Está en la página 1de 8

12 INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTICA

demasiado rígidos y especializados. Eso siempre se podrá 1. EL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO


rregir, sin perder la riqueza de la investigación semiótica. DE LA CULTURA CONTEMPORÁNEA
En esta introducción deseamos contribuir a que más y
más lectores entren en el fascinante' campo de la Semiótica,
comprobando por sí mismos que no hay nada «demasiado
rígido ni especializado».
Originalmente este trabajo formó parte del proyecto
de Producción de Cátedras en Video, de la Coordinación de
Medios, dirigida por Guillermo Vaidovits, de la Universidad
de Guadalajara. Como parte del proyecto resultó un curso de
ocho sesiones en dos videocassettes, Curso de Introducción a la
Semiótica, los que fueron transcritos y que ahora se presentan Hipótesis de trabajo: La semiótica vino a llenar un vacío cultural anuncia-
en este cuaderno. do de antemano.
1. Ciencias de/lenguaje de finales de/ siglo XIX. Los fonetistas. Los neogramá-
Fernando Carlos Vevia Romero ticos (Karl Bruggmann, Herman Osthoff). /2. Un pionero independiente:
Charles Sanders Peirce./3. Un contemporáneo de Peirce: Ferdinand de Saus-
sure. La semiología como ciencia de los signos. /4. Formalistas rusos. La obra
de arte como suma de procedimientos (Eichenbaum, Tynjanov, Sklovsky,
Mukarovsky)./5. El Bund (proletarisch-revolutioniirer Schriftsteller) de 1928
en Alemania. / 6. La morfología del cuento, de Vladimir Propp. / 7. La puri-
ficación de/lenguaje desde e/ espíritu de las matemáticas (Husserl, Wittgens-
tein). /8. Estructuralismos. /9. Lenguajes maquinales.

La palabra introducción, intro-ducere, en su etimología, signi-


fica llevar a alguien hacia dentro; hacerle que entre en un
espacio cerrado. Este viene a ser el objetivo que nos hemos
propuesto en este curso de Semiótica; llevarles a ustedes al
interior de este mundo fascinante que es la Semiótica.
Comenzaremos con una frase de Charles Sanders Peirce,
quien en una carta a Lady Welby exaltaba de esta manera la
semiótica: «Yo soy un pionero, o al menos, un explorador en
la actividad de clarificar e iniciar lo que yo llamo semiótica;
es decir, la doctrina de la naturaleza esencial y de las varie-
dades fundamentales de toda posible semiosis». Y añade:
«Nunca me ha sido posible emprender un estudio, sea cual

[13]
14 INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTICA EL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 15
fuere su ámbito, las matématicas, la moral, la metafísica, la ra. Una serie de corrientes intelectuales del siglo XX estaban
gravitación, la termodinámica, la óptica, las mujeres, el whist, anunciando, dibujando la figura que iba a llenar la semiótica.
la psicología, la fonética, la economía, la historia de las cien- Esto es lo que hemos tratado de representar en este cuadro
cias, el vino, "la meteorología, sin concebido como un estudio que ven ustedes aquí adelante y que vamos a comentar ahora
semiótica». Parece un elogio, quizás un tanto desmesurado. brevemente.
Nuestra tarea será demostrar que, efectivamente, puede ser ..•
este el futuro de la investigación semiótica. Realmente es una 1. Ciencias de/lenguaje del S. XIX. 4. Los formalistas rusos. La obra de
forma nueva de mirar todas las materias. Veremos si lo con- Los fonetistas. Los neogramáticos arte como suma de procedimientos.
seguimos; esperamos que sí. (Karl Bruggmann, Herman Osthoff). 5 . El B un d d e 1928 en Al emama..
Para iniciar el recorrido con estos turistas amables que son
2. Un pionero indepen- ~._--- 6 L .f. I • d I
ustedes, que nos van a acompañar; que van a ser intro-ducidos: diente: Charles /Él lugar de la Semiótica . a mOdrjovolgdtae
. ( cuento, e a ¡m¡r
llevados adentro de la semiótica, quisiera reflexionar sobre el Sanders Peirce. dentro de la P
lugar que ocupa la semiótica en el mundo de la cultura. Dicho cultura contemporánea ropp.
3. Ferdinand de 7. La purificación del
de otra manera, ¿por qué ha surgido en el siglo xx una disci- Saussure. La semiología lenguaje desde e/ espíritu de las
plina que lleva precisamente el nombre de semiótica? Digo como ciencia de los signos. matemáticas.
11en el siglo xx" aunque tenemos conciencia plenamente de la 8. Estructuralismos.
larguísima historia de la actividad semiótica. Pero nos referi- 9. Lenguajes maquinales.
mos especialmente al siglo xx, y muy en concreto a la fecha de
1969, por ser el año en que se fundó la Asociación Internacio-
nal de Semiótica. Por lo tanto, 1969 es una especie de fecha No es que haya causantes directos de la llegada de la se-
fundacional. Consideraremos a todos los que antes han traba- miótica, sino que se dieron una serie de corrientes indepen-
jado en este campo como pioneros, como profetas que abrie- dientes entre sí, que hicieron posible el nacimiento de esta
ron o que vislumbraron a lo lejos un campo. Solemos poner, al nueva ciencia. Si no hubieran existido estas corrientes, y pro-
hablar de este tema, la comparación con uno de estos rompe- bablemente algunas más, no hubiéramos podido contar hoy
cabezas llamados puzzle, los cuales constan de muchísimas fi- con la semiótica como uno de los campos más interesantes
guras, a veces miles de figuras no rectangulares como los de la investigación. Comenzamos nuestro recorrido allá por
tradicionales sino de muy diversas formas. En ocasiones ocu- 1870. Todo el siglo XIX había sido un extraordinario siglo de
rre que ya tiene uno casi construido, digamos, el rincón supe- investigación literaria, principalmente en el área de lo que
rior derecho de su rompecabezas y falta una ficha. No se podemos llamar literaturas comparadas y también en el cam-
encuentra por ninguna parte pero ya la vemos perfectamente po de establecer cuáles fueron los orígenes de las lenguas
dibujada. Sabemos la forma que ha de tener y podemos obser- europeas. En 1805 llegó desde la India a París un funcionario
var cómo por allá le sale una especie de cabeza y cómo se ex- inglés, que había estado muchos años en aquel país y trajo el
tiende por este otro lado: ya la estamos vislumbrando. Algo conocimiento del sánscrito, la antigua lengua sagrada de la
así veo yo que le ocurrió a la semiótica en el campo de la cultu- India. El primero en recibir esta novedad fue Friedrich v.
1 Consta que Charles Sanders Peirce era muy aficionado a los vinos selectos.
Schlegel. Se despertó un entusiasmo desbordado y fueron
16 INTRODUCOÓN A LA SEMIÓTICA EL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 17
muchísimos los que desde ese momento se dedicaron al es- pues, una actitud que ya no se ha perdido. Los que se dedi-
tudio del sánscrito. Pero al estudiar esta lengua muy pronto can a lo que llamaríamos ciencias del lenguaje, desde enton-
se constató que palabras fundamentales, por ejemplo las pa- ces tratan de que sus exposiciones, sus estudios, cada vez
labras padre, madre, mujer, hijo, que existen en todas las len- tengan más el rigor científico de los otros campos de las cien-
guas, eran muy parecidas a las que encontramos en las lenguas cias exactas ode las ciencias naturales. Por eso, colocamos
modernas: vader, que en alemán es Vater, en inglés father, en ahí, en primer 'lugar, a los fonetista s, es decir, a los que se
latín pater y en español padre. Se nota el parentesco inme- acercaron lo má~ posible a otro tipo de métodos, no métodos
diatamente. Nació con ímpetu el estudio comparativo de las intuitivo s, sino métodos más racionales, más demostrables,
lenguas. Pero hubo también alIado de extraordinarios histo- como decía Hans Arens en su texto.
riadores e investigadores de la lengua, bastante charlatane- Avancemos un poco más. A los fonetistas los hemos si-
ría. Es decir, la imaginación, la fantasía suplió lo que debía tuado en 1870, aunque naturalmente no solamente trabajaron
haber llenado la ciencia. Esto produjo en algunos un deseo un año, sino el último tercio del siglo XIX y principio del xx.
de que el estudio del lenguaje se acercara lo más posible a las Hay que hacer notar que Ferdinand de Saussure, tan citado y
ciencias exactas. El grupo más importante de los innovado- tan conocido en todos los campos, perteneció o fue formado,
res fue, precisamente, el de los fonetistas, quienes buscaron mejor dicho, en este campo de los neogramáticos. Él conoció
denodadamente este acercamiento a las ciencias exactas. la exactitud de los nuevos métodos y participó de dos mun-
Curiosamente en 1870 se publicaron tres libros a cargo de los dos. De esto nos ocuparemos en el momento en el que hable-
llamados Junggrammatiker, es decir, neogramáticos, que esta- mos de Saussure, porque eso explica algunas inexactitudes
blecieron ya los principios de una fonética que se apegara a de su método y quizás también algunas contradicciones.
los principios de las ciencias llamadas exactas. Esto era más El siguiente autor que vendría en el orden cronológico
posible en la fonética, como es natural, puesto que los soni- sería Charles Sanders Peirce. Propiamente Peirce no ha sido
dos son algo físico, algo medible con aparatos de laboratorio. estudiado sino hasta los tiempos recientes por diversas razo-
y por lo tanto, es lógico que empezara entre ellos este afán nes. Así que, quizás para ser más exactos, deberíamos hablar
por acercarse a los estudios que hasta entonces habían sido de Peirce como alguien contemporáneo nuestro. Sin embar-
más bien considerados humanistas; acercarlos hacia la exac- go, el orden cronológico nos pide que lo hagamos de esta
titud de las ciencias naturales o de las ciencias exactas. forma. Corresponde su actividad intelectual a unos treinta y
Hans Arens en su Lingüística, acerca de estos fonetistas, tantos años de finales del siglo XIX y unos veinte años de este
afirma que los investigadores, en competencia con las cien- siglo. Lo primero que llama la atención en Peirce es, precisa-
cias de la naturaleza, sucumbieron a la tendencia cada vez mente, su gran capacidad intelectual. Leímos antes ese texto
más fuerte orientada a un sistema racional de fuerzas men- en que quería hacer de todo (las matemáticas, la gravitación,
surables y demostrables; es decir, al establecimiento de vali- la termodinámica, la óptica, la química, etcétera) un trabajo
dez basada en una ley natural. Por 10 tanto, otros elementos semiótica. Pero lo maravilloso es que él realmente trabajó en
que se habían manejado mucho a lo largo del siglo, como el esos campos. Fue un extraordinario químico, un extraordi-
espíritu de los pueblos, el espíritu de la lengua, eran para nario matemático, un gran filósofo; quizás lo mejor que hizo
ellos conceptos muy románticos, digámoslo así. Ahí tenemos, fue la lógica matemática. Todos los campos le atraían por
18 INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTICA EL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 19
igual. Hay que situar su teoría del signo, por lo tanto, su se- siempre hablando de tríadas. Y dentro de esas tríadas se de-
miótica dentro de su filosofía. Tengo que afrontar la imposi- tiene en el estudio de una, muy importante, que es la repre-
bilidad de tratar en un par de minutos de plantear cómo es sentación. Dentro de ese estudio de la representación aparece,
su filosofía. Peirce se encierra en sí mismo; se pregunta «¿qué como el mejor ejemplo de ella, la teoría de los signos.
hay dentro de mí, qué hay en mi mente?». A todo lo que hay Nos despedimos de Peirce, que hoy tiene, como digo, una
en su mente (puras ideas, representaciones, sentimientos, importancia decisiva hasta considerarle el padre de la semió-
recuerdos) lo llama fáneron. El fáneron es como un corpus de tica o al menos el pionero, como él mismo se definía. Pasa-
ideas interno, mental. No hay por tanto ninguna referencia a mos a un contemporáneo suyo que fue conocido en su tiempo,
la realidad externa. Su análisis filosófico comienza como el con una historia personal totalmente distinta a la de Peirce.
de Descartes, reflexionando sobre sí mismo. A pesar (y ésta Me refiero a Ferdinand de Saussure.
es una de las contradicciones de su personalidad) de que es Saussure era ginebrino, pero estudió en Francia. Conoció
un filósofo, es un hombre de laboratorio. Es una contradic- muy de cerca la obra de los neo gramáticas, es decir, de ese
ción fortísima porque es muy difícil encontrar reunidos en esfuerzo por situar las ciencias del lenguaje en un campo de
una misma persona estos dos campos: el campo de la filoso- mayor rigor científico. Y también escuchó a Durkheim, -esto
fía y el campo de las ciencias exactas. Sin embargo, aquí es es una opinión personal- pero estoy plenamente convencí-
filósofo, incluso lo podríamos llamar en este estado: nomina- do.' En sus clases Saussure tuvo que atenerse al programa
lista, puesto que no se preocupa por la realidad externa, sino que se le imponía, pero aprovechaba para introducir sus nue-
por la realidad interna. Comienza el análisis de esa realidad vas ideas sobre el lenguaje. Desgraciadamente no escribió sus
interna y descubre que todo lo que hay en ese corpus, en ese cursos que fueron tres. Lo que hoy llamamos Curso de lingüís-
interior suyo, se reduce a tres tipos de ideas: una idea de tipo tica general, de Ferdinand de Saussure, es una construcción
monádica, es decir, sólo hay en ella un elemento por más que realizada a partir de los apuntes de sus alumnos, de tres de
lo analice; hay otras ideas de tipo diádico compuestas por dos ellos, en su primera edición. En otra edición posterior de los
elementos y no se pueden pensar si no es siempre con esos años sesenta se corrigió la primera edición con la aportación
dos elementos. Y por último, hay ideas de tipo triádico a las de los apuntes de otros muchos alumnos. Pero de todas ma-
que concede la mayor importancia. De hecho, por ejemplo, neras no tenemos idea del orden en que evolucionó su pen-
cuando él trata de explicar lo que sería una realidad monádica, samiento y sería muy interesante para nosotros saberlo,
sólo encuentra el ejemplo del color: cuando volteamos hacia porque tal como tenemos actualmente el Curso, hay bastan-
un sitio y tenemos la impresión de rojo, por ejemplo, pero tes puntos en que se contradice. En la primera edición apare-
nada más ese instante, o sea una millonésima de segundo. Si
al instante siguiente hacemos una reflexión y decimos libro 2 Mientras que Saussure era estudiante y preparaba su tesis doctoral en París,
estaba Emile Durkheim allí mismo enseñando sociología. Se había creado para
rojo; ya desaparece esa cualidad, esa mónada y se transfor- él la cátedra de Sociología, la primera que hubo en el mundo. Y es curioso que
ma en una dualidad. Pues bien, como digo, él considera que Durkheim hable (cuando expone su teoría de la sociedad, del cuerpo social,
el universo está formado por tríadas, hasta el punto que es- que compara muchas veces con un cuerpo orgánico) de los lazos sociales, térmi-
no que utiliza mucho Saussure cuando describe lo que es la lengua para él. Hay
cribió un artículo para defenderse llamado, «Triadomanía», otros términos que incitan a pensar que realmente debió escuchar algunas cla-
puesto que sus propios contemporáneos lo acusaban de estar ses de Emile Durkheim.
20
INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTICA EL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 21
ce primero la definición de lo que sería una semiología y la Lógicamente, cuando apareció una disciplina llamada
define como una ciencia de los signos, por lo tanto, tiene que Semiótica que se mueve en este campo de los sistemas de las
definir lo que es un signo. Incluso en esa primera época po- relaciones entre estructuras, fue extraordinariamente bien
demos constatar que fue mal entendido, porque el público lo acogida. En ese sentido podemos decir que Ferdinand de
que normalmente entendía era: «ahí está un libro (ese es el Saussure preparó y profetizó -porque fue verdaderamente
significado) y el significante es cuando yo digo la palabra profeta- esta ciencia de la Semiótica. Quizás si no hubieran
libro». Yno es así, sino que para Saussure el signo era la unión existido estos dos precedentes (Peirce y Saussure) no hubie-
del concepto (libro) y una imagen acústica, -cosa sumamen- ra podido, ciertamente, desarrollarse la Semiótica.
te difícil de definir-o Sería algo así como el recuerdo del soni- El siguiente punto que consideraremos es la influencia
do que acabo de escuchar. Esos dos elementos forman el signo. de los formalistas rusos. En los años veinte se creó una fortí-
Esto tenía muchas dificultades y, con razón, en capítulos pos- sima corriente en Rusia de interpretación del arte, que fue
teriores busca otra definición del signo, no sé si corresponde llamada formalismo. Tomo de ellos nada más lo que nos in-
a un tercer año, por eso les digo que es una dificultad. Busca teresa a nosotros. Definieron la obra de arte no como el pro-
una definición de signo, para la que emplea el famoso ejem- ducto del espíritu humano, no como un rapto místico en que
plo del ajedrez. En el juego del ajedrez las piezas tienen un alguien superdotado recibe un don de los dioses y lo comu-
valor conocido por los jugadores: el valor de reina, el valor nica a los demás, sino de una manera sumamente desconcer-
de rey, etcétera, y es indiferente que las piezas sean de plata, tante para la mayoría de sus contemporáneos. Definieron la
o sean de oro, o de madera o sean unas corcholatas en las que obra de arte como la suma de los procedimientos empleados
se pinta la palabra rey y reina. Lo importante es un valor dado para creada. Como ven ustedes esto realmente se dice breví-
por convención y las relaciones que hay entre esos valores y simamente en una frase pero era una verdadera revolución
cómo se mueven esos valores en el tablero. De manera pare- en cuanto al modo de entender las obras de arte, tanto en la
cida el lenguaje está constituido por signos; los signos tienen pintura, que es donde primero se aplicó, como en la literatu-
su propio valor e indiferentemente de como sean rellenados, ra. Todavía hoy cuando algún profesor de literatura trata de
digámoslo así, lo que equivaldría a la materia de las piezas explicar un texto como la suma de los procedimientos que se
en el juego de ajedrez. Establecen sus relaciones entre sí. La han empleado en su construcción, muchos auditorios reac-
importancia de Saussure -tampoco es este el momento de cionan con una cierta agresividad, creen que ha sido destrui-
exponer todas sus teorías- fue enorme. Enseguida vino la da la obra de arte. Y no es así, ni muchísimo menos, sino es
Primera Guerra Mundial y se detuvieron un tanto las inves- simplemente entenderla de un modo más exacto, no solamen-
tigaciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, a partir te acercarse a la obra de arte basándose en las propias impre-
de los años sesenta, fue recogido por los estructuralistas que siones, en la propia intuición, sino en métodos que son
le dieron todo su valor. Muchos de sus principios se siguen controlables, que cualquiera puede seguir, que puede criti-
usando. Por ejemplo, el principio de explicar el lenguaje por car, incluso en el que puede participar, etcétera. Es un tema
oposiciones; es decir, si hay un singular es porque hay un muy querido para mí, este de los formalistas rusos, pero de-
plural; ambos se están llamando mutuamente, no se puede bemos seguir adelante. Queda claro que al extenderse esta
prescindir del otro.
actitud por Europa, estaba preparando el terreno para que al
22
INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTICA IlL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 23
nacer la semiótica fuera bien acogida. Creo también que con- interesa ahora es curioso hacer notar que triunfó la facción
tribuyó -todo esto podría ser discutido, naturalmente- el de Lukacs.
Bund, es decir, la Unión de Escritores Proletarios Revolucio- En el aspecto que ahora nos preocupa cabe la reflexión de
narios, movimiento literario importantísimo que surgió en que muchos de aquellos intelectuales que quedaron desubi-
Alemania hacia 1928. Se unieron los escritores de izquierda cados al no producirse la Revolución Proletaria (muchos de
para discutir el futuro de la literatura en todo su conjunto. La ellos tuvieron que ir al exilio, otros murieron, otros sobrevi-
investigadora Helga Gallas ha mostrado cómo había dos gran- vieron) y aparecieron después en una Alemania de posgue-
des corrientes en ese congreso aún dentro de los Escritores rra, se encontraron con que no podían realizar su ideal. Y al
Proletarios Revolucionarios; los que podíamos llamar más de aparecer una disciplina como la Semiótica también fue aco-
izquierda, que fueron Bertold Brecht, Eisler, Piscator y otros. gida por algunos de ellos, o al menos no fue rechazada por-
y los demás que podíamos llamar de derecha, capitaneados que la veían como una disciplina neutral, científica, no
por Lukacs. Es muy interesante el libro de Helga Gallas por- cargada de ideología; que se ocupa de los textos, del lengua-
que muestra toda la agitación interna que se desarrolló en je, y en realidad de toda la cultura; porque toda la cultura
ese famoso congreso de 1928.Se plantearon dos grandes pro- vienen a ser textos para la Semiótica.
blemas: el primero, cómo debía ser la producción de un es- En ese sentido, también, aunque no tiene que ver directa-
critor revolucionario proletario. En cuanto al tema de la teoría mente con la Semiótica, considero que si no hubiera existido
literaria, rechazaban a hombres como Thomas Mann que para este elemento habría sido más difícil el camino de la Semióti-
ellos venía a ser símbolo del hombre burgués acomodado, de ca porque fueron muchos los intelectuales de izquierda, has-
tiempos pasados; no querían un tipo de teoría literaria como ta años muy recientes, hasta la caída del Muro de Berlín,
el que hacía Thomas Mann con sus ensayos. Entonces la pre- prácticamente, que pedían una manera revolucionaria iz-
gunta era ¿podemos utilizar recursos que a lo largo de siglos quierdista, incluso marxista, concretamente, de entender los
y siglos han sido elaborados por una serie de autores bur- fenómenos literarios. Y algunos de ellos que rechazaban un
gueses?, o, ¿para ser buenos revolucionarios debemos crear marxismo exacerbado, se encontraban cómodos en el campo
también nuestro propio vocabulario, debemos crear una nue- del estructuralismo, y más en concreto, de la Semiótica.
va serie de conceptos? Ahí surgió la división; algunos como El siguiente elemento, desde luego, éste ya más directa-
Lukacs pensaban que se podían utilizar los moldes antiguos mente, es la obra de Vladimir Propp, quien en 1928 publicó
que ellos llamaban burgueses, dándoles un contenido revo- su libro Morfología del cuento, aunque no fue conocido hasta
lucionario; y por otro lado, Bertold Brecht y los suyos defen- el año 1968 cuando ya se hizo la traducción al francés y se
diendo que había que buscar nuevos géneros literarios, difundió en París y de ahí a todo el occidente europeo. Lo
nuevas formas literarias, etcétera. Como sabemos ganó que aporta Propp (aunque directamente él no es semiótica)
Lukacs. Se equivocaron todos porque pensaron que en muy es este análisis de tipo estructural de los relatos en el que
pocos años iba a triunfar la Revolución Proletaria en Alema- muestra cómo todos los cuentos folclóricos rusos, tan nume-
nia. Pensaron que hacia 1932ya estarían en el poder y lo que rosos y tan abundantes, repiten una serie de estructuras, por
llegó fue el nazismo, como sabemos. No calcularon bien polí- ejemplo: comienza un estudio inicial del cuento en que el
ticamente. Pero desde el punto de vista que a nosotros nos héroe se encuentra en un estado sumo de pobreza, aparece la
24 INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTICA
EL LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 25
estructura de un revelador, ya sea un hada, sea un animal
mágico, sea un familiar que le dice «tú puedes salir de este po reciente Heidegger cuando hablaba de lo No-dicho, Das
estado, etcétera». Yasí va recorriendo lo que él llamó las fun- ungesagte, en la filosofía que era más importante que lo que
ciones del cuento, hasta enumerar treinta y una. Esto es muy aparece en los libros: lo dicho. Pero no es nada misterioso, no
importante, lo vamos a recoger en posteriores sesiones cuan- hay nada esotérico, sino simplemente que la polisemia del
do hablemos de Greimas, porque él fue quizás el que mejor lenguaje hace necesario ese contacto de muchos años; como
aprovechó la sugerencia de Propp. Pero como digo, esto tam- fue el caso de Aristóteles con Platón. Se necesitaron muchos
bién contribuye a crear un ambiente intelectual en que la se- años para hacer comprender lo que significa en profundidad
miótica se sienta cómoda. De hecho, la Semiótica va a los conceptos importantes. Pues bien, les decía que Wittgens-
absorber, podemos decir así, a Propp, aunque hay otros cul- te in participaba de esta especie de menosprecio inicial a la
tivadores de Propp y seguidores que no son semióticos. Pero filosofía del lenguaje por considerarla vaga, difusa, propia
ciertamente influyó con este estructuralismo como dirían los de charlatanes. Aunque ya sabemos que al final de su trayec-
franceses: avant la lettre, es decir, antes de que existiera ya era toria académica volvió al lenguaje ordinario, así lo llamó él, e
estructuralista. Había detectado las estructuras del texto y las incluso consta que trabajó en escuelas primarias, decía él que
había considerado en sus relaciones. lo hizo para aprender de los niños lo que es verdaderamente
Tenemos, también, otros elementos que crearon ese es- el lenguaje. Es decir, él, que había partido de las matemáti-
pacio para la Semiótica. Desde luego, el mundo de los que cas, acabó en las raíces del lenguaje cotidiano. Les voy a leer
viniendo del campo de las matemáticas se acercaron allen- un fragmento de Wittgenstein para que captemos este mun-
guaje. Pienso concretamente en el caso de Bertrand Russell, do que hemos llamado de la aproximación matemática, que
de su discípulo y luego' amigo y colega, Ludwig Wittgens- sin embargo favoreció también, indirectamente, como digo,
tein. Antes de ellos, Husserl, quien provenía del campo de el surgimiento de la Semiótica:
las matemáticas. Todos ellos tienen en común el hecho de que
consideran que la filosofía del lenguaje que se había desarro- El pensamiento o proposición representa, refleja proyectiva-
llado hasta entonces era impresionista. Es decir, que cada uno mente la realidad, y a cada elemento constitutivo de lo real le
decía lo que buenamente le venía a la mente sin más esfuer- corresponde en el pensamiento otro elemento. La realidad cons-
zo ni averiguación. Esto no es cierto, es una impresión que ta de hechos que se reducen a hechos atómicos, compuestos a su
produce la filosofía a los que son de temperamento matemá- vez por objetos simples. De manera análoga el lenguaje está
tico o que provienen del campo de las matemáticas o las cien- constituido por proposiciones complejas o moleculares que pue-
cias exactas, piensan que es el producto de charlatanes, pero den dividirse en proposiciones simples o atómicas elementales
no es así. La filosofía utiliza el lenguaje ordinario con toda su que no son ya ulteriormente divisibles en otras proposiciones.
polisemia, su ambigüedad, tratando de, digamos, encerrar Estas proposiciones elementales son las que corresponden a los
en una red el concepto pero siempre se escapa la polisemia hechos atómicos; por ejemplo: «Sócrates es ateniense» es una
del concepto. Quizás por eso Platón consideraba que no se proposición atómica que describe el hecho atómico por el cual
podía escribir filosofía, la filosofía sólo se puede enseñar di- Sócrates es ateniense; y «maestro de Platón», es una proposición
rectamente de maestro a alumno. Y esta idea la tomó en tiem- molecular que refleja el hecho molecular por el cual Sócrates es
ateniense y maestro de Platón, etcétera.
1(1.LUGAR DE LA SEMIÓTICA DENTRO DE LA CULTURA 27
26 INTRODUCOÓN A LA SEMIÓTICA

En su Gramática filosófica, que fue publicada recientemente por miento y son signos al mismo tiempo de la realidad exterior.
la UNAM en una edición extraordinaria, se mueve en este te- Por lo tanto, se justifica la existencia de una ciencia que se
rreno sumamente abstracto de una especie de matemáticas Icdique a los estudios de los signos: la Semiótica.
del lenguaje. Aunque como digo, él mismo corrigió su opi-
nión; pero su Tractatus Logico-philosophicus (1922)sigue pesan-
do en el mundo filosófico. Bibliografía ..
No es necesario detenerse en los otros dos puntos que
Á.RENS, Hans. La lingüística, 2 tomos, Gredas, Madrid, 1976.
poníamos en nuestro programa; el esquema tiene la misión,
la única misión, de decir que todos estos elementos formaron BOREKMAN, Jan M. El estructuralismo, Heder, Barcelona, 1974.
ALLAS, Helga. Teoría marxista de la literatura, Siglo XXI, Buenos Ai-
como un espacio en el cual al surgir la Semiótica se encontró
como en su casa. No deberíamos olvidar el estructuralismo. res, 1973.
PROPP, Vladimir. Morfología,del cuento, diversas editoriales (Funda-
Bastaría con mencionar el nombre de Levi Strauss, quien con-
tribuyóde manera decisiva. Es más yo me atrevo a decir que mentos, Madrid, 1985)..
SAUSSURE, Ferdinand de. Curso de lingüística general, AkaljUniversi-
la Semiótica es una forma de estructuralismo, es una manera
especial de configurar el estructuralismo, que consiste en taria, Madrid, 1980.
PEIRCE, Charles Sanders. Collected Papers, Vol. 1, Principles of Philo-
detectar elementos en el objeto que estoy estudiando (sea lo
sophy. Harvard University Press, 1931 (traducción de Fernan-
que sea un objeto cultural, un texto escrito, detectar elemen-
doCarlos Vevia Romero: Escritos filosóficos, El Colegio de
tos), y detectar cómo se relacionan, es decir las estructuras
que forman. Este sería el trabajo del estructuralismo. Lo mis- Michoacán, 1997).
mo cabría decir de los lenguajes maquinales.
Vaya presentar para terminar esta primera sesión una
especie de silogismo que no guarda las leyes del silogismo;
son solamente tres frases que explican por qué todos estos
elementos prepararon en el terreno a la Semiótica y también
nos dan una especie de primera definición de lo que es la
Semiótica. Todo conocimiento humano se expresa por medio de
frases (todo conocimiento humano, toda ciencia, todo lo que
puede decir un ser humano acerca de sí, de su interior, de sus
relaciones, se expresa por medio de frases). Las frases se com-
ponen de palabras (es decir, por más sublime que sea un pen-
samiento aunque sean las últimas experiencias de San Juan
de la Cruz ya en grado 180 -si es que existe eso- de su místi-
ca,lo tiene que expresar en palabras). Y las palabras son signos,
son signos con respecto a la realidad, y son signos con res-
pecto a nuestros pensamientos: son signos de nuestro pensa-

También podría gustarte