Está en la página 1de 24

LAS MUJERES MAYORES

PACTO INTERGENERACIONAL DE MUJERES POR


LA IGUALDAD REAL

Autoras: Pilar Alonso


Matilde Fernández
Lázaro González
Dolores Guerra
Consuelo Vega

Septiembre 2022
“LAS MUJERES MAYORES. PACTO
INTERGENERACIONAL DE MUJERES
POR LA IGUALDAD REAL”.

Autoras: Pilar Alonso, Matilde Fernández, Lázaro González,


Dolores Guerra, Consuelo Vega

Edición: Asociación Contra la Soledad No Deseada


Septiembre 2022

1
SUMARIO

-POR ELLAS, CON CARIÑO Y RESPETO…………………………………………………03


-ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS: ESTADÍSTICOS, SOCIALES Y LEGALES,
CON REFLEXIONES FEMINISTAS…………………………………………………………04
-DATOS POBLACIONALES A TENER EN CUENTA PARA HACER FUTURAS
Y ADECUADAS POLÍTICAS…………………………………………………………………..12
-LAS PRIORIDADES POLÍTICAS CARA A LA IGUALDAD DE LAS MUJERES
MAYORES………………………………………………………………………………………… 14
I. PENSIONES.
II. SALUD.
III. VIVIENDA.
IV. EDUCACIÓN Y CULTURA PARA TODAS LAS EDADES, ASÍ COMO
OTROS PROGRAMAS DE CALIDAD DE VIDA
-NUESTRAS PROPUESTAS PARA SEGUIR CONSTRUYENDO UN PAÍS CON
IGUALDAD Y PARA RECUPERAR TIEMPOS PERDIDOS………………………….21
-BIBLIOGRAFÍA, TEXTOS A CONSULTAR, SI SE DESEA PROFUNDIZAR EN
ESTOS TEMAS…………………………………………………………………………………….23

2
El progreso de las naciones se mide por el progreso de sus
mujeres”. (John Stuart Mill).

POR ELLAS, CON CARIÑO Y RESPETO.

Cuando empezamos a escribir “este papel” pensamos especialmente en las mujeres


mayores de ochenta años, las personas mayores que son, hoy día, las de una generación
por encima, más o menos, de su tiempo de jubilación. Pronto veremos como la edad de
jubilación se desplaza, voluntariamente, hacia los setenta años y seguirá pasando una
década, como mínimo, para que las personas se sientan mayores y tengan que mirar
hacia la sociedad solicitando apoyos de uno u otro tipo. Además, según pasan los años,
las condiciones de las mujeres que entran en la jubilación y llegan a los 80 años, son
mejores. Escribimos hoy para las mujeres que nacieron entre los años 20 y los 40 del
siglo pasado. Es el momento para devolverles parte de la riqueza y bienestar que
disfrutamos. Las siguientes generaciones tendrán, probablemente, otras necesidades.
En España, pensar en las mujeres mayores de 80 años es pensar en mujeres sin
libertades la mayor parte de sus vidas; que tuvieron grandes dificultades para realizar
un trabajo remunerado y así vivieron con menos recursos; que según pasan los años,
se van sintiendo solas, con menos familia o sin ella, con menos amistades o sin ellas;
con menos salud por “los achaques” del paso de los años; con menos rentas y con
menos socialización y contactos comunitarios por la falta de políticas de cuidados y
proximidad. En parte, podemos resolver estas realidades con políticas preventivas y
cuidadoras y en eso estamos.
Además, necesitamos, por memoria histórica democrática, empoderarlas y darles la
oportunidad de sentirse respetadas, reconocidas, admiradas y queridas. Han de saber
que sus vidas, sus duras y difíciles vidas, en una democracia madura, se protegen y se
les devuelve parte de lo que han dado que fue mucho.
Estamos pues pensando no en los 5,1 millones de mujeres mayores de 65 años, que
también. Pensamos especialmente en las que tienen más de 75 años. Son 2,7 millones
de mujeres ya con más de 75 años. No olvidemos que la esperanza de vida de las
mujeres españolas es la más alta de la Unión Europea, es de 86,2 años, mientras que
la de los hombres españoles es de 80,87 años.
Nuestro país y el bienestar que hemos podido conseguir se ha construido en gran parte
con su esfuerzo silencioso y su gran generosidad.
Va por ellas.

3
ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS: ESTADÍSTICOS, SOCIALES Y
LEGALES, CON REFLEXIONES FEMINISTAS.

Las tres primeras décadas del siglo XX


A principios del siglo XX, las obreras-trabajadoras eran ya 1/3 de la población activa en
los países industrializados. En España, con datos de 1930, la realidad era que:
1) las mujeres empezaban a trabajar entre los 12 y los 14 años y el % mayor de
trabajadoras estaba entre 15 y 30 años. Solteras eran un 65,5%, viudas eran un 14,5% y
casadas un 19%.
2) ellas trabajaban en un 57,8% en la agricultura-campo y en un 19% en el trabajo
doméstico en las ciudades. Un 12,4% lo hacía en fábricas, del textil, alimentación y
tabaco mayoritariamente. El 42% trabajaban en Cataluña. Por supuesto había mujeres
trabajando, en porcentajes menos significativos, en sectores como: Comercio,
Enfermería y Auxiliares Sanitarios, Teléfonos y Telégrafos…
3) se llegó a 1,1 millón de mujeres trabajando en 1930, el 12,6% del total de los
asalariados. Su presencia laboral se concentraba en un número reducido de provincias.
4) el salario de una obrera calificada era de entre 3,3 y 4,3 pesetas al día, mientras que
los hombres en ese mismo trabajo calificado cobraban entre 7,4 y 9,2 pesetas al día. En
el caso de aprendices, las aprendizas cobraban entre 1,6 y 2 pesetas al día y los
aprendices entre 2,5 y 3,1 pesetas al día. La brecha salarial viene de lejos.
Hay un trabajo de la historiadora Rosa Capel en un libro editado por la Fundación
Francisco Largo Caballero y titulado “Cien años trabajando por la Igualdad” y que
dirigió la citada historiadora, donde se entra en muchos más y muy interesantes datos
estadísticos de aquella época.
Sintetizando lo que era la realidad de las mujeres en los primeros 30 años del siglo XX,
habría que decir que teníamos una realidad socioeconómica con:

• Pocas mujeres trabajando, poca población activa y ocupada.


• Las que trabajaban lo hacían en sectores atomizados y con poco valor
económico.
• Muchos de los sectores en que estaban empleadas lo eran sin marco laboral.
• Con salarios más bajos que los hombres aun haciendo la misma tarea.
• Poco sindicalizadas, poco afiliadas, y algo solas en aquellos sindicatos de oficios.
• Con una legislación proteccionista negativa, porque lo que deseaban esas
normas era devolver a la casa a las mujeres. Recuerden la Ley Dato, la del trabajo
femenino e infantil.

4
• Sus reivindicaciones y sus luchas eran, más veces, las de los derechos de sus
hombres y, como mucho, la mayoría eran reivindicaciones familiares. Vivian en
una sociedad patriarcal con roles conservadores y muy definidos y
condicionantes: las mujeres debían pasar de las manos de los padres a la de los
maridos porque su fin debía ser el de casarse, cuidar de la prole, del marido y de
la casa.

La Constitución de la II República
Si vamos al corto periodo vivido por estas mujeres con la II República, vemos con ilusión,
en su Constitución, la búsqueda de una sociedad igualitaria. En su artículo 2º se dejaba
claro que todos éramos iguales ante la Ley; su artículo 25º era muy similar al artículo
14º de nuestra actual Constitución; el 43º que daba derecho a la mujer para demandar
el divorcio e igualdad entre los hijos fuesen “legítimos o ilegítimos”; los artículos 33º y
40º que permitían a la mujer elegir profesión e ingresar en la función pública; el 36º que
concedía los mismos derechos electorales, activos y no sólo pasivos, a partir de los 23
años; el 48º que recogía la educación laica e igualitaria y la función pública de los
maestros como funcionarios del Estado y servidores públicos.
Con ese marco y a partir de esa Constitución, aparecen otras leyes que desarrollan otro
modelo de sociedad. Veamos:
Protección a la maternidad. Con obligación de readmitir a las trabajadoras tras el parto
y su baja por descanso que ya era de seis semanas pagadas y con una prestación
económica de 50 pesetas semanales y durante diez semanas para gastos extras del bebé
y de la madre.
Ley del Contrato de Trabajo. Aun con la necesaria firma del marido para firmar la
trabajadora su contrato de trabajo, ella ya podía cobrar su salario directamente.
Ingreso en el sector público. Decretos que posibilitaron el acceso de las mujeres a
Correos, al Ejército como telegrafistas, a trabajar en Prisiones, a la Marina como
mecanógrafas, todo ello en 1931.
Prohibición de la prostitución y Patronato de Protección de la mujer con responsables
significativas como Victoria Kent, María Lejárraga y Matilde Huici.
Ley del Divorcio. Que podía solicitarlo la mujer si había habido adulterio, bigamia,
abandono, malos tratos o transmisión de enfermedades venéreas.
Matrimonio civil y laico.
Reforma educativa. Dando paso a las misiones pedagógicas, colonias escolares,
bilingüismo, escuela de maestras, inversiones potentes en nuevas escuelas, plan
quinquenal o reforma dirigida por Rodolfo Llopis, Lorenzo Luzuriaga y Bartolomé Cossío,
contratación de maestras para abrir escuelas en los lugares más inhóspitos.
Y ……. mucho más.

Clara Campoamor escribió, ya en el exilio en Suiza y para un Congreso Internacional de


Sociología, que las mujeres de la República querían alcanzar una sociedad en la que se:
5
• Equilibrara el Código Civil con el Código Penal porque las mujeres eran menores
de edad para disfrutar de los derechos civiles y adultas para que se les aplicara
el Código Penal.
• Superara las diferencias existentes entre mujer casada y mujer soltera en
cuanto a herencias y otros derechos.
• Hiciera frente al diferente trato y a la doble moral entre unos y otras.
• Investigara la paternidad para dar los mismos derechos a los hijos “naturales o
no naturales”.
• Y ….
Fue un corto periodo donde las mujeres y las trabajadoras vivieron el triple
reconocimiento, que los filósofos nos recuerdan cuando hablan de la Escuela de
Frankfurt, lo que es necesario para tener sociedades democráticas y éticas:
reconocimiento personal, con respeto a cada mujer; reconocimiento social,
interiorizando los valores igualitarios en la sociedad, cambiándola; reconocimiento
jurídico o legal, con leyes igualitarias.

El período del franquismo


Pero no hay que olvidar que la dictadura franquista supuso un retroceso y vuelta a
vivir unas situaciones como las previas a la II República. La invisibilidad y los obstáculos
para poder ser.
Recordemos rápidamente que en la década de los 40 con la nueva Ley del Contrato de
Trabajo de 1944, volvió a aparecer la silla para descansar en algunos puestos de trabajo,
el marido permitía o no el trabajo de su mujer fuera de casa y en 1947 se redujo media
hora el tiempo de trabajo de la mujer si trabajaba en equipo y no el del hombre. Medidas
para disuadir la contratación de mujeres y más si se casaban y más si tenían hijos.
En la década de los 50 aparecen unos decretos que prohíben a menores y mujeres unos
trabajos por ser peligrosos e insalubres y no a los hombres. (minas, nocturno,
radioactivo…).
En la década de los 60 con la Ley de derechos políticos, profesionales y laborales de
1961 se impide el trabajo a la mujer en los ejércitos y en los CC. Y FF de la Seguridad del
Estado. En 1965 un Decreto vuelve a manifestar que una mujer cuando se casa puede
elegir entre continuar o rescindir su contrato en defensa del hogar o pedir una
excedencia sin retorno garantizado. (¡¡¡).
Como vemos, vuelve nítidamente el modelo de sociedad patriarcal, paternalista y,
además, autoritaria. Esos son los tiempos en los que nacieron y se desarrollaron las
mujeres mayores de la España de hoy, las nacidas en los años 20 y siguientes del siglo
XX.

Por fin llegó la democracia


Por fin llegó la democracia y, de nuevo, las políticas de Igualdad entre hombres y
mujeres, aunque por desgracia no de forma sostenida en el tiempo.

6
Desde finales de 1978 con la nueva Constitución, desde su artículo 9º hasta el 55º, en
todo el Título I, se volvió a abrir la expectativa para la construcción de una nueva España
de Igualdad entre unos y otras.
Las Cortes Generales revisaron todas las leyes para que cumplieran con el artículo 14º
de la Constitución: “Los españoles somos iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier
otra condición o circunstancia personal o social”. Fue un trabajo arduo.
Las acciones positivas, los Planes de Igualdad, impulsaron el reconocimiento de cada
mujer y lo que es aún mejor, su reconocimiento social, el cambio de viejas mentalidades
no igualitarias pero muy enraizadas en la sociedad española. Era una experiencia
europea en la forma de hacer política que incorporamos las mujeres en España y que
nos parecen muy valiosas por su trasversalidad y por su integralidad. Los Planes de
Igualdad y el cumplimiento de cada una de sus medidas, con la activa participación de
las mujeres, transformaron la sociedad española.
La alianza de las mujeres, desde las organizaciones clásicas, partidos políticos y
sindicatos, hasta los más pequeños grupos de mujeres, feministas todas, porque en
esos años “llegaron a serlo” quienes aún no sabían que lo eran, se esforzaron en hacer
visibles a las mujeres, su reconocimiento personal y la no utilización de su imagen
como objeto.
Fueron cambios normativos que tuvieron a Las Cortes Generales trabajando
intensamente, con una mirada igualitaria, hacia los textos nacionales que había que
trasformar y hacia los texto internacionales y europeos que había que incorporar.
Recordemos que España ratificó la Convención para la Eliminación de todas las formas
de Discriminación contra la Mujer a finales de 1983, cuando empezó a gobernar el
PSOE, con Felipe González de presidente, y tras crearse el Instituto de la Mujer. La
Convención ya tenía cuatro años de vida y desarrollo en los países que nos eran
cercanos. Constitución y Convención de NN.UU. impulsaron cambios legales tan
significativos como: la incorporación, de nuevo, de las mujeres a las fuerzas armadas, la
penalización de la discriminación en el trabajo, la ampliación del permiso por
maternidad a 16 semanas con “la posibilidad” del disfrute por parte del padre de 4
semanas, la nueva regulación de la excedencia por cuidado de hijos, la baja por
maternidad se configuró independiente de una ILT y su prestación se llevó al 100% de la
base reguladora, la reserva del puesto de trabajo, del mismo grupo y categoría, durante
el primer año de excedencia por cuidado de los hijos, la despenalización de la
interrupción voluntaria del embarazo en ciertos supuestos, la inversión de la regla
general de la carga de la prueba en casos de discriminación en el trabajo, la tipificación
de los delitos de violación y agresión sexual como delitos contra la libertad sexual y la
tipificación del delito de acoso sexual, la tipificación del delito de impago de pensiones
por separación y divorcio, la tipificación del delito de impago de pensiones también con
los hijos no matrimoniales, las pensiones no contributivas, la no discriminación en el
sistema educativo y en los libros de texto y materiales educativos, el derecho a la
igualdad salarial ante trabajo de igual valor, la regulación de las relaciones laborales del
personal de servicio doméstico, la sanción a la publicidad ilícita al atentar contra la
7
dignidad o los valores y derechos reconocidos en el ámbito europeo a la infancia,
juventud y mujer, ….
No seguiremos citando cambios legislativos para la Igualdad de oportunidades y de
trato por no aburrirles, pero nos gustaría que retuvieran que se realizaron pensando
en la incorporación de las mujeres a la vida laboral para que consiguieran su
autonomía personal, su autogobierno, su autogestión. Se realizaron también,
intentando que la maternidad y después la paternidad, fueran asumidas como una
función social, un rol colectivo de equilibrio poblacional, y no sólo como un rol
individual de la mujer de la familia. Código Civil, Código Penal y Código Laboral se
hicieron igualitarios para hombres y mujeres. Y otros.
Acciones Positivas a través de los Planes de Igualdad. Fundamentalmente pensamos
en el I Plan, con vigencia desde 1988 a 1990 y con 125 acciones que el Consejo de
Ministros y el Parlamento evaluaron y concluyeron en que se había alcanzado un
cumplimiento del 98,5%. También el II Plan, con 170 medidas que se desarrollaron
durante los años 1992 y 1995 y con un grado de cumplimiento del 94% según los
diferentes órganos evaluadores. Después de Suecia, Dinamarca, República Federal
Alemana e Italia, fuimos el quinto país europeo en que su Gobierno y su Parlamento
aprobaron comprometerse con el desarrollo del principio de Igualdad en el conjunto
de las políticas públicas.
Sí, tres lustros de intenso trabajo en el desarrollo de acciones positivas con la ayuda de
los fondos estructurales europeos y de un creciente presupuesto del Instituto de la
Mujer y del joven Ministerio de Asuntos Sociales. Quince años impulsando el empleo y
la formación para las mujeres, el fomento de la actividad empresarial y la actividad
gerencial de las mujeres, la incorporación de las mujeres en los espacios donde estaban
infrarrepresentadas o en los puestos que se consideraban tradicionalmente reservados
a los hombres o como actividades masculinas. Carrera Judicial, Universidad, Empresas,
Investigación, Política… ruptura de los techos de cristal.
Las mujeres aparecieron en la estadística, se redujo el porcentaje de mujeres
analfabetas, incrementamos el número de mujeres matriculadas en las universidades,
se aumentó la población activa femenina y después su tasa de actividad y el número de
mujeres que formaban parte de la población ocupada. Fueron cambios estructurales con
un trabajo consensuado, planificado, constante y pedagógico para conseguir una
sociedad nueva.
A veces pensamos que el gran Contrato Social de la Democracia española lo hicieron
las mujeres. Primero, siendo capaces de pactar entre ellas los cambios que
necesitaban y marcando una hoja de ruta en la que participábamos y nos
corresponsabilizábamos todos. Segundo, siendo capaces, desde el feminismo político,
de pactar con los hombres el modelo de sociedad que todos necesitábamos. Tercero,
pactando con las Instituciones y en los Presupuestos Generales del Estado las
necesidades que tenían que ser cubiertas. El Estado de Bienestar español empezó a
tener, también, rostro de mujer y recursos y equipamientos para las mujeres en
general y para las mujeres en situaciones de necesidad.

8
Las mujeres que nacieron en los años 20, 30 y 40 del siglo XX con frecuencia decían:
“lástima que tantos maravillosos cambios lleguen algo tarde para nosotras, aunque
somos felices viendo como lo van y están empezando a disfrutar nuestras hijas”.
Los cambios sociales y legales beneficiaron a todas. Pero si tuviéramos que elegir una
decisión política que compensó algo las injusticias de la dictadura en las mujeres
trabajadoras en el último tercio del siglo, diríamos que fue la aprobación de las
Pensiones No Contributivas, las PNC, y ello, porque se tomó la decisión con la
conciencia de que iban a ser las mujeres las mayores beneficiarias de tal prestación.
PNC que nacieron en 1990 pero comenzaron “su caminar” desde 1981.
Si miramos “los indicadores de protección social, servicios sociales y programas de
igualdad publicados por el ministerio de Asuntos Sociales para el periodo 1982-1992”,
comprobamos que el desarrollo de prestaciones económicas no contributivas para
aquellas personas que por sus especiales circunstancias (vejez, discapacidad o mala
situación económica y social) se veían privadas de la posibilidad de obtener recursos
económicos para su subsistencia y autogestión:

• Se inicia en 1981 al regularse las pensiones asistenciales de vejez y enfermedad


con el Fondo Nacional de Asistencia Social en el Real Decreto 2.620/81 de 24 de
julio.
• Se desarrolla en 1984 con la puesta en marcha de los subsidios de garantía de
ingresos mínimos (SGIM), de ayuda a terceras personas (SATP), de movilidad y
compensación por gastos de transporte (SM y GT), todos contenidos en la Ley
de Integración Social de Minusválidos o LISMI.
• Se cierra el círculo de su protección con la Ley 26/1990 de Prestaciones No
Contributivas de la Seguridad Social que establece las modalidades no
contributivas de las pensiones de jubilación o invalidez y la protección familiar
por hijo a cargo.
• A partir de 1990, se detecta el trasvase de las “viejas” prestaciones asistenciales
y de la LISMI hacia las pensiones no contributivas (PNC) y, se ve la evolución del
número de beneficiarios, mostrando que en una década se ha duplicado el
número de personas beneficiadas de algunas de las modalidades de
prestaciones económicas no contributivas y así solidarias y redistributivas.
• En 1982 eran 359.466 personas beneficiarias, en 1990 ya eran 556.181 y en
diciembre de 1992 eran 702.253.
• El 86,5% de las PNC de jubilación las percibían mujeres y el 13,4% hombres. El
total de pensionistas no contributivos, incluyendo las prestaciones de la LISMI,
era, a fines de 1992, de un 22% hombres y de un 76,5% mujeres.

Rostro de mujeres que habían trabajado, pero no habían cotizado por ellas y por ello,
un Estado Social de Derecho tenía que actuar para corregir tal injusticia y trato
desigual.
Como ven, para completar el Sistema No Contributivo de la Seguridad Social
dedicamos una década. Lo recordamos porque, nada importante en y para un país y
9
su ciudadanía se hace de un día para otro, sino que se construye, con diálogo y pacto,
y así se consolida o enraíza.

La igualdad de derechos una prioridad política en los primeros años del


siglo XXI
En los primeros años del siglo XXI, entre los años 2004 y 2011, volvimos a ver en la
agenda política del país que la Igualdad volvía a ser prioridad. Citaremos solo tres
leyes:

• la Ley Orgánica 1/2004 de medidas de protección integral contra la violencia


de género. Ley que persigue: la sensibilización de la sociedad contra esta lacra
de una sociedad con misógina y sin paz; el fomento de la igualdad en la formación
y en todo el Sistema Educativo; la publicidad exigente y con mecanismos para
denunciar la publicidad ilícita por no defender la igualdad y el respeto entre
hombres y mujeres; la formación y capacitación de los trabajadores de la Sanidad
para atender bien estas realidades y ataques a las mujeres; la información,
asistencia social y la asistencia jurídica y los apoyos económicos, laborales y de
vivienda para las mujeres y sus hijos que han vivido la violencia. Una Ley que nos
convoca a toda la ciudadanía y algo más a todos los servidores públicos, para
contribuir a erradicar la violencia de nuestra sociedad y a defender los
Derechos Humanos. Esta es una Ley que hemos de cuidar y desarrollar día a día
para que como la lluvia fina vaya calando poco a poco hasta cambiar la sociedad
en la que vivimos.
Para ello les daremos el dato de las mujeres asesinadas desde 2003 en España
por violencia de género: MIL CIENTO CINCUENTA Y OCHO MUJERES. El Instituto
de la Mujer recuerda que en los últimos años ha crecido el número de denuncias
de mujeres mayores de 65 años un 3%.

• La Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Ley
que volvió a hacer trabajar a los legisladores, adaptando y revisando textos
legales, para seguir avanzando en la igualdad real. A través de:

✓ Igualdad en el mundo del trabajo, eliminando las discriminaciones


directas e indirectas.
✓ Negociación colectiva con Planes de Igualdad en los convenios y con
acciones positivas en el mundo de las relaciones laborales.
✓ Conciliación de la vida personal, profesional y familiar de hombres y
mujeres.
✓ Seguridad Social con la interiorización de un modelo de sociedad donde
la maternidad y la paternidad avancen en derechos iguales.
✓ Representación equilibrada en las administraciones públicas.
✓ Tutela judicial efectiva e inversión de la carga de la prueba.
✓ Informes del impacto de género en todos los
ministerios/consejerías/concejalías y ante todas las políticas que se
pongan en marcha
10
✓ Dotación de órganos de expresión y participación: Comisión Inter
ministerial/consejerías/concejalías. Unidades de Igualdad en cada
departamento, universidad y empresa pública y luego hacia lo no público
también.
✓ Paridad en los nombramientos.
✓ Estadísticas segregadas para los estudios de impacto de género.
✓ Código de conducta para las empresas de comunicación y en las de
publicidad.
✓ Y podríamos seguir, pero recordando que el desarrollo de esta nueva ley
de Igualdad supuso la revisión de: la Ley de 1985 del Consejo del Poder
Judicial, la Ley del 2000 de Enjuiciamiento Civil, la Ley del Contencioso
Administrativo de 1998, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y la
Ley de Procedimiento Laboral, ambas del año 1995 y también
modificaciones en el Estatuto de los Trabajadores, …

• La Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las


personas en situación de Dependencia. Con las prestaciones a las personas con
dependencias, por edades avanzadas, por discapacidades, por enfermedades
invalidantes. Ley que nace para cuidar más y mejor y para reconocer y cuidar a
las personas que cuidan.
Esta Ley también tuvo una mirada feminista pensando en las necesidades de
las mujeres en general y de las mujeres de más edad en particular, así como de
las personas cuidadoras que mayoritariamente son también mujeres.

Tres leyes que pronto van a cumplir su mayoría de edad y por ello hemos de evaluar,
pero, sobre todo, hemos de cuidar y hacer que se cumplan día a día. Leyes que son útiles
y “protectoras” para las mujeres mayores y especialmente la de Promoción de la
Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia.
Una cadena de pasos evolutivos y constantes, de normas y de acciones positivas, para
enraizar la igualdad en nuestras mentes y así en el modelo de sociedad que queremos
mostrar como ejemplo y al que aspiramos. Y sin olvidar que en democracia somos la
ciudadanía quienes tenemos que vigilar y trabajar para que todo ello, todo lo
conquistado, se mantenga, dinamice, cuide, y haga que funcione y funcione bien. Ser
y estar. Estar para ser. No lo olvidemos. Nadie debe olvidar que estamos ante una
cadena de solidaridad entre generaciones.
Volvamos al hoy

11
DATOS POBLACIONALES A TENER EN CUENTA PARA HACER
FUTURAS Y ADECUADAS POLÍTICAS.

La población femenina española es muy longeva, con expectativas de vida


significativamente mayores que los hombres. Este es un hecho muy positivo, que
implica un reto social considerable que hemos de afrontar para garantizar la calidad
de vida de todas las mujeres de edad avanzada. Vemos algunos datos:

• El 51% del total de la población residente en España somos mujeres, somos


24,9 millones de los 47,4 millones que configuran la población española.
• El porcentaje de personas mayores de 65 años es ya de un 20%. Hablamos de
9,3 millones de personas, de los cuales cerca de 5,3 millones son mujeres.
• 2,5 millones de mujeres tienen una edad entre 65 y 74 años y 2,8 millones
entre 75 y más de 100 años.
• Quisiéramos que recordaran, como resume el cuadro 1, algunos datos
estadísticos: que hay 14.036 mujeres con más de 100 años viviendo en España.
85.067 mujeres entre 95 y 100 años. 310.226 mujeres con edades entre 90 y 94
años. 630.523 mujeres entre 85 y 89 años. 768.830 mujeres entre 80 y 84 años.
Entre 75 y 79 años viven 984.636 mujeres. 2,8 millones de mujeres con más de
75 años.
• Y 2,5 millones de mujeres con entre 65 y 74 años. 1,3 entre 65 y 69 años y 1,2
entre 70 y 74 años.
Cuadro1: Población de mujeres mayores que residen en España en 2022

Tramos de edad Número de mujeres


mayores en España
65-69 años 1.300.285
70-74 años 1.184.180
75 -79 años 984.636
80-84 años 768.830
85-89 años 630.523
90-94 años 310.226
95-99 años 87.067
100 y más años 14.036
Total 5.279.783
Fuente: INE 1 de enero 2022

• Conviene también anotar que hay más personas mayores en las urbes. Por
ejemplo, entre las dos grandes ciudades españolas, Madrid y Barcelona, viven
algo más de un millón de personas mayores, más que en todos los 5.877
municipios rurales. Es decir, con la estadística del padrón continuo de enero de

12
2019, hemos de recordar que: en municipios rurales, aquellos con una
población desde 1 a 2.000 habitantes, viven 770.580 personas mayores, un
28,5%; en municipios intermedios, con población entre 2.001 y 10.000
habitantes, viven un 20% de personas mayores, 1.363.369 ciudadanos
repartidos por los 1.501 municipios; en municipios urbanos, 753, entre 10.001
y +500.000 habitantes, viven 6.923.244 personas mayores, un 18,5% de la
población. En los 6 municipios donde viven más de 500.000 habitantes, viven
1.556.056 personas mayores, un 20,4%.
• Asturias, Castilla y León, Galicia, País Vasco, Cantabria y Aragón son las CC.AA.
más envejecidas, entre un 21,6% y un 25,7%. Baleares, Murcia y Canarias son
las CC.AA. con una proporción más baja de habitantes de más edad, en torno
a un 15%. Cataluña, Andalucía y Madrid son las CC.AA. con más población de
edad y superan el millón de personas mayores viviendo en cada una de ellas.

13
LAS PRIORIDADES POLÍTICAS CARA A LA IGUALDAD DE LAS
MUJERES MAYORES

I. PENSIONES.
La nómina de la Seguridad Social de julio de 2022 aporta los siguientes datos:

• Pensiones por incapacidad permanente, las recibieron 952.409 personas.


597.810 fueron hombres y con una pensión media de 1.089 euros y 354.599
fueron mujeres con una pensión media de 944 euros.
• Pensiones de jubilación, las recibieron 6.253855 personas. 3.748.269 fueron
hombres con una pensión media de 1.441 euros y 2.505.554 fueron mujeres con
una pensión media de 975 euros. ¡¡Atención¡¡
• Pensiones de viudedad, las recibieron 2.352.401 personas. Hombres fueron
196.319 con una pensión media de 548 euros y 2.156.071 mujeres con una
pensión media de 800 euros.
• Pensiones de orfandad, que las recibieron 343.264 personas. Hombres han sido
180.569 con una pensión media de 440 euros y mujeres la cobraron 162.691 y
con 437 euros de media.
• Pensiones de favor de familiares, que las han recibido 44.470 personas.
Hombres 14.831 y mujeres 29.639. La prestación media percibida por hombres
fue de 611 euros y la media percibida por mujeres alcanzó la cantidad de 651
euros.
• Pensiones que han sido complementadas a mínimos, incluyendo las del SOVI.
Han sido un 22% de las pensiones, un 28% pensiones de mujeres y un 15% de
hombres. Este complemento se ha tenido que hacer más en las pensiones de
jubilación y de viudedad y ha llegado a 2.204.635 personas.
• Por último, déjennos recordar las PNC, las pensiones no contributivas, en las
que hay claro predominio de las mujeres como beneficiarias desde aquel
nacimiento que ya les hemos contado. La subida del 15% que se ha realizado
ha sido útil para muchas mujeres de los 447.206 beneficiarios actuales.
Esta sobrecarga de datos ha perseguido dejar claro que la Seguridad Social de nuestro
país ha de tener siempre una visión feminista de su tarea. Hablamos de casi el 12% del
PIB español sí, y hablamos de la redistribución de la riqueza hacia nueve millones de
personas y de intentar reducir la brecha existente entre hombres y mujeres, porque
todos sabemos que el rol de cuidadora, jugado históricamente y también actualmente
por las mujeres, ha sido la causa principal de la brecha salarial y de la brecha de
pensiones existente, sin olvidar las diferentes carreras laborales, de ocupaciones, de
promociones, de niveles de estudios… Aquí sí que se deben encontrar las mujeres
jóvenes y las mujeres mayores con sus reivindicaciones.
14
El Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, con la ministra Magdalena
Valerio al frente, presentó un Informe sobre las “Mujeres en el mercado de trabajo,
mujeres pensionistas y mujeres migrantes en el siglo XXI” con los datos de 2003 a 2018,
analizando lo sucedido en estos quince años.
Del Informe se desprende que España lleva un lento avance hacia la igualdad real de
hombres y de mujeres en el mercado de trabajo y como consecuencia, la brecha
salarial y la brecha en las pensiones es alta y se reduce con demasiada lentitud. Las
mujeres tenían un salario de un 15% menos por hora trabajada y obtenían un salario
anual de casi 6.000 euros menos que los hombres, un 22% menos. La brecha en
pensiones llegaba al 35%. (datos INE-- EPA2017).
Con los datos del Informe de aquel Ministerio, la Fundación Pelayo recordaba en otro
informe suyo que las mujeres españolas se enfrentan a una brecha salarial porque su
salario medio sigue siendo un 20% menor que el de los hombres y ello se debe
fundamentalmente a que la maternidad penaliza la carrera de las mujeres y así lo piensa
el 82% de la población que encuestaron. La brecha de la pensión media de jubilación es
de un 35% menor en mujeres. El 86% de la población encuestada opina que hay que
recompensar la maternidad en la jubilación.
Si a estos dos trabajos les buscamos datos más actualizados y, a la vez, los comparamos
con datos europeos en Eurostat, nos vamos a los informes anuales que, para el Día
Internacional de la Mujer, el 8M, realizan los dos grandes sindicatos de España, la UGT
y las CCOO, y vemos que hay tres agendas políticas: la de NN.UU. con la Agenda 2030 y
los 17 ODS, la de Europa con su programa de acciones positivas hacia 2025 y la española
que plantean las prioridades del trabajo político global con estos objetivos:

• Reducir las brechas en los mercados laborales. La media en Europa es del 16%
en Europa y del 21% en España, esa es la diferencia salarial entre hombres y
mujeres al inicio de esta década.
• Reducir las brechas en las pensiones. Es de un 30% en Europa y de un 34% en
España. También con datos de 2020.
• Conseguir un mayor reparto en las responsabilidades domésticas y familiares.
En Europa la mujer dedica, a la semana, 22 horas a estas responsabilidades
mientras que los hombres sólo dedican 9 horas. Aún hoy, un 44% de hombres
europeos piensan que el principal cometido de una mujer casada es el de cuidar
su casa y atender a su familia y el 43% piensa que su responsabilidad, la del
hombre, es ganar el dinero para su familia. Esta encuesta se hizo en Europa para
sensibilizar a su sociedad sobre todo lo que queda por hacer en Igualdad y así
explicar por qué y las prioridades de acción del plan hacia 2025.
En España los informes sindicales anuales nos pretenden recordar y sensibilizar
sobre nuestra realidad, que sigue siendo la de que los contratos laborales
temporales, ya que son en un 60% para las mujeres y en un 40% para los
hombres. La diferencia también es grande cuando se ven los contratos a tiempo
parcial porque el 85% de la reducción de jornada la solicitan las mujeres para
compartir trabajo y cuidados familiares, de hijos y también de personas

15
mayores, padres, suegros y hermanos con discapacidades severas. El 92% de
las excedencias laborales para esos cuidados la piden las mujeres españolas.
Las mujeres dedican el doble de horas a la semana a los cuidados y tareas del
hogar, comparando con los tiempos que dedican los hombres.
Disculpen por insistir, pero hablar de lo que hemos de hacer para reducir la brecha en
pensiones es hablar de las brechas salariales antes; es hablar del cambio de
mentalidades con la construcción de una sociedad democrática de cuidados y cuidadora
entre todos y sin diferencia de roles entre hombres y mujeres durante toda la vida;
después, ya es hablar de la brecha en pensiones y de cómo la reducimos desde las
políticas y con los Presupuestos Generales del Estado. Muy importante ante la
longevidad de nuestra sociedad y ante la desigualdad mantenida en las vidas de las
mujeres más mayores.

II. SALUD.
La encuesta nacional de salud de 2017 nos recuerda que la valoración del propio estado
de salud viene condicionada por las enfermedades padecidas, por las circunstancias
personales y psicológicas de cada persona, por las razones económicas, sociales y
residenciales, en definitiva, refleja los factores educativos, económicos, sociales y
comunitarios o del entorno en el que se mueve cada persona. El 45% de las personas
mayores percibe su salud como buena o muy buena, (en el conjunto de la población esta
valoración es del 80,6%). Las percepciones negativas aumentan según aumenta la edad
de las personas. Las mujeres mayores son más pesimistas que los hombres de la misma
edad. (53% de hombres valora buena o muy buena su salud frente a un 40% de
mujeres).
En 2018 las personas mayores suponían el 46% de todas las altas hospitalarias (curación,
mejoría, fallecimiento, traslado o alta voluntaria). Mas de la mitad de todas las estancias
causadas en hospitales fue con personas mayores (58%) y este porcentaje crece año tras
año.
La presencia hospitalaria de las mujeres suele tener que ver principalmente con: artrosis
y depresiones. En los hombres con EPOC, tensión alta y diabetes.
En el caso de la obesidad, hasta la vejez son los hombres los que tienen mayor obesidad,
pero con la vejez las mujeres, por mayor sedentarismo, por cambios de hábitos
alimenticios (más grasas y azúcares) y por el descenso de la actividad física, en definitiva,
por cambios en los estilos de vida, alcanzan un porcentaje de obesidad mayor que los
hombres.
Las causas de muerte entre las personas mayores tienen que ver con las enfermedades
del aparato circulatorio, los cánceres, y las enfermedades respiratorias. Últimamente
aparece también en la estadística las enfermedades mentales y las nerviosas.
Mientras escribimos este documento, se ha hecho pública la Encuesta 2020, la Europea
de Salud en España, que coincide en líneas generales con la de 2017. Recuerda el dato
de que el nivel socioeconómico está relacionado con el estado de salud percibido, a
clase social más baja mayor es la percepción de una salud no buena. La artrosis, la
16
tensión alta y el dolor de espalda crónico son más frecuentes en las mujeres y la
tensión alta, el colesterol también alto y los dolores de espalda en los hombres.
La autonomía funcional para realizar las actividades básicas de la vida diaria es mayor
en los hombres que en las mujeres mayores.
Otros estudios expresan como el 80% de las consultas de atención primaria se ocupan
con personas con enfermedades crónicas y mayores. El 89% consume algún fármaco,
llegando a ser un 93% cuando las personas pasan de los 75 años.
El Instituto de Salud Carlos III comunicó que estaba realizando una investigación sobre
el envejecimiento saludable en Suecia, Portugal y España. Un adelanto de tal proyecto
concluye en que una de cada cuatro personas mayores de 65 años sufre depresión en
España. Se trata de un estudio multiprofesional que incorpora la “epidemia de la
soledad” por su impacto negativo en la salud mental de las personas mayores. Hablan
de un 20% de personas mayores que declaran un alto nivel de soledad y un 25% con
aislamiento social. Esta investigación la tendremos que estudiar a fondo cuando se
termine y publique, parece que lleva retraso, pero, nuestra asociación quiere poner en
valor, como tantas veces hemos dicho, a la Atención Primaria del Sistema de Salud, a
la Sanidad Comunitaria y a la Salud Mental Comunitaria como las tres áreas más
importantes del Sistema Sanitario para poder impulsar la Sociedad Cuidadora.
La profesora Sacramento Pinazo en la revista de la Sociedad Valenciana de Geriatría y
Gerontología tiene un artículo que sintetiza los distintos estudios realizados en la última
década en diferentes países europeos y estos vienen a decir que: la soledad puede
aumentar el riesgo de muerte en un 26%; la soledad es peor que la obesidad y que fumar
15 cigarrillos al día, siendo tan malas ambas realidades; la soledad se asocia con mayores
riesgos a desarrollar enfermedades coronarias y accidentes cardiovasculares, con riesgo
de hipertensión arterial, con riesgo de depresión y con riesgo de deterioro cognitivo y
demencia. En conclusión, la soledad es mala para la salud. Termina su artículo la
profesora Pinazo diciendo, “afecta directamente a la salud mental, aumenta síntomas
de ansiedad y depresión, produce un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas,
reduce la calidad del sueño, disminuye la respuesta inmunitaria y el funcionamiento
cognitivo. Pero no sólo eso, Es mala para nuestras comunidades. Apela a nuestras
conciencias como seres humanos. ¿Qué está pasando y por qué casi todos miran a otro
lado?”
Insistimos, necesitamos más estudios e investigaciones sanitarias y sociosanitarias en
nuestro país. Necesitamos una atención primaria bien dotada de recursos humanos
diversos para realizar las tareas de conocimiento de la realidad en cada entorno y de
prevención y de atención adecuada. Necesitamos una atención comunitaria de salud
mental potenciada.
Leyendo al Dr. Fernando Lamata recordamos sus datos: dedicamos a salud mental un
5% del gasto sanitario cuando la carga de enfermedad es de un 15%. Este 5% se dedica
o gasta al revés de cómo debería ser, según nuestra opinión, pues se gasta un 44% en
hospitales, un 42% en fármacos y sólo un 14% en servicios comunitarios. Nos gusta decir:
menos fármacos y más actividades comunitarias.
17
III. VIVIENDA.
Nuestra Asociación ha elaborado un documento titulado: “Los hogares que necesitan
las personas mayores” en el que analizamos la situación de las residencias para
personas mayores y los cambios necesarios a hacer para que sean vivibles y hogares
alternativos. Hacemos lo mismo sobre el parque y modelos de viviendas convenientes
para una sociedad que envejece y también recordamos el urbanismo y los entornos
necesarios para que, al envejecer, nuestras viviendas o hogares alternativos nos sean
útiles y no amplíen soledad o aislamiento.
Existen muchos trabajos, oficiales y privados, sobre vivienda en España y con estadísticas
diversas. Para no dispersarnos, vamos a recoger a continuación los datos del IMSERSO
en su Informe de 2018, “Las Personas Mayores en España”, publicación coordinada
por Jesús Norberto Fernández y que para hablar de mujeres mayores y vivienda no
están desactualizados.
Crece el número de personas mayores de 65 años que viven solas. En 2018 ya lo hacían
el 23,5%, algo más de dos millones de personas de 65 y más años. Hay un predominio
de mujeres, un 72%, sobre un 28% de hombres, aunque el porcentaje de hombres crece
en los últimos años. Tres de cada cuatro personas mayores de 65 años que viven solas,
son mujeres. El 45% de las mujeres mayores que viven solas sobrepasan los 80 años.
De los 2 millones de hogares monoparentales, 4 de cada 5 están encabezados por
mujeres y el riesgo de pobreza en ellos es del doble que en el resto de los hogares.
Conviene recordar que la mayoría de los españoles tienen la vivienda en propiedad, un
76%, cifra que llega a ser de un 89% en los españoles de más de 65 años.
Conviene también destacar que el gasto fundamental de un hogar es el del
mantenimiento de la propia vivienda, su proporción suele ser mayor si hablamos de
personas mayores, alrededor de un 45%. Los gastos por alimentación ocupan el
segundo capítulo de gastos. Buena parte del parque de viviendas de las personas
mayores no está en buenas o en las mejores condiciones y mientras más mayores peor.
Un estudio de la Fundación Caixa concluye que dos de cada diez mayores habitan en
viviendas deficientes, especialmente en accesibilidad y en calefacción, un 20% de
ellos, lo que implica a 1,5 millones de personas y en municipios, sobre todo, de entre
10.000 y 100.000 habitantes.
La nueva Ley de la Vivienda de 2022, su desarrollo reglamentario y la Ley 10/2022 de
medidas urgentes para la rehabilitación edificatoria en el Plan de recuperación,
transformación y resiliencia y el Plan estratégico a realizar desde 2022 hasta 2025 con
fondos europeos, son una oportunidad inmensa para reducir desigualdades en
viviendas de personas mayores, y especialmente en viviendas de mujeres mayores.
Recordamos el número superior de mujeres mayores, sobre todo mayores de 80 años,
su renta menor y el porcentaje mayor de viviendas en propiedad, pero con necesidades
de rehabilitación o mejoras, según diversos estudios.

18
Las mujeres de 80 años y más, en la España de hoy, necesitan ser muy tenidas en
cuenta en estas tres grandes políticas: Pensiones, Vivienda y Sanidad. Por ello hemos
recordado algunos de sus datos más significativos.
En este documento no hemos querido hablar de los Servicios Sociales, básicos o
especializados, porque ya lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo en todas nuestras
publicaciones. Pero, podemos recuperar del Informe: “Los Servicios Sociales para
personas mayores”. 2020 del IMSERSO, estos datos de beneficiarios por sexo:
PERSONAS RECEPTORAS DE:
TELEASISTENCIAS: 931.079. Hombres un 24,5% y mujeres un 75,5%. Mayores de 80
años la tienen un 70%, pero no conocemos los porcentajes mayores de esta edad por
sexo que se benefician de la teleasistencia.
AYUDA A DOMICILIO: 473.028. Hombres un 28% y mujeres un 72%. El 68% de las
personas que en 2020 recibían ayuda a domicilio eran mayores de 80 años.
CENTROS DE DÍA: 3.674 centros y 99.247 plazas. De las ocupadas, el 24,5% lo eran por
hombres y el 75,5% lo eran por mujeres. Las personas atendidas en centros de día con
más de 80 años eran el 69% del total.
RESIDENCIAS: Con 6.116 centros y 399.046 plazas, el 29 de las ocupadas lo estaban
por hombres y el 71% por mujeres. El 79% de los residentes tienen más de 80 años.
CENTROS DE MAYORES O SOCIOCULTURALES: Hay unos 4.000 y son utilizados en un
47% por hombres y en un 57% por mujeres.
El nivel de participación y voluntariado de las mujeres es mayor que el de los hombres.
Profundizar en ello es materia de otro trabajo
Para concluir este apartado de prioridades políticas queremos poner en valor los
programas de calidad de vida más eficaces contra la soledad.

IV. EDUCACIÓN Y CULTURA PARA TODAS LAS EDADES ASI COMO


OTROS PROGRAMAS DE CALIDAD DE VIDA.
Aquí sólo queremos recordar los programas de los que ya se conoce su éxito y eficacia,
que han de seguir siendo apoyados política y económicamente para ser mantenidos en
el tiempo y así producir los efectos deseados. Hablamos de:
1. Las Universidades Populares, que desde 1903 se han adaptado a “las realidades”
del país, pero siempre han servido en la lucha contra el analfabetismo y los déficit
educativos y culturales de las personas y, por supuesto, han contribuido a la
socialización de su alumnado. Herramienta importante contra la soledad de las
personas mayores. Por desgracia no hemos encontrado un dato estadístico por
sexo de alumnado, pero siempre se ha dicho que el alumnado es
mayoritariamente de mujeres. Además, las UUPP tienen una Escuela Feminista
Estatal “Paca Aguirre” con programas de formación en liderazgo en Igualdad real
y en apoyo a mujeres en ámbitos rurales muy interesantes.

19
2. Las Universidades de Mayores o de la experiencia o con programas para
mayores, otro medio importantísimo de enfrentamiento contra las soledades y
especialmente tras la jubilación y muy solicitado por mujeres.
Casi todas las Universidades españolas tienen programas para mayores, que
son en total 71. Desafortunadamente no disponemos de datos globales del
conjunto desglosados por sexo, pero sabemos que las mujeres son un
porcentaje importante y suman muchos miles de alumnas. Para ver en detalle
lo que cada Universidad recomendamos entrar en el siguiente enlace
http://envejecimiento.csic.es/documentacion/varia/programas-universidad-
mayores.html

3. El Programa de Turismo Social y

4. El Programa de Balnearios.
Ambos programas deberán incorporar la mirada de como contribuir a la lucha contra la
soledad de las personas mayores. Necesitamos nuevas fichas de recogida de datos de
sus participantes e información compartida con los servicios sociales, sociosanitarios y
sanitarios de los municipios españoles para realizar su seguimiento y propuestas de
cuidado. Se necesita una encuesta en la que se pregunte sobre motivación para asistir a
estos programas incorporando la soledad y si le ha servido para paliarla e ideas para
seguir combatiendo la soledad. Serían datos de gran utilidad para el Plan Estratégico a
diseñar y revisar por el IMSERSO.
Sería muy interesante, asimismo, que el IMSERSO recopilase y publicase datos
actualizados de personas beneficiarias de estos interesantes y muy solicitados
programas, en los que las mujeres participan sin duda en un porcentaje significativo
5. Los Programas de acceso a la Cultura, que han de programarse y potenciarse,
aún más, para acercarlos a los barrios y municipios pequeños y hacer frente a
soledades intergeneracionales y a aislamientos.
Las mujeres mayores con frecuencia son el más importante grupo de participantes en
actos culturales, como conferencias, cursos, teatro, ciclos de cine, visitas a museos,
viajes culturales etc. Lo son ciertamente en las actividades gratuitas de los Centros
Socioculturales de Mayores y Centros Cívicos. Pero creemos que han de potenciarse
mucho más los programas gratuitos y de calidad accesibles para todos, dado el enorme
interés de aprender que están demostrando las mujeres mayores, en bastantes
ocasiones superior al de los hombres. Han accedido más tarde, pero están
demostrando ganas de recuperar el tiempo perdido, Con ello nuestra sociedad estará
facilitando el ejercicio del derecho de educación permanente y para todas las edades, a
la vez que oferta una segunda oportunidad de aprender

20
NUESTRAS PROPUESTAS PARA SEGUIR CONSTRUYENDO UN
PAÍS CON IGUALDAD Y PARA RECUPERAR TIEMPOS PERDIDOS.

1. La memoria histórica democrática nos debe obligar a dar la


mayor visibilidad posible a las mujeres de más de 80 años, antes
de que desaparezcan. Reconocer su contribución en la comunidad.
Empoderarlas ante su ciudadanía. Contar su historia: Recoger oral
o por escrito la vida e historia de aquellas personas, desde los
municipios pequeños a los grandes. Las horas de prácticas del
último año de carrera de los futuros historiadores y sociólogos,
estarían inmejorablemente aplicadas en esta tarea. Hay muy
buenas prácticas por todo el territorio que se han de dar a conocer.
2. Nuestra legislación nos obliga a todos a tener una perspectiva de
género, a evaluar los efectos de cualquier política o texto legal en
el avance en la igualdad entre hombres y mujeres. Hemos de ser lo
más exigentes posible en las prestaciones de la Seguridad Social.
Recortar la brecha existente entre hombres y mujeres en las
pensiones es un deber democrático. En las de jubilación, en las
PNC, en las de viudedad, … Compensar la maternidad y los
cuidados a hijos y ascendientes ha de ser aún más estudiado en el
Pacto de Toledo y en todas las comisiones existentes en Las Cortes
Generales y en la Administración pública.
3. La negociación colectiva y los grandes acuerdos económicos y
sociales, la negociación bipartita y tripartita con los actores
empresariales, sindicales y gubernamentales han de priorizar en
sus contenidos a negociar, la corrección de la desigualdad
existente en salarios y en pensiones de las mujeres. Han de
plantear, comprometerse y apoyar aquellas propuestas que
avanzan, evolutiva y constantemente, hacia una sociedad que
reparte, entre todos, las responsabilidades del cuidado de todas
las personas.
4. Necesitamos más investigaciones específicas y concretas de las
sociedades científicas sanitarias y también de las sociales para
conocer con todo detalle la realidad de las mujeres mayores y su
envejecimiento.
5. Son tiempos en los que cubrir las plantillas de los profesionales de
las diferentes áreas del Bienestar es lo más correcto para cuidar y
erradicar la soledad. El gasto o inversión en capítulos I y no tanto
en otros capítulos inversores o de transferencias a terceros (salvo
la economía social). Han de estar bien dotados tanto la atención
primaria sanitaria como los servicios sociales básicos para liderar
21
el seguimiento del envejecimiento de la sociedad y sus efectos y
necesidades.
6. Hemos de seguir apoyando las políticas de envejecimiento activo
y de ciudades y pueblos amigables.
7. Nos parece fundamental la formación constante y continuada del
conjunto de los profesionales sociales y sanitarios y de los
familiares cuidadores.
8. Sensibilizar a la sociedad en la preparación a la jubilación, en la
colaboración contra las soledades y en el desarrollo de barrios
comunitarios y cuidadores, potenciando la participación de
mujeres, son tareas prioritarias.
9. La colaboración con el tercer sector, las ONG y el voluntariado
que desarrollan tareas de este tipo para hacer redes eficaces y
útiles para la ciudadanía.
10. Los fondos europeos deben ser invertidos con perspectiva de
género y sobre todo en el conjunto de las políticas de bienestar.
11. Valoramos como positivo y necesario el apoyo a los programas
que realizan las mujeres mayores para beneficio de otras mujeres
mayores.
12. Reclamamos a los colegios y sociedades de arquitectura y
urbanismo, así como a la patronal de construcción, un mayor
compromiso con otros tipos de vivienda y otros desarrollos
urbanísticos que fomenten la convivencia.
13. Los Centros Socioculturales de Mayores deberían estar abiertos
al conjunto de la comunidad, fomentar actividades que rompan
con la soledad de las personas del entorno, estimular la mayor
participación de mujeres, llevar proyectos y programas culturales
y formación sobre los cuidados y autocuidados, ….
14. Los programas de las universidades y los de calidad de vida han
de ser mantenidos y mejorados para dar mayor apoyo al bienestar
de las personas de todas las edades, para hacer frente a las
soledades y aislamientos, para fomentar la Educación y la Cultura
como señas de identidad de nuestro país.
15. Han de desglosarse por sexos y mejorarse las estadísticas
relativas a las personas mayores en muchos campos, entre ellos
la soledad y el aislamiento social, la participación de las mujeres en
la cultura, las características de las viviendas, los ingresos, los datos
epidemiológicos, etc. Ello permitirá tomar las decisiones políticas
más ajustadas a las necesidades. Harán sobre todo más visibles a
las mujeres mayores, hoy muy invisibilizadas por prejuicios y
estereotipos edadistas. Son quienes más años viven. Pero hay que
asegurar una calidad de vida mejor hasta el final de su camino.
Nadie en nuestra sociedad se lo ha ganado más que ellas

22
BIBLIOGRAFÍA, TEXTOS A CONSULTAR, SI SE DESEA PROFUNDIZAR EN
ESTOS TEMAS.

Como existe una amplísima bibliografía sobre los temas tratados en el documento,
seleccionamos solo algunos títulos. Conviene recordar que los informes y estudios de
organismos oficiales como el CSIC, IMSERSO, INE e Instituto de la Mujer se pueden
consultar y descargar en sus páginas web.

• Rosa María Capel (2008) “Cien años trabajando por la Igualdad”. Ed. Fundación
F. Largo Caballero.
• Rosa María Capel (2020) “Acción y voces de mujeres en el espacio público”.
Araba Editores.
• CSIC (2020) “Un perfil de las personas mayores en España”. Informe número
25. Envejecimiento en Red. Y otros estudios e investigaciones de
Envejecimiento en Red y del CSIC.
• Federación de Universidades Populares (FEUP). (2020) Libro Blanco de las
Universidades Populares. FEUP.
• IMSERSO (2021) “Las personas mayores en España”. Informe IMSERSO 2018
Coordinado por Jesús Norberto Fernández. Y otros documentos y estudios del
IMSERSO.
• INE y estadísticas de los Ministerios con las competencias sobre pensiones,
sanidad, vivienda, cultura.
• Instituto de la Mujer. “Las mujeres en cifras” y “las mujeres en familia” del
Instituto de la Mujer y otros datos y publicaciones del Organismo.
• Margarita León (2021). “Feminismo y Cuidados”. Fundación Memora.
• Pilar Rodríguez. (2021) “Género y envejecimiento en España: Perfiles, Datos y
Reflexiones” Informe Fundación Pilares. Colección Papeles, número 6.
• Sacramento Pinazo-Hernandis (2020) “Mujeres mayores y psicofármacos” y
otros textos, artículos y estudios, de la misma autora publicados por la
Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología

23

También podría gustarte