser en cuanto tal, "Realidad percibida de política económica, étnica y Realidades construidas
y de sus propiedades, manera imperfecta y culturalmente, local y específicamente.
Principios y causas primeras). probabilística". incluyendo género
Real Academia Española
y valores. Cristalizada en el
tiempo.
Dualista-objetiva.
EPISTEMOLOGÍA Tradicional Transaccional. Transaccional.
(f. Fil. Teoría de los fundamentos y crítica. Subjetiva. Subjetiva.
Comunalidades.
métodos del conocimiento científico).
Hallazgos probablemente Hallazgos negociados.
Real Academia Española
Hallazgos creados.
verdaderos.
Se han identificado una serie de conceptos centrales que pueden ser considerados
como fundamentales para el estudio de la enfermería. Sin embargo, existen algunas
discrepancias entre las teóricas que han manejado este análisis: Jacqueline Fawcett y
Margaret Newman.
Margaret A. Newman
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Su discusión se planteó desde 1991, cuando Newman y col. manifestaron que el núcleo
de la disciplina de la enfermería, o núcleo paradigmático, podría enmarcarse en la
siguiente declaración: “La enfermería es el estudio del cuidado de la experiencia o
vivencia de la salud humana”. Explican las autoras que esta declaración, integrada en
una sola frase, maneja los conceptos comúnmente identificados con la enfermería, en
un nivel paradigmático.
METAPARADIGMA
porque claramente se dirige a cada uno de los conceptos del metaparadigma, aunque
de diferentes perspectivas filosóficas
Este contraste de opinión puede radicar en el tipo de abordaje filosófico que sustentan
estas dos enfermeras. Fawcett, con una posición postpositivista y Newman
fenomenológica (constructivista), pero aun así, está claro que las dos concuerdan en
la esencia fundamental del núcleo de la disciplina de la enfermería, y asimismo
concuerdan en proponer que los conceptos que lo conforman deben mantener
neutralidad interpretativa. Igualmente, el núcleo nos determina que es el cuidado de
las experiencias de salud, miradas desde un punto de vista contextual, lo que
constituye el dominio de indagación, y que, por lo tanto, el cuerpo del conocimiento
de la enfermería se relaciona con el cuidado, las experiencias o vivencias de salud
contextualizadas, y todo aquello que no apunte a solucionar los interrogantes que
estos conceptos plantean no es conocimiento de enfermería.
De igual forma, los paradigmas reflejan el cambio de enfoque desde lo físico hacia lo
social y humanístico. Un ejemplo de estas diferencias en las formas de indagación,
según Newman y Col. , sería: el conocimiento generado desde la perspectiva particular-
determinística incluye comportamientos que caracterizan el cuidado, aspectos físicos y
psicológicos de la salud humana y reglas no contextuales relacionadas con
comportamientos de cuidado de la salud con resultados observables. Este mismo
aspecto, mirado desde la visión integrativa-interactiva, incluye la naturaleza recíproca
de las interacciones enfermera-cliente, las respuestas culturalmente determinadas y
específicas al cuidado en los procesos vitales que interrumpen aspectos de salud y
reglas relacionadas con la influencia que ciertos comportamientos de cuidado tienen
sobre determinados grupos de clientes. El conocimiento de la visión unitaria-
transformativa es más difícil de caracterizar, pero podría ser la comprensión de la
sincronía y mutualidad de los encuentros que trascienden en la relación cliente-
enfermera y las limitaciones de tiempo y espacio que presenta esta situación.
CONOCER SIMBOLIZAR
ENTENDER
CREAR
Conocimiento Experimentar
personal Ubicar Darse cuenta
Estético Representar
Interpretar
Imaginar
Tomado literalmente de Chinn y Jacobs ().
Silva, Sorrell y Sorrell añaden que las preguntas de los patrones de conocimiento han
evolucionado, desde lo epistemológico o cómo conozco, hacia lo ontológico o el
significado de lo que conozco, y agregan que este es un paso significativo para el
desarrollo de la disciplina, ya que al entender de mejor manera la realidad, el sentido
y el ser, se pueden cerrar algunos baches existentes entre la filosofía y el
conocimiento de la enfermería.
En este orden de ideas, Silva y col. adicionan dos conceptos a los patrones de Carper:
lo inexplicable y lo desconocido. Es así como surgen las siguientes preguntas, que
debemos hacernos: ¿Cómo conozco lo desconocido y qué significado tiene lo
desconocido?, y ¿cómo conozco lo inexplicable y le encuentro sentido?
Aparentemente, estas cuestiones tan abstractas no son de fácil indagación, pero, en
realidad, la enfermería está en capacidad de resolverlas a medida que conoce y
profundiza en los conceptos paradigmáticos y utiliza las metodologías apropiadas
para satisfacer estos interrogantes.
¿QUÉ ES TEORÍA?
De acuerdo con Chinn y Jacobs (6), De Villalobos (7) y Chinn y Kramer (5), se pueden
identificar varios tipos de definiciones de teorías:
Una de ellas tiene que ver con la estructura de la teoría (19). Esta definición habla de
la teoría asimilándola a "una serie de hipótesis relacionadas" y, por lo tanto,
incorpora la investigación como elemento fundamental en el desarrollo teórico y
elimina las conceptualizaciones derivadas de procesos mentales.
Otro tipo de definición se refiere a las metas de la teoría (10), y propone que "la
teoría es un sistema conceptual o marco de referencia que se ha inventado con algún
propósito". Esta definición elimina las diferencias de abstracción entre lo conceptual
y teórico, y deja abierta la puerta a la invención de realidades mentales y la
construcción de las mismas.
Chinn y Jacobs (6) proponen una cuarta forma de interpretar el concepto "teoría", y
hacen una síntesis de las tres propuestas anteriores, así: "la teoría es un grupo de
conceptos, definiciones y proposiciones, que proyectan una visión sistemática de un
fenómeno, designándoles relaciones específicas (a los conceptos, definiciones…) con
Finalmente, está la definición propuesta por Fawcett en 1995, la cual se enfoca a los
fenómenos de la enfermería. "Las teorías están conformadas de conceptos y
proposiciones y están destinadas a explicar los fenómenos con mucha más
minuciosidad que los modelos conceptuales y explican los fenómenos del
metaparadigma: persona, entorno, salud y cuidado de enfermería, explicando las
relaciones derivadas de estas cuatro variables". Este tipo de descripción agrega una
nueva dimensión a la definición de teoría de la enfermería: lo específico de los
conceptos delimitantes de la disciplina enfermería.
Esta es una respuesta que amerita detenimiento, porque la claridad que se tenga al
respecto va a promover o detener el avance del conocimiento de la disciplina. En
1968, Dorothy Johnson escribió que es sumamente peligroso hacer diferencias
profundas sobre la teoría propia de la enfermería y las teorías prestadas, porque no
hay nada más arbitrario y artificial que las divisiones entre disciplinas, y porque estas
divisiones no son constantes, como lo confirma el desarrollo científico actual.
Además, porque el conocimiento no pertenece de forma innata a ningún campo de
la ciencia. Mirando las cosas desde este punto de vista, lo propio o lo prestado no
mantienen una permanencia real y, por lo tanto, hacer este tipo de discusión carece
de sentido.
Es importante hacer estas aclaraciones, por los riesgos que se corren al permanecer
aferrados a ciertas tradiciones que han sido comunes en enfermería y que se
relacionan con su desarrollo epistemológico. Pero también se debe tener en cuenta
que, a pesar de lo mencionado en el párrafo anterior, en el mundo de las disciplinas y
las profesiones sí se espera y anticipa lo que cada una de ellas puede generar y a qué
se debe dedicar. Por lo tanto, esto nos permite ubicar y concentrarnos en los
problemas específicos de cada área del conocimiento. Además, porque esta
diferenciación sustenta el hecho de que la enfermería puede ganar conocimiento
20
Ahora bien, para comprender mejor esta relación es necesario entender los
diferentes tipos de teoría y determinar cuál es la teoría que sirve a la enfermería para
promover una práctica segura y autónoma.
TIPOS DE TEORÍA
Las macroteorías son aquellas que cubren áreas amplias de preocupación dentro de
una disciplina. Son construcciones sistemáticas sobre la naturaleza de la enfermería,
la misión de la enfermería y las metas del cuidado de enfermería.
Estas teorías, cuando se asocian con una disciplina profesional, como la enfermería,
mantienen un papel formativo y de socialización dentro de la comunidad profesional;
sin embargo, su papel dentro de la evolución y desarrollo del conocimiento
disminuye una vez que una masa crítica de realización científica se produce, a partir e
21
Las teorías de rango medio son mucho más limitadas en amplitud, son menos
abstractas, describen fenómenos o conceptos específicos y reflejan de mejor manera
los componentes de la práctica. Los conceptos o fenómenos tienden a cruzar
diferentes campos de la enfermería y reflejan una gran variedad de situaciones de
cuidado de enfermería. Son ejemplos: incontinencia, incertidumbre, soporte social,
calidad de vida y la salud como forma de empoderamiento.
Merton (24) define las ideas de la teoría de rango medio como relativamente
simples, en el sentido de que estas ideas proponen aspectos "funcionantes" de la
disciplina. Las ideas son simples, pero generales, y son mucho más que
generalizaciones empíricas. Son abstractas, y permiten extenderse más allá de una
sola situación, lugar o tiempo. Asimismo, son lo suficientemente cercanas a los datos
empíricos, de modo que permiten generar y probar cuestionamientos distintivos de
estudio y específicos para la práctica (17).
Durante los años ochenta, Afaf Meleis (20) propuso e hizo claridad sobre la
necesidad que tenía la enfermería de desarrollar teorías sustantivas, que generaran
fundamentos para la práctica de la enfermería relacionados con conceptos
específicos del quehacer. De acuerdo con las observaciones derivadas de la práctica
de la enfermería, la autora planteó la importancia de las teorías de amplio rango para
generar parámetros generales de la práctica, y al mismo tiempo expresó que se
requerían otro tipo de teorías, que generaran guías más específicas para esa misma
práctica, y que deberían ser producidas en la forma de teoría empírica, o sea, la
teoría que da respuesta a las relaciones de los conceptos de la práctica. Este tipo de
teoría, que a su vez daría respuestas a los requerimientos de la práctica, se podría
utilizar para la investigación.
Generar teorías de rango medio requiere, como paso inicial, el desarrollo preciso de
descriptores, para hacerlas mensurables u objetivamente codificables. Luego se
requiere determinar las regularidades de estos descriptores y, por supuesto, de
manera tan precisa que sean capaces de guiar la práctica de la enfermería.
Se puede anotar que las teorías de rango medio son propuestas articuladas que
requieren refinamiento, el cual debe lograrse a través de la investigación y la práctica.
Su gran ventaja radica en que trabajan aspectos vividos del ejercicio profesional y de
las características singulares de la práctica de la enfermería, dentro de un contexto
mucho más objetivo, pero que de ninguna forma proponen estereotipos o prácticas
inmodificables. De igual manera, estos planteamientos teóricos no señalan
específicamente las intervenciones de cuidado que las enfermeras deben generar al
utilizarlas como marcos de su quehacer. Por lo tanto, es al utilizarlas sistemáticamente,
en la práctica, que se podrán proponer intervenciones de cuidado, de acuerdo con la
creatividad de las enfermeras y de su propia característica para enfocar y explicar un
fenómeno determinado.
ACTIVIDAD:
Deberá:
a) Realizar un Anexo con Biografías y remarcara solo los datos que aportan al
tema desarrollado en el módulo 1. Dando el orden de aparición.
b) Realizar un glosario. El mismo será personal
Unidad II:
Historia de las ideas y su impacto en las ciencias y en las profesiones; Corrientes de la
modernidad.
La importancia de la historia de la ciencia y de la técnica para la comprensión de los
problemas de conocimiento. Desarrollos contemporáneos y su relación con el rol de
enfermería.
Qué es Modernidad:
La edad moderna es un periodo histórico que abarca desde 1453 o 1492 (1453: Caída
de Constantinopla)(1492: Descubrimiento de América) hasta 1789 coincidiendo con la
Revolución Francesa.
La modernidad es un periodo histórico caracterizado por un conjunto de ideas y
cambios profundos en la sociedad occidental, que se manifestó en los ámbitos de la
filosofía, la ciencia, la política y el arte y en los modos de vida en general. La
modernidad comprende uno de los tres grandes periodos en que se divide la
historia de la humanidad: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna, además de la
Edad Contemporánea, presente.
Tradicionalmente se asocia la modernidad con la idea de la ruptura, pues esta
representó con el Renacimiento una ruptura con los paradigmas dominantes en la
Edad Media en términos de pensamientos filosófico, político, artístico, etc.
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En este periodo, también se establecen constituciones, donde son recogidas las leyes
que regulan a la sociedad. Es creado un conjunto de instituciones para garantizar la
protección de las libertades y los derechos de los ciudadanos, para lo cual el poder
público es dividido en tres diferentes instancias: el poder ejecutivo, el legislativo y el
judicial, para controlarse mutuamente.
La revolución industrial traerá consigo el triunfo del modelo del capitalista, que se
reflejará en la vida social y en las nuevas dinámicas a que dará lugar; en este contexto
surgirá dos nuevas clases, la burguesía, dueña de los medios de producción, y el
proletariado, clase explotada que aporta la fuerza de trabajo, dejando atrás las viejas
estructuras de la sociedad feudal.
Si bien es cierto que el valor de las cosas no ha sido calculado y que nunca podrá
hacerse más que por su relación con ciertos conceptos ideales, éstos tienen que ser
explicados. Para comprender cómo son posibles los juicios de valor, no basta con
postular un determinado número de ideales; hay que darse cuenta, hacer ver de
dónde vienen, cómo se enlazan con la experiencia, sobrepasándola, y en qué consiste
su objetividad.* Desempeñando el rol de enfermera del que está investida,
experimenta en el curso de su formación y durante el ejercicio profesional la infla
usencia de corrientes predominantes que contribuyen a orientar de forma
determinante los imperativos de su rol.
Cualesquiera que sean sus efectos, se prolongan tras 99 * Durkeim E., Sociologie et
Philosophie, Paris, PUF, 1967.
Exige saber utilizar las herramientas que sirven para realizar las exploraciones
enfocadas en el diagnóstico médico, y los instrumentos que sirven para aplicar y
controlar los tratamientos, al mismo tiempo que se puede comprobar que hay una
creciente hipotecnicidad en lo referente a los cuidados para el mantenimiento de la
vida, al considerar que no exigen ninguna capacidad especial, sino que competen a la
conciencia profesional. Las tareas se reparten según el tipo de prescripciones: — las
relacionadas con exámenes de investigación: toma de muestras de sangre, preparación
de los enfermos para radiografías, endoscopias, etc., exploraciones de cualquier tipo;
— las relacionadas con el control de los tratamientos: controles de todo tipo que
requieren la utilización de instrumentos muy complejos, particularmente en los
servicios que emplean tecnologías avanzadas: monitoreo, cobaltoterapia, etcétera.
29
Todas estas tareas tienen asignado un tiempo: la mañana, la tarde, la noche (como en
el sector industrial). Sin embargo, las tareas tienen una duración que depende del aquí
y ahora, debido a la ausencia de proyectos de cuidados elaborados a partir del grado
de afectación de la integridad de las funciones corporales que dan lugar a diferentes
tipos de dependencia. El vínculo entre las tareas no aparece de otro modo que no sea
por el soporte ideológico que está centrado en “el enfermo”. Sin embargo, Corriente
vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 105 los enfermos prácticamente
son conocidos sólo por la categoría de su enfermedad: el cáncer de hígado, de esófago,
o por su órgano, el riñón, el corazón, el pulmón. El tipo de enfermedad es el que
confiere al enfermo su estatus y su rol, relegando y borrando los otros que pudiera
tener, así como todos los relacionados con éstos. Esta falta de conexión entre las
tareas hace que pierdan su sentido, orientación, finalidad y significado. Aunque
difíciles de asumir, se vuelven “insignificantes” en cuanto a su alcance. Están
desintegradas, desenraizadas de todo el contexto de la vida de la persona cuidada:
existe una carencia de unión que permita comprender quién es el enfermo y qué
enfermedad padece. Las tareas se convierten en entidades en sí mismas y se bastan a
sí mismas. No existen interrelaciones entre lo que vive la persona que requiere
cuidados, lo que es en sus diferentes estatus y roles sociales, y lo que padece.
Los conocimientos transmitidos por la enseñanza son los de la medicina, que queda así
como única fuente para explicar el proceso salud-enfermedad. Se les puede agrupar y
organizar alrededor de dos campos que derivan el uno del otro: la enfermedad y la
técnica. La considerable modificación en el control de los tratamientos como
consecuencia de las nuevas terapéuticas, como las sulfamidas, más tarde los
antibióticos después de la Segunda Guerra Mundial, y la aceleración del desarrollo
técnico de los servicios hospitalarios, hacen replantearse 106 INFLUENCIA DE LAS
CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS la formación de base proporcionada a las alumnas-
enfermeras. “¿Podemos remediar los defectos de la preparación actual de las alumnas
de enfermería para obtener el diploma de Estado?” ésta se convierte en la mayor
preocupación de los médicos, cirujanos y monitoras de escuelas de enfermeras.
Por otra parte, los conocimientos tienen como meta permitir a la enfermera recoger
los datos del diagnóstico médico, y “adaptar a cada enfermo las reglas científicas de la
medicina actual”.14 Aunque con frecuencia los conocimientos se ven reducidos a un
“saber-hacer”, por complejos que sean, a veces dan lugar a actos estereotipados y no
participan en la construcción o en el desarrollo de un contenido profesional, ni en la
adquisición de conocimientos correctos de auxiliar médico, ni siquiera como lo
denunciaría en 1968 el Comité del Internado de los hospitales de París: “Sumemos
ahora todas las especialidades que enseñamos y nos encontraremos en dos años ante
el panorama de unos estudios médicos que desafían la comprensión de la mayoría de
las inteligencias. Es ilusorio esperar que después de dos horas de clase tratando todos
los días temas distintos por especialistas diferentes, el ciclo de dos años permita a las
enfermeras comprender y recordar los conocimientos que impone teóricamente el
programa” *...+ “Si los estudios de enfermería no quieren ser unos mini estudios de
medicina, no deben tener esta visión panorámica de la patología, que no puede
conducir más que a una falsa ciencia.” Por otra parte, todo lo que no recogen los
conocimientos médicos sigue perteneciendo al “rol humano” para el que la enfermera
está preparada por la moral profesional y también por la introducción progresiva de
elementos de psicología. TECNOLOGÍA Cada vez más alejada de los cuidados de los
enfermos para los que, por otra parte, no existe otra base de “conocimientos” que no
sea la moral profesional, y algunos conceptos generales de higiene,la enfermería
INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS
llega a no hacer casi exclusivamente uso más que de la tecnología médica. Así, los
instrumentos del oficio de enfermería serán prestados por la medicina. Se les puede
dividir en dos grandes categorías: los de exploración y los de curación o de
tratamiento, es decir, las herramientas que contribuyen a establecer un diagnóstico
médico con objeto de identificar y localizar el mal, y las que intervienen en el
tratamiento. Tanto los de exploración como los de curación pueden ser de naturaleza
diferente: química: preparación para exámenes radiológicos, medicamentos;
mecánica: sondas, drenajes; física: aparatos de inmovilización; eléctrica: todos los
aparatos de monitorización. A medida que se desarrollan las especialidades, la
enfermera va conociendo los diferentes instrumentos de exploración y de tratamiento
por aparato: aparato respiratorio, renal, cardiaco... La formación “práctica” de la
enfermera trata cada vez más sobre todos estos instrumentos técnicos, ya sea para
“servir al médico preparándole todo el material necesario para una exploración y
ayudándolo durante la misma, preparar al enfermo para un estudio, o bien para utilizar
por sí misma uno de estos instrumentos para aplicar un “cuidado”, como la jeringa
para una inyección medicamentosa. Los “cuidados técnicos” aplicados por la
enfermera son los que después de 1968 se matizan con la denominación “cuidados de
enfermería”, lo que contribuirá a aumentar la ambigüedad del aspecto específico de
los cuidados de enfermería. El uso que pueda hacer la enfermera de los instrumentos
médicos depende de varios factores: — de la banalización del instrumento médico: a
medida que uno se difunde y su uso se va haciendo fácil, incluso monótono, deja de
32
interesar a los médicos que delegan las tareas técnicas que consideran secundarias. —
de la complejidad creciente de los instrumentos y aparatos, que en los servicios muy
tecnificados exige la cooperación de todo un equipo, desde el ingeniero hasta
diferentes cuerpos de personal sanitario. En estos “servicios de punta” la enfermera
“puede justificar su alejamiento del enfermo y de los cuidados propiamente dichos por
la existencia de tareas técnicas”de una alta complejidad que absorben todo su tiempo
y movilizan unilateralmente toda su actividad. — de la variable duración de la
presencia efectiva de los médicos junto a los enfermos, que hasta la instauración del
tiempo completo en los servicios hospitalarios, podía ser muy efímera. Por lo tanto, la
utilización de un mismo instrumento puede estar reservada al cuerpo médico durante
el día, pero relegada a la enfermera durante la noche, que sólo recurre al galeno
mediante una llamada telefónica. La situación es similar con el uso de los instrumentos
que habitualmente manipula la enfermera: jerin- Corriente vinculada a la técnica y
centrada en la enfermedad gas, aparatos de aspiración..., que durante la noche son
utilizados por las auxiliares, incluso por las vigilantes nocturnas. Es decir, los criterios
de competencia para la utilización de un mismo instrumento son muy variables, y la
delegación relacionada con el uso de tal o cual no depende tanto de la especificidad
del campo profesional como de las necesidades condicionadas por otros motivos o
móviles. En el sector extra hospitalario, la extensión de la tecnología utilizada y de las
técnicas con las que están relacionadas muestran la nomenclatura de los actos
médicos relegados a la enfermera. Esta nomenclatura garantiza la limitación del uso de
los instrumentos clínicos y preservan a los médicos de la intromisión de las tareas de
enfermería en el campo del ejercicio médico; ellos pueden, por lo tanto, reservarse el
derecho de no delegar ciertos actos; la razón subyacente puede ser de carácter
financiero. Por el contrario, otras tecnologías podrían ser utilizadas para asegurar los
cuidados de mantenimiento de la vida, disminuir los factores de dependencia de las
personas cuidadas, o el esfuerzo tanto de las familias como del personal cuidador, y
para compensar las deficiencias sensitivomotoras. Su empleo queda a la iniciativa de la
enfermera, que no ha sido preparada para valorar su interés o su existencia.
LA INVESTIGACIÓN
de l’Infi rmière Française una preocupación sobre cuestiones relativas a este punto: “La
organización científi ca, bien se trate de los cuidados a los enfermos o bien de
cualquier otra cuestión, debe someter los hechos, con sangre fría, a una crítica
destinada a definir la realidad; no hay nada en la técnica de la organización que no
pueda ser fácilmente empleado o aplicado, ya sea en el cuidado de los enfermos, o en
la profesión médica con respecto a la práctica habitual de cuidados, ya sea en el
hospital, o en el domicilio privado”.
La influencia del taylorismo hará sentir sus efectos no sólo en la organización de las
funciones, sino también en los cuidados técnicos. Es a principios de la década de 1960
que los métodos de organización del trabajo utilizados en la industria darán referencias
para la clasificación y uniformidad de las técnicas de los cuidados alrededor de una
serie de “puntos clave”: eficacia, seguridad y confort. Los puntos clave introducen por
primera vez tres criterios de referencia alrededor de los cuales se puede establecer un
proceso de cuidados esencialmente técnico. Éstos proporcionan bases de evaluación
que ya no recaen en la enfermera, juzgada como buena o mala según la moral, sino en
el objeto mismo de su trabajo: los cuidados que proporciona.
Los puntos clave van a movilizar un planteamiento profesional. En un momento en que
la práctica de enfermería sufre la falta de una moral profesional para dar sentido a los
“cuidados a los enfermos” y comienza a resentir el malestar de una orientación casi
exclusivamente técnica, los puntos clave desempeñarán un papel de reconciliación
entre los polos divididos de los ideales profesionales: “servir al enfermo”, y los
imperativos de un hipertecnicismo y una medicalización creciente de los cuidados. Con
el criterio “confort”, el sentido del enfermo se reintroduce como si formara parte de la
aplicación de cuidados; el criterio “eficacia” da un valor exculpatorio a la técnica;
mientras que el criterio “seguridad” alía los dos anteriores. Los puntos clave tienen el
mérito de comenzar a objetivar ciertos temas fundamentales, como la eficacia y la
seguridad de los cuidados, pero estas cuestiones se oponen a la gran pobreza de
contenido profesional de la enfermería que, casi exclusivamente centrada en la
patología y en la técnica, no puede contribuir a aclarar el significado del punto
propuesto, de la elección de tal o cual forma de actuar en una situación, y todavía
menos a crear lazos entre las costumbres de vida de los enfermos y la compensación
que hay que aportar a tal o cual daño o incapacidad.
de 1951, estipula claramente las metas que se propone en el editorial de mayo de ese
mismo año. Además de los que pueden interesar a las enfermeras y a las asistentes
sociales, “otros artículos más numerosos cubrirán campos más limitados y precisos de
la cirugía, la medicina y las especialidades, y siempre se reservará un amplio espacio
para la técnica propiamente dicha, la que interesa a la enfermera cuidadora”. Para
responder a este objetivo, la Cruz Roja francesa realiza “una fusión técnica con la
Asistencia Pública de París” en mayo de 1951, y “confía la dirección técnica de la
revista a los médicos, cirujanos y especialistas de los hospitales de París”. Además, a
pesar del objetivo “de abrir sus columnas a las mismas enfermeras”, es el cuerpo
médico de los hospitales de París el que detenta la orientación y las directivas de la
revista.
Por otra parte, desde el principio se explica a las lectoras que parece difícil abordar en
los artículos “el verdadero campo de acción de la enfermera”: “Habría que considerar
las razones por las cuales la técnica de la enfermería propiamente dicha aparece en
esta revista relegada a un segundo plano. Lejos de traicionar una despreocupación
censurable de lo que representa el verdadero campo de acción de la enfermera, esta
dirección se inspira en un principio que consideramos fundamental: no es de
enseñanza teórica de la enfermería. En este terreno, sólo es válida la aplicación
práctica de la formación, la experiencia, práctica real adquirida con las manipulaciones,
las demostraciones y los cuidados hospitalarios, y ningún artículo por documentado
que esté lo puede reemplazar.”25 112 INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES
SOCIOECONÓMICAS Hasta los años 1965-1970, los artículos dirigidos a enriquecer los
cuidados de enfermería son redactados casi exclusivamente por los médicos, mientras
que el Fichier Technique de l’Infi rmière introducido en 1958 se convertirá
esencialmente en el patrimonio de las monitoras de escuelas de enfermería ya que
tiende a facilitar la enseñanza de las técnicas de cuidados. Aunque algunos números se
dedican regularmente a la profesión,26 así como a su evolución, y una gran parte a la
legislación, informaciones sobre cuestiones de actualidad (1962) y a algunos viajes de
estudios en el extranjero, la concepción y la orientación de la práctica de cuidados de
enfermería está totalmente determinada por el cuerpo médico cuya influencia se
puede ver en la reorganización de los cursos hospitalarios, la formación de programas
de escuelas de cuadros y cursos de perfeccionamiento, así como la reconsideración del
programa de preparación del diploma de estado.27 La revista Soins, revista médica de
las comunidades religiosas, edita su primer número en febrero de 1956. Creada por el
padre Larère, redactor en los Cahiers Laënec (revista médica católica), tiene como
objetivo publicar de una forma sencilla y fácil de memorizar, como consecuencia de sus
empeños de visualización técnica, conocimientos médicos para el personal religioso de
enfermería, extendiéndose después su difusión a las Escuelas de base y de cuadros
(idem). En su preámbulo de lanzamiento, la dirección precisa a sus lectoras “el por qué
de una revista nueva” haciendo ver que “CUIDAR necesita una puesta al día de sus
conocimientos médicos y quirúrgicos, de las técnicas y de los tratamientos que utilizan.
enfermo” para “comprender mejor y de forma más concreta cómo debe ser su
actitud”. La redacción de la revista está totalmente confiada a los médicos, ninguna
enfermera puede publicar un artículo hasta 1974.31 Después de su preámbulo de
lanzamiento dando a entender su concepción de la orientación de la práctica de
cuidados de enfermería, la redacción de la revista no se pronunciará más sobre este
tema no publicando ni editoriales ni artículos profesionales hasta 1976. Sin embargo,
tendrá una influencia Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 113
considerable, ofreciendo hasta esa fecha una fuente de conocimientos de orden
exclusivamente médico. La revista
l’Infi rmière Française, reeditada por las Ediciones Poinat a partir de 1946, está
totalmente redactada por los internos de los hospitales de París. Por el contrario,
Pages Documentaires vuelven a publicarse en 1948. Aunque continúan inspirándose
casi exclusivamente en las directrices de la Iglesia, abordan más las cuestiones
médicosociales. La redacción de los artículos rara vez se confía a las enfermeras. La
corriente técnica orienta también la publicación de “libros para enfermeras”, ya sea los
de la Bibliothèque de l’Infi rmière de Ediciones Poinat, o bien, de colecciones nuevas
de otras editoriales como la colección Diplôme d’Etat d’Infi rmière publicada por
ediciones Maloine. Asistimos por tanto a la eclosión de manuales técnicos de cuidados
redactados por enfermeras monitoras.32 Por otra parte, es excepcional que el
personal de enfermería que ejerce en hospitales o en el sector extra hospitalario
escriba, aunque sea aquí donde se arraiga la profesión. Al transmitirse la práctica de
enfermería por tradición oral a nivel profesional, el personal de enfermería está poco
motivado por la redacción de la prensa profesional que está considerada más como un
instrumento de formación de base o de cuadro que como un instrumento de trabajo.
Por otra parte, durante el tiempo de formación se modelan las mentalidades, sobre
todo si éstas están forjadas por los que orientan la corriente centrada en la
enfermedad, que al mismo tiempo son responsables de los servicios hospitalarios; así
lo relata el profesor Léon Binet en el prólogo de la sexta edición del “NAPPEE”: “Al
igual que nuestros profesores médicos, cirujanos y biólogos de la Facultad de Medicina
de París, es cierto que las Escuelas de cuadros han contribuido en gran parte a hacer de
la enfermería lo que es hoy en nuestro país, no solamente una profesión honorable por
el carácter de abnegación que desde siempre le fue otorgado, destacable desde hace
un decenio, por la extensión de los conocimientos paramédicos y la minuciosidad que
exige su ejecución”.33 Repercusiones sobre la valoración social y económica de la
enfermería La enfermera “es una señora que tiene instrumentos, es como el médico”.
Claudia, 9 años. “Una enfermera no es como una doctora: la doctora puede operar
sola.” Laurence. “La enfermera no hace un trabajo muy interesante, el médico sí que
hace un trabajo muy interesante... y además gana más.” Natacha, 9 años.34 114
INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS Si es cierto que los niños dicen la
verdad, estas palabras reflejan como un espejo la imagen social de la enfermería,
imagen donde se mezclan y se entrelazan a la vez motivaciones de ayuda: “me gustaría
reconfortar a los enfermos, ayudar a los médicos a cuidarlos”,35 y las ilustradas por el
aspecto técnico cuyo reconocimiento económico y social, sin embargo, parece poco
evidente. REPERCUSIONES SOCIALES Las incidencias sociales se experimentan tanto
junto a las enfermeras como a los enfermos,
infl uyendo tanto en los cuidados como en las condiciones de la prestación ofrecida a
los usuarios, que condicionan las expectativas y las reacciones de estos últimos. Las
36
enfermeras “La evolución del trabajo de enfermería sigue a la del trabajo médico. Con
la especialización del trabajo médico, se atribuyen a la enfermera un conjunto de
tareas que antes incumbían al médico. Esta situación permite ver las oscilaciones
periódicas de los movimientos profesionales de enfermeras con el fi n de revalorizar su
profesión entre dos polos, el de la técnica y el del contacto humano.”36 Siguiendo las
líneas trazadas por la filiación médica, las enfermeras
manifiestan una atracción creciente hacia la técnica, intentando de una manera lógica,
elaborar por su mediación una imagen relevante: manifestando su proximidad con los
médicos, participando directamente en su trabajo (dentro de equipos de reanimación
o de punta), refiriéndose a las mismas fuentes del saber (lo que implica un
acercamiento de identidad), y demostrando su habilidad técnica. “La ejecución por
estas últimas (las enfermeras) de las tareas recibidas por delegación de poder, traduce
una adhesión al sistema de valores de la categoría jerárquica superior, la de los
médicos.”37 Sin duda, la valoración de la técnica de última generación tiene dos
consecuencias para las enfermeras: con respecto al valor “científico” y mercantil que le
otorga este tipo de sociedad (valor elogiado por todos los medios de prensa y
audiovisuales), y también con respecto a la representatividad femenina de la
profesión. En un principio, las mujeres se dedicaron a liberarse de su condición de
sometimiento, imitando aquello que dio valor a los varones, a quienes se les supone
dominadores de la materia, de la técnica: ellas intentan la revalorización por esta
misma vía, corriendo el riesgo de abandonar otras inexploradas o descuidadas.
Junto con los uniformes (sobre cuyo significado técnico o simbólico nos podemos
preguntar), la tecnología sirve de referencia a toda la imaginería profesional y marca
de forma determinante el ascenso social de la enfermera. Se puede seguir la evolución
de la práctica de enfermería y del modelo social al que da lugar a través de esta
imaginería donde figuran: la enfermera y la bacinica, la enfermera y el termómetro, la
enfermera y la jeringa, la enfermera y la sala de reanimación. Está transmitida por los
más diversos medios de comunicación: ilustraciones de prospectos, de libros,
empezando por todos aquellos que pertenecen a una literatura infantil, que con los
juguetes y disfraces sobre este tema contribuyen a forjar en el público una imagen de
la enfermera38 reforzada hoy en día por los medios audiovisuales: radio y televisión, y
37
de la otra, y les cuesta trabajo reconciliarse para formar parte de un todo. Podemos
encontrarnos con: — la ideología que inspira las motivaciones profesionales
“fuertemente relacionadas con una concepción idealizada según la cual lo esencial de
los deberes de la enfermería es administrar a los enfermos el consuelo moral y el
amparo de su abnegación y de su dulzura”. En esta época, “una tercera parte de las
enfermeras dice haber escogido esta “noble profesión”, por un ideal, atraídas por la
belleza moral de esta actividad o por una “vocación”...43 Intentan realizarse en un rol
social que se lleva a cabo con un trabajo que obliga a “numerosos y variados contactos
humanos”.44 — la ideología que proviene del aspecto técnico “del ofi cio que
representa una de las fuentes de satisfacción más importantes”. Lo más interesante es
“el verdadero trabajo de la enfermera, los cuidados propiamente dichos, las
circunstancias en que la enfermera puede poner en práctica sus capacidades y
demostrar de lo que es capaz. Ellas prefieren ‘los cuidados verdaderos, los
tratamientos complejos, la colaboración en los cuidados de urgencia, la reanimación,
las curas delicadas’. Para ellas, no sólo se trata de poder ejercer su saber hacer y su
habilidad manual; lo que les gusta también es utilizar por completo los conocimientos
científicos aprendidos en la escuela. Por ejemplo, es apasionante cuidar enfermos que
requieren muchos cuidados y mucha vigilancia, como los enfermos en coma
respiratorio. Acompañar al médico en su visita es muy interesante, ya que la
enfermera puede así conocer y comprender mejor la afección [...] La enfermera se afi
rma así como una persona calificada que domina su trabajo y que ha sido iniciada en
una ciencia compleja, la medicina, universo prestigioso que es un misterio para el
profano”.45 La señora Lévy-Leboyer constata a continuación que estos dos aspectos de
la vida profesional podrían aportar a las enfermeras satisfacciones que son un
elemento esencial para la adaptación al trabajo: en el plano técnico, su eficacia, en el
social, las pruebas de su valor personal. También es sorprendente comprobar que ni en
un caso ni en otro se enorgullecen —como sería lógico— de asumir responsabilidades.
Efectivamente, sólo 6% de las enfermeras cuestionadas tiene la impresión de tener
responsabilidades, en el sentido de que éstas contribuyen a valorar la concepción de su
lugar en la sociedad. Y que “la enfermera es a menudo una ejecutora cuyo campo de
acción está estrechamente
limitado, a pesar de la ausencia casi permanente del médico. Todo transcurre como si
el estatus profesional no sancionara formalmente la evolución técnica y social de la
profesión”.46 El estudio pone en evidencia las principales decepciones y dificultades
encontradas, particularmente “la falta de interés del trabajo”, la difi cultad de las
relaciones sociales, a las que se vinculan todo tipo de conflictos relacionados con las
condiciones de trabajo. La autora insiste en que “a un pequeño número de enfermeras
le satisface su estatus profesional, cuando lo que se esperaba era que ellas
encontraran aquí una recompensa legítima a las dificultades de su ofi cio. Incluso entre
las mayores, ninguna tiene la sensación de tener autoridad real, influencia sobre la
gestión o sobre la organización del servicio o del lugar donde trabajan, a pesar de su
experiencia en la vida hospitalaria. Se sienten, pues, condenadas a permanecer como
subalternas en un sistema que les parece cerrado tanto hacia abajo (se ven asimiladas
al peldaño inferior, desde el punto de vista de la división del trabajo) como hacia arriba
(la jerarquía del oficio es muy rígida)”.
39
Todo esto contribuye a explicar la duración media del ejercicio profesional de cinco
años, que agrava la “penuria” del personal de enfermería denunciada por la prensa
profesional desde 1962,48 y a la que no se han aportado más que soluciones paliativas
muy costosas para las personas y para las finanzas del país. Los acontecimientos de
1968 obligaron a una revisión de las condiciones de trabajo, particularmente de los
salarios, los horarios y las vacaciones, pero el dilema propuesto por la naturaleza de los
cuidados de enfermería permanece intacto; “la función de la enfermera prevalece
como una situación de subordinación con respecto al médico llevando a cabo sus
prescripciones, que como una profesión específica defi nida por un conjunto de
trabajos realizados y transmitidos dentro de la profesión. El trabajo de la enfermera no
existe más que a título residual y en relación con el trabajo del médico”.49 Los
enfermos Con respecto a los enfermos y a los usuarios de los cuidados, el
hipertecnicismo terapéutico, saludable en algunas situaciones que no se pueden
generalizar, conduce a menudo a las personas cuidadas a una dependencia cada vez
mayor por la complejidad de las terapias utilizadas (bien sean instrumentales o de
naturaleza fi psicoquímica), mientras que el hipotecnicismo de los cuidados habituales
aumenta todavía más esta dependencia, olvidando todo lo que se podría hacer para
permitir a la persona receptora de los cuidados tener la mayor autonomía posible por
Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 119 medio de técnicas de
compensación. El interés predominante se centra en la naturaleza orgánica del mal,
más que en todo lo que altera la enfermedad o el defecto físico en la vida cotidiana.
Ahora bien, es en su vida diaria donde los enfermos encuentran difi cultades para
atenuar o asumir las consecuencias de su enfermedad. La organización de los servicios
en torno a tecnologías de investigación y de curación tiene como consecuencia la
agrupación de personas que tienen problemas diferentes pero que presentan síntomas
similares alrededor de un mismo proceso patológico u órgano: servicio de
gastroenterología, de nefrología, de oftalmología... o de leucémicos o reumáticos. Esta
repartición de los servicios alrededor de los equipamientos técnicos crea una confi
guración social de los enfermos y del personal. Los enfermos pierden todo lo que
habitualmente fundamenta su identidad: todos los estatus sociales que confi eren su
estado civil, su profesión, su pertenencia a distintos grupos, para asumir la identidad
de la enfermedad que invade todo su campo espacial, temporal y de relaciones. La
categoría de la enfermedad en la que son clasifi cados por el diagnóstico médico les
confi ere una identidad en la que deben aprender a reconocerse. Tanto enfermos
como personal cuidador se encuentran a menudo en un universo kafkiano. Existe todo
un proceso acumulativo centrado en la enfermedad que desconecta los cuidados de su
contexto de vida y los hace muy alienantes, o al menos muy difíciles de soportar por su
duración. El proceso patológico tiene todos los riesgos de la hipertrofi a, ya que está
aislado de todo lo que constituye la diversidad de la vida y es objeto de una atención y
una concentración permanente. No cabe duda que las personas cuidadas se asimilan a
la enfermedad que tienen y los cuidadores a la enfermedad que tratan. El predominio
de la técnica y su hipervaloración crean las expectativas de un tipo de cuidados
basados en la imagen de una salud-curación. La técnica adquiere un valor mítico de
poder, de recurso supremo para las soluciones de problemas sanitarios que no son
objeto de análisis de las situaciones, para comprender la naturaleza de las difi cultades
encontradas por el enfermo, su familia y su entorno. Al crear protocolos para
responder ante la manifestación de signos de tal o cual enfermedad, se ayuda a los
pacientes que confían su cuerpo a los todopoderosos aparatos, a las
medicacionesrefugio, que disimulan a menudo un mal más profundo, dejando en la
sombra “lo que enferma”, lo que hace que “uno enferme”, o que no tienen otro medio
40
Resumen
La primera etapa de la investigación titulada "El arte del cuidado enfermero desde la
visión de sus profesionales en la dimensión estética" consistió en la indagación del
estado del conocimiento del arte del cuidado en tres vertientes: la estética, el cuidado
y el arte del cuidado. Este trabajo fundamenta la segunda vertiente a la luz de la
filosofía contemporánea y la fenomenología, donde el cuidado está presente y es
inherente a la condición humana y a su existencia. El cuidado del sí y del otro es un
acto ético, estético y ontológico, que impulsa el desarrollo de la persona cuidada y el
ser cuidador hacia la búsqueda del bienestar en el proceso de vida-muerte. La
enfermera dimensiona el cuidado como poder terapéutico que tiene para sí misma y
para los demás, devuelve la esperanza de existir para alcanzar la autonomía.
42
Introducción
La histórica se relaciona con los cuidados que se otorgan al ser humano, con el objeto
de mantener la vida y la sobrevivencia. En la época prehistórica el fin de los cuidados
era la alimentación, vivienda, protección, recreación, confort, transporte y la necesidad
de socialización para su desarrollo con la constitución de una familia y el trabajo en
grupos, de ahí que se visualizara la salud como un don divino y la enfermedad como el
castigo enviado por los dioses. Las mujeres tenían a su cargo el cuidado de los niños y
de los ancianos, al mismo tiempo que ayudaban durante el parto. Entre las prácticas de
higienizar y de alimentar fueron introducidos comportamientos de tocar, sobar y
actitudes afectivas1.
Para sustentar esta idea, se hace la revisión de algunos filósofos que han discurrido
sobre el cuidado, tales como Martín Heidegger, Milton Mayeroff, Emmanuel Lévinas,
Michael Foucault y Leonardo Boff, así como algunas filósofas enfermeras: Marie
Françoise Colliére, Jean Watson, Kari Martinsen, Madeleine Leininger y Vera Regina
Waldow .
Heidegger expresa que es característica del hombre estar siempre viendo por su propia
vida, cuidando de ella, para satisfacer sus necesidades básicas, pero también las
superiores, todo es cuidado. El ser humano está inserto en un mundo y no se puede
concebir fuera de él.
La mayor preocupación del Dasein es el estar aquí, la existencia que se revela como
cuidado del propio ser, ser en el mundo es procurar, curarse de o en el fondo ansiar la
vida y la subsistencia en el presente y para el futuro.
De ahí que exista una relación estrecha entre cuidado-Sorge-cura con el tiempo, ya que
todo cuidado es temporal en la medida que mira en, hacia y por el tiempo se hacen
planes hacia el futuro9.
• Conocer significa entender las necesidades del otro y ser capaz de cuidar
adecuadamente, saber las capacidades y fortalezas propias para responder como la
persona espera; este conocimiento puede ser explícito o implícito.
• Alternar ritmos, establecer movimientos de ida y vuelta entre los momentos del
cuidado, centrarse en los detalles a veces y en otras ocasiones en el panorama más
amplio de la persona, realizar acciones o no hacer nada y observar permanentemente
las acciones y omisiones para retroalimentarlas.
• Honestidad, significa estar abierto a uno mismo, para los demás, y verlos como
realmente son y como soy yo mismo, se tiene que ser auténtico en el cuidado.
• Confianza, significa dejar ir, permitir que el otro crezca en su propio tiempo a su
manera para ser mejor, lo que implica un riesgo y un salto a lo desconocido,
representa creer en el otro en donde ambos crecen.
45
• Humildad, en el entendido que siempre hay algo más que aprender, incluyendo el
aprendizaje de la persona y de los propios errores; la humildad también significa
superar pretenciosas actitudes.
"Si cuidáis de vosotros como es debido, si sabéis ontológicamente lo que sois, si sabéis
también de lo que sois capaces, ... si sabéis cuáles son las cosas de las que debéis
dudar y de las que no debéis hacerlo, si sabéis lo que es conveniente esperar y cuáles
son, y por el contrario, las cosas que nos ha de ser completamente diferentes, si sabéis
en fin que no debes tener miedo a la muerte, pues bien si sabéis todo esto no podéis
en este momento abusar de vuestro poder sobre los otros"12.
En síntesis, quien cuida de sí mismo, sobre lo que hace, sobre el lugar que ocupa entre
los demás hasta el punto de saber cuáles son sus deberes, llegará a tener una relación
adecuada con el grupo social al que pertenece.
La mejor manera de encontrar el rostro del otro es mirar su piel, pues es la más
desprotegida, más desnuda; en el rostro se reflejan una serie de emociones que a
veces se enmascaran con poses, y el rostro del otro se impone de tal manera que
prohíbe incluso llegar a dañarlo.
Por tal motivo, Lévinas propone que la filosofía primera ha de ser una ética que
encuentra su fundamento en el encuentro cara-a-cara con el otro, donde el sujeto es
responsable del otro incluso antes de ser consciente de su propia existencia. La
autonomía del yo es posterior a la configuración del otro, se da a través de los
elementos de proximidad, responsabilidad y sustitución.
Es una actitud amorosa hacia sí mismo y hacia los demás, es involucrarse con las
situaciones de las personas que se quieren, es vivenciar, sentirse cuidado, tener la
voluntad y predisposición de cuidar en una relación de cuidado-amoroso, cuidado
preocupación, cuidado-protección y cuidado-prevención; estas reflexiones, dado que
se relacionan con la condición humana, tienen un estrecho vínculo con el pensamiento
de enfermería en relación con los cuidados, como lo demuestran las siguientes
filosofías de cuidado.
Existen estudios que expresan diversas concepciones del cuidado con la finalidad de
fundamentar el ser, el hacer y el deber ser de la enfermería que permita resignificar la
práctica, con una visión humanística. Para este estudio se destaca el pensamiento de
las siguientes teóricas, sin agotar la totalidad del conocimiento generado en la
disciplina .
Este pensamiento se centra en el cuidado ético del otro y de uno mismo; ante una
condición humana que puede ser vulnerable pero también con potencialidades de
desarrollo, la enfermera asume esta responsabilidad como un valor que implica un
conocimiento amplio, profundo y reflexivo sobre el cuidado.
Jean Watson, enfermera humanista (1961 a la fecha), consideró que, para definir mejor
las responsabilidades sociales y éticas de la enfermería y explicar las implicaciones del
cuidado humano, es necesario apoyarse en los diez factores de cuidado que construyó
y posteriormente modificó, estableciendo el modelo Caritas o modelo de cuidados, en
donde profundiza en los aspectos filosóficos, transpersonales, éticos, del arte y los
espirituales-metafísicos, los que se describen a continuación:
• Cultivar las propias prácticas espirituales del yo transpersonal más allá del ego.
• Uso creativo de todas las vías de conocimiento, como parte del proceso de cuidado;
participar en el arte de las prácticas de curación-cuidado.
• Crear un entorno de curación a todos los niveles: entorno físico y no físico, de energía
y conciencia, allí donde lo saludable, la belleza, la comodidad, la dignidad y la paz se
potencian.
• Ayudar con las necesidades básicas, con una conciencia de cuidado deliberado y
gestionar cuidados humanos esenciales que propicien la integración de mente-
cuerpoespíritu y salud unidad del ser en todos los aspectos del cuidado.
Los cuidados culturales holísticos se constituyen con los valores, creencias y modos de
vida aprendidos y transmitidos de forma objetiva que ayudan, apoyan, facilitan y
capacitan a otras personas o grupo a mantener su estado de salud y bienestar, a
mejorar su situación y estilo de vida, afrontar la enfermedad, la discapacidad o la
muerte; alude también a la variación y/o diferencia que existe en los significados,
modelos, valores, modos de vida, y símbolos relacionados con el cuidado, dentro de
una colectividad entre grupos humanos distintos.
En todas las culturas del mundo existen diferencias y semejanzas culturales entre el
profesional que presta la asistencia y el receptor de la misma o usuario.
Para Martinsen no es que haya una definición del significado de salud, sino que ella lo
va a relacionar desde una perspectiva histórica -en su tiempo la salud fue de grandes
disputas y luchas ya que intervienen factores como la falta de atención a las personas
por parte del sistema político.
A Martinsen le interesa cuidar algunas veces, ayudar a menudo y consolar siempre, con
ello se muestra su interés por la persona en su dimensión espiritual y en la
preocupación por el otro en un proceso histórico social.
En los conceptos filosóficos acerca del cuidado que desarrolla Martinsen, se identifica
una preocupación por la ética del cuidar, lo identifica como una manifestación de vida
y libertad en todos los seres humanos, como prerrequisito básico de vida, como
desarrollo positivo de las personas a través del bien.
De ahí que el cuidado profesional exige vocación, "la cual es una demanda que la vida
me hace de un modo completamente humano para encontrar y ayudar a un ser
semejante", la vocación se da como una ley de vida y atañe al amor amistoso, que es
fundamentalmente humano.
Para reconocer lo humano del cuidado Martinsen define dos términos en su filosofía
ética, la enfermería es el "Ojo del corazón", en donde aparece la existencia de la
persona como un todo, ese otro invade mi propia existencia, y se ve afectada por el
sufrimiento del otro y la situación en el que ese otro se encuentra. Este concepto tiene
una relación con la alteridad que define Lévinas, en donde la persona que cuida y la
persona cuidada se reconocen en el encuentro humano comprensivo, donde se
concreta lo verdaderamente trascendente. El otro concepto es el "Ojo que registra", el
que objetiviza y da la perspectiva al observador. Tiene relación con encontrar
conexiones, sistematizar, ordenar, clasificar y colocar en un sistema. Se deduce que
una filosofía de enfermería tiene que tener una concreción en la vida profesional
donde se vincula un sistema de valores humanísticos aunado al desarrollo del
conocimiento reflexivo y constructivo para el desarrollo profesional y de investigación.
Martinsen tiene un interés tanto personal como sociopolítico en las y los enfermeros,
en los que por otros motivos se encuentran fuera de la sociedad, es decir, que no solo
piensa en sí misma, ni tampoco en sus compañeros, sino que es una persona abierta,
atenta a la escucha de los otros para poder defender y proponer.
un ser de cuidado, este nace con ese potencial; por lo tanto, todas las personas son
capaces de cuidar, como una acción moral, impregnada de valores, y de sentimientos,
como cualidad existencial, ya que es parte del ser y le da la condición humana; se
produce en relación con otro ser, es ahí donde se revela una coexistencia con otros
seres, el cuidado se percibe en un contexto de variaciones, intensidades y diferencias
en las formas y expresiones de cuidado conforme al medio en que se produce 25.
El cuidado en su abordaje más amplio consiste en una forma de ser y estar con otros,
posee características existenciales y contextuales (modo de ser) y (estar con), de tal
forma que el cuidado se visualiza en dos dimensiones: fenomenológica y holística.
El proceso de cuidar lo define la autora como todas las actividades desarrolladas por el
cuidador para y con el ser cuidado como base en el conocimiento, la habilidad, la
intuición, el pensamiento crítico, la creatividad, acompañada de comportamientos y
actitudes de cuidado para promover, mantener y recuperar la dignidad y totalidad
humana. Esta dignidad y totalidad comprende el sentido de integridad y plenitud física,
mental, moral, emocional, social y espiritual en las fases de la vida y la muerte,
constituyéndose, en última instancia, en un proceso de transformación cuidador y ser
cuidado26.
familia?, ¿qué más puedo hacer para que la situación y las condiciones del paciente
sean más confortables?25
El poder dar respuesta a todas estas preguntas en el momento del cuidado, permite
que el pensamiento crítico se convierta en una habilidad que se sugiere se desarrolle
en el período de formación, pero también se puede desarrollar en cualquier momento.
El pensamiento crítico implica la capacidad de cuestionar, analizar, emitir hipótesis,
reflexionar y criticar las alternativas y facilitar la creatividad, la flexibilidad, la confianza
y la intuición.
Conclusiones
El cuidado ético se manifiesta como un acto de vida y libertad en todos los seres
humanos, es prerrequisito en el desarrollo positivo de las personas a través del bien, ya
que la práctica moral exige un pensamiento reflexivo de la ontología de la enfermería.
Unidad III.
Conceptualización de enfermería. Evolución de la enfermería como ciencia. El
Cuidado como objeto de conocimiento de la Enfermería: Patrones de conocimiento;
relación disciplina-práctica.
55
Unidad IV.