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Aridjis, Homero, Antología poética (1960-2018), edición de Aníbal Salazar

Anglada, Madrid, Cátedra, Colección Letras Hispánicas, 408 págs.

IgnacIo Ballester Pardo


Universidad de Alicante

Aníbal Salazar Anglada acaba de vida y obra. La mariposa Monarca


recoger en España buen parte de la que emigra miles de kilómetros, los
obra de uno de los poetas más im- ángeles que sus hijas se tatúan en el
portantes y menos reconocidos en brazo o en la espalda así como los
México. Homero Aridjis (Conte- sueños que Aridjis escribe a mane-
pec, Michoacán, 1940) tiene oríge- ra de diarios van conformando una
nes griegos (por su padre, Nicias) y producción que hibrida la narrativa,
mexicanos (por su madre, Josefina). el teatro y el ensayo.
A los diez años se pega un tiro en el
estómago tratando de cazar pájaros Como apunta Salazar, un hecho
y, a punto de morir, siente entonces marca la precocidad de Aridjis: for-
la necesidad poética y ecológica que, mar con Octavio Paz, Alí Chumace-
junto al mestizaje cultural de tiem- ro y José Emilio Pacheco la antología
pos y espacios, caracterizan su obra Poesía en movimiento (1966), que ya
hasta el día de hoy. De ello da buena va por la trigésimo quinta reimpre-
cuenta Aníbal Salazar en un riguro- sión. El michoacano fue el más joven
so y exhaustivo estudio crítico, amén durante mucho tiempo. Con quince
de precisas notas que facilitan desde años fue incluido por Jesús Arella-
España la lectura de una veintena de no en Poetas jóvenes de México (1955);
poemarios del mexicano. con diecinueve recibió la beca del
Centro Mexicano de Escritores, otor-
El profesor e investigador de la gada por la Fundación Rockefeller;
Universitat Ramon Llull presenta en con veinticuatro mereció el Premio
el preámbulo una honda reflexión Xavier Villaurrutia por su poema en
teórica sobre la labor antológica que prosa Mirándola dormir (1964). Este
lleva a cabo. En ella permean y con- era entonces el galardón más im-
versan numerosas referencias de la portante. ¿Por qué no hizo lo propio
literatura universal que no hacen después con el que lo es actualmen-
sino aclarar en un discurso límpi- te, el Premio Bellas Artes de Poesía
do y dinámico las relaciones entre Aguascalientes? ¿Cómo ha tardado

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tanto en publicarse una edición crí- Según Spinato, «hasta el punto de


tica como esta? insertarlo en una lista negra» (111).
Los prejuicios terminan calando
La confianza que en él depositó en la literatura. «Apuntes para una
Octavio Paz le valió buena parte de poética de luz» (67-89), más allá del
las relaciones y los avales internacio- poema erótico, amoroso y sensual de
nales que tiene, por ejemplo, para sus primeros años, focaliza su prin-
fundar en 1985 el Grupo de los Cien cipal aportación a las letras hispáni-
con su esposa, Betty Ferber; o para cas tanto por la alegoría del Sol (vital
presidir el PEN Club Internacional en la cultura mexica), como por la
de 1997 a 2003. Con tales asociacio- voz que rescata de la Madre Tierra y
nes logró defender la vida de la ma- el cultivo sui géneris de un lenguaje
riposa Monarca, la tortuga marina o límpido y natural.
la ballena gris, presentes también en
su obra poética. No obstante, la som- Importa y exporta, por tanto, el tra-
bra del Premio Nobel es alargada. bajo de Salazar, con la colaboración
Terminó desvinculándose de dichos de Aridjis, en una acertada selección
intereses crematísticos y respaldó la poética que destaca los rasgos de su
defensa medioambiental desde su oficio a lo largo de más de cincuenta
país, pero el malestar de las institu- años. Una vez más se descarta La musa
ciones mexicanas ya no se resolvió. roja (1958), su poemario de adoles-
cencia, y la compilación arranca con
El crítico ofrece también una poé- Los ojos desdoblados (1960). El cuerpo
tica que bebe de los estudios de femenino inspira sus primeras letras:
Thomas Stauder en 2005 o Patrizia Antes del reino (1963) tiene una segun-
Spinato en 2015. Salazar, director da edición en 1966, con Mirándola dor-
del portal de Homero Aridjis en la mir (1964) se incluye «Pavana por la
Biblioteca Virtual Miguel de Cervan- amada difunta» y en Perséfone (1967)
tes, sostiene en la Antología que: se cierra ese primer bloque de poesía
Pese a la amplia difusión que ha teni- amorosa que convive con interaccio-
do en México la obra de Aridjis, no es nes surreales de la mano de sus ami-
menos cierto que el hecho de haberse gos Luis Buñuel o Leonora Carring-
convertido el escritor, desde los años ton. Como diría Paz en el Laberinto de
80, en una persona incómoda para la soledad, los españoles exiliados tras
los distintos gobiernos mexicanos, la Guerra Civil influyen directamente
sean del signo que sean, ha repercu- en la poesía mexicana contemporá-
tido en su labor literaria (111). nea. Un año después de la Matanza

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Antología poética

de Tlatelolco que tuvo lugar el 2 de se personifican en Tiempo de ánge-


octubre de 1968, apenas encontramos les (1994). Si con el temblor de 1985,
textos que denuncien la militariza- veíamos el poema «Tiembla en Mé-
ción del gobierno. Ajedrez-Navegacio- xico y se mueven los siglos» (245),
nes (1969) o Los espacios azules (1969) durante el levantamiento zapatista
todavía experimentan más con el de 1994 no se alude directamente al
lenguaje que con los temas sociales contexto político.
que acabarán alambicando su poe-
sía. Dialoga así con referentes como Podríamos pensar que, por mo-
el «místico tardomedieval de origen mentos, el poeta se ensimisma para
belga Jan van Ruysbroeck» (183). La comprender el exterior. Así lo vemos
autobiografía y las aristas que des- en Ojos de otro mirar (1998). Ya en el
pliega el sujeto poético vienen con El tercer milenio, la defensa de los cetá-
poeta niño (1971); mientras que la his- ceos que a él y a Betty casi les cuesta
toria del México prehispánico, colo- la vida protagoniza El ojo de la balle-
nial, independiente y revolucionario na (2001). Los poemas solares (2005)
despierta cual fantasmagoría rulfiana son unicidad, certeza; incluso en la
(a quien, nos cuenta Salazar, Aridjis simbiosis, en el desdoblamiento y en
acompañó en una borrachera) en Vi- el enojo de Diario de sueños (2011) o
vir para ver (1977). en la poética vertical Del cielo y sus
maravillas, de la tierra y sus miserias
Aridjis incursiona en la crítica y (2013). Con una media de siete textos
en lo onírico en Construir la muerte por apartado se nos presenta Aridjis
(1982) para explotar definitivamen- en cada uno de los veinte libros pu-
te su calado ecocrítico en Imágenes blicados y un inédito, que por estas
para el fin del milenio (1986), Nueva fechas llega a librerías, La poesía llama
expulsión del Paraíso (1990) y El poeta (2018), donde descuella el penúltimo
en peligro de extinción (1992) ante el poema de la Antología que edita Aní-
apocalipsis inminente que anuncia bal Salazar, «Laberintos verticales»
el fin del milenio, de la era. La ani- (402): «[…] sobre entradas y salidas
quilación humana es una estela cir- giratorias / y sobre gentes encerra-
cular. El antólogo dedica al poema- das en su impropia nada. / Ruinas
rio Arzobispo haciendo fuego (1994) el elevadas, precipicios interiores, gim-
espacio que nunca tuvo como libro nasios / y salones con tableros de
independiente, ya que hasta ahora se ajedrez en perpetua soledad» (403).
publicó acompañando a otros textos. En estos años la decadencia urbana
Estamos ante órbitas trágicas que refleja los problemas que causa la

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guerra contra el narcotráfico o la res- Juan José Arreola, por quien renun-
puesta ante las fronteras de un muro ció en un primer momento al Premio
solar. Xavier Villaurrutia). En las últimas
décadas Adriana Tafoya desarrolla
Creemos con Aridjis que la poesía esta unión de poesía y ajedrez con
es el único camino ante la dispersión Enroque de flanco indistinto (2007).
y la pérdida. Las metáforas cotidia- Por otra parte, los autorretratos y
nas giran por la lluvia ante la oscu- la plástica que cultiva Aridjis, quizá
ridad, de Pablo Neruda a César Va- de Rosario Castellanos, se añaden
llejo. Queda confirmada la herencia con humor y escarnio en el paso del
que Aridjis renueva de la tradición. tiempo que también preocupa a Ju-
En él advertimos, entre demás voces, lián Herbert; mientras que los poe-
a Jaime Sabines o a Juan Gelman (que mas post mortem de Tiempo de ánge-
tanto ha estudiado Salazar). Prueba les (1994) podrían entenderse, ahora
de ello es el poema «Asombro del mismo y salvando obviamente las
tiempo (Estela para la muerte de mi diferencias, con los Poemas póstumos
madre, Josefina Fuentes de Aridjis)», (2018) que acaba de publicar Luis
pues «Ella lo dijo: Todo sucede en sá- Eduardo García. Además, la ciudad
bado: / el nacimiento, la muerte, / de México cobra especial interés en
la boda en el aire de los hijos» (248); la obra de Aridjis por construir un
pero ¿qué presencia tiene Aridjis en peculiar palimpsesto que analiza
la poesía mexicana contemporánea? con cuidado Aníbal Salazar. La voz
Aunque no son tan marcadas como del poeta solar va a dar en los ríos,
las de José Emilio Pacheco o Gerar- que no son el morir, sino la vida de la
do Deniz, sí existen algunas señales última llamada que del documental
que van de Aridjis a poetas más re- de José Cohen y Lorenzo Hagerman
cientes. Desde el misticismo de Elsa H2O MX (2014), con la participación
Cross o del doppelgänger de Francis- del poeta que nos ocupa.
co Hernández y Christian Peña a Si repasamos los 808 títulos que
«La cacería del jaguar rojo» (336) que preceden a la Antología poética (1960-
también observa Efraín Bartolomé o 2018) de Homero Aridjis y Aníbal
la violencia inusitada de Coral Bra- Salazar, no distinguimos poetas del
cho, el michoacano representa en la México reciente o poetas que aún vi-
poesía mexicana contemporánea la van y escriban. Son de excepción las
preocupación por el ajedrez (cuyas ediciones críticas que Cátedra dedi-
partidas le valieron la amistad con ca a la contemporaneidad. Y también

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Antología poética

es único el trabajo de Salazar. Te- Igualmente es posible leerlo desde


nemos la posibilidad ahora de leer- México, pues el libro también se en-
lo desde España: «útil no solo para cuentra disponible en formato digi-
el estudioso de la obra del escritor tal. Solo con su obra y con su crítica
michoacano, o de la poesía mexicana podremos entender un caso particu-
contemporánea, sino también para lar de la poesía en español a lo largo
el lector profano en la materia» (114). del mundo.

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