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EN QUE SE PARECEN LA TECNOLOGÍA Y LA CIENCIA, ¿TRATAN DE LO MISMO?

Es muy común que se entienda a la tecnología, como un campo del saber que permite crear
cosas o transformar el entorno y que esto es posible, por la aplicación de la ciencia. Sin embargo,
por otra parte, se afirman que la tecnología es una de las características más antiguas de la especie
humana, es decir, es uno de los hechos culturales más básicos que nos caracteriza como especie,
como seres humanos, porque nuestros antepasados remotos previeron las consecuencias de sus
actos, es decir, planearon y ensayaron diversas alternativas sobre la base de prefiguraciones
mentales de sus actos. Si la tecnología es uno de los hechos más básicos de los seres humanos y ésta
es posible por la aplicación de la ciencia, entonces la tecnología y las ciencias han existido desde que
existe el ser humano.
No obstante, la mayoría de los libros sobre filosofía de la ciencia, mencionan que el
concepto moderno de tecnología tiene su origen con Galileo Galilei en el siglo XV, es decir hace
apenas cuatrocientos años. Pero los seres humanos, desde el paleolítico, (hace 40 mil años) han
hecho herramientas de manera conciente y razonada es decir hacían tecnología.
¿Cuál es entonces el problema o la confusión que encierran estas ideas? ¿Estarán hablando
de dos ideas diferentes de tecnología o acaso de ciencia? Al parecer no, porque en ambas
concepciones se relacionan con hacer o crear cosas. El significado etimológico de la técnica, se
refiere a una palabra de origen griego, que significa lo que se hace con las manos.
Una posible explicación es que la tecnología no tiene nada que ver con la ciencia; otra que
la tecnología como aplicación de las ciencias se refieren a una idea distinta de tecnología. Podría
inferirse, que cada quien entiende lo que quiere o lo que le conviene conforme a su práctica
profesional y sus fines, pero en tal caso si la idea de tecnología es una de las características de la
naturaleza humana desde sus orígenes, entonces ¿que se entiende por ciencia?
Algunas respuestas las encontramos en la tradición Galileana de la ciencia, cuyo
fundamento es la explicación causal bajo la premisa de que el flujo de acontecimientos suceden
según leyes, la naturaleza y sus fenómenos tienen una función como resultado de sus mecanismos.
Esta idea de ciencia se pregunta por el cómo inmediato, práctico y utilitario, cuyo método de trabajo
es como un interrogatorio a los fenómenos para buscar leyes matemáticas. Ya desde los griegos,
Pitágoras, decía que el libro de la naturaleza estaba escrito en lenguaje matemático. También se
reconoce esta práctica en Arquímedes, y cien años antes de Galileo, Leonardo Da Vinci ya usaba
estos métodos.
Pero Galileo también ideó, la suposición hipotética, con el significado de abstraer o
idealizar, luego experimentar para analizar y comprobar lo idealizado y concentrar en una fórmula
matemática las propiedades del fenómeno estudiado. Esto ha permitido la explicación de los
fenómenos naturales hasta la constitución de campos de conocimiento diferenciados.
¿Cuáles podrían haber sido las motivaciones de Galileo? ¿Siempre se dedicó a la ciencia?
¿En que se basó? ¿Qué relación tuvo con la tecnología?
Se sabe que Galileo durante su estancia como profesor de matemáticas en la Universidad
de Padua de 1592 a 1610, tuvo numerosos e intensos contactos con artesanos para trabajar en su
laboratorio y solucionar problemas de las bombas de agua y de diversos artefactos militares... se le
recuerda por haber concebido o desarrollado algunos instrumentos importantes, como el
termoscopio, el reloj de péndulo y el telescopio.
Inspirado en la obra de Arquímedes, realizó investigaciones sobre el centro de gravedad de
los cuerpos y construyó una balanza hidrostática para determinar, de manera más exacta que la
atribuida popularmente al gran siracusano, los pesos específicos relativos de los componentes de
una aleación de dos metales.
“También, con vistas a ganar algún dinero, patentó una máquina para elevar agua y montó
un taller donde empleaba a un mecánico para producir comercialmente instrumentos de dibujo
brújulas, y otros artefactos, entre ellos, el popular "compás geométrico y militar" inventado por él
en 1597 que permitió realizar mecánicamente diversos cálculos matemáticos. Más tarde, publicó
unas instrucciones sobre el uso del instrumento, y construyó un termoscopio que daba una

. Por Octavio Santa María Gallegos, Consultor.


1
indicación visual del "grado de calor o frío" de una persona...” (Altshuler, J., 2002)
Las conversaciones que sostuvo Galileo con los artesanos del arsenal de Venecia, sin duda
le incitaron a buscar un fundamento racional a las técnicas de construcción puramente empíricas
practicadas entonces. Con esta idea, estudió matemáticamente la resistencia a la fractura de barras,
vigas y tubos, y aunque varios de sus razonamientos, bellamente ilustrados en sus Discursos y
demostraciones... eran imprecisos por cuanto suponían inextensibles las fibras de las vigas. Estos
estudios, dieron inicio a la primera de las ciencias técnicas, la resistencia de materiales.
“El propio Galileo no dejó de reconocer la deuda de la ciencia con las técnicas desarrolladas
empíricamente en respuesta a las necesidades de la época en que le tocó vivir. He aquí, en efecto,
las palabras con que comienza el libro, escrito a los 72 años, donde recogió la mayor parte de sus
contribuciones a la física:

... La constante actividad que vosotros los venecianos desplegáis en vuestro famoso arsenal [astillero] sugiere a
la mente estudiosa un gran campo para la investigación, especialmente en aquella parte del trabajo que tiene
que ver con la mecánica; porque en este departamento constantemente se construyen instrumentos de todo
tipo por muchos artesanos, entre los cuales ha de haber algunos que, en parte por la experiencia
heredada y en parte por sus propias observaciones, se han hecho muy expertos e ingeniosos en la
explicación... ...” (Altshuler, J., 2002)

Por eso se dice que Galileo, y su antecesor Leonardo da Vinci, inician la vinculación
sistemática del saber académico con la empírica artesanal.
Pero de las propias palabras de Galileo, queda claro que aprendió de esos artesanos de
Venecia expertos e ingeniosos en la explicación, lo que supone en estos, un razonamiento que
permitía la prefiguración del objeto a construir y su función, así como de los procesos para su
creación y posiblemente, un dominio de los mecanismos y principios de funcionamiento.
El ingenio aludido es una forma de generar y usar conocimientos, que nos permite suponer
que existieron creadores como Leonardo o el propio Galileo cuyo interés fundamental fueron las
creaciones técnicas, es decir una forma de razonamiento centrada en los artefactos, su función
técnica y los procesos constructivos, los que para Galileo se constituyeron en objeto de
investigación, por un lado para crear sus propios artefactos y por el otro, para mejorar sus
investigaciones. De modo que las creaciones técnicas fueron el objeto de su investigación, además
de la naturaleza.
De lo anterior podemos suponer que la tecnología se desarrollo de manera independiente
de la ciencia, en su concepción moderna, para posibilitar la creación de objetos y procesos. En tal
caso, la tecnología y la ciencia siempre se han desarrollado de manera paralela, como si fueran
hermanas mellizas, enriqueciéndose mutuamente desde entonces.
Por otro lado la antropología nos muestra, gracias a los vestigios de sus creaciones, que los
ancestros del ser humano, ya elaboraban y usaban herramientas, lo que permite suponer que el
diseño (invención, concepción y producción) de las herramientas basado en habilidades para
prefigurar situaciones, acciones, generar ideas y crear, esto por ejemplo en los cuchillo de piedra se
pueden observar la forma, estructura, y la función conjugados de manera armoniosa para hacer
mas efectiva la caza o el seccionamiento de sus presas.
¿Acaso por esto podemos suponer que había postulados teóricos, modelos explicativos, o
hipótesis de trabajo? Posiblemente no, por ello, podemos afirmar que no existió tecnología como
ciencia, en el sentido moderno del término, pero si un conjunto de ideas basadas en la experiencia
cotidiana y en la capacidad creativa. El ser humano evolucionó en un ser pensante en virtud de su
capacidad de construir; sus creaciones posibilitaron el desarrollo de esa capacidad pensante y de su
propio proceso evolutivo, así como de la creación de cultura, la cual fue cada vez más refinada, los
productos son cada vez más funcionales y de calidad.
Volviendo con Galileo, o mejor dicho con sus recomendaciones, es posible que otros
científicos le hayan hecho caso, e incluso hayan atendido a sus propias convicciones, así
encontramos que:
“Pasteur, científico notable por su teoría microbiana, después de haber salvado a la
industria de la cría del gusano de seda… …se proponía conseguir que la cerveza de Francia fuese
mejor que la cerveza de Alemania… para lo cual, …emprendió largas peregrinaciones a las grandes
fábricas de cerveza de Francia, interrogando a todo el mundo, desde el maestro cervecero en su
despacho, hasta el obrero más modesto encargado de la limpieza de las cubas. Hizo un viaje a
Inglaterra para estudiar con los rubicundos artistas que fabricaban el "porter", y con Bass-Burton,
los fabricantes del "ale", dándoles, por su parte, alguno que otro consejo”. (Kruif, P., 1963)
Otro científico notable que puso atención a los saberes de los artesanos y de interés para las
actividades tecnológicas agropecuarias cuya base está en la selección y cruza de especies para la
producción es:
Charles Darwin, en el capitulo sobre “Principios de selección seguidos desde antiguo y sus
efectos” señala:
[…]
Así ha ocurrido probablemente con el perro galopillo, y se sabe que ese ha sido el caso con
la oveja ancon. Pero cuando comparamos el caballo de tiro con el caballo de carrera, el camello con
el dromedario. las diversas razas de ovejas, adaptadas para la tierra cultivada o para los prados de
montaña, siendo la lana de una raza favorable para un fin y la de otras razas para otros fines;
cuando comparamos las muchas clases de perros, cada una buena para el hombre en diferentes
sentidos; cuando comparamos el gallo de riña, tan obstinado en la lucha, con otras razas tan poco
pugnaces, las eternas ponedoras, que nunca desean empollar, y la gallinita de Bantam, tan pequeña y
elegante; cuando comparamos la legión de plantas agrícolas, culinarias, de huerta y de vergel,
utilísimas al hombre en diferentes estaciones y para diferentes fines, o tan hermosas para él, me
parece que ya no debemos pensar solamente en la mera variabilidad. No podemos suponer que
todas las razas aparecieron súbitamente tan perfectas y útiles como las vemos; a decir verdad,
sabemos que en muchos casos no ha sido esa su historia. La clave es el poder que tiene el hombre
de selección acumulativa: la naturaleza le da variaciones sucesivas; el hombre las aumenta en
ciertas direcciones útiles para él. En este sentido, puede decirse que se ha creado las razas útiles. El
gran poder de este principio de selección no es hipotético. Es indudable que varios de nuestros
criadores eminentes han llegado a modificar en forma considerable, y durante una sola vida, sus
razas de vacunos y ovejas. A fin de comprender cabalmente el valor de lo que han hecho, es casi
indispensable leer algunos de los muchos tratados dedicados a ese tema y examinar los animales.
Los criadores suelen hablar de la organización del animal como de algo plástico, que
pueden modelar a su gusto. Si tuviéramos espacio, podríamos citar muchos pasajes en ese sentido
de autoridades muy competentes. Youatr, quizá el hombre que más conoció las obras de los
tratadistas de agricultura, y que era él mismo muy buen juez de animales, habla del principio de
selección como el -que "permite al agricultor, no sólo modificar el carácter de su rebaño, sino
cambiarlo completamente. Es la varita mágica por la que- da vida a cualquier forma y modelo que
le plazca". Lord Somerville, hablando de lo que han hecho los criadores con las ovejas, dice:
"Parecería como si hubieran dibujado con tiza en la pared una forma perfecta y luego le hubieran
dado vida". En Sajonia la importancia del principio de selección con respecto a la oveja merino se
reconoce tan plenamente que los hombres lo siguen como una profesión: las ovejas son colocadas
en una mesa y estudiadas como un cuadro por el conocedor; esto se hace tres veces con intervalo de
algunos meses, Y cada vez se marca y clasifica la oveja. de modo que finalmente pueda ser
seleccionada la mejor de las mejores. Lo que han hecho realmente los criadores ingleses queda
demostrado por los enormes precios que se pagan por los animales de pedigree, los cuales han sido
exportados a casi todas partes del mundo.
La mejora no se debe de ningún modo, por lo general, al cruzamiento de razas diferentes;
todos los buenos criadores se oponen enérgicamente a esta práctica, excepto algunas veces, entre las
subespecies estrechamente vinculadas, y cuando se ha hecho un cruzamiento, la selección rigurosa
resulta mucho más indispensable que en los casos ordinarios. Si la selección consistiera meramente
en separar alguna variedad muy distinta y hacerla procrear, el principio sería tan evidente que
apenas habría requerido mención; pero su importancia consiste en el gran efecto producido por la
acumulación en un sentido, durante generaciones sucesivas, de diferencias absolutamente
indeterminables para el ojo no educado, diferencias que yo, por ejemplo, he procurado en vano
distinguir. Ni un hombre entre mil tiene la precisión de vista y el juicio suficientes para convertirse
en buen criador.
Si posee esos dones y si estudia el tema durante años dedicando a él su vida con indomable
perseverancia, tendrá éxito y podrá hacer grandes progresos; si le falta alguna de esas cualidades,
fracasará de seguro. Pocos creerán fácilmente cuánta capacidad natural y años de práctica se
necesitan para llegar a ser siquiera un hábil palomero.
Los mismos principios son seguidos por los horticultores; pero las variaciones en este
dominio son a menudo más bruscas. Nadie supondrá que nuestros productos escogidos han
resultado de una sola variación del tronco original. Tenemos pruebas de que no ha sido así en
varios casos en los que se han conservado datos documentados; por ejemplo, para mencionar uno
cualquiera, el tamaño cada vez mayor de la frutilla común. Observamos una mejora asombrosa en
muchas flores de florería cuando se compara las de la actualidad con dibujos hechos hace apenas
veinte o treinta años. Cuando una clase de plantas está bien establecida los cultivadores no eligen
las mejores: se limitan a recorrer sus almácigos y arrancar las pillas, como llaman a las plantas que
se desvían del tipo adecuado. En realidad también se sigue esta clase de selección con los animales;
porque nadie será tan negligente que haga cría con sus peores ejemplares… (Darwin, 1953)
[…]

Otro científico renombrado, Albert Einstein trabajó durante varios años en la oficina de
patentes de Berna examinando inventos
[…]
Lllegó a interesarse en la tecnología hasta el punto de que Friedrich Haller, su director,
escribe en 1906 que "está entre los peritos más estimados de la oficina" …no le faltaba el sentido
práctico y le gustaban los inventos y los aparatos, quizá porque de joven tuvo que ver muchos en el
negocio familiar de electrotecnia.
… La imagen tópica nos presenta a un Einstein completamente alejado de las cuestiones
prácticas. Seguro que no fue así. Está por hacerse el estudio de la importancia que tuvo para él su
tiempo en la oficina de patentes, pero podemos imaginar cómo debían incitarle los inventos que
examinaba a diario. Para su mente, tan inclinada a las explicaciones profundas, eran otros tantos
desafíos. No cabe duda de que, antes de dar su teoría del efecto fotoeléctrico o de proponer la idea
del fotón como constituyente de la luz, había pasado muchas horas tratando de entender el
comportamiento de los electrones y de la luz en aquellos artefactos. (Fernández, R. 2003)
[…]
Por otro lado, la máquina a vapor en su tiempo se convirtió en el objeto de conocimiento de
Ingenieros como Sadi Carnot y sus seguidores, así, como Galileo constituyo las bases de la
mecánica, Sadí dio pauta para desarrollar las bases de la termodinámica.
Estos son algunos ejemplos de personajes que supieron valorar los saberes e ingeniosas
explicaciones de los artesanos a que hacia referencia Galileo, hacer de los artefactos y sus procesos
de construcción y funcionamiento, su objeto de conocimiento y punto de partida para sus logros
científicos.
Para los fines de esta pequeña investigación, no ha sido necesario referirnos a personajes
como Arquímedes, Leonardo Davincí, James Watt, Tomas Alba Édison. De los cuales no tenemos
duda de su ingenio tecnológico, y a los que analizaremos con mayor detalle en otro momento
porque ellos han contribuido a la creación de la tecnología como ciencia de las creaciones técnicas.
Basta por el momento en reafirmar que la producción de un artefacto es el resultado de la
creatividad y del esfuerzo intelectual humano e involucra conocimientos y saberes que están en la
base de la creación de conocimientos tecnológicos y científicos. Las relaciones entre prototecnología
y protociencia (antes de su configuración como tales) son parte de la naturaleza humana y su
diferenciación y mutuo enriquecimiento solo es claro en sus fines:
La TECNOLOGÍA como: Conjunto saberes y maneras de hacer para transformar la
realidad, diseñar objetos y procesos y resolver problemas técnicos.
La CIENCIA como: Conjunto de conocimientos sobre la realidad así como la
sistematización de conocimientos y procedimientos para adquirirlos
.
Hasta la revolución industrial fue más lo que la tecnología aportó a la ciencia que la ciencia
a la tecnología. Pero no es lejana la posibilidad de que en un futuro cercano, tengamos que aceptar
en todos los ámbitos de nuestra vida que la tecnología y la ciencia compartan fines y entonces
hablaremos de TECNOCIENCIA como el estudio de las prácticas sociales con arreglo a los
principios fisicoquímicos y biológicos para su mejora e innovación cuya finalidad será el
mejoramiento de la calidad de vida y la conservación de la naturaleza.

Referencias Bibliográficas
.
Altshuler, J. (2002). A propósito de Galileo. Fondo de cultura Económica. México. pp. 13-44.
Darwin Ch. (1953). El origen de las especies. Diana. México. pp. 43-47
Fernández, R. 2003. Los muchos rostros de la ciencia. Fondo de cultura Económica. México. pp. 25-
50.
Kruif, P. (1963). Los cazadores de microbios. Diana, México. pp. 65-111.
Mardones, J. (1991). Filosofía de las ciencias humanas y sociales, materiales para una
fundamentación critica. Anthropos. Barcelona. Pp. 23-32
Hottois, G. (1991). El paradigma bioético. Una ética para la tecnociencia. Editorial
Anthropos. Barcelona

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