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EL EMPLEO
1. Empleo y desempleo: conceptos básicos, tipología y medición.
3. La política de empleo.
Cuando hablamos de estabilidad económica siempre nos referimos a dos tipos de mercados: el
de bienes y servicios y mercado de trabajo. El objetivo de pleno empleo se encuentra
determinado por la oferta y la demanda del mercado de trabajo, lo mismo que la producción lo
está por la de bienes y servicios.
Fue, en definitiva, un primer intento de abrir las puertas del intervencionismo estatal.
2. LA TEORÍA GENERAL DE KEYNES: contenía un análisis de las causas de las depresiones
cíclicas y un tratado de medidas para salir de ella. El eje principal de la obra era demostrar
que el paro era un problema macroeconómico y debía ser considerado como tal para su
corrección. JAMES TOBIN extrajo un conjunto de enseñanzas sobre la Gran Depresión:
ii. El paro masivo no es por escasez de capital, recursos naturales u otros factores
productivos, sino que en épocas de crisis están subocupados.
vi. Las políticas económicas monetarias y fiscales son los instrumentos más
poderosos para influir en la demanda global, y por lo tanto para conseguir el
objetivo de pleno empleo.
i. Gasto adecuado.
Era una obligación de las AAPP y de los gobiernos hacer frente de los sectores más
desfavorecidos de la sociedad, que era una responsabilidad del Estado:
• El pleno empleo comienza a ser recogido por las constituciones como el derecho
de todos los ciudadanos al trabajo.
ii. En los sectores con una movilidad deficiente es mayor el número de parados que
el de puestos vacantes.
La política económica más adecuada frente a este tipo de paro debe ir encaminada a
mejorar los sistemas de información, para adecuar de una forma más rápida la oferta y la
demanda de empleo en el mercado de trabajo.
LEY DE OKUN
Trata de medir los costes en términos de desempleo. Establece que por cada dos puntos de
descenso del crecimiento del PIB en relación con el potencial, el desempleo aumenta un punto.
Esta relación empírica entre las tasas de crecimiento y la tasa de empleo puede servir de guía
a la política económica: siempre que podamos determinar la tasa de crecimiento potencial de la
economía y compararla con la tasa de crecimiento real, nos aproximaremos a la tasa de
desempleo que tendremos como consecuencia de los factores cíclicos.
INDICADORES Y MEDICIÓN
Como es el caso de los otros objetivos de la política macroeconómica, para establecer las
metas a alcanzar en un determinado objetivo debemos cuantificar aquellas variables que están
más íntimamente relacionadas con el mismo.
Las fuentes primarias de donde procede la información estadística utilizada para el estudio
del mercado son muy diversas. Pueden ser clasificadas en tres grupos:
1) LOS CENSOS DE POBLACIÓN. Esta figura estadística posee inconvenientes a la hora de
analizar el comportamiento del mercado de trabajo: no ofrece los datos evolucionados
periódicamente.
2) FUENTES ADMINISTRATIVAS. Los más importantes en este aspecto son los dos registros:
Ambos registros tienen como inconvenientes la información parcial (puede haber gente
parada y no registrada en el paro) y están sometidos a cambios normativos.
3) LA ENCUESTA. Puede ofrecer información sobre aspectos concretos pero esenciales del
mercado de trabajo, o bien sobre las variables del mismo: oferta, demanda y desempleo.
La más importante en este aspecto es la ENCUESTA DE POBLACIÓN ACTIVA (EPA): creada
en 1964, es la única fuente homologada para conocer los datos principales de empleo. Es
trimestral y está creada por el INE. Es la fuente principal para conocer la estructura y la
evolución del mercado de trabajo. La información que suministra se refiere a población
activa, inactiva, ocupada y desempleada; desagregada por características tales como
sexos estudios o sectores de actividad. Es una encuesta homologada a su vez por los
países del entorno, permitiendo comparar datos internacionalmente.
Conseguir incrementar los niveles de empleo, de forma que pueda haber trabajo para la mayor
parte de la población, ha constituido una preocupación fundamental de los economistas.
La figura (a) muestra la conocida representación de la demanda agregada en relación con los
niveles de renta real de un país. Si la demanda efectiva alcanza el nivel DA, la economía se
encontraría en un nivel de pleno empleo, con nivel de situación L0 y de producción Y0.
Un nivel de demanda efectiva menor, representado por DA’ que traslado a la figura (b) en la
que se representa la curva de oferta agregada en relación con los diversos niveles de
población empleada, supondría una reducción de la producción (Y0 !Y1) y a un determinado
nivel de desempleo (L0-L1). La actividad económica se trasladaría desde el punto de equilibrio
E a E’, donde el nivel de ocupación está por debajo del pleno empleo.
En consecuencia, cuando el origen del desempleo de una economía pueda atribuirse a una
demanda efectiva insuficiente, se puede hablar de un paro keynesiano, y la política económica
más adecuada será aquella que permita elevar los niveles de demanda agregada de la
economía, con objetivo de recuperar el nivel de producción de pleno empleo.
EL ASPA KEYNESIANA DEL EMPLEO
Para los autores clásicos, el mercado de trabajo, al igual que cualquier otro mercado en
condiciones de libre concurrencia, tenderá al EQUILIBRIO siempre que no existan elementos
institucionales perturbadores. Si las instituciones alteran el precio de equilibrio, el mercado
responderá produciendo desempleo. Entre los elementos que generan dichas DISFUNCIONES
encontramos a las presiones sindicales a la hora de firmar los convenios colectivos y los
gobiernos que fijan un salario mínimo y las retribuciones de los funcionarios por encima de
lo deseable, con un efecto en cadena sobre el resto de los salarios.
Bajo estos supuestos, los empresarios ejercerán un ajuste vía empleo. Tienen la tendencia a
huir de las alternativas que suponen un aumento de conflictividad. En estas circunstancias, se
suele decir que el mercado destruirá empleo. Si observamos la figura (c), el punto E representa
una situación de equilibrio, donde una donde una cantidad de personas L0 puede trabajar a un
salario W0. Si el salario de equilibrio es desplazado a un nivel mayor W1, entonces habrá mayor
cantidad de individuos que deseen trabajar, L2. Nos situaríamos en el punto B de la curva de
oferta de trabajo. Sin embargo la empresa, al tener que pagar un mayor precio por el factor
trabajo, se situaría en el punto A de la curva de demanda, empleando tan solo a un volumen de
población equivalente a L1. La recta AB representa el número de personas que desean trabajar
al salario W1 y que no encuentra empleo, es decir, se encuentran en situación de paro clásico.
Los salarios son inflexibles a la baja en el corto plazo. Si un gobierno fija un salario mínimo, lo
hace por encima del salario de equilibrio. Los trabajadores regulan sus salarios individualmente
pero en muchos sectores en la economía, esta negociación se realiza de forma colectiva. Los
sindicatos intentan conseguir mejoras en los salarios a los que ya están trabajando, pero ello
dificulta la entrada a nuevos trabajadores.
2) TEORÍA INSTITUCIONALISTA.
Esta teoría sostiene que para las empresas existen dos tipos de mercado de trabajo:
Esta teoría constituye una prolongación de las anteriores. La corriente dualista considera
que existen dos categorías diferentes de mercado de trabajo.
i. Por un lado, nos encontraríamos ante los mercados de trabajo primarios, que
vendría a ser el mercado de los “buenos empleos”:
ii. Por otra parte encontramos un mercado de trabajo secundario, al que podríamos
llamar mercado de “malos empleos” por sus rasgos básicos:
• Trabajo precario.
1) Políticas que inciden en el marco institucional del mercado de trabajo y que cumplen
una función de regulación del mismo. Su objetivo es alcanzar la eficiencia en el mercado
laboral a través de regular las condiciones de entrada y salida del mercado laboral, la
jornada laboral y los procesos de determinación de los salarios.
ii. políticas pasivas: proporcionan rentas a los desempleados como los subsidios y
algunos instrumentos como las jubilaciones anticipadas.
Con la crisis petrolífera, el nivel de empleo bajó considerablemente debido a que el mercado
no tenía suficiente flexibilidad para ajustar los precios a los shocks inflacionarios.
El desempleo se mantuvo alto a pesar de que desaparecieran con los años las causas que lo
generaban, ya que la tasa natural de desempleo no es independiente del desempleo
efectivo que hay en la economía, sino que depende en parte de la historia que tiene el
desempleo efectivo y no se puede reducir con políticas sobre la demanda agregada.
Por último, en el CONSEJO DE LISBOA se fijaron tres objetivos para conseguir que los países
de la UE se convirtieran en las economías del conocimiento más competitivas del mundo,
capaces de generar un crecimiento sostenible, empleos de mayor calidad y mayor cohesión
social:
Cabe destacar la flexiguridad que combina una alta flexibilidad de las empresas con una alta
protección para los desempleados, en un marco laboral más flexibles con formad e contratos
más adecuadas a la realidad.
2) Mayor flexibilidad de los mercados de trabajo: que exige una mayor flexibilidad
geográfica y los tiempos de trabajo.
3) Reducción del coste relativo del trabajo menos cualificado: abaratar el coste laboral de
este tipo de trabajo, que se puede lograr reduciendo las cuotas a la Seguridad Social.