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Congresista
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Decenio de la Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres”
OFICIO N° 0454-2022-2023/EMT/CR
De mi consideración,
Me dirijo a Usted para expresarle mi profunda decepción y malestar por el deficiente manejo
de la epidemia de Dengue por parte del MINSA, y mi preocupación en general por la gestión
de su cartera. Resulta imperdonable que luego de la muy trágica actuación del MINSA
durante la pandemia de COVID-19, que agravó la misma al punto de llevarnos a alcanzar el
récord mundial de muertes por millón por esta enfermedad, nos encontremos hoy frente a
un nuevo escenario de crisis sanitaria con una atención hospitalaria deficiente, sin guías
actualizadas para el manejo del Dengue, con reportes de largas colas para despistaje, así
como escasez de camas hospitalarias, medicamentos y profesionales de salud. Tanto o más
grave es la ausencia de una estrategia inteligente de prevención y contención basada en
ciencia multidisciplinaria, así como de campañas de comunicación e información efectivas.
Al día de ayer, los datos de su sector indicaban 153 fallecidos, 1,212 hospitalizados y un
total de 111,085 casos a nivel nacional.
La pandemia del COVID-19 debió suponer un antes y un después para el sector Salud, y un
nunca más para el país. Hoy no cabe ya más la justificación utilizada por sus antecesores,
de culpar al atraso y al abandono histórico de su sector. Con gran frustración constatamos
que a pesar del aumento presupuestario para luchar contra este tipo de enfermedades, la
ejecución del mismo es deficiente; que las carencias no han sido resueltas, y que se incurre
en los mismos errores y desaciertos que durante la pandemia. La convocatoria de un comité
de expertos integrado en parte por quienes contribuyeron al pésimo manejo de la pandemia,
así como por profesionales cuestionados por su involucramiento en el escándalo
Vacunagate, revela una alarmante falta de criterio de su parte. El anuncio de medidas de
prevención tan rudimentarias como prohibir el uso de floreros, evitar el almacenamiento de
agua al aire libre y prohibir la automedicación, comparables con pedirle a la población que
compre insecticidas y matamoscas, da fe de la limitada capacidad tecnológica del MINSA.
Su temeraria afirmación -en pleno avance de la crisis y rechazada por el decano del Colegio
Médico del Perú- de que la epidemia estaba controlada, su intempestivo retiro de una
conferencia de prensa en Piura sin absolver preguntas, trasladándolas a “especialistas” y
responsabilizando a la DIRESA de la situación, la inauguración de un hospital temporal que
no funciona, y el video en el aeropuerto de dicha ciudad pidiendo “una foto en acción”,
generan una impresión de incompetencia, frivolidad e insensibilidad preocupantes. La
mención a declaraciones suyas en un artículo de hoy de Frances Vinall, para el Washington
Post, no dan al mundo precisamente la mejor imagen sobre la capacidad de su gestión:
Atentamente,