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2020

EPISTEMOLOGIA
DEL CUIDADO
MODULO 1
UNIDAD I“Conocimiento Enfermero “(Epistemología, Obstá culo epistémico,
Paradigma Meta paradigma y revolució n científica).Comprenderemos el
conocimiento como actividad social en Enfermería

UAI Carrera Licenciatura en Enfermería


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UNIDAD I
Presentación.

Definir “Enfermería”… con la utilización de los términos: “Disciplina y Profesión”


habitualmente, encierra cierta relacion con el conocimiento.

Una disciplina se distingue por un área o propiedad específica de indagación, que representa
una creencia compartida entre sus miembros y que está relacionada con su razón de ser. Es
decir, una disciplina puede identificarse por una definición o concepto nuclear, que en general
se expresa con una frase sencilla, la cual especifica su área de estudio particular. Por ejemplo,
la fisiología es el estudio de las funciones de los sistemas vivientes, la sociología es el estudio
de los principios y procesos que gobiernan las sociedades humanas...”.

Una disciplina profesional, adicionalmente, se define por su relevancia social y la orientación de


sus valores. El núcleo se deriva del sistema de creencias y valores acerca del compromiso social
de la profesión, de la naturaleza de sus servicios y del área de responsabilidad para el
desarrollo del conocimiento particular.

Estos requisitos requieren expresarse de forma nuclear, clara y precisa, y parte fundamental
del crecimiento de la disciplina radica, entonces, en el crecimiento de las teorías que dan
sustento al conocimiento de la enfermería, pero, más que todo, a aquel conocimiento que
permita ser la base de una práctica fundamentada y autónoma. Es decir, un conocimiento que
exprese el tipo de conocimiento que maneja la enfermería.

La disciplina de la enfermería está compuesta por varios componentes:

(a) perspectiva,

(b) dominio,

(c) definiciones y conceptos existentes y aceptados por la enfermería,

(d) patrones de conocimiento de la disciplina.

a) La perspectiva está definida por cuatro características: la naturaleza de la


enfermería como una ciencia humanística, los aspectos de la práctica de la
enfermería, las relaciones de cuidado que se desarrollan entre los clientes y las
enfermeras/os y la perspectiva de salud y bienestar.

b) El dominio de la enfermería no solamente engloba los resultados de la


investigación, sino también el conocimiento de la enfermería para la práctica,
el cual está sustentado en la filosofía e historia de la enfermería, la práctica
pasada, el sentido común, los resultados de la investigación, las teorías y una
genealogía de ideas, congruentes con metodologías, procesos de enfermería y
otros procedimientos, que son esenciales para el desarrollo del conocimiento.
Se puede decir que el dominio de la enfermería lo integran:

c) Definiciones y conceptos existentes aceptados por la enfermería y problemas


más importantes del campo de interés; procesos de valoración, diagnóstico e
intervención; instrumentos para la valoración, diagnósticos e intervenciones;
diseños y metodologías de investigación congruentes con el conocimiento de
la enfermería.
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Meleis sugiere que las definiciones y conceptos aceptados por la enfermería


se relacionan con el manejo de los fenómenos del dominio que, a su vez, se
sustentan en teorías de enfermería, cuyas fuentes fundamentales son: la
práctica de la enfermería en su extensión total, el paradigma biomédico, la
experiencia de las enfermeras(os), los roles, las ciencias básicas, la práctica
ideal de la enfermería, el proceso de la enfermería y los diagnósticos e
intervenciones de la enfermería

d) Patrones* del conocimiento Modelo que sirve de muestra para sacar otra cosa
igual .Real Academia Española

Meleis, propone como patrones de conocimiento (formas de conocer) o sintaxis de la disciplina


los siguientes aspectos: patrones de comprensión; perspectivas del conocimiento (empírica, de
orientación de género feminista y teórico-crítica); patrones de teorización (teorías clínicas,
teorías conceptuales y teorías empíricas), y formas de conocer propias y modelos
metateóricos.

Es de conocer que la disciplina profesional recibe marcada influencia de las creencias y valores
que la sustentan y de su razón social, es el núcleo de la disciplina y su desarrollo, a través de la
indagación científica, lo que la distingue de otras áreas del conocimiento afines, y ello se
convierte, entonces, en su marco epistemológico.

Por esta razón, podemos decir que “el marco epistemológico de la enfermería es el
conocimiento que se genera, a partir del desarrollo del propio núcleo disciplinar, en respuesta a
las necesidades de la práctica profesional”

 Concepto de Epistemología.

Es la rama de la filosofía que considera la historia del conocimiento. Suscita y


responde preguntas relacionadas con el origen, la naturaleza, los métodos y las
limitaciones del desarrollo del conocimiento y describe los diversos criterios con los
cuales éste se acepta.

¿Es igual conocer que saber?

El concepto de conocimiento
Conocimiento operacional y conocimiento proposicional
Las palabras saber y conocer se utilizan a menudo con similar significado. Decimos, por
ejemplo, Sé cómo llegar a ese lugar o Conozco el camino para llegar a ese lugar, No
todos los alumnos conocían la respuesta correcta de la última pregunta del examen,
etcétera.
El conocimiento o el saber de una persona puede manifestarse de dos modos: como la
habilidad para realizar alguna tarea o como la posesión de ciertas creencias en
determinadas condiciones. En el primer caso, dentro de lo que podría denominarse
saber hacer o conocimiento operacional, se encuentran, por ejemplo, cocinar, escribir,
conducir un automóvil, construir un edificio o diagnosticar una enfermedad. El
segundo modo de conocimiento se relaciona con la formación de creencias, y suele
llamarse conocimiento proposicional debido a que el contenido de las creencias
puede expresarse en proposiciones, es decir, informaciones que pueden ser
transmitidas por medio de un lenguaje. Así, cuando se dice que Galileo sabía que la
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Tierra se mueve, se indica que el famoso astrónomo suscribía la proposición de que la


Tierra está en movimiento y tenía buenas razones para creerlo. La oración que se usa
para expresar una proposición suele llamarse enunciado, de manera que una misma
proposición puede ser expresada por diferentes enunciados, Está lloviendo y It’s
raining son enunciados de distintos idiomas, pero transmiten la misma información,
expresan la misma proposición.
Aunque ambos tipos de conocimiento, el operacional y el proposicional, conservan
ciertas diferencias, no se encuentran completamente divorciados y muchas veces se
complementan: en buena medida el éxito de una operación quirúrgica depende de la
destreza manual del cirujano pero no cabe duda de que su conocimiento de un gran
número de proposiciones que describen la anatomía y la fisiología de los pacientes
resulta igualmente imprescindible. Además, aunque numerosas habilidades, como la
de nadar, sólo pueden aprenderse por medio de la práctica, muchas veces un mismo
conocimiento puede manifestarse de ambas formas. Así, un acto reflejo hace que el
conductor de un automóvil presione el pedal del freno frente a un obstáculo
inesperado, pero también abriga la creencia de que activar el freno hace disminuir la
velocidad del vehículo.
El conocimiento proposicional puede compartirse y transmitirse socialmente, puede
perpetuarse en la memoria y registrarse en los libros y en los archivos de las
computadoras. El conocimiento proposicional que constituye el contenido de las
ciencias se extiende ilimitadamente. Dado que la construcción del conocimiento es una
tarea social, una enorme proporción de los conocimientos que cada persona adquiere
provienen de la información generada por otros. Se trata de una suerte de
conocimiento vicario, pues sería imposible desconfiar totalmente de la información
que proveen las demás personas. Nuestro examen estará centrado, precisamente, en
el conocimiento proposicional, en particular, en las características del conocimiento
científico, que se alimenta de los resultados obtenidos por miles y miles de seres
humanos a lo largo de toda la historia.
Ya hemos dicho que el conocimiento proposicional se hace explícito por medio de un
lenguaje, pero debemos tener en cuenta que los lenguajes cumplen múltiples
funciones. Las órdenes -oraciones conjugadas usualmente en el modo imperativo- así
como las sugerencias y los ruegos, obedecen a un propósito directivo, procuran que los
destinatarios actúen de determinada manera. Las oraciones expresadas en modo
indicativo, en cambio, generalmente conllevan una función informativa, son
enunciados, expresan una proposición, y se las puede reconocer porque cabe
considerarlas verdaderas o falsas.
La oración:
La Luna es más grande que la Tierra
Expresa una proposición, puesto que tiene sentido preguntarse si es verdadera o falsa;
en cambio, una pregunta o un mandato no son ni verdaderos ni falsos Los lógicos
señalan que las proposiciones, y, en consecuencia, los enunciados correspondientes, se
caracterizan por la condición de que poseen valores de verdad, también llamados
valores veritativos. Así al enunciado La Luna es más grande que la Tierra le
corresponderá uno de los dos valores veritativos: es decir, le corresponderá la verdad o
la falsedad, según sean las dimensiones de los dos cuerpos celestes. En contraste, la
oración
Ama a tu prójimo como a ti mismo
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Podría proclamar algo apropiado o inapropiado, conmovedor, conveniente o ingenuo,


pero no transmite ninguna información, no pretende describir nada y por ese motivo
no califica ni como verdadera ni como falsa, carece de valor de verdad.

Por esta razón los aspectos epistemológicos contribuyen a aumentar la conciencia


sobre la complejidad y diversidad de las perspectivas, enfoques y teorías en los
progresos, la verdad y sus métodos; bajo esta perspectiva Meleis hace distinción entre
los tipos de problemas en el conocimiento y desarrollo, por esto busca aquellos que
pueden parecer los más apropiados para el progreso teórico de una disciplina, en este
caso, Enfermería; y maneja las restricciones epistemológicas potenciales aún cuando
sean inadecuadas, que surgen de la aceptación de factor de enfoque, de una teoría o
de una perspectiva, sin hacer un estudio cuidadoso de las alternativas.

 Epistemología en Enfermería

Como fin reflexionar sobre el desarrollo epistemológico que ha tenido la enfermería


hasta hoy; para ello, en primer lugar, se discutirá sobre los paradigmas y las visiones
del desarrollo del conocimiento y la realidad opuesta; evolución del conocimiento y su
jerarquización; y por último la importancia que tiene la utilización de este
conocimiento en la práctica.
El marco epistemológico de la enfermería pretende mostrar, de manera panorámica, la
evolución del conocimiento de la enfermería. En primera instancia, se parte de una
clarificación del significado de disciplina profesional y de los componentes de la
disciplina: perspectiva, dominio, definiciones y conceptos y patrones del conocimiento.
A partir de la definición de la disciplina de la enfermería como "el estudio del cuidado
de la experiencia o vivencia de la salud humana", se analiza su inmersión en los
paradigmas alternos de la ciencia y se definen las visiones (paradigmas) propias de la
disciplina. Asimismo, se comparan dentro de este contexto los elementos disciplinares
y de la práctica, de acuerdo con la jerarquía estructural del conocimiento. Para aclarar
las expresiones del conocimiento de la enfermería, se analizan los patrones de
conocimiento de Carper: empírico, ético, personal y estético.
La segunda parte explica la necesidad de la relación de la teoría, la práctica y la
investigación, como base fundamental del desarrollo de la práctica, y se discuten los
tipos de teoría que se trabajan en enfermería, para, finalmente, detenerse en la teoría
de mediano rango, o rango medio, y analizar su utilidad para la práctica y la
investigación. Al final se muestra un cuadro, tomado de Liehr y Smith, en donde se
muestran las teorías de rango medio de la enfermería y sus posibilidades de aplicación
práctica.

 Obstáculo Epistémico
¿A que llamamos Obstáculos Epistémicos o Epistemológicos?

Uno de los grandes aportes que realizo Bachelard a la moderna teoría del
conocimiento fue sin duda alguna el de obstáculo epistemológico; estos son
dificultades psicológicas que no permiten una correcta apropiación del conocimiento
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objetivo; a lo largo de la historia de la filosofía se habían realizado grandes esfuerzos


para determinar las dificultades específicas que no permitían una apropiación
adecuada de la realidad, pero estas dificultades se identificaban con la insuficiente
capacidad de los órganos sensoriales para captar los diferentes fenómenos naturales, o
con lo inapropiados de los instrumentos materiales utilizados en la investigación de los
acontecimientos naturales.
Los obstáculos epistemológicos: constituyen uno de los riesgos de la investigación en
enfermería y también son propios de la actividad educativa ya que aparecen durante
la transmisión del conocimiento a través de la enseñanza.

Gastón Bachelard

(Bar-sur-Aube, 1884 - París, 1962) Filósofo francés. Fue profesor en la Sorbona (1940-1954) y se especializó en
epistemología (La formación del espíritu científico, 1938). Estudió también la imaginación poética en relación a los
cuatro elementos, en obras como Psicoanálisis del fuego (1938), El agua y los sueños (1941) y La poética del espacio
(1957).

CLASIFICACIÓN DE LAS BARRERAS U OBSTACULOS EPISTÉMICAS EN ENFERMERIA 1


Obstáculos epistemológicos pedagógicos en enfermería. Los mecanismos de
transmisión de las barreras epistémicas se perciben en los procesos pedagógicos de la
carrera de enfermería ya que además de los contenidos que enseñamos, está el
llamado “curriculum oculto” que inconscientemente transmitimos respecto a la
manera de pensar, de hacer y de decir todo aquello relacionado con la forma de
enseñar y la manera de investigar sobre nuestra práctica. Se trata, de un proceso de
“contaminación” y transmisión inadvertida de los obstáculos epistemológicos, tanto en
el profesor como en los estudiantes cuando observamos que ciertos alumnos piensan,
se expresan y hasta adoptan el porte de su profesor o investigador predilecto. La
irreflexión de adoptar modelos y conceptos instrumentados y operacionalizados en
circunstancias distintas a nuestra realidad y a nuestra práctica, limita aún más nuestra
definición y concepción de trabajo profesional.
En el actual nivel de desarrollo conceptual de la profesión en Latinoamérica se percibe
el optar generalmente por un modelo, ya sea en la formación o en el servicio que,
atendiendo a razones de interés individual, y ética, permitan explicar el cómo se puede
intervenir profesionalmente, con base en marcos de referencia filosóficamente
sustentados.
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Desde este enfoque es deseable que las enfermeras iniciemos ya, el ciclo de análisis de
barreras epistémicas que, como se acepta, inconscientemente hemos grabado y
estamos transmitiendo en el inconsciente colectivo que se refleja en el nivel de
nuestro saber, nuestro quehacer y nuestro ritmo al crecer. La concepción de
“conocimiento” que prevalece en la clínica se traslada a las unidades complejas como:
cuidados intensivos o quirófano reforzando el modelo médico hegemónico que hace
que la sofisticación se confunda y se trastoque con el conocimiento científico, “no es lo
mismo tecnología que ciencia”.
En cambio se subvalora el desempeño de una enfermera comunitaria quien sin
uniforme “blanco”, porque en general es verde o azul marino, sin una toca o cofia y sin
una imagen muy cuidada, parece que sabe menos, que hace menos y que comprende
menos; cuando en realidad trabaja con autonomía, su quehacer es socio-antropológico
y la evidencia de su productividad está plasmada en el sector salud. En la formación
universitaria en enfermería sustentada desde la diversidad de planes y programas de
estudio en donde, coexisten los factores de índole biológicos y sociales no siempre
articulados y consecuentemente poco sustentados pedagógicamente. De hecho
existen tantos planes de estudio como escuelas de enfermería en el país. Cazau
advierte con relación a los obstáculos pedagógicos en enfermería “la constante
referencia al poco reconocimiento que tiene la enfermera como profesional.
Creo que un obstáculo pedagógico es enseñar inconscientemente este modelo
hegemónico a las futuras enfermeras. Por lo tanto, la forma de superarlo sería
enseñando que la enfermería es una profesión, no un simple oficio, y como tal debe
tener, además de un reconocimiento social (ser reconocida por el pueblo, por la gente
como valiosa), también un reconocimiento académico (ser reconocida por otros
profesionales y por la comunidad científica), y la forma de lograr esto último es a
través de una formación rigurosa tanto en lo teórico como en lo práctico. Y no hay que
olvidar que no es una profesión lo que lo prestigia a uno, sino uno quien debe
prestigiar su profesión”.

Obstáculos epistemológicos en la teoría de enfermería. Sobre los conceptos de


enfermería: desde diversos modelos conceptuales se ha intentado sistematizar el
pensamiento desarrollado por enfermería, orientando las acciones en este campo
hacia una imagen profesional, desde su contribución dentro del equipo de salud y
delineando la naturaleza del servicio que presta a la sociedad. Lo más común es
encontrar definiciones sumarias de enfermería en las que quedan poco implícitas las
actividades profesionales teórico-prácticas siendo éstas, insuficientes. Sobre los
conceptos en torno al cuidado: los valores y creencias sobre el rol de la enfermera
perfilan diferentes versiones del cuidado que, en estos últimos diez o tal vez veinte
años ha desdibujado a la enfermera y a la enfermería, lo que nos ha llevado a definir
múltiples conceptos y modelos teóricos (1) que conformarán probablemente en el
futuro; en eso confiamos, un concepto de enfermería más universal y de éstos el
paradigma y metaparadigma de enfermería, que sustente y guíe el método enfermero
con mayor homogeneidad y posibilidad de abordaje en donde no separemos la teoría
de la práctica, el proceso de atención de la realidad operativa, en donde la salud, y por
qué no, lo ideológico, lo político y lo filosófico, sean los ejes dentro de los cuales
ubiquemos el rol que al interior del equipo de salud hemos de jugar al lado del cuidado
en el proceso salud-enfermedad. ¿Qué definición de la enfermería es más coherente
con la formación y las necesidades de la atención de salud? El esfuerzo por clarificar
esa función social que realiza reviste especial interés para transformar los esquemas de
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formación, para producir y desarrollar conocimientos en el propio campo, para


cualificar la prestación de servicios y clarificar el aporte específico del trabajo
multiprofesional en el campo de la salud. “Enfermería es una disciplina práctica” Sobre
la pertenencia de una metateoría, parece que existe dificultad de los abordajes
teóricos en enfermería, así como su orientación y diseño. Esto ha planteado la
Necesidad de la construcción de una metateoría que guíe el conocimiento enfermero y
su práctica, facilitando el logro e impacto que se requiere en el cuidado, trascendiendo
hacia un abordaje objetivo que clarifique los planteamientos y determinen los
elementos de modelos de práctica idóneos. Se asiste a una crisis de paradigmas del
conocimiento que afecta los perfiles profesionales.
Es necesario desarrollar teorías y metodologías en el campo de enfermería que
permitan enriquecer y vincular lo conceptual y lo práctico. Sobre los diagnósticos de
enfermería, su estructura y el arte de interpretar no es clara, no obstante las
recomendaciones de las expertas, cabe recordar que la redacción de un diagnóstico de
enfermería sigue siendo un objeto de investigación que no sólo será profundizada, sino
que dará lugar, en tanto que su esencia es interpretar, a un replanteamiento
epistemológico y por lo tanto paradigmático hacia lo fenomenológico, desde luego
faltan muchos ejercicios para consolidar tal propósito, la estrategia sugerida es
comentar más a menudo con las expertas clínicas y ante todo aprender a interpretar
los significados de las personas en situaciones de enfermedad.
Otros obstáculos epistemológicos: sobre los saberes transdisciplinarios: desde
diversos modelos la enfermera tiene una función social independiente, que no siempre
está clara ni para el público en general ni para la propia enfermera.
De ahí la importancia en clarificar el trabajo sobre su campo y el de los demás,
reconociendo y respetando la diferencia de saberes, recordando, que un equipo que se
denomine interdisciplinario, no necesariamente garantiza que funcione como tal. Es
cierto que no existe un solo enfoque acerca del cuidado, por ser un objeto complejo
que se ubica en un área de gran diversidad ideológica y política como lo es el campo de
la salud. Por eso, los cuidados enfermeros tienen que encontrar sus individualidades
con relación a la red de pertenencias de los cuidados, porque la identidad no puede
concebirse más con respecto al otro, hay que separar su finalidad original y poner en
evidencia las circunstancias específicas de este tipo de cuidado. ¿En qué medida tanta
complicación e incoherencia obstaculiza el desarrollo de la enfermería? ¿Está la
enfermería en transición y evoluciona con ritmo variable hacia un orden y una
coherencia universal? o ¿acaso está destinada por su misión particular, sus diferentes
circunstancias, o por una falta de espíritu unificador y carencia de identidad a
mantenerse en un estado de fragmentación y diversidad?, ¿será que la aparente
fragmentación no es sino un indicador saludable de desarrollo disciplinar? Dentro de la
clasificación que Pablo Cazau señala en torno a los obstáculos epistemológicos
anteriores, considera los especiales, los cuales también se describen a continuación.

CLASIFICACIÓN DE LAS BARRERAS EPISTÉMICAS ESPECIALES

1 Obstáculo verbal en enfermería: en el desempeño profesional se percibe un discurso


y clima emocional que dificulta la demarcación del territorio del quehacer enfermero,
que impide demostrar exclusividad en su saber y ejercicio, y que en el conjunto
institucional se describe repetitivamente como: condiciones de trabajo agotadoras,
prolongadas, rotatorias y nocturnas, con escasas horas de descanso, así como limitadas
posibilidades para la formación, capacitación personal, profesional y actualización,
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frases con las que justificamos y hasta utilizamos como pretexto racional para la no
reflexión disciplinar. Es más, esto lo reforzamos aún más con esa construcción social
bajo el estereotipo femenino atravesada por la cultura y los roles de género
confrontada en la práctica dentro de las complejas relaciones, que (1)se establecen con
el equipo de salud, con el usuario de sus servicios y con las instituciones donde se
labora, condicionando una sub-valoración y desventaja profesional a nuestro modo de
ser, decir y hacer. Cabe destacar que desde la perspectiva transcultural y ética son los
valores y creencias los determinantes de la visión de la persona y del cuidado cuya
influencia es obvia en el desarrollo de los modelos. Sin embargo y paradójicamente es
cada vez más frecuente escuchar que es necesario que los modelos teóricos
seleccionen lenguajes comunes de manera que la comunicación fluya plenamente con
el equipo de trabajo y con aquéllos a los que sirven. Conocimiento unitario en
enfermería: en enfermería existe la creencia que exclusivamente desde ésta se puede
construir el objeto de estudio, desconociendo las herramientas filosóficas y
antropológicas para definir el conocimiento científico. Quizá guiadas por el deseo de
saber, estamos o pretendemos construir un cuerpo de conocimientos únicos, con un
lenguaje único, con una práctica única. Esto nos confunde cuando sabemos que el
conocimiento universal es único. Conocimiento pragmático en enfermería, ¿Qué es la
enfermería? y ¿Qué es una enfermera? La enfermería no tiene un significado universal
y quizá aún más sorprendente que la palabra “enfermera”, aparentemente no tiene un
significado único en la mayoría de los países, este vocablo comprende una mezcla de
niveles y grupos que incluyen: estudiantes, auxiliares, técnicos, profesionales,
generalistas y especialistas, lo cual revela una falta de coherencia en el seno de la
profesión, respecto a las figuras que la representan dificultando también una
definición de su función en los diferentes escenarios de intervención. Esto ha llevado a
procesos de nivelación de auxiliares de enfermería a enfermeras generales o bien
permite la contratación de licenciados en enfermería como auxiliares. Es decir, esto es
útil, práctico y económico cabe la pregunta ¿para quién? “En relación con el obstáculo
pragmático, agregaría que en el caso de la enfermería, el obstáculo consistiría en
utilizar un saber no fundado científicamente sino transmitido de generación en
generación y aceptado dogmáticamente sin haberse demostrado su fundamento”.(2)
Sustancialismo como barrera epistémica en enfermería.
Existe una tendencia a explicar todos los fenómenos desde una perspectiva teórica
única no importando el comportamiento del fenómeno en sí, ni los requerimientos
metodológicos para ser abordados, es decir, el estilo es único, el perfil es único y el
modelo teórico es estático. Realismo como barrera epistémica en enfermería: la
precisión y pericia para interpretar los resultados son esenciales y constituyen la piedra
angular de la sistematización del cuidado.
Esta barrera epistémica la percibimos y es un estilo de los principiantes cuyo
desempeño está guiado por observaciones fraccionadas de un fenómeno más
complejo, cuya descripción exige de una capacidad interpretativa y global del contexto
de habilidades que ya han desarrollado los expertos.
Ejemplo: es el desempeño de un estudiante que guía sus observaciones y por lo tanto
su cuidado por lo que ve y escucha de otros o del paciente, pero no valora, no ausculta,
no palpa, no inspecciona, no interroga y por lo tanto no interpreta. Conocimiento
cualitativo en enfermería: las barreras epistémicas cualitativas se ubican en ponderar
los significados por encima de los datos clínicos, por ejemplo dar mayor significado a
las experiencias de proceso salud-enfermedad que a los factores que la determinan,
encontrándose serios espacios y limitaciones en los que no hemos encontrado
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nuestros elementos cualitativos que nos caractericen uniforme y universalmente, en el


nivel en que estemos, en la práctica que realicemos y en el lugar en que estemos, las
preconcepciones de los significados están atrás de las acciones. “Un ejemplo de
obstáculo cualitativo en enfermería podría ser la costumbre de decir tiene mucha o
poca fiebre en lugar de dar una medida cuantitativa de la misma (por ejemplo 37.3
°C).”
Este tipo de barrera se hace evidente cuando estamos sustentando las acciones del
cuidado con base en cantidades, sin considerar los atributos de cualidad y calidad que
acompañan a todo fenómeno, ejemplo: toma y registro de signos vitales.

(2) Adaptado de Pablo Cazau Lic. en Sicología y Prof. de Enseñanza Media y Superior en Sicología Buenos Aires

(3) Pablo Cazau. Conocimiento cuantitativo en enfermería

(4) MG Sánchez ET y cols. Barreras epistemológicas en enfermería Revista Mexicana de Enfermería Cardiológica 2004;12 (1): 29-
33 33 edigraphic.com

 Paradigma, Metaparadigma y Revolución Científica.

Kuhn: la etapa de la Estructura

(Thomas Samuel Kuhn; Cincinnati, 1922 - Cambridge, 1996) Filósofo de la ciencia estadounidense, figura capital, junto con
Karl Popper . Fue profesor en la Universidad de Princeton y desde 1979 en Massachusets. consideró que el estudio histórico
es necesario para entender cómo se han desarrollado las teorías científicas y para conocer por qué en ciertos momentos unas
teorías han sido aceptadas antes que otras.

Paradigmas y ciencia normal

En La estructura de las revoluciones científicas Kuhn introduce una noción que se


convierte en la clave de su explicación del desarrollo de la ciencia y emblema de su
filosofía: se trata del concepto de paradigma. Por supuesto, el vocablo
correspondiente ya existía, pero Kuhn lo utiliza en un sentido novedoso para
referirse a un conjunto de aspectos de la actividad científica que no habían sido
previamente considerados. En las primeras páginas de La Estructura, Kuhn describe
los paradigmas como una forma de ver el mundo, un modelo que marca el tipo de
problemas y de soluciones que se plantea una comunidad científica.

La importante novedad que Kuhn se propone presentar es la convicción de que los


conceptos que habían sido utilizados tradicionalmente para caracterizar la ciencia,
tales como teoría, hipótesis, ley, no son los más adecuados para entender cómo se
produce efectivamente la investigación científica. De acuerdo con Kuhn, la
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formulación de hipótesis o teorías en cada momento de la historia de la ciencia


depende de una variedad de factores en cuyo seno surgen tales teorías. En la
utilización que hace Kuhn, el término “paradigma” se refiere entonces a algo más
amplio que una teoría. Representa, más bien, un modo de concebir el mundo y una
manera de hacer ciencia. Son precisamente estos aspectos los que se alteran cada
vez que cabe hablar de una revolución en la historia de una disciplina científica. El
cambio revolucionario está marcado, según Kuhn, por un logro científico notable y
universalmente reconocido, de modo que sirve como modelo de problemas y de
soluciones durante un cierto tiempo hasta que se produzca una nueva revolución en
ese dominio.

El paradigma constituye entonces el centro del consenso, relativamente firme,


bajo el cual operan los especialistas durante amplios períodos en el campo de una
ciencia. El tipo de soluciones aceptadas para la resolución de problemas concretos es
uno de los componentes fundamentales de este consenso que supone, obviamente,
dos coincidencias: el acuerdo de la comunidad científica en el hecho de que una
situación particular representa un problema científico, y el acuerdo en que el modo
en que se intenta resolverlo constituye un procedimiento científicamente aceptable.

El ejemplo favorito para ilustrar el concepto de paradigma en el sentido


kuhniano ,es la comparación entre la astronomía ptolemaica, que representa el
paradigma iniciado en la época clásica griega y continuado hasta el fin de la Edad
Media, y su rival, el paradigma copernicano que se impuso en la revolución científica
desarrollada durante los siglos XVI y XVII. Entre las hipótesis fundamentales de la
astronomía ptolemaica se encuentra, en primer lugar, la creencia de que todos los
cuerpos celestes se mueven incesantemente, mientras la Tierra permanece estática e
inmóvil en el espacio del universo. En segundo término, se encuentra la idea de que
el único tipo de movimiento que pueden tener los astros, en virtud de su divina
perfección, es el circular.

En un primer momento se podía pensar que los cuerpos celestes describían órbitas
circulares simples alrededor de la Tierra, pero las observaciones indicaban que no
eran tan simples. En efecto, el incontable conjunto de pequeños puntos luminosos
visibles en el cielo nocturno que se llamaron estrellas, se desplazaban al unísono, sin
alterar su posición ni su distancia relativas, pero los otros astros, el Sol, la luna,
Mercurio, Venus, Marte Júpiter y Saturno, cada uno de ellos mostraba una
trayectoria individual y diferente. No sólo eso, en algunos períodos parecían
detenerse, retroceder y más tarde retomar la trayectoria previa, por eso se los llamó
planetas, es decir “errantes”.

Los astrónomos ptolemaicos sabían que los movimientos aparentes de los planetas
no coincidían totalmente con la idea de un movimiento giratorio simple. Se abocaron
entonces a la tarea de imaginar un modelo de movimiento más adecuado. Uno de los
recursos a los que apelaron fue introducir el concepto de epiciclo, es decir, un
movimiento circular realizado por un planeta alrededor de un punto imaginario
mientras ese punto a su vez se desplaza circularmente alrededor de la Tierra. Así, un
planeta que gira en un epiciclo está llevando a cabo simultáneamente dos
movimientos, el que corresponde a su epiciclo y el que corresponde al punto que gira
alrededor de la Tierra.
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Sin embargo, como las observaciones no terminaban de coincidir con las


predicciones surgidas a partir de la postulación de un epiciclo, los astrónomos
debieron pensar en epiciclos de segundo y tercer grado, es decir, epiciclos de
epiciclos y en otros recursos que exigían la aplicación continua de procedimientos
matemáticos con el objeto de proporcionar una descripción lo más ajustada posible
de los movimientos astrales. Esta tarea se prolongó durante siglos y se logró articular
un modelo cuantitativo que permitía hacer predicciones astronómicas bastante
precisas.

La postulación de los epiciclos y otros recursos semejantes, entonces, ejemplifica un


modo de solucionar determinados problemas astronómicos que guió a los científicos
enrolados en esta disciplina durante muchos siglos. Kuhn piensa que, de manera
semejante, cualquier ciencia proporciona modelos, ejemplos de problemas y de
soluciones que los científicos imitan durante el tiempo en que el paradigma
correspondiente permanece vigente

Aquella actividad de los astrónomos, que se fue desarrollando a lo largo de muchos


siglos mantuvo la convicción de que la Tierra, fija, era el centro de rotación de los
cuerpos celestes y la creencia de que el movimiento de estos últimos, por complejo
que fuera, sólo podía ser circular o, en todo caso, una combinación de movimientos
circulares. Estos supuestos se encontraban, pues, en el corazón de lo que podríamos
llamar el paradigma ptolemaico. Pero este paradigma no se agotaba en estas dos
hipótesis. Ellas están vinculadas también con otros principios que tampoco estaban
sujetos a discusión. Así, los cuerpos celestes habían sido concebidos originariamente
como cuerpos de un rango superior y compuestos de una sustancia diferente de las
que se hallan en la Tierra, un elemento material cristalino llamado éter.
Pero, pese a sus inmensas virtudes, el sistema ptolemaico presentó algunas falencias.
Por una parte, se fue haciendo cada vez más complicado, artificial y poco coherente.
Por otra parte, sus pequeños márgenes de error se fueron sumando, como sucede
con un reloj que adelanta o atrasa sólo unos segundos por día. Y en el siglo XVI el
calendario se había desfasado tanto que requería un ajuste equivalente a varios días.
Ese es el tipo de situación que Kuhn denomina crisis en la vida de un paradigma y
que prepara el terreno para el estallido de una revolución científica.

Luego de esta explicación de uso de Paradigma por Khun, veremos cómo llega a
nuestro campo de Enfermería:

La enfermería funciona integrada al desarrollo científico general, y por ello, el


desarrollo del conocimiento de la enfermería y la indagación científica reciben
influencias de los paradigmas generales que han marcado el desarrollo de la ciencia.

El cuadro 1 deja ver las claras diferencias que existen entre estas posiciones.
Cuadro 1 - Paradigmas alternos del conocimiento e indagación

PARADIGMAS

CONOCIMENTOS Postpositivismo Crítica social y otros Constructivismo


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Realismo histórico:
ONTOLOGÍA Realidad virtual, modelada
(f. Parte de la filosofía que Realismo crítico: social,
trata del ser en cuanto tal, "Realidad percibida de política económica, étnica y Realidades construidas
y de sus propiedades, manera imperfecta y culturalmente, local y específicamente.
Principios y causas primeras). probabilística". incluyendo género
Real Academia Española
y valores. Cristalizada en el
tiempo.

Dualista-objetiva.
EPISTEMOLOGÍA Tradicional Transaccional. Transaccional.
(f. Fil. Teoría de los fundamentos y crítica. Subjetiva. Subjetiva.
Comunalidades.
métodos del conocimiento científico).
Hallazgos probablemente Hallazgos negociados.
Real Academia Española
Hallazgos creados.
verdaderos.

Tomado de Denzin y Lincoln .

En este contexto ha surgido, con claridad, el marco de la disciplina de la enfermería,


durante los últimos veinte años.

Se han identificado una serie de conceptos centrales que pueden ser considerados
como fundamentales para el estudio de la enfermería. Sin embargo, existen algunas
discrepancias entre las teóricas que han manejado este análisis: Jacqueline Fawcett y
Margaret Newman.

Jacqueline Fawcett y Margaret Newman

Margaret A. Newman
13

Su discusión se planteó desde 1991, cuando Newman y col. manifestaron que el núcleo
de la disciplina de la enfermería, o núcleo paradigmático, podría enmarcarse en la
siguiente declaración: “La enfermería es el estudio del cuidado de la experiencia o
vivencia de la salud humana”. Explican las autoras que esta declaración, integrada en
una sola frase, maneja los conceptos comúnmente identificados con la enfermería, en
un nivel paradigmático.

METAPARADIGMA

En general un metaparadigma, debería especificar los amplios límites del fenómeno de


estudio en una disciplina por ejemplo separar la enfermería de otras disciplinas, como
la medicina, la fisiología del ejercicio clínico o la sociología. Fawcett propone que un
metaparadigma define todos los fenómenos inherentes en la disciplina de una forma
escueta tiene una perspectiva neutral y es de alcance internacional.

Su definición se la perspectiva neutral es que los conceptos del metaparadigma


reflejan la enfermería, pero ningún modelo o paradigma enfermero conceptual
concreto.

Este criterio queda claramente ilustrado en los modelos y paradigmas de enfermería,


ya que estos incluyen los conceptos de metaparadigma, pero los definen en vías
claramente diferentes.

Esto considera su naturaleza genérica como conceptos de metaparadigmas amplios


pero con especificidad de cada teoría o paradigma conceptual. Es esencial captar esta
importancia de la razón de Fawcett. Debido a que el metaparadigma es el nivel
filosófico superior en la estructura del conocimiento los modelos y las teorías definen
los términos específicamente en cada uno de sus trabajos y se proveen diferencias
entre ellos. Thorne et al. Afirmaron que no era productivo continuar con los debates
de metaparadigma sobre qué sistema conceptual debería definir los conceptos, sino
que cada modelo conceptual se clasifica como un modelo conceptual de enfermería
14

porque claramente se dirige a cada uno de los conceptos del metaparadigma, aunque
de diferentes perspectivas filosóficas

 Considerar al metaparadigma desde las diferentes perspectivas culturales mejora


nuestro conocimiento y amplia nuestras ideas a medida que la disciplina se
desarrollan globalmente.

Ejemplos. La visión china del paradigma de la enfermería occidental a través de la lente


del confucionismo y del taoísmo. El concepto de persona es más que un ser espiritual
biopsicosocial y también está ligado a la responsabilidad. La salud incluye el flujo del qi.
Yin, yang y las cinco fases (madera, agua, fuego, metal y tierra) El reto es el desarrollo
del conocimiento es aprender como considerar los fenómenos de enfermería a través
de muchas lentes, fomentar el desarrollo del conocimiento y aumentar la asistencia de
las personas en todo el mundo.

Por su parte, Fawcett analiza varias propuestas paradigmáticas explicativas, manejadas


por King en 1990, Kim en 1987 y Meleis en 1990, y mantiene su posición sobre la
tetralogía de conceptos: salud, persona, ambiente y cuidado de enfermería, como
esencia del metaparadigma de la enfermería, sustentando su posición en las premisas
relacionadas con las características que debe mantener todo metaparadigma
(identificación del campo del conocimiento diferente al de otras disciplinas, abarcar
los fenómenos de la disciplina de manera parca, mantener una perspectiva filosófica
neutral y tener proyección internacional, y que, a su juicio, solamente son llenadas
por los cuatro conceptos antes descritos.

Este contraste de opinión puede radicar en el tipo de abordaje filosófico que sustentan
estas dos enfermeras. Fawcett, con una posición postpositivista y Newman
fenomenológica (constructivista), pero aun así, está claro que las dos concuerdan en
la esencia fundamental del núcleo de la disciplina de la enfermería, y asimismo
concuerdan en proponer que los conceptos que lo conforman deben mantener
neutralidad interpretativa. Igualmente, el núcleo nos determina que es el cuidado de
las experiencias de salud, miradas desde un punto de vista contextual, lo que
constituye el dominio de indagación, y que, por lo tanto, el cuerpo del conocimiento
de la enfermería se relaciona con el cuidado, las experiencias o vivencias de salud
contextualizadas, y todo aquello que no apunte a solucionar los interrogantes que
estos conceptos plantean no es conocimiento de enfermería.

Visiones del mundo de la enfermería

El acuerdo metaparadigmático de neutralidad se rompe a medida que las teóricas, con


sus filosofías personales, imprimen en sus planteamientos conceptuales y teóricos sus
visiones o interpretaciones de la realidad. Este hecho puede aparecer como una
inconsistencia con lo mencionado anteriormente, pero la verdad es que la indagación
de la enfermería y las propuestas teóricas (conocimiento de enfermería) se han
desarrollado con una orientación hacia tres visiones de la realidad. Estas visiones o
15

paradigmas guían el qué y el cómo se deben comportar los miembros de la disciplina


en lo referente a la naturaleza del ser humano y a la meta de la disciplina.

Newman y col. Y Fawcett coinciden en que estos puntos de vista ontológicos y


epistemológicos se pueden agrupar en tres visiones o paradigmas, en su orden: visión
particular-determinística o de reacción, visión integrativa- interactiva o de reciprocidad
y visión unitaria-transformativa o de simultaneidad.

Estas visiones conducen a diferentes conceptualizaciones de los conceptos del


metaparadigma, a distintas definiciones sobre la naturaleza de las relaciones entre los
conceptos y a diferentes abordajes para la producción y prueba del conocimiento; es
decir, de los fenómenos de la enfermería.

De igual forma, los paradigmas reflejan el cambio de enfoque desde lo físico hacia lo
social y humanístico. Un ejemplo de estas diferencias en las formas de indagación,
según Newman y Col. , sería: el conocimiento generado desde la perspectiva particular-
determinística incluye comportamientos que caracterizan el cuidado, aspectos físicos y
psicológicos de la salud humana y reglas no contextuales relacionadas con
comportamientos de cuidado de la salud con resultados observables. Este mismo
aspecto, mirado desde la visión integrativa-interactiva, incluye la naturaleza recíproca
de las interacciones enfermera-cliente, las respuestas culturalmente determinadas y
específicas al cuidado en los procesos vitales que interrumpen aspectos de salud y
reglas relacionadas con la influencia que ciertos comportamientos de cuidado tienen
sobre determinados grupos de clientes. El conocimiento de la visión unitaria-
transformativa es más difícil de caracterizar, pero podría ser la comprensión de la
sincronía y mutualidad de los encuentros que trascienden en la relación cliente-
enfermera y las limitaciones de tiempo y espacio que presenta esta situación.

Cualquiera de estas propuestas paradigmáticas es apropiada para el desarrollo del


conocimiento de la enfermería, y es importante y deseable que se mantengan estas
diferencias, ya que cada una de ellas puede dar claridad a fenómenos particulares,
dadas ciertas circunstancias y de acuerdo con las consistencias que se requieren para
que el conocimiento que se genere o pruebe tenga la suficiente validez y sirva de base
para la reconstrucción o creación del nuevo conocimiento.

El marco epistemológico de la enfermería denominado por Fawcett "Jerarquía


estructural del conocimiento", que muestra la manera como se derivan los aspectos
básicos de la disciplina, a partir de los elementos filosóficos generales, y se llega hasta
definir los elementos más empíricos y operativos de la misma. Cada escalón de la
jerarquía señala el nivel de abstracción y generalidad del conocimiento, a partir de los
conceptos básicos y neutros del metaparadigma ("persona, salud, ambiente y cuidado
de enfermería", de acuerdo con Fawcett, o "cuidado de las experiencias o vivencias de
la salud de las personas", de acuerdo con Newman , y se dice que en la medida que
estos reciben la influencia de las visiones de la realidad o filosofía de cada teórico
particular, se van tornando en elementos más concretos, matizados y únicos.

Específicamente en la disciplina de enfermería, la respuesta a estas influencias se


tradujo en lo que conocemos como los modelos conceptuales de enfermería.

El papel de los modelos conceptuales y su relación con la teoría lo expresa Fawcett de


la siguiente manera: el modelo conceptual ofrece una perspectiva profesional, es decir,
16

que la práctica sustentada en un modelo se desarrolla bajo ciertas premisas básicas,


que le imprimen características específicas a esa práctica. Y la enfermera/o que se
identifica con el modelo acepta que la realidad del cliente y la suya propia se
comportan de acuerdo con esos supuestos o guías paradigmáticas filosóficas y teóricas
(sistemas, adaptación, desarrollo, interacción simbólica, etc.). Por ejemplo, si uno una
profesional acepta las propuestas de adaptación de Roy, su práctica, que está
respaldada por el conocimiento pertinente, tendrá como meta buscar la adaptación
del ser adaptativo (paciente o cliente), según las condiciones propuestas por Roy. Pero
si su preferencia es por el modelo de Orem, su meta buscará generar la capacidad de
autocuidado. Si, por el contrario, prefiere a Neuman, su meta profesional buscará
reforzar las líneas de defensa, para que los estresores no logren penetrar la línea de la
estructura básica del sistema. O sea, que el trabajo se orientará a la prevención de
estresores que interfieran con la integridad de esas líneas de defensa. A su vez, si
desea imprimir una nota de unitariedad y energía y helicidad a la práctica, optará por
Rogers y trabajará promoviendo la salud del cliente y tratando de que este crezca hacia
sistemas y procesos de vida más complejos y sincrónicos.
Por su parte, la teoría, y sobre todo la teoría de rango medio o de mediano alcance,
instrumentaliza la acción de la práctica y hace que las intervenciones de enfermería se
generen de acuerdo con una comprensión mucho más operativa del fenómeno en
ocurrencia y no meramente como una forma espontánea y coyuntural, que responda
de manera aleatoria a las necesidades del sujeto receptor del cuidado de enfermería.
Adicionalmente, se debe aclarar que es posible ligar los modelos conceptuales con
teorías de rango medio, siempre y cuando estas últimas se articulen
paradigmáticamente con el modelo.

Los indicadores empíricos son los elementos observables y medibles o cualificables,


que se traducen en la práctica de la enfermería. Cuando sucede este fenómeno, el
indicador se transcribe en documentos, que facilitan su manipulación e interpretación
inequívoca.

Patrones del conocimiento de la enfermería

 Desde 1978, Barbara Carper propuso cuatro formas de conocer, propias de la


enfermería: empírica o ciencia de la enfermería, cuyas expresiones son la teoría
científica, los modelos para la práctica, la explicación y predicción de hechos; ética o
conocimiento moral de la enfermería, caracterizada por expresiones de teorías
éticas, códigos, normatividades y estándares; de conocimiento personal, expresado
por ser sí mismo y ser, y estética o el arte de la enfermería, que se manifiesta por el
acto artístico, a las cuales denominó patrones de conocimiento de enfermería (6).
Estos patrones, al igual que las teorías, representan conocimiento y se constituyen en
los fundamentos ontológicos y epistemológicos de la disciplina de la enfermería. Por
lo tanto, el conocimiento acumulado a partir de ellos debe generarse y probarse,
congruentemente, por diversos medios de indagación científica.

 Cuadro 2 - Procesos y productos de los patrones del conocimiento

CONOCER SIMBOLIZAR
ENTENDER
CREAR

Empírico Describir Explicar Predecir


17

Ético Clarificar ValorizarDefender

Conocimiento Experimentar
personal Ubicar Darse cuenta

Estético Representar
Interpretar
Imaginar
Tomado literalmente de Chinn y Jacobs ().

 El cuadro 2 nos señala que el conocimiento de la enfermería no puede nutrirse, con


exclusividad, de teorías empíricas o de evidencias derivadas de las mismas, ya que
estaríamos perdiendo ámbitos de descubrimiento como los que nos ofrecen los otros
tres tipos de conocimiento. Es por esto que la indagación de enfermería debe
formalizar la integralidad del conocimiento, enfatizando en el desarrollo de teorías
éticas, estéticas y de conocimiento personal, que darán claridad a estos patrones y
que emergen de la comprensión de una enfermería que se comporta como ciencia
humana (15).

 Silva, Sorrell y Sorrell añaden que las preguntas de los patrones de conocimiento han
evolucionado, desde lo epistemológico o cómo conozco, hacia lo ontológico o el
significado de lo que conozco, y agregan que este es un paso significativo para el
desarrollo de la disciplina, ya que al entender de mejor manera la realidad, el sentido
y el ser, se pueden cerrar algunos baches existentes entre la filosofía y el
conocimiento de la enfermería.

 En este orden de ideas, Silva y col. adicionan dos conceptos a los patrones de Carper:
lo inexplicable y lo desconocido. Es así como surgen las siguientes preguntas, que
debemos hacernos: ¿Cómo conozco lo desconocido y qué significado tiene lo
desconocido?, y ¿cómo conozco lo inexplicable y le encuentro sentido?
Aparentemente, estas cuestiones tan abstractas no son de fácil indagación, pero, en
realidad, la enfermería está en capacidad de resolverlas a medida que conoce y
profundiza en los conceptos paradigmáticos y utiliza las metodologías apropiadas
para satisfacer estos interrogantes.

Relación teoría - práctica - investigación

¿Por qué cuando se habla de la epistemología de la enfermería se debe,


forzosamente, mirar la triada teoría - práctica - investigación? La respuesta es simple,
y cuando comprendemos la relación entendemos por qué debemos manejar el
desarrollo del conocimiento bajo la perspectiva de ella.

 La razón de ser de la enfermería es la práctica profesional e, idealmente, todo


conocimiento de enfermería debe tender a solucionar los problemas de la práctica.
Por esta razón, la misión de la investigación que genera, redefine o produce nuevo
conocimiento es desarrollar teorías que describan, expliquen, predigan y prescriban
el comportamiento de los fenómenos de la enfermería. La investigación que genera
datos relacionados con hechos aislados no es de mayor utilidad. La investigación que
18

genera datos para otras disciplinas no es investigación de enfermería. Los productos


de la indagación se deben poder ligar a la base del conocimiento de la enfermería e
incorporarse al desarrollo y formación de teorías propias o adaptadas. Las teorías, a
su vez, explican el significado de los resultados de la investigación y, asimismo, estos
deben probarse, para que refuercen su utilidad para la solución de los problemas de
la práctica. Concordando, finalmente, con lo propuesto por Blegen y Tripp-Reiner (2),
que estos tres aspectos del conocimiento se pueden mantener separados, pero en
una relación cercana que permita crear puentes entre ellos, de manera que sean
aporte sustantivo para la estructura del conocimiento de la disciplina.

 Como se deduce de lo descrito, la investigación, el desarrollo teórico y la práctica


basada en el conocimiento obtenido, a través de los dos primeros, son los ejes
alrededor de los cuales gira la epistemología de la enfermería, y por ese motivo
debemos poner énfasis en este tipo de desarrollo teórico.

¿QUÉ ES TEORÍA?

Existen numerosas definiciones de teoría, pero la más simple y común es que la


teoría científica es un intento organizado de dar sentido y organizar la realidad.

Genéricamente, la teoría de la enfermería se define como una comunicación de una


conceptualización de algún aspecto de la realidad de la enfermería, con el propósito
de describir un fenómeno, explicar las relaciones entre fenómenos, predecir las
consecuencias o prescribir el cuidado de enfermería. Las teorías de la enfermería son
los depósitos donde reposan los resultados de la indagación relacionada con
conceptos de enfermería, tales como salud, promoción de salud, comodidad, sanar,
recuperación, movilidad, descanso, cuidado, fatiga, ayudar a ser capaz de, cuidado
familiar… También son depósitos de las respuestas generadas para la comprensión
de los fenómenos significativos de enfermería, tales como niveles cognitivos después
de un accidente cerebrovascular, procesos de recuperación, rechazo a un régimen de
rehabilitación para pacientes postinfarto del miocardio, admisiones recurrentes al
hospital…

De acuerdo con Chinn y Jacobs (6), De Villalobos (7) y Chinn y Kramer (5), se pueden
identificar varios tipos de definiciones de teorías:

 Una de ellas tiene que ver con la estructura de la teoría (19). Esta definición habla de
la teoría asimilándola a "una serie de hipótesis relacionadas" y, por lo tanto,
incorpora la investigación como elemento fundamental en el desarrollo teórico y
elimina las conceptualizaciones derivadas de procesos mentales.

 Otro tipo de definición se refiere a las metas de la teoría (10), y propone que "la
teoría es un sistema conceptual o marco de referencia que se ha inventado con algún
propósito". Esta definición elimina las diferencias de abstracción entre lo conceptual
y teórico, y deja abierta la puerta a la invención de realidades mentales y la
construcción de las mismas.

 El tercer tipo de definición hace alusión a la naturaleza tentativa de la teoría. Este


tipo lo describe Barnum (1) como "una definición que da a entender o caracteriza un
fenómeno". La autora pone énfasis en que los recursos de teorías para enfermería no
son "lo que es", sino lo "que debe ser", y que las conceptualizaciones actuales son,
19

en verdad, teorías de enfermería, porque las discusiones y distinciones entre teoría,


conceptos, marcos de referencia y otros términos, conducen más a mirar las
etiquetas y no la sustancia de una tesis dada. Esta definición es significativa en una
serie de aspectos, porque reconoce que la teoría está siempre en un proceso de
desarrollo, y que las conceptualizaciones, que se dan en un momento específico,
tienden a ser teóricas y son compatibles con la investigación, ya que tanto la
conceptualización como la indagación pueden convivir en la misma arena del
desarrollo epistemológico.

 Chinn y Jacobs (6) proponen una cuarta forma de interpretar el concepto "teoría", y
hacen una síntesis de las tres propuestas anteriores, así: "la teoría es un grupo de
conceptos, definiciones y proposiciones, que proyectan una visión sistemática de un
fenómeno, designándoles relaciones específicas (a los conceptos, definiciones…) con

el propósito de describir, explicar, predecir o controlar fenómenos de enfermería".


De acuerdo con esta definición, cuando los conceptos están definidos y relacionados,
formandountodo coherente, con algún propósito, se tiene una teoría. Esta definición
es explícita en plantear la utilización de la teoría en la práctica y la investigación, no
la restringe a la verificación de proposiciones de investigación y ejemplifica los
múltiples usos de la misma.

Finalmente, está la definición propuesta por Fawcett en 1995, la cual se enfoca a los
fenómenos de la enfermería. "Las teorías están conformadas de conceptos y
proposiciones y están destinadas a explicar los fenómenos con mucha más
minuciosidad que los modelos conceptuales y explican los fenómenos del
metaparadigma: persona, entorno, salud y cuidado de enfermería, explicando las
relaciones derivadas de estas cuatro variables". Este tipo de descripción agrega una
nueva dimensión a la definición de teoría de la enfermería: lo específico de los
conceptos delimitantes de la disciplina enfermería.

¿TEORÍA PROPIA O TEORÍA PRESTADA?

Esta es una respuesta que amerita detenimiento, porque la claridad que se tenga al
respecto va a promover o detener el avance del conocimiento de la disciplina. En
1968, Dorothy Johnson escribió que es sumamente peligroso hacer diferencias
profundas sobre la teoría propia de la enfermería y las teorías prestadas, porque no
hay nada más arbitrario y artificial que las divisiones entre disciplinas, y porque estas
divisiones no son constantes, como lo confirma el desarrollo científico actual.
Además, porque el conocimiento no pertenece de forma innata a ningún campo de
la ciencia. Mirando las cosas desde este punto de vista, lo propio o lo prestado no
mantienen una permanencia real y, por lo tanto, hacer este tipo de discusión carece
de sentido.

Es importante hacer estas aclaraciones, por los riesgos que se corren al permanecer
aferrados a ciertas tradiciones que han sido comunes en enfermería y que se
relacionan con su desarrollo epistemológico. Pero también se debe tener en cuenta
que, a pesar de lo mencionado en el párrafo anterior, en el mundo de las disciplinas y
las profesiones sí se espera y anticipa lo que cada una de ellas puede generar y a qué
se debe dedicar. Por lo tanto, esto nos permite ubicar y concentrarnos en los
problemas específicos de cada área del conocimiento. Además, porque esta
diferenciación sustenta el hecho de que la enfermería puede ganar conocimiento
20

propio, y no solo desarrollar su conocimiento a partir de otras disciplinas, en especial


del conocimiento biomédico.

Entonces, la diferencia radica en que la teoría propia es aquella que apunta al


conocimiento de los fenómenos específicos de la enfermería y su práctica. Tal es el
caso de las teorías de autocuidado y déficit de autocuidado (27) o la de transiciones
(23). La teoría prestada es la que se desarrolla en el ámbito de otras disciplinas, pero
que en un momento dado ha sido utilizada para solucionar los problemas de la
práctica de la enfermería; por ejemplo, teorías de psicología, administración o
educación, como soporte referencial teórico de investigaciones. Y otra forma de
mirar el fenómeno es cuando se utiliza la teoría de otras disciplinas, pero esta
evoluciona, se transforma y aplica de manera específica para solucionar los
problemas de la enfermería, lo que la convierte en propia, como sucede con la teoría
general de sistemas, aplicada en los modelos conceptuales de adaptación de Callista
Roy y de sistemas de salud de Betty Neuman.

En términos generales, se puede afirmar que las polarizaciones y posiciones


intransigentes no han ayudado a la comprensión del desarrollo teórico de la
enfermería, y que en la actualidad los debates sobre las formas se han desplazado a
los de las sustancias del conocimiento. Sin embargo, es necesario no olvidar que si
continuamos tratando de entender los fenómenos de la enfermería desde la
perspectiva de otras disciplinas (antropología, psicología, sociología…), o si
continuamos con el estudio de la enfermedad con la idea de dilucidar etiologías y
propiedades, disfunciones o funciones biológicas, estaremos sirviendo a la causa de
la ciencia, pero no a la causa de la enfermería.

Debemos pensar, entonces, que la perspectiva de la enfermería guía la


reconceptualización de la teoría existente, y que para el desarrollo del conocimiento
de la enfermería es perfectamente irrelevante solucionar la discusión semántica, ya
que, de cualquier manera, el desarrollo teórico continuará.

Las teorías de mediano rango y su utilidad para la práctica de la enfermería

Ahora bien, para comprender mejor esta relación es necesario entender los
diferentes tipos de teoría y determinar cuál es la teoría que sirve a la enfermería para
promover una práctica segura y autónoma.

TIPOS DE TEORÍA

Las teorías se clasifican, de acuerdo con sus características de aplicación, en grandes


teorías o macroteorías, teorías de mediano rango o rango medio y microteorías.

 Las macroteorías son aquellas que cubren áreas amplias de preocupación dentro de
una disciplina. Son construcciones sistemáticas sobre la naturaleza de la enfermería,
la misión de la enfermería y las metas del cuidado de enfermería.

 Estas teorías, cuando se asocian con una disciplina profesional, como la enfermería,
mantienen un papel formativo y de socialización dentro de la comunidad profesional;
sin embargo, su papel dentro de la evolución y desarrollo del conocimiento
disminuye una vez que una masa crítica de realización científica se produce, a partir e
21

independientemente de estas teorías o modelos conceptuales, y se abren paso las


teorías de rango medio (17).

 Las teorías de rango medio son mucho más limitadas en amplitud, son menos
abstractas, describen fenómenos o conceptos específicos y reflejan de mejor manera
los componentes de la práctica. Los conceptos o fenómenos tienden a cruzar
diferentes campos de la enfermería y reflejan una gran variedad de situaciones de
cuidado de enfermería. Son ejemplos: incontinencia, incertidumbre, soporte social,
calidad de vida y la salud como forma de empoderamiento.

 Merton (24) define las ideas de la teoría de rango medio como relativamente
simples, en el sentido de que estas ideas proponen aspectos "funcionantes" de la
disciplina. Las ideas son simples, pero generales, y son mucho más que
generalizaciones empíricas. Son abstractas, y permiten extenderse más allá de una
sola situación, lugar o tiempo. Asimismo, son lo suficientemente cercanas a los datos
empíricos, de modo que permiten generar y probar cuestionamientos distintivos de
estudio y específicos para la práctica (17).

 Durante los años ochenta, Afaf Meleis (20) propuso e hizo claridad sobre la
necesidad que tenía la enfermería de desarrollar teorías sustantivas, que generaran
fundamentos para la práctica de la enfermería relacionados con conceptos
específicos del quehacer. De acuerdo con las observaciones derivadas de la práctica
de la enfermería, la autora planteó la importancia de las teorías de amplio rango para
generar parámetros generales de la práctica, y al mismo tiempo expresó que se
requerían otro tipo de teorías, que generaran guías más específicas para esa misma
práctica, y que deberían ser producidas en la forma de teoría empírica, o sea, la
teoría que da respuesta a las relaciones de los conceptos de la práctica. Este tipo de
teoría, que a su vez daría respuestas a los requerimientos de la práctica, se podría
utilizar para la investigación.

El florecimiento de la literatura empírica de la enfermería evidencia el proceso de


legitimación de la disciplina, y lo que se verá en el futuro es un proceso acelerado de
atención a la investigación detallada y delimitada de los fenómenos específicos del
núcleo disciplinar. Desde la década de los años noventa se ha visto el incremento de
la teoría de rango medio, como se verá a continuación.

Generar teorías de rango medio requiere, como paso inicial, el desarrollo preciso de
descriptores, para hacerlas mensurables u objetivamente codificables. Luego se
requiere determinar las regularidades de estos descriptores y, por supuesto, de
manera tan precisa que sean capaces de guiar la práctica de la enfermería.

A continuación se presenta el cuadro 3, tomado de Liehr y Smith (18), que presenta


las teorías de rango medio de la enfermería, caracterizadas por su nivel de
abstracción. Para lograr esta recopilación, las autoras realizaron un estudio del
estado del arte entre 1988 y 1998; por lo tanto, es seguro que otras teorías que
fueron publicadas con anterioridad no aparezcan relacionadas, lo mismo que
aquellas que aparecieron en años posteriores, como es el caso de la teoría de
transiciones de Meleis, Sawyer, Im, Messias y Schumacher (23).

 Cuadro 3 - Teorías de rango medio por nivel de abstracción


22

Alto medio Medio Bajo medio


Incertidumbre ante la Secretos peligrosos y hacerse cargo de forma renuente (14)
Cuidado (1) enfermedad (7) Afiliación de otro individuo como
Facilitamiento del Síntomas desagradables mediador ante el estrés (15)
crecimiento y (8) Ira en la mujer (16)
desarrollo (2) Tristeza crónica (9) Cuidado de la enfermera obstétrica (17)
Percepción Terminación tranquila de Manejo del dolor agudo (18)
interpersonal (3) la vida (10) Balance entre la analgesia y los efectos secundarios (19)
Autotrascendenci Negociación entre socios
a (4) (11)
Resistencia Rompimiento cultural
(fortaleza ante la (12)
adversidad) (5) Expresión de empatía de
Adaptación la enfermera ante el
psicológica (6) sufrimiento del paciente
(13)

Falta de hogar - incapacidad (20)


Intervención musical individualizada
para la inquietud (21)
Intervención cronoterapéutica para el
dolor postquirúrgico (22)
Tomado literalmente de Liehr y Smith (18).

Se puede anotar que las teorías de rango medio son propuestas articuladas que
requieren refinamiento, el cual debe lograrse a través de la investigación y la práctica.
Su gran ventaja radica en que trabajan aspectos vividos del ejercicio profesional y de
las características singulares de la práctica de la enfermería, dentro de un contexto
mucho más objetivo, pero que de ninguna forma proponen estereotipos o prácticas
inmodificables. De igual manera, estos planteamientos teóricos no señalan
específicamente las intervenciones de cuidado que las enfermeras deben generar al
utilizarlas como marcos de su quehacer. Por lo tanto, es al utilizarlas sistemáticamente,
en la práctica, que se podrán proponer intervenciones de cuidado, de acuerdo con la
creatividad de las enfermeras y de su propia característica para enfocar y explicar un
fenómeno determinado.

 no olvidemos que la disciplina de la enfermería debe sustentarse, para su desarrollo,


en tres principios fundamentales: la pluralidad, que significa dar lugar a múltiples
interpretaciones de la realidad y del cuidado, la evolución contextualizada y el
soporte a través de la indagación científica rigurosa.

ACTIVIDAD:

Verifique los nombres de autores que son nombrados en el módulo 1.

Deberá:
a) Realizar un Anexo con Biografías y remarcara solo los datos que aportan al
tema desarrollado en el módulo 1. Dando el orden de aparición.
b) Realizar un glosario. El mismo será personal

Mediante la lectura del artículo resalte como interviene el conocimiento como


actividad social en la Enfermería: “Una mirada fenomenológica del cuidado de enfermería”
S. Rodríguez-Jiménez a,*, M. Cárdenas-Jiménez a, A. L. Pacheco-Arcea, M. Ramírez-Pérezb
23

Unidad II:
Historia de las ideas y su impacto en las ciencias y en las profesiones; Corrientes de la
modernidad.
La importancia de la historia de la ciencia y de la técnica para la comprensión de los
problemas de conocimiento. Desarrollos contemporáneos y su relación con el rol de
enfermería.

Qué es Modernidad:
La edad moderna es un periodo histórico que abarca desde 1453 o 1492 (1453: Caída
de Constantinopla)(1492: Descubrimiento de América) hasta 1789 coincidiendo con la
Revolución Francesa.
La modernidad es un periodo histórico caracterizado por un conjunto de ideas y
cambios profundos en la sociedad occidental, que se manifestó en los ámbitos de la
filosofía, la ciencia, la política y el arte y en los modos de vida en general. La
modernidad comprende uno de los tres grandes periodos en que se divide la
historia de la humanidad: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna, además de la
Edad Contemporánea, presente.
Tradicionalmente se asocia la modernidad con la idea de la ruptura, pues esta
representó con el Renacimiento una ruptura con los paradigmas dominantes en la
Edad Media en términos de pensamientos filosófico, político, artístico, etc.
24

Vea también Renacimiento y Antropocentrismo.


La modernidad inicia en el siglo XV, marcada por un conjunto de eventos de gran
significación: como la llegada de los españoles a América, la invención de la impresa, la
reforma protestante de Lutero o la revolución científica.

En la modernidad se producen cambios importantes en relación con la concepción del


mundo para el ser humano: la razón se impone por sobre la religión
(Ilustración, racionalismo), el mito deja de ser la explicación del universo y se empieza
a buscar las causas de todo fenómeno a través de la ciencia, el ser humano pasa a
ocupar el centro del pensamiento (antropocentrismo, humanismo) que antes
pertenecía a Dios (teocentrismo)
En la modernidad, las naciones ven transformada su organización: el Estado, antes en
manos de la monarquía y la Iglesia, se seculariza, permitiendo la aparición del poder
republicano, guiado por la racionalidad y la justicia. Vea también República.

En este periodo, también se establecen constituciones, donde son recogidas las leyes
que regulan a la sociedad. Es creado un conjunto de instituciones para garantizar la
protección de las libertades y los derechos de los ciudadanos, para lo cual el poder
público es dividido en tres diferentes instancias: el poder ejecutivo, el legislativo y el
judicial, para controlarse mutuamente.

Durante la modernidad también tiene lugar la revolución industrial y el posterior


proceso de industrialización, con todos los adelantos tecnológicos que trajo consigo,
que tendría lugar en buena parte del mundo. Esto modifica profundamente en el
seno de las sociedades las relaciones económicas y productivas entre los individuos,
dando paso a la emergencia de una sociedad industrial y urbana, que rompe con la
antigua sociedad preindustrial, rural y tradicional. Vea también Revolución industrial.

La revolución industrial traerá consigo el triunfo del modelo del capitalista, que se
reflejará en la vida social y en las nuevas dinámicas a que dará lugar; en este contexto
surgirá dos nuevas clases, la burguesía, dueña de los medios de producción, y el
proletariado, clase explotada que aporta la fuerza de trabajo, dejando atrás las viejas
estructuras de la sociedad feudal.

De estas dinámicas también surgirá una respuesta ideológica con planteamientos


doctrinarios en lo político y lo económico que derivará en el socialismo y el
comunismo, basadas en el marxismo, sistema de pensamiento opuesto al
capitalismo que proponía la lucha de clases para el acceso al poder por parte del
proletariado.

Existen diversas posturas en torno al final de la modernidad como periodo


históricofilosófico. Algunos consideran que termina con el final de la primera guerra
mundial, momento a partir del cual surgiría una nueva sociedad postindustrial y un
periodo conocido como la postmodernidad o posmodernidad.
Vea también Posmodernidad.
Otros consideran que la modernidad continúa vigente en nuestros tiempos, que aún no
la hemos superado, pues un conjunto importante de sus características continúan
vigentes hasta el día de hoy.
25

Fecha de actualización: 28/09/2018. Cómo citar: "Modernidad". En: Significados.com.


Disponible en: https://www.significados.com/modernidad/ Consultado: 2 de abril de
2019, 04:07 pm.

Edad contemporánea. La edad contemporánea o moderna es el período histórico que


comienza en el año 1789 con la revolución francesa y continúa hasta el presente

INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS SOBRE EL “ROL DE LA


ENFERMERA”

Si bien es cierto que el valor de las cosas no ha sido calculado y que nunca podrá
hacerse más que por su relación con ciertos conceptos ideales, éstos tienen que ser
explicados. Para comprender cómo son posibles los juicios de valor, no basta con
postular un determinado número de ideales; hay que darse cuenta, hacer ver de
dónde vienen, cómo se enlazan con la experiencia, sobrepasándola, y en qué consiste
su objetividad.* Desempeñando el rol de enfermera del que está investida,
experimenta en el curso de su formación y durante el ejercicio profesional la infla
usencia de corrientes predominantes que contribuyen a orientar de forma
determinante los imperativos de su rol.

Cada corriente marca el proceso de profesionalización por la finalidad que propone y la


naturaleza del tipo de cuidados que se derivan de ésta. Tanto una como la otra se
estructuran alrededor de los campos del conocimiento por adquirir y de las tecnologías
que hay que utilizar, llevando a un cuestionamiento de la práctica de enfermería
ilustrada por el comienzo de una investigación que da lugar a la constitución de un
patrimonio de conocimientos reflejado en las publicaciones. Todos estos elementos
participan de su valoración social y económica. Cada corriente tiene raíces lejanas,
conoce una fase oculta, más o menos durable, según sea introducida por las personas
que toman las decisiones dentro de la institución sanitaria (médicos y cirujanos en el
hospital general, psiquiatras en el medio psiquiátrico), o si proceden del exterior y
permanecen durante mucho tiempo como un cuerpo extraño en la institución
sanitaria, o que las personas en las que encuentran una vía de acceso queden
desprovistas de poder a nivel institucional, como es el caso del personal de enfermería.
Siguiendo la orientación predominante de cada corriente, la influencia de cada una
tendrá repercusiones diferentes en los sectores hospitalario y extrahospitalario.
26

Cualesquiera que sean sus efectos, se prolongan tras 99 * Durkeim E., Sociologie et
Philosophie, Paris, PUF, 1967.

INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS

la aparición de una nueva corriente actuando de manera simultánea ocasionando


reacciones y conflictos que pueden abrir caminos de conciliación, o acentuar profundas
divergencias. Como se puede constatar, el enfermo sigue siendo la referencia de la
práctica de enfermería durante los últimos años del siglo xix y la primera parte del siglo
xx. Los cuidados de los enfermos, totalmente concebidos a partir del rol moral, no se
nutren de otras fuentes de conocimiento que no sean las requeridas por las nuevas
técnicas de tratamiento de la enfermedad. Al rol moral se le empieza a añadir un
componente técnico; de ahí se deriva el perfil de un rol con dos caras: la cara moral y
la cara técnica, que pueden volverse antagónicas y no conciliables en el ejercicio
cotidiano. A partir de la década de 1950, el papel técnico es preponderante. En efecto,
la enfermera → auxiliar-del-médico, formada por ellos en las escuelas, aprende las
tareas técnicas prescritas por ellos en los servicios, intenta adaptar su posición entre
los imperativos ideológicos de “servir al enfermo” y la obligación de no tener en cuenta
nada más que la enfermedad: hacer análisis y administrar tratamientos, dando más
valor, en consecuencia, a todo lo referente a la investigación y a la curación de la
enfermedad. Al mismo tiempo, la enfermera experimenta con frecuencia un profundo
malestar por no poder conciliar el trato del enfermo con las tareas por realizar
alrededor de la enfermedad, o por hacerlo con mucha dificultad al precio de esfuerzos
que son muchas veces sobrehumanos (capítulo 6). Las aportaciones del psicoanálisis al
igual que el creciente interés por la psicología del niño y del enfermo, dan lugar a
nuevos conceptos terapéuticos basados en el conocimiento y el desarrollo de la
persona. El rol moral, dejado de lado con la invasión de la técnica, se va a transformar
por una serie de cuestiones sobre las necesidades del enfermo que requieren para
descubrirlas la base de una relación cuidador-persona cuidada (capítulo 7). Para
mantener la salud de las personas y los grupos, no basta con tratar las enfermedades.
Las concepciones rigurosas de una salud ordenada se turban con los descubrimientos
biológicos y la aportación de nuevas ciencias humanas que permiten comprender las
culturas y creencias nacidas de los diferentes medios de vida, así como el ascenso de
nuevos movimientos sociales que amplían el concepto de cuidados de enfermería y
contribuyen a cuestionar su aportación social y económica (capítulo 8). 6 Corriente
vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad La medicina tiene por objeto la
enfermedad y, de preferencia, la enfermedad sin los enfermos. 1 Predominio de la
enfermedad Los numerosos descubrimientos realizados desde finales del siglo xix en
los campos de la química (química orgánica, cultivos biológicos abren la vía de la
microbiología) y la física (particularmente el descubrimiento de los rayos y sus
propiedades) abren vías totalmente nuevas para la medicina. “Los clínicos inventan
instrumentos y métodos de investigación para ampliar, de alguna manera, el radio de
acción de sus cinco sentidos.”2 Al tener a su disposición una tecnología más precisa, la
medicina desarrolla cada vez más un enfoque analítico, reforzando la separación de
cuerpo y espíritu, desolidarizando enfermo y enfermedad, parcelando las plagas del
cuerpo, los tejidos, las células, los núcleos, y proponiéndose así, gracias a tecnologías
de última generación, adentrarse cada vez más en la investigación de los elementos
que constituyen el organismo para identificar a este nivel lo normal y lo patológico, a fi
27

n de restablecer —siempre a este nivel—, la “pieza” anatómica3 gastada, degradada o


en mal estado de funcionamiento. El cuerpo se convierte cada vez más en el objeto de
la medicina, portador de una enfermedad que hay que identificar y luego eliminar,
cuya mecánica hay que reparar. El objeto de la investigación, la reparación o la
evacuación es la enfermedad; el sujeto que la padece se convierte en un epifenómeno.
Se transforma incluso el contenido mismo del acto médico, el cual lleva consigo, entre
sus efectos, una profunda modificación de los cuidados de enfermería. “El contenido
de la noción del acto médico y de su evolución preside, por lo tanto, el lugar que
dentro del conjunto de los procesos curativos ocupaban las tradicionales categorías de
los trabajadores hospitalarios, pero las funciones de las nuevas categorías también se
ordenan en función del monopolio del acto médico y de su definición, especialmente
las de los fundamentalistas o los científicos que, por sus 101 102 INFLUENCIA DE LAS
CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS técnicas de análisis o por sus trabajos de
investigación, compiten en la elaboración de diagnósticos y la dosificación de los
tratamientos, y también las de los técnicos y los ingenieros.”4 Las nuevas orientaciones
de la medicina, debidas al desarrollo de la técnica que reduce al enfermo a su
enfermedad, se reafirman en la década de 1950 dando origen a nuevas formas de
organización de los cuidados. División de las tareas y configuración de los servicios de
cuidados Esta concepción e idea de la enfermedad influye en las formas de organizar el
trabajo.

El hospital, en un principio centro de hospedaje y acogida de los pobres, los


desfavorecidos, las personas sin hogar, se convierte en un centro privilegiado de
investigación de la enfermedad, de terapias y, más tarde, de investigación fundamental
y aplicada. A pesar del mantenimiento y de una serie de ideologías carismáticas y
oblativas que siguen impuestas, el empleo del personal se ordena alrededor del acto
médico, que preside un conjunto de tareas que hay que garantizar para permitir
detectar y curar la enfermedad. De manera comparable al sector industrial, los
servicios se organizan alrededor de grandes “patrones” y de sus asistentes que son los
que dan las directrices, y prescriben las tareas por realizar. El reparto de los enfermos y
el destino de los locales se establecen en torno a la investigación y la reparación de la
mecánica orgánica: — por el tipo de “aparatos”: servicios de gastroenterología,
cardiología, endocrinología, neurología, oftalmología, etcétera. — por tipos de
enfermedades: servicios de tuberculosis, más tarde de afecciones respiratorias,
oncología, reumatología, etcétera. Desde principios del siglo xx es realmente alrededor
de las técnicas de investigación y de curación de la enfermedad y de la forma de
utilizarlas, que se elabora una configuración social del hospital que determina una serie
de formas de relaciones sociales entre cuidadores y personas cuidadas, jerarquías
basadas en el valor del trabajo de las distintas categorías del personal de salud y de
otro tipo, procedimientos de organización del trabajo, un conjunto de condiciones
vinculadas a las exigencias del cumplimiento de las tareas y de su lugar en la jerarquía
de valores respecto a la enfermedad. Igual que en el sector industrial, los horarios,
índices salariales, indemnizaciones, asignación de locales más o menos exiguos,
espaciosos o confortables, dependen de la jerarquía de valores de los trabajos, según
el sitio ocupado por los jefes de servicio, los enfermos y el personal en el seno de la
institución hospitalaria.

Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 103 Debido al desarrollo


de tecnologías de última generación que contribuyen a una investigación orgánica cada
vez más pujante, estamos asistiendo a una multiplicación de las especialidades que
28

tienen con frecuencia el efecto de fisurar el cuerpo que vive la enfermedad, de


fragmentar las tareas; por eso, las relaciones humanas son cada vez más impersonales,
lejanas, sombrías y divididas, todo esto a pesar del deseo implícito de los cuidadores
de tener en cuenta todo aquello que es importante para el enfermo. “La existencia de
materiales técnicos y de expertos garantiza la división de la vida y la saturación del
tiempo. Recíprocamente, cuanto más saturado esté el tiempo del individuo, más
divididos estarán los distintos campos de su vida; y cuanto más se alejen las soluciones
en términos de transformación de las relaciones sociales y del hombre, tanto más
indispensables serán los materiales técnicos y los expertos para la supervivencia
dentro de una soledad desarmada y angustiada”. 5 Efectos de la corriente técnica
centrada en la enfermedad sobre la práctica de enfermería.

LA RAZÓN DE SER DE LA PRÁCTICA DE ENFERMERÍA


La razón de ser es el enfermo, pero en calidad de portador de la enfermedad. En
realidad, el objeto del trabajo de la enfermería es la enfermedad. A su alrededor se
seleccionan y elaboran los conocimientos necesarios. El enfermo da una orientación
ideológica, la enfermedad es fundamentalmente lo que se tiene en cuenta como base
del trabajo. Es objeto de investigaciones y da lugar a la prescripción de tareas de
restablecimiento con vistas a la curación. La práctica de enfermería, aún muy tributaria
durante la primera mitad del siglo xx de los valores morales y religiosos heredados del
pasado, poco a poco se va distanciando, medicalizándose, valorando la técnica sin por
ello dominar, ni siquiera acceder, a la marcha analítica que origina la multiplicación de
las tecnologías médicas. Los cuidados de los enfermos se convierten en “la técnica”,
después en los “cuidados técnicos”. La enfermedad es la que los determina, la que los
orienta.

NATURALEZA DEL TRABAJO Y CARACTERÍSTICAS DEL SERVICIO QUE SE OFRECE

La enfermería está organizada alrededor de diferentes tareas prescritas por el médico


para investigar, tratar y controlar la enfermedad. Esta influencia de las corrientes
socioeconómicas última es la que dirige las acciones de la enfermera y da sentido a las
tareas por realizar. La elección y planificación de estas tareas están determinadas por
el tipo de enfermedad: nefritis, meningitis... o por el tipo de órgano afectado:
estómago, corazón, pulmones, hígado... Su realización requiere una técnica de gran
complejidad.

Exige saber utilizar las herramientas que sirven para realizar las exploraciones
enfocadas en el diagnóstico médico, y los instrumentos que sirven para aplicar y
controlar los tratamientos, al mismo tiempo que se puede comprobar que hay una
creciente hipotecnicidad en lo referente a los cuidados para el mantenimiento de la
vida, al considerar que no exigen ninguna capacidad especial, sino que competen a la
conciencia profesional. Las tareas se reparten según el tipo de prescripciones: — las
relacionadas con exámenes de investigación: toma de muestras de sangre, preparación
de los enfermos para radiografías, endoscopias, etc., exploraciones de cualquier tipo;
— las relacionadas con el control de los tratamientos: controles de todo tipo que
requieren la utilización de instrumentos muy complejos, particularmente en los
servicios que emplean tecnologías avanzadas: monitoreo, cobaltoterapia, etcétera.
29

Además de las prescripciones médicas, que se dejan a la decisión de la enfermera, sin


considerarse ni reconocerse verdaderamente como un objeto de discernimiento
profesional basado en la capacidad de valorar lo que el enfermo puede o no puede
hacer todavía por sí mismo debido a su mal, se reparten un conjunto de tareas
llamadas enfermería. Aunque a menudo ignorados por los médicos, a la enfermería le
competen directamente todos los cuidados de higiene, y otras necesidades de los
enfermos, que tienen una consideración importante en su vida diaria: como las
molestias de la evacuación intestinal, la necesidad de vestirse, de ser peinado... sin
hablar de la necesidad de enviar una carta, saber dónde está el teléfono, etc. En
muchos casos, todo esto está relegado a un segundo plano o es confiado a los
ayudantes, ya que poco a poco, en el contexto técnico, estas “tareas” son cada vez
menos consideradas como propias del trabajo de enfermería que está dirigido a la
enfermedad.

Todas estas tareas tienen asignado un tiempo: la mañana, la tarde, la noche (como en
el sector industrial). Sin embargo, las tareas tienen una duración que depende del aquí
y ahora, debido a la ausencia de proyectos de cuidados elaborados a partir del grado
de afectación de la integridad de las funciones corporales que dan lugar a diferentes
tipos de dependencia. El vínculo entre las tareas no aparece de otro modo que no sea
por el soporte ideológico que está centrado en “el enfermo”. Sin embargo, Corriente
vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 105 los enfermos prácticamente
son conocidos sólo por la categoría de su enfermedad: el cáncer de hígado, de esófago,
o por su órgano, el riñón, el corazón, el pulmón. El tipo de enfermedad es el que
confiere al enfermo su estatus y su rol, relegando y borrando los otros que pudiera
tener, así como todos los relacionados con éstos. Esta falta de conexión entre las
tareas hace que pierdan su sentido, orientación, finalidad y significado. Aunque
difíciles de asumir, se vuelven “insignificantes” en cuanto a su alcance. Están
desintegradas, desenraizadas de todo el contexto de la vida de la persona cuidada:
existe una carencia de unión que permita comprender quién es el enfermo y qué
enfermedad padece. Las tareas se convierten en entidades en sí mismas y se bastan a
sí mismas. No existen interrelaciones entre lo que vive la persona que requiere
cuidados, lo que es en sus diferentes estatus y roles sociales, y lo que padece.

Esto vuelve el trabajo extremadamente rutinario, automatizado y sin un interés


tangible de forma rápida a pesar de la doble preocupación por: — esforzarse en
mantener con los enfermos relaciones interpersonales de naturaleza diferente a las
tareas impuestas. Estas relaciones, que quedan al margen del trabajo, no son
aprovechadas o son muy difíciles de utilizar como base del trabajo de enfermería, y se
hacen a menudo a costa de enormes esfuerzos, ya que no están integradas en el
trabajo profesional (bien sea por el tipo de organización del trabajo o por la falta de
explotación y utilización de las informaciones aprendidas durante la aplicación de
cuidados); — tratar de conseguir una destreza cada vez mayor en el dominio de la
técnica, para ascender en la escala social de los servicios, y benefi ciarse al mismo
tiempo de un reconocimiento social que se parece —hasta hoy— al de los médicos,
proporcional incluso al empleo de un elevado hipertecnicismo.

CONOCIMIENTOS EMPLEADOS EN EL SERVICIO QUE SE OFRECE


30

Los conocimientos transmitidos por la enseñanza son los de la medicina, que queda así
como única fuente para explicar el proceso salud-enfermedad. Se les puede agrupar y
organizar alrededor de dos campos que derivan el uno del otro: la enfermedad y la
técnica. La considerable modificación en el control de los tratamientos como
consecuencia de las nuevas terapéuticas, como las sulfamidas, más tarde los
antibióticos después de la Segunda Guerra Mundial, y la aceleración del desarrollo
técnico de los servicios hospitalarios, hacen replantearse 106 INFLUENCIA DE LAS
CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS la formación de base proporcionada a las alumnas-
enfermeras. “¿Podemos remediar los defectos de la preparación actual de las alumnas
de enfermería para obtener el diploma de Estado?” ésta se convierte en la mayor
preocupación de los médicos, cirujanos y monitoras de escuelas de enfermeras.

En 1954 se pone en marcha un nuevo programa de estudios para las alumnas


enfermeras y las asistentes sociales.8 Todo su desarrollo se basa en la adquisición de
conocimientos relativos a las distintas enfermedades o los estados patológicos. Éstas
son las bases de “la enseñanza teórica”, es decir, en otros términos, las teorías de base
que orientan no sólo la formación, sino también el ejercicio de la profesión de
enfermería. Estos “conocimientos teóricos generales exigibles a toda enfermera para la
correcta comprensión del control y de los cuidados que le competen”,9 serán aquellos
a cuyo alrededor se elaborarán todos los cursos de perfeccionamiento ofrecidos a las
enfermeras desde 1952. A partir de 1954 tendrán un gran desarrollo instigado por la
Escuela de Cuadros de la Cruz Roja de París. Los conocimientos centrados en la
enfermedad constituyen la base de “la cultura general de las enfermeras”. A este
fondo cultural de base se añaden algunos conocimientos considerados a menudo
como accesorios. También forman parte aquellos que tienen relación con un rol de
vigilancia social o de consejo educativo, como la higiene; u otros conocimientos que
actuarán más o menos como “cuerpos extraños”, ya que prácticamente jamás serán
tenidos en cuenta o se pondrán en práctica en el terreno del ejercicio profesional: son
los rudimentarios conocimientos relativos a la familia, el derecho del trabajo y la
legislación social. También se añade información que no es importante por no estar
explotada, como la concerniente a las instituciones sanitarias y sociales, incluida la
institución hospitalaria, o a la organización de la profesión. Los conocimientos teóricos
centrados en la enfermedad se completan con los prácticos enfocados en las técnicas.
Esta enseñanza impartida por las monitoras de las escuelas de enfermería tiene por
meta familiarizar a sus estudiantes con todo un conjunto de procedimientos que van
desde los cuidados de higiene (impropiamente llamados “cuidados de enfermería” o
“enfermería”) a los “cuidados médicos”,o a conductas que hay que seguir en la
vigilancia de los tratamientos quirúrgicos o en casos de urgencia. El programa de
enseñanza del 17 de julio de 196113 introduce una nueva dimensión: el conocimiento
del hombre sano y de las diferentes etapas de su desarrollo, así como un acercamiento
al concepto de salud a partir de la higiene. Sin embargo, este loable esfuerzo tiene
pocos efectos sobre la práctica profesional, ya que esta nueva fuente de saber no
Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 107 se moviliza de
ninguna forma y se encuentra al margen de la práctica hospitalaria, único campo del
aprendizaje profesional. Este intento de expansión de los conocimientos no encuentra
en la práctica ninguna justifcación de valor, e incluso parece contradictorio con el valor
creciente concedido al hipertecnicismo. Serán los conocimientos centrados en la
enfermedad y en las técnicas los que continuarán alimentando de manera
predominante, e incluso casi exclusiva, la práctica profesional de enfermería, casi hasta
la década de 1980. En términos generales, los conocimientos son “absorbidos” sobre
31

todo para garantizar un funcionamiento rápido y preciso de las auxiliares de los


médicos antes de intentar guiar y enriquecer la acción de la enfermería. Hay que
aplicarlos y crear un proceso estímulo-respuesta que hace que, en lugar de desarrollar
una tarea basada en comprender una situación, se aprenda un conjunto de
procedimientos y de actos reflejos, que tienden a tratar signos o síntomas sin haber
decodificado su significado.

Por otra parte, los conocimientos tienen como meta permitir a la enfermera recoger
los datos del diagnóstico médico, y “adaptar a cada enfermo las reglas científicas de la
medicina actual”.14 Aunque con frecuencia los conocimientos se ven reducidos a un
“saber-hacer”, por complejos que sean, a veces dan lugar a actos estereotipados y no
participan en la construcción o en el desarrollo de un contenido profesional, ni en la
adquisición de conocimientos correctos de auxiliar médico, ni siquiera como lo
denunciaría en 1968 el Comité del Internado de los hospitales de París: “Sumemos
ahora todas las especialidades que enseñamos y nos encontraremos en dos años ante
el panorama de unos estudios médicos que desafían la comprensión de la mayoría de
las inteligencias. Es ilusorio esperar que después de dos horas de clase tratando todos
los días temas distintos por especialistas diferentes, el ciclo de dos años permita a las
enfermeras comprender y recordar los conocimientos que impone teóricamente el
programa” *...+ “Si los estudios de enfermería no quieren ser unos mini estudios de
medicina, no deben tener esta visión panorámica de la patología, que no puede
conducir más que a una falsa ciencia.” Por otra parte, todo lo que no recogen los
conocimientos médicos sigue perteneciendo al “rol humano” para el que la enfermera
está preparada por la moral profesional y también por la introducción progresiva de
elementos de psicología. TECNOLOGÍA Cada vez más alejada de los cuidados de los
enfermos para los que, por otra parte, no existe otra base de “conocimientos” que no
sea la moral profesional, y algunos conceptos generales de higiene,la enfermería
INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS

llega a no hacer casi exclusivamente uso más que de la tecnología médica. Así, los
instrumentos del oficio de enfermería serán prestados por la medicina. Se les puede
dividir en dos grandes categorías: los de exploración y los de curación o de
tratamiento, es decir, las herramientas que contribuyen a establecer un diagnóstico
médico con objeto de identificar y localizar el mal, y las que intervienen en el
tratamiento. Tanto los de exploración como los de curación pueden ser de naturaleza
diferente: química: preparación para exámenes radiológicos, medicamentos;
mecánica: sondas, drenajes; física: aparatos de inmovilización; eléctrica: todos los
aparatos de monitorización. A medida que se desarrollan las especialidades, la
enfermera va conociendo los diferentes instrumentos de exploración y de tratamiento
por aparato: aparato respiratorio, renal, cardiaco... La formación “práctica” de la
enfermera trata cada vez más sobre todos estos instrumentos técnicos, ya sea para
“servir al médico preparándole todo el material necesario para una exploración y
ayudándolo durante la misma, preparar al enfermo para un estudio, o bien para utilizar
por sí misma uno de estos instrumentos para aplicar un “cuidado”, como la jeringa
para una inyección medicamentosa. Los “cuidados técnicos” aplicados por la
enfermera son los que después de 1968 se matizan con la denominación “cuidados de
enfermería”, lo que contribuirá a aumentar la ambigüedad del aspecto específico de
los cuidados de enfermería. El uso que pueda hacer la enfermera de los instrumentos
médicos depende de varios factores: — de la banalización del instrumento médico: a
medida que uno se difunde y su uso se va haciendo fácil, incluso monótono, deja de
32

interesar a los médicos que delegan las tareas técnicas que consideran secundarias. —
de la complejidad creciente de los instrumentos y aparatos, que en los servicios muy
tecnificados exige la cooperación de todo un equipo, desde el ingeniero hasta
diferentes cuerpos de personal sanitario. En estos “servicios de punta” la enfermera
“puede justificar su alejamiento del enfermo y de los cuidados propiamente dichos por
la existencia de tareas técnicas”de una alta complejidad que absorben todo su tiempo
y movilizan unilateralmente toda su actividad. — de la variable duración de la
presencia efectiva de los médicos junto a los enfermos, que hasta la instauración del
tiempo completo en los servicios hospitalarios, podía ser muy efímera. Por lo tanto, la
utilización de un mismo instrumento puede estar reservada al cuerpo médico durante
el día, pero relegada a la enfermera durante la noche, que sólo recurre al galeno
mediante una llamada telefónica. La situación es similar con el uso de los instrumentos
que habitualmente manipula la enfermera: jerin- Corriente vinculada a la técnica y
centrada en la enfermedad gas, aparatos de aspiración..., que durante la noche son
utilizados por las auxiliares, incluso por las vigilantes nocturnas. Es decir, los criterios
de competencia para la utilización de un mismo instrumento son muy variables, y la
delegación relacionada con el uso de tal o cual no depende tanto de la especificidad
del campo profesional como de las necesidades condicionadas por otros motivos o
móviles. En el sector extra hospitalario, la extensión de la tecnología utilizada y de las
técnicas con las que están relacionadas muestran la nomenclatura de los actos
médicos relegados a la enfermera. Esta nomenclatura garantiza la limitación del uso de
los instrumentos clínicos y preservan a los médicos de la intromisión de las tareas de
enfermería en el campo del ejercicio médico; ellos pueden, por lo tanto, reservarse el
derecho de no delegar ciertos actos; la razón subyacente puede ser de carácter
financiero. Por el contrario, otras tecnologías podrían ser utilizadas para asegurar los
cuidados de mantenimiento de la vida, disminuir los factores de dependencia de las
personas cuidadas, o el esfuerzo tanto de las familias como del personal cuidador, y
para compensar las deficiencias sensitivomotoras. Su empleo queda a la iniciativa de la
enfermera, que no ha sido preparada para valorar su interés o su existencia.

LA INVESTIGACIÓN

La influencia de la corriente basada en la enfermedad y originada por la técnica no


puede dar lugar, propiamente hablando, a investigaciones en cuidados de enfermería,
ya que éstas no existen por sí mismas, no tienen un campo y un contenido que les sea
propio. Por el contrario, los médicos utilizan sin problema las observaciones y los
controles de los tratamientos realizados por las enfermeras para llevar a cabo los
trabajos de investigación médica. Es por eso que, bajo su impulso y el de la
Organización Mundial de la Salud comienzan a desarrollarse estudios de “casos
concretos”, “donde se exponen bajo la forma de presentación o de discusión sobre
enfermos, ciertos problemas de diagnósticos, de exploración paraclínica o de
terapéutica, centrados en un tema determinado”, como el cáncer, por ejemplo.

Estas observaciones de casos concretos serán objeto de publicaciones regulares a


partir de 1955 en la Revue de l’Infi rmière et de l’Assistante Sociale. Además del
aspecto del contenido técnico de los cuidados realizados por la enfermera, otro
campo, aparte de la investigación, es objeto de estudio, la organización científica del
trabajo: la división de las tareas, que está muy relacionada, como hemos visto, con el
desglose originado por el análisis científico y la especificidad técnica. Desde 1927,
encontramos en 110 INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS las páginas
33

de l’Infi rmière Française una preocupación sobre cuestiones relativas a este punto: “La
organización científi ca, bien se trate de los cuidados a los enfermos o bien de
cualquier otra cuestión, debe someter los hechos, con sangre fría, a una crítica
destinada a definir la realidad; no hay nada en la técnica de la organización que no
pueda ser fácilmente empleado o aplicado, ya sea en el cuidado de los enfermos, o en
la profesión médica con respecto a la práctica habitual de cuidados, ya sea en el
hospital, o en el domicilio privado”.

La influencia del taylorismo hará sentir sus efectos no sólo en la organización de las
funciones, sino también en los cuidados técnicos. Es a principios de la década de 1960
que los métodos de organización del trabajo utilizados en la industria darán referencias
para la clasificación y uniformidad de las técnicas de los cuidados alrededor de una
serie de “puntos clave”: eficacia, seguridad y confort. Los puntos clave introducen por
primera vez tres criterios de referencia alrededor de los cuales se puede establecer un
proceso de cuidados esencialmente técnico. Éstos proporcionan bases de evaluación
que ya no recaen en la enfermera, juzgada como buena o mala según la moral, sino en
el objeto mismo de su trabajo: los cuidados que proporciona.
Los puntos clave van a movilizar un planteamiento profesional. En un momento en que
la práctica de enfermería sufre la falta de una moral profesional para dar sentido a los
“cuidados a los enfermos” y comienza a resentir el malestar de una orientación casi
exclusivamente técnica, los puntos clave desempeñarán un papel de reconciliación
entre los polos divididos de los ideales profesionales: “servir al enfermo”, y los
imperativos de un hipertecnicismo y una medicalización creciente de los cuidados. Con
el criterio “confort”, el sentido del enfermo se reintroduce como si formara parte de la
aplicación de cuidados; el criterio “eficacia” da un valor exculpatorio a la técnica;
mientras que el criterio “seguridad” alía los dos anteriores. Los puntos clave tienen el
mérito de comenzar a objetivar ciertos temas fundamentales, como la eficacia y la
seguridad de los cuidados, pero estas cuestiones se oponen a la gran pobreza de
contenido profesional de la enfermería que, casi exclusivamente centrada en la
patología y en la técnica, no puede contribuir a aclarar el significado del punto
propuesto, de la elección de tal o cual forma de actuar en una situación, y todavía
menos a crear lazos entre las costumbres de vida de los enfermos y la compensación
que hay que aportar a tal o cual daño o incapacidad.

En cuanto al aspecto del confort, se refiere a los cuidados para el mantenimiento de la


vida que cada vez están más relegados a las auxiliares. Los puntos clave dan lugar a
ciertos trabajos de tipo pedagógico para mejorar la enseñanza de las técnicas de los
cuidados, objeto de numerosos conflictos entre las monitoras que tienen difi -cultades
para trabajar según Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 111
determinados criterios y para simplificar las técnicas. Del mismo modo, estos puntos
de referencia suscitan diferentes trabajos y estudios de organización de los mismos
centrados en las tareas-de-cuidar, que tienen por vínculo de unión la organización del
servicio, pero muy difícilmente el conjunto de situaciones individuales vividas por el
enfermo. LAS PUBLICACIONES Sin podernos dedicar aquí a un análisis del contenido de
la prensa profesional que aparece desde la década de 1950 —aunque sea un trabajo
indispensable para centrar la enfermería, mostrar los modelos que propone,
determinar qué cosas valora, qué la identifica…— es fácil constatar que las
publicaciones “profesionales” han estado extremadamente determinadas por la
corriente que valora la enfermedad y la técnica. Fundada por la Cruz Roja Francesa, la
Revue de l’Infi rmière et de l’Assistante Sociale, cuyo primer número apareció en enero
34

de 1951, estipula claramente las metas que se propone en el editorial de mayo de ese
mismo año. Además de los que pueden interesar a las enfermeras y a las asistentes
sociales, “otros artículos más numerosos cubrirán campos más limitados y precisos de
la cirugía, la medicina y las especialidades, y siempre se reservará un amplio espacio
para la técnica propiamente dicha, la que interesa a la enfermera cuidadora”. Para
responder a este objetivo, la Cruz Roja francesa realiza “una fusión técnica con la
Asistencia Pública de París” en mayo de 1951, y “confía la dirección técnica de la
revista a los médicos, cirujanos y especialistas de los hospitales de París”. Además, a
pesar del objetivo “de abrir sus columnas a las mismas enfermeras”, es el cuerpo
médico de los hospitales de París el que detenta la orientación y las directivas de la
revista.

Por otra parte, desde el principio se explica a las lectoras que parece difícil abordar en
los artículos “el verdadero campo de acción de la enfermera”: “Habría que considerar
las razones por las cuales la técnica de la enfermería propiamente dicha aparece en
esta revista relegada a un segundo plano. Lejos de traicionar una despreocupación
censurable de lo que representa el verdadero campo de acción de la enfermera, esta
dirección se inspira en un principio que consideramos fundamental: no es de
enseñanza teórica de la enfermería. En este terreno, sólo es válida la aplicación
práctica de la formación, la experiencia, práctica real adquirida con las manipulaciones,
las demostraciones y los cuidados hospitalarios, y ningún artículo por documentado
que esté lo puede reemplazar.”25 112 INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES
SOCIOECONÓMICAS Hasta los años 1965-1970, los artículos dirigidos a enriquecer los
cuidados de enfermería son redactados casi exclusivamente por los médicos, mientras
que el Fichier Technique de l’Infi rmière introducido en 1958 se convertirá
esencialmente en el patrimonio de las monitoras de escuelas de enfermería ya que
tiende a facilitar la enseñanza de las técnicas de cuidados. Aunque algunos números se
dedican regularmente a la profesión,26 así como a su evolución, y una gran parte a la
legislación, informaciones sobre cuestiones de actualidad (1962) y a algunos viajes de
estudios en el extranjero, la concepción y la orientación de la práctica de cuidados de
enfermería está totalmente determinada por el cuerpo médico cuya influencia se
puede ver en la reorganización de los cursos hospitalarios, la formación de programas
de escuelas de cuadros y cursos de perfeccionamiento, así como la reconsideración del
programa de preparación del diploma de estado.27 La revista Soins, revista médica de
las comunidades religiosas, edita su primer número en febrero de 1956. Creada por el
padre Larère, redactor en los Cahiers Laënec (revista médica católica), tiene como
objetivo publicar de una forma sencilla y fácil de memorizar, como consecuencia de sus
empeños de visualización técnica, conocimientos médicos para el personal religioso de
enfermería, extendiéndose después su difusión a las Escuelas de base y de cuadros
(idem). En su preámbulo de lanzamiento, la dirección precisa a sus lectoras “el por qué
de una revista nueva” haciendo ver que “CUIDAR necesita una puesta al día de sus
conocimientos médicos y quirúrgicos, de las técnicas y de los tratamientos que utilizan.

En efecto, los progresos actuales de la Medicina cuestionan diariamente un cierto


número de enfermedades cuya fisonomía ha cambiado mucho desde sus estudios de
base”. A partir de esta concepción de los cuidados centrados en la enfermedad, la
revista Soins propone “retomar los elementos importantes de todos los terrenos de la
patología: medicina general, cirugía, pediatría, especialidades (ORL, oftalmología,
etc...) medicina de ultramar”, y “tener premisas más prácticas para mejorar sus actos
de todos los días”. 29 Los artículos tienen por objeto “permitir una mejor vigilancia del
35

enfermo” para “comprender mejor y de forma más concreta cómo debe ser su
actitud”. La redacción de la revista está totalmente confiada a los médicos, ninguna
enfermera puede publicar un artículo hasta 1974.31 Después de su preámbulo de
lanzamiento dando a entender su concepción de la orientación de la práctica de
cuidados de enfermería, la redacción de la revista no se pronunciará más sobre este
tema no publicando ni editoriales ni artículos profesionales hasta 1976. Sin embargo,
tendrá una influencia Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 113
considerable, ofreciendo hasta esa fecha una fuente de conocimientos de orden
exclusivamente médico. La revista

l’Infi rmière Française, reeditada por las Ediciones Poinat a partir de 1946, está
totalmente redactada por los internos de los hospitales de París. Por el contrario,
Pages Documentaires vuelven a publicarse en 1948. Aunque continúan inspirándose
casi exclusivamente en las directrices de la Iglesia, abordan más las cuestiones
médicosociales. La redacción de los artículos rara vez se confía a las enfermeras. La
corriente técnica orienta también la publicación de “libros para enfermeras”, ya sea los
de la Bibliothèque de l’Infi rmière de Ediciones Poinat, o bien, de colecciones nuevas
de otras editoriales como la colección Diplôme d’Etat d’Infi rmière publicada por
ediciones Maloine. Asistimos por tanto a la eclosión de manuales técnicos de cuidados
redactados por enfermeras monitoras.32 Por otra parte, es excepcional que el
personal de enfermería que ejerce en hospitales o en el sector extra hospitalario
escriba, aunque sea aquí donde se arraiga la profesión. Al transmitirse la práctica de
enfermería por tradición oral a nivel profesional, el personal de enfermería está poco
motivado por la redacción de la prensa profesional que está considerada más como un
instrumento de formación de base o de cuadro que como un instrumento de trabajo.

Por otra parte, durante el tiempo de formación se modelan las mentalidades, sobre
todo si éstas están forjadas por los que orientan la corriente centrada en la
enfermedad, que al mismo tiempo son responsables de los servicios hospitalarios; así
lo relata el profesor Léon Binet en el prólogo de la sexta edición del “NAPPEE”: “Al
igual que nuestros profesores médicos, cirujanos y biólogos de la Facultad de Medicina
de París, es cierto que las Escuelas de cuadros han contribuido en gran parte a hacer de
la enfermería lo que es hoy en nuestro país, no solamente una profesión honorable por
el carácter de abnegación que desde siempre le fue otorgado, destacable desde hace
un decenio, por la extensión de los conocimientos paramédicos y la minuciosidad que
exige su ejecución”.33 Repercusiones sobre la valoración social y económica de la
enfermería La enfermera “es una señora que tiene instrumentos, es como el médico”.
Claudia, 9 años. “Una enfermera no es como una doctora: la doctora puede operar
sola.” Laurence. “La enfermera no hace un trabajo muy interesante, el médico sí que
hace un trabajo muy interesante... y además gana más.” Natacha, 9 años.34 114
INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS Si es cierto que los niños dicen la
verdad, estas palabras reflejan como un espejo la imagen social de la enfermería,
imagen donde se mezclan y se entrelazan a la vez motivaciones de ayuda: “me gustaría
reconfortar a los enfermos, ayudar a los médicos a cuidarlos”,35 y las ilustradas por el
aspecto técnico cuyo reconocimiento económico y social, sin embargo, parece poco
evidente. REPERCUSIONES SOCIALES Las incidencias sociales se experimentan tanto
junto a las enfermeras como a los enfermos,

infl uyendo tanto en los cuidados como en las condiciones de la prestación ofrecida a
los usuarios, que condicionan las expectativas y las reacciones de estos últimos. Las
36

enfermeras “La evolución del trabajo de enfermería sigue a la del trabajo médico. Con
la especialización del trabajo médico, se atribuyen a la enfermera un conjunto de
tareas que antes incumbían al médico. Esta situación permite ver las oscilaciones
periódicas de los movimientos profesionales de enfermeras con el fi n de revalorizar su
profesión entre dos polos, el de la técnica y el del contacto humano.”36 Siguiendo las
líneas trazadas por la filiación médica, las enfermeras

manifiestan una atracción creciente hacia la técnica, intentando de una manera lógica,
elaborar por su mediación una imagen relevante: manifestando su proximidad con los
médicos, participando directamente en su trabajo (dentro de equipos de reanimación
o de punta), refiriéndose a las mismas fuentes del saber (lo que implica un
acercamiento de identidad), y demostrando su habilidad técnica. “La ejecución por
estas últimas (las enfermeras) de las tareas recibidas por delegación de poder, traduce
una adhesión al sistema de valores de la categoría jerárquica superior, la de los
médicos.”37 Sin duda, la valoración de la técnica de última generación tiene dos
consecuencias para las enfermeras: con respecto al valor “científico” y mercantil que le
otorga este tipo de sociedad (valor elogiado por todos los medios de prensa y
audiovisuales), y también con respecto a la representatividad femenina de la
profesión. En un principio, las mujeres se dedicaron a liberarse de su condición de
sometimiento, imitando aquello que dio valor a los varones, a quienes se les supone
dominadores de la materia, de la técnica: ellas intentan la revalorización por esta
misma vía, corriendo el riesgo de abandonar otras inexploradas o descuidadas.

Por la doble pertenencia al modelo heredado de la [mujer] consagrada y de la


Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad auxiliar médico, sería
difícil que la enfermería retrocediera para relativizar la técnica y volver a situarla en un
campo de mayor concepción y de contenido profesional. Afi rmando su competencia
por medio de la técnica, las enfermeras intentan adquirir las bases de un oficio. La
posesión de una habilidad técnica, de precisión en los movimientos, la clasificación de
los actos de investigación o de tratamiento y la organización de las tareas, contribuyen
a hacer retroceder el aspecto borroso de un papel intangible y sin límites. Al hacer de
la enfermedad el objeto de los cuidados, las enfermeras pueden alejarse de los
problemas de los enfermos hacia los que la moral profesional las deja cada vez más
desprovistas. La seguridad de haber respondido a las necesidades de los enfermos se
basa más en verificar las tareas que hay que realizar respecto a tal o cual patología que
en los imperativos de un “deber” imposible de delimitar, más aún cuando el número
de enfermos por servicio aumenta, sin por eso dar lugar a un aumento consiguiente
del personal de enfermería. La técnica da también a las enfermeras la oportunidad de
probarse a sí mismas utilizando una tecnología cada vez más compleja.

Junto con los uniformes (sobre cuyo significado técnico o simbólico nos podemos
preguntar), la tecnología sirve de referencia a toda la imaginería profesional y marca
de forma determinante el ascenso social de la enfermera. Se puede seguir la evolución
de la práctica de enfermería y del modelo social al que da lugar a través de esta
imaginería donde figuran: la enfermera y la bacinica, la enfermera y el termómetro, la
enfermera y la jeringa, la enfermera y la sala de reanimación. Está transmitida por los
más diversos medios de comunicación: ilustraciones de prospectos, de libros,
empezando por todos aquellos que pertenecen a una literatura infantil, que con los
juguetes y disfraces sobre este tema contribuyen a forjar en el público una imagen de
la enfermera38 reforzada hoy en día por los medios audiovisuales: radio y televisión, y
37

que da lugar, a su vez, a un modelo social del personaje, y condiciona un conjunto de


motivaciones antes del descubrimiento de lo que puede ser la práctica profesional y la
variedad de su ejercicio. Por último, la técnica ofrece el reconocimiento de unas
responsabilidades tangibles que se basan en la adquisición de capacidades
indiscutibles. Es a partir de las tecnologías, las técnicas y de su valor económico y
social, que se construye la jerarquización vertical del personal de enfermería. La
progresiva división de las tareas y su reparto conforme al avance de las tecnologías en
tareas nobles y en secundarias o subalternas, origina un proceso de ascenso social
basado en la elevación de la capacidad para proporcionar cuidados de
restablecimiento de alta tecnología o en la capacidad de llevar la organización de las
tareas. En función de la complejidad

INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS

técnica, las enfermeras tienen responsabilidades comparables en la industria a las


ejercidas por los contramaestres, los técnicos especializados, los técnicos superiores,
“el jefe de servicio se ha convertido en una especie de nuevo empresario”. El ejercicio
de responsabilidades da lugar a la estructuración de una jerarquización vertical de la
profesión por la vía de la especialización, bien sea técnica (ayudante de anestesista) o
basada en la edad (puericultura), y la vía de las funciones de dirección:
enfermerasvigilantes, jefa de enfermeras, enfermeras docentes. El acceso a éstas ha
sido el origen de la creación de escuelas de especialización y de cuadros; sin embargo,
algunas de ellas, como la de supervisora, pueden ejercerse todavía por antigüedad. En
cambio, ninguna jerarquización horizontal que valore el trabajo de la enfermera de
base ha tenido un reconocimiento social explícito, ni siquiera tras la adquisición de
competencias técnicas. La contribución de la técnica a la valoración profesional no
atenúa el malestar de la enfermería expresado desde 1956, como reacción a su
esfuerzo para perfeccionarse o formarse en puestos jerárquicos. En términos todavía
grises y teniendo la precaución de no herir a las lectoras por su agresividad, las
alumnas de la escuela de cuadros de la Cruz Roja francesa lanzan una especie de
“manifiesto”: “¿Es justo mantener a las enfermeras en una situación de subalternas?”

Ellas plantean el problema y especifican con cuidado que su “toma de postura no


puede ser más que técnica”. Es, en efecto, desde el crecimiento técnico de la
profesión, que ellas plantean tres preguntas: 1. ¿Se confía hoy en día a la enfermera
una tarea que exige una responsabilidad cada vez mayor? 2. ¿Los cuidados
dispensados hoy en día por las enfermeras tienen por consecuencia una eficacia
terapéutica que benefi cia al individuo y a la colectividad? 3. ¿Las condiciones de
trabajo, de vida y salariales de estas mismas enfermeras están en relación con las
responsabilidades que aceptan y los resultados que en gran parte contribuyen a
obtener?42 Estas tres preguntas resumen el malestar de la enfermería originado por
las dificultades cada vez mayores de un alto ideal que se contradice con un ofi cio que
se dirige hacia el hipertecnicismo, unas responsabilidades cada vez mayores
insuficientemente reconocidas e incompatibles con condiciones de trabajo que no han
tenido en cuenta su evolución. De hecho, el malestar tiene raíces profundas tal y como
prueba el estudio, desgraciadamente no publicado, realizado por la Sra. Claude
Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad

Lévy-Leboyer en 1967, donde pone claramente en evidencia el distanciamiento


existente entre ideologías de naturaleza diferente que podrían ser complementarias
pero que, en el campo del ejercicio profesional, actúan a menudo en detrimento una
38

de la otra, y les cuesta trabajo reconciliarse para formar parte de un todo. Podemos
encontrarnos con: — la ideología que inspira las motivaciones profesionales
“fuertemente relacionadas con una concepción idealizada según la cual lo esencial de
los deberes de la enfermería es administrar a los enfermos el consuelo moral y el
amparo de su abnegación y de su dulzura”. En esta época, “una tercera parte de las
enfermeras dice haber escogido esta “noble profesión”, por un ideal, atraídas por la
belleza moral de esta actividad o por una “vocación”...43 Intentan realizarse en un rol
social que se lleva a cabo con un trabajo que obliga a “numerosos y variados contactos
humanos”.44 — la ideología que proviene del aspecto técnico “del ofi cio que
representa una de las fuentes de satisfacción más importantes”. Lo más interesante es
“el verdadero trabajo de la enfermera, los cuidados propiamente dichos, las
circunstancias en que la enfermera puede poner en práctica sus capacidades y
demostrar de lo que es capaz. Ellas prefieren ‘los cuidados verdaderos, los
tratamientos complejos, la colaboración en los cuidados de urgencia, la reanimación,
las curas delicadas’. Para ellas, no sólo se trata de poder ejercer su saber hacer y su
habilidad manual; lo que les gusta también es utilizar por completo los conocimientos
científicos aprendidos en la escuela. Por ejemplo, es apasionante cuidar enfermos que
requieren muchos cuidados y mucha vigilancia, como los enfermos en coma
respiratorio. Acompañar al médico en su visita es muy interesante, ya que la
enfermera puede así conocer y comprender mejor la afección [...] La enfermera se afi
rma así como una persona calificada que domina su trabajo y que ha sido iniciada en
una ciencia compleja, la medicina, universo prestigioso que es un misterio para el
profano”.45 La señora Lévy-Leboyer constata a continuación que estos dos aspectos de
la vida profesional podrían aportar a las enfermeras satisfacciones que son un
elemento esencial para la adaptación al trabajo: en el plano técnico, su eficacia, en el
social, las pruebas de su valor personal. También es sorprendente comprobar que ni en
un caso ni en otro se enorgullecen —como sería lógico— de asumir responsabilidades.
Efectivamente, sólo 6% de las enfermeras cuestionadas tiene la impresión de tener
responsabilidades, en el sentido de que éstas contribuyen a valorar la concepción de su
lugar en la sociedad. Y que “la enfermera es a menudo una ejecutora cuyo campo de
acción está estrechamente

INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS

limitado, a pesar de la ausencia casi permanente del médico. Todo transcurre como si
el estatus profesional no sancionara formalmente la evolución técnica y social de la
profesión”.46 El estudio pone en evidencia las principales decepciones y dificultades
encontradas, particularmente “la falta de interés del trabajo”, la difi cultad de las
relaciones sociales, a las que se vinculan todo tipo de conflictos relacionados con las
condiciones de trabajo. La autora insiste en que “a un pequeño número de enfermeras
le satisface su estatus profesional, cuando lo que se esperaba era que ellas
encontraran aquí una recompensa legítima a las dificultades de su ofi cio. Incluso entre
las mayores, ninguna tiene la sensación de tener autoridad real, influencia sobre la
gestión o sobre la organización del servicio o del lugar donde trabajan, a pesar de su
experiencia en la vida hospitalaria. Se sienten, pues, condenadas a permanecer como
subalternas en un sistema que les parece cerrado tanto hacia abajo (se ven asimiladas
al peldaño inferior, desde el punto de vista de la división del trabajo) como hacia arriba
(la jerarquía del oficio es muy rígida)”.
39

Todo esto contribuye a explicar la duración media del ejercicio profesional de cinco
años, que agrava la “penuria” del personal de enfermería denunciada por la prensa
profesional desde 1962,48 y a la que no se han aportado más que soluciones paliativas
muy costosas para las personas y para las finanzas del país. Los acontecimientos de
1968 obligaron a una revisión de las condiciones de trabajo, particularmente de los
salarios, los horarios y las vacaciones, pero el dilema propuesto por la naturaleza de los
cuidados de enfermería permanece intacto; “la función de la enfermera prevalece
como una situación de subordinación con respecto al médico llevando a cabo sus
prescripciones, que como una profesión específica defi nida por un conjunto de
trabajos realizados y transmitidos dentro de la profesión. El trabajo de la enfermera no
existe más que a título residual y en relación con el trabajo del médico”.49 Los
enfermos Con respecto a los enfermos y a los usuarios de los cuidados, el
hipertecnicismo terapéutico, saludable en algunas situaciones que no se pueden
generalizar, conduce a menudo a las personas cuidadas a una dependencia cada vez
mayor por la complejidad de las terapias utilizadas (bien sean instrumentales o de
naturaleza fi psicoquímica), mientras que el hipotecnicismo de los cuidados habituales
aumenta todavía más esta dependencia, olvidando todo lo que se podría hacer para
permitir a la persona receptora de los cuidados tener la mayor autonomía posible por
Corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermedad 119 medio de técnicas de
compensación. El interés predominante se centra en la naturaleza orgánica del mal,
más que en todo lo que altera la enfermedad o el defecto físico en la vida cotidiana.
Ahora bien, es en su vida diaria donde los enfermos encuentran difi cultades para
atenuar o asumir las consecuencias de su enfermedad. La organización de los servicios
en torno a tecnologías de investigación y de curación tiene como consecuencia la
agrupación de personas que tienen problemas diferentes pero que presentan síntomas
similares alrededor de un mismo proceso patológico u órgano: servicio de
gastroenterología, de nefrología, de oftalmología... o de leucémicos o reumáticos. Esta
repartición de los servicios alrededor de los equipamientos técnicos crea una confi
guración social de los enfermos y del personal. Los enfermos pierden todo lo que
habitualmente fundamenta su identidad: todos los estatus sociales que confi eren su
estado civil, su profesión, su pertenencia a distintos grupos, para asumir la identidad
de la enfermedad que invade todo su campo espacial, temporal y de relaciones. La
categoría de la enfermedad en la que son clasifi cados por el diagnóstico médico les
confi ere una identidad en la que deben aprender a reconocerse. Tanto enfermos
como personal cuidador se encuentran a menudo en un universo kafkiano. Existe todo
un proceso acumulativo centrado en la enfermedad que desconecta los cuidados de su
contexto de vida y los hace muy alienantes, o al menos muy difíciles de soportar por su
duración. El proceso patológico tiene todos los riesgos de la hipertrofi a, ya que está
aislado de todo lo que constituye la diversidad de la vida y es objeto de una atención y
una concentración permanente. No cabe duda que las personas cuidadas se asimilan a
la enfermedad que tienen y los cuidadores a la enfermedad que tratan. El predominio
de la técnica y su hipervaloración crean las expectativas de un tipo de cuidados
basados en la imagen de una salud-curación. La técnica adquiere un valor mítico de
poder, de recurso supremo para las soluciones de problemas sanitarios que no son
objeto de análisis de las situaciones, para comprender la naturaleza de las difi cultades
encontradas por el enfermo, su familia y su entorno. Al crear protocolos para
responder ante la manifestación de signos de tal o cual enfermedad, se ayuda a los
pacientes que confían su cuerpo a los todopoderosos aparatos, a las
medicacionesrefugio, que disimulan a menudo un mal más profundo, dejando en la
sombra “lo que enferma”, lo que hace que “uno enferme”, o que no tienen otro medio
40

de existir más que refugiándose en la enfermedad. Esta idealización de la técnica da


lugar a una falta de implicación de las personas frente a los problemas de salud y
favorece su pasividad. Se encomiendan “a aquellos que saben por ellos” y se someten
a lo que 120 INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS se considera bueno
o malo, en detrimento del interrogante y el planteamiento sobre los factores
personales y colectivos, que infl uyen favorable o desfavorablemente en el proceso
saludenfermedad. REPERCUSIÓN ECONÓMICA Si consideramos los otros sectores de la
actividad económica y el desarrollo industrial de los años 1950-1960, la técnica no ha
contribuido a valorar económicamente la práctica de enfermería, al contrario, esta
última ha contribuido de forma importante a la apertura económica del hospital
moderno, siendo las enfermeras, como se ha podido decir, las O.S. de la empresa
hospitalaria. Aun teniendo condiciones salariales inferiores a las de los obreros de la
industria50 hasta 1968, el personal de enfermería ha sido considerado por las
administraciones como un personal costoso, habituado a la abnegación y al don
gratuito del personal religioso. No sólo hacían falta tres enfermeras para sustituir a una
religiosa, lo que escandalizaba a un gran número de médicos,51 sino que el aumento
de la complejidad técnica de los cuidados exige más personal, técnicamente más califi
cado. Además, los enfermos son tratados en los servicios especializados las
veinticuatro horas del día, mientras que antes del desarrollo técnico del hospital los
cuidados de noche eran excepcionales. De hecho, el trabajo nocturno de las
enfermeras sigue sin estar protegido por ninguna legislación del trabajo y está
abandonado a todos los gajes del funcionamiento de los servicios y a unas decisiones
condenadas a la arbitrariedad.52 Sin embargo, a pesar del pesado tributo pagado por
el servicio de noche, las enfermeras están poco preparadas y estimuladas para estudiar
sus obligaciones. La ideología heredada del pasado religioso y el retiro del mundo del
trabajo que representa el medio hospitalario, así como la imprecisión de la naturaleza
del trabajo de enfermería en función de la heterogeneidad de los servicios, de la
variedad de su orientación técnica y de la relación interpersonal con los médicos,
hacen muy difícil la acción sindical o incluso el interés del grupo profesional en defensa
de ciertos derechos fundamentales, del que sería un ejemplo el servicio de noche. Por
el contrario, el desarrollo técnico de los cuidados en que participa directamente la
práctica de enfermería, no tiene una incidencia económica en los enfermos y en los
organismos que pagan. La evolución del hipertecnicismo puede hacer de los cuidados
un producto comercial, reducidos a bienes de consumo. El cuerpo en sí mismo es
susceptible de convertirse en objeto de consumo, incluso en bien de producción y de
comercialización. La enfermería, como otras profesiones sanitarias, puede estar
amenazada (ignorándolo o con pleno conocimiento de causa) de Corriente vinculada a
la técnica y centrada en la enfermedad 121 utilizar el cuerpo como un valor mercantil.
Ya sea en el hospital, donde el interés de las enfermedades predomina sobre el de las
personas, hasta el punto de valorar el restablecimiento de la salud a expensas de su
voluntad y de su contexto o a poner en tela de juicio los procesos reales de deterioro
psicosocial del que son víctimas. O bien en el medio extrahospitalario, donde los
cuidados pueden convertirse realmente en objeto de comercialización. En este sector,
la complejidad técnica ya no se puede buscar por su valor mercantil, ya que consume
demasiado tiempo y exige demasiada presencia. La rentabilidad económica se basa en
la frecuencia de un elevado número de actos de curación técnicamente sencillos, que
una gran cantidad de personas sabría hacer si se les ense- ñara, como las inyecciones,
los vendajes, etc. Los cuidados relacionados con la prescripción médica y la división de
las tareas siguen sin tener relación con el conjunto de las situaciones vividas por las
personas. No tienen en cuenta el conjunto de problemas originados por la
41

enfermedad. El pago, relacionado con el acto técnico aislado, continúa minimizando el


valor social y económico de los cuidados de enfermería, haciéndose cómplice de los
elevados costos del restablecimiento de la salud, y corriendo el riesgo de obstaculizar
otras formas de fi nanciación, además del acto. La corriente ligada a la técnica,
centrada en la enfermedad, ha marcado de manera considerable la práctica de
enfermería y continúa ejerciendo sobre ella una infl uencia predominante, teniendo en
cuenta el impacto de la técnica en la sociedad posindustrial y sus repercusiones en
todos los dominios de la vida económica y social y, por tanto, de la salud. Este impacto
particularmente tangible en el hospital convertido en el lugar privilegiado para el
restablecimiento de la salud, ha dado un impulso a una práctica de enfermería que
buscaba su orientación y se esforzaba por valorar su ejercicio. No podríamos minimizar
o menospreciar la necesidad de basar un ofi cio o una profesión en unas técnicas.
Ningúno puede ejercerse sin la utilización de instrumentos y, por tanto, de técnicas.
Esta corriente también ha permitido tener en cuenta la necesidad técnica; ha mostrado
que los cuidados de enfermería no pueden permanecer solamente en el terreno de la
atracción hacia los demás, sino que exigen saber utilizar los instrumentos. Esta
corriente introduce verdaderamente la competencia técnica en el seno de la profesión.
Rechazarla es negarse Reiteradamente. La pregunta no puede ser: ¿“técnica sí” o
“técnica no”? Es de naturaleza más compleja ya que exige preguntarse por su signifi
cación, por la tecnología utilizada en las situaciones planteadas al cuidar, con respecto
a la naturaleza de los problemas planteados, y de las condiciones que infl uyen en
estos problemas. Exige preguntarse si las tecnologías utilizadas y las técnicas con las
que se relacionan están adaptadas, se justifi can; requiere considerar los lí- 122
INFLUENCIA DE LAS CORRIENTES SOCIOECONÓMICAS mies de su utilización, estudiar
su umbral de efi ciencia (no de efi cacia), extender su campo de investigación por otros
medios distintos de los prestados por la medicina, y no quedarse anclado sólo en el
terreno de la curación. Para que la técnica permanezca al servicio de los cuidados y al
revés, es indispensable cuestionar la necesidad de su utilización restituyendo su
empleo según el conjunto de problemas humanos que plantea

Una mirada fenomenológica del cuidado de


enfermería
S. Rodríguez-Jiméneza,*, M. Cárdenas-Jiméneza, A. L. Pacheco-
Arcea, M. Ramírez-Pérezb

Resumen

La primera etapa de la investigación titulada "El arte del cuidado enfermero desde la
visión de sus profesionales en la dimensión estética" consistió en la indagación del
estado del conocimiento del arte del cuidado en tres vertientes: la estética, el cuidado
y el arte del cuidado. Este trabajo fundamenta la segunda vertiente a la luz de la
filosofía contemporánea y la fenomenología, donde el cuidado está presente y es
inherente a la condición humana y a su existencia. El cuidado del sí y del otro es un
acto ético, estético y ontológico, que impulsa el desarrollo de la persona cuidada y el
ser cuidador hacia la búsqueda del bienestar en el proceso de vida-muerte. La
enfermera dimensiona el cuidado como poder terapéutico que tiene para sí misma y
para los demás, devuelve la esperanza de existir para alcanzar la autonomía.
42

Palabras clave: Cuidado; Persona; Enfermería; Fenomenología; Arte del cuidado;


México.

Introducción

El cuidado se ha estudiado bajo dos connotaciones: la histórica y la filosófica, con la


finalidad de contextualizar sus orígenes en el desarrollo de la humanidad y los valores
que se le han asignado por parte de los profesionales de enfermería.

La histórica se relaciona con los cuidados que se otorgan al ser humano, con el objeto
de mantener la vida y la sobrevivencia. En la época prehistórica el fin de los cuidados
era la alimentación, vivienda, protección, recreación, confort, transporte y la necesidad
de socialización para su desarrollo con la constitución de una familia y el trabajo en
grupos, de ahí que se visualizara la salud como un don divino y la enfermedad como el
castigo enviado por los dioses. Las mujeres tenían a su cargo el cuidado de los niños y
de los ancianos, al mismo tiempo que ayudaban durante el parto. Entre las prácticas de
higienizar y de alimentar fueron introducidos comportamientos de tocar, sobar y
actitudes afectivas1.

Esta primera connotación de cuidado se dio paralelamente a la evolución humana,


determinada por el contexto histórico en que se desarrollaron los modos de
producción, las relaciones de poder, las creencias religiosas, la cultura, la economía, los
avances en la curación y tratamiento de las enfermedades y heridas a través de la
herbolaria, la homeopatía, la alopatía y otras terapias y las formas de organización
social, donde el cuidado fue realizado tanto por mujeres como por hombres.

En esta época el cuidado humano ha recibido influencias de modelos, teorías, culturas


y valores del paradigma positivista, el cual es hegemónico y ha favorecido el
individualismo, el reduccionismo y la especialización en el conocimiento; por tanto, el
reto como profesionales de la enfermería es rescatar la concepción compleja de la
persona no como un objeto de cuidado, sino como un sujeto de cuidado, cuyas
necesidades se expresan durante el ciclo natural de la vida, como el nacimiento, el
crecimiento y desarrollo, la reproducción, la vejez e incluso en el proceso de muerte;
asimismo se reconoce que la persona posee dimensiones física, social, cultural,
espiritual y afectiva que interactúan con el contexto, medio o espacio circundante en el
cual vive, de ahí es deseable que la praxis sea el espacio donde se promueva el cuidado
a la vida en la cotidianidad, mediante un proceso de comunicación, identificación,
comprensión, empatía y proyección que logre la transformación cultural de individuos
y comunidades en el autocuidado, preserve, optimice su salud y la del medio
ambiente2.

La segunda connotación se refiere al cuidado humano como un valor, un bien que


legitima el actuar, una forma de expresión, de relación con el otro ser y con el mundo,
como una forma de vivir plenamente, es un acto, una dimensión ontológica existencial,
que se mueve en un proceso de relación, de reciprocidad, de confianza y compromiso
afectivo por otro ser humano2, descripción íntimamente ligada a la visión estética del
cuidado, cuando se alude que es una forma de expresión, de la empatía en la relación
43

con el otro, en la interacción que implica el desarrollo de la sensibilidad y de la


creatividad en la acción cuidativa.

En el desarrollo de este trabajo se abordan estas dos visiones haciendo énfasis en la


segunda, dado que el interés es el análisis filosófico del cuidado

Una visión de cuidado desde algunos filósofos

Al considerar que el cuidado es la expresión del trabajo amoroso, científico y técnico,


que la enfermera realiza junto con la persona, con el propósito de desarrollar sus
potencialidades, para construir formas de bienestar, mantener la vida, recuperar la
salud o preparación para la muerte, que ocurre en los diferentes escenarios en donde
se desarrolla o en donde procura su salud 3; concibe a la persona como la unidad
esencial del cuerpo que le permite mediar entre la naturaleza, la cultura y el espíritu,
como ser único indivisible y particular (espiritual, emocional, física, cultural, religiosa y
social), que piensa, siente, quiere, desea, tiene alegrías, tristezas, objetivos y planes
que le posibilitan su autorrealización, la libertad y la acción; consecuentemente se
sugiere que la tarea del cuidar está infundida por la filosofía, ya que implica el análisis
de los propósito de la vida humana, de la naturaleza del ser y de la realidad, de los
valores presentes en el cuidado y el discernimiento intelectual para el bienestar de la
persona4.

Para sustentar esta idea, se hace la revisión de algunos filósofos que han discurrido
sobre el cuidado, tales como Martín Heidegger, Milton Mayeroff, Emmanuel Lévinas,
Michael Foucault y Leonardo Boff, así como algunas filósofas enfermeras: Marie
Françoise Colliére, Jean Watson, Kari Martinsen, Madeleine Leininger y Vera Regina
Waldow .

Para Heidegger5, filósofo alemán, fenomenólogo y hermenéutico (1889-1976), en su


obra El ser y tiempo, alude que el cuidado o cura o Sorge -en alemán- significa "cuidar
de" y "velar por", es el cuidado de las cosas y cuidado de otros. Asimismo, significa
inquietud, preocupación, alarma y, en el sentido más amplio, es un desvelo por "sí
mismo"6, por asumir el destino como un interés existencial, no intelectual. El curarse
de algo y el procurar por otros son manifestaciones de la cura e implica un hacer con
un fin previsto que se expresa en la praxis, manifestación existencial de la cura 7.

Heidegger expresa que es característica del hombre estar siempre viendo por su propia
vida, cuidando de ella, para satisfacer sus necesidades básicas, pero también las
superiores, todo es cuidado. El ser humano está inserto en un mundo y no se puede
concebir fuera de él.

La voluntad, el deseo, la inclinación y el impulso están fundados en el cuidado, es decir,


el hombre fue arrojado a este mundo sin haberlo pedido, para en este mundo morir a;
entonces debe tener una existencia auténtica, y el hombre es un ser con los otros, por
tanto debe cuidar del otro; al propiciar que el otro se transforme es que él mismo
puede transformar su propio ser en la búsqueda de su esencia7.
44

La mayor preocupación del Dasein es el estar aquí, la existencia que se revela como
cuidado del propio ser, ser en el mundo es procurar, curarse de o en el fondo ansiar la
vida y la subsistencia en el presente y para el futuro.

De ahí que exista una relación estrecha entre cuidado-Sorge-cura con el tiempo, ya que
todo cuidado es temporal en la medida que mira en, hacia y por el tiempo se hacen
planes hacia el futuro9.

Con base en lo anterior, la enfermera o enfermero debe desarrollar su propia


conciencia de sí misma/o tanto como persona como profesional para poder encauzar
la conciencia de la persona que cuida, con el objeto de reconocer su existencia y la
posibilidad de llegar a ser a través del tiempo como una idea infinita; en consecuencia,
los cuidados son continuos en todo el proceso de vida hasta la muerte, como lo han
expresado teóricas como Henderson, Colliére u Orem, por citar algunas.

Milton Mayeroff, filósofo norteamericano existencialista (1925-1979), en su obra El


cuidado humano afirma que los valores morales están inmersos en el proceso de
cuidar y crecer, cuando se cuida a otro, se crece, quien cuida se autodetermina, al
seleccionar los valores e ideales que fundamentan su experiencia10.

La característica fundamental del cuidado es el origen de la vida, la dignidad de la


misma que conlleva al respeto y a la búsqueda del bienestar, por ello el cuidado
humano es ayudar a otro a crecer, independientemente de quien sea.

Según Mayeroff el cuidado significa compasión, aprecio, empatía, conocimiento de sí y


de otros, significa ser capaz de sentir desde adentro, lo que la otra persona siente, y
determinar qué requiere para crecer. El alcance moral del cuidado es la ética de la
responsabilidad, enfatiza que los valores se descubren en el cuidado y se articulan con
las respuestas humanas del ser.

Este autor caracteriza el cuidado de la siguiente manera:

• Conocer significa entender las necesidades del otro y ser capaz de cuidar
adecuadamente, saber las capacidades y fortalezas propias para responder como la
persona espera; este conocimiento puede ser explícito o implícito.

• Alternar ritmos, establecer movimientos de ida y vuelta entre los momentos del
cuidado, centrarse en los detalles a veces y en otras ocasiones en el panorama más
amplio de la persona, realizar acciones o no hacer nada y observar permanentemente
las acciones y omisiones para retroalimentarlas.

• Paciencia, permitir que el otro crezca en su propio tiempo, en su propio camino y


a su propio ritmo.

• Honestidad, significa estar abierto a uno mismo, para los demás, y verlos como
realmente son y como soy yo mismo, se tiene que ser auténtico en el cuidado.

• Confianza, significa dejar ir, permitir que el otro crezca en su propio tiempo a su
manera para ser mejor, lo que implica un riesgo y un salto a lo desconocido,
representa creer en el otro en donde ambos crecen.
45

• Humildad, en el entendido que siempre hay algo más que aprender, incluyendo el
aprendizaje de la persona y de los propios errores; la humildad también significa
superar pretenciosas actitudes.

• Esperanza, se debe basar en las posibilidades presentes y realistas, sin


confundirse con una ilusión, su falta carcome todo sentido de dignidad.

• Valor, esta fortaleza es fundamental, ya que el cuidado es un viaje a lo


desconocido en cualquier relación humana.

Al respecto, M. Foucault12, filósofo francés, historiador, psicólogo y teórico social


(1926-1984), sustenta que el cuidado de sí se inicia desde el pensamiento griego en el
decir: "cuídate a ti mismo" representa una visión ética ontológica en donde la reflexión
de la libertad implica el cuidado de sí, además de ser manifestación 10 y constitución del
ser; cuidar de sí es conocerse, formarse y superarse a sí mismo para poder asumir
ciertas reglas y principios establecidos en la moral que conducen a la verdad 12.

El cuidado de sí es ético en sí mismo e implica relaciones complejas con los otros, ya


que el ethos de la libertad conlleva una manera de relacionarse y ocuparse de los otros
pues, para cuidar bien de sí, hay que escuchar las lecciones de un maestro, consejero o
amigo que oriente y guie, sin anteponer el cuidado de los otros al cuidado de sí, ya que
éticamente es primordial y ontológicamente la primera filosofía en la relación consigo
mismo.

El hombre libre que cuida de sí mismo como es debido está en condiciones de


relacionarse adecuadamente con los otros y para con los otros, evitar el riesgo de
dominación, ya que esto significaría que no ha cuidado de sí y es esclavo de sus propios
deseos. Sostiene Foucault que:

"Si cuidáis de vosotros como es debido, si sabéis ontológicamente lo que sois, si sabéis
también de lo que sois capaces, ... si sabéis cuáles son las cosas de las que debéis
dudar y de las que no debéis hacerlo, si sabéis lo que es conveniente esperar y cuáles
son, y por el contrario, las cosas que nos ha de ser completamente diferentes, si sabéis
en fin que no debes tener miedo a la muerte, pues bien si sabéis todo esto no podéis
en este momento abusar de vuestro poder sobre los otros"12.

En síntesis, quien cuida de sí mismo, sobre lo que hace, sobre el lugar que ocupa entre
los demás hasta el punto de saber cuáles son sus deberes, llegará a tener una relación
adecuada con el grupo social al que pertenece.

Desde este punto de vista, en enfermería, el cuidado de sí es una acción sustantiva


para poder cuidar a otros como apunta Colliére, cuando señala que hay tres tipos de
cuidado: el cuidado de sí mismo, el cuidado del otro y el cuidado con otros 13, lo que
significa que, para poder cuidar a los demás, es necesario desarrollar la conciencia de
atender las necesidades propias.

La idea de cuidado se encuentra expresada en el pensamiento contemporáneo de


Emmanuel Lévinas, filósofo lituano, fenomenólogo y existencialista (1905-1996), quien
propone una filosofía de la persona por encima del ser, la supremacía de la persona es
la ética, se basa en la relación con el otro, su cercanía no es para conocerlo, porque no
46

es una relación cognoscitiva, sino una relación eminentemente ética, en el sentido de


que el Otro me conmueve y me importa.

La mejor manera de encontrar el rostro del otro es mirar su piel, pues es la más
desprotegida, más desnuda; en el rostro se reflejan una serie de emociones que a
veces se enmascaran con poses, y el rostro del otro se impone de tal manera que
prohíbe incluso llegar a dañarlo.

Por tal motivo, Lévinas propone que la filosofía primera ha de ser una ética que
encuentra su fundamento en el encuentro cara-a-cara con el otro, donde el sujeto es
responsable del otro incluso antes de ser consciente de su propia existencia. La
autonomía del yo es posterior a la configuración del otro, se da a través de los
elementos de proximidad, responsabilidad y sustitución.

Lévinas rompe con el esquema sujeto-objeto expresado por la metafísica de la filosofía


occidental y propone un nuevo esquema yo-otro, en donde hay una nueva posibilidad
de acceso a una verdadera trascendencia, que no significa el dominio del otro, sino el
respeto del otro, el punto de partida para pensar no es para sí mismo, sino para el
otro.

El concepto de alteridad de Lévinas caracteriza muy bien la relación de cuidado de la


persona, su naturaleza humana y su dignidad son aprehendidas por la enfermera y la
potencia para conducirlo hacia una verdadera autonomía, adquiere relevancia en este
momento en donde priva el egoísmo, la individualidad y la violencia sobre la
humanidad; así la enfermería deberá resignificar su naturaleza para incorporarla a su
práctica cotidiana en un proceso de cuidados basados en la acción reflexiva e
integración de los seres humanos en el mundo, en una relación de cuidado donde la
ética de enfermería se da en una relación amorosa de cuidado del otro, con el interés
genuino de comprender su naturaleza humana en un proceso de vida-muerte,
saludenfermedad y sufrimiento-trascendencia.

Leonardo Boff, filósofo, teólogo brasileño (1938 a la fecha), encuentra distintos


significados sobre el cuidado desde el estudio de los filósofos griegos, romanos,
pasando por San Agustín y culminando en Martin Heidegger, quienes ven en el cuidado
la esencia misma del ser humano en el mundo y le da significación al cuidado a partir
de estos referentes.

Boff establece cuatro grandes proposiciones que le dan sentido al cuidado y se


constituyen en referentes filosóficos para la disciplina enfermera:

• Primero: el cuidado es una actitud de relación amorosa, suave, amigable,


armoniosa y protectora de la realidad, personal, social y ambiental; es la mano abierta
que se extiende para la caricia esencial, para el apretón de manos, dedos que se
enlazan con otros dedos para formar una alianza de cooperación y unión de fuerzas. Es
lo contrario a la mano cerrada y al puño cerrado que somete y domina al otro.

• Segundo: cuidado es todo tipo de preocupación, inquietud, desasosiego, malestar


y hasta miedo por personas y realidades con las cuales se está afectivamente
involucrado, y por eso son significativas. Este tipo de cuidado acompaña en todo
47

momento y en cada etapa de la vida. Es comprometerse con las situaciones y las


personas que se quieren, estas dan cuidados y con ello se vive el cuidado esencial.

• Tercero: el cuidado es la vivencia de la relación entre la necesidad de ser cuidado,


la voluntad y la predisposición a cuidar, creando un conjunto de apoyos y protecciones
que hacen posible esta relación indisociable a nivel personal, social y con todos los
seres vivos.

El cuidado-amoroso, el cuidado-preocupación y el cuidado-protección-apoyo son


existenciales, es decir, datos objetivos de la estructura del ser en el tiempo, en el
espacio y en la historia, son previos a cualquier otro acto y subyacen a todo lo que se
emprende. Por eso pertenecen a la esencia de lo humano protecciones que hacen
posible esta relación indisociable a nivel personal, social y con todos los seres vivos.

• Cuarto: cuidado-precaución y cuidado-prevención se refieren a aquellas actitudes


y comportamientos que deben ser evitados por sus consecuencias dañinas previsibles
e imprevisibles, que son debidas a veces a la inseguridad de los datos científicos y a lo
imprevisible de los efectos perjudiciales al sistema-vida y al sistema-tierra. El
cuidadoprevención y el cuidado-precaución nacen de la misión de cuidadores de todo
ser. Se es ético y responsable de las consecuencias, es decir, se reconocen las
consecuencias benéficas o perjudiciales de los actos propios, las actitudes y
comportamientos.

A partir de estas consideraciones se puede inferir que el cuidado desde el punto de


vista filosófico es una preocupación por sí mismo de estar en el mundo, en una
reciprocidad e interés por los demás; significa compasión, aprecio, empatía,
conocimiento de sí y de otros, sentir desde adentro lo que la otra persona siente y
determinar qué requiere para crecer.

Es una actitud amorosa hacia sí mismo y hacia los demás, es involucrarse con las
situaciones de las personas que se quieren, es vivenciar, sentirse cuidado, tener la
voluntad y predisposición de cuidar en una relación de cuidado-amoroso, cuidado
preocupación, cuidado-protección y cuidado-prevención; estas reflexiones, dado que
se relacionan con la condición humana, tienen un estrecho vínculo con el pensamiento
de enfermería en relación con los cuidados, como lo demuestran las siguientes
filosofías de cuidado.

Visión filosófica del cuidado de la Enfermería

Existen estudios que expresan diversas concepciones del cuidado con la finalidad de
fundamentar el ser, el hacer y el deber ser de la enfermería que permita resignificar la
práctica, con una visión humanística. Para este estudio se destaca el pensamiento de
las siguientes teóricas, sin agotar la totalidad del conocimiento generado en la
disciplina .

Marie Françoise Colliére, enfermera, antropóloga y filósofa (1930-2005), se resistió a


definir lo que es el cuidado, consideró que una definición reviste un carácter estático,
rígido y formal que la hace dogmática rápidamente; reflexionó sobre lo que caracteriza
48

al cuidado y en lo que basa su identidad, de ahí expresó: "Cuidar es un acto de vida


cuyo objeto es, primero y por encima de todo, permitir que la vida continúe y se
desarrolle y de ese modo luchar contra la muerte: del individuo, del grupo y de la
especie"13. Ella sugiere entender la naturaleza de los cuidados de enfermería a partir
de situarlos en el contexto del proceso de vida y de muerte al que el hombre y los
grupos humanos se enfrentan todos los días en el desarrollo de su existencia.

El cuidado humano no es una simple emoción, preocupación o un deseo bondadoso,


cuidar es el ideal moral de Enfermería, cuyo fin es protección, engrandecimiento y
preservación de la dignidad humana, implica valores, deseos y compromiso de cuidar,
conocimiento y acciones de cuidado, es un acto individual que uno se da a sí mismo
cuando adquiere autonomía y de igual manera es un acto de reciprocidad que se
tiende a dar a cualquier persona que requiere de ayuda para asumir sus necesidades
vitales; implica valores, deseos y compromiso de cuidar, conocimiento y acciones de
cuidado.

Los cuidados y la forma en que se cuida ayudan a aumentar o a reducir el poder de


descubrir el mundo, de comprenderlo y centrarse en él; significa un poder liberador de
los cuidados de enfermería cuando la persona cuidada utiliza el poder que les queda
para movilizar todo aquello de lo que todavía no es capaz de hacer, incluyendo sus
deseos, devuelve o aumenta la esperanza de existir, de alcanzar la autonomía,
reconoce sus conocimientos y le permite al profesional de enfermería tener un poder
terapéutico para los demás.

Este pensamiento se centra en el cuidado ético del otro y de uno mismo; ante una
condición humana que puede ser vulnerable pero también con potencialidades de
desarrollo, la enfermera asume esta responsabilidad como un valor que implica un
conocimiento amplio, profundo y reflexivo sobre el cuidado.

Jean Watson, enfermera humanista (1961 a la fecha), consideró que, para definir mejor
las responsabilidades sociales y éticas de la enfermería y explicar las implicaciones del
cuidado humano, es necesario apoyarse en los diez factores de cuidado que construyó
y posteriormente modificó, estableciendo el modelo Caritas o modelo de cuidados, en
donde profundiza en los aspectos filosóficos, transpersonales, éticos, del arte y los
espirituales-metafísicos, los que se describen a continuación:

• Practicar la amabilidad amorosa y la ecuanimidad dentro del contexto de la


conciencia del cuidado.

• Estar auténticamente presente, permitir y mantener un sistema de creencias


profunda en apoyo al mundo subjetivo de uno mismo y de quien se debe cuidar.

• Cultivar las propias prácticas espirituales del yo transpersonal más allá del ego.

• Desarrollar y apoyar una auténtica relación de cuidado-apoyo confianza.

• Estar presente para apoyar la expresión de sentimientos positivos y negativos como


una conexión con el espíritu más profundo con uno mismo y con aquel a quien se
cuida.
49

• Uso creativo de todas las vías de conocimiento, como parte del proceso de cuidado;
participar en el arte de las prácticas de curación-cuidado.

• Crear un entorno de curación a todos los niveles: entorno físico y no físico, de energía
y conciencia, allí donde lo saludable, la belleza, la comodidad, la dignidad y la paz se
potencian.

• Ayudar con las necesidades básicas, con una conciencia de cuidado deliberado y
gestionar cuidados humanos esenciales que propicien la integración de mente-
cuerpoespíritu y salud unidad del ser en todos los aspectos del cuidado.

• Tener la disposición para atender la dimensión espiritual-misteriosa y existencial de


la propia vida-muerte; cuidar el alma de uno mismo y de quien debe recibir el cui
dado.

Con estos principios se fundamenta el cuidado como una forma de habitar en el


mundo, en un mundo al que se ha venido para desarrollar un proyecto, que permitirá
la trascendencia, un mundo con los otros a través de la relación interpersonal,
intersubjetiva, transpersonal situada en una esfera cósmica.

Su pensamiento significa una visión holística de la persona integrada con su entorno


social y cultural en un proceso de interacción recíproca, en él adquiere relevancia la
energía y la conciencia para un cuidado humano, donde la espiritualidad de uno mismo
y de la persona son fundamentales.

Madeleine Leininger, enfermera y antropóloga, propone una teoría del cuidado


transcultural, cuya característica es descubrir los factores globales que influyen en los
cuidados, tales como la visión del mundo, la estructura social, el lenguaje, los cuidados
genéricos y profesionales, la etnohistoria y el contexto ambiental; asimismo caracteriza
los cuidados universales en aquellos que se centran en las culturas y sus similitudes
independientemente de su ubicación geográfica; por lo tanto, concibe la enfermería
como una disciplina y una profesión humanística y científica de cuidados
transculturales, cuyo fin primordial es atender a los seres humanos en el mundo.

Los cuidados culturales holísticos se constituyen con los valores, creencias y modos de
vida aprendidos y transmitidos de forma objetiva que ayudan, apoyan, facilitan y
capacitan a otras personas o grupo a mantener su estado de salud y bienestar, a
mejorar su situación y estilo de vida, afrontar la enfermedad, la discapacidad o la
muerte; alude también a la variación y/o diferencia que existe en los significados,
modelos, valores, modos de vida, y símbolos relacionados con el cuidado, dentro de
una colectividad entre grupos humanos distintos.

Clasifica tres formas diferenciadas de otorgar los cuidados culturalmente coherentes y


responsables:

• Conservación o mantenimiento de los cuidados culturales: se refiere a las


acciones y decisiones profesionales de asistencia, apoyo, facilitación o capacitación
que ayudan a las personas de una cierta cultura a mantener y preservar valores de los
cuidados significativos, con el fin de alcanzar un estado de bienestar, recuperarse de
una enfermedad, afrontar discapacidades o la muerte.
50

• Adecuación o negociación de los cuidados culturales: comprende las acciones y


decisiones profesionales creativas de asistencia, apoyo, facilitación o capacitación que
ayuden a las personas de una cultura determinada a adaptarse o llegar a un acuerdo
con otras culturas para obtener resultados sanitarios beneficiosos o satisfactorio.

• Rediseño o reestructuración de los cuidados culturales: se refiere a las acciones y


decisiones profesionales, que permitan reordenar, alternar o modificar de forma
importante su modo de vida para adoptar esquemas de cuidados sanitarios nuevos,
diferentes y beneficiosos, respetando los valores culturales y las creencias,
ofreciéndoles un estilo de vida más saludable y provechoso que el anterior.

Los cuidados constituyen la esencia de la enfermería y es un elemento central


dominante, distintivo y unificador de esta disciplina, y los cuidados culturales son
imprescindibles para la recuperación de la salud, puesto que no puede haber curación
sin cuidado previo aunque puede haber cuidado sin curación.

Los conceptos, significados, expresiones, patrones, procesos y formas estructurales


tienen algo de diferente (diversidad) y algo de semejante (comunes, universales) en
todas las culturas del mundo.

En todas las culturas del mundo existen diferencias y semejanzas culturales entre el
profesional que presta la asistencia y el receptor de la misma o usuario.

Los usuarios (persona) que reciben cuidados de enfermería que no concuerdan


razonablemente con sus creencias, valores y estilos de vida mostrarán síntomas de
conflictos culturales, insatisfacción, tensión y preocupaciones éticas o morales 23.

Kari Martinsen, enfermera filósofa de la asistencia (1943 a la fecha), en su Filosofía de


la asistencia, afirma que cuidar es más que enfermería; el cuidado es fundamental para
las enfermeras y para otras tareas propias de la naturaleza del cuidar. El hecho de
cuidar implica tener en cuenta, preocuparse por un semejante no se queda en lo
superficial, está relacionado con una acción concreta, práctica libre y que es capaz de
no fijarse en el quién ni en el cuándo. El cuidar es en sí mismo un acto moral.

La transformación del individuo en persona deriva de la significación y la tradición, esta


no puede ser apartada del medio social y de la comunidad en que vive, la tradición de
un pueblo es lo que hace ser, es lo que lo distingue de los demás y así la persona se
sustenta como tal.

Para Martinsen no es que haya una definición del significado de salud, sino que ella lo
va a relacionar desde una perspectiva histórica -en su tiempo la salud fue de grandes
disputas y luchas ya que intervienen factores como la falta de atención a las personas
por parte del sistema político.

A Martinsen le interesa cuidar algunas veces, ayudar a menudo y consolar siempre, con
ello se muestra su interés por la persona en su dimensión espiritual y en la
preocupación por el otro en un proceso histórico social.

La persona siempre se encuentra en una situación particular, en un sitio y en un


espacio concreto conformado por la arquitectura, la relación con otros, el uso de
51

objetos, las palabras, el conocimiento; el saber estar en el lugar, determina el tono y da


color a la situación de dicho espacio. La persona entra en el espacio universal, el
espacio natural, pero a través de sus espacios crea un espacio cultural.

Para Martinsen es necesaria la relación, ya que a partir de ahí se manifiesta la


confianza, el lenguaje, la esperanza y la compasión.

En los conceptos filosóficos acerca del cuidado que desarrolla Martinsen, se identifica
una preocupación por la ética del cuidar, lo identifica como una manifestación de vida
y libertad en todos los seres humanos, como prerrequisito básico de vida, como
desarrollo positivo de las personas a través del bien.

La práctica moral de enfermería se manifiesta, cuando van aparejados la empatía y el


trabajo reflexivo, de modo que el cuidado pueda manifestarse en la enfermería;
asimismo la orientación del cuidado hacia la persona permite la expresión del
profesionalismo que consiste en "exigir un conocimiento profesional que proporcione
la visión de la persona que sufre y proteja su integridad.

Su pensamiento se centra en reflexiones ontológicas de la enfermería para poder


denotar la naturaleza de la misma y reflexiona acerca del cuidado ubicándolo como
una de las manifestaciones soberanas de la vida, en el que se sitúan los fenómenos que
acompañan a la creación misma; existen como expresiones culturales en todas las
sociedades; se presentan en forma de potencias, se hayan más allá del control e
influencia humana, por lo que son soberanas.

De ahí que el cuidado profesional exige vocación, "la cual es una demanda que la vida
me hace de un modo completamente humano para encontrar y ayudar a un ser
semejante", la vocación se da como una ley de vida y atañe al amor amistoso, que es
fundamentalmente humano.

Para reconocer lo humano del cuidado Martinsen define dos términos en su filosofía
ética, la enfermería es el "Ojo del corazón", en donde aparece la existencia de la
persona como un todo, ese otro invade mi propia existencia, y se ve afectada por el
sufrimiento del otro y la situación en el que ese otro se encuentra. Este concepto tiene
una relación con la alteridad que define Lévinas, en donde la persona que cuida y la
persona cuidada se reconocen en el encuentro humano comprensivo, donde se
concreta lo verdaderamente trascendente. El otro concepto es el "Ojo que registra", el
que objetiviza y da la perspectiva al observador. Tiene relación con encontrar
conexiones, sistematizar, ordenar, clasificar y colocar en un sistema. Se deduce que
una filosofía de enfermería tiene que tener una concreción en la vida profesional
donde se vincula un sistema de valores humanísticos aunado al desarrollo del
conocimiento reflexivo y constructivo para el desarrollo profesional y de investigación.

Martinsen tiene un interés tanto personal como sociopolítico en las y los enfermeros,
en los que por otros motivos se encuentran fuera de la sociedad, es decir, que no solo
piensa en sí misma, ni tampoco en sus compañeros, sino que es una persona abierta,
atenta a la escucha de los otros para poder defender y proponer.

Regina Waldow afirma que el cuidado es una forma de ser, de expresarse, de


relacionarse consigo mismo, con otro ser y con el mundo, habla del ser humano como
52

un ser de cuidado, este nace con ese potencial; por lo tanto, todas las personas son
capaces de cuidar, como una acción moral, impregnada de valores, y de sentimientos,
como cualidad existencial, ya que es parte del ser y le da la condición humana; se
produce en relación con otro ser, es ahí donde se revela una coexistencia con otros
seres, el cuidado se percibe en un contexto de variaciones, intensidades y diferencias
en las formas y expresiones de cuidado conforme al medio en que se produce 25.

El cuidado en su abordaje más amplio consiste en una forma de ser y estar con otros,
posee características existenciales y contextuales (modo de ser) y (estar con), de tal
forma que el cuidado se visualiza en dos dimensiones: fenomenológica y holística.

El sujeto no cuidado, el cuidador y el ser cuidado son considerados en una constante


relación consigo mismo, con otros y con el mundo. El cuidado humano envuelve
compromiso, protección y responsabilidad, es una forma ética de vivir en la que los
seres humanos perciben y reconocen los derechos de los demás, a través del cuidar el
ser se humaniza; el cuidar favorece el empoderamiento, el crecimiento y la realización
de nuestra humanidad.

Identifica Waldow el momento de cuidar como un movimiento hacia algo o alguien,


que es de interés y preocupación; se dirige concreta y específicamente en acciones que
impulsan a hacer algo; se trata de una acción moral que tiene como objetivo aliviar,
satisfacer, proteger, confortar y apoyar a los otros.

En ese proceso es considerada también la vulnerabilidad del ser humano como


condición cuando solicita el cuidado y la respuesta del cuidador a una necesidad
expresada e interpretada que hay que cubrir desde la visión integral del otro.

El proceso de cuidar implica la transformación de ambos: el ser cuidado y cuidador, de


ahí se deriva el crecimiento personal traduciéndolo en satisfacción, sensación del
deber cumplido, realización, mejora de la autoestima, mayor confianza, seguridad,
placer y bienestar, posibilitando el crecimiento para los actores del cuidado; la relación
con el ser cuidado se da a través de la palabra, los gestos y la mirada, estas
consideradas como manifestaciones estéticas en el acto de cuidar.

El proceso de cuidar lo define la autora como todas las actividades desarrolladas por el
cuidador para y con el ser cuidado como base en el conocimiento, la habilidad, la
intuición, el pensamiento crítico, la creatividad, acompañada de comportamientos y
actitudes de cuidado para promover, mantener y recuperar la dignidad y totalidad
humana. Esta dignidad y totalidad comprende el sentido de integridad y plenitud física,
mental, moral, emocional, social y espiritual en las fases de la vida y la muerte,
constituyéndose, en última instancia, en un proceso de transformación cuidador y ser
cuidado26.

Con referencia al momento del cuidado, el pensamiento crítico representado por la


reflexión debe ser accionado en cualquier situación; algunas de las preguntas e
hipótesis que se deben plantear son, por ejemplo, ¿cómo se caracteriza esta
situación?, ¿quién es este paciente? ¿qué debo saber acerca de su historia y de su
condición?, ¿cómo puedo ayudarlo?, ¿cómo se presenta la situación?, ¿los medios son
adecuados?, ¿tendré que modificarlos?, ¿cómo están reaccionando el paciente y su
53

familia?, ¿qué más puedo hacer para que la situación y las condiciones del paciente
sean más confortables?25

El poder dar respuesta a todas estas preguntas en el momento del cuidado, permite
que el pensamiento crítico se convierta en una habilidad que se sugiere se desarrolle
en el período de formación, pero también se puede desarrollar en cualquier momento.
El pensamiento crítico implica la capacidad de cuestionar, analizar, emitir hipótesis,
reflexionar y criticar las alternativas y facilitar la creatividad, la flexibilidad, la confianza
y la intuición.

El desarrollo del ser enfermera implica, entre otros, un proceso de autoconocimiento y


habilidades cognitivas que se expresa en la consciencia de cuidar a través del análisis,
la reflexión, la valoración, la intuición, la decisión y la sensibilidad. La persona que
cuida tiene que ganarse la confianza del paciente para que acepte y colabore en el
cuidado y ambos puedan desarrollar su crecimiento; se concluye que el cuidado es la
esencia de la disciplina de enfermería.

Waldow propone una filosofía fenomenológica holística del cuidado, reconoce la


existencia del ser cuidado y del ser cuidador desde la visión de Heidegger, le atribuye
características crítico-reflexivas al proceso con un enfoque ético-moral en el desarrollo
del ser humano a partir de la consciencia del cuidar.

Conclusiones

La reflexión filosófica acerca de la naturaleza del cuidado conduce a la determinación


de aquellos filósofos y filosofas de la enfermería que, a lo largo de la historia, han
discurrido en torno al cuidado como sustantivo en la vida del ser; es innegable que este
discurso hay que relacionarlo con las asunciones hechas por la enfermería en esta
época posmoderna, cuando se acepta que el cuidado es objeto de estudio y núcleo
epistémico de la disciplina.

La noción de cuidado ha permeado el pensamiento filosófico de todos los tiempos; así


la reflexión se centra desde la construcción de la naturaleza del ser y su relación con el
mundo, con la historia, con los demás y consigo mismo.

El cuidado implica el análisis ético ontológico de su ser y su hacer en la cultura, como


fenómeno consustancial del ser persona que en su unicidad se reconoce responsable
de su propio cuidado y por ende el cuidado de otros y con otros.

El cuidado humano conlleva características que lo identifican y diferencian de otros, es


un acto, actitud y preocupación consciente, bondadosa, amorosa, responsable,
intencionada, libre y trascendente que no significa dominación, sino respeto por el
otro; implica cuidado de la vida, para la permanencia y trascendencia del ser, valores,
deseos y compromiso, conocimiento y acciones; es el ideal moral como fin, protección
y engrandecimiento de la dignidad humana.
54

Es un acto individual y de reciprocidad; significa un poder liberador de la persona en


tanto que moviliza todo aquello que potencializa su autonomía; devuelve o aumenta la
esperanza en la existencia de su ser.

El cuidado es una relación transpersonal, interpersonal intersubjetiva y


fenomenológica situada en una esfera cósmica; en este sentido se reconoce el carácter
complejo de la relación humana entre el ser cuidado y el ser cuidador.

El cuidado humano se fundamenta en el holismo donde la espiritualidad de uno mismo


y de los demás son reconocidos en un contexto sociohistórico y cultural que le son
inherentes y le dan sentido y significado.

El cuidado ético se manifiesta como un acto de vida y libertad en todos los seres
humanos, es prerrequisito en el desarrollo positivo de las personas a través del bien, ya
que la práctica moral exige un pensamiento reflexivo de la ontología de la enfermería.

El valor del cuidado se vive cuando aumenta o devuelve la esperanza de existir y de


alcanzar la autonomía, y permite a la enfermera dimensionar ese poder terapéutico
que tiene para sí misma y para los demás.

Unidad III.
Conceptualización de enfermería. Evolución de la enfermería como ciencia. El
Cuidado como objeto de conocimiento de la Enfermería: Patrones de conocimiento;
relación disciplina-práctica.
55

Unidad IV.

Desarrollo teórico de enfermería: filosofías, teorías y modelos conceptuales. Aplicación


de las teorías y modelos de enfermería en la práctica profesional. Proceso de atención
de enfermería.

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