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Producto Interno Bruto a Precios Constantes (PIB)

Nota: Banco Mundial.

La grafica nos muestra como el producto interno bruto (PIB) de Bolivia ha crecido

de manera constante desde el año 2000 hasta el año 2020, dado que este año casi todas las

economías del mundo se paralizaron a causa de la crisis sanitaria del covid 19, actualmente

casi todas las están funcionando de forma correcta y se espera que sigan creciendo. Bolivia

es país con una gran economía agraria y de servicios que les ha permitido mantener

negociaciones internacionales para la exportación de materia prima, es por ello que han

integrado a la comunidad andina con el fin de crear una zona libre de comercio para lograr
un mayor intercambio de bienes y servicios, así como también una libre circulación de

personas.

La relación que puede tener el constante crecimiento del (PIB) con la comunidad

andina se derivan de algunos factores como la facilitación al comercio, la libre

competencia, defensa comercial, MiPymes, promoción comercial, servicio e inversiones,

interconexión eléctrica. Los anteriores son fundamentales para la producción de bienes y

servicios en masa, así como también para la generación de mayores empleos gracias a las

inversiones extranjeras, del mismo modo la facilidad de conseguir herramientas para la

mano de obra y la libre circulación de las mercancías entre países permite el desarrollo de

economías más sólidas y con una mayor calidad de vida, por las altas en educación y

ciencia.

En conclusión, el PIB de Bolivia si guarda mucha relación con los acuerdos que

actualmente están adscritos, pues les ha ayudado a consolidar una economía más sólida y

con una mayor de mercados para explorar y vender sus productos.

En la última década, el país gozó de un ritmo de crecimiento económico promedio

del 4,9% del producto interno bruto (PIB), muy por encima del crecimiento mundial y

regional. Sin embargo, desde mediados de 2013 se observa una desaceleración de la tasa de

expansión económica, debida principalmente al bajo desempeño del sector de

hidrocarburos. Asimismo, los menores precios de los principales productos de exportación,

en especial del gas natural (que no solo incide en el valor de las ventas al exterior, sino que

también es una importante fuente de ingresos fiscales), se tradujeron en altos déficits en el

balance del sector fiscal y en la cuenta corriente que, en mayo y marzo de 2019, llegaron al

7,9% y el 5,2% del PIB, respectivamente. Esto redundó en una pérdida de reservas
internacionales, que a fines de octubre habían disminuido un 22% con respecto a fines de

2018, y un aumento del endeudamiento externo, que de todas formas aún se mantiene bajo.

Durante el superciclo de las materias primas el país acumuló un importante acervo de

reservas, que permitió financiar la inversión pública y mantener los programas de gasto que

contribuyeron a mejorar los indicadores de desarrollo social del país. Sin embargo, estos

activos externos han disminuido de su nivel máximo del 51% del PIB en 2012 al 17% del

PIB en 2019 (un nivel inferior al registrado en 2006) y los proyectos de inversión no han

logrado potenciar la matriz productiva y de ingresos del país, tanto de las exportaciones

como de los ingresos fiscales.

El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) registró un promedio superior al 4

por ciento al punto de alcanzar sus mayores picos en 2008 (6,2 por ciento) y 2013 (6,8 por

ciento). Sin embargo, a partir de ese año, se percibe una caída en los porcentajes de

crecimiento, en lo que los economistas llaman desaceleración. Para 2016, sin embargo, la

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyecta para este año un

crecimiento de 4,5 por ciento para Bolivia en medio de una contracción del continente de

0,8 por ciento.

En términos de PIB nominal, se subió de los 11.384 millones de dólares de 2006 a

34.403 millones en 2015, aunque para 2016, se proyecta llegar a 38.260.

Para el Gobierno, sin embargo, el crecimiento del PIB será de 5 por ciento, y el PIB

nominal llegará a 57 mil millones de dólares.

Un análisis del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, interpreta que la economía

boliviana logró mantenerse estable durante los últimos años gracias al aumento del precio
de las materias primas en el mercado internacional, con un crecimiento económico

promedio desde el 2006 de 5 por ciento.

Bolivia se ha favorecido de los altos precios de las materias primas y el petróleo

durante los últimos 10 años, y el Producto Interno Bruto (PIB) ha crecido de la mano de

este fenómeno, y con el descenso de los precios del petróleo y de la demanda de materias

primas, baja también nuestro crecimiento.

Hemos tenido una gran cantidad de recursos públicos que significaban una gran

oportunidad de cambiar la estructura económica del país. Muchos de los argumentos de por

qué no podíamos despegar se resumían en que no había ahorro interno, pero en esta década

sí lo hemos tenido para inversiones en el sector público.

El plan de desarrollo del actual Gobierno contemplaba un cambio de la matriz

productiva, objetivo que incluso fue incluido en la nueva Constitución Política del Estado

(CPE), cuando se habla de la reinversión productiva de los recursos de los sectores

estratégicos, es decir llevar el dinero del gas hacia otros sectores que generen mayor valor

agregado, den empleo y garanticen sostenibilidad, es decir diversificar la economía. Esto no

ha ocurrido, no hemos diversificado, seguimos siendo tan o más dependientes de las

materias primas. No logramos un aparato productivo consolidado. Se han dinamizado

sectores, como servicios y construcciones, pero el objetivo era la industrialización.

Este fracaso no fue sólo culpa del Gobierno central porque los recursos del gas, a

través del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y regalías, llegan también a las

gobernaciones y municipios, que tampoco hicieron inversión productiva: se han dedicado a

hacer inversión en infraestructura, poner al día sus gastos corrientes y nada más.
"Los diez años del Gobierno del presidente Morales fueron coincidentes con una

extraordinaria expansión de los mercados de los principales productos de exportación

bolivianos, en gran parte impulsados por el crecimiento de la China", y su "voracidad" de

materias primas, interpreta, por su parte, un análisis del economista Juan Antonio Morales

para la Fundación Milenio.

Índice de Gini

Nota: Banco Mundial.


La grafica con respecto al índice de Gini nos muestra como la desigualdad salarial

entre la población de Bolivia ha venido cambiando desde el año 2000, teniendo periodos en

los que no se ha hecho una medición como tal. Sin embargo, se puede observar que esta ha

disminuido en forma general notablemente en las últimas dos décadas, esta disminución se

puede deber tanto a políticas económicas como administrativas. Dentro de las políticas

económicas la relacionamos directamente con uno de los acuerdos mas relevantes que tiene

este país, estamos hablando de la comunidad andina (CAN), un acuerdo del cual hacen

parte otros tres países y tienen como finalidad una integración económica y de libre

movilidad.

Algunos de los principales temas tratados en el acuerdo es la identidad andina y

cultura, esta puede generar cambios en el índice de Gini en Bolivia desde un punto de vista

de desarrollo económico, donde la parte cultural y artística va ligada directamente a la

producción agrícola y de servicios, de tal manera que los ingresos salariales se distribuyan

equitativamente entre todos, es importante aclarar que el modelo político que tiene este país

va encaminada a una sociedad igualitaria.

Otro factor a tener en cuenta es la participación social andina, dado que esta toma

bastante importancia a la hora de tomar decisiones económicas que involucran a toda la

nación y por tanto se crean políticas que otorgan beneficios monetarios o de alimentos para

las poblaciones más desfavorecidas, en conclusión, se puede decir que estos acuerdos si

determinan los ingresos que pueden llegar a tener las poblaciones en forma equitativa.

El índice de Gini mide la desigualdad en la distribución del ingreso en una economía. El

índice se encuentra entre el 1 y el 0, siendo éste último correspondiente a una perfecta


igualdad, es decir donde todos reciben la misma cantidad de ingresos y el 1 representa la

perfecta desigualdad, es decir donde uno recibe todos los ingresos y el resto no recibe nada.

A nivel nacional, el coeficiente de Gini pasó de 0.602 en 2005 a 0.420 en 2021 indicando la

disminución de la desigualdad de distribución de ingresos en la sociedad boliviana. El valor

del coeficiente tuvo un mayor descenso entre los años 2005 y 2011, pasando de 0.602 a

0.465 respectivamente. Entre 2011 y 2014 el coeficiente subió a 0.494 y desde 2015 volvió

a bajar hasta 2019. En 2020, primer año de la pandemia, aumentó a 0.452 y disminuyó a

0.42 en 2021. Al desagregar por áreas, se observa una mayor desigualdad de ingresos

medido por el coeficiente de Gini en el área rural en comparación con el área urbana en

todos los años. Y pese a las fluctuaciones, el valor del coeficiente disminuyó entre los años

2005 y 2021 de 0.536 a 0.383 en el área urbana y de 0.617 a 0.478 en el área rural.

https://iisec.ucb.edu.bo/indicador/indice-de-gini-21

https://www.monografias.com/docs115/crecimiento-economico-bolivia/crecimiento-economico-
bolivia

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45000/120/BPE2019_Bolivia_es.pdf

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