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Diagnóstico y monitorización terapéutica de la enfermedad bronquial felina


mediante pletismografía

Thesis · June 2009

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Laín García-Guasch
IVC Evidensia Hospital Veterinari Molins
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UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
FACULTAD DE VETERINARIA

DEPARTAMENTO DE PATOLOGÍA ANIMAL, PRODUCCIÓN


ANIMAL, BROMATOLOGÍA Y TECNOLOGÍA DE LOS ALIMENTOS

PROGRAMA DE DOCTORADO DE CLÍNICA E INVESTIGACIÓN


TERAPÉUTICA

“Diagnóstico y monitorización terapéutica


de la enfermedad bronquial felina mediante
pletismografía”

TESIS DOCTORAL

PRESENTADA POR D. LAÍN GARCÍA GUASCH


DIRIGIDA POR EL Dr. D. JOSÉ ALBERTO MONTOYA ALONSO
CODIRIGIDA POR LA Drª. Dª ALICIA CARO VADILLO

EL DIRECTOR EL CODIRECTOR EL DOCTORANDO

Las Palmas de Gran Canaria, abril-2009


UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Departamento de Patología Animal, Producción Animal
Bromatología y Tecnología de los Alimentos

José Alberto Montoya Alonso, Catedrático de Medicina y Cirugía Animal del


Departamento de Patología Animal, Producción Animal, Bromatología y
Tecnología de los Alimentos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria y Director del programa de doctorado “CLÍNICA E
INVESTIGACIÓN TERAPÉUTICA” con Mención de Calidad del Ministerio de
Ciencia e Innovación

INFORMA:
Que D. Laín García Guasch, Licenciado en Veterinaria por
la Universidad Autónoma de Barcelona, ha realizado bajo mi dirección y
asesoramiento el presente trabajo de tesis doctoral titulado: “Diagnóstico y
monitorización terapéutica de la enfermedad bronquial felina mediante
pletismografía” que considero reúne las condiciones y calidad científica
necesarias, para su presentación para optar al título de Doctor en Veterinaria.

Lo que firmo a los efectos oportunos, en Arucas (Las Palmas)


a dos de abril de dos mil y nueve

J. Alberto Montoya Alonso


Catedrático de Medicina y Cirugía Animal
Alicia Caro Vadillo, Profesor Contratado Doctor del Dpto. de Medicina y
Cirugía Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de
Madrid, profesor de la Asignatura: Patología, Medicina y Reproducción
Aplicadas, incluida dentro del Máster de Investigación en Ciencias Veterinarias,
con mención de calidad del Ministerio de Ciencia e Innovación,

INFORMA:
Que D. Laín García Guasch, Licenciado en Veterinaria por
la Universidad Autónoma de Barcelona, ha realizado bajo mi codirección y
asesoramiento el presente trabajo de tesis doctoral titulado: “Diagnóstico y
monitorización terapéutica de la enfermedad bronquial felina mediante
pletismografía” que considero reúne las condiciones y calidad científica
necesarias, para su presentación para optar al título de Doctor en Veterinaria.

Lo que firmo a los efectos oportunos, en Madrid a dos de abril


de dos mil y nueve

Alicia Caro Vadillo


Profesora Contratada Doctora
Dedicatoria

A Patricia y Laín, las dos personas más importantes en


mi vida, porque el amor y cariño que me regaláis cada día me
da la fuerza necesaria para emprender proyectos tan
importantes como éste y hace que me sienta muy feliz y
afortunado de teneros a mi lado.

A mis padres Santiago y Roser, por todos los esfuerzos


y sacrificios que han hecho en la vida por mí. Ahora es el
momento de decir con orgullo: muchas gracias por todo.

A Alberto y Alicia, ante todo, dos amigos entrañables.


Sin vuestros consejos e ideas nada de esto hubiera sido
posible. Es una gran suerte saber que siempre puedo contar
con vosotros para lo que sea.

A mis compañeros del Hospital Veterinari Molins y en


especial a Jordi Manubens y Roberto Gaztañaga. Muchas
gracias por animarme a emprender este proyecto.
Abreviaturas
Carb-Penh300% Concentración de carbacol necesaria para incrementar de
forma sostenida el valor de Penh en un 300%
CFVT Curvas de flujo-volumen tidal
DT Desviación típica
f Frecuencia respiratoria
FWBP Pletismógrafo de flujo
HR Humedad relativa
LBA Lavado bronco-alveolar
PAU Índice de broncoconstricción Pause
PEFP Presión espiratoria final positiva
Penh Índice de broncoconstricción Enhanced Pause
PFE Pico del flujo espiratorio
PFI Pico del flujo inspiratorio
PFP Pruebas de función pulmonar
Plet Pletismografía
PWBP Pletismógrafo de presión
rpm Respiraciones por minuto
Te Tiempo de espiración
Temp Temperatura
Ti Tiempo de inspiración
Tr Tiempo de relajación
VGT Volumen de gas torácico
VM Ventilación por minuto
VPR Volumen pulmonar residual
VT Volumen tidal
Índice

1.- Introducción y justificación………………………………………5

2.- Objetivos…………………………………………………..……………...9

3.- Revisión bibliográfica………………..……………………...……..13


3.1.- Enfermedad bronquial felina………………..……………..13
3.1.1.- Introducción…………………………...…………………13
3.1.2.- Epidemiología y factores de riesgo ……………...……..14
3.1.3.- Fisiopatología.………………………….………….……..15
3.1.4.- Signos clínicos…………………………………...……….18
3.1.5.- Diagnóstico……………………………………..………...19
3.1.5.1.- Radiología……………………………………....20
3.1.5.2.- Análisis laboratoriales…………………………..22
3.1.5.3.- Lavado bronco-alveolar…………………………23
3.1.5.4.- Broncoscopia…………………………………....26
3.1.5.5.- Histopatología…………………………………..26
3.1.6.- Tratamiento……………………………………………...27
3.1.6.1.- Oxigenoterapia………………………………….29
3.1.6.2.- Sedación………………………………………...29
3.1.6.3.- Glucocorticoides………………………………...30
3.1.6.4.- Broncodilatadores…………………………….…33
3.1.6.5.- Antibióticos…………………………………..…35
3.1.6.6.- Ciproheptadina (inhibidores de la serotonina)….35
3.1.6.7.- Anti-histamínicos……………………………….35
3.1.6.8.- Ciclosporina A…………………………….…….36
3.1.6.9.- Antagonistas de los receptores de los
leucotrienos……………………………………………….36
3.1.6.10.- Ácidos grasos omega-3……………………...…37
3.1.6.11.- Inmunoterapia alergeno-específica……...……..37
3.2.- Pruebas de función pulmonar………………...………..…..39
3.2.1.- Introducción………………………………..………...39
3.2.2.- Pletismografía……………………………..…………41
3.2.2.1.- Conceptos generales básicos……………………41
3.2.2.2.- Consideraciones prácticas preliminares……...…46
3.2.2.3.- Utilidades de la pletismografía………….………47
3.2.2.4.- Variaciones fisiológicas…………………………48
3.2.2.5.- Variaciones patológicas…………………………50
3.2.2.6.- Variaciones inducidas por fármacos……….……51
3.2.2.7.- Análisis de los resultados obtenidos……….……52

1
4.- Material y método…………………………………………………..55
4.1.- Animales……………………………………………………...…55
4.1.1.- Animales sanos……………………………………….…..55
4.1.2.- Animales con enfermedad bronquial……………………..57
4.1.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y salbutamol.59
4.2.- Pletismógrafo…………………………………………………..61
4.3.- Pletismografía……………………………………...……….….62
4.4.- Estudio estadístico……………………………..…………...…63

5.- Resultados………………………………………………………………67
5.1.- Animales sanos…………………………………………………67
5.2.- Animales con enfermedad bronquial………………..…....69
5.2.1.- Signos clínicos………………………………….…………69
5.2.2.- Signos radiográficos………………………………………70
5.2.3.- Pletismografía………………………………………..……71
5.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y
salbutamol……………………………………………………………..74

6.- Discusión……………………………………………………..………….79
6.1.- Animales sanos…………………………………………………79
6.2.- Animales con enfermedad bronquial………………..……83
6.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y
salbutamol………………………………………………………..……88

7.- Conclusiones…………………………………………………………...95
7.1.- Animales sanos…………………………………………………95
7.2.- Animales con enfermedad bronquial……………..………95
7.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y
salbutamol…………………………………………………………..…95

8.- Resumen / Summary……………………...………………………..99

9.- Bibliografía……………………………………………………..…….103

Anexo I.- Trabajos publicados en relación a esta tesis….115

2
Introducción y
justificación

3
4
1.- Introducción y justificación

La enfermedad bronquial felina es una de las patologías respiratorias de mayor


prevalencia en gatos. La presentación clínica típica puede incluir la combinación
de tos, taquipnea, disnea, ortopnea, anorexia, estornudos e intolerancia al
ejercicio. Consiste en la presencia de una broncoconstricción reversible junto a
una inflamación crónica de las vías aéreas inferiores. Afecta principalmente a
gatos jóvenes o de mediana edad y el diagnóstico diferencial incluye patologías
del espacio pleural, insuficiencia cardiaca congestiva, bronquitis crónica, parásitos
pulmonares, y procesos infecciosos o no infecciosos en vías aéreas, como
neumonías.

En medicina humana, las patologías pulmonares, y especialmente las


enfermedades de presentación crónica, se investigan mediante la utilización de
pruebas de función pulmonar (PFP). Desafortunadamente, en gatos algunas de las
PFP tradicionales que permiten valorar la mecánica respiratoria (resistencia
pulmonar y complianza dinámica) requieren la utilización de anestesia. En otras
PFP como las curvas de flujo-volumen tidal, se pueden realizar con el paciente
consciente siempre y cuando tolere la colocación de una máscara facial, situación
que a menudo genera un evidente estado de nerviosismo.

Aunque estas PFP permiten diferenciar entre animales sanos y enfermos, los
patrones respiratorios se ven influenciados de forma importante por la anestesia y
la utilización de estas máscaras faciales de tal modo que los resultados obtenidos
con estas pruebas no se correlacionan totalmente con el patrón respiratorio que
presenta el paciente en su entorno habitual, con su dueño o bien en la consulta
durante la exploración general.

Recientemente la pletismografía se ha introducido en medicina veterinaria siendo


una de las PFP de elección para su utilización en gatos. Se trata de una prueba que
permite valorar la función pulmonar analizando el patrón respiratorio y, de forma
indirecta, el grado de reactividad bronquial sin tener que someter al paciente a una

5
anestesia ni una situación de estrés ya que la prueba se realiza en una cámara
donde el paciente se puede mover libremente y en un entorno confortable.

Los centros que a nivel mundial disponen de un pletismógrafo suelen realizar


básicamente estudios de experimentación con poblaciones de gatos sanos a los
que se les induce un estado de broncoconstricción. A diferencia de estas
situaciones experimentales, hemos diseñado este trabajo con pacientes reales
porque es importante establecer valores de referencia en gatos con enfermedad
bronquial de curso natural y para demostrar la utilidad clínica de la pletismografía
como prueba complementaria de diagnóstico y monitorización en este tipo de
pacientes.

6
Objetivos

7
8
2.- Objetivos

2.1.- Establecer valores de referencia de los parámetros que aporta la


pletismografía en gatos sanos.

2.2.- Establecer valores de referencia de los parámetros que aporta la


pletismografía en gatos con enfermedad bronquial.

2.3.- Valorar mediante pletismografía la eficacia terapéutica tras 4 semanas de un


protocolo de tratamiento combinado con prednisona a 1 mg/kg/12h PO y
salbutamol inhalado 100 μg /12h en gatos con enfermedad bronquial.

9
10
Revisión
bibliográfica

11
12
3.- Revisión bibliográfica

3.1.- Enfermedad bronquial felina

3.1.1.- Introducción

La enfermedad bronquial felina es una de las patologías respiratorias más


frecuentes en el gato. Consiste en una enfermedad inflamatoria crónica de las vías
aéreas inferiores (bronquios y bronquiolos) a menudo de causa no identificada que
suele afectar principalmente a pacientes jóvenes o de mediana edad (Bay et al,
2004). Otros sinónimos que se han utilizado para definir este grupo de patologías
incluye la enfermedad felina de vías respiratorias bajas, asma felino alérgico,
asma extrínseco, bronquitis alérgica felina, bronquitis eosinofílica, bronquitis
alérgica aguda, enfermedad inmunomediada de las vías aéreas, etc (Padrid, 2000).
Clínicamente, según el grado de afectación, se reconoce por la combinación de
signos clínicos como disnea, taquipnea, respiración ortopneica, tos, estornudos,
anorexia, intolerancia al ejercicio y/o insuficiencia respiratoria.

La enfermedad bronquial felina se manifiesta básicamente de dos formas:


bronquitis crónica o asma bronquial. La bronquitis crónica se define como un
desorden inflamatorio de las vías aéreas inferiores que cursa con tos diaria, una
vez se han descartado otras posibles causas de tos como la insuficiencia cardiaca,
neumonías, o neoplasias. El asma felino está peor definido pero básicamente
consiste en una reducción del diámetro bronquial que suele resolverse de forma
espontánea o bien tras la administración de un tratamiento médico. El asma puede
manifestarse de forma aguda incluyendo episodios graves de disnea aunque en
ocasiones el único signo clínico es la presencia de tos diaria. Debido a la similar
sintomatología de estas dos patologías bronquiales muchas veces no se puede
llegar a diferenciar entre ambas. Para algunos autores no es un factor trascendental
ya que el protocolo terapéutico suele ser el mismo (Padrid, 2008). Otros autores
en cambio opinan que debido a la variabilidad en la sintomatología clínica, la
duración de los signos, los hallazgos radiológicos, la citología bronquial y la
evaluación de la respuesta al tratamiento, es muy importante intentar caracterizar

13
el tipo de enfermedad bronquial de nuestros pacientes (asma bronquial, bronquitis
aguda, bronquitis crónica, bronquitis asmática crónica, bronquitis crónica con
enfisema, etc) para poder administrar el tratamiento más adecuado y dar un
pronóstico lo más preciso posible (Moise et al, 1989).

Por desgracia no se dispone de pruebas diagnósticas ni signos clínicos


patognomónicos para identificar la patología bronquial (Corcoran et al, 1995;
Padrid, 2000). En medicina humana las PFP permiten clasificar los problemas
bronquiales en diferentes subcategorías como bronquitis crónica, asma bronquial,
o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Moise et al, 1989). El diagnóstico
definitivo de enfermedad obstructiva bronquial solamente puede realizarse
mediante histopatología o bien pruebas diagnósticas de función pulmonar
midiendo la resistencia bronquial, las curvas de volumen-flujo tidal, o el índice de
broncoconstricción (Penh) mediante pletismografía (Cooper et al, 2003).

3.1.2.- Epidemiología y factores de riesgo

Cualquier gato puede tener enfermedad bronquial. Según algunos estudios


publicados, como el que se realizó en el New York State College of Veterinary
Medical Teaching Hospital entre enero de 1980 y junio de 1986 con 65 gatos, se
ha visto una mayor prevalencia en gatos hembras y de edad avanzada (Moise et al,
1989). Por el contrario, la gran mayoría de estudios recientes afirman que se trata
de una patología más comúnmente observada en pacientes jóvenes o de mediana
edad. Los gatos siameses suelen estar más afectados y manifiestan los signos
clínicos de forma más grave y crónica (Cohn, 2007b; Johnson, 2005; Clercx,
2006a; Dye et al, 1996). La prevalencia de enfermedad broncopulmonar en gatos
adultos se estima que está alrededor del 1%, pudiendo ser superior al 5% en gatos
siameses (Padrid, 2009; Cohn et al, 2008).

Los alergenos, la polución ambiental y las sustancias irritantes presentes en el


ambiente son los responsables de que se produzca un cuadro clínico de
enfermedad bronquial tanto en medicina humana como en el caso de los gatos
(Corcoran et al, 1995). El diagnóstico diferencial de un gato con sospecha de
enfermedad bronquial debe incluir la bronquitis crónica, edema pulmonar

14
secundario a insuficiencia cardiaca, infecciones víricas, bacterianas o por
Mycoplasma spp, cuerpos extraños en vías aéreas, parásitos del tracto respiratorio
como Paragonimus, Aelurostrongylus y Capillaria, infección por Bordetella,
enfermedades del parénquima pulmonar, derrame pleural, neumotórax, procesos
tumorales, traumatismos, toxinas, etc.

Desafortunadamente muchas veces no se llega a identificar el agente etiológico


responsable del proceso inflamatorio. Es en esos casos cuando se suele establecer
un diagnóstico presuntivo de enfermedad bronquial felina (Foster et al, 2004).

3.1.3.- Fisiopatología

Al igual que ocurre en medicina humana, no se conocen con exactitud los factores
que desencadenan la aparición de la enfermedad bronquial felina. Se caracteriza
por una respuesta inmunitaria controlada por células Th2. Estas células se activan
a partir de un estímulo generado por alergenos o partículas irritantes inhaladas
presentes en el entorno del paciente, y favorecen la producción de citocinas (IL-3,
IL-4, IL-5, IL-9 y IL-13 entre otras). Las citocinas son mediadores solubles de
carácter proteico que modulan las reacciones inmunológicas, y la participación de
otras células y sistemas durante el curso de una respuesta inmunitaria. Mediante
una reacción de hipersensibilidad tipo I desencadenan la producción de
anticuerpos IgE alergeno-específicos, atraen células inflamatorias, potencian la
hiperreactividad de las vías aéreas y estimulan la remodelación tisular pulmonar
(Corcoran et al, 1995; Cohn, 2007b). Los anticuerpos IgE tienen mucha afinidad
por los receptores Fc epsilon de los mastocitos. Cuando se repite la exposición al
alergeno desencadenante, la unión con los anticuerpos IgE activa una señal
intracelular que provoca la degranulación de los mastocitos liberándose
mediadores inflamatorios como histamina, serotonina y factores quimiotácticos de
eosinófilos. Los mastocitos también se estimulan para generar leucotrienos y
citocinas (Norris et al, 2003; Padrid, 2009). La mayoría de investigaciones
relacionadas con la inmunología e inmunopatología de la enfermedad bronquial
felina se han centrado en valorar el papel que desempeñan los anticuerpos IgE,
pero se ha determinado que otras inmunoglobulinas como la IgG son también

15
capaces de potenciar la respuesta alérgica uniéndose a mastocitos y activando su
degranulación (Norris et al, 2003).

Clínicamente estos mediadores son responsables de los cambios que acontecen a


nivel bronquial. Se suele producir una importante inflamación, edema del epitelio
bronquial, y una hipertrofia que dará lugar a alteraciones estructurales que van
desde simples daños por erosión o úlceras hasta cambios metaplásicos. La
hiperactividad de la mucosa glandular implica una mayor producción de moco por
parte de las células caliciformes y las glándulas de la submucosa. Además se
produce la contracción de la musculatura lisa bronquial y quimiotaxis de células
inflamatorias (Figura 1) (Padrid, 2000; Reinero, 2008b).

Estos cambios son reversibles en algunos gatos pero en casos de inflamación


crónica puede tratarse de lesiones irreversibles como fibrosis de vías aéreas o
enfisema (Bay et al, 2004). La inflamación crónica de las vías aéreas y la
obstrucción puede provocar una dilatación permanente de vías aéreas
(bronquiectasis) y pérdida de las estructuras de soporte elástico del parénquima
pulmonar (enfisema) (Cooper et al, 2003; Clercx, 2006a). Ambas alteraciones
pueden detectarse radiográficamente o bien histológicamente.

La grave obstrucción de las vías respiratorias inferiores desencadena un estado de


distensión pulmonar ya que el pulmón es incapaz de exhalar completamente el
volumen de aire inspirado provocando un estado de atrapamiento de aire (Cooper
et al, 2003). Una de las posibles complicaciones de la enfermedad bronquial es la
formación de neumotórax a partir de un enfisema. El neumotórax puede ocurrir a
partir de la reducción del diámetro bronquial y el atrapamiento de aire. En los
casos más graves, durante la espiración se incrementa considerablemente la
presión intrapleural comprimiéndose aún más el bronquio. Debido al colapso de
las vías aéreas el aire queda atrapado tras la obstrucción. Con cada nueva
respiración el aire podrá acceder a las vías aéreas terminales durante la inspiración
pero no podrá salir en la fase de espiración provocando una distensión dinámica e
imposibilitando que el pulmón recupere su volumen normal al final de la
espiración (Stewart et al, 1996).

16
Esta distensión puede incrementar considerablemente la presión en las vías aéreas
tras la obstrucción generando un estado de presión espiratoria final positiva
intrínseca (PEFP). Este PEFP intrínseco se define como la diferencia de presión
entre los alvéolos y la presión en la entrada de la vía aérea. Con el incremento de
la presión alveolar, las paredes y septos alveolares se rompen de tal modo que se
permite el paso de aire inspirado hacia el espacio pleural generando un
neumotórax. En cualquier caso, la incidencia de esta complicación es mínima, ya
que tal y como se vio en un estudio retrospectivo realizado en el Hospital
Veterinario de la Universidad de Pennsylvania al evaluar 421 casos de gatos con
enfermedad bronquial, solamente 5 pacientes (1,2%) presentaron neumotórax
secundario. En casos extremos se pueden formar bullas pulmonares o enfisema y
si se produce una rotura del parénquima dar lugar a un neumotórax a tensión.

El daño en las vías aéreas viene también condicionado por las lesiones
ocasionadas por un estrés oxidativo de la mucosa (Johnson, 2005). En otras
ocasiones debido al exceso de secreciones se puede producir obstrucción de
bronquios principales y la consiguiente atelectasia ya que el aire residual del
lóbulo afectado finalmente se reabsorbe (Bay et al, 2004).

La reducción del flujo de aire a través de las vías aéreas se rige por la ley de
Poiseuille que postula que “el flujo de aire que circula a través de bronquios o
bronquiolos es proporcional al radio del mismo elevado a la cuarta potencia”. Por
lo tanto, una reducción del 50% en el tamaño de la luz bronquial supone un
incremento de resistencia al flujo aéreo 16 veces superior. Esta resistencia
también se ve significativamente influenciada por la cantidad de moco, el edema y
el grado de broncoconstricción (Bay et al, 2004; Padrid, 2000). Del mismo modo,
a menudo pequeños incrementos en el diámetro bronquial supondrán una mejoría
clínica considerable.

17
Figura 1.- Fisiopatología de la enfermedad bronquial felina.

3.1.4.- Signos clínicos

La enfermedad bronquial se define como una alteración (infección, inflamación,


broncoconstricción) de las vías aéreas localizada distalmente a la bifurcación de la
tráquea exceptuando patologías que se originen o que afecten mayoritariamente a
los alvéolos, el intersticio, la vascularización o la pleura (Moise et al, 1989). El
diagnóstico de enfermedad bronquial inicialmente se realiza en base a signos
clínicos siempre y cuando no concurran evidencias clínicas de enfermedad del
tracto respiratorio superior (descarga ocular o nasal, estornudos frecuentes, úlceras
orales, concomitantes con enfermedad de vías altas,…), y una interpretación
radiografía compatible, aunque este último punto no siempre se cumple (Moise et
al, 1989; Corcoran et al, 1995).

Los signos clínicos pueden ser variados. La presentación clínica típica puede
incluir la combinación de tos, taquipnea, disnea, ortopnea, anorexia, estornudos,
intolerancia al ejercicio, etc (Corcoran et al, 1995). Algunos gatos con enfermedad
bronquial pueden tener tos de forma diaria intercalada con periodos en los que
están totalmente asintomáticos; otros pueden tener taquipnea en reposo. La tos
puede estar presente de forma muy sutil y ocasional en pacientes con afectación

18
leve, o bien ser persistente y grave durante los episodios de broncoconstricción
severa (Padrid, 2009).

En casos graves es habitual identificar un componente abdominal en el patrón


respiratorio y un tórax “en tonel” (debido al atrapamiento de aire) con una
ausencia de ruidos normales a la auscultación pulmonar debido a la falta de flujo
de aire. Al realizar percusión sobre el tórax se puede detectar un incremento en la
resonancia (Johnson, 2005). La ausencia total de sonidos respiratorios a la
auscultación en un gato con distrés respiratorio puede indicar la presencia de una
patología pleural o bien una grave broncoconstricción con una circulación mínima
de aire a través de las vías aéreas (Dye, 1992).

La insuficiencia respiratoria es más evidente en la fase espiratoria. A veces se


auscultan crepitaciones y sibilancias siendo estas últimas más frecuentes en los
casos de enfermedad bronquial (Padrid, 2008; Johnson, 2005). Se puede hacer un
diagnóstico bastante acertado de enfermedad bronquial si los signos clínicos
aparecen de forma repentina y se revierten rápidamente tras administrar oxígeno,
broncodilatadores y glucocorticoides (Padrid, 2000).

En función de la duración de los signos clínicos, el curso de la enfermedad se


puede clasificar en hiperagudo (inferior a 24 horas), agudo (inferior a 1 mes),
subagudo (entre 1 mes y 6 meses) o crónico (superior a 6 meses).

3.1.5.- Diagnóstico

Aunque la analítica sanguínea, el análisis de orina, y los exámenes coprológicos


ayudan a evaluar el estado de salud del gato y a descartar otras patologías, la
radiografía y el examen citológico del lavado bronco-alveolar (LBA) son dos de
las pruebas más útiles para el diagnóstico de enfermedad bronquial felina (Cohn,
2007b).

19
3.1.5.1.- Radiología

El tipo de patrón radiográfico no siempre coincide con el grado de afectación


respiratoria. Un cuadro de broncoconstricción aguda con unas radiografías
normales no descarta el diagnóstico de enfermedad bronquial. Algunos gatos con
infiltrados pulmonares evidentes pueden mostrar otros signos radiológicos
compatibles con broncoconstricción (Johnson, 2005). Los hallazgos radiológicos
más habituales incluyen la combinación de un patrón bronquial/broncointersticial,
evidencia de distensión pulmonar con incremento de la radiolucencia pulmonar, y
extensión del pulmón llegando a nivel de la primera vértebra lumbar (Figuras 2-4)
(Moise et al, 1989; Corcoran et al, 1995; Johnson, 2005). En un estudio realizado
con una población de 65 gatos con enfermedad bronquial se identificaron tres
tipos diferentes de hiperinsuflación pulmonar: temporal (se produjo una
resolución espontánea), de resolución parcial (el problema se resolvió
administrando broncodilatadores), e irreversible (la hiperinsuflación era
permanente y alguno de los pacientes tenía enfisema, bronquitis y/o bronquiolitis)
(Moise et al, 1989).

En un 10% de los pacientes se identifica atelectasia del lóbulo pulmonar medio


derecho con el consiguiente desplazamiento del mediastino hacia la derecha. Esta
atelectasia se origina debido a la acumulación de moco dentro del bronquio. Suele
afectarse en mayor proporción este lóbulo debido a que anatómicamente es la
única vía aérea que presenta una orientación dorso-ventral dentro del árbol
bronquial y que por lo tanto está sujeta a los efectos de la gravedad. En algunos
casos también se colapsa la porción caudal del lóbulo craneal izquierdo (Moise et
al, 1989). En casos muy graves se pueden observar infiltrados focalizados en
múltiples lóbulos pulmonares. La causa de estos cambios radiológicos conlleva un
dilema para el clínico ya que el mismo hallazgo radiológico puede aparecer en
casos de neoplasia, neumonía intersticial difusa o edema (Padrid, 2008; Padrid,
2009). Algunos pacientes crónicos muestran calcificaciones bronquiales
secundarias a la propia enfermedad o bien debidas a la administración crónica de
glucocorticoides (Mantis et al, 2008).

20
Figura 2.- Hallazgos radiográficos en posicionamiento latero-lateral. A, Patrón bronquial
generalizado; B, Hiperinsuflación pulmonar; C, Calcificaciones bronquiales; D,
Hiperinsuflación pulmonar y enfisema pulmonar.

Figura 3.- Hallazgos radiográficos en posicionamiento dorso-ventral. A, Patrón bronquial


generalizado leve; B, Patrón bronquial más evidente con aerofagia y detalle de tórax en
forma de tonel debido a estado de hiperinsuflación pulmonar.

21
Figura 4.- Hallazgos radiográficos en posicionamiento dorso-ventral. A, Patrón bronquial y
atelectasia del lóbulo pulmonar medio derecho; B, Atectasia del lóbulo pulmonar apical
izquierdo y presencia de múltiples infiltrados pulmonares.

3.1.5.2.- Análisis laboratoriales

- Hematología

No existen cambios específicos de enfermedad bronquial en la analítica


sanguínea. El 20-30% de los gatos afectados presenta eosinofilia periférica pero
este hallazgo no es específico ya que también se observa en pacientes sanos y
además puede asociarse a la presencia de parásitos intestinales, pulmonares,
ectoparásitos o filarias (Cohn, 2007b; Johnson, 2005).

El recuento de eosinófilos en sangre periférica no es útil para predecir el tipo


celular predominante en la citología de exudados bronquiales obtenidos mediante
la técnica de LBA. En un estudio realizado con 65 gatos con enfermedad
bronquial, 12 de ellos (18%) presentaba eosinofilia circulante (>2.300/µl). Tras
realizar el LBA se observó que de los 12 pacientes, 4 tenían un componente
celular predominantemente eosinofílico, en 3 había una mayor población de

22
neutrófilos, en 1 predominaban los macrófagos, en 3 se trataba de un exudado
celular mixto, y en 1 no se obtuvo muestra. En el mismo estudio se detectó
hiperproteinemia sin deshidratación (>7,5 g/dl) en 21 pacientes (32%), lo cuál se
correlaciona con una respuesta inmunológica (Moise et al, 1989). Aunque es
infrecuente, si el paciente presenta hipoxemia crónica puede haber elevaciones en
el hematocrito.

En cualquier gato con tos o dificultad respiratoria debe considerarse el realizar la


prueba de detección de anticuerpos y/o antígenos de parásitos cardiacos (Johnson,
2005).

- Examen coprológico

Un examen coprológico en gatos con sospecha de enfermedad bronquial, ayuda a


descartar la presencia de parásitos respiratorios. La incidencia de parásitos a nivel
cardio-respiratorio es mucho menos frecuente en gatos que en perros
(aproximadamente el 10% de la prevalencia esperada en perros de la misma
región). Estos parásitos pueden provocar signos de tos, disnea y asociarse a
eosinofilia periférica o bien de vías aéreas. Idealmente se deberían realizar
pruebas para detección de antígenos y anticuerpos de filarias para descartar dicha
infección (Cohn 2007b; Johnson, 2005).

3.1.5.3.- Lavado bronco-alveolar

Hasta hace unos 30 años se consideraba que los eosinófilos jugaban un papel
beneficioso en el sistema inmunitario realizando una función de protección frente
a la infestación de parásitos. Sin embargo, en los últimos 20 años se ha visto
claramente que la presencia de estas células en el momento y lugar incorrecto
puede provocar un daño celular y tisular considerable (Padrid, 2009).

El examen citológico de la muestra obtenida por LBA suele mostrar evidencias de


inflamación de las vías aéreas ya que hay un incremento en el número de
eosinófilos y neutrófilos (Figura 5). Aunque se trata de una técnica sencilla y
rápida no está exenta de riesgos ya que implica el hecho de tener que anestesiar al

23
paciente. Por eso algunos autores no la realizan de forma rutinaria y, al no
disponer de pruebas de diagnóstico patognomónicas, realizan el diagnóstico
presuntivo en base a la historia clínica, los hallazgos radiológicos y la respuesta al
tratamiento. Únicamente se plantean realizar un LBA en aquellos casos en que el
paciente no responde al tratamiento convencional (Padrid, 2009).

En un estudio se observaron los siguientes porcentajes en el recuento celular de


gatos con enfermedad bronquial: neutrófilos (33%), eosinófilos (24%),
macrófagos (22%), y población celular mixta (21%) (Moise et al, 1989).

Un incremento considerable en el recuento de estas células se correlaciona con


una mayor gravedad del cuadro clínico por lo que el LBA puede utilizarse como
forma de control terapéutico (Johnson, 2005; Cohn, 2007b). De todos modos es
importante destacar el hecho que muchos gatos sanos pueden tener recuentos de
eosinófilos de hasta el 25% en una muestra obtenida por LBA. Su presencia no es
dañina y no puede considerarse como indicativo de alergia o presencia de
parásitos (Padrid, 2009; Johnson, 2005).

En cuanto a las poblaciones celulares de tipo inflamatorio que se pueden


identificar en las muestras obtenidas por LBA, se ha constatado que en los
pacientes con enfermedad bronquial tipo asma felino predominan los eosinófilos,
mientras que en pacientes con bronquitis crónica suele haber un mayor recuento
de neutrófilos. Aunque este hecho no sea concluyente para realizar el diagnóstico
definitivo, ya que existe la interferencia con los recuentos celulares en gatos
sanos, puede ayudar a orientar el diagnóstico para así poder dar un pronóstico algo
más preciso (Padrid, 2000).

El hecho de que haya una mejoría clínica tras administrar la medicación oportuna
no implica que el proceso inflamatorio subyacente se haya resuelto. Una buena
opción es repetir los LBA durante periodos de aparente remisión para demostrar la
resolución de la inflamación tras interrumpir la administración de
glucocorticoides (Cohn, 2007b).

24
Figura 5.- Presencia de neutrófilos y eosinófilos en dos muestras obtenidas mediante LBA.

- Cultivos

Aunque la enfermedad bronquial no es un proceso infeccioso y las vías aéreas o el


parénquima pulmonar no son medios estériles, se debe hacer cultivo bacteriano de
las muestras obtenidas a partir de LBAs. Es complicado interpretar cultivos
bacteriológicos positivos ya que también se obtienen crecimientos a partir de
muestras de gatos sanos. Algunos agentes inicialmente considerados patógenos
como Klebsiella y Pseudomonas spp se han aislado de vías aéreas en gatos sanos
(Dye, 1992). Un cultivo positivo no necesariamente demuestra que realmente
haya infección de vías aéreas. En general, solamente se recomienda administrar
antibioterapia cuando existe evidencia clara de infección concomitante de vías
aéreas (Padrid, 2000). La patología bronquial a veces se puede complicar con
estas infecciones concomitantes exacerbando los signos clínicos a través de la
respuesta inflamatoria bronquial (Cohn, 2007b).

25
Se ha aislado Mycoplasma spp en un 21-40% de gatos con enfermedad bronquial
pero no a partir de muestras de gatos sanos (Padrid et al, 1991). Este tipo de
microorganismos (y ciertos virus) pueden degradar la endopeptidasa neutral, la
cuál es un enzima responsable de la biodegradación de la sustancia P, una proteína
capaz de causar broncoconstricción y edema en las vías aéreas de los gatos. El
Mycoplasma spp indirectamente prolonga el efecto de esta sustancia P en la
musculatura de las vías aéreas, por lo que es posible plantearse que estos
microorganismos pueden ser los responsables de que los niveles de sustancia P
estén incrementados en las vías aéreas y así se favorezca la broncoconstricción
espontánea (Padrid, 2009).

3.1.5.4.- Broncoscopia

Esta técnica no suele ser necesaria para el diagnóstico y además puede resultar un
procedimiento demasiado arriesgado en gatos comprometidos a nivel respiratorio.
Solamente se debería plantear como una opción cuando tras 6-7 días de
corticoterapia agresiva los signos clínicos no cesan ni disminuyen (Padrid, 2009).

3.1.5.5.- Histopatología

Las lesiones histológicas observadas en gatos con enfermedad bronquial incluyen


una reducción de la luz bronquial, hiperplasia de la musculatura lisa bronquial,
infiltrados eosinófilos en la pared y la luz del bronquio, hipertrofia e hiperplasia
de células epiteliales y glándulas mucosas, y erosión del epitelio bronquial.
También pueden identificarse infiltrados linfoplasmocitarios en la capa adventicia
de bronquios y bronquiolos (Corcoran et al, 1995). En casos crónicos suele
observarse fibrosis subepitelial. En pacientes con enfermedad bronquial no
complicada no existe destrucción de las paredes alveolares (enfisema) ni
abundantes secreciones bronquiales purulentas como en la bronquitis crónica
(Figura 6) (West, 2008).

26
Figura 6.- Histopatología. A, Hiperplasia de la musculatura lisa bronquial en un paciente con
enfermedad bronquial; B, Reacción linfoide peribronquial; C, Infiltrados inflamatorios
peribronquiales en un gato con bronquitis eosinofílica; D, Enfisema pulmonar.

3.1.6.- Tratamiento

No todos los gatos con enfermedad bronquial se medican del mismo modo.
Aquellos que presentan signos clínicos leves o esporádicos se medican de forma
diferente a los que muestran signos más graves o de forma continuada. Idealmente
se debería evitar la exposición al alergeno o sustancia ambiental irritante
responsable (humo, aerosoles, perfumes, productos de limpieza, etc.) pero resulta
prácticamente imposible ya que en la mayoría de los casos no se puede identificar
el agente etiológico. Los fármacos que se suelen administrar a este tipo de
pacientes se dividen en dos grupos principales: los fármacos “de rescate”, los
cuales son capaces de revertir la broncoconstricción de forma prácticamente
inmediata, y los fármacos “controladores o de mantenimiento”, que previenen la
aparición de nuevos episodios de broncoconstricción a partir de su efecto anti-
inflamatorio. En el primer grupo se incluyen los fármacos beta-2 agonistas y las
xantinas, que son los broncodilatadores más comúnmente utilizados, mientras que

27
los glucocorticoides son los de elección para tener un control a medio y largo
plazo (Corcoran et al, 1995; Cohn, 2007b).

Es importante definir el grado de afectación para establecer el tratamiento más


adecuado. Si los signos clínicos aparecen menos de dos veces por semana algunos
autores recomiendan no dar medicación de forma crónica y tratar al paciente
únicamente con broncodilatadores en los momentos de crisis disneica. Si los
signos ocurren de forma diaria sin estar recibiendo medicación se supone que
existe un proceso inflamatorio y en esos casos es fundamental tratar la
inflamación y no solamente la broncoconstricción (Padrid, 2007). Si la
presentación clínica aparece de forma continuada se considera que es un cuadro
leve cuando el gato no tiene dificultad para comer, beber, jugar entre ataques, etc.
Se considera una presentación moderada cuando se altera la conducta normal, es
decir, puede descansar sin dificultad pero por la noche suele tener episodios de
tos, los signos no son constantes o no hay disnea durante la mayor parte del día.
Finalmente se considera un cuadro grave cuando los episodios de
broncoconstricción son constantes y hay una limitación evidente de la actividad
normal (Padrid, 2000).

Incluso los pacientes más gravemente afectados suelen responder favorablemente


al protocolo farmacológico convencional en minutos u horas. Sin embargo en
unos pocos casos la insuficiencia respiratoria no se reduce y se debe contemplar la
opción de un manejo terapéutico alternativo. Las posibles razones que
justificarían esta pobre respuesta incluyen un diagnóstico incorrecto, una
patología broncopulmonar en fase terminal, o el desarrollo de complicaciones
asociadas a la enfermedad bronquial como un neumotórax (Cooper et al, 2003).

La respuesta al tratamiento es también una forma indirecta de llegar a un posible


diagnóstico. Los broncodilatadores son fármacos de acción rápida y muy eficaz en
las crisis agudas ya que relajan la musculatura bronquial incrementando el
diámetro de las vías aéreas a los pocos minutos de haber sido administrados. Por
otro lado los glucocorticoides son los fármacos de primera elección dentro de la
terapia de mantenimiento de la enfermedad bronquial felina. Estos fármacos
permiten controlar los signos clínicos, prevenir su progresión y evitar daños

28
irreparables en el parénquima pulmonar (Cohn, 2007b; Reinero et al, 2005). La
gran mayoría de gatos con enfermedad bronquial responden a dosis elevadas de
glucocorticoides a los 5-7 días (Padrid, 2008). En el estudio realizado por Sydney
Moïse et al. con 65 gatos enfermos, tras evaluar a 57 de ellos observó que el 51%
de los gatos tuvo una resolución de los signos clínicos mientras que el 49%
requirió medicación de forma continuada con broncodilatadores, antibioterapia o
glucocorticoides (Moise et al, 1989).

3.1.6.1.- Oxigenoterapia

Cuando un gato se presenta con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda y


grave (con cianosis o respirando con la boca abierta), antes de realizar ninguna
prueba de diagnóstico se debe estabilizar al paciente reduciendo al mínimo el
grado de estrés. Se debe administrar oxígeno al 40%-60% mediante diversos
métodos (una cámara de oxigenación, incubadora, etc.) y un broncodilatador
(terbutalina 0.01 mg/kg IM, IV, SC; Terbasmin®). Si es posible se administrará
también un broncodilatador inhalado. El de elección es el albuterol o salbutamol
(Ventolin®). Lo esperable sería obtener una respuesta positiva en los primeros 30-
45 minutos con la consiguiente reducción de la frecuencia respiratoria y el
esfuerzo espiratorio. Si no responde favorablemente se debe volver a administrar
el broncodilatador y añadir un fármaco corticoesteroide de acción rápida
(dexametasona 0.25-2 mg/kg IV, IM) (Johnson, 2005).

3.1.6.2.- Sedación

A menudo es aconsejable sedar al paciente para poder manejarlo con mayor


tranquilidad. El tener que tomar esta decisión puede ser complicado ya que de
entrada desconocemos la causa del distrés respiratorio y pueden aparecer
complicaciones asociadas a los efectos secundarios de los fármacos administrados
(sobre todo si se trata de un paciente cardiópata). Se debe evitar el uso de
fármacos y dosis que puedan causar depresión respiratoria o que favorezcan a la
aparición de arritmias. Si no se dispone de un acceso intravenoso y pensamos que
puede ser un paciente cardiópata, una buena combinación de fármacos es
butorfanol (0.05-0.2 mg/kg) junto a midazolam (0.2-0.5 mg/kg) IM. Otra

29
alternativa sería administrar acepromacina (0.01-0.05 mg/kg) más ketamina (0.2
mg/kg) IM ya que la ketamina tiene también potencialmente propiedades
broncodilatadoras. Si se dispone de acceso intravenoso se puede administrar
igualmente la combinación de butorfanol más midazolam, o también diazepam (5
mg/mL) más ketamina (100 mg/mL) mezclados en proporción 1:1 y
administrando 0.05-0.15 mL/Kg.

3.1.6.3.- Glucocorticoides

Los glucocorticoides son los fármacos de primera elección de mantenimiento


dentro de la terapia de la enfermedad bronquial felina ya que reducen la migración
de células inflamatorias hacia las vías aéreas inhibiendo la síntesis de los genes
que producen las citocinas. Resulta fundamental suprimir, en la medida de lo
posible, el componente inflamatorio de la patología para así controlar los signos
clínicos, prevenir su progresión y evitar daños irreparables a nivel pulmonar como
la remodelación crónica de las vías aéreas (Cohn, 2007b; Reinero et al, 2005). En
los casos de crisis asmática aguda grave se debe hospitalizar al paciente y seguir
el protocolo terapéutico anteriormente descrito. En casos menos graves que no
ponen en riesgo la vida del paciente el protocolo inicial suele consistir en
administrar prednisolona a dosis de 1 mg/kg cada 12 horas PO durante 1-2
semanas y posteriormente, si la respuesta es favorable, reducir la dosis a la mitad
cada 24 horas o incluso cada 48 horas volviendo a dosis anteriores en caso de
recidiva de los signos clínicos. El objetivo principal es intentar administrar la
mínima dosis eficaz. El 50% de los gatos con enfermedad bronquial suelen
requerir glucocorticoterapia de por vida (Johnson, 2005; Padrid, 2009).

En medicina humana los glucocorticoides inhalados se utilizan de forma rutinaria


en el tratamiento de asma y bronquitis crónica para reducir la inflamación, la
reactividad bronquial y la remodelación de las vías aéreas (Reinero et al, 2005).
La principal ventaja de la medicación inhalada consiste en que al tener una acción
totalmente localizada en la mucosa bronquial se consigue anular los efectos
secundarios asociados a la administración crónica por vía oral (pancreatitis,
diabetes insulino-resistente,…). Aunque también se utiliza en gatos con
problemas bronquiales crónicos, hasta hace pocos años no se han establecido unos

30
criterios que permitan valorar de forma objetiva la eficacia del tratamiento
(Kirschvink et al, 2004a).
El corticoide inhalado más comúnmente utilizado es el propionato de fluticasona.
La afinidad por sus receptores es incluso 18 veces mayor que la que posee la
dexametasona. Esta molécula actúa a través de la mucosa bronquial. Su
biodisponibilidad vía oral es mínima debido a que tiene una absorción muy pobre
a través del epitelio intestinal. Este hecho explica la ausencia de efectos
secundarios a nivel sistémico. Necesita un plazo de 1-2 semanas para optimizar su
eficacia debido a que la absorción a través de la mucosa bronquial es menor. En
España este fármaco está disponible en la presentación de 50 ó 250 µg/pulsación.
Algunos estudios afirman que en gatos con presentación clínica leve o moderada,
la administración de 110 µg cada 12 horas de forma diaria tiene la misma eficacia
clínica que si se administra una dosis vía oral de prednisona de 5 mg/kg cada 12
horas. Los gatos con una presentación clínica más grave suelen necesitar dosis
superiores de 250 µg cada 12 horas. La administración de dosis superiores diarias
no se correlaciona con una mayor eficacia (Padrid, 2008). Otro estudio publicado
recientemente afirma que el número de eosinófilos detectados en la citología de
un LBA no varía según se utilice propionato de fluticasona a concentraciones de
44 µg, 110 µg ó 220 µg (Cohn et al, 2008).

En un estudio a pequeña escala con 5 gatos se valoró la eficacia del propionato de


fluticasona analizando los datos obtenidos mediante pletismografía y los hallazgos
de las radiografías y broncoscopias antes y después de administrar propionato de
fluticasona inhalada durante 7 días. Se determinó mediante pletismografía el
grado de reactividad bronquial (Carb-Penh300%, concentración de carbacol
necesaria para inducir un incremento del 300% en el valor basal de Penh; ver
sección 3.2.2.3.), y se establecieron unos criterios de valoración para las
radiografías y la broncoscopia mediante un sistema de puntuación. También se
analizó la citología obtenida por LBA. Los resultados obtenidos demostraron que
la administración de propionato de fluticasona a dosis de 250 µg cada 24 horas
durante una semana reduce de forma significativa la reactividad bronquial y el
porcentaje de células inflamatorias en el LBA, así como la tabla de valoración
broncoscópica al disminuir el proceso inflamatorio (Kirschvink et al, 2004a).

31
En otro estudio realizado con una población de gatos de experimentación a los
que se les indujo una broncoconstricción mediante exposición al alergeno (Ascaris
suum), se comparó la eficacia terapéutica según se administrara prednisolona (1
mg/kg cada 12 horas PO), propionato de fluticasona inhalada (500 µg cada 12
horas) o propionato de fluticasona inhalada combinada con salmeterol (500 + 100
µg cada 12 horas). Mediante pletismografía se realizó un test de
broncorreactividad midiendo la variable Carb-Penh 300% y un LBA 72 horas
después de la exposición al alergeno. Los resultados mostraron que a estas dosis
había una reducción estadísticamente significativa en cuanto a la
broncorreactividad y al recuento de eosinófilos en el LBA. La administración de
fluticasona inhalada y la combinación de propionato de fluticasona + salmeterol
mostraron el mismo nivel de eficacia que la prednisona administrada vía oral, por
lo que se concluye que la medicación inhalada debe considerarse una valiosa
alternativa al tratamiento convencional (Kirschvink et al, 2005a).

En medicina humana para el tratamiento del asma se utilizan los dispositivos en


forma de aerosol inhalado. Estos sistemas requieren que haya una perfecta
coordinación del paciente entre el momento de la pulsación del dispositivo y la
inhalación del fármaco. Al igual que ocurre con los niños pequeños, en nuestros
pacientes este procedimiento resulta muy complicado. Para solucionar esta falta
de coordinación se debe asociar el dispositivo de inhalación a una cámara de
inhalación especialmente adaptada de humana o bien otros modelos especialmente
diseñados para su utilización en gatos (Padrid, 2000).

En gatos muy nerviosos y poco colaboradores que no toleran la medicación vía


oral ni inhalada se puede administrar una inyección intramuscular de
metilprednisolona a dosis de 10-20 mg/gato cada 2-8 semanas (Johnson, 2005).
Este tipo de medicación debería evitarse en la medida de lo posible con el fin de
evitar efectos secundarios indeseables como incremento de peso, diabetes mellitus
o inmunosupresión; además está contraindicada en pacientes cardiópatas,
diabéticos o con procesos infecciosos (Padrid, 2009).

32
3.1.6.4.- Broncodilatadores

Dentro del protocolo de terapia de urgencia es importante administrar un


broncodilatador inhalado para intentar revertir el estado de broncoconstricción. El
de elección es el albuterol o salbutamol (Ventolin®). Se trata de un β2-agonista de
acción rápida muy efectivo en las crisis agudas ya que relaja la musculatura
bronquial e incrementa el diámetro de las vías aéreas a los 5 minutos de haber
sido administrado. Su efecto alcanza las 3-6 horas. El salbutamol puede
administrarse una vez al día antes del corticoide inhalado o bien a demanda según
aparezcan signos clínicos de tos o sibilancias. En casos de emergencia se puede
dar incluso cada 30 minutos o cada 4-6 horas sin mostrar efectos adversos
importantes (Padrid, 2008). También se puede administrar terbutalina por vía
parenteral (0.01 mg/kg SC/IM) ya que es fácil de administrar y actúa rápidamente
(Cohn, 2007b). La aminofilina tiene una actividad broncodilatadora menor que la
terbutalina por lo que no es un fármaco de primera elección. Los
broncodilatadores además permiten reducir la dosis de glucocorticoides necesarios
para el control de los signos clínicos. Se prefieren los β2-agonistas porque
producen una broncodilatación más eficaz con menos efectos secundarios
básicamente a nivel cardiaco (Johnson, 2005; Padrid, 2009).

En medicina humana se ha constatado que el uso abusivo o crónico de salbutamol


inhalado se asocia a un incremento en el riesgo de muerte. La mayoría de β2-
agonistas inhalados están compuestos por dos enantiómeros racémicos (R,S
salbutamol). Estas dos moléculas se encuentran mezcladas en una proporción 1:1.
El enantiómero R-salbutamol posee propiedades broncodilatadoras y efecto
antinflamatorio mientras que el enantiómero S-salbutamol paradójicamente se ha
asociado a incrementos en la hiperreactividad bronquial y a efectos pro-
inflamatorios (Milgrom, 2006). Se cree que el empeoramiento de los signos
clínicos en humanos que toman la forma racémica de salbutamol se debe al hecho
de que debido a un metabolismo mucho más enlentecido se acumula la forma S- a
nivel pulmonar. En un estudio realizado con 6 gatos sanos de experimentación se
observó un mayor recuento de neutrófilos en una muestra de LBA en aquellos
animales a los que se les había administrado el enantiómero S-. En otro estudio
similar se indujo un estado de reactividad bronquial de forma experimental a una

33
población de gatos y también se evidenció que el número de eosinófilos en el
LBA era superior en aquellos pacientes que habían recibido la forma racémica o
bien el enantiómero S-. Por lo tanto parece razonable no utilizar la forma racémica
en gatos asmáticos como parte de una terapéutica de aplicación crónica. Es
importante reconsiderar las recomendaciones presentes en la literatura acerca de la
utilización de broncodilatadores como terapia única en pacientes con un grado
moderado de enfermedad bronquial. En cualquier caso, a pesar de estas
afirmaciones es necesario destacar el papel que juegan dichos fármacos en el
manejo de las crisis agudas (Reinero et al, 2008a).

Debido a esta broncoconstricción paradójica que provoca el enantiómero S-,


algunos autores prefieren utilizar broncodilatadores de la familia de las xantinas
antes que salbutamol inhalado de forma crónica en pacientes que tienen un grado
de afectación moderado o grave. Estas xantinas no se deben administrar en
pacientes con desórdenes epilépticos o patología cardiaca (Cohn, 2007b).

A raíz de que la administración de broncodilatadores en patologías respiratorias


felinas se realiza de forma totalmente empírica se diseñó un estudio comparativo
entre administrar salbutamol acetonide (análogo sintético del salbutamol),
salbutamol, isoprenalina, formaterol y teofilina para valorar in vitro la reactividad
bronquial e in vivo la respuesta broncodilatadora en gatos conscientes. In vitro se
vio que el salbutamol acetonide era el fármaco menos potente entre los diferentes
broncodilatadores testados mostrando también in vivo un efecto broncoprotector
marcadamente menor que el salbutamol. Por ello se concluye que el salbutamol
acetonide posee un escaso interés para el tratamiento del broncoespasmo
(Leemans et al, 2005).

En conclusión resulta más prudente basar el tratamiento crónico únicamente con


antinflamatorios y dejar los broncodilatadores para controlar episodios puntuales
de crisis asmática aguda (Cohn, 2007b).

34
3.1.6.5.- Antibióticos

Los antibióticos no suelen administrarse ya que raramente los problemas


infecciosos en gatos están relacionados como causa o consecuencia de la
enfermedad bronquial felina. La única excepción es en caso de obtener
crecimiento positivo de Mycoplasma spp ya que este microorganismo no suele
detectarse en cultivos de muestras tomadas de animales sanos. Por ese motivo, se
considera una buena opción administrar doxiciclina a dosis de 10 mg/kg PO cada
24 horas hasta tener resultados del cultivo (Padrid, 2000).

3.1.6.6.- Ciproheptadina (inhibidores de la serotonina)

La serotonina es un mediador liberado por los mastocitos que interviene en el


proceso de contracción de la musculatura lisa bronquial. Estudios in vitro han
demostrado que la ciproheptadina, un fármaco utilizado para incrementar el
apetito en gatos, posee un efecto antagonista de la serotonina. No existen
suficientes estudios in vivo publicados pero la dosis propuesta es de 1-4 mg/gato
PO bid en gatos que no responden a la medicación con cortisona y
broncodilatadores. Los efectos secundarios incluyen letargia e incremento del
apetito (Padrid, 2000; Johnson, 2005). Un estudio reciente ha demostrado que la
administración de ciproheptadina no reduce el recuento de eosinófilos ni altera
otras variables inmunológicas por lo que no debe administrarse como monoterapia
en gatos con enfermedad bronquial (Schooley et al, 2007).

3.1.6.7.- Anti-histamínicos

Aunque en medicina humana se han utilizado comúnmente para mejorar los


signos clínicos de rinitis secundaria a procesos alérgicos, no se ha demostrado su
utilidad para prevenir o mejorar la situación clínica de la enfermedad bronquial en
gatos (Cohn, 2007b).

35
3.1.6.8.- Ciclosporina A

La ciclosporina A es un metabolito que se extrae del hongo Tolypocladium


inflatum. In vivo se ha visto que tiene la capacidad de inhibir la activación de las
células T así como la degranulación y liberación de mediadores inflamatorios, la
remodelación de las paredes de las vías aéreas, y la secreción de citocinas. El
hecho de que los mastocitos y las células T jueguen un papel fundamental en el
proceso de la respuesta inflamatoria asociada a la enfermedad bronquial (in vitro)
hizo que se planteara la posibilidad de incluir la ciclosporina en el protocolo
terapéutico de pacientes con cuadros graves de enfermedad bronquial. Sin
embargo otros estudios demuestran que la administración de ciclosporina A in
vivo no inhibe la fase inicial de la respuesta bronquial o la degranulación de
mastocitos tras la exposición al alergeno o agente irritante ambiental.

Se ha utilizado en humana pero no se suele recomendar por los graves efectos


secundarios que puede provocar (hipertensión arterial, alteraciones de la función
renal,…). Las principales limitaciones de este fármaco son que no mejora la
respuesta aguda en modelos experimentales de hiperreactividad bronquial y no se
ha utilizado en pacientes reales (Padrid et al, 1996; Mitchell et al, 1998).

3.1.6.9.- Antagonistas de los receptores de los leucotrienos

En general este tipo de fármacos (zafirlukast y montelukast) tienen cierta eficacia


en el tratamiento del asma en personas con un grado de afectación de moderado a
importante. Los leucotrienos incrementan la producción de moco, inducen edema
celular y promueven la constricción de la musculatura lisa bronquial. Aunque
pudiera parecer razonable pensar que se podrían utilizar en el tratamiento de la
enfermedad bronquial felina, no hay evidencias científicas que avalen esta
afirmación (Cohn, 2007b).

Los leucotrienos LTC4 y LTD4 se metabolizan generando LTE4. Este último se


ha detectado en cantidades elevadas en gatos enfermos pero no en sanos ni
tampoco en gatos con alteraciones no relacionadas con la enfermedad bronquial
como fallo renal o pancreatitis; aunque sin embargo, en otro estudio no se detectó

36
un incremento en los niveles de LTE4. También se ha visto que la instilación de
LTC4 en las vías aéreas de gatos normales no provoca efectos adversos en la
función o estructura de las vías aéreas. En consecuencia es probable que el
incremento en la producción de leucotrienos no tenga un valor clínico
significativo en el proceso inflamatorio de la enfermedad bronquial (Padrid, 2000;
Johnson, 2005).

3.1.6.10.- Ácidos grasos omega-3

Debido a sus propiedades antinflamatorias y antioxidantes, los ácidos grasos


omega-3 presentes en aceites de pescado se han administrado en medicina humana
en pacientes asmáticos mostrando efectos beneficiosos. En un estudio realizado
con gatos asmáticos inducidos experimentalmente no se observó una diferencia
significativa en el grado de reactividad bronquial (Carb-Penh 300%) tras la
suplementación de ácidos grasos omega-3, pero sí se estimó un menor grado de
estrés oxidativo pulmonar a partir de la medición del marcador pulmonar 8-iso-
PGF2alfa (Kirschvink et al, 2006a).

3.1.6.11.- Inmunoterapia alergeno-específica

La patogénesis de la enfermedad bronquial felina se relaciona a la actividad de las


células Th2 CD4+ alergeno-específicas en cuanto a que son las responsables de
inducir y mantener la cascada inflamatoria de origen alérgico. La activación de
linfocitos Th2 causa la producción de citocinas (IL-4, IL-5 e IL-13) con la
consiguiente producción de IgE y la presencia de infiltrados eosinófilos, basófilos,
de mastocitos, hipersecreción de moco, remodelación de las vías aéreas e
hiperreactividad bronquial. El tratamiento ideal consistiría en evitar el contacto
con el alergeno responsable pero esta acción es difícilmente posible ya que no se
puede evitar la interacción del gato con su entorno habitual. La inmunoterapia
pretende crear un estado de tolerancia al alergeno (Cohn, 2007a).

Hasta la fecha la inmunoterapia alergeno-específica es el único tipo de tratamiento


capaz de curar una enfermedad de origen alérgico. En pacientes felinos una de las
principales dificultades consiste en identificar los alergenos responsables. Además

37
la terapia con glucocorticoides suele interferir en las pruebas diagnósticas. Otro
inconveniente es el hecho de que la presencia de determinados niveles de IgE
alergeno-específicas no significa que dicho alergeno sea el responsable del cuadro
clínico. Actualmente se están diseñando estudios para crear protocolos de
hiposensibilización en modelos experimentales de enfermedad bronquial felina
(Cohn, 2007b).

En un estudio comparativo entre pruebas intradérmicas y titulaciones de IgE


antígeno-específicas en 22 casos de dermatitis alérgica felina se observó que el
alergeno más comúnmente identificado en ambas pruebas fue los ácaros del
polvo. El estudio mostró que existe una buena correlación entre ambas pruebas y
que la serología, aunque tiene una mayor sensibilidad que las pruebas
intradérmicas, es menos específica para detectar los alergenos (Kadoya et al,
2004). Esta mayor incidencia de los ácaros del polvo como posible agente
etiológico también se ha demostrado en gatos con enfermedad bronquial (Moriello
et al, 2007). No existe una correlación estadísticamente significativa entre las
pruebas de reacción intradérmica y los niveles de IgE alergeno-específicos.
Tampoco existe correlación significativa entre el número de reacciones cutáneas o
los niveles de IgE respecto al número de eosinófilos en sangre o en una muestra
obtenida por LBA (Schulz et al, 2007).

La inmunoterapia rush se administra de forma subcutánea y ha demostrado ser


capaz de reducir el recuento de eosinófilos a nivel bronquial, pero
desgraciadamente tiene demasiados efectos secundarios. En humana se ha visto
que la inmunoterapia a nivel de mucosa intranasal es más segura e igualmente
eficaz que vía subcutánea, mostrando además menos efectos secundarios (Lee-
Fowler et al, 2008; Reinero et al, 2006).

Investigaciones muy recientes apuntan hacia la utilización de inmunomoduladores


como la molécula feG-COOH, un tripéptido que se libera en la glándula
submandibular en respuesta a una estimulación autónoma y que es capaz de
reducir la inflamación a nivel de las vías aéreas en modelos experimentales de
enfermedad bronquial en ratones. En un estudio, a muy pequeña escala con gatos
asmáticos inducidos experimentalmente, también se ha constatado que la

38
administración de feG-COOH a dosis de 1 mg/kg PO reduce parcialmente la
inflamación a nivel bronquial (DeClue et al, 2007).
Finalmente el futuro en inmunoterapia parece estar en la terapia génica mediante
la administración de compuestos CpG motifs que son capaces de potenciar la
expresión del mecanismo inmunológico tipo Th1 el cuál se asocia a infecciones
bacterianas y así mantener un balance entre los mecanismos Th1 vs Th2 (Cohn,
2007a; Reinero et al, 2008c).

3.2.- Pruebas de función pulmonar

3.2.1.- Introducción

En un paciente con disfunción respiratoria se detectan signos clínicos de


intolerancia al ejercicio, alteraciones en el patrón respiratorio (disnea, taquipnea,
etc.), o producción de sonidos respiratorios anormales (tos, sibilancias, estridores,
etc.). Estos signos clínicos serán más o menos evidentes en función de la actividad
física del paciente siendo menos obvios en animales de vida sedentaria. Las
radiografías torácicas, LBA, cultivos y citologías permiten establecer un
diagnóstico presuntivo y determinar la localización y gravedad de la patología
responsable. Todas estas pruebas se deben valorar como indicadores subjetivos de
función respiratoria ya que no permiten cuantificar el grado de disfunción
respiratoria (McKiernan et al, 1992).

En medicina humana, las PFP se realizan de forma rutinaria para diagnosticar y


valorar la progresión del problema respiratorio que padece el paciente. Una de las
PFP más sencilla y comúnmente utilizada consiste en valorar la curva de máximo
flujo-volumen espiratorio. La aplicación de esta técnica en medicina veterinaria es
limitada ya que es necesario que el paciente realice una espiración máxima
forzada de forma voluntaria hecho que obviamente no es factible. Se han
publicado trabajos desde hace varios años donde se presentan valores de
referencia relacionados con la mecánica respiratoria (resistencia pulmonar,
complianza o distensibilidad, etc.) pero básicamente se trata de estudios de
investigación que requieren unas técnicas y equipamientos que por ahora no son

39
de fácil aplicación en la práctica clínica diaria (McKiernan et al, 1993; Rozansky
et al, 1999a; Clercx, 2006b). La pletismografía es una PFP no invasiva que desde
hace unos años se ha introducido en medicina veterinaria de pequeños animales.
Se trata de una prueba que permite valorar el patrón respiratorio en gatos
(Hoffman et al, 1999; Hirt et al, 2003) y perros (Talavera et al, 2006) y, de forma
indirecta, el grado de reactividad bronquial sin tener que someter al paciente a una
anestesia ni una situación de estrés ya que la prueba se realiza en una cámara
donde el paciente se puede mover libremente y en un entorno confortable (Figura
7).

La pletismografía permite, en gatos despiertos con respiración espontánea,


discriminar si el paciente presenta enfermedad bronquial calculando el índice de
broncoconstricción Enhanced Pause (Penh), variable que se correlaciona con la
resistencia en las vías aéreas (Johnson, 2005). También permite valorar el grado
de reactividad bronquial y monitorizar la respuesta terapéutica, ya sea de forma
inmediata tras la administración de broncodilatadores en pacientes que se
presentan con una crisis bronquial, o bien a largo plazo para valorar la eficacia del
tratamiento propuesto. Esta PFP también se ha utilizado en perros con colapso
traqueal y bronquitis crónica, pero existe el inconveniente de que cuando el perro
jadea, las interferencias que produce en el registro pueden invalidar los resultados
obtenidos (Rozansky et al, 2004).

Figura 7.- Cámara de pletismografía.

40
La curva de flujo-volumen tidal es otra PFP que se ha estudiado en gatos con
patología bronquial. Para realizar esta técnica, el gato respira a través de una
mascarilla que está conectada a un neumotacógrafo y a un analizador de la
mecánica pulmonar. La presión medida en el neumotacógrafo es proporcional al
flujo de aire que circula a través de la mascarilla. Las señales obtenidas se
integran en función del tiempo para determinar el volumen de cada ciclo
respiratorio. En gatos con enfermedad bronquial se incrementa la relación entre el
tiempo espiratorio e inspiratorio, se reduce el valor de flujo espiratorio pico, y
también el volumen espiratorio tidal (McKiernan et al, 1993; Dye et al, 2004).

3.2.2.- Pletismografía

3.2.2.1.- Conceptos generales básicos

El registro de la mecánica respiratoria obtenido mediante pletismografía se


obtiene a partir del intercambio de aire entre el cuerpo y la cámara que contiene al
paciente. Este intercambio induce cambios de volumen de aire dentro de la cámara
que se detectan mediante cambios de presión. Es importante tener en
consideración la totalidad del volumen de aire que hay en el interior de la cámara,
el volumen de aire que hay dentro del paciente y el que lo rodea. La fase de
inspiración reduce el volumen de aire de la cámara pero incrementa el volumen
torácico. Solamente la diferencia, o cambio neto de volumen, se refleja en la
gráfica del patrón respiratorio (Rozansky et al, 1999a).

Existen dos tipos de pletismógrafo corporal (del inglés whole body


plethysmography). Uno de ellos consiste en una cámara sellada llamado
“pletismógrafo de presión” (PWBP). El otro modelo presenta un neumotacógrafo
en una de las paredes y se denomina “pletismógrafo de flujo” (FWBP). El PWBP
valora los cambios de volumen que ocurren durante el intercambio de aire entre la
cámara y el paciente, y viceversa. En cambio el FWBP mide el porcentaje de ese
cambio de volumen (Lomask, 2006).

41
Durante la respiración hay dos mecanismos que provocan cambios netos en el
volumen de aire. Uno de ellos es el proceso de acondicionamiento donde se
produce un calentamiento y humidificación del aire; el otro es la resistencia al
flujo de aire.

Durante la inspiración el aire de la cámara se desplaza hacia los pulmones. Debido


a la temperatura corporal se calienta y satura en humificación por lo que sufre un
proceso de expansión. Durante la espiración los cambios de temperatura y
humidificación son mucho menos significativos por lo que el proceso de
acondicionamiento es menor (Figura 8). En relación al mecanismo de resistencia
al flujo de aire, durante la inspiración se requiere la existencia de una presión
negativa en el pulmón que es equivalente al flujo de aire multiplicado por la
resistencia de las vías aéreas. Esta presión negativa (presión alveolar) expande el
aire que ya está presente dentro del pulmón (volumen de gas torácico, VGT)
(Figura 9). El cambio de volumen es proporcional al producto de la presión
negativa por VGT. El volumen de aire incrementa hasta llegar al final de la
inspiración, mientras que la resistencia de las vías aéreas es máxima en el pico de
flujo, que a menudo se da a mitad de la inspiración (Lomask, 2005).

Figura 8.- Influencia del acondicionamiento sobre los cambios de presión.

42
Figura 9.- Influencia de la resistencia al flujo de aire sobre los cambios de presión.

En la gráfica generada por el pletismógrafo, la espiración se puede dividir en una


fase temprana y otra tardía. Cuando el paciente se somete a un estado de
broncoconstricción la gráfica del ciclo respiratorio se modifica. Antes de
exponerse al agente broncoconstrictor se puede observar un pequeño pico en la
fase de espiración temprana. Tras la exposición, este pico se vuelve mucho más
prominente e irá aumentando de forma directamente proporcional a medida que se
incremente la concentración de broncoconstrictor nebulizado (Lomask, 2005).

La fase temprana de la espiración incluye el momento de transición entre


inspiración y espiración. Las variables Penh y Pause cuantifican el grado de
resistencia al flujo de aire comparando la altura media de la fase temprana con la
altura media de la tardía. Ambas variables se consideran índices de
broncoconstricción y no poseen unidades de medida. Es importante tener claro
que el término Pause no significa que se trate de una “pausa apneica” sino que
hace referencia al aspecto de meseta que muestra la gráfica generada por el
pletismógrafo durante la fase tardía de la espiración, es decir, no es un periodo de
tiempo sin flujo de aire (Lomask, 2005).

43
El tiempo de relajación (Tr) define la división entre la fase temprana y tardía de la
espiración. Normalmente el 65% del “área espiratoria” se incluye dentro de la fase
temprana y el 35% restante conforma la fase tardía. El programa informático del
pletismógrafo mide el total del área espiratoria y a continuación calcula el tiempo
que corresponde al 65% de la misma para así determinar el Tr. Se ha
estandarizado que el Tr corresponda al 65% porque se ha visto que este valor se
correlaciona bastante bien con el Penh y los valores de presión intrapleural y de
resistencia (Lomask, 2005).

Es muy importante resaltar el hecho de que el concepto de “espiración” en


pletismografía no es lo mismo que la espiración a nivel torácico o nasal. La región
de transición, aunque pueda considerarse que es de escasa duración, puede
corresponder a un gran área en la fase espiratoria de la curva de pletismografía. Es
posible que tras haber disipado el 65% del área espiratoria, solamente una
pequeña parte de volumen tidal haya sido espirado, hecho que ocurre en gatos con
una crisis asmática aguda muy grave (Lomask, 2005).

La variable Pause se obtiene a partir de la fórmula Te/Tr -1. A medida que


incrementa la broncoconstricción, el pico espiratorio temprano se vuelve más
pronunciado y su área asume un mayor porcentaje dentro del total del área
espiratoria por lo que el Tr se reduce en relación al tiempo de espiración (Te) y la
Pause aumenta (Lomask, 2005).

La relación entre la altura del pico del flujo espiratorio (PFE) y el pico del flujo
inspiratorio (PFI) también responde al grado de broncoconstricción. En la fase
espiratoria el fenómeno de acondicionamiento es menos dominante que en la fase
inspiratoria por lo que los cambios asociados a la constricción serán más visibles
en la fase espiratoria. El valor de la relación PFE/PFI refuerza el valor de la Pause
en relación a la constricción. El valor de Penh se obtiene a partir del producto de
PFE/PFI por Pause (Figura 10) (Lomask, 2005).

44
Figura 10.- Fórmula para calcular el valor de Penh.

En conclusión, cuando un animal entra en un estado de broncoconstricción


aparece un pico en la fase temprana de la región espiratoria de la gráfica generada
por el pletismógrafo. Este pico se manifiesta de forma más prominente a medida
que incrementa el grado de broncoconstrición (Hamelmann et al, 1997).
Incrementos en la variable Penh se correlacionan con una mayor manifestación de
resistencia al flujo de aire. Esta correlación entre Penh y la resistencia se ha
demostrado experimentalmente en cobayas (Chong et al, 1998). El valor de Penh
solamente es útil cuando se obtiene a partir de la gráfica obtenida mediante
FWBP, la cuál es diferente a la obtenida a partir de flujos nasales o torácicos
(Flandre et al, 2003).
A pesar de que la variable Penh no es exactamente una medida de resistencia se
considera un buen indicador de la misma. Además, el valor Penh es el único
parámetro disponible actualmente que permite estudiar una gran variedad de
parámetros pulmonares en pacientes conscientes, no sujetados ni anestesiados
(Lomask, 2005).

45
3.2.2.2.- Consideraciones prácticas preliminares

Los datos que se obtienen mediante pletismografía están muy influenciados por la
temperatura y humedad por lo que resulta fundamental intentar mantener unas
condiciones de temperatura y humedad de la sala lo más estable posible. El
sistema debe calibrarse de forma regular siendo recomendable realizar al menos
una calibración al día. Tras la calibración es necesario esperar a que la señal basal
de presión se mantenga estable antes de introducir al paciente en la cámara
(Kirschvink, 2007c).

• Adaptación del paciente

Una de las principales ventajas de la pletismografía es que los pacientes pueden


estar libremente dentro de la cámara en un entorno mínimamente estresante. En
cualquier caso el mero hecho de colocarlos dentro en un entorno desconocido
puede generar un estado de nerviosismo con alteraciones en el patrón respiratorio.
La valoración de la frecuencia respiratoria a lo largo del tiempo es una
herramienta que de forma sencilla muestra los cambios influenciados por el estrés.
Tras un periodo de adaptación lo esperable es que la frecuencia respiratoria
disminuya hasta permanecer en un rango constante. La mayoría de gatos
permanecen sentados y en calma mientras se realiza la prueba. Es importante
reconocer si los cambios en la señal de presión se deben a que el gato empieza a
ronronear ya que en ese caso el patrón respiratorio se altera lo suficiente como
para dar falsos incrementos en los índices de broncoconstricción.

• Utilización de sedantes

En caso de tener que sedar al paciente hay que tener en consideración los efectos
potenciales del fármaco sobre el tono de la musculatura bronquial y sobre el
sistema nervioso central ya que puede haber cambios en la frecuencia respiratoria,
la amplitud de los movimientos respiratorios y el grado de reactividad bronquial
(Kirschvink, 2007c).

46
3.2.2.3.- Utilidades de la pletismografía

• Función respiratoria basal

Una vez el paciente se ha habituado a la cámara se puede iniciar la prueba. El


estudio del patrón respiratorio se realiza a partir de cada ciclo respiratorio.
Normalmente es posible establecer los parámetros que definen un ciclo
respiratorio normal (frecuencia respiratoria, tiempo de inspiración y espiración,
volumen tidal, ventilación por minuto, tiempo de relajación y picos de flujo
inspiratorio y espiratorio). De esta forma se obtienen los valores que definen la
función respiratoria basal para cada paciente.

• Determinación de la reactividad bronquial en respuesta a agentes


broncoconstrictores

El estado de hiperreactividad bronquial se origina en respuesta a la inflamación de


las vías aéreas. En medicina veterinaria los estudios que se están realizando en el
campo de la medicina respiratoria han demostrado que la reactividad bronquial
puede valorarse de forma segura en perros y gatos y se correlaciona perfectamente
con el grado de inflamación de las vías aéreas inferiores (Kirschvink et al, 2007a).
Así mismo, las pruebas de reactividad bronquial permiten investigar la eficacia
real de distintos fármacos broncodilatadores.

Desde un punto de vista práctico, las pruebas de reactividad bronquial se inician


estableciendo unos valores basales nebulizando una solución placebo dentro de la
cámara y posteriormente realizando un registro durante unos 5-10 minutos. A
continuación se nebuliza cada cierto periodo de tiempo una solución que contiene
agentes broncoconstrictores como carbacol, metacolina, histamina o adenosina y
se mantiene el registro de datos. La nebulización generalmente cesa cuando se
observa un incremento del 300% (Carb-Penh300%) respecto al valor basal en los
valores del índice de broncoconstricción Penh (Kirschvink et al, 2007a; Hirt et al,
2003; Hirt et al, 2007; Hoffman et al, 1999). En comparación con la mecánica
respiratoria donde la resistencia pulmonar se incrementa progresivamente en
respuesta a unas concentraciones de agentes broncoconstrictores cada vez
47
mayores, el valor de Penh permanece más o menos constante y solamente
incrementa de forma muy marcada una vez se alcanza la “concentración crítica”
de nebulización. El inicio de la broncoconstricción puede predecirse observando
el patrón respiratorio del paciente ya que incrementa la frecuencia respiratoria y la
respiración se vuelve más superficial. La concentración de agente nebulizado se
considera “crítica” cuando el incremento en los valores de Penh se mantiene al
menos durante varios ciclos respiratorios seguidos. En algunos casos puntuales el
paciente presenta tos sin mostrar signos de broncoconstricción ni incrementos en
el valor de Penh. En estos casos se debe considerar como dosis crítica aquella que
induce la aparición de tos.

Generalmente la broncoconstricción se resuelve de forma espontánea pasados 5-


10 minutos siendo prácticamente nunca necesaria la utilización de agentes
broncodilatadores (Hirt et al, 2008). Es importante tener en consideración que
puede existir cierta variabilidad entre diferentes nebulizadores en cuanto a la dosis
crítica, generalmente debido a los diferentes tamaños y flujos de partícula.

• Determinación de la función respiratoria en respuesta a estímulos


patológicos

La pletismografía permite valorar y documentar cambios en el patrón respiratorio.


Debe considerarse una herramienta muy útil para establecer comparativas entre
los valores obtenidos antes y después de la exposición a alergenos o sustancias
irritantes ambientales en poblaciones de gatos para investigación, para
diagnosticar la enfermedad bronquial, y para monitorizar la respuesta terapéutica
en gatos enfermos (Padrid, 2000).

3.2.2.4.- Variaciones fisiológicas

• Cambios circadianos en la función respiratoria

En medicina humana se ha documentado que los cambios circadianos influyen en


la función respiratoria. En gatos sanos las variaciones circadianas en las variables
respiratorias también se han analizado mediante pletismografía (Kirschvink et al,
48
2006c). Se han observado cambios significativos en cuanto a la frecuencia
respiratoria, el valor de Penh, y los tiempos de inspiración y espiración en
registros realizados durante periodos de 24 horas. Según los investigadores, las
diferencias obtenidas en relación al momento del día probablemente no son
relevantes para investigaciones clínicas. En cualquier caso, siempre que sea
posible, se deberían repetir las mediciones en el mismo momento del día y
también tener en cuenta otros factores como por ejemplo si el gato está en ayunas.

• Cambios en la función respiratoria asociados a la edad y el sexo

Estudios realizados en gatos entre 3 y 13 meses de edad han evidenciado cambios


en parámetros respiratorios (volúmenes respiratorios y flujos) en función del sexo
y peso corporal (Kirschvink et al, 2006c). También se han visto diferencias en
estudios de reactividad bronquial al comparar gatos de entre 12 y 36 meses de
edad (Kirschvink et al, 2006c), y comparando gatos jóvenes (< 2 años) y viejos (>
12 años) (Hirt et al, 2003). En otro estudio realizado con gatos sanos repartidos en
tres grupos de edad ( de 0 a 2 años, de 2 a 8 años, y mayores de 8 años de edad),
no se han obtenido diferencias significativas entre los valores de volumen tidal ni
tampoco en los índices de broncoconstricción Penh y Pause (García-Guasch et al,
2008).

• Cambios en la función respiratoria asociados a la raza

En algunos estudios realizados en ratones con pletismografía de doble cámara se


han descrito cambios asociados a la raza tanto en la función respiratoria como en
pruebas de reactividad bronquial (Flandre et al, 2003). Algunas razas de gatos
como los abisinios o siameses pueden mostrar un grado de reactividad mayor que
otras (Moise et al, 1989).

• Cambios en la función respiratoria asociados al peso

En personas se sabe que la obesidad es un factor que predispone a la aparición de


cuadros asmáticos y que los pacientes asmáticos con sobrepeso presentan una
mayor reactividad bronquial. En perros también se ha demostrado esta relación
49
entre la obesidad y alteraciones en las variables respiratorias medidas a partir de
pletismografía mostrando, por ejemplo, los animales obesos una mayor
reactividad bronquial (Bach et al, 2007; Bernaerts et al, 2006a; Bolognin et al,
2006).

3.2.2.5.- Variaciones patológicas

• Disfunción respiratoria de aparición espontánea

Valoración de vías altas:

Se ha utilizado el sistema de pletismografía “cabeza-fuera” en perros despiertos


con parálisis laríngea espontánea para cuantificar el grado de obstrucción de vías
aéreas (Bedenice et al, 2006). También se han detectado cambios en los patrones
respiratorios de perros con síndrome braquiocefálico respecto a animales sanos.

Valoración de vías bajas:

La pletismografía también se ha utilizado para investigar los patrones respiratorios


de gatos con enfermedad bronquial. Permite diagnosticar la patología y
monitorizar la respuesta al tratamiento (Bernaerts et al, 2006b).

• Disfunción respiratoria inducida experimentalmente

Valoración de vías altas:

Se han diseñado estudios para valorar la sensibilidad de la pletismografía y


especialmente el valor del índice de broncoconstricción Penh en patologías de
vías altas en perros (Hirt et al, 2008) y ratones (Kirschvink et al, 2005b). Los
resultados obtenidos muestran que cuando se simula una reducción del diámetro
bronquial se obtienen cambios en la mecánica ventilatoria mientras que el valor de
Penh permanece invariable a pesar de llegar a reducciones del diámetro del tubo
endotraqueal de hasta el 56%. La conclusión que se obtiene es que la sensibilidad
del Penh para detectar obstrucción de vías altas es bastante escasa mientras que la
50
prueba de broncoconstricción inducida con carbacol altera la mecánica
ventilatoria y el Penh (Hirt et al, 2008).

Valoración de vías bajas:

La mayoría de los estudios experimentales de disfunción de vías aéreas en


animales de compañía se han realizado en gatos. En un modelo de gatos
sensibilizados frente al Ascaris suum la pletismografía se ha utilizado para
caracterizar la respuesta respiratoria durante las 24 horas siguientes a la
exposición del alergeno y para valorar la reactividad bronquial antes y después de
diversas exposiciones al alergeno (Kirschvink et al, 2007a). Otros modelos
experimentales se han elaborado con perros de raza Pinscher (Hirt et al, 2007) y
Beagle (Bolognin et al, 2009) induciendo una respuesta inflamatoria a partir de la
exposición inhalada de sustancias irritantes. En el modelo realizado con Pinschers
se utilizaron diferentes agentes broncoconstrictores (carbacol, histamina y
adenosina) mientras que en el modelo con Beagle solamente se utilizó histamina.
En todos los casos el valor de Carb-Penh 300% se redujo considerablemente de
forma estadísticamente significativa (Hirt et al, 2007; Bolognin et al, 2009).

3.2.2.6.- Variaciones inducidas por fármacos

Para valorar las variaciones en la función respiratoria inducida por fármacos es


importante tener en consideración las posibles interacciones entre los fármacos
sedantes (básicamente en estudios realizados en perros) y el fármaco a estudiar,
posibles interacciones entre los sedantes y agentes broncoconstrictores si se va a
realizar la prueba de reactividad bronquial, y escoger el momento más apropiado
para realizar la PFP de acuerdo con la sintomatología clínica que presenta el
paciente.

Con el fin de establecer qué broncodilatadores son los más eficaces, poseen un
tiempo de acción más corto, o tienen un efecto más duradero, se han realizado
estudios con gatos sanos a los que se les realiza una prueba de reactividad
bronquial posteriormente a la administración de agentes broncodilatadores
(Leemans et al, 2005; Leemans et al, 2009). También se ha documentado

51
mediante pletismografía el efecto beneficioso de la utilización de
broncodilatadores inhalados previamente a la realización de una broncoscopia y a
un LBA (Kirschvink et al, 2005c).

Los glucocorticoides inhalados son el tratamiento de elección en pacientes con


enfermedad bronquial ya que modulan la respuesta inflamatoria y el estado de
hiperreactividad. Estos efectos se han valorado en poblaciones de gatos con
bronquitis crónica tratados diariamente durante dos semanas con propionato de
fluticasona. En estos pacientes se realizaron pruebas de reactividad bronquial
antes y después del tratamiento. Los resultados obtenidos indican que tras dos
semanas de tratamiento el test de reactividad bronquial se reduce de forma
significativa así como el porcentaje de neutrófilos del LBA (Kirschvink et al,
2006b).

3.2.2.7.- Análisis de los resultados obtenidos

Tal y como se comentó anteriormente varios factores pueden interferir en el


análisis de los datos recogidos por el pletismógrafo (temperatura, humedad
relativa, comportamiento del animal,…). Incluso si el paciente forma parte de una
población de animales de experimentación que ya está habituado con la prueba, la
variabilidad inter-individual de los parámetros a analizar puede ser
extremadamente elevada. Para intentar reducir esta variabilidad el programa
informático del pletismógrafo calcula las medias de los valores de cada animal y
es capaz de rechazar artefactos (tos, maullidos, ronroneos,…) y ciclos
respiratorios que se salen de los criterios previamente establecidos.

Para realizar un correcto test de reactividad bronquial se debe disponer de


registros basales, registros durante la administración del placebo, y los que se
obtienen tras la administración del agente broncoconstrictor hasta alcanzar la
“concentración crítica” (Kirschvink, 2007c).

52
Material y método

53
54
4.- Material y método

4.1.- Animales

4.1.1.- Animales sanos

Los criterios de inclusión del grupo de gatos sanos consistieron en la ausencia de


antecedentes de patología cardiaca, respiratoria o sistémica, ausencia de
alteraciones en la auscultación pulmonar así como en las radiografías torácicas, no
tener exposición directa a humo de tabaco y haber sido desparasitados 3 meses
antes de realizar la pletismografía. Las titulaciones frente a antígenos del virus de
leucemia felina y frente a anticuerpos anti-coronavirus felino debían ser negativas.
Todos los pacientes eran animales de compañía y ninguno de ellos procedía de
una población de gatos para investigación.

Este grupo quedó formado por un total de 26 gatos (15 machos [57,7%], y 11
hembras [42,3%]) de edades comprendidas entre 4 y 169 meses de edad (media ±
DT = 40,85 ± 44,65 meses), de diversas razas predominando el común europeo
(19 animales [73,1%]) y persa (4 animales [15,4%]), otras razas (siamés, irish soft
coat y azul ruso) tuvieron una representación de 1 animal lo que supone un 3,8%
del total. El peso de los mismos oscilaba entre 1,8 y 6,5 Kg (media = 3,57 ± 1,11
Kg). En cuanto al tipo de vida 13 (50%) eran gatos de interior y 13 (50%) salían al
jardín (Figuras 11-13). Según los rangos de edad, el 50% de los gatos tenían entre
0 y 2 años, el 35% entre 2 y 8 años, y el 15% más de 8 años (Figura 14).

55
Frecuencia de sexos en gatos sanos

Macho
Hembra

11; 42%

15; 58%

Figura 11.- Frecuencia de sexos en gatos sanos.

Frecuencia de razas en gatos sanos

Común europeo
Persa
1; 4%1; 4% 1; 4% Siamés

4; 15% Irish soft coat


Azul ruso

19; 73%

Figura 12.- Frecuencia de razas en gatos sanos.

Frecuencia del tipo de vida en gatos sanos

Exterior
Interior

13; 50% 13; 50%

Figura 13.- Frecuencia del tipo de vida en gatos sanos.

56
Frecuencia de edades en gatos sanos

0a2
2a8
4; 15% Más de 8

13; 50%
9; 35%

Figura 14.- Frecuencia de edades en gatos sanos.

4.1.2.- Animales con enfermedad bronquial

Los criterios de inclusión para entrar en el grupo de gatos con enfermedad


bronquial incluían la combinación de signos clínicos de tos, taquipnea, disnea,
ortopnea, anorexia e intolerancia al ejercicio. Todos los pacientes debían haber
sido desparasitados 3 meses antes de realizar el estudio. Las titulaciones frente a
antígenos del virus de leucemia felina y frente a anticuerpos anti-coronavirus
felino debían ser negativas. Todos los pacientes eran animales de compañía y
ninguno de ellos procedía de una población de gatos para investigación. No se
incluyeron en el estudio pacientes con evidencias clínicas de enfermedad del
tracto respiratorio superior (descarga ocular o nasal, estornudos frecuentes, úlceras
orales, etc.), enfermedad cardiaca o enfermedad sistémica concomitante.

Este grupo quedó formado por un total de 23 gatos (9 machos [60,9%] y 9


hembras [39,1%]) de edades comprendidas entre 10 y 178 meses de edad (media
± DT = 75,29 ± 53,54 meses), de diversas razas predominando el común europeo
(20 animales [87%]); otras razas (persa, siamés y ragdoll) tuvieron una
representación de 1 animal lo que supone un 4,3% del total. El peso de los
mismos oscilaba entre 3 y 7 Kg (media ± DT = 4,70 ± 1,23 Kg).

57
En cuanto al tipo de vida 17 (73,9%) eran gatos de interior y 6 (26,1%) salían al
jardín (Figuras 15-17). Según los rangos de edad, el 22% de los gatos tenían entre
0 y 2 años, el 48% entre 2 y 8 años, y el 30% más de 8 años (Figura 18).

Frecuencia de sexos en gatos con enfermedad bronquial

Macho
Hembra

9; 39%

14; 61%

Figura 15.- Frecuencia de sexos en gatos con enfermedad bronquial.

Frecuencia de razas en gatos con enfermedad bronquial

Común europeo
Persa
1; 4%
1; 4% 1; 4% Siamés
Ragdoll

20; 88%

Figura 16.- Frecuencia de razas en gatos con enfermedad bronquial.

58
Frecuencia del tipo de vida en gatos con enfermedad bronquial

Exterior
Interior

6; 26%

17; 74%

Figura 17.- Frecuencia del tipo de vida en gatos con enfermedad bronquial.

Frecuencia de edades en gatos con enfermedad bronquial

0a2
2a8
5; 22%
7; 30% Más de 8

11; 48%

Figura 18.- Frecuencia de edades en gatos con enfermedad bronquial.

4.1.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y salbutamol

En un grupo de gatos con enfermedad bronquial (n= 9 gatos) se instauró un


protocolo médico que incluyó prednisona (1 mg/kg/12h PO) y salbutamol
inhalado (100 μgr /12h). Estos pacientes no debían estar en contacto con agentes
irritantes ambientales (humo de tabaco, productos de limpieza, etc.). Se valoró la
eficacia terapéutica tras cuatro semanas de tratamiento.

59
En este estudio de los 9 gatos tratados 5 eran machos (55,5%) y 4 hembras
(44,4%) de edades comprendidas entre 12 y 166 meses de edad (media ± DT =
71,33 ± 52,65 meses). En cuanto a la raza 8 gatos eran común europeos (88,8%) y
1 (11,1%) siamés. El peso de los mismos oscilaba entre 3,85 y 7 Kg (media ± DT
= 4,9 ± 1,39 Kg). En cuanto al tipo de vida 6 (66,6%) eran gatos de interior y 3
(33,3%) salían al exterior (Figuras 19-21).

Frecuencia de sexos en pacientes enfermos tratados

Macho
Hembra

4; 44%

5; 56%

Figura 19.- Frecuencia de sexos en pacientes enfermos tratados.

Frecuencia de razas en pacientes enfermos tratados

Común europeo
1; 11% Siamés

8; 89%

Figura 20.- Frecuencia de razas en pacientes enfermos tratados.

60
Frecuencia del tipo de vida en pacientes enfermos tratados

Exterior
Interior

3; 33%

6; 67%

Figura 21.- Frecuencia del tipo de vida en pacientes enfermos tratados.

4.2.- Pletismógrafo

Los gatos se introdujeron en una cámara transparente de Plexiglás para


pletismografía (Buxco Electronics Unrestrained WBP plethysmograph®
PLY4219, altura: 25 cm, largo: 51 cm, ancho: 30 cm) ventilada con un flujo
continuo estable de aire (Buxco® BFL0250) de 10 L/min. Este flujo continuo de
aire permite aportar aire fresco al interior de la cámara, prevenir la acumulación
de dióxido de carbono, mantener los niveles de temperatura y humedad adecuados
con el fin realizar una correcta medición de las variables, y hacer que el paciente
se encuentre en una situación confortable.

La entrada de aire está ubicada en una de las paredes de la cámara principal y


dispone de un neumotacógrafo de 35 milímetros de diámetro (HalcyonTM),
mientras que la salida de aire está en la pared opuesta a 30 milímetros de la base
de la cámara. El neumotacógrafo permite reducir interferencias externas a la
cámara.

Uno de los polos del transductor diferencial de presión (Buxco® TRD5715) se


ubica dentro de la cámara principal mientras que el otro polo está conectado a una
cámara de referencia equilibrada con la presión atmosférica a través de un
pequeño canal de 1.5 milímetros. El transductor dispone de un conector DIN

61
compatible con tarjetas de preamplificación MAX2270, MAX2275, MAX2285 y
MAX2295. En nuestro caso se utiliza la tarjeta MAX2275, la cuál incorpora
ajustes de calibración de señal y de rango de ganancia externa. La cámara también
dispone de una sonda con sensores de temperatura y humedad (Buxco®
TRD5716) especialmente diseñados para cámaras de pletismografía Buxco® de la
serie PLY4200. Este dispositivo se conecta a la sonda TRD5715 y desde allí se
transmite la señal a través de un cable único hasta el preamplificador. Se ha
utilizado el software Biosystem XA® versión 2.10.1 para analizar las curvas de
respiración.

4.3.- Pletismografía

La señal de presión del pletismógrafo se calibró antes de cada registro inyectando


de forma dinámica 50 mL de aire dentro de la cámara con una jeringa. La
temperatura y humedad relativa de la sala donde se realizaron los registros
oscilaron entre 20 y 23 ºC y 65% respectivamente.

Cada gato utilizado en el estudio se introdujo en la cámara de pletismografía. Tras


un periodo de adaptación de 5 minutos, se inició el proceso de recogida de datos
realizando cuatro registros de 3 minutos cada uno y posteriormente calculando la
media. Los registros se realizaron a diferentes horas del día por lo que no se tuvo
en consideración los posibles cambios en la función respiratoria asociados al
ritmo circadiano.

Se analizaron las siguientes variables: frecuencia respiratoria (f, rpm), volumen


tidal (VT, mL), ventilación por minuto (VM, mL/min), tiempo de inspiración (Ti,
seg), tiempo de espiración (Te, seg), pico de flujo espiratorio (PFE, mL/seg), pico
de flujo inspiratorio (PFI, mL/seg), humedad relativa (HR, %) y temperatura
dentro de la cámara (Temp, ºC), y los índices de broncoconstricción Enhanced
pause (Penh) y Pause (PAU) (Tabla 1).

62
Variable Concepto Unidades
f Frecuencia respiratoria rpm
TV Volumen Tidal mL
MV Ventilación por minuto mL/min
Ti Tiempo Inspiratorio seg
Te Tiempo Espiratorio seg
PFI Pico de Flujo Inspiratorio mL/seg
PFE Pico de Flujo Espiratorio mL/seg
Penh Enhanced Pause -----
PAU Pause -----
HR Humedad Relativa %
Temp Temperatura ºC

Tabla 1.- Relación de variables analizadas mediante pletismografía.

Las interferencias en el registro provocadas por tos, ronroneos, maullidos o


movimientos del paciente dentro de la cámara fueron eliminadas automáticamente
de los cálculos posteriores. Se establecieron como criterios de rechazo los ciclos
respiratorios con VT inferior a 3 mL, Ti inferior a 0,1 segundos, Te superior a 10
segundos, o cuando la diferencia entre el volumen inspirado y el espirado fuera
superior a un 60 %.

4.4.- Estudio estadístico

El estudio estadístico se ha realizado con el programa SPSS 17.0 para Windows.


Los métodos usados han sido Correlaciones entre variables y T-Student para
muestras relacionadas (también llamada T-pareada), ANOVA (Análisis de
Varianza) y T-Sudent para muestras independientes para ver si existían
diferencias significativas entre los grupos. Se han considerado las diferencias
estadísticamente significativas cuando se obtuvieron valores de P <0.05.

63
64
Resultados

65
66
5.- Resultados

5.1.- Animales sanos

Se obtuvieron los siguientes resultados que se describen en la tabla 2 y figuras 22


a 23 para las siguientes variables: f (63 ± 24 rpm) , VT (32,2 ± 11,1 mL), VM (1650
± 436 mL/min), Ti (0,513 ± 0,165 seg), Te (0,784 ± 0,296 seg), PFI (101,8 ± 26,5
mL/seg), PFE (73,1 ± 20,1 mL/seg), Penh (0,504 ± 0,153), PAU (0,622 ± 0,144), HR
(61,02 ± 9,89 %) y Temp (21,63 ± 2,83 ºC).

Analizando los datos de todos los gatos sanos indistintamente del grupo de edad o
el valor de Penh obtenido, se observa una relación estadísticamente significativa
entre los valores de f y Penh (P = 0,017*). Esta correlación no se ha detectado en
el subgrupo de animales sanos con Penh inferior a 0,5 (P = 0,391) pero sí en gatos
con valor de Penh entre 0,5 y 1 (P = 0,019*). * P < 0.05

N Media DT Mínimo Máximo


f 26 62,56119 23,726498 32,548 108,665
VT 26 32,27596 11,187031 12,812 57,596
VM 26 1649,93065 435,547328 1013,32 2406,052
Ti 26 0,51378 0,165349 0,251 0,852
Te 26 0,78469 0,296515 0,346 1,37
PFI 26 101,80206 26,522219 56,75 149,979
PFE 26 73,10438 20,183292 45,089 116,782
Penh 26 0,50415 0,15398 0,206 0,862
PAU 26 0,62296 0,14409 0,227 0,829
HR 26 61,02885 9,89832 32,225 82,851
Temp 26 21,63304 2,837191 17,322 27,622

Tabla 2.- Valores para gatos sanos.

67
1,5

0,5

0
Ti Te Penh PAU
Máximo 0,852 1,37 0,862 0,829
Mínimo 0,251 0,346 0,206 0,227
Media 0,51378 0,78469 0,50415 0,62296

Figura 22.- Valores de media, máximo y mínimo para las variables Ti, Te, Penh y PAU para
gatos sanos.

200

150

100

50

0
f VT PFI PFE
Máximo 108,665 57,596 149,979 116,782
Mínimo 32,548 12,812 56,75 45,089
Media 62,56119 32,27596 101,80206 73,10438

Figura 23.- Valores de media, máximo y mínimo para las variables f, VT, PFI y PFE para
gatos sanos.

68
No se detectaron diferencias estadísticamente significativas en las diferentes
variables por sexo ni entre diferentes grupos de edad, según se observa en la tabla
3.

Valor de P
0 - 2 años (n = 13) 2 - 8 años (n = 9) > 8 años (n = 4) inter-grupos

f 72,12255 ± 26,539989 56,34857 ± 17,658602 45,46520 ± 11,855944 0,086

VT 29,52369 ± 11,745495 35,15053 ± 12,243675 34,75302 ± 5,053528 0,473

VM 1651,75312 ± 510,770299 1717,83166 ± 397,593396 1491,23036 ± 261,391145 0,704

Ti 0,47692 ± 0,187469 0,53038 ± 0,142507 0,59620 ± 0,131647 0,438

Te 0,73783 ± ,319727 0,80824 ± 0,295107 0,88398 ± 0,259260 0,678

PFI 103,21581 ± 31,723353 105,08271 ± 22,762317 89,82594 ± 14,918755 0,628

PFE 73,20855 ± 20,786004 77,27151 ± 21,358101 63,38979 ± 16,494131 0,538

Penh 0,54696 ± 0,148230 0,46746 ± 0,174400 0,44756 ± 0,111061 0,373

PAU 0,66947 ± 0,124268 0,57716 ± 0,180303 0,57486 ± 0,076180 0,267

HR 59,63100 ± 5,916271 62,90075 ± 15,475289 61,36008 ± 4,325813 0,761

Temp 21,59952 ± 3,258005 21,98100 ± 2,475534 20,95907 ± 2,703012 0,845

Tabla 3.- Valores por grupos de edad para gatos sanos.

5.2.- Animales con enfermedad bronquial

5.2.1.- Signos clínicos

En cuanto a los signos clínicos 12 de los 23 gatos enfermos (52.2%) tenían tos, 14
(60.9%) taquipnea, 11 (47.8%) ortopnea, 13 (56.5%) disnea y 11 (47.8%)
anorexia (Figura 24). En 4 gatos (17.4%) se identificó el humo de tabaco como
posible causa desencadenante de la crisis bronquial. En el resto de gatos (82.6%)
no se pudo identificar una causa etiológica (Figura 25).

69
Frecuencia de signos clínicos (en número de gatos) en pacientes
con enfermedad bronquial

25

20
Sí; 12 Sí; 11 Sí; 13 Sí; 11
Sí; 14
15

10
No; 11 No; 12 No; 10 No; 12
5 No; 9

0
Tos Taquipnea Ortopnea Disnea Anorexia

Figura 24.- Frecuencia de signos clínicos (en número de gatos) en pacientes con enfermedad
bronquial.

Sospecha etiológica en gatos con enfermedad bronquial

Humo
Desconocida
4; 17%

19; 83%

Figura 25.- Sospecha etiológica en gatos con enfermedad bronquial.

5.2.2.- Hallazgos radiográficos

Radiográficamente se identificó un patrón bronquial en 22 (95.7%) gatos, colapso


del lóbulo pulmonar medio derecho en 2 (8.7%), distensión pulmonar en 16
(69.6%), y aerofagia en 12 (52.2%) gatos (Figura 26).

70
Frecuencia de hallazgos radiográficos (en número de gatos)
en pacientes con enfermedad bronquial

25
Sí; 2

20
Sí; 12
Sí; 16
15
Sí; 22
No; 21
10

No; 11
5 No; 7
No; 1
0
Patrón bronquial Colapso lóbulo Hiperinsuflación Aerofagia
medio derecho pulmonar

Figura 26.- Frecuencia de hallazgos radiográficos (en número de gatos) en pacientes con
enfermedad bronquial.

5.2.3.- Pletismografía

Se obtuvieron los siguientes resultados que se muestran en las tablas de 4 a 6 y


figuras de 27 a 28 para las siguientes variables: f (67 ± 28 rpm), VT (47,5 ± 31,6
mL), VM (2737 ± 1682 mL/min), Ti (0,471 ± 0,139 seg), Te (0,684 ± 0,268 seg),
PFI (164,1 ± 101 mL/seg), PFE (181,8 ± 150,1 mL/seg), Penh (1,394 ± 1,206),
PAU (1,123 ± 0,508), HR (61,04 ± 11,40 %) y Temp (24,84 ± 3,59 ºC).

Analizando los datos de todos los gatos enfermos indistintamente del grupo de
edad o el valor de Penh obtenido, se observa que no existe una relación
estadísticamente significativa entre los valores de f y Penh (P = 0,559). Según el
valor de Penh tampoco se ha detectado una correlación significativa en los
animales enfermos con Penh entre 0,5 y 1 (P = 0,619) o Penh superior a 1 (P =
0,253).

71
N Media DT Mínimo Máximo
f 23 66,80479 27,735517 37,323 132,270
VT 23 47,48503 31,577607 18,793 165,520
VM 23 2736,93866 1681,793811 1015,771 7525,601
Ti 23 0,47149 0,139914 0,242 0,733
Te 23 0,68480 0,268893 0,240 1,310
PFI 23 164,13171 101,001756 63,600 521,266
PFE 23 181,78234 150,066416 50,830 581,516
Penh 23 1,39450 1,206853 0,290 5,939
PAU 23 1,12359 0,508468 0,342 2,621
HR 23 61,04228 11,406502 44,450 86,169
Temp 23 24,84473 3,595584 19,157 32,195
Tabla 4.- Valores en gatos con enfermedad bronquial.

7
6
5
4
3
2
1
0
Ti Te Penh PAU
Máximo 0,733 1,31 5,939 2,621
Mínimo 0,242 0,24 0,29 0,342
Media 0,47149 0,6848 1,3945 1,12359

Figura 27.- Valores de media, máximo y mínimo para las variables Ti, Te, Penh y Pause para
gatos enfermos.

700
600
500
400
300
200
100
0
f VT PFI PFE
Máximo 132,27 165,52 521,266 581,516
Mínimo 37,323 18,793 63,6 50,83
Media 66,80479 47,48503 164,13171 181,78234

Figura 28.- Valores de media, máximo y mínimo para las variables f, VT, PFI y PFE para
gatos enfermos.

72
No se detectaron diferencias estadísticamente significativas para las diferentes
variables por sexo ni entre diferentes grupos de edad (Tabla 5).
Valor de P
0 - 2 años (n = 5) 2 - 8 años (n = 11) > 8 años (n = 7) inter-grupos

f 64,93674 ± 35,238745 65,91107 ± 21,121278 69,54353 ± 35,15868 0,954

VT 43,25808 ± 16,633459 60,65605 ± 40,116096 29,80696 ± 9,594531 0,12

VM 2530,05929 ± 1023,003763 3435,30421 ± 2093,216594 1787,27806 ± 623,421263 0,12

Ti 0,49013 ± 0,176349 0,47376 ± 0,130817 0,45459 ± 0,147958 0,915

Te 0,69443 ± 0,304222 0,69614 ± 0,278156 0,66011 ± 0,270993 0,962

PFI 143,91354 ± 47,042333 207,67964 ± 128,139704 110,14081 ± 36,675167 0,117

PFE 140,18235 ± 70,390439 250,80798 ± 189,222763 103,02775 ± 46,704613 0,094

Penh 0,81724 ± 0,282169 1,74973 ± 1,595429 1,24862 ± 0,71499 0,349

PAU 0,83373 ± 0,231078 1,22473 ± 0,598376 1,1717 ± 0,473451 0,363

HR 60,6266 ± 8,101389 60,3615 ± 14,311235 62,40898 ± 9,422499 0,935

Temp 23,19739 ± 2,522899 25,41368 ± 3,998088 25,12733 ± 3,683866 0,526

Tabla 5.- Valores por grupos de edad para gatos con enfermedad bronquial.

Se obtuvieron diferencias significativas en VT, VM, PFI, PFE, Penh, PAU y


Temp al comparar los datos entre animales sanos y enfermos (Tabla 6).
Gatos sanos (n = 26) Gatos enfermos (n = 23) Valor de P

f 62,56119 ± 23,726498 66,80479 ± 27,735517 0,567

VT 32,27596 ± 11,187031 47,48503 ± 31,577607 0,037*

VM 1649,93065 ± 435,547328 2736,93866 ± 1681,793811 0,006*

Ti 0,51378 ± 0,165349 0,47149 ± 0,139914 0,342

Te 0,78469 ± 0,296515 0,6848 ± 0,268893 0,225

PFI 101,80206 ± 26,522219 164,13171 ± 101,001756 0,008*

PFE 73,10438 ± 20,183292 181,78234 ± 150,066416 0,002*

Penh 0,50415 ± 0,15398 1,3945 ± 1,206853 0,002*

PAU 0,62296 ± 0,14409 1,12359 ± 0,508468 0,0001*

HR 61,02885 ± 9,89832 61,04228 ± 11,406502 0,996

Temp 21,63304 ± 2,837191 24,84473 ± 3,595584 0,001*

Tabla 6.- Prueba de muestras independientes. * P<0.05

73
5.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y salbutamol

Se obtuvieron los siguientes resultados para las siguientes variables:

Valores basales (día 0): f (66 ± 23 rpm), VT (42,1 ± 23,8 mL), VM (2436,856 ±
1257,411 mL/min), Ti (0,470 ± 0,158 seg), Te (0,638 ± 0,247 seg), PFI (134,4 ±
55,5 mL/seg), PFE (171,8 ± 140,3 mL/seg), Penh (1,837 ± 1,720), PAU (1,269 ±
0,594), HR (58,74 ± 9,32 %) y Temp (25,26 ± 4,64 ºC) (Tabla 7 y Figuras 29-33).

Valores tras 28 días tratamiento combinado con prednisona a 1 mg/kg/12h PO y


salbutamol inhalado 100μg/12h: f (96 ± 38 rpm), VT (24,7 ± 11,2 mL), VM
(1962,270 ± 3939,847 mL/min), Ti (0,332 ± 0,114 seg), Te (0,431 ± 0,165 seg),
PFI (111,1 ± 20,0 mL/seg), PFE (852,4 ± 273,5 mL/seg), Penh (0,573 ± 0,273),
PAU (0,640 ± 0,177), HR (65,84 ± 6,22 %) y Temp (23,81 ± 2,66 ºC) (Tabla 7).
Se han obtenido diferencias estadísticamente significativas para los valores Te (P
= 0.037), Penh (P = 0.041) y Pause (P = 0.004) (Tabla 7 y Figuras 29-33).

n=9 Día 0 Día 28 Valor de P

f 66,323 ± 23,542 96,509 ± 37,741 0,086

VT 42,101 ± 23,832 24,725 ± 11,194 0,145

VM 2436,856 ± 1257,411 1962,270 ± 3939,847 0,364

Ti 0,470 ± 0,158 0,332 ± 0,114 0,064

Te 0,638 ± 0,247 0,431 ± 0,165 0,037*

PFI 134,414 ± 55,500 111,140 ± 20,057 0,338

PFE 171,828 ± 140,361 852,392 ± 273,558 0,115

Penh 1,837 ± 1,720 0,573 ± 0,273 0,041*

PAU 1,269 ± 0,594 0,640 ± 0,177 0,004*

HR 58,746 ± 9,321 65,843 ± 6,223 0,062

Temp 25,259 ± 4,643 23,81 ± 2,667 0,223

Tabla 7.- Valores obtenidos mediante pletismografía en una población de 9 gatos con
enfermedad bronquial tratados con prednisona y salbutamol inhalado. * P<0,05

74
Evolución de la frecuencia respiratoria en 9 gatos
tratados con prednisona y salbutamol

180
160
140
120
100
80
60
40 t0
20 t28
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Número de paciente

Figura 29.- Evolución de la f en 9 gatos tratados con prednisona y salbutamol.

Evolución del volumen tidal en 9 gatos tratados


con prednisona y salbutamol

100

80

60

40
t0
20
t28
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Número de paciente

Figura 30.- Evolución del VT en 9 gatos tratados con prednisona y salbutamol.

Evolución de la ventilación por minuto en 9 gatos


tratados con prednisona y salbutamol

5000

4000

3000

2000

1000 t0
t28
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Número de paciente

Figura 31.- Evolución de la VM en 9 gatos tratados con prednisona y salbutamol.

75
Evolución del valor Penh en 9 gatos tratados
con prednisona y salbutamol

6
5
4
3
2 t0
1 t28
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Número de paciente

Figura 32.- Evolución del valor Penh en 9 gatos tratados con prednisona y salbutamol.

Evolución del valor PAU en 9 gatos tratados


con prednisona y salbutamol

3
2,5
2
1,5
1
t0
0,5 t28
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Número de paciente

Figura 33.- Evolución del valor PAU en 9 gatos tratados con prednisona y salbutamol.

76
Discusión

77
78
6.- Discusión

6.1.- Animales sanos

El sistema utilizado para realizar los registros de pletismografía es el mismo que


anteriormente ha sido descrito en otras publicaciones (Tablas 8a y 8b) (Hoffman
et al, 1999; Hirt et al, 2003; Kirschvink et al, 2005c, 2006c, 2007a, 2007b,
Kirschvink, 2007c). La pletismografía es una PFP muy bien tolerada por los
pacientes. Algunos estudios (Kirschvink et al, 2006c) han utilizado poblaciones de
gatos para investigación que pasan por un periodo de entrenamiento y
habituación. Los gatos utilizados en este estudio no pasan por un periodo de
entrenamiento de adaptación, de forma similar a lo descrito en otros estudios
(Hoffman et al, 1999). Una vez introducidos en la cámara de pletismografía, y tras
un periodo de adaptación de unos 5 minutos, los animales permanecieron en
posición esternal o de costado y sin presentar signos evidentes de nerviosismo. Es
importante realizar este periodo de adaptación ya que inicialmente los gatos se
encuentran en un lugar extraño y el factor de estrés asociado implica que la
frecuencia respiratoria sea superior a la normal.

Al igual que otros autores (Kirschvink et al, 2002) hemos observado que f se
correlaciona positivamente con el valor de Penh de forma estadísticamente
significativa en el total de gatos sanos (P = 0,017*). Sin embargo, si la población
de animales se disgrega en diferentes grupos en función del valor de Penh (Grupo
1: inferior a 0,5; Grupo 2: entre 0,5 – 1), esta correlación deja de ser significativa
para el Grupo 1 por lo que sería conveniente repetir estos estudios con diferentes
poblaciones de animales sanos para poder establecer de forma definitiva el nivel
de correlación entre ambas variables. * P<0.05

Los registros de pletismografía se realizaron sin tener en consideración la


influencia del ciclo circadiano ya que tal y como se demuestra en otro estudio
(Kirschvink et al, 2006c), aunque puede haber pequeñas variaciones en los
registros, no son estadísticamente significativas por lo que no es necesario tener
en consideración la hora a la que se realiza la prueba.

79
En nuestro estudio no se han identificado diferencias estadísticamente
significativas relacionadas con el sexo o grupo de edad de los pacientes (Tabla 3).
En otros estudios sí se ha demostrado la influencia del sexo en las variables de
VT, VM, PFI y PFE, circunstancia que probablemente se deba a que los machos
tienen un peso corporal medio superior a las hembras y por lo tanto unos mayores
volúmenes pulmonares. Sin embargo, en el mismo estudio no se identifican
diferencias significativas por el sexo en las variables f, Ti, Te o Penh (Kirschvink
et al, 2006c).

En relación a la f, si disgregamos los resultados obtenidos por grupos de edad, al


igual que se hizo en el estudio de Hirt et al. (Hirt et al, 2003), el grupo de
animales jóvenes tiene una mayor f (72 ± 27 rpm) que los gatos de edad avanzada
(45 ± 12 rpm). Si no se discrimina por edades, el valor de f se asemeja bastante al
obtenido en varias publicaciones (Hirt et al, 2003; Hoffman et al, 1999). Sin
embargo, en un estudio realizado por Kirschvink et al. (Kirschvink et al, 2006c) la
frecuencia respiratoria media era significativamente menor. Una posible
explicación puede ser que se utilizaron gatos que ya están habituados a la cámara
de pletismografía siendo el componente de estrés mucho menor.

El VT es la cantidad de aire que se desplaza en una respiración en reposo; suele


estimarse alrededor de 10-20 ml/Kg. El valor medio de VT obtenido en el
presente estudio, sin tener en consideración los grupos de edad, se asemeja
bastante al obtenido en otros estudios (Hoffman et al, 1999; Kirschvink et al,
2006c). En el estudio de Kirschvink et al. se vieron diferencias significativas entre
machos y hembras seguramente debido a que si una población mixta de machos y
hembras se cría en las mismas condiciones de hábitat y alimentación, los machos
tendrán una condición corporal superior a las hembras. En nuestro estudio, al
utilizar gatos de propietario de diferentes razas y con unas características de
alimentación diferente, no se detectaron diferencias significativas relacionadas
con el tipo de vida, sexo o entorno del paciente. Teniendo en cuenta que los gatos
utilizados por Kirschvink et al. se estudiaron hasta los 13 meses de edad. El valor
referenciado en su estudio (Kirschvink et al, 2006c) para un gato de 12 meses es
muy similar al obtenido en nuestros registros para el rango de edad de 0 a 2 años.
En nuestro estudio, al igual que ocurre con la frecuencia respiratoria, se observa

80
una correlación entre el VT y la edad del paciente de tal modo que los gatos de
edad avanzada (> 8 años) tienen un mayor VT que los jóvenes (0-2 años). Aunque
desconocemos la causa de esta correlación, este hecho también se describe en el
estudio de Hirt et al. (Hirt et al, 2003).

La VM se obtiene multiplicando f x VT. Los resultados obtenidos se asemejan


mucho a los presentados por Hirt et al. (Hirt et al, 2003). También existe gran
similitud con los presentados por Kirschvink et al. (Kirschvink et al, 2006c) en el
caso de los machos, hecho que no ocurre en las hembras precisamente porque
tienen un menor VT.

En cuanto a los tiempos Ti y Te, los datos obtenidos se asemejan a los presentados
en otros estudios (Hoffman et al, 1999; Kirschvink et al, 2006c) siendo mayor el
Te que el Ti ya que la inspiración es un mecanismo activo que se genera a partir
de la contracción de la musculatura del tórax (músculos intercostales externos y
escalenos) y el diafragma, mientras que la espiración se realiza de forma pasiva a
partir de las fuerzas elásticas pulmonares y la presión ejercida por las estructuras
abdominales sobre el diafragma (Lumb, 2006). No se han identificado diferencias
significativas entre machos y hembras. Por grupos de edad, hemos observado que
ambas variables incrementan a medida que el paciente se hace mayor pero sin que
estas diferencias sean estadísticamente significativas. Este hecho se puede asociar
a que tal y como se ha comentado anteriormente, la f es significativamente
superior en animales jóvenes. En otro estudio publicado por McKiernan et al.
(McKiernan et al, 1993) el Te resultó ligeramente inferior al obtenido por
Hoffman et al. (Hoffman et al, 1999) y por nosotros. Una explicación a este
fenómeno podría ser que las mediciones realizadas por McKiernan et al. se
realizaron a partir de la PFP de curvas flujo-volumen tidal, prueba que puede
suponer un cierto grado de estrés al colocar la mascarilla en la cara, a que los
pacientes presentan un patrón respiratorio diferente según se sometan a una
pletismografía o un registro de curvas flujo-volumen, por una mayor exposición a
CO2 cuando se utiliza el sistema de mascarilla facial, o por combinación de varios
de estos factores (Hoffman et al, 1999). El hecho de que en el estudio de
Kirschvink et al. (Kirschvink et al, 2006c) se obtengan valores de Te inferiores a
los nuestros se puede justificar porque utilizó pacientes muy jóvenes y en

81
consecuencia la f es mayor. Sus resultados se asemejan bastante a nuestro grupo
de 0 a 2 años.

El índice de broncoconstricción Enhanced Pause (Penh) obtenido en el presente


estudio mediante la fórmula Penh = [(PFE/PFI) x ((Te/Tr)-1)] es muy similar al
referenciado en otros artículos (Hoffman et al, 1999; Hirt et al, 2003). En cambio
hay una marcada diferencia respecto a los datos publicados por Kirschvink et al.
(Kirschvink et al, 2006c). Se cree que las diferencias entre los equipos de
pletismografía y el programa informático utilizado pueden justificar dichas
diferencias.

Los valores obtenidos confirman el hecho que se trata de una prueba totalmente
reproducible. Es importante que cada investigador obtenga sus propios valores de
referencia para una población de gatos sanos ya que factores extrínsecos al
paciente como el entorno, el tipo de vida, la climatología, la exposición a
sustancias irritantes ambientales, o incluso factores asociados a la técnica como el
modelo de la cámara, el programa informático o simplemente la variabilidad
interindividual del investigador en la forma de calibrar el aparato, pueden
modificar ligeramente los rangos de referencia de las distintas variables generadas
por el pletismógrafo.

Tabla 8a: Comparativa de valores de referencia de variables de función respiratoria


obtenidas mediante pletismografía (Plet) (Hoffman et al, 1999; Hirt et al, 2003; Kirschvink et
al, 2006c) y curvas de flujo-volumen tidal (CFVT) (McKiernan et al, 1993).

82
Tabla 8b: Comparativa de valores de referencia de variables de función respiratoria
obtenidas mediante pletismografía (Plet) (Hoffman et al, 1999; Hirt et al, 2003; Kirschvink et
al, 2006c) y curvas de flujo-volumen tidal (CFVT) (McKiernan et al, 1993).

6.2.- Animales con enfermedad bronquial

Los resultados obtenidos tras comparar la población de gatos enfermos con la de


gatos sanos indican que no existen diferencias estadísticamente significativas
entre estos grupos para las variables f, Ti, Te y HR. Por el contrario sí se han
identificado claras diferencias entre las variables de VT, VM, PFI, PFE, Penh,
PAU y Temp (Tabla 7).

Al igual que en otros estudios (Hoffman et al, 1999) hemos constatado que existe
una gran variabilidad interindividual en el valor de las variables analizadas.
Pacientes con un valor similar de Penh pueden presentar un diferente grado de
afectación clínica. Se deduce por lo tanto que, en situaciones de anormalidad
como puede ser un estado de hiperreactividad bronquial, seguramente existen
otros factores intrínsecos que intervienen en el control de la mecánica respiratoria
condicionando el valor de f, VT, VM, Te, Ti, Penh y Pause. Además, en la clínica
diaria, los pacientes afectados pueden presentar distintos grados o tipos de
enfermedad bronquial (crisis asmática aguda, bronquitis aguda, bronquitis
crónica,…) (Padrid, 2000; Moise et al, 1989) y por lo tanto tendremos otro factor
de variabilidad.

En el estudio presentado por McKiernan et al. se utilizó como PFP las CFVT. Este
tipo de prueba es más precisa ya que permite separar el componente asociado al
flujo nasal de los cambios de presión dentro del pletismógrafo asociados al
movimiento toracoabdominal. Es importante tener en consideración que, a

83
diferencia de los estudios realizados con CFVT, los datos obtenidos mediante
pletismografía deben considerarse en realidad datos de pseudoflujo porque tanto
la compresión del aire como el mecanismo de acondicionamiento (Figuras 8 y 9)
alteran la señal de presión y pueden ocasionar mediciones erróneas en algunas
mediciones como el VT y los picos de flujo (Hoffman et al, 1999). En medicina
humana, en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica se ha
demostrado que el aire se comprime de forma transitoria en las vías aéreas cuando
existe un estado de broncoconstricción. Este hecho explicaría también la
disparidad existente entre las mediciones de VT según se utilicen CFVT o
pletismografía (Ingram et al, 1966).

Valoración de la frecuencia respiratoria.

En nuestro estudio realizado con pacientes enfermos hemos constatado que los
gatos con enfermedad bronquial en una fase avanzada, o bien cuando tienen una
crisis asmática grave, suelen presentar una f baja ya que, debido al estado de
broncoconstricción, el Te se alarga de forma considerable. En pacientes con
enfermedad bronquial más leve, la f resulta más variable según el estado de
nerviosismo del paciente (especialmente en el momento de realizar la prueba de
pletismografía) pudiéndose observar una frecuencia normal (p ej. 30 respiraciones
por minuto, rpm), elevada (p.ej. 80 rpm), o muy elevada (p. ej. 150 rpm). No se
han detectado diferencias estadísticamente significativas respecto a los gatos
sanos (P = 0,567; Tabla 6) probablemente debido a que la mayoría de los
pacientes enfermos tenían un grado moderado de enfermedad bronquial. Tampoco
se han visto diferencias significativas por grupos de edad entre animales enfermos
(P = 0,954; Tabla 5).

Como la VM depende directamente de la f y el VT (VM = f x VT), ambas


variables deberán compensarse mutuamente para intentar mantener una correcta
VM. En pacientes de edad avanzada el cierre de las vías aéreas de menor diámetro
puede reducir el volumen espiratorio final generando un estado de
hiperinsuflación pulmonar. Esta situación implica que el VT también se reduzca
de tal modo que los pacientes están obligados a incrementar la f para mantener la
VM (Numa et al, 1996). Por el contrario en animales jóvenes el volumen

84
pulmonar residual depende del balance existente entre la fuerza máxima generada
por la musculatura espiratoria y las fuerzas elásticas que se oponen a la reducción
de volumen, pudiendo compensar algunas situaciones patológicas sin incrementar
la f.

Valoración del volumen tidal.

En gatos con enfermedad bronquial, y dado que el VT se relaciona con la f y la


VM como se ha explicado en el punto anterior, lo esperable es que el valor de VT
en pacientes enfermos se mantenga normal o ligeramente disminuido (Dye et al,
2004). En nuestro estudio, los animales enfermos muestran valores superiores de
VT de forma estadísticamente significativa (P = 0,037; Tabla 5). Si disgregamos
por grupos de edad, los animales jóvenes y adultos presentan valores superiores
de VT (43,2 ± 16,6 mL y 60,6 ± 40,1 mL) respecto a los sanos (29,5 ± 11,7 mL y
35,1 ± 12,2 mL) pero sin llegar a mostrar diferencias significativas (P = 0,064
para jóvenes, y P = 0,084 para adultos). En cambio los pacientes enfermos de
edad avanzada muestran un valor de VT claramente inferior a los sanos del mismo
rango de edad (29,8 ± 9,6 mL vs 34,7 ± 5,0 mL).

Una posible explicación a estos resultados pudiera ser que los pacientes con
hiperinsuflación pulmonar tienen una menor capacidad de intercambio gaseoso y
por ese motivo deben incrementar el VT y, en la medida de lo posible, la f para
poder aportar cantidades suficientes de oxígeno a la sangre y reducir los niveles de
CO2. Estos pacientes, al ser jóvenes, podrían forzar la mecánica respiratoria
porque conservan una suficiente elasticidad pulmonar. Los pacientes de edad
avanzada normalmente suelen tener alteraciones estructurales a nivel bronquial
debido a la cronicidad de la patología y, al no poder realizar una distensión
dinámica tan marcada, se verían forzados a reducir su VT. No hemos encontrado
ninguna referencia bibliográfica que describa esta hipótesis, por lo que para
confirmarla sería necesario realizar más estudios con una mayor población de
gatos enfermos y con correlación histopatológica que pudiera avalar la hipótesis
de existencia de una menor elasticidad pulmonar con la edad.

85
Otro factor que puede haber influido en la obtención de estos resultados puede ser
el hecho que el peso medio del grupo de gatos sanos es de 3,57 ± 1,11 Kg
mientras que el de gatos enfermos es de 4,70 ± 1,23 Kg, y por tanto pacientes con
un peso corporal mayor tendrán un volumen pulmonar superior.

Valoración de los tiempos inspiratorio y espiratorio.

En condiciones normales los gatos sanos suelen tener una relación entre el Te y el
Ti de aproximadamente 1,0 ± 0,15 segundos (Dye et al, 2004). En cambio los
pacientes con enfermedad bronquial grave pueden tener un cociente Te/Ti mucho
mayor ya que, aunque el Ti puede estar normal o ligeramente reducido, el Te se
incrementa considerablemente (Dye et al, 2004; Hirt et al, 2003; Hoffman et al,
1999).

En nuestros pacientes no se han detectado diferencias estadísticamente


significativas en el Ti ni el Te entre gatos sanos y enfermos (P = 0,342 y P = 0,225
respectivamente). Este hecho podría justificarse porque la mayoría de los
pacientes enfermos presentaban cuadros clínicos leves o moderados sin ocasionar
grandes aumentos en el Te.

Es posible que, al igual que en el estudio realizado por McKiernan et al.


(McKiernan et al, 1993) donde se analizaba las CFVT mediante la colocación de
una mascarilla facial, la introducción de un paciente dentro de la cámara de
pletismografía pueda ser motivo suficiente de estrés y que por ello se incremente
la f suficientemente como para que no aparezcan diferencias estadísticamente
significativas en los valores del Te entre gatos sanos y gatos con cuadros
moderados de enfermedad bronquial. En cualquier caso, dado que no hay
demasiadas publicaciones que analicen el patrón respiratorio de gatos con
enfermedad bronquial mediante pletismografía, sería muy útil poder disponer de
nuevos estudios con diferentes poblaciones de animales para contrastar los
resultados y poder valorar los cambios en la mecánica respiratoria de nuestros
pacientes.

86
Valoración del índice de broncoconstricción Enhanced Pause.

El valor de Penh se considera un parámetro empírico que refleja cambios en las


ondas generadas a partir de los cambios de presión que se producen en el interior
de la cámara tras un estado de broncoconstricción.

En gatos con enfermedad bronquial, debido a la reducción del diámetro de las vías
aéreas, aparecen cambios muy evidentes en la curva de la señal espiratoria con
mínimos cambios en la curva inspiratoria (Hoffman et al, 1999). Específicamente
los cambios consisten en la aparición de un pico muy marcado en la fase temprana
de la espiración seguido de una caída repentina de la señal (Figura 10). Este hecho
causa un incremento en el flujo máximo espiratorio, reduce el Tr (tiempo que
necesita el gato para espirar una determinada cantidad de volumen) e incrementa
la pausa espiratoria final. Estos cambios del ciclo respiratorio también se han
identificado en estudios realizados con ratones (Hamelmann et al, 1997) a los que
se les inducía de forma experimental un estado de broncoconstricción tras la
administración de histamina o acetilcolina, y en gatos nebulizando dosis
crecientes de carbacol dentro de la cámara (Hoffman et al, 1999; Hirt et al, 2003;
Kirschvink et al, 2005c; Kirschvink et al, 2006c; Kirschvink et al, 2007b).

En estudios realizados con ratones se demostró que el incremento del valor Penh
no está tan influenciado por la f o el VT como por el grado de reactividad
bronquial (Hamelmann et al, 1997). Existe una estrecha correlación entre los
cambios del valor de Penh y la resistencia pulmonar por lo que dicho valor parece
ser un indicador de broncoconstricción perfectamente válido (Hamelmann et al,
1997). Hoffman et al. demostró en su estudio (Hoffman et al, 1999) que el
coeficiente de varianza para los índices de broncoconstricción Pause y Penh son
relativamente bajos (< 20%), por lo que cambios importantes en los mismos se
pueden utilizar para diagnosticar dichos estados de broncoconstricción. En nuestro
estudio se han obtenido diferencias estadísticamente muy significativas entre
gatos sanos y enfermos para los valores de Penh (P < 0,002) y Pause (P < 0,0001).
Este dato estadístico nos permite afirmar con rotundidad que la pletismografía es
una PFP totalmente válida para su uso clínico que permite diferenciar claramente
entre pacientes sanos y enfermos.

87
Una de las principales ventajas que aporta la pletismografía es que, a diferencia de
las PFP utilizadas hasta hace poco más de 10 años, permite detectar alteraciones a
nivel bronquial en pacientes comprometidos respiratoriamente sin tener que
sedarlos ni manipularlos de forma que suponga un estrés suficientemente
importante como para empeorar su situación clínica. No se trata de una prueba
complementaria de diagnóstico que se utilice de forma rutinaria en clínica de
pequeños animales ya que su mayor campo de aplicación está dirigido a la
investigación en medicina humana valorando la respuesta a diferentes fármacos
mediante la utilización de animales de laboratorio. En medicina veterinaria,
tampoco hay demasiados equipos de investigación a nivel mundial que se
dediquen a estudiar todas sus aplicaciones en pequeños animales. En nuestros
estudios se han utilizado pacientes reales por lo que esta PFP ya forma parte de
nuestro protocolo de trabajo habitual.

6.3.- Animales enfermos tratados con prednisona y salbutamol

Los glucocorticoides y los broncodilatadores son los dos pilares fundamentales en


el tratamiento convencional de la enfermedad bronquial ya que permiten corregir,
en la mayoría de los casos, el estado de hiper-reactividad bronquial reduciendo el
componente inflamatorio, el exceso de secreciones y el grado de
broncoconstricción. Los pacientes que presentan un estado de broncoconstricción
grave y de aparición aguda se deben hospitalizar y recibir el protocolo terapéutico
de urgencia anteriormente descrito. En casos más leves se puede administrar
prednisona a dosis de 1 mg/kg cada 12 horas junto a salbutamol a dosis de 100 μg
cada 12 horas.

La mayoría de pacientes incluidos en este estudio mostraron una presentación


clínica de enfermedad bronquial de grado leve a moderado (tos crónica, anorexia
y taquipnea). Solamente 3 de los 9 pacientes incluidos (33.3%), al presentar
signos de disnea y ortopnea, requirieron tratamiento de urgencia durante las
primeras 24 horas. El resto de pacientes (66.6%) al presentar signos clínicos de
leves a moderados se controlaron perfectamente con el protocolo terapéutico de

88
prednisona (1 mg/kg cada 12 horas PO) y salbutamol inhalado (100 μg cada 12
horas).

La pletismografía permite determinar el grado de afectación presente en los gatos


con enfermedad bronquial. En animales de investigación se ha demostrado que
con la prueba de reactividad bronquial es posible valorar de forma indirecta el
grado de inflamación a nivel de las vías aéreas inferiores, así como monitorizar la
respuesta al tratamiento (Kirschvink et al, 2004b; Clercx, 2006b; Bernaerts et al,
2006b). En el estudio realizado por Kirschvink et al. (Kirschvink et al, 2007a) se
observó que, en gatos sensibilizados a Ascaris suum, la concentración de carbacol
necesaria para alcanzar un incremento en el valor de Penh del 300% (Carb-
Penh300%) se reducía considerablemente respecto a los pacientes del grupo
control. Por el contrario, en el mismo estudio, pacientes premedicados con
salbutamol antes de realizar la prueba de reactividad bronquial necesitaban
concentraciones superiores de carbacol para alcanzar el valor de Carb-Penh300%.

En nuestro grupo de pacientes no se han detectado diferencias estadísticamente


significativas en las variables f (P = 0.086), VT (P = 0.145), VM (P = 0.364), Ti
(P = 0.064), PFI (P = 0.338), PFE (P = 0.115), HR (P = 0.062) y Temp (P =
0.223). En cambio sí han aparecido diferencias significativas en los valores de Te
(P = 0.037), Penh (P = 0.041) y Pause (P = 0.004) tras 4 semanas de tratamiento.

Valoración de la frecuencia respiratoria.

Aunque se ha observado un incremento en la f tras el tratamiento, no se han


detectado cambios significativos en la f (P = 0.086) al comparar los valores
basales (66 ± 24) con los obtenidos tras medicar (97 ± 38). Una posible razón que
justifique este hecho es el leve o moderado grado de presentación clínica de los
pacientes incluidos en el estudio. En pacientes con una presentación clínica
mucho más grave los tiempos respiratorios suelen estar muy aumentados
(especialmente el Te). Sin embargo, en los casos de afectación moderada las
diferencias observadas en la f pueden no ser tan marcadas e incluso estar
condicionadas por un cierto grado de nerviosismo del paciente.

89
Valoración del índice de broncoconstricción Enhanced Pause.

El valor de Penh se considera un parámetro empírico que refleja cambios en las


ondas generadas a partir de los cambios de presión que se producen en el interior
de la cámara tras un estado de broncoconstricción. Se ha demostrado que existe
una estrecha correlación entre los cambios del valor Penh y la resistencia
pulmonar, por lo que dicho valor parece ser un indicador de broncoconstricción
perfectamente válido (Hamelmann et al, 1997). En nuestros pacientes el valor de
Penh se redujo de forma estadísticamente significativa tras 4 semanas de
tratamiento pasando de un rango de valores basales totalmente compatible con un
estado de broncoconstricción a otro de prácticamente normalidad. El valor medio
basal de Penh para nuestro grupo de gatos enfermos tratados (n = 9) antes de
iniciar el tratamiento fue 1,837 ± 1,720. Siendo el rango de valor medio basal para
el grupo de gatos sanos (n = 26) 0,504 ± 0,153, la diferencia entre ambos valores
resultó ser estadísticamente significativa (P < 0,05). Tal y como se ha comentado
anteriormente, los valores obtenidos para los diferentes grupos de pacientes se
asemejan mucho a los publicados por otros investigadores tanto para pacientes
sanos (McKiernan et al, 1993; Kirschvink et al, 2006c; Hirt et al, 2003). como
para enfermos (Hirt et al, 2003; Hirt et al, 2007; Hoffman et al, 1999; Kirschvink
et al, 2007a).

Aunque en este estudio no se ha podido realizar una disgregación de los pacientes


en función del rango de edad por tratarse de un grupo reducido de pacientes (n =
9), alguno de los gatos tratados mostró una rápida mejoría en el patrón respiratorio
probablemente debida al “efecto rescate” que le proporcionó la administración de
broncodilatadores. Normalmente en los animales jóvenes se observan cuadros
clínicos que suelen resolverse rápidamente y a menudo de forma completa tras la
administración de fármacos broncodilatadores. En cambio los pacientes de mayor
edad tienden a padecer un cuadro de enfermedad bronquial de presentación más
crónica que no siempre se revierte totalmente debido al exceso de secreciones, la
inflamación de las vías aéreas y la posible remodelación pulmonar (Bay et al,
2004; Johnson, 2005; Cooper et al, 2003; Clercx, 2006a). Varios estudios
realizados con animales de investigación demuestran que la administración de
broncodilatadores antes de la prueba de bronco-provocación reduce el valor de

90
Penh (Hamelmann et al, 1997). Este hecho también se ha podido constatar en uno
de los pocos estudios que se ha realizado con pacientes enfermos (Rozansky et al,
1999b). En medicina humana también se ha valorado la utilidad de la
pletismografía para cuantificar y valorar la eficacia broncodilatadora de diferentes
fármacos en niños de corta edad (Nielsen et al, 2001).

Debido al componente inflamatorio de la enfermedad, seguramente no se hubieran


conseguido estas diferencias en los valores de Penh (P = 0.041) y Pause (P =
0.004) sin la intervención de los fármacos glucocorticoides. Esto queda reflejado
en otro estudio publicado por Kirschvink et al. (Kirschvink et al, 2005a) donde se
demuestra que el grado de reactividad bronquial en un grupo de animales de
investigación expuestos a Ascaris suum premedicados con prednisona a dosis de 1
mg/Kg cada 12 horas PO es inferior, de forma estadísticamente significativa,
respecto al grupo de gatos no medicados con glucocorticoides.

Una de las limitaciones de este estudio es el hecho que, al utilizar pacientes


clínicos no procedentes de una colonia de animales sanos especialmente diseñada
para realizar estudios de investigación, no se ha podido realizar la prueba de
bronco-provocación. Esta prueba nos hubiera permitido valorar de forma más
precisa el grado de reactividad bronquial de nuestros pacientes, dato que se
correlaciona con la gravedad de la enfermedad y el requerimiento de fármacos
(Dye et al, 2004). Por lo tanto sería muy interesante que en el futuro se realicen
estudios, especialmente en animales con enfermedad de aparición natural, que
validen la utilidad de los niveles basales de Penh en gatos con enfermedad
bronquial independientemente del resultado de la prueba de reactividad bronquial.
Esta nueva técnica complementaria de diagnóstico abre un campo enorme tanto
para la investigación como para su aplicación en la clínica diaria de pequeños
animales puesto que nos permite realizar seguimientos de respuesta terapéutica a
largo plazo, valorar la eficacia de diferentes protocolos terapéuticos y detectar
precozmente recidivas de pacientes tratados de tal modo que podamos modificar
la pauta terapéutica antes que se vuelva a descompensar.

91
92
Conclusiones

93
94
7.- Conclusiones

1. Mediante este estudio se ha demostrado que la pletismografía es una prueba de


función pulmonar que permite estudiar la mecánica respiratoria de gatos sanos
a partir del análisis de las diferentes variables que definen el ciclo respiratorio.

2. Los resultados obtenidos en nuestro estudio avalan la utilidad de la


pletismografía como prueba de función pulmonar útil y precisa para detectar
cambios estadísticamente significativos en las variables que definen un estado
de broncoconstricción y por tanto permite diagnosticar estados de
broncoconstricción patológica en los gatos.

3. La pletismografía permite monitorizar la respuesta clínica del protocolo


terapéutico propuesto (prednisona a dosis de 1 mg/kg cada 12 horas PO y
salbutamol inhalado a dosis de 100 μg cada 12 horas) para el control del
estado de broncoconstricción en los gatos, tanto de forma aguda como a medio
y largo plazo.

95
96
Resumen /
Summary

97
98
8.- Resumen / Summary

La enfermedad bronquial felina es una de las patologías respiratorias de mayor


prevalencia en gatos. Por desgracia no existen pruebas complementarias de
diagnóstico específicas para detectar dicha enfermedad, por lo que la sospecha
clínica se realiza por exclusión.

Recientemente la pletismografía se ha introducido en medicina veterinaria siendo


una de las PFP de elección para su utilización en gatos. Permite valorar el patrón
respiratorio y, de forma indirecta, el grado de reactividad bronquial sin tener que
someter al paciente a una anestesia ni una situación de estrés ya que el registro de
datos se realiza en una cámara donde el paciente se puede mover libremente y en
un entorno confortable.

Mediante esta tesis doctoral hemos establecido valores de referencia de las


distintas variables que aporta el pletismógrafo tanto en animales sanos como
enfermos. También se ha utilizado dicha técnica para monitorizar la respuesta
terapéutica de un grupo de pacientes tras 28 días de tratamiento con prednisona a
1 mg/Kg/12h y salbutamol inhalado a dosis de 100 μgr/12h.

Los resultados obtenidos en nuestro estudio avalan la utilidad de la pletismografía


como una PFP útil y precisa para detectar cambios estadísticamente significativos
en las variables que definen un estado de broncoconstricción, y por lo tanto
concluimos que esta técnica permite diagnosticar estados de broncoconstricción
patológica en los gatos y monitorizar la respuesta terapéutica tanto de forma
aguda como a medio y largo plazo.

Palabras clave: pletismografía, enfermedad bronquial felina, Penh.

99
The feline bronchial disease is the most common respiratory disease in cats.
Unfortunately there are no specific complementary tests to confirm the diagnosis
so that one should suspect it after excluding all other posibilities.

Plethysmography has been recently introduced in veterinary medicine as a


specific pulmonary function test for cats. Plethysmography allows evaluating the
respiratory pattern and, indirectly, the bronchial reactivity level in a quiet
environment with no stress for the patient as he is able to move itself freely inside
the camera and in a confortable environment.

In the present study we have established reference values for all different
variables offered by plethysmograph as in healthy animals as in cats with natural
feline bronchial disease. We have demonstrate too that plethysmography is an
useful pulmonary function test to evaluate the response to therapy after 28 days of
treatment using the treatment protocol prednisone (1mg/Kg bid PO) and inhaled
salbutamol (100 μgr bid) in illness cats.

Our results confirm plethysmography is a useful and reproducible pulmonary


function test for detecting bronchial diseases in cats. We conclude
plethysmography is a good test for detecting a pathologic bronchoconstriction,
and permit us to make an acute and long term treatment monitorization.

Key words: plethysmography, feline bronchial disease, Penh.

100
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111
112
Trabajos
publicados en
relación a esta tesis

113
114
Anexo I.- Trabajos publicados en relación a esta tesis

I.1.- Barometric whole-body plethysmography reference values in


different age-range healthy cats. 18th ECVIM-Ca Congress,
Septiembre de 2008.

BAROMETRIC WHOLE-BODY PLETHYSMOGRAPHY REFERENCE VALUES IN


DIFFERENT AGE-RANGE HEALTHY CATS
L. Garcia-Guasch1, A. Caro-Vadillo2, M. Laporta1, J. Manubens1, J.A. Montoya-Alonso3
1
H.V.Molins, Barcelona, Spain. 2 Med. Cir. Anim., UCM, Madrid, Spain. 3 Int. Med., ULPGC,
Las Palmas, Spain.

Barometric whole-body plethysmography (BWBP) is a noninvasive pulmonary function test (PFT)


that allows a dynamic study of breathing patterns by placing the patient within an unrestrained
Plexiglas chamber. BWBP is useful to study potential airway disease and the response to different
treatments. Until date there are only three published articles with BWBP reference values in
healthy cats (Hoffman 1999, Hirt 2003, Kirschvink 2006).
The objectives of this preliminary study are (1) to establish a reference database for respiratory
variables of healthy cats using BWBP, and (2) to evaluate if there are significant differences
between different age-range cats.
The number of cats included in the study is an important difference regarding previously reports.
Twenty-six healthy cats were included. Cats did not have a history or clinical signs of respiratory,
cardiac or systemic diseases and had negative results when tested for FeLV/FIV diseases. Only
private-owner cats were included. This particularity only has been reported in Hoffman’s study.
Anthelmintic treatments were administered to all cats within 3 months of the onset of the study
and no one of them had exposure to indoor smoke.
Cats were arranged in three groups: young cats (n=13, from 0 to 2 years old), adult cats (n=9, from
2 to 8 years old), and old cats (n=4, more than 8 years old). Authors have not found any published
studies designed with those range of ages. Cats were placed in the chamber and after a 5 minute
adaptation period of time in a quiet and silent environment, four 3-minute periods were registered
and data were shown as means with standard deviations. BWBP recording sessions were
scheduled at different times of day without considering circadian changes of respiratory function.
BWBP was well tolerated by the cats remaining quietly and in sternal recumbency throughout the
measurement period.
A inter-groups P-value <0.05 was considered statistically significant. Tidal volume (mL) were
29.523 ± 11.745, 35.150 ± 12.243 and 34.753 ± 5.053 for young, adult and old cats respectively
(P-value: 0.473). The enhanced pause (Penh) were 0.546 ± 0.148, 0.467 ± 0.174 and 0.447 ± 0.111
for young, adult and old cats (P-value: 0.373). And Pause were 0.669 ± 0.124, 0.577 ± 0.180 and
0.574 ± 0.076 for young, adult and old cats (P-value: 0.267). Measured results are firstly useful as
baseline values for PFT by BWBP in different age-range healthy cats, and secondly suggest that
there are no significant differences between young, adult and old cats.

115
I.2.- Fundamentos y aplicaciones clínicas de la pletismografía en
pequeños animales. VIII Congreso de especialidades de AVEPA –
GECAR, Marzo de 2009.

FUNDAMENTOS Y APLICACIONES CLÍNICAS DE LA PLETISMOGRAFÍA


EN PEQUEÑOS ANIMALES

Laín García Guasch1, Jordi Manubens Grau1, Rodrigo Paiva1,


Alicia Caro Vadillo2, J. Alberto Montoya Alonso3
1
Hospital Veterinari Molins, Sant Vicenç dels Horts, Barcelona, www.hvmolins.com
2
Dpto. Medicina y Cirugía Animal, Facultad de Veterinaria, HCVC, Madrid
3
Dpto. Medicina Interna, Facultad de Veterinaria, ULPGC, Las Palmas

En un paciente con disfunción respiratoria, el primer motivo de alarma para el propietario consiste
en la detección de signos clínicos de intolerancia al ejercicio, alteraciones en el patrón respiratorio
(disnea, taquipnea, etc.), o producción de sonidos respiratorios anormales (tos, sibilancias,
estridores, etc.). Estos signos clínicos serán más o menos evidentes en función de la actividad
física del paciente, siendo menos obvios en animales de vida sedentaria. Las radiografías torácicas,
broncoscopia, cultivos y citologías permiten establecer un diagnóstico y determinar la localización
y gravedad de la patología responsable. Todas estas pruebas se deben valorar como indicadores
subjetivos de función respiratoria ya que no permiten cuantificar el grado de disfunción
respiratoria.

En medicina humana, las pruebas de función pulmonar (PFP) se realizan de forma rutinaria para
diagnosticar y valorar la progresión del problema respiratorio que padece el paciente. Una de las
PFP más sencilla y comúnmente utilizada consiste en valorar la curva de máximo flujo-volumen
espiratorio. La aplicación de esta técnica en medicina veterinaria es limitada ya que es necesario
que el paciente realice una espiración máxima forzada de forma voluntaria hecho que obviamente
no es factible. Se han publicado trabajos desde hace varios años donde se presentan valores de
referencia relacionados con la mecánica respiratoria (resistencia pulmonar, complianza, etc.) pero
básicamente se trata de estudios de investigación que requieren unas técnicas y equipamientos que
por ahora no son de fácil aplicación en la práctica clínica diaria.

La pletismografía es una PFP no invasiva que desde hace unos años se ha introducido en medicina
veterinaria para estudiar alteraciones en el patrón respiratorio en gatos y perros. Permite valorar la
reactividad bronquial en gatos despiertos con respiración espontánea midiendo ciertas variables
asociadas a cambios de presión dentro de la cámara y calculando el índice de broncoconstricción
(Penh), variable que se correlaciona con la resistencia en las vías aéreas. El registro de la mecánica
respiratoria obtenido mediante pletismografía se obtiene a partir del intercambio de aire entre el
cuerpo y la cámara que contiene al paciente. Este intercambio induce cambios de volumen de aire
dentro de la cámara que se detectan mediante cambios de presión.

En la gráfica generada por el pletismógrafo, la espiración se puede dividir en una fase temprana y
otra tardía. Cuando el paciente sufre un estado de broncoconstricción se puede observar un
pequeño pico en la fase de espiración temprana. Este pico se vuelve mucho más prominente e irá
aumentando de forma directamente proporcional a medida que se incremente el grado de
broncoconstricción.

La región temprana de la espiración incluye el momento de transición entre inspiración y


espiración. Las variables Penh (enhanced pause) y Pause cuantifican el grado de resistencia al flujo
de aire comparando la altura media de la fase temprana con la altura media de la tardía. Ambas
variables se consideran índices de broncoconstricción y no poseen unidades de medida.

Una de las principales ventajas de la pletismografía es que los pacientes pueden estar libremente
dentro de la cámara en un entorno mínimamente estresable. En cualquier caso el mero hecho de
colocarlos dentro en un entorno desconocido puede generar un estado de nerviosismo con

116
alteraciones en el patrón respiratorio. La valoración de la frecuencia respiratoria a lo largo del
tiempo es una herramienta que de forma sencilla muestra los cambios influenciados por el estrés.
Tras un periodo de adaptación lo esperable es que la frecuencia respiratoria disminuya hasta
permanecer en un rango constante.

La mayoría de gatos permanecen sentados y en calma mientras se realiza la prueba. Es importante


reconocer si los cambios en la señal de presión se deben a que el gato empieza a ronronear ya que
en ese caso el patrón respiratorio se altera lo suficiente como para dar falsos incrementos en los
índices de broncoconstricción.

En caso de tener que sedar al paciente hay que tener en consideración los efectos potenciales del
fármaco sobre el tono de la musculatura bronquial y sobre el sistema nervioso central ya que puede
haber cambios en la frecuencia respiratoria, la amplitud de los movimientos respiratorios y el
grado de reactividad bronquial.

En gatos con enfermedad bronquial, el estado de hiperreactividad bronquial se origina en respuesta


a la inflamación de las vías aéreas. En medicina veterinaria los estudios que se están realizando en
el campo de la medicina respiratoria han demostrado que la reactividad bronquial puede valorarse
de forma segura en perros y gatos y que se correlaciona perfectamente con el grado de inflamación
de las vías aéreas inferiores. Así mismo, las pruebas de reactividad bronquial permiten investigar
la eficacia real de distintos fármacos broncodilatadores.

La pletismografía permite valorar y documentar cambios en el patrón respiratorio. Por lo tanto


debe considerarse una herramienta muy útil para establecer comparativas entre valores obtenidos
antes y después de la exposición a alergenos o sustancias irritantes ambientales en poblaciones de
gatos para investigación, para diagnosticar enfermedad bronquial de aparición natural, y para
monitorizar la respuesta terapéutica en gatos enfermos.

También se ha utilizado esta técnica en perros despiertos con parálisis laríngea espontánea para
cuantificar el grado de obstrucción de vías aéreas, se han detectado cambios en los patrones
respiratorios de perros con síndrome braquiocefálico respecto a animales sanos, y se ha utilizado
para investigar los patrones respiratorios de gatos con enfermedad bronquial permitiendo
diagnosticar la patología y monitorizar la respuesta al tratamiento.

117
I.3.- Barometric whole-body plethysmography reference values in
different age-range cats with natural bronchial disease. ACVIM
Forum, Junio de 2009 (aceptado).

BAROMETRIC WHOLE-BODY PLETHYSMOGRAPHY REFERENCE VALUES IN


DIFFERENT AGE-RANGE CATS WITH NATURAL BRONCHIAL DISEASE
L. Garcia-Guasch1, A. Caro-Vadillo2, M. Laporta1, J. Manubens1, J.A. Montoya-Alonso3
1
H.V.Molins, Barcelona, Spain. 2 Med. Cir. Anim., UCM, Madrid, Spain. 3 Int. Med., ULPGC,
Las Palmas, Spain.

Feline bronchial disease (FBD) is characterized by inflammation of the lower airways without an
obvious identifiable cause. Unfortunately there are no pathognomonic clinical signs or laboratory
tests available in routine veterinary clinical practice for FBD. Barometric whole-body
plethysmography (BWBP) is a noninvasive pulmonary function test (PFT) that allows a dynamic
study of breathing patterns by placing the patient within an unrestrained Plexiglas chamber.
BWBP is useful to study potential airway disease and the response to different treatments.

The objectives of this preliminary study are (1) to establish a reference database for respiratory
variables in cats with natural FBD using BWBP, (2) to evaluate if there are significant differences
between healthy cats and cats with natural illness and (3) to evaluate if there are significant
differences between healthy and affected cats in different age-range.

The study was approved by the animal ethical committee of the University of Las Palmas (Spain).
Twenty-three cats with natural FBD were included. Cats did not have a previous history of upper
airway, cardiac or systemic diseases and had negative results when tested for FeLV/FIV diseases.
Cats were arranged in three groups: young cats (n=5, from 0 to 2 years old), adult cats (n=11, from
2 to 8 years old), and old cats (n=7, more than 8 years old). Cats were placed in the chamber and
after an adaptation period of time in a quiet and silent environment, four 3-minute periods were
registered and data (tidal volume [TV], enhanced pause [Penh] and Pause) were shown as means
with standard deviations. A p-value <0.05 was considered statistically significant.

TV Penh Pause
Age-
Healthy FBD Healthy FBD Healthy FBD
range
N=26 N=23 N=26 N=23 N=26 N=23
0-2 29,523±11,745 43,258±16,633 0,546±0,148 0,817±0,282 0,669±0,124 0,833±0,231
2-8 35,150±12,243 60,650±40,116 0,467±0,174 1,749±1,595* 0,577±0,180 1,224±0,598*
>8 34,753±5,053 29,800±9,594 0,447±0,111 1,248±0,714* 0,574±0,076 0,171±0,473*
P= 0,037 P=0,02 P=0,001

*P<0,05

In conclusion: (1) measured results are firstly useful as baseline values for PFT by BWBP in cats
with FBD and suggest that there are no significant differences in TV (p=0,120), Penh (p=0,349)
and Pause (p=0,363) between different age-range groups of FBD cats, (2) there are significant
differences for TV, Penh and Pause variables between healthy cats and cats with FBD (compared
with reference values in healthy cats previously reported by authors), and (3) there are significant
differences for Penh and for Pause between healthy cats and cats with FBD in adult (pPenh=0,024 ;
pPause=0,006) and old (pPenh=0,05 ; pPause=0,03) cats; there are no significant differences for TV.

118
I.4.- Treatment monitoring of cats with natural bronchial disease
using barometric whole-body plethysmography. 19th ECVIM-Ca
Congress, Septiembre de 2009. (pendiente de aceptación)

TREATMENT MONITORING OF CATS WITH NATURAL BRONCHIAL DISEASE USING


BAROMETRIC WHOLE-BODY PLETHYSMOGRAPHY
L. Garcia-Guasch1, A. Caro-Vadillo2, M. Laporta1, J. Manubens1, J.A. Montoya-Alonso3
1
H.V.Molins, Barcelona, Spain. 2 Med. Cir. Anim., UCM, Madrid, Spain. 3 Int. Med., ULPGC,
Las Palmas, Spain.

Feline bronchial disease (FBD) is characterized by inflammation of the lower airways without an
obvious identifiable cause. Unfortunately there are no pathognomonic clinical signs or laboratory
tests available in routine veterinary clinical practice for FBD. Barometric whole-body
plethysmography (BWBP) is a noninvasive pulmonary function test (PFT) that allows a dynamic
study of breathing patterns by placing the patient within an unrestrained Plexiglas chamber.
BWBP is useful to study potential airway disease and the response to different treatments.

The aim of this preliminary study is to evaluate, by means of BWBP, the response to therapy after
30 days of treatment using the treatment protocol prednisone (1mg/Kg bid PO) and inhaled
salbutamol (100 μgr bid) in cats with FBD.

The study was approved by the animal ethical committee of the University of Las Palmas (Spain).
Nine cats with natural FBD were included. Cats did not have a previous history of upper airway,
cardiac or systemic diseases and had negative results when tested for FeLV/FIV diseases. Cats
were placed in the chamber and after an adaptation period of time in a quiet and silent
environment, four 3-minute periods were registered and data (frequency [f], tidal volume [TV],
inspiratory time [Ti], expiratory time [Te], enhanced pause [Penh] and Pause) were shown as
means with standard deviations. A p-value <0.05 was considered statistically significant.

Treatment protocol mentioned above was administered to all cats. All of them were re-tested 30
days later and results were compared with baseline measurements. No statistical differences were
detected in f (p=0,086), TV (p=0,145) and Ti (p=0,064). However there were significant
differences in Te (p=0,037), Penh (p=0,041) and Pause (p=0,004) comparing baseline and after
treatment values.

In conclusion, Te, Penh and Pause values measure by BWBP could be a useful noninvasive PFT
for evaluate the short-term response of a treatment protocol with prednisone and inhaled
salbutamol in natural FBD cats.

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