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Instituto Reyna de las Américas

“EDUCACION PARA LA SALUD”

Profesor : Moreno Pineda Kepler

Alumno : Diaz Flores Teresa Alejandrina

Turno : Noche

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3

MARCO TEÓRICO 5

1. Articulación de la educación y la salud 5


2. La educación para la salud y las distintas concepciones en su articulación histórico
social 6

3. Educación para la salud 8


3.1. Áreas de intervención 9
3.2. Tipos de intervención 10

4. El modelo educativo 11
4.1. La comunicación 12
4.2. El educador para la salud 14

5. La educación para la salud en algunos ámbitos específicos 16


5.1. Los establecimientos y servicios de salud 16
5.2. La educación sistemática 17
5.3. Los medios de comunicación social 17
5.4. Las organizaciones no gubernamentales 18

CONCLUSIONES 20
BIBLIOGRAFÍA 21

2
INTRODUCCIÓN

Desde 1948, fecha de su constitución, la OMS rompe con los conceptos de salud de
carácter negativo, ausencia de enfermedad; dominantes hasta entonces y define la
salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”, incorporando el
sentido holístico, positivo y subjetivo de la salud.

Más adelante se van agregando perspectivas más dinámicas. Milton Terris, 1980,
plantea la salud – enfermedad como un continuo y modifica la definición suprimiendo
el término completo y añadiendo la capacidad de funcionamiento y adaptación al
medio. En el contexto de la Promoción de Salud, se considera la salud como la
capacidad de desarrollar el propio potencial personal y responder de forma positiva a
los retos del ambiente. Se entiende la salud como un recurso para la vida, como un
medio para llegar a un fin: llevar una vida individual, social y económicamente
productiva. Acentúa los recursos personales y sociales, así como las aptitudes físicas.

Los problemas de salud vigentes son multicausales y complejos y requieren acciones


bien articuladas que combinen diferentes estrategias, métodos y técnicas. Necesitan
un abordaje con múltiples dimensiones: investigación, medio ambiental, clínica,
educativa, etc. La educación para la salud aborda la dimensión educativa y constituye
una de las herramientas primordiales a utilizar a distintos niveles (poblacional, grupal,
individual), en diferentes ámbitos (familia, escuela, centros de trabajo, servicios
sanitarios…), sola o combinada con otras estrategias, etc. (1)

La educación es considerada la vía más adecuada para alcanzar el desarrollo humano


y sostenible, por cuanto además de intervenir en determinantes sociales de orden
estructural, fomenta el desarrollo de competencias que incluyen conocimientos,
habilidades y destrezas que desarrolla una persona para comprender, transformar y
participar en el mundo en el que vive, por tanto se hace necesario abordarla, no solo
desde el ámbito de las instituciones educativas y de los individuos, sino desde las
formas de gobierno, desde el desarrollo de políticas educativas, el acceso y calidad
de la educación. Esta es una categoría que busca experiencias que se basen en uno
3
de los ejes fundamentales de la promoción de la salud como es la educación y la
comunicación para lograr la salud y el desarrollo humano. (2)

La terminología son productos de la creación humana que hacen posible al hombre


descubrir y comunicar su percepción del mundo que lo rodea. Como construcciones
lógicas, tienen la función de guiar la observación o bien organizar la percepción para
captar la realidad. En términos más sencillos podemos decir que son un recurso
mental para aprender una realidad que en sí misma es una totalidad compleja e
indivisible. Por ello, cuando el conjunto de términos adquiere distintos sentidos y
significados, dificulta la comunicación induciendo al error, situación en la que
consideramos se ha visto inmerso el concepto de Educación para la Salud (EpS). (3)

El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar brevemente sobre la terminología


de Educación para la Salud que posee, como todos los acontecimientos y
manifestaciones sociales, una historia que no puede explicarse aislada del contexto
histórico y social determinado donde se produce, y en la que se deben considerar sus
límites de tiempo y espacio.
Para explicar por qué a lo largo de la historia la EpS ha sido susceptible de múltiples
interpretaciones y se le ha hecho el señalamiento de una carencia de base conceptual
por parte de algunos autores, así como la confusión en sus modelos, tendríamos que
abordar su definición situando los dos términos que la forman dentro de un marco
conceptual que nos permita vislumbrar la interrelación que se da entre ellos. La EpS
integra conceptualmente los términos educación y salud; pero este hecho no implica
la suma aritmética de los dos conceptos, cada uno nos habla por sí solo de
instituciones ligadas a la estructura política y social de un país, sin que uno prevalezca
sobre el otro. Si analizamos por separado la historia de la educación y la historia de la
salud, encontraremos lógicamente un origen paralelo al de la humanidad misma. La
educación es un fenómeno característico de la vida del hombre, es una realidad social
permanente, una función vital de la sociedad que ha acompañado al ser humano en
el transcurso de su historia. De igual manera la salud -enfermedad constituye un
proceso vital humano de carácter histórico, determinado social y económicamente y
condicionado por los procesos de trabajo y consumo, traducido esto en las diferentes
formas de inserción y participación en el funcionamiento general de la sociedad, en la
apropiación del espacio, del tiempo, de los bienes y servicios que la sociedad produce.
4
Como disciplinas particulares, la educación y la salud tienen en común que ambas
son el resultado de una profunda revolución filosófica y social. (4)

MARCO TEÓRICO

1. ARTICULACIÓN DE LA EDUCACIÓN Y LA SALUD

La educación y la salud se desarrollaron durante mucho tiempo como dos disciplinas


paralelas pero aisladas, adoptando distintas formas y prácticas como producto de los
requerimientos del desarrollo histórico de una sociedad. Durante el siglo XVIII la
medicina comenzó a transformar su concepción acerca de la causalidad de las
enfermedades, sobrepasando las barreras de los espíritus malignos (paradigma mítico
mágico de las culturas primitivas); de la determinación de componentes de la
naturaleza recogidos en el libro de Hipócrates Aires, aguas y lugares (paradigma
naturalista) y los miasmas (tránsito hacia la búsqueda de la causalidad en
componentes o resultados de procesos naturales aún no observables). El
descubrimiento de los microorganismos y las primeras leyes de la genética fueron
acontecimientos que orientaron el camino de la causalidad. No obstante, el desarrollo
de las ciencias de aquella época no permitía la integración de estos conocimientos
con los que provenían de la actividad económico-social y psicológica para entender
su papel en el condicionamiento de la salud y la enfermedad (paradigma biologicista
de la medicina). A finales del siglo XVIII, se aceptaron los factores externos vinculados
a las actividades cotidianas del hombre, tales como las características del trabajo y
modo de vida la calidad del agua de consumo, las características de la vivienda en los
barrios pobres, la fábrica como productora de enfermedad, las condiciones de vida
miserables, el hambre y la mala higiene y a las desigualdades económicas, jurídicas
y sociales de los trabajadores denunciadas en Francia e Inglaterra. (5)
Este avance en el conocimiento fue decisivo para el surgimiento de un nuevo
paradigma en las Ciencias Médicas, el modelo médico-social, que a lo largo de su
desarrollo fue facilitando el nacimiento de la Epidemiología alrededor del estudio de la
historia natural de la enfermedad, lo que en breve tiempo originó a su vez el nacimiento
de la Higiene Social, la Medicina Social y la Salud Pública, disciplinas que fueron
aportando nuevos conocimientos sobre la determinación social de la salud. Esta

5
nueva concepción del proceso salud-enfermedad abrió las puertas a la incorporación
de las Ciencias Sociales a la Medicina.
Con ello, el abordaje sociológico de la enfermedad, junto con la Epidemiología, facilitó
el establecimiento de las relaciones existentes entre las condiciones de vida,
determinadas conductas y factores de riesgo. La Epidemiología en términos generales
se ha postulado siempre como pilar fundamental de las políticas de prevención en
salud y éstas usualmente se montan sobre dispositivos de transmisión y divulgación
de ciertos saberes a la comunidad. De esta forma se logra vislumbrar la articulación
de la educación con la salud para el bienestar de la colectividad. La Educación para
la Salud como ciencia, como campo de acción y como doctrina, constituye la
orientación básica en lo conceptual y en lo práctico de la relación e interacción de las
Ciencias de la Educación y la Salud. (6)

2. LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD Y LAS DISTINTAS CONCEPCIONES EN SU


ARTICULACIÓN HISTÓRICO-SOCIAL

La EpS como término genérico se ha usado para describir casi cualquier esfuerzo de
proporcionar información y conocimientos relativos al mantenimiento y promoción de
la salud, por tanto, esto implica que tiene aspectos formales e informales. Sin
embargo, aunque reconocemos la importancia de la transmisión informal del
conocimiento empírico en torno a la salud realizado de generación en generación, a
través de la familia y sociedad, en este trabajo estamos más interesados en su sentido
formal, que implica actividades planificadas y programadas.

Históricamente la EpS ha pasado por diferentes etapas o enfoques, dependiendo del


contexto en el que se ha desarrollado, desde principios del siglo hasta la actualidad.
Se distinguen dos grandes etapas o periodos en la evolución del concepto y contenido
de la EpS, que transcurren paralelamente con los cambios sociopolíticos y con la
evolución de la nosología y de los factores de riesgo, obedeciendo cada una de ellas
a planteamientos epistemológicos que las conforman, en los que subyacen
determinadas concepciones acerca de la educación, del aprendizaje, del hombre y de
la salud. (7)

6
El primer periodo dio lugar a dos enfoques de la EpS, en el primero, identificado como
informativo prescriptivo, se encuentran definiciones conceptuales que implican un
proceso de transmisión de información con una intención preceptiva. Se trata de la
forma más convencional de orientar actividades educativas, en este caso son los
profesionales de la salud los únicos poseedores de los conocimientos necesarios para
el cuidado de la salud y los individuos deben estar dispuestos a aceptar y cumplir con
precisión sus indicaciones.

El segundo enfoque del primer periodo se considera que surge como producto de la
preocupación de la medicina por la conducta y su resultado en la salud. En él
encontramos a una EpS basada en el comportamiento. Se concibe a la EpS como una
serie de intervenciones destinadas a facilitar cambios en la conducta y en los estilos
de vida. Su objetivo es conseguir comportamientos saludables y proporcionar
información como parte del proceso. Entre los modelos educativos más
representativos de este enfoque tenemos:

1) Modelo basado en las creencias en la salud, en el cual subyace el supuesto de que


las creencias de las personas influyen de manera significativa en la toma de
decisiones que adoptan en relación con la salud, en la aceptación de medidas
preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias y en la cooperación con los
planes terapéuticos propuestos por el médico. Este modelo contempla la necesidad
de algún tipo de “estímulo a la acción” para que la nueva conducta se ponga en
marcha. Este estímulo sería la información que proporcionarían las instituciones de
salud.

2) Modelo basado en la comunicación persuasiva, más conocido por sus siglas en


inglés KAP (conocimientos, actitudes y prácticas). Parte del supuesto de que las
actitudes condicionarían los comportamientos. Según este modelo, bastaría con
proporcionar a los individuos, grupos y colectividades una información veraz y
comprensible con el objeto de cambiar los conocimientos, lo cual iría acompañado del
cambio de actitud, al que a su vez seguiría el cambio de algún hábito y la adopción de
uno nuevo (concepción causal de la actitud). Sin embargo, se sobreestima la

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capacidad real de los medios de comunicación y no se toma en cuenta que la actitud
es sólo uno más de los factores que determinan el comportamiento.

3) Modelo precede, es considerado como un modelo para planificar las intervenciones


de salud, consiste en una guía para la realización de un diagnóstico epidemiológico y
social, tratando de identificar las necesidades prioritarias de salud de una comunidad
y distinguir factores internos que predisponen al individuo (percepciones,
experiencias, conocimientos, actitudes y prácticas), factores que lo hacen posible
(medio ambiente) y los factores de refuerzo (recompensa o castigo) que influye en el
comportamiento que se pretende adquirir o incorporar. Señala que deben tenerse en
cuenta los recursos de que se dispone para ello. Este diagnóstico da lugar a una serie
de objetivos educacionales que en el supuesto de lograrse tienen impacto en los
objetivos del comportamiento. (8)

3. EDUCACIÓN PARA LA SALUD

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la educación para la salud como:

“Actividades educativas diseñadas para ampliar el conocimiento de la población en


relación con la salud y desarrollar los valores, actitudes y habilidades personales que
promuevan salud”

“Diferentes formas de educación dirigidas a grupos, organizaciones y comunidades


enteras que pueden servir para concienciar a la gente sobre los determinantes
sociales, ambientales y económicos de la salud y la enfermedad y posibilitar la acción
social y la participación activa de las comunidades en procesos de cambio social
respecto a su salud”. (9)

La educación para la salud trata pues de responder de forma coherente a la evolución


de las necesidades en salud y de los fenómenos relacionados con la salud –
enfermedad que van ocurriendo en nuestra sociedad, priorizando los de mayor
relevancia y vulnerabilidad educativa, abordando distintas áreas de intervención con
diferentes poblaciones diana y, según ambas, desarrollándose en distintos ámbitos
con diversos tipos de intervención y complementándose con otras estrategias y
actuaciones.
8
3.1. ÁREAS DE INTERVENCIÓN

Problemas de salud, especialmente procesos crónicos, como diabetes, EPOC,


enfermedades cardiovasculares, esquizofrenia, artrosis, VIH/SIDA, demencias… pero
también procesos agudos o de media duración como lumbalgias u otros problemas
osteomusculares... o problemas como la dependencia, la violencia o el maltrato.

Estilos de vida, relacionados con alimentación, lactancia, ejercicio físico, sexualidad,


manejo del estrés, sueño/reposo/actividad, salud dental, exposición solar, tabaco,
alcohol y otras sustancias, gestión y reducción de riesgos y otros.

Transiciones vitales, como el embarazo, la infancia y adolescencia, maternidad o


parentalidad, menopausia/madurez, envejecimiento, cuidar y emigrar.

Respecto a los ámbitos de la Educación para la Salud, se consideran los diferentes


espacios, estructuras y escenarios con posibilidades de educación intencional:

➢ Centros de educación formal (infantil, primaria, secundaria, postobligatoria, de


adultos) y no formal (ocio y tiempo libre)
➢ Servicios de salud (Atención Primaria de Salud, Centros de Atención a la Mujer,
Hospitales y otros Centros y Servicios de Atención Especializada)
➢ Servicios municipales: Sociales, de Mujer, de Juventud, Socioculturales.
➢ Servicios de salud laboral: servicios y delegados o delegadas de prevención,
empresarios y empresarias, sindicato.
➢ Instancias político – administrativas: Ayuntamientos, Gobierno y distintos
Departamentos, Parlamento.
➢ Entidades sociales, Organizaciones No Gubernamentales, Movimientos
Sociales.
➢ Canales de circulación cultural y estructuras sociales: Grupos familiares,
Medios de Comunicación Social, Grupos Primarios y Secundarios.
➢ Barrios, ciudades y pueblos.

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Trabajar eficazmente en Educación para la Salud requiere contextos facilitadores
tanto políticos como técnicos: apoyo institucional y en la gestión, apoyo técnico
(formación, materiales, asesoría) y económico.

Respecto a los tipos de intervención, diferenciamos cuatro tipos de intervención:

3.2. TIPOS DE INTERVENCIÓN

Consejo/información: Es una intervención breve que incluye información y propuesta


motivadora de cambio a usuarios y usuarias, aprovechando la oportunidad de una
consulta o encuentro profesional, a demanda o programado.
Educación individual: Serie organizada de consultas educativas programadas y
pactadas entre profesional y usuario en las que se trabajan las capacidades del
usuario o usuaria sobre un tema (la diabetes, la menopausia, la alimentación…) desde
una perspectiva más amplia.
Educación grupal o colectiva: Serie de sesiones programadas, dirigidas a un grupo
de pacientes, usuarios o colectivos, con la finalidad de mejorar sus capacidades para
abordar un determinado problema o temas de salud. También se incluyen
intervenciones dirigidas a colectivos de la comunidad para aumentar su conciencia
sobre factores sociales, políticos y ambientales que influyen en la salud.
Promoción de salud: Aborda las capacidades de las personas y también el entorno
social que les rodea e influye en el tema de salud de que se trate. Además de la
educación para la salud, incluye otros tipos de estrategias: Información y
comunicación a través de los medios de comunicación social, Acción social y Medidas
políticas, técnicas o económicas. Es una actividad de los ámbitos sanitario y social.
Colaboran los distintos servicios de la zona (centro de salud, servicios municipales y
educativos), entidades sociales, etc. (10)

10
4. EL MODELO EDUCATIVO

Desde una concepción de la educación normativa y lineal que adjudica a la


transmisión de conocimientos la capacidad de producir en las personas determinados
comportamientos, la educación para la salud fue transitando hacia un enfoque
pedagógico que entiende a la educación como un proceso interactivo y que considera
a las personas en toda su complejidad. Esto es que educar no es igual a transmitir
información, confusión aún presente en buena parte de la opinión pública.

La información sobre los distintos temas que hacen a la salud, siendo siempre
necesaria, no es suficiente a los efectos de lograr conductas de autocuidado.
Constituye uno de los factores -entre otros- que condiciona el comportamiento de las
personas, y tendrá un peso diferencial según las circunstancias de que se trate
(características personales, culturales, contexto, tema implicado, etc.) Este modelo
consiste en un modo de educar democrático, “horizontal”, en el cual es fundamental
la participación activa del educando en la construcción del saber para que pueda
producirse una acción educativa transformadora. Se trata de un proceso dinámico de
enseñanza-aprendizaje que apunta al desarrollo integral de los participantes,
fortaleciendo sus capacidades para lograr un mayor control sobre su salud y calidad
de vida y las de su comunidad.

Las metodologías participativas, constitutivas de este enfoque, favorecen la


adquisición de mayores grados de autonomía personal. En la práctica de la acción-
reflexión con otros las personas van ganando confianza en sí mismas y en su
capacidad de tomar decisiones. En este sentido el desarrollo de la autoestima y el
empoderamiento de las personas como resultante del trabajo en grupo constituyen
valiosos recursos en los que se apoya la educación para la salud, y se relacionan en
forma directa con la disposición al autocuidado: una baja autoestima redundará en
una mayor exposición a riesgos, mientras que la persona que se valora más también
aprende a preservarse en mayor grado. Es importante tener en cuenta que autoestima
y empoderamiento son factores de difícil abordaje individual, siendo aplicables en
11
referencia a situaciones y normas del grupo y al apoyo social, por lo que deben ser
trabajados en procesos grupales.
Podemos entonces decir que la educación para la salud consiste en procesos de
aprendizaje interactivos que favorecen el desarrollo de actitudes y comportamientos
saludables y responsables, los que van a incidir y retroalimentarse en los contextos
en los que tienen lugar.

4.1. LA COMUNICACIÓN en la Educación para la Salud

La comunicación es la esencia y la herramienta básica de la educación para la salud.


En términos generales, adopta dos modalidades principales:

I) La comunicación por medios masivos de diversos tipos, en la que el objetivo es


dirigir mensajes al conjunto de la población. Por sus alcances puede decirse que se
trata de una comunicación “extensiva”.
II) El trabajo directo o “cara a cara” con la comunidad: en este tipo de comunicación
se trabaja con grupos determinados focalizando los procesos educativos, lo que
permite alcanzar una mayor especificidad y profundidad; se trata de una comunicación
“intensiva”.
Ambas líneas son complementarias; ninguna es más importante que la otra, aunque
alguna pueda tener un lugar prioritario en una planificación determinada. Cada una
tiene sus alcances, sus objetivos, sus posibilidades y sus limitaciones. Y ambas deben
contar con el espacio pertinente en un programa de educación para la salud.

I) La comunicación por medios masivos cubre la necesidad de transmitir información


sobre cuestiones de salud a la población en general o a amplios segmentos de ésta.
La información por sí sola como se ha observado no es suficiente para que se
produzcan cambios de conducta; no debe esperarse que por la vía de recibir mensajes
las personas se comporten de una determinada manera. Sin embargo, sí es necesario
que la población en todo momento esté informada en forma veraz acerca de cómo
proteger su salud. Esto ampliará las opciones a la hora de tomar decisiones y al mismo
tiempo el conocimiento sobre los temas estimulará al auto cuidado. Así, la difusión
periódica de mensajes por los distintos medios de comunicación social, además de
transmitir una información específica, cumple la función de sensibilizar y habituar a la
población en la temática del cuidado de la salud.
12
El campo de la comunicación por medios masivos ha ido cobrando un enorme
desarrollo, siendo creciente la diversidad de técnicas y tecnologías de que se dispone.
En cuanto a la elaboración de los mensajes, mencionando sólo algunos aspectos
básicos puede decirse que la información objetiva, abierta y que apela a la
comprensión del problema promoverá la receptividad del público, logrando una mayor
adhesión. Es importante evitar que los mensajes sean prescriptivos, que juzguen o
que discriminen a las personas. Y desde luego, son válidas todas las reglas de una
buena comunicación; en especial el cuidado de que la información sea precisa, clara
y comprensible para la diversidad de los potenciales destinatarios.

Asimismo, debe dimensionarse el grado de alarma que se genera en el público. Si


bien se debe alertar sobre los problemas de salud, el efecto del 21 temor excesivo no
suele ser eficaz sino más bien contraproducente; puede paralizar en lugar de inducir
a actuar responsablemente. Con respecto a la frecuencia de las emisiones, hay que
regular su permanencia y continuidad en los distintos medios con el criterio de
mantener los temas en la “agenda” cotidiana, pero evitando la saturación y el
desinterés de la audiencia. (Diseño de medios)

II) La educación para la salud directa o “cara a cara”: la tarea educativo sanitaria tiene
como propósito estimular el desarrollo de actitudes, habilidades y conductas
orientadas al cuidado de la salud individual y comunitaria. El quehacer de la educación
para la salud es entonces tan vasto y complejo como lo es el comportamiento humano;
y lo es más aún si consideramos que el cuidado de la salud le corresponde sólo en
parte al individuo, mientras que gran parte escapa a la responsabilidad individual y
compete a otros niveles. Es decir que no se trata de “culpar” a las personas por sus
conductas ni de censurar comportamientos inapropiados, intentando que cambien; la
conducta de una persona puede ser la causa principal de un problema de salud, pero
en ocasiones puede ser la principal solución.
En muchas situaciones no es sólo el individuo quien ha de cambiar, ya que su
comportamiento puede estar condicionado, por ejemplo, por no disponer de ciertos
recursos como infraestructura, dinero, conocimientos, servicios, o por factores medio
ambientales.

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De modo que se trata de comprender esos comportamientos en su contexto,
trabajarlos en conjunto y estimular la toma de decisiones hacia conductas saludables.
Este proceso incluirá también las posibles acciones de la comunidad para lograr
cambios en las condiciones del medio en el que está inmersa.

En cuanto a las modalidades de trabajo directo con las personas, la más habitual es
el taller participativo, situación en la que se promueve la conducta activa y el
compromiso de los asistentes con la actividad educativa. El taller es un espacio de
intercambio, reflexión y construcción conjunta de conocimientos, en donde se trabaja
en la comprensión de las actitudes y comportamientos y de los contextos en los que
tienen lugar, y se proponen respuestas. Y en este aprendizaje y construcción de un
saber común, producto de la práctica social del sujeto en relación con otros, se
incrementa la autoestima, el compromiso y la creatividad. Se produce así un proceso
de crecimiento de las personas que en definitiva resultará transformador para todos
los actores involucrados.

4.2. EL EDUCADOR PARA LA SALUD

El educador es un recurso humano fundamental en el proceso educativo, siendo el


encargado de proponer, organizar, conducir y moderar las actividades; es decir que
actúa como facilitador. Y al mismo tiempo, se convierte en referente de los cambios y
estilos de vida que promueve. Este lugar naturalmente le exige una autenticidad y
compromiso con la tarea que involucrará en buena parte su forma de vida.
Debe tenerse en cuenta que un modelo educativo participativo y democrático, en
donde cada integrante tiene un espacio, no implica que se desdibuje el papel del
educador ni sus responsabilidades; por el contrario, su saber específico hace posible
el proceso de aprendizaje. La flexibilidad necesaria en la construcción colectiva del
conocimiento no puede dar lugar a la improvisación.
En cada actividad educativa se planificará detalladamente las actividades a realizar,
las técnicas específicas a utilizar, las formas de evaluación pertinentes y los recursos
necesarios, de acuerdo con los objetivos acordados. Para ello el educador contará
con una formación teórica y metodológica que le permita utilizar creativamente los
numerosos recursos y técnicas existentes y seleccionar los apropiados para cada
situación.

14
El educador también debe ser consciente del lugar que ocupa en el grupo que
coordina, del tipo de vínculos que se establecen y de las dinámicas que se generan
entre los participantes. Asimismo, es de la mayor importancia el ambiente o clima que
se logre crear en una actividad, factor del cual va a depender en gran parte el resultado
de la misma.
Y será fundamental en la instalación de este clima el entusiasmo y afecto que el
educador vuelque en la tarea, lo que va a permitir entre otras cosas que el grupo
pueda trabajar creativamente los aspectos emocionales, así como asimilar en forma
positiva los imprevistos que puedan suceder para aprovecharlos como oportunidades.

En cuanto al perfil del educador para la salud, aún cuando no existen “recetas”
universales, sino que cada uno desempeña la tarea según sus características
personales, ésta requiere una actitud básica de apertura en dos sentidos:
* una mirada “hacia fuera”, hacia el otro y su entorno, para escuchar, aprender y
comprender, y
* un proceso “hacia adentro”, de profunda reflexión en torno a las propias posturas,
ideas, prejuicios, representaciones, inhibiciones y el reconocimiento de los propios
límites.
El educador sanitario que desarrolle estos aspectos estará preparado para llevar a
cabo una tarea educativa creadora. Señalamos sus principales características:
➢ Mantiene una actitud empática, o sea que es capaz de ponerse en el lugar del
otro.
➢ Se comunica con sencillez y claridad.
➢ Establece relaciones de confianza y de respeto.
➢ Acepta y valora el saber del otro; no descalifica, sino que pregunta y se
pregunta.
➢ Fomenta la participación, estimulando el “empoderamiento” o autonomía de las
personas.
➢ Pone sus conocimientos específicos al servicio de la construcción de un saber
conjunto. (No posee “verdades absolutas” ni soluciones prefabricadas).
➢ Apela a los recursos y la creatividad de los otros.
➢ Acepta los comportamientos diferentes, evitando referirlos a “modelos ideales”.
➢ Es consciente de sus prejuicios y preferencias, y procura que no interfieran en
su trabajo.
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➢ Es flexible para captar la realidad y buscar caminos posibles, prescindiendo de
actitudes normativas (lo que “se debe” hacer).
➢ Crea espacios de reflexión conjunta, posibilitando que las acciones den lugar
al aprendizaje.

5. LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN ALGUNOS ÁMBITOS ESPECÍFICOS

5.1. LOS ESTABLECIMIENTOS Y SERVICIOS DE SALUD

Constituyen los ámbitos por excelencia para implementar acciones educativo


sanitarias, tanto en lo que hace a la promoción de la salud y la prevención de
enfermedades como en la ayuda a los pacientes de enfermedades crónicas y sus
familias a convivir más saludablemente con la enfermedad.

Todo el equipo de salud tiene, por sus propias funciones y responsabilidades, una
importante capacidad educativa potencial a desarrollar con la población con la que
trabaja, ya sea para reflexionar con la gente acerca de sus problemas,
comportamientos y actitudes como para alentarlos a buscar las alternativas más
adecuadas. Es indispensable que el personal de salud comprenda la trascendencia
de este papel y se capacite para cumplirlo en forma conciente y permanente.

Por otro lado, han venido cobrando especial relevancia las acciones extramuros. Es
importante que éstas se lleven a cabo a través de programas orgánicos, sistemáticos
e integrales de promoción y desarrollo comunitario en áreas programáticas definidas,
con una adecuada coordinación de recursos institucionales intra y extrasectoriales,
incluyendo los de la comunidad.
De este modo y dado que los equipos de salud poseen un conocimiento directo de la
realidad sanitaria y socioeconómica de la población en la que están insertos, los
establecimientos y servicios de salud podrán hacer uso de sus recursos en forma más
coherente con las necesidades de esa población.

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5.2. LA EDUCACIÓN SISTEMÁTICA

Uno de los campos fundamentales en que opera la educación para la salud es el de


la educación formal en todos sus niveles, dada la función social de la escuela y su
significación como formadora de valores, hábitos, actitudes y comportamientos para
la vida del individuo y la sociedad. Para el logro de los objetivos de la educación para
la salud es clave una adecuada capacitación de los docentes que participan de los
programas quienes, debido al vínculo cotidiano y permanente con los alumnos, tienen
un papel principal en el proceso educativo sanitario.
La interacción planificada entre los sectores Salud y Educación posibilita que la
escuela cumpla cabalmente el papel de promotora de salud con una visión totalizadora
e integradora, trabajando en tres líneas:
1.- los contenidos curriculares, como proceso permanente de enseñanza de estilos de
vida saludables y construcción de valores y habilidades para la vida en comunidad
2.- la construcción de entornos saludables, tanto en las condiciones físicas de la
escuela como en las relaciones humanas constructivas y armónicas, abarcando a toda
la comunidad educativa
3.- el acceso a servicios de salud y nutrición, para favorecer el crecimiento y desarrollo
del escolar
La intersectorialidad facilita la articulación de la escuela con la comunidad y con los
servicios de salud en los sistemas locales de los que forma parte.

5.3. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Los medios de comunicación ejercen una indudable influencia en el comportamiento


de las personas. En este sentido representan un recurso potencial del que pueden
valerse los programas educativo-sanitarios para difundir sus contenidos. La
transmisión de mensajes por medios locales audio visuales o gráficos, debido a la
relación más cercana y directa con los grupos destinatarios, ofrece las ventajas de
una producción ajustada a las características concretas de esa población y a la
disponibilidad de servicios locales.

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La utilización de medios de alcance nacional o regional, por el contrario, requiere un
desarrollo de las temáticas y los contenidos adecuado a las diversas características
de una audiencia heterogénea. La planificación en materia de comunicación por
medios masivos debe contemplar la difusión de mensajes en tandas o avisos en la
prensa escrita y audio visual, así como la participación activa en programas
periodísticos y de interés general.

La inclusión de temas de salud, por ejemplo, en telenovelas y otros programas de gran


difusión ha resultado un recurso muy eficaz para llegar a sectores de población
determinados. Desde el punto de vista del público receptor de los mensajes, éste está
sometido a una permanente e indiscriminada sobreinformación, la que en general
resulta difícil de seleccionar y valorar debidamente.
Desde la competencia que establecen las empresas y la publicidad se configura en la
práctica una “lógica de los medios” que no siempre se corresponde con la “lógica de
la salud”, sino que hasta puede contradecirla generándose procesos de
desinformación no fáciles de revertir.
Se hace necesario entonces mantener una interacción sostenida con empresarios de
medios y comunicadores –jornadas, seminarios, comisiones con al objetivo de
compatibilizar las lógicas de ambos sectores, y contribuir a elevar la conciencia acerca
de la responsabilidad que cabe al campo de la comunicación social en el cuidado de
la salud de la población.

5.4. LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES

Las transformaciones económicas y políticas de las últimas décadas han abierto


espacios crecientes a la sociedad civil, la que se ha convertido en un actor de peso
para el desarrollo especialmente en los niveles locales.

Las organizaciones no gubernamentales, del tercer sector o del sector social según
las distintas denominaciones en uso, son asociaciones sin fines de lucro orientadas
hacia los más diversos objetivos sociales. Se trata de un sector enormemente
heterogéneo en cuanto a las temáticas que abarca, los modos de organización y las
funciones y actividades que tiene a su cargo.

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En lo relativo a la educación para la salud, el principal aporte de estas organizaciones
radica en el desarrollo de metodologías de trabajo con la comunidad: la incorporación
de tecnologías innovadoras, la intersectorialidad, la concepción de desarrollo integral,
la participación y el empoderamiento de la población, la horizontalidad en las
relaciones y la proximidad a las realidades locales, además de la gran vocación de
servicio y la solidaridad de sus miembros.

De ahí la necesidad de estimular e implementar mecanismos de interacción entre


estas instituciones y el sector de la salud para encarar en forma conjunta los
problemas que afectan a la comunidad y la búsqueda de alternativas de solución de
los mismos. (11)

19
CONCLUSIONES

De acuerdo con esto, la EpS puede ser entendida como la transmisión y recepción
pasiva de conocimientos para paliar problemas concretos del ámbito de la enfermedad
o como elemento central y prioritario para el desarrollo nacional en salud. En lo
particular, consideramos que la información en salud puede contribuir a dar solución
a algunos problemas, pero la principal razón de la EpS no es informativa. Su
importancia debe radicar en generar elementos positivos que potencialicen la lucha
social por el bienestar y la salud individual y colectiva.

La conceptualización de la EpS que se asuma tiene implicaciones directas en dos


instancias importantes: la práctica educativa en salud y la formación de recursos
humanos. En la práctica educativa en salud, conocer los modelos que se utilizan en
ella, analizando las concepciones subyacentes o el discurso teórico epistemológico
que les da forma, no sólo es deseable sino imprescindible para entender cómo se lleva
a cabo el acto educativo, cuáles son sus objetivos y sus finalidades y en qué sentido
se desenvuelve este acto, en la libertad o en la restricción, en la pasividad o en el
empoderamiento. En consecuencia, determina hacia dónde se dirigen los esfuerzos
del educador, lo que a su vez determina el papel que asume el educando.

La Educación para la Salud es una herramienta fundamental para la captación y


motivación de los pacientes, familiares y comunidad que atendemos en nuestra
práctica diaria. Con ella conseguimos prevenir las enfermedades y promover la salud
y el autocuidado, aumentando la satisfacción de las personas a las que va dirigida y
la de los propios trabajadores, que ven en ella otra forma de realizar su práctica
asistencial.

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BIBLIOGRAFÍA

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