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JUAN NADIE (1940). La fábula social de Frank Capra.

Los trabajadores de un periódico son despedidos casi en su totalidad cuando un rico magnate lo compra. Una
avispada periodista publica un montaje en su último artículo en el periódico: una carta donde uno de los
empleados despedidos anuncia su suicidio. La carta lleva en su firma el nombre de Juan Nadie. El alcance del
artículo es tal, que el periódico se ve en la necesidad de mantener el engaño y crear un Juan Nadie, por lo que
encontrarán a un vagabundo que pasará a convertirse en el personaje más popular del momento.

La película comienza con unos planos que muestran a los trabajadores de los Estados Unidos de la época:
agricultores, mineros, telefonistas…hasta llegar a una sala llena de recién nacidos. Después, los nuevos
editores de un periódico promueven un cambio de estilo en la empresa y proceden a despedir a buena parte
de sus empleados. Ann Mitchell (Barbara Stanwyck) una sagaz periodista, antes de ser despedida se inventa la
carta de protesta de un ciudadano norteamericano en paro desde hace cuatro años, que firma Juan Nadie. Y
ante el escándalo y trascendencia, deciden crear a este personaje que se rebelará contra el sistema
establecido.

Con guión de Robert Riskin, adaptando la historia de Richard Connell y Robert Presnell Sr, estamos ante otra
de las muchas obras que nos dejó el maestro Frank Capra, estrenada en 1941 y con guion de Robert Riskin,
Juan Nadie refleja el ambiente de la Depresión en USA. Aquí, como en "Caballero sin espada (1939)", es otro
representante del americano medio y de la mayoría silenciosa del país, que se verá obligado a luchar contra el
establishment, y el cual, en su fatigoso combate quijotesco, llegará al borde del suicidio y encontrará la
redención a través del amor de la protagonista y del sentido común. El mundo de la prensa, de las finanzas y
de la política, queda aquí vapuleado con creces, dentro del aire populista de su autor, que a la vez primaba en
aquella segunda época roosveltiana.

El duelo interpretativo sentimental entre la ya veterana Barbara Stanwyck y el entonces galán Gary Cooper,
que ya había interpretado al Mr. Deeds de "El secreto de vivir" resulta sencillamente encantador y el siempre
indispensable Walter Brennan explicando lo que es ser un idiota en los tiempos modernos. En manos de otro
director, el final quizá se hubiera resulto de manera distinta, pero Capra apuesta por el final abierto, cruel pero
relativamente esperanzador. Resulta una obra muy en la línea Capra, esa línea que se mueve entre la utopía
de los sueños y el desencanto de las realidades. Capra nos dejó una serie de maravillosos títulos, fábulas o
cuentos morales con un gran poder de atracción y capacidad para que el espectador consiga identificarse con
los problemas del héroe, hacer que sean los suyos.

Se trata, pues, de una película modélica, excelentemente fotografiada por George Barnes y con momentos
inolvidables, como el discurso que mantiene su interés testimonial de crítica al sistema y a sus estamos, sobre
todo a los medios de comunicación y su capacidad de influencia sobre la población y, de bastante actualidad
en cuanto a los sensacionalismos se refiere. Una deliciosa propuesta, además llena de connotaciones
ideológicas.

Los medios de comunicación desempeñaron un importante papel en la difusión del New Deal durante la
década de los 30. La propaganda de sus políticas, vinculada a una clara intención pedagógica y al compromiso
con la sociedad para intentar superar la Gran Depresión, tuvo en el cine un oportuno aliado. En este contexto,
destacó Frank Capra, uno de los cineastas más populares de estos años y que mejor conectó con el público
americano debido a sus películas positivas e idealistas. Con los objetivos de poner en valor la propagación del
New Deal en el cine de Hollywood y reflexionar sobre la aportación de Capra, se analizan como persona y como
rol –según las teorías de Casetti y Di Chio-, los personajes de Juan Nadie (1941). Los protagonistas encarnan el
ideal de sociedad newdealista al funcionar como modelos para los espectadores, mientras que los
antagonistas representan el peligro del fascismo

COMO SE FILMO "Meet John Doe"


Es una película estadounidense de 1941 dirigida por Frank Capra. La película fue filmada en blanco y negro
utilizando cámaras de cine de 35 mm de la época.

La película fue producida por la compañía de producción de Frank Capra, Frank Capra Productions, y fue
distribuida por Warner Bros. Pictures. Se rodó en varios lugares, incluyendo los estudios Warner Bros. en
Burbank, California, así como en localizaciones exteriores en Los Ángeles.

En cuanto a la técnica de filmación, se utilizaron los métodos tradicionales de la época. La película fue grabada
en celuloide utilizando cámaras de cine estándar. La iluminación y la composición de las escenas fueron
cuidadosamente planificadas por el director de fotografía, George Barnes, para crear la atmósfera adecuada y
resaltar los aspectos visuales de la historia.

El director Frank Capra era conocido por su estilo visual y su habilidad para contar historias a través de
imágenes. En "Meet John Doe", utilizó una combinación de planos largos, planos medios y primeros planos
para enfocarse en la actuación y las emociones de los personajes. También empleó técnicas de iluminación
para resaltar ciertos aspectos y crear sombras dramáticas.

El proceso de edición se realizó de manera tradicional, cortando y uniendo las diferentes tomas para crear la
narrativa de la película. La música, los efectos de sonido y el diálogo se agregaron en la etapa de
posproducción.

En resumen, "Meet John Doe" fue filmada utilizando técnicas cinematográficas convencionales de la época,
combinando una cuidadosa planificación visual con la actuación de los actores para contar la historia de
manera efectiva.

https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/cine-pelicula-juan-nadie-frank-capra-critica.html

La historia comienza con la compra de un periódico por parte de un magnate, cuya primera decisión es
despedir a casi todo el personal. Entre los despedidos se encuentra Ann, a quien pone cara Barbara Stanwyck.
Esta intrépida periodista decide publicar una falsa e incendiaria carta que lleva la firma de Juan Nadie. En ella
se anuncia el suicidio de un ciudadano corriente que no soporta más la deriva del mundo. El éxito del artículo
es tal que el periódico decide crear un Juan Nadie y contrata a un vagabundo, Gary Cooper, para ponerle
rostro. Desde el púlpito, John Doe pide que conozcamos a nuestro vecino y le tratemos con amor. Es un
mensaje que todos conocemos, el mensaje más revolucionario, que es el de amar a los demás.

“No leo periódicos y tampoco escucho la radio. Sé que el mundo ha sido afeitado por un barbero borracho y
no los leo”. Así habla el personaje de Cooper antes de abrazar al personaje de Juan Nadie y volverse un
idealista. Puede que tenga razón pero seamos honestos. Sería casi imposible respirar sin un mínimo de
idealismo, sin la esperanza de un mundo mejor, una vida mejor o simplemente un día más bonito a la mañana
siguiente. Todos somos Juan Nadie, y tu vecino también, ¿a qué esperas para hablar con él?

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