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Traducción de Stella Mastrangelo

Qué e·sperar
de la democracia
Límites y posibilidades
del autogobierno

Adam Przeworski

~ siglo veintiuno
~editores
32 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA

Zé Cheibub, Carolina Curvale, Jen Gandhi, Fernando Llmongi, Introducción


Covadonga Meseguer, Sebastian Saiegh, James Vreeland y el di-
funto Michael Wallerstein. Buena parte de lo que sé y lo que
pienso sobre legislaturas se debe a Argelina Figueiredo, Fernando
Limongi y Sebastian Saiegh. Mucho de lo que conozco sobre el
constitucionalismo latinoamericano proviene de José Antonio
Aguilar Rivera, Robert Barros y Roberto Gargarella. Carlos Acuña
y Julio Saguir me informaron sobre la política argentina, Hyug-
Baeg Im y Jeong-Hwa Lee sobre Corea, Zhiyuan Cui y Gaochao
He sobre China, Jorge Buendía sobre México y Fernando Ll- Las instituciones representativas bajo las cuales vivimos
mongi sobre Brasil. Tamar Asadurian, Anjali Bohlken Thomas, hoy evolucionaron a partir de una idea revolucionaria que con-
Carolina Curvale y Sunny Kuniyathu participaron en la recopila- movió al mundo en la segunda mitad del siglo XVIII, a saber, la de
ción de datos históricos utilizados en esta obra. que ~~1_1:':!?1~-~eberia gobernarse a sí mismo. Sólo cuandO ciuda-
Estas deudas personales se reflejan en las páginas que siguen. danos iguales de-t~rmmabari-Tas-lejies l>ajO Ias cuales vivían eran
También tengo deudas institucionales: con la National Science libres. Yla libertad era el valor político definitivo, "todo", según
Foundation, por financiar el proyecto que ha producido este li- decían muchos. Sin embargo, si juzgamos las democracias con-
bro, y con la New York University, por concederme la generosa temporáneas por los ideales de autogobierne, igualdad y libertad,
oportunidad de investigar y escribir. encontramos que la democracia no es lo-que se soñaba que era.
Como he dicho, he sido afortunado. Pero mi mayor fortuna ha ¿Era posible que lo fuese? Y si era posible, ¿podemos hoy realizar
sido haber pasado la mayor parte de mi vida, desde Polonia hasta mejor esos ideales? Ésas son las preguntas que motivan y estructu-
Chile, Francia y Estados Unidos, con Aquella a la que dedico este ran lo que sigue.
libro. Tendemos a confundir los ideales de los fundadores con des-
cripciones de instituciones existentes en la realidad. Ese velo
ideológico deforma nuestra comprensión y nuestras evaluaciones.
Es políticamente pernicioso porque, a la vez, alimenta esperanzas
irracionales, incluyendo varios proyectos alucinatorios, y nos ciega
a las reformas factibles. En consecuencia, me propongo desmitifi-
car, liberar nuestra comprensión de las democracias reales de la
perspectiva de sus orígenes.
La democracia, con todos sus cambiantes significados, ha en-
frentado repetidamente cuatro desafíos que, en la actualidad,
continúan provocando una insatisfacción intensa y muy exten-
dida. Esos desafíos son: (1) la incapacida~ d<c generar igualdad
gente_ _qii_e
en el ter:re_no .sc;:iciq_e_c:pn_Qffil(0, __(2)__ ~¿~ hacer_senti:f~a la
su participación política es efectiva,_ (3). de asegurar que lo_s_ go-
. biernos hagan lo que se supone que deben hacer y no hagan lo
qué no se les ha mandado hacer, y (4) de equilibrar orden con no
'j
. '

34 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA INTRODUCCIÓN 35

_~nterferencia. Y sin embargo, al mismo tiempo, la democracia riE:ncias divergentes que dom-inaron su historia -la monarquía
siempre vuelve a despertar nuestras esperanzas. Estamos siempre constitucional ,tal co1no evolucionó en Illglaterra y el r'epublica-
ansiosos de que nos seduzcan con promesas para hacer nuestra nism~ introducido por la Revolución Francesa- como los prime-
apuesta en eljuego electoral. Un espectáculo deportivo de cali- , ros caminos hacia la democracia, ignorando el incómodo hecho
dad mediocre sigue siendo siempre emocionante y atractivo. Más de que en América Latina hubo experimentos e.on instituciones
aún, es apreciado, defendido, celebrado. Es verdad que Jos que representativas ·antes que en la mayoría de los países europeos.
están más insatisfechos con el funcionamiento. de la democracia Por lo tanto, si hemo~ de entender qué es la democracia, cómo
dificilmente lo verán como el mejor sistema en todas las circuns- funciona y cjué es lo que hace, es preciso que adoptemos una vi-
tancias. Pero son más los que tienen esperanza de que es posible sión más amplia. Como observa Markoff (1999, p. 661): "No todo
mejorar las instituciones democráticas, de que todo lo que hay de ocurrió por primera vez en una gran potencia".
valioso en ella puede conservarse y mantenerse, y que lo que fun- Sin embargo, no veo mayor mérito en el ejercicio de buscar "tra-
ciona mal puede ser eliminado. Lo que vamos a investigar es si diciones democráticas" por todo el mundo (Sen~'..?Q@l. Es fácil en-
esa esperanza es razonable. contrar elementos de democracia en la a~~lndi~, 2 la Islandia
__-'?!!-~.~1la gran cuestión es cuáles de esas._~!_l~~pa~~ªª-q~~ son[COnti~i medieval o el África precolonial. Pero la implicación de que lapo-
t~~E_t~~::específicas de condiciones y organizaciones instftuciona: lítica moderna en esos mismos lugares debe algo a sus propias tra-
'les particulares, y por lo tanto remediables-y cuáles sonTeStrüCtu--=: diciones políticas es inaceptable. En realidad, la democracia griega
Jcil~S, inherentes a cualquier sistema de gobierno repre~~~t;;.ti:YO~) moderna no tiene ninguna raíz en la democracia de la Grecia an-
Por otro lado, lo que me preocupa son los límites: ¿cuánta igual- tigua. La monarquía constitucional inglesa tuvo más influencia en
dad económica y social puede generar la democracia? ¿Cuán efi- la historia política moderna de Grecia que Atenas. Entiendo la in-
caces puede hacer los distintos tipos de participación? ¿Cuán efec- tención política que hay detrás del proyecto de encontrar raíces
tivamente puede equipar a los gobiernos para que actúen según nativas de la democracia, de hacer que no parezca tanto una crea-
los mejores intereses de los ciudadanos, y a los ciudadanos para ción occidental. Especialmente ahora, que la propia palabra "de-
que controlen a los gobiernos? ¿Hasta dónde puede proteger a to- mocracia" está contaminada por su uso instrumental en las excur-
dos al mismo tiempo, a unos de otros y del gobierno? ¿Qué debe- siones imperialistas de Estados Unidos, la autenticidad nativa
mos esperar de la democracia? ¿Qué sueños son realistas y cuáles puede ser una fuente de vitalidad. Pero en la mayoria de los países
son fútiles? que alcanzaron la independencia en diversos momentos durante
Es obvio que las democracias aparecen en variaciones y sus in- el siglo XX, las instituciones representativas fueron producto de
capacidades en gradaciones. Para estimar el rango de la variación, una exportación o, en el mejor de los casos, de una importación:
presto atención a todas las de1nocracias que han existido en el incluso en los lugares en los que las instituciones políticas surgie-
mundo entero en la época moderna. Leyendo historias al res- ron sin dominación extranjera, fueron diseñadas en el mundo tal
pecto, muy pronto se descubre que se concentran principalmente como era en ese mo1nento. El repertorio de opciones instituciona-
en la experiencia de un puñado de países: la Grecia antigua, In-
glaterra, Estados Unidos y Francia. De hecho, una lectura esta-
dounidense de la historia traza una genealogía que arranca de
Grecia, pasa por Inglaterra y encuentra su culminación en Esta- 2 Durante la convención constitucional de 194()..1949 en la India,
dos Unidos, la "Nueva Atenas". Ese linaje no sólo es etnocéntrico, alguien recordó una inscripción de.mil años de antigüedad "que
hablaba de una elección en la que se votó con hojas de plantas,
es sencilla1nente falso. Los europeos, por su parte, ven dOs expe- usando ollas como urnas" (Guha, 2008, p. 121).
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les es un patrilnonio mundial, no una tradición nativa. Aunque sí va.e. en un pequeño municipio del sureste de Eu:Íopa, adquirió
hubo innovaciones, las opciones disponibles para cualquier país una mala reputación y ya en E.orna desapareció del uso.
están en buena medida limitadas a lo que existe alrededor. A pesar SegÍin .el diccionario de Oxford, su primera aparición en inglé.s
de aquellos que abogaban por basar la Constitución de 1950 de la ·fue en 1531. La Constitución de Rhode Island de 1641 fue la pn-
India en la tradición del sistema de panchayat raj, finalmente la mera en hablar de un gobierno "democrático o popular". En Eu-
Constitución terminó "asemejándose a precedentes euro-america- ropa el término-sólo entró en el discurso público en la década de
nos antes que a los indios" (Guha, 2008, p. 119). I 780, significativamente, al mismo tiempo que la palabra "aristo-
No obstante, la experiencia de los que-llegaron tarde a la demo- cracia" llegó. a ser de uso común co1no su antónimo (Hanson,
cracia no es menos parte de la experiencia democrática, y en 1989, p. 72; Palmer, 1959, p. 15; Rosanva!lon, 1995, p. 144): "de-:
tanto tal, es una rica fuente de información. En realidad, mi se- mócratas" eran lo§__gue queríaP: _9-~.~.-!?_c:_l_o.s__~~sfr~~~~-- <:1~_1_?~- _tni~­
gundo objetivo es liberar el estudio de la historia democrática de IDO~ dere~hos gi.~"_!9.§_--ª!:!~!§_c;!_~~s. "Democracia" en tanto sistema
su sesgo etnocéntrico, extendiendo el alcance de fa visión al de-gObiet="no-t~davía se empleaba casi exclusivamente con refere~­
mundo entero. Pero no es posible derivar límites en forma induc- cia a su significado antiguo: la primera edición de la Encyclopaedia
tiva, ni siquiera observando todas las variaciones históricas. Hasta 1 Britannica de 1771 expresaba que "Democracia es lo mismo que
las mejores democracias que conocemos pueden estar lejos de gobierno popular, en que el supremo poder está en las manos del
todo lo que es posible. Para identificar límites necesitamos mode- 1 pueblo; taks fueron Roma y Atenas en la antigüedad'' (cit. en Hansen,
los analíticos. 2005, p. 31; el destacado es mío). La palabra seguía teniendo una
1 connotación negativa, de manera que tanto en Estados Unidos
como en Francia el nuevo siste:rii:a_ ~e_ ..car_~~_te_r~zat>a como "go-
1 bierno representa1f~O·;--~-<<;~p-Üblica". 3 "Con esa confusión de
DEMOCRACIA Y "DEMOCRACIA" 1
¡ noffibre·s:-rue cosa--fáCif transferir a una república observaciones
t que sólo eran aplicables a la democracia'', observaba Madison en
Cuando por prilnera vez se establecieron instituciones representa- el número 14 de The Federalist. En la primera mitad del siglo XIX
tivas, no eran democracia tal como la conocemos hoy, ni eran vis- surgió una visión positiva de la Grecia antigua como una demo-
tas como tales por sus fundadores (Dunn, 2005; Hansen, 2005; cracia (Hansen, 2005). Sin embargo, la identificación de los bue-
Manin, 1997; Rosanvallon, 1995). Como observa Dunn, este he- nos gobiernos como "democracias" sólo llegó a ser la norma des-
cho plantea dos cuestiones que deben ser tratadas por separado: pués de la Primera Guérra Mundial, a instancias de Woodrow
(1) ¿cómo fue que las instituciones políticas evolucionaron hacia Wilson. "La palabra democracia pasó a ser de uso común como
ordenamientos en los que partidos políticos compiten en eleccio- nunca lo había sido antes. Un examen de la prensa, no sólo ert Es-
nes periódicas y ocupan cargos en función del resultado de éstas?, tados Unidos !'ino también en otros estados aliados, muestra una
y (2) ¿cómo fue que llegamos a llamar a esos ordenamientos "de- tendencia a utilizar la palabra democracia en formas que Wilson
mocracia"? Además, no hay razón para suponer que las institucio-
nes actuales y las etiquetas que les ponemos evolucionaron juntas:
las palabras y las realidades tienen sus propias historias.
Consideraré primero la segunda pregunta, porque es más fácil 3 El primer pensador que utilizó la fórmula "democracia
representativa" en lugar de "república" en América Latina fue
de responder y porque finalmente es menos importante. La histo- posiblemente el constitucionalista peruano Manuel Lorenzo de
ria es sorprendente. La palabra "democracia" apareció en el siglo Vidaurre en 1827 (véase Aguilar Rivera, 2009).
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hizo posibles y respetables" (Graubard, 2003, p. 665). Según Ma- seí'.itaúvas, la igualdad de todos y la libertad para todos. Pero el
nela (2007, p. 39 y ss.), Wilson aceptó el lenguaje de "autodeter- lengu~je de la '~democracia" es el nuestro,' no el de los prOtag~nis­
minación" de Lenin, pero para contrarrestar su efecto político lo taS cuyas .opiniones y acciones debemos examinar. Ellos se ve1an a
combinó con el "consentimiento de los gobernados". Como resul- ·sí mismos como ~'monárquicos" y "republicanos", "Montagnards" y
tado, utilizó el término "en un sentido más amplio y más vago, "Girondins", "federalistas''. y "antifederalistas", "conservadores" y
identificándolo generalmente con la soberanía popular, evocando "liberales", no cOmo "demócr~tas" y "antidemócratas".
un orden internacional basado en formas de "gobierno democráti- La democracia no fue hecha por "demócratas". Por el ejemplo
cas". Y "democracia" terminó siendo la etiqueta que todos los go- negativo de Grecia, la etiqueta traía malos presagios, en palabras
biernos querían tener. Hasta la República Dem_ocrática y Popular de Madison (en el número 55 de TheFederalíst): "Si todos los ciuda-
de Corea del Norte imita la autorreferencia de Rhode Island. Sólo danos atenienses hubieran sido Sócrates, la asamblea ateniense
puedo hacerme eco del asombro de Dunn (2003, p. 5): "Pero lo igual habria sido una turba". Para muchos, no sólo en Estados Uni-
que quiero destacar no es sólo lo poco plausible que es la idea de dos sino también en Europa y América Latina, la Revolución Fran-
un criterio único para la legitimidad, sino lo extraño del crite1io cesa confirmó esos temores: los demócratas eran 'jacobinos", y cre-
que hemos elegido: lo raro que es [ ... ] haber escogido democra- ían que el poder ilimitado del pueblo era mortal para la libertad
cia como nombre de cómo debe1ia conducirse la política en todas individual. El despotismo de uno tenía su imagen especular en la
partes y en cualesquiera circunstancias salvo las peores". tiranía de los muchos. La mayoria de los fundadores de las institu-
Cuando hablamos de palabras, debemos preguntarnos de 1 ciones representativas modernas, incluso los que se rebelaron con-
quién provienen. ¿Madison era un de1nócrata? ¿Robespierre? ¿Bo- 1 tra Inglaterra, creían que el mejor sistema del mundo, el sistema a
lívar? La cuestión en sí no es interesante, porque cualquier res- 1 imitar, era el inglés. Lo que tomaron del mundo antiguo no fue la
puesta se en1naraña pronto en definiciones. Si Dahl (2002) consi- "democracia", sino la idea de una constitución mixta en la que la
dera que Madison era más demócrata a los 80 años que a los 36, es 1! influencia del pueblo estuviera equilibrada y balanceada, ya no por
porque Dahl tiene una concepción particular de la democracia. la monarquía y la aristocracia sino, al menos por la estructura de
Otro podría afirmar-yWills (1981) lo hace-que Madison era un
1 las instituciones representativas. La "democracia" podía entrar, en
l
demócrata tanto en Filadelfia como en su vejez. Y Gargarella el mejor de los casos, como parte de ese sistema, un elemento "de-
(2005) cree que no fue un demócrata en ningún momento de su mocrático" o "popular" en un sistema capaz de refinar, filtrar y
vida. Sin embargo aquí no se trata de Madison, sino de la defini- controlar la voluntad cruda del pueblo.
ción de "demócrata". Quizá sea más esclareéedor preguntar _9._ll}éfl:~-~-??_eE~~-5!~-~§_­
En la edición de 1955 (15') de la Encyclopaedía Brítanníca se de- cratas. Entre ellos ciertamente estaban los que creían que las leyes
finía la democracia como "una forma de gobierno basada en el SOll-dictadas por Di~~ o__ por_l_a ~-3:~urale~-~. de modo que no son ni
autogobierno del pueblo y, en la época moderna, en instituciones deben ser hechas por el hombre. ¿Pero cómo debemos calificar la
representativas libremente elegidas, un ejecutivo responsable ante postura de que, una vez establecido un gobierno, incluso elegido,
el pueblo, y una forma de vida basada en el supuesto fundamen- todos tienen- el deber de obedecerlo en silencio? Los tres compo-
tal de la igualdad entre los individuos y su igual derecho a la vida, nentes modernos de la "democracia" no necesariamente concor-
la libertad (incluyendo la libertad de pensamiento y de expre- daban. Como observaba Hansen (2005, p. 17): "En la Atenas clá-
sión) y la búsqueda de la felicidad". Esa definición puede ser satis- sica, y nuevamente en nuestro tiempo, encontramos la misma
factoria para sensibilidades contemporáneas: en la actualidad, yuxtaposición de libertad, igualdad y democracia. Pero en Mon-
demócratas son aquellos que aprei:ian las tres instituciones 'repre- tesquieu, en el artículo de Jaucourt sobre· la democracia en la
40 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA
INTROJ;:>UCCIÓN 41

Encyclopédie de Diderot y también en otras fuentes, la democracia petitiva es todo lo que la democrac_ia pu~de ser. Algunos conside-
se asocia con la igualdad, no con la libertad. Muy por el contrario, ran q~e cualquier restricción al gobierno de la mayoria, como es
la democracia era vista como una amenaza a la libertad". Las aso- el caso de una revisión judicial, es antidemocrática, mientras que
ciaciones partidarias, los sindicatos -organismos intermedios ' para otros es un ingrediente esencial de la democracia. Hoy en-
esenciales en la democracia moderna- eran considerados divisio- frentamos las mismas tensiones y muchas de las mismas divisiones
nistas y, por lo tanto, enemigos del bien común de la nación. El que los fundadores: no estamos más cerca que ellos de un con-
papel del pueblo, y no sólo para el Madison de la Convención senso acere~ de las instituciones buenas. ¿Según qué criterio Esta-
Constitucional sino también para algunos revolucionarios france- dos Unidos no es una democracia ~ino una poliarquía? ¿El griego,
ses y conservadores latinoamericanos, consistía sólo en elegir el el de Rousseau, el de los jacobinos? Gargarella (2005), por ejem-
gobierno, no en participar en las actividades gubernamentales. plo, sostiene que en el siglo XIX, en América, los únicos verdade-
Si el problema fuera únicamente la etiqueta, alcanzaría con ig- ros de1nócratas eran los "radicales",_ que creían en el dominio
norar aquello que nuestros protagonistas pensaban de sí mismos. irrestricto de la mayoría, implementado mediante la soberanía de
Podríamos decidir que "demócratas" eran los que habrian acep- legislaturas unicamerales elegidas por sufragio universal. Según
tado como propio el sistema que hoy llamamos democracia. Po- 1 ese criterio, los liberales, entre los cuales incluye a Madison, que
dríamos afirmar que, debido a sus opiniones sobre la Grecia anti- querían debilitar la legislatura con el bicameralismo y limitarla
gua, la mayoría de los demócratas tempranos no querían
identificarse como tales, pero "de hecho" -es decir, según nues-
í
1
con el veto del ejecutivo, no eran demócratas. Incluso en nuestros
días, el trío de igualdad, autogobierne y libertad no concuerda
tros criterios contemporáneos- lo eran. Desde luego, sabemos 1 con facilidad: "Porque la participación en el autógobierno es,
que sus opiniones sobre la democracia griega se basaban en infor- í igual que la justicia, un requisito básico, un fin en sí, la 'tolerancia
mación insuficiente y eran erróneas. Si hubieran conocido la de- represiva' jacobina destruye la libertad individual tan efectiva-
finición de Pericles de la democracia ateniense -"se llama demo- 1¡
1nente como el despotismo (por tolerante que sea) destruye la li-
cracia porque el gobierno está en las manos no de los pocos sino ~
' bertad positiva y degrada a su sujeto", de manera que no hay co-
de la mayoría. En las disputas, todos son iguales ante la ley[ ... ]. nexión necesaria entre la libertad individual y el gobierno
La libertad es una característica de nuestra vida pública" (cit. en democrático (Berlin, 2002, pp. 49-50 y 176).
Hansen, 2005, p. 1)-habrían reconocido que era casi idéntica a la El c1iterio retrospectivo no funcionaría, porque hace doscientos
definición dada por la Encyclopaedia Britannica. años nadie podía imaginar lo que llegaría a ser la democracia.
A continuación podríamos avanzar en forma genealógica retro- Cualesquiera que fueserÍ las intenciones de los arquitectos de las
cediendo desde nuestra idea de la de1nocracia hacia sus orígenes instituciones representativas, los sistemas institucionales que crea-
históricos. Pero todavía nos enfrentaríamos con una dificultad. ron no evolucionaron como ellos se proponían. Y eso no ocurrió
Todos podemos estar de acuerdo en que la democracia consiste meramente porque, a la larga, las transformaciones sociales y eco-
en el autogobierne, la igualdad y la libertad, pero ese consenso se nómicas volvieron inoperantes las ideas originales -la defensa de
rompe muy pronto cuando se aplica como criterio a personas, sis- Madison por Wills (1981) es débil-, sino porque los arquitectos no
temas de pensamiento o instituciones específicos. Cuando Dahl anticiparon correctamente las consecuencias inmediatas implica-
(1971) sostenía que en el mundo real sólo tenemos oligarquías das en sus planos. Después de haber denostado a los partidos polí-
competitivas, poliarquías, estaba apelando a ideales normativos ticos en 1788, Madison llegó a crear el suyo propio cuando se vio
que no todos los demócratas contemporáneos comparten. entre los perdedores apenas tres años más tarde; luego de haber
Schumpeter (1942); por ejemplo, creía que una oligarquía com- exclliido al pueblo de cualquier participación en el gobierno, des-
~----- ...

42 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA INTRODUCCIÓN 43

cubrió que éste era el último recurso para controlar a los gobier- Grecia. 4 Fue creciendo en forma gradua~ hasta llegar a ser una
nos; después de haber aceptado que el sufragio fuera restringido constrv.cción nueva que tenía a la libertad como valor político su-
a los propietarios, descubrió que tal restricción era injusta e inefi- premo y, luego, afirmando que ese valor sólo se puede alcanzar si
caz; tras haber asegurado, a sí mismo y a los demás, que la Consti- e1 pueblo es gobernado únicamente por las leyes determinadas
tución protegería la propiedad, ruvo que admitir que ésta siempre por él mismo y a las cuales toP,os están sometidos por igual. La
está en peligro cuando el pueblo tiene voz en el gobierno. Y Ma- "constitución civil''; para emplear la fórmula de Kant (1891, p.
dison era lo más inteligente e instruido que plleda esperarse. Los 35), debía basarse en "(l) la libertad de cada miembro de la socie-
fundadores, no sólo en Estados Unidos, estaban haciendo algo dad en cuanto hombre, (2) la igualdad de cada miembro de la so-
verdaderamente nuevo y, como lamentaron en forma repetida, no ciedad con todos los demás, en cuanto súbdito (sometido a las le-
tenían más que experiencias remotas para utilizar como guía. No yes), (3) la autodependencia (autodeterminación) de cada
podían haber anticipado, y no anticiparon, lo que stis proyectos miembro de la comunidad, en cuanto ciudadano". El pueblo
iban a generar. De hecho, sabían que eran falibles: por eso fue debe ser el único soberano; debe gobernarse a sí mismo; todas las
que estipularon que la Constitución podía ser modificada personas serán tratadas como iguales, y s~s vidas estarán ..Jibres de
(Schwartzberg, 2009). Es evidente que, enfrentados a la realidad interferencias indebidas de otros, incluido el gobierno. Ese era el
de las democracias contemporáneas, sólo podrían haber dicho ideal de ellos y es el nuestro. Como insistiría dos siglos más tarde
que nunca se les ocurrió que la democracia llegaría a ser lo que Skinner (1973, p. 299), la democracia es un sistema en el que el
actualmente es. pueblo gobierna, y ninguna otra cosa más.
Pocas personas se definían a sí mismas como "demócratas" hace
doscientos años, y los que lo hacían no eran necesariamente aque".'
Ilos cuyos actos tuvieron consecuencias para el mundo en que vi-
vimos hoy. Y, por otro lado, aun cuando pudiéramos leer las men- IDEALES, ACCIONES E INTERESES
tes de los protagonistas históricos, ellos simplt;mente quedarían
perplejos si les preguntáramos su opinión acerca de las democra- Obviamente, antes del establecimiento de las instituciones debe
cias contemporáneas. Estos métodos no nOs llevan a ninguna haber algunas ideas. Las instituciones políticas se crean siempre en
parte. Y sin embargo, creo que hay una salida para este enigm·a: un acto deliberado, cuyo último punto es la redacción de una
podemos ignorar la forma en la que ellos mismos se definían, Constitución. Por lo tanto? siempre son materializaciones de ideas.
pero no debemos utilizar nuestros criterios contemporáneos. Po- Sin embargo, a pesar de Hegel, las ideas son demasiado confusas
demos preguntarnos cuál fue el ideal que conformó el estableci- para que la historia sea impulsada por una sola. Un peligro que de-
miento de las instituciones representativas y guió su evolución ha- bemos evitar es el de suponer que las acciones de los protagonistas
cia la democracia tal como la conocemos hoy, el ideal que motivó históricos fueron la aplicación de proyectos ya hechos y lógica-
las acciones de los protagonistas históricos durante los últimos mente coherentes. Es verdad que al leer a Sieyes. a Madison o a
doscientos años y nos llevó de las instituciones representativas a la Bolívar encontramos nu1nerosas referencias a grandes pensadores
"democracia''.
A mi mbdo de ver, ese ideal era el autogobierno del pueblo. De
nuevo, aun cuando etimológicamente no es otra cosa que "den10-
4 Según Hanserr (2005), el tnito de que los fundadores estadounidenses
cracia" -demokratia =demos (pueblo) + kraiten (gobierno)-, es im- y franceses se inspiraron en la democracia ateniense fue inventad0-
portahte recordar que ese ideal no fue importado de la antigua por l·Iannah Arendt en On R.evolution.
44 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA INTRODUCCIÓN 45

como Locke, Montesquieu, Hu1ne o Rousseau. Además, muchos de las insdtuciones representativas con frecuencia andaban a tien-
eslóganes que vienen repitiéndose desde hace doscientos ·años re- tas, buscando'inspiración en·experiencias remotas, inventando ar-
miten a esos pensadores. Pero ¿significa eso que los fundadores de gumentos· retorcidos, enmascarando ambiciones personales bajo
las instituciones representativas intentaban implementar sistemas la apariencia de ideas abstractas, a veces impulsados por la pura
filosóficos? Podríamos pensar que la causalidad va en sentido co·n- pasión. A menudo estaban en desacuerdo, de manera q~e las ins-
trario, que los protagonistas querían hacer algo por otras razones tituciones que establecían reflejaban resultados negoc1ados. En
y utilizaron a los filósofos para justificar sus j:>osiciones.5 Los textos muchos ca&os se mostraron sorprendidos ante sus propias creacio-
filosóficos pueden ser, como dice Palmer (1964) sobre Kant, sólo nes y cambiaron de idea, casi siempre demasiado tarde para reme-
"una revolución de la mente", pero no de la práctica. 6 Si los prota- diar sus errores.
gonistas parecen confusos en su pensamiento e inconstantes en su Para comprender la relación entre las ideas y las acciones, es
acción, ¿se debe eso a que no entendían lo que pensa.ban los filó- útil preguntarnos qué es lo que podemos observar y lo que no.
sofos? ¿Es porque no comprenden que, como afirma un eminente Observamos lo que algunos de los protagonistas dijeron y lo que
historiador francés de Rousseau (Derathé, 1964, p. 48, el desta- hicieron, pero no podemos observar lo que querían ni lo que
cado es mío), "toda la argumentación del Contrato social-ésta es la pensaban. Y con frecuencia decían diferentes cosas, o decían una
parte tkl libro más dificil tk entender- tiende a mostrar que el ciudada- cosa y hacían otra, o al menos gritaban lo que no hacían y susurra-
no conserva su libertad al someterse a la voluntad general"? ¿O es ban lo que hacían. Consideremos las dos primeras frases de la De-
que lo que dice Rousseau no tiene sentido? Palmer (1959, p. 223) claración de los derechos del hombre y del ci_udadano proclamada en
señala queJohn Adams leyó el Contrato social ya en 1765 y llegó a Francia en 1789: la primera grita que todos son iguales, la se-
tener cuatro ejemplares en su biblioteca. Sin embargo, continúa gunda susurra la necesidad de tratarlos como desiguales.
Palmer, "sospecho que, al igual que otros, encontraba buena parte Siempre que las palabras y las acciones divergen, podemos sos-
del libro ininteligible o fantástica, y otra parte, una expresión bri- pechar que hay intereses en juego. ~n r€.!_ª1icJ~cJ, _ _~Ls:_i_~_º:tífl_c:9 -~o_c:Ja~
llante de sus propias creencias". escéptico cree _que las acciones revelan las intenciones mejor que
Pero aun cuando las ideas precedan a las instituciones, no de- Io_s__ pro~11nciamteµtos.___ LaS palabras no son creíbles cuando están
beríamos leer la historia de las acciones a partir de la historia del ~n conflicto con intereses. Piénsese en un político que dice que
pensamiento. Como quedará claro más adelante, los fundadores todos tenemos intereses comunes: sabemos que se refiere a los su-
yos, pero no necesariamente a los nuestros.
Esta introducción sirve para identificar una dificultad central en
los argumentos que se presentan más abajo. Yo sostengo dos tesis:
5 Una anécdota, Hace poco recibí un e-mail de un ex alumno que
trabajaba para el primer ministro de un país europeo. Ese primer
ministro había decidido aplicar políticas que liberalizaran el divorcio, ( 1) El ideal que, de modo más manifiesto, justificó la funda-
el aborto, el matrimonio entre homosexuales y la eutanasia. En el ción de las instituciones representativas y su gradual evo-
mensaje me preguntaba qué filósofos se podían utilizar para justificar lución hacia la de1nocracia era lógicamentel~~-l_:i-~~~~~e__
tales políticas.
6 Es el título del capítulo sobre Alemania. Lo que se le puede criticar a ._y p.rác_úcamen.~e _irrealizab!_f7·
Kant, observa Palmer (1964, p. 447), es que, pese a su indudable (2) I~as·accrone-s ~de-los ftiñ.dadores pueden ser vistas como
conocimiento de los acontecimientos de su época, su filosofia dejaba ,una racionalización de sus-interese&~ específicamente, las
un abismo demasiado insuperable entre las ideas de libertad y acción
política, por un lado, y el dominio del conocimiento empírico y el
i~~til~Ciones que crearon protegí~ sus privilegios.
pensamiento real de las personas individua.Ies, por el otro.
46 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA INTRODUCCIÓN 47

Pero no sabemos si han utilizado las palabras para racionalizar sus _q1:1<=:11~1:: __q~-~-- l?-s i!1_~~.~tuciop.e5-_ que __ c:rea_}?;in _pro_teg~er~n la p~c:i:pie­
intereses. Margan (1988, pp. 49-50), siempre escéptico con res- dad. _Esto po4ría ser suficiei:te para concluir que actuaban en in-
pecto a los motivos, pensaba, por ejemplo, que "Quizás no sería - teré.S propio. Pero también sabemos que esos ideales -de nuevo,
excesivo decir que los representantes inventaron la soberanía del igualdad, libertad y autogobierno- han guiado Ja vida política de
pueblo para poder afirmar la propia". Sin embargo, realmente no muchos pueblos por más d~ doscientos ~ños. Tal vez la salida más
creo que los que establecieron las instituciones representativas ha- plausible de este enigma la ofrece el concepto d~ "ideología hege-
yan conspirado de manera consciente para Presentar sus propios mónica" de Gramsci (1971, pp. 161y182):
intereses como motor de la expansión universal, por usar el len-
guaje de Gramsci (1971). De hecho, todo parece indicar que ver- El desarrollo y la expansión del grupo particular son
daderamente creían lo que decían. !Yfá_~_ ;i.ú_n:_incluso-aquello_s_en_ concebidos y presentados como fuerza motriz de una ex-
c:_o_~_l!a_d~_los cuales se_ di~gían esas instituciones co~partían los pansión universal, de un desarrollo de todas las energías
·.1 -~

\.._',,> - ~de_3:l_es de sus fundadores y justificaban sus p~opias lu~:h~·-en:-itfr~ ..- nacionales; en otras palabras, se coordina concreta-
_minos de esos ideales. ~os-dii-igerites de la clase trab~j-~d~r~}~-;ti:-­ mente al grupo dominante con el interés general de los
ficaban el socialismo en términos de igualdad y autogobierno: grupos subordinados, y se concibe Ja vida del Estado
Jeanjaures (1971, p. 71) pensaba que "el triunfo del socialismo como un proceso continuo de formación y superación
no será una ruptura con la Revolución Francesa, sino la realiza- de equilibrios inestables (en el plano jurídico) entre los
ción de la Revolución Francesa en condiciones económicas nue- intereses del grupo fundamental y los de los grupos sub-
vas", y Eduard Bernstein (1961) veía en el socialismo simplemente ordinados, equilibrios en -los que los intereses del grupo
"la democracia llevada a su conclusión lógica". La Declaración de los dominante prevalecen, pero sólo hasta cierto punto, es
derechos de la mujer y la ciudadana, escrita en 1791 por Olympe de decir, sin llegar a los intereses económicos estrecha-
Gouges (alias Marie Gouze), sólo cambiaba el género de la Decla- mente corporativos.
ración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789 para aplicar
los mismos principios a las mujeres. Líderes de distintos movi- Aunque nunca cita a Gramsci, y dudo que lo haya leído, así es
mientos de independencia nacional han apelado a los valores de como Morgan (1988, todas las citas provienen de las pp. 13-14) in-
los colonizadores: la "Declaración de Independencia de Ja Repú- terpretaba los orígenes del autogobierno en Inglaterra y Estados
blica Democrática de Vietnam", escrita por Ho Chi Minh, em- Unidos en un ensayo magistral irónica1nente titulado Inventing the
pieza con citas de la Declaración de Independencia de Estados people [Inventando al pueblo]. "El gobierno requiere hacer creer",
Unidos y de la Declaración francesa de 178(}. Y el sueño de Martin observa Margan. "Hacer creer que el rey es divino, l1accr creer
Luther King tenía "raíces profundas en el sueño americano". que no se puede equivocar o hacer creer que la voz del pueblo es
"Ahora es el momento", decía, "de hacer realidad las promesas de la voz de Di~s. Hacer creer que el pueblo tiene voz o hacer creer
la democracia." que los representantes del pueblo son el pueblo." Sin en1bargo,
El enigma no es fácil de resolver. Sabe1nos que los fundadores una ideología es plausible sólo si corresponde a algo en la expe-
de los gobiernos representativos hablaban de autogobierno, igual- riencia real de la vida: "Para ser efectiva[ ... ] una ficción tiene que
dad de todos y libertad para t.odos, pero establecieron institucio- tener cierto parecido con la realidad". La mayoría de las veces
~:s _que ex~~_uían a gra11des segmentos aer~-pübla_ci6ll)'- prot~gi;~--­ ajustamos las ficciones a la realidad. Pero a veces tenemos que
:i statu que contra la voluntad popular. Sabemos ...:.}nás 3delante-se ajustar la realidad a la ficción. Las ficciones puedPn causar hechos
ofrécen abundantes pruebas-SJ\!c;!_ ::~_lUÍan_(1. lO~ __e~~ll!ic!9s y_iJ--llC reales: "Porque las ficciones son necesarias, porque no podemos
INTRQDUCCIÓN 49
48 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA

vivir sin ellas, a veces nos esforzamos para impedir que se desplo- transformó en la segunda mejor posibilidad. El poder colectivo
men moviendo la realidad más cerca de la ficción, haciendo que del pueblo de elegir gobernantes a través del procedirriiento elec-
nuestro mundo se parezca más estrechamente a lo que queremos toral resultó capaz de dar suficiente plausibilidad a la creencia de
que sea. [ ... ] La ficción toma el mando y reorganiza la realidad". que el árbitro final del gobierno es la voluntad del pueblo. Como
Y esto implica, para completar las citas, que "En la extraña combi- observaba Dunn (1999), a nadie le gusta ser gobernado, pero s1
nación de ficción política y realidad, tanto los pocos que gobier- hemos de ser gobernados, Por lo menos podemos mostrar perió-
nan como los muchos gobernados pueden verse !.imitados -podrí- dicamente _nuestro disgusto expulsando del gobierno a los tram-
amos decir incluso reconformados- por las ficciones de las que posos.
depende su autoridad''. Puesto que en una sociedad grande no pueden gobernar todos,
Si nos han hecho creer que la democracia es la implementación ni siquiera por períodos muy cortos, de modo que la mayoría de
de ese trío de ideales -autogobiernos basados en la igualdad y de- nosotros pasa toda la vida siendo gobernado por otros, y como las
fensores de la libertad-, debe haber algunos hechos que apoyen personas tienen valores, pasiones e intereses heterogéneos, la se-
esa creencia. Y si pensamos eso, tenemos que investigar cuáles son gunda mejor posibilidad -después de que cada uno obedezca so-
los hechos que hacen creíbles esos ideales, y también, cómo esos lamente a sí mismo- es un sistema de toma de decisiones colectiva
ideales inspiran los hechos. que refleje del mejor modo las preferencias individuales y haga lo
más libre posible a la mayor cantidad de personas. Es la segunda
mejor opción porque está limitada por el hecho de que, habiendo
preferencias heterogéneas, algunos tendrán que vivir parte del
lGUALDAD, PARTICIPACIÓN, REPRESENTACIÓN Y LIBERTAD tiempo bajo leyes que no son de su agrado.
Por su parte, un sistema de toma de decisiones colectiva que re-
En el ideal original de autogobierno, elaborado por Rousseau fleje del mejor modo las preferencias individuales y haga lo más li-
(cuya influencia fue enorme) y por Kant (cuyo impacto fue mí- bre posible a la mayor cantidad de personas tiene que satisfacer
nimo), las personas son libres porque cuando el pueblo gobierna cuatro condiciones: cada uno de los participantes debe poder
nadie obedece más que a sí mismo. Desde el primer momento ejercer la misma influencia en la toma de decisiones colectiva,
este ideal enfrentó problemas lógicos, prácticos y políticos. Sólo cada uno de los ·participantes debe tener alguna influencia efec-
es lógicamente coherente si todos están de acuerdo s6bre el or- tiva en las decisiones colectivas, las decisiones colectivas deben ser
den legal en el que todos quieren vivir. El principio de que el pue- implementadas por los elegidos para implementarlas y, final-
blo, en singular, se gobierna a sí mismo no se traduce fácilmente mente, el orden legal debe permitir la cooperación segura sin in-
en un sistema institucional en el que las personas -en plural- se terferencias indebidas. Para identificar los límites de la democra-
gobiernan a sí mismas. Por lo tanto, pasó a ser un tema de discu- cia, hay que investigar si es posible satisfacer estas condiciones, en
sión el hecho de si era posible implementar este principio me- forma individual y en conjunto, a través de algún sistema de insti-
diante instituciones representativas: en un momento determi- tuciones.
nado sólo gobiernan algunas personas. Cuando la realidad de las Veamos a grandes rasgos los argumentos centrales. Aun cuando
divisiones sociales, económicas y políticas se hizo evidente, la idea los fundadores de las instituciones representativas hablaban el
de que todo el pueblo pudiera ser representado simultáneamente lenguaje de la igualdad, en realidad lo que querían decir era otra
por alguien se hizo insostenible. Entonces, ser gobernado por cosa, se referían más bien al anonimato, a la negación_p?lí~_ca d~
equipos de políticos seleccionados en· elecciones periódicas se las ~ife:r_eA_cias -~0-Cíafe~=:A--pesar de tod?s -iOs .discursos grandilo-
------- ------,-...
50 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA INTRODUCCIÓN 51

cuentes sobre ser todos iguales, la igualdad en que pensaban era ti~as en el que el au.togobierno se ejerza a través de elecciones.
una igu;:¡I_?_~~ _p_()_l_~~ca form~_l2 imaginaban procedimientos que Aun 5='.Uando los co1npetidores electorales presenten propuestas
dieran.--a -todos iguales oportunidades de influir en los resultados políticas claras, los votantes sólo pueden elegir lo que alguien ha
colectivos y también en la igualdad ante la ley. No era igualdad so- propuesto. En consecuencia, no eligen entre todas las posibilida-
cial ni económica. Pero la desigualdad económica, en efecto; des concebibles. Y como la co1npetencia electoral inexorable-
mina la igualdad política. Ya! mismo tiempo la igualdad política mente e1npuja a los partidos políticos a ofrecer plataformas simi-
es una amenaza para la propiedad. Esa tensióh es congénita en la lares, las op~iones que se presentan en las elecciones son escasas.
democracia, está tan viva hoy como en el pasado. El misterio, en- Además, si bien los votantes tienen varias opciones, nadie puede,
tonces, es por qué la democracia no genera más igualdad econó- en forma individual, hacer que una alternativa en particular sea la
mica. elegida. Y, por otro lado, aunque los individuos no llegan a elegir
Según algunas opiniones, por diversas razones los po~res no se cuándo votan y tampocó sus votos individuales tienen un efecto
interesan por la igualdad. En otras explicaciones, o bien las insti- causal sobre el resultado, las decisiones colectivas que surgen de
tuciones representativas están dominadas por los ricos, cuya in- ese proceso reflejan distribuciones de las preferencias individua-
fluencia política desproporcionada impide adoptar políticas igua- les. Por lo tanto, es un misterio que tantas personas desaprueben
litarias, o bien las características supermayoritarias de esas que las decisiones colectivas se tomen de esa manera. Pareciera
instituciones favorecen el statu quo más allá de quién las domine. que valoran la elección activa más que los resultados de la elec-
Pero .es posible que existan barreras exclusivamente económicas o ción colectiva. Es posible que esa reacción derive simplemente de
incluso tecnológicas para alcanzar la igualdad. Igualar los activos una comprensión incorrecta del mecanismo electoral, pero no
productivos resulta dificil en las sociedades modernas, donde la por eso es menos intensa en tanto privación. La nostalgia de la
tierra ya no es la fuente de ingreso más importante. E incluso si se . participación efectiva continúa atormentando a las democracias
igualara la capacidad de obtener ingresos, en las economías de modernas. De todos modos, no hay ninguna forma de toma de
mercado la desigualdad resurgiría. Es muy probable que la igual- decisiones colectiva, salvo la unanimidad, capaz de dar eficacia
dad sencilla1nente no sea un equilibrio económico factible. No causal a la participación individual. El autogobierne colectivo se
podemos esperar que la democracia haga lo que quizás ningún alcanza no cuando cada votante tiene influencia causal en el re-
sistema de instituciones políticas podría hacer. Por supuesto que sultado final, sino cuando la elección colectiva es resultado de la
esto no implica que no sea posible reducir las desigualdades en suma de voluntades in~viduales.
muchas democracias en las que son flagrantes e intolerables. Ade- Nuestras instituciones son representativas. Los ciudadanos no
más, puesto que las desigualdades econó1nicas pérfida1nente vuel- gobiernan; son gobernados por otros, quizás otros que cambian
ven a infiltrarse en la política, la igualdad política sólo es factible en forma regular, pero siempre otros. Para indagar si podemos
en la medida en que el acceso del dinero a la política esté liini- gobernarnos a nosotros mismos colectivamente cuando somos go-
tado por regulaciones o por la organización política de los seg- bernados por otros, debemos considerar dos relaciones: por un
mentos 1nás pobres de la población. lado, enu·e las diferentes partes del gobierno y, por otro, entre los
La desconfianza de n1uchos hacia la voluntad cruda del pueblo ciudadanos y los gobiernos. La estructura del gobierno es lógica-
condujo a restricciones en relación con sus derechos políticos y a mente anterior a su conexión con los ciudadanos, porque lo que
conu·oles institucionales contra la voluntad del pueblo. Lo que éstos pueden exigir o esperar de los gobiernos depende de lo que
queda por ver es si es posible hacer que la participación política esos gobiernos pueden o no hacc-r, y lo que pueden hacer de-
sea n1ás efectiva en cualquier siste111a de instituciones representa- ptnde de la forn1:a el: la que están organi~ados. Los gobiernos di-
52 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA INTRODUCCIÓN 53

vididos en poderes a veces no pueden responder a la voluntad de d,e igualdad económica que muchos mieµibros de esas s_ociedades
la mayoría expresada en elecciones, en especial si se refiere a un desearían ver. 'No hay sistema político capaz de hacer individual-
mandato de cambio. Hay ordenamientos institucionales superma- mente efeé:tiva la participación política de cada uno, ni de hacer
yoritarios, o incluso directamente antimayoritarios, que de ma- de Jos gobiernos los perfectos agentes de los ciudadanos. Y si bien
~~ra ostensible protegen a las "minorías". En nuestros días es p~­ en la democracia el orden y la no interferencia· no se combinan
hticamente correcto utilizar este término para designar a grupos fácilmente, no hay ningún otro sistema político que se aproxime
que, por diversas razones, son menos privilegiados -en realidad, siquiera a hacerlo. La política, en cualquier forma o estilo, tiene
empleamos esa etiqueta incluso para una mayoría, las mujeres-, límites en la conformación y transformación de las sociedades.
pero olvidamos que esos ordenamientos fueron creados para pro- Esto es simplemente un hecho de la vida.
teger en primer lugar a una minoría, a la que continúan prote- Considero importante conocer esos límites para no criticar a la
giendo, la de los propietarios. Y, sin embargo, aun en ·el caso de democracia por ser incapaz de lograr lo que ningún otro ordena-
que los gobiernos puedan hacer todo lo que se les autoriza a ha- miento político puede lograr. Pero esto no es un llamado a la
cer en las elecciones, algunos costos de agentividad son inevita- complacencia. Reconocer límites sirve para dirigir los esfuerzos
bles. Los gobernados deben dar a los gobiernos cierto margen hacia ellos y, también, para mostrar las direcciones de reformas
para su acción. Además, las elecciones son .periódicas y tienden a factibles. Estoy lejos de la certeza de haberlos identificado correc-
amontonar los asuntos. El autogobierno no se implementa en una tamente y me doy cuenta de que muchas reformas no se hacen
serie de referendos sino en elecciones periódicas con mandatos porque amenazan intereses; sin embargo, creo que conocer tanto
amplios y a menudo vagos. Por lo tanto, con frecuencia, minorías los límites como las posibilidades es una guía útil para la acción
intensas se alzan en protestas contra el gobierno. Pero como no es política. Porque, por último, la democracia no es sino un marco
posible comparar la intensidad de distintas personas, lo único que dentro del cual un grupo de personas más o menos iguales, más o
podemos hacer es contar cuántas son. menos eficientes y más o menos libres puede luchar en forma pa-
Por último, el silogismo según el cual el pueblo es libre cuando cífica por mejorar el mundo de acuerdo con sus diferentes visio-
se gobierna a sí mismo resulta ser problemático. El concepto de li- nes, valores e intereses.
bertad ha sido y sigue siendo objeto de elaboradas construcciones
filosóficas. Para los protagonistas, quería decir que el gobierno
debía permitir a los ciudadanos cooperar manteniendo el orden,
aunque sin violar arbitraria o innecesariamente la libertad indivi-
dual. Sin embargo, lograr un equilibrio entre el orden y la no in-
terferencia ha resultado dificil, en particular frente a determina-
~as amenazas. Lo que hay es más bien una serie de equilibrios
inestables que ningún diseño institucional podrá resolver de una
vez por todas.
Por lo tanto, la democracia tiene límites en relación con la ex-
tensión de la igualdad económica, la participación efectiva, la
ª?en~vi~ad perfecta y la libertad. No obstante, creo que no hay
n1ngun sistema político que pueda funcionar mejor, ni que sea ca-
paz de generar Ymantener en las sociedádes modernas el grado
l. El autogobierno del pueblo

EL IDEAL DEL AUTOGOBIERNO

El ideal que justificó la fundación de las instituciones re-


presentativas modernas fue "el autogobierno del pueblo". El pro-
blema a resolver, según Rousseau (1964, p. 182), era "encontrar
una forma de asociación que defienda y proteja, utilizando una
fuerza comunitaria, a las personas y los bienes de cada uno de los
asociados, y a través de la cual cada uno, uniéndose con todos, obe-
dezca sólo a sí mismo, de manera que siga siendo tan libre como
antes". El autogobierno del pueblo era la solución a este problema.
A su vez, era deseable por ser el mejor sistema para impulsar la li-
bertad, entendida particularmente como "autonorrúa": somos li-
bres cuando sólo nos atan leyes elegidas por nosotros mismos.
Como observa Dunn (1993, p. 6), la idea de autonomía es la fuente
"del poder y el atractivo de la democracia". "En marcado contraste
con la alternativa autocrática" -escribe otro teórico contemporá-
neo-, "la democracia apunta a empoderar a todos los ciudadanos
en la mis1na medida. Por más que no logre alcanzar ese objetivo, es
esa meta, la meta de la autonomía, la que principalmente la carac-
teriza en términos normativos y empíricos" (Lakoff, 1996, p. 155).
Tal como fue formulado en su origen, ese ideal carece de cohe-
rencia lógica y no es factible en la práctica. Cuando somos goberna-
dos en forma colectiva, cada uno de nosotros no puede obedecerse
sólo a sí mismo. Elegir libremente por sí inismo no es un crite1io ra-
zonable para evaluar democracias reales. Pero si la idea original del
autogobierno es irrealizable, ¿cuál es la mejor opción posible?
He aquí un esbozo de respuesta. La premisa lógica de la con-
cepción original del autogobierno es que todos tienen iguales
56 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DE~ PUEBLO 57

preferencias acerca del orden legal bajo el cual todos y cada uno '~AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO"
desean vivir. Ese supuesto de homogeneidad se desplomó ante la
manifiesta ubicuidad de cohflictos por valores, intereses y normas. El ideal. del autogobierne surgió en forma gradual. He aquí un es-
Sin embargo, hay una concepción más débil del autogobierne bozo histórico lo más breve.posible, sin ningún matiz:
que es lógicamente coherente. Una colectividad se gobierna a sí
misma cuando las decisiones implementadas en su nombre refle- (1) La gente, "el hombre" habrían dicho en la época, no
jan las preferencias de sus miembros. Esta visión. está lejos de ser p~ede vivir fuera de la sociedad, en "estado de natura-
nueva, pero es importante especificar la segw1da 111ejor opción: se leza". Distintos pensadores han planteado variadas razo-
trata del mejor autogobierne posible, con la restricción de que al- nes por las que el estado de naturaleza sería irrealizable o
gunas personas tendrán que vivir bajo leyes que no son de su pre- indeseable: las personas se agredirían mutuamente tra-
ferencia porque son las preferidas por otros. tando de quitarse bienes o perderían los beneficios de la
Permítanme presentar el argumento con otras palabras. Tal vez cooperación. El estado de naturaleza es un estado de
J. S. Mili (1989, pp. 7-8) haya sido el primero en observar que no anarquía y la gente vive mejor bajo algún tipo de orden.
es posible que todos gobiernen al mismo tiempo, punto que Kel- No podemos vivir fuera de la sociedad, ser independien-
sen (1988) desarrolló vigorosamente. Además, en presencia de la tes de los demás: ese mundo no es posible. Aun cuando
heterogeneidad, quién gobierna es importante para todos. El re- la frase "como antes" (q'aupauravant) aparece en forma
medio griego clásico fue que todos se turnaran gobernando y repetida en las comparaciones que Rousseau hace entre
obedeciendo. Pero en sociedades grandes no es posible imple- el estado de naturaleza y la sociedad, es una alusión falsa
mentar la rotación, porque la mayoría de las personas nunca lle- que sirve solamente de punto de referencia normativo.
garía a gobernar. Lo que se puede poner en funcionamiento es (2) Como la "libertad natural" no es factible, la única ma-
un mecanismo a través del cual aquellos que nunca gobiernan eli- nera en que podemos ser libres es viviendo bajo leyes:
jan a sus gobernantes y, en diferentes momentos, puedan elegir "Sólo la fuerza del Estado hace la libertad de sus miem-
gobernantes diferentes, si así lo desean. Ese mecanismo es la de- bros" (Derathé, 1964, p. 48). El único problema es si se
mocracia tal como la conocemos hoy. puede ser libre en la sociedad: ¿existe un orden en el
Para aportar evidencia de que los fundadores del gobierno re- que todos sean libres?
presentativo no podían siquiera imaginar lo que llegaría a ser la (3) El orden implica coacción: a algunos se les impide que
democracia, este capítulo empieza con la historia de algunas hagan lo que é¡uieren y a otros se les obliga a hacer lo
ideas. En "Autogobierne del pueblo" se analiza el concepto origi- que no quieren. La autoridad que ejerce la coacción
nal de autogobierno. "La democracia como método para proce- puede ser un individuo, que en ese caso es el guardián
sar" destaca los problemas inherentes a la comprensión de la de- del orden. Pero esa solución plantea el problema que
mocracia como un mecanismo para procesar conflictos. En enfrentó Hobbes: quién le impide al soberano abusar
"Autogobierne y rotación en los cargos" haremos un pequeño del poder. Como lo expresó Dunn (1999), la solución de
desvío hacia Atenas, mostrando una alternativa a la concepción Hobbes transforma un peligro "horizontal" en uno "ver-
moderna del autogobierne. Con este trasfondo histórico, exami- tical''.
naremos las condiciones en las que puede decirse que existe auto- (4) Otra solución posible es poner la autoridad en las manos
gobierne en sociedades grandes con preferencias heterogéneas. de todos aquellos sobre los cuales se ejercerá esa autori-
dad: el pueblo mismo.
58 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DE~ PUEBLO 59

Pero ¿qué puede significar "el pueblo se gobierna a sí mismo"? 7 cuantO Ciudadanos. ¿Pero cói;no puede el pueblo en plural deter-
Nótese que en esta frase "el pueblo" siempre aparece en singular, minar la vOlu~tad del puebl9 en singulat? Uno es libre-cuando se
como the people, le peuple, das Volk, lud, etc. "We, the People" es una gobiérna a sí mismo~ sin embargo, ¿es libre cuando gobierna el
entidad singular. Este pueblo en singular es la única entidad que pueblo?
puede dictar leyes a las cuales estará sujeto. Como observó Mon- Evidentemente, estas _cuestiones no se plantean si todos los in-
tesquieu (1995, p. 104), es "una ley fundamental de las democra- dividuos son de a_lguna manera idénticos, si los súbditos que eli-
cias que el pueblo debe ser el único que tiene el poder de dictar gen el orden que tendrán que obedecer no son más que ejempla-
leyes". La de1nocracia, dijo Rousseau (carta· a D'Alembert, cit. en res de una· especie. Como dice Descombes (2004, p. 337): "El
Derathé, 1964, p. 47), es un Estado "en el que los súbditos y el so- hombre en tanto súbdito no es tal o cual hombre, sino más bien
berano son el mismo hombre, considerado en relaciones diferen- algo así como la facultad racional que se encuentra en los indivi-
tes". Evidentemente, no todas las órdenes constituyen_ leyes: para duos humanos, siempre idéntica". En opinión de Kant, todos Y
calificar como leyes deben satisfacer ciertos criterios sustantivos, cada uno de los individuos, guiados por la razón universal, quie-
como los que enumera Fuller (1964). Gobernar implica otras ór- ren vivir bajo las mismas leyes, "porque la propia Razón lo quiere
denes además de las leyes; no es únicamente legislar. Sin em- así". Y si el mismo orden legal es considerado el mejor por todos,
bargo, si sólo el pueblo puede dictar leyes, estará siempre gober- la decisión de cada uno es la misma que aquella de todos los de-
nado exclusivamente por leyes hechas por él mismo. Y como las más. En realidad, el hecho de que otros quieran lo mismo es irre-
leyes que lo gobiernan son dictadas por él mismo, es libre. Por lo levante: si otros me ordenan hacer aquello que yo me mando a
tanto, al final de esta cascada de tautologías, el pueblo es libre, su- riií mismo, sólo me obedezco a mí mismo. Además, el procedi-
jeto sólo a las leyes que eligió, cuando se gobierna a sí mismo. En miento utilizado para legislar no importa; cuando todos quieren
la formulación de Kant (1891, p. 43), "es sólo cuando todos deter- lo mismo, cualquier procedimiento genera idéntica decisión: to-
minan todo sobre todo, que en consecuencia cada uno determina dos y cualquier subconjunto de la totalidad pueden mandar a to-
sobre sí mismo". dos los demás con su consentimiento. Finalmente, esa decisión
Pero el pueblo en singular no puede actuar. Igual que el de- provoca obediencia espontánea: si cada individuo vive bajo leyes
miurgo, es apático. Eso condujo a Rousseau (1964, p. 184) a hacer elegidas por él, no es necesario coaccionar a nadie para que las
ciertas distinciones terminológicas: ''En cuanto a los asociados, co- respete.
lectivamente toman el nombre de pueblo, y en particular son lla- Por lo tanto, las condiciones bajo las cuales el pueblo será libre
mados Ciudadanos en tanto participantes en la autoridad sobe- en plural cuando se gObierna a sí mismo, colectivamente autó-
rana, y Súbditos en cuanto están sometidos a las leyes del Estado". nomo, son que todos y cada uno quieran vivir bajo las mismas le-
Kant (1891, p. 35) hizo distinciones similares cuando habló de la yes. El gobierno representativo nació bajo una ideología qut ·pos-
Libertad de todos en cuanto Hombres, su Igualdad en cuanto tulaba una armonía básica de intereses en la sociedad.
Súbditos y su Autodependencia (autosuficiencia, autonomía) en Esto no significa que los fundadores de las instituciones repre-
sentativas no percibieran los conflictos, el hecho manifiesto de
que no todos concuerdan con todo. Algunas divisiones sociales
eran consideradas inevitables. Como observaba Madison, edu-
7 Para un esclarecedor análisis lingüístico de proposiciones reflexivas, cado en Hume, en el número 10 de TheFederalist, "las fuentes de
del tipo "yo me hablo a 1ní rnismo", en que los verbos políticamente facción latentes están [ ... ] en la naturaleza del hombre". Hume
relevantes son "comandar", "obedecer" o, más en general,
"gobernar'', véase Descombes (2004). (2002) pensaba c¡ue las divisiones basadas en intereses materiales
60 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 61

eran menos peligrosas que las fundadas en principios, en parti- Ii sociedad debería estar pene_trada por la concordia y gobernada
cular en valores religiosos, o en afectos. Ni siquiera Sieyes sostuvo por un coriseQSO que se acer,cara a la urianimidad, aun-que no la
que el consenso deba incluir todos los temas: "Que el pueblo se alcanZara. Se creía qu·e los partidos, y el espíritu malicioso y men-
una en el interés común no quiere decir que pongan todos sus daz que éstos estimulan, no !iacían más que crear conflictos socia-
intereses en común" (cit. en Pasquino, 1998, p. 48). Condorcet les que de otro modo no_tendrian lugar". "El espíritu de partido",
(1986, p. 22) señaló que "lo que implica una ley que no ha sido sermoneaba George Washington (2002, p. 48) en su discurso de
adoptada unánimemente es someter a gente a una opinión que despedida de 1796, "sirve para distraer a los consejos públicos y
no es la suya o a una decisión que creen contraria a su interés". debilitar la 3.dministración pública. Agita la comunidad con celos
El argumento clásico admitía que las personas pueden estar en infundados y falsas alarmas, enciende la animosidad de una parte
desacuerdo acerca de muchos temas: afirmaba sólo que algunos contra otra, fomenta ocasionalmente revueltas e insurrecciones.
valores o intereses unen con tanta fuerza a la gente qu~ lo que es Abre la puerta a la influencia extranjera y a la corrupción." Su su-
común anula cualquier división. Todo lo que se necesita es un cesor, John Adams, observó: "No hay nada a lo que tema tanto
acuerdo sobre algunos puntos básicos o, en palabras de Rous- como a una división de la república en dos grandes partidos, cada
seau (1964, p. 66), "algún punto en el que todos los intereses uno ordenado bajo su líder, y concertando medidas en oposición
concuerdan". mutua" (cit. en Dunn, 2004, p. 39). Irónicamente, una solución
Sin embargo, aun aquellos que reconocen la inevitabilidad de para las divisiones partidarias podría ser el partido único, que
las divisiones sociales naturalmente ven a los partidos como divi- uniera a todos en la prosecución del bien común. De acuerdo con
siones espurias de un cuerpo integral, producto de la ambición de Hofstadter (1969, p. 23), el principal proponente de esa posición
los políticos antes que reflejo de diferencias y conflictos pre-polí- fue James Monroe: "Lo que es malo es el conflicto de partidos,
ticos.8 El pueblo era un cuerpo, y "Ningún cuerpo, corpóreo o po- pero un partido único podria ser laudable y útil[ ... ] si puede ha-
lítico, podría sobrevivir si sus miembros trabajan con propósitos cerse lo suficientemente fuerte y universal como para encarnar el
opuestos" (Ball, 1989, p. 160). La analogía con el cuerpo se ori- interés común y ahogar las luchas internas". Como fuera que hu-
ginó en la Edad Media tardía y fue ampliamente utilizada hasta biese de alcanzarse, la unidad debía prevalecer.
hace poco. Aun cuando el punto de vista orgánico fue sustituido Era necesario moderar y mitigar las divisiones partidarias me-
por el contractual, las partes en una alianza o un contrato eran diante un diseño apropiado de las instituciones representativas.
vistas como partes de un todo, antes que como divisiones de algún "Si los intereses separados no son dominados y dirigidos hacia lo
tipo. Los defensores del gobierno representativo pensaban que, público", preveía Hume, "no podemos esperar otra cosa que fac-
como el pueblo estaba unido naturalmente, sólo podía dividirse ciones, desorden y tiranía de semejante gobierno." Entre las virtu-
de manera artificial. En palabras de Hofstadter (1969, p. 12), al- des de la Constitución de Estados Unidos, decía Madison en el
gunos pensadores del siglo XVIII "postularon con frecuencia que número 10 de The Federalist, "ninguna merece ser más acuciante-
mente desarrollada que la tendencia a quebrar y controlar la vio-
lencia de las facciones". Madison reconocía que las diferencias de
1 pasiones e intereses son ubicuas e inevitables; además, su fuente
8 Rosenblum (2008, parte 1) distingue dos tradiciones de más común y duradera es la ''variada y desigual distribución de la
antipartidismo: el holismo, que supone una armonía de intereses, y el propiedad". Tales diferencias, sin embargo, no deberían penetrar
antipartidismo pluralista, que reconoce las divisiones pero las ve
como algo abominable. En su libro ofrece abundantes ejemplos de
1 en el reino de la política. Pero el costo de prohibirlas sería la pér-
posiciones anÜpartidistas. · dida -de la libertad. Por lo tanto, Madison concluía que "es impo-
62 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA
EL AUTOGOBIERNO DE~ PUEBLO 63

sible eliminar las causas de las facciones, [ ... ] sólo podemos bus-
bíén declaraba ilegal que los ciudadanos se organizaran en asocia-
car alivio al problema conu·olando sus efectos". Y pese a que la eti-
ciones (López-Alves, 2000, p, 55). '
mología de las dos palabras es diferente (Bal!, 1989, p. 160), las
Tan profunda era la hostilidad hacia los partidos, que en los
"facciones" eran exactamente lo que hoy entendemos por "parti-
principados alemanes fueron prohibidos en 1842; en algunos pa-
dos".9 "Por facción", define Madison, "entiendo un grupo de ciu-
íses, hasta 1914 era ilegal hacer referencia a parJidos en el Parla-
dadanos, ya sean una mayoría o una minoría, que están unidos y
mento; en Franci~, los partidos de masas sólo llegaron a ser lega-
actúan por algún impulso común, de pasión -o de ini:erés, adverso
les en 1901. Cuando Burke los defendía en 1770 tenía una
a los derechos de otros ciudadanos, o a los intereses permanentes
opinión que muchos consideraban ilusoria: "Un partido es un
y agregados de la comunidad." Sin embargo, afirma Madison, las
cuerpo de hombres unidos para promover, mediante sus es-
facciones podrían ser controladas mediante la discusión entre los
fuerzos conjuntos, el interés nacional sobre cierto principio en el
representantes, así como por el hecho de que en los distritos lo
que todos concuerdan" (2002, p. 40) . 10 Henry Pe ter, Lord Broug-
suficientemente grandes cada representante respondería a intere-
ham (2002, p. 52), en 1839 hacía referencia al gobierno de parti-
ses heterogéneos. En realidad, el papel de las legislaturas es "refi-
dos como "el estado de cosas más anómalo, ese ordenamiento de
nar y ampliar la visión pública, transfiriéndola a un cuerpo ele-
los asuntos políticos que sistemáticamente excluye por lo menos a
gido de ciudadanos, cuya prudencia es lo que mejor puede
la mitad de los grandes hombres de cada época del servicio a su
discernir el verdadero interés de su país y cuyo patriotismo y amor
país, y hace que ambas clases se dediquen mucho más a mantener
a la justicia tienen menos probabilidades de ser sacrificados a con-
un conflicto entre ellas que a impulsar el bien general". "Go-
sideraciones pasajeras o parciales. Bajo una regulación así, es muy
bierno de partidos" era un concepto negativo que connotaba con-
posible que la voz pública, pronunciada por los representantes
flictos motivados por las ambiciones personales de los políticos,
del pueblo, sea más consonante con el bien público que la pro- .
"obsesión por llegar al poder ganan d o las e1ecc1ones , y la perse-
»]]

nunciada por el pueblo mismo, convocado para ese fin".


cución de intereses particularistas, un espectáculo, en conjunto,
Los franceses no estaban tan preocupados por la libertad. El úl-
desagradable. Se necesitaba un remedio: un poder moderador
timo decreto de la Asamblea Constituyente francesa de 1791
neutral, como el emperador en la Constitución Brasileña de 1825
afirn1a que "Ninguna sociedad, club o asociación de ciudadanos
o el presidente en la Constitución de Weimar. 12 Sin embargo,
puede tener, bajo ninguna forma, una existencia política, ni ejer-
como observa Schmitt (1993), incluso esa solución fue devorada
cer ningún tipo de inspección sobre los actos de los poderes cons-
tituidos y las autoridades legales; bajo ningún pretexto pueden
aparecer bajo un nombre colectivo, ya sea para formar peticiones
o diputaciones, participar en ceremonias públicas o para cual- 10 Además, Hofstadter (1969, p. 34) observa que esa posición sólo tUvo
quier otro fin" (cit. en Rosanvallon, 2004, p. 59). Este principio un eco tenue en Estados Unidos.
parece haber viajado: la Constitución del Uruguay de 1830 tam- 11 Esta cita es del presidente alemán Richard von Weizs;'iker, extraída de
Scarrow (2002, p. 1).
12 La conexión enu·e el surgimiento de los partidos y la necesidad de un
poder moderador es el tema de Henry Saint:fohn, vizconde de
Bolingbroke (2002, p. 29), en 1738: "No abrazar ningún partido sino
9 No obstante, "facción" tiene una connotación claramente más ofensiva,
1 gobernar como el padre común de su pueblo, es tan esencial .ªl
carácter de un Rey Patriota, que quien hace otra cosa renuncia al
como diría Bolingbroke: "La facción es al partido lo que el superlativo
es al grado positivo: el partido es un tnal político, y la facción es el peor 1 título". Vl'ashington, en su discurso de despedida, decía que los
partidos tenían algunas virtudes bajo una monarquía, donde el rey
de todos los partidos" (cit. en HOfstadter, 1969, p. 10). ·
puede arbitrar entre ellos, pero no en una democracia.
64 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 65

por la política partidaria: finalmente, los presidentes eran elegi- AUTOGOBIERNO EN PRESENCIA -nE LA HE'I_'EROGENEIDAD
dos por los partidos. Y cuando esto comenzó a fallar, surgió la re-
visión constitucional por tribunales independientes para limitar el EMOCRACIA COMO MÉTODO PARA PROCESAR CONFLICTOS
gobierno de los partidos (Pasquino, 1998, p. 153). LAD 1 .
'Ya]. s. Mil! (1989 [1859]) había observado que no todos os cm-
Aunque el gobierno representativo significara que el pueblo te- dadanos pueden gobernar simultáneamente. De acuerdo con ~el-
nía derecho a organizarse a fm de remover al gobierno en funcio- 1988 p. 27), esa observación pasó a ser el punto de paruda
nes a través de elecciones, el papel que le correspondía entre és- ~ ( , -~·
de la teoría democrática. "[N]o es posible que todos los in. ~Vl-
tas seguía, y sigue, siendo ambiguo. Madison observaba que lo duos sometidos a las normas del Estado participen en su creac1on,
que distinguía a la república norteamericana de las antiguas repú- ue es la forma necesaria de ejercicio del poder; esto parece tan
blicas "consiste en la exclusión total del pueblo, en relación con ;vidente, que en la mayoría de los casos los ideólogos no sospe:
su capacidad colectiva, de cualquier participación en el gobierno"
c h a n el abismo que ocultan cuando hacen de los dos 'pueblos ,
(TheFederalist, núm. 63). Al parecer, lo entendía en forma literal: [en singular y en plural] uno." Es necesario que el ~ueblo este re-
el pueblo debía dejar el gobierno a sus representantes "como de- resentado y sólo puede estar representado a traves de parudos
fensa contra sus propios errores y engaños pasajeros". Según p . . ,,
líticos que "agrupan a hombres de la misma op1n1on para ase-
Hofstadter (1969, p. 9): "Cuando [los fundadores] iniciaron su po ' . '"bl" "
gurarles una influencia real en el maneJO"de los as~ntos pu tcos
trabajo, hablaban mucho -de hecho, hablaban casi incesante- . (Kelsen, 1988, p. 28), o que son grupos cuyos miembros se pro-
mente- de libertad, y entendían que ésta requiere dejar cierto ponen actuar en forma concertada en la lucha competitiva por el
margen a la oposición. Pero estaban lejos de tener claro cómo de- poder político" (Schumpeter, 1942, p. 283), o ''un equipo de
bía expresarse esa oposición, porque también valoraban la unidad hombres que busca controlar el aparato ganando los cargos en
o armonía social, y no habían llegado a la opinión de que la opo- una elección debidamente constituida" (Downs, 1957, p. 25) ·Los
sición, manifestada en partidos populares organizados, pudiera · d"vi" duos aislados no pueden tener ninguna influencia en la for-
mantener la libertad sin romper fatalmente esa armonía". Lavaux
m 1 ...
mación de la voluntad general: sólo existen políticamente a traves
(1998, p. 140), por su parte, observa que "Las concepciones de la
de los partidos (Kelsen, 1988, p. 29). .
democracia que surgieron de la tradición del Contrato social no ne- Ningún otro aspecto de la teoría democr.ática ha. . ~xper1me~­
cesariamente tratan el papel de la minoría como de oposición". tado un cambio tan profundo como los parudos pohucos. Consi-
La idea de que el pueblo puede oponerse de modo libre al go- dérese al propio Madisop_. Apenas se encontró en desacuerdo c~~
bierno elegido por una mayoría surgió de manera espontánea, las políticas de Hamilton, en la primavera de 1791, emprend1~
gradual y dolorosa en todas partes, incluyendo Estados Unidos.
conjefferson un viaje por Nueva Yo~~ y Vermon~ sin otro pr?po-
Después de todo, Hofstadter (1969, p. 7) tiene razón: "La visión sito que el de fundar un partido pohuco. 14 Segu1a creyen~o que,
normal de los gobiernos sobre la oposición organizada es que es si era posible-reducir las diferencias económicas, los par~dos no
intrínsecamente subversiva e ilegítima". 13 serían necesarios, pero había llegado a reconocer que el gran

recisamente la adición de ese concepto lo que ha dado orig~n a las.


13 Ahmed Sukarno, el primer presidente de Indonesia, pensaba que la P
dificultades que hemos experimentado en 1os u-¡ umos
· once anos" (ctt·
democracia parlamentaria era una importación de Occidente, en
en Goh Cheng Teik, 1972, p. 2_31).
tanto "incorpora et concepto de una oposición aCtiva, y es
14. Este relato se basa en Dunn (2004, pp. ~7-61) ·
66 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL 1:UEBLO 67

arte de los políticos consiste en hacer de un partido un freno para en valgunos países están obligados por ley a renunciar a su mandato
el otro" (cit. en Dunn, 2004, p. 53). Pronto empezó a usar una eti- si cam1?ian cie partido: la ley r~conoce que' ocupan su puesto sólo
~ueta. "re~ublicano'', para identificar su orientación programá- como miembros del paftido.
uca. Y hacia el final de su vida, en algún momento entre 1821 y Los partidos, a.su vez, tien~n seguidores y líderes que, a través
1_829, ll:gó a la conclusión de que "Nunca ha habido un país libre de las elecciones, llegan a :;er represent_antes. Estos últimos darán
sin partidos, que son productos naturales de la Libertad" (cit. en forma a la volunta<l del pueblo. "El parlamentarismo", dice Kel-
Ketcham, 1986, p. 153). sen ( 1988, p. 38), "es la formación de la voluntad directiva del Es-
Las primeras division.es partidarias aparecieron en Inglaterra tado por un Órgano colegiado elegido por el pueblo. [ ... ]Lavo-
en 1679-1680.15 En Suecia, hacia 1740 se organizaron dos partidos luntad del Estado generada por el Parlamento no es la voluntad
para funcionar no sólo en los estados sino también entre eleccio- del pueblo." Schumpeter se hace eco de estas palabras (1942, p.
nes (Metcalf, 1977). En Estados Unidos, la polarización de la polí- 269): "Supongamos que invirtiéramos los papeles de esos dos ele-
tica hacia Francia condujo al surgimiento de partidos en 1794, mentos y consideráramos secundaria la decisión sobre asuntos
aunque el Partido Federalista se disolvió después de la derrota de concretos por parte del electorado con respecto a la elección de
1800 y el sistema bipartidario sólo se cristalizó un cuarto de siglo los hombres que han de decidir". Aunq11e en la teoría clásica "el
más tarde. En Francia, los partidos llegaron a ser reconocibles en método democrático es el arreglo institucional para llegar a las
1828. En algunos países latinoamericanos, en particular Colombia decisiones políticas [ ... ] al hacer que el pueblo decida sobre los
Y Uruguay, éstos surgieron de las guerras de la independencia aun asuntos a través de la elección de individuos que se reunirán para
antes de la formación del Estado (López-Alves, 2000). cumplir la voluntad de aquél", en realidad, el método democrá-
En 1929 Kelsen (1988, p. 29) observaba que "la democracia mo- tico es aquel en el que, mediante elecciones, se designa a los in-
derna se basa totalmente en los partidos políticos". Después de dividuos que se reunirán para dar forma a la voluntad del pueblo
1945, varias constituciones los reconocieron como instituciones (ibíd., p. 250).
esenciales para la democracia (Lavaux, 1998, pp. 67-68).16 Ade- Hasta aquí, esas posiciones no divergen de la concepción clá-
más, éstos desarrollaron la capacidad de disciplinar la conducta de sica tanto como quisiera Schumpeter. Si bien estarían incómo-
sus miembros en las legislaturas, de manera que los representantes dos con el énfasis puesto en los partidos y los intereses, Madison
individuales ya no podían ejercer su propia voluntad. De hecho, o Sieyes acordarían en que el papel de los representantes con-
siste en determinar por el pueblo, y a veces en contra de éste,
aquello que es mejor para él. Pero ahora viene la ruptura crucial
con la tradición clásica: Kelsen, Schumpeter, Bobbio, Dahl y
Downs coinciden en que nadie, ningún órgano, puede represen-
15 Laslett (1988, p. 31)_ considera que las "Instructions to the Knights of tar la voluntad del pueblo. En marcada contradicción con la vi-
the Country for the1r Conduct in Parliament" [Instrucciones a los
caballeros del país para su conducta en el Parlamento], de 1681 sión clásica, estos teóricos sostienen que los partidos políticos re-
quizás escritas por Locke, son el primer documento partidario de Ja presentan intereses claros y distintos. La teoría de la democracia
historia.
basada en la asunción del bien común es simplemente incohe-
16 La Constitución Italiana de 1947 fue la primera que mencionó el
papel de los partidos en la determinación de la política nacional (art. rente. Como dice Shklar (1979, p. 14), en un artículo titulado
2!. La constitución de Bonn de 1949 (art. 21) y la española de 1978 "Let us not be hypocritical" [No seamos hipócritas], "Un pueblo
dieron a los partidos políticos estatus constitucional. La constitución
no es sólo una entidad política, como se esperaba en otros tiem-
suec.a de 1974 menciona el papel preeminente de los partidos en la
formación de la voluntad democrática. pos. Los partidos, las campañas organizadas y los líderes confor-
68 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 69

man la realidad, si es que no la promesa, de los regímenes elec- VSi ningún organismo, parlamento o gobierno pllede represen-
torales". tar a todo el pueblo, ¿acaso la, democracia es sólo un método para
Posiblemente haya sido Kelsen (1988, pp. 25-26) el primero en impo~er. Ia.voluntad de algunos, que constituyen una mayoña nu-
desafiar de manera sistemática la teoría del autogobierno basado . mérica, a otros? Schumpeter (1942, pp. 272-273) plantea esta pre-
en el supuesto del consenso: "Dividido por diferencias naciona- gunta y, de inmediato, la.responde de modo afirmativo: "Eviden-
les, religiosas y económicas, el pueblo se presenta a la vista del so- temente", observa, "la voluntad de la mayoría es la volun~ad de la
ciólogo más como una multiplicidad de gtupos distintos que mayoría, y no la volun.tad del pueblo". A continuación menciona
como una masa coh~rente de una sola pieza". Este autor recha- a varios aulores -debe de haber estado pensando en Kelsen
zaba con el mismo vigor lo que Schumpeter llamaba "la tradición (1988, pp. 60-63)- que intentaron resolver el problema con di-
clásica": "Además, el ideal de un interés general superior y que versos planes de representación proporcional. Considera que ese
trasciende los intereses de grupos, como los partidos, el ideal de sistema es impracticable, porque "podría impedir que la demo-
una solidaridad de intereses de todos los miembros de la colecti- cracia produjera gobiernos eficientes y así resultaría un peligro
vidad sin distinción de religión, de nacionalidad, de clase, etc., es en tiempos de tensión". "El principio de la democracia", insiste
una ilusión metafísica, o más exactamente metapolítica, que por Schumpeter, "significa simplemente que el gobierno debe ser
lo común se expresa hablando, con una terminología oscura en confiado a los que tienen más apoyo que cualquiera de los indivi-
extremo, de un colectivo 'orgánico' o de una estructura 'orgá- duos o equipos rivales."
nica"' (ibíd., pp. 32-33). Kelsen (1988, p. 34) sí propuso una solución: una transacción
Schumpeter (1942, p. 250 y ss.) planteó una crítica sistemática enu·e los partidos. Sostuvo que "la voluntad general, si no ha de
del concepto de bien común o voluntad general estableciendo expresar el interés de un único grup.o, sólo puede ser el resul-
cuatro puntos: (1) "No existe ningún bien común determinado tado de tales oposiciones, una transacción entre intereses opues-
de una vez y para siempre con el que todas las personas estén de tos. La división del pueblo en partidos políticos es de hecho una
acuerdo por la fuerza de la argumentación racional". (2) Las pre- organización necesaria para llevar a cabo esas transacciones, de
ferencias individuales que los utilitaristas adoptaron para justificar modo que la voluntad general pueda moverse en el medio".
su concepción del bien común no son autónomas sino que están "La aplicación del principio de mayoría'', para Kelsen (1988,
conformadas por la persuasión, "una voluntad no genuina sino p. 65), "contiene límites casi naturales. La mayoría y la minoría
manufacturada". (3) Aun cuando del proceso democrático sur- tienen que entenderse recíprocamente si han de llegar a un
giera una voluntad común, 17 no sería necesario que tuviera la san- acuerdo." Pero aquí 'encuentra un problema tan espinoso
ción de identificar el bien común. En vista de las patologías de la que, para resolverlo, se requiere la psicología freudiana, el "in-
psicología de masas, no hay ninguna garantía de que el pueblo re- consciente": ¿por qué la "transacción", en realidad concesiones
conozca lo que es bueno para él. (4) Incluso si pudiéramos cono- hechas por l<;l mayoría a la minoría, sería específica de la demo-
cer el bien común, todavía habría controversias acerca de cómo cracia? Entonces afir1na -erróneamente, a la luz de investigacio-
implementarlo. nes recientes (Gandhi, 2008)- que las autocracias no transi-
gen.IS La única razón que Kelsen pudo aducir es psicológica:

17 La dificultad para identificar la voluntad común fue reconocida por


Arrow ( 1951) apenas nueve años después de la publicación del texto 18 La diferencia entre esos dos tipos de regímenes no es sólo que en la
de Schumpeter. · · democracia hay transacciones, sino que las autocracias pueden ser, Y
70 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA

EL AUTOGOBIERNO DEL'PUEBLO 71
"Así, la democracia y la autocracia se distinguen por una dife-
rencia psicológica en su estado político" (1988, p. 64). Pero si uempo. Aun cuando
• V-
, el pueblo
, no se gobierna a sí mismo, puede
esa solución -mantener el dominio político mediante concesio- ser góbern_ado por otr~s, por turno.
nes- no es exclusiva de la democracia, se desvanece un valor
central que Kelsen adjudica a la democracia.
Bobbio (1989, p. 116), atribuyendo esa posición a Max Weber, AUTOGOBIERNO y ROTACÍÓN EN LOS CARGOS •
afirma que el procedimiento nor1nal para tomar decisiones en la p ra comprender e1 concepto moderno de autogob1erno, re~ulta
democracia es aquel en el que éstas son fruto de negociaciones y a larece dar· hacer un desvío por la Grecia antigua. (Lo
ese . que sigue
acuerdos entre grupos que representan fuerzas sociales (sindica- se b asa en H ansen• 1991)
· Para Aristóteles, el mecamsmo que co-
"b
tos) y fuerzas políticas (partidos), en lugar de una asamblea en la ctaba la democracia con la libertad era que cada uno go erna-
que funciona el voto y la mayoría. Y cuando los líderes p_artidarios ~: l~
y sería gobernado a vez''. Veamos el pasaje clave:
negocian, el papel de los votantes se reduce al mínimo. Lo único
que estos últimos pueden hacer es ratificar los acuerdos "alcanza- Un principio básico de la constitución de~ocrática ~s la
dos en otros lugares mediante el proceso de negociación". libertad. Eso se dice comúnmente, y quienes l~ d1~~n
La transacción entre líderes de partidos, sujeta a ratificación pe- afirman de modo implícito que sólo en esa consut~c1on
riódica por los votantes, es todo lo que Kelsen y Bobbio logran los hombres comparten en libertad; porque ~so, dicen,
rescatar de la concepción clásica del autogobierno. Éste ahora sig- es el objetivo de toda democracia. Ahora bien, un as-
nifica el gobierno de partidos en el Parlamento. Los partidos no pecto de la libertad es ser gobernado y gobernar a la vez
persiguen el bien común, sino que buscan transacciones entre in- [ ... ].Otro elemento es vivir como se quiera C.. ]-_ De ma-
tereses en conflicto. La deliberación es sustituida por la negocia- nera que éste es el segundo principio defin1tor10 de la
ción. Los resultados son, en buena medida, independientes de los democracia, y de él ha derivado el ideal de no ser gober-
resultados de las elecciones. La especificidad de la democracia se nado, por nadie si es posible, o al menos sólo por turnos
reduce al requisito de que esas transacciones sean avaladas de vez (cit. en Hansen, 1991, p. 74) ·
en cuando por los votantes. Pero éstos no pueden hacer nada más
que aprobar los tratos negociados por los dirigentes partidarios o La diferencia entre la concepción gri.eg~.Y la i_noderna es notab~.
expulsar a los canallas, en el lenguaje del reciente estallido argen- Comentando un pasaje de Castoriad1s - Aqu1 doy al conc~pto e
tino contra la clase política: "¡Que se vayan todos!". ¿Y después? r humano anthropos, el sentido[ ... ] de un ser que es autonomo.
En lo que sigue propongo una visión alternativa. Si bien en ~ambién se.podría decir, recordando a Aristóteles, un ser capaz
cada momento el gobierno sólo puede representar a algunas p_er- d obernar y ser gobernado"-, Descombes (2004, p. 327) ab-
sonas, lo hace respecto del mayor número posible. Y si las mayo- e g. ''Es notable que Castoriadis no diga, como naturalmente
rías así lo quieren, los gobiernos pueden cambiar para que un serva.
h b , a dicho cualquier partidario. de 1a autonom1a , en el senudo
gran número de personas esté representado alguna porción del a ; 'un ser capaz de gobernarse a sí mismo' [ ... ] . El buen
mo erno, d d mo de obede-
ciudadano es alguien que es tan capaz e man a~ co d -
,
" En la version de Man1n· (1997 , P· 28)·
· "La hbertad emocra-
.
cer . , · sino en
muchas son, gobernadas por una minoría, Pero los dictadores
tica no consiste en obedecerse únicarnei:te a s1 m1;mo, "
también co1nbinan la represión con la cooptación para mantener su obedecer hoy a alguien en cuyo lugar manana podr1a estar unol.
dominio-(Gandhi y Przeworski, 2006). ·
El rasgo institucional que instauró los turnos e~ . .Atenas fue a
rotación en los cargos: uria combinación de elecc1on por sorteo
72 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA
EL AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 73

co~ ~~ndatos brev~s y restricciones para ser reelegido. Así, al dóres, sheriffs, coroners, tasador~s de impuestos y jueces de paz se
p1~nc1p10 de cada ano se elegían seis mil jurados, y de entre ellos elegían por un, año y los cons~jeros ejecutivos por tres, todos con
eran escogidos por sorteo aquellos que hicieran falta, un día de- limita~io.nes con respecto a la reelección, se acercaba bastante al
terminado. Alre.d:dor de 540 magistrados, que se encargaban de ' ideal de rotación en la época moderna. Pero aun suponiendo que
~reparar las dec1s1ones para el consejo y de implementarlas, se de- ninguno fuera reelecto, como máxi1no una persona de cada trece
signaban mediante sorteo por un año y n_o podían ocupar el llegaba a ocupar u_n cargo alguna vez. 20
ca:go más de una vez (o, como mucho, unas pocas veces). Los Podemos contrastar la democracia ateniense con la moderna
miembros del consejo de los 500 eran elegidos entre los que se de varias m3.ncras. La ,distinción habitual es que la griega era di-
presenta~~n por sorteo por un año y podían ocupar el cargo recta, mientras que la moderna es representativa. Nianin (1997)
como max1mo dos veces en su vida, pero no en años consecuti- destaca el método para elegir los cargos públicos: en Atenas pre-
19 p 'l . 1
vos. or u tJmo, e cargo ceremonial de los epistates, que guarda- dominaba el sorteo, mientras que las democracias modernas se
ban el sello de Atenas y representaban a la ciudad en sus relacio- caracterizan por las elecciones. Pero la fuerza del sorteo no deri-
nes con otro~ Estados, sólo se podía ocupar por un día y una vaba de la simple "igualdad política" en el sentido de Beitz
noche en la vida. He aquí el resumen de Hansen (1991, p. 313) (1989), un procedimiento que daba a todos la misma oportuni-
de ese ordenamiento:
dad, sino de la brevedad de los mandatos y la prohibición de la re-
elección, es decir, de la rotación. Después de todo, podríamos uti-
La regla de que un hombre no podía ser consejero más lizar el sorteo para elegir incluso a un monarca hereditario. El
de dos veces en toda su vida significaba que uno de cada con u-aste más marcado, en ni_i opinión, es que la democracia ate-
dos ciudadanos de más de 30 años [ ... J sería miembro niense aseguraba que la inayoría de los ciudadanos gobernasen y
del consejo por lo menos una vez; y tres cuartos de todos fuesen gobernados a su vez, mientras que a los demócratas mo-
los consejeros en cualquier año determinado tenían que dernos no se les pasa por la cabeza nada parecido. Incluso los
ser por un día y una noche epistates ton prytaneon (y mandatos cortos y las restricciones a la reelección, dondequiera
nunca más). Un simple cálculo da un resultado asom- que hayan sido introducidos, tienen la intención de evitar que los
broso: uno de cada cuatro ciudadanos atenienses adultos elegidos se eternicen en el cargo, antes que de dar a todos una
de género masculino podía decir: "Por veinticuatro ho- oportunidad de gobernar. Para los griegos -como bien lo enten-
ras he sido presidente de Atenas", pero ningún ciuda- dió Rousseau (1964)-, la democracia era un estado en el que ha-
dano ateniense podía jactarse de haberlo sido por más bía más ciudadanos qué eran magistrados que los que no lo eran.
de veinticuatro horas.

La rotación no podría haber sido la forma institucional de gober-


nar por turnos en las democracias modernas debido a su tamaño.
20 Estoy suponiendo que se elegían tnil personas. La población de
La Constitución de Pennsyhrania de 1776, bajo la cual los legisla- Pennsylvania en 1790 era de 434 373 (aquí utilizo 400 000 para 1776).
También supongo que la vida adulta duraba treinta años. En Estados
Unidos, en 1992 había 511 039 funcionarios locales elegidos por
votación popular (www.census.gov), 7382 legisladores de los estados y
19 Según Finley (1~83, p. 74), en una década cualquiera, entre un 535 legisladores federales, lo que da un total de 518 956. Si cada uno
ci:arto y un tercio de los ciudadanos de más de 30 años habrían sido ocupa su cargo por un año y no puede se elegido otra vez, alrededor
miembros del consejo y m~nos del 3% habría servido en un segundo de un ciudadano cada siete ocupará un cargo alguna vez y sólo por
mandato. ·
un año '(si la vida adulta dura 50 años).
74 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA
EL AUTOGOBIERNO DELJ>UEBLO 75
Y aun cuando Paine describió el sistema de gobierno estadouni-
dense como "representación injertada en la democracia", el in- drán que vivir por lo inenos parte del tiempo bajo leyes que no les
jerto transformó todo el cuerpo. Todas las elaboradas construc- gustan.
ciones sobre el bien común, las preferencias ideales y la voluntad Por su·parte, el sistema de toma de decisiones colectiva que me-
colectiva ocultan el hecho básico de que, en la concepción mo- ,jor refleje las preferencias individuales y que deje a una gran can-
derna de la democracia, no hay nada que excluya la posibilidad tidad de personas lo más 1ibre.s que sea posible tiene que cumplir
cuatro condiciones: cada uno de los participantes debe tener
de que algunas personas gobiernen siempre y otras nunca.21 Ge-
orge Washington podía decir: "He sido presidente de Estados igual influencia en las.decisiones colectivas (igualdad), cada uno
Unidos por ocho años", y casi nadie más podía decir que había de los participantes debe tener a1guna influencia efectiva en las
sido presidente ni siquiera por un día. decisiones colectivas (participación), las decisiones colectivas de-
ben ser implementadas por los hombres elegidos para ello (repre-
sentación), y el orden legal debe permitir la cooperación segura
sin interferencias indebidas (libertad).
EL SEGUNDO MEJOR AUTOGOBIERNO
Para analizar estas condiciones, nos ayudarán dos teoremas de
la teoría de la elección social. El teorema de May ( 1952) plantea
que la regla de la mayoría simple es la única regla de toma de de-
La concepción original del autogobierno se basaba en un su-
puesto que lo hacía incoherente e impracticable, a saber, el de cisiones colectiva que satisface cuatro axiomas: igualdad, neutra-
que todos tienen la misma preferencia por el orden legal bajo el lidad, responsabilidad y resolución. Por lo tanto, si estos axiomas
cual todos quieren vivir. La concepción griega clásica no suponía son deseables, también esta regla lo es. Pero la importancia nor-
la homogeneidad, sino que se implementaba por medio de un mativa de estos axiomas se extiende más allá de la regla de la ma-
mecanismo que no es factible en colectividades grandes. En con- yoría simple, porque ésta, a su vez, implica que el mayor número
secuencia, para definir el ideal de autogobierno en sociedades posible de personas viva bajo el orden legal que prefiera (Kelsen,
grandes con preferencias heterogéneas necesitamos hallar la se- 1988 [1929); Rae, 1969). Por lo tanto, si se satisfacen esos axio-
mas, las decisiones colectivas reflejarán las preferencias individua-
gunda mejor opción, el sistema de toma de decisiones colectiva
les y el mayor número posible de personas vivirá bajo leyes de su
que mejor refleje las preferencias individuales y que deje a una
agrado. Pero la teoría de la elección social no dice nada sobre las
gran cantidad de personas lo más libres que sea posible. Es la se-
gunda mejor opción porque está limitada por el hecho de que, condiciones para que la _igualdad sea real y la participación, efec-
tiva, ni sobre los problemas de agentividad inherentes al hecho de
dado que hay preferencias heterogéneas, algunos ciudadanos ten-
que somos gobernados por otros, ni sobre qué asuntos deben ser
resueltos colectivamente.

21 De hecho, Si':.yes justificaba la representación afirmando que el


pueblo querna que aquellos que hacen leyes tuvieran conocimiento DOS TEOREMAS
especializado. Había observado que en la sociedad moderna los
Consideremos prhnero los cuatro axiomas de May (1952):
~ndi~duos ct;ben ten~r des~rezas especializadas y concluía que "El
tnteres comun, el 1neJoram1ento de la sociedad misma, nos reclama
que hagamos del gobierno una profesión especial". Cit. en Manin ( 1) Igualdad-anonimato. Igualdad significa que todos los indivi-
1997, p. 3; para
. un tratamiento más extenso de la posición de Siey'·es,
véase Pasquino, 1998. ·
duos tengan el mismo peso en la decisión de la colectividad. El
anoriiinato requiere que la décisión colectiva sea la misma si cua-
76 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL ,PUEBLO 77

lesquiera dos individuos interca1nbian sus preferencias. Si el anoni- iU~nos) una preferencia individual puede mantener la misma pre-
mato debe ser aplicable a todos los pares de individuos posibles ferenc;:ia colectiva o alterar el.equilibrio en la dirección preferida
("dominio abierto"), entonces se puede satisfacer si todos tienen or el votante deter-minante ("responsividad positiva", Austen-
el mismo peso. Por lo tanto, la igualdad y el anonimato son equi- . ~mith y Banks, 2000, p. 87) ..Pero esta condición se aplica a comi:
valentes sobre el dominio abierto. 22 Nótese, sin embargo, que la· tés, de manera que es preciso, considerar problemas de agencia s1
igualdad debe ser efectiva y no sólo formal. ha de ser aplicida.en un marco representativo.
(2) Neutralidad. La esencia de la condición de neutralidad es Estos axiqmas implican dos teoremas.
que no se debe favorecer ninguna opción independientemente
de las preferencias individuales. Esta condición suele formularse Regla de la mayoría
diciendo que las decisiones no deben depender de los nombres El teorema de May es bastante evidente y conocido, de manera
unidos a las alternativas. Si una mayoria prefiere "S" a "A-" y sus eti- que no es necesario volver a formularlo. Sólo nótese que es aplica-
quetas se invierten, mientras las preferencias sean las mismas ble cuando hay dos opciones y los votantes prefieren una de ellas
debe prevalecer "A". Esta condición puede parecer inocua pero 0
les da igual. Como el empate es teóricamente posible, se re-
no lo es, porque su objetivo es el statu quo. Digamos que el "statu quiere algún procedimiento para resolverlo, pero este punto es
quo" es la ley que establece la pena de muerte, abolirla es "la alter- insignificante cuando el nún1ero de .las personas llamadas a tomar
nativa" y la mayoría prefiere la pena de muerte. Ahora suponga- la decisión es grande.
mos que se invierten las etiquetas. La neutralidad requiere que la La de May no es la única justificación de la regla de la mayoría
pena de muerte prevalezca, sea éste el statu quo o no. Nótese que simple. Una breve excursión histórica servirá para aclarar lo que
es muy posible que modificarlo haga cambiar las preferencias de implica. 23
la gente, como aparentemente ocurre con la pena de muerte. Si De acuerdo con la concepción clásica, el papel de los represen-
las decisiones colectivas cambian cuando las preferencias cam- tantes consistía en encontrar el verdadero interés común de to-
bian, no se viola la neutralidad. Se viola sólo si las decisiones cam- dos. Como lo describe correctamente Schumpeter (1942, p. 250):
bian como consecuencia del cambio de etiquetas cuando las pre- "La filosofía de la democracia del siglo XVIII creía que [ ... ] existe
ferencias se mantienen iguales. un Bien Común, evidente faro orientador de la política[ ... ]. No
(3) Decisividad. Una decisión colectiva es decisiva si, cuando se hay excusa para no verlo y de hecho no hay explicación para la
aplica, la comunidad sabe qué hacer. Un poco más cautelosa- presencia de personas que no lo ven, salvo la ignorancia -que se
mente, lo es si escoge una entre todas las opciones posibles para puede eliminar-, la estupidez y el interés antisocial". ¿Pero cómo
cada combinación de preferencias individuales. Este axioma es han de saber si lo han encontrado, y cuándo? ¿Cuál debería ser,
una caja de Pandora y lo examinaremos con mayor amplitud más para emplear el lenguaje de la informática, la señal para detener
adelante. sus deliberaciones?
(4) Responsividad. Técnicamente, ésta es la condición más
complicada. y tiene variantes (véase McGann, 2006, p. 18). Para
expresarlo en forma sencilla, pensemos que el cambio de (por lo
23 Konopczynski (1918), en su tratado clásico sobre los origen.es de la
regla de la mayoría, destaca que ésta no fue de;:retad~ en ninguna
parte, no es resultado de la imitación y no ha stdo objeto de ,
22 David Austcn-S1nith rnc lla1nó la atención sobre la importancia del discusiones prolongadas. Parece haber surgido en fonna espontanea
supuesto del dominio abierto. · · e independiénte en diferentes países.
78 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 79

La verdad objetiva es subjetivamente co . quería.unanimidad en las situaciones en que determinar la ver-


para las personas dotadas de razón As" M~~ncente, por lo menos
dad fuera cuestión de vida o muerte, aun.que en otras situaciones
[la Verdad] y la Falsedad sse enfre~ ''. i _t~n proclamaba: "Que
estabá disp~esto a aceptar un'consenso menor. Un jurado que no
Verdad derrotada en un t~n, quien ha visto nunca a la
encuentro hbre y abierto" 24 L k , consigue ponerse de acuerdo, un órgano que no logra alcanzar la
saba que "la verdad se las arre laría b" . . oc e pen- unanimidad incÍuso despuéS de largas deliberaciones, no ofrece
mitiera defenderse por sí mi;ma" C1e~ s1 por~~: vez se le per.:.
· · aton escrrbio· "L Vi d d una guía segura sobre cóíno deberíamos actuar tOdos y cada uno
llene tantas ventajas sobre el E ,. . a er a de nosotros. Si un6s quieren hacer una cosa y otros, otra: ¿qué de-
trada rror, que solo requiere ser mos
para ganar admiración y estima"· Je frJ.erson . .afirm"" "L - beríamos ha·cer en común?
Vierd a d es grande y prevale
cera- s1. se 1a deja. en " y o que a Recordemos las advertencias de Schumpeter: la unanimidad
dad era manifiesta cual . d b ., paz · como la ver-
' quiera e ena ser ca d puede no alcanzarse, aun cuando el faro sea visible, debido a ig-
Por lo tanto el signo evi"d t d paz e reconocerla.
' en e e que se ha h 11 d 1 norancia, estupidez o intereses antisociales. ¿Pero cómo saber si
unaniinidad De he h
·
. .
c o, este cr1ter10 f
ª
ª o a verdad
i· -
es la
no se alcanza porque la verdad no es manifiesta o por alguna de
Edad Media temprana ~ d - ue amp iamente usado en la
. iO avia en 1962 Bu h esas razones ilegítimas? Una solución es distinguir entre las per-
ponían que la discusión conduciría a la 'un c. a~an y ~ullock su- sonas y sus razones. Tanto las teorías jurídicas alemanas tempra-
per la presión del tie1n o y ,. an1m1dad, SI no fuera
ración política se basa: e. aun hoy -~~unas teorías de la delibe-
nas como el derecho canónico sostienen que, además del nú-
n esa supos1cion D tad d ,. mero ( numerus), podemos distinguir autoridad ( auctorita),
conociéndose todos come . 1 . . o os e razon, re-
mérito (meritus) y diligencia (zelum). En la teoría inglesa de co-
1norales, los participantes igu~ es y sens1ble_s a los requerimientos
" " en e proceso deliberativo . mienzos de la Edad Media, esas cosas se convertirían en rango,
sumar sus preferencias a través de la v . ,. no necesitan reputación y juicio. Las decisiones deberían basarse en opiniones
misma decisión. Así para e h 19 otac1on porque llegan a la
. ' o en ( 89 p 33) "l d 1. que no sólo fueran las más numerosas sino también las más váli-
intenta llegar a un c . ' · • a e iberación
onsenso racionalmente motivad das, major et sanior.
razones que se . o -encontrar
. an persuasivas para todos-". Pero aunque no todas las opiniones sean de la misma calidad,
Sin embargo, "consenso" no es lo . . . una evidencia numérica abrumadora es suficiente para reconocer
falino, 2007). Comos - 1 d mismo que unamm1dad (Ur-
ena e que se ha alcanzado un d .. ,. que la decisión está fundada en todas las dimensiones relevantes.
consenso aparece cuando n d' b' a ec1s1on, el
Así, de acuerdo con Heinberg (1926), las trece comunas italianas
el silencio no necesariamenta :ed~ ~eta la probable decisión. Pero
e 1n 1ca concorda · "l empleaban diferentes supermayorías: Génova típicamente exigía
miento de que cualquier op . ., 1 . nc1a, so o reconoci-
os1c1on u terror se ,. · ,. til y . unanimidad, mientras que Brescia, lvrea y Bolonia requerían dos
puede alcanzar la unanimidad la d d ria rnu . s1 no se
" .
servo S1mmel ( l 950 P 241 ). "U
' ver a es dudo e
sa. orno ob-
tercios, y varias otras ciudades cuatro séptimos. Por otra parte, si
b b , . . na mera decisión ma . . bien todavía en 1159 la elección del papa Alejandro IlI por 24 vo-
a lemente no contenga tod - d yontar1a pro-
avia to a la verd d . tos sobre 27 provocó un cisma, más tarde la Iglesia adoptó la regla
fuera debería haber conseguido . a ' porque SI así
de los dos tercios para la elección de los Papas.
acuerdo podría indicar que 1 dudn1r todos Jos votos". El des-
quier decisión podría ser errónea p
ª ver a no es m ·fi
C an1 Iesta, que cual-
Con todo esto damos por sentado que la regla que se buscaba
. or eso ondorcet (1986) re- era una capaz de hacer que las decisiones alcanzadas fueran per-
suasivas para la razón, que establecieran su validez epistéU?-ica en
tanto lecturas del interés común de una colectividad. Sin em-
bargo, las reglas para la toma de decisiones colectiva deben ser
24 Esta cita y las siguientes son de Holmes (1995 16 operativas también en situaciones en las que no hay interés co-
'pp. 9-170).
EL AUTÓGOBIERNO DEL PUEBLO 81
80 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA

mún, sino sólo intereses que dividen. 25 Las decisiones unánimes coino una lectura de la razón,.observa que en los b-rutales tiempos
no indican solamente que se ha alcanzado la verdad, también se antiguos "'par~ bien de la pa,z y la utilidad general,_ er~- necesari~
autoimplementan. Si todos estamos de acuerdo en lo que es me- onér la autoridad donde estaba la fuerza". Era as1m1smo la op1-
jor para todos y cada uno de nosotros, todos y cada uno de nos- ~ión de Simme.l (1950, pp .. 241-242), quien razonaba: "Como los
otros seguiremos el curso de acción que se ha decidido. No obs-. · dividuos que votan son
1n . considerados todos ig:uales, la mayoría
tante, cuando no se alcanza la unanhnidad, el cumplilniento se tiene la fuerza física para coaccionar a la minoría". La votación
vuelve problemático. De este modo, las antiguas tribus germanas tiene el propósit~ de evitar el enfrentamiento inmediato de fuer-
no se sentían obligadas a respetar las decisiones qlle no hubieran zas y descubrir su potencial resultado mediante el recuento de los
votado. En el siglo XVI algunos nobles ingleses creían que no te- votos, de modo que la minoría pueda convencerse de que cual-
nían que pagar impuestos si habían votado en contra de su cobro quier resistencia sería inútil. .
o si no habían estado presentes cuando se tomó la decisión. Pero Sin embargo, ya sea porque la mayoría indica el verdadero inte-
cuando los cuerpos colectivos toman decisiones, no lis toman rés común o porque la desobediencia sería inútil, se consider~
sólo para aquellos que están de acuerdo. Como observa Simmel que la regla de la mayoría era, en el mejor de los cas~s, un sust1-
(1950, p. 240), "En consecuencia, la significación de la votación, tuto conveniente del consenso. Las divisiones eran signo de al-
la votación cuyo resultado la minoría también acuerda obedecer, guna enfermedad, información incompleta o in:e~~ses ~ar~cula­
es la idea de que la unidad del todo debe prevalecer, en cuales- ristas. La contribución del teorema de May cons1suo enJUStlficar
quiera circunstancias, sobre los antagonismos de convicción e in- el dominio de la mayoría en términos de propiedades que pode-
tereses". ¿Por qué una minoría debe obedecer las decisiones de inos encontrar normativamente atractivas al margen de las conse-
una mayoría? cuencias de aplicar la regla, ya sea por la verdad o por la paz civil.
Así, otra línea de investigación histórica interpreta el predomi- La regla de la mayoría simple no es la única que se utiliza para la
nio de la mayoría como un mecanismo para evitar el conflicto vio- ton1 a colectiva de decisiones que hace que las decisiones colectivas
len to a través de una lectura de la fuerza física. De acuerdo con reflejen preferencias individuales. Pero si autogobierno si~~ifica
Bryce (1921, pp. 25-26, el resaltado es mío), Herodoto empleaba ue todos deben tener la misma influencia sobre esas dec1s1ones
el concepto de democracia "en su sentido antiguo y estricto, para ~si ninguna alternativa debe ser favorecida independientemente
denotar un gobierno en el que domina la voluntad de la mayoría de las preferencias individuales, entonces ésa es la regla que im-
de los ciudadanos calificados, [ ... J de manera que la fuerza física de plementa el autogobierno.
éstos coincida (en términos generales) con la fuerza de su voto". Según
Von Gierke, las tribus germanas empleaban esa regla, pero sin la Autonomía
implicación de que la decisión de la mayoría numérica obligara, El teorema de Rae ( 1969), por su parte, afirma que el predominio
legal o moralente, a la minoría numérica. Ésta sólo prevalecía si de Ia mayoría simple maximiza la cantidad de personas que viven
era capaz de imponerse físicamente. También Condorcet (1986 bajo las leyes que son de su preferencia. Vale la pena señalar que
[1785], p. 11), al interpretar la votación en la época moderna esa idea estaba ya insinuada en el ensayo de Kelsen de 1929. En
1 sus palabras: "No hay más que una idea que cond~zca en forma
razonable al principio mayoritario: la idea de que, si no son todos
los individuos, al menos el ma)ror número posible de ellos debería
25 Un ejemplo fascinante es el del uso de la mayoría en votaciones
durante el siglo XVI para decidir si una comunidad debía seguir 1 ser libre, dicho de otro modo, el orden social debería estar en
siendo católica o volverse protestante. Véase Christin (1997). con u-adicción con la voluntad de la menor cantidad de gente po-
82 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA
EL AUTOGOBIERNO DE;L PUEBLO 83
sible". De hecho, en otro pasaje (1988, p. 58) formuló la relación
entre la regla de la mayoría simple y la autonomía casi como un v' is1na: la virtud que Rae atribuye a la regla de la mayoría simple
teorema: : que "optimiza la correspondencia entre los valores individuales
incas ca1ec u·vas ,,25
y las . po l'" . •

Esta regla maximiza la autonomia porque responde a la con~n­


1

Cuando el número de voluntades individuales con las


que la voluntad social concuerda es mayor que el nú- gencia de que las preferencias de los.individuos pueden cambiar:
mero de aquellas con las que está en contradicC:ión -y, el partido en el poder puede ser destronado y el statu quo puede
como hemos visto, ése es el caso en el que se aplica el ser alterado _si suficientes individuos cambian sus preferencias. El
principio mayoritario- se alcanza el máximo posible de autogobiei:no debe per111itír la- alternancia de los partidos en los
libertad, entendida como autonomía. cargos. Para aclarar esto, aunque pueda resul_ta~ re~~ndante, con-
sidérese el papel de la alternancia en la maximizacion de la auto-
El razonamiento de Kelsen es como sigue. Supongamos- que hay nomía. Supongamos que la sociedad enfrenta dos órdenes le~ales
un orden social que es el statu quo, como siempre lo hay. Hay n alternativos, A y B, defendidos respectivamente por dos para.dos,
personas. Ahora, si la regla para cambiar el statu qua es la unani- A y B. Llamemos v(t) a la proporción de ciudadanos qu~ apoya a A
midad, es posible que n- l quieran cambiar algo y no puedan. Por en el momento t, y supongamos que v(t) = 1/2 + E(t), mientras que
lo tanto, n -1 tendrán que vivir bajo un orden que no es de su pre- v(t + l) = 1/2 - f(t + l), donde f(t), f(t + l) >O. :'i no hubiera _:ilter-
ferencia. Supongamos ahora que la regla es que el statu quo se nancia en t + 1, la extensión de la autonomia en dos periodos
modifica si por lo menos n;2 + 2 personas apoyan el cambio. En- electorales habría sido (112 + f(t)) + (l/2 + f(t + l)) = 1 + f(t) - f(t
tonces n;2 + 1 todavía padecen un statu quo que no es de su pre- + l), mienu·as que con alternancia habría sido (l/2 + f(t)) + (l/2 +
ferencia. Ahora supongamos que el número calificador es n;2 - l. c(t+l)) = l+ c(t) + c(t+l). Contrariamente, supongamos que la al-
Entonces el statu quo puede modificarse dejando descontentas a ternancia ocurra aun si v(t) = v(t + 1) = 1/2 +E> 1/2. Entonces
n - (n/2 - l) = n/2 + 1 personas. Pero bajo la regla de la mayoría Ja extensión de la autonomía habría sido (1/2 +E) + (1/2 - E) =
simple, el número decisivo es n;2 + 1, lo que deja descontenta a la 1<1 + 2 e, lo que habría sido igual que sin alternancia. Todo :sto
mayoría n - (n/2 + l) = n/2 - l. Por lo tanto, la regla de la mayoría es evidente pero importante, porque muestra que la autonom1a se
minimiza la proporción de personas que están descontentas con maximiza si el control partidario se alterna según la mayoría del
las leyes bajo las cuales viven. momento.
Rae conceptualizó el problema desde el punto de vista de un in- En contraste con la rotación, la mera posibilidad de alternancia
dividuo que quiere elegir una regla para la toma de decisiones co- no garantiza que diferentes personas se turnen en el go~i~r.no.
lectiva que maximice la probabilidad de que él o ella estén en la Los griegos aseguraban que todos tuvieran las mismas posibilida-
mayor cantidad de casos posible del lado triunfante, suponiendo des de gobernar usando el sorteo, y lograban que la posibilidad se
que hay incertidumbre acerca de las preferencias de todos los de- materializase haciendo que los períodos en los cargos fuesen muy
más. Como la regla de la mayoría simple es "la única regla para la
decisión que excluye la posibilidad de que el voto de los menos
derrote a los más", constituye la solución para el problema origi-
26 Nótese que Kelsen emplea el lenguaje del "or~en ~cial" o la. ,,
nal (1969, p. 52). Rae parece ignorar el argumento de Kelsen y 1
"voluntad social", mientras que Rae habla de pohttcas colecnvas . No
utiliza un lenguaje diferente. Lo que para Kelsen era "autono- está claro si esos términos intentan cubrir solament~ l.as leyes q u~ una
niía", para Rae es "individu"alismo político". Pero la ihtuición es la 1
colectividad adopta o también otros aspectos de decisiones pohncas,
inciuyendo la composición del gobiern~.
84 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA
EL AUTOGOBIERNO DEL pUEBLO 85

breves. El gobierno representativo no ofrece esas garantías. Es po- Como se ha observado en innumerables ocasiones, el teorema de
sible que algunas personas tengan que esperar indefinidamente. Arrow,tiene implicaciones radicales para Iluestra comprensión ~e
De hecho, en un electorado en el que los nietos heredan las pre- la democracia. Supongamos que deseamos abandonar el len~uaje
ferencias de sus abuelos, un partido perfectamente representativo 'de la proximidad. ¿Cómo podríam~s dis~nguir la;d:mocrac1a de
permanecería en los cargos eternamente. Esa posibilidad es causa tros ordenamientos políticos? Si la identificamos unicamente por
de un temor constante en las democracias de sociedades divididas o ..
los procedimientos institucionales -elecciones co~pett~iva~,
por etnias. Para que la alternancia sea posible, es decir, para que ·cómo debeqios evaluarla? Queda la libertad como posible entena,
las posibilidades de victoria de cada una de l:is alternativas sean iri- ~ero ya no es la libertad entendid~ c~mo autonornía, v~vir bajo.le-
ciertas, es necesario que las preferencias individuales cambien o yes elegidas por uno rnis1no. La metr1ca de la autonom1~ va un;td~
que los funcionarios en los cargos yerren al representarlas.27 y a la de la proximidad. La eficiencia de Pareto es demasiado deb1l
aun en ese caso, las personas que tienen la desgracia de te_ner pre- ara servir de criterio: un ·dictador estaría peor viviendo bajo la de-
ferencias impopulares no las verán implementadas nunca. Sin em- p , . d
mocracia, mientras que otras personas estar1an mejor, e manera
bargo, la regla de la mayoría simple maximiza la probabilidad de ue no es posible comparar dos regímenes con ese criterio. Otro
alternancia de los partidos en los cargos. El ganador puede de- q arámetro posible seria la paz civil, pero sin libertad la paz se puede
cirle al perdedor: "Haz que cambie de opinión el menor número
posible de personas, y triunfarás".
~antener por la amenaza de la fuerza, y muchas dicta~ur~s son pa-
cíficas. Al final, todo lo que podríamos utilizar como cnteno son al-
gunos índices de bienestar material: crecimiento económico, in-
greso, desigualdad, mortalidad infantil, etc. Nuestro aparato
UNA ADVERTENCIA
normativo se empobrecería mucho.
La definición más trivial de democracia dice que en ella las deci- Las implicaciones del teorema de Arrow son tan desagrada~les,
siones implementadas por los gobiernos reflejan, corresponden o que ha habido numerosos intentos de dejarlo de lado. (Un ejem-
tienen alguna otra relación de proximidad con las preferencias de plo representativo es el de Mackie, 2004.) El .teorema de Arr~w se
los ciudadanos. La misma métrica de la proximidad subyace tam- basa en suposiciones, axiomas, pero esos axiomas son cuestiona-
bién a la concepción del autogobierne que se propone aquí. Pero bles. El axioma del dominio irrestricto -las personas pueden te-
cualquier concepción de este tipo -que Riker (1982) considera ner cualquier tipo de preferencias (transitorias)- es vulnerabl: a
"populista"- choca con el teorema de Arrow (1951), lo que en la observación de que 13;5 sociedades estructuran las preferencias
nuestro contexto implica que el propio lenguaje de proximidad individuales y así limitan su variedad. Y cuando el campo de las
entre preferencias individuales y decisiones colectivas no tiene preferencias se restringe a algunas formas pa~ti:ulares, se ~estaura
sentido.
la decisividad y con ella la métrica de la prox1m1dad. Por ejemplo,
si enfrentamos solamente dos opciones, la regla de la mayona es
decisiva y la 1nétrica de la proximidad es válida: la opció~ ap;yada
27 Siguiendo a Miller (1983), hay ahora una línea de argumentación
por la mayoría está más cerca que la apoyad~ por la m1nor1a. Lo
que sostiene que las políticas cambian co1no consecuencia virtuosa de inismo ocurre si todas las opciones pueden disponerse sobre una
los ciclos. En mi opinión, se trata de una interpretación errada del dimensión (más o inenos de algo) y las preferencias tienen un
teorema de Arrow. Este teorema no afirma nada sobre la ocurrencia
de ciclos: sólo dice que las decisiones colectivas son indeterminadas solo tope (Black, 1958; Downs, 195 7). También hay buenos argu-
(Austen-_Smith y Banks, 2000, p. 184). Los ciclos pueden ocurrir o no mentos para abandonar el axioma de Arrow de la 1ndependenc1a
y McGann (2006) no me convence de qúe ocurran con frecuencia.
de las alternativas irrelevahtes. Por últi1n~, se puede atacar el teo-
86 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA EL AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 87

rema señalando que los individuos enfrentan la misma dificultad es la opción que gana más punt~s (cuenta de-Borda}. Resulta que
que las colectividades, pero finalmente ordenan sus p reLerenc1as
r · Dulce de leche gana 12 puntos1 mientras que Chocolate recibe so-
~ue es el punt~ de partida de Arrow. Por ejemplo, Bird (2000) se'. Jamenie 11.
nala que dec1d1r lo que uno quiere hacer no es men os pro bl ema- - Cuál de estos p_rocedimien~os es el mejor ha sido tema de polé-
tico en el plano individual y, sin embargo • suponemo s que 1os in-
· · micas desde Ja segunda mitad del siglo XVIII. Y éstas no son las
dividuos saben lo que quieren. únicas formas de revelar preferencias ordinales. De todos modos,
La alternativa que propongo es tomarlo con calma y vo1ver a in- · ya tenemos un aparato suficiente para entrar en nuestro pro-
terpretar el teorema de la decisividad. Como la teoiia de las elec- blema. Supollgamos que los perfiles de preferencia son como si-
ciones sociales es sumamente . técnica -y yo no soy un experto-, es- gue:
tamos en terreno resbaladizo. Pero he aquí la argu men tac1on, ·-
expresada en términos intuitivos. Decisor Prefiere
Hay tres. _votantes. que deben decidirse por una de cinco · ·
opcio- C>F>V>T>D
nes, tres n1nas a quienes sus padres les han dado di"nero para com- j F>V>C>D>T
prar helado de uu solo sabor. Las niñas son (i, j, k) y los sabores {D, k V>C>F>D>T
V: · ·11
C, F, T, V), por Dulce de leche, Chocolate • Frutilla , Te' ya1nia.
Supon~amos primero que a todas les gusta Chocolate más que Estas preferencias ilustran la paradoja de Condorcet, de la cual el
cu~lqu1er otro sabo~. Ent~nces, cualquier procedimiento y cual- teorema de Arrow es una generalización. Como se puede ver,
quier regla generara el mismo resultado, que será Chocolate. Eri Chocolate derrota a Frutilla, Frutilla le gana a Vainilla y Vainilla
derrota a Chocolate por el voto de mayoría por pares. Por lo
realidad, si cualquiera
. de ellas
. ,.to1na el mando y ordena 1o que d e-
ben
._ coinprar,
. ninguna Objetara. Hasta las dictaduras el·1gen ¡a op- tanto, este procedimiento no es decisivo. Además, las tres prime-
c1on preferida cuando las preferencias son como si·gue (> s1gn · ifi1ca ras opciones están igualmente cerca de las preferencias individua-
"estrictamente prefiere"): les, de manera que la métrica de la proximidad no funciona. La
cuenta de Borda no lo hace mucho mejor: Chocolate, Frutilla y
Decisor Prefiere Vainilla obtienen 12 puntos cada uno. Todavía no sabemos qué
C>F>D> T> V decidirla la colectividad. El teorema de Arrow dice que esta situa-
j D> T>F> V> C ción es posible bajo cualesquiera reglas de toma colectiva de de-
k C>D>V>F>M cisiones que no sean dictatoriales.
Flexibilicemos, por lo tanto, el criterio de decisividad. Nótese
Deciden votando p~r ~os sabores al mismo tiempo y empleando que si bien ningún procedimiento identifica la decisión colectiva,
la regla de la mayona simple (competencia de Condorcet). Es fá- al menos ambos conducen a la conclusión de que esta colectivi-
cil ver que, aun así, Chocolate derrota a las demás 0 pc1ones
· dad prefiere cualquier elemento de ( C, F, V) a cualquier elemento
por
un voto de 2 a 1 y no puede ser derrotado por ninguna otra op- de (T, D). Ahora la democracia se ve mejor que la dictadura según
ción con la regla de la mayoría. Por lo taJ:1to, Chocolate es el triun- la inétrica de la proximidad: asegura que la elección colectiva será
fador de Condorcet. un elemento del primer conjunto, mientras que los dictadores
Nótese que, si utilizamos un procedimiento diferente, el resul- pueden tener preferencia por Dulce de leche o Té. Ahora bien,
tado será diferente. Suponga~os que cada jugador le da 5 puntos en el caso de tantos tomadores de decisiones como opciones, hay
al sabor que prefiere, 4 al segundo, etc., y que la decisióri colectiva alguna probabilidad -creciente en ambos números (Ordeshook,
88 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA E~ AUTOGOBIERNO DEL PUEBLO 89

l 986)- de que cualquier procediiniento de toma de decisiones co- ~l hecho es que los votantes votan y ~ligen, y las .legislaturas
lectiva que no sea dictatorial resulte no decisivo. Pero eso significa adoptán leyes. :Esas leyes consiituyen decisiones colectivas. Las de-
que también hay alguna probabilidad de que sea por lo menos dé- . · n s podrían haber sido diferentes pero son lo que son. Los
·ClSlO e ·
bilmente decisivo, en el sentido ilustrado por el eje1nplo. En el . dadanos comllnes no dicén "¡Oh! Pero dadas las preferencias
ClU . d', " 'l Ri
lenguaje de la proximidad, cualquier decisión colectiva en el "ci~ de los individuos, la decisíón podría haber sido ~erente : so o -
clo tope" {C, F, ll} está más cerca de las preferencias· individuales ker (1982) es capaz de afirmar que ese hecho mma la validez o l~
de lo que es alcanzable por cualquier otro método, de manera legitimidad de los resultados genera~os por el proc_e~~ dem,ocr~­
que cualquier regla de toma de decisiones que elija con seguridad . El asunto es sólo si podemos decir que una dec1s1on esta mas
11co. - d
un elemento del ciclo tope es superior a otra que pueda no ha- rea de las preferencias individuales de lo que habr1a esta o
~ d .. , h
cerlo. otra. La respuesta es que_ sabemos que ninguna otra ec1s1on, a-
Es posible ir más allá. Pensemos ahora que el procedimiento de , a estado más cerca, y que algunas, y en el límite todas, habr1an
bn · ·d d d
toma de decisiones es secuencial y que utiliza una "regla de cie- estado más lejos. Por lo tanto, la 1nétrica de la proxim1 a or ena
rre'', lo que significa que una opción que ha sido presentada y de- débilmente todas las decisiones colectivas.
rrotada no se puede volver a presentar. Las decisiones todavía se
toman por 1nayoría simple. Entonces el resultado en {C, S, ll} es-
tará determinado en forma única por la secuencia de las propues- MÁS ALLÁ DE LA TEORÍA DE LA ELECCIÓN SOCIAL .
tas. Si primero V se aparea con F, y después F con C, y después C Los axiomas de May están satisfechos cuando todos y cada uno tle-
con V, el ganador será C; si Fse aparea primero con Cy después C en la misma influencia en las decisiones colectivas, ninguna op-
n . d
con V, entonces será V, etc. De manera que quien establece el pro- ción es favorecida de antemano y la decisión colectiva respo~ e a
grama puede orquestar los pares de modo que su propia primera las preferencias individuales. Además, cuando todo esto es c1ert~,
preferencia salga como preferencia de la colectividad (McKelvey, la decisión resultante maximiza el número de personas que son li-
1976). Ahora tenemos una decisión única. Esa decisión puede pa- bres en el sentido de que viven bajo las leyes que prefieren. Pero
recer arbitraria, accidental, pero no es accidental quién llega a de- nin~uno de esos axiomas, ni la teoría de la elección social _en ge-
terminar el programa en las democracias: nosotros elegimos a los neral ofrecen condiciones suficientes para el segundo mejor au-
presidentes, los primeros ministros, los presidentes de comités togobierno tal como se definió más arriba. La teoría~~ la elec-
parlamentarios y los líderes de las bancadas. Además, si no nos ., socia
c1on · l no 11·ene nada que decir acerca de las cond1c1ones..en
gustan los resultados que orquestan, podemos elegir a otros. · pera la igualdad efectiva de influencia sobre. las
. dec1s10-
las que 1m ., .
Este argumento ha sido rebatido afirmando que constituye un nes colectivas ni sobre las condiciones en que la partlc1p~c1on 1n-
regressus ad infinitu1n. Después de todo, las mismas intransitivida- . ·d al en el proceso de decisión es causalmente efectJ.va. Ade-
d 1v1 u d · ·
des pueden surgir cuando elegimos el procedimiento por el cual más, los axioinas de la elección social se refie~en a las ec1s1ones
se tomarán las decisiones y, si sólo son los que tienen determina- tomadas por comités, mientras que el autogob1erno debe ser an~­
dos perfiles de preferencia, también cuando elegimos a los presi- lizado dentro del contexto de instituciones que son re_presentau-
dentes y los primeros ministros. Pero todavía es posible que esas P la implementación de las decisiones colecuvas es pre-
n~ dond - . l
elecciones sean débilmente decisivas, de manera que el mis1no rrogativa de agentes especializados. Por último, el axi~~a de a
contraargumento es válido para ellas. Además, es más probable decisividad no dice nada acerca del alcance de las dec1s1o~es to-
que sean dicotó1nicas, y entonces la regla de la inayoría simple es inadas en forma colectiva, ni hasta qué punto las vidas privadas
decisiva. debén ser gobernadas por leyes. Por lo tanto, para entender el au-
90 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA

to~obierno y sus límites, debemos aventurarnos más ali' d 1 2 .. Breve historia de las instituciones
d ¡ ¡ ., a e ate-
or1a

e a e ecc1on social. La meior
;.1
inanera d e h acer1o es cons1de-
. repiesentativás
1 ar una por una las cuatro condiciones del segund .
. o mejor autogo-
b. ierno -de nuevo: igualdad ' par,_:uc1pac1on,
· ·,, .
representación
libertad-.
. y como esas condiciones son comple·i;.1as, cad a una sera;'
o b~eto de un capítulo.

DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS


A LA DEMOCRACIA

Antes de extendernos en el análisis, sería útil tener por


lo menos un breve panorama histórico. Lo que sigue es la descrip-
ción de una serie de hechos, sin ningún intento de explicación.
Otros hechos se expondrán en capítulos subsiguientes, donde son
más relevantes. Aquí daremos un panorama general para entrar
luego en algunos detalles.
Las instituciones representativas modernas combinan una cá-
mara baja de legislaturas elegidas sobre la base del sufragio indivi-
dual (aunque sea restringido, pero por individuo, distinto de la
representación por estamentos o corporativa),28 la separación de
las funciones ejecutivas de las legislativas, 29 el poder de las legisla-
turas de convocarse a sí mismas (aun cuando puedan ser disuel-
tas) y la colocación del poder impositivo o fiscal en manos de la
legislatura. Investigaciopes recientes han encontrado diversas
asambleas legislativas en distintas partes de Europa ya a fines de la
Edad Media, y en realidad también en algunos otros lugares del
mundo, pero los sistemas de instituciones representativas tal

28 Las legislaturas suecas de la "Era de la Libertad", de 1719 a 1772


(Roberts, 2002), y de nuevo de 1809 a 1866 (Verney, 1957), se
basaban en la representación por estamentos.
29 Varias repúblicas europeas, como Italia, los Países Bajos y Suiza, eran
gobernadas por cuerpos colectivos electos, pero esos órganos
combinabañ las funciones legislativas y ejeCutivas.
92 QUÉ ESPERAR DE LA DE110CRACIA
BREVE HISTORIA DE I;AS INS_TITUCIONES REPRESENTATIVAS 93

como se definen aquí aparecieron por primera vez en Inglaterra30 p,~bres conquistaron su sitio en el marcp de las in~titu~i~n~s re-
y en Polonia, donde se pueden ubicar individualmente en 1493 esentativas.' Los derechos' políticos de las mujeres vinieron
(J"druch, 1998). La guerra de independencia de Estados Unidos pr tarde y, en la mayoría de los casos, con una d.inamica
más - · d"t 1 e-
tuvo como resultado la primera aparición de instituciones de este ren te. En el Reino Unido y en Estados Unidos la extensión del
tipo en el hemisferio occidental. En Francia fueron establecid~s sufragio a las mujeres e:Xigió .una dosis considerable de protago-
por primera vez en 1789 y en España en 1812. Luego de que Polo- nismo, a veces in.cluso heroico, por parte de ellas, pero en la
nia perdió su independencia en 1795, Inglaterra; Estados Unidos mayor parte de los países llegó sin mayores trastornos, como
Francia y España pasaron a ser el inodelo de ingeniería institucio~ consecuencia de la lógica partidaria. Hasta bien entrad~ la se-
nal para los países de A.tnérica Latina que alcanzaron la indepen- unda mitad del siglo XIX, todos los problemas que podian ha-
dencia después de 1810 y también en Europa, empezando por
Noruega en 1814.
~er dividido a los hombres que poseían propiedades no fueron
suficientes para que las. consideraciones partidarias prevaleci:-
Una vez establecidas, esas instituciones no siempre duraron. ran sobre el miedo a las consecuencias distributivas que tendr1~
En muchos países se desmoronaron, en algunos casos reiterada- la incorporación de los pobres a las instituciones representati-
mente, ya fuese porque el gobierno decidió gobernar sin respe- vas. Pero una vez que los varones pobres adquirieron los dere-
tar las reglas institucionales, o porque los perdedores no quisie- chos para votar, la política pasó a ser organizada por partidos.
ron obedecer el veredicto de las elecciones, o porque algunas Persiguiendo sus metas económicas y sociales, éstos intenr:1ban
fuerzas políticas que no encontraron lugar en los ordenamientos mejorar sus posiciones electorales, y el problema del sufragio f~­
institucionales actuaron para destruirlos. En realidad, las institu- menino fue utilizado como instrumento en la competencia
ciones representativas fueron establecidas por todo tipo de razo- electoral. Cuando la mayoría triunfante pensaba que el voto de
nes vinculadas con cada período y país, más que como resultado las mujeres significaría una ventaja electoral, les o~orgaba el de-
sistemático del desarrollo social y económico, pero tenían mayo-
recho a votar.
res probabilidades de sobrevivir en los países económicamente Otorgar derechos no significaba conceder poder. Cuando se
más desarrollados.
permitió a los pobres votar, su participación pasó~ estar reg~lada
Como en una gran cantidad de países la historia de las insti- por mecanismos institucionales. La~ listas de c~n~1datos ofic~ales,
tuciones representativas estuvo salpicada de frecuentes reveses las elecciones indirectas, el voto abierto, las pracucas de registro,
su evol~ción en muchos casos fue discontinua. Sin embargo: los sistemas electorales,. el diseño de distritos e incluso el fraude
11ay varios patrones generales. Durante casi un siglo después de fueron sólo algunos de los mecanis1nos utilizados para influir en
su instauración inicial, los conflictos en torno al sufragio se or- quiénes participarían y con qué consecuencias. Al com~~narse
ganizaban a lo largo de las líneas de clase. Las más bajas lucha- ideas y mecanismos institucionales se ve afectada la relac1on en-
ban por obtener un lugar en ellas, pero chocaban con la resis- tre votar y elégir, y esto repercute tanto sobre los incentivos para
tencia de quienes ya poseían derechos políticos. No obstante ejercer los derechos como sobre los efectos de ese_ ejercicio.
aun cuando en ocasiones les llevó mucho tiempo, los varone~ Como las elecciones operan según reglas y las reglas Uenen con-
secuencias, aquéllas son inextricable1nente manipulables. Y fue-
ron manipuladas. Las derrotas electorales de gobernantes en,.. el
30 La. i~cl~sión de I~glaterra es algo problemática porque el sufragio era poder han sido sorprendentemente raras: has~ hace poco,_ solo
pnvrlegio de localidades antes que de individuos. Sólo fue alrededor de una elección cada seis traía aparejado el cambio de
estandarizado en.forma individual con la reforma de 1832.
partidos en el poder.
94 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DK LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS 95

El desarrollo de las instituciones representativas siguió caminos EL ASCENSO DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS
diferentes en los países que conservaron monarquías y en aque-
llos que se liberaron de monarcas distantes o depusieron a los lo- Las instituciones representativas consideradas aquí son las que
cales. El mejor diseño de las instituciones representativas-la sepa~ combinan cámá.ras bajas dé legislaturas electas, separación de los
ración de funciones, su asignación a los diferentes poderes del poderes ejecutivo y legislativo, el poder de las legislaturas de con-
gobierno, los recíprocos frenos y contrapesos entre esos poderes- vocarse a sí misnías y la adjudicación a las legislaturas del poder
no fue evidente para los fundadores originales. Algunos diseños impositivo o fiscal. Tales sistemas aparecieron primero en Ingla-
tenían fallas que pronto se hicieron manifiestas: otorgaban dema- terra y en Polonia, aunque esta última desapareció como país en
siado poder a la legislatura o al ejecutivo. Además, habían sido I 795. Corno ya se señaló, la guerra de independencia de Estados
instituidos sin considerar que la política llegaría a ser partidaria y Unidos dio como result;ido el surgimiento de tales instituciones
que los partidos son capaces de destruir hasta los mejores esque- en el hemisferio occidental. En Europa se formaron por primera
mas de separación. vez, en Francia, en 1789, seguida por España en 1812, Noruega
Al final, aunque en la mayoría de los casos con renuencia, con en 1814, Holanda en 1815, Suiza en 1815 y Portugal en 1820. 31
muchas desviaciones a un lado y a otro, en los últimos doscientos Tres países europeos que alcanzaron la independencia antes de
años las instituciones representativas han ido evolucionando hacia 1848 se agregaron a esa lista casi inmediatamente: Bélgica en
lo que ahora llamamos "democracia". De nuevo, esta evolución 1830, Luxemburgo en 1841 y Grecia en 1844. La ola revoluciona-
no fue lineal. Si bien durante el siglo XIX los principales ternas de ria de· 1848 trajo experimentos con el gobierno representativo en
conflicto fueron la extensión del sufragio y la relación entre los Dinamarca y en Piamonte, donde duró, y en Alemania y el impe-
poderes ejecutivo y legislativo, en aquellos lugares donde existían rio Austro-Húngaro, donde resultó ser efimero. Otros países eu-
instituciones representativas de algún tipo éstas tendían a permi- ropeos se sumaron a esa lista antes de la Primera Guerra Mun-
tir cierta oposición, algún pluralismo político. En cambio, du- dial, a medida que se hacían independientes, o por lo menos
rante la década de 1920 la principal línea de conflicto político no autónomos: Rumania en 1864, Bulgaria en 1879 y Finlandia en
era ya el sufragio sino la posibilidad misma de disputar el poder a 1906. Asimismo, surgieron con la unificación del Reich alemán
través de elecciones. Muchos países recién independizados adop- en 1867, en Italia en 1861, y fueron restablecidas en el imperio
taron la innovación tecnológica de V. I. Lenin, las instituciones austríaco en 1867. En América Latina todos los países las estable-
políticas controladas por un partido único. Sin embargo, la mayo- cieron durante los primeros años después de la independencia,
ría de los regímenes de partido único se extinguieron a fines del empezando por Colombia en 1810, Paraguay y Venezuela en
siglo pasado, de tnanera que en el mundo sólo quedan hoy unas 1811 y Chile en 1818. En ottas partes del mundo, el imperio oto-
pocas autocracias. En la mayor parte de los países, los derechos mano hizo algunos experimentos infructuosos en 1876-1877 y
políticos formales son casi universales, la vida política es organi- más tarde, en 1908, las restableció, mientras que Irán tuvo su pri-
zada por los partidos, las elecciones son competitivas, de modo 1nera legislatura electa en 1906. También funcionaron institucio-
que la oposición tiene una razonable oportunidad de vencer, y
tanto los gobiernos co1no las oposiciones observan por lo menos
las reglas básicas de la democracia.
31 Ta1nbién existieron por un breve periodo, después de 1796, en la
República de Batavia (en Holanda, de corta vida). Obsérvese que
Suecia, que adoptó una nueva Constitución en 1809, tuvo una
legislatura basada en los estamentos hasta 1866.
BREVE HIS'.fORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESEN'{ATIVAS 97
96 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA

nes representativas en varias colonias que disfrutaban de autogo- EL SUFRAGIO


bierno: en Barbados y Jamaica desde fines del siglo XVIII, y en
Canadá a partir de 1867. La mayoría de los países que llegaron a Cuando las instituciones representativas se establecieron por pri-
ser independientes después de 1918 establecieron instituciones. , mera vez, los derechos políticos en todas partes estaban limitados
representativas, aunque nominalmente, porque desde 1960 en a los varones adultos. El camino hacia el sufragio universal llevó
adelante muchos de ellos no permitieron ninguna oposición par- mucho tie1npo. Todavía en 1900, sólo diecisiete países concedían
los derechos-a todos los hombres, y sólo uno incluía a las mujeres.
tidaria.
La figura 1 muestra la proporción de países y territorios depen- Fue necesario esperar hasta la segunda mitad del siglo XX, más
dientes que tenían instituciones representativas, según la defini- de ciento cincuenta años después del establecimiento inicial de
ción dada más arriba, por año. Esa proporción aumentó casi en las instituciones representativas, para que el sufragio universal lle-
forma regular hasta la década de 1930, momento en tjue varios gara a ser una norma no ·resistida.
parlamentos fueron clausurados por gobiernos fascistas; se ve, por
otro lado, una caída notable después de la ola masiva de indepen-
Figur<,!- 2. Proporción de países con sufragio universal,
dencia en África y la llegada de la última oleada de regímenes mi-
por ano.
litares en América Latina. Nótese que las legislaturas representa-
das aquí incluyen las que sólo en parte eran electas y también las
elegidas en elecciones no competitivas, a condición de que tuvie-
ran el poder nominal de aprobar impuestos.

Figura l. Proporción de países con legislaturas.

1850 1900
año

La proporción es de paises con cualquier tipo de sufragio.

Si bien algunas de las _constituciones tempranas postulaban el su-


fragio casi universal para los hombres, durante la mayor parte del
siglo XIX el derecho a votar estaba limitado a los hombres adultos
1800 1850 1900 1950 2000 que tuvieran alguna propiedad, o cierto nivel de ingresos. o paga-
año
Regresiones ponderadas localmente. ran deterrriinada cantidad de impuestos. Dos países -Liberia: en
98 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS 99

183932 y Grecia en 1844- extendieron el derecho~ votar a todos 1995, 1998), que transformó este concepto social en legal, signi-
los hombres adultos en sus primeras leyes sobre el sufragio. 33 Em- ficó sustituir esds requisitos vagos por niveles concretos de ingreso
pezando por Francia en 1792,34 las calificaciones al respecto eran o de impuestos, a veces en combinación con el de la alfabetiza-
también relativamente extensas en diecinueve países que conce- .ción, es decir, criterios más restrictivos. Así, de los diecinueve paí-
dían el derecho a votar a todos los hombres libres. La categoría ses que en las primeras calificaciones otorgaban el derecho a
operativa que calificaba para el sufragio en América Latina era la votar a todos los varones independientes, en dieciséis -a continua-
de ''vecino", 35 definido mediante frases como "ser propietario, o ción- el sufragio se limitaba. Tanto Liberia, que restringió el dere-
ejercer una profesión o un empleo con título público, o tener una cho de voto en 1847, como todos los demás países que introduje-
ocupación en algún trabajo útil sin sujeción a otro como sirviente ron el sufragio antes de 1848 condicionaban el derecho a votar a
o jornalero" (Perú en 1823) o "desempeña alguna ocupación útil la propiedad, el ingreso o la alfabetización; los únicos en los que
o tiene medios de subsistencia conocidos" (Costa Rica en 1824). la mayoría de los varones· podía votar eran Grecia, México (que
Como destacan varios ensayos de Sabato (2003), era un concepto extendió el sufragio a todos los varones en 1847) y El Salvador
sociológico, no legal: un vecino* era sencillamente alguien que te- (que mantuvo la categoría de ''vecino"). Con excepción de unas
nía una posición en una comunidad local. Además, como la elegi- pocas terratenientes del imperio austríaco, hasta 1893 ninguna
bilidad para votar estaba determinada por las autoridades locales, mujer podía votar en elecciones nacionales.
la aplicación de esos criterios era informal y relajada. Como relata Esas restricciones originales se fueron flexibilizando en forma
Canedo (1998, pp. 188-189), si los miembros de la mesa electoral gradual o abrupta con el paso del tiempo, y también se dieron al-
local sabían que Pedro era buena persona, ya era un vecino. En gunos cambios. Los "conservadores", para emplear la terminolo-
esos países, la nacionalización de la ciudadanía (véase Annino gía española, lucharon repetidamente contra los "liberales" en
torno al sufragio; por esta razón, las calificaciones de los votantes
variaban de acuerdo con el poder político. Francia es el ejemplo
más conocido de un país que pasó de calificaciones de ingreso al
32 Liberia fue un asentamiento privado de esclavos estadounidenses, un
wCommonwealth", desde 1839. sufragio universal para los hombres, después volvió a las califica-
33 La ley electoral de 1821 en Buenos Aires introdujo el sufragio ciones de ingreso, más tarde agregó la de alfabetización, luego
universal pero sólo para los hombres libres. Alrededor del 12 % de la
población no era libre (Ternavaso, 1995, pp. 66-67). volvió a la de ingreso solamente, pasó al sufragio universal para
34 La ley de 1792 requería el pago de impuestos directos por el los hombres, retornó al ingreso, volvió al sufragio universal, y sólo
equivalente de tres días del jornal local. El stúragio universal para los en 1945 estableció este mecanismo para ambos sexos. No menos
hombres fue introducido en la Constitución de 1793 (art. 4), pero esa
Constitución nunca entró en vigor y nunca se celebraron elecciones complicada ·fue la historia del sufragio en España (Bahamonde y
regidas por ella. La Constitución de 1795, que la sustituyó, requería a Martínez, 1998), así como en varios países latinoamericanos, en
su vez el pago de una contribución o impuesto directo (art. 8) 0 particular Guatemala, que tuvo diez reglas diferentes para el su-
participación en, por lo menos, una campaña militar (art. 9). Además
excluía a los servidores domésticos y a Jos convictos por bancarrota fragio, además de períodos sin elecciones.
(art. 13). Véase los documentos en Serge Aberdam et al (2006) y un Las calificaciones para el sufragio pueden organizarse en varias
estudio en Crook (2002).
35 El término equivalente en Norteamérica en la misma época sería
categorías: 36
winhabitant", definido en 1766 en Nueva Jersey como wFreeholder"
[propietario], "Tenant for years" [arrendatario por años} o
"Householder in Township or Precinct" [propietario de casa en
municipio o distrito]. 36 Éstas no son las únicas que se han aplicado. Además de las
* En espaii.ol en el original. [N. de la T.J · mencionadas, ha habido criterios descalif!cadores adicionales que
100 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HIST.ORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS 101

O- Ninguna regla. La prevalencia del régi,me censitaire dura~te el siglo XIX es mani-
Para los varones, fiesta.,Entre los países.Y territorios dependientes donde sólo los
1- representación por estamentos, varones podían votar, los requisitos de propiedad, ingreso o alfa-
2- requisito de propiedad, . betización eran todavía, por lejos, los más frecuentes alrededor de
3- (propiedad, ingreso o pago de i1npuesto a la renta por en- 1900 y más frecuentes que el S;ufragio universal para los hombres
cima de cierto umbral, o ejercicio de alguna pr~fesión) y alfabeti- (''virilidad" en la figura 3) hasta fin de la Primera Guerra Mun-
zación, dial.
4- propiedad, ingreso o pago de impuesto a la renta por encima
de cierto umbral, o ejercicio de alguna profesión (pero no alfabe- Figura 3. Proporción de países con diversas formas de sufra-
tización), gio masculino, 1810-2000.
5- alfabetización o (alfabetización o ingreso),
6- "independiente",
7- estar por encima de cierta edad, a veces con requisitos de re-
sidencia, excepto para los legalmente descalificados.

Para las mujeres, el primer dígito caracteriza las calificaciones


masculinas. El segundo dígito es:
O- si ninguna mujer puede votar,
1- si las calificaciones que se aplican a las mujeres son más es-
trictas que las masculinas (edad más alta, sólo si no hay jefe de fa-
milia hombre, sólo parientes de militares, etc.),
2- si las mujeres califican sobre la misma base que los hombres.
Nótese que estos códigos no distinguen umbrales numéricos,
1800 1850 1900 1950 2000
sólo la calidad de las restricciones. La razón es que tanto el creci- año
miento de los ingresos como la inflación ampliaban el electorado Regresiones ponderadas localmente.
aun sin que hubiera cambios legales. 37 La base son países con cualquier tipo de sufr.3.glo, de modo que
el complemento es el sufragio femenino.

servían para excluir a algunos grupos étnicos, a los habitantes de


determinados territorios, a los que profesaban ciertas religiones, a los El pritner país donde las 1nujeres pudieron votar con las mismas
simpatizantes políticos de un partido o una ideología, a los esclavos, calificaciones que los hombres fue Nueva Zelanda en 1893,38 se-
al personal militar y a los sacerdotes y monjas. A veces se emplearon
varios al mismo tiempo. guida por Australia en 1901, Finlandia en 1907 y Noruega en
37 Por ejemplo, el ingreso anual requerido en el imperio del Brasil era
de 100 milreis en 1824, y se elevó a 200 en 1846. Graham (2003, p.
360) informa que, debido a la inflación, todos ganaban lo suficiente
para satisfacer ese criterio, incluso mendigos y vagabundos, y hasta 38 Sin contar la Isla de Man, que, a pesar de su nombre, permitió a las
sÍrvientes. mujeres propietarias votar desde 1866. E~tre los lugares en los que el
102 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENT4TIVAS 103

1913. En Noruega desde 1907, en Islandia desde 1915, en Canadá la.S. que sólo aumentó el segundo dígito son por género, mientras
desde 1917 y en el Reino Unido desde 1918, las mujeres conquis- que l~ que provocan aumentGs en el primero y el segundo dígito
taron el derecho a votar sobre una base más estrecha que la de los son por ambas caracteñsticas. Teniendo en cuenta estas distincio-
hombres. Todavía en 1950 sólo la mitad de los países con algún ,nes, hubo 185 extensiones por clase (de las cuales 155 fueron sólo
tipo de sufragio lo concedían a las mujeres sobre la misma base para los hombres), 70 por género y 93 por clase y .por género a la
que a los hombres. vez.
Considerando estos diferentes tipos de califiCacio.nes del sufra- Éstas llegaron durante diferentes períodos. Hasta 1914, el sufra-
gio, podemos identificar algunas reformas en éste, es decir, los ca- gio se extendió según líneas de Clase en 112 oca:;iones, 111ientta:;
sos en los que esas calificaciones fueron diferentes en años sucesi- que en el mismo período hubo sólo 4 para las mujeres y apenas 2
vos. Además, podemos distinguir las extensiones a los grupos que para ambos sexos. Después de esa fecha, el sufragio se extendió
adquirieron los dei;-echos como resultado de ellas. Las amp~aciones con mayor frecuencia sólo a las mujeres o a las mujeres y los hom-
en las que sólo aumentó el primer dígito son por clase, aquellas en bres más pobres.

Figura 5. Distintos tipos de ampliaciones, en el tiempo.


Figura 4. Proporción de países con sufragio femenino,
más restringido o igual al masculino, 1850-2000. N
o
clase
=
5
o
;:}
1~
-2l

111l.
-2l

~

~
t
~
8
~
género
~

ª" "'
N
~ o

o 1800 1850 1900 1950 2000


año
1850 1900 1950 2000
año Regresiones ponderadas localmente.
Proporción de países con cualquier tipo de sufragio. Sólo pafses que ya tenían sufragio.

sufragio tenía regulaciones de nivel subnacional, el territorio de PARTICIPACIÓN ELECTORAL


Wyoming fue el primero en instituir el sufragio universal en 1869. En
algunos países, las mujeres comenzaron a votar antes en elecciones
A mediados del siglo XVIII las personas que votaban eran po-
municipales: en Suecia las solteras pudieron participar a partir de
1863 y en los municipios rurales de Finlandia desde 1868 (Tórnudd, cas. Aun cuando formalmente se suponía que los cargos públi-
1968, p. 30). cos eran electivos, lo habitual era-que fueran hereditarios o se
104 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS 105

ocuparan por no1nbramiento. Sólo Polonia, Gran Bretaña y al- l~·ego ese número pasó a por ·lo menos ,2,5 millones e1?- 1850, a
gunas colonias británicas de América tenían cámaras de repre- como.mínimo 21 en 1900, a 125 en 1950 y a 730 millones en 1996.
sentantes realmente electivas antes de 1788, año en que se eli- Puede decirse que la multitud de los votantes hizo erupción, de
gió el primer Congreso nacional en los recién creados Estados ser un puñado en 1750 pasó· a cientos de millones.
Unidos de América. La Francia revolucionaria y la República de La figura 6 muestra la proporción de países y territorios depen-
Batavia fueron los únicos países que se agregaron a esta lista an- dientes que tuvieron elecciones legislativas nacionales en cada
tes de 1800. España tuvo sus primeras elecciones legislativas en año entre 18.00 y 2000. ·La línea superior se basa en la información
1813, Noruega e11 1814, Portugal en 1820 y la Grecia recién in- disponible, la cual se en cu entra sesgada hacia arriba para el pri-
dependizada en 1823. Por lo menos 8 países latinoamericanos mer período. Esto se debe a que esa serie toma como base el nú-
se les sumaron entre 1821 y 1830, 39 seguidos por Bélgica y Lu- mero de países acerca de los cuales se dispone de información, y
xemburgo en 1831. Los años revolucionarios de 1848-1849 ex- lo más probable es que eri aquellos de los que no hay información
tendieron esa lista con 7 más. En ese período 4 países latinoa- no haya habido elecciones. La serie inferior, en cambio, está ses-
mericanos celebraron sus primeras elecciones legislativas de gada hacia abajo porque se basa en el supuesto de que no hubo
manera que, para 1850, por lo menos 31 países independientes elecciones en los países de los que no hay datos. La serie verda-
o territorios dependientes habían tenido al menos una expe- dera probablen1ente seguiría la inferior, con valores algo más al-
riencia de votar en, como mínimo, una elección legislativa. Para tos antes de 1900.
1900 ese número llegaba por lo menos a 43. La mayoría de los Esta observación puede resultar sorprendente para los euro-
países que surgieron de la Primera Guerra Mundial habían ele- peos etnocéntricos, pero vale la pena señalar que los países lati-
gido legislaturas durante parte del período de entreguerras, en noamericanos experimentaron con las elecciones antes que Eu-
el que también varios territorios dependientes celebraron sus
primeras elecciones.
En consecuencia, a medida que el tiempo transcurría, aumen-
taba vertiginosamente el número de personas que votaban cada Figura 6. Proporción de países que celebraron elecciones
legislativas, 1800-2000. Información disponible y cota inferior.
aii.o en elecciones legislativas. Alrededor de un millón en 1820,

~
o

39 Es muy probable que, en realidad, hayan sido más. No tenemos ,§ o


·~
registro de elecciones legislativas durante ese período para varios ~
países latinoamericanos, pero sabemos que se celebraron elecciones
presidenciales y que los presidentes eran elegidos en forma indirecta
por las legislaturas. Ecuador tuvo elecciones presidenciales en 1830 y
"'
Nicaragua en 1825, pero no hay datos de elecciones legislativas. A la o
vez, es posible que las haya habido antes de 1830 en El Salvador, que
celebró sus primeras elecciones presidenciales en 1824 (las primeras
elecciones legislativas documentadas se realizaron en 1842), y Perú,
1800 1850 1900 1950 2000
que tuvo elecciones presidenciales en 1814 (pero las primeras
afío
legislativas registradas son de 1845).
Nótese que no se cuentan aquí las elecciones de las asambleas La cota inferior, regresiones ponderadas localmente, supone que en algunos
constituyentes que no debían tener poderes legislativos ordinarios. casos sin información no hubo elecciones. Véase el libro de Códigos.
. ----------------------...

106 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HJSTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENT,t\.TIVAS 107

ropa. 40 Esto responde, en cierta medida, al hecho de que varias si pensamos en términos cuantitativos er;i la participaci~n electo-
partes de América Latina participaron en 1809 en la elección de ral como la proporción de votantes efectivos en relación con el to-
una Junta Central,* y de este modo se lanzó la idea de las institu- tal de la población,42 podemos descomponerla mediante la si-
ciones representativas en un momento en que muchos países guiente tautología:
europeos estaban inmersos en las guerras napoleónicas y las
elecciones todavía eran excepcionales. 41 Pero una razón más ge- votant.es elegi,bles votantes
neral era que las guerras de independencia de América Latina participación. E
población
-----*------
población elegi,bles
se habían dirigido al mismo tiempo contra el gobierno monár-
quico, mientras que la mayoría de los países europeos experi-
mentaron un traslado gradual de poder de los monarcas a los donde la tautología completa depende de que haya habido efecú-
parlamentos. vamente alguna eleccióri. "Participación" será entonces la propor-
ción de los votantes sobre el total de la población, "elegibilidad" la
proporción del número de personas legalmente calificadas para
Tabla 1. Primeras elecciones legislativas nacionales, en el votar sobre el total de la población, mientras que "asistencia" es la
tiempo. proporción de votantes efectivos sobre los elegibles. En este len-
guaje,
América Latina Europa occidental
Antes N Prop. cum. N Prop. cum. participación ~ elegi,bilidad *asistencia
1820 4 21,l 6 37,5
1830 12 63,2 7 43,8 La figura 7 muestra las tendencias de la proporción promedio de
1850 17 89,5 14 87,5 la población que votaba (parúcipación), la proporción de los que
tenían derecho a votar (eran elegibles) y la de los que efecúva-
1870 18 94,7 16 100
mente votaban sobre los que podían votar (asistencia) en eleccio-
Total 19 100 16 100
nes legislativas nacionales.
Nota: Panamá recién se independizó en 1904. Para dar algunos antecedentes, la figura 8 presenta el rango de
la asistencia en cada ca_tegoría de derechos. Como se ve, la com-
posición del electorado no parece haber tenido ningún efecto
sobre la asistencia, lo que implicaría que los cambios en la parti-
cipación se debieron principa11nente a la ampliación de la elegi-
40 Annino (1995, p. 10) observaba que: "'el caso latinoamericano
presenta una precocidad extraordinaria en el contexto internacional. bilidad.
[ ... ] si observamos el espacio euroasiático en su conjunto, es evidente
que América Latina se encuentra en una situación de vanguardia".
Para un examen de las primeras Constituciones latinoamericanas,
véase Gargarella (2005).
* En castellano en el original. (N. de la T.]
41 Palacios y Moraga (2003, p. 147) destacan su impacto: "Limitadas
como fueron, las elecciones de representantes americanos para la 42 Utilizar el total de Ja población con10 base introduce un sesgo debido
Junta Central de 1809 fueron un momento decisivo en el nacimiento al envejecimiento de ésta, pero los datos sobre la composición de la
de los sistemas políticos modernos en América Latina".· población por edad son muy escasos.
l 08 QUÉ ESPERAR DE LA DE.MOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS l og

Figura 7. Elegibilidad, asistencia y participación, 1815-2000.


Durante todo el período, la p'lrticipación aumentO a un prome-
dio de 1,01 pu:qtos porcentual.es entre cualesquiera dos elecciones
sucesiVas. sobre las que· haya datos. 43 La elegibilidad aumentó a un
, promedio de 1,48, mientras .que la asistencia de los elegibles de-
clinó a razón de 0,16 pu:qtos porcentu_ales. Si descomponemos la
variaéión en la par~icipación vemos que el aumento promedio de
la participación se debió exclusivamente a los incrementos de la
elegibilidad:· del aumento promedio de la participación (1,01)
1, 1O se debe a la elegibilidad y-0,09 a la asistencia.44 Sin embargo
esos porcentajes no nos dicen demasiado, porque la elegibilidad y
la asistencia evolucionaron en formas diferentes en los diversos
períodos. La figura 9 muestra la descomposición de los cambios
promedio en la participación por año.
1800 1850 1900 1950 2000
año La elegibilidad fue aumentando a una tasa acelerada hasta la gran
Regresiones ponderadas localmente. oleada de descolonización alrededor de 1960, cuando el sufragio
Las observaciones no son necesariamente para las mismas elecciones. pasó a ser universal en la mayoría de los países, mientras que la con-
tribución de la asistencia fue negativa hasta alrededor de 1900, po-
sitiva de 1900 a 1978 y marcadamente negativa después de esa fe--
Figura 8. Asistencia por calificaciones para el sufragio. cha.45 Además, la declinación de la asistencia después de 1978
parece haber sido mundial. El promedio de ésta fue de O, 76 puntos
porcentuales en 107 elecciones sucesivas en Europa occidental, 0,68
en 150 elecciones en los países de la Organización para la Coopera-
:il
- ción y el Desarrollo Económico (OCDE) (Europa occidental más
11 -
<l
·~

J" T •
- 43 Nótese que esos períodos pueden cubrir episodios en los que el
gobierno no fue elegido, pero no períodos en los que hubo
• elecciones sobre las cuales no se dispone de datos.
R 44 Llamemos P1 a la participación, E1 a la elegibilidad y T 1 a la asistencia,

• • P1 =E1 T1
o • y llamemos l1 a la diferencia hacia adelante. Como P1 = E1 Tr L1 P1 =
2 3 4 6 7 2122 31 32 41 4251 5261627172 L1 T1 * E1 + T1 * L1E1 +L1E1 * L1 T1 0L1P1 = T1 * L1E1 +L1 T1 * l!..~+ l. El
primer producto a la derecha es la parte debida a los aumentos de la
elegibilidad, el segundo a aumentos de la asistencia.
Para hombres: 2 propiedad, 3 ingreso y alfabetización, 4 ingreso, 5 alfabetización
6 "independienteH, 7 universal. ' 45 Un análisis de splines muestra que la diferencia entre períodos se
maximiza tomando 1978 como año divisorio. La diferencia, tanto
Para mujeres: el primer dígito indica criterios aplicados a los hombres.
de intercepciones como de pendientes, no es significativa para
Segundo dígito: 1= crí!erios más estrictos para las mujeres.
ningún punto de quiebre plausible antes de 1978, pero tanto la
Segundo dígito: 2 =mismos criterios para las mujeres.
intercepción como la pendiente son diferentes para los períodos
Algunas cifras muy bajas se deben aboicots.
antes y después de 1978.
11 O QUÉ ESPERAR DE LA DEM:OCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS 111

Figura 9. Descomposición de los cambios en la participación. RELACIONES ENTRE EL LEGISLATIVO Y EL EJECUTIVO

El ideal d~l a~togobierno debía ser realizado por instituciones re-


presentativas. ¿_Pero qué tipo de instituciones representativas se-
rían las que mejor realizaríán ese ideal? El diseño óptimo de esas
instituciones fue tema de eruditos debates entre los fundadores,
pero las diferencias entre instituciones reales se debieron más a
las circunstancias históricas en las que fueron establecidas que a
divergencias de ideas.
Con excepción de las comunas suizas y las repúblicas de Italia y
Batavia, los países europeos fueron monarqtúas hasta 1789. Los po-
deres de los monarcas estaban limitados por condiciones constitu-
cionales únicamente en Polonia, donde cada rey recién elegido te-
~t;=====;:=====,=::====;:====~
1800 1850 1000 1950 2000 nía que aceptar deterrrúnadas limitaciones (pacta conventa, véase
año J~druch, 1998), en Inglaterra a partir de 1688, y en Suecia durante

Regresiones ponderadas localmente. Series para las mismas elecciones, N= 1414. la "Era de la Libertad" de 1719 a 1772 (Roberts, 2002). Otros mo-
narcas tenían poder absoluto, o por lo menos no tenían constriccio-
nes formales. La Revolución Francesa, que abolió temporalmente la
Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Estados Unidos) y 0,69 monarquía, encontró ecos constitucionales en todo el continente.
en 438 elecciones en países no miembros de la OCDE, incluyendo Empezando de nuevo por Suecia en 1809 y después Noruega en
una declinación de 0,44 en 102 elecciones en América Latina. 1814, varias monarquías europeas pasaron a ser monarquías consti-
tucionales, incluyendo la de la Restauración francesa. Sin embargo,
las relaciones entre el ejecutivo, encabezado en forma norrúnal por
los monarcas, y los parlamentos, que dominaban la bolsa pero for-
Tabla 2. Descomposición de la participación, por peñodo.
1nalmente no tenían voz en la composición de los ministerios del
pre-1915 1915-1977 1978-200 Total
rey, eran intrínsecamente conflictivas y, por consiguiente, inestables.
El surgimiento d_e sistemas parlamentarios, en los que los gobiernos
Cambio de la participación 0,54 1,70 0,34 1,01
servían a discreción de las mayorías parlamentarias, fue un proceso
Debido a elegibilidad 0,46 1,19 1,18 1,10 gradual que experimentó cambios y contratiempos. Además, en va-
Debido a asistencia 0,09 0,63 -0,84 0,09 rios países la práctica surgió antes de ser consagrada por las leyes,
N 163 676 575 1414 mientras que' en otros el principio fue legalizado pero no aplicado.
El ascenso del parlamentarismo no siguió la misma trayectoria
Así, aun cuando la asistencia de los elegibles estaba aumentando, en los diferentes países. Fue gradual, casi imperceptible en Gran
el crecimiento de la participación se debió más a las reg1as que de- Bretaña46 -considerada a menudo como el caso protoúpico-, así
terminaban quién podía ejercer su derecho a votar que a decisio-
nes individuales. 46 Para un penetrante análisis de la evolución de las opiniones sobre el
sistema parlamentario británico, véase. Vile (1998, capítulo 8).
112 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENT~.\TIVAS 113

como en Bélgica, Dinamarca, Noruega, Holanda y Suecia. Estuvo Washington de la necesidad de una nueva Constitución que inclu-
marcado por acontecimientos revolucionarios en Francia, donde yera "un ejecutivo nacional'', Madison no 'tenía nada concreto que
finalmente se impuso en 1877, bajo un gobierno republicano. Y propÓner: ."Apenas me he aventurado hasta ahora'', tenía que ad-
no progresó mucho en Prusia, ni más tarde en Alemania mitir, "a formarme una opinión sobre la manera como debería es-
(Schmitt, 1993, pp. 478-483), ni en Austria, donde tuvo que espe- tar constituido, sobre la~ autoridades de que debería ser inves-
rar la abolición de las monarquías. Finalmente, en los lugares tido" (Madison a Washington, cit. en Ketcham, 1986, p. 34). En la
donde se conservaron las monarquías, prevaleció la precoz carac- Convención,:_7 todaví~ el 4 de junio, James Madison observaba
terización de la monarquía parlamentaria de Thiers: "El rey reina, que 'Todavía no hemos podido definir los poderes del ejecutivo".
pero no gobierna". El primer borrador de la Constitución (del 6 de abril) todavía es-
Por otra parte, empezando por Estados Unidos, los países que tablecía que un presidente sería elegido por la legislatura por
se liberaron de monarcas distantes o que derrocaron a m~narcas siete años, con prohibición de reelegirlo. Las condiciones defini-
locales enfrentaron el problema sin precedentes de tener que or- tivas sólo se formularon el 4 de septiembre, trece días antes de la
ganizar gobiernos a partir de cero. No tenían idea de cómo ha- firma de la Constitución.
cerlo: los ejemplos eran escasos y en su mayoría no n1uy inspirado- Lo que resulta asombroso, aunque sólo en la retrospección om-
res, y los planos teóricos, demasiado abstractos para guiar la nisciente, es que los redactores del documento no distinguieran
práctica. en forma analítica entre las dos funciones tradicionalmente des-
Terminaron en lo que hoy llamamos "presidencialismo", pero empeñadas por los monarcas, es decir, la de cabeza del Estado y la
fue más bien por casualidad. Y el hecho de que haya subsistido de cabeza del gobierno. Después de todo, podríamos haber pen-
por dos siglos no lo hace menos accidental: sólo muestra el poder sado que personas obsesionadas con impedir la tiranía podrían
de la inercia o, para emplear un lenguaje más apropiado, de la haber querido separar de alguna manera esas funciones. En 1821
"dependencia de la senda". El hecho sorprendente es que tanto Constant las diferenciaba (cit. en Pasquino, 1998, p. 136): "Hay
los franceses, que habían derrocado a su rey, como los estadouni- dos poderes en el poder monárquico: el poder ministerial y el po-
denses, que se rebelaron contra uno distante, no tenían idea de der real o regio [ ... ].El poder regio está por encima, es una auto-
qué poner en su lugar. El Acuerdo de Confederación [Articles of ridad neutral que modera las fricciones y restaura el equilibrio
Confederation] no creaba ningún poder ejecutivo: sólo daba al [ ... ].El poder regio interviene solamente para terminar todos los
Congreso la autoridad de "nombrar los otros comités y funciona- conflictos peligrosos y para preservar la armonía amenazada". La
rios civiles que resulten necesarios para manejar los asuntos gene- idea de Constant se implementó en la Constitución Brasileña de
rales de los estados unidos bajo su dirección" (art. IX). Las consti- 1824, que en su Parte V, titulada "Del poder moderador", decla-
tuciones de Pennsylvania y New Hampshire, de 1776, no preveían raba que "El poder moderador es la clave de toda organización
ningún jefe individual del ejecutivo, mientras que Delaware, Caro- política; está delegado exclusivamente en el emperador como di-
lina del Sur y New Hampshire, en 1784, sí designaban un jefe rigente supremo de la nación y su priiner representante" (cit. en
único al que denominaban "presidente". Sin embargo, Carolina Schmitt, 1993, p. 432). Sin embargo, tuvieron que transcurrir casi
del Sur en 1778, Pennsylvania en 1790, Delaware y New Hamps- cien años para que la idea de un presidente que no gobierna
hire en 1792 cambiaron ese título a "gobernador". Después de
eso, en el lapso de dieciséis años, New Hampshire pasó de no te-
ner jefe del ejecutivo a tener un "presidente" y después un "gober-
47 Todas las referencias a la Convención se basan en los documentos
nador". Todavía el 16 de abril de 1787, tratando de convencer a reunidos en Ketcham (1986).
114 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENT.,4.TIVAS 115

fuera constitucionalizada en Francia en 1875 y, aún más, antes de ban la Constitución de Cádiz, adoptada en España en 1812, que
la invención de sistemas semipresidenciales. conservaba la monarquía peFo limitaba Seriamente sus· poderes.
El monarca, el ejecutivo colectivo o el presidente eran los tres El ~entirniento favorable a una solución monárquica surgía en
ejemplos disponibles para el resto de los americanos, cuando pri- forma intermitente en la mayoría de los países latinoamericanos. En
mero Haití, en 1804, y después Venezuela, en 1811, se proclama- la Asamblea Nacional de.Tucumán, Argentina (1816), el general
ron independientes. En varios países la primera forma del ejecu- Belgrano propuso una monarquía temperada,* un proyecto de un rey
tivo fue colectiva, de modo simultáneo o con rot.3.ción en el cargo. nativo de ~érica, un monarca de ascendencia incaica antes que de
La Argentina de 1811a1814 y Venezuela entre 1811y1812 fue- linaje europeo. El general San Mai"tín también estaba a favor de una
ron gobernadas por triunviratos. Venezuela, al igual que Para- solución monárquica (López-Alves, 2000, p. 179). En Uruguay hubo
guay, también adoptó brevemente un supremo poder ejecutivo cierto sentimiento favorable a una monarquía bajo un principe ita-
rotatorio. Pero, para entonces, el ejecutivo colectivo franc~s ya no liano o británico. Por último, solamente Brasil adoptó esa solución
existía y esa experiencia no sirvió de referencia a los fundadores hasta que se transformó en república en 1889. En México el primer
latinoamericanos. 48 Lo que tenían más presente era Philadelphia: emperador, Agustín de lturbide, duró dos años, con un breve re-
el intermediario fue el general Francisco de Miranda, que parti- torno a la monarquía entre 1862 y 1867. La razón, según Rippy
cipó en la guerra de independencia de Estados Unidos y llegó a (1965, p. 89), fue que "las realezas europeas y los monárquicos ame-
ser la figura central en la proclamación de la Constitución de las ricanos tuvieron dificultades para llegar a un acuerdo, Estados Uni-
Provincias Unidas de Venezuela en 1811. 49 Pero también recorda- dos se oponía a tener reyes en América, las princesas eran difíciles
de encontrar y el pueblo no estaba dispuesto a tolerarlos". Por su
parte, Diniz (1984, p. 155) sostiene que el presidencialismo prevale-
48 No cabe duda de que el pensamiento francés tuvo gran influencia en ció en América Latina porque "estaba mucho más cerca de los i:µte-
América Latina. En cuanto a la experiencia efectiva de los franceses,
reses oligárquicos que de los ideales democráticos".
la cosa no está tan clara. Palmer (1964), en quien uno aprende a
confiar, afirma que su impacto fue insignificante. En cambio, Soriano El presidencialismo prevaleció -con el tiempo todos los siste-
(1969, p. 34) sostiene que las constituciones francesas influyeron en mas políticos latinoamericanos, democráticos o autocráticos, ci-
Bolívar.
Los problemas de la identificación son dos. Uno es que, si bien varios
viles o militares, serían encabezados por presidentes-, 50 pero la
países fueron gobernados inicialmente por un órgano colectivo, es alternativa se vio complicada desde el principio por el anhelo
posible que éstos hayan surgido de los cabildos locales, y no de la de Bolívar de mantenerse en el cargo para siempre. 51 El Liberta.-
imitación del régimen francés. Segundo, las declaraciones de
derechos podrían haber sido, y fueron, inspiradas tanto por la
Declaración Francesa como por el Bíll of Rights estadounidense.
49 Nótese, sin embargo, que en contra de la opinión de Miranda la
Constitución de 1811 establecía la rotación en el poder entre los * En castellano en el original. [N. de la T.]
miembros de un triunvirato, antes que un solo ejecutivo (Soriano, 50 El térrilino mismo tiene raíces débiles en la tradición colonial
1969, p. 21). Un año más tarde el Congreso concedió a Miranda española. "La presidencia" era una unidad administrativa en el
poderes extraordinarios, primero con el título de generalísimo y virreinato, regida por un "presidente" que, como miembro de la
después de dictoÁ01: Es posible que Miranda haya sido la primera Audiencia, tenía facultades jurisdiccionales.
persona en tener el título de "dictador" en la época moderna, pero la 51 Sobre la ambición de Bolívar como pecado original de América
denominación todavía se basaba en el concepto romano de la Latina, véase G. García Márquez, El general en su laberinto. La carta de
dictadura. Entre 1808 y 1809 Miranda escribió un Esquisse de Bolívar a Sucre en 1827 resultó profética: "Se dirá", decía Bolívar,
gouvernement fodéral., especie de plano que justificaba una dictadura "que he liberado a! Nuevo Mundo, pero no se dirá que he
excepcional invocando la experiencia de Roma (Agú.ilar Rivera, 2000, perfeccionado la estabilidad y la dicha de las naciones que lo
p. 169). . componeU" (cit. en Soriano, 1969, p. 38).
116 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREVE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS 117

do'fl' no se atrevió a afirmar la monarquía, pero hizo saber que su los dos cónsµles que debían alternarse ca~a cuatro meses, y des-
ideal era la monarquía constitucional inglesa y que estaba de- pués de un dictador nombrado por tres años- en 1816 se pro-
seoso de convertirse en monarca vitalicio, incluso bajo el título clamó "Dictador Perpetuo"* del Paraguay y gobernó hasta 1840
de presidente (Discurso de Angostura, 1819).52 "El Presidente de como "El Supremo": ** 53 Esto puede parecer anecdótico, pero la in-
la República'', dijo Bolívar, "viene a ser, en nuestra Constitución, novación de Francia fue a -la vez radical y duradera, al punto de
como el sol que, firme en su centro, da vida al .Universo. Esta su- que merece ser colocada junto a la invención de Lenin de un Es-
prema Autoridad debe ser perpetua porque en los sistemas sin tado de partido único. Era radical porque el único modelo de dic-
jerarquías se necesita, más que en otros, un punto fijo alrededor tadura conocido en la época era el romano, y en éste la dictadura
del cual giren los Magistrados y los ciudadanos" (Bolívar, 1969, era un poder delegado, excepcional y de duración limitada. Un
p. 130). La ambición monárquica de Bolívar inspiró a los latino- "dictador perpetuo" era un oxímoron para el lenguaje de la
americanos un temor que sólo se atenuaría a fines del s-iglo XX época.54 Además, el últimü intento de hacer perpetua la dicta-
y que llegó a institucionalizarse en la limitación de los mandatos, dura, casi veinte siglos antes, no auguraba nada bueno para el des-
el "nudo gordiano" de la política latinoamericana (De Luca, tino del doctor Francia. Y, sin embargo, su invención resultó dura-
1998). Sólo una Constitución, redactada por el propio Bolívar, dera: estableció el precedente para caballeros tan ilustres como
que duró dos años en Bolivia a partir de 1826 y aún menos en el Mussolini, Hitler, Franco, Kim Il Sung, Khadafi o Castro. 55 Para-
Perú, concedía al Presidente un mandato vitalicio. dójicamente, ese precedente raras veces fue seguido en América
Eran soluciones focales, pero no excluían la inventiva. El plan Latina.
para el gobierno provisional elaborado por Francisco de Miranda La mayoría de los países que surgieron de sus respectivas poten-
en Ja década de 1790 incluía un ejecutivo elegido por el Parla- . cias coloniales heredaron sus instituciones, pero cuando en
mento, cuyo título había de ser "el Inca"* (Palacios y Moraga, África, después de la independencia, aparecieron regímenes de
2003, p. 102). Los dos primeros líderes chilenos asumieron el tí- partido único, inuchos de ellos pasaron de sistemas parlamenta-
tulo de "Supremo Director de la Nación", aunque de ahí en ade-
lante serían presidentes. El primer título de Miranda fue el de
"Generalisimo".** El más creativo fue el doctor José Gaspar Rodrí-
guez de Francia, quien -después de llegar a ser en 1813 uno de * En castellano en el original. [N. de la T.]
** En castellano en el original. [N. de la T.)
53 Francia es el protagonista de una novela histórica ricamente
documentada: Yo el supremo, de Augusto Roa Bastos. No pude
encontrar en ella, sin embargo, ninguna sorpresa en relación con la
52 Es éste un texto fascinante. Primero, Bolívar argumenta en contra de idea de un dictador perpetuo.
seguir el ejemplo de Estados Unidos de presidentes elegidos por un 54 Cuando Bolívar quiso renunciar a la primera de sus tres dictaduras,
plazo determinado, citando a Montesquieu en el sentido de que las por ejemplo, le pidieron que se mantuviera en el cargo en los
instituciones deben reflejar las condiciones locales. Pero, después, siguientes términos: ''Quédese Vuestra Excelencia como Dictador;
continúa observando que el país que mejor había conseguido continúe en sus esfuerzos por salvar a la Patria, y una vez que lo haya
combinar poder, prosperidad y estabilidad era Inglaterra. Entonces hecho, entonces restaure el pleno ejercicio de la soberanía
está preparado para hacer su jugada: ustedes tendrán un Senado proponiendo un gobierno democrático". Sobre Bolívar y la dictadura,
hereditario, a ser elegido por el actual Congreso de entre ustedes, a véase Aguilar Rivera (2000, cap. V).
quienes la República debe su existencia, y yo me convertiré en el 55 No incluyo a Stalin porque, a la luz de la teoría marxista, se suponía
monarca hereditario británico bajo el título de Presidente. que la "dictadura del proletariado", que él personificaba, era una fase
* En castellano en el original. [N. de la T.] de transición. Además, cumplió 1nandatos según la Constitución
** En castellano en el original. [N. de la T.] Soviética de 1936. ·
118 QUÉ ESPERAR DE LA DEMOCRACIA BREV~ HIST~RIA DE LAS INSTITUCIONES REPRESENT4TIVAS 119

Figura 10. Tipos de instituciones representativas, 1810-2000. ·'de 1931. Ese experimento no terminó, bien, y para 1946
or - .. sólo
quedaJ:lan tres ,regímenes "mixtos" o "semi~residenciales en .e1
mundo: Austria, Finlandia (que lo abandono en 1999) e Islandia.
'No obstante, entre 1946 y 2002, otros 32 países optaron por siste-
mas mixtos al menos por algún tiempo (Cheibub, 2007, p. 45).
La figura 10 muestra las frecuencias relativas d~ esos orde~a­
mientos en el tiempo. Nótese, sin embargo, que la imagen es solo
aproximada: porque incluy.e corrio reg~n1en~s parlam~ntarios to-
das las monarquías con legislaturas activas, independientemente
presidencíalismo
de que operaran sobre el principio de la responsabilidad del go-
bierno ante el Parlamento.

1000 1850 1000 1950 2000


año
Regresiones ponderadas localmente. Proporción de instituciones
representativas. "Parlamentarismo" incluye todas las monarqufas.

ríos a presidenciales. La separación de las funciones de jefe del Es-


tado yjefe del gobierno fue apareciendo gradualmente en los pa-
íses europeos que conservaron la monarquía, pero la idea progra-
mática de distinguirlas sólo l1izo su primera aparición en la
Constitución de Weimar de 1919. Puestos a elegir entre el modelo
presidencial de Estados Unidos y el parlamentario francés, los ale-
manes optaron por un término medio entre los dos: por un lado,
el gabinete y cada uno de los ministros dependía de la confianza
del Reichstag; por el otro, el presidente era elegido por el pueblo
y él nombraba al jefe del gobierno (Schmidt, 1993, p. 497).56 En-
tre las dos guerras mundiales siguieron el mismo camino Austria,
Finlandia, Checoslovaquia, Estonia y la República Española a par-

56 Sch1nidt considera que la presidencia se basa en "eJ principio


monárquico", pero también destaca que la idea <le la democracia
directa contribuyó a la introducción del presidente elegido en fOnna
directa e independiente.

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