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El tema central del Corán es el monoteísmo. Dios es descrito como viviente, eterno,
omnisciente y omnipotente. La omnipotencia de Dios aparece por encima de todo en su poder
para crear. Es el creador de todo, de los cielos y la tierra y lo que hay entre ellos. Todos los
seres humanos son iguales en su total dependencia de Dios y su bienestar depende de que
reconozcan ese hecho y vivan de acuerdo con él.El Corán emplea argumentos cosmológicos y
de contingencia en varios versos sin referirse a los términos para demostrar la existencia de
Dios. Por tanto, el universo es originado y necesita un originador, y cualquier cosa que exista
debe tener una causa suficiente para su existencia. Además, el diseño del universo es referido
con frecuencia como un punto de contemplación. "Fue él quien creó los siete cielos en
armonía. No se puede ver falla alguna en la creación de Dios.
La doctrina del final de los días y la escatología (el destino final del universo) pueden
considerarse la segunda gran doctrina del Corán. Se estima que aproximadamente un tercio
del Corán es escatológico, relacionado con la vida después de la muerte en el otro mundo y
con el día del juicio al final de los tiempos. Hay una referencia a la vida después de la muerte
en la mayoría de páginas del Corán y la creencia en ello es mencionada a menudo junto con la
creencia en Dios, como en la expresión común "Cree en Dios y en el último de los días." Un
número de suras como el 44, 56, 75, 78, 81 y 101 están directamente relacionados con la vida
después de la muerte y sus preparaciones. Algunos suras indican la cercanía del evento y
advierten a la gente a estar preparados para la fecha inminente. Por ejemplo, los primeros
versos del Sura 22, que tratan del poderoso terremoto y las situaciones de la gente en ese día,
representan este tipo de admonición divinaː ¡Oh, gente! Tengan temor de su Señor. El
terremoto que ocurrirá cuando llegue la Hora (del Juicio) será algo terrible."
"El clímax de la historia, cuando el mundo actual llegue a su fin, es llamado de distintas
maneras. Es 'el Día del Juicio,' 'el Último Día,' 'el Día de la Resurrección,' o simplemente 'la
Hora.' Con menos frecuencia se le llama 'el Día de la Distinción' (cuando los buenos serán
separados de los malos), 'el Día de la Asamblea' (de los hombres ante la presencia de Dios) o
'el Día del Encuentro' (de los hombres con Dios). La Hora ocurre de repente. Es precedida por
un grito, por trueno, o el sonido de una trompeta. Una agitación cósmica tiene lugar luego. Las
montañas se disuelven en polvo, los mares hierven, el sol se oscurece, las estrellas caen y el
cielo se enrolla. Dios aparece como Juez, pero su presencia es sólo sugerida y no descrita.
El interés central se encuentra, desde luego, en la reunión de la humanidad entera frente al
Juez. Los seres humanos de todas las épocas, resurrectos, se unen a la multitud. Ante la
objeción burlona de los no creyentes con respecto a que las generaciones anteriores han
estado muertos mucho tiempo y son ahora sólo polvo y huesos decrépitos, la respuesta es que
Dios es capaz en cualquier caso de regresarles a la vida."
El Corán no afirma una inmortalidad natural del alma humana, pues la existencia del ser
humano depende de la voluntad de Diosː cuando lo desee, hace que el hombre muera, y
cuando lo desea le devuelve la vida en una resurrección corporal. De acuerdo con el Corán,
Dios se comunicó con el hombre e hizo que su voluntad fuera conocida a través de señales y
revelaciones. Los profetas, o "Mensajeros de Dios," recibieron revelaciones y se las enseñaron
a la humanidad. El mensaje ha sido idéntico y para la humanidad entera. "Nada se te ha dicho
que no se haya dicho a los mensajeros antes de ti, que tu señor tiene a su cargo el perdón, así
como el castigo más severo." La revelación no viene directamente de Dios a los profetas. Los
ángeles actuando como los mensajeros de Dios les entregan a ellos la revelación divina. Esto
aparece en el Corán 42ː51, en el que se enunciaː "Dios no habla a las personas excepto por
inspiración o tras un velo o enviando un Mensajero (el ángel Gabriel) para transmitirle por Su
voluntad lo que Él quiera de la revelación."
El Corán es una de las fuentes fundamentales de la ley Islámica (sharia). Algunas prácticas
religiosas formales reciben atención significativa en el Corán, incluyendo las oraciones
formales (salat) y el ayuno en el mes de Ramadán. En cuanto a la forma en que se debe
conducir la oración, el Corán se refiere a la postración. El término usado para la caridad, zakat,
significa literalmente purificación. La caridad, de acuerdo con el Corán, es una forma de auto-
purificación.
En este caso, se puede pagar una indemnización (Diyya en el islam) a la familia de la persona
asesinada. La condición de equivalencia social también se incluye en el Corán