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Y allí en el curso es donde 

tomé nota de un par de cosas.

1. He compartido esa semana con un grupo de jabatos que han demostrado su
compromiso no yéndose del curso, pese a las ganas que casi todos han tenido alguna
vez. Normal: el nivel de exigencia es muy muy alto.

Les comentaba que puedes ser un corredor aficionado o puedes querer ser atleta
olímpico e incluso ir a por la medalla. Pero aunque vayas a por la medalla, es muy
posible que no la consigas, y eso después de dejarte el alma en ello.

Para poder optar a esa medalla (y los top speakers son algo similar en nivel de
preparación) hay que tener claro que tiene sentido para ti, que vas a competir
contigo mismo (no con otros) y que hay que trabajar mucho no, lo siguiente.

Y aún así, nadie te garantiza el resultado.

Al menos he tenido el privilegio de ver a un grupo de personas echando mucha carne


en el asador estos días (el programa está diseñado para que eso suceda) y ahora
espero que su trabajo siga (aunque seguimos teniendo 3 meses más juntos aunque
sea virtual).

Pero no les puedo garantizar el resultado. Porque para que el resultado llegue, hay
que hacer lo que hay que hacer. O sea, lo que casi nadie está dispuesto a
realizar: pagar el precio.

Se nos infla la boca en momentos álgidos diciendo que vamos a conseguir esto, o
aquello, y que mi nivel de compromiso es de un 200%.... ¡Pero si con el 100% iríamos
de sobra, y además, nunca va a ocurrir….! Tenemos una boca como un buzón, sobre
todo por la falta de realismo.

¿Qué es la falta de realismo? Que de boquilla voy a por todas, y luego no quiero


pagar el precio de la continuidad. Y ya está.

Nos contamos una serie de milongas para lanzarnos, y luego otra serie de milongas
para abandonar…

Creo que es mucho más práctico ser realista al principio ( o sea, obtener info real
de la realidad, de cómo estoy en verdad y no la que me apetece escuchar) porque
entonces, con datos veraces, puedo tomar decisiones funcionales y prácticas, y
empezar en serio a trabajar en pos de lo que quiero, sin engañarme ni engañar a otros
aun sin pretenderlo, con bases mucho más sólidas y muchísima menos frustración.

Así que la próxima vez que te veas en un momento de esos de ebullición, que sepas
que se pasa, para así ser ecuánime contigo y saber con qué recursos y fuerzas
cuentas realmente.

El resto: autoengaño uno detrás de otro. Así nos va….

Y desear lo mejor a nuestros nuevos tops, porque han hecho lo que había que hacer,
no lo que solamente apetecía, y por lo tanto tienen muchos mimbres. Ahora a
conservarlos y potenciarlos con el trabajo día tras día TODOS LOS DÍAS.
2. Me he re-convencido que lo que marca la absoluta diferencia comunicando es
el “desde donde” comunicas. La energía desde la que emites. Porque la gente no
quiere tus conocimientos, tus formas y tu metodología. Quiere tu energía.

Y aquí juega un papel crucial ese ser “genuino” que solo parte de ser integro (la
pirámide cúantica del ser integral,  aunando nuestras dos partes: La onda (conciencia
y consciencia ) y la partícula (identidad y realidad).

Porque sin integridad, tu desde dónde es un fake (ya que emites desde otra cosa
que no eres tú).

Así que hay trabajo que hacer. Me encanta poder seguir conmigo currando cada día
que pasa y acompañando a otros que sienten que esto les resuena verdad dentro.

Te mando un gran abrazo y ¡Buen Camino!

Josepe

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