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Historia de las misiones de la provincia

jesuítica del Paraguay


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Las reducciones fundadas por la Compañía de Jesús entre
los guaycurúes, guaraníes y pueblos afines en las regiones
del Guayrá, Itatín, Tapé (las tres en el actual Brasil), Uruguay (Brasil, Argentina y
Uruguay actuales), Paraná (Argentina, Paraguay y Brasil actuales) y las áreas
guaycurúes en el Chaco (Argentina y Paraguay actuales), fueron establecidas en el
siglo XVII dentro de territorios pertenecientes al Imperio español en la gobernación
del Río de la Plata y del Paraguay y sus gobernaciones sucesorias (por real
cédula de 1617) a partir de su división en 1618: gobernación del
Paraguay y gobernación del Río de la Plata. Eclesiásticamente formaban parte de
los obispados católicos de Buenos Aires y de Asunción e integraban la provincia
jesuítica del Paraguay.
En 1586 llegaron los primeros jesuitas a Tucumán, y en 1587, a petición del Obispo
de Asunción, fray Alonso Guerra, también al territorio paraguayo.
En este contexto, los jesuitas iniciaron las obras de evangelización y de
construcción de los pueblos o reducciones en la actual zona de los departamentos
de Misiones e Itapúa en Paraguay.
La primera actividad de los jesuitas al llegar a Paraguay fue la formación de pueblos
autosuficientes dentro de áreas habitadas por indígenas y estructurar en forma
escrita la lengua guaraní. No solo se dedicaban a impartir enseñanza religiosa sino
que fijaban las pautas de un orden político, cultural, educativo y social que tuvo gran
influencia en el desarrollo posterior del Paraguay. Los indígenas, en su mayoría
nómadas y acostumbrados a una vida sin estructuras, se encontraban nucleados en
pequeñas comunidades en las selvas. En torno a la misión de los jesuitas eran
conformados en grupos de dos o tres mil por cada pueblo.
Este grupo de misioneros fundó cerca de 30 misiones en territorios que hoy
pertenecen al Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia. Muchas de estas misiones
fueron reconstruidas y conservadas.
Al ser expulsados los jesuitas por orden del rey Carlos III mediante la Pragmática
Sanción del 27 de febrero de 1767, franciscanos, dominicos y mercedarios tomaron
a su cargo los pueblos misioneros, constituyéndose la gobernación de las Misiones
Guaraníes.

Localización de las reducciones jesuíticas en el actual territorio de Argentina, Brasil y Paraguay.

Antecedentes[editar]
Hasta el año 1590 los españoles habían fundado diez ciudades y cuarenta colonias
en América del Sur. Los indígenas, sometidos por la fuerza de las armas y en
muchos casos voluntariamente, se constituyeron en servidores de los españoles a
través del sistema de encomiendas.
Los reyes españoles trataron de mejorar la calidad de vida de los nativos, emitiendo
decretos para su protección, pero tenían dificultad de ejercer un control sobre ellos.
El sistema de encomiendas dio lugar a frecuentes levantamientos de la raza
sometida.
No fue hasta que se fundaron las reducciones que surgió una época de mejoría de
las condiciones de vida de los indígenas.

Historia[editar]
El Consejo de Indias solicitó el envío de misioneros presentando la petición al
general de los jesuitas, Ignacio de Loyola, quien se mostró interesado; a pesar de
tener conocimientos de las condiciones espirituales de los pobladores de esta región
y aún de sus necesidades, Loyola consideró que su compañía todavía no reunía las
cualidades para semejante proyecto. Recién después de su muerte, los jesuitas
llegaron al Río de la Plata.
Los franciscanos habían introducido al Paraguay el sistema de reducciones
en 1580, fundando: Los Altos, Tobatí, Jejuy, Atirá, Ipané, Perico, Guarambaré y las
de Itá (1585), Yaguarón (1586), Caazapá (1606), Yutí (1611), Itatí (1615)
e Itapé (1682) entre los ríos Paraná, Paraguay y Aquidabán.
El superior general de la Compañía de Jesús, Claudio Acquaviva dispuso
en 1587 que las nuevas misiones jesuitas del Paraguay dependieran de la Provincia
Jesuítica del Perú (creada en 1568). Llamados por el obispo de Asunción los
primeros jesuitas que llegaron a esa ciudad el 11 de agosto de 1588 fueron Manuel
Ortega, Tomás Fields y Juan Saloni, que era el rector del grupo. Todos conocedores
del idioma tupí, similar al guaraní, por haber predicado antes en el Brasil. Los dos
primeros se dirigieron a explorar el Guayrá y luego se establecieron en Villa Rica del
Espíritu Santo.
Alonso de Bárcena, Marcelo Lorenzana y Juan Aguilar llegaron al Paraguay
en 1593. Juan Romero fue el primer superior de las misiones jesuíticas de la
provincia del Paraguay dependientes del Perú. Lorenzana y Saloni exploraron el
Guayrá. El Provincial jesuita de Perú, Esteban Páez ordenó el abandono de la
misión y los sacerdotes se dirigieron al Tucumán, permaneciendo sólo en Asunción
el anciano Tomás Fields. En 1603 fue creada la Vice-Provincia Jesuítica del
Paraguay y Tucumán dividiendo la provincia del Perú, con Álvarez de la Paz como
superior.
La provincia jesuítica del Paraguay fue creada el 9 de febrero de 1604 por Claudio
Acquaviva, quien decidió que los misioneros de la provincia se establecieran en
misiones estables, en vez de las volantes. 1 En 1605 Marcelo Lorenzana y José
Cataldino llegaron a Asunción. El primer provincial designado fue el padre Diego de
Torres Bollo, quién llegó a Córdoba (sede de la provincia jesuítica) en 1608 con
trece misioneros. Al momento de su creación esta provincia comprendía territorios
que hoy forman parte de la Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y el Brasil (sureste
del Mato Grosso y los estados de Santa Catarina, Paraná y Río Grande del Sur).
Los padres Simón Mazeta, Francisco de San Martín y Antonio Jordán fueron
enviados a Asunción. En 1625 se redujo la provincia al crearse la Vice Provincia
Jesuítica de Chile.2
Felipe III dispuso en dos reales cédulas de 1625 y 1626, agregar a la gobernación
del Río de la Plata los territorios de las misiones jesuíticas del Paraná y del
Paraguay.
Los jesuitas fueron dirigidos a zonas más alejadas de Asunción, una Real Cédula
del 16 de marzo de 1608 ordenó al gobernador del Paraguay, Hernando Arias de
Saavedra, (Hernandarias), que los jesuitas se dirigieran al Paraná, al Guayrá y a la
región de los guaycurúes en donde los indígenas quedarían eximidos del servicio de
la encomienda.
Las reducciones de los guaycurúes[editar]
En diciembre de 1609 los padres Roque González de Santa Cruz y Vicente Grifi
cruzaron el río Paraguay y se internaron en el país de los guaycurúes que vivían
entre río Confuso o Yabebyry y el río Pilcomayo en el Chaco Boreal.
En 1610 fundaron la reducción de Nuestra Señora María de los Reyes en el lugar
llamado Yasocá, ubicado a una legua del río Paraguay frente a Asunción, poco
después González de Santa Cruz fue enviado hacia la misión del Paraná.
En 1611 los misioneros fueron enviados a las regiones de Guarambaré y Pitun,
quedando sin sacerdotes la reducción. En 1613 fueron enviados allí Pedro Romero
y Antonio Moranta, fundando Romero junto al Pilcomayo la reducción
de Guazutinguá, que duró hasta 1626.3 Alonso Rodríguez y José Oreghi se unieron
luego a Romero. Tras 17 años de estériles intentos, la misión de los guaycurúes fue
abandonada por los jesuitas.
En 1750 se fundó San Fernando del Río Negro con abipones en el sitio de la actual
Resistencia.
En 1762 el gobernador del Paraguay José Martínez Fontes logró un acuerdo de paz
con los abipones y posibilitó a los jesuitas establecerse en el Chaco en las
reducciones de Misión del Santo Rosario y San Carlos del Timbó (en Formosa)
y Nuestra Señora del Bermejo a cargo del padre Martín Dobrizhoffer.4
En 1759 el cacique Lorenzo Mbayá firmó un efímero tratado de paz en Asunción, lo
que permitió el establecimiento de misiones jesuitas entre los mbayaes. En 1760 el
jesuita Joseph Sánchez Labrador fue enviado a misionar entre los mbayás y otros
"guaycurúes", fundando ese año la reducción de Nuestra Señora de Belén al este
de la actual Concepción en el Paraguay sobre el río Ypané. Al ser expulsados los
jesuitas en 1767 la misión tenía 260 indígenas reducidos.
También en 1760 el jesuita Manuel Durán fundó la reducción de San Juan
Nepomuceno al oeste del río Paraguay con indígenas guaná que se hallaban
sometidos a los mbayá, al momento de la expulsión de los jesuitas contaba con 600
indígenas.5

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