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Los científicos piden investigar embriones

de más de 14 días para entender el


momento “más importante” del desarrollo
humano
Un panel internacional de expertos aconseja revisar las leyes
actuales y establece líneas rojas a la creación de seres
híbridos animal-humano
Durante más de 40 años, muchos países han asumido que un
individuo empieza a ser un individuo a los 14 días de edad. Para
entonces los humanos somos aún un embrión de unas pocas
células; más pequeño que la punta de un lápiz. Pero a los 14 días
se forma la línea primitiva, que marca el momento después del
cual es ya imposible que ese amasijo de células se divida para
formar dos gemelos. Muchos países, incluida España, prohíben
por ley cultivar embriones humanos en el laboratorio más allá de
esta frontera.
Un panel internacional de científicos pide hoy que se levante esta
restricción. Su principal argumento es que, por primera vez en la
historia, ahora es posible estudiar uno de los momentos más
cruciales del desarrollo humano: el que va de los 14 a los 28 días
de desarrollo embrionario, conocido como gastrulación.

Los biólogos del desarrollo dicen que el momento más importante


en la vida de una persona no es cuando nace ni cuando tiene hijos
ni cuando muere, sino cuando gastrula. En ese corto lapso de
tiempo las células del embrión en desarrollo se reorganizan
siguiendo una coreografía para formar el plano general de un
cuerpo con sus tres tipos de tejido primordiales que darán lugar a
los órganos, incluido el corazón, que pronto empezará a latir. Es
en este momento cuando suceden muchos abortos espontáneos y
también malformaciones congénitas que provocarán enfermedades
de por vida. Este proceso se ha estudiado mucho en ratones y
también en monos, pero cada vez está más claro que hay grandes
diferencias entre estos y nosotros y, hasta ahora, nadie ha podido
estudiar este proceso en embriones humanos.
“Si pudiéramos entender qué funciona mal tal vez podríamos
evitar los abortos espontáneos y las malformaciones”, explica
Robin Lovell-Badge, presidente del panel de 45 científicos de la
Sociedad Internacional de Investigación con Células Madre que
publican hoy sus nuevas directrices para la investigación en este
campo, que desde la última edición en 2016 está casi
irreconocible.

La regla de los 14 días se acuñó en 1979, cuando era casi


impensable que ningún laboratorio consiguiera desarrollar un
embrión humano sobre una placa de cultivo mucho más de cinco
días. Pero desde 2016 dos grupos han demostrado que podían
llegar hasta los 13 días, momento en el que se apresuraron a
descartar los embriones para no violar la ley. Se quedaban así a las
puertas de “el periodo más importante para entender lo que es un
ser humano”, señala Lovell-Badge, investigador del Instituto
Francis Crick de Londres. El experto argumenta que ahora ya es
posible llegar más allá, aunque solo sea para unos pocos grupos de
científicos en todo el mundo que dominan las técnicas necesarias.
Si pudiéramos entender qué funciona mal tal vez podríamos evitar los abortos espontáneos
y las malformaciones”
Robin Lovell-Badge, presidente del panel

El documento oficial no especifica un límite máximo para cultivar


un embrión en el laboratorio, pero Lovell-Badge señala que este
podría fijarse a los 28 días, cuando acaba la gastrulación. Es justo
entonces cuando aparecen las primeras neuronas periféricas y
podría argumentarse que el embrión empieza a sentir. El cerebro
como tal —y tal vez la capacidad de pensamiento— no aparece
hasta el final de la quinta semana de desarrollo.

Este mismo año se ha perfeccionado la creación


de seudoembriones a partir de células de la piel reprogramadas
que fueron destruidos a los 11 días. El mes pasado, el equipo del
español Juan Carlos Izpisúa confirmó la creación de embriones
híbridos con células de mono y humano que se desarrollaron en el
laboratorio hasta los 19 días. El objetivo de Izpisúa y su equipo es
conseguir entender el desarrollo embrionario de forma que algún
día sea posible cultivar órganos humanos en huéspedes animales.
“Uno de los miedos recurrentes con los organoides de cerebro es pensar que estamos
creando órganos que podrían pensar o sentir dolor
Nuria Montserrat, bióloga

Uno de los mayores miedos de la comunidad internacional es que


esos embriones pudieran implantarse a una hembra de simio o
incluso de humano y que naciese una quimera con mezcla de
humano y de mono. Sería un experimento delirante pero tal vez
técnicamente posible en el futuro. Las nuevas recomendaciones
prohíben taxativamente este tipo de experimentos tanto en
humanos como en grandes simios, pero establece que podría
hacerse en macacos previa aprobación de un panel científico y
ético especializado. La normativa prohíbe también gestar quimeras
que puedan generar sus propios espermatozoides u óvulos y por
tanto tener capacidad de reproducirse.
En el documento se habla de otro asunto “espinoso”, explica la
bióloga Nuria Montserrat, única española del comité. Se refiere a
la creación de organoides, estructuras de células que emulan
estómagos, riñones e incluso cerebros en miniatura. “Uno de los
miedos recurrentes con los organoides de cerebro es pensar que
podrían generar conciencia, pensamiento o sentir dolor”, explica.
El documento recuerda que no hay ni una sola prueba de que esto
sea posible, pero advierte de que habrá que estar vigilante a
medida que se vayan creando organoides más y más complejos.
Uno de los objetivos de estas nuevas directrices es “hacer
pedagogía en la sociedad”, resalta Montserrat. “No queremos
quedarnos atrás como investigadores”, añade la científica del
Instituto de Bioingeniería de Cataluña que por ejemplo
usa minirriñones para probar nuevos fármacos contra el
coronavirus.
La decisión de descartar la norma de los 14 días no ha sido
unánime, reconoce Lovell-Badge, aunque sí apoyada por una
“gran mayoría” de los 45 científicos de 10 países que firman
las nuevas recomendaciones, publicadas en la revista Stem Cell
Reports. Su objetivo es iniciar el proceso de debate internacional
para que cada país valore el potencial de estas nuevas técnicas y
decida si levantan o no sus restricciones legales. Este tipo de
experimentos quedaría en cualquier caso bajo la aprobación de un
comité científico y ético nacional.
“En España este tipo de investigaciones serían ilegales”
Federico Montalvo, presidente del Comité de Bioética

“En España este tipo de investigaciones son ilegales”, explica


Federico Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España.
“La legislación española es una de las más permisivas, en
Alemania, por ejemplo, está prohibida casi cualquier investigación
con embriones humanos”, resalta. Este tipo de investigaciones
también estaría fuera de la ley en Reino Unido. En cambio, EE
UU y China contemplan la regla de los 14 días como directrices,
pero no por ley, con lo que probablemente estos dos países sean
los principales contendientes a la hora de investigar con embriones
de más de dos semanas.

Dos leyes, la de investigación biomédica de 2007 y la de


reproducción asistida de 2006 prohíben cultivar embriones en el
laboratorio durante más de 14 días o crear híbridos
“interespecíficos” con material genético humano. Quien lo hiciera
cometería una infracción “muy grave” castigada con una multa de
hasta un millón de euros, explica el jurista y médico Carlos
Romeo. “No se debe levantar la limitación de 14 días hasta que no
haya nada que lo justifique de verdad y parece que las limitaciones
técnicas y biológicas de incompatibilidad entre especies hacen
muy difícil que se pueda llegar mucho más allá por ahora”, opina.
Hay una vía adicional para entender esa caja negra del desarrollo
humano: el uso de modelos embrionarios obtenidos a partir de
células madre o de células adultas reprogramadas que han sido
modificados para no desarrollar cerebro. Estos modelos además no
podrían prosperar si fueran implantados en un útero de animal,
explica Alfonso Martínez-Arias, investigador Icrea de la
Universidad Pompeu Fabra, cuyo equipo creó estos modelos en
2019 cuando trabajaba en la Universidad de Cambridge. Martínez-
Arias mantiene que estos modelos tienen patrones de expresión
genética similares a los de embriones de más de dos semanas,
aunque hasta ahora no está claro hasta qué punto son fieles. Y aquí
es donde se complica la situación, pues una forma de demostrar
que son fiables sería comparándolos a embriones reales de más de
14 días, resalta Lovell-Badge.
En 2018, el científico chino He Jiankui anunció la creación de los
primeros bebés modificados genéticamente en un experimento
inútil y prohibido en muchos países. Es imposible impedir que en
un futuro pueda haber infracciones similares con embriones
humanos o quimeras, admite Lovell-Badge, pero las nuevas
directrices ayudarán a ello, opina. “No son perfectas, pero añade la
presión de toda la comunidad de expertos internacionales, con lo
que será más difícil que ocurra”, señala..

RESUMEN: La noticia informa que un grupo de científicos está pidiendo que se permita la
investigación en embriones humanos que han superado los 14 días de desarrollo, con el objetivo
de comprender mejor el momento más crítico del desarrollo humano. Actualmente, la
investigación en embriones humanos está limitada a los 14 días después de la fecundación debido
a preocupaciones éticas y legales. Sin embargo, los científicos argumentan que el estudio de
embriones más avanzados podría proporcionar información valiosa sobre el desarrollo temprano
de enfermedades y otros problemas de salud. La solicitud se está debatiendo en una reunión de la
Asociación Europea de Investigación y Terapia con Células Madre.

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