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Una lectura del Libro I de la Historia de Roma desde su fundación, de Tito Livio:

valoración del mito y configuración de las mujeres en la familia

LATÍN I, CÁTEDRA PÉGOLO


UBA 2020

María Magdalena Rodríguez


DNI 25.480.754
Entregado el 1º/11/20
El “Prefacio” escrito por Livio en Historia de Roma desde su fundación echa luz sobre
el momento histórico que lo impulsa a escribir. Allí, invita a sus lectores a que aborden
su libro, sobre todo, para entender “la trayectoria de las costumbres”, las que
“comenzaron a derrumbarse hasta que se llegó a estos tiempos en que no somos capaces
de soportar nuestros vicios ni su remedio” (Tito Livio, p. 4, párr. 9 y 10). El momento
presente al que se refiere es el del reinado del princeps Augustus, quien es cabeza de
una dictadura disfrazada de República, heredera de la lucha facciosa entre varias
dinastías militares,1 entre las cuales él había sido un actor principal durante el llamado
Segundo Triunvirato.
Otra de las cuestiones que el historiador nos plantea en su “Prefacio” es sobre la
no relevancia respecto de la veracidad de los hechos a tratar, sean éstos verdades o
mitos, la central es lograr hacer grande a Roma de nuevo. Así es como, antes de
adentrarnos en la Libro I de Livio, ya nos podemos adelantar en comprender que los
relatos de los que seremos observadores serán desarrollo de una ideología y una moral,
y estarán orientados a trazar algunas fronteras entre lo que debe o no ser un buen
romano. Allí se destaca la figura de Lucio Junio Bruto, “libertador del pueblo romano”,
que como veremos será quien tome las prendas (simbólicas) de Lucrecia cuando ella
deje su vida para salvaguardar el futuro de Roma. (Tito Livio, p. 260, 56.8)

De fronteras y dobles: opuestos y complementos delimitantes


Durante todo el recorrido de esta historia, seremos partícipes de la fundación de
ciudades, de donde nacen las fronteras, que van a separar a los habitantes de lo que
luego será la valerosa Roma del resto del mundo habitado. Estas fronteras, bajo el signo
de Terminus,2 serán custodiadas en la paz o en la guerra, dependiendo del hado que a su
tiempo le toque, y la posibilidad del emplazamiento de la ciudad estará marcada por una
alianza, a la que se llegará de manera pacífica o violenta, cuya prenda de victoria van a
ser las mujeres. Las fronteras marcarán lo que luego será la urbs, donde se dirimirá la
res publica, y las mujeres son custodias de otra frontera, tan importante en el juego de
los pares que anula la diferencia para la continuidad del statu quo: la domus.
Así también, siguiendo en esta línea, Eneas funda una ciudad gracias a que se
une a otra familia por el matrimonio con Lavinia. Dicha unión, ante la inminencia de la

1
En Joshel, p. 3. Datos en la bibliografía.
2
Pierre Grimal dice que este dios cuida “las fronteras de la ciudad, límites de los campos, y todo lo que
debe quedar en su lugar para que sea salvaguardado el orden de las cosas”. Ob. cit. en la bibliografía, p.
90.
guerra contra Etruria y los rútulos, dará como resultado el nacimiento de un solo pueblo:
el pueblo latino. Sabemos –ríos de tinta han corrido– que la leyenda troyana se une con
la romana, y de allí el nacimiento de los mellizos alimentados por la loba, uno de los
cuales será el fundador de la “nueva y pujante ciudad de Roma”.3 No hay que olvidar
que la madre de los niños, Rea Silvia, es una vestal tomada por la fuerza, quien luego de
la violación pare a los gemelos, por lo que es encadenada y encarcelada, y sus hijos
arrojados a la corriente del río. Todo esto ocurría, cuenta la tradición, durante el siglo
VII a.C., aunque según datos arqueológicos el lugar estaba habitado desde el año 1000
a.C.4 Las motivaciones para ese hiato de tres siglos en el modo en que los romanos
contaron la historia, y por lo tanto, se proyectaron a sí mismos, no están resueltas en la
historiografía. Pero sí podemos realizar una lectura donde sea posible ubicar una de las
fronteras más relevantes en el aspecto ideológico de la fundación relatada por Livio:
Remo cruza el surco que su hermano había trazado para fundar la ciudad, y Rómulo,
interpretándolo como una burla, le da muerte. No debemos pasar por alto que el acto
que anula a Remo es necesario para delimitar la idea de una sociedad dividida en
estamentos y gobernada por los viri, coronados de virtus. Con la dupla de los gemelos
no se puede establecer una jerarquía que permita gobernar desde los principios del
Estado. Y la culminación del acto fratricida que propiciará la conformación del Estado
se dará a través del conocido rapto de las sabinas, ya que, sin mujeres, esta nueva patria
no tenía ningún futuro, condenada a desaparecer pasada una sola generación.
Para la fundación de las instituciones también se presentan pares, opuestos o
complementarios, que serán exemplum moral de la nueva patria.5 Así, tenemos a
Hércules y Caco, ambos ladrones de bueyes, pero uno es un dios, y el otro un simple
pastor que osa saltar la jerarquía, igualarse a una divinidad. Tito nos lo presenta como
“altanero de su fuerza” (Tito Livio, p. 176, 4.5), ¿y quién más fuerte y determinado que
Hércules, el de los doce trabajos encargados por el rey de Micenas?6 Podemos,
asimismo, mencionar la dupla de Tarquinios, uno de ellos un déspota apodado “El
Soberbio”, quien será el último de los reyes de Roma. Éste era hijo de Tarquinio Prisco,
rey extranjero, otro salteador de fronteras que, no obstante, engrandeció el Estado con
3
Los datos indican que esto está lejos de ser cierto, ya que en principio se trataba de aldeas dispersas, y
en cuanto a la relevancia de Alba Longa y Lavinia, su importancia histórica radica en el hecho de haber
sido centros religiosos. En Álvaro Sacerdote, p. 15, datos en la bibliografía.
4
Álvaro Sacerdote, ob. cit. p. 16.
5
Las instituciones referidas al paterfamilias y a la materfamilias no son correspondientes, son
asimétricas, tanto es así que las mujeres tenían un estatuto similar al de un niño pequeño, y en el período
arcaico todavía no se habían admitido los matrimonios sine manu.
6
Juan Humbert, Mitología griega y romana, p. 120. Datos en la bibliografía.
varias obras y con el agrandamiento del Senado (Tito Livio, p. 227, 35.6). Por el
contrario, su descendiente, subrayando la imagen invertida, merma el número de
senadores, “para que este estamento quedase desacreditado por su misma escasez
numérica” (Tito Livio, p. 248, 49.6), además de denigrar los principios romanos al
recurrir a ardides para ganar la guerra que él mismo les declaró a los gabios. Él también
otorga, en plena autarquía, la mano de su hija para establecer alianzas estratégicas con
los latinos. Por otra parte, su hijo Sexto, quien se presta a ser actor principal en el
conflicto antes mencionado, será también protagonista y causa de uno de los episodios
más relevantes de la leyenda romana: la violación de Lucrecia, que dará lugar, según
algunas interpretaciones del mito, a una revuelta popular y a la derrota del sistema
monárquico.
Parafraseando a un querido docente de esta facultad, podríamos decir que la
historia de la fundación de Roma y el período monárquico se inicia y culmina con una
violación.

Fronteras adentro: la domus


La construcción de los géneros sobre la base de la diferencia sexual en los
orígenes de Roma descansa en principios políticos que se sirven de cualidades morales
y religiosas. No se trata de un “presupuesto natural” sino más bien de una norma
obligatoria dependiente del estatus.7 Y, por supuesto, tales principios demandan una
conducta, un modo de hacer y de establecer las relaciones sociales que dan lugar a
determinadas configuraciones económicas, sociales, de género. De la historia escrita por
Livio surgen antagonismos establecidos como dicotomías: república/monarquía;
guerra/paz; grandeza de Roma/decadencia de Roma, etcétera.
Se trata de un entramado normativo que establece, en la construcción del par
masculino/femenino, un espacio asignado para las mujeres, que lleva siempre el signo
de la pasividad, la quietud de la matriz, el silencio. La domus, el sitio de la domina, es el
lugar de la reproducción de la descendencia, que deberá ser, para la continuidad del
Estado, masculina (incluso, en la Roma arcaica los patres podían decidir sobre la vida
de los recién nacidos, y solían “conservar” sólo a la primera de las hijas). Un lugar
destacado que podría tener una mujer en este marco de relaciones sociales es el que le
cupo a la madrastra de Ascanio, Lavinia, tutora del futuro rey. Se trata, pues, de una

7
Para un mayor desarrollo de este concepto, ver en Jimena Palacios, ob. cit. en la bibliografía.
madre que no ejerce una sexualidad activa, es decir que observa, como deben hacerlo
las mujeres de los estamentos superiores, el principio de la pudicitia.
Los ciudadanos, por su parte, debían sostener una conducta acorde con sus
deberes estatales, eran hombres públicos entrenados para la guerra y la asamblea, su
signo de autoridad estaba dado por la severidad (gravitas) y por el ejercicio del
imperium. Estos principios inconmovibles en la cosmovisión romana fuerzan
interpretaciones filosóficas que no pretenden más que enmascarar, para el sostenimiento
de un estado de cosas dado, lo que la historia no deja de denunciar: la violencia ejercida
que aparece como necesaria para la continuidad de un régimen desigual. No es de
extrañarnos, sabemos desde hace mucho que las ideas de la clase dominante son, ni más
ni menos, las ideas dominantes de cada época.

Lucrecia y Tulia: un solo modelo de romanidad


En este juego de espejos invertidos que nos permite esbozar algo de la
construcción cultural romana, hemos tomado a dos personajes femeninos opuestos,
destacados hacia el final del período monárquico.
Tulia, quien instó a que se cometieran varios asesinatos por una ambición
desenfrenada, por fuera de las normas de sostenimiento de la ley y del Estado, no por la
patria sino contra la patria, es una mujer locuaz. Repasa la historia de los antepasados,
presa del furor, en largos parlamentos, aunque, claro está, en la intimidad de unos
encuentros secretos con Lucio Tarquinio. Inmediatamente después de su aparición,
Tulia es situada en espacios por fuera de la domus que debía estar atendiendo. Es más,
las visitas de su segundo marido al Senado, que posibilitan el desenlace posterior, son
instigadas “por el furor desatado de su mujer”. (Tito Livio, p. 245, 47.7). Los
parlamentos, que Tito presenta como lenguaraces, en realidad son verdaderos análisis
políticos de la situación estratégica de Lucio Tarquinio. Por su intermedio, sin embargo,
leemos cómo él es despojado de todos los ideales que un cabeza de familia, y más aún
un rey, debe ejercitar: disciplina, respeto y fidelidad. Lo que Tulia ha subvertido es ni
más ni menos que la pietas, es decir la política oficial de la religión del Estado, el
principio según el cual los asuntos del ciudadano con los dioses deben estar en su lugar,
una suerte de justicia inmaterial, ante cuya ausencia es necesario “lavar la mancha” que
hubiese podido quedar de su inobservancia.
Lucrecia, en cambio, representará la guarda de estos valores, lo que veremos, en
primer lugar, ante la pintura de una escena ideal: la domina abstinente en un doble
sentido (de la sexualidad y del vino, que ella no bebe, a diferencia de las otras mujeres
visitadas luego de la “apuesta”), hilando junto a las sirvientas hasta altas horas de la
noche. Cuando el hijo (o hijastro) de Tulia, Sexto Tarquinio, cometa el crimen, Lucrecia
encarnará un sacrificio que la convierte en heroína, situación que, no obstante, mueve
un poco la balanza (desbalanceada) de los géneros. Esto es así toda vez que la
impotentia sui atribuida a las mujeres, es decir su incapacidad de dominar su naturaleza,
es superada por una actitud severa, y es ella misma quien ejerce contra sí la violencia
que supone el caos emergente. Podríamos asimilar su suicidio con un sacrificio
conocido como devotio, o el sacrificio de Curcio, en el cual la víctima se ofrece a sí
misma a los dioses infernales para aplacar su ira.8

Algunas conclusiones
Desde el punto de vista histórico, no podemos dar fe de un episodio como el del
rapto de las sabinas, porque además aparecen varios anacronismos en el encuentro con
este pueblo, ni, mucho menos, podemos atribuir el advenimiento de la República a la
violación de Lucrecia. No obstante, el mito es provechoso para la necesidad de
reestablecer unos principios morales que habían sido socavados en la época augusta,
cuando Tito Livio escribía esta historia.
Las fronteras, para Roma, eran multidimensionales en el sentido de que no sólo
ejercían un resguardo territorial, sino también religioso, moral, político, de género, y,
sobre todo, estamental. Dos de las más importantes de tales fronteras fueron las de los
límites que separaban sus dominios y aquellas que delineaban el espacio cerrado de la
domus. Ambas pertenecían a la potestad masculina, lo cual no implica que las mujeres
no jugaran un rol importantísimo en esta red de familias, sino todo lo contrario. Lo
mismo vale para el sincretismo religioso y cultural respecto de pueblos “extranjeros”.
La teoría de género resulta productiva para el análisis de las literaturas antiguas,
ya que permite leer un entramado de relaciones que no siempre aparece a primera vista,
y donde es posible entrever corrimientos que cuestionan, en los intersticios, el
binarismo. Desde allí, además, podemos pensar y evaluar nuestra propia realidad, ya
que, como dicen algunas paredes: “Estamos heches de historia(s)”.

8
En Pierre Grimal, ob. cit. en la bibliografía.
BIBLIOGRAFÍA

GRIMAL, PIERRE. 1965. La civilización romana, Barcelona, Ed. Juventud.

HUMBERT, JUAN. 1928. Mitología griega y romana, Barcelona, Ed. Gustavo Gili.

JOSHEL, S. R. 1992. “El cuerpo femenino y el cuerpo político: la Lucrecia y la


Virginia de Tito Livio.” Traducción de Patricio Couceiro para la cátedra Pégolo
de Lengua y Cultura Latina, UBA.

PALACIOS, JIMENA. 2017. “Las relaciones de género en Roma. Formulaciones


sociales y culturales de la diferencia.” Cátedra Pégolo de Lengua y Cultura
Latina I, UBA.

SACERDOTE, ÁLVARO. 2020. “Ficha sobre los albores de Roma. Arqueología,


historia y narración.” Cátedra Pégolo de Lengua y Cultura Latina I, UBA.

TITO LIVIO. 2000. Libro I de Historia de Roma desde su fundación. Madrid,


Gredos.

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