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13 cualidades y aptitudes del Administrador de Empresas
Sonia Mercedes Andrade Molinares

Iniciaremos esta reflexión planteando la siguiente interrogante: ¿Qué


cualidades excepcionales debe tener un administrador de empresas?
A simple vista la respuesta parece obvia, pero al ir avanzando en los roles y las responsabilidades
de un administrador notaremos que una sencilla denominación va a contener una serie de micro
construcciones humanas, gerenciales y empresariales, toda vez que la administración como
ciencia, cubre un sin número de responsabilidades que sobrepasan lo estrictamente laboral o
empresarial.
En este contexto, el administrador de empresas es una persona que debe estar en permanente
crecimiento, lo que le permita instaurar una visión particular traducida en acciones innovadoras
para sí mismo y para el recurso humano que lo acompaña en el día a día laboral. Hablamos de
un tipo de persona que privilegia lo humano, sabiendo que su trabajo es, en buena medida, el
timón que dirige la nave empresarial. Esta singular responsabilidad lo ubica en el ojo del
huracán, toda vez que sus acciones marcan la ruta económica y estratégica.
Desde esta perspectiva, el actual administrador de empresas debe conjugar múltiples
habilidades para la gestión de las compañías, convirtiéndose en uno de los miembros más
creativos y dinámicos de cualquier empresa moderna. Este tipo de experto, transforma de
manera dinámica y proactiva un conjunto de recursos humanos, técnicos y económicos con una
visión global aún estando en un entorno local. Evidentemente para llegar a ser un administrador
de este talante, se debe contar con algunas cualidades muy importantes, entre ellas señalamos
algunas por considerarlas fundamentales:

Cualidades del Administrador de Empresas

Cualidades Comunicativas
• Estimula a su personal con palabras agradables y motivadoras.
• Su lenguaje es seguro pero no pierde de vista la generosidad en el uso de la exhortación.
• No pierde de vista que el respeto hacia el otro se manifiesta a nivel de la comunicación
oral y escrita.
• Muestra empatía al momento de escuchar al “otro”.
• Permite que haya un tiempo de calidad comunicativo, promoviendo espacios para que su
personal opine y discierna en un ambiente de plena libertad.
Cualidades Gerenciales
• Conoce todos los espacios de la empresa a nivel económico y estratégico, e interpreta los
cambios como oportunidad y reto creativo.
• Es un experto en el producto que ofrece el negocio y logra que cada miembro del equipo
también lo sea, dando participación y tomando en cuenta las ideas de quienes lo rodean.
• Está consciente de la importancia de la comunicación, de tal manera que reúne
frecuentemente a su equipo de trabajo, escucha la opinión que tienen sobre un tópico,
reflexiona y toma nota de las sugerencias.
• Establece un plan acción flexible pero realista para mejorar los avatares propios de la
empresa para poder llevarla a grandes alturas.

Cualidades Creativas
• Se interesa por el cambio y hace que su personal esté en continuo proceso de reingeniería
humana y académica.
• Permite la creación de grupos autodirigidos y el encuentro de saberes compartidos.
• Analiza los conflictos desde la tarima de las oportunidades y abre espacios para reformular
constantemente áreas que requieren un cambio.
• Visualiza a la empresa como un gran cuadro lleno de colores, formas y texturas hilvanadas
para generar beneficios materiales y espirituales.
¿Y tú? ¿Qué tipo de administrador de empresas eres?
Estas cualidades y otras tantas que pudieran nombrarse, solo destacan el gran reto que tiene el
administrador de empresas del siglo XXI, en lo que concierne a valorar el capital y humano para
generar procesos administrativos garantes del bienestar laboral y la salud económica de la
empresa.
Este tipo de administrador asertivo y reflexivo, entiende la naturaleza particular de trabajar con
grupos de personas dando repuestas satisfactorias, monitorizando y afinando con su ejemplo
las diversas tareas asignadas. Este engranaje de esfuerzos compartidos, genera por su misma
esencia interactiva, una cultura donde el riesgo es recompensado y los eventuales fracasos no
impactan de manera dramática en los objetivos más relevantes.
De igual manera, los administradores de empresas que son eficaces en su labor, aprenden de
los otros y buscan consolidar un lugar muy cercano al liderazgo efectivo, situacional y
transaccional, toda vez que estar cerca de sus coetáneos les ayuda a darle sentido axiológico a
su gestión, entendiendo y practicando la comunicación asertiva en todos sus niveles.

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