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Delgado Dalma

Experiencia turística

Cuando iba llegando a Villa la Angostura recuerdo ver los pinos, los caminos sinuosos, ver
el lago, recuerdo escuchar el viento, el olor a la humedad por la nieve. Al bajar del auto
quería sentir la nieve, así que la agarre y pude sentir como se me helaban las manos y
como se desarmaba la nieve si la apretaba. Cuando fui al centro, entramos a una
chocolatería, donde los bombones estaban muy ricos.

En el momento que llegue a Villa la Angostura sentía emoción, felicidad, ansiedad y


curiosidad por conocer más el lugar. Después de haber pasado un día, empecé a sentir
relajación, ya que encuentro muy tranquilizante oír el viento, escuchar correr el agua del
río y el canto de las aves. Eran un ambiente muy agradable. Las personas eran muy
agradables, muy atentas, lo cual aprecie mucho.

En unos de los días que me quede, fui a pasear en un barco por el lago y sentía todo muy
quieto, pero el barco iba en movimiento, también al ir en barco vi una forma en el agua
que desde lejos se parece al famoso Nahuelito, que es un mito, pero de cerca es un islote.

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