Ángel Cruz Rojas Gonzalo.

Documental: "la vida de Ishibura Takeda"

En el documental, se nos muestra una relación de emociones, sensaciones y pensamientos sobre la

contemplación de la vida misma, como el maestro Takeda experimenta en carne propia el saber que
llevamos tan sólo un par de décadas vivos, y llevamos milenios muertos, que el nacer en un lugar, no
significa que, no te puedas sentir ajeno al mismo, puedes sentirte como un individuo diferente al de tu
entorno social de ese momento, incluso lo más cotidiano para las personas acercadas a ti te puede
parecer indiferente, también cuando todo lo que vez a diario y debería estar guardado en ti, casi como si
estuviera grabado en tu código genético, para un determinado grupo de personas, para otras solo es un
paisaje vació, si bien no vacío con un valor emotivo diferente al que debería de tener cualquiera de las
demás personas del alrededor al llegar a lo que llamamos hogar, muchas veces simplemente nos
dejamos llevar por el momento, sin mirar en donde caeremos, pero con la esperanza de un gran camino,
un sueño en camino a ser realidad, el sentir lo que es vivir realmente, todo esto con solo una cosa
decisión.

La decisión de salir al mundo, desplegar las alas y volar, ser libre como el viento, buscando la luz del
norte que te guie, hasta el tesoro prometido, ver como todo tu empeño se convierte en ese sueño, el
llegar no será ni fácil, ni sencillo, habrá caídas si, habrá fracasos también, pero ¿el fracaso en realidad es
perdida?, pues quizás para quien es demasiado egocéntrico y obstinado, pero solo hay que buscar en la
parte oscura ahí también encontramos algunas que otras cosas, el maestro Takeda lo experimenta en
una vivencia con un hombre mexicano, el cual era o será curandero, el maestro le pide que le enseñe su
arte, que le muestre como vivir en esta tierra, a lo que el hombre le contesto que no podía que él debía
de encontrar su propio camino, que él debía de encontrar la manera de hablar con dios, pero debía de
hacer de su propio modo, contradictorio sin duda, más en Oaxaca encuentra su hogar, su casa, su
verdadera vida por fin la había encontrado, en tradiciones, colores e ideologías, que le parecieron
exactamente eso un sueño.

Sin duda, este debe de ser otra de las enseñanzas que nos dejara el maestro Takeda, con su propia
experiencia estética representada en su vida, inevitablemente no ver que su vida ya ha sido una obra de
arte sublime.