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H e c h i c e r í Raíz de t o d a r e b e li o n

Cuando uno trata la raíz del árbol, está tratando el fruto. ¿Cuál es la raíz? La rebelión. Siempre. Es

la raíz de todos los problemas humanos, y liega muy profundo.

Por medio del profeta Samuel, Dios dio instrucciones al rey Saúl para que atacara y destruyera por

completo a los amalecitas por oponerse a los hijos de Israel cuando llegaron a la Tierra Prometida

varias generaciones atrás (ver 1 Samuel 2. No sólo los hombres debían ser destruidos, sino todas

las mujeres, los niños, los bebés y el ganado: ¡todo! El rey Saúl, siguiendo instrucciones de Dios,

venció a los amalecitas, pero no siguió todas las directivas del Señor hasta sus últimas con -

secuencias. Destruyó a todas las personas y los animales, pero se reservó lo mejor del ganado para

sus hombres y para sí.

También preservó la vida al rey Agag. Cuando Samuel confrontó a Saúl por no obedecer

completamente los mandatos de Dios, le reprendió diciendo: "Porque como pecado de andino es

necesario que participe de una reunión espiritista para estar involucrado en la hechicería.

Notemos dos cosas: la rebelión es comparada a la adivinación; y la obstinación es comparada a la

idolatría. Esa es la forma en que Dios considera ambas cosas. Rebelión es adivinación, es

hechicería. Hay un espíritu detrás de la rebelión, y no es el Espíritu Santo. La rebelión dice: "No lo

haré. No deseo hacerlo".


La obstinación es idolatría

La rebelión es llamada idolatría. ¿Cómo puede ser idólatra una persona obcecada? Lo es porque

hace de sus opiniones un ídolo. Sus opiniones son dioses para ella. En la iglesia exponemos

nuestras doctrinas favoritas e interpretaciones favoritas de vagas doctrinas, y nos volvemos

obstinados y nos negamos a apartarnos de ellas. La obstinación dice: "Yo quiero hacerlo a mi

manera". Dios llama a esto idolatría. Es lo mismo que inclinarnos para adorar un ídolo; en

realidad, es lo que estamos haciendo. "Y lo triste es que quizás esa doctrina favorita que estamos

adorando ni siquiera es verdadera! Esto es muy peligroso. Ese tipo de idolatría se produce en los

bancos de nuestras propias iglesias todos los días

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