Está en la página 1de 1

1

Estaba muy nerviosa. Era mi primer día con TODO el equipo. Solo conocía a Aleena, la jefa
del grupo, y a Miles, su “asistente”, y ni siquiera los había visto en carne y hueso, ya que no
pudieron ir, por lo que fue solo una llamada.

Eran las nueve de la noche y estaba algo perdida, pero después de un rato, encontré el
establecimiento. Parecía una fábrica.
Al llegar escuché muchas risas. Las seguí y me llevaron a una sala. No era muy grande y se
veía antigua. Tenía una ventana doble y las cortinas tenían un motivo floreado. Había un
sillón grande como para tres o cuatro personas y tres para solo uno.
En el sillón grande había una chica con el pelo café muy oscuro, casi negro. Sus ojos
verdes me llamaron mucho la atención. Estaba acostada, con sus pies sobre el
apoyabrazos y con su cabeza apoyada sobre el regazo de un chico, quien tenía el pelo
naranjo despeinado y ojos café oscuro. Tenía unos anteojos negros gigantes que se le
caían todo el tiempo. En uno de los sillones pequeños había una chica de unos veintidós
años. Tenía el pelo negro azabache y ojos del mismo color de su pelo. Jamás había visto
unos ojos tan oscuros como esos. En los otros dos sillones había sentados unos chicos
idénticos, como gotas de agua. Eran rubios de ojos azules y corpulentos, por lo que podía
ver.
La chica de pelo negro se paró, caminó despacio hacia mí y me miró de arriba abajo, como
si me estuviera examinando.
- Kara, ¿verdad? -. Yo asentí. - Yo soy Aleena – dijo mientras me tendía la mano.
Los demás se fueron presentando, y así me enteré de que la chica de ojos verdes se
llamaba Diana y que el chico, que al parecer era su novio, se llamaba Vince y los que
parecían gemelos eran Etan y Miles. Diana se sentó para dejarme espacio y me senté.
- Entonces Kara, no sé si te habían informado, pero estamos esperando a otro chico para
empezar la reunión, así que cuéntanos algo sobre ti, queremos conocerte – Diana habló
casi inhumanamente rápido, y me costó un poco entenderla, pero de todas formas pude
seguirle el hilo.
- Pues...Bueno... - No sabía que decir, pensé en empezar por lo más básico. - Tengo 18
años, casi 19. Vivo en Londres des... - Fui interrumpida por una puerta abriéndose
fuertemente. Llegó un chico de pelo café y ojos color miel. Parecía agitado, como si hubiera
estado corriendo.
- Veo que ya están todos. Había una patrulla y tuve que despistarlos, pero ya podemos
empezar -. Cerró la puerta y se tiró al lado mío como si fuera su casa, y en eso casi me
aplasta. Suerte que me moví.
- Tu debes ser Zack, ¿no es así? -preguntó Aleena
- Exactement mademoiselle -respondió, a la vez que le guiñaba un ojo. Okey, este tipo
enserio me molestaba.
- Bueno, entonces empecemos.

También podría gustarte