Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Evidencias Gastroenterología
Evidencias Gastroenterología
Facultad de Medicina
Ciudad Mendoza
EXPERIENCIA EDUCATIVA
GASTROENTEROLOGIA (99164)
Evidencias: Resúmenes
Elaborado por:
ACADÉMICO
Diagnostico
1.- Anamnesis: La forma de presentación de la ictericia puede orientar hacia el diagnóstico.
Los pródromos y sintomatología acompañante también tienen interés. Es importante
investigar la ingesta de alcohol y de fármacos potencialmente hepatotóxicos, así como los
antecedentes epidemiológicos de posibles fuentes de contagio de hepatitis víricas. Importa
conocer la existencia o no de dolor.
2.- Exploración Física: Luz natural para valorar la ictericia.
3.- Estudios de laboratorio:
- La hiperbilirrubinemia aislada, sin alteración de las demás pruebas de función hepática
(transaminasas, FA y GGT), descartaremos las causas hepáticas en principio.
- En caso de ↑BI se puede deber a enfermedad hemolítica, eritropoyesis inefectiva.
- Si hay hemólisis, estarán aumentados el número de reticulocitos y las LDH y estarán
disminuidas la haptoglobina y la vida media de los hematíes.
-Si hay diseritropoyesis, el número de reticulocitos y la vida media de los hematíes son
normales.
-Si no presenta estos datos puede ser debida a fármacos, Sd. de Gilbert y Sd. de Criggler-
Najjar.
-Si presenta hiperbilirrubinemia mixta, elevación de las transaminasas y alargamiento del
tiempo de protrombina que no remite con vitamina K, la causa de ictericia es hepática y hay
que realizar una ECO abdominal.
4.- ECO abdominal Permite apreciar la dilatación de la vía biliar en los casos de colestasis
obstructiva extrahepática.
5.- Tomografía Computerizada. La TC permite descubrir la dilatación biliar en más del 95%
de los casos. Ofrece mayor información acerca de la localización y la causa de la
obstrucción. Pero es menos sensible que la ecografía para la detección de enfermedad
litiásica.
6.- RMN. Mucho más sensible que la TC en el diagnóstico del grado y causa de la
obstrucción biliar.
7.- CPRE. Es
una técnica
mucho más
sensible y
específica para
la detección de la
obstrucción
biliar. Detecta el
lugar y
naturaleza de la
obstrucción en
90% de los
casos.
Tratamiento
Es importancia que los pacientes que padecen Hepatitis crónica sean aconsejados para
tener control general de buena salud (incluye el uso de antioxidantes, dieta equilibrada y
hacer ejercicio) y tratar la etiología. En particular, el objetivo del tratamiento de la Hepatitis
B es suprimir la replicación del virus antes de que el daño hepático sea significante e
irreversible.
Algunos autores refieren que el tratamiento de la Hepatitis crónica D ha sido
decepcionante, ya que la mayoría de los pacientes recaen; los que responden
satisfactoriamente son aquellos que tienen la infección reciente. La rivabirina y los
inmunosupresores han sido inefectivos. Sin embargo, para Brandt, J. (1999) el objetivo
debe ser suprimir la replicación del virus de la hepatitis De inducir la remisión de la
enfermedad hepática, menciona que el interferón es la única terapia que ha mostrado
suprimir la replicación viral y disminuir los niveles de la aminotransferasa. Para tratar al
paciente con Hepatitis alcohólica el manejo se divide en 2: las medidas generales y el
tratamiento específico. Las primeras dependen de la gravedad, en todos los casos
abstinencia del alcohol, reposo y dieta equilibrada. Para el tratamiento específico se han
propuesto los corticoesteroides, propiltiouracilo, insulina y glucagón, hiperalimentación con
aminoácidos y la colchicina.
El objetivo del tratamiento para la hepatitis C es disminuir los síntomas, abolir la actividad
de la enfermedad, prevenir el desarrollo de fi brogénesis y carcinoma hepatocelular, aunque
tal vez lo más importante es la desaparición del RNA-VHC.
Tema 5.- Hígado grado no alcohólico
La enfermedad por hígado graso no alcohólica (EHGNA) comprende un amplio abanico de
alteraciones que va desde la esteatosis simple hasta la esteatohepatitis y la cirrosis. La
diabetes mellitus tipo 2 y la obesidad son los principales factores asociados a la EHGNA.
Se ha descrito una prevalencia en la población general de entre el 20-30 %.
La EHGNA puede desarrollar un amplio espectro de manifestaciones clínicas y patológicas,
indistinguibles de las que se observan en los pacientes alcohólicos . La EHGNA es
secundaria a la acumulación de grasa, principalmente triglicéridos (TG), en los hepatocitos,
y los pacientes pueden presentar lesiones de esteatosis hepática simple (EH), esteatosis
con inflamación (esteatohepatitis, EHNA), cirrosis y carcinoma hepatocelular (CHC).
Etiopatogenia
Las numerosas situaciones clínicas que se han relacionado con la EHGNA se pueden
agrupar en 6 grupos etiológicos; sin embargo, hay una elevada asociación, hasta de un 80
%, entre esta hepatopatía y el síndrome metabólico. Los signos histológicos de EH son
especialmente característicos en la población obesa y en los pacientes con DM-2. Estas
dos entidades se han asociado con resistencia periférica a la insulina e intolerancia a la
glucosa. La dislipemia, en especial la
hipertrigliceridemia, también se asocia con
esteatosis. Sin embargo, a pesar de que el
sobrepeso y la obesidad están presentes en la
mayoría de los pacientes, la EHGNA también
puede ocurrir en sujetos con peso normal y
constituir en estos un factor de riesgo
cardiovascular independientes.
Diagnostico
Tratamiento
El tratamiento es estandarizado y se maneja como se
observa en la figura, de primera instancia se debe de
vitar el consumo de alcohol.
La disminución de peso a través de una dieta y
ejercicio es la estrategia terapéutica más efectiva en la
EHGNA. Una reducción de peso de al menos el 7%
disminuye la actividad histológica, y una de más del
10% disminuye la fibrosis.
En la actualidad el tratamiento farmacológico se
reserva para pacientes con EHNA con evidencia de
fibrosis (F≥2) o en los que tienen un mayor riesgo de
progresión (DM2, SMet, aumento persistente de ALT).
Tema 6. - Cirrosis hepática y complicaciones
La cirrosis es el resultado de la presencia de un fenómeno inflamatorio crónico a nivel
hepático que puedes ser causado por múltiples agentes etiológicos como el consumo
crónico de etanol, infecciones crónicas por virus hepatotropos, eventos autoinmunes y
algunos trastornos que resultan en el depósito excesivo de grasa en el hígado.
Esta enfermedad se define como una enfermedad hepática crónica que cursa con lesión
hepatocelular, fibrosis y nódulos de regeneración. La fibrosis se caracteriza por la presencia
de puentes de tejido conectivo que une a las triadas portales entre sí y a las triadas portales
con la vena central, esto conlleva, a la pérdida de la arquitectura normal del hígado y pérdida
de sus actividades fisiológicas y metabólicas.
La distorsión de la arquitectura origina el desarrollo de cortocircuitos vasculares con la
consiguiente disminución del aporte tisular de oxígeno. Una vez que se desarrolla la cirrosis,
este proceso es irreversible con los tratamientos de que se disponen en la actualidad, sin
embargo, existen estadios tempranos de la enfermedad en los que la lesión puede ser
reversibles.
Los pacientes con hepatitis C crónica, demostraron la reversibilidad en un grado de la
fibrosis en aquellos pacientes que alcanzaron respuesta viral sostenida con el uso de
agentes antivirales directos por vía oral.
Cabe mencionar que la fibrosis es una lesión que
requiere de la presencia de un estímulo nocivo en
forma crónica y que no se presenta en hepatopatías
agudas, así las hepatitis virales agudas,
principalmente la causada por el virus A de la
hepatitis, no es susceptible de causar cirrosis.
En cuanto a sus complicaciones, estas son las más
frecuentes:
Sindrome hepato - renal: Es una patología frecuente
que se desarrolla hasta en el 20% de los pacientes
cirróticos hospitalizados, a menudo desencadenada
por un factor precipitante como infección, sangrado
o una paracentesis de alto volumen.
El tratamiento de síndrome hepatorrenal es con
albúmina y vasopresor, éste solo es efectivo en un 40 -50% de los casos y en aquellos que
responden de manera inicial recurre más del 50%. La única opción curativa es el trasplante
hepático.
Sindrome hepato - pulmonar: Este síndrome consiste en la triada de enfermedad hepática
– crónica o hipertensión portal, dilataciones vasculares intra – pulmonares e hipoxemia, sin
la presencia de alteraciones cardiopulmonares intrínsecas.
En estudios epidemiológicos se ha observado que esta patología tiene una prevalencia del
1% en pacientes con enfermedades hepáticas crónicas, sin embargo, esta aumenta del 10
– 30% en los pacientes con enfermedades hepáticas crónicas descompensadas que son
referidos a una evaluación para trasplante hepático.
El único tratamiento definitivo, es de igual manera, el trasplante de hígado, con una mejoría
significativa en más del 85% a los 6 o 12 meses de haber realizado el trasplante.
Hipertensión porto – pulmonar: Consiste en la asociación entre hipertensión portal e
hipertensión arterial pulmonar, en presencia de una presión capilar pulmonar enclavada
disminuida y una resistencia vascular pulmonar elevada.
Tiene una prevalencia del 6 – 8.5% en pacientes con hipertensión portal que son referidos
a una evaluación para trasplante hepático.
Al igual que las otras 2 complicaciones, esta patología se revierte con trasplante hepático y
tiene una sobrevida equiparable a la de aquellos pacientes sin hipertensión porto –
pulmonar en quienes se realiza trasplanté hepático.
Tema. -7 Absceso hepático
Es una lesión supurativa dentro del hígado, resultante de la invasión y multiplicación de
microorganismos que pueden provenir directamente de una lesión distante a través de la
circulación o a través de la vía biliar. Las formas más comunes de abscesos hepáticos son
amebianos, piógenos y de etiología mixta.
Aproximadamente 60% de los abscesos hepáticos son solitarios y se localizan
principalmente en el lóbulo derecho, debido a la distribución del flujo sanguineo portal y
relacionado con el hecho de que el lóbulo derecho recibe sangre predominante de la vena
mesentérica superior.
Cuando los abscesos son múltiples, se debe sospechar etiología piógena o mixta y
diseminación biliar.
El abordaje diagnóstico inicia con una historia clínica que busque la identificación de
factores de riesgo que sugieran una posible etiología. Algunos de estos factores son: la
utilización de drogas inmunosupresoras para enfermedades neoplásicas o para el
trasplante de órganos, agentes biológicos usados en el tratamiento de enfermedades
inflamatorias, algunas conductas sexuales, infección por VIH, antecedente de viaje a áreas
endémicas y los fenómenos migratorios.
Absceso hepático amebiano: La infección por Entamoeba histolytica es la principal causa
de este tipo de absceso, especialmente en áreas tropicales y sub – tropicales. Se puede
contagiar de persona a persona, por el consumo de vegetales y hortalizas regadas con
agua contaminada.
Entre las fuentes de transmisión de persona a persona se encuentran los preparadores de
alimentos que a su vez se encuentran infectados y pasan quistes de este parásito en las
heces.
En cuanto a su tratamiento, el medicamento de elección es el Metronidazol a dosis oral de
1 gr 2 veces al día durante 10 – 15 días. Cuando se utiliza en forma intravenosa la dosis es
de 50 mg cada 6 hr por 10 días.
La cloroquina es un medicamento de segunda elección y la dosis es de 1 gr/día vía oral por
2 días, seguido de 500 mg/día por 2 – 3 semanas.
Absceso hepático piógeno: Su incidencia es de 0.007 – 2.2% por hospitalizaciones, 11 por
cada millón en la población general y de 0.29 – 1.47% en series de autopsia.
Su diagnóstico requiere de un índice de sospecha alto de fiebre, ataque al estado general,
dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen, nausea y vomito por más de 2
semanas.
Otros síntomas como la anorexia, la ictericia y hepatomegalia dolorosa tienen menor
prevalencia que los pacientes con absceso hepático amebiano y aproximadamente el 60%
de los pacientes que desarrollan esta patología, padecen de una enfermedad crónica
debilitante o tienen un antecedente de la vía biliar.
El tratamiento para este tipo de absceso hepático
involucra múltiples combinaciones de antibióticos
de amplio espectro como lo son cefalosporinas de
tercera generación con clindamicina o
metronidazol y penicilinas de amplio espectro con
aminoglucósidos y cefalosporinas de segunda
generación con aminoglucósidos son de las
combinaciones más utilizadas.
El tratamiento debe iniciarse inmediatamente
después de que las muestras para cultivo han sido
obtenidas sin dilación y la decisión de cambios de antibióticos dependerá del resultado final
de un cultivo realizado con anterioridad.
Fisiopatología:
Considerar múltiples mecanismos que provocan lesiones. Puede existir daño masivo
secundario a un efecto citopático directo del agente causal. Y la intensidad del daño es
proporcional al grado de necrosis.
La lesión del hepatocito por linfocitos citotóxicos da una liberación de citocinas, cuando hay
necrosis masiva del hígado se traducirá como una perdida en conjunto de la función de las
células hepáticas
La lesión al hepatocito es causada primariamente por linfocitos citotóxicos del propio
huésped que
desencadena una respuesta inmunológica a partir de la liberación de citocina, entre las que
se
encuentra al factor de necrosis tumoral alfa, óxido nítrico y las especies reactivas de
oxígeno.
También se menciona que en algunos casos son algunas células del hígado las que
producen dichas citocinas, como por ejemplo las células Kupffer que producen factor de
necrosis tumoral alfa.
Cuadro clínico y diagnostico
La IHF presenta un espectro clínico que puede
variar desde síntomas no específicos como:
malestar general, dolor de cabeza, deterioro del
estado de alerta, náusea, vómito y dolor
abdominal, hasta el desarrollo de ictericia y
encefalopatía hepática.
Puede haber: bradicardia, visión borrosa,
edema de papila y reflejos energéticos y rigidez
de descerebración.
Los principales datos que permiten hacer el
diagnóstico son:
• Inicio rápido de la disfunción hepática con
ictericia y prolongación del tiempo de
protrombina.
• Encefalopatía hepática.
• Ausencia previa de enfermedad hepática, además del aumento de bilirrubina total y
Aminotransferasas y disminución de glucosa
serica.
La gasometría arterial: alcalosis respiratoria o
acidosis metabólica.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se define como el ascenso del contenido
gástrico o gastroduodenal por arriba de la unión gastroesofágica lo que causa síntomas y
complicaciones esofágicas, que afectan la calidad de vida del paciente. De acuerdo con la
clasificación de Montreal distingue dos grandes grupos:
Síndromes esofágicos: Se subdividen en los que son únicamente sintomáticos, como la
ERGE no erosiva (ERNE) y dolor torácico no cardiaco; y aquellos en los que además de
síntomas se presentan lesiones en la endoscopia convencional.
Síndromes extraesofágicos: Se subdividen en aquellos con evidencia clínica suficiente
para relacionar el síntoma con ERGE, como tos crónica, laringitis posterior, asma de difícil
control y erosiones dentales.
La ERGE se caracteriza por un desequilibrio entre factores agresores (acidez gástrica,
volumen de contenido refluido, presencia de contenido duodenal) y defensivos de la
mucosa esofágica (barrera antirreflujo, aclaramiento del ácido, resistencia tisular). El
principal mecanismo fisiopatológico de la ERGE son las relajaciones del esfínter esofágico
inferior, causando presion intraluminal insuficiente, siendo así a su vez el principal
componente preventivo. Los trastornos del aclaramiento aumentan el tiempo de contacto
del contenido que refluye con la mucosa esofágica; estos trastornos pueden ser mecánicos
(peristalsis, gravedad de la Tierra), químico (saliva), alteraciones de la barrera antirreflujo
(hernia, presión insuficiente EEI).
Los síntomas esofágicos son pirosis, regurgitación y disfagia. En las manifestaciones
extraesofágicas se incluyen tos, dolor torácico, otalgia, faringitis, parestesias, mala calidad
de sueño. Otros síntomas son hipo o hipersalivación, eructos, náuseas, vómito y odinofagia.
La presencia de síntomas típicos 2 o más veces por semana en un paciente joven, sin datos
de alarma, establecen el diagnóstico presuntivo de ERGE. Se realiza entonces una prueba
terapéutica con IBP. La endoscopia no debe realizarse de forma rutinaria como, se indica
en presencia de síntomas típicos con datos de alarma, en ausencia de respuesta a prueba
con IBP, ERGE de más de 5 años de evolución o ERGE refractaria; y resulta útil para
detectar esofagitis, estenosis, EB y adenocarcinoma. La pH-metría es considerada el
standard de oro, se indica en pacientes con síntomas típicos o extraesofágicos de ERGE,
con endoscopia negativa y que no responden al tratamiento con IBP. La manometría se
realiza en la evaluación preoperatoria.
Dentro del tratamiento no farmacológico se indican modificaciones del estilo de vida como
bajar de peso, dejar de fumar, disminuir consumo de alcohol, elevar la cabecera de la cama,
dormir en decúbito lateral izquierdo, evitar ingesta de alimentos de forma abundante al
menos 2h antes de acostarse.
Los IBP son los medicamentos de primera elección, proporcionan un mayor alivio
sintomático y mayores porcentajes de cicatrización.
Diagnostico diferencial
El único método capaz de
diferenciar ambas es el
análisis histológico de la
mucosa. La biopsia es la
piedra angular para establecer el correcto diagnóstico. Las alteraciones histológicas
pueden ser muy sutiles e ir de una discreta hiperplasia epitelial a un franco daño epitelial
con infiltrado inflamatorio y hemorrágico.
GASTRITIS AGUDA.
Poco frecuente en niños y se incrementa mientras avanza la edad, en edades de 50 a 70
años hay una prevalencia del 60%. En países en vías de desarrollo se reportó que casi un
60% de la población antes de los 50 años presentó síntomas de gastritis aguda, mientras
que en países industrializados las cifras van de 83 a 94%.
Etiología
a) Ingestión de sustancias toxicas: la principal de ellas es el alcohol, que se absorbe en el
estómago produciendo una inflamación en la mucosa, erosiones superficiales, hemorragia
subepitelial y edema. El daño está relacionado con la cantidad y la concentración ingerida.
b) Medicamentos: entre estos se encuentran el ácido acetilsalicílico y los antiinflamatorios
no esteroideos, cuyo uso es frecuente.
c) Agentes infecciosos: se demostró que la presencia de Helicobacter pylori es responsable
de alteraciones en la mucosa gástrica, lo cual ocasiona aparición de gastritis aguda, que al
prolongarse lleva a cambios profundos con una gran implicación clínica. Entre otros
agentes se encuentran gastrospirillium hominis, Mycobacterium sp, Treponema pallium,
etc. Cabe destacar que hay agentes virales como Norwalk y rotavirus que pueden causar
inflamación aguda de la mucosa gástrica.
d) Estrés: se ha descrito la presencia de gastritis aguda hemorrágica e incluso de ulceración
superficial de la mucosa gástrica en pacientes sometidos a situaciones que condicionan
estrés, sobre todo en padecimientos graves que ponen en peligro la vida. Entre 10 y 15%
de los sujetos con quemaduras extensas, pueden desarrollar ulceración gástrica severa
(ulceras de Curling) a causa de la isquemia y la hipoperfusión severa. También en sujetos
que sufren TCE con elevación de la presión de la PIC pueden desarrollar ulceras gástricas
y duodenales (ulceras de Cushing) debido a la hiperestimulación vagal central que produce
un incremento en la secreción gástrica de ácido.
e) Radiación: la aplicación de radioterapia abdominal condiciona la aparición de gastritis
aguda, que en general se manifiesta como síndrome dispéptico, náuseas y vómitos.
f) Reflujo biliar: el reflujo del contenido duodenal con un alto contenido de bilis y jugo
pancreático cumple también una función importante en las alteraciones de la mucosa
gástrica del antro gástrico y produce sintomatología importante. Sin embargo, para que
esto suceda deben existir condiciones predisponentes para el reflujo biliar, como los
antecedentes de colecistectomía, cirugías que involucran la resección del antro gástrico y
alteraciones motoras como hipotonía del píloro o gastroparesia.
g) Traumatismos: el empleo de sondas nasogástricas y la realización de procedimientos
endoscópicos, como electrocauterio o rayos láser para tratar lesiones gástricas producen
también gastritis localizadas
Fisiopatología
La mucosa gástrica cuenta con mecanismos muy eficaces de protección entre los cuales
se encuentran la integridad de la mucosa, la presencia de una densa capa de moco y
bicarbonato secretado por las propias cel. Gástricas y un mecanismo de rápida
regeneración y migración celular favorecido por una rica vascularidad y aporte de oxígeno,
los cuales se conocen como mecanismos de citoprotección.
Se ha demostrado que estos mecanismos se encuentran histoquimicamente mediados por
sustancias derivadas del ácido araquidónico como las prostaglandinas. Estos mecanismos
de protección impiden que los factores agresores dañen directamente la mucosa o ayuden
a que el daño sea reparado casi de manera inmediata. Sin embargo, cuando se pierde la
homeostasis y existe incremento de los agentes agresores o condiciones que disminuyan
los factores de protección de la mucosa, la acción de estos hace que aparezca inflamación,
necrosis y hemorragia superficial de la mucosa, condicionando la aparición de gastritis
aguda
Cuadro clínico
Las manifestaciones más comunes son dolor y molestias localizadas en el epigastrio o en
el cuadrante superior izquierdo del abdomen, relacionados en múltiples ocasiones con la
ingesta de diferentes agentes agresores de la mucosa.
Las molestias digestivas son de escasa o moderada magnitud y suelen acompañarse de
sensación de nausea, vomito, plenitud posprandial, agruras y acedías. El sangrado como
hematemesis o melena se presenta con frecuencia de 10 a 12% y en la mayoría de los
casos es moderado y autolimitado. Sin embargo, puede ser intenso y constituir la primera
manifestación de una gastritis aguda que requiere atención urgente.
El medico debe tratar de identificar los posibles agentes agresores responsables del
cuadro mediante un buen interrogatorio, la exploración física en estos casos suele ser poco
significativa y solo se descubre en ella un dolor a la palpación profunda en el epigastrio o
en el cuadrante superior izquierdo. En ocasiones como respuesta al sangrado, las mucosas
y tegumentos presentan palidez.
Diagnostico
El recurso más importante es la gastroscopia con toma de biopsias, la cual debe realizarse
en el momento en el que se presenta el cuadro. La endoscopia es útil para establecer el
diagnóstico, valorar la extensión de las lesiones, detectar la existencia de sangrado y
eliminar otros posibles diagnósticos. Siempre deben realizarse biopsias de las lesiones más
significativas y tomar muestras del antro gástrico para determinar la presencia de H. pylori.
Tratamiento
El tratamiento contempla diferentes aspectos y depende del agente etiológico, aunque los
medicamentos del tipo inhibidores de la bomba de protones y los citoprotectores son por
mucho los más efectivos para el control sintomático y la curación de la mucosa gástrica.
• Durante el periodo agudo en ocasiones se suspende la vía oral para evitar náuseas
y vómitos por lo que se recomienda la administración de soluciones parenterales y
guardar reposo hasta que la sintomatología disminuya, el inicio de la ingestión oral
siempre debe hacerse con dieta blanda.
• Si la vía oral no está comprometida se puede utilizar almagato o magaldrato o bien
geles de sales de aluminio y magnesio como agentes de contacto para brindar un
alivio rápido sintomático.
• El uso de análogos de las prostaglandinas como el misoprostol a dosis de 200 ug
cuatro veces al día es útil en la prevención de gastropatía asociada a AINE, aunque
tiene efectos secundarios como dolor abdominal y diarreas, además de estar
contraindicado en mujeres en mujeres en edad fértil o con posible embarazo debido
a sus efectos uterotónicos que podríaninducir aborto.
• El empleo de bloqueadores de la secreción de ácido es necesario solo en casos que
se acompañan de hiperacidez o sintomatología de enfermedad ulcerosa péptica. El
sucralfato, un polisacárido sulfatado con hidróxido de aluminio es muy efectico para
casos de gastritis química inducida por sales biliares debido a su efecto citoprotector
local y por su estimulación de la angiogénesis y formación de tejido de granulación,
mediante la incitación de factores de crecimiento locales en la mucosa gástrica.
• Se deben administrar antimicrobianos en caso de que se confirme una gastritis
asociada a H. pylori. Si se presenta sangrado del tubo digestivo activo se debe
mantener la estabilidad hemodinámica a base de soluciones parenterales o sangre
total, así como medidas endoscópicas o quirúrgicas.
DIAGNOSTICO
El procedimiento
diagnóstico de mayor
especificidad es la panendoscopía con biopsia de la mucosa gástrica. se debe investigar
siempre la existencia de helicobacter pylori mediante pruebas indirectas como el Clo-Test,
así como la presencia del parásito a través del estudio de las laminillas de los cortes
realizados
• Biopsia que muestra infiltrado inflamatorio crónico y folículos linfoides reactivos,
correspondiente a una gastritis folicular.
• Luz de la glándula gástrica en donde se idéntica presencia de H. pylori.
Tratamiento
El manejo debe dirigirse específicamente a la posible causa adoptando una serie de
medidas generales que incluyen:
a. recomendar una dieta balanceada fraccionada
b. Evitar los agentes irritantes como las bebidas alcohólicas, el café, el tabaco y los AINEs.
c. suministrar protectores de la mucosa gástrica de acuerdo con cada caso y con la
intensidad de los síntomas, como gel de sales de aluminio y magnesio, bloqueadores de
los receptores H2 de la histamina e inhibidores de la bomba de protones.
TRATAMIENTO
El fin de la cirugía es eliminar masa tumoral, tener bordes quirúrgicos sin cáncer y extirpar
ganglios.
Los tumores localizados en el tercio proximal se tratan con gastrectomía total ampliada.
Los localizados en el tercio medio, con gastrectomía subtotal o gastrectomía total; la
gastrectomía subtotal ampliada es para las neoplasias de la porción antral.
El procedimiento endoscópico, que consiste en mucosectomía y disección submucosa, se
ha aplicado como método de resección en los tumores de mucosa, sin invadir la muscular
de la misma y sin ganglios positivos. Cuando éste toma la submucosa se recomienda
cirugía radical con linfadenectomía D1 o D2. Como complicaciones del procedimiento
endoscópico se han reportado hemorragia inmediata, controlada con electrocoagulación
monopolar, ligadura, uso de grapas.
La supervivencia a cinco años después de un procedimiento curativo es de 10 a 15%. En
Estados Unidos 60% de los pacientes con cáncer gástrico tienen enfermedad no resecable
al momento del diagnóstico, del otro 40% sometido a cirugía, sólo 25 a 35% sobreviven
cinco años.
• Cuando se realiza la disección linfática extensa se logra 50% de supervivencia a
cinco años en estadio II y 30% en estadio III. La disección linfática D1 incluye
ganglios:1-6 paracardial derecho, paracardial izquierdo, de la curvatura menor, de
la curvatura mayor, suprapilóricos e infrapilóricos. Disección D2: ganglios 7-11, de
la gástrica izquierda, de la hepática común, del tronco celiaco, del hilio esplénico y
de la esplénica. Disección D3: ganglios hasta el No.16, que corresponden a los del
hilio hepático, retropancreáticos, raíz del mesenterio, cólica media y los
paraaórticos.
• La quimiorradioterapia neoadyuvante se ha utilizado más en neoplasias de esófago,
pero también en pocos casos en cáncer gástrico. Se han usado 5-fluorouracilo,
cisplatino y epirrubicin. Agentes nuevos incluyen taxanes (paclitaxel y docitaxel),
irinotecan y vinorelbine.
• La gastrostomía como procedimiento paliativo se utiliza en pacientes con cáncer
gástrico que obstruye la luz del esófago. En los pacientes con estenosis pilórica con
neoplasia irresecable, en quienes la porción del cuerpo se encuentra libre de tumor,
pueden ser candidatos a derivación gástrica, realizando una
gastroyeyunoanastomosis como tratamiento paliativo.
• La quimioterapia es el tratamiento más efectivo para pacientes con enfermedad
metastásica, inadecuado para la paliación de síntomas locales como náuseas, dolor,
obstrucción, hemorragia, lo que requiere manejo multidisciplinario endoscópico o
quirúrgico
Múltiples enfermedades del intestino delgado y del estómago conllevan una malabsorción
de nutrientes, pero también aquellas que afectan a hígado, vía biliar, o páncreas. En ellas,
la malabsorción de nutrientes puede ser desde su principal manifestación clínica, hasta tan
solo un hallazgo en pruebas de laboratorio dentro de un cuadro clínico más complejo. En
este tema abordaremos fundamentalmente las primeras.
Desde un punto de vista fisiopatológico, la absorción de cada nutriente comprende una fase
luminal en la que estos nutrientes se hacen disponibles para su absorción (por ejemplo, la
digestión de macromoléculas por parte de las enzimas digestivas o la solubilización o
cambios químicos en micronutrientes como el calcio o el hierro), una fase mucosa en la que
estos son absorbidos a nivel del borde en cepillo del enterocito y una fase postmucosa o de
transporte a cargo de los vasos sanguíneos o linfáticos. Otros factores como la velocidad
del tránsito intestinal o la regulación hormonal pueden también influir en la absorción de
nutrientes.
Es importante recordar que la capacidad del colon para absorber, además de agua y
electrolitos, ciertos nutrientes (fundamentalmente triglicéridos de cadena corta y media,
aminoácidos, vitaminas hidrosolubles y vitamina K, calcio y oxalato) puede tener un papel
fundamental como mecanismo compensador en situaciones de malabsorción grave. La
mucosa colónica es incapaz de absorber los carbohidratos de la dieta, sin embargo, estos
pueden ser metabolizados por la flora anaerobia colónica, produciendo gas (H2 y CH4),
ácido láctico y triglicéridos de cadena corta que, junto con triglicéridos de cadena media,
pueden ser absorbidos a nivel colónico y pueden suponer un aporte importante de calorías
(hasta 900 kcal diarias) en pacientes con resecciones intestinales amplias y síndrome de
intestino corto. Los triglicéridos de cadena larga en cambio no son absorbidos, y su
presencia en el colon ayuda a la formación de complejos insolubles con el calcio, limitando
su absorción y favoreciendo la absorción de oxalato.
Pruebas de laboratorio:
Es recomendable solicitar una analítica completa, con bioquímica, incluyendo lípidos,
minerales, vitaminas, proteínas de vida media corta e inmunoglobulinas, hemograma y
hemostasia. El déficit de determinados nutrientes puede orientar a la causa de la
malabsorción, así, niveles bajos de colesterol y triglicéridos, junto a una alteración de los
tiempos de coagulación puede orientar a una malabsorción aislada de lípidos, y a patología
fundamentalmente pancreatobiliar; mientras que un déficit de vitaminas hidrosolubles,
como B12 y fólico, calcio y hierro puede orientar más a una afectación difusa de la mucosa
intestinal. Así mismo existen tests específicos de cara a evaluar la absorción de los distintos
nutrientes.
MALABSORCIÓN DE CARBOHIDRATOS
Prueba de la D-xilosa:
La D-xilosa es un monosacárido que se absorbe con facilidad, tanto por transporte activo
como por difusión pasiva, a nivel de la mucosa intestinal, por lo que permite determinar su
integridad y distinguir si el cuadro de malabsorción se debe a una causa intestinal o
pancreática. Se administran 25 gramos de D-xilosa y se miden sus niveles en sangre y orina
en las 5 horas posteriores. También se puede valorar su absorción mediante un test de
aliento, como se ha expuesto anteriormente.
Prueba de tolerancia a la lactosa:
Se basa en la medición de los niveles de glucosa en sangre antes y 30 minutos después
de la ingesta de 50 gramos de lactosa y se considera positivo si se produce un incremento
menor de 20 g/dl. Se considera menos sensible que el test de hidrógeno espirado, pero
puede ser útil en pacientes no productores de H2.
MALABSORCIÓN DE LÍPIDOS
Análisis cuantitativo de grasa en heces (Test de Van de Kamer):
Se considera el gold standard para el diagnóstico de esteatorrea. Cuantifica la excreción de
lípidos (salvo ácidos grasos de cadena corta) en las heces en tres muestras recogidas
durante 24 horas (72 horas en total), bajo una dieta con un aporte predeterminado de grasas
(100g). Valores menores de 5-7g de grasa en heces se consideran normales (5-7%). Esta
técnica tiene como inconvenientes su escasa disponibilidad, ya que no se realiza en todos
los centros, la complejidad de su recogida y su realización, y que no es capaz de discriminar
entre distintas causas de esteatorrea. Puede presentar falsos negativos, cuando el
consumo de grasas es < 60g/d, y falsos positivos, por consumo de sustitutos de grasas no
absorbibles o en casos de diarrea, por aumento del volumen fecal, donde valores de hasta
14g/día pueden ser considerados normales.
MALABSORCIÓN DE PROTEÍNAS
La medición cuantitativa de nitrógeno en heces prácticamente no se utiliza en la práctica
clínica habitual. La excreción de α1-antitripsina, se utiliza para el diagnóstico de la
enteropatía pierde proteínas, y se basa en la determinación en heces tras su infusión
endovenosa, dado que en condiciones normales no se excreta a la luz intestinal y que no
es degradada por las proteasas intestinales ni reabsorbida. Pueden existir falsos negativos
en casos de pérdidas gástricas, porque sí se degrada con un pH ácido (se debe inhibir la
secreción ácida previa a su realización en esos casos) y falsos positivos en casos de diarrea
y hemorragia digestiva.
Cuadro clínico
Etiopatogenia
Se presenta en todas las edades, pero es más frecuente en la segunda y tercera décadas
de la vida. Es relativamente rara en grupos de edad extrema, aunque más complicada.
Afecta por igual a ambos sexos, salvo en el periodo comprendido entre la pubertad y los 25
años, en que es más frecuente en varones.
Manifestaciones clínicas:
El dolor es el primer síntoma de una apendicitis), periumbilical o epigástrico. Posteriormente
aparecen signos de irritación peritoneal y cuando la invasión bacteriana se extiende a la
pared (fase supurativa aguda), se genera el clásico desplazamiento del dolor a la fosa ilíaca
derecha. Finalmente se produce una obstrucción del flujo vascular (apendicitis gangrenosa)
que puede acabar en perforación.
Diagnostico:
El diagnóstico de la apendicitis aguda es
clínico en el 80% de los casos ante un paciente
con dolor en fosa ilíaca derecha (FID), fiebre y
alteraciones analíticas. Son signos
exploratorios característicos los siguientes: •
Signos de irritación peritoneal:Blumberg. Dolor
a la descompresión en la fosa ilíaca derecha.-
- Rovsing (MIR 13-14, 83). Dolor en la fosa
ilíaca derecha al percut ir la fosa ilíaca
izquierda (FII). Contractura abdominal. Psoas.
Dolor a la elevación de la pierna derecha, que
orienta hacia una apendicitis retrocecal.
Tratamiento
El tratamiento de elección es la
apendicectomía bajo anestesia general, previa
administración de antibióticos de forma profiláctica, durante la inducción anestésica, y
reposición hidroelectrolítica. En las formas complicadas con perforación se debe mantener
el antibiótico, como tratamiento, durante 3-7 días, según el grado de contaminación. La
alternativa al tratamiento quirúrgico en apendicitis aguda no complicada es el tratamiento
conservador con antibióticos. Aunque con buenos resultados en estudios comparativos, son
precisos más trabajos antes de considerarlo como la mejor opción terapéutica.
Complicaciones
Perforación. Caracterizada por dolor más intenso y fiebre de más de 38 oC. Requiere cirugía
urgente.
• Absceso apendicular. Cuando la perforación es localizada por adherencias del epiplón, se
forma un absceso periapendicular localizado que debe ser drenado.
• Peritonitis. Si la contaminación se extiende, difunde por gravedad hacia el fondo de saco
de Douglas o por la gotiera cólica derecha, produciendo una peritonitis difusa. Aumenta la
hipersensibilidad y la rigidez abdominal, junto con íleo adinámico y fiebre elevada.
Tema 21.- ENFERMEDAD DIVERTICULAR DEL COLÓN
La enfermedad diverticular de colon fue descrita primero por Littre en 1700, y definida como
una evaginación sacular de colon. La incidencia de esta enfermedad, como todas las
adquiridas, aumenta con la edad, su distribución geográfica es variable: los países con
menor presencia de la enfermedad son los orientales, y existe un incremento progresivo en
los occidentales; este aumento importante en los países occidentales se atribuye en gran
medida al poco aporte de fibra en la dieta; en la actualidad una tercera parte de la población
desarrollan diverticulosis después de los 50 años, y dos terceras partes a los 80 años, sólo
10% de la población la adquiere antes de los 40 años, no existe una diferencia entre ambos
sexos.
Estos divertículos no son verdaderos, es decir, son falsos divertículos o seudodivertículos,
ya que no incluyen todas las capas de la pared intestinal, sólo están constituidos por
mucosa y submucosa, las cuales protruyen a través de un defecto de la capa muscular de
colon; estos divertículos son de tipo adquirido, múltiples y pequeños, se encuentran
primordialmente en el sigmoides, aunque los otros segmentos colónicos también pueden
estar afectados. Los divertículos verdaderos están constituidos por todas las capas de la
pared intestinal, son muy raros, por lo general son de origen congénito, se localizan en
ciego y colon ascendente, son únicos y grandes. La diverticulosis se refiere a la presencia
de estos seudodivertículos en el colon, localizados en un segmento o en algunos casos en
todo el colon; la mayoría de los pacientes que los presentan se encuentran asintomáticos.
ETIOLOGÍA
• Dieta. Múltiples estudios han documentado que las dietas altas en consumo de
carnes rojas y bajas en frutas y fibra vegetal acentúan los síntomas de la
enfermedad diverticular. La fibra es un factor protector al incrementar el peso y el
contenido de agua del bolo fecal y reducir la segmentación, la presión y el tránsito
colónico.
• Aines. Los antiinflamatorios no esteroideos se han relacionado con un aumento de
las complicaciones de la enfermedad diverticular. El posible mecanismo de acción
es indirecto, al causar una inhibición de la ciclooxigenasa, cuyo resultado es una
menor producción de prostaglandinas locales, que representan un importante
mecanismo para mantener el flujo sanguíneo mucoso y proveer una barrera mucosa
efectiva.
• También se ha documentado un mecanismo directo, con incremento de la
translocación de toxinas y bacterias Estado inmunológico.
• La administración de esteroides se ha acompañado de un mayor riesgo de
perforación y complicaciones inflamatorias graves, así como el consumo de otros
agentes inmunosupresores
• Opiáceos. La prescripción de opiáceos se relaciona con una elevación de la presión
intracolónica y disminución del tránsito intestinal.
• Tabaquismo. Un estudio reciente demuestra que los fumadores presentan tres
veces mayor riesgo de desarrollar complicaciones por enfermedad diverticular.
FISIOPATOLOGÍA
La diverticulosis se relaciona con elevación de la presión intraluminal. Los individuos con
enfermedad diverticular revelan presiones intracolónicas hasta de 90 mm Hg. Se ha
determinado que estas presiones, anormalmente altas, provocan segmentación.
Estas presiones altas se dirigen a las paredes del colon en lugar de generar ondas de
propulsión, y predisponen a la herniación de la mucosa a través de la muscular, en defectos
de la pared donde penetran en condiciones normales los vasos sanguíneos para alcanzar
la mucosa y submucosa (vasa recta brevia).
Conforme la mucosa se hernia, lo hace sin la capa muscular y da lugar a la formación de
divertículos falsos, algo consistente con la definición de un proceso adquirido
Las presiones elevadas son consistentes en el colon sigmoides y éste es el sitio afectado
con más frecuencia. La contracción de colon a nivel de los pliegues australes forma
pequeños compartimientos separados. Esto tiene una función fisiológica importante para la
absorción de agua, intercambio electrolítico y el tránsito fecal, pero también se genera en
ellos un aumento de la presión intraluminal de colon, secundaria a contracciones excesivas.
En esta forma segmentada y con esta hiperpresión localizada se producen fuerzas de
pulsión en el interior de estos compartimientos o cámaras y con ello la herniación de la
mucosa y submucosa a través de los puntos débiles de la pared intestinal, los cuales son
los sitios de penetración de los vasos sanguíneos (vasos rectos).
Tras considerar lo anterior y el hecho de que el sigmoide es la porción de colon con menor
diámetro y mayor motilidad, se ejerce mayor presión en un menor radio; Se ha considerado
que la dieta baja en fibra, el estreñimiento y el envejecimiento producen obstrucción
funcional en la unión rectosigmoidea, con hipertrofia muscular, hiperplasia celular y
elastosis. Esta última parece preceder al desarrollo de los divertículos. Pueden existir
alteraciones en el tejido conectivo que favorecen el desarrollo de divertículos en ausencia
de presiones intraluminales elevada
CUADRO CLÍNICO
Por lo general, los sujetos con diverticulosis presentan dolor cólico intermitente, moderado,
localizado en el cuadrante inferior izquierdo, y puede relacionarse con alteraciones del
tránsito intestinal, acompañarse de distensión abdominal, flatulencia, intolerancia a algunos
alimentos, dolor desencadenado con la defecación o la expulsión de gases. No hay datos
de irritación peritoneal, fiebre o taquicardia, los estudios de laboratorio son normales y no
hay sangre en materia fecal. Los síntomas son muy inespecíficos, pueden sugerir un
síndrome de intestino irritable y que estos eventos quizá ocurran en varias ocasiones. No
requieren hospitalización ni estudios específicos, ceden sólo con manejo médico
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de diverticulitis se puede establecer fácilmente con la HC y la EF cuando ya
existe el antecedente confirmado de un cuadro previo. La presentación clínica es la habitual
del paciente que acude con dolor abdominal agudo de predominio. La colitis asociada a
divertículos es una enfermedad que además de presentar síntomas de enfermedad
diverticular se acompaña la mayoría de las veces de sangrado transrectal y diarrea. La TC
de abdomen y pelvis es el estudio más apropiado para el diagnóstico de la diverticulitis
aguda.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son mejorar los síntomas, prevenir complicaciones y evitar
recurrencias. Las dietas refinadas con escasa fibra se han relacionado con aumento del
tiempo normal de tránsito colónico, evacuaciones con menor volumen y elevación de la
presión intracolónica, lo cual contribuye al desarrollo de divertículos. Más aún, algunos
estudios han notificado mejoría en cuanto a estreñimiento, pero con mayor distensión y
malestar abdominal por la fermentación de la fibra que produce gas. La estasis del
contenido intraluminal puede ocurrir en los divertículos colónicos y ello precipita un
desarrollo bacteriano excesivo que lleva a una inflamación crónica de bajo grado de la
mucosa que sensibiliza los plexos mientéricos e induce hipersensibilidad visceral. La
rifaximina atenúa la actividad de la flora bacteriana, lo que a su vez produce disminución de
gas. 400mg c 12 horas por 7 días 1 vez al mes
Se caracteriza por presentar evacuaciones infrecuentes, con heces duras y las expulsa con
esfuerzo, se ha definido estreñimiento como la presencia de menos de tres evacuaciones
por semana, en la práctica diaria la definición de estreñimiento se basa en la sensación del
enfermo más que en medidas objetivas y este es el parámetro que se toma para iniciar el
tratamiento. La constipación frecuentemente es multifactorial y puede ser de origen
idiopático o secundario al efecto de enfermedades neurológicas, musculares, sistemáticas
o fármacos. La constipación idiopática se divide en tres grandes grupos: constipación con
tránsito normal, defecación obstruida y con tránsito lento, es muy probable que más de un
factor contribuye al estreñimiento.
EPIDEMIOLOGÍA
• Incidencia desconocida
• Mujeres (14-48%) > hombres (5-19%)
• Prevalencia: 16-21% ETIOPATOGENIA Y FISIOPATOLOGÍA Se desconoce su etiología
y se cree que es de causa multifactorial en la que pueden coexistir distintos factores.
• Genética y herencia
• Trauma y estrés
• Psicosociales
• Dieta (Nitratos de carbono: Frutas; Hortalizas; lácteos; carne; pescado y huevo; cereales
y tubérculos; edulcorantes; frutos secos y aceites)
• Infecciones entéricas (enterovirus, C. jejuni, salmonella, etc)
• Alteraciones de la motilidad
• Hipersensibilidad visceral
CLASIFICACIÓN
De acuerdo con el patrón en los hábitos defecatorios, el síndrome de intestino irritable (SII)
se clasifica en tres subtipos:
• SII con constipación. Heces duras más del 25% de las veces y deposiciones disminuidas
de consistencia menos de 25% de las veces).
• SII con diarrea. Deposiciones disminuidas de consistencia más del 25% de las veces y
heces duras menos del 25% de las veces.
• SII mixto. Heces duras más del 25% de las veces y deposiciones disminuidas de
consistencia más del 25% de las veces).
CUADRO CLINICO
La asociación de dolor abdominal crónico y los hábitos intestinales alterados son las
características principales no específicas del SII, aunque existe una amplia variedad de
síntomas incluyendo manifestaciones gastrointestinales y extraintestinales.
Los síntomas gastrointestinales son: dolor abdominal crónico, hábitos intestinales alterados
(diarrea o constipación o alternancia de estos), reflujo gastroesofágico, disfagia, saciedad
temprana, dispepsia intermitente, náuseas, dolor precordial de origen no cardiaco,
flatulencia y eructos.
Los síntomas extraintestinales son: depresión mayor, ansiedad, desorden somatomorfo,
insomnio, disfunción sexual y dispareunia, dismenorrea, incremento en la frecuencia
urinaria, urgencia urinaria, síntomas de asma y cefalea primaria.
DIAGNOSTICO
Debe basarse en la identificación de los síntomas positivos compatibles con esta condición.
Criterios de Roma IV:
• Inicio de los síntomas por lo menos 6 meses antes del diagnóstico.
• Dolor o molestia abdominal recurrente más de 3 días por mes en los últimos 3 meses.
• Por lo menos dos de los siguientes:
o Mejora con la defecación.
o Se acompaña de alteraciones de la frecuencia de las deposiciones.
o Se acompaña de variación de la forma de las deposiciones. Evaluar “datos de alarma” o
“síntomas atípicos” que no sean compatibles con SII (pueden representar afectación
orgánica): sangrado rectal, dolor abdominal nocturno o progresivo, pérdida de peso,
anormalidades bioquímicas como anemia, elevación en marcadores de inflamación o
alteraciones electrolíticas, fiebre sin causa explicable, aparición de síntomas después de
los 50 años, tumor abdominal o rectal y en aquellos con antecedentes familiares de cáncer
de colon, enfermedad celiaca o enfermedad inflamatoria intestinal. Los diagnósticos
diferenciales del síndrome de intestino irritable incluyen: enfermedad inflamatoria intestinal,
cáncer colorrectal, infecciones intestinales (parasitosis, bacterias, tuberculosis),
alteraciones hormonales sistémicas, intolerancia a alimentos, enfermedad celiaca,
enfermedad tiroidea, sobrecrecimiento bacteriano intestinal, malabsorción de ácidos
biliares, neuropatía o miopatía entérica, efectos secundarios de medicamentos, entre otros.
Para descartarlos utilizar auxiliares diagnósticos como: colonoscopia, rx, colon por enema,
BH, QS, etc.
TRATAMIENTO
Evitar los alimentos ricos en hidratos de carbono, altos en grasa, café, alcohol, ricos en
histamina, picantes y condimentos son reportados frecuentemente como causantes de
síntomas. Alimentos bajos en hidratos de carbono de cadena corta (FODMAPs:
Fermentable, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos, And Polioles), Fibra, restricción
de alimentos (café, alcohol y grasa) y probióticos.