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EL ARTE DE EGIPTO

El arte egipcio surge luego del paso de la prehistoria a la historia donde aparece un
excedente de riqueza generado por la agricultura y lleva al comercio y la
administración. Empiezan a disputarse las tierras disponibles. Nacen ciudades y estados,
la sociedad se estratifica y organiza y dan lugar a la escritura y a la moneda. Toda la
cultura del antiguo Egipto se destaca por su Conservadurismo. El arte egipcio se
condiciona por sus paisajes, el río Nilo y el Sol. En un país rodeado de desiertos, el río
garantiza la continuidad de la vida ya que permite la alternancia periódica de épocas de
sequía e inundaciones. Cada año, aproximadamente desde agosto hasta noviembre, su
corriente principal se alimenta con lluvias torrenciales que fertilizan toda la zona y
atraen a la población a toda una franja verde que permite la cosecha. El Sol, identificado
con el dios Ra, marca en su carrera de este a oeste una directriz horizontal con respecto
a la perpendicular del río. En sus etapas, la función del arte egipcio es demostrar que la
vida sigue después de la muerte. El arte forma parte del sistema general que constituye
la existencia y debe reflejar un ritmo constante y eterno que se manifiesta dentro de un
orden estático y ortogonal. Los egipcios conocieron a fondo todas las técnicas y
lograron obras maestras en cada género: de la arquitectura a la escultura, de allí a la
pintura, de allí a la cerámica y de allí a la orfebrería. Las obras de arte están
estrechamente ligadas a la vida de la sociedad Y representación artística por el
pensamiento de la muerte y de la eternidad que les da una fuerza excepcional y un
carácter casi mágico. Cada fisonomía está tornada en su aspecto más personal y
momentáneo; pero al mismo tiempo bloqueada y fijada para siempre. El arte egipcio
tenía este carácter de realidad instantánea y de fantasía fuera de tiempo. En el neolítico
medio, en las tumbas, los cadáveres eran envueltos en estrechos cueros, rodeados de
ofrendas votivas y dones. Crearon y usaron tablillas para cosméticos en las que molían
los cosméticos para los ojos.
Tumbas y Templos:
Sus principales tipologías son las tumbas y los templos. El enterramiento más antiguo y
sencillo es la mastaba, que consiste en una estructura baja de ladrillo, a modo de banco,
con forma de tronco de pirámide rectangular, con techo plano y muros en talud.
Estructura hecha de bloque de adobe o piedra. En su interior se disponen una capilla
para ofrendas y un pozo que, cegado por el sepelio, conduce a cámaras subterráneas,
donde se pintan o esculpen imágenes de los difuntos. Junto con las pirámides, las
mastabas eran maravilla de perfección durante 7000 años. Luego surge la pirámide
escalonada con sillares de piedra bien cortados, ausencia de fachadas, corredor estrecho
en el interior que lleva a la cámara subterránea del muerto, que se tapa tras el entierro, y
muchas puertas falsas para los mortales, pero visibles para el espíritu, que es capaz de
atravesarlas. A la vez, nace el arquitecto egipcio asumiendo el rango de sacerdote por su
importante responsabilidad de posibilitar la vida en el más allá. La pirámide escalonada
da lugar a la clásica que responde a una forma geométrica y simple, con su base
poligonal y sus cuatro caras laterales trianguladas elevadas hasta coincidir con un
vértice axial. Posee dos funciones: una práctica; sirve como tumba del faraón, y
simbólica; se refiere al Sol (Ra)
Escultura, Pintura y Relieve:
La escultura egipcia
Fueron diversos los materiales empleados para el desarrollo de la escultura egipcia, tales
como el bronce, el marfil, la madera, y la piedra principalmente. Gracias a ello es que se
ha podido conservar en el tiempo muchos de sus ejemplares. Su grandiosidad está en la
destreza generada por los artistas para el nivel tan alto de perfeccionamiento en sus
detalles compositivos, a pesar de la dureza de estos materiales. Algunas de las
principales representaciones realizadas fueron de faraones y dioses. A pesar de ello, al
desarrollarse la llamada Cuarta Dinastía el desarrollo artístico se transformó, mostrando
aires más elegantes, siendo la representación de muchos personajes con mucha más
majestuosidad. La figura pintada o esculpida se identifica con la misma persona y es en
ella donde el espíritu humano se aloja para siempre. Para poder desempeñar su cometido
funerario, las imágenes egipcias se atienden a un sistema de normas que respeta la
tradición y rechaza cualquier novedad. Se trata de un canon de proporciones, que
consiste en establecer unas medidas de longitud basadas en la observación del cuerpo
humano, teniendo en cuenta que en la realidad la relación entre las partes es
prácticamente constante, aunque en esas proporciones no se distinguían hombres y
mujeres claramente. Pintores y escultores siguen un método de trabajo con dos pasos:
primero, dibujan una cuadrícula en la pared, roca u hoja de papiro, de modo que el lado
de cada uno de sus cuadros es de igual tamaño que el pie de la figura; segundo, esta se
encaja en la retícula considerando el número fijo de unidades que componen cada parte.
El arte funerario egipcio
Una de las características fundamentales del Antiguo Egipto y que, se reflejaría
claramente en el arte, es el culto a la muerte. Además de las representaciones de dioses,
esta cultura también se veneraba la vida después de la muerte, especialmente del faraón.
Precisamente por ello el desarrollo de pirámides cuya finalidad era que sirviera de
cámara como albergue del cuerpo del rey en conjunto a su ajuar.
La falta de profundidad y perspectiva
Especialmente la representación de la pintura egipcia muestra esta falta de profundidad,
en la que es la horizontalidad lo recurrente en las figuras, animales o plantas
representadas. La manera en la que se componen las figuras funciona a partir de la línea
horizontal representada en un suelo plano.

La jerarquía de tamaños en las representaciones pictóricas


Era muy importante la representación de las figuras de manera jerárquica. Mientras
mayor fuera el poder de quien fuera representado, más grande sería la figura. Esto
ocurría especialmente en la pintura; especialmente cuando se trataba de una
composición donde existían diversas figuras.
El color y su simbolismo en sus pinturas
El color para los egipcios era de gran importancia, aunque por razones un tanto lógicas
la gama de tonalidades era reducida a negro, blanco, amarillo, rojo, verde y azul. Sin
dejar de considerar que la gama de tonalidades era extraída de la naturaleza.
No eran mezclados los colores, sino que se contrastaban separándose por líneas negras
considerablemente gruesas. Como para ellos el simbolismo era fundamental, el color era
uno de ellos. Por un lado, el rojo simbolizaba el Alto Egipto, mientras que el blanco
representaba al Bajo Egipto.
Asimismo, funcionaba para diferenciar los sexos al hacer uso del color sobre la piel,
especialmente si se trataba de la nobleza. Para la mujer se empleaba un tono
blanquecido, mientras que para los hombres se le agregaba un tono cobrizo

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